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El rol de los medios durante la pandemia.
from Focus
Mtro. Víctor Escalante Vera
Gerente de Comunicación Institucional
EL ROL DE LOS MEDIOS
DURANTE LA PANDEMIA
En los últimos meses, con motivo de la emergencia de salud provocada por el coronavirus ha crecido sustancialmente el tiempo de exposición a los medios de comunicación por parte de la mayoría de la población; estamos atentos a varios de ellos, incluso a algunos que no solíamos frecuentar. Los medios, por su parte, tratan el tema principal todo el día, todos los días, usando prácticamente todos los géneros periodísticos: noticias, entrevistas, artículos, crónicas, editoriales, columnas, opiniones, reportajes, reseñas, análisis… La crisis sanitaria y el confinamiento han dado a los medios un rol protagónico en estos tiempos difíciles.
Pero ¿para qué sirven los medios de comunicación?, ¿cuáles son sus funciones? Mucho se ha escrito sobre esto en infinidad de libros, artículos, tesis y ensayos de los grandes teóricos de la comunicación, investigadores y académicos de diversos países, profesionales del área y aspirantes a conseguir el grado de maestro o doctor. La mayor parte de ellos coinciden en que las funciones básicas de los medios de comunicación son:
Informar veraz y oportunamente sobre las noticias y los acontecimientos, especialmente los del entorno inmediato, que afectan de manera positiva o negativa al auditorio, y que le son útiles para la toma de decisiones.
Orientar al auditorio a través de comentarios editoriales, opiniones de autoridades y especialistas en diversos ámbitos que expliquen al público, desde diferentes puntos de vista, los impactos y las repercusiones de los sucesos que se presentan.
Educar o formar al auditorio a través de la difusión de contenidos que le permitan acceder al conocimiento general, a la ciencia y a las manifestaciones culturales.
Entretener, tal vez la función más recurrente en los medios audiovisuales, mediante contenidos vinculados con el esparcimiento, como películas, series, música, concursos, deportes y espectáculos.
Últimamente se habla también de la función socializadora de medios sociales como Facebook, Twitter, YouTube y otros en donde los usuarios comparten y discuten información con sus conocidos y con la sociedad en general.
Otras teorías van más allá. Uno de los grandes teóricos de la comunicación, Harold Lasswell, equiparaba las funciones de los medios con las de vigilancia, correlación o interpretación y transmisión de la cultura; la primera como el ejercicio periodístico de vigilancia social, del entorno y la política. Él mismo introdujo la teoría hipodérmica, o manipuladora de los medios, en la que sostenía que el mensaje emitido por el medio llega a un receptor, “penetra” e “inocula” (como una aguja hipodérmica) el contenido del mensaje; ello produce, inevitablemente, una respuesta en consecuencia.
McLuhan definía los medios como extensiones de las propias facultades sensoriales del individuo, o como el sistema nervioso de la comunidad en que se encuentran. Otros han hablado de la función persuasiva, la de formación de la opinión pública; la función instructiva o de comando, en la que se espera un cambio de las personas mediante mensajes imperativos; la función de fiscalizar a la administración pública, la de estar al servicio del sistema económico, y la función movilizadora y de control social, entre muchas otras, que podrían servir a los medios como guía, para bien o para mal.
En estas semanas de pandemia, las funciones principales de los medios han sido la de orientar y sobre todo la de informar. Para que la información que transmite un medio de comunicación profesional y bien intencionado sea verdadera, completa, relevante y oportuna es necesario, en principio, que su fuente le proporcione información con esas características; de lo contrario, quizá lo que el público reciba no corresponda a la realidad. Es necesario también, vital, que la fuente de información esté correctamente informada de lo que informará, y que además no manipule la información.
Por su parte, el medio de comunicación debe corroborar que la información recibida sea veraz, investigando y acudiendo a otras fuentes de ser necesario, y transmitirla de manera fidedigna y con el contexto apropiado, y tampoco manipular la información.
Por otro lado, con la consolidación del internet surgieron los llamados medios digitales, a los que se sumaron, con su versión digital, todos los medios de comunicación tradicionales, aumentando exponencialmente la cantidad de información disponible. Hoy el problema está en distinguir cuál es la buena información, a quién le vamos a creer los espectadores.
Si a esto añadimos que prácticamente todos portamos las 24 horas del día un teléfono inteligente y tenemos acceso a varias redes sociales, lo que nos hace a cada uno un medio de comunicación en potencia, vemos que el problema se magnifica. Dejamos de ser solo consumidores de información y contenidos: ahora también somos productores de ellos, lo que ha dado pie al término en inglés prosumer, que trata de definir al nuevo consumidor digital, producto de la unión de producer y consumer.
Lo anterior es un escenario propicio para la frecuente aparición de noticias falsas o engañosas, denominadas fake news, que, si bien siempre han existido, las circunstancias mencionadas han facilitado su proliferación, provocando una peligrosa desinformación en temas de relevancia para la sociedad. Una noticia falsa se propaga muy rápidamente entre miles de personas, debido en parte a lo que el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, definió como la posverdad: aquella información o aseveración que apela a las emociones, creencias o deseos del público en lugar de a hechos objetivos, señala un documento sobre el tema publicado por la Federación Internacional de Periodistas.
Ante este panorama, el Centro Shorenstein, un instituto de investigación de la Universidad de Harvard, sostiene un proyecto denominado First Draft, que ofrece a periodistas, profesionales de la comunicación y al público en general herramientas en línea para identificar la información objetiva y el contenido auténtico a través de una colaboración global de organizaciones que trabajen juntas para encontrar soluciones a las noticias falsas, entre las que se encuentran las principales redes sociales y medios de comunicación del mundo. https://es.firstdraftnews.org/
First Draft establece siete tipos de contenido erróneo: sátira o parodia; contenido engañoso; contenido impostor; contenido fabricado; conexión falsa; contexto falso, y contenido manipulado. Estos pueden ser motivados por provocación, pasión, partidismo, provecho, poder o influencia política, propaganda, parodia o periodismo deficiente.
Así pues, el rol de los medios de comunicación tradicionales y digitales ha sido, es y seguirá siendo de vital importancia para el comportamiento social, y también para el personal, independientemente de la coyuntura de la contingencia sanitaria que sufrimos hoy en el mundo.
Tal vez sea tiempo en el que los medios de comunicación vuelvan a la esencia de sus funciones básicas de informar, orientar, educar y entretener, de forma honesta, responsable y veraz, e introduzcan ya y para siempre la función de la transmisión de los valores tradicionales, para así cumplir verdaderamente su función social.
Finalmente, es interesante la publicación de la Global Alliance for Public Relations & Communication Management, que agrupa a más de 270 mil profesionales de la comunicación en todo el mundo, en la que propone una guía con 12 recomendaciones para una comunicación responsable en tiempos de coronavirus: 1. Antes de comunicar, debemos pensar en el impacto del mensaje más allá de nuestra organización. 2. No debemos ocultar el impacto de la pandemia. Tenemos que ser realistas en nuestras comunicaciones, que deben estar basadas en los hechos. 3. Debemos utilizar un lenguaje sencillo, que no dramatice la situación. 4. Las comunicaciones deben ir acompañadas de un mensaje de esperanza. 5. Debemos difundir buenas prácticas y ejemplos de otras organizaciones. 6. Debemos identificar y legitimar las emociones de las personas. 7. Hay que dar prioridad a los mensajes de fuentes oficiales. 8. Debemos evitar compartir noticias falsas. Tenemos que ser críticos con las fuentes de información. 9. No debemos saturar las redes con mensajes. 10. No debemos perder el tiempo criticando la comunicación de las administraciones públicas, sino tratar de cooperar con ellas para mejorar. 11. Hay que apoyar el trabajo de los medios de comunicación que proporcionan información precisa. 12. A veces, el buen humor es un antídoto contra la crisis, siempre que no frivolicemos la situación. <
El rol de los medios de comunicación tradicionales y digitales es de vital importancia para el comportamiento social.