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Quién ha tomado el testigo en Ostrom

Pau Vila (Girona, 1995) es Ingeniero TIC por la Universidad Ramon Llull y Economista por la Universitat Oberta de Catalunya. Ha cursado un Máster en Management en ESADE. Pau inició su carrera profesional en el ámbito de la consultoría empresarial hasta que se incorporó hace seis años al equipo de LC Paper, una industria familiar del sector de la pasta, papel y cartón en la que actualmente ostenta la posición de General Manager. Pau es un amante de las nuevas tecnologías y le apasionen las disrupciones como el coche eléctrico: lleva ya recorridos casi doscientos mil kilómetros en uno.

También es un firme defensor de la economía sostenible, para la cual cree que el libre mercado constituye el mejor marco de incentivos. Otra de sus pasiones son los viajes y la fotografía, dos elementos que maridan muy bien. Le veréis más a menudo en la montaña que en el mar, posiblemente porque su familia tiene orígenes en el Pirineo y tolera mejor el frío que el calor. ¿Una gastronomía? La japonesa. ¿Un grupo de música? Muse. ¿Una bebida? Moscow mule.

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¿Cómo ves el panorama de los think tanks pro-libertad?

En Catalunya partimos de una desventaja: no se conoce el concepto de think tank. Se nos ha clasificado como patronal, como lobby e incluso como partido; se nos ha intentado situar políticamente en posiciones de lo más variopintas… todo ello fruto del desconcierto que genera que exista una organización que no esté alineada con un determinado color político o un interés económico particular, sino que defiende unos valores —los liberales— y una manera de entender el proceso de formulación de política pública —basada en la transparencia, la rendición de cuentas, la evaluación, la evidencia y las buenas prácticas internacionales—. Somos un think tank dedicado a la investigación, el análisis, la divulgación y la influencia. Un centro de pensamiento comprometido con los derechos civiles, las sociedades abiertas, las instituciones inclusivas y la economía de libre mercado. Nuestro ámbito de estudio y actuación no abarca la discusión del terreno político sino las políticas públicas y las ideas subyacentes a las mismas.

También existe una gran confusión sobre el concepto mismo del liberalismo: se nos ha acusado de ser "la voz del Ibex" cuando precisamente somos los garantes de la libre competencia, contraria a los monopolios y los conglomerados empresariales públicos o semipúblicos. En definitiva, a menudo ha sido necesario romper el hielo y aclarar conceptos básicos. Deseamos que este proceso sirva para allanar el camino y que otras organizaciones tengan un punto de partida donde estos conceptos tengan un mayor nivel de comprensión.

Debería intensificarse más la colaboración entre think tanks? ¿Estáis satisfechos con las grandes plataformas internacionales del sector?

Uno de los elementos que valoramos más positivamente de estos seis años de trayectoria ha sido la incorporación a la red de think tanks internacional Atlas Network. Vemos como muchos de los retos de nuestro presente son globales. Escuchar, aprender y compartir buenas prácticas y nuevas herramientas para abordar estos retos a partir de la experiencia de otras geografías es enriquecedor y nos aporta un grado más de solidez en las recomendaciones de política pública. Estamos convencidos que este es el buen camino y esperamos consolidar y reforzar nuestra colaboración entre organizaciones asociadas a la red Atlas Network en el corto plazo, tanto a nivel nacional como internacional. Gracias a Atlas, también estamos llevando el conocimiento económico a escuelas de toda la región, con nuestros talleres de economía experimental, premiados con el Smith Student Outreach Award 2021 para contribuir a una generación de jóvenes más libres y responsables.

En los dos últimos años se ha tensionado el movimiento de think tanks liberales por los intentos de aproximación de la extrema derecha nacional-populista. ¿Cómo percibes este problema?

Como hemos comentado anteriormente, partimos de una cierta confusión colectiva sobre el liberalismo. El grado de desconocimiento es mayor que en otras zonas del mundo. En ese contexto, es especialmente desafortunado que haya organizaciones políticas totalmente alejadas del liberalismo, en ocasiones frontalmente opuestas a los pilares de éste, que se adjudiquen la etiqueta de “liberales” para intentar ganar unos cuantos miles de simpatizan- tes. Cuando un movimiento ideológico no consigue o no se atreve a definirse por sus propios términos y debe tomar otras definiciones que no corresponden con los valores que defiende, debería reflexionar sobre los motivos que llevan a este acomplejamiento. Desde el Institut, por ejemplo, siempre hemos sido muy activos en la defensa de las sociedades abiertas y la libre circulación de personas, así como en la divulgación de los beneficios económicos de la inmigración. Finalmente, como nota positiva, creo que la lamentable invasión rusa en Ucrania no solo ha acelerado el vínculo transatlántico y reforzado la unidad estratégica de Europa; también ha demostrado la fortaleza del orden liberal y los valores que lo sustentan.

El IO ha sido proactivo en libertad médica y farmacéutica. ¿Qué destacarías de las propuestas formuladas y de las relaciones trazadas en este entorno?

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