Bloc #3

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REVISTA INTERNACIONAL DE ARTE Y LITERATURA INFANTIL INTERNATIONAL ART AND CHILDREN’S LITERATURE MAGAZINE

www.revistabloc.es

771888 890007 9

09

Nacimiento de un acertijo Emulación de “Son & Mother”de Adrian Frutiger.

3

ABECEDARIOS ILUSTRADOS ILLUSTRATED ALPHABETS

0 3

JUAN FARIAS • ABECEDARIOS ILUSTRADOS • ALBUM ILUSTRADO

N.º 3·2009 · 22,00 €

BLOC · PRIMAVERA/SPRING · 2009

Riddles will be the main subject of Bloc’s next issue.

3

Los acertijos serán el objeto de análisis central del próximo número de Bloc.



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REVISTA INTERNACIONAL DE ARTE Y LITERATURA INFANTIL INTERNATIONAL ART AND CHILDREN’S LITERATURE MAGAZINE

Colaboradores / Contributors A MANO CULTURA · Isabel Amorín · Emma Bosch Manuel Díaz · Paco Martín · Carmen Palomo Xavier Senin · Arianna Squilloni Diseño / Design Gerardo Domínguez Traducción al inglés / English translation Christian Vallely Suscripción / Subscription Suscripción anual (dos números): 44 euro s ¤ Anual subscription (two issues): 44 euros Impresión / Printed by Compañía de Impresores Reunidos, S.A. (CIRSA) Depósito legal: M-48114-2007 Cubierta / Cover Boceto para el juego/Sketch for the game ABC, Il disegno, il design, Bruno Munari. © 2008, CSAC, Parma, Italy. Courtesy of Edizioni Corraini · www.corraini.com Dirección / Direction: Xabier P. DoCampo Edición / Editor in Chief: Raquel López

Tipografía / Typography Frutiger. Adrian Frutiger, 1983. Berkeley. Tony Stan, 1967

Consejo asesor / Advisory Board Commetee Pablo Cruz · Martha López Revelles · Cristina Martín Inmaculada Vellosillo

Papel / Paper Cubierta, Lessebo Design 250 g. Pág. 1 a 16 y 81 a 104 Lessebo Design 120 g. Pág. 17 a 80 Creator Vol 135 g.

Redacción / Writing Staff Samuel Alonso · Cristina Castrillo · Xosé Cobas Teresa Duran · Teresa García · Pepe García Oliva María Sánchez-Tabernero · Moka Seco

Bloc N.º 3 · Primavera / Spring 2009 Apartado postal / Post-office box Nº 9007 - CP 28006 Madrid (España / Spain) · Tel/Phone: +34 657 63 69 97 info@revistabloc.es · www.revistabloc.es · ISSN:1888-9085


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Juan Farias

Página 2

5

Contenido

Contents

El guardián de la palabras «Sin duda fue una noche de invierno, en medio de la tormenta, cuando el hombre asustado por la oscuridad, enfermo de frío, pidió ayuda al árbol.»

The keeper of words “Undoubtedly it was a winter’s night in the middle of the storm when the man, frightened by the dark, sick with cold, asked the tree for help.”

No llegan a treinta y trabajan día y noche los trescientos sesenta y cinco días del año, desde hace siglos y más siglos. Humildemente, estas veintisiete letras son los duendes que nos proporcionan la llave para adentrarnos en una literatura a la que amamos con la fascinación de saber que está preñada de futuro y que sus hijos e hijas mantendrán en vilo nuestros sentimientos más íntimos.

There are less than thirty of them and they have worked day and night, three hundred and sixty-five days of the year for century after century. Humbly, these 27 letters are the goblins who give us the key to get into a literature which we love with the fascination of knowing that it is suggestive of the future and that its sons and daughters will keep our most intimate feelings unresolved.

Los mil caracteres del abecedario The thousand letters of the alphabet

19

Álbum ilustrado/Picture book

81

Abecedarios que se pueden leer como poemas, como cuadros, como arquitecturas, como juegos, como el mundo. Propuestas para sorprenderse con la alegría de las letras.

Alphabet books which can be read as poems, as pictures, as architectures, as games just like the world. Here are some proposals to surprise yourself with the joy of letters.

82

ABCD Marion Bataille

ABCD Marion Bataille

84

Al pie de la letra Miguel Calatayud

Al pie de la letra Miguel Calatayud

86

Alfabetiere Bruno Munari

Alfabetiere Bruno Munari

88

Construis-mois une lettre Anne Bertier

Construis-mois une lettre Anne Bertier

90

Hasta el infinito Kveta ˇ Pacovská

Hasta el infinito Kveta ˇ Pacovská

92

Amphigorey Edward Gorey

Amphigorey Edward Gorey

94

Das Z Zerplatzt Chris van Allsburg

Das Z Zerplatzt Chris van Allsburg

96

Pequeño museo Alain Le Saux y Grègoire Solotareff

Pequeño museo Alain Le Saux y Grègoire Solotareff

98

El abecedario fantástico de Patam, el elefante Montse Gisbert

El abecedario fantástico de Patam, el elefante Montse Gisbert

Editorial

ntes o después tenía que suceder, que Bloc dedicara un número a los abecedarios, esos libros que nacieron para enseñar las letras a los que no las sabían, y que con el paso del tiempo se han convertido en uno de los lugares de experimentación gráfica más sugerentes de todas las publicaciones ilustradas, sean éstas infantiles o no. Y en ese espíritu Bloc les propone un abecedario. Para ello hemos convocado a un grupo de ilustradores españoles y latinoamericanos y reunido a un puñado de protagonistas de relatos infantiles que, juntos, nos ofrecen un panorama, sin pretensiones de exhaustividad, del universo de los libros dirigidos a los niños. Faltan, sin duda, figuras relevantes de ambos espacios geográficos, pero solo

A

cabían veintisiete, y de lo que no tenemos duda, es que de los presentes no sobra ninguno. Sus propuestas demuestran que, incluso en aquellos personajes repetidamente interpretados a lo largo del tiempo, existe algo que todavía no se ha dicho y que nos da una visión nueva, desentrañando nuevos secretos para los lectores. Completamos las páginas de este número con las intervenciones que se presentaron en el homenaje que se rindió en Pontevedra al escritor Juan Farias. No había una fecha especial para celebrar a este autor, sólo era una buena ocasión para que la voz de los amigos reconocieran al maestro que enseñó a muchos el abecedario de la escritura dedicada a los niños con palabras redondas como manzana, isla, mar, padre, pelirroja… y que dan vida a textos plenos de emoción y honradez literaria. ◆

S

not doubt is that none of those included is surplus to requirements. The quality of their work is there for all to see. Their offerings show that even those characters which have been interpreted many times throughout history have something new to say and a new view to give us, exposing further secrets to the reader. We round off the pages of this issue with the contributions which were given in the tribute to the writer Juan Farias in Pontevedra. There wasn’t any date in particular to celebrate this author; it was just a great opportunity for his friends to express their recognition of the teacher who taught many the special alphabet expressly for children with solid words such as apple, island, sea, father, redhead, zoo… which bring to life texts full of emotion and literary honesty. ◆

ooner or later it had to happen: Bloc dedicates an issue to alphabet books, those books which were born to teach the letters to those who didn’t know them; books which, with the passing of time, have become the scene of the most thought-provoking graphical experimentation in illustrated publications be they for children or not. It is in this spirit that Bloc offers you its alphabet book. For it we have convened a group of Spanish and Latin American Illustrators and brought together a handful of major characters from children’s stories. Altogether they offer us a framework, with no claim to be comprehensive, of the world of books aimed at children. Undoubtedly important figures from both geographical areas have been omitted but there was only room for twenty-seven. What we do


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Juan Farias

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Contenido

Contents

El guardián de la palabras «Sin duda fue una noche de invierno, en medio de la tormenta, cuando el hombre asustado por la oscuridad, enfermo de frío, pidió ayuda al árbol.»

The keeper of words “Undoubtedly it was a winter’s night in the middle of the storm when the man, frightened by the dark, sick with cold, asked the tree for help.”

No llegan a treinta y trabajan día y noche los trescientos sesenta y cinco días del año, desde hace siglos y más siglos. Humildemente, estas veintisiete letras son los duendes que nos proporcionan la llave para adentrarnos en una literatura a la que amamos con la fascinación de saber que está preñada de futuro y que sus hijos e hijas mantendrán en vilo nuestros sentimientos más íntimos.

There are less than thirty of them and they have worked day and night, three hundred and sixty-five days of the year for century after century. Humbly, these 27 letters are the goblins who give us the key to get into a literature which we love with the fascination of knowing that it is suggestive of the future and that its sons and daughters will keep our most intimate feelings unresolved.

Los mil caracteres del abecedario The thousand letters of the alphabet

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Álbum ilustrado/Picture book

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Abecedarios que se pueden leer como poemas, como cuadros, como arquitecturas, como juegos, como el mundo. Propuestas para sorprenderse con la alegría de las letras.

Alphabet books which can be read as poems, as pictures, as architectures, as games just like the world. Here are some proposals to surprise yourself with the joy of letters.

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ABCD Marion Bataille

ABCD Marion Bataille

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Al pie de la letra Miguel Calatayud

Al pie de la letra Miguel Calatayud

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Alfabetiere Bruno Munari

Alfabetiere Bruno Munari

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Construis-mois une lettre Anne Bertier

Construis-mois une lettre Anne Bertier

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Hasta el infinito Kveta ˇ Pacovská

Hasta el infinito Kveta ˇ Pacovská

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Amphigorey Edward Gorey

Amphigorey Edward Gorey

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Das Z Zerplatzt Chris van Allsburg

Das Z Zerplatzt Chris van Allsburg

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Pequeño museo Alain Le Saux y Grègoire Solotareff

Pequeño museo Alain Le Saux y Grègoire Solotareff

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El abecedario fantástico de Patam, el elefante Montse Gisbert

El abecedario fantástico de Patam, el elefante Montse Gisbert

Editorial

ntes o después tenía que suceder, que Bloc dedicara un número a los abecedarios, esos libros que nacieron para enseñar las letras a los que no las sabían, y que con el paso del tiempo se han convertido en uno de los lugares de experimentación gráfica más sugerentes de todas las publicaciones ilustradas, sean éstas infantiles o no. Y en ese espíritu Bloc les propone un abecedario. Para ello hemos convocado a un grupo de ilustradores españoles y latinoamericanos y reunido a un puñado de protagonistas de relatos infantiles que, juntos, nos ofrecen un panorama, sin pretensiones de exhaustividad, del universo de los libros dirigidos a los niños. Faltan, sin duda, figuras relevantes de ambos espacios geográficos, pero solo

A

cabían veintisiete, y de lo que no tenemos duda, es que de los presentes no sobra ninguno. Sus propuestas demuestran que, incluso en aquellos personajes repetidamente interpretados a lo largo del tiempo, existe algo que todavía no se ha dicho y que nos da una visión nueva, desentrañando nuevos secretos para los lectores. Completamos las páginas de este número con las intervenciones que se presentaron en el homenaje que se rindió en Pontevedra al escritor Juan Farias. No había una fecha especial para celebrar a este autor, sólo era una buena ocasión para que la voz de los amigos reconocieran al maestro que enseñó a muchos el abecedario de la escritura dedicada a los niños con palabras redondas como manzana, isla, mar, padre, pelirroja… y que dan vida a textos plenos de emoción y honradez literaria. ◆

S

not doubt is that none of those included is surplus to requirements. The quality of their work is there for all to see. Their offerings show that even those characters which have been interpreted many times throughout history have something new to say and a new view to give us, exposing further secrets to the reader. We round off the pages of this issue with the contributions which were given in the tribute to the writer Juan Farias in Pontevedra. There wasn’t any date in particular to celebrate this author; it was just a great opportunity for his friends to express their recognition of the teacher who taught many the special alphabet expressly for children with solid words such as apple, island, sea, father, redhead, zoo… which bring to life texts full of emotion and literary honesty. ◆

ooner or later it had to happen: Bloc dedicates an issue to alphabet books, those books which were born to teach the letters to those who didn’t know them; books which, with the passing of time, have become the scene of the most thought-provoking graphical experimentation in illustrated publications be they for children or not. It is in this spirit that Bloc offers you its alphabet book. For it we have convened a group of Spanish and Latin American Illustrators and brought together a handful of major characters from children’s stories. Altogether they offer us a framework, with no claim to be comprehensive, of the world of books aimed at children. Undoubtedly important figures from both geographical areas have been omitted but there was only room for twenty-seven. What we do


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Juan Farias El guardián de las palabras Juan Farias The keeper of words

«Sin duda fue una noche de invierno, en medio de la tormenta, cuando el hombre asustado por la oscuridad, enfermo de frío, pidió ayuda al árbol.» «Undoubtedly it was a winter’s night in the middle of the storm when the man, frightened by the dark, sick with cold, asked the tree for help.»

Xabier P. DoCampo


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Juan Farias El guardián de las palabras Juan Farias The keeper of words

«Sin duda fue una noche de invierno, en medio de la tormenta, cuando el hombre asustado por la oscuridad, enfermo de frío, pidió ayuda al árbol.» «Undoubtedly it was a winter’s night in the middle of the storm when the man, frightened by the dark, sick with cold, asked the tree for help.»

Xabier P. DoCampo


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El escritor que vino en el viento The writer who came on the wind

6 BLOC/2009

Años difíciles, 1982 El niño que vino con el viento, 1986 Editorial MIñón

uan Farias llegó empujado por el vendaval de una guerra que una vez hubo en Media Tarde. Y el viento se le volvió palabras y se proveyó de lápices y las pintó en sus cuadernos. Cuando descansaba, las palabras llenaban los tiestos a la espera de que el viento que las trajo con el escritor las aventase de nuevo. Ese día en el que supo que había una guerra, fue el mismo en que se le partió el bronce a la campana de la iglesia de Media Tarde, el pueblo en que por un tiempo habitaron los años difíciles. Juan Farias tomó la decisión de contarnos lo que la vida ponía en los corazones de los hombres y mujeres de Media Tarde. Eran afanes del cada día, angustias de cosas pequeñas que se volvían grandes como mundos, que atrancaban futuros y debilitaban las luces del alma. Pero Juan iluminó

J

esos afanes con una luz de especial brillo y los deseos se hicieron más grandes que la realidad y la vencieron y la poseyeron. El viento traía un olor a sal y a espuma marina que cubría sus recuerdos de marinero. Juan miró al horizonte y allí, entre sus pies y la raya azul, descubrió un mar de tinta. Y donde otros mojaban la pluma para quedarse en la orilla, en la seguridad de la tierra firme, él se lanzó a navegar aquel océano en un barco lleno de peregrinos. Y el barco se fue llenando de palabras y se hizo el barco de la palabra. Pero también el barco de los amigos. Ahora el Rapaciño, sentado en su barca varada en la playa, mira la mar como siempre, como se mira hacia el lugar en donde nace el viento en el que un día vino el escritor.

J

dimmed the lights of the soul. But Juan illuminated these worries with a particularly bright light and wishes became bigger than reality and they vanquished and possessed it. The wind brought a smell of salt and sea spray which covered his sailor’s memories. Juan looked to the horizon, and there, between his feet and the blue line, he discovered a sea of ink. And where others dipped their pen but remained on the shore in the safety of dry land, he cast off to sail that ocean in a boat full of pilgrims. And the boat filled up with words and became not only the ship of words but also a ship of friends. Now the Rapaciño, sitting on his boat stranded on the beach, looks at the sea as usual, as one looks to the place where the wind which one day brought the writer comes from.

uan Farias arrived pushed by the hurricane of a war that happened once in the Mid-Afternoon. And the wind became words to him and he furnished himself with pencils and wrote them in his notebooks. While he was resting, the words filled the flowerpots waiting for the wind that had brought them with the writer to blow them again. That day on which he knew that there was a war, was the very same day when the bronze bell in the church of Mid-Afternoon, the village which went through difficult years for a while, was split in two. Juan Farias decided to recount what life brought to the hearts of the men and women of Mid-Afternoon. They were everyday worries, small anxieties which became as big as worlds, which obstructed the future and which

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El escritor que vino en el viento The writer who came on the wind

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Años difíciles, 1982 El niño que vino con el viento, 1986 Editorial MIñón

uan Farias llegó empujado por el vendaval de una guerra que una vez hubo en Media Tarde. Y el viento se le volvió palabras y se proveyó de lápices y las pintó en sus cuadernos. Cuando descansaba, las palabras llenaban los tiestos a la espera de que el viento que las trajo con el escritor las aventase de nuevo. Ese día en el que supo que había una guerra, fue el mismo en que se le partió el bronce a la campana de la iglesia de Media Tarde, el pueblo en que por un tiempo habitaron los años difíciles. Juan Farias tomó la decisión de contarnos lo que la vida ponía en los corazones de los hombres y mujeres de Media Tarde. Eran afanes del cada día, angustias de cosas pequeñas que se volvían grandes como mundos, que atrancaban futuros y debilitaban las luces del alma. Pero Juan iluminó

J

esos afanes con una luz de especial brillo y los deseos se hicieron más grandes que la realidad y la vencieron y la poseyeron. El viento traía un olor a sal y a espuma marina que cubría sus recuerdos de marinero. Juan miró al horizonte y allí, entre sus pies y la raya azul, descubrió un mar de tinta. Y donde otros mojaban la pluma para quedarse en la orilla, en la seguridad de la tierra firme, él se lanzó a navegar aquel océano en un barco lleno de peregrinos. Y el barco se fue llenando de palabras y se hizo el barco de la palabra. Pero también el barco de los amigos. Ahora el Rapaciño, sentado en su barca varada en la playa, mira la mar como siempre, como se mira hacia el lugar en donde nace el viento en el que un día vino el escritor.

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dimmed the lights of the soul. But Juan illuminated these worries with a particularly bright light and wishes became bigger than reality and they vanquished and possessed it. The wind brought a smell of salt and sea spray which covered his sailor’s memories. Juan looked to the horizon, and there, between his feet and the blue line, he discovered a sea of ink. And where others dipped their pen but remained on the shore in the safety of dry land, he cast off to sail that ocean in a boat full of pilgrims. And the boat filled up with words and became not only the ship of words but also a ship of friends. Now the Rapaciño, sitting on his boat stranded on the beach, looks at the sea as usual, as one looks to the place where the wind which one day brought the writer comes from.

uan Farias arrived pushed by the hurricane of a war that happened once in the Mid-Afternoon. And the wind became words to him and he furnished himself with pencils and wrote them in his notebooks. While he was resting, the words filled the flowerpots waiting for the wind that had brought them with the writer to blow them again. That day on which he knew that there was a war, was the very same day when the bronze bell in the church of Mid-Afternoon, the village which went through difficult years for a while, was split in two. Juan Farias decided to recount what life brought to the hearts of the men and women of Mid-Afternoon. They were everyday worries, small anxieties which became as big as worlds, which obstructed the future and which

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Paco Martín

El pan literario del amigo Ilustraciones de Irene Fra para la obra El loco de la ría, de Juan Farias. [Cortesía de Edelvives] (Páginas 8, 9, 10 y 11)

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D

el querido y admirado amigo Juan Farias, siempre me he considerado un poco paisano. Ya sé que él nació en Serantes, también sé que esa cuna suya fue, y sigue siendo, referente y camino en su vida y, naturalmente, en su obra, pero no es menos cierto que fue en el Lugo mío donde hubo de aprender las primeras letras —o las segundas— y que, tal vez por esto, no puedo evitar imaginarme un encuentro, difícil pero no imposible, con Juan Farias en el Lugo de los años cuarenta del siglo pasado. Nosotros vivíamos cerca del colegio al que Juan asistía y quien sabe si una tarde cualquiera de primavera coincidiríamos, yo en brazos de mi madre y él formando parte del ruidoso grupo de chiquillos que acaban de salir de clase.

Yo no podría, claro, pero estoy casi seguro de que mi madre no tuvo más remedio que fijarse en aquel muchacho alto, delgado y espabiladísimo, con unas orejas que parecían querer volar lejos de su cabeza, que dejó de sacudirles la badana al par de abusones que habían venido molestando a la chiquilla de ojos claros y trenza rubia, y que lo hizo por respeto a aquella señora y también por la curiosidad que se adivinaba en la mirada del crío aquel que ella llevaba en brazos. De acuerdo, todo esto no son más que elucubraciones pero no creo que nadie tenga derecho a negarnos tal posibilidad, ni siquiera aquéllos que nos conocen bien a ambos, al leer estas palabras mías, habrán de atreverse a desmentirme cuando yo, en cualquier otro lugar, haga mención —que, ya puestos, seguro que acabo haciéndola y, probablemente, en más de una oca-

I

The “literary bread” of a friend Illustrations by Irene Fra for El loco de la ría, by Juan Farias. [By courtesy of Edelvives] (pages 8, 9, 10, 11)

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have always considered myself to be a fellow countryman of my beloved and admired friend Juan Farias. I know that he was born in Serantes and I also know that his birthplace was and still is, a reference and path in his life, and naturally, in his work, but it is no less certain that it was in my native Lugo where he learnt to write and perhaps because of this, I can’t help but imagine a meeting, unlikely but not impossible, with Juan Farias in the Lugo of the 1940s. We lived near the school Juan went to and who knows if one spring afternoon we didn’t coincide, me in the arms of my mother and him forming part of the noisy group of boys who had just come out of school. I couldn’t have, of course, but I’m almost sure that my mother couldn’t help but notice that tall, thin, lively boy with ears which seemed to want to fly far from his head, who

stopped tanning the hide of the pair of bullies who had been bothering the little blue-eyed girl with pigtails out of respect for my mother and also for the curiosity which he perceived in the look of that infant which she carried in her arms. Of course, all of this is nothing more than pedantic discourse but nobody has any right to deny us such a possibility. Not even those who know both of us well, on reading my words, will have to dare to refute me when I, in some other place, mention – which, now that I have written it down, no doubt I will and probably on more than one occasion – of that our first encounter. Oscar Wilde used to say about

sión— de aquel nuestro primer encuentro. Oscar Wilde decía que a las que son como ésta no se les puede llamar mentiras, que son verdades inventadas. Juan Farias, en una entrevista que Xavier Senín le hizo, aseguraba que él no escribía con ordenador porque una vez había visto en el escaparate de unos grandes almacenes de París a George Simenon tecleando frenéticamente en una clásica máquina de escribir y que entonces había decidido hacer siempre lo que Simenon hacía. Se me ocurre ahora que el padre de Maigret no debía estar aquella tarde todo lo atento que debiera a lo que pasaba fuera porque si no, guiado por su demostrada intuición, hubiera salido del escaparate, pasado su brazo sobre los hombros de Juan y se lo hubiera llevado hasta algún bistrot próximo para convidarlo allí y preguntarle de mares, distancias y poesía. Buena pareja. Es que Farias, naturalmente, andou ao mar. Y digo naturalmente porque este hom-

bre y el mar estuvieron llamándose uno al otro desde que se vieron por primera vez, que fue el día en que nació Juan, y supieron de inmediato que habían de enriquecerse el uno al otro. Había que comparar el mar de Serantes, el mar gallego, con otros linajes de mar, cotejar el finisterre galaico con todos los demás finisterres. Dejar registrada en cualquier espacio la galleguidad del hombre y el poeta. De cuando en cuando, Juan Farias necesita abandonar por unos días los llanos de la Meseta volviendo a encontrarse con el mar —«ese camiño» que decía Celso Emilio Ferreiro— y permitiendo a su mirada perderse en el azul de antiguas distancias, de itinerarios sabidos, en la presunción de viajes nuevos por nuevos derroteros. A Juan niño su padre le contaba los cuentos de siempre y los dejaba sin terminar. Lo que para los demás chavales sería una historia con personajes y situaciones definidos era para él un mundo por descu-

such things that they are not lies but invented truths. Juan Farias, in an interview with Xavier Senín, assured us that he didn’t write on a computer because once he saw Georges Simenon in the shop window of a large Paris department store typing frenetically at a traditional typewriter and he had decided there and then to always do what Simenon did. It occurs to me now that the creator of Maigret couldn’t have been paying as much attention as he ought to have to what was happening outside on that afternoon because if not, guided by his demonstrable intuition, he would have come out of the shop window, put his arms round Juan’s shoulders and he would have taken him to some nearby bistrot to have lunch and to ask him about oceans, distances and poetry – they would have made a good couple. The thing is that Farias, naturally andou ao mar [walked to the sea]. I say naturally,

because this man and the sea had been calling to each other since they saw each other for the first time, which was the day Juan was born, and they knew immediately that they would mutually enrich each other. The sea at Serantes, the Galician Sea would have to be compared to other kinds of seas; the Galician Finisterre checked against other Land’s Ends; a record left of the Galician-ness of the man and the poet. From time to time, Juan Farias needed to leave the flat land of the Meseta to renew his acquaintance with the sea, ese camiño [that journey] as Celso Emilio Ferreiro called it, and allow his gaze to lose itself in the blue of ancient distances, of known itineraries in the presumption of new journeys on new courses. When he was a boy, his father told him the age-old stories and left them unfinished. What, for other boys would have been a story with defined characters and situations was for him a world to be

brir cada vez, un universo inventado que había que ir construyendo paso a paso. Por eso entendió muy pronto que cualquier camino puede ser el camino, y también que los verdaderos sólo son los caminos de ida. Por eso las migas de pan de las meriendas infantiles que Juan fue dejando caer en la tierra de tantos senderos no servían para orientar la vuelta, eran —y eso es algo que sabemos bien los que somos lectores y amigos suyos— para que con ellas pudiesen comer los pájaros todos del mundo de la imaginación y los sentimientos. Gracias, hermano, porque permitiste que muchos de nosotros tuviésemos oportunidad de recoger algo del pan literario que tú fuiste desmigando para los demás. Gracias porque haces lo que haces y nos dejas ser tus amigos. ◆

discovered each time, an invented universe which had to be built up step by step. For this reason he knew from an early age that any path can be the path and that the true paths are the paths of going. For this reason the breadcrumbs of Juan’s childhood snacks that he dropped on the ground of so many paths were not to mark the way back. They were put there – and this is something that those of us who are his readers and friends know well – so that all birds could feed on the world of imagination and feelings. Thank you, my brother, because you allowed many of us to have the opportunity to harvest the “literary bread” which you strewed on our behalf. Thank you for doing what you do and for letting us be your friends. ◆

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El pan literario del amigo Ilustraciones de Irene Fra para la obra El loco de la ría, de Juan Farias. [Cortesía de Edelvives] (Páginas 8, 9, 10 y 11)

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el querido y admirado amigo Juan Farias, siempre me he considerado un poco paisano. Ya sé que él nació en Serantes, también sé que esa cuna suya fue, y sigue siendo, referente y camino en su vida y, naturalmente, en su obra, pero no es menos cierto que fue en el Lugo mío donde hubo de aprender las primeras letras —o las segundas— y que, tal vez por esto, no puedo evitar imaginarme un encuentro, difícil pero no imposible, con Juan Farias en el Lugo de los años cuarenta del siglo pasado. Nosotros vivíamos cerca del colegio al que Juan asistía y quien sabe si una tarde cualquiera de primavera coincidiríamos, yo en brazos de mi madre y él formando parte del ruidoso grupo de chiquillos que acaban de salir de clase.

Yo no podría, claro, pero estoy casi seguro de que mi madre no tuvo más remedio que fijarse en aquel muchacho alto, delgado y espabiladísimo, con unas orejas que parecían querer volar lejos de su cabeza, que dejó de sacudirles la badana al par de abusones que habían venido molestando a la chiquilla de ojos claros y trenza rubia, y que lo hizo por respeto a aquella señora y también por la curiosidad que se adivinaba en la mirada del crío aquel que ella llevaba en brazos. De acuerdo, todo esto no son más que elucubraciones pero no creo que nadie tenga derecho a negarnos tal posibilidad, ni siquiera aquéllos que nos conocen bien a ambos, al leer estas palabras mías, habrán de atreverse a desmentirme cuando yo, en cualquier otro lugar, haga mención —que, ya puestos, seguro que acabo haciéndola y, probablemente, en más de una oca-

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The “literary bread” of a friend Illustrations by Irene Fra for El loco de la ría, by Juan Farias. [By courtesy of Edelvives] (pages 8, 9, 10, 11)

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have always considered myself to be a fellow countryman of my beloved and admired friend Juan Farias. I know that he was born in Serantes and I also know that his birthplace was and still is, a reference and path in his life, and naturally, in his work, but it is no less certain that it was in my native Lugo where he learnt to write and perhaps because of this, I can’t help but imagine a meeting, unlikely but not impossible, with Juan Farias in the Lugo of the 1940s. We lived near the school Juan went to and who knows if one spring afternoon we didn’t coincide, me in the arms of my mother and him forming part of the noisy group of boys who had just come out of school. I couldn’t have, of course, but I’m almost sure that my mother couldn’t help but notice that tall, thin, lively boy with ears which seemed to want to fly far from his head, who

stopped tanning the hide of the pair of bullies who had been bothering the little blue-eyed girl with pigtails out of respect for my mother and also for the curiosity which he perceived in the look of that infant which she carried in her arms. Of course, all of this is nothing more than pedantic discourse but nobody has any right to deny us such a possibility. Not even those who know both of us well, on reading my words, will have to dare to refute me when I, in some other place, mention – which, now that I have written it down, no doubt I will and probably on more than one occasion – of that our first encounter. Oscar Wilde used to say about

sión— de aquel nuestro primer encuentro. Oscar Wilde decía que a las que son como ésta no se les puede llamar mentiras, que son verdades inventadas. Juan Farias, en una entrevista que Xavier Senín le hizo, aseguraba que él no escribía con ordenador porque una vez había visto en el escaparate de unos grandes almacenes de París a George Simenon tecleando frenéticamente en una clásica máquina de escribir y que entonces había decidido hacer siempre lo que Simenon hacía. Se me ocurre ahora que el padre de Maigret no debía estar aquella tarde todo lo atento que debiera a lo que pasaba fuera porque si no, guiado por su demostrada intuición, hubiera salido del escaparate, pasado su brazo sobre los hombros de Juan y se lo hubiera llevado hasta algún bistrot próximo para convidarlo allí y preguntarle de mares, distancias y poesía. Buena pareja. Es que Farias, naturalmente, andou ao mar. Y digo naturalmente porque este hom-

bre y el mar estuvieron llamándose uno al otro desde que se vieron por primera vez, que fue el día en que nació Juan, y supieron de inmediato que habían de enriquecerse el uno al otro. Había que comparar el mar de Serantes, el mar gallego, con otros linajes de mar, cotejar el finisterre galaico con todos los demás finisterres. Dejar registrada en cualquier espacio la galleguidad del hombre y el poeta. De cuando en cuando, Juan Farias necesita abandonar por unos días los llanos de la Meseta volviendo a encontrarse con el mar —«ese camiño» que decía Celso Emilio Ferreiro— y permitiendo a su mirada perderse en el azul de antiguas distancias, de itinerarios sabidos, en la presunción de viajes nuevos por nuevos derroteros. A Juan niño su padre le contaba los cuentos de siempre y los dejaba sin terminar. Lo que para los demás chavales sería una historia con personajes y situaciones definidos era para él un mundo por descu-

such things that they are not lies but invented truths. Juan Farias, in an interview with Xavier Senín, assured us that he didn’t write on a computer because once he saw Georges Simenon in the shop window of a large Paris department store typing frenetically at a traditional typewriter and he had decided there and then to always do what Simenon did. It occurs to me now that the creator of Maigret couldn’t have been paying as much attention as he ought to have to what was happening outside on that afternoon because if not, guided by his demonstrable intuition, he would have come out of the shop window, put his arms round Juan’s shoulders and he would have taken him to some nearby bistrot to have lunch and to ask him about oceans, distances and poetry – they would have made a good couple. The thing is that Farias, naturally andou ao mar [walked to the sea]. I say naturally,

because this man and the sea had been calling to each other since they saw each other for the first time, which was the day Juan was born, and they knew immediately that they would mutually enrich each other. The sea at Serantes, the Galician Sea would have to be compared to other kinds of seas; the Galician Finisterre checked against other Land’s Ends; a record left of the Galician-ness of the man and the poet. From time to time, Juan Farias needed to leave the flat land of the Meseta to renew his acquaintance with the sea, ese camiño [that journey] as Celso Emilio Ferreiro called it, and allow his gaze to lose itself in the blue of ancient distances, of known itineraries in the presumption of new journeys on new courses. When he was a boy, his father told him the age-old stories and left them unfinished. What, for other boys would have been a story with defined characters and situations was for him a world to be

brir cada vez, un universo inventado que había que ir construyendo paso a paso. Por eso entendió muy pronto que cualquier camino puede ser el camino, y también que los verdaderos sólo son los caminos de ida. Por eso las migas de pan de las meriendas infantiles que Juan fue dejando caer en la tierra de tantos senderos no servían para orientar la vuelta, eran —y eso es algo que sabemos bien los que somos lectores y amigos suyos— para que con ellas pudiesen comer los pájaros todos del mundo de la imaginación y los sentimientos. Gracias, hermano, porque permitiste que muchos de nosotros tuviésemos oportunidad de recoger algo del pan literario que tú fuiste desmigando para los demás. Gracias porque haces lo que haces y nos dejas ser tus amigos. ◆

discovered each time, an invented universe which had to be built up step by step. For this reason he knew from an early age that any path can be the path and that the true paths are the paths of going. For this reason the breadcrumbs of Juan’s childhood snacks that he dropped on the ground of so many paths were not to mark the way back. They were put there – and this is something that those of us who are his readers and friends know well – so that all birds could feed on the world of imagination and feelings. Thank you, my brother, because you allowed many of us to have the opportunity to harvest the “literary bread” which you strewed on our behalf. Thank you for doing what you do and for letting us be your friends. ◆

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Xavier Senín

La Galicia de Juan Farias

Juan Farias’ Galicia

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uena parte de las historias de Juan Farias recrean su Galicia: una tierra verde, lluviosa y, a veces, tan melancólica, tan para locuras mansas. Suelen ser pequeños pueblos marineros o aldeas del interior desde las que se ve el mar, con pocas casas y un pequeño puerto. Pueblo de un rico y pobres, gente de poco tener. El rico posee todo lo bueno, pero no quiere compartir, a pesar de que tiene de sobra y más. La iglesia, pequeña, vieja y algo románica, es también escuela, de las que llaman unitarias, y a ella acuden los muchachos

B

que a veces se ven obligados a trabajar en el mar porque corren tiempos difíciles y los hijos de las casas de poco pan empiezan a trabajar con muy pocos años. Hay una taberna, donde se dejan caer los hombres al acabar el día con un vaso de vino, una partida de cartas y algo de charla. Los personajes son casi siempre gente pobre que trabaja en el mar, aunque no faltan los que se ganan el pan en otros oficios: labradores, sacristanes, carteros, carpinteros o herreros. En algún caso, los menos, cada vecino tiene una vaca o dos, todos crían un cerdo para la matanza y tienen gallinas. Y, cómo no, también están la «menciñeira», vieja y

transparente al relámpago, la «remediadora», o la «santera», mujeres que saben de unturas y tisanas para curar los males del cuerpo y aliviar los del alma. Y, finalmente, un loco, al que Juan trata con afecto y respeto. En el otro extremo vemos al médico de toda la vida, casi siempre viejo, el cacique, el alcalde nombrado a dedo, rico, poderoso, que como tiene la vara tiene la razón y que espera escuchar a sus súbditos sumisos: «Lo que usted diga, señor alcalde». El cura de sotana, buena persona, poco comprometido, pero sobre todo viejo, tanto como para bautizar a todos los vivos de la parroquia. El maestro, nuevo, pobre, de pana y zuecos, progresista, enseñante de lo oficial y de algunas impertinencias como «todos somos iguales, unos altos, otros bajos, pero todos iguales».

Las mujeres recogen marisco, venden pescado o se ocupan de las labores del campo, además de atender la casa. Pero muchas de estas mujeres son viudas del mar, y el autor pinta con gran dramatismo a la esposa que espera noticias de un naufragio: «el tiempo se le hacía muy largo, minutos de una hora y más, días de un siglo y me quedo corto, que así acontece cuando se espera». La verdadera protagonista de los libros de Farias es la vida cotidiana: los trabajos, las fiestas, la actividad familiar, los acontecimientos de cada día, el nacimiento de un niño, una boda, un entierro, las comidas marineras con las típicas caldeiradas que, «en cuanto empezaban a hervir, ya no te dejaban pensar en otra cosa, que el olor tenía hechizo».

Con este país y sus gentes está Juan comprometido. Buena parte de su producción literaria lleva en su interior esta tierra y su clima, que puede ser muy variado: desde un día de lluvia, de nubes bajas, de nieblas que suben monte arriba, un día sin pájaros, silencioso, hasta un día luminoso, de mucho sol y calima en el horizonte, sobre el mar. Pero destaca sobre todo esa lluvia hermana del paisaje, esa lluvia menuda tan nuestra, que empieza y no acaba, que parece que no cae, que no pasa, pero que se te mete en el tuétano de los huesos. Estas palabras del propio Juan Farias hilvanadas con las mías transmiten la idea de que esta es su manera de autoafirmarse como gallego. ◆

A

bar, where the men go at the end of the day for a glass of wine, a game of cards and a bit of conversation. The characters are nearly always poor people who work on the sea, although other those who earn their daily bread in other jobs are not lacking: peasants, sacristans, postmen, carpenters, or blacksmiths. In some cases, the minority, each neighbour has one or two cows and all raise a pig for slaughter and keep hens. And, of course, there is also the “menciñeira”, old and transparent to the lightning flash, the curer or the witch doctor, women who know about ointments and infusions to cure the ills of the body and alleviate those of the soul. And, finally,

there is the village madman who Juan always treats with affection and respect. At the other extreme we see the doctor, almost always old, the local boss, the rich and powerful hand-picked mayor, who is always right because he wields authority and waits to hear his submissive subjects say “Whatever you say, Mr. Mayor”. The cassocked priest, a good person, rather lacking in commitment, but above all old enough to have baptized everybody in the village, and the teacher, new and poor, wearing corduroy trousers and clogs, progressive in outlook, a teacher of the official line but also of some impertinences such as “we are all equal, some high, some low, but all equal”.

The women collect shellfish, sell fish or work in the fields as well as keeping house. But many of these women are sea widows and the author dramatically paints the picture of the wife waiting for news of a shipwreck: “time drags on, minutes which last an hour or more, days a century long, that’s how it is when you are waiting”. The real protagonist of Farias’ books is daily life: work, the fiestas, family activities, the everyday events, the birth of a child, a wedding, a funeral and the sailor’s meals with the typical stews which “once they began to simmer, you couldn’t think of any else as you were bewitched by the smell”.

Farias is committed to this country and its people. A good part of his literary output has this land and its climate at its heart. This climate which can be very variable: from a rainy day with low clouds and fog rising up the mountains, a silent day without birds, to a bright sunny day, with haze on the horizon above the sea. But what stands out above all else is this rain, this integral part of the landscape, this light rain which is so ours, which starts and never ends, which seems not to be falling, yet which gets into the marrow of our bones. These words of Juan Farias himself thrown together with mine transmit the idea of his way of affirming himself as a Galician. ◆

good many of the stories of Juan Farias recreate his Galicia: a rainy green country, at times so melancholy, at times mildly mad. They are usually set in small fishing villages or hamlets with views of the sea with a few houses and a tiny harbour, settlements with one rich man and poor people, the havenots. The rich man has all the good things but doesn’t want to share despite the fact that he has more than enough. The church, small, old and rather Romanic, is also a school, one of those called Unitarian, and to it go the young lads who sometimes find themselves obliged to go to sea because times are hard and the children of the have-nots start to work at an early age. There’s a

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La Galicia de Juan Farias

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uena parte de las historias de Juan Farias recrean su Galicia: una tierra verde, lluviosa y, a veces, tan melancólica, tan para locuras mansas. Suelen ser pequeños pueblos marineros o aldeas del interior desde las que se ve el mar, con pocas casas y un pequeño puerto. Pueblo de un rico y pobres, gente de poco tener. El rico posee todo lo bueno, pero no quiere compartir, a pesar de que tiene de sobra y más. La iglesia, pequeña, vieja y algo románica, es también escuela, de las que llaman unitarias, y a ella acuden los muchachos

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que a veces se ven obligados a trabajar en el mar porque corren tiempos difíciles y los hijos de las casas de poco pan empiezan a trabajar con muy pocos años. Hay una taberna, donde se dejan caer los hombres al acabar el día con un vaso de vino, una partida de cartas y algo de charla. Los personajes son casi siempre gente pobre que trabaja en el mar, aunque no faltan los que se ganan el pan en otros oficios: labradores, sacristanes, carteros, carpinteros o herreros. En algún caso, los menos, cada vecino tiene una vaca o dos, todos crían un cerdo para la matanza y tienen gallinas. Y, cómo no, también están la «menciñeira», vieja y

transparente al relámpago, la «remediadora», o la «santera», mujeres que saben de unturas y tisanas para curar los males del cuerpo y aliviar los del alma. Y, finalmente, un loco, al que Juan trata con afecto y respeto. En el otro extremo vemos al médico de toda la vida, casi siempre viejo, el cacique, el alcalde nombrado a dedo, rico, poderoso, que como tiene la vara tiene la razón y que espera escuchar a sus súbditos sumisos: «Lo que usted diga, señor alcalde». El cura de sotana, buena persona, poco comprometido, pero sobre todo viejo, tanto como para bautizar a todos los vivos de la parroquia. El maestro, nuevo, pobre, de pana y zuecos, progresista, enseñante de lo oficial y de algunas impertinencias como «todos somos iguales, unos altos, otros bajos, pero todos iguales».

Las mujeres recogen marisco, venden pescado o se ocupan de las labores del campo, además de atender la casa. Pero muchas de estas mujeres son viudas del mar, y el autor pinta con gran dramatismo a la esposa que espera noticias de un naufragio: «el tiempo se le hacía muy largo, minutos de una hora y más, días de un siglo y me quedo corto, que así acontece cuando se espera». La verdadera protagonista de los libros de Farias es la vida cotidiana: los trabajos, las fiestas, la actividad familiar, los acontecimientos de cada día, el nacimiento de un niño, una boda, un entierro, las comidas marineras con las típicas caldeiradas que, «en cuanto empezaban a hervir, ya no te dejaban pensar en otra cosa, que el olor tenía hechizo».

Con este país y sus gentes está Juan comprometido. Buena parte de su producción literaria lleva en su interior esta tierra y su clima, que puede ser muy variado: desde un día de lluvia, de nubes bajas, de nieblas que suben monte arriba, un día sin pájaros, silencioso, hasta un día luminoso, de mucho sol y calima en el horizonte, sobre el mar. Pero destaca sobre todo esa lluvia hermana del paisaje, esa lluvia menuda tan nuestra, que empieza y no acaba, que parece que no cae, que no pasa, pero que se te mete en el tuétano de los huesos. Estas palabras del propio Juan Farias hilvanadas con las mías transmiten la idea de que esta es su manera de autoafirmarse como gallego. ◆

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bar, where the men go at the end of the day for a glass of wine, a game of cards and a bit of conversation. The characters are nearly always poor people who work on the sea, although other those who earn their daily bread in other jobs are not lacking: peasants, sacristans, postmen, carpenters, or blacksmiths. In some cases, the minority, each neighbour has one or two cows and all raise a pig for slaughter and keep hens. And, of course, there is also the “menciñeira”, old and transparent to the lightning flash, the curer or the witch doctor, women who know about ointments and infusions to cure the ills of the body and alleviate those of the soul. And, finally,

there is the village madman who Juan always treats with affection and respect. At the other extreme we see the doctor, almost always old, the local boss, the rich and powerful hand-picked mayor, who is always right because he wields authority and waits to hear his submissive subjects say “Whatever you say, Mr. Mayor”. The cassocked priest, a good person, rather lacking in commitment, but above all old enough to have baptized everybody in the village, and the teacher, new and poor, wearing corduroy trousers and clogs, progressive in outlook, a teacher of the official line but also of some impertinences such as “we are all equal, some high, some low, but all equal”.

The women collect shellfish, sell fish or work in the fields as well as keeping house. But many of these women are sea widows and the author dramatically paints the picture of the wife waiting for news of a shipwreck: “time drags on, minutes which last an hour or more, days a century long, that’s how it is when you are waiting”. The real protagonist of Farias’ books is daily life: work, the fiestas, family activities, the everyday events, the birth of a child, a wedding, a funeral and the sailor’s meals with the typical stews which “once they began to simmer, you couldn’t think of any else as you were bewitched by the smell”.

Farias is committed to this country and its people. A good part of his literary output has this land and its climate at its heart. This climate which can be very variable: from a rainy day with low clouds and fog rising up the mountains, a silent day without birds, to a bright sunny day, with haze on the horizon above the sea. But what stands out above all else is this rain, this integral part of the landscape, this light rain which is so ours, which starts and never ends, which seems not to be falling, yet which gets into the marrow of our bones. These words of Juan Farias himself thrown together with mine transmit the idea of his way of affirming himself as a Galician. ◆

good many of the stories of Juan Farias recreate his Galicia: a rainy green country, at times so melancholy, at times mildly mad. They are usually set in small fishing villages or hamlets with views of the sea with a few houses and a tiny harbour, settlements with one rich man and poor people, the havenots. The rich man has all the good things but doesn’t want to share despite the fact that he has more than enough. The church, small, old and rather Romanic, is also a school, one of those called Unitarian, and to it go the young lads who sometimes find themselves obliged to go to sea because times are hard and the children of the have-nots start to work at an early age. There’s a

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Antonio Ventura

A media voz

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A

la hora de escribir estas palabras sobre la obra de Juan, he recordado —recordar, etimológicamente significa «pasar de nuevo por el corazón»— las sucesivas lecturas de las obras de este escritor, también para niños. Y digo también para niños porque Juan no escribió nunca con esa intención. Ni para adultos tampoco. Yo diría que para nadie, o para él, que es lo mismo, como dice Óscar Tusquets, que «escribir para los dioses». Es desde esa instancia, a mi juicio, desde la que ha escrito y escribe Juan Farias. Sus primeros libros fueron canónicos y con voluntad de estilo. Quizá por ello, sus obras han tenido lectores ideales de muchas edades. Quizá también por ello, los siguientes, los ya

publicados en colecciones infantiles —la razón por la que según Rodari lo son—, han seguido teniendo las altas cualidades estéticas de la buena ficción literaria. Partiré de un libro fundamental, desde mi punto de vista, e invisible durante mucho tiempo: Los niños numerados (Oviedo, 1965). Obra secuestrada por la Censura, y que tardó más de treinta años en volver a publicarse. Este libro ofrece ya muchas de las señas de identidad de una parte de la obra —la más narrativa—, de Juan Farias. La atmósfera que envuelve a los personajes, la aproximación psicológica a los mismos, la construcción paulatina de los distintos arquetipos que cada uno de ellos encarna, el tiempo narrativo y ésos —más abundantes cuando su obra crezca— concisos diálogos, profundamente

A

s I was writing these words on the work of Juan, I remembered – to remember, “recordar” in Spanish, etymologically means “to pass through the heart once again” – my readings and re-readings of his books, also for children. And I say “also for children” because Juan never wrote with this intention. Nor did he write for adults. I would say that he wrote for no-one or for himself, which is the same as “writing for the Gods” as Oscar Tusquets says. It is with this motivation, in my opinion, that Juan Farias wrote and is still writing. His first books were canonical and showed a desire for style. Perhaps also for that reason, the following books, those already published in collections for children – which is precisely why they are classified as children’s books according to Rodari – have maintained the high aesthetic qualities of good literary fiction.

I will start with a fundamental book from my point of view which was unobtainable for many years: Los niños numerados, [The Numbered Children] (Oviedo, 1965), a work hi-jacked by the censor and which took more than thirty years to be republished. This book already presents many of the identity markers of a part, the most narrative part, of Juan Farias’ work: the atmosphere which envelops the characters, the psychological approach to them, the gradual construction of the different archetypes which each of them brings to life, the narrative pace and those concise dialogues so deeply suggestive and more common as his oeuvre grew. This book had its continuation in Los

sugerentes. Un libro que tendrá su continuidad en Los pequeños nazis del 43 (Salamanca, 1987). Si estas dos obras son un perfecto exponente de esa parte de la obra de Farias, Algunos niños, tres perros y más cosas, Premio Nacional de Literatura Infantil en 1980, es la muestra exacta de su otra forma de narrar. La peripecia se hace leve, los señalamientos del narrador casi desaparecen, y el lector se enfrenta a unos personajes, sólo insinuados. Una prosa medida en términos poéticos, en la que el discurso literario se adensa, y en la que lo que se dice es así, por cómo se dice. El cuento «Una cinta azul de dos palmos y pico» es el ejemplo exacto de lo que quiero decir. Las tres heridas de Miguel Hernández —la vida, el amor y la muerte— constituyen la materia prima del universo literario de nuestro autor. Casi podríamos decir que todos los libros de Juan cuentan una

historia de amor, de manera realista en un escenario cotidiano. Un realismo en blanco y negro, casi susurrado al oído del lector. Las pasiones que nos definen como especie —algunas innombrables en la actualidad por la hipocresía de lo políticamente correcto— se ofrecen al lector a través de personajes reales y, ante todo, verdaderos, esta rara cualidad que singulariza a las grandes obras. La ambición, la ternura, la envidia, la lealtad, el amor, la inocencia, la injusticia y la muerte, como razón de la vida que decía José Bergamín, aparecen en las historias que cuenta este autor, a un lector al que siempre termina haciendo cómplice de sus confidencias. Los escenarios son casi siempre los mismos, con excepción de unas pocas obras: la España rural, las más de las veces a la orilla del mar. La época: los tiempos de la posguerra española o los años del desarrollismo.

Los personajes, definidos con la transparencia de una acuarela, tienen una sólida entidad desde el inicio de una peripecia, casi siempre escueta. El autor los va construyendo a través de lo que hacen y dicen; pocas veces se detiene a describirlos o caracterizarlos, pero la realidad es que el lector termina sabiendo perfectamente cómo es cada uno. No siempre los niños son los protagonistas de las historias, pero sí son ellos los que con más ternura son tratados por su creador. Todos y cada uno se nos aparecen verosímiles, nítidos y reales. Pocas veces los pequeños lectores, y los lectores adultos, hemos encontrado un universo literario tan sugerente y verdadero. Un universo que Juan ha ido construyendo con esa vocación de estilo a la que antes me refería al hablar de sus libros canónicos. Un universo literario en el, que como decía Flaubert, el autor debe estar como Dios en la naturaleza: presente en todo él, pero invisible. ◆

pequeños nazis del 43 [The Little Nazis of ’43] (Salamanca, 1987). If these two books are a perfect expression of that part of Juan Farias’ oeuvre, Algunos niños, tres perros y más cosas [Some Children, Three Dogs and More Things], National Prize for Children’s Literature in 1980, is the epitome of his other narrative style. The vicissitudes become lighter, the narrator offers less guidance and the reader is faced with characters which are only outlined. The prose is measured in poetic terms in which the literary elements become denser and in which what is said is so because that is how it is expressed. The story “Una cinta azul de dos palmos y pico” [A Blue Ribbon Just over Two Spans Long] is the perfect illustration of what I mean. The three wounds of Miguel Hernández – life, love and death – constitute the raw material of the literary universe of

our author. We could almost say that all Juan’s books tell a love story in a realistic way in an everyday setting: a black and white realism almost whispered into the ear of the reader. Passions which define us as a species – some of them unnameable at the present time because of the hypocrisy of political correctness – are offered to the reader by means of real and above all lifelike characters, that rare quality which singles out the great works. Ambition, tenderness, loyalty, love, innocence, injustice and death as a reason for life, as José Bergamín used to say, appear in the tales which this author tells to a reader who always ends up being party to his confidences. With the exception of a few works, the settings are nearly always the same: rural Spain, more often than not by the sea. The time frame: post-war or the years of development. The characters, defined with the transparency of watercolours, have a

solidity from the very beginning of the unforeseen change, almost always something stark. The author builds them up through what they do and what they say; very rarely does he stop to describe or characterize them, but the truth is that the reader ends up knowing each of them perfectly. Children are not always the protagonists of the stories but they are always treated with the most tenderness by their creator. Each and every one appears true to life to us, detailed and real. It is very rare for young readers and adult readers to find a literary universe so rich in ideas and so lifelike: a universe that Juan has been building up with his commitment to style to which I referred earlier on speaking of his canonical works, a literary universe in which, as Flaubert said, the author must be like God in nature, omnipresent but invisible. ◆

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Antonio Ventura

A media voz

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la hora de escribir estas palabras sobre la obra de Juan, he recordado —recordar, etimológicamente significa «pasar de nuevo por el corazón»— las sucesivas lecturas de las obras de este escritor, también para niños. Y digo también para niños porque Juan no escribió nunca con esa intención. Ni para adultos tampoco. Yo diría que para nadie, o para él, que es lo mismo, como dice Óscar Tusquets, que «escribir para los dioses». Es desde esa instancia, a mi juicio, desde la que ha escrito y escribe Juan Farias. Sus primeros libros fueron canónicos y con voluntad de estilo. Quizá por ello, sus obras han tenido lectores ideales de muchas edades. Quizá también por ello, los siguientes, los ya

publicados en colecciones infantiles —la razón por la que según Rodari lo son—, han seguido teniendo las altas cualidades estéticas de la buena ficción literaria. Partiré de un libro fundamental, desde mi punto de vista, e invisible durante mucho tiempo: Los niños numerados (Oviedo, 1965). Obra secuestrada por la Censura, y que tardó más de treinta años en volver a publicarse. Este libro ofrece ya muchas de las señas de identidad de una parte de la obra —la más narrativa—, de Juan Farias. La atmósfera que envuelve a los personajes, la aproximación psicológica a los mismos, la construcción paulatina de los distintos arquetipos que cada uno de ellos encarna, el tiempo narrativo y ésos —más abundantes cuando su obra crezca— concisos diálogos, profundamente

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s I was writing these words on the work of Juan, I remembered – to remember, “recordar” in Spanish, etymologically means “to pass through the heart once again” – my readings and re-readings of his books, also for children. And I say “also for children” because Juan never wrote with this intention. Nor did he write for adults. I would say that he wrote for no-one or for himself, which is the same as “writing for the Gods” as Oscar Tusquets says. It is with this motivation, in my opinion, that Juan Farias wrote and is still writing. His first books were canonical and showed a desire for style. Perhaps also for that reason, the following books, those already published in collections for children – which is precisely why they are classified as children’s books according to Rodari – have maintained the high aesthetic qualities of good literary fiction.

I will start with a fundamental book from my point of view which was unobtainable for many years: Los niños numerados, [The Numbered Children] (Oviedo, 1965), a work hi-jacked by the censor and which took more than thirty years to be republished. This book already presents many of the identity markers of a part, the most narrative part, of Juan Farias’ work: the atmosphere which envelops the characters, the psychological approach to them, the gradual construction of the different archetypes which each of them brings to life, the narrative pace and those concise dialogues so deeply suggestive and more common as his oeuvre grew. This book had its continuation in Los

sugerentes. Un libro que tendrá su continuidad en Los pequeños nazis del 43 (Salamanca, 1987). Si estas dos obras son un perfecto exponente de esa parte de la obra de Farias, Algunos niños, tres perros y más cosas, Premio Nacional de Literatura Infantil en 1980, es la muestra exacta de su otra forma de narrar. La peripecia se hace leve, los señalamientos del narrador casi desaparecen, y el lector se enfrenta a unos personajes, sólo insinuados. Una prosa medida en términos poéticos, en la que el discurso literario se adensa, y en la que lo que se dice es así, por cómo se dice. El cuento «Una cinta azul de dos palmos y pico» es el ejemplo exacto de lo que quiero decir. Las tres heridas de Miguel Hernández —la vida, el amor y la muerte— constituyen la materia prima del universo literario de nuestro autor. Casi podríamos decir que todos los libros de Juan cuentan una

historia de amor, de manera realista en un escenario cotidiano. Un realismo en blanco y negro, casi susurrado al oído del lector. Las pasiones que nos definen como especie —algunas innombrables en la actualidad por la hipocresía de lo políticamente correcto— se ofrecen al lector a través de personajes reales y, ante todo, verdaderos, esta rara cualidad que singulariza a las grandes obras. La ambición, la ternura, la envidia, la lealtad, el amor, la inocencia, la injusticia y la muerte, como razón de la vida que decía José Bergamín, aparecen en las historias que cuenta este autor, a un lector al que siempre termina haciendo cómplice de sus confidencias. Los escenarios son casi siempre los mismos, con excepción de unas pocas obras: la España rural, las más de las veces a la orilla del mar. La época: los tiempos de la posguerra española o los años del desarrollismo.

Los personajes, definidos con la transparencia de una acuarela, tienen una sólida entidad desde el inicio de una peripecia, casi siempre escueta. El autor los va construyendo a través de lo que hacen y dicen; pocas veces se detiene a describirlos o caracterizarlos, pero la realidad es que el lector termina sabiendo perfectamente cómo es cada uno. No siempre los niños son los protagonistas de las historias, pero sí son ellos los que con más ternura son tratados por su creador. Todos y cada uno se nos aparecen verosímiles, nítidos y reales. Pocas veces los pequeños lectores, y los lectores adultos, hemos encontrado un universo literario tan sugerente y verdadero. Un universo que Juan ha ido construyendo con esa vocación de estilo a la que antes me refería al hablar de sus libros canónicos. Un universo literario en el, que como decía Flaubert, el autor debe estar como Dios en la naturaleza: presente en todo él, pero invisible. ◆

pequeños nazis del 43 [The Little Nazis of ’43] (Salamanca, 1987). If these two books are a perfect expression of that part of Juan Farias’ oeuvre, Algunos niños, tres perros y más cosas [Some Children, Three Dogs and More Things], National Prize for Children’s Literature in 1980, is the epitome of his other narrative style. The vicissitudes become lighter, the narrator offers less guidance and the reader is faced with characters which are only outlined. The prose is measured in poetic terms in which the literary elements become denser and in which what is said is so because that is how it is expressed. The story “Una cinta azul de dos palmos y pico” [A Blue Ribbon Just over Two Spans Long] is the perfect illustration of what I mean. The three wounds of Miguel Hernández – life, love and death – constitute the raw material of the literary universe of

our author. We could almost say that all Juan’s books tell a love story in a realistic way in an everyday setting: a black and white realism almost whispered into the ear of the reader. Passions which define us as a species – some of them unnameable at the present time because of the hypocrisy of political correctness – are offered to the reader by means of real and above all lifelike characters, that rare quality which singles out the great works. Ambition, tenderness, loyalty, love, innocence, injustice and death as a reason for life, as José Bergamín used to say, appear in the tales which this author tells to a reader who always ends up being party to his confidences. With the exception of a few works, the settings are nearly always the same: rural Spain, more often than not by the sea. The time frame: post-war or the years of development. The characters, defined with the transparency of watercolours, have a

solidity from the very beginning of the unforeseen change, almost always something stark. The author builds them up through what they do and what they say; very rarely does he stop to describe or characterize them, but the truth is that the reader ends up knowing each of them perfectly. Children are not always the protagonists of the stories but they are always treated with the most tenderness by their creator. Each and every one appears true to life to us, detailed and real. It is very rare for young readers and adult readers to find a literary universe so rich in ideas and so lifelike: a universe that Juan has been building up with his commitment to style to which I referred earlier on speaking of his canonical works, a literary universe in which, as Flaubert said, the author must be like God in nature, omnipresent but invisible. ◆

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Xabier P. DoCampo

Juan Farias, la saudade del Mar «Un escritor se mide frente al mar» Manuel Vicent

Ilustraciones de Xosé Cobas para las obras Gallego a la orilla del mar (FCE) y La posada del séptimo día (Everest). (Páginas 14 y 15)

Juan Farias, the Solitude of the Sea “A writer measures himself against the sea” Manuel Vicent

Illustrations by Xosé Cobas for the books Gallego a la orilla del mar (FCE) and La posada del séptimo día (Everest). (Pages 14 and 15)

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C

onviene, y mucho, la frase de Vicent a Juan Farias, quien en 1985 escribía: «Yo quería escribir un libro de aventuras en la mar. Tenía algunas ideas y también recuerdos de cuando fui marinero en un barco de vela. Compré algunas libretas y lápices. Me fui a una aldea de pescadores, alquilé una casa cerca de la playa y empecé a escribir la aventura de un niño que se iba de polizón en un barco.» (El guardián del silencio)

T

he phrase wrote by Vicent is very apt to what Juan Farias wrote in 1985: “I wanted to write a sea adventure. I had some ideas and also some memories of when I was a sailor in a sailing ship. I bought some notebooks and some pencils. I went to a fishing village, I rented a house near the beach and I began to write the adventures of a boy who was a stowaway on a boat.” (El guardián del silencio) The sea in the work of JF is the sea from the perspective of sea-folk. It is for this reason that he usually calls it the sea

El mar en la obra de JF es un mar desde la gente del mar. Es por eso que suele llamarle la mar. No es una obra de agua y olas como adorno de una literatura de cohetería, es una obra de agua salada, de marejadas, de carne humana.

Es un mar conocido, no se trata de un mar genérico, la mar océana, que decían los clásicos para referirse a todo el mar, no. Juan habla de un mar que está ahí, en las costas de su Galicia, más concretamente el del noroeste. Para tenerlo, Juan clava los pies en cualquier lugar de esa costa, la que va desde Punta Coitelada hasta Punta Miranda y, pasado el canal de la isla, traza un arco desde Sardiñeiro a la Punta de Camouco, para, así, acabar al abrigo de las tabernas del puerto Redes. Los caminos de Juan son caminos de la beiramar entre tojeras y playas, para divisar con los ojos del alma rutas de sal y de aire, que convierten los corazones de los hombres una víscera muy especial, en aquéllos que llevan salitre en la sangre de sus venas. JF también nos habla del mar que se ve desde tierra, un mar que se sueña, que se crea para con él construir la vida, porque son las historias las que insuflan verdad a la vida, las que hacen de ella un trayecto que

se transita tantas veces en las alas de los sueños y de los pensamientos atravesados por los deseos más íntimos. «Vieron la mar por primera vez y Andrés dijo: ‘Es como una gran sorpresa. Tiene que estar lleno de historias que jamás ha contado nadie.’ ‘Yo también he leído eso en algún libro’, dijo Marta.» (El niño que vino en el viento). Un mar que está vivo, que tiene alma y siente: «No mires así a la mar, rapaciña, que la enamoras. Marola se puso colorada. ‘Que sí’, sonrió Pedro, ‘que la mar no es cosa, que la mar es alguien y le gustan las pelirrojas.’» (Los caminos de la luna). Un mar que es luz: «La mar es de muchos colores y no se está quieta.» (Un tiesto lleno de lápices), o es la idealización infantil que lo convierte en escenario de un mundo de sueños y de fantasías:

«Pedro cogió su caja de colores, su cuaderno de dibujo y dibujó la mar. Y en la mar dibujó un barco de vela. Y en el barco, un capitán pirata, con una pata de palo y un loro encima del hombro, que perdía la paciencia porque no habia enemigo a la vista.» (Un cesto lleno de palabras). Pero también es lugar de trabajo y de sustento, el lugar en donde mueren las fantasías que lo idealizan: «Empecé a dudar que hubiese piratas y ballenas, naufragios e islas desiertas. Los marineros no eran tipos raros, bebedores de ron, morenos y casi todos con el nombre de una mujer tatuado en el brazo. Ninguno llevaba un aro en la oreja. Ninguno decía: ‘En Port Said espera por mí una bella mujer. Sus ojos son tan claros como las noches del desierto.’ Los hombres de aquel barco, que eran seis si no contamos al capitán, sólo querían hacer algún dinero, volver a casa, tierra adentro,

with the feminine article. His are not works which contain water and waves as a decoration for pyrotechnical literature, they are works of salt water, of tides, of human flesh. It is a known sea not a generic one as referred to in classic literature, usually referred to as the earth ocean. No, Juan talks of a sea which is there on his Galician coast, the NW coast to be more exact. To possess it, Juan anchors his feet in any place on this coast which goes from Point Coitelada to Point Miranda and once having passed the channel of the island, draws an arc from Sardiñeiro

to Camouco Point in order to finish in the shelter of the taverns of the port of Redes. The ways of Juan are ways of the seashore between gorse bushes and beaches to make out with the eyes of our soul the routes of salt and of air which harden the hearts of those men who carry salt in the blood of their veins. JF also speaks to us of the sea as seen from the land, a sea that we dream about, that is created to help us build a life because it is stories which breathe truth into life, which make of it a route which is travelled so many times on the wings of dreams and of thoughts full of the most intimate desires. “They caught sight of the sea for the first time and Andrés said: ‘It is like a great big surprise. It must be full of stories which have never been told.’ ‘I, too, have read that in some book,’ said Marta.” (El niño que vino en el viento) A sea which is alive, which has a soul and feelings:

“‘Don’t look at the sea like that, greedy, you’ll make it fall in love with you’. Marola blushed. ‘It’s true’, smiled Pedro, ‘the sea is not a thing, it’s a person and it goes for redheads’.” (Los caminos de la luna). A sea which is the light: “The sea is of many colours and it is never still” (Un tiesto lleno de lápices), or it is the infantile idealization which converts it into the scene of a world of dreams and fantasies: “Pedro picked up his colours, his sketch book and drew the sea. And on the sea he drew a sailing boat. And in the boat a pirate captain, with a peg leg and a parrot on his shoulder, who lost his patience because there was not an enemy in sight.” (Un cesto lleno de palabras). But it is also a place of work and a means of sustenance, a place where the fantasies which idealise it die:

“I began to doubt if there were pirates, whales, shipwrecks and desert islands. Sailors were not strange characters, rum-drinkers, tanned and almost all with a woman’s name tattooed on their arms. Not one of them had a ring in his ear. None of them said: ‘A beautiful woman is waiting for me in Port Said. Her eyes are as blue as the desert nights.’ The men from that ship – there were six of them not counting the captain – only wanted to earn money, return inland, buy a cow and wait for it to give birth in order to have two.” (El barco de los peregrinos). A sea which is the mirror of the suffering of death and of absence. The wives, “widows of the living and the dead”, of the sailors who left every day warned by death, that greatest of all absences, waiting for them at every sunset: “It was a long walk to the Verlas Venir rock, the place where the women met up the

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Juan Farias, la saudade del Mar «Un escritor se mide frente al mar» Manuel Vicent

Ilustraciones de Xosé Cobas para las obras Gallego a la orilla del mar (FCE) y La posada del séptimo día (Everest). (Páginas 14 y 15)

Juan Farias, the Solitude of the Sea “A writer measures himself against the sea” Manuel Vicent

Illustrations by Xosé Cobas for the books Gallego a la orilla del mar (FCE) and La posada del séptimo día (Everest). (Pages 14 and 15)

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onviene, y mucho, la frase de Vicent a Juan Farias, quien en 1985 escribía: «Yo quería escribir un libro de aventuras en la mar. Tenía algunas ideas y también recuerdos de cuando fui marinero en un barco de vela. Compré algunas libretas y lápices. Me fui a una aldea de pescadores, alquilé una casa cerca de la playa y empecé a escribir la aventura de un niño que se iba de polizón en un barco.» (El guardián del silencio)

T

he phrase wrote by Vicent is very apt to what Juan Farias wrote in 1985: “I wanted to write a sea adventure. I had some ideas and also some memories of when I was a sailor in a sailing ship. I bought some notebooks and some pencils. I went to a fishing village, I rented a house near the beach and I began to write the adventures of a boy who was a stowaway on a boat.” (El guardián del silencio) The sea in the work of JF is the sea from the perspective of sea-folk. It is for this reason that he usually calls it the sea

El mar en la obra de JF es un mar desde la gente del mar. Es por eso que suele llamarle la mar. No es una obra de agua y olas como adorno de una literatura de cohetería, es una obra de agua salada, de marejadas, de carne humana.

Es un mar conocido, no se trata de un mar genérico, la mar océana, que decían los clásicos para referirse a todo el mar, no. Juan habla de un mar que está ahí, en las costas de su Galicia, más concretamente el del noroeste. Para tenerlo, Juan clava los pies en cualquier lugar de esa costa, la que va desde Punta Coitelada hasta Punta Miranda y, pasado el canal de la isla, traza un arco desde Sardiñeiro a la Punta de Camouco, para, así, acabar al abrigo de las tabernas del puerto Redes. Los caminos de Juan son caminos de la beiramar entre tojeras y playas, para divisar con los ojos del alma rutas de sal y de aire, que convierten los corazones de los hombres una víscera muy especial, en aquéllos que llevan salitre en la sangre de sus venas. JF también nos habla del mar que se ve desde tierra, un mar que se sueña, que se crea para con él construir la vida, porque son las historias las que insuflan verdad a la vida, las que hacen de ella un trayecto que

se transita tantas veces en las alas de los sueños y de los pensamientos atravesados por los deseos más íntimos. «Vieron la mar por primera vez y Andrés dijo: ‘Es como una gran sorpresa. Tiene que estar lleno de historias que jamás ha contado nadie.’ ‘Yo también he leído eso en algún libro’, dijo Marta.» (El niño que vino en el viento). Un mar que está vivo, que tiene alma y siente: «No mires así a la mar, rapaciña, que la enamoras. Marola se puso colorada. ‘Que sí’, sonrió Pedro, ‘que la mar no es cosa, que la mar es alguien y le gustan las pelirrojas.’» (Los caminos de la luna). Un mar que es luz: «La mar es de muchos colores y no se está quieta.» (Un tiesto lleno de lápices), o es la idealización infantil que lo convierte en escenario de un mundo de sueños y de fantasías:

«Pedro cogió su caja de colores, su cuaderno de dibujo y dibujó la mar. Y en la mar dibujó un barco de vela. Y en el barco, un capitán pirata, con una pata de palo y un loro encima del hombro, que perdía la paciencia porque no habia enemigo a la vista.» (Un cesto lleno de palabras). Pero también es lugar de trabajo y de sustento, el lugar en donde mueren las fantasías que lo idealizan: «Empecé a dudar que hubiese piratas y ballenas, naufragios e islas desiertas. Los marineros no eran tipos raros, bebedores de ron, morenos y casi todos con el nombre de una mujer tatuado en el brazo. Ninguno llevaba un aro en la oreja. Ninguno decía: ‘En Port Said espera por mí una bella mujer. Sus ojos son tan claros como las noches del desierto.’ Los hombres de aquel barco, que eran seis si no contamos al capitán, sólo querían hacer algún dinero, volver a casa, tierra adentro,

with the feminine article. His are not works which contain water and waves as a decoration for pyrotechnical literature, they are works of salt water, of tides, of human flesh. It is a known sea not a generic one as referred to in classic literature, usually referred to as the earth ocean. No, Juan talks of a sea which is there on his Galician coast, the NW coast to be more exact. To possess it, Juan anchors his feet in any place on this coast which goes from Point Coitelada to Point Miranda and once having passed the channel of the island, draws an arc from Sardiñeiro

to Camouco Point in order to finish in the shelter of the taverns of the port of Redes. The ways of Juan are ways of the seashore between gorse bushes and beaches to make out with the eyes of our soul the routes of salt and of air which harden the hearts of those men who carry salt in the blood of their veins. JF also speaks to us of the sea as seen from the land, a sea that we dream about, that is created to help us build a life because it is stories which breathe truth into life, which make of it a route which is travelled so many times on the wings of dreams and of thoughts full of the most intimate desires. “They caught sight of the sea for the first time and Andrés said: ‘It is like a great big surprise. It must be full of stories which have never been told.’ ‘I, too, have read that in some book,’ said Marta.” (El niño que vino en el viento) A sea which is alive, which has a soul and feelings:

“‘Don’t look at the sea like that, greedy, you’ll make it fall in love with you’. Marola blushed. ‘It’s true’, smiled Pedro, ‘the sea is not a thing, it’s a person and it goes for redheads’.” (Los caminos de la luna). A sea which is the light: “The sea is of many colours and it is never still” (Un tiesto lleno de lápices), or it is the infantile idealization which converts it into the scene of a world of dreams and fantasies: “Pedro picked up his colours, his sketch book and drew the sea. And on the sea he drew a sailing boat. And in the boat a pirate captain, with a peg leg and a parrot on his shoulder, who lost his patience because there was not an enemy in sight.” (Un cesto lleno de palabras). But it is also a place of work and a means of sustenance, a place where the fantasies which idealise it die:

“I began to doubt if there were pirates, whales, shipwrecks and desert islands. Sailors were not strange characters, rum-drinkers, tanned and almost all with a woman’s name tattooed on their arms. Not one of them had a ring in his ear. None of them said: ‘A beautiful woman is waiting for me in Port Said. Her eyes are as blue as the desert nights.’ The men from that ship – there were six of them not counting the captain – only wanted to earn money, return inland, buy a cow and wait for it to give birth in order to have two.” (El barco de los peregrinos). A sea which is the mirror of the suffering of death and of absence. The wives, “widows of the living and the dead”, of the sailors who left every day warned by death, that greatest of all absences, waiting for them at every sunset: “It was a long walk to the Verlas Venir rock, the place where the women met up the

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comprarse una vaca y esperar que pariese para así tener dos.” (El barco de los peregrinos). Un mar que es espejo del sufrimiento por la muerte, por la ausencia. Las mujeres, “viúvas de vivos e mortos”, de los marineros que marchan cada jornada avisados por la muerte, la más grande de las ausencias, los aguardan cada puesta del sol: «El paseo era largo, hasta la Roca de Verlas Venir, el sitio en donde las noches de galerna se reunían las mujeres a contar las embarcaciones que habían ganado puerto y las que aún faltaban.» (El niño que vino con el viento). Y el mar, ese camino que conduce a todas partes, que tiene todas las direcciones de la Estrella de los Vientos (un nombre que parece inventado por Juan), porque los caminos del mar son caminos de viento, son veredas escritas por el aire en la superficie del mar, acabará por conducir todos los barcos a su varamiento. Juan Farias acomete esta circunstancia con la fuerza hercúlea de

strong windy days to count the boats which made it back to port and those which failed to make it.” (El niño que vino con el viento). And the sea, this path which leads everywhere, which has all the directions of the “Star of the Winds” (a name which was apparently invented by Juan), because the ways of the sea are the paths of the wind, are paths written by the air on the surface of the sea, will end up leading every boat to be washed up on the beach. Juan Farias attacks this circumstance with the Herculean force of his literary

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su fe literaria. Armado del instrumento de la poética del desamparo final, como un eco de la más bella poesía mística, nos va dibujando a los viejos marineros y a sus embarcaciones, varados ambos, a merced de los temporales que los van desarbolando lentamente y sin piedad, como un paraíso, no perdido, sino abandonado: «La buceta en seco, en la arena, comenzó a morir. Los barcos en seco mueren mal. [...] O Rapaciño, una mañana, ya comenzado el invierno, el día de san no sé qué, tomó un hacha, un puñado de castañas y algo de vino, bajó a la playa y deshizo la buceta, amontonó los pedazos, les puso fuego, y en las brasas asó las castañas, calentó el vino.» (Gallego).

Juan Farias nació y vive habitado por la memoria del mar, pero también habita el mar de las historias, que es como llamó Salman Rushdie al tan amado Harum Al-Rachid. Y si se me permite la licencia de autocitarme, escribí en algún lugar la historia de un rey al que se le había metido todo el mar en la cabeza, pero Juan Farias tiene su corazón anegado por el mar y en él caben los mares del planeta entero, que, como muy bien es sabido, confluyen todos en la ría de Ares. ◆

faith. Armed with the poetical instrument of the final abandonment, like an echo of the most beautiful mystical poetry, he goes on drawing a picture of the old sea dogs and their boats, both beached, at the mercy of the storms which slowly and pitilessly dismast them, like a paradise, not lost but abandoned: “The little boat out of water, in the sand, began to die. Boats, out of the water, die a bad death. […] ‘Rapaciño’, one morning, with the winter already begun, the day of some saint or other, took an axe, a fistful of chestnuts and some wine, went down to the

beach and smashed up the little boat, piled up the pieces and set fire to them and in the embers he roasted the chestnuts and warmed the wine.” (Gallego). Juan Farias was born and lived filled with the memory of the sea, but he also lived in the sea of stories, which is how Salman Rushdie called his beloved Haroun Al-Rashid. And if you will allow me to quote myself, I wrote somewhere the story of a king whose head had been filled up by the sea, but Juan Farias had his heart filled with the sea and in his heart there is enough room for all the seas of the planet, which as is well known, flow together into the ría of Ares. ◆


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comprarse una vaca y esperar que pariese para así tener dos.” (El barco de los peregrinos). Un mar que es espejo del sufrimiento por la muerte, por la ausencia. Las mujeres, “viúvas de vivos e mortos”, de los marineros que marchan cada jornada avisados por la muerte, la más grande de las ausencias, los aguardan cada puesta del sol: «El paseo era largo, hasta la Roca de Verlas Venir, el sitio en donde las noches de galerna se reunían las mujeres a contar las embarcaciones que habían ganado puerto y las que aún faltaban.» (El niño que vino con el viento). Y el mar, ese camino que conduce a todas partes, que tiene todas las direcciones de la Estrella de los Vientos (un nombre que parece inventado por Juan), porque los caminos del mar son caminos de viento, son veredas escritas por el aire en la superficie del mar, acabará por conducir todos los barcos a su varamiento. Juan Farias acomete esta circunstancia con la fuerza hercúlea de

strong windy days to count the boats which made it back to port and those which failed to make it.” (El niño que vino con el viento). And the sea, this path which leads everywhere, which has all the directions of the “Star of the Winds” (a name which was apparently invented by Juan), because the ways of the sea are the paths of the wind, are paths written by the air on the surface of the sea, will end up leading every boat to be washed up on the beach. Juan Farias attacks this circumstance with the Herculean force of his literary

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su fe literaria. Armado del instrumento de la poética del desamparo final, como un eco de la más bella poesía mística, nos va dibujando a los viejos marineros y a sus embarcaciones, varados ambos, a merced de los temporales que los van desarbolando lentamente y sin piedad, como un paraíso, no perdido, sino abandonado: «La buceta en seco, en la arena, comenzó a morir. Los barcos en seco mueren mal. [...] O Rapaciño, una mañana, ya comenzado el invierno, el día de san no sé qué, tomó un hacha, un puñado de castañas y algo de vino, bajó a la playa y deshizo la buceta, amontonó los pedazos, les puso fuego, y en las brasas asó las castañas, calentó el vino.» (Gallego).

Juan Farias nació y vive habitado por la memoria del mar, pero también habita el mar de las historias, que es como llamó Salman Rushdie al tan amado Harum Al-Rachid. Y si se me permite la licencia de autocitarme, escribí en algún lugar la historia de un rey al que se le había metido todo el mar en la cabeza, pero Juan Farias tiene su corazón anegado por el mar y en él caben los mares del planeta entero, que, como muy bien es sabido, confluyen todos en la ría de Ares. ◆

faith. Armed with the poetical instrument of the final abandonment, like an echo of the most beautiful mystical poetry, he goes on drawing a picture of the old sea dogs and their boats, both beached, at the mercy of the storms which slowly and pitilessly dismast them, like a paradise, not lost but abandoned: “The little boat out of water, in the sand, began to die. Boats, out of the water, die a bad death. […] ‘Rapaciño’, one morning, with the winter already begun, the day of some saint or other, took an axe, a fistful of chestnuts and some wine, went down to the

beach and smashed up the little boat, piled up the pieces and set fire to them and in the embers he roasted the chestnuts and warmed the wine.” (Gallego). Juan Farias was born and lived filled with the memory of the sea, but he also lived in the sea of stories, which is how Salman Rushdie called his beloved Haroun Al-Rashid. And if you will allow me to quote myself, I wrote somewhere the story of a king whose head had been filled up by the sea, but Juan Farias had his heart filled with the sea and in his heart there is enough room for all the seas of the planet, which as is well known, flow together into the ría of Ares. ◆


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25/3/09

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Los mil caracteres del abecedario The thousand letters of the alphabet

No llegan a treinta y trabajan día y noche los trescientos sesenta y cinco días del año, desde hace siglos y más siglos. Humildemente, estas veintisiete letras son los duendes que nos proporcionan la llave para adentrarnos en una literatura a la que amamos con la fascinación de saber que está preñada de futuro y que sus hijos e hijas mantendrán en vilo nuestros sentimientos más íntimos.

There are less than thirty of them and they have worked day and night, three hundred and sixty-five days of the year for century after century. Humbly, these 26 letters are the goblins who give us the key to get into a literature which we love with the fascination of knowing that it is suggestive of the future and that its sons and daughters will keep our most intimate feelings unresolved.

Teresa Duran


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Los mil caracteres del abecedario The thousand letters of the alphabet

No llegan a treinta y trabajan día y noche los trescientos sesenta y cinco días del año, desde hace siglos y más siglos. Humildemente, estas veintisiete letras son los duendes que nos proporcionan la llave para adentrarnos en una literatura a la que amamos con la fascinación de saber que está preñada de futuro y que sus hijos e hijas mantendrán en vilo nuestros sentimientos más íntimos.

There are less than thirty of them and they have worked day and night, three hundred and sixty-five days of the year for century after century. Humbly, these 26 letters are the goblins who give us the key to get into a literature which we love with the fascination of knowing that it is suggestive of the future and that its sons and daughters will keep our most intimate feelings unresolved.

Teresa Duran


A

veces, el lector empedernido, se entretiene en pensar cuáles son los textos fundamentales de la literatura. Y pugnan en su mente canónica los títulos de Cervantes, Neruda, Stevenson, Shakespeare, Molière… Pero rara vez atina el lector en detener su atención en aquel libro tan básico como probablemente olvidado en su memoria que es el libro abecedario, sin el cual la lectura de cualquier otro libro sería imposible. Los abecedarios son una tipología de libros reputadamente infantil, porque vieron la luz con la intención didáctica de mostrar las letras a los más pequeños, aunque no por ello se trataba de publicaciones necesariamente escolares. Desde la época medieval hasta el siglo xviii, lo que acostumbra a caracterizar estas cartillas es el maridaje de letras iniciales con rimas sencillas,

S

ometimes the voracious reader might find a little entertainment considering what the fundamental texts of literature are. And the titles of works by Cervantes, Neruda, Stevenson, Shakespeare and Molière and so on struggle in his or her conservative mind. But very rarely will the reader hit upon turning his or her attention to such a basic book, probably languishing in his or her memory, as an alphabet book, without which reading any other book would be impossible. Alphabet books are a genre of books ostensibly for children because they saw the light of day with the didactic intention of introducing the youngest readers to the letters although this does not necessarily make them school texts. From medieval times until the 18th Century these primers usually paired the initial letter with simple poems, often rather in the style of a catechism. The poem had the purpose of reinforcing learning but it was Comenius who realised that an image made associating letter and concept much easier

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a menudo de tipo catequístico. La rima tenía la misión de reforzar el aprendizaje, pero fue Comenius quien se percató de que una imagen permitía asociar letra y concepto mucho mejor que un ripio, dando pie al Orbis Pictus en 1658. Y desde entonces hubo un proliferar de letras, rimas y grabados que, con mayor o menor fortuna, enseñaron a leer a Goethe o a Dickens, al pueblo llano o al rey. Podrían citarse como ejemplos que marcan hito en la incesable circunvalación del aprendizaje lector de todos los tiempos y lugares el Neues ABC Buch, del filósofo alemán Karl Philipp Moritz (1790), recientemente versionado por Wolf Erlbruch, cuyas simples xilografías originales eran muy parecidas a las del Alphabet républicain (año II de la República, o sea, 1794) a pesar de reflejar ideologías radicalmente opuestas. A partir del xix, los abecedarios adoctrinan menos y divierten más. Un buen punto de partida sería el A Apple Pie de la ilustradora Kate Greenaway (1886) que algunos consideran la piedra fun-

than empty words, giving rise to Orbis Pictus in 1658. Since then there has been a proliferation of letters, poems and illustrations which more or less effectively taught Goethe or Dickens, the plain people or the king to read. It’s possible to cite as an example which was a milestone on the never-ending journey of learning to be a reader in all times and places the Neues ABC Buch by the German philosopher Karl Philipp Moritz (1790) recently revised by Wolf Erlbruch, whose original simple wood engravings were very similar to those of the Alphabet républicain (second year of the Republic, that is to say 1794) despite the fact that they reflect radically opposed ideologies.

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piedra fundamental del álbum, por la primacía de la ilustración sobre el texto. Pero será a partir del siglo XX cuando los abecedarios se dedicarán a exhibir el potencial lúdico de su contenido, como fue el caso del Abecedari Català per a nens, de Xavier Nogués, editado por el poeta Joan SalvatPapasseit en 1920. Es en la actualidad, cuando los abecedarios presentan unas características que nada tienen que ver con las señas de identidad con las que nacieron, y que los convierten más en un objeto estético para usuarios de todas las edades. El triunfo de la imagen obliga a reconocer que, en el día de hoy, las letras se han convertido sólo en un pretexto para que los ilustradores creen un mosaico gráfico en muchas ocasiones de alto valor plástico. Por todo ello considerábamos que Bloc debía dedicar uno de sus números a este género de libro literalmente primordial. Nuestro abecedario no tiene intención canónica, en él aparecen ilustradoras e ilustradores españoles y latinoamericanos representativos todos ellos del panorama de la ilustración infantil contemporánea. Bien podrí-

an ser éstos u otros o, lo que es lo mismo, son todos los que están, pero no están todos los que son. Y, digámoslo claramente: el pretexto para juntar a estos creadores ha sido un grupo de personajes de la denominada literatura infantil, unos más universales que otros, algunos de ellos arquetipos de los cuentos populares, otros extraídos de libros sin edad, más aquellos que proceden de los denominados clásicos juveniles. Efectivamente se trata de una nómina híbrida o mestiza, pues toda selección es parcial, sin duda, y también porque mientras la M, la J o la P rebosaban de nombres propios protagonizando caracteres de mucha enjundia, se advertía una ausencia pavorosa de personajes cuya inicial fuese la U o la X; arbitrario misterio que sólo será posible desentrañar el día en que algún paciente investigador (que bien podría llamarse Daniel Nesquens o Gloria Sánchez) averigüe por qué la T tiene que ir forzosamente después de la S, o la C antes de la D, siguiendo una ley no explicitada jamás que, en definitiva, ha impuesto el orden en nuestro mundo de lectores. ◆

From the 19th Century on, alphabet books indoctrinate less and entertain more. A good starting point would be A Apple Pie by the illustrator Kate Greenaway (1886) which some consider to be the keystone of the picture book because of the primacy of the illustrations over the text. But it is in the 20th century when the alphabet books dedicate themselves to the playful potential of their contents, as is the case with the Abecedari Català per a nens (Catalan Alphabet for Children) by Xavier Nogués, edited by the poet Joan Salvat-Papasseit in 1920. Present day alphabet books have characteristics which have nothing in common with those of their originators and which turn them into more of an object of aesthetic appreciation for readers of all ages. The triumph of the image forces us to admit that nowadays the letters have become a mere pretext for the illustrators to create a graphic mosaic often of high artistic value. For this reason we considered that Bloc ought to dedicate one of its issues to this literally primordial genre. Our A-Z has no prescriptive intention; in it Spanish and Latin American illustrators

representative of the whole gamut of contemporary illustration for children appear. It could well have been these or others, or what is the same, all those to be found here are illustrators but not all illustrators will be found here. To put it clearly: the pretext for bringing together these artists has been a group of characters from what is classified as children’s literature, some characters more universal than others, some of them archetypes from popular tales others taken from ageless books and still others who come from the so-called children’s classics. In effect it is a hybrid line-up because, doubtlessly, any selection is partial, and also because while there is a plethora of substantial protagonists beginning with M, J or P, there is a frightening dearth of characters beginning with U or X; this is a random mystery which it will only be possible to unravel when some patient investigator (who might well be called Daniel Nesquens or Gloría Sánchez) finds out why the T absolutely has to come after the S, or the C before the D, following a rule which has never been explained explicitly which, it has to said, has imposed order in our world of readers. ◆


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piedra fundamental del álbum, por la primacía de la ilustración sobre el texto. Pero será a partir del siglo XX cuando los abecedarios se dedicarán a exhibir el potencial lúdico de su contenido, como fue el caso del Abecedari Català per a nens, de Xavier Nogués, editado por el poeta Joan SalvatPapasseit en 1920. Es en la actualidad, cuando los abecedarios presentan unas características que nada tienen que ver con las señas de identidad con las que nacieron, y que los convierten más en un objeto estético para usuarios de todas las edades. El triunfo de la imagen obliga a reconocer que, en el día de hoy, las letras se han convertido sólo en un pretexto para que los ilustradores creen un mosaico gráfico en muchas ocasiones de alto valor plástico. Por todo ello considerábamos que Bloc debía dedicar uno de sus números a este género de libro literalmente primordial. Nuestro abecedario no tiene intención canónica, en él aparecen ilustradoras e ilustradores españoles y latinoamericanos representativos todos ellos del panorama de la ilustración infantil contemporánea. Bien podrí-

an ser éstos u otros o, lo que es lo mismo, son todos los que están, pero no están todos los que son. Y, digámoslo claramente: el pretexto para juntar a estos creadores ha sido un grupo de personajes de la denominada literatura infantil, unos más universales que otros, algunos de ellos arquetipos de los cuentos populares, otros extraídos de libros sin edad, más aquellos que proceden de los denominados clásicos juveniles. Efectivamente se trata de una nómina híbrida o mestiza, pues toda selección es parcial, sin duda, y también porque mientras la M, la J o la P rebosaban de nombres propios protagonizando caracteres de mucha enjundia, se advertía una ausencia pavorosa de personajes cuya inicial fuese la U o la X; arbitrario misterio que sólo será posible desentrañar el día en que algún paciente investigador (que bien podría llamarse Daniel Nesquens o Gloria Sánchez) averigüe por qué la T tiene que ir forzosamente después de la S, o la C antes de la D, siguiendo una ley no explicitada jamás que, en definitiva, ha impuesto el orden en nuestro mundo de lectores. ◆

From the 19th Century on, alphabet books indoctrinate less and entertain more. A good starting point would be A Apple Pie by the illustrator Kate Greenaway (1886) which some consider to be the keystone of the picture book because of the primacy of the illustrations over the text. But it is in the 20th century when the alphabet books dedicate themselves to the playful potential of their contents, as is the case with the Abecedari Català per a nens (Catalan Alphabet for Children) by Xavier Nogués, edited by the poet Joan Salvat-Papasseit in 1920. Present day alphabet books have characteristics which have nothing in common with those of their originators and which turn them into more of an object of aesthetic appreciation for readers of all ages. The triumph of the image forces us to admit that nowadays the letters have become a mere pretext for the illustrators to create a graphic mosaic often of high artistic value. For this reason we considered that Bloc ought to dedicate one of its issues to this literally primordial genre. Our A-Z has no prescriptive intention; in it Spanish and Latin American illustrators

representative of the whole gamut of contemporary illustration for children appear. It could well have been these or others, or what is the same, all those to be found here are illustrators but not all illustrators will be found here. To put it clearly: the pretext for bringing together these artists has been a group of characters from what is classified as children’s literature, some characters more universal than others, some of them archetypes from popular tales others taken from ageless books and still others who come from the so-called children’s classics. In effect it is a hybrid line-up because, doubtlessly, any selection is partial, and also because while there is a plethora of substantial protagonists beginning with M, J or P, there is a frightening dearth of characters beginning with U or X; this is a random mystery which it will only be possible to unravel when some patient investigator (who might well be called Daniel Nesquens or Gloría Sánchez) finds out why the T absolutely has to come after the S, or the C before the D, following a rule which has never been explained explicitly which, it has to said, has imposed order in our world of readers. ◆


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Texto/Text: Xabier P. DoCampo Ilustración/Illustration: Carmen Segovia

Alicia nos enseñó a buscar la realidad que se oculta bajo la tierra o en el otro lado de los espejos. Le fascinaban los conejos con reloj y las sonrisas flotantes. En su viaje aprendió muchas cosas, entre ellas a guardarse de la ira de la reina de la baraja. Así la vio Lewis Carroll, aquel malabarista de la fantasía y la lógica que habitaba en el interior del clérigo Charles Lutwidge Dodgson (Daresbury, Cheshire, 1832 - Guildford, Surrey, 1898).

Alicia Alice Alice taught us to look for the reality hidden underground or through the looking-glass. She was fascinated by rabbits with watches and by floating smiles. On her journey she learned many things including how to protect herself from the anger of the queens of the pack. That’s how she was seen by Lewis Carroll, the juggler of fantasy and logic who lived inside the cleric Charles Lutwidge Dodgson (Daresbury, Cheshire, 1832 - Guildford, Surrey, 1898).

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Texto/Text: Xabier P. DoCampo Ilustración/Illustration: Carmen Segovia

Alicia nos enseñó a buscar la realidad que se oculta bajo la tierra o en el otro lado de los espejos. Le fascinaban los conejos con reloj y las sonrisas flotantes. En su viaje aprendió muchas cosas, entre ellas a guardarse de la ira de la reina de la baraja. Así la vio Lewis Carroll, aquel malabarista de la fantasía y la lógica que habitaba en el interior del clérigo Charles Lutwidge Dodgson (Daresbury, Cheshire, 1832 - Guildford, Surrey, 1898).

Alicia Alice Alice taught us to look for the reality hidden underground or through the looking-glass. She was fascinated by rabbits with watches and by floating smiles. On her journey she learned many things including how to protect herself from the anger of the queens of the pack. That’s how she was seen by Lewis Carroll, the juggler of fantasy and logic who lived inside the cleric Charles Lutwidge Dodgson (Daresbury, Cheshire, 1832 - Guildford, Surrey, 1898).

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Texto/Text: Raquel López Royo Ilustración/Illustration: Teresa Novoa

Bastian Baltasar Bux nos demostró que era posible escaparse de la realidad con la lectura y que se podía llegar muy lejos. Llegar a un mundo donde se cumplieran todos los deseos a cambio del olvido del pasado. Con Bastian supimos que en Fantasía podríamos ser todo aquello que nos llevase a salvar a la reina infantil. Pero al final, siempre hay que volver a casa. Michael Ende (Garmisch-Partenkirchen, 1929 - Stuttgart, 1995) nos mostró en todas sus obras que la fantasía solo habla de la realidad.

Bastian Bastian Bastian Balthasar Bux demonstrated to us that it was possible to escape from reality by reading and that it was possible to go very far indeed, reaching a world where every wish came true in return for forgetting the past. With Bastian we knew that in Fantasy we could be everything that would bring us to save the realm of childhood. But, in the end, one always has to return home. Michael Ende (GarmischPartenkirchen, 1929 - Stuttgart, 1995) showed us in all his works that fantasy only speaks of reality.

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Texto/Text: Raquel López Royo Ilustración/Illustration: Teresa Novoa

Bastian Baltasar Bux nos demostró que era posible escaparse de la realidad con la lectura y que se podía llegar muy lejos. Llegar a un mundo donde se cumplieran todos los deseos a cambio del olvido del pasado. Con Bastian supimos que en Fantasía podríamos ser todo aquello que nos llevase a salvar a la reina infantil. Pero al final, siempre hay que volver a casa. Michael Ende (Garmisch-Partenkirchen, 1929 - Stuttgart, 1995) nos mostró en todas sus obras que la fantasía solo habla de la realidad.

Bastian Bastian Bastian Balthasar Bux demonstrated to us that it was possible to escape from reality by reading and that it was possible to go very far indeed, reaching a world where every wish came true in return for forgetting the past. With Bastian we knew that in Fantasy we could be everything that would bring us to save the realm of childhood. But, in the end, one always has to return home. Michael Ende (GarmischPartenkirchen, 1929 - Stuttgart, 1995) showed us in all his works that fantasy only speaks of reality.

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Texto/Text: Moka Seco Reeg Ilustración/Illustration: Miguel Calatayud

En 1816, E.T.A. Hoffmann (Königsberg, 1776 - Berlín, 1822) con El Cascanueces y el Rey de los ratones amalgama realidad y ficción, tiñéndolas de un fuerte componente psicológico, en la convicción de que los niños piden y entienden argumentos y estructuras narrativas más complicadas. En este caso, hace de un pedazo de madera encantado su alter ego: un ser deforme y feo de gran porte y elegancia, duro y aguerrido, aunque sumamente frágil también, que solo el amor puro e incondicional podrá redimir.

Cascanueces The Nutcracker In 1816, in The Nutcracker and the Mouse King, E.T.A. Hoffmann (Köningsberg, 1776 - Berlin, 1822), united reality and fiction, tingeing them with a strong psychological element in the conviction that children want and can understand more complicated plots and narrative structures. In this case, an enchanted piece of wood becomes his alter ego; a deformed being of great bearing and elegance, a hardened veteran, although at the same time fragile, who can only be redeemed by pure unconditional love.

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Texto/Text: Moka Seco Reeg Ilustración/Illustration: Miguel Calatayud

En 1816, E.T.A. Hoffmann (Königsberg, 1776 - Berlín, 1822) con El Cascanueces y el Rey de los ratones amalgama realidad y ficción, tiñéndolas de un fuerte componente psicológico, en la convicción de que los niños piden y entienden argumentos y estructuras narrativas más complicadas. En este caso, hace de un pedazo de madera encantado su alter ego: un ser deforme y feo de gran porte y elegancia, duro y aguerrido, aunque sumamente frágil también, que solo el amor puro e incondicional podrá redimir.

Cascanueces The Nutcracker In 1816, in The Nutcracker and the Mouse King, E.T.A. Hoffmann (Köningsberg, 1776 - Berlin, 1822), united reality and fiction, tingeing them with a strong psychological element in the conviction that children want and can understand more complicated plots and narrative structures. In this case, an enchanted piece of wood becomes his alter ego; a deformed being of great bearing and elegance, a hardened veteran, although at the same time fragile, who can only be redeemed by pure unconditional love.

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Página 30

Texto/Text: Pepe García Oliva Ilustración/Illustration: Elena Odriozola

Dorotea caminó sobre las baldosas amarillas con su aventura de amistad, de ingenuidad y esperanzas, de fidelidad y respeto, y de preguntas por contestar sin saber que ya tenía las respuestas. Un giro en el arquetipo del héroe que abandona el hogar para encontrarnos con el que tan sólo quiere regresar. Lyman Frank Baum (Chittenango, Nueva York, 1856 - Hollywood, 1919) nos contó esta historia en El maravilloso Mago de Oz, publicada en 1900.

Dorotea Dorothy Dorothy followed The Yellow Brick Road in her adventure of friendship, of ingenuity and hope, of loyalty and respect and of questions to be answered not realising she already knew the answers. A twist on the archetypical hero who leaves home only for us to find that all he wanted was to go back home. This story was told by Lyman Frank Baum (Chittenango, NY, 1856 - Hollywood, 1919) in The Wonderful Wizard of Oz, published in 1900.

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Texto/Text: Pepe García Oliva Ilustración/Illustration: Elena Odriozola

Dorotea caminó sobre las baldosas amarillas con su aventura de amistad, de ingenuidad y esperanzas, de fidelidad y respeto, y de preguntas por contestar sin saber que ya tenía las respuestas. Un giro en el arquetipo del héroe que abandona el hogar para encontrarnos con el que tan sólo quiere regresar. Lyman Frank Baum (Chittenango, Nueva York, 1856 - Hollywood, 1919) nos contó esta historia en El maravilloso Mago de Oz, publicada en 1900.

Dorotea Dorothy Dorothy followed The Yellow Brick Road in her adventure of friendship, of ingenuity and hope, of loyalty and respect and of questions to be answered not realising she already knew the answers. A twist on the archetypical hero who leaves home only for us to find that all he wanted was to go back home. This story was told by Lyman Frank Baum (Chittenango, NY, 1856 - Hollywood, 1919) in The Wonderful Wizard of Oz, published in 1900.

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Texto/Text: Moka Seco Reeg Ilustración/Illustration: Javier Sáez Castán

En 1928, Emil Erich Kästner (Dresden, 1899 - Munich, 1974), «desoyendo los consejos de una eminencia de la literatura infantil con luengas barbas blancas y siguiendo los de un amigo tabernero», demuestra con Emilio y los detectives que la realidad es tan o más sugerente que la fantasía y que un chico puede ser un dechado de virtudes sin perder su espontaneidad e inocencia. Su acierto: el tono del narrador, que sin caer en un rancio didactismo obsoleto, se hace cómplice del lector infantil.

Emilio Emil In 1928, Emile Erich Kästner (Dresden, 1899 - Munich, 1974), “ignoring the advice of an long white-bearded expert in children’s literature and taking that of a drinking pal”, showed with Emil and the Detectives that reality is just as suggestive as fantasy if not more so, and that a boy can be a paragon of virtue without losing his spontaneity and innocence. The narrative tone which makes the young reader an accomplice without falling into a stale obsolete didacticism really hits the mark.

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Texto/Text: Moka Seco Reeg Ilustración/Illustration: Javier Sáez Castán

En 1928, Emil Erich Kästner (Dresden, 1899 - Munich, 1974), «desoyendo los consejos de una eminencia de la literatura infantil con luengas barbas blancas y siguiendo los de un amigo tabernero», demuestra con Emilio y los detectives que la realidad es tan o más sugerente que la fantasía y que un chico puede ser un dechado de virtudes sin perder su espontaneidad e inocencia. Su acierto: el tono del narrador, que sin caer en un rancio didactismo obsoleto, se hace cómplice del lector infantil.

Emilio Emil In 1928, Emile Erich Kästner (Dresden, 1899 - Munich, 1974), “ignoring the advice of an long white-bearded expert in children’s literature and taking that of a drinking pal”, showed with Emil and the Detectives that reality is just as suggestive as fantasy if not more so, and that a boy can be a paragon of virtue without losing his spontaneity and innocence. The narrative tone which makes the young reader an accomplice without falling into a stale obsolete didacticism really hits the mark.

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Texto/Text: Raquel López Royo Ilustración/Illustration: Javier Olivares

Es el aire entre macarra y distinguido lo que más seduce de Flanagan. Ingenuo y avispado, enterado y pringado. Flanagan bebe de los detectives con madera de perdedores de las novelas policíacas de adultos, fracasados en el amor, encantadores en su fragilidad. No pidas sardina fuera de temporada fue su debut como adolescente investigador y, a partir de ahí, sus autores Andreu Martin (Barcelona, 1949) y Jaume Ribera (Sabadell, 1953) encontraron un antihéroe con mucho gancho para los adolescentes.

Flanagan Flanagan The most seductive thing about Flanagan is his air half way between scoundrel and dignitary, innocence and wiliness, know it all and dupe. Flanagan springs from the same well as the detectives with the makings of losers of adult crime fiction, failures in love, charming in their weakness. No pidas sardina fuera de temporada [Don’t Ask for Sardines in the Off-season] was his first appearance as an adolescent investigator and from there, his creators Andreu Martin (Barcelona, 1949) and Jaume Ribera (Sabadell, 1953) found an antihero with a great appeal to adolescents.

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Texto/Text: Raquel López Royo Ilustración/Illustration: Javier Olivares

Es el aire entre macarra y distinguido lo que más seduce de Flanagan. Ingenuo y avispado, enterado y pringado. Flanagan bebe de los detectives con madera de perdedores de las novelas policíacas de adultos, fracasados en el amor, encantadores en su fragilidad. No pidas sardina fuera de temporada fue su debut como adolescente investigador y, a partir de ahí, sus autores Andreu Martin (Barcelona, 1949) y Jaume Ribera (Sabadell, 1953) encontraron un antihéroe con mucho gancho para los adolescentes.

Flanagan Flanagan The most seductive thing about Flanagan is his air half way between scoundrel and dignitary, innocence and wiliness, know it all and dupe. Flanagan springs from the same well as the detectives with the makings of losers of adult crime fiction, failures in love, charming in their weakness. No pidas sardina fuera de temporada [Don’t Ask for Sardines in the Off-season] was his first appearance as an adolescent investigator and from there, his creators Andreu Martin (Barcelona, 1949) and Jaume Ribera (Sabadell, 1953) found an antihero with a great appeal to adolescents.

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Página 36

Texto/Text: Pepe García Oliva Ilustración/Illustration: Javier Zabala

Guillermo Brown es, frente a sus contemporáneos literarios (artificiosos niños con fines didácticos), el prototipo de niño de verdad: «En su rostro cubierto de pecas, veíase la solemnidad y la nostalgia inconsciente que caracterizan a la infancia», escribía su autora Richmal Crompton (Bury, Lancashire, 1890 - Furborough, 1969) en Just William, el primero de una serie de treinta y ocho libros protagonizados por este chico inglés.

Guillermo William William Brown is, compared to his literary contemporaries (children contrived to serve a didactic purpose), the prototype of a real boy: “In his freckled face, you could see the solemnity and unconscious nostalgia which characterise childhood”, wrote Richmal Crompton (Bury, Lancashire, 1890 - Furborough, 1969) in Just William, the first of a series of thirty-eight books featuring this English boy in the chief role.

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Texto/Text: Pepe García Oliva Ilustración/Illustration: Javier Zabala

Guillermo Brown es, frente a sus contemporáneos literarios (artificiosos niños con fines didácticos), el prototipo de niño de verdad: «En su rostro cubierto de pecas, veíase la solemnidad y la nostalgia inconsciente que caracterizan a la infancia», escribía su autora Richmal Crompton (Bury, Lancashire, 1890 - Furborough, 1969) en Just William, el primero de una serie de treinta y ocho libros protagonizados por este chico inglés.

Guillermo William William Brown is, compared to his literary contemporaries (children contrived to serve a didactic purpose), the prototype of a real boy: “In his freckled face, you could see the solemnity and unconscious nostalgia which characterise childhood”, wrote Richmal Crompton (Bury, Lancashire, 1890 - Furborough, 1969) in Just William, the first of a series of thirty-eight books featuring this English boy in the chief role.

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Texto/Text: Raquel López Royo Ilustración/Illustration: Mercè López

Diego Díaz es Haxer Abén Hameth, morisco de Granada. Debe ocultar su nombre y renunciar en público a su religión para poder seguir viviendo en la España de los Reyes Católicos. «O bautismo o expulsión», y Haxer empezó a llamarse Diego. Ahora es anciano y contempla cómo sus hijos y sus nietos, que viven bajo el signo de la Luna, serán aplastados definitivamente por la fuerza del Sol. Concha López Narváez (Sevilla, 1939) recrea, con dolor, este episodio de la historia en La Tierra del Sol y la Luna.

Haxer Haxer Diego Diaz is Haxer Abén Hameth, a Muslim convert to Christianity from Granada. He must conceal his name and publicly renounce his religion to stay alive in the Spain of the Catholic Kings. “Be baptised or be expelled!”, and Haxer started to call himself Diego. Now he is old and sees how his children and grandchildren, who live under the sign of the Moon, will be utterly crushed by the power of the Sun. Concha López Narváez (Sevilla, 1939) painfully recreates this episode of history in La Tierra del Sol y la Luna [The Land of the Sun and the Moon].

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Texto/Text: Raquel López Royo Ilustración/Illustration: Mercè López

Diego Díaz es Haxer Abén Hameth, morisco de Granada. Debe ocultar su nombre y renunciar en público a su religión para poder seguir viviendo en la España de los Reyes Católicos. «O bautismo o expulsión», y Haxer empezó a llamarse Diego. Ahora es anciano y contempla cómo sus hijos y sus nietos, que viven bajo el signo de la Luna, serán aplastados definitivamente por la fuerza del Sol. Concha López Narváez (Sevilla, 1939) recrea, con dolor, este episodio de la historia en La Tierra del Sol y la Luna.

Haxer Haxer Diego Diaz is Haxer Abén Hameth, a Muslim convert to Christianity from Granada. He must conceal his name and publicly renounce his religion to stay alive in the Spain of the Catholic Kings. “Be baptised or be expelled!”, and Haxer started to call himself Diego. Now he is old and sees how his children and grandchildren, who live under the sign of the Moon, will be utterly crushed by the power of the Sun. Concha López Narváez (Sevilla, 1939) painfully recreates this episode of history in La Tierra del Sol y la Luna [The Land of the Sun and the Moon].

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Texto/Text: Raquel López Royo Ilustración/Illustration: Irene Fra

Ismael es marinero. Es el hombre que ama el mar, lo teme y lo añora. Ismael, vive en Miradonde, que es cualquier lugar en el que exista una playa bajo un cielo gris. Ismael, ya anciano, se desdobla para contar su vida al muchacho que busca su porvenir y que es también él mismo, en otro tiempo, en otro lugar. «Llamadme Ismael» podría decir también Juan Farias (Serantes, Ferrol, 1935), cuya escritura tersa y delgada nos propone una reflexión ética sobre el paso del tiempo y los deseos sin cumplir.

Ismael Ismael Ismael is a sailor. He is a man who loves, fears and yearns for the sea. He lives in Miradonde, which is any place where there is a beach beneath a grey sky. Ismael, now an old man, bares his soul to recount his life story to the boy who is looking for his destiny and who is also Ismael himself in another time, another place. Juan Farias (Serantes, Ferrol, 1935) whose terse and fine writing proposes an ethical reflection on the passing of time and unfulfilled dreams, could well say “Call me Ismael”.

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Texto/Text: Raquel López Royo Ilustración/Illustration: Irene Fra

Ismael es marinero. Es el hombre que ama el mar, lo teme y lo añora. Ismael, vive en Miradonde, que es cualquier lugar en el que exista una playa bajo un cielo gris. Ismael, ya anciano, se desdobla para contar su vida al muchacho que busca su porvenir y que es también él mismo, en otro tiempo, en otro lugar. «Llamadme Ismael» podría decir también Juan Farias (Serantes, Ferrol, 1935), cuya escritura tersa y delgada nos propone una reflexión ética sobre el paso del tiempo y los deseos sin cumplir.

Ismael Ismael Ismael is a sailor. He is a man who loves, fears and yearns for the sea. He lives in Miradonde, which is any place where there is a beach beneath a grey sky. Ismael, now an old man, bares his soul to recount his life story to the boy who is looking for his destiny and who is also Ismael himself in another time, another place. Juan Farias (Serantes, Ferrol, 1935) whose terse and fine writing proposes an ethical reflection on the passing of time and unfulfilled dreams, could well say “Call me Ismael”.

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Texto/Text: Arianna Squilloni Ilustración/Illustration: Manuel Marín

John Silver es una voz persuasiva, un pirata con todas las de la ley, una mente acostumbrada a la traición. Un coleccionista de adjetivos (calculador, maquiavélico, fascinante, solitario) que ha convertido el ruido de su pata de palo y su silueta enjuta y encorvada en un paisaje propio de película de terror. Robert Louis Stevenson (Edimburgo, 1850 - Samoa, 1894) mete a Silver en La isla del tesoro y éste acaba por desaparecer en un puerto lejano. Los mitos nunca mueren del todo.

John Silver Long John Silver Long John Silver is a persuasive voice, a pirate if ever there was one, a mind used to betrayal. He is a collector of adjectives (calculating, Machiavellian, fascinating, solitary) who has converted the sound of his peg leg and his skinny, bent silhouette into a scene worthy of a horror film. Robert Louis Stevenson (Edimburg, 1850 - Samoa, 1894) places Long John Silver on Treasure Island, and he ends up disappearing in a distant port. Myths never completely die.

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Texto/Text: Arianna Squilloni Ilustración/Illustration: Manuel Marín

John Silver es una voz persuasiva, un pirata con todas las de la ley, una mente acostumbrada a la traición. Un coleccionista de adjetivos (calculador, maquiavélico, fascinante, solitario) que ha convertido el ruido de su pata de palo y su silueta enjuta y encorvada en un paisaje propio de película de terror. Robert Louis Stevenson (Edimburgo, 1850 - Samoa, 1894) mete a Silver en La isla del tesoro y éste acaba por desaparecer en un puerto lejano. Los mitos nunca mueren del todo.

John Silver Long John Silver Long John Silver is a persuasive voice, a pirate if ever there was one, a mind used to betrayal. He is a collector of adjectives (calculating, Machiavellian, fascinating, solitary) who has converted the sound of his peg leg and his skinny, bent silhouette into a scene worthy of a horror film. Robert Louis Stevenson (Edimburg, 1850 - Samoa, 1894) places Long John Silver on Treasure Island, and he ends up disappearing in a distant port. Myths never completely die.

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Página 44

Texto/Text: Moka Seco Reeg Ilustración/Illustration: Antonio Santos

En 1975, Christine Nöstlinger (Viena, 1936), una de las primeras voces del movimiento antiautoritario a partir de 1968, con Konrad o el niño que salió de una lata de conservas da vida a un niño instantáneo y selecto, perfecto, aséptico y altamente recomendable para padres alérgicos a la vida, que pretenden parir sin dolor y huir de las responsabilidades. La ironía: un niño instantáneo también tiene un trabajo vital que realizar: encontrar el equilibrio entre las convenciones sociales y su personalidad.

Konrad Konrad In 1975, Christine Nöstlinger (Vienna, 1936), one of the first voices of the anti-establishment movement post 1968, gave life to an off-the-shelf, hand-picked, perfect, aseptic boy, highly recommended to parents allergic to life who wish to give birth without pain and avoid their responsibilities with Conrad, the FactoryMade Boy. The irony: the ready-made boy also has a vital task to carry out: finding a balance between social convention and his personality.

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Texto/Text: Moka Seco Reeg Ilustración/Illustration: Antonio Santos

En 1975, Christine Nöstlinger (Viena, 1936), una de las primeras voces del movimiento antiautoritario a partir de 1968, con Konrad o el niño que salió de una lata de conservas da vida a un niño instantáneo y selecto, perfecto, aséptico y altamente recomendable para padres alérgicos a la vida, que pretenden parir sin dolor y huir de las responsabilidades. La ironía: un niño instantáneo también tiene un trabajo vital que realizar: encontrar el equilibrio entre las convenciones sociales y su personalidad.

Konrad Konrad In 1975, Christine Nöstlinger (Vienna, 1936), one of the first voices of the anti-establishment movement post 1968, gave life to an off-the-shelf, hand-picked, perfect, aseptic boy, highly recommended to parents allergic to life who wish to give birth without pain and avoid their responsibilities with Conrad, the FactoryMade Boy. The irony: the ready-made boy also has a vital task to carry out: finding a balance between social convention and his personality.

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Texto/Text: Teresa Duran Ilustración/Illustration: Emilio Urberuaga

Feroz personaje de la tradición oral, donde aparece como bestia mala y voraz, cuya abundante locuacidad y ambición excesiva le hace perder a menudo la presa, mucho menos charlatana que él, pero más sagaz. Siempre le venció la zorra y, alguna vez, tres cerdos, siete cabritas y una niña de caperuza colorada. Trocó su juego y psicología de la mano de autores como Jack London, Daniel Pennac o Joles Sennell.

Lobo Wolf A fierce character from the oral tradition where he appears as a bad, voracious beast whose talkativeness and excessive ambition often make him lose his prey, much less talkative than him but wiser. The fox always beats him and from time to time, three little pigs, seven little goats and a girl with a red riding-hood also beat him. His game and psychology were given a new twist at the hands of authors such as Jack London, Daniel Pennac and Joles Sennell.

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Texto/Text: Teresa Duran Ilustración/Illustration: Emilio Urberuaga

Feroz personaje de la tradición oral, donde aparece como bestia mala y voraz, cuya abundante locuacidad y ambición excesiva le hace perder a menudo la presa, mucho menos charlatana que él, pero más sagaz. Siempre le venció la zorra y, alguna vez, tres cerdos, siete cabritas y una niña de caperuza colorada. Trocó su juego y psicología de la mano de autores como Jack London, Daniel Pennac o Joles Sennell.

Lobo Wolf A fierce character from the oral tradition where he appears as a bad, voracious beast whose talkativeness and excessive ambition often make him lose his prey, much less talkative than him but wiser. The fox always beats him and from time to time, three little pigs, seven little goats and a girl with a red riding-hood also beat him. His game and psychology were given a new twist at the hands of authors such as Jack London, Daniel Pennac and Joles Sennell.

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Página 48

Texto/Text: Pepe García Oliva Ilustración/Illustration: Ivar Da Coll

Mowgli, rana y cachorro de hombre: «¡Qué pequeño, qué desnudo y qué atrevido!». Es el personaje humano de la historia coral que nos cuentan Los libros de la selva, fábula moderna donde el muchacho no termina de situarse junto a las personas, a la vez que se separa de su, hasta entonces natural, entorno animal. Obra del escritor inglés, y Premio Nobel, Rudyard Kipling (Bombay, 1865 - Londres, 1936).

Mowgli Mowgli Mowgli, frog and man-cub: “How small, how naked and how daring!”. He is the human character in The Jungle Books, a modern fable where the boy doesn’t manage to join human society whilst at the same time he becomes separate from his hitherto natural animal environment. This story was the work of the English writer and Nobel Prize winner, Rudyard Kipling (Bombay, 1865 - London, 1936).

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Texto/Text: Pepe García Oliva Ilustración/Illustration: Ivar Da Coll

Mowgli, rana y cachorro de hombre: «¡Qué pequeño, qué desnudo y qué atrevido!». Es el personaje humano de la historia coral que nos cuentan Los libros de la selva, fábula moderna donde el muchacho no termina de situarse junto a las personas, a la vez que se separa de su, hasta entonces natural, entorno animal. Obra del escritor inglés, y Premio Nobel, Rudyard Kipling (Bombay, 1865 - Londres, 1936).

Mowgli Mowgli Mowgli, frog and man-cub: “How small, how naked and how daring!”. He is the human character in The Jungle Books, a modern fable where the boy doesn’t manage to join human society whilst at the same time he becomes separate from his hitherto natural animal environment. This story was the work of the English writer and Nobel Prize winner, Rudyard Kipling (Bombay, 1865 - London, 1936).

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Texto/Text: Arianna Squilloni Ilustración/Illustration: Ignasi Blanch

«Dios todopoderoso, basta, basta» grita finalmente Nemo, convencido de que sólo el Altísimo podrá frenarle en su orgía de venganza. Meticuloso e implacable destructor de la tierra firme; alejado del tópico malvado de manual porque Jules Verne (Nantes, 1828 - Amiens, 1905) así le quería, mesías de su propio mundo (el submarino), el capitán Nemo es algo más que un hombre atormentado: es un justiciero, una victima con disfraz de vengador cuya leyenda abarca todos los mares.

Nemo Nemo “Almighty God! Enough! Enough!” cries Nemo in the end, convinced that only the Most High can stop him in his orgy of revenge. Meticulous and implacable destroyer of terra firma; distanced from the textbook baddy because that’s the way Jules Verne (Nantes, 1828 - Amiens, 1905) wanted it, a Messiah in his own undersea world, Captain Nemo is something more than a tormented man: he is a bringer of justice, a victim wearing the disguise of avenger whose legend includes the Seven Seas.

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Texto/Text: Arianna Squilloni Ilustración/Illustration: Ignasi Blanch

«Dios todopoderoso, basta, basta» grita finalmente Nemo, convencido de que sólo el Altísimo podrá frenarle en su orgía de venganza. Meticuloso e implacable destructor de la tierra firme; alejado del tópico malvado de manual porque Jules Verne (Nantes, 1828 - Amiens, 1905) así le quería, mesías de su propio mundo (el submarino), el capitán Nemo es algo más que un hombre atormentado: es un justiciero, una victima con disfraz de vengador cuya leyenda abarca todos los mares.

Nemo Nemo “Almighty God! Enough! Enough!” cries Nemo in the end, convinced that only the Most High can stop him in his orgy of revenge. Meticulous and implacable destroyer of terra firma; distanced from the textbook baddy because that’s the way Jules Verne (Nantes, 1828 - Amiens, 1905) wanted it, a Messiah in his own undersea world, Captain Nemo is something more than a tormented man: he is a bringer of justice, a victim wearing the disguise of avenger whose legend includes the Seven Seas.

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Texto/Text: Isabel Amorín Ilustración/Illustration: Óscar Villán

El ñandú, con fama de corredor por la fuerza de sus patas, fue contratado por su amigo Juan el Zorro para que le hiciese de corcel. Al principio se negó porque tenía una misión que cumplir: incubar los huevos que puso su compañera y luego cuidar de los hijos. Tan tentadora fue la oferta que no pudo negarse. Nos narró estas aventuras el poeta y escritor uruguayo, Serafín J. García (Cañada Chica, 1905 - Montevideo, 1985).

Ñandú Ñandú The Ñandú, with his renown as a runner from the strength of his legs, was contracted by his friend Juan el Zorro [John the Fox] to be his trusty steed. At first he refused because he had a mission to carry out: to incubate the eggs which his companion had laid and then to look after the offspring. The offer was so tempting that he couldn’t refuse. These adventures were narrated for us by the Uruguayan writer and poet Serafín J. García (Cañada Chica, 1905 - Montevideo, 1985).

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Texto/Text: Isabel Amorín Ilustración/Illustration: Óscar Villán

El ñandú, con fama de corredor por la fuerza de sus patas, fue contratado por su amigo Juan el Zorro para que le hiciese de corcel. Al principio se negó porque tenía una misión que cumplir: incubar los huevos que puso su compañera y luego cuidar de los hijos. Tan tentadora fue la oferta que no pudo negarse. Nos narró estas aventuras el poeta y escritor uruguayo, Serafín J. García (Cañada Chica, 1905 - Montevideo, 1985).

Ñandú Ñandú The Ñandú, with his renown as a runner from the strength of his legs, was contracted by his friend Juan el Zorro [John the Fox] to be his trusty steed. At first he refused because he had a mission to carry out: to incubate the eggs which his companion had laid and then to look after the offspring. The offer was so tempting that he couldn’t refuse. These adventures were narrated for us by the Uruguayan writer and poet Serafín J. García (Cañada Chica, 1905 - Montevideo, 1985).

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Texto/Text: Martha López Revelles Ilustración/Illustration: Pere Ginard

En los ojos infantiles de Oliver Twist hay fragilidad, ingenuidad, constancia, valor. Oliver, magullado y huérfano de ternura, tiene una mirada agradecida y bondadosa: triunfo del bien sobre el mal. Charles Dickens bosqueja en Oliver a David Copperfield, dos personajes reflejo de su dolor. Dickens nació en 1812 y de su pluma esperanzada surgieron: Canción de Navidad, Tiempos difíciles y Grandes Esperanzas, entre otros relatos. Murió en 1870.

Oliver Twist Oliver Twist In the eyes of the child Oliver Twist there is fragility, ingenuity, constancy and courage. Oliver, bruised and bereft of tenderness, has a grateful and good-natured look: a triumph of good over evil. Charles Dickens sketches two characters reflecting his pain in Oliver and David Copperfield. Dickens was born in 1812 and from his pen sprang A Christmas Carol, Hard Times and Great Expectations amongst other stories. He died in 1870.

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Texto/Text: Martha López Revelles Ilustración/Illustration: Pere Ginard

En los ojos infantiles de Oliver Twist hay fragilidad, ingenuidad, constancia, valor. Oliver, magullado y huérfano de ternura, tiene una mirada agradecida y bondadosa: triunfo del bien sobre el mal. Charles Dickens bosqueja en Oliver a David Copperfield, dos personajes reflejo de su dolor. Dickens nació en 1812 y de su pluma esperanzada surgieron: Canción de Navidad, Tiempos difíciles y Grandes Esperanzas, entre otros relatos. Murió en 1870.

Oliver Twist Oliver Twist In the eyes of the child Oliver Twist there is fragility, ingenuity, constancy and courage. Oliver, bruised and bereft of tenderness, has a grateful and good-natured look: a triumph of good over evil. Charles Dickens sketches two characters reflecting his pain in Oliver and David Copperfield. Dickens was born in 1812 and from his pen sprang A Christmas Carol, Hard Times and Great Expectations amongst other stories. He died in 1870.

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Página 56

Texto/Text: Moka Seco Reeg Ilustración/Illustration: Paco Giménez

«¡No mientas! Te crecerá la nariz como a Pinocho». ¿Quién no conoce las andanzas de esta descarada y popular marioneta? Desgraciadamente, abreviadas y versionadas, pues sólo una minoría conoce su verdadero alcance. Publicado en su día por entregas, supuso el mayor éxito de su autor, Carlo Collodi (Florencia, 1826-1890). Y aunque parezca excesivamente educativa y moralista, en su día, además de original lingüística y estilísticamente, fue toda una rebelión.

Pinocho Pinocchio “Don’t lie! Your nose will grow like Pinocchio’s”. Who hasn’t heard of the adventures of this cheeky and popular puppet? Unfortunately, cut and adapted, for only a minority know his true significance. Originally published in parts, it was the greatest success of its author Carlo Collodi (Firenze, 1826-1890). And although it may seem overly didactic and moralistic, in its day, in addition to its linguistic and stylistic originality, it was a truly rebellious work.

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Texto/Text: Moka Seco Reeg Ilustración/Illustration: Paco Giménez

«¡No mientas! Te crecerá la nariz como a Pinocho». ¿Quién no conoce las andanzas de esta descarada y popular marioneta? Desgraciadamente, abreviadas y versionadas, pues sólo una minoría conoce su verdadero alcance. Publicado en su día por entregas, supuso el mayor éxito de su autor, Carlo Collodi (Florencia, 1826-1890). Y aunque parezca excesivamente educativa y moralista, en su día, además de original lingüística y estilísticamente, fue toda una rebelión.

Pinocho Pinocchio “Don’t lie! Your nose will grow like Pinocchio’s”. Who hasn’t heard of the adventures of this cheeky and popular puppet? Unfortunately, cut and adapted, for only a minority know his true significance. Originally published in parts, it was the greatest success of its author Carlo Collodi (Firenze, 1826-1890). And although it may seem overly didactic and moralistic, in its day, in addition to its linguistic and stylistic originality, it was a truly rebellious work.

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Texto/Text: Arianna Squilloni Ilustración/Illustration: Noemí Villamuza

El mapa del alma de Queequeg, un tipo sabio, sospechoso por definición, empieza en sus tatuajes, se aventura en sus silencios y acaba en sus certidumbres: «el mundo es malo en todos los meridianos». Su estoica visión del «mundo civilizado» se ve reforzada en la epopeya de la ballena blanca, Moby Dick: una persecución en toda regla, guiada por la pluma del inquieto Herman Melville (Nueva York, 1819-1891), un hombre de mar que supo cuándo dejar de serlo.

Queequeg Queequeg The map of Queequeg’s soul, a wise character, suspicious by definition, starts with his tattoos, proceeds in his silences and finishes with his certainties: “the world is bad at any longitude”. His stoic vision of “the Civilized World” is reinforced in the epic poem of the white whale, Moby Dick: a great chase, guided by the pen of the restless Herman Melville (New York, 1819-1891), an old sea-dog who knew when to stop being one.

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Texto/Text: Arianna Squilloni Ilustración/Illustration: Noemí Villamuza

El mapa del alma de Queequeg, un tipo sabio, sospechoso por definición, empieza en sus tatuajes, se aventura en sus silencios y acaba en sus certidumbres: «el mundo es malo en todos los meridianos». Su estoica visión del «mundo civilizado» se ve reforzada en la epopeya de la ballena blanca, Moby Dick: una persecución en toda regla, guiada por la pluma del inquieto Herman Melville (Nueva York, 1819-1891), un hombre de mar que supo cuándo dejar de serlo.

Queequeg Queequeg The map of Queequeg’s soul, a wise character, suspicious by definition, starts with his tattoos, proceeds in his silences and finishes with his certainties: “the world is bad at any longitude”. His stoic vision of “the Civilized World” is reinforced in the epic poem of the white whale, Moby Dick: a great chase, guided by the pen of the restless Herman Melville (New York, 1819-1891), an old sea-dog who knew when to stop being one.

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Página 60

Texto/Text: Xabier P. DoCampo Ilustración/Illustration: Xosé Cobas

«Yo soy Ramón Lamote, profesor particular de chairego y dibujante de sueños por encargo.» Así se ve a sí mismo este personaje de atractiva filosofía vital que extiende su amable mirada sobre la ciudad en la que vive descubriendo lo que en ella hay de fantástico y cuánto de absurdo. Paco Martín (Lugo, 1940) convierte la retranca de Ramón Lamote en un agudo y eficaz instrumento de análisis de la realidad.

Ramón Lamote Ramón Lamote “I am Ramón Lamote, private tutor of Chairego [Galician dialect] and freelance dream weaver.” This is how this character with an attractive philosophy of life who extends his loveable look over the city in which he lives uncovering what there is there of the fantastic and how much of the absurd, sees himself. Paco Martín (Lugo, 1940) converts the irony of Ramón Lamote into a sharp and efficient instrument for analysing reality.

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Texto/Text: Xabier P. DoCampo Ilustración/Illustration: Xosé Cobas

«Yo soy Ramón Lamote, profesor particular de chairego y dibujante de sueños por encargo.» Así se ve a sí mismo este personaje de atractiva filosofía vital que extiende su amable mirada sobre la ciudad en la que vive descubriendo lo que en ella hay de fantástico y cuánto de absurdo. Paco Martín (Lugo, 1940) convierte la retranca de Ramón Lamote en un agudo y eficaz instrumento de análisis de la realidad.

Ramón Lamote Ramón Lamote “I am Ramón Lamote, private tutor of Chairego [Galician dialect] and freelance dream weaver.” This is how this character with an attractive philosophy of life who extends his loveable look over the city in which he lives uncovering what there is there of the fantastic and how much of the absurd, sees himself. Paco Martín (Lugo, 1940) converts the irony of Ramón Lamote into a sharp and efficient instrument for analysing reality.

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Página 62

Texto/Text: Xabier P. DoCampo Ilustración/Illustration: Leticia Ruifernández

El amor la empuja a dejar su casa para habitar la del amado. La Sirenita es el más conmovedor y bello de los cuentos de Hans Christian Andersen (Odense, 1805 - Copenhague, 1875). Se desprenderá de su cola, de su verdadera naturaleza, y arrostrará los más duros dolores para caminar y alcanzar un alma humana, pero mucho más dolorosa será la indiferencia del amado. Un cuento que nos da la medida de la maestría de su autor.

La Sirenita The Little Mermaid Love made her leave her home to go and live with her lover. The Little Mermaid is the most moving and beautiful of the stories of Hans Christian Andersen (Odense, 1805 - Copenhague, 1875). The Little Mermaid loses her tail, her true nature, and suffers the severest pain to walk and to obtain a human soul, but much more painful is the indifference of the one she loves. This is a story which gives us the measure of the masterfulness of its author.

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Texto/Text: Xabier P. DoCampo Ilustración/Illustration: Leticia Ruifernández

El amor la empuja a dejar su casa para habitar la del amado. La Sirenita es el más conmovedor y bello de los cuentos de Hans Christian Andersen (Odense, 1805 - Copenhague, 1875). Se desprenderá de su cola, de su verdadera naturaleza, y arrostrará los más duros dolores para caminar y alcanzar un alma humana, pero mucho más dolorosa será la indiferencia del amado. Un cuento que nos da la medida de la maestría de su autor.

La Sirenita The Little Mermaid Love made her leave her home to go and live with her lover. The Little Mermaid is the most moving and beautiful of the stories of Hans Christian Andersen (Odense, 1805 - Copenhague, 1875). The Little Mermaid loses her tail, her true nature, and suffers the severest pain to walk and to obtain a human soul, but much more painful is the indifference of the one she loves. This is a story which gives us the measure of the masterfulness of its author.

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Página 64

Texto/Text: Inma Vellosillo Ilustración/Illustration: Alejandro Magallanes

Querías ser pirata, o también Robin Hood... y llegaste a ser mucho más: Tom Sawyer, sólo con «un cacho de regaliz y un anzuelo», y con la compañía de Huckleberry Finn, el mejor pasaporte para ser aventurero... fiel reflejo de quien te creó, Mark Twain (Florida, Missouri, 1835 - Redding, Connecticut, 1910): tipógrafo, periodista, piloto de un vapor fluvial, buscador de oro en Nevada, escritor, humorista, observador de la vida que le rodeaba.

Tom Sawyer Tom Sawyer You wanted to be a pirate, or maybe Robin Hood as well... and you turned out to be much more: Tom Sawyer, alone with “a liquorice stick and a fish hook”, and in the company of Huckleberry Finn, the best passport to become an adventurer... a faithful reflection of his creator, Mark Twain (Florida, Missouri, 1835 - Redding, Connecticut, 1910), typographer, journalist, steamboat pilot, gold-digger in Nevada, writer, humorist and observer of life around him.

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Texto/Text: Inma Vellosillo Ilustración/Illustration: Alejandro Magallanes

Querías ser pirata, o también Robin Hood... y llegaste a ser mucho más: Tom Sawyer, sólo con «un cacho de regaliz y un anzuelo», y con la compañía de Huckleberry Finn, el mejor pasaporte para ser aventurero... fiel reflejo de quien te creó, Mark Twain (Florida, Missouri, 1835 - Redding, Connecticut, 1910): tipógrafo, periodista, piloto de un vapor fluvial, buscador de oro en Nevada, escritor, humorista, observador de la vida que le rodeaba.

Tom Sawyer Tom Sawyer You wanted to be a pirate, or maybe Robin Hood as well... and you turned out to be much more: Tom Sawyer, alone with “a liquorice stick and a fish hook”, and in the company of Huckleberry Finn, the best passport to become an adventurer... a faithful reflection of his creator, Mark Twain (Florida, Missouri, 1835 - Redding, Connecticut, 1910), typographer, journalist, steamboat pilot, gold-digger in Nevada, writer, humorist and observer of life around him.

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Página 66

Texto/Text: María Sánchez-Tabernero Ilustración/Illustration: Beatriz Vidal

Mucho antes de la reciente moda de la literatura fantástica, Joan M. Gisbert (Barcelona, 1949) se reveló como un gran creador de «escenarios fantásticos», entre el misterio, la ciencia ficción y la magia. Max Urkhaus (1985) nos transporta a un tempo-espacio inasequible y peligroso donde muerte y vida no son conceptos opuestos. Este investigador de aspecto venerable y mente futurista, que en la dimensión real es un muerto, contagia a sus discípulos, y a los lectores, su curiosidad científica.

Urkhaus Urkhaus A long time before the current fashion for fantasy literature, Joan M. Gisbert (Barcelona, 1949) was revealed as the great creator of “fantastic scenarios” somewhere between mystery, science fiction and magic. Max Urkhaus (1985) transported us to an inaccessible and dangerous space-time dimension where life and death are not opposed concepts. This venerable-looking and future-minded investigator, who in our dimension is dead, infects his disciples and his readers with his scientific curiosity.

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Texto/Text: María Sánchez-Tabernero Ilustración/Illustration: Beatriz Vidal

Mucho antes de la reciente moda de la literatura fantástica, Joan M. Gisbert (Barcelona, 1949) se reveló como un gran creador de «escenarios fantásticos», entre el misterio, la ciencia ficción y la magia. Max Urkhaus (1985) nos transporta a un tempo-espacio inasequible y peligroso donde muerte y vida no son conceptos opuestos. Este investigador de aspecto venerable y mente futurista, que en la dimensión real es un muerto, contagia a sus discípulos, y a los lectores, su curiosidad científica.

Urkhaus Urkhaus A long time before the current fashion for fantasy literature, Joan M. Gisbert (Barcelona, 1949) was revealed as the great creator of “fantastic scenarios” somewhere between mystery, science fiction and magic. Max Urkhaus (1985) transported us to an inaccessible and dangerous space-time dimension where life and death are not opposed concepts. This venerable-looking and future-minded investigator, who in our dimension is dead, infects his disciples and his readers with his scientific curiosity.

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Texto/Text: Cristina Martín Ilustración/Illustration: Isidro Ferrer

Un sirviente, un compañero, un amigo... Viernes es una nueva vida para Robinsón, la vida salvaje, que le enseña a jugar, a ser feliz y libre, cuestionándose la civilización y mostrándole su engaño. Michel Tournier nació en París, en 1924. Es escritor, filósofo y uno de los grandes de la literatura. «Los mejores escritores son aquellos que escriben tan bien que incluso un niño puede leerlos», eso dijo y lo demostró con Vendredi ou la vie sauvage, escrita en 1971.

Viernes Friday A servant, a companion, a friend... Friday means a new life for Robinson, a savage life which shows him how to play, to be happy and free, questioning civilization and showing him its deceits. Michel Tournier was born in Paris in 1924. He is a writer, a philosopher and one of the greats of literature. “The best writers are those who write so well that even a child can read them”, is what he said and what he demonstrated with Friday, written in 1971.

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Texto/Text: Cristina Martín Ilustración/Illustration: Isidro Ferrer

Un sirviente, un compañero, un amigo... Viernes es una nueva vida para Robinsón, la vida salvaje, que le enseña a jugar, a ser feliz y libre, cuestionándose la civilización y mostrándole su engaño. Michel Tournier nació en París, en 1924. Es escritor, filósofo y uno de los grandes de la literatura. «Los mejores escritores son aquellos que escriben tan bien que incluso un niño puede leerlos», eso dijo y lo demostró con Vendredi ou la vie sauvage, escrita en 1971.

Viernes Friday A servant, a companion, a friend... Friday means a new life for Robinson, a savage life which shows him how to play, to be happy and free, questioning civilization and showing him its deceits. Michel Tournier was born in Paris in 1924. He is a writer, a philosopher and one of the greats of literature. “The best writers are those who write so well that even a child can read them”, is what he said and what he demonstrated with Friday, written in 1971.

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Página 70

Texto/Text: Pablo Cruz Ilustración/Illustration: Elisa Arguilé

Willie Wonka es el fabricante de chocolate más superlativo del mundo. Adicto al trabajo y fundador de un imperio dulce y disparatado, si uno le mira de cerca verá a un niño con cuerpo de adulto y mente de genio. Su creador, Roald Dahl (Llandaff, Gales, 1916 - Buckinghamshire, 1990), fue el escritor galés que más chocolate Cadbury tomó en su niñez, y su brillante humor irreverente no ha dejado de iluminar a distintas generaciones de lectores.

Willie Wonka Willie Wonka Willie Wonka is the most superlative chocolate maker in the world. He is a workaholic and founder of a sweet and crazy empire. If one looks closely one would see a child with an adult’s body and the mind of a genius. His creator, Roald Dahl (Llandaff, Wales, 1916 - Buckinghamshire, 1990) was the Welsh writer who ate most Cadbury’s chocolate as a child and his brilliant irreverent humour has continued to illuminate various generations of readers.

70 BLOC/2009


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24/3/09

22:41

Página 70

Texto/Text: Pablo Cruz Ilustración/Illustration: Elisa Arguilé

Willie Wonka es el fabricante de chocolate más superlativo del mundo. Adicto al trabajo y fundador de un imperio dulce y disparatado, si uno le mira de cerca verá a un niño con cuerpo de adulto y mente de genio. Su creador, Roald Dahl (Llandaff, Gales, 1916 - Buckinghamshire, 1990), fue el escritor galés que más chocolate Cadbury tomó en su niñez, y su brillante humor irreverente no ha dejado de iluminar a distintas generaciones de lectores.

Willie Wonka Willie Wonka Willie Wonka is the most superlative chocolate maker in the world. He is a workaholic and founder of a sweet and crazy empire. If one looks closely one would see a child with an adult’s body and the mind of a genius. His creator, Roald Dahl (Llandaff, Wales, 1916 - Buckinghamshire, 1990) was the Welsh writer who ate most Cadbury’s chocolate as a child and his brilliant irreverent humour has continued to illuminate various generations of readers.

70 BLOC/2009


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24/3/09

22:41

Página 72

Texto/Text: Antonio Ventura Ilustración/Illustration: Pablo Auladell

La cometa de Xiao Lin es un cuento chino, y su protagonista niño, bien podríamos decir que encarna el arquetipo del héroe infantil en la literatura tradicional oriental. A Xiao Lin lo que más le gusta es volar su cometa y, si es posible, que su padre le acompañe en el juego, pero muchas veces su padre prefiere hacer otras cosas, cosas de adultos, y entonces el pequeño se enfada y sueña con convertirse en un dragón malo.

Xiao Lin Xiao Lin Xiao Lin’s Kite is a Chinese story and we would be quite right to say that its young protagonist embodies the archetypical child hero of traditional oriental literature. What Xiao Lin likes most is flying his kite, preferably with his father, but often his father would rather do other, adult things and then the boy gets angry and dreams that he turns into a bad dragon.

72 BLOC/2009


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24/3/09

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Página 72

Texto/Text: Antonio Ventura Ilustración/Illustration: Pablo Auladell

La cometa de Xiao Lin es un cuento chino, y su protagonista niño, bien podríamos decir que encarna el arquetipo del héroe infantil en la literatura tradicional oriental. A Xiao Lin lo que más le gusta es volar su cometa y, si es posible, que su padre le acompañe en el juego, pero muchas veces su padre prefiere hacer otras cosas, cosas de adultos, y entonces el pequeño se enfada y sueña con convertirse en un dragón malo.

Xiao Lin Xiao Lin Xiao Lin’s Kite is a Chinese story and we would be quite right to say that its young protagonist embodies the archetypical child hero of traditional oriental literature. What Xiao Lin likes most is flying his kite, preferably with his father, but often his father would rather do other, adult things and then the boy gets angry and dreams that he turns into a bad dragon.

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24/3/09

22:41

Página 74

Texto/Text: Teresa Duran Ilustración/Illustration: Rocío Martínez

Más conocida como Baba Yaga (y baba, en ruso quiere decir yaya) es pérfida, artera y mala mujer, de fatales poderes sobrenaturales. Habita, por lo que cuentan, en una extraordinaria mansión encaramada sobre dos patas de gallo, deambulando de aquí para allá por donde le place, según escribió Afanásiev (Boguchar, Vosónezh, 1826 - Moscú, 1871), el principal recopilador de sus fechorías de bruja rica, caprichosa y todopoderosa.

Yaga Yaga Better known as Baba Yaga (and baba in Russian means grandmother), she is an evil, perfidious and cunning woman with lethal supernatural powers. She lives, so they say, in an extraordinary mansion perched on top of a cockerel’s feet, wandering wherever she pleases, according to Afanásiev (Boguchar, Vosónezh, 1826 - Moscow, 1871) the main collector of the deeds of this rich, capricious and all-powerful witch.

74 BLOC/2009


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Página 74

Texto/Text: Teresa Duran Ilustración/Illustration: Rocío Martínez

Más conocida como Baba Yaga (y baba, en ruso quiere decir yaya) es pérfida, artera y mala mujer, de fatales poderes sobrenaturales. Habita, por lo que cuentan, en una extraordinaria mansión encaramada sobre dos patas de gallo, deambulando de aquí para allá por donde le place, según escribió Afanásiev (Boguchar, Vosónezh, 1826 - Moscú, 1871), el principal recopilador de sus fechorías de bruja rica, caprichosa y todopoderosa.

Yaga Yaga Better known as Baba Yaga (and baba in Russian means grandmother), she is an evil, perfidious and cunning woman with lethal supernatural powers. She lives, so they say, in an extraordinary mansion perched on top of a cockerel’s feet, wandering wherever she pleases, according to Afanásiev (Boguchar, Vosónezh, 1826 - Moscow, 1871) the main collector of the deeds of this rich, capricious and all-powerful witch.

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24/3/09

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Página 76

Texto/Text: Teresa Duran Ilustración/Illustration: Federico Delicado

Pícaro y sensible chaval de cinco años que se autoproclama y vende como indio Pinagé e hijo del diablo. Tiene por amigo invisible un naranjito del huerto y por amigo imposible al Portuga, admirado dueño de un coche cromado y veloz al que encaramarse a escondidas. O, al menos eso nos contó, al rememorar su infancia, el polifacético escritor José Mauro de Vasconcelos (Bangú, Río de Janeiro, 1920-1984).

Zezé Zezé A mischievous and sensitive five-year old who proclaims and sells himself as the Indian Pinagé and son of the devil. He has a little orange tree as an invisible friend and, as an impossible friend, Portuga, admired owner of a fast chrome car to where secretly climb up. Or, at least that is what José Mauro de Vasconcelos (Bangú, Rio de Janeiro, 1920-1984), a versatile writer, told us about his childhood.

76 BLOC/2009


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Página 76

Texto/Text: Teresa Duran Ilustración/Illustration: Federico Delicado

Pícaro y sensible chaval de cinco años que se autoproclama y vende como indio Pinagé e hijo del diablo. Tiene por amigo invisible un naranjito del huerto y por amigo imposible al Portuga, admirado dueño de un coche cromado y veloz al que encaramarse a escondidas. O, al menos eso nos contó, al rememorar su infancia, el polifacético escritor José Mauro de Vasconcelos (Bangú, Río de Janeiro, 1920-1984).

Zezé Zezé A mischievous and sensitive five-year old who proclaims and sells himself as the Indian Pinagé and son of the devil. He has a little orange tree as an invisible friend and, as an impossible friend, Portuga, admired owner of a fast chrome car to where secretly climb up. Or, at least that is what José Mauro de Vasconcelos (Bangú, Rio de Janeiro, 1920-1984), a versatile writer, told us about his childhood.

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24/3/09

22:41

Página 78

Este abecedario ha sido creado gracias a la colaboración generosa y desinteresada de los siguientes creadores. Sin ellos hubiera sido imposible. Gracias. This A to Z has been devised thanks to the generous and unselfish collaboration of the following contributors without whose help it would have been impossible. Thank you.

Carmen Segovia Teresa Novoa Miguel Calatayud Elena Odriozola Javier Sáez Castán Javier Olivares Javier Zabala Mercè López Irene Fra Manuel Marín Antonio Santos Emilio Urberuaga Ivar Da Coll Ignasi Blanch

78 BLOC/2009

Óscar Villán Pere Ginard Paco Giménez Noemí Villamuza Xosé Cobas Leticia Ruifernández Alejandro Magallanes Beatriz Vidal Isidro Ferrer Elisa Arguilé Pablo Auladell Rocío Martínez Federico Delicado


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Este abecedario ha sido creado gracias a la colaboración generosa y desinteresada de los siguientes creadores. Sin ellos hubiera sido imposible. Gracias. This A to Z has been devised thanks to the generous and unselfish collaboration of the following contributors without whose help it would have been impossible. Thank you.

Carmen Segovia Teresa Novoa Miguel Calatayud Elena Odriozola Javier Sáez Castán Javier Olivares Javier Zabala Mercè López Irene Fra Manuel Marín Antonio Santos Emilio Urberuaga Ivar Da Coll Ignasi Blanch

78 BLOC/2009

Óscar Villán Pere Ginard Paco Giménez Noemí Villamuza Xosé Cobas Leticia Ruifernández Alejandro Magallanes Beatriz Vidal Isidro Ferrer Elisa Arguilé Pablo Auladell Rocío Martínez Federico Delicado


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25/3/09

13:28

Página 80

ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK

Abecedarios que se pueden leer como poemas, como cuadros, como arquitecturas, como juegos, como el mundo. Propuestas para sorprenderse con la alegría de las letras. Alphabet books which can be read as poems, as pictures, as architectures, as games just like the world. Here are some proposals to surprise yourself with the joy of letters.

Coordinación y recopilación de material gráfico Coordination and compilation of graphic material A Mano Cultura

Alfabetiere, Bruno Munari © Corraini Edizioni, Mantova, 2005. Courtesy Corraini Edizioni. www.corraini.com


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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK

Abecedarios que se pueden leer como poemas, como cuadros, como arquitecturas, como juegos, como el mundo. Propuestas para sorprenderse con la alegría de las letras. Alphabet books which can be read as poems, as pictures, as architectures, as games just like the world. Here are some proposals to surprise yourself with the joy of letters.

Coordinación y recopilación de material gráfico Coordination and compilation of graphic material A Mano Cultura

Alfabetiere, Bruno Munari © Corraini Edizioni, Mantova, 2005. Courtesy Corraini Edizioni. www.corraini.com


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25/3/09

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Página 82

ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Manuel Díaz

Marion Bataille

ABCD

Kókinos Madrid, 2008

82 BLOC/2009

os ABC books conforman un género emblemático entre los libros para niños. Durante los siglos XVIII y XIX estos libros ofrecieron interesantes variantes, vinculadas al juego y a la experimentación estética. El aprendizaje del alfabeto y nociones básicas de gramática, orientaron la producción de diversas propuestas interesantes en dos vertientes: aquellas que servían como marco para el desarrollo de libros temáticos y aquellas que se concentraron en la enseñanza de las letras más bien con un valor tipográfico. Ilustradores tan prestigiosos como Walter Crane, Randolph Caldecott y Kate Greenaway incursionaron en este género, dando cuenta de los avances técnicos que para ese momento se habían logrado en la reproducción del color. No son tampoco ajenas en los libros para niños, las distintas fórmulas que incorporan la animación, especialmente aquellas que se logran con los recursos que ofrece la ingeniería de papel: los dobleces, las ruedas giratorias, las solapas, los elementos tridimensionales, las lengüetas...

L

Ambas tradiciones se recogen en un libro muy especial recientemente editado por Albin Michel Jeunesse y que ha sido traducido por Kókinos, se trata de ABCD, de Marion Bataille. Cada página abre una posibilidad inesperada, invita a explorar cada letra desde su volumen, su dimensión táctil o su relación de formas. Más que el juego, se propone una secuencia que revela el manejo inteligente del espacio y sus múltiples transformaciones. No hay recursos desperdiciados. En el nivel estético este libro plantea muchas vinculaciones con el cinetismo, propuesta de arte contemporáneo que ha sido capitaneada por artistas venezolanos, y que busca capturar el movimiento en propuestas tan disímiles como los patrones lineales para generar movimiento aparente, la vibración cromática o las ilusiones ópticas. ABCD no es un libro común, se explaya sobre el manejo de tres colores básicos, el crema del papel, el negro y el rojo, lo que refuerza su intención de síntesis. El despliegue austero de aditamentos hace que resalten los recursos empleados como el uso del papel metalizado en el caso de la

V, y el papel transparente para lograr la página tan versátil donde la O y la P se transforman en Q y R. Cada página se exhibe con personalidad, lo que revela un escenario muy particular para que cada letra tenga su propio espacio, su propia voz. De esta forma, el ritmo del libro es bastante inesperado, lo que activa una enorme tensión orientada por la curiosidad de descubrir, desplegar y tocar. Desde ese punto de vista, el recorrido que se plantea no tiene un carácter exclusivamente visual sino también táctil, la U pide a gritos que pasemos los dedos por sus delicadas líneas ventrales, la M nos devuelve al tacto una sensación megalítica y corpórea, la Z impone que cambiemos la presión de nuestras manos para que se levante... En el libro de Bataille, convergen dos viejas tradiciones vinculadas a los libros para niños, lo que representa un reto para la creatividad. Por eso, resulta gratificante encontrar cómo un género que pareciera agotado puede cobrar un vigor inesperado, tal como sucede en dos propuestas anteriores: The Z was Zapped de Chris van Allsburgh y The Gashleycrumb Tinies de Edward Gorey.

A

Michel Jeunesse and translated by Kókinos: this is ABCD, by Marion Bataille. Every page opens up an unexpected possibility, invites us to explore each letter from its volume, its tactile dimension or its relationship of forms. More than a game it suggests a sequence which reveals the intelligent handling of space and its multiple transformations. There is not a resource wasted. On an aesthetic level this book creates many links with kinetism, a movement of contemporary art which has been led by Venezuelan artists and which tries to capture motion in proposals as divergent as linear patterns to generate apparent movement, chromatic vibration and optical illusions. ABCD is not an ordinary book. It unfolds on the handling of three basic colours, the cream of the paper and black and red which reinforce its intention of synthesis. The austere deployment of extras makes the resources employed stand out: the use of metallic paper in the case of the V, the use of transparent

paper to achieve an effect where the O and the P turn into Q and R. Each page shows itself with personality which reveals a specific scene so that each letter has its own space, its own voice. In this way, the rhythm of the book is quite surprising, which sets in motion an enormous tension orientated by the curiosity to explore, unfold and touch. From this point of view the journey that is envisaged is not exclusively visual but also tactile; the U just screams at us to pass our fingers along its delicate ventral lines, the M responds to our touch giving us a corporeal, megalithic sensation and the Z orders us to alter the pressure of our hands so that it comes up... In Bataille’s book, two traditions related to children’s books are combined which is a challenge to creativity. For that reason it is gratifying to find that a genre that seemed exhausted can take on an unexpected vigour as happened in two previous publications: The Z Was Zapped by Chris van Allsburgh and The Gashleycrumb Tinies by Edward Gorey.

BC books form an emblematic genre in children’s literature. During the 18th and 19th Centuries these books offered interesting variations linked to games and to aesthetic experiment. The learning of the alphabet and the basics of grammar oriented the production of books in two different styles: those which served as a framework for the development of thematic texts and those which concentrated on the teaching of the alphabet more as a matter of printing. Illustrators with the renown of the likes of Walter Crane, Randolph Caldecott and Kate Greenaway made incursions into this genre, giving account of the technical advances that had been made in the reproduction of colour. Neither are the various techniques which incorporate movement alien to children’s books. This is especially true of those achievable by means of paper engineering such as folding, rotating wheels, lift-up flaps, three dimensional elements, tabs, etc. Both traditions come together in a very special book recently published by Albin

La ingeniería de papel alcanza aquí un desarrollo virtuoso por la exploración del volumen, el desarrollo de mecanismos de animación y transformación y una clara vinculación estética con el cinetismo, la arquitectura contemporánea y la síntesis gráfica.

Marion Bataille

Paper engineering here reaches virtuoso levels of development by the exploration of volume, the development of animation and transformation mechanisms and the clear aesthetic link with kinetism, contemporary architecture and graphic synthesis.

2009/BLOC 83


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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Manuel Díaz

Marion Bataille

ABCD

Kókinos Madrid, 2008

82 BLOC/2009

os ABC books conforman un género emblemático entre los libros para niños. Durante los siglos XVIII y XIX estos libros ofrecieron interesantes variantes, vinculadas al juego y a la experimentación estética. El aprendizaje del alfabeto y nociones básicas de gramática, orientaron la producción de diversas propuestas interesantes en dos vertientes: aquellas que servían como marco para el desarrollo de libros temáticos y aquellas que se concentraron en la enseñanza de las letras más bien con un valor tipográfico. Ilustradores tan prestigiosos como Walter Crane, Randolph Caldecott y Kate Greenaway incursionaron en este género, dando cuenta de los avances técnicos que para ese momento se habían logrado en la reproducción del color. No son tampoco ajenas en los libros para niños, las distintas fórmulas que incorporan la animación, especialmente aquellas que se logran con los recursos que ofrece la ingeniería de papel: los dobleces, las ruedas giratorias, las solapas, los elementos tridimensionales, las lengüetas...

L

Ambas tradiciones se recogen en un libro muy especial recientemente editado por Albin Michel Jeunesse y que ha sido traducido por Kókinos, se trata de ABCD, de Marion Bataille. Cada página abre una posibilidad inesperada, invita a explorar cada letra desde su volumen, su dimensión táctil o su relación de formas. Más que el juego, se propone una secuencia que revela el manejo inteligente del espacio y sus múltiples transformaciones. No hay recursos desperdiciados. En el nivel estético este libro plantea muchas vinculaciones con el cinetismo, propuesta de arte contemporáneo que ha sido capitaneada por artistas venezolanos, y que busca capturar el movimiento en propuestas tan disímiles como los patrones lineales para generar movimiento aparente, la vibración cromática o las ilusiones ópticas. ABCD no es un libro común, se explaya sobre el manejo de tres colores básicos, el crema del papel, el negro y el rojo, lo que refuerza su intención de síntesis. El despliegue austero de aditamentos hace que resalten los recursos empleados como el uso del papel metalizado en el caso de la

V, y el papel transparente para lograr la página tan versátil donde la O y la P se transforman en Q y R. Cada página se exhibe con personalidad, lo que revela un escenario muy particular para que cada letra tenga su propio espacio, su propia voz. De esta forma, el ritmo del libro es bastante inesperado, lo que activa una enorme tensión orientada por la curiosidad de descubrir, desplegar y tocar. Desde ese punto de vista, el recorrido que se plantea no tiene un carácter exclusivamente visual sino también táctil, la U pide a gritos que pasemos los dedos por sus delicadas líneas ventrales, la M nos devuelve al tacto una sensación megalítica y corpórea, la Z impone que cambiemos la presión de nuestras manos para que se levante... En el libro de Bataille, convergen dos viejas tradiciones vinculadas a los libros para niños, lo que representa un reto para la creatividad. Por eso, resulta gratificante encontrar cómo un género que pareciera agotado puede cobrar un vigor inesperado, tal como sucede en dos propuestas anteriores: The Z was Zapped de Chris van Allsburgh y The Gashleycrumb Tinies de Edward Gorey.

A

Michel Jeunesse and translated by Kókinos: this is ABCD, by Marion Bataille. Every page opens up an unexpected possibility, invites us to explore each letter from its volume, its tactile dimension or its relationship of forms. More than a game it suggests a sequence which reveals the intelligent handling of space and its multiple transformations. There is not a resource wasted. On an aesthetic level this book creates many links with kinetism, a movement of contemporary art which has been led by Venezuelan artists and which tries to capture motion in proposals as divergent as linear patterns to generate apparent movement, chromatic vibration and optical illusions. ABCD is not an ordinary book. It unfolds on the handling of three basic colours, the cream of the paper and black and red which reinforce its intention of synthesis. The austere deployment of extras makes the resources employed stand out: the use of metallic paper in the case of the V, the use of transparent

paper to achieve an effect where the O and the P turn into Q and R. Each page shows itself with personality which reveals a specific scene so that each letter has its own space, its own voice. In this way, the rhythm of the book is quite surprising, which sets in motion an enormous tension orientated by the curiosity to explore, unfold and touch. From this point of view the journey that is envisaged is not exclusively visual but also tactile; the U just screams at us to pass our fingers along its delicate ventral lines, the M responds to our touch giving us a corporeal, megalithic sensation and the Z orders us to alter the pressure of our hands so that it comes up... In Bataille’s book, two traditions related to children’s books are combined which is a challenge to creativity. For that reason it is gratifying to find that a genre that seemed exhausted can take on an unexpected vigour as happened in two previous publications: The Z Was Zapped by Chris van Allsburgh and The Gashleycrumb Tinies by Edward Gorey.

BC books form an emblematic genre in children’s literature. During the 18th and 19th Centuries these books offered interesting variations linked to games and to aesthetic experiment. The learning of the alphabet and the basics of grammar oriented the production of books in two different styles: those which served as a framework for the development of thematic texts and those which concentrated on the teaching of the alphabet more as a matter of printing. Illustrators with the renown of the likes of Walter Crane, Randolph Caldecott and Kate Greenaway made incursions into this genre, giving account of the technical advances that had been made in the reproduction of colour. Neither are the various techniques which incorporate movement alien to children’s books. This is especially true of those achievable by means of paper engineering such as folding, rotating wheels, lift-up flaps, three dimensional elements, tabs, etc. Both traditions come together in a very special book recently published by Albin

La ingeniería de papel alcanza aquí un desarrollo virtuoso por la exploración del volumen, el desarrollo de mecanismos de animación y transformación y una clara vinculación estética con el cinetismo, la arquitectura contemporánea y la síntesis gráfica.

Marion Bataille

Paper engineering here reaches virtuoso levels of development by the exploration of volume, the development of animation and transformation mechanisms and the clear aesthetic link with kinetism, contemporary architecture and graphic synthesis.

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13:28

Página 84

ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Samuel Alonso Omeñaca

Miguel Calatayud

Al pie de la letra

Kalandraka Sevilla, 2007

84 BLOC/2009

«C

Se detiene en los paisajes, en los volcanes picudos y los espejismos desérticos, en las barriadas de la periferia o en mares inauditos, para proponer su discurso figurado. Pero también se sumerge en la mitología mediterránea de atlantes y sirenas, en la cuentística popular o en el imaginario infantil. Piratas, forzudos, elefantes circenses, cucarachas, dinosaurios, hermosas princesas y dragones son los actores y actrices de esta representación gráfica de imaginería profana. Cada doble página desarrolla una historia, un juego de ingenio visual, camuflando las grafías con mensajes crípticos, artificiales y enigmáticos. Para recrear esta atmósfera poética Calatayud se ayuda de una mirada prismática. Arremolina el punto de vista hasta conseguir una suerte de lógica visual a medio camino entre el surrealismo de las ideas y el expresionismo del color y la forma. Heredero del geometrismo más honesto, traza a tiralíneas las figuras en un laberinto barroco donde todos los motivos cobran sentido. Calatayud ordena la mancha creada por la acuarela líquida formando un puzzle caleidoscópico.

“W

unheard-of seas to put forward his figurative treatise. But he also submerges himself in the Mediterranean mythology of Titans and Sirens, in popular folklore and in childhood fictitious world. Pirates, strong men, circus elephants, cockroaches, dinosaurs, beautiful princesses and dragons are the actors and actresses of this graphic representation of the secular imaginings. Each double-page spread develops a story, a witty visual game, camouflaging the writing with artificial, cryptic and enigmatic messages. To recreate this poetic atmosphere Calatayud avails himself of a prismatic vision. He swirls the point of view around until he achieves a propitious visual logic halfway between the surrealism of ideas and the expressionism of colour and form. Inheritor of the most honest geometry, he traces the figures with his pen in a baroque maze where all motifs acquire meaning. Calatayud orders the stains formed by the watercolours into a kaleidoscopic puzzle. While the figures are subtly sketched with stark lines, a carrousel of colours lightens the tones creating thoughtprovoking scenes. Miguel Calatayud’s illustrations look for simplicity in form and he deploys his

on un seis y un cuatro, la cara de tu retrato» dice el ingenioso juego infantil que combina ambos números para dibujar un perfil humano. ¿Y si en vez de dos números solamente, usásemos todos? ¿Y si en vez de números usásemos todas las letras del alfabeto? De este pretexto lúdico se sirve Miguel Calatayud para proponer esta travesura plástica que inaugura la colección Alfabetos de la editorial Kalandraka. Atendiendo al texto introductorio, un acróstico poema, con este álbum ilustrado estamos ante una «barrabasada, un festival de garabatos, un ungüento visual o un zipizape» entre otras ocurrencias. Si optamos por el título Al pie de la letra tenemos un juego visual polisémico donde la grafía se convierte en icono. Pero basta con ojear sus páginas para encontrar un abecedario de autor, personal, original y originario, un abecedario alegórico ilustrado. En este abecedario mayúsculo Miguel Calatayud pasea por las geografías literarias más diversas buscando todas las letras ordenadas.

ith a six and a four, I draw your portrait” says the ingenious childhood game which combines the two numbers to draw the profile of a human face. And if instead of only two numbers we were to use all of them? And if instead of numbers we were to use all the letters of the alphabet? This playful pretext serves for Miguel Calatayud to come up with this artistic prank which inaugurates the collection Alfabetos from the publisher Kalandraka. Looking first at the introductory text, an acrostic poem, in this picture book, we find ourselves in a “collection of trivia, a festival of scribbles, a visual balm or a cartoon” amongst other things. If we opt for the title Al pie de la letra [Word for Word] we have a visual punning game where the writing becomes an icon. But just a glance through its pages is enough to find a novel and original allegorical illustrated alphabet by the author. In this “capital letter” alphabet Miguel Calatayud walks through the most diverse literary geographies in search of all the letters in order. He stops in the scenery, in sharp-pointed volcanoes, in desert mirages, in the shanty towns on the outskirts of cities or in

Mientras la línea clara aboceta sutilmente las figuras, un carrusel de colores degrada los tonos creando los sugerentes escenarios. La ilustración de Miguel Calatayud busca la simplicidad de las formas y despliega su complejo arsenal en el plano compositivo. Se sirve de tres estrategias plásticas para presentar cada una de las páginas como una pintura mural. Éstas son: la fragmentación de la figura en triángulos y manchas; la descomposición de los planos en una perspectiva escalonada para generar una armonía arquitectónica, y la vibración del color provocando un juego de luces y sombras. Alejado de modas, Miguel Calatayud se mantiene como uno de los más originales e innovadores ilustradores del panorama gráfico español con propuestas arriesgadas sin fecha de caducidad. Tomen mis palabras, como reza el título, al pie de la letra.

Miguel Calatayud

complex arsenal in his compositions. He uses three artistic strategies to present each one of the pages as a mural. These are: the fragmentation of the figure into triangles and shaded areas; the decomposition of the surfaces into a stepped perspective to generate architectural harmony, and the vibration of colour provoking a play of light and shade. Far removed from fashions, Miguel Calatayud continues to be one of the most original and innovative illustrators in the Spanish graphic design scene with daring proposals with no sellby-date. Trust me, as the title says: al pie de la letra [Word for Word].

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Samuel Alonso Omeñaca

Miguel Calatayud

Al pie de la letra

Kalandraka Sevilla, 2007

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«C

Se detiene en los paisajes, en los volcanes picudos y los espejismos desérticos, en las barriadas de la periferia o en mares inauditos, para proponer su discurso figurado. Pero también se sumerge en la mitología mediterránea de atlantes y sirenas, en la cuentística popular o en el imaginario infantil. Piratas, forzudos, elefantes circenses, cucarachas, dinosaurios, hermosas princesas y dragones son los actores y actrices de esta representación gráfica de imaginería profana. Cada doble página desarrolla una historia, un juego de ingenio visual, camuflando las grafías con mensajes crípticos, artificiales y enigmáticos. Para recrear esta atmósfera poética Calatayud se ayuda de una mirada prismática. Arremolina el punto de vista hasta conseguir una suerte de lógica visual a medio camino entre el surrealismo de las ideas y el expresionismo del color y la forma. Heredero del geometrismo más honesto, traza a tiralíneas las figuras en un laberinto barroco donde todos los motivos cobran sentido. Calatayud ordena la mancha creada por la acuarela líquida formando un puzzle caleidoscópico.

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unheard-of seas to put forward his figurative treatise. But he also submerges himself in the Mediterranean mythology of Titans and Sirens, in popular folklore and in childhood fictitious world. Pirates, strong men, circus elephants, cockroaches, dinosaurs, beautiful princesses and dragons are the actors and actresses of this graphic representation of the secular imaginings. Each double-page spread develops a story, a witty visual game, camouflaging the writing with artificial, cryptic and enigmatic messages. To recreate this poetic atmosphere Calatayud avails himself of a prismatic vision. He swirls the point of view around until he achieves a propitious visual logic halfway between the surrealism of ideas and the expressionism of colour and form. Inheritor of the most honest geometry, he traces the figures with his pen in a baroque maze where all motifs acquire meaning. Calatayud orders the stains formed by the watercolours into a kaleidoscopic puzzle. While the figures are subtly sketched with stark lines, a carrousel of colours lightens the tones creating thoughtprovoking scenes. Miguel Calatayud’s illustrations look for simplicity in form and he deploys his

on un seis y un cuatro, la cara de tu retrato» dice el ingenioso juego infantil que combina ambos números para dibujar un perfil humano. ¿Y si en vez de dos números solamente, usásemos todos? ¿Y si en vez de números usásemos todas las letras del alfabeto? De este pretexto lúdico se sirve Miguel Calatayud para proponer esta travesura plástica que inaugura la colección Alfabetos de la editorial Kalandraka. Atendiendo al texto introductorio, un acróstico poema, con este álbum ilustrado estamos ante una «barrabasada, un festival de garabatos, un ungüento visual o un zipizape» entre otras ocurrencias. Si optamos por el título Al pie de la letra tenemos un juego visual polisémico donde la grafía se convierte en icono. Pero basta con ojear sus páginas para encontrar un abecedario de autor, personal, original y originario, un abecedario alegórico ilustrado. En este abecedario mayúsculo Miguel Calatayud pasea por las geografías literarias más diversas buscando todas las letras ordenadas.

ith a six and a four, I draw your portrait” says the ingenious childhood game which combines the two numbers to draw the profile of a human face. And if instead of only two numbers we were to use all of them? And if instead of numbers we were to use all the letters of the alphabet? This playful pretext serves for Miguel Calatayud to come up with this artistic prank which inaugurates the collection Alfabetos from the publisher Kalandraka. Looking first at the introductory text, an acrostic poem, in this picture book, we find ourselves in a “collection of trivia, a festival of scribbles, a visual balm or a cartoon” amongst other things. If we opt for the title Al pie de la letra [Word for Word] we have a visual punning game where the writing becomes an icon. But just a glance through its pages is enough to find a novel and original allegorical illustrated alphabet by the author. In this “capital letter” alphabet Miguel Calatayud walks through the most diverse literary geographies in search of all the letters in order. He stops in the scenery, in sharp-pointed volcanoes, in desert mirages, in the shanty towns on the outskirts of cities or in

Mientras la línea clara aboceta sutilmente las figuras, un carrusel de colores degrada los tonos creando los sugerentes escenarios. La ilustración de Miguel Calatayud busca la simplicidad de las formas y despliega su complejo arsenal en el plano compositivo. Se sirve de tres estrategias plásticas para presentar cada una de las páginas como una pintura mural. Éstas son: la fragmentación de la figura en triángulos y manchas; la descomposición de los planos en una perspectiva escalonada para generar una armonía arquitectónica, y la vibración del color provocando un juego de luces y sombras. Alejado de modas, Miguel Calatayud se mantiene como uno de los más originales e innovadores ilustradores del panorama gráfico español con propuestas arriesgadas sin fecha de caducidad. Tomen mis palabras, como reza el título, al pie de la letra.

Miguel Calatayud

complex arsenal in his compositions. He uses three artistic strategies to present each one of the pages as a mural. These are: the fragmentation of the figure into triangles and shaded areas; the decomposition of the surfaces into a stepped perspective to generate architectural harmony, and the vibration of colour provoking a play of light and shade. Far removed from fashions, Miguel Calatayud continues to be one of the most original and innovative illustrators in the Spanish graphic design scene with daring proposals with no sellby-date. Trust me, as the title says: al pie de la letra [Word for Word].

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Arianna Squilloni

Bruno Munari

Alfabetiere

Corraini Edizioni Mantova, 2005

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l gurú italiano del diseño Bruno Munari compuso un abecedario, Bruno Munari’s ABC (publicado primero en Estados Unidos y sólo después en Italia como una sencilla clase de inglés), en el que representa las letras con algunas palabras, concretadas en imágenes cuya sucesión vibra con ecos de formas, colores y sonidos creando un conjunto divertido y muy estimulante. Sin embargo, Munari compuso también un Alfabetiere, que no abecedario, en el que lo que destacaba era su interés por el aprendizaje creativo e inteligente de los niños y su pasión por el funcionamiento de las cosas. «El secreto —decía el artista— es que mi punto de partida es siempre la técnica, no el arte», en realidad se trataba de crear un cenicero minimalista y práctico u objetos imposibles (suficientes para convertirlo en uno de los primeros y más intensos poetas visuales) como «El reloj del tiempo libre» (Swatch, 1994-1997). Sus soluciones se fundamentaban en el análisis previo de la estructura y función de un objeto, para subrayar sus propiedades, cuando la finalidad era práctica; o para negarlas, con la creación de

E

nuevos significados. Así, el Alfabetiere es un libro eminentemente práctico y lúdico. Las letras sse presentan en orden, pero no según el abecedario, sino según la creciente dificultad de aprendizaje del niño. Además de las letras clásicas del alfabeto italiano, se incluyen algunos grupos de consonantes y se duplican las que presentan diferentes pronunciaciones. Y es en estos preceptos, los de presentar las letras no de un modo ideal, platónico, sino con estilo directo y sin ambajes, donde se mantiene Munari a la hora de crear el aparato visual. Aquí no dibuja, sino que pega letras recortadas de periódicos y de revistas y, a veces, pequeñas imágenes de objetos cuyo nombre empiece con la letra en cuestión. Los lectores son invitados, desde el principio, a hacer lo mismo y, a su vez, a pegar en esa misma página las letras que encuentren, dando vida de esta manera a un libro personal en el que respire la variedad de formas utilizadas para significar el mismo sonido, que Munari ejemplifica a través de poemas absurdos en los que persigue oulipianamente tautogramas y monovocalismo. Acaba convirtiéndose este Alfabetiere en un

T

similar way, the Alfabetiere is an eminently practical and funny book. The letters are presented in order but it’s not alphabetical, rather it’s according to the increasing level of their difficulty for children. In addition to the classical letters of the Italian alphabet, some consonant groups are included as are those which have more than one pronunciation. And it is these principles of presenting the letters not in an ideal, Platonic way, but directly and in plain language which Munari stands by when creating the visual structure. Here he doesn’t draw, but he sticks in letters cut from newspapers and magazines, and, sometimes, small objects whose name begins with the letter in question. Readers are invited, from the beginning, to do the same and to stick the letters they find on to the relevant page, thus giving life to a personalised book in which all the variety of shapes used to represent the same sound can breathe. Munari exemplifies this by means of absurd poems in which tautograms and monovocalism appear in the style of the Oulipo Group. It ends up converting this Alfabetiere into a manual for creating poets without complexes, used to

he Italian design guru Bruno Munari composed an alphabet book, Bruno Munari’s ABC (first published in the US and only later in Italy as a simple English teaching book), in which he represents the letters with some words, pinpointed in images whose sequence vibrates with echoes of shapes, colours and sounds, creating an amusing and very stimulating set. Nevertheless, Munari also wrote an Alfabetiere, that is to say not exactly an alphabet book, in which what stood out, was his interest in children’s creative and intellectual learning and his passion for how things work. “The secret”, he said, “is that my starting point is always technique, not Art.” In reality it was about creating a practical minimalist ashtray or impossible objects (sufficient to convert him into one of the first and most intense of the visual poets) like “El reloj del tiempo libre” [The Free Time Watch] (Swatch, 1994-1997). His solutions were based on the prior analysis of the structure and function of an object to underline its properties, when the aim was practical; or to deny them with the creation of new meanings. In a

manual para crear poetas, acostumbrados a jugar sin complejos con las palabras y sus sonidos, a tratarlas como piezas de construcción para hacer y deshacer. Porque al fin y al cabo existen dos opciones de vida: la del usuario a quien las cosas llegan ya producidas y digeridas, y la del curioso que pregunta por el origen de las cosas, por sus mecanismos, que está familiarizado con las piezas fundamentales de su entorno, que sabe construir y enlazar para crear, y en este caso en particular para crear lenguaje y comunicación, para ser —lo decíamos ya antes— poeta, ya que en su etimología la palabra poeta presenta un significado mucho más terrenal y menos abstracto: un poeta (y Munari encaja en cada acepción del término) es —nada más ni nada menos— que un hacedor.

Bruno Munari © Gigliola Chisté. Courtesy Corraini Edizioni.

playing with words and sounds, treating them as building blocks to put together and take apart. Because when all is said and done there are two options in life: one is to be a user to whom things come already produced and directed and the other is to be curious and ask oneself where things come from, how they work, to be a person who is familiar with the fundamental parts of their surroundings and who knows how to construct and connect in order to create, and in this particular case to create language and communication so as to become – as we’ve already said – a poet, now that in its etymology the word poet presents a meaning much more earthy and less abstract: a poet (and Munari fits perfectly in every accepted gloss of the term) is, no more and no less, than a creator.

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Arianna Squilloni

Bruno Munari

Alfabetiere

Corraini Edizioni Mantova, 2005

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l gurú italiano del diseño Bruno Munari compuso un abecedario, Bruno Munari’s ABC (publicado primero en Estados Unidos y sólo después en Italia como una sencilla clase de inglés), en el que representa las letras con algunas palabras, concretadas en imágenes cuya sucesión vibra con ecos de formas, colores y sonidos creando un conjunto divertido y muy estimulante. Sin embargo, Munari compuso también un Alfabetiere, que no abecedario, en el que lo que destacaba era su interés por el aprendizaje creativo e inteligente de los niños y su pasión por el funcionamiento de las cosas. «El secreto —decía el artista— es que mi punto de partida es siempre la técnica, no el arte», en realidad se trataba de crear un cenicero minimalista y práctico u objetos imposibles (suficientes para convertirlo en uno de los primeros y más intensos poetas visuales) como «El reloj del tiempo libre» (Swatch, 1994-1997). Sus soluciones se fundamentaban en el análisis previo de la estructura y función de un objeto, para subrayar sus propiedades, cuando la finalidad era práctica; o para negarlas, con la creación de

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nuevos significados. Así, el Alfabetiere es un libro eminentemente práctico y lúdico. Las letras sse presentan en orden, pero no según el abecedario, sino según la creciente dificultad de aprendizaje del niño. Además de las letras clásicas del alfabeto italiano, se incluyen algunos grupos de consonantes y se duplican las que presentan diferentes pronunciaciones. Y es en estos preceptos, los de presentar las letras no de un modo ideal, platónico, sino con estilo directo y sin ambajes, donde se mantiene Munari a la hora de crear el aparato visual. Aquí no dibuja, sino que pega letras recortadas de periódicos y de revistas y, a veces, pequeñas imágenes de objetos cuyo nombre empiece con la letra en cuestión. Los lectores son invitados, desde el principio, a hacer lo mismo y, a su vez, a pegar en esa misma página las letras que encuentren, dando vida de esta manera a un libro personal en el que respire la variedad de formas utilizadas para significar el mismo sonido, que Munari ejemplifica a través de poemas absurdos en los que persigue oulipianamente tautogramas y monovocalismo. Acaba convirtiéndose este Alfabetiere en un

T

similar way, the Alfabetiere is an eminently practical and funny book. The letters are presented in order but it’s not alphabetical, rather it’s according to the increasing level of their difficulty for children. In addition to the classical letters of the Italian alphabet, some consonant groups are included as are those which have more than one pronunciation. And it is these principles of presenting the letters not in an ideal, Platonic way, but directly and in plain language which Munari stands by when creating the visual structure. Here he doesn’t draw, but he sticks in letters cut from newspapers and magazines, and, sometimes, small objects whose name begins with the letter in question. Readers are invited, from the beginning, to do the same and to stick the letters they find on to the relevant page, thus giving life to a personalised book in which all the variety of shapes used to represent the same sound can breathe. Munari exemplifies this by means of absurd poems in which tautograms and monovocalism appear in the style of the Oulipo Group. It ends up converting this Alfabetiere into a manual for creating poets without complexes, used to

he Italian design guru Bruno Munari composed an alphabet book, Bruno Munari’s ABC (first published in the US and only later in Italy as a simple English teaching book), in which he represents the letters with some words, pinpointed in images whose sequence vibrates with echoes of shapes, colours and sounds, creating an amusing and very stimulating set. Nevertheless, Munari also wrote an Alfabetiere, that is to say not exactly an alphabet book, in which what stood out, was his interest in children’s creative and intellectual learning and his passion for how things work. “The secret”, he said, “is that my starting point is always technique, not Art.” In reality it was about creating a practical minimalist ashtray or impossible objects (sufficient to convert him into one of the first and most intense of the visual poets) like “El reloj del tiempo libre” [The Free Time Watch] (Swatch, 1994-1997). His solutions were based on the prior analysis of the structure and function of an object to underline its properties, when the aim was practical; or to deny them with the creation of new meanings. In a

manual para crear poetas, acostumbrados a jugar sin complejos con las palabras y sus sonidos, a tratarlas como piezas de construcción para hacer y deshacer. Porque al fin y al cabo existen dos opciones de vida: la del usuario a quien las cosas llegan ya producidas y digeridas, y la del curioso que pregunta por el origen de las cosas, por sus mecanismos, que está familiarizado con las piezas fundamentales de su entorno, que sabe construir y enlazar para crear, y en este caso en particular para crear lenguaje y comunicación, para ser —lo decíamos ya antes— poeta, ya que en su etimología la palabra poeta presenta un significado mucho más terrenal y menos abstracto: un poeta (y Munari encaja en cada acepción del término) es —nada más ni nada menos— que un hacedor.

Bruno Munari © Gigliola Chisté. Courtesy Corraini Edizioni.

playing with words and sounds, treating them as building blocks to put together and take apart. Because when all is said and done there are two options in life: one is to be a user to whom things come already produced and directed and the other is to be curious and ask oneself where things come from, how they work, to be a person who is familiar with the fundamental parts of their surroundings and who knows how to construct and connect in order to create, and in this particular case to create language and communication so as to become – as we’ve already said – a poet, now that in its etymology the word poet presents a meaning much more earthy and less abstract: a poet (and Munari fits perfectly in every accepted gloss of the term) is, no more and no less, than a creator.

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK

Construis-moi une lettre es un abecedario clásico.

Emma Bosch

Anne Bertier

Construis-mois une lettre

E

n cada doble página hallamos una letra acompañada de una ilustración de un objeto concreto o abstracto que empieza con dicha letra. La singularidad de este libro —que lo hace apropiado para todas las edades— radica en el tratamiento gráfico y en la «doble alfabetización» que propone la autora presentándonos las 26 letras del abecedario francés y ampliando nuestro vocabulario en esta lengua, pero también desplegando ante nuestra mirada las múltiples posibilidades del alfabeto visual. Anne Bertier ha creado un abecedario muy personal. La ilustradora —¿o debería llamarla tipógrafa?—, diseña una fuente tipográfica original de palo seco gracias a la técnica de plantillas y reservas que confecciona con cinta adhesiva removible. Y con esta misma técnica realiza las ilustraciones que acompañan a las letras. Las imágenes son extraordinariamente sintéticas, podrían definirse como pictográficas, y están realizadas con el mínimo número de elementos, por lo que a veces no es fácil identificar la forma asociada a la letra. Algunas figuras están formadas con las mismas letras que ilustran (la S y su forma

invertida para Symétrie, la N en positivo y negativo para Négatif). Otras están realizadas con trozos de las letras que acompañan (Creux con parte de la C, Quart con un cuarto de la Q). Otras están construidas con lo que podrían ser desperdicios de posibles recortes usados para confeccionar las letras (el ojal de la O para Ouverture, o un posible resto de papel con forma de puente para Pont resultado de recortar una P). Muchas de estas ilustraciones son tan esquemáticas que sugieren nuevos signos alfabéticos (por ejemplo, la forma de la F en Fourche, o la cama de la L en Lit). Construis-moi une lettre es una obra de gran ayuda para entender el funcionamiento de los elementos básicos del lenguaje visual. Además de las citadas referencias a conceptos como la simetría o el negativo de una imagen, subraya, por ejemplo, cómo el grueso de un trazo tiene el poder de transformar una letra

en imagen (una G en un Cascabel, Grelot); o cómo la alteración de un trazo puede estar cargado de significado (la barra alargada de la H que manifiesta la horizontalidad, Horizontale); o el poder de transformación global que provoca la inversión de un solo elemento (convirtiendo una M en una Casa, Maison). El juego gráfico que realiza Bertier con las formas geométricas con las que construye letras y otros objetos es soberbio. La síntesis y la sobriedad gráficas se acentúan con el uso de una sola tinta, un rojo intenso impreso sobre un papel blanco de alto gramaje. Es admirable la propuesta gráfica tan pregnante que nos ofrece la autora que, siendo estéticamente simple y sencilla, sugiere muchísimas interpretaciones. Este libro nos invita a aprender a mirar las letras, a construir con ellas y a apreciar el minimalismo en un entorno gráfico en el que suele imperar el exceso.

letters which they illustrate: the S and its inversion for Symétrie, the N in positive and negative for Négatif. Others are reproduced with parts of the letters they go with: Creux with part of the C, Quart with a quarter of the Q. Others are built from what could be left-overs of possible cuttings used to make the letters: the buttonhole of the O for Ouverture or a possible cutting in the shape of a bridge for Pont resulting from chopping up a P. Many of these illustrations are so schematic that they suggest new alphabetical signs: for example the shape of the F in Fourche or the bed of the L in Lit. Construis-moi une lettre is a work which is a great help in understanding the functions of the basic elements of visual language. In addition to the references to concepts such as symmetry and negative mentioned above, it underlines, for example, how the thickness of a line has the

power to transform a letter into a picture: a G into a jingle, Grelot; or how the alteration of a line can be full of significance: the lengthened bar of the H which illustrates horizontality, Horizontale; or the global power of transformation which results from the inversion of one single element: converting an M into a house, Maison. The graphical game played by Bertier with the geometric forms which she uses to build the letters is superb. The synthesis and the restrained graphics are stressed by the use of only one ink, an intense red on heavy white paper. The fertile graphical concept which the author offers us is admirable; being aesthetically simple and easy, it is open to a multitude of interpretations. This book invites us to learn to look at the letters, to use them as building blocks and to value minimalism in a graphical world in which excesses are the rule.

Anne Bertier

O

Éditions MeMo Nantes, 2004

88 BLOC/2009

Construis-mois une lettre is a classic alphabet book.

n each double page we find a letter accompanied by an illustration of a concrete object or an abstraction which begins with that letter. The singularity of this book – which makes it suitable for all ages – is in the handling of the graphics and the “double literacy” which the author offers by presenting us the 26 letters of the French alphabet and enlarging our vocabulary in this language, but also unfolding the many posibilities of the visual alphabet in front of our very eyes. Anne Bertier has created a very personal alphabet. The illustrator – or should she be called typographer? – creates an original sans serif font thanks to the stencils and spares she makes with removeable sticky tape. She uses the same technique to produce the illustrations which accompany the letters. The images, which could be described as pictographs, are extraordinarily schematic and are produced with the minimum number of elements which sometimes makes it difficult to identify the form associated with the letter. Some figures are formed by the same

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK

Construis-moi une lettre es un abecedario clásico.

Emma Bosch

Anne Bertier

Construis-mois une lettre

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n cada doble página hallamos una letra acompañada de una ilustración de un objeto concreto o abstracto que empieza con dicha letra. La singularidad de este libro —que lo hace apropiado para todas las edades— radica en el tratamiento gráfico y en la «doble alfabetización» que propone la autora presentándonos las 26 letras del abecedario francés y ampliando nuestro vocabulario en esta lengua, pero también desplegando ante nuestra mirada las múltiples posibilidades del alfabeto visual. Anne Bertier ha creado un abecedario muy personal. La ilustradora —¿o debería llamarla tipógrafa?—, diseña una fuente tipográfica original de palo seco gracias a la técnica de plantillas y reservas que confecciona con cinta adhesiva removible. Y con esta misma técnica realiza las ilustraciones que acompañan a las letras. Las imágenes son extraordinariamente sintéticas, podrían definirse como pictográficas, y están realizadas con el mínimo número de elementos, por lo que a veces no es fácil identificar la forma asociada a la letra. Algunas figuras están formadas con las mismas letras que ilustran (la S y su forma

invertida para Symétrie, la N en positivo y negativo para Négatif). Otras están realizadas con trozos de las letras que acompañan (Creux con parte de la C, Quart con un cuarto de la Q). Otras están construidas con lo que podrían ser desperdicios de posibles recortes usados para confeccionar las letras (el ojal de la O para Ouverture, o un posible resto de papel con forma de puente para Pont resultado de recortar una P). Muchas de estas ilustraciones son tan esquemáticas que sugieren nuevos signos alfabéticos (por ejemplo, la forma de la F en Fourche, o la cama de la L en Lit). Construis-moi une lettre es una obra de gran ayuda para entender el funcionamiento de los elementos básicos del lenguaje visual. Además de las citadas referencias a conceptos como la simetría o el negativo de una imagen, subraya, por ejemplo, cómo el grueso de un trazo tiene el poder de transformar una letra

en imagen (una G en un Cascabel, Grelot); o cómo la alteración de un trazo puede estar cargado de significado (la barra alargada de la H que manifiesta la horizontalidad, Horizontale); o el poder de transformación global que provoca la inversión de un solo elemento (convirtiendo una M en una Casa, Maison). El juego gráfico que realiza Bertier con las formas geométricas con las que construye letras y otros objetos es soberbio. La síntesis y la sobriedad gráficas se acentúan con el uso de una sola tinta, un rojo intenso impreso sobre un papel blanco de alto gramaje. Es admirable la propuesta gráfica tan pregnante que nos ofrece la autora que, siendo estéticamente simple y sencilla, sugiere muchísimas interpretaciones. Este libro nos invita a aprender a mirar las letras, a construir con ellas y a apreciar el minimalismo en un entorno gráfico en el que suele imperar el exceso.

letters which they illustrate: the S and its inversion for Symétrie, the N in positive and negative for Négatif. Others are reproduced with parts of the letters they go with: Creux with part of the C, Quart with a quarter of the Q. Others are built from what could be left-overs of possible cuttings used to make the letters: the buttonhole of the O for Ouverture or a possible cutting in the shape of a bridge for Pont resulting from chopping up a P. Many of these illustrations are so schematic that they suggest new alphabetical signs: for example the shape of the F in Fourche or the bed of the L in Lit. Construis-moi une lettre is a work which is a great help in understanding the functions of the basic elements of visual language. In addition to the references to concepts such as symmetry and negative mentioned above, it underlines, for example, how the thickness of a line has the

power to transform a letter into a picture: a G into a jingle, Grelot; or how the alteration of a line can be full of significance: the lengthened bar of the H which illustrates horizontality, Horizontale; or the global power of transformation which results from the inversion of one single element: converting an M into a house, Maison. The graphical game played by Bertier with the geometric forms which she uses to build the letters is superb. The synthesis and the restrained graphics are stressed by the use of only one ink, an intense red on heavy white paper. The fertile graphical concept which the author offers us is admirable; being aesthetically simple and easy, it is open to a multitude of interpretations. This book invites us to learn to look at the letters, to use them as building blocks and to value minimalism in a graphical world in which excesses are the rule.

Anne Bertier

O

Éditions MeMo Nantes, 2004

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Construis-mois une lettre is a classic alphabet book.

n each double page we find a letter accompanied by an illustration of a concrete object or an abstraction which begins with that letter. The singularity of this book – which makes it suitable for all ages – is in the handling of the graphics and the “double literacy” which the author offers by presenting us the 26 letters of the French alphabet and enlarging our vocabulary in this language, but also unfolding the many posibilities of the visual alphabet in front of our very eyes. Anne Bertier has created a very personal alphabet. The illustrator – or should she be called typographer? – creates an original sans serif font thanks to the stencils and spares she makes with removeable sticky tape. She uses the same technique to produce the illustrations which accompany the letters. The images, which could be described as pictographs, are extraordinarily schematic and are produced with the minimum number of elements which sometimes makes it difficult to identify the form associated with the letter. Some figures are formed by the same

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Xosé Cobas

Kveta ˇ Pacovská

Hasta el infinito

H

asta el infinito es el título de un libro-álbum, en el que Kvˇeta Pacovská nos invita a viajar a través de los números y las letras de un abecedario. Un viaje que pretende ir más allá de la simple representación de letras y números. Signos y símbolos que evocan conceptos pictóricos, escultóricos y gráficos y acercan la propuesta de este libro a la categoría de arte. Si miramos su exterior, observamos aspectos que anticipan lo que será el viaje a su interior. Pacovská recorta figuras geométricas en cartón blanco —pretendidos signos alfabéticos y numéricos— que aplica sobre el fondo, también blanco, de la cubierta y contracubierta; de este modo la autora anticipa el contenido, tanto conceptual como procesual, de lo que va a contar. No en vano dirige la mirada, en esta primera acción, sobre la plástica de Hans Arp. Tampoco ha sido casual la elección del formato milimétricamente cuadrado, así como la artesanal desnudez del lomo, ambos con discurso propio. Ya en el interior, la primera doble página —a modo de guardas— nos impacta visualmente. Su rojo intenso y uniforme está interrumpido por

una tira blanca y estrecha, sobre la que figuran repetidamente el nombre de la autora y el título del libro. Esta reiteración textual crea un ritmo gráfico que anticipa el concepto espacio-tiempo y redimensiona, a la vez, el significado de hasta el infinito. A partir de aquí iniciamos el recorrido a través de un paisaje de imágenes tan variado como sorprendente. Un viaje lento, que nos detiene en la contemplación de espacios, signos y arquitecturas que se abren al infinito. Un viaje para aprehender el discurso omnisciente de determinados «ismos» y revisitar, en la historia del arte, sus rincones más recientes. No queremos desvelar misterios que condicionen al lector en el apasionante viaje de Hasta el Infinito, por lo que sólo comentaremos dos letras de este abecedario. La letra A: unas veces se manifiesta troquelada, abierta al espacio hueco y desnudo, o materializada en tinta roja, o en la sencillez de un barniz transparente; otras, se despliega en una arquitectura antropomórfica, con mirada de niño que interroga.

asta el infinito is the title of a picture book, in which Kvˇeta Pacovská invites us to travel by means of numbers and the letters of the alphabet. It is a journey which tries to take us further than the mere representation of these letters and numbers. Signs and symbols evoke pictorial, sculptural and graphical concepts which lift the intention of this book into the category of Art. If we examine the cover we can see aspects which gives us a foretaste of how the journey inside will be. Pacovská cuts geometric figures out of white card – would-be alphabetical and numerical signs – and puts them onto the white background of the front and back covers; in this way the author anticipates the contents conceptually and technically of what she is going to narrate. Not in vain does she direct her gaze, in this first action, to the Plastic Art of Hans Arp. Neither was it by chance that a format of millimetre squares was chosen, nor the home-made blankness of the spine which both speak for themselves. Now inside, the first double-page spread – in the style of an end paper – has a real visual

impact. Its intense uniform red is interrupted by a narrow white stripe on which the name of the author and the title of the book are repeated. This textual reiteration creates a graphic rhythm which anticipates the space-time concept and puts the meaning of toward infinity hasta el infinito) in a new dimension. From here we begin the trip through a landscape of images as varied as they are surprising. A slow journey which halts us in our contemplation of spaces, signs and architectures which open to infinity. It is a journey to learn from the all-knowing reasoning power of certain “isms” and to revisit, in the history of Art, its most recent corners. We don’t want to reveal the mysteries which might prepare the reader for the passionate journey of Hasta el infinito so we will only comment on two letters from this alphabet. Letter A: sometimes it appears die-cast, open to empty and naked space, or drawn in red ink or in the simplicity of a transparent varnish; at other times it unfolds in an anthropomorphic architecture with the interrogating gaze of a child.

H

Kalandraka Sevilla, 2008

90 BLOC/2009

La alternancia de códigos nos lleva a una Y que persigue el apropiacionismo de imágenes. Su cuerpo metalizado, sobre el fondo blanco de una página par, captura, como espejo indiscreto, cualquier imagen que la circunde. De hecho, la página contigua, la impar, de fondo negro y contenido ligeramente suprematista, queda capturada en el mismo acto de pasar la página, al reflejarse dentro del cuerpo de la Y; de este modo, lo que antes era una «letra metal», es ahora un «cuadro suprematista» con forma de Y. El diseño de esta letra nos aproxima al lenguaje visual de la obra de Dan Graham, a quién K.P. recurre para conformar efectos ópticos y juegos espaciales.

The alternating of codes brings us to a Y which

Estas dos letras son sólo ejemplos de lo que nos podemos encontrar más allá del horizonte, en un libro que, sin duda, llega hasta el infinito.

Kveta ˇ Pacovská

chases the appropriation of images. Its metallic body, on a white background on an even-numbered page, captures, like an indiscreet mirror whatever image surrounds it. In fact, the contiguous page, the odd-numbered one, with a black background and with slightly suprematist contents, is captured in the very act of turning the page on being reflected in the body of the Y; in this way, what was before a “metal letter”, is now a “suprematist picture” in the form of a Y. The design of this letter brings us close to the visual language of the work of Dan Graham to whom K.P. resorts to fashion optical effects and spatial games.

These two letters are only examples of what we can find beyond the horizon in a book which, undoubtedly reaches towards infinity.

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Xosé Cobas

Kveta ˇ Pacovská

Hasta el infinito

H

asta el infinito es el título de un libro-álbum, en el que Kvˇeta Pacovská nos invita a viajar a través de los números y las letras de un abecedario. Un viaje que pretende ir más allá de la simple representación de letras y números. Signos y símbolos que evocan conceptos pictóricos, escultóricos y gráficos y acercan la propuesta de este libro a la categoría de arte. Si miramos su exterior, observamos aspectos que anticipan lo que será el viaje a su interior. Pacovská recorta figuras geométricas en cartón blanco —pretendidos signos alfabéticos y numéricos— que aplica sobre el fondo, también blanco, de la cubierta y contracubierta; de este modo la autora anticipa el contenido, tanto conceptual como procesual, de lo que va a contar. No en vano dirige la mirada, en esta primera acción, sobre la plástica de Hans Arp. Tampoco ha sido casual la elección del formato milimétricamente cuadrado, así como la artesanal desnudez del lomo, ambos con discurso propio. Ya en el interior, la primera doble página —a modo de guardas— nos impacta visualmente. Su rojo intenso y uniforme está interrumpido por

una tira blanca y estrecha, sobre la que figuran repetidamente el nombre de la autora y el título del libro. Esta reiteración textual crea un ritmo gráfico que anticipa el concepto espacio-tiempo y redimensiona, a la vez, el significado de hasta el infinito. A partir de aquí iniciamos el recorrido a través de un paisaje de imágenes tan variado como sorprendente. Un viaje lento, que nos detiene en la contemplación de espacios, signos y arquitecturas que se abren al infinito. Un viaje para aprehender el discurso omnisciente de determinados «ismos» y revisitar, en la historia del arte, sus rincones más recientes. No queremos desvelar misterios que condicionen al lector en el apasionante viaje de Hasta el Infinito, por lo que sólo comentaremos dos letras de este abecedario. La letra A: unas veces se manifiesta troquelada, abierta al espacio hueco y desnudo, o materializada en tinta roja, o en la sencillez de un barniz transparente; otras, se despliega en una arquitectura antropomórfica, con mirada de niño que interroga.

asta el infinito is the title of a picture book, in which Kvˇeta Pacovská invites us to travel by means of numbers and the letters of the alphabet. It is a journey which tries to take us further than the mere representation of these letters and numbers. Signs and symbols evoke pictorial, sculptural and graphical concepts which lift the intention of this book into the category of Art. If we examine the cover we can see aspects which gives us a foretaste of how the journey inside will be. Pacovská cuts geometric figures out of white card – would-be alphabetical and numerical signs – and puts them onto the white background of the front and back covers; in this way the author anticipates the contents conceptually and technically of what she is going to narrate. Not in vain does she direct her gaze, in this first action, to the Plastic Art of Hans Arp. Neither was it by chance that a format of millimetre squares was chosen, nor the home-made blankness of the spine which both speak for themselves. Now inside, the first double-page spread – in the style of an end paper – has a real visual

impact. Its intense uniform red is interrupted by a narrow white stripe on which the name of the author and the title of the book are repeated. This textual reiteration creates a graphic rhythm which anticipates the space-time concept and puts the meaning of toward infinity hasta el infinito) in a new dimension. From here we begin the trip through a landscape of images as varied as they are surprising. A slow journey which halts us in our contemplation of spaces, signs and architectures which open to infinity. It is a journey to learn from the all-knowing reasoning power of certain “isms” and to revisit, in the history of Art, its most recent corners. We don’t want to reveal the mysteries which might prepare the reader for the passionate journey of Hasta el infinito so we will only comment on two letters from this alphabet. Letter A: sometimes it appears die-cast, open to empty and naked space, or drawn in red ink or in the simplicity of a transparent varnish; at other times it unfolds in an anthropomorphic architecture with the interrogating gaze of a child.

H

Kalandraka Sevilla, 2008

90 BLOC/2009

La alternancia de códigos nos lleva a una Y que persigue el apropiacionismo de imágenes. Su cuerpo metalizado, sobre el fondo blanco de una página par, captura, como espejo indiscreto, cualquier imagen que la circunde. De hecho, la página contigua, la impar, de fondo negro y contenido ligeramente suprematista, queda capturada en el mismo acto de pasar la página, al reflejarse dentro del cuerpo de la Y; de este modo, lo que antes era una «letra metal», es ahora un «cuadro suprematista» con forma de Y. El diseño de esta letra nos aproxima al lenguaje visual de la obra de Dan Graham, a quién K.P. recurre para conformar efectos ópticos y juegos espaciales.

The alternating of codes brings us to a Y which

Estas dos letras son sólo ejemplos de lo que nos podemos encontrar más allá del horizonte, en un libro que, sin duda, llega hasta el infinito.

Kveta ˇ Pacovská

chases the appropriation of images. Its metallic body, on a white background on an even-numbered page, captures, like an indiscreet mirror whatever image surrounds it. In fact, the contiguous page, the odd-numbered one, with a black background and with slightly suprematist contents, is captured in the very act of turning the page on being reflected in the body of the Y; in this way, what was before a “metal letter”, is now a “suprematist picture” in the form of a Y. The design of this letter brings us close to the visual language of the work of Dan Graham to whom K.P. resorts to fashion optical effects and spatial games.

These two letters are only examples of what we can find beyond the horizon in a book which, undoubtedly reaches towards infinity.

2009/BLOC 91


80_104_albumes_170309

25/3/09

13:29

Página 92

ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Arianna Squilloni

Edward Gorey

Amphigorey

Valdemar Madrid, 2002

92 BLOC/2009

ector voraz, empedernido coleccionista, asiduo espectador de teatro, ballet y cine, Edward Gorey volcó toda su curiosidad en el universo de la creación artística, tanto que, una vez afincado en Cape Cod, no necesitó viajar ni ver otros lugares para crear un mundo en el que sus protagonistas tanto pueden desaparecer en un túnel («La dresina de Willowdale o El regreso de la muñeca negra»), como ir a merendar en un cráter en la Luna («The Very Fine Clock», texto de Muriel Spark). Los escenarios de sus obras son tan probables cuanto inexistentes (deliciosa contradicción), como la atmósfera de Inglaterra victoriana de la que están imbuidos. Los textos, compuestos en el puro estilo del non sense, relatan fríamente los hechos más escalofriantes, con la seriedad con la que uno redactaría la lista de la compra. Lo siniestro como constante en el trabajo de Gorey se declina en formas literarias a menudo utilizadas para obras despreocupadas: limericks y pareados. La desgracia de los protagonistas,

L

adultos pero sobre todo niños (ya que —como decía el propio Gorey— los niños son las víctimas más obvias), es frecuentemente arbitraria. Otras veces es consecuencia de la desatención de los adultos o de sus oscuras maquinaciones... sea como sea la sensación final es la de encontrarse delante de un cuento moral victoriano en el que algo ha ido mal, en el que los tornillos se han aflojado. Y es que, como en la vida misma, las desgracias pasan porque sí («La niña desdichada»). No hay ninguna pretensión educativa en estas historias, lo que hay es una observación que se pretende objetiva y por eso mismo despiadada, como las imágenes de cadáveres sacadas de los archivos policiales. Instantáneas son las páginas de este abecedario, 26 niños arrastrados a 26 muertes a veces banales, como caer de las escaleras; otras atroces, como ser consumidos por el fuego; deplorables, como morir por exceso de ginebra; o hasta metafísicas, como morir de aburrimiento. Lo que destaca es la soledad de cada

pequeño protagonista, remarcada en la composición de la imagen. Fuerte es el contraste tonal entre el niño y el fondo de cada ilustración; sabiamente articulado el ritmo en la sucesión de ambientes abiertos y cerrados, en la colocación espacial de los elementos; y cruel, la portada, el único lugar en el que los niños que componen este abecedario no están solos, sino agrupados bajo la sombra del paraguas de la muerte, el único personaje que parece preocuparse por ellos. ¿Un juicio moral por parte de Gorey? ¿Una historia en la línea de La pequeña cerillera? La cuestión es que en «Los pequeñines macabros» Gorey utiliza el abecedario como juego estilístico para estructurar su inventario de pequeñas muertes; la idea de cubrir un listado completo transmite la inevitabilidad de la desgracia y al mismo tiempo un homenaje frente a tanto abandono. De esta forma y a escondidas, la mirada de Gorey acaba haciéndose portadora del más tierno de los cuidados. Una vez más: como la vida misma.

A

and rhyming couplets. The misfortune of the protagonists, children more often than not (because – as Gorey himself used to say – children are the obvious victims), is often arbitrary. On other occasions it is a consequence of the lack of attention on the part of adults or their obscure machinations... however it is brought about, the final sensation is that of finding oneself reading a Victorian moral tale in which something has gone wrong, in which the screws have come loose. And the thing is that, as in real life, misfortunes just happen (“The Hapless Child”). These stories make no pretence to be educational. What there is an observation which claims to be objective and for that reason without pity like photos of dead bodies taken from the police archives. The pages of this alphabet book are snapshots, 26 children dragged to 26 deaths which are sometimes banal, like falling down the stairs; sometime atrocious, such as being burnt to death; sometimes deplorable, like dying from an overdose of gin; or even metaphysical, like dying of

boredom. What stands out is the loneliness of each of the little protagonists, noticeable in the composition of the pictures. Each illustration has a marked tonal contrast between the child and the background. There is a wisely articulated rhythm in the sequence of exteriors and interiors, the positioning of the elements is strong, and with cruel irony, the cover is the only place in which the children who appear in the book are not alone but grouped together beneath the shade of the umbrella of death, the only character who seems to care for them. Is this a moral judgement on Gorey’s part? Is it a story along the same lines as The Little Match Girl? The point is that in “The Gashlycrumb Tinies” Gorey uses the alphabet as a stylistic game to structure his list of little deaths; the idea of covering the entire list transmits the inevitability of the misfortune and at the same time pays them homage in the face of such abandonment. In this way and behind our backs, the gaze of Gorey ends up making him a carrier of the most tender loving care. Once again: just like life itself.

voracious reader, inveterate collector, assiduous spectator of theatre, ballet and the cinema, Edward Gorey concentrated all his curiosity into the universe of artistic creation, so much so, that once he had settled in Cape Cod, he found no need to travel nor to see other places in order to create a world in which his protagonists could just as easily disappear into a tunnel (“The Willowdale Handcar or The Return of the Black Doll”) as go to have a picnic on the Moon (“The Very Fine Clock”, with text by Muriel Spark). The settings for his stories are as probable as much as they are non-existent (a delicious contradiction), like the atmosphere of Victorian England with which they are imbued. The texts, written in a pure nonsense style, relate in an unemotional way the most spine-chilling events, with the gravity with which one would prepare a shopping list. The sinister as a constant presence in the work of Gorey appears in literary forms more often used for light-hearted works such as limericks

Edward Gorey

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Arianna Squilloni

Edward Gorey

Amphigorey

Valdemar Madrid, 2002

92 BLOC/2009

ector voraz, empedernido coleccionista, asiduo espectador de teatro, ballet y cine, Edward Gorey volcó toda su curiosidad en el universo de la creación artística, tanto que, una vez afincado en Cape Cod, no necesitó viajar ni ver otros lugares para crear un mundo en el que sus protagonistas tanto pueden desaparecer en un túnel («La dresina de Willowdale o El regreso de la muñeca negra»), como ir a merendar en un cráter en la Luna («The Very Fine Clock», texto de Muriel Spark). Los escenarios de sus obras son tan probables cuanto inexistentes (deliciosa contradicción), como la atmósfera de Inglaterra victoriana de la que están imbuidos. Los textos, compuestos en el puro estilo del non sense, relatan fríamente los hechos más escalofriantes, con la seriedad con la que uno redactaría la lista de la compra. Lo siniestro como constante en el trabajo de Gorey se declina en formas literarias a menudo utilizadas para obras despreocupadas: limericks y pareados. La desgracia de los protagonistas,

L

adultos pero sobre todo niños (ya que —como decía el propio Gorey— los niños son las víctimas más obvias), es frecuentemente arbitraria. Otras veces es consecuencia de la desatención de los adultos o de sus oscuras maquinaciones... sea como sea la sensación final es la de encontrarse delante de un cuento moral victoriano en el que algo ha ido mal, en el que los tornillos se han aflojado. Y es que, como en la vida misma, las desgracias pasan porque sí («La niña desdichada»). No hay ninguna pretensión educativa en estas historias, lo que hay es una observación que se pretende objetiva y por eso mismo despiadada, como las imágenes de cadáveres sacadas de los archivos policiales. Instantáneas son las páginas de este abecedario, 26 niños arrastrados a 26 muertes a veces banales, como caer de las escaleras; otras atroces, como ser consumidos por el fuego; deplorables, como morir por exceso de ginebra; o hasta metafísicas, como morir de aburrimiento. Lo que destaca es la soledad de cada

pequeño protagonista, remarcada en la composición de la imagen. Fuerte es el contraste tonal entre el niño y el fondo de cada ilustración; sabiamente articulado el ritmo en la sucesión de ambientes abiertos y cerrados, en la colocación espacial de los elementos; y cruel, la portada, el único lugar en el que los niños que componen este abecedario no están solos, sino agrupados bajo la sombra del paraguas de la muerte, el único personaje que parece preocuparse por ellos. ¿Un juicio moral por parte de Gorey? ¿Una historia en la línea de La pequeña cerillera? La cuestión es que en «Los pequeñines macabros» Gorey utiliza el abecedario como juego estilístico para estructurar su inventario de pequeñas muertes; la idea de cubrir un listado completo transmite la inevitabilidad de la desgracia y al mismo tiempo un homenaje frente a tanto abandono. De esta forma y a escondidas, la mirada de Gorey acaba haciéndose portadora del más tierno de los cuidados. Una vez más: como la vida misma.

A

and rhyming couplets. The misfortune of the protagonists, children more often than not (because – as Gorey himself used to say – children are the obvious victims), is often arbitrary. On other occasions it is a consequence of the lack of attention on the part of adults or their obscure machinations... however it is brought about, the final sensation is that of finding oneself reading a Victorian moral tale in which something has gone wrong, in which the screws have come loose. And the thing is that, as in real life, misfortunes just happen (“The Hapless Child”). These stories make no pretence to be educational. What there is an observation which claims to be objective and for that reason without pity like photos of dead bodies taken from the police archives. The pages of this alphabet book are snapshots, 26 children dragged to 26 deaths which are sometimes banal, like falling down the stairs; sometime atrocious, such as being burnt to death; sometimes deplorable, like dying from an overdose of gin; or even metaphysical, like dying of

boredom. What stands out is the loneliness of each of the little protagonists, noticeable in the composition of the pictures. Each illustration has a marked tonal contrast between the child and the background. There is a wisely articulated rhythm in the sequence of exteriors and interiors, the positioning of the elements is strong, and with cruel irony, the cover is the only place in which the children who appear in the book are not alone but grouped together beneath the shade of the umbrella of death, the only character who seems to care for them. Is this a moral judgement on Gorey’s part? Is it a story along the same lines as The Little Match Girl? The point is that in “The Gashlycrumb Tinies” Gorey uses the alphabet as a stylistic game to structure his list of little deaths; the idea of covering the entire list transmits the inevitability of the misfortune and at the same time pays them homage in the face of such abandonment. In this way and behind our backs, the gaze of Gorey ends up making him a carrier of the most tender loving care. Once again: just like life itself.

voracious reader, inveterate collector, assiduous spectator of theatre, ballet and the cinema, Edward Gorey concentrated all his curiosity into the universe of artistic creation, so much so, that once he had settled in Cape Cod, he found no need to travel nor to see other places in order to create a world in which his protagonists could just as easily disappear into a tunnel (“The Willowdale Handcar or The Return of the Black Doll”) as go to have a picnic on the Moon (“The Very Fine Clock”, with text by Muriel Spark). The settings for his stories are as probable as much as they are non-existent (a delicious contradiction), like the atmosphere of Victorian England with which they are imbued. The texts, written in a pure nonsense style, relate in an unemotional way the most spine-chilling events, with the gravity with which one would prepare a shopping list. The sinister as a constant presence in the work of Gorey appears in literary forms more often used for light-hearted works such as limericks

Edward Gorey

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK

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Página 94

No es difícil intuir qué esconden las páginas de este álbum. Sin duda, un alfabeto inusual.

Moka Seco Reeg

Chris van Allsburg

Das Z Zerplatzt (Versión en alemán de Ebi Naumann)

Carlsen Hamburgo, 2005

94 BLOC/2009

It’s not difficult to guess what is hidden in the pages of this picture book. There’s no doubt, it’s an unusual alphabet.

on sólo fijarnos en la portada, una Z descomunal subida a un escenario y enmarcada por un pesado telón, que percibimos entre claros oscuros matizados por el lápiz, quedamos sumergidos en la oscuridad del patio de butacas. Pasada esa primera fascinación envolvente (la expectación que provoca toda buena pieza teatral con un conflicto que se precie), empezamos a pasar las páginas, y cada nueva ilustración (siempre emplazada en la página par) nos presenta a otro de los personajes de esta obra teatral de corte apocalíptico, desarrollada en 26 actos: las veintiséis letras del alfabeto sufriendo, o a punto de sufrir algún tipo de quebranto. Veintiséis variaciones sobre un mismo tema: la destrucción asola el abecedario con una fuerza creativa sin igual: la Z con la que empieza y concluye el álbum, resquebrajada por el rayo, una E que se consume con el fuego que la devora (¿nos pide ayuda? ¿aquella humareda no es una señal de socorro?), una F pisoteada sin más, una M derritiéndose sobre el escenario, una T amordazada, una U que se desenraíza de su maceta, ¿buscando la libertad...?

C

Chris van Allsburg, este director de escena, dirige con mano firme este espectáculo manteniendo la tensión y el interés en todo momento, pues aunque nos presenta en cada una de sus ilustraciones el mismo conflicto: la ruina de las letras, sabe capturar tan magistralmente el momento álgido de la acción, que deja abierto tanto el comienzo como el final de la historia para que el espectador dé rienda suelta a su imaginación. Como única guía, un pareado rimado y descriptivo en el reverso de cada ilustración que juega con la aliteración de la letra que presenta. Y aunque la fuerza de este abecedario se sostiene en la ilustración, en ocasiones asoma la sonrisa al leerlo, tal es la locura y el sinsentido imaginativo en el que nos sumerge. Pero, ¿por qué van Allsburg elige esta manera de presentar un abecedario? ¿Porque la vida es puro teatro y el mundo también? ¿Cada personaje es una puerta de entrada al, a veces fascinante pero también frustrante, mundo de la comunicación? Comprender y hacerse comprender.

O

Chris van Allsburg, the director, controls the scene with a firm hand maintaining the tension and interest at all times because although the same conflict is present in every one of the illustrations – the ruin of the letters – he knows masterfully how to capture the culminating moment of the action which leaves the beginning and the end of the story for the spectator to give free rein to his or her imagination. As our only guide there is a descriptive rhyming couplet on the back of every illustration which plays on the alliteration of the letter it represents. And although the force of this alphabet is sustained by the illustrations, on occasions reading the rhymes brings out a smile such is the imaginative madness and meaninglessness in which they submerge us. But, why does van Allsburg choose this way to present his alphabet? Because life is pure theatre and the world too? Why is each person like an entrance to the sometimes fascinating but also frustrating world of communication? To understand and to make oneself understood.

nly by looking at the cover, an enormous Z on stage and backed by a heavy curtain, which we can make out between light dark colours shaded in pencil, we are submerged in the darkness of the stalls. Once this enveloping first fascination is past (the expectation which is aroused by any good piece of theatre with a conflict about to happen) we start to turn the pages and each new illustration (always placed on the even-numbered pages) presents us with another of the characters of this drama with an apocalyptic air, developed in 26 acts: the 26 letters of the alphabet suffering, or about to suffer some kind of damage. Twenty-six variations on the same theme: destruction lays waste the alphabet with an unprecedented creative force: the Z with which the book begins and ends split by a lightning strike, an E which consumes itself in the fire which devours it (Does it ask us for help? Is that smoke an SOS call?), an F trampled without more ado, an M melting on stage, a T muzzled, a U uprooting itself from its flower pot, looking for freedom...?

Veintiséis trampolines a un mundo lleno de significados... Damas y caballeros, no se pierdan este fascinante álbum-espectáculo de la mano de un elenco tan inusual como el Caslon-Ensemble y dirigido por la genial batuta de Chris van Allsburg. Arrellánense en sus butacas y dejen volar la imaginación, destrocen el alfabeto para crear nuevas palabras e historias inusitadas, pues... como mejor se aprende es jugando, o al menos eso cree Chris van Allsburg: sólo hay que dejarse contagiar por la luz de los focos. ¡Que ustedes disfruten!

La versión alemana que hace Ebi Naumann para la editorial Carlsen, es una delicia: no sólo es prácticamente idéntica al original inglés (The Z Was Zapped, Nueva York, Houghton Mifflin, 1987) e igual de minimalista, ¡hace malabarismos sonoros con las letras!

Chris van Allsburg

Twenty-six trampolines to a world full of meanings... Ladies and Gentlemen, don’t miss this fascinating album-show put on by an unusual cast such as the Caslon-Ensemble and under the genial baton of Chris van Allsburg. Make yourselves comfortable in your seats and let your imagination fly, destroy the alphabet to create new words and unusual stories, for how you learn best is by playing, or at least this is what Chris van Allsburg believes: you only have to let yourself be infected by the spotlights. Enjoy yourselves!

The German version by Ebi Naumann for the publishers Carlsen is a delight: it is not only practically identical to the original English (The Z Was Zapped, New York, Houghton Mifflin, 1987) and just as minimalist, but it also uses the letters to produce audio juggling tricks!

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK

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No es difícil intuir qué esconden las páginas de este álbum. Sin duda, un alfabeto inusual.

Moka Seco Reeg

Chris van Allsburg

Das Z Zerplatzt (Versión en alemán de Ebi Naumann)

Carlsen Hamburgo, 2005

94 BLOC/2009

It’s not difficult to guess what is hidden in the pages of this picture book. There’s no doubt, it’s an unusual alphabet.

on sólo fijarnos en la portada, una Z descomunal subida a un escenario y enmarcada por un pesado telón, que percibimos entre claros oscuros matizados por el lápiz, quedamos sumergidos en la oscuridad del patio de butacas. Pasada esa primera fascinación envolvente (la expectación que provoca toda buena pieza teatral con un conflicto que se precie), empezamos a pasar las páginas, y cada nueva ilustración (siempre emplazada en la página par) nos presenta a otro de los personajes de esta obra teatral de corte apocalíptico, desarrollada en 26 actos: las veintiséis letras del alfabeto sufriendo, o a punto de sufrir algún tipo de quebranto. Veintiséis variaciones sobre un mismo tema: la destrucción asola el abecedario con una fuerza creativa sin igual: la Z con la que empieza y concluye el álbum, resquebrajada por el rayo, una E que se consume con el fuego que la devora (¿nos pide ayuda? ¿aquella humareda no es una señal de socorro?), una F pisoteada sin más, una M derritiéndose sobre el escenario, una T amordazada, una U que se desenraíza de su maceta, ¿buscando la libertad...?

C

Chris van Allsburg, este director de escena, dirige con mano firme este espectáculo manteniendo la tensión y el interés en todo momento, pues aunque nos presenta en cada una de sus ilustraciones el mismo conflicto: la ruina de las letras, sabe capturar tan magistralmente el momento álgido de la acción, que deja abierto tanto el comienzo como el final de la historia para que el espectador dé rienda suelta a su imaginación. Como única guía, un pareado rimado y descriptivo en el reverso de cada ilustración que juega con la aliteración de la letra que presenta. Y aunque la fuerza de este abecedario se sostiene en la ilustración, en ocasiones asoma la sonrisa al leerlo, tal es la locura y el sinsentido imaginativo en el que nos sumerge. Pero, ¿por qué van Allsburg elige esta manera de presentar un abecedario? ¿Porque la vida es puro teatro y el mundo también? ¿Cada personaje es una puerta de entrada al, a veces fascinante pero también frustrante, mundo de la comunicación? Comprender y hacerse comprender.

O

Chris van Allsburg, the director, controls the scene with a firm hand maintaining the tension and interest at all times because although the same conflict is present in every one of the illustrations – the ruin of the letters – he knows masterfully how to capture the culminating moment of the action which leaves the beginning and the end of the story for the spectator to give free rein to his or her imagination. As our only guide there is a descriptive rhyming couplet on the back of every illustration which plays on the alliteration of the letter it represents. And although the force of this alphabet is sustained by the illustrations, on occasions reading the rhymes brings out a smile such is the imaginative madness and meaninglessness in which they submerge us. But, why does van Allsburg choose this way to present his alphabet? Because life is pure theatre and the world too? Why is each person like an entrance to the sometimes fascinating but also frustrating world of communication? To understand and to make oneself understood.

nly by looking at the cover, an enormous Z on stage and backed by a heavy curtain, which we can make out between light dark colours shaded in pencil, we are submerged in the darkness of the stalls. Once this enveloping first fascination is past (the expectation which is aroused by any good piece of theatre with a conflict about to happen) we start to turn the pages and each new illustration (always placed on the even-numbered pages) presents us with another of the characters of this drama with an apocalyptic air, developed in 26 acts: the 26 letters of the alphabet suffering, or about to suffer some kind of damage. Twenty-six variations on the same theme: destruction lays waste the alphabet with an unprecedented creative force: the Z with which the book begins and ends split by a lightning strike, an E which consumes itself in the fire which devours it (Does it ask us for help? Is that smoke an SOS call?), an F trampled without more ado, an M melting on stage, a T muzzled, a U uprooting itself from its flower pot, looking for freedom...?

Veintiséis trampolines a un mundo lleno de significados... Damas y caballeros, no se pierdan este fascinante álbum-espectáculo de la mano de un elenco tan inusual como el Caslon-Ensemble y dirigido por la genial batuta de Chris van Allsburg. Arrellánense en sus butacas y dejen volar la imaginación, destrocen el alfabeto para crear nuevas palabras e historias inusitadas, pues... como mejor se aprende es jugando, o al menos eso cree Chris van Allsburg: sólo hay que dejarse contagiar por la luz de los focos. ¡Que ustedes disfruten!

La versión alemana que hace Ebi Naumann para la editorial Carlsen, es una delicia: no sólo es prácticamente idéntica al original inglés (The Z Was Zapped, Nueva York, Houghton Mifflin, 1987) e igual de minimalista, ¡hace malabarismos sonoros con las letras!

Chris van Allsburg

Twenty-six trampolines to a world full of meanings... Ladies and Gentlemen, don’t miss this fascinating album-show put on by an unusual cast such as the Caslon-Ensemble and under the genial baton of Chris van Allsburg. Make yourselves comfortable in your seats and let your imagination fly, destroy the alphabet to create new words and unusual stories, for how you learn best is by playing, or at least this is what Chris van Allsburg believes: you only have to let yourself be infected by the spotlights. Enjoy yourselves!

The German version by Ebi Naumann for the publishers Carlsen is a delight: it is not only practically identical to the original English (The Z Was Zapped, New York, Houghton Mifflin, 1987) and just as minimalist, but it also uses the letters to produce audio juggling tricks!

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Pepe García Oliva

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Entre el material escolar, siempre se han hecho notar las antologías de textos: libros formados por fragmentos de obras literarias que servían para la lectura en corro a la vez que acercaban a los pupilos las grandes plumas de la literatura universal, ofreciéndoles pequeñas dosis de su obra.

Alain Le Saux y Grègoire Solotareff

Pequeño museo

S

in embargo, hay que esperar a los cursos avanzados para que los textos de Historia ofrezcan reproducciones pictóricas que, debido al formato del libro y al interés por reproducir el original completo, no pasan de ser unos cromos de difícil apreciación. Se olvida una tarea importante: la de que el alumnado aprenda a ver. Con Pequeño museo se da un gran paso en este sentido ya que nos ofrece una antología de fragmentos de cuadros en los que destaca un elemento de forma especial. En términos cinematográficos son planos-detalle de la escena que supondría el cuadro completo. Es un paseo por una variopinta pinacoteca en el que vamos a detenernos a ver sólo «un poco» de cada cuadro. Pero ¿cuál es el criterio de selección de esos detalles?, ¿por qué se han escogido esos cuadros especialmente? Aquí el museo se escolariza del todo, ya que no responde a esas salas en las que vemos las obras de un autor, de una época, de un estilo o una técnica. El criterio por el que se han elegido los detalles tiene un claro componente didáctico que cabe esperar de los dos artistas que

han llevado la tarea de selección: Alain Le Saux y Grègoire Solotareff, ambos ilustradores de libros infantiles, después de haber pasado por otras tareas en el mundo de la imagen. Los 149 fragmentos que componen el libro, aparecen en la página impar. En la par, encontramos la palabra que nombra al fragmento elegido: una parte del cuerpo (boca pie,...), un momento cotidiano (baño, juego...), un animal (paloma, llama...), etc. Y he aquí que la organización alfabética de esas palabras nos da el sentido educativo y el aprender a ver que subyace en este libro. Porque ese es el criterio de presentación de los elementos: el orden alfabético, aunque sin la pretensión de ser un abecedario exhaustivo «de la A

a la Z», una imagen por cada letra. De hecho, no encontramos palabras con la U, la W, la X ni la Y, aún existiendo uvas, un juego que podría pasar por waterpolo y una yegua, que podrían haber completado algo más ese concepto organizativo tan asociado al aprendizaje como es el abecedario. Pero el libro sigue su camino de enseñanza y se convierte también en una vía para «aprender a expresar» ya que plasma ante los ojos del lector, las distintas posibilidades plásticas de contar cómo es algo: no hay más que ponerse ante «boca» de un cuadro de Ensor, «brazo» de Picasso, o «cara» de Piero Della Francesca para ver las muchas posibilidades de contar cómo es nuestro cuerpo.

the artists who have made the selection: Alain Le Saux and Grègoire Solotareff, both children’s book illustrators after having been involved in other areas related to images. The 149 fragments which make up the book appear on the odd-numbered pages. On the evennumbered pages there is the word which gives a name to the chosen fragment: a part of the body (mouth, foot...), a moment from everyday life (bath, play...), an animal (dove, llama...), etc. And it is here that the alphabetical organisation of these words gives us the educational meaning and the “learn to see” which underlie this book. Alphabetical order is the criterion for the presentation of these elements, although the book has no pretensions to

be an exhaustive A to Z with one picture for each letter. In fact there are no words beginning with U, W, X or Z despite the existence of uvas [grapes] , a game which could pass for water polo and a yegua [mare], all of which would have served to complete this organising concept of the alphabet so associated with learning. But the book carries on its educational path and turns into a way “to learn to express oneself” because it creates in front of the reader’s eyes the various rich possibilities of describing what something is like: you only have to look at the “mouth” of a picture by Ensor, the “arm” of Picasso or the “face” of Piero Della Francesca to see the multitude of ways available to describe our bodies.

Y con todo, además de esos valores pedagógicos referidos, también es un libro para disfrutar desde cualquier posición como observador, espectador de lo menudo, asistente al espectáculo del detalle que, como sumatoria, es la sustancia misma del arte.

Grègoire Solotareff

N

Corimbo Barcelona, 2000

96 BLOC/2009

Text anthologies have always made their mark among educational resources: books formed from fragments of works of literature which could be used to be read out loud and which at the same time acquainted the students with the great writers of world literature, offering them small doses of their work.

evertheless one has to wait until more advanced school courses for History books which offer pictorial reproductions which, owing to the format of the books and the interest in reproducing the unabridged original, end up looking like transfers. An important task is forgotten: that the students learn to see. Pequeño museo [Little Museum] means a great step forward in that respect because it offers us an anthology of fragments of pictures in which one element really stands out. In cinematographic terms it consists of detailed plans of the scene which implies the whole picture. It is a stroll through a multicoloured Art Gallery in which we are going to pause awhile to see only “a little” of each picture. But what is the criterion used to select these details? why have these pictures in particular been chosen? Here the museum takes on an educational role as it doesn’t correspond to those rooms in which we see the works of an artist, of an era, of a style or of a technique. The criterion which has been the basis of the choice of the details has an obvious didactic element which is as you would expect from

Alain Le Saux

In addition to its pedagogic value already referred to, this is also a book to be enjoyed from any observational stance, like viewers of trivia and spectators of details, which in the end is the substance of Art.

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Pepe García Oliva

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Entre el material escolar, siempre se han hecho notar las antologías de textos: libros formados por fragmentos de obras literarias que servían para la lectura en corro a la vez que acercaban a los pupilos las grandes plumas de la literatura universal, ofreciéndoles pequeñas dosis de su obra.

Alain Le Saux y Grègoire Solotareff

Pequeño museo

S

in embargo, hay que esperar a los cursos avanzados para que los textos de Historia ofrezcan reproducciones pictóricas que, debido al formato del libro y al interés por reproducir el original completo, no pasan de ser unos cromos de difícil apreciación. Se olvida una tarea importante: la de que el alumnado aprenda a ver. Con Pequeño museo se da un gran paso en este sentido ya que nos ofrece una antología de fragmentos de cuadros en los que destaca un elemento de forma especial. En términos cinematográficos son planos-detalle de la escena que supondría el cuadro completo. Es un paseo por una variopinta pinacoteca en el que vamos a detenernos a ver sólo «un poco» de cada cuadro. Pero ¿cuál es el criterio de selección de esos detalles?, ¿por qué se han escogido esos cuadros especialmente? Aquí el museo se escolariza del todo, ya que no responde a esas salas en las que vemos las obras de un autor, de una época, de un estilo o una técnica. El criterio por el que se han elegido los detalles tiene un claro componente didáctico que cabe esperar de los dos artistas que

han llevado la tarea de selección: Alain Le Saux y Grègoire Solotareff, ambos ilustradores de libros infantiles, después de haber pasado por otras tareas en el mundo de la imagen. Los 149 fragmentos que componen el libro, aparecen en la página impar. En la par, encontramos la palabra que nombra al fragmento elegido: una parte del cuerpo (boca pie,...), un momento cotidiano (baño, juego...), un animal (paloma, llama...), etc. Y he aquí que la organización alfabética de esas palabras nos da el sentido educativo y el aprender a ver que subyace en este libro. Porque ese es el criterio de presentación de los elementos: el orden alfabético, aunque sin la pretensión de ser un abecedario exhaustivo «de la A

a la Z», una imagen por cada letra. De hecho, no encontramos palabras con la U, la W, la X ni la Y, aún existiendo uvas, un juego que podría pasar por waterpolo y una yegua, que podrían haber completado algo más ese concepto organizativo tan asociado al aprendizaje como es el abecedario. Pero el libro sigue su camino de enseñanza y se convierte también en una vía para «aprender a expresar» ya que plasma ante los ojos del lector, las distintas posibilidades plásticas de contar cómo es algo: no hay más que ponerse ante «boca» de un cuadro de Ensor, «brazo» de Picasso, o «cara» de Piero Della Francesca para ver las muchas posibilidades de contar cómo es nuestro cuerpo.

the artists who have made the selection: Alain Le Saux and Grègoire Solotareff, both children’s book illustrators after having been involved in other areas related to images. The 149 fragments which make up the book appear on the odd-numbered pages. On the evennumbered pages there is the word which gives a name to the chosen fragment: a part of the body (mouth, foot...), a moment from everyday life (bath, play...), an animal (dove, llama...), etc. And it is here that the alphabetical organisation of these words gives us the educational meaning and the “learn to see” which underlie this book. Alphabetical order is the criterion for the presentation of these elements, although the book has no pretensions to

be an exhaustive A to Z with one picture for each letter. In fact there are no words beginning with U, W, X or Z despite the existence of uvas [grapes] , a game which could pass for water polo and a yegua [mare], all of which would have served to complete this organising concept of the alphabet so associated with learning. But the book carries on its educational path and turns into a way “to learn to express oneself” because it creates in front of the reader’s eyes the various rich possibilities of describing what something is like: you only have to look at the “mouth” of a picture by Ensor, the “arm” of Picasso or the “face” of Piero Della Francesca to see the multitude of ways available to describe our bodies.

Y con todo, además de esos valores pedagógicos referidos, también es un libro para disfrutar desde cualquier posición como observador, espectador de lo menudo, asistente al espectáculo del detalle que, como sumatoria, es la sustancia misma del arte.

Grègoire Solotareff

N

Corimbo Barcelona, 2000

96 BLOC/2009

Text anthologies have always made their mark among educational resources: books formed from fragments of works of literature which could be used to be read out loud and which at the same time acquainted the students with the great writers of world literature, offering them small doses of their work.

evertheless one has to wait until more advanced school courses for History books which offer pictorial reproductions which, owing to the format of the books and the interest in reproducing the unabridged original, end up looking like transfers. An important task is forgotten: that the students learn to see. Pequeño museo [Little Museum] means a great step forward in that respect because it offers us an anthology of fragments of pictures in which one element really stands out. In cinematographic terms it consists of detailed plans of the scene which implies the whole picture. It is a stroll through a multicoloured Art Gallery in which we are going to pause awhile to see only “a little” of each picture. But what is the criterion used to select these details? why have these pictures in particular been chosen? Here the museum takes on an educational role as it doesn’t correspond to those rooms in which we see the works of an artist, of an era, of a style or of a technique. The criterion which has been the basis of the choice of the details has an obvious didactic element which is as you would expect from

Alain Le Saux

In addition to its pedagogic value already referred to, this is also a book to be enjoyed from any observational stance, like viewers of trivia and spectators of details, which in the end is the substance of Art.

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25/3/09

13:30

Página 98

ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Carmen Palomo García

Montse Gisbert

El abecedario fantástico de Patam, el elefante

A

l lector adulto, la literatura infantil le plantea el desafío de retroceder a un momento lejano, cuando los hábitos todavía no habían domesticado ese objeto enigmático llamado «libro», algo parecido a una caja con símbolos extraños e ilustraciones, formado por hojas blancas que sólo nacen del árbol de la imaginación. Los libros, claro, están emparentados con el placer de escuchar fábulas (ese vicio tan humano) pero implican un hecho extravagante: a veces, las fábulas se encierran dentro de un sistema de codificación complejo llamado escritura. Les decimos así a los niños, cuando empiezan a leer: quien desee saborear los frutos de ese árbol, tiene que ganárselos con su esfuerzo, aprender primero cuántos palos verticales tiene la M, cuántos palos horizontales tiene la E y qué tal se llevan entre ellas. Entre una pérdida (lo oral, lo hablado) y una promesa, se inaugura en el imaginario infantil el baile laborioso de las letras. El subgénero metaliterario de los abecedarios infantiles refrenda la promesa de otro paraíso por estrenar.

El encanto de la propuesta de Montse Gisbert en El abecedario fantástico de Patam, el elefante reside en superponer, a la fría racionalidad del código de la escritura, la soltura del disparate. Patam es un personaje elefantástico, de tierna y glotona obesidad, un viajero impenitente, protagonista de las 27 estampas que componen este álbum ilustrado. Los tres elementos de cada estampa están claramente jerarquizados. Sobre la ilustración recae el mayor peso de la obra: Patam impera aquí con su figura voluminosa inserta en espacios amplios, de amable colorismo y anchos horizontes. Los pequeños detalles, con frecuencia añadidos como collages, actúan como cepos para retener la atención

C

Tàndem Edicions Valencia, 2004

98 BLOC/2009

hildren’ literature poses the adult reader the challenge of going back to a distant moment when habit had yet to domesticate that enigmatic object called “a book”, somewhat similar to a box with strange symbols and pictures, made of white leaves which are born only from the tree of the imagination. Books are, of course, related to the pleasure of listening to fables (that so human vice) but they involve an extraordinary fact: sometimes fables are enshrouded in a complex code called writing. This is how we inform children when they start to read: whosoever wishes to taste the fruit of that tree has to show themselves worthy of it by their efforts, has to learn how many verticals there are in an M, how many horizontals there are in an E and how they get on with each other. The difficult dance of the letters begins in the infant imagination between a loss (the paradise of the spoken word) and a promise. The meta-literary sub-genre of the child’s alphabet book endorses the promise of another paradise still to come.

The charm of the offering of Montse Gisbert in El abecedario fantástico de Patam, el elefante [The Fantastic Alphabet of Patam, the Elephant], lies in the superimposition of the freedom of nonsense remarks on the cold rationality of the code of writing. Patam is an elephantastic character, obese in a sweet gluttonous way, an unrepentant traveller and protagonist of the 27 prints which make up this picture book. The three elements of each print are organised in a clear hierarchy. The illustration bears the main weight of the work: Patam reigns here with his voluminous figure placed in extensive spaces, in friendly colours and with wide horizons. The little details, often added as collages, act as bait to hold

previamente guiada por el segundo elemento de cada doble página: un texto muy breve, de una o dos frases. Este texto comenta, de forma sucinta, la ilustración y contiene al menos dos palabras que comienzan por la letra de turno. La letra, destacada en el margen superior izquierdo, queda en realidad relegada a lugar discreto pero bien incrustrada dentro del contexto global. Un aliento de absurdo y cómica insensatez recorre todo el álbum: es la loca aleatoriedad oculta en las misteriosas letras la que reúne, por ejemplo, en un mismo plato, Macarrones, Moras y Mayonesa, o llena de Botones la Bañera o arma un banquete con Quince Quesos... Así se filtra en cada página un fino humor, verdadera quintaesencia de la obra, que empapa las habilidades, querencias y travesuras de ese embajador infantil del surrealismo llamado Patam. Este abecedario de Montse Gisbert explota sutilmente la belleza del encuentro fortuito de los seres en un universo alfabetizado: un libro indómito y cómplice con la mirada, medio lírica y medio burlona, del niño que empieza a leer.

one’s attention previously guided by the second element of each double-page spread: a very short text of one or two sentences. This text succinctly comments on the picture and contains at least two words which begin the corresponding letter. The letter, highlighted in the top left-hand margin, is, in reality relegated to a discreet location but well integrated into the overall context. A whiff of absurd comic foolishness runs through the whole book: it is the crazy hidden randomness of the mysterious letters which assembles Macaroni, blackberries and Mayonnaise on the same plate, for example, or fills the Bath with Buttons or prepares a banquet with Quince Quesos [fifteen cheeses]... In this way every page is infiltrated by a subtle humour, the quintessence of the work, which permeates the skills, desires and the naughtiness of this young ambassador of surrealism called Patam. This alphabet book by Montse Gisbert subtly exploits the beauty of the chance encounter of beings in the literate universe: an untameable book that acts as an accomplice to the half-lyrical, halfmocking look of the child who is starting to read.

Montse Gisbert

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ÁLBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Carmen Palomo García

Montse Gisbert

El abecedario fantástico de Patam, el elefante

A

l lector adulto, la literatura infantil le plantea el desafío de retroceder a un momento lejano, cuando los hábitos todavía no habían domesticado ese objeto enigmático llamado «libro», algo parecido a una caja con símbolos extraños e ilustraciones, formado por hojas blancas que sólo nacen del árbol de la imaginación. Los libros, claro, están emparentados con el placer de escuchar fábulas (ese vicio tan humano) pero implican un hecho extravagante: a veces, las fábulas se encierran dentro de un sistema de codificación complejo llamado escritura. Les decimos así a los niños, cuando empiezan a leer: quien desee saborear los frutos de ese árbol, tiene que ganárselos con su esfuerzo, aprender primero cuántos palos verticales tiene la M, cuántos palos horizontales tiene la E y qué tal se llevan entre ellas. Entre una pérdida (lo oral, lo hablado) y una promesa, se inaugura en el imaginario infantil el baile laborioso de las letras. El subgénero metaliterario de los abecedarios infantiles refrenda la promesa de otro paraíso por estrenar.

El encanto de la propuesta de Montse Gisbert en El abecedario fantástico de Patam, el elefante reside en superponer, a la fría racionalidad del código de la escritura, la soltura del disparate. Patam es un personaje elefantástico, de tierna y glotona obesidad, un viajero impenitente, protagonista de las 27 estampas que componen este álbum ilustrado. Los tres elementos de cada estampa están claramente jerarquizados. Sobre la ilustración recae el mayor peso de la obra: Patam impera aquí con su figura voluminosa inserta en espacios amplios, de amable colorismo y anchos horizontes. Los pequeños detalles, con frecuencia añadidos como collages, actúan como cepos para retener la atención

C

Tàndem Edicions Valencia, 2004

98 BLOC/2009

hildren’ literature poses the adult reader the challenge of going back to a distant moment when habit had yet to domesticate that enigmatic object called “a book”, somewhat similar to a box with strange symbols and pictures, made of white leaves which are born only from the tree of the imagination. Books are, of course, related to the pleasure of listening to fables (that so human vice) but they involve an extraordinary fact: sometimes fables are enshrouded in a complex code called writing. This is how we inform children when they start to read: whosoever wishes to taste the fruit of that tree has to show themselves worthy of it by their efforts, has to learn how many verticals there are in an M, how many horizontals there are in an E and how they get on with each other. The difficult dance of the letters begins in the infant imagination between a loss (the paradise of the spoken word) and a promise. The meta-literary sub-genre of the child’s alphabet book endorses the promise of another paradise still to come.

The charm of the offering of Montse Gisbert in El abecedario fantástico de Patam, el elefante [The Fantastic Alphabet of Patam, the Elephant], lies in the superimposition of the freedom of nonsense remarks on the cold rationality of the code of writing. Patam is an elephantastic character, obese in a sweet gluttonous way, an unrepentant traveller and protagonist of the 27 prints which make up this picture book. The three elements of each print are organised in a clear hierarchy. The illustration bears the main weight of the work: Patam reigns here with his voluminous figure placed in extensive spaces, in friendly colours and with wide horizons. The little details, often added as collages, act as bait to hold

previamente guiada por el segundo elemento de cada doble página: un texto muy breve, de una o dos frases. Este texto comenta, de forma sucinta, la ilustración y contiene al menos dos palabras que comienzan por la letra de turno. La letra, destacada en el margen superior izquierdo, queda en realidad relegada a lugar discreto pero bien incrustrada dentro del contexto global. Un aliento de absurdo y cómica insensatez recorre todo el álbum: es la loca aleatoriedad oculta en las misteriosas letras la que reúne, por ejemplo, en un mismo plato, Macarrones, Moras y Mayonesa, o llena de Botones la Bañera o arma un banquete con Quince Quesos... Así se filtra en cada página un fino humor, verdadera quintaesencia de la obra, que empapa las habilidades, querencias y travesuras de ese embajador infantil del surrealismo llamado Patam. Este abecedario de Montse Gisbert explota sutilmente la belleza del encuentro fortuito de los seres en un universo alfabetizado: un libro indómito y cómplice con la mirada, medio lírica y medio burlona, del niño que empieza a leer.

one’s attention previously guided by the second element of each double-page spread: a very short text of one or two sentences. This text succinctly comments on the picture and contains at least two words which begin the corresponding letter. The letter, highlighted in the top left-hand margin, is, in reality relegated to a discreet location but well integrated into the overall context. A whiff of absurd comic foolishness runs through the whole book: it is the crazy hidden randomness of the mysterious letters which assembles Macaroni, blackberries and Mayonnaise on the same plate, for example, or fills the Bath with Buttons or prepares a banquet with Quince Quesos [fifteen cheeses]... In this way every page is infiltrated by a subtle humour, the quintessence of the work, which permeates the skills, desires and the naughtiness of this young ambassador of surrealism called Patam. This alphabet book by Montse Gisbert subtly exploits the beauty of the chance encounter of beings in the literate universe: an untameable book that acts as an accomplice to the half-lyrical, halfmocking look of the child who is starting to read.

Montse Gisbert

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Página 100

ALBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Raquel López Royo

Si los abecedarios fueron los primeros materiales para transmitir a los niños los rudimentos iniciales de la enseñanza de la lectura y de la escritura, con el paso de los años se han alejado de esta misión escolar para convertirse en un género posmoderno que reflexiona sobre sí mismo desarrollándose de una manera tentacular, hibridándose con otros géneros como la poesía, el cuento, el diseño, el libro de arte o el documental.

If alphabet books were the first materials to transmit the rudiments of reading and writing to children, with the passing of the years they have moved a long way from this mission to become a post-modern genre which is introspective and develops like tentacles, crossing with other genres such as poetry, stories, design, art books and documentaries.

100 BLOC/2009

S

i antes de nada las letras fueron una imagen, que se fue adelgazando en su referencia a lo real, ahora, los abecedarios juegan con la arquitectura de las letras evidenciando la grafía y el trazo. Exponiendo a la mirada de los lectores sus líneas curvas, rectas, quebradas, voluptuosas o minimalistas (Hasta el infinito, Kvˇeta Pacovská; ABCD, M. Bataille; Construis-mois une lettre, Anne Bertier). Y si lo que proponían los textos para los aprendices lectores era la correspondencia rigurosa entre sonido, grafía y sentido, los nuevos abecedarios nos muestran unas relaciones tan absurdas y aleatorias entre el significante y el significado (Al pie de la letra, M. Calatayud) que necesitan a un aprendiz de poeta para entrar en el juego. Las letras han pasado a tener entidad propia, al margen de sus sonidos y de sus posibilidades de guardar un significado, y se han convertido en independientes personajes protagonistas de historias (Das Z Zerplatzt, C. Van Allsburg) o en meros pretextos para conducir la mirada hasta el detalle de un cuadro (Pequeño museo, Alain Le Saux y Grègoire Solotareff) Su necesario orden alfabético ya es sólo una excusa para enumerar acciones trágicas («Los pequeñines macabros», Amphigorey, E. Gorey) y sólo vuelven por fin a su destino cuando relacionan el texto y la imagen invitando a aprender nuevas palabras que «empiezan por» (El abecedario fantástico de Patam, el elefante, M. Gisbert). Los alfabetos son ya para todas las edades, para cualquier aprendiz y los artistas nos descubren las letras ocultas en las calles, en los rostros, en la naturaleza, y parecen decirnos que los humanos no inventamos nada, que las letras ya estaban allí cuando quisimos aprender a escribir.

I

f in the beginning letters were pictures whose reference to real things became more and more tenuous, now, alphabet books play with the structure of the letters as shown by their form and strokes, exposing their lines, curved, straight, zigzag, voluptuous or minimalist to the reader (Hasta el infinito, Kv eta ˇ Pacovská; ABCD, M. Bataille; Construis-moi une lettre, Anne Bertier). And if what the old texts suggested was the rigorous correspondence between sound, form and sense, the new alphabet books show us such absurd and random relationships between the signifier and the signified (Al pie de la letra, M. Calatayud) that it takes an apprentice poet to join in the game. The letters have taken on a life of their own in addition to their sounds and their possibilities of holding a meaning and they have become independent characters protagoning their own stories (Das Z Zerplatzt, C. Van Allsburg) or mere pretexts for drawing one’s attention to the details of a picture (Pequeño museo, Alain Le Saux and Grègoire Solotareff). Their necessary alphabetical order is now only an excuse to enumerate tragic deeds (“The Gashlycrumb Tinies,” Amphigorey, E. Gorey) and they only return to their destiny when they relate the text to the image inviting us to learn new words which “begin with” (El abecedario fantástico de Patam, el elefante, M. Gisbert). ABC’s are for any age group now, for any learner and the artists reveal letters hidden in the streets, in faces, in nature and they seem to say to us that we humans didn’t invent anything; that the letters were already there when we wanted to learn to write.


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ALBUM ILUSTRADO PICTURE BOOK Raquel López Royo

Si los abecedarios fueron los primeros materiales para transmitir a los niños los rudimentos iniciales de la enseñanza de la lectura y de la escritura, con el paso de los años se han alejado de esta misión escolar para convertirse en un género posmoderno que reflexiona sobre sí mismo desarrollándose de una manera tentacular, hibridándose con otros géneros como la poesía, el cuento, el diseño, el libro de arte o el documental.

If alphabet books were the first materials to transmit the rudiments of reading and writing to children, with the passing of the years they have moved a long way from this mission to become a post-modern genre which is introspective and develops like tentacles, crossing with other genres such as poetry, stories, design, art books and documentaries.

100 BLOC/2009

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i antes de nada las letras fueron una imagen, que se fue adelgazando en su referencia a lo real, ahora, los abecedarios juegan con la arquitectura de las letras evidenciando la grafía y el trazo. Exponiendo a la mirada de los lectores sus líneas curvas, rectas, quebradas, voluptuosas o minimalistas (Hasta el infinito, Kvˇeta Pacovská; ABCD, M. Bataille; Construis-mois une lettre, Anne Bertier). Y si lo que proponían los textos para los aprendices lectores era la correspondencia rigurosa entre sonido, grafía y sentido, los nuevos abecedarios nos muestran unas relaciones tan absurdas y aleatorias entre el significante y el significado (Al pie de la letra, M. Calatayud) que necesitan a un aprendiz de poeta para entrar en el juego. Las letras han pasado a tener entidad propia, al margen de sus sonidos y de sus posibilidades de guardar un significado, y se han convertido en independientes personajes protagonistas de historias (Das Z Zerplatzt, C. Van Allsburg) o en meros pretextos para conducir la mirada hasta el detalle de un cuadro (Pequeño museo, Alain Le Saux y Grègoire Solotareff) Su necesario orden alfabético ya es sólo una excusa para enumerar acciones trágicas («Los pequeñines macabros», Amphigorey, E. Gorey) y sólo vuelven por fin a su destino cuando relacionan el texto y la imagen invitando a aprender nuevas palabras que «empiezan por» (El abecedario fantástico de Patam, el elefante, M. Gisbert). Los alfabetos son ya para todas las edades, para cualquier aprendiz y los artistas nos descubren las letras ocultas en las calles, en los rostros, en la naturaleza, y parecen decirnos que los humanos no inventamos nada, que las letras ya estaban allí cuando quisimos aprender a escribir.

I

f in the beginning letters were pictures whose reference to real things became more and more tenuous, now, alphabet books play with the structure of the letters as shown by their form and strokes, exposing their lines, curved, straight, zigzag, voluptuous or minimalist to the reader (Hasta el infinito, Kv eta ˇ Pacovská; ABCD, M. Bataille; Construis-moi une lettre, Anne Bertier). And if what the old texts suggested was the rigorous correspondence between sound, form and sense, the new alphabet books show us such absurd and random relationships between the signifier and the signified (Al pie de la letra, M. Calatayud) that it takes an apprentice poet to join in the game. The letters have taken on a life of their own in addition to their sounds and their possibilities of holding a meaning and they have become independent characters protagoning their own stories (Das Z Zerplatzt, C. Van Allsburg) or mere pretexts for drawing one’s attention to the details of a picture (Pequeño museo, Alain Le Saux and Grègoire Solotareff). Their necessary alphabetical order is now only an excuse to enumerate tragic deeds (“The Gashlycrumb Tinies,” Amphigorey, E. Gorey) and they only return to their destiny when they relate the text to the image inviting us to learn new words which “begin with” (El abecedario fantástico de Patam, el elefante, M. Gisbert). ABC’s are for any age group now, for any learner and the artists reveal letters hidden in the streets, in faces, in nature and they seem to say to us that we humans didn’t invent anything; that the letters were already there when we wanted to learn to write.


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Bloc N.º 3

25/3/09

13:30

Página 102

REVISTA INTERNACIONAL DE ARTE Y LITERATURA INFANTIL INTERNATIONAL ART AND CHILDREN’S LITERATURE MAGAZINE Deseo suscribirme a la revista BLOC desde el nº______ , por el período de un año (2 números) al precio de 44 euros* y renovaciones hasta nuevo aviso.

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Nacimiento de un acertijo Emulación de “Son & Mother”de Adrian Frutiger.

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ABECEDARIOS ILUSTRADOS ILLUSTRATED ALPHABETS

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JUAN FARIAS • ABECEDARIOS ILUSTRADOS • ALBUM ILUSTRADO

N.º 3·2009 · 22,00 €

BLOC · PRIMAVERA/SPRING · 2009

Riddles will be the main subject of Bloc’s next issue.

3

Los acertijos serán el objeto de análisis central del próximo número de Bloc.


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