Introducción El ingreso en la Universidad constituye un momento crucial en la vida de
cualquier
estudiante,
no
solo
por
las
nuevas
responsabilidades
académicas sino también por la tensión que supone el enfrentarse a los nuevos cambios en sus vidas, como relaciones
con
nuevos
compañeros
separarse de la familia, entablar y
vivir
en
residencias
o
pisos
compartidos (Beck, Taylor y Robbins, 2003, citados por Pulido et al., 2011). Como indica Martínez-Otero (2014), la vida de la Universidad es muy diferente a la de los niveles educativos inferiores, presentando otras características
organizativas
y
académicas
que
el
alumnado
recién
incorporado desconoce. La inadaptación al entorno universitario puede dar lugar a la aparición de los primeros síntomas del estrés académico. De ahí, la importancia de comprender este fenómeno. Los trabajos existentes sobre este tema, han verificado el elevado índice de estrés que sufre la población universitaria, sobre todo, en los primeros cursos de carrera y en los períodos previos a los exámenes (Berrío y Mazo, 2011). Conviene señalar, no obstante, que el estrés académico es la reacción normal de los estudiantes ante las exigencias y demandas a las que se enfrentan en la Universidad (como exámenes, exposiciones orales, el tiempo limitado para hacer los trabajos,…), permitiéndoles responder con eficacia a las distintas situaciones estresoras y conseguir sus metas académicas (Osorio, 2015). Sin embargo, tener demasiadas exigencias al mismo tiempo, puede agudizar la respuesta de estrés, dando lugar a VALIDACIÓN DEL INVENTARIO SISCO SV-21 EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS ESPAÑOLES
Cristina Ruiz Camacho y Arturo Barraza-Macías 7
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