Mayo 2006
Foros en el Museo Nacional de Bellas Artes: Optimización de espacio Mínimo
CIS CENTRO DE INVESTIGACIÓN SOCIAL
Impacto del programa de reforzamiento escolar de Un Techo para Chile Por Rodrigo Herrera y Dante Contreras Empoderamiento en mujeres beneficiarias del plan de Fomento Productivo Por Josefina Elissetche Comité de Allegados: Participando de un sueño, campamento El Gomero de Maipú Por Alejandra Córdova Masculinidad y Participación en los comités de vivienda Por Ximena de Toro y María Soledad Díaz Historias de Latinoamérica Sangre y Sol, Córdoba, Argentina Satisfacción residencial y capital social en el programa Ribera Norte, Concepción Por Héctor Bascur Entrevista a Patricia Poblete, Ministra de Vivienda y Urbanismo
Revista semestral
Año 5 número 7
Oportunidades, Equidad y Ciudad: Los nuevos pobladores Por Isabel Brain y Francisco Sabatini Tertulia Ernesto Ottone América Latina, una mirada analítica al continente
Publicación
CENTRO INVESTIGACIÓN SOCIAL UN TECHO PARA CHILE E INFOCAP
EDITORIAL
Editorial
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Foros
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Foros en el Museo Nacional de Bellas Artes: Optimización de espacio Mínimo
Investigación
Directora CIS Victoria Paz
Editora Victoria Paz
Equipo Publicación Pía Barriga Soledad González Manuel Aris
Impacto del programa de reforzamiento escolar de Un Techo para Chile Por Rodrigo Herrera y Dante Contreras
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Empoderamiento en Mujeres beneficiarias del plan de Fomento Productivo Por Josefina Elissetche
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Comité de Allegados: Participando de un sueño, campamento El Gomero de Maipú Por Alejandra Córdova
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Masculinidad y Participación en los comités de vivienda Por Ximena de Toro y María Soledad Díaz
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Historias de Latinoamérica
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Sangre y Sol, Córdoba, Argentina
Investigación
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Satisfacción residencial y capital social en el programa Ribera Norte, Concepción Por Héctor Bascur
Entrevista Colaboradores
Patricia Poblete, Ministra de Vivienda y Urbanismo
Bernardita Correa
Artículo
Daniela González
Oportunidades, Equidad y Ciudad: Los nuevos pobladores Por Isabel Brain y Francisco Sabatini
Amaya García Jorge Atria
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Tertulia
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Estamos en el comienzo de un nuevo gobierno que llegará junto a Chile al Bicentenario y con esto también, será el que verá o no cumplidas las expectativas, ambiciones y planes que se construyen en torno a esta fecha. Bastante se ha hablado en relación a la importancia de que el actual gobierno ponga especial atención al tema de la calidad, ya que en muchas áreas, como la educación por ejemplo, los temas de acceso y cobertura han avanzado en forma sostenida y han logrado resultados satisfactorios. Pero es en la calidad donde sigue estando la tarea pendiente, tema que también se hace recurrente en la vivienda, en la salud y en distintos ámbitos del quehacer nacional. Por eso, la presente publicación enfoca parte importante de sus investigaciones hacia lo cualitativo, intentando con esto ver más allá de las cifras y resultados y apreciando el efecto de ciertos programas y actividades en sus perspectivas de largo plazo y en aquello que no es posible abarcar numéricamente. Con esta perspectiva se incluye en esta edición una investigación respecto de los efectos del micro crédito en el empoderamiento de las mujeres de campamentos y dos investigaciones de participación que pretenden ahondar en la dinámica de los dirigentes de campamentos y la preponderancia femenina que usualmente se ve en estas organizaciones. Se incluye además una entrevista a Patricia Poblete, Ministra de Vivienda, respondiendo a la contingencia actual pero apuntando a esfuerzos y planes de largo plazo que se concentren no sólo en las cifras de cobertura del déficit habitacional sino también en temas de localización, integración y calidad de las futuras viviendas sociales. El desafío para los próximos cuatro años es enorme. La meta de Un Techo para Chile se refiere a un bicentenario sin la miseria de los campamentos y nuestra misión no se circunscribe sólo a er-radicaciones físicas sino a aspectos de calidad que involucran un modelo de habilitación social y apoyo a la comunidad que efectivamente genere las herramientas necesarias para enfrentar la nueva etapa a la que ingresan. Los próximos cuatro años no deben enfocarse sólo en cifras de crecimiento ni de cobertura, si bien estos dos aspectos son tremendamente importantes, sino también en la calidad de los programas y en efectos que muchas veces no son cuantificables a corto plazo.
editorial
INDICE
Ernesto Ottone América Latina, una mirada analítica al continente
Macarena Cortés M.
cis@untechoparachile.cl
www.untechoparachile.cl/cis
CIS
Diseño Gráfico
foros
Durante el mes de septiembre de 2005 Un Techo para Chile desarrolló la exposición “Optimización espacio mínimo” en el Museo de Bellas Artes. En ésta se pretendió desarrollar prototipos de mobiliario industrializables y multifuncionales para vivienda social. Los 25 prototipos expuestos fueron desarrollados por universidades e institutos, profesionales y estudiantes que participaron en Mínimo.
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En paralelo a la exposición se realizaron 4 foros que buscaron debatir, investigar y proponer acerca del Espacio Mínimo y las políticas habitacionales. Éstas fueron: 1. Vida comunitaria y organización en conjuntos de espacio mínimo. Francisca Márquez, Academia Humanismo Cristiano; Susana Aravena, Sur profesionales; Claudia Ayala, Un Barrio para mi Familia; Karen Monarde, dirigente comité campamento Los Aromos; Benjamín Díaz, Un Techo para Chile. Moderador: Iván Valenzuela, Periodista. 2. Historia e identidad en la vivienda social. Rodrigo Hidalgo, Geógrafo PUC; Mario Garcés, ECO; Francisco Sabatini, sociólogo PUC; José Bengoa, rector sociología Academia Humanismo Cristiano. Moderador:
Mónica Perez, Periodista. 3. Cultura y recursos mínimos. José Weinstein, Ministro de Cultura; Legua York, gestor cultural de La Legua; Ricardo Carrasco, documentalista de Patiperros y al Sur del Mundo. 4. Cuáles con los mínimos qué queremos para la política habitacional del país. Ricardo Tapia, director INVI Universidad de Chile; Mirko Salfate, Un Techo para Chile; Jaime Silva, jefe división políticas habitacionales MINVU. Moderador: Matías del Río, Periodista. A continuación se presentan los extractos de 2 de las temáticas desarrolladas.
CIS
FOROS SOBRE EL ESPACIO MÍNIMO EN EL MUSEO DE BELLAS ARTES
Susana Aravena Sur profesionales
Comprender cómo se construye y se vive la pobreza resulta imprescindible para poder avanzar en el trabajo de erradicarla. Asimismo, comprender cómo se construye la desigualdad, es fundamental para avanzar en una concepción de sociedad distinta y en un país más igualitario y justo. Un aspecto que hoy aparece con mayor fuerza y claridad es que la desigualdad es mucho más que ubicarse bajo el umbral de un ingreso mínimo. Pensar hoy que dejar de ser pobre es alcanzar dos canastas básicas de alimento o lograr una vivienda, sería una falsa ilusión; seguro que representa un avance desde las condiciones de precariedad, pero no resuelve el problema de fondo: La pobreza y sus consecuencias. En este sentido, es importante tener presente que la pobreza y la percepción de la desigualdad son categorías que están relacionadas y que se construyen en sociedad, por lo tanto, superar la pobreza no es una tarea de quienes viven en situación precaria, sino que es una responsabilidad de la sociedad en su conjunto.
SEGMENTACIÓN SOCIAL EN CHILE En Chile, las distancias sociales y la segmentación han crecido a la par con la inequidad en la distribución de los ingresos. Crecimiento económico e igualdad no están necesariamente vinculados. El surgimiento económico en Chile no ha impactado en la disminución de la brecha social, al contrario, esta desigualdad ha tendido a aumentar en la última década y es así que la pobreza ha pasado a ser una categoría social distante con la que no se convive ni comparte y por lo mismo, a la cual se teme. La inseguridad, el temor al otro, la segregación de la ciudad, son fenómenos que dan cuenta del debilitamiento de las relaciones sociales que se han instalado en nuestra sociedad. Sentimientos profundos que esperamos, no se hayan instalado para quedarse y que es trabajo de toda la sociedad revertirlo. Si hay algo que actualmente caracteriza la pobreza en nuestro país es su carácter estigmatizador, que fija a quienes viven en situación de pobreza en la carencia y los hace sujetos peligrosos en la mirada de otros. Esto resulta muy difícil especialmente ante la posibilidad
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de levantar una identidad, una imagen distinta y positiva de sí mismo, a no ser que aprendan a valerse de la mirada caritativa de los otros para sobrevivir. ¿Cuál es la importancia del proceso de formación de redes cuando se inicia un trabajo en campamentos? Sin lugar a dudas se ha hecho un trabajo importante desde el punto de vista de hacer visible a la pobreza y de posicionar a los pobres de una forma más digna y más humana. En particular también resulta importante la búsqueda de soluciones en casos de extrema precariedad habitacional, desde los esfuerzos del Estado como de instituciones privadas, pero también es claro que aun queda mucho por avanzar en estas materias y resulta imperativo hacerlo.
dencia están fuertemente arraigadas en la cultura chilena y en particular en la cultura funcionaria y en quienes son sujetos de la política. Por historia, quienes viven en condiciones de marginalidad y pobreza no se perciben como sujetos de derecho y sus prácticas tienden a reforzar y reproducir relaciones de dependencia. Muchas son las dificultades y las prácticas que necesariamente habría que romper para iniciar procesos de integración social sostenibles en el tiempo. Se requiere por ejemplo ampliar los espacios que permitan canalizar las demandas, construir espacios de encuentro y diálogo, los que hoy se encuentran fuertemente limitados.
las organizaciones, de los liderazgos y donde se establecieron relaciones hacia fuera, el proceso de cambio de vida a la nueva villa, no esta exento de dificultades por supuesto, pero sí es posible construir mejores lazos de confianza. Una organización con un plan de trabajo más adecuado y una proyección real de iniciar por lo menos un proceso de superación de la pobreza e integración social. Si estas redes se mantienen de manera clientelar, asistencialista, de manera oportunista, es muy difícil transformarlas y construir un país más justo donde particularmente los pobres tengan un lugar distinto y puedan ser vistos desde la confianza y como iguales.
Francisca Márquez LA SOLUCIÓN: UNA RED DE VINCULACIONES
Academia Humanismo Cristiano
PARTICIPACIÓN Y RESPONSABILIDAD EN EL CAMBIO Un pobre que levanta la voz para pelear por sus derechos es mal visto, no cumple con la forma que esta reglamentada para su comportamiento: en silencio, humilde y pasivo. Es por todas estas razones que una hipótesis central para nosotros (Sur Profesionales) es que no existe ninguna posibilidad de iniciar procesos de integración social y de superación de pobreza si no se aborda la reconstrucción de vínculos sociales de confianza, respeto y horizontalidad. Las limitaciones de los contextos de pobreza y en particular de los campamentos es que se caracterizan por la desesperanza, depresiones, enfermedades, desempleo, salud y sobrecarga de responsabilidades, que hacen que la participación y organización de estos sectores sean cíclicas; dificultan la posibilidad de tener un trabajo continuo y con proyectos comunitarios que tengan un final lo más adecuado posible. El contexto de la participación en los campamentos no es muy distinta aunque mucho más fuerte, al resto del país. La participación se caracteriza por ser funcional, instrumental, despolitizada, con organizaciones fragmentadas y con relaciones hacia fuera de dependencia y clientelismo.
EL DERECHO DE LOS POBRES Las prácticas clientelares, asistencialistas y de depen-
En este sentido, fortalecer las capacidades de los líderes, dirigentes y de sus organizaciones para conducir procesos organizativos y enfrentar la exclusión social resulta central, es necesario promover la fundación de redes de acción y cooperación entre ellos. En definitiva, ampliar las capacidades y oportunidades para el ejercicio real de la ciudadanía. Se requiere también activar y articular una red de seguimiento, acción y reflexión sobre el impacto que han tenido las políticas sociales destinadas a superar pobreza, más allá de indicadores macroeconómicos. Es un desafío pendiente para todos los que trabajamos en programas sociales, apoyar la generación de vínculos de calidad con el entorno, sus pares y las instituciones tanto públicas como privadas. Se debe asumir el compromiso por generar estrategias colectivas, se deben acordar acciones coordinadas y se deben generar propuestas y planes de acción donde la participación de los propios afectados sea real y tengan reales posibilidades de incidir en política. Hoy día creemos, desde la perspectiva de nuestro trabajo, que la organización social resulta ser un imperativo ante las violentas dinámicas de pobreza y exclusión social que se han instalado en Chile. La falta de organización, articulación, trabajo coordinado y creación de redes favorecen y tienden a perpetuar la pobreza y la desigualdad. En síntesis, la importancia que tienen las redes hacia fuera del campamento resultan centrales. Es muy evidente que donde hubo un trabajo previo de fortalecimiento de
Al referirme al problema de identidad que sufren las comunidades luego de salir de sus campamentos, para llegar a vivir finalmente en una vivienda, recuerdo las palabras de una pobladora del Resbalón: “antes teníamos por qué luchar, hoy no sabemos por qué debiésemos pelear”. Esa frase resume muy bien lo que sucede en las villas y no sólo ahí sino que también de alguna manera, lo que sucede en la sociedad chilena: ¿por qué pelear? Siempre se ha luchado por tener un lugar en la sociedad, sin embargo, algo pasa en el caso de los campamentos cuando el Estado cede ante la insistencia de los pobladores y les entrega una vivienda. Entonces hay un objetivo perdido, algo que se enreda, un sentido y una identidad que se pierden. La lucha por la vivienda era hasta entonces una base del campamento: fundar y ganarse un espacio. Nosotros los antropólogos tenemos un maestro francés: Lévi-Strauss, él decía que la identidad se construye sobre tres pilares, que explican en cierto modo lo que pasa tanto en la sociedad como a los pobladores de campamentos.
PILARES FUNDAMENTALES PARA UNA COMUNIDAD 1. Relato Constante. Al conformar una comunidad, un elemento central es la existencia de un relato constante en el tiempo, una memoria. Cuando uno reconstruye la memoria en los campamentos se da cuenta de que en el paso del campamento a la villa hay una fractura, un quiebre. Este país está lleno de quiebres y los pobladores
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I. Vida Comunitaria y Organización en Conjuntos de Espacio Mínimo
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Vida Comunitaria y Organización en Conjuntos de Espacio Mínimo
2. Unidad del discurso. La unidad de discurso es indispensable para conformar una sociedad, son necesarios ciertos acuerdos básicos sobre los cuales podemos decir “somos sociedad”, “somos país”. De la investigación “Identidad e Identidades en Chile”, puedo concluir que la unidad del discurso identitario en Chile no se construye de manera evidente; no sabemos bien que es lo que nos une como ciudadanos y lógicamente, los pobladores de campamentos no escapan a esta realidad y menos cuando han sido erradicados de comunidades consolidadas a punta de esfuerzo. Está claro que cuando se pasa a ser un cliente asistido por el Estado, hay algo que se quiebra. 3. Reconocimiento del otro. No se puede construir un nosotros si no hay un otro que me reconozca, y aquí estamos en el talón de Aquiles. El estigma acompaña la construcción identitaria de cualquier pobre, los vagabundos son invisibles y eso es parte de la sociedad chilena, una sociedad segmentada, segregada y donde el reconocimiento al otro se levanta con muchísima dificultad.
EL CASO DE CHILE En la sociedad chilena y los campamentos la unidad del discurso es difícil debido a la diversidad de identidades que conviven, es preciso estructurar un relato que respete la diversidad pero al mismo tiempo logre integrar a la comunidad. El reconocimiento por su parte, es la base, el suelo, y ahí sí que tenemos dificultades serias como país. Los campamentos tenían un relato épico, un orgullo de haberse ganado ese espacio. Cuál es el orgullo que queda después de obtener la vivienda social?, son demasiadas las trizaduras en el camino.
trabaja actualmente con 972 campamentos a lo largo del país. Muchas veces la política de vivienda ha contribuido a agravar un poco ciertos problemas sociales de la familia. En Chile Barrio se realizó todo un trabajo previo con la gente viviendo en los campamentos en función de obtener una solución habitacional y superar su condición precaria procurando el acceso a los servicios básicos. En un comienzo, la primera etapa de trabajo llegaba hasta la entrega de las llaves de la casa, sin ningún trabajo posterior. Pero los mismos pobladores plantearon que después de tener su casa añoraban sus campamentos: lo solidarios que eran allá, lo que pasaba en ese entorno y sus redes de supervivencia. El quiebre era grande, por lo tanto, fue necesario un trabajo en conjunto con los pobladores y las instituciones que trabajaban en el programa Chile Barrio basado en esta necesidad de los beneficiarios. Esto fue en el 2001 y así surgió Un barrio para mi Familia. Este programa funciona en conjunto con varias instituciones y se entiende como una estrategia de intervención global dirigida a la familia, una vez instalada en su vivienda. Su objetivo es acompañar el proceso de consolidación en el nuevo barrio y se entiende como una estrategia porque no es un programa estándar que se aplica a todas las comunidades por igual ya que cada cual tiene sus particularidades.
ÁREAS DE TRABAJO
Claudia Ayala
El programa Un barrio para mi familia se desarrolla en el contexto de Chile Barrio, un programa de Gobierno que
2. Organización comunitaria. Durante la vida del campamento, las personas han estado años en función de un solo objetivo: la vivienda. Cuando éste se logra, lo
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3. La casa propia. Otro aspecto importante es el cambio de concepto desde el “la casa que me dieron”. Es preciso profundizar en el hecho de que la casa la compraron ellos con su esfuerzo y que a partir de eso, esta se convierte en un bien para su familia. Desde ese cambio de mentalidad los pobladores sienten que la vivienda les pertenece y por lo tanto, se proyectan de manera distinta hacia el futuro.
por la misma comunidad. Al acercarnos a la municipalidad, nos encontramos con la tajante respuesta de que ellos “no se la van a poder”, lo cual ha sido una creencia permanente en la sociedad chilena.
CONFIANZA EN NUESTRA GENTE Si realmente pretendemos que las personas en situación de pobreza surjan por medio de la organización, tenemos que ir dando muestras claras de que confiamos en ellos y que los creemos capaces de hacer cosas importantes ya que de otra forma no encuentran puertas abiertas. El único camino para generar cambios reales es que confiemos en que la gente que ha tenido más bajos recursos, sólo necesita que les abramos los espacios. No necesitamos más municipalidades que lo único que hacen es desconfiar de su gente y así colaboran a perpetuar la pobreza.
Karen Monardes
Campamento Los Aromos En síntesis, lo que pretende el programa Un barrio para mi familia es hacerse cargo en la medida de lo posible de la problemática que surge en las comunidades y familias al trasladarse de un campamento a una vivienda habitacional.
Benjamín Díaz
Un Techo para Chile 1. Generar redes sociales y vinculación a ellas. Tienen que ver con el entorno del barrio. Romper la estigmatización por parte de quienes rodean a estos nuevos pobladores de la villa. Nuestra meta es generar vínculos de manera de que entre los nuevos pobladores y los ya existentes en el barrio se vean de igual a igual. Al tratarse de municipios de bajo presupuesto, el sentimiento primero es que les llega un problema, y no ven en esta nueva comunidad una potencia que, al conocer perfectamente sus necesidades y fortalezas, puede convertirse en un aporte real para sus vecinos.
Un Barrio para mi Familia
que tiende a pasar es que la gente se encierra y siente que no tiene más por que luchar, que no tiene objetivo futuro, entonces, no notan que en realidad, una vez asentados en el barrio, empiezan a aparecer nuevas preocupaciones y organizaciones que probablemente estaban latentes en los campamentos. Cuando la comunidad se percata de estas nuevas motivaciones surgen objetivos concretos, entre los más fuertes está el tema del espacio y la vivienda. La casa es solo un instrumento al servicio de la calidad de vida pero necesitan de un apoyo inicial en el proceso de aprender a vivir en ella y sacarle provecho.
Situémonos en los campamentos en donde la gente necesita organizarse para lograr acceder al agua potable, la precariedad por la que se hace precisa la organización es inimaginable, ¿Cómo hemos permitido como país que la gente tenga que organizarse para cosas tan básicas?. La necesidad de organización en los campamentos es inminente debido, en parte, a la cercanía física con los vecinos que en el tiempo se hace insostenible. La organización surge entonces a partir de la necesidad de resolver problemas puntuales. Quiero presentar como ejemplo el caso de Renca. Allá hay gente con organizaciones increíbles y gracias a ello ya están a punto de obtener una vivienda. Tenemos como objetivo crear un centro comunitario administrado
El campamento Los Aromos está en la comuna de Lo Espejo, en el viven alrededor de 500 familias y yo soy dirigente de 30 de ellas. Es difícil vivir en un campamento; las municipalidades y la gente no nos toma en cuenta y en Lo Espejo, que es una de las comunidades más pobres, en realidad no hay recursos para salir adelante. Un año después de que nosotros comenzamos a vivir ahí, llegó Un Techo para Chile y lo más importante de esto fue que ellos nos enseñaron a creer en nosotros y a saber que en realidad podemos lograr más cosas juntos. Organizar a tanta gente distinta para lograr cosas básicas no es fácil, muchos se quedan ahí de brazos cruzados y cuesta mucho sacarlos adelante porque ya perdieron las esperanzas, han tenido muchas oportunidades pero no han tomado ninguna porque ya no creen en ellas, se aburrieron de luchar. En ese caso lo que se necesita es subirle la autoestima a la gente, a cada persona y a cada familia y eso es un trabajo muy difícil. Lo peor es que después de años luchando nos dan una casa de una pieza que no nos sirve para vivir con marido e hijos, esa no es una solución.
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no escapan a ello. Con esto, tambalea la identidad y se obtiene un relato lleno de fragmentos que no permite una vinculación comunitaria.
Rodrigo Hidalgo Geógrafo PUC
Hay definiciones sobre qué es la vivienda social. Las más acertadas señalan que es la residencia, producto de las políticas habitacionales, dirigidas a los grupos más desposeídos de la sociedad. Hay definiciones técnicas que lamentablemente se condicen poco con la realidad, como la que dice que es una vivienda planificada no suntuaria e higiénica dotada con los servicios básicos, con una racionalización del diseño que lleva al mínimo sus espacios habitables, y todo, aunque nos sorprenda, con el respaldo de las ordenanzas de urbanización y construcción. Es muy importante tener en cuenta la magnitud de la vivienda social en Chile porque es un referente para el contexto latinoamericano, además, así como existe déficit, se han construido muchas viviendas. Piensen ustedes que sólo del parque habitacional actual, un tercio corresponde a viviendas sociales construidas en las últimas dos décadas. Eso da la magnitud de lo que yo quiero apuntar. En general, ¿qué ha pasado con la política en el siglo XX? Hay todo tipo de experiencias, exitosas y fracasadas: Viviendas de buena calidad, de mediana calidad y hasta de mala calidad. Se privilegian, en general, las soluciones habitacionales por sobre las soluciones urbanas. ¿Qué quiere decir esto? Se construyen viviendas pensadas solamente para dar solución al problema habitacional, pero no para dar solución al problema urbano, al problema de ciudad que hay atrás. En este sentido, yo quiero plantear la siguiente postura: el Estado en el siglo XX ha ejercido una influencia decisiva en la expansión urbana de la ciudad y en definitiva, ha determinado el dibujo de la geografía social de las principales áreas metropolitanas y de todas las ciudades chilenas. ¿Qué pasa en la historia? Las primeras iniciativas de “vivienda social” no fueron construidas por el Estado sino que por las sociedades de beneficencia católica. El
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Estado posteriormente va a tomar estas iniciativas como base para los diseños de la primera mitad del siglo XX. En la primera mitad del siglo XX, la institución más importante de construcción masiva de viviendas era la Caja de Habitación Popular. Los primeros diagnósticos de efectos urbanos que se hacen de la vivienda social en esos años enfatizan ya el problema de la localización. En este sentido en 1947, el trabajo del arquitecto Waldo Parraguez señala que: “Todas las poblaciones están ubicadas en los terrenos más periféricos de la ciudad, es decir, en los de menor valor por metro cuadrado, lejos del centro urbano; […] Todas ellas están ubicadas en lo que se puede llamar Santiago Antiguo; no se ve ninguna en los barrios nuevos –Ñuñoa, Providencia, Las Condes, El Golf- pese a que en todos estos barrios existen industrias; […] El radio urbano se habrá extendido desde el centro hacia la periferia, vale decir, la ciudad habrá sufrido una expansión”. Luego, la Corporación de la Vivienda (CORVI), institución creada en 1952, incrementa la cantidad de viviendas sociales construidas en la periferia. Si bien la vivienda social aumenta su cobertura, muchos de los grupos más necesitados no acceden a esta vivienda terminada y aparece la Operación Sitio en la década del ´60. Esta fue una mega operación de soluciones habitacionales, acompañada por mediaguas del Hogar de Cristo, a veces con arranques de urbanización, pero en realidad, ésta era una solución de habitación precaria que se va dando a las personas que no tienen la capacidad de ahorro y que igualmente van contribuyendo a construir el espacio residencial popular que se fue formando con los conventillos, poblaciones callampa y asentamientos vinculados al proceso de compraventa y arriendo de sitios. La CORMU es una de las corporaciones que se crean con el Ministerio de la Vivienda en los ’60, que va creando soluciones habitacionales, soluciones de vivienda, y de ciudad, hay principios de mezcla social en el espacio, hay operaciones que se construyen en áreas centrales, peri-
féricas, generalmente de viviendas de departamento. Los campamentos van construyéndose todo el tiempo. Sobre los campamentos se actúa en erradicaciones en el gobierno militar y en radicaciones. ¿Dónde se construye la vivienda social? Hubo mega conjuntos de viviendas que se demolieron en Inglaterra. Nuestros mega conjuntos también corren el riesgo de vivir lo mismo, por su mala construcción y su ubicación y tendríamos que construir las viviendas de nuevo. No estamos lejos de esa realidad y hemos visto ejemplos. Las localizaciones de las viviendas sociales al interior de la ciudad eran buenas, pero ahora no existe espacio ahí, entonces la vivienda social desbordó y hoy está en la comuna de Lampa, de Calera de Tango, Buin y Paine, por ejemplo. En esas comunas se están dando viviendas sociales básicas, pero con mayor desolación en su paisaje que las del área metropolitana. Como conclusión, una parte sustancial del espacio residencial es construido por el Estado a lo largo del siglo XX. La localización de los conjuntos genera las nuevas periferias que se van construyendo a lo largo del tiempo. Se privilegia construir más viviendas por sobre mejores viviendas, lo que redunda en espacios residenciales deficitarios que se van consolidando a lo largo del tiempo, diferenciadamente según los contextos culturales y territoriales. Como todo, el fenómeno urbano ocurre en un lapso determinado y la ciudad y sus espacios se consolidan en diferentes momentos, es decir, no son de generación espontánea. El problema está en que la gente no quiere esperar más tiempo y los procesos urbanos son de largo plazo, entonces la política tiene que actuar en la consolidación de esos espacios en un corto plazo. Lo que tiene que hacer la vivienda social, como propuesta, es construir más ciudad, volver a repensar esta vivienda social. Estos debates –como el que me han invitado-, que ya fueron iniciados con los museos sociales en la década del 20 en Chile, deben multiplicarse y abrirse a diferentes ámbitos intelectuales y lo que es más importante a la comunidad. Hoy hay una “cuestión social” distinta con el neoliberalismo, que necesita ser debatida y hay que repensar esta política, volver a postular soluciones que en algún momento privilegiaron la localización, como fueron los cités y otras alternativas que nos deja la rica experiencias del país en materia de vivienda social.
Mario Garcés
ECO - Educación y Comunicaciones
LA EVOLUCIÓN DE UN PROBLEMA Lo que voy a exponer brevemente, es que si hay historia de la vivienda en Chile no es sólo porque ha habido
Estado. Si bien como ha demostrado Rodrigo Hidalgo, el Estado cumplió un papel importante, no ha sido porque el Estado en su condición de benefactor, protector o en el ejercicio de la calidad pública, se haya ocupado de los más pobres. Si hay viviendas y poblaciones es porque a esas alturas, a finales de los años 50, hubo movimiento de pobladores y tomas que se reiteraron. La historia de la vivienda en Chile es más que la vivienda social, y antes de la vivienda social hablamos de la vivienda popular. Las primeras viviendas populares fueron los ranchos en las ciudades, que eran la forma en que los campesinos se instalaban en la ciudad. A fines del siglo XIX fueron los conventillos. El cité fue una intervención sobre los conventillos fantástica, el conventillo es de las novelas de Baldomero Lillo, entre otros. En los estudios sobre los conventillos hay varios arquitectos y personajes políticos. Allende encargó un estudio cuando era ministro, descubrió la precariedad y el déficit de vivienda en Chile, que era del orden de un 30%. La densidad de las piezas de conventillo era enorme, sobre cinco personas por conventillo en Santiago. Después de eso la situación empeoró, y luego del conventillo vinieron las poblaciones callampa. Hoy se parece un poco a la noción de campamento, pero se decía que esto era la picardía del pueblo chileno, ya que como estas poblaciones nacían como las callampas, iban poblando las zonas de menor valor comercial. Eran nuestras favelas. La mayor concentración de poblaciones callampa se produjo al borde del río Mapocho, en poblaciones históricas como la nueva Matucana, y el Sanjón de la Aguada. Esta última era una clásica extensión de callampa de alrededor de unos 5 kilómetros. 35 mil personas, 1 o 2% tenía baño, el resto eran baños colectivos. Lo que hubo acá fue deterioro. En el contexto del deterioro de la vivienda popular, el Estado tuvo que intervenir y tardíamente. La CORVI se creó el año ‘53 y el Ministerio de la Vivienda en el ’65, cuando en realidad el diagnóstico estaba hecho en 1910. En 1952 se hizo un censo de vivienda y demostró que había un déficit de un 30% en el país y en Santiago era del 36%. En 1951 se habían creado soluciones de emergencia como la Legua, mientras se definían los planes de vivienda. Esa emergencia permanece hasta hoy. El Estado tomó la iniciativa en 1953, cuando creó la Corvi, empezó a construir con la propia lógica chilena: el Presidente dijo en la campaña que en seis meses terminaría con las poblaciones callampa. Por supuesto en ese plazo no había terminado con nada. Se hizo el primer plan de vivienda el año ‘53, se construyó el 20%, en 1954 el 15%. El año siguiente no hubo más plan de vivienda porque era mejor hacerse cargo del primer plan. ¿Y cuál era el problema mayor? Que la Corvi construía, pero los que vivían en poblaciones callampa no tenían ninguna posibilidad de postular porque era
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II. Historia e Identidad en la Vivienda Social
en Conjuntos de Espacio Mínimo
muy caro. Entonces, en ese contexto, se produjo la primera toma el 30 de octubre de 1957. La toma de la Victoria, protagonizada por los habitantes del zanjón de la Aguada. Después de dos incendios en que habían quedado damnificados, mil familias estaban en un estadio después de los incendios, entonces se tomaron ese sitio al sur de Santiago. ¿Qué es lo que se planteó ahí, desde el punto de vista de los pobladores ya organizados? O el Estado construye o nos tomamos el sitio y por lo tanto, aquí el tema de la vivienda se transforma en un tema público, y en conflicto que transgrede la ley vigente. El gobierno de 1958, de Alessandri, creó un plan serio, con grandes programas de viviendas, pero tampoco fue suficiente. El ‘61 ocurre la toma de Santa Ana. Después Eduardo Frei, con nuevos planes más ambiciosos, decía que iba a construir 360 mil viviendas, 60 mil por año, de las cuales dos tercios iban a ser para los más pobres. El ‘67 esas operaciones de sitio estaban en espera y había diez mil soluciones para operación sitio que consistían en volver a las soluciones básicas y 50 mil esperando. En 1967 se produjeron un sinfín de tomas provenientes de la puja entre los pobladores y el Estado.
pobre en el extramuro de la ciudad. Ojalá más lejos, donde no los veamos. Es cosa de ver la Pintana, Colina, etc. Reproduciendo un tema que Eduardo Frei puso en discusión en 1962 como Senador, dijo: ¿Qué estamos haciendo? ¿Estamos separando a los pobres? Esto plantea un problema sociológico. Si separamos a los pobres generamos, desde el Estado, nuevas formas de marginalidad social y por lo tanto, la solución es crear el Ministerio de la Vivienda de tal manera que la construcción esté asociada a la planificación y que los pobladores sean interlocutores. Cuando se pensó en el Ministerio, se pensó en que había que enfrentar el problema de la vivienda no sólo como un problema técnico, sino como un problema social. Tengo la impresión de que cuando los pobladores desaparecen como sujeto lo que se reproduce son formas tecnocráticas que expulsan a los pobres de la ciudad.
José Bengoa
Antropólogo, docente de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano
LA VOZ DEL DUEÑO DE CASA
puertas, las ventanas; el diseño era curioso. No tiene nada que ver con las cosas homogéneas de acá. Cada departamento es trazado en la tierra, ponen un número y el propietario sabe de quién es. Las mujeres propietarias van todos los días a ver que no le vayan a cortar nada, que la ventana esté bien puesta. El control de las personas es permanente. En algunos casos pueden pagar en trabajo, con mano de obra. La verdad es que a mí me pareció una experiencia que debía contar en un Techo para Chile, porque yo no creo que sea un problema de los metros, sino que está en la cultura. ¿Qué hace que la gente que obtiene la vivienda social a los seis meses añore la vida que pasaba? ¿Por qué es eso? Eso no pasaba en la India porque había un proceso que estaba acompañado y había una apropiación de la vivienda que se estaba construyendo, es decir, la relación de autoritarismo que hay en Chile no existía. La pobreza es mucho mayor en la India pero hay respeto en el ser humano de preguntarle cómo quiere vivir.
Francisco Sabatini
Sociólogo del Centro de Estudios Urbanos de la Universidad Católica
NACE LA VIVIENDA SOCIAL La demanda no es por vivienda social, es por casa, y la población es el resultado de esta interlocución entre el Estado y los pobladores. El ‘73 ocurre el Golpe, no hay más organizaciones porque son reprimidas, las poblaciones son allanadas. En esa época hay erradicaciones, pero en lógica liberal. Eso significaba sacar a los pobres de Las Condes porque atentan contra la plusvalía del suelo. Muchos pobres en Las Condes no es negocio. Es más negocio sacarlos y construir, se valora la renta del suelo porque se establece en esa época que el mercado va a determinar dónde se construye. Santiago se expande y los pobres se erradican y tienen que esperar un largo tiempo por lo que el déficit de vivienda se acumula y finalmente, al término del gobierno de Pinochet y después en el retorno de la democracia, se comienza a construir definitivamente vivienda social. Esto significa una acción del Estado sin un interlocutor al frente, entonces la vivienda se vuelve un problema técnico.
DEFECTUOSA SOLUCIÓN Normalmente, cuando el problema es técnico trae consigo variados efectos sociales. El mayor efecto social es la segregación y por lo tanto, el consolidar la condición de
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Voy a hablar de la India: Todas las cosas se pueden hacer bien o mal. Esto de la vivienda social es bueno, pero depende de cómo se haga. Fui a la India el año pasado y llegué a Bombay. Acá no se conoce la pobreza de allá y la vida y la gente durmiendo en las calles. Me habían invitado a visitar proyectos y a tener una reunión en la que íbamos a discutir estos temas. Temas de pobreza y soluciones. Partimos hacia el centro de la India. Me llamó la atención que saliendo de la miseria de Bombay, llegamos a unas carreteras enormes y eran iguales a las de acá, concesionadas, con lugares de descanso. De ahí llegamos a Pune, a un hotel lujoso, y empezamos a conversar con asociaciones, con ONG, de repente salimos en la tarde a visitar los programas y me encontré con una cosa muy linda: un grupo de arquitectos mujeres vestidas con la ropa de hindúes, y casi todas mujeres de organizaciones de pobladores. El Estado da un subsidio bastante parecido a lo de acá, 43 metros cuadrados. Las familias son más grandes que las de aquí. Las mujeres comenzaron a discutir dónde podían y querían vivir. Empezaron a buscar terrenos, lugares, negociando con la Municipalidad y después de encontrado el lugar, comenzó la discusión de qué construir. Comenzaron con una discusión fantástica de cómo tenían que estar las
IDENTIDAD LATINOAMERICANA En Latinoamérica, quien construye la vivienda es la propia familia, y esa es parte de la clave de la identidad popular latinoamericana. Esta identidad social tiene una enorme ambigüedad pero al mismo tiempo es un colchón para los individuos. Hablar de lo popular es muy ambiguo y en esa característica hay una riqueza que en parte destruyen las políticas de vivienda. Ese es mi argumento básico. Las favelas de Río de Janeiro son uno de los barrios populares más simbólicos de América latina. Éstas están mucho más insertas en la ciudad, en los mercados de vivienda y de suelo. Hay ambigüedad en lo popular urbano por sus límites difusos con los grupos medios, ya sea en términos de ingreso, de la actividad económica realizada o de su relación con la propiedad. Lo que une la ambigüedad de las personas que viven en poblaciones es el hábitat popular que los une. Por ejemplo, en encuestas de los años ’60, cuando se hacían estudios de marginalidad se encontraba que en las poblaciones de Santiago y en otras de Latinoamérica existía una cohabitación entre lo que se llamaba marginales y no marginales. Había gente desempleada pero había también obreros
y manufactureros de grandes empresas. Personas que estaban integradas al sistema. Los enfoques teóricos decían que eso iba a desaparecer porque el capitalismo cosmopolita de esta fase iba a terminar relegando a esta población a la inutilidad total. En el fondo, no aceptaban la rica ambigüedad que constituye esta identidad de lo popular. Hoy podríamos argumentar que la ambigüedad de esta condición popular es una especie de capital social antes que una desventaja y que parte importante de los problemas que hoy tenemos, que estamos viendo florecer en las poblaciones, tienen que ver con que se está reduciendo esta ambigüedad de lo popular, están apareciendo los ghettos y excepcionalmente una nueva clase media.
PÉRDIDA DE LO POPULAR Lo que históricamente ha pasado con los barrios populares, especialmente los originados en forma espontánea, ha sido una especie de creciente heterogeneidad social por una parte y una suerte de mimetización urbanística con la ciudad. Si uno va a lo que era una faena, una toma de los años ’50, sería difícil de identificar ya que se mimetizó con la ciudad y la sociedad. Para terminar, rescato la idea de lo popular, de esa identidad ambigua que tiene una vitalidad enorme y una gran importancia. Hoy uno de los problemas es que eso se ha perdido. Las encuestas cada vez nos dicen con más claridad que la gente que es beneficiada por los programas de vivienda social de block hubiera preferido quedarse en el viejo campamento. Éste tenía una ambigüedad rica que en el largo plazo se iba a poder mimetizar con la ciudad, iba a haber gente que le iba a ir mejor que a otra, era un vehículo de integración mucho más claro, y hoy las políticas de vivienda social están condenando a la gente a los ghettos. Hoy, uno podría reconocer, para tener un poco de esperanza, otros ámbitos en que la gente de los sectores populares está defendiendo esta identidad de lo popular o tratando de recrearla. Por ejemplo, el evangelismo, que es una forma que está tratando de defender la familia, y hay algo de popular en eso. Nosotros tenemos que pensar y repensar la vivienda, las políticas de vivienda, los esquemas de segregación y de la ciudad para tratar de cobijar energía, reconstruir y reeditar esta cultura de lo popular que ha sido riquísima y dejar de avergonzarnos. Eso somos en Latinoamérica y nuestras ciudades tienen esta identidad.
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Vida Comunitaria y Organización
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Museo de Bellas Artes al Mínimo
La iniciativa de Un Techo para Chile, “Optimización Espacio Mínimo”, expuesta durante el mes de septiembre 2005 en el Hall del Museo de Bellas Artes pretendió desarrollar prototipos de mobiliario indutrializables y multifuncionales, que construidos bajo una lógica de “hágalo usted mismo” y distribuidos comercialmente permitan equipar y ampliar las viviendas de más de 1000 familias provenientes de campamentos que recibirán sus viviendas definitivas. Asimismo se buscó debatir, investigar y proponer acerca del Espacio Mínimo y las políticas habitacionales, y cómo la industria y la tecnología puede aportar a mejorar la calidad de vida de sus destinatarios mediante diseños y métodos productivos eficientes y contemporáneos, potenciando las capacidades instaladas en el medio local. Los 25 prototipos expuestos fueron desarrollados por universidades e institutos durante el año, y profesionales y estudiantes que participaron en Mínimo. Los ganadores en las distintas categorías fueron: Estudiantes: Manuel Matteucci y Rodrigo Reyes con “Multicapas” Profesionales: Francisco Lorca con “vestidor” Universidades: Facultad de Arquitectura de la Universidad Diego Portales con “Bodega colgante”
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CONCURSO NACIONAL DE DISEÑO PARA LA NUEVA GENERACIÓN DE VIVIENDAS MÍNIMAS
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Ph.D. en Economía, Universidad de California, Los Ángeles
Rodrigo Herrera
Magíster en Economía, Universidad de Chile
Campamentos en Chile
¿AFECTA EL PROGRAMA DE REFORZAMIENTO ESCOLAR LAS NOTAS DE LOS NIÑOS EN CAMPAMENTOS? 1
Este artículo contribuye en evaluar el impacto del Programa de Reforzamiento Escolar dictado por Un Techo Para Chile en campamentos de la Región Metropolitana. Adicionalmente, aporta una nueva evidencia respecto a los beneficios de generar planes educativos dirigidos a niños en situación de extrema pobreza.
Educación y Pobreza Tanto el Gobierno como Organizaciones no Gubernamentales están convencidos de que la implementación de programas sociales es una contribución para terminar con la extrema pobreza. Sin embargo, en América Latina no se cuenta con suficiente evidencia respecto a si estos programas cumplen o no con los objetivos trazados, o si los recursos destinados a su desarrollo están siendo empleados de manera eficiente. Estas interrogantes se pueden responder mediante una evaluación de impacto. En primer lugar, se debe determinar si el programa produce los beneficios esperados en la población tratada y si estos beneficios son la consecuencia directa de la implementación del programa. La evaluación de impacto permite, ante recursos generalmente escasos, maximizar el efecto de cada peso invertido. En efecto, evaluar el verdadero impacto de un programa social es una poderosa herramienta para rediseñarlos, mejorarlos o eliminarlos, si los objetivos para
los cuales han sido diseñados no se cumplen. Dentro de la amplia gama de programas sociales que anualmente se implementan, resultan fundamentales aquellos que apuntan a la educación, como una herramienta de transformación social y cultural para la sociedad. En este sentido, la importancia de la educación radica en los contenidos y habilidades formales e informales que ésta entrega para desarrollarse como persona. En un contexto de extrema pobreza, se hace aún más nítida la necesidad de considerar transversalmente el tema educativo. La mala calidad del aprendizaje, la baja escolaridad, la deserción escolar y el analfabetismo son realidades comunes para niños, jóvenes y adultos que viven en dicha situación. En efecto, esta condición excluye a las personas de las oportunidades que una educación formal y de calidad ofrece. En otras palabras, limita el aprendizaje y las habilidades, perpetuando la desesperanza y el círculo de pobreza2. Mejorar la calidad de la educación desde los primeros años de aprendizaje resulta fundamental.
Este artículo esta basado en el documento “Reforzamiento escolar en niños de bajos ingresos: ¿Funciona?” de Contreras y Herrera (2005). 2 Ver Brief de Educación 2004, Un Techo Para Chile. 1
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Los campamentos son asentamientos donde los grupos familiares viven en condiciones de extrema pobreza3. Además, existe marginalidad habitacional y no se cuenta con todos los servicios básicos. Según el catastro nacional de campamentos, realizado el 2003 por Un Techo Para Chile, sólo el 25% de éstos cuenta con agua potable, el 33% dispone de servicio eléctrico regular y sólo el 7.6% posee alcantarillado4. La mayoría de los campamentos se encuentra en posesión ilegal del terreno donde se asienta. A nivel nacional, existen 538 campamentos, en los cuales viven 32.251 familias. En la Región Metropolitana, donde se centra este estudio, existen 120 campamentos donde habitan 8.376 familias5. En términos generales, gran parte de los campamentos se sitúa bajo la línea de pobreza6. Según estimaciones del Gobierno de Chile, a fines del año 2004 se tendría que haber erradicado al 70% de las 105 mil familias que en 1996 habitaban en campamentos. Entre los años 2000 y 2003, el Gobierno de Chile entregó casi 380 mil soluciones habitacionales, 25 mil corresponden a los programas de Vivienda Básica y Social
Dinámica Sin Deuda. El año 2003 el Gobierno duplicó los recursos asignados a viviendas para el 30% más pobre de la población. A pesar de estos esfuerzos, aún existen en Chile familias que residen en asentamientos precarios y en condición de extrema pobreza.
Programa de Reforzamiento Escolar El Programa de Reforzamiento Escolar es parte del Plan de Educación impulsado por Un Techo Para Chile. Se enmarca dentro de la Intervención Social que lleva a cabo la Fundación a lo largo de Chile. Está dirigido a niños entre 6 y 14 años que cursen algún nivel de educación escolar básica y residan en campamentos. No tiene costo monetario para los alumnos y su implementación se lleva a cabo desde abril a noviembre de cada año. Se realiza a través de sesiones semanales dictadas en algún lugar apropiado del campamento (sedes sociales u otros). Cabe destacar que las experiencias de aprendizaje están basadas principalmente en una metodología de talleres y actividades lúdicas. Los profesores del programa son voluntarios mayores de edad, egresados de educación secundaria (en su mayoría universitarios) que manifiestan interés por el trabajo con los niños y están dispuestos a comprometerse con las exigencias del programa. Previa implementación de éste, los profesores son capacitados en la forma y los contenidos en que el programa debe ser dictado7. El programa posee tiempos bimestrales y se exige la división de los participantes al menos en dos grupos: el primero de ellos abarca niños entre primero y cuarto básico y el segundo reúne a niños entre quinto y octavo básico. Los talleres de reforzamiento se realizan dos veces por semana: un día para la realización del taller de castellano y otro para el taller de matemática. La duración de cada sesión es de una hora y media8. Por cada ocho alumnos deben existir dos profesores, siendo ésta, la cantidad mínima de profesores que debe haber en la sala de clases siempre.
Un 42,5% de los habitantes de campamentos son indigentes, un 31,7% es considerado pobre no indigente y sólo un 25,8% es no pobre. Los asentamientos precarios en América Latina toman diferentes nombres dependiendo el país en el que se encuentren. Por ejemplo, en Argentina se les conoce como Villa Miseria, en Perú como Pueblos Jóvenes mientras que en Brasil como Favelas. 4 En Chile, el 91.7% de los hogares cuenta con acceso a agua potable, el 98.8% cuenta con servicio eléctrico y el 87.5% está conectado a un sistema de alcantarillado (CASEN 2003). 5 Para un mayor detalle sobre campamentos ver Dinámica de la Pobreza en Campamentos de la Región Metropolitana. Un Techo Para Chile (2003). 6 Para el año 2003, los hogares bajo la línea de la pobreza son aquellos cuyos ingresos no alcanzan para satisfacer las necesidades mínimas de sus miembros, su valor corresponde a $43.712 (U$80) per cápita mensuales en zonas urbanas. Los hogares bajo la línea de la indigencia corresponden a aquellos que, aun cuando destinan todos sus ingresos a satisfacer las necesidades alimentarias de sus miembros, no logran cubrirlas adecuadamente. Su valor corresponde a $21.856 (U$40) per cápita mensual en zonas urbanas. 7 En el año 2004, los profesores del programa cursaban estudios superiores en alguna de las siguientes áreas: ciencias sociales (26%), arquitectura (14%), artes y letras (7%), derecho (11%), medicina (6%), ingeniería (19%), otra área (11%). 8 Ante la imposibilidad de realizar el taller dos veces a la semana, se pueden anexar las sesiones en un sólo día, pero aumentando en 3 horas la jornada con un recreo entre ambos talleres. En la práctica, los talleres se desarrollan en su mayoría el día sábado. 3
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Dante Contreras
Alumnos que al terminar el primer ciclo básico de enseñanza arrastran problemas de lectura, escritura, dominio de las matemáticas y manejo de las operaciones aritméticas, tienen altas probabilidades de obtener bajos rendimientos, los cuales pueden llevarlos a la repitencia y a la deserción escolar, afectando de esta manera tanto la acumulación de capital humano como las remuneraciones futuras del individuo. Los datos de este estudio son extraídos de una encuesta especialmente diseñada por los autores para su desarrollo, la cuál fue realizada en Noviembre de 2004. Se evalúa el efecto del programa en los alumnos y se analiza si éstos son atribuibles o no a la implementación del programa. Para ello, se compara un grupo de tratamiento con distintos grupos de control.
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El éxito del programa considera el incremento de las notas del alumno respecto al año anterior en matemática y castellano. Además, su permanencia en la educación formal al año siguiente. También se considera el logro alcanzado en el desarrollo de hábitos de estudio, habilidades socio-afectivas y habilidades generales en las materias antes señaladas. En este estudio sólo se considera como variable de interés el incremento de las notas del alumno, para las asignaturas de matemática y castellano. Para acceder al programa es requisito residir en campamentos y cursar actualmente algún nivel de educación escolar básica. Además, se requiere que el responsable del alumno firme el Compromiso del Apoderado e inscribirse dentro de los plazos estipulados. La orientación del programa hacia los niños de campamentos consta de dos etapas. El primer paso es identificar (dentro de un universo de posibles campamentos beneficiarios) los campamentos en los cuales el programa será implementado. Esta selección está sujeta sólo a las restricciones de recursos de la fundación. El segundo paso es ofrecer a los residentes de los campamentos seleccionados el programa de reforzamiento escolar, el cuál finalmente sólo es tomado por algunas personas dentro del campamento. Es decir, existe selección por el lado de la demanda del programa. Cabe señalar que una vez ofrecido el programa, la Fundación no selecciona a los alumnos que participarán en él. El año 2004 el programa contó con la inscripción de 951 niños a nivel nacional, de los cuales 630 pertenecen a la Región Metropolitana. De esta cifra, aproximadamente 200 inscripciones pertenecen a campamentos que implementaron el programa a partir de Abril del mismo año9.
Los Datos Los datos son obtenidos de una encuesta especialmente diseñada por los autores para el desarrollo de este estudio. La encuesta se aplicó en Noviembre de 2004 y fue dirigida a la madre del alumno10. Tuvo como objetivo recolectar información respecto a variables socioeconómicas que presentan los hogares de campamentos. Se entrevistaron 250 hogares donde reside al menos un
niño que asiste a la educación básica. Esta muestra es representativa de la población de niños entre 6 y 14 años que asisten a educación básica y residen en campamentos de la Región Metropolitana. Las notas fueron proporcionadas por los establecimientos educacionales de los alumnos y por el Ministerio de Educación de Chile. Los campamentos considerados en el estudio se descomponen de la siguiente manera: 10 campamentos donde el programa comenzó a ser dictado en abril de 2004 y 7 donde el programa no ha sido implementado. En campamentos con programa se cuenta con información de 115 alumnos. De este total, sólo 84 alumnos participan en el programa. El resto se automargina voluntariamente. Por otra parte, en campamentos sin programa se cuenta con información correspondiente a 83 alumnos.
Resultados y conclusiones La estrategia para evaluar el impacto del programa sigue las siguientes etapas. Primero, se estima el impacto del programa a través de métodos paramétricos (diferenciaen-diferencias y mínimos cuadrados ordinarios). En tal caso, se considera como grupo de control a los alumnos que residen en campamentos sin programa. Segundo, este grupo de control es depurado eliminando de la muestra aquellos alumnos que nunca participarían de un programa de reforzamiento. Luego, el impacto es re-estimado a través de los métodos paramétricos antes señalados. Para llevar a cabo la depuración, se estima la probabilidad que un alumno participe en el programa. En este caso, se utiliza información de hogares pertenecientes a campamentos donde el programa fue dictado. Por último, se procede a examinar la robustez de los resultados encontrados anteriormente. Para ello, se utilizan métodos no paramétricos (Matching-Propensity Score) y otro grupo de control compuesto por los alumnos que voluntariamente se marginan de participar en el programa. En todas las estimaciones la variable dependiente corresponde a la diferencia de notas obtenidas en el periodo 2004-2003, tanto en la parte matemática como en castellano.
Se espera que el 70% de los inscritos en el programa permanezcan en él durante todo el año, cifra que en el año 2004 llegó al 71%. 10 De no encontrarse presente la madre del alumno al momento de la entrevista la encuesta se dirigía a quién en ese momento (o permanentemente) estuviera al cuidado del alumno, siempre y cuando fuera mayor de edad. Un 92% de los entrevistados corresponde a sexo femenino, de los cuales un 90% se identificó como madre del menor. 9
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Del trabajo se pueden desprender tres conclusiones 1. Las calificaciones del alumno no determinan su participación en el programa. La evidencia indica que los alumnos que participan en el programa provienen de hogares precarios en términos de ingresos y que están encabezados por la madre. Ésta toma la decisión de inscribir al alumno en el programa motivada principalmente por dos razones: valora la importancia de la educación primaria del niño y prefiere que éste en su tiempo libre participe de un programa de reforzamiento escolar, en vez de quedar sólo mientras ella debe trabajar o ausentarse de su hogar. 2. Las estimaciones paramétricas (diferencia-en-diferencias y mínimos cuadrados ordinarios) muestran que el programa tiene un impacto positivo en las calificaciones de matemática y castellano. Sin embargo, este impacto sólo es estadísticamente significativo para el caso de matemática. Al examinar la heterogeneidad del impacto, en ambas asignaturas, los resultados sugieren que el programa tiene un efecto positivo y estadísticamente significativo en aquellos alumnos ubicados en la parte inferior de la distribución de notas. 3. Las estimaciones no paramétricas (Matching-propensity score) señalan que el programa tiene un impacto positivo y significativo en ambas asignaturas. En dicha estimación se utilizaron tres tipos de Matching y dos grupos de control. Sin embargo, los resultados deben ser analizados con cautela ya que son sensitivos al número de observaciones utilizadas en el análisis y muestran diferencias según sea el grupo de alumnos que considere como control. En síntesis, a través del uso de distintas metodologías se establece un intervalo de 1.8 y 5.3 décimas en el impacto del programa sobre las notas de matemática. Para castellano el impacto del programa se encuentra en un rango que va aproximadamente de 2.2 a 9.7 décimas. Para ambas asignaturas el impacto es positivo y significativo, y representa una ganancia en notas del grupo tratado en relación a las notas del grupo de control. Es posible que el aumento en el rendimiento escolar de los alumnos se deba a que el resto de los objetivos del programa, como formación de hábitos de estudio y desarrollo de habilidades socio-afectivas, se está cumpliendo con éxito. En este sentido, el reforzamiento escolar y la
interacción del niño con voluntarios permite no sólo que el alumno tenga un desarrollo integral en su gestión escolar, sino también en su calidad de vida. Estos resultados se interpretan como un impacto de corto plazo del programa. Queda por determinar si los impactos atribuidos a la implementación de este programa persisten en un horizonte de tiempo más amplio. Sin embargo, lo anterior es materia de futuras investigaciones. Asimismo, los resultados obtenidos en este estudio aportan nueva evidencia respecto a los beneficios de generar planes educativos dirigidos a niños en situación de extrema pobreza. En este contexto, es necesario discutir los alcances en política pública que un programa de estas características pueda tener.
Aspectos Metodológicos La evaluación de impacto del Programa de Reforzamiento Escolar tiene como objetivo determinar si el programa produjo los efectos esperados en los alumnos y si estos efectos son atribuibles al programa. El problema fundamental de la evaluación es que en un momento determinado del tiempo un alumno puede o no participar del programa, pero no encontrarse en ambas situaciones a la vez. Por lo tanto, la construcción de un escenario contra factual (es decir, un grupo de control) es un asunto central al momento de estimar el impacto del programa. La literatura ofrece variadas metodologías de evaluación (ver Blundell y Costa-Dias (2002)). Cada una de éstas depende del diseño del programa así como de la disponibilidad de información para la población de interés. Este trabajo utiliza métodos paramétricos y métodos no paramétricos de estimación. El grupo de tratamiento esta compuesto por los alumnos que participaron en el programa. Dependiendo de la metodología utilizada es posible determinar tres grupos de control. El primero de ellos esta compuesto por aquellos alumnos que pertenecen a campamentos donde el programa no ha sido dictado. Un segundo grupo de control corresponde a aquellos alumnos que residen en campamentos sin programa pero que estarían dispuestos a participar en un programa de reforzamiento si éste se dictara hipotéticamente en esos campamentos. Por último, un grupo de control compuesto por los alumnos que residen en campamentos donde el programa se dicta pero se marginan voluntariamente de participar en él.
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EMPODERAMIENTO EN MUJERES BENEFICIARIAS DEL PLAN DE FOMENTO PRODUCTIVO DE UN TECHO PARA CHILE El presente artículo está basado en una investigación sobre los cambios que han experimentado en sus vidas, en términos de empoderamiento, las mujeres beneficiarias del Plan de Fomento Productivo de Un Techo Para Chile. Los planes de microcrédito involucran un proceso mediante el cual la mujer va adquiriendo herramientas que la hacen tomar conciencia de sus capacidades, de su poder en cuanto a los recursos y su posición en la sociedad.
Josefina L. Elissetche Correa
Estudiante Sociología Universidad Alberto Hurtado
Introducción Hasta los años ochenta en Chile, las medidas de combate contra la pobreza se encontraban amparadas en la idea de que, gracias al crecimiento económico del país, irremediablemente la situación tendería a mejorar para toda la sociedad. Con el paso de los años, este discurso se fue desestimando, emergiendo así diversas estrategias para
resolver la incapacidad de las personas de autosatisfacer sus necesidades básicas. Una de las premisas en las cuales se basan estudios enfocados al combate contra la pobreza, dice relación con la importancia de que los sujetos sean agentes de su propio desarrollo, es decir, que mediante herramientas
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EMPODERAMIENTO EN MUJERES BENEFICIARIAS DEL PLAN DE FOMENTO PRODUCTIVO DE UN TECHO PARA CHILE
El proceso que viven aquellas mujeres es definido por diversos autores como Empoderamiento, el que posee diversas etapas que dan cuenta de la existencia o no de ciertas características propias. Para efectos de este estudio se consideró una definición de empoderamiento que se enmarca dentro del Modelo Teórico Integrador de Empoderamiento de Naila Kabeer2, donde este se define como el proceso multidimensional al involucrar tres dimensiones de análisis: los recursos, la agencia y los logros. Éstos serán explicados más adelante.
Relevancia de la investigación
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bladores de los campamentos en los que interviene, la posibilidad de emprender un negocio o fortalecer el que ya tienen, gracias a un crédito y a la capacitación para administrar su negocio. Un nicho importante dentro de las iniciativas de Fomento Productivo, lo conforman las mujeres de bajos recursos, que ven en el microcrédito la oportunidad real de concretar algún emprendimiento. La respuesta por parte de ellas ha sido en su mayoría favorable, lo que queda demostrado en las tasas positivas de retorno. A partir del análisis de la experiencia en este tipo de estrategias (que buscan generar oportunidades de empleo para quienes les estaba negado), es que comienzan a surgir los efectos que el desarrollo de esta iniciativa genera en sus beneficiarias. De esta manera, es posible determinar que gran parte de las consecuencias que los planes de microcrédito acarrean, involucran un proceso mediante el cual la mujer va adquiriendo herramientas que la hacen tomar conciencia de sus capacidades, de su poder en cuanto a los recursos y su posición en la sociedad.
Área Intervención Social Un Techo Para Chile. “Plan de Fomento Productivo 2003”.
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Modelo Teórico de Empoderamiento Para el desarrollo de este estudio, se utilizó la definición de empoderamiento propuesta por Naila Kabeer, quien
Kabeer, Naila. ”Reflexiones de la dimensión del empoderamiento en mujeres”. En “Discussing Women’s Empowerment Theory and Practice”. SIDA Studies, Novom Grasfissca. 2001. 3 Valenzuela, M. Elena. Venegas, Sylvia. “Mitos y realidades de la microempresa en Chile: un análisis de género”. Centro de Estudios de la Mujer (CEM). 4 Maddaleno, M. Gómez, E. “¿Se Puede Empoderar? Si No, ¿Qué Necesita??? ¿Cómo Se Empodera??” www.paho.org/Spanish/AD/GE/ maddaleno-8marzo05.ppt 2
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que faciliten este escenario, los individuos sean capaces de aminorar, por si mismos, su situación de pobreza. La iniciativa surgida en India con el Banco Graneen, que otorga créditos a los más desposeídos, es un ejemplo para diversas instituciones en el mundo y en Chile, como la Fundación Contigo, el Fondo Esperanza del Hogar de Cristo, entre otras, en el plano de las ONG’s como dentro del gobierno, a través del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (INDAP) y la Corporación Nacional de Fomento (CORFO). Han implementado programas que ofrecen microcréditos y capacitaciones que van dirigidos especialmente a aquellos excluidos de los métodos tradicionales de crédito y a quienes les resulta imposible emprender un negocio por si solos. Un Techo Para Chile, institución sin fines de lucro, realiza una intervención constante en diversos campamentos de Chile en cuanto a vivienda, educación y salud, y por lo tanto, encuentra en los microcréditos un nicho interesante de desarrollar como herramienta eficaz en el combate contra la pobreza. Por esta razón surgió el proyecto de microcréditos y capacitación1, con el fin de dar a los po-
La importancia de estudiar los cambios que han experimentado las mujeres beneficiarias del Plan de Fomento Productivo de Un Techo Para Chile, en relación a aspectos de empoderamiento, surge a partir del interés de estudiar los efectos de una intervención en sus receptores, sin tenerlos como objetivos explícitos. Es a partir de los efectos positivos no esperados de la intervención, que ésta comienza a generar expectativas en quienes la implementan, de modo de incorporar factores que logren desarrollar aún más estos beneficios. Se hace relevante aclarar si se cumplen o no las condiciones que hacen posible el empoderamiento en las mujeres receptoras del plan, de no ser así, se dictan pautas para incorporar esa variable en el diseño de la intervención, ya que tal como plantea Valenzuela y Venegas: “El trabajo femenino tiene un impacto positivo muy significativo sobre la incidencia de la pobreza. Es de suma relevancia que las mujeres se incorporen y especialmente, permanezcan en el mercado laboral para lograr disminuir los niveles de pobreza en el país. La condición de económicamente activas en uno o más momentos de la vida de las mujeres pobres es un hecho generalizado; en cambio, existen severas barreras económicas, sociales y culturales.”3
señala que el empoderamiento es la “expansión de la habilidad de las mujeres para hacer elecciones de vida estratégicas en un contexto donde previamente estaba negado”.4 Esta misma autora (1999, 2001), a partir de la conceptualización existente alrededor del empoderamiento y de su propia teoría, elabora un modelo teórico donde plantea que el proceso de empoderamiento se da en tres dimensiones: recursos, agencia y logros. Los “recursos” (materiales o no materiales) apuntan a las condiciones para hacer posible el empoderamiento, la “agencia” se refiere al proceso mismo, y los “logros” a los resultados de este proceso. Con respecto a los recursos, Kabeer plantea que existen tanto materiales, como los no materiales. Los recursos materiales apuntan a aspectos económicos: ingresos personales y del hogar, el empleo, la propiedad individual y colectiva de bienes inmuebles (tierra, vivienda, capital) y el acceso a crédito (individual y/o colectivo). En este estudio se consideraron sólo aspectos en cuanto al ingreso y el acceso al crédito, ya que la tenencia de inmuebles no tiene mayor relevancia para esta investigación. Los recursos no materiales, consideran tanto recursos sociales como humanos. Los recursos sociales, pueden ser conceptualizados de manera amplia, en tanto son recursos: las relaciones sociales en sí, los recursos intangibles accesibles a través de las relaciones sociales y las reglas y normas que pautan el acceso, control y distribución de éstos según categorías de actores. Como indicadores de recursos sociales, Kabeer plantea que pueden considerarse la presencia de relaciones de parentesco y elegidas en diferentes dominios institucionales (familia, grupo, localidad), las normas y reglas presentes en éstos mismos, además del acceso a espacios nuevos, tanto de relaciones como simbólicos, así como aspectos más difusos como fuerza colectiva, auto- percepción positiva y autoafirmación. Los recursos humanos pueden definirse como el acceso al conocimiento y la información, que puede observarse concretamente a través del acceso a la educación y la capacitación. Pueden ser operacionalizados con los niveles educativos alcanzados (años de escolaridad) y participación en jornadas, cursos, talleres, etc. Dentro de esta misma dimensión de análisis, resulta rele-
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vante distinguir un concepto que atañe a la situación de la mujer y que dice relación con la variable “condición”, que se refiere al estado material de la mujer, es decir su pobreza, su falta de instrucción, su carga de trabajo excesiva, etc. Se evalúa analizando el acceso y control sobre los recursos. El acceso a los recursos, describe la oportunidad de utilizarlos sin tener la autoridad para decidir acerca del producto o resultado y los métodos de explotación. El control de recursos, por su parte, implica derechos que van más allá de tener solamente acceso a los recursos, porque incluye la plena autoridad para decidir acerca del uso y los resultados. La segunda dimensión planteada por Kabeer (1999), es la que denomina “agencia”. Que se refiere a la habilidad de los sujetos, en este caso mujeres, para definir metas propias y actuar en pos de alcanzarlas. La autora plantea que la agencia involucra procesos de reflexividad y toma de conciencia, para llevar a cabo una acción. La dimensión agencia puede operacionalizarse observando procesos de toma de decisiones (hogar, espacio productivo, etc.), de negociación, dando cuenta de reflexividad, conciencia de género y movilidad en espacios públicos. La tercera dimensión, los logros, se refieren a los resultados del proceso. Pueden definirse de manera amplia, como todos los resultados valorados de las trayectorias de las mujeres, tanto en términos individuales como grupales, para luego ser evaluados a partir de su significación para los procesos de empoderamiento, de manera que esta dimensión puede observarse a través de logros personales y logros del grupo los que pueden o no constituir logros de empoderamiento. Los logros personales y de grupo se evalúan a partir de las valoraciones y significaciones que las mujeres establecen y de aquello que ellas consideran como significativo. Los logros de empoderamiento se evalúan a partir de observar cambios en la posición social, política y económica de la mujer con respecto a los hombres, y esto, al interior de las familias, la microempresa y la comunidad.
Metodología La metodología utilizada para la realización de este estudio es de tipo cualitativa, ya que es de sumo interés en esta investigación la perspectiva del sujeto investigado (mujeres), para así comprender cuáles son las valoraciones y significaciones que ellas mismas atribuyen a la experiencia del microcrédito y de las capacitaciones.
La muestra estuvo compuesta por mujeres beneficiarias del Plan de Fomento Productivo de Un Techo Para Chile y el número de informantes fue de cinco mujeres, ya que a partir de la información que entregaron, no se hizo necesaria la colaboración de más informantes, por llegar al punto de saturación. El tipo de muestreo cualitativo utilizado, fue el muestreo deliberado o de selección basada en un criterio, debido a que las mujeres fueron elegidas deliberadamente con el fin de proveer información que respondiera a la pregunta de investigación. Los criterios de selección utilizados fueron: antigüedad de participación en el Plan5; que las mujeres no poseyeran experiencias previas de participación en algún plan que involucrara microcrédito y capacitaciones; y que posean familia propia (monoparental o tradicional). El contexto del estudio fue la Toma de Peñalolén. Para este trabajo, la consideración de las particularidades que se dan en una toma como la de Peñalolén es sumamente relevante. Esto a raíz de que sus habitantes están sumamente organizados en diferentes comités, de modo de conseguir viviendas definitivas. También, gracias a esta coordinación, reciben ayuda de diversas fundaciones e instituciones, lo que de cierto modo, los enfrenta desde otra perspectiva al combate por superar su condición. Lo anterior, puede ser tanto positivo como negativo para la concreción y desarrollo de intervenciones como la que realiza un Techo Para Chile, por eso se hace imprescindible la consideración de estas variables a la hora del análisis de la información. El instrumento utilizado para recolectar la información fue la entrevista semi estructurada, que permitió al entrevistador hacer preguntas concretas dejando algunas abiertas para que el entrevistado pudiese exponer el tema de manera libre y espontánea. El análisis de la información consistió principalmente en sistematizar los puntos de partida conceptuales de la investigación, específicamente los focos de interés planteados que surgen del modelo de empoderamiento de Naila Kabeer. A partir de las dimensiones abordadas en las entrevistas, se elaboró una matriz general con los contenidos del total de las entrevistas realizadas. De esta manera se identificaron los ejes o núcleos centrales de la investigación y se sistematizó la información, lo que permite acceder a ella con rapidez para las posteriores conclusiones. Por cuestiones temporales y de recursos, el estudio consideró únicamente la Toma de Peñalolén y no otros sectores que podrían presentar resultados diferentes, dadas las particularidades existentes en cada lugar.
Recordar que son tres períodos de créditos, para posteriormente ser derivado al sistema de crédito formal. Esto siempre y cuando hayan respondido responsablemente a las demandas del Plan. 5
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Desarrollo de aspectos del proceso de empoderamiento en las mujeres gracias a la intervención social De la información recabada en las entrevistas es posible establecer conclusiones que apunten al objetivo de este estudio: explorar los cambios que han experimentado en sus vidas, en relación a aspectos de empoderamiento, las mujeres beneficiarias del Plan de Fomento Productivo de Un Techo Para Chile y a partir de eso, determinar cuál ha sido el papel de la intervención. Las mujeres han vivenciado cambios en sus vidas al estar participando de un proyecto que les permite emprender un negocio independiente, lo que se ha convertido en la base del proceso de empoderamiento en estas mujeres, ya que a pesar de que pueden existir características propias que las definieran como empoderadas, la tenencia de un negocio propio, en definitiva, las expone a situaciones donde deben desplegar todas sus capacidades, les permite ser sujetos de sus propias vidas y no tener que esperar la asistencia de terceros. Lo antes expuesto cobra vital importancia como aporte para la intervención, que a pesar de no tener entre sus objetivos el generar un proceso de empoderamiento en sus beneficiarios, tiene un papel sumamente relevante en el proceso mismo de empoderamiento que viven quienes participan del Plan de Fomento Productivo. Por lo tanto, el estar generando una política que se aleje del asistencialismo y que dé resultados, es un avance concreto en cuanto a la intervención social. También relacionada con la importancia del negocio propio, está la independencia que logran las mujeres gracias a éste, con respecto a sus maridos. Esto les hace mejorar el papel dentro de sus familias, por tener posibilidad de sustentar el hogar en casos de cesantía del cónyuge. Otro de los cambios que han experimentado en sus vidas las mujeres y que atribuyen a la intervención, dice relación con el desarrollo de la confianza y de la seguridad en sí mismas, que han logrado gracias a las distintas dinámicas dentro de las capacitaciones. Los cursos les han entregado herramientas donde se incentiva al desarrollo de la personalidad, lo que les permite considerar que poseen las capacidades para enfrentarse a cualquier evento que se les presente. Un último aspecto, que responde al objetivo planteado por esta investigación, se refiere a la importancia del desarrollo de capital social entre las mujeres, de manera de fortalecer sus capacidades dado a que la experiencia del plan fomenta la conformación de grupos solidarios donde se dan espacios para el desarrollo de la cooperación y la solidaridad entre las compañeras. Esto se torna aún más significativo en cuanto se conforman redes de
ayuda para quienes están más débiles en sus emprendimientos. Es posible señalar que desde la definición de la teoría de Empoderamiento: “la expansión en la habilidad de las personas para hacer elecciones de vida estratégicas en un contexto donde esta habilidad estaba previamente negada a ellos”, las mujeres que han sido informantes en esta investigación, han tenido un proceso donde se han hecho concientes de su poder de hacer elecciones, donde han pasado a tener pleno control de lo que sucede en sus vidas, se han organizado para obtener autonomía tomando decisiones y han controlado los recursos que les ayudarán a cuestionar su papel en este proceso. Por ello, es que es difícil poner en duda, que una intervención del tipo del Plan de Fomento Productivo tiene efectos positivos que van más allá de aspectos puramente económicos. Lo único que podría considerarse al respecto, son las particularidades que posee cada campamento o toma donde interviene Un Techo Para Chile. Esto, a raíz de la experiencia presenciada en este estudio, desarrollado en la Toma de Peñalolén, que reveló la importancia de considerar las características y la historia propia del lugar, y
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EMPODERAMIENTO EN MUJERES BENEFICIARIAS DEL PLAN DE FOMENTO PRODUCTIVO DE UN TECHO PARA CHILE
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INVESTIGACIONES SOBRE PARTICIPACIÓN
A continuación se presentan dos investigaciones relativas a participación:
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Comité de allegados: Participando de Un Sueño, Campamento El Gomero de Maipú y Reconstruyendo una mirada: Masculinidad y Participación en los comités de vivienda.
Bibliografía KABEER, NAILA; - “Género, desarrollo y capacitación: Aumentar la concienciación en el proceso de planificación”. En Development in Practice volumen 1, número 3, 1991. - ”Reflexiones de la dimensión del empoderamiento en mujeres”. En “Discussing Women’s Empowerment Theory and Practice”. SIDA Studies, Novom Grasfissca. 2001. MADDALENO, M. GÓMEZ, E; - “¿Se Puede Empoderar? Si No, ¿Qué Necesita??? ¿Cómo Se empodera??”. UN TECHO PARA CHILE; - “Plan de Fomento Productivo 2003” Área Intervención Social. - “Catastro Nacional de campamentos”, año 2001. VALENZUELA, M. ELENA. VENEGAS, SYLVIA; - “Mitos y realidades de la microempresa en Chile: un análisis de género”. Centro de estudios de la mujer. Santiago de Chile, 2001.
Se debe considerar en los resultados que la Toma de Peñalolén posee condiciones que no siempre son comunes a otros campamentos. Por esta razón, sería interesante a futuro investigar qué ocurre con el fenómeno del empoderamiento en otros lugares donde un Techo Para Chile interviene. 6
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su influencia directa en las significaciones y valoraciones que de allí provengan6. Un ejemplo de esto es que, debido al traslado de los habitantes de la toma a diferentes emplazamientos de viviendas sociales, las mujeres poseen grandes expectativas con respecto a la erradicación y a la instalación en las viviendas definitivas, donde incluso esperan instalar sus negocios de manera más concreta. Este hecho irremediablemente influye en el impedimento que mantienen por el momento de definir metas, las que se postergan hasta el establecimiento en la vivienda definitiva. Para finalizar, es posible establecer que se hace prioritaria la necesidad de desarrollar políticas integrales, que planteen como objetivo explícito el empoderamiento de las mujeres en Planes de Fomento Productivo. Para ello, es preciso en primer lugar, incorporar en la intervención de Un Techo Para Chile, específicamente la categoría de empoderamiento, ya que las participantes del plan son en su mayoría mujeres. Esto significará un mayor énfasis en el desarrollo de este proceso para quienes participen de los planes, de manera de sacar mayor provecho y potenciar lo que estas iniciativas generan en sus beneficiarias.
La especial relevancia de este tema va de la mano con los procesos de vivienda en los que actualmente está participando Un Techo para Chile, y que ponen de relieve la importancia de la organización comunitaria y la preparación de los dirigentes para lograr mejoras en la calidad de vida y la posibilidad de una solución habitacional definitiva que involucre a la comunidad en el proceso y en las decisiones de localización y arquitectura de lo que será su barrio. Los resultados del Catastro Nacional de Campamentos 2005 de Un Techo para Chile en cuanto a participación, señalan que los campamentos que esperan una solución habitacional de erradicación o radicación tienen un promedio de organizaciones superior al promedio total de los campamentos de Chile. Esto obliga a poner especial énfasis en este tema y profundizar en sus distintos aspectos, razón por la cual es de especial importancia en esta publicación las dos investigaciones que a continuación se presentan.
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Campamento el Gomero de Maipú1
La presente investigación pretende abordar la participación a través de los ojos de sus protagonistas, pobladores del campamento El Gomero de Maipú que se declaran y expresan ser participantes del comité de allegados. Sustentada en la teoría de la Sociedad del Riesgo y bajo una óptica cualitativa se intenta responder a la pregunta ¿Cómo se manifiesta la participación en el comité de allegados del campamento El Gomero de Maipú? Atendiendo a los factores que inciden en la participación, los efectos para la vida cotidiana y el significado de participación que manifiestan los pobladores a lo largo de sus relatos.
Alejandra Córdova Tesis para optar al título de socióloga, Universidad de Concepción
I. Marco Referencial A mediados de la década de los 80 Ulrich Beck comienza a desarrollar la teoría de la sociedad del riesgo, la cual corresponde a una fase del desarrollo de la sociedad moderna donde los riesgos económicos, políticos, ecológicos, individuales escapan cada vez en mayor proporción a las instituciones de control de la sociedad industrial (Beck, 1994: 18) afectando directamente a los sujetos en la construcción de sí mismos, de sus biografías. Esta expansión de los riesgos va de la mano con el proceso de globalización. Así, a medida que nos hacemos más dependientes de otras economías dependemos también de sus éxitos y
fracasos. Tomando ejemplos muy concretos y que clarifican lo anterior, la crisis asiática que nos afectó a los chilenos a mediados de los 90’, el atentado de las torres gemelas y las emisiones de partículas dañinas para la salud emitida por las mineras del Norte de nuestro país no hacen más que reflejar los riesgos a ratos imperceptibles a los cuales estamos sujetos. En este contexto es que se habla de una modernización reflexiva y de individuación, esta última entendida como la forma históricamente específica que asume la construcción de la individualidad como principio axial
Este artículo corresponde a una síntesis de la investigación que fue presentada como proyecto de Memoria para optar al título de Socióloga en la Universidad de Concepción, desarrollada el año 2005.
Sobre el concepto Participación Etimológicamente Participación significa tomar o tener parte. Desde diversos ámbitos, ya sean académicos, gubernamentales, etc, el concepto participación ha ido adquiriendo una notoria fuerza, instaurándose para muchos como requisito para profundizar la democracia actual. Dentro de toda la revisión bibliografica sobre participación consultada para la realización de esta investigación, podemos distinguir dos tipos según sea el ámbito en el
cual se despliegue: la participación ciudadana y la participación social. En términos generales entenderemos la participación ciudadana como una participación en actividades públicas que pretenden relaciones activas con el poder público (Baño:1998). La participación social en tanto, más que estar de cierta forma abocada al espacio público, institucional, se enfoca en el espacio local inmediato de quienes la ejercen. Según Rodrigo Baño no tendría utilidad extender el alcance de la participación ciudadana a formas de participación social como las de carácter comunitario, el asociacionismo privado y otras que se desarrollan en función de variados intereses que no pretenden relaciones activas con el poder público. (Baño:1998). Para Claudia Serrano y Daniela Vicherat se está gestando una nueva forma de participación a nivel popular. Una participación en la cual el horizonte o ámbito de la acción se ha desplazado desde intereses colectivos generales (el país, la sociedad) hacia cuestiones particulares e individuales: el sujeto con su identidad y sus necesidades (Cieplan, 2000:37). Antecedentes Caso de Estudio: Campamento El Gomero El campamento El Gomero esta conformado por 37 familias, se encuentra oculto detrás de tantas nuevas poblaciones ubicadas entre las calles Arquitecto Hugo Bravo y Longitudinal de la comuna de Maipú. La historia del campamento se remonta a las primeras décadas del Siglo XX cuando la comuna de Maipú aún albergaba fundos, chacras, inquilinos y latifundistas. Es en este contexto social, cultural y económico donde se comienza a forjar la historia de los primeros habitantes de El Gomero quienes para entonces eran inquilinos del fundo Santa Elena (Gutiérrez, 2004:41). En los sesenta se experimentaron cambios estructurales para el latifundio sobre todo con el gobierno de Frei Montalva quien inicia el histórico proceso de la reforma agraria. Ya en las décadas siguientes del 80 y 90 la comuna irá cambiando su aspecto de ser netamente campesina a ser incipientemente urbanizada.
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Inclusión en la Exclusión. Para comprender más en extenso ver Robles 1999. Los Sujetos y la Cotidianeidad.
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de las sociedades de riesgo del capitalismo periférico, caracterizado por la masificación y generalización de la exclusión (Robles, 1999: 293). Lo anterior implica que los sujetos, al estar excluidos y sin una eficiente contención por parte de instituciones como el estado, deben recurrir al Otro. ... la madre soltera o separada que debe trabajar en Alemania o España cuenta con un horizonte de alternativas institucionalizadas de inclusión que la pueden hacer prescindir de la existencia obligada de redes de apoyo familiar, mientras que en países como Chile la atencionalidad de la madre jefa de hogar debe dirigirse a la búsqueda de estabilización de redes sociales de apoyo para el cuidado de los niños durante su ausencia de la vida familiar, más aún sin redes de apoyo, es imposible… (Robles, 2000: 60). En términos generales se grafica una exclusión que no es2, lo que significa que a pesar de la imposibilidad de acceso a sistemas funcionales básicos existe acceso a redes de interacción y autoayuda que configuran a veces un verdadero sistema funcional alternativo (Robles, 1999: 324). Aquí emergen las redes de apoyo y la solidaridad. Entre estos casos, se sitúa el de las mujeres jefas de hogar mencionado anteriormente, pero también para efectos de la presente investigación, el universo organizacional y de redes de apoyo que se asienta en los campamentos de Santiago, lo cual también podemos entender como capital social. El capital social lo entenderemos aquí como un factor constitutivo de la asociatividad que pueda presentarse en los campamentos. Por asociatividad se entiende aquella organización voluntaria y no remunerada de personas o grupos de personas que establecen un vínculo explícito con el fin de conseguir un objetivo común. Incluye a ONG’S de promoción y desarrollo pero también a organizaciones dedicadas al bienestar de sus propios miembros desde agrupaciones culturales hasta clubes deportivos. A partir de esas múltiples formas de asociatividad las personas ponen en práctica su dimensión de ciudadanos activos en su empeño por ser sujetos y beneficiarios de su propio desarrollo (PNUD, 2002: 110).
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Por esos años comenzaron a construirse los primeros conjuntos habitacionales que irían paulatinamente haciendo desaparecer las históricas chacras que adornaban el territorio con lo cual no sólo se impacta ambiental y demográficamente sino que además provocó un fuerte debilitamiento en la economía doméstica de los pobladores dedicados a los trabajos agrícolas, siendo el caso particular de los pobladores de El Gomero (Gutiérrez, 2004:43). Este período, si bien les permitió salir del aislamiento en el cual se encontraban, trajo consigo discriminación y estigmatización debido básicamente a la forma en la cual vivían, casas precarias, sin luz, agua ni alcantarillado, escenario que los fue haciendo diferentes a los otros y encerrando aún más. El aislamiento social dio paso al aislamiento territorial, puesto que la construcción de nuevas viviendas los fue acorralando y encerrando aun más al fondo de un callejón al punto de no ser visibles a primera vista, quedando esto de manifiesto en el invierno del año 1996 cuando por primera vez el municipio se acerca y lleva a los vecinos damnificados por las lluvias a un albergue. Este acercamiento se repitió en los inviernos venideros a través de ayudas de nylon y carbón, no obstante no se instala un trabajo sistemático con la municipalidad (Gutiérrez, 2004:45) el cual sí se da a partir del año 2000 con la llegada de instituciones como la Vicaría zona oeste, Chile Barrio e Infocap, las cuales asesoran a los pobladores en la postulación a la vivienda definitiva, dictan cursos de nivelación escolar, entregan materiales para las mejoras de sus viviendas, etc. En el año 1997 se formaliza el comité de allegados con la obtención de personalidad jurídica. A partir de ese momento los intentos por sacar adelante los anhelos de los pobladores y de ver realizado su sueño de la casa propia se transforman en el principal objetivo a seguir.
encuentra compuesto por un 44% de niños o jóvenes estudiantes, los cuales reflejan un nivel de escolaridad que superaría a largo plazo al alcanzado por los adultos. El 73% cursa actualmente estudios básicos, el 21% cursa estudios de enseñanza media. No se aprecia relevancia de estudios superiores, éstos se ven truncados por la falta de recursos. Respecto de variables como el trabajo, un 14% de los jefes de hogar cuenta con trabajo estable (con contrato y previsión), un 16% tiene trabajos inestables, un 19% se desempeña como temporeros(as), un 8% son pensionados(as) y un 43% señala estar cesante. En promedio, las familias de este territorio viven con un ingreso mensual de $89.643 pesos.3 Las principales problemáticas que afectan a la comunidad se refieren principalmente al “choque” del mundo rural con el urbano, es decir, la entrada de problemas relacionados con la vida urbana (droga, alcohol, violencia) a una comunidad con características de ruralidad. Características que continúan identificando hoy en día a los pobladores definiéndose como personas tranquilas, de campo, que se vieron en cierta medida “invadidas” por las nuevas villas que se han ido construyendo a su alrededor producto de la expansión ya mencionada de la comuna de Maipú. Otras problemáticas identificadas por Chile Barrio son la violencia intrafamiliar, la falta de comunicación entre jóvenes y adultos, el alcoholismo y la falta de espacios para la conversación y la discusión, lo que afecta principalmente a las mujeres. El alto porcentaje de cesantía y de trabajos esporádicos afecta principalmente a jóvenes y adultos, y algunos problemas de comunicación y conflicto con vecinos afectan sólo a algunos miembros de la comunidad. También se observa cansancio y desgaste en las dirigentas.
Descripción Social Según el diagnóstico social realizado por Chile Barrio la mayoría de los habitantes de este asentamiento son nacidos y criados en el lugar. Respecto de los niveles educacionales, la población adulta presenta bajos niveles de escolaridad. Sólo un 14% ha completado los estudios de enseñanza media. Mientras casi un 30% no ha podido completar la educación básica, hay un 45% que sí lo ha hecho. No hay registros de estudios superiores o técnicos por parte de los adultos, aunque sí se han capacitado en oficios básicos mediante las instituciones que intervienen en el asentamiento (capacitaciones en peluquería, soldadura, costura, etc.). Contrastando con esta realidad, este asentamiento se
II. Objetivos de la Investigación Objetivos Generales • Conocer las causas y efectos que tiene la participación en el comité de allegados para la vida cotidiana de los pobladores del campamento El Gomero de Maipú. • Describir las nociones sobre participación que expresan los pobladores del campamento El Gomero participantes del comité. Objetivos Específicos 1) Objetivos Específicos para el Primer Objetivo General: • Identificar factores que incidan en la participación de los pobladores en el comité de allegados. • Identificar los efectos de la participación en el comité
de allegados en la vida cotidiana de los pobladores 2) Objetivos Específicos para el Segundo Objetivo General: • Determinar el concepto de participación a partir de las percepciones de los pobladores.
III. Discusión de los hallazgos De acuerdo a las entrevistas analizadas, los factores que inciden en la participación en el comité de allegados son: • Autovaloración de la comunidad • Motivación de los pobladores • Trabajo de la directiva • Intervenciones Institucionales Autovaloración de la comunidad entendida como la comunidad imaginada4. Se distingue claramente el nosotros habitantes del Gomero cargado de una identidad netamente rural, rememorando el pasado campesino que a muchos tocó experimentar desde niños, cuando eran inquilinos del fundo Santa Elena. Junto con esta experiencia anidada en sus vidas el nosotros se va reforzando por el diseño espacial que tiene el asentamiento. Como se plantea en los relatos el estar “encerrado”, “acorralado” por las villas los diferencia aún más de éstas últimas, dotando de significados marcados simbólicamente entre lo que es el campamento y la villa, la tierra y el pavimento. “Acá los niños juegan y en un condominio ya es diferente. Ese es el miedo que tenemos de salir de acá... los niños cada día están mas malos... ya a los 12 años andan fumando, tomando, cuando antiguamente eso no se veía... eso es el temor que uno tiene de salir... acá es otro mundo... porque claro, tenemos hartas cosas que nos faltan cosas básicas eso es lógico, pero hay una tranquilidad diferente que usted sale de ahí, llega al pavimento y se da cuenta altiro la diferencia entre los niños y los demás” (Osvaldo). Partiendo de esta base de identidad positiva y de la cual todos se sienten parte es posible entender las motivaciones de los pobladores por la casa propia, el constante trabajo de la directiva sin importar los obstáculos que se han presentado en el camino, y el efectivo trabajo de Instituciones que dan “visibilidad” al campamento y les permite a los pobladores y sobre todo a los dirigentes adquirir competencias sociales antes insospechadas. Las actividades y lazos resultantes de estas intervenciones tienen claros efectos positivos. Para la directiva en particular se produce un proceso de acumulación de un saber-hacer que institucionaliza determinadas formas de resolver los problemas. Es importante destacar además a las mujeres como factor
Comunidad imaginada: según Jorge Larraín (2005) las comunidades imaginadas son producto de un proceso reflexivo de definición de nuestra identidad en base a categorías sociales compartidas. 4
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Plan de Acción Asentamiento El Gomero. Documento Chile Barrio Septiembre 2005.
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fundamental dentro de la comunidad imaginada. El nosotras las mujeres basa su identidad en el sentido de lucha por la casa propia, una lucha que dista de las de antaño y hoy se enfoca al mundo cotidiano, como individuo aislado y replegado al mundo local más inmediato. Así el nosotras las mujeres luchadoras, trabajadoras, se define en función de las actividades diarias que emprenden en el comité movidas por el anhelo de entregar bienestar a sus hijos, en este sentido el ser madre aglutina todas sus esperanzas y es un aliciente para su participación en las tareas del comité. Bajo el paradigma de la sociedad de riesgo, las decisiones que toman los individuos conducen a dilemas, paradojas (Robles: 1999). En este sentido cada decisión conlleva un riesgo, una incertidumbre al aventurar teóricamente los efectos de su acción. El postular a una vivienda trae como consecuencia el temor de ser erradicados de un espacio habitado desde tiempos remotos por los pobladores, el temor a la nueva vida, a la soledad de una vivienda cerrada, a abandonar espacios de conversación cotidianos, a perder el trabajo, a dejar de ser lo que han construido todo este tiempo. “Se lo juro por dios que no me hubiera ido nunca, pero lamentable que hay que salir, pero yo no me hubiera ido nunca porque yo tengo mis raíces aquí nacieron mis raíces mi tatarabuela mi bisabuela, mi abuelita, mi mami, yo, mis hijos, mis nietos, mis bisnietos, van ahora naciendo aquí entonces imaginese y ahora digo yo, pucha a lo mejor ahora que me voy a morir voy a salir de aquí , no sé po, eso es lo que yo pienso pero no me hubiera gustado irme de aquí, resignarse nomás me da mucha pena pensarlo” (Carolina). Si bien todos los entrevistados dicen ser partícipes del comité de allegados por la casa, la cual es interpretada aquí no como un fin en sí mismo sino como un medio para obtener una mejor calidad de vida, al indagar sobre qué pasará cuando ésta sea entregada, hay quienes creen que obteniendo el objetivo “casa” se perderán los lazos, replegándose en su espacio privado, tengo mi casa y la cierro. En este sentido cobra relevancia el nosotros, habitantes del Gomero, ya que esta identidad está construida sobre las prácticas perpetuadas en un territorio común, surge la pregunta ¿Podrán los pobladores asumir y perpetuar la identidad en el nuevo barrio? Ya en una casa sólida, con trabajo, horarios que cumplir y cuentas que pagar, se va complejizando lo cotidiano, visto a trasluz de la teoría aquí utilizada los riesgos no dan tregua. Respecto de los efectos de la participación en el comité de allegados, por un lado están los efectos personales en lo que llamamos aquí participación directiva y participa-
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ción colaborativa, por otro lado se encuentran los efectos sobre la comunidad El Gomero en su conjunto. Respecto de la primera dimensión, los costos personales y familiares son mayores para aquellos pobladores que integran la directiva del comité en comparación con quienes no lo hacen y manifiestan su participación de forma “colaborativa”. Para los colaboradores los efectos son sólo beneficios, los cuales se expresan en el puntaje que adquieren al estar presentes en cada actividad realizada, puntaje útil ya que dependiendo de éste se asignarán las viviendas en la villa. También está el compartir y conocerse más entre vecinos, lo que aporta a la valoración personal, dotando sobre todo a las mujeres de más personalidad lo que refuerza la importancia del trabajo en grupo. Para el dirigente los efectos también obedecen al crecimiento personal reflejado en dejar de lado la timidez y adquirir más personalidad. Sin embargo, al ir creciendo y mejorando sus competencias sociales el entorno se vuelve más exigente. Se manifiesta entonces un agotamiento y desgaste de la directiva, que trae problemas también para sus propias familias quienes demandan mayor preocupación. Esto afecta en su mayoría a las mujeres que integran el comité. Tomando la perspectiva que nos aporta Teresa Valdés, podemos mencionar que para poder comprender la condición de la mujer pobladora en sectores populares es preciso notar los significados que adquieren los espacios que la cultura le asigna a sus relaciones sociales. Ya que por un lado dan sentido a lo vivido y por otro, se organizan en ellos las prácticas cotidianas. Estos espacios son entendidos como roles que la mujer desempeña al interior del hogar: “madre”, “esposa” y “dueña de casa”. Estos roles ciertamente inciden en los efectos y sentidos que otorga la mujer dirigente a su participación en el comité de allegados. En la vida cotidiana la mujer construye sus roles de mujer, de esposa, de madre, de dueña de casa en el curso de su interacción con otros, a base de la identificación de las acciones de esos otros que la rodean y del conocimiento de experiencias tipificadas del sentido común, lo que su grupo ha establecido como el comportamiento propio de la mujer, así organiza su vida con sentido (Valdés, 1985:70). El dejar de lado a los hijos es una situación que si bien no trae pocos cuestionamientos y conflictos dentro de las familias, es visto finalmente como un costo que se asume en la medida en que todo el trabajo que se haga en la directiva dé los frutos deseados por todos. Ligado a las relaciones de pareja y matrimonio, es en el rol de esposa donde tal vez se expresa la desigualdad de
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poderes dentro de una relación. En efecto podemos mencionar que en el ser madre la mujer tiene más “poder” pues es ella quien vela por sus hijos, así al menos está institucionalizado y se entiende en el mundo popular. Sin embargo en el ser esposa hay una relación asimétrica entre los géneros que se expresa en el malestar y en peleas que puede traer la integración de la directiva en las relaciones de pareja. La gran oposición de la mayoría de los maridos es debido a que las mujeres dejan el hogar y sus deberes, situación que genera tensiones entre la pareja debido a las ganas de participar y las trabas machistas impuestas. Es preciso destacar que si bien vemos que hay una separación de roles entre hombre y mujer bastante marcados esto no significa que las mujeres estén del todo sometidas o subordinadas a los patrones machistas ni que no interpelen o cuestionen su falta de compromiso ante temas como la vivienda. Como vimos, la mujer se define y ve a sí misma y a las demás como luchadora, en este sentido destaca el querer que los hombres se incorporen a este desafío. “Espero que mi marido se mueva, trate de poner algo de su parte, espero que el trate de moverse un poquito para poder conseguir algo más. Él también tiene que aprender a luchar y si yo ya tengo la casa él por lo menos que me ponga la reja poh, alguna cosa, si no se las va a llevar pelás” (Susana). A nivel de comunidad de los pobladores también se aprecian cambios desde que el comité y la directiva se consolidan. Así lo describen las pobladoras, quienes vislumbran un acercamiento entre los vecinos, con los cuales a pesar de compartir un espacio físico por tantos años, las relaciones sociales no pasaban más allá del saludo. Hoy, saludos y conversaciones cotidianas ya forman parte de relaciones de vecindad y amistad más estables. Respecto del significado de participación que manifiestan los pobladores en sus relatos destacan: trabajar en comunidad, ser partícipe de un grupo de personas luchando por un fin determinado, trabajar todos juntos. Los pobladores entienden la participación como trabajar en conjunto, lo que implica colaboración y apoyo de los miembros de la comunidad. Si bien no hay grandes diferencias entre los dirigentes y colaboradores al definir la participación, sí aparece un elemento que los distingue: Para los dirigentes el expresar opinión sería un contenido más de la participación que los colaboradores no vislumbran o no consideran. “Ir a reuniones a escuchar y no opinar es participar casi de oyente (...) pero la participación debería tener más actuación poh, más actividad” (Juan). El hecho de que no todos expresen su opinión implica que se generen ciertos roces entre vecinos, que entor-
pecen el trabajo de la directiva por la generación de comentarios o “cahuines”. Esto último no denota aspectos negativos, sino más bien refleja la dinámica que existe dentro del comité de allegados donde se distinguen roles más activos que otros pero a la vez complementarios.
IV. Conclusiones En esta investigación se constata una distancia entre el nivel discursivo estatal y el discurso local que aquí se manifiesta. Si bien en ambos niveles se aprecia la participación como un valor, no es posible identificar en los pobladores significados de ésta que vayan más allá de la obtención de vivienda, como el sentirse parte de un proyecto de sociedad, lo cual sí sostiene al menos el programa de gobierno actual. Esto se explicaría porque la propuesta actual de construir un “ciudadano participativo” no surge de los ciudadanos mismos sino de la evidente inconveniencia coyuntural de practicar políticas de masas y de la también insuficiencia global de la pura individuación. Es decir: proviene de las reacciones instintivas del sistema neoliberal frente a las “plagas” que lo afectan internamente (Salazar, 2003:293). En efecto, la participación aquí estudiada sigue el cauce de la política de la participación instaurada desde los gobiernos de la concertación donde la participación como práctica asociativa se vislumbra como condición. En este sentido ha cambiado el sentir histórico, desde una asociatividad y consecuente participación para la construcción de sociedad, a una asociatividad y participación para la construcción de soluciones biográficas, individuales. Hoy la participación se presenta atomizada, la sociedad no me interesa, me interesa tener mi casa y la de todos5, lo cual se interpreta además como producto del escaso y débil tejido social que sustenta nuestras relaciones humanas donde el pasado histórico de hace treinta años no logra despegarse de la identidad que hemos construido, más bien, está a la base de ésta. La asociatividad y participación estarían cargadas por una conciencia crítica entendida como aquello que evita que la gente acepte resignadamente la propia situación de vida (Sabatini:1995). Así, se refleja en las motivaciones de los pobladores al querer mejorar su calidad de vida, no pasar inviernos con barro, no tener un lugar apropiado para desenvolverse cotidianamente, en el fondo, darle nuevos aires a su existencia. Es importante destacar los elementos emergentes en el
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Discurso de poblador entrevistado.
análisis, cuales eran los temores y tristezas que implica erradicar a las familias del campamento. Los relatos en este sentido estaban cargados de emotividad que a ratos costaba dejar de lado para seguir con las preguntas. Ciertamente, más que los temores económicos ante la nueva vida, los efectos emocionales y el desarraigo que pueden sufrir en el futuro son preocupantes. La nostalgia y la poca identificación con el nuevo barrio son factores que sin duda incidirán en el éxito de la futura erradicación. Es preciso mencionar que en el momento de aplicación de las entrevistas los pobladores ya sabían con certeza el lugar de destino de sus viviendas, por lo mismo se entiende la constante preocupación expresada en los relatos y el miedo al cambio de vida que se les avecina, que afecta directamente la construcción de sus biografías. Desde el punto de vista de las ciencias sociales resulta atractivo poder estudiar la participación cuando el campamento haya sido erradicado y las personas vayan reconstruyendo sus relaciones sociales y su entorno. Surgen así las preguntas ¿Qué pasará con la directiva del comité? ¿Será posible encontrarse con una junta de vecinos en la nueva villa?, ¿Podrán los pobladores perpetuar su identidad construida en el Gomero, y así no perder los vínculos entre ellos?
Diseño de la Investigación Decisiones en torno a la muestra Muestreo de carácter intencional en base a los siguientes criterios: • El grupo de informantes estuvo conformado por ambos sexos • La edad de los informantes correspondió a mayores de 18 años • Informantes se definieron como sujetos participantes del comité de allegados. Diseño Muestral Unidad de Información: Pobladores mayores de 18 años, que se sientan y definan como participantes del comité de allegados del campamento. Unidad de Análisis: Frases o párrafos de discursos de los pobladores mayores de 18 años que se sientan y definan como participantes del comité de allegados del campamento. Recolección de Información: Entrevista Semiestructurada en profundidad Tipo de Análisis: Análisis de contenido
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En un contexto donde las mujeres cada vez se han abierto más espacios en el ámbito público, llama la atención cómo también en el trabajo comunitario de UTPCH se denota una notable presencia femenina por sobre la masculina, ya sea en las mesas de trabajo o en las distintas actividades organizadas para la obtención de la vivienda definitiva. Considerando la importancia del compromiso de todos los miembros de una familia, la presente investigación buscó ahondar en la baja participación masculina en los comités de vivienda. Por otro lado, se considera que no han sido debidamente exploradas las formas en que la pobreza impacta al varón y a sus condiciones de vida.1 De allí el interés por profundizar en la figura masculina, sus percepciones y vivencias, y a partir de allí, reconocer cómo los pobladores significan la participación y el comité; cuáles son aquellos obstáculos a la participación masculina; el posible aporte de un mayor involucramiento de ellos, y los factores que los motivarían a participar.
investigación
Bibliografía
Ximena de Toro Licenciada en Trabajo Social, PUC
Metodología Cualitativa- interpretativa
María Soledad Díaz Licenciada en Trabajo Social, PUC
Muestra Se seleccionaron tres comités de la Región Metropolitana: Vicente II, por erradicarse, (La Florida) y Cabo de Hornos, en proceso de organización y búsqueda de terreno (Renca) se escogieron para investigar si existen diferencias en cuanto a participación masculina a lo largo del proceso de obtención de la vivienda. El tercer comité es La Copa (Lampa), considerado una excepción ya que en él participan de manera similar hombres y mujeres. En él se pretende reconocer los mecanismos que allí operan para que esto suceda.
Técnicas: Focus Group mixto y entrevistas semiestructuradas a hombres y mujeres de los tres comités.
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Actualmente la participación de una comunidad ha surgido como un tópico central en materia de vivienda: “la participación tiene conveniencia directa para los residentes de barrios pobres. Puede ayudar a cubrir necesidades básicas, incluida la de mantener la inseguridad económica en márgenes tolerables. Al mismo tiempo, abre perspectivas de cambio de situaciones de vida, individuales o colectivas, indispensables para los procesos de autodesarrollo personal2 ”. Asimismo, es un importante mecanismo para el desarrollo del empoderamiento, a través del cual las personas pueden ganar experiencias
Rotondi, Gabriela. Pobreza y masculinidad. El urbano marginal. Editorial Espacio. 2000. Buenos Aires, Argentina. Sabatini, Francisco. Barrio y Participación. Mujeres pobladoras de Santiago. Ed. Sur 1995.Pág. 17
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RECONSTRUYENDO UNA MIRADA: MASCULINIDAD Y PARTICIPACIÓN EN LOS COMITÉS DE VIVIENDA
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organizando a otras, identificando recursos y desarrollando estrategias para lograr metas, volviéndose más competentes y con mayor sentido de autoeficacia3. Ahora, el fomento de la participación no es fácil, y encuentra en la práctica algunos nudos, como el bajo grado de involucramiento masculino en las organizaciones. En cuanto a las causas, una de las razones reconocidas en los hombres populares es la falta de tiempo, factor a relativizar, pues los principales proveedores, que son al mismo tiempo dueñas de casa, están mucho más integrados a la vida de barrio que los restantes principales proveedores4. Además, este es un fenómeno relativamente nuevo en materia de participación, pues fueron los hombres quienes principalmente se dirigieron al Estado para reclamar mejorías en su calidad de vida, protagonizando el movimiento popular que estuvo presente a lo largo del siglo XX, hasta la inserción del modelo económico vigente5. Es así como este estudio buscó ir más allá de la razón de falta de tiempo, considerando que es una razón que esconde otros factores culturales, como aquellos que surgen de la ideología patriarcal y del modelo de masculinidad hegemónica que le subyace6 ; siendo “obstáculos a la participación que resultan difíciles de discutir de buenas a primeras con terceros. Tocan áreas muy sensibles de la vida de cada uno7.” De allí que se haya optado por profundizar en los discursos y percepciones de los pobladores, sus experiencias e intereses, vislumbrando así la relación del hombre con el comité, en busca de estrategias para una mayor integración, reconociendo la especificidad del aporte masculino y los beneficios que ello pudiese traer para la comunidad. Para esto se hace necesario des-construir el modelo de masculinidad hegemónica y sus parámetros, que han influido en la configuración de su identidad, levantando desde allí una nueva mirada en torno a la figura mascu-
lina, comprendiendo su sentir frente a las exigencias del modelo a las cuales está expuesto. Cabe indicar que este modelo ha sido puesto en duda en la actualidad. Los vaivenes de la economía que lo atacan directamente en su autoestima de padre proveedor; la creciente necesidad de intimidad que no sabe cómo canalizar; las mujeres que se independizan, que salen al mundo del trabajo, y el auge del movimiento homosexual, provocan confusión8. Ante este cuestionamiento el hombre y la imagen de lo que es ser hombre se ha vuelto frágil. Sin embargo, se ha de apreciar que en estratos de bajos recursos aún mantiene su valor la figura masculina, y aunque producto de los grandes cambios del siglo XX el patriarcado ha perdido fuerza, en aras de la eliminación de todas las formas de discriminación hacia la mujer y de una mayor conciencia, sus matices siguen vigentes, reflejados en condiciones de desigualdad que vive la mujer. Ello se da en la medida, que salir del patriarcado exige recursos, escolaridad, puestos de trabajo e ingresos9. Al respecto, se denota la dificultad para los hombres de adaptarse a este nuevo escenario, como es el comité, espacio donde hombres y mujeres tienen los mismos derechos y deberes. El por qué profundizar este tópico, radica en que la participación de las mujeres se facilita cuando los maridos también lo hacen y comprenden su situación10, considerando que las mujeres de los campamentos muchas veces están exhaustas, y que si no cuentan con el apoyo de la pareja el proceso se dificulta, producto de esas barreras culturales que emergen: “las mujeres que participan deben soportar las quejas de los maridos por el descuido de sus obligaciones en el hogar. En general, están sometidas a una presión permanente, abierta o soterrada, para abandonar las organizaciones, muchas sucumben11 ”.
Velásquez Villarroel, Elda Ester. Participación y género: desafíos para el desarrollo de una política de juventud en Chile. Revista Psyque. Vol. 13. Número 1. Mayo 2004. Santiago, Chile. Pag. 47 4 Op. Cit 2 5 Salinas, Paulina. “Ciudadanía y Género: Mujeres y Liderazgo en las Provincias de Antofagasta, El Loa y Tocopilla”2002. Información obtenida en: http://www2.udec.cl/~ssrevi/numero5/ion04.htm 6 Se comprende el paradigma dominante de masculinidad como un modelo, esto es, en el doble sentido de representación simbólica de la realidad (así se concibe la masculinidad) y norma (así se orienta la conducta de un hombre). La noción de masculinidad hegemónica, para Connell (1997), es “una configuración (...) que encarna la respuesta corrientemente aceptada al problema de la legitimidad del patriarcado, la que garantiza la posición dominante de los hombres y la subordinación de las mujeres”. Olavarría, José, Benavente, Cristina, Mellado, Patricio. Masculinidades Populares. Varones adultos jóvenes de Santiago. FLACSO, Chile 1998 Pág. 10 7 Op. Cit 2.Pág. 66 8 Olavarría, José. La Hora de los Hombres. Reportaje del semanario Siete+7 .Edición N° 86 del 31 de Octubre de 2003. Información obtenida en: http://www.flacso.cl/flacso/main.php?page=noticia&code=399 9 Therborn, G. Familias en el mundo. Historia y futuro en el umbral del siglo XXI, en Arraigada.I Aranda,V. (compiladoras), Serie Seminarios y conferencias Nº 42. Cepal. Santiago, Chile. 2004. Pág. 35 10 Op. Cit 2. Pág. 41 11 Op. Cit 2 Pág .33 3
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Resultados de la investigación • El Significado de la participación En los tres comités, tanto hombres como mujeres valoran la participación comunitaria. Sin embargo son quienes participan, en su mayoría mujeres, quienes pueden significar y dar cuenta de la importancia de trabajar en y para la comunidad, así como visualizar los beneficios directos (relacionados a la adquisición de la vivienda: reunir dinero, ser escuchados por las autoridades, etc.), y los indirectos (instancias de desarrollo personal y un espacio distinto al doméstico) que ello le trae. Se considera entonces, que “propiciar la participación ciudadana no sólo significa un mejor aprovechamiento de los recursos y espacios investidos por el Estado, sino que además supone una serie de beneficios para el desarrollo de quienes participan, como por ejemplo, un mejor nivel de empoderamiento, mayores pasibilidades de logro de metas e inserción en redes sociales para el desa12
Op. Cit 2.Pág. 47
rrollo del capital social; desarrollo del pensamiento crítico, mejor habilidad para discrepar, negociar diferencias y desarrollar respeto a los derechos de otros al momento de sostener visiones y argumentos que disienten12 ”. A excepción de Lampa, los entrevistados consideran que la participación en el comité por parte de los hombres es baja, y que son las mujeres las que asumen la responsabilidad. Esta relación se da como una extensión de las labores domésticas, pues al ser las mujeres responsables del cuidado del hogar, lo son también de obtener la casa futura: “El lado mío es trabajar para obtener lo que uno no tiene. El de ella es lograr tener su casa, hacer las cosas que tiene que juntar” (Luis Miguel, Renca). En Renca, donde el comité está en ciernes, se percibe un mayor interés en que los hombres se involucren, mientras que en La Florida, donde ya se erradicarán, las mujeres no presentan interés, pues el proceso lo han desarrollado en su mayoría solas y dio resultados efectivos. Asimismo, entre los varones de Renca se percibe un sutil interés de integrarse en el futuro, mientras que en La
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Florida los hombres reconocen que la baja participación es una realidad difícil de modificar, ya que han aprendido a organizarse y relacionarse de esa manera, y no hay interés en que esa situación cambie. Los hombres que no participan, ven al comité como una entidad más lejana, y en muchos casos hay un desconocimiento de sus funciones y responsabilidades, e incluso una visión negativa, que cambia una vez que se involucran.
• Los obstáculos a la participación masculina en el comité La ausencia de participación masculina está condicionada por una serie de factores que dicen relación a las vivencias y prácticas observadas desde su infancia, y los mandatos sociales presentes en su identidad masculina, que han tomado forma como obstáculos hacia la participación. En general, este modelo no es cuestionado mayormente por los pobladores, sólo se perciben los conflictos que ello genera.
Mandatos puestos en duda En primer lugar, está el mandato de trabajar, eje del modelo de masculinidad hegemónica, sobre el cual el hombre se vuelca. Participar en el comité significaría perder la posibilidad de estar generando más dinero y significaría que se tiene tiempo y no se está trabajando: “Por mi parte es por asunto de trabajo, se supone que somos nosotros los que traemos el sustento diario para nuestra familia, y el tiempo para nosotros no nos alcanza para participar en reuniones” (Jaime, La Florida). El generar ingresos en un mercado laboral de inestabilidad, y el tener que llegar con los recursos en tanto “proveedor de la familia”, es una exigencia que pareciera absorber a los hombres, viviéndolo como “una gran presión sobre ellos, especialmente entre quienes tienen trabajos más precarios y menores recursos. En general la pérdida del trabajo y la cesantía son vividas como una profunda pérdida de valor y provocan crisis en su autoestima que afectan al conjunto de sus vivencias13 ”. Esto se relaciona con un ensimismamiento reflejado por parte de los hombres, quienes se cierran a la posibilidad de desarrollarse en otros espacios por la necesidad de generar recursos, lo que indica que el hombre esta-
ría motivado a participar en la medida que ello le otorgue beneficios materiales directos, lo que se contradice con el trabajo por la vivienda que es generalmente a mediano o largo plazo. En segundo lugar, otro mandato puesto en duda en el comité, es la posición jerárquica y el poder que ha de ocupar el hombre frente a la mujer, ya que es un espacio de igualdad donde los hombres ven amenazada dicha posición, pudiendo considerar que se está desautorizando el poder masculino. El hombre estaría frente a una serie de contradicciones referentes a las exigencias que el modelo de masculinidad le impone, versus el discurso de igualdad que en la actualidad las mujeres han tomado como baluarte, siendo el comité un espacio donde se vivencia lo anterior. A diferencia de otros sectores socioeconómicos, el poblador no ha tenido las oportunidades de reflexionar y recrear los parámetros en los cuales se construye su identidad masculina, en aras a una relación de mayor equidad con el otro sexo. Hay un temor de trabajar con un grupo de mujeres fortalecidas en un contexto de igualdad: “Si hemos aprendido a negociar con personas de otro sexo desde ese parámetro de la diferencia y la desigualdad, y si se ha negociado la sexualidad, la reproducción y los espacios laborales asumiendo las jerarquías por sexo, el proceso de transformación es muy incierto. Si se ha aprendido que los vínculos sociales se dan cuando “lo propio de los varones” interactúa con “lo propio de las mujeres”, no basta con una transformación desde un discurso teórico que demuestre la incoherencia de esta diferencia y desigualdad, ya que a la par, ello se enfrenta a un discurso y prácticas sociales en donde se siguen transmitiendo especializaciones genéricas excluyentes y jerárquicas14 ”.
La homosociabilidad y construcción de identidad La masculinidad hegemónica está asociada a la sexualidad-heterosexualidad, a una masculinidad que renuncia a lo femenino y valida la homosocialidad: “Se demuestra hombría para la aprobación de los otros hombres. Son ellos quienes evalúan el desempeño, de allí que toda manifestación que pueda ser interpretada como femeni-
Olavaria, Jóse. Y todos querían ser (buenos) padres. Varones de Santiago de Chile en conflicto FLACSO 2001. Pág. 16 Lagarde, Marcela (1994) “La regulación social del género: el género como filtro de poder”. En Enciclopedia de la sexualidad. Consejo Nacional de Población. México. pp. 389-425. En: www.flacso.cl/flacso/biblos.php?code=401 15 Ibíd. Pág. 14
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na en un hombre es rechazada y temida15 ”. Es así que prefieran evitar el involucrarse en espacios considerados femeninos y ser vistos como “poco hombres”o “pollerudos”, en palabras de los entrevistados. Según lo anterior, al hombre en el comité se le dificultaría configurar su identidad masculina, al no encontrar en él a quienes lo validan: “No es que me sienta cohibido no, pero da cosa de repente, un solo hombre para todas las mujeres que hay ahí… que sea lo miran raro a uno” (Luis Miguel, Renca). Esta visión del comité como espacio de la mujer o feminización del comité, percibido en Renca y La Florida, se ha configurado como un obstáculo de dos caras: por parte de los hombres, que al percibir el comité como femenino no demuestren interés para vincularse a él, tendiendo a desprestigiarlo; y por parte de las mujeres, lleva a que no demuestren interés en que los hombres se involucren. Ello, para no romper con el círculo de intimidad que han generado, dificultando que el hombre pueda asumir responsabilidades, sin presentar interés para motivarlos a integrarse, punto destacado por los entrevistados: “Lo que pasa es que tampoco la mujer motiva al hombre, hay algunas que van ellas no más, ahí te dejo a los cabros y salen no más, los matrimonios más jóvenes son así, lo he visto, yo creo que la motivación la tiene que dar la mujer” (Víctor, La Florida).
La ambigüedad de esferas Al respecto se evidencia una dualidad que ha estado presente: la dualidad ámbito público (hombre-trabajo) – ámbito privado (mujer-casa). Al respecto, las organizaciones comunitarias, como el comité, permiten traspasar la división de las esferas privadas y públicas en que se funda parte importante de la discriminación de género16 basada en la estructura patriarcal: “Es una praxis real y entre iguales, en la cual se producen discursos políticos e ideológicos que posibilitan el cuestionamiento de diferentes ámbitos como el ejercicio del poder, las relaciones de género y las condiciones de subordinación y discriminación que las afectan. De este modo, se configura un espacio para la des-construcción de las formas y modos construidos principalmente desde el universo del varón17” . Esta ambigüedad se presenta como una amenaza al modelo, de allí que prefieran mantenerse al margen.
Se perciben características particulares de cada sexo que facilitarían el trabajo de mujeres en comunidad y obstaculizarían las del hombre. Las mujeres se perciben a sí mismas como empeñosas, con capacidad de luchar, ceder y dialogar; al hombre se le reconoce como testarudo, agresivo y machista, al asumir que la responsabilidad de lo doméstico es de la mujer, y derivado de esto, el obtener la casa futura, tarea vivida con mayor urgencia por la mujer al ser ella quien pasa mayor tiempo en la casa. También se le ve como incrédulo, que necesita ver para creer y eso le juega en contra para involucrarse al comité: “Cuando yo vea una cosa un poquito más concreta, a mí me llega la Paola: sabis que está listo el terreno, yo lo voy a creer” (Mauricio, Renca). Los hombres, por su parte, ven a las mujeres como más débiles, en cambio ellos generarían más respeto. En contraste con esto, parte de los entrevistados creen que hay hombres que tienen vergüenza y timidez, al enfrentarse a un grupo de mujeres: “La mujer siempre tiene más facilidad de conversar con las amigas y el hombre no, le da vergüenza, es que hay puras mujeres, que voy a entrar, me da el plomo, cuestiones que se le meten a uno” (Héctor, Renca).
La desconfianza Envolviendo todos los obstáculos anteriores está un alto grado de desconfianza atribuible a un “uso exacerbado de la lógica de mercado, que debilita las redes de confianza y cooperación18 ”. Para los hombres existe desconfianza hacia el comité y sus miembros, mientras éste no genere frutos rápidos o por experiencias pasadas negativas. Se vivencia una “desesperanza aprendida” frente a los logros del trabajo comunitario y una confianza en que el surgir depende de los esfuerzos individuales. Resumiendo, se evidencia una “participación condicionada” por un entramado de factores que cuestionan que el trabajo sea la razón principal de la baja participación masculina. La Copa es un claro ejemplo de ello, donde las mujeres también trabajan como temporeras: “El hombre aquí se da cuenta, es más conciente que en Santiago, (…) Aquí desde chico el niño y la niñita ven que
Op. Cit 1. Pág. 50 Op. Cit 5. 18 Modernidad en Chile. El Pulso del Desencanto. Entrevista a Norbert Lechner. Por Faride Zeran, en revista Correo de la Innovación Nr.5,Santiago, octubre 1998 http://www.desarrollohumano.cl/extencion/miedos.pdf
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Las características de cada sexo
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COMITÉ DE ALLEGADOS: PARTICIPANDO DE UN SUEÑO
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Movilizadores de una mayor participación
su madre está trabajando y sale a trabajar igual que su padre, entonces como que se va creando una conciencia en el niño de que la madre y el padre trabajan para llevarle el alimento a la casa” (Carmen, Lampa). Esta paridad se trasladaría al ámbito del comité, donde hombres y mujeres asumirían responsabilidades similares. A diferencia de los otros dos comités donde las mujeres son en su mayoría dueñas de casa, y que han constituido el comité como un espacio para salir del hogar y de compartir con otras mujeres, en La Copa parte de las mujeres ya tienen un espacio fuera del hogar, de ahí que no se denote una necesidad de concebir el comité como un espacio de intimidad femenina y de desarrollo personal.
El aporte masculino al comité Para los entrevistados cuesta visualizar el aporte de una posible participación masculina. Incluso para algunos entrevistados de La Florida y Renca, el aporte de los hombres sería nulo: “En esto de la casa no veo el aporte, yo creo que en otras cosas el hombre aportaría, como en hacer un club deportivo, una canchita, ahí la participación de los hombres valdría la pena” (Mario, Renca). Destacan la fuerza física y el aporte en dinero, símbolos de poder, pero del cual las entrevistadas consideran que pueden prescindir: “Yo también estoy metido, veo las cosas de la plata, el trabajo acá no es tanto lo que da,
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pero igual hay que hacer un empeño” (Mario, Renca). Otro aporte destacado, considerado indirecto, es el “apoyo” de los hombres dirigido hacia las mujeres y hacia su participación, donde no hay un asumir responsabilidad frente al comité por parte de los hombres, sino hacia sus parejas. El apoyo es entendido principalmente en relación al cuidado de los hijos y el permiso, que permite que su pareja participe sin dificultad. “Hay reuniones en que una no podía ir con el niño, entonces Jaime se quedaba con él, en ese sentido me apoyaba harto” (Ivonne, La Florida). Esto se relaciona con la lógica de la hegemonía masculina que aún impera y sus consecuencias, visible en el hecho de que la mujer tenga que contar con la aprobación masculina para que se pueda abrir al espacio público. Cabe destacar que entrevistados de Renca mencionaron que una mayor participación masculina permitiría que la familia se uniera más. Ello se puede interpretar como una vuelta a aquel espacio considerado por el hombre como un refugio, en donde los cuestionamientos de los parámetros que constituyen su masculinidad pasan a un segundo plano. Sobre una mirada distinta que pudiese entregar el hombre, en Renca y Lampa ambos sexos valoran que los hombres puedan aportar con ideas distintas, y evitar un sesgo femenino. En general, las mujeres valoran una perspectiva distinta, pero no hay interés concreto en integrarla ni en fomentar la participación masculina, ya que están seguras de que “se la pueden solas”.
Para ambos sexos, se dificulta visualizar motivadores para un hombre que se vuelca hacia el trabajo, cerrándose en comprometerse con otra responsabilidad. Algunos hombres reconocen que sí les gustaría contar con otro espacio, pero que su mayor interés radica en estar en la casa y con la familia, por lo tanto si hubiese que planificar algo, tendrían que ser actividades donde participe toda la familia. Se denota un bajo interés por parte de los hombres por participar en las reuniones, aunque para el caso de las actividades deportivas, recreativas y de capacitación es posible apreciar un poco más de interés. Estas actividades se visualizan como medios que podrían gatillar un mayor involucramiento al comité: “Creo que sería una buena forma comenzar por algo deportivo y después ir agregándole cosas, después cuando esté organizado(…) sabis que vamos a hacer esto el día sábado, después que jueguen ustedes vamos a hacer esto otro e irle agregando cosas a eso y ahí 100% seguro que el hombre va a opinar, va a empezar a dar ideas, va a empezar a proponer cosas, pero si tú lo haces decir juntémonos con los hombres para organizar algo, no te va a llegar” (Mauricio, Renca). En busca de aquellos mecanismos que motivaron a los hombres a participar en Lampa, en primer lugar destaca su condición de allegados. En segundo lugar, los rápidos frutos del comité y una confianza en que con el comité van a lograr la casa. En tercer lugar mencionan las reglas (pago de multa en caso de inasistencia a las reuniones) y la presencia masculina en los cargos dirigenciales. Los entrevistados concuerdan en que el hombre en un grupo con su mismo sexo adquiere más personalidad. Se destaca a su vez un alto número de solteros postulando y que por ende, no pueden delegar responsabilidad en sus parejas. Finalmente, en cuanto a la relación entre las distintas etapas de la obtención de la vivienda y la motivación masculina, la experiencia de La Florida y Renca indica que la tendencia a la baja participación no sufre fuertes modificaciones. Sólo al principio de la historia del comité se ve un poco más de entusiasmo, cuando existe una curiosidad por parte de ellos.
Reflexiones Finales Entre los alcances de la investigación se encuentran:
1. Haber hecho visible un tema que se ha naturalizado, la baja participación masculina y cómo puede ser un obstaculizador para el trabajo de sus parejas, o para la misma intervención de UTPCH. Ha habido un fomento de la participación, sin embargo, se ha vuelto invisible la figura masculina y su aporte. 2. Reconocer la importancia de incorporar la perspectiva de género en materia de vivienda y participación, ya que permite detectar mejor los requerimientos, prioridades y capacidades participativas de los hombres y mujeres, mejorando la eficacia del diagnóstico, planes e intervenciones, pudiendo mejorar significativamente la capacidad de los programas sectoriales, de favorecer la superación de la pobreza e integración ciudadana de las personas. Al respecto cabe preguntarse en qué medida UTPCH incorpora esta perspectiva. 3. Promover estrategias que promuevan y reconozcan el aporte indirecto de los hombres, ya que existe un bajo interés por las reuniones, pero sí se puede fortalecer el apoyo hacia sus parejas. Esto incluye una mirada en que tanto los pobladores como UTPCH valoren, comprendan y fortalezcan ese aporte indirecto, fundamental para que los hombres se sientan parte del proceso que están viviendo. 4. Incorporar en el trabajo con la comunidad la participación como información, es decir, estrategias que permitan al hombre estar al tanto del proceso de obtención de la vivienda y del comité y sus actividades, las cuales son desconocidas por parte de los entrevistados. Al respecto, la mujer es el principal nexo para que la información llegue a él, y en este sentido UTPCH debe promover la articulación de las condiciones para que ello se realice en pos de una responsabilidad compartida. 5. Reconocer las potencialidades de una mayor integración por parte de los hombres, que implicaría una mayor cohesión social por parte de la comunidad y de este modo una mayor riqueza del capital social. Es necesario engrosar el tejido social del comité, ya que la obtención de la vivienda tiene altos y bajos, y requiere de una cohesión social para mantener en pie el trabajo y no caer en la desesperanza. El ejemplo de Lampa da a entender que cuando un comité cuenta con el apoyo y el compromiso de todos los miembros, hombres y mujeres, el proceso se agiliza, lo que resulta un estímulo para seguir trabajando en conjunto. 6. Dar cuenta de cómo la relación existente entre hombres y mujeres es una construcción social que puede cambiar con el tiempo. En este sentido, la perspectiva de género ofrece la posibilidad de cuestionar los estereotipos, de repensar lo obvio, la forma y el significado de ser varón y de ser mujer.
CIS
PARTICIPANDO DE UN SUEÑO
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Por María Jimena Alinari y equipo Un Techo para mi País - Argentina
A diez minutos del centro de la ciudad de Córdoba Capital, entre el Río Suquia y un inmenso depósito de basura se encuentra Sangre y Sol, un pequeño asentamiento compuesto por una fabrica abandonada, grandes montañas de desechos y un río que, con cada creciente, hace peligrar las modestas casitas que lo conforman. Sobre este terreno, hace unos 35 años aproximadamente, se hallaba una curtiembre. Muy temprano por las mañanas, desfilaban camiones cargados de carne que a su paso marcaban con charquitos de sangre el camino, dejando así, que se iluminaran con el resplandor del sol y mostraran un claro reflejo. Las primeras 20 familias que llegaron aquí, movilizadas por la erradicación de otro asentamiento, denominaron su nuevo hogar, “Sangre y Sol”.
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Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
En un principio estas familias se acomodaron dentro de la vieja estructura de la fábrica, ya que ese era el único lugar de refugio, donde podían estar más seguros, aunque algunas no tenían más que tres paredes y un escaso techo que no tapaba toda la habitación. Con los años “Sangre y Sol” fue creciendo, hoy son 120 las familias que aquí viven. Aunque no ha crecido en estructura, cada vez son más las familias que por no tener un lugar donde vivir se rebuscan día a día para que sus hijos tengan una vida un poco mas digna.
SANGRE DE TRABAJADORES En “Sangre y Sol” la mayoría de los jefes de hogar están desempleados y, desde hace años, se dedican a la recolección de cartón, chatarra, plásticos, en el centro de la ciudad, son los llamados carreros o cartoneros. En el 2002, durante el gobierno de Kammerath, un gran número de carreros de esta zona realizó una manifestación frente a la Municipalidad, porque se les había prohibido la entrada de los carros al centro de la ciudad. Luego de tener una reunión en el Municipio, doce personas del grupo manifestante fueron detenidas. Los vecinos de la villa se unieron férreamente para reclamar por la liberación de los detenidos y por el respeto al derecho a la protesta y al trabajo. “En esas dos semanas que estuve detenido pensé que si los vecinos del barrio habían sido capaces de unirse para defendernos, podíamos unirnos para hacer una cooperativa” relata Pablo Silva, actual presidente de la Cooperativa de Carreros Organizados, recolector de toda la vida y padre de quince hijos. Bajo la sombra del viejo olmo del patio de los Silva, se reúnen todos los miércoles un grupo de hombres y mujeres para intentar darle impulso a esta organización de
trabajadores. En el grupo, hay rostros de ojos cansados, muchachos fuertes y bebés que juegan en el regazo de sus jóvenes madres. Son un puñado de sueños por una vida mejor. “Queríamos hacer algo para estar organizados, y más adelante tener una obra social; que nos entre un poco más de plata, tener un comedor para los chicos y una guardería”, cuenta Pablo. La Cooperativa ya tiene personería jurídica y está integrada por 49 familias con un promedio de siete hijos. Son vecinos de Sangre y Sol, Campo de la Rivera, Primero de Mayo y Villa Inés. En la organización y asesoramiento los apoya la Asociación Civil “Raíces”. Durante la convertibilidad y en el estado más devastador de desempleo, el precio del papel y del cartón subió estrepitosamente y la ciudad se inundó de antiguos y de improvisados “cirujas”. Claudia, una de las más jóvenes del grupo asegura: “Por ahí la gente nos mira raro, como discriminándonos un poco, pero hay gente que se enriquece a costa de los carreros. Esto es nuestro y nosotros creemos que tenemos que luchar por esto.”
CIS
historias de latinoamérica
SANGRE Y SOL CÓRDOBA, ARGENTINA
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UNA NUBE DE ESPERANZA Laura es mamá de cinco chicos y vive junto a ellos en Sangre y Sol. Ella tiene un buen trabajo por las mañanas que le permite darle a los suyos un plato de comida todos los días, pero también sabe que hay muchas otras familias que no tienen esa posibilidad. “Hoy en día no es fácil conseguir unos pesos para comer y más con chicos, no podés mantener sola una casa con todo lo que necesitas”. Es por eso que desde hace algunos años organizó junto con otras mamás, el colegio y Caritas, una ONG, el comedor Nube Esperanza. Allí almuerzan y toman la copa de leche las mamás embarazadas y los niños que no van al colegio primario. “Al principio no teníamos un lugar donde dar la comida y lo hacíamos en la cocina de mi casa y como no es muy grande dábamos la comida por turnos, algunos se tenían que quedar mucho tiempo esperando afuera y con la panza vacía”. “Pero después de mucho pelear, el Ministerio de Solidaridad nos dio ladrillos para hacer el comedor y entre todas las mamás trabajamos y levantamos las paredes del comedor y el techo no tardó mucho más en llegar. Le pusimos Nube Esperanza, porque es algo que no se ve muy seguido por estos lados, y cuando los chicos vienen a llenarse la pancita acá nos da la esperanza de que to-
davía podemos hacer algo y ellos pueden tener cada día una posibilidad más de salir adelante”.
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historias de latinoamérica 42
“No queremos que otros se llenen los bolsillos a costilla nuestra y nosotros siempre nos tengamos que quedar viviendo en una villa”, dice Pablo. “No pretendemos andar en una cuatro por cuatro, pero sí mejorar nuestro modo de vivir, tener una casa digna, no tener que traer lo que nosotros juntamos a la casa...”, aclara.
Como cooperativa, ellos tienen en proyecto la construcción de un galpón para acopiar el papel, conseguir una balanza y una compactadora que les permita preparar el material para poder venderlo directamente a las fábricas y evitar los intermediarios. Para construir el galpón, piensan reciclar los ladrillos que recuperen de los escombros tirados en el basural que está pegado a la casa de los Silva, pero necesitan chapas, tirantes, hierros. Tienen un viejo camión en reparación. Para cubrir ese gasto, los fines de semana venden pan casero, empanadas y choripán. Quieren tener un comedor y una guardería. Hace poco, Tarjeta Naranja (de crédito) les donó unas viejas computadoras, de las cuales ya han podido poner en funcionamiento seis. Sueñan con armar una sala de computación para capacitar a los más jóvenes. A Pablo, lo que más le preocupa es “que no anden tanto en la calle pensando cualquier cosa”. Y en los ratos libres refuerzan el “muro de contención” construido por la acumulación de escombros y chatarras del basural, porque cuando llueve unos setenta mm3, el cauce del Suquía llega hasta las puertas de sus casas. “Nosotros ya hicimos la vida en esto, pero queremos mejorar las oportunidades para nuestros hijos, que no sigan el trabajo de nosotros, que tengan un estudio, que hagan el secundario”, reflexiona Silva, y agrega: “Queremos tener una casa segura, si llueve no estar pensando que nos podemos inundar, que si viene un viento fuerte...” Entonces, Claudia, que permanece en un rincón escuchando a su padre atentamente, sintetiza: “Queremos una vida digna”.
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Esta investigación surge por el interés de conocer los efectos de la implementación del Programa de Recuperación Urbana Ribera Norte del Río Bio Bío en la Ciudad de Concepción y en particular para los habitantes del sector. Los principales objetivos de esta intervención apuntaban a conformar un nuevo barrio residencial y a recuperar el borde del río para la ciudad. El foco del presente estudio apunta a aquellos beneficiarios del Proyecto de Radicación inserto en el Programa de Recuperación Urbana Ribera Norte y conocer sus niveles de satisfacción residencial y capital social. Hector Rolando Bascur Cid
Sociólogo, Universidad de Concepción
PRESENTACION Esta investigación surge por el interés de conocer los efectos de la implementación del Programa de Recuperación Urbana Ribera Norte del Río Bio Bío en la Ciudad de Concepción y en particular para los habitantes del sector. Dicho programa interviene una extensa área (140
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Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
hectáreas), próxima al centro de la ciudad (600 metros) y aledaña al río. Para ello se implementó una Propuesta de Intervención Urbana que se articula de forma coherente con el resto de la ciudad. La labor directa del programa recae en el equipo Ribera Norte.
1. Objetivo social: Consolidar un nuevo barrio residencial, dando solución definitiva a las familias residentes en el sector. 2. Objetivo urbano: Recuperar el borde del río para la ciudad en sus funciones sociales, económicas y culturales. El programa se planteó la necesidad de dar una solución urbana y de vivienda a estas familias por lo cual implementó un Proyecto de Radicación para los pobladores en las cercanías del lugar en que vivían para así integrarlos a la nueva estructura de la ciudad, terminando así con años de exclusión social consolidando un nuevo barrio residencial Para determinar quiénes serían los beneficiarios del Programa se utilizaron los catastros realizados por la Municipalidad de Concepción donde se daba a conocer que 1.500 eran las familias que habitaban en terrenos fiscales en la Costanera. Se estableció que los beneficiarios del sector serían las familias participantes de Juntas de Vecinos y en cumplimiento de: vivir en terrenos fiscales desde antes de 1991 y haber constituido familia antes de esa fecha, tener la ficha CAS II, tomada por la Municipalidad de Concepción y estar inscritos en los programas de vivienda del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. El proceso de postulación contemplaba los siguientes criterios, el primero sería el tipo de vivienda al que se quisiera postular, donde el requisito primordial sería el ahorro previo. En cuanto a los metros cuadrados de vi-
vienda utilizables, existía una variedad de cuatro tipos de viviendas a las cuales postular. TABLA Nº 1 Requisitos de Postulación por Tipo de Vivienda Vivienda
Tipología MINVU
M2 construidos UF Ahorro (+ sitio) previo
Casa Esquina
A
51,8 m2 (60 m2)
Casa Pareada
B
51,8 m (60 m ) 30
Depto. Chico
C
42,8 m2 10
Depto. Grande
C
51,8 m2 14
2
40
2
Considerando esto, alrededor de un centenar de familias quedarían excluidas del programa debido a que habían llegado a la costanera después del año 1991. No obstante, a quienes no resultaran beneficiarios y vivieran en terrenos fiscales se les ayudaría a acceder a los programas normales del SERVIU. Este proyecto se llevó a cabo en tres etapas e involucra dos tipos de construcciones; departamentos de 51 y 42 m2 de hormigón armado en Edificios de 5 pisos y casas de 2 pisos de 51 m2 de albañilería reforzada. El número total de viviendas es de 1426, de las cuales 976 fueron construidas en la primera y segunda etapa y son las incluidas en este estudio, (625 departamentos y 351 casas). Éstas se entregaron a fines de 1999 y principios del 2000, las restantes 450 viviendas se entregaron durante el 2004 La ejecución de este proyecto de radicación, y las percepciones de cambio en la calidad de vida y relaciones sociales de las personas que en él participaron, es el interés de este estudio. Una de las formas de evaluar los resultados de las medidas tomadas en relación a la formalización habitacional de los pobladores, es a través de la satisfacción residencial. Ésta debe arrojar información útil sobre las percepciones de la vivienda y del barrio y los cambios experimentados en relación a la vivienda anterior.
Block Ribera Norte.
CIS
investigación SATISFACCIÓN RESIDENCIAL Y CAPITAL SOCIAL EN EL PROGRAMA RIBERA NORTE
El lugar a intervenir presentaba problemas de equipamiento, infraestructura y accesibilidad. El programa contemplaba recuperar gran cantidad de terrenos subutilizados o en desuso para integrar a la ciudad. En este sentido la dimensión social de la nueva propuesta urbana, implicaba a las 3000 familias que vivían en el sector (desde hace más de 50 años), donde cerca de 1600 lo hacían de forma irregular y en precarias condiciones. Para la consecución de estos objetivos, la Propuesta Urbana consideró la existencia de variados obstáculos que debían ser sorteados, solución de los problemas de orden técnico (remoción y / o reubicación de infraestructuras viales y otras, realización de obras de relleno, viabilidad de estructuras soterradas en zonas de napas, etc.). Si bien estos primeros obstáculos eran más abordables, existía un segundo tipo de problemas: la reubicación de los pobladores que habitaban el lugar en forma irregular. Este es uno de los problemas más difíciles de resolver en este tipo de intervenciones de reordenamiento urbano. Además, en este lugar los pobladores habían desarrollado un arraigo con el lugar, que es comprensible teniendo en cuenta los procesos de levantamiento y mejora de los emplazamientos en que ellos mismos han ido participando cotidianamente. Esta generación de identificación histórica con el locus, le otorga un plus valor simbólico a los espacios y las estructuras, aún si los emplazamientos que acogen a los pobladores son deficientes y persiste una fragilidad dada por las condiciones geomorfológicas y socioculturales que los rodean. La intervención en la Ribera Norte tiene dos grandes objetivos:
45
• Reconocer la existencia de Capital Social y su relación con la satisfacción residencial.
Objetivos Específicos
Pasaje interior Ribera Norte. El Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) diseñó una metodología para evaluar la satisfacción residencial en las poblaciones Serviu. La utilización de esta metodología en el nuevo barrio de radicación Ribera Norte permite apreciar los resultados de un diseño urbano nuevo y de una calidad de vivienda mejor a los estándares normales de viviendas básicas, lo cual también permite comparar las diferencias con los resultados a nivel nacional y sacar conclusiones relacionadas con el diseño de espacios urbanos aptos para la convivencia. Aunque, en principio, este estudio sólo pretendía evaluar la satisfacción residencial, la temática del capital social se juzgó tan relacionada con esta, que se decidió incorporarla para darle mayor riqueza al análisis; para ello se tomó como referencia el trabajo del MINVU sobre el tema, con lo cual se seguía una misma línea metodológica que permitió contrastar los resultados. Además, se desarrolló una revisión bibliográfica para fundamentar una discusión sobre el tema, contextualizando la información.
Planteamiento de la Investigación Objeto de Estudio
• Evaluación de la satisfacción residencial de los beneficiarios del Proyecto de Radicación inserto en el Programa de Recuperación Urbana Ribera Norte (PRURN).
Objetivos Generales
• Conocer los niveles de Satisfacción Residencial y Capital Social de los beneficiarios, utilizando la metodología establecida para el MINVU, en poblaciones SERVIU. • Describir la evaluación que las familias beneficiadas hacen del Proyecto de Radicación del Programa Ribera Norte.
• Describir el proceso de postulación y asignación de las viviendas. • Evaluar la satisfacción residencial y su relación con la familia, el tipo de vivienda, el vecindario, el conjunto habitacional y el nivel socioeconómico • Analizar el concepto de capital social y su relación con la satisfacción residencial. • Medir el capital social utilizando la metodología del MINVU. • Proponer líneas para perfeccionar la medición del capital social en la metodología del MINVU.
Marco Teórico Elementos para abordar el problema de investigación. Marco Conceptual del Sistema Medición Satisfacción Beneficiarios Vivienda Básica (SMSBVB). El Sistema Medición Satisfacción Beneficiarios Vivienda Básica trabajó con un marco sistémico para abordar los principales conceptos (tales como lugar, calidad y satisfacción residencial), procesos, escalas o niveles socio-físicos –entre otros–, así como también a las dimensiones objetivas y subjetivas que influyen en la perspectiva de los beneficiarios. La información obtenida sobre satisfacción residencial fue analizada a su vez a la luz de la perspectiva sociológica del capital social, tanto en la adaptación teórico-metodológica que hace el instrumento oficial del Ministerio (capital social vecinal, en una concepción sistémica), como en la operacionalización del concepto para la construcción del índice de capital social vecinal (ICV)1. Concepto de Vivienda: de acuerdo a lo establecido en el documento SMSBVB2 se entenderá por vivienda al SISTEMA integrado por la unidad que acoge a la familia, por el terreno, la infraestructura de urbanización y de servicios, y el equipamiento social-comunitario; todo esto dentro de un contexto cultural, socio-económico, político, físico-ambiental. Al mismo tiempo ello tiene su manifestación en diversas ESCALAS y LUGARES, esto es: localización urbana o rural, barrio, conjunto habitacional, entorno y unidades de vivienda. Sus diversos ATRIBUTOS se expresan en aspectos funcionales, espaciales, forma-
Ver MINVU, 2002b: “Satisfacción residencial en la vivienda básica SERVIU: La perspectiva del Capital Social”. En “Sistema Medición Satisfacción beneficiarios vivienda básica: Síntesis del Informe de Consultoría”. [En línea]. Instituto de la Vivienda, FAU–UCH. MINVU, División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional. Marzo de 2002. Santiago de Chile. En: <http: //www.minvu.cl> [Consulta: Febrero 2004]. 1 2
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les (estéticos y significativos), materiales y ambientales. Desde un enfoque como PROCESO habitacional, incluye todas las fases del fenómeno, entre ellas la prospección, la planificación, la programación, el diseño, la construcción, la asignación y transferencia, el alojamiento, transformación y mantención, el seguimiento y evaluación. En dicho proceso participan los ACTORES las personas y entidades de los sistemas público, técnico-profesional y poblacional, entre otros. La calidad residencial que forma parte del concepto más amplio de calidad de vida, es el modo más específico para enfrentar lo distintivo de la vivienda (familia), su entorno (vecinos) y su agrupación (comunidad). Existe en la vivienda, su entorno y su agrupación ciertas características que pueden ser consideradas como atributos objetivos y subjetivos posibles de cualificar o calificar. Estos atributos conforman un numeroso y variado conjunto de características, aspectos o factores posibles de estimar como indicadores de calidad. La satisfacción residencial es una de las dimensiones de la calidad residencial, siendo esta última de carácter más amplio por incluir tanto sus dimensiones objetivas como su dimensión subjetiva desde la perspectiva de los residentes y de otros actores especialistas en el tema. Entenderemos la satisfacción como “una evaluación subjetiva que un sujeto realiza respecto a la adecuación entre sus expectativas, sus posibilidades y un objeto o situación”. En este informe, el estudio de la satisfacción residencial está referida a dos ámbitos: El Espacial y El Social. El concepto de lugar: una relación inseparable entre el habitante y su hábitat, entre la dimensión psicosocial y la físicoespacial.
incorporación tímida de variables sociales y culturales, que estuvieron muy presentes en los análisis de los iniciadores de esta disciplina. El término Capital Social: El término “capital social” hace referencia a las normas, instituciones y organizaciones que promueven: la confianza, la ayuda recíproca y la cooperación. Si nos remitimos a las formulaciones “fundacionales” del concepto, estas formulaciones coinciden en dos aspectos: que se habla de capital social en el sentido que es un recurso (o vía de acceso a recursos) que, en combinación con otros factores, permite lograr beneficios para los que lo poseen. Por otro lado, esta forma específica de capital reside en las relaciones sociales. El capital social es entendido como un “stock” acumulado a lo largo de siglos; una tradición histórica que condiciona las opciones actuales de desarrollo. La conceptualización trabajada por el ministerio considera al capital social como un stock y como tal lo enfrenta.
Marco Metodológico Muestreo. Se aplicó el instrumento encuesta a una muestra proporcional de las tres etapas de viviendas básicas modalidad SERVIU entregadas por el Programa Ribera Norte, con una estratificación proporcional a las tipologías de viviendas. Para homologar los resultados del análisis de datos del presente estudio, las cuatro tipologías existentes se reordenaron dentro de las dos tipologías utilizadas por el SMSBVB: Casas Pareadas y Esquina se consideran viviendas Tipo AB, y los Departamentos Grandes y Chicos, Viviendas Tipo C
Existen tres niveles o escalas territoriales que incluye un conjunto residencial. Micro sistema, relación entre la familia y la vivienda, Meso sistema, relación entre los vecinos y el entorno inmediato de la vivienda, y el Macro sistema, relación entre la comunidad y el Conjunto residencial. Las interrelaciones que se dan, son: En el caso de la vivienda con la familia, en el entorno con los vecinos inmediatos y en el Conjunto Habitacional con la comunidad que lo habita. Sobre la conceptualización del Capital Social Como construcción teórica, la perspectiva del capital social se expande en el marco de la economía, y de instituciones internacionales dominadas por ésta (BM, BID, CEPAL, PNUD). En la ortodoxia económica los individuos se mueven y deciden en un vacío social, siguiendo motivaciones personales de utilidad y beneficio. El lente de capital social da cuenta de un redescubrimiento y una
Garretón Ribera Norte.
CIS
investigación
SATISFACCIÓN RESIDENCIAL Y CAPITAL SOCIAL EN EL PROGRAMA RIBERA NORTE
47
Situación Previa y Contexto Actual en La Ribera Norte
40
Situación previa: El 100% de los beneficiarios de la Ribera Norte son de la misma región, y el 98% de la misma comuna.
35
TABLA Nº 2 Lugar De Origen
20
P 2ª y P 2B.- Antes de vivir aquí, ¿Vivía en la misma comuna? ¿Misma Región?
10
Los datos levantados mediante la aplicación de la Encuesta fueron vaciados en una matriz del programa de análisis estadístico SPSS versión 10,0. Luego de la construcción de la base de datos, se hizo un análisis descriptivo de las variables y se compararon aquellas más relevantes para los intereses del estudio.
3
48
97,9
No
2,1
54% 46%
50
18%
40 9%
30
7%
5
1%
Total 100
Cuidadores
%
Si
22%
20 10 0
2% Pozo negro/ Llave de agua Llave de WC Letrina dentro de la agua en sitio Conectado a vivienda fuera de la alcantarillado vivienda
Sin agua en el sitio
¿Vivía en la misma Región?
%
Si 100
Situación habitacional anterior: Al consultar sobre la situación de la vivienda anterior, tenemos que un número importante de encuestados se consideraban propietarios de las viviendas y terrenos que ocupaban, siendo éstos un 47 % de los casos si se considera a aquellos que eran parte de la familia. Sobre la misma consulta, otra parte se declara como ocupante de campamentos (27%). Es posible que en este caso se dé una distorsión de la información a causa del tiempo que estas personas vivieron en campamentos especialmente habilitados para ello (campamentos transitorios, ej: el campamento del Club Deportivo Pedro del Río Zañartu que albergaba 55 familias), en tanto los allegados corresponden al 18%, entre los cuales también se cuentan familias que debieron reubicarse y adoptaron tal condición de forma transitoria
Esta cantidad de entrevistados (98) fue establecida de antemano por el Programa Ribera Norte.
Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
60
25
Sobre las condiciones de la vivienda anterior, la mayor parte de los entrevistados declaró vivir en Casas (77%) y en Mediaguas (22%).
Hacinamiento en la vivienda: Existe una adecuación satisfactoria entre el número de habitantes y el número de recintos habitables y camas.
TABLA Nº 4 ¿Qué tipo de vivienda ocupaban?
TABLA Nº 5 Número de Personas total ¿Cuántas camas tiene su vivienda?
%
Casa
77,1
Nº Personas 376
Mediagua
21,9
Nº de Camas 334
Pieza 1
Tipología
Total 100
AB 130 3.8 C
Sumatoria
Promedio
204 3.3
Total 334 3.5 La mayor parte de los encuestados declaró que contaba con agua potable (98% con agua dentro del sitio), mientras más de la mitad (54%) contaba con WC conectado al alcantarillado, obras que fueron implementadas por los propios vecinos en años anteriores.
El promedio familiar de residentes es un poco mayor al número de camas existentes en la vivienda actual, siendo el primero de 4 y el segundo de 3,5. El nivel de hacinamiento mostrado por los beneficiarios del Programa es de 0%, es decir, la vivienda tiene más recintos habita-
CIS
Tratamiento y análisis de datos.
70
27%
Arrendatarios
Encuesta: Con la finalidad de obtener datos comparables con los resultados arrojados por el SMSBVB para el país el 2002, se aplicó el mismo instrumento, denominado Encuesta de Evaluación de la Satisfacción Residencial. El cuestionario tiene 47 preguntas orientadas a la evaluación del nivel de satisfacción y capital social vecinal. Es la primera vez que tal instrumento se aplica en la Ribera Norte. Medición de Capital Social: Para medir capital social en el Barrio Ribera Norte, el Minvu utiliza cuatro variables de la encuesta de satisfacción residencial, las que para efectos de análisis pasan a llamarse indicadores, a éstos se les asignó un puntaje de acuerdo a su importancia y la sumatoria constituye el índice de Capital Social Vecinal de cada beneficiario. Este índice se clasificó en tres categorías, bajo, medio y alto. La pertinencia de esta medición y la forma en que se realizó están descritas a continuación.
30
0
76%
80
15
Instrumentos de recolección de datos. ¿Vivía en la misma comuna?
38%
Parte de la familia
Dentro de las técnicas de recopilación de datos, se recurrió fundamentalmente a la aplicación de la Encuesta de Satisfacción Residencial, complementada con algunas entrevistas y observaciones de campo (datos primarios). Las otras estrategias complementarias para la obtención de información se refieren a la revisión bibliográfica de documentos relacionados con el tema, tales como publicaciones del Programa Ribera Norte, estadísticas y otros materiales.
GRÁFICO Nº 2 Situación de agua potable y WC en vivienda anterior
GRÁFICO N° 1 En su vivienda anterior, ¿ustedes eran?
Allegados
Recopilación de datos.
PRESENTACIÓN DE RESULTADOS
Ocupantes de campamentos
Se determinó que por el tiempo y recursos a disposición se seleccionaría una muestra proporcional estratificada que fuese un 10% del universo3.
Propietarios
investigación
SATISFACCIÓN RESIDENCIAL Y CAPITAL SOCIAL EN EL PROGRAMA RIBERA NORTE
49
bles que personas. Las cifras muestran que el Proyecto de Radicación resuelve de mejor manera el problema del hacinamiento y de escasez de camas, sin embargo estos podrían tener una incidencia mucho menor, de concretarse la subdivisión de living comedor a dormitorio. Sin embargo, ésta casi no se da, lo cual refleja que pese a darse las condiciones espaciales y de necesidad física para hacerlo, lo propietarios se resisten a hacer cambios de gran envergadura en sus viviendas.
GRÁFICO Nº 3 Vida de Familia satisfactoria, según Tipología
Vive Solo
TABLA Nº 7 Escala ponderación de notas
3,2% 88,2%
Sí
Relaciones íntimas y familiares: En general, se estima que la vivienda permite desarrollar una vida familiar satisfactoria. Ante la pregunta ¿Esta vivienda le permite desarrollar una vida de familia satisfactoria?, el 89,6% indicó que era así, mientras que sólo el 8,3% respondió no y el 2,1% que no se aplicaba a su caso por cuanto vivía solo/a.
TABLA Nº 6 ¿Esta vivienda le permite relacionarse íntimamente con su pareja?
Relacionarse íntimamente
C %
AB % Total %
Sí
69.4 30.6
ciones de 1 a 7. Con la finalidad de poder comparar con otros índices utilizados, se recodificaron los valores entregados para las evaluaciones en una escala likert (1-2, Malo; 3-3, Insuficiente; 4-5, Suficiente; 6-7 Bueno).
Malo 1 - 2,9
90,3%
Insuficiente 3 - 3,9
11,8%
No
6,5% 0
20
Deptos.
40
60 80 100
Casas
No
40.0
60.0
52.6
47.4 19.8%
5.2%
AB %
NOTA
GRÁFICO Nº 4 Vivienda permite relacionarse íntimamente con pareja
65.0 35.0 89.6%
No
50.0
50.0 8.3% 0.0
6
3,2%
Evaluacion de la vivienda anterior según tipología
16,1% 0
Deptos.
20
40
60 80 100
Casas
C %
AB % Muestra %
Malo 12,9
0,0 8,3
Insuficiente 12,9
5,9 10,4
Suficiente En este gráfico podemos ver cómo se distribuyen estas alternativas por tipología de vivienda, donde el 80,6% de los habitantes de AB y el 64,7% de C declara que la vivienda le permite relacionarse íntimamente con su pareja. Para evaluar la vivienda y en general todos los aspectos de interés del estudio se utilizó una escala de califica-
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4.9 TABLA Nº 9
26,5%
No tiene pareja
40,3
Bueno 33,9
47,1
C
%
%
%
Hogares No Pobres
47
53
44
Hogares bajo Línea Pobreza
53
47
56
6
21
Hogares TOTAL 100 100 100
Total 100 PROMEDIO
Total AB
Hogares bajo Línea Indigencia 16
22,9
7 15,6
8,8%
No
9,4
5 33,3
64,7%
TABLA N° 10 Condiciones de Pobreza, en la muestra y por tipología TOTAL VIVIENDAS
2 3,1
2.1%
Al separar por tipología de vivienda se tiene que el 88,2% en AB y el 90,3% en C dicen llevar una vida familiar satisfactoria. Como se puede ver en el gráfico las diferencias entre tipologías son pequeñas.
50
5,2
4 Sí
Respecto de la pobreza: los hogares que se encuentran bajo la línea de pobreza son 53%, mientras el 15,6% se encuentran en estado de indigencia. Por tipología de viviendas, en la tipología AB, 47% de hogares se encuentra bajo la línea de pobreza mientras para C el 56%, situación que se repite en el caso de los hogares bajo la línea de indigencia. Dadas las condiciones de postulación no es extraño que los residentes de casas tengan mejor situación económica, ya que se necesitaba más del doble de dinero para postular a dichas viviendas
%
1
Total
Sí
No aplica (vive solo) 100.0
6 - 7,0
TABLA Nº 8 Considera que su vivienda anterior permitía a usted y su familia llevar una vida satisfactoria (de 1 a 7)
Respecto de si la vivienda les permite relacionarse íntimamente con su pareja, un porcentaje del 75% estima que sí y sólo un 5,2% que no; sin embargo, casi un 20% de los encuestados dijo no tener pareja.
80,6%
C %
Bueno
3 10,4
¿Le permite desarrollar una vida de familia satisfactoria? Vida de Familia
4 - 5,9
Al momento de evaluar la vivienda anterior el cuadro muestra que la mayoría de los encuestados la calificó como suficiente o buena (81,2%), un 10,4% como insuficiente y un 8,3% como mala. El promedio de esta evaluación es de 4.9.
75.0%
No tiene pareja
Suficiente
décadas, en muchos casos con mucho esfuerzo y perseverancia ante las condiciones hostiles de la geografía del lugar y sin contar con el apoyo de organismos del estado durante los distintos gobiernos de turno. Estas condiciones explican en parte el arraigo que existía entre los beneficiarios con respecto a sus antiguas viviendas y si bien el proyecto cumplió con el anhelo de los vecinos de ser reconocidos como habitantes legítimos del sector, la rearticulación de los espacios de interacción social requiere un tiempo de reconstrucción y reformulación de parte de éstos, que necesariamente afectan la percepción del nuevo entorno en que habitan.
Pago de dividendos: los datos indican que la cuarta parte de los encuestados (25%) se encuentra atrasado en el pago, mientras el análisis desagregado muestra que el nivel de morosidad es mayor en los beneficiarios de la tipología C. TABLA N° 11 El dividendo que paga es adecuado en relación a la vivienda que tiene. Se encuentra atrasado en el pago de su dividendo
42,7
47,1 38,5
Total 100 100 100 En el caso de la Costanera como sector habitado, era un lugar que estaba siendo ocupado desde hacía ya varias
Sí
ADECUADO C
AB Muestra
ATRASADO C
AB
Muestra
76.7 89.1 80.9
29.0 17.6
25.0
No 17.7 8.7 14.7
69.4 79.4
72.9
No paga
5.6
2.2
4.4 1.6
2.9
2.1
CIS
investigación
SATISFACCIÓN RESIDENCIAL Y CAPITAL SOCIAL EN EL PROGRAMA RIBERA NORTE
51
Permanencia en el Barrio: 63,5% de los encuestados manifestaron el deseo de quedarse en su actual vivienda. Al desagregar las viviendas por tipología, los habitantes de la tipología AB representan una mayor proporción de quienes prefieren quedarse en su vivienda actual en comparación con los beneficiarios de C. (Ver tabla). En cuanto a mudarse la proporción de quienes quieren hacerlo duplica en la tipología C a la AB. (20% versus 40%)
Casas
Transformaciones
Sin Transformaciones
Menores
Pintura
70.6
74.2
72.9
Revestimiento de muros (papel mural estuco) 14.7
25.8
21.9
Cambio de Puertas
21.0
21.9
Medianas
Revestimiento de pisos (fléxit, otro) 14.7 12.9 13.5
5,5%
Cambio de artefactos de baño y cocina
26.5 16.1 19.8
5,5%
Colocación de protecciones (rejas)
67.6
24.2 39.6
Cambio de ventanas
0.0
4.8 3.1
Mayores
Unión de cocina y loggia
2.9
0.0 1.0
subdivisión de comedor a dormitorio
2.9 19.4 13.5
Subdivisión de Dormitorios
0.0
6,2%
Ventilación
6,0%
Living comedor
5,9% 5,7%
Tamaño vivienda
Quedarse
76,5%
56,6%
Cocina
Mudarse
20,6%
40,3%
Tamaño Baño
5,4%
Dormitorios
5,4%
Orgullo por el Barrio: Al consultar qué tan orgullosos se sentían los beneficiarios de vivir en el barrio se obtuvo lo siguiente: Un 27,8% dice estar muy orgulloso, el 44,4% algo orgulloso, en tanto el 22,2% dice estar poco y un 5,6% nada orgulloso. Es decir, un 72,2% se siente de alguna forma identificado con el nuevo barrio en que viven. Los habitantes de departamentos en mayor número plantean la posibilidad de emigrar del lugar y a su vez están más atrasados en el pago de dividendos, esto sumado a que previo a la radicación la totalidad de los beneficiarios vivían en casas, hace que la disconformidad con las actuales condiciones de vida sea mayor en el caso de las tipología C.
Muros
Quedarse
Orgullo por el Barrio % Nada
Poco
Algo
2,2 10 30 18,9
Mudarse 3,3 11,1 13,3 No sabe
Muy
7,8
Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
C %
5.9 11.3
23.5
Total %
9.4
4.8 3.1
5,1%
Transformaciones por categorías al 100%
AB %
C %
Total %
Puertas
5,0%
Menores
Pintura
64,9
61,3
62,5
Artefactos baño
4,9%
Revestimiento de muros (papel mural estuco) 13,5
Cambio de Puertas
Medianas
Revestimiento de pisos (fléxit, otro) 13,5
22,2 17,8
Cambio de artefactos de baño y cocina
24,3
27,8
26,0
Colocación de protecciones (rejas)
62,2
41,7
52,1
Cambio de ventanas
Mayores
Unión de cocina y loggia
50,0
subdivisión de comedor a dormitorio
50,0 80,0
Subdivisión de Dormitorios
Loggia
4,7%
Tabiques 0 1
4,6% 2 3
4
5
6
7
Malo 1,0% Insuficiente 3,1% Suficiente
21,3 18,8
21,6 17,3 18,8
0,0 8,3
0,0
0,0
4,1 5,9 76,5
20,0 17,6
(%) (Por caso)
61,5%
Participa en organizaciones comunitarias: La mayoría de los beneficiarios participa en alguna de las siguientes organizaciones.
Bueno 34,4%
GRAFICO N° 5
0 1,1 1,1 1,1
Aspectos de la vivienda: al evaluar se obtienen las calificaciones indicadas en el grafico para cada ítem en particular. Con las calificaciones por caso, se construyó un índice de evaluación de aspectos de la vivienda, donde casi el 95% de los beneficiarios califican como suficiente o buena la calidad de la vivienda.
AB %
Patio
Índice Deseo de
5,2%
TABLA N° 14 Índice de Evaluación de Aspectos de la vivienda
TABLA N° 13
52
6,4%
Ubicación recintos Departamentos
TABLA N° 15 ¿Cuáles de las siguientes mejoras o transformaciones ha realizado en su vivienda?
Iluminación
Ventanas
TABLA N° 12 Deseo de
GRAFICO N° 4 Evaluación de aspectos de la vivienda
Problemas de las viviendas: Pese a la buena evaluación general de las viviendas, éstas presentan problemas que tienen más que ver con aspectos constructivos y en menor número con el diseño, siendo más generalizados en los departamentos. Transformaciones: La gran mayoría de los residentes ha realizado transformaciones de algún tipo (92%). De éstas y siguiendo la tabla siguiente, 55% son menores, las medianas 35% y las mayores 10%. Este orden se basa en la importancia y costo de tales arreglos en la vivienda. Las ampliaciones se dan en el 35% de las casas, siendo el promedio de la ampliación de 10,3 m2.
Iglesia
60,4%
75%
Asamblea de copropietarios
84,9%
25%
Centro de 26,4% Padres
37,5%
0 30 Deptos.
Casas
60
90 120 150
Las que generan mayor participación, son: La iglesia (65,9%) Asamblea de Copropietarios (62,4%) y Centros de padres (30,6%). Las principales razones para la falta de participación según los beneficiarios son dos: No se tiene tiempo 33.3% y No le llaman la atención 25%. Satisfacción: En la encuesta se presentaron 19 atributos para ser evaluados en una escala de notas 1 a 7. De acuerdo a la información entregada en la tabla 16, de todos los elementos sólo dos fueron evaluados con nota inferior a 4 (10,5%), promediando un 3,4; los 16 atributos restantes (89,5%) fueron evaluados de forma positiva, con una nota promedio de 5,6. Como se señala en el marco conceptual, desde una perspectiva sistémica el conjunto habitacional tiene tres niveles. En el caso de la importancia que tienen para los encuestados los distintos ámbitos en que podemos diferenciar un conjunto habitacional, tenemos lo siguiente: las características de la vivienda representan el elemen-
CIS
investigación
SATISFACCIÓN RESIDENCIAL Y CAPITAL SOCIAL EN EL PROGRAMA RIBERA NORTE
53
TABLA N° 16 Promedio de Evaluación de Aspectos del Conjunto Habitacional, según tipología
AB
C
TOTAL
Distancia de su casa al trabajo
5,5
5,8
5,7
Locomoción Colectiva
5,7
6,1
6,0
Teléfonos públicos
4,9
5,2
5,0
Almacenes, Supermercados, Farmacias
6,0
5,9
6,0
Consultorios o postas
5,8
5,9
5,9
Colegios y jardines infantiles
5,4
6,0
5,8
Bomberos 3,5 3,5 3,5 Bancos, Registro Civil, pago cuentas, trámites
4,1
Sede comunitaria
2,7 3,7 3,2
Áreas verdes, plazas y parques
6,5
6,4
6,3
Vegetación en calles y pasajes
5,8
6,2
5,9
Espacios deportivos y de recreación
5,6
5,7
5,7
Pavimentación de calles y pasajes
6,0
6,1
6,0
Desagüe de aguas lluvias
6,0
5,5
5,8
Alumbrado público
5,9
6,1
5,9
Vigilancia policial
5,3
5,4
5,0
Condiciones ambientales (aire, olores, ruidos)
5,4
4,7
4,9
Basureros y servicios de recolección
5,6
6,0
5,8
---
5,5
5,5
5,8
6,1
5,8
Escaleras y pasillos (sólo departamentos) Nota General al Conjunto y su entorno
to más importante, siendo su mención de un 66% luego está el equipamiento del barrio (21%) y luego la relación con los vecinos. GRÁFICO N° 6 Primera mención 75% Caract. de la vivienda 21% Equpamiento barrial
13% Relación con los vecinos y vida comunitaria
54
Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
4,4
4,3
Esto se explica por la importancia que tiene para el desarrollo familiar las condiciones de la vivienda. El hecho de ser propietario tiene un peso simbólico que supera la identidad que puede generar el equipamiento barrial o las relaciones con los vecinos. Estos valores se utilizan para ponderar los distintos índices de satisfacción (Vivienda, Barrio, Vecindario) y así obtener el Índice de satisfacción total. Índice de Satisfacción Residencial Total: Este índice está ponderado de acuerdo a los niveles del conjunto habitacional señalados más arriba. Estos grados de satisfacción reflejan objetivamente el estándar superior de las viviendas de este programa en particular, en comparación con las demás viviendas básicas del SERVIU. La tabla 17 muestra el índice de satisfacción en todos los niveles y uno de satisfacción residencial total. Si se comparan los promedios de la evaluación anterior de satisfacción de los elementos de la vivienda (5,4) con los promedios de evaluación de la satisfacción con el conjunto (5,4) y de vivir en el lugar actual (5,8), esta última cifra indica una mejoría en algunas décimas. El
TABLA N° 17 Comparación de los tres niveles de satisfacción y el índice de satisfacción residencial total
Elementos
Elementos del Conjunto
Satisfacción lugar
Habitacional
Relación con Vecinos
Residencial Total
C
C
de la Vivienda
C
AB
Malo
0
2,9 1,0
Insuficiente 1,6 Suficiente
Total
C
AB
0
0
5,9 3,1 1,6
AB
0 1,6
0 1
5,9 3,1 1,6
0 1 1,6
25,8
41,2 31,3
71,0
58,8
5,8
5,7
5,3
5,5
5,8
5,6
5,7
análisis por tipología tampoco ofrece diferencias notables, donde la nota promedio de los beneficiarios de la tipología C es apenas una décima (5,8) mejor que la evaluación entregada para la tipología AB (5,7). Aunque los valores son demasiado parecidos se destaca que la satisfacción de vivir en el lugar supera la producida por el conjunto habitacional y la vivienda.
AB
ISRT
0,1 1,4
79,4 81,3
5,6
61,5 82,3
Total
Bueno 38,7 26,5 34,4 16,1 14,7 15,6 Promedio
59,7 64,7
Total
Índice de Satisfacción
62,9
0,8
4,3
2,9
62
61,8
66,7 35,4 32,3 34,5 5,8
5,7
5,5
5,6
GRAFICO N° 7 ICSV según tipología
50%
Alto 37,9%
Índice de capital social Vecinal El índice de Capital Social Vecinal es la sumatoria de tres factores (confianza, identidad y asociatividad), en un rango que va de cero a cinco puntos, de menor a mayor “cuantía” del capital. (Se suman los puntajes por domicilio y clasifican en tres rangos Bajo 0-1, Medio 2-3, Alto 4-5). Un 8,9% de los hogares encuestados por el Sistema de Medición de Satisfacción clasificó en el rango de bajo capital social, un 48,9% en el rango medio y un 42,2% en el índice alto de capital social.
50% Medio
Bajo
48,3%
13,9% 0 10 Deptos.
20 30
40
50
Casas
TABLA N° 18 Distribución de hogares según índice de capital social vecinal INDICE
% % Valido
Bajo 8,3 8,9 Medio
INDICADORES % Fila Confía en Vecinos
% Fila Muy Orgulloso
% Fila Alta asociatividad
25,0
-
-
45,8
48,9
56,8
6,8
61,4
Alto 39,6
42,2
94,7
57,9
92,1
70,0
27,8
68,9
Total Perdidos Sistema
93,8 100,0 6,3
CIS
investigación
SATISFACCIÓN RESIDENCIAL Y CAPITAL SOCIAL EN EL PROGRAMA RIBERA NORTE
55
investigación
SATISFACCIÓN RESIDENCIAL Y CAPITAL SOCIAL EN EL PROGRAMA RIBERA NORTE
Del gráfico se aprecia en primer lugar que la tipología AB no presenta un nivel de bajo capital social, concentrándose por igual (50%) en las medidas de medio y alto. Del gráfico, podemos reconocer que en el caso de las viviendas C, estas se agrupan mayoritariamente en el capital social medio y alto, siendo el bajo de casi un 14%, el medio de un 48% y el alto de casi un 38%. Como ya se hizo un análisis descriptivo por elementos de la vivienda y aspectos del barrio, ahora se analizará en términos de satisfacción y relación con el capital social, para ello se divide la evaluación de estos ámbitos en beneficiarios con alta satisfacción (que aprueban) y baja satisfacción (que reprueban) y se cruza con el índice de capital social vecinal. En ambos casos de baja satisfacción se aprecia la inexistencia de bajo capital social, siendo reemplazado por capital social medio y una menor cuantía de capital social alto en comparación con los grupos de alta satisfacción. Las razones para estos valores se encuentran en la elevada satisfacción que presentan los beneficiarios del programa lo cual hace poco relevante la presencia de insatisfacción en el total del conjunto y la vivienda. Otra razón está relacionada con la confiabilidad de la medición, ya que los índices no tienen igual peso cualitativo y cuantitativo, lo cual lleva a un sesgo en la medición realizada. GRAFICO N° 8 ICSV por grupos de alta/baja satisfacción 100 25,0 80
42,2
43,0
33,3
42,5
60
40
75,0 48,9
47,7
66,7
48,3
20
0
8,9
9,3
9,2
Alta Sat. Media
Bajo
Baja Sat.
Vivienda
Medio
Alta Sat.
Baja Sat.
Conjunto
Alto
CONCLUSIONES Aspectos relacionados con la Vivienda Para los beneficiarios del Programa Ribera Norte, el aspecto más importante a considerar en un conjunto habitacional son las características de la vivienda, por sobre el equipamiento del barrio y la relación con los vecinos. El eje central de la satisfacción con la vivienda sigue siendo la vivienda en sí, el que se procuren implementar barrios mejor constituidos y un diseño urbano que evite la exclusión no puede ser de ninguna forma más importante que la calidad de la vivienda construida. Sobre la calidad de la vivienda, se puede decir que se hacen observaciones sobre las condiciones constructivas, que se refieren a los materiales empleados y su ejecución, las instalaciones en general y las terminaciones, no se consideran las condiciones climáticas del lugar, hay una mínima especificación de materiales y mala ejecución de la construcción. Estas razones que son generales para las viviendas básicas ayudan a explicar los problemas detectados en la materialidad de la vivienda y en la calidad de las terminaciones, las cuales en muchos casos distan de ser de lo mejor, situación que no es nueva para este tipo de viviendas lo que destaca el informe del Minvu4. Al mismo tiempo, no dejan de llamar la atención los altos porcentajes de problemas planteados considerando que el proyecto tiene un estándar constructivo y de diseño superior al general. La razón parece recaer en la ejecución de la obra, la que fue de regular desempeño a juicio de los beneficiarios. Todo lo anterior hace que la vivienda, en sus componentes, sea mal evaluada por los beneficiarios. La modalidad de adosamiento de las viviendas entre sí, junto a la solución técnica y acústica, afecta fuertemente la privacidad entre las familias habitantes en las tipologías AB y especialmente en la C, al tener adosamiento en muros, pisos y cielos. Los problemas provocados por estas condiciones materiales se manifiestan fuertemente en los residentes de departamentos, los cuales suelen tener altercados con sus vecinos por los problemas producidos por los ruidos molestos. Al revisar las transformaciones que han realizado los beneficiarios, se ve que sólo en el 8% de las viviendas no se ha realizado transformación alguna, en tanto la gran mayoría ha realizado transformaciones de algún tipo (92%). Estas transformaciones se pueden clasificar en menores, medias y mayores. Las transformaciones
menores (pinturas, revestimiento de muros, cambios de puertas) se relacionan con el deseo de las familias de dar terminaciones a sus viviendas; esto es relevante puesto que el proyecto incluyó viviendas con estándares superiores y mejores terminaciones, y aun así el 62% de las transformaciones menores se deben a pintura, mientras el revestimiento de muros y cambio de puertas alcanza al 19%. Del total de transformaciones medias, el 52% corresponde a la colocación de rejas o protecciones, un 26% a cambios de artefactos en baños y cocinas. La colocación de rejas se da mayoritariamente en las casas (en ventanas como en cierros) y departamentos de planta baja (sólo en las ventanas), y obedecen tanto a motivos estéticos como de seguridad y protección. Las transformaciones mayores corresponden en su mayor parte (76%) a la subdivisión de comedor / dormitorio (que está planteada en el diseño original de todas las viviendas), en tanto, la subdivisión de dormitorios alcanza al 18%. Al consultar a los encuestados sobre cuáles serían los cambios que desearían realizar a futuro en su vivienda, los resultados indican que los cambios más mencionados son: ampliación (40,6%), arreglo de instalaciones sanitarias (24%) y revestimiento de muros (24%). El uso mayoritario de las ampliaciones es para dormitorio (40%), y en menor medida baño y cocina (13% cada una) y lavadero (7%). Las ampliaciones han sido un cambio posible solamente en las viviendas de tipología AB, donde 1/3 de éstas lo ha efectuado, siendo el promedio de la ampliación de 10,3 m2. El crecimiento de las viviendas fue de un 20% de la superficie original construida. Las ampliaciones han sido un cambio posible solamente en las viviendas de tipología AB5, donde el 35% de éstas lo ha efectuado, siendo el promedio de la ampliación de 10,3 m2. En el caso de la tipología C, no se registraron ampliaciones, aunque es en esta tipología donde se registra mayor intención de hacer cambios en sus viviendas. El límite físico de los departamentos que restringe la opción de ampliación, provoca que sus ocupantes se concentren con mayor interés en las características de la vivienda que son susceptibles de mejorar, y que además tienen por lo general un costo menos elevado que el hacer una ampliación en una casa. Pese a que tanto en las casas como en los departamentos es posible obtener un dormitorio más subdividiendo el living-comedor (presente en el diseño de las viviendas),
la gran mayoría de los beneficiarios no lo hace, pese a darse las condiciones espaciales y de necesidad física para hacerlo, los propietarios se resisten a hacer cambios de gran envergadura en sus viviendas.
Aspectos relacionados con el Entorno inmediato La gran mayoría de los beneficiarios consultados tiene alguna participación en organizaciones comunitarias, donde la iglesia presenta el mayor porcentaje de beneficiarios participando hasta ahora (casi tres de cada cuatro personas es miembro activo de éstas en la actualidad), seguida por las asambleas de copropietarios, juntas de vecinos, clubes deportivos, centros de padres, actividades recreativas, centros de madres y otros. Al desagregar la información por tipologías, el nivel de participación actual es siempre notablemente alto en la tipología AB en comparación con los habitantes de la tipología C, con la única excepción donde la participación en las asambleas de copropietarios de la tipología C es superior a la AB. Esta diferencia se explica debido a que los beneficiarios de la tipología C comparten muchos espacios en común, situación que los ha obligado a participar activamente para administrarlos de forma más eficiente. Las razones más aludidas para justificar la falta de participación fueron porque no se tiene tiempo, porque no le llaman la atención, porque trabaja y para evitar problemas, sin constatarse grandes diferencias por tipologías.
Aspectos relacionados con el Barrio Sobre el Barrio se destacan dos cosas. En primer lugar, los aspectos estéticos reciben en todos los casos las mejores evaluaciones de parte de los beneficiarios (belleza en primer lugar, seguido de limpieza), lo que significa un alto grado de satisfacción con estas características del barrio. Lo que resulta preocupante es la evaluación dada a los aspectos relacionados con la seguridad: Según todos los análisis, el aspecto Seguridad es calificado como Insuficiente –es decir, con nota inferior a 4– por casi la cuarta parte de todos los beneficiarios. En segundo lugar, la otra situación destacable es que, de todos modos, los promedios de las evaluaciones de todos los aspectos se ubican por sobre la calificación ponderada como Suficiente (superior a nota 4).
Efectivamente, de acuerdo a los datos entregados por los encuestados incluidos en la muestra, las ampliaciones sólo se dan en las casas (AB) y no en los departamentos (C). Sin embargo, dentro de las viviendas creada por el programa de radicación existen algunos departamentos de planta baja con transformaciones importantes, pero que no entraron en la muestra.
4
56
En “Informe de Consultoría”, MINVU, 2002 a, op. cit.
Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
CIS
5
57
investigación
SATISFACCIÓN RESIDENCIAL Y CAPITAL SOCIAL EN EL PROGRAMA RIBERA NORTE
Conclusión MINVU: “las demandas de mejoramiento urbano varían según el stock de capital social vecinal de las poblaciones”. Conclusión estudio ribera norte: • Cerca del 80% de las demandas más importantes de mejoramiento urbano planteadas en ribera norte, están relacionadas con el tema de la seguridad. • Existe un alto índice de exposición a riesgos, pero también por la alta demanda de retenes policiales, vigilancia y especialmente por espacios físicos para los jóvenes.
Proyecto Ribera Norte.
Los vecinos sienten que están altamente expuestos a peligros. Al ordenar la percepción de exposición a peligros manifestada, tenemos lo siguiente:
Contrastación al enfoque de capital social MINVU
• El temor a robos, alcoholismo, drogadicción y asaltos • Peleas y riñas • Riesgos de accidentes • Agresiones sexuales
La construcción del Índice de Capital Social Vecinal (ICSV) se basó en tres variables diseñadas, en principio, para medir con una metodología sistémica la satisfacción residencial. Estas variables en sí aportaban información sobre diversos ámbitos y dimensiones de la satisfacción residencial, pero, de acuerdo a los resultados del presente estudio, no deberían ser utilizadas para evaluar otros aspectos que no sean los originales. A partir de los resultados que se desprenden de la presente investigación realizada entre los beneficiarios del programa Ribera Norte, a continuación se presenta un contraste con las cinco conclusiones finales del informe sobre la perspectiva del capital social del MINVU.
La sensación de exposición a peligros es significativamente mayor en la tipología C (72,1%) que en la AB (53,0%).Una explicación para esto se puede intuir a partir de las respuestas obtenidas en entrevistas, donde el dominio visual que los beneficiarios tienen del vecindario, al estar en una ubicación elevada, les permite apreciar distintas situaciones de conflicto (peleas, persecuciones, asaltos, etc.) que no pueden ser apreciadas del mismo modo desde las viviendas de uno o dos pisos. Dejando a un lado los elementos donde se entregan calificaciones bajas por problemas puntuales, los beneficiarios entregan evaluaciones bastante aceptables en general, lo que se entiende por dos razones principales: en primer lugar, por un motivo que se relaciona directamente con las viviendas mismas y su entorno, que responden a estándares constructivos y de diseño superiores al normal; la segunda razón, se relaciona con el contexto urbano consolidado donde se insertan las soluciones habitacionales entregadas, el que cuenta con los servicios propios de una ubicación privilegiada dentro de la ciudad de Concepción.
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Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
Conclusión MINVU: “Existe un considerable stock de capital social, posible de sumar al mejoramiento de los barrios de vivienda social ya existentes”. Conclusión Estudio Ribera Norte: • En el barrio Ribera Norte existe una densidad de capital social vecinal considerable. • Esta densidad podría no ser realista., los indicadores utilizados para esta medición no fueron diseñados especialmente para ello, sino que se adaptaron variables ya existentes en la encuesta. Sería deseable en el futuro, crear una sección especial en la evaluación para medir el Capital Social. • Por tipología de vivienda el promedio total genera una distorsión: sólo las viviendas tipo C presentan capital social bajo (13,8%),
Conclusión MINVU: “existe un exceso de pobreza respecto al stock de capital social vecinal”. Conclusión estudio ribera norte: • En ribera norte se repite la misma tendencia; Sin embargo, se reitera que la medición realizada en este estudio utilizando la metodología MINVU reduce demasiado la cantidad de hogares ubicados en el segmento de bajo capital social • En el diseño de ribera norte se han generado espacios públicos importantes. • Implementación de políticas públicas en otros ámbitos: generación de empleo, capacitación y promoción social, planes de seguridad ciudadana, etc.
Conclusiones Generales • En general los encuestados señalaron que en la vivienda se puede desarrollar una vida familiar satisfactoria. • Existe un nivel elevado de satisfacción con respecto a la vivienda, vecindario y conjunto habitacional. • Existe una adecuación entre número de habitantes y número de recintos habitables y camas; • Parte importante de las actividades no son incómodas de realizar; • La vivienda permite una relación íntima de la pareja; • Las actividades básicas en la vivienda, se realizan en los recintos previstos para ellas; • Mejoramientos de viviendas mediante transformaciones y ampliaciones, esto más en tipología AB que en la C.
Como observaciones se destaca • Existe una tendencia a aumentar la insatisfacción por el mayor número de viviendas de tipo C. Este efecto es independiente del diseño urbano • Es necesaria la revisión de la forma en que el concepto de capital social es trabajado y operacionalizado para aplicarlo a los instrumentos de medición del MINVU • El caso de la construcción del ICSV, amerita una revisión de los elementos (indicadores) que lo constituyen. • Revisar y optar por uno de los dos enfoques teóricos que existen: capital social entendido como “stock” y “flujo”. Estas recomendaciones para revisar la perspectiva del concepto de capital social aplicada por la metodología MINVU deberá permitir, entre otras cosas: a) En lo particular, plantear pistas sobre las relaciones del capital social y el desarrollo comunitario, con la satisfacción residencial y la integración urbana, en el proyecto de radicación en la Ribera Norte; y b) A nivel general, un análisis crítico y minucioso de la conceptualización de “capital social”, con miras a proponer una nueva perspectiva o enfoque, con un concepto más adecuado (en lo teórico, metodológico, etc.), y que debería ser integrado dentro de las futuras políticas de evaluación de satisfacción residencial de pobladores Serviu por parte del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
Comentarios Finales El proyecto de radicación de familias implementado por el Programa Ribera Norte fomentó el bagaje de capital social de los beneficiarios, a través de distintas instancias de participación ciudadana ejecutadas en el sector, que apuntaban a integrar la visión de quienes son habitantes de la ciudad, en consistencia con las reflexiones propuestas en el marco de la Reforma Urbana y el MINVU. De todos modos, se debe acotar que todos aquellos elementos que constituyen el capital social de los antiguos habitantes de la costanera, ya estaban presentes al momento de iniciar la intervención, los que se venían desarrollando desde los inicios del poblamiento, operando a través de las distintas organizaciones existentes, enfocadas fundamentalmente a mejorar las condiciones de vida de los lugareños. De entre estas organizaciones comunitarias, se destacan dos, por el alto nivel de participación que han concitado: las iglesias y las juntas de vecinos. En el caso particular de las Juntas de Vecinos, estas organizaciones lograron especial relevancia durante el proceso de acercamiento y diálogo con quienes estaban encargados de implementar el Programa Ribera Norte y el proyecto de radicación, situación que favoreció su buen desarrollo. Por otro lado, las iglesias han sido las organi-
CIS
Conclusión MINVU: “El fomento del capital social se relaciona con mejor calidad de vida y mayor satisfacción con vivienda y barrio”. Conclusión Estudio Ribera Norte: • En el caso del barrio Ribera Norte, la calidad de vida resulta ser mayor para los beneficiarios que declaran satisfacción con los equipamientos y servicios. • No siempre es posible reconocer alto capital social donde existe alta satisfacción residencial.
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zaciones sociales que han convocado lejos la más amplia participación de los habitantes de la costanera, por lo que debería existir una preocupación por evaluar cuáles son sus potenciales o qué elementos suyos aportan a la formación de capital social. De momento, el instrumento encuesta del MINVU no establece ningún método para diferenciar qué iglesias (o de qué tipo) son las que generan tal nivel de participación, por lo que sería altamente recomendable introducir modificaciones al instrumento, que establezcan una diferenciación más detallada al respecto. Una situación que se destacó, a partir del análisis de la información recogida para este estudio, se relaciona con la tipología de viviendas desarrolladas por el proyecto de radicación de familias. En términos cuantitativos, la tipología más importante es la C (departamentos), cuya ocupación y apropiación por parte de los beneficiarios demandó generar nuevos mecanismos de organización y de participación, tales como las asambleas de copropietarios. Si se observa cuál es la relación del capital social con organizaciones tales como las Juntas de Vecinos y las nuevas asambleas de copropietarios, en el caso de las primeras, el capital social opera en una escala relativa más amplia (una sola junta de vecinos puede agrupar a toda una población), donde se definen acciones que afectan a un mayor número de integrantes, mientras la función de las asambleas de copropietarios se puede reducir a una escala mucho menor, donde se pueden discutir los intereses de los habitantes de un único edificio de departamentos, por ejemplo. Si se observa que las Juntas de Vecinos pierden relevancia relativa ante una mayor participación en las asambleas de copropietarios (estimulada inicialmente por el proyecto, y luego por las nuevas demandas concretas de administrar espacios comunes, regulados por la Ley de Copropiedad), se podría postular que el capital social existente en ambas organizaciones está circulando o trasladándose de una a otra, a favor de la última. Esto también puede significar que se está generando una nueva rearticulación del capital social, si se consideran los efectos del impacto más grande generado hasta ahora por la radicación en las nuevas viviendas, cual es la desarticulación de las unidades vecinales anteriores, con
Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
todo lo que esto significa en términos de ruptura de redes sociales establecidas por décadas (en este caso, un efecto de pérdida de capital social). En el tema de la satisfacción residencial de los actuales beneficiarios del proyecto de radicación, los índices de evaluación de las viviendas recibidas, su entorno inmediato y el conjunto habitacional configurado, entregan calificaciones positivas (suficiente y más que suficiente) en todos los aspectos consultados en general, las que superan notablemente a los niveles de satisfacción medidos para el resto del país. Este alto nivel de satisfacción residencial entregado por los beneficiarios está relacionado con diversos elementos, tales como un diseño apropiado de las viviendas, una materialidad calificada como aceptable, la radicación en viviendas sociales con un estándar constructivo superior y en una ubicación privilegiada dentro de la ciudad, además de los espacios de participación ciudadana abiertos por el proyecto, los que materializaron y dieron sentido a las expectativas de los nuevos habitantes, con un programa que vieron desarrollarse paso a paso y que acogía las sugerencias de sus principales actores. En contraste, los niveles de insatisfacción detectados se relacionan con temas de seguridad, intranquilidad, sensación subjetiva de exposición a peligros, delincuencia, problemas con detalles en las terminaciones de las viviendas por la ejecución de las obras, y lo limitado del espacio de las viviendas entregadas, debido a la comparación que hacen sus usuarios con la vivienda anterior. Antes de la radicación, la totalidad de los beneficiarios vivían en casas relativamente amplias, y ahora sólo un tercio de ellos habita en una casa (la que es más reducida), mientras dos tercios quedaron ubicados en departamentos (que son aun más reducidos que las casas y que, por su tipología, son imposibles de ampliar), etc. Esto explica la aparente contradicción entre los altos niveles de calificación y satisfacción presentados y el deseo de mudarse de la mayor parte de los beneficiarios (ej: los departamentos tienen más áreas de adosamiento que la tipología casa, lo que les genera problemas de convivencia). Los aspectos calificados con insatisfacción también se ven agravados por problemáticas asociadas a los niveles de pobreza que vive la mayoría de los actuales habitantes del sector.
entrevista PATRICIA POBLETE BENNETT MINISTRA DE VIVIENDA Y URBANISMO Por Victoria Paz
Patricia Poblete asumió como Ministra de Vivienda el 11 de marzo de 2006 y desde entonces se ha enfrentado a situaciones relacionadas con la toma de Peñalolén, los comités de allegados de Puente Alto y otros. En la presente entrevista buscamos llegar más allá de la contingencia e indagar respecto de cuál será la postura de este Ministerio en temas tales como integración social, localización, calidad de las viviendas sociales y déficit habitacional.
CIS
investigación 60
SATISFACCIÓN RESIDENCIAL Y CAPITAL SOCIAL EN EL PROGRAMA RIBERA NORTE
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¿Durante su administración, qué políticas o medidas se tomarán para hacer frente a la demanda de las personas que si bien tienen ahorro y organización, no están dispuestas a salir de su comuna? Estamos concientes de que el mayor problema de la vivienda social ya no radica sólo en su calidad sino que en su localización, y en ese sentido, tomaremos medidas para que las viviendas sociales no sigan siendo desplazadas a barrios periféricos sin equipamiento y queden al margen del bienestar y el progreso. Los mecanismos son muchos y variados, y requieren de amplios consensos para su implementación. Van desde instalar una política de suelo, hasta mecanismos regulatorios que garanticen terrenos para viviendas sociales en todas las comunas (tal como hoy se hace para las áreas verdes). Con el mismo objetivo, y pensando en los sectores de menores recursos, se aplicará el subsidio habitacional a la adquisición de viviendas usadas, con lo que se aprovecha el parque existente, generalmente mejor ubicado y equipado, a la vez que se promueven acciones de movilidad habitacional que demanden por viviendas nuevas de mayor precio (mejor estándar y ubicación). Incentivaremos también la densificación predial, es decir la construcción de una segunda vivienda en los fondos de patio. En ambos casos lo que se incentiva es la radicación y no la erradicación. Un subsidio a la localización debe ser necesariamente acompañado de un control sobre la especulación para no favorecerla aún más. ¿Cómo se pretende hacer esto? Cualquier mecanismo que subsidie directa o indirectamente el valor del suelo para una mejor localización e integración social, requerirá a largo plazo de medidas correctivas, de forma que esta mayor inversión pública no se traspase a los propietarios de los terrenos por efecto de la inflación de los precios del suelo. Tal como se menciona en la respuesta anterior, estas medidas pueden ser regulatorias pero requerirán de amplios consensos, siendo necesarias reformas legales para la implementación de algunos mecanismos. En relación al tema anterior, ¿Qué medidas concretas se pretenden tomar para que el tema vivienda contribuya a la integración social?
Se están estudiando mecanismos normativos que fomenten la integración y las cuotas de suelo para vivienda social en grandes proyectos urbanos o a nivel de las comunas. Se ha establecido para los proyectos que postulan a subsidio para viviendas sociales, un tamaño máximo de los loteos de 300 viviendas, lo que permitirá aprovechar terrenos más pequeños, que se encuentran disponibles al interior de las ciudades principales. Asimismo jugará un importante rol para los esfuerzos de integración el programa de recuperación de 200 barrios que actualmente sufren un deterioro considerable de la vivienda, el espacio público y el acceso a equipamientos. Este esfuerzo se enmarca en los 36 compromisos de la Presidenta. Para los primeros 100 días, la meta es definir los criterios e identificar a los primeros 50 barrios. A continuación se iniciará un programa integral de intervenciones, que no sólo mejore las condiciones físicas de viviendas y entornos, sino que también se haga cargo de necesidades tales como seguridad, empleo, equipamiento en salud, educación y transporte, entre otros. La idea es que las comunidades beneficiadas sean importantes actores de este cambio; no se trata de llegar con soluciones prefabricadas desde afuera, sino de trabajar estrechamente con ellos en la identificación de los problemas y en la implementación de los cambios y soluciones. Asimismo se trabajará para reconstruir redes y lazos, el tejido social, un nivel de protección de las familias y la reorganización de la comunidad, de modo que después de la intervención no sólo queden obras físicas mejoradas, sino un capital social que perdure en el tiempo. Entre los barrios que integrarán la lista estarán la población El Volcán de Puente Alto, que presenta altos índices de hacinamiento, delincuencia y drogadicción. También, Santa Adriana (Lo Espejo), Villa Portales (Quinta Normal), Rodelillo (Valparaíso), Pedro de Valdivia Bajo (Concepción) y Boca Sur (San Pedro de la Paz). El compromiso de mejorar la calidad de vida de los chilenos implica integrar a las miles de familias que hoy se ven segregadas en las ciudades, habitando barrios deteriorados urbana y socialmente. En los compromisos de Michelle Bachelet se establecía que de ser necesario demoler aquellas casas en mal estado, esto se haría. ¿Qué perspectivas se ven en torno a esto? Esa es una opción radical y está sujeta al encuentro de
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Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
una alternativa habitacional para quienes viven en esos barrios. Ya se han establecido iniciativas como ésta, por ejemplo en el sector de Los Cóndores de Temuco, donde si el 100% de las familias da su acuerdo para que Serviu adquiera sus departamentos a fin de que ellas puedan comprar otro, los edificios que están en mal estado pasarían a nuestra propiedad y podríamos proceder a su demolición para generar algún tipo de reconstrucción u otra iniciativa en ese sitio. ¿Cuáles son las principales innovaciones en las que planea marcar una diferencia respecto de las administraciones anteriores? De principal importancia es imprimir un sello de equidad a las políticas de vivienda y urbanismo. En este sentido, lo más urgente será terminar con el déficit habitacional que persiste entre el 20% más pobre del país, afecta a unas 140 mil familias y con el crecimiento de la población se elevará a 215 mil familias al 2010. Nuestro primer compromiso es terminar con ese déficit. El 2006, entregaremos 41.000 subsidios a la población de menores recursos, con lo cual habremos cumplido el 20% de la meta. Junto con ello, estamos mejorando los estándares de la vivienda social, queremos que tenga más metros cuadrados, que estén insertas en barrios equipados con servicios de educación, salud, transporte y espacios públicos. Una vivienda social no tiene por qué ser sinónimo de vivienda mal construida, aislada y marginal. Un buen ejemplo, son las villas que se están entregando en Peñalolén a los ex moradores de la toma. Viviendas radicadas en su comuna de origen, de 30 mts 2, pero ampliables hasta 80 mts2. ¿Mediante qué actos y políticas concretas asegurará este Ministerio la calidad de las viviendas, sabiendo que siempre el enfoque de esta cartera ha estado centrado en la reducción del déficit habitacional? En cuanto a los programas de viviendas sociales hemos instalado un Plan Operativo de Aseguramiento de la Calidad, que minimiza los defectos constructivos que puedan presentarse en las obras que el Ministerio financia. Este plan se aplica antes, durante y después del proceso. Recientemente hubo otra importante innovación en el tema, al aprobarse un listado de requerimientos constructivos mínimos (estudio de suelos, normas técnicas
y requisitos para obra gruesa, terminaciones e instalaciones, como estuco, alero, calefón, etc)- a considerar en cada proyecto. De esta manera se asegura que el estándar ofrecido garantice normas razonables de confort habitacional y que por ningún motivo éstas pongan en riesgo la calidad de lo edificado. Hace algunos años se modificó la Ley General de Urbanismo y Construcciones, incorporándose normas que resguardan la calidad de la construcción. A fin de establecer con claridad las responsabilidades, se definió que el propietario primer vendedor será responsable por todos los daños y perjuicios que provengan de fallas o defectos en la construcción. También a través de diversas modificaciones a la ley, la actuación de los profesionales de la construcción ha ido adquiriendo cada vez mayor relevancia. Por ejemplo, se creó la figura del “revisor independiente”, quien debe verificar que los proyectos de edificación y las obras cumplan con las disposiciones legales y reglamentarias. Sumado a esto, el mes de marzo recién pasado entregamos a 45 entidades especializadas el certificado de pertenencia al “Registro Oficial de Laboratorios de Control Técnico de Calidad de Construcción”, que acredita que estos laboratorios cumplen con las normas establecidas para realizar una efectiva fiscalización de los trabajos. Con ello Chile dio un importante paso para mejorar la calidad de todas las edificaciones que se efectúen en el país. Se habló en las propuestas de la necesidad de construir barrios más que viviendas. ¿Qué esfuerzos irán orientados a lograr esto? El concepto de construir barrios se refiere a la implementación de un urbanismo más amable y cercano, en los espacios donde vive la gente y crea sus lazos con la sociedad. Para ello, junto al Plan de Recuperación de Barrios, impulsaremos los proyectos de viviendas sociales más pequeños, de entre 100 y 300 familias, que faciliten la participación y los acuerdos entre estas nuevas comunidades. Los diseños de estas nuevas villas consideran equipamiento comunitario, áreas verdes, servicios cercanos de educación y salud. Hace algunas semanas pusimos la primera piedra de un conjunto de 120 departamentos de 50 mts 2, que contarán con dos multicanchas de pasto sintético, jardin infantil y hasta un retén de carabineros. Este proyecto fue desarrollado con la participación de sus futuros moradores, y es una muestra del camino que queremos recorrer.
CIS
entrevista
PATRICIA POBLETE BENNETT MINISTRA DE VIVIENDA Y URBANISMO
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Isabel Brain
Socióloga. Programa ProUrbana, Políticas Públicas UC
Francisco Sabatini
Ph.D. Planificación Urbana, Profesor Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC
Conceptos: Acceso a suelo urbano de las familias más pobres – Distribución espacial de oportunidades – Mercados de suelo – Localización de las viviendas sociales – Nuevas demandas de los grupos populares urbanos. Los diversos conflictos planteados en años recientes por familias allegadas de Peñalolén que reclaman su derecho a permanecer en la comuna, están lejos de ser casos aislados. Representan, más bien, la voluntad y esperanza de muchas familias urbanas de nuestro país de mejorar su localización dentro de la ciudad, objetivo que se agrega al tradicional de acceder a la “casa propia”. Se trata de una demanda emergente que encuentra explicación en una economía urbana nueva y una estructura social en transformación. En estas páginas entregamos antecedentes empíricos y ofrecemos algunas reflexiones sobre esta nueva realidad.
ACCESO A LA CIUDAD COMO PROBLEMA GLOBAL Los cambios que la globalización ha producido en la economía han transformado a los grandes centros urbanos en actores claves en el desarrollo de los países, convirtiendo a las ciudades en depositarias de las principales fuentes de empleo y servicios. Consecuentemente, está creciendo la presión por ganar “acceso a la ciudad”, con todos los beneficios y costos personales y sociales que implica vivir en las áreas urbanas. Las tendencias demográficas indican que el apremio sobre las ciudades seguirá en ascenso. Las ciudades de los países en desarrollo crecen a tasas elevadas, absorbiendo más del 90 por ciento del crecimiento poblacional y presentan densidades tres veces superiores a las densidades de ciudades en países industrializados1. Además, según el Banco Mundial2, podemos esperar que el 85 por ciento de la población mundial viva en países en vías de desarrollo como el nuestro hacia el año 2030, y que un 15 por ciento habite en los países menos desarrollados. Este crecimiento de la población urbana en países con economías en transición como la nuestra y el resto de los países de América Latina, tendrá como característica principal una composición social y económica definida en gran parte por familias con ingresos medios y bajos. De esta manera el crecimiento de las ciudades no necesariamente irá aparejado de una mejora en la calidad de vida de la población que las habita (ver Gráfico 1). NUEVAS PREFERENCIAS DE LOCALIZACIÓN La preferencia de la población por vivir en las ciudades también se encuentra en Chile sin distinción de grupos económicos y sociales. Las diferencias sí aparecen cuando nos preguntamos por las posibilidades reales que cada cual tiene de poder formar parte de los grandes centros urbanos en forma plena.
Para más detalles ver S. Angel, S. Sheppard and D. Civco, “The Dynamics of Global Urban Expansion”. Transport and Urban Development Department. Washington D.C., Sept. 2005 The World Bank 2 http://www.bancomundial.org/temas/cities/datos.htm 1
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Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
2000
1500
1000
5000
0 1950-1975 1975-2000 Time Span
2000-2030
Rural. All Contries Urban. Middle and Low Income Urban. High Income
La comuna de Peñalolén es tal vez la que mejor ejemplifica el interés de las familias por habitar inmersos en las redes y oportunidades que entrega la ciudad. Lo que se revela detrás de la lucha de las familias por permanecer en su comuna y no ser trasladadas a viviendas sociales localizadas en comuna alejadas de los centros urbanos, es el interés por acceder a más y mejores oportunidades. Desde una perspectiva territorial podemos hablar de que estamos en presencia de una lucha por tener acceso a la ciudad. En su declaración pública del 13 de marzo de 2006, al día siguiente del fallido intento de tomarse varios terrenos en la comuna, el “Movimiento de Allegados en Lucha de Peñalolén” denunciaba: “Mientras vemos cómo se construyen viviendas lujosas y grandes parques para los ricos de la comuna, nosotros nos vemos forzados a migrar hacia la periferia, a lugares donde hoy no hay empleo ni tampoco servicios básicos, como hospitales o colegios”. Si bien el proceso vivido por las familias allegadas y de “campamentos” de la comuna Peñalolén es el más conocido, no se trata de un fenómeno aislado. Es posible advertir que la demanda de los pobladores por estar mejor localizados en la ciudad es más generalizada que lo que aparenta “el caso” de Peñalolén. Podemos distinguir al menos dos tipos de fenómenos en que se expresa esta reivindicación. Por una parte, están los patrones de localización que exhibe la mayoría de los campamentos del país; y, por otra parte, están las familias sin vivienda que habitan allegadas en casa de 3
Gráfico de http://www.worldbank.org/data
otras familias o, bien, que arriendan piezas y que deciden comprar con el Subsidio Habitacional una vivienda usada. En este último caso, las familias se inclinan por una vivienda de segunda mano en vez de una nueva fundamentalmente porque pueden elegir su lugar de residencia. Si observamos los puntos de emplazamiento de los campamentos a partir de los resultados del Catastro Nacional de Campamentos realizado el 2005 por el Centro de Investigación Social, CIS, de Un Techo Para Chile, se advierte que aquéllos no se localizan en forma indistinta en cualquier región, zona o ciudad del país. La mayoría de los campamentos --un 72 por ciento-- se encuentran al interior o cercanos a las ciudades más grandes y pobladas del país. De tal manera, las regiones y ciudades que concentran el mayor número de residentes de campamentos corresponden justamente a las tres áreas metropolitanas de Chile: Santiago (109 campamentos), Concepción (91 campamentos) y Valparaíso (71 campamentos). Habría que agregar a esa estadística la Décima Región de Los Lagos que concentra 48 campamentos, en gran medida debido al gran crecimiento poblacional y económico que ha experimentado en la última década (ver tabla 1). TABLA 1 REGIÓN
CAMPAMENTOS
FAMILIAS
I 11 812 II
24 1061
III 19 1513 IV 13 329 V
71
6139
VI
26
586
VII 18
573
VIII
91
5149
IX
23
624
X
48 1094
XI
S/I
S/I
XII
S/I
S/I
RM 109 Total País
453
6061 24940
Aún más, la mayoría de estos campamentos se encuentran localizados cerca de fuentes laborales, como plantaciones agrícolas, áreas forestales o espacios intersticiales de las áreas urbanas, estas últimas usualmente de alto riesgo, como es el caso de riberas de ríos, basurales, quebradas y orillas de carreteras. Estos espacios intersti-
CIS
OPORTUNIDADES, EQUIDAD Y CIUDAD: LOS NUEVOS POBLADORES
Total Population Growth (in millons)
artículo
GRÁFICO 13
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LOS NUEVOS POBLADORES
ciales son de los pocos deshabitados que van quedando en las ciudades. (Ver tabla 2) El alto grado de formalización de la propiedad que existe en Chile, fundado en un derecho de propiedad estricto y bien protegido, elimina casi por completo la posibilidad de encontrar dentro de las ciudades espacios libres o “sin dueño”. Las grandes ocupaciones ilegales de terreno
de antaño, de las cuales la actual toma de Peñalolén es una suerte de revival, por lo mismo sindicada como la última “gran” toma, ya no parecen posibles. Han sido sustituidas por pequeños grupos dispersos por la ciudad que muestran el ánimo de no ceder en la búsqueda de un emplazamiento que mejore su “geografía de oportunidades”.
dispuesta a cambiarse de una casa a un departamento en el caso que éste aumente su tamaño en 28 metros cuadrados o se localice 3,7 kilómetros más cerca del centro de la ciudad. Dicho de otro modo, una persona estaría dispuesta a sacrificar 7,5 metros cuadrados de su vivienda por cada kilómetro que ésta se acerque al centro. (Ver gráfico 2)
observa, entonces, es una demanda por oportunidades que garanticen conectividad a la red social y económica que ofrece la ciudad, oportunidades que se refieren principalmente al acceso al trabajo, los servicios de salud, la educación, el transporte público y la cultura.
GRÁFICO 2 Preferencias observadas en la compra-venta de vivienda social de segunda mano
La vivienda social, por sí sola, ya no parece tener el “rendimiento” social y político que tuvo hace algunas décadas. Por las razones que se discutían más arriba, los requerimientos apuntan hoy a una vivienda localizada dentro de la ciudad. Sin embargo, a pesar de la claridad en la demanda de las familias populares por tener acceso a las áreas urbanas, les resulta difícil encontrar un lugar en la ciudad, impedimento que podría atribuirse tanto a la dinámica de los mercados de suelo y sus imperfecciones como a la falta de una política nacional de suelo urbano y su especificación por ciudades. El valor del suelo urbano ha ido creciendo en forma constante y por sobre las tasas de crecimiento de la economía, al menos en los últimos veinte años. El desarrollo urbano y el aumento de los ingresos de la población han provocado un alza muy significativa en los precios del suelo en las ciudades, lo que es propio de toda economía urbana dinámica. Ejemplo de ello es el 250 por ciento de alza que tuvo el precio promedio real del suelo en la Región Metropolitana entre los años 1990 y 2004, incremento que fue especialmente marcado entre 1990 y 1996, ciclo de crecimiento de la economía9. Las tendencias descritas han tenido como resultado que las viviendas sociales sean construidas en la periferia de las ciudades, donde el valor del suelo es más bajo. Ésta ha sido una constante histórica de los programas de vivienda social que la bullente economía urbana de los últimos decenios no ha hecho sino profundizar. De esta forma, las familias de los grupos populares terminan segregadas en zonas poco consolidadas, con mala infraestructura, alejadas de las fuentes de trabajo, dando origen a barrios homogéneos social y económicamente, formados por la localización de pobres entre pobres. Esta experiencia es la que han visto y rechazan con inusitada decisión las familias de Peñalolén. ¿Por qué esa demanda tiene más fuerza hoy que ayer? Volveremos sobre este punto más adelante. Sin embargo, no todo queda ahí, como una mera acentuación de rasgos históricos. Hay dos factores que le adicionan complejidad a la situación contemporánea. Por una parte, está el hecho de que el aumento en el valor del suelo puede ser de tal magnitud que hace práctica-
TABLA 2 El campamento está cercano a
REGIÓN V
VIII
X
Plantación agrícola 30% 13% 13% Plantación forestal
21%
29% 17%
XIII
32%
Ribera de río 34%
23%
38%
42%
Pendiente alta
79%
33% 31%
29%
Basural
46%
21% 13%
24%
Torres de alta tensión
43%
21% 8%
23%
Línea de tren
20%
21%
21%
33%
Borde del mar 1%
20% 19% 1%
Caminos de alto tráfico
41%
33%
35%
50%
0%
0%
0%
0%
Desierto
28,2 m2
5%
7,5 m2 3,7 Km
Depto./m2
Fuente: Elaboración propia a partir de Catastro CIS 2005, Un Techo para Chile. A lo anterior se suma el hecho que una proporción apreciable de familias de campamentos que han sido erradicadas hacia conjuntos de vivienda social no están satisfechas. Declaran preferir su anterior vida en el campamento que la que les brinda su nueva casa. Y dentro de los motivos que señalan está un reducido nivel de complacencia con el barrio en el cual se insertaron, baja confianza en los vecinos y aumento de la sensación de inseguridad4. Estudios encargados por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, MINVU, apuntan en la misma dirección: Un porcentaje alto de las familias, que a veces supera el 50 por ciento, manifiestan preferencia por los campamentos que por sus nuevas casas5. Además, esos estudios muestran que la intención de permanecer en las nuevas viviendas disminuye con el paso del tiempo6, en vez de aumentar como era tradicional en las ciudades chilenas. El segundo grupo que describíamos consiste en las fa-
milias que viven como allegadas o que arriendan piezas y que aspiran a comprar una vivienda usada en vez de una nueva. El Programa de Movilidad Habitacional del MINVU7 permite a estas familias utilizar el Subsidio para la compra de una vivienda social de segunda mano. Un estudio realizado por ProUrbana en 20058 demuestra que las familias prefieren utilizar el Subsidio para la compra de vivienda social de segunda mano porque tienen la posibilidad o, si se quiere, más posibilidades de elegir tanto la vivienda (la cual puede tener ampliaciones) como su localización (barrio y comuna). Este mismo estudio muestra el valor que las familias otorgan a la localización dentro de la ciudad, ya que aparecen dispuestas a sacrificar metros cuadrados de su vivienda e incluso a cambiarse de una casa a un departamento siempre y cuando éste se ubicara más cerca del Centro de la ciudad. De esta manera, una familia estaría
Ver M. Concha, P. Del Campo, I. Brain, Segunda publicación CIS, Un Techo para Chile, año 2003. MINVU/INVI (2002). Sistema de medición de beneficiarios de vivienda básica: síntesis del informe de consultoría. Santiago: FAUUCH, División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional. 6 MINVU/INVI (2002). Op.cit. 7 El Fondo Solidario de Vivienda considera dentro de sus programas aquél que permite la compra de viviendas sociales usadas, asignando un subsidio máximo de 280 UF, a lo cual se suman 10 UF de ahorro mínimo por parte de las familias que postulan a este subsidio. http://www.minvu.cl/default2.asp?cuerpo=475 8 Ver I. Brain, F. Sabatini, A.Iacobelli, Estudio “Evolución valor de la vivienda social”, Programa de Apoyo a las Políticas Urbanas y de Suelo, ProUrbana. Políticas Públicas UC-Lincoln Institute www.prourbana.cl 4 5
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Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
Depto./Km
Km/m2
No cabe duda de que existen en el país terrenos más amplios y con mejores condiciones geográficas y topográficas que aquellos campamentos en los cuales las familias han instalado precariamente sus viviendas. La pregunta, entonces, es: ¿Qué hay detrás de la decisión de ocupar sitios de esta naturaleza?; ¿por qué una familia en situación de pobreza toma la decisión, por ejemplo, de habitar la ribera del río Mapocho?; o ¿qué razones tienen las familias que habitan campamentos en Peñalolén para quedarse en la comuna y no aceptar las soluciones habitacionales que se les ofrecen en Paine, Buin o Melipilla? Y en el caso de las viviendas sociales usadas, ¿por qué las familias optan por una vivienda que ya ha sido habitada durante años por otra familia, con el deterioro que eso conlleva, en vez de postular a un subsidio para obtener una vivienda social nueva? En ambos casos la respuesta es: Localización. Las familias que habitan en los campamentos y aquellas que postulan a una vivienda usada tienen en común privilegiar la localización dentro de la ciudad más que la vivienda. Las familias tienen claro lo que necesitan. A pesar de los costos e incomodidades de vivir en asentamientos irregulares y sin servicios básicos, deciden habitar más plenamente inmersos en la dinámica de la ciudad. Lo que se
ACCESO DE LOS MÁS POBRES AL SUELO URBANO
R. Bergoing, F. Piguillem “Patrones de Desarrollo Urbano: ¿Es Santiago Anómalo?”, Centro de Economía Aplicada Universidad de Chile, Universidad de Minnesota, EEUU 9
CIS
artículo
OPORTUNIDADES, EQUIDAD Y CIUDAD:
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artículo
OPORTUNIDADES, EQUIDAD Y CIUDAD: LOS NUEVOS POBLADORES
mente imposible garantizar un espacio para las familias más pobres dentro de la ciudad, aún en esa periferia más alejada y peor equipada. Por otra parte, la transformación de los patrones de segregación que está en curso, en particular la dispersión espacial de los proyectos residenciales, comerciales y de oficinas orientados a las elites fuera de sus áreas tradicionales (fuera del “barrio alto”, en el caso de Santiago), estimula alzas de los precios del suelo por toda la periferia urbana, incluida las áreas de bajos ingresos. La dispersión de los proyectos de elite genera expectativas, que antes no existían, de la localización allí de usos “mejores pagadores” por el suelo, lo que empuja los precios hacia arriba. Se producen, así, dos tendencias contrapuestas en la segregación residencial de los grupos populares hoy en las ciudades: Mientras que se amplía la escala, hasta lo regional, de la segregación de las familias que están accediendo a una vivienda, familias que tienden a ser expulsadas de la “mancha urbana” hacia la región circundante, al mismo tiempo se reduce la escala de la segregación para las familias que residen en aquellas comunas populares que están siendo colonizadas (gentrified) por condominios cerrados y otros proyectos de elite10. Lo que está ocurriendo es, en cuanto a lo primero, que la segregación está pasando de una escala urbana a una escala regional, no siendo éste un fenómeno privativo de Santiago. Lo mismo ha ocurrido en Iquique con Alto Hospicio, en Concepción con Boca Sur, y en Puerto Montt con Alerce. No es que falte suelo urbano. Por el contrario, parece haber espacio suficiente para el crecimiento de la ciudad para muchos años, incluso décadas. El problema es que no hay suelo a un valor que permita a las familias más pobres ser parte de la ciudad11. El segundo efecto, referido al despliegue espacial de proyectos y de las expectativas de rentas del suelo por la periferia urbana, es posible constatarlo en las estadísticas de precios del suelo de Santiago. Éstos suben en forma generalizada. Incluso más, los principales aumentos en los precios del suelo en Santiago se verifican en las comunas que poseen el menor ingreso per capita y, consecuentemente, los valores promedio del suelo más bajos12 (ver Tabla 3). ¿QUÉ ES LO NUEVO? La emergente demanda por localización entre los pobladores de Santiago y otras ciudades del país forma parte de un cuadro general marcado por la precarización
TABLA 3
Rentabilidad promedio anual Promedio Promedio (1990-2004) 1990 2004 %
El Bosque 0,2 2,4 19,4 Recoleta 0,6 7 19,2 La Granja 0,4 4,1 18,1 San Joaquín 1 9,2 17,2 Quilicura 0,2 2,1 18,3 Huechuraba 0,5 4 16 Independencia 0,8 5,9 15,3 Maipú 0,3 2 14,5 E. Central 1,3 8,7 14,5 La Florida 0,9 5,5 13,8 Peñalolén 0,4 2,5 14 La Cisterna 0,8 4,6 13,3 Conchalí 0,4 2,3 13,3 San Miguel 1,7 7,8 11,5 La Pintana 0,3 1 9 Ñuñoa 3,6 12,5 9,3 Puente Alto 0,7 2,3 8,9 Macul 2,2 6,7 8,3 Cerrillos 0,5 1,6 8,7 Renca 1,1 3,2 7,9 Las Condes 6,9 18,2 7,2 Quinta Normal 1,2 2,9 6,5 Lo Barnechea 2,4 5,2 5,7 Pudahuel 0,4 0,8 5,1 Vitacura 7,8 13,8 4,2 Providencia 10,4 18,4 4,2 La Reina 2,9 4,5 3,2 San Bernardo 0,5 0,8 4,4 Stgo. Centro 14,1 11,2 -1,6 Promedio Total 2,2 5,9 10,6 Fuente: ACOP. Elaboración GEMINES, Asesoría Inmobiliaria. Datos en UF por metro cuadrado.
del empleo, la marginación política y la moyennisation ideológica de estos grupos. Lo último se refiere a la expansión de los valores de clase media entre grupos tradicionalmente asociados más bien a aspiraciones y movilizaciones “clasistas” de tipo obrero. Revisaremos cada una de estas líneas de argumentación.
Estas dos tendencias de la segregación en las ciudades chilenas se discuten en Sabatini, F; Cáceres, G y Cerda, J, “Segregación residencial en las principales ciudades chilenas: Tendencias de las tres últimas décadas y posibles cursos de acción”, en Revista EURE 27(82). 11 Ver P. Trivelli, Foro ProUrbana “¿Cuál es la relación entre el mercado del suelo y la política de vivienda social basada en el subsidio a la demanda?” Noviembre 2005, www.prourbana.cl 12 Datos Gemines Asesoría Inmobiliaria, elaborados en base a los valores de ACOP.
Empleos esquivos, política de marketing y segregación espacial: una combinación ruinosa La precarización de los empleos parece ser consustancial a la economía “globalizada” que se ha ido imponiendo en el mundo. Todo empuja hacia allá, lo mismo los mercados que las políticas económicas de gobiernos que no quieren quedar al margen de las olas internacionales de innovación, inversión y crecimiento económico. La precarización recibe el nombre más elegante de “flexibilización laboral”. Siempre es mejor ser flexibles que rígidos, pero la menor remuneración real, mayor desprotección y creciente (auto) explotación que objetivamente han traído los nuevos trabajos, las experimentan la mayoría de las personas como cuotas incrementadas de inseguridad económica e incertidumbre social. Así, la globalización de las economías de los últimos decenios ha traído aparejada la masiva introducción de inseguridad en la vida de las personas. En la ciudad latinoamericana, ello ha sido especialmente claro entre los sectores populares, siempre más vulnerables. No se trata de una cuestión secundaria esta de la inseguridad. Su masificación podría estar detrás de algunas de las paradojas más notables de la vida social de nuestro tiempo, paradojas que han tenido manifestación clara en el medio latinoamericano. Entre ellas, destacan dos: La multiplicación de gobiernos de derecha cuando se hacía fuerte la explotación laboral y la pauperización de los grupos pobres o discriminados, desmintiendo los pronósticos tradicionales que se hacían desde la izquierda; y las movilizaciones populares en defensa de la democracia, especialmente contra gobernantes corruptos, cuando crecía la apatía hacia los partidos y la política formal. A riesgo de ser esquemáticos, podríamos afirmar que antes del advenimiento de la nueva economía los pobladores podían absorber la segregación espacial porque disponían de más oportunidades de integración funcional a la vida de la ciudad. La localización de las viviendas era secundaria al lado del objetivo de lograr la “casa propia”. Esa integración funcional tenía dos derroteros principales: La vinculación laboral con los sectores modernos del aparato productivo y la economía, idealmente a través de trabajos estables con contrato; y la inserción en la vida política de la ciudad, la que podía comenzar con la membresía en sindicatos obreros y llevar a la participación en partidos políticos. Es cierto que los trabajadores con contrato, sindicalizados o vinculados a la política de los partidos equivalían a una minoría; pero también lo era que esos caminos representaban una posibilidad para ellos. Además, es-
pecialmente en el caso del trabajo estable, se trataba de expectativas ampliamente difundidas. Sin duda, la inseguridad y la incertidumbre eran menores que ahora. Operaba una suerte de proceso histórico en que se iban combinando diferenciadamente los tres ámbitos de integración de los pobladores a la ciudad que hemos mencionado: la integración laboral, política y urbanística. Los migrantes a las ciudades, típicamente jóvenes parejas u hombres que pronto encontrarían pareja, se alojaban en los tugurios centrales. A cambio de la estrechez y precariedad de sus habitaciones, podían maximizar su “geografía de oportunidades”. Con la llegada de los hijos crecía la necesidad de contar con más espacio, lo que era posible sólo en la periferia de la ciudad. También asomaba la aspiración por la vivienda propia, una estrategia para hacer frente a la inseguridad crónica de la vida popular que, de paso, ayuda a explicar la mayor proporción de propietarios de su vivienda que encontramos en las ciudades de América Latina en comparación con otras regiones del mundo. Economías inflacionarias e inestables y sociedades con extensos grupos populares, en fin, una suma de inseguridad y pobreza, han favorecido una pulsión masiva por alcanzar la propiedad de la vivienda –destacando el matiz de empuje antes que el de objetivo preciso en la noción sicológica de pulsión. Cuando los pobladores lograban acumular “capital social” en la forma de redes laborales, sociales o políticas, podían tolerar mayores grados de segregación espacial. Era posible para ellos trasladarse a la periferia porque su geografía de oportunidades estaba en parte importante radicada en los lazos funcionales que habían tejido. Harían efectivo ese traslado a través de las “tomas” de terrenos o mediante los programas de vivienda social. Con el paso del tiempo el crecimiento expansivo de la ciudad iría transformando sus barrios periféricos en barrios mediterráneos, y el desarrollo urbano habría ayudado a aumentar la integración de sus lugares de residencia a las redes de servicios y equipamientos. Por último, cuando no se trataba de conjuntos de vivienda social, la autoconstrucción debilitaría las huellas físicas y arquitectónicas que acusaban el origen ilegal de los asentamientos. La nueva economía y la nueva política rompen con este modelo, tanto en términos objetivos como en términos subjetivos. Hoy, la desesperanza está a flor de piel. Nada permite abrigar las ilusiones en que era pletórica la ciudad del pasado. La segregación residencial de los grupos pobres se ha vuelto maligna13. Hay más desempleo y más inactividad juvenil en los hogares populares espacial-
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Sobre esta tesis ver Sabatini, F; Cáceres, G y Cerda, J, (2001), “Segregación residencial en las principales ciudades chilenas: Tendencias de las tres últimas décadas y posibles cursos de acción”, en Revista EURE 27(82); y Sabatini, F y Cáceres, G, (2004), “Los barrios cerrados y la ruptura del patrón tradicional de segregación en las ciudades latinoamericanas: el caso de Santiago de Chile” en Cáceres, G y Sabatini, F (Eds.), Los Barrios Cerrados en Santiago de Chile: Entre la Exclusión y la Integración Social. Santiago: Instituto de Geografía, PUC Chile
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LOS NUEVOS POBLADORES
mente segregados que en los no segregados14. La exclusión social en que son copiosos los mercados de trabajo, y una política formal más afanada en las estrategias de marketing que en el clientelismo tradicional, retrotraen a los pobladores a su primigenia indefensión individual. No parece posible para los hogares populares resistir por mucho tiempo situaciones de precariedad laboral, marginación política y segregación espacial. Todo tipo de estrategias reactivas se ponen en marcha, desde la autoexplotación que desgaja el núcleo familiar en trabajadores informales que deambulan por localidades y regiones viviendo buena parte de su vida fuera de casa, hasta las estrategias subalternas que conducen a la formación de ghettos urbanos anclados en el crimen, pasando por el cambio de domicilio en favor de localizaciones donde se logre mejorar la geografía de oportunidades dentro de la ciudad. Las tendencias novedosas que observamos hoy en materia de localización de campamentos, lo mismo que las emergentes demandas de los pobladores que luchan por la vivienda propia, forman parte de un naciente panorama urbano. No sólo en las chilenas sino que, asimismo, en muchas otras ciudades latinoamericanas la inseguridad y la incertidumbre están empujando hacia nuevas formas de localización de los grupos populares. En Río de Janeiro las favelas que más crecieron demográficamente en el último periodo intercensal fueron las que disponían de menos espacio, pero están localizadas más cerca de la costa y los barrios de ingresos medios y altos. En Buenos Aires prácticamente se duplicó la población de “villeros” en la Capital Federal (zona central) entre los dos últimos censos, a pesar de que no aumentó el numero de “villas miseria” en esa zona. Podemos hablar de una tendencia estructural de los grupos vulnerables por mudarse cerca de lugares residenciales o de actividad donde mejoren sus oportunidades laborales y sociales. Las exitosas políticas de vivienda social aplicadas por sucesivos gobiernos chilenos después de la Segunda Guerra nos han llevado a una situación urbana especialmente riesgosa. La aglomeración de la vivienda social ha sido su nota espacial más saliente, dicho sea de paso, de la misma forma que en el París cuyos barrios periféricos arden hoy en llamas. Se fueron conformando históricamente amplias zonas socialmente homogéneas, donde hoy se generaliza la precariedad laboral y la exclusión política. El ghetto dejó de ser una realidad que miramos desde lejos en el país que ha tenido las ciudades más segregadas y violentas del siglo XX, los Estados Unidos. Ha aterrizado en nuestra
realidad y viene para quedarse. Las políticas urbanas, no sólo las de vivienda sino que también las de suelo, deben reestructurarse para enfrentar un peligro que es de tal magnitud que se muestra capaz de devastar las comunidades de los barrios populares de nuestras ciudades. Grupos populares: entre la moyennisation ideológica y los ghettos de desesperanza y desintegración En su libro sobre los “con techo” recientemente publicado, Alfredo Rodríguez y Ana Sugranyes sintetizan la miseria de la vivienda social chilena15. Pero pasan por alto los casos exitosos, que no son pocos. Es indudable que el acceso a una vivienda en propiedad ha sido para numerosas familias populares un vehículo efectivo de progreso y movilidad social. Aún hoy, cuando campean las desigualdades sociales y predominan los empleos desprotegidos, inestables y mal pagados, la vivienda social ha sustentado procesos de integración social. Y, finalmente, lo que hace sobresalir las buenas historias en relación con las malas podría ser, antes que la tipología o el tamaño de las viviendas, su localización. En los lugares donde la geografía de oportunidades ha sido mejor, la vivienda social parece estar cobijando entre sus beneficiarios populares sorprendentes procesos de expansión ideológica de los valores de las clases medias, además de progreso material. Los comentaremos brevemente más adelante. Para abundar en situaciones sorprendentes, podemos afirmar que esa mejor geografía de oportunidades ha sido tanto el producto de las políticas públicas como, quizás principalmente, de las dinámicas de los mercados inmobiliarios privados. Hemos estudiado recientemente dos situaciones de este tipo en Santiago, y podemos registrar numerosas otras en varias ciudades chilenas. Entre estas últimas cabe destacar, por una parte, la recuperación y reencantamiento con la ciudad de vecinos del sector Carlos Trupp en Talca, aglomeración de vivienda social otrora socialmente estigmatizada, luego de la inauguración de un shopping cercano y la construcción de vivienda para grupos medios en el borde con la Ruta 5 Sur; y, por otra parte, la positiva evolución de los “trenes” de vivienda “básica” que forman parte del proyecto Ribera Norte en Concepción y que pueden ser fácilmente confundidos con desarrollos residenciales de clase media. Las dos situaciones de moyennisation ideológica de beneficiarios de vivienda social en Santiago se refieren, por una parte, a las movilizaciones de pobladores de Maipú contra los proyectos de rellenos sanitarios que
Lo que es confirmado por resultados preliminares del estudio “Barrios en crisis y barrios exitosos producidos por la política de vivienda social chilena” de la Universidad Católica, financiado por CONICYT y el Banco Mundial. Ver Sabatini, F, Flores, C, Sierralta, C y Wormald, G, Santiago 1992-2002: La segregación socio-espacial disminuye pero aumenta su malignidad. Documento de trabajo del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos UC, abril 2006. 15 Rodríguez, A y Sugranyes, A, Los con techo: Un desafío para la política de vivienda social. Ediciones SUR, 2005. 14
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atentarían contra su calidad de vida y contra las plusvalías de sus viviendas16; y, por otra parte, a las varias movilizaciones de los pobladores de Peñalolén en los últimos años, donde el derecho a la casa propia ha sido sustituido por el derecho “a la casa propia en la comuna en que nacimos17”. Ilustrativo de la magnitud del desafío que esta demanda por localización plantea es el hecho que las autoridades aún no logren articular una respuesta coherente. En el caso de Maipú, los pobladores, en conjunto con una miríada de grupos sociales y de propietarios urbanos, lograron derrotar un primer proyecto (relleno El Olivo) pero fueron vencidos cuando las autoridades ensayaron una nueva localización que amenazaba sólo a maipucinos de extracción popular de una gran aglomeración de vivienda social (relleno Rinconada). La respuesta del Estado a la nueva demanda por ciudad fue, simplemente, pasar por encima de ella. En el caso de Peñalolén las respuestas han sido menos tajantes pero también menos coherentes. Acogieron la demanda por “casa en la comuna” de las familias de la célebre “toma de Peñalolén” (que, en rigor, es la segunda “toma” en Peñalolén realizada en pocos años por allegados de la misma comuna después de la “toma” Esperanza Andina, hoy población San Carlos). Sin embargo, de frente a más recientes movilizaciones, no han logrado articular una respuesta a la reiterada demanda por localización. La fallida “toma” de un terreno en Peñalolén el mismo día en que se celebraba la inauguración del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, tuvo como respuesta de las autoridades el discurso, recurrente en estos últimos años, sobre el pronto fin del déficit habitacional. La segunda parte de la frase “queremos casa en nuestra comuna” fue simplemente pasada por alto. Lo mismo ocurrió con los allegados de La Florida que quisieron tomarse hace algunos meses un conjunto de viviendas construido para alojar a parte de las familias de la toma de Peñalolén. Alegaban que ellos, como alegados de La Florida, tenían más derecho a esas viviendas que los allegados de otras comunas. La mayor parte de los detenidos en la refriega con la policía después del cambio de mando en Peñalolén provenían de otras comunas de la periferia de Santiago, lo que no hace sino confirmar tanto la politización de la demanda como la importancia del factor localización. La geografía de oportunidades que ofrece Peñalolén a los pobladores es indudablemente mayor que las de otras comunas periféricas que no han sobrellevado los procesos de gentrification que ha exhibido Peñalolén, lo mismo que Huechuraba y, en un nivel de clase media, buena
parte de las áreas aledañas a la orbital Américo Vespucio donde antaño se concentraban blocks de vivienda social. Esta segunda forma de gentrification, la llegada de grupos medios, es la que benefició a los pobladores cercanos a El Olivo permitiéndoles construir una coalición pluri-clasista contra la agresión ambiental que, según ellos, representaba el proyecto de relleno sanitario. Un dato ilustrativo es que los habitantes de la población San Carlos solidarizaron con los residentes de la llamada “Comunidad Ecológica” en el conflicto que enfrentó a ésta con los pobladores de la actual “toma de Peñalolén”. A pesar de tener un similar origen social que estos últimos, San Carlos se alineó detrás de los intereses patrimoniales y ambientales de todo propietario urbano: que el área progrese y las plusvalías crezcan, lo que resulta hasta cierto punto antitético con la llegada de nuevas familias pobres. La ideología “clasista” de los pobladores, la que no parecía tener contrapeso en las épocas de apogeo del “movimiento de pobladores” de décadas atrás, es ahora tamizada por estos brotes nuevos de intereses y movilizaciones de propietarios y de los “sin casa” que demandan ciudad (localización) y no tan sólo una vivienda propia. Dos cambios de fondo en la realidad de los grupos populares urbanos deben ser tenidos en cuenta. En primer lugar, ya no pueden equipararse a la condición de grupos pobres. Mientras la pobreza afecta a aproximadamente un 11 por ciento de los hogares de Santiago, los hogares que podríamos reconocer como integrando los grupos populares (estratos D y E) representan algo así como el 45 por ciento de la población. En segundo lugar, la ambigüedad que siempre ha rodeado el concepto y la realidad de lo popular latinoamericano - la ambivalencia entre su dimensión de trabajadores y aquella de pequeños empresarios; entre agentes políticamente organizados y seres tan individualistas como los de otras clases sociales - ha tendido a inclinarse más recientemente en favor de valores, actitudes y conductas más cercanas a las de las clases medias. Parece un resultado inevitable de una estructura social en que predominan ampliamente los “con techo” en los estratos populares y de una situación de vida en que la vulnerabilidad social, la precariedad laboral, el ostracismo político y la mala calidad de vida se han vuelto tan rampantes. La demanda de los nuevos pobladores es crecientemente por localización. Es una demanda que las autoridades, hasta aquí al menos, no logran absorber y que, al parecer, indefectiblemente empujará hacia políticas de suelo que afectarán las formas en que hoy se generan y distribuyen las llamadas plusvalías urbanas.
Sabatini F y Guillermo W, (2004), “La guerra de la basura de Santiago: Desde el derecho a la vivienda al derecho a la ciudad.” Revista EURE Vol 30 Nº 91 17 Sabatini F, Campos D, Cáceres, G y Blonda, L, (En prensa) “Nuevas formas de pobreza y movilización popular en Santiago de Chile” en Saraví, G (Ed), De la pobreza a la Exclusión: Continuidades y Rupturas de la Cuestión Social en América Latina. México: CIESAS. 16
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artículo
OPORTUNIDADES, EQUIDAD Y CIUDAD:
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tertulia
América Latina
UNA VISIÓN ANALÍTICA AL CONTINENTE
Por Amaya García
“Para lograr los cambios en América Latina, la influencia de los jóvenes es tremendamente importante (…) Las nuevas generaciones deben presionar para lograr tener una influencia”, resalta el sociólogo y doctor en Ciencias Políticas, Ernesto Ottone, ex asesor estratégico del Presidente Ricardo Lagos. En una visita a las oficinas de Un Techo Para Chile, Ottone invita a reflexionar respecto del rol unitario que debiera tener el continente, velando por su estabilidad democrática, su participación constante y pluralismo, y respecto de la importancia de la participación juvenil.
Desafíos para la región El proceso de globalización no ha pasado inadvertido por Latinoamérica. Los históricos cambios económicos fueron percibidos con retraso, lo que derivó a una crisis en los años 80, colapsando el financiamiento externo y obligando a los países del continente a reorientar su estrategia de desarrollo. No es por nada que la CEPAL llamó a ese periodo “la década perdida”, nos cuenta el sociólogo. En muchos países se produjeron cifras desacostumbradas, como es el caso de Argentina con un 40% de pobreza y un 20% de indigencia. En este escenario un caso excepcional fue Chile, que logró reducir la pobreza del 40% al 18.8% .
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Durante la conversación el cientista invitó a “esforzarse por tener otra mirada, una más serena, menos altisonante, que explore caminos menos abruptos pero también menos dolorosos, tras objetivos sólidos y modestos que nos conduzcan a democracias estables, economías menos volátiles, sociedades más igualitarias en donde todos los latinoamericanos adopten la sana rutina”. Ideas que son reforzadas en su texto “América Latina: Construir Normalidad”. En su análisis, Ernesto Ottone define cuatro grandes desafíos para la región en los próximos años. En primer lugar, hace hincapié en la necesidad de fomentar el crecimiento. Explica que los niveles de incremento aún son bajos y es necesario proyectar un aumento de ellos con políticas anticíclicas, “las que se refieran a la posibilidad de amortiguar los tiempos de vacas flacas con políticas en tiempos de vacas gordas”. En segundo lugar, pone énfasis en la necesidad de centrar la atención en la desigualdad existente en América Latina, tanto a través del empleo como de la educación. “Esto es especialmente importante si consideramos que existe evidencia referente al hecho de que los países no desarrollados, que en su origen y características tienen mayor desigualdad, mantienen esa condición una vez llegados al nivel de desarrollo”, agrega. Se detiene en un tercer ítem, cuando cita los esfuerzos necesarios que se deben implementar para mejorar lo
Chile necesita a Latinoamérica Frente a la pregunta del rol de nuestro país y el modelo que representa en el continente, el analista afirma que “es necesario aclarar, en primer lugar, que Chile es un país demasiado pequeño para ser un modelo, más bien podría clasificarse como una experiencia”. Explica que en una época Chile se veía como un pedazo de Europa o como un país ajeno a la región. Pero en realidad, Chile apenas logró sobrevivir a la crisis Argentina, y si en ese momento Brasil también hubiese caído, el país no habría resistido la crisis. Es decir, habiendo hecho todo bien, Chile hubiese caído de todas formas. Sobre el mismo tema, Ottone pone de manifiesto que ninguna experiencia positiva y menos la de un país más pequeño que grande, y más a trasmano que céntrico, constituye un recetario aplicable a una América Latina tremendamente diversa y heterogénea. “La asimetría en las relaciones internacionales, que hace particularmente vulnerable a los países en desarrollo cuyos esfuerzos están siempre amenazados por un nivel de incertidumbre demasiado alto, requieren de un orden económico internacional que garantice mayores defensas contra las turbulencias financieras”, declara el ex asesor presidencial.
A su vez, resalta la importancia que tiene el que la región se haga cargo de sus problemas, y para que ello ocurra de manera eficaz, deben contribuir todos los países. Ejemplifica esto con el MERCOSUR: “si éste no ha avanzado, es porque no hemos sido capaces de hacerlo funcionar. América Latina se ha quedado en una retórica que no llega a la gestión”, y agrega que todo lo que vaya hacia la integración debe apoyarse: “si ésta se queda sólo en lo estatal es demasiado débil; tiene que pasar también por lo social y universitario”, concluye.
Avanzando en democracia “Mantenerse en un purismo político no logra los cambios necesarios, las nuevas generaciones deben presionar para lograr tener una influencia”, declara Ernesto Ottone al abordar el tema de la participación política que debieran tener los jóvenes en la construcción del continente. Sobre este punto, recalca que la transparencia en el sector público permite que más personas accedan a la toma de decisiones respecto a las políticas. Bajo ese prisma es que el tema de la confianza ciudadano-gobierno cobra suma importancia, y subraya la necesidad de desterrar la relación amigo-enemigo, desarrollando espacios y posibilidades donde los conflictos naturales de intereses puedan resolverse: “para ello debe pasarse de la pluralidad al pluralismo y de la tolerancia pasiva a la tolerancia activa”. Frente a ello, resalta la necesidad de andar por un camino laborioso gradual, pero urgente frente a las crisis que hoy se viven en la región. Crisis que son demasiadas y demasiado dramáticas. Frente a esto agrega que la democracia cumple un rol fundamental, donde se tiene deberes y se debe ejercitar la autoridad en el marco de la ley: “una democracia para funcionar y ser efectiva, necesita de una autoridad, por cierto legitimada por reglas de procedimientos democráticos pero con capacidad de conducción”. Para concluir, señala que llegaremos antes y mejor a nuestras metas si “avanzamos sin histerias ni saltos al vacío, reforzando nuestras democracias, aumentando la confianza de nuestras sociedades en ellas, disminuyendo la arbitrariedad y aumentando un sentimiento de justicia, confianza y credibilidad”.
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Latinoamérica se ha caracterizado por cambios políticos, rupturas sociales, bajas económicas y crisis en diversas áreas. Ernesto Ottone comparte una visión analítica de la situación con propuestas concretas, puntos claros y reflexiones respecto de la situación presente y los grandes desafíos pendientes para la región.
que es la investigación y el desarrollo. Ejemplifica el punto en la importancia que los productos latinoamericanos tengan cada vez un mayor nivel de valor agregado: “si se quiere lograr competitividad, hay que potenciar la labor de las universidades en el desarrollo tecnológico productivo”. Por último, se refiere a la democracia. Explica que los primeros años del siglo XXI se caracterizaron por una profunda crisis tanto económica, como política y social: “esto produjo retrocesos en la caída de la pobreza y aumentó la brecha de la distribución del ingreso”, subraya. Bajo ese prisma, la región estuvo sometida a diversos cambios en las diferentes áreas. Y sobre este último punto, aprovecha de plantear la interrogante sobre el presidente boliviano, Evo Morales, si será capaz de lograr la integración del mundo indígena, de los movimientos radicales y el ejército de su país, dado que su presidencia define un hecho histórico en lo que a democracia concierne.
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