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Revista de Asuntos Urbanos Edici贸n 16

ISSN: 0123-238X


La calidad del

aire es cuestión de todos Tú eliges el futuro ambiental de la región. Apoya la solución del problema de contaminación atmosférica del Valle de Aburrá y el centro de Antioquia.

Calle 41 Nº 53 07 Conmutador: 385 60 00 www.metropol.gov.co


PORTADA

CIUDAD revista de asuntos urbanos Edicion No. 16, Diciembre de 2008 Licencia 0013 de mayo de 1984 ISSN 0123-238X Sede: Calle 48 Nº 38 – 55 Tel 228 16 83 CORPORACIÓN CIUDAD, Centro de estudios urbanos Medellín, Colombia E-mail: corporacionciudad@une.net.co, www.ciudad.com

CONTENIDO Editorial...........................................................................................................2 Biblioteca de Santo Domingo en Medellín: debate a la arquitectura actual en Colombia Benjamín Barney Caldas. Arquitecto e historiador..........................................................3 Manos a la Obra Nelson Inda...........................................................................................................7 Decálogo del éxito arquitectónico en Colombia Silvia Arango.................................................................................................................................11

La crítica como cosa pública Por: Jorge Ramírez Nieto........................................................................................12 Out There: Architecture Beyond Building Umberto Bonomo Tria............................................................................................14 Ciudad Bolívar respira libertad Daniel Rojas Arboleda ..........................................................................................15 Violencias extremas y etnicidad: la ex Yugoslavia Amantina Osorio R................................................................................................18 La arquitectura de la globalización Elsa Ruiz............................................................................................................30 Biocombustibles Sostenibles para Colombia Carlos Fonseca....................................................................................................35

Director Guillermo Álvarez Á. Consejo Editorial Darlo Ruíz Gómez, Mario Vélez S, Fernando Viviescas M, Gustavo Vivas R, Osvaldo León Gómez C, Federico Giraldo V. Diseño y Diagramación Imago Fotodiseño imagofotodiseno@gmail.com www.imagofotodiseno.blogspot.com Fotografía divulgación BIAU Raúl González H. Ilustraciones José Luis Rodríguez S. Los Papas de Jairo Alberto Mejía Pintor PENSARE Contabilidad Fabio Cardona Vargas Suscripciones y Ventas Calle 48 Nº 38 – 55 Teléfono: 228 16 83 Corresposales Gustavo Vivas R. España; Elsa Ruiz, Francia Gloria Havautis, EE-UU María Clara Mejía B. EE.UU Amantina Osorio R. Canadá Diana Madrigal, Alemania Fundadores John Jairo Hoyos Ochoa Luis Guillermo Álvarez Álvarez Cofundadores Estanislao Zuleta (+), Fernado Cruz Kronfiy, Fabián Rendón(+), Carlos Granada, Dario Ruíz Gómez, MarioVélez S. Andrés Velásquez R, Fernando Viviescas M, Gustavo Vivas R, Osvaldo León Gómez, Federico Giraldo Valencia, Hubert Ariza, Jaques April, Emilio Latorre, Edgar Váquez B, German Colmenares, Anibal Patiño, Alberto Saldarriaga R, Verónica Perfetti, Benjamín Barney, Jorge Mazo, Samuel Jaramillo, Antonio Montañas, Rogelio Salmona(+), Silvia Arango, Armando Silva, Pedro Santana, Gloria Gaitán, Saúl Sánchez, María Clara Mejía, Amantina Osorio R, Juan Camilo Ruiz, Fabio Betancur, Carlos Estaban Arrubla P, Jaime Jaramillo Panesso, Carlos Julio Calle, Juan Luis Mejía, Fernando Arbeláez, Alberto Aguire, Manuel Mejia Vallejo(+), Luis Guillermo Pardo, Juan Fernando Álvarez (+), Omar Castillo, Aura López, Juan Guillermo Betancur, Hernán Henao Delgado(+), Margarita Gómez, José Martínez S, Elsa Ruiz, Beatriz Gómez, Gloria L, George, María Eugenia Beltrán, Gloria Burgos, Victor Gaviria, Rubén Darío Lotero, Ramiro Tejada, Fernando Baena, Alberto Baena, Pedro Cano(+), Raúl González, Ligia Pimienta, Luz Ruiz de Baena(+), Jorge Rodas, Edwin Diez, Alvaro Pardo C.(+), Hernán Darío Villegas, María Eugenia Arango, Antonio Restrepo(+), Juan Guillermo López(+). CIUDAD, Revista de Asuntos Urbanos, es una publicación que revela, en palabras, e imágenes, el devenir de las ciudades colombianas y que se propone articular discusiones sobre la vida urbana, con el fin de hacer de la ciudad una humana y alegre residencia y morada para el ciudadano. Siendo de carácter pluralista e interdisciplinaria las opiniones expresadas son de los autores, reservando la sección editorial para manifestar los puntos de vista o criterios de la revista. «La Ciudad para los ciudadano»

nuestro criterio urbanístico sobre Ciudad ,resume revista de asuntos urbanos 1 la ciudad LAS OPINIONES FIRMADAS SON RESPONSABILIDAD ÚNICA DE SUS AUTORES


Editorial “Conjugar en una composición que armonice la comprensión general del espacio y las connotaciones específicas de un lugar, debe ser tarea precisa de los arquitectos. No circunscribirse al espacio dado como hecho físico sino emprender una labor transformadora que confiriendo identidad y sentido de pertenencia, que atienda al valor significativos de los elementos y dote de carácter y espíritu a la obra, que asuma las circunstancias histórico-culturales de la comunidad que ha de usufructuarla, aunque se trate de una obra de propiedad particular, respetando el patrimonio cultural y favoreciendo la memoria colectiva. Una arquitectura que sea capaz de renovarse perennemente, manteniendo actualidad” Esto decíamos en el editorial de Ciudad, revista de asuntos urbanos 2 en 1984, en los recientes avances de la ampliada globalización y el financierismo o modelo de capitalismo neoliberal Pero hoy aquella perspectiva ni aquéllos criterios son los plasmados en las obras de muchos de nuestros arquitectos, quienes endiosados en fatuos esteticismos o en poses creadoras, asumen actitudes desdeñosas y con pragmáticos criterios cohonestan con prácticas y exigencias que segregan y compartimentalizan haciendo lúgubre la vida urbana e imponiendo a la ciudad una arquitectura sin alma y una estética sin sentimientos. Se abrió paso a todo tipo de acciones destructoras que cercenan la ciudad y usurpan el espacio público, destruyendo el patrimonio cultural. Acabando con el legado de generaciones pasadas y haciendo del entorno urbano un paisaje ilegible en el cual las solitarias edificaciones con algo de tradición quedan enmudecidas y sin sentido, como si se quisiera dejar un testimonio, como cínicamente ocurre con las actuales torres en que dejan solo la fachada antigua como portería. En modo alguno estas construcciones aisladas y solitarias, componen la rica unidad de la ciudad en la que la historia, la cultura, la naturaleza y el paisaje; las múltiples funciones de la actividad humana y las diversas relaciones entre los habitantes se conjugan con el lugar y la circunstancia geográfica. Dejó de importar que el sentido de lugar es elemento decisivo en arquitectura, definitivamente para los arquitectos eficientístas globalizados el espacio es una ecuación geométrica o aritmética de metros cuadrados, en función financierista, no importa una arquitectura con carácter. Se desdeña los referentes históricos y culturales. En la arquitectura actual o globalizada la tarea no es la organización del espacio o creación de lugares, ni un rico criterio colectivo en el que se conjuguen armónicamente intereses por una amable convivencia comunitaria, en que la unidad de la ciudad sea producto del devenir cultural de sus habitantes y su rica praxis, sino la exaltación individual del arquitecto con sus excentricidades de “artista”. Esta constatación nos motivó a concitar el debate sobre “la arquitectura actual en Colombia”, derivado del premio iberoamericano a la Biblioteca España de Medellín. Están invitados a la discusión ciudadana. Bienvenidos. 2

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Biblioteca de Santo Domingo en Medellín: debate a la arquitectura actual en Colombia Por: Benjamín Barney Caldas. Arquitecto e historiador

Parque y Biblioteca España, Estudio de Arquitectura Giancarlo Mazzanti & Arquitectos Ltda., Medellín, Colombia, Premio Mejor Obra de Arquitectura da VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura Y Urbanismo, Lisboa 2008. Foto: divulgación BIAU Los premios suelen suscitar opiniones encontradas pero cuando alguno es muy cuestionable deja en evidencia a los que creen equivocadamente que entre gustos no hay disgustos. Como esos periodistas de farándula que aplaudieron la Biblioteca de Santo Domingo en Medellín, Colombia, sin conocerla ni enterarse de sus inconvenientes, solo porque ganó recientemente en Portugal la VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y fue inaugurada por Sus Majestades, lo que consideran un honor para el país. Pero apenas dicen de su arquitectura que es de “meteoritos” y su autor “costeño”. O esos arquitectos necesitados del elogio mutuo que corrieron a consagrarla como la nueva arquitectura colombiana deseando que, muerto el arquitecto Rogelio Salmona, pues a rey muerto rey puesto. Menos mal que este premio, interesado mas que interesante, sirvió al menos para iniciar un debate público sobre esa arquitectura espectáculo que en Colombia apenas se inicia, mientras en Europa está llamada a su desaparición “para formar parte de la historia” como lo cree, entre otros, Arturo G. de Terán (El arte en la arquitectura de hoy hacia mañana, 2008).

El hecho es que, desde nuestra “Independencia”, hace dos siglos, casi todo nos llega tarde y de afuera. Jurados, desconocidos para muchos en Colombia, premian allá, en Lisboa, lo que no todos ellos conocen, aquí, en Medellín, basándose solo en unos pocos planos y fotografías, la mayoría

de volúmenes, como lamentablemente en todas nuestras bienales. Premios que luego influyen en lo que hacemos en el país. No importa que el “exteriorismo” actual, como lo llama Jaime Sarmiento (La arquitectura de moda, 2006), no considere nuestra realidad. Como esa presumida biblioteca de

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Giancarlo Mazzanti en Medellín, que ignora la barriada pobre en que está y su escaso espacio urbano público, con su equivoco significado, dudosa bioclimatización, carencia de confort, funcionalidad, facilidad de mantenimiento y seguridad, e imposibilidad de flexibilidad, adaptabilidad y reciclaje. Arquitectura efectista que no es el camino en el trópico hispanoamericano, como tampoco lo es en Europa la Casa de la Música de Porto, de Rem Koolhaas, uno de los referentes de Mazzanti, que tampoco es la nueva arquitectura portuguesa y apenas un ruidoso gesto de nuevo ricos en esa bella ciudad, amen de que parte de su espacio construido no se puede usar –ni ver– y sus escaleras y salidas son una trampa en una emergencia. También es evidente la coincidencia de los tres volúmenes de la biblioteca de Medellín con los tres del Centro Multimedia de la Universidad de Hong Kong (2003), de David Chipperfield, a los que también coincidencialmente se refiere su autor como “rocas”, como igualmente es indiscutible la similitud de las “nubes “ del Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela (1953), en Caracas, de Alexander Calder, con las de la Plaza Mayor en Medellín (2006 ), cuyo volumen, por lo demás es mas que igual al del Museo Universitario de Alicante (1999), de Alfredo Paya. Asimismo es notorio el parecido de las “olas “ del Edificio Polivalente de Servicios de Hosteleria en la Ciudad de la Innovación en Navarra, España (2008), de los arquitectos Kahle, Oíza y Arauzo, con las del proyecto para los estadios de los juegos Suramericanos que se llevaran a cabo en Medellín en 2010. Todas estas “innovaciones” de Mazzanti dejan en claro que para algunos de “nuestros” arquitectos, lo mas representativo de “nuestra” arquitectura debe ser la copiada de las modas europeas ya pasadas de moda que nos llegan en sus revistas de exportación, sin importara las radicales diferencias geográficas e históricas que existen. La buena arquitectura no se puede globalizar, y, como insistió Salmona, no solo es arte. También es función y técnica, pero, paradójicamente, su frivolidad actual se da cuando el avance constructivo y la proliferación de nuevos materiales hicieron posible en los edificios el paradigma de Marcel Duchamp, de que es la voluntad del artista lo que vuelve arte cualquier cosa, como su famoso orinal, que dio inició al arte conceptual. Por eso dice Ernest Gombrich que el arte no existe, sino solo los artistas que proponen 4

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nuevos problemas o los desarrollan; pero muchos de ellos, en el afán del cambio generacional, del que también él habla (Historia del Arte, 1949), lo tomaron literalmente pese a que con apenas proponérselo no basta, y mucho menos en arquitectura. Por supuesto esto tiene graves consecuencias pues estamos dañando nuestras ciudades con los edificios triviales, impertinentes y trasnochados que, en general, estamos haciendo. Pero solo con crítica, teoría e historia se dará un debate culto y amplio; y de ahí fructífero. La democracia verdadera es sobre todo cultural y no apenas política. Es lo que permite que los ciudadanos convivan pacifica y estimulantemente al acceder a su ciudad en tanto que obra de arte colectivo. Por eso es necesario continuar con el debate público sobre nuestra arquitectura actual, esa arquitectura espectáculo que nos llega con los premios, las bienales y las revistas. Nos tendría que interesar a todos y no apenas a los arquitectos. En consecuencia, es pertinente analizar el Acta de la VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura. Dicen en ella los arquitectos Antonio Toca de México, Ricardo Carvalho de Portugal, Rosa Grena Kliass de Brasil, Beth Galí y Juan Miguel Hernández de España, y Nelson Inda de Uruguay, para “justificar” el premio a la Biblioteca de Santo Domingo, de Medellín, que: “El Parque y Biblioteca España es una obra de profunda significación cultural, merecedora del Premio en cuanto conjuga con calidad superior todos los aspectos que el Jurado consideró a los efectos de su valoración, destacándola del conjunto de Obras Seleccionadas. El Parque y Biblioteca España es la respuesta arquitectónica a un programa que relaciona múltiples servicios culturales en la atención a un área de la Ciudad de Medellín especialmente conflictiva. El planteo espacial, formal, funcional y de relación con el paisaje, se justifica y explica en la memoria presentada por los autores: “…más que un edificio se propone la construcción de una geografía operativa… Un edificio-paisaje que redefine y tridimensionaliza la estructura plegada de las montanas como forma y espacio…” La volumetría simple y variada, unitaria y diversa, real y virtual, comunica con acierto evidente una propuesta “naturalmente artificial” en un área marcada por la carencia material, la desintegración social y el vacío cultural. Como respuesta a un programa de Inclusión Social el Parque y Biblioteca España cumple cabalmente


con su cometido, en cuanto permite desarrollar las posibilidades de encontrar, por parte de la población servida, las bases de identidad enraizadora con el sitio e integradora en lo social que le permita proyectarse en el tiempo. Por otra parte, no son menores los valores del espacio interior con una propuesta de extrema sobriedad en los recursos y neutralidad en los acentos físicos.” Aparte de la lamentable redacción del acta, como lo ha señalado el profesor Germán Téllez, ¿cuáles son los aspectos que el Jurado consideró? Muy cómodo para el jurado que parte de la memoria del proyecto pase a ser parte del acta y que la escueta descripción del programa reemplace su razonamiento. Por que ¿qué es eso de geografía operativa, edificio-paisaje, tridimencionalizar o cual estructura plegada? ¿Qué lo de “natural artificial”? Y desde luego la volumetría de la biblioteca no es simple, ni unitaria, ni virtual, ni sus espacios interiores son sobrios ni neutros. Todo lo contrario y, naturalmente, son artificiales. Por lo demás, queda la impresión de que el Jurado no constató en Medellín que el Parque Biblioteca España, como llaman a la biblioteca, cumpla cabalmente con su cometido, y por supuesto es demasiado pronto para asegurarlo como si nada. Y hablando de parques ¿cuál fue el que vieron? Parque y Biblioteca España, vista externa. Foto: divulgación BIAU Los arquitectos, en la medida en que intervenimos en ciudades que son de todos, y tan de antes como de ahora,

tenemos que aprender a concentrarnos en lo razonable de las críticas que suscitan nuestros edificios, más que en los supuestos motivos personales de los críticos. A argumentar mas que vilipendiar. Si no tenemos temor a que se construya todo lo que diseñamos, mucho menos lo deberíamos tener a que se lo discuta públicamente. Es indispensable para poder crear ese útil

“trasfondo meditativo” del que habla Milan Kundera (François Ricard: La littérature contre elle-mème, 1990). Nos permitiría desarrollar una teoría que evite que nos volvamos arbitrarios o repetitivos (Hanno-Walter Kruft: Historia de la teoría de la arquitectura, 1990), y a entender y aclimatar el simple gusto propio tornándolo complejo,

pertinente, colectivo y responsable. Ético, en una palabra, y no apenas estético. Si bien hay muchas funciones nuevas y la arquitectura ahora cuenta con un gran avance técnico, sus formas no permiten casi nada totalmente nuevo; solo unos pocos sólidos platónicos, pero sí muchas derivaciones y combinaciones. Por eso los arquitectos prudentes no caen en la simple “imitación servil de un estilo” (DRAE), si no que simplemente roban, como dijo T. S. Eliot de los poetas maduros. Reinterpretan ideas, que suelen venir de muy atrás, y las desarrollan creativamente. Las leyes que vuelven efectivo lo que consideramos no convencional, basadas en la psicología elemental, son eternas, y de ahí que lo extraordinario se desprenda de lo ordinario (Robert Greene: Las 33 estrategias de la guerra, 2007). La arquitectura sigue siendo la concepción poética, técnica y económica de ambientes útiles y entrañables para la vida. Que se ven, oyen, tocan, huelen y sienten, en espacios interiores que son su esencia, y que emocionan al recorrerlos (Bruno Zevi: Architectura in nuce, 1964), pero que se modelan para definir espacios urbanos, discretos o monumentales según lo demande cada caso. Y hoy deben ser sostenibles, funcionales, confortables, seguros y reciclables Lamentablemente nuestra profesión, pese a que cada vez interviene más en nuestras ciudades, ha perdido el estatus social que tuvo, es cada vez menos respetada y se la confunde

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tos representados por fotografías y dibujos que no muestran sus entornos construidos, mas que edificios terminados y usados.

frívolamente con el “exteriorismo”, la decoración o el diseño. En buena parte porque la divulgación y crítica de nuestra arquitectura no ha sido sistemática ni continua. Hoy nuestros debates gremiales carecen de sindéresis; esa discreción y capacidad natural para juzgar rectamente. La crítica, basada en su competencia y pertinencia, induciría reflexiones que contribuyan a relacionar y enriquecer los datos existentes para crear una perspectiva histórica que nos facilitaría transformar nuestras ciudades. Pues de eso es que se trata, nada menos, y de ahí la importancia de un debate que debería ser permanente y público. Y por eso nuestras bienales tendrían que ser muestras razonadas de la arquitectura que se está haciendo en el país o Ibero América, mas que meros concursos de elogios o exclusiones mutuos. Como lo confirmo el arquitecto Antonio Toca era prácticamente imposible que el Jurado visitara las obras propuestas para La Bienal Iberoamericana, pero si al menos lo hubieran hecho con las que pensaban premiar quizás lo hubieran reconsiderado. El hecho es que nos preocupamos mas por las imágenes que quisiéramos copiar que por las realidades de las ciudades en las que tenemos que vivir. Carecemos de ese sentido de pertenencia y de lo pertinente que les permite a los venecianos, por ejemplo, protestar por el nuevo puente sobre el Gran Canal, cuya justificación es que hasta Venecia, que rechazo bellos proyectos de Wrigth y Khant, tenia que tener un puente de Calatrava, una de las estrellas internacionales de moda en estos días. Es muy preocupante que en “nuestras” bienales se estén premiando proyec6

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El estado actual de la cuestionada Biblioteca de Santo Domingo en Medellín, inaugurada no hace dos años, anuncia su precipitada vejes, sobre todo tratándose de un edificio publico en un país en donde el mantenimiento de estos no suele ser el mejor. Sus caparazones de Dry Wall han sido atacados por la humedad en muchas partes, las ventanas carecen de gotero y se les acumula el agua en la esquina mas baja, las “escamas” de su recubrimiento se están cayendo y manchando, y el piso de madera de una de las terrazas ya se comenzó a romper, lo que es un peligro para los que caminan por él, por lo que pronto seguramente será cerrada. Tampoco se mencionan sus problemas de ruido y privacidad, ni la inseguridad que en caso de incendio representan los vacíos perimetrales de los tres volúmenes. Ni su inexistente sistema de evacuación, especialmente en el demasiado pendiente auditorio, ni las peligrosas puertas correderas de sus salones. Ni la torpeza de los cuartos de aseo al lado de los ascensores, a la vista de los visitantes, ni sus incómodos baños. Tampoco parece importar que no se intentara terminar de conformar un espacio urbano publico ya iniciado por la sencilla iglesia allí presente, la que sin duda fue considerada desechable. Ni se ha observado que teniendo el valle de Aburra a sus pies, casi no se lo pueda ver debido a sus escasas, inclinadas y altas ventanas, muchas de las cuales miran es al volumen inmediato, o por lo tupido del innecesario enrejamiento, a la moda, de sus balcones. O que desde abajo sus oscuros volúmenes se confundan con el verde casi negro de los cerros inmediatamente detrás, al punto de adquirir una imagen siniestra que ha llevado a los taxistas a bautizarla como el castillo de Drácula. Y por supuesto lo inquietante del apodo es que apunta a la “disneylizacion” de nuestra arquitectura y con ella de nuestra vida. Todo por tratar de hacernos creer que el urbanismo malo de nuestras ciudades actuales se puede suplir calcando imágenes arquitectónicas supuestamente novedosas, pasando por alto sus comprobables deficiencias urbanas, constructivas y funcionales.


Manos a la Obra Parque Biblioteca Pública España de Giancarlo Mazzanti & Arquitectos Ltda. Por: Nelson Inda Secretario Jurado de obras de la VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura

En octubre de 2008, la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo cumplió 10 años de funcionamiento ininterrumpido, habiendo llegado a su Sexta Edición. Culminado el proceso de Selección y Premiación del último Evento realizado en Lisboa en los últimos días del mes de abril, es el tiempo de conocer las arquitecturas representativas de la unidad y diversidad de nuestro continente cultural, discutir sus calidades y definir la trascendencia de lo propuesto. Creo que el momento es propicio para exponer las Obras y aportar nuestras vivencias y experiencias a

un debate que se torna imprescindible en tiempos en que las in-certidumbres conceptuales in-determinan, inclusive programáticamente, las propuestas arquitectónicas. Como siempre, un encuentro intelectualmente abierto, sin prevenciones ni pre-juicios nos permitirá a los iberoamericanos re-encontrarnos con la arquitectura como el ámbito físico de espacios habitables y como constructora de ideas. Descubramos, pues, las invariantes locales que la sustentan, sin distraernos en la discusión de los códigos y referencias formales que puedan desvirtuar lo sustantivo del mensaje.

De la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo Toda Bienal es un acontecimiento en el cual el atractivo enriquecedor se plantea en cuanto sus resultados pueden proyectarse en el tiempo, tanto en sentido retrospectivo como prospectivo. Cada Bienal es un acto complejo aunque unitario, aislable, independiente, y a la vez solidario con el acontecer de las sucesivas bienales. La Bienal, como hecho único determinado en el tiempo, adquiere un valor superior cuando se encuadra en la secuencia histórica de las propuestas arquitectónicas pasadas y presentes, proyectadas al futuro.

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Permite leer el pasado, tanto como orientar el porvenir. Permite reconocer los procesos, las evoluciones y también las mutaciones del campo del pensamiento arquitectónico y su formalización especifica.

revaloriza el presente y califica el pasado. Arquitectura pasible de hacer historia local, a partir de una nueva realidad que ayuda a conformar, con propuestas que demuestren inteligencia, sensibilidad e ingenio.

Intuye y proyecta líneas de actuación. Inventa y formula ideas.

Imitable en su esencia e inimitable en su formalización.

No es, ni debe de ser neutra. No es, ni debe de ser dogmática.

La obra premiada (1)

La BIAU no es excepción, sino que, uno de sus objetivos básicos es crear un ámbito de discusión y reflexión de las propuestas realizadas y los modos de hacer arquitectura en este espacio geográfico-cultural que es el “continente” iberoamericano. Unitario y diverso, comunicado e incomunicado, con dicciones y contra-dicciones, no necesita ser homogéneo, ni voluntariamente heterogéneo. Pertenecemos hoy, tanto al mundo plano e interrelacionado de la comunicación instantánea, como al universo fragmentado de la incomunicación. La Ciudades iberoamericanas hechas y consolidadas, se superponen con las des-hechas y precarias, en permanente construcción y desconstrucción. Culturas históricas e integradas se interceptan con la irrupción de alternativas marginales y emergentes. En este escenario, sin dudas, es necesidad vital encontrarnos en un común modo de actuar que califique nuestras ciudades y armonice los territorios. Y la arquitectura construida, por su capacidad de transmisión directa de mensajes conceptualizables puede ser uno de los vehículos de creación de “contenidos” para nuestro “continente”. El Premio BIAU es una oportunidad. El desafío no es premiar la mejor obra sino premiar y prestigiar la “obra lección”, con dirección y sentido. No se debería premiar un fortuito hallazgo formal ni la transferencia acrítica de un modelo. Con el Premio se prestigia la singularidad de la propuesta en relación a un sitio determinado, la universalidad continental del enfoque, un modo de hacer ciudad, un modo de localizarse en nuestros territorios, una manera de crear cultura desde la arquitectura. El premio BIAU debe propiciar el sentido histórico de la Obra de Arquitectura en cuanto 8

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El Premio a la Mejor Obra de Arquitectura de la VI BIAU (2) le fue otorgado al “Parque Biblioteca Publica España” del Estudio Giancarlo Mazzanti & Arquitectos Ltda. (3). Se localiza “en una de las zonas más afectadas por la violencia de los años ochenta producto del narcotráfico de la Ciudad de Medellín (Colombia), y hoy parte del programa de inclusión social de la Alcaldía para brindar igualdad de oportunidades en el desarrollo social y económico de la población” (4). Sin dudas, y las imágenes que conocemos lo demuestran, la Biblioteca se instala con una presencia de fortísima comunicación física. Su imagen tensa y elocuente dialoga en diferentes tonos con la ciudad inmediata a la que sirve funcionalmente. Con la ciudad mediata interactúa complementando su rotunda escenografía geográfica. Se independiza formalmente de su entorno y a su vez es presa de esa misma envolvente en cuanto crea un nuevo lugar re-creando las invariantes pre-existentes. Siendo la propuesta formal tan contundente, visiblemente emparentada con la estereotomía, no es en la formalización en donde descansa el valor de la obra. La formalización es subsidiaria de la voluntad de re-crear el lugar proponiendo una singularidad local. Un espectador prevenido puede encontrar en el lenguaje directo y literal de las audaces “formas” de la Biblioteca una referencia indudable, instantánea e ineludible con la austera volumetría descompuesta en tres formas prismáticas del proyecto de la Universidad de Hong Kong (5), o más allá en el tiempo, con “las rocas varadas en la arena” del Kulsaal de San Sebastián (6). S i n e m b a rg o l a s d i f e r e n c i a s s o n sustantivas.


En el primer caso, Chipperfield propone una forma “simplemente descompuesta” alterando su geometría básica, y en el segundo, Moneo juega y nos invita a jugar con la simplicidad de los volúmenes y su alterado equilibrio. En ninguno de ellos se propone transformar la relación con el espacio exterior y con el usuario. No se propone “ciudad”. En contraposición, y en sustantiva oposición, la Biblioteca nos convida a la aprehensión emocional de un equipamiento social por la proximidad inestable y sutil de las aristas quebradas y enfrentadas de las tres “rocas”. Es el aire y la luz de las rajas las que dominan la escena arquitectónica de la Biblioteca. No son los volúmenes sino el dramatismo de la relación con la montaña alejada y un espectador conmovido ante el arte lítico de la volumetría. El modo de insertar la arquitectura en el sitio y la presencia que irradia es lo que (me) apasiona de esta Obra. Su espacio vital es mayor que el físico. Es arquitectura para una porción de ciudad y lo es, también, para toda la Ciudad.

Es lejana y es cercana. Es convexa y cóncava (7). La voluntad de re-hacer ciudad la emparenta, a mi entender, con la extraordinaria obra de ATC Color de Buenos Aires (8). El modo como ésta se implanta en el espacio bonaerense, poniéndose a su servicio y la localización dominante de los tres volúmenes reflejan una misma actitud urbanizadora. El manejo acertado del espacio público y la respuesta al programa, invisible para el espectador exterior, denotan un mismo modo de considerar la expresión exterior independiente de la función. Sin embargo, el equilibrio compositivo de los tres prismas cerrados sobre la plataforma inclinada de la obra de Manteola y Cía., contrasta con la dramática relación de los volúmenes pétreos recortados en la montaña que nos propone la Biblioteca.

Y por último, me es necesario marcar y re-marcar la estrecha relación de la Obra de Mazzanti y Cía. con la emblemática “Torres del Parque” (9) de Bogotá. Con lenguajes arquitectónicos diferentes y hasta antagónicos, sin embargo una misma actitud de “creación de lugar” envuelve y relaciona estas dos obras, tres décadas distanciadas. Sin dudas, las Torres relacionadas entre si, integradas en su basamento, dialogando con el Parque, con la Plaza de Toros, y con la Ciudad en su conjunto, conformaron y colonizaron culturalmente una porción esencial de Bogotá. La miro y la admiro, pues trasciende su tiempo. Por su parte, la rara singularidad de la propuesta de Medellín, dentro de un programa de Inclusión Social, crea las condiciones para que la BibliotecaPaisaje reinterprete el contexto cultural, al igual que la Obra del Maestro Salmona, proponiendo un nuevo texto

y una nueva relación con el escenario geográfico, social y urbano.

La Biblioteca es: Arquitectura-Ciudad en cuanto transforma un área homogéneamente descaracterizada para convertirla por el solo hecho de su presencia en lugar aprehensible funcional y sensiblemente.

La Obra es: Arquitectura-Ciudad en cuanto no solamente “urbaniza” sino que “ciudadaniza”. El tiempo dará su veredicto. Montevideo a los 20 días del mes de Julio de 2008

Notas 1. El Jurado de Obras se integró con los Arquitectos Antonio Toca

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memoria presentada por los autores: “…más que un edificio se propone la construcción de una geografía operativa… Un edificio-paisaje que redefine y tridimensionaliza la estructura plegada de las montanas como forma y espacio…” La volumetría simple y variada, unitaria y diversa, real y virtual, comunica con acierto evidente una propuesta “naturalmente artificial” en un área marcada por la carencia material, la desintegración social y el vacío cultural. Como respuesta a un programa de Inclusión Social el PARQUE Y BIBLIOTECA ESPAÑA cumple cabalmente con su cometido, en cuanto permite desarrollar las posibilidades de encontrar, por parte de la población servida, las bases de identidad enraizadora con el sitio e integradora en lo social que le permita proyectarse en el tiempo. Por otra parte, no son menores los valores del espacio interior con una propuesta de extrema sobriedad en los recursos y neutralidad en los acentos físicos. 3. Ficha Técnica: Autores: Giancarlo Mazzanti & Arquitectos Ltda. Colaboradores: Andrés Sarmiento, Juan Manuel Gil, Fredy Pantoja, Pedro Saa, Gustavo Vásquez, Iván Ucros Estructura: Sergio Sobón, Alberto Aschner; Promotor: Alcaldía de Medellín, Empresa Constructora: Arquitectura y Concreto Costo: 1.027 U$S /m2; Superficie: 2.960 Fotógrafo: Sergio Gómez 4. De la Memoria de la Obra. (México), Ricardo Carvalho (Portugal), Rosa Grena Kliass (Brasil), Elia Gutiérrez Mozo (España), y Nelson Inda (Uruguay). Para la selección de las Obras Premiables se integraron: Arqta. Beth Galí (España) y José Miguel Hernández de León (España) 2. Juicio del Jurado: El PARQUE Y BIBLIOTECA ESPAÑA es una obra de profunda significación cultural, merecedora del Premio en cuanto conjuga con calidad superior todos los aspectos que el Jurado consideró a los efectos de su valoración, destacándola del conjunto de Obras Seleccionadas. El PARQUE Y BIBLIOTECA ESPAÑA es la respuesta arquitectónica a un programa que relaciona múltiples servicios culturales en la atención a un área de la Ciudad de Medellín especialmente conflictiva. El planteo espacial, formal, funcional y de relación con el paisaje, se justifica y explica en la 10 Ciudad, revista de asuntos urbanos 16 • 2008

5. Centro Multimedia de la Universidad de Hong Kong 2003, Arq. David Chipperfield. 6. Kursaal – Auditorio y Palacio de Congresos de San Sebastián (España) 1990-1999, Arq. Rafael Moneo. 7. Ortega y Gasset. 8. ATC Color – Parque y estudios de televisión (Argentina) 1977-1978, Arqs. Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona, Viñoly. 9. Torres del Parque (Colombia) 1964-1970, Arq. Rogelio Saltona. [Nelson Inda, arquitecto uruguayo, 66 años, participó en la VI BIAU como integrante del Consejo Rector, Delegado Nacional e integrante del Jurado de Obras en calidad de Secretario. Premio a la Vivienda Social (compartido) en la IV Bienal Iberoamericana


Decálogo del éxito arquitectónico en Colombia Por Silvia Arango

¿Quiere ganar premios nacionales e internacionales? ¿Quiere conseguir contratos de edificios importantes? ¿Quiere ganarse los concursos de arquitectura? ¿Quiere que publiquen su obra? En fin… ¿quiere ser un ganador y no un perdedor? Joven arquitecto, estudiante de arquitectura: no se preocupe. Estamos en un buen momento. La burocracia eficientista en el poder le garantizará el éxito si usted sigue juiciosamente los diez mandamientos siguientes: 1. No lea. Eso es demorado y dispendioso. Vea, vea mucho. Recuerde: los premios y los concursos entran por los ojos y una imagen vale más que mil palabras. 2. Suscríbase a revistas extranjeras costosas (ojala Croquis) y copie los proyectos que hayan sido más copiados. Así estará “in”. 3. Apréndase de memoria los nombres del jet-set arquitectónico internacional para saber qué buscar en la sección de imágenes de Google. 4. No se preocupe por lo que hay adentro de los edificios. Lo importante es que el envoltorio sea fotogénico.

5. Intrigue ante jefes maleables para que nombren a sus amigos en los jurados para que lo premien a usted. Luego usted será jurado y premiará a sus amigos. 6. Haga edificios que se deterioren antes de 10 años. Así tendrán que hacer uno nuevo y lo contratarán de nuevo, pues para entonces usted sabrá cual es la moda. 7. No use ladrillo, madera ni piedra. Use vidrios y metales blandos. Tienen muy mala vejez. 8. Desprecie todo lo que suene a arquitectura específica de un lugar o que tenga algún asomo de identidad colombiana. Eso es anacrónico. Pose siempre de ciudadano del mundo. 9. Aunque construya todos los edificios importantes y monopolice los premios de las bienales, preséntese como una víctima perseguida. Eso siempre da resultados. 10. Pague para que lo publiquen en revistas de gran tiraje. Si esa estrategia le sale muy costosa, monte su propia página Web, o al menos un blog. Silvia Arango

Calle 48 Nº 38 – 55 Tel: 228 16 83 Cel: 315 830 6731 16 • 2008 Ciudad, revista de asuntos urbanos 11


La crítica como cosa pública Por: Jorge Ramírez Nieto Dos artículos publicados recientemente muestran interesantes facetas de la manera como se enfrenta hoy en día la discusión sobre temas arquitectónicos. El primero, es un artículo de Germán Téllez Castañeda, publicado hace unas semanas en El Espectador. En él se cuestionan condiciones de calidad de proyectos y construcciones internacionales contemporáneas. El segundo artículo fue publicado en la sección de arquitectura de la Revista Semana (edición 1377), bajo el enigmático título “Vida después de Salmona”. Los dos artículos se diferencian radicalmente en sus enfoques, y en esta carta no entraremos a analizar sus diferencias. Sin embargo hay coincidencias en la manera de aproximarse al tema: Germán Téllez introduce su escrito describiendo la sorpresa de encontrar información sobre el debate arquitectónico actual en una revista de línea aérea, donde el interés publicitario y comercial es el criterio principal de selección editorial. En la revista Semana el artículo se encuentra inmerso en una densa maraña

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de escritos especulativos sobre las condiciones sociales, judiciales y políticas de la actualidad nacional. Los dos artículos – de muy diferente calidad en su escritura – dan cuenta de la curiosa eventualidad de los medios en los cuales se presenta la información sobre la actualidad de nuestra profesión. En principio, no podemos afirmar que estos sean escritos con visión crítica sobre la arquitectura – pero sí – que la arquitectura está entrando en una especie de “umbral de la moda” que le otorga la posibilidad de ser inserta en publicaciones no especializadas, de tiraje masivo. Esta condición nos genera preguntas: ¿Por qué el inusitado interés de los medios de hablar hoy de arquitectura? ¿Por qué la crítica arquitectónica está tomando rango de cosa pública? La respuesta a estas preguntas demanda mas espacio del que me propongo utilizar aquí. Sin embargo creo pertinente enfatizar que en el ambiente – de legos y profanos – se están alzando


voces que demandan aclarar el panorama de la crítica de la arquitectura actual colombiana. La actividad del ejercicio de la crítica actual en arquitectura –en nuestro país y en el continente – es importante desde donde se le mire. Por eso leer la discusión que circula en el Internet, en el lugar de “Esfera pública” ha producido un ambiente apropiado para reflexionar y opinar en torno al tema. Es necesario reconocer que hoy hay un huracán conceptual engendrado en las tibias corrientes de la indiferencia de un gremio que cada día tiene menos cohesión y representatividad. Esas falencias han sido transmutadas – por arte de ilusionistas – en el argumento contemporáneo de la necesidad urgente de posicionamiento y figuración. Esta condición se evidencia en la asimilación de la arquitectura a la producción de objetos de marca; a la espectacularidad irresponsable que deviene de enfatizar vacuos contrastes. El problema del afán de posicionamiento y figuración –en nuestro medio – se concentra en la reproducción fragmentaria y selectiva de imágenes, reconocibles en el ámbito de las apariencias publicitarias, de las veleidosas novedades arquitectónicas. Es en el camino de la reproducción plástica de ecos visuales globales, donde ha quedado atrapada la arquitectura en incómodas contorsiones plásticas. El resultado son objetos extraños: no arte, no arquitectura, mucho menos ciudad. ¡Eso sí! algunos de ellos registran bien en las fotografías. Hoy no hay duda de la contundencia de la imagen. Y es que la imagen, como atributo de todo lo construido, es una cualidad general, comparable, imitable, que no transmite información específica sobre la calidad de la obra de arquitectura; tampoco da cuenta – en la realidad – de la dimensión social y el compromiso cultural profundo que caracteriza a la arquitectura. La imagen – si nos proponemos citar sus cualidades – es posible de editar, contrastar, recortar, y finalmente, difundir a través de amplias redes publicitarias. Por esa razón, la crítica responsable no puede tener como fundamento las colecciones aleatorias de imágenes de obras arquitectónicas. La arquitectura es un hecho construido, que permite experiencias, donde – más allá de su apariencia física – expresa la inquebrantable vitalidad de la cultura.

De manera similar, no se puede asumir que un juicio ambiguo y confuso –que otorga un premio casual – pueda servir de argumento para considerar que una obra de dudosa calidad pueda transformarse – por avatares mediáticos – en paradigma de la labor profesional de la arquitectura colombiana. ¿Acaso es mérito de la arquitectura construir deficientes edificios convencionales recubiertos de endeble utilería? Aprovechemos que la tormenta de opiniones y señalamientos está alejando – por el momento – la nube de apatía tradicional del gremio. Propongámonos concurrir en una discusión formativa sobre los juicios de valor aplicables a la formulación de la crítica seria. Es esta una invitación a abandonar el incomodo recinto de la polémica acalorada, para pasar a formular criterios, establecer mecanismos de análisis, para finalmente aproximarnos a establecer (hay ya notables antecedentes) canales posibles de crítica arquitectónica responsable.

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Out There: Architecture Beyond Building Por: Umberto Bonomo Tria Arquitecto IUAV (Istitituto Universitario di Architettura di Venezia) Candidato a Doctor. Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos. Pontificia Universidad Católica de Chile.

Carta enviada por el autor a sus colegas con relación al debate sobre la arquitectura actual en Colombia. Estimados Colegas, Estoy muy complacido por el tono de la discusión que se está dando en ESFERA PUBLICA. Considero particularmente relevante poder hablar de ARQUITECTURA, de historia-teoría y crítica de la arquitectura, a partir de una obra de ARQUITECTURA contemporánea como lo es la Biblioteca España en Colombia. Supongamos que esta obra dio pie para que estemos hablando del rol de la arquitectura en la cultura y en la sociedad contemporánea. Supongamos que una obra emblemática de la arquitectura contemporánea colombiana, logre mostrar al “Jet-Set” que también en países en vía de desarrollo se construyen grandes IDEAS y probablemente con solo un cuarto del presupuesto de países como Suiza, Inglaterra u Holanda. Supongamos que una piel por el mismo hecho de ser una piel barata, construida con tecnología low-tech, acepte filtraciones. Acepte que se pueda rápidamente deteriorar, y que eventualmente, cuando sea necesario, pueda ser substituida. Que pueda ser modificada su forma externa, su aspecto y su revestimiento, entregando a la ciudad un nuevo icono nuevamente acorde a sus tiempos. ¡No es eso lo que nos interesa¡ No es la piel, no es la imagen. Es la estructura, son los libros que están adentro, lo que nos interesa y sobre todo que la gente los pueda leer. Supongamos que para hacer sentir la propia voz en el contexto arquitectónico internacional, un arquitecto tenga que construir rocas en vez de bibliotecas. ¿Cuál es el problema si lo logra? Absolutamente todo es perfectible. Pero considero que una obra de arquitectura ejemplar como ésta va analizada con categorías especiales que consideren además de la “Firmitas, Utilitas y Venustas vitruvianas”, el idealismo, la fuerza expresiva y por último, pero no menos importante, el marketing. Con eso no quiero decir que es suficiente hacer un obra que se “venda bien”, pero considero que una obra que se vende bien es capaz de transformar un barrio o inclusive una ciudad (tal es el caso de Bilbao con Guggenheim de F. O. Ghery, un edificio que personalmente no aprecio, pero es un hecho demostrado que ahora gracias a ese y otros edificios la ciudad vive también de turismo cultural y arquitectónico). Supongamos que la Biblioteca España de Medellín en Colombia refleja precisamente los conceptos y la ideas que están detrás de la ultima Biennale di Architettura di Venezia cuyo título es “Out There: Architecture Beyond Building”. ¿Qué es lo que va más allá del edificio? Personalmente considero que son las ideas (mejor si son construidas como en este caso), los ideales, los conceptos, las discusiones, las polémicas, los debates (como en este caso) y mucho más. Concluyo citando a Hugo Mondragón diciendo que esta OBRA “ha contribuido a construir un verdadero espacio de debate en el que los argumentos están por encima de los gustos” y estoy particularmente agradecido a Giancarlo Mazzanti en demostrarme que hay obras que “van más allá del edifico”. 14 Ciudad, revista de asuntos urbanos 16 • 2008


Ciudad Bolívar respira libertad Por: Daniel Rojas Arboleda

Para Jhon Jairo Restrepo lo que iba a suceder sería el final de un proceso que había requerido del esfuerzo de muchas personas que unieron sus voluntades para lograr un objetivo común.

Jhon se subió a la empolvada camioneta mientras la mañana aún trataba de sacudirse las nubes grises. Manejó en silencio mientras su cuerpo era agitado por los baches en la carretera sin pavimentar, preocupado únicamente por que todo saliera bien.

las aves por las ramas de los samanes que se estiraban tratando de alcanzar los techos de las casas, casas en cuyo interior ya no habitan animales silvestres.

A su izquierda apareció el municipio de Ciudad Bolívar, dándole la bienvenida a sus largas calles y a su parque dividido, oculto de los ojos de

Jhon Jairo es un hombre grueso en cuyo cabello, a sus cuarenta y seis años, el tiempo ha escrito en tinta blanca la experiencia que lo llevó a ser una

Nace un sueño

de las personas que hicieron posible el sueño que empezó a materializarse en este municipio. Estudió zootecnia en la Universidad Nacional y, desde hace ocho años, desde su oficina en Corantioquia, ha trabajado con el equipo de fauna de la Subdirección de Ecosistemas por los animales del centro de Antioquia, encargándose de la recuperación y reubicación de especies silvestres en cautiverio.

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Este equipo ha adelantado un proceso que comenzó a partir de la información arrojada por un censo en el año 2002, mediante el cual se detectó que Ciudad Bolívar era el municipio con más fauna silvestre cautiva de Antioquia, pues de cada veinticuatro hogares con mascotas, uno tenía fauna silvestre. “Comenzamos entonces a hacer actividades de sensibilización, educación y capacitación con colegios, Juntas de Acción Comunal, grupos comunitarios. También campañas a través de medios, proyección de películas y visitas domiciliarias, para que la gente se comprometiera con ésta causa”, relata Jhon. La Policía y la Umata acompañaron a los funcionarios de Corantioquia a las casas de aquellos que tenían en su poder a los animales. “La idea era hablar con ellos para que entendieran que estaba prohibido tenerlos en cautiverio y que de esta manera ellos no se podían reproducir”, dice. La población respondió y creyó en éste proyecto. La mayoría de los animales fueron entregados por iniciativa propia y muy pocos tuvieron que ser incautados por la Policía.

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“Para la gente ha sido duro separarse de los animales, por eso se debe ser muy claro con ellos y no crearles falsas expectativas a la hora de decirles que deben entregar al animal”, relata Camilo Restrepo, zootecnista de Corantioquia, compañero de Jhon en esta tarea.

El resultado Eran las 9 de la mañana y Jhon Jairo se encontraba al frente de un gran grupo de estudiantes, saltimbanquis, músicos, zanqueros, arlequines, funcionarios de Corantioquia, la Umata, la Policía y habitantes de Ciudad Bolívar. La música y el bullicio se desataron y la comitiva se puso en movimiento. Algunos se separaban por un momento del cuerpo principal del desfile y pegaban en las puertas de las casas, con el consentimiento de sus moradores, calcomanías con la consigna “En este hogar no tenemos animales silvestres”. La camiseta amarilla con el logo de Corantioquia hacía que fuera fácil ubicarlo entre la multitud. Lo que sucedía a su alrededor era el resultado de una labor que él inició cuando era Director Encargado de la oficina de Corantioquia en la territorial de Citará, en el municipio de Hispania.


“Cuando se propuso comenzar con ésta osadía, fueron muchos los que pensaron que sería imposible, pero su persistencia para enfrentar inconvenientes y negaciones le ayudó a superar las barreras. Él se puso al frente del que pudiera ser calificado como uno de los mayores logros a nivel ambiental de estos tiempos”, asegura Camilo. El sol de las diez y media iluminaba el suelo del parque y los niños de la Banda Sinfónica de Ciudad Bolívar interpretaban las notas del Himno Nacional. “Lo vi confundido entre la multitud, con la sonrisa que lo caracteriza y su mirada cálida, observando en silencio el resultado de lo que ayudó a construir”, recuerda Camilo. En la tarima, la voz de contrabajo del maestro de ceremonias se dejó escuchar y el rostro del municipio se empezó a pintar de verde, y su aire a llenarse con el sonido de los animales en libertad. Desde ese momento Ciudad Bolívar no sólo sería recordada como la “Capital del Suroeste de Antioquia”, sino también como el Primer Municipio Libre de Fauna Silvestre en Cautiverio en el país. Uno a uno, los diferentes representantes de las instituciones que intervinieron para que este día llegara, fueron recibiendo un certificado que

acreditaba su participación en este proceso. El comandante de la Policía, el director de la Umata y, por último, doña Argemira Castro, la anciana que se desprendió del loro con el que compartió cuarenta años de su vida, y que aún allí, de pie, ante la mirada de vecinos, visitantes y medios de comunicación, anhelaba verlo por última vez. “Cerca de 258 animales cautivos, entre guacamayas, loros, sinsontes, turpiales, ardillas, tortugas icoteas y morrocoy, guacharacas, entre otros, fueron entregados a las autoridades competentes por más de 150 familias”, dijo Jhon Jairo, y su rostro regresó a lo alto de la tarima, en donde Jorge Eliécer Montoya Zapata, alcalde del municipio, recibía una placa y un certificado de manos de Luís Alfonso Escobar Trujillo, director general de Corantioquia, confiriéndole al municipio su nuevo estado de pionero en el cuidado de la fauna silvestre.

Apenas el comienzo “Es muy satisfactorio para el municipio el que la comunidad se haya desprendido de los animales que tenía en cautiverio y que nos hayamos hecho merecedores a éste premio”, decía desde la tarima el alcalde. El agua se desgajó del cielo de manera sutil. La gente comenzó a

dispersarse y los colores de los dibujos que los niños habían hecho en días anteriores, alusivos a la liberación de la fauna, y que se hallaban pegados a los lados de la tarima, comenzaron a llenarse de pequeños puntos de negra humedad. Las personas pasaron por su lado sin percibir el pelo cenizo, la camiseta de sol y los movimientos seguros, sin saber la magnitud de su labor, de la labor de su equipo y de Corantioquia. Él los observó pasar con serenidad, respiró hondo y sonrió. Se subió a su camioneta y encendió el motor. Su trabajo había concluido por ese día, le quedan 79 municipios más con los cuales cumplir ésta meta.

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Violencias extremas y etnicidad: la ex Yugoslavia* Por: Amantina Osorio R.**

Resumen El término violencia extrema se aplica en contextos variados que se caracterizan por la violencia, la furia, el odio, las masacres y la crueldad. Mediante el estudio del conflicto étnico que vivieron las poblaciones de la ex Yugoslavia durante los años noventa, se intenta explicar la negación de la humanidad del otro al que se extermina. Este artículo es una reflexión sobre las distintas manifestaciones de la crueldad y los crímenes de profanación que se observaron durante este conflicto y que alcanzaron la integridad física, psíquica y moral, individual y colectiva de estas poblaciones. El análisis antropológico, más allá de las estadísticas macabras, permite volver a poner los conceptos de crueldad y profanación en el marco de la intencionalidad de los agentes sociales. Palabras clave: violencia extrema, con18 Ciudad, revista de asuntos urbanos 16 • 2008

flicto étnico, crueldad, crimen de profanación, mujeres, Yugoslavia

Abstract The term extreme violence is applied by researchers within most variable contexts, most of them characterized by violence, rage, hatred, massacres and cruelty This work attempts to explain humanity’s denial towards these topics through the study of ethnical conflicts in ex-Yugoslavia during the 90’s. Thus, the aim of this work is to ponder upon the diverse cruelty and profanation crime expressions observed during the mentioned conflict, which harmed physical, psychic and moral integrity of these peoples in an individual and collective way. The anthropological analysis, beyond macabre statistics, allows reordering the concepts


of cruelty and profanation within the frame of intentionality concerning social agents. Key words: extreme violence, ethnical conflict, cruelty, profanation crime, women, Yugoslavia

Introducción Comprender la lógica de las violencias extremas y la naturaleza de sus interacciones es un ejercicio difícil por la cantidad de elementos que entran en juego. Si bien, como nos recuerda Todorov (1994), los actos de crueldad y muerte gratuitas se conocen desde la Antigüedad; sin embargo, el sentido de este tipo de violencia ha cambiado a partir del siglo XVIII, y más todavía, a medida que el ejercicio de la violencia se masifica y se ideologiza, a todo lo largo del siglo XIX, hasta concretizarse en múltiples masacres y genocidios en el siglo XX (armenios, judíos, tutsis, etcétera).

La guerra en la ex Yugoslavia de la década de los noventa fue el primer conflicto armado sobre el continente europeo después de la Segunda Guerra Mundial.1 Yugoslavia, caracterizada por ser un país multiétnico y multicultural, vivió un proceso de conflicto étnico y de descomposición política en el que se crearon nuevos países y nuevos estados. Dicho conflicto tuvo

la pérdida de innumerables vidas, penurias intolerables a miles y millones de víctimas, violaciones de los derechos humanos y daños materiales.

Miles de mujeres y hombres morían asesinados y otros eran reunidos en campos de concentración; las mujeres eran objeto de una violación sistemática por parte de los militares y paramilitares, en especial serbios, como táctica de guerra. En este artículo analizaremos también algunos conceptos importantes, como los de violencias extremas y conflicto étnico, así como algunas características específicas de la situación que se vivió en la ex Yugoslavia, como son la crueldad y los crímenes de profanación. Profundizaremos en el concepto de crueldad, que añade al concepto de violencia la intención de causar sufrimiento, humillar y destruir al otro. Estos elementos nos permitirán vislumbrar los nexos y las crisis que se presentan en lo político (relación

La temática de la barbarie y la crueldad ha vuelto con fuerza, particularmente para calificar situaciones de violencias masivas y extremas que en muchos casos han devenido en violencias políticas, étnicas y otras, ocasionando * Antropóloga, asistente de investigación en relaciones étnicas en la Universidad de Montreal. 3241 Forest Hill APP. 44, Montreal, Quebec. H3V1C4 Canadá. atardecer03@ yahoo.ca

vocaron una reacción inmediata de la comunidad internacional, pero pronto se corroboró que la crueldad estaba siendo practicada al extremo.

como consecuencia el éxodo de poblaciones a causa de las presiones ejercidas por las políticas de asimilación y de limpieza étnica, y por la falta total de derechos para los que se encontraban en situación de minoría. En estos acontecimientos, las responsabilidades de la Comunidad Europea e internacional son enormes. En el conflicto étnico de la ex Yugoslavia, las atrocidades no pro-

con el Estado), lo social (con la comunidad) y lo doméstico (con lo familiar e intergeneracional) en todo conflicto étnico. La realidad de la violencia extrema y de la limpieza étnica implica tanto la destrucción total de los seres como las destrucciones parciales y los ataques a la integridad física y moral de las personas. Hay igualmente una acumulación de pérdidas materiales y simbólicas, como las de la patria, la tierra, la casa y la cultura. Es al mismo tiempo la pérdida de los vínculos creados por las actividades políticas, culturales y religiosas, que constituyen los lazos simbólicos del ser humano.

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La expresión violencias extremas se aplica a situaciones contextuales variadas. Se podrían comparar las escalas y las modalidades de violencia con el fin de establecer lo que parece extremo en casos precisos, pero el riesgo de subjetivismo es evidente. Sin embargo, este concepto nos lleva a múltiples reflexiones: en el plano de los sucesos, es decir, la descripción minuciosa de su dinámica, su morfología y sus consecuencias inmediatas, habría que interrogarse sobre las circunstancias políticas, económicas y culturales ; en el plano cuantitativo, esto es, la destrucción en masa de poblaciones civiles, no directamente implicadas en el conflicto (masacres, atrocidades, represalias, crímenes de guerra, genocidios, etcétera); en el plano cualitativo, el de la sensibilidad o, más precisamente, el de las

representaciones, que en parte condicionan la definición de una frontera siempre inestable, entre lo que es admisible, aceptable, de las formas de recurrir a la violencia como medio de expresión política, y lo que no lo es (Gautier, 2002). No analizaremos aquí cada uno de estos aspectos; en general, los autores que mencionan el adjetivo extremas se refieren a “una forma de acción específica, un fenómeno social particular que parece situarse en un más allá de lo concebible y aceptable de la violencia”. Una categoría de crímenes no sólo particularmente graves, sino también diferentes en cuanto a su significado en el campo de las otras prácticas de la violencia (Sémelin, 2002). La violencia revela la porosidad que existe entre violencias extremas y prácticas de crueldad, cuando la violencia sobrepasa su propio objetivo, la destrucción física del otro, para volverse fuente de disfrute para el verdugo. Sin importar cuál sea el grado de su desmesura, ésta es concebida como “la expresión prototípica de la negación de toda humanidad de los que son las víctimas, siendo frecuentemente ‘animalizadas’ o 1 Este artículo forma parte de la investigación que efectúo actualmente en el marco de mi tesis de doctorado sobre las relaciones familiares y sociales de las personas originarias de la ex Yugoslavia establecidas en dos regiones de la provincia de Québec (trabajo de campo realizado durante 2002 y 2003). Las reflexiones que siguen proceden, en particular, del estudio de la literatura realizado con el fin de comprender la situación de conflicto étnico vivido por esta población en su país de origen y en el trabajo de terreno (entrevistas y observación de estas personas) en la sociedad de recepción, así como de la observación etnográfica directa de las ciudades de donde provienen realizada en el verano de 2004: Bosnia (Sarajevo, Mostar), Croacia (Vukovar) y Serbia (Novi Sad). ‘cosificadas’ antes de ser aniquiladas” (Héritier, 1996).Estas atrocidades están asociadas al acto de violencia y ciertos autores las han llamado prácticas de crueldad. A propósito de la guerra en la ex Yugoslavia, se utilizó la noción de violencia extrema para “designar lo que no podía ser comprendido solamente en términos de violencia política de guerra, es decir, todas las prácticas de crueldad ejercidas contra civiles,

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y que parecían sobrepasar el simple objetivo de querer apoderarse de un territorio y de un poder” (NahoumGrappe, 1996).Etnicidad y conflicto En términos de la antropología histórica se observa una ampliación progresiva de la colectividad dentro de la cual la violencia no se puede ejercer: primero sólo en la familia extensa, luego en la comunidad local y finalmente en la nación. A partir de la generalización de valores universalistas en el siglo XVIII, este grupo abarca en principio a toda la humanidad. Sin embargo, contrario a lo que se creía, la tendencia actual a la mundialización no ha significado una prohibición real de la violencia a esa humanidad, sino que más bien se ha acompañado de un renacimiento de las particularidades, es decir, del resurgimiento de barreras y jerarquías entre categorías definidas por diferentes criterios (religiosos, políticos, étnicos, etcétera). El nacionalismo étnico y el fundamentalismo religioso se reafirman alrededor del mundo justo cuando los estados-nación están en interconexión con la globalización económica y con un sistema internacional cada vez más interdependiente, así como con las identidades locales, regionales y comunitarias. En la mayoría de las sociedades contemporáneas, la etnicidad constituye una de las mayores formas de diferenciación social y política por una parte, y de desigualdad estructural por la otra. Un grupo puede calificarse de étnico cuando, en conjunto, se diferencia culturalmente de manera permanente de los otros grupos que viven o intervienen en un territorio dado; esta diferencia se manifiesta por el nombre y las características que los distinguen de los otros, ya sea por la lengua, la religión, la raza o la nacionalidad (Hobsbawm, 1993: 52). Los grupos étnicos se forman y adquieren su identidad como resultado de diferentes procesos históricos. Las identidades étnicas son un fenómeno universal recurrente y constituyen una de las formas básicas de

integración social. Preguntarse sobre la identidad étnica es examinar una conciencia común, un sentimiento de pertenencia a una colectividad étnica. La identidad étnica consta de atributos objetivos a los cuales vienen a ejercitarse conjuntamente creencias y sentimientos subjetivos intensos (sentimientos primordiales, emocionales y profundamente arraigados), lo que contribuye de una determinada manera a cristalizarlos, y a veces incluso a crearlos. Eso significa que la simple existencia de atributos compartidos entre los miembros de un grupo étnico identificable no basta para estimular la imaginación étnica común en cualquier momento y en todas las circunstancias. No obstante, en coyunturas definidas, la etnicidad se transforma en una realidad absoluta, exclusiva y movilizadora. Esta nueva conciencia, este cambio de identidad étnica y el proyecto político al que está vinculado son en primer lugar consustanciales a élites ascendentes, a nuevos gestores de la comunidad (Juteau, 1999: 46). Los grupos étnicos poseen intereses colectivos y compiten entre sí de manera racional y calculada por estos intereses (recursos, poder, prestigio, riqueza, etcétera). Por consiguiente, la etnicidad como variable es el resultado de los intereses racionales de los miembros del grupo; es algo que se puede tomar o dejar por decisión. Lo anterior quiere decir que la mera existencia de atributos compartidos entre los miembros de un grupo étnico identificable no basta para estimular la imaginación étnica común en todo momento y en todas las circunstancias, y mucho menos para desatar conflictos y violencia étnicos (Stavenhagen, 2000: 33). Los conflictos étnicos constituyen un tipo particular de confrontación que está más relacionada con cuestiones de identidad y valores profundamente arraigados que con asuntos de interés racional. Podemos definir los conflictos étnicos ...como una confrontación social y política prolongada entre contendientes que se

definen a sí mismos, y a los demás, a partir de criterios tales como el origen nacional, la religión, la raza, el idioma y otros marcadores de identidad cultural, que se utilizan para distinguir a los contrincantes (Stavenhagen, 2000: 356). Participan en ellos múltiples capas de la sociedad: individuos, grupos, instituciones y el Estado. Sin embargo, en definidas circunstancias, la etnicidad se transforma en una realidad absoluta y exclusiva, moviliza y termina por ser invertida en los horrores de la violencia genocida. En ambos lados de la línea divisoria étnica, echar mano del pasado para explicar el presente ha sido parte de la práctica discursiva destinada a dar legitimidad a las ideologías étnicas. En consecuencia, los conflictos étnicos tienden a ser prolongados y a estar vinculados con recuerdos históricos colectivos, y sus reinterpretaciones suelen estar envueltas en una gran cantidad de emociones y pasiones, cargadas de mitos, temores y amenazas, percibidas y entrelazadas con creencias y aspiraciones profundas. El discurso étnico refleja una problemática de niveles múltiples; según Stavenhagen (2000: 119): a) En más de un caso, el discurso étnico responde a las necesidades de identidad, afectivas y psíquicas, muy arraigadas en una población. b) Surge como resultado de la desintegración de una sociedad tradicional en la que, para bien o para mal, los diferentes grupos étnicos tenían una posición establecida y reconocida en un sistema de relaciones recíprocas y relativamente estables. c) Además, el discurso étnico se formula para apoyar u oponerse a la ideología nacionalista del Estado moderno y, por consiguiente, se relaciona con los numerosos conceptos distintos, y en ocasiones rivales, de la “nación”.

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d) En realidad, las identidades étnicas compiten con la identidad “nacional” por la lealtad y la participación del pueblo. La tarea prioritaria de un grupo embarcado en un conflicto étnico consiste, pues, en forzar la elección de aquéllos que considera sus miembros en potencia. Este abuso de autoridad tiene, en primer lugar, una manera de definir la pertenencia al grupo; en segundo lugar, ejerce una polarización. Los miembros del grupo que rechazan esta definición se ven obligados a considerarse como traidores o enemigos de todos los demás grupos. Por lo tanto, se definen completamente con su propio grupo que se les aparece como la única protección. Es, pues, colocar a cada uno ante una opción exclusiva: “Desde el principio de la guerra aprendí a considerarme como católica, ya que fui tratada por los otros como si fuera de una religión o de otra, y en un momento dado para protegerme se me obligó a decir a qué religión pertenecía.” (Mujer croata de 54 años que vivía en Sarajevo). En la ex Yugoslavia, lo anterior se tradujo en una serie de medidas. Por una parte, se establecieron territorios étnicamente puros y claramente delimitados, en vez de construirlos con vistas a hacer coexistir a los distintos grupos. “Cuando la guerra de las nacionalidades comenzó, cada persona buscó su territorio según la nueva nacionalidad; nosotros somos ortodoxos y nos fuimos para Serbia.” (Mujer serbia de 42 años que habitaba en Croacia). La violencia interétnica (motines, masacres, genocidios) por lo general es breve, pero sus 22 Ciudad, revista de asuntos urbanos 16 • 2008

implicaciones son de largo alcance. Más que animosidad interpersonal y rechazo mutuo, los conflictos étnicos implican relaciones de poder entre las partes en disputa. El tema del poder se refiere, por un lado, a la posición que los grupos étnicos como tales ocupan en la sociedad más amplia, y por el otro, la clase de control que un liderazgo étnico puede ejercer sobre sus seguidores. Por otra parte, se forzó a los habitantes a declarar su pertenencia étnica y a poseer sólo una. Por último, se suprimió la posibilidad de elegir una identidad nacional sobre una base que no fuera étnica, la pertenencia yugoslava que el régimen comunista había ofrecido en alternativa a las elecciones étnicas. La estigmatización y las presiones hostiles se ejercen sobre todo contra las parejas mixtas, contra el “mestizaje” (Gossiaux, 2002: 61). El trabajo de la propaganda construye al enemigo sobre el tejido asociativo. En Serbia, Croacia o Bosnia-Herzegovina, los órganos de prensa fueron uno de los medios utilizados para la violencia intercomunitaria. En efecto, diferentes investigaciones (La Brosse, 1996: 165) pusieron de manifiesto que además de haber preparado psicológicamente el terreno cultivando y halagando los sentimientos nacionalistas antes del comienzo de los combates, los medios de comunicación escritos y audiovisuales se constituyeron en temibles armas de guerra de los que se sirvieron indistintamente los extremistas de todos los bandos cuando comenzaron las confrontaciones. Las poblaciones civiles serbias son también las


víctimas psicológicas de esta guerra puesto que su identidad histórica y nacional fue instrumentada con el fin de que hicieran aquello de lo que ellos se creían víctimas. La paradoja central de la política étnica hoy día es que los elementos primordiales (lengua, color de piel, barrio, parentesco, etcétera) también se globalizan. La señal más clara de la etnicidad moderna es, quizás, que ella reúne grupos que por el simple hecho de su dispersión espacial y su potencia numérica son más extensos que los grupos étnicos de la antropología tradicional. A medida que los grupos se mueven sobre amplios espacios irregulares creando diásporas, pueden a su vez estar en posición de actuar políticamente tanto en su país de recepción como en su país de origen a partir de los vínculos permanentes de unos con otros, gracias a los métodos sofisticados de comunicación (Appadurai, 1996: 78). No se debe subestimar la implicación de la diáspora croata (en Canadá, Alemania y Australia) en la evolución del régimen de Zagreb hacia posiciones ultranacionalistas, o la participación en la guerra serbocroata de los soldados de vacaciones venidos de Munich o de Toronto.

Crueldad Si la violencia está siempre vinculada a una fractura destructiva, productora de mayor o menor sufrimiento, la crueldad añade una intención de hacer sufrir aún más, y este más añade un coeficiente de deshonra, de degradación al dolor de la víctima. La crueldad se ejerce en un escenario donde conviene demostrar, por el tratamiento, que se le puede hacer sufrir al otro en su carne, que el otro no es un ser humano a la “imagen de Dios”, sino un cuerpo animal desprovisto de derechos (Héritier, 1996: 16). No es que las prácticas de crueldad sean nuevas (los recuerdos de los regímenes fascistas alemán, argentino, chileno o indonesio no pueden borrarse), pero parecen cambiar de sentido y alcance,

porque no se dirige sólo a un adversario político sino a la gente marcada por su propio origen o género. Para que la crueldad pueda entrar como medio en el marco de un pensamiento político, nos dice Nahoum- Grappe (1993: 289), es necesario que sea considerada desde el punto de vista de un razonamiento, de un objetivo: su efecto mínimo es el terror del que se cree amenazado. El terror sustituye al consentimiento, produce una dependencia que liga a las víctimas del terror a su tirano. La crueldad produce una transformación eficaz sobre el cuerpo del enemigo y sobre sus opciones. El cuerpo humano constituye este espacio sagrado que el crimen de crueldad toca: no es solamente destructible y mortal, sino que es también un objeto privilegiado del crimen de profanación. Por su parte, el verdugo también necesita una explicación del porqué de su acción (llegar a matar, violar, hacer sufrir a su prójimo). Su construcción obedece a ciertos intereses particulares de idealistas e ideólogos, visionarios y oportunistas, líderes políticos y varios tipos de “intermediarios étnicos” (Martiniello, 2001). Es necesario que estos intereses asuman la respuesta a la pregunta: ¿quién es el enemigo? La propaganda es entonces determinante, y ayuda al verdugo en el trabajo de explicación a sí mismo, del porqué de sus acciones. El odio político, étnico o de género es pues la fuente energética crucial sin la cual las prácticas de crueldad serían inimaginables. La inferioridad política de la víctima es una condición del gesto cruel. En primer lugar, el odio se trabaja y el despliegue de sus efectos nunca proviene de una pura contingencia, se trata más bien de un resultado. Pero el personaje cruel no existe fuera de la figura que diaboliza o animaliza en el contexto de una acción. El odio y el miedo fabricados por la política ofrecen sus interpretaciones identitarias sobre “quién es el otro”. La incomprensión desempeña un pa-

pel terrible en las guerras: los antiguos amigos se disputan repentinamente... un día ya no se hablan. Lo que los separa entonces, es una construcción de oposiciones contextualizadas, es decir, toman sus referencias en el debate colectivo del momento, que es, a su vez, trabajado por la propaganda (Nahoum- Grappe, 1996: 318). Así, el uso de la crueldad ayuda a hacer entrar, al menos de forma parcial, a las categorías de la propaganda, grandemente falsas, en la realidad histórica. Para comprender el odio se debe considerar la dimensión emocional y pasional de las conductas individuales y colectivas (Gautier, 2002). Este odio creado por la política, gritado en las manifestaciones colectivas, a menudo se niega en las confianzas individuales. Pero es él quien conduce a las peores conductas de crueldad colectiva. Hoy día, solamente el psicoanálisis ha producido una teoría que da cuenta de sus resultados espantosos, fuera de la explicación trágica de “querer hacer mal” por el odio. Es una actitud de tipo “psicótica” respecto a otro que debe destruirse, que en realidad no es “otro”, porque es percibido por el que va a destruirlo como un “no similar” a sí mismo. En la denegación de la humanidad de este otro “bárbaro” reside la parte psicótica de la relación del verdugo con su futura víctima (Sémelin, 2002). Puedo hablar de lo que vi. Encontré a una mujer embarazada clavada a un árbol, el vientre abierto y el feto entre las piernas. Es su marido, un oustachi, que la había matado. Para él, se había vuelto carne. En Vukovar, en los hornos, había tortas hechas con ojos y bebés quemados (Dabitch y Prudhomme, 2003: 56).2 Además, Todorov (1994: 135) intenta buscar explicaciones en la propia sociedad, que impone de tales “imperativos categóricos”. La explicación de lo que hace posible el extremo debe ser política y social y

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no sólo psicológica o individual. Son importantes algunas diferencias que Nahoum-Grappe (1996: 297) señala en cuanto a los conceptos de violencia y crueldad: 1) El uso de la violencia puede ser justa, inclusive desde el punto de vista de su víctima; la crueldad nunca lo es, ya que es percibida como excesiva y gratuita. 2) La violencia social aceptada escoge su objeto en función de una racionalidad mínima y de un código social compartido: el enemigo adulto y armado, amenazando su dispositivo militar. El gesto cruel desborda el marco y escoge no solamente al enemigo adulto sino a toda la familia. 3) La violencia puede ser analizada en términos de táctica y política. Ésta es una acción y cambia los datos. Puede ser entonces percibida como inevitable, fecunda y necesaria. La crueldad requiere para ser comprendida y evacuada del análisis, una causa y no una razón, como la rabia del vencedor, su odio ancestral al menos, su frío goce que hace de él un monstruo inhumano. 4) El cruel es siempre un tirano, cualquiera que sea su territorio y su nombre. Se coloca necesariamente del buen lado en términos de poder, del más fuerte, mientras que el violento puede ser el dominado desprovisto, que se vuelve cruel contra el más débil que él, su mujer o sus hijos. 5) La imaginería de la crueldad permite inscribir como víctima a una figura femenina, mientras que el sujeto imaginario de la violencia es más bien un hombre. Profundicemos ahora en dos características de la crueldad: 1) El gesto cruel escoge no solamente al enemigo adulto, sino a toda la familia. La crueldad, siempre ejercida por el más fuerte, elige a una víctima debido a su inocencia y a la facilidad de la empresa y el disfrute de la impunidad. Con el fin de destruir la presencia del enemigo, los objetivos son bien precisos: apropiación de las riquezas, control de los territorios, prácticas de demolición o incendio de las casas, de los edificios religiosos y culturales, y desplazamientos forzados de las poblaciones. Esta violencia puede dirigirse inicialmente contra objetivos militares o paramilitares, pero tiende a trasladarse hasta afectar casi de manera exclusiva a los no combatientes, es decir, a la población civil (Sémelin, 2002). 24 Ciudad, revista de asuntos urbanos 16 • 2008

El método de la masacre se adapta especialmente a la estrategia de la destrucción/ erradicación. Su objetivo es la eliminación de una colectividad, de un territorio más o menos extenso, controlado o deseado por un poder. Se trata de limpiar o purificar este espacio de la presencia del otro, juzgado indeseable o peligroso. El concepto de erradicación resulta apropiado en la medida en que su etimología devuelve a la idea de cortar las raíces, de desarraigar. El método de la masacre, asociado al saqueo y a la violación, es el medio de acelerar la salida de este otro juzgado indeseable. En los Balcanes, este movimiento obligado de poblaciones expulsadas de un territorio se llamó purificación étnica, en particular para calificar las distintas operaciones de limpieza practicadas esencialmente por Serbia y Croacia a principios de la década de 1990: refugiados vienen por turno, se sientan un momento, dicen trozos de sus historias... los tiros, las casas quemadas, los desaparecidos, las salidas precipitadas, la errancia, la incomprensión, la espera... nos observan, luego vuelven a salir (Dabitch y Prudhomme, 2003: 59). 2 En Ruanda, R. Dallaire en su libro Yo estreché la mano del diablo, describe situaciones similares: “a una mujer embarazada le abrieron el vientre y le arrancaron su feto”. Se ha mutilado abominablemente a las mujeres. Los hombres golpeados en la cabeza morían de inmediato o agonizaban con dolores atroces. Los niños suplicaban para que no los mataran, pero recibían el mismo tratamiento que sus padres. Los órganos genitales eran los objetivos preferidos de los asesinos, y abandonadas las víctimas, se morían de hemorragia. No hubo ni piedad, ni compasión, ni vacilación (2003: 360). 2) Intimidad cultural y social entre el agresor y el agredido. Lo que facilita una mayor finura de la crueldad y empeora el dolor de la víctima es la proximidad entre enemigos que pertenecen al mismo tejido social o nacional: el conocimiento del otro, sus hábitos, sus espacios sagrados, sus preferencias, que ayudan a la elección del mejor suplicio, lo más preciso para lograr su objetivo. La proximidad emocional supone un conocimiento aún más profundo de este otro, de sus faltas, de sus puntos sensibles: Este rompimiento del tejido social parece ser una característica aquí, con su comitiva de


sorpresas y dolores específicos. Cuando la política separa amigos y familias, prójimos y aliados, y los que sólo se conocían de vista desde generaciones, el intercambio de las miradas se rompe inicialmente: el enemigo de hoy no cruza ya los ojos al amigo de ayer (Nahoum-Grappe,1993). Las condiciones para que ocurra una crueldad extrema se presentan, entonces, en un contexto de impunidad y también de proximidad. Impunidad y proximidad que siguen siendo insuficientes para dar cuenta de su irrupción en una realidad sociológica e histórica dada (Levene, 2002). De ahí que, por más individuales y desorganizadas que puedan ser las torturas que los verdugos se inventan, el contexto en el cual actúan está muy bien organizado y de ninguna manera se producen en un vacío sociopolítico. Esta crueldad es la ritualización de la violencia, vinculada a una cultura de la crueldad atizada por la propaganda y que la muerte física no apacigua. El objetivo de la crueldad no es la muerte

Las prácticas de crueldad en su versión más perfecta ofrecen un tipo de crimen específico: el de profanación.

sagrados para la víctima. Éste supone el allanamiento y el saqueo de lo que es más sagrado a los ojos de la víctima, desde el punto de vista de su cultura (genocidio cultural o etnocidio)3 y dentro de su grupo familiar y comunitario (violación de las mujeres). La violencia apunta a un objetivo exterior a ella, la crueldad apunta al sufrimiento de la víctima, y para llegar con virtuosidad usa el crimen de profanación contra ella (Nahoum-Grappe, 1996: 306). El genocidio cultural o etnocidio se refiere a políticas de Estado destinadas a destruir la identidad cultural de un grupo mediante varios tipos de medidas coercitivas tales como la conversión religiosa forzada, la destrucción de monumentos y sitios culturales, la expropiación de tierras, la reubicación masiva de poblaciones, la imposición de un nuevo idioma y medidas similares. Es la eliminación de la identidad cultural colectiva y sus valores (Stavenhagen, 2000: 370).

La definición del crimen de profanación está vinculada a la cuestión de la definición de los espacios y objetos

3 El 18 de noviembre de 1991, la ciudad de Vukovar (50 000 habitantes) fue completamente demolida durante

de la víctima, sino deshacer su propio nacimiento. El lugar de elección de la crueldad es el vientre de la madre: “Se practicará sistemáticamente la desfiguración, la profanación de los espacios considerados por lo general como sagrados, el de la muerte física o la violación de las mujeres.” (Héritier, 1996). Estas violaciones obligan a pensar en la diferencia de los sexos en la guerra. Los crímenes de profanación: destruir la identidad cultural colectiva La violencia extrema se ejerce en función de lo sagrado de cada grupo y eventualmente de lo sagrado individual.

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de la limpieza étnica: acabar con los musulmanes y repoblar la zona con pequeños bosnios nacidos de la tortura: 4 Eran todos nuestros vecinos. Me quitaron mi casa, me condujeron a la casa de este vecino que habían matado. Y había cuatro jóvenes muchachas allí, jóvenes esposas, y no hay nada que no nos hayan hecho. Nos pegaron, abusaron de nosotras, nos violaron e hicieron todo lo que querían (Le Nouvel Observateur..., 1993: 443).

tres meses de ocupación por el ejército serbio federal. “Su centro histórico barroco, que era del siglo xviii, no existe más, ni la biblioteca pública que contenía una colección de 76 000 volúmenes. Se expulsó a sus habitantes no serbios y fueron deportados a la fuerza.” (Blazina, 1996). En términos de profanación de lo sagrado, de lo no religioso, obligar a una comunidad a asistir a las violaciones públicas de sus mujeres, al saqueo del lugar de su culto en un día festivo religioso, es el peor crimen imaginable para cualquier vida socializada. En la ex Yugoslavia, según Héritier (1996: 15), las mujeres fueron capturadas, violadas sistemáticamente, embarazadas y llevadas al término de su embarazo sin poder abortar, con el fin de hacerles traer al mundo, como fue dicho en cada campo de concentración, a los niños de otro grupo etnorreligioso. Esto resulta de la idea de la dominación esencial del esperma en la fabricación del niño, y del transporte por el esperma de la identidad completa que debe venir del niño: identidad biológica, étnica e incluso religiosa. Es decir, la violación estaba siendo utilizada como una táctica de guerra (una nueva forma de guerra), que servía para el fin específico 26 Ciudad, revista de asuntos urbanos 16 • 2008

La referencia central de la identificación para la etnia es el sistema de parentesco: es en un sistema patriarcal donde la herencia por linaje (nombre, identidad, patrimonio) pasa prioritariamente por los miembros masculinos, como es el caso en la cultura tradicional serbia. Esta posibilidad identificatoria por las raíces que se basa en toda una escala de valores entre los seres y las cosas le da lógica a la venganza por la sangre (o por el esperma en la violación, equivalente funcional de la sangre en la transmisión identitaria) sobre varias generaciones. Redistribuye la economía de las culpabilidades: el niño y el anciano que no son enemigos políticos en el marco de una ciudadanía contractual pueden convertirse en enemigos étnicos. El niño o el anciano no escapan al crimen de profanación puesto que ambos son, en los cuerpos mismos, los portadores emblemáticos de una transmisión: uno como promesa de futuro, otro como prueba de un arraigo en el pasado. El vientre redondo de la mujer embarazada, matriz del futuro linaje, se convierte en un objetivo para el héroe de la purificación étnica (NahoumGrappe, 1993: 71). En este sistema de representación clásico, la violación de la mujer constituye no sólo una agresión moral y física, una depredación de un bien que pertenece a los hombres de su familia, sino también un asesinato identitario específico que cambia definitivamente a la mujer y ataca el espacio de la reproducción de toda su comunidad. Degollar a los hombres y violar a las mujeres son crímenes homólogos que van dirigidos al mismo objeto: el vínculo genealógico de transmisión de la filiación (Nahoum-Grappe, 1997: 170). La cuestión de la sangre, como la de la violación y la crueldad están en situación de proximidad semántica: la violación es un arma adecuada contra el enemigo femenino (y por consiguiente masculino). La violación de una tumba y la de una


mujer son crímenes homólogos en el nivel antropológico, ya que tratan de alcanzar un mismo objetivo en pleno corazón de este espacio de lo sagrado personal: Los soldados serbios mataron a todos los miembros de mi familia. Los vi matar a mi padre, ellos lo degollaron con un cuchillo, después mataron a mi madre. Me condujeron a una pieza donde había más o menos diez de ellos, y enseguida me violaron durante tres días. Fue terrible. Yo no quiero acordarme de eso. Yo no seré nunca más una mujer normal (Le Nouvel Observateur..., 1993: 444). Las violaciones fueron practicadas por los que aceptaron colaborar con el poder. Los vecinos, los colegas (que deseaban a la casa y a la joven), y que pueden realizar estos deseos en este tipo de situaciones, con toda impunidad.5 Una frase a menudo oída por parte de mujeres refugiadas relativas a la presencia de los grupos militares y más a menudo paramilitares en sus pueblos es: “podían hacerlo todo...”. Este “poder hacer todo” ofrece una definición de la impunidad que tiene el que está en la posición de superioridad en una relación de fuerzas física, militar o política (NahoumGrappe, 1996: 308). La degollación del hombre, hacer correr su sangre para que sea infecundo, y la violación de la mujer, es decir, tomar el lugar del hombre de su familia (padre, marido o hijo) en la matriz de la mujer, equivalen a una misma muerte, moral y genealó-

gica, que en el primer caso implica la muerte física (del hombre) y no en la otra. 4 La problemática de la identidad por la sangre es una problemática de pertenencia: ¿el niño de la

violación, quién es? Los niños de las relaciones sexuales entre soldados americanos y vietnamitas durante la guerra de Vietnam fueron percibidos como no siendo nada, polvo de vida sin identidad. El escritor Ivo Andric (1994) llama polvo de hombres a este mundo bastardo de los bosnios, donde se mezclan varias religiones y pueblos. 5 Es la descripción de un momento de anomia en sentido literal, privado de normas y leyes.

Dos aspectos pueden distinguirse en el conjunto de estas violaciones: se inscriben en un contexto de crueldad, de torturas practicadas contra las personas que son objeto de la limpieza étnica. Dichas violaciones son torturas sexuales que se ejercen contra un enemigo que la mayoría de las veces es de sexo femenino (aunque en ocasiones también es masculino).6 El sufrimiento moral es compartido por todos los miembros de una misma familia o comunidad, cuando unos son forzados a asistir a dichos actos (Nahoum-Grappe, 1996: 313). La violación entonces está incluida en la profanación, y la purificación étnica consiste en profanar los cementerios del enemigo, practicar torturas sexuales en su contra y demoler sus mezquitas y bibliotecas. Por un lado, desde la perspectiva de género, el prestigio de un grupo de hombres es dañado por la acción violenta y sexual contra sus mujeres (que les conceden un estatus en la sociedad y que además son vistas como de su propiedad), realizada por otro grupo de hombres; por otro lado, en la perspectiva del parentesco, se lleva a cabo la acción de limpieza étnica al dejar a la mujer encinta de un niño que es hijo de otra etnia, pues el verdadero padre, el biológico, es serbio. Las diferencias teóricas, jurídicas y filosóficas entre, por una parte, la voluntad de exterminación total de una comunidad (genocidio) y, por otra parte, la purificación étnica, productora de crímenes de profanación (en la que el asesinato de todos no parece necesario), son evidentes. Pero a la

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vez la mirada antropológica nos ofrece la posibilidad de pensar que si bien la limpieza étnica elige señales y objetivos que deben destrozarse, saquearse y profanarse –tanto que no parece útil para el verdugo matar sistemáticamente a cada uno de los miembros de la comunidad escogida en el imaginario del purificador étnico, la eficacia del crimen de profanación se da porque, al afectar el cuerpo real del uno, destruye el espacio moral de todos y constituye una tentativa de matar la identidad comunitaria.

Conclusiones Diríamos que el auge de la etnicidad compensa la decadencia de otros métodos de organización política, como el Estado-nación y la organización de clases, y a su vez contribuye también a debilitarlas. En la actualidad, existen señales de una tendencia al repliegue sobre la seguridad psicológica que ofrecen las identidades de grupos aparentemente inmutables e innegables, en el momento en que la economía mundial y los medios de comunicación, junto con la laboriosa difusión de los derechos humanos universales, empujan a la humanidad en el sentido opuesto. Los casos de violencias extremas, originadas por el Estado o por los civiles, se nutren de una ideología que les confiere una dimensión casi mística. Una de sus características es la deshumanización 28 Ciudad, revista de asuntos urbanos 16 • 2008

del enemigo, en la cual el carácter supuestamente amenazador/destructor es sobredimensionado. En conjunto, estamos frente a un paisaje de atrocidades colectivas extraordinariamente variado. Por una parte, su complejidad misma cuestiona el marco del pensamiento occidental acerca del conflicto violento, como enmarcado en los límites de la guerra declarada y reconocida. La violación de las mujeres con fines reproductivos en el conflicto en la ex Yugoslavia se presentó como una práctica deliberada y con un propósito muy definido: la erradicación de una etnia y el intento de lograr la llamada limpieza étnica. Es decir, la violación de las mujeres se realizó no como una práctica condenable, pero inevitable, que acompaña a todo conflicto violento, sino que se utilizó con fines militares específicos (como una táctica de guerra: los serbios tenían la orden de violar a las mujeres) y se vivió como una nueva modalidad de guerra. Ésta fue una acción razonada, calculada, y todos sus alcances fueron cuidadosamente planeados. Las masacres masivas, la limpieza étnica y la crueldad no deben analizarse sólo como una suma de locuras de asesinos individuales. Al contrario, pasan por la fusión de grupos familiares, clanes, grupo de vecinos, muchedumbres y por políticos y líderes que actúan como tales, así también por agencias estatales en las que la


organización es más evidente. Para su completa comprensión, es necesario el trabajo de terreno y los enfoques transdisciplinarios. Sólo si se trascienden las fronteras entre diversas disciplinas se pueden construir los marcos interpretativos y desarrollar métodos que ayuden a integrar las diferentes dimensiones individuales y colectivas de las violencias extremas. El conflicto étnico vivido en la ex Yugoslavia puso en juego intereses económicos, políticos y culturales entre distintas comunidades de historia y de cultura, y mostró de manera ejemplar cómo se modifican y se transforman las marcas elegidas para definir las fronteras étnicas, y por consiguiente los grupos. El éxodo de yugoslavos es la crisis más grave de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, y el conflicto étnico más mediatizado. 6 Los milicianos serbios habían aplastado con piedras los testículos de un determinado número de niños con el fin de esterilizarlos (NahoumGrappe, 1993: 71). Las rupturas de toda clase generadas por la guerra en Yugoslavia ayudaron a crear nuevos países y nuevas identidades. Identidades nacionales y culturales que están reconstruyéndose en los Balcanes y en los diferentes países donde se establecieron las poblaciones de refugiados. La inmigración plantea el problema de la identidad, que es necesario redefinir e inscribir en nuevas redes sociales y en una nueva cultura institucional y política; los caminos recorridos en tierra de acogida son numerosos. Las poblaciones inmigrantes y los países de recepción enfrentan nuevos retos. Continúan los debates sobre los modelos de integración que conviene favorecer, pero hoy más que antes ésta hace referencia al modelo pluralista e implica a la vez la convergencia sobre algunos aspectos y la retención de algunas especificidades migratorias y culturales. Ya sea que se trate de la dimensión de la identidad o de las

relaciones sociales, la integración se inscribe en un proceso relacional entre individuos y colectividades, enmarcado por normas y leyes garantizadas por un Estado de derechos.

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La arquitectura de la globalización Biblioteca de Santo Domingo en Medellín: Debate a la arquitectura actual en Colombia Por: Elsa Ruiz, antropóloga e investigadora urbana

El debate suscitado en torno a la Biblioteca España de Medellín se ha convertido en el “gancho” para discutir una parte de la producción arquitectónica del país, caracterizada por la adopción y copia indiscriminada de modelos de la arquitectura globalizada. Es un desprecio por el conocimiento del pasado, un apego por estar “vacío”, no en los términos nihilistas de los sesentas, que lo eran por la “sustancialidad” del pensar, sino hueco y sin nada de ideas que proyectar. Si uno va al barrio Prado Centro de Medellín y constata que en ese sector dialogan todos los estilos arquitectónicos, desde el barroco clásico hasta el republicano neoclásico, pasando por el rococó, el internacional y hasta egipcio, más los ajustes y aditamentos regionales, encuentra un abigarrado paisaje arquitectónico de estilos y formas. Y piensa entonces qué tan distinta era la ciudad de esos tiempos. Y la visión de los arquitectos en la construcción del espacio y el manejo del entorno. Obviamente el tamaño de las familias, la importancia de la sala principal y la de recibo, la importancia del salón de trabajo y herramientas, la importancia de la pesebrera, la importancia del carácter de la vivienda, de la dignidad personal de su morador, eran, existían esas importancias. A Prado Centro se le consideraba el rescoldo histórico de la ciudad, pero no por sentimiento bucólico o nostálgico. Ese barrio fue obra de URBANIZADORES, cuando los había: aquéllos que en un predio de su propiedad se daban a hacer andenes, vías, redes de acueducto, alcantarillado y energía, reservorio de espacio para parque, escuela y en ocasiones, si era muy extenso, iglesia. Ahora solo quedan especuladores inmobiliarios que imponen “Planes de Ordenamiento 30 Ciudad, revista de asuntos urbanos 16 • 2008


Territorial” a su servicio: la ciudad al garete de sus apetencias. Pero si hablamos de lo “arquitectos” de la ciudad, tenemos que confrontar las virtudes privadas y sus vicios públicos, como se planteó en revista ciudad 2, editorial:

construcciones aisladas y solitarias, compondrían la rica unidad de la ciudad en la que la historia, la cultura, la naturaleza y el paisaje; las múltiples funciones de la actividad humana y las diversas relaciones entre los habitantes se conjugan con el lugar y la circunstancia geográfica.

“Conjugar en una composición que armonice la comprensión general del espacio y las connotaciones específicas de un lugar, debe ser tarea precisa de los arquitectos. No circunscribirse al espacio dado como hecho físico sino emprender una labor transformadora que confiriendo identidad y sentido de pertenencia, que atienda al valor significativos de los elementos y dote de carácter y espíritu a la obra, que asuma las circunstancias histórico-culturales de la comunidad que ha de usufructuarla, aunque se trate de una obra de propiedad particular, respetando el patrimonio cultural y favoreciendo la memoria colectiva. Una arquitectura que sea capaz de renovarse perennemente, manteniendo actualidad”

Relievar que el sentido de lugar es elemento decisivo en arquitectura, jamás será una exageración, ya que el espacio no puede ser visto en su sentido geométrico o aritmético de metros cuadrados, si se quiere hacer una arquitectura con carácter. El espacio tiene que ser comprendido en sus referentes históricos y culturales.

Y continua, “No es exactamente aquella perspectiva ni aquéllos criterios los plasmados en las obras de muchos de nuestros arquitectos, quienes endiosados en fatuos esteticismos o en poses creadoras, asumen actitudes desdeñosas y con pragmáticos criterios cohonestan con prácticas y exigencias que segregan y compartimentalizan haciendo lúgubre la vida urbana e imponiendo a la ciudad una arquitectura sin alma y una estética sin sentimientos.

Pero esa unidad de la ciudad es liquidada, sus funciones son permanentemente reordenadas, la distribución de centros cambiada y suplantados sus usos. Se aboga por la preservación estética y por la defensa contra la inseguridad, a veces con insistencia perniciosa, y muy elevado es el precio para la colectividad por estas iniciativas pues la expresión social, la heterogenia actividad humana citadina y el manantial de sentimiento un encuentra espacio de manifestación, no fluye la vida, el encanto, el gusto y la gracia porque la ciudad que se obtiene es deteriorada y su entorno envilecido, sin armonía con aquellas expresiones concretas, simples y elementales de la vida diaria; la estética que se defiende no tiene ingrediente humano y la seguridad por la que se aboga es violenta, incrementando cercos en urbanizaciones y mallas en edificaciones privadas y públicas, convirtiendo las calles en deprimentes

De esa manera se abre paso a todo tipo de acciones destructoras que cercenan la ciudad y usurpan el espacio público, destruyendo el patrimonio cultural. Acaban con el legado de generaciones pasadas haciendo del entorno urbano un paisaje ilegible en el cual las solitarias edificaciones con algo de tradición quedan enmudecidas y sin sentido, como si se quisiera dejar un testimonio... En modo alguno estas

La tarea de la arquitectura consiste en la organización del espacio o creación de lugares, tarea que no puede ser realizable sino a partir de un rico criterio colectivo en el que se conjuguen armónicamente intereses por una amable convivencia comunitaria, en que la unidad de la ciudad sea producto del devenir cultural de sus habitantes y su rica praxis.

callejones de penoso tránsito, desolando la ciudad y clausurando espacios públicos en los que efectivamente acontece la vida social ciudadana. A cambio se ofrece formas de identificación al ciudadano para que se sienta habitante y encuentre en el escenario de la ciudad su casa estableciendo con ella un sentido de lugar, una enraizada relación de territorialidad y pertenencia, se le ofrece el desarraigo, el marginamiento, la despersonalización, el extravío. Se torna la ciudad tierra de nadie y en su desolación deambulan solitarios el extranjero, el atorrante, el bárbaro (Ver Ciudad 2, pag5), asediados por doquier y por doquier asediando. La desolación es más intensa donde mayor vigor tiene el deterioro y el desarraigo: en el centro y en el centro del centro.; allí donde aún hay relaciones de vecindaje y todavía existen espacios abiertos, donde la calle aún puede ser usada para el juego y la fiesta y se conserva como espacio de encuentro y reunión, donde la casa se inscribe en el lugar guardando armonía con el contexto sociocultural y ritmo con la calle y el paisaje, esa desolación no es tan atroz y alimenta un esperanza porque aún existe un espíritu de convivencia y ese desarraigo no cunde deprimentemente porque subsiste un sentido de pertenencia, un sentido de lugar: en el barrio. No se crea en una alternativa al resaltar la ricura de la vida barrial: es indispensable una referencia al conjunto de la ciudad, esa perspectiva global no se puedes descuidar, como apuntaba el arquitecto y urbanista Rogelio Salmona, hay que reconocer en el espacio urbanos capacidad de fomentar la dinámica social, de estimular la vida comunitaria y la participación cívica y cultural, y para ello han de concurrir muy diversas acciones; es necesario asumir que “a nuestra ciudad epiléptica no le basta que se “ordene a la manera de”. Hay que inventar, precisar, crear, ordenar espacialmente empleando una gramática

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ta capitalista arrastró también a la actividad de los arquitectos. ¡Y a la arquitectura!

propia a partir de elementos dispersos que constituyen las referencias de nuestra cultura social. Todo esto, ayudado por las formas que se deben descubrir en el terreno mismo de la práctica arquitectónica para la formación de espacios significativos”, Rogelio Salmona. La toma de conciencia frente a nuestra realidad urbana no puede consistir en disposiciones ideológicas abstractas sino que tiene que traducirse en actitudes sociales y comportamientos prácticos. ¿Viviría con holganza un arquitecto promotor o constructor o diseñador, en uno de esos cajones que vende, y los venden, en las Torres de San Nicolás, en la Oriental con los Huesos en Medellín? Vale contrastar el fervor y encanto, la virtuosidad y gusto que los arquitectos tratan de plasmar en sus casas de habitación o en las de algunos de sus clientes, claro ésos, con el desdén y frialdad, barbaridad y mal gusto que confieren a edificaciones de oficinas, urbanizaciones, construcciones públicas o adecuaciones del espacio urbano: cuando se trata de lo personal evocan un sentimiento, cuando de lo social y lo público asumen una actitud hostil y desdeñosa, como recientemente sentenciaba uno: “a mí todo lo que esté impregnado de comunidad me huele feo y me produce desconfianza” Es que la economía casino o financieris32 Ciudad, revista de asuntos urbanos 16 • 2008

Entonces no interesa la estética, carácter y dignidad y durabilidad de la obra, no importa el morar, la casa, sino su impacto espectacular efímero. Y mientras más efímero mejor. El mercado estará abierto. Por tanto materiales no perdurables, formas de moda. Singularidad más no identidad. El asunto no es oponerse a un estilo de moda, La cuestión es que la arquitectura tiene que ver con la ciudad como un asunto colectivo, tanto la privada como la pública. La ciudad para los ciudadanos no puede ser un eslogan publicitario de promotores inmobiliarios que evocan en sus nombres lo idílico del campo, pero es sólo una evocación porque la obra no tiene encanto, sentimientos. El diseño de la ciudad en manos de publicistas y especuladores, en manos escuetas y ahora rentísticas de El Capital, como decía Estanislao Zuleta (Ciudad 2 Pagina 20, 1984): “El capitalismo es concentracionista (esa me parece un de las tesis más brillantes de Marx). Fíjese, por ejemplo, ¿quién diseñó Nueva York? ¡El capital, no un arquitecto! Si la tierra en el sector comercial se pone tan cara que ya un metro vale un millón de dólares, entonces hay que hacer un edificio de cien metros de altura para multiplicarlo. Así, en el centro, todos los edificios van para arriba. Si en las afueras la tierra es menos cara, entonces se pueden hacer edificios menos altos. Y finalmente en la lejanía se pueden hacer casas. Pero, ¿Quién diseña esto? El capital ha diseñado todas nuestras ciudades, no los arquitectos, ni los jefes de obras públicas, ni gentes así. El que sabe que al lado de la plaza de mercado se puede poner un almacén y no una vivienda para ricos porque ésta se debe ubicar en el barrio tal, lejos de las galerías, es el capital” Es el capital el efectivo diseñador de la ciudad, no los arquitectos. El debate sobre la


Biblioteca España resulta tan agitado porque “los arquitectos” olvidan la mano visible de el capital que determina hacer esa construcción allá para valorizar ese entorno, entonces más tarde El Éxito pondrá un supermercado, y Carulla y Carrefour otros. El asunto es que la especulación inmobiliaria urbana logró patente de corzo, de impunidad, para arrasar la ciudad. De legislaciones coercitivas que obligaban a “los Urbanizadores” a hacer la tarea de urbanizar lotes para construcción se pasó a la arbitrariedad legal. Se pasó a que con recursos de los contribuyentes “El Estado” les suple las obligaciones a los modernos “urbanizadores” En Colombia teníamos que un urbanizador emprendía un proyecto urbano y debía: -Hacer el trazado urbano del conjunto arquitectónico -construir por su cuenta calles y andenes

La fatigante labor de montar una empresa comercial o industrial, con todo su exigente análisis previsivo para que la inversión sea exitosa a largo plazo, fue sustituido por el criterio del pagadiario. Mi ganancia es ya, y elevada. Ese cortoplacismo instantáneo conlleva grandes falencias transmutadas en el argumento contemporáneo de la necesidad urgente de posicionamiento y figuración. El resultado son objetos extraños: no arte, no arquitectura, mucho menos ciudad, no la vitalidad de la experiencia ciudadana social y cultural. Pobreza arquitectónica efímera y banal asociada al rayón cultural que la globalización como expresión de la irracionalidad organizada (H.Marcuse) tiene, ocasionado por el narcotráfico y su jalón por el enriquecimiento rápido. Y fácil. El narcocapitalismo como jalonador del neoliberalismo, perforó la cultura empresarial industriosa y

la sustituyó por el financierismo que convierte al empresario en tahúr, no en inversionista sino en rentista, Entonces la arquitectura globalizada se adapta a los nuevos vientos. Importa es el impacto, el estruendo. Con cierto recelo, con ostentaciones innecesarias, rimbombantes que no dialogan con el vecindario y están fuera de contexto, individualizadas y aisladas del resto del lugar, y en las que lo más importante es la renta. Son construcciones efímeras, porque esa es la directriz “cultural” del capital en momento neoliberal financierista, se acaba, se demuele y se vuelve a hacer, más contratos para los demoledoresconstructores. La “arquitectura global” trae ideas bastante divergentes emparentadas con el cine y la publicidad: la imagen espectáculo es el “ser”. Revertir los significados de esta arquitectura virtual, es tan irrisorio como pretender revertir los acontecimientos presentes con el estallido de

-hacer la redes de acueducto alcantarillado y energía -reservar un espacio para escuela -reservar un espacio para parque -reservar un espacio para iglesia De ahí la metamorfosis más que kafkiana: todos a una los “empresarios” de Colombia se metieron de ¡urbanizadores! De empresarios a “urba atracadores” o especulador inmobiliario. 16 • 2008 Ciudad, revista de asuntos urbanos 33


la burbuja, y es muy difícil vislumbrar cuando será superada esta actitud desindustriosa que prevalece como “valor”, esta actitud RACIONAL de que lo que vale es el dinero, el tener y no el ser, la estética sin sentimientos, sin ética, la individualidad sin comunidad. Un arte sin dignidad ni historia.

1- Reciclable. Lo importante es la utilería, el decorado, el envoltorio fotogénico.

Como “la buena arquitectura no se puede globalizar”, como insistió Salmona, citado por Barney, porque “no solo es arte. También es función y técnica”

3- Autonomista. No requiere dialogo con el contexto, ni ser específica y tener identidad, por ser global

Entonces la “arquitectura globalizada” hace edificios mudos, sin lenguaje, escuálidos y sin piel, triviales, impertinentes, sombríos y fríos y que, en general, están haciendo por doquier, arrasando arquitectónica y culturalmente la ciudad, ignorando la dimensión colectiva de la arquitectura como patrimonio urbano. (Sabaneta hoy). E ignora la “arquitectura global”, por ser global, el planteo espacial, formal, funcional y de relación con el paisaje, No contextualiza en los espacios urbanos, discretos o monumentales según lo demande cada caso. Desechando que deben ser sostenibles, funcionales, confortables, seguros y reciclables

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Atributos de la “arquitectura global”

2- Individualista, sin arcaicos tabúes comunitarios sociales y culturales

4- Efímera y renovable, amiga de la eutanasia para mayor rentabilidad. 5- Uso de materiales relucientes, pero poco perdurables apta para la renovación y sustitución. 6- Internacional, fuera de lugar, anti localista. 7- Visual e impactante, Una arquitectura para ser vista no leída 8- Objetiva, sin apegos sentimentalistas ni éticos. Despersonalizada. Escuálida 9- Publicista y publicitaria. Amiga de la moda, por eso sale en las revistas. 10-Futurista y exitosa. Con sintonía financierista


Biocombustibles Sostenibles para Colombia Una Reflexión Social y Ambiental

1. El Gran Problema Ambiental del Mundo El calentamiento climático está a la orden del día. El informe Stern y el cuarto informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (ipcc, por sus siglas en inglés) han confirmado el dramatismo del problema en cuanto a costos y consecuencias sociales y económicas; el calentamiento del planeta –que podría alcanzar hasta los 6°C– le significaría un gasto del 15% de su Producto Interno Bruto al conjunto de naciones del planeta. Aún las sociedades con mejores tasas de crecimiento económico

convencional, se verían rebasadas a causa de los daños ocasionados por las sustanciales variaciones climáticas. El cuarto informe del ipcc ha dejado claro que las causas fundamentales del cambio climático son antrópicas; el consumo de combustibles fósiles y la deforestación ocupan los primeros lugares a la hora de barruntar una explicación. Un habitante de los Estados Unidos emite diez veces más gases de efecto invernadero que un chino o un hindú; pero tal diferencia se equilibrará en poco tiempo si estas últimas naciones no toman la determinación de adoptar un modelo de desarrollo alternativo e innovador.

Por: Carlos Fonseca*

Las variaciones del clima están influyendo de forma creciente en las costumbres de la gente, como lo demuestran los comportamientos de algunas sociedades europeas y ciertos estados norteamericanos. Frente a la gravedad del problema y sus consecuencias, el protocolo de Kyoto no pasa de ser un tímido paliativo respecto a la propuesta de la Unión Europea de alcanzar “dos grados menos de temperatura” para el año 2020. Una tarea tan compleja requiere decisiones radicales, tanto en los países industrializados como en los llamados “en vía de desarrollo”; estos últimos, con la intransigente posición hasta ahora mantenida, de

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no disminuir sus propias emisiones mientras los países industrializados no lo hagan, alegando su derecho al desarrollo. El interrogante que surge es a qué tipo de “desarrollo” aluden aquellos países. ¿Idéntico al de las naciones industrializadas y que nos ha conducido al actual calentamiento planetario? ¿Es válido ética y pragmáticamente argumentar que tenemos derecho a “crecer” contaminando porque no hemos agotado nuestro cupo o cuota, y por tanto nos asiste el derecho de alcanzar los niveles de contaminación de los países “desarrollados”? ¿Es esa una lógica sensata?

2. Los Biocombustibles: Solución Parcial al Calentamiento Climático Una de las propuestas que más rápidamente avanza para contribuir a la solución es la de los biocombustibles. Esta a su vez, presenta dos grandes vertientes: los alcoholes, con una “primera generación” a partir de la caña de azúcar, maíz, soya, yuca y remolacha azucarera; y una “segunda generación,” que se inicia con otras especies de granos, paja o madera a partir del procesamiento de las lignocelulosas, y el biodiesel, que, en principio se produce a partir de plantas oleaginosas convencionales, tales como la palma africana, la soya y otras especies comerciales y –recientemente–, con otras plantas alternativas como la jatropha y la higuerilla. Los biocombustibles se han posicionado como alternativa de energías renovables porque no producen gases de efecto invernadero adicionales, ya que el dióxido de carbono tomado por las plantas mientras crecen, regresa a la atmósfera al combustionarse para un “balance cero”1; amén de su procedencia, porque pueden producirse a partir de residuos de madera y otros desechos agrícolas e industriales, que no compiten directamente por el suelo con cultivos alimenticios; aunque demandan una supervisión cuidadosa de sus posibles efectos ambientales. Las perspectivas de uso de los biocombusti1 En la actualidad se debate respecto a los requerimientos de energía necesarios para procesar alcoholes y biodiesel, y por tanto, este balance debe elaborarse cuidadosamente. Sin embargo, es obvia la diferencia entre el uso de combustibles fósiles, que requieren igualmente energía para su procesamiento hasta la gasolina y el diesel; más su transporte hasta los sitios de refinación y distribución. En el caso de los biocombustibles, su locomoción podría optimizarse en la medida en que se consuman cerca de sus sitios de producción.

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bles en reemplazo de los combustibles fósiles varían entre países; se estima que para el año 2020 el uso de biocombustibles deberá acercarse al orden de entre un 10% y un 15% en Europa, aunque la legislación interna sea incluso más moderada; sin embargo, tal contribución representa un enorme valor, pues en los Estados Unidos se presentan casos de algunos estados que se plantean, para ese mismo año, lograr disminuir los gases de efecto invernadero un 20% respecto a los niveles de 1990, a fin de superar las metas del Protocolo de Kyoto (5,5% por debajo de los niveles de 1990, para el año 2012). El conjunto de medidas comprende numerosas estrategias, entre las cuales figuran la restricción a los vehículos particulares; el aumento de la eficiencia de los motores; la aparición masiva de motores híbridos; de celdas de hidrógeno; de sistemas de transporte masivo; el rediseño urbano, y medidas conducentes a minimizar las necesidades de desplazamiento diario.

3. Críticas Sociales y Ambientales acerca de los Biocombustibles Existe una creciente preocupación y las consecuentes protestas respecto a la sostenibilidad social y ambiental de los biocombustibles, que bien merece sopesarse a la mayor brevedad, no sea que “el remedio resulte peor que la enfermedad”: los gremios ambientalistas denuncian que en algunos países se está talando selva y bosques nativos para sembrar precursores de biocombustibles y que, además, éstos están compitiendo con los cultivos de alimentos. La seguridad agroalimentaria y la equidad social se perfilan como dos de los grandes aspectos amenazados que entran en los foros internacionales de discusión, a partir de la generalización del uso de los biocombustibles como fuente alterna de energía, debido al incremento en los precios de algunos productos tradicionales en la canasta familiar, tales como el azúcar y el maíz, que a partir de estas innovaciones, adquieren un nuevo estatus como insumos energéticos industriales. Es el caso del azúcar en Colombia, cuyo precio aumentó en un 26% en 2006 y el del maíz en los Estados Unidos, con un incremento del 40%, al generalizarse el etanol en la gasolina. De no atender estas señales, es probable el advenimiento de fenómenos similares con alimentos tan arraigados en nuestra dieta como


la yuca o el banano. Igualmente, hay opiniones en torno al requerimiento de mayor cantidad de energía fósil para procesar la energía producida por el biodiesel, que no reducen sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero, cuando se incluyen todos los factores en los cálculos, como son los daños irreparables a los suelos y al medio ambiente. Investigadores como Pimentel y Patzek han alertado sobre el hecho de que se requiere más de un litro de energía fósil para producir un litro de biocombustible con algunos de los cultivos actuales (entre ellos de manera significativa el maíz) bajo prácticas agrícolas convencionales actuales. Por otra parte, la preocupación por las condiciones laborales de los trabajadores rurales de los cultivos energéticos despierta fuertes críticas; recientemente, algunos rotativos señalaron la situación laboral de empleados de la caña de azúcar en Brasil, que trabajan de 10 a 12 horas diarias por un salario cercano al 70% del salario mínimo urbano, que configuraría una especie de “subsidio” de los agrarios pobres a los consumidores de las ciudades2.

4. Biocombustibles Sostenibles: algunos criterios Fundamentales Lo anterior deja claro que si queremos contribuir efectivamente a la lucha contra el cambio climático para una sociedad sostenible en lo ambiental, lo social y lo económico, se requiere una posición clara acerca de la sostenibilidad ambiental y social 2 Este debate había sido señalado hace muchos años por Joan Martínez Alier, uno de los economistas ecológicos más prominentes de los últimos años.

de los biocombustibles, que reposa en cinco criterios fundamentales: No vulnerar la seguridad alimentaria. Las plantas y otras especies vivas (por ejemplo, las algas) usadas para la producción de biocombustibles

no deben competir con los alimentos; la experiencia de la “primera generación” de plantas como el azúcar y el maíz –utilizadas para producir etanol– y de la palma africana, en el caso del biodiesel, revelan que los consumidores padecen efectos notorios en su canasta familiar; de lo contrario, en la medida en que suban los precios de los alimentos, la misma seguridad del suministro de los biocombustibles se verá afectada. En nuestro caso, disponemos de una considerable cantidad de tierras para la siembra de biocombustibles.

De las 18.294.637 hectáreas que podrían utilizarse en agricultura (el 16% del territorio nacional), menos de cuatro millones se están cultivando; es decir, cerca de la quinta parte de las tierras potencialmente cultivables (sin incluir las de vocación pecuaria y forestal en las que podrían desarrollarse sistemas productivos que comprendan la agricultura de manera parcial); de ahí que podemos planificar adecuadamente la producción de biocombustibles sin generar conflictos con los alimentos, puesto que existe un conglomerado de especies para producir alcohol y biodiesel, que además de generar posibilidades productivas para la agroindustria, los finqueros y campesinos, mejorando sus ingresos, garantizarían también el acceso a los alimentos. Adicionalmente, avanzamos hacia una “segunda generación” de especies vegetales tales como especies maderables, pastos, aserrín, etc., que contienen lignocelulosa, de la cual podríamos extraer alcoholes, mientras que otras especies tales como la Jatropha, el Inchi, el SachaInchi, o incluso Lianas y Bejucos3 son fuente de aceites para biodiesel. El reto es no afectar los bosques en tal caso, planificando la siembra y el aprovechamiento sostenible de estas especies.

Explorar policultivos. Cultivar materias primas para la elaboración de biocombustibles nos podría representar una oportunidad para saltar de los tradicionales monocultivos sostenidos a lo largo del siglo XX por 3 Varios investigadores botánicos han encontrado que especies como la Pteropopón Oleifera cogolloi, presentan cantidades considerables de aceite.

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Mejorar territorios degradados Contamos con áreas marginales y degradadas como las regiones auríferas de Cáceres y Tarazá, a orillas del río Cauca; o las de Segovia y Remedios en el nordeste antioqueño, en las que podrían florecer especies como la Jatropha; así como con extensos territorios en todas las regiones colombianas deterioradas por la ganadería de ladera que estarían aptas para cultivos bioenergéticos. Así se lograría la recuperación ambiental asociada a la producción del biodiesel o del etanol, lo cual permitiría también ofrecer certificados por la reducción de gases de efecto invernadero y servicios ambientales locales como el control de erosión y el aumento de la cobertura vegetal para garantizar la permanencia de las fuentes de agua.

Proteger áreas silvestres.

razones de diversa raigambre tecnopolítica, a una estrategia basada en los policultivos, que además de ofrecer una mayor variedad de productos, permita aprovechar las simbiosis existentes en la naturaleza con posibles ahorros en la producción y menores riesgos de enfermedad: el control biológico de plagas, la producción conjunta de otras especies benéficas y comerciales, como por ejemplo, el cultivo de Jatropha curcas (el popular piñón) podría asociarse al de Araquis pintoi (maní forrajero) logrando –a la vez– aportar nitrógeno al piñón y una fuente alimentaria para animales. Se trata entonces de identificar, ensayar y promover estrategias que abarquen desde combinaciones de dos o más plantas hasta esquemas agrosilvopastoriles más sofisticados basados en la agroecología, que permitan tener “parcelas energéticas campesinas” asociadas a un esquema productivo altamente participativo. De esta manera, los campesinos podrían gozar de mejores recursos para su calidad de vida y, en consecuencia, se dispondría de una mayor cantidad de productos en el mercado. En tanto se investiguen alternativas posibles, se podrían encontrar sistemas de policultivo que combinasen productos alimenticios con energéticos y de otros usos. 38 Ciudad, revista de asuntos urbanos 16 • 2008

Los cultivos de biocombustibles no deben afectar bosques, selvas, parques naturales o reservas de biodiversidad pues socavarían su contribución ambiental en el mismo momento de intervenir esos territorios. Tumbar monte para sembrar palma africana u otras especies utilizadas en la producción de biocombustibles representa un craso error. Deben usarse sólo aquellos terrenos ya empleados para otras actividades, en consideración con la necesidad de restituir las áreas de protección de las microcuencas en muchas regiones del país, sin olvidar que algunas de las especies energéticas podrían servir –asociadas con otras similares–, en esquemas de recuperación de cauces y protección de orillas. Ese podría ser el caso de regiones donde se hubiesen sembrado cultivos de caña panelera hasta el borde de las carreteras y los cursos de agua, que bien podrían sustituirse por especies maderables, fuente de lignocelulosa para alcoholes carburantes que provean certificados de reducción de emisiones. Oportunidad de equidad y de modelos sociales incluyentes. Los cultivos de biocombustibles no pueden propiciar nueva versiones de la exclusión y el terror rural acaecido en los últimos años en Colombia. Por el contrario, en las regiones donde signifiquen una actividad determinante, deben constituirse en un instrumento eficaz de inclusión social y convivencia, tal como lo reportan algunas experiencias iniciadas en el Magdalena


Medio4 y en María la Baja; asociados a casos de siembra de palma africana han aparecido fenómenos de intimidación y de despojo de tierras que en nada contribuyen a ofrecer un nuevo modelo de inclusión y oportunidad social para el campesinado. Por el contrario, los cultivos de biocombustibles deben concebirse como una gran oportunidad de reconciliación mediante alianzas sui generis en las que desplazados, reinsertados y demás actores del conflicto, queden inmersos en coparticipación de otros actores sociales como las universidades para garantizar su existencia y vigencia. Como lo plantea Darío Fajardo (2004), la economía nacional también debe beneficiarse de la intensificación de los procesos de agregación de valor, en beneficio de todos los eslabones de la cadena productiva y no exclusivamente de los que disponen de mayor intensidad de capital. Los modelos de inclusión social tratan de vincular a todos los productores agropecuarios en la producción de los biocombustibles como asociados de todo el negocio. Es necesario resaltar que la posibilidad de participar en cultivos estables en su precio, como sería el caso de los biocombustibles, puede constituir una garantía de permanencia para los campesinos, lo que les permitiría una producción menos azarosa de otros cultivos, generando incluso estabilidad y permanencia de precios en productos cuya tasación usualmente ha sido bastante oscilatoria, implicando una nueva fuente de preocupación para los cultivadores. En una palabra, las “parcelas energéticas campesinas” deben explorarse con mayor profundidad, como estrategia de generación de valor agregado y estabilidad para el campo.

Explorar paradigmas productivos alternativos. Asimismo, se trata de lograr una modificación del “paradigma petrolero”, consistente en la construcción de grandes enclaves de extracción y exploración que recorren miles de kilómetros mediante costosísimos oleoductos. Lo deseable es que se asocien los productores locales en las regiones que formen empresas locales o municipales para abastecer sus mercados en las regiones de influencia. Para ello se hace necesario desarrollar tecnología apropiada que permita instalar sistemas pequeños y medianos de extracción y conversión de combustibles a etanol o biodiesel en las regiones campesinas. De esta manera, podrían combinarse los combustibles fósiles con los biocombustibles en diferentes proporciones, de acuerdo tanto a su disponibilidad como a las mezclas aconsejables (al nivel del mar podría contarse con una proporción mucho más alta de biodiesel por ejemplo); todos los actores de la cadena productiva podrían estar asociados al producto final, de tal manera que el

valor agregado sea compartido de manera más equitativa. En síntesis, se requiere diseñar sistemas de diferentes tamaños y características para ofrecer la tecnología más adecuada a las condiciones geográficas y culturales de cada región productora de biocombustibles.

Aprovechar la oportunidad para ampliar la frontera de oportunidades de conocimiento y servicios ambientales. La producción de biocombustibles genera grandes oportunidades, pertinentes para revisar, adaptar y optimizar las tecnologías de cultivo y procesamiento; como es el caso de la posibilidad de producción de metanol a partir de la “torta” y cáscaras de higuerilla y “jatropha”, requerido para el procesamiento del biodiesel, al igual que la utilización de tecnologías en etapa de exploración como las de

4 El programa Desarrollo y Paz en el Magdalena Medio ha logrado constituir asociaciones campesinas que producen palma africana e higuerilla –esta última en mucho menor escala–, aunque no cuentan aún con la capacidad de extracción y procesamiento de los aceites.

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“metanol supercrítico”, que ahorraría energía y optimizaría la producción del biodiesel; a futuro se avecinan las tecnologías de aprovechamiento de las ligno-celulosas como “segunda generación” de la producción de etanol, usando madera, aserrín, pastos y residuos vegetales. La ciencia y la tecnología nacionales deben abordar sin tardanza estas tareas para ofrecer diferentes opciones a las diferentes regiones, de acuerdo a los cultivos y condiciones locales. Las universidades y centros de investigación tienen una tarea estratégica urgente y podrían ser miembros permanentes de empresas asociativas de producción sostenible de biocombustibles, asumiendo el diseño y construcción de plantas de procesamiento de biocombustibles, así como la capacitación y el entrenamiento del personal para su adecuado manejo. Adicionalmente, el mdl –Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kyoto–, abre la oportunidad de captar recursos adicionales mediante la venta adicional de servicios ambientales de disminución de gases de efecto invernadero, mediante la oferta de certificados de reducción de estos gases. El aumento de cobertura vegetal asociada a la producción de los biocombustibles, especialmente los denominados de “segunda generación”, contribuye a la fijación de CO2 de la atmósfera; y los recursos obtenidos ayudarían a garantizar

la sostenibilidad social y ambiental de los biocombustibles. En el caso de las ciudades colombianas, el biodiesel puede contribuir de manera significativa en el mejoramiento de la calidad del aire y a una disminución en los índices de morbimortalidad. Por ejemplo el diesel que se utiliza actualmente en Bogotá contiene 1.200 partes por millón de azufre, mientras que el utilizado en el resto de ciudades comprende 4.500 ppm, lo cual infringe los acuerdos en materia de índices de material particulado comparados con los valores internacionalmente recomendados. La norma Euro II permitía un máximo de 500 ppm y ha sido sucesivamente reemplazada por la norma Euro III, con 350 ppm como máximo permisible y aún más recientemente por las normas Euro IV y Euro V de 50 y 10 ppm de azufre respectivamente. La tabla 1 muestra los niveles de partículas menores de 10 micras en varias ciudades latinoamericanas. En el caso de ciudades como Medellín, de menor altura en relación con Bogotá, se podría explorar el uso de biodiesel en un porcentaje mayor al de la norma nacional –5%–, con una ganancia considerable en la calidad del aire. En otras regiones del país, tales como la caribe o la correspondiente al oriente, se podría usar el biodiesel en proporciones cercanas al 100%. De ahí la conveniencia de generar cultivos y capacidad de procesamiento en diferentes zonas de la nación.

Concentaciones de PM10 en Latinoamérica Ciudad

2002-2003

Unidades

Medellín

87 - 93

µg/m3

Santiago de Chile

70 - 74

µg/m3

Bogotá

66 - 66

µg/m3

Fuente: Delegada de Ambiente, Procuraduría General de Colombia. OPS. Evaluación de los efectos de la contaminación del aire en la salud de América Latina y el Caribe, 2005

5. Reflexión Final Los biocombustibles representan una oportunidad importante para Colombia, tanto en el aspecto ambiental como en el energético y el agropecuario. Es necesario garantizar que se cumplan los criterios de sostenibilidad para que esta nueva modalidad de carburantes se consolide como un instrumento eficaz de equidad, competitividad y progreso colectivo.

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*Ingeniero Civil; M.Sc. Sistemas Urbanos y Ambientales, Master en Economía; ex director de la Sede de Investigación de la Universidad de Antioquia; ex director de maestrías de Planeación Urbana y Regional y de Desarrollo Ambiental de la Universidad Javeriana; ex viceministro de Medio Ambiente; ex director del ideam; consultor nacional e internacional; ex asesor en desarrollo sostenible del pnud; candidato a doctor en Ciencias de la Gestión en el nuevo programa de la Universidad Nacional con similares francesas. Actual gerente del Parque Tecnológico de Antioquia.



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