Enfocado origen

considerada como la mejor mundo. En la búsqueda de de sus vinos, Sebastián para la época, por lo que compró una tierra para mostrarle a otros productores cómo funcionaba. Se dio cuenta de que su vida estaba relacionada con la vinicultura y decidió plantar más viñedos. Empezamos vendiendo uvas, luego vino. Ha sido un camino de evolución. Ahora estamos en la tercera generación, trabajando con mi padre y hermanos. Yo veo toda la producción del vino y comunico lo que hay detrás del proceso», nos cuenta.

Perú de la mano de la importadora Panuts.

El Valle de Uco es la zona más cercana y alta de Mendoza. Los Zuccardi no cultivaban ahí en primera instancia, pero Sebastián tuvo la idea de hacerlo y, actualmente, todos sus vinos provienen de ese lugar. «En el 2004 compramos la primera tierra. No hemos parado desde entonces. Tenemos 10 lugares diferentes en toda la zona. Mi hermana Julia impulsó tres restaurantes, donde recibimos a las personas que nos visitan, pues el maridaje es esencial cuando hablamos de vino. Miguel, mi hermano, sumó la producción de aceite de oliva. En cada cambio generacional, la empresa se fue refundando», agrega.

Para el actual director de la firma, el origen es lo más importante que presentan en Zuccardi Wines. «Con ello me refiero al lugar, quién lo hace y en qué año. Eso hace que el vino sea la bebida más diversa del mundo», dice. El Valle de Uco presenta condiciones únicas. La Cordillera de los Andes determina todo lo que ocurre a partir del paisaje, el clima continental y fresco, el agua, los suelos aluviales y la montaña. «Acogemos la diversidad porque en el valle hay varios tipos de altura. Mi objetivo es hacer vinos de diferentes lugares: San Pablo, Altamira y Gualtallary. Hago blancos y tintos en los tres espacios».

Como todos sabemos, el Malbec es un símbolo icónico de Argentina, puesto que se adapta de una forma extraordinaria a sus tierras. «Después del Malbec, viene más de eso. El centro debe estar en el origen. Cuando ven mis vinos, hablo de los espacios y las fincas; mas no de las variedades. No buscamos la perfección, sino la identidad», revela. La entrada de Zuccardi Wines es la ‘Q’ porque fue el primer proyecto que José Alberto, padre de Sebastián, desarrolló en la bodega. Q viene de «Quality» gracias a un importador de Inglaterra que los ayudó hace muchos años. Aquí hablamos del Valle de Uco.

«Cuando mencionamos la línea ‘Polígonos’, nos referimos a los pueblos del valle y, si seguimos con ‘Aluvional’, es- tamos hablando más del lugar que de la variedad. De hecho, no la señalamos en el frente de la etiqueta. En ‘Finca’ abordamos un viñedo en particular y en ‘Parcela’ un tipo de suelo. Vamos de lo macro a micro en esta pirámide. Para mí, la variedad es el vehículo que te lleva al lugar, y eso es lo más importante», sentencia Sebastián.

Zuccardi nos confiesa que trabaja en los viñedos y los divide en tipos de suelo porque hay variabilidad. Entre las variedades que más cultiva están Torrontés, nativa de Argentina; Malbec y Bonarda por su historia. Por otro lado, una de las grandes revoluciones son los blancos, y la familia Zuccardi ha fijado su atención en ello. «Debemos buscar la influencia de la cordillera porque nos lleva a zonas frescas, lo cual es clave a fin de mantener acidez, maduración lenta y suelos pedregosos para la textura. A nivel de variedades, Torrontés, Chardonnay y Semillón, el cual simboliza la historia de Argentina que empezó junto al Malbec», señala.

«Hoy en día, nuestro país necesita contar lo que estamos haciendo, ya que es relativamente nuevo. Es importante venir a algunos mercados como Perú, donde existe una hermandad y consumo de vinos argentinos. La gastronomía que presentan es extraordinaria. Panuts trae nuestros vinos. Nos hemos desarrollado juntos a lo largo del tiempo». Algunos de ellos son Serie A, Q, Concreto, Fósil, José Zuccardi, Piedra Infinita y Polígonos (Cabernet Franc, Verdejo y Malbec).

«Creo que tenemos mucho vino y debemos profundizar el conocimiento de nuestros lugares. La identidad como productores es muy importante. Tienen que tener la transparencia del lugar, identidad y no perfección. Trabajo con toneles de 2500 litros y no me interesa la madera nueva. Cuando el lugar me muestra algo interesante, yo hago vino», concluye. //