Universidad Autónoma de Centro América Facultad de Ciencias Sociales
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Global
Número 3• Junio 2014
Las personas que no aman las mariposas Andrea Romina Bravo Suárez
Edición de aniversario junio 2013/Junio 2014
Consejo editorial:
Asesores académicos:
Barboza Marín Annette
Ávalos Ileana IMáster en Diseño, Dirección y Gestión de Proyectos de Cooperación Internacional, Licenciada en Ciencia Política. Actualmente trabaja como Especialista en Políticas en el Centro de Análisis Estratégico para la Agricultura del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (CAESPA - IICA). Docente de la carrera de relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Centroamérica (UACA).
Especialista en Comercio Internacional, Banca y Finanzas. Profesora de la Escuela de Relaciones Internacionales, UACA. IICA.
Grooscors Antillón Gloria
Internacionalista, Máster en Diplomacia. Directora de la Escuela de Relaciones Internacionales, UACA
Fallas Villegas Kristel Marian
Estudiante avanzada de la Escuela de Relaciones Internacionales, UACA
Quesada Brenes Maikol
Administrador de empresas Egresado de la carrera de Relaciones Internacionales, UACA
Quirós Masís Katherine
Egresada de la carrera de Relaciones Internacionales, UACA
Rivera Torres Jairo José
Egresado de la carrera de Relaciones Internacionales, UACA
Tenorio Chávez Dahiann Alexandra Internacionalista. Profesora de la escuela de Relaciones Intrenacionales, UACA. Coordinadora de Investigación, ALAS.
Revisora de Estilo: Méndez Marín Julissa
Directora de la biblioteca “Luis Demetrio Tinoco”
Diseño y diagramación: Quesada Brenes Maikol Fotografía: Priscilla Arias PAS Fotografía
2215-3578 2 • Contacto Global,3 2014 pp. ISSN: ,2014 ISSN: 2215-3578
Ayala Paola Internacionalista y Licenciada en Derecho. Profesora de la Escuela de Relaciones Internacionales. Calderón Moya Allan Economista, Máster en Análisis Económico y Economía financiera, Máster en Economía con énfasis en Banca y Mercado de Capitales. Profesor de la Escuela de Economía. Grooscors Julio Periodista, Licenciado en Derecho y Especialista en Teología. Profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales, UACA. Miembro del Consejo Académico de la Escuela de Relaciones Internacionales, UACA. Correo electrónico para enviar artículos académicos y de opinión: revistacontactoglobal@uaca.ac.cr La revista Contacto Global es sin fines de lucro y con ánimos de compartir conocimiento con las y los lectores. Se permite la copia, distribución y comunicación pública siempre que se cite al autor(a) del texto.
Normas para los autores sobre la recepción de artículos
1. Los artículos deben enviarse al Consejo editorial de la revista vía electrónica al correo revistacontactoglobal@uaca.ac.cr. 2. El artículo académico no debe tener menos de 5 ni más de 25 páginas a 1,5 interlineado en tamaño carta, tamaño de la fuente 12, estilo Times New Roman, texto alineado justificado. Los artículos de opinión tendrán un mínimo de 2 y un máximo de 7 paginas. Para artículos de lenguas extranjeras las grafías que sean latinas deben escribirse en grafía latina. 3. Si el artículo incluye gráficos, diagramas, cuadros estadísticos o cualquier otro anexo, pueden ser a color o blanco y negro y deben ser incluidos en las páginas del artículo. 4. El artículo debe tener un resumen de contenido de no más de 200 palabras en el idioma original y otro idioma. Así mismo debe tener de 4 a 6 palabras clave en cada lengua. Se recomienda utilizar un vocabulario controlado (Tesauro). 5. Debe adicionarse una nota en la que aparezca el nombre completo del autor, su afiliación institucional, y una síntesis de su currículo en la que se destaque su preparación académica y experiencia profesional en no más de cinco líneas. 6. La bibliografía debe presentarse según el formato APA (American Psychological Association) sobre presentación de informes científicos en su sexta edición. No es necesario las notas de pie de página, dado que la cita en el desarrollo del texto es entre paréntesis. 1. Guía de elaboración de referencias bibliográficas APA: http://www. uaca.ac.cr/bv/docs/apabrochure.pdf 2.
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Indice 08 Opinión: Las personas que no aman las mariposas Andrea Romina Bravo Suárez 48
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16 La paz como construcción cul tural
Jaques Sagot
26 Percepción de valor como fac tor de competitividad en los negocios internacionales
Jérico Camino Napurí
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La democracia en costa Rica: ¿Será real si tomamos en cuen- ta el abstencionismo? Ariel HIdalgo Brenes
40 Derrotas y fracasos electorales Elma Bejarano Lichi
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46 Sobre la movilidad Internacional y la educación
Gloria Grooscors
48 Personaje destacado Marie Gouze
Katherine Quirós Masís
52 Curiosidades Jairo José Rivera
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Editorial La Revista Contacto Global , hay que tenerlo presente, ha sido iniciativa de los estudiantes de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Centroamérica. Ello es loable y lo que más conviene para el futuro de la Revista es que los estudiantes y profesores que con ellos colaboran, perseveren en el intento. Lo anterior es particularmente importante cuando se sabe que la mayoría de revistas que en el mundo han sido, no han pasado de su tercer número. Ello por varias razones comprensibles: los iniciadores se alejaron, el grupo perdió su carácter de equipo y el trabajo de llevarla adelante decayó. Por ello este número es importante, ya que se quedará en expectativa del próximo, que anunciaría que se ha superado el número difícil. Uno de los artículos, Las personas que no aman las mariposas, constituye una faceta más de la gran reacción mundial a la violencia contra la mujer, teniendo como referencia el asesinato tenebroso de las tres hermanas Mirabal. Es elocuente y paradójico contemplar, por esa infame acción y otras que se han dado en otras partes del mundo, cómo las víctimas adquieren una bella fuerza que mueve al mundo entero a comprender lo inaceptable de tales infames acciones y se organiza y mueve la opinión pública para que luche contra esos vejámenes. Dada la admirable forma de intercambio ampliamente desarrollada en el mundo entero, el artículo Percepción del valor como factor de competitividad en los negocios internacionales ilustra a todos para que seamos atentos a percibir ese valor que tanto significa para el interés general en la producción, exportación y adquisición de los bienes que por al mundo circulan. Los artículos Derrotas y fracasos electorales y La democracia en Costa Rica constituyen expresión muy cercana al ser costarricense, respecto de lo que las últimas elecciones para Presidente y diputados han significado y que ha sido motivo de muchos intercambios en la opinión del país que, al mismo tiempo, interesan al mundo entero, por las particulares históricas e institucionales de la democracia costarricense. El artículo de D. Jacques Sagot La paz como construcción cultural es brillante: lleva a recorrer épocas, autores, corrientes de pensamiento, falsas expectativas… su lectura hace crecer el interés en cada párrafo. D. Jacques logra darle altura y hondura a todos los temas que trata. Quizá hizo falta que citara la correspondencia entre Einstein y Freud sobre la paz y la conclusión tan inesperada de la última carta de Freud. Que el lector aproveche este nuevo número de Revista Contacto Global. Guillermo Malavassi V. Rector y fundador de la Universidad Autónoma de Centro América
2215-3578 Contacto Global,3, 2014ISSN: pp. ,2014 ISSN: 2215-3578 • 5
Palabras del consejo Editorial
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,2014 ISSN: 2215-3578
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,2014 ISSN: 2215-3578 • 7
Bravo, A: LAs personas que no aman las mariposas
Opinión: LAS PERSONAS QUE NO AMAN A LAS MARIPOSAS Artículo recibido: 5 de diciembre 2013.-Artículo aprobado: 6 de diciembre 2013
Andrea Romina Bravo Suárez Abogada. Se desempeña como relatora en el Superior Tribunal de Justicia de Santiago del Estero, Argentina, y como Docente en las asignaturas de Derecho Internacional Público y Derechos Humanos en la Universidad Católica de Santiago del Estero. Es ex-alumna del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, miembro del Centro de Estudios en Cs. Politicas y
Andrea Romina Bravo Suárez
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Relaciones Internacionales. Presento trabajos de producción científica en congresos especializados en su país.
Bravo,A: LAs personas que no aman las mariposas
Pero, más allá de la fuerza, la dignidad de una mujer violentada se encuentra por encima del conflicto, y que tiene los medios para reconocer, defenderse y eliminar cualquier forma de violencia.”
RESUMEN:
above the conflict, and she have
Internacional de la Eliminación de
Clave:
Violencia contra la Mujer – Conflicto
the tools to recognize, defend, and
la Violencia contra la Mujer, se con-
– Medios – Violencia física – Violencia
end all forms of violence against
memora el asesinato de las herma-
Psicológica – Violencia Sexual.
her.
En
el
Día
nas Mirabal, por órdenes del dictador dominicano Rafael Leónidas
Palabras
ABSTRACT:
In
the
Key words:
Violence
Trujillo. La violencia contra la mujer
International Day for the Elimination
Against Women – Tools – Conflict –
se define como todo acto de vio-
of Violence against Woman, is
Physical Violence – Psychological
lencia que resulte, o que pueda
commemorated
Violence – Sexual Violence.
resultar un daño físico, sexual o psi-
the Mirabal sisters by orders of
cológico para la mujer, por el sólo
Dominican dictator Rafael Leonidas
hecho de ser mujer. Pero, más allá
Trujillo. The violence against woman
de la fuerza, la dignidad de una
is defined as any act of violence
mujer violentada se encuentra por
that results, or may result in a physi-
encima del conflicto, y que tiene
cal, sexual or psychological harm to
los medios para reconocer, defend-
women, by the mere fact of being
erse y eliminar cualquier forma de
a woman. But, beyond the strength,
violencia.
the dignity of a woman violated, is
the
murder
of
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Bravo,A: LAs personas que no aman las mariposas
LAS PERSONAS QUE NO AMAN A LAS MARIPOSAS “¿Quieres volar? Hay mucha sombra encima y tienes rota un ala. (…) No insistas en volar. Es de noche. Mira cuánta sombra en las ramas, y la sombra es el peso que nos duerme: es muy sutil y aplasta”. (Federico García Lorca. El maleficio de la Mariposa – Acto II, Escena VII –) El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1.999, y se celebra anualmente cada 25 de noviembre en recuerdo de las tres hermanas Mirabal que fueron asesinadas ese día en 1.960, en República Dominicana, por órdenes del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. La tortura a la que fueron sometidas Patria, Minerva y María Teresa, conocidas como “las mariposas”, y su posterior asesinato, fue el aleteo que precedió a una serie de encuentros, debates e instrumentos internacionales a lo largo del mundo, especialmente en América Latina, sobre la materia, la violencia contra la mujer. En una sociedad civilizada, con la mirada enfocada hacia la evolución de la persona en todo su esplendor, igualdad y libertad, constituyen los pilares fundamentales de una vida armoniosa, donde la dignidad de cada uno/a se encuentra firmemente asegurada. En esa línea de razonamiento, resulta indudable que las mujeres, por el sólo hecho de ser personas, tienen aspiraciones a concretar un proyecto de vida armonioso, y que la garantía de su integridad personal “reconocida” es la posibilidad de autodeterminarse, piedra angular de todos sus derechos. Sin embargo, la verdadera realidad de muchas mujeres, se desarrolla bajo afirmaciones tales como que las mujeres sustentamos nuestras aspiraciones profesionales, laborales y económicas en el poder que nos otorga la “ideología del género”, y que conscientemente, manipulamos la realidad política que nos rodea para provecho personal. A lo que se agrega, como un comentario de soslayo, que la única forma de que “crezcamos”, es bajo la sombra de la “tranquilidad” propia de los límites que nos indica nuestra cultura, porque de lo contrario estamos condenando a aquellos que dependen de nosotras, condenando nuestra propia vida. Y que ello es así, porque el “vértigo” que nos genera la acentuación de las diferencias de género, en el sentido de crear privilegios para las mujeres (en el mundo académico, político e industrial), nos vuelve personas inestables y peligrosas, claro por la susceptibilidad, vulnerabilidad y el sentimentalismo propio de nuestra femeneidad. Estos, y muchos argumentos más, son los que se utilizan en una sociedad latinoamericana como la nuestra cuando una mujer –niña, adolescente, joven, madura y anciana- intenta construir su vida en relación a sus proyectos; cuando una mujer piensa a futuro. De manera que la regla no es la igualdad, la regla es la desigualdad negativa. La diferencia que el trato diario de personas que, arraigadas en una estructura básica de pensamiento, sostienen a rajatabla –consciente e inconscientementeque la mujer tiene un rol que no puede superar bajo ningún aspecto, porque de lo contrario, se cae voluntariamente en una vorágine de violencia, para lograr corregir o domar esos impulsos autodeterministas. El término “violencia” es definido por la Real Academia Española como “1. f. Cualidad de violento. 2. f. Acción y efecto de violentar o violentarse. 3. f. Acción violenta o contra el natural modo de proceder. 4. f. Acción de violar a una mujer” . En consecuencia, según las distintas acepciones, se considera que la violencia es abuso de la fuerza humana, en una situación antinatural de proceder, contra una o varias personas, con un fin u propósito determinado; a lo que el dic-
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Bravo,A.:LAs personas que no aman las mariposas
cionario suma, la vejación sexual de la mujer, como una connotación secundaria. Ahora bien, la diferencia entre el tipo de violencia a la que fueron sometidas las “mariposas” y a las que son sometidas muchas mujeres, de otras formas de agresión y coerción, estriba en que en estos casos el factor determinante es, que son mujeres. Frente a esta realidad, en el año 1.993, la Asamblea General de las Naciones Unidas, reconociendo que era necesaria una “declaración de los derechos que se deben aplicar para asegurar la eliminación de toda violencia contra la mujer en todas sus formas, y un compromiso de los Estados y de la comunidad internacional en general para eliminar la violencia contra la mujer”, aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En su artículo 1 establece que: “el termino `violencia contra la mujer´ es todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida pública como en la privada”. Como se puede apreciar, la definición es amplia, y sienta la base para una serie de mecanismos de reconocimiento y prevención de todo acto de abuso de la fuerza ejercido contra la mujer en cualquier contexto y espacio. Paralelamente, nuestro hemisferio, por tratarse de una temática tan “común” en la realidad Latinoamericana, no quiso permanecer ajeno a este movimiento de protección. Por esta razón, el Sistema Interamericano de protección ha avanzado un poco más allá del Sistema Universal, en los resultados que la discriminación basada en el sexo puede tener en nuestro crisol cultural. En efecto, nuestro sistema específicamente reconoce que las desigualdades entre hombres y mujeres, desigualdades sociales, culturales, ideológicas, económicas, políticas, etc, están tan arraigadas en nuestro continente, a tal punto que, la violencia es la utilizada como herramienta de control del sexo femenino. De esa forma, superando el carácter meramente enunciativo de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y del Ciudadano (1.948) y la generalidad de contenido de la mismísima Convención Americana sobre Derechos Humanos (1.968), ante el reconocimiento de la particularidad de algunos problemas que afectan especialmente a las mujeres, en el año 1.994, por impulso de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), se adoptó la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, conocida informalmente como “Convención de Belem do Pará”. La misma, recordando que la violencia contra la mujer trasciende todos los sectores de la sociedad independientemente de su clase, raza o grupo étnico, nivel de ingresos, cultura, nivel educacional, edad o religión y afecta negativamente sus propias bases; reconoce en su preámbulo que la violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales y limita total o parcialmente a la mujer el reconocimiento, goce y ejercicio de los mismos. Define a la violencia contra la mujer como “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito de lo público como de lo privado”. En una redacción más simple que la de la Declaración de la A.G.O.N.U., pero no por eso menos importante y vinculante, se efectúa una descripción valiosísima, de la variedad de comportamientos -activos y pasivos-que puede asumir la violencia que se sustenta en la pertenencia del sexo femenino, y los resultados que de la misma pueden derivar, en cualquier contexto de la vida de una mujer, incluidos la muerte. Las distintas formas de violencia que experimentan las mujeres en nuestro continente son la primera causa de muerte y de minusvalía, por encima del cáncer, la guerra y los accidentes de tráfico. La tolerancia social, el silencio, y la impunidad acompañan con frecuencia a este tipo de violencia, como la sal y pimienta de una ensalada venenosa.
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Bravo,A: LAs personas que no aman las mariposas
La conducta violenta puede manifestarse como: Violencia física: la que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño, o el riesgo de producirlo y cualquier otra forma de maltrato o agresión que afecte su integridad física. Tales como empujones, cachetadas, ataques con objetos o armas, tirones de pelo, rasguños, golpes.
Violencia sexual: cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso
genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así como, comentarios y gestos no deseados, exigencias sexuales bajo presión o amenaza, burlas acerca del cuerpo de la mujer, agresiones sexuales con armas u objetos, que podrían derivar en prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.
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Violencia emocional:
Bravo,A: LAs personas que no aman las mariposas
la que causa daño emocional y disminución de la autoestima o perjudica
y perturba el pleno desarrollo personal, o que busca degradar o controlar sus acciones, comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso, hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación o aislamiento. Se materializa a través de amenazas, insultos, burlas, gritos, sobrenombres descalificadores, humillaciones, interrogaciones, amenazas de herir o atacar a seres queridos, destrucción de objetos importantes, autoritarismo o cualquier otro comportamiento que mantenga a la mujer en permanente tensión emocional
Violencia Económica y patrimonial: la que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos
económicos o patrimoniales de la mujer, a través de la perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes, pérdida, sus-
tracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos patrimoniales.
Violencia Simbólica: la que a través de patrones
estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad. Asimismo, en el artículo 2 de ambos instrumentos internacionales reseñados, se determinan tres esferas en las que se manifiesta la violencia contra la mujer: a) violencia física, sexual o psicológica que se produce en la familia o unidad doméstica, (a lo que Belem Do Pará agrega la situación de no convivencia del agresor con la mujer), incluido malos tratos, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la violación por el marido, la mutilación genital femenina, actos de violencia perpetrados por otros miembros de la familia. b) violencia física, sexual o psicológica perpetrada dentro de la comunidad en general, inclusive la violación, el abuso sexual, el acoso y la intimidación en el trabajo, en instituciones educacionales y en otros lugares, la trata de mujeres y la prostitución forzada. c) la violencia física, sexual o psicológica perpetrada o tolerada por el Estado donde quiera que ocurra.
Asimismo, cabe agregar que el artículo 6 de la Convención de Belem Do Pará, reconoce la íntima vinculación que media entre la violencia, la discriminación y la educación, al establecer el derecho de toda mujer a una vida libre de violencia, la que comprende, el derecho a ser valorada y educada libre de patrones estereotipados de comportamientos, prácticas sociales y culturales basadas en conceptos de inferioridad o subordinación. Para ello no debe olvidarse su diálogo con la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer (CEDAW), desde que la violencia es una consecuencia de la discriminación que limita gravemente el disfrute de sus derechos. Cada 25 de noviembre se invita a gobiernos, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales y sociedad civil a emprender actividades dirigidas a sensibilizar al público respecto del problema en este día, como una
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Bravo,A: LAs personas que no aman las mariposas
conmemoración internacional. En ese contexto, para algunos “idílico y legalista”, la teoría del caos sostiene que el aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo. Esto no es caos, no es una ideología más entre muchas sobre el rol de las mujeres. La historia de violencia vivida por “Las Mariposas”, no es un relato de tiempos pasados que no volverán; es un caso testigo de muchos que lamentablemente sobrevinieron a lo largo de toda Latinoamérica que sirvieron, sirven y servirán de ejemplo de que la dignidad y autodeterminación de las mujeres –en cualquier etapa y aspecto de su vida- NO se anula con la violencia, sino que se fortalece, y que previo a un deber de los Estados, es un deber de las personas el de concientizarse acerca de este flagelo que ataca y destruye seriamente los cimientos de toda sociedad civilizada que aspira a la promoción y defensa de los derechos humanos. Es un día de cada año, pero para nosotras, las mujeres, es el reconocimiento de aquellas que padecen la violencia como un hecho consumado, con la errónea naturalidad en una cotidianeidad roída de estereotipos que convencen de que hay motivos superiores para soportarla en silencio; es mucho más que un día, más que cifras, más que letra. El aleteo de una mariposa puede despertar tempestades o cambiar el rumbo de cualquier acontecimiento, aún con un ala rota. En conclusión, un hecho de violencia –aislado o continuado-, a través de los casos testigos que han marcado la historia de la humanidad, y a través de los instrumentos y mecanismos de protección existentes, no constituye un acto normal, que nos merezcamos por querer volar más alto. No. Son experiencias que –guste o no- tienen impactos diferenciales en la calidad de vida, en la sociedad, en la mismísima dignidad. El aleteo de una mariposa puede despertar tempestades o cambiar el rumbo de cualquier acontecimiento, puede cambiar el mundo, no es caos, es sólo una mujer que vuela por encima de su sombra.
FUENTES: Badilla, A. (2012) La Igualdad de Género en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Seminario Monográfico: Género y Derecho Constitucional. Instituto de Derecho Público Comparado. Proyecto de Fortalecimiento de la Justicia Constitucional en Ecuador. Quito. Recuperado de: http://www.iidh.ed.cr/comunidades/derechosmujer/docs/dm_interinteres/igualdad%20de%20genero%20en%20el%20sistema%20interamericano.pdf.
Badilla, A., Torres García, I. (2004). La protección de los derechos de las mujeres en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos y los derechos de poblaciones migrantes, las mujeres, los pueblos indígenas y los niños, niñas y adolescentes. San José. Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Volumen I. pp. 91-190. Recuperado de: http://www.iidh.ed.cr/comunidades/derechosmujer/docs/ dm_documentospub/diagnostico%20si-mujeres-final.pdf.
Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer. (1992). Recomendación General Nº 19: La violencia contra la mujer. Recopilación de las observaciones generales y recomendaciones generales adoptadas por órganos creados en virtud de tratados de derechos humanos. UN Doc. HRI/GEN/1Rev.7. Recuperado de: http://www.un.org/ womenwatch/daw/cedaw/recommendations/recomm-sp.htm.
Hitter, J., Fappiano, O. (2012).Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Buenos Aires. Editorial Ediar Hoff Sommers, C. (1994) Who Stole Feminism?: How Women Have Betrayed Women. Washington. Editorial Simon & Schuster.
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Bravo,A: LAs personas que no aman las mariposas
Ley Nacional Nº 26.485. Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales. Argentina. Recuperado de: http://www.jus.gob.ar/areastematicas/violencia-de-genero/tipos-y-modalidades-de-violencia.aspx.
Tramontana, E. (2011) Hacia la consolidación de la perspectiva de género en el Sistema Interamericano: avances y desafíos a la luz de la reciente jurisprudencia de la Corte de San José. San José. Revista Nº53. Instituto Interamericano de Derecho Humanos. Recuperado de: http://iidh-webserver.iidh.ed.cr/multic/UserFiles/Biblioteca/IIDH/7_2011/6664.pdf ONU. (2011). Plan Estratégico de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad entre los Géneros y el Empoderamiento de las Mujeres, 2011-2013. ONU Mujeres. 2011. Recuperado en: http://undocs.org/sp/UNW/2013/6. ONU. (1993). Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Recuperado de: http://www2.ohchr.org/ spanish/law/mujer_violencia.htm.
OAS. (1994). Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer. Recuperado de: http://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/a-61.html. ONU. (1979). Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Recuperado de: http://www.un.org/womenwatch/daw/cedaw/text/sconvention.htm.
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Sagot, J: La paz como construcción cultural
La paz no es un terminus ad quem, sino un tránsito, un periplo, un “ir hacia”: es preciso reinventarla, revisarla y remozarla constantemente. Tal debe ser, al día de hoy, el principal afán de la criatura humana.”
Jacques Sagot Jacques Sagot Martino es pianista y escritor, actualmente es Embajador de Costa Rica ante la UNESCO en París. Obtuvo el doctorado en artes musicales en Rice University de Houston. Además, posee un doctorado en estudios culturales franceses, también por Rice University. Es Caballero del Orden de las Artes y las Letras de Francia. Como pianista es concertista internacional y su discografía incluye cinco discos compactos cuyo repertorio va de Mozart a Ginastera. Como escritor ha publicado once libros y cientos de artículos de opinión en diferentes periódicos y revistas.
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Sagot, J: La paz como construcción cultural
La paz como construcción cultural Articulo recibido: 16 de febrero, 2014- Articulo aprobado: 21 de mayo, 2014
RESUMEN La paz es una construcción cultural. Ha supuesto la supresión de diversas pulsiones naturales que posiblemente no puedan ser consideradas, en el sentido estricto del término, instintos. Como proyecto de convivencia, la paz niega todos los principios de la ley natural y distancia saludablemente al ser humano del estado de natural. Se ha constituido como una sedimentación milenaria, ha sido codificada de diversas formas y fundamentada en múltiples argumentos filosóficos. La paz no es un terminus ad quem, sino un tránsito, un periplo, un “ir hacia”: es preciso reinventarla, revisarla y remozarla constantemente. Tal debe ser, al día de hoy, el principal afán de la criatura humana.
Abstract Peace is a cultural construction. It presupposes the suppressions of several natural pulsions that could not probably be considered instincts, in de strict sense of the term. As a project of harmonious coexistence, peace negates all the principles of natural lay and implies a healthy process by virtue of which human beings take distance from the natural state. It has consolidated itself as a millenary sedimentation, has been codified in many different ways, and has found its basis on a variety of philosophical arguments. Peace is by no means a terminus ad quem, but rather a transit, a journey, a process of “going towards”: it is imperative to revise it and refresh it constantly. Such should be, today, society´s main preoccupation.
Palabras clave, key words
Paz, construcción cultural, instinto, pulsión, ley de natura, Homo homini lupus, Hobbes, Rousseau, Kant, democracia, territorialidad, genealogía de la guerra, lucha por el espacio, lucha por el tiempo. Jacques Sagot
Contacto Global,3, pp. 16-25 ,2014 ISSN: 2215-3578 • 17
Sagot, J: La paz como construcción cultural
La paz como construcción cultural La paz es una construcción cultural y una especificidad humana. Como la guerra, es propia y exclusiva del anthropos. No la encontraremos en ningún lugar en la naturaleza. Es lo primero que, a riesgo de proferir con ello una perogrullada, conviene recordar. Los animales no conocen ni la paz ni la guerra. Luchan por sobrevivir: eso es todo. Matarán cuando proceda matar, y evitarán agredirse cuando tal cosa sea posible. Pero las nociones de “paz” y “guerra” son eminentemente humanas. ¿La naturaleza “armonía”? Sí, quizás, pero en ese caso señalemos que la armonía está hecha de consonancias como de brutales, ríspidas disonancias.
No suscribo a la concepción lírica de la naturaleza como ese
locus amoenus que celebraron algunos pintores y poetas decimonónicos. ¿Una visión estetizada de la naturaleza? El siglo XIX lo estetizó todo: Dios, la naturaleza, la mujer, el amor, la justicia, la revolución, la muerte, la vida, el miedo, la noche… ¡Aun la fealdad devino una categoría estética! (Es lo que propone Victor Hugo en su prefacio de Cromwell (1999)). Pero una cosa es celebrar la belleza del mundo natural, y otra hacer de él un paradigma ético. La naturaleza que reprodujeron Turner, Corot, Friedrich, Constable, Cole, en sus grandes telas, nos propone un modelo estético (grandeza, majestad, fuerza, terror, potencias indomeñables, pequeñez e indefensión del hombre ante el cosmos), pero no un modelo ético. Los tigres de Delacroix, que se destrenzan uno al otro en feroz abrazo, no nos proponen: es así como deben vivir los seres humanos. Son una expresión de eso que Kant, en su Tratado de lo Bello y lo Sublime (1990), hubiera llamado: lo sublime terrorífico, una belleza a menudo convulsa y sobrecogedora. La expresión de fuerzas que aplastan al ser humano, que lo desbordan y no hacen sino subrayar su soledad esencial (piénsese en El caminante sobre el mar de nubes de Friedrich (1818)). Siento más verdad en esta concepción, que a la visión pastoral que nos propone una naturaleza “disciplinada”, “bien portadita”, “señorita de buenos modales”. Los maestros antes aludidos vieron en la naturaleza a una madrastra, más que a una madre. Le temían por cuanto les fascinaba, los fascinaba por cuanto le temían. Tremendum fascinosum. No es una naturaleza sonriente y acogedora. En esta sensibilidad advertimos ya una intuición fundamental: el ser humano se ha divorciado de la naturaleza. Es un extraño -un alien- en su seno. Forma parte de un orden superior -es cosa que no niegan- pero constituye una disonancia, una anormalidad, una teratología, una especie de monstruo. ¿Degenerescencia, perfeccionamiento? No lo sabemos. Pero lo esencial es esto: el eser humano descubre otro, toma conciencia de su alteridad irreductible con respecto al mundo natural. Algunos lo celebran (los filósofos del mundo de las luces y su meta-narrativa del progreso, el mito de la tierra prometida que cree entrever el positivismo cientificista, el culto supersticioso a la máquina, la embriaguez de la Revolución Industrial), otros lo deploran (el ser humano es producto de la naturaleza, no puede disociarse de ella, tal cosa sería como negar a la madre, una aberración y -sobre todo- un acto de narcisismo antropológico que nos llevaría a la auto-destrucción). No tomemos, por lo pronto, posición. En Leviathan (1994), Hobbes describió muy elocuentemente lo que es el estado de natura, ese en que, el hombre es lobo del hombre. La naturaleza no puede ser nuestro paradigma para extraer de ella un modelo convivencial. Porque la ley natural por excelencia, la primera de todas es esta: sobrevivirá el más apto, se perpetuarán los mejores genes, y la vida es, en esencia, un proceso de selección en el que solo prevalecerán los más fuertes (los organismos más capaces de adaptabilidad). No es clemente ni compasiva, la naturaleza: aplastará al débil y asegurará la pervivencia del fuerte. Privilegiará a la especie por sobre el individuo (noción que a los seres humanos nos resulta particularmente inquietante). Pero recordemos: la naturaleza, siendo violenta, no es guerrera. La guerra es una elección, y como tal presupone un juicio ético: el león no le asesta a la cebra el zarpazo ultimador después de profunda reflexión ética. No es un guerrero: es… pues simplemente un depredador. Todo en él se reduce a instinto. El ser humano tiene instintos y pulsiones (¡no son lo mismo!), pero también muchas otras cosas. ¿Es el ser humano un animal? Por supuesto que sí. Es cosa que hemos establecido hace mucho. Pero urgiría añadir -y subrayo el adverbio- no es únicamente un animal. No adscribo a una definición puramente biologista de la criatura humana. Lo propio del animal es el instinto: una pauta de conducta hereditaria. Automatismo. Un impulso que va acompañado de su “savoir faire”, del cómo. El recién nacido que, tan pronto es acercado al pezón de la madre, sabe que debe succionar y encuentra en ello gratificación inmediata, actúa por instinto. Viene al mundo equipado con este “conocimiento”. La sexualidad es una pulsión, pero no un instinto: si no nos enseñan cómo vivirla, la vamos a experimentar como mera urgencia en busca de alivio (en nada diferiría de la sed o el hambre). Puede, por el contrario, hablarse de
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instinto de reproducción. El “savoir faire” sexual es una adquisición cultural. El llamado “instinto de supervivencia” no pareciese formar parte de nuestro hard disk natural: hasta la prematuridad, la cría humana ignora cómo defenderse, y no “siente”, siquiera, que deba prenderse de la vida a toda costa. Algunas teorías biologisistas sostienen que la criatura humana podría tener un instinto religioso. Es una hipótesis sostenible. Si las formas del culto son estrictamente relativas y culturalmente condicionadas, la sed de divinidad pareciese ser un componente constitutivo del anthropos. No ha habido jamás clan, tribu, pueblo o nación, en lugar alguno del mundo, que no tenga su dios -o sus dioses. La capacidad de discernimiento entre el bien y el mal (aunque, por supuesto, la definición de uno y otro varía según las culturas, a veces de manera radical) pareciese ser, también, instintiva: una forma particular de la sensibilidad. Freud hubiera hablado de pulsiones más bien que de instintos. Y estas pulsiones no serían más que dos: Eros (la auto-conservación y la reproducción), y Tanathos (la muerte). De manera más general, muchos dirían que los seres humanos propenden naturalmente a buscar el placer y evitar el dolor (con lo cual, el suicidio, acto tanásico por excelencia, obedecería simplemente a la necesidad perentoria de poner fin al dolor). Pero la búsqueda del placer y la evitación del dolor se manifiesta de manera innata en cualquier animal: no pareciese ser una especificidad humana. Tampoco lo es la lactancia, pero siquiera, en el acto de lactar, el bebé llega al mundo “equipado” de una pauta a seguir: percepción de la necesidad, búsqueda del objeto, identificación del objeto, utilización del objeto, satisfacción y apaciguamiento del estado de necesidad. No podemos decir otro tanto de la sexualidad, de la religión ni de la supervivencia. En el mundo intrauterino, la criatura humana es ya perfectamente capaz de experimentar placer y displacer, pero no sabe aún cómo procurársela. La música -percibida en el universo amniótico esencialmente como ritmo: palpitación del corazón materno- es una vivencia primigenia, pero no la identificaremos como música hasta que no seamos iniciados en ella. En el deseo sexual no pasaremos de reconocer el objeto que lo suscita, pero la mecánica de su satisfacción es aprendida -¡en el mejor de los casos! ¿La necesidad de Dios, la vocación de eternidad, la sed de lo divino, el sobrecogimiento místico? Vendrán después, y las formas rituales del culto serán estrictamente pautadas por la cultura. Tres cosas parecen seguras: el instinto tiene, primariamente, una función adaptativa, compromete a todo el organismo vivo, y se define como una pulsión que llega, como Palas Atenea surgiendo de la cabeza de Júpiter, armada ya de su propio “método”. ¿Es la guerra un instinto? ¿Cabe hablar de un instinto guerrero? ¿Sería más exacto describirlo como un instinto territorial (la guerra comienza siempre siendo guerra por el espacio)? ¿Es la guerra una realidad biológica? Si tal es el caso, el ser humano no escapará a ella si no es violentando su propia naturaleza (y tal sería, en principio, la milenaria gestión de la civilización, por demás tan sangrientamente incivilizada). Pero la territorialidad (y en ella nos iría la lucha por el alimento, el agua, el espacio para la procreación), ¿no es ya un sub-producto de la “voluntad de poder”? (Nietzsche). ¿No será esta “voluntad de poder” otra cosa que un elaborada perífrasis para “instinto guerrero”? ¿Se hace la guerra cediendo a Eros -el llamado de la vida- o por coqueteo con Tanathos -la fascinación de la muerte-? Pero tal vez convendría redefinir la “voluntad de poder” nietzscheana: acaso se incurra en una lectura incorrecta del filósofo, al equipararla a guerra. La “voluntad de poder” es, simplemente, regocijo en la vida, disfrute a plenitud de nuestras facultades vitales (entre las cuales se contaría la tendencia a expandirnos, con lo cual empezaríamos a colisionar con las “voluntades de poder” de nuestros vecinos). Finalmente, actividades pugnaces, como el deporte, la política o las finanzas ¿se inscribirían dentro del registro guerrero del ser humano? El equipo que pugna por no ser eliminado de un campeonato -y llega al punto de transgredir normas, cometer infracciones, en el peor de los casos, agredir físicamente al rival- ¿no expresa con ello simplemente su voluntad de sobrevivencia? Bourdieu hubiera probablemente dicho que el ser humano no puede evitar competir, que todo es juego, que en todo propendemos a prevalecer: no solo en las áreas antes citadas, sino también en el arte, la ciencia, la religión, la filosofía, el mero músculo… Aun el más magnánimo de los filántropos digerirá mal la idea de ser superado en filantropía y generosidad por otros grandes altruistas. Así pues, tal parece que no podríamos escapar al juego del poder. Camuflada de mil maneras diferentes, fecunda en ardides y disfraces, la sed de poder contamina toda gestión humana. Cierto del Papa como del Dalai Lama, de Albert Schweitzer como de la Madre Teresa de Calcuta. Ahora bien, si todo es juego, resulta inevitable que haya ganadores y perdedores. Son especies correlativas: para que haya una debe existir la otra: hay ganadores justamente por cuanto hay perdedores. Pero, ¿no sería esto suscribir a una peligros forma de darwinismo social? ¿Qué es eso que llamamos “civilización” y “cultura”, sino un lento, progresivo, irreversible divorcio del ser humano de la naturaleza? Un distanciamiento que comenzó hace ocho mil años, cuando el Tigris y el Éufrates “inventaron” la civilización. Lo propio del ser humano ha consistido en separarse de la naturaleza, en constituir una especia de contra-natura: eso es justamente la cultura, eso es la civilización. Nuestra verdadera naturaleza, a estas
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alturas, no es la de Tarzán: es la cultura. Baudelaire (2005), decía que puesto que lo característico del ser humano es alejarse de la naturaleza, ¿no debería de considerársele tanto más natural cuanto más se aleje de ella? La cultura no es “la segunda naturaleza” del ser humano: es ya la primera. Esto nada tiene que ver con los ecocidios y la devastación que hemos sembrado en el planeta: eso es, por supuesto, reprensible, y pagaremos por ello (Dios perdona siempre, los hombres a veces, la naturaleza nunca). Aunque jamás hubiésemos talado un árbol, el hecho es que lo propio del ser humano es salir del “estado de natura” y crear una serie de normas e instancias convivenciales (el Código de Hamurabi, las tabals de la Ley Romana, el Contrato social de Rousseau, el estado de derecho, la Declaración de los Derechos Humanos, La Organización de las Naciones Unidas, la Corte Internacional de Justicia de la Haya, etc.) Así que no: la naturaleza no puede ser “consultada” cada vez que tenemos que decidir si lo que vamos a hacer es bueno o malo. Porque la naturaleza no es buena ni mala: es éticamente neutra. Bueno o malo sólo podría serlo un ser dotado de capacidad de discernimiento ético, y ella no lo tiene. Para ejercer la ley de la selección natural y la sobrevivencia del más apto, la naturaleza no consulta código alguno. El león devora a la cebra más vieja y valetudinaria: es natural, ¡y les aseguro que lo hace sin el menor miramiento, y sin leer antes la Declaración Universal de los Derechos Animales! Muy bien: ¿es así como queremos vivir? ¡Pues entonces la naturaleza no puede ser nuestro paradigma, y bien hemos hecho en divorciarnos de ella!
Muy por el contrario, muchas religiones -de manera notoria el cristianismo- han propugnado la ética de la caridad, la solidaridad, la protección al débil, al desamparado. La proclama de “igualdad, libertad y fraternidad” de la Revolución Francesa, el Imperativo Categórico de Kant, la ética de Spinoza (1993), de Lévinas, la Declaración de los Derechos Humanos son, en algunos puntos (¡no en todos!) reformulaciones laicas de los principios cristianos. Aun el modelo social propuesto por Marx comparte con la doctrina cristiana aspectos significativos. Las Bienaventuranzas, de Jesucristo, ¿no son la negación misma de la ley de natura? Privilegiar al débil, socorrer al frágil, preservar de la extinción al enfermo, amar y proteger justamente a aquel que menos generosamente ha sido dotado por natura (el “pobre de espíritu”). Bella, y novel concepción ética del mundo. Si rigiésemos nuestras vidas según el modelo “natural”, la convivencia sería inconcebible. Nada podría ser más barbárico que el darwinismo social: la selección natural: exterminar a los débiles. En este punto -¡y por fortuna en tantos otros!- está claro que el ser humano le dice “No” a la naturaleza. Lo cual nos lleva a esta para-
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doja: la naturaleza, en su “proyecto” evolutivo, ¿habría “previsto” esa contra-natura que es el ser humano, que viene a negar su mandato fundamental (la selección natural)? ¿Una especie de ruptura, de punto de regresión? ¡Porque la Declaración de los Derechos Humanos no tiene absolutamente nada de natural! Así pues, invocar la naturaleza como principio para estructurar una moral -sistema de prohibiciones- o una ética -modelo propositivo- es completamente inaceptable. Lo que Moore llama: a naturalistic fallacy (2004). Nos queda claro, entonces, que ni la paz ni la guerra son fenómenos naturales. Hay violencia en la naturaleza, sí, y momentos de armoniosa convivencia, pero son las treguas inevitables que ritman los ciclos de saciedad y apetito de los depredadores. Se interponen entre nuevas carnicerías, ¡no son producto de “pactos de no agresión” o de “treguas civiles”! La cadena trófica es el proceso de transferencia de sustancias nutritivas a través de las diferentes especies de una comunidad biológica, en el que cada uno se alimenta del precedente y es alimento, a su vez, del siguiente. También conocida como cadena alimenticia o cadena alimentaria, es la corriente de energía y nutrientes que se establece entre las distintas especies de un ecosistema en relación con su nutrición. Y todos los eslabones de la cadena está movidos por el mismo principio: la voluntad de permanecer en la vida. Eso que Spinoza llamaría: el conatus (esfuerzo, tentativa) y Unamuno, apoyándose en su predecesor, el perseverar en el ser. Todo propende a la vida. Nadie ni nada quiere morir. La voluntad de morir, ceder al canto de sirena de Thanatos -la pulsión de muerte de que hablaba Freud- es cosa que rarísima vez encontraremos en los animales. De nuevo, es una especificidad humana. Y volvemos a plantearnos la pregunta inicial: así vistas las cosas, ¿es la guerra una manifestación de la pulsión de vida -voluntad de expandir las potencias vitales, de colonizar, proliferar, conquistar espacio-, o antes bien, una de las más insidiosas máscaras da la pulsión de muerte (un disfrazado anhelo de disolución, embriaguez de muerte)? ¿Ambas cosas, quizás? Sabemos que hay actos en los que ambas pulsiones se conjugan. Uno de ellos es el éxtasis erótico. En la cima del placer, el ego se derrite, de evapora, muere momentáneamente (si me permiten la contradicción en los términos). Los amantes mueren a sí mismos, y renacen en el ser amado. Se sienten arrebatados, dérobés, sus almas arrancadas de sus cuerpos. Es, justamente, lo que la palabra “éxtasis” significa etimológicamente: salir de sí mismo, movimiento. Los franceses han acuñado la expresión “la petite mort” (la pequeña muerte) para aludir al orgasmo. Así pues, en el seno del acto vital por excelencia, de esa gran celebración de la vida que es éxtasis erótico (la vida juega con nosotros: nos abandonamos a ella, una fuerza superior nos usa y se expresa a través nuestro para asegurar su perpetuidad en la procreación), una latencia de muerte permanece, ahí, clandestina, incubada: algo en nosotros muere, en el momento en que creemos vivir más intensamente. El fenómeno de la disolución del ego en el éxtasis erótico fue bien estudiado por Freud: es una de las más fascinantes paradojas de su visión del ser humano: ¡el acto en que más intensamente se manifiesta la vida, está habitado por la muerte! Unamuno se refiere a esta paradójica vivencia en Del sentimiento trágico de la vida, cuando alude a la reproducción de ciertos organismos unicelulares. La escisiparidad es una forma de reproducción asexual realizada por fisión o escisión del individuo progenitor en dos o más partes. Se pueden distinguir varias formas de escisiparidad en animales: en la arquitomía asistimos a una escisión espontánea en varias partes, a partir de las cuales se regeneran individuos completos. Se da en algunos celentéreos, equinodermos, platelmintos y unos pocos anélidos. En la paratomía, tenemos un caso de escisiparidad en la que previamente a la escisión se han diferenciado dos individuos completos. La encontramos en algunos anélidos y platelmintos. En el fenómeno de la esciparidad -el modo de reproducción que imperaba en la tierra hace 500 millones de años, cuando la vida no había emergido de los océanos- cada organismo tenía que morir a sí mismo –dejar de ser lo que era- a fin de perpetuarse en dos o más entidades. Mutatus mutandis, Unamuno hace extensivo este concepto al éxtasis genésico de la mujer en el momento del alumbramiento. Se fractura, se divide, no será ya nunca más lo que era, a fin de sacar una nueva vida, un nuevo ser de su entraña. Espacio intersticial y algo perturbador de coincidencia vida-muerte. Por eso es experimentado como gozo y agonía. En grado extático, supremo. Emanuel Lévinas (1984) irá un paso más allá, y dirá que, el alumbramiento es la única instancia en que un ser puede dividirse, permaneciendo ontológicamente unificado: ser dos en uno, sin que ello comprometa su principio de identidad y su integridad ontológica. No encontraremos, en el infinito espectro de las vivencias humanas, experiencia comparable.
Quienes sostienen que la guerra es un instinto, que forma parte de nuestra dotación genética, que es biolo-
gismo puro, olvidan que toda la gestión de eso que llamamos “civilización” ha consistido, precisamente, en divorciarnos del estado de natura, y en la supresión (sublimación, elaboración, transformación) del instinto. ¿Que ello ha generado un “malestar en la cultura (Freud, 1999)”? Concedido. Pero forzoso es convenir en que “un malestar en la cultura” es preferible a estar dándonos de mazazos unos a otros por la cabeza. Lo propio de la civilización ha sido justamente eso: disciplinar el instinto. Tomarlo como materia prima, como energía primal para elaborar productos culturales más o
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menos valiosos. Un trabajo de “alquimia histórica”: transformar el clamor de las vísceras, del primate que todos llevamos dentro (quiero dominar, copular con todas las féminas o machos del clan, asesinar al espécimen alfa y usurpar su poder, asegurar mi alimentación, ahuyentar con mis rugidos u orines a los rivales, perpetuar mi estirpe) en constructos culturales complejos y simbólicos. Propongo dos ejemplos, en áreas particularmente pugnaces. Primero: la política es un constructo cultural. No es, de ninguna manera, el mundo de la armonía, la conciliación, la beatitud, la consonancia. La política es guerra ideológica, combate, confrontación de posiciones. Es disonante, chirriona. Una lucha por el poder -y la ciencia que estudia las maneras de administrarlo, ¡pero para ello hay que comenzar por adquirirlo! Los hay que contra-argumentarían: la política es la más alta expresión de la vocación de servicio, y demanda tremendos sacrificios personales en aras del bien común, la postergación de mi propio bienestar para luchar por el de los demás. Es posible, sí, por qué no. Pero de nuevo: para poder servir -de manera masiva y eficaz, desde una instancia de autoridad- tengo que comenzar por copar el poder. De modo que, como fin en sí mismo -lo cual sería aberrante- o como medio para contribuir al bien de una comunidad, no puedo obvia el hecho de que la política se propone, en primer lugar, como una contienda (la expresión “contienda electoral” es, de hecho un lugar común). Si me permiten la antinomia aparente en los términos de que voy a servirme, la política es una guerra civilizada. Segundo ejemplo: el deporte. De manera más transparente, más inequívoca, salta a la vista todo cuanto en él hay de bélico. El “citius altius fortius”, lema de los juegos olímpicos, formula, codifica de manera socialmente aceptable lo que puede traducirse como “quiero prevalecer”. Una expresión más de la “voluntad de poder” nietzscheana. “Quiero ser campeón, quiero imponerme, quiero ser el más fuerte, el más veloz, el más hábil”. De nuevo: para que haya ganadores tiene que haber perdedores, para que un equipo gane el Campeonato Mundial de la FIFA tienen que quedar tendidos en el camino siete rivales: tres en la primera ronda, uno en octavos de final, otro en cuartos, otro en semifinales, y el cuadro doblegado en la gran final. Los derrotados -en un modelo darwinista del deporte- harían las veces de los menos aptos para la supervivencia. Los que fueron elegidos por la naturaleza para la extinción. Los que mostraron menos capacidades adaptativas. El deporte no es clemente ni compasivo. El futbolista, en el terreno de juego, deberá acatar las normas básicas de la caballerosidad y del fair play, ¡pero no puede ser víctima de un acceso de compasión por su rival y regalarle el partido! Con ello quedaría como un ser humano de ejemplar nobleza… ¡pero como el peor futbolista del mundo! Añadamos a esto que ese futbolista no sólo se representa a sí mismo: representa a un país: 100 millones de personas que claman por la sangre del rival, de actuar “compasivamente” estaría traicionando a toda una nación. El trofeo solo puede ser de un equipo. Ello supone que el gladiador deberá “matar” simbólicamente a sus contendientes. Y, en efecto, un equipo que le inflige a otro una goleada de 6-0 lo “asesina” simbólicamente. Le dice: “No. Esta copa será mía, no tuya”. Una paliza electoral, una goleada, son actos supremamente violentos: no tiene caso engañarnos al respecto. Pero es una violencia depurada, elaborada, pautada, contenida, normada, protocolizada. No es concebible -ni siquiera deseable- un ser humano desprovisto de violencia. Sería una criatura amorfa, ataráxica. La violencia es necesaria: en situaciones en las que corra peligro nuestra vida, y deban accionarse automáticamente los resortes de la supervivencia, nada podría ser peor que la incapacidad para la violencia, la reacción presta, esa que delimita mi frontera existencial y le dice al invasor: “Prohibido entrar en mi perímetro de seguridad”. ¿Qué podría ser más violento que El Antiguo Testamento, la mitología griega, La Ilíada y La Odisea, La Divina Comedia, Hamlet, Macbeth, Los Miserables, Guerra y Paz, El extranjero? Pero no es violencia gratuita. La violencia está aquí domeñada, transformada en artefacto -algo hecho con arte. El cuadro Guernica (1937), de Picasso, no nos dice: “Viva así”. Nos dice, antes bien: “¡Es justo así como no hay que vivir!” Nos pone un espejo frente a nosotros, y nos invita a vernos directamente. Si no nos gusta lo que vemos, no tiene caso dispararle al espejo. En el futbol, el imaginario bélico es, de hecho, ampliamente usado: consideren las nociones de “artillero”, “cañonero”, “bombardero”, “ariete”, “punta de lanza”, “estrategia”, “táctica”, “contragolpe”, “retaguardia”, o el uso de banderas, uniformes, himnos, barras, cánticos guerreros, la noción de “la posesión de la pelota”, o “el dominio del terreno de juego”… Todo eso forma parte de la parafernalia bélica, está tomado de la milicia. El deporte transpone al plano lúdico (el ludus) y simbólico, esa voluntad hegemonista que, cuando no es debidamente procesada, se convierte en agresión inatenuada, es decir, en guerra. Y aun habría que considerar los casos en los que el deporte no solo ha fracasado como catalizador de los impulsos bélicos del ser humano, sino que se ha puesto a su servicio. Como una cultura dentro de la gran cultura -tomada esta en su sentido antropológico: la suma de las instituciones, prácticas, manifestaciones humanas en un momento histórico dado-, el futbol se enferma cuando la sociedad que lo promueve se enferma. A sociedad enferma, futbol enfermo. Los campeonatos mundiales de futbol de 1934 y 1938, ambos
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“ganados” por Italia, por decreto de Mussolini y dentro del clima de fanatismo y demencia colectiva que precedió a la Segunda Guerra Mundial, acusaron todas las aberraciones de la década. Hubo en ellos violencia, impunidad, marrulla, amenazas, extorsiones, sobornos, irregularidades de la peor estofa, supremacismo, racismo, el fascismo y el nazismo enseñoreados de una sustancial parte del mundo (la parte que gozaba de mejores índices de educación, la más culta y desarrollada, conviene señalar). La cultura del futbol reproducirá siempre el clima psicológico, los valores -o anti-valores-, la axiología de la sociedad en que está inserta. Lo que ha movido al ser humano a promulgar documentos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos es su capacidad para identificarse con el dolor de sus semejantes. Una identificación cordial (del latín cor: corazón). La operación consistente en identificarme con el dolor del otro -el altruismo- debería de sobreseer la “voluntad de poder”. Tener más peso en nuestro ser. Pero, esa “voluntad de poder”, ¿sería un fenómeno natural, o una construcción social? Inmensa pregunta. Para empezar, aclaremos que para el filósofo no era ni una cosa ni otra, sino un principio metafísico estructurador de toda su cosmovisión. La definición misma del ser. Toda criatura viviente propenderá, naturalmente, a ejercer la totalidad de su poder en cada momento dado de su existencia. No se contentará con movilizar tan solo una fracción de él: tenderá a emplear todo su potencial, a expandirse, conquistar, invadir, predominar. El árbol que tiene el potencial de hundir sus raíces hasta la entraña misma de la tierra y extenderla sobre cien metros de circunferencia, no se abstendrá de hacerlo, a menos de que lo “enanicen”, lo constriñan, lo “pigmeizen” artificialmente (los bonsai). El depredador que demarca su territorio para la cacería, no cederá un centímetro al rival si no es ofreciendo feroz resistencia. A todo esto, conviene recordar, una vez más, que los seres humanos no somos ni árboles ni leopardos. Hemos instituido una normativa convivencial regida -en los mejores casos- por nociones como ética, respeto, honor, decencia y -la palabra esencial- compasión. La capacidad de padecer-con. Es gracias a esta operación -de la que algunos psicópatas no son capaces- que no hemos todavía permitido que el licántropo que nos habita se salga de su jaula y devore a todo aquel que a nuestro lado pase. Digo el licántropo para evocar nuevamente al “homo homini lupus”, de Hobbes. La palabra esencial es, aquí, “simpatía”, no entendida en el sentido superficial con que habitualmente la empleamos. El sym-pathos (la partícula sym, presente en “sin-tonía”, “sin-cronía”, “sin-fonía”: esto es, “vibrar al unísono con”, y la palabra pathos: dolor). El arte de saber sufrir con el prójimo. La identificación -practicar ese curioso ejercicio de transmigración que consiste en ponernos en el lugar del otro, y formarnos siquiera una idea de la magnitud de su dolor- y no la disociación -que posibilita la risa como mofa, como burla: imposible reír de alguien que nos genere compasión. Si un atildado caballero pasa caminando por la acera del frente, resbala sobre una cáscara de banano y cae aparatosamente, yo puedo hacer dos cosas: me identifico con él -construyo una rápida imagen mental de su calamidad- y corro a socorrerlo, o me disocio -caso en el cual probablemente me limite a proferir una soez carcajada. Bergson (2007) sostiene que la risa es inconcebible si no es merced a una de-sensibilización, una des-identificación de aquel de quien reímos (“el mayor enemigo de la risa es la emoción” -nos dice el filósofo). Sería cierto, por lo menos, en el caso de la risa-burla. La carcajada es lo propio de Satán (de hecho la expresión “una carcajada satánica” es un lugar común lingüístico). Los dioses suelen carecer de sentido del humor, y dada la premisa anteriormente expuesta, resulta fácil comprender por qué. Jesucristo, que dudó, montó en cólera, sintió miedo, fue tentado, sufrió -y aun atravesó una momentánea crisis de ateísmo- no ríe nunca, a todo lo largo y ancho de su saga-pasión. Nietzsche soñaba con un dios bailarín. Sí, después de todo, por qué no. Bergson no hablaba de simpatía, sino de “empatía imaginativa”. Es, en esencia, lo que posibilidad la “compasión” de los budistas, la “caritas” cristiana, la “commiseratio” de Spinoza. Esa facultad -según Bergson, es una función de la imaginación- permite que nos pongamos en el lugar del otro -la alteridad- y “experimentemos” el mundo desde su punto de vista. Si no somos capaces de realizar este ejercicio de “transmigración espiritual” -y de nuevo, no lo lograremos sin la facultad de invocar imagos, esto es, movilizar todo el poder de la imaginación- no lograremos comprender el dolor del prójimo (“el próximo”), identificarnos (del latín idem: igual) con él, y tender la mano socorrista y solitaria. Seremos implacables, inclementes, feroces, despiadados. Conocemos la historia: una inmemorial genealogía de la guerra. Ninguna guerra, jamás, solucionó realmente nada. Cada guerra promete ser la última, la “guerra de las guerras”, “aquella que había de venir”. ¿Quién, a estas alturas de la historia, puede creer en tal cosa? Las guerras se imbrican unas en otras, en una siniestra sucesión, en un cortejo sin fin y sin propósito. Cada guerra no hizo sino diferir, postergar, heredar a las generaciones futuras las heridas aún supurantes de quienes vivieron los anteriores traumas históricos. Un ejemplo entre mil posibles: la Revolución Francesa engendró las campañas napoleónicas, que en buena medida engendraron la Revolución en París de 1948, que engendró la Guerra Franco-prusiana de 1871, que a su vez engendró la Primera Guerra Mundial, que engendró la Segunda Guerra Mundial,
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que por su parte engendró la Guerra Fría, que engendró la Guerra en Afganistán, que engendró la latente guerra que hoy en día confronta los mundos musulmán y occidental… Y así seguimos, en una especie de macabro génesis, cada generación tomando el relevo del odio, estallando cíclica e inexorablemente, con periodicidad alarmante y perfectamente predecible. ¡Amigos, amigas: si la guerra hubiese sido la solución, ya no habría guerras! ¡La existencia de la guerra aún y siempre, prueba justamente su inoperancia como solución, su fracaso como gestión, su ineficacia para resolver conflicto alguno! Si la guerra fuese realmente una solución, no habríamos tenido, en la historia de la humanidad, otra cosa que el asesinato de Abel por Caín: ahí habría finalizado todo (por lo menos, para aquellos que suscriben a la tradición judeo-cristiana). Jamás hubo guerra justa: esto es una aporía, una antinomia, una contradicción en los términos. Así pues, optamos por la paz. No digo “apostamos”, porque la historia no es un casino. Elegimos libre y conscientemente -un adverbio conlleva el otro- la paz. Desde que el Tigris y el Éufrates “decidieron” inventar la civilización, nos tomó ocho mil años crear la ONU, el Premio Nobel de la Paz, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, La Corte Internacional de Justicia de la Haya. Demasiado tiempo -¿no creen ustedes?- para por fin entender que no debemos darnos de golpes unos a otros por la cabeza. El homo sapiens sapiens (literalmente, “hombre que piensa”) recorre los caminos de la Tierra desde hace unos sesenta mil años. Nació en África, y ha llegado a la Antártida, el polo Ártico, la cima del Everest (8 884 metros de altura sobre el nivel del mar), el abismo Challenger, en la fosa de Las Marianas (10 923 metros de profundidad bajo el nivel del mar)… y la Luna. Lo menos que podemos decir, para ser benévolos con nosotros mismos, es que ese “hombre pensante”, antes que una criatura capaz de resolver ecuaciones de segundo grado, debe ser definido como un perfecto imbécil. En su Contrato Social (Rousseau, 2003), describe la forma en que el ser humano renuncia a algunas de sus derechos naturales, para conquistar sus derechos civiles. Darle un puñetazo en la cara a mi vecino, si este me insulta, es, ciertamente, un derecho natural: estoy capacitado para ello; tengo músculos, brazo, puño, y las masivas secreciones de adrenalina que su agravio inducirán en mí me llevarán a pegarle un certero golpe que posiblemente lo deje sentado en el borde de la acera, con fractura del tabique nasal o, por lo menos, un ojo amoratado. Igual podría robarle sus bienes, o incendiar su casa. Tengo esa libertad natural, esa facultad, esa capacidad: de eso no hay duda. Todos la tenemos. Pero el principio operativo del Contrato Social es que cada uno de nosotros va renunciar a esa libertad, va a sacrificar esa facultad, para ganar la libertad civil, esa que nos protegerá de ser víctimas de análogo tratamiento. Lo que perdemos en libertad natural, lo ganamos en libertad civil. Y esto, por una voluntad democrática: el pueblo lo ha elegido así. El pueblo elige sus leyes, y luego se pliega a ellas. Habiendo designado, eso sí, poderes encargados de vigilarlas y hacer que se ejecuten. Y el pueblo -que quiere la felicidad, y tiene ningún interés en ser enviado a morir sobre los campos de batalla- elegirá la paz, y hará de ella una ley. Es también la premisa que sustenta La pax perpetua, de Kant; el “sabio de Königsberg, desarrolla la misma tesis: si la guerra ha sido siempre comandada por déspotas -no ilustrados-, en el momento en que el poder pasase a manos del pueblo, no habría ya razón de hacer la guerra. No son los pueblos los que firman y declaran la guerra. Ellos son los que tienen que librarla. La guerra es siempre, por principio, decidida en una instancia superior de autoridad (Parlamento, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Secretario de Defensa, Rey, Emperador, ¡aun cardenales y papas!) Pero en un régimen democrático, ahí donde el pueblo detentaría el poder y viviría según leyes que él mismo habría elegido-y a las cuales, luego, opta coherentemente por adherirse- no habría razón para las guerras. A nadie le hace gracia, la idea de ir a inmolarse en un campo de batalla, defendiendo cualquier bandería o idea que sea dable imaginar. Porque la verdad de las cosas es que, en nuestra moderna sensibilidad (no siempre fue así), la vida pasa por un valor absoluto: no hay idea, bandera, escudo, causa o agenda que valga lo que una molécula de vida. Paradójicamente, sólo tendría sentido perder la vida luchando por salvarla. La vida ha devenido sagrada. ¿Qué es lo sagrado? Sagrado es aquello por lo que estemos dispuestos a sacrificarnos: ¿la patria, la libertad, la justicia social, la democracia, mis hijos, mis seres queridos, un equipo de futbol, una caja de golosinas? Poco importa. Sagrado será aquello a lo que le asignemos más valor que a nuestra propia vida, y en aras de lo cual estemos dispuestos a perderla. Ahora bien, sucede que en nuestros días, morir por una idea o una causa –por noble que seaes morir por nada: conceptos, abstracciones, chorros de humo. Hace aún no mucho tiempo, morir “por el honor” era, como noción, juzgado algo perfectamente natural. Hoy en día, no podemos menos que reír ante tal noción. Se nos antoja melodramática, ridícula, operática, algo sacado del teatro clásico español del Siglo de Oro. ¿Morir defendiendo mi propia honra, o vengando la honra de una hermana mancillada? ¡Ja, ja, ja! Si la hermana quiere seguirse refocilando con el rufián que le dé la gana, pues adelante, y si alguien me inflige un agravio que lesione mi honor, lo llevo
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ante un tribunal acusado de calumnias y difamación, o me hago el tonto y dejo pasar su rabieta. ¿Cinismo? No estoy seguro. Simplemente, la vida se ha convertido en un valor supremo, en la definición mismo de lo sagrado: es aquello en nombre de lo cual se sacrifica todo lo demás, ¡pero ella misma no se sacrifica! ¿El honor? Cuando al Mariscal Pétain, caído en desgracia después de la Segunda Guerra Mundial, le sugirieron que “pidiese clemencia” a fin de beneficiarse del armisticio, respondió altivo: “Un mariscal de Francia no pide clemencia”. Para él, la noción de honor, de integridad, de coherencia, de respeto por su propia palabra y su ideología -aun cuando universalmente juzgada reprensible- estaba por encima de la voluntad de salvar su pellejo. Hoy en día tendemos a reír, ante este tipo de gestos, y creo que ello denota una actitud más saludable, más realista, más lúcida: nada, en efecto, debería de estar por encima de la vida, y la vida es lo único realmente sagrado. Una sacralidad laica -si me permiten la aparente antinomia- por cuanto no está necesariamente fundada en mandatos religiosos. Se respeta la vida porque así nos lo dicta la conciencia: eso es todo. La religión puede o no reforzar este hondo sentir: no lo hacemos por razones religiosas, sino ese amor a la vida que predata toda normativa religiosa. Kant tiene razón: rarísimas han sido las democracias que se han hecho la guerra las unas a las otras. Las guerras modernas han tenido por protagonistas, sea, una dictadura -de cualquier orientación- contra otra dictadura, o bien una dictadura contra una democracia. ¿Excepciones? Por supuesto que las hay. Pero cuando pasamos revista los grandes conflictos bélicos de los últimos doscientos años, advertimos que las democracias hace todo cuanto es posible por no dar ese paso fatídico que desata las guerras. Es natural: ¡el pueblo no quiere morir, y en una democracia, el pueblo hace la ley! Bajo una dictadura, el pueblo deberá someterse a la voluntad del déspota; para mandarlo a morir en la guerra bastará con firmar un decreto. La paz no es la tierra prometida. No es algo que ya hemos alcanzado (eso es obvio). Es un estado de tránsito permanente, un “ir hacia”, un viaje, una travesía. ¡Nada podría ser tan peligroso como darla ya por conquistada! La paz debe reinventarse cada día de nuestras vidas. Es un proceso dinámico, no estático, una poltrona en la que nos arrellanamos cómodamente y, haciendo girar los pulgares, nos abandonamos, canturreando, a la más dulce ensoñación. Es preciso cuidarla, pastorearla, irrigarla, con manos amorosas de jardinero que verifica todos los días la salud y el colorido de sus flores. La perderemos en el momento mismo en que la demos por ganada. La paz es una construcción cultural que no termina nunca. Debemos aproximarla con la actitud de Moisés: algo que señalamos en lontananza, no dejar nunca de indicar la vía para llegar a ella, y no con la actitud de Josué -siempre peligrosa-: aquel que hereda, sin sentido de responsabilidad, algo que no sabe lo que le ha costado al mundo gestar. El ser humano viene de un arche (un origen), y se dirige hacia un télos (un punto de llegada). La paz es, justamente, el nombre de la ruta que hemos elegido para realizar el viaje. No es ya, en sí, un télos, es, simplemente una forma de viajar, de ir hacia él (haciendo la guerra nunca lo alcanzaremos). Amigos, amigas: después de todo, somos descendientes de primates carnívoros, territoriales, invasores y hegemonistas. ¿Qué podría haber de sorprendente en nuestras bombas atómicas, nuestros genocidios y atentados terroristas? Si algo debería sorprendernos, es antes bien nuestra Novena Sinfonía, nuestro Quijote, nuestra filosofía de la caridad, nuestra Madre Teresa, nuestro Albert Schweitzer. Ha sido larga, la jornada del primate al ángel. Lo que quisiera creer es que estamos en la fase ascendente de la curva, no en la dirección descendente de la ladera. Referencias Baudelaire, C. (2005). Écrits sur la littérature. Paris: Le Livre de Poche. Bergson, H. (2007). Le rire : Essai sur la signification du comique. Paris: Presses Universitaires de France. Freud, S. (1999). El malestar en la cultura. Madrid: Biblioteca Nueva. Friedrich, C. El caminante sobre el mar de nubes. Der Wanderer über dem Nebelmeer . Hamburger Kunsthalle, Hamburgo. Hobbes, T. (1994). Leviathan. Indianapolis: Hackett Publishing Company. Hugo, V. (1999). Cromwell. Paris: Flammarion. Kant, E. (1990). Observations sur le sentiment du beau et du sublime. Paris: Vrin. Levinas, E. (1984). Ethique et Infini. Paris: Biblio Essais. Moore, G. E. (2004). Principia Ethica. Dover: Dover Publications. Picasso, P. Guernica. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid. Rousseau, J.-J. (2003). Contrato social. Barcelona: Planeta-Agostini. Spinoza, B. (1993). Ethique. Paris: Flammarion.
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Percepción de valor como factor de competitividad en los negocios internacionales
Artículo recibido :12 de setiembre, 2013. Artículo aprobado: 22 de octubre, 2013
RESUMEN
internationalize products with higher degree of success.
Conocer el proceso por el cual el mercado destina mayor valor a un bien que a otros similares, es la clave para internacionalizar productos con mayor grado de éxito. Ante una nueva oferta, los clientes ponderan el valor de un bien con base en el sacrificio requerido para
Faced with a new offer, customers weigh the value of an asset based on the sacrifice required to obtain it and the benefit they expect to receive in return. In this sense, achieving a balance between both perceptions of value, is the challenge that every entrepreneur should take in seeking to
obtenerlo y el ben-
monetize
eficio que esperan
their
products in interna-
recibir a cambio. En
tional markets
este sentido, lograr el punto de equilibrio entre ambas percepciones
de
valor, es el reto que todo emprendedor debe asumir en la búsqueda de rentabilizar sus productos en mercados internacionales.
Palabras claves:
competitividad, per-
cepción de valor, beneficio percibido.
ABSTRACT Understanding the process by which the market allocates greater value to a good and similar, is the key to
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Keywords: competitiveness, perceived value
and perceived benefits
INTRODUCCIÓN
Los mercados globales son un conjunto cíclico de oportunidades de desarrollo comercial, que
ofrecen una
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Conocer el proceso por el cual el mercado destina mayor valor a un bien que a otros similares, es la clave para internacionalizar productos con mayor grado de éxito”.
Jérico Camino Napurí, MBA. Profesor universitario y Director de Emprendedurismo Joven de ULACIT, Director Ejecutivo de Barkus & Coach y consultor en negocios con experiencia en PYMES y comercio internacional. Ha desempaño cargos como auditor de Procter & Gamble, director de Costa Rica PYME y consultor comercial de la Embajada del Perú en Costa Rica. Jérico Camino Napurí
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gran gama de bienes y servicios sujetos a intercambio con base en las necesidades de los individuos. En este patio de juegos inherentemente comercial, el gran dilema Humano ha venido siendo cómo conseguir que un producto presente un gran valor cuando nos pertenece pero un valor relativamente menor al adquirirlo (pues de esa forma se asignarán menores recursos a su obtención y se dispondrá de más de éstos para cubrir otras necesidades). En este sentido, en su búsqueda por encontrar la ecuación perfecta de valor, los mercados globales antiguos y contemporáneos han explorado diversas opciones de intercambio que datan desde los albores del trueque hasta la concepción misma de la moneda como bien universalmente aceptado para transar operaciones comerciales. No obstante la pregunta subsiste al paso del tiempo: ¿cuánto es suficiente capital para adquirir un bien?, lo cual trasladado al contexto actual y al pensamiento diario de un CEO, se puede traducir en ¿pueden las industrias mundiales perder capitales si tasan los precios finales de sus bienes con base en el costo?.
Comprendiendo el valor percibido
En el contexto económico actual, se estima que una botella de Coca Cola de 350 ml. presenta un precio mundial aproximado de 1,5 dólares americanos. Aunque este precio varíe entre los distintos mercados internacionales, los consumidores que reconozcan este producto podrán aceptar este precio como “razonable” para una bebida gaseosa. No obstante, ¿cómo determina el consumidor que ese valor debe ser considerado como “razonable”?. Para responder a este planteamiento, es importante definir lo que implica la concepción del valor en sí mismo y es ahí donde se inician los problemas. Según Hishamudi & Khatibi (2004), la definición de valor presenta diversas complejidades pues se trata de un concepto abstracto cuya definición dependerá del contexto. Por ejemplo, según los autores señalados, un economista comprenderá el “valor” como el grado de utilidad o deseabilidad de un producto o servicio, mientras que un ingeniero definirá este constructo como “cualquier proceso diseñado para reducir costos mientras se mantenga los estándares existentes” (Hishamudi & Khatibi, 2004). No obstante este paradigma, es Monroe (1991) quien se acerca a una definición relacionada con el mercado global, al indicar que los consumidores perciben el valor como la relación entre los beneficios obtenidos al adquirir un bien versus los sacrificios realizados en el proceso de obtenerlo. Inclusive, Bolton & Drew amplían esta definición para explicar que la calidad en el servicio es un factor determinante para generar una buena percepción de valor (Bolton & Drew, 1991 citado por Hishamudi & Khatibi, 2004). Se podría asumir, con base en la definición de Monroe, que la percepción de valor es una ecuación entre dos variables: beneficio y sacrificio, donde a mayor beneficio y menor sacrificio percibidos por el consumidor, mayor será su sensación de valor. Con el fin de explicar esta relación se diseñó la “Figura 1: Diagrama de Percepción de Valor”, la cual muestra las diversas posibilidades de percepción de valor como producto de las relaciones entre la percepción de beneficio y la percepción de sacrificio. Según se explica en el diagrama, si un producto mantiene un nivel de sacrificio estable pero se incrementa su percepción de beneficio (curva L1), el consumidor aumentaría su percepción de valor sobre un bien o servicio. Esta particularidad se da cuando un bien mantiene sus condiciones básicas de oferta (precio, entrega, características organolépticas…) al mismo tiempo que se aumenta la percepción de beneficio (por ejemplo, un 2x1, garantías extendidas, entrega antes de lo esperado). En dichas circunstancias, el consumidor sentirá que “recibe más de lo que dio a cambio”, aumentando el valor sobre la compra. Por su parte, la línea L2 nos muestra un bien o servicio que genera en el consumidor una baja percepción de beneficio, pero que adquirirlo infringirá un nivel de sacrificio elevado en progresión constante. Un ejemplo de ello es cuando compramos una 3ra sandía luego de haber comprado 2. La tercera fruta no nos generaría una percepción de beneficio alta (es probable que las necesidades que podamos cubrir con 3 sandías se puedan cubrir también con 2), pero podría generarnos un sacrificio mayor como mayor peso, espacio de almacenamiento u horas de trabajo adicionales para cortarla en trozos. En esta L2 se puede encontrar aquellos productos que sentimos que “no vale la pena” adquirirlos.
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Las diversas combinaciones entre ambos extremos de percepción, nos generan infinitos puntos P1 a lo largo de la línea L3. Ese punto, de pendiente igual a 1, refleja una igualdad en las percepciones de sacrificio y beneficio, ofreciendo una combinación (un tanto utópica) de ambas variables en igualdad de percepción por parte del consumidor (L3).
Figura 1: Diagrama de Percepción del Valor
Elaboración y Diseño: Propia, de carácter ilustrativo. Cabe señalar que la naturaleza Humana hace muy complejo obtener una relación cuyo producto sea la línea L3, pues ello implicaría que siempre se sentirá la misma percepción de beneficio y de sacrificio respecto a la adquisición de un producto en particular. En este sentido, tal y como demostraron Amos Tversky y Daniel Kahneman en 1984, esta relación de equivalencia entre ambas variables escasamente posible debido a un factor explicado como la “Aversión a la Pérdida”. Esta teoría indica que las personas no sopesan en igualdad de percepciones una ganancia versus una pérdida (Tversky & Kahneman, 1984). Por ejemplo, la satisfacción de encontrar un billete de 20 dólares en la calle es, por lo general, menor a la desdicha que se siente al perderlo en las mismas circunstancias. En relación a este postulado, nos sentimos más desdichados al perder de lo que nos sentimos emocionados al ganar. En este sentido, extrapolando la teoría de Tversky & Kahneman de la ciencia de toma de decisiones al proceso de generación de valor, se puede inferir que nuestra percepción de sacrificio es usualmente mayor a la del beneficio que obtendremos al adquirir un bien. Ello podría explicar porque, en algunas culturas, es especialmente intensa la necesidad del “regateo”, lo cual implica disminuir el sacrificio (en efectivo) para maximizar el beneficio adquirido y aumentar el valor percibido de un bien. También puede explicar porque, cuando un supermercado de clase alta se ofrece a llevar sus compras hasta el auto (disminución del sacrificio), adquirimos una percepción mayor de valor sobre los productos comprados en ese local.
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El análisis de la aversión a la pérdida conlleva la creación de la línea L3SUB de la figura 1 (en naranja), la cual es producto de una serie de relaciones entre percepción de sacrificio y beneficio. Esa línea, que puede ser cóncava o convexa, es causada por una serie de condiciones socios económicas y culturales, tales como la moda, la estacionalidad de un bien, la necesidad de adquirirlo, la movilidad del factor, la competencia, la elasticidad precio de la demanda (EpD), el nivel adquisitivo, entre innumerables condiciones más. En este sentido, el análisis exhaustivo de la línea L3SUB es el origen de la preocupación vertida en este artículo, sobre la cual se basa el estudio del mercadeo, la economía, las finanzas y otras ciencias de naturaleza social. Con este parámetro en observación, se vuelve a retomar una de las primeras preguntas vertidas en este documento: ¿cuánto es suficiente capital para adquirir un bien?.
Generando valor percibido La respuesta a la pregunta anterior es relativa y, como se indicó, obedece a las diversas relaciones entre ejes que forman parte de la línea naranja de la Figura 1. Inclusive, el comportamiento humano es capaz de invertir las líneas de percepción de valor L1 y L2, concibiendo que a mayor percepción de sacrificio exista mayor percepción de valor. Tal es el caso de los productos suntuosos o de lujo: cuando mayor valor monetario tengan y este valor sea de conocimiento del mercado en general, mayor sensación de valor al adquirir dicho producto. En este sentido y contrario al pensamiento general, los bienes de lujo deben exigir sacrificios muy altos para ser considerados como tales. Un lapicero Mont Blanc, por ejemplo, será preferido si el sacrificio de obtenerlo es mayor a uno de marca Parker, pese a que ambos ofrezcan el mismo o similar beneficio a su cliente. Es probable, y se deja en el campo de las hipótesis, que si el valor de venta de un lapicero considerado de lujo es el mismo que el precio final de cualquier lapicero, durante un tiempo se vendería a raudales (por la imagen subsistente) pero posteriormente pocos del nicho de mercado al cual iba dirigido inicialmente querrían tener uno. Se puede comprender, en este contexto, que un bien de lujo pueda invertir las percepciones de valor presentadas en la Figura 1, pero ¿qué ocurre con empresas globales reconocidas cuando sus productos no presentan un beneficio real sobre el cual ponderar un sacrificio mayor?. Un claro ejemplo de esta situación es Apple y su marca de celulares inteligentes (smartphones) iPhone. Durante muchos años (luego del declive de las IPAQs de HP), los iPhone fueron los productos preferidos por excelencia en el mercado de celulares de alta gama dirigidos a la clase socio económica A y B. Según la web Applesfera.com, desde el lanzamiento de este producto en el 2007 y hasta el 2012, Apple había vendido más de 250 millones de unidades en todo el mundo consiguiendo 150 billones de dólares de ingresos solo por la venta de este producto durante 5 años. ¿Cuál es el secreto? ¿desarrollar el mejor producto del mercado?. La respuesta es contundente: los iPhone, pese a todas sus versiones e innovaciones, nunca fueron el mejor producto del mercado. Desde muy temprana edad, Apple comprendió que el secreto para vender bienes exitosos globalmente no era desarrollar un producto con las mejores características técnicas del mercado, sino generar la percepción de valor más alta sobre sus productos. La forma como lo logra es explicada por Simón Sinek mediante su Círculo de Oro:
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Figura 2: Círculo de Oro de Simon Sinek
Elaboración: Propia con información de TED.com Según esta teoría, todas las empresas conocen bien qué venden, algunas saben el cómo se vende (la técnica, los procesos, entre otras), pero muy pocas empresas saben transmitir el por qué se vende, aquella razón que está detrás de todo procedimiento, costeo, desarrollo tecnológico e innovación (Sinek, 2009). La razón del porqué se vende un bien es la justificante que el consumidor necesita para obtener un producto bueno pero sin lujos, sin las mejores características del mercado o sin las mejores condiciones de precio. Los consumidores estarían dispuestos a aumentar su nivel de sacrificio y, por ende, aumentar su percepción de valor sobre un bien, si la empresa es capaz de trasladar sus creencias al consumidor al punto de hacerlas suyas (Sinek, 2009). En este sentido, los fans de Apple (y se utiliza la palabra fans y no “clientes”) comparten las mismas ideas innovadoras, valores y sentimientos que la marca y son capaces de guardar filas enormes esperando a que la tienda Apple abra sus puertas los días de lanzamiento de un nuevo producto. Durante el año 2013, la empresa Samsung comprendió ese concepto y lanzó su afamado Samsung Galaxy S3. Cabe destacar que la diferencia entre el S2 y el S3 a nivel de innovación tecnológica no era significativa: el S3 utilizó la misma tecnología que ya existía en el mercado. En este caso, la diferencia competitiva fue la estrategia de mercadeo Samsung para este producto: lo catalogó como un smartphone “humano”, es decir, humanizó el producto desarrollando en el consumidor la idea de que este producto haría su vida más simple, más afectiva, más social y más humana. Ese mismo año CNET.com, reconocida página especializada en alta tecnología del grupo CBS Interactive Inc, declaró al Samsung Galaxy S3 como el mejor teléfono inteligente del año, derrotando a su rival iPhone 5. Paralelamente, otro factor de importancia para generar una mayor percepción de valor, se refiere a la expectativa de beneficio generado. Al respecto, hasta el momento se mencionó el concepto de percepción, el cual puede ser visto como una reacción ante un estímulo. Sin embargo, la expectativa se referirá a aquella sensación de beneficio que será experimentada en un futuro cercano. Sobre este punto, las empresas globales pueden utilizar este concepto al internacionalizar sus productos y desarrollar una campaña de expectativas sobre el futuro beneficio que ofrecerá un
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Camino,J: Percepción de valor como factor de competitividad en los negocios internacionales Viales, E. Los Flujos migratorios en el COntinente Americano
bien una vez sea lanzado al mercado.
Conclusiones y Recomendaciones Los mercados globales son sumamente competitivos y destacar un producto de la oferta total mundial es un reto que debe enfrentar todo empresario con deseos de expandir sus negocios hacia mercados internacionales. En este contexto, algunas sugerencias se muestran a continuación: 1.
Mercadeo del valor: Identificar el valor del producto y realizar una estrategia de mercadeo orientada al valor
y no a las características del producto. En este sentido, la empatía entre los ideales de la empresa y los de sus clientes, es una poderosa herramienta para promover el beneficio mutuo y fortalecer las relaciones con los clientes. 2.
Determinar factores de éxito en la colocación: Las diferencias entre los productos que conforman la oferta mun-
dial, hace difícil establecer un parámetro único de éxito para todo bien. No obstante, el conocimiento de la estacionalidad, las tendencias de moda, los hábitos de consumo, el grado de penetración de la competencia, la segmentación de mercadeo y los canales de distribución son algunas de las variables que deben ser estudiadas para comprender el intricando proceso de asignación de valor que el cliente percibirá frente a un producto. 3.
Análisis del precio: Un precio muy elevado podría generar una percepción de valor que incentive la decisión
de compra de los consumidores interesados en bienes de alta percepción de sacrificio; pero podría, a su vez, ahuyentar a aquellos que no consideren que dicho sacrificio es equiparable al beneficio obtenido o la expectativa sobre el mismo. En este sentido, la utilización de una estrategia de precios cuidadosamente estudiada, es un factor que debe ser tomado en cuenta en toda incursión de mercados, especialmente si se trata de un proceso de internacionalización. 4.
Punto de equilibrio: Identificar el punto de equilibrio entre que la percepción de sacrificio y de beneficio que
el cliente desarrollará frente a un producto, es importante para determinar las estrategias de mercadeo, distribución y ventas, entre otras. Para lograrlo, es importante conocer el producto y el nivel de desarrollo en el cual se encuentra, así como estudiar los parámetros de valor que cada mercado asigna según aspectos sociales, culturales, económicos o simplemente coyunturales. La competitividad de los negocios internacionales se basa en el conocimiento del producto, del mercado, del contexto y de las condiciones logísticas o distribución. Comprender cómo se generan las percepciones humanas contribuirá con una toma de decisiones orientada a lo que queremos que el cliente perciba, disminuyendo la aleatoriedad de las sensaciones del mercado. En este sentido, la base de un negocio sano y su incorporación a los mercados internacionales radica en poder transmitir al mercado esa pasión que sus desarrolladores sintieron cuando lo diseñaron, generando valor en la marca y contribuyendo al desarrollo de un mercado consiente, conocedor y humano.
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Camino,J: Percepción de valor como factor de competitividad en los negocios internacionales Viales, E. Los Flujos migratorios en el COntinente Americano
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Hidalgo, Ariel: La democracia en Costa Rica. ¿Será real si tomamos en cuenta el abstencionism0?
Ariel Hidalgo Brenes. Estudiante, nacido en Pérez Zeledón. Durante su educación secundaria publica varios textos en la revista colegial Letras del UNESCO. A los 18 años es parte del desaparecido grupo cultural: Sol lucet omnibus, conformado por artistas regionales, entregado al rescate y fomentación de la identidad del cantón generaleño. Entre el 2009 y el 2012 publica la tetralogía de poemarios: Entre Escombros Vividos, Motivos de Revolución, Paráfrasis de Ambiguos Sentimientos y Sentimus Animae. A los 21 años se traslada a San José para formalizar sus estudios de Filología Clásica. En este tiempo se ha dedicado a la redacción de ensayos de opinión relacionados a la realidad nacional tanto como a la latinoamericana.
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Hidalgo, Ariel: La democracia en Costa Rica. ¿Será real si tomamos en cuenta el abstencionism0?
La Democracia en Costa Rica. ¿Será real si tomamos en cuenta el abstencionismo? artículo recibido: 11 de diciembre, 2013 artículo aprobado: 14 dediciembre, 2013
Ariel Hidalgo Brenes
Resumen ¿Es el abstencionismo el enemigo por excelencia de la democracia? Al parecer en el país durante las últimas campañas electorales lo ha sido. Pero, ¿a quién culpar?, a los políticos que directa o indirectamente han dañado la confianza de los ciudadanos, con corrupción, con propuestas que nunca se llegan a cumplir, con desinterés en renovación en sus propuestas ó sencillamente por desempeños flojos de anteriores gobiernos. Pero no se puede culpar directamente a los políticos o candidatos a la presidencia, el abstencionismo no se puede reducir a eso, es un conjunto de factores que convergen en el individuo para que éste opte por no verse relacionado de ninguna manera en los diferentes ámbitos de la democracia. El abstencionismo causa un daño tanto para el propio individuo como a la sociedad recayendo en la democracia, ya que al anular por voluntad propia su derecho al sufragio, el abstencionista se priva de sus derechos de expresión y de opinión, lo que le da la potestad a otros de que elijan por él, asumiendo éste, sin poder protestar, lo que el candidato electo y sus propuestas determinen que pueda ser el bienestar de la nación; y acá surge el deterioro en la democracia puesto que no se hace certera y fehaciente la elección popular, dando a ajenos la posibilidad de que elijan por nosotros, obstruyendo nuestros derechos democráticos y nuestras libertades como miembros de una sociedad.
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Hidalgo, Ariel: La democracia en Costa Rica. ¿Será real si tomamos en cuenta el abstencionism0?
Palabras clave: Abstencionismo, Democracia, Política, Costarricense,
Libertad, Derechos.
Abstract Is abstentionism the enemy par excellence of democracy? Apparently in the country during the last election campaign has been. But, Who to blame?, Politicians who have directly or indirectly damaged the confidence of citizens, the corruption, with proposals that never quite meet, with no interest in renewal proposals or simply by weak performance of previous governments . But you can not directly blame the politicians or presidential candidates, abstention can not be reduced to that, it is a set of factors that converge in the individual so that he chooses not to be related in any way in the different fields of democracy. Abstentionism causes damage to both the individual and society itself rests with democracy, and that voluntarily cancel their right to vote, the abstention is deprived of their rights of expression and opinion, giving you the power others that choose for him, assuming he, unable to protest what the elected candidate and proposals to determine which may be the welfare of the nation, and here the decline in democracy arises since there is accurate and reliable the popular choice, giving the possibility of alien choice for us, blocking our democratic rights and our freedoms as members of a society.
Key words:
Abstentionism , Democracy, Policy, Costa Rican, Freedom, Duty.
Deterioro de la Democracia, ¿cuánto al ciudadano, cuánto al sistema? Partiendo del fundamento y el principio básico de Democracia , que sería el Poder del Pueblo aplicado al gobierno, por lo tanto negar este poder sería otorgarles a los demás la capacidad de que elegían por nosotros mismos, que elijan nuestra sociedad y el rumbo de nuestra democracia. Es pues que si el ciudadano activo y participe de una sociedad anula este derecho para sí, estaría formando parte de abstinencia, ya por el pensamiento generalizado y conceptualizado de malos gobiernos pasados, o por desacuerdo con los partidos políticos vigentes, pero al asumir esta abstinencia es pues que se desprende de su deber democrático. Pero, cómo diferenciar si la democracia es destruida por la misma sociedad o si nuestra patria es herida por gobiernos que por pésimas administraciones han ido generando en el pueblo ese temor, la desconfianza en políticas mediocres y desacuerdos con administraciones gubernamentales que manchan la patria. Entonces, ¿cómo poder diferenciar si es la misma ciudadanía quien genera el deterioro de la democracia, a través de abstencionismos, ó, si este deterioro viene desde los electos a dirigir al país?
Desde el individuo hasta la elección popular El abstencionismo es un tema multifactorial, este pensamiento no nace de golpe en los individuos, un grupo de factores que confabulan, tanto personales como externos, que lo impulsa a decidir rotundamente el no ejercer su derecho al sufragio. Hugo Picado, el pasado 10 de noviembre de 2013 comentó para el periódico La Nación: Hugo Picado, director del Instituto de Formación y Estudios en Democracia, explica que el abstencionismo es multifactorial y que responde a un cruce de variables en un determinado momento; es decir, no es tan simple como decir: “ningún candidato me convence”, “todos son unos ladrones”, “prefiero quedarme durmiendo que ir a votar”. (La Nación)
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Hidalgo, Ariel: La democracia en Costa Rica. ¿Será real si tomamos en cuenta el abstencionism0?
Se entiende que el individuo no sigue o decide por el abstencionismo por una cuestión de “moda”, por la simpleza de no tener claro por qué candidato elegir, sino más bien por una serie de sucesos y de factores tanto ajenos como propios, de estos: los Factores demográficos que son aquellos relacionados con el grupo social donde se desenvuelve el sujeto, es decir diferencia de sexos, la edad, el nivel de educación entre los mismos, nivel de ingresos, religión; también los Factores psicológicos: las indiferencias de los ciudadanos, modos de pensar, maneras de concebir la vida, lo que en teoría afecta al aspecto psicológico/político: el gran desinterés por los asuntos políticos, el escepticismo, la desvalorización de las elecciones debido a la escaza influencia en las decisiones políticas, es decir, la falta de confianza en la politiquería y de aprecio por la verdadera democracia que los ha defraudado en un pasado y creen que siempre será así; de igual manera están (posiblemente los más influyentes) los Factores políticos, el dominio de los partidos políticos considerados como tradicionales, el hecho de que estos no se vean envueltos con la realidad del pueblo y el concepto generalizado de que la mayoría de estos no se interesen por ayudar, la falta de renovación en cuanto a propaganda, falta de credibilidad debido al incumplimiento de las promesas, el hecho de no sentirse identificado con ningún candidato ya que estos nunca son ciudadanos de clase baja, y por la repetición de partidos que no aportan nada al país sino que se abusan de él por medio de corrupción, lo cual cala profundo en el individuo para perder su fiabilidad en la política y en la ética de los que serán sus gobernantes. Los partidos son el instrumento principal de cambio positivo o negativo en Costa Rica, pero lamentablemente en los últimos años, la corrupción y las falsas promesas, entre otras cosas, dieron paso al abstencionismo, el cual se ha hecho presente y es un fuerte contendiente en las elecciones. Retroceder en el tiempo y recordar que en el 2006 esta nueva fuerza alcanzo un 35% de los electores, es también reflexionar acerca del futuro del país, que hoy más que nunca necesita de la voluntad general de los pueblos. (Acontecer digital, Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica) Sin embargo, todos estos factores no nos pueden dar a ciencia exacta el por qué del abstencionismo que se presenta en las diferentes elecciones. Además, el abstencionismo puede manifestarse también, como un comportamiento electoral separado y propio de cada sujeto, es decir una forma en la que el individuo demuestra su disconformidad con el sistema político, ó, harto ya del presente gobierno, lo que le da potestad o cierta incredulidad para decidir el no votar en futuras elecciones. Es así como el abstencionismo es considerado un obstáculo para la democracia, un obstáculo que deteriora la sociedad, el sentir popular en todo caso, que indica la falta de integración política que existe por parte de cierto grupo de la sociedad: los abstencionistas, “los duros”, los que ya han decidido contundentemente no participar en el proceso político. Pero, ¿qué porcentaje del deterioro de la democracia le corresponde al abstencionismo del pueblo, y cuánto es para la parte de la misma política que produce malestar en el ciudadano?
Decir, por voluntad propia, no a la libertad de expresión, a la libertad de opinión, a libertad de participación, a la libertad de elección. ¿Un efecto colateral, o efecto directo sobre el individuo abstencionista? El caos que no fomenta la democracia Tomando en cuenta que una democracia tan tradicional como la costarricense no puede caer tan fácilmente es que se debe sincerar y decir que si el individuo anula su libre derecho a elegir quién será quien le gobierne, estaría asumiendo que los otros elijan para él, y conformarse con lo que han elegido sin siquiera protestar. Se debe borrar aquel erróneo concepto de que un solo voto no hace la diferencia, muy por el contrario, la fuerza del voto es la capacidad de elección, es el sinónimo de libre expresión, de aunque los partidos políticos no cumplan las
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expectativas, pero tener la conciencia pulcra de que no haber contribuido en el deterioro de la patria. Un aspecto a tener en cuenta es el beneficio de votar, esto es, lo que el votante gana, si gana el partido de su empatía, obviamente incrementará su interés personal, antes que colectivo, que puede ir desde la obtención o conservación de un empleo, desde el punto de vista personal, hasta mejores niveles de vida, a nivel de grupo, lo que tiempo atrás se denominaba como “Participación en política”, indiferentemente de los matices buenos o malos de la política, por lo menos el incentivo de la participación política, es que mantenía al individuo en contacto con la democracia, por lo tanto se debe velar porque los procesos políticos sean lo más transparentes posibles. De alguna manera, se entiende que los ciudadanos no quieran salir a votar, claramente ya no se puede confiar en los partidos políticos, pero eso no justifica por ninguna razón el incumplimiento con la democracia, porque no se concibe como una protesta, sino como un desinterés real de la situación nacional que en lugar de mejorarla, la empeora. La manifestación popular es indispensable para fortalecer la democracia, un voto nulo es más eficaz que el abstencionismo, pues uno manifiesta desinterés, el otro una totalidad de oposición. No importa si los ciudadanos están en contra o a favor de algún gobierno o partido político, lo que realmente importa es que todos los costarricenses salgan a votar y expresen ese sentir en las urnas electorales, de esta manera, la única ganadora será nuestra democracia y el mismo individuo que hace valer sus derechos, y de esta forma no permite que otros sobrepasen sus intereses, no dejándose gobernar sin siquiera tener la libertad al inconformismo.
Referencias 38 • Contacto Global,3 pp. 34-39 ,2014 ISSN: 2215-3578
Hidalgo, Ariel: La democracia en Costa Rica. ¿Será real si tomamos en cuenta el abstencionism0?
Editorial. (28 octubre de 2010). Que el abstencionismo no decida el futuro de Costa Rica. Acontecer digital. Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica. Recuperado el 9 diciembre de 2013. Disponible desde: http://www.uned.ac.cr/acontecer/index.php?option=com_content&view=article&id=628:que-el-abstencionismo-no-decida-el-futuro-de-costa-rica&catid=55:editorial&Itemid=78 Liedo, P. Democracia y abstencionismo. El contrasentido del siglo XXl. Recuperado el 7 diciembre de 2013. Disponible desde: http://www.lasallep.edu.mx/xihmai2/htm/5.htm Mata, A. (10 noviembre de 2013). El abstencionismo: el ‘candidato’ que no promete nada, y encabeza las encuestas. Periódico La Nación [Versión electrónica] Recuperado el 7 diciembre de 2013. Disponible desde: http://www.nacion.com/ocio/revista-dominical/abstencionismo-candidato-promete-encabeza-encuestas_0_1377462253.html .
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Bejarano; E: Derrotas y fracasos electorales
DERROTAS Y FRACASOS ELECTORALES Elma Bejarano Lichi
Mágister en Ciencias Políticas por la Universidad de Costa Rica. Amplia experiencia en procesos de participación ciudadana con sectores vulnerables de la población, género, migración, fortalecimiento de la sociedad civil y desarrollo humano. Ha llevado a cabo procesos de negociación a nivel político, organizado y participado en talleres, seminarios y conferencias técnicas. Ha cumplido funciones de coordinación en proyectos de cooperación y asistencia técnica internacional. También se ha desempeñado como asesora en la implementación de estrategias y toma de decisiones. Es candidata a Doctora del Doctorado de Gobierno y Políticas Públicas, Universidad de Costa Rica. Posee una Maestría en Ciencias Políticas con énfasis en Gerencia Política de Universidad de Costa Rica, graduada con honores. Es egresada de la Licenciatura de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica. Tiene estudios de Periodismo de la Universidad Autónoma de Centroamérica y es Bachiller en Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica. Actualmente se desempeña como Oficial Mayor y Jefa del Despacho del Vice ministerio de Gobernación y Policía y es Profesora de la carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Centroamérica.
Artículo recibido: 24 de ABril Artículo aprobado: 24 de Mayo
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Bejarano; E: Derrotas y fracasos electorales
Resumen
Las elecciones involucran a los partidos políticos y sus procesos de selección de candidatos. Los partidos políticos buscan elegir apegados a las reglas y a la Ley Electoral del país, a los mejores de acuerdo a educación, éxito profesional, experiencia política, carrera política. Luego de que este candidato participa en un proceso electoral, puede resultar electo, así como derrotado. Las derrotas y los fracasos electorales nos permiten interpretar y reconstruir los resultados electorales a través de las claves que ofrecen para entender el juego político. Los resultados electorales no todo el tiempo nos dan un ganador o un perdedor, muchas veces nos presentan segundas rondas con los dos candidatos que obtienen la mayoría en el proceso. ¿Cómo se relacionan las derrotas y los fracasos con que un candidato desiste de su aspiración a la Presidencia, siendo uno de los dos candidatos postulados a la segunda ronda electoral?
Summary The elections involve political parties and candidate selection processes. Political parties seek to choose the best candidate attached to rules and the Electoral Law of the country, according to the best education, professional success, political experience, and political career. After this candidate participates in an election can be elected or defeated. Electoral defeats and failures allow us to interpret and reconstruct the election results through key offering to understand the political game. The election results do not give us all the time a winner or a loser, we often have second rounds with the two candidates who obtained the majority in the process. How the defeats and failures with withdraws candidate aspiration to relate the Presidency, since he is one of the two candidates running for the second round?
Palabras clave: candidato, carrera profesional, derrota, juego político, legitimidad, segunda ronda. Luego de las recientes elecciones presidenciales realizadas en Costa Rica, el primer domingo de febrero de 2014, es nuestro interés de reflexionar sobre temas que giran alrededor de este proceso democrático. Reflexione con nosotros. La primera inquietud que se nos presenta cuando hablamos sobre elecciones, es el proceso de selección de candidatos. Asunto del cual existen pocos estudios, a pesar de su importancia, esto en la medida en que los candidatos seleccionados, van a representar a la organización política ante los votantes y en la mayoría de los casos personifican los éxitos o las derrotas (Freidenberg, 2001). Ser designado candidato o candidata significa competir con otros candidatos por el poder, ser elegido simboliza un recurso de poder clave. Existen diversas razones por las cuales se elige un candidato, muchas veces esta elección se basa en decisiones que se establecen a nivel de la elite, no obstante, son vinculantes para la estructura partidaria. Las elecciones del candidato pueden ser abiertas, lo que implica un mayor nivel de inclusión de la ciudadanía o cerradas en las cuales solo participan los líderes de este partido o bien sus partidarios afiliados. El proceso de selección de candidatos es central en los partidos políticos, aunque no se almacenen datos oficiales y la mayoría de veces se invisibiliza, al acceso público (Freidenberg, 2001). En las organizaciones partidarias, al igual que en otras instituciones, existen reglas formales e informales que se contemplan para la elección de los candidatos. Son estas reglas las que legitiman los actos en torno a la elección y ayudan a solventar los conflictos. La política se guía por reglas, sin embargo, muchas veces a lo interno se presentan altercados alrededor a las mismas, lo que genera variaciones en los procedimientos y hace que para elecciones consecutivas, se presenten distintos mecanismos, lo que dificulta el análisis. Algunos autores como Norris, Alcantara, Siavelis y Morgenstern consideran que legítimamente son los mecanismos y las reglas de las instituciones democráticas las que permiten un reclutamiento adecuado de políticos, para Przeworski y Morlino estos resultan ser como un control de la calidad para las selecciones (Freidenberg, 2011). Observar el proceso de selección de los candidatos, es importante para comprender como funciona el sistema democrático. Una vez seleccionado el candidato o candidata, la organización partidaria establece una estrategia para conquistar apoyos de los políticos, sus partidos y los votantes en general. Las elecciones generales tienen conse-
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cuencias significativas para la cohesión del partido, pero ante todo, para el rendimiento de las instituciones del sistema político del país. La capacidad de los partidos políticos para seleccionar sus candidatos y su nivel de institucionalidad son claves para determinar sus atributos de partido. Estas organizaciones electorales llevan a candidatos y propuestas al poder, pero, cuando no cuentan con recursos estructurales para promover desde la institucionalidad la aspiración del candidato ¿qué pasa? El candidato se ve en la necesidad de conseguir sus propios recursos que lleven adelante su campaña. Por lo que los partidos terminan representando los intereses de quienes resultaron electos. Ante las circunstancias, la figura del candidato toma mucho mayor fuerza con relación al partido (Londoño, 2010). El proceso de selección de candidatos debe estar apegado a las reglas de los partidos y a la Ley Electoral del país. Al acordar el nombre del candidato generalmente se contemplan, de igual forma, aspectos para que las elites partidarias no se vean afectadas. Por lo que, muchas veces, surge la incógnita de si efectivamente a los candidatos los escogen los partidos o los partidos son escogidos por los candidatos. Entonces ¿quién puede presentarse como candidato a unas elecciones generales? ¿Quienes eligen a los candidatos? ¿Depende del político, de los votantes o de su partido? Un candidato en primera instancia, requiere de recursos que financien su campaña y de un equipo adecuado que establezca su plataforma programática. A partir de ahí, varían las necesidades para ser candidato, de un partido político a otro. Los teóricos se manifiestan al respecto de diversas formas. Alcántara, considera la educación como fundamental. Autores como Galasso y Nachinni resaltan la importancia del éxito profesional antes de realizar su ingreso a la política, como un valor agregado del candidato. De igual forma, se considera la antigüedad en el partido político, el ejercicio de otro cargo de representación popular, también es tomado en cuenta. La experiencia política se relaciona con el promedio de años en la política, participación voluntaria en un partido político, o participación en la dirigencia partidista, en puestos de confianza y en cargos de elección popular (Montaño, 2013). La experiencia en puestos de dirigencia partidaria se vincula con la capacidad de liderazgo y la responsabilidad que se desarrolle de cara a los compromisos adquiridos con la organización de los partidos políticos como con las instituciones políticas en el contexto democrático. La teoría democrática, destaca con relación a la selección de los candidatos, a la carrera política como un atributo, entendida en términos de profesionalización, aptitud y capacidades de los actores políticos: “La carrera política representa la ruta que el político ha trazado en su camino profesional y que va íntimamente relacionada con el reclutamiento político, el liderazgo, la selección de candidatos en los partidos políticos y la elección de los mejores gobernantes en las elecciones”(Montaño, 2013: 2). Desde esta perspectiva, se destaca la calidad tanto de un candidato, como del gobernante en el que se convierte, a través de su gestión en beneficio del desarrollo democrático de su país. Para autores como Weber, Sartori, Przeworski y Linz, este beneficia a la democracia en la medida en que construye su carrera política motivado por el interés público y la disposición política, además, de contar con competencias profesionales que enriquecen su desempeño en el cargo público. Los partidos políticos, generalmente van a considerar todos estos elementos para seleccionar a su candidato o candidata, para participar en las elecciones generales. La intensión del partido conseguir el mejor candidato, que gane las elecciones. Luego del proceso electoral, los resultados proyectan un ganador y uno o varios perdedores, dependiendo de si el sistema partidario es bipartidista o multipartidista. También, existe la posibilidad, en caso que exista un porcentaje requerido para ganar la Presidencia de la República, que ninguno de los dos candidatos mayoritarios alcance el porcentaje, y tengan que participar de una segunda ronda electoral o ballotage para definir la contienda electoral.
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Bejarano; E: Derrotas y fracasos electorales
Si se es un candidato perdedor, se acostumbra ofrecer un discurso de admisión de la derrota con el objeto de sanar heridas y aliviar la tensión causada por ataques al calor del proceso, proveniente de ambas partes. El reconocimiento de la derrota es difícil y doloroso, no obstante, puede ayudar a superar el sufrimiento, la humillación de mantenerse en negación de los hechos. El candidato reconoce la derrota, declara el triunfo del otro candidato, y llama a una conciliación nacional. En su discurso se denota la esperanza de una victoria futura a través de su renovación a la lealtad partidaria. Esto sucede cuando el sufragio habla, y el candidato reconoce la legitimidad de la victoria de sus oponentes, centrada en un régimen democrático y sus reglas, gracias al apoyo popular (Nadeau y Blais, 2011). La ceremonia de la derrota es una transferencia simbólica del poder, una práctica democrática que nos permite comprender mejor cómo se institucionaliza y consolida la soberanía nacional. Una derrota es única, su carácter es relativo, si observamos la diversidad de candidaturas en términos de objetivos y ambiciones políticas y de los diferenciales de aceptabilidad. Por lo que conceptualizar este término, es primordial. El politólogo Frederic Louault (2007) es pionero en la definición del ámbito político, considera que existen varias categorías de derrotas electorales en función a variables como la configuración de las elecciones, la posición ocupada por los candidatos, los medios utilizados para la elección. Define la derrota como el reconocimiento oficial de los resultados de acuerdo con las reglas establecidas para la misma y previamente aceptada por todas las partes involucradas en la competencia. Esta definición excluye a los individuos u organizaciones que han anunciado formalmente su candidatura a las elecciones, pero deciden retirarse, renunciar antes de las elecciones. Para que exista un derrotado, debe tener participación en la competición hasta el epílogo, con la aceptación del resultado. Por su parte, el fracaso electoral es considerado por el autor como una de las versiones posibles de la derrota electoral, se define como la no realización de un deseo y/o la falta de éxito en los negocios. El fracaso acarrea una dimensión personal, porque se basa en sentimientos individuales, en un juicio subjetivo, cuando el resultado de la competencia no es suficiente, aceptarlo resulta difícil: la culpa y el dolor crecen internamente o bien se llega a negar el resultado, como por ejemplo, el rechazo de la responsabilidad. Se pueden distinguir tres niveles de análisis de los resultados de las elecciones en términos de fracaso: objetivos, medios y resultados. A pesar de faltar criterios para medir los objetivos, el fracaso puede ser visto como un conjunto de datos de una diferencia negativa entre expectativas y resultado. El fracaso electoral puede ser pre-construido aguas arriba, como por ejemplo, a través de los encuestadores, o bien aguas abajo, a partir de interpretaciones o evaluaciones de los resultados de las elecciones (Louault, 2011). La derrota tiene otra dimensión, implica lucha, competencia. En algunos contextos, es vista como un paso necesario en la carrera política, un proceso maduración política, una especie de transporte en virtud de la iniciación, que podría ejemplificarse con la experiencia de Nixon o bien Cardozo en Brasil. El cual, al enfrentarse a su primer fracaso electoral por su competencia por el ayuntamiento de São Paulo, en noviembre de 1985, considera que la derrota lo ayudó en su futura trayectoria política: “La derrota enseña (…) cuando gano, naturalmente yo me siento gratificado, pero nunca suficientemente para olvidar el precio de la victoria;” cuando pierdo, duermo con la esperanza del día siguiente (…) (Louault, 2011). No obstante, en otros contextos, es estimada como un evento destructivo, que genera miedo, negación, incluso desprecio. Vista así, la derrota electoral podría significar el fin de una carrera política, a nivel individual. Pero, la derrota o fracaso tienen consecuencias colectivas. Su alcance no se limita a un único individuo. Puede tener efectos sobre el ambiente del candidato o sobre su medio ambiente. Ahora bien, cuando el caso es que dos candidatos deben competir en una segunda ronda electoral, ninguno de los dos es considerado perdedor, ambos tienen las mismas posibilidades de resultar electos, en la medida en que lo que se
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necesita es un voto para ganar, ya no se requiere alcanzar un porcentaje mínimo, por lo menos en Costa Rica. El próximo 6 de abril, los costarricenses tenemos que acudir nuevamente a las urnas, con el objeto de elegir entre don Luis Guillermo Solís, candidato del Partido Acción Ciudadana, y don Johnny Araya Monge, candidato del Partido Liberación Nacional, para una segunda vuelta electoral. Sin embargo, el candidato Liberacionista convoca a una conferencia de prensa, a pocos días de la primera elección, en la cual desiste de su aspiración a la Presidencia de la República, que en principio se entiende como una renuncia. Nuestra Constitución Política en su artículo 138, no permite renuncias: “No pueden renunciar la candidatura para la Presidencia o vicepresidencias los ciudadanos incluidos en una nómina ya inscrita conforme a la ley, ni tampoco podrán abstenerse de figurar en la segunda elección los candidatos de las dos nóminas que hubiera obtenido mayor número de votos en la primera”. La decisión personal que toma el candidato, se basa en un sentimiento individual, se fundamenta en un juicio subjetivo, construido aguas arriba, que lo impulsan a tomar la decisión y rechazar la responsabilidad que le es encomendada como candidato seleccionado por un partido político. Se olvida que su decisión tiene consecuencias colectivas, que su alcance no se limita a sí mismo y que esta tiene efectos sobre el ambiente partidario y su medio ambiente nacional. Sin embargo, no es la primera vez que un candidato dimite en una segunda electoral. En el año 2003, en Argentina, Carlos Menen renuncia y es juzgado como mal perdedor, por no enfrentar una segunda vuelta, basando su dimisión en las encuestas que le indican la perdida. Aunque el Código Electoral argentino en su artículo 155 concierta que en caso de renuncia de uno de los dos candidatos de una de las formulas que compite en segunda vuelta, se procede a la elección de la otra. Las instituciones democráticas, le permiten a Menem realizar su movimiento. No obstante, el sustento institucional, la renuncia del candidato es vista como un acto ilegitimo, un boicot al sistema electoral, se considera que este prescinde de las normas básicas de la democracia, viola las reglas del juego y atenta contra la legitimidad democrática. Carlos Menem permite que estas elecciones sean decididas por las encuestas, atentando contra el principio democrático en el que en la elección se decide por medio de la competencia de los dos candidatos, con votos. De las renuncias nos cuestionamos: ¿qué objetivo persigue el candidato con tomar esta determinación? ¿Cuáles el impacto sobre el futuro Gobierno? ¿Qué implicaciones se dan sobre las instituciones y gobernabilidad? Lo importante son las consecuencias de la renuncia. Relacionamos la renuncia con la derrota o con el fracaso, conceptualizadas párrafos arriba, lo que nos permite interpretar y reconstruir los resultados electorales a través de las claves que ofrecen para entender el juego político. En este contexto de la segunda ronda, ambos candidatos evalúan sus posibilidades para vencer a su contendor. Para que exista un derrotado, este debe competir, reconocer que los resultados de la elección le son adversos, es decir, aceptar el resultado. Pero si, a pesar de ser un candidato formal en las elecciones, este decide retirarse y renunciar antes de las elecciones, este, no resulta derrotado. El candidato busca el menor impacto posible. Sin embargo, al tomar la decisión de abandonar la lucha política sin lograr realizar sus objetivos iníciales, los que son fijados públicamente al aceptar su candidatura, se puede considerar a la renuncia como un fracaso político (Louault, 2011). Este fracaso implica un desfase entre las expectativas y los resultados electorales imprevistos, que causan sorpresa. Los conceptos de sorpresa y derrota son muy cercanos. Este fracaso ocasiona una negativa a participar del juego político porque los resultados no resultan de acuerdo a lo planeado. Se debe resaltar que la decisión afecta el sistema democrático, viola de alguna manera tanto, las reglas formales como
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Bejarano; E: Derrotas y fracasos electorales
informales, a nivel partidario y afecta la legitimidad del futuro gobierno. ¿Qué opina usted? BIBLIOGRAFIA -Freidenberg, F. & Sánchez L. F. (2001). ¿Cómo se elige un candidato a presidente? Reglas y prácticas en los partidos políticos de América Latina. Nueva Época. Revista de Estudios Políticos. -Londoño, J. F. (2010) “Partidos Políticos: ¿Mas, menos o mejores?” Revista Política Colombiana. Bogotá. -Louault, F. (2007). La Derrota en Política. Balance Teórico y Perspectivas de Análisis. Sin publicación. Artículo académico en el marco de la construcción de la tesis “Fracasos Electorales, construcción de carreras y movilidades del personal político. El caso del partido de los trabajadores en Rio Grande Du Sul (Brasil)”. -Louault, F (2011). Les défaitesélectorales Le cas du Parti des travailleursdans le Rio Grande do Sul (Brésil, 1982-2008. Tesis de Doctorado no publicada, Instituto de Estudios Político de Paris, Escuela Doctoral de Science Po. Paris. -Martínez, M. (2010) Ambición política y lealtad Influencia sobre el comportamiento político, Centro Interamericano de Investigaciones Políticas. Universidad de Tulane. -Montaño, M (2013) “La Carrera Política y la Calidad de la Democracia en México: un análisis en la LXI Legislatura”. Redipal. Congreso Gobierno de México. México.
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Grooscors, G. Opinión
Sobre la Movilidad Internacional y la Educación (Creación de la Oficina de Relaciones Internacionales de la UACA)
Msc. Gloria Grooscors Antillón Directora de Carrera de Relaciones Internacionales
Cada vez más se ha ido extendiendo a nivel mundial
cias. El hecho de vivir unas semanas o meses en otro país
la idea de poder ofrecer a los estudiantes y académi-
o el tener profesores u otros estudiantes de otro lugar
cos nuevas oportunidades de ampliar sus estudios y de
ayuda a fomentar la capacidad de adaptación person-
vivir una cultura diferente. Conceptos como “Movilidad
al, fomentar el carácter y crear mayor conciencia social
Internacional”, así como “Internacionalización de la
y formas de resolver problemas.
Educación” se desarrollan como formas de ayuda a los estudiantes a prepararlos mejor para su futuro laboral
El
mediante la adquisición de conocimientos académicos y
Oppenheimer, en su libro “Basta de historias”, hace todo
ofreciendo experiencias que proporcionen una visión más
un estudio sobre la importancia de la educación y la
amplia del mundo. El hecho de compartir con estudiantes
necesidad que tienen los países en mejorarla para salir
de otras nacionalidades y culturas es una experiencia
adelante. A través de diversas experiencias en distintos
enriquecedora en todo sentido que hace madurar a los
países alrededor del mundo, el autor llega a la conclusión
estudiantes a la vez de que fomenta el respeto y toleran-
de que la educación es la forma de superar la mediocri-
cia hacia otras formas de vida.
dad económica e intelectual. Y además, enfatiza en que
mundialmente
conocido
periodista
Andrés
lo que diferencia a países de altos niveles académicos es La Internacionalización académica sirve para avanzar
su alto grado de internacionalización. Ver Oppenheimer
en los niveles educativos ya que es una forma de elevar
(2012).
el nivel académico disfrutando de otros entornos y viven-
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Grooscors, G. Opinión Grooscors, G. Opinión
El objetivo de la UACA es no solo formar grandes profesion-
desde otras instituciones y culturas, con un costo menor de
ales sino grandes personas. De esta forma con mucho entu-
inversión en traslados. Es decir, el mundo se ha insertado
siasmo comunico a los lectores sobre la reciente creación
en la educación global y en la UACA queremos abrirles a
de la Oficina de Relaciones Internacionales de la UACA,
nuestros estudiantes una Ventana al Mundo.
que se ocupa de los intercambios académicos de profesores y estudiantes y proporciona información sobre becas
No hay excusas, a seguir creciendo dentro de la era de la
y programas de estudios en el exterior.
globalización educativa!
Además, esta Oficina informará sobre la suscripción de
Referencias:
Convenios celebrados entre la UACA y otras universidades o instituciones de investigación académica.
Oppenheimer, Andrés. 2012. ¡Basta de historias! Editorial DEBATE, Bogotá.
Al hablar de movilidad académica, debemos incluir tanto universidades públicas como privadas, tanto profesores como estudiantes y abarcar tanto programas de estudios como pasantías y proyectos de investigación. No podemos descartar el uso de tecnologías virtuales que también ayudan a acercarnos a otras experiencias impartidas
Foto: Firma del Convenio de Colaboración Académica y de Investigación entre la Universidad Autónoma de Centro América (UACA) y la Universidad para la Cooperación Internacional México (UCIMEXICO), celebrado en San José, Costa Rica el 12 de mayo del 2014.
Contacto Global,3, pp. 46-47 ,2014 ISSN: 2215-3578 • 47
K, Quirรณs. Personaje destacado.
48 โ ข Contacto Global,3 pp. 62-67,2014 ISSN: 2215-3578
K, Quirós. Personaje destacado.
Personaje destacado Marie Gouze
“Mujer, despierta; el rebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación…” La palabra “mujer” proviene del latín “mulier”, ésta es relacionada con el adjetivo latino mollis, que significa “blando”; por lo que el término “mujer” hace reseña a la “debilidad” del sexo femenino. Como consecuencia se da la aparición en la historia de diversas mujeres unidas por una sola lucha: la igualdad de derechos, el cuestionamiento de la dominación, la violencia y la asignación de roles entre las mujeres y los hombres. Es así como sobresale la historia no muy bien relatada de la vida de Marie Gouze, nacida en Montauban, Francia, el 7 de mayo de 1748, para dar paso a la presencia femenina en los escritos, las obras teatrales, los panfletos, la política francesa y las mentes de millones de mujeres alrededor del mundo que aprendieron a cuestionar su rol en el mundo.
Katherinne Quirós Masís Estudiante de Relaciones internacionales de la Universidad Autónoma de Centroamérica.
Marie provenía de una familia burguesa, constituida por su madre Anne-Olimpe de Mouisset, hija de un negociante de telas, y su padrino y posible padre biológico el marqués Jean-Jacques Le Franc de Pompignan (escritor jurídico, filosófico, fiscal, teatral y de poesía religiosa y profana); además de su padrastro, de profesión carnicero. A sus diecisiete años contrajo nupcias con un hombre mayor llamado Louis Aubry, al que nunca amó ni le hizo feliz. Al poco tiempo quedó viuda, acompañada por su único hijo llamado Pierre Aubry. Su nacimiento como protagonista se da en medio de un acto de rebeldía al negarse a ser “la viuda Aubry” Siendo una mujer aún joven, decepcionada del matrimonio, se negó a volver a casarse y en la década de 1970 se trasladó a París, donde se ocupó de obtener una educación de calidad para su hijo y de frecuentar los salones literarios parisinos, allí, se mezcló con la élite intelectual de la época y mantuvo su condición burguesa. Ya para 1774 su nombre labraba camino en la carrera literaria en el Almanaque de París, el más popular del período. Se dice que Marie se valió del renombre de su posible padre biológico para colocarse en el medio. Más tarde empezó a firmar con el nombre de Marie Olimpe, segundo nombre de su madre y una partícula de su apellido cuya ortografía oficial aparece como Olympe de Gouges, Olimpe de Gouze o sus mezclas. Olympe fue autora de múltiples obras de teatro y montó su propia compañía teatral, ésta recorría la región de París, pero, no le permitía mantenerse con tales ingresos. Sin embargo, rápidamente sus obras empezaron a ser representadas por toda Francia, ocasionando no solo asombro, sino, un profundo eco entre la sociedad que se oponía a su pensamiento o incluso se sentía ofendida por su reflexión, ya que en la Corte de Versalles muchas familias nobles se habían enriquecido con la trata de esclavos (50% del comercio exterior), o a costas del pueblo; por lo que tuvo que enfrentarse a la desaprobación de la Comedia Francesa. Entre sus obras se pueden mencionar “Los peligros de los prejuicios”, “La esclavitud de los negros, 1792”, “Mujer Misántropa, la necesidad del divorcio, 1790”, “Aristócratas y demócratas”, “El romance de la mujer escritora” y sus autobiografías “Olympe de Gouges, defensora no oficial de Luis Capet, 1792”, “Olympe de Gouges en el Tribunal Revolucionario, 1793” y “Una patriota perseguida”. Como consecuencia de sus publicaciones, Olympe fue encarcelada en la Bastilla por medio de una lettre de cachet (carta que transmite una orden del rey), pero fue liberada gracias a la mediación de sus amistades. Con la Revolución Francesa, sus obras consiguieron ser encarnadas, y aún bajo presión y amenaza por parte de la élite colonial, en ciento grado influyente, salvaguardó una penetrante actividad
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a favor de la derogación de la esclavitud. Para el año de 1788 el Journal General de Francia publicó dos de sus folletos políticos, uno explicaba su proyecto de impuesto patriótico y otro un programa de reformas sociales, pero, se compilan más de 30 escritos que habitualmente destinó hacia personajes influyentes (Necker, Mirabeau, La Fayette), a Clubes patrióticos y a los representantes de los tres poderes. Esto en un futuro le permitió fundar Sociedades Fraternas para ambos sexos y dirigir L Impacient, en donde publicó “Los fantasmas de la opinión pública” y “Respuesta a calumniadores”. No obstante, no es hasta el año de 1791 que redactó la famosa Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, calcada sobre la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, mostrando una comparación esclarecedora.
Olympe por lo demás, defendió la separación de poderes (Montesquieu), se opuso a la condena a muerte de Luis XVI en 1793, apoyó primeramente la monarquía constitucional pero pronto se reorientó hacia la raíz republicana, denunció la formación del Comité de Salvación Pública, y tomó partido por los girondinos, no sin alertar sobre los riesgos de dictadura, apuntando duramente hacia la política de Robespierre y Marat. Ya en el mes de agosto del año 1793, cuando los girondinos fueron eliminados del escenario, Olympe y su defensa fueron detenidos y llevados a la cárcel. Una herida producto de su detención se infectó al poco tiempo y fue trasladada a una enfermería carcelaria. Fue hasta ese momento que sus joyas cobraron valor y le permitieron transferirse a una pensión burguesa donde la alta sociedad era recluida en mejores condiciones. Sin descanso, la protagonista del feminismo pidió que se le juzgara para así poder defenderse e impedir el expeditivo tribunal revolucionario, y conjuntamente, continuó componiendo y sacando a la luz importantes escritos que tuvieron una amplia difusión; pero, no fue hasta el 2 de noviembre de 1793 que fue llevada ante las autoridades. Su inteligencia y su valor no fueron suficientes ante un tribunal que no le permitió tener un abogado y que le acuso de defender un estado federado; principio girondino que al día siguiente le condujo a la guillotina. El 3 de noviembre de 1793, la vida de esta precursora de la libertad de la mujer fue arrebatada y condenada a permanecer oculta por años. Sin duda, su encarcelamiento y ejecución durante la dictadura jacobina significó el fracaso de los reclamos feministas durante la Revolución; las mujeres fueron obligadas a volver a la cocina y la cama, se legitimó la violencia cotidiana nuevamente. Incluso su hijo, tuvo que renegar de ella públicamente después de su muerte, para así poder evitar su propia ejecución. Marie, impulsadora a la opresión masculina y heroína de los Derechos Humanos, fue guillotinada por los revolucionarios que pregonaban la libertad y la justicia. ¡La Revolución fue para los franceses, no para las francesas! Se pensamiento feminista y revolucionario le permitió conducir sus trabajos hacia la igualdad en todos los aspectos de la
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vida, tanto pública como privada, y eso implicaba iguales derechos a la posesión y control de la propiedad, a obtener trabajo público, a votar, a formar parte del ejército, a hablar en público sobre política, a la educación, a la inmersión en la política misma, a la igualdad fiscal, a la igualdad de poder en el hogar y la iglesia, y a la igualdad de ser acusada y llevada ante las autoridades. Sus planteamiento salidos de contexto sobre la supresión del matrimonio, la instauración del divorcio, la idea de un contrato anual renovable firmado entre amantes, el reconocimiento paterno de los niños procreados fuera del matrimonio, la protección de la infancia y los desfavorecidos su concepción de un sistema de protección materno-infantil, la recomendación de creación de talleres nacionales para los desempleados y hogares para los mendigos la llevaron a ser una soñadora excepcional para la época, pero hoy, su legado le hace una mente brillante. Es fácil encontrar descripciones vagas de Olympe de Gouges, definiéndola a grandes rasgos como ignorante, con poca educación, dependiente de una secretaria, incapaz intelectualmente, entre otras. Aún siendo desacreditada por sus contemporáneos, incomprendida y malinterpretada, la vida de Marie Gouze y sus autorías fueron en contra de la intelectualidad francesa que tanto le rechazó, para convertirse en una respetada ideóloga revolucionaria de los siglos venideros. Fue hasta el final de la Segunda Guerra Mundial que esta madre francesa salió de las caricaturas y las anécdotas para elevarse como imagen humanista de su país tras ser objeto de estudio por los Estados Unidos, Japón y Alemania. Oliver Blanc, investigador de documentos originales de la época y autor de una de las principales biografías de Olympe de Gouges en 1981, le llevó a ser homenajeada en Francia y desde entonces sus obras fueron nuevamente presentadas y sus documentos reeditados; así como también su nombre fue utilizado para bautizar colegios, calles, institutos, plazas, salas. Ejemplo de ello son el Teatro municipal de Montauban y la sala del Hotel de Beauvau que es sede del Ministerio del Interior Francés. El programa de Marie Gouze fue y continúa siendo específico: Libertad- Igualdad-Derechos Políticos; todo enmarcado en la mezcla de su vida como obra y de Olympia como protagonista. El convertirse en una nueva mujer le permitió enfocarse en crear de 1790 en adelante nuevas mujeres también, mujeres que cambiaran la abnegación, la sumisión y la prudencia, por autonomía, independencia y autosuficiencia Su ideal no quedó en un papel plasmado, llegó hasta las últimas consecuencias en 1793 para enseñarle a las mujeres de Francia a reflexionar sobre su condición, a imaginar nuevos mundos, a criticar la realidad y a proponer cambios, así como a cuestionar la desigualdad y las contradicciones de la Revolución. Pero fue tras el paso de 150 años que en Francia su ciudadanía fue reconocida. “Los progresos sociales y los cambios de período se operan en razón del progreso de las mujeres hacia la libertad, y las decadencias del orden social se operan en razón del decrecimiento de la libertad de las mujeres”. Fourier Olympe de Gouges pregonó que solo a través del respeto a los Derechos Humanos de las Mujeres es posible instaurar un sistema social justo y aparte de provocar admiración entre las lectoras, es urgente provocar conciencia y preocupación, porque aún hoy, a más de 200 años de su muerte, la Declaración sigue presentando un fuerte reto para los países. El género tiene dimensiones político-económicas porque es un principio básico de la estructuración de la economía política” Nancy Fraser Mujeres del siglo XXI partamos de la Revolución Francesa hacia el internacionalismo de estos y nuevos ideales, no nos dediquemos a disfrutar sin conocimiento, desprestigiando los esfuerzos tanto individuales como colectivos del pasado. Las herramientas hoy son invaluables. ¿Quién ha erigido al hombre en único juez si la mujer comparte con él el don de la razón? Mary Wollstonekraft Bibliografía Sazbón, J.Edito. Cuatro mujeres en la Revolución Francesa. Editorial Biblios. Colección Lado B. Buenos Aires 2007 De Gouges, O. Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. En Varela Nuria. Feminismo para principiantes. Ediciones B. Barcelona 2005
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Datos Curiosos Por: Jairo Rivera, Consejo Editorial
Sabias que: 1. La denominación de “derecha“ o “izquierda“ en las tendencias políticas nace de la Asamblea Nacional Constituyente de la Revolución Francesa, en la que los conservadores se sentaron a la derecha del presidente y los que promovían el cambio político y social a la izquierda. Alemania terminó de pagar sus deudas de la Primera Guerra Mundial 92 años después, en el año 2010. Maria Jose Sedano (1996). Izquierda y Derecha, génesis e historia de una díada. Instituto Emmanuel Mounier. Recuperado el 24 de mayo de 2014, de: http://www.mounier.es/revista/pdfs/039031033.pdf 2. Después de que el papa Gregorio IX asoció a los gatos con actos satánicos estos fueron exterminados en toda Europa lo que dio pie a una plaga de ratas infectadas con la Fiebre Bubónica que mató a cien millones de personas. 3. En el antiguo Egipto pensaban que la inteligencia estaba en el corazón y que el cerebro era solo el relleno de la cabeza por lo que lo sacaban durante la momificación y lo descartaban mientras el corazón recibía un trato especial. Cassandra Eason (2003). Nuevos Misterios del Antiguo Egipto. Barcelona, España: Ediciones Robinbokk. 4. El ludismo fue un movimiento social que se desarrolló en la primera etapa de la revolución industrial (1800-1830), se caracterizó por el odio hacia la intro 52 • Contacto Global,3 pp. 52-53 ,2014 ISSN: 2215-3578
ducción de las maquinas al proceso productivo. El ingreso de maquinaria moderna provocó que viejos artesanos cayeran en el desempleo y perdieran sus pequeñas fábricas, lo que desencadenó acciones extremistas como la destrucción de máquinas; el movimiento con una base ideológica poco definida, al tiempo presento modernas y organizadas acciones que culpaban al propietario y no a la maquinaria, iniciando las primeras organizaciones obreras (los primeros sindicatos). George Rude (1971). La multitud en la historia, los disturbios populares en Francia e Inglaterra, 1730-1848. Madrid, España: Siglo XXI editores. 5. Durante la Antigüedad Clásica del Imperio romano, las vexillas fueron los primeros prototipos de banderas de la historia, sin embargo la bandera que es considerada la más antigua del mundo es la de Dinamarca adopta en el año 1219, según la leyenda fue en la batalla de Lyndanisse donde se enfrentaron Daneses y Estonios, el Dannebrog (la bandera de Dinamarca) cayó del cielo, dando esperanza y derrotando así a los Estonios. Nils G. Bartholdy, Gyldendal Leksikon. National Flag. Denmark. Recuperado el 25 de mayo de 2014, de: http://denmark.dk/en/quick-facts/national-flag/
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