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Llegaron lxs huelguistas

Llegaronlxs huelguistasPor: Gaddiel F. Ruiz Rivera

a Valentina Marealta en homenaje y diálogo con Manuel Abreu Adorno

No me pregunten por qué pasó. No tengo la menor idea de por qué propusieron la moción en primer lugar. Tampoco recuerdo exactamente cuándo comenzaron a ratificar sus votos de huelga. Llegaron cerrando los portones. Llegaron con paletas, troncos y pupitres. Llegaron sin miedo o con muchos miedos. Llegaron en grupos, a cinco y seis recintos, a veces más. Llegaron de mañana, de tarde y de noche. Llegaron para quedarse cuanto durara el proceso. Llegaron con sus mochilas y tiendas de campaña. Llegaron de Sociales y Humanidades. Llegaron de Naturales y Educación. Llegaron con pinturas y banners a Bellas Artes. Llegaron a entrenar en el complejo deportivo. Llegaron derecho a Generales, los de Derecho. Llegaron con libros, con capuchas. Llegaron sin capuchas. Llegaron las chicas sin sostén, los chicos con putis. Llegaron con boinas, con flores en el cabello. Llegaron con el Huelgamix en sus favorites de Youtube. Llegaron cantando consignas feministas y machistas. Llegaron con el «lucha sí entrega no» en el megáfono.

Llegaron pelús y asicalaos, macharranes y no binarixs, privilegiadxs y oprimidxs. Llegaron lxs huelguistas a la Universidad.

Yo llegué el mismo día en que acabó la asamblea. Llegué para quedarme cuanto durara el proceso. Llegué con una flor en la cabeza y el rabo espelusao. Llegué con dos mochilas y con caseta. Llegué sin solución seattle ni hash. Llegué con el último dinero del jornal. Llegué en tren desde Santurce. Llegué con una camisa azul de Pokémon. Llegué con los zapatos de turno de ese semestre. Llegué con una caneca escondida junto a la yerba. Llegué esperando conseguir un lugar con sombra para la caseta. Llegué sonriendo a todxs. Llegué sonriéndoles pícaramente a algunos chicos, estudiantes con ojos que dan pánico mirar. Llegué a las ocho de la noche a la iupi.

«500 millones, qué clase de cojones, por eso hacemos huelga y cerramos los portones». La huelga y una lluvia de protestas durante 70 días. La huelga y un insólito Paro Nacional en el Caribe. La huelga y los cristales del Banco Popular en granos. La huelga y los cristales

de CVS y Walgreens en granos. La huelga y la añoranza de las generaciones anteriores. La huelga y ya Filiberto y Fidel estaban muertos. La huelga y Los pleneros de la cresta se habían separado. La huelga y Macha Colón, Cultura Profética, Calle 13, Anuel AA. La huelga y lxs compas de playuela. La huelga y las cenizas en Peñuelas y Arecibo. La huelga y las protestas frente al capitolio. La huelga y Ricky Roselló al mando del país. La huelga y el secuestro de gente en las protestas. La huelga y los cargos contra los secuestrados. La huelga y las

las negociaciones con la Junta de Control Colonial. La huelga y la educación con perspectiva de género. La huelga y la reforma universitaria. La huelga y otro plebiscito de status. La huelga y el boicot a dicho plebiscito. La huelga y la bandera de la resistencia en camisas y pegatinas. La huelga y la gente del Campamento contra la Junta. La huelga y Playas pal Pueblo. La huelga y ya Oscar López era libre. La huelga y los mejores grupos de base incluso más allá de los 70 días. La huelga y mi cumpleaños. La huelga y marihuana.

Cruce de prácticas artísticas- 89

paralizaciones de las sucursales bancarias. La huelga y las paralizaciones en la Milla de Oro. La huelga y la renuncia de la silla presidencial. La huelga y la renuncia de la silla rectora. La huelga y la petición de renuncia a la silla de la Superintendente de la Policía. La huelga y los bonitos de los bonistas. La huelga y los fallos del tribunal. La huelga y la democracia secuestrada en la casa de las leyes. La huelga y

Llegaron e hicieron sus tiendas de campaña. Llegaron para amar y luchar. Llegaron para amar y barricar. Llegaron para amar cerrar. Llegaron para escuchar los informes de las reuniones. Llegaron y los habitantes del pueblo les llevaron hielo y neveras a los portones. Llegaron y las pequeñas barras se vieron los jueves invadidas. Llegaron y los del CUP se

escondieron en sus casas. Llegaron, y cuando el pepper llovía, tosían tapándose la capucha con la mano. Llegaron y en las reuniones de pleno todos comentaban sobre los infiltrados. Llegaron para escuchar a Roy Brown y a Bob Marley, reggaetón y trap. Llegaron y las madres se unieron a sus hijas a protestar a la calle. Llegaron y la Superintendente de la Policía se negó a abrir los portones. Llegaron y la alcaldesa se preguntaba si debía invitarlos a la casa alcaldía oficialmente. Llegaron y las pastoras organizaron visitas matutinas y vespertinas a la verja. Llegaron y la Junta de Gobierno sostuvo una reunión de emergencia. Llegaron y algunos borrachos se atrevieron a hablarles. Llegaron y la dirección de la escuela de la universidad amenazó a lxs estudiantes menores de edad que asistieron al cierre. Llegaron y algunos se dedicaron a repartir boletines y performance en el tren y en los centros comerciales. Llegaron y

los alimentos en los apartamentos se agotaron rápidamente. Llegaron para escuchar las negociaciones de cerca. Llegaron y un grupo de estudiantes migró a un recinto privado. Llegaron y Gabriel, que no aguanto más, se suicidó. Llegaron y algunos dicen que Huma, la perra, entró milagrosamente. Llegaron y un senador ex huelguista anunció su romance de magazine con una candidata independiente contratada por su desprestigiado partido. Llegaron y cuentan que lxs estudiantes de la huelga anterior, ahora graduados, lloraron por varios días pensando en la pérdida de su próxima graduación. Llegaron y Plaza Universitaria, el edificio administrativo, por vergüenza cerró su portón principal. Llegaron y Caribe, el perro de CLA- SE, desapareció del recinto. Llegaron para escuchar cátedras de portón. Llegaron y los negocios donaron hielo dos veces al día. Llegaron e hicieron fogatas en la noche. Llegaron a

cantar y a fumar en torno al fuego. Llegaron y la Hermandad de Empleados donó carpas. Llegaron para nadar en la piscina a ciertas horas. Llegaron y Manu y Tamara afianzaron su compromiso. Llegaron y las carreteras que conducen a la Milla de Oro estaban todas intransitables por las muchas protestas. Llegaron y Serena, del comité de seguridad, intentó evitar la bebida. Llegaron y la comunidad LGBTTQI organizó una regia parada por la calle principal de Río Piedras. Llegaron e irrumpieron en la reunión de presupuesto de la Junta de Gobierno. Llegaron y las redes sociales se revelaron vigiladas por las autoridades. Llegaron y anunciaron el cierre de más escuelas públicas. Llegaron y siguieron alimentando a los gatos realengos del patio interior. Llegaron para escuchar rap frente al museo. Llegaron y los estudiantes a jornal se fueron a los portones. Llegaron y a Josué, el hijo de Ciales, el trovador de Grandes Ligas, lo secuestraron con Adriana protestando en una plaza. Llegaron y los secuestros no han cesado desde entonces. Llegaron y el nombramiento de dos miembros para la Junta de Gobierno fue pospuesto indefinidamente. Llegaron y los Testigos de Jehová desaparecieron al otro día. Llegaron para escuchar las reuniones de base. Llegaron y Juan, un profesor de Humanidades, hizo un donativo a la pareja de encapuchados arrestados en el paro. Llegaron y los colegas de Juan le recomendaron que consultara un psiquiatra. Llegaron y el gato adoptado de Chachi, un vecino de Vega Baja, cayó enfermo con un virus rumbo al veterinario. Llegaron para la noche de dragas. Llegaron y a K, el único rapero sin demo (porque improvisa), lo buscaban, pero no dimos información. Llegaron y se acostaron en los vestíbulos y en los aleros de los edificios. Llegaron y la policía no intervino con el cierre por primera vez en tantos años.

Llegaron y Seba, un prepa de Bellas Artes, se puso un pantalón corto y se fue a los portones. Llegaron para tostarse al sol cada piquete. Llegaron para desnudar a políticos y bancos sobre la crisis fiscal. Llegaron y Mr. Conlan, el profesor de Inglés, se escondió una navaja y se fue a los portones. Llegaron y la oficina de Mr. Conlan, y otras más, fueron vandalizadas. Llegaron y Daniel, un amigo antihuelga, ingresó al movimiento.

Llegué y conseguí una posición cerca del museo. Llegué y un chico rubio me sonrió. Llegué y compré pasto, hoja, fuego. Llegué y me tomé la pastilla para el VIH. Llegué y colé otra tanda de café. Llegué y me enteré que en el natatorio dos personas se habían quemado por tirarse de la última plataforma. Llegué y vi cómo un religioso del pueblo se robaba un pupitre de la barricada. Llegué y noté que todavía alguna gente ayudaba a otra para montar sus tiendas de campaña. Llegué y vi chicos desnudos en el complejo deportivo, en el cuadrángulo. Llegué y la gente cocinaba y perreaba. Llegué y en torno al fuego se pasaban el palo y la marihuana. Llegué y vi pancartas tendidas sobre la acera caliente. Llegué y fuimos a bañarnos en Playas Pal Pueblo. Llegué y la FURA retumbaba por todas partes. Llegué y me quité la capucha negra de manga corta. Llegué y el chico rubio se llamaba Kenny. Llegué y vi identidades multiplicarse ante mis ojos. Llegué y vi que un grupo de chicxs participaba tímidamente de una besada. Llegué y me enteré que había varios macharranes. Llegué y me contaron cómo habían perseguido a un compañero esa misma tarde. Llegué y Kenny era hermoso. Llegué y ya veía muchas formas y colores en los rostros de la gente. Llegué para escuchar bomba y plena. Llegué para escuchar a MiMa. Llegué y Kenny me estaba quitando

los pantalones. Llegué para escuchar a Fito, Cerati y Charly. Llegué para escuchar los audios del chat del portón. Llegué y lo llevaba desnudo de su mano a mi ano. Llegué y no sabía por dónde más sudar. Llegué para cuidar un poleo y un bonsái. Llegué para escuchar las noticias. Llegué y ya estaba embarrado. Llegué y pensé en los motines que solo había visto en películas. Llegué y pensé en las cenizas en Peñuelas, en la incineradora de Arecibo, en la contaminación en Vieques. Llegué y ahora las amenazas de guardias eran incontrolables. Llegué y por fin estaba en una huelga de verdad. Llegué y no vi a Kenny a mi lado. Llegué y pensé en lo mucho que había soñado romper un cristal. Llegué para escuchar a doña Minga. Llegué y sentí mucho miedo. Llegué y me sentí bien solo. Llegué y me quedó el insomnio. Llegué y me estaba enamorando. Llegué y probé colores y formas. Llegué y me sacaron una foto encapuchado. Llegué y vi muchos likes a mi alrededor. Llegué y me estaban rondando compas de otros portones. Llegué y no

vi a Kenny. Llegué y un papelón “in blanc” gritaba «¡Abran! ¡Abran! ¡Abran!», de espaldas al portón ya cerrado de Plaza Universitaria. Llegué y había tragado mucho rencor. Llegué para escuchar mi voz interior. Llegué entre colores y formas.

Se fueron en grupos de cinco y seis, a veces más. Se fueron y en la colonia del alero no había nadie. Se fueron esperando que los miembros de la Junta de Gobierno firmen los acuerdos. Se fueron y dejaron un vagón para cocinar a los estudiantes sin ingresos. Se fueron sin pasto ni alcohol. Se fueron sin guitarras ni cables auxiliares. Se fueron cogiendo el tren. Se fueron las chicas sin sostén, los chicos en putis. Se fueron cansados, pero con flores. Se fueron con lucha sí entrega no en los labios. Se fueron pelús y asicalaos, macharranes y no binarixs, privilegiadxs y oprimidxs. Se fueron lxs huelguistas de los portones.

Fotos de Ricardo Alcaraz

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