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Dos poemas para Lucas
Dos poemas paraLucas
Por: Guillermo Rebollo-Gil
Mi nombre es Guillermo y tengo un hijo ahora, así, como de Rantamplán estos versos: “Ciudad eres odiosa hablaré de otras cosas.”
Como de cuando en la huelga de la universidad, y a título de cada cual aporta a la lucha lo que porta en su mochila y si es flamable o si tiene púas o se puede comer pues mejor, copié “la rosa pública” en una pared del edificio de Estudios Generales.
Como de cuando, años antes, conocí a la autora fumando en los banquitos a la entrada de Plaza, -por donde estaba Borders-, y para romper el hielo comencé ‘usté se llama como mi mamá’.
Como de cuando, se me aparecieron sus Obras Completas, así, de rantamplán, en una estiba de libros hasta el cielo de la librería original que había en Plaza antes de que abriera y cerrara la librería para acabar con todas las librerías que debimos haber cercado con alambre de púa o que debimos haber prendido en fuego a título de cada cual es los libros que compra y dónde los compra y que no lee, y leí por primera vez “la rosa pública”, sin siquiera plantearme hacer anotaciones en sus márgenes.
Paternidad, Pablo Picasso
Así no es cómo se siente tener un hijo.
No obstante, estas son cosas sobre las que, quizás, podríamos conversar un día mi niño y yo a título de la implanteabilidad de las cosas más hermosas a las que uno jamás podría aspirar en la vida.
Como lo es tenerlo ahora.*
Con las mismas manos de acariciarte estoy moviendo el cursor,presionando las teclas en busca de trabajo afuera.Mi carta de intención lee:Mi nombre es Guillermo y tengo un hijo, preferiría lo criáramos aquí pero.
Con las mismas manos de acariciarte estoy pulsando el botón para someter mis documentos y ahora no recuerdo si lo que nos pareció tan lamentable era lo poco o lo mucho que Zambra se parecía a su foto.
El caso es que lo conocimos aquí y, si nos vamos, nuestro hijo jamás
tendrá esa sensación de habitar un lugar donde alguien así de famoso jamás se aparecería por estos lares hasta que ZAS! se aparece y la verdad que ni tan gran cosa pero.
Con las mismas manos de acariciarte lo cargo a él como una paca de documentos secretos que tú me has confiado como antes me confiabas tus libros o tus recuerdos o tu sueño de tenerlo.
El caso es que lo conocimos aquí y, si nos vamos, nuestro hijo jamás tendrá esa sensación de habitar un lugar donde alguien así de famoso jamás se aparecería por estos lares hasta que ZAS! se aparece y la verdad que ni tan gran cosa pero.
Con las mismas manos de acariciarte lo cargo a él como una paca de documentos secretos que tú me has confiado como antes me confiabas tus libros o tus recuerdos o tu sueño de tenerlo.
Padre e hijo, Zhang Xiaogang