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DEPENDIENTES Y SUBORDINADAS CARMEN R. MARÍN
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Dependientes y subordinadas
Carmen R. Marín
A
menudo
los
Es
así
como
maestros y maestras de
llego a la presentación
Español se ven en la
de
las
oraciones
necesidad
de
inventar
compuestas coordinadas y
analogías
para
explicar
subordinadas. Es probable
conceptos de Gramática, un área especializada del saber, muy interesante para
Betty Tompkins, Women Words (Raphael #3), 2018
que usted no recuerde nada sobre esto y aún así haya pasado con sobresaliente sus
algunos, muy misteriosa para otros y muy inútil para la mayoría de las personas. Personalmente, disfruto algunos de los intrincados caminos de la Gramática del Español, sobre todo en cuanto se pierde ella misma en excepciones y excepciones para las reglas. No obstante, comprendo a quienes se resisten a estudiarla (y enseñarla), pues es tan específica y tan poco pertinente para muchos como, digamos, identificar los tipos de bacteria que se alojan inofensivamente en la boca humana. Aun así, es parte del currículo de Español y es requisito exponerla en nuestras aulas.
exámenes comprensivos de doctorado o que incluso, haya llegado a ser dentista. Pero a esta maestra le ha tocado pensar: cómo les explico a mis estudiantes de undécimo grado estos conceptos, y es entonces cuando aparece el recurso de la analogía.
Las oraciones compuestas coordinadas, les digo, con cara de que les voy a contar un chisme espectacular, son aquellas cuyos segmentos formados alrededor de cada verbo (¡el verbo es el rey! les señalo con todo y pantomima) pueden tomarse por separado y constituyen una oración con sentido en sí mismas.
1 de febrero de 2019
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Es decir, que son como ustedes y sus amigas, quienes están aquí en la escuela muy juntitas, pero cuando se gradúen se separarán y aún así podrán seguir siendo, cada una, una persona completa. Ahí se miran unas a otras y los pares de amigas más cercanas hacen amago de llorar y abrazarse, como queriendo retener en ese abrazo la esencia de la persona con quien mejor se entienden y de quien no querrían separarse.
Por otro lado, las oraciones compuestas subordinadas presentan una relación distinta entre sus segmentos. Uno de ellos, siempre, se queda sin sentido completo si separa del otro. Como en las relaciones codependientes, digo, y se me comienzan a atascar las palabras en la nuca, cerquita del subconsciente. Pero fíjense en esto, les señalo en la pizarra, dibujando una flecha con dos puntas, una en cada extremo. En tantos casos, el supuesto segmento principal de esa oración
tampoco logra su sentido completo sin la cláusula dependiente y subordinada. ¡Como en la vida real! les digo, ya con los brazos abiertos en señal de Eureka y con lágrimas agolpadas en el esternón.
Nunca entren en esa dinámica, les aconsejo; no permitan que sus relaciones se conviertan en relaciones de dependencia y subordinación, exhorto…y ahí estoy, mientras hablo, mirándome hacia adentro, hacia más de doce años de absoluta sumisión sin cuestionamientos, poniendo en peligro mi vida y mi dignidad sin siquiera percatarme, asumiendo riesgos que no me correspondían, dándome entera sin llenarme de nada, excepto de miedo; ahí está esa otra maestra, la que todavía no se anima a un jangueo sola, colgando del fantasma de una cláusula principal, con verbo, pero subordinada y dependiente.
Betty Tompkins, Apologia
Repasar la historia, ser parte de la historia