CUARESMA
de Sevillaa
Año 2017
Revista
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Editorial
Cuaresma 2017 Doce aĂąos poniendo en la calle esta cofradĂa de papel. Seguramente no de una semana santa que hunde sus raĂces en la ciudad desde hace mĂĄs de seis siglos pero que, llevamos el peso de esta responsabilidad, de mostrarnos ante todos ustedes con la compostura, con los fondos y formas que tanto nos han demandado desde nuestros inicios y a los de que en no pocos casos se nos ha presentado la tentaciĂłn, y no en forma de manzana sino de atajos que harĂan el camino mĂĄs llevadero, pero sin las garantĂas que nos merece el trabajo tal y como lo concebimos en aquella frĂa noche del otoĂąo londinense de 2005, donde se sentaron las bases de lo que hoy tiene usted entre sus manos, estas pĂĄginas de papel que recogen, aĂąo tras ! " # $ y opiniĂłn sobre la celebraciĂłn que vertebra las vidas de quienes se sienten depositarios del
legado de la mejor historia de Sevilla, esa que sin lugar a dudas han ido forjado sus cofradĂas y todos aquellos que han formado parte de ellas a lo largo de su larguĂsima y no menos rica historia. Como suele ser tradicional, a la vez que justo y necesario, nos vemos en la obligaciĂłn y la satisfacciĂłn de agradecer a todos los que desde el cariĂąo nos apoyan en esta ardua tarea. Colaboradores, anunciantes, medios de comunicaciĂłn, partidarios, lectores...amigos todos ante los que nos satisface volvernos a presentar otra vez, y a quienes saludamos en este momento con la misma alegrĂa que produce encontrar una cara amiga entre el pĂşblico cuando uno se refugia tras la intimidad del antifaz a lo largo de una dura estaciĂłn de penitencia. Una nueva revista que creemos mĂĄs trazada que, segĂşn nos hacen llegar desde el cariĂąo los seguidores de esta publicaciĂłn, debe ser el principal baluarte que nos ha permitido consolidarnos tras atravesar un largo periodo de crisis que ha arrastrado hasta el abismo a no pocas publicaciones impresas. Por tanto, con esa idea de continuar todo el tiempo que ustedes -lectores, amigos, articulistas, anunciantes- tengan a bien, vayan ya por delante estas pĂĄginas que esperemos sepan entretenerles, guiarles, aconsejarles e incluso Tenemos ante nosotros la enorme responsabilidad que, seguramente, constituye una de las mayores joyas que la historia nos ha legado a quienes vivimos en, por y para esta ciudad: la Semana estar, seguir estando, a la altura de cuantos nos legaron las generaciones pasadas.
REVISTA CUARESMA DE SEVILLA 2017 Director: Juan Salas. DirecciĂłn Creativa y Comercial: Fernando Salazar. DirecciĂłn ArtĂstica: Ă ngel Bajuelo. FotografĂas: Salazar - Bajuelo y distintos autores. ImpresiĂłn y maquetaciĂłn: Imprenta y PapelerĂa Rojo. DepĂłsito Legal: SE-1595-06 %& $ ' $
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“Ay, calles de Sevillla y abril que cantta en las acacias neggras con flores blancas” Lope Lop Lo pe de Ve Vega g ga
Premio DemĂłďŹ lo para Salazar y Bajuelo La frĂa noche del pasado 30 de marzo de 2016 fue muy especial para quienes hacemos esta
$ ) * +4 ! " de nuestra semana mayor, la FundaciĂłn Machado, impulsora de estos cotizados galardones dentro " # $ 7 ' 8 ; " # de la semana santa sevillana desde hace ya casi medio siglo. El acto, celebrado en un escenario de lujo como es la terraza gourmet del centro de El Corte InglĂŠs de la Plaza del Duque, contĂł con la presencia de la consejera de Cultura de la Junta de AndalucĂa, Rosa Aguilar, asĂ como el de destacadas personalidades de todos los ĂĄmbitos culturales y cofrades de la ciudad. < = ) $ > y Labores Tradicionales de la Semana Santa fueron instaurados por la FundaciĂłn Machado en 1988 y tienen como objetivo primordial el reconocimiento pĂşblico por la labor de los que participan en ella desde las mĂĄs diversas perspectivas: escultores, #
cereros, capataces, costaleros, priostes, camareros, periodistas, mĂşsicos o saeteros. Junto a los fotĂłgrafos ya mencionados, recibieron otras distinciones los hermanos Villanueva, premio a la â&#x20AC;&#x153;Obra de Arte EfĂmeraâ&#x20AC;?, capataces de amplĂsima trayectoria, responsables de los pasos de las hermandades de San Roque, La Amargura, Santa Genoveva, Santa Marta, San Bernardo, La Trinidad, Las Cigarreras y el Gran Poder. Del mismo modo, hubo un galardĂłn a la â&#x20AC;&#x153;Obra de Arte Permanenteâ&#x20AC;? para los talleres de bordado Santa Clara, responsables, entre otras muchas piezas, de los bordados del SeĂąor de la Sentencia. TambiĂŠn fue una de las caras mĂĄs destacadas de aquella noche la del popular cantautor Joan Manuel Serrat, homenajeado por haberle puesto mĂşsica al poema La saeta de Antonio Machado en su disco dedicado al poeta sevillano en 1969. Con esta distinciĂłn, los promotores de la gala quisieron destacar la labor de los artesanos relacionados con la celebraciĂłn de la Semana Santa. La marcha conocida como La Saeta es una de las mĂĄs interpretadas por las bandas de tambores y cornetas no solo en la semana santa sevillana, sino en la prĂĄctica totalidad de la geografĂa andaluza.
La O y Triana: una historia conjunta que cumple 450 aĂąos Inolvidable no solo para todos los trianeros, sino para la Sevilla cofrade, la jornada del pasado sĂĄbado 29 de octubre de 2016. Fecha que quedarĂĄ grabada a fuego entre las gentes del arrabal y muy particularmente, para aquellos que profesan devociĂłn a la Virgen de la O. MĂĄs de 10 horas para una
$ * $ ) H * $ barrio de Triana. AcompaĂąada por un cortejo medido y por el numerosĂsimo publico que decidiĂł no perder detalle desde que a las 18:30 de la tarde se abrieran las puertas de la parroquia hasta que, bien entrada la K K N # > ' ' $ levantĂĄ del viernes santo, la jornada dejĂł imĂĄgenes y momentos para el recuerdo, como las que se registraron con la histĂłrica visita a la catedral de Triana, Santa Ana, y los encuentros con las imĂĄgenes de la Esperanza en la capilla de los Marineros, recordando aquellos tiempos de regresos por el Puente Q ; Q # = ' madrugada, frente a la Virgen de la Estrella en pleno San Jacinto. Pelay Correa, PagĂŠs del Corro, AlfarerĂa o Procurador recibieron en esta ocasiĂłn, conmemorando el 450Âş aniversario de la corporaciĂłn, la visita de una de la mĂĄs antiguas e ilustres vecinas del barrio. Una tarde-noche que, sin duda, permanecerĂĄ en las mejores pĂĄginas de la historia reciente de nuestra semana mayor y de una de las cofradĂas mas seĂąeras de cuantas la conforman. 1
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X < Y Z = $ 2. El paso de palio, delante de la puerta de Santa Ana, en una histĂłrica visita que serĂĄ recordada durante aĂąos por todo el barrio. 3. < H < = $ Q ! $ Y FotografĂas: Salazar - Bajuelo
CoronaciĂłn de la Paz: El otoĂąo se hizo Domingo de Ramos Acababa de despedirse el verano, aunque no las calores, cuando la tarde del sĂĄbado 24 de septiembre nos ponĂa en la calle el paso de palio de la Virgen de la Paz. HabĂa transcurrido una semana de actos -justa poĂŠtica el lunes, presentaciĂłn de la revista â&#x20AC;&#x153;CoronaciĂłn de la Pazâ&#x20AC;? el martes, imposiciĂłn de la medalla de la Ciudad el miĂŠrcoles...- y en su barrio del Porvenir se veĂan caras de felicidad que nada tenĂan que ver con esos rostros luminosos de cada estreno de casa semana = * espera se iba a cumplir el sueĂąo de ver a la Dolorosa del palio blanco de malla coronada canĂłnicamente. La nĂşmero diecisiete de la capital, y la primera coronaciĂłn aproba ! >
Lo que quedaba por delante -horas, dĂas, actos- serĂa para siempre algo a recodar, a tener guardado en lo mĂĄs profundo del disco duro por todos los hermanos y feligreses. Con esas se abrieron las puertas del templo, esperando un bullicio era el propio del primer momento de cualquier semana santa. Solo la ausencia de nazarenos y la diadema que portaba la virgen sobre la cabeza servirĂa para, en un futuro, poder diferenciar las imĂĄgenes de las habituales de cada domingo de ramos. Y asĂ, con su gente, con sus costale ' ] con todos aquellos que no estaban por la labor de perderse el acontecimiento, se fue en busca de la Catedral a los sones de la banda de mĂşsica Santa Ana de Dos Hermanas,
por Juan Salas FotografĂas: Salazar-Bajuelo
dejando la querida Plaza de EspaĂąa para el dĂa de regreso, pero viviendo momentos muy emotivos y concurridĂsimos de pĂşblico, especialmente a la llegada a la Puerta de Jerez, san Gregorio o en la Plaza de la ContrataciĂłn, por donde se encaminĂł el cortejo para acceder a la Catedral por la Puerta de Palos. La semana fue intensa, y tanto, para sos. Los primeros dĂas -de domingo a martes- la Virgen estuvo en el altar mayor de la parroquia del Sagrario, donde el lunes 29 el arzobispo de Sevilla pronunciĂł una oraciĂłn
ni llamadas a ninguno de los guardianes de la meteorologĂa. MĂĄs bien, todo lo contrario, porque el dĂa iba a estar metido en sol, pocas o ninguna nube y ese calor tan propio del â&#x20AC;&#x153;veranillo de San Miguelâ&#x20AC;?. AsĂ se abrĂan las puertas de la Catedral para el acto principal, el mĂĄs esperado, deseado, imaginado, quizĂĄs soĂąado y %H ( consumado cuando el titular de la sede, don Juan JosĂŠ Asenjo Pelegrina, colocaba sobre la cabeza de la virgen del Porvenir la presea ya dorada acorde a su nueva condiciĂłn canĂłnica en el solemne marco del altar del Jubileo y sonaba el himno de EspaĂąa con la majestuoFoto: J. A. GarcĂa
por la paz, que dio paso en los dĂas siguientes, de miĂŠrcoles a domingo, al triduo preparatorio, cuya cĂĄtedra ocuparon, sucesiva ^$ ' de Asidona-Jerez, JosĂŠ Mazuelos PĂŠrez y el arzobispo castrense, especialmente vinculado a Sevilla y sus cofradĂas, Juan del RĂo. < ! " X $ y con un sol de justicia en todo lo alto para que nadie tuviera que echar miradas al cielo
sidad propia del Ăłrgano catedralicio, cĂłmo no bajo las manos del padre Jose Enrique Ayarra. Cerca de las 17 horas el muy medido cortejo saliĂł por la Avenida camino del Ayuntamiento, donde fue recibido por la representaciĂłn municipal encabezada por el alcalde, Juan Espadas, quien realizĂł una # villa. Luego, ya retirados los hermanos con cirios, se tomĂł el recorrido de cada Domingo
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de Ramos pero en sentido inverso hasta el > ler. Fueron momentos de apreturas mĂĄs propios del primer dĂa de la Semana Santa que de una tarde noche de principios de octubre. Calle San Fernando, entrada al Rectorado y visita a los titulares de la cofradĂa universitaria ante un numerosĂsimo pĂşblico. Y casi igual o mĂĄs gente cuando la comitiva alcanzĂł la torre sur de la Plaza de EspaĂąa para adentrarse en el parque, su parque, en una noche, ya decĂa "
$ ` Y llegĂł el barrio, y llegĂł al barrio. A unas calles poco habituales en el estreno de la semana santa, pero que esperaban bien engalanadas la histĂłrica procesiĂłn que pondrĂa > " muchos desvelos, muchas horas de trabajo, preocupaciones y toda la ilusiĂłn de un colectivo, una hermandad, para quien, segĂşn su hermano mayor, se acababa de cerrar la semana mĂĄs importante en la historia de la corporaciĂłn. Una semana que se iniciaba en junio de 2014, cuando el cabildo general aprobĂł la solicitud de esta distinciĂłn para su Dolorosa y que vio como unos meses mĂĄs tarde, el 18 x4X{ mativa por parte de la autoridad eclesiĂĄstica.
Veinte meses que se vivieron con toda la intensidad posible hasta que a las 3:15 de la maĂąana de esa histĂłrica jornada del ya domingo 2 de octubre, cuando las puertas de la parroquia se cerraron, diciĂŠndole al barrio y a toda la Sevilla cofrade que pronto volverĂĄ a ser Domingo de Ramos, se puso el punto ! bien abiertos, los miles de hermanos y devotos de la Virgen del palio de malla y el manto blanco. Blanco, como el color de la Paz.
Los cuatros dĂas sin tiempo del SeĂąor La Hermandad del Gran Poder no es
a las reglas con precisiĂłn anual y milimĂŠtrica, con el SeĂąor como centro y referente de todo. Rara vez sale el SeĂąor fuera de la Madrugada, a no ser que estĂŠ obligado, como las obras que lo llevaron por unos meses a Santa RosalĂa. Cada efemĂŠride -como el breve traslado a San Lorenzo en 2003- genera un debate interno muy interesante, casi siempre decidido a favor de la mesura propia del ruĂĄn y el capirote alto. Lo
que ocurre es que cada vez que la Iglesia -la Universal y la de Sevilla- estiman que es necesario un gran acontecimiento pĂşblico con un motivo pastoral, todas las miradas se dirigen a la basĂlica. Lo mismo ocurre con las instituciones seculares, como ates ^ la Medalla de la Ciudad en 1995. El tiempo, que es sabio, sigue lo mandado por algĂşn viejo hermano. â&#x20AC;&#x153;El SeĂąor, en la calle sĂłlo en la Madrugada y siempre y cuando la Virgen de la Esperanza haya salidoâ&#x20AC;?. Y el tiempo no permitiĂł las salidas de 1995 y la del via crucis de la Fe de 2013. El aĂąo de la Misericordia naria salida del otoĂąo pasado. Ya ni la lluvia es motivo para anularla, puesto que la Hermandad preparĂł unos itinerarios y horarios alternativos por las inclemencias. Y los ingredientes que componĂan esta salida -que en San Lorenzo son siempre estudiados y sopesados- dotaron de un carĂĄcter absolutamente histĂłrico a los dĂas que transcurrieron entre el 3 y el 6 de noviembre. El jueves se organizĂł un modĂŠlico traslado por el entorno de San AndrĂŠs y las aĂąoradas calle Cuna y Plaza del Salvador, que culminĂł con el repicar de la Giralda cuando el SeĂąor entraba por la Puerta de los = | Ăąar de la multitud que rodea al Gran Poder cuando estĂĄ en la calle, en un dĂa laborable y por vĂas en muchos casos no = delante quedaban tres dĂas en la Catedral hasta el regreso de la maĂąana del domingo.
por Julio Jiménez Heras Fotografías: Salazar-Bajuelo
El paso de las águilas se plantó en el altar del Jubileo, con un generoso horario de apertura para acercarse a ver al Señor. Especialmente emotivo fue el culto del viernes por la noche, a la hora del
conocida. Cofrades de la capital, de las sierras, del Aljarafe y del Bajo Guadalquivir se postraron ante un Gran Poder que preside no pocas casas y dormitorios en todos esos pueblos, con una advocación
tradicional miserere de la Hermandad. Los mismos hermanos de cada viernes, con sus cirios y sus medallas de cordón morado, en torno al Señor en la montaña hueca de la Catedral. Perdón, Señor, hemos pecado. Ese hombre que camina es Jesús del Gran Poder, resonaban el sochantre y el órgano catedralicio. El culto íntimo, de cierre de los largos viernes de San Lorenzo, vivió un nuevo episodio con cambio de escenario y la misma verdad y rotundidad de cada semana.
que se repite en muchas hermandades de la provincia. Con unos modos y unas maneras que son imitados con admiración en las cofradías de ruán de mucho Sur de España.
El sábado llegaba el turno de la celebración central del jubileo de las hermandades de la Archidiócesis por el año de la Misericordia. Todas las corporaciones de la Iglesia de Sevilla en torno a la imagen cristífera más venerada y re-
Y el tiempo y la lluvia que iba y venía dejaron una mañana de domingo para la historia grande de Sevilla. La inusitada luz del mediodía dejó al Gran Poder inédito de la música en la Plaza Nueva, de la Cuesta del Rosario, la Alfalfa, la multitud de la Plaza de Argüelles y la calle Imagen, además del canto de las Hermanas de la Cruz al rostro del Señor. La Semana Santa se repite año a año con pocas variaciones y el único cambio de las épocas de la vida y los cambios urbanos. Cuando aparece una novedad, esa foto que nun-
ca se ha hecho por imposible, los propios cofrades guardan ese hito en los anales y en los discos duros, los de los ordenadores y los de la memoria. El traslado de vuelta del Gran Poder fue una sucesión de hechos imposibles que congregó una barbaridad de Sevilla y de fuera de Sevilla tras la zancada larga del Señor. Y la calle Feria. La cofradía quiso además llevar al Señor a muchas calles de su barrio por las que no pasa en su rápido recorrido del Viernes Santo. Hubo Gran Poder en los hércules de la Alameda, en la estrechez de Santa Ana, en los balcones de Santa Clara y en ese San Lorenzo puro es que la calle Eslava. Hasta que ya, alto el sol de la tarde, entraba en la plaza, aguja del compás de la ciudad. Igual que salió el jueves volvió el domingo, sin más alardes que una cruz, unas manos y una mirada baja que hace temblar los adentros. Se cerraron las puertas
del atrio, se fue todo. Y un inusual aplauso de agradecimiento cerró unos días para la memoria. Así hace las cosas la antigua cofradía del Traspaso, custodia del Gran Poder de Sevilla. Dentro de un tiempo, no sabemos cuánto, igual vuelve a salir el Señor por obras en la basílica o porque desde Roma se decida dedicar un año pastoral especial a los muchos misterios de nuestra fe. O porque el prelado del momento estime que es bueno que el Señor esté en la calle. Y la Hermandad, con el mismo rigor y las mismas reticencias de siempre, estudiará si es viable o no que el Gran Poder salga a la plaza sin que sea la Madrugada del Viernes Santo y sin que la Virgen de la Esperanza haya salido. Lo veremos seguro, antes o después porque siempre volvemos al Gran Poder. Pero ya nunca será igual que aquellos cuatro días de noviembre de 2016.
Foto Carlos Varela
Memoria una salida
Fotografías: Salazar-Bajuelo
fotográfica de extraordinaria
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GRUPO VIÑAFIEL 75 AÑOS AL SERVICIO DE SEVILLA
Tiempo deTiempo vísperasde vísperas Fotografías: Salazar - Bajuelo y ABC de Sevilla
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1. El precioso cartel de Nuria Barrera que anuncia las Fiestas de Primavera de 2017. 2. José María Martínez Pérez-Cerezal ante la pintura del Cachorro elegida por el Consejo de Cofradías para el cartel de la Semana Santa 2017. 3. El Señor de la Oración en el Huerto de la Hermandad de Montesión, en el momento de la salida del tradicional Vía Crucis del primer lunes de Cuaresma, que tuvo lugar el pasado día 6 de marzo.
Cuaresma en la Calzá
por Alberto García Reyes
Besar sus manos atadas que a su pueblo le presenta la Cuaresma cenicienta con espinas coronada. Atar sus manos besadas con memoria trianera y desnudar la pechera del Señor de la Calzada. Sentir su torso sin nada y su ropa en la cintura para enseñar esa hechura de su pena maniatada. Revelar su Encarnación en la procesión lefítica que entorna la puerta crítica que nos lleva a su Pasión. Besar sus manos con besos llenos de sangre de Cristo, todo es un visto y no visto que deja al tiempo en los huesos. Ver el desdén de Pilato recién prendido el Mesías, llorar como Jeremías en la eternidad de un rato. Sentir el flagelo en alto del esclavo con su soga y su pecho que se ahoga cuando va por el Rialto. Mirar a Poncio en Trajano con su trono de desidia presentándole su insidia al imperio sevillano. Pasar la Puerta Carmona sin que nadie ponga freno al castigo tan obsceno del pueblo que lo abandona. Así se inicia este rito que termina en una esquela: a besos Sevilla vuela cargando su San Benito. Publicado en ABC de Sevilla el 10 de febrero de 2016
Foto: Salazar-Bajuelo
MarĂa SantĂsima de la Amargura Coronada - Domingo de Ramos
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Apuntes DOMINGO de RAMOS Hoy es el dĂa mĂĄs especial de los 365 que componen el calendario de la ciudad. No espere mĂĄs que encontrar a toda una ciudad echada a la calle desde las primeras horas del mediodĂa, haciendo cola para cumplimentar a las hermandades en sus templos antes de las salidas â&#x20AC;&#x201C;
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$ hoy sus puerta- y sea paciente, mucho, porque a medida que van pasando las horas le va a resultar enormemente complicado encontrar lugar en cualquier calle para ver el trĂĄnsito de una hermandad. Es Sevilla, es Domingo de Ramos, esto es lo que hayâ&#x20AC;Ś La primera hermandad en poner sus pasos en la calle es La Paz, en el barrio del = ~ emotivo contemplar la cofradĂa por las calles adyacentes a la parroquia pero si decide verla en un horario mĂĄs tardĂo, bĂşsquela por el Arenal, donde desde ya le aseguramos que no encontrarĂĄ un escenario con comodidad... Por allĂ cerca tendremos la salida de JesĂşs Despojado, tan recomendable en esos momentos como en los instantes previos a su recogida, en las primeras horas de la ya noche, igualmente con el aforo completo en las calles que le devuelven a casa. Volvamos atrĂĄs en el tiempo: estamos en las horas centrales del mediodĂa. Si no tiene agorafobia, adĂŠntrese en las primeras calles -Sol, Gerona, DoĂąa MarĂa Coroneldel recorrido de la hermandad de La Cena o busque, casi al mismo tiempo, un recoveco
desde el que contemplar la salida de La Borriquita, en la Iglesia del Salvador, el paso de los niĂąos, que precede en unas horas los de sus mayores de la cofradĂa del Amor, para lo que recomendamos esperar a la noche, tambiĂŠn en la misma Plaza del Salvador pero ya con menos bullicio. San Roque se puede ver cĂłmodamente -es un concepto algo relativo en la jornada de hoy...- a la salida de su templo, pero si no le asustan las apreturas, espĂŠrenla de regreso y acompaĂąen sus pasos por la plaza de Pilatos. La Estrella inaugura la semana mayor de la otra orilla del Guadalquivir. El puente a la ida -si es que cabe alguien mĂĄs- o el trĂĄnsito por la calle Adriano, parando ante la capilla del Baratillo, debe quedar subrayado entre sus planes mĂĄs osados. Cuesta elegir un solo enclave para disfrutar del cortejo de La Hiniesta: ya de noche, desde que se escapa por DoĂąa MarĂa Coronel hasta San Marcos y de ahĂ hasta las Moravias y San JuliĂĄn podrĂĄ disfrutar de escenarios insuperables. Pero claro, ÂżcĂłmo perderse el ambiente del barrrio cuando a las tres de la tarde se abren las puertas de la parroquia? Y siendo prĂĄcticos, deje para la madrugada la espera de los pasos de La Amargura en su camino de regreso: se pueden ver cĂłmodamente en LaraĂąa o apostar por la entrada, donde por lo tardĂo del horario se puede disfrutar con algo de comodidad, en clara contraposiciĂłn al aspecto que presenta la multitudinaria salida, aunque si estĂĄ dispuesto a esperar desde varias horas antes va a poder vivir en persona uno de los mejores momentos del dĂa.
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CARRERA OFICIAL LA BORRIQUITA JESÚS DESPOJADO LA PAZ LA CENA LA HINIESTA SAN ROQUE LA ESTRELLA LA AMARGURA EL AMOR
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Cada dĂa de la Semana Santa tiene su
# lo integran. El Domingo de Ramos es el gran dĂa de la ilusiĂłn esplendorosa. AlegrĂa de un soĂąado pĂłrtico que nunca por esperado deja de sorprendernos cuando llega. Todos los dĂas de la Semana Santa estĂĄn transidos de luz y tienen un ambiente especial y Ăşnico. Un ambiente acorde = entre todos ellos, es sin duda el Domingo de Ramos el dĂa mĂĄs redondo y pleno, y tambiĂŠn el mĂĄs anhelado, el que mĂĄs despierta nuestra admiraciĂłn y entusiasmo. El Domingo de Ramos es el dĂa de la resurrecciĂłn del gozo sevillano. En ĂŠl nace el â&#x20AC;&#x153;hombre nuevoâ&#x20AC;? en nosotros, la renovada alegrĂa de sabernos tocados por la gracia, transformados en nuestro interior. ÂżQuiĂŠn no ha estrenado la ilusiĂłn de tanto esplendor que se avecina, de vivir otra vez por unas horas el candor infantil de nuestra niĂąez ante la plenitud  ] Domingo de Ramos es el dĂa de la gran ilusiĂłn, del renacer del gozo en nuestra alma. Entonces
cantar â&#x20AC;&#x153;ÂĄHosanna!â&#x20AC;? al Hijo de David que entra de nuevo en esta JerusalĂŠn sevillana, mientras que los tambores resuenan por el Parque de MarĂa Luisa, anunciĂĄndonos la Victoria de Cristo sobre el pecado y trayĂŠndonos un anuncio de Paz que nos viene del Porvenir. Y despuĂŠs, sin darnos cuenta apenas, veremos venir a JesĂşs Despojado de sus Vestiduras por la plaza de Molviedro y la calle Zaragoza, enseùåndonos a ser mansos de corazĂłn y a imitar la entrega de la Madre de los Dolores y Misericordia. Y por la Puerta de CĂłrdoba nos sale al encuentro la sevillanĂsima cofradĂa de la Hiniesta, que va dibujando en la blancura de las cales de su barrio y en el azul del cielo de las primeras horas de la tarde la belleza de la Buena Muerte del Redentor, mientras nos cautiva la mirada doliente y serena de esa Y Hiniesta Dolorosa. Y por la plaza de los Terceros vendrĂĄ ya JesĂşs bendiciendo el Pan de Vida en
El Domingo de Ramos por Miguel Cruz GirĂĄldez
su Sagrada Cena Sacramental, pues antes de sufrir con Humildad y Paciencia maravillosas su PasiĂłn y Muerte salvadoras, ha querido dejarnos el don precioso de su presencia real y verdadera en el sacramento de la EucaristĂa; como regalo incuestionable es tambiĂŠn para ; Â&#x2021; ddel SubterrĂĄneo. Desde Triana nos brillarĂĄ en la tarde T uuna Estrella luminosa que inundarĂĄ con su nacarada bblancura todos los ĂĄmbitos de la ciudad, siguiendo la estela dde Penas que va dejando ssu Hijo en la luz poniente vvesperal, cuando todo se llene ya de Amargura y de Silencio, y de Amor, que es S ttambiĂŠn Socorro de nuestras aalmas, prisioneras de las nnegras sombras de la noche. Y buscaremos entonces la ccompletĂsima cofradĂa de San Roque, ya de vuelta por los R eestrechos callejones desde la plaza de Pilatos ha hacia su templo, en una de las estampas mĂĄs hermosas de la Semana Santa sevillana. JesĂşs carga con el madero, a la luz de los faroles que desciende juguetona por las doradas volutas del canasto de su paso. Cristo ha echado sobre sus hombros nuestras Penas, y detrĂĄs, llorĂĄndolas, va su Madre, la dulcĂsima Virgen de Gracia y Esperanza, que nos colma de dicha al contemplar su candor juvenil y su hermosura que nos conmueve: Dolorosa de pureza y Reina de la Esperanza, Madre que todo lo alcanza tan humilde en su grandeza. Soberana en la belleza, Ella es la piedra de toque de la Gracia, y un disloque de alegrĂa nos la muestra: Gracia y Esperanza nuestra y SeĂąora de San Roque.
EL ARTĂ?CULO
Domingo de RAMOS
Nuestro Padre JesĂşs en su Soberano Poder ante CaifĂĄs (San Gonzalo) - Lunes Santo
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Apuntes LUNES SANTO Es Lunes Santo y pocas cosas se parecen a priori a lo que vivimos ayer. Por la maĂąana el aspecto de la ciudad es muy parecido al de cualquier lunes, asĂ que nos resultarĂĄ fĂĄcil adivinar que a medida que vayan cayendo las horas de la tarde las calles se irĂĄn poblando de gente en mayor medida, lo que hace mĂĄs que recomendable, si es que pueden aprovechar las primeras horas del dĂa para ver cofradĂas. La hermandad del PolĂgono de San Pablo parece llevar toda una vida procesionando, y aunque la salida desde su barrio, lejano, sĂ, pero no tan distante, se nos antoja tremendamente peculiar, su cĂłmodo transcurrir en las primeras horas de la tarde por las estribaciones del centro debe quedar anotado en su agenda. Poco antes del mediodĂa, hĂĄgannos caso, debe dirigirse hacia el popular barrio Tiro de LĂnea, donde Santa Genoveva pone en la calle cientos de nazarenos rumbo al centro. Su paso por el parque de MarĂa Luisa o el trĂĄnsito bajo el Arco del Postigo son recomendaciones a tener en consideraciĂłn si a esa hora de la tarde no ha decidido cruzar el rĂo en direcciĂłn al TardĂłn, donde San Gonzalo, sin duda la cofradĂa con mĂĄs personalidad en los andares de su paso de misterio, se entrega a su gente entre frente al asilo de ancianos de la Avenida de
Coria para que los mayores del barrio disfruten tambiĂŠn un rato de la Semana Santa. Llegada la tarde, Santa Marta sale de San AndrĂŠs. Es una cofradĂa muy di y su elevado ritmo. Calles estrechas a la ida y a la vuelta. asĂ que lo mĂĄs â&#x20AC;&#x153;seguroâ&#x20AC;? es esperarla en la Plaza del Salvador o invertir mucho tiempo en hacerse un hueco a la entrada, como tambiĂŠn es aconsejeble, unas horas mĂĄs tarde, esperar a las Aguas en el camino desde que deja la catedral hasta que llega a su capilla, apenas 500 metros despuĂŠs.. La hermandad del Beso de Judas ha crecido muchĂsimo, lo que, unido a su horario, hace cada aĂąo mĂĄs complicado verla con comodidad: en eje ImagenEncarnaciĂłn-LaraĂąa a la ida o apostado con tiempo, por ejemplo, en San Leandro. Vera Cruz es una cofradĂa muy peculiar, que puede ver con algo de comodidad al llegar a la Plaza del Duque o en un ambiente mĂĄs intimista a su vuelta por la ^ = hacer doblete con las entradas de Las Penas en San Vicente y a escasos metros e instantes despuĂŠs, la de la hermandad del Museo. Antes, por Molviedro, puede disfrutar de un hermoso escenario para verla sin que se le haga tan tarde.
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Hay un lunes en el aĂąo que no marca el primer compĂĄs de una semana, sino el pulso de una pasiĂłn que recorre las arterias de la JerusalĂŠn sevillana. Con un sol capaz de encender las llamas de las devociones en cada ventana, en cada percha donde un antifaz aguarda su bendita condena de la penitencia que cada rostro guarda. La que abre las puertas de San Ignacio de Loyola en las primeras horas del alba, pero sobre todo las de un barrio que vive cautivado por esos ojos que enamoran a cualquiera. SeĂąora del Rosario, vecina de pitiminĂ que acaricia los balcones de San Pablo regando con sus lĂĄgrimas la fe mĂĄs verdadera y sincera de todo un barrio que se resguarda en su manto y que sigue su estela cuando conquista la Sevilla eterna. Nunca irĂĄ sola por el centro de la ciudad, ni el SeĂąor Cautivo y Rescatado al amparo de mil nazarenos trinitarios que promulgan la misericordia del reo. El lunes es un beso que en la traiciĂłn se hace amor en Santiago. Donde la cofradĂa del nuevo milenio hondea la bandera de la juventud misionera y alegra el alma de los que en RocĂo se miran cada maĂąana. Y caminarĂĄ ese misterio, que condena pero libera la pasiĂłn de todo aquel que se presta a observar como contagian los metales de la agrupaciĂłn que marca el sendero de un costero que lleva por nombre RedenciĂłn. Y un Cautivo que es la luz de cada dĂa en un sevillanĂsimo barrio como es el Tiro de LĂnea, donde niĂąos, padres y abuelos se postran ante sus manos atadas para acogerse a su amor, a su humilde mirada. Formando una borrasca de
$ Hermandad alcanza el epicentro por el Arco del Postigo bajo el terciopelo burdeos de esa Reina llamada Mercedes y al son de Santa Genoveva. Y las campanas al duelo en San AndrĂŠs, ) H una gota de sangre de una muerte que resucita en el clavel de la vida. Nos trae Santa Marta la emperatriz escena de un Murillo contemporĂĄneo, que en el dĂa es penumbra y en la noche, estrella. Pero Triana ancla su Poder Soberano con una izquierda justiciera que marca el estilo
Marcando el pulso de una pasiĂłn por MoisĂŠs Ruz Lorenzo
y un compĂĄs que alivia las penas cuando por San Jacinto resuenan las cornetas cigarreras. El â&#x20AC;&#x153;Ego Sumâ&#x20AC;?, el SeĂąor para Sevilla de Luis Ortega Bruâ&#x20AC;Ś Y un navĂo de dos mil capirotes blancos que profesan su fe arraigada en San Gonzalo ' # la noche bajo un cielo de naranjos. Su Salud ees nuestro consuelo y su ccoronaciĂłn, nuestro reinado. Donde la cruz siempre rreina. La seĂąal de los ccristianos que en su trĂĄnsito ccontemplamos la vida eterna. Y que en la Vera+Cruz aĂşna eesperanza y Tristeza en la Concordia de la Sevilla ppenitente que ya aguarda ssu silencio para rezar por su muerte. m Y serĂĄ que en San Vicente la roca aprieta como V la ciudad que acompasa y ssoporta la caĂda del SeĂąor, lla que JesĂşs de las Penas recrudece entre las piedras de Alfonso XII y que se hace llanto en los Dolores de MarĂa con un puĂąal que atraviesa su corazĂłn. Pero su dulzura es eterna. Por eso en el Dos de Mayo habita una chiquilla de ojos lozanos y tez morena que es capaz de secar los llantos y olvidar las penas. Guadalupe es la inocencia de una jornada enamorada de su belleza y que es el agua que seca la sed de la muerte mĂĄs dulce del SeĂąor. Y al epĂlogo, el Ăşltimo soplo. El alfa y el
masas y que a la vez resuena en el gozo de la marcha Virgen de las Aguas. Es el Museo mĂĄs selecto de una tierra pasionista que sin
algarabĂa. Ni oraciones de silencio, ni los mĂĄs profundos â&#x20AC;&#x153;vivasâ&#x20AC;?. AsĂ es Sevilla en un Lunes Santo que no sĂłlo marca el inicio de una semana, sino el pulso de un sentir que irradia la pasiĂłn cautivadora cada Semana Santa.
EL ARTĂ?CULO
Lunes SANTO
c/Adriano, 8 c/Cuesta del Rosario, 25
Plaza de la Gavidia 6 954 90 69 84
Albareda, 2 954 21 54 20
Alfalfa, 4 954 21 42 52 Plaza de la Gavidia 954 90 86 47
Nuestro Padre Jesús ante Anás (Dulce Nombre) - Martes Santo
Apuntes MARTES SANTO Suele ser una jornada la del dĂa de hoy de complicado encaje de horarios. Pero sea como fuere la complicaciĂłn que se le pueda presentar a la hora de decantarse entre una u otra cofradĂa en horarios casi parejos, tengan por seguro que con $ " " que de sobra para no perderse ninguna, repito, ninguna de las bellĂsimas imĂĄgenes que procesionan en la tarde-noche de hoy. El dĂa, ya todo un clĂĄsico, levanta el telĂłn tan pronto como lejos del centro. La mĂĄs que asentada hermandad del Cerro, mĂĄs de veinte aĂąos yaâ&#x20AC;Ś, ni quiere ni en sas, para acabar aĂąo tras aĂąo, dando una lecciĂłn magistral de lo que supone una estaciĂłn de penitencia. En sus calles, rodeados por su gente, gozarĂĄ de sensaciones, imĂĄgenes, que nada tendrĂĄn que ver con lo que mĂĄs tarde le depararĂĄ este martes. Si el valor y arrojo va con usted y no le arredra aguardar un largo rato, largo, encamĂnese a la puerta de San Esteban para sorprenderse con la salida mĂĄs complicada de toda la Semana Santa. Puede ser que no se atreva " recomendamos esperara un rato mĂĄs tarde tarde para verla por LaraĂąa... o apueste fuerte, muy fuerte, a la noche, donde quizĂĄs sea mĂĄs cĂłmodo ver de vuelta el cortejo de Los Javieres, por San Juan de la
Palma o el comienzo de la calle Feria, pero " > San Benito y sus tres pasos, ÂĄvaya pasos! merecen estudiar bien distintos escenarios. CĂĄrguese de paciencia y aguĂĄrdela por la Alfalfa ya de regreso o, mĂĄs tarde y mĂĄs cĂłmodo, cuando deja atrĂĄs el caso histĂłrico por la Puerta de la Carne rumbo a la CalzĂĄ. DifĂcil renunciar a cualquier enclave para ver a los Estudiantes, pero no duden en que lo mĂĄs recomendable es esperarla a la salida de la Catedral y acompaĂąarla desde ahĂ a la Plaza del Triunfo. ÂĄQuĂŠ maravilla es ver pasar a la corporaciĂłn universitaria por la calle Miguel de MaĂąara! Antes, las salidas de la Candelaria o de Santa Cruz se llenan de gente, aunque estas hermandades se pueden disfrutan aĂşn mĂĄs en plena noche. La segunda, ya de vuelta por la atestada Plaza de la Alianza y las calles que la han de llevar a su templo y la primera, en los cĂŠlebres jardines de Murillo en las primeras horas de la madrugada, si bien el cuerpo puede pedirle acompaĂąarla por la antigua juderĂa camino de su casa en San NicolĂĄs. Hemos dejado para " mana mayor. No haga caso del reloj y vaya hacia San Lorenzo en espera de la recogida del Dulce Nombre. Merecen la pena los dos pasos de esta hermandad, pero si no estĂĄ dispuesto a trasnochar, aguarde en Plaza Nueva en torno a la medianoche.
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No sĂŠ quĂŠ tiene el martes santo para que estĂŠ lleno de contrastes. Y lo escribo asĂ aunque suene a tĂłpico. Casi siempre solemos utilizar la palabra â&#x20AC;&#x153;contrastesâ&#x20AC;?
ta sevillana. Pero en el martes estĂĄ mĂĄs la amalgama de sensaciones que se viven este dĂa en la calle son difĂciles de conjugar en cualquier otro. Y lo dice quien es nazareno del miĂŠrcoles santo, que acompaĂąan a sus benditas imĂĄgenes del SantĂsimo Cristo de la Salud y MarĂa SantĂsima del Refugio. Pero el martes santo es otra cosa. Una dimensiĂłn que empieza a ser palpable no mĂĄs el sol asoma y allĂĄ, por el Cerro, comienzan a vislumbrarse los primeros capirotes. AhĂ es el martes santo de algarabĂa, de emociones populares que, frente al Desamparo y Abandono lleno de Dolores surcan todas y cada una de las calles del barrio para trasladarse, con el sonido de cornetas y tambores, a la calle Feria. En Omnium Sanctorum, el recogimiento de nuestras Almas, que tienen la recompensa de la Divina Gracia y Amparo, precede a la llegada de la tarde mientras por la Calzada y San Esteban esperan a que Pilatos presente a Cristo, que derrama su Sangre mientras una EncarnaciĂłn sin consuelo llora en silencio por el destino del Salvador. Tarde que se hace milagro merced a una ojiva imposible que obra la grandeza,
Un contraste inigualable In memoriam Fernando Carrasco Publicado en la Revista Cuaresma 2006
cada aĂąo, de ver cĂłmo la Salud y Buen Viaje y una Madre de los Desamparados asoman a Sevilla. Y luego, mĂĄs en silencio con la Buena Muerte de Cristo, n con esa Angustia que c acongoja y que, a pea sar de todo, contiene s en su rostro toda la e dulzura imaginable. d MĂĄs contrastes. Por San NicolĂĄs, la P Salud de Cristo sĂłlo S ttiene parangĂłn con la niĂąez de la Candelaria. Nazarenos que buscan a su vuelta b unos jardines idĂlicos u en los que el tiempo e parece ser otro cop bijĂĄndose en la luz b ttenue de los cirios. Esa luz tenue que se E hace mĂĄs sobre coh gedora muy cerquita, g en Santa Cruz, con la e Misericordia de Cristo M a pesar de los Dolores de ella. Negro sobre negro y dolor sobre dolor. Un dolor que es escarnio cuando JesĂşs es abofeteado y no dice nada, no hace nada por remediarlo porque sabe que detrĂĄs suya, a pesar del llanto, se esconde el Dulce Nombre de su madre. QuĂŠ contrastes, Dios mĂo, para un martes santo. Que sigamos disfrutĂĄndolo
arrebatar.
EL ARTĂ?CULO
Martes SANTO
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Triana
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Nuestro Padre JesĂşs de la Salud (San Bernardo) - MiĂŠrcoles Santo
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Apuntes MIÉRCOLES SANTO El miércoles, en clara similitud con las jornadas precedentes puede empezarlo bien pronto: la cofradía de La Sed, más que alejada del centro, sale en tono al mediodía con el sol, esperemos, en todo lo alto. Las calles de su barrio, el retorno al mismo ya avanzada la noche o el transcurrir por la Alfalfa son enclaves cómodos y ciertamente recomendables. La hermandad del Carmen Doloroso cumple ya diez años desde su estreno como corporación de penitencia. Si no es amigo de las apreturas, dirija sus pasos hacia las inmediaciones de su templo a la salida, antes de alcanzar la Alameda. o bien en su recorrido por San Ildefonso o San Leandro. Desde las entrañas del propio centro de la ciudad se ponen en la calle hoy cuatro cofradías, cada una en su estilo, con fondos y formas muy personales, alejadas de las normas que se imponen en las cada vez más populosas hermandades de barrio. Si quiere ver bien El Buen Fin, apóstese en San Lorenzo escasos minutos después de su salida o espérela con cierta holgura cuando regrese por la Gavidia, ya en plena noche. Impresionante es la salida del misterio de La Lanzada desde San Martín, así como el regreso, no menos multitudinario, desde que deja atrás la plaza de San Andrés. Le costará trabajo encontrar hueco pero seguro que le merece la pena. La noche
es el escenario perfecto para presenciar el transcurrir del Cristo de Burgos, preferentemente desde las inmediaciones de la Alfalfa hasta su entrada, pero si le conviene otro horario, vaya a buscarla a la salida de la Catedral. Si no le gustan las bullas, reserva cierta hora de la tarde para presenciar las Siete Palabras en cualquier lugar del recorrido desde San Vicente a la Puerta Real: Baños o Goles. Por la noche puede verla con mayor tranquilidad, sobre todo en Plaza Nueva o en su más que recomendable entrada, nada que ver con la multitudinaria y tardía recogida de los pasos de Los Panaderos, cada vez menos aconsejable por cierta parte del paisanaje que se ha hecho asiduo, así que váyase al Salvador y la verá mejor, sin duda. Pero hoy tenemos que hablar de dos barrios, como son San Bernardo y el Arenal, ambos vinculados con el mundo de los toros. La primera de ella nos ofrece estampas imborrables en buena parte de su recorrido, siendo quizás las calles de la feligresía a la salida o la vuelta sobre el puente vecino, iluminado por los focos de los bomberos, cita tan recomendables como obligadas. Y para El Baratillo, pocos lugares más aconsejables -y abarrotados- que su barrio, bien a la salida o en el regreso, desde el Arco del Postigo hasta la cercana capilla.
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CARMEN DOLOROSO
LA SED SAN BERNARDO EL BUEN FIN LA LANZADA EL BARATILLO
CRISTO DE BURGOS
SIETE PALABRAS LOS PANADEROS
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SĂŠ que cada uno tiene sus momentos especiales, su dĂas fetiche dentro de la interpretaciĂłn que cada cual hace de la Semana Santa, y para mĂ, el miĂŠrcoles es el mĂĄs particular de todos por la sencilla y sevillana razĂłn de que es el Ăşnico dĂa en el que pasa por la puerta de mi casa una cofradĂa: el Buen Fin. AsĂ que cada miĂŠrcoles santo, mi calle, mis vecinos, mi barrio se convierte en escenario de unas vivencias que, aunque repetidas, no dejamos de esperar con la ilusiĂłn de quien se enfrenta a lo conocido con la esperanza de que, al mismo tiempo p y sin dejar de ser como siempre ha sido, nos llegue con un matiz especial, un â&#x20AC;&#x153;algoâ&#x20AC;? diferente, una contradicciĂłn muy sevillana ĂŠsta la de que querer que todo evolucione pero sin dejar de ser de la misma manera... El Buen Fin, por San Lorenzo, frente a mi casa, es un sueĂąo que se hace realidad. Una cofradĂa tan del centro, pero con un carĂĄcter de barrio tremendo. Un cortejo medido, una luz de la tarde inconmensurable, una estĂŠtica personal -y no solo por el color de la tĂşnica- y muchos parte del cortejo. Una ocasiĂłn maravillosa
$ en casa, atendiendo a las visitas y luego % # " ( el por quÊ de tal asunto, lo acertado de tal decisión estÊtica, la sonoridad de la música... Pero no todo mi miÊrcoles se queda en esto. Mis recuerdos juveniles siguen asociados a los de mi querida familia Ordóùez, a mis aùoradas BelÊn y Carmen, a aquellas salidas del Baratillo -imposibles
Por la puerta de mi casa por Carlos Telmo
hoy en dĂa por la cantidad de gente que se congrega en la calle Adriano- en las que ĂŠramos recibidos por la familia Espinosa, dueĂąos de la casa frente a la capilla en la que estaba el negocio familiar de los piensos, y desde aquellos balcones disfrutĂĄbamos como casi no se pueden ni imaginar. Don Manuel n habĂa sido hermano mayor h de la Esperanza de Triana d y saben el vĂnculo de Antonio Ordóùez y sus A hijas con la hermandad y h ese dĂa disfrutaba y nos e hacĂa disfrutar a todos con h un entusiasmo que aĂşn u perdura en mi memoria... p Tiempos en los que n movĂamos con un 600 nos para ver cofradĂas, sĂ, algo p que a dĂa de hoy parecerĂĄ q impensable para muchos. Desde San Bernardo, D dejando el coche aparcado d muy cerquita del puente, hasta San Vicente, donde era posible encontrar aparcamiento para ver a las Siete Palabras cuando salĂa a muy primeras horas de la tarde y todavĂa no sacaba el primer paso, el del nazareno de la Misericordia que tanto me gusta... AĂąos muy distintos, de menos gente pero no por ellos menos sentidos, y que uno recuerda en la memoria con el vigor indeleble de una juventud que vivĂa los dĂas de pasiĂłn en realidad, nunca ha dejado ni dejarĂĄ de ser... Y es que la semana santa sevillana no tiene parangĂłn, se la compare con la que en sea. Sin querer molestar a nada ni a nadie, la nuestra es la semana santa con mayĂşsculas. Palabra de un sevillano que no ha nacido en Sevilla.
EL ARTĂ?CULO
MiĂŠrcoles SANTO
Nuestra SeĂąora del Valle - Jueves Santo
Apuntes JUEVES SANTO El dĂa mĂĄs grande y singular dentro de todos cuantos conforman el calendario de la ciudad empieza mucho antes de que se ponga en la calle la primera cofradĂa. Los templos de las hermandades que habrĂĄn de hacer estaciĂłn de penitencia por la tarde y aquellas que lo harĂĄn en la celebre madrugĂĄ sevillana presentan grandes colas de nativos y visitantes dispuestos a no perderse un detalle. Ninguna fecha mĂĄs emotiva y sevillana que ĂŠsta del jueves, donde las seĂąoras de mantillas y los caballeros de chaqueta y corbata siguen ofreciendo una imagen de la ciudad tan tĂpica " A mediodĂa son tres las cofradĂas que comienzan su estaciĂłn de penitencia. Desde Los Remedios, escenario de la Feria de Abril, Las Cigarreras sale de su capilla en la ya abandonada FĂĄbrica de Tabacos, pero quĂŠ duda cabe que es mĂĄs bello el paso por las calles del Arenal, en las primeras horas de la tarde aunque seguro que le serĂĄ mĂĄs cĂłmodo verla a la vuelta, ya cruzando el puente de San Telmo. La ExaltaciĂłn abarrota las calles cercanas a su salida desde Los Terceros (estarĂĄ lista su casa de Santa Catalina
x4XÂ&#x2039;Â ( temprana de la tarde, y la cosa se complica cuando accede a la EncarnaciĂłn o LaraĂąa, asĂ que, si le falta â&#x20AC;&#x153;valorâ&#x20AC;?, intenta ganar algo de comodidad optando por la plaza del Cristo de Burgos, a escasos metros de su recogida. La anchura de la calle Recaredo le va a permitir
ver a Los Negritos en sus primeras horas en la calle, aunque si quiere un lugar mĂĄs acogedor, reserve para la noche sitio en la Plaza de Pilatos. La tarde se abre y con ella, las puertas de la capilla del Rosario, sede de MontesiĂłn, en una abarrotadĂsima calle Feria. Desde ahĂ hasta la Campana apenas encontrarĂĄ un hueco para verla, por lo que es muy recomendable su recorrido de vuelta- Santa Ă ngela, San Juan de la Palma-, con media Sevilla pensando ya en la inminente madrugĂĄ. La salida de la Quinta Angustia es prĂĄcticamente inaccesible si ha decidido acudir a Ăşltima hora. Pero merece la pena el esfuerzo, como tambiĂŠn le satisfarĂĄ presenciar su paso cuando abandone la H > = del barrio del Arenal. El Valle, ÂĄquĂŠ tres pasos! y cuĂĄnta gente hay desde La AnunciaciĂłn hasta que ] para disfrutarla en un ambiente mĂĄs Ăntimo: Hernando ColĂłn, la amplia Plaza Nueva o la singular, para las cofradĂas, calle CerrajerĂa. Y para ver PasiĂłn apenas hay lugares donde * ~ calles estrechas y la inminencia de la MadrugĂĄ Â&#x152; Â? que acabarĂĄ por merecerle la pena: Argote de Molina o la entrada en el Salvador, por ejemplo, no son sitios donde apostarse cinco minutos antes de que llegue el cortejo, pero...
â&#x20AC;&#x153;Una novela llena de emociones ambientada en la Sevilla actual y tambiĂŠn en la de hace 50 aĂąosâ&#x20AC;?
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Cuando lo fugaz comienza a sentirse como eterno, cuando los hechos se perpetĂşan en la memoria para enaltecer su propio ser, su propio entendimiento, comienza a cimentarse la historia de la nostalgia. Es una realidad que se repite en su belleza, en la solemnidad de las palabras y las situaciones, en la majestuosidad de la liturgia que parece desvanecer el tiempo, pararlo y pregonar que sĂłlo el amor, la fe y la devociĂłn se mantienen constantes en la evocaciĂłn, en los signos que manan de la PasiĂłn de Cristo manifestĂĄndose en los dobleces del aire por el Salvador. Es la misma luz la que asombra a los retablos y tabernĂĄculos en los que Dios habita, para que otros ojos gozaran de aquella visiĂłn que se les mostrarĂa, la misma luminosidad que les procura la libertad de la hermosura, oropeles de ] $ <" que velan la dulzura de un rostro asomĂĄndose a Santa Catalina Es la misma mĂşsica que resucita la dignidad de la apariencia mĂstica H H capaz de elevar hasta la misma gloria, de sublimar el espĂritu, de alterar los sentimientos y conmover al silencio a los nazarenos que estiran sus bl blancuras all cielo; es el canto de chantres honrando con su voz la gloria de un rostro con la modulaciĂłn de las cuerdas vocales ahora transformadas veces las Angustias de la Virgen, ante el Hijo del Hombre que es Descendido. La misma luna refulgente en las calles donde los hombres se unen para descubrir que nada es posible sin Ella que busca al Hijo escarnecido, portando la Cruz, Coronado de Espinas, el Rey de Reyes sin mĂĄs atributos que la clĂĄmide y la caĂąa, testigos de MarĂa paseando por el Valle de su pena. Es el mismo aroma que fue sedimentĂĄndose en los recovecos de la intimidad para presentarse ahora, de improviso, sin avisar, en el vaho que va repeliendo el propio espacio, sahumerios en la memoria cigarrera que se confunden con
La ciudad entregada a Dios por Antonio GarcĂa RodrĂguez
el incienso, con el tul que precede a la Virgen de la Victoria. Son las mismas oraciones que se implantaron en la memoria del mercado mĂĄs antiguo de la ciudad, la invocaciĂłn para acercarnos al candor de la mirada elevada al cielo, que pase de mĂ este cĂĄliz, la jaculatoria para acceder a la belleza, esa que no se ve
preces que se ofrecen a la p Madre, amparados en la M letanĂa de su nombre, las ssĂşplicas, los salmos que llevan al recogimiento, con el rezo del Rosario y que e ha quedado en el corazĂłn h grabado para siempre. g Es Jueves Santo. En mi memoria estalla la misma m grandeza de la Verdad que g es mostrada a los hombres e y que los hombres procuran elevar e como ofrenda primorosa a QuiĂŠn es p ssalvador del mundo, a QuiĂŠn propiciĂł su propio holocausto p porque redimĂa a quienes p le sentenciaban, porque con ello ll se iimpone el estado del perdĂłn, la clemencia y la misericordia, la eliminaciĂłn del pecado. Es Jueves Santo. La ciudad entregada a Dios. El compendio de la palabra, de la voz, de la luz, de la mĂşsica, de las esencias, de la generosidad, de las oraciones corales, se han conjurado para proclamar la PasiĂłn, del Hijo del Hombre. La solemnidad que se le imprime Q como ayer permanece, no se ha dejado vencer por el paso de los siglos. Es la victoria del tiempo sobre los hombres, la conquista de la solemnidad que se ofrece a Cristo caminante, Â? ' # a MarĂa, el culto y la oraciĂłn en la tarde del Jueves Santo, como se viene haciendo desde siglos, el mĂĄs bello tributo entregado por Dios: el de su amor.
EL ARTĂ?CULO
Jueves SANTO
CURRO ROMERO:
â&#x20AC;&#x153;SEVILLA NO ES FELIZ GUARDĂ NDOSE LO QUE LE GUSTAâ&#x20AC;?
por Juan Salas Rubio FotografĂa: Salazar-Bajuelo y archivo personal de Curro Romero
La cuaresma va descontando dĂas cuando Curro Romero, el FaraĂłn de Camas, nos recibe a escasos metros del rĂo Betis, en su refugio vespertino del barrio de Los Remedios. Muchas veces lo hemos podido escuchar, ver y leer, hablando de Sevilla, de su vida como profesional taurino, lo son, pero en muy pocas ocasiones se ha sentado delante de una grabadora para contar sus vivencias sobre la semana santa que conociĂł de joven, la que viviĂł como adulto, limitada por su $ " ! de una profesiĂłn que, prĂĄcticamente, lo mantenĂa enclaustrado en estas fechas en las que la luz, el color y el olor se la ciudad van acercĂĄndose hacia el punto de no retorno que anuncia que la primavera, y algo mĂĄs, ha llegado para quedarse.
Curro Romero, un hombre de fe que jamĂĄs ha vestido una tĂşnica de nazareno Pues sĂ, la verdad es que jamĂĄs he teni villanos, generaciĂłn tras generaciĂłn. Y no ha sido asĂ porque voluntariamente yo lo he querido. Alguno podrĂĄ pensar que por mi condiciĂłn de torero se complicaba el asunto, pero la dos sabe que muchos compaĂąeros mĂos han sabido ponerse el hĂĄbito de su hermandad en fechas en las que se venĂa de torear en CastellĂłn o en Valencia o andĂĄbamos en puertas de hacerlo allĂ -seĂąala por el ventanal la plaza de toros de la Real Maestranza- y yo nunca me he sentido llamado a vivirlo. Arrepentirme, no es que me arrepienta, pero de vez en cuando sĂ me entra un poco de curiosidad...
Pero usted siempre se ha sentido atraĂdo por las devociones sevillanas y las cofradĂas, Âżverdad? Por supuesto, cĂłmo no. Cuando yo era un chiquillo, recuerdo perfectamente venir con mi madre y mis hermanos, andando, desde Camas cada tarde de Viernes Santo. Mis primeros recuerdos tienen siempre la cara del Cachorro, y es que desde el Patrocinio hasta mi pueblo se podĂa llegar echando un paseo. No es tanta la distancia, por mucho que parezca que el rĂo nos separa. Y como los viernes santos, el tranvĂa de Camas iba y venĂa hasta los topes, pues no nos quedaba otra que echarnos a caminar, con la ropa que estrenĂĄbamos y unos zapatos que no es que fueran duros, sino lo siguiente...
ÂżY cĂłmo era una cofradĂa como la del nales de los aĂąos 30 y principios de los 40? = " aquellos aĂąos tan duros de la posguerra. Las de la situaciĂłn, de las carencias u opulencias de la sociedad con la que convive. Aquello era muy distinto a lo que se puede ver hoy en dĂa. Y no por el nĂşmero de gente, que aĂşn sin llegar a las bullas de hoy, era muy numeroso a la hora en la que la hermandad se echaba a la calle, a la â&#x20AC;&#x153;antiguaâ&#x20AC;? calle Castilla, sino por K dos, insignias, varales, respiraderos- e incluso de cosas que hoy me dejan con los ojos como platos, y es ver a esa cantidad enorme de mĂşsicos que suelen ir detrĂĄs de cada paso. No era ni mejor ni peor, pero si es verdad que tanta necesidad nos enseĂąaba a ver a Dios y a la Virgen de un modoâ&#x20AC;? mĂĄs directoâ&#x20AC;?. La semana santa de la infancia jamĂĄs se olvida... Y tanto que no. Aunque es verdad que para los niĂąos de mi generaciĂłn, la semana o dos dĂas. Y casi siempre vivĂamos las procesiones de Triana, porque nos pillaban casi â&#x20AC;&#x153;al laĂtoâ&#x20AC;? de casa. Pero tambiĂŠn es cierto que la semana santa te marcaba ciertas ĂŠpocas, como el paso de la infancia a la adolescencia, cuando ya no tenĂa que venirme acompaĂąado por la familia y me organizaba con mis amigos de Camas para vivirla de un modo mĂĄs intenso, aunque claro, en aquella ĂŠpoca se podĂa casi ver a cualquier cofradĂa, por muy popular que fuese, con relativa comodidad, en repetidas ocasiones y sin tener que apostarte en una calle dos o tres horas entre la espera y el verla pasar. Mis primeras madrugĂĄs de adolescente siguen perdurando en mi memoria, y eso que apenas tenĂamos para tomarnos algo, pero la juventud todo lo puede... Pero la juventud de un torero no es como las demĂĄs Y tanto que no. Ya cuando empecĂŠ en el toro me tuve que alejar mucho de disfrutar de la semana santa. En aquellos tiempos, le hablo incluso antes de que en Sevilla â&#x20AC;&#x153;cuajaseâ&#x20AC;? el Domingo de ResurrecciĂłn como el cartel de postĂn que hoy es, el aĂąo lo comenzĂĄbamos en CastellĂłn y Valencia, y si el Domingo de
Ramos caĂa pronto, me pillaba ya con el traje de luces mientras los demĂĄs iban vestidos de nazarenos. Entre eso y que estar en Sevi $ marzo y abril eran meses donde me retiraba al campo, a prepararme, a pensar mucho en el toro y en la temporada, lo que se ma hacĂa, lĂłgicamente incompatible con las procesiones. ÂżY para un toreo, para alguien que cohabita con el miedo, es mĂĄs fĂĄcil llegar a Dios? Pues seguramente, sĂ. La verdad es que ante el miedo de una corrida de toros, uno tiende a refugiarse en todo lo que pueda y, sin duda, la fe es un buen burladero en el que resguardarse en esas horas tan malas de las esperas, de los viajes, de los hoteles...aunque, como ya he dicho en otras ocasiones, en el hotel o en el coche no me podĂa pasar nada malo, porque donde verdad se pasa miedo es...ÂĄen el plaza! ÂżLlevaba usted muchas fotos en su capilla? Muchas no, muchĂsimas. Devociones sevillanas y forĂĄneas, estampas que te daban con mucho cariĂąo en mi pueblo, en Sevilla, casi en cada sitio que toreaba y, claro, ni era cosa de hacerle un feo a la gente ni tampoco estaba uno como para jugĂĄrsela no haciĂŠndole
caso al santo que te acababan de dar... Durante muchos aĂąos estuve acumulando fotos, hasta que un dĂa decidĂ no poner ni una sola. Lo pensĂŠ seriamente y la hablĂŠ a Dios casi en voz alta: â&#x20AC;&#x153;lo que tĂş tengas preparado para mĂ no va a depender de todo esto...â&#x20AC;? Ahora, rezar habrĂĄ rezado usted casi hasta el Ăşltimo dĂa... No lo dude. CĂłmo no va uno a pedir ayuda de arriba. FĂjese que he toreado en plazas lejanĂsimas de Sevilla y en muchas, incluso en > * " me he encontrado, de repente en la capilla, con fotografĂas del Gran Poder y de la Macarena... SentĂa un escalofrĂo tremendo cuando, tan lejos de casa, y a escasos metros del ruedo que me esperaba, me topaba con esas imĂĄgenes tan profundas en mi devociĂłn y tan â&#x20AC;&#x153;paisanasâ&#x20AC;? mĂĄs. Es que la devociĂłn al Gran Poder me atreverĂa a decir que es de carĂĄcter mundial.
fue transmitiendo su cariĂąo, asĂ que un dĂa le dije que querĂa donar un vestido mĂo de torear para que le hicieran una saya a la Virgen de Gracia y Amparo, y en los preparativos de la entrega, me sugirieron la posibilidad de pertenecer a la cofradĂa y, por supuesto dije que sĂ. Luego llegaron otras... Claro, mi hermandad de Los Gitanos. Y aunque es verdad que he tardado mucho en llegar a ser hermano de la cofradĂa, bien cierto es que desde mi juventud a mĂ me llamaba mucho el SeĂąor de la Salud, mucho, y la Virgen de la Angustias. TambiĂŠn no es menos
Llevamos un rato hablando y aĂşn no me ha contado cĂłmo llegĂł a la nĂłmina de varias cofradĂas... AsĂ es, aunque ya siendo madurito, je, je, je. La primera de todas, Los Javieres, por cuestiones de vecindad. Yo vivĂa junto a una seĂąora que era mucho de la hermandad, y me
cierto, y es de sobra conocido por todos, que siempre he tenido muchas amistades entre los gitanos, y claro, la cosa tenĂa que acabar llegando...A todo eso se le une el que una gran amiga y partidaria mĂa, Cayetana, la Duquesa de Alba, era una persona muy importante para ellos, por cosas que todo el mundo sabe, con lo cual, el caldo estaba mĂĄs que hecho. Usted se ha portado siempre muy bien con ellos, con los gitanos. SĂ, y ellos conmigo, tambiĂŠn. Yo he sido he gozado de la amistad de los mĂĄs grandes cantaores, de casi todos. Y de todos los que han ido pasando por la hermandad. AllĂ se hacen cosas muy bonitas por gente que lo tiene muy difĂcil en la vida y yo, en la medida de lo posible, he estado para lo que ha sido menester. Y fĂjese, lo que le decĂa, si es recĂproco el cariĂąo que hace un aĂąo, organizamos un # Â&#x2021; ' # * clamoroso, vinieron grandĂsimos artistas, se vendiĂł toda la taquilla y, por lo que me dijeron, " $ rrida buena...
Y el triĂĄngulo, curiosamente, se cierra con El Cachorro. Pues sĂ, curiosamente. La cofradĂa de mi niĂąez, la devociĂłn mĂĄs grande que tenĂa cuando era un niĂąo de pantalones cortos y de la que he acabado siendo hermano. El vecino mĂĄs cercano de mi pueblo, al que tanta veces vi de la mano de mi madre... Todo acabĂł siendo porque la familia de mi mujer, Carmen Tello, ha sido siempre muchĂsimo del Cachorro, mi suegro muriĂł siendo un numero bajĂsimo y bueno, allĂ fui y tambiĂŠn ostento con mucha satisfacciĂłn la condiciĂłn de hermano, aunque no creo que tenga que recordar a nadie cĂłmo de distinto son los viernes santos de hoy en el Patrocinio a aquellos en los que echĂŠ los dientes como cofrade TambiĂŠn hay devociones a las que no Hombre, por supuesto. Ya le decĂa antes que a ver quĂŠ sevillano no es del Gran Poder, que quiĂŠn no le ha rezado a la Macarena o a la Esperanza de Triana. Anda que no me gustaba verlas en aquellas madrugĂĄs que le contaba antes, siendo un chavalillo...o aquellas salidas del Silencio en los que ĂŠramos unos pocos, ÂĄigualito que ahora! Y despuĂŠs hay algunas que te llegan por los amigos, como es el caso de la CarreterĂa, una cofradĂa muy clĂĄ-
encima sigo siendo tan conocido y tan querido, no puedo disfrutar del paso de una cofradĂa entre la gente porque me abruman con tantas muestras de cariĂąo. Hace unos aĂąos, con Jose Manuel Lara en la calle, nos dieron una que pa quĂŠ... FĂjese que el propio Lara me soltĂł â&#x20AC;&#x153;pero Curro, Âża ti te merece la pena esto?â&#x20AC;?. Incluso los mĂĄs jĂłvenes, chavales que seguramente ni me habrĂĄn visto torear. El otro dĂa me crucĂŠ con un padre de unos cuarenta aĂąos y un chiquillo que apenas tendrĂa diez, y para mi sorpresa, el padre no me conociĂł y fue el niĂąo quien le advirtiĂł â&#x20AC;&#x153;PapĂĄ, es Curro Romero, ÂĄCurro Romero!â&#x20AC;? Es que usted lleva siendo igual de famoso, o mĂĄs, desde hace 60 aĂąos. Entonces, ÂżquĂŠ le queda, mucha televisiĂłn? Bueno, la verdad es que por la televisiĂłn se ven maravillosamente, y ademĂĄs los medios de comunicaciĂłn de hoy en dĂa lo saben # $ = como podrĂĄ comprender, hay â&#x20AC;&#x153;algoâ&#x20AC;? que se pierde, pasa como con el toreo, con la mĂşsica, que la tele te puede llevar las imĂĄgenes, sonidos, la crĂłnica milimĂŠtrica de lo que estĂĄ pasando...pero hay una cosa, como son los sentimientos, que son mĂĄs difĂciles de transmitir. A veces es mĂĄs profundo ver al SeĂąor en la calle, aunque sea de lejos, que ver y escuchar perfectamente desde la comodidad de una tele, y mira que las televisiones de hoy en dĂa son maravillosas. ÂżEl punto medio pues queda en?
sica, con un sentido de la medida como a mĂ me gustan las cosas, con un â&#x20AC;&#x153;pasocristoâ&#x20AC;? imponente... AllĂ lleguĂŠ de la mano de otro buen amigo, Antonio Burgos, que es muy devoto, y regalĂŠ un vestido de torear en un color azul como el de las tĂşnicas de sus nazarenos en la tarde del Viernes Santo. Vayamos a los tiempos de hoy... Uno tiene una edad que le obliga a no " tanta gente como se echa a ver los pasos. Y si
Pues en la generosidad de algunos amigos que me brindan sus casas y sus balcones para poder estar cerca de las procesiones. A terioridad, no parece lĂłgico meterme en una bulla, asĂ que me refugio en determinados lugares donde no se vive a lo mejor con la cercanĂa que a mĂ me gustarĂa, pero se estĂĄ muy cĂłmodo y ademĂĄs, no distraigo a nadie con
mi presencia, porque es que la gente en Sevilla me siguen queriendo muchĂsimo. No falto a las invitaciones de la familia Burgos ni a la de unos amigos que tienen un piso frente al templo de los Gitanos, pero siempre me gusta observar y no dejarme ver, porque la gente, si me ven desde abajo, se revolucionan, me seĂąalan, me hacen gestos...y lo que yo quiero, para ellos y para mĂ, es que disfruten con el paso de la hermandad ÂĄque estĂĄ allĂ mismo! asĂ que le gustarĂĄn la saetas... Por supuesto. Y es un cante que algunos han tratado de rebajar, de catalogar como menor cuando no es asĂ. Es muy difĂcil arrancarse en un espacio abierto, con esa presiĂłn, sin un instrumento que te ayude, es casi como torear sin una muleta. Aun asĂ, fĂjese que todos los grandes del cante, al menos aquĂ en Sevilla, se han arrancao cuando les ha llegado algo al alma. Desde Caracol, Antonio Mairena o Pepe Marchena hasta los muy preparados chavales de hoy, algunos muy buenos pero a los que le recomiendo que estĂŠn mĂĄs pendiente del cante y de la imagen a la que les rezan cantando y se olviden de las cĂĄmaras y de los aplausos del pĂşblico. ÂżDe los de ahora? Para mĂ, como canta saetas mi amigo JosĂŠ de la Tomasa, pocos. Y no es que sea imprescindible, pero un cantaor que ademĂĄs sea gitano...
no, sino por gente de apenas una generaciĂłn por encima. Y tambiĂŠn hay otra cosa que no me gusta nada, un peaje propio de estos tiempos. Antiguamente, cuando uno veĂa llegar el paso que aguardaba en la calle, se ponĂa a rezar ca H Virgen, incluso en lo bonito que era tal paso por ! Hoy parece que la meta de los que se echan a las calles es hacer una foto del momento con el mĂłvil, y muchas veces me planteo si fotografĂan a una imagen sagrada como si fuese, por ejemplo, un futbolista famoso que se han cruzado. ÂĄAntes uno veĂa un paso para sĂ mismo y ahora parece que lo hacen para contĂĄrselo al resto del mundo! Y encima, ves a las pandillas de niĂąos de quince, veinte aĂąos, sentados por las aceras mientras los mĂĄs mayores aguardan en pie casi durante horas... No le falta razĂłn. Pero Sevilla sigue ejerciendo una fuerza gravitatoria tremenda sobre el orbe catĂłlico en los dĂas de la PasiĂłn... Es que una cosa no quita la otra y esto pueden ser modas o costumbres puntuales que no deben enturbiar lo impresionante que es vivir la Semana Santa desde nuestras calles, a travĂŠs de nuestras imĂĄgenes y pasos y rodeadas por la gente tan maravillosa que puede uno encontrarse en esta ciudad. Nuestra Semana Santa, al igual que pasa con las corridas de toros, mantiene todavĂa una alta dosis de respeto, de categorĂa, de saber estar... unos valores de los que quizĂĄs nos tengamos que encargar de salvaguardar los que sentimos tan dentro las cosas y los ritos de esta ciudad. EstĂŠticamente, nada mĂĄs que hay que ver quĂŠ bonitos son los pasos, cĂłmo de cuidadas estĂĄn las tallas o los cortejos, cĂłmo se esmeran en los adornos, en la mĂşsica, y la vida tan intensa que tienen las hermandades durante todo el aĂąo. Sevilla, reserva espiritual de occidente...
ÂżLe gusta la semana santa de hoy, con la sociedad de hoy? Hay cosas muy mejorables. Y aunque indudablemente, la Semana Santa de Sevilla estĂĄ ahora mĂĄs fuerte que nunca, si rascamos un poquito tenemos que darnos cuenta de determinados peligros que, como a la sociedad en general, acechan y te pegan tan fuerte como el derrote Â&#x2021; evidente falta de respeto que se va teniendo por
Es que aquĂ sabemos transmitir muy bien a los de fuera porque los sevillanos son # dad. A la gente que nos visita les asombra ver cĂłmo los sevillanos nos portamos con ellos y creo que en nuestro ADN estĂĄ la condiciĂłn de $ Â&#x2018;= * las que esta ciudad les atrapa para siempre? Por eso, aunque se sume el valor de las tallas, si no se rodease de la gente de aquĂ. Es impo-
sible no sentirse cĂłmodo viendo la sonrisa que tiene la gente en esos dĂas grandes y cĂłmo les gusta abrirse al que viene de fuera para hacerlo partĂcipe de su felicidad. Sevilla no es feliz guardĂĄndose lo que le gusta. Una gran ciudad la nuestra Y grande en todos los sentidos. No hay mĂĄs que ver cĂłmo la semana santa ha sabido
perdido, lamentablemente, muchas tertulias taurinas, la gente ahora tiene menos tiempo de contar y contarse cosas, se pasan las horas sentados unos con otros sin hablarse, aporreando las teclas del mĂłvil, pero las reuniones cofrades no se han visto mermadas para nada. HablĂĄbamos de una gran ciudad, ÂżquiĂŠn podrĂa imaginarse cuando yo era joven que habrĂa cofradĂas que llegarĂan al centro desde el Cerro del Ă guila, el Tiro de LĂnea o el polĂgono de San Pablo? Si ahora hasta parece que el H " ] barrios nuevos estĂŠn tan vinculados a sus parroquias, a sus hermandades, y esas cosas son difĂciles de entender por la gente de fuera.
o tres veces, confĂo ciegamente en las posibilidades del pregonero. Ya le digo que lo conozco bien, muy bien, y no me voy a equivocar. DarĂĄ un pregĂłn que harĂĄ historia. Lo va a bordar. HabrĂĄ puerta grande...ÂĄen el Maestranza! Algunos ratitos en la calle habrĂĄ que echar, Curro... Pues sĂ, y aunque como le decĂa antes, la gente me abruma con su cariĂąo, no habrĂĄ mĂĄs remedio que hacerse todas las fotos que
Â&#x2019; mes un autĂłgrafo, todos te agarran para retratarse en el mĂłvil. Esperemos poder disfrutar en la medida de lo que le guste a cada uno, y que el tiempo se porte bien con nosotros, que el trabajo de todo un aĂąo, las muchas horas que tanta gente ha echado en su hermandad tengan una buena culminaciĂłn poniendo la cruz de guĂa en la puerta y que vengan muchos de fuera, a ver la gran semana santa que
Curro, el futuro de la Semana Santa... SerĂĄ esplendoroso. A pesar de las modas que he criticado antes, los niĂąos que se # % ( van a los toros, parecen mejor encaminados porque aprenden un sentido del respeto, de la medida, aprenden a aprender callando y escuchando. Se respeta una jerarquĂa y saben que hoy es el momento de oĂr y aprender porque dentro de unos aĂąos serĂĄn ellos el siguiente eslabĂłn de la cadena. En esto sĂ que las cofradĂas de Sevilla son modelo para muchos otros sectores, y bien pudiera el toreo darse cuenta de cĂłmo, incluso en una sociedad como la nuestra, han sabido crecer y mantener una esencia cuando ante la juventud han aparecido multitud de maneras de divertirse, la gran mayorĂa, muy alejadas de los valores religiosos. ÂżCĂłmo se le presentan los prĂłximos y gozosos dĂas? Pues con muchas ganas de que llegue el pregĂłn. Estoy convencido que mi amigo, y colaborador de esta revista vuestra, Alberto GarcĂa Reyes, va a triunfar rotundamente. Es una persona como he conocido pocas. Si ya el aĂąo pasado lo de Rafa GonzĂĄlez Serna fue para sacarlo a hombros, que hasta me hizo llorar dos
hemos sabido conservar los sevillanos y a de tiendas el dinero que tanta falta hace. ÂżAlgĂşn consejo para los de aquĂ y para los que no lo son? SĂ, que se cuenten cosas, que hablen, momentos. Que no nos olvidemos de costumbres heredadas tan bonitas, como por ejemplo las gastronĂłmicas, esas recetas de bacalao, esos pestiĂąos que tanto me gustan...OjalĂĄ la tener que recurrir a tanta tecnologĂa, a tanta fotografĂa... Y no hace falta que lo diga, porque estoy seguro que los sevillanos volverĂĄn, volveremos a disfrutar con lo que tanto nos gusta, y tanto nos gusta compartir con los que vengan a vernos. A ver si, aunque sea por una sola semana, Sevilla se parece un poquito a lo que siempre fue y no a lo que se estĂĄ viendo ya en casi todas las partes del mundo.
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Apuntes MADRUGĂ DespuĂŠs de otro aĂąo de debates, polĂŠmicas, propuestas y alternativas variopintas, parece que no se encuentra la soluciĂłn menos mala para la cuadratura del cĂrculo que supone componer, a gusto de todos, los horarios e itinerarios de esta noche sin paramgĂłn alguno en ninguna otra ciudad del mundo. Si es su primera vez, no se sorprenda ni busque $ na Santa son asĂ. Y ello llena de orgullo a la propia ciudad y a sus habitantes. CronolĂłgicamente, la noche comienza en la BasĂlica de la Macarena. No se sabe desde cuĂĄntas horas antes habrĂĄ gente apostada allĂ...Y es que no hay demasiados lugares donde poder decir que se puede ver con comodidad, al menos en la noche. Por la maĂąana, en espacios abiertos como el Salvador, o la EncarnaciĂłn, o acertar con algĂşn recoveco en San Juan de la Palma, en su regreso por calle Feria, o algĂşn especie de milagro que le permita acceder a Parras... Haga lo que sea, donde sea, pero ÂĄhĂĄgalo! Sevilla tiene una devociĂłn cristĂfera por encima de todas y es la del Gran Poder. Desde la salida hasta que llegue a la Campana no habrĂĄ muchos espacios, asĂ que aproveche cuando deje atrĂĄs la Catedral o el itinerario una vez deje atrĂĄs las angostas calles del Arenal: Molviedro, Zaragoza, la plaza del Museo o San Vicente... Los Gitanos abarrotan todas las calles a su paso, aunque quizĂĄs se puede
aprovechar las nuevas variaciones en su
! subida de la Cuesta del Rosario hasta la Alfalfa, donde va a haber muchĂsima gente, al igual que en las calles cercanas a su templo, pero en algĂşn sitio habrĂĄ de ser. El Silencio es la cofradĂa de penitencia mĂĄs antigua de las 60 que componen la nĂłmina de la semana santa sevillana. Nada es igual a lo que pasa en esta cofradĂa. Ni formas ni fondos se le asemejan en cualquier otro lado. Disfrute saboreando su salida o contĂŠmplela horas mĂĄs tarde y con algo mĂĄs de espacio a su regreso por el Salvador o el Duque, o incluso la calle Alfonso XII, a escasos metros de su sede canĂłnica. El Calvario, severo cortejo, tiene un punto ĂĄlgido tanto a la salida como a la entrada en la parroquia de la Magdalena. Evidentemente hay mucha mĂĄs gente antes que despuĂŠs. Sin embargo, por Castelar o Zaragoza en el regreso, a punto de nacer el nuevo dĂa. ÂĄÂĄÂĄY nos queda Triana!!! La Esperanza cruza el puente en direcciĂłn a Sevilla pero antes merece la pena sitio en Pureza o el Altozano a pesar de ser plena madrugada. Por la maĂąana, antes de que regrese multitudinariamente a las calles de su barrio, puede esperarla a la salida de la Catedral, en el paso por el Postigo o frente a la Capilla del Baratillo, aunque ahĂ con muchĂsimo pĂşblico.
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ESOLANA RESOLANA
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ESPERANZA DE TRIANA
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Lu Te ca d na e
A la Macarena
por Rafael GonzĂĄlez Serna
] $ Semana Santa de Sevilla, pronunciado por Rafael GonzĂĄlez Serna, en el Teatro de la Maestranza el 13 de marzo de 2016.
ÂżQuiĂŠn te hizo, Reina y Madre y despuĂŠs que terminara por quĂŠ elegirĂa esta tierra, el reino donde reinaras y decidiĂł que su Reina, Madre de Dios soberana se llamase Macarena y naciera sevillana?
FotografĂa: Salazar - Bajuelo
HabĂan transcurrido cinco jornadas que, aun viviĂŠndolas con esa densidad que nos deja un poso imborrable de espiritualidad y de fervor popular y sencillo, $ < velocidad de lo vivido no la marca ningĂşn crono, es proporcional a la intensidad de las vivencias; cinco dĂas pueden ser eternos o un haz de luz que se nos escape en un guiĂąo. A esas horas los relojes de nuestras casas marcaban los escalofrĂos en punto de la noche. Seis disposiciones distintas en las manecillas acababan con la espera. Seis. No quedaba un barrio sin un hogar en el que se transmutara el tiempo en una de esas seis formas, que dependĂan de una hora impresa en una papeleta de sitio, variable segĂşn el nombre que sobrevolara cada casa a la hora de rezar el Padre Nuestro o el Ave MarĂa. A JosĂŠ, y a su saga, la noche se le adelantĂł como cada aĂąo, pero no la oscuridad. Su hijo, el Armao, hizo que los minuteros no supieran si la tarde del jueves era una noche con luz o si al llegar la madrugada debĂan adelantar su ritmo para equiparar la luz que saldrĂa del atrio de Nuestra Esperanza con la luz de la maĂąana. Tanto que traemos y llevamos de â&#x20AC;&#x153;invasiĂłn de espaciosâ&#x20AC;?. Sevilla sabe de sobra que en Semana Santa se cumple la propiedad conmutativa. Dios no se altera. JesĂşs, por la Plaza de los Carros, por el Salvador, por San Lorenzo o San Antonio Abad solo es Dios. No hay una ecuaciĂłn que a Dios multiplique. Dios es presencia plena y el que asĂ no lo entienda no se enterĂł de lo que su mensaje representa. La casa de Miguel es la casa del SeĂąor, literalmente hablando. Su reloj se rige por la liturgia en Su honor construida. Su tic tac se acelerĂł cuando el hijo de JosĂŠ, a paso tambor, se adentrĂł en la basĂlica
Seis noches en una por Enrique Casellas RodrĂguez
del Todopoderoso. A esas horas Carmen ya habĂa anudado los cĂngulos verde y oro sobre las tĂşnicas de terciopelo de su marido y sus hijos. Bien podĂa ser el suyo un reloj de sal y de brisa. PĂŠndulo que se balancea de orilla a orilla del rĂo. Por cada caĂda del SeĂąor un nazareno de su casa. H ' Silencio, marcando asĂ, el tiempo sobre el tiempo. A Pascual le dolĂa el alma sabiendo que el ruĂĄn no q ssaldrĂa del armario. Las L alpargatas de Antonio, con d sse convertĂan en ssegunderos para la memoria intacta. Su mano derecha S ssobre el antifaz negro, en el alma n un u Calvario de emociones. A Pepe e le siguen mancando las horas a golpes de fragua. A su alrededor cientos de miradas que, con indiferencia del color de los ojos, absolutamente todas tenĂan el resplandor moreno de la raza que representa su vara dorada, de la que es dignĂsimo heredero y a la que sus manos le han impreso la grandeza inmensa de su bondad. Junto a ĂŠl se parĂł mi tiempo bajo los ojos inclinados de la Reina del alba. AsĂ sucediĂł y asĂ seguirĂĄ sucediendo con distintos nombres, distintas escenas pero las mismas seis disposiciones sobre los relojes de Sevilla, hasta que Dios decida llamarnos, en esa hora suprema en la que deseamos encontrar su eterna MadrugĂĄ.
EL ARTĂ?CULO
MADRUGĂ
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SantĂsimo Cristo de la ExpiraciĂłn (El Cachorro) - Viernes Santo
Desde 1966 endulzando la vida de los sevillanos
Apuntes VIERNES SANTO QuĂŠ bonita es esta jornada y cuĂĄntos enfoques tan distintos nos ofrece. Y es que caben muchas â&#x20AC;&#x153;semanasantasâ&#x20AC;? en las doce horas que dura el viernes segĂşn Sevilla... Comencemos por barrio del Arenal. AllĂ la simpar cofradĂa de las tĂşnicas de terciopelo azul, La CarreterĂa, pone en la calle sus dos pasos. Si quiere ver cĂłmo la Semana Santa desafĂa las leyes de la fĂsica, no se pierda la salida del impresionante paso de misterio y acompaĂąe al palio en su recorrido inicial hasta la Plaza Nueva. O espĂŠrelas a la caĂda de la noche por calles tan particulares como Santo TomĂĄs, Temprado o Dos de Mayo. La Soledad de San Buenaventura es el segundo cortejo de la jornada. Un solo paso con una rotunda y marcada personalidad. No debe serle muy difĂcil verla por la Plaza Nueva, pero es mĂĄs bonito, sin duda, cuando pasa por el Arco del Postigo y las calles adyacentes, como Castelar o la Plaza de Molviedro El epicentro de la jornada estĂĄ en Triana, concretamente en la calle Castilla, desde la salen dos cofradĂas, una detrĂĄs de la otras. Dos formas de ser de un barrio separadas por apenas unos centenares de metros. Ver al Cachorro y a esas horas por su feligresĂa complicado, pero... si acaso, en la Magdalena, pero con algo de antelaciĂłn. Ya por la noche, en la ancha Adriano o incluso, por quĂŠ no, por el puente. La Hermandad de La O es la decana de la otra orilla, la primera de las
corporaciones que hizo estaciĂłn de penitencia cruzando el rĂo. Al igual que ocurre con el Cachorro, la tarde es multitudinaria allĂĄ por donde pase. AsĂ que, si la reserva para noche, es muy recomendable su transitar delante de las murallas del AlcĂĄzar o las calles por las apenas un rato antes ha pasado la CarreterĂa. De San Isidoro sale una de las cofradĂas mĂĄs seĂąeras de la ciudad. JesĂşs caĂdo con la sola compaĂąĂa del Cirineo, portentosa talla de Francisco Ruiz GijĂłn y, tras ĂŠl, el personalĂsimo paso de palio de la Virgen del Loreto, el Ăşnico con los varales y respiraderos dorados. Lugares tan estrechos y particulares como AlcaicerĂa o CĂłrdoba, a la ida, o la Cuesta del Rosario al regreso deben ser muy tenidos en cuenta, asĂ como la rapidez con la que procesiona, por lo que no se confĂe...ÂĄo se la pierde! Monserrat sale desde la Plaza de la Magdalena sin soluciĂłn de continuidad tras el los pasos del Cachorro y La O. Gente Â&#x152; Â? Para la noche, Molviedro, de regreso, a los sones de Margot. Se alegrarĂĄ. Y para Sagrada Mortaja. El entierro de Jesucristo segĂşn Sevilla, alumbrado por 18 ciriales, como 18 fueron los asistentes al sepelio del hijo de Dios. Aunque siempre es mĂĄs que recomendable las Ăşltimas calles en su recorrido desde San Isidoro hasta la entrada, no podemos dejar pasar por alto el ya consolidad e intimista itinerario de ida por San Juan de la Palma, San MartĂn o San AndrĂŠs.
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Abierto todos los dÃas
Como un suspiro han pasado cinco dĂas. Casi sin darnos cuenta, ya es Viernes Santo. Ese dĂa en el que Sevilla amanece con el gozo de su MadrugĂĄ mĂĄs larga y anochece con la nostalgia de los momentos vividos. Ese dĂa en el que aquella ilusiĂłn que nos iluminĂł el Domingo de Ramos se torna en luz mortecina que abre la puerta al recuerdo de lo que ha ocurrido. EscribiĂł un poeta que no recordamos dĂas, recordamos momentos. Y asĂ lo pregonĂł Antonio Burgos: â&#x20AC;&#x153;No hay una sola Semana Santa. Hay tantas como sevillanos salen a ver las cofradĂas. DĂas de encuentro con Dios en la inmensa soledad de la bulla. Nunca se estĂĄ mĂĄs solo que soĂąando los propios recuerdos en una calle llena de gente para ver pasar esa cofradĂa que es parte de tu propia vidaâ&#x20AC;?. Las cofradĂas de mi vida, la de los recuerdos de mi infancia, estĂĄn al otro > de la calle Castilla, en el Patrocinio, donde la Virgen sin lĂĄgrimas # $ H su Ăşltimo suspiro por el Puente de Triana. Y en la parroquia trianera de la que salen los Ăşnicos nazarenos de cola, estĂĄ tambiĂŠn mi Viernes Santo. DetrĂĄs de un palio de recogida, cuando metido en la curva de Callao, suena Callejuelas de la O. Cuando la Ăşnica luz de la noche es la de los cirios que comparten con el Jorobaito su pesada cruz de carey. Con los aĂąos, saliendo a ver cofradĂas, descubrĂ ese encuentro con Dios en mĂĄs recuerdos, mĂĄs momentos, mĂĄs vivencias. En la salida imposible del imponente paso de misterio del SeĂąor de la Salud a la calle Real de la CarreterĂa, una hermandad que comparte su clasicismo romĂĄntico con la Soledad de San Buenaventura. Lo percibo
Viernes Santo en la memoria por Lorena MuĂąoz LimĂłn
en la solitaria cruz que va dejando un perfume de rosas desde Carlos CaĂąal a la Campana cuando cruza la Plaza Nueva. Encuentro mi Viernes Santo en el silencio de las Tres CaĂdas de San Isidoro = de oro,, de la Virgen de Loreto, subiendo por la Cuesta del Rosario, p ssolo unas horas despuĂŠs de que Triana tambiĂŠn d haya caĂdo tres veces h para inundar a Sevilla de p Esperanza. E DescubrĂ que hay mĂĄs Viernes Santo en m la Plaza de Molviedro, donde d vive JesĂşs Despojado, que cinco D dĂas atrĂĄs nos recibiĂł con d jĂşbilo de palmas rizadas. ] Â&#x201C; ] Mesa busca el camino a la M Magdalena con los sones M de Triana y el palio de d ccresterĂa de la Virgen de Montserrat nos eleva con Margot, la Ăłpera sublime de JoaquĂn Turina que interpreta Tejera. Todo eso ocurre justo antes de escuchar el taĂąir de la campana que porta el muĂąidor de la Mortaja, al que descubro en la oscuridad de Bustos Tavera. AsĂ es la Semana Santa de mis recuerdos, cuando sueĂąo con ese dĂa tan mĂĄgico como triste que es el Viernes Santo. La tristeza porque todo se acaba o porque la lluvia ha impuesto otra penitencia que no es la de hacer estaciĂłn a la Santa Iglesia Catedral. Con los aĂąos, comprendĂ que esa soledad de la bulla que vivĂa en mi Viernes Santo no muere en Triana con el Cachorro agonizante, sino que despierta, como siempre, con la luz de vida del Domingo de ResurrecciĂłn.
EL ARTĂ?CULO
Viernes SANTO
Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo - Sábado Santo
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Apuntes SĂ BADO SANTO y DOMINGO de RESURRECCIĂ&#x201C;N Es difĂcil, cuando llega el sĂĄbado, hacer abstracciĂłn de la nostalgia que empieza a apoderarse de quien ha vivido con la intensidad que sus fuerzas, disponibilidad y la meteorologĂa le hayan permitido, la semana santa que ya se nos va. De todos modos, aĂşn quedan muchas sensaciones que merecerĂĄn la pena quedar archivadas en el disco duro de memoria, asĂ que dispongĂĄmonos a vivir otra jornada que nos sirva para abrochar, esperemos, un capĂtulo
# A pesar de que tan sĂłlo son cinco las cofradĂas que procesionan en esta jornada, a mediodĂa hay ya hasta tres en las calles. En las inmediaciones de la Ronda, la comunidad trinitaria -hermanos, vecinos, antiguos alumnos- convierte la salida de la hermandad en un hervidero de gentes. Pueden ver sus tres pasos horas mĂĄs tarde, en la amplitud de San Pedro o la calle Imagen, o luego en un escenario recuperado hace un par de aĂąos, por San Leandro. Aunque tampoco es mala opciĂłn esperar a La Trinidad cuando busca Sol por las callejuelas de la Puerta Osario... Un poco antes se habrĂĄn recogido Los Servitas. No nos cansamos, aĂąo tras aĂąo, en aconsejarle que la esperen en la preciosa e intimista plaza de Santa Isabel, junto a su capilla: es uno de los mĂĄs bellos enclaves no sĂłlo de la jornada de hoy, sino que casi nos atreverĂamos a decirles que de toda la semana santa. Y no menos recomendable resulta invitarles a que, a la ida, la esperen por DoĂąa MarĂa Coronel o DueĂąas. Y si pueden, de cruz de guĂa hasta el Ăşltimo mĂşsico del paso de palio. La joven hermandad de El Sol, por aquello de su lejanĂa, ofrece multitud de cĂłmodos enclaves donde contemplarla sin
ninguna apretura, aunque seguro que les encajarĂĄ mejor en escenarios mĂĄs propios para las cofradĂas que las amplias avenidas por las que accede y vuelve del centro, como las calles de San Bernardo o el Arenal en el camino de ida o el entorno de la Plaza de la ContrataciĂłn a su regreso. Y dejamos, tambiĂŠn como para casi siempre, la despedida el lejano Domingo de Ramos de 2018, esperando a que se cierren las puertas de San Lorenzo cuando La Soledad, vuelta hacia el gentĂo, nos desgarre el alma dejĂĄndonos presos de la aĂąoranza mĂĄs absoluta. De todos modos, pueden verla mucho antes y con cierto espacio en la Plaza Nueva, a su regreso, de igual modo que resultarĂa una buena elecciĂłn de cara a poder presenciar los pasos del Santo Entierro, ya que sale a escasos metros de La Campana y sĂłlo en un pequeĂąo tramo de la abarrotada Alfonso XII podrĂa optar por ver el variopinto cortejo de autoridades, representaciones de casi todas las hermandades y una amplia muestra de la Aunque el gran cambio en cuanto a horarios para este 2017 se centra en Santa Marina: la cofradĂa de La ResurrecciĂłn estrena horario, saliendo a las ocho y media de la maĂąana en lugar de la inhĂłspita madrugada que habĂa sido hasta ahora, para estar de regreso al principio de la tarde. Los pasos serĂĄn los mismos, las calles, tambiĂŠn; pero seguro que la nueva luz de dĂa durante " conllevarĂĄ, sin duda, un mayor nĂşmero de pĂşblico a lo largo de la â&#x20AC;&#x153;nuevaâ&#x20AC;? estaciĂłn de penitencia. AsĂ que serĂĄn histĂłricas tanto su salida como la entrada. HabrĂĄ que apuntarse.
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sueĂąo del que Sevilla se niega a despertar. SĂĄbado Santo de desenlace de la funciĂłn. La catequĂŠtica, evangelizadora, artĂstica y devota teatralizaciĂłn de la PasiĂłn, Muerte y ResurrecciĂłn de Cristo segĂşn Sevilla H Los corazones sevillanos se quedarĂĄn apretados en un puĂąo cuando en el horizonte del Aljarafe vean caer un aĂąo mĂĄs $ ] los ĂĄureos dĂas, que con una solemnidad y a la vez algarabĂa maravillosa, se celebran en esta ciudad como en ninguna otra. La ilusiĂłn del Domingo g de Ramos da paso a la desilusiĂłn que trae aquello que estĂĄ escrito. Todo tiene un comienzo y una terminaciĂłn. MelancolĂa en las miradas, en las conversaciones de vivencias ocurridas durante siete dĂas, melancolĂa y soledad despertando a Sevilla de otra etĂŠrea ensoĂąaciĂłn. El Sol, Los Servitas, La Trinidad, el Santo Entierro y la Soledad pondrĂĄn rumbo a la catedral de la memoria, abrochando, brillantemente, t una tarde t d tan esplendorosa como sobria. El SĂĄbado Santo pasa a ser historia viva de Sevilla, historia siempre presente en los evocadores recuerdos de un aĂąo que, al igual que todos, es diferente. El Juncal, San Marcos, la ronda histĂłrica, San Gregorio y San Lorenzo se harĂĄn silencio y luto, siendo testigos $ de un sĂĄbado, que dĂĄndole la mano al domingo, va presagiando el triunfo de un JesĂşs, Resucitado y Glorioso, que desde Santa Marina nos anunciarĂĄ la Buena Noticia de la SalvaciĂłn. Todo tiene sentido: JesĂşs ha muerto para que vivamos para siempre.
Alfa y Omega, principio y ďŹ n. por Pablo Borrallo
Jornada cofrade de casi vuelta a la normalidad, donde engalanadas calles predispuestas desde la Semana de PasiĂłn para recibir la Gloria sevillana, vuelven a disponerse para encauzar su cotidianeidad como el Guadalquivir encauza su pulso hacia SanlĂşcar. El colorido de las tĂşnicas desde el Domingo de d N $ N luz en trajes de caballeros y seĂąoras, la ilusiĂłn en los ojos de los niĂąos que vven nacer a la vida el momento mĂĄs esperado m por p los sevillanos, ccuando JesĂşs baja la rrampla del Salvador abriendo caminos de a ffe hacia la Campana, darĂĄn paso a la mĂĄs d rrespetuosa austeiridad de una SĂĄbado Santo que u #$ PasiĂłn segĂşn la Tierra de P MarĂa. M Y al pie de la cruz, arrasada d en lĂĄgrimas de dolor, la Soledad de la Virgen irĂĄ recortando la nostalgia por los dĂas que se van. PĂĄlida y desconsolada, sin dilaciĂłn alguna y como si prisa tuviese, la SeĂąora de San Lorenzo pondrĂĄ el epĂlogo a otra Semana Santa que ya forma parte del pasado. Desde ese momento, toca de nuevo volver a soĂąar con la espera, con esa vĂspera que acompaĂąa a Sevilla todo el resto del aĂąo. Y por el cĂŠntrico barrio, varias preguntas recortĂĄndose como saetas en el aire, Âżmuere un sueĂąo con la Soledad? o Â&#x2018; ' Â > la Semana Santa de Sevilla es un sueĂąo y los sueĂąos siempre son sueĂąos.
EL ARTĂ?CULO
SĂĄbado SANTO Y DOMINGO DE RESURRECCIĂ&#x201C;N
Alfombra de paja para una agonĂa
AUNQUE sĂłlo fuese porque acaba en El Rinconcillo, la calle Gerona tendrĂa sitio de obligado cumplimiento en esos rincones con encanto que tanta incidencia tienen en la gran celebraciĂłn que es la Semana Santa de Sevilla. SĂłlo por eso merecerĂa un lugar de privilegio, pero es que estamos ante una calle con historia y si las piedras hablaran, Gerona merecerĂa un caudaloso rĂo de tinta que desembocarĂa en los adentros de esta JerusalĂŠn por siete dĂas en que se nos ha convertido la ciudad. Gerona se llama asĂ desde 1845 y fue rotulada de esta manera en homenaje al heroico sitio que dicha capital catalana soportĂł en la Guerra de la Independencia. Anteriormente, la calle se llamĂł CaldererĂa de Santa Catalina desde su arranque en San Juan de la Palma hasta ) ! Â&#x2021; H Â? ahĂ a su remate en Santa Catalina se llamaba Sardinas, nombre que se harĂa general en toda
la calle desde el inicio del Siglo XIX hasta que el Consistorio de la ciudad decidiĂł ponerle el nombre actual de Gerona. La calle es bastante rectilĂnea y era toda estrecha como es en su # de DueĂąas y de San Felipe Neri que propiciaron el ensanche que perdura en su comienzo. Pero no sĂłlo de movimientos urbanistas vive el hombre y esta calle que tanta solera le aporta a la Semana Santa tiene una carga de literatura muy a tener en cuenta. Por ejemplo, la truculenta historia de la agonĂa de un ilustre vecino, el torero Varelito. Cogido por el toro Bombito, de Guadalest, en una tarde de Feria de 1922, la del 21 de abril, el diestro Manuel VarĂŠ Varelito, apareciĂł la septicemia y la herida derivĂł a mortal de necesidad a travĂŠs de una agonĂa tan larga como dolorosa que culminĂł el 13 de mayo. Y para mitigar el suplicio del infortunado torero sevillano, la calle Gerona fue alfombrada de arena y de paja para que el ruido de los carruajes llegase mitigado al lecho donde Varelito se morĂa a chorros. Otro vecino de lustre en calle Gerona fue el aristĂłcrata y poeta Baltasar de AlcĂĄzar, miembro de este linaje y que tenĂa la casa solariega en la esquina con Sor Ă ngela, donde posteriormente vivirĂa tambiĂŠn Fernando VillalĂłn, el genial poeta moronense que alumbraba el sueĂąo de criar en sus campos toros con los ojos verdes. QuizĂĄ el vecino mĂĄs distinguido de esta calle fuese Juan RamĂłn JimĂŠnez. Cuando el Nobel moguereĂąo se vino a Sevilla a estudiar Derecho se domiciliĂł en una casa de la calle Gerona y de ello queda constancia en algunas
por Luis Carlos Peris FotografĂa: Archivo Salazar-Bajuelo y Archivos Hermandades
de sus obras. Por ejemplo en Viajes y sueĂąos escribe Juan RamĂłn: â&#x20AC;&#x153;Yo pintando, escribiendo y diciendo a mi familia que estudiaba en la Universidadâ&#x20AC;?. Otra prueba la tenemos en Por el cristal amarillo, donde dice: â&#x20AC;&#x153;Cuando yo estaba en Sevilla, en el limbo de los pintores, calle de Gerona...â&#x20AC;? Y hasta vislumbra el autor de Platero y yo que quizĂĄ coincidiera con el vecino de la paralela DueĂąas Antonio Machado, nueve aĂąos mayor, por las calles del barrio. Y ya que estamos con los vecinos literatos conviene destacar que en el nĂşmero xÂ&#x201D; el Don Pedro, donde el gran Manuel Mantero lla, mayormente por Semana Santa desde su ^ gia. Y se venĂa a este hotel de calle Gerona * tener que dar clase de Lengua EspaĂąola en la Universidad de Athens un Jueves Santo. Pero entremos de lleno en lo que puede ser el buque insignia de la calle Gerona, El Rinconcillo. Fundado en 1670 se trata de la taberna mĂĄs antigua de Sevilla, templo para el buen beber y mejor comer que se hace tabernĂĄculo de capillitas y que tiene a ese pregonero de pregoneros que fue, es y serĂĄ Antonio RodrĂguez BuzĂłn como parroquiano honoris causa. Las servilletas de este establecimiento fueron
pliegos de gloria para el verso semanasantero que el quincallero ursaonense parĂa con una feracidad impresionante y todavĂa sin igualar. El Rinconcillo fue sancta sanctorum de la bohemia sevillana, de esa bohemia que con el tiempo fue derivando a ranciedumbre, y como sus puertas eran las Ăşltimas en cerrarse, si es que se cerraban, de la ciudad fue garito donde convergĂa lo mejor de cada casa. Antonio Burgos, en su GuĂa secreta de Sevilla, escribiĂł que â&#x20AC;&#x153;antiguamente estaba abierto toda la madrugada para una institu-
ciĂłn noctĂĄmbula llamada eufemĂsticamente Â&#x2022;< =Â&#x2013; % (Â? SĂ que sigue siendo El Rinconcillo reino de los coroneles, esos vasos de tinto abundante de ValdepeĂąas que la clientela consume a cualquier hora de cualquier dĂa del aĂąo. Ya se han atemperado las costumbres y viene a este rincĂłn como balcĂłn de privilegio donde ver la Cena ] $ Â&#x2019; nostalgias porque ya enmudeciĂł el trueno de la saeta de Pepe Perejil el melisma inimitable de RocĂo Vega FarfĂĄn, la gran NiĂąa de la Alfalfa.. El jueves cuando se haya sobrepasado en muy poco las cinco en todos los relojes de Santa Catalina, se aĂąorarĂĄ la voz de Pepe Peregil cuando
atronaba los espacios para piropear a la Virgen de las LĂĄgrimas como el domingo hiciera lo mismo con la del SubterrĂĄneo. Pero el gran saetero de Manzanilla hace ya algunas primaveras que Ăşnicamente canta en los balcones de la Gloria. Con la puerta a Gerona y una ventana H monumental paso de los Caballos desde di $ ] $ puerta del tristemente cerrado templo. Un templo que es como un llanto amargo de la Sevilla en la que todo vale. ÂżPara cuĂĄndo la apertura de ese templo gĂłtico-mudĂŠjar de tanta solera en la Iglesia de Sevilla y en su Semana Santa? Lleva una eternidad clausurado y nadie da norte de para cuĂĄndo su vuelta a la vida.
Los Caro, un taller centenario.
La historia del taller comenzĂł con la ac Y H Â&#x2021;" ' %XÂ&#x2039;Â&#x2014;Â&#x2039;KX`Â&#x201D;`( en su casa de la plaza de San Gil en el aĂąo 1910. Esta bordadora, formada con las hermanas Josefa y Ana AntĂşnez a principios de siglo, en cuyo taller de la Huerta del Zapote trabajĂł # * tres etapas sucesivas, la primera con esa actividad personal en la que trabajĂł para distintos talleres, incluido el de Juan Manuel RodrĂguez Ojeda, con la direcciĂłn tĂŠcnica de su hermana Josefa, la TĂa Pepa. Pasados unos aĂąos, Victoria creĂł una sociedad con su hermano JosĂŠ Caro (1875X`+Â&#x2DC;( 1917, en una segunda etapa, en la que ĂŠste se ocupĂł de los diseĂąos de obras menores y los principales proyectos le fueron encomendados a Ignacio GĂłmez MillĂĄn, diseĂąador regionalista que proyectĂł obras muy creativas y con acusada personalidad1 7 $ trayectoria ininterrumpida de ciento siete aĂąos, que les ha proporcionado a sus sucesores un amplio, sĂłlido y justo prestigio entre las cofradĂas sevillanas. La producciĂłn es amplia e importante desde inicios de la actividad conjunta de JosĂŠ y Victoria Caro, establecidos en la calle Calatrava nĂşmero uno; y, despuĂŠs, en la calle Conde de Barrajas desde 1928. Pronto desta-
caron en un panorama difĂcil, tanto por la brillante competencia como por las circunstancias sociales que les tocĂł vivir. Sus obras, fechadas entre ese aĂąo y 1936, corresponden primero a una ĂŠpoca de claro predominio de Juan Manuel RodrĂguez Ojeda y, en segunda instancia, de protagonismo compartido con los talleres de Miguel Olmo, Herederos de Olmo e Hijos de Olmo; y, despuĂŠs, y una vez sucedido el primero por Carrasquilla RodrĂguez y desaparecidos los distintos talleres de la familia Olmo, por la inestabilidad de los aĂąos treinta del siglo XX, con el cruento desenlace de la Guerra Civil. Fueron aĂąos difĂciles y; sin embargo, de intensa y fecunda actividad, en los que el taller anunciado a nombre de JosĂŠ Caro, en el que se integrĂł el diseĂąador Ignacio GĂłmez MillĂĄn y cuya direcciĂłn tĂŠcnica recayĂł siempre en Victoria Caro, acabĂł ocupando un lugar " Z $ Â&#x201C; * Caro tuvo con los miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Macarena enfrentados con Carrasquilla RodrĂguez2. En cambio, poco o nada puede decirse de los detalles contractuales de los diseĂąos, debido a la pĂŠrdida del archivo del taller en la riada de los aĂąos sesenta del siglo XX. 2
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MAĂ&#x2018;ES MANAUTE, Antonio: â&#x20AC;&#x153;Esplendor y simbolismo en los bordadosâ&#x20AC;?; en Sevilla, Sevilla Penitente, Vol. III, Editorial GĂŠver, 1995, PĂĄg. 311.
PALOMERO PĂ RAMO, JesĂşs Miguel: Las artes suntuarias. Bordados, OrfebrerĂa y CerĂĄmica; en Sevilla, Esperanza Macarena en el XXV Aniversario de su coronaciĂłn canĂłnica, 1989, PĂĄgs. 291 y sigs.
por AndrĂŠs Luque Teruel FotografĂa: Archivo Taller Elena Caro
Una de las primeras obras conocidas de JosĂŠ y Victoria Caro es el Sine Labe Concepta de la Hermandad del Cachorro, bordado en el aĂąo 1922, que pudiera ser uno de los primeros diseĂąos de Ignacio GĂłmez MillĂĄn, al menos para la Semana Santa de Sevilla, y adelanta ya caracterĂsticas del taller como la disminuciĂłn plĂĄstica de los motivos y la planitud de los bordados. Su siguiente obra, el palio de la Virgen del Rosario de la Hermandad de MontesiĂłn, en 1925-26, incorporĂł por primera vez un soporte completamente de malla para un palio bordado, asumiendo las caracterĂsticas del diseĂąo de JosĂŠ Lecaroz Barrera para la misma imagen, confeccionado por Antonio AmiĂĄns en 1913. La originalidad del corte y de los borda " llotas, unido a la calidad de la Gloria bordada con sedas de colores por BĂĄrbara Pardal, lo avalan como una de las obras bordadas se " * ] $ Â&#x2122; ! X`x` Ese palio, bien conocido por fotografĂas, resultĂł muy daĂąado en 1936, y pronto fue sustituido por otro de Esperanza Elena Caro; aunque se # que en la actualidad dirige Carla Elena. ] *
$ de encargos: para la Hermandad del Cacho Â&#x2021; X`xÂ&#x2DC;Â? terciopelo rojo para la Virgen de la Cinta de Huelva, en 1927; para la Hermandad de Santa Cruz un Simpecado, con una Inmaculada tallada por Manuel Galiano, en 1927-28; para la Hermandad de las Cigarreras los faldones del paso de la Virgen de la Victoria, estandarte,
Sine Labe Concepta, y Senatus, todo en 1928; un manto para la Virgen de Gracia y Esperanza, segĂşn diseĂąo de Carlos GarcĂa Eiris, en 1929; el palio de la Virgen de la Palma, con diseĂąo de Ignacio GĂłmez MillĂĄn y esculturas de Antonio Castillo Lastrucci, en 1930; un manto de salida para la Virgen de la Esperanza de Cumbres Mayores, en la provincia de Huelva, con amplio perĂmetro y derrame interno so X`+4Â? las caĂdas del palio de la Virgen de Regla, de nuevo con diseĂąo de Ignacio GĂłmez MillĂĄn, en 1930; el Senatus de la Hermandad del Baratillo, en 1930; el manto de la Virgen de la Soledad de la Hermandad del Santo Entierro de Aracena, con diseĂąo radial con motivos derivados de Juan Manuel RodrĂguez Ojeda sobre terciopelo negro, en 1931; la tĂşnica y el mantolĂn de San Juan Evangelista, y el Senatus de la Hermandad del Dulce Nombre, en 1934, la primera reproducida por JosĂŠ Manuel SĂĄnchez Elena en 1998, y el Ăşltimo sobre terciopelo rojo y con perĂmetro de malla; el Simpecado de la Hermandad el RocĂo de Rociana, sobre terciopelo rojo, en 1934; y el Senatus de la Hermandad de la Trinidad, tambiĂŠn en 1934. Uno de los Ăşltimos trabajos del taller bajo la direcciĂłn de JosĂŠ Caro fue la saya que ĂŠl mismo diseùó para la Virgen de la Esperanza (Maca ( de JosĂŠ GĂłmez Ortega, Gallito, en 1936, restaurada en el Taller de RestauraciĂłn Tiraz, en Madrid, en 1992. Fallecido JosĂŠ Caro en 1936, el taller quedĂł establecido en la calle Conde de Barajas nĂşmero veinte y anunciado a nombre de Sucesores de Caro. En realidad, fue su hermana Victoria Caro la que se hizo cargo del mismo, con la colaboraciĂłn del diseĂąador Ignacio GĂłmez MillĂĄn en los proyectos mĂĄs importantes, tal y como habĂa sucedido en la etapa en que lo habĂa regentado aquĂŠl. Si tenemos en cuenta que su papel habĂa sido sobre todo comercial, habrĂa que valorarlos como dos etapas de la brillante asociaciĂłn del diseĂąador y la bordadora, y, por lo tanto, la tercera de la bordadora. Juntos trabajaron en el perĂodo comprendido entre 1936 y 1943, y
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con la codirecciĂłn de Esperanza Elena Caro, sobrina de la bordadora, entre ese Ăşltimo aĂąo y 1947. Ignacio GĂłmez MillĂĄn y Victoria Caro realizaron juntos numerosas obras, ya con la categorĂa del taller de mayor prestigio en la ciudad. Entre ellas destacan dos conjuntos, uno para la Hermandad de la Macarena: estandarte, en 1936; saya de los volantes, con la intervenciĂłn conjunta de Lola Oliveros, en 1937; senatus, en 1938; Manto de camarĂn de la Virgen de la Esperanza, cerca de 1937-40; Simpecado, en 1941; nueva versiĂłn del palio rojo de Juan Manuel RodrĂguez Ojeda, 194142; y tĂşnica del SeĂąor de la Sentencia, 1941-
43. El otro para la Hermandad del RocĂo de Triana: estandarte y Simpecado, en 1936, el segundo en origen sobre terciopelo blanco y con una miniatura de la Virgen del RocĂo tallada por Antonio Castillo Lastrucci; y banderĂn, cerca de 1936. DespuĂŠs de ellos numerosas obras importantes, el Simpecado Hermandad Matriz de Almonte, sobre terciopelo verde, en 1937; palio de la Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos, en 1938, sustituido por una rĂŠplica de FernĂĄndez y EnrĂquez, del aĂąo 1994, y en la actualidad de la Virgen de las LĂĄgrimas de la Hermandad de JesĂşs Nazareno de la Puebla de Cazalla; restauraciĂłn del palio de la Virgen del Refugio, y copia del manto y los faldones del mismo paso, todo ello de Juan Manuel RodrĂguez Ojeda, en 1939, 1940, y 1940-43, respectivamente; estandarte de la Hermandad de la Lanzada, en 1940; manto de camarĂn de la Virgen del Patrocinio, confeccionado con los bordados de las caĂdas del mismo palio que el anterior manto de la Virgen de la Esperanza %Â&#x2021; ( X`Â&#x201D;4Â? Hermandad de San Bernardo, pasado por Pa-
leteiro 1998; interior de las caĂdas y techo de palio de la Virgen de Regla, en 1941, al que se ha aĂąadido una Gloria tallada por Juan Manuel MiĂąarro, en 1997; senatus de la Hermandad de los Estudiantes, en 1941; senatus de la Hermandad de la Amargura, con diseĂąo de Cayetano GonzĂĄlez en 1941, pasado en el convento de Santa Paula, en 1981; senatus de la Hermandad de JesĂşs Despojado; palio de la Virgen de los Dolores de la Hermandad de los Servitas de CĂĄdiz, muy en sintonĂa con los proyectos de Juan Manuel RodrĂguez Ojeda, en 1942; saya de la Virgen del Dulce Nombre, en tisĂş de plata, oro y sedas, en 1942; y estandarte de la Hermandad de los Gitanos, en 1942. H $ Y H su sobrina Esperanza Elena Caro compartieron la direcciĂłn del taller entre 1943 y 1947, al que se incorporĂł como diseĂąador un hermano de la segunda, Manuel Elena Caro, perĂodo en el que realizaron las siguientes y no menos importantes obras: estandarte y Simpecado de la Hermandad del Dulce Nombre, el primero con diseĂąo del citado y el segundo de Juan PĂŠrez Calvo y con una miniatura de la Inmaculada de JosĂŠ PĂŠrez Campano, los dos en 1943; segundo palio para la Virgen del Rosario de la Hermandad de MontesiĂłn, en 1944, versiĂłn sim ' X`x{KxÂ&#x2DC; ^ de BĂĄrbara Pardal mantuvo, reforma del palio de la Virgen de Loreto de Patrocinio LĂłpez del aĂąo 1879, para la Hermandad de las Penas de San Vicente, en 1944-47; manto de salida de la Virgen de la Esperanza de Triana, con
diseĂąo de JosĂŠ Recio en 1945, pasado por ella misma en 1968; tĂşnica de JesĂşs ante AnĂĄs, bordada sobre terciopelo rojo en 1945; saya de la Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos, en 1945; Simpecado de la Hermandad del Museo, con bordados de un manto de la Virgen de las Aguas del siglo XIX, en 1945-46; manto en terciopelo rojo de Nuestra SeĂąora del Reposo de Valverde del Camino, en 1945, en el que ampliaron las organizaciones y motivos de Juan Manuel RodrĂguez Ojeda, y al que aĂąadieron una toca bordada; estandarte de la Hermandad del Museo, cerca de 1946; palio de la Virgen de las Aguas, con diseĂąo de Manuel Elena Caro, en 1946; palio y manto de la Virgen de la Esperanza de Jerez de la Frontera, en 1946; saya de la Virgen de los Dolores de la Hermandad de las Penas de San Vicente3, en 1947; estandarte de la Hermandad de la Paz, en 1947; y forma del palio de la Virgen de la Angustia de la Hermandad de los Estudiantes, con diseĂąo de JoaquĂn Castilla, en 1947, bordado en 1950-58. 3
SALAS, NicolĂĄs: Sevilla. CrĂłnicas del Siglo XX, 19411960, Tomo III; Sevilla, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1993, PĂĄg. 136.
Fallecida Victoria Caro, el taller siguiĂł anunciĂĄndose como Sucesores de Caro, ya con Esperanza Elena Caro al frente del mismo desde 1947 y hasta inicios de los aĂąos setenta, en el que se anunciĂł a su nombre, hasta su muerte en 1984. Su hermano Manuel Elena Caro siguiĂł diseĂąando para el taller, que tambiĂŠn utilizĂł dibujos de Juan PĂŠrez Calvo, Fernando Marmolejo, entre otros. A ella corresponden, sĂłlo en los aĂąos cincuenta, obras como los respiraderos, las caĂdas y el techo de palio de la Virgen la Angustia de la Hermandad de los Estudiantes, todo ello con diseĂąo de JoaquĂn Castilla, en 1947, 1949 y 1955, respectivamente; palio y manto de la Virgen ) Â&#x161; H ]
$ Â&#x2021;" segĂşn diseĂąo de Carlos Wenceslao Chamo-
rro, en 1951-53, el segundo en 1954-55; palio de la Virgen de la Caridad de la Hermandad del Baratillo, con diseĂąo de Manuel Elena Caro, en 1953; caĂdas del palio de la Virgen de Gracia y Esperanza, segĂşn diseĂąo de JosĂŠ MartĂnez, en 1954; respiraderos del paso de la Virgen de Madre de Dios de la Palma, con diseĂąo de Manuel Elena Caro, en 1954; palio de la Virgen de los Dolores de la Hermandad de las Penas de San Vicente, con diseĂąo del orfebre Cayetano GonzĂĄlez, en 1954; palio de la Virgen de los MĂĄrtires de CĂłrdoba, en 1955; manto de la Virgen de la Palma, con diseĂąos de Rafael Vallejo Blanco, en 1958; y respiraderos y faldones del paso de JesĂşs de las Penas, X`Â&#x2DC;4 N # ; La producciĂłn de Esperanza Elena Caro al frente del taller de sucesores de Caro siguiĂł siendo muy elevada en la dĂŠcada de los sesenta; y tambiĂŠn ya a su nombre y con la colaboraciĂłn en los diseĂąos de su sobrino JosĂŠ Manuel Elena MartĂn en la de los setenta e inicios de los ochenta. Podemos verlo en las siguientes obras: manto de la Virgen de la Caridad de la Hermandad del Baratillo, en 1962; caĂdas, respiraderos, manto y saya de coronaciĂłn de la Virgen de la Esperanza (Ma ( X`Â&#x2DC;xKÂ&#x2DC;{ ! orfebre Fernando Marmolejo Camargo; palio de malla de la Virgen de los Desamparados, en 1963; manto de la Virgen de Gracia y Esperanza, con diseĂąo de Antonio GarduĂąo Navas, 1963, palio de la Virgen de las Mercedes de la Hermandad de Santa Genoveva, en 1963;
manto de la Virgen de los Dolores de Estepa, en 1969; manto de la Virgen de la Esperanza Trinidad, con diseĂąo de Antonio GarduĂąo Navas, en 1972; manto de la Virgen del Rosario de la Hermandad de MontesiĂłn, en 1972; saya de la Virgen de los Dolores de la Hermandad H ]
$ Â&#x2021;" 1972; manto de la Virgen de la ConcepciĂłn de SanlĂşcar la Mayor, en 1973; manto de la Virgen de Regla, en 1975; frontal de los respiraderos y los faldones del paso de la Virgen de los Dolores de la Hermandad de las Penas de San Vicente, en 1975; manto de la Virgen de la Palma de CĂĄdiz, con diseĂąo de JosĂŠ Manuel Elena MartĂn, en 1976; caĂdas y techo de palio de la Virgen de los Dolores de la Hermandad de la PurĂsima ConcepciĂłn de Castilleja de la Cuesta, en 1977 y 1982; y palio de la Virgen de ConsolaciĂłn, con diseĂąo de Antonio DubĂŠ de Luque, en 1984. Desde entonces se hizo cargo del taller JosĂŠ Manuel Elena MartĂn, esta vez bajo la denominaciĂłn de Sobrinos de Caro, que confeccionĂł el segundo manto de la Virgen de la Esperanza de Triana, en 1994; un nuevo manto de la Virgen del Rosario de la Hermandad de MontesiĂłn, rĂŠplica del anterior, en 2004; y contribuyĂł con abundantes restauraciones, como la de la bandera corporativa de la Hermandad de la Macarena, en 2009. Recientemente se ha hecho cargo del taller su hija Carla Elena MelĂŠndez, Licenciada en Bellas Artes, que ya destaca con obras como la nueva tĂşnica del Cristo de la Salud de la Hermandad de los Gitanos, en la que recuperĂł un diseĂąo de Juan Â&#x2021; N ' Z XIX, en 2015-17; y la restauraciĂłn de obras de su tĂa abuela Esperanza Elena Caro, como el palio Virgen de los Dolores de la Hermandad e las Penas de San Vicente; el manto de la Virgen de la Caridad de la Hermandad del Baratillo; y las caĂdas del palio de la Virgen de la ] ' %Â&#x2021; (