Revista Cuenca Ilustre Abril 2024

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Revista

nuestras raíces

Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad

06 Cuenca, un paraíso en Los Andes.

15

Cuenca y su Fundación Española.

22 El Parque Nacional El Cajas.

29 La Gastronomía Cuencana para disfrutarla todo el año.

Abril 2024

DIRECCION GENERAL

Ing. Com. Patricio Miller

DEPARTAMENTO LEGAL

Dra. Mónica Reyes

COLABORADORES

Ing. Aida Abril

Sgop. De A. Olger Mejia Encargado

Del Museo "Casa De Los Tratados"

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

- Diario El Mercurio

Bibliotecas: - Municipal - Bco. Central

- Casa de la Cultura

TEXTO - DISEÑO GRÁFICO

Dis. Marco Miller

Codisgraf

FOTOGRAFÍAS

Esteban Quiroz

Revista Cuenca

DISTRIBUCIÓN A NIVEL LOCAL, REGIONAL Y NACIONAL

Ediciones Cuenca

REPRESENTANTE EN EEUU

Revista Cuenca Ilustre

COMENTARIOS - SUGERENCIAS

TELEFAX: (593) 7 834624 email: cuencarevista@gmail.com edgpatm@gmail.com www.ISSU/revistacuenca.com

REGISTRO MINISTERIO DE TURISMO DEL ECUADOR # 01 - 881

REVISTA CUENCA ILUSTRE ESTÁ PROTEGIDA POR LAS LEYES DE PROPIEDAD INTELECTUAL BAJO EL REGISTRO # 22954 Y # 2075 LAS OPINIONES VERTIDAS EN LOS DIFERENTES ARTÍCULOS SON DE EXCLUSIVA PROPIEDAD DE SUS AUTORES, SIN QUE ESTO REFLEJE EL PENSAMIENTO DE ESTA REVISTA

ISSN # 1390 2644

EDICIÓN 58 ABRIL / 2024

VIVA CUENCA

VIVA CUENCA

en sus CDLXVII Aniversario

en sus CDLXVII Aniversario

FUNDACION ESPAÑOLA

FUNDACION ESPAÑOLA

CUENCA, UN PARAISO EN LOS ANDES

El paraíso se encuentra en la mitad de los andes sobre los 2500 m, a 2° y 53 minutos de latitud sur y a 79° de longitud oeste. Los cuatro ríos que lo siguen con su rumor de líquida frescura son el Tarqui, cuyo caudal es espejo de los sauces; el Yanuncay, de corriente oscura y reservada; el Tomebamba, con aguas acariciadas por las lavanderas, el Machangara, cuya fluida voz arrulla a los alisos y retamas.

La gran llanura se extiende desde Sayausí, al pie de los baluartes del páramo y roca de la cordillera. Cierran el valle la montaña de Turi, vigía y hermano natural de la ciudad, Nero, Galapo, Castilla Cruz y Rayoloma. Por el otro extremo corren las pequeñas alturas de Cullca y Yana Cauri.

LA CULTURA CAÑARI

Aquí, el cañari, con su lengua inicial intentó nombrar el paraíso. Lo llamó Guapondelig, “llanura grande como el cielo”, y de sus entrañas recibió los fundamentales alimentos: maíz, papa, calabazas, porotos, ocas, mellocos, quinoa, el gullan, la mora, el tocte y el capulí. Con el piñan tiñeron sus simples vestiduras. La cabuya le dio fibra. Los ríos le entregaron el bagre, crearon calles, cazaron venados, conejos, perdices y tórtolas. Seguido aquí imaginó sus primeros dioses, soñó con su favor, y tembló con su castigo. Erigió templos para tratar de hablar con su corazón lejano.

LA CULTURA INCA

Hasta aquí llegó Tupac Yupanqui, sobre andas de oro y al frente de numerosos cuerpos de guerreros. La placidez del valle, la claridad del aire, la fertilidad del suelo dulcificaron su corazón de conquistador. Y llamó a esta tierra Paucarbamba, “llanura de pájaros y flores”, porque aquí todo florece, la retama, el pilco, la arirumba, el fresno con sus flores de oro, el guaylug, con sus racimos violeta. Y soñó en convertir a este sitio en la morada para el amor. De la capital del imperio trajo piedra y arquitectos que diseñaron y levantaron Tomebamba, la segunda ciudad del reino. Aquí nació Huayna Capac, el más poderoso de los incas, los hijos del sol. Para ser más noble su cuna ornamentó los templos y palacios con láminas de oro. Aquí, con cánticos y danzas las vírgenes adoraron al sol, reconociéndolo como supremo hacedor y como padre.

FUNDACIÓN ESPAÑOLA

La hueste ibérica, guarnecida de hierro, armada de arcabuces y alabardas, bajo la conducta del caballero Don Gil Ramírez Dávalos, trajo la cruz y la espada. Con recias y sonoras voces castellanas fundó la ciudad de Santa Ana de los ríos de Cuenca, el lunes santo del 12 de abril de 1557, fecha que se convirtió en signo y en semilla de su profunda vocación por la vida del espíritu, sea religión, arte o pensamiento.

La vida colonial fue el remanso donde se forjaron y aquilataron las magnas tradiciones de su

estirpe. Se establecieron los barrios. Aquí los herreros con el martillo entonaban la oración de cada día... Allá los olleros, con el barro oloroso a fecundidad, creaban formas, más allá los plateros, los curtidores, los canteros, los carpinteros, los astros, los petaqueros. Los tejedores, los tejeros y ladrilleros, los panaderos. Los albañiles levantaron templos y monasterios en cuyo interior se confunden la oración con el silencio.

INDEPENDIENTE Y REPUBLICANA

Aquí sonaron las palabras de la libertad, que encendieron los pechos y avisaron el amor de los azuayos por su tierra, para que a la par de hermosa, fuera libre. Como eco de esas palabras inflamadas sonaron las cajas y los bronces de la guerra. De aquí salieron soldados convocados por el honor escogidos por la historia, y que inscribieron sus nombres con hierro y sangre en lejanas latitudes de la Patria naciente y de América.

Del sueño de la libertad nació la paz, del aliento de la paz vino la abundancia. El hombre apartó las armas y volvió al surco, a labrar el huerto y las campestres heredadas. La mano abandonó la espada y tomó la pluma.

El corazón sosegó su enardecido ímpetu y se dedicó al dulce cultivo del espíritu. Florecieron la poesía, la música, la pintura, la escultura religiosa. Y junto al arte, la más noble artesanía de su gente: la paja toquilla, bordados, cestería, tejidos de lana, cerámica, hierro forjado, ebanistería, joyería. Metales y fibras, madera, piedra y barro se convirtieron en obra de belleza prodigiosa a través de las manos del artífice.

PATRIMONIO CULTURAL

Con los pies en la tierra te yergues, hermosa y soberana, ciudad amante convencida de tus tradiciones. Te nutres día a día con una larga historia que te ha levantado desde los siglos iniciales y oleas el futuro, consagrado ya como PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD, y marchas hacia allá, segura de tu valor y de tus obras.

Con singular lengua cantarina te anuncias al mundo en medio de los despliegues de tu gloria.

CUENCA

Y SU FUNDACION ESPAÑOLA

La fundación de Cuenca, respondió a una necesidad estratégica y política de la época, el virreinato de Lima requería de una ciudad intermedia entre Quito y Loja; el establecimiento de la nueva urbe fue debidamente planificado, esto explica que en una semana se organizó el cabildo, se trazaron calles, se repartieron solares, se destinaron locales para las diversas dependencias y se dictaron las primeras y más urgentes disposiciones; todo se realizó en forma pacífica, y ordenada y, sin desplazamiento de los aborígenes, sin causar reacción en ellos, además, fue precedida por el asentamiento de grupos de españoles que, atraídos por intereses económicos, estuvieron presentes en esta región, mucho antes de que se acordara y ordenara su fundación; contó con el apoyo de los Cañaris que consideraban a los españoles como sus aliados, para

vengarse de los incas que, con Atahualpa, habían sembrado el terror y la destrucción; indudablemente influyeron también y de manera decisiva, las órdenes dadas por su fundador, su gran espíritu humanitario, las consideraciones que guardaba a los aborígenes, su política de persuasión antes que de imposición. Por esta razón el escritor cuencano Remigio Crespo Toral considera el establecimiento de la ciudad de Cuenca solamente como restauración, o mejor renacimiento de Tomebamba, quizás a ésto se debe que la fundación de Cuenca, fue una sola e inamovible, no se sucedió como en Quito, Guayaquil, Loja y en otras ciudades en las que se dieron no solamente una, sino dos, tres y hasta cinco fundaciones previas a su organización definitiva. El espíritu religioso de su fundador, también quedó grabado en la leyenda del escudo de Cuenca que dice “Primero Dios y después vos”.

Los primeros asentamientos de los conquistadores, en tierras Cañaris, se realizaron 23 años antes de la fundación española de Cuenca del Tomebamba. En 1534 Sebastián Moyano de Benalcázar, salió de San Miguel de Piura con destino a Quito, con 250 hombres, inclusive 80 caballos y 2000 Cañaris, llegó a la destruida ciudad de Tomebamba, en donde dejó 50 hombres, entre ellos dos morlacos, procedentes de la Morlachia, que posiblemente influyó en el nombre que más tarde se dio a los habitantes de Cuenca; este grupo quedó al mando del oficial Miguel Muñoz y de los tenientes Falcón de la Cerda, Francisco Pacheco y Juan Gutierrez, aquí también dejó a Juan de Ampudia y a Fray

Francisco de la Niza, quien, el 26 de julio de este año, día de Santa Ana, la madre de María, celebró una solemne misa en la que bautizó al nuevo asentamiento español en las tierras del Tomebamba, con el nombre de Santa Ana, aquí la consagró como su patrona y protectora.

En 1535, Juan Espinosa, alcalde Mayor de Quito, se dirigió a tierras Cañaris, por intereses agrícolas y mineros, nombró a Diego Sandoval como el primer encomendero de la región y afincó algunos españoles en esas tierras, pues, por esa época había crecido la fama del río Santa Bárbara o Santa Barbola de Gualaceo, por el contenido de oro de sus arenas. Junto con los primeros españoles arribaron a esas tierras párrocos y misioneros, entre los cuales se destacó Hernando Pablos, importante cronista de la época colonial.

En 1547, Rodrigo Núñez de Bonilla y un grupo de españoles llegaron al Tomebamba con fines agrícolas, artesanales e industriales, Nuñez de Bonilla instaló el primer molino para granos, especialmente para trigo, que se puede considerar como la primera industria de la región.

En 1547, asumió el virreinato Don Andrés Hurtado de Mendoza, Marquez de Cañete, tercer virrey del Perú, quien al conocer la importancia del recinto de los Cañaris, ocupado por los incas luego de la destrucción de los aposentos reales, dirigida por Atahualpa, ordenó a su capitán Gil Ramírez Dávalos, Gobernador de Quito, que fundara en ese lugar una ciudad española que llevará el nombre de su ciudad natal, Cuenca de España, la del Marqués de Santillana, antecesor de Don Andrés.

EL FUNDADOR

Don Andrés Hurtado de Mendoza, señor y Marquez de Cañete, procede de una noble ilustre familia española, descendiente directo de los Duques de Cantabria y señores de Vizcaya, según doña María Luisa Vallejo Guijarro, autora de “Glorias Coquenses”, quien además nos dice que, los Hurtado de Mendoza, muchas veces mezclaron su sangre con la de los reyes de Castilla y León, Aragón y Navarra. Entre sus antecesores se conocen seis generaciones de nobles españoles, guerreros y valientes defensores de España y del rey; entre los que se menciona en orden genialógico los siguientes:

Diego Hurtado de Mendoza, “el leal”, fue el primer Marquez de Cañete y el quinto señor de ese título; en premio a sus servicios el monarca le nombró Virrey de Navarra, tuvo como primogénito a Andr´rs, que llevó el nombre de su abuelo materno, Don Andrés de Cabrera, Marquez de Moya.

Andrés Hurtado de Mendoza, “el prudente”, Sexto Señor y Segundo Marquez de Cañete, heredó los títulos de su padre y conquistó otros muchos en razón de su valía y gran valor.

Nació en la ciudad de Cuenca de España en 1501; según sus historiadores, fue un hombre genial, de grandes sentimientos, de gentil postura y el alma inmensa como la tierra coquense que le vio nacer.

Juan Hurtado de Mendoza, “el poderoso” o “el esforzado”, como le llamaron sus compañeros de armas. El rey, como recompensa a sus acciones, como caballero de gran valor y comprendiendo que su primogénito, Diego, tenía afición por las armas, fundó casa y mayorazgo en Cañete de Cuenca, su tierra natal y le concedió el título de: Señor de Cañete, el que heredó su hijo. Juan Hurtado de Mendoza, “el valeroso”, tercer Señor de Cañete, recibió como título a sus acciones el de Marquez de Cañete, murió en la guerra de Granada defendiendo la corona. Le sucedió su hijo primogénito, Honorato.

Se casó con doña María Manrique con quien tuvo dos hijos, Diego que murió sin sucesión y García, “el venturoso”, “el valiente”, “el invencible” heredó todos los títulos de su padre, reconquistó Chile para la corona y fundó Osorno y Mendoza. Don Andrés, a la edad de 56 años salió de España para hacerse cargo del virreinato del Perú. La relatista de “Glorias Coquenses”, al referirse a esta designación, dice de él: Grande de España Rico — Home, Guarda Mayor de Cuenca y Montero mayor de Carlos I. Prócer de la máxima confianza del rey, que tanto sabía de la lealtad y del valor de este hombre, Grande entre los Grandes, que le nombró virrey del Perú.

DON ANDRES HURTADO DE MENDOZA
DON GIL RAMIREZ DAVALOS

Algo que le distinguió de otros mandatarios y que quizás influyó en la fundación de Cuenca, fueron sus órdenes sobre el buen trato que debían recibir los indios, premiaba a los fieles y trabajadores, protegía a los ciudadanos y a los huérfanos de los conquistadores, sus sabias disposiciones se dirigieron constantemente a amparar y favorecer a los aborígenes, evitando los posibles abusos; prefirió la persuasión y la captación de las voluntades hacia España antes que emplear la fuerza; tan grande fue su tino que logró mediante Coya, prima del príncipe Layri — Tupac, hacer amistad con él y formar un pacto de paz, tan provechoso a España como para los aborígenes. Lamentablemente, esa política de tino y sagacidad, no fue mantenida por muchos de sus sucesores.

Entre sus acertadas disposiciones mencionaremos algunas de mucha importancia que nos traen sus biógrafos: realizó el primer censo de españoles e indígenas en el virreinato; fundó beneficiencias, creó hermandades; organizó la alhóndiga, lugar público para compra, venta y almacenaje de trigo y de otros artículos de primera necesidad; controló el uso de la coca, limitó el expendio del pulque y otras bebidas fermentadas, al fin de evitar la embriaguez; aclimató la vid y el olivo; se preocupó especialmente de la educación de españoles y mestizos, creó los dos famosos colegios, el de Trujillo y el de Lima y obligó a los religiosos a que, al fundar un convento, crearan simultáneamente una escuela; no descuidó el cultivo de la música, enseñó a tocar la flauta, chirimía y dulzaina y, como broche de oro en su corto virreinato, estableció la Universidad de Lima.

Andrés Hurtado de Mendoza no solamente fundó Cuenca del Tomebamba, en homenaje a su querida Cuenca de España; también erigió, Santa María de la Parrilla y Cañete, en el Perú, en memoria de la casa y mayorazgo de su Cuenca, labor que fue secundada por su hijo García, fundador de la ciudades chilenas de Osorno y Mendoza, esta última, hoy integrada a la Argentina.

Pese al inmenso valor de este ilustre Coquense, Felipe II, por mala información dada por los enemigos de Don Andrés, le llamó a España el 27 de enero de 1559 y le destituyó; esta injusta humillación hizo, como dicen sus biógrafos que “muriera de dolor” en 1560.

PARQUE NACIONAL “EL CAJAS”

El Parque Nacional Cajas constituye un escenario único en el mundo por su diversidad de cuerpos lacustres. En efecto, a pesar de que existan lugares con ciertas similitudes en el planeta, no hay ninguno que combine tanta variedad lagunar asociada con una gran biodiversidad. Su nombre proviene de la palabra quechua “caxas” que quiere decir frío. Otra versión nos habla de que su nombre viene por la apariencia producida por su tipo de formación geológica, que forma “cajas” en las cuales se encuentran las lagunas.

El 90.6% del área corresponde al ecosistema de páramo herbáceo, exceptuando pequeñas áreas, localizadas al sureste (Mazán) y oeste (Canoas), caracterizadas por presentar alturas absolutas inferiores a los 3.600msnm y espacios geográficos variados.

El Parque Nacional Cajas está localizado en la cordillera occidental del sur de los Andes ecuatorianos, a tan sólo 35 km de Cuenca y en dirección noroeste. Su altitud va de los 3.156 a 4.450 msnm. Tiene una extensión de 288 km², 28.544 ha que incluye un complejo lacustre de 235 lagunas de origen glaciar, conectadas unas con otras por riachuelos y arroyos. Su temperatura oscila entre los -2 °C a 18 °C. En el parque se encuentran sitios de interés arqueológico, entre ellos varios tramos del Qapac Nan, camino rural andino que conectan la costa con la sierra y que, en períodos pre incas e incas, servían, entre otros muchos fines, para la circulación de la concha Spóndilus, objeto de alto valor económico de la época.

CREACIÓN DEL PNC

El Parque Nacional Cajas fue creado mediante acuerdo ministerial Nº. 203 del 6 de junio de 1977 como Área Nacional de Recreación, para luego mediante acuerdo Interministerial Nº. 0322 del 26 de julio de 1979, establecer sus límites, y finalmente mediante resolución Nº. 057, del 5 de noviembre de 1996, se procede a cambiar la categoría de Área Nacional de Recreación a Parque Nacional Cajas; actualmente tiene una superficie de 28.544 has. El Ministerio de Turismo y Ambiente suscribió con la I. Municipalidad de Cuenca, un convenio de descentralización para la gestión y manejo del Parque Nacional Cajas, el 16 de marzo del 2.000. El 5 de abril del 2002, el I. Concejo Municipal, resolvió delegar a ETAPA las obligaciones y responsabilidades para la gestión y manejo del Parque Nacional Cajas.

RECOMENDACIONES

Para hacer uso del refugio es necesario llevar una bolsa de dormir. Se recomienda utilizar ropa abrigada impermeable, protector solar, refrigerio, bebidas hidratantes y visitar el sitio con guía calificado. Si se lo visita solo, no se deberá alejar de los puntos de partida junto a la carretera o en la zonas de recreación turística y nunca se deberá salir de los senderos, el ingreso al Parque Nacional Cajas es gratuito, tanto para ecuatorianos como para extranjeros. El costo de pernoctar en el parque es de dos dólares para ecuatorianos y de cuatro dólares para extranjeros.

COMO LLEGAR Y ACTIVIDADES

Usted debe tomar el bus de la cooperativa transporte occidental, la compañía tiene dos oficinas localizadas en el terminal terrestre, hora de salida de siete horas, 08:45, 10 horas 30, 12 horas 20, 13 horas 30, 14 horas 45 el costo es de dos dólares hasta la entrada a la Toreadora. Luego de finalizar su visita usted puede tomar cualquier bus que tenga como destino la ciudad de Cuenca. Las actividades que se pueden realizar en el Parque Nacional El Cajas son: pesca deportiva, escalada en roca, acampado, avistamiento de aves, ruterismo y senderismo, el parque ha destinado 12 rutas de recreación turística, cuatro para senderismo fácil y ocho para ruterismo exigente, antes de iniciar su recorrido, infórmese con el personal de guardaparques que es lo más conveniente para su caso. La Pagina Web del Parque Nacional de El Cajas es www.etapa.net.ec

La Gastronomía Cuencana para disfrutarla todo el año

La fiesta y la gastronomía se unen tanto entre nosotros, que casi se podría parafrasear así de popular: “dime que festejas y te diría que comes”. Además, es importante la presencia del maíz en la preparación de muchas comidas en nuestra ciudad, como el tamal, el mote pata, el mote pillo y bebidas, como la chicha, el rosero y el morocho.

Diciembre es ideal para venir a Cuenca. Todo el color de la religiosidad popular y el neobarroco estaría en el 24, en el pase del niño. Sus reminiscencias solares la subrayan el ritual de la chicha brindada a los priostes y a los asistentes, además de pan tradicional de la Pascua navideña.

Navidad y el Año Nuevo son fiestas marcadas por un huésped que se ha mezclado entre nosotros que no era común pero por la migración masiva hacia el país del norte ahora se ha hecho popular hablamos de “el pavo”, una presencia internacional en nuestra comida; y los tamales y buñuelos, ambos tienen como base la harina de maíz. Unos y otros, deliciosos.

El tamal cuencano está hecho de una masa de harina de maíz ligeramente cocida, que se rellena con carne de cerdo, huevos duros y pasas, se le envuelve en hojas de achira y se la cocina al vapor. Un regalo al paladar.

En febrero pese a ser fiesta móvil, normalmente se celebra el carnaval, se baila, come y bebe en abundancia, pero también se mojan las personas

siguiendo viejas tradiciones entre hispanas y locales, sin límites de condición estado. Es la apoteosis del agua.

El mote pata, quizás el rey de los platos típicos, domina la mesa; una densa sopa de maíz pelado, en caldo de carne de cerdo, con pedazos de dicha carne, longaniza y tocino, condimentado con semilla de sambo, una calabaza muy común entre nosotros, tostada, molida y preparada en un refrito de cebolla y leche.

Marzo ó abril se conmemora la semana Santa. Las procesiones del domingo de Ramos tienen un rasgo poco ecológico, pero pintoresco: las palmas tejidas, verdaderas obras de arte popular que llevan a bendecir los fieles, son cada una de ellas, una planta, que se trae desde la regiones cálidas de la provincia del Azuay, cuya capital es

Gastronómicamente es la hora de la fanesca, otra de esas comidas tradicionales, en cuya preparación se usan doce ingredientes, según la tradición, un recuerdo del número de los apóstoles; granos tiernos, el arverja, haba pelada, choclo, frijol; tres clases de calabazas: zapallo, limeño y sambo, también tiernos; arroz, lentejas, achocha, papas, coles; todo se cocina por separado y se lo une y condimenta con la sazón Cuencana, en leche, en la que se acocido pescado seco, y luego se sirve sobre el plato, en una salsa dorada o escabeche. Chumales o humitas, hechos de maíz tierno molido, condimentado con huevo batido mantequilla y eventualmente queso, cocido al vapor, en hojas de pucón que envuelve la mazorca, son el complemento del gran plato central. Cerramos el festín con la torta negra de jueves santo, es una de las recetas más antiguas,

Cuenca.

se supone que viene de la época de la colonia, está elaborada en base a harina de arroz, panela, mantequilla.

Junio es el periodo del Corpus y el septenario: procesiones y ceremonias rinden culto al santísimo Sacramento, a lo largo de siete noches de globos, cohetes, castillos, y todo el repertorio de los juegos de artificio populares, y siete días de bocados dulces, frutos de la pastelería tradicional, dispuesto de mesas coloridas a lo largo del muro sur de la catedral nueva y alrededor del parque Calderón. Un banquete no sólo para el gusto sino también para la vista. Allí están las arepas de maíz, de distintos tonos, la anizadas, las quesadillas, las roscas enconfitadas y de yemas, los alfajores, los panes de viento, los pernilitos de camote y naranjilla, las cocadas, los huevos de faltriquera, los quesitos de manjar de leche y hostia, las bolas de coco, las naranjillas de

zanahoria, las manzanitas de pan de dulce de leche, canela y yemas, las perlitas de piña, las moritas de remolacha, adornadas con papeles recortados que simulan tallos.

De julio a septiembre es buena época para llegar a una ciudad tranquila, por el periodo vacacional. Sin la agitación cotidiana de un pueblo caracterizado por su vocación de trabajo, se goza más de las bellezas de Cuenca; y se puede disfrutar de su comida: la trucha de sus ríos de altura, preparada y servida de diverso modo, en sitios pintorescos cercanos al lugar de pesca, en el camino al sector lacustre de El Cajas; las famosas carnes secas, servidas con mote pillo, maíz cocinado y revuelto con huevo, cebolla, queso y habas, que se asan camino de San Joaquín, una parroquia rural situada a pocos kilómetros del centro de la ciudad, cuna de hábiles tejedores de canastas; la carne de cerdo en

sancocho, chicharrones y fritada, el nombre depende del grado de cocción, los llapingachos, pequeñas tortillas de papa y las morcillas que se expenden en Certag, camino de Gualaceo, junto con los cuyes asados que se servirán con papas doradas, alineados en apetitosas tentaciones, junto a los cerdos cuya cascarita, la piel crocante, se ofrece en numerosos restaurantes populares a lo largo de la avenida Don Bosco, las empanadas de Baños y sus aguas termales a sólo 8 km del centro de la urbe, unas tortillas de harina de maíz, de trigo y choclo, que se preparan en tiestos en el mercado de Gualaceo, regadas por el dulce Morocho, bebida caliente a base de maíz cocido, azúcar y canela o el rosero bebida fría de maíz, azúcar y frutas.

Noviembre celebra la independencia de la ciudad, con desfiles, ferias artesanales, algunas presentaciones artísticas, bailes populares y elecciones de reinas, como en abril, cuando se conmemora la fundación española, fechas antagónicas, históricamente hablando se homologan en el festejo y se solemnizan con grandes comilonas, ya que algunos de los manjares populares descritos y de variadas comidas internacionales que abundan en los restaurantes cuencanos de diversas categorías, en

cualquier momento del año en que quiera usted gozar de Cuenca.

Una nueva fecha conmemorativa hace de este circuito de la fiesta y la gastronomía de Cuenca, en los primeros días de diciembre: el uno de este mes, en 1999, la ciudad fue designada como Patrimonio Cultural de la Humanidad e inscrita en la lista de bienes Patrimoniales de la Humanidad el 4 de diciembre del mismo año, por sus valores arquitectónicos, tradicionales, humanos y artísticos en general.

Actos culturales, fuegos de artificio, música en la noche y estupendas ferias de la comida criolla dan lustre a esta conmemoración.

Como ven ustedes, todo el año es buena época para llegarse a la pequeña ciudad ideal para vivir, rodeada de montañas bajas, que exhiben todos los tonos del verde; fundada en 1557 por los españoles, en un sitio que había sido ocupado desde muy antiguo por pueblos de la región y que llegaría en la época del Incacario a ser una de las capitales del Tahuantinsuyo, con el nombre de Tomebamba, uno de los cuatro ríos que la circunda y embellece.

Restitución de las placas en El

Obelisco “Portete de Tarqui”

Ubicado en la provincia del Azuay, en la división de los cantones Cuenca y Girón a través de la carretera Girón Pasaje.

El Ministerio de Defensa Nacional y la Dirección de Comunicación Social a través del Museo de la Defensa “Casa de los Tratados”, cuyo objetivo es dar apertura a una cultura más humanista, amplia, de nuevos horizontes caracterizados por el incentivo hacia la construcción y consolidación de la paz y la fraternidad entre las personas, las ciudades y las naciones.

Sgop. De A. Olger Mejia Encargado Del Museo “Casa De Los Tratados”

La característica tipológica del Parque de los Héroes de Tarqui y del Museo Casa de los Tratados, constituye la historia objetiva de hechos trascendentales como la Batalla de Tarqui acontecida el 27 de Febrero de 1829, la Firma del Convenio de Paz del 28 de Febrero del mismo año como consecuencia de la conflagración, ha permitido recordar permanentemente, que la paz debe constituir una meta irrenunciable pues ella construye sociedades civilizadas, consecuentes con la diversidad, justas, equitativas y que buscan la realización de una vida digna con empatía entre los seres humanos y la naturaleza; solidarias con los más vulnerables; es decir, el cuidado diario con acciones y no con palabras.

Este sentido del buen vivir, propone un acercamiento con las autoridades, instituciones públicas y privadas que puedan apoyar a la cultura, considerando que el principal mensaje de estos espacios históricos debe enfocarse a la construcción colectiva de una sociedad más justa cuyos referentes son –entre otros- los hechos históricos.

En este contexto, es plausible la labor del Ministerio de Defensa, que se encuentra preocupado en ofrecer valiosos espacios, como es el caso del predio del Portete de Tarqui, donde se puede plasmar el arte en sus diferentes manifestaciones (conciertos de música libertaria, escenas de teatro, música, danza, entre otras) así como eventos cívicos, culturales históricos permanentes, como lo constituyen las ceremonias castrenses que se desarrollan en este bello paraje histórico.

El Museo de la Defensa “Casa de los Tratados” en articulación con la Empresa Dundee Precius Metal, brinda el apoyo incondicional, con la donación de cuatro placas históricas, con los textos que llevan las mismas leyendas que las anteriores, de acuerdo a documentos históricos que así lo certifican, ya que muy comedidamente el Lcdo. Ángel Vera permitió tomar datos de su tesis de grado, previa autorización de la Universidad Católica de Cuenca, de esta manera se pudo devolver su valor histórico al obelisco colocando las placas que contienen los textos originales. Al colocar estas nuevas placas el mensaje y reconocimiento perdurará para las futuras generaciones y se puede contar con lo que en ellas rezaba de manera original y que fueron sustraidas.

Se contó con la colaboración de la Tercera División de Ejército Tarqui, la Brigada deArtillería Nro. 27 “Portete”, el Grupo de Artillería Autoremolcado Nro. 79 General PINTAG

Las leyendas de la cultura popular forman parte del folklore de nuestros pueblos, en la imaginación fantástica de nuestros habitantes que recrearon los sucesos cotidianos en extraordinarios cuentos que por lo general eran también complementados con la imaginación, prevaleciendo en ellos las épocas inmemorables de lugares y personas que las vivieron, llegando en ocasiones a considerarlas como verdaderas.

Sucesos que quedan como relatos históricos que deben ser recordados y guardados para la eternidad.

De los muertos y velorios de antaño...

Dicen que la muerte es una ganancia, de modo que se puede concluir que los hombres reciben un ascenso cuando se mueren, lo que es yo, tengo terror que me asciendan de vivo a cadáver.

¡Dichosos los que mueren gordos porque ellos no defraudarán a los gusanos!

Ello es que un buen día se murió una viejita. Nadie se atrevió a lanzar los gritos de estilo, porque era necesario antes correr a Santo Domingo, para hacer doblar las campanas, asi era como llamaban a la gente para el cortejo fúnebre, que anuncia al vecindario la muerte de cualquier prójimo. Ni el mismo Hércules se le hubiera ocurrido doblar una campana, hasta por lo incómodo del aparato. Sin embargo, aquí en Cuenca, legados y sacristanes cometen a menudo tan estupenda hazaña.

Al primer badajaso, los deudos de la difunta prorrumpen en los ayes de amargura contenidos hasta el momento, pero son hallados con víspera. Entonces ese llanto y crujir de dientes, las niñas se desmayan por turno, en orden de estatura y en la cocina a preparar grandes pilas de la tradicional agua de Toronjil.

Esta singular hierba llamada toronjil, que es como dedo de Dios para los nervios, se conserva en todos los lugares a prevención de cualquier

acontecimiento fúnebre, como matrimonios, casamientos y velorios. Pero en caso de qué se produzca un muerto, la mágica medicina tiene que ser provista por todo el vecindario que acude presuroso al conocer la fatal noticia. No es admisible que en el barrio no se vaya presurosamente, con gatos y garabatos, a la casa del duelo.

Entonces ocurre uno como terremoto, las personas de ánimo más sereno vuelan donde el arquitecto de los ataudes, propietario además de columnas, cortinajes, trapos negros y ángeles del dolor en todas las posturas. Según la categoría del difunto, el arquitecto recomienda tal o cual compostura, cortinas con filo dorado y Ángeles con chaqueta o angina de pecho, según se están magullando la cabeza o tanteandose los pulmones. A precio más alto corresponden a Ángeles con mayores muestras de dolor, con los ojos cerrados, las mejillas pálidas y las alas caídas. El máximo de la pena son los ángeles desplumados como gallinas con mal de la pepita

Lo que no entiendo es el porqué de este trágico dolor de los angelitos que deberían sentirse contentos con la muerte de un cristiano, ya que ellos como más antiguos podrían ocupar a las almitas como ayudantes de cocina o como custodios suplentes o mandarles a encerar el piso de la inmensa grada que hay para subir al cielo.

El atagüero llega radiante de gozo seguido por dos o tres longos malcriados que en la casa de duelo comienzan hacer de las suyas.

Familiares, vecinos y curiosos se aprestan, bajo la batuta del atagüero, a cargar mesas, transportar sillas, guardar las monturas viejas y esconder las bacinilla.

Este ajetreo se llama la compostura del velorio, en donde el pobre muerto permanecerá una noche entera oyendo las tonterías que disparan cuando acuden a consolar a la atribulada familia.

El dolor de los deudos no fuera tan grave a no ser por las impertinencias de las visitas y los condolidos que van llegando en interminable procesión para adueñarse de la casa y preguntar cuantas brutalidades puede figurarse la mente humana.

-¡Pobrecita!

¡y mujer joven todavía muere!

- no era tan joven que digamos, casi iba por ahí con mi finada.

¿Y de que mismo se muere?

- No seee... el rato menos pensado pasan las desgracias.

- Ayer nomás ha estado buenita. Ella mismo con su propia boca ha pedido caldito de fideos y arrocito con leche.

- Bien dicen boniticas, que la muerte no golpea a la puerta.

- Asimismo es esta enfermedad, bien traicionera…

- ¿Y de qué mismo se muere?.

- De lo mismo que la comadre Rosario.

- ¡Ay! ¡mamitica!

- De gana se equivocan tanto los médicos.

- Yo si dije, esto es cosa de la pulmonía pulmonar.

- No ha de ser sólo la pulmonía. ¿No ves que cuando se complica el riñón?....

- Así dicen los entendidos.

- Pero la agüita de hierba Luisa es bien buena. Así mismo estaba la...

- No había cómo darle porque es cálido y cuando los calores están oprimidos.

- Segurito que se complica con el intestino y el ataque...

- El corazoncito le estaba sonando tun, tun, tun cosa de oírse clarito al cuarto de mi Alberto.

- ¡Santo Dios! pero hasta allí nomás es todo.

- Diga: el muerto es muerto. ¡La familia es la fregada!.

- Pero si dizque deja platita y buenas joyas.

- ¡Ay! si con la plata se librara uno de las penas ¡señora Juana!.

- Pero peores penas también y pobreza también. ¡Dos trabajos!.

- ¡Mamitica! Harto acompañamiento a detener.

- ¡Pero claro! Tantas amistades y también que está la familia. Ni digamos ahora con el nuevo gobierno.

- A mí me contaron que es expuesto que venga el gobernador.

Y mientras se desarrollan estos largos diálogos del comedero, la noche en figura de deudo bosteza en un ángulo del cuarto. En otro rincón, dando de dormir al borracho, que es obra de misericordia, dos compadres roncan su interminable gor, gor.

A la medianoche se sirve caldo de gallina a los acompañantes, y durante toda la función aún menudeado los drakes y las aguas hervidas, para demostrar que el hombre es el único animal que bebe sin tener sed, por fin a las cinco de la mañana la pobre difunta descansa en paz…

El que quiera saber lo que ocurre después, concurra al próximo velorio y acompañe al muerto hasta un poco antes de llegar al cementerio.

Las brujas de San Roque ...

Eulalia Moreno de Dávila

Informantes: Julio Ramírez, edad 82 años y Alejo Llivipupa, edad 95 años.

¿Crees de brujas, Garay? Dije a mi viejo criado, no señor, porque es pecado. …Pero de habérselas, si las hay

(Copla popular anónima)

Hace muchos años, cuando todavía no existía la luz eléctrica, las brujas de San Roque durante las noches de luna llena se iban por los aires montadas en sus escobas hacia la ciudad de los mil campanarios y calles desiertas, sólo en contadas ocasiones las veía unos que otros borrachitos que se habían quedado dormidos en las veredas y se despertaban asustados con el ruido de sus voces porque las brujas mientras volaban iban repitiendo.

- ¡De valle en valle!. ¡De Villa en Villa!. ¡Sin Dios ni la Virgen María!.

Atravesaban a 20 m del suelo el puente del Vado y así en devandada se dirigían primero al barrio de San Sebastián para visitar a las Zaldúas, las hechiceras más importantes de Cuenca, con el propósito de aprender nuevas recetas y filtros amorosos. Las Zaldúas sabían de todo, los males de las gallinas y conjuros de sus enemigos y tambien hacían que el granizo acabe con los coles y lechugas de las huertas de sus enemigos. Dicen que eran las más entendidas para curar el mal de ojo y el espanto de los guaguas con: “los pases sobre el cuerpo del enfermito de la caja de fósforos, el sucre, los clavos de acero, el huevo del día, sacudiendo de tanto en tanto los atados de ruda, altamisa, romero, floripondio, el soplo del buche de trago en la cara del elogiado y las tres cruces de ajo y ceniza en la frente, en el pecho, en la mitad de la barriga. ¡Y santo remedio! el guagua dejaba de llorar en el acto”.

Eran las únicas que tenían las imágenes de los santos negros: San Gonzalo Grande y San Gonzalo Chico, los siete perros gordos, descendientes directos de los antiguos allcus, anteriores a la conquista que nunca ladraba, tenía un color desvalido casi sin pelo y lunares en el lomo; servían para calentar los pies a las Zaldúas en las noches heladas de julio y agosto; los gatos negros de ojos fosforescentes que dormían sobre las vigas ahumadas de la cocina, a una orden de sus dueños “saltaban sobre el cogote de los curiosos, clavándoles las uñas entre espantosos maullidos”.

Cuentan que la “mamá Miche quiteña” fue a buscar a las Zaldúas para que deshagan el hechizo de su hija Rosa Mercedes que tenía un puesto de papas cañarejas en la plaza de San Francisco frente a la “Culibronce”. Como le estaba quitando a la clientela un sábado a la una de la tarde la “Culibrónce” le hizo la brujería con un plato de puerco hornado y mote, la Rosa Mercedes casi enseguida de comer cayó con ataques echando espuma por la boca quedando después como ida y sin poder moverse. La “mama Miche quiteña” entregó a las Zaldúas unos zarcillos antiguos con oro y perlas “dormilonas disque era” la Rosa Mercedes se recuperó a poco aunque no duró mucho porque a los tres meses la enterraron y la “Culibronce” que había sido también una bruja bien bruja se quedó solita en el puesto de la Plaza fue la única vez que alguien pudo a la Zaldúas.

Después de visitar a las Zaldúas, las brujas de San Roque se dispersaban por rumbos diferentes: a Santo Domingo, al Cenáculo, San Sebastián, a San Blas, a la Catedral Vieja, a la misma Catedral Nueva hasta sus torres más altas pintadas de azul y blanco, a Maria Auxiliadora, al Vergel, pasaban de nuevo el río Matadero a veces bajo el puente porque ya estaba amaneciendo, el Yanuncay, el Tarqui y de allí a Turi, al Valle de un lado a otro, de arriba abajo montadas en las escobas, para reunirse al fin en una cueva bien grande, unos decían que era en el Boquerón, otros en los cerros del Cajas, y besar entonces el rabo del diablo que les estaba esperando en forma de chivo con cachos y barba, de la que se escurría como un aceite con el que las brujas se frotaban la cara, los brazos y las piernas y servía para hacerles volar más rápido y a veces volverlas invisibles. Las brujas se reunían en la cueva los martes y viernes de luna llena y regresaban con el primer canto de los gallos a San Roque untadas con el aceite del diablo repitiendo nuevamente:

- ¡De valle en valle!. ¡De Villa en Villa!. ¡Sin Dios ni la virgen María!.

Se podía hacer caer a estas mujeres del diablo y atraparles de varias formas: poniendo en el patio o en la huerta una lavacara llena de agua y unas tijeras abiertas con las puntas para arriba, pararse quietito y extender los brazos en forma de cruz, como también dejar caer un rosario y detente en el suelo. Así pasó con una de ellas que cayó en una vuelta a la subida del Padrón, pero como recién estaba clareando sólo pudieron verla que se levantó medio reenguiando y se escondió en la higuera que estaba junto a la tapia, cuando fueron a verla no encontraron a nadie.

Alejo Llivipuma recuerdas esos tiempos de soldado allá por 1912 que una noche cuando con otros compañeros hacia la guardia cerca de San Blas oyeron reír como una bruja encima de sus cabezas.

“Se reía una lindura con el diablo, sostenida en el aire con una escoba entre las piernas, pusimos un escapulario en el suelo, cae allí junto a nosotros, se sienta y dice:

- ¡Ay señores! no sean malitos, cuidado en ir a avisar lo que me han visto volar ya no he de hacer más.

Entonces estando en eso, dice, les voy a regalar unos zarcillos. Unos zarcillos de oro así que recibimos y subimos calle arriba en dirección a la cantina del señor Naranjo, se levanta, nos da el traguito -y ahora paguen dice- Yendo a pagar nos encontramos que los zarcillos se habían vuelto majada de vaca.

Viéndonos asustados el señor Naranjo dice, -Esto les debe haber dado una bruja, ella vive años aquí en San Blas-. Ella era buena cocinera hacía cal do de borrego, caldo de patas, esto era cuando había allí una plaza de ganado y en la época en la que la bajada del puente del Vado era descanso de leprosos y lázaros que iban con unos lindos caballos blancos.

Septiembre de 1994.

La persecusión del anima ...

Ocurrió en un caserío de la Provincia de Azuay

Esta historia tiene como escenario un caserío situado en las estribaciones occidentales de la provincia de la Azuay, se encuentra basada en el testimonio de Miguel Pozo Vinces, que en los años 80 se desempeñaba como médico rural en el sitio cercano al lugar de los acontecimientos. Consideramos necesario poner de manifiesto a los amables lectores que en el procesamiento de la información nos hemos ajustado con fidelidad casi absoluta a la versión y estilo originales.

Desde hace tres semanas la familia Pacheco vivía aterrorizada, todas las noches, a las doce en punto el ánima llamaba a las puertas de la casa, tres golpes secos que resonaban por todos los rincones, llenos de pánico se asomaba a las ventanas y desde ahí la contemplaban, en medio del patio como si estuviera aguardándoles, luego le veían cruzar el puente de caña guadua por el camino que iba a los cafetales hasta desaparecer finalmente entre los árboles de mango y guayabas.

Ya nadie podía pegar los ojos, las dos últimas guaguas hijas de Félix y la Zoila, se iban secando a ojos vista; la Carmen una guambra de Patul casada con el José Antonio, el hermano menor del Felix y embarazada de cinco meses, tenía miedo de malparir y lloraba a gritos, la abuela aseguraba una y otra vez que era el ánima en pena de su difunto marido.

- A lo mejor quería avisar dónde estaban las esterlinas que cuando vivo tendía a secar al sol en una estera y parecía a los lejos un pequeño montón de maíz amarillo.

El Félix y el José Antonio decidieron entonces ir hasta Sanaguin para buscar a Taita Balta, especialista en ánimas. El sábado se levantaron de madrugada para ensillar las mulas, las mujeres no querían quedarse solas.

- Esa misma noche volvemos con el viejoles dijeron.

- Tendrán preparado un buen caldo de gallina.

Regresaron como a las siete en compañía de Taita Balta un viejo chiquito, betoso, cubierto de cicatrices y lleno de escapularios y detentes, con ellos venía también el médico de la rural que estaba haciendo sus prácticas en Sanaguin al que habían ofrecido una parte del tesoro si ayudaba a perseguir al ánima y curar de susto a la familia Pacheco. La abuela salió a recibir a los invitados y les condujo al cuarto grande con piso de ladrillos y paredes forradas de periódicos viejos, en una de ellas, junto a las estampas de la Virgen de la Nube y San Vicente Ferrer, había colocado una fotografía de su antiguo marido. A la luz de las velas, pudieron ver la cara de la supuesta aparición “la piel pegada a los huesos, pelo blanco y enrisado, ojos pequeños feroces y un bigote grande. Al compararlo el médico comentó con Taita Balda:

- Si solo al ver la foto da ganas de salir corriendo. ¡Cómo será el muerto!.

El entendido en ánimas, con un rosario y un frasco de agua bendita en las manos, empezó sus conjuros:

- Ánima bendita, te pedimos en nombre del Dios todopoderoso que nos avises lo que tienes que decirnos pero no nos hieles ni nos enfríes.

Al escucharlo desde la cocina la Zoila y la Carmen se pusieron a temblar, estaba como aleladas no atinaba ni siquiera retirar las ollas de la candela, peor a servir la merienda, hasta el joven médico se sentía asustado, entre sus cosas había traído “!por si acaso tranquilizantes para los nervios una botella grande de aguardiente y una buena linterna!”.

Después de la comida se reunieron en la sala para esperar al ánima, entonces comenzó la tembladera, se tomaron todo el aguardiente y las pastillas para los nervios… Al filo de la medianoche se oyeron los tres golpes consabidos en la puerta, los dos perros que habían estado durmiendo bajo la mesa de la cocina salieron disparados en un solo ladrillo”. El Jose Antonio se asomó al patio.

- ¡Ya está aquí el ánima! ¡al lado de la cerca!

Toditos salieron en un abrir y cerrar de ojos, hasta los guaguas de la Zoila bien agarrados de su falda. El ánima parecía flotar lentamente, a 20 m del grupo, en dirección al río como un bultito blanco en la oscuridad y hasta parecía tener una aureola rodeándole la cabeza. Se adelantó taita Balta con su rosario, detentes y escapularios.

- ¡Ánima bendita!. ¡En nombre del Dios padre, Dios hijo y del Dios espíritu Santo, te ordeno que nos digas si sóis de este mundo o del otro! . ¡Te venimos ayudar!.! Avísanos lo que tienes que decirnos!. Pero no nos hieles ni nos enfríes.

El miedo adueñó de todos los presentes, los perros aullaban despacito y el Félix como paralizado, con el machete en la mano, se oye entonces la voz del médico:

- ¡Yo le pongo la linterna al ánima!.

- ¡Nooo, nooo! -gritan los otros- Nos vamos a quedar helados como los difuntos.

Hubo un forcejeo entre José Antonio y el médico, pero éste se logró zafar no sé cómo y desde la oscuridad con su linterna de cuatro pilas enfocó

directamente al ánima; descubrieron entonces que tenía un pantalón café y botas negras de caucho.

- ¡Traigan un machete, carajo! - dijo Taita Balta.

El ánima echó a correr como se lo llevara el mismo diablo y los otros, llenos de coraje, atrás… atrás… en medio de los cafetales. Atravesó el puente, se agachó un momento para coger los palos de caña gadúa y arrojarlas al río, perdiéndose entre los árboles de mangos y guayabas.

En vista de lo cual, como no podía hacer nada más, los Pacheco, Taita Balta y el médico volvieron a la casa, las mujeres sirvieron el caldo de gallina que habían estado hirviendo en el fogón.

La Carmen y la Zoila, “unas cholas muy guapas”, se desvivieron por atender al médico y pusieron en su plato las mejores presas, destinados inicialmente para el viejo, entendido en ánimas, menudearon las conversaciones, los tragos, las risas “y esa noche, como si se les hubiera quitado un gran peso de encima todos durmieron a pierna suelta”.

Al día siguiente se levantaron como a las nueve, cuando el sol estaba ya alto en el cielo, Hacía calor y sacaron la mesa de la cocina al patio para tomar el café, en eso vieron pasar al vecino Manuel Escandón que desde hace mucho tiempo quería comprar por la nada el capital de los Pacheco y venía insistiendo una y otra vez con su propuesta.Taita Balta le quedó viendo y dijo:

- ¡Fíjense pero fíjense bien Pachecos y pelen el ojo el sujeto tiene el caminado del ánima.

Jose Antonio entró a la casa en busca de su machete y se despidió diciendo:

- Ya mismito vuelvo sigan nomás tomando el café.

- Cuando regresó, al cabo de bastante rato venía contento: fui a espantar a unas ardillitas que estaban acabando con los sombríos, no han de aparecer por aquí en un buen tiempo ja ja ja ja ja el vecino Manuel tampoco.

Cuando el cura se convirtió en diablo...

Cada semana era lo mismo, todos los viernes por la noche empezaban a llenarse las cantinas y cuando no había donde poner un pie sacaban las mesas a la plaza que quedaba frente a la iglesia. Bebían todos por igual hombres y mujeres, viejos, jóvenes, las maestras de la escuela, el teniente político, el sacristán, los blancos, los indios, los chazos y según cuenta hasta las mismas monjas no se hacían de rogar, la gente de los caserío cercanos acudían en tropel a participar de la fiesta como si el mundo fuera a terminarse al día siguiente:

Bailemos nomás, bailemos ya que Dios ha dado vida puede ser que ya prontito ya nos toque la partida.

Informante: Humberto Delgado exteniente político del cantón Mendez

La música todo volumen, los cantos aguardentosos, el baile, los gritos, las peleas duraban hasta que el cuerpo aguante, que quería decir hasta el domingo por la tarde; pero mientras tanto entrecomillas había que ahogar las penas no sea que las bandidas aprendan a nadar cierro comillas, trago va, trago viene, salud compadre a la suya comadrita.

Ahora si estoy con gusto. Ya no siento la pobreza. Porque estoy con los amigos. Y aguardiente en la cabeza

Pero cuando en la misa de los domingos, la iglesia empezó a quedarse cada vez más vacía, el cura párroco perdió la poca paciencia que le quedaba y decidió disfrazarse de diablo, para ello prendió viernes por la tarde los altoparlantes que tenía puestos en el campanario y vociferó.

Hay de este pueblo que tiene los oídos sordos como la piedra, que no quiere escuchar la palabra divina porque su corazón está dañado, podrido, maloliente, a causa de tantos pecados. Si continúa así, sin ir a la iglesia, ni confiarse, gastando la plata en el vicio, en el trago, sin entregar las limosnas para las obras de la parroquia, vendrá el mismísimo Satanás en persona para llevarlos al infierno. ¡Oigamos bien! El rato menos pensado, bajará del cerro por el camino de piedras ¡el diablo!... ¡el cachudo!, para cargarles a todos en cuerpo y alma.

Repitió el mismo mensaje el sábado por la mañana y el domingo al atardecer.

El día lunes comenzó sus preparativos, se consiguió primero 1 caballo negro de una hacienda cercana, propiedad de los salesianos, desde Mendez pidió por teléfono a su sobrino de Cuenca que le envíe el disfraz completo del diablo con cachos y cola, con el que había participado recientemente en una comparsa el 6 de enero, el jueves al mediodía tenía el paquete ya en su poder. Al día siguiente de mañanita, sacó el manto de un armario, los cohetes de la sacristía, arrancó las puertas de la iglesia, echó llave a la del convento y se fue al cerro montado en el caballo negro de los salesianos. Luego de almorzar, ocupó algunas horas en disfrazarse de diablo y cuando empezaba a caer la noche de este viernes 21 de enero, bajó al galope tendido por el

camino de piedras reventando cohetes a diestra y siniestra.

Mientras tanto, en el pueblo mal iluminado las gentes habían comenzado a reunirse en las cantinas, oyeron de pronto el sonido de los cohetes, salieron para averiguar lo que pasaba y vieron entonces la veloz cabalgadura con su jinete diabólico que cruzaba frente a ellos. Corrieron hasta la iglesia y el convento pero nadie respondió a sus desesperados golpes. Por primera vez en mucho tiempo esa noche no hubo fiesta, ni borrachos, ni música, ni baile, “hasta los dueños de las cantinas se fueron tempranito a sus casas a tomar agua de Toronjil para el susto”.

A las ocho de la mañana del sábado una multitud llena de pánico se había reunido a la puerta de la iglesia.

-¡Padrecito! ¡padrecito! Abra queremos entrar ¡perdón por nuestros pecados! ¡el diablo! ¡el diablo vino anoche!.

El cura desde la ventana de convento había visto ya la gente y escuchaba el griterío, no tenía ninguna prisa, mientras más tardaba en abrir la iglesia, mejor. Hay que darles, de una vez por todas, una buena lección. Bajo las gradas lentamente, fue a la sacristía, se revistió con sus ornamentos, sagrados y paso a paso se dirigió a la puerta de la iglesia para quitar la tranca, abrió la puerta de par en par y se dirigió por fin ala muchedumbre.

- ¡Qué pasa!, ¡por qué tanto alboroto!, ¡que han visto al diablo!, ¿no les advertí lo que iba pasar la semana anterior?. Pero no me hicieron caso y siguieron en sus diversiones pecaminosas, borracheras, escándalos.

Ahora se ha hecho presente el castigo divino y tiene miedo de qué aparezca otra vez el maligno.

Durante la misa la iglesia estuvo de bote en bote, atendió en el confesionario hasta las dos de la tarde y fueron necesarios cuatro canastillas para dar cabida a las limosnas de los recién convertidos.

Cuando el cura se retiró muy fatigado pero satisfecho a descansar le asaltó una duda.

¿Y si al cabo de algunos días, una vez pasado el susto, regresaban nuevamente a las antiguas andanzas?.

No podía devolver aún el disfraz al sobrino porque el diablo tendría que bajar otra vez del cero.

Efectivamente, al cabo de dos semanas ya nadie se acordaba del jinete diabólico en su veloz y negra cabalgadura que echaba fuego y los antiguos pecadores volvieron a divertirse como nunca, los hombres cantaban en coro al son de las guitarras:

No puede ser, señor cura Su anuncio no nos da miedo hay que gozar de la vida con ganas y sin recelo. Y las mujeres, muertas de risa, les contestaban:

Maridito no te hagas mucho tiempo el descuidado que al vecinito de al lado me ve, y se le van las babas.

El diablo tiene que aparecer otra vez, pensó el cura, pero ahora si el susto les va a durar toda la vida. Sin embargo nunca pude imaginar que en la primera visita, del diablo, al Joaquin Suquinaula, un peón de la hacienda de los salesianos, creo reconocer al caballo de cuando la gente comenzó a gritar:

- ¡Ya viene el diablo de nuevo!.

Joaquin Suquinaula, quitándole la ropa se untó todito él con manteca para que no pueda agarrarle el demonio y corrió a esperarlo tras una cerca, cuando pasó junto a él, sujeto al caballo de la jaquima, alzó la vista y reconoció al jinete:

- ¡Adiós no ha sido nada el diablo, sino el taita curita!.

El bien intencionado párroco al verse descubierto, solicitó a la curia su traslado a otro lugar y a los pocos días abandonó el pueblo para siempre.

Agosto de 1994

Santa María del Vergel

Esta iglesia fue construida en 1961 en sustitución de la inicial, destruida por la creciente del río Tomebamba en abril de 1950. La construcción es moderna y muy curiosa pues está hecha en el estilo de las edificaciones religiosas de las misiones españolas del suroeste de los Estados Unidos; es decir algo legítimamente hispanoamericano pero no propiamente andino.

Los muros son de ladrillo y las cubiertas de las aguas de teja artesanal. La nave de la iglesia posee contrafuertes que reciben las cargas transmitidas por los arcos de medio punto hacia el terreno. La torre de campo del campanario se eleva algunos metros del nivel de la cubierta, posee cuatro ventanas una a cada lado con barandales de madera. La iglesia en su exterior adopta una modalidad cromática que destacan los vanos y los enmarca.

Aproximadamente en 1980 se amplió un espacio lateral en la zona del altar para albergar un mayor número de fieles. Posee dos accesos, el principal hacia la avenida 12 de abril y un lateral que comunica directamente con la plaza que hace de atrio de la iglesia.

Exposiciones en el Museo Casa de Los Tratados del cantón Girón

En el Museo “Casa de los Tratados” del cantón Girón, con motivo del Día de la Mujer se realizó una ceremonia cívico-militar en donde asistieron autoridades Militares, Civiles y Eclesiásticas en las que se exalto y felicito a la Mujer.

Este evento también contó con una exposición denominada Artesanías la Warmi Historia y Anecdotas,llamada así ya que fue una muestra de trabajos de muchas Warmis, de diferentes generaciones, sus tesoros delicadamente elaborados, maravillaron a quienes tuvieron la dicha de apreciarlos.

Sgop. De A. Olger Mejia Encargado Del Museo “Casa De Los Tratados”

Sabemos que la creatividad es un impulso del alma y, el arte su manifestación, es una antorcha que pasa de mano en mano; así que, la tarea de ellas consiste únicamente en quienes porten esa antorcha y entreguen a la siguiente generación.

Es así como, con gran evidencia el “ate de tejer “, ha descendido de bisabuelas, abuelas, madres, hijas, nietas, biznietas.

Ellas dejan entonces un legado de compartir con las nuevas generaciones este saber y hacer que se remonta a un pasado que se oculta en la memoria de un pueblo que ha sabido preservar su cultura y defender este conocimiento de las inclemencias del paso del tiempo.

Es deber, de las actuales generaciones compartir y traspasar esta forma de arte y deja que este rio que fluye, llegue a nuevas manos.

El arte de tejer es más que algo físico, es un lazo que les junta a a cada una de ellas que vienen desde antaño realizando estos trabajos.

Además, es un lazo que teje el amor entre toda la familia un símbolo de unión que se plasma en cada uno de los bordados, por ello la Ing. Aida Abril Ex directora ha cedido su patrimonio para que se pueda conocer y se teja un bordado de esperanza e inspiración para que la antorcha siga brillando y más jóvenes compartan el arte.

María Mercedes Illescas 100 Años de Vida

María Mercedes Illescas nació en la parroquia del Sagrario de la ciudad de Cuenca Ecuador el 16 mar zo de1924, tuvo una niñez muy triste quedó huérfana a temprana edad, se vió en una situación de vivir en el Orfanato Miguel León en Cuenca.; a sus dieciséis años salió a vivir donde una tía enfrentándose a una vida llena muchas responsabilidades a su temprana edad.

Se casó y tuvo dos hijas Nelly y Cecilia, cuales tuvo cinco nietos los mismos que tuvieron cinco biznietos, que alegran la vida de Merceditas.

Ingresó a trabajar en Mercantil Tosi como obre ra durante 45 años obteniendo su jubilación patronal dis poniendo hasta el momento de este derecho adquirido.

Es una persona admirable e independiente un orgullo de toda la familia y amistades que han sabido reconocer el valor de su persona.

En su cumpleaños No.100 la vemos con amor y con un cariño inmenso y su familia aspira que los acom pañe muchos años más.

Felipe II
CornelioMerchán

Revista Cuenca Ilustre se exhibe en El Museo Casa de Los Tratados de Girón

En el marco de la conmemoración de los 467 Aniversario de la Fundación Española de la ciudad de Cuenca, Patrimonio Cultural de la Humanidad, su director el Sgop. De A. Olger Mejía en coordinación con la exdirectora del Museo la Ing. Aida Abril solicitan al Ing. Patricio Miller Director y representante de la Revista Cuenca Ilustre su participación en esta exposición del histórico y la presentación de todas las ediciones publicadas de la Revista Cuenca Ilustre a los largo de estos 28 años de trayectoria cultural y turística.

Esta solicitud fue aceptada y así es como nace esta muestra museográfica de Revista Cuenca Ilustre que estará presente y se la exhibirá desde el 8 de abril al 20 de este mes en el marco de la conmemoración de las fiestas de fundación de Cuenca.

Aquí cabe señalar una breve remenbranza de este medio de comunicación que se ha mantenido por un lapso de 28 años incólume como un homenaje en la conmemoraciones patrias de la ciudad de Cuenca. Nace en 1994 como un homenaje a la ciudad de Cuenca, en sus festividades de Fundación e Independencia. Su objetivo fundamental se centra en lograr una concienciación ciudadana referente al rescate y preservación de los valores intrínsecos de nuestra cultura, reflejada en su historia, tradiciones y recursos turísticos únicos de nuestra ciudad, provincia y región austral.

Su orientación está dirigida a un lector amante del mundo de la cultura en sus múltiples aspectos: historia, turismo, ecología, entre otros. En definitiva, Revista Cuenca Ilustre se constituye, sin lugar a dudas, en un atractivo medio de difusión y promoción de nuestros valores culturales llegando a todos los sectores de la población con un lenguaje

ameno, claro y convincente.

Esta revista contiene una variedad de temas que van desde la historia de la ciudad, la provincia, su cultura, paisaje hasta el sabor de sus tradiciones en las festividades, en los barrios, en sus parroquias y cantones.

Revista Cuenca Ilustre es el fruto del trabajo de un grupo de profesionales que aman a su terruño y desean dar a conocer a la ciudad, al país y al mundo las bellezas tangibles y no tangibles que adornan a esta hermosa urbe, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Los esfuerzos para editar esta publicación han sido arduos, más, el deseo de lograr sus objetivos ha superado todo obstáculo llegando a mantenerse estos 28 años sin interrupción.

Revista Cuenca Ilustre es una publicación semestral editada, bajo la dirección del Ing. Patricio Miller Q. Muchos de sus artículos, como la revista misma, han recibido reconocimientos como tam bién premios a nivel nacional como internacional, en diferentes ferias de turismo como ser la recorda da Feria Internacional de Turismo FITE 2008 - 2009 - 2015 como una de las mejores revistas de turismo y cultura del Ecuador y últimamente el premio Iñay 2022 Guayaquil categoria Revistas de Turismo.

Llegando a distintas partes del Mundo como las Ferias FITUR en España, ANATO en Colombia, FIT BOLIVIA en Bolivia, FIATUR en Argentina, BONIOTUR en Cusco Perú asi como invitaciones a vitrinas turísticas en Brasil, Perú, Costa Rica, Méxi co, Cuba, Chile y los Estados Unidos de Norteamé rica.

Revista Cuenca Ilustre, una revista de Cuenca para el Mundo.

Revista Cuenca Ilustre, un aporte al desa rrollo cultural de la región y de todo el país.

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