Número 146 • Enero 2023
Melancolía invernal que evoca al arte por silvia palacios
Allegro primavera por tania pérez
Entre líneas- Ceniza en la boca: Travesía de los recuerdos por victoria salado íñiguez
El arte del estío por jorge flores
Voces ICL- Salón de Invierno: adentrarse en propuestas emergentes por benjamín hurtado ramírez
De artista a artista por brenda orozco, brelorhd
De Perfil-Julieta Escobar: una artista fiel a su ser por edgar a. aguirre vega
El Sitio- Comer es más sabroso en Colectivo por jorge flores
Yollotzin, collage de sonidos
Dulce Brujería: una historia de amor y magia
Agua la bocaDías de garbanzos por maría luisa vargas san josé
El otoño llama a la esperanza por edgar a. aguirre vega
El EspecialHacer comunidad a través del arte por silvia palacios
Narrativa BreveCafé, tostado y colado por iván medina
alternativasedicion@gmail.com correo
Rollos veladosCinematografía de temporada por miguel domínguez
Instituto Cultural de León Revista Cultural Alternativas facebook
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Al cierre- Llega la segunda edición de BARCO por jorge flores
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Recomendaciones Alternativas por staff alternativas
NÚMERO
STAFF ALTERNATIVAS
EDITORIAL
Tania
Pérez directora editorial
Silvia Palacios editora
Esaúl Córdova director de arte
Yolanda Gutiérrez de Velazco publicidad
Karen Méndez, Ruy Muñoz diseño
Edgar Aguirre corrección de estilo
Jorge Flores redacción
Victoria Salado asistente
Hugo Martínez, Isaías Álvarez, Francisco Velázquez, Ulises Rojas, Alexis Sañudo distribución
Las estaciones del año siempre han sido motivo de inspiración para las y los artistas: retratar los paisajes nevados del invierno, plasmar los momentos floridos de la primavera, enmarcar las típicas actividades veraniegas y llevar al lienzo, la pantalla, las letras o la música, las escenas otoñales.
Con los años, los seres humanos hemos aprendido a apreciar y ‘congelar’ en obras esos detalles que reflejan la vida; es por ello que este número lo dedicamos a las estaciones en el arte. A través de un recorrido por éstas, rememoramos obras de Van Gogh, Goya, Monet, Stravinsky, Ella Fitzgerald y Louis Armstrong, Pablo Neruda y más.
De igual manera, te llevamos por un recorrido gastronómico alegórico al tema y te damos a conocer el Salón de Invierno, proyecto de la Escuela de Artes Visuales Antonio Segoviano, en la nueva sección Voces ICL.
DIRECTORIO ICL
Alejandra Gutiérrez Campos presidenta municipal de león
Mtra. Iret Vallejo Estevan presidenta del consejo directivo
Mario Alberto Macedo encargado de despacho de la dirección general
José Luis Rodríguez director de desarrollo académico
Mónica Jiménez directora de desarrollo artístico y cultural
Verónica González Moreno directora de administración, finanzas y asuntos jurídicos
José Antonio Alvear director de fomento cultural y patrimonio
Roberto Landeros director de infraestructura y servicios operativos
También estrenamos Recomendaciones Alternativas donde, número con número, el staff de esta editorial te dará diversas opciones artísticas que podrás disfrutar y que son referentes al tema central.
Así, querido lector y lectora, iniciamos un año más con toda la actitud para llevarte nuevos temas, nuevos artículos y nuevas historias.
Una edición del Instituto Cultural de León. Plaza Benedicto XVl, s/n, León, Guanajuato, México. Tels: 477 716 4001 y 477 714 0326.
Tiraje enero 2023: 2,000 ejemplares. Impreso en papel bond de 75 gramos con portadas en couché de 250 gramos.
La dirección editorial de Alternativas no hace suyas las opiniones de sus colaboradores pero sí defenderá donde corresponda su derecho a la libertad de expresión.
Esta revista no sería posible sin el apoyo de todo el personal del ICL. Gracias a nuestros lectores, patrocinadores y anunciantes por apostar por la Cultura.
PORTADA: Karen
@Kary.smatica ¿QUIERES ANUNCIARTE EN ALTERNATIVAS? Correo alternativaspublicidad@gmail.com Teléfono 477 716 4899 Móvil (477) 700 9820
Méndez
INSTITUTOCULTURALDELEON.ORG.MX ALTERNATIVAS.CULTURALEON.COM REVISTA CULTURAL ALTERNATIVAS
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¡Que lo disfrutes!
Texto Silvia Palacios
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La Nevada (1975) de Francisco de Goya
Los paisajes nevados son recurrentes a lo largo de la historia del arte, ya sea un cuadro con formas nítidas como En el salvaje norte (1891) de Ivan Ivanovich Shishkin o uno con brochazos rebeldes que desdibujan las formas como Nueva nieve en la avenida (1906 aprox.) del expresionista Edvard Munch.
Los colores fríos predominan en estas obras. Las tonalidades azules acompañadas de matices blancos que remiten a la nieve están presentes en muchas de ellas, lo cual tiene sentido si tomamos en cuenta que gran parte de esta producción artística fue creada en Europa, una zona gélida en el invierno. Así, a lo largo del tiempo se ha retratado de múltiples formas la caída de nieve y la vida en esta temporada, ejemplo de ello y quizá, uno de los cuadros invernales más representativos, es Cazadores en la nieve (1565) de Pieter Brueghel el Viejo. Esta pieza conforma la serie pictórica sobre los meses del año que actualmente se exhibe en el Museo de Historia del Arte de Viena y donde, fiel a la escuela flamenca, Brueghel plasma un invierno muy detallado que, por donde mires, encontrarás algo nuevo.
Goya fue uno más de los pintores que evocaron su talento a la época invernal. La Nevada (1786) es una pieza que tiene como protagonistas a cinco hombres que caminan contra la fría tormenta y a un lado les acompaña un perro que también afronta las inclemencias del tiempo. Van Gogh tampoco podía faltar y con Paisaje con nieve (1888), el pintor de Países Bajos “plasmó ese oxímoron cromático que es el invierno colorido a través de uno de los campos a las afueras de Arlés”.
Además de ellos, Camille Pissarro (Camino de Versalles, Louveciennes, sol de invierno y nieve, 1870), Claude Monet (Escena de nieve en Argenteuil, 1875), Utagawa Hiroshige (Tarde de nieve en Kanbara, 1833) y Karl Erik Harr (Fra Karlsøyvær) son algunos de los artistas que se inspiraron en esta temporada para hacer arte.
Pero crear paisajes no se limita solo a la plástica, también se pueden hacer a partir de las palabras y permitiendo dar rienda suelta a la imaginación, así como lo han hecho decenas de escritoras y escritores que han ambientado sus obras en los meses de diciembre y enero.
Ejemplo de ello es la chilena Isabel Allende, quien en Más allá del invierno nos narra la historia de tres personajes: una chilena, una joven guatemalteca ilegal y un norteamericano, que enfrentarán un temporal de nieve en la ya de por sí fresca ciudad de Nueva York.
Cómo olvidar A Christmas Carol de Charles Dickens, un clásico de la literatura que ha sido adaptado en múltiples ocasiones para hacer cada vez más popular al viejo avaro Scrooge, un hombre que tendrá que viajar a través
del tiempo acompañado de tres fantasmas para revalorar el significado de la Navidad; pero como el invierno no se limita a obras reflexivas, también tenemos textos como The Shining de Stephen King, ambientada en un hotel ubicado en las montañas de Colorado y llevada a la pantalla grande por Stanley Kubrick.
Shakespeare fue uno más que cedió a los encantos melancólicos invernales y creó, alrededor del año 1611, la obra Cuento de invierno, una comedia de cinco actos escrita en prosa y verso.
La tormenta de nieve, de León Tolstói; Los Muertos, de James Joyce; País de Nieve, de Yasunari Kawabata; El invierno en Lisboa, de Antonio Muñoz Molin, y Las sirenas del invierno, de Barbara J. Zitwer, son otras obras que toman esta temporada para desarrollar sus historias.
En la música, la producción que se remite a esta estación también es muy variada, ya sea desde Claude Debussy con Des pas sur la neige hasta Mumford & Sons con Winter winds, tenemos infinidad de piezas como para hibernar por meses con una playlist temática.
Quizá uno de los referentes en la materia es Piotr Ilich Tchaikovski, músico ruso de la época del Romanticismo mundialmente conocido por crear la música para El Cascanueces, obra ambientada en las festividades navideñas; además, Tchaikovski compuso su Sinfonía No. 1 (Sueños de invierno), interpretada por primera vez en público en 1868.
Dentro de los compositores clásicos que también hicieron referencia al invierno en sus obras encontramos a Franz Schubert con Winterreise y Antonio Vivaldi con sus ya conocidas Las cuatro estaciones
Hay una especie de magia en el aire (Soñando) Qué vista verdaderamente magnífica (Soñando) Una escena impresionante Con los sueños del mundo En la palma de tu mano.
Este es un fragmento de A winter's tale, tema de Queen escrito por Freddie Mercury mientras veía por la ventana el Lago Ginebra; una poética canción surgida de un poético paisaje. The Cure y The Rolling Stones son dos bandas más que evocan a la temporada y en ambos casos la pieza comparte el mismo título muy ad hoc: Winter; mientras que en Latinoamérica, uno de los cantautores que ha hecho referencia en el tema es Silvio Rodríguez con su Canción de invierno.
Mención aparte merece La Bohème, ópera de Giacomo Puccini estrenada el 1 de febrero de 1896 en el Teatro Regio de Turín y cuyo libreto está basado en la novela
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Scènes de la vie de bohème de Henry Murger, publicada por fragmentos a lo largo de cinco años (1845-1849) en la revista parisina Le Corsaire
En cuanto al séptimo arte, existen decenas y quizá hasta centenas de películas ambientadas en esta temporada, desde aquellas chick flicks que han inundado plataformas como Netflix o HBO; los clásicos que muchos recordamos como infaltables en la televisión tales como El Grinch (2000), Mi pobre angelito —de la uno a la cinco— y El joven manos de tijera (1990).
Además de éstas encontramos títulos como El gran hotel Budapest (2014) de Wes Anderson, una comedia que nos sitúa en un hotel decadente ubicado en la República de Zubrowka; Los ocho más odiados (2015) de Quentin Tarantino o Fargo (1996) de los hermanos Coen.
En México tenemos varios filmes que más allá de retratar escenarios llenos de nieve plasman las festividades decembrinas en nuestro país. Navidad S.A. (2008) de Fernando Rovzar y donde el primer actor Pedro Armendáriz Jr. da vida a ese bonachón de barba blanca que es Santa Claus; también está el filme dirigido por Emilio Portes, Pastorela (2011), y el clásico que no puede faltar y con el que crecimos muchos que solo teníamos acceso a los canales de televisión abierta Santa Claus (1959) de René Cardona, y donde el personaje del Diablito roba pantalla. Situada en la temporada invernal, pero no con temática tal cual de invierno, está Los Caifanes (1967) de Juan Ibáñez.
Así, podríamos continuar con muchísimas más obras centradas en esta estación que abre cada año; porque ésta es, sin duda, una temporada que llama a la producción artística.
Referencias
Sánchez, J. (2021, enero 25). El invierno: un viaje a través de la pintura y el arte. National geographic. https://rbav3nv-pro-web.azurewebsites.net/lifestyle/invierno-viaje-a-traves-pintura-y-arte_16343 14 de las mejores escenas invernales en el arte (FOTOS). (2013, diciembre 21). ElHuffPost. https://www.huffingtonpost.es/2013/12/21/14-de-las-mejores-escenas-invernales-en-el-arte-fotos_n_4484818.html
Arévalo, M. D.-C. (2017, diciembre 20). 8 libros para el invierno y del invierno, estación ideal para leer. Twitter. https://www.actualidadliteratura.com/8-libros-invierno-estacion-ideal-leer/ Dorr, V. V. C. (2022, junio 21). Seis obras inspiradas en el inverno - Algunas de las obras más hermosas. Música Clásica Buenos Aires. https://musicaclasica.com.ar/ seis-obras-inspiradas-en-el-invierno/ (S/f-b). Decine21.com. Recuperado el 23 de diciembre de 2022, de https://decine21.com/peliculas/temas-de-peliculas-y-series/invierno-340 Argumento de la ópera La Bohème de Giacomo Puccini. (s/f). Fiorella Spadone - Soprano. Recuperado el 23 de diciembre de 2022, de https://www.fiorellaspadone.com. ar/operas/argumentos/la-boheme-puccini.html
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Fotograma de The Shining (1980), dirigida por Stanley Kubrick.
¡A
h, la estación de las alergias! Esa es la primavera, la época del año donde “El viento, llegando a la ciudad desde lejos, trae regalos inesperados, que sólo advierten algunas almas sensibles, como las afectadas por la fiebre del heno, a las cuáles hace estornudar el polen de flores de otras tierras” (Calvino, 2018).
Ésta, la segunda estación del año es la estación donde las sinusitis se potencian y las galerías de Instagram se llenan de paisajes florales citadinos. Y esto último no es queja, la verdad es casi imposible no capturar esos espectáculos coloridos sobre, debajo y alrededor de nosotros con la morada florescencia de las jacarandas; el fogoso rojo anaranjado de los tabachines; o los multicoloridos ramilletes nacientes de los arbustos de bugambilias y las ramas de los amapas —mejor conocido, ¿cómo más?, como árbol primavera—.
Pero si existe una planta que identifica mundialmente a esta época es el sakura, el cerezo japonés icónico por el abundante brote de buqués de pequeñas flores en tonos rosados a los que les han dedicado innumerables haikús poetas como Matsuo Bashō (1644-1694) o Kobayashi Issa (1763-1827); han sido protagonista de obras pictóricas desde los tiempos de Yosa Buson (1716-1784) hasta la actualidad con Damien Hirst (1965-), por mencionar solo algunos.
Es tal la belleza de estos árboles a inicios de la primavera, cuando se encuentran en su máximo florecimiento, que desde el periodo Edo se comenzó a celebrar año con año el Hanami, un festival dedicado a, como su nombre lo dice, ver flores. La apertura de los botones del sakura no solo es símbolo del término de las nevadas y los vientos invernales, también tienen en la cultura nipona significados ligados a los samuráis y su filosofía de morir en su máximo esplendor, como la flores del cerezo que caen de las ramas antes de marchitarse.
De Botticelli a BTS, pasando por Stravinski, Los Bukis, Monet y Manu Chao, los sabores, colores y calores de la primavera han sido inspiración de artistas de todas las disciplinas, corrientes y tiempos.
世中は地獄の上の花見哉 ESTE MUNDO ES MIRAR LAS FLORES SOBRE EL INFIERNO (ISSA, 2013) CADA QUE ES ABRIL, SONREÍR PODRÍA SER MI PASATIEMPO FAVORITO. CAMINAR EN ESTOS DÍAS, SÓLO HAY PÉTALOS REGADOS POR ENCIMA DE LA CALLE. (SÁNCHEZ, 2014)
Texto Tania Pérez
Si bien ésta es una tradición del Asia antigua, el bloom! de las flores de cerezo y sus significados han marcado fuertemente a la cultura occidental y como muestra está el Vancouver Cherry Blossom Festival; la película alemana Kirschblüten-Hanami (2008), dirigida por Doris Dörrie; o el Poema 14 de Pablo Neruda que cierra con un erótico y romántico “Quiero hacer contigo / lo que la primavera hace con los cerezos”.
En otras latitudes del mundo también se tienen creencias y fiestas específicas en los meses primaverales por ejemplo, en México, como en varios países de América Latina, los feligreses católicos dedican algunas semanas a la espiritualidad y reflexión por la Cuaresma y Pascua; mientras que en el calendario islámico se señalan algunos días de esta temporada para la consagración de valores religiosos con el Ramadán; y con el Holi la población india y nepalí celebra el triunfo del bien contra el mal.
Todas estas festividades religiosas tienen también sus expresiones artísticas o culturales, que pueden estar relacionadas o no con su sentido espiritual como: las alfombras de aserrín tradicionales de Guatemala y El Salvador que pueden tener motivos de pasión, muerte y resurrección de Cristo o bien, pueden compartir otros símbolos del folclor local. Por su lado, la cultura árabe es famosa por la producción de culebrones sobre historias sagradas
que en épocas más modernas estos telefilmes han comenzado a abordar temas mundanos e incluso polémicos. Y qué decir del Festival de los Colores que, si bien tiene sus raíces en la religión hindú, para muchos se ha convertido más en una experiencia turística que sacra.
En contraste a las anteriores, existen a lo largo de la historia expresiones artísticas que han nacido de creencias más paganas por ejemplo la famosísima obra Allegoria della Primavera o La Primavera del pintor renacentista Sandro Botticelli (1445-1510). Esta pintura —que comparte algunas características con otro de sus trabajos más famosos, El nacimiento de Venus—, es florida y destaca por los rasgos de movimiento en sus personajes: dioses, diosas y otros símbolos de la mitología romana.
Un rapto que termina en sacrificio como parte de un ritual pagano es la historia que narran los actos de La Consagración de la Primavera, una composición musical original de Ígor Stravinsky (1882-1971) y dancística de Vaslav Niyinski (1889-1950), una dupla que obtuvo más polémicas que éxitos. Años después del desventurado estreno de este concierto, varios coreógrafos, entre ellos la icónica Pina Bausch, han intentado rendir homenaje a esta obra sonora que revolucionó la música rusa y que desde su composición fue concebida para representarse por un ballet.
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La primavera, de Sandro Botticelli
Otro artista que también fue notoriamente inspirado por los paisajes naturales que consiguen su gloria en primavera fue el pintor impresionista Claude Monet, de quien se han realizado exposiciones completas donde prados, jardines o panoramas arbolados son protagonistas.
De esta estación y sus múltiples pretextos artísticos es posible seguir escribiendo por páginas pero también vale la pena escucharla, así que, para reproducir del 20 de marzo al 21 de junio, aquí una playlist de Spotify a la que es posible agregar tu sonido primaveral, ya que se quedará como colaborativa.
Referencias:
-Calvino, I. (2018). Marcovaldo, Libros del Zorro Rojo.
-Sánchez, F. (2014). “Cada que es abril”. En De Locos Y Monstruos. MilUnoMusic.
-Gutiérrez, L. (consultado en diciembre 2022) Issa: el haiku y la tristeza de las cosas. https://circulodepoesia. com/2013/12/issa-el-haiku-y-la-tristeza-de-las-cosas/ -“4 obras que invitan a contemplar las flores de cerezo (marzo del 2008)” en Farenheit Magazine
https://fahrenheitmagazine.com/arte/ plasticas/4-obras-que-invitan-contemplar-las-flores-de-cerezo#.Y5zgM-xBz5Y
-Egea, P. (Octubre del 2019). “La primavera” en HA! https://historia-arte.com/ obras/la-primavera
Mujer con sombrilla, de Claude Monet
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Dentro de las cuatro estaciones que conforman cada año; el verano reúne el calor, el descanso y la diversión en una pausa que termina y continúa ciclos; estos elementos han servido de inspiración en el arte a lo largo de la historia y en esta edición de Alternativas recorremos algunos ejemplos.
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Texto Jorge Flores
Fotograma de Moonrise Kingdom de Wes Anderson
Los días más largos y las noches más cortas, el espacio donde danza la inspiración con el ocio, el descanso y la energía, pensar y hacer, el cobijo del sol y el abrazo del mar, la sombra del árbol y el calor de una tarde de julio; el arte veraniego.
El verano es presente, pero también es pasado, en él se encuentra la nostalgia de las vacaciones de primaria, del viaje con los amigos, de las citas románticas, ahí en ese resquicio de recuerdos, la poesía encuentra un camino y va regando versos con los tonos rojizos del atardecer.
Un Verano, de la poeta uruguaya Idea Vilariño, es una dolorosa rasgada de desamor, el recuerdo que pesa y carcome de abandono.
Cómo he de hacer amor, para vivir aún, para sufrir aún este verano.
Quintana, que aunque no es una novela que ponga en su boca al estío, el aire caleño, las temporadas vacacionales en la casa de campo y la naturaleza que crece como abismo y que acompaña la narración, nos remiten a unas vacaciones donde nuestra protagonista enfrenta los fantasmas de una madre frustrada y triste, reflejo de una estructura misógina y adolorida.
Sin salirse de la literatura escrita por mujeres latinoamericanas, El invencible verano de Liliana, de la mexicana Cristina Rivera Garza, es un libro desgarrador sobre las consecuencias del seximo y el terrorismo patriarcal en las relaciones amorosas; una mujer que quiso vencer su invierno a través de su verano.
El invencible verano de Liliana, Cristina
Por otro lado, Villa Gesell, del argentino Rubén Guerrero, nos describe el arrepentimiento y lo que pudo haber sido mientras que nuestra mirada y pensamientos se pierden en un trozo de carne, asándose en una parrilla, fundirse con los secretos del universo mientras el carbón se achicharra y calienta el asador.
Hoy sería todo de otra manera, sería todo un poco más fácil.
Ahora miro la carne en la parrilla y pienso en su reclamo.
Recordando a grandes nombres de la poesía, Gabriela Mistral también tiene su Verano, así como César Vallejo; pero mientras la poetisa chilena lo adula, lo enaltece y describe sus bondades, el escritor peruano lo ve con melancolía, como algo que pasa y se va con su calor y su vida.
En el mismo renglón de la literatura hay obras clásicas que usan esta temporada para armar sus narrativas, imposible no mencionar a William Shakespeare y su El sueño de una noche de verano, una novela que marcaría la pauta para todas esas historias de amor de verano donde la vida se pausa y se deja libre al corazón.
Lamentablemente esa pausa no siempre es un remanso de calma, un trago de felicidad, a veces esa intermitencia nos permite darnos cuenta de cruentas realidades, ahí quiero hablar de Los Abismos de la escritora colombiana Pilar
Y para cerrar con los libros con el verano como personaje, It, la célebre novela del prolífico Stephen King, cuenta sus aterradores sucesos mientras un grupo de valientes niños se enfrenta a sus peores temores en un verano.
El impacto del arte visual es también una canal por el que el verano se ha colado, artistas como Edward Hooper con obras como Summertime o Sea Watchers que a través de la pupila enmarcan el verano, sus colores, sus sensaciones y sus texturas.
La obra del español Joaquín Sorolla también es un inmejorable ejemplo del verano como inspiración artística, El pescador o Niños en el mar, playa de Valencia describen con sus pinceladas las sensaciones de una tarde en la playa.
Idea Vilariño posando en un jardín, Michel Sïma. Tomada del libro Idea Vilariño: vida escrita.
Sea Watchers, Edward Hooper, 1952.
Rivera Garza, 2021.
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Moviendo un poco la mirada a la fotografía, Beach, del fotógrafo alemán Andreas Grusky, es el resumen perfecto de unas vacaciones en una ruidosa y atiborrada playa.
Y qué es un verano sin la infancia y la juventud, sin las risas de quienes buscan aventuras interminables desde la inocencia de la vida antes de la adultez. Ahí, Wes Anderson y su Moonrise Kingdom proponen una historia de amor juvenil con el verano como marco, el director estadounidense utiliza su peculiar cuidado con el arte para montar una película que transmite esas formas y colores estivales en cada momento.
En el cine, el verano es el clima perfecto para crear. La temporada de calor y sus pausas permiten que las aventuras sucedan y que así se cuenten impresionantes historias.
En este rápido repaso por el séptimo arte y el estío, encontramos clásicos imperdibles como Le rayon vert (1986) de Éric Rohmer o To catch a thief (1955) de Alfred Hitchcok, que tuvo a Cary Grand y Grace Kelly en una emocionante aventura veraniega.
Recientemente nos llega a la mente la música de Mamma Mia! (2008) de Phyllida Lloyd, una divertida historia de una chica que busca a su verdadero padre, mientras el verano y el romance van acompañando las canciones de ABBA, también en lo actual, tenemos a Call me by your name (2017) de Luca Guadagnino, una historia de amor y verano que se convirtió en un gran éxito tanto en taquilla como con el público.
Moonrise Kingdom, Wes Anderson, 2012.
Para completar los sentidos, la música es también espacio para refugiarnos y sentir el calor del verano. Here comes the summer de la banda punk británica The Undertones es una canción de 1979 que envejeció bastante bien y continúa siendo un himno veraniego. Mientras que Nightswimming de R.E.M. es también un transporte al mar y su inmensidad pero desde la melancolía con la luna como cómplice, un tema que es parte de probablemente el mejor disco de la banda norteamericana, Automatic for the people.
Automatic for the people, R.E.M., 1992.
Como estos, hay un sinfín de ejemplos de cómo el verano se filtra en la mente del artista y se transforma en obras invaluables, en piezas que se convierten en clásicos y que nos acompañan en esas tardes en que el sol más abraza y que la pausa nos permite pensar y encontrarnos.
Beach, Andreas Gursky, 2005.
Mamma Mia!, Phyllida Lloyd, 2008.
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YOLLOTZIN COLLAGE DE SONIDOS
Grisly estrena nuevo material, se trata de un EP titulado Yollotzin. Un EP que, según la banda, es un “EP conceptual” ya que hay un proceso de trabajo en este material de cuatro canciones, desde las líricas que nos hablan sobre pasajes históricos y leyendas mexicas hasta la instrumental, teniendo un inicio y un final, una trama y un desenlace.
Lista de canciones: 1. Yollotzin 2. La Gran Ciudad 3. Alebrije 4. Espíritu Animal
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Fue el pasado 2 de diciembre cuando publicaron en todas las plataformas digitales, aunque ya se encuentra en formato CD y se puede adquirir a través de la misma banda pues, Grisly es una agrupación independiente.
Como sencillos se desprenden La Gran Ciudad y Yollotzin, los cuales cuentan con videoclip oficial que puedes encontrar en su canal de YouTube y que fueron dirigidos y producidos por ellos mismos en compañía de algunos amigos.
La banda originaria de Irapuato, Guanajuato, comenta el proceso de su nuevo EP, Yollotzin:
“Grabar este EP fue muy divertido y placentero. Puse mi esencia y me dejaron (Grisly) ser libre en mis composiciones”.
César
“En este EP se muestra el trabajo, esfuerzo y dedicación de cada integrante, en lo personal el proceso de trabajo de grabación y producción fue muy grato, ya que pude experimentar con algunos sonidos nuevos y crear algo que deje mi esencia”.
Luis
“Este EP para mí es muy especial ya que pudimos encontrar el sonido propio que buscamos desde el material anterior, pero estas cuatro canciones tienen la esencia de un viaje que nos cuenta la conquista, leyendas y sueños propios donde letras y sonidos latinos están juntos en un espacio que creamos con una atmósfera que se siente como un viaje”.
“La experimentación fue una constante en la preproducción, producción y postproducción de este EP, algo con lo que nos gusta trabajar y dando como resultado Yollotzin. Un collage de sonidos, como su portada”.
Bryan
Yollotzin fue grabado, mezclado y masterizado en Estudio Cola de Perro, Irapuato, Guanajuato:
Producción: Grisly / Felipe Toledo Ingeniero de audio: Abraham Solís
Angel Aguilar: Voz y Guitarra Bryan Leroy: Batería y Percusiones Luis Padilla: Bajo y Coros César García: Guitarra Genaro Razo: Trompeta Diego Salas: Saxofón
Dentro de los planes de la banda para este año es trabajar en una colaboración, tocar en algún festival, trabajar en un próximo EP o en un álbum y seguir en el roll.
Síguelos en redes: E/Grisly.bandmx Q @grislymx
Escúchalos en: Deezer Apple Music Spotify YouTube
El arte de Yollotzin fue hecho por Angel, vocalista y guitarrista de Grisly.
La principal característica de su portada es que fue elaborado con la técnica de collage y que está llena de simbolismos, algunos, por ejemplo, hacen alusión a la vida y a la muerte, el principio y el final.
PUBLIRREPORTAJE 15
Angel
esperanza otono ~ El llama a la
La plenitud llega a su fin y comienza entonces el declive. El otoño se instala sereno. La melancolía, todo lo consume.
Texto
—
Edgar A. Aguirre Vega —
El equinoccio de otoño marca el inicio de la temporada, y cuando éste llega al hemisferio norte, en el hemisferio sur se presenta la primavera y viceversa. Durante este equinoccio ocurre el curioso descenso de la serpiente emplumada en Chichén Itzá, que no es más que la proyección del sol sobre los escalones de la pirámide conocida como ‘El Castillo’, dando forma a dicha serpiente y presentando un espectáculo que congrega a miles de personas.
Así pues, inicia el tránsito por una época que también ha inspirado infinidad de creaciones. En estas líneas hacemos un breve acercamiento por algunas obras, así como de espacios y actividades que permiten vivir del esplendor otoñal.
Más que naturaleza
El arte inspirado en el otoño es más que paisajes naturales donde predominan los amarillos y marrones, la caída de las hojas, las calles cubiertas por las mismas y las abundantes lluvias. Pero si de estos clásicos hablamos podemos mencionar a Vincent Van Gogh con El viñedo rojo (1888, aparentemente el único cuadro que el autor vendió en vida) y Alameda en Otoño (1884); Autumn Leaves (1856) de John Everett Millais, The Forest in Autumn (1841) de Gustave Courbet, Autumn (1573) de Giuseppe Arcimboldo y Sudden Shower over Shin-Ōhashi bridge y Atake (1857) de Utagawa Hiroshige, éste último
un ukiyo-e (grabado japonés) con una técnica especial de impresión sobre bloques de madera que permite variar el brillo y la oscuridad de los colores, sobresale el encuadre asimétrico supuestamente derivado de un principio estético japonés que considera a la asimetría como un elemento de mayor esfuerzo interpretativo que, al ser incompleta e imperfecta, hace que el espectador recurra a la imaginación.
Un autor que dejó de lado la consigna del paisajismo fue Pablo Palazuelo (19152007), pintor, escultor y grabador español que trabajó con la abstracción en la segunda mitad del siglo xx Automnes (Otoños), creada en 1952, es la pieza que nos compete y que da fe del estilo de obra denominado como un modelo de arte abstracto de tipo geométrico donde destaca el uso de lo no figurativo de la línea. El blanco, el negro y los ocres, paleta otoñal, y una clara influencia de la arquitectura son recurrentes en el universo del autor.
Otoño (2015), de Thomas Steyer, es una pieza que se aleja también del convencionalismo de la naturaleza pero no de las características tonalidades; el pintor alemán ha trabajado desde el realismo hasta el expresionismo abstracto combinando talento técnico y creativo en vibrantes pinturas. El italiano Gaetano Ligrani no desdeña por completo el paisajismo pero sí aporta una perspectiva contemporánea que, al igual que Palazuelo, recurre a sus conocimientos como arquitecto y diseñador; ejemplo de ello es Otoño en casa (2020).
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Inspirando sonidos
Así como las estaciones influyen en las emociones y estados de ánimo, la música hace lo propio y el otoño —y todo lo que ocurre en él— también ha sido inspiración para composiciones y letras en todo tipo de melodías. Astor Piazzolla ofrece el tango Otoño Porteño (1969) que forma parte de las Estaciones Porteñas creadas por el músico argentino para compartir su juicio sobre las cuatro estaciones en Buenos Aires.
La música clásica innegablemente tiene lo suyo en una estación tan emocional con representantes como Shoshana Michel (Autumn’s Waltz) y Joep Beving (Autumn), así como de los compositores Lü Wencheng, Franz Schubert, Alexander Glazunov y, por supuesto, el imperdible Vivaldi.
Si de clásicos hablamos, Frank Sinatra se une a la lista con Autumn in New York, pieza popular de jazz con infinidad de versiones donde encontramos, por ejemplo, el dúo entre Ella Fitzgerald y Louis Armstrong. De igual manera existen otras melodías con el ritmo cadencioso y sensual del saxofón con Lou Donaldson (Autumn Nocturne), Stan Getz (‘Tis Autumn) y Cannonball Adderley (Autumn Leaves).
La música nos recuerda que la nostalgia también está llena de sonidos potentes que definitivamente invitan a no quedarse inmóvil, ejemplo de ello es Yo La Tengo, banda estadounidense de indie rock que este 2022 publicó una edición especial por el 25 aniversario de I can hear the heart beating as one, disco que incluye Autumn Sweater. El rapero español Rayden, en colaboración con Nach y Rozalén, habla de la soledad desde varias perspectivas y con gran fuerza en Tres otoños (2014); en la electrónica, el alemán Ben Böhmer, músico y productor, escala en la escena con sonidos hipnotizantes como los que encontramos en Autumn (2016); el dúo electro folk Tall Heights y Back to Autumn (2015), comparten un sonido acústico a través de la guitarra y el cello mezclado con el beat de la batería, guitarra eléctrica y teclados.
”
Pronto será otoño…” advierte el escosés Lists en Autumn (2018), una más de esas piezas que caen bien al caer el sol y al llegar la quietud y la nostalgia. Mientras que la noruega Girl in red le añade una onda más indie a esta añoranza en We fell in love in october (2018); y con un sonido más electrónico, Otoño (2011), de la banda mexicana Technicolor Fabrics, hace de las suyas para sumar a la melancolía: “En este sitio nada me pertenece, soy un momento en tránsito”.
Vive el otoño
Qué mejor que disfrutar de la belleza de esta estación en todo el entorno, con su clima y sus colores que lo hacen todavía más apreciable. Por supuesto existen lugares alrededor del mundo que brindan esta posibilidad, tanto en espacios urbanos como completamente naturales: Montreal, Seúl, París, Boston, Shanghai, San Petersburgo y el Bosque de maple en Talpa de Allende, Jalisco, son sitios ideales recomendados para la inspiración otoñal.
Finalmente, grandes eventos se desarrollan en esta temporada, opciones locales, nacionales e internacionales a las cuales vale la pena echarles un ojo. El Festival Internacional de Arte Contemporáneo de León (FIACmx) ha llevado a cabo sus última ediciones entre octubre y noviembre con una interesante oferta artística y académica, por lo que se convierte en la primera referencia local, sumándose a éste el Festival Internacional del Globo y el Festival Internacional Cervantino, fiesta cultural por excelencia en el estado, el país y América Latina.
En México encontramos actividades como el Festival de las Flores de Otoño, uno de los más coloridos de la Ciudad de México, llevado a cabo en Reforma y dirigido a personas que gustan de las plantas y flores, reuniendo alrededor de 100 floricultores y artesanos de varias alcaldías de la ciudad. Referente de la cultura musical del país es el Festival Internacional Guitarras en Otoño, iniciativa del maestro Francisco Gil y organizado por Guitarrería Mexicana a partir de 2007 en el Estado de México con participación de grandes exponentes de todo el mundo.
No podemos obviar una de las festividades más importantes para las y los en esta temporada: el Día de Muertos; el ambiente otoñal sin duda brinda un marco idóneo para el misticismo y la tradición que corresponde a dicha fecha. Sumando al listado, encontramos también el Festival de la Cerveza en Guadalajara, considerado como el más importante de su tipo en Latinoamérica y que integra diversos eventos culturales en torno a esta bebida; y, también en Jalisco, el Festival Internacional de Arte y Cine Independiente MIAX, plataforma para la exposición de trabajos audiovisuales que en 2022 cumplió 10 años.
El Festival Internacional de las Luces México FILUX es digno de mencionar, aun cuando no todas sus ediciones se han llevado a cabo en otoño; exposiciones artísticas llenas de color, luz y sonido a través del video mapping e instalaciones interactivas integran este evento que se realiza de manera itinerante en el país.
Filux 2019. (filux.info)
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El otoño llama al resguardo, el cobijo y la reflexión, y, venturosamente, augura una transformación, la esperanza misma de tiempos nuevos.
”
He tomado la suficiente cafeína como para imaginar que ese árbol está desempleado, que el otoño lo llamó a su oficina para pedirle su renuncia mientras una mujer mete en una caja sus muchas hojas.
A. E. Quintero (fragmento)
Referencias:
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Redacción. (s.f.). Festival de las Flores de otoño en CDMX, ¡no faltes!. México Desconocido Recuperado de https://www.mexicodesconocido. com.mx/festival-de-las-flores-de-otono-en-cdmx.html
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Generar comunidad a través de la autogestión y el compartir los saberes, es uno de los objetivos de Territorios Culturales, programa del Instituto Cultural de León que destaca por su naturaleza humana, su cercanía con la población y su importancia en el fomento de los derechos culturales.
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Texto Silvia Palacios | Fotografías Staff ICL
El entorno que nos rodea, nos identifica y nos une a través de usos, costumbres y tradiciones, es parte de la cultura, a la que también nos adentramos mediante las diversas manifestaciones artísticas; en palabras llanas podría decirse que cada persona es y hace cultura, y en conjunto formamos una identidad que nos representa hacia el exterior, por ello, tener acceso, conocer y reconocer este proceso es un derecho humano.
Pero así de extenso como es el término cultura, mencionarlo en un solo derecho humano sería insuficiente, es por ello que desde hace varios años se determinó que como individuos tenemos derechos humanos culturales.
DE ACUERDO CON LA COMISIÓN NACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, ESTOS SON LOS RELATIVOS A:
• Participar en la vida cultural, que se refiere a la libertad para ejercer las prácticas culturales y acceder a sus expresiones materiales e inmateriales, como también protección y promoción de las mismas.
• Gozar de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones, entendido como el acceso a los conocimientos, métodos e instrumentos derivados de la investigación, al igual que la tecnología y aplicaciones que emanen de ellos; a fin de satisfacer las necesidades comunes a toda la humanidad y prever consecuencias adversas para la integridad y dignidad humanas.
• Protección de los intereses morales y materiales correspondientes a las producciones científicas, literarias o artísticas, a fin de reconocer la vinculación personal entre los individuos, pueblos, comunidades y otros grupos con sus creaciones o patrimonio cultural colectivo, al igual que los intereses materiales básicos necesarios para que contribuyan, como mínimo, a un nivel de vida adecuado.¹
Con base en este contexto, el Instituto Cultural de León se ha dado a la tarea de impulsar los derechos humanos culturales, desmitificando que la cultura y el arte son solo para algunos cuantos, y llevando las manifestaciones artísticas a zonas de la periferia de la ciudad; y aún más allá de eso, reconociendo los saberes que muchos ciudadanos poseen y que pueden aportar a su comunidad.
María de la Luz Prado Ortega, gestora cultural.
“ (ES) SENTIR EL ARTE COMO ALGO PROPIO, LA CULTURA COMO ALGO PROPIO Y NO SOLAMENTE COMO UN SABER EXCLUSIVO DE CIERTAS PERSONAS, SINO QUE LA CULTURA ESTÁ EN LO QUE HACEMOS TODOS LOS DÍAS ”
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De esto va Territorios Culturales, programa que surge en 2017 y que desde entonces ha llegado a cada vez más personas. Pero vamos más a detalle. Este programa se divide en varios subprogramas:
• SALONES DE CULTURA
• SALONES DE CULTURA COMUNITARIOS
• COROS INFANTILES COMUNITARIOS
• CONSEJOS CULTURALES COMUNITARIOS
• COMUNIDADES CULTURALES
Los primeros tres tienen como principal objetivo acercar talleres artísticos gratuitos a varias colonias de la ciudad, como Los Castillos, San Juan Bosco, Villas de la Luz, Piletas, Villas de San Juan, y polos rurales como San Carlos la Roncha y Santa Ana del Conde, por mencionar algunos.
Con una plantilla de 30 maestros (periodo de otoño 2022) se benefició a mil 202 alumnos, quienes asistieron a talleres de arte en textil, ballet, danza contemporánea, danza regional, guitarra, pintura, repujado en metal, teatro, herbolaria, panadería y más; siendo la población infantil y juvenil los principales alumnados.
Dentro de la cifra de beneficiados se encuentran 241 niñas y niños pertenecientes a 16 Coros Infantiles Comunitarios, quienes el pasado 1 de diciembre se presentaron en el Teatro Manuel Doblado como parte de su muestra de fin de cursos; lo valioso es que para gran parte de esta infancia representó no solo la primera vez que pisaban un teatro, sino la primera vez que subieron a su escenario y, cual artista experimentado, lograron imponerse, superar sus miedos y apropiarse de él.
Otro de los grandes valores de estos primeros tres rubros de Territorios Culturales, es que el gran equipo de gestoras y gestores que lo conforman, comandados por Libertad Martínez, logran identificar saberes que para muchos pueden pasar como ocultos o desapercibidos, para hacer de ellos herramientas de aprendizaje. Así, una vecina o vecino que es bueno haciendo arte con material reciclado, pintando murales o tocando la guitarra, puede convertirse en maestro y compartir su conocimiento con las y los vecinos.
Los Consejos Culturales Comunitarios y las Comunidades Culturales están más enfocadas en la autogestión, es decir, que sean las mismas vecinas y vecinos quienes se organicen y formen comunidad en su colonia; que sean ellas y ellos capaces de acercar el arte y la cultura a la zona donde viven a través de diversas actividades, donde las y los gestores fungen como guías.
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En el primero, las y los integrantes de los siete consejos implementaron, durante el periodo de otoño de 2022, diversas actividades como una exposición de pinturas, una intervención con títeres y la apropiación de espacios públicos a través de tres murales. Dentro de las reuniones se reflexionó en torno a varios temas que aquejan a las comunidades como el rescate de áreas verdes, los robos en escuelas y la contaminación del planeta.
En tanto, a partir de la organización de las 10 Comunidades Culturales, integradas por 67 mujeres, se llevaron a cabo las verbenas culturales, reuniones vecinales donde también colaboraron diversas dependencias y asociaciones como Comude, Sapal, el Instituto Municipal de las Mujeres, el Instituto Municipal de la Juventud, Educación, Bomberos, Protección Civil, Explora, CIPEC, entre varios más, y quienes impartieron charlas y talleres a colonos de Villas de la Luz, Loma Bonita, Paseos del Maurel, Brisas de San Nicolás, Piletas II, Lomas de Medina y San Carlos la Roncha.
Así, en solo seis meses, se benefició de manera directa a 2 mil 314 personas a través de los múltiples subprogramas que conforman Territorios Culturales; cifra que se pretende mantener e incluso incrementar en 2023 con esta oferta de actividades, pues tan solo para el primer semestre de este año el periodo de inscripciones a los talleres gratuitos será del 16 al 28 de enero y las verbenas culturales comenzarán en el mes de abril.
Pero gran parte de la esencia de Territorios Culturales son quienes lo conforman, personas sensibles que ven en la cultura y el arte una gran herramienta para entretejer el tejido social y hacer comunidades sólidas que vean una oportunidad en sus derechos culturales para generar un cambio y/o verlo como una herramienta de trabajo.
Ramiro Luna Bautista, gestor cultural, señala cuál es uno de los pilares fundamentales de Territorios: “la parte noble del programa es que tenemos un acompañamiento muy humano con las personas que laboran en él”, así, uno de los términos mencionados de forma más recurrente por las y los gestores es la horizontalidad, “un proceso donde el poder de voto y voz está repartido de forma equitativa”. ²
Es quizá esta labor humana la que retribuye también a quienes fungen como guías de los programas, porque sin duda, el aprendizaje es cíclico en este proyecto.
“En lo personal, me deja mucho saber las necesidades reales de cada espacio y bajo esa cercanía pensar en qué acciones, a través del arte y la cultura, podemos tomar para transformar nuestro entorno; para mí eso es muy valioso porque eso no lo había encontrado en otros trabajos”, platica Ramiro.
Claudia Carina Contreras es una más de quienes integran Territorios Culturales. Ella llegó al proyecto cuando éste iniciaba. Comenzó haciendo su servicio social, posteriormente su servicio profesional y ahora es parte integral del equipo. Ella ha visto cómo con los años se ha fortalecido el proyecto.
“Ha sido muy gratificante porque he visto cómo ha crecido el programa en cuanto al apoyo que nos han brindado para hacer más cosas, tener más talleres; pero también he visto cómo las personas que colaboran con nosotros en las colonias confían más en nosotros y cómo se involucran cada vez más en cada una de las actividades, en las verbenas, en los talleres, y también surgen de ellas muchas iniciativas para sus espacios y (vemos) cómo van tomando en cuenta otros aspectos, otras necesidades que identifican en su colonia, y nos toman en cuenta también para poderles acompañar”, menciona.
En tanto, para María de la Luz, la principal motivación en Territorios es “el trabajo con las mujeres; trabajar con ellas los temas de apropiación del espacio, territorio, la organización comunitaria, la participación horizontal, y me parece que a través del arte es un pretexto muy amable para seguir abordando estos temas”.
Dení Patricia Martínez Caudillo es la gestora cultural que recién se unió al equipo, pero en este tiempo ya reconoce varios valores y aspectos que comparte todo Territorio Culturales.
“Al llegar encontré dos palabras que identifican a todas las personas que son parte de Territorios y son empatía y compromiso (...) Todo esto ha sido muy gratificante pues todos estos espacios te invitan a la reflexión, te hacen sentir que todas las opiniones son importantes, que todos son flexibles y todos escuchamos y aprendemos”; por ello, espera que a futuro este programa “siga creciendo, porque estos espacios son importantes (...) también espero un poco más de visibilidad para las comunidades culturales porque son espacios que se trabajan semana con semana y quienes nos vemos involucrados vemos qué tanto ha crecido, qué tanto nos ayuda colectiva e individualmente”.
Así, a lo largo de los más de cinco años que lleva Territorios Culturales han llegado varias personas que, durante su estancia en el programa, se enamoran de él, de su naturaleza empática y de cómo se pueden generar cambios en la sociedad a través del arte y la cultura, generando comunidad y por ende, aquellos que parecen desconocidos y con los que se comparte la calle o la colonia terminan por convertirse, quizá, en un amigo o amiga y contribuyen con ello a la formación de redes de apoyo.
Conoce más de Territorios Culturales a través de las diversas actividades que realizan y que puedes conocer en su página de Facebook: Territorios Culturales ICL.
REFERENCIAS
(S/f). Org.mx. Recuperado el 22 de diciembre de 2022, de https://www.cndh.org.mx/sites/all/doc/cartillas/2015-2016/26-DH_ Culturales.pdf ² Horizontalidad organizacional: ventajas y críticas. (s/f). https://www.crehana.com. Recuperado el 22 de diciembre de 2022, de https://www.crehana.com/blog/transformacion-cultural/horizontalidad/
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CAFÉ, TOSTADO Y COLADO
Texto Iván Medina
Mira Juan Valdez, no hace mucho tiempo, la piel del café era más amarilla que la guayaba, y el grano, era igual de dulce como la miel, pero la maldad del hombre hizo que el hollejo y el sabor del fruto cambiaran a modo de recordatorio.
Durante una época triste, la feroz sequía asoló las fincas. No había cosecha, no existía el fruto en los cafetales. Los viejos observaban con melancolía a los cafeteros lamentarse ante los elementos que a pregón del vallenato rogaban repitiendo el estribillo: “lluvia, lluvia de tu cielo, cae pues sin ti me muero”. Los viejos ante la esterilidad alzaban las manos hacia el firmamento y decían: “Debe de ser que cantan bajo y Nuestra Señora de Belén no puede escucharlos”. Así pasaron los días, las semanas, los meses y el agua jamás llegó. Nadie en la siembra pudo cultivar. Llegó el brete de la producción de café y los latifundistas cafetaleros, dueños de las plantaciones del país se negaron acoger a los cafeteros ante la crisis, a pesar de las incalculables ganancias obtenidas por la venta del grano. Poco tiempo después, estalló la violencia: las huelgas y el descontento social no se hicieron esperar. Los dueños de las haciendas, ante el temor de sufrir una expropiación, mandaron a su policía privada para aniquilar a los cafeteros entre los cafetales bajo la consigna de no dejar ni la semilla. La sangre a caudales abonó la tierra, y a partir de ese día, la piel del café se tornó roja y el sabor del grano se amargó.
Iván Medina. Tiene tres libros publicados: En cualquier lugar fuera de este mundo (CONACULTA, 2012), Más frío que la muerte (UAM, 2017) y Lugares ajenos (BUAP, 2020). Becario del Programa de Residencias Artísticas FONCA-CONACYT. Es doctorando en Arte y Literatura en la Universidad de Guanajuato.
NARRATIVA BREVE 23
¡Café, tostado y colado! ¡Café, tostado y colado! Pronto abuela de mi vida, camina que sentado desespero... Vamos, cuéntame esas historias que tú sabes sobre el café, tostado y colado.
En Antioquia, la curva de matrimonio responde ágilmente a la curva de los precios del café. Mario Arrubla
No lo vi yo, pero como si lo hubiera visto, porque lo tengo taladrándome la cabeza y no me deja dormir. Siempre la misma imagen: Diego cayendo y el ruido de su cuerpo al impactar contra el suelo.
Alguna vez me contaron que durante el esplendor del Romanticismo una de las excentricidades francesas era que si a una persona no le atrapaba el primer renglón de un libro, no estaría dispuesta a seguir con la lectura y buscaría otro. Si esto fuera real, definitivamente no sería el caso de Ceniza en la boca, obra que desde su primer renglón engancha y provoca lo suficiente para entender que será una historia sorprendente.
Brenda Navarro es una autora mexicana que con su segunda novela se consolida como una voz poderosa, sin miedo a presentar temas estremecedores y trastocar fibras sensibles como sociedad.
En Ceniza en la boca entreteje una historia con un punto clave: el suicidio de Diego, hermano de la protagonista. A lo largo de la narrativa nos llevará por una travesía de recuerdos, una analepsis que irrumpe en las emociones, donde la muerte se muestra como una consecuencia de haber nacido en una familia de clase media baja que no tenía muchas oportunidades y la incomprensión de una sociedad donde la violencia es latente, así como el drama social y político.
A través de la protagonista, quien viaja con su hermano para encontrarse con su madre después de años de ausencia, somos espectadores de lo que se vive como migrante: la falta de empatía, tolerancia y oportunidades, las fronteras del lenguaje, la discriminación y la perspectiva de una Europa que no es para todos. A su regreso a México, con su hermano convertido en cenizas, descubre un lugar que ya no entiende, un entorno difuminado ante la violencia.
La figura de la madre merece un capítulo aparte, un personaje complejo y emocional que en primera instancia se muestra ausente pero que con cada página se le justifica como una persona que, a pesar de las adversidades, ha logrado sobrevivir ante sus propios dolores y contradicciones.
Para aguantar un viaje como el de Ceniza en la boca se necesita resistencia y una lectura desde las vísceras. Abierta está la invitación a adentrarse en sus páginas, una novela que está dando mucho de qué hablar para iniciar el 2023 y que, me atrevo a aseverar, estará entre las favoritas de las y los lectores.
Ficha técnica
Título: Ceniza en la boca
Autor: Brenda Navarro
Género: Novela
Editorial: Sexto Piso Páginas: 192
ENTRE LÍNEAS
Texto Victoria Salado Íñiguez
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¡Y temo al invierno porque es la estación de la comodidad!… He tratado de inventar nuevas flores, nuevos astros, nuevas carnes, nuevas lenguas. He creído adquirir poderes sobrenaturales… Es necesario ser absolutamente moderno.
Arthur Rimbaud
Preludio. Primavera, verano y otoño.
Cualquier libro o capítulo dedicado al estudio del arte moderno y hasta nuestros días comienza su recorrido narrándonos todos los entresijos y pormenores del nacimiento del Impresionismo; son una especie de ‘Nuevo Testamento’ donde se describen todos los antecedentes y actores involucrados en tan relevante parto, y no es para menos, pues “su origen no fue un fenómeno espontáneo”, es un suceso que marca un punto de inflexión, un antes y un después. Los autores dedican párrafos enteros a contarnos historias sobre los personajes de una revolución artística llevada a cabo a finales del siglo xix y principios del siglo xx; una lucha protagonizada por almuerzos eu plein air, bañistas, nenúfares y bailarinas; una contienda suscitada en gran medida en el campo de batalla que fueron los Salones y su papel clave en los albores de la paleomodernidad.
El primero de ellos, vinculado a la academia y a la oficialidad, el Salón de París, surgió en 1725 y se consolidó durante el siglo xix, se realizaba en primavera y fue en su momento el acontecimiento artístico más importante, un equivalente a la Bienal de Venecia o la Documenta en Kassel en nuestros días. Will Gompertz lo describe como “la más prestigiosa muestra de arte nuevo… Los coleccio-
nistas y marchantes de arte acudían en masa con los ojos bien abiertos y las carteras bien cargadas de dinero… El Salón era el lugar en el que se compraba la mayor parte del arte francés reciente”1. Sin embargo, en el año 1863, fue el epicentro de un escándalo que obligó a Napoleón III a instituir el mítico Salon des Refusés (Salón de los Rechazados, burlonamente conocido por sus detractores como el ‘Salón de los horrores’) e impulsó con ello de forma involuntaria el enfrentamiento entre dos visiones de arte diametralmente opuestas, dos Salones antagónicos cuyas máximas celebridades en las antípodas la una de la otra, serían: Manet con su Almuerzo sobre la hierba y el Nacimiento de Venus de Cabanel.
Un poco más adelante, en el verano de 1884, se formó por iniciativa de varios artistas disidentes (entre ellos Odilon Redon y Seurat) el Salón de los Independientes, cuyo lema fue “Sin jurado ni premio” (Sans jury ni récompense), ahí, los artistas podían exponer sus obras bajo su propio criterio, presentándolas al público libremente, al margen de apoyo oficial, y que se convirtió en una de las principales vitrinas para los artistas de avanzada y una relevante plataforma para las tendencias artísticas de la época.
Finalmente2, en 1903 se celebró el primer Salón de Otoño, distinguiéndose de los otros por favorecer la originalidad y la experimentación a la vez que tenía una inclinación mul-
adentrarse en propuestas emergentes
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— Texto Benjamín Hurtado Ramírez —
Colofón
tidisciplinar. Organizado por exalumnos de Gustave Moreau3, respondía a las necesidades de una nueva generación de artistas jóvenes que consideraban conservadores a los otros Salones y percibían al Impresionismo como cada vez más complaciente y edulcorado. Su carácter más atrevido se evidenció durante su edición de 1905, al exponer en su célebre Sala vii al aduanero Rousseau y a Henri Matisse, lo que avivó la controversia, el escándalo y el rechazo de los críticos, entre ellos un tal Louis Vauxcelles, aún recordado por bautizar despectivamente al Fauvismo (y más adelante al Cubismo).
Epílogo. Inviernos a 24° C que coinciden con veranos más al sur.
El miércoles 21 de diciembre, en la Escuela de Artes Visuales Antonio Segoviano, decidimos dar la bienvenida al invierno con una exposición multidisciplinar de artes visuales conformada por pinturas, grabados, esculturas, ensamblajes, fotografías, dibujos, piezas de arte sonoro y arte objeto, etc. En ella sumamos a gran parte de la Comunidad ESAV (alumnos + maestros) contando con la participación de todos nuestros programas académicos (licenciatura, diplomado y talleres libres) sin jerarquías, etiquetas o divisiones; incentivamos a los partícipes a elegir, mediante su libre albedrío y sin restricciones de ningún tipo, la pieza a exponer que los representaría en esta ocasión, siendo ésta presumiblemente la que consideran la mejor de las realizadas durante el ciclo agosto-diciembre, a la vez que los alentamos a aprovechar las fechas para venta. En paralelo, nos sirvió como una brújula que nos proporcionó indicios de la orientación y dirección que está tomando la producción de nuestros miembros, así como pistas sobre en dónde perciben sus fortalezas.
Un poco en la lógica de Frankenstein4 e inspirados en los Salones del ayer, en tanto escaparates y por su capacidad para visibilizar a los artistas de su tiempo, dimos el nombre de Salón de Invierno a la exposición de fin de año otorgándole, al bautizarla, una personalidad e identidad ausente en las anteriores muestras que se realizaron por años en esas fechas. Con el Salón de Invierno despedimos el 2022 y con él recibimos al 2023; siendo por ende una suerte de evento jánico5, que nos posibilita (tal vez en actitud metamoderna6) transitar, o mejor dicho oscilar, entre el pasado y el futuro de las prácticas artísticas desde el presente en el aquí.
Referencias y anotaciones
[1] ¿Qué estás mirando? 150 años de arte moderno en un abrir y cerrar de ojos. Will Gompertz. Taurus. 2013.
[2] Existen otros Salones, pero nos limitamos a mencionar los primeros y los que marcaron un hito en los inicios del arte moderno. Como ejemplo de los no abordados en el texto se encuentra el Salon des Réalités Nouvelles, fundado en 1949.
[3] “Uno de los factores que más influyeron en la posterior evolución del iniciador del fauvismo fue la metodología docente empleada por Moreau… En lugar de recomendarles que copiaran servilmente esas obras, Moreau hacía hincapié en que cada artista desarrollara su estilo, absteniéndose de imitar lo que otros habían hecho. Se trataba de aprender a resolver cuestiones, observando de qué manera habían efectuado la tarea los grandes precursores”. Primeras vanguardias artísticas. Textos y documentos. Lourdes Cirlot. p. 11. Caronte Estética.
[4] “…siguiendo las huellas de los pasos ya dados me convertiré en el pionero de una nueva senda…”. Frankenstein o el moderno Prometeo. Mary Shelley.
[5] De Jano, dios de las puertas, finales y comienzos. Representado como bifronte (con las dos caras mirando en sentidos opuestos) y relacionado a los cambios y las transiciones.
[6] Metamodernismo o metamodernidad: "concebida como una especie de ingenuidad informada” (Timotheus Vermeulen y Robin van den Akker, Notes on Metamodernism. 2010). Oscila entre el entusiasmo y la ironía, esperanza y melancolía, modernidad y posmodernidad. Empatía y apatía, ingenuidad y conocimiento, unidad y pluralidad, totalidad y fragmentación, pureza y ambigüedad. ¡Debemos avanzar y oscilar! (Luke Turner. Metamodernist Manifesto. 2011).
Benjamín Hurtado Ramírez (León, Gto. 1980). Licenciado en Historia del Arte (Universidad de León) y coordinador de la Escuela de Artes Visuales Antonio Segoviano del Instituto Cultural de León.
Las letras y las artes se renuevan, pero no progresan, ellas no aniquilan su pasado, construyen sobre él, se alimentan de él y a la vez lo alimentan… Mario Vargas Llosa VOCES ICL 27
Cuando Esperanza y Valiente cruzaron sus miradas por primera vez, una chispa cósmica encendió las velas de un altar pagano; y la abuela Luna hizo cantar a los grillos con voz de sirena…
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La música posmoderna de raíz de Axelófono es como visitar una ciudad antigua vestida con nuevos colores. En Dulce Brujería, su nuevo álbum, escuchamos una variedad de géneros mexicanos como el huapango, el son, el norteño y otras fusiones que consiguen una bella y profunda conexión con el presente, y a la vez, reposan en la enorme herencia cultural y musical del sincretismo que nos caracteriza.
Dulce Brujería es un disco para escucharse de principio a fin, porque es así como se consigue hilar la historia de Esperanza y Valiente, ese par de enamorados que tienen que desafiar sus creencias, y las de su cultura, para aprender a amarse.
Dado que este álbum fue pensado y grabado durante los tiempos de pandemia, la producción fue realizada en muchos casos de forma remota. De este modo, fue posible contar con las colaboraciones de músicos de diversas partes de México como: la Orquesta Típica de Aguascalientes, Juan Duarte (flauta), Omar Guzmán (arreglos), Carlos López Tavera (marimbol), Marco Contero (acordeón), Ricardo Salvador (producción), entre otros.
El concepto visual es una obra en sí misma. Rodrigo Esquinca (@ soyreef), Levira Lecuona (@leviralecuona) y el propio Axelófono lograron condensar elementos del tarot, la mexicanidad y el misticismo, y entrelazarlos con los personajes del álbum en cada carta; para el público familiarizado con el tarot será fácil reconocer los simbolismos que impregnan cada una de las portadas ilustradas por Rodrigo Esquinca.
Hasta el momento han sido lanzados en todas las plataformas digitales 4 de los 8 capítulos que conforman el disco: “La Risa”, “La Plaza”, “El Escape” y “Mi Brujita”. Y este mes de enero serán lanzados los 4 sencillos restantes: “Dulce Brujería”, “El Marinerito”, “La Vida Sigue” y “No tiene final”.
No te pierdas el estreno de este álbum que, sin duda, te hará reír, soñar y, con un poco de suerte, hasta te hechizar de amor.
Acerca de Axelófono:
Cantautor originario de CDMX con más de 12 años de experiencia en los escenarios y múltiples premios por su trabajo como compositor y artista.
Estudió, con beca, la Carrera en Composición de Música Popular en DIM y el Diplomado en Composición de Canciones en la SACM. También fue becario de Jóvenes Creadores del FONCA.
Ha publicado dos EP (Miniciones y Canciones, y Homo Urbanus) y dos álbumes de música mexicana originales (Proyecto Amate y Dulce Brujería). Además, con apoyo del Instituto Chihuahuense de Cultura publicó el libro de minificciones llamado: Estratengaños Mercadoilógicos.
Ha realizado presentaciones solista y con banda en: Feria de San Marcos, Festival de Calaveras, Fiestas del Pitic, Feria Internacional "La Nao", Teatro Metropolitan, Complejo Cultural Los Pinos, Zócalo de CDMX, Festival Alternativas, Jolgorios de la SC, Arte para la Unidad, Sala Roberto Cantoral, Foro del Tejedor, Noche de Museos, UNAM, entre otros festivales y foros en diferentes estados del país.
Como artista ha compartido escenario con grandes exponentes de la canción como: David Haro, María Inés Ochoa, Óscar Chávez, Rafael Mendoza, Jaime López, Mauricio Díaz Hueso, Carlos Arellano, Mexicanto, entre otros.
En 2022 su videoclip El Escape, grabado en Taxco, Guerrero y dirigido por Aarón Álvarez, fue parte de la Selección Oficial de dos festivales internacionales: en EEUU, el Latin & Native American Film Festival; y en Italia, en el Festival del Cinema di Cefalù.
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El cine marca parámetros y a lo largo del año, en las diferentes estaciones, nos mantiene a la expectativa de sus estrenos: las películas de acción tan esperadas para verano o las comedias románticas que trae consigo el invierno; en cualquiera de sus presentaciones, el séptimo arte es siempre motivo de emoción.
El verano (suspendido)
En el verano de 1975, Tiburón de Steven Spielberg estableció un nuevo estándar para la taquilla cinematográfica, creando el modelo que hoy conocemos como blockbuster (acuñado por los aviones bombarderos de la Segunda Guerra Mundial). La calurosa estación resultó ser la época perfecta para la economía fílmica: la gente quería escapar del sol y satisfacer su ocio; el cine, además de cumplir ambos deseos, brindó un artificio tan grandilocuente y espectacular que casi 50 años después sigue abarrotando salas.
Hollywood entró a su nueva etapa con velocidad, peligro y una explosión; en el blockbuster siempre hay urgencia para que el héroe evite la catástrofe: un insaciable miedo al fracaso. Esa urgencia fue la que llevó a varios de los que vieron Tiburón en los 70 a dar caza a la especie injustamente retratada. En una entrevista para la BBC, George Burgess, director del Programa de Protección del Tiburón en Florida, mencionó que el 50 por ciento del gran tiburón blanco en las costas del este norteamericano había desaparecido tras la película.
A pesar de que el blockbuster confrontaba los miedos de la sociedad en forma de entretenimiento (terrorismo, desastres climáticos, eventos apocalítpticos), el aparato también resultó contagiar su ansiedad. Una seductora
pero venenosa fantasía heróica que atraviesa el verano. No obstante, mientras que la taquilla reitera ansiosos montajes donde siempre debe estar sucediendo algo, otros autores y autoras se posicionan desde la estación como esencia narrativa, dejando de lado su posibilidad mercantil.
Éric Rohmer en La Coleccionista (1967) entendía al verano como un espacio de encuentros e introspección donde la suspensión del tiempo fortalece nuestra capacidad de pensarnos (e inventarnos) a nosotros y al mundo; Luca Guadagnino en Llámame por tu nombre (2017) hace eco de esa suspensión pero como potenciador de la atracción, de lo sexual. El calor que abraza al mundo es el mismo que nos une al cuerpo del otro, que nos hace abrazarlo. El cuerpo y la memoria registran esos momentos de la suspensión, con el tiempo cobrando formas cuasi-fantásticas idóneas. Para la chilena Dominga Sotomayor en Tarde para morir joven (2018), el verano son recuerdos que difuminan lo verdadero de lo que quisiéramos hubiese sido, de ahí el trágico título: crecer es existir más allá de la fantasía.
(Ocaso) De otoño
Aunque el verano puede distinguir entre su existencia narrativa y comercial, el otoño estadounidense hace mu-
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Texto Miguel Domínguez
cho diluyó la línea. Su cine influenció fuertemente para hacer del Halloween una tradición global, provocando que octubre y el cine de terror parezcan inseparables. A pesar de que el otoño transcurre de septiembre a diciembre, octubre tiende a sentirse como el único y verdadero mes de la estación. Una burbuja café-naranjosa donde los monstruos de la ficción, por una noche, invaden amistosamente las calles, el tajo de la pantalla siendo lo que nos mantiene a salvo de su brutal amenaza, contenida del otro lado: en el de la ficción. Es el deseo de jugar con la muerte, solo a sabiendas de que no podrá tocarnos.
Halloween de John Carpenter es un ejemplo obvio de este sentimiento. El asesino enmascarado que se camufla en las calles de una suburbia donde se juega a los monstruos porque creemos que no existen. Pero mientras el exterior es tomado por disfraces, el verdadero monstruo habita dentro: de las casas, del armario, del otro. Curiosamente, ese choque entre el terror y su simulación encontró lugar en el cine infantil, con películas como Abracadabra (1993) o Monster House (2006), haciendo que niños se enfrenten a los terrores ocultos por la mascarada.
Pero más allá de las fiestas, el otoño parece estar relegado como fin atmosférico por encima del narrativo o discursivo. Quizás se deba a su naturaleza transeúnte: el paso de lo cálido a lo frío. O quizás el otoño esté representado más como espíritu que como forma. Pienso en Días de Otoño (1963) de Roberto Gavaldón, sobre Luisa, la pastelera recién llegada a Ciudad de México que fantasea una vida idílica para contarse a sí misma y a sus compañeras de trabajo. El otoño hace presencia no sólo como estación, sino como estado del ser: el crepúsculo del año, reflejo del ocaso de una mente que delira entre euforia, locura y desesperación. Un descenso gélido y tierno a la vez que cae despacio, danzando sin rumbo. Una hoja seca.
El (mentiroso) invierno
Y si pensamos en contradicciones estacionales, las de invierno queman. Una dupla de emociones que coexisten cobijadas del frío, esperando una nevada en México que cuando niño me preguntaba si iba a suceder. Similar al otoño, la última estación del año es inseparable de sus festividades, optimistas broches de oro con los que cerramos la vuelta al sol. Es una época bella y trágica, pero sobre todo artificiosa. Un performance con luces, reuniones y regalos que sirven a forma de promesa: de que no importa qué tan mal estuviesen las cosas, el siguiente año será mejor; y si las cosas no estuvieron mal, pues irán aún mejor.
El cine participa en esa promesa. Recuerdo los especiales navideños de Disney, las retransmisiones de Mi Pobre An-
gelito (1990) y mis DVD de Santa Cláusula (1994) como ritos mandatorios de la época. Hoy en día pienso en los catálogos de cine navideño sobre la realeza que abarrotan Netflix. El género (si es que se le puede llamar así) tiende a cruzarse con la fantasía, ya sea a partir de elementos mágicos o del retrato de un mundo plásticamente bueno. La realidad se estira hasta volverse indistinguible: se transforma en un deseo.
Pero como siempre, está la otra cara de la moneda, donde el invierno, más acorde a sus exigencias, se vuelve en un escenario inhóspito e indiferente. Donde las navidades, como sucede en el tercer capítulo del Decálogo (19881989) de Kieslowski (Santificarás las fiestas), mientras alivian las conciencias de unos, potencian la soledad del solitario. En la clásica El Resplandor de Kubrick, el invierno acecha como fuerza omnipresente que encierra a los personajes en un hotel de fantasmas (los propios y ajenos): la estación se vuelve en un cataclismo opresivo que confronta a los personajes contra el terror que habita en el mundo, y por ende, en sí mismos. Mientras que en la convenientemente titulada Luz de Invierno (1963) de Ingmar Bergman, el nevado escenario exterioriza la duda religiosa. Paul Schrader retomaría esta idea en El Reverendo (2017), donde, mientras la nieve sigue acogiendo la angustia de un creyente, la blanca naturaleza contrasta con la amenaza climática que atormenta al protagonista de la historia. Esa nieve, esa quietud, interrumpidas por un mundo que se desmorona. La promesa parece engaño.
Epílogo primaveral
La Mujer de los perros (2015) de Laura Citarrella y Verónica Llinás trata de una mujer sin nombre que junto a una manada de perros, vive ajena a la ‘civilización’. Posiblemente padezca de una enfermedad crónica. La película transcurre a lo largo de un año: cuatro estaciones. Tras el duro invierno, llega la primavera: la mujer cultiva lechuga, hace el amor con un hombre en el bosque y escucha su poesía; junto a sus perros asiste a una fiesta automovilística y contempla el atardecer. De regreso a su hogar, en una pradera, la mujer cae… poco después, se levanta. Arriba verano, descenso otoñal, invierno estático, levántese primavera. El cuento natural.
Miguel Domínguez. Nací en Lázaro Cárdenas, pero llevo 7 años siendo leonés. Escribo sobre cine a pesar de espantarme con Shrek cuando era niño (¿o debido a eso?). Mención honorífica del Sexto Concurso de Crítica Cinematográfica del Festival Internacional de Cine de Los Cabos. El tomate es mi comida favorita.
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RECOMENDACIONES
Este 2023 aperturamos nuevas secciones tales como Recomendaciones Alternativas, donde mes con mes integrantes del staff de la editorial te ofrecerán opciones —de cine, diseño, música, literatura y más— acorde con el tema del mes y que, consideran, podrías darles un vistazo.
Ruy Muñoz (@erreuy)
RECOMIENDA: Cine (500) Days of Summer / 2009
Dirigida por Marc Webb, (500) Days of Summer es una antítesis del amor romántico que ofrece una visión realista y cercana de las relaciones interpersonales, especialmente en pareja, que pone en evidencia aquello que idealizamos de los demás. A través de su edición no lineal y ritmo característico, expone y contrasta los momentos de una pareja, desde el punto álgido de la relación hasta el declive.
Considero que el acierto más grande de la película, en cuanto a su narrativa, es su frescura y franqueza. Además, posee un soundtrack y diseño sonoro memorables.
Dónde ver Streaming: Amazon
El duro frío del invierno se traduce en una historia de absurdas decisiones con violentas consecuencias. Fargo es una comedia negra congelada en el invierno de Minnesota donde un hombre sumido en deudas secuestra a su esposa para exigir rescate a su suegro. Los nada brillantes secuestradores convierten este fácil crimen en una ridícula sucesión de tropiezos que exhiben la idiosincrasia pueblerina de los personajes de este cuento —medio— basado en hechos reales.
Nominada a siete premios de la Academia y ganadora de dos, es un clásico del cine de culto ‘alternativo’. Una película invernal que quita el frío a fuerza de risas, drama y sangre.
Dónde ver Streaming: MGM Renta y compra en Apple TV
RECOMIENDA: Diseño Twin Cities: Familia tipográfica
En 2003 se celebró el Twin Cities Design Celebration, evento en el que se invitó a diseñadores (tipo)gráficos a participar en la construcción de una marca identitaria para las Ciudades Gemelas: St. Paul y Minneapolis (Minnesota, EE.UU). En el proyecto seleccionado llamado Twin, la fundidora tipográfica LettError desarrolló una familia tipográfica extendible en la que, a través de un sitio web, las personas podían atribuirle características nuevas a las letras para que éstas expresaran la diversidad de las dos ciudades.
Los nuevos caracteres pueden cambiar sus formas conforme el clima y las inclemencias de cada estación que afectan a estas ciudades. Así, un proyecto tipográfico basado en la intercomunicación social dio una voz visual a una comunidad, alimentando la forma en que dos ciudades hermanas se reconocen en sus similitudes y diferencias.
Referencia
Metro Letters: A Typeface for the Twin Cities, 2004. Deborah Littlejohn, editor https://deblittlejohn.weebly.com/tcdc-identity.html
Yolanda Gutiérrez de Velazco (@yolanda_potts)
Marc Webb
Jorge Flores (@jinxed16)
RECOMIENDA: Cine Fargo / 1996 Joel Cohen y Ethan Cohen
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DE ARTISTA
A ARTISTA
OROZCO
Brenda Orozco, a.k.a. Brelorhd, es una fotógrafa leonesa de documental, producto y retrato. Desde muy pequeña le parecía fantástica la idea de poder preservar sus recuerdos dentro de una imagen. “Mi memoria nunca fue la mejor y el poder recordar momentos que creía perdidos era algo que se sentía mágico”. Su amor por la fotografía creció con el propósito de que todos los momentos que se quedaran en su cámara fueran históricos, así fuera lo más monótono.
Hoy, Brenda nos recomienda el trabajo de cinco artistas: una escritora, una música, una ilustradora, una tatuadora y una fotógrafa. Conócelas.
1CAROLINA VALLEJO (Q @caro_vallejo5)
Escritora y artista plástica. Actualmente cursa la carrera de Escritura Creativa. Sus cuentos han sido publicados en La Crónica Jalisco, la revista Isotopía de la Universidad de Guadalajara y en el libro Caleidoscopio xix. Además ha explorado el microtexto y la prosa poética en su blog Cuentos Redondos, donde comparte los lazos que surgen del bordado y la cerámica como prácticas profundamente femeninas y comunitarias.
2ALU GARCÍA (Q @alejandruzki)
Se tituló en Ciencias de la Comunicación y estudió música en diferentes escuelas, entre ellas la Escuela de Música de León, donde aprendió a tocar la guitarra clásica y el piano. Su pasión por la guitarra eléctrica, el rock y el querer salir de la norma, la llevaron a experimentar con diferentes sonidos y estilos, y tras más de 10 años de haber incursionado en la música, creó SVARTHEIM junto con Alexander Velázquez. Este proyecto cuenta con un sonido versátil con piezas que incluyen sintetizador, piano, dos guitarras y bajo.
NAYELI CONTRERAS (Q @nayeli.acl)
Nayeli deja claro que su pasión es el color, jugar con paletas de armonías pacíficas es su juego favorito en la ilustración
digital 2D que trabaja desde el minimalismo con destellos cómicos. Líneas a veces limpias, a veces caóticas, pero siempre en función de explorar los temas que le apasionan, la vida, el universo, el feminismo y el sinsentido. Una ilustradora que se divierte en cada trazo.
KENNIA CADENAS (Q @kennia.cadenas)
Tatuadora. “Llevo 3 años ejerciendo esta profesión con mucho amor y respeto”. Desde niña supo que su verdadera pasión era dibujar y siempre soñó con tener su propio estudio de tatuajes. Para ella, el tatuaje es una forma de expresar lo que hay en su cabeza. Le gusta representar la tristeza, la melancolía, el amor, el erotismo y esa parte femenina que lleva dentro. “Una parte de mí se queda en cada pieza”.
VIRIDIANA OROZCO (Q @viridianna_o)
Siempre con una gran pasión por el arte, se graduó como diseñadora de modas y calzado de la Universidad De La Salle Bajío. Mientras estudiaba la carrera descubrió su amor por la fotografía y decidió dedicarse a ello, pero su camino no estaba en México así que se mudó a Vancouver, donde es fotógrafa y responsable de hacer que las personas se enamoren de sí mismas a través del retrato.
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BRENDA
FOTÓGRAFA /
@BRELORHD
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Yo pensaba que todo tenía que estar perfecto para estar en una poesía, para bailar, para ponerme unas mallas, para tener una súper voz y cantar, pero creo que lo perfecto es vivir el tiempo presente todos los días.
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Texto Edgar A. Aguirre Vega
Fotografías Paulina Vaqueiro E Paulina Vaqueiro Q @paulinavaqueiro
Julieta Escobar Ramírez es una leonesa proveniente de una familia conformada por papá, mamá y un hermano menor; es sinónimo de perseverancia y sensibilidad, es determinación y arrojo; es mujer, persona, artista escénica, docente, madre e hija.
Su primer acercamiento con el mundo teatral fue en la preparatoria a través del taller impartido en la entonces UBAC a cargo del maestro Polo Ibarra Saucedo, de quien aprendió la esencia del teatro y donde participó por primera vez en una puesta en escena: La fábrica de juguetes. Fue en el Teatro María Grever, al presenciar una obra, que reafirmó su deseo por convertirse en una gran actriz.
Durante la primaria era constantemente seleccionada para participar en presentaciones, como por ejemplo las de poesía coral siendo la primera voz, sin embargo, confiesa, la situación le provocaba tal miedo que terminaba en llanto al bajar del escenario, y aunque en ese entonces no se lo explicaba, ahora lo convierte en algo positivo, en una especie de mantra: “no necesito la aprobación de nadie para ser yo, no tengo que estar lista para empezar, no tengo que ser fuerte para avanzar”.
Inicialmente, Julieta tenía la idea de estudiar Psicología para especializarse en Psicología Clínica y, posteriormente, Social. Su gusto por el teatro continuaba pero en la ciudad aún no existía ninguna carrera que se asemejara a la de Artes Escénicas y pensar en vivir en Ciudad de México era imposible; sin embargo, la llamada de una amiga puso en su camino la opción que cambiaría su vida.
“A mis 18 años tuve que decidir si quedarme a estudiar Psicología o irme a un diplomado intensivo de Artes Escénicas, específicamente actuación, en Pátzcuaro. Ahí fue mi decisión instantánea porque ni siquiera tuve días, fueron minutos de recibir la llamada, colgar y tomar la decisión; y me escuché, creo que la perseverancia y siempre preguntarme qué necesito, y yo necesitaba hacer algo que me hiciera sentir completa porque sentía que algo me faltaba”.
“...Tuve que decirle a mi papá que me permitiera crecer, que me permitiera equivocarme, caerme para levantarme yo sola porque no siempre iban a estar ahí para mí y que yo necesitaba aprender a crecer sola, y si me equivoco pues me tocará remendar, crecer y experimentar”.
Y así fue, de esa manera inició el camino por la profesionalización en las artes escénicas, lo que la llevó a migrar a Michoacán y mantenerse alejada de su familia por casi tres años, una situación compleja pero que le brindó mayor fortaleza.
Al hablar sobre el tema, Julieta recuerda con añoranza y agradecimiento aquel periodo académico, la educación que recibió por parte de directivos y profesores, las tardes de estudio con sus compañeros, y aunque asegura que no siempre hubo bueno días, siempre valorará las enseñanzas no solo en el salón de clase, sino las de vida.
“Nos hacían preguntarnos y respondernos y mucha gente ya no quería estar, creo que esa parte a mí me ayudó a persistir… Yo decía «si yo quiero hacer algo así primero tengo que aprender a ser persona antes que un personaje, y para ser persona me tengo que conocer», me conocí llorando, me conocí con 100 pesos en la bolsa sobreviviendo una semana, pidiendo a los maestros de Casa de Cultura de Michoacán que me permitieran estar de oyente porque no tenía para pagar los cursos, tuve que hacer un servicio social para que la maestra de danza contemporánea me diera clases; ahí aprendí a negociar, por eso me encanta mucho la gestión, ver cómo sí funcionan las cosas”.
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Fue una estudiante muy disciplinada y eso le hacía salir a flote a pesar de todas las complejidades que se presentaban en el día a día. Julieta comenzó a involucrarse de lleno y tratar de integrarse a la comunidad artística del estado vecino, “pero algo me jalaba”, asegura. Así, con un pie roto y emocionalmente acongojada, regresó a León.
Previamente, su encuentro fortuito con Javier Avilés — referente del teatro leonés y mexicano en la década de los 90— le había dejado las puertas abiertas para colaborar una vez que estuviera de vuelta en la ciudad. No todo fue miel sobre hojuelas, pero de a poco empezó a enraizar; formando parte del grupo Luna Negra se adentró en un mundo que para entonces aún le parecía inalcanzable. Pronto llegaría el momento de tomar otra importante decisión en el rumbo de su carrera.
“Me llamó mi maestro Mauricio Pimentel para decirme que estaban buscando una actriz para una adaptación de Fuenteovejuna, con el maestro Luis de Tavira, y me pensaron. Me acuerdo que estaba entre decidir irme 3 o 4 meses a Ciudad de México o estar en la producción donde Javier Avilés me había dado el personaje de un niño en El diamante de la verdad, con una gira por todo el estado, y yo era el personaje principal. Tuve que tomar una decisión y decidí quedarme”.
A partir de entonces puso todo su empeño para hacerse notar y, sobre todo, lograr las cosas que se había propuesto. Comenzó a involucrarse de lleno en la cultura, a gestionar relaciones públicas, aprender lo más que pudiera, a forjarse a través de la práctica, hacer un trabajo rentable… El ogrito llegó a su vida, producción para el Programa Nacional de Teatro Escolar a la que considera su primera obra importante, misma que le marcó sensiblemente debido a que, a días de su estreno, falleció su director, el maestro Avilés.
Julieta se separó del grupo Luna Negra y se generaron proyectos independientes, llegó Teatro de los Sueños y una nueva pasión: la docencia (además de la dirección, la producción y la gestión), en la que más tarde se especializaría al estudiar la licenciatura en Ciencias de la Educación, actividad que continúa realizando desde preescolar, secundaria y bachillerato, teniendo la satisfacción de, como ella lo define, “formar nuevas generaciones de artistas desde la humanidad, desde el ser persona”.
Su etapa de vida actual la mantiene en calma pero activa, resonando, orgullosa de ser de León, de realizar, a lo largo de los años, un trabajo que hoy es objeto de reconocimiento y de haber tomado —y no— decisiones que la convirtieron en la mujer que es hoy.
“En toda mi vida quizá puedo decir que mi objetivo no era, aunque pueda sonar cliché, ser famosa, porque si no hubiera tomado otro camino, pero sí dejar huella; creo que la mención, el reconocimiento, tu nombramiento, esta misma entrevista, es decirme «lo has hecho muy bien». No ha sido 100 por ciento satisfactorio pero creo que ese es el sabor mismo de la vida”.
La fábrica de juguetes, Arlequín, servidor de dos amos, Como si fuera esta noche, Raíz yo soy y El cepillo de dientes o náufragos en el parque de atracciones son, hasta ahora y por distintos motivos, sus proyectos más significativos y preciados; pero por supuesto que aún hay más por hacer.
“Un texto que me encanta es Las chicas del Tres y media Floppies, ese lo dirigí y con ese me despedí de la Universidad de León, y es algo a lo que en algún momento quiero volver pero como actriz… Me gusta mucho el trabajo comunitario, el trabajo social, el que yo pueda servir para algo, esa parte me mueve mucho desde siempre y creo que no me puedo ir de esta vida si no hago algo por ahí, en lo social”.
Julieta es consciente de dónde viene y hacia dónde va, eso, destaca, es la mejor de las brújulas, es lo que le ha permitido no perderse y continuar siendo agradecida por lo que ha recibido y por lo que continúa cosechando en su travesía; siempre, comparte, hay que recordar quiénes somos para trascender.
“Así como esa obra se me quedó en el corazón, quizá es lo que quiero en esta vida, que me quede en el corazón del público, de las personas, de los alumnos, de generaciones, de mis propios maestros, de mis padres, de la familia de mi esposo, de todos, y decir «esta mujer vivió todo el tiempo en lo que hacía», y creo que eso para mí es lo más valioso que puede existir”.
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Texto: Jorge Flores
Fotografías: Karen Méndez
EL SITIO 39
En este lugar el arte se sienta cómodo a la mesa, la comida se sirve sin pretensiones pero con esmero, hay música en vivo y siempre una sonrisa al atenderte; “lo que nos gusta nos une”, dice su lema, conoce Colectivo81.
Yazmín Vargas y Luis Hernández son el cerebro y el corazón de este restaurante ubicado en la Plaza Vía Alta, al sur de la ciudad. Abrieron sus puertas el 1 de septiembre con el propósito de ofrecer una alternativa para esta zona de la ciudad, un lugar sabroso, de buen ambiente y que al mismo tiempo alimente la creatividad y el sentido artístico.
El principal ornamento de Colectivo81 es el mural que cubre en su totalidad uno de sus muros; una pieza artística realizada por cuatro artistas leoneses: Zhot Rnk, Brote Rnk, Dany Rnk y Crook.
El espectacular muro recoge distintas piezas clásicas del arte y las reproduce en un collage con un diseño increíble. Desde Frida Kahlo hasta Bowie, del Quijote de Cervantes al Beso de Klimt, una pieza que invita a la contemplación y de alguna manera motiva a la inspiración.
Ya con el primer impacto visual, se sabe que el arte y la cultura conviven en este espacio con los aromas y los sabores de la cocina de Colectivo81; cuya consigna permite e incita la creatividad de sus clientes.
En el mezanine que ocupa el fondo del establecimiento, se encuentran exhibidas decenas de obras que realizaron los clientes cuando el lugar abrió; a los comensales les repartieron dibujos para colorear y cada uno, a su modo, a su técnica y a su talento, le dio color a estos trozos de
papel que hoy exponen un caleidoscopio de visiones y habilidades artísticas.
“Todos tenemos algo que expresar y lo comprobamos con ese primer ejercicio. Queremos colaborar porque sabemos que la expresión artística y cultural es algo que ayuda a cualquier sociedad a desarrollarse, a crecer”, nos cuenta Yazmín Hernández en entrevista con Alternativas.
Cualquier lugar que se precie de un buen ambiente y una experiencia recomendable debe considerar a la música como un elemento prioritario; y mientras los miércoles y viernes puedes disfrutar de la música en vivo de distintas bandas de jazz, blues y rock; los demás días en que le toca el turno a las playlist, la selección siempre tiene ese punto de clásicos de rock con joyitas del indie contemporáneo, así que por ahí, también le atinaron.
Pero ahora sí, hablemos de lo importante: la comida. Colectivo81 es un restaurante de cocina casual, de antojos prácticos y platillos adaptables, de esos gustos que van a caerte bien. Porque además están hechos con un esmero que se comprueba al probar y con un cariño y cuidado en la presentación que enamoran a la vista.
Evitando la especialización, el menú busca la diversificación, un poco de todo para que cualquier persona pueda encontrar un platillo a su antojo, porque al final, este colectivo pretende ser grupal, unido, para todos.
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Por eso Colectivo, porque un colectivo es un grupo de gente que comparte intereses en común.
Desde unos tacos de birria con el humeante consomé, unas tostaditas de atún, el sabroso hummus con verduras o una guacamaya de chicharrón colombiano, hay opciones para todos los gustos pero que comulgan en la calidad y la preparación con la que se presumen a los sentidos.
“Un lugar para todos, que tiene alternativas de arte y que el menú está súper cuidado y súper rico, además de la música en vivo”, agrega la fundadora de Colectivo81.
Por su parte, las bebidas ocupan un sitio singular. En Colectivo81 la atención está dirigida a los mocktails, diversas opciones de tragos frutales y de exóticas combinaciones para todos aquellos que prefieren acompañar sus alimentos sin alcohol; pero si tú no eres de esos y prefieres el efecto y sabor etílico, basta con pedir que se le agregué el licor de tu elección y listo, tienes tu cocktail. Además de estas opciones con el sello de la casa, la barra ofrece cervezas y tragos clásicos para amenizar la velada.
Ya tenemos una sabrosa comida, un espacio cómodo y un soundtrack ya sea en vivo o como pistas pero que agrada, solo falta la atención y en eso tampoco se equivocaron, y es que cada uno de los aquí te atienden lo hacen con un sonrisa y la cercanía de saberse en unidad.
Colectivo81 es un espacio que atiende el sur de la ciudad con una propuesta distinta. Entre los grandes restaurantes sobrepensados o el agridulce fastfood, este espacio propone una calma a vivir tu experiencia gastronómica desde un sitio más artístico.
Visítalos de lunes a domingo de 14:00 a 22:00 horas, los jueves hay pizzas y los demás días un menú y una experiencia que seguro te dejará satisfecho.
E Q Colectivo81
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Puedes seguirlos en:
Las estaciones del año, así como las de la vida, llegan con admirable puntualidad y siempre, pero siempre, traen regalos que van con su personalidad. Son épocas sorprendentes, pues cada año es distinto en sí mismo y también dentro y fuera de cada quien.
AVivaldi, que era músico, las estaciones del año le hablaban en violines, le florecían el ama de sonidos brillantes y le llenaban de notas florales en primavera, frutales en verano, amaderadas en otoño y blancas y ligeras en invierno.
A mí, que pienso siempre en comer y en guisar, cada temporada me sabe deliciosamente a lo que mi cuerpo me pide y la tierra me ofrece.
Cada primavera me hace ilusión repetir la alegría de la resurrección de la tierra, su floración, el ajetreo de los bichitos y el regreso de los trinos y gorjeos de los pájaros, en especial me inspira el regreso de las golondrinas. El jardín entero parece una ensalada multicolor. Y eso es lo que hago, ensaladas con los actores principales de esta temporada: jitomates, aguacates, rábanos, nopalitos, lechugas, ejotes, pepinos y con algo de suerte algunos berros que se hayan adelantado a las lluvias del verano.
Primavera suave de cremas tersas y tibias de coliflor, brócoli, espinacas, calabacitas, acelgas, espárragos o zanahorias. De cremas frías de aguacate, pepino o gazpacho de jitomate cuando la temporada avanza y el sol crece.
Aguas frescas, gelatinas y postres primaverales de fresa o mango, melón, papaya o tamarindo. Naranjas y limones todavía están buenos y jugosos y aún quedan lindas peras, manzanas y grandes sandías. Comienzan las guanábanas y las piñas, dulces, perfumadas, alegres.
Las proteínas de la primavera me apetecen en estado casi puro, la sencillez será la clave del éxito para conseguir frescos pescados, grandes y blancos, empapelados con hoja santa, cebollita y limón, que metidos al horno entre 15 y 20 minutos se verán magníficos y serán fáciles de digerir y masticar hasta por los más pequeños y los más mayores de la casa.
En verano las comidas al aire libre son mi pasión. El calor de las mañanas que se cura o se alborota, según, con la lluvia de media tarde, hace que la vida explote y el campo entero se vista de un verde lujoso. Así también mi mesa. Ensaladas cada vez más verdes, con berros, apios, lechugas, mantequilla, radicchio o col morada, cebollines, queso de cabra, rodajas de pera y manzana, nueces y chía salpicadas por encima.
Las grandes lluvias de nuestro verano mexicano caen en los jardines, en las banquetas y en todo el campo y brotan verdolagas deliciosas, para cocinarlas con espinazo en salsa verde o con codillo de cerdo en un gran caldo rojo de chile pasilla y ancho, mi platillo insignia.
Aguachiles y ceviches, tostadas de camarones, pollo rostizado, salpicón de carne deshebrada, flautas de pollo o de barbacoa con mucho guacamole, carnes asadas, pescaditos fritos, crujientes, con su chorrito de limón y un buen botón de mayonesa recién hecha…
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Texto María Luisa Vargas San José
Higos grandes y morados, escurriendo su gotita de miel, se abren misteriosos y rosados. Granadas como joyas secretas del jardín. Helados de todas las frutas posibles, nieves de garrafa… ¡oh… el verano!
En el otoño las mañanas frías y las tardes airosas sonrojan el campo, las hojas, los pastos. Las frutas se tornan rojas y cálidas, llega la temporada de la cosecha; el producto de todo el año de trabajo da sus frutos y hay que apurarse a guardarlos. Mermeladas y almíbares, embutidos, salazones, salmueras, escabeches. Azúcar, miel, sales, hierbas y especias, humos, alcohol. Lo que sea necesario.
En otoño hago compotas y mermeladas conforme van madurando las manzanas, las peras, las pequeñas naranjitas chinas de mi huerto. Las zarzamoras alcanzan su máximo punto de tamaño y dulzor, mis nietos y yo nos metemos a la boca varias a la vez, hasta que nos gana la risa de dientes morados. Nuestro cuerpo se llena de vitamina C y las gripas se alejan de nuestro reino. Tal es el otoño.
El invierno en el bajío es como el de Vivaldi, Allegro non molto al inicio y después francamente Allegro. Aunque todavía no me considero en el invierno de mi vida, ni muchísimo menos, mis huesos resienten su aliento helado y se quejan; busco el calor por todas partes, me escondo debajo de las mantas. Mis árboles, pelones, están flaquísimos y en la hortaliza, los girasoles, los ejotes y las alubias ya dieron lo que tenían que dar y se secaron, pero… todo esto quiere decir que el año se termina, la tierra dormirá, mientras más frío haga afuera, mejor refugio será la casa y se llenará de gente y de luz.
El invierno es por excelencia el tiempo de hornear. Shepherd’s pie, me enseñaron a hacer unas niñas mías, inglesas, jolgorientas y navideñas, es un pastel de picadillo de carne tapado con un puré de papa suntuoso de mantequilla, dorado y crujiente… lo más hermoso que existe para cenar en una noche fría.
Comidas de bacalao a la vizcaína, con su español sabor a pimentón y ajo, con aceitunas y alcaparras, almendras y tomate… Tardes de posadas y mexicanísimos tamales, con su pancita rellena de puro consuelo dulce o salado, picositos, gustosos, arropados en su cunita de hojas de elote, echando bocanadas de vapor blanco y antiguo.
Y en enero, días de garbanzos. Eso es todo lo que necesito para cobrar fuerzas y plantarle cara a otro año. Fuerzas para volver a empezar, para desafiar el miedo, para luchar, para planear, para vencer. Otra vez.
Hoy, con todo cariño les comparto la receta de los garbanzos que me hacía mi padre y que tanto ayer, como hoy, mantienen y contagian poderes asombrosos.
Ingredientes
• 2 tazas de garbanzos remojados desde la víspera • 1 hoja de laurel •2 dientes de ajo • ¼ cebolla • Sal • 5 pimientas gordas • 250 g de tocino en trozos • 1 cebolla mediana picada fina • 3 jitomates pelados y picados • 1 pimiento verde grande, asado y pelado • 1 diente de ajo grande picado fino • 1 cucharada de pimentón dulce sin ahumar
Modo de hacerse
Cocer los garbanzos con el cuarto de cebolla, laurel, ajos, pimientas y tocino hasta que estén bien suaves. Freír en aceite de oliva la cebolla picada, luego el ajo y el pimiento para hacer un sofrito.
Añadir el jitomate y el pimentón y dejar guisar a fuego muy bajo durante unos 5 a 7 minutos, incorporar los garbanzos y el tocino junto con un poco de su caldo y mezclar muy bien, rectificar la sal y dejar todo a fuego muy bajo durante un buen rato para que todos los sabores se integren.
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Llega la segunda edición de BARCO
El Instituto Cultural de León impulsa el arte visual de la región a través de la II Bienal de Arte Contemporáneo BARCO.
Para esta edición, el Comité Organizador de la II Bienal de Arte Contemporáneo tiene el honor de presentar al estadounidense Tobias Ostrander como curador invitado; dentro de su trayectoria se encuentran colaboraciones en el Museo Tamayo, el Museo de Arte de Brooklyn, el Museo del Barrio de Nueva York, entre muchos otros. Él será el encargado de seleccionar a artistas y piezas que estarán presentes en la exposición de BARCO.
Las y los artistas interesados deberán registrar sus piezas a través de la página web: www. barcobienal.com, antes del miércoles 30 de abril 2023 a las 23:59 horas. Tras la deliberación del cuinvitado, el comité dará a conocer los resultados el 18 de mayo de 2023.
De acuerdo con la selección de Ostrander, el viernes 14 de julio de 2023 se realizará la exposición de la II Bienal de Arte Contemporáneo dentro de las galerías del Instituto Cultural de León.
La II Bienal de Arte Contemporáneo BARCO es la oportunidad para que las y los artistas puedan presentar y demostrar su trabajo mientras que el público tiene la posibilidad de conocer las interesantes producciones que se manifiestan alrededor del país.
La convocatoria de BARCO abre sus puertas a todas las y los artistas que vivan en el territorio nacional, con el objetivo de que el arte del Bajío pueda dialogar artísticamente con los proyectos visuales de todo México.
A través de la Coordinación de Artes Visuales, el Instituto Cultural de León tiene la tarea de ofrecer al público local, así como a los visitantes, piezas de arte de gran calidad y diversidad. Esto alimenta el interés de la audiencia y motiva a los creadores regionales a mantenerse en tendencia.
El día de la exposición se realizará la premiación de dos obras, con un monto de 100 mil pesos para cada una, además, un Comité de adquisiciones otorgará premios de adquisición a otras obras con un fondo total de 130 mil pesos. Éstas formarán parte de la colección de arte del Instituto Cultural de León.
Durante la I Bienal de Arte Contemporáneo, que se realizó en 2020, se recibieron un total de 157 registros, la mayoría del estado de Guanajuato, pero además estuvieron presentes los estados de Jalisco, Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí y Aguascalientes.
Con una nueva edición, BARCO pretende aumentar su convocatoria para así mantener y atraer distintos públicos y convertir a la región en un punto clave para el arte contemporáneo en México. Consulta la convocatoria a detalle y toda la información necesaria en www.barcobienal.com.
Texto Jorge Flores
AL CIERRE 44