Dlc tour 2014

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Tour de France 2014

Cicloturismo en Ancar 16-17 de agosto 6-7 de septiembre

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n en septiembre y conoce Pan do Zarco, el ‘Mortirolo’ español

ESPECIAL TOUR DE FRANCIA 2014 Favoritos y equipos… pág. 10 Recorrido … pág 44 Historia … pág 74

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Participan Jorge Matesanz - Dirección / Coordinación P. C. - Pedro Ceinos P. G. R - Pedro García Redondo D. F. - Daniel Fernández E. V. - Eduardo Villaverde ÍNDICE | 5

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Un Tour con trampa Lo que parece un duelo muy claro entre Froome y Contador por el maillot amarillo se puede convertir en un campo de minas, como 10 | DLC PRO MAGAZINE

bien pudimos comprobar en la tan espectacular Dauphiné que se vivió con victoria para un inesperado Talansky. Los aspectos tác-

Talansky abre el camino El ciclista de Garmin-Sharp se alzó con el triunfo en la Dauphiné.

De forma espectacular. Froome empezaba de forma rotunda la carrera, con sendas victorias de etapa en la crono inicial y en la primera llegada en alto, dominio que antojaba un mal presagio para sus rivales. Sin embargo, a la rueda del británico resistieron el español Alberto Contador y el holandés Kelderman. Entonces fue el propio madrileño quien se empeñó en dar un nuevo golpe de autoridad, con éxito.

ticos primarán sobre las fuerzas de los líderes, lo cual beneficiará en todo momento al movimiento de carrera y, por ende, al espectáculo.

Los mejores corredores del mundo enfrentados en un recorrido sobresaliente, con muchos alicientes.

En cambio, cuando todo eran elogios y aplausos al nuevo líder, Apareció la figura de Talansky, un buen corredor que se hizo con el triunfo final gracias a una fuga de gran número. La falta de equipo de Contador fue clave y el pinteño apenas pudo quedar a 27” de la gesta. Sin embargo, la sensación fue buena, aunque el aviso fue de una claridad meridiana: cuidado con las emboscadas en el mes de julio. El recorrido guarda muchas sorpresas…

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Un año para resolver dudas Tras un gris 2013 repleto de polémicas y un invierno más tranquilo de lo habitual, fuera del primer plano, el ciclista de Tinkoff-Saxo ha podido prepararse a conciencia para afrontar los grandes retos que le esperan. El primero de ellos, recuperar las sensaciones, algo que ha logrado tras sus victoria en País Vasco y Tirreno, dos pruebas de primer nivel.

Lograda la vuelta al primer nivel, tocaba derrotar a Froome, victoria que ha logrado en la Dauphiné, aunque en términos especiales.

El Tour entre ceja y ceja, Alberto sabe de la responsabilidad y que no puede fallar, que todos corren contra él y que tendrá que asumir el peso de la carrera. Su trayectoria en la ronda gala es intachable, aún pese a malos momentos que ha atravesado como en sus dos últimas participaciones, 5º y 4º respectivamente sin mostrar una muy buena versión de sí mismo. Le sobra imaginación para poner en aprietos a sus rivales, que ya le temen.

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Sus mejores días El ciclista de Tinkoff-Saxo ha lucido su clase a lo largo de muchos días en la Grande Bouclé. Aún en los malos momentos ha intentado dar espectáculo y días de gran ci-

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clismo, algo muy de agradecer en el panorama actual de corredores grises y de poco riesgo. Él lo ha intentado de continuo y en todos los terrenos.

Galibier: cara y cruz En la cima alpina mostró su primer gran destello en el Tour, atacando durísimo camino de Briançon. En la misma subida se desfondó en 2011, cediendo todas sus opciones al podio, aunque lo intentaría al día siguiente desde lejos en una nueva subida al coloso.

Plateau de Beille, primera victoria En los Pirineos supo que aquel 2007 podía estar en sus manos la victoria final del Tour, algo lejano de salida. Ganó y fue el más fuerte en una de las subidas más duras.

Hasta 2011, infalible Su primera participación data de 2005. En aquella ocasión terminó en París una gran experiencia.

Sin embargo, tras un inoportuno cavernoma que le dejaría sin Tour en 2006, volvió en 2007 al mando de un potentísimo Discovery Channel. Ganaría la clasificación general, siendo ganador siempre que compitió hasta 2011, donde sólo pudo ser quinto.

Verbiers, la sentencia La subida suiza sentenció el Tour 2009, en el que el líder de Astana estaba sufriendo una dura batalla psicológica con su propio equipo. El ataque que lanzó desarboló las opciones de Amstrong y demás rivales.

Cadena Gate, la pillería da un Tour Andy Schleck hizo saltar su cadena y este hecho fue aprovechado para atacar a traición a su gran rival, con el maillot de líder a sus espaldas. Contador recuperaría el liderato y sólo un positivo posterior a la finalización del Tour le quitaría la victoria.

Ni en el llano Cuando más tranquilo parecía el panorama el español encabezó un violento ataque con el viento como aliado. Su equipo partió el pelotón y Valverde, rival para el podio, cedería allí todas sus opciones.

En 2008 su equipo no fue invitado y en 2012 estaba sancionado por su positivo en la edición 2010, que también cayó de su lado. Si contamos que en Vuelta y Giro cuenta sus participaciones por victorias incontestables, podemos afirmar que durante cuatro largos años el madrileño no ha sido batido en ninguna gran vuelta.

Ese honor ha caído en los últimos tiempos con la mala actuación de 2013, pero por la forma exhibida, ¿por qué no pensar en un buen rendimiento en la 2014 que le haga recuperar ese halo de invencible?

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Tinkov se la juega Esperando la contratación del tan ansiado Peter Sagan, el magnate ruso tiene ante sí una ocasión única de reconciliarse con Alberto y ganar así su primer Tour de *El ruso celebró de esta forma la victoria en el Zoncolan de Michael Rogers, que estará también en el Tour. .

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Francia como sponsor. El TinkoffSaxo será uno de los bloques más potentes, tal vez el equipo a batir. De hecho, con Kreuziger tienen a uno de los favoritos al

podio, aunque sin grandes pretensiones de salida, ya que el jefe es Contador. Roche será también de la partida, pero veremos si aún le restan energías para algo tan exigente como el Tour tras haber competido en el Giro. Con esa columna vertebral a buen nivel, son imbatibles.

erando la contratación del tan ansiado Peter Sagan, el magnate ruso tiene ante sí una ocasión única de reconciliarse con Alberto y ganar así su primer Tour de

El equipo de referencia Tanto para atacar como para defender, el Tinkoff-Saxo se dispone para llevar el peso absoluto de la carrera. Salvo un mal momento de su jefe de filas, serán estos hombres los que busquen dar el golpe ante sus grandes rivales, ya sea en ataque o en defensa, para subsanar otros golpes que haya podido recibir. De hecho, sería una muy buena señal que el equipo tenga ese protagonismo.

La única preocupación será el día del pavé. Sin grandes rodadores en la escuadra, la baja de Noval se dejará sentir. Paulinho parece un fijo, al igual que Jesús Hernández, hombres de confianza del propio Contador, pero serán sus escuderos en montaña. En el llano queda a merced del saber hacer de Bennati, que bien les puede solventar la papeleta en alguna llegada masiva. Rogers lo es, pero se adapta más a los terrenos más clásicos de rodar que a las piedras, donde hay que tener experiencia para poder bregar por tu líder.

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El riesgo de las segundas partes Vencedor con una superioridad aplastante del Tour de Francia 2013, el británico es el actual campeón y el gran rival a batir. Fuerte como el que más en la alta montaña y demoledor contra el crono tiene en el aspecto táctico su talón de Aquiles. Corredor de impulsos y carácter netamente ofensivo, Froome no se deja nada en la reserva.

“He dado todo lo que tenía” confesó nada más imponerse en la segunda etapa del recién finalizado Criterium du Dauphiné.

Desde que irrumpió con gran violencia en la élite del ciclismo internacional (Vuelta a España 2011), Chris Froome no ha hecho sino progresar y mejorar como corredor. Ahora, en la cresta de la ola y con viento a favor, espera revalidar el triunfo en Francia y confirmar la era de dominio británico que comenzó hace tres años.

Respaldado por un equipo solvente en la alta montaña, Froome volverá a tener a Richie Porte como escudero de lujo. De su rendimiento y regularidad también dependerá parte del éxito de la escuadra británica. P.C. 18 | DLC PRO MAGAZINE

Dos grandes de menos Con un cierto parecido a Alex Zulle, el británico nacido en Nairobi despuntó durante la Vuelta del año 2011. Allí fue batido por Cobo por muy escaso margen tras trabajar toda la ronda para su líder teórico de filas, un Wiggins que dejó el liderato en la cima del mítico Angliru. ¿Y si hubiese sido él el jefe de filas?

Tan sólo un año más tarde, fue el propio Bradley el que interrumpió su progresión. Wiggins era el líder indiscutible y Froome tuvo que conformarse con el segundo puesto de un Tour que por fuerza podría haber ganado. Subiendo a la estación de Peyragudes incluso se puso por delante exhibiéndose con un gesto que no gustó mucho al maillot amarillo, con el que desde aquel momento no tiene buena relación.

Trayectoria en el Tour 2008 2012 2013 84º 2º 1º MON CRO LLA SPR EQU

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De hecho, la separación que ambos han conllevado a lo largo de estas dos últimas temporadas ha sido de gran incomodez para el Team Sky.

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Cómo ganó en 2013

El de Sky necesitó sólo un par de etapas para dar un estacazo en la general. La primera de ellas fue en los Pirineos, camino de la cima de Plateau de Bonascre tras subir el durísimo Pailheres. Allí arrancó Quintana, pero entonces nadie le consideraba un candidato. Ganó el inglés tras un gran trabajo del australiano Richie Porte. El segundo asalto tuvo lugar en el mítico Mont Ventoux. Allí dejaría otra huella imborrable, con un ataque inalcanzable.

al que nadie podría respon-

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De amarillo y con un golpe de autoridad así, todos comenzaron der. Sus rivales comenzaron entonces a buscar la segunda plaza del podio nocturno de París.

En las cronos no dejó lugar a sorpresa alguna y sólo en las últimas jornadas de montaña flaqueó y pecó de inmadurez atacando a destiempo y sin ningún sentido. El resto fue un paseo militar de una contundencia que en otros tiempos y dejando de lado la irregularidad del propio Froome nos hubiese llevado a nombrarle como aspirante a sucesor de los grandes campeones de este deporte.

Vencedor con una superioridad aplastante del Tour de Francia 2013, el británico es el actual campeón y el gran rival a batir.

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Difícil filo para Sky Tras años de éxito para el equipo Sky, se avista una época de cambios y modificaciones en su organigrama deportivo. Wiggins ya no 22 | DLC PRO MAGAZINE

es el que era, no sólo en el plano físico, sino a nivel de implicación con una marca que ha elegido a Froome sobre él. Por ello no es

Porte y Wiggo, muy fuera Son varios los corredores que piensan dentro de Sky que su rol debería ser más alto del que ya es. Para comenzar, Richie Porte tiene en mente no seguir la próxima temporada, ya que su deseo de liderar a un gran equipo sigue en pie. Como parece poco probable que sus pretensiones se cumplan para este año y los próximos el aussie escuchará ofertas una vez pase el Tour. Este hecho puede afectar a su motivación, que puede buscar más el lucirse en solitario más que en grupo.

de la partida en el Tour, para evitar conflictos. Porte será de nuevo un pilar, acompañado por Nieve, López o Thomas. Otro de los hombes clave, sino el que más, será el bielorruso Vasil Kiryienka. De sus piernas Dependerá gran parte de su suerte.

Wiggins, por su parte, se centrará en la Vuelta, prueba que prepara con mimo. Allí no está prevista la presencia de Froome, aunque no descartada. La continuidad del británico en la estructura que le ha dado todo (si bien él ha elevado a los altares a su equipo) está más en el aire que nunca. Seguro que más de un equipo se frota las manos con esta operación. Tener a Wiggins en sus filas es sinónimo de ser noticia a lo largo de toda la temporada.

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Astana sue単a con vencer en el Tour

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Con un carácter netamente italiano parte el equipo kazajo con la dirección técnica de Martinelli y el mítico Vinokourov. Ambos, de conocido carácter ofensivo, se plantean únicamente la victoria en el Tour.

El equipo logró la victoria en 2009 y 2010 con el español Alberto Contador, pero ese recuerdo queda tan lejano que hay necesidad de subir un peldaño de calidad.

Por tanto, se han jugado muchas cartas a esta cita, en la que apuesta por Nibali, pero contando con más bazas que jugar. En primer lugar la de Jakob Fuglsang, que cuenta con el gran respaldo de sus últimas actuaciones en la ronda gala.

Kangert es otro de os ilustres escuderos del squalo.

El estonio, de hecho, es claro aspirante a hacer top ten en la general, pese al trabajo para su líder, aunque cuenta con ese carácter anárquico clásico en ciclistas del este. Con Scarponi en liza, además de sus lugartenientes de siempre, el Tour se presenta optimista para Astana y su gente. Defender o atacar será la cuestión.

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Valverde, misión imposible número…

El Tour de Francia es el sueño eterno de Alejandro Valverde. Él mismo ha confesado que es una carrera de la que se enamoró desde que ganó a Lance Armstrong en la subida a Courchevel (200%) en un bonito cara a cara. Sin embargo, la carrera no parece la más acorde a sus características. Siendo un corredor que ni rompe en montaña, ni destroza las manecillas del reloj, el murciano siempre ha encontrado algún momento de debilidad que le ha retrasado en la clasificación y le ha apartado del podio en París.

La propia filosofía de la carrera va en contra de un ciclista que necesita de ciertos momentos de relax durante la competición. En el Tour no se para nunca y eso es algo que, tarde o temprano, el murciano siempre termina pagando. Para este año además, Valverde cuenta con la presión añadida de que puede estar ante una de las últimas oportunidades de presentarse en la salida de “La Grande Boucle” como jefe de filas. Quintana progresa a pasos agigantados y puede ser el empujón definitivo que obligue al doble vencedor de la Lieja-Bastogne-Lieja a luchar por otros objetivos.

P.C.

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*Valverde tiene ante sí una de sus últimas ocasiones de tomar protagonismo en el Tour, una prueba que le ha dado la espalda. Tiene confianza en sus posibilidades y el recorrido le conviene. ¿Estará la suerte de su parte por una vez?

Polémica Quintana La explosión de Nairo Quintana se hizo coincidir con una avería mecánica del murciano que le hizo perder toda opción de podio cuando era de los más fuertes. El incidente tuvo lugar en la 13ª etapa y desde entonces la jefatura recayó sobre los hombres del colombiano, que no defraudó y saltó a la fama mundial.

De ese modo, la configuración del calendario llevó a Movistar a dejar al escalador fuera del Tour y así concederle todos los galones al español. Ganador del Giro, ha existido el rumor de que bien se podrían cambiar los planes. Con buena lógica se han mantenido y la maglia rosa dejará su última bala a un Valverde que lo tiene todo para triunfar, como también lo ha tenido a lo largo de la última década. Sin embargo, cabeza, mala suerte y malas piernas han terminado por coincidir en un ciclista cuya mala relación con el Tour nos recuerda al injustamente tratado Abraham Olano.

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Tour 2013: ¿y si no rompe la bicicleta?

En España era el Tour de la vuelta de Contador. Un año en el que se conjugaba el duelo del pinteño con el aparentemente imbatible a lo largo de la temporada Froome.

El mal rendimiento del español fue vaso comunicante con Valverde, que rindió entre los mejores en la primera etapa pirenaica. Sólo Froome pudo superar a un ciclista que parecía más seguro que nunca. En la segunda etapa de Pirineos la lucha fue encarnizada de salida. Froome, ya de amarillo, se quedó solo a mucha distancia de meta. Movistar movió el árbol tímidamente, con Valverde buscando algún movimiento individual.

Le perdonaron la vida al líder, pero se confirmó que iba a ser Movistar el único capaz de derrocarles. La crono fue muy bien para él y continuó en un puesto cabecero. Todo parecía ir a la perfección y ya se hablaba de buscar el podio o, incluso, la victoria final. Pero llegó el mal día, el fatídico día 13 de Tour en el que una avería en plena tormenta de abanicos le dejó distanciado a más de diez minutos. A partir de ahí pasaría a apoyar a Quintana y a buscar una buena posición en la general.

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Perseguido por el Mundial Campeón de España contra el crono, Valverde sigue arrastrando el fallo táctico que se produjo en el Mundial de Florencia. Polémica que no le ha impedido ganar. De este modo se llevó la Rutal del Sol, donde ganó tres etapas, la Roma Máxima, una clásica antes conocida como Giro del Lazio, la Flecha Valona, la Vuelta a Murcia o el GP Miguel Indurain.

Este año tiene otra cita en Ponferrada, circuito en el que ya ha estado a buen nivel siendo segundo en la prueba en ruta, cediendo la victoria a su compañero Ion Izagirre, pero demostrando que bien podría haber conquistado su segundo entorchado nacional.

*Valverde sale al ataque en la lluviosa jornada de Le Grand Bornand. Tras alejarse en la general, tratará así de ganar un tiempo que le permita al menos entrar entre los diez primeros de la general.

Una forma que muestra el doble filo al que puede enfrentarse en el Tour. Si se le espera, tiene muchas papeletas de no funcionar; sin embargo, si nadie habla de él es cuando mejor versión de sí mismo puede dar. Así son los genios.

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Movistar, al servicio de Alejandro Valverde

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Un equipazo

*Tras imponerse en el Giro de Italia y dominar gran parte de la carrera, el nº1 del ránking mundial de la pasada campaña se enfrenta a su gran reto del año, el Tour de Francia.

Al servicio del murciano estarán ocho corredores pata negra.

Empezando por Intxausti, que si bien este año no se ha terminado de encontrar, es un ciclista capaz de asumir la responsabilidad si el jefe de filas no responde. Sería el último hombre que perdiese Valverde, siempre que esté en su nivel. Otro ciclista que puede sorpren- der es Ion Izagirre, campeón de España. El vasco afronta su primer Tour de Francia con la ilu- sión intacta y un gran abanico de posibilidades, aspirando también a hacer una buena general. Plaza es un seguro de vida para Movis- tar. El alicantino vale para el llano y para la montaña, dos plazas claves donde le van a necesitar. Gadret es un viejo conocido del Tour, si bien no ha rendido especialmente bien en la ronda de su país. Visconti espera tener el mismo golpe de pedal que en el pasado Giro y olvidar su tormentoso inicio de temporada con la franctura de tibia y peroné. Rojas intentará estar ahí en los sprints y Jesús Herrada medir su clase.

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Purito, un rival del que nadie se fía

En una temporada que parece maldita, Joaquím Rodríguez tratará de volver a la exitosa senda de los últimos años participando en el Tour de Francia, después de que haya fallado en sus dos principales objetivos de la primera mitad de temporada: Lieja-Bastogne-Lieja y Giro de Italia. Las caídas se han cebado con el catalán y le han obligado a cambiar, in extremis, el 34 | DLC PRO MAGAZINE

rumbo del año. En un principio, se ha autodescartado de cara a la general y avisa que luchará por victorias parciales. A buen seguro que ha marcado con una X las etapas de Gerardmer y La Planche delle Belles Filles. A partir de ahí, y dependiendo de cómo haya pasado las primeras jornadas, será cuestión de echar la imaginación a volar. P.C.

Vuelta y Mundial Las lesiones se han cebado este año con él. Pese a todo se ha hecho con la Volta Catalunya y no ha tenido mala participación en algunas carreras. La lástima han sido las clásicas, en las que tenía puestas gran parte de sus esperanzas y el Giro, en el que tenía una deuda pendiente con la maglia rosa. Sin embargo, esto le va a servir para acudir al Tour sin presión. En dos participaciones suma un podio y una victoria de etapa, con una efectividad que ya quisieran muchos.

*No tuvo su Giro y sufrio su primer abandono en una grande en mucho tiempo.

Ha recalculado su programa y quiere lucirse en el Tour para preparar la Vuelta, su gran objetivo.

Pero su cabeza está más en el Mundial y en la Vuelta, donde saldrá como gran favorito. El final de temporada siempre se le ha dado bien, más aún si no ha terminado el Giro y apenas ha competido en la primera mitad del año. El recorrido del Tour le viene de maravilla, a excepción del pavé y la crono. Nadie se fía de él y se piensa que puede ser una forma de ser menos vigilado en carrera.

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Mollema: s铆 se puede

*Mollema sale con el Belkin a sus espaldas. Ya demostr贸 su calidad y que es capaz de acceder al podio del Tour.

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Añoranza de Steven Rooks Con la reciente decisión de la retirada de patrocinio de la empresa Belkin, los corredores del equipo holandés tienen, si cabe, más motivos para dejarse ver en el Tour de Francia y atraer nuevas firmas comerciales. De entre todos corredores de Belkin que estarán en “La Grand Départ”, destaca el nombre de Bauke Mollema como líder de una generación que amagó, pero no ha terminado de dar. Las opciones no ya de victoria, sino de alcanzar el podio en París son escasas para el holandés, pero tanto sus aficionados como sus directores deportivos aún confían en que “termine de romper” y alegre a los tulipanes con una “performance” que haga recordar a los añorados Steven Rooks o Gert-Jan Theunisse. Con 27 años de edad y entrando en la madurez de su trayectoria deportiva, debería dar un salto cualitativo importante para plantar cara a los grandes favoritos del Tour de Francia 2014. P.C.

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Talansky, el candidato sorpresa

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EEUU vuelve Vencedor sorprendente de un excitante Criterium du Dauphiné, Andrew acudirá al Tour de Francia con la moral por las nubes y con la intención de mejorar la décima plaza conseguida hace un año. Camino de los 26 años, el estadounidense ha realizado en Francia varias de sus mejores actuaciones. En un país en el que se siente cómodo.

Sus directores en Garmin-Sharp le han mimado y protegido durante los últimos años, pero ahora, con una victoria de prestigio en el zurrón y ofreciendo cada vez mejores sensaciones, ha llegado el mometo de dar un salto de calidad que le acerque al podio. Regular y buen contrarrelojista, sin haber destacado en la disciplina, contará con un equipo cuyo director ha demostrado durante los últimos años que no se le da nada mal el “ciclismo de guerrillas”.P.C.

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Viejas piedras, nuevas ideas

EL Tour 2014 se presenta de nuevo como la gran prueba por etapas del ciclismo mundial. Una generación de ciclistas en su máximo esplendor lucharán por suceder a Froome como ganador en los Campos Elíseos. Decimos 44 | DLC PRO MAGAZINE

viejas piedras pues el recorrido sigue con algunos de los convencionalismos propios del Tour, pero nuevas ideas porque el recorrido es innovador sobre todo en el apartado de la media montaña.

Así es el recorrido 1. Leeds / Harrogate … 190,5 km 2. York - Sheffield … 201 km 3. Cambridge - Londres … 155 km 4. Le Touquet - Lille Métropole … 163,5 km 5. Ypres - Arenberg … 155,5 km 6. Arras - Reims … 199 km 7. Epernay - Nancy … 234,5 km 8. Tomblaine - Gerardmer … 161 km 9. Gerardmer - Mulhouse … 170 km 10. Mulhouse - Planche des B. F… 161,5 km Día de descanso - Besançon 11. Besançon - Oyonnax … 187,5 km 12. Bourg en Bresse - Saint Ettiene … 185,5 13. Saint Ettiene - Charmrousse … 197,5 km 14. Grenoble - Risoul … 177 km 15. Tallard - Nimes … 222 km Día de descanso - Carcassone 16. Carcassone - Bagneres de L … 237,5 km 17. Saint-Gaudens - Pla d’Adet … 124,5 km 18. Pau - Hautacam … 145,5 km 19. Maubourguet - Bergerac … 208,5 km 20. Bergerac - Perigueux … 54 km (CRI) 21. Evry - París … 137,5 km

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1. Leeds / Harrogate … 190,5 km

Como primera etapa de la carrera, y quizás para agasajar a uno de los líderes locales, el Tour ha diseñado una etapa llana con sólo 3 dificultades de tercera y cuarta categoría para dilucidar el primer líder de la montaña. Todas ellas en la parte intermedia de la

prueba y lejos de meta, con lo cual será difícil que influyan en el desenlace de la misma. Los Cavendish, Kittel y demás velocistas tendrán un primer contacto con el sprint, si bien el kilómetro final pica para arriba.

E.V.

Segunda salida de Inglaterra Tras la exitosa gran salida de Londres en 2007, el Tour se vuelve a las islas para arrancar una

edición tan apasionante como la que entonces se dio. El efecto Wiggins y Sky.

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« Valverde, Gerrans o Purito son los que más tienen que ganar en la etapa de Sheffield »

2. York - Sheffield … 201 km

Sin embargo la segunda etapa verá, muy probablemente, un cambio de líder. Los velocistas lo tendrán complicado en un recorrido con hasta 9 cotas puntuables, algunas de ellas de gran dureza. Hasta el km 95 solo se pasan 2 cotas, pero los 100 kms finales son una auténtica clásica plagada de cotas y trampas. Ripponden (1 km al 8,1%) y Greetlan (1,6 kms al 6,7%) abrirán el fuego, que seguirá poco después con Holme Moss (4 kms al 7%, el km final al

Al ser sólo la segunda etapa, no se esperan grandes ataques, pero más de uno se tendrá que despe-

10%) y el encadenado final con Middhoplestones, Bradfield, Outhbrige y Jenkin Road. Las dos últimas cotas, casi en la ciudad de Sheffield, cuentan con 1,5 kms al 9,1% y con 800 metros al 10,8%.

Se anuncian rampas hasta el 20%, y se corona a 5 kms demeta. Un terreno difícil de controlar y muy selectivo donde los líderes de la general pueden verse obligados a moverse y donde habrá muchos candidatos a la victoria de etapa. E.V.

dir de sus aspiraciones a ganar el Tour. Valverde tiene que atacar, los demás que defender.

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3. Cambridge - Londres … 155 km

Pero esto es la primera semana del Tour, y no conviene perder la tradición del todo. Para despedirse de Inglaterra el Tour programa una segunda llegada al sprint. Una etapa completamente llana y a priori sin grandes

dificultades, que servirá para cauterizar heridas del día anterior y preparar un corto traslado a Francia. La parte final de la etapa, remontando el Támesis, promete ser rápida y divertida de cara un sprint. E.V.

« Londres recibe al Tour por segunda ocasión » « Los velocistas y sus equipos no perdonarán »

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4. Le Tourquet - Lille Métropole … 201 km

De regreso a Francia, los sprinters tendrán una nueva ocasión para dirimir quién es el más rápido en una jornada con tan solo dos cotas puntuables (kms 34 y 117) y que servirán

para formar fugas que intenten evadirse de la vigilancia de un pelotón que todavía estará entero. Los líderes guardarán fuerzas, pues el día siguiente tienen una jornada clave. E.V.

Anticipo de la batalla Las dos jornadas tendrán más en el debate previo y análisis posterior que en las propias etapas, que no tendrán más aliciente que los paisajes y la posible aparición del viento de costado.

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5. Ypres - Arenberg … 155,5 km

Y la tradición incluye los tramos de pavé, que hasta mediados de los 80 eran paso casi obligatorio en todos los Tours. Rememorando el inicio de la Gran Guerra, el Tour ha puesto la salida de la etapa en la localidad que vivió hasta cuatro batallas a lo largo de la contienda militar. Y desde luego la jornada promete ver guerra de la buena. Hasta 19 kms de pavé en los últimos 80 kms de etapa. Por los caminos de piedras utilizados por la Paris-Roubaix se decidirá quienes son los primeros grandes damnificados en la lucha

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por el amarillo. A pesar de los nombre de los tramos, no coinciden todos con los grandes tramos de la Roubaix, o estos no se pasan enteros ( por ejemplo Mons en Pevele son casi 3 kms en la Roubaix y en esta etapa serán solo 1,4) pero aun así los tramos están muy unidos entre sí en el tramo final y los avatares en los adoquines son tan variados que pueden verse un espectáculo dantesco. Los líderes llevan preparando esta etapa meses, y el resultado puede ser importante para la general. EV

« Es un día en el que se juega medio Tour » * Omega corre por y para este día en el que colocarán a su líder, Michal Kwiatkowski. El resto, a sobrevivir en una jornada que históricamente ha provocado algún percance importante y decisivo.

Andy Schleck dio el golpe En la edición de 2010 se incluyeron los últimos tramos de pavé. Frank Schleck rompió su clavícula contra la cuneta y el pequeño, Andy, endosó a Alberto Contador un minuto de diferencia decisivo.

6. Arras - Reims … 199 km

De nuevo toca recuperar de las emociones fuertes del día anterior y quizás de alguna que otra caída. Las heridas se lamerán camino de Reims, atravesando el norte de Francia por una plácida llanura salpicada por dos cotas de

cuarta y algún repecho suelto. La última cota esta a 36 kms de meta, lo cual supondrá una ventaja para los sprinters que se planteen una nueva lucha por la victoria final.

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7. Epernay - Nancy … 234,5 km

Larga cabalgada hacia el este de Francia la que espera a los ciclistas. Nuevamente una etapa llana cono sólo dos cotas de cuarta, pero con 234 kms. La disposición de estas, a tan solo 17 y 5 kms de meta hace que la jornada sea muy abierta y propensa bien a una fuga lejana que se juegue la victoria en las

Escapadas La etapa es rizada, con una parte final difícil y capaz de romper el sprint con facilidad.

Por ello, es probable que los equipos dejen marchar alguna fuga de gente alejada.

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cotas finales, bien a valientes clasicómanos que eviten la persecución del pelotón. La dureza de las cotas no es grande (la última cuenta con 1,3 kms al 7,9%) por lo que también se podría ver un final en sprint reducido. Sin duda un final de etapa distinto y emocionante. EV

* El Tour deja a las claras el cambio de modelo con etapas como esta en las que el menú se abre a más corredores y a las sorpresas.

8. Tomblaine - Gerardmer … 161 km

Y llega la primera cordillera montañosa en este 2014. Los Vosgos, donde se pasó el primer puerto de montaña de la historia del Tour (Ballon d alsace) serán la primera piedra de toque. Comienza esta con una etapa que guarda toda su dureza al final. Sin embargo se busca que en esta edición sean decisivos. Los 135 kms iniciales servirán para crear fugas que tendrán que sobrevivir en los 30 kms finales. Se afrontan sin

solución de continuidad Croix des Moinats (7,6 kms al 6%), Grosse Pierre (4 kms al 6,3%, con 1 km al 11,2%) y Mauselaine, cota final de etapa con 1 kms al 10,6%.

Terreno para seleccionar y para rematar, con los uphill-finishers preparados para rematar en la parte final y escaladores varios dispuestos a moverse en los puertos previos. La general sufrirá modificaciones. E.V.

Muro final Las diferencias, en caso de no haber ataques, están garantizadas. El final es muy duro.

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9. Gerardmer - Mulhouse … 170 km

Segunda etapa en los Vosgos, y primera de montaña del Tour. Un recorrido sin descanso llevará a los ciclistas durante 150 kms por un territorio realmente comanche.

No habrá grandes rampas pero sí muchos kilómetros de ascensión, y un perfecto encadenado de hasta 5 puertos sin apenas un metro llano. Se sale de Gerardmer para afrontar la Schlucht, un puerto tendido, con 8,6 kms al 4,5%. Terreno ideal para ver fugas, que continuará con el Col du Wittstein, con 7,7 kms al 4,1%. Tras su ascenso se coronará Linge, que no puntúa y se iniciará un descenso hacia

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Turckheim donde comienza la ascensión a Cinq Chateaux, con 4,5 kms al 6,1%. Será el apertitivo del coco del día, la cota de Gueberschwihr. Sus 4,8 kms al 7,4% serán determinantes, pues esconden rampas hasta del 14,5% y kilómetros cercanos al 11%. Se corona a 84 kms de meta y se encadena con Bannstein, que no puntúa, y con la ascensión a Grand Ballon. Su irregularidad hace que antes se puntúe el ascenso a Le Markstein, a su vez plagado de descansillos, pero con 10 kms al 5,6%. E.V.

10. Mulhouse - Planche des Belles Filles … 161,5 km

No sabemos si al final de la etapa aparecerán las hijas bellas que dan lugar al lugar donde culmina la etapa, pero desde luego alguno rogará que se le aparezca la virgen siquiera sea para terminar la etapa. A pesar de que no se puede hablar de grandes puertos, sí que es una etapa realmente dura. Comienza desde Mulhouse para afrontar un puerto donde la gran mayoría de los ciclistas puede lucirse y por lo tanto es candidato a lugar para formar la fuga de la jornada. Firtsplan (8,3 kms al 5,4%) será el calentamiento para los grandes puertos de la jornada. Petit Ballon no hace honor a su nombre, pues sus 9,3 kms tienen una media del 8,1%, con un kilómetro solo por debajo del 8% y varios kilómetros por encima del 9%. Acto seguido, y

tras una bajada estrecha y sinuosa, llega la ascensión a Platzerwasel. Sus 7,1 kms al 8,4% nos hablan de un puerto casi gemelo del anterior y perfectamente encadenado. Se corona en el km 71, conformando un inicio de jornada muy duro. El descenso, también sinuoso, llevará a una zona intermedia que oculta la trampa de Oderen, con 6,7 kms al 6,1 y un km completo al 10% y rampas al 14%. Luego de un tramo llano se afronta el tramo final, con 40 kms de dureza que va “in crescendo”. Se inicia el Col des Croix, el más modesto de la jornada con 3,2 kms al 6,2% y acto seguido se inicia la trampa de la jornada. El estrecho y durísimo col des Chevreres. Las

El estreno de Chris Froome En 2012 se llegó por primera vez a esta cima, con victoria para el británico por delante de Evans, Nibali y Wiggins.

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cifras oficiales son 3,5 kms al 9,5% con un kilómetro completo al 14,5% ( otros dan un 11,5% como km más duro) y rampas hasta el 18%. Rampas tan duras no son habituales en el Tour de Francia, que parece abrirse a nuevas ideas con esta etapa que culmina con la segunda ascensión en la historia a Planche des Belles Filles. Sus 5,9 kms al 8,9% vieron cómo Froome dejaba el Tour en bandeja a Wiggins mientras empezaba a mostrar su supremacía en la montaña. Pero esta jornada será diferente. La carrera llegará seleccionada a la base del puerto, y los líderes

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deberán dejarse ver en la primera llegada en alto seria de la carrera, justo antes del primer dia de descanso.ascensión en la historia a Planche des Belles Filles. E.V.

Puertos tipo Angliru El Tour sigue en la búsqueda de puertos estilo Angliru. El de Cheveres será uno de los más difíciles de la edición. El espectáculo está asegurado.

11. Besançon - Oyonnax … 187,5 km

Tras un día de descanso, nueva jornada de media montaña esta vez por las cercanías de los Alpes y el Jura. Una etapa que cuenta con varias zonas de repechos en el inicio, pero que es básicamente llana hasta que faltando 53 kms comience la parte dura de la prueba. Se concatenan las subidas a Rogna (7,6 kms al 4,9%) Choux (1,7 kms al 6,5%) y

Desertin (3,1 kms al 5,2%) en tan solo 17 kms. Zonas de rampas medias para que sean muchos los que se la jueguen. La cote de Echallon será la última cota (3,3 al 6,5%) a 20 de meta, antes de un repecho y el definitivo descenso hacia Oyonnax en una etapa puesta para que triunfe una fuga, pero donde los de la general pueden dejarse ver.

Descenso final Cuidado con el descenso de los últimos kilómetros. Es muy peligroso y dejará a los corredores casi en la línea de meta. se llegó por primera vez a esta

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12. Bourg en Bresse - Saint Etienne … 185,5 km

De nuevo etapa complicada, donde los que quieran destacar tendrán que demostrar su fortaleza. Desde el pie de los Alpes al Macizo Central para terminar en una de las localidades más conocidas, testigo de múltiples batallas en el mundillo ciclista.

Los primeros 60 kms serán quebrados aunque solo puntúe la Cote de Brouilly (1,5 kms al 5,7%) que dará pié a un progresivo endurecimiento de la jornada, con

las ascensiones a Saule de Oingt (3 ,8 kms al 4,5%), Brosses (15,3 kms al 3,3%, datos que engañan pues tiene una zona central de 3 kms por encima del 7,5%) y Grammond ( 9,8 kms al 2,9%) que se corona a tan solo 21 kms.

De nuevo los cazaetapas tienen una buena oportunidad, mientras los de la general tienen terreno, pero les espera un día complicadoa la vuelta de la esquina.

Escapadas Saint-Etienne es una de las ciudades clásicas del Tour. Sinónimo de media montaña, no parece la ocasión más clara para 56 | DLC PRO MAGAZINE

ls jefes de fila. Una escapada parece lo más lógico tras tantos esfuerzos continuados.

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La alta montaña Pasado el extraño Tour del centenario, nos encontramos con un nuevo Tour, en el que las montañas tendrán una gran importancia, como siempre en la carrera francesa. Sin embargo, no serán dos los bloques montañosos esta vez, sino tres, ya que los Vosgos ocupan un papel fundamental.

A pesar de eso, será la segunda etapa alpina la que concentre la mayor carga histórica, ya que se subirá el Izoard, si bien por el lado contrario al de grandes gestas, como las de Bobet, Coppi, Fuente y Ocaña en el 73, o más recientemente Andy Schleck en 2011.

Cómo no recordar a Meckx enfundándose su primer amarillo en ellos en el año 69, o a Chris Froome ganando su primera etapa en Belles Filles en 2012, demostrando que no sólo era un buen gregario. Y esto por no decir de las dificultades de Armstrong en 2005 camino de Gerardmer con los Telekom planteando batalla de lejos y aislándolo por momentos.

La Casse Desserte será este año parte del descenso, pero sin duda habrá que marcar con una cruz esta mítica subida de más de 2300 metros de altitud en la que los grandes siempre tienen su lugar reservado para la gloria o para la miseria.

Serán tres etapas, que darán ya colorido al Tour antes de los Alpes.

Unos Alpes con sólo dos etapas, pero que sin duda quitarán caretas de los aspirantes. Y para ello en la primera etapa se llegará al duro Chamrousse, en el que Armstrong ganó la cronoescalada en 2001 a Ullrich y Beloki, si bien esta vez será en línea y precedido de un puerto muy duro como Palaquit.

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La llegada a Risoul, novedosa, aunque ya se subió en la Dauphiné del 2010, con victoria de Vogondy y marcaje entre el líder Brajkovic (a la postre vencedor de la prueba) y el español Contador. Los grandes tendrán sin duda que estar atentos y fuertes si no quieren que el Tour se les escape.

Y lo que tras Vosgos y Alpes quede sin resolver, se encargarán los Pirineos de ponerlo en su sitio. Tres etapas, muy distintas entre sí, y con grandes dosis de historia y

Unos Alpes descafeinados Pese a ascender cinco puertos en dos etapas, y a que la dura subida a Chamrousse decidirá medio Tour, los Alpes vienen menos servidos de lo habitual.

Risoul ha sonado durante mucho tiempo, pero cuando se estrenó en Dauphiné dejó claro que es puerto de otras épocas. Izoard y Lautaret serán el juez diferencial entre un día normal o un etapón.

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con grandes dosis de historia y controversia. Como la que acabará en Bagneres de Luchon, previo paso por Bales, en etapa muy parecida a la que tuvo lugar en 2010 con la polémica entre Schleck y Contador cuando al luxemburgués se le salió la cadena y el pinteño aprovechó para tirar hacia delante y arrebatarle el amarillo en meta.

Y qué decir del día siguiente, con llegada al duro Pla de Adet, donde Van Impe cimentó en el 76 su triunfo en el Tour con un ataque lejano en el Portillón (obligado y amenazado por su director Guimard), aliándose con Ocaña y hundiendo las opciones de victoria de Zoetemelk, que debería conformarse con ser segundo en Paris. También allí se empezó a ver que Indurain era humano en el Tour, cuando en el año 93 sufría el navarro para seguir el furibundo ataque de Rominger, aprovechándose finalmente el polaco Znon Jaskula para ganar su única etapa en un Tour y asegurar su podium.

Sin duda una etapa peligrosa, pues consta sólo de 125 km con un serrucho con Portillon, Peyresourde, Azet y Pla de Adet en el que los escaladores como Contador tendrán

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su oportunidad para atacar de lejos, en un lugar que le trae buenos recuerdos como su apasionante duelo en 2007 en las rampas de Peyresourde con el entonces líder Michael Rasmussen.

Y como fin de fiesta, el siempre grande Tourmalet, puerto mítico del Tour en el que español Bahamontes sigue ostentando el record con cuatro pasos en primera posición, y en cuyo descenso Merckx inició el mito de su cabalgada hacia Mourenx en el 69, o Hinault se suicidó en el 86 atacando de lejos yendo líder y acusándolo finalmente en Superbagneres ante su compañero Lemond, que a su vez en el año 90 debía dar la cara en su ascenso por la Mongie para recortar tiempo al escapado Chiapucci, viendo al año siguiente como en su descenso por la Mongie cometía el fatal error de dejar escapar a Miguel Indurain .

Ya más recientemente, en 2003, vivíamos un intenso duelo entre Ullrich y Armstrong que finalmente caería de lado del tejano en Luz Ardiden.

Pero el Tourmalet “sólo” hará de filtro antes de la llegada a

Hautacam, un filtro que le costó sus opciones al Tour a Alejandro Valverde en 2008 ante el empuje del CSC de los hermanos Schleck y Carlos Sastre.

No es por el contrario esa llegada la más recordada en Hautacam, donde en las anteriores ediciones, 94, 96 y 2000, se vieron auténticas exhibiciones de Miguel Indurain (aunque el ganador fue Leblanc, vengándose Indurain de un Pantani que le había apabullado en el Giro, al que cazaba para soltarle y llegar con Leblanc) que hundía moralmente a su gran rival Rominger, posteriormente de Riijs para sentenciar el Tour’96 ante el navarro y la masacre de Armstrong en el 2000 destrozando a Pantani, y aniquilando las ilusiones de Zulle y Ullrich para tras tremenda subida estar a punto de cazar a Otxoa, que venía escapado con muchos minutos y concluir segundo a menos de un minuto del ciclista del Kelme.

Estas son las montañas, esta, parte de su historia, el próximo Julio veremos qué nuevas páginas nos ofrecen los esforzados de la ruta. P. G. R.

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13. Saint Etienne - Chamrousse … 197,5 km

Primera etapa de gran montaña del Tour (etapa 13, nada menos) que une el Macizo Central con la montaña de Grenoble, la Chamrousse, que ya vió triunfar a Armstrong entre otros.

De salida la ascensión a Croix Morand es suave (8 kms al 4,1%) y servirá para lanzar fugas que atraviesen con ventaja la llanura del Ródano antes de afrontar la traca final, que viene con regalo.

Tiene nombre y se llama Col de Palaquit. Comienza con 2 kms al 10,8% y rampas hasta el 16% antes de afrontar un descansillo y un corto falso llano antes de afrontar los 9 kms finales al 7,9%

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de media. Las cifras totales (14,1 kms al 6,2%) suavizan la realidad de un puerto que se corona a 45 kms de meta y que bien puede seleccionar el pelotón. Tras el descenso, corto tramo llano e inmediato inicio del repecho de Saint Martin de Uriage ( 4 kms al 3,7%) que no puntúa e inicio de la ascensión final de 18 kms al 7,3%. Un puerto habitual del Tour: largo, con pendientes intermedias y con una zona inicial con kms enteros por encima del 10%.

Primer gran test de alta montaña que solo es el aperitivo. E.V.

Chamrousse, con trampa La subida a la estación de esquí próxima a Grenoble se caracteriza por ser muy larga y no excesivamente dura, si bien es muy constante y no ofrece apenas descanso. En 2001, única ascensión registrada en el Tour, se realizó en cronoescalada, con diferencias muy importantes en la clasificación.

Este año, además, lleva una dificultad añadida y es la ascen sión al inédito y temido puerto de Palaquit. No entraba en las quinielas cuando se presentó el recorrido allá por el mes de octubre, pero sorprendió su presencia debido a su dureza.

Entre ambos puertos conforma unos últimos 60 kilómetros de infarto y donde se comenzará a ver quiénes son los más fuertes en alta montaña, aunque los ataques más fuertes llegarán seguramente en la recta final de la última subida.

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14. Grenoble - Risoul … 177 km

El primer plato llega con la gran etapa alpina de la edición. No tan grande como en otras ocasiones, eso sí. Desde Grenoble se supera un primer repecho para llegar a Vizille, y desde allí siempre se afronta un falso llano ascendente camino de Bourg d Ossians.

Desde allí todo será ascender hasta el Col de Lautaret. Una subida larguísima. Comienza con 3 kms a casi el 7% y rampas por encima del 10% antes de un largo descansillo al paso por el embalse de Chambon. Tras este restarán 19 kms de ascensión, primero con kms en el entorno del 4-5% que se van inclinando más hasta que después del paso por La Grave, restando 11 kms, se empiecen a ver desniveles del 6 y del 7% que llegan hasta la cima.

Los datos totales (34 kms al 3,8%) nos hablan de un puerto largo, pero el desglose por tramos nos hace ver que no es tan tendido como pudiera parecer. El descenso hacia Briançon sí es de pedalear antes de iniciarse la subida al Izoard. Esta vertiente norte es ligeramente menos exigente que la sur: tiene menor 64 | DLC PRO MAGAZINE

pendiente media, pero mayor longitud. Los dos km iniciales son por encima del 7%, pero se entra rápidamente en 4 kms de falsos llanos hasta que se llega a los 11 kms finales, con una media del 7,1%. Se corona a 42 kms de meta, y su descenso, sinuoso y complicado, deja a los ciclistas al pie de Risoul, meta conocida en Dauphine Libere y que se encuadra dentro de la típica ascensión alpina: kilometraje importante (12, 6 kms) y pendientes intermedias (6,9%) en esta ocasión muy constantes. La dureza de la etapa y la acumulación de esfuerzos llevará a los ciclistas al límite, y a los de la general a buscar clarificarla aún más. E.V.

Izoard, la clave del día El puerto lunar será la estrella, si bien se sube por su lado menos famoso. Si hay ataques, se deben dar en este puerto, ya que la subida final carece de dureza para romper.

Risoul, quiero y no puedo No le traerá buenos recuerdos esta subida a Alberto Contador que la afrontó en 2010 en dura pugna con el esloveno Janez Brajkovic, que le acabaría por ganar la partida y llevarse la general final. El de Pinto lo intentó, sin éxito, pero no se vio capaz de derribar a un ciclista que demostró tener mimbres para podio del Tour de Francia.

El puerto demostró entonces ser lo que es, un quiero y no puedo. Un puerto que no dará excesivas diferencias.

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15. Tallard - Nimes … 222 km

Una larga etapa casi siempre por terreno favorable conducirá a los ciclistas a la costa mediterránea.

De nuevo los aventureros podrán probar la suerte, sobre todo en la quebrada parte intermedia de la prueba. Pero si los sprinters han pasado con bien la primera ración de alta montaña, tendrán una oportunidad de dejarse ver e intentar anotarse una nueva victoria antes de la segunda jornada de descanso.

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Balés, puerto emergente Junto a Pailheres, Balés es el puerto más duro de los incorporados a la nómina de habituales en el Tour de Francia. En este concreto se ha vivido un buen espectáculo cada vez que se ha atravesado. Incluso ha sido ascendido en una ocasión por la Vuelta a España.

16. Carcassone - Bagneres de Luchon … 237,5 km

Una etapa larga y con puerto duro al final les espera. Los primeros 100 kms se caracterizan por pasar un terreno rompepiernas, con dos cotas de cuarta y varios repechos sin gran pendiente donde las fugas busquen su protagonismo. Durante los siguientes 100 kms la carretera se pondrá más exigente, con las ascensiones consecutivas a Portet d Aspet (5,4 kms al 6,9%, últimos kms al 10%) a Buret (no puntúa) y a Ares (6 kms al 5,2%).

Todos ellos servirán de calentamiento para afrontar el Port de Bales. Famoso por el incidente de la cadena de Andy Schleck en 2010 que le llevó a

perder el Tour con Contador, el puerto es largo e irregular. Sus 19 kms se dividen en varios tramos.

Un primer km al 7,8% viene seguido de 6 kms suaves en el entorno del 3-4%. Los kms del 7 al 13 alternan rampas al 12-13% con descansillos que permiten recuperar aliento. Pero los 6 kms finales no dan respiro, con rampas alrededor del 8% muy contínuas. El descenso siempre ha resultado espectacular por su pendiente y relativa estrechez, dando pie a que se intenten aumentar ventajas. El fin del descenso deja prácticamente en la meta, dando muchas opciones a que se vean ataques. E.V.

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17. Saint Gaudens - Sant Lary Soulan … 124,6 km

A una etapa larga y sin final en alto sucede otra muy corta (124 kms) y con final en alto, con un encadenado perfecto en el que se suceden 4 mitos de la montaña pirenaica. Desde Saint Gaudens se recorren 48 kms llanos para después, sin solución de continuidad, afrontar Portillon, Peyresourde, Azet y Saint Lary. Para afrontar el primero de ellos se entra en España por Bossost y desde allí se asciende hasta los 1292 metros durante 8,3 kms. La media es del 7,1%, constante y sin descansos. El descenso deja en Luchon, donde se inicia la ascensión al archivisitado Peyresourde. Sus 13,2 kms al 7%

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siempre añaden dureza a la carrera y han sido testigo de bellas batallas, especialmente en las herraduras finales. El rápido descenso deja a las puertas del Col d Azet. Un puerto más corto (7,3 kms) pero más exigente (8,4%) que bien puede ver cómo el pelotón se selecciona notablemente antes de la traca final en Saint Lary, una ascensión de 10,2 kms al 8,3% con un inicio realmente duro con kms cercanos al 11% y un final que progresivamente va suavizando. Casi 40 kms de ascensión en los últimos 80 de etapa, una auténtica tortura que no habrá acabado.

4 ataques

Pla d’Adet

El Peyresourde vio la exhibición de Contador, con durísima subida a ataques, dejando a un Rasmussen que tuvo que recurrir a la pillería para aguantar.

Desde 2005 no se subía hasta esta estación de esquí. Es la etapa reina, como entonces, y decidirá el futuro del Tour. Sus últimos 80 km, impresionantes.

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18. Pau - Hautacam … 145,5 km

Como última bala para los escaladores se presenta esta etapa que vuelve a ser más bien corta (145 kms) y que prácticamente es una reedición de la del año 2008 en que ganó Juanjo Cobo (por descalificación) y en la que se vivió una gran jornada de ciclismo. En aquella ocasión era la segunda etapa de montaña y en esta será la última. Pero los escaladores deberán intentarlo pues sólo restará una CRI para modificar la general. La etapa tiene dos mitades muy claras.

Los primeros 70 kms son ligeramente quebrados, con dos cotas de cuarta y tres repechos más donde se volará buscando la fuga. Desde el paso por Campan (km 75) comienza la segunda mitad, con el Tourmalet de primer

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plato. Poco que decir de este mito, salvo que a sus 17,1 kms al 7,3% se le añaden 5 kms más a más del 4%, aumentando si cabe su dureza, que se notará en el tramo terrible tras La Mongie . El descenso será vertiginoso, y desde Luz Saint Sauveur a Ayros, inicio de Hautacam, hay poco más de 15 kms de falso llano descendente, donde si entra el viento a favor se volará y si lo hace en contra se sufrirá. La subida final es bien conocida desde la exhibición que Induraín dio con Leblanc en los 90. No se ha ascendido en muchas ocasiones, pero los números globales (13,5 kms al 7,6%) esconden 6 kms centrales al 8,6%. Un puerto realmente duro donde hacer diferencias.E.V.

Etapa de doble ataque Al tratarse de la última etapa dura, quienes tengan que recuperar tiempo, deben hacerlo en esta etapa. ¿Ataque de lejos o en el último puerto? Los dos.

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19. Maubourguet - Bergerac … 208,5 km

La etapa alejará definitivamente a los ciclistas de la montaña pirenaica, y tomará dirección norte. La etapa apenas contiene dificultades salvo varios repechos y una única cota de cuarta categoría a 13 kms de meta.

Montbazillac cuenta con tan sólo 1,6 kms pero una media del 7,8%, así que bien puede servir para seleccionar una escapada que se trabaje la victoria durante una etapa donde los equipos de los sprinters tienen muy difícil controlar. E.V.

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Homenaje a Indurain Pasan 20 años de la gesta de Miguel Indurain en Bergerac, en donde se impuso en una crono larguísima y dejó el Tour visto para sentencia. Fue apodado ‘Cirano de Bergerac’ por ese motivo y con la contrarreloj del sábado se homenajea a uno de los corredores más importantes de la historia.

20. Bergerac - Perigueaux … 54 km (CRI)

Rememorando no sabemos si la historia escondida en las cuevas del Perigueux, cuna del arte rupestre, o la victoria de Miguel Indurain en 1994, el Tour une ambas localidades en sentido inverso a aquella en la única CRI del año. Y menuda Contrarreloj.

La distancia y el terreno auguran un esfuerzo máximo durante más de 1 hora de esfuerzo. De salida 10 kms llanos para los más especialistas. Luego un terreno de fuerza con repechos y descensos y poco tramo llano. Y

en la parte final aumenta la dificultad con la subida a Font de Meaux (2 kms al 4%, no puntúa) y sobre todo a la cota de Coulounieix, de cuarta categoría, con 1,6 kms al 6,4%, terreno para romper el ritmo de los especialistas y que los más escaladores limiten las diferencias. Se corona 6 de meta y solo restará el descenso y la llegada a meta tras 54 kms de duro esfuerzo que dejarán la clasificación lista para que cada uno recoja su homenaje el día siguiente. E.V.

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21. Evry - París … 137,5 km

Sin novedades reseñables, el último dia apenas se competirá hasta la entrada en el circuito de los Campos Eliseos, donde los sprinters buscarán su jornada de gloria antes de que el ganador sea coronado de amarillo tras vencer a todos los rivales y a un recorrido duro y exigente que

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busca nuevas ideas en las colinas inglesas, en lasmontañas menos conocidas de Vosgos y Alpes y en las viejas piedras del norte. E.V.

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Unidades ciclistas en la guerra

Con el peligro perpetuo de llevarse alguna sorpresa a pocos metros de las líneas enemigas, el ciclista de enlacen concentra todos sus esfuerzos en llegar a salvo a su destino.

En torno a 1915, el Ministerio de la Guerra quiso aumentar el número de compañías ciclistas e incorporar en

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las nuevas unidades a casi todos los reclutas que supieran montar en bicicleta y tuvieran una talla de 1,62 a 1,68 m. La caballería, que solía recibir a estos pesos ligeros en sus formaciones de cargadores o húsares (escuadrones ligeros compuestos de 20 jinetes de origen

magiar), no recogió nada del contingente de 1915. Desde entontes, el papel que desempeñaban hasta aquel momento los caballeros, le fue asignado a los ciclistas. Las unidades ciclistas tenían la misión de comunicar las órdenes a todas las formaciones que

componían una división. Estas consigas eran comunicadas por el Estado Mayor de dicha división.

Estos ciclistas encorvados sobre el manillar, con el mosquetón en bandolera, estaban expuestos a las emboscadas y nunca podían retrasarse en sus misiones

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asignadas, yendo por carreteras plagadas de embudos por los bombardeos de obuses.

Frecuentemente, tenían que transmitir mensajes a los coroneles de los regimientos del frente de batalla, y si era necesario, cruzaban a nado ríos, escondiendo la bicicleta en matorrales, para entregar el mensaje en plena batalla. Este es el relato de un correo: “ herido por las balas en piernas y manos, caí de mi bicicleta y, arrastrándome, pude alejarme 400 metros. Esperaba poder atravesar el trigal sin que me vieran, pero no pude levantarme por culpa de una herida en la rodilla. Allí estaba, impotente y desesperado.

Pensaba en la carta que llevaba, en mi capitán, tan confiando cuando me la dio. Saqué entonces el pañuelo en el que había envuelto la nota.

Quise leerla, pero la noche era muy cerrada, imposible ver nada. Oí ruido. Los alemanes venían hacia mí. Me metí mi pobre nota en la boca y la mastiqué con rabia para tragarla. Los alemanes estaban a 10 metros. La nota había formado una pequeña bola que se obstinaba en no descender por mi garganta. Yo refunfuñaba. Me iban a tomar

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prisionero y averiguar mi secreto.

Simulando entonces un último estertor de agonía, me levanté de repente para volver a dejarme caer. ¡Inspiración providencial! El choque hizo pasar la bolita. ¡La nota se había salvado!

Al lado de los coreos en bicicleta, 20 grupos de exploradores y combatientes, con unos efectivos cada uno de 400-500 hombres, fueron agregados a las divisiones de caballería.

Tomando a su cargo todas las acciones de ‘pie a tierra’ de los caballeros, aumentaron notablemente su capacidad ofensiva. Los ataques rápidos, las sorpresas nocturnas, los asaltos a los acantonamientos del enemigo, todo eso era asunto de las unidades ciclistas.

Fue e Argonne, en el bosque de Apremont, donde nuestros ciclistas ganaron su mayor título de gloria.

Fue a comienzos de 1915. La lucha era feroz por ambas partes, bajo los acentos de la marsellesa y de los himnos alemanes. De repente, el enemigo recibió refuerzos y nuestras avanzadillas debieron replegarse.

Los alemanes avanzaron en masas

compactas, gritando por su victoria.

La situación se volvió peligrosa. De repente, todo a lo largo de la ruta que atravesaba una llanura llena de bosques, se elevó una nube de polvo: ¡Nuestros cazadores ciclistas se abalanzaban sobre el enemigo!

El manillar en una mano, la bayoneta en otra, cargaban, cargaban en bicicleta ¡como locos!

Lanzándose en tromba sobre el franco de le estupefacta columna alemana, la cortaron en tres bloques que se retorcieron impotentes.

Nuestra infantería, deteniendo su retirada, volvió al ataque. Bajo la amenaza del revólver de sus oficiales, los alemanes intentaron reorganizarse. Pero nuestros ciclistas habían puesto pie a tierra y, dejando sus máquinas, los derrotaron definitivamente. El número de prisioneros fue enorme. En resumen, el binomio fusil-bicicleta resultó efectivo en el combate y fue adoptado por los diferentes ejércitos de la contienda.

LA COMPETICIÓN CICLISTA DURANTE LA CONTIENDA Tras el estallido de la Gran Guerra, el ciclismo francés desapareció abrumado por la magnitud del

conflicto. Durante el conflicto bélico, el célebre velódromo parisino de Búfalo, fue demolido en octubre de 1917 para transformarlo en fábrica de guerra. Además, mientras las tropas peleaban en los campos de batalla, la vida seguía, aunque ralentizada, en la retaguardia. Fue necesario elevar la moral de un pueblo entristecido por la guerra y los procedimientos aunque fuese de forma engañosa para aparentar normalidad. Para ello, la mejor medicina fue el deporte.

De esta manera, en la Francia de 1917, en el tercer año de guerra, se disputaron cuatro carreras: la ParisTours (que ganó Thys), la TrouvilleParís (venció Henri Pélissier), la Tours-Paris (ganó Deruyter), y la Mont-Saint-Michel-París (triunfó de Godivier). No obstante, la prueba más importante de estos años turbulentos fue la Paris-Tours de 19 de mayo de 1918. Para participar en la misma, se inscribieron un buen número de corredores con ganas de disfrutar, pero faltos de entrenamiento. El belga Philippe Thys, cuyo país ya no estaba en guerra y el galo Henri Pelissier que consiguió la licencia del ejercito por

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una increíble “debilidad de constitución” (antes había sido 2º en el Giro de Lombardía de 1917), fueron dos de los 44 participantes.

Fue imposible reunir más corredores debido a las obligaciones militares, las dificultades del transporte y la necesidad de obreros en las fábricas. También lograron participar: Dubok, Mantelet, Juseret, Vandenhove, Chassot o Kipert, entro otros. Venció Mantelet en el velódromo de Tours.

Casi un mes después, el 16 de junio, se disputó la prueba anterior pero a la inversa: la Tours-Paris. Tuvo menor participación (sólo 22 ciclistas), ya que de los corredores importantes sólo concedieron permiso militar al belga Thys, que se impuso en la llegada al Parque de los Príncipes.

En Italia, otro de los países en conflicto, fue suspendido el Giro hasta 1919 y clásicas como la MilánSan Remo o la Milán-Turín se celebraron de forma intermitente.

Sólo el Giro de Lombardía se disputó sin contratiempos. La actividad ciclista no cesó del todo debido, en parte, a que el país

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transalpino no entró en armas hasta el 21 de mayo de 1915, cuando la guerra se acercaba al año de duración. Sin embargo, ya no se pudo disputar el Giro de aquel año que iba a tener lugar en las jornadas siguientes tras la recién declaración de guerra a Austria. Estaban proyectadas ocho etapas que sumaban 3000 kms de recorrido.

También se suspendió la Milán-San Remo de 1916, para volver a celebrarse con regularidad a partir de 1917. Aquella edición, con 48 participantes contó con mal tiempo y unas carreteras lamentables. Venció el local Gaetano Belloni. En 1918, se impuso Constante Girardengo tras rodar escapado, en solitario, 200 kms en un triunfo épico. Ya en 1919, primer año de paz, ganó Angelo Gremo con más de 2’ de ventaja sobre Girardengo.

La Milán-Turín también se siguió celebrando, aunque con el paréntesis de 1916, pero en su edición de 1917 fue ganada por el suizo Oscar Egg, que utilizó una bicicleta de lo más extravagante. Al año siguiente, venció Gaetano Belloni.

Sin embargo, el Giro de Lombardía continuó celebrándose sin interrupciones durante toda la guerra. En 1915 ganó Belloni, que repitió triunfo en 1918, Este bravo ciclista de Cremona pudo haber sido el gran campeón de su tiempo de no haberse topado con Girardengo, que le cerró el paso. Además, en 1917, venció el belga Thys.

FINAL DE LA GUERRA: EL CIRCUITO DE LOS CAMPOS DE BATALLA El 11 de diciembre de 1918 finalizó la I G.M.. En los puertos, los barcos hicieron sonar las sirenas, mientras que en los campanarios de las iglesias replicaban las campanas y en el frente se comunicaba con estruendo a los soldados que había terminado la carnicería.

Las consecuencias fueron nefastas: pérdidas materiales superiores a los 186.000 millones de dólares, destrucción masiva de carreteras, vías férreas, campos, ciudades, y por supuesto, 12 millones de muertos. En resumen, un continente destruido.

Además, debido al hambre y a la miseria aparecieron grandes

epidemias como la gripe española, que en 1919 causó 20 millones de víctimas.

Pese a la conjetura, se celebró una carrera por etapas, conocida como ‘El Circuito de los Campos de Batalla’, que tuvo lugar entre el 28 de abril y el 11 de mayo de 1919. Su creador fue Marcel Allain. Esta carrera transitó por rutas completamente devastadas por cuatro años de guerra.

Corría con los gastos de organización de esta carrera de 2000 kms el periódico “Le Petit Journal”. Las 7 etapas fueron: Estrasburgo-Luxemburgo (275 kma), Luxemburgo-Bruselas (275 kms), Bruselas-Amiens (328 kms), Amiens-París (277 kms), París- BarLe-Duc (333 kms), Bar-Le-DucBelfort (313 kms) y BelfortEstrasburgo (163 kms).

Con mal tiempo y mucho público salieron los 82 participantes en la 1ª etapa que ganó el helvético Oscar Egg. La 2ª etapa tuvo mejor meteorología, pero con recorrido rompepiernas/’pestoso’. Las crónicas de cada jornada las realizaba el periódico “L’Auto”, que

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relataba las números curvas en herradura que tenía el recorrido y los bellos pueblos que transitaba. El triunfo parcial fue para Alos Dejonghe, que empleó en solitario 12 horas y 15’, mientras que el último clasificado, Ellner, llegó 4 horas y 25’ más tarde.

La 3ª etapa fue la peor de todas.

Hubo lluvia, viento en contra y barro.

La carretera, por llamarla así, estaba destrozada, con grandes embudos abiertos por los obuses, y profundos cortes del terreno que antes fueron trincheras. La jornada de los corredores comenzó a las 4:20 de la mañana. Se esperaba que los primeros ciclistas llegaran a las 14 horas, pero a las 22 horas todavía no había llegado ninguno. L’Auto escribió en su crónica: “Eran casi las 23 horas. Del fondo de la noche surgió, de golpe, una figura cubierta de barro, llorando y gimiendo de agonía, lleno de dolor y sufrimiento.

Era el belga Charles Deruyter”.

Este ciclista belga, héro de una formidable fuga en solitario, estuvo a punto de retirarse, no podía más.

Sin embargo, unos soldados le dieron ánimos y le alimentaron hasta que, recuperado, volvió a partir.

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Deruyter venció esta épica etapa de 328 kms empleando 18 horas y 28’, a una media de 18,2 km/h. El 2º clasificado, Duboc, llegó una hora más tarde, mientras que el último, Louis Ellner, de nuevo, tardó 36 horas y 26’, lo que se traduce en una media horaria inferior a los 9km/h. Además, Huret protagonizó una curiosa anécdota al caer al suelo tras quedarse dormido en su bicicleta.

Al día siguiente, 4ª etapa, también se impuso Deruyter ante Duboc.

Pero durante la 5ª etapa, el ciclista belga sufrió un pinchazo que le hizo perder algunos minutos cediendo el triunfo parcial a Jean Alavoine. La 6ª etapa contaba con la ascensión de Ballon de Asacia, en la que el líder belga Deruyter quiso demostrar su superioridad atacando otra vez, pero sufrió un desfallecimiento y cedió en meta más de 19’ ante el vencedor de aquel día, Hector Heusghem.

Después vinieron dos jornadas de descanso que los pocos supervivientes aprovecharon para reponer fuerzas. Ya sólo quedaba el paseo final hacia Estrasburgo donde el líder Deryter logró su 3ª etapa, y el triunfo absoluto. El belga empleó

89 horas, 56’ y 47’’ a una media de 21,8 km/h. Anseeuw fue segundo a 2 horas y 22’, y Vanlerbherge tercero a 2 horas y 52’.

Emile Pain fue 19º y último clasificado. Acumuló un retraso de ¡¡dos días y 23’!! La carrera nunca más se volvió a disputar, y es considerada como la prueba por etapas más dura de todos los

tiempos de forma unánime, debido a la adversa climatología que padecieron los corredores y al penoso estado de las rutas que se recorrieron. El Circuito de los Campos de Batalla ha sido el mayor exponente de lo que se dio en llamar “Ciclismo de los Tiempos Heróicos”.

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