Monster higt

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POSTFEMINISMO Y PREADOLESCENCIA


Monster High

“A SINISTER STYLE, MYSTERY WITH A SMILE” MARÍA JOSÉ DOMÍNGUEZ

A través del estudio de Monster High argumentamos que la sensibilidad postfeminista, propia hasta el momento de ficciones adultas contemporáneas, ha irrumpido recientemente en la cultura popular preadolescente. Especialmente mostramos cómo la centralidad del cuerpo y el enaltecimiento del individuo consumista se han convertido en dos valores esenciales de uno de los productos más consumidos por el público infantil. Ilustramos así la necesidad de conceptualizar los contenidos postfeministas para menores más allá de la simplista alarma moral que despierta la sexualización de los personajes de la marca. Palabras Clave: Postfeminismo, Preadolescentes, Monster High. Through the analysis of Monster High, this work argues that postfeminist sensibility, which has been characteristic until now of contemporary adult fictions, has recently burst into tween’s popular culture. Especially I show how the centrality of the body and the enhancement of the consumerist individual have become two essential values of one of the most consumed products among the youngsters. I illustrate, hence, the need of conceptualizing postfeminist contents for children beyond the simplistic moral panic that the sexualization of the characters arises Key Words: Postfeminism,Tweens, Monster High.


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Introducción

Muñecas a las que pueden vestir, maquillar y peinar. Siete temporadas de serie. Una página web.Varias aplicaciones para tablet. Cuatro libros, una película y un musical. Maquillaje. Material escolar. Ropa, champú y un largo etcétera. Todo un universo negro y fucsia para ellas.Y es que, según Lori Pantel, vicepresidenta de Girls Marketing de la marca Mattel: “Believing in girls is good business”.1 Parece que su lema da resultado. Décadas después de la aparición de Barbie, la indudable reina de las muñecas, la compañía juguetera Mattel lanzó en 2010 su nuevo producto estrella, Monster High (MH) con el que gracias a la inversión de 10 millones de dólares en costes de merchandising ha reconquistado la cúspide de la industria de las muñecas.2 Y esta apuesta les está saliendo rentable. Estas muñecas gustan, y mucho. Durante los dos primeros años en España se vendieron más de 270.000 muñecas MH, más del doble que en EE.UU. La clave del éxito, según Lorenzo de Benito, Director Comercial de Toys ‘R’ Us Iberia, está en que: Por un lado, los personajes muestran esa faceta de ‘siento que soy diferente’ que todos los adolescentes perciben que son y, por otro, resaltan los valores de amistad y necesidad de sentirse integrados en un grupo que transgrede los modelos sociales establecidos. Así, cada niña se identifica con diversas características de diferentes personajes, lo que la mueve a coleccionar todos aquellos con los que encuentra afinidad.3 Mattel ha vuelto a dar en el clavo con un sencillo concepto: un grupo de amigas adolescentes, hijas de personajes célebres de la literatura de terror, y sus historias sobre amistad, ropa, amor y clases en el instituto. Sin embargo, a pesar del éxito de Monster High, algunas voces han dado la voz de alarma sobre el peligro que la apariencia y actitud de estas


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“Su contradicción intrínseca lo convierte en un discurso fronterizo feminista y antifeminista, liberador y represivo, facilitador y obstructor del cambio social progresista”

muñecas suponen para el desarrollo de las niñas y preadolescentes. Estas críticas denuncian que MH promueve un ideal de chica irreal, superficial e hípersexualizado nocivo, a su parecer, para el comportamiento y la autoestima de las menores. No obstante, el pánico moral que despierta Monster High no es un caso aislado. Las menores son a menudo consideradas víctimas potenciales de la sexualización y la cultura popular ha sido vista tradicionalmente como un elemento peligroso para el desarrollo socio-sexual de las niñas y jóvenes.4 En este artículo sugerimos que es necesario superar el pánico moral a la cultura popular que despiertan especialmente los productos dirigidos al público femenino infantil y conceptualizar estos objetos culturales en términos más complejos. Argumentamos, así, que la llamada sensibilidad postfeminista,5 propia hasta el momento de ficciones adultas, ha irrumpido en el universo infantil. Monster High es reflejo de ello.

1 Esta cita y las marcadas con un asterisco señala que se trata de una traducción de la autora PANTEL, L.: “Believing in girls is good bussiness” en Huffington Post, 6 de agosto de 2012. [Consultado el 3 de septiembre de 2013], http://www. huffingtonpost.com/lori-pantel/believing-in-girlsis-good-business_b_1579470.html 2 HYLAND, A.: “Monsters are coming to the house that Barbie built” en LA Bussiness Journal, 31 de mayo de 2010. [Consultado el 3 de septiembre de 2013], http://monsterhigh.wikia.com/wiki/ May_31,_2010_-_LA_Business_Journal 3 LARA, Laura S.: “Monster High, el secreto de su éxito” en Vanitatis, 2 de julio de 2012. [Consultado el 3 de septiembre de 2013], http://www.vanitatis. com/moda/2012/07/02/monster-high-el-secretode-su-exito-19497 4 AMERICAN PSYCHOLOGICAL ASSOCIATION: Report of the APA Task Force on the Sexualization of Girls. Washington, D.C., American Psychological Association, 2007, www.apa.org/pi/ wpo/sexualization.html 5 AMERICAN PSYCHOLOGICAL ASSOCIATION: Report of the APA Task Force on the Sexualization of Girls. Washington, D.C., American Psychological Association, 2007, www.apa.org/pi/ wpo/sexualization.html


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Monster High: Postfeminismo para tweens

Alabado por unos, odiado por otros, el postfeminismo es un término repleto de contradicciones. De acuerdo con Genz y Brabon, el postfeminismo emerge como un concepto “impuro”,6 fruto de la intersección de los discursos mediáticos, la cultura del consumo, las políticas neoliberales, la teoría post-moderna y por supuesto, del espíritu feminista. Debido a su carácter ambiguo y controvertido, el concepto postfeminismo ha sido objeto de discusiones teóricas durante más de veinte años. Mientras algunas autoras consideran el postfeminismo como la tercera ola del movimiento feminista, como feminismo postmoderno o postestructuralista o incluso como la corriente teórica del Girl Power, otras teóricas no dudan al afirman que el postfeminismo es un contragolpe a la emancipación femenina, una vuelta retrógrada al conservadurismo patriarcal. Sin duda, el postfeminismo supone un cambio radical en lo que se refiere a la conceptualización del empoderamiento femenino. Hoy en día, los productos postfeministas combinan la diversión, el poder y la amistad entre mujeres con el bienestar causado por el consumo, todo enmarcado por un empalagoso tono rosado. Por ello, el postfeminismo ha sido principalmente criticado por vender los principios del empoderamiento femenino a la lógica capitalista para crear un “feminismo de libre


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de actitudes feministas y anti-feministas dentro mercado”7 en la que la feminidad empoderada no de los mismos”,11 el postfeminismo debe comse adquiere por derecho, sino que es un bien por el que se compite. Los medios han hecho buen prenderse como sensibilidad.12 Desde su punto eco de esta ideología consumista y neoliberal “en de vista, enjuiciar la sensibilidad postfeminista la que se sustituye la colectividad y el activismo simplemente como feminista o anti-feminista no por la individualista defensa de la libertad (de da buena cuenta de la complejidad del concepto en el que convergen la pre-feminista idea de consumo) y la autonomía”.8 En la cultura popular, el postfeminsmo se ha materializado en persomujer tradicional y la feminista noción de mujer najes como Bridget Jones o las protagonistas de empoderada.13 Así pues esta autora advierte que Sexo en Nueva York; mujeres jóvenes, blancas, de efectivamente, la sensibilidad postfeminista inunclase media-alta y heterosexuales. Esta exclusión da progresivamente las sociedades occidentales de edades, raza, clase y sexualidad contemporáneas a través de la también atrae las críticas de los círcu- “el postfeminismo supone cultura popular; un espacio en los académicos y feministas, quienes el que el “poder… se reconsun cambio radical en truye entre los entresijos de ven en esta marginación una prueba lo que se refiere a la de cómo el postfeminismo se ha descotidianeidad, [constituyendo] conceptualización del arraigado de la causa emancipadora. nuestro frágil sentido del sentiEn cualquier caso el postfeminismo empoderamiento femenino” do común”.14 refleja un cambio en los paradigmas Monster High es un claro ejemplo de que el posestereotípicos de género. Su contradicción intrínseca lo convierte en un discurso fronterizo tfeminismo ha alcanzado también la cultura tween. Hasta ahora, las ficciones contemporáneas, espe“feminista y antifeminista, liberador y represivo, facilitador y obstructor del cambio social progrecialmente las dirigidas al público adulto femenino, habían construido sus personajes en base a la ya sista”,9 que sustenta discursos tan distintos como ensayos académicos críticos o revistas populares mencionada imagen contradictoria de feminidad. como People o Time.10 Sin embargo, recientemente la industria mediática y de entretenimiento dirigida al público inGill propone que para comprender “la naturalefantil ha adaptado los modos de representación za contradictoria de los discursos y la amalgama postfeministas a su audiencia, en particular a sus

6 GENZ, S., & BRABON, B. A.: Postfeminism: cultural texts and theories. Edinburgh, Edinburgh University Press, 2009, p.5. 7 Ibid. 8 Ibid., p.8 9 PROJANSKY, S.: “Mass Magazine Cover Girls: Some Reflections on Postfeminist Girls and Postfeminism’s Daughters” en TASKER, Y. y NEGRA, D. (eds.): Interrogating Postfeminism: Gender and The Politics of Popular Culture. Durham, Duke University Press, 2007, p. 68. 10 LOTZ, A. D.: “Postfeminist Television Criticism: Rehabilitating Critical Terms and Identifying Postfeminist Attributes” en Feminist Media Studies, 1:1 (2001), pp. 105-121. http://www.tandfonline.com/doi/ pdf/10.1080/14680770120042891, DOI: 10.1080/14680770120042891. 11 GILL, R.: “Postfeminist Media Culture: elements of a sensibility” en European Journal of Cultural Studies, 10:2, (2007), p.149. 12 Ibid. 13 FEASEY, R.: “Charmed : Why Teen Television Appeals to Women”. en Journal of Popular Film and Television, 34:1, (2006), pp. 2–9. 14 BUTLER, J., LACLAU, E. y ZIZEK, S. (eds): Contingency, Hegemony and Universality. London,Verso, 2000.


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consumidoras entre 8 y 12 años, las llamadas tween. Este segmento de audiencia estaría distintamente definido por su cuidado de la imagen social y de las dinámicas de la aceptación/exclusión, así como por su temprana sexualización y su marcado carácter consumista.15 Estos rasgos hacen del público tween no sólo un blanco fácil y atractivo para la industria cultural, sino un sustento perfecto para la sensibilidad postfeminista. Debemos señalar primeramente que aunque en teoría la franquicia MH se centre principalmente en público preadolescente, los productos de la marca (tanto los audiovisuales como las muñecas y el merchandising) son frecuentemente consumidos por niñas de menor edad. Esto podría suponer un obstáculo para el análisis de los efectos que este producto tiene sobre sus consumidoras ya que la relación que establecen las menores con los diferentes objetos culturales varía dependiendo de la edad y del desarrollo emocional de la niña. No obstante este trabajo asume que la temática y la caracterización de los personajes indican que el público objetivo de Monster High son las niñas preadolescentes. De este modo, este trabajo se propone identificar en Monster High –uno de los productos de entretenimiento más consumidos actualmente por la audiencia infantil- las características de la sensibilidad postfeminista. Para ello analizaremos algunos capítulos de la serie apoyándonos también en la página web oficial de la marca. Particularmente, los elementos visuales y verbales de ambos textos ilustrarán cómo este producto connota dos nociones esenciales del discurso postfeminista, la centralidad del cuerpo y el enaltecimiento del individuo consumista.

l es centra ia c n ie r a p “La a los rucción de t s n o c a l s en aspecto la u S . s e j a es da person podera y l m e s a l , e defin cial” círculo so acceso al

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La Centralidad del Cuerpo: Control y Sexualización

15 ALDER, D y ALDER, P.: Peer Power: Preadolescent Culture and Identity. USA, Library of Congress Cataloging-inPublication Data, 2003. 16 GILL, R.: “Postfeminist Media Culture…”, p. 149.

Larga melena bicolor, caderas pronunciadas que se balancean, minifalda de cuadros, grandes y maquillados ojos, tacones de vértigo, un puñado de revistas, unos pendientes de calavera, una cicatriz en la mejilla, un tornillo en el cuello y una bonita boca. Aunque tardaremos varios segundos en ver al personaje completo, los sucesivos planos detalle del cuerpo de Frankie Stein al inicio del primer episodio de la serie MH nos dan una idea de la importancia de la apariencia física para esta trama. Y es que la centralidad del cuerpo como fuente de identidad y poder es la primera de las características fundamentales del discurso postfeminista.16 La idea de feminidad ya no se concibe en relación a las ideas tradicionales de cuidado y maternidad, sino que la clave para sentirse y definirse como mujer reside en poder lucir un cuerpo sexy. En consecuencia, la cultura popular ensalza a la mujer atractiva y consciente del valor de su cuerpo, a la que propone como patrón de referencia. Las protagonistas de MH –Frankie Stein, Draculaura, Clawdeen Wolf, Cleo de Nile, Ghoulia Yelps y Lagoona Blue– hacen gala de un look que podría denominarse terror-chic, combinando el canon de belleza que anteriormente estableció la muñeca Barbie con la estética gótica actualmente de moda a raíz del éxito de Twilight. Siguiendo este modelo, las protagonistas de Monster High son dibujadas con figuras esbeltas, exuberantes melenas, poco pecho, estrechas cinturas, anchas caderas y larguísimas piernas, al tiempo que incorporando elementos monstruosos como los colmillos de Clawdeen Wolf y Draculaura o las aletas de Lagoona. La apariencia es central en la construcción de los personajes. Su aspecto las define, las empodera y les da acceso al círculo social. El personaje de Ghoulia, por ejemplo, es una zombie tímida e insegura. Rara vez protagoniza el capítulo y siempre es retratada a la sombra de Cleo de Nile, la Nefertiti del instituto. El personaje de Ghoulia se distingue del resto por ser de menor talla que sus compañeras, vestir pantalones y gafas, andar encorvada y balbucear. Aunque juegue con desventaja a nivel físico, destaca por sus cualidades intelectuales y artísticas. Cuando dibuja, Ghoulia fantasea con ser una súper-heroína de traje ajustado y movimientos fugaces a la que todo el mundo admira. Este personaje se desmarca de sus compañeras, caracterizadas como chicas sexys y populares, que se aburren en clase pero que son capaces de fascinar a su


| ECLÉCTICA | REVISTA DE ESTUDIOS CULTURALES público cuando bailan todas juntas –excepto Ghouliaen el equipo de animadoras. Queda patente, pues, que la centralidad del cuerpo dentro de las tramas sirve a su vez como elemento definidor de los personajes y de lazo de unión entre las chicas. Dada la importancia del cuerpo dentro del discurso postfeminista, las protagonistas de estos mensajes velan por su feminidad a través del cuidado de su apariencia, a la que someten a una rigurosa disciplina. Las protagonistas de Monster High cuidan su alimentación y hacen ejercicio físico pero también se preocupan por su postura, sus maneras y su expresión. La razón de esta monitorización continua reside en la idea de que tanto el cuerpo como la vida de las mujeres son imperfectos, por lo que necesitan constantemente reinventarse y transformarse siguiendo los consejos de (pseudo)especialistas, autoridades morales y otros actores del círculo social. Esta ideas de autodisciplina y perfeccionamiento queda ilustrada en los perfiles de las figuras MH.17 Además de los comentarios sobre su estilo y aficiones, no puede faltar un apartado sobre sus pequeños defectos. Clawdeen Wolf, por ejemplo, confiesa en su perfil que tiene un pequeño problema con su vello corporal: Mi pelo es digno de un anuncio de champú, y sólo hablo del que crece en mis piernas. La depilación y el afeitado es definitivamente un trabajo a tiempo completo, pero es un pequeño precio que hay que pagar para estar terroríficamente fabulosa. Las protagonistas de MH confían ciegamente en los consejos de sus amigas y de las revistas para chicas para conseguir estar perfecta y encajar entre sus compañeros. Por ejemplo, en el primer episodio de la serie vemos cómo, en su primer día de instituto, Frankie Stein cada vez que se siente perdida recurre a las revistas que lleva siempre consigo. Los consejos sobre el sé tú misma, y el sé lo que quieres ser se confunden en la mente de

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la protagonista haciéndola fracasar en sus intentos de caerle simpática a Cleo de Nile, la líder de las animadoras, quien además de pedirle que demuestre sus dotes sobre la pista de baile, le hace pasar una reveladora entrevista: CLEO: ¿Plano o tacón? FRANKIE: Ambos. CL: ¿Ajustado o anchos? FR: Ajustados. CL: ¿Seda con pana? FR: ¡Oh, jamás! CL: ¿Último libro? FR: Un blog. CL: ¿Coletas? FR: ¡Sí, cómo no! CL:Termina la frase. No puedo salir de casa sin… FR: Brillo de labios. CL: ¿Cantante favorito? FR: Justin Víbora, por supuesto, mi padre prácticamente resucitó su carrera. CL: ¡Justin Víbora mola! ¿Novio? FR: ¿Novio? ¡Por supuesto! Mira, ahí viene. Frankie afirma estar involucrada en una relación heterosexual con el chico más cool del instituto para construir su imagen social, con la mala suerte de que ese chico es la pareja de Cleo. Esta escena da pie a introducir el siguiente rasgo característico del discurso post-feminista: la sexualización de sus personajes.Y es que la exaltación del cuerpo está íntimamente relacionada con la generalizada sexualización de la cultura contemporánea. En las últimas décadas, las imágenes de cuerpos más o menos erotizados se han multiplicado, del mismo modo que han proliferado los discursos sobre sexo y sexualidad. Reflejo de ello es que en los medios de comunicación abundan tanto los contenidos de alta carga sexual como los discursos pedagógicos o moralistas al respecto.

17 MONSTER HIGH: http:// www.monsterhigh.com/en-us/ bios/index.html 18 APA: Report of the APA Task Force on the Sexualization... 19 MONSTER HIGH: New Ghoul at School, http://www.youtube. com/watch?v=F59Qkq512WY 20 MONSTER HIGH: Huevos rotos, http://www.youtube.com/ watch?v=OZ87YqUT1Ws


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Dentro de estos discursos, la sexualidad femenina recinaje no blanco, la tiránica Cleo de Nile, precisamente la única chica con pareja estable desde el inicio de la serie. be especial atención y es tratada de manera mucho más compleja que la sexualidad masculina. Mientras que los No obstante, a pesar de la imagen seductora de los perhombres se representan claramente como seres hedonistas que buscan y disfrutan despreocupadamente del sonajes, su sexualización no se manifiesta a través del sexo, la sensibilidad postfeminista anima a las mujeres a disfrute y la libertad sexual, sino mediante la expresión disfrutar de su sexualidad lejos de las censuras morales de su híper-feminidad a través del consumo no sólo de siempre que se presenten como sujetos deseables, cabienes materiales, sino de relaciones interpersonales. Y paces de satisfacer y cuidar a sus parejas heterosexuaes que para las Monster High, ser la novia del chico más les al tiempo que se responsabilizan de su protección cool del instituto hace aumentar tanto la popularidad de contra el embarazo, las ETS y su reputación social. Esto las chicas como el vestir el conjunto adecuado o escues, las lógicas de representación mediática presentan la char al cantante de moda. Así, los personajes masculinos sexualización femenina como símbolo de empoderade la serie no tienen apenas relevancia dentro de la tramiento pero siempre contenida por la moral tradicional. ma. Su rol es sencillamente el ser deseados y esperar Esta coexistencia de valores resulta en el retrato de una el momento en el que se emparejarán con una de las mujer activa y deseante, consciente de su poder sexual protagonistas. Sin embargo, mientras que las chicas sólo pero que se presenta deliberadamente como objeto de suspiran e insinúan su atracción, los personajes mascudeseo cuando beneficia a sus intereses. Por esta razón, linos manifiestan explícitamente sus impulsos sexuales. la sexualización de la mujer ha adquirido naturaleza coEl chico-fuego Health Burns, por ejemplo, se enciende, mercial. El modelo de representación literalmente, cada vez que se cruza con postfeminista podría adjetivarse como Frankie Stein: “Guau, ¿hace calor aquí porno-chic, sofisticada y sexy: una mujer dentro o la caliente eres tú?”.19 sensual y narcisista que goza de una vida “Mientras que las chicas sexual activa y variada gracias a su irreA lo largo de las siete temporadas de sólo suspiran e insinúan su sistible potencial seductor. la serie Monster High, todas las protaatracción, los personajes gonistas se verán involucradas en una masculinos manifiestan Sin embargo, este patrón de mujer hírelación heterosexual monógama de per-sexualizado no puede aplicarse de explícitamente sus impulsos mayor o menor duración. Cuando la sexuales”. manera estricta a los personajes infanrelación se rompe, sin embargo, nintiles. El pánico a la sexualización de las guno de los dos personajes vuelve a menores a causa de la cultura popular empezar una nueva relación. Y es que existe desde hace siglos. Sin embargo, resulta muy paindudablemente, la mayor diferencia entre las ficciones radójico observar como con el paso del tiempo resulta postfeministas adultas y preadolescentes es el carácter más evidente que una inmensa parte de la producción conservador de estas últimas en lo que se refiere al cultural mainstream para (pre)adolescentes está cargaamor y al sexo. Lagoona Blue y Gil Webber mantienen 18 da de alusiones al sexo. En el caso de MH, tanto las una relación entre monstruos de la misma especie aunapariencias como los comportamientos de las protagoque sus respectivas familias no están de acuerdo por nistas dan muestra de la creciente sexualización de la provenir ella de agua salada y él de agua dulce.Aunque el cultura tween. Exceptuando a Ghoulia, todas las monscontacto físico entre los personajes es mínimo y nunca truitas lucen cortísimas faldas y ropa ajustada, transpase habla de las relaciones sexuales, sí que se sugiere la rencias, calzan tacones de vértigo (incluso para hacer posibilidad de que los personajes puedan ser padres en deporte) y van notablemente maquilladas. Clawdeen es el futuro. En uno de los episodios, un adulto les encarga uno de los personajes más sexualizados de la marca. De el cuidado de un huevo. Lagoona y Gil se proponen ser piel más oscura que el resto sus compañeras, colmillos “los mejores padres del océano”20 y acaban viendo navisibles y melena rizada, se le describe como una loba cer un pequeño ser volador. segura de sí misma, intimidante y seductora, que adora la carne y cuyas actividades favoritas son ir de compras A modo de síntesis podemos deducir así que la femiy coquetear. Este personaje, al que han vestido con bonidad y la sexualización de los personajes de Monster tas altas, medias hasta el muslo, falda morada con rejilla, High están por una parte contenidas por estructuras camiseta ajustada con estampado felino que deja al desmorales conservadoras y, por otra, articulada en torno cubierto su ombligo y una chaqueta de cuero negra con a prácticas consumistas e ideales neoliberales sobre la pelo, a menudo tiene encontronazos con el otro persointegración y el estatus social.


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El Enaltecimiento del Individuo: Decisión y Consumo

El segundo rasgo fundamental de la sensibilidad postfeminista es el enaltecimiento del individuo, al que se le invita a utilizar todos los medios a su alcance para desarrollar su yo por completo y llegar a ser sí mismo. Este discurso individualista se matiza en el caso de las ficciones preadolescentes como Monster High. El sentimiento de pertenencia al grupo es crucial para el individuo (pre)adolescente, quien desea simultáneamente desarrollar su individualidad y saberse integrado entre sus iguales.Así, las protagonistas de Monster High normalmente deciden de manera conjunta o tras haber consultado la opinión de sus amigas. El grupo a cambio le aporta al individuo la autoestima y confianza necesarias para conseguir el objetivo deseado. Eso sí, este fin pocas veces va más allá del éxito social, amoroso o material. Por ejemplo, en el capítulo Fashion Emergency,21 Draculaura recurre desesperada a sus amigas para que le ayuden a encontrar el vestido adecuado para la fiesta, sin el cual la pequeña vampira no pretende salir de casa. “Tengo el presentimiento,” le dice Frankie a una llorosa Draculaura, “de que vamos a encontrar un modelito tan loco, alucinante y guay que cuando entremos en el baile todos nos mirarán.” Draculaura sonríe por fin. Esta “gramática del individualismo”,22 además, borra cualquier referencia al alcance de las estructuras sociales y políticas sobre las decisiones individuales y subrayan en cambio su libertad, posición de control y capacidad de elección. Los textos postfeministas presentan, así, el ideal femenino como el de una mujer autónoma y libre de cualquier coacción. De este modo, si una chica controla su peso o si Draculaura no sale de casa sin su

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mejor vestido, no es porque las convenciones sociales critiquen lo contrario, es porque de lo contrario no estarían a gusto consigo mismas. Este discurso sobre la preponderancia de la elección abarca todos los aspectos de la vida de la mujer, desde sus citas hasta su futuro profesional, y se legitima alegando el derecho de las mujeres a optimizar su potencial individual, lo que apunta directamente a los valores del neoliberalismo. En las ficciones postfeministas adultas las mujeres lo tienen todo.23 A diferencia de las representaciones tradicionales en las que la mujer aparecía dentro del ambiente doméstico, la mujer contemporánea independiente y dueña de su vida se dibuja en la intersección de los dos mundos, el privado y el público. Paralelamente, la infraestructura educativa escolar resulta entonces el lugar idóneo para enmarcar a las protagonistas de las ficciones preadolescentes: libres de la autoridad parental, pero vigiladas por el sistema educativo. Además, las personajes adultas son retratadas según el modelo postfeminista como mujeres de clase media-alta que han alcanzado la plena independencia económicamente gracias a un puesto de trabajo que, además de permitirles explotar su potencial creativo, las rodea de un aura de autoridad y sensualidad del que carecía la dulce y atenta ama de casa tradicional. En MH, la situación socio-económica acomodada de las protagonistas se da por sentada.Todas están en una posición lo suficientemente desahogada como para consumir sin preocuparse por el precio. Por otro lado resulta llamativo que, a excepción de Clawdeen –la chica negra, quien aspira a ser dueña de un gran imperio de moda- ninguna de las chicas se plantea su futuro profesional. Así, aunque suponemos que estas chicas no son económicamente independientes de sus padres, en ningún momento aparecen pidiendo dinero ni permiso para hacer, ir o comprar. La libertad de consumo de los personajes es un hecho que, al no mencionarse, se presenta como incuestionable, y se equipara y confunde con la libertad de elección. Podemos resolver entonces que en el discurso postfeminista, la “cultura compartida de la feminidad”,24 articulada en torno a la independencia económica, la libertad de consumo y la exhibición de bienes materiales sustituye las tradicionales relaciones de dependencia heterosexual. A través del consumo, las protagonistas evidencian su feminidad, construyen su singularidad con respecto a sus compañeras y dan muestra de su bienestar económico y emocional.

21 MONSTER HIGH: Fashion Emergency, http:// www.youtube.com/watch?v=hJ4mQcBDmCo 22 GILL, R.: “Postfeminist Media Culture…”, p.153. 23 ARTHURS, J.: “Sex and the City and Consumer Culture: Remediating Postfeminist Drama” en Feminist Media Studies, 3:1 (2003), pp.83–98, http://www. tandfonline.com/doi/pdf/10.1080/146807703200008 0149,doi:10.1080/1468077032000080149


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Conclusión

Para conseguir que una marca sobresalga en un mercado tan saturado como el actual y triunfe entre una audiencia comercialmente apetecible, es necesario presentar un producto innovador cuya identidad reconocible encaje a su vez dentro de un modelo de placeres predecibles.25 Monster High se ajusta perfectamente a esta idea. El empoderamiento femenino y el consumo son dos placeres consagrados en la sociedad occidental actual y Monster High se ha servido de la sensibilidad postfeminista para ofrecerse a un público fácil de seducir. Además, no es casual que las chicas Monster High se mueran por Justin Víbora o sean adictas a los consejos de las revistas para chicas. El hecho de que la cultura popular se retroalimente beneficia a la industria y facilita la aparición de productos similares que, en conjunto, conforman un discurso coherente listo para ser consumido y asimilado por las audiencias. Esta estructura socio-comercial es el sustrato adecuado para la sensibilidad postfeminista. Como hemos visto, estos textos se articulan sobre los discursos feminista, neoliberal y de feminidad convencional generando una imagen de feminidad contradictoria en la que el empoderamiento de la mujer se confunde con la híper-sexualización y el consumo. Así, las ficciones postfeministas representan a un grupo de amigas (predominantemente) blancas de clase media-alta que han encontrado en la feminidad compartida la alternativa perfecta a la dependencia heterosexual y para quienes la felicidad reside en conseguir no sólo las amigas y el novio perfecto, sino

también los zapatos de con los que toda mujer sueña. Esta idea, que hasta ahora pertenecía a ficciones adultas paradigmáticamente postfeministas como Sexo en Nueva York o Girls, parece ahora haber conquistado el universo tween, tal y como muestra nuestro análisis de Monster High. Así, podemos concluir que el principal dilema de incluir la sensibilidad postfeminista en la cultura popular infantil y adolescente no es simplemente la sexualización de las menores, como alertan algunas autoridades morales. Debemos aceptar que las preadolescentes comienzan a explorar y negociar su sexualidad a edades relativamente tempranas y que efectivamente crecen en un entorno social donde el cuerpo se venera y se exhibe. El problema reside entonces en que la apariencia y la sexualidad se manufacturan a través de prácticas de consumo y se exhiben como símbolo de promoción social en el contexto neoliberal. Sin embargo, este hecho no supone que las receptoras de textos culturales postfeministas, adultas o niñas, asuman acríticamente este modelo híper-femenino, autocomplaciente y consumista. Al contrario, este trabajo comparte la visión de numerosos autores que advierten contra esta visión simplista de las menores como víctimas pasivas de los perniciosos contenidos de la cultura popular. Las menores son sujetos capaces de negociar los significados mediáticos que reciben aunque indudablemente estos mensajes esbozan la idea que tanto las niñas como el resto de la sociedad contemporánea tenemos sobre lo que es ser una tween.


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