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LA CITROTERAPIA LLAVE DE LA SALUD

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“Toda escuela nueva atraviesa por tres estados sucesivos. Primero se la ataca declarándola absurda; después se admite que es cierta y evidente, pero insignifi cante. Se reconoce por último su verdadera importancia, y sus adversarios reclaman entonces el honor de haberla descubierto”. William James

“Citrus Limomum” es el nombre botánico del limón, originario de Asia. Sus virtudes se conocían en el antiguo Egipto; Plinio y Homero lo nombraron en sus obras. En el siglo XV y XVI, los médicos italianos lo indicaban contra los parásitos y en problemas circulatorios. Actualmente, los descubrimientos y tecnologías más sofi sticados suelen impulsar el desinterés de profesionales y profanos, desdeñando lo que la Naturaleza nos provee en abundancia para estar siempre sanos. Ya en 1928 el Prof. Nicolás Capo, fuente principal y pionero en estas investigaciones, comienza a lanzar públicamente este tema especial: la Citroterapia

“Es característico en el ser humano, que todo el que ha descubierto algo útil sienta el irresistible deseo de comunicárselo al prójimo”. Gandhi Es característico en el ser huma

Descubren que el limón mata el cólera El limón ante la ciencia

(Clarín 14 / 12 / 1992) Un aporte trascendente para la salud de la población ha surgido de los laboratorios de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la Universidad de Tucumán. Estudios científi cos llevados a cabo por personal del Instituto de Microbiología Luis C. Verna revelaron que el jugo de limón es un efi caz bactericida, que elimina el vibrión del cólera en el agua para beber y en los alimentos como verduras y frutas que se laven debidamente con ese agua. El limón ofrece, además, la ventaja de que si se lo emplea en dosis mayores que las mínimas requeridas no resulta toxico para el organismo, como puede ocurrir con otros elementos utilizados con el mismo fi n y nunca llega a ser desagradable. La comprobación tuvo lugar tras una serie de investigaciones sobre los productos químicos que se aplican a las frutas cítricas hasta su empaque fi nal, encaradas por la aparición de los brotes de cólera no es casual que una novedad de esta importancia se haya originado en Tucumán, cuarta en el ranking de la producción mundial de limones con un perfi l no sufi cientemente conocido. Un año atrás, en el marco del avance del cólera, la Asociación Tucumana de Citrus –que nuclea a agricultores, industriales y empacadores de un sector que representa la segunda actividad económica de la provincia después de la caña de azúcar- resolvió promover análisis científi cos para determinar el grado inhibitorio de los tratamientos químicos de naranjas, mandarinas y pomelos, y sobre todo de los limones que desde Tucumán se comercializan en la Argentina y otros países.

La investigación Un grupo de profesionales del Instituto Verna estudió el comportamiento del vibrión de la contagiosa enfermedad, no solo con los productos químicos sino también con el jugo de limón. Para ello se puso en contacto concentraciones relativamente elevadas de gérmenes (de 10 a 1 a la 8° potencia, lo que

Mi Método

por el Prof. Nicolás Capo

Cuando yo pensaba en los grandes benefi cios que reporta el método del limón a la humanidad enferma, en mi iniciación de naturista, muchas veces recordé al Dr. d’Arsonval: “En materia de investigación científi ca es bueno infundir ánimo a las ideas por muy osadas que sean”. Pero a mí nadie me animaba al principio, con excepción de mi esposa, que me animaba, porque ella había probado el buen resultado del Método del zumo de limón, que yo iba ensayando en mí y en los enfermos; después fueron los mismos enfermos quienes me animaron. Mis estudios y lecturas robustecieron mi convicción. Virgilio elogia mucho el limón y Carlomagno lo aconsejaba por ir contra la muerte por envenenamiento de picaduras de víboras a los condenados. En el año 1934 se concedió el Premio Nobel de Medicina al Profesor Euler (sueco), que recomendó el zumo de limón para curar la neumonía, al descubrir en el limón la vitamina “C”. Todos sabemos que las células del pulmón son las más delicadas y el zumo del limón (a pesar de la opinión popular, que lo condena como un ácido corrosivo, que destruye los glóbulos rojos) es muy efi caz para curar la pulmonía. ¡Ahí está el secreto!: la célula, nuestra íntima vitalidad que se benefi cia con esas diminutas esporas de pequeños mundos vegetales en cuyo interior se encierra el líquido vital; existe perfecta concordancia entre las células del limón y las células del cuerpo humano. Dice el Dr. Georges Lakhowsky: “En la Ciencia nada debe haber de misterioso, todo se debe poder explicarse”; y agrega: “La Naturaleza nada hace sin razón alguna”. Las células del ser humano son las de más alta frecuencia ondulatoria y de las células vegetales las frutas son las de más alta frecuencia, y la onda química del zumo de limón es la que más rápidamente se asimila a la célula humana porque así no necesita digestión del estómago ni del hígado. Pero no obstante, el zumo de limón da al hígado y al estómago una sensación agradable de limpieza y de regeneración vital en rápida progresión metabólica hacia la sangre, donde mejor actúa con sus esporas químicas electrónicas, magnéticas y efervescentes. Dice Lakhowsky en su libro

o del Limón

“El secreto de la vida”: “La célula es el organismo esencial de todo ser vivo, y no es otra cosa que un resonador electro-magnético, susceptible de emitir y de absorber radiaciones de muy alta frecuencia”. “La vida no es más que el equilibrio dinámico de la célula en armonía de radiaciones múltiples, cuyo resultado es la salud. Y la enfermedad no es más que el desequilibrio oscilatorio de las células”. El zumo de limón tiende a cortar las fermentaciones de la sangre y de los tejidos en semidescomposición, tanto en enfermedades latentes o crónicas, como en los estados agudos febriles. Por tanto ataca más bien a los bacilos generadores en los estados fermentescibles anormales (que son los microbios) y no ataca (antes perece) a la célula viva de nuestra economía fi siológica. No olvidemos que el limón es un producto vivo, virgen, pero de la Naturaleza. No es como el vinagre, producto de una descomposición y sobrecargado de parásitos ambulantes en su estructura química. El limón tiene una composición química fi ja, el vinagre no. El esporo químico del zumo de limón es más sutil que cualquier otra fruta; por tanto, para mayor efi cacia, es siempre preferible beberlo recién exprimido y crudo, nunca hervido, ni calentado en horno ni en agua caliente, como lo toman muchos que se inician en la curas de limón. Observarán los lectores que aquí nos referimos al verdadero y puro efecto medicinal, no para los efectos culinarios y en la confección de platos agradables, en que el limón puede servir de condimento. Para que consiga la fi nalidad puramente terapéutica, conviene tomar el limón siempre solo y en ayunas, o en curas diarias de limón, combinadas con otros alimentos afi nes y compatibles: ensaladas de lechuga, zanahorias ralladas, rabanitos, pepinos, apio, ensalada de cebolla, ajos, berros, verdolagas, escarolas, endivias, remolachas, nabos tiernos, alcauciles, pimiento crudo, o asado, diente de león, perejil, albahaca, con aceitunas, almendras, combinaciones éstas de gran efecto curativo. (Es incompatible con el tomate, los almidones, pastas, féculas, pan, cereales, arroz, papas, etc). En esta sutilidad del zumo de limón es donde estriba su gran efi cacia curativa y regeneradora, mientras un producto de laboratorio es siempre pesado. Sólo lo sutil es penetrable en lo patológico.

“La Citroterapia es la “cirugía” del Naturismo Moderno”. Prof. N. Capo

10 minutos y en forma total a los 30 minutos. Dicho en términos más prácticos, una cucharada sopera de jugo de limón alcanza para purifi car 10 litros de agua. La constatación científica del carácter de bactericida natural del jugo de limón -propio además del ácido cítrico y de los aceites esenciales- es un acontecimiento para la salud.

representa 100 millones de bacterias por milímetro cuadrado) con el jugo de limón, diluido en agua en distintas proporciones. “Los resultados fueron categóricos -dijo la directora, Olga Miguel de Nader- por la efi cacia inhibitoria que muestra esa fruta. No se trata de la simple acción bacteriostática que tienen algunas sustancias que actúan como freno para el desarrollo de los gérmenes, sino que sus efectos son bactericidas”. El vibrión del cólera requiere para vivir y desencadenar su temibles toxinas -que provocan diarreas, vómitos y deshidratación- un medio apto conformado por un ph alcalino (el ph confi gura la concentración de iones hidrogenados y cuando el nivel es de 7 para arriba se da la alcalinidad propicia para el cólera). Personal de la cátedra de microbiología clínica, sección bacteriología, a cargo de la doctora Aída Pesce de Ruiz Holgado, que asumió la investigación, pudo establecer que el germen del cólera resulta por el contrario muy sensible a la acidez de un pH bajo, que cuando desciende a un nivel de 4,5 como la que tiene el jugo de limón, resulta fatal para el vibrión colérico. El equipo trabajó con muestras de diversas proporciones de limón en el agua. La doctora Nader puntualizó que en una relación de 1 a 500, el jugo de limón elimina el 75 por ciento de las bacterias del agua a los 5 minutos, y el 100 por ciento a los 15 minutos. Cuando la relación es de 1 a 1.000, los vibriones quedan “fuera de combate” en un 75 por ciento a los

El zumo de naranja actúa como una antitoxina En innumerables publicaciones sobre Citroterapia el Prof. Capo puntualiza “que el jugo de naranja en la sangre actúa como agente microbicida, es decir, como un antitóxico. Esto es aplicable en los casos de enfermedades infecciosas, especialmente sífi lis, gonorrea, chancros, infartos, viruela, sarampión, escarlatina, e incluso tuberculosis”. El Dr. Gregorio Marañon, en 1930, hizo un interesante elogio biológico y vitamínico de la naranja, recomendándola especialmente contra la diabetes. En “Cura de naranjas” de N. Capo, leemos: “si se combina el jugo de naranja con el jugo de limón es mucho mejor! Las células blancas (diferenciadas), así como los glóbulos rojos en un ambiente interno de caldo de citrus, van formando poco a poco las necesarias reacciones químico-biológicas de nuestra fuerza vital interior, así como las bolsas humorales para aislar y sitiar a los microbios o bacterias peligrosos para nuestra economía fi siológica, hasta asfi xiarlos y destruirlos, eliminando los malos humores en sus distintas formas (pus, urea, acetona, etc.). Sin dicha lucha fagocitaria, no es posible ninguna eliminación de las morbosidades y toxinas de la sangre”. El poder antitóxico de la naranja estriba en la cantidad de jugo más o menos grande que se tome, así como en su riqueza de ácido cítrico, que es el agente microbicida y destructor que vivifi ca al cuerpo y sistema nervioso por la expulsión de los venenos. (Se ampliará esta temática en próximas ediciones).

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