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Reflexiones para la pospandemia Teresa Enríquez
REFLEXIONES PARA LA POSPANDEMIA
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Teresa Enriquez Representante a la Cámara Partido de la U
Vamos para cinco meses desde aquel 6 de marzo, día en que el Ministerio de Salud y Protección Social confirmara el primer caso de coronavirus en Colombia; a partir de ese momento las noticias no han cesado en informar del aumento diario de los casos, que rápidamente se fueron esparciendo por todo el territorio colombiano y que ya venían por el mundo entero, lo que obligó a que nuestros gobernantes adoptaran unas series de medidas, buscando en todo momento prevenir, atender, contener y mitigar la pandemia del covid-19.
En Colombia, por ejemplo, el Presidente de la República, Doctor Iván Duque Márquez, declaró el Estado de Emergencia, anunciándole al país un paquete de medidas económicas y sociales que buscaban fundamentalmente, asignar recursos para atender las urgencias del sistema de salud, con el fin de adquirir equipos médicos y demás insumos para toda la red hospitalaria, que necesitaba estar preparada para una mejor capacidad de respuesta a los colombianos que resultase contagiados por el virus y que eventualmente podrían necesitar de hospitalización y una mejor atención, como efectivamente ha venido ocurriendo.
Pero no solamente se debía pensar en la atención en salud, sino que debido a las medidas tales como el aislamiento obligatorio decretado para todo el país, se hacía necesario adoptar normas con carácter de urgencia para proteger a los más vulnerables y en ese orden de ideas, el Gobierno Nacional dispuso de giros adicionales e inmediatos para los 2.660.000 hogares de Familias en Acción que han venido siendo atendidos por el Estado durante los últimos años, así como para los 204.000 jóvenes en acción y para los 1.500.000 adultos mayores cobijados con un auxilio estatal.
Pero si bien estas decisiones le garantizan a ese importante colectivo de hogares tener a disposición unos recursos que les permitirían su subsistencia en condiciones más o menos aceptables, no es menos cierto que en Colombia desafortunadamente hay muchos más familias que no hacían parte de estos programas sociales y por ende no reciben ninguna ayuda económica. Es por esto que a mi juicio, constituye una acertada política pública social, la iniciativa del Señor Presidente de llegar a 3 millones de hogares nuevos que de acuerdo al Sisben, estaban catalogados como los más pobres y vulnerables de nuestro país, con un aporte de 160 mil pesos a partir del mes de abril y que según las últimas determinaciones manifes
tadas por el Señor Presidente, irán hasta el mes de diciembre de este año.
Adicional a las anteriores acciones, también se han adoptado otras medidas tendientes a proteger el empleo, como la de apoyar al sector empresarial, especialmente a los pequeños empresarios y mipymes, quienes representan el 96% del tejido empresarial colombiano, aportan el 40% al PIB, generan más de 17 millones de empleos y adicionalmente son las responsables de casi el 10% de nuestras exportaciones; estas medidas y acciones seguramente permitirán que la economía de nuestro país no vaya a colapsar totalmente.
Si bien hasta ahora hemos logrado sortear estas dificultades, habrá necesariamente que pensar cómo vamos a afrontar los retos que tenemos, para enfrentar la peor crisis que ha tenido nuestro país en todos los tiempos y de ahí que quiero hacer un llamado, primero a los colombianos para unirnos entre todos, pues no es el momento de las divisiones y menos de las confrontaciones, a mi modo de ver, nuestra obligación es rodear a nuestros gobernantes, empezando por el Presidente, gobernadores y alcaldes municipales, para que logremos detener y ojalá erradicar más temprano que tarde esta pandemia y que una vez ello ocurra, nos pongamos a trabajar de manera articulada por un mismo propósito, el de recuperar a Colombia, la economía, el empleo y el bienestar de todos.
Desde el Congreso de la República tenemos que ser capaces de dejar atrás los enfrentamientos políticos, para alcanzar los mayores consensos que nos permitan proponer, debatir y aprobar los proyectos que otorguen soluciones a las necesidades que con tanta urgencia reclama el pueblo colombiano, pues no podemos ser inferiores al llamado que hoy hacen quienes nos permitieron llegar hasta esta institución, cuya elección trae consigo un objetivo claro y es el de representarlos y velar por el bien común de los connacionales.
En este orden de ideas y en aras de continuar buscando alternativas que permitan minimizar las diferentes problemáticas dejadas al paso por la pandemia del covid-19, me propongo desde mi curul en la Cámara de Representantes, solicitar al Gobierno Nacional en cabeza del Señor Presidente, se conceda una bonificación cada 6 meses y hasta tanto dure la pandemia, para todos los trabajadores de la salud, en reconocimiento a su lucha, entrega y sacrificio diario en pro de la vida de los colombianos que han resultado afectados por el coronavirus, porque son ellos quienes conforman la primera línea de batalla en esta confrontación tan desigual que les ha tocado y lo menos que podemos hacer quienes detentamos el favor popular, es pedir mejores condiciones laborales y salariales.
Pero más allá de esta propuesta el gobierno debe tener en cuenta que más del 60 % de los trabajadores de los hospitales son contratistas de prestación de servicios, por lo que se hace necesario una política de formalización del empleo.
De la misma manera, habrá que pensar en los millones de colombianos que perdieron su trabajo, en los empresarios que cerraron sus empresas, ellos seguramente pasarán la línea de pobreza y será nuestro deber, contribuir con nuestro máximo esfuerzo hasta lograr restablecer su modo de vida en condiciones de dignidad.
Debemos pensar en los millones de colombianos, quienes después de tantos años de trabajo, llegan a la vejez sin la posibilidad de recibir una pensión, esto debido a múltiples causas o circunstancias las cuales no les permitieron construirla durante su vida laboral; pero también está el elevado número de colombianos, que según un informe de Coasmedas para el año 2018, da cuenta que cerca de 14 millones de colombianos no tendrán ningún tipo de amparo para la vejez, lo que obliga a no quedarnos de brazos cruzados ante tan difícil panorama y pensar que millones de personas llegarán a la longevidad, sin un ingreso para su congrua subsistencia y si tener la posibilidad de procurarse un mínimo para solventar las necesidades básicas de alimentación, vestuario, salud, vivienda entre otros, razón por la cual desde ya quiero anunciar que en los próximos días presentaré a consideración del Congreso un proyecto de ley que busca otorgarle un subsidio mensual, para aquellas personas que alcancen la edad de vejez en condiciones de pobreza extrema y miseria; iniciativa legislativa la cual espero reciba el respaldo de todos los partidos y movimientos políticos, pero sobre todo el apoyo del Gobierno Nacional.