editorial
Lo esencial es invisible a los medios Por daniel miguEz
L
os argentinos, en general, estamos desinformados de las cuestiones importantes. Desde hace décadas los medios de comunicación masivos nos trasmiten básicamente datos UWRGTƓEKCNGU Todos sabemos que hay restricciones para comprar dólares pero ¿todos tenemos en claro cuáles fueron las causas que nos llevaron a la peor crisis de nuestra historia en 2001? Todos sabemos que existe un sillón de Rivadavia y que Rivadavia fue “el primer presidente”, pero ¿sabemos qué hizo y qué no hizo por el país y contra el país el hombre homenajeado en la avenida más larga de la Argentina? Sólo dos de mil ejemplos posibles. Para que los ciudadanos lo sean plenamente y no deleguen el saber de asuntos esenciales en una elite -tenga ésta buenas o malas intenciones- hay temáticas que deberíamos manejar al menos en sus conceptos más gruesos. Una de ellas es tener en claro el rol de Estado y de sus instituciones y en función de esto saber que quienes lo administren incidirán directamente en nuestra calidad de vida de acuerdo hacia donde orienten sus decisiones, porque en general tendemos a pensar
que nuestro éxito personal depende del esfuerzo y el talento individual. Otro aspecto importante es poder discernir entre Gobierno y poder. Muchos creen que son la misma cosa e incluso los medios de comunicación masivos emplean ambas palabras como sinónimos. El poder se divide en varias parcelas, pero las dos más importantes son el poder político y el poder económico. El poder político está institucionalizado y sus actores son visibles para todos. Pero el poder económico actúa en las sombras y cuando sale la luz se trasviste de un sector más de la sociedad. Salvo cuando existió el comunismo donde el poder político tomó el poder económico, o en las dictaduras occidentales donde el poder económico tomó el poder político, lo corriente en nuestros sistemas democráticos es que el poder económico y el poder político confronten por la distribución de la riqueza. Cuando se impone el poder político los millonarios deben pasarle parte de sus DGPGƓEKQU C NC ENCUG OGFKC [ NC ENCUG baja (mejores salarios, salud, educación, seguridad). Cuando el poder económico se impone al poder político las clases media y baja disminuyen su calidad de vida. Muchos podrán pensar
que es este un concepto elemental que todos conocen. Lo primero que habría que señalar es que los medios de comunicación masivos -que, obviamente, pertenecen al poder económico- ocultan esta información. Lo segundo para marcar es que si fuera un concepto tan claro para todos, no habría sectores de las clases media y baja que votaran, en contra de sus propios intereses, a representantes del poder económico, como ocurrió más de una vez en nuestra historia. Sabemos más del excesivo uso de la cadena nacional que de nuestro comercio exterior, nos preocupamos más por “la falta de consensos” que por nuestro sistema energético, estuvimos más informados sobre debates televisivos de candidatos presidenciales que acerca de nuestro FGUCTTQNNQ EKGPVȜƓEQ [ VGEPQNȡIKEQ Esos no son temas que nos acerquen los medios de comunicación, pero tampoco lo hace en forma sistemática e institucionalizada el sistema educativo. Un desafío para la escuela del futuro es -en forma adecuada a cada etapa de la trayectoria escolar- poner luz sobre estas y otras cuestiones centrales para que nuestra formación ciudadana sea más completa.