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EL LAMONATORIO

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THE GUILTY

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Parece que a las tortugas les va el ASMR. Un equipo de investigación de la Universidad de Zurich publicó hace poco más de un mes un estudio sobre la evolución de la comunicación acústica en los vertebrados que ha hecho que nos replanteemos la imagen que teníamos de los reptiles, sobre todo de las tortugas. El biólogo brasileño Gabriel JorgewichCoehn y su equipo grabaron los sonidos emitidos por 50 tipos de tortugas, una especie de tuátara (como una iguana, pero neozelandesa), una cecilia (un reptil que parece una lombriz) y un pez pulmonado del Amazonas. Después de pasarse meses grabando a estos bichos y de revisar muy a fondo toda la literatura científica sobre la comunicación acústica de los vertebrados inferiores, llegaron a la conclusión de que la capacidad que tenemos para comunicarnos mediante sonidos apareció en un ancestro común hace 470 millones de años, cuando los animales vivían bajo el agua. Hace cuatro días, vaya.

Esta investigación comenzó un poco porque sí, porque a Gabriel se le ocurrió grabar a su tortuga Homer cuando volvió de un viaje de trabajo en el Amazonas. Comenzó a grabar a Homer y a otras compañeras testudíneas acuáticas con un hidrófono, la versión waterproof del micrófono, y comprobó que estas acorazadas criaturas se comunican entre ellas emitiendo una serie de sonidos gracias a la exhalación de aire, un hecho que no había sido observado anteriormente. Hasta la fecha, las únicas tortugas que habían demostrado comunicarse mediante sonidos eran personajes de cómic (y posteriormente de dibujos animados) y se llamaban Donatello, Leonardo, Michelangelo y Raphael. Por cierto, ¿sabíais que Las Tortugas Ninja inspiraron el nombre de un género de tortugas extintas que vivieron en el Pleistoceno en Australia, las Ninjemys? Lo que nos gusta una frikada a la gente de la ciencia, madre mía.

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La verdad es que me lo he pasado pipa leyendo el artículo que recoge este estudio. Bueno, más que leyéndolo, escuchándolo, porque incluye un archivo de sonidos animales curiosísimos. El pez pulmonado, por ejemplo, hace unos ruidos que recuerdan al roce de un anillo sobre una superficie de metal. Un sonido parecido emite la cecilia, muy lejos del típico siseo de las serpientes, que es lo que cabría esperar. Aunque en otro de los archivos de audio este reptil de aspecto viscoso parece echarse un eructo. A lo mejor acababa de comer. En el bando de las tortugas tenemos de todo. Hay ruiditos que parecen emitidos por un delfín, un extraterrestre, un grillo, un perro o una rapaz; algunos se asemejan a un pedo silencioso, ronquidos, gritos de mujer, una ráfaga de viento, un muelle vibrando, y a no sé cuántas cosas más. Nunca me hubiera imaginado que las tortugas tuvieran una paleta de sonidos tan amplia y singular. Nos hemos pasado siglos escuchando a las aves, a los mamíferos y a algunos reptiles como las serpientes, y nos habíamos olvidado de nuestras lentas amiguitas. Y tenían mucho que decir, sobre todo aquellas que viven en el medio acuático, siempre menos estudiado que el terrestre. Parece que nos dé perecica mojarnos los pinreles.

Algo que he aprendido al documentarme para escribir El Lamonatorio de este mes (o qué os creíais, ¿que me invento lo que escribo?) es que las tortugas marinas, esas que construyen sus nidos en las playas a las que van a desovar, emiten sonidos desde el interior de los huevos, lo que ayuda a sincronizar la eclosión. Si salen todas a la vez es más difícil que se las coman a todas, porque los depredadores no dan abasto y mientras se comen a unas, otras se salvan. Los bebés tortuga se avisan para salir del huevo juntas y tener menos posibilidades de ser devoradas, no me digáis que no es para morirse de pena. Me imagino a las tortuguitas en sus huevitos cantando al unísono “Etamo ready” mientras las gaviotas, los varanos, los cangrejos o las mangostas pululan por la playa esperando a la merienda y se me hace un nudo en la garganta.

En resumen, el mundo acuático esconde un mundo de posibilidades acústicas inexploradas que nos dan pistas sobre la evolución de la comunicación en los animales y, de rebote, nos proporciona un abanico de sonidos bizarros que bien podrían ser sampleados por cualquier productor musical. Beatmakers, aprovechad la oportunidad para convertiros en vanguardia, los sonidos de tortuga pueden romperla en 2023.

eljardindemendel.wordpress.com

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