Revista En otras palabras No. 21/22 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

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Grupo Mujer y Sociedad - Universidad Nacional de Colombia

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EN OTRAS 21 22 PALABRAS...

Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras Publicación especializada editada por Grupo Mujer y Sociedad – Universidad Nacional de Colombia

Directora honoraria Florence Thomas

Dirección Juanita Barreto Gama

Comité Editorial Florence Thomas Juanita Barreto Gama Patricia Prieto Delgado María Himelda Ramírez Rodríguez María Eugenia Martínez Giraldo María Mercedes Tello Sánchez Mónica Sánchez Bernal Sonia Cárdenas Salazar Daniel García Lamus María Eugenia Navarro Ruiz

Colaboraron en este número Alfredo Ocampo Zamorano Amalfi Cerpa Jiménez Ana Cristina González Vélez Ana María Romano Gómez Ángela María Buitrago Ramírez Carmen Elisa Acosta Peñaloza Dora Isabel Díaz Susa Felipe Jaramillo Gómez Florence Thomas Genoveva Iriarte Esguerra Guiomar Cuesta Escobar Isabel Agatón Santander Isabel Corpas de Posada Juanita Barreto Gama Magda Yaneth Alberto Cubillos María Angélica Wierz-Gutiérrez María del Pilar Cárdenas Borrero María Eugenia Martínez Giraldo María Himelda Ramírez Rodríguez Mario Madrid-Malo Garizábal Mercedes Hernández Argueta Mónica Sánchez Bernal Olga L González Roa Patricia Prieto Delgado Rafaela Vos Obeso Rodrigo Pérez Gil Sonia Cárdenas Salazar Tania Ganitsky Yolanda Puyana Villamizar

Reproducción de uno de los cuadernos de Soledad Acosta de Samper con manuscrito interior. Fuente: Fondo Soledad Acosta de Samper, FSAS 001-2 (Pz.9), Biblioteca del Instituto Caro y Cuervo, sede Yerbabuena. Fotografía: Mónica Sánchez Bernal (2014)

Búsqueda de ilustraciones María Himelda Ramírez Rodríguez Mónica Sánchez Bernal

Vectores http://www.freepik.es/

Concepto, diseño y diagramación Emilio Simmonds Mónica Sánchez Bernal

Impresión Fundación Cultural Javeriana de Artes Gráficas – Javegraf Pontificia Universidad Javeriana

Corrección de estilo Sonia Cárdenas Salazar

Coordinación administrativa María Eugenia Navarro Ruiz grupo.mujerysociedad@gmail.com enotraspalabras.revista@gmail.com

Distribución Siglo del Hombre Editores Cra. 32 No. 25-46 Bogotá D.C. Tel.: (057-1) 3377700 Fundación Mujeres de Éxito Cra. 57 No. 91 - 96, Bogotá D.C. - Colombia Tel. ( 57) 646 3120

ISSN: 0122-9613

Se autoriza la reproducción parcial o total de los artículos publicados en esta edición, citando debidamente la fuente.


Contenido Editorial Escrituras transgresoras Escribir, sí; pero ¿cómo escribir?

Florence Thomas

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Otros Lenguajes: música, poesía, cine y pintura 117 Poetas colombianas del siglo XX 118

Guiomar Cuesta Escobar

Historias en movimiento y en-canto

129

Dos poemas

134

Paula Modersohn-Becker-Pinceladas

136

Dossier Efemérides: feminismo, pacifismo y sufragismo

145 147

Nombrar, decir, actuar y hasta soñar con la palabra: Socialización a través del lenguaje y para el uso del lenguaje

156

El translingüismo, una propuesta incluyente

173

Re-crear el lenguaje: entre lo formal y lo deseable Vivencias, decretos, acuerdos y sentencias

180

Avances urbanos desde la perspectiva de género para Latinoamérica

200

Policarpas... eso somos

220

Remembranzas

223

Noticias En Otras Palabras ...

231

Las mujeres y los libros

261

Felipe Jaramillo Gómez

De la excomunión a la libertad. Entre la lectura, la escritura y la interpretación

16

Isabel Agatón Santander

La primera feminista del nuevo mundo

28

Ángela María Buitrago Ramírez

Emma Reyes, 1919-2003 Maestra de transgresiones

32

María Eugenia Martínez Giraldo, María Angélica Wierz-Gutiérrez Mario Madrid-Malo Garizábal

Patricia Prieto Delgado, Yolanda Puyana Villamizar y María Eugenia Martínez Giraldo

Defensa de lo indefensable

Amalfi Cerpa Jiménez

Sacar la lengua como los colgados

Tania Ganitsky

Una mirada desde el feminismo a la obra de Marvel Moreno En diciembre llegaban las brisas Rafaela Vos Obeso

En busca de una escritora invisibilizada por el canon patriarcal

Isabel Corpas de Posada

María Himelda Ramírez Rodríguez

38 46

María del Pilar Cárdenas Borrero

52 66

Cambié mi hábitat María Carrizosa de Umaña (1912–1996)

86

Louise Michel, la poesía como visión

96

María Himelda Ramírez Rodríguez Olga L González Roa

Las mujeres y la escritura

Rodrigo Pérez Gil

Genoveva Iriarte Esguerra

106

Juanita Barreto Gama

Mónica Sánchez Bernal

Magda Yaneth Alberto Cubillos


Detalle fotográfico de la dedicatoria manuscrita de Jacqueline Nova Sondag en su obra para piano "Transiciones" (1964-1965). Fuente: Fondo JNS, colección "partituras" y "hojas de vida" del Centro de Documentación Musical. Fotografía: Mónica Sánchez Bernal (2014)


Editorial

L

“Ahora sabemos que el hombre no es la medida de todo lo que es humano; lo son los hombres y las mujeres. Los hombres no son el centro del mundo: lo son hombres y mujeres. Esta idea transformará la conciencia de una forma tan decisiva como el descubrimiento de Copérnico de que la tierra no es el centro del mundo.” Gerda Lerner (1986)

os artículos que conforman esta edición correspondiente a los años 2013-2014 concentran su interés en la cuestión del lenguaje y de manera especial de escritoras transgresoras quienes se atrevieron a incursionar en un espacio tradicionalmente reservado a los considerados varones ilustres y presuntos dueños del saber. El canon de la escritura patriarcal se sustentó durante milenios en el poder hegemónico del saber y con él de la producción de símbolos. Aun así, y desde tiempos inmemoriales, muchas mujeres tuvieron el valor y la fuerza para correr los riesgos que representaba expresar por sí mismas su existencia; y ello fue posible gracias a diversos lenguajes animados por su decisión de transgredir el silencio milenario al cual el poder patriarcal las había confinado. Los hallazgos obtenidos a partir de la persistente revolución de las mujeres y del aporte de los feminismos han permitido develar, como en un ejercicio de arqueología, múltiples incursiones de las mujeres en la escritura que hoy constituyen nuevos campos del saber estrechamente ligados al hacer cotidiano de las mujeres y a sus interpretaciones del mundo. Las condiciones socioeconómicas y políticas generadas en el devenir del siglo XX con el acceso de las mujeres al ámbito público, su reconocimiento como sujetas políticas y la configuración de nuevas subjetividades, han puesto en escena un patrimonio intangible de la humanidad en el cual las miradas y las voces de las mujeres están hoy presentes de un modo evidente. Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras es el tema central de este número 21/22. En la primera sección, Escrituras transgresoras, se incluyen artículos relativos al significado transgresor de los escritos de las mujeres, y experiencias personales de escritoras que dan ejemplo de irreverencia, de rupturas y de apertura de nuevos caminos para estar en el mundo, interpretarlo y actuar en él. Enseguida cuatro artículos dan forma a la sección Otros lenguajes: Música, poesía, cine y pintura, a manera de ilustración de la participación de las mujeres en diversas expresiones de creación artística: el

Editorial

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reconocimiento de 84 poetas colombianas de la primera mitad del siglo XX; la reflexión sobre la vida de una gran pintora alemana nacida en 1876 y fallecida en 1907, quien en sus escasos 31 años produjo una inmensa obra que permaneció oculta hasta hace pocas décadas; dos poemas que se rebelan ante la violencia incesante e impune contra las mujeres, y dos historias vitales de mujeres traducidas al lenguaje cinematográfico y musical.

garantiza el acceso a la justicia de las víctimas de violencia sexual con ocasión del conflicto armado. Se incluye una cronología de noticias de prensa correspondientes a los meses de enero de 2013 a junio de 2014 que destaca eventos relativos a la participación de las mujeres en diversos ámbitos de la vida nacional. Cierra la sección una nota sobre los avances urbanos desde la perspectiva de género en América Latina.

La tercera sección, Dossier, de carácter coyuntural, se abre con un artículo referido a dos efemérides de gran significación para la vida de las mujeres: los cien años de la Primera Guerra Mundial y los sesenta años del voto femenino en Colombia. Incluye además tres artículos referidos al lenguaje: el primero a su función socializadora, el segundo a una propuesta que trasciende fronteras y el tercero a su potencial democrático e incluyente, en medio de las persistentes resistencias a su transformación.

Las mujeres y los libros es la sección habitual de cierre de edición y en ésta nos alegra compartir que el Programa de Fortalecimiento de la Equidad de Género en la Educación Superior -FEGES- en coordinación con el Fondo de Documentación Ofelia Uribe de la Escuela de Estudios de Género de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, inició un proceso de digitalización de materiales bibliográficos en el campo de los Estudios Feministas y de Género, dentro de los cuales se han incluido los 20 números precedentes de nuestra revista. Este número doble 21/22 será digitalizado posteriormente. En esta misma sección se encuentran reseñas de seis novedades bibliográficas que forman parte de estas historias de escrituras transgresoras.

En Remembranzas hacemos un homenaje a la vida de siete mujeres. La primera, incansable defensora de los derechos de las mujeres rurales y activista feminista falleció luego de una dolorosa enfermedad. Las otras seis fueron víctimas del atroz delito de feminicidio: unas por su liderazgo comunitario y político, otras por maltrato sexual y crimen de odio encubiertos con el eufemismo de crimen pasional; como ellas, muchas otras mujeres fueron víctimas de este delito en estos dos años. Y en esta edición como en las anteriores seguimos expresando nuestra solidaridad con sus familiares, nuestra indignación y nuestra convicción de que las violencias contra las mujeres deben ser consideradas como un intolerable social. En Noticias EN OTRAS PALABRAS… registramos la creación de la Secretaría Distrital de la Mujer en Bogotá; la muerte de quienes fueron premio Nobel de Física Rita Levi Montalcini y de Literatura Doris Lessing; la reunión El Cairo+20 en Nueva York y la sanción presidencial a la Ley que

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Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

Las ilustraciones de esta edición se nutren de reproducciones de cartas escritas a mano, de documentos tecleados en viejas máquinas de escribir y de otros manuscritos que acompañan las diversas secciones, ambientan el encuentro entre tradición y transgresión y adornan creativamente la portada y contraportada. Si hace cerca de tres décadas, cuando nacía el Grupo Mujer y Sociedad, reconocíamos en el lenguaje un síntoma de nuestra ausencia, en este número hemos querido mostrar con determinación, convicción y argumentación que las palabras re-creadas y actuadas por las mujeres son hoy un antídoto que permite dar cuenta de nuestra incuestionable presencia en la historia.


Escrituras transgresoras Fuente: Carta de Simone de Beauvoir a Nelson Algren (1949), publicada en "Une vie, une oeuvre. Simone de Beauvoir uneENfemme libre", separata de Leno.Monde-Hors SÊrie (2014). OTRAS PALABRAS‌ 21-22 / Escrituras transgresoras

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Escribir, sí; * pero ¿cómo escribir?

Florence Thomas Coordinadora del Grupo Mujer y Sociedad

* Este escrito retoma partes de la introducción del libro Florence de la A a la Z (Aguilar, 2008) las cuales se re-escribieron y actualizaron para los fines de esta revista.


P

en español, esto no era el problema. El verdadero problema para mí era tener que utilizar un idioma que de alguna manera era la lengua oficial, la lengua del otro, una lengua que traicionaba mi sexo o sea mi particular manera de habitar el mundo. Es así como a medida que pasaban los años, a medida que los debates al interior del Grupo Mujer y Sociedad me nutrían y me cambiaban la vida, sentía que tenía que situarme sexualmente ante el lenguaje pues todas habíamos aprendido con Alessandra Bocchetti que construirnos como mujer no podía seguir en la indiferencia. Teníamos que tratar de interpretar y expresar el mundo desde la otra orilla, desde esa irreducible diferencia sexual sin que eso sea interpretado como capricho de mujeres feministas. No; era afirmar que una lengua es viva y darse el lujo de dejar a la imaginación tomar el poder como lo hace la poesía cuando un verso nos dice “la tierra es azul como una naranja”.

Ahora bien, tenía el papel, la tinta, las letras del alfabeto, es decir la escritura, y sin embargo supe muy rápidamente que esto no era suficiente. Algo me incomodaba. Sentía tal vez que ese privilegio de saber escribir y leer no era suficiente desde esa conciencia crítica que yo estaba construyendo con relación al hecho de haberme socializado como mujer en una cultura patriarcal. Sí, podía escribir, pero cómo escribir, con qué idioma, con qué lengua. En francés o

Siempre he pensado que las palabras tienen coloración, fonética, semántica y música distinta según si son pronunciadas por un hombre o por una mujer. Sé que esto irrita a mucha gente pero sé también que las mujeres desde siempre —algunas mujeres valientes desde hace siglos y muchas hoy—, buscaron dar nuevos significados a sus vidas, nuevos sentidos al amor, al cuerpo, al erotismo, a la política, al poder y a la ética entre muchas otras cosas que hacen la sal de la vida. Nuevos significados a su manera de habitar el mundo y de interpretarlo. Nuevos significados a una identidad, o identidades en construcción, para saber finalmente cómo nombrarnos. No podíamos dejar a la lengua oficial, esa lengua aprendida y adquirida desde la infancia, cuya semántica fue fijada por una cultura tenazmente patriarcal, la responsabilidad de esta tarea. No podíamos hacerlo con “la lengua, el idioma del enemigo” como decía Jean Genet. Tal vez por eso, las mujeres que escriben son peligrosas, como lo dice Stefan Bollman.

La liberación de las mujeres pasa por el lenguaje. Hélene Cixous

ara las mujeres, la escritura es vital y más que vital, liberadora. Ya nos lo decía Montserrat Ordóñez cuando nos incitaba a escribir sin miedo de los códigos hegemónicos de la escritura oficial, escribir sin temor a no tener nada que decir, escribir como la única manera de empezar a existir. Y sí, de esto estoy segura. Ya, alistar la hoja de papel, el estilógrafo y la taza de tinto es, para una mujer, un primer acto de liberación. Aun cuando hoy ese acto es menos poético porque la pantalla de un computador nunca será igual al olor de esta hoja de papel de mis primeros escritos.

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Y de hecho cuando las mujeres asumen críticamente su condición y se dejan hablar y escribir como mujer, no hablan ni escriben como los hombres. Es una diferencia difícil de definir, es cierto; generada tal vez por una mirada más aguda del detalle, de lo concreto, de lo palpable, una mirada que toma cuerpo en una voz que no quiere olvidar la trama y el cuidado de la vida misma y siempre tratando de percibir al otro, a la otra. Sin embargo —y lo he reconocido desde hace tiempo— los grandes novelistas hombres y en general los artistas tienden a asumir una androginia que les permite acceder, de alguna manera, a ese lado femenino que, no obstante, les ha sido tan fuertemente reprimido por una socialización impregnada de estereotipos patriarcales. Evidentemente no todos lo logran. En general, hombres y mujeres no definimos palabras de la misma manera porque no podemos tachar del mapa existencial la diferencia sexual, esta diferencia fundante de la humanidad que nos precisa como seres sexuados; no podemos ocultar por más tiempo nuestras historias de construcción de identidad, nuestras experiencias vitales en relación con el mundo, es decir con los otros, con las otras, con el amor, con la piel, con el cuerpo, con el erotismo y con el poder. No podemos escondernos en un neutro tramposo y manipulador que momifica y paraliza el lenguaje. Ya no. Lo hicimos durante siglos, sumisas y obedientes a un código; ese código definido por las academias de las lenguas —en plural, pues existen academias de las lenguas para muchos idiomas del mundo—; academias que reinan sobre su uso correcto, definen su validez, controlan sus desviaciones e impiden cualquier des-territorialización. Por esta misma razón sospecho de los metalenguajes universitarios que no permiten la libre circulación de tantos escritos, muchos de gran valor, pues terminan por archivarse tristemente en una oficina porque su escritura se distancia de la vida.

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Incluso muchas lingüistas feministas piensan que el relativo largo silencio de las mujeres en la historia, silencio que fue interpretado durante mucho tiempo como indicio de su pobre lenguaje, como un síntoma de su incapacidad para dar cuenta de sus vidas, es hoy interpretado como un signo de la pobreza del lenguaje y consecuentemente como signo de la imposibilidad para ellas de expresarse con el lenguaje del amo, como una especie de acto de resistencia de ellas. Tal vez por esto el gran historiador Georges Duby, cuando trataba de conocer e interpretar a las damas del siglo XII, nos decía que era necesario buscar lo que ellas callaban y no tanto lo que ellas lograban decir. Hoy el lenguaje de las mujeres busca ser un lenguaje nómada. Y me parece justo pues las mujeres de alguna manera, y en ese camino de una revolución inacabada, son nómadas; no quieren reconocerse en lo ya pensado para ellas, quieren extraviarse en un camino sin fronteras; se pueden equivocar, sin embargo de esto también han adquirido el derecho. Pero creo que no se equivocan cuando buscan afirmarse equivalentes políticamente con los hombres y al mismo tiempo reivindicarse diferentes en sus maneras de habitar el mundo y sobre todo de interpretarlo. Y como existen de manera diferente a los hombres, tienen que construir un territorio propio que se tendrá que expresar con un idioma propio. Quiero decir con esto que no pueden instalarse en una lengua que no las signifique, esa lengua generada por un idioma oficial y, por consiguiente, patriarcal. El idioma es un idioma de varón construido desde las experiencias vitales de los hombres y, ante ese hecho, como ya se mencionó, el largo silencio histórico de las mujeres se debe concebir como un acto de resistencia. Ellas nos estuvieron diciendo durante siglos “con su idioma, señor, no tengo nada que decir…o, no encuentro las palabras para decirlo”. Y esto me hace pensar en un cuento de Doris Lessing llamado La habitación


diecinueve, cuento del cual extraigo un fragmento oportuno: Miró al hombre rubio de aspecto agradable, su cara limpia, inteligente, con ojos claros, y pensó ¿Por qué no puedo decírselo? ¿Por qué no? Y dijo “necesito estar más sola de lo que estoy”. Oyendo esto él volvió hacia ella su lenta mirada clara, y ella vio lo que temía: incredulidad. Estupor. Una mirada incrédula y estupefacta de un extraño que era su marido, tan cercano a ella como su misma respiración. Él dijo. “Pero los niños van al colegio y te dejan tiempo libre.” Ella se dijo: Tengo que darme fuerzas y decir: si, pero ¿no te das cuenta de que nunca me siento libre? Que nunca hay un momento en el que pueda decirme a mí misma: No hay nada de lo que deba acordarme, nada que deba hacer en la próxima media hora, o una hora, o dos horas…Pero dijo:” No me encuentro bien.” Él dijo: “Quizá necesites una vacaciones.” Ella dice turbada: “¿Pero sin ti, verdad?” Porque no podía imaginarse el ir sin él y esto era lo que él creía. Viendo su cara él rió, abrió los brazos y ella se refugió en él, pensando: Sí, sí, pero ¿Por qué no puedo decirlo? ¿Y qué es lo que tengo que decir?

¿Cuántas veces no hemos vivido esta desagradable sensación ante la dificultad para expresarnos, para decir lo que sentimos o sencillamente de no tener nada que decir ante el discurso del otro masculino? Por otra parte la palabra pública es una palabra relativamente ajena a las mujeres. Esa palabra del médico, del abogado, del cura, del político, del periodista, y también del plomero, del electricista, del líder sindical, del campesino; el discurso del partido político, de derecha, de centro o de izquierda; el discurso de nuestro compañero, de nuestro marido, del amante, de nuestros hermanos, es una palabra de varón, un discurso de patriarca: la lengua del padre. Los hombres hablan; las mujeres callamos, y cuando no, entonces charlamos, hacemos ruido, “nous bavardons”, o nos traicionamos y nos mimetizamos en hombre para tratar de responderles.

Nos lo decía Julia Kristeva: “cuando hablo, hablo una lengua del exilio”. Sí; las mujeres hablamos una lengua que no nos pertenece y apenas nos estamos despertando de esta pesadilla. Algunas mujeres nos mostraron el camino; pienso en Marguerite Duras, en la Yourcenar, en la gran Virginia Woolf, en Clarice Lispector, en Doris Lessing, en Marvel Moreno, en Albalucía Ángel para citar solo algunas. Para estas mujeres, lo dice la Duras, escribir es la soledad. Escribir con la desesperación; “escribir es callarse, es aullar sin ruido, es una contradicción y también un sinsentido”. Y tiene razón, ella más que nadie sabía lo que significaba escribir desde una piel de mujer, un sentir de mujer, pero sobre todo una existencia de mujer. “La escritura llega como el viento, está desnuda, es la tinta, es lo escrito y pasa como nada pasa en la vida, nada, excepto eso, la vida”, escribió ella. Es finalmente afirmar otro idioma otorgándole por fin una ética, una estética, pero sobre todo es conferir un destino a la diferencia sexual, a ese trascendental hecho de nacer hombre o nacer mujer. Tal vez una “feminología” como la llama Antoinette Fouque, es decir, un nuevo campo epistemológico abierto al lado de las llamadas Ciencias del Hombre; en todo caso, una evidente promesa de enriquecimiento recíproco. Varias autoras colombianas, desde poetas, novelistas, ensayistas o lingüistas, cada una a su manera y desde su disciplina, lo han afirmado. Pienso en primer lugar en Montserrat Ordóñez —por cierto desaparecida prematuramente—, quien marcó profundamente mi deseo de escribir. Montserrat nos estimulaba a escribir sin miedo de los códigos hegemónicos de la escritura oficial, escribir sin temor a no tener nada que decir, escribir como la única manera de empezar a existir. Pienso en Carmiña Navia quien, en varios ensayos, artículos y libros, examinó la narrativa femenina colombiana mostrándonos cómo la voz de la mujer “ha ido desplazándose de ser una voz alienada ante el discurso dominante/patriarcal, hacia la construcción de una

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palabra propia”; y está también Gabriela Castellanos quien se interesa de manera novedosa en lo que ella llama los “generolectos”, es decir, los modos culturales de actuar y hablar que reconocemos como típicos de uno u otro sexo. Tal vez entonces y por fin nuestros aportes a la sociedad se volverán visibles gracias al acceso nuestro a una posición de sujetos —quiero decir, de sujetas—, de lenguajes. Como los hombres, teníamos la escritura, el lenguaje, la palabra; sí, teníamos la escritura, el lenguaje y la palabra del sujeto. ¿Pero de cuál sujeto? Del único sujeto reconocido, el sujeto masculino. De alguna manera la escritura, los lenguajes, han existido siempre sin ninguna referencia a la diferencia sexual, al género de los hablantes. Y ahí no me estoy refiriendo al género como categoría gramatical que tiene una función esencialmente clasificatoria respecto a los objetos que se denominan mediante el lenguaje. Este género gramatical no está conectado a la oposición masculino/femenino cuando esta oposición traduce experiencias subjetivas distintas. Una mesa o una silla tienen un género gramatical que clasifica estos sustantivos como femeninos, pero una mesa o una silla no tienen sexo. Una alcaldesa o una magistrada, tienen sexo, es toda la diferencia. El género gramatical de la silla o de la mesa no tiene nada que ver con la diferencia sexual. Nada. Y estoy segura de que la alcaldesa o la magistrada tienen una experiencia subjetiva distinta de un alcalde y de un magistrado. Mi polémica se sitúa ahí. Sencillamente. Y tuvimos que esperar los tiempos del advenimiento de las mujeres a una posición de sujetas para que existiese la posibilidad de dejar atrás nuestra vida en simulacro; una existencia construida por hombres, desde el deseo masculino, desde los fantasmas masculinos que nos convertían en mujeres de la ilusión. Salir de esta existencia en simulacro exigió la génesis de un nuevo deseo que circula ahora de

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la mujer a la mujer y no del hombre a la mujer, como lo dijera bellamente Lorite Mena en su libro El orden femenino: “El nuevo deseo de la mujer es inseparable de la desarticulación del orden de los signos que llenaban de realidad su ausencia de ser”. Por cierto es un cambio lento que se genera en el seno de una revolución aún en curso; un cambio fundamental, más exactamente, fundante de una bifurcación del deseo y de la realidad. Los hombres ya no están solos para expresar el mundo, para interpretarlo, para actuar sobre él. Los hombres, huérfanos desde hace siglos —y convencidos de que ese hecho no los afectaba mucho— ya están acompañados y tendrán que darse cuenta que hay otros conocimientos que adquirir y otras preguntas que hacerse partiendo de lo que han ignorado y de lo que fue callado, es decir, de lo que no se ha dicho sobre esta manera particular y específica de las mujeres para habitar el mundo y nombrarlo. Y no es que critique lo que han dicho, lo que definieron, lo que escribieron los hombres; eran hombres inmersos en sus tiempos y en sus historias. Hicieron lo que podían hacer: describieron el mundo según sus propias experiencias vitales, su tan laboriosa construcción de identidad, sus nudos con la madre y su enorme dificultad para atravesarla, única manera para ellos de llegar a la mujer; su relación con el padre y con el poder, sus lugares como sujetos de deseo, como amos del saber y del mundo. Algunos lo hicieron de manera magistral y creo que nunca expresé dudas en relación con esto. Mi extrañamiento fue del lado de su seguridad, de su arrogancia. No podía entender, y sigo sin poder entender, cómo podían pensar, cómo pueden pensar que están hablando a nombre de todos, y muy especialmente de todas. La historia, la filosofía y en general las ciencias sociales son testigos de los siglos de ceguera ante la diferencia sexual. La Razón fue una razón tan patriarcal que casi logra aniquilar al otro diferente, a todos los otros diferentes y, con más razón, a la otra.


No es el propósito de este escrito sumergirse en una estéril pelea con algunos escritores o escritoras, lingüistas, sociólogos, sociólogas y demás habitantes de las ciencias sociales para saber si existe una escritura femenina o una cultura femenina porque no se trata de esto. El problema, o por lo menos mi problema hoy, no reside ahí. Se trata de construir una cultura incluyente, capaz de expresar la inmensa diversidad humana; una cultura que no homogeniza, que no manipula, que no normaliza, que no castiga cuando los códigos se olvidaron o se transformaron; una cultura que reconoce la imprescindible y urgente des-territorialización de todos los códigos lingüísticos definidos desde hace siglos por una razón tristemente patriarcal, la razón de los vencedores que lograron callar y ocultar esta otra orilla desde donde también existen visiones del mundo que difícilmente se asemejan a la visión oficial. Esa otra orilla desde donde emerge una luz en la oscuridad patriarcal para asegurar el advenimiento de una escritura propia capaz de significarnos fuera del simulacro. Creo firmemente que la manera como las mujeres ocupan el espacio social desde sus gestos y sus prácticas, desde su histórico silencio tan mal interpretado por los hombres, en fin, desde su lugar en la cultura, ha debido producir algunos rasgos particulares inscritos en una determinada visión del mundo que no puede asemejarse a aquella

propia de los hombres. El mismo Pierre Bourdieu, quien fue el autor del concepto de habitus, emitió la hipótesis de que tal vez, la experimentación del mundo social por las mujeres pudiera suscitar un habitus con sus preferencias y sus competencias particulares. Siempre y cuando ellas no hagan trampas. Siempre y cuando no se traicionen. De hecho hoy día encontramos una cantidad de mujeres que tienen un afán casi ciego de asemejarse a los hombres, de disfrazarse de hombres al precio que sea. Pero para las mujeres que han pasado de la casualidad de haber nacido mujer a la conciencia crítica de lo que significa ser mujer en una cultura patriarcal, el lenguaje debe llevar inscrita en su interior la diferencia sexual. No existe un lenguaje neutro. El lenguaje es sexuado como los sujetos que lo hablan. Hablaré entonces un lenguaje de mujer, mi escritura será una escritura de mujer consciente hasta la médula de que mi ser mujer no puede habitar en la indiferencia o en la neutralidad. Consciente de seguir con mi afán de remediar el dolor de la pérdida y de buscar afirmar esta bifurcación del deseo. Para empezar a balbucear lo que ha sido callado durante siglos. Para empezar a darle cuerpo a lo que Michel Foucault llamaba la voluntad de saber. Nuestra voluntad de saber está ahora a la orden del día. Y nadie nos callará porque como decía Montserrat Ordóñez, “debemos ahora, ya, irnos a nuestro posible o imposible rincón y escribir, escribir para poder morir en paz.

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Escrito publicado en Grupo Santillana de Ediciones S.A. En espaĂąol, Madrid, 2001, pp. 340-341

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De la excomunión a la libertad. Entre la lectura, la escritura * y la interpretación María Eugenia Martínez Giraldo Trabajadora social Integrante Grupo Mujer y Sociedad

María Angélica Wierz-Gutiérrez Traductora Inglés - Alemán - Español * Fráncfort del Meno, 2014, Bogotá, 2014


E

ste artículo es una narración sobre la tentativa de algunas mujeres con la lectura y la escritura. Acá se recogen algunas divagaciones que hemos decidido titular “De la excomunión a la libertad”. De la excomunión porque las mujeres han estado condenadas al confinamiento y al silencio al que las sometió el patriarcado, apoyado por las religiones monoteístas y reforzado por la complicidad de los ilustrados y científicos. La excomunión, tal y como se vivió en la Edad Media y la Inquisición, en las que las mujeres eran castigadas por sus inquietudes e inclinaciones intelectuales. Hacia la libertad, porque la conquista de los derechos de las mujeres, desde hace tan sólo siglo y medio, conllevó la posibilidad de leer, escribir y traducir en varios idiomas. Tres actividades indispensables para comunicarse activamente en la sociedad global. Las tres suponen desatar temores, cuestionar dogmas, asumir críticas y, sobre todo, estudiar y estudiar, cuestionar y reflexionar, realizar una lectura seleccionada, como la que sugiere Virginia Woolf, construir nuevas identidades y lograr la comunicación entre congéneres. Estiman la comprensión no sólo de otros idiomas, sino la interpretación de otras culturas, la vivencia y la tolerancia de la diversidad humana. También suponen no ser objeto de la manipulación de los sermones eclesiásticos, las teorías misóginas de intelectuales y/o los mensajes moldeadores de belleza de la publicidad moderna.

El camino transitado por las mujeres hacia la lectura, la escritura y la interpretación ha sido prolongado y complicado. Más de seiscientos años transcurrieron entre el momento en que las mujeres de la monarquía y los monasterios en Europa y América Latina empezaron a leer y a indignarse por lo que se escribía «acerca de ellas» y «para ellas», hasta el momento en el que aparecen las primeras escritoras. Tan solo tres cortos siglos han transcurrido desde que las mujeres empezaron a escribir. Aprender a leer y a escribir pasa por varios y extensos momentos, así como por complejos sucesos. Se puede decir que un primer paso fue romper con la prohibición, el miedo y el castigo impuestos por las instituciones civiles y eclesiásticas, para luego llegar a consolidar su propia expresión sobre la condición humana.

La firma como reconocimiento de la existencia Firmar fue la primera acción de escritura permitida a las mujeres. Escribir el nombre y el apellido significaba la reafirmación de la presencia y la pertenencia a este mundo. Las mujeres aprendieron a escribir su nombre, asignado en el seno familiar para no olvidar la identidad heredada, para continuar con la tradición y para realizar el sueño de vida pensado por los mayores y esperado por la sociedad. Posteriormente, con el nombre se da la identificación como ciudadanas. Cuando en el seno de un árbol se repite un nombre sin cesar, esto puede convertirse en una «catástrofe familiar». Marianne Costa y Alejandro Jodorowsky (2012), quienes escriben sobre metagenealogía, plantean que los árboles genealógicos conllevan nudos y trampas, tesoros y talentos que, de una manera u otra, van señalando un camino de manera casi inconsciente. Los nombres que los padres asignan al nacer van contribuyendo a marcar el destino y los proyectos futuros y van moldeando la personalidad. Por eso en sus terapias proponen EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Escrituras transgresoras 17


la reasignación de nuevos nombres, con el propósito de que la persona se apropie de sí misma. Los estudios de UNESCO sobre alfabetización funcional, en 2013, plantean que aún quedan mujeres que tan solo saben firmar. Los países nórdicos y algunos del sur en América Latina han superado el analfabetismo, en los del centro ya casi están llegando al ciento por ciento, pero en África las cifras oscilan entre el 30 y 50%. Es decir, aún quedan mujeres que tan solo saben estampar una mancha como firma. El testimonio de Josefa, una campesina, nos muestra la persistencia de la excomunión y sus consecuencias: «Yo qué voy a recibir la ayuda para la vivienda que ofrece el alcalde, si yo no tengo cédula. Jamás he ido por esas oficinas y no sé cómo firmar, pero me piden un documento y que escriba mi nombre y yo no sé qué es eso. Así que pa’que voy y me hago ilusiones. Recuerdo que después de la inundación en mi pueblo, los señores de las oficinas me llamaban damnificada… Entonces mi marido era el que tenía que ir a registrarnos a todos los niños y a mí. Y un buen día me quitaron los mercados porque aparecían en una lista dos señoras casadas con el mismo nombre de mi marido. La otra vivía en el pueblo vecino. Así fue como me di de cuenta de que me había engañado, y yo de inocente creyéndole que me quería, y hasta le era fiel».

Para las mujeres profesionales, el nombre implica situaciones aparentemente intrascendentes. Pero María del Carmen, una profesional de la ciudad, nos cuenta: «María, mi primer nombre, es muy frecuente en nuestro medio. Generalmente, va acompañado con otro nombre. Yo tengo muchas amigas y parientas llamadas María “Algo”. Ese “Algo” es, comúnmente, acompañado del nombre de una santa como: Clara, Inés, Lucía. Un día me puse a consultar por Internet y encontré varios significados del nombre María. Significa la elegida en la cultura judeo-cristiana. Según el marianismo, María es la responsable de

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enmendar el mal que porta Eva, es la que niega la sexualidad y se posiciona como madre pura, bendita, virgen y mártir, es la mujer que concibe sin pecado y es obediente a los mandatos del arcángel. Afortunadamente, mi apodo me permite huir de esta carga. En unas sesiones de psicogenealogía me sugirieron cambiar de nombre si quería renacer y desatar algunas trampas que me tenían atadas a la imagen de santidad. Pero, volviendo a investigar, encontré otro significado que viene de la cultura celta, en la que María significaba la señora soberana, es la estrella que ilumina el mar y es una mujer fascinada por el poder. Así que decidí no cambiar de nombre y resignificarlo desde la soberanía. Otras de mis compañeras de terapia sí que se cambiaron de nombre. Recuerdo que cuando me casé era obligatorio llevar el “de” seguido del apellido del marido. No había escapatoria. Había que añadir ese artículo para significar que de ahora en adelante se pertenecía a alguien: al marido. Ahora que podemos conservar el apellido del padre, intenté cambiar la cédula. La señorita de la Registraduría me dijo que tenía que firmar como estaba en la anterior, o sea, con el “de”. Entonces en la nueva cédula quedé con los apellidos de mi papá y mi mamá, pero con la firma mía que conllevaba el forzoso “de”. Algunas de mis amigas llevan con orgullo el “de”. En detalles tan pequeños de la vida, veo muy difícil salir de los designios que están implícitos en las normas y las antiguas creencias. Creo que las nuevas generaciones ya no piensan en ese dilema, solo llevan el apellido paterno y lo conservan al contraer matrimonio. Un nudo menos que desatar, aunque todavía carguen el de la familia paterna. Se han liberado, al menos, de un patriarca.»

La indignación de las mujeres por los libros escritos por hombres El segundo momento es la lectura, frente a la cual se presenta el despertar de la indignación femenina. «La lectura supone una habitación propia», al decir de Virginia Woolf, un espacio donde se puede dialogar consigo misma y con quien escribe. La lectura permite formular interrogantes, indagar sobre el significado y el trasfondo en torno a lo que se lee. Es un tiempo de encuentro interior, de


aislamiento voluntario donde se puede escapar de los requerimientos, solicitudes e interrupciones propias de la vida familiar y social. Los descubrimientos de las primeras lectoras debieron ser bastante tristes y desconcertantes. También es de suponer, que aprendieron a reconocer las debilidades de los soberanos. Vale recordar la descalificadora frase de Schopenhauer, filósofo alemán, quien escribió que las mujeres eran «seres de cabellos largos e ideas cortas». O la denigrante máxima de Shakespeare que dice que es más raro ver «a un perro que baile que a una mujer que escriba». O el ilustre Freud y su concepto de histeria y las teorías que culpabilizan a las madres, que seguramente despertaron la ira de las primeras lectoras. Posiblemente, esta fue una evidencia que llevó a las mujeres al sendero de la rebelión. Las lectoras tuvieron que sentir el dolor de haber sido vilipendiadas, rebajadas y minusvaloradas. Y ¿qué decir de las ausencias? Leer y descubrir que nada se ha escrito acerca de la historia de las mujeres, es algo que deja un vacío en el pasado, el presente y el futuro. Leer y enterarse de la historia sólo por sus guerras, desastres, crueldades, invasiones y posesiones, es como caer en un precipicio sin fondo, en un túnel sin luz al final. Mientras, el mundo de las mujeres ha transcurrido silenciado, entre los cuidados y los servicios hacia los demás, y ha soñado con la solidaridad y la ética del amor. Lamentablemente, la lectura es una actividad poco generalizada, su democratización ha sido bastante lenta y precaria. Actualmente, tiene el gran enemigo de los medios masivos de comunicación que ofrecen diversión relativamente económica y fácil de decodificar. Según datos de CERLALC, en 2012, el porcentaje de población mayor de doce años que dedica tiempo a la lectura es del 41%, o sea, menos de la mitad de la población. Se leen más revistas que libros y el promedio de libros leídos por persona al año, no pasa de dos.

María del Carmen sigue contando su experiencia: «Que ¿cómo pude acceder a la lectura? Por fortuna, mi abuelo y dos tíos tenían bibliotecas en sus casas. Eran sus espacios. Las mujeres de la casa pasaban por allí para hacer la limpieza o llevar bebidas, nunca las vi sentadas leyendo, sólo cogían los libros para quitarles el polvo. A ellos les gustaba organizar juegos de salón para representar personajes históricos y literarios, eran unos comediantes formidables y me despertaron la curiosidad por Tolstoi y Dostoievski y sus reflexiones sobre la compleja condición humana. Yo tenía que leer a escondidas de mi mamá quien estaba más preocupada porque yo aprendiera a administrar una casa que porque divagara sobre preguntas existenciales. Mi hermano me sugirió esconderme en el sótano o subirme al tejado para sacarle tiempo a la lectura, que por supuesto, hacía con remordimiento y culpa. En alguna ocasión hice una pregunta en clase de literatura sobre Crimen y Castigo, la respuesta que obtuve fue un castigo el fin de semana, por impertinente y por leer cosas no aptas para señoritas. Recuerdo que pasé doce años en un colegio para niñas, de allí salí con el título de bachiller y formalmente con un diploma para ingresar a la universidad. Fue uno de los primeros colegios privados y aparentemente laicos y liberales en Colombia, que reconoció a las mujeres el derecho a la educación formal. Por supuesto que aprendimos el alfabeto y a leer en la Cartilla Charry: «Mi mamá me ama». Sin embargo, no había en ese entonces una biblioteca, así que solo escuchábamos a las profesoras. La intención primordial era formarnos como señoritas de bien para comportarnos en sociedad y desempeñarnos como encantadoras esposas. Aprendimos a rezar el rosario, a repetir una y mil veces el Ave María, tanto, que a media noche me despertaba sobresaltada recitando la bendita estrofa. También oía la lectura de la Imitación de Cristo y de los evangelios en la Santa Misa, al menos una vez por semana, con carácter obligatorio.

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No recuerdo ni una sola tarea donde yo tuviera que pensar una idea para escribir una frase, solo copiar y hacer planas. Por ejemplo, repetir cien veces: Tengo que ser una niña formal, obediente y buena. Las llamadas Sagradas Escrituras es uno de los textos más traducidos a la mayoría de los idiomas en el mundo entero. Un texto que, según la Iglesia Católica no se puede leer por cuenta propia, debe ser interpretado por los sacerdotes, quienes exigen obediencia e inculcan temor si no se cumple con las sentencias allí promulgadas. Por ese entonces estaba vigente el Índice, es decir, la lista de libros prohibidos por la misma Iglesia. Obras que no podía leer ninguna persona perteneciente a la Iglesia Católica. Pasé cinco años en la universidad estudiando intensamente. Con las compañeras de estudio pasábamos largas horas leyendo y discutiendo acerca del desarrollo y la problemática social. Mi mamá me dejó entrar a la universidad siempre y cuando no fuera a la cafetería. Le parecía un lugar poco adecuado para una niña decente, por lo cual obedecí y, en buena hora, pues pude pasar largas horas en la biblioteca. Allí, estudiando Ciencias Sociales capté otro vacío. Cantidades de informes sobre el desarrollo económico, industrial y agrario, pero casi nada acerca del desarrollo social. Así que las preguntas sobre el bienestar social se limitaban al ámbito de la Economía. Anaqueles inmensos con libros sobre el poder, el Estado y sus instituciones, la democracia representativa y las leyes, pero muy poco o nada de Política Social y, mucho menos, de los estudios de mujer y género. Hay que decirlo, para algunas mujeres profesionales, el vacío de nuestra historia no existe. Supongo que como el sistema educativo enseña la historia de los héroes y las guerras, guardando silencio sobre la historias de las mujeres y las historias de las paces, pues no han tenido la oportunidad de co-

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nocer la riqueza que estas otras historias sociales encierran, pese a que existe literatura al respecto, tanto a nivel nacional como internacional. Igualmente, es fácil recordar que García Márquez y Vargas Llosa ganaron el Nobel de Literatura, pero ¿qué sabemos de los nombres de las trece mujeres galardonadas con el mismo premio? En la actualidad encuentro gente leída e ilustrada que, sin claudicar de los deberes impuestos, siguen defendiendo a capa y espada los modelos de exclusión, así gocen de sus derechos. Es más, se lamentan por los cambios de roles de las nuevas generaciones. Les parece un escándalo que el hijo se dedique a ser padre, cambie pañales, sirva la comida y sea tierno con sus hijas. Comentan el horror de las nueras porque trabajan en su cuarto propio y le dedican tiempo a su trabajo sin las interrupciones propias de los quehaceres de la casa. A mí eso me retumba como el lamento del patriarca. Tal vez, es difícil comprender las libertades que se toman las nuevas generaciones y las oportunidades que se están dando para ser seres más integrales, con rasgos menos rígidos de lo que era ser hombre o mujer. Y ¿qué pensar del amor romántico? A las mujeres nos ensalzan, nos embellecen, nos idealizan. Nos plantean un amor eterno, idílico, irreal. Vivimos entonces en el desfase y la desilusión de las relaciones amorosas. Aún hoy en día, las lecturas sobre las relaciones de pareja esconden una sutil visión de la inferioridad de las mujeres. Recordemos tan solo la fascinante novela La Mujer Justa de Sándor Marái (2011), escritor eslovaco. Cuando empecé a leerla, no quería soltarla, pero debo confesar que me produjo un malestar espantoso mientras pasaba sus páginas. Expone en párrafos muy bien escritos la vivencia de un trío amoroso, dibuja sutilmente la superioridad del hombre rico, empresario, serio, frente a la dulzura de la mujer culta, ama de casa y de clase media, socialmente aceptada, y la voracidad y el arribismo de la mujer sierva, trabajadora,


ambiciosa, traidora, ladrona. La típica narración moderna masculina en la cual no se manifiestan los sentimientos del hombre, sino las necesidades de posesión, los secretos, el interés por mantener relaciones que respondan a sus prescripciones. No repara en lo que él tiene para ofrecerles. Y me consta que muchas mujeres cultas lo leen y pasan por encima tamaños detalles. El texto de mujeres que más ha impactado mi vida personal ha sido Nuestros cuerpos, nuestras vidas de las mujeres de Boston. No solamente abrió mi espíritu, me habló de mi desarrollo biológico con una claridad extraordinaria y sobre los eventos maravillosos que nos acontecían desde el nacimiento, pasando por la pubertad, las relaciones sexuales y amorosas, la reproducción, la menopausia, las opciones sexuales y la muerte. Me aclaró muchas de las confusiones que me habían enseñado a través de los mandamientos, como el de no fornicar (nunca me explicaron el significado de ese verbo). También el libro me abrió los ojos sobre las múltiples sexualidades que se pueden desarrollar en el ser humano. Por supuesto que decidí pasárselo a mis hijas y en algunas ocasiones lo leíamos conjuntamente. Mi compañero de vida quedó sorprendido al leerlo, casi no podía imaginar la complejidad de la condición sexual humana. Creo que si ese libro no llega a mis manos, me hubiera perdido de sentir orgasmos, de disfrutar la sexualidad y hasta seguro seguiría sufriendo por mis deseos recónditos. Hoy en día llegó a mis manos vía correo electrónico de una de mis hijas un texto aún mejor: Pariremos con placer. Apuntes sobre la recuperación del útero y la energía sexual femenina de Casilda Rodrigañez; es una verdadera revolución frente al mandato condenatorio de parirás con dolor. Es un verdadero avance de las comadronas universitarias que hoy en día han tomado bajo su responsabilidad el acompañar a las mujeres en la maternidad.

Y ¿qué nos hubiera pasado a las mujeres sin la traducción del Segundo Sexo de Simone de Beauvoir? Nos habríamos perdido de las reflexiones filosóficas, antropológicas e históricas acerca de esas otras que hemos existido, existimos y deseamos seguir existiendo y haciendo presencia en este mundo.

La explosión de la escritura La escritura es la tercera etapa de esta larga experiencia. La escritura exige a las mujeres aproximarse a las normas de una lengua. Requiere ampliar el vocabulario y reconceptualizar muchos de sus términos, conocer gramática, ortografía y expresarse en un lenguaje complejo. La escritura exige, igualmente, disciplina intelectual. Es preciso acudir a la conceptualización y la abstracción para expresar las ideas. No bastan el deseo y la intuición. Escribir no es una actividad espontánea. Cuando las mujeres se atrevieron a escribir se fortaleció la comunicación entre ellas, se empezó a romper con la exclusión de la comunicación y se expandieron las fronteras. Ya no era necesario estar presentes en una misma sala para poder conversar y transmitir sus pensamientos y miradas del mundo. En buena hora, también han surgido las traductoras y las intérpretes, ellas han aportado la posibilidad de leer múltiples versiones y captar los discursos femeninos en otros idiomas y desde otras culturas. Han abierto la vía hacia la interculturalidad y la complejidad. Así se ha podido dedicar tiempo al deleite de la escucha, el contraste y el contagio entre unas y otras. Las intérpretes casi ni se conocen, cuando se reseña un libro se resalta quien lo escribe, pero no quien lo traduce. Para reconocer a la intérprete se requiere escudriñar su nombre. Las mujeres empiezan a expresarse por medio de múltiples géneros literarios. Los diarios fueron

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los primeros intentos durante el siglo XIX. Estos cumplieron una función muy importante, permitieron la expresión pública del yo interior de las mujeres, constituyeron la exposición de su propia intimidad. En ellos se plasman los más recónditos sentimientos, deseos, ambivalencias e incertidumbres. Por ejemplo Katherine Mansfield (19141919) escribe: «Me siento miserablemente desgraciada entre todo el mundo; y el silencio...Quiero estar sola… No echo de menos a J., en absoluto, no tengo ningún deseo de ir a casa… Estoy contenta de vivir aquí, en una habitación amueblada y observar… La vida con los demás se me antoja como una mancha desdibujada;…pero resulta maravillosa y de un enorme valor cuando estoy sola, los detalles de la vida, la vida de la vida». Algunos diarios narran las reflexiones de las mujeres alrededor de lo que ellas sentían y querían ser frente a lo que leían en los escritos masculinos y lo que ellos decían que deberían ser las mujeres. Son testimonios de sus vidas a través de los diferentes instantes del ciclo vital. Los diarios cumplieron con la tarea de expresar la identidad de las mujeres. Las cartas y la correspondencia constituyeron un vehículo muy importante para manifestar los sentimientos femeninos. Paralelamente, vienen los cuentos. Allí aparecen múltiples y complejas «institutrices que priorizan la felicidad, mujeres que optan por la soledad antes que casarse con el hombre inapropiado, que rompen con los cánones de la Iglesia, aldeanas ricas que eligen hombres pobres, mujeres que defienden la naturaleza. Las protagonistas de los cuentos de estas escritoras de la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX, lejos de ser heroínas con dotes insuperables, son mujeres comunes pero con decisiones y virtudes que escandalizan los moldes de la época… Muestran abordajes heterogéneos, pero en su mayoría, no exentos de ternura, humor y fina ironía… dieron a la literatura un color diferente», según cuenta Ramón D. Tarruella, traductor y compilador de

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versiones completas en dos tomos de Cuentos de Mujeres y por Mujeres (2005). La novela surge como un género más complejo. Las mujeres escriben porque les gusta y necesitan hacerlo. Según Stefan Bollman (2007) «Desde sus orígenes, la novela estuvo ligada a la aparición de la cultura femenina… El extraordinario avance de la novela en el mundo moderno, está ligado al extraordinario avance de la mujer… Jane Austen logró asociar dos tipos de novelas en una unidad armoniosa y desconocida…Con ella se pasa constantemente y sin ruptura de la representación de la conciencia al análisis de la vida, y se produce un juego sutil de identificación y distancia que ilustra los enredos de las relaciones humanas en su dimensión psicológica y social… Nos muestra cómo vida interior y vida exterior —sentimiento, comunicación y acción— interactúan, coinciden o se contradicen, se distinguen por la sinceridad o el disimulo, por la resolución o la indiferencia… Las mujeres toman conciencia de que la esfera de las relaciones humanas es un dominio en el que ellas superan a los hombres gracias a su propia socialización… La novela es una escuela de inteligencia emocional y social». La poesía no se queda atrás. Juan Gustavo Cobo Borda (1991) en Palabras de Mujer reconoce: «Del espejo al autorretrato, del ácido del miedo a la presencia de Dios como consuelo o forma descarnada, de la insensata euforia al afán de recuperar una unidad partida, de la extrañeza del ser a los rituales, tan estériles como necesarios, de la vida cotidiana, de la implacable asiduidad del tiempo al fracaso esencial en que se derrumba toda existencia, de la solidaridad conmovedora ante cada nuevo rebrote de vida a la tenacidad implacable con que la poesía retrasa la muerte, protestando línea a línea, con amor, humor y coraje, el abanico de propuestas es múltiple. Elijámonos, en consecuencia, a partir del breve texto que, salta desde la página y hace real una intimidad antes imprecisa».


La explosión de la escritura de las mujeres se produce realmente en el siglo XX. Ya no tienen que escribir con seudónimos masculinos. Con el acceso de las mujeres a las universidades y con el quehacer investigativo en todos los campos de la ciencia y las artes se abren compuertas para cuestionar y reconstruir las religiones, las filosofías, las teorías y las historias. Y lo que es más importante, se abren cientos de programas en estudios de género. «Y se abren nuevas posibilidades de comunicación global a través de la habitación propia y conectada», como dice Remedios Zafra. Según el DAES (Departamento de Asuntos Sociales y Económicos) de la ONU (2010): «Excepto en el África Subsahariana y en Asia meridional y occidental, la disparidad de género favorece a la mujer en lo relativo a la tasa de matriculación de la enseñanza superior… En la enseñanza superior la presencia de la mujer es notablemente escasa en los campos de la Ciencia y la ingeniería; sin embargo, su número es mayor en los campos de la salud, la educación, el bienestar, las Ciencias Sociales, las Humanidades y el Arte”… A nivel mundial las mujeres constituyen la cuarta parte de los investigadores científicos; un incremento si se compara con décadas anteriores, pero aún así muy lejos de la paridad de género… El uso y acceso a Internet se ha incrementado de manera exponencial en la última década reduciendo la brecha digital entre los géneros. Sin embargo, en la mayoría de los países, independientemente de su nivel de desarrollo, las mujeres siguen sin tener el mismo nivel de acceso a Internet que los hombres». Escuchemos nuevamente a María del Carmen: «¿Y sobre la escritura qué? Una de mis grandes dificultades en mi quehacer académico fue, precisamente, el oficio de escribir. Siempre tuve problemas para redactar los resultados, que, con dedicación e interés investigué en la universidad. Siempre tuve la sensación y muchas certezas de que entre la exposición verbal y la comunicación escrita existía un abismo

grande dentro de mí. Luego averigüé que esa distancia la viven muchas personas que leen y escriben. Al llegar al trabajo monográfico me tocaba escribir y presenté un informe que parecía más un galimatías. La exposición oral fue aceptada, pero el escrito me tocó rehacerlo por completo. Sin embargo, insisto en aprender a escribir. Renunciar a ello sería como mantenerse en una faceta de la excomunión social. Sería como declararse oidora y no interlocutora».

Otras generaciones María del Rosario, la hija de María del Carmen nació en otros tiempos, pertenece a otra generación. Eran los años setenta y su madre ya había abierto mucho camino para ella. Así lo describe: «Me llamo María por mi abuela y por mi mamá y Rosario porque fue en Islas del Rosario donde mi mamá tuvo su primer orgasmo, no porque le gustara rezar ni porque fueran católicos. Mi generación es muy diferente a la de mi mamá y sobre todo a la de mi abuela. No recuerdo que me leyeran cuentos de niña antes de dormir, como hago hoy en día con mi hija (en dos idiomas), pero sí que cuando ya sabía leer, mi mamá me compraba libros muy interesantes y la biblioteca de mi casa era grande y estaba abierta para todos. Podía escoger el libro que quisiera y leerlo. No había libros prohibidos, ni siquiera para niños. Así era como cada día al recorrer el pasillo de mi casa, lleno de libros, leía títulos y en alguna ocasión cogía uno, que lo volvía a dejar porque eran solo letras y nada de dibujos ni de fotos. Algunas veces los rayaba y jugaba a que eran mis cuadernos del colegio. “¡Qué aburridos los libros de los adultos!”, llegué a pensar, aún más cuando repasaba los títulos y echaba un vistazo a la primera página: Desarrollo social del siglo XX, o Estadísticas de pobreza en el tercer mundo. No entendía nada. Incluso llegué a ojear Los hornos de Hitler. No lo leí porque no me

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interesó más allá de las fotos, aunque me asombró enterarme de que los Nazis hubieran hecho jabones con grasa corporal de seres humanos y lámparas con piel de los judíos. Por suerte nunca tuve que limpiar esa biblioteca. Es más, cuando se hacía limpieza y se desechaban algunos libros yo corría a sacar un montón de las bolsas de la basura, porque sentía que no me iba a alcanzar la vida para leerlos todos, y que, en algún momento les llegaría su momento. La mayoría se quedaban por muchos años más en el armario.

La educación escolar como reconocimiento de la existencia Ir al colegio era algo que no se discutía. Todas las mujeres íbamos al colegio y posteriormente a la universidad. Ya había suficientes colegios mixtos y sin uniforme y donde no se diferenciaba hombre de mujer para ninguna asignatura, ni siquiera para deporte. Eso sí, aún existían y, si mal no estoy, aún existen en Colombia, colegios donde separaban a los niños de las niñas y algunas de mis vecinas preguntaban curiosas, cómo era aprender con chicos en el salón. Para mí era normal, ¿qué iba a decir? —que había chicos tontos y otros más inteligentes—. Fuera de eso no había diferencia, creía yo. Por supuesto que uno se podía enamorar de alguno del colegio, pero de otra clase (porque los de la misma clase nos parecían más hermanitos que otra cosa), pero aparte de eso, no había nada de peculiar. Es más, yo tampoco me podía, ni aún hoy en día, me puedo imaginar lo que es aprender solo con mujeres en la misma clase. Debe ser muy aburrido, pensaba, o, deben hablar y chismosear un montón. Lo que sí observaba en ese tiempo, es que muchas de las niñas de esos colegios femeninos, resultaban más a menudo embarazadas que las de los colegios mixtos. Está claro que no les darían educación

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sexual porque eran embarazos indeseados. Además, los colegios masculinos solían tener más reconocimiento académico que los colegios donde solo estudiaban mujeres. Se podría achacar a la tradición y más años de experiencia enseñando en los colegios masculinos. En uno de los colegios que visité (pues visité varios, pero lo que se dice realmente estudiar lo hice solo en dos), teníamos incluso educación sexual. La clase se daba cuando teníamos 12 años, no sin cierta tensión en la clase. Se hablaba sobre la masturbación, la menstruación y nos daban ciertas reglas de higiene que me fueron muy útiles en mi vida diaria, aparte de las que aprendía en mi casa. En otro colegio nos explicaron en clase de biología cómo funcionaba nuestro ciclo y qué métodos anticonceptivos naturales y no naturales había. Parecía todo normal. No era nada del otro mundo. Por eso a veces me sorprende que mujeres adultas no sepan cómo funciona su ciclo menstrual, pues no en todas las casas ni en todos los colegios se hablaba de eso. Recuerdo muy bien que a mi hermanita pequeña le regalaban muchos libros interesantes sobre el origen del cosmos, las diferentes tribus indígenas y otros temas. Ella los leía con avidez y discutía con mi mamá sobre cuáles otros podía leer. En ese entonces calculo que ella tendría siete años. Yo también leía, sobre todo cuando estaba enferma por varios días en la cama. Así fue como con paperas me leí los cuentos folclóricos rusos de Basilisa la Hermosa que me transportaron a otro país y a otros tiempos, pues era en tiempos de los zares rusos y así, con la madeja de hilo tan fino que iba hilando Basilisa, yo iba, también en sueños y con la fiebre, hilando fino. Así empezó mi afición a la lectura. Puedo entender la presión que mi mamá sufrió de pequeña, pues en alguna ocasión tuve roce con mis abuelas en estos campos que las sobrepasaban. Yo había leído Madame Bovary a la edad de 13 años


y para halloween me disfracé de ella. Mi abuela me reprendió diciendo que no me debería vestir de una “cualquiera”. Realmente nunca había visto a Madame Bovary como a una “casquisuelta” — como llaman a las mujeres que viven su vida sexual más abierta y sin tapujos—. No era que yo no tuviera prejuicios, ¡todos los tenemos!, pero mi significado de mujer suelta era otro y no la que tiene un romance fuera de un matrimonio que no la satisface y quiere ascender social y económicamente. Me quedé soprendida. Esa era, para mí, una nueva lectura del personaje de Emma Bovary». Nuestros cuerpos nuestras vidas llegó a mis manos a los 15 años por medio de mi mamá. Me pareció un libro interesante, aunque debo confesar, poco revelador, ya que nosotros ya gozábamos de experiencia, conocimiento y además teníamos el mundo abierto para ejercer nuestra sexualidad. Así que cuando lo llevé al colegio y le comenté a algunas amigas que uno se podía masturbar con una vela y mirándose en un espejo, la respuesta de una de ellas fue “Sí, claro, ¿y qué?” y el libro no siguió llamando mucho la atención. Aunque debo reconocer que era muy instructivo y liberador. Lo leí todo y me gustó. No recuerdo en qué influyó en mi vida, pero tuvo que ejercer algún cambio; pero me parece que mis amigas eran más versadas y de ellas aprendí mucho. Escribiendo este artículo consulté con otras amigas, cuyas madres no eran tan modernas, y dijeron que ellas nunca habrían podido recibir de sus madres cierta información: “¿Cómo?, ¿recibir un libro para mejorar mi sexualidad, mis orgasmos y conocer mi cuerpo? ¿Y además por parte de mis padres?- ¡Eso jamás!”. Habría sido imposible, incluso hoy en día no hablan de esos temas ni con muchas de sus amigas. Así que, dependiendo del medio, algunos libros pueden, o no, sacudir cimientos. Mi ejemplo, supongo que no será el común denominador.

La escritura En mi colegio la lectura y la escritura formaban parte de la educación básica como en muchos otros colegios. De niños teníamos que hacer redacciones y escribir cuentos. Los exámenes se podían perder por mala redacción. Así que cuando empecé los estudios secundarios y descubrí que muchos (la mitad) de mis compañeros no sabían ni leer ni escribir con propiedad —no hablo de errores de ortografía, que son la camisa de fuerza de la escritura—, sino de problemas de contenido y de redacción básica a la hora de plasmar lo que se quiere expresar. Peor me pareció la lectura. Cuando empezamos a leer a Lope de Vega en voz alta, personas que ya habían hecho una carrera, leían como lee hoy en día mi hija de seis años, que hasta ahora lleva medio año aprendiendo; sílaba tras sílaba sin entender el contenido. El problema era evidente en hombres y en mujeres sin importar la clase social. La vergüenza era mayor cuándo se pedía en voz alta una síntesis de la lectura y ni siquiera se había entendido lo anecdótico. El problema era de fondo y no afectaba a un solo género, sino a una generación que daba por hecho que había que estudiar, pero las bases andaban flojas. Sigo sin entender cómo lograron sacar una carrera adelante sin saber leer ni escribir. Supongo que el problema, lejos de mejorarse, se habrá acrecentado, puesto que la televisión y el facebook son los principales transmisores de cultura e información en general y la lectura se ha cambiado por las películas y la escritura se limita a un comentario en la red social, por cierto con pésima ortografía en muchos casos.

La interpretación y otras lenguas Hoy en día muchas de mis amigas son autoras, editoras y traductoras. La barrera se ha superado.

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No me eduqué en un colegio bilingüe como algunos de mi generación, pero las lenguas no se hicieron esperar y con 22 años aprendí mi primer idioma extranjero. Esto trajo una especie de tormenta a mi cerebro, pues para aprender dicho idioma tenía que cambiar el orden de mis ideas y había que escuchar al interlocutor hasta el final para entenderlo, pues el verbo está al final. ¡Qué interesante, un idioma donde hay que escuchar al otro! —No como el español que permite interrupciones de todo tipo y en cualquier momento—. Un idioma donde hay que ordenar las ideas me cambió los esquemas mentales. No es casualidad que sea uno de los idiomas que más ha producido escritos filosóficos y de grandes pensadores. Pues para entender una frase, hay que leerla también hasta el final, porque además muchos verbos se parten y la partícula que define al verbo también va al final. O sea que hay que tener claridad y saber exactamente lo que se quiere decir cuando se comienza a hablar o la frase queda inconclusa y nadie entiende nada. El cambio en el aparato fónico fue otra revelación, pues yo no me iba a permitir hablar con acento. Así que me tocó empezar a aprender a hablar de nuevo; la “a” ya no era la “a” mía de toda la vida, ni la “t” ni la “s”. Sin ejercicios y disciplina no lo hubiera logrado. En todo caso, mi meta era llegar a leer a Bertold Brecht en su idioma original. Lo que logré en poco tiempo, pero no le dediqué mucho tiempo por la cantidad de autores maravillosos que produce ese idioma: Thomas Mann, Heinrich Boll, etc. Desde que aprendí inglés, los autores y autoras que escribieron en esta lengua anglosajona no se hicieron esperar: Doris Lessing, Oscar Wilde, Isabella Banks, etc. A los 24 años ya hablaba y escribía en cuatro idiomas e incluso escribí un libro en idioma extranjero.

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Éstos no han significado un problema para comunicarme, como le pasa a muchos que viven en otros países y el nuevo idioma es un estorbo para estudiar o hacer amistades nuevas y terminan encapsulándose en sus guetos, sino todo lo contrario, ha abierto la posibilidad a nuevos conocimientos y a nuevos proyectos laborales. Me costó mucho esfuerzo, tiempo y dinero aprenderlos, a diferencia de mi hija, que con tan solo dos años ya chapurreaba en dos idiomas y con seis canta en cuatro de los idiomas más extendidos. Ella está rodeada de multiculturalidad. Para ella es normal escuchar a sus padres hablar en otros idiomas y pregunta curiosa qué significa tal o cual palabra. Afortunadamente, yo la he podido apoyar en su aprendizaje.

La indignación de las mujeres por el cine comercial hecho por hombres El cine y el teatro fueron otros de los grandes disfrutes de nuestra generación y una revelación en algunos campos. Pudimos ser actrices sin ser confundidas con prostitutas. Nosotras pudimos ir al cine sin restricción a ver a Bergman, Jacques Rivette, Pasolini y Angelopoulos y ellos supieron mostrarnos otras realidades. Sin embargo, aún carecemos de mujeres directoras y guionistas, y hacen falta, ya que las historias de las mujeres, la sexualidad y nuestra imagen en el cine sigue siendo tremendamente machista y no nos refleja, ni cuenta lo que de verdad necesitamos, queremos y cómo somos. Muchas de las actrices que son ejemplo para otras mujeres son maniquíes, actúan bien y son aparentemente inteligentes pero cumplen todas con un parámetro de belleza que es insultante y repiten esos parámetros para agradar al sexo opuesto. Por eso creo que el cine comercial ha contribuido a la desinformación en todo tipo. Los libros no se leen, sino que se ven resúmenes con grandes


producciones que dejan de lado puntos valiosos y se centran en lo anecdótico. No se necesita la abstracción ni se enriquece el vocabulario. Claro ejemplo de desastre es la serie norteamericana ‘Sexo en Nueva York’, que intentó ser revolucionaria porque “las mujeres” iban a hablar del sexo clara y llanamente, pero... las mujeres muestran un papel irreal que hace creer a otras mujeres sin experiencia, que la vida es así de superficial y el sexo así de pobre. Dicha serie está dirigida principalmente a la satisfacción del hombre y a clichés aburridos que ya conocemos de memoria. Ninguna de las mujeres tiene un cuerpo que sea normal, real, de la calle, todas son mujeres muy acomodadas y ninguna supera los 50. Al guionista le enviaré Nuestros cuerpos nuestras vidas, porque creo que su madre cometió un error al no dárselo. En todo caso, a veces creo que si se escribiera como de verdad queremos ser y vivir, habría una revolución mundial. La mayoría de la información sigue siendo escrita y dirigida por hombres para hombres y mujeres con poca crítica por parte de las mujeres». En todo caso, a menudo tengo el placer de leer y traducir obras de teatro o guiones escritos por amigas u otras mujeres y me regocijo con el humor y el dominio que tienen de la pluma y del mundo. Cada vez somos más las que nos expresamos libremente.

Las nuevas generaciones De mi generación a la de mi hija ha habido un cambio notorio, no tan grande como la de mis padres a la mía o de la de mi abuela, pero noto cambios positivos. En el país en el que vivo no les permiten ir al colegio antes de los seis años para

proteger su niñez. Los niños pequeños no deben estar recargados de tareas ni de obligaciones y la historia, los idiomas y las religiones las aprenden con cuentos y con canciones. Así fue como mi hija me explicó las migraciones del siglo V, como un cuento, fácil, ligero e interesante. En su primera semana de colegio los llevaron a la biblioteca para que aprendieran a pedir libros prestados y les enseñaron a cuidarlos y a devolverlos a tiempo. Ella mira siempre libros y aún sin saber leer los ojea, se hace la que lee y relee. Por las noches le leemos cuentos en dos idiomas, o simplemente yo me invento alguno, que son los que más le gustan. Ella los cambia y los organiza y discute con los personajes. No come cuento, como sí lo hice yo por mucho tiempo. Siempre creí que los libros y los adultos tenían la verdad. Cuando le comenté que me habría encantado estudiar en su colegio, me respondió: “¡Pues habérselo dicho a los abuelos!”. Todo tan lógico, tan simple. Lo que ella no sabía es que antes a los niños y a las niñas no se les respetaba tanto en las instituciones educativas. No se cuidaban sus sueños y sus aventuras y mucho menos se les echaba en la maleta un enano tejido para que les soplara en matemáticas. Tampoco se permitían horarios más amables y compatibles con su corta edad. Mucho menos iba a haber profesores que estuvieran más interesados por el bienestar de los aprendices que por los números y las letras. Mi hija pregunta lo que le interesa y recibe la información. Ahora se dedica a hacer libros sobre dinosaurios en español y en alemán. Los ha llevado al colegio y la profesora los ha mostrado a todos los compañeros para que puedan aprender. Ya tiene solicitudes de niños para que les enseñe español.

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La primera feminista * del nuevo mundo

Mario Madrid-Malo Garizรกbal Abogado. Profesor universitario Defensor de derechos humanos

* En: Mario Madrid-Malo Garizรกbal, Otras Siluetas para una Historia de los Derechos Humanos. Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Bogotรก 2006, pp. 131-134. http://www.hchr.org.co/publicaciones/libros/OtrasSiluetasMMM.pdf


ha inspirado biografías, ensayos, piezas de teatro y aun estudios psicoanalíticos. Sus obras completas llenan cuatro tomos. Una escritora norteamericana le dio hace años el título de primera feminista del nuevo mundo.

E

n el Museo Nacional de Historia de México pueden ver los visitantes una pintura de Miguel Cabrera. Es el retrato de una mujer del siglo XVII, vestida con el hábito blanco y el negro y feo escapulario de la orden de San Jerónimo1. Está sentada en un sillón de caderas, junto a una mesa con tapete de grana sobre la cual hay papel de escribir. Su mano derecha se apoya lánguidamente en un libro que ha quedado abierto encima de la roja cubierta. En la mano izquierda sostiene un largo rosario de marfil. Luce en el pecho el medallón usado por las profesas de su institución. A sus espaldas tiene un anaquel repleto de volúmenes en latín, y un dorado reloj capitular. La monja retratada se llamó al nacer –el 12 de noviembre de 1648 en San Miguel de Nepantla (México)- Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana, pero al hacerse religiosa de clausura en 1669, hubo de tomar el nombre de Juana Inés de la Cruz. Su vida –brillante, contradictoria y, en cierto modo, enigmática-, 1 Orden religiosa femenina fundada en la España del siglo XIV, que se estableció en México en 1585.

Los días de sor Juana Inés de la Cruz se dividieron en tres etapas. Primero fue una joven que se destacó en la sociedad virreinal de Nueva España por su belleza, por su carácter, por su talento, por su saber y por su dominio de la versificación. Después –entre 1669 y 1694- se convirtió en una figura cuya fama se extendía continuamente por América y Europa. Por último, en el tramo final de su vida, quiso estar envuelta en la taciturnidad. Juana hizo de su celda el taller de una vasta producción intelectual. Compuso poemas, villancicos, comedias, autos sacramentales, ensayos y hasta obras de música sacra. Sostuvo correspondencia con sabios de uno y otro continente. Inventó un nuevo sistema de notación musical, y aún llegó a convertirse en miniaturista de renombre. Mientras incansablemente y a diario escribía, Juana se empeñaba en hacerse a más conocimientos y en adquirir nuevas destrezas. Estudió teología, filosofía, derecho, gramática, geografía, historia, aritmética y astronomía. Alguien no tuvo reparo en proclamarla como el más florido ingenio de este feliz siglo y como Minerva de América. No le faltaron, sin embargo, adversarios a la mujer que hoy conocemos con el mote barroco de la décima musa. Tanto en México como en España había ciertos hombres influyentes –todos ellos clérigos o frailes- a quienes repugnaban las literatas. Por entonces se oía repetir con frecuencia en púlpitos y sacristías: Humo, gotera y mujer bachillera echan al hombre de la casa afuera.

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En 1690, aprovechando un prólogo que la propia Juana le había pedido redactar, el autoritario obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, se ocultó bajo el seudónimo de sor Filotea de la Cruz para criticar públicamente a la llamada poco antes por los editores madrileños –con olvido de Ana Bradstreet2- única poetisa americana. Filotea censuró a Juana por no dedicarse a los asuntos sagrados –la teología- y por no imitar a la mística Teresa de Jesús en la elección de sus temas poéticos. También le hizo un llamamiento a la humildad, recordándole que el estudio fomentaba la vanidad femenina, y que la afición a las letras del mundo era reprochable en una religiosa. Juana reaccionó contra el ataque de Fernández en marzo de 1691, con un escrito titulado Respuesta a sor Filotea de la Cruz. Allí no sólo defendió con brillantes argumentos su actividad literaria, sino que hizo una extensa y vibrante apología del derecho de toda mujer a seguir su vocación profesional, a ser culta y a ser sabia. La Respuesta constituye –en palabras de Alberto G. Salceda- la Carta Magna de la libertad intelectual de las mujeres en América. Pero la réplica fue recibida con disgusto por el obispo y otros eclesiásticos. El prelado desairó a la monja con un desdeñoso silencio. Su propio confesor la excluyó del número de sus penitentes, retirándole la asistencia espiritual como gesto de inconformidad con las opiniones y actitudes consignadas en la Respuesta a Filotea. La escritora quedó entonces –lo dice Octavio Pazsola, desamparada, rodeada de voluntades hostiles.

2 Ana Bradstreet (1612-1672) fue una poetisa de la Nueva Inglaterra cuyo libro se publicó en 1650.

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Bajo los sentimientos que le inspiraron el desprecio del obispo y el rechazo del director espiritual, Juana dio un vuelco radicalísimo a su vida. Influida por su nuevo confesor –un hombre más piadoso que sensato- en 1694 la décima musa hizo dejación de todo cultivo de las letras profanas, dispuso que sus libros e instrumentos fueran vendidos a favor de los pobres, y asombró a su comunidad con la práctica de mortificaciones dignas de María Egipcíaca, Margarita de Cortona y otras penitentes famosas. ¿Afán de santidad, neurosis o mero cansancio de saberse incomprendida por quienes le habían negado el derecho a ser mujer y letrada, monja y poetisa de lo humano? Nadie lo sabrá nunca. Juana se refugió en el silencio y en la penitencia, sin dar explicaciones sobre aquellos renunciamientos. Su biblioteca fue vendida por cualquier precio, y según los cronistas no dejó en su celda sino tres librillos de devoción y muchos cilicios y disciplinas. Meses más tarde una epidemia –quizá el cólera, tal vez el tifo exantemático- hizo estragos por toda Nueva España. En el monasterio San Jerónimo murieron nueve monjas de cada diez, calcula el biógrafo Calleja. Juana, contra todas las prevenciones y advertencias, se dedicó al cuidado de sus hermanas enfermas, contrajo la peste y murió en la madrugada del 17 de abril de 1695. No había cumplido aún los 47 años.



Emma Reyes, 1919-2003 Maestra de transgresiones

Patricia Prieto Yolanda Puyana MarĂ­a Eugenia MartĂ­nez Integrantes del Grupo Mujer y Sociedad


Gabriela recuerda emocionada esta segunda mamá. Cuenta que mucha gente le decía a Emma que escribiera su vida y fue Germán el que la animó a hacerlo en forma de cartas.

C

on ocasión de la publicación del libro Memoria por Correspondencia. Emma Reyes, considerado el mejor libro de autora colombiana de no ficción de 2012, se divulgan también otras facetas de la vida de esta artista, más reconocida en el exterior que en su país natal. Los recuerdos de los primeros quince años de su vida se pueden leer en las 23 cartas escritas por ella misma, enviadas a Germán Arciniegas y publicadas, con sumo cuidado por Gabriela Arciniegas, después de la muerte de los dos corresponsales. La relación de Emma con los Arciniegas comenzó en Roma. Emma sentía a Germán como si fuera su padre. Aurora y Gabriela Arciniegas eran como hijas adoptivas de Emma, ella las acercaba al mundo crítico e intelectual, las acompañaba a ver películas de Igmar Bergman, o Alain Resnais que hubieran escandalizado a su madre.

Emma y Gabriela en Francia, años 70

Ella tenía la intención de que fueran publicadas mucho después de su muerte y la de su esposo, hasta que en los años noventa cambió de parecer y las presentó a un par de empresas editoriales, que no se interesaron por la obra. Gabriela nos muestra los manuscritos guardados en una carpeta ya descolorida, como si fueran un tesoro. Se necesitó la sensibilidad y la visión de Felipe González, de Laguna Editores para sacar a la luz esta pequeña joya autobiográfica.

El recuerdo de Emma muestra las sucesivas contravenciones de que es capaz una mujer a lo largo de su vida. No obstante las adversas condiciones de su infancia, ella transgredió barreras sociales y culturales para convertirse en una artista de reconocimiento internacional, contertulia de connotados intelectuales y benefactora de pintores colombianos consagrados. La transgresión conlleva reflexiones en contra de lo establecido, la creación de nuevos significados sobre nuestra relación con el mundo y prácticas de resistencia y autonomía. Se define como “la crisis del discurso y por tanto es la oportunidad de generar lo propio. Es la capacidad de producir una obra a partir de la capacidad artística, imaginativa e intelectual.” El mismo diccionario complementa el concepto con la idea de Spinoza quien planteaba que la transgresión es: “la potencia del sujeto y del colectivo social en la búsqueda de la alegría de lo necesario. Cuestiona la ley en beneficio de la libertad y la justicia. Abre la posibilidad de un nuevo suceder. Es la condición en la que se orienta el devenir.” (Diccionario de Transgresión Feminista JASS Mujeres por la Justicia). Las cartas y las entrevistas de Emma nos refieren que nunca se supo quienes fueron su padre y su madre. Ella y su hermana, de cinco y siete años, EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Escrituras transgresoras 33


sólo dieron su nombre y apellido a quienes las encontraron abandonadas en la estación de tren de Soacha. Elena, la mayor, le prohibió a Emma dar ninguna otra información. Emma sí sabía su apellido, tanto que más tarde fue a buscar a su papá y él la rechazó con dureza, le dijo que “ella no servía sino para ser una sirvienta”, aquí se rompió aquel vínculo. Toda la vida ella quiso demostrarle lo equivocado que estaba. Quizás fue uno de los primeros obstáculos para construirse y apropiarse de sí misma. La autora relata su infancia, la de “una niña sin padres y sin apellidos, fruto de unas relaciones prohibidas” (Agencia EFE junio 13,2013), abandonada con su hermana en un convento de monjas en Bogotá en la segunda década del siglo XX. Su estancia allí es caracterizada como el haber estado “en un establecimiento carcelario donde a las niñas pobres y abandonadas las aterrorizan y maltratan a cambio de una mazamorra clara, una mogolla y un caramelo, una vez al año, durante la visita del obispo, si le besan la mano. Emma Reyes describe un verdadero manual de sevicias. Sanciones extremas para faltas baladíes. La inhumanidad agregada al hambre y a la desolación”1. Logró huir del convento, iniciando un periplo por varias ciudades (Medellín, Cali, Barranquilla, Santa Marta, Cartagena) y emprende “(…) su travesía por Suramérica haciendo auto-stop, vendiendo Emulsión de Scott, trabajando en hoteles, a cambio de limpiar o de cocinar… Así llegó hasta Argentina, huyendo de Colombia”2. Se casó en Uruguay con el escultor caldense Guillermo Botero Gutiérrez, con quien vivió brevemente en Paraguay, aún bajo los efectos de la Guerra de la Triple Alianza y de donde partieron luego 1 AlbertoDonadio http://www.elespectador.com/opinion/columna376665-emma-reyes 2 http://www.soho.com.co/zona-cronica/articulo/que-paso-con-emma-reyes-por-diego-garzon/29333

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de la muerte de su hijo de meses. Llegaron a Buenos Aires donde poco tiempo después se separaron y Emma obtuvo una beca para estudiar en París. Consiguió el pasaje con el capitán de un barco, a quien propuso pintar los camarotes y los corredores. En el barco que la llevó a Francia enfermó y conoció al médico Jean Perromat, con quien se casaría años más tarde. Una vez llegada a Francia, retomó su amistad con Atahualpa Yupanqui. Luego de terminar sus estudios en París, viajó a Washington contratada por la UNESCO para ilustrar cartillas de salud y agronomía que serían distribuidas entre el campesinado de Latinoamérica. Siguiendo la indagación sobre la vida de Emma Reyes realizada por Diego Garzón, se sabe que trabajó en México con Diego Rivera, ayudó a organizar la última exposición en vida de Frida Kahlo y expuso al lado de Rivera, Rufino Tamayo y José Clemente Orozco. Luego viajó a Italia, donde vivió en Venecia, Florencia, Roma y Capri. “Gracias a su trabajo pictórico y a su carisma, Emma terminó codeándose con los principales intelectuales de Italia. Elsa Morante, Alberto Moravia, Enrico Prampolini, entre otros, no solo fueron sus amigos sino que también escribieron sobre su obra” (Diego Garzón, link citado).


Regresó a París donde continuó con su obra pictórica, descrita por el crítico de arte Álvaro Medina así: “El tema de ella fue la gente común y corriente. Si bien hizo muchos bodegones, algunos paisajes, el tema fundamentalmente es la gente de la calle. Hizo un dibujo figurativo con algo de abstracción. Sus pinturas son como dibujos coloreados, es la estructura fundamental que, ella misma decía, derivó de su experiencia con las monjas haciendo bordados” (Diego Garzón, link citado). Según el pintor Luis Caballero “Hay pintores míticos, de leyenda. De los que se habla, en torno a quienes se tejen y destejen anécdotas, pero cuya pintura se ignora. Emma es uno de ellos. Su enorme personalidad impide que se vea su obra para desventura de quienes aman la pintura. La leyenda de Emma se ha elaborado a partir de su propia vida a pesar de su obra; es por eso tal vez que su obra es ignorada” (Diego Garzón, link citado). Después de conocer las condiciones de vida durante la niñez de Emma, viene a la mente la contravención de ella con los postulados de Freud y la influencia determinante de la primera infancia. La transgresión, según el diccionario, está relacionada con “la fuerza de oponerse a los condicionamientos adversos que limitan la potencia del sujeto y del colectivo social para modificarlos”. No sólo trascendió por sí misma, sino que fue generosa madrina de pintores que llegaron a París en búsqueda de oportunidades y reconocimiento, tales como Fernando Botero, Luis Caballero, Francisco Rocca, Gloria Uribe, Gregorio Cuartas, Darío Morales, Antonio Barrera, así como artistas chilenos, argentinos, ecuatorianos y venezolanos.

proyecto de vida. Volvió a Argentina para ser pintora, pero se sintió mejor ubicada en París, porque consideraba que era la cuna del arte. Gabriela cuenta que lo más sugestivo y original de su escritura era la ortografía. En los manuscritos se puede apreciar el cambio de letras y acentos. Le fascinaba transformar algunas letras de las palabras, seguramente así se las figuraba, una curiosa relación entre la literatura y el ornamento. No olvidemos que la transgresión es también el salto de un obstáculo y el rompimiento de normas, tabúes y prejuicios, para dar paso a la fusión y a la renovación. La creatividad de Emma no contó con la habitación propia, ni la renta económica que Virginia Woolf expusiera como necesarias para escribir y buscar la libertad. En sus casas del barrio San Cristóbal, la de Guateque y el convento, predominaban la pobreza y la escasez material. En su correría por Bogotá, Asunción, Montevideo y Buenos Aires fue locutora, y vendedora de productos alimenticios. De América a París viajó en barco, donde tampoco contó con un lugar físico propio. Solo transitaba, y la transgresión es un andar, con su yo y su deseo, solo con sus bordados ocasionales y

Otra transgresión de Emma se puede vislumbrar con su escritura. Pasó su juventud sin saber escribir; aprendió a los 18 años. Sabemos que en el convento aprendió a diseñar los bordados con esmero y exagerada disciplina. En Paraguay comenzó a hacer esculturas y pinturas y a darse cuenta de sus habilidades como artista y que ese debía ser su

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sus pinturas lograba sobrevivir. Hasta en el barco de viaje al viejo continente se ganó el pasaje decorando los camarotes donde otros se hospedaban. Cuando llegó a París le dieron un cuarto con la condición de que cuidara a una señora. No contaba con las condiciones necesarias, simplemente las creó. Ya en esa época hizo una exposición en París, en la cual recibió un elogio de Picasso. Al casarse en Francia y establecerse en Périgueux con su segundo esposo, Jean Perromat, médico, de clase acomodada y líder en su pueblo, logró tener una casa para decorar y arreglar de manera artística. Allí, en la cotidianidad familiar, gozaba mientras cosía y transformaba los objetos en figuras bellas y procuraba que todo estuviera decorado con estética. Programaba momentos lúdicos para compartir con sus visitas, como grabar música utilizando los objetos que había en casa o narrar, con originalidad y humor negro, cuentos sobre sus viajes y su infancia. Nunca abandonó la pintura y comenzó a tener reconocimiento y algunas entradas económicas. Logró también un premio en la Bienal de Venecia. Según Carlos Enrique Ruiz “Su vida fue de lucha permanente por conquistar un espacio en el arte del mundo”3 . Desde temprano fue favorecida por la opinión favorable de buenos catadores de la plástica, como Moravia, Germán Arciniegas, Marta Traba, Mario Volpi, F. Schiff, Max Aub, Mejía Vallejo, Sandro de Feo, Th.Meyssels, entre otros”. Emma Reyes expuso su obra en diferentes ciudades del mundo y actualmente gran parte se encuentra en Málaga, España, en la Fundación Arte Vivo Otero Herrera, así como en el Museo La Tertulia de Cali. En la biblioteca de Périgueux se conserva un mural de su autoría (Diego Garzón, link citado). 3 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1038780

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Emma Reyes tampoco soportó un matrimonio tradicional. Una vez casada y viviendo en el pueblo, comenzó a sentir que su vida cotidiana no podría transcurrir en esa casa esperando al marido para servirle la comida a la hora en punto que él llegara. Además él no podía abandonar su profesión y vivir en París. Con frecuencia se quejaba del carácter seco y rudo de Jean. Aunque era adorable, no se podía vivir con él, era demasiado rígido en sus cosas. Las sobrinas chiquitas amaban a Emma, pero le tenían miedo a Jean. Después de varias crisis se inventaron una forma de vida de “pareja abierta”. Esta forma de organización de pareja constituye una nueva transgresión, difícil para la época, ya que pocas relaciones construían su existencia de esta manera. Emma se trasladó a su hermoso apartamento en París donde desarrollaba su arte y tenía muy buenas relaciones con pintores e intelectuales. Allí recibía a Jean con el lujo de una amante en los fines de semana festivos. En Périgueux pasaba el mes de agosto. Ponía en orden la casa, la decoraba, mientras él preparaba unas vacaciones sorpresa en distintas partes del mundo. Viajaban durante el mes de septiembre, y así se gastaban la plata que habían ahorrado. Ya viejos, a ambos les comenzó a fallar el corazón y Jean tuvo un accidente que le afectó bastante el oído y la vista. Volvieron a vivir juntos para cuidarse mutuamente. Emma murió a los 84 años, él un poco después. Gabriela nos cuenta: “Creo que en realidad él murió de pena al faltar ella. Nunca olvidaré la desolación en su voz cuando llamó a contarme que Emma había muerto”. En 1996, el Ministerio de Cultura de Francia le concedió a Emma Reyes el grado de Caballero de la Orden de Artes y Letras por su obra, reconocimiento aún pendiente en su propio país y que se podría denominar MAESTRA DE TRANSGRESIONES.


Foto: María Eugenia Martínez (2014)

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Defensa de lo * indefensable

Amalfi Cerpa Jiménez Historiadora Diseñadora gráfica Maestría en Estudios de Género

* Pude decir indefendible, pero utilizo su sinónimo, indefensable, por la cercanía de esta palabra con la pronunciación de indefensible, el término en inglés. Toda decisión, por trivial que sea, merece un análisis. Describir es tomar decisiones.


Ruso: (1. Непростительно; непростительное: оправдать поведение. 2. Недействительным; недопустимо: не оправдания предположение) Sueco: (1. Oförlåtligt; oförlåtlig: oförsvarbar beteende. 2. Ogiltigt, ohållbar: ett oförsvarligt antagande) Portugués: (1. Indesculpável; imperdoável: comportamento indefensável. 2. Inválido; insustentável: uma suposição indefensável) Neerlandés: (1. Onvergeeflijk; onvergeeflijke: onverantwoord gedrag. 2. Ongeldig; onhoudbaar: een onverdedigbaar veronderstelling) Japonés: (1。許し難い。許し難い: 弁解の余地 の動作。2 無効な;受け入れ難い: 弁解の余地 の前提) Italiano: (1. Imperdonabile; imperdonabile: comportamento indifendibile. 2. Non valido; insostenibile: un’ipotesi indifendibile) Inglés: (1. Inexcusable; unpardonable: indefensible behavior. 2. Invalid; untenable: an indefensible assumption) Griego: (1. Αδικαιολόγητη, ασυγχώρητη: απαράδεκτη συμπεριφορά. 2. Άκυρη, απαράδεκτη: απαράδεκτη ανάληψη) Francés: (1. Inexcusable; impardonnable: comportement indéfendable. 2. Non valide; intenable : une hypothèse indéfendable) Español: (1. Inexcusable; imperdonable: comportamiento indefendible. 2. No es válido; insostenible: una suposición insostenible) Chino: (1. 不可原谅 ;不可饶恕: 不可原 谅的行为。2. 无效 ;站不住脚: 站不住脚 的假设) Alemán: (1. Entschuldigen; unverzeihlich: unverantwortlich Verhalten. 2. Ungültige; unhaltbar: eine unhaltbare Annahme)

Porque, muy seguramente, hay personas que están pensando algo similar a lo que pienso, construyendo sus propias teorías, y no me citan, ni se sienten obligadas a citarme, ni tienen por qué hacerlo.

E

l proceso de someterme a juzgamiento político fue complejo y aleccionador, para mí y espero que también para la Escuela de Estudios de Género de la Universidad Nacional de Colombia. Sería una simpleza, demasiado obvia, afirmar que mi tesis resultó indefendible porque no respondía a la lógica que hemos aprendido en la academia y en el sistema androcéntrico y patriarcal en el que hemos sido y nos hemos construido. A veces, las personas elegidas como jurados piensan que están juzgando una tesis y no un individuo. No saben, no quieren o fingen no saber que lo que hacen es un juzgamiento político. Se cree, se piensa o se finge, que no se sabe que lo que se juzga es a una persona y no

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un texto inanimado e inmotivado políticamente. Lo hacen a nombre de una Escuela que ha venido siendo construida contra la lógica patriarcal. Escuela que ha sido juzgada y sojuzgada desde esa misma lógica. Escuela que intenta juzgar dicha lógica políticamente y deconstruirla. De ahí que, incluso en la lógica académicamente aceptada, sea un absurdo que se le pida a una persona (después de dos o más años en esa Escuela, tomando partido político por el feminismo), que haga una tesis volviendo a la defensa de la lógica patriarcal que nos ha construido y nos ha permitido construirnos dentro de una bipolaridad excluyente, incluso, de nosotras mismas como personas. Por ello, comenzaré aclarando que no traté de hacer la descripción de un período de la historia del feminismo y de algunas mujeres a través de la revista En otras palabras... Sólo intenté que la gente que leyera mi tesis se interesase en esta publicación feminista y quien lo considerase apropiado la usase como fuente documental. Esperaba que, junto al cuestionamiento de mi deficiente formación e investigación, llegara la necesidad de leer la revista y comprobar si lo que tomé de ésta era o no cierto. Propósito similar le asigné a los cuadros sobre titulares. Una apuesta por sintetizar y visualizar mejor esas quince ediciones. Seguramente existirá otra manera de desarrollar una investigación sobre esta publicación y muy probablemente también existan otras maneras de provocar reflexiones sobre ellas. Esta fue la que elegí y la directora aprobó. La vida está llena de insospechada dialéctica… el oxígeno que nos hace vivir en igual medida nos mata. Lo que nos arruga es el proceso de oxidación producido por el oxígeno que respiramos; pero si dejamos de respirar morimos, así no nos arruguemos. La Escuela de Estudios de Género es un organismo vivo que respira lo que necesita para vivir, así eso la pueda llevar a la muerte.

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El paralelismo entre la vida y la Escuela es dialéctico: se vive y se trabaja con lo que se tiene. Por eso, una tesis hecha por una historiadora-diseñadora gráfica y dirigida por una literata se entrega para ser evaluada inicialmente por dos personas antropólogas. Desventaja para quien la escribió o, quizá, ventaja de poder incorporar visiones de una de las ciencias “duras” dentro de las “blandas” en varias de las más blandas entre las ciencias blandas. Quienes inicialmente me juzgaron me plantearon tres alternativas: una, solicitar otras personas para que me juzgaran, opción que ya había sido propuesta por la directora de tesis, en cuanto a que al menos una de las evaluadoras fuera de otra generación y disciplina del conocimiento; dos, rogarles a ellas, por escrito, que me aprobaran la tesis, tal como había quedado, sin otro argumento que mis necesidades económicas, que eran múltiples y acuciantes; y tres, aceptar sus observaciones e introducir las correcciones que fueran pertinentes, en el menor tiempo posible; entablando una discusión sobre la validez del experimento de tesis que fue presentado y avalado por la directora… Con la profesora Ángela Inés Robledo Palomeque, optamos por la tercera, convencidas de que la Escuela es y está en proceso constante de construcción. Animada por esta convicción, hice las correcciones que estimé pertinentes, pues creo que si no discutimos y aceptamos críticas entre quienes nos consideramos parte de la Escuela, estamos brindando argumentos a quienes les parece que este “cuarto propio” en medio de la casa académica del amo no tiene razón de ser. Como era apenas lógico, este experimento ilógico resultó indefensable desde postulados antropológicos, sociológicos y aún historiológicos. Tampoco fue fácil tratar de deconstruir, con el hacer más que con el decir, el paradigma dominante de estas disciplinas. Sin embargo, traté de aprovechar posibilidades abiertas por la llamada postmoderni-


dad, como es cierta tendencia “feminizante” de la escritura,1 en cuanto forma de re(de)construcción de alteridades. Feminizante en el sentido de acercamiento entre femenino y feminista. Contradicción y complementariedad que me seducen. Desadaptada como soy, pensé que las personas inicialmente designadas para juzgarme se sentirían interpeladas por mi tesis. Que se colocarían en mi lugar y, si no veían mérito ni lauro en mi acción, por lo menos me concederían el derecho de defensa… Evidentemente no fue así, y ahogada en la imposibilidad de hacerme entender, debí optar por solicitar nuevas juradas. Así llegó el momento de defender lo indefensable (mi “cadáver exquisito”) ante las nuevas personas designadas para juzgarme. Un “cadáver exquisito” es una paradoja. La tesis es un “cadáver exquisito”. Yo soy un “cadáver exquisito”. Somos “cadáveres exquisitos”, somos seres paradojales. Como lo plantea Alhena Caicedo “[…] las paradojas son «círculos creativos» que permiten la invención de nuevas ópticas y, desde allí, de cosmovisiones alternativas y de nuevos mundos […] [Como paradojas] podemos desdoblar los planos, salirnos, pararnos en otro lado para acceder desde allí a otro tipo de mirada. De esta forma, podemos afirmar que el hecho paradójico es creativo en la medida en que amplía las posibilidades de aproximación; dejamos de resolver la cuestión sólo como verdadera o sólo como falsa, para entenderla como un todo, verdadero y falso a la vez, imaginario, sin sentido...”2

1 Felski plantea “[…] que la recuperación o la búsqueda de lo femenino subvirtió las normas sexuales y textuales basadas en el positivismo, la soberanía del principio de realidad y la ideología del progreso, que se asocian con lo masculino de la cultura. Por lo tanto, esa escritura fue nombrada muchas veces de forma despectiva con los calificativos de «femenina» […]”. Rita Felski. The Gender of Modernity. Cambridge: Oxford UP, 1995, p. 91. Traducción de la profesora Ángela Robledo. 2 Alhena Caicedo, “Aproximaciones a una antropología reflexiva”, Tabula Rasa, No. 1, Bogotá, enero-diciembre, 2003, p. 169.

El “cadáver exquisito” a más de una manera automática de creación es una puesta en escena del descontento individual y colectivo. Aunque popularizado por los surrealistas, es de origen dadá. Tomé el planteamiento dadá para convertir mi tesis en un “artefacto de provocación”, para mí y para quienes tuvieran la desdicha de leerme. Por eso, muestro que sé escribir y a continuación dejo que lo pongan en duda. Ser incoherente. Así es un “cadáver exquisito”. Quien participa del ejercicio colectivo de creación sigue el rastro dejado por la persona que la antecedió, en un seguimiento “a ciegas”, pues no conoce sino una pequeña punta del ovillo creado, anudado y ocultado por esa persona. En mi experimento traté de jugar sola este juego colectivo, utilizando las señas que me dejaban los titulares e imágenes de la revista En otras palabras… ¿Era yo la que aparecía en las portadas? Sí y No. ¿Y en los titulares? No y Sí, a veces… Enfaticé lo del “cadáver exquisito”, como concepto que articula una manera distinta de análisis. Menos juzgadora. Un poco más consciente de nuestras inconsistencias, de nuestras contradicciones. Describir es construir un “cadáver exquisito”, con restos de realidad e imaginación. Valorar lo descriptivo, es mirarnos sin tantas pretensiones de verdades absolutas y absolutizantes.

Habló Ochy Curiel – “En torno a estas propuestas, la primera pregunta que me surge es ¿cómo se explica que describir no es una interpretación?” Para responderle tomé sólo una de las acepciones de interpretar: descifrar, que significa encontrar un contenido oculto. Esto no se hace cuando se narra en detalle lo que muestra un documento. No quiere decir que en la narración no haya análisis, ni ocultamiento de unos temas a favor de otros.

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Lo que digo es que no se busca una supuesta esencia detrás de la apariencia. Mejor aún, muchas veces, para mí, la apariencia es tan o más importante que la esencia. Como lo afirma, preguntando, Martha López, la otra jurada, en relación a si estoy ¿“dando vida a la expresión de Paul Valery: Lo más profundo es la piel?”… ¡No sé si la piel es lo más profundo; pero, estoy segura que sin piel no habrá profundidad… para dar “de un brochazo” una respuesta “simple”, descarnada… sin piel! – “Asume el género desde los análisis de Joan Scott y Martha Lamas. La primera en torno a los significados de los cuerpos sexuados con base a la construcción de la diferencia sexual, desde donde se entiende que es el género la clave para entender el sexo. Y la segunda, quien la considera “una categoría de análisis para las ciencias sociales, que se refiere a

relaciones jerarquizadas entre personas de distintos sexos en una sociedad, en un momento histórico”. Sobre ello la estudiante señala una contraposición en la definición de género entre ambas autoras. ¿Cuál es? No me queda claro.”

Para Scott es “En este proceso, es el género el que produce significados para el sexo y la diferencia sexual, no el sexo el que determina los significados del género.” Y para Lamas el género es una “construcción simbólica, establecida sobre los datos biológicos de la diferencia sexual.” (Primer capítulo, p. 11).3 Para Scott el género significa al sexo y sus diferencias. Para Lamas, el sexo y sus diferencias significan al género. Para mí, por supuesto apoyada en las autoras que cité en la tesis y en otras muchas que ni imagino, sexo y género se significan, resignifican y diferencian mutuamente, pero son inseparables de otras categorías como clase, etnia-raza, edad, lugar de pertenencia o procedencia, escolaridad… tanto como cultura es inseparable de naturaleza… Son conceptos construidos y reconstruidos históricamente, 3 En adelante, las referencias bibliográficas entre paréntesis se refieren a mi tesis.

42 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

que surgen y se apropian de realidades sociales, humanas (y cada vez más, también de otros seres vivos ¿o no pasa en nuestros países que hay animales más importantes que ciertas personas?, ¿son sólo humanas las relaciones de género?… Son todas categorías relacionales e inexplicables por separado o divididas en dúos. – “En su narración aparecen la Casa de la Mujer y la Fundación Pro-Mujer como cofundadoras de la revista, además del Grupo Mujer y Sociedad, sin embargo no se explica porqué estas dos ONGs salen de la editorial. ¿Tiene la estudiante información sobre ello?”

Para contestar en parte a Ochy afirmo que “quise apostar a hacer el análisis de la revista desde la revista misma. Desde lo que ella cuenta en editoriales, titulares e imágenes.” (Primer capítulo, p. 19). Las banderas con los créditos muestran los cambios, pero en ninguna de las editoriales analizadas se explicitan las razones de tales cambios en el equipo editorial. – “‘También se recurre con demasiada frecuencia a repetir la misma imagen, incluso sin ser necesario, y a veces, en una especie de miedo al espacio en blanco por quienes diseñaban y diagramaban la revista’. ¿Cómo sabe sobre este miedo?”

Es una de las varias interpretaciones que seguramente se colaron en mi intención de no interpretar. Lo que quise hacer fue describir una recurrencia en el uso de los espacios en blanco y la tendencia a la saturación de imágenes. Pero, en general, en mi tesis pueden aparecer contradicciones entre mi voluntad de no interpretar e interpretaciones “involuntarias”… precisamente, se trataba de mostrar las dificultades entre pensar, decir, hacer y ser… si quitaba todas esas interpretaciones “coladas” en mis descripciones, caía en la asepsia académica que trataba de evitar. Como dije en el último párrafo de la tesis: “[…] prefiero describir, pintar con palabras lo que observo. No me gusta interpretar y, paradojas de mi


inconsciencia, escojo analizar la revista En otras palabras... El contrasentido estaba implícito y sólo lo descubrí al final (siempre hay un final)… Lógica dialéctica, quizá…” (Epílogo, p. 158) – “¿Es que la estudiante hace una relación entre lo blanco-mestizo con lo urbano o cómo analizó esta relación?”

No establecí ninguna relación, pero podría inferirse de la descripción de imágenes y titulares… Con excepción de la referencia indígena en la portada de la revista 15, las imágenes muestran a mujeres con atuendos y en espacios “urbanos”, de distintas épocas históricas. – “No entendí por qué escogió la categoría “amor” para ser descrita. Esta no estaba en sus propuestas de categorías analíticas y tampoco fue definida previamente. ¿Alguna justificación?

En general, considero interesante mostrar que en las fuentes se encuentran otros conceptos por los que, inicialmente, no pasaban las preguntas de investigación. Hubo otras categorías; pero la del amor llamó mi atención, porque no se considera una forma de dominación en el tema de mujer y género… Al menos, yo no lo había pensado desde esa óptica. Sin embargo, su recurrencia en la revista me llevó a pensar que es una categoría muy presente, aunque poco estudiada, como ancla firme de dominación masculina y de otros procesos de discriminación.

Habló Martha López Castaño – “No todo en la filosofía es metafísica, abstracción, búsqueda profunda de la verdad y el buen sentido y el debate es más amplio, sutil y complejo, lo que la autora llama descriptivo podría asimilarse a lo visible?, a la superficie?, a la insistencia en el lenguaje de lo paradojal o a la incertidumbre que dan los cuerpos lenguaje, quizás a lo que algunos/as llaman simulacro? dando vida a la expresión de Paul Valery: Lo más profundo es la piel? Esto es precisamente lo que me descoloca hablando de una tesis que rápidamente

despacha el debate y le da a los preceptos un brochazo muy grueso y simple.”4

“[…] no obstante como es asunto común de esta metodología llamada descriptiva, no se realiza en cada cuadro el alcance teorético de los conceptos que se utilizan, o la pertinencia o no de los mismos en los ensayos, lo cual deja un interrogante en el lector/a sobre la conveniencia y el alcance de los mismos en el contexto escritural de la revista En otras palabras. Igual pasa con la interseccionalidad del concepto mujeres con la categoría de sexo, un breve comentario sobre mujeres y su relación con la política y la categoría amor cierra el ejercicio de los cuadros: “aquí se sigue segmentando los espacios en públicos y privados, quizás porque se tiene tan poco en cuenta la categoría de clase social.” (Cap. 3, p. 87). Si me hubiera atrevido a ir más allá en interpretaciones, lo hubiese hecho en el sentido de que, en general, para las mujeres más pobres esta división se invertiría. En los barrios pobres casi “todo” es público… La lucha de muchas de estas mujeres sería por conquistar lo privado… “Siempre” han estado en lo público: desde las leñadoras y aguateras de otros tiempos y aún en los actuales, en varias regiones de nuestro país, hasta las dedicadas a la prostitución pasada y presente. Aunque sean invisibles, hasta para algunas otras mujeres. Por ejemplo, cuando se ejerce como empleada doméstica, es en el espacio ¿es? “privado” las personas a las que se sirve; pero, la empleada está en y es algo público, sobre todo si es interna… – “Quisiera decir algo sobre la desconstrucción, es Derrida quien acuñó el término, la desconstrucción se convirtió en un método de análisis del discurso y por décadas ha servido (como el género) como instrumento para focalizar las relaciones de poder que desvirtúan las diferencias analíticas alternativas, im4 No tengo a mano el texto de Paul Valery, pero encontré una referencia en Gilles Deleuze, La Lógica del Sentido, p 13. http://www. uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/588.pdf, consulta realizada el miércoles 9 de mayo de 2012.


poniendo una verdad de lenguaje, de consistencia y de completitud. Derrida en la Gramatología da el valor que se merece la huella o suplemento, que precede a lo escrito, asignando al silencio el poder del sentido del texto para dar vía a la iterabilidad. Son los actos del habla considerados de segundo grado o parasitarios los que promueven la ritualización y agencian la construcción identitaria. La desconstrucción focaliza las metáforas e imágenes que producen lo real para testificar el poder cifrado en ellas, haciendo evidente la performatividad. La tesis parecería que propone esta alternativa de método textual, pero renuncia a él, y lo abandona en aras de la descripción que se enuncia.”

No abandoné a Derrida ni la performatividad, lo que pasa es que, como sugiere Wittgenstein, “de lo que no se puede hablar, hay que callar”, base del “dilema del silencio como último recurso del habla”, en cuanto acción voluntaria de “una profunda ética que consiste en no traicionar la verdad con palabras inútiles”.5 (Cap. 1, p.14). Por eso, afirmo que “formas y contenidos de aquella [la escritura] fueron “tomando sus propios rumbos”,6 y [gracias] a Derrida7 “[…] estaba ya claro para mí que la marcha de […] mis «investigaciones» [léase cavilaciones] no reclamaban sólo un modo de escritura diferente, sino un trabajo transformador sobre la retórica, la puesta en escena y los procedimientos discursivos particulares, históricamente muy determinados, que dominan el habla universitaria, especialmente ese tipo de texto que se llama «tesis» […]”8 (Cap. 1, p.13).

5 Fernando Reati, “Perla Suez: una literatura del silencio”, p. 195. 6 Afirmación que tomo prestada de la profesora Ángela Inés Robledo, en especial en sus clases sobre autobiografía de mujeres. 7 Jacques Derrida El tiempo de una tesis: puntuaciones. Traducción de Patricio Peñalver, p. 16. 8 Intuyo, porque ya no tengo tiempo de leer algo al respecto y tampoco es el objeto de esta investigación, que deben existir algunas diferencias entre lo que acá llamamos tesis y la «tesis» de la que habla Derrida.

44 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

Pensé que estar contra la interpretación podía ser una forma de potencia política contra la sobre exposición del cuerpo femenino en búsqueda de unos supuestos secretos que esconde la feminidad… puede no haber nada más que lo que somos. Lo que somos es lo que mostramos. No hay dualidad. Nuestra apariencia es también nuestra esencia. Basta de esencialismos, porque somos esencialmente esto que vemos. Interpretamos cuando no interpretamos. Decidimos, aun cuando no decidimos, como planteaba Sartre. En 2009, cuando llegué a la Escuela de Estudios de Género y conocí la revista En otras palabras… me impactó su calidad visual. En general, no es muy común que una publicación contraria al sistema dominante impacte gráficamente. La limpieza visual fue lo primero que me llevó a tratar de conseguir todas sus ediciones. Nunca antes había oído hablar de ella, no obstante ser estudiante de la Universidad Nacional desde 2001. Por dentro, varias de las revistas eran menos atractivas. Se veían diferentes concepciones gráficas y, a veces, no era muy clara la intencionalidad de su diseño gráfico. Fascinada por la limpieza visual de algunas portadas de la revista, me pareció que no necesitan de mi interpretación. Sólo quise leerla, mostrarla y ya… Mi intención era romper con la manía dualista de si no me alabas me atacas o si no atacas a la otra persona la estás alabando. Pensé estar emulando lo hecho por las editoras de la revista En otras palabras… En lugar de quejarse por la falta de una publicación feminista, aportaron sus capitales materiales e inmateriales a editar una. Guardando las proporciones, en lugar de teorizar sobre una tesis distinta, realicé una tesis otra. Al final, el título de la tesis: “una manera de decir, es hacer”, habla por sí mismo. Lo construí a partir del dicho popular “la mejor manera de decir es hacer”. Eso sí, le quité el absolutismo de verdad


incuestionable, al cambiar la por una, y eliminar la valoración de ser la mejor. Por magia de lo no apalabrable, conservé la referencia a la relación entre decir y hacer que tenía el proyecto con el que ingresé a la Escuela, referida en “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Quizá mi experimento fue sólo un intento fallido por inventar nuevas formas de hacerme cargo de mí misma des-sujetada. Desatada. Desujetada. No existe el término. Hay que inclinarlo, hasta que sea aceptado. Es mejor desujetada que sujeto. La dualidad me persigue. El relacionamiento puede ser re(de)construido. La magia es posible… Vuelven las brujas. Son contemporáneas. Las teorías pueden ser como la pornografía, si nos seguimos permitiendo ser objeto y no desujetarnos de ellas. Hay que romper el mito de la pornoteoría. Hay que sobreexponerlo, para restarle fuerza. Para resujetarlo. Con las teorías puede estar pasando como con algunas conferencias en donde nadie interrumpe… no es deseable ¿o sí? Se rompe el hilo conductor. Se vuelve un ruido. Molesta. Pero, acaso, ¿no somos una molestia ruidosa? o ¿qué es el feminismo? Un ruido molesto y un silencio estruendoso. Una interrupción constante de un deber ser impuesto. A veces, auto, pero no por eso menos, impuesto. Las mejores conversaciones son de múltiples vías. Se interrumpen. Se vuelven a empezar. Como la vida. Como las revoluciones que, para nosotras, o son feministas o no son tales. Romper el orden. Volver a lo simbólico. Romper lo simbólico. Nunca sobre extremos simbolismos en una sola vía. Más diálogos y menos discursos. Desujetadas, sentirnos autorizadas a interrumpir. No seguir esperando la

orden del “ahora: las preguntas”. Las respuestas ¿cuándo? Seguimos adoctrinando y adoctrinadas para la espera... Como el control de esfínteres. Nos obligan. Nos convencen. Nos obligamos a pensar que es lo mejor. A los cinco años. Bien luego, después de los 50, nos dicen, nos decimos, sin decirlo, que controlar es lo peor… Entre más temprano aprendamos a controlar, más temprano nos llegará el descontrol. Esperar causa incontinencia y estreñimiento. Nos engañaron. Nos engañamos. Nos dicen: “lo sano sería que defecáramos cada vez que comamos, como cuando éramos bebes”. Ya es tarde. El daño está hecho. Somos incontinentes y estreñidas. Tanto orden y control es dañino... El feminismo no debe ser una meta sino una realidad. La nuestra. Por eso, ¡a interrumpir! A repensar. A romper el ruido con el silencio y el silencio con las teorías… nuestras teorías. A romper las demás palabras con las nuestras y las nuestras con las otras. Mejores. Peores. Nuestras vidas son finitas. A no esperar. A desesperar. A revivir el embrujo, la magia… Nada tiene que ver con nada, porque todo tiene que ver con todo… La maldita dualidad. Sólo el silencio nos salva del silencio. Olvídenlo. Esto no es teoría ni realidad. Esto no es nada. Esto es la vida. Nuestras vidas… Recuerden, quizá sé escribir, pero me aburren las normas. Los párrafos y oraciones cortas me fascinan. A veces, sin embargo, me encantan los párrafos, largos, farragosos, incluso sin un solo signo de puntuación. Salvo el punto final. Por Cabrera Infante, pero también antes de él. Solo que sólo tengo mi palabra para probarlo y eso, lo acepto, no basta…

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Sacar la lengua * como los colgados

Tania Ganitsky Literata, Universidad Javeriana Maestría en literatura y filosofía, Universidad de los Andes

* En este artículo sobre el mal y la transgresión en la novela de Elena Poniatowska Hasta no verte Jesús mío, se hace un contrapunto con La literatura del mal de Georges Bataille.


E

n el famoso poema de sus Cantos de experiencia, El tigre, William Blake pregunta: “¿Aquél que hizo al cordero te hizo también a ti?”. Con este verso el poeta cuestiona irónicamente el orden divino que la maldad humana parece poner en duda, y la figura del tigre representará el mal en el imaginario literario desde entonces. En la primera página de la novela de Elena Poniatowska Hasta no verte Jesús mío, la narradora Jesusa Palancares (la voz que disfraza el testimonio de la soldadera Josefina Bohórquez), relata una videncia que tuvo en la que vestía de novia: “Toda la ropa era blanca; el ajuar de novia, pero allí donde acababa el vestido estaba el pedazo de piel de tigre como la flecha en la cola del diablo” (9). Este primer retrato del personaje es preciso para empezar a conocerla; no es una mujer como las demás, frente a la imagen de la mujer y de la novia tradicional se interpone la piel del tigre, la flecha en la cola del diablo: el mal.

En su compendio de ensayos sobre el mal en la literatura, el filósofo francés Georges Bataille aborda la obra de ocho escritores para mostrar que cada uno de estos casos “ilustra un aspecto del funcionamiento del mal en el arte literario, ese mal que niega y afirma el bien.”(11). Se trata de un funcionamiento del mal que expresa un valor soberano ya que no supone la ausencia de una moral. El valor soberano niega las nociones de bien y mal que la sociedad impone bajo sus códigos de ley, de conducta, de ciudadanía, etc., y conduce hacia lo que el filósofo llama una hipermoral (el mal soberano). En este sentido dirá que “el Mal considerado sinceramente no es solo el sueño del malvado sino que en algún modo es también el sueño del Bien.”(36). Al comienzo de la novela de Poniatowska el personaje de Jesusa Palancares se presenta como una mujer culpable de ser mala, pero poco a poco su maldad será comprendida por ella misma y por el lector como un sueño del Bien, como un mal que enfrenta el mal de la sociedad. Esta perspectiva empieza a trazarse en la novela de Poniatowska después de que Jesusa participa por primera vez como soldadera en la revolución mexicana y especialmente cuando se defiende de su marido con una pistola y dice: “Si yo no fuera mala me hubiera dejado de Pedro hasta que me matara. Pero hubo un momento que seguro Dios me dijo: ‘Defiéndete.’ Porque Dios dice: ‘Ayúdate y yo te ayudaré’. Y yo oí que me dijo: ‘Defiéndete, ya es suficiente con lo que has recibido. Ahora empieza tú a repartir.’ Y saqué la pistola.”(101). Desde este punto en adelante el mal se empieza a convertir en un valor soberano. A continuación describiré la primera fase de la representación del mal en el personaje hasta llegar al momento en el que el mal se transforma en una hipermoral. En la segunda página de la novela, Palancares dice que su “deuda debe ser muy pesada ya que Dios me quitó a mis padres desde chica y dejó que viniera a abonar mis culpas sola como lazarina. Debo

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haber sido muy mala; por eso el Ser Supremo me tiene en la quinta pregunta para poder irme limpiando de mi cizaña.”(10). Aquí el personaje parece entender el mal como un valor condenable, como un motivo de culpa y concibe su existencia a la luz del castigo. Sin embargo, es una existencia que transcurre simultáneamente entre el castigo y la culpa, porque no parece haber expiado sus pecados ni haber cambiado su manera de ser: “en esta última reencarnación he sido muy perra, regalona y borracha. Muy de todo. No puedo decir que he sido buena. Nada puedo decir.”(13). De tal modo, se reprocha a sí misma su maldad al juzgarse desde unos códigos morales que no son soberanos; son los que establece la sociedad. Incluso, Bataille dirá que el vicio, desde la opinión más generalizada, es la forma significativa del mal (29). Así, en esta primera parte, la maldad de Palancares parece una suerte de destino del que no puede escapar: repite constantemente que salió muy borracha, perra y maldita y que “el que nace de mala cabeza ni quién se lo quite” (27). Se siente, por lo demás, distinta de los miembros de su familia por este mismo motivo, considera que era la más “peleonera” de sus hermanos pero, a la vez, también culpa a su familia de su destino, pues bien, su padre la crió con pólvora: Y eso que a mí me quitaron el miedo cuando comencé a andar en la tropa con mi papá porque con mis alaridos los entregaba. Al principio, al oír los balazos me ponía a gritar y los jefes se enojaban porque estábamos en la línea de fuego, que es cuando cazan al enemigo. Por eso luego mi papá sin que yo lo viera echó pólvora en el agua: –Ándale, hijita, tómate esa agüita…. Como yo tomaba agua hasta de los charcos, no me supo feo. Hasta después me dijeron que era agua de pólvora para el valor. (11)

El estrecho vínculo entre el valor y la maldad en la novela será significativo para que el mal se convierta en una hipermoral. Anteriormente cité el pasaje

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en que Palancares reflexiona sobre cuando enfrentó a Pedro durante la revolución. Allí dice que si no hubiera sido mala hubiera dejado que su marido la matara; en cambio, como sí era mala, tuvo el valor suficiente para defenderse. El mal aparece por primera vez como una posibilidad de sobrevivir y no como una condena divina o esencial; la estrecha relación del personaje con el valor permite que lo asuma como un arma de rebelión por medio de la que puede sobrevivir y preservar su dignidad. En su ensayo La literatura y el mal dedicado a la obra de Michelet, Bataille dice que “el deseo del Bien limita el impulso que nos lleva a buscar el valor. En cambio la libertad hacia el Mal, abre un acceso a las formas excesivas del valor.”(112). En la novela, la narradora toma consciencia de la posibilidad de este acceso y acepta que el mal no es una condena; más bien celebra esa libertad hacia el mal que da lugar a las formas excesivas y violentas del valor. “Allí en la corporación me empecé a volver perra” (78), dice Palancares, y de ahí en adelante no deja que nadie se aproveche de ella. En el mismo pasaje en que reflexiona sobre el enfrentamiento con Pedro añade al final: “Tan no me dejé, que aquí estoy. Pero, ¡cuánto sufrí mientras me estuve dejando! Yo creo que en el mismo infierno ha de haber un lugar para todas las dejadas.”(101). Este pasaje permite empezar a percibir el movimiento que conduce desde el mal –ligado a un código moral tradicional– hacia el mal soberano entendido como una hipermoral. Primero, el mal se convierte en una garantía de supervivencia y la ausencia del mal en un motivo de sufrimiento (¡cuánto sufrí mientras me estuve dejando!). Además, se alude a otro tipo de mal: el de las dejadas, esas que también deben ir al infierno por su ausencia de valor y rebeldía. Sin embargo, y esto es lo más interesante de la hipermoral que empieza a ser representada en la novela, el hecho de que las dejadas vayan al infierno no significa que la maldad y el valor de Jesusa la conducirán al cielo; “en el mismo infierno ha de haber un lugar para todas las


dejadas.” No es que ella esté ahora del lado del bien y las otras del mal, pues se trata en cualquier caso de “la rebelión del Mal contra el bien” (Bataille, 33) y Jesusa también irá al infierno, ella encarna el Mal soberano. Así, en esta novela no hay una moral dualista en contradicción, sino un distanciamiento de los valores morales tradicionales a favor de una apuesta por la libertad y por el exceso. En este sentido, Hasta no verte Jesús mío, tal como Bataille afirma sobre la novela Cumbres Borrascosas de Emily Brontë, “revela una liberación total frente a la sociedad y la moral. Hay una voluntad decidida de ruptura con el mundo.” (39). Además, en el marco de la novela de Emily Brontë, Bataille establece un vínculo muy estrecho entre el éxtasis místico y la hipermoral. Este es un factor significativo que no podemos pasar por alto en el caso de Jesusa Palancares, cuya vida estuvo fuertemente relacionada con los espiritistas y los curanderos; ella misma tenía visiones. En la novela relata experiencias de desdoblamiento, éxtasis y encuentros con seres del más allá. Para Bataille, la posibilidad de llevar el mal hacia una hipermoral requiere de la violencia que tiene lugar en el éxtasis místico, pues esta violencia permite superar la dualidad que determina la moral y la ética tradicional. Al respecto cito el siguiente pasaje de La literatura y el mal: “Todo lleva a creer, escribe André Breton, que existe un determinado punto del espíritu donde la vida y la muerte, lo real y lo imaginario, el pasado y futuro, lo comunicable y lo incomunicable, dejan de ser percibidos como contradictorios.”

Yo añadiría: el Bien y el Mal, el dolor y la alegría. Este punto, al que alude Breton, es el designado tanto por la literatura violenta como la violencia de la experiencia mística. (49) En este contexto, Bataille indica que la literatura violenta es la que persigue una hipermoral basada en una escritura rebelde y transgresora, como

la que encontramos en la novela de Poniatowska y que conduce al mal como valor soberano. En este orden de ideas es posible que su cercanía con lo místico haya sido un factor determinante para que, en la novela, transgrediera la dualidad moral. Por otro lado, el hecho de que el mal deje de representarse como un objeto de castigo y se transforme en un valor soberano cuando Palancares está participando en la revolución mexicana, no parece gratuito. Es indudable que la manera en que se ha definido y descrito la hipermoral a partir de los textos de Bataille y Poniatowska comparte los mismos rasgos con una revolución: transgresión de un orden establecido, camino hacia la libertad y la dignidad de los seres humanos, llamado al valor y a la transformación de la ley por medio de la violencia. En este sentido no es inverosímil concluir que su experiencia como soldadera, así como su contacto con lo místico, son dos factores –además del valor– que ayudaron a realizar la transformación del mal en un valor soberano. No obstante, la representación de Zapata en la novela no obedece a la misma hipermoral, pues aunque lidera la lucha por el ideal de la revolución, aparece como un héroe aún determinado por una moral dualista y tradicional. En su encuentro con Jesusa es retratado de una manera casi angelical, como un hombre noble y bondadoso que protege a sus presas y cuya maldad se manifiesta exclusivamente en nombre de la revolución. ¿Qué implica que la narración de Jesusa Palancares escrita por Elena Poniatowska haga del mal un valor soberano y que la figura de Zapata reproduzca los valores morales de siempre? ¿Hay, por parte de Poniatowska, una convicción de que la literatura puede ser incluso más política que la acción política? Para Bataille sólo la literatura puede poner en evidencia la transgresión de la ley y el funcionamiento del mal como valor soberano. Incluso, el filósofo afirma que “la literatura representa lo mismo que la transgresión de la ley moral, un peligro”.

EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Escrituras transgresoras 49


El texto de Bataille se enmarca dentro de un diálogo con otros filósofos y poetas, entre ellos Rene Char y Maurice Blanchot, en el que se busca, tras el fracaso de los comunismos del siglo XX, otra manera de pensar lo común. Esta búsqueda los llevará a encontrar en la literatura y particularmente en el lenguaje literario un espacio en que esta comunidad pueda tener lugar. La cuestión del Mal como una hipermoral está estrechamente vinculada, piensa el filósofo, a la comunicación: “la moral rigurosa se da en esta perspectiva a partir de complicidades en el conocimiento del Mal que fundamentan la comunicación intensa. La literatura no es inocente y, como culpable, tendría que acabar al final por confesarlo.”(43). ¿No es acaso esto lo que hace Jesusa Palancares a lo largo de la novela, confesarse soberanamente mala? Hacia el final de la obra Jesusa Palancares se vuelve menos perra, incluso relata que el ayuno que le puso el Ser Supremo fue dejar de pelear y de tomar (303) y, en efecto, lo hace. Incluso pasa de ser una mujer dura y “poco querendona” a sentir cariño por Perico, un muchacho a quien cría y de quien niega ser madre aunque todos la reconocen como tal. Sin embargo, su manera de hablar es siempre la misma aunque pase de ser la soldadera que “balaceó” a su marido a esa “basura a la que el perro echa una miada y sigue adelante.”(218). Sus actos, en efecto, dejan de encarnar el mal como valor soberano, pero este persiste en la palabra.

50 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

En la novela, entonces, el mal deja de pertenecer exclusivamente al individuo-personaje de Jesusa Palancares para convertirse en un rumor más universal. Finalmente, la narración singular de la novela parece obra de Josefina Bohórquez, Jesusa Palancares, Elena Poniatowska y el lector de turno; ¿es esta la comunidad que buscan los filósofos franceses, una narración compuesta por múltiples voces que transgreden la ley? Ya cuando Jesusa no es nadie sino un habla común dice lo siguiente: “Aquí estoy jirimiqueando, ya saco la lengua como los colgados, ya me estoy muriendo y sigo en pie como los árboles podridos.”(315). ¿No somos los lectores también esos árboles podridos, cuyos valores morales han sido transformados y que solo por eso pueden seguir de pie en las últimas páginas de la novela? Jesusa es nadie, se considera basura y lo único que hace, muriendo, es sacar la lengua como los colgados. Ese es el gesto de la literatura que se declara culpable, que ha recurrido al mal para revelar la comunicación profunda en la violación de lo prohibido.

REFERENCIAS Bataille, Georges. La literatura y el mal. Editorial El Aleph. 2000. Poniatowska, Elena. Hasta no verte Jesús mío. México: Ediciones Era. 2010.


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Chuniza

7612137

ciousme@sdmujer.gov.co

6. CIO TUNJUELITO

Dg 49 Sur No. 53-71

Venecia

7412932

ciotunjuelito@sdmujer.gov.co

7. CIO BOSA

Tv 87 A No. 59-10 Sur

Bossa Nova

7147793

ciobosa@sdmujer.gov.co

8. CIO KENNEDY

Cr 78 K No. 33 A-24 Sur

Kennedy Centro

4514335

ciokennedy@sdmujer.gov.co

9. CIO FONTIBÓN

Cl 21 A No. 96 C-57

Villemar- El Carmen

4156933

ciofontibon@sdmujer.gov.co

10. CIO ENGATIVÁ

Cr 71 B No. 52 A-40

Normandía P.Sector

2950864

cioengativa@sdmujer.gov.co

11. CIO SUBA

Cr 90 A No. 145-60

Suba Centro

6856455

ciosuba@sdmujer.gov.co

12. CIO BARRIOS UNIDOS

Cl 67 B No. 63-28

J.J. Vargas

2408327

ciobarriosunidos@sdmujer.gov.co

13. CIO TEUSAQUILLO

Cr 31 No. 25 B-53

Gran América

2444169

cioteusaquillo@sdmujer.gov.co

14. CIO MÁRTIRES

Cl 2 No. 29 B-35

Santa Isabel

15. CIO ANTONIO NARIÑO

Cl 11 Sur No. 15-38

16. CIO PUENTE ARANDA 17. CIO LA CANDELARIA CASA MATRIZ 18. CIO RAFAEL URIBE URIBE

ciomartires@sdmujer.gov.co

Luna Park

3281341

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Colonia Oriental

2616165

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Cl 12 B No. 3-07

La Catedral

3415652

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Cr 14 Sur No. 31 D-13

Quiroga

3613501

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19. CIO CIUDAD BOLÍVAR

Cl 64 C Sur No. 37-27

Candelaria La Nueva

7313062

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20. CIO PIO SUMAPAZ

Corregimiento Nazareth Vereda Santa Rosa

Centro de Servicios

ciosumapaz@sdmujer.gov.co

Derechos de las Mujeres2 1. Paz y convivencia con equidad de género 2. Una vida libre de violencias 3. Participación y representación con equidad 4. Trabajo en condiciones de igualdad y dignidad

5. Salud plena

6. Educación con equidad

7. Comunicación y cultura libre de sexismo 8. Hábitat y vivienda dignas

1 Plegable informativo elaborado por la Secretaria Distrital de la Mujer consultable en: http://www.sdmujer.gov.co/index.php/component/content/article/2-uncategorised/42-casas-de-igualdad-y-oportunidades 2 Decreto 166 de 2010 y http://www.sdmujer.gov.co/images/pdf/plandeigualdad.pdf?Itemid=162


Una mirada desde el feminismo a la obra de Marvel Moreno En diciembre llegaban las brisas Rafaela Vos Obeso Investigadora, Coordinadora del Grupo de Investigación “Mujer, Género y Cultura” de la Universidad del Atlántico y Profesora Emérita de la misma institución. Candidata al Premio Nobel de la Paz “Mil Mujeres y un Nobel de Paz” (2005). Actualmente Vicerrectora de Investigaciones, Extensión y Proyección Social, Universidad del Atlántico.


A través de las primeras décadas de aquellos tiempos, la ciudad apenas se iba abriendo al mundo. Con la mirada todavía somnolienta de un pasado en ciernes, se enfrentaba a nuevos amaneceres, llevando a cuestas rezagos de un pasado al que tímidamente se resistía y que se disputaba con el futuro receptor de transformaciones, y el advenimiento de grandes cambios. Así, debió enfrentar las consecuencias de ser un lugar geográficamente privilegiado, por su encuentro con el río y el mar.

E

Resumen

ste artículo refleja un análisis histórico y sociológico a la obra En diciembre llegaban las brisas, escrita por Marvel Moreno. Fiel a su espíritu rebelde y transgresor, la autora revela en su obra las intimidades de las familias de la élite en la Barranquilla del siglo XX. La visión que expone sobre las costumbres de la época, los perfiles masculinos y femeninos, y los desafíos que debían enfrentar las mujeres para sobreponerse a los estigmas de su posición social, revelan realidades culturales que permanecieron ocultas y que marcaron la incursión del feminismo en la ciudad.

Introducción La región Caribe de principios del siglo XX era marcadamente rural, llena de caseríos y pueblos. Sin embargo, los puertos fluviales y marítimos por donde salía e ingresaba el comercio colombiano dieron lugar a focos urbanos importantes que paulatinamente fueron creciendo, como en el caso de Barranquilla.

La ciudad fue paulatinamente progresando. La primera impresión que percibían los viajeros y comerciantes al pisar su suelo, tanto por negocios o asuntos comerciales, era su poco desarrollo y su sofocante calor que los ponía al filo de la desesperación. Sus pobres paisajes y su infraestructura no la ayudaban para que fuese reconocida como urbe pero, por otro lado, poco a poco iba brillando con luz propia. Cuando llegó Blair Niles en 1924, por su escaso atractivo turístico pensó que era un lugar de paso, pero detuvo su mirada y escribió que había encontrado fábrica de ladrillos, jabones, velas, zapatos, fósforos y chocolates, además de importantes tenerías y telares para textiles.1 Sin embargo, varias fuentes describen que sus condiciones sanitarias eran deplorables. Para la década del 40 ya se daban otros amaneceres, encontrándose descripciones detalladas del desarrollo de la ciudad, que de un decoroso y modesto poblado se convertía en un lugar próspero, reconociendo que dicho progreso se había iniciado dos o tres décadas atrás.2

1

Niles, B. (1924). Colombia: Land of Miracles. Nueva York: AppletonCentury. Citado por Posada Carbó, E. (1998). El Caribe Colombiano, una historia regional (1870-1950). Bogotá: El Áncora Editores.

2

Romoli, K. (1941). Colombia: A Gateway to South America. Nueva York: Doubleday.

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El liderazgo comercial de “La Arenosa”, como cariñosamente la llamaban, determinó la campaña que los comerciantes iniciaron desde el año 1906 por la apertura de Bocas de Ceniza, ya que el banco de arena en la desembocadura del río Magdalena impedía la navegación de vapores, hecho que la ponía en desventaja frente al puerto de Buenaventura, que amenazaba con desplazar al de Barranquilla. La gestión rindió sus frutos en 1936, cuando la apertura de Bocas de Ceniza le dio a Barranquilla el reconocimiento de puerto fluvial y marítimo.3

Estas son las razones por las cuales Barranquilla arrastra en su historia la memoria y herencia de inmigrantes, y que a su cultura se hayan vinculado apellidos extranjeros que han marcado generaciones. Asimismo, la ciudad permitió que esta franja poblacional se ligara a proyectos y fuera pionera de grandes propósitos como los educativos y los laboratorios de industria farmacéutica de renombre nacional, como son Bayer y Schering, entre otros, que se instalaron en Barranquilla respaldados en este caso por la comunidad alemana.5

Todo este movimiento determinó el flujo de inmigrantes, quienes desde principios de siglo y como producto de la Primera y Segunda Guerra Mundial, arribaron desde diferentes lugares de Europa y Medio Oriente, lo que permitió que muchas familias atraídas por las oportunidades que la ciudad ofrecía en el plano comercial, se instalaran para quedarse.

La radio se desarrolló en suelos barranquilleros, pero también la empresa de aviación Scadta que daría origen a la empresa Avianca, constituyéndose en el espejo de una ciudad que miraba al futuro y crecía en actividades económicas. La población iba aumentando, y para 1950 poseía 270.000 habitantes.6

A lo anterior se agregaba el movimiento de inmigración que también se dio al interior de la región Caribe y de todo el país, como producto del período denominado La Violencia a mediados de los años 50 del siglo XX, que se agudizó con las luchas partidistas desde la década del 30, y promovió desplazamientos internos que llegaron también a la ciudad.

La híbrida localidad fue creciendo e iba delimitando espacios; antaño, estuvo habitada en el llamado Barrio Centro y aledaños por acomodadas familias oriundas de la región y de emigrantes, pero estos fueron desplazándose hacia el norte, fundando barrios importantes como El Prado, hoy patrimonio histórico de la otrora ciudad luz.

Barranquilla, entonces, se convierte también en refugio de inmigrantes políticos. Posada Carbó pregunta: “¿Por qué era Barranquilla un refugio para inmigrantes políticos?”; y responde: “Esta pregunta da lugar a especulaciones, pero es interesante observar que Barranquilla desarrolló un positivo orgullo cívico basado en su tolerancia y su naturaleza abierta como una ciudad de inmigrantes”.4

Se conformó entonces una cultura híbrida, que presenció las exóticas manifestaciones de otros lares, donde los miembros de los clubes sociales en sus pomposas fiestas bailaban vals, minué y el danzón, como mecanismos de preservación de manifestaciones musicales traídas de lejanas tierras, ya que no querían “contaminarse” con la herencia musical indígena y africana traída por nuestros ancestros y ancestras, que marcaron y trascendieron en la cultura barranquillera.

3 Posada Carbó, E. (1998). El Caribe Colombiano, una historia regional (1870-1950). Bogotá: El Áncora Editores, p. 214.

5 Inmigración Alemana en la Costa Atlántica. Caso de Adolfo Held. http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/publicaciones/archivos/ caribe-alemanes.pdf

4 Ibíd., p. 216.

6 Ibíd., p. 214.

54 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras


Marvel Luz, la trasgresora La introducción es, grosso modo, la mirada apretada del contexto social donde nació y creció la autora de la novela En diciembre llegaban las brisas, quien con fina pluma reconstruye con la delicadeza del detalle la vida cotidiana de la élite de Barranquilla, sus amores, desamores, estilos de vida de mujeres y hombres, de imaginarios femeninos y masculinos y la concepción de familias que determinaron una época. Nació en 1937 en un hogar privilegiado; desde pequeña fue influenciada por su abuelo que la indujo a la lectura de los clásicos, y su sabia y culta abuela, trovadora de recuerdos, que dibujó en su memoria momentos vívidos, quien atrae para la novela imágenes recreadas del pasado, pero también remembranzas de su niñez, la que estuvo acompañada de niñas “bien”, en el legendario colegio La Enseñanza. La irreverente escritora barranquillera se atrevió a escribir sobre la Barranquilla de su niñez, adolescencia y algo de su adultez, rompiendo cánones establecidos por una sociedad cerrada y conservadora. Su exquisita pluma fue también producto de tiempos históricos que alimentaron su alma rebelde ya que, perteneciente a una generación que marcó territorio a través de sus creaciones -ya fuesen literarias o artísticas-, ella lo hizo a través de su novela y cuentos. La Cueva7 fue su lugar de expansión y de encuentros juveniles en esa época de la ciudad, con amistades como Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio, Noé León, entre otros que, al igual que ella, trascendieron en la cosmogónica regional y muchos en la mundial. De su novela En diciembre llegaban las brisas, al contrario de lo que piensan algunos escritores y escritoras que la consideran una “oda” de rechazo 7 http://www.encaribe.org/es/article/marvel-moreno

a Barranquilla, creo lo contrario: extrañó tanto la ciudad donde creció, que la congeló en sus vívidos recuerdos y la inmortalizó a través de su obra, con la exactitud del detalle grabado en cada rincón de su alma. Introducirnos en su obra significa también recrearnos con los tiempos, escudriñar en el pasado y descubrir facetas de la ciudad a través de costumbres y tradiciones de una franja social, como son las familias de la élite, que llevaban sobre sí las cargas de apellidos de abolengo, y que marcaron posición social pero además estilos de vida.

Barranquilla y la vida de la élite La ciudad de los tiempos de la niñez y adolescencia de Lina —que se relaciona con la voz de Marvel a través de la novela—, era una ciudad pacífica y pequeña, sin grandes disturbios, en donde cualquier evento de la cotidianidad que marcara la diferencia, daba lugar a comidillas. Como lo afirma Lina “se conocía hasta de lo que se hablaba en los confesionarios”, lo que nos habla de su poco desarrollo urbano. No obstante, el naciente barrio El Prado daba ya muestras del auge urbanístico y la apuesta por la modernidad que estaba haciendo Barranquilla. Las familias pudientes, desde luego, acogieron con entusiasmo la propuesta arquitectónica que, en primera instancia, estaba pensada para casonas de veraneo, pero que después se convertirían en el refugio de las familias más prestantes y distinguidas de la ciudad. Los apellidos de abolengo eran una de las marcas sociales que permitían el ingreso al Country Club, espacio de esparcimiento social y recreativo de la élite, que cercó la existencia de mujeres y hombres que pertenecían a este círculo privilegiado, adonde solo podían ingresar familias de estirpe de vieja data, aunque no en todas las ocasiones EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Escrituras transgresoras 55


poseedoras de fortuna. Muchas veces vivían en la pobreza, pero su estirpe les entregaba, por herencia, respeto social. Vivian entonces de historias pasadas llenas de glorias y comodidades. Esta mirada nos arroja una ciudad profundamente segmentada, en la cual la élite marcaba modos de vida que despertaban la admiración de otras franjas sociales, que veían inalcanzable aquella pomposa existencia presentada como un cuento de hadas. Pero la realidad era muy diferente, según lo muestra Marvel Moreno en su novela. Lamentablemente la élite encerraba espantosos “secretos” y ambientes de violencias, desnudando una evidente realidad, ya que formar parte de ella no protegía a las mujeres de las agresiones masculinas. A través de los recuerdos, nos ayuda a comprender el tremebundo círculo de las violencias contra las mujeres, naturalizadas en esa cultura machista como reguladores sociales. La adolescencia marcaba rituales que el sexo femenino debía cumplir para convertirse en casaderas. En fecha predeterminada las adolescentes de turno eran mostradas en público, cuyo evento se registraba en los periódicos con el titular: “Presentación en sociedad”. Pero era una sociedad profunda y diferencialmente religiosa: por un lado, la religión católica sometía a sus designios la actuación de las mujeres, desde su nacimiento hasta su muerte. Así lo manifiesta la autora en las primeras líneas del primer capítulo, donde hace referencia a la Biblia: “YO SOY EL SEÑOR DIOS TUYO, el fuerte, el celoso, que castiga la maldad de los padres a los hijos hasta la tercera y cuarta generación”8. Esta frase tan impactante del Dios castigador, la escucha Lina sentada en el regazo de sus abuela, 8 Moreno, M. (2005). En diciembre llegaban las brisas. Bogotá: Grupo Editorial Norma, p. 11.

56 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

quien le leía y comentaba anécdotas y cuentos de la Biblia, que en ese momento era motivo de reflexiones, ante lo cual la abuela le señaló que aquella “encerraba todos los prejuicios capaces de hacer avergonzar al hombre de su origen9, y no solo de su origen, sino además de las pulsiones, deseos, instintos, o como se llame, inherentes a su naturaleza, convirtiendo el instante que dura la vida en un infierno de culpabilidad y remordimiento, de frustraciones y agresividad, contenía también la sabiduría propia al mundo que había ayudado a crear desde los tiempos en que fue escrito, razón por la cual había que leerlo cuidadosamente y reflexionar en sus afirmaciones por arbitrarias que pareciesen hasta comprender a fondo el cómo y el porqué de la miseria personal y de la ajena”.10 Esta cita de la Biblia, interpretada a su manera, narra los efectos que tuvieron los principios del catolicismo en la formación de muchas mujeres a través de toda la vida. Lina, por ejemplo, detestaba los rígidos valores iniciados por las monjas de La Enseñanza,11 donde estudió con sus amigas protagonistas de la novela, y analiza a través de sus vivencias con las religiosas, como siempre se lo afirmó su abuela que “en todo adoctrinamiento hay más mentira que verdad.”12

9 La autora utiliza esporádicamente en el texto la categoría ‘hombre’ como genérica, es decir, incorporando a ambos géneros. 10 Ibíd., p. 11. 11 El Colegio La Enseñanza de la Compañía de María en Barranquilla inició su misión educativa el primero de febrero de 1941 en la zona céntrica de la ciudad. Contaba con 9 internas, 3 semi-internas y 39 alumnas externas. La primera promoción fue de tres graduandas, con Diploma de Comercio: Josefina Espinosa, Liese Forsten Drug y Elsa Aycardi. Hoy cuenta con más de mil estudiantes (de Prejardín a Undécimo grado), 67 docentes y dos religiosas que lideran y acompañan la Propuesta Pedagógica de la Compañía de María en un edificio de arquitectura republicana situado en el norte de la ciudad. (Tomado del Boletín “En Compañía” cdm.edu.co/documentos/boletin_n1_ julio_2012.pdf) 12 Ibíd., p. 24.


De esta manera impositiva, trascurría la existencia de las mujeres marcadas por el hacer de las vírgenes, especialmente La Dolorosa, cuyo rostro y atormentada purificación expresa sufrimiento, “motor” para la permanencia en el imaginario colectivo y espejo de lo que debía ser la vida de las mujeres barranquilleras. El comportamiento de una mujer lesionaba el honor de la familia. Sin embargo, la doble moral de la élite que sancionaba cualquier conducta femenina que a su parecer rompía el imaginario virginal, contrastaba con el comportamiento masculino, para los cuales los burdeles eran espacios de recreación y jolgorio bajo la mirada cómplice de la sociedad, recayendo sobre las prostitutas, “mujeres innobles”, la responsabilidad y la culpa por el desahogo y el entrenamiento de la “potente” sexualidad masculina. Por otro lado, a pesar del aparente lento movimiento de la ciudad, la juventud elitista tenía sus lugares de encuentro, como era Puerto Colombia13, lugar de diversión donde hacían fogatas, jugaban a la botella, y brotaban los primeros amores, o los excesos románticos para la época, apresurando como resultado compromisos matrimoniales muchas veces por conveniencia, porque los hombres profesionales necesitaban movilidad social casándose con una chica de “buena familia”, que además debía ser virgen. La presencia de los inmigrantes fue muy importante, como se ha observado, en el quehacer de la ciudad. El Barrio El Prado fue habitado por muchos extranjeros: italianos, franceses alemanes, ju13 Puerto Colombia es un municipio que actualmente hace parte del área metropolitana de Barranquilla y cuyos orígenes se remontan a 1850. Al albergar el otrora famoso “Muelle de Puerto Colombia”, considerado en su momento el segundo más largo del mundo por sus 4.000 pies de longitud, vivió una época floreciente de esplendor económico, en las décadas de los años treinta a los cincuenta del siglo pasado, donde sus balnearios y monumentos lo hicieron un lugar apetecible de visita para propios y extranjeros. (Tomado de http:// www.puertocolombia-atlantico.gov.co/)

díos, entre otras nacionalidades, que partieron de sus tierras durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, no totalmente integrados a la élite, ya que un aspecto de la idiosincrasia de aquella era la exclusión de personas diferentes a su círculo virtuoso; así lo expresa un extranjero de apellido Manco, personaje de la novela, que en diálogo con su primo Freisen (pro fascista que huyó de Alemania), lo instruye en una de sus conversaciones en reglas de comportamiento social, si es que quería ser aceptado por la élite, y este le expresa: “que a pesar de su ceguera racista, la alta sociedad barranquillera estaba compuesta: por los descendientes de españoles y los otros, que habían subido de escala social a fuerza de arribismo y perseverancia, pero considerados por los primeros como individuos de poca clase cuyo trato debía evitarse en la medida de lo posible, reduciéndolo a formalidades mundanas”.14 Los extranjeros, al no poder ingresar al círculo virtuoso, fundaron según la expresión de Marvel, guetos de extranjeros, creando clubes, colegios, y obligando a su descendencia a aprender el idioma y costumbres de origen, con el fin de no relacionarlos con la gente de Barranquilla. Por otro lado, la élite enviaba a sus hijas e hijos a estudiar al extranjero. Muchos aprovecharon la oportunidad pero, por otro lado, también adoptaron comportamientos sofisticados que eran, entre otros, diferenciadores sociales.

Las mujeres en la obra de Marvel Moreno Las vidas de Dora, Catalina, Beatriz, amigas de la infancia de Lina, son las protagonistas de la novela, y a través de sus experiencias logra capturar momentos dramáticos que marcaron la existencia de todas, deteniéndose en imágenes e instantes que nos permiten interpretar estilos de vida y reglas 14 Ibíd., p. 345.

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sociales de la Barranquilla de esa época, trasmitidas a través de la educación de la escuela y por las rígidas estructuras de la institución familiar. Existen momentos de la infancia que reflejan los mecanismos de control social hacia las niñas, que se extenderán hasta la vida adulta haciendo de ellas seres sumisos, incapaces de tomar decisiones, y que cuando lo hacían asumían acciones con desespero, como fue el fatídico caso de Beatriz. Dora era hija de Eulalia del Valle, madre controladora y que llevaba un apellido de abolengo. Traumatizada por historias pasadas, como aquella de que su madre murió de parto, obligada a parir desde los 12 años, y comprada por un gamonal costeño proveniente de colonizadores españoles. Como lo dice Lina, “Eulalia del Valle había sido obligada desde niña a volverse rabiosamente contra los hombres”15. Este círculo de recuerdos hace que se fije en Dora, quien creció con todo tipo de controles. Sus juegos infantiles eran supervisados y su vida de infancia trascurrió de la casa al colegio y viceversa, ya que su madre preservaba con celo su castidad hasta manejando bicicleta, lo cual hacía en un estrecho círculo aledaño a su residencia bajo la acuciosa mirada materna. La abuela le comentaba a Lina que su amiga Dora, por la educación recibida, “estaba destinada a dejarse escoger por un hombre capaz de quitarle el cinturón a su pantalón para darle latigazos, la primera vez que haga el amor con ella”.16 Y así fue: el círculo bestialmente violento en el que vivió, hizo de ella una mujer sometida a los tranquilizantes y somníferos para soportar la carga de la tradición que obligaba a las mujeres a quedarse en una relación “hasta que la muerte los separe”. 15 Ibíd., p. 32. 16 Ibíd., pp. 12-13.

58 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

Pero Dora, además, debió soportar por siempre el pecado de haber tenido relaciones prematrimoniales con un hombre casado, lo que causó el repudio de su madre y el horror de vivir con una única hija “deshonrada”, a quien consideraba “una perdida”. Cuando apareció Benito Suárez, médico sin apellidos de abolengo, de procedencia humilde e interesado en ingresar al círculo social restringido, tuvo que aceptar el matrimonio para lavar su honor y la deshonra de su hija. Sin embargo, la pérdida de la virginidad acarreó para Dora más horrores, desde el repudio de su esposo, de su madre, y del círculo familiar, ante lo cual para buscar su limpieza corporal y del alma, su marido la llevó varias veces ante el confesionario para someterla a rituales a los que asistían el cura, la madre, y la suegra de Dora, entre otros, para que ante ese público confesara sus culpas con cada detalle de los encuentros fugaces con aquel amante, y expiara sus pecados. Así eran las cosas en esos tiempos. A pesar de toda esta violencia simbólica, ante los ojos de su marido Dora nunca terminó de expiar sus culpas. La desconfianza estaba presente en cada acto de su vida, ya que no podía salir a la calle sin la compañía de la sirvienta, y al único lugar donde podía ir de visita era la casa de su madre. Aun con todo esto, Dora debió aguantar los caprichos lujuriosos de su esposo: infidelidades y constantes palizas, porque estaba convencida de que el destino de las mujeres era soportar con estoicismo los vejámenes de sus maridos. Así se lo había enseñado su madre, ya que para el imaginario social era preferible un mal matrimonio que el asilo de la caridad17. Dora juró entonces aguantar todo tipo de vejación y sacrificarse por su hija.

17 Ibíd., pp. 35-36.


En este abanico de perfiles femeninos, la novela muestra a través de su desarrollo la permanencia de los nefastos efectos de la violencia intrafamiliar, tanto en la vida de las mujeres como en su descendencia, que los arrastran como fardo, de generación en generación, ya que cuando la abuela relataba anécdotas del pasado con relación a la tortuosa vida de las mujeres sometidas a la potestad de sus maridos, Lina parecía percibir que el tiempo no había pasado.

Tía Eloísa, la trovadora de historias, se casó más por intereses económicos que por amor, y quedó viuda joven con cuatro hijos y con un negocio propio. Entonces se dedicó a viajar el resto de su vida, libre de las cargas matrimoniales. Fue un personaje muy avanzado para la época, ya que promulgaba a grandes voces que a las mujeres las convertían en infantiles, dependientes y cobardes, a fin de dominarlas. Es así como Divina y Eloísa influyeron positivamente en la vida de Lina.

En la novela son protagonistas otros perfiles femeninos que pudieron escapar de los rígidos patrones de la sociedad de entonces y lucharon por la construcción del principio de autonomía, prefiriendo un estilo de vida libre. Tal fue el caso de Divina Arriaga, a quien la tía de Lina, de nombre Eloísa y también contadora de historias, tildaba de “inexplicable”. Divina poseía fortuna, además de placeres. Tuvo los amantes que le vino en gana, se burló con su comportamiento de las tradiciones con relación a la sexualidad de la ciudad pacata en la cual vivía, rompiendo los moldes femeninos de la época, y cuando perdió su fortuna según la morbosidad social, en un juego de póker, sufrió la marginación social.

La presencia en el relato de mujeres místicas, como la Nena Avendaño, ayuda a interpretar la conexión de las mujeres con la religiosidad, ya que para trascender a las infidelidades de su marido, prometía penitencias y rosarios continuos de día y de noche, pidiéndole a Dios la buena conducta del marido, así como el bienestar de su hogar.

Divina Arriaga, según la tía Eloísa, despertaba “la indignación de quienes proclamaban inadmisible que una mujer hubiera llegado a permitirse tanto desacato sin recibir castigo alguno”18. Así, la desaprobación social y marginamiento del cual fue víctima Divina, servía según sus adversarios “de advertencia a las otras, a las que osaban soñar con cualquier veleidad de emancipación y a las que sin atreverse a soñar, cumplían dócilmente sus deberes, ahuyentando en domésticos trajines la amargura”. 19 18 Ibíd., p. 160. 19 Ibídem.

Existen otros personajes femeninos que integran la cotidianidad, cuya presencia de alguna manera formó parte de la vida de las niñas bien, y cuyas experiencias son retomadas en la obra. Este es el caso de Berenice, la doméstica de Lina, y de algunas otras familias de la élite, quien además de resguardar sus secretos, grabó semblanzas de experiencias vividas de los amores y desamores de las adolescentes bajo su cuidado, pero también presenció momentos bochornosamente violentos en las familias donde estaba, en las que fijaba su atención para estar a tono con las comidillas sociales, poniendo al día a su patrona de turno. El ocio de las mujeres de la élite recaía sobre las sirvientas, quienes debían asumir el trabajo doméstico asignado por la sociedad al sexo femenino. Así, “una vez casadas, las mujeres se descargaban de las faenas domésticas sobre sus criadas y encontraban en la feliz ociosidad de temas pasados en el Country jugando cartas hasta el anochecer, mientras cedían a los antojos de su apetito encargando

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sándwiches, tazas de té, y algunos tragos disimulados en coca cola”20. Las sirvientas iban de casa en casa ofreciendo sus servicios, siendo generalmente adolescentes vendidas a hombres sin respeto, quienes generalmente perdían su virginidad con el amante de su madre. De esta manera el ciclo se repetía: a los 15 años ya tenían descendencia, y a los 30 arrastraban una prole de diferentes padres. Las domésticas generalmente eran negras, quienes provenían de recónditos lugares de la región Caribe, y muchas de ellas al encontrarse en su camino con mujeres que rechazaban su maternidad, tocaba asistirlas cumpliendo el papel de “madres de leche”; sin embargo el apego a la criatura no las libraba de ser rechazadas cuando éstas crecían por ser mujeres de “color”. No se puede ignorar el papel jugado por las prostitutas como Petulia, quien representa en la novela el papel jugado por los prostíbulos y las meretrices como “maestras” de los “rituales” de iniciación de la sexualidad masculina, lo cual evidencia la doble moral de la ciudad, porque solapadamente esos mismos hombres que controlaban emocional y sexualmente a sus esposas desplegaban su lujuria en los burdeles, que socialmente se constituyeron en ‘escuelas de aprendizaje’ para la masculinidad. Algunas de ellas se convertían en “queridas”, amantes de turno como lo fue Petulia. En los burdeles los hombres se sienten a salvo, ya que las prostitutas pueden ser tratadas como animales domésticos, afirma la autora. Las mujeres videntes, otras de las protagonistas, adivinaban el futuro de las mujeres casadas y solteras, que presurosas asistían a consultas para que les adivinaran el futuro así como las fidelidades o no de los maridos o novios. Fueron muy populares y 20 Ibíd., p. 358.

60 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

estimadas, por el enigma que encerraba el futuro para las mujeres de la época, donde la fragilidad de sus vidas las obligaba a buscar “bastones” para seguir caminando. Llama la atención en uno de los apartes la vida de María Fernanda Valenzuela, lesbiana de “buena familia en Cali”, quien fue violada a los diez años por su propio abuelo terrateniente. Y como en las viejas prácticas propias de la Edad Media, María fue encerrada por su padre en un cuarto donde todos los días le dejaba una cesta de comida, porque ella como “mujer” había seducido y provocado a su abuelo. Se escapó ya adulta y buscó un abogado para que le restituyera el buen nombre. En este mapa no se puede desconocer la presencia de las mujeres inmigrantes, quienes en algunas ocasiones se casaron con hombres de su misma nacionalidad, y, en otras, con oriundos de la ciudad; aunque se dieron excepciones, especialmente con las judías que huyeron de los campos de concentración, siendo dicha colonia una de las más cerradas y grandes que se radicó en Barranquilla.

Perfiles masculinos en la obra de Marvel Moreno Dos fragmentos para citar: “Odile Kerouan había descubierto que a partir de un cierto nivel social, siempre que las esposas pusieran en sordina ciertas exigencias o se fingieran ponerlas, el patriarcado se volvía en aquella ciudad una pantomima. A los hombres se les dejaba la ilusión de conservar el poder: se consentía a sus caprichos y nunca se discutían sus opiniones. Pero entre la madre y los hijos había una infinita red de complicidades de las cuales los padres estaban excluidos”21.

21 Ibíd., p. 358.


La otra frase tiene que ver con la explosión de la bomba de Hiroshima en la Segunda Guerra Mundial, la cual proyecta en la obra la lucha por el poder “anunciando que las nefastas fuerzas de donde había surgido el patriarcado coronaban su desolación y que el mismo demonio que había impulsado al hombre a luchar por el poder, le había dado con ironía el poder de destrucción”22.

Entonces, la humillación corroía la vida de las mujeres, y algunas como Dora soñaron con la separación de Benito Suárez, su despótico marido, y de esta manera tener la posibilidad de rehacer su vida. No obstante, en monólogo se preguntaba: ¿Cuál vida?, ¿cuál separación? Con la poca formación educativa que poseía, no sabía cómo rehacer su vida, y por tanto, se resignó a su “destino”.

Estos fragmentos entrañan la lógica de las frases de la tía Eloísa que, en sus conversaciones con Lina, reflexionaba acerca de la supremacía masculina sobre la femenina, convencida de que esta sumisión se había justificado desde una moral destinada a disculparla.

Algunos de estos protagonistas fueron hombres profesionales de clase media, que ansiaban entrar al círculo virtuoso, para lo cual existía un medio como tal: casarse con mujeres que para la época eran llamadas solteronas. Otro caso, el de Álvaro Espinoza, quien se casa con Catalina, hija de Divina Arriaga, para salvarla del deshonor de ser hija ilegítima, quien llevaba consigo el historial de una madre irreverente que enfrentó los timoratos hábitos de una sociedad por la cual fue rechazada visceralmente.

De esta manera, las masculinidades identificadas en la novela tienen un hilo común: la paranoia de la defensa del honor masculino, basado en la castidad y honra femeninas. El obcecado control sobre el cuerpo de las mujeres, repercutió en las relaciones sexuales de los protagonistas. Aquel cuerpo deificado se fue poco a poco apagando, negándoles el disfrute de su propia sexualidad, ya fuese por la incapacidad varonil de despertar su motivación o porque las cargas culturales eran tan fuertes que les impedía exteriorizarlas, porque las mujeres castas no podían ser confundidas en la cama con las prostitutas. A esto se agregaba que el cuerpo femenino solo se veía para la reproducción, y como a cada acto sexual se le asociaba con una nueva preñez, muchas mujeres desistieron de la vida marital, coexistiendo en cuartos separados. Sin embargo, de una u otra manera para estos hombres virtuosos eran comunes las infidelidades, pero estas “no existían” para las esposas, ya que hacerlas evidentes las convertía en centro de la comidilla social.

22 Ibíd., p. 195.

Álvaro Espinoza se encargó entonces de anular emocionalmente a Catalina, desvalorizándola cada vez que quería emitir una opinión. “ Al principio durante los meses de embarazo, Catalina había permanecido abrumada por la experiencia de su vida conyugal, en una situación similar a la de una rata de laboratorio que a fuerza de dolor y miedo fuese aprendiendo a reconocer las palancas a las cuales no debía aproximarse, o peor, porque en el laboratorio de cualquier rata había probablemente estímulos de recompensa o momentos de reposo, mientras que ella se veía librada a la hostilidad de Álvaro Espinoza, sin merced ni retribución alguna en el desconcierto más total, incapaz de hallar argumentos frente a un discurso sistemático orientado a desvalorizarla, donde era tratada de estúpida cada vez que se aventuraba a dar una opinión, o de degenerada si con muchas precauciones y venciendo el pudor, intentaba rebelarse contra una concepción de la sexualidad que la oprimía.”23 23 Ibíd., p. 244.

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Otro personaje era Javier, hijo consentido de Odile Kerouan y por el cual decidió enfrentarse con su marido, también emigrante simpatizante del fascismo, quien “educó” al resto de sus hijos con una férrea disciplina. Llegó a los extremos de violencia física, de manera que cada hijo mantenía colgada una penca en la pared de su cuarto, para tenerla a la mano al momento de castigar cualquier impertinencia infantil o adolescente, convencido de que esa era la mejor forma para “enseñar y templar el carácter de hombres de bien”. Odile no permitió que Javier recibiera esas “enseñanzas” de su padre. En el prototipo del “Don Juan” se convirtió Javier, quien sedujo y violó a Beatriz, la novia de uno de sus hermanos. Utilizó este mecanismo no solo para vengarse de este último, sino también para marcar territorio como consentido de mamá, que complacía todos sus caprichos, y de esta manera obligar a Beatriz a un casamiento sigiloso y apresurado, ante el desosiego de la familia de la “desposada”. Otro de los personajes interesantes fue Víctor, militante del maoísmo en los años 70, quien además de seducir a las chicas de turno con sus discursos filosóficos, arengaba en las universidades barranquilleras la solidaridad con la lucha del proletariado. Beatriz fue atraída por su personalidad, y lo convierte en su amante clandestino al que posteriormente abandona por su vida itinerante. Sin imaginárselo, Víctor le enseñó el camino para “escapar” del hospital psiquiátrico. Beatriz, en otros tiempos que se infieren de la década del 70, e influenciada por las diversas corrientes ideológicas de la época, quiso separarse de Javier, sin encontrar el apoyo en ninguna de las dos familias. Muy por el contrario, la familia de Javier empieza a crear las condiciones —apoyada por un amigo psiquiatra- para que le diagnosticaran locura, y poder quitarle a sus hijos.

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Descubierto el complot, la frágil salud mental de Beatriz no resistió, y aquella casa de su propiedad en Puerto Colombia, en donde pasó muchos encuentros fortuitos con Víctor —quien le dio a guardar explosivos porque la revolución se avecinaba—, fue propicia para que Beatriz se acordara de la pólvora y con sus hijos se inmolara en mil pedazos. La evasión de Beatriz muestra su desesperación, pero así mismo las injusticias sociales apoyadas por las costumbres. También la desprotección de ellas ante las leyes, que las desamparaban. Beatriz no encontró apoyo en institución alguna. Encontró en su muerte y en la de sus hijos la única forma de escapar de las trampas sociales y familiares.

Conclusión El libro es transgresor en su esencia, y puede poner a lectores y lectoras en la dualidad de la ficción o no de la realidad descrita. Pero una mirada acuciante de vivencias y del conocimiento investigativo del contexto descrito por Marvel, nos dice que el texto no cae en la fantasía. Por el contrario, aquellos episodios de las prácticas culturales sobreviven aún, con algunas variantes, en muchas costumbres y tradiciones. Pese a que la obra solo se limita a escudriñar en la vida secreta y en las costumbres de las familias de la élite, a través de los comportamientos femeninos y masculinos se develan prácticas culturales que hacían a las mujeres de esa élite también vulnerables a las diferentes tipologías de violencias. Estas vidas turbulentas y tristes que tuvieron la mayoría de las protagonistas muestran que los apellidos de abolengo y las representativas fortunas, no las blindó contra las diferentes tipologías de


violencias. No obstante ser poseedoras de estimables bienes, la mayoría de ellas no podía tomar decisiones sobre su presente, y menos sobre su futuro. Algunas protagonistas crearon mecanismos de “protección”, y se dieron a la tarea de llevar a sus maridos hacia abismos de locura, o liberarse definitivamente de ellos, utilizando raticidas disueltos levemente en las comidas. Aunque la protagonista no lo logró con esta última acción, sin embargo, al ser descubierta, el miedo arrinconó al marido quien prefirió la separación de hecho. En la vida ficticia Lina escapó al cerco, al igual que en la vida real otras féminas de la élite lo hicieron, ya que unas se fueron del país, como Marvel Luz, quien permaneció hasta los treinta años en el país, pues ni la ciudad ni Bogotá eran su nicho de crecimiento intelectual. Vivió en Francia y murió en aquel país en 1995, víctima de lupus. Catalina, después de enloquecer a su marido, viajó a Europa y al igual que su madre Divina Arriaga, logró recuperar su vida sofisticada. Cuando Marvel Luz escribió En diciembre llegaban las brisas, había vivido la explosión del feminismo como pensamiento político, ético y teoría de justicia. De esta manera, la autora va reconstruyendo historias, visibilizando los oscuros momentos de la cotidianidad de la élite barranquillera; asimismo, también logra conocer las teorías freudianas, el nazismo, marxismo y trotskismo, que de una u otra forma sirvieron de apoyo para la construcción analítica del corpus de la obra.

Por medio de varias reflexiones la autora incorpora no solo el análisis feminista en cuanto a las tipologías de violencias identificadas a través de la obra, sino también el paulatino cercenamiento a través de ellas de la sexualidad femenina, permitiendo afirmar a uno de sus personajes femeninos, ya casi al final de la novela, que “el feminismo no había nacido en vano”. Por estas razones, Beatriz, en su atormentada vida con Javier canalizó, a través de los oficios, sus sufrimientos y angustias, y había logrado identificar “cuán injusta era la ausencia de recompensa para las amas de casa que trabajaron día y noche sin recibir el menor salario, y cuya devoción se daba por sentada.”25 Marvel Moreno, mientras tanto, rememora con nostalgia —bajo la voz tenue de su abuela— los tiempos de “cantos” de las chicharras anunciando la lluvia, pero, en contraste, cuando vienen los días de silencio, se sabe que vendrá diciembre, y con él, “la libertad entre las brisas nocturnas soplando desde la ciénaga y esa extraña sensación de vivir en un tiempo inmóvil durante el cual los más locos deseos podían ser realizados”. 26 En diciembre, la brisa libertaria, como Divina Arriaga, revolotea todo en Barranquilla y con ella se remueve la memoria. Al regresar cada año, pareciese que el tiempo se detuviera, pero ellas se llevan con su movimiento quizá algunos recuerdos congelados en el tiempo, y en su loco andar nadie podrá detenerlas; el futuro las espera, es su realidad. La vida continúa…

Una de sus protagonistas, la tía Eloísa, le había ratificado en sus conversaciones a Lina con relación a referencias sobre vivencias de mujeres agredidas lo siguiente: “solo un combate implacable podía hacer frente a la ferocidad de su violencia”24. 25 Ibíd., p. 398. 24 Ibíd., p. 248.

26 Ibíd., p. 288.

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Bibliografía complementaria

Referencias virtuales

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Fuenmayor, J. F. (1985). Cosme. Bogotá: La Oveja Negra. Moreno, M. (2003). Cuentos completos. Bogotá: Grupo Editorial Norma. _________. (2005). En diciembre llegaban las brisas. Bogotá: Grupo Editorial Norma. Posada Carbó, E. (1998). El Caribe Colombiano, una historia regional (1870-1950). Bogotá: El Áncora Editores. Sundheim, A. (1919). Fruta tropical. Madrid: Imprenta de J. Blass y Cia. Varela, N. (2005). Feminismo para principiantes. Barcelona: Ediciones B. Vos Obeso, R. (1999). Mujer, cultura y sociedad (1990-1930). Barranquilla: Fondo de publicaciones Universidad del Atlántico. ______. (2002). La prostitución en Barranquilla. En: Placer, dinero y pecado (pp. 247-280) Bogotá: Editorial Aguilar.

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En busca de una escritora invisibilizada por el canon patriarcal

Isabel Corpas de Posada Doctora en TeologĂ­a Investigadora del Instituto Caro y Cuervo isabelcorpasdeposada@telmex.net.co


Encontré, además, que para sus contemporáneos, Acosta de Samper era conocida y reconocida como escritora. Y, al mismo tiempo, me asaltó una pregunta: ¿por qué el nombre de Soledad Acosta de Samper estuvo invisibilizado durante casi todo el siglo XX y para el común de las gentes es, hoy, una desconocida?

C

omoquiera que capítulo central de una investigación es el estado del arte o relación de trabajos realizados en torno al tema en cuestión y construirlo es uno de los pasos fundamentales a partir del consabido barrido de autores, para el estudio que he venido haciendo de los escritos de Soledad Acosta de Samper (1833-1913), concretamente para la lectura teológica y en perspectiva de género de sus escritos religiosos, he estado realizando una minuciosa revisión bibliográfica de fuentes secundarias. Ahora bien, en esta tarea encontré que su voz estuvo silenciada después de su muerte, en 1913, hasta las últimas décadas del siglo XX, cuando desde los estudios literarios salieron a la luz pública sus novelas. Encontré que el interés académico por su obra desborda actualmente los límites patrios y que un número importante de investigadoras e investigadores se ocupan de ella desde muy diversas e interesantes perspectivas.

Desde este interrogante, voy a referirme a continuación al elenco de trabajos acerca de la obra de Soledad Acosta de Samper que, a partir de la revisión bibliográfica creo haber podido conformar1.

¿Quién era Soledad Acosta de Samper para sus contemporáneos? Hace cien años, en las notas necrológicas publicadas en la prensa a raíz de su fallecimiento y editadas en un libro por su hija Blanca (Recuerdos y homenajes, 1914), los contemporáneos de Soledad Acosta de Samper la reconocieron como escritora “distinguida”, “ilustre”, “eminente”, “notable”, “insigne”, “esclarecida”, “eximia”, “egregia”, “ilustrada”, “talentosa y erudita”. De ella escribió un periódico que era “la escritora más fecunda y de más vasta ilustración que haya tenido Colombia” (64) y una revista la declaró “portaestandarte y maestra de las escritoras suramericanas” (46). Asimismo, sus obituarios se refirieron a los géneros y las voces que utilizara en sus escritos, calificándola como “historiógrafa” (45); “escritora de episodios nacionales” según reza el Acuerdo de la Academia de Historia (7); “insigne historiadora”, al decir de Agripina Montes del Valle en poesía que le dedicó (31-32) y de la nota aparecida en Colombia (72), revista de Cádiz. El Tiempo de Caracas recordó que con su biografía de Sucre había sido “laureada por la Academia Nacional de 1 Para efectos de una investigación académica los títulos están debidamente reseñados y ordenados, al final del presente escrito, como “Fuentes citadas”.

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Historia en la justa literaria que se celebró en el centenario del ínclito cumanés” (66) y según La Gaceta Republicana, “desde hace treinta años la señora Soledad Acosta de Samper se dedicaba especialmente a investigaciones y estudios históricos” (13). Por su parte El Mercurio de Chile informó que “la muerte la sorprendió en plena actividad cuando daba la última mano a la Historia de América que será sin duda la de mayor aliento de sus producciones que pasan de medio centenar” (67). También la prensa nacional la identificó como “propagandista incansable”, decía El País (15), y “propagandista desinteresada de ideas de progreso y de cultura”, según La Sociedad (30). Título que equivale al que le asignó El Tiempo al llamarla “publicista notable” (16) y al que le dio la Revista de la Academia Colombiana de Jurisprudencia reconociendo que, por sus revistas, “ocupaba un puesto entre las que más han figurado en América como publicistas” (54). Lo cual resulta particularmente llamativo porque le estaban dando la misma identidad de los “hombres públicos” de su tiempo, que eran quienes opinaban en la prensa: los periodistas. Llama, entonces, la atención este título profesional para una mujer que no podía ser “pública”, pues ellas debían permanecer en el ámbito privado del hogar o del convento. Lo cual significa que, para sus contemporáneos, Soledad Acosta de Samper había transgredido esquemas de la sociedad a la cual perteneció, rompiendo el silencio femenino para apropiarse de la palabra, que era masculina y saliendo del espacio doméstico para invadir el espacio de los que sí podían opinar en público. No obstante, según los patrones establecidos para un obituario de una señora de la sociedad bogotana del siglo XIX, también los periódicos lamentaron la muerte de una “distinguida dama”; una mujer “venerable”, “noble”, “ejemplar”, “virtuosa”; “fervorosa cristiana”, escribió Monseñor Rafael María Carrasquilla en la Revista del Colegio Mayor del Rosario (50), e “insigne benefactora” de la “Infancia

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Desamparada”, según “Proposición” del Consejo Directivo de esta asociación de beneficencia (10); y no faltaron calificativos de “distinguidísima y distinguida matrona”, “venerable”, “ejemplar”, “ilustre”, “virtuosa matrona” como la declaraba el Decreto 273 de 1913 que honraba su memoria. No pretendo hacer, con este recuento una apología hagiográfica de Soledad Acosta de Samper. Acudo a estos testimonios para tratar de esbozar la opinión que tenían de ella algunos de sus contemporáneos. Digo algunos, porque no faltaban quienes la despreciaran por haber transgredido el tratado de límites de la sociedad patriarcal. Pero sus detractores no escribieron en esta oportunidad. Y ellas no pasaron de criticarla en las visitas y reuniones sociales del Bogotá de principios del siglo XX. Sigo, entonces, con los homenajes a su memoria. Desde España, La Rábida. Revista Colombina Iberoamericana deploró la muerte de la “ilustre escritora colombiana […] colaboradora en importantes revistas de Nueva York y de la América española, así como en Revista de España de Madrid”. Y el Decreto de honores resumía en sus considerandos la opinión de sus contemporáneos: “conquistó en el campo de las letras hispanoamericanas lugar prominente por la diversidad de trabajos tanto literarios como históricos que hacen honor a la literatura nacional” (3); la Revista de la Academia Colombiana de Jurisprudencia proponía: “Cuando los anales patrios inscriban en la nómina de sus esclarecidas personalidades el nombre de esta distinguida escritora […] tendrán que hacer una biografía de la que en el feminismo colombiano [el subrayado es mío] ocupó el más alto puesto” (53); desde El Magdalena, de Santa Marta, invitaban a “levantar una suscripción entre los periodistas colombianos para costear un monumento que represente a la insigne escritora Doña Soledad Acosta de Samper que se erigirá en el Cementerio de Bogotá como homenaje de la prensa de Colombia a la inteligencia y a la virtud personificadas en aquella ilustre dama” (59).


En los años anteriores a su fallecimiento y desde tiempo atrás, también sus contemporáneos habían reconocido su trayectoria y sus dotes de escritora. Sobre todo en publicaciones de fuera del país. Así, por ejemplo, Revista de España de Madrid, en 1887, la calificaba de “escritora de excepcionales cualidades [e] historiadora en toda la extensión de la palabra” (153) y aseguraba el autor de esta nota que “si en el campo de la historia ha cosechado lauros inmortales, posee condiciones para rivalizar con Mad. Cousin, Mad. Staël o Jorge Sand en el género novelesco” (156); Mercedes Cabello de Carbonera escribió en El Perú Ilustrado de Lima en 1890 que era “la más levantada figura que de su sexo se ha destacado en su patria” (1309); las páginas de la revista parisiense L’Echo Littéraire de France, organe des intérêts des femmes des lettres et des femmes artistes, en 1891, habían destacado que “la señora Acosta de Samper se ha consagrado especialmente a hablar de la mujer [y] durante su permanencia en París prestará su valeroso concurso a todo lo que concierne a la obra de la mujer [el subrayado es mío]” (Levink, 114); y, al igual que esta revista, la Baronesa de Wilson resaltó el “protofeminismo” de Acosta de Samper porque “invadió el campo de las letras” y sus obras “iniciaron una nueva etapa en los estudios de la mujer”, refiriéndose a ella como “insigne novelista, historiadora y publicista” e “ilustrada publicista” (1902, 117-118), título que repitió dos años después, cuando volvió a resaltar su preocupación por la educación de las mujeres “para que el sexo femenino se sobrepusiera a la inercia en que vivía y tomara el impulso y la preponderancia de que es digna” (1904, 99). En Colombia también recibió en vida el homenaje de sus contemporáneos. Con motivo de las celebraciones del Centenario de la Independencia, en 1910, el nombre de Soledad Acosta de Samper fue incluido en la “Galería de notabilidades colombianas”. Justo homenaje a la trayectoria de esta escritora que la había llevado a pertenecer a las Academias de Historia de Bogotá y Caracas,

a la Sociedad de Geografía de Berna, a la de Escritores y Artistas de Madrid, a la Jurídico-Literaria de Quito, y a mantener correspondencia con escritores españoles como Emilia Pardo Bazán, Marcelino Menéndez Pelayo, Juan Valera, Pedro Antonio de Alarcón, Gaspar Núñez de Arce y Antonio Rubió y Lluch, entre otros, quienes respetaban su lugar en el mundo de las letras. Sin duda alguna, Soledad Acosta de Samper era conocida y reconocida escritora hace cien años: conocida y reconocida como historiadora, como publicista y/o periodista, como “protofeminista”, y vagamente como novelista, a no ser que para entonces fueran equivalentes escritora y novelista. Las notas necrológicas publicadas a raíz de su fallecimiento y los homenajes que en dicha ocasión se le rindieron, como también los comentarios a su obra que habían sido publicados antes de su muerte y su inclusión en la “Galería de notabilidades colombianas” en 1910, testimonian que era conocida y reconocida por sus contemporáneos.

Entre los reconocimientos de sus contemporáneos y las últimas décadas del siglo XX: el canon patriarcal Tras los reconocimientos que hicieron de Soledad Acosta de Samper sus contemporáneos, sus escritos quedaron silenciados y su nombre poco a poco borrado de los anales de la literatura, la historiografía y el periodismo nacionales. Un canon propio del orden patriarcal ocultó sus escritos y su nombre del escenario de las letras colombianas en las décadas posteriores a su fallecimiento y durante casi todo el siglo XX. Prueba de este olvido, comentaba Flor María Rodríguez Arenas, es que en la Selección Samper Ortega de Literatura Colombiana, publicada en la primera mitad del siglo XX, entre cien títulos sólo se incluyó un volumen con escritos de quince

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mujeres titulado Varias cuentistas colombianas, y en dicho volumen un cuento de Soledad Acosta de Samper. También el tono menor con el que Cortázar y Gómez Restrepo2 se refieren a la esposa de José María Samper en sus libros. O la ausencia de su nombre en la lista de autores del estudio sobre la literatura colombiana de Eduardo Camacho Guizado 3. Prueba de este olvido –otro ejemplo– es que los historiadores no citan sus trabajos históricos. La conocida biografía de Sucre de Alfonso Rumazo4 no menciona los escritos sobre Sucre de Acosta de Samper en la bibliografía; los biógrafos de Núñez (Tamayo, Liévano, Otero, Del Castillo) tampoco reseñan su biografía de Núñez, ni Jorge Ricardo Bejarano5 se refiere en su biografía de Nariño a la que ella escribió. Y así podría seguir citando autores que desconocen a su colega del siglo XIX. La última acotación es que el libro de Alexander Betancourt6 desconoce a Soledad Acosta de Samper al referirse a los historiadores que en el siglo XIX definieron los relatos fundacionales –Restrepo, Joaquín Acosta, De Plaza y Quijano–, entre quienes ella debería ocupar un lugar. ¿Será porque a los hombres les cuesta reconocer los trabajos realizados por mujeres en el campo académico? Prueba de este olvido es que cuando empecé a investigar sobre Soledad Acosta de Samper, en los años 70 del siglo pasado, solamente encontré una primera recopilación bibliográfica de Gustavo 2 Cortázar, Roberto. La novela en Colombia. Bogotá: Imprenta Eléctrica, 1908: 52; Gómez Restrepo, Antonio. La literatura colombiana. Bogotá: Ediciones Colombia, 1926: 109. 3 Camacho Guizado, Eduardo. “La literatura colombiana entre 1820 y 1900”, en: Manual de Historia de Colombia, Jaime Jaramillo Uribe (dir.). Bogotá: Biblioteca Colombiana de Cultura, 1979: 613-693. 4 Rumazo, Alfonso. Sucre. Gran Mariscal de Ayacucho. Madrid: Aguilar, 1963. 5 Bejarano, Jorge Ricardo. Nariño. Bogotá: Edición de la Caja de Crédito Agrario, 1972. 6 Betancourt, Alexander. Historia y nación. Tentativas de la escritura de la historia en Colombia. Medellín: La Carreta, 2007.

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Otero Muñoz (1937) y tres artículos del mismo historiador aparecidos en el Registro Municipal (1933) y en el Boletín de Historia y Antigüedades (1933;1937); el discurso pronunciado en 1952 por otro historiador, Bernardo Caycedo, al colocar el retrato de Doña Soledad en la Galería de Historiadores de la Academia Colombiana de Historia; y una breve reseña en el Diccionario Biográfico y Bibliográfico de Colombia de Joaquín Ospina. Después supe que en 1954, Lucía Luque Valderrama había elaborado un estudio biobibliográfico sobre Soledad Acosta de Samper en su tesis de doctorado en Filosofía, Letras y Pedagogía de la Universidad Javeriana, probablemente el primero de una nutrida lista de trabajos de grado que se han publicado posteriormente. De los 444 títulos7 que hasta el momento he podido rastrear en bibliotecas colombianas y del exterior, para esa fecha solamente se había hecho la reedición de dos artículos de revista en 1933 y 19578; del boceto de Rafael Núñez como Prólogo a Los mejores artículos políticos de Rafael Núñez de la Selección Samper Ortega (1936 y 1937); del cuento “Luz y sombra”, en otro libro de esta misma colección titulado Varias cuentistas colombianas (1936 y 1937); de Los piratas en Cartagena (1946; 1964; 1972); y del libro El Descubridor y el Fundador en la Biblioteca Colombiana de Cultura (1971). Por eso, probablemente, nunca se escribió su biografía, como lo sugería una nota necrológica a raíz de su muerte ni se erigió un monumento en su tumba en el Cementerio Central de Bogotá que uno de sus obituaristas proponía.

7 Correspondientes a 44 libros de novelas, narraciones histórico-novelescas, biografías, escritos de género y escritos religiosos, viajes, memorias presentadas en congresos, historia patria y un libro traducido; 12 volúmenes de compilaciones de las cinco revistas que fundó; y cientos de títulos de novelas, cuadros de costumbres, narraciones histórico-novelescas, traducciones, publicados en revistas y periódicos. 8 “Una aparición del año 1651” en Registro Municipal (1933); “Las esposas de los conquistadores: ensayo histórico” en el Boletín de la Academia de la Historia del Valle del Cauca (1957).


En busca de la escritora invisibilizada: intento de construcción del estado del arte Sólo en las dos últimas décadas del siglo XX se despertó el interés académico por esta escritora colombiana ocultada por el canon patriarcal, interés que surgió desde los estudios literarios y enmarcado en la perspectiva de género y la construcción de nacionalidad. Y muy recientemente algunas historiadoras y algunos historiadores empiezan a ocuparse de sus escritos históricos. Debo decir, en primer lugar, que la gran autoridad en Soledad Acosta de Samper fue Montserrat Ordóñez, prematuramente desaparecida en 2001, quien dirigió la investigación “SAS y la construcción de una literatura nacional” (1998-2002). Abordó, en la década de los 80, los escritos de Soledad Acosta de Samper en un volumen publicado por el Fondo Cultural Cafetero (1988); escribió y publicó numerosos artículos (1988; 1989; 1990; 1995; 1997; 2000a; 2000b; 2000c; 2005a; 2005b; 2006); preparó la reedición del volumen de novelas que Soledad Acosta de Samper publicó en 1869 con el título Novelas y cuadros de la vida suramericana (2004); y con Carolina Alzate elaboró la recopilación Soledad Acosta de Samper: Escritura, género y nación en el siglo XIX, publicada después de su muerte (2005). Con ella se destaca, entre las primeras investigadoras que se ocuparon de estudiar la obra de Acosta de Samper, Flor María Rodríguez Arenas. Siendo profesora en Columbia University, encontró en la biblioteca de esa universidad el libro Novelas y cuadros de la vida suramericana. Empezó a leerlo con sus estudiantes y envió una copia a Montserrat Ordóñez para que también lo leyera con los suyos. Rodríguez Arenas, especialista en literatura del siglo XIX, desde hace algunos años es profesora titular en la Universidad de Southern, Colorado.

Autora de artículos acerca de la obra de Soledad Acosta de Samper (1991a; 1991b; 1995; 2004) y de una compilación bibliográfica de la obra de Soledad Acosta de Samper (1991; 2005; 2006b; 2006c; 2006d; 2006e), hizo la reedición del libro Novelas y cuadros de la vida suramericana (2006a) y es editora de un libro que contiene varios estudios sobre un breve escrito de Soledad, titulado “Un crimen” (1998). Otras investigadoras, principalmente de universidades norteamericanas, abordaron los escritos de Soledad Acosta de Samper en las dos últimas décadas del siglo XX y algunas han seguido haciéndolo. El repaso de estos trabajos indica que, en su mayoría, tenían enfoque literario y la perspectiva de género estaba presente en muchos de ellos. He tenido oportunidad de leer escritos de Lucía Guerra Cunningham, profesora en University of California Irvine; Paulina Encinales de Sanjinés, por entonces profesora en la Universidad de los Andes; Nina Gerassi, profesora en Mount Holyoke College, Massachusetts (1997a; 1997b; 1999); Catharina Vallejo, profesora en Concordia University de Montreal (1997; 2000; 2007), y a quien se debe la reedición de Una holandesa en América (2007); Magdalena García-Pinto, profesora en la Universidad de Missouri-Columbia; Nina Scott, profesora en la Universidad de Massachusetts, Amherst (1999a; 1999b); y Lee Skinner, profesora en Emory University (1999; 2006). También vale la pena reseñar un artículo de la historiadora Carmen Ortega Ricaurte. Con ellas hay que citar, entre los primeros trabajos acerca de la obra de Soledad Acosta de Samper, los de Harold Hinds, Gilberto Gómez Ocampo y Álvaro Pineda Botero, como también el estudio de Santiago Samper Trainer en el libro Las mujeres en la historia de Colombia, del que fue editora Magdala Velásquez, quien también se ocupó de Acosta de Samper en uno de los capítulos de Nueva Historia

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de Colombia. Y recientemente llegó a mis manos un perfil biográfico escrito por el historiador William Elvis Plata cuando era estudiante en la Universidad Nacional. El barrido de autores correspondiente a los años transcurridos del siglo XXI arroja que el interés por la obra de Soledad Acosta de Samper continúa, tanto en escenarios académicos nacionales como internacionales. Carolina Alzate, colaboradora de Montserrat Ordóñez y su heredera en las investigaciones sobre Acosta de Samper es quien actualmente lidera los estudios acerca de esta escritora como profesora de la Universidad de los Andes y desde el grupo interinstitucional de investigación de esta universidad y de la Universidad Nacional “Discurso y ficción. Colombia y América Latina en el siglo XIX”; escribió una biografía novelada (2003), hizo con Montserrat Ordóñez una compilación de escritos (2005) y, con su grupo de investigación, descubrió, editó y publicó el Diario de Soledad (2004a). En los artículos de su producción, publicados en revistas académicas y como capítulos de libros, Alzate estudia la escritura temprana de Acosta de Samper, representada en el Diario, en correspondencias para publicaciones periódicas y en las novelas (2003a; 2003b; 2004b; 2004c; 2005a; 2005b; 2005c; 2006a; 2006b; 2008a; 2009; 2010; 2011a; 2011b; 2013). Producto de sus investigaciones es, también, la reedición de la biografía de Galán (2007) y la edición de tres novelas y un cuento en el libro Laura, Constancia y Una venganza. Tres novelas de Soledad Acosta de Samper (2013). La revisión bibliográfica me ha llevado a la lectura de interesantes trabajos de investigadoras de universidades colombianas y del extranjero, quienes abordan variados perfiles de la obra de Acosta. De este elenco hacen parte las investigaciones de la profesora de la Universidad de Antioquia, Beatriz Aguirre, quien estudia el perfil de Soledad como

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traductora; de la profesora en universidades del área de Boston, Mary Berg, sobre el libro La mujer en la sociedad moderna (2005; 2012); de la profesora en Susquehanna University, Leona S. Martin, sobre relaciones de escritoras en el siglo XIX (2004; 2006); de la profesora de la Universidad del Atlántico, Rafaela Vos Obeso, sobre participación política de las mujeres colombianas; de la profesora de la Universidad de Antioquia, María Eugenia Osorio Soto, sobre la representación del amor; de la profesora de la Universidad Javeriana, Liliana Ramírez, sobre el Diario; de la profesora de New York University, Erna Von der Walde, acerca del proyecto hispano católico de nación; de la profesora de la Universidad de Sevilla, Consuelo García Flecha, sobre el Congreso Pedagógico Hispano-Portugués Americano de 1892 en el que Soledad Acosta de Samper participó; de la profesora de la Universidad de Antioquia, Selen Catalina Arango, sobre mujeres y construcción de nación; de la profesora de la Universidad Nacional, Carmen Elisa Acosta, sobre la relación de José María Samper y Soledad Acosta de Samper; de la profesora en la Université de Cergy-Pontoise de París, Luisa Ballesteros, sobre participación de las mujeres en la historia literaria y sociopolítica del siglo XIX. Ahora bien, las novelas, y en particular Dolores, es el perfil más estudiado, entre otras, por las profesoras Beatriz GonzálezStephan, de Rice University; Giobanna Buenahora y Cristina Valcke, de la Universidad del Valle; Daniela Petkova, de Saint Louis University; y Paola Andrea Marín, investigadora del Instituto Caro y Cuervo. También he leído la comparación que hace María Helena Rueda de los escritos de Acosta de Samper con escritos de Martí; un trabajo de la profesora de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja, Doris Lilia Torres; y los artículos de Luz Hincapié (2007a; 2007b; 2007c; s.f.). Asimismo, me mostró que también hay interés por la obra de Soledad Acosta de Samper por parte de un número representativo de investigadores: Alexander Steffanell, profesor en University of


Florida, coteja el paradigma civilización/barbarie en los escritos de Soledad Acosta de Samper y Rodó; Daniel Mesa Gancedo, profesor en la Universidad de Zaragoza, analiza el Diario (2008; 2010); José Eduardo Rueda, profesor de la Escuela Superior de Administración Pública, destaca su nombre entre las mujeres que en el siglo XIX, a pesar de convencionalismos sociales, participaron en la literatura, las artes y las ciencias; Jorge Conde y Luis Alarcón, profesores de la Universidad del Atlántico, analizan sus manuales de historia; y Alfredo Laverde, profesor de la Universidad de Antioquia se ocupa también de sus escritos históricos.

que el nombre de Soledad Acosta de Samper es actualmente más conocido, mientras muy poco se reconoce su voz de historiadora y periodista, que fue como la consagraron sus contemporáneos. Los historiadores no la tienen en cuenta a pesar de sus numerosos trabajos históricos y del rigor de sus investigaciones. No hace parte del elenco de periodistas del siglo XIX no obstante haber ejercido el periodismo desde el primero hasta el último renglón que escribió a lo largo de casi 60 años de trabajo escritural. Los estudios de género, en cambio, sí la reconocen como pionera de los escritos en defensa de la situación de las mujeres.

Finalmente, en esta reseña del actual estado del arte también hay que citar las tesis de grado, maestría y doctorado en universidades colombianas y extranjeras dedicadas al estudio de las múltiples facetas de la obra de Soledad Acosta de Samper y escritas desde diversas miradas. Así es como creo que vale la pena reseñar los trabajos que hasta la fecha he podido reunir: desde el estudio de las novelas (García Schlegel, Gonzales Ascorra, González Saavedra, Jiménez; Renjifo; Salamanca) y, concretamente, desde las novelas históricas (Cabrera, Álvarez); desde el estudio del Diario (Báez-Silva); desde la construcción de nación (Del Castillo, Licón); desde la escritura de la historia (Gallego, Rocha); desde la identidad de las mujeres (Patiño); desde la subjetividad y la representación del amor (Osorio).

El “Año Soledad Acosta de Samper”, declarado por el Ministerio de Cultura en marzo de 2013 con motivo del centenario de su fallecimiento, hizo eco al coro de investigadoras e investigadores que con sus trabajos han conseguido devolver el nombre de esta escritora del siglo XIX a los anales de las letras colombianas y rescatar del olvido los libros y los artículos que publicó; las revistas que fundó, dirigió y redactó, junto con su obra polifacética y sus voces de periodista, novelista, historiadora y ensayista.

Hacia la recuperación de la voz y el nombre de Soledad Acosta de Samper Al interés que se despertó en los años 80 del siglo pasado y al trabajo de investigadoras e investigadores que en las dos últimas décadas del siglo XX y los primeros años del XXI han estado en busca de la escritora invisibilizada por el canon patriarcal, se debe la reaparición de Soledad Acosta de Samper en el escenario colombiano e internacional de los estudios literarios, que es el escenario en el

Pretende este reconocimiento dar a conocer su abundante producción de novelas y cuadros de costumbres; narraciones histórico-novelescas, cuentos, biografías y relatos históricos; ensayos y crónicas de viaje; obras de teatro, artículos de crítica literaria, noticias de actualidad y resúmenes de libros; traducciones de autores franceses, ingleses y norteamericanos adaptados a la mentalidad de sus lectoras colombianas. Al mismo tiempo se propone destacar su aporte a la construcción de la identidad de la nación y su mirada “protofeminista” para defender la condición de las mujeres de su generación; resaltar su actitud valiente y, al mismo tiempo, comedida para intentar romper el tratado de límites entre lo privado y lo público caracterizados, respectivamente, como ámbitos exclusivamente femenino y masculino; devolver la voz que

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había sido silenciada y visibilizar, como le corresponde, el nombre de Soledad Acosta de Samper, la escritora del siglo XIX que permaneció varias décadas invisibilizada por el canon patriarcal.

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Cambié mi hábitat María Carrizosa de Umaña * (1912–1996)

María Himelda Ramírez Rodríguez Trabajadora Social. Doctora en Historia Integrante Grupo Mujer y Sociedad

* Con ocasión de la conmemoración del centenario del nacimiento de María Carrizosa de Umaña, Manuel Nieto y Camila Umaña, dos de sus nietos,

promovieron un homenaje a su memoria para reconocer la labor discreta y silente de una mujer representativa de aquellas figuras que merecen una relectura de sus trayectorias vitales. Estas notas se basan, en parte, en la entrevista realizada por Manuel Nieto a la autora de este artículo. (“María Carrizosa de Umaña” 2012).Video.


adversarios radicales a la coeducación, argumento que supuso postergar ese avance hacia la igualdad, hasta los años setenta1.

L

Preámbulo

a década de los años treinta en Colombia se inició con un impulso modernizador, al asumir la presidencia Enrique Olaya Herrera luego de una hegemonía conservadora de algo más de treinta años. Fue así como se crearon ciertas condiciones para la circulación de las ideas liberales que incidieron en el cambio en las condiciones de vida de los sectores populares y, de manera particular, de las mujeres; empezando por ciertas libertades patrimoniales para las mujeres casadas y el lento acceso de las niñas y las jóvenes a la educación media y superior, logros que iban en contravía de las convicciones de los sectores tradicionales conservadores y de la Iglesia. Estos sectores argumentaban, contundentemente, la incompatibilidad del ejercicio de una profesión fuera del hogar, con las funciones de esposa y madre asignadas a las mujeres como una vocación indeclinable. Por lo demás, eran

Lucy Cohen le atribuye al IV Congreso Internacional Femenino que sesionó en la ciudad de Bogotá entre el 16 y el 20 de diciembre de 1930, el haber sido una experiencia organizativa paradigmática para las colombianas. Bajo la presidencia de Georgina Fletcher, las delegadas aspiraban lograr el compromiso del gobierno del Presidente Olaya Herrera en la concreción de sus reivindicaciones. Como en otras partes del mundo, el magisterio, el trabajo social y el periodismo dedicado a la mujer moderna, fueron precisamente los campos en los que se produjo la lenta pero persistente incursión femenina en los espacios públicos desde la segunda mitad del siglo XIX. Las historiadoras Gisela Boch y Pat Thane, en un libro compilado por ellas, plantean junto con las demás autoras que participan en el mismo, el papel de los movimientos de mujeres en la conformación de las reformas sociales en pro de los derechos a una maternidad protegida por los Estados europeos. Bock y Thane, a propósito de la estructuración de los Estados de Bienestar en Europa desde la segunda mitad del siglo XIX, plantean que la historiografía suele atribuirle al movimiento obrero y sindical, así como a los partidos socialdemócratas y liberales, la conformación de esos Estados. En cambio, la contribución de las mujeres no suele ser tenida en cuenta, pese al papel desempeñado por el feminismo y el sufragismo, así como el papel de las movilizaciones de las trabajadoras, en la reivindicación de la protección a la maternidad como función social. Por lo demás, los estados de bienestar, abrieron espacios a las profesiones 1 La coeducación suele ser entendida en el sentido restringido de la educación mixta. Sin embargo, en los sentidos contemporáneos a la luz de los estudios de género, comprende las posibilidades del reconocimiento mutuo entre los hombres y las mujeres como sujetos históricos y de conocimiento.

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femeninas que han logrado una inclusión en el mundo moderno, aunque en condiciones de desigualdad respecto a los oficios asignados por la tradición a los varones. Tal desigualdad se expresa en la acentuación de la formación para la práctica, por lo cual se suele situar a esas profesiones en el rango de quehaceres de los que no se derivan conocimientos científicos, lo que las hace menos prestigiosas y menos remuneradas. Este artículo está dedicado a la experiencia pionera y polifacética de María Carrizosa de Umaña, la primera estudiante graduada de la Escuela de Servicio de Social “María Carulla”, anexa al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario que funcionó entre los años 1936 y 1957. Esta entidad ofreció un espacio de formación a un sector de jóvenes mujeres de la élite bogotana, quienes buscaron participar en los procesos de la modernización del país y que durante aquella época, reivindicaron desde una perspectiva de la igualdad, el acceso a la educación superior, al trabajo remunerado, a la participación política, así como también a la justicia social, conservando las prescripciones de género asignadas a las mujeres en lo concerniente al matrimonio, la maternidad y la vida familiar.

Entre el trabajo social y el periodismo María Carrizosa de Umaña fue una pionera en el campo del trabajo social, como se denominó años más tarde la profesión que estudió. El título de Asistenta Social lo recibió en 1940, habiendo sido la primera estudiante graduada en ese campo, luego de cursar el programa en la Escuela de Servicio Social anexa al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, fundada en el año 1936 por María Carulla Soler2. María Carrizosa formó parte, 2 En Colombia se cuenta con diversas elaboraciones sobre este programa pionero; algunos de los ensayos iniciales lograron incluir los resultados de distintas entrevistas realizadas a María Carulla (1907– 1998), Ver: Pardo et al. (1971). Ver también, Martínez et al. (1981); y Martínez (2000). Cifuentes y Gartner (2003). Se destaca también la revisión de los archivos del Colegio Mayor de Nuestra Señora del

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además, de la generación de mujeres que incursionaron en el periodismo en una época en que estaban aún muy restringidas las posibilidades para ellas de ejercer ese oficio, ante todo en la “gran prensa”. Su tarjeta profesional la recibió en 1981, es decir después de varias décadas de desempeñarse como directora de la revista Presencia, que asumió en el año 1953 y de escribir en la misma diferentes tipos de artículos: doctrinales, informativos, de divulgación y de educación ciudadana, sintonizados con los problemas sociales de su tiempo y con las estrategias discursivas para interpretarlos de acuerdo a los paradigmas contemporáneos3. Es de anotar que desde finales de la segunda mitad del siglo XIX en Colombia surgen varias publicaciones femeninas producidas en su mayoría por mujeres y dirigidas a las jóvenes, en especial a las “casaderas”, y a las “amas de casa”. Destaco entre estas las siguientes: -Entre 1926 y 1958, se publicó en la ciudad de Medellín Letras y Encajes dirigida por Teresa Santamaría de González y María Jaramillo de Simón. -Entre 1944 y 1946 en la ciudad de Tunja se publicó Agitación Femenina, dirigida por la activista sufragista Ofelia Uribe de Acosta. -Desde 1953 en Bogotá, fue publicada la revista Presencia dirigida por María Carrizosa de Umaña.

Los contenidos de esas publicaciones así como de sus semejantes, cubrían una amplia gama de asunRosario realizada por Jenny Marcela López, auxiliar de la investigación sobre la profesionalización del Trabajo Social en Colombia que adelantan las profesoras María Himelda Ramírez y Gloria Leal en el marco de las actividades del Grupo Historia de la Asistencia, la Beneficencia y el Trabajo Social de la Universidad Nacional de Colombia. 3 La revista Presencia es una publicación promovida por la Acción Católica Colombiana con propósitos doctrinales y educativos, cuya dirección estuvo a cargo de María Carrizosa de Umaña por cuatro décadas. Es de anotar que el énfasis de gran parte de los artículos, se orienta a la educación familiar en la perspectiva cristiana que acoge el modelo de la Sagrada Familia. Para esta elaboración, se consultó la colección de la serie de las publicaciones que reposaban en el Instituto de Estudios Sociales Juan Pablo II, en varios volúmenes empastados y que corresponden al lapso comprendido entre 1953 y 1957.


tos contenidos en las categorías Variedades y Temas de actualidad: Crónicas, consejos para la vida y la salud familiar, recetas. También fueron espacios para los cuentos, los poemas y la información. Según la historiadora Carolina Pinzón, en los años cuarenta un sector de colombianas incursionó en la “gran prensa”; en Bogotá, buscando nuevas lectoras y lectores exploraron otros géneros como el reportaje, escribieron sobre la paz, sobre la II Guerra Mundial, sobre la política local. Las variedades y los temas de actualidad se mantenían en los espacios que durante varios años fueron denominados, Sección Femenina. Las egresadas de esta Escuela María Carulla, contribuyeron al proceso de profesionalización del trabajo social en Colombia, en relación con la conformación de la versión de Estado de Bienestar que se logró estructurar en el país en contextos liberales. Esta versión, entre los años treinta y los años cincuenta, se articuló a una transición del modelo higienista al modelo desarrollista. El higienismo rigió en el país desde comienzos del siglo XX, cuando la falta de acceso al agua potable cobraba numerosas víctimas infantiles, así como la tuberculosis y la sífilis entre toda la población, principalmente la de los sectores populares, situaciones que eran particularmente visibles en las ciudades como Bogotá y Medellín. Lucy Cohen informa que en el IV Congreso Internacional Femenino mencionado, se presentó una ponencia cuya autora proponía una certificación prematrimonial en la que constara que los hombres no padecían la infección sifilítica, como una conducta preventiva del contagio a las jóvenes contrayentes. Esta propuesta por supuesto no tuvo acogida ni siquiera entre las mismas mujeres, ya que se consideraba que era una incursión indebida en la intimidad de las personas. María Carrizosa, como se lo expresó a Milagros Palma quien logró entrevistarla hacia 1995, desde joven reveló su interés en la cuestión social. En 1935 cuando contaba con 23 años de edad,

participó en la fundación de varias entidades de servicio social configuradas luego como los Secretariados Sociales, que serían los campos de práctica de la Escuela de Servicio Social María Carulla. En tales secretariados estas pioneras fundaron el Jardín Infantil para hijos de las mujeres conocidas entonces como las revendedoras de la Plaza de las Cruces. Al año siguiente, en 1936 fundaron La Casa del Pueblo, una especie de centro de salud, que atendía a las familias obreras para contrarrestar las precariedades más visibles. Estos espacios fueron ensayos de construcción de servicios sociales con criterio moderno, inspirados en los derechos a la protección de la salud, la educación y el trabajo, iniciativa en la que se perfilaba la concurrencia tanto del Estado como de sectores privados, bien fuera a través de las actividades de beneficencia de las comunidades científicas como en el caso de la Sociedad de Pediatría o, a través de donantes4. El compromiso cívico social de María Carrizosa, se derivaba tanto de su formación católica, como de la sensibilidad frente a los problemas sociales de su tiempo y su ciudad. Además muestra ciertas autonomías reveladoras de las nuevas posibilidades que avizoraban las jóvenes en contextos liberales, en los cuales el discurso de la justicia social circulaba como emblema de la función social del Estado y del sector privado, en las palabras de los líderes políticos de entonces como Alfonso López Pumarejo, Jorge Eliécer Gaitán, y otros políticos liberales5. María Carrizosa comenta que el Jardín infantil fue fundado con apoyo de Tomás Rueda Vargas, entonces Secretario de Higiene del 4 La Fundación Gota de Leche por ejemplo, creada en 1917, se apoyó en la Sociedad de Pediatría, una organización de carácter civil, en las mujeres allegadas al cuerpo médico que ejercieron trabajo voluntario y contó con aportes del gobierno municipal. 5 Varios artículos que figuran en el libro editado por Rubén Sierra Mejía (2009) revelan el clima intelectual y político respecto a la Cuestión Social, en el ambiente de tensión entre las corrientes modernizadoras que representaban sectores del liberalismo con las corrientes tradicionales y confesionales. Ver por ejemplo: Londoño (2009, 47-115); Cubides (2009, 117-149); y Echeverri (2009, 151-182).

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Municipio “… yo me hice cargo del jardín; tenía una profesora del Municipio y les cobraba a los padres dos centavos por día…” (Palma, 1998). Es de destacar la forma en que María Carrizosa logró conjugar en sus análisis de los problemas sociales de la ciudad de Bogotá, albergue de un importante sector de inmigrantes procedentes de los campos de Boyacá y Cundinamarca principalmente, su sensibilidad social, su idoneidad profesional y su agudeza descriptiva de las condiciones de precariedad en que se desenvolvía la vida de las mujeres obreras y campesinas, sus hijas e hijos, en coherencia con el sistema de valores de su tiempo. Se observa que en ocasiones usa un tono crítico y en cierto modo de denuncia contra la explotación de las mujeres en el matrimonio y en la vida familiar, tal como es perceptible en un artículo dedicado a Helena, con seguridad un nombre ficticio, una de las trabajadoras que al parecer circuló por su casa o por su empresa: “… hace 10 años tenía 25, pero hoy en día su edad es indefinida, es casada y madre de tres hijos. La vi de nuevo manejando un rústico trapiche perdido entre el bonito cafetal que circunda la humilde casa que alberga la familia. Ella estaba descalza, cubierta con un traje que hacía gala del tiempo de su uso, la anemia le saltaba al rostro y sus parejos dientes, antaño fondo de su franca y simpática sonrisa, habíase ido quedando en cada maternidad … Cada detalle me va descubriendo la heroica existencia de aquella mujer que, como la de tantas otras de nuestro pueblo, silenciosamente, en esfuerzo agotador, consumen su juventud, sus energías, su salud, y su vida en criar a una familia, amasar una pequeña fortuna y contentar al marido ... El hombre y los hijos la ven como instrumentos de trabajo, jamás como seres humanos…” Enseguida el colofón: “¿Y qué podemos hacer ante esta situación? Aguardar a que el Estado, como es su deber le haga frente al problema. Lenta solución sería… Cada uno, individualmente tenemos también una responsabilidad y mucho podemos hacer. A través de la fábrica, de la escuela, de

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la hacienda, de la parroquia, de las obras sociales y del servicios doméstico, debemos y podemos contribuir a la educación del pueblo…”6.

En otro de sus artículos, dibuja varios cuadros que reflejan un tono de inconformidad con la ausencia de responsabilidades sociales como se anuncia en el título: “Por mi mente fueron desfilando casos desgraciados que me han tocado cerca: aquella niñera que se fue con el de la tienda de enfrente; aquella otra muchacha alborotada que luego cogió el mal camino; aquel hombre padre de 7 criaturas, que principió por quitar unos pesos y hoy está en la cárcel; aquel hogar campesino deshecho por la infidelidad; aquella lavapisos soltera que cada año traía un nuevo hijo; aquel muchacho chapín amargado y peligroso a quien conocí desde niño y no se le hizo ningún tratamiento; aquel chofer que cortejaba las muchachas de la vecindad con tan funestas consecuencias; aquella mecanógrafa con tan bajo sueldo y tantas obligaciones claudicando por fin su moral” 7.

Así, María Carrizosa de Umaña ejerció el trabajo social, el periodismo y la administración de empresas. Esta última actividad al organizar una planta de personal técnico que ejercía las labores requeridas por las actividades de la imprenta que funcionó en su casa de habitación. La producción periodística para Presencia fue encargada en gran medida a las que fueron sus condiscípulas y egresaron de la Escuela de Servicio Social, dado el carácter educativo y social

que le imprimió a la revista8. María logró hacer 6

En “Una vida como muchas” (Carrizosa 1956, 30).

7

(Carrizosa 1954b).

8 En una reflexión sobre el manejo de la economía por parte de los jefes


compatibles estos oficios con el papel de esposa y madre, un imperativo en una época de tránsito hacia la modernidad que se fue instalando en la Colombia urbana y de élite (Palma 1998).

insistir en la esquiva reivindicación del derecho al voto, reconocido sólo en el año 1954 y materializado en 1957, así como en las búsquedas de otros derechos.

Parte del corpus de los artículos escritos por ella, fueron suscritos con su nombre, otros fueron publicados con seudónimo y buena parte de las editoriales, fueron también escritas por ella. Se observan descripciones y análisis de los problemas sociales de Bogotá, desde una perspectiva liberal y católica, reflejo de la tensión entre la modernidad y la tradición que experimentaron las colombianas de aquellos tiempos. Su agudeza descriptiva de las condiciones de precariedad en que se desenvolvía la vida de las obreras y campesinas, sus reflexiones sobre la maternidad y la conyugalidad, reflejan una sensibilidad social con elementos afines a una crítica feminista en sentido reivindicativo de derechos, en el contexto mundial de la Segunda Guerra Mundial que culminaría con la Declaración de los Derechos Humanos y que le imprimió a la posguerra el imperativo del desarrollo de las democracias en el mundo.

María Carrizosa de Umaña en sus escritos de los años cincuenta en la revista Presencia editorializó sobre los compromisos de la mujer moderna. En la serie de artículos dedicados al Decreto 2675 de 1954 emanado de la Presidencia de la República que entonces ejercía el general Gustavo Rojas Pinilla9, decreto por medio del cual se crean la Secretaría de Acción Social y Protección a la Infancia y el Servicio Cívico Social Femenino que deberían prestar las colombianas entre los 18 y los 40 años de edad escribió: “Presencia aplaude esa medida y pide a la mujer colombiana que responda a la demanda que en estos momentos le hace la patria, que así como llama a los hombres a defender el suelo nacional, nos llama a nosotras a defender su material humano” (“Un paso trascendental” 1954)10.

La escritora y el derecho al voto Entre 1930 y 1958 el feminismo sufragista en Colombia, conformado en gran medida por mujeres de las élites y medias urbanas en ascenso, así como por sectores de las trabajadoras sindicalistas, algunas con vínculos con las organizaciones socialistas, hizo presencia pública en las movilizaciones para de hogar en los sectores populares expresa: “Nuestro pueblo tiene del uso del dinero un concepto diferente; trabaja y se esfuerza por ganar, pero no para lograr un mejor nivel de vida, sino para mayores vicios y acumular y acumular… Quien haya trabajado en servicio social, habrá podido constatar la poca diferencia que generalmente se observa en el standar de vida del peón que gana tres pesos diarios y la del chofer que devenga diez. Lo que nos prueba que el problema de nuestro pueblo no es solamente de dinero, sino también de educación de escuelas. De escuelas industriales, primarias y domésticas, que no sólo instruyan al muchacho, sino que modelen el espíritu y le modelen el concepto de vida. Es donde le inculquen al hombre el respeto por la mujer y por la familia, y a ella le formen la dignidad y la preparen para la misión de esposa y madre” (Carrizosa 1956, 33).

En la serie dedicada al derecho al voto plantea: “… hasta ahora la voz de la mujer no ha sido sino pasiva y no se le ha tomado en cuenta, sino escasamente como simple consejera del hombre pero no como determinante en las leyes que rigen la educación, la protección al niño, la situación de la mujer fuera y dentro del matrimonio, la defensa de la familia, la prevención y el castigo del delito…” (Carrizosa 1954a). “… es indispensable la presencia del criterio femenino, y del criterio femenino cristiano en los cuerpos legislativos, y del voto femenino que favorezca al legislador que garantice a la mujer sus genuinas prerrogativas” (Carrizosa 1954a). “Concebimos el voto femenino no como 9

Ver, Ramírez (2003, 151-167). Ver también, Luna (2008, 165-176).

10 Ver también, Carrizosa (1954c). La propuesta del servicio social cívico femenino no prosperó en Colombia quizás por el avance de las concepciones desarrollistas que propugnaban por la profesionalización de las políticas sociales y de los recursos humanos que se encargarían de llevarlas a cabo; además, por el progresivo desprestigio de la opción populista representada de manera nítida en opciones como la propuesta.

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adhesión a este o a aquel partido; la mujer en juego político nos aterra. Solamente lo concebimos como determinante de lo bueno, como la fuerza que defina la fuerza de lo justo, de lo sano, de lo moral, de lo cristiano; llámese de esta o de aquella manera venga de esta o de aquella corriente” (Carrizosa 1954a)11. El papel como escritora fue reconocido a María Carrizosa de manera explícita con la edición de una selección de 25 artículos publicados por ella en la revista Presencia entre 1953 y 1984 (ver Carrizosa 1953c)12. La escritora colombiana Elisa Mújica (Bucaramanga 1918-Bogotá 2003) en la presentación del libro se refiere a tal selección como “una serie de crónicas humorísticas recogidas en el libro”, y valora de manera especial, los aciertos de la autora en un género bastante exigente, el humorístico, en el que las mujeres han tenido escasa participación (Carrizosa 1953e, 7-11). En ese material la autora tiene el gran mérito de haber asumido el desafío de la escritura en primera persona que expresa una visión con elementos críticos sobre la función social de la esposa y administradora del hogar, en un escenario de cambios sociales en el cual las mujeres casadas, amas de casa, debían asumir un trabajo multifacético, invisible, no reconocido ni apreciado: el trabajo doméstico y del cuidado.

11 Entre los artículos publicados sobre las nuevas responsabilidades políticas de las mujeres de aquella época de transición a su ciudadanía, figura el de Ángela Restrepo Álvarez quien se desempeñaba entonces como la subdirectora de la Escuela de Servicio Social. Al final de este artículo figura una convocatoria de la Escuela de Servicio Social, anexa al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en el que se indica que los estudios en servicio social proporcionan a la mujer: Una formación idónea para el desempeño de su misión social y familiar. Una preparación consciente para el ejercicio de su actividad política. Un conocimiento claro de su responsabilidad social (Restrepo 1954, 13-14). 12 Villegas Editores publicó gran parte de esta serie como reconocimiento a su trabajo en el año 2002.

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Las debilidades de Adán, el esposo, ante el “catarro” (Carrizosa 1953b, 67-74), el “machucón de un dedo” (Carrizosa 1953a, 101-107), sus proezas ante el volante, sus veleidades como técnico que repara la plancha, revelan con sutileza los contornos de una cotidianidad en medio de las tensiones de la convivencia de una pareja convencional, ciertos desequilibrios de la división del trabajo entre los hombres y las mujeres, y ante todo, ciertas libertades en la interpretación. Por lo demás, sugiere elementos de los cambios a los que se vieron abocadas las mujeres de su tiempo y de su clase: “Nuestras antepasadas ignoraban lo que era una escritura, lo que era el catastro, el impuesto, un bono, una acción, un pagaré… A lo más disponían el menú, hacían la lista del mercado y sacaban las cuentas – las únicas que tenían que hacer – del dinero, periódicamente, sin tener que saber de dónde salía, ni si las acciones subían o bajaban, ni si se había perdido la cosecha o había sido negada la licencia de exportación…” (Carrizosa 1953d, 95-99).

Bajo el título “Yo cambié de hábitat”, María expresa los sentimientos de extrañeza ante lo desconocido, ante el cambio, en los que subyace una conceptualización sobre un término técnico que iniciaba su auge: “… El hábitat es todo eso que parece que nos saludara por el nombre. Algo con lo cual se ha trabado una amistad. Se trata de algo que se ha conquistado. Cuando uno deja todo eso y se muda para hacer su hábitat en otra parte, algo le está faltando bajo sus pies. Empieza a pisar en lo desconocido. Empieza a sentir inseguridad. Todo lo mira extrañado, hacen falta las miradas amigas” (Carrizosa 1953f, 123128).

En síntesis, en un lapso paradigmático para el país como las décadas de los años cuarenta y en particular de los cincuenta, cuando la Violencia transcurría por los campos colombianos e instalaba a las gentes que huían en las ciudades, gran parte de ellas


en Bogotá, María Carrizosa de Umaña contribuyó con una escritura heterodoxa desde las columnas de la revista Presencia, a una labor educativa sobre los derechos sociales y políticos y a una cierta forma de denuncia social. En especial dedicándole su vocería a las mujeres que experimentaban los rigores de las distintas formas de explotación, exclusión y precariedad en la antesala de la adquisición de la ciudadanía. Respecto al derecho al voto, se unió a la polifonía de voces que argumentaban sobre la conveniencia de la construcción de una sociedad democrática y moderna que contara con el punto de vista femenino para lograr avanzar en lo bueno y lo justo; en su caso, apelando a la autoridad papal y a la actividad de las agrupaciones católicas como se revela en los artículos de la serie dedicada al Seminario de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas que sesionó en Bogotá el año 1956.13 A la vez, en esas elaboraciones planteaba la conveniencia para el país y para ellas mismas, de la formación para las nuevas exigencias sin abandonar lo que a su juicio era su misión fundamental: el hogar y la maternidad. Por ese motivo se declaró en diferentes oportunidades distante del feminismo14.

la producción intelectual, artística y científica. En las crónicas compiladas en el libro Adán y Evita, la autora anuncia los motivos que hacia la década de los años setenta emergerían con gran fuerza en los pronunciamientos del feminismo radical neoyorkino, cuando Katte Millet (1969) convocó a la exigencia a considerar lo político de la vida personal y la intimidad, feminismo que fue muy influyente en sectores de profesionales y activistas que se formaron en trabajo social y en otras disciplinas en los años setenta y ochenta.

Para entonces el feminismo liberal reivindicaba los derechos de las mujeres a la participación política y al trabajo remunerado en condiciones de igualdad con los hombres; se prefiguraba la opción de la maternidad como elección, la posibilidad de ejercer una carrera de la cual derivar ingresos para la conquista de la autonomía, espacios para

__________. 1954c. “¿Por qué es necesario el servicio social obligatorio?”. Revista Presencia No. 37.

13 “Dueña de unos” (1956); “Objetivos del seminario” (1967); y “Seminario Internacional” (1956). 14 “No somos feministas en el sentido que le dan algunos: ello nos repugna precisamente, y aun cuando parezca una paradoja, porque queremos a la mujer femenina hasta lo más profundo de su ser: llenado a cabalidad el destino que Dios le señaló y que su naturaleza le pide: compañera y complemento del hombre, jamás ni un juguete ni su rival. La queremos además de inteligente y cultivada… con el corazón listo para ser esposa y madre en toda la grandeza y santidad del vocablo” (Carrizosa 1954a, 5).

Hemerografía Barreto Gama, Juanita. 1998. Entrevista a Milagros Palma. “Una pionera: tradición y modernidad”. Revista Trabajo Social 1:107-118. Carrizosa de Umaña, María. 1954a. “Elegir y ser elegidas. Una nueva responsabilidad”. Revista Presencia No. 39. __________. 1954b. “Mis responsabilidades”. Revista Presencia No. 35.

__________. 1956. Revista Presencia No. 55. __________“Objetivos del seminario de la OMOFC” [Editorial]. 1967. Revista Presencia No. 59. __________“Dueña de unos derechos que siempre le habían pertenecido” [Editorial]. 1956. Revista Presencia No. 60. Martínez, María Eugenia. 2000. “El legado de María Carulla”. Revista Trabajo Social 2:168-178. Restrepo Álvarez, Ángela. 1954. “La misión política de la Mujer”. Revista Presencia 41-42:13-14.

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“Seminario Internacional de mujeres en Bogotá” [Editorial]. 1956. Revista Presencia No. 58. “Un paso trascendental en la vida de la mujer colombiana” [Editorial]. 1954. Revista Presencia No. 36.

Bibliografía Boch, Gisela y Thane Path. 1996. Maternidad y Políticas, Ediciones Cátedra, Universitat de Valencia Instituto de la Mujer, Madrid. Carrizosa de Umaña, María. 1953a. “Adán se machucó un dedo”. En Adán y Evita, cuadros de costumbres bogotanas, por María Carrizosa, 101-107. Bogotá: Fondo Cultural Cafetero. __________. 1953b. “Adán tiene gripa”. En Adán y Evita, cuadros de costumbres bogotanas, por María Carrizosa, 67-74. Bogotá: Fondo Cultural Cafetero. __________. 1953c. Adán y Evita, cuadros de costumbres bogotanas. Bogotá: Fondo Cultural Cafetero. __________. 1953d. “Lo que paga una mujer por su derecho a pensar”. En Adán y Evita, cuadros de costumbres bogotanas, por María Carrizosa, 95-99. Bogotá: Fondo Cultural Cafetero. __________. 1953e. “Prólogo”. En Adán y Evita, cuadros de costumbres bogotanas, por María Carrizosa, 7-11. Bogotá: Fondo Cultural Cafetero. __________. 1953f. “Yo cambié de hábitat”. En Adán y Evita, cuadros de costumbres bogotanas, por María Carrizosa, 123-128. Bogotá: Fondo Cultural Cafetero.

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Cifuentes, Rocío y Lorena Gartner. 2003. María Carulla de Vergara: entre la tradición y el progreso. Manizales: Consejo Nacional para la Educación en Trabajo Social. Cohen, Lucy. 2010. Colombianas en la vanguardia. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia. Cubides Cipagauta, Fernando. 2009. “El liberalismo y el movimiento sindical durante la República Liberal”. En República Liberal: sociedad y cultura, ed. Rubén Sierra Mejía, 117–149. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Echeverri Montes, Sergio. 2009. “Los Jesuitas y el sindicalismo”. En República Liberal: sociedad y cultura, ed. Rubén Sierra Mejía, 151-182. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Londoño Botero, Rocío. 2009. “Concepciones y debates sobre la cuestión agraria (1920-1938)”. En República Liberal: sociedad y cultura, ed. Rubén Sierra Mejía, 47–115. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Luna, Lola G. 2008. “SENDAS en el discurso populista del gobierno de Rojas Pinillla en Colombia 1954–1957”. En Poder local, poder global en América latina, Dalla Corte, Gabriela, Pilar García Jordán, Javier González, Ricardo Piqueras, Luis Ruiz-Peinado, y Meritxell Tous, 165-176. España: Universidad de Barcelona. Martínez, María Eugenia, Myriam López, Martha Saboya, Rosa Helena Rojas, y Amanda Poveda. 1981. Historia del trabajo social en Colombia (1900–1975). Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.


Millet, Katte. 1969. Política Sexual. Madrid: Ediciones Cátedra. Pardo, Julia, Inés Matiz, Judith Colmenares y María Cristina Izquierdo. 1971. “La educación en trabajo social en Colombia, un estudio histórico”. Tesis, Universidad Pontificia Javeriana. Pinzón Estrada, Carolina. 2011. Escritoras de Prensa durante los años cuarenta. ¿Un despertar que quedó oculto? Tesis. Maestría en Estudios de Género. Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.

Material audiovisual María Carrizosa de Umaña (15 de julio de 1912 – 13 de octubre de 1995) en la memoria. Dir. Manuel Nieto Arango. Doble sentido SAS, 2012. Video. El rango de escritora le fue reconocido a María Carrizosa por el Fondo Cultural Cafetero, con la edición de una selección de 25 artículos publicados por ella en la revista Presencia entre 1953 y 1984 bajo el título Adán y Evita, cuadros de costumbres bogotanas.

Ramírez, María Himelda. 2003 “Las mujeres y la acción social en Colombia. Contextos de contradicciones”. Boletín Americanista 53:151–167. Sierra Mejía, Rubén, ed. 2009. República Liberal: sociedad y cultura. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

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Louise Michel, * la poesía como visión

Olga L González Roa Sitio web: http://olgagonzalez.wordpress.com email: olgalu@free.fr.

* Este texto fue escrito en Ivry-sur-Seine en agosto de 2013


E

s algo anómalo y hasta inverosímil: Louise Michel casi no existe para el mundo hispanófono. Poquísimas traducciones de su obra han sido vertidas al castellano y menos aun han sido reeditadas: una búsqueda por los catálogos de bibliotecas y por otros recovecos nos ha llevado a la triste constatación: de los cerca de veintidós libros que publicó en vida y cinco póstumos, sólo se han traducido los siguientes: su relato La Comuna: historia y recuerdos (existen al menos dos traducciones, una de J. Ruipérez, 1900, y otra de 1973, traducción de Aurelio Garzón del Camino, pero ninguna se consigue en el mercado), y su novela de 1888, El nuevo mundo (traducido por la notable anarquista española Soledad Gustavo a principios del siglo XX, pero jamás publicada de nuevo). De estos libros al parecer no existe una reedición reciente. Existe, sí, una publicación de su libro de relatos Los crímenes de la época (editorial Nadir, 2012). Inquieta que no aparezca en ningún buen catálogo de biblioteca de lengua española uno de sus libros más importantes, una obra maestra personal,

literaria y política, las Memorias (publicado originalmente en 1888). Las posibilidades de transmisión de los hechos del pasado que aclaran el porvenir se frustran. Pocos podrán conocer las luchas sociales en la Francia del siglo XIX, que tanta influencia tuvieron en los países de lengua hispana (en Colombia, las tendencias de los partidos liberales se calcaban a menudo de lo que ocurría en Francia), o el pensamiento, la escritura y acción inspiradoras de esta mujer. Louise Michel yace ahora en el cementerio de Levallois, junto a su amiga Marie Ferré y junto a su madre, sus dos “Myriam”. Ahora que el gobierno socialista habla de trasladar, quizá, sus restos al Panteón (el antiguo templo convertido por la Revolución en monumento a los “grandes hombres de la nación”, donde reposan Rousseau, Victor Hugo, el jefe de la resistencia Jean Moulin, entre otros), es posible que se renueve un interés por las circunstancias que rodearon su vida, y por sus obras. Se recordará entonces a la Comuna, el sueño colectivo de la primavera de 1871, cuando por primera vez obreros, artesanos, representantes del pueblo, llegaron por el voto a las instancias del poder. Cuando las decisiones fueron tomadas luego de deliberaciones con sectores sociales que nunca habían hablado (lavanderas, maestras…). Se recordarán sus medidas revolucionarias para esos años, y aún para hoy: instrucción gratuita; igualdad de salarios entre educadores hombres y educadoras mujeres; libertad de prensa; prohibición de los desahucios; derecho de elección para extranjeros residentes1. Se tararearán las más de 600 canciones que surgieron en esos meses, se comentarán las medidas sociales solidarias, la efervescencia de los círculos de educación política, el aire de libertad…

1 Una versión cinematográfica muy original fue realizada por Peter Watkins, La Commune, 2000.

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Y se guardará un momento de silencio para recordar que esa fiesta colectiva fue aplastada de manera brutal por el gobierno instalado en Versalles en la cabeza del “monstruoso enano”, como llamó Marx a Thiers. Deberá mencionarse su avidez de sangre -así le escribía a un ministro el 22 de mayo, al principio de la semana más triste en la historia de la ciudad, la “semana sangrienta”-: “Vengo de París y vi un espectáculo horroroso. Venga, amigo, a compartir nuestra satisfacción”. Uno de los historiadores de ese período, testigo presencial de los hechos, P. Lissagaray, presenta así el balance de los muertos reales y de los muertos en vida: 20 000 hombres, mujeres, niños asesinados durante la batalla o después, en la resistencia en París y en la provincia; cuando menos 3 000 muertos en los depósitos, fortificaciones, prisiones, pontones, en Nueva Caledonia, en el exilio o por las enfermedades contraídas durante el cautiverio; 13 700 condenados a penas que muchas veces fueron de 9 años; 70 000 mujeres, niños y viejos privados de su sustento o expulsados de Francia; alrededor de 107 000 víctimas, es el balance de la venganza de la alta burguesía2.

Antes de la Comuna, Louise Michel era maestra de escuela, activista republicana, animadora de círculos de mujeres, estudiante en las aulas para adultos, compositora de óperas y de obras de teatro, autora de un ensayo poético sobre la locura y el confinamiento, redactora de entradas para una enciclopedia… Todo pensamiento es colectivo, producto de un medio. ¡Qué cierto es esto! Sus amigas eran pensadoras, escritoras, periodistas, activistas, pedagogas, viajeras, mujeres de acción: Adèle Esquiros, maestra y escritora; André Léo, periodista; Elizabeth Dimitrieff, analista y activista, corresponsal de Marx; Maria Deraismes, primera mujer

2 P. Lissagaray, Histoire de la Commune de 1871, 1876.

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masona, teórica del feminismo; Paule Minck, activista, conferencista…3. Todas estas mujeres tendrán un papel importante durante la Comuna. Louise Michel luchará por ella con ardor. ¿Sus armas? La pólvora, el verbo y la pluma. Viste el uniforme de la guardia nacional (y no es la primera vez que usa trajes de hombre, pese a las prohibiciones sociales y legales de uso del pantalón4): en el combate tiene fama de una excelente puntería. También convoca a reuniones (funda el Comité de Vigilance des Femmes del barrio 18, participa y discute en el Club de la Patrie en danger y en el Comité de vigilance de Montmartre), organiza a las enfermeras, es oradora en reuniones y redactora de panfletos, autora de canciones, camarada en la Union des femmes pour la défense de Paris et les soins aux blessés. Louise Michel guarda el norte claro, en un momento en que la mayoría de los intelectuales burgueses se ensañan contra las aspiraciones democráticas y apoyan el baño de sangre de Thiers invocando su “superioridad” de clase. Así, Anatole France, connotado escritor, considerado la conciencia de su época, ve en ellos un “comité de asesinos, una banda de canallas, un gobierno del crimen y la demencia”. Maxime du Camp, que inventó una obra de terror a partir de la Comuna, obra que fue la referencia de las mayorías reaccionarias por varias décadas, se refería así al pueblo: “[Son] animales obtusos que no entienden nada, salvo que están muy bien pagados, tienen mucho vino y mucho aguardiente”. 3 Edith Thomas ha retratado en su libro Les pétroleuses (1971) el medio en el que se movían estas mujeres y más ampliamente su rol durante la Comuna. Es sintomático y penoso que sus obras, llenas de inteligencia, no volvieron a ser editadas. 4 Una orden de 1799, que emanaba de la Policía, prohibía expresamente el uso del pantalón, reservado socialmente desde hacía mucho tiempo a los hombres. El pantalón entre las mujeres sólo se banalizó en los años 1970. La orden de la Policía fue abrogada en el año 2013.


Una visión similar a la del escritor Théophile Gauthier, que como se recuerda, era el principal expositor de la idea del “arte por el arte”: “Hay en todas las grandes ciudades fosas de leones, cavernas cerradas con gruesas barras en las que se encierra a las bestias salvajes, las bestias apestosas, las bestias venenosas, todas las perversiones refractarias que la civilización no ha logrado domesticar. (…) Un día el distraído señor de las bestias olvida sus llaves en la puerta de la casa de las fieras y los animales feroces se riegan por la ciudad espantada con los gritos salvajes. De las cajas abiertas se lanzan las hienas (…) y los gorilas de la Comuna”5. Alejandro Dumas hijo, por su parte, arrastra sus palabras: “No diremos nada de sus hembras por respeto a las mujeres, a quienes se parecen cuando están muertas”6. Cerremos esta galería de infamias con Flaubert: “La instrucción gratuita y obligatoria no hará más que aumentar el número de imbéciles (…). Lo más urgente es instruir a los ricos, que en últimas, son los más fuertes”7. La Comuna ha sido reprimida y Louise Michel se entrega a las autoridades. No habían logrado capturarla, pero habían detenido cobardemente a su madre. Su actitud y sus palabras frente a la Comisión de Gracias la hacen célebre: “Hay que sustraerme de la sociedad. Os lo han dicho. Pues, ¡bien! El comisario de Policía tiene razón. Puesto que al parecer todo corazón que late por la libertad sólo tiene derecho a un poco de plomo, ¡yo pido mi parte! Si me dejáis vivir, no cesaré de gritar venganza, y denunciaré a los asesinos de la Comisión de Gracias en venganza por mis hermanos…”

5 Théophile Gautier, Tableaux du siège, 1872.

Aunque se escribían desde hacía años, es a raíz de esta auto-acusación que Victor Hugo le compone el poema Viro mayor. Louise Michel será condenada a la deportación en Nueva Caledonia, posesión francesa desde 1853 en el Océano Pacífico, distante 17 000 km de Francia, adonde son llevados los prisioneros condenados a trabajos forzados y los prisioneros políticos (como los sublevados kabyles de Argelia contra la colonización francesa). Su largo exilio será otro terreno de aprendizaje: la que nunca había viajado y soñaba con otros horizontes, descubre los mares australes, el ciclón, los nuevos bosques. La isla respira en las páginas de su libro Récits et légendes canaques (Relatos y leyendas kanaks). Es casi la única deportada de la Comuna que busca puntos de entendimiento con los kanakos, que entonces cargan con la reputación de ser salvajes, antropófagos, y cuyo intento de resistencia en 1878 será aplastado por la potencia “civilizadora”. Louise Michel aprende sus lenguas, compone obras de teatro donde ellos son personajes, apoya su revuelta (a los jefes rebeldes locales les entrega su bandera de la Comuna). Mujer y lúcida, se fija detenidamente en la actitud de este pueblo con sus mujeres: observaciones que contribuyen quizá a afianzar sus convicciones feministas. A su regreso a Francia en 1880, con más de cincuenta años, Louise Michel continúa su vida de activista, con profundas convicciones humanistas y revolucionarias. Muchas veces fue a dar a la prisión –a cinco años la sentenciaron por participar en una manifestación y, según las autoridades, robar un pan–. Tampoco allí perdió el tiempo: “era un lugar fácil para cualquier institutriz (…) [donde pude obtener] las horas de reposo compradas laboriosamente al cabo de largos años”.

6 Alexandre Dumas, Une lettre sur les choses du jour, p. 16. 7 Ver el libro de Paul Lidsky, Les écrivains contre la Commune, La Découverte, 2010.

En una prisión-convento había redactado sus cuentos para niños; en la prisión de Saint Lazare

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redacta sus Memorias. Después de su liberación, perseguida por un macabro inspector que tiene como proyecto encerrarla en un asilo de locas o quemar “accidentalmente” su casa, se exilia en Londres: allí funda una escuela, participa en los círculos anarquistas, protege a los animales8, escribe novelas, viaja. De regreso a Francia prosigue su actividad incesante como escritora y como conferencista. En una de esas conferencias un individuo influenciado por un cura le dispara: ni buscó enviarlo a prisión ni se quejó demasiado de los dolores de cabeza que le ocasionaba el proyectil. Fiel a la promesa que le hiciera al líder rebelde Mokrani, que había conocido en Nueva Caledonia, a finales de 1904 se va de gira por Argelia, entonces posesión colonial francesa. Posiblemente allá dictaba su charla Prise de possession (Toma de posesión). Al regreso de ese viaje, al cabo de otra gira extenuante por el sur de Francia, cansada pero combativa, Louise Michel muere en el Hotel del Oasis de Marsella. Maestra, hija, amiga, compañera de lucha, estudiante, guerrillera, agitadora, escritora, ensayista, música, exiliada… Louise Michel vivió varias vidas. Una constante hay en esas vidas: en todas se manifiesta la poesía. En dos sentidos: primero, porque en todas las etapas de su vida, en la soledad, en la juventud, en la prisión, en la rememoración, hay versos, escritura poética. En las páginas de sus Memorias, escritas en 1885 y de gran calidad literaria, copia viejos poemas, como marcas del camino. Y también en otro sentido: porque en sus versos y en su prosa poética están contenidos el aliento, el horizonte, la premonición, las visiones. Es como si esa vida agitada de la segunda etapa de su existencia (Louise Michel tenía 41 años cuando acontece 8 Desde niña tuvo gran empatía con los animales, impotentes frente a la crueldad a la que los someten los humanos; se cuenta que domesticaba incluso a los ratones de las celdas por las que pasó.

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la Comuna) hubiera sido invocada en sus poemas, búsqueda incesante. La breve selección de poemas y prosa poética que presentamos proviene de las fuentes siguientes, inéditas en castellano9: -A travers la vie (esta compilación de poemas fue el único libro de poesía publicado por la autora)10. -A travers la vie et la mort11 . - Légendes et chants de gestes canaques12. Señalemos que Louise Michel, que tuvo una vida nómada desde los eventos de la Comuna, volvía a sus cuadernos con un cuidadoso desorden: permanentemente retocaba o tachaba poemas, agregaba estrofas, pegaba o arrancaba páginas, escribía borradores de cartas, reflexiones, hacía dibujos, partituras... además de que reescribía en lugares dispersos varias versiones de sus novelas o poemas porque, entre otras cosas, se los robaban. Esta forma de escritura, y su arte de la digresión, es un acertijo para los investigadores que han examinado sus manuscritos. Ni su vida ni su escritura son lineales. Su forma de escribir se asemeja a la de los cibernavegantes del siglo XXI, múltiples ventanas, sed de saber, ramificaciones de ramificaciones. No hay fronteras disciplinarias. Ella entendió la poesía como una potencia suprema y misteriosa. Es el aliento, el soplo de vida. Quien es sensible a su escritura no se sorprende de la forma que tomó su vida. Ella escribió en alguna parte: “Los soñadores son los poetas y los poetas 9 Todas las traducciones son de OL González. 10 La publicación original tiene fecha de 1894. Varios de estos poemas fueron publicados de nuevo por Daniel Armogathe en 1982. 11 Daniel Armogathe (compilador), A travers la vie et la mort, de Louise Michel, Ed La Découverte, 2001 (1ª edición: 1982). 12 Existen al menos dos versiones diferentes de estos relatos: la que fue publicada en 1875 en la revista Petites Affiches de la Nouvelle Calédonie, y la que fue publicada en forma de libro en 1885, en París. En esta traducción nos basamos en el texto de 1875, más libre y espontáneo y publicado durante la estancia de la autora en Nueva Caledonia.


son los profetas”. También sabía que existe esa capacidad de hacer poesía en cada persona. Presentamos algunos temas constantes en su poesía: el viaje; las causas; la Comuna; la niña y la muerte.

El viaje Para empezar, hemos traducido uno de sus poemas de juventud, “El viaje”. La vida que se intuye, lo que se sueña intensamente y después se vive, los hechos que hacen parte de la ensoñación, atraviesan este viaje:

El viaje13 Fragmento de la leyenda del bardo ¡Qué inmenso horizonte en la entrada del desierto! ¿A dónde vas, niña, por este sendero nuevo? ¿A qué lugar ignoto? ¿Cuál es tu esperanza? ¿A dónde voy? No lo sé; donde fulge el horizonte Se oye una fanfarria, extraña, sombría y fuerte, Y otros muchos van, otros que hallaré Escuchad, se oyen pasos pesados sobre la tierra: Es una etapa humana: con ellos iré Yo amaba la sombra del cerco de hierbas locas En donde en noches de invierno llegan lobos, gritando Por entre las brechas del muro; en verano, pesadas haces Y en los verdes robles las ráfagas del viento *** ¿Qué importa todo esto? Mirad los granos de arena Y los montones de trigo maduro y en los surcos profundos Los ríos del sol; ¿acaso todo no es similar? ¿A dónde se va todo esto? Hacia allá vamos

Antes de ser condenada a la deportación, Louise Michel no había viajado más allá de París (la región donde nació, la Alta Marne, queda a 250 km de la capital). Este poema fue escrito durante la 13 Los primeros tres párrafos fueron escritos antes de 1870. Es posible que el último haya sido agregado posteriormente. Este poema está incluido en su libro de 1894.

travesía de cuatro meses en el barco destartalado en el que los gobernantes botaron a los deportados de la Comuna. La visión del nuevo paisaje es también la visión de otros caminos para llegar a él. Otras vías de acceso, aún no imaginadas, son una evidencia para Louise Michel. Ella siempre fue consciente de vivir en una época caracterizada por un bajo nivel de progreso humano. Siempre tuvo la certeza de que las cosas cambiarían; creía que la ciencia podría acompañar a los seres humanos. Algunas de sus novelas introducen temas de ciencia ficción –se cree que las que se perdieron desarrollan aún más esta veta-. Está comprobado, por lo demás, que la idea del Nautilus y la trama de la novela de Julio Verne provienen de ella.

El Polo Sur14 ¿Por qué no buscar ir hacia el misterio inmenso? Vamos en camino; incluso allá veremos A osados balleneros franqueando distancias; Con ellos iremos un día Veremos sobre el agua praderas inmensas Donde plantas sin flores tienen ramas gigantes En donde el animal florece –algas, holoturias Corales, monstruos, enanos o gigantes Y veremos, veremos el brillo del día polar, E iremos siempre, hasta allá iremos; Tal vez un continente se extiende en ese misterio; Lo atravesaremos Mucho más rápido se irá por las nuevas rutas; Naves submarinas y naves del aire Pronto todas vendrán acá. Blancas se divisan sus alas Hoy, sobre las grandes olas verdes Pronto escucharemos resoplar como bestia A la poderosa máquina, y la electricidad Conducirá por los aires a las flotas. ¡Oh tempestades! Hielos y noche, todo está amaestrado.

14 Louise Michel incluye este poema en su libro de 1894.

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Las causas En varios poemas dejó Louise Michel palabras para causas nobles, o palabras para honrar la memoria de quienes lucharon. El primero que presentamos es el susurro cada vez más fuerte del pueblo contra Napoleón III. La esperanza que había puesto una parte del pueblo francés, y los sectores más progresistas, fueron violentamente reprimidas en las “jornadas” de 1848. El “usurpador”, por su lado, sólo merecía odio. Louise Michel comparte su aversión con Victor Hugo, con quien se escribía desde muy joven.

Manifestación por la paz París 1869 Es de noche, en largas filas caminamos Por los bulevares, diciendo: ¡paz!, ¡paz! En la sombra acechan jaurías serviles. Oh libertad, ¿cuándo vendrá tu día? Los adoquines, golpeados por pesados golpes de bastón, Resuenan sordos; el bandido se apoltrona. Para refrescar con sangre su laurel marchitado, El quiere combates, aunque Francia se ensombrezca ¡Maldito! desde tu palacio, ¿oyes pasar a estos hombres? ¡Es tu fin! ¿Acaso los ves, en un sueño pavoroso, Yendo por París, como fantasmas? ¿Escuchas? París, cuya sangre beberás Y marchamos, al compás de un extraño ritmo Por entre las golpizas, como un gran rebaño, Pasamos; y César prepara, multiplicada, su falange Y para herir a Francia está lustrando su cuchillo Puesto que habrá combates, puesto que buscan la guerra, Pueblos, de frente doblegada, más tristes que la muerte, Es contra los tiranos que juntos hay que hacerla: Bonaparte y Guillermo tendrán la misma suerte.

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El segundo poema de esta serie, “Ronda de negros”, fue escrito luego de su descubrimiento de Nueva Caledonia15. Louise Michel fue amiga de los kanakos, lo que constituye una muestra más de su particular entendimiento del mundo: sus propios compañeros libertarios tenían prejuicios racistas hacia ellos. En Souvenirs et aventures de ma vie, ella hace un retrato (que hoy diríamos sociológico) de las condiciones de la isla y narra el encuentro y la amistad con los Tayos, sus amigos. Los conoció también como alumnos en su escuela, los domingos. Admiraba su curiosidad, su musicalidad, sus dotes para el dibujo. En sus Memorias escribe: “Sí, los quise y los sigo queriendo y, ¡caramba! quienes me acusaban, en la época de la rebelión, de desearles que conquistaran su libertad, tienen razón. (…) Acabemos ya con la superioridad que tan sólo se manifiesta con la destrucción”.

Ronda de negros Pasa, brisa del mar Sobre las cañas móviles Nuestras cadenas son de hierro. Pasa, brisa del mar Sobre las riberas fértiles. Canta, brisa del mar Refresca nuestras cabezas, Canta para arrullarnos. Canta, brisa del mar En el coro de la tormenta. Deslízate, brisa del mar, Por sobre nuestros huesos bajo tierra, En donde la muerte cavará Nuestro último asilo, En el frío polvo. Tú que sin cesar cantas, Áspera brisa del mar Vuelve a decirles nuestra pena A las piedras y a la roca. 15 Este poema está incluido en su libro de 1894.


Incluimos acá el escrito “Los blancos”16. Esta historia le fue contada a Louise Michel por Daoumi, un kanako amigo; el relato lo narraba anteriormente “Idara, la mujer que fue takata, es decir médica, bruja o más bien magnetizadora”:

Los blancos Hombre blanco, ¿de dónde vienes? Fueron necesarias muchas cortezas para tejer las alas de tu piragua; muchos árboles para hendirla. ¿Qué potencia te ha arrancado a tu cabaña para haber venido desde tan lejos? Pues vienes de lo más lejano habitado por hombres, bajo el sol frío que los vuelve pálidos. Si hubieras venido de las islas que conocemos, las alas de tu piragua estarían levemente arrugadas; pero están gastadas por el viento, como si diez veces hubiera soplado el ignam17. Hombre blanco, ¿qué nos dices, por qué has venido de tan lejos? En tu país se come todos los días, ya que un ayuno de una mañana parecía incomodarte; ¿qué nos darás de tantas riquezas? El hombre blanco no cuenta nada; no da nada. El hombre blanco se establece en el país con sus compañeros. Siembran allí semillas de las que se nutre la raza pálida ¡y las guardan para ellos! Los habíamos recibido como hermanos, pero ellos no lo fueron.

Se llevaron a Counié, de pálido cinto. Se llevaron a N’ji, cabellera de selva. Se llevaron todo. Nunca más el hombre de las islas será feliz; nunca más bailará sobre la orilla el pilou del mar. Así es como hablaba el viejo Counié, pero la gente joven se puso a reír. Bailaron con las mujeres blancas y les dieron los collares de jade de sus madres; intercambiaron con los hombres de las grandes piraguas las hachas de piedra de sus padres contra los kougas (los fusiles) de los Blancos. Y todos los ignam, formaron en la orilla el pilou18 del mar.

La Comuna Louise Michel fue historiadora de la Comuna: durante su exilio en Londres escribió el libro que hoy sigue siendo obra de referencia para capturar los acontecimientos19. Y si Versalles, el poder, la dejó vivir, fue penosamente. Escribe en sus Memorias: “No me quisieron enviar al paredón de Satory,20 y acá estoy todavía, viendo segar la muerte alrededor mío. Nadie que no haya experimentado este vacío inmenso sabe qué coraje se requiere para vivir”. En prisión escribió el poema Claveles rojos; está dedicado a Théophile Ferré, un militante y compañero de armas y hermano de quien luego sería su compañera de vida21.

Desde que los hombres blancos vinieron, ya no contamos el número de veces que hemos cosechado el ignam; no hacemos más la fiesta; no contamos nada. Los días pasan como las gotas de agua del gran lago. Para qué habríamos de medirlo, si las piraguas aladas del hombre blanco apostan en la orilla.

16 Esta prosa poética fue publicada en 1875. 17 En Nueva Caledonia, la vida del clan se rige por la cultura del ignam. El tiempo social corre paralelo al tiempo del tubérculo, que decide las fechas de los grandes acontecimientos: consagración del jefe, nacimientos, matrimonio, duelo… Ver Le cycle de l’igname en Nouvelle Calédonie.

18 El término “pilou” encierra varias danzas y estados de trance originales de la isla. En la época de Louise Michel posiblemente el pilou no tenía tan mala reputación como en los años siguientes, en que fue prohibido por la administración colonial. 19 La Commune, histoire et souvenirs, Londres, 1898. 20 Satory, en Versalles, es el campo militar donde fueron encarcelados y ejecutados cientos o miles de comuneros. Louise Michel estuvo presa allí. 21 “Duerme para siempre, llevando al morir/ Nuestra última sonrisa; y mi corazón bajo su piedra/ Se siente enterrado en vida”, escribió Louise Michel a la muerte de Marie Ferré. Yacen juntas en el cementerio de Levallois.

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Claveles rojos A Th Ferré. Si partiera al negro cementerio Hermanos, lanzad sobre vuestra hermana Como una última esperanza Claveles rojos en flor abiertos En los últimos tiempos del Imperio, Cuando despertaba el pueblo, Clavel rojo, fue tu sonrisa La que nos dijo que todo renacía Ve hoy a florecer en la penumbra De las negras y tristes prisiones. Florece cerca del sombrío cautivo, Y dile que es amado Dile que en este tiempo rápido Todo pertenece al futuro Que el vencedor de frente lívida Más que el vencido puede morir.

Incluimos igualmente uno de los múltiples correos que desde la prisión de Auberive enviaba, el 28 de cada mes (fecha de conmemoración del final de la arremetida final contra los Comuneros), a la Comisión de Gracias o al “anciano” Thiers (así lo llamaba en sus cartas). A la Comisión de Gracias Prisión central de Auberive, 28 de julio de 1872 7 de la mañana Señores, Han llegado las vacaciones; partid a vuestras propiedades, el trigo ha de estar bello este año, la sangre humana lo ha abonado. Cazad, Señores, la pólvora no os cuesta mucho, y es un juego de príncipes. El animal de caza y el hijo del pueblo, todo es bueno para matarlo. Divertíos, pero no olvidéis que recordamos. ¡Id, rápido! Los muertos van rápido.

La niña y la muerte Finalizamos esta selección con dos escritos: el primero proviene de Leyendas y cantos de gesta22; el segundo fue escrito entre 1881 y 189023. En ambos escritos está el tema de la compañía de la muerte, preferible siempre a los contratos sociales y su dosis de falsedad, y de la muerte como liberación y reconciliación.

El lecho de los ancestros Los ancestros yacen sobre la alta montaña. Están profundamente dormidos, inmóviles como la roca. En vano pasan junto a ellos los bailes de fiesta y los bailes de guerra; en vano suben los ruidos de la tribu, todo se apaga sin eco. Dormid, ¡oh padres! La vida es buena, el sueño mejor. Suaves son los frutos que han madurado en el árbol y la sombra de las palmeras de coco en la noche; más suave es el olvido. Dormid, ¡oh padres! Dormid mucho tiempo, el sueño es bueno. Dormid siempre, la nada es mejor. ¿Qué hacéis, padres, acostados sobre la tierra? ¿Quién reposa con vosotros? ¿Pero quién roe hasta el hueso vuestros robustos brazos? El corazón no late ya bajo vuestras costillas: era un cangrejo que al levantar su pinza arranca su carne. ¿Qué brillante collar cae de vuestro cuello al pecho? Es la serpiente de mar de anillos brillantes. No son vuestros ojos, ¡oh padres!, los que se agitan, rojos. ¡Son lombrices entrelazadas! Pero vosotros no sentís nada, oh padres, ya no veis, ya no escucháis. Dormid, ¡oh padres! Dormid mucho tiempo, el sueño es bueno. Dormid siempre, la nada es la mayor felicidad.

LM 22 Edición de 1875. 23 Inédito, fue publicado por primera vez en 1982 por Daniel Armogathe en A travers la vie et la mort.

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Así cantaba en la alta montaña la negra Tei, cuyo nombre significa llorar; Tei, la niña del cementerio.

O que el manantial sobre el musgo Y que la más suave de las voces

Allí pasaba el día, allí pasaba la noche: Tei no tenía más parientes y los muertos la habían adoptado.

Oh ven, dice una mirada en la sombra Parecida al Sena en la noche Cuando siguiendo su borde oscuro Van los pensamientos bajo el cielo negro

Allá, vivía de los frutos que caen de las ramas, y sin cesar cantaba así en las altas hierbas. Una noche, las jóvenes habían venido y la habían llevado al baile que se arremolina hasta el valle. Pero cuando el viento se levantó sobre la montaña, Tei se alzó sobre sus alas. Su mano fría helaba las de ellas; la dejaron partir. En otra ocasión, Nahoa (el amanecer), hijo del gran jefe con pájaro, le había dicho: “¿Quieres volverte la hija de mi padre? Tenemos esteras de corteza en nuestras cabañas. Nuestras mujeres llevan collares de perlas de jade, de las que nunca se separan, y mis padres tienen abundante indidio, que sólo se puede recoger en los arrecifes si se sacrifica a la más bella joven de las tribus. Nuestras madres y nuestras mujeres están pesadas de grasa. Comen los más bellos frutos del bosque, los mejores peces del gran lago. Tienen cinturones de flecos alrededor de la cintura y peines de nicrohem (escama) en sus cabellos. Son las hijas y las hermanas, las mujeres y las madres del gran jefe, del jefe con pájaro. Yo soy el hijo del gran jefe, soy rey desde mi nacimiento y en mi cabaña la mano de poderes está cargada de caracoles. ¿Quieres venir a mi cabaña, oh hija del cementerio? Pero Tei movió suavemente la cabeza y desapareció al fondo del bosque fúnebre. Y su voz cantaba en la noche el refrán que amaba. Dormid, ¡oh padres! Dormid mucho tiempo, el sueño es bueno. Dormid siempre, la nada es mejor.

La muerte Oh ven, me dice una voz suave Más que el murmullo del bosque

Ven, sé calmar las penas Ven, te mostraré el puerto Sólo yo sé liberar Ven sin miedo, soy la muerte Oh muerte, en época de hecatombes Yo te desafiaba a menudo Siempre, es verdad, amé las tumbas Que duermen como palomas Bajo el firmamento azuloso Te veo de nuevo sonriente, bella Como te vi en los combates No existe para mi frente de rebelde Un abrazo más suave que el tuyo Mirando la vida irse a lo lejos Me dormiré suavemente Escucharé el mar rabioso Mezclarse con las canciones del viento Y bajo las alas de los ciclones Sabiendo que no habrá más despertar Que apilen los días monótonos El horizonte se teñirá de rojo Esperanza recuerdos promesas Todo volvería en un instante Mezclando el tiempo de mi infancia Con el instante que se va borrando Volvería a ver las rosas rojas Que florecían al fondo del cercado Ahora en brotes por mil Estarían sobre las tumbas Entre los bosques y la montaña Las altas torres del viejo castillo Oleadas de trigo en el campo Doblegados por el viento de la ladera La lucha por la liberación Al ruido de pesados cañones que truenan Y el horizonte abriéndose, inmenso.

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Las mujeres y la escritura

Rodrigo PĂŠrez Gil Escritor - Novelista


hombres, llevándolos a la ‘muerte’, si fuera el caso, no más para hacerlos nacer de nuevo como por fuera de la ley del Padre, en una suerte de concepción partenogenética, sin fertilización masculina.

A

lgunas novelas de Leopoldo von Sacher-Masoch tratan de sectas místicas de Galitzia, antigua Bohemia, lideradas por mujeres: La pescadora de almas, La madre de Dios, Claro de luna, y los Cuentos galitzianos. Sacher-Masoch nació en Lemberg, Galitzia, en 1835. Provenía de ancestros eslavos, españoles y bohemios. Sus abuelos eran funcionarios del imperio austro-húngaro, su padre era el jefe de policía de Lemberg. En los Cuentos galitzianos, Masoch repara especialmente en las minorías -judíos, húngaros, prusianos-. Según Masoch lo que los eslavos necesitaban era una bella déspota, una zarina terrible, una zarina negra que asegurase el triunfo de la revolución de 1848 y unificase el paneslavismo: Eslavos, un esfuerzo más si queréis ser republicanos… A través de prácticas severas, con cierta frialdad, sin dejar de ser maternales, igual que la Naturaleza, “sin piedad pero sin odio” (en palabras de Dragomira en La pescadora de almas), las mujeres, en estos relatos de Masoch, iniciaban a los

Sin duda, desde siempre las mujeres se entreveraron con los poderes, aunque sólo fuera al lado o detrás de un marido, rey o amante, caso de Lady Macbeth y de la ilustre y sabia Aspasia de Mileto, mujer de Pericles en Atenas; se agruparon en bandas, como Pentesilea y las Amazonas, hicieron pactos o alianzas con los hombres. También estarían tentadas a escribir, pero había algo como tabú en la escritura, alrededor del libro, vigente sobre todo en las sociedades de Occidente y Medio Oriente, ya fueran cristianas, ya musulmanas, ya judías, con sus culturas patriarcales herederas del Antiguo Testamento que, con contadas excepciones, tienden a relegar a un segundo plano el papel de la mujer en el mundo. Una salvedad en la Biblia, sobreviviente cual solitaria isla en un mar de autoritarismo, es el Cantar de los Cantares del rey Salomón, que alaba y exalta con gracia los encantos de la joven morena Sulamita, Nigra sum, sed fermosa, Soy morena pero hermosa. No reparéis que soy morena, es que me ha mirado el sol… Reponedme con tortas de pasas, dadme vigor con manzanas, que estoy enferma de amor… Toda tú eres hermosa, amada mía, y en ti no hay mancha… Mira, ha pasado el invierno, las lluvias cesaron, se han ido. La tierra se cubre de flores, llega la estación de las canciones. Ya se oye el arrullo de la tórtola… Con excepción de unas rarezas, las mujeres tendrían que esperar hasta el siglo XIX, aún hasta el siglo XX en América Latina, para entrar de lleno a escribir y experimentar este raro, inquietante poder, acerca del cual expresa Inés Echeverría Bello, nacida en 1868 en Chile y que escribe su primera obra en 1905, Hacia el Oriente, anónima (para las obras que vendrían, escribe con un seudónimo, Iris): “Escribir es mi liberación y el que siente ese

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aguijón ha de sacrificarse. Esa es la vocación. La vocación mata o redime, pero no se juega con ella”. En una conferencia dada en marzo de 1929, “Las mujeres y la narrativa”, que aparece en La torre inclinada y otros ensayos, Virginia Woolf pregunta, “¿Por qué razón las mujeres no produjeron literatura, de forma continuada, antes del siglo XVIII? ¿Por qué razón, a partir de entonces, escribieron con un carácter casi tan habitual como los hombres, y en el curso de esta actividad produjeron, una tras otra, algunas de las obras clásicas de la narrativa inglesa?”. Ocurre que la creación es exigente y requiere un mínimo de condiciones, una mente tranquila, un espacio adecuado, unos medios, una cierta libertad. Pero, ¿qué encontramos? En el siglo XV, por ejemplo, a una mujer la podían apalear si se negaba a casarse con el hombre elegido por sus padres según sus intereses, los de sus padres. Y todavía en el siglo XIX, advierte Virginia Woolf en Una habitación propia, “no sólo no se alentaba a las mujeres a ser artistas, se las desairaba, insultaba, sermoneaba y exhortaba”. En la Edad Media en Europa, el sentir común de los poderes y las autoridades se resume en la fórmula de fray Martín Córdoba: “Las mujeres siguen los apetitos carnales, como es comer e dormir e folgar [dedicarse al ocio], e otros que son peores. E esto les viene porque en ellas no es tan fuerte la razón como en los varones, pues las mujeres son más carne que espíritu”. Inglaterra, en el siglo XVI, cuando Shakespeare está escribiendo sus tragedias y sonetos de amor, “los dramaturgos y los poetas desarrollaban una gran actividad, las mujeres estaban calladas. Luego, a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, volvemos a encontrar mujeres que escriben, ahora en Inglaterra, con extraordinaria frecuencia y gran éxito”. Las memorias, diarios y cartas de los escritores nos ayudan a comprender, de acuerdo con Virginia Woolf en esta conferencia citada, “cuán anormal es el esfuerzo requerido para producir una obra de

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arte, y la protección y apoyo que la mente del artista exige”. Cuenta esta autora que “cuando George Eliot [seudónimo de una escritora inglesa] osó convivir con el señor Lewes, sin contraer matrimonio con él, la opinión pública se escandalizó. Sometida a esta presión, se retiró a vivir encerrada, lejos de la ciudad, lo que, inevitablemente, produjo nefastos efectos en su obra”. Durante el siglo XIX el capitalismo en Inglaterra estaba en auge, con la introducción de la máquina de vapor (Watts, 1776) en las fábricas de textiles y en el tren, que irrumpe hacia 1844; todo ello daría lugar a grandes transformaciones en la vida social: “No cabe la menor duda de que el florecimiento de la narrativa, en los principios del siglo XIX, en Inglaterra, fue favorecido por innumerables y leves cambios en las leyes, las costumbres y el modo de vivir. Las mujeres del siglo XIX disponían de cierto tiempo libre, habían recibido cierta educación”. En 1866 empezarían a funcionar dos colegios universitarios de mujeres en Inglaterra. Desde 1880, la ley autorizaba a las mujeres casadas [¡a las solteras, madres o no, las descobijaba esta ley!] a ser dueñas de sus propios bienes y en 1919 las mujeres podían votar. En Colombia habría que esperar hasta 1954, ¡con el gobierno del general golpista Rojas Pinilla!, para que las mujeres tuvieran acceso al voto. Con todo, cuando las mujeres inglesas escribían, se las sometía a considerables presiones. Comúnmente, se las obligaba a hacer oficios caseros, caso de las hermanas Brönte hacia 1860, por lo que debían suspender sus faenas de escribir; quizás por eso las mujeres escribían novelas más bien que poemas, que requieren de una concentración muy particular a salvo de interrupciones. ¿Por qué habrían querido escribir ciertas mujeres, tal como lo hacían algunos hombres? Tal vez porque siempre se han dado seres humanos cuyo sentir es que no viven en el mejor de los mundos posibles y no se conforman, y la escritura es capaz de hacer que se fugue el mundo de la represen-


tación, no para huir del mundo sino para mejor agarrarlo; escribir hace vislumbrar otros mundos posibles, que el brillo y resplandor de la comedia de la vida no dejan ver, desapercibidos, aunque sólo sea en los átomos del escritor o de la escritora, que es afectada a lo largo del proceso de escritura. En Una habitación propia Virginia Woolf sostiene a lo largo del texto un humor de perlas, grises, y se inventa una interlocutora que le pregunta: “¿Por qué le parece a usted tan importante que las mujeres escriban libros, si, según dice, requiere tanto esfuerzo, puede llevarla a una a asesinar a su tía, muy probablemente le hará llegar tarde a almorzar y quizá la empuje a discusiones muy graves con muy buenas personas?”. La autora responde que le gustan los libros, y agrega: “Mis motivos no son del todo egoístas”. Es “la convicción -¿o es el instinto?- de que los buenos libros son deseables”. En el Diario de esta escritora leemos: “Escribir es lo que me da mis proporciones” y “Extraño, raro [odd] cómo el poder creativo de una pone en orden todo el universo”. Los escritores encarnan el aserto de Foucault: “El papel de la escritura es constituir un ‘cuerpo’, apropiándose y haciendo suya su verdad. La escritura transforma lo visto y lo oído en ‘fuerzas y sangre’”. Al escribir, se pone en juego una máquina literaria y ella tiene su poder, al menos en cuanto al autor se refiere, “Escribir nos cambia. No escribimos según lo que somos; somos según aquello que escribimos” (Maurice Blanchot, El espacio literario). Una particularidad de las escritoras del siglo XIX en Inglaterra, pero no sólo en Inglaterra, la pone de presente Virginia Woolf a propósito de dos obras de Charlotte Brönte: “(…) en Mediados de marzo y en Jane Eyre, no sólo tenemos conciencia del carácter de las autoras, sino también de una presencia femenina, de alguien ofendido por el trato que se da a los miembros de su sexo, y que reclama sus derechos [como en una literatura del negro, del obrero, del gay, etc.]. Este elemento produce una deformación y, a menudo, es causa de

la debilidad de la obra. El deseo de defender una causa personal o de convertir a un personaje en el portavoz de cierto descontento o agravio personal, siempre produce nefastos efectos, cual si el punto hacia el que se dirige la atención del lector se desdoblara bruscamente en dos, cuando en realidad, debiera ser uno”. Su visión deviene excesivamente masculina o excesivamente femenina, pierden “su perfecta integridad”, dice Virginia Woolf, “y, con ella, su más esencial cualidad en cuanto obra de arte”; integridad que es, en últimas, según Vincent Van Gogh, lo que “guarda la calma aún en el desastre”. Tanto más contrastan las personalidades literarias de Jane Austen y de Emily Brönte, autora esta última de Cumbres borrascosas, “gracias a la capacidad que tienen estas autoras de hacer caso omiso de semejantes reivindicaciones y agravios, y seguir imperturbables su camino, prescindiendo de censuras y burlas. Sin embargo, hacía falta gozar de una gran serenidad intelectual para resistir la tentación de la ira”. En este pequeño libro, Una habitación propia, la Woolf se pregunta “si la mente tiene dos sexos que corresponden a los dos sexos del cuerpo”. Esboza “un plano del alma según el cual en cada uno de nosotros presiden dos poderes, uno macho y otro hembra; y en el cerebro del hombre predomina el hombre sobre la mujer y en el cerebro de la mujer predomina la mujer sobre el hombre. El estado de ser normal y confortable es aquel en que los dos viven juntos en armonía, cooperando espiritualmente”. Así que las grandes mentes, era lo que aseguraba Coleridge, son andróginas. Virginia Woolf: “Coleridge quiso decir quizá que la mente andrógina es sonora y porosa; que transmite la emoción sin obstáculos; que es creadora por naturaleza, incandescente e indivisa.” Aún hay algo más en esto de los dos sexos, ¿por qué uno o sólo dos?: “Sería una lástima terrible que las mujeres escribieran como los hombres, o vivieran como los hombres, o se parecieran físicamente a los hombres, porque dos sexos son ya pocos, desde la vastedad y

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variedad del mundo; ¿cómo nos las arreglaríamos, pues, con uno solo? ¿No debería la educación buscar y fortalecer más bien las diferencias que no los puntos de semejanza? Porque ya nos parecemos demasiado, y si un explorador viniera con la noticia de otros sexos atisbando por entre las ramas de otros árboles bajo otros cielos, nada podría ser más útil a la Humanidad”. ¿Qué decir hoy día, ochenta años después de escritas estas palabras? ¿Habrían llegado aquellos exploradores con la noticia de que por entre las ramas de otros árboles, y acaso bajo estos mismos cielos, en lugar de uno o dos sexos atisban ene sexos? Tal vez así sea, aunque estos precursores vaguen en la sombra todavía, o caminen a plena luz imperceptibles. Superado el estadio de las reivindicaciones, la escritora ya no está amargada. “Ahora la escritora podrá centrarse en su visión, sin distracciones llegadas del exterior. La independencia a la que podía llegar el genio o la originalidad literaria, se está poniendo ahora al alcance de la mujer”. Sin embargo, advierte la Woolf, “La vida de la mujer tiene un carácter anónimo extremadamente engañoso y desconcertante. Por primera vez este territorio oscuro comienza a ser explorado por la novela”. No se trata tanto de una exploración emocional, sino más bien intelectual y política. La escritora “Ya no ve de soslayo la realidad, a través de los ojos de otros, o a través de los intereses, de un marido o de un hermano, ya actúa por sí misma. En consecuencia, la atención de la mujer se aparta de aquel mundo personal que la centraba con carácter exclusivo en el pasado, y queda dirigido hacia lo impersonal, por lo que sus novelas, como es lógico, adquieren un carácter menos analítico de las vidas individuales, y más crítico del vivir social. Ahora la mujer será también, como el hombre, tábano [moscardón] del Estado”. La esperanza de la autora: “las mujeres tendrán lo que durante tanto tiempo les ha sido denegado: tiempo libre, dinero, y un cuarto para ellas” (Virginia Woolf, conferencia: “Las mujeres y la narrativa”).

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Los hombres han sido los árbitros de los convencionalismos, ya que han establecido un orden de valores en la vida. Ahora bien, es probable que, tanto en la vida, como en el arte, los valores de la mujer no sean los mismos valores que los del hombre. Una mujer, puesta a escribir, puede desear tercamente alterar los valores establecidos, convertir en serio lo que a un hombre le parece insignificante, y en trivial lo que para un hombre es importante. Pero esta tarea la puede realizar tanto una mujer como un hombre, considerados molarmente. Cuando a la escritora mexicana contemporánea Carmen Boullosa le preguntan si cree que hay una manera femenina de escribir distinta de la manera masculina de escribir, responde: “Por supuesto que sí hay una manera femenina de escribir, de percibir la realidad, de comprender la vida. Ahora bien, esta manera no es exclusiva de las mujeres. Y hay mujeres que no tienen acceso a esa manera femenina. Es un tema que me intriga tanto que la novela Son vacas, somos puercos es una obra que trata de filibusteros en el mar Caribe en el siglo XVII, donde las mujeres están prohibidas. La propiedad privada está prohibida, todos tienen iguales derechos, los botines se reparten por partes iguales. Los sentimientos femeninos están proscritos, así como la mirada femenina del mundo y de la sociedad está proscrita, y el sueño se vuelve una pesadilla”. Dice la autora que escribió esta novela como una investigación “de lo femenino en ausencia”. Ardua empresa, para cualquier escritor no importa el género. Ejemplo de un autor varón del que se podría decir que tuvo un devenir-mujer escribiendo es Henry James, y también Marcel Proust. No es que se vuelvan mujeres, literalmente, por supuesto, pero tampoco es una analogía o una metáfora. Es algo como un encuentro o un cortocircuito entre dos reinos o especies distintas, este devenir-mujer del hombre, algo como crear una mujer molecular dentro de sí. Tal vez no hay una manera de escribir ‘como una mujer’, aunque muchas mujeres lo intenten. Hay lo femenino, por supuesto, una molécula dura, obstinada, indómita


y dulce, pero no habría una manera de escribir ‘como una mujer’. De hecho, las mujeres mismas tienen un devenir-mujer, así como lo pueden tener los hombres. Es el caso de Virginia Woolf escribiendo la novela Orlando. Para Marguerite Duras, la literatura escrita por mujeres encarna “el dilema estético de representar literalmente nuestra propia visión de la feminidad, para lo cual la escritura debe traducir la oscuridad, toda aquella zona que no sido aun convencionalmente simbolizada por construcciones culturales masculinas”. Ejemplo de una rareza en la Grecia antigua, sobreviviente al tiempo y al fuego, la poetisa Safo. Había nacido en la isla griega Ereso de Lesbos hacia el año 614 antes de Cristo. Escribió doce mil versos, les puso música a algunos de ellos, para ser cantados acompañados con la lira. “Tu amor ha conmovido mi alma como un fuerte viento que se encrespara sobre los olmos…” Canta a una manzana sola y exalta su soledad: “¡Cómo brilla roja y dorada la dulcísima manzana en la punta de la rama, de la rama más alta! ¿La han pasado por alto los cosecheros? No la han olvidado… Quisieron alcanzarla inútilmente… y ahora aparece, mucho más hermosa y apetecible, sola”. En Mitilene, fundó una escuela para muchachas, a las que instruía en poesía, música y danza. Se llamaban a sí mismas hetairas, palabra que significa compañeras, no cortesanas cualesquiera. En el año 1073, los poemas de Safo fueron quemados en Constantinopla y en Roma. Platón la llamó la “décima musa”. Las hetairas optaban por vivir sin yugos legales y religiosos, rehuían la rígida servidumbre que el matrimonio imponía a las mujeres. Una hetaira, como Aspasia de Mileto, tenía la oportunidad de alimentar las mismas inquietudes culturales que los hombres, asistir a las ceremonias y los sacrificios en los templos, visitar a las nobles casadas y ser correspondida por ellas. Mujeres sin yugo y con dignidad, dueñas de sus vidas, mas sin llevarlas al libertinaje.

En 1101, otra rareza, Eloísa de Paráclito nace en París. Escribirá, por urgente e íntima necesidad, cartas, desde el monasterio de Argenteuil, a su bien amado tan lejos y tan cerca de su corazón… Abelardo, de unos cuarenta años, había sido profesor particular de la joven de diecisiete años, contratado por el canónigo Fulberto, tío de Eloísa, quien había perdido a sus padres, ¿a sabiendas de los riesgos que corría su sobrina con semejante instructor?, ¿la estaba probando y a la vez tentando al filósofo y teólogo Abelardo? Abelardo y Eloísa se enamoran locamente y llegan a conocerse, en el sentido que esta palabra tiene en la Biblia. Eloísa queda embarazada. El tío la mandará adonde una hermana en Bretaña. Fulberto obliga a Abelardo a casarse con Eloísa, aunque Eloísa se opone al matrimonio con todas sus fuerzas, que no son muchas frente a la acometida del canónigo y de la moral pública, que consideraba deshonroso lo hecho por Eloísa y Abelardo. Eloísa da a luz un hijo, Pedro Astrolabio, y Fulberto contrata a un médico que junto a unos malandros invaden por la noche el recinto de Abelardo y lo castran. Ambos, cada uno en un monasterio, acaban de monjes. Eloísa, rebelde hasta la muerte, nunca perdonó del todo a Dios y a su tío la afrenta recibida por su pasión amorosa: “Para hacer la fortuna de mí la más miserable de las mujeres, me hizo primero la más feliz, de manera que al pensar lo mucho que había perdido, fuera presa de tantos y tan graves tormentos cuanto mayores eran mis daños”. El título de un libro de Stefan Bollmann, Las mujeres que escriben también son peligrosas (2007), es harto elocuente. Sugiere el poder de la lectura sobre potenciales lectores, cómo los mueve o puede llegar a conmover. Nadie sabe lo que es un libro para alguien que está encerrado, como los personajes de la obra para teatro de Beckett, La última cinta de Krapp, que, desde el recinto donde están confinados, aunque no están en la cárcel ni

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forzados, miran el exterior de vez en cuando, con un monóculo, a través de un agujero alto en el muro del recinto. Pero además sugiere, este título de Bollman, cómo al escritor de veras, sobre todo a la mujer le es indispensable, según Virginia Woolf, por defensa propia, estrangular al “Ángel de la Casa” y callar su voz moralizante, si se quiere desanudar las ataduras que impiden escribir sin autocensuras. Sugiere además aquel título, Las mujeres que escriben también son peligrosas, que el asunto no es de género, sino de una máquina literaria en acto, capaz de lidiar los miedos y las potencias que comporta el escribir. Por algo se prohibían los libros. Por algo al Convento en Armas, que era la Colonia ensimismada de la Nueva Granada, la imprenta llegó apenas en 1770, ¡misma que había sido inventada por el alemán Juan Gutenberg en 1440! Con razón expresa Virginia Woolf: “Hasta bien entrado el siglo XIX, las pocas mujeres que se atrevían a tomar la pluma, solían utilizar seudónimos masculinos para ocultar semejante acto de rebeldía. Sin embargo, ya en el siglo XIII algunas mujeres se atrevían a escribir en un mundo en el que sólo unas poquísimas privilegiadas tenían acceso siquiera a la lectura”. Que era un “residuo del sentido de la castidad” lo que “dictó la anonimidad a las mujeres hasta fecha muy tardía del siglo XIX”, precisa Virginia Woolf en Una habitación propia. Estas mujeres, como George Sand, George Eliot, etc. “víctimas todas ellas de una lucha interior como revelan sus escritos, intentaron sin éxito velar su identidad tras un nombre masculino”, obedeciendo al recato que los hombres le exigían a las mujeres. Pero otras, nuevas mujeres que ya no escribían con seudónimo, se mostraban en cambio dispuestas a seguir el consejo que daba un eminente victoriano y gran andariego a los paseantes, “Cuando veáis un cartel que diga ‘Prohibido el paso’, pasad inmediatamente”... La literatura no es coto privado, no es propiedad privada de nadie. En una conferencia pronunciada en septiembre de 1970 en Kyoto, “La locura y la sociedad”,

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Foucault hace una observación que vale para hombres como para mujeres que escriben: “(…) hasta el siglo XIX, la literatura estaba fuertemente institucionalizada con el fin de apuntalar la moral de la sociedad o de divertir a la gente. Ahora bien, hoy en día, la palabra de la literatura se ha liberado por completo de todo esto y se ha convertido en totalmente anárquica. Es decir, que hay una curiosa afinidad entre literatura y locura. El lenguaje literario no está obligado a seguir las reglas del lenguaje cotidiano…”. En Japón, en al año 1000, Murasaki, mujer de la corte, ilustrada, de familia de letrados, escribe una novela de cuatro mil doscientas páginas, Genji Monogatari, “La Novela De Genji”. Igual de intempestivas, aunque muy distintas a aquella Murasaki, venidas de nadie sabe dónde, pasaron por el mundo casi sin ser notadas las tres hermanas Brönte. Hijas de un pastor protestante de la vieja Inglaterra. Charlotte, nacida en 1810 en Cumberland, escribió dos novelas, Jane Eyre y Shirley, publicadas con seudónimo. Fue a Bélgica de institutriz, allí escribió El profesor. Emily que vivió de 1818 a 1848, muere de tuberculosis, ¡de treinta años!, escribió una novela intensa muy bien lograda, Cumbres borrascosas. Ana Brönte vive entre 1820-1849 y muere también de tuberculosis. Las tres escribían. Era para ellas una manera de respirar en aquel ambiente protestante-puritano-enrarecido-de-lavieja-y-rancia-Inglaterra, una Inglaterra que declinaba como imperio hacia el final del siglo XIX de trastornos y cambios fenomenales, proletarización de hombres y mujeres por parejo, llegada del tren y de la electricidad, del telégrafo y la comunicación inalámbrica, etc. En los Estados Unidos, poco conocidos hasta épocas recientes, resaltan los nombres de Emily Dickinson, Willa Cather, Edith Warton, Hilda Doolitle, Carson McCullers. La poeta Emily Dickinson nació en 1830 en Amherst, Massachusetts. Cosía, bordaba, tocaba un poco el piano, hacía


dulces caseros. Como su poesía, también Emily, en la Nueva Inglaterra, igual que Emily Brönte en la vieja Inglaterra, permaneció secreta. Muy distinta a Gertrude Stein, a Edith Warton, a George Sand en Francia, que vivían en sociedad. Poemas paradójicos de Emily Dickinson: Aprendemos el agua de la sed y de la travesía de los mares la tierra, el arrobo de la angustia y paz del recuento de batallas, el amor de su hueco memorioso, de la nieve los pájaros. ¡Ah, dulce nigromante! ¡Ah, hechicero erudito! Enséñame las artes de inculcar una pena que los cirujanos no alivien ni las hierbas de la pradera puedan curar. Le tengo miedo al hombre de palabra frugal, al silencioso. Al hablador puedo atraparlo, distraer al verboso, pero del que sopesa mientras el resto gasta su última libra, de ése me cuido. Temo que sea grande... Nos hacemos viejos para el amor -como para otras cosasy lo guardamos en una gaveta. Hasta que nos parece tan anticuado como los trajes que llevaban los grandes señores.

Willa Cather ya no es una encerrada doncella. De hecho, hacia 1906 entrará, disfrazada de hombre y con el nombre de William Cather, a la Universidad de Nebraska; su familia había emigrado a Nebraska viniendo de Virginia. Nace casi cuando muere Emily Dickinson, hacia 1890. Las costumbres han cambiado. Viven en un rancho donde la joven adolescente se cría entre colonos bohemios y escandinavos emigrados que buscaban prosperar en estas tierras. “El amor a los grandes espacios, a la tierra ondulada y abierta como el mar, es la gran pasión de mi vida”. Escribió O Pioneers (Oh Pioneros) y Mi Antonia. En estas novelas hace el elogio de la mujer pionera, fuerte, sana, trabaja-

dora. Escribe un libro sobre la novela, que llama La novela desamueblada. Compara la novela con una habitación clara y limpia, despejada de muebles inútiles que han sido arrojados por la ventana. Vivió durante cuarenta años con su novia-amantecompañera Edith Lewis. En sus últimas novelas, en una deriva mística, la autora exalta la labor de los pioneros católicos y los misioneros franceses que colonizaron regiones de Canadá. Carson McCullers nació en el sur de los Estados Unidos, en Columbus, Georgia en 1917. La madre, cuando estaba embarazada, esperaba un varón y quería que su hijo fuera un músico. Ella dizque había tenido unas señales según las cuales su hijo sería un genio. Nació una niña, y la madre insistía en que fuera música. Sufrió un reuma cardíaco en su infancia, mal diagnosticado, que iba a dejar huellas severas. Estudió música, sí, piano, pero a sus 17 años, como a escondidas de la madre, se va a Nueva York a estudiar letras en la Universidad de Nueva York y en la de Columbia. Muere en 1967, de cincuenta años, de un ataque al corazón. Precoz, con mucho talento y de gran éxito editorial. Escribió novelas breves, cargadas del ambiente sureño de blancos y negros en el Sur racista de EE. UU. entre 1940-1950, La balada del café triste, Reflejos en un ojo dorado y El corazón es un cazador solitario, donde leemos: “Tenía un ojo más abierto que el otro. El izquierdo, entrecerrado, escrutaba el pasado, en tanto que la mirada más amplia del derecho se dirigía asustada, a un futuro de negrura, error y oscuridad. Y él se encontraba suspendido entre el resplandor y la oscuridad. Entre la amarga ironía y la fe. Se dio la vuelta bruscamente.” Hacia el final de su vida, después de haber sido operada infinidad de veces, casi paralítica y con una pierna amputada, en una entrevista a Rex Reed, dice: “Pienso que es importante que las futuras generaciones de estudiantes sepan por qué escribí ciertas cosas; pero a mí también me importa saberlo. Me convertí en una figura literaria de la noche a la mañana. Era demasiado joven para comprender

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lo que me sucedía, o la responsabilidad que conllevaba. Y, además, era un demonio. Esto, combinado con todas mis enfermedades, en cierta medida me destruyó”. En América Latina, salvo rarezas, como el caso excepcional de Juana Inés de la Cruz que vive entre 1648-1694 en Nueva España (México colonial), las escritoras brotan arrancando el siglo XX, sobre todo en el Cono Sur. He aquí a unas mujeres apasionadas, que viven hasta el heroísmo, o casi, su pasión amorosa, su pasión que las hace escribir, su pasión por la vida… Teresa Wilms Montt nace en Viña del Mar, Chile en 1893. Rebelde a los valores burgueses de su sociedad; su ser indómito resalta en el fulgor verdefelino de sus ojos; se atreve a casarse de diecisiete años con el hijo de un expresidente chileno, Balmaceda, odiado por su propia familia también de expresidentes. Escribe con seudónimo, Tebal, entra a la masonería. Vive en Iquique con su marido y dos hijas. Se entrevera con otro Balmaceda, es juzgada por un Tribunal Familiar, la recluyen en un convento en 1915. Huye del convento y del país con la complicidad del poeta Vicente Huidobro y juntos se van a Buenos Aires, Argentina. Publica allí Inquietudes sentimentales y Los Tres Cantos. Un novio se le suicida al frente suyo en Buenos Aires. Nueva fuga, esta vez a Nueva York, en 1918; tenía la intención de colaborar con la Cruz Roja cuando estaba por concluir la Primera Guerra Mundial, pero “No me dejaron desembarcar y me encerraron con llave en el camarote… por graves sospechas de espionaje al servicio alemán… A causa de la primera letra de mi apellido [Wilms]”. Viaja a Europa, no deja de escribir, en Madrid, encuentra a Ramón del Valle Inclán y a otros escritores y poetas; va a París, el fantasma de sus dos hijas que se quedaron en Chile la persigue; en 1921, a sus 28 años, se suicida con veronal. De su Diario: “Vida, fuiste regia, en el rudo hueco de tu seno me abrigaste como al mar y, como a él, tempestades me

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diste y belleza… Sufrí y es el único equipaje que admite la barca que lleva al olvido”. María Luisa Bombal, otra rara avis, también muy hermosa de joven, Neruda la llamó “abeja de fuego”, por el tono vivo de sus ojos color miel, nació en Viña del Mar, como Wilms Montt, en 1900. Adolescente en París con su madre viuda y una hermana. Realiza estudios clásicos. Sobresaliente en composición literaria. Estudia y hace un poco de teatro, frustrado. Regresa a Chile demasiado joven todavía y, de entrada, se prenda locamente de un piloto de avión, el cual acaba de ser inventado, Eulogio Sánchez, casado. Amor contrariado, desencontrado. Fuga a Buenos Aires. Vive en un apartamento con Pablo Neruda, cónsul de su país, y su esposa holandesa, quienes llamaban “mangosta” a María Luisa, por su levedad, no se hacía notar en casa. Escribe dos relatos, o novelas muy breves, intensas, magníficas pruebas de una prosa poética, La niebla y La amortajada. Los libros tienen muy buena recepción editorial en Buenos Aires. Regresa a Santiago de Chile. Aunque habían pasado los años, se dio un encuentro fatal con Eulogio, al que por celos -él iba por una calle de Santiago con su esposa- le pegó dos tiros ‘como para dejarlo herido y no matarlo’. Fue recluida. Tratamiento médico. Eulogio exculpa a María Luisa y ésta enseguida viaja a Nueva York, como Teresa Wilms Montt, aunque a la Bombal le va mejor, ¿mejor?, ¡otra cautiva, en una cárcel de oro!, pues se radicará allí y se casará con un conde francés nacionalizado estadounidense, apostador de caballos y dueño de fortuna, algo mayor que ella, con el que tiene una hija. Aunque las traducciones al inglés de sus dos novelas breves escritas en Buenos Aires son un éxito editorial y la escritora hace una vida social de lujo en California, durante su larga estancia posterior en Nueva York no logra escribir casi nada que valga la pena, a lo largo de una deriva alcohólica que se agravará con la viudez y con los años, y que haría de ella, fatalmente, una temerosa de las puertas que se abren o se cierran, de los grifos de


agua, ¡por los que se puede colar un león!, y una defensora de la sangrienta tiranía implantada por Augusto Pinochet y los militares en Chile tras el golpe de Estado que derrocara al socialista Salvador Allende aquel otro 11 de septiembre, de 1973. Que en Chile- cuyo escudo ostenta la divisa, “Por la Razón o la Fuerza”- no había desaparecidos, sostenía Bombal en 1977. Delmira Agustini nació en Montevideo, Uruguay, en 1886, en el seno de una familia conservadora. Precoz, instruida, aprende idiomas, escribe poesía. Que se expresaba “como una mujer”, diría Rubén Darío leyendo sus poemas. Delmira tenía una larga cabellera negra, ensortijada, y le concernía mucho encontrar una expresión de la sexualidad femenina en una época en la que el mundo estaba dominado por el hombre. Se casa, el matrimonio se echa pronto a perder y ella se divorcia un mes y medio después. En julio de 1914, el exmarido la cita en un cuarto de hotel, la mata y enseguida se suicida. Ella tenía 28 años. “Lo inefable”: De Cantos de la mañana (1910) Yo muero extrañamente… No me mata la Vida, no me mata la Muerte, no me mata el Amor; muero de un pensamiento mudo como una herida… ¿No habéis sentido nunca el extraño dolor de un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida devorando al alma y carne, y no alcanza a dar flor? ¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida que os abrasaba enteros y no daba un fulgor? ¡Cumbre de los martirios! ¡Llorar eternamente, desgarradora y árida, la trágica simiente clavada en las entrañas como un diente feroz! ¡Pero arrancarle un día en una flor que abriera milagrosa, inviolable! Ah, más grande no fuera tener entre las manos la cabeza de Dios.

Alfonsina Storni había nacido en 1892 en Suiza. Llega con sus padres a Argentina cuando tenía cuatro años. De joven es actriz de teatro callejero, maestra. Escribe poesía, “Amo los cielos claros, los pastos frescos, los campos dorados, las delicadas manos, las frentes amplias, las manos pulcras”. “Hombre pequeñito,/ hombre pequeñito,/ suelta a tu canario que quiere volar…/ Yo soy el canario,/ hombre pequeñito,/ déjame saltar./ Estuve en la jaula, hombre pequeñito,/ hombre pequeñito que jaula me das./ Digo pequeñito porque no me entiendes,/ ni me entenderás./ Tampoco te entiendo,/ pero mientras tanto/ ábreme la jaula que quiero escapar;/ hombre pequeñito, te amé un cuarto de ala;/ no me pidas más.” La Storni sufre un cáncer de mama, le dan un diagnóstico equivocado, sufre complicaciones, rehúsa ir a la clínica. En 1938, tenía 46 años, se suicida en Mar del Plata arrojándose desde la escollera del Club Argentino de Mujeres… Violeta Parra, chilena, compondrá y cantará una hermosa canción, muy sentida, en memoria suya, Alfonsina y el mar, donde a propósito hace que la poeta, paso a paso, se vaya sumergiendo en el océano y se reúna con su población submarina, caballitos de mar, conchas y caracolas, sirenas… En Colombia, ¿cuánto había que esperar, en un proceso de fermentación y consolidación lento y trabajoso, para que cuajaran en el siglo XXI mujeres escritoras logradas? Por ahí están quizás, mas un escritor es una sombra, y una mujer escritora es una ecuación con dos incógnitas, nada fácil de resolver… No será gratuita, en todo caso, esta aproximación lingüística, Mejores libros-mujeres libres.

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En página derecha: "Resonancias" (1968, revisada en 1969), obra de la compositora colombo-belga Jacqueline Nova Sondag (1935-1975), hace parte de las colecciones "Partituras" y "Hojas de vida" del Centro de Documentación Musical (CDM) ubicado en las instalaciones de la Biblioteca Nacional de Colombia del Ministerio de Cultura. Sus partituras manuscritas y registros sonoros hacen parte de su legado musical, dando muestra de un espíritu inquieto que se refleja en su extensa producción musical y en sus convicciones personales de avanzada que Ana María Romano -fiel investigadora, analítica, protectora y divulgadora de su obra- nos permite tener presente e invita a re-conocer.

Documentos de interés: Romano G., Ana María (2014) Jacqueline Nova: De la exploración a la experimentación de la libertad. En: Millán de Benavides, Carmen y Quintana Martínez, Alejandra (eds.) Mujeres en la música en Colombia, el género de los géneros, Editorial Javeriana, pp 37-60. Romano, Ana María (2013) Jacqueline Nova y el maravilloso mundo del ruido. En: Especial: Chicas Afuera - edición impresa RevistaArcadia.com http://www.revistaarcadia.com/impresa/especial-chicas-afuera/articulo/jacqueline-nova-maravilloso-mundo-del-ruido/32439 Instituto de Investigaciones Estéticas (2008) Jacqueline del Carmen Nova Sondag, Catálogo de obra. En Compositores colombianos http://facartes.unal.edu.co/compositores/html/0002_4.html Fotografía: Mónica Sánchez Bernal (2014)


Otros lenguajes: mĂşsica, poesĂ­a, cine y pintura


Poetas colombianas del siglo XX * Guiomar Cuesta Escobar

P

rimero que todo, consideramos que Poesía colombiana del siglo XX escrita por mujeres. Tomo 1. Poetas nacidas hasta 1949, es, hasta el momento, la más completa antología publicada en Colombia sobre sus mujeres poetas. Y no por ausencia de talento y producción poética, como podrán darse cuenta por las conclusiones de este libro, que publicamos con Apidama Ediciones, en abril de 2013. Es por la falta de reconocimiento y aceptación de la mujer como poeta. Porque a pesar de los avan-

Tomo 1: Poetas nacidas hasta 1949

Poeta e integrante de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Academia de Historia de Bogotá ces para ella, en tantas áreas del conocimiento, así como su participación laboral en cargos directivos de alto rango, en las antologías de poesía, a lo largo del siglo XX, no habían sido incluidas sino unas pocas. Por ello hemos considerado que dichas antologías son de poesía masculina colombiana exclusivamente. El tomo 1 reúne a las poetas nacidas hasta 1949; el tomo 2, a las nacidas a partir de 1950 hasta finales del siglo. Hay un razonamiento implícito en esta división en dos tomos, en virtud de las consecuencias del 9 de abril de 1948, hecho que parte en dos la historia y la cultura de Colombia. Resumimos así el contenido del tomo 1:

Poetas

Libros de poesía publicados

Nacidas antes de 1909

5

24

Nacidas entre 1910 y 1919

10

1

Nacidas entre 1920 y 1929

9

69

Nacidas entre 1930 y 1939

23

112

Nacidas entre 1940 y 1949

37

178

Total

84

454

* Poesía colombiana del siglo XX escrita por mujeres. Poetas nacidas hasta 1949. Tomo 1. Estudio y selección, Guiomar Cuesta Escobar y Alfredo Ocampo Zamorano. Apidama Ediciones. Bogotá, abril de 1913.


Esta Antología nace de muchas semillas y experiencias a lo largo de la vida poética de sus investigadores y compiladores. Por ejemplo, los contactos de Alfredo Ocampo Zamorano con el Grupo de la revista Vivencias, de Cali, y el interés desde ese entonces de hacer una gran Antología de Mujeres poetas, que debido al cierre de dicha revista nunca llegó a concretarse. En 1987, Teresa Rozo Moorhouse se contacta conmigo, a raíz de su viaje de investigación a Colombia; buscaba las mujeres poetas para su antología: Diosas en bronce. Poesía contemporánea de la mujer colombiana, libro que publica en las Ediciones Latidos, en Irvine, California, 1995, un poco antes de su muerte. En esta forma se inicia mi contacto con el Encuentro de Poetas Colombianas del Museo Rayo, al cual he asistido durante 26 años consecutivos, con el único propósito de conocer a fondo la poesía de las mujeres de nuestro país. Desde la fundación de nuestro sello Apidama Ediciones, en 2002, hemos estado investigando la producción de nuestras mujeres poetas. La misión y el principal propósito de nuestra editorial ha sido, y es, publicar la poesía de las poetas colombianas. Como antecedente inmediato está la larga investigación realizada para la publicación de nuestras dos antologías sobre Mujeres poetas afrocolombianas, editadas en el 2008 y 2010. Cuando dos poetas, como somos Alfredo y yo, se dedican a realizar una antología poética, su primera premisa es entender el término principal de esta labor: la poética. Para nosotros, la premisa fundamental del lenguaje poético es que está conformado por líneas, a diferencia de la prosa, que está conformada por párrafos de frases correctas; estas líneas se conforman con una diferente dimensión, que el oído poético determina su dicción y su ritmo, y el cual se consolida, bien por la tradición oral o por la tradición escrita, o bien por ambas circunstancias.

Como metodología principal de análisis en esta presentación, empleamos la Sociología de la Literatura, para tratar de localizar la creatividad dentro de su entorno social, pero igualmente dando énfasis a la individualidad y al desarrollo del lenguaje propio de cada poeta, tanto como a su visión específica del mundo (véase Lucien Goldman). Por otra parte, daremos énfasis a la escucha de la acentuación y al pie, como elemento rítmico, además del silábico y de la rima. El poema se alimenta de la savia sin nombre de la existencia de la poeta o del poeta, y se plasma con la intención que reside en el Otro-Yo poético. Aquí se establece una comunicación ineludible del alma, el espíritu y la carne, existencialmente unidos a lo largo del transcurso de la vida, en el don de la contemplación de un silencio que se hace palabra. Es en el pensamiento elevado hacia ese Otro-Yo, donde se establece el logos del poema. Para eternizar lo efímero del existir en el significado de lo que se ha dicho, como lo expresa María Zambrano, es una especie de delirio que arde y consume en llamas al verbo, materia prima, vehículo y forma donde el poema surge y se consolida. Obra autóctona de arte que se desprende, rompiendo con su dicción, del silencio umbilical de su génesis. Por otra parte, como claramente aparece por ejemplo, en nuestro estudio sobre las cinco grandes poetas colombianas Matilde Espinosa, Meira Delmar, Maruja Vieira, Dora Castellanos y Olga Elena Mattei, para cada una de ellas su labor y obra poética representan un proyecto de vida, y consideramos que es aquí en donde está el meollo de la dimensión de su significación en la poesía colombiana. Para quien dedica su vida a su obra poética, esto es lo que le da un verdadero significado a su obra y, como veremos, para las mujeres poetas que presentamos en los dos tomos de Poesía colombiana del siglo XX escrita por mujeres, el oficio y dedicación a su obra les entregan una nueva dimensión

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a su vida, porque transformaron su obra poética en un auténtico proyecto de vida. Y si algo han ganado las poetas a través de los siglos, es esta lucidez, esta conciencia de su ser de poetas, cada vez más despiertas y lúcidas, como lo verifica el padre de todos ellos, Baudelaire: Todo poeta es mártir de la poesía, le entrega su vida, sin reservarse ninguna parte de su ser para sí, y asiste con mayor lucidez a esta entrega, y tan íntima es su convivencia con las fuerzas divinas que engendran el delirio, que ha llegado a convertir la inspiración en trabajo. Lo cual no es de modo alguno negar la inspiración, sino entregarse a ella enteramente, entregarse a ella heróicamente, con todas las facultades dispuestas (pp. 43-44). A nuestro parecer, y como hipótesis de trabajo previa a todo el planteamiento que aquí se hace, mientras que los poemas de las poetas hispanoamericanas profundizan y vivencian, dentro de este logos de la intención poética, que reside en su Otro-Yo de poetas, viviendo en la carne, adentrándose en ella, sabiendo de su angustia y de su muerte, esto se está o se ha ido perdiendo en muchos de los poemas escritos por hombres, debido al cansancio de su paradigma, que comienza a caducar y a reflejarse en el pesimismo creciente de su intención poética. En resumen, se comprueba cómo, en términos muy generales, muchas han sido y son las transformaciones y enfrentamientos del Canon en lengua castellana. Pero en toda esta evolución, quienes lo establecen, históricamente, son poetas varones, a excepción de Magda Portal, poeta peruana de los años veinte. Ello da lugar al empoderamiento de los poetas varones y a su prevalencia durante más de cuatrocientos años. Proponemos como premisa de este trabajo como a partir de 1975, Año Internacional de la Mujer, se despierta una nueva conciencia en muchas mujeres

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de nuestro país y del mundo, acerca de la situación de desigualdad a que hemos estado sometidas por siglos. Y luego, en 1984, año de la fundación del Encuentro de Poetas Colombianas del Museo Rayo, en Roldanillo, Valle, momento en el cual se consolida la presencia y la participación de las mujeres poetas, en una forma más activa y directa, como parte esencial de la poesía colombiana. Especialmente desde que nos estamos congregando las poetas, anualmente, en el Encuentro de Poetas Colombianas del Museo Rayo -ya vamos para treinta años consecutivos-, hemos llegado a la conclusión de cómo nuestra verdadera realización poética se concentra en la construcción de una vida propia e independiente, en la cual podemos verdaderamente cimentar nuestro oficio y nuestros poemas. Es esta una labor de creación silenciosa y definitiva, para perfeccionar nuestra propia necesidad de contar con un verdadero proyecto de vida, ahora con esta compañía y comunidad poética que se ha establecido y crece entre nosotras, aceptándonos como somos, sin distingos y con afecto, sin violencia, ni envidias, ni desarraigos. Con este reconocimiento crece nuestra auto estima y cada una de nosotras se destaca con sus valores propios, dentro de este grupo real y tangible, el cual ha crecido a lo largo del tiempo. Así, en un ambiente de mutuo respeto, llegamos como un logro muy personal, que requiere de todo nuestro esfuerzo y de una gran creatividad innovadora, a superar nuestros propios límites poéticos. Con ello entendemos cómo la poeta debe ser la profeta de sí misma y de sus poemas, y este trabajo es el resultado del misterio que encierra esta labor de poeta. Porque la poesía es un misterio que se revela en el silencio y no se puede ni divulgar ni forzar. No se desentraña, florece. Se cultiva, pero no se reemplaza. No puede copiarse ni falsificarse porque quien trate de hacerlo, perderá su ritmo, su oído, su fuerza interior y su verdadero hallazgo poético. Porque es en esa continua dedicación al misterio de


creación poética, como semilla silenciosa, la cual germina en los límites mismos del alma con el cuerpo y el espíritu, en el secreto profundo de nuestro ser interior, donde se logra la verdadera poesía. Para esta presentación de Poesía colombiana del siglo XX escrita por mujeres, queremos basarnos en dos tradiciones femeninas latinoamericanas, que requieren ser reconocidas como tales. Por una parte El discurso en loor a la poesía (1608), publicado por una mujer poeta peruana anónima, que se ha identificado con el seudónimo de Clorinda, y que ha sido considerado como una verdadera arte poética (cfr. Poesía peruana, Antología general. Tomo II, 1984). Ya a finales del siglo XIX la gran poeta colombiana Agripina Montes del Valle, en respuesta a una crítica de Rafael Pombo, manifestaba su independencia poética frente a los cánones de la preceptiva literaria. Citaba a Horacio, para manifestar la libertad de expansión por el sentimiento poético y su intención de poder utilizar y renovar los cánones, en la medida misma de su expresión. Como diría Baudelaire: La irregularidad, es decir, lo inesperado, la sorpresa o el estupor, son elementos esenciales y característicos de la belleza. Esto lo propone, aún antes de la vigencia poética de las otras reconocidas poetas mujeres hispanoamericanas, nacidas en el siglo XIX, tales como Delmira Agustini (1886-1914), Gabriela Mistral (1889-1957), Alfonsina Storni (1892-1938) y Juana de Ibarbourou (1895-1979). Por otra parte, Magda Portal (1900-1989), poeta peruana, es la verdadera pionera al proponer un Canon original, desde un punto de vista renovador, verdadera mujer revolucionaria, en su pequeño libro: El nuevo poema y su orientación hacia una estética económica (México: Ediciones APRA, 1928). Es un novísimo Canon, que en el caso de los poemas de esta Antología, y de la obra de las poetas aquí compiladas, al igual que de otras

mujeres poetas españolas e hispanoamericanas, está siendo determinado por una hermandad implícita o explícita de estas poetas mujeres. Es una Antología actual y vigente, de la cual las poetas mujeres colombianas, son y hacen parte integral.

1. Primera cohorte: poetas nacidas antes de 1909 1. Agripina Montes del Valle. Salamina, Caldas, 1844 - Anolaima, Cundinamarca, 1915. 2. Blanca Isaza de Jaramillo Mesa. Abejorral, Antioquia, 1898 - Manizales, Caldas, 1967. 3. Margarita Gamboa. El Salvador, América Central, 1899 - Cali, Valle del Cauca, 1991. 4. Laura Victoria (Gertrudis Peñuela de Segura). Soatá, Boyacá, 1904 - Ciudad de México, 2004. 5. Isabel Lleras Restrepo de Ospina. Bogotá, Cundinamarca, 1909-1965.

El entorno: Colombia 1860-1920 Durante el período histórico comprendido entre 1860 y 1920, que corresponde al ciclo vital de nuestra primera poeta antologada, Agripina Montes del Valle, la esfera política en Colombia fluctúa entre la tesis de un Federalismo liberal, las antítesis de la Regeneración y la Guerra de los Mil Días, y la síntesis de un centralismo conservador de derecha. Agripina cumple sus 16 años, es decir la primera fase de su formación, en plena vigencia del Federalismo. Por otra parte, tanto Blanca Isaza, nacida en 1898, Margarita Gamboa, nacida en 1899, y Laura Victoria (Gertrudis Peñuela), nacida en 1908, viven esta primera fase de su formación en la culminación de tal ciclo político, y más aún Isabel Lleras Restrepo de Ospina, la única poeta bogotana en esta cohorte, quien nace en el seno de una familia de eminentes educadores y de las más notables de la capital del país.

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Agripina nace en 1844, en Salamina (hoy departamento de Caldas), población que desde 1831 había sido designada como capital de la Provincia del Sur del Estado Soberano de Antioquia. La región había sido poblada por emigrantes de Abejorral, Sonsón y Santuario, los cuales partieron del oriente antioqueño, de las tierras de la llamada Concesión Villegas, hacia las tierras de la llamada Concesión Aranzazu. Se estima que para 1850, Salamina sobrepasaba los cuatro mil habitantes, mientras que Manizales apenas acababa de ser fundada en 1849. Así pues, la primera socialización y educación de la poeta se realiza en el seno de una familia pionera de la colonización antioqueña. Agripina es enviada por sus padres a estudiar a Bogotá, al Colegio de La Merced, y a su regreso se casa con el joven poeta Miguel del Valle, con quien se traslada a Manizales. En esta ciudad Agripina funda y dirige el Colegio de La Concepción, donde fue pionera del método de lecciones orales, que luego se convertirá en el Método Montessori, y durante todo este tiempo, difunde sus poemas. En 1872, gana en Chile la Medalla de Honor, con su poema América del Sur, y en Manizales, en 1874, se le nombra directora del recién fundado periódico El Ruiz. Enviuda en 1887, y para culminar su carrera como educadora es nombrada directora de la Escuela Normal del Departamento del Magdalena, en Santa Marta. Luego regentará un colegio en La Mesa, Cundinamarca. Muere en Anolaima, en 1915, a la edad de 71 años. Es a partir de la segunda etapa cuando Agripina Montes desarrolla toda su labor de poeta y educadora. De 1885 hasta finales del siglo, ha entrado la llamada Regeneración a imponer sus políticas, en medio de la continua confrontación y falta de unidad entre los dirigentes colombianos, que desde el comienzo de la República, caracteriza al país. Ya para entonces, 1887, nuestra poeta ejerce su doble estatus de poeta y educadora, como directora de la Escuela Normal en Santa Marta. Fue también partícipe del Círculo Literario El Oasis, de Medellín, entre 1868 y 1869.

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La tercera poeta, Margarita Gamboa, quien nace en El Salvador, merece un comentario especial. Fue junto con Laura Victoria, una de las grandes precursoras y revolucionarias, con su poesía erótica, en nuestro país. Nace en medio de una familia valluna liberal, anticlerical, de avanzada, poco común en su época, familia con hondas inclinaciones hacia la lengua y la poesía. Viajó por Europa y Estados Unidos, donde escribió muchos de sus poemas, dio recitales en Cali y sus alrededores, mientras en Colombia las mujeres tejían y estaban sometidas al dominio de sus padres, hermanos y esposos, y no habían adquirido aun los derechos civiles ni políticos. Margarita maneja el poema con un perfecto dominio del lenguaje. Combina su intencionalidad poética y erótica, con el más directo y exquisito uso del idioma. Apela a la sensualidad, con tal refinamiento y modernidad en el empleo de las palabras, que parecería una mujer nacida a finales del siglo XX y principios del XXI, donde nosotras, ya dueñas de nuestro ser interior y empoderadas de nuestro talento, y sobre todo de nuestro cuerpo, expresamos sin temores ni tapujos toda nuestra sensibilidad erótica y somos capaces de hacerle las más bellas y descarnadas confesiones a nuestro amante. Siguiendo una antigua orientación valorativa de la filosofía y la metafísica que evolucionó en la era cristiana, y específicamente con base en su evolución medieval tomística, en la tradición colombiana, en forma paralela como se venía haciendo desde la Colonia, y prácticamente en toda Hispanoamérica, por imposición legal (esfera políticojurídica) se definía la esfera humano-familiar como el ámbito prioritario y casi exclusivo para la mujer. En esta forma se determinaban como puntos críticos, a favor de quienes ejercíamos este estatus, supuestamente pre-definido por ley y el derecho divino, como dominantes. Según ellos, se eliminaba por definición, nuestra naturaleza femenina del riesgo de cuestionar dicho estatus, y peor aún, no podíamos siquiera llegar a aspirar a competir por


ellos, ni prepararnos para ocuparlos, o para ejercer roles creativos en estas esferas. Estructuralmente se hacía disfuncional esta probabilidad, a favor total y exclusivamente del varón, quien autodefinía, con falsos razonamientos, su estatus masculino, como definitivamente superior al femenino. En la esfera cultural es necesario enfatizar dos aspectos: el primero fue la creación y circulación de un buen número de revistas independientes que buscaban lectoras femeninas, como Matachines Ilustrados, en 1855, o la Biblioteca de Señoritas, que circuló en 1858 y 1859. Patricia Londoño (1955) identifica 28 publicaciones, para el período 18551920. De ellas, más de la mitad (16), se publican en Bogotá, cuatro en Medellín, tres en Cartagena, dos en Barranquilla, una en Yarumal, una en Mompox y una en Pereira. El segundo fue la participación de Agripina en dos círculos literarios: uno en Medellín -como se dijo antes- el Círculo Literario El Oasis, entre 1868 y 1869. El otro en Bogotá, El Parnaso. Esta participación de la mujer en la literatura colombiana, durante el siglo XIX, según Ana María Agudelo, tiene las siguientes características: las dos primeras poetas antologadas, Agripina Montes y Blanca Isaza, provienen precisamente de la nueva visión que surge de la colonización antioqueña, y por ello nuestra hipótesis para un análisis posterior, a mayor profundidad, es que su visión de mundo, como la define Lucien Goldman, nace de estos nuevos estratos sociales colombianos. Como caso excepcional está la tercera poeta, Margarita Gamboa, nacida en El Salvador y luego se traslada con su familia a Cali; hoy día los Gamboa se han constituido en una dinastía de poetas, tal y como fue titulado el libro de Vicente Pérez Silva y Hugo Cuevas Mohr, publicado para el centenario del destacado poeta Isaías Gamboa. Las otras dos poetas de esta cohorte provienen de la región cundiboyacense, en donde surge desde

finales del siglo XIX una nueva visión de progreso para la educación de la mujer, como normalista y maestra de escuela, que abre oportunidades al talento y dedicación al trabajo creativo de estas dos mujeres.

2. Mujeres poetas nacidas de 1910 a 1919 1. Matilde Espinosa. Huila, Cauca, 1910 - Bogotá, Cundinamarca, 2008. 2. Anita Díaz. Gachetá, Cundinamarca, 1910 Bogotá, Cundinamarca, 1989. 3. Helvia García de Bodmer. San Gil, Santander, 1912-1998. 4. Teresa Martínez de Varela. Quibdó, Chocó, 1913-1998. 5. Carmelina Soto. Armenia, Risaralda, 19161994. 6. Carmen Ortiz de Gómez. Piedecuesta, Santander, 1916-1930. 7. Rosalina Barón de Wilches. Bucaramanga, Santander, 1916-1996 8. Mariela del Nilo (Alicia Emma Arce de Saavedra). Buga, Valle del Cauca, 1917 - Palmira, Valle del Cauca, 2006. 9. Sylvia Lorenzo (Sofía Sicard). Agrado, Huila, 1918 - Bogotá, Cundinamarca, 2007. 10. Emilia Ayarza. Bogotá, Cundinamarca, 1919 Los Ángeles, California, 1966.

La realidad de la educación La Ley 56 de 1927 decretó el carácter obligatorio de la educación primaria, y permitió que la educación secundaria, que era ofrecida por los colegios oficiales, fuera también organizada de forma privada y con libertad de enseñanza. Ni siquiera el 10% de la población matriculada en primaria, continuaba con la educación secundaria. Las transformaciones educativas sólo empezaron a ocurrir en la década de los cincuenta, cuando se presentó un rápido y sostenido crecimiento económico y

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un cambio significativo en la estructura económica y demográfica del país. Sin embargo, como anota Herrera (1995): De 104 mil mujeres que pasaron por las aulas en 1938, sólo 104 alcanzaron el grado de bachilleres. A mediados de los años cuarenta, de los matriculados en el bachillerato académico, la participación femenina era de 36%, y en el bachillerato industrial el 37% eran mujeres. En el nivel de educación superior el 2%, de los 5.113 estudiantes universitarios, eran mujeres. Desde 1950 hasta mediados de los 60, los indicadores educativos crecieron en el país a un ritmo nunca antes visto.

Los años formativos Los años entre el fin de la Primera Guerra Europea y la crisis de 1929-1932, corresponden a los de formación de estas poetas. La época coincide también, en la esfera política, con los movimientos sufragistas, al que se ven todas las poetas comprometidas a apoyar, de una u otra manera. En la esfera humana, su aspiración más importante era el ingreso de la mujer a la universidad. En Suramérica, el Perú es pionero al abrir las puertas de la Universidad a la mujer, mediante una ley de 1903. En Colombia esta resolución tardará en llegar hasta la década de los años treinta, pero la participación masiva y efectiva se da realmente a partir de la década de los cincuenta, y en 1957 se nos reconoce nuestro derecho al voto.

La autorrealización poética y la problemática colombiana Todo ello se origina en la fuerte presencia en los poemarios de las mujeres poetas colombianas, a lo largo del siglo, de una búsqueda de autorrealización, renovación y superación. Precisamente, es en la poesía y en los poemas de Matilde Espinosa, donde esta autorrealización se cumple con

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mayor efectividad y eficacia. A Matilde Espinosa la hemos propuesto como la primera creadora de una poesía de problemática social. Luego vienen Meira Delmar, Maruja Vieira, Dora Castellanos y Olga Elena Mattei. (Véase nuestra Antología: Tierra, Agua, Aire, Fuego e Infinito. Apidama Ediciones, 2004). En resumen, sostenemos cómo los poemas de Matilde Espinosa, llevan toda nuestra realidad entre sus venas, muy específicamente la realidad del siglo XX colombiano. Matilde Espinosa contribuye en forma definitiva, como poeta y activista en la lucha por la defensa de los Derechos de la Mujer. Nace en 1910 y a los 17 años contrae matrimonio con el pintor Efraín Martínez, de Popayán, uno de los artistas más importantes de esta ciudad. Se van a vivir a París, allí tiene sus dos hijos, pero la vida con Martínez se le convierte en una pesadilla. Al regresar a Colombia, y aconsejada por su mamá, se separa del pintor, quien la acusa de abandono de hogar. Ella se refugia en la clínica de un médico chileno en Cali; dicha clínica era considerada territorio chileno y no podían apresarla para ser recluida en la cárcel. En Cali recibe en su casa a poetas exilados de España, como Rafael Alberti y su esposa, María Teresa León. Crea, junto con algunas obreras del Valle, la revista Vanguardia Femenina, para luchar por el Voto para la Mujer, y lo defiende también en la plaza pública. Con su filiación de izquierda, convierte al que fuera luego su marido, Luis Carlos Pérez, en un dirigente de este sector político. La voz de Matilde se aparta de los modelos de poesía de su momento; es la poeta que ha abordado la realidad del país y su desgarramiento, con la pasión que le hizo amar y comprender a los indígenas Paeces, del Huila, su caserío natal. Su poesía refleja la realidad del subdesarrollo, con todas las desigualdades, dependencias e injusticias, que nuestro proceso histórico ha generado. En su poesía,


Matilde Espinosa contrasta la belleza de los paisajes, la naturaleza y la gente humilde, con el flagelo de la pobreza y las desigualdades de género que prevalecen en nuestro país. La actividad de la poeta Anita Díaz, como defensora y promotora de los Derechos de la Mujer, fue extensa y permanente, recorrió el país dictando conferencias para orientar y despertar en la mujer esa necesidad de hacer reconocer sus derechos. Fundó y dirigió, con sus propios medios, la radio revista Pensamiento, donde fueron presentados los valores del pensamiento femenino. Fue jefe de información y prensa de la Organización Nacional Femenina y, en el campo internacional, ante la Organización de Estados Americanos, OEA. Ocupó numerosos cargos diplomáticos, tanto en este último organismo, como en otras misiones diplomáticas, en el papel de Embajadora y Delegada en varios congresos internacionales; participó en la Asociación de Escritores y Artistas de Colombia. El Gobierno de Nicaragua la condecoró con la Orden Rubén Darío por su libro Canto a Nicaragua, y el Ateneo de Madrid le concedió la Lira de Oro por su libro Canción del Arado. Emilia Ayarza merece una especial mención. Doctorada en Filosofía y Letras en la Universidad de los Andes, colaboradora de la revista Mito y gran amiga de los Cuadernícolas (aunque también los Piedracielistas, los de Cántico y los post-cuadernícolas eran todos bien recibidos en sus famosos ágapes literarios y artísticos). Viajó por Estados Unidos, Canadá, Europa, África, Centro y Suramérica. Los últimos diez años de su vida residió en México, donde fue acogida con entusiasmo, no sólo por su poesía (la más audaz en ese momento, entre la escrita por mujeres), sino por su socialismo político y sensibilidad cultural. Ganó un premio por su cuento Juan Mediocre se suena la nariz (1962), y dejó una novela inédita: Hay un árbol contra el viento.

3. Poetas nacidas de 1920 a 1929, hacia una Colombia moderna 1. Dolly Mejía. Jericó, Antioquia, 1920 - Madrid, España, 1975. 2. Meira Delmar. (Olga Isabel Chams Eljach). Barranquilla, Atlántico, 1921-2009. 3. Esther López Martínez. Filandia, Quindío, 1922 - Medellín, Antioquia, 1992. 4. Maruja Vieira. Manizales, Caldas, 1923. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 5. Dora Castellanos. Bogotá, Cundinamarca, 1924. 6. Lucía Javier (Josefina Henao Valencia). Sonsón, Antioquia, 1924. 7. Dominga Palacios (Emma Gutiérrez de Arcila). Manizales, Caldas, 1926-2003. 8. Gloria Nieto de Arias. Bogotá, Cundinamarca, 1927. 9. Ruth González de Quintero. Jericó, Antioquia, 1927 - Medellín, Antioquia, 2012. La actividad para la publicación de poemarios de las nacidas en la década de 1920 a 1929, aquí antologadas, se inicia veinte años después, a partir de la década de los años cuarenta. Y se extiende hasta bien entrado el siglo XXI, a excepción de Dolly Mejía, quien muere muy joven, en 1975, y de Esther López Martínez, quien muere en 1992. En total el aporte de esta cohorte a la poesía colombiana es de 69 libros de poemas publicados. Sumados a los de las dos cohortes anteriores (95), dan un total de 164 libros publicados por estas tres cohortes de mujeres poetas colombianas. Dora Castellanos fue la primera mujer poeta en ingresar a la Academia Colombiana de la Lengua. También son miembros de dicha Academia, en esta cohorte, Maruja Vieira, Gloria Nieto de Arias y Meira Delmar. Laura Victoria fue recibida como miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, antes de fallecer en México cuando acababa

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de cumplir 100 años. Obsérvese cómo, a excepción de Dolly Mejía, quien fallece en 1975, las demás poetas de esta cohorte están activas a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. En toda la obra de esta cohorte de poetas mujeres se observa una diversidad muy grande, tanto por la temática como por la dicción de todas ellas. Por ejemplo Dolly Mejía, cuya dicción e imágenes marcan un hito, es cercana a los piedracielistas; su poesía es clara y extremadamente sensual. Muere muy joven, y quisiéramos pensar que de haber vivido el resto del siglo XX, su trayectoria sería complementaria a la de Meira, Maruja, Dora y Dominga. Proponemos que esta cohorte supone una cúspide muy alta, no solo en la poesía colombiana, sino para la de toda la lengua castellana.

4. Poetas nacidas en la década del treinta (1930-1939). La Revolución en Marcha 1. Gloria Serpa Flórez. Bucaramanga, Santander, 1931. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 2. Beatriz Castelblanco de Castro. Tunja, Boyacá, 1931 – Bogotá, Cundinamarca, 2013. 3. Rina Tapia de Guzmán. Cochabamba, Bolivia, 1931. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 4. Luz Colombia Zarkachenko de González. Istmina, Chocó, 1931. Radicada en Miami, Florida. 5. Gloria Cepeda Vargas. Cali, Valle del Cauca, 1931. Radicada en Popayán, Cauca. 6. Mara Agudelo (María Glafira Agudelo Álvarez), Toledo, Antioquia, 1931. Radicada en Medellín, Antioquia. 7. Olga Elena Mattei. Arecibo, Puerto Rico, 1933. Radicada en Medellín, Antioquia. 8. Mercedes Medina de Pacheco. Tunja, Boyacá, 1933. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 9. Dorian Hoyos. Manizales, Caldas, 1933. 10. Teresa Alzate Sanders. Medellín, Antioquia. 1933. Radicada en Cali, Valle del Cauca.

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11. Dora Mejía. Pereira, Risaralda. 1933. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 12. Elisa Posada de Pupo. Barbosa, Antioquia, 1933. Radicada en Cali, Valle del Cauca. 13. Beatriz Zuluaga. Manizales, Caldas, 1934. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 14. Lucrecia Panchano. Guapi, Cauca, 1935. Radicada en Cali, Valle del Cauca. 15. Inés Cano Fernández. Bogotá, Cundinamarca, 1935. 16. Aurora Arciniegas. Bogotá, Cundinamarca, 1936-2000. 17. Carmen Helena Aguilar. Palmira, Valle del Cauca, 1936. 18. Elsy Ríos. Portezuela, vereda del Municipio de Rionegro, Antioquia, 1937. 19. María Teresa Arrázola. Bogotá, Cundinamarca, 1938. Radicada en Minnesota, USA. 20. María Cristina Mera. Cali, Valle del Cauca, 1938-1994. 21. Ana Patiño Durán. Galán, Santander, 1938. 22. María del Pilar Paramero Silva. El Cocuy, Boyacá, 1938. Radicada en Tunja, Boyacá. 23. Blanca Helena Muñoz Escobar. Pereira, Risaralda, 1939. Radicada en Cali, Valle del Cauca. Podemos darnos cuenta cómo estas 23 poetas estuvieron activas toda la segunda mitad del siglo XX. Sus publicaciones fueron constantes, prácticamente desde los años sesenta, en pleno Frente Nacional, y continúan publicando hasta el nuevo milenio, con la única excepción de María Cristina Mera. El total de los poemarios publicados por las poetas en la década del treinta hasta el presente, es de 112 libros, que sumados a los 164 registrados para las otras cohortes dan un nuevo total de 276 libros.

5. Poetas nacidas de 1940 a 1949 1. Nora Puccini de Rosado. Barranquilla, Atlántico, 1940. Radicada en Bogotá, Cundinamarca.


2. Cecilia Balcázar de Bucher. Cali, Valle del Cauca, 1940. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 3. Adela Guerrero Collazos. Riosucio, Caldas, 1940. Radicada en Cali, Valle del Cauca. 4. Águeda Pizarro. Nueva York, 1941. Radicada en Roldanillo, Valle del Cauca. 5. Montserrat Ordóñez. Barcelona, España, 1941 - Bogotá. Cundinamarca, 2001. 6. Ofelia Margarita Benet Robinson. San Andrés Islas, 1941. 7. Olga Malaver. Armenia, Quindío, 1941. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 8. Neyla Vélez de Meziat. Guaduas, Cundinamarca, 1941 - Bogotá, Cundinamarca, 2001. 9. Fanny Muñoz. Vélez, Santander, 1941. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 10. Felisa Escobar Carvajalino. Cartagena, Bolívar, 1942. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 11. Yolanda Delgado. Restrepo. Valle del Cauca, 1943. Radicada en Cali, Valle del Cauca. 12. Flor Alba Uribe Marín. Leticia, Amazonas, 1943 - Bogotá, Cundinamarca, 2004. 13. Teresa Sevillano. Sopetrán, Antioquia, 1944. Radicada en Medellín, Antioquia. 14. María Teresa Ramírez. Corinto, Cauca, 1944. Radicada en Cali, Valle del Cauca. 15. Gabriela Castellanos. Santiago de Cuba, 1944. Radicada en Cali, Valle del Cauca. 16. Gloria Uribe Mutis. Bucaramanga, Santander, 1944. 17. María Mercedes Carranza. Bogotá, Cundinamarca, 1945-2003. 18. Marga López Díaz. La Ceja, Antioquia, 1946. 19. Patricia Ariza. Vélez, Santander. 1946. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 20. Margarita Galindo. Barranquilla. Atlántico, 1946. 21. Amparo Zuleta Panesso. Manizales, Caldas, 1946. 22. Mary Grueso Romero. Guapi, Cauca, 1947. Radicada en Buenaventura, Valle del Cauca.

23. Bella Clara Ventura. Bogotá, Cundinamarca, 1947. 24. Amalia Lú Posso. Quibdó, Chocó, 1947. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 25. Aura Rosa Cortés Amador. Bogotá, Cundinamarca, 1947. Radicada en Cali, Valle del Cauca. 26. Alicia Haydar Ghisays. Cartagena de Indias, Bolívar, 1947. 27. Anabel Torres. Bogotá, Cundinamarca, 1948. Radicada en Madrid, España. 28. Carmiña Navia. Cali, Valle del Cauca, 1948. 29. Edda Cavarico. Bogotá, Cundinamarca, 1948. 30. Mariela Zuluaga. Villavicencio, Meta, 1948. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 31. Inés Blanco (Luna de Abril). Bogotá, Cundinamarca, 1948. 32. María Clara Ospina Hernández. Nueva York, 1949. 33. Amparo Villamizar Corzo. Pamplona, Norte de Santander, 1949. 34. Esperanza Jaramillo. Manizales, 1949. Radicada en Calarcá, Quindío. 35. Graciela Rincón. Socorro, Santander, 1949. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. 36. Rosa Victoria Mejía de Gómez. Socorro, Santander, 1949 37. Ana Teresa Mina Díaz. Caloto, Cauca, 1949. Radicada en Bogotá, Cundinamarca. A partir de los años sesenta, la educación universitaria se abre plenamente, hasta que la mujer llegó a tener una participación de más del 50%. En la política, con el derecho al voto, que se utiliza por primera vez en el plebiscito de 1957, con una participación del 42% de los y las votantes, se amplía su participación en los cargos directivos de esta esfera en la rama judicial, ejecutiva, en los ministerios, gobernaciones y alcaldías. En las corporaciones públicas tiene participación tanto en concejos y asambleas, como en la Cámara y el Senado.

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Sin embargo, en estos ámbitos la proporción de su participación no llega a equipararse a la de los varones, a pesar de que en otros países, como en Ruanda, por ejemplo, las mujeres representan la mayoría en la rama legislativa. Finalmente, con el acceso a la universidad, a la mujer colombiana se le abren las oportunidades de ocupar altos cargos en la esfera económica y financiera; y en el mercado, en general. Sin embargo, tampoco se ha llegado a la paridad, ni siquiera salarial, aun entre personas con la misma trayectoria. En cuanto a la esfera geográfica-ecológica proponemos un estudio en profundidad, que de utilizar el indicador de la propiedad, por ejemplo, entre las zonas rurales y urbanas, arrojaría diferencias demasiado notorias. Entre las poetas de esta década nos encontramos a un grupo importante de ellas, quienes obtuvieron su maestría en Literatura y luego un doctorado en alguna universidad de los Estados Unidos, ocupando cargos muy destacados como docentes en universidades tanto de los Estados Unidos, como de Colombia. Es el caso de Cecilia Balcázar de Bucher, Águeda Pizarro, Montserrat Ordóñez, Gabriela Castellanos y Carmiña Navia; las dos últimas son integrantes del Centro de Estudio de Género Mujer y Sociedad, de la Universidad del Valle. Águeda Pizarro es la fundadora y Directora del Encuentro de Poetas Colombianas del Museo

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Rayo, especialista en la poesía de Mujeres Latinoamericanas, en especial de las Mujeres Colombianas del siglo XX. En el Encuentro nos hemos conocido y formado una buena parte de las poetas de nuestro país. Montserrat Ordóñez, especialista en Estudios de Género, murió en 2001, y fue invitada por distintas universidades de Europa y Estados Unidos, a dictar conferencias sobre su especialidad. Así nuestro análisis plantea cómo las grandes poetas pioneras de esta Antología, marcan la pauta y la altura y sirven de ejemplo y guía a todas las otras poetas aquí antologadas. Y, según nuestra hipótesis, estas mujeres poetas están más abiertas a nuevas poderosas corrientes poéticas. Esto se refleja, además, en muchos de sus poemas que son la praxis de creación de un nuevo canon poético. De esta forma la poesía colombiana surge nani gigantum humeris insidentes, o sea, sobre la magna labor de las mujeres poetas, quienes han abierto y definido un nuevo camino de autorrealización y logros. Siguen a ellas, un número y una presencia cada día más creciente de poetas mujeres colombianas y de su obra, cuyos poemas iluminan a las jóvenes poetas de la nueva generación hacia el futuro. Los poemarios publicados por las 84 poetas que estamos presentando en la presente antología son en total 454.


Historias en movimiento * y en-canto Felipe Jaramillo Gómez

La vida en primer plano

L

a relación entre un libro y su película siempre trae desafíos, producto de un constante diálogo. Hay personajes y elementos más obvios en el texto y silencios más pronunciados en la cinta. Hay frases explícitas en uno, mientras se habla con los ojos en el otro. (...) La vida misma es ya una cosa vergonzosa y algunas almas sienten tanta vergüenza que casi no resisten permanecer dentro del cuerpo. Está casi comprobado que la timidez es la causa de muchos suicidios. ¿Cuál es la gran maravilla de ser hombre?

Abogado y Magíster en Literatura de la Universidad de los Andes. Corrector de estilo y editor de contenidos digitales Alguien se muere y la fiesta sigue. De antemano uno está destinado a morir y uno lo sabe. Isaac Bashevis Singer. La esposa perdida

Eso tiene la ficción: no es difícil que nos duela más la vida íntima de un personaje que la del prójimo. Alguna vez un escritor ruso confesó: “la mayor desgracia de mi vida ha sido la muerte de Ana Karenina”. Lo confesó porque conocía a Ana Karenina, y la conocía porque la obra de la que nació es un examen de su vida. De allí el embeleso de una película como «La vida de Adèle», una larga contemplación en primer plano: Abdellatif Kechiche, su director, observa con insistencia su vida, persiste en ella, gracias a lo cual llegamos a conocer a Adèle. «La vida de Adèle» está basada en «Le bleu est une couleur chaude» (El azul es un color cálido), novela gráfica de la historietista Julie Maroh. Pero es una adaptación libre, que no transita por los lugares comunes de la sexualidad conflictiva, lugares en los que sí cae la novela. En la novela, Adèle es

* Los dos artículos que fueron publicados originalmente en la revista virtual i.letrada (i.letrada.co).


Clementine, y su vida es mucho más trágica que la de Adèle. Maroh habla de la sexualidad como armando un panfleto, como si los límites no fueran difusos. Clementine sufre no por entender quién es y hacia dónde la lleva su deseo, sino porque cree volverse lesbiana. En manos de Kechiche, Adèle nunca diría, como lo hace Clementine: “It’s not right, she’s a girl, it’s horrible” (Eso no está bien, es una chica, es horrible). Y la respuesta de Valentine —su amigo homosexual—, es el vicio de la corrección política, es ponerlo todo a la vista, y no saber que en la ficción lo que vale es lo que se sugiere: “Clem, what’s horrible is that people kill each other for oil and commit genocide, not that they give their love to someone” (Clem, lo que es horrible es que las personas se maten por petróleo y cometan genocidios, no que le den su amor a alguien). Adèle sugiere todo con los ojos, porque Kechiche, empeñado en el primer plano, no los pierde nunca de vista. Así la examina, y así la conocemos, vivamente, como Dovlátov —el escritor ruso— conoció a Ana Karenina. Todo el conflicto de Adèle está en la forma en que mira o, mejor, en que evita mirar. Allí está el núcleo de su sexualidad, en la desviación tímida de los ojos. Kechiche no necesita hacer decir a Adèle lo que Maroh hace decir a Clementine. Tras un encuentro frustrado con una compañera en el baño del colegio, Adèle camina por los pasillos, sorda a los llamados de los demás. La cámara, en primer plano, solo se planta frente a ella, en su confusión, en los ojos inquietos, en una que otra lágrima que no puede evitar. Clementine, en cambio, llora en el baño, no sale de allí, y piensa con rabia: “I’ll never leave the house again” (Nunca saldré de la casa otra vez). Cuando de un libro nace una película, se suelen perder cosas en el camino. «La vida de Adèle» no es la excepción. En «Le bleu est une couleur chaude» los personajes no van quedando relegados;

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Maroh los cuida, no los olvida, todos ellos son importantes: Valentine —su amigo homosexual, su confidente, que en la obra de Maroh desempeña un papel mucho más importante que en la película, y de cuya boca solo salen fruslerías—, los papás de Clementine —quienes en la novela descubren a Emma desnuda, en la cocina, por lo que Clementine huye de la casa con ella a medio vestir—, Sabine —la novia de Emma que en «La vida de Adèle» se desvanece sin explicación—, sus compañeros de colegio. En la película, estos personajes se olvidan. Adèle es el centro de todo; los demás son excusas. Pero de qué valen esos personajes, cuando en la novela de Maroh están ahí, cliché tras cliché, para decir: “We do not choose the one we fall in love with, and our perception of happiness is our own and is determined by what we experience…” (No podemos escoger de quién nos enamoramos. La felicidad depende de nuestra propia percepción y está determinada por nuestras experiencias). El vicio de Maroh está en decir en vez de mostrar. En sus primeros encuentros, cuando Emma retrata a Adèle en un parque, la despedida lleva su tiempo. Se miran, Adèle —todos lo sabemos— solo quiere que Emma la bese, pero no dice nada. Esa es la fuerza de la escena: el silencio de las dos; Adèle, con sus ojos inquietos, esperando. Maroh no repara en esto, y, en la misma situación, Clem se repite, una y otra vez, “Kiss me, kiss me, kiss me, kiss me…” (Bésame, bésame, bésame, bésame). «Le bleu est une couleur chaude» es un drama desbordado. Para la muestra: Clementine muere de amor. Tras discutir con Emma, se vuelve adicta a los fármacos, deja de comer. Mucho tiempo después se reencuentran en la playa, y la alegría de Clem es casi incontenible: “I felt so good, so complete. All this crazy nonsense, just to finally feel good about myself ” (Me sentí bien, tan completa. Todo este loco sinsentido, solo para al final sentirme bien conmigo misma). Entonces sufre un


infarto pulmonar, permanece moribunda varios días en el hospital y, finalmente, muere. En la película, Adèle no se echa a la pena, porque no hay ningún sentido en ello. Trabaja de maestra y, cuando es necesario, llora. No es fácil hablar de sexualidad, de sus límites, de los nombres y categorías que damos a las cosas. Para hablar de homosexualidad, del despertar sexual, de la confusión, para hablar de empatía, no es suficiente con poner en boca de Emma: “Sabine and I met at Art School… It’s thanks to her that I live the life I live now. She really helped me to accept my sexuality, and my work too. And she introduced me to the gay culture, and her friends have become my friends. I don’t know what would have happened to me if she hadn’t been there” (Sabine y yo nos conocimos en la Escuela de Arte… Fue gracias a ella que vivo la vida que vivo ahora. Ella me ayudó a aceptar mi sexualidad y mi trabajo. Me presentó la cultura gay y sus amigos se han convertido en los míos. No sé qué habría sido de mí si ella no hubiera estado ahí). Ni siquiera es insuficiente: hay que evitarlo. En «Happy Together», de Wong Kar–Wai, difícilmente encontraremos una línea así. «Happy Together» es una historia de amor y desamor entre dos hombres; eso es todo. Todo lo que necesito saber sobre homosexualidad está en «Happy Together». Y está también en «La vida de Adèle»; una película en la que se habla —de la discriminación, del desasosiego, de la incertidumbre de Adèle: ¿quiere un hombre?, ¿quiere una mujer?, ¿existe una línea que divida su deseo?— sin hablar. Pero no está en «Le bleu est une couleur chaude». Siento empatía por Adèle, no por Clementine. Adèle persiste en mi vida, porque Kechiche la ha observado atentamente, y la ha dejado ser. No ha puesto en su boca manuales sobre orientación sexual. No la ha puesto a hacerse preguntas tontas. Por lo menos no la ha obligado a repetírselas en

voz alta. Solo ha creado un personaje del que es difícil no enamorarse. Cómo no hacerlo en una escena, sencilla en apariencia, en la que Adèle llega a su casa, es su cumpleaños y hay una fiesta sorpresa. Adèle baila tímida, contenida. Pero su baile es elegante y orgulloso. Un escritor judío decía que la timidez es una forma de orgullo. O, al revés, orgullo es timidez. Veo esa escena y pienso que ya nadie baila así.

Dejar huir la felicidad para seguir disfrutando la cacería Blackburn, Julia, Con Billie Holiday. Una biografía coral, Trad. Ferran Esteve, Barcelona, Global rhythm, 2007. «Sigo los pasos de otra persona». Linda Kuehl, esa otra persona, quería escribir la biografía definitiva de Billie Holiday. Para ello entrevistó a más de 150 personas que conocieron a la cantante; a todo aquel que tuviera una historia que contar sobre su vida. Con todo el material disponible1, intentaba darle forma a un libro que empezaba una y otra vez pero que se estancaba en los primeros capítulos. Tercamente, se empeñó en armar las piezas —los muchos rostros— de una vida difícil de contar. Ante el continuo rechazo de su editora, se percató de que la magnitud de la tarea la desbordaba. En 1979, al salir de un concierto de Count Basie 1 El material incluía «recortes de periódicos, documentos legales, historiales médicos, archivos policiales, actas de juicios, liquidaciones de regalías y todas las fotos y cartas que estaban dispuestas a ceder las personas con las que había hablado».

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en Washington, regresó al hotel, «escribió una nota y saltó por la ventana de su habitación del tercer piso». Julia Blackburn, escritora británica, tomó la batuta. A partir del trabajo hecho por Kuehl, con un listado interminable de entrevistas entre manos, buscó construir la biografía de Holiday. Sin embargo, sólo conseguía que cada una de las voces se disolviera en la siguiente. Cada entrevistado parecía estar hablando de una mujer distinta, lo que hacía difícil pretender una historia lineal; una biografía convencional. Entonces, Blackburn tomó una decisión, de la que nació Con Billie Holiday. Una biografía coral: dejó que quienes tuvieran algo que contar sobre Billie lo hicieran, sin importar si sus relatos casaban o no. Este libro es, por tanto, la crónica de una conversación entre Kuehl y un coro de voces que vivieron una historia junto a Billie2. Y allí reside, precisamente, su valor: en este libro Billie siempre se nos escapa, pues quienes hablan, desmienten, contradicen, confirman, censuran, exaltan y reviven su historia junto a la primera dama del jazz, evaden con sus voces ese lugar común —trágico, autodestructivo, adictivo y triste— en el que se ha instalado su vida. De nombre Eleanor Fagan, suele atribuirse a Billie Holiday (1915-1959) una infancia trágica: compareció desde los nueve años a tribunales de menores, de los que sería residente ocasional durante su infancia; fue violada una navidad por un vecino a los once; su madre, quien «se pasaba el día trabajando o con hombres», la abandonaba constantemente a su suerte; vivía en prostíbulos y, desde los

2 Entre los entrevistados, quienes de alguna u otra manera cruzaron sus caminos con los de Billie, se incluyen novios y rufianes, amantes de Sadie y Clarence —sus padres—, compañeras de reformatorio y de burdeles, familiares, músicos, críticos musicales, productores, actores de vodevil, bailarines, asistentes, farmacéuticos, abogados y agentes de estupefacientes.

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trece, ejerció ocasionalmente la prostitución para ganarse unos dólares. Pero su vida no fue una larga noche y su voz, de una cadencia melancólica, no era irremediablemente el espejo de emociones trágicas. Su voz parecía cargada de dolor; pero se sentía como un alivio. Billie, esa «extraña mezcla de ingenuidad y experiencia», cantaba y se divertía; reía como si su vida no hubiera sido lo que fue. Perdía la cabeza por echarse un trago, para mantenerse al margen del mundo y se drogaba. Es cierto, su vida sólo era alegre cuando había tomado una copa, pero así eran las noches de los clubes en ese entonces: el alcohol entonaba como la música y la marihuana alegraba sus horas. Así, duros y festivos, eran los días de la Norteamérica en su furor segregacionista: los linchamientos ocupaban el lugar del tiovivo; Billie era vetada en hoteles y restaurantes por su raza; blandía el cuello de una botella picada contra cualquiera que la llamara «puta negra», estrellaba discos en la cabeza del que arruinara sus noches. Alzaba su voz, y cantaba canciones como Strange Fruit —«la primera gran protesta hecha con música y palabras, el primer grito auténtico contra el racismo»—, porque odiaba los linchamientos, odiaba las injusticias. Entonces la persiguieron; el FBI, la DEA y el Estado de Nueva York condenaron su gusto por las drogas, la satanizaron hasta hacer su vida imposible, porque era negra, famosa y su cacería representaba una buena publicidad en la guerra contra los drogadictos. Y mientras tanto su vida seguía, al tiempo que disfrutaba con las drogas, la bebida y los hombres. Su relación con los hombres fue compleja, forjada a golpes. Uno tras otro, los rufianes se valieron de su nombre para usarla, para tenderle trampas, pues sentían la necesidad de reafirmarse a su lado. Todos los testimonios dan fe de los ojos morados,


las costillas machacadas, los golpes en la cabeza, los desmayos, el dolor. Otros, unos pocos, la amaban en silencio, lloraban al oírla cantar, cuando, con una gardenia asomada en su pelo, el codo derecho meciéndose rítmicamente y el pie izquierdo deslizándose como si pisara un cigarrillo, cantaba: He isn´t true/ He beats me too./ What can I do? Entonces, al cerrar el libro, entendemos la intención de una biografía coral: tal vez sea momento

de no seguir diciendo, con aires de estigma y escándalo, tan propios de la época en que vivió, que Billie fue una drogadicta desesperada; como si su vida hubiese sido un descenso continuo, una perpetua degradación moral, que acabó con su carrera artística. Con Billie Holiday nos dice que no debemos decantarnos por una historia: cuantas más versiones hay de su vida, más cerca y más lejos estamos de contarla.

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Hace tiempo me cansé Hace tiempo me cansé de la mirada lasciva de los hombres de sus sentencias sobre cualquier intento de autonomía de las mujeres de su injusta e impune violencia de la manera en la que acceden, impune y desgraciadamente, a la libertad, el cuerpo y la vida de las mujeres Hace tiempo me cansé de la impunidad feminicida de la complicidad omisiva Hace tiempo me cansé de contar cada día una muerta más y así matar cada día mi esperanza Hace tiempo me cansé

Isabel Agatón Santander


De lo que no me cansaré No me cansaré de denunciar la parcialidad y falsa neutralidad del Derecho, sus instituciones y sus representantes; de perseguir a los feminicidas y promover la ley contra el feminicidio No me cansaré de develar el patrón de tolerancia a la violencia contra las mujeres de perseguir al Estado omisivo que silencioso nos inmola de reaccionar contra la impunidad feminicida de intentar todos los caminos que nos lleven a la justicia para las mujeres No me cansaré de defender la autonomía, la vida y la libertad de las mujeres de encontrar en la infinitud de las palabras un lugar para nosotras de buscar ese tiempo nuevo que no nos cansamos de reclamar No me cansaré

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Paula Modersohn Becker - Pinceladas Ángela María Buitrago Ramírez

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a luz del nacimiento, la sombra de la muerte. Una niña ha nacido, una madre ha muerto.

Tras el desconcierto inicial, la familia decidió confiar la niña a una madre sustituta para que la alimente y le dé el cariño que cualquier ser humano necesita para sobrevivir a la condición vulnerable de recién nacido. Y quién mejor que su tía, una hermana de la madre que hacía pocos meses había concebido también una niña (Bohlmann-Modersohn, 2007). Leche hay suficiente para las dos y cariño también. Era el mes de noviembre de 1907. La madre -que ha muerto a la edad de 31 años, dos semanas después de dar a luz a causa de una

Maestra en música Intérprete de flauta embolia-, perteneció a la generación de mujeres que impuso su voluntad en contra de la del padre y del contexto social que la rodeaba y que no asumió los roles femeninos tradicionales de esposa, ama de casa y madre de manera total y absoluta. Una mujer que quería ser artista, a finales del siglo XIX, a pesar de que en ese momento de la historia la situación de las mujeres artistas –y de las mujeres en general- no era la más deseable. Por un lado la cuota de mortalidad materna era bastante alta, lo que hacía habitual los hogares recompuestos por viudos padres que rearmaban la vida familiar al lado de una mujer que hiciera las veces de esposa y madre (Artinger, 2009). Por el otro, las escuelas superiores de Arte, con excepción de Kassel y Frankfurt (Bohlmann-Modersohn, 2007) aún no permitían el acceso a mujeres, lo que vendría a ocurrir en 1914 (Wendt, 2007). Sin embargo y gracias al apoyo familiar, Paula Modersohn-Becker gozó de una buena educación artística en Londres, Berlín, Worspwede y París, logrando convertir el arte en el motor que impulsaría su corta vida y tener un reconocimiento póstumo que hoy la


sitúa como una de las pintoras más importantes. En Alemania no pasa año sin que alguna exposición importante muestre su obra (Ueckert, 2007).1 Sobre todo museos de arte y publicidad artística divulgan la imagen de Paula Modersohn-Becker como ‘pionera’ de la pintura. Para ellos el lenguaje formal va en la misma dirección de los experimentos artísticos del ‘laboratorio formal’ de Picasso, del cual surge el cubismo. Esta opinión se apoya en el análisis formal de la obra, pero en cuanto al análisis de contenido no podría decirse lo mismo, como se aprecia en sus maternidades, uno de los grupos más importantes de su obra. El cuadro Madre acostada con niño II ha sido con frecuencia descrito como innovador por representar una madre desnuda con su hijo. Una revisión de la iconografía cristiana del Renacimiento italiano muestra cómo la imagen de Adán y Eva con sus hijos como la primera familia sobre la tierra, era desde antes la representación de una madre desnuda; por lo tanto, el tema seleccionado por Paula Modersohn-Becker para su cuadro hace parte de una larga tradición de imágenes de Eva desnuda y sus hijos; esto no cambia el hecho de que la representación de Paula Modersohn-Becker sea una de las más innovadoras de la historia del arte, de acuerdo al lenguaje formal con el que se elaboró este motivo ancestral (Artinger, 2009). La ideología de la artista surge en una época caracterizada por la mezcla de ideas progresistas y retrógradas propias de la clase media en la que ella vivía. El desarrollo industrial y tecnológico, la urbanización acelerada con la que cambiaba la sociedad a finales del siglo XIX desencadenó en muchos sectores un afán de índole religiosa por regresar a los orígenes, por poner la fuerza creadora de la 1 Del 20 de octubre de 2013 al 2 de febrero de 2014 se expuso en Bremen, “Ella. Misma. Desnuda”, la primera muestra a nivel mundial dedicada al autorretrato femenino desde comienzos del siglo XX, a partir de Paula Modersohn-Becker hasta la actualidad. Desde el 23 de marzo hasta el 6 de julio de 2014 se exponen los trabajos realizados en Berlín, Worpswede y París en el Museo Paula ModersohnBecker.

naturaleza en el lugar que comenzaba a ocupar la creación humana, artificial y destructora de ella. En este contexto de búsqueda de nuevas formas de armonía mental y emocional surgen en Alemania ‘movimientos de Reforma’ (Lebesreform), de comunas rurales y las colonias de artistas, que daban un carácter absoluto a la tierra como parte de un culto religioso, ideas con las que Paula ModersohnBecker simpatizaba y a las que pertenecía, entre otras, el culto al cuerpo desnudo en rituales como los baños de luz de luna, que practicaba con convicción. Absolutamente apolítica, los movimientos de trabajadores, de mujeres, la socialdemocracia, le eran indiferentes. En las pocas menciones que hay sobre estos temas en cartas y diarios se deduce que con el feminismo no asociaba nada y que la situación de sus contemporáneas no la distraía de su trabajo artístico ni hacía parte de él. Su vida era su arte, que ejercía de manera casi religiosa, su templo el taller de trabajo; para ella “Dios es «ella» la Naturaleza, la dadora, la que tiene y regala vida”; su legado, su obra que representa hoy para la historia del arte un cambio radical de perspectiva, especialmente en las representaciones femeninas de su último periodo (Bohlmann-Modersohn, 2007). La representación femenina comienza así a estar en manos femeninas. Fueron inicialmente sus escritos los que despertaron el interés póstumo por la obra de Paula Modersohn-Becker. Escribir diarios y cartas hacía parte de la vida de la gente a finales del siglo XIX, dos formas de la escritura cotidiana y de reflexión que Paula cultivó con intensidad (Ueckert, 2007). Seis años después de su muerte, aparece en una revista publicitaria mensual de la empresa de café Kaffe HAG en Bremen, una primera publicación de una serie de cartas y fragmentos de su diario personal seleccionadas por Sophie Dorothee Gallwitz. Este suceso se encargará de dar lugar al nacimiento del “mito” Paula Modersohn-Becker, quien murió siendo una artista sin público; pocos reconocieron en vida su trabajo. En 1917, diez años

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después de su muerte, dentro del marco de una exposición conmemorativa en Hannover, la autora citada publica la recopilación Una artista. Paula Becker - Modersohn, cartas y diario, una sensación literaria con más de 45000 ejemplares hasta el año 1936 (Bohlmann-Modersohn, 2007). Quienes no conocían su obra comenzaron a interesarse en ella. Existen en su vida varios acontecimientos que resultan interesantes, entre otros, su vinculación con la colonia artística de Worpswede; su matrimonio con el entonces conocido pintor Otto Modersohn (1865-1943) y la amistad con el poeta, todavía recitado y motivo de estudio de las ciencias literarias, Rainer Maria Rilke (1875-1926) quien escribe entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre de 1908 el “Requiem para una amiga”, en su memoria. También algunas menciones a su muerte precoz han llenado de misterio su imagen póstuma: “Sé que no viviré mucho, pero ¿es eso triste? ¿Una fiesta es mejor porque dura más? Y mi vida es una fiesta, una corta e intensa fiesta”, escribe el 26 de julio de 1900 (Ueckert, 2007). Dos años después, el 24 de febrero de 1902, tras una visita a la tumba de Helene Modersohn -primera esposa de Otto Modersohn, quien había muerto de una enfermedad pulmonar en 1900 a los 31 años de edad (Teumar, 2005), dejando una niña de dos años llamada Elsbeht-, escribe “He pensado algunas veces en mi tumba” y continúa con una descripción exacta de cómo quiere que sea su tumba, deseos que no se realizaron cinco años después, al momento de su muerte. En lugar de una tumba sencilla con rosas y claveles, existe un monumento de una madre con un niño pequeño realizado por el arquitecto y escultor Bernhard Hoetger (1874-1949) a quien Paula Modersohn-Becker conoció en París en 1906 (Wendt, 2007). Después de muchos trámites, cartas, cuadros entregados como pago y el ambiente de guerra, la tumba monumental se terminó en 1919.

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Ese mismo año se escribe la primera monografía sobre ella. El autor -director de la Galería de Arte de Hamburgo e historiador de arte Gustav Pauli-, hace un paralelo entre la vida personal de la artista y su obra. Bernhard Hoetger fue su fuente principal y no amigos cercanos como Clara RilkeWesthoff o Rainer Maria Rilke, o su cónyuge, Otto Modersohn, quien reaccionó a la publicación exigiendo al autor una serie de rectificaciones (Bohlmann-Modersohn, 2007). Gracias a exposiciones, publicaciones y ventas, la obra de Paula Modersohn-Becker va ganando importancia. Paula Becker llegó a Worpswede en septiembre de 1898 para estudiar con el pintor, grafista y escultor Fritz Mackensen (1866-1953). Para entonces ella tenía una cosa clara: quería ser pintora. Ya había tomado sus primeras clases a los 16 años en Londres, en una temporada que pasó donde su tía Maria Hill en 1892, adonde fue enviada por sus padres para aprender inglés y algunas labores domésticas. “Las clases de dibujo, de música y de teatro hacían parte del plan de estudios de las familias de clase media inglesas” (Stamm, 2007). Asimismo, para la familia Becker el escribir cartas, además de pertenecer al plan educativo, era una obligación. Las cartas de los hijos eran esperadas cada domingo con puntualidad. Por eso las primeras cartas que existen son de esta época. En ellas es evidente el gusto e interés de Paula por la pintura. También sus tíos notan esto y le posibilitan en octubre de ese año clases profesionales en St. John´s Wood Art School (Bohlmann-Modersohn, 2007). De regreso a Bremen y por insistencia paterna, Paula Becker se formó como profesora entre 1893 y 1895 tomando paralelamente clases de pintura. Para su padre, Woldemar Becker, era demasiado riesgoso dejar el futuro profesional de su hija en manos de su arte, pero Mathilde Becker, madre incondicional y consciente de los deseos de su


hija, apoya de manera resuelta su formación como artista y sin esperar la aprobación paterna organiza lo necesario para enviarla a Berlín, donde vivía una hermana suya, a estudiar en la Escuela de pintura de la asociación de artistas de Berlín, una escuela privada que se había fundado en 1867 con el fin de posibilitar a las mujeres, por primera vez en Alemania, una formación profesional en Artes Plásticas (Stamm, 2007) y que permitía el ingreso sin necesidad de un examen de admisión o la presentación de un portafolio. Transcurridos unos meses, la madre arrendó dos de las habitaciones de la casa donde vivía en Bremen para poder financiar los costos de la matrícula (Bohlmann-Modersohn, 2007). Esto sin embargo no pudo evitar que la familia tuviera dificultades económicas; como consecuencia, la formación artística de Paula Becker tendría que ser interrumpida y ella estaría obligada a conseguir un empleo. Pero en 1898 una tía le ofreció financiar el resto de los estudios en Berlín y luego en Worpswede. A finales del siglo XIX se formaron colonias de artistas en muchos lugares, por lo general cerca a las grandes ciudades, como es el caso de Dachau en Múnich o Worpswede a 24 kilómetros de Bremen. Quienes las conformaban querían alejarse del canon académico de las escuelas de arte, de sus convenciones; rechazaban tanto los contenidos académicos como los entes administrativos, además deseaban alejarse de la gran ciudad, en búsqueda de la conexión con la naturaleza, modelo y maestra. En estas colonias las mujeres no eran excluidas (Wendt, 2007). Una vez en Worpswede, el lugar más importante de trabajo de Paula es la casa de caridad, lugar de residencia de los hombres, mujeres, niños y niñas más desamparados del lugar. Entre ellos y ellas encuentra Paula Becker sus modelos (Bohlmann-Modersohn, 2007); especialmente mujeres y menores de edad eran quienes estaban dispuestos a posar de pie, sentados o de rodillas durante horas para ser retratados a cambio de unos

cuantos marcos, siendo este factor el motivo principal de la escogencia de modelo. Esto muestra cómo muchas veces la escogencia de modelo artístico obedece a criterios prácticos y no ideológicos (Wendt, 2007). Una devastadora crítica en el periódico de Bremen a una exposición de trabajos de Paula Becker y su colega María Bock en diciembre de 1899, en la galería de arte de esta ciudad, hizo que el desconcierto en la familia Becker y ante todo la desconfianza sobre las decisiones tomadas en cuanto a la formación de Paula aumentaran el escepticismo paterno; pero a ella no la desanimaron para continuar con su deseo de pintar y aprender. Viajó a París, a 17 horas en el expreso nocturno desde Bremen, un recorrido que hizo por primera vez a los 23 años el día que cambió el siglo y repetiría cuatro veces el resto de su vida. Después de conocer el Museo del Louvre, el museo de Luxemburgo, el museo de Arte Moderno y la vida en la ciudad, París se volvería un lugar indispensable para ella. Estudiaba en la Academia Colarossi y vivía en un hotel; en la habitación del lado vivía Clara Westhoff, escultora, amiga y compañera de estudios en Worpswede. Pasado medio año del nuevo siglo y de regreso a Worpswede, Paula Becker conocería al poeta Rainer Maria Rilke con quien entablaría una gran amistad. El había llegado a Worpswede para escribir una monografía sobre la colonia artística que allí se situaba. Ese mismo año de 1900, en septiembre, Paula Becker y Otto Modersohn se comprometieron, por lo cual y por exigencia paterna ella tuvo que hacer un curso en “la escuela del hogar” en Berlín, en donde aprendería a cocinar y a realizar el resto de las labores domésticas. La boda fue en casa de la familia Becker en marzo de 1901, frente al lecho de enfermo del padre, quien murió en noviembre del mismo año. También ese año, pero en abril, Clara Westhoff y Rainer Maria Rilke se casaron. Un año después Rilke terminó de escribir su monografía sin hacer mención alguna

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a mujeres como Paula Becker o Clara Westhoff, también artistas del lugar (Bohlmann-Modersohn, 2007). Paula Modersohn-Becker describió su vida como esposa, madre y artista así: de siete a nueve de la mañana se dedicaba a las labores del hogar y a la familia con Elsbeht, la niña de tres años de la primera unión de Otto. Algunas veces la llevaba con ella al taller para retratarla. De las nueve hasta el medio día trabajaba en el taller, regresaba a casa a almorzar y volvía al taller después del café. A las siete de la noche regresaba a casa, una rutina interrumpida por las temporadas que pasaba en París; visitas al Louvre, a las salas de arte egipcio donde descubrió en la sencillez de la forma la conexión entre la antigüedad y el arte moderno, los trabajos de artistas como Rodin o Cézanne entre otros, las exposiciones internacionales de arte son algunos de los motivos por los que París se hizo imprescindible para Paula (Bohlmann-Modersohn, 2007). Esto sumado a la indiferencia hacia su arte por parte de sus colegas en Worpswede hizo que transcurrido un tiempo la soledad fuera más grande en el pueblo que en la ciudad. A finales de 1905 Paula Modersohn-Becker parecía decidida a dejar la familia y Worpswede para radicarse definitivamente en París y vivir de su arte, pero al confrontarse con las dificultades, sobre todo de índole financiera que esto tendría, prefirió regresar al lado de su marido del que dependía económicamente y ahora sí tener hijos, deseo manifiesto que en cinco años de matrimonio no se había realizado a pesar de no ser aún la era de la anticoncepción. Según lo evidencian algunas cartas, entre ellas una de Clara Rilke-Westhoff a Rilke, para Paula “una mujer debe tener hijos para ser una verdadera mujer” (Artinger, 2009). En la misma argumenta la falta de hijos como uno de los motivos de ruptura con Otto Modershon (Ueckert, 2007). Esta etapa de crisis conyugal es también de mucha producción artística. Uno de sus cuadros más im-

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portantes Autorretrato en el 6to aniversario (Museo Paula Modersohn-Becker, Bremen) de 1906 representa una doble ruptura de la convención. Es la primera vez en la historia del Arte que una mujer se representa a sí misma desnuda y en estado de embarazo (Artinger, 2009). Hasta ese momento la mujer desnuda era un objeto de estudio de los hombres pintores. En el cuadro hay una nota que dice: “este lo pinto con treinta años en mi sexto aniversario. P. B.” Es un cuadro que ha sido motivo de muchas interpretaciones: la posición de las manos abrazando el vientre es la representación metafórica de la capacidad re-productiva de la mujer artista; el hecho de que en el momento de la creación del cuadro la artista no estaba ni había estado embarazada, ha motivado la interpretación de que el cuadro refleja la situación personal de Paula Modersohn-Becker, artista, en el sexto aniversario de bodas que no es madre todavía (Stamm, 2007). Este cuadro, como muchos otros, no se expusieron en vida de la artista, muy pocos los conocieron y aquellos que se fueron interesando en su obra después de su muerte tampoco pudieron reconocer que sus naturalezas muertas, los paisajes, los autorretratos y las maternidades de los años 19061907 ya pertenecían al arte de vanguardia del nuevo siglo. De acuerdo a las investigaciones, la obra de Modersohn-Becker abarca 750 cuadros, más de 1000 dibujos y 13 grabados (Bohlmann-Modersohn, 2007), una colección cuya historia sería un reflejo trágico del siglo XX (Stamm, 2007). El reconocimiento póstumo del trabajo de Paula Modersohn-Becker está directamente relacionado con el nombre de Ludwig Roselius (1874- 1943), principal coleccionista de su obra, importante empresario e industrial de Bremen, inventor del café descafeinado en 1906 y dueño de la empresa Kaffe-HAG. Llama la atención que en la gran cantidad de monografías que se han escrito sobre la artista, aparece muy poco el nombre del principal mecenas y fundador de la Casa Paula BeckerModersohn en 1927, primer museo del mundo


dedicado a la obra de una mujer artista. El contexto ideológico en el que fue fundado este museo y con él la “Böttcherstraße”, una de las principales atracciones turísticas de Bremen, toca puntos muy sensibles de la historia alemana del siglo XX. Algunos ven en Roselius uno de los cerebros de las teorías del nacionalsocialismo de los años 1918-1921; otros un nuevo religioso y soñador que se hizo falsas ilusiones en él (Artinger, 2009). La intención de Roselius de vincular sus intereses empresariales y su compromiso cultural, estaba fundamentada en posturas políticas claras: por un lado el contrarrestar la crisis alemana resultante de la Primera Guerra Mundial recurriendo a las raíces culturales del país, y por el otro difundir su idea de que en la Baja Sajonia se situaría el origen de la civilización occidental, y el encontrar en la obra de Paula Modersohn-Becker argumentos que apoyarían estas ideas (Bohlmann-Modersohn, 2007). A pesar de la identificación ideológica con el nacionalsocialismo de Roselius, la Casa Paula Becker- Modersohn tuvo que cerrar sus puertas en 1936. En esta época competían diferentes posturas políticas en cuanto a la apreciación de la producción artística. Por un lado, estaban los defensores del expresionismo como “arte expresivo alemán” y por el otro quienes se oponían a esta forma de expresión, siendo estos últimos los que se impondrían. La obra de Paula Modersohn-Becker fue retirada de los museos oficiales y catalogada como arte corrupto (Artinger, 2009). Algunos cuadros fueron comprados y enviados al exterior y de esta manera se evitó su pérdida. En 1944 las bombas destruyeron las calles de las ciudades alemanas, entre ellas la Böttchersraße (Bohlmann-Modersohn, 2007). “A finales de 1944 mis padres bombardeados, llegaron a Fischerhude y por una casualidad inverosímil pudieron habitar un apartamento allá. Otto Modersohn había muerto en 1943, su vivienda en Wilhelmshausen estaba bajo protección y podía ser habitada únicamente por su hija Tille. Ella era la prima de mi madre y por esto mis padres, mi

hermano recién nacido Rudolf y yo de un año y medio llegamos a vivir allá, una afortunada casualidad en tiempos de escasez de vivienda, de bombardeos, del comienzo del primer flujo de refugiados. Una casa llena de cuadros‚ este lo pintó mi madre‘, decía Tille; su madre había fallecido poco después de su nacimiento. Tille fue llevada a Basel cuando era aún más pequeña que mi hermano, adonde la hermana de Paula, Milly, mi abuela y mi madre ya estaban allí; como era de la misma edad de Tille entonces las dos se criaron como gemelas” Darjes, 2007). Mathilde Modersohn (Tille) (1907-1998) vivió con su padre hasta que éste murió. Formada como enfermera infantil fue durante los años de la guerra miembro de la asociación de mujeres para la creación de centros de atención de maternidad. Sobre la admiración que en algunos despertaba la obra de su madre no tenía mayor conocimiento. En 1946 el historiador de arte Günter Busch, de Bremen, la visitó, quería conocerla, hablar sobre la obra de Paula Modersohn-Becker. Tille no sabía que en el ático de su casa todavía había armarios con trabajos de Paula Modersohn- Becker. Más de 400 dibujos, además de diarios y cartas. Todo un hallazgo para el historiador y para Mathilde Modersohn quien comenzaría a apoyar el trabajo de difusión de la obra de su madre. La Böttchersraße fue reconstruida en 1954. La Casa Paula BeckerModersohn presenta en sus dos primeros pisos una retrospectiva de la obra de la artista. En el tercer piso se exponen obras de Bernhard Hoetgers (Bohlmann-Modersohn, 2007). En 1979 Mathilde Modersohn, con el apoyo de su hermana Elsbeth, creó la Fundación Paula Modersohn-Becker que se encarga de cuidar sobre todo los dibujos y los escritos (Uekert, 2007) además de apoyar el trabajo de investigación y de preservar la imagen histórica y artística de Paula ModersohnBecker, nacida en Dresden el 8 de febrero de 1876. Bremen, ciudad a la que llegó en 1888 con doce

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años de edad, tiene tres instituciones que conservan la mayor parte de su obra: la Galería de Arte de Bremen, el Museo Paula Modersohn-Becker en la Casa Roselius y la Fundación Paula ModersohnBecker (Bohlmann-Modersohn, 2007).

- Darjes, Hille (2007), “Wenn man ein Kind ist, sind die Dinge so wirklich““, Paula ModersohnBecker heute. Ein Lese- und Leutebuch mit Bildern, Wulf Herzogenrath y Frank Laukötter (eds.), München, Himer.

Con ocasión de la conmemoración de los cien años de su muerte se publicaron una gran cantidad de libros y monografías; muchos autores y autoras revisaron y/o recrearon su vida y su obra, citan sus frases en los títulos, como por ejemplo la biografía del actual director de la Fundación Paula Modersohn-Becker, Reiner Stamm “Una corta e intensiva fiesta”, o “He pensado con frecuencia en mi tumba”, un estudio sobre la historia de la tumba de Paula Modersohn-Becker en Worpswede escrito por Jürgen Teumer, por mencionar solo algunos. En Alemania su imagen aparece como ejemplo de una personalidad que a comienzos del siglo XX sigue sus metas de manera impávida y decidida. Hoy, en una época en la que los esfuerzos por la realización y el desarrollo personal son el eje central en la vida de las personas, la manera como Paula Modersohn-Becker se esforzó por su arte y por llevar una vida autónoma hacen que su imagen siga siendo vigente (Artinger, 2009).

- Stamm, Reiner (2007), Ein kurzes intensives Fest. Paula Modersohn-Becker. Eine Biographie, Stuttgart, Philipp Reclam.

Bibliografía -Artinger, Kai (2009), Paula Modersohn-Becker. Der andere Blick, Berlin, Cebr. Mann Verlag. -Bohlmann-Modersohn, Marina (2007), Paula Modersohn-Becker. Eine Biographie mit Briefen, München, btb Verlag. _______ (2007a), “Geburt und Tod, Paula Modersohn-Becker heute. Ein Lese- und Leutebuch mit Bildern, Wulf Herzogenrath y Frank Laukötter (eds.), München, Himer.

- Teumer, Jürgen (2005), „Ich habe manchmal an mein Grab gedacht…“ Paula Modersohn-Beckers Grab auf dem Frihof in Worpswede, Bremen, Donat Verlag. -Ueckert, Charlotte (2007), Paula ModersohnBecker, Reinbeck bei Hamburg, Rowohlt Taschenbuch Verlag. - Wendt, Gunna (2007), Paula und Clara, Leipzig, Neuer Europa Verlag.

En página derecha: Madre acostada con hijo II (1906) Fuente: Christa Murken (2003), Paula Modersohn-Becker. Kinderbildnisse, Hatje Cantz Elsbeth en el jardín de Brünjer (1902). Fuente: Christa Murken (2003), Paula Modersohn-Becker. Kinderbildnisse, Hatje Cantz Autorretrato en el 6º. Aniversario (1906). Fuente: Marina, Bohlmann-Modersohn (2007), Paula Modersohn-Becker. Eine Biographie mit Briefen, München, btb Verlag.

En página siguiente: Documentos públicos enviados por Sara Quijano a la Alcaldía de Bogotá en 1914 y 1915. Fuente: Título Concejo de Bogotá, Archivo Distrital de Bogotá. Fotografía: Mónica Sánchez Bernal (2014)

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Efemérides: feminismo, pacifismo y sufragismo María Himelda Ramírez Rodríguez 1. A cien años del comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914-1918)1

L

a Gran Guerra Europea interpretada desde la perspectiva de la historiografía feminista de las mujeres y en la línea sugerida por la historiadora Françoise Thébaud, significó un alto y aún retrocesos, en el avance hacia la construcción de las condiciones favorables a la eman-

1 Estas notas sintetizan elementos de la conferencia “Feminismo, pacifismo, sufragismo y La Gran Guerra europea (1914-1918)” que expuse el 10 de marzo de 2014 en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, en el marco de la serie de eventos académicos conmemorativos de los Cien años de la Primera Guerra Mundial. Tales eventos han sido organizados por el Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la mencionada universidad.

Trabajadora Social Doctora en Historia Integrante Grupo Mujer y Sociedad

cipación de las mujeres europeas2. Las adquisiciones democráticas del feminismo socialista y liberal, logradas luego de las movilizaciones de la segunda mitad del siglo XIX en las diferentes naciones de Europa Occidental, sufrieron una abrupta interrupción. Tal fue el caso de las reivindicaciones de las trabajadoras en el contexto de la Segunda Revolución Industrial, quienes avanzaban hacia la protección a la maternidad por parte de los Estados de bienestar que se iban construyendo, así como la creación de condiciones favorables al derecho de participación política de las mujeres, a través de las luchas sufragistas. El patriotismo y el militarismo reactivaron y exaltaron el modelo de la madre como paradigma de la feminidad, en menoscabo de la identidad ciudadana de las mujeres. La devastación ocasionada redefinió las prioridades sociales canalizando 2 Théboud F. 2001. “La Primera Guerra Mundial: ¿la era de la mujer o el triunfo de la diferencia sexual?” En: Duby, G. y Perrot, M. Historia de las mujeres en Occidente, T. 5 Madrid: Taurus, pp. 45 – 106.


la solidaridad de las mujeres hacia la atención de las víctimas de la confrontación, en el ambiente de duelo colectivo que desde el comienzo de las hostilidades se hizo manifiesto. Fue así como las diferentes expresiones pacifistas de las feministas socialistas y algunas liberales se expandieron, mientras que el sufragismo se suspendió. A cien años de la Gran Guerra Europea, se ofrece la oportunidad de conmemorar la continuidad del activismo pacifista feminista, en un ambiente de confrontación bélica; también, apreciar los usos pragmáticos de los poderes políticos hegemónicos de las reivindicaciones a la igualdad y a la ciudadanía femenina. A propósito de los sesenta años del Acto Legislativo No. 3 del 25 de agosto de 1954 que reconoció a las colombianas el derecho activo y pasivo del sufragio, se sugieren elementos para situar el contexto histórico de tal logro, llamando la atención sobre el hecho de que gran parte de los Estados latinoamericanos reconocieron a las mujeres su derecho al voto, luego de la Segunda Guerra Mundial. Y aquello fue por parte de gobiernos populistas, a los que más que los derechos de las mujeres, les importaban el caudal lectoral que representaban.

Los movimientos de mujeres, gran parte de ellos orientados hacia la búsqueda del derecho al sufragio, canalizaron sus recursos y energías a atender las consecuencias más cruentas de la confrontación: los heridos en combate, la solidaridad con las viudas y huérfanos, el suministro de alimentos, vituallas y demás requerimientos. Es decir, postergaron sus reivindicaciones ante los apremios de su presente. Las mujeres trabajadoras, gran parte de ellas ocupadas desde el comienzo de la Revolución Industrial en los oficios domésticos, las confecciones y las industrias textiles, fueron movilizadas a las industrias bélicas: producción de bombas, armamento, uniformes para los combatientes, con lo cual se construyó el equívoco de que la guerra había ampliado las oportunidades laborales para las mujeres. Algunas protagonistas de los procesos de denuncia y protesta sobrevivieron en la memoria colectiva del feminismo internacional y del pacifismo: esculturas, monumentos, sellos de correos, billetes, distinciones, se erigieron y emitieron en homenaje a ellas.

Käthe Kollwitz (1867–1945)

*** La Primera Guerra Mundial, entre las múltiples calamidades que ocasionó, desde los primeros meses luego de aquel 28 de julio de 1914 cuando fue declarada, irrumpió de manera abrupta en la vida de las mujeres y los hombres habitantes de los imperios beligerantes, trastocando sus tradiciones, sus proyectos inmediatos y sus derroteros. •

Los movimientos pacifistas, algunos feministas y socialistas, intensificaron su activismo iniciado desde comienzo del siglo XX a favor del desarme, en contra del militarismo y de los nacionalismos.

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Madres 1919

La artista alemana, feminista y pacifista Käthe Kollwitz, legó a la posteridad sus representaciones en tono de denuncia y protesta, sobre el dolor y la muerte ocasionados por la guerra, dibujando en los rostros de las víctimas sobrevivientes: madres, padres, voluntarios, niños. Su segundo hijo, Peter,


había fallecido en combate luego de haberse alistado como voluntario, motivo que con seguridad acentuó su activismo pacifista. En la década de los años veinte participó en las movilizaciones antibelicistas que recorrieron gran parte de Alemania con la consigna ¡Guerra a la Guerra!, elaborando numerosos carteles. Aún hoy Kätthe Kollwitz es reconocida en el mundo del arte alemán e internacional. Cartel: Nunca más guerra 1924

Emmeline Pankhurst (1858-1828) y Millicent Garret Fawcett (1847-1929), activistas del sufragismo liberal británico Entre 1913 y 1914 las sufragistas inglesas, luego de un intenso activismo por el derecho al voto en Inglaterra y animadas por su confianza en la acción parlamentaria, intentaron negociar con reputados políticos liberales y del partido laborista de la Cámara de los Comunes. Sin embargo, sus peticiones no fueron tenidas en cuenta. En 1913, más de mil sufragistas habían ido a la cárcel; por tal hecho organizaron manifestaciones en las que participaron mujeres vestidas de blanco con franjas de color plateado, para indicar que habían sido encarceladas. Como acto de resistencia, algunas de ellas protagonizaron huelgas de hambre, ante lo cual las autoridades las alimentaban a la fuerza e implantaron la “Ley del gato y el ratón” que consistía en la excarcelación mientras se recuperaban para detenerlas luego, con el fin de que cumpliesen las condenas.

Conmemoración de los diez años de haberse iniciado la Gran Guerra

La fotografía de E. Pankhurst inmovilizada de manera humillante por un integrante de la guardia inglesa, ha circulado en diferentes ambientes, en ocasiones restándole la significación política al hecho representado.

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La entrada de la Gran Bretaña en la I Guerra Mundial terminó con la lucha sufragista inglesa. A diferencia de las integrantes de los movimientos pacifistas y feministas en el resto de Europa, las inglesas asumieron un patriotismo incondicional, apoyando la participación de la Gran Bretaña en la guerra.

“Semivictoria o semifracaso que excluye a cinco de los doce millones de mujeres adultas para “compensar” en el seno del cuerpo electoral la hecatombe de los hombres…” (Thébaud. 2001, 95).

Clara Zetkin (1857-1933), socialista, feminista y pacifista alemana

Emmeline Pankhurst y su hija Christabel se dedicaron al trabajo voluntario, inspiradas en el patriotismo que exacerbaba los sentimientos de pérdida de la causa, ante un posible triunfo de los alemanes. Millicent Fawcett y sus seguidoras, de una tendencia moderada que impulsaba la educación política, por su parte también promovió el trabajo voluntario. El gobierno inglés amnistió a las sufragistas encarceladas, con el fin de canalizar los recursos que ellas movilizaban hacia la emergencia suscitada por la guerra (Anderson y Sinzzer, 1991,415). Durante la confrontación, el acérrimo antisufragismo británico fue parcialmente replanteado. El trabajo de las inglesas en la guerra, en las fábricas, curando y atendiendo a los soldados heridos, conduciendo ambulancias en el frente, su patriotismo, y su capacidad para el desempeño de trabajos considerados por la tradición como masculinos, fue relativamente favorable a la causa feminista y al derecho al voto. El 6 de febrero de 1918, es decir poco antes de la firma del armisticio, las sufragistas británicas aceptaron los términos de una ley no igualitaria que universalizó el sufragio masculino e instauró el sufragio femenino a partir de los 30 años de edad, con el argumento de equilibrar las pérdidas de la población masculina en la guerra.

150 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

Clara Zetkin representó un activismo socialista que impulsó el derecho al voto de las mujeres, la lucha por el mantenimiento de la paz, contra la carestía de la vida y por la seguridad social y la protección para las mujeres y los niños de la clase obrera. Entre los años 1892 y 1917, Clara Zetkin editó el periódico Die Gleichheit (La Igualdad) y participó en la convocatoria a tres conferencias internacionales de mujeres socialistas. La primera y la segunda celebradas en 1907 y en 1908 en Stuttgart.


La Conferencia de 1910 en Copenhague es particularmente apreciada por los movimientos sociales de las mujeres y por el feminismo internacional, por cuanto en esa ocasión las participantes optaron por dedicarle el 8 de marzo al Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En un fragmento del discurso pronunciado en esa ocasión, Clara Zetkin expresó: “Todas las mujeres mayores de 20 años tenemos derecho a votar, a elegir y a ser elegidas! ¿Quién se beneficia de esta guerra? Los fabricantes de cañones y barcos de guerra. Ellos han fomentado el odio entre las naciones para su beneficio. Nosotras lucharemos por la paz. ¡Guerra a la guerra, compañeras! Si los hombres matan, nosotras lucharemos para preservar la vida. Si los hombres callan, es nuestro deber levantar la voz en favor de la Paz. La exigencia del momento es hacer un frente único de los trabajadores y de las trabajadoras para rechazar... el fascismo”3.

La proclamación de la República de Weimar, el 10 de noviembre de 1918, configuró el nuevo gobierno bajo el nombre de “Consejo de los Delegados del Pueblo”. El 12 de noviembre de ese mismo año, el Consejo proclamó que “a partir de ahora, todas las elecciones se llevarán a cabo de acuerdo al sufragio igualitario, secreto, directo y universal de todas las personas, femeninas o masculinas, que hayan cumplido como mínimo los 20 años”. La participación femenina en las elecciones al Reichstag el 19 de enero de 1919 fue masiva: el 82,3 de las mujeres acudieron a las urnas; en cambio, la participación de la población masculina fue muchísimo menor por lo diezmada que quedó luego de la guerra. Cerca del 9% de los asientos resultantes en la Asamblea Nacional los ocuparon mujeres. Clara Zetkin, desde el año 1919, fue una de las mujeres electas que sostuvo una carrera de representación durante varios años. El 30 de agosto de 1932 fue la primera mujer a quien le correspondió ejercer un honorífico papel. Según sus palabras: “En cumplimiento de mi obligación como presidenta de edad, inauguro este Parlamento”.4 Entre 1918 y 1933 las mujeres alemanas participaron en el Parlamento en una alta proporción, hasta que fueron de nuevo excluidas durante el avance del partido Nacional Socialista.

(Ciudadanas voten el 26 de enero) Cartel de llamamiento de las mujeres alemanas a votar en las elecciones provinciales de 1919 (D .W. acceso 19.01.09). 3 http : / / g r an d e s p e rs on aj e s h i s tor i c o cl ar a z e t k i n . bl o g s p ot . com/2008/06/discurso-clara-zetkin_29.html

4 Luna Bolivar/ Henriette Wrege 2009. Hace 90 años las mujeres votaron por primera vez en Alemania http://www.dw.de/ hace-90-a%C3%B1os-las-mujeres-votaron-por-primera-vez-enalemania/a-3960026 Acceso, 06.04.14

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Jane Addams (1860-1935) y Emily Balch (1867-1969)

Simone de Beauvoir (1908-1986)

Ambas mujeres estadounidenses se destacaron por su papel de reformadoras y pacifistas; ello les mereció ser galardonadas con el Premio Nobel de Paz en 1931 y 1946 respectivamente, por su oposición a la intervención de los Estados Unidos en la Gran Guerra europea.

En su libro Memorias de una joven formal recrea las impresiones vividas desde cuando se declaró la guerra en 1914, noticia que escuchó mientras disfrutaba de las vacaciones en una casa de campo con su familia extensa, hasta cuando se restauró el orden familiar con el retorno de su padre al hogar, desmovilizado por motivos de enfermedad.

Addams y Balch fueron las fundadoras de la Liga Internacional de las mujeres por la paz y la libertad y participaron en las Conferencias Internacionales de La Haya en zona neutral, en 1915, a las que asistieron más de 1500 mujeres de 28 países.

El escenario hogareño, un plantel educativo femenino y católico en la ciudad de París, las estaciones de tren por las que transitó la niña entre sus seis y nueve años de edad, son los espacios de esa recreación. El libro fue publicado cuando la autora contaba con 50 años de edad, militaba en los círculos de la izquierda francesa y ya se había declarado feminista, luego de la publicación de El Segundo Sexo, en 1949. 152 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras


“… Una mañana nos divertíamos en el depósito de leña en medio de la viruta fresca cuando oímos la sirena: la guerra había estallado…. En el curso del año papá me había explicado que la guerra significaba la invasión de un país por extranjeros y empecé a temer a los innumerables japoneses que vendían entonces en las esquinas, abanicos de papel. Pero no. Nuestros enemigos eran los alemanes de cascos puntiagudos que ya nos habían robado la Alsacia y la Lorena y cuya fealdad grotesca descubrí en los álbumes de Hansi… … En septiembre en la Grillere, aprendí a cumplir mis deberes de francesa. Ayudé a mamá a fabricar vendas, tejí bufandas. Mi tía Helene enganchaba la calesa e íbamos a la estación a distribuir manzanas a unos grandes hindúes de turbantes que nos daban puñados de grano de trigo moreno; llevábamos a los heridos rebanadas de pan con queso y con paté. Las mujeres de la aldea corrían a lo largo de los vagones con los brazos cargados de víveres…Un día una de ellas dio un vaso de vino a un soldado alemán. Hubo murmullos; “¡qué hay? – dijo ella –son también hombres” Los murmullos crecieron. Una santa cólera iluminó los ojos distraídos de tía Helene. Los alemanes eran criminales de nacimiento, suscitaban el odio más que la indignación...” (1958, 28 - 29). “… Vestida con mi capote azul marino hacía colectas en los grandes bulevares a las puertas de un hogar franco-belga que dirigía una amiga de mi mamá: - “¡Para los niños belgas refugiados!”. Las monedas llovían en mi cesto florido y las sonrisas de los transeúntes me aseguraban que yo era una adorable niña patriota. Sin embargo, una mujer de negro me interpeló: “¿porqué los refugiados belgas? ¿Y los franceses?” Me quedé desconcertada. Los belgas eran nuestros heroicos aliados, si uno se jactaba de ser patriota debía referir a los franceses, me sentí vencida en mi propio terreno. Tuve otras decepciones. Cuando al caer la tarde entré en el Hogar me felicitaron con condescendencia. “Voy a poder pagar el carbón”, dijo la directora. Protesté: “El dinero es para los refugiados.” Me costó admitir que sus intereses se confundían… (1958, 30-31)

Los fragmentos precedentes de los relatos constituyen trazos de la memoria selectiva de la autora que, en su madurez interpreta de manera crítica su ambiente. Es relevante la influencia paterna y materna en la socialización de género. La palabra del padre le proporcionaba elementos para la conceptualización política con base en los cuales construye su patriotismo desde el lugar de niña, situando la identidad de un nosotros, los franceses y los belgas; y unos otros, los japoneses y los hindúes. Y ante todo, el enemigo representado en los alemanes que le permitían la diferenciación entre el bien y el mal. La madre y la tía Helene, sitúan a la niña de manera definida en las funciones femeninas: tejer bufandas; contribuir en la distribución de alimentos para los hombres movilizados, los niños refugiados, los heridos; en la realización de las colectas, se aprecia una de las dimensiones recurrentes en las representaciones del papel de las mujeres ante los efectos de la guerra. El 11 de noviembre de 1918, cuando se produjo el armisticio, la guerra culminó con un balance en cifras de proporciones inimaginables: 60.000.000 de hombres habían sido movilizados, 10.000.000 caídos en combate, 20.000.000 heridos y mutilados. El total de víctimas civiles en Europa Central y Oriental no se conoce. Los millones de hombres desmovilizados habrían de incorporarse a la vida civil. Las mujeres fueron conminadas en nombre del derecho de los excombatientes y en nombre de la reconstrucción nacional al retorno a sus casas y a sus oficios femeninos. Algunas de ellas se resistieron a renunciar a las posibilidades laborales avizoradas fuera del hogar. En su mayoría, aceptaron la promesa del retorno a la normalidad o de restauración del orden de género alterado durante la contienda.

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2. A sesenta años del reconocimiento del derecho al voto femenino en Colombia El reconocimiento del derecho al voto femenino en algunos países Antes y durante la Gran Guerra

En la posguerra

Años 30, 40 y 50

En América Latina

Nueva Zelanda

1893

Reino Unido

1918

España

1931

Ecuador

1929

Australia

1901

Alemania

1918

Francia

1945

Brasil

1932

Finlandia

1906

Países Bajos

1918

Italia

1945

Uruguay

1932

Noruega

1913

Polonia

1818

Grecia

1952

Panamá

1946

Dinamarca

1915

Rusia

1918

Suiza

1974

Argentina

1947

Austria

1918

Venezuela

1947

Bélgica

1918

Chile

1949

EE.UU.

1920

México

1953

República Checa

1920

Colombia

1954*

Eslovaquia

1920

Paraguay

1961

Suecia

1921

*El ACTO LEGISLATIVO No. 3 DEL 25 DE AGOSTO DE 1954, otorgó a las colombianas el derecho activo y pasivo del sufragio Beatriz Molina Vélez, en su libro conmemorativo de los 50 años de esa reforma constitucional, incluye los resultados de las entrevistas que realizó a las mujeres que, a su juicio, protagonizaron los momentos definitivos del movimiento sufragista en Colombia. Empieza destacando la labor de Josefina Valencia de Hubach, conservadora, y Esmeralda Arboleda, liberal, en la Asamblea Nacional Constituyente-ANAC, en cuyas deliberaciones se produjo ese trascendental cambio que incidiría en la transformación de la cultura política en Colombia5. La autora proporciona elementos para concluir que la expedición del Acto Legislativo No. 3 de 1954 no fue una concesión ni del gobierno populista de Gustavo Rojas Pinilla, ni de la alianza entre los partidos liberal y conservador, que conformaría el Frente Nacional, tal como lo proclamó la gran prensa el 2 de diciembre de 1957 cuando las mujeres votaron por primera vez. 5 Vélez Cifuentes Beatriz, Las mujeres en el tablero político colombiano, Secretaría de Gobierno, Gobernación de Antioquia, Medellín, 1997.

154 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

Beatriz Molina, como otras autoras que han estudiado el tema, muestra la oposición sistemática y la caricaturización de las reivindicaciones de las sufragistas colombianas a lo largo de sus movilizaciones entre los años 30 y los años 50. En síntesis, el reconocimiento al voto de las mujeres en Colombia se debió a la capacidad de agencia del sufragismo colombiano, un movimiento policlasista y plural que usó los medios de la educación ciudadana a través de la prensa femenina, la radiodifusión y los encuentros en diferentes regiones del país. De acuerdo con la información suministrada por la página web del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, la emisión dedicada a los Derechos Políticos de la Mujer en Colombia en 1962 (durante el ejercicio ministerial de Esmeralda Arboleda), es la de mayor número


de unidades en la filatelia colombiana de todas las épocas. En cinco valores y motivos circularon 113.5 millones de unidades, en diversos años6. El diseño representa, como se observa, dos emblemas conectados de la sociedad nacional en clave femenina: el símbolo del sacrificio de Policarpa Salavarrieta por los ideales patriotas y la madre en su ejercicio ciudadano. Es la representación de una conciliación con la tradición cultural colombiana, con la cual las sufragistas debieron pactar: la compatibilidad entre la maternidad y la participación política, aunque ellas iban más allá, en la diferenciación entre la ciudadana y la madre.

6 http://vivefilateliadigital.com/index.php/galerias/105-galeria-imagenes/mujeres-en-la-filatelia/causas-de-genero/263-1962-lt106465-66-67-68-69-derechos-politicos-de-la-mujer

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Nombrar, decir, actuar y hasta soñar con la palabra: Socialización a través del lenguaje y para el uso del lenguaje Genoveva Iriarte Esguerra “Cualquier palabra distinta que uno dice en este mundo, (mundo) que confunde la igualdad con la uniformidad, es rechazada, la matan acusándola de ser nacida de la locura (…)”1

M Preludio

e siento a escribir sobre la socialización del infante a través del lenguaje y el uso que hace de esa enseñanza para perpetuar, cuando ya sea mayor, el mundo cultural en que se crió y al que se siente pertenecer. 1 Burgos Cantor, R. 2013. El secreto de Alicia. Fosas comunes. Bogotá: Editorial Planeta. Pp. 30-31.

Profesora de la Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Lingüística. ¿Por qué se le enseña al infante a ver el mundo de una manera específica cuando aprende ciertas palabras para nombrarlo? ¿Cómo hace esa “personita” para asegurarse que transmite a sus descendientes, a las nuevas generaciones, su valorada mirada sobre el mundo que lo rodea y los usos del lenguaje de acuerdo con circunstancias sociales específicas? Me dispongo a responder estas preguntas cuando, por encima de la tapia de la casa de al lado, en un pueblo del Tolima, oigo un fuerte y agresivo diálogo entre una pareja, con intervenciones de débiles voces infantiles que transan en la discusión y toman partido de un lado o del otro cuando sus breves e interrumpidas intervenciones empiezan por “papá” o “mamá”. El reclamo insistente de la fuerte voz masculina, inquisidora y amenazante, por nimiedades de la cotidianidad (el almuerzo no está listo, la carne está dura, esto está sucio, se gastó toda la plata de la semana . . .), sube


escandalosamente de tono cuando interpone un insulto, una palabra soez. La voz femenina, retoma los mismos argumentos, las mismas frases ya hechas a las que solamente le agrega un “no” al inicio . . . para negarlo, como “por no dejar así”. El diálogo es muy reiterativo: la queja se repite sin cambiar una sola palabra y la negación de la misma frase vuelve a salir de manera mecánica. Lo único que varía en el aria monofónica son las intervenciones de los niños, que unas veces tratan de cambiar el tema y otras se ponen de parte de uno u otro de los progenitores. El episodio se sostiene un largo rato, casi que se perpetúa. Y entonces, como espectadora externa, yo me pregunto: ¿estos infantes se están socializando en y por el lenguaje para reproducir, cuando la vida les ofrezca la oportunidad, la misma escena abusiva y maltratadora por parte del padre y sumisa e impotente por parte de la madre? ¿Una vez que estos jóvenes asuman los roles de pareja o de progenitores, asumirán estos comportamientos? ¿Será posible ayudar a alivianar – si no a transformar – esta rutina cotidiana de muchos hogares colombianos si se hace bien la tarea de enseñar a ver el mundo a través de la palabra y a actuar en consecuencia también con la palabra? Trato de entender ¿cuál es la dinámica propia que impulsa y perpetúa las rutinas discursivas de estos invisibles pero sonoros personajes, ocultos detrás de la tapia? Para darle el último brochazo a este cuadro costumbrista, que lamentablemente es muy común en nuestro país, me entero más tarde que la mujer lloró día y noche en una ocasión en la que el marido “maltratador” la dejó. Él estuvo lejos durante seis meses y la tristeza de la mujer y sus súplicas lo hicieron regresar. ¿Era tanta la falta que le hacían estos episodios de maltrato verbal y – ¿quién lo sabe? – maltrato físico? ¿Tanto lo extrañaba que ella misma lo hizo regresar?

Socialización en el lenguaje Con el episodio que acabo de narrar pretendo mostrar que con el comportamiento lingüístico en contexto se ejercen varios tipos de funciones que no pueden estudiarse por separado. Por un lado, ofrece unos patrones verbales con base en los cuales los interlocutores se identifican con su comunidad lingüística; la selección de dichos patrones aporta valoraciones sociales propias de su cultura. Por otro lado, las intervenciones verbales ubicadas en un contexto sociocultural específico permiten, no solo ejercer acciones sociales sobre los interlocutores (dar órdenes, regañar, mentir, jurar), sino, también, asignarle roles sociales a los participantes. Estas funciones adquieren una connotación especial cuando se trata de interacciones verbales entre adulto e infante o profesor y alumno, puesto que se convierten en mecanismos propios del proceso de socialización del individuo. Varios autores, como Becker & als.2 y Wentworth3, definen socialización como el escenario interactivo, explícito o tácito, que se le ofrece a un aprendiz, donde se exponen las formas de pensar, sentir y actuar que se espera sean utilizadas. Estas formas particulares de pensar, sentir y actuar a través del lenguaje son las que caracterizan a cada comunidad pero, además, la diferencian de otras. Este es un proceso de socialización en el lenguaje que, por resaltar la interdependencia entre la interacción verbal y las estructuras y procesos socioculturales donde se lleva a cabo, pone en evidencia la manera como, con la lengua, no solo se aprende a nombrar y a razonar; ¡se aprende también a actuar, a valorar, a sentir y hasta soñar! Esta interdepen2 Becker & Als. 1961. Boys in White. Chicago: University of Chicago Press. 3 Wentworth, V.H. 1980.Context and Understanding: An Inquiry into Socialization Theory. New York: Elsevier.

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dencia está afectada por ciertas condiciones sociales en las que se seleccionan unos usos lingüísticos y unas tradiciones verbales que responden a valoraciones sociales propias de tal o cual comunidad, en un determinado espacio interactivo. Una mirada cuidadosa a esta relación entre “lenguaje”, por un lado y “cultura y sociedad”, por el otro, permite entender que no solo la selección del léxico y de la sintaxis es la que va a impregnar la carga semántica y pragmática propias de cada discurso. Es innegable que nuestros mundos internos necesitan del lenguaje para expresarse, es decir, para irrumpir abruptamente en los espacios sociales altamente codificados que nos rodean. Desde el análisis conversacional, Paul Grice4 describe este proceso para explicar la manera como esta “irrupción abrupta” aporta sentidos que se adicionan a lo que se está diciendo literalmente. Al infringir la norma, la regla, de cualquiera de las “máximas conversacionales” que, según Grice, rigen el discurso (cantidad, calidad, pertinencia y forma de la información) los interlocutores crean nuevos mundos, dentro de lógicas sociales diferentes a la de la estricta comunicación: la literatura, la poesía, la fábula, que entretejen figuras retóricas como metáforas y metonimias; pero también, la lógica conversacional que da lugar al chiste, a la ironía, a la mentira, al regaño, al piropo! No se trata solo de “nombrar y decir”; también se hacen “cosas con las palabras”, como diría J. L. Austin5. Aventuro aquí una tautología, un pleonasmo, para “decir” que “no todo lo que se dice, ni lo que se quiere decir, está en lo dicho”. Al volver al episodio narrado, salta a la vista que allí no se trata solo de quejas sobre el almuerzo, la comida, la limpieza o las finanzas domésticas. Eso es “lo dicho”. El

contenido de los insultos puede difuminarse; pero se recupera en el “acto de insultar”. Las particularidades sociales de los participantes, los miembros de la familia (padres e hijos), y las condiciones socioculturales del momento de la interacción, confluyen en la construcción específica del sentido del episodio. Además, en la misma interacción se consolidan los roles sociales que desempeñan los participantes en ese particular intercambio comunicativo: el que habla, a los que habla, los que intervienen y los que interrumpen – que pueden ser todos o solo algunos de los presentes –. Todos estos elementos correlativos a “lo dicho” contribuyen a la construcción del sentido de la interacción.

La negociación del sentido y el contexto sociocultural El rol fundamental de la interacción social es crear y mantener el sentimiento de una mutua comprensión entre participantes – aún si es pasajera. En este sentido, toda interacción es potencialmente una experiencia de socialización, en la medida en que, con base en los contenidos que “negocian” en su intercambio comunicativo, los interlocutores están socializando mutuamente sus particulares miradas del mundo.6 El contexto sociocultural juega aquí un papel fundamental puesto que, si aceptamos que este proceso está presente durante toda la vida del ser humano, son las particularidades de los contextos donde se llevan a cabo las “negociaciones” de contenidos los que le infunden un carácter especial a cada proceso. Un sencillo ejemplo es el de los contextos de enseñanza-aprendizaje de adultos a niños: la asimetría de los participantes frente al conocimiento y la autoridad, proveniente de preconceptos locales, moldean las interacciones

4 Grice, P. 1975. Logic and conversation. In, COLE & al. Syntax and Semantics. Ch. 3: Speech Acts. New York: Elsevier. Pp. 41-58. 5 Austin, J.L. 1960. How to do things with words. Oxford: Oxford University Press.

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6 Shotter, J. 1978. The cultural context of communication. In, Lock, A. (ed.). Action, gesture and symbol. London: Academic Press. Pp. 43-78.


(en lo lingüístico, extralingüístico y hasta gestual). El caso más común es el del adulto que se dirige al niño con frases sin conectores sintácticos, verbos sin conjugar, tonalidades de énfasis y gestos de refuerzo, variedad comúnmente llamada “media lengua” (“babytalk”), a la cual nos referiremos más adelante. Opuesto a este caso puede sugerirse el de una interacción, en la intimidad del hogar, de una pareja que ha convivido durante largo tiempo: son evidentes las “negociaciones” de contenidos, aún si los presupuestos sobre sus miradas del mundo, sobre sus propias vivencias y recorridos se superponen; no se necesita hacerlas explícitas para entenderse. Muchas veces hemos presenciado o actuado en una situación similar a la que describo a continuación, otra de las escenas en aquel pueblo del Tolima. La voz femenina le dice al compañero: “¿Usted se lo dijo?” Y él contesta: “No, no pude”. A lo que ella responde: “No es posible! ¿Después de todo lo que yo le había explicado a Usted?” Y la fuerte voz masculina cierra la conversación: “Por favoooor! No empecemos otra vez!” Silencio. El papel que juegan los integrantes en esos circunstanciales contextos de interacción verbal refleja un tipo especial de organización sociocultural. Es decir, el interlocutor no necesita manifestar verbalmente el rol social7 que quiere que le reconozcan sus interlocutores; estos tampoco verbalizan el rol que lo ven desempeñar. Cualquier elemento discursivo sobre los roles de los interlocutores buscaría confirmarlos, negarlos, criticarlos, defenderlos. Se convertiría, entonces, en contenido explícito de la interacción.

El carácter interactivo y participativo de la socialización en y por el lenguaje El acercamiento teórico a la socialización, que supone una íntima relación entre lenguaje y cultura, proviene de posiciones críticas del interaccionismo simbólico, de la fenomenología y la etnometodología, representadas – entre otras – en las investigaciones sicosociales de Vygotsky8, las socio-históricas de Cazden9 y algunas sobre competencias para la alfabetización como las de Scribner10. Ochs y Schieffelin11 resumen esta posición de la siguiente manera: el lenguaje y la cultura son cuerpos de conocimiento, estructuras de comprensión, concepciones sobre el mundo y representaciones colectivas, extrínsecas a cualquier individuo, las cuales contienen más información que la que cualquier individuo pueda tener o aprender. La cultura ofrece el contexto para las variedades de conocimiento entre individuos, las cuales no tienen su origen en el individuo, pero son cruciales para dar razón de lo que este puede saber, así como de la dinámica social entre individuos en una determinada situación cultural. Nuestro interés se centra, por un lado, en la manera de integrar a los niños a la sociedad en la que se crían a través del lenguaje y de los usos apropiados para la pluralidad de situaciones sociales en las que participan diariamente; y, por el otro, en la socialización en y por el lenguaje a lo largo de la vida de un individuo, en los entornos culturales que recorre y a través de las distintas experiencias que en 8 Vygotsky, L.S. 1978. Mind in Society. Cambridge, Mass.: Cambridge University Press. 9 Cazden, C. 1985. Classroom discourse. In, Wittrock, M.C. (Ed.).Handbook of Research on Teaching. New York: McMillan. 10 Scribner, S. & M. Cole. 1981. The Psychology of Literacy. Cambridge, Mass.: Harvard University Press.

7 Goffman, E. 1967.On face-work. An Analysis of Ritual Elements in Social Interaction.In, Goffman, E. Interaction Rituals. New York: Doubleday.

11 Ochs, E & B. B. Schieffelin. 1984. Language acquisition and socialization: three developmental stories and their implications. In, Schweder, R & R. Levine. (Eds.). Culture Theory: Essays on Mind, Self and Emotion. New York: Cambridge University Press. P. 284.

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ellos vivencia. Por lo tanto, la socialización no es una etapa privilegiada de la infancia; es un proceso que atraviesa nuestra vida, desde el principio hasta el final, siempre y cuando nos encontremos en una situación de convivencia. A partir de una minuciosa revisión de la literatura sobre la “socialización del lenguaje”12, vista de manera global, se hace evidente un punto que se convierte en factor común de toda experiencia acotada o de toda teoría esbozada en este texto. Se trata del carácter interactivo del proceso de socialización en y por el lenguaje. Es necesario, entonces, desviar la mirada de aquellos enfoques en los que el niño o el aprendiz – no importa su edad o su desarrollo cognoscitivo – son simplemente sujetos pasivos, receptores inconsultos, de una actividad que compromete el conocimiento de su entorno sociocultural. Tampoco son suficientes los esquemas teóricos que refrendan la “presunta” actividad del sujeto cognoscente únicamente a partir de sus reacciones a un estímulo particular (retroalimentación). Este enfoque, a diferencia de los anteriores, se centra principalmente en reconocerle todo el valor a las experiencias previas del infante y del aprendiz de cualquier edad, para así asignarle su función de participante activo en la construcción del sentido del evento comunicativo. A estos contenidos de las experiencias previas recurre un interlocutor activo frente a una nueva interacción, para entenderla y actuar sobre ella. En esta “aldea global”, casi siempre, los interlocutores comparten o superponen sus miradas del mundo previas a la interacción; de lo contrario, ellos se encargarán de “negociarlas” en la misma interacción, hasta encontrar referentes en el “conocimiento previo” y en las “formas de tipificación” que permitan, bien sea llegar a compartir el sentido que propone la nueva interacción, o a construir uno nuevo. En conclusión, los 12 Shieffelin, B.b. & E. Ochs. 1986. Language socialization. Annual Review of Anthropology.15 (163-191).

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participantes en una interacción, atentos al impacto que mutuamente producen en el otro (u otros), son arquitectos de la nueva imagen del mundo social que los rodea, construyen distintas “caras de su persona” (self)13 y asumen roles sociales innovadores en cada ocasión. El aporte fundamental de esta mirada que privilegia el carácter interactivo de la socialización es el de permitir diferenciar dos factores complementarios e inseparables en el proceso de socialización del lenguaje: por un lado, la socialización a través del lenguaje y, por el otro, la socialización para usar el lenguaje14. Hoy en día en Colombia, cualquier interlocutor – aún de la región más apartada – está expuesto a una pluralidad de registros del español o de lenguas distintas, puesto que cierta población utiliza en su cotidianidad varias de las lenguas de nuestro territorio (español, indígenas, afrocolombianas y rom) y aún de las lenguas extranjeras. Así también, cualquier colombiano maneja los códigos en que se inscribe la cultura a la que pertenece – gestuales, icónicos, sonoros, quinésicos y también digitales15. Por medio de ellos, “negociamos” el sentido de nuestra sociedad: día a día, apoyados en las interpretaciones de nuestras experiencias, la vamos construyendo – o destruyendo – pero, sin lugar a dudas, la vamos trasformando.

Socialización a través del lenguaje y para el uso del lenguaje Desde hace ya más de treinta años, la literatura especializada en el tema de la socialización dejó de establecer una radical diferencia entre los estudios centrados en la adquisición del lenguaje en los

13 Goffman, E.1967. Idem. 14 Shieffelin, B.b. & E. Ochs. 1986. Language socialization. Annual Review of Anthropology.15 (163-191). 15 Plan DICE – 2014. Plan de Inserción a la Cultura Escrita (o Inscrita?). Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte. Alcaldía Mayor de Bogotá. (Documento interno).


niños y aquellos estudios interesados por los aspectos socioculturales colaterales que, por el “apropiado” uso de la lengua de acuerdo con los contextos sociales de los que se tratara, les permite sentirse miembros del grupo o de la comunidad. El mundo editorial de hoy ya no establece tal distinción. Uno de los más destacados volúmenes sobre la temática que nos concierne es el editado por Bambi Schieffelin y Elinor Ochs16. Se trata de una compilación de estudios de caso sobre experiencias recogidas en diversas culturas, que giran en torno al área de trabajo que nos compete: la socialización a través del lenguaje y para el uso del lenguaje. Sus compiladoras definen la finalidad última del estudio de la adquisición del lenguaje: consiste en entender de qué manera las personas de una comunidad específica se convierten en miembros competentes de los distintos grupos sociales que la conforman y conocedores del papel que debe desempeñar el lenguaje en estos procesos.17 El siguiente es un caso real de un proceso de adquisición de la lengua, en el cual los factores socioculturales priman sobre el uso correcto del lenguaje. Se ha constatado que la adquisición de la sintaxis en el aprendizaje de las lenguas toma tiempo, en particular, por las irregularidades o excepciones de origen histórico que presentan las reglas morfosintácticas. El breve ejemplo que se expone a continuación es la muestra perfecta de interiorización de una regla morfosintáctica con efecto semántico, que responde a un “uso apropiado” de acuerdo con el criterio del infante. La madre da una orden al niño que está ya en la etapa de hablar de corrido; el niño se niega a obedecer y le responde con tono enfático: “No. Ni siquieramente no”. Esta respuesta muestra la interiorización de la figura del énfasis

16 Schieffelin B. & E. Ochs. (Eds.). (1986). Language Socialization across Cultures. New York: Cambridge University Press. 17 Shieffelin, B.b. & E. Ochs. 1986. Language socialization. Annual Review of Anthropology. 15 (163-191).

con la repetición de tres negaciones seguidas: no, ni (siquiera) y, al final, la insistencia con otro no; también está interiorizada la regla de construcción del adverbio, que se forma agregando la terminación “– mente” al adjetivo (v.g.: feliz – felizmente; serio – seriamente) para modificar la acción del verbo. En este caso, la construcción del adverbio, que agrega el efecto de énfasis, se construye sobre la palabra siquiera, precedida por el negativo ni. Aún si la respuesta es gramaticalmente incorrecta, cumple el efecto categórico que se propone. Una vez que el niño interioriza importantes reglas gramaticales que logran efectos estilísticos específicos, no tarda en utilizarlos de acuerdo con la “correcta” normatividad lingüística18. Las experiencias de campo de las dos académicas ya citadas – Bambi Schieffelin en la comunidad de los Kaluli en Papúa Nueva Guinea y Elinor Ochs en un pueblo Samoa, al occidente de ese mismo territorio – las llevó a compilar una serie de investigaciones aplicadas en estas dos culturas y en otras muy disímiles, pero todas comprometidas con la adquisición, por parte de niños y aprendices, de aquel conocimiento tácito sobre principios de orden social y sistemas de creencias (“etno-teorías”) por el hecho de estar expuestos y participar en interacciones mediadas por el lenguaje, en contextos sociales cotidianos19. Con especial énfasis en la comparación transcultural, estos trabajos de investigación se agrupan en tres categorías: la adquisición del lenguaje y de la cultura a través de interacciones de la rutina cotidiana, la adquisición del conocimiento del estatus y del rol a través del uso del lenguaje y, por último, la expresión del afecto en relación con el insumo y la adquisición del lenguaje. Este volumen, visto hoy como un clásico en el tema, inspiró a muchos académicos de

18 Para más información sobre el tema, ver: Cazden, C. 1968. The acquisition of noun and verb inflections. Child Development. 39 (433-448). 19 Shieffelin, B.b. & E. Ochs. Idem.

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diferentes disciplinas a seguir recopilando datos en relación con la socialización a través del lenguaje y para el uso del lenguaje, para identificar patrones de comportamiento comunes a diferentes culturas.

Una doble mirada para la construcción de universales: “transcultural” e “interdisciplinar” Una constante en estos trabajos de investigación aplicada es su enfoque contrastivo. Para poner de presente los rasgos más significativos de estos comportamientos sociales que comprometen el uso del lenguaje, se establecen comparaciones entre distintos escenarios en los que tienen lugar las interacciones encaminadas a la “socialización a través del lenguaje” de infantes y aprendices (donde se incluye a los adultos en contextos de socialización secundaria), sin caer en los extremos del “relativismo lingüístico ”norteamericano20 y los que inducen a los aprendices a hacer parte de otras comunidades de habla distintas a las propias (v.g. laborales, religiosas, deportivas). Con miras a lograr los mejores resultados en este tema, que tienden a directrices “universales”, el acervo de trabajos aplicados para comparar ha versado sobre situaciones muy específicas, tales como: contextos formales e informales, familiares y escolares, monolingües y bilingües o plurilingües, de la ciudad o del campo, citadinos o regionales, entre otros. Se agrega a esta lista de pares opuestos aquellos nuevos escenarios propios de las tecnologías digitales.

20 Ochs & Schieffelin han manifestado su inconformidad con una interpretación extremista de la hipótesis Sapir-Whorf. Su propuesta de “interlocutor activo, selectivo y participante”, aún del infante, en su etapa de aprendizaje de la lengua, les permite proponer una versión moderada del “relativismo lingüístico”, con influencia tanto de J. Piaget como de L.S. Vygotsky, en la que el impacto del lenguaje en la visión del mundo y en el pensamiento, en general, no es una relación uno a uno. Este tema sería objeto de otro ensayo.

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Además de conformar un área de investigación transcultural, el estudio de la socialización por el lenguaje y para usar el lenguaje no es exclusivo del área de la lingüística. Si bien la disciplina lingüística se ocupa de la descripción de las particularidades del sistema y de sus implicaciones en el proceso de adquisición de la lengua, los estudios sicológicos, antropológicos, sociológicos y culturales se encargan de caracterizar este proceso, con miradas desde la cognición, la sociedad, la cultura, la política, la ética, y analizar sus implicaciones tanto a nivel individual como social. Uno de los campos de trabajo aplicado donde este tema interdisciplinar irrumpe de manera privilegiada es, por supuesto, el ámbito de lo educativo y lo pedagógico, formal y no-formal. El trabajo de J. Cook-Gumperz21 fue uno de los pioneros en este campo de la educación al presentar una formulación general de las diferencias entre la socialización del lenguaje por parte de niños blancos norteamericanos, en el contexto de la casa y en el de la escuela. El interés de esta investigadora por el tema pudo tener origen en la trayectoria de estudios sociológicos, antropológicos o sicológicos en el Reino Unido que, de manera independiente, se preocuparon por el impacto causado por las funciones del lenguaje adquiridas en contextos familiares, sobre el rendimiento y la movilidad de los niños durante los primeros años de escolaridad. Con ejemplos sobre el sistema escolar británico, Cook-Gumperz, formada bajo el enfoque interdisciplinar que aquí se propone, concluye que la educación formal le exige al alumno de clase media dejar de lado los presupuestos culturales que tácitamente comparte en su ambiente familiar y manifestar, de manera explícita, toda la información necesaria para “negociar” el contenido que quiere comunicar.

21 Cook-Gumperz, J. 1977. Situated instructions: Language socialization of school age children. In, Ervin Tripp, S. & C. Mitchell-Kernan. (eds.). Child discourse.New York: Academic Press. Pp. 103-21.


A continuación me permito presentar – como ya lo he hecho en otras ocasiones –, un estudio interesante sobre un caso intercultural en el sur de los Estados Unidos, que combina la doble mirada, interdisciplinar y transcultural, del estudio de la socialización a través del lenguaje y para el uso del lenguaje que aquí proponemos. Se trata de la experiencia de una antropóloga norteamericana, Martha C. Ward, en un pequeño caserío de afroamericanos sobre el río Mississippi, construido por los trabajadores de una antigua plantación de caña de azúcar, en los alrededores de “lo que fue” Nueva Orleans22. Con base en un minucioso proceso de investigación-participante, la autora describe en su libro la manera cómo los niños de esta pequeña comunidad de Rosepoint adquieren la lengua. Enfatiza, de manera particular, las incongruencias que se presentan entre las expectativas de los maestros en la escuela y el bagaje cultural y la experiencia cotidiana y familiar de sus alumnos. Si bien Rosepoint no es una comunidad “bilingüe”, en el sentido estricto de la palabra, los niños que allí se crían se enfrentan cotidianamente a dos registros lingüísticos diferentes y, sobre todo, al uso específico que de cada uno de ellos deben hacer. Un registro es fundamentalmente promovido e inculcado por la escuela, la cual, consecuentemente con esta postura que no se basa en su cultura, deslegitima el otro. Es así como, en la etapa en que aprenden a hablar, los niños de Rosepoint deben comportarse lingüística y socialmente de manera diferente, con su maestra en la escuela y con su mamá en la casa. La repercusión negativa de este doble comportamiento de los niños se ve reforzada por las actitudes sociolingüísticas tanto de maestras como de madres. En efecto, durante la principal etapa de su socialización, el niño nativo de Rosepoint está expuesto a actitudes antagónicas de parte de 22 Ward, M. C. 1971. Them Children. A Study in Language Learning. New York : Holt, Rinehart and Winston, Inc.

sus principales tutores. Las madres desestimulan y hasta reprenden a sus hijos por “atreverse” a hablar espontáneamente en contextos de adultos, porque culturalmente los adultos de Rosepoint consideran que a los niños “no se les debe hablar, sólo se les dan órdenes que deben ejecutar”. Pero, al mismo tiempo, en la escuela, las maestras, con los esquemas educativos de la clase media blanca norteamericana, incentivan continuamente a los niños para que participen de manera activa en clase: deben intervenir ante todo de manera oral. Este nivel de participación se convierte, entonces, en uno de los principales indicadores de su proceso de desarrollo. En consecuencia, dentro de este mismo esquema cultural, aquel alumno que enmudece en la escuela, que no responde ni a los estímulos ni a los regaños de los maestros, es entonces considerado “lingüísticamente desfavorecido”23y, por tanto, reprueba automáticamente el curso. Con este testimonio, Martha C. Ward da una voz de alerta ante una situación aparentemente insalvable que recae sobre el niño de Rosepoint, con respecto de la evaluación de su comportamiento lingüístico y de sus capacidades cognoscitivas, cuando en realidad él es totalmente ajeno a ella. Este niño, que es reprendido por hablar en la casa y por no hablar en la clase, es víctima de una política lingüística inconsulta, asumida verticalmente por el sistema escolar norteamericano, la cual, necesariamente, se debe cuestionar.

Universales lingüísticos y socioculturales El sistema normativo de la evaluación educativa en Colombia, impuesto por el Estado, enfrenta la misma encrucijada. El factor social al que apunta el cuestionamiento del estudio de Martha Ward en los Estados Unidos son las etnias. En el caso colombiano son tanto los estratos y clases sociales 23 Nota de edición: En este contexto, los “alumnos lingüísticamente desfavorecidos” son los “desventajados”, “incompetentes”; no se trata de aquellos que no han tenido mejores oportunidades de aprendizaje.

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como las etnias. En ambos países, el proceso de socialización en el lenguaje y para el uso del lenguaje no se compadece con los criterios desde los cuales los Estados evalúan importantes franjas de la población comprometida, casi siempre la que más apoyo requiere. Pocos niños de Rosepoint y pocos niños colombianos, alejados de las normas que nuestros dirigentes de la educación han definido inconsultamente como “ideales”, logran superar las pruebas oficiales. Sin duda, la exigencia del conocimiento de una lengua y de un uso estándar son necesarios para el buen desempeño de las pruebas de competencia lingüística24; sin embargo, en estas pruebas, el conocimiento y el uso de registros diferentes no deben considerarse como una “deficiencia” o “desventaja”, sino, por el contrario, como un “logro” adicional. Son muchos los estudiosos de diferentes grupos culturales25 que han enaltecido las facultades del bilingüe o del plurilingüe, tanto entre lenguas naturales como entre registros de una sola lengua. Ajustes en el diseño de estas pruebas son necesarios26. Es así como, los colombianos que se someten de manera voluntaria o no (sistema educativo) a las pruebas estatales de competencias lingüísticas (Área de Lenguaje de las Pruebas SABER) y cuyos resultados no son satisfactorios, deben entender que no son víctimas de la política lingüística del Estado: ni su conocimiento de la lengua oficial, 24 Pruebas SABER, Área de lenguaje, Serie nuevo examen de estado, que se han venido aplicando desde 1999 y pruebas PISA que utilizan algunos de los resultados de las anteriores. 25 En particular, la escuela de macro-sociolingüística, liderada por el profesor Dell Hymes, de donde surgió el innovador y útil concepto de “competencia comunicativa”. Ver, D. Hymes, On communicative competence. In, Pride & Holmes, eds. Sociolinguistics. Harmondsworth: Penguin Books. Pp. 269-293. 26 Ver una de las primeras recomendaciones al rediseño del Área de Lenguaje de las Pruebas SABER, en: Análisis cualitativo y uso pedagógico de los resultados – Evaluación Censal de Competencias Básicas – 9na aplicación, 2003. Secretaría de Educación del Distrito. Pp. 109-121.

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ni su desempeño lingüístico adquirido en el grupo familiar son mejores o peores que los que evalúa la prueba estatal. Sus registros en la cotidianidad son, simplemente, diferentes, mas no incompatibles con los requeridos por el sistema educativo colombiano; responden a escenarios sociales distintos, pero no contradictorios. Con base en el análisis de los datos que Martha Ward recopila en Rosepoint surge otra pregunta: “¿Qué obligaciones adquiere la escuela cuando se enfrenta a diferencias culturales como las que se presentan en esta comunidad?” Y los editores de su informe contestan: “Cualquiera que sea la respuesta, es claro que si los educadores quieren trabajar de manera efectiva con niños provenientes de diversos ambientes culturales, deben entender qué pasa con la enseñanza del lenguaje en Rosepoint, y en muchos lugares como ese.” En otros términos, deben volver la mirada hacia la intimidad del contexto familiar y escudriñar la pluralidad de códigos propios de la socialización del ciudadano.

¿Formación universal? Para retornar a nuestro pueblo tolimense, es probable que tanto allí como en muchos pueblos de Colombia, los niños también se enfrenten cotidianamente a dos o más registros lingüísticos distintos, que puedan estar expuestos a la misma esquizofrénica realidad que, sin razón, opone el escenario familiar u otro al escolar. Son, sin lugar a dudas, los escenarios más frecuentados por los escolares en Colombia. La confrontación de comportamientos sociolingüísticos en el uno y en el otro – u otros –, perturban, como en el caso de Rosepoint, el desarrollo integral de nuestros infantes. En efecto, desde hace varias décadas se ha demostrado que los fines de la educación no pueden centrarse en la información. Cada día la tecnología hace más esfuerzos por ubicar la mayor cantidad de conocimientos generales y especializados al


alcance inmediato del ciudadano común. Los tecnólogos de la información reducen poco a poco los precios de los aparatos y la oferta pública de acceso a la información digital aumenta vertiginosamente. En relación con estos contenidos que transitan por las redes digitales, vale la pena citar a uno de nuestros grandes pedagogos del siglo pasado, el cual, sin haber usufructuado de los adelantos de la industria digital, propuso una extraordinaria revolución para su época. “Enseñar antes que instruir”, decía don Agustín Nieto Caballero27, quien pertenecía al grupo de precursores de la llamada “escuela nueva” en Latinoamérica. Más allá de la instrucción en el conocimiento – la cual puede llevarse a cabo frente a un ordenador – está la enseñanza sobre la manera como nos acercamos al conocimiento del mundo real y del ficticio, pero también la forma como nos relacionamos con los demás. La poesía, el teatro y el arte, en general, siempre han experimentado sinergias con la experiencia sensible, individual y social. Además de la estética, también la formación en política (entendida como el buen funcionamiento de la “polis”) y en ética (con la reivindicación y validación de valores propios de las comunidades) buscan asidero en las relaciones sociales de la familia, primero, y del núcleo social ampliado, después. Estos tres grandes componentes de la formación - la política, la ética y la estética – están atravesados por un factor intangible pero esencial en el proceso de formación del individuo: el afecto. Como ya se insinuó, la influencia del ambiente familiar en el proceso de aprendizaje formal de los infantes constituye no solo la base del buen desarrollo afectivo y motriz, sino también el mayor rendimiento cognoscitivo. Importantes lineamientos para la investigación en este campo empiezan 27 Nieto Caballero, A. 1966. Una escuela. Bogotá: Antares – Tercer Mundo Editores.

a desarrollar expertos internacionales preocupados por la calidad de la educación en el mundo. En efecto, desde hace seis meses, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lleva a cabo un estudio, avalado por la Secretaría de Educación del Distrito, cuya finalidad consiste en “sacar a la educación de una meta netamente institucional y escolarizada y convertirla en una meta de la sociedad”28. Con este propósito, el estudio ha involucrado, además de los docentes y de las instituciones educativas, a los empresarios, a los sindicatos, pero, en particular, a las familias. Se busca transformar la calidad de la educación a partir de la búsqueda de la equidad en la sociedad, para que la educación logre su verdadero objetivo: transformar la sociedad. Los resultados de este trabajo se darán a conocer en noviembre de este año.

La socialización del “aprendiz” hacia el prestigio social En esta segunda parte del texto, quiero hacer especial énfasis en la socialización a través del lenguaje y para el uso del lenguaje en miembros de aquellas comunidades “en contacto”, aunque no siempre “en conflicto”. De forma expresa o implícita, estas comunidades, por razones tan frecuentes en Colombia como el desplazamiento forzado a causa de la violencia, se han visto forzadas a la vecindad y al entendimiento, siendo que presentan tradiciones culturales, y por ende, lingüísticas muy diferentes. Como ya se insinuó, no necesariamente hablan otra lengua, pero sí utilizan otros registros del mismo español, donde subyacen diferentes miradas del mundo y distintos comportamientos sociolingüísticos, algunas veces incompatibles con los de los vecinos.

28 En palabras de Alfredo Sarmiento Gómez, director del estudio “Misión de calidad de la educación para la equidad” en Colombia. SED y PNUD, 2013-2014.

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En otra oportunidad seguiremos indagando sobre el vasto campo que se ha desarrollado a partir de los fundamentos teóricos que proponen los investigadores citados en torno a la socialización del infante, proceso en el cual, como dicen Schieffelin & Ochs29, no debe establecerse diferencia alguna entre lo lingüístico y lo cultural. En esta temática, la investigación ha llevado a interesantes conclusiones, como por ejemplo, la posibilidad de comparar las particularidades no solo verbales, sino también “vocales”, de las expresiones en “media lengua” (babytalk) en muy distintas lenguas y culturas diferentes, para, finalmente, encontrar patrones transculturales comunes o, por lo menos, similares30. Se han compilado datos, por ejemplo, en la población blanca de la clase obrera norteamericana, de indígenas Athapaskan, de nativos Samoa y de nativos Kaluli, o de miembros de comunidades arábigas, bereber, anglosajonas y japonesas, para realizar análisis comparativos transculturales, sobre temas específicos de esta variedad de registro para inferir muchas equivalencias. Otro tema que se abordará en otra ocasión, considerado parte de la socialización a través del lenguaje y para el uso del lenguaje, es la alfabetización y el rol que asume en la sociedad. Desde el mismo acercamiento de la etnografía y la sociolingüística, autores tan reconocidos como Dell Hymes31 y Shirley Brice Heath32, plantearon un marco conceptual específico para el estudio de la adquisición de las destrezas propias de un tipo de alfabetización en diversas comunidades. En efecto, se trata de aprendices no-infantes para quienes las particu29 Ibid, 1986. 30 Algunos autores pioneros de la corriente norteamericana en estudios de “baby-talk”: T. Cross, C. Ferguson, J.B. Gleason, E. Newport, H. Gleitman, L.R. Gleitman, C. Snow, entre otros. 31 Hymes, D. 1972. Models of the interaction of language and social life. In, Gumperz, J.j. & D. Hymes (eds.) Directions in sociolinguistics: The ethnography of speaking. New York: Holt, Rinehart & Winston. Pp. 35-71. 32 Heath, S. B. 1982 Protean shapes in literacy events: Evershifting oral and literate traditions. In, Tannen, D. (ed.) Spoken and written language. Norwood, NJ. : Ablex. Pp. 91-117.

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laridades del proceso de alfabetización exigen un tratamiento aparte. Dejaremos, entonces, para otra oportunidad el tema de la alfabetización y de las reglas de uso de la “media lengua” (“babytalk”). Se trata de aquella “media-lengua” que imita a “niños aprendiendo a hablar”, y que es muy común que los adultos utilicen para dirigirse precisamente a infantes que están en la etapa de adquirir su lengua. Aquí nos centraremos en situaciones ordinarias de conversación cotidiana, las cuales, a nuestro entender, son muy propicias para dar razón de la socialización a través del lenguaje y para el uso del lenguaje. Son estas situaciones las que hacen aflorar el conocimiento local, a través del contenido que transmite y, en particular, a través de las formas gramaticales y discursivas que seleccionan los interlocutores de dichas interacciones espontáneas. En los siguientes ejemplos, nos referiremos a escenarios de socialización lingüística y cultural donde debutan “aprendices adolescentes o adultos”, de ambos géneros. La selección de la muestra de informantes es significativa para nuestro propósito. La relación lengua – cultura genera un proceso integrado de socialización lingüística y sociocultural que le permite al “aprendiz” interiorizar, de manera simultánea, el conocimiento y el uso de la lengua. Debe, entonces, enfrentar dos fenómenos entrelazados: por un lado, el aprendizaje de nuevas palabras y reglas gramaticales, las cuales le permiten nombrar al mundo de la manera como le sugiere la comunidad a la cual pertenece (o quiere pertenecer); por el otro, la posibilidad de seleccionar el léxico que tiene a su disposición, de utilizarlo de manera socialmente apropiada (y no solo correcta) o innovadora, según su criterio, en relación con el uso de las normas sociales que rigen las condiciones socioculturales en que se encuentre. Este fenómeno llega motivado por un aliciente exclusivamente social, a saber, el prestigio.


La socialización para el “prestigio” en el uso del lenguaje Con numerosos estudios sociolingüísticos transculturales, William Labov33 y sus alumnos, de distintas nacionalidades, demuestran que el principal aliciente de ciertos tipos de variación y cambio lingüístico – aquellos que no tienen explicación en la lingüística diacrónica – es el “prestigio social”, que tiene carácter de rasgo universal. A continuación proponemos algunos ejemplos en el habla cotidiana de la ciudad de Bogotá, que pueden extenderse al español colombiano. En relación con la construcción y selección de un nuevo léxico, uno de los casos más llamativos en esta variedad del español es el que tiene que ver con marcas de género, principalmente en discursos políticos o en medios de comunicación que infringen los límites de lo que se considera lingüísticamente correcto. Es así como, por un incontrolable afán de utilización de un lenguaje que ahora se llama “de inclusión” – para así gozar de un “prestigio democratoide” – tanto políticos como periodistas introducen una sorprendente modificación morfológica para referirse, con participios activos distintos, a los sujetos masculinos y femeninos que realizan la acción de un verbo en cuestión. Sabemos que el participio activo derivado del verbo cantar es “cantante”, sin que existan las “cantantas” y el de participar es “participante” y no hay “participantas”. Sin embargo, últimamente algunos sectores de la población consideran “socialmente apropiado” – y hasta ideológicamente correcto – diferenciar el género del sujeto que denota la capacidad de ejercer la acción, por ejemplo, de “presidir”, si es hombre “presidente” y si es mujer “presidenta”, tér33 En los dos siguientes volúmenes están compilados los principales trabajos de este autor, quien ha liderado, durante varias décadas, la escuela de micro-sociolingüística: LABOV, W. 1972. Sociolinguistics patterns. Philadelphia: University of Pennsylvania Press y LABOV, W. 1972. Language in the inner city: Studies in black English vernacular. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.

mino que todavía no existe. Siguiendo este patrón de uso, se debería iniciar diferenciando “existente” y “existenta” – a “alguien” habrá que referirse! –y después continuar con “estudiante” y “estudianta”, “dirigente” y “dirigenta”, “atacante” y “atacanta” y hasta “periodistas” y “periodistos” que son “ignorantas” e “ignorantos”!34 Y así, siendo coherentes con esta “innovadora” norma, a aquellos del otro género – el género masculino – que también impulsan el “lenguaje de inclusión”, los llamaremos “feministos”. Es innegable que estas marcas lingüísticas, que subvierten el uso correcto del lenguaje, no tienen otro propósito que su “impacto social” en favor de sectores aparentemente “menos favorecidos” de la población. En el caso que exponemos, supuestamente se utilizan para hacer “visible” la presencia de las mujeres en algunos sectores de la sociedad, particularmente a través de medios formales (medios periodísticos, eventos públicos y, muy recurrentes en discursos de demagogia política). Otro caso de hipercorrección, cargado únicamente de “buenas intenciones gramaticales”, se puede interpretar como “prestigio cultoide”. En nuestro español es muy frecuente oír verbos reflexivos con la forma pronominal, la cual recibe, como sufijo igualmente incorporado al verbo, la marca de la tercera persona del plural: “Siéntensen ya!”, “Por favor, cómansen todo!” y aún en pronominalizaciones verbales muy bogotanas como: “Cántensen la última y nos vamos!”“Esta noche véansen una película para descansar!”. Sin necesidad de ir muy lejos, en las calles de Bogotá se oyen a diario ejemplos de una frecuente 34 La autora de algunos de estos ejemplos (profesora de un instituto público de un país latinoamericano, que no se identifica) hace un llamado de atención por Internet sobre estos casos y termina afirmando lo siguiente: “(. . .) no es lo mismo tener “UN CARGO PÚBLICO” que ser “UNA CARGA PÚBLICA”.” A lo cual yo agrego que, en nuestro país y desde la perspectiva del discurso en contexto, muchas veces son sinónimos: en condiciones sociales semejantes, ambos se presentan como “sociolingüísticamente apropiados”.

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hipercorrección que consiste en utilizar la marca del morfema que señala la segunda persona del singular en algunos verbos cuando se utiliza el pronombre “tu” (yo canto, tu cantas), con verbos que no aceptan esta terminación: “Te peinastes distinto. Sí, te cambiastes el peinado. Eso te quería decir; ¿me comprendistes?” El efecto que se busca es diferenciarlo de la conjugación con Usted (Usted canta), utilizada por las clases menos prestigiosas, en Bogotá. El llamativo “tuteo”, antes exclusivo de las clases altas de la ciudad, ha sido imitado, primero, por la clase media y ahora por la media baja. Se considera un indicador de “prestigio”, de “cercanía social”, de pertenencia al mismo grupo y clase social que lo usa: “prestigio clasoide”, podría llamarse. Visto como un fenómeno propio del lenguaje bogotano – porque en otras regiones del país la utilización del “tuteo” cambia –, esta hipercorrección consiste en generalizar la utilización del “prestigioso” sufijo pronominal del tuteo incorporado al verbo, a pesar de convertir la construcción en incorrecta.

Además de este y otros motivos de solidaridad con grupos “aparentemente” desprotegidos, se insiste en que el fenómeno recurrente que justifica las innovaciones morfológicas de los ejemplos propuestos, es el “prestigio”. Aquí hemos sugerido una denominación que surge del sentido común, para distinguir formas de “prestigio” para aparentar “pertenencia a ideologías democráticas” (prestigio democratoide - género), o “inclusión a grupos cultos” (prestigio cultoide), o “igualdad con clase social más alta” (prestigio clasoide). Este “prestigio social”, en cualquiera de sus manifestaciones, es el mayor incentivo social, en todas las culturas, las etnias, las clases, los grupos, para transformar la lengua de manera abrupta, sin respetar los límites ni de la “norma lingüística”, ni de las reglas de la “lingüística histórica”.

Desde la perspectiva de la variación y el cambio lingüístico35, rama de la sociolingüística que se ocupa de identificar el impacto de variables sociales (edad, género, clase social, etnia) en el desarrollo de las lenguas, se considera que con el tiempo, una vez ajustadas las confusiones sintagmáticas y paradigmáticas que produce la innovación, estas hipercorrecciones pueden incorporarse al sistema lingüístico en cuestión. Es posible que el proceso se interrumpa por un desestímulo en la valoración social del uso de la variación en la lengua por parte de los mismos innovadores. Sin embargo, si el cambio prospera, se convierte en otro caso del más efectivo fenómeno extralingüístico y transcultural sobre el cual se apoya la lenta evolución de las lenguas.

Como ya se alertó, estos y otros ejemplos sobre elementos lexicales (sustantivos) afectados por marcas morfológicas para producir efectos sociales de visibilidad (género) y solidaridad (“tuteo”), propician fenómenos lingüísticos de hipercorrección que solo con el tiempo sabremos si finalmente producen cambios estructurales en la lengua. Sin duda, este es un aspecto importante para los lingüistas diacrónicos, interesados en la historia comparativa y la evolución de las lenguas. Ante cambios estructurales, en los que, con el tiempo, pudieran convertirse los casos aquí descritos, los especialistas tendrán entonces que plegar sus explicaciones lingüísticas sobre la diacronía interna ante razones externas al sistema, incentivos sociales que irrumpen sin respeto alguno con el sistema lingüístico en cuestión. Estamos frente a situaciones típicas de hipercorrección lingüística motivada por el “prestigio social”, que no tienen una satisfactoria explicación desde el funcionamiento interno de la lengua.

35 Así se denomina la escuela de micro-sociolingüística promovida por William Labov, para diferenciarse de la corriente de macro-sociolingüística, denominada Etnografía del Habla o de la Comunnicación, liderada por Dell Hymes.

Dejamos en manos de los especialistas estos temas de Lingüística Diacrónica, Historia de la Lengua y Variación y Cambio Lingüísticos. Lo que aquí nos incumbe son las razones sociales de las innovacio-

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nes lingüísticas y, sobre todo, la naturaleza de sus principales responsables. En cuanto a lo primero, estos dos ejemplos harían parte de la segunda categoría de investigaciones sobre socialización del lenguaje propuesta por Schieffelin y Ochs36: “adquisición del conocimiento del estatus y del rol a través del uso del lenguaje”. En efecto, morfemas de género y pronombres de solidaridad37 son marcas lingüísticas del rol y del estatus de los participantes en las interacciones verbales.

La mujer y la socialización del lenguaje: “la manzana de Eva” “La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento ((como le había prometido la serpiente)). Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió.” 38

Según Labov, a partir de los resultados de sus investigaciones y de los datos compilados por sus alumnos, con respecto a un cambio lingüístico, las diferencias lingüísticas entre géneros se incrementan al mismo tiempo que se inserta el cambio en la población. Es posible inferir, de manera general, que las mujeres son más sensibles que los hombres a la significación social de las nuevas variables lingüísticas, al prestigio local en las primeras etapas del cambio y al prestigio nacional en las etapas en las que ya se ha estabilizado el cambio. En resumen, Labov concluye que las mujeres, movidas por el prestigio, son más susceptibles al cambio que los hombres y que lo ponen en práctica antes que ellos. En cuanto a las amplias franjas sociales, las clases medias son más susceptibles al cambio que cualquiera de las otras. Y, por último, en relación

36 Schieffelin, B. & E. Ochs, Idem. 37 Brown, R & A. Gilman. 1960. The Pronouns of Power and Solidarity. In, T. A. Sebeok (ed.). Style in Language. Cambridge, MA : M.I.T. Press. Pp. 253-270. 38 Sagrada Biblia. Libro del Génesis. Capítulo 3, Versículo 6.

con la edad, son los grupos de adolescentes los que más fácilmente permean la normatividad. En la mayoría de las culturas, las responsables de este proceso durante la primera infancia son las madres, y en nuestro país, esta función se extiende de manera formal a la institución escolar, donde son casi siempre mujeres las que asumen la tarea de formar y enseñarle a nuestros niños a ver el mundo a través de la lengua. Es fácil reconocer que en nuestra sociedad la mujer es la responsable de traspasar el conocimiento del sentido común, de la ciencia y, en particular, de la cultura, tanto a sus hijos, como a sus alumnos: es ella la que enseña cómo nombrar el mundo que rodea al infante y a quién, cómo, cuándo y dónde se puede decir “lo que se dice”. La mujer no solo enseña la lengua, sino también es la encargada de trasmitir – y de mantener o transformar – las formas de comportamiento lingüístico propias de su cultura, en razón de cada situación social. Uno de los factores que está a la base de la innovación lingüística y social es la disposición al ascenso social, teniendo en cuenta que esto implica cierto nivel de conformismo y docilidad a las normas dominantes. Sin embargo, también pueden registrarse igual número de casos en dirección inversa. Es decir, la innovación y el cambio se pueden convertir en indicadores de “diferenciación” – sectas, marginales, disidentes –, casos en los cuales pudiera registrarse una voluntad explícita de organización fuera de la norma dominante. En una u otra situación, la mujer sigue siendo la promotora del cambio, la Eva que “muerde la manzana”. En este siguiente y casi único caso que se expone a continuación, el rol que desempeña la mujer en el proceso de enseñanza-aprendizaje y de las innovaciones lingüísticas que lo impactan, se extiende hasta el punto de dar origen a un nuevo registro; es un caso extremo, el cual fue monitoreado por una lingüista, experta en “lenguas en contacto”, en un

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pueblo de Australia. Se trata del proceso de nacimiento de una nueva lengua australiana, recientemente identificada. Presenciar el nacimiento de una nueva lengua es un acontecimiento poco común. La lingüista Carmel O’Shannessy39, investigadora y profesora de la Universidad de Michigan, ha documentado el caso del Warlpiri “suave” (“Light Warlpiri”) en un pueblo remoto del norte de Australia. En efecto, en Lajamanu, un pequeño pueblo de aproximadamente 700 habitantes, la lengua cotidiana es la misma que la del resto de la región: el Warlpiri. O´Shannessy presencia el proceso de conformación de una nueva lengua y, en breve, así lo describe. En Lajamanu se establece una diferencia entre el Warlpiri tradicional y el Warlpirirampaku, que hablan los jóvenes y en el cual interviene una gran influencia del inglés. Es a este último que O´Shannessy denomina Warlpiri “suave” y lo considera el “nuevo registro de la juventud”: la nueva lengua. Para esta lingüista, vinculada al trabajo del Smithsonian Institute sobre “lenguas en peligro”, el proceso de creación del Warlpiri “suave” pasa por dos etapas, muy parecidas a las que permitieron el surgimiento de las lenguas romances (francés, español, italiano y rumano). En primer lugar, las madres de Lajamanu se comunican con sus hijos – que están en la etapa de aprender a hablar – en “media lengua” (“babytalk”) en la “lengua de la madre” (“motherese”)40. La creencia popular, tanto en Lajamanu como en muchas otras culturas, es que la utilización de esta “media lengua” (“babytalk”) permite una comunicación más fluida con los nuevos aprendices, cuando, en realidad, se ha 39 O´Shannessy, C., 2011. Young children’s social meaning making in a new mixed language. In, Eickelkamp, U. (Ed.). Growing up in Central Australia: New anthropological studies of Aboriginal childhood and adolescence. Oxford: Berghan Books. Pp. 131–55. 40 Nota de edición: Se trata de la lengua en que la madre se comunica con su hijo (“motherese”), la cual no siempre corresponde a su “lengua materna”.

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comprobado que su utilización demora el proceso de adquisición de la lengua materna en el infante. En el caso de la conformación del Warlpiri “nuevo”, esta “media lengua” mezcla tres registros diferentes: el tradicional Warlpiri, el inglés y el criollo de la región. O´Shannessy asimila este proceso al de la formación de pidgins y criollos, en el sentido en que la nueva lengua no se comporta de la misma manera que las lenguas que le sirven para formarse. Pero, además, la lingüista asegura que el Light Warlpiri no es ni un pidgin, ni una lengua criolla.41 En la segunda etapa, los niños que la usan cotidianamente entre sí le agregan innovaciones radicales en materia de sintaxis, como por ejemplo, en cuanto al uso de estructuras verbales, que no están presentes en ninguna de las lenguas primigenias que intervienen. Es así como, la nueva lengua, el Warlpiri “suave” toma en préstamo de sus lenguas vecinas algunos sustantivos y varias estructuras verbales, pero los organiza de manera diferente en una novedosa estructura oracional. No cabe duda que el caso de surgimiento de una nueva lengua es altamente significativo para la investigación lingüística. Pero el tema que nos atañe aquí, a saber, el papel que desempeña la mujer en la crianza de sus hijos en relación con la manera de nombrar el mundo y de actuar sobre el mundo con la palabra, debe igualmente reconsiderarse a la luz del significativo caso del surgimiento de un nuevo registro de la juventud. Es así como, la falta de marcas en la morfología y la sintaxis de los enunciados en “media lengua” (“babytalk”)– como por ejemplo, en español, sufijos de tiempo, persona y número y pronombres y preposiciones en: “nene querer tete; mamá dar comida” –elisiones que fomenta y estimula la madre, le permiten al niño y al adolescente innovador marcar de manera distinta 41 O´Shannessy, C., 2013. The role of multiple sources in the formation of an innovative auxiliary category in Light Warlpiri, an Australian mixed language. Language. 89 : 2. Pp. 328-353.


la organización básica de la estructura oracional y, en especial, transformar las escasas marcas verbales del registro que su madre utiliza cuando interactúa con él. Se demuestra que, a pesar de los variados roles que les asigna cada cultura a las madres de las nuevas generaciones, son ellas las que determinan las innovaciones, los cambios pero también lo que permanece, lo que nunca se debe cambiar, en relación con las estructuras y los usos del lenguaje. Son ellas las principales transmisoras de lo que debe permanecer o de lo que se debe transformar. William Labov42 persuadió a sus colegas sociolingüistas de los distintos continentes de que, más allá de las particularidades de las distintas culturas u organizaciones sociales, la principal propiciadora del cambio lingüístico es la mujer. En la etapa de crianza, la mujer fomenta en sus hijos no solo el cambio – con base en su selección de “lo prestigioso” – sino también la creación de otros registros y futuras lenguas.

Algunas reflexiones en relación con la política lingüística ¿o sociolingüística? Para cerrar estas reflexiones, vale la pena contextualizarlas en relación con situaciones sociales relacionadas con la convivencia, que presenciamos todos los días en nuestro país, y que están propiciadas por fenómenos como la multiculturalidad y la migración, producto de la violencia y del desplazamiento forzado. Desde hace ya más de treinta años, la política pública – en particular, la que guía los destinos de las naciones en materia de educación y de cultura – ha venido insistiendo en que la “lengua nacional” 42 Labov, W. Idem.

favorece el fortalecimiento de la “identidad nacional”, puesto que permite compartir – y a todos por igual – los mismos valores, las mismas tradiciones y costumbres, los mismos retos y desafíos. Frente a la globalización, la lengua unifica alrededor de un sentimiento de pertenencia a “lo propio” y crea el espejismo de la defensa de la nación43. En efecto, después de tres décadas de insistencia en esta “política”, hoy es claro que el resultado ha sido muy diferente al esperado. A pocas lenguas nacionales se les permite “legitimar” sus variantes, con lo cual se garantizaría el sentido de pertenencia a lo local; en consecuencia, la búsqueda de un nacionalismo soportado, en particular, por un factor lingüístico, ha fracasado. Es así como, la subversión de los registros locales frente a la “lengua nacional”, única responsable del desconocimiento, y en ocasiones hasta rechazo, de dichos registros, se manifiesta en un desuso cotidiano de la lengua que legitima la “nación”. Si es del caso, se utilizaría exclusivamente en situaciones formales que responden a contextos institucionalmente definidos. El planteamiento no es erróneo; la falla está en su metodología. Los grupos de poder – gobiernos, educación, cultura – encargados de asegurar el uso cotidiano de la “lengua nacional”, esgrimen la falsa hipótesis de “la igualdad” (¿social? ¿cultural? ¿política?) como el engranaje básico para “compartir todos una misma lengua” y, por lo tanto, para construir la unidad de la “nación”. La lengua es, en realidad una entelequia, la cual podemos compartir como tal. Pero el uso de la lengua, es decir, el habla que permite construir escenarios sociales, nunca se repite de la misma forma. No promueve la igualdad. Por el contrario, es el sello de lo particular, lo cual significa que es el sello de la identidad. No hay hablante que quiera quedar subsumido por la “identidad lingüística” del otro, 43 Hobsbawm, E.J. 1998. “Are All Tongues Equal?”Language, Culture and National Identity.In, P. Baker(ed). Living As Equals. Oxford: Oxford University Press.

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que permita que confundan su discurso con el del vecino. Su discurso no es el único, como tampoco lo es el de su vecino. Luego, el lema de una política lingüística debe centrarse en el respeto a las diferencias, bajo claras estrategias de organización social, para el logro de la equidad social. **************

Reconocimiento No quiero cerrar estas breves reflexiones sin antes trasladarme a un lugar muy distinto a ese pueblo tolimense, fruto del calor del trópico, que mencionaba al principio de este escrito. Me refiero a la Universidad de Pennsylvania, en Filadelfia, Estados Unidos. Quiero recordar a mi muy querida profesora y amiga sin la que nada de lo que me propuse compartir aquí hubiera podido salir de las teclas de este computador. Se trata de Bambi Schieffelin, actual profesora e investigadora de la Universidad de Nueva York (NYU), anteriormente vinculada a la Universidad de Pennsylvania, donde obtuve mi maestría en Lingüística y realicé mis cursos y exámenes para el Doctorado en “Lenguaje, Cultura y Sociedad”. En las aulas del campus de Filadelfia, sobre la ribera occidental del río Schuylkill, conocí a Bambi,

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quien me dirigió un trabajo de investigación con la comunidad hispanohablante del norte de Filadelfia (origen puertorriqueña). Bambi había realizado trabajo de campo con la comunidad Kaluli, en Papúa Nueva Guinea. Su acucioso trabajo etnográfico y sus invaluables reflexiones sobre los usos del lenguaje en la comunidad Kaluli y, en particular, sobre las formas de enseñanza y aprendizaje del lenguaje en esta comunidad, hoy hacen de la Doctora Schieffelin una de las renombradas expertas en esta área. Con base en una serie de estudios transculturales, la Profesora Schieffelin, junto con varios colegas, han dado origen a una nueva área de investigación y de formación: aquella que entremezcla, por un lado, el campo de la adquisición del lenguaje y, por el otro, el de la adquisición de la cultura. Los resultados de las miradas transversales de estos académicos, quienes escudriñaron el tema de la socialización in situ, a lo ancho y largo de los distintos continentes, muestran que ambos tipos de adquisición son inseparables y que en lo sucesivo deben verse como un estudio integrado del desarrollo del lenguaje y de la cultura. La valiosa enseñanza de mi profesora Schieffelin y la acertada guía académica y profesional de mi amiga Bambi, me permiten hoy proponer estas breves reflexiones para recopilar casos concretos de nuestro país que se comparen transculturalmente y así iniciar nuestra propia discusión sobre el tema en Colombia.


El translingüismo, Una propuesta incluyente María del Pilar Cárdenas Borrero

E

“Rompe la barrera del sonido globaliza tu comunicación, Aprende Lengua Visa”

s difícil, en un primer contacto, que una visión nueva de un asunto que creíamos resuelto en tanto paralelo, nos permita algo más que una introducción; la ventaja es que para seguirla, no se requieren conocimientos previos diferentes a los conceptos que esta propuesta pretende denunciar y que tienen que ver con las consecuencias del efecto creador del lenguaje, que sin un tamizaje nos implica en la reproducción de modelos de intervención que invisibilizan las posibilidades de transformar la realidad. Para conjurar los mencionados efectos que impiden la inclusión, es necesario recrear los vínculos con la discapacidad, con la dimensión visual de las palabras y con sus usuarias actuales y potenciales,

Feminista Abogada Socióloga a través de la resemantización de algunos términos y la creación de otros, porque los neologismos son vocablos, acepciones o giros, que permiten recrear identidades y poner a circular otros imaginarios… como es de cierto que el lenguaje nos crea, pero por fortuna es cierto que nosotras también lo creamos. Es verdad que no se puede cambiar la metáfora, sin cambiar el lenguaje que la sustenta. Estos términos están definidos en el glosario, pero sus significados deben anticiparse para que haya sintonía desde el comienzo. La discapacidad, entonces, madre de todas las capacidades, como lo iremos descubriendo porque está unida, no al órgano sino a la función, queda definida para efectos del presente escrito como capacidad distinta, individual, única, que atañe a la identidad. Espero que en adelante se constituya en el referente que permita el descubrimiento, el reconocimiento y la acogida de lo alternativo, de lo diverso. La palabra sordo ha sido reemplazada por la expresión no oyente, con lo cual busco equilibrar las implicaciones de los términos que en el primer


caso destituyen a la persona, como sujeta de esta condición, en la medida en que sordo se le dice, se predica de quien no oye, pero esta persona a su vez no es sujeta pasiva de esta característica, como no lo es tampoco el o la oyente; en este caso como en el del no oyente, está implícito el yo soy. Además los códigos como el Civil Colombiano, hace varios siglos ya, han recogido el imaginario popular y la han fusionado con la palabra mudo, de cuyo letal efecto nos ilustran los diccionarios: “privado del uso de la palabra”1. Al sordomudo, desde luego, se le han conculcado toda clase de derechos, incluso en virtud de una providencia de la Corte Constitucional que en otro momento comentaré, los recortados por la norma se ampliaron. Otra piedra angular de esta propuesta es la de sustituir a la denominación ‘lengua de señas o de signos’ por una nueva expresión que nos ponga en contacto con la dimensión visual de las palabras y la lengua que sirve de instrumento para expresarlas y aproximarnos a ellas desde un lugar distinto, con admiración y respeto. Me refiero a reconocerla como lengua visa; independientemente de que la palabra visa ofrece un rico y generoso significado gracias a asociaciones como aquella de que abre las puertas de nuevos espacios para poder acceder a ellos, o que cuando algo se visa se reconoce, se acepta; o uno muy importante y del cual depende la comunicación, y es que en el mundo entero tener visa, tarjeta o sello, es sinónimo de crédito. Adicionalmente nos aleja del fantasma prepotente de haber descubierto de qué está hecha esta lengua…cuando lo más cerca que hemos podido aproximarnos al misterio que rodea a todas las lenguas, es que están compuestas por palabras y a las palabras las distinguen tres cualidades: pueden transcribirse, en el sentido de representarlas mediante un sistema de escritura, pueden traducirse y pueden definirse, lo que les permite entrar en el código. Ninguna de estas cualidades es compartida

por las señas, a las cuales el diccionario define “como gestos, ademanes o indicios”2 . Por tanto visantes son las personas usuarias de esta lengua, sean oyentes o no y Translingüismo, es la propuesta incluyente que las emplea para que visibilicemos la posibilidad de hacer el tránsito de una lengua a otra, instrumentalmente distinta, sensorialmente accesible. Pero paradójicamente la lengua visa está lejos de ser reconocida como un derecho humano; de hecho ninguna lengua goza de tal privilegio. Evidentemente para la gran mayoría de los seres humanos el ingreso en el lenguaje está asegurado y por su conducto el proceso de socialización y, con suerte, el acceso a los derechos fundamentales; estar sujeta por el lenguaje nos ubica, quien lo creyera, a los oyentes, en una situación privilegiada frente a millones de personas alrededor del planeta que al momento de nacer, no cuentan con tradentes de una lengua que por sus características les sea accesible. Cabe anotar que el noventa y cinco por ciento de las personas que nacen con esta característica, tienen padres y madres oyentes. De acuerdo con la WDF- Federación Mundial de Sordos, se estima que en el planeta viven alrededor de setenta millones de sordos3; suma que resulta conservadora, si tenemos en cuenta que los centros de atención y las asociaciones, que asumimos pueden ser las fuentes de información, se encuentran ubicadas en los centros urbanos y penosamente no pocos son tratados como deficientes mentales o personas que han perdido la razón; todo esto es fácil de explicar porque el abordaje generalmente es clínico, donde la posibilidad de ingresar en una lengua accesible está proscrita por cuenta de las intervenciones terapéuticas que apuntan a la oralización. Aunque no es extraño que a los programas de rehabilitación los acompañe un profesional en sicología, que desde luego no conoce ni reconoce la lengua visa. 2 Ibídem, 820.

1 Pequeño Larousse, p. 598. Ediciones Larousse 1981.

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3 Ver www.cultura-sorda.eu/8htm


La inclusión en términos de derechos, tiene una historia reciente como precepto educativo y ha estado marcada por el imperativo de incluir a las niñas y los niños sobre los que pesa algún estigma, esto es, para quienes pertenecen a una minoría, pero no numérica, sino política y social, lo cual determina su marginalidad y restringe sus posibilidades. En la inclusión, lo que está en juego son las identidades y asumir una identidad lleva a las personas a desempeñar unos roles coherentes con ella, de acuerdo con su identidad social, lo cual determina el sentido de pertenencia vs. no pertenencia a diferentes grupos o categorías sociales. Esto sucede dentro del cuadro social de referencia, del cual no es ajeno el proceso de formación permanente en el que está inmersa la educación, porque ella como toda institución es producto de la cultura y si no hacemos un alto, una reflexión profunda, tenemos que reconocer que es el medio más eficaz para reproducir prácticas que perpetúan la discriminación, porque hay una socialización diferencial, que genera mensajes distintos de acuerdo con el grupo al que se dirigen. Una de las claves del proceso de socialización diferencial, radica en la congruencia de los mensajes emitidos por todos los agentes socializadores, es decir, por el sistema educativo, la familia, los medios de comunicación, el uso del lenguaje, la religión. Desde todas estas instancias se transmite un mensaje coincidente y que por su forma, muchas veces implícita y sutil, es más difícil de contrarrestar. Esto significa que las barreras que la sociedad impone a un determinado grupo, son interiorizadas por éste, es decir, que las barreras externas se convierten en internas, las cuales a su vez, permiten que las barreras externas se conserven y así, los grupos marginados se convierten en cómplices de su marginación.

La socialización diferencial lleva a que los grupos adopten distintos roles y desarrollen sus actividades en ámbitos diferentes y estas diferencias, generadas en este tipo de socialización, contribuyen a las creencias que las sustentan y que se reflejan en los comportamientos y esto termina por justificarlas. Pero la socialización diferencial no ha sido completamente exitosa; presenta inconsistencias, fracasos y frustraciones, las personas no están satisfechas y su conducta no coincide con el rol que se espera desempeñen; además, el momento de cambio en que vivimos coadyuva a su desajuste. Es precisamente el ritmo acelerado de la vida, marcado por la creciente velocidad de transformación que se refleja en lo científico, en lo tecnológico y en lo social, lo que abre espacios para crear cultura, a través de una socialización integradora, esto es, promotora y garante de los derechos humanos que como bien sabemos, son interdependientes, progresivos y universales. La educación, a la que por vocación le preocupa el desarrollo humano, debe estar atenta a las transformaciones sociales, a los cambios en las sensibilidades y por supuesto, a los nuevos perfiles identitarios que asumen los diferentes grupos y como educadores y educadoras, a las fisuras que se están produciendo en el orden de los saberes y de los conocimientos. Es muy útil detectar cómo se renuevan las metáforas que orientan el movimiento de las instituciones, de sus desplazamientos y en nuestro caso, las nuevas propuestas educativas que promueven la inclusión a través de la construcción de comunidad y que van cohesionando las posturas que adoptan las relaciones humanas. El cambio también afecta las vivencias propias de los espacios, sobre todo de aquellos con especial fuerza simbólica que como la Escuela, tienen la capacidad de fortalecer imaginarios que nos permiten ver crecer formas de identidad nuevas,

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donde se crean y recrean alianzas y encuentros hasta ahora inéditos, que constantemente recomponen sus centros. Como consecuencia, las identidades que antes convocaban se vuelven anacrónicas y comienzan a descubrirse fortalezas donde antes solo se veían debilidades. Un proyecto de inclusión no puede ser ajeno a las posibilidades de los grupos minoritarios y debe proponer de manera sistémica, cambios de fondo y reformular los procedimientos y los contenidos de los mensajes emitidos por todos los agentes socializadores, de modo que los términos, la información y el uso del poder sean radicalmente diferentes y desde luego, se debe abandonar la concepción unidimensional como tipológica de las diferencias, que en principio parecen inocentes, pero que nos conducen por el camino de la alteralidad y no de la otredad, porque las definiciones no son adecuadas, no estamos hablando de contrarios cuyas naturalezas se oponen o contraponen, estamos hablando de seres humanos que se complementan y de sus derechos. Somos parte activa en la construcción de nuestra identidad; no podemos escapar a las cargas sociales, a las características asignadas al grupo al que pertenecemos y el hecho de formar parte de un grupo dominante o dominado, determina tanto la identidad como la actitud ante los miembros y miembras del otro grupo. Se han dicotomizado los atributos o rasgos que son considerados como propios de una u otra categoría, llámese discapacidad, etnia, género o grupo, cuando en realidad se trata de construcciones sociales, políticas e históricas, que son como huellas digitales, donde la similitud da cuenta de lo diverso. Lo ideal es que aún persistiendo las distinciones, éstas no sean los esquemas organizadores de todas las percepciones, ni rectores de la conducta. De todo lo anterior se desprende que a cada persona en función del grupo al que pertenece o de la categoría en que se la ubica, se la socializa y se espera de ella que asuma la identidad y los roles correspondientes a ese grupo o a esa categoría social

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y desde luego, como la sociedad genera mensajes y valores y los sistemas de valores son orientadores de la acción, podemos concluir que los mundos paralelos tienen que ver más con factores sociales tales como la socialización diferencial, las expectativas de los otros, la educación que no ha hecho el tránsito de especial a especializada, que con factores puramente biológicos, pero para ello tenemos que asumir que las llamadas deficiencias son solo características y que como tales, gracias al papel gregario del cerebro, al lenguaje, y a los derechos humanos que permitan en la práctica eliminar barreras y con ello multiplicar los accesos, podamos disfrutar del ser humano diverso y creador, que nos propone humanizar los umbrales, para que podamos disfrutar de la comunicación, de los espacios, de las matemáticas, de la lectura. La gran oportunidad la constituye el momento histórico en que nos ha correspondido vivir; en nuestra época la corriente de cambio es tan acelerada que influye el sentido del tiempo y afecta la manera de sentir el mundo que nos rodea. El cambio tiene hoy una fuerza y un alcance como no lo tuvo antes y esto se debe a que la capacidad de comunicarse expande el territorio de influencia; sin la restricción de espacio y tiempo, la aceleración y la transitoriedad afectan radicalmente nuestra manera de relacionarnos con las otras personas, con las cosas, con las ideas y con los valores y como sabemos, el principal insumo de los procesos sociales y personales es el tiempo; sin el tiempo nada significa, el tiempo nos permite comparar la rapidez con que se desarrollan procesos muy diferentes. Todo esto ocurre por la presencia arrolladora de la tecnología; adquirir y usar una tecnología es acceder a una forma de pensamiento, a una cultura, a una ideología. La tecnología ha llevado a cabo una disolución, un debilitamiento de instituciones socioculturales. Esta pérdida transitoria de sentido nos permite pensar en articular dos poblaciones, consideradas como poseedoras cada una de ellas de su propia lógica, su propia especificidad. Necesitamos llenar


el vacío de una teoría que articule los cambios tecnológicos con los cambios sociales e históricos. No pueden existir procesos sociales que se desarrollen en un escenario diferente al de la historia de la humanidad; es necesario señalar la ambigüedad de los conceptos porque no existen independientemente. El problema de la inclusión se refiere a la incapacidad de las personas para actuar sobre su propio desarrollo y el de la sociedad, en razón -entre otros factores-, al tipo de socialización promovido por el sistema. De acuerdo con Florence Thomas, se requiere ante todo tener una visión, no sólo social y económica sino ética y política; se trata de redefinir la existencia y la manera de construir el sentido del mundo, es preciso “sacudir los pares bipolares de los discursos de la modernidad, sabiendo que no son simétricos”, porque sus significados han sido construidos en contextos históricos vulnerados y vulnerables al poder. Es necesario abrir los conceptos para dar paso a una perspectiva que nos enseñe a cambiar imaginarios y a romper paradigmas; así aparecerán nuevos estados de sensibilidad, juegos de lenguaje e identidades en movimiento, lo que permitirá reconstruir nuestras relaciones, para que las diferencias se vuelvan más dialogantes, más cómplices, más fecundas culturalmente.4 Para esto, es necesaria una drástica acción social e incluso política, liderada desde luego, por el sector educativo. El momento es propicio, porque en el pasado la cultura surgía sin premeditación; hoy podemos hacer que el proceso sea consciente. Así, promovemos la democracia política y la participación a gran escala, mediados por la tecnología que determina las manifestaciones culturales, e impacta los valores.

4 Florence Thomas. Conversación con un hombre ausente. Arango Editores, 1997.

Podríamos definir la cultura consciente como aquella “que no es un resultado, sino una decisión consciente de cómo se quiere ser, qué formas se quieren tener, qué saberes se quieren desarrollar, una cultura que mire hacia el futuro, aun cuando se apoye y tenga en cuenta la cultura inconsciente, la cultura del pasado”5. La idea es crear una red que desarrolle los sistemas de conocimiento como respuesta a sus necesidades sociales, desprendiéndose de las estructuras medievales que aún prevalecen en la educación y la ciencia, asumiendo que la riqueza de los individuos, las organizaciones y las naciones ya no se originan en la acción humana sobre las cosas (como en la agricultura y en la industria), “sino en la acción humana sobre las representaciones de las cosas, las ideas y el reconocimiento” (Profesor John W.Mckissick). El crecimiento económico y sus indicadores están abriendo paso al desarrollo humano y a los indicadores sociales; estos ponen al descubierto, entre otras cosas, las diferencias abismales que existen entre los diversos grupos de población. Esta humanización de la planificación se ha reflejado en nuestras estructuras políticas, se percibe una incipiente cultura de los derechos humanos. Con este referente ético el Translingüismo se abre paso en la ciudad de Pereira, en el departamento de Risaralda, en Colombia y espero que gracias a las redes promotoras de los derechos humanos, a las amigas, amigos, usuarias y usuarios reales y potenciales de esta lengua, se globalice. Ella representa un reto y una oportunidad para su reconocimiento y humanización, porque se trata de una lengua natural, que tiene usuarios en todo el planeta, que cuenta con el respaldo de la tecnología que gira alrededor de la imagen y que por sus características puede aterrizar el sueño del esperanto.

5 F. Címbranos, D. Montesinos y M. Bustelo, 1992. Citado por Felipe Chibás, Creatividad y Cultura. Editorial Pueblo y Cultura, 2001.

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Sin embargo, esto implica romper con textos enteros que la fragmentan como si fuera una entidad territorial, dándole un carácter geográfico, en la práctica imposible de sustentar. Vale decir: lengua de señas colombiana, venezolana, china, australiana, francesa o nigeriana, etc.

municipal, como primer municipio para señantes del mundo; de igual modo han procedido el departamento de Risaralda y el municipio de La Virginia. Adicionalmente el Ministerio de Educación Nacional la acoge mediante Resolución 2565 de octubre 24 de 2003.

Pero, para dar claridad al proceso, voy a ubicarlo dentro del contexto histórico en el que se mueven las personas no oyentes, víctimas permanentes de la invisibilización que constituye la más alta marginación y de la cual han sido víctimas todas las minorías. Sin embargo la que nos ocupa, la que padecen las personas no oyentes es sui géneris, porque su gran fortaleza, que es haber descubierto un canal alterno de ingreso al lenguaje, no es reconocida por la sociedad que no la valora y en consecuencia no la incluye, y esta población por sí misma no puede estructurarse como comunidad, porque -a pesar de lo que digan los expertos- la deficiencia auditiva es un factor que no cohesiona, que no genera vínculos. Por tanto no existe comunidad sorda; sí podríamos hablar en cambio de comunidad visante o señante identificada y mediada por la lengua y no precisamente por la incapacidad de adquirirla, como se asume que sucede con las personas “sordomudas”.

El descubrimiento de la Lengua Visa y los hechos políticos que la respaldan, generan un entorno social favorable al Translingüismo, lo cual permite en el año 1999 la creación de un preescolar para visantes o señantes, esto es para oyentes y no oyentes, donde los conocimientos se imparten en lengua visa y con esta propuesta en movimiento, se quiebra una tendencia, se modifican los parámetros tradicionales de la inclusión y con ellos su gramática, se invierte la polaridad de la integración y el integrado pasa a formar parte de una comunidad que piensa en sus derechos y genera condiciones para su garantía.

Pero la Lengua Visa de la cual son portadores se aprende, y por eso es objeto de la educación y para nosotros los oyentes en tanto seamos videntes, representa la posibilidad de adquirir una lengua alternativa y complementaria, que mejoraría nuestra comunicación, nuestras percepciones, las relaciones humanas y si propiciamos, como decía Marx, que los señantes o visantes del mundo nos unamos, puede ser la que nos comunique sin fronteras y humanice de una vez por todas la amenazante globalización.

El futuro no está determinado sólo por las proyecciones, sino también por las tendencias latentes y en lo social que es donde se gesta lo alternativo, forma parte de ellas y esa condición le da cabida en el futuro. Ese futuro se constituye cuando una tendencia se quiebra y lo alternativo pasa a ser prioridad.

La debilidad entonces, se convierte en fortaleza y la amenaza en oportunidad. Para sustentar esta propuesta se han producido varios hechos políticos. La declaratoria de Pereira, primero por decreto y después por acuerdo

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En el año 2000, dando solución de continuidad al proceso se crea la Escuela de la Palabra, que en el 2002 se convierte en un centro educativo oficial, lo cual significa que el Estado cree en el proyecto. Podemos decir entonces que el cambio ya comenzó, y con él la esperanza de una inclusión real y efectiva.

La comunicación clara y oportuna, el trabajo en red, las alianzas estratégicas, son herramientas fundamentales para la construcción de una sociedad más solidaria y más equitativa, que nos permita repensar las formas de interacción social. Los seres humanos debemos percatarnos de que todo está conectado entre sí y de que no podemos vivir aislados de lo que le sucede a otro ser humano.


Toda sociedad se enfrenta no solamente con una sucesión de futuros probables, sino también con una serie de futuros posibles.

Glosario • TRANSLINGÜISMO: Tránsito de una lengua a otra instrumentalmente distinta, sensorialmente accesible. Cuando dos lenguas con distinto grado de accesibilidad comparten la cultura y el territorio, la relación entre ellas es complementaria y estamos en el campo del Translingüismo. • SEÑANTE O VISANTE: Usuario de la Lengua Visa, sea oyente o no. • LENGUA VISA: Sistema de comunicación autónomo e independiente basado en la dimensión visual de las palabras. • ¿POR QUÉ VISA? »» Elegimos la palabra visa, porque cuando se tiene una visa, se obtiene una clave de acceso a un territorio, en este caso la lengua visa nos proporciona acceso al territorio de lo simbólico. »» Porque cuando se visa algo, se reconoce, se acepta. »» Porque es una palabra reconocida internacionalmente, como sinónimo de crédito.

• SORDO: No empleamos la palabra sordo por encontrar que no favorece el reconocimiento de las diferencias y porque es un término que se usa para afirmar la incapacidad de comunicarse: “diálogo de sordos” o para referirse no a quien no oye, sino a quien no entiende: “le he dicho determinada cosa a fulanito tres veces y no entiende, está sordo”, y porque está asociada de manera siniestra a una palabra que niega la humanidad: mudo, sordomudo (Pequeño Larousse, mudo: privado del uso de la palabra). Estas expresiones frecuentes, impiden el reconocimiento de las personas no oyentes, como portadoras de una alternativa y un complemento para la comunicación humana. • NO OYENTE: Persona que presenta algún grado de deficiencia auditiva, debido a circunstancias individuales. • LENGUA DE SEÑAS: Cambiamos esta denominación porque seña, de acuerdo con el diccionario, es gesto, ademán, indicio, lo que la ubica en el terreno del lenguaje y por tanto su lectura es arbitraria y en cuanto a denominarla de “signos “, si los signos son convenciones, ¿de qué otra cosa podría componerse una lengua? Por ser una tautología, esta denominación es sospechosa.

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Re-crear el lenguaje: entre lo formal y lo deseable.

Vivencias, decretos,acuerdos y sentencias

Juanita Barreto Gama “¿Es posible que hayamos pasado ante bosques de seres vivos sin verlos, sin oírlos? ¿Que hayamos prescindido de la vida? … ¿Es posible que no sepamos cómo llamar a una naranja? ¿Cómo se llaman las mujeres? ¿Cómo se les quita el velo? … La historia nos demuestra que es posible.” Hélène Cixous

*

Estas palabras se nutren de la experiencia vivida en el proceso de construcción colectiva de la Política Pública de Mujeres y Equidad de Género en el Distrito Capital durante los años 2004 a 2014. Al compartir este artículo con mis compañeras y coequiperas de la Secretaría Distrital de la Mujer y del Grupo Mujer y Sociedad, Revista EN OTRAS PLABRAS… lo someto al debate público, con el ánimo de registrar uno de los aspectos nodales en la acción colectiva de las mujeres: la problematización del lenguaje, así como la voluntad de continuar transitando en el camino de su re-creación.

Ciudadana feminista – Trabajadora Social Bogotá, junio 28 de 2014* Integrante Grupo Mujer y Sociedad

S

Creación y recreación del lenguaje: un ejercicio incesante

on muchas las preguntas que se han formulado desde tiempos inmemoriales sobre la génesis del lenguaje y sobre su devenir en las historias de lo humano y en las historias personales y colectivas. Son muchas también las respuestas que se dieron y se siguen dando a tales preguntas por parte de los estudiosos de la lengua, las academias y las instituciones, inscritas todas ellas en las estructuras de poder que se abrogan el derecho a asignar valor a las palabras y que han permitido durante milenios situar en las más altas jerarquías a las palabras hombre, padre y macho, y asignar un estrato inferior a las palabras mujer, madre y hembra. El lenguaje es producto, expresión y consecuencia del acontecer humano y como tal, dinámico y


cambiante; las palabras, los signos, los símbolos, la gramática y sus distintas expresiones, se gestan en complejos procesos de producción de significados. Crear palabras, construir lenguajes y jugar con ellos ha sido un proceso incesante de construcción de sentidos. El ejercicio de nombrar conduce a dar vida a ese algo o a ese alguien a quien se designa mediante una palabra, una mirada, un gesto, o una sensación que se deposita en la piel. El lenguaje antecede nuestras historias personales, y en tanto es el medio a través del cual nos introducimos en el mundo al nacer, lo aprendemos de forma tal que parece inmutable. A medida que crecemos descubrimos los variados significados asignados a cada palabra y nos hacemos partícipes de las diversas connotaciones que éstas tienen en los territorios que habitamos o en los lugares o espacios donde nos encontramos. Estos procesos han sido explorados, estudiados y descritos desde diversas áreas del saber tales como la lingüística y la semiología, entre otras. En la segunda mitad del siglo XX diversas autoras, inmersas en las dinámicas generadas por los movimientos de mujeres, los estudios feministas y de género y los crecientes procesos de participación, organización y movilización social interrogan el lugar y el papel de las mujeres en la creación, el mantenimiento y la transformación del lenguaje. A manera de ejemplo, me refiero a los “Ensayos sobre la escritura” que conforman el texto “La risa de la medusa”, en los cuales la pregunta “¿Dónde está ella?” -con la cual se inicia esta obra en la cual se conjugan la prosa y el verso- recorre los laberintos de la literatura, la filosofía, las artes, los oficios, las profesiones, las disciplinas y las ciencias: “El pensamiento siempre ha funcionado por oposición Palabra/Escritura Alto/Bajo

Por oposiciones duales, jerarquizadas Superior/Inferior. Mitos, leyendas, libros, Sistemas filosóficos. En todo (donde) interviene una ordenación, una ley organiza lo pensable por oposiciones (duales, irreconciliables; o reconstruibles, dialécticas). Y todas las parejas de oposiciones son “parejas” ¿Significa eso algo? El hecho de que el logocentrismo someta al pensamiento –todos los conceptos, los códigos, los valores-, a un sistema de dos términos, ¿está en relación con “ la” pareja hombre/mujer? Naturaleza/Historia Naturaleza/Arte Naturaleza/Espíritu Pasión/Acción Teoría de la cultura, teoría de la sociedad, el conjunto de sistemas simbólicos –arte, religión, familia, lenguaje-, todo se elabora recurriendo a los mismos esquemas. Y el movimiento por el que cada oposición se constituye para dar sentido es el movimiento por el que la pareja se destruye. Campo de batalla general. Cada vez se libra una guerra. La muerte siempre trabaja. Padre/Hijo Relaciones de autoridad, de privilegio, de fuerza Logos/Escritura Relaciones de oposición, conflicto, relevo, retorno Amo/Esclavo Violencia. Represión Y nos damos cuenta de que la “victoria> siempre vuelve al mismo punto: Se jerarquiza. La jerarquización somete toda la organización conceptual. Privilegio masculino, que se distingue en la oposición que sostiene, entre la pasividad y la actividad.” (Cixous, 1995, pp. 13-14)1

1 Véase al respecto la extensa obra de Cixous junto con la de otras investigadoras (Irigaray, 1994), (Durán, 2000), (Rivera Garretas, 1994), (Thomas, La mujer tiene la palabra, 2001), (Castellanos, 2007) , a fin de comprender diversas miradas, experiencias y propuestas en el camino de la transformación del lenguaje.

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El vocablo hombre como expresión incluyente y representativa de toda la especie humana fue parte del lenguaje que aprendí en mi infancia, y acompañó mis procesos de educación básica y universitaria. A partir de mi participación en el amplio Movimiento Social de Mujeres en los años setenta, en el Departamento de Trabajo Social y en el Grupo Mujer y Sociedad de la Universidad Nacional de Colombia, desde mediados de la década del ochenta, fui descorriendo el velo que encubre el sexismo, el racismo, la homofobia y las diversas formas de discriminación presentes en el lenguaje, derivadas de los profundos nexos entre la pervivencia milenaria del patriarcado y los procesos de creación, mantenimiento y cambio del lenguaje.

nosotras y a todas nuestras congéneres, contribuye a avanzar en el ejercicio pleno de nuestras ciudadanías, consolida nuestra construcción como sujetas de derechos, cualifica nuestras pertenencias identitarias y estimula el reconocimiento y realización cotidiana de nuestra autonomía.

Si bien la década del noventa se inició en nuestro país con vientos de cambio expresados en la convocatoria y realización de la Asamblea Nacional Constituyente cuyo resultado fue la expedición de la Carta Constitucional de 1991 que remplazaba la centenaria Constitución de 1886, solamente cuatro mujeres (6%) fueron elegidas como Constituyentes, de las cuales dos pertenecientes a la Alianza Democrática M19 (María Mercedes Carranza y María Teresa Garcés Lloreda), una a la Unión Patriótica (Aída Avella) y una al partido Liberal (Helena Herrán de Montoya), y fueron necesarias acciones de organización y movilización de las mujeres para lograr que cinco artículos hicieran explícita mención a las mujeres, uno de los cuales consagra que “ la mujer y el hombre tienen los mismos derechos” (artículo 43). Este es apenas un ejemplo de los diversos caminos recorridos para reconocer que “El lenguaje es el primer síntoma de nuestra ausencia” (Thomas, 1991), y para dar cuenta de la necesidad de una gramática incluyente.

En la primera década del tercer milenio, mujeres pertenecientes a diversas organizaciones, grupos y partidos políticos, formulamos propuestas al programa de gobierno presentado por el Polo Democrático Independiente avalando la postulación e inscripción de Luis Eduardo Garzón como candidato a la Alcaldía Mayor de Bogotá, quien fue electo para gobernar la ciudad a partir del primero de enero de 2004. Mujeres, organizaciones y grupos de mujeres propusieron mi nombre para formar parte del equipo de gobierno de la ciudad. Acepté dicha propuesta manifestando mi interés y disponibilidad para asumir la representación de los intereses de las mujeres en la Administración Distrital. La Universidad Nacional de Colombia a la cual estaba vinculada desde comienzos de los años ochenta me concedió una Comisión adhonorem para desempeñar un cargo público y el Alcalde electo acogió las propuestas de las mujeres invitándome a formar parte de su equipo de Gobierno. ¿Cómo nombrar el cargo que me correspondía? Inicialmente y de manera provisional, fui por pocos días Consejera de la Mujer y la equidad de género, finalmente fui nombrada en el cargo de Asesora del Despacho, el cual desempeñé en el periodo comprendido entre enero de 2004 y febrero de 2007. A medida que avanzamos en la construcción participativa de la Política Pública de Mujer y Géneros fue tomando forma la Oficina Asesora de la misma.

Asignar nuevos significados a las palabras, hacer explícita la existencia de las mujeres a través del lenguaje, escuchar a las mujeres, conocer nuestras narrativas, y hacer visible nuestra presencia y audibles nuestras voces, confiere valor a cada una de

En una de las primeras sesiones del Gabinete Distrital entregué al Alcalde Mayor y a sus integrantes el escrito que se reproduce a continuación, conjuntamente con otros documentos que animaban la incorporación de una perspectiva de género que

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reconoce los derechos de las mujeres, en la gestión pública. Las reacciones frente a esta propuesta fueron diversas. El alcalde acogió su significado y progresivamente el lenguaje incluyente y visibilizante de las mujeres fue formando parte de sus intervenciones, discursos y propuestas, no así las y los demás integrantes del gabinete, quienes de diversas maneras expresaban sus dudas, su franco rechazo o su escepticismo al respecto. Por mi parte fui aprendiendo a descubrir el valor pedagógico de las bromas cuando se incurría en generalizaciones que pretendían llevar al femenino todas las palabras, y a reconocer la transformación del lenguaje

como un proceso en el cual cuentan las coyunturas políticas y los contextos en los cuales nos movemos. En algún momento pensé que la circulación de estas propuestas se convertía en un termómetro de sensibilidad democrática. Y al respecto me pregunto: ¿Qué sentido tiene hacer uso de ese termómetro en el devenir de la acción personal y colectiva? Cuando regresé a la Universidad Nacional de Colombia a comienzos del 2007 me sorprendió descubrir la persistencia de un uso sexista del lenguaje por parte de las comunidades académicas, a excepción de la Escuela de Estudios de Género.

Propuestas, realizaciones y resistencias ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ

Política Pública de mujer y géneros en el Distrito Capital

EL RETO DE TRANSFORMAR Y RE-CREAR EL LENGUAJE Un ejercicio práctico para una democracia incluyente

1. Los más recientes estudios de la Lingüística han demostrado que el lenguaje construye realidad y que lo que no se nombra no existe. Un lenguaje incluyente y visibilizante de las mujeres es un ejercicio práctico y cotidiano de acción afirmativa que construye valores éticos en tanto anima los principios de reconocimiento de la alteridad, en este caso de las otras, con efectos sinérgicos para otros grupos poblacionales que han sido ancestralmente discriminados. 2. El lenguaje verbal, ya sea oral o escrito, está íntimamente ligado al lenguaje corporal o gestual; es el vehículo por excelencia de la producción de símbolos, de la asignación de significados y de la circulación de representaciones y de imaginarios sobre el mundo y sobre quienes lo habitan. 3. La creación de nuevos lenguajes es un ejercicio imprescindible para la construcción de una democracia incluyente, con representación, participación y decisión; es un recurso que silenciosamente contribuye a la distribución y circulación del saber y del poder. Las más destacadas feministas han demostrado que la emancipación de las mujeres pasa por el lenguaje. 4. Crear nuevos lenguajes, transformar las palabras cotidianas, realizar ejercicios gramaticales que hagan visible lo que durante milenios permaneció oculto, ejercer el derecho de ser nombradas, es abrir caminos para la realización práctica y cotidiana de los valores de justicia social y para reconocer que la igualdad solo es posible si se reconocen y re-significan individual y colectivamente las diferencias.

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5. El uso de un lenguaje incluyente y visibilizante de las diferencias entre mujeres y hombres compromete activamente al 53% de la población que habita el Distrito Capital que pertenece por nacimiento al sexo femenino, e invita a que en todos los espacios en los cuales concurren mujeres y hombres, las ideas se encarnen en los cuerpos. 6. El uso de un lenguaje incluyente y visibilizante de las diferencias entre mujeres y hombres solo se logra mediante un ejercicio constante y consciente del sentido y del significado de las palabras y requiere por tanto paciencia, convicción y decisión. La intransigencia semántica es una invitación que nos hace Diana Mafia, defensora del Pueblo en la ciudad de Buenos Aires. 7. En tanto los medios son un agente socializador por excelencia, el papel de los contenidos visuales y audiovisuales de comunicación, así como de la prensa hablada y escrita, en la reproducción o en la transformación del lenguaje ocupa hoy un lugar de primer orden. Incidir en el uso mediático de un lenguaje que reconozca a las mujeres y las incluya en el ejercicio cotidiano de nombrar es un recurso para la construcción de una ciudad en la cual se reconoce y se convoca a cada una y cada uno de quienes la habitan. Material elaborado por Juanita Barreto Gama, Responsable Política Pública de Mujer y Géneros Alcaldía Mayor de Bogotá. Febrero 16 de 2004 con ajustes en julio de 2004.

Este texto se divulgó ampliamente por medios electrónicos y se hizo llegar a las oficinas de comunicaciones de las distintas dependencias del Distrito. Para muchas personas, especialmente mujeres que habían abierto caminos en este campo, el que existiesen directrices institucionales al respecto era satisfactorio por cuanto hacían posible seguir profundizando en esta experiencia. Sin embargo, para la gran mayoría resultaba un asunto pesado, molesto o incómodo. Por ejemplo, en el Departamento Administrativo de Bienestar Social del Distrito (Secretaría de Integración Social a partir de la Reforma Administrativa de diciembre de 2006) las directivas salientes, en cabeza de Ángela María Robledo –elegida como Representante a la Cámara por Bogotá en las elecciones de 2010 y reelegida recientemente para el periodo 2014-2018- habían promovido el uso de un lenguaje incluyente en las comunicaciones internas y en las prácticas comunicativas cotidia184 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

nas. Al producirse el cambio de administración en 2004 escuché afirmaciones tales como “menos mal que ya no tengo que hablar de ellas y ellos”, por lo cual no resultaba grato para todas y todos saber que la transformación del lenguaje se asumía ahora como una tarea cotidiana, inaplazable, sistemática y necesaria para cerrar las brechas de desigualdad entre mujeres y hombres, y se hacía extensiva a todas las entidades distritales. Otras reacciones ante este proceso fueron registradas en el Periódico del Instituto Distrital de Cultura, en donde las resistencias para hacer uso de un lenguaje incluyente se hicieron explícitas y, en los mejores casos, animaron el debate sobre el tema en la ciudad. En la edición del 5 de septiembre de 2005 del periódico Ciudad Viva, se publicó la nota de prensa que se transcribe a continuación:


La guerra [gramatical] de los sexos Texto de Guillermo Angulo La que antes se llamaba guerra de los sexos ha reaparecido ondeando la bandera blanca de lo políticamente correcto, que sirve de tranquilizante y que parece eximir de tomar acciones que políticamente (y de verdad) sean correctas. Yo admiro a quienes se están tomando el trabajo de alargar todo innecesariamente —volviendo sus textos, de paso, ilegibles— y cierran tranquilamente los ojos ante la evidencia gramatical de que cuando se dice niños se están incluyendo también a las niñas, y que la historia del hombre es también la historia de la mujer. Si queremos defender el idioma de esos adefesios, debemos rechazar esas llamadas posturas correctas. Una primera dama española, por ejemplo, se estaba ahogando no en un vaso de agua sino en una botella cuando, al calor de una improvisación, se refirió a los jóvenes y las jóvenas. Tal vez políticamente correcto, pero idiomáticamente desastroso. El gran oso en esta guerra lo van ganado las españolas, a las que les dio por escribir person@s tod@s amig@s, con la vana esperanza de que alguien se trague el infundio de que el signo arroba (rescatado de la basura por los gringos porque prácticamente nadie lo usaba) pueda engañar a alguien haciéndole creer que es un injerto entre la o y la a. El gracioso símbolo — que en inglés se llama at y en español arroba [@]— únicamente se debe usar en las direcciones electrónicas de los E-milios, para evitar confusiones. Ya los gringos han logrado dislocar su idioma, cambiando palabras enraizadas como chairman o camera-man, por chairperson y cameraperson, para darle un aspecto neutral a estos sustantivos, sacándole de paso el cuerpo a las palabras terminadas en man, sólo porque en inglés significa hombre, aunque suele designar a ambos sexos. Pero, guerra es guerra… En esta batalla las mujeres no se han mostrado muy congruentes: hay una palabra creada específicamente para ellas: poetisa. Pero muchas se ofenden si no las llaman con la usada para referirse a los hombres que escriben poesía: poeta. Como si consideraran que los hombres escriben mejores poemas que las mujeres, lo que no es necesariamente cierto. O adoptan como femenino el masculinísimo nombre italiano Andrea, que significa Andrés (les aseguro que el almirante genovés Andrea Doria era hombre, y que nunca se puso falda), simplemente porque —al igual que poeta, masculino— Andrea termina en a. Moraleja: desde el punto de vista genérico hay que desconfiar de las vocales y apoyarse en los artículos que, en este caso, se vuelven de primera necesidad. Si yo, como mecánico aficionado, quisiera embarcarme en la insensatez de las palabras políticamente correctas (se ve que yo soy políticamente incorrecto) me tropezaría con un enorme problema aún por resolver. Uso a veces un instrumento llamado comúnmente hombresolo. Soledad aparte, no sé si lo debiera llamar —siguiendo la nueva moda— mujer-hombre-sola

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y- solo. Para deleite de nuestros lectores, nos —aunque indignos— osamos reproducir un trozo de un delicioso artículo, que el filósofo católico español, Julián Marías, publicó hace tiempo en México y que reprodujo parcialmente en Colombia Conversaciones desde la Soledad. Que Dios nos perdone el atrevimiento y nos proteja de la lluvia de piedras que probablemente y con justicia —desde el punto de vista de ellas— lloverá sobre nuestra desprotegida cabeza. Aquí va el texto, con el respectivo agradecimiento a Santiago Mutis, su descubridor: Sean españoles y españolas a todos los efectos, teme la reacción de los y las compatriotas y compatriotosproclives y proclivas a frenar el flujode extranjeros y extranjeras —sean adultos o adultas, niños o niñas, recién nacidos o nacidas— y amigos y amigas de una población compuesta por individuos e individuas autóctonos y autóctonas, homogéneos y homogéneas racialmente: los ciudadanos y las ciudadanas, en suma, que no creen que todos los hombres y las mujeres son iguales o igualas.” No nos falta sino que los hombres se vuelvan igualitariamente intransigentes y exijan, invocando lo políticamente correcto y la connotación femenina de la a, que profesiones terminadas en a, como la de pianista o artista, se cambian por pianisto y artisto. Y lo ve venir, como visionario que es, este periodisto. Tomado de: http://www.ciudadviva.gov.co/septiembre05/magazine/8/

Y el debate sobre el tema continuó en la edición del 5 de noviembre del mismo año.

Carta de Juanita Barreto Gama Estimado señor director: Sus consideraciones sobre las transformaciones del lenguaje, siempre presentes en la historia de la comunicación humana, son provocadoras. Pone usted en escena el debate sobre el papel desempeñado por la palabra y por los signos verbales o escritos que le dan un sentido determinado a lo que nombran. Sabe bien usted que el delicioso

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Sobre lingüística y otras yerbas Por Guillermo Angulo Juanita, mi culta vecina de al lado, defiende con fanatismo sus puntos de vista. Mientras que mi nota —que no es respuesta a su amable carta— quiere ser solamente lingüística, sin desdeñar lo político. El intento de tratar de imponer de arriba hacia abajo un nuevo lenguaje (el de las


oficio de nombrar, siempre de la mano con el de conferir sentido desempeña un papel determinante en la compleja dinámica del mantenimiento y el cambio. Sabe también usted que el lenguaje es la manifestación concreta de la conciencia sobre la existencia del ser, del mundo y de sus relaciones y vehículo por excelencia de la reproducción o la transformación de las condiciones que concurren en la vida de mujeres y hombres, en el abordaje humano de la naturaleza y en la dinámica de la organización social. Al calificar como “guerra [gramatical] de los sexos” y traer como ejemplo el “delicioso artículo” del “filósofo católico Julián Marías,” en el que su autor utiliza formas gramaticales que ridiculizan el difícil ejercicio de construir un lenguaje incluyente de las mujeres, se ponen en evidencia algunas de las ancestrales y profundas resistencias a los necesarios cambios que contribuyen a asignar valor a las diferencias de género. Nada menos apropiado que llamar “guerra de sexos” a un propósito de incidir en el universo de los símbolos que, a diferencia de las guerras que siempre destruyen, construye nuevas realidades. Y nada más oportuno para demostrar la obsolescencia de dicho escrito, que traer como ejemplo la ironía de Marías, cuyos planteamientos están investidos de la misoginia de una institución que como la iglesia católica niega a las mujeres, entre muchos otros derechos, el del ejercicio del sacerdocio.

niñas y los niños; las mujeres y los hombres; las muchachas y los muchachos) me parece, además de aburridor y repetitivo, clasista. El idioma viene de abajo: los neologismos y las nuevas formas las inventa y las aporta el pueblo. Si no fuera así, todos estaríamos aún hablando latín, que era el idioma del imperio. Por la misma razón que el nuevo imperio nos está imponiendo su lengua, llevándonos ineluctablemente al abismo del espanglish . Fue el vulgo el que perratió el latín, dando de paso nacimiento a las lenguas romances: portugués, francés, catalán, español, ladino, rumano e italiano. Éste último tuvo la suerte de que el más grande poeta de la humanidad, Dante Alighieri, escribiera La Commedia , su obra maestra, en ese idioma vulgar. Nos falta un Dante portorriqueño —decía el poeta Fernando Arbeláez— que escriba un gran poema en espanglish para que queden aceptados los lobbies, cloches, marketings, manes y guachimanes y demás expresiones que se han venido colando al idioma por la puerta falsa del patio trasero , que es lo que somos nosotros para los gringos. Las niñas y los niños empezarán a tener valor lingüístico cuando los ex habitantes del Cartucho, hoy vecinos del Bronx (¿si ven la influencia?), empiecen a decir las ñeras y los ñeros . Lo que más tarde aceptarán los escritores y, cincuenta años después, aprobará la Academia. (¡No nos va a tocar!). Lo de que el cambio idiomático viene del pueblo no es invención mía (no soy tan inteligente). Entre otros, esa idea la ha expuesto magistralmente Alfonso Reyes, a quien Jorge Luis Borges consideraba el mejor prosista

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Crear nuevos lenguajes, transformar las palabras cotidianas, realizar ejercicios gramaticales que hagan visible lo que durante milenios permaneció oculto; ejercer el derecho de ser nombradas, es abrir caminos para la realización práctica y cotidiana de los valores de justicia social y para reconocer que la igualdad sólo es posible si se reconocen y resignifican, individual y colectivamente, las diferencias. El uso de un lenguaje incluyente y visibilizante de las diferencias entre mujeres y hombres compromete activamente al 53% de la población que habita el Distrito Capital, que pertenece por nacimiento al sexo femenino, e invita a que en todos los espacios en los cuales concurren mujeres y hombres, las ideas se encarnen en los cuerpos. Las necesarias transformaciones en las relaciones entre mujeres y hombres, que obligan hoy a reconocer como legítima la presencia de las mujeres en el ámbito público, encuentran en las resistencias a transformar el lenguaje barreras que hacen más largos y lentos los caminos de la inclusión, el reconocimiento y la democratización de las mentes, más lenta aún que la democratización de las organizaciones y las estructuras sociales, económicas, políticas y culturales. Tenga usted la certeza de que la hermandad entre mujeres no es ningún complot contra los hombres. Atentamente, Juanita Barreto Gama Asesora Política Pública de Mujer y Géneros Alcaldía Mayor de Bogotá.

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contemporáneo en español. En su ensayo De la lengua vulgar , en un supuesto diálogo con su maestro, Reyes dice: […] “Afirma usted que el lenguaje es cosa viva y mudable por consecuencia; que los letrados, en su anhelo de fijar las formas, matan el lenguaje; y que donde propiamente se engendra el lenguaje es entre la gente anónima del populacho.” […] “El vulgo, hijo del azar y mejor testigo que nadie del instinto humano, sabe hablar y formar sus voces según el capricho de la vida y bajo la sugestión de su instinto étnico. Compara las palabras áncora y ancla, aurícula y oreja y tantas otras de que hallarás copia en las gramáticas. […]” “El vulgo es dueño de la realidad. Los cultos lo son de la irrealidad.” […] Y agregaría yo: proceder de otra manera, tratando de imponerle el lenguaje al pueblo, es elitista y abiertamente antidemocrático. Para terminar, me queda una duda —en caso de que haya insistencia en nivelar idiomáticamente los sexos—: ¿Qué vamos a hacer con la humanidad (arbitrariamente femenina) y con Dios (injustamente masculino)? Ahí les dejo esa inquietud En: http://www.ciudadviva.gov.co/noviembre05/periodico/9/


Interrogar las relaciones de poder entre el saber cotidiano y el saber científico, develar las jerarquías que de ellas se derivan, indagar acerca de lo vulgar y lo grotesco en el lenguaje y sus relaciones con lo vulgar y lo grotesco en la valoración de las personas, los grupos y las colectividades permite comprender que tanto las afinidades como las resistencias a transformar el lenguaje están inmersas en las diversas expresiones de la ancestral división manual, intelectual, sexual y social del trabajo. Preguntarse sobre las razones por las cuales nuevas palabras tales como chat, blog, click, email (Cervantes, 19972014), se han incorporado muy rápidamente al lenguaje cotidiano sin que ello genere tantas y tan profundas resistencias es hoy imprescindible. Una consulta por internet al Banco de Neologismos del Instituto Cervantes permite preguntarse sobre las razones por las cuales la palabra feminicidio no

Zorro: Héroe justiciero Zorra: Puta Perro: Mejor amigo del hombre Perra: Puta Aventurero: Osado, valiente, arriesgado. Aventurera: Puta Cualquier: Fulano, Mengano, Zutano Cualquiera: Puta Callejero: De la calle, urbano. Callejera: Puta Hombrezuelo: Hombrecillo, mínimo, pequeño Mujerzuela: Puta

ha sido aún incluida en este observatorio y en cambio la palabra democraticidio sí lo está. También esa consulta me ha permitido observar con satisfacción que vocablos relativos a personas visibilizan las diferencias de género, por ejemplo: antipolítico-ca, antiletrado-da, autodestructor-ra, bloguero-ra; y si aún los registros de los sufijos femeninos se ubican en todos los casos como un apéndice de los masculinos, la transformación del lenguaje está en curso, y quiero pensar que aunque lenta, es irreversible, en tanto genera valor ético al reconocer a las mujeres como interlocutoras válidas. Las expresiones e imaginarios denigrantes para referirse a las mujeres, circulan de modo persistente en los diccionarios, en los cuentos, en los juegos, en las conversaciones, en la producción del arte y la ciencia, en las instituciones básicas y en las prácticas cotidianas. Veamos el siguiente recuadro:

Hombre público: Personaje prominente. Funcionario público. Mujer pública: Puta Hombre de la vida: Hombre de gran experiencia. Mujer de la vida: Puta Puto: Enojado Puta: Puta Dios: Creador del universo y cuya divinidad se transmitió a su HIJO VARÓN por línea paterna. Diosa: Ser mitológico de culturas supersticiosas, obsoletas y olvidadas.

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PATRIMONIO: Conjunto de bienes. MATRIMONIO: Conjunto de males.

MACHISTA: Hombre macho. FEMINISTA: Lesbiana.

HEROE: Ídolo. HEROINA: Droga.

DON JUAN: Hombre en todo su sentido. DOÑA JUANA: Mujer chismosa// La mujer de la limpieza//La señora que vende empanadas.

ATREVIDO: Osado, valiente. ATREVIDA: Insolente, mal educada. SOLTERO: Codiciado, inteligente, hábil. SOLTERA: Quedada, lenta, ya se le fue el tren.

Tomado de: http://www.albaiges.com/linguistica/curiosidades/lenguaespanolamachista.htm Véase también: http://blogs.20minutos.es/chapiescarlata/2007/10/19/aaes-machista-lengua-castellana/ y http:// www.chistesbromasytonteras.cl/lengua-castellana.htm

SUEGRO: Padre político. SUEGRA: Bruja, metiche, etc.

En el año 2006, la Corte Constitucional admitió y estudió la demanda presentada por un ciudadano para que se declarasen inconstitucionales las palabras hombre, niño, individuo y otras semejantes utilizadas en el artículo 33 del Código Civil (capítulo

V, artículo 33) por cuanto sostenían y legitimaban la discriminación y la exclusión de las mujeres. Reproducimos algunos extractos de esta sentencia que fundamenta un nuevo pacto social entre mujeres y hombres respecto al uso del lenguaje.

Sentencia C-804/06 Referencia: expediente D-6178 Demandante: Andrés Gómez Roldán Demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 33 (parcial) del Código Civil Magistrado Ponente: Dr. HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO Bogotá, D.C., veintisiete (27) de septiembre de dos mil seis (2006). La Sala Plena de la Corte Constitucional, en cumplimiento de sus atribuciones constitucionales y de los requisitos y trámite establecidos en el decreto 2067 de 1991, ha proferido la siguiente

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SENTENCIA I. ANTECEDENTES En ejercicio de la acción pública establecida en el artículo 241 de la Constitución, el ciudadano Andrés Gómez Roldán solicitó ante esta Corporación la declaratoria de inconstitucionalidad (parcial) del artículo 33 del Código Civil. Mediante auto de dos (2) de febrero de 2006, el Magistrado Sustanciador admitió la demanda contra el artículo 33 del Código Civil y dispuso correr traslado de la misma al Procurador General de la Nación para que rindiera el concepto de rigor; solicitó por medio de la Secretaría General de la Corporación a la Defensoría del Pueblo, a la Escuela de Estudios de Género de la Universidad Nacional, a la Dirección de la Cátedra de Género y Derecho de la Universidad de los Andes y a la Corporación Sisma Mujer rendir concepto sobre la exequibilidad o inexequibilidad de la disposición demandada. Comunicó al Presidente de la República, al Ministerio del Interior y de Justicia, al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) a fin que, si lo consideraban oportuno, intervinieran directamente o por medio de apoderado. Invitó, igualmente, a la Academia Colombiana de Jurisprudencia, al Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos (ILSA), a las Facultades de Derecho de las Universidades Andes, de Cartagena, Externado, Javeriana, Nacional y Rosario para que, de considerarlo oportuno, intervinieran mediante escrito indicando las razones que, en su criterio, justifican la constitucionalidad o inconstitucionalidad de la norma demandada. Cumplidos los trámites ya relacionados, propios de esta clase de procesos, y previo el concepto del Procurador General de la Nación, procede la Corte a decidir sobre la demanda de la referencia.

II. NORMA DEMANDADA A continuación se transcribe el texto de la disposición demandada: CÓDIGO CIVIL Ley 57 de 1887 “Por la cual se adoptó el Código Civil de la Nación sancionado el 26 de mayo de 1873.” (…) CAPÍTULO V. DEFINICIONES DE VARIAS PALABRAS DE USO FRECUENTE EN LAS LEYES “ARTICULO 33. Las palabras hombre, persona, niño, adulto y otras semejantes que en su sentido general se aplican a individuos de la especie humana, sin distinción de sexo, se entenderán

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que comprenden ambos sexos en las disposiciones de las leyes, a menos que por la naturaleza de la disposición o el contexto se limiten manifiestamente a uno solo. Por el contrario, las palabras mujer, niña, viuda y otras semejantes, que designan el sexo femenino, no se aplicarán a otro sexo, a menos que expresamente las extienda la ley a él.”

III. LA DEMANDA El actor, Andrés Gómez Roldán, considera que el artículo 33 (parcial) del Código Civil desconoce el Preámbulo de la Constitución de 1991 (dignidad humana, igualdad); el artículo 4º de la Constitución (supremacía de las normas constitucionales) así como el artículo 2º superior (garantía de efectividad de los derechos, de los principios y de los deberes constitucionales); el artículo 13 de la Constitución Nacional (igualdad y goce de derechos y libertades); el artículo 43 superior (igualdad y protección de la mujer); artículo 93 de la Constitución Nacional (derechos humanos y derecho internacional/prevalencia en el ordenamiento jurídico interno). En este mismo orden de ideas, estima el demandante se vulnera el artículo 1º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (igualdad en libertad); la Convención Americana sobre Derechos Humanos; el Protocolo Facultativo de la Convención sobre la Eliminación de Todas las formas de Discriminación contra la Mujer; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; la Carta de Naciones Unidas. Opina que todas estas normas forman parte del bloque de constitucionalidad y que, según lo establecido por el artículo 93 superior, deben ser tenidas en cuenta para interpretar los derechos constitucionales fundamentales consignados en la Constitución Nacional. A continuación, se hace una síntesis de las principales razones que aporta el demandante para apoyar su demanda. ::::::::::::::::::::::::::::::::::: Sostiene el actor que el lenguaje utilizado en la definición contenida en el artículo 33 utiliza el vocablo hombre para hacer referencia tanto a varones como a mujeres. Esto tiene, a su juicio, serias implicaciones por cuanto presenta al hombre – varón – como el único sujeto de acción y de referencia y ubica a la mujer en una situación de dependencia y subordinación. Insiste el demandante en que las normas deben contener definiciones no discriminatorias por motivos de género. De acuerdo con las investigaciones sobre el uso del lenguaje, añade el demandante, las lenguas “son sistemas de comunicación creados por los seres humanos a su imagen y semejanza; por ello, en sociedades en que se establece una diferencia social entre los sexos, existen divergencias estructurales y de uso.” Así las cosas, la manera como se hace referencia a las mujeres y a los varones refleja, a su turno, el modo como estos géneros son tratados dentro de un contexto social determinado2. ::::::::::::::::::::::::::::::::::: 2

El lenguaje, añade el actor, “es una forma de representarnos el mundo y tiene un doble poder reproductor y transformador de la realidad en el marco de la libertad, de la igualdad material y en el contexto de un Estado democrático, participativo y pluralista como el nuestro, que se edifica en el marco axiológico de la dignidad humana.”

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Agrega el demandante, que las normas no pueden convertirse en un instrumento para desconocer los derechos de las mujeres y de las niñas pues “cualquier forma de discriminación sexista es una clara vulneración de la Constitución Política de 1991 y por ende de la Carta de Naciones Unidas, de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de la Convención sobre la Eliminación de toda las Formas de Discriminación contra la Mujer” así como de otros instrumentos internacionales sobre derechos humanos. Por todo lo anterior, solicita el actor a la Corte Constitucional declarar la inconstitucionalidad de las expresiones demandadas. ::::::::::::::::::::::::::::::::::: En virtud del rol de las mujeres en la sociedad actual, no tienen cabida en el ordenamiento jurídico colombiano disposiciones que establecen tratos discriminatorios aun cuando se trate de regulaciones dirigidas supuestamente a protegerlas, pero que al estar inspiradas en estereotipos sociales y culturales machistas perpetúan la desigualdad. La Corte Constitucional se ha ocupado de este fenómeno en repetidas oportunidades, y lo ha calificado como “discriminación indirecta”, razón por la cual este tipo de enunciados normativos han sido declarados inexequibles3. Sin embargo, no todo trato diferenciado a favor de las mujeres está constitucionalmente prohibido y en esa medida las acciones afirmativas a favor de las mujeres implementadas por el Legislador con el propósito de reparar las desigualdades históricas han significado un avance importante en la ruta por la construcción de la igualdad. ::::::::::::::::::::::::::::::: El predominio de la razón patriarcal y su proyección en la manera como se fijan los contenidos de las normas jurídicas no sólo tiene un impacto simbólico. Presenta serios y graves obstáculos en el camino hacia la igualdad real y efectiva entre varones y mujeres. En párrafos anteriores se insistió en que el trayecto hacia la igualdad real y efectiva para las mujeres ha sido largo y a menudo difícil de sortear. Uno de esos impedimentos ha sido, sin duda, el predominio de la razón patriarcal reflejada en todos los ámbitos de la vida. El lenguaje y la cultura y, desde luego, el lenguaje jurídico y la cultura jurídica - estrechamente relacionados entre sí - permanecen vivos únicamente en la medida que se adapten a los cambios. Las trasformaciones en estos ámbitos suelen presentarse de manera lenta y a veces imperceptible: ::::::::::::::::::::::::::::::: 12. La expresión “hombre”, tal como es utilizada en la definición contenida en el artículo 33 del Código Civil, constituye un “vocablo equívoco” desde la perspectiva de los valores y principios constitucionales pues en lugar de incluir a las mujeres, las excluye.

3

Ver sentencias T-026 de 1996, C-622 de 1997, C-534 de 2005.

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Si a partir del contexto en que surgió el artículo 33 del Código Civil es factible decir que el término “hombre” no logró despojarse del sentido masculino que tiene en la práctica, está situación se confirma cuando se examina la palabra “hombre” a la luz de otras definiciones contenidas en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua4 y, más concretamente, cuando se tienen en cuenta las definiciones de sexo débil y de sexo fuerte: “‘Sexo débil: Las mujeres. Femenino, na: Débil, endeble. Afeminación: Molicie, flojedad de ánimo: Afeminar: Hacer perder a uno la energía varonil. Molicie: afición al regalo, afeminación. Blando: Afeminado y que no es fuerte para el trabajo.’ Sexo fuerte: los hombres. Varonil: Esforzado, valeroso, firme. Hombrada: Acción propia de un hombre generoso y esforzado. Fuerte: Animoso, varonil.’” No sería extraño que esta concepción dicotómica cause sorpresa a más de una persona hoy. En la actualidad, ni en ninguna época de la historia la mujer podría equipararse a esa encarnación de lo débil, endeble, blando, carente de energía, flojo para el trabajo que pretende eternizar el Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Cierto es, como se indicó en apartes anteriores de esta decisión, que las mujeres se vieron excluidas durante un largo lapso de aparecer de manera activa, visible, consciente, autónoma y libre en la vida familiar, social, económica, política, cultural y jurídica y esta situación retrasó de modo considerable sus posibilidades de actuar en todos los ámbitos mencionados. Eso no significa, sin embargo, que alguna vez la definición contenida en el Diccionario haya reflejado un estado de cosas real. ::::::::::::::::::::::::::::::::::: Justamente por cuanto durante mucho tiempo el derecho y los contenidos del mismo fueron definidos desde fuentes exclusivamente patriarcales, se presenta el fenómeno del sexismo, es decir, “la ideología de la supremacía masculina, de la superioridad del varón y las creencias que la respaldan y las mantienen”5. De ahí que – como bien lo planteó el demandante y lo solicitaron varios de los intervinientes- sea imprescindible examinar la validez de la definición contenida en el artículo 33 del Código Civil a la luz de los preceptos constitucionales así como de las disposiciones previstas en los Convenios y Pactos Internacionales. ::::::::::::::::::::::::::::::::::: De esta manera se puede armonizar el lenguaje jurídico empleado por textos normativos preconstitucionales, o incluso de aquellos promulgados con posterioridad a la entrada en vigor de la Carta de 1991, con el contenido axiológico contenido en ésta. No obstante, esto no exime a todos los órganos con competencia para producir derecho del deber de utilizar siempre un lenguaje que no establezca discriminaciones injustificadas de género ni desconozca las opciones 4 El análisis aquí efectuado se inspira en el realizado por Helena Urrutia que es, a su turno, referido por Alda Facio Montejo en su escrito, “El principio de igualdad ante la ley en el contexto de una política para la eliminación de la discriminación sexual, op. Cit. p. 17. 5 Ibídem.

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de vida que se fundan en el principio de dignidad humana y en el derecho al libre desarrollo de la personalidad de los colombianos y de las colombianas.

VII. DECISIÓN En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional, administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución, RESUELVE Primero.- Declarar la INEXEQUIBILIDAD del artículo 33 del Código Civil salvo el siguiente aparte que se declara EXEQUIBLE: “la palabra persona en su sentido general se aplicará a individuos de la especie humana sin distinción de sexo.” Notifíquese, comuníquese, cúmplase, insértese en la Gaceta de la Corte Constitucional y archívese el expediente. JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO – Presidente, JAIME ARAÚJO RENTERÍA – Magistrado, MANUEL JOSÉ CEPEDA ESPINOSA – Magistrado, RODRIGO ESCOBAR GIL Magistrado CON SALVAMENTO DE VOTO: MARCO GERARDO MONROY CABRA - Magistrado CON ACLARACIÓN DE VOTO: NILSON ELÍAS PINILLA PINILLA - Magistrado CON SALVAMENTO DE VOTO: HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO – Magistrado, ÁLVARO TAFUR GALVIS - Magistrado CLARA INÉS VARGAS HERNÁNDEZ – Magistrada MARTHA VICTORIA SÁCHICA DE MONCALEANO, Secretaria General

La Sentencia C-804/2006 en toda su extensión, es una pieza jurídica que permite identificar la pervivencia de normas que en otros momentos de la historia y aún en la actualidad, han conferido y aún confieren legalidad a sutiles, y a veces no tan sutiles, prácticas discriminatorias; es además un documento que al registrar la totalidad de intervenciones a favor y en contra de las razones expuestas por el demandante, da cuenta de los intereses socioeconómicos, culturales, políticos y subjetivos presentes en la producción de las normas. Así mis-

mo, identifica diversas expresiones de resistencia a los cambios, especialmente en lo referente a las concepciones tradicionales sobre la autonomía de las mujeres, y las dinámicas familiares en las cuales las madres son consideradas responsables casi absolutas de la afectividad y de la transmisión cultural. También pueden estudiarse en algunas de las páginas de esta Sentencia, las pretensiones de perpetuar la prevalencia de las creencias religiosas y con ellas, las dificultades para la construcción del Estado Laico.

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Además, y en medio de estas limitaciones, esta sentencia da cuenta del valor de un enfoque de derechos de las mujeres que, en estrecha relación con los enfoques diferenciales y de género, contribuyen significativamente al nacimiento de nuevos valores en el campo de la ética pública. Así mismo, el estudio de los conceptos expuestos por los cuatro magistrados y la magistrada que hicieron salvamento o aclaración de voto, invita a mantener viva una actitud de vigilancia epistemológica que promueva el cumplimiento de lo dispuesto en esta Sentencia y a la vez, la divulgación y el estudio de sus

contenidos, previendo los riesgos de su retroceso, siempre posible. Durante el año 2009 el Concejo de Bogotá dio curso al estudio del Proyecto de Acuerdo No. 101 de 2009 “Por medio del cual se promueven medidas para el uso del lenguaje con perspectiva de género”, presentado por la Concejala Ángela Benedetti. Su aprobación como Acuerdo 381 de 2009, daba cumplimiento a lo dispuesto por la Corte Constitucional. Para contribuir en su divulgación y animar su cumplimiento se transcribe su contenido.

ACUERDO 381 DE 2009

(Junio 30) “Por medio del cual se promueve el uso del lenguaje incluyente” EL CONCEJO DE BOGOTÁ, D.C., En uso de sus atribuciones constitucionales y legales, en especial las conferidas por el artículo 12, numeral 1 del Decreto Ley 1421 de 1993,

ACUERDA:

ARTÍCULO 1. Uso del lenguaje incluyente en documentos oficiales. Todas las entidades públicas de carácter Distrital, deberán hacer uso del lenguaje incluyente en los documentos oficiales que sean elaborados y difundidos, entre otros: Acuerdos, Decretos Resoluciones, Conceptos, Oficios, Periódicos, Folletos, Afiches, Pancartas, Página Web y Blogs. ARTÍCULO 2. Uso del lenguaje incluyente en eventos públicos. En todos los eventos públicos y medios de comunicación de las entidades distritales, se deberá hacer uso del lenguaje con perspectiva de género en todas las intervenciones y alocuciones que se realicen. ARTÍCULO 3. Lenguaje incluyente. Entiéndase por lenguaje incluyente, el uso de expresiones lingüísticas que incluyan tanto al género femenino como al masculino, cuando se requiera hacer referencia a ambos y no el uso exclusivo del género masculino. ARTÍCULO 4. El presente acuerdo rige a partir de su publicación y deroga las normas que le sean contrarias. PUBLÍQUESE Y CÚMPLASE SOLEDAD TAMAYO TAMAYO Presidenta, ROSA ELENA MORALES MENESES Secretaría General SAMUEL MORENO ROJAS, Alcalde Mayor de Bogotá, D. C., 30 de Junio de 2009

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Han sido amplias y diversas las experiencias vividas en este campo en el Distrito Capital en relación con los medios audiovisuales, la prensa hablada y escrita, el cine y la televisión, así como ejercicios de capacitación y talleres que bien merecen otros relatos. Por lo pronto, cabe destacar, a manera de ejemplo, la publicación de un Protocolo por una comunicación libre de sexismo para profesionales de la comunicación de las entidades públicas y periodistas del Distrito Capital, en el cual se plantea la importancia y el sentido de nuevas prácticas gramaticales y se ofrecen ejemplos para la acción cotidiana: “Tales reglas de juego no son un simple listado procedimental, sino que requie­ren acompañarse de un interés reflexivo y de una comprensión de la variedad y complejidad posibles del cambio, para lo cual, además de los ejes de acción específicos, se incluyen en este protocolo descripciones y sugerencias en torno a los campos de cambio comunicacional, con el fin de generar reflexión sobre las prácticas ac­tuales” (Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretría Distrital de Planeación, Subsecretaria de Mujer, Género y Diversidad Sexual, 2008) El reconocimiento del Derecho de las mujeres a una cultura y una comunicación libres de sexismo forma parte de los diversos pactos que, a partir de la acción colectiva organizada de mujeres, grupos, asociaciones y redes de mujeres, fueron formulando progresivamente mandatos a los gobernantes distritales y locales quienes, animados por convicciones y principios democráticos, expresaron su voluntad política de avalar los mandatos y demandas ciudadanas, en este caso de las mujeres, y traducirlos en diversas normas que hoy son de obligatorio cumplimiento en el Distrito Capital. Cabe destacar entre ellas: el Decreto 403 de 2007, por el cual se creó y estructuró el Consejo Consultivo de Mujeres; el Acuerdo 421 de 2009 que dio nacimiento al Sistema SOFIA para la protección integral de las mujeres víctimas de violencias; el Decreto 166 de 2010 por el cual se adoptó la

política Pública de Mujeres y Equidad de Género; la Resolución 0746 de 2012 por la cual se formuló y adoptó el Plan de Transversalización de Género para la implementación del eje de desarrollo institucional de la Política Pública de Mujeres y Equidad de Género, y el Acuerdo 490 de 2012 por el cual se crearon el Sector Administrativo Mujeres y la Secretaría Distrital de la Mujer. Debe tenerse en cuenta que la expedición de estas disposiciones y de otras que les antecedieron, es resultado de las propuestas y demandas que en tal sentido hicieran durante los años precedentes grupos y organizaciones de mujeres, y de experiencias relativas al uso de un lenguaje incluyente en los Planes de Desarrollo Distritales y Locales, en el Plan de Ordenamiento Territorial y en los diversos programas, proyectos e informes en los cuales ha sido creciente la incidencia de las agendas de las mujeres. (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2004, 2008, 2012) Esta normatividad ha sido posible desde un horizonte en el cual hemos aprendido a conferir valor a la acción colectiva de las mujeres habitantes del Distrito Capital, y al mismo tiempo estamos aprendiendo a construir pactos producto de nuevas miradas frente a las relaciones Estado-Sociedad Civil, en las cuales la valoración de las propuestas de las mujeres se traduce en disposiciones legales que contribuyen a ampliar la democracia; por ello, es necesario mantener una actitud vigilante tanto frente al cumplimiento y desarrollo de la normatividad así construida como frente al riesgo de convertirla en un fin en sí mismo. Más aún si las normas se vuelven barreras que congelan el pensamiento y paralizan el ánimo, se convierten en meros instrumentos y al mismo tiempo instrumentalizan los intereses emancipatorios que las propiciaron, y pierden su articulación con la vida misma. Bien conocemos las barreras, obstáculos y dificultades para dar cumplimiento a la normatividad, en esta Colombia llamada país de leyes. Sabemos también que nuestra participación como mujeres

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en la elaboración de las leyes es relativamente reciente, y que el carácter obligatorio de las mismas es insuficiente e incluso lleva consigo contradicciones y colisiones entre los valores morales que son resueltas mediante la construcción y consolidación de valores éticos. Por ello, procesos sistemáticos de reconocimiento de nosotras mismas que alimenten la deconstrucción de los signos, los símbolos, los imaginarios, las representaciones y prácticas que reproducen prejuicios y estereotipos sexistas, son imprescindibles para transformar el lenguaje, recrearlo y mantener vivos los sueños que animan nuestra existencia y los proyectos que dan cuenta de ella.

A manera de colofón: “El término SUJETA, no me acaba de convencer, no me gusta porque parece atada, inmovilizada, quieta y es todo lo contrario a lo que dice y quiere plantear. A veces hay algunas palabras que generan más resistencia”. Esto fue lo que me dijo María Eugenia Martínez (la Kica), con quien hemos compartido muchos caminos y sostenido incontables debates desde hace más de cuarenta años; ella expresa en estas palabras un sentimiento y una reflexión que nos permite descubrir los profundos nexos entre la estética y la ética del lenguaje. Y real y prácticamente las palabras sujeto - sujeta denotan y connotan sujeción, ataduras, lazos, opresiones… ¿Qué significa entonces su transformación, su resignificación, su re-creación? ¿Por qué las expresiones sujeto de derechos y hombres públicos enaltecen, construyen valor ético y generan menos resistencia y escándalo que las expresiones sujeta de derechos y mujer pública? Deseo que la reflexión sobre estas diferencias, ya no tan sutiles, continúe animando la construcción de nuestra autonomía y con ésta, el ejercicio de nuestro derecho y el de todos los

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humanos y humanas que habiten este planeta a nacer, vivir y morir dignamente. El derecho de las mujeres a existir y a ser nombradas es un camino hacia la construcción de la paz y la radicalización de la democracia.

Bibliografía Alcaldía Mayor de Bogotá. (2004, 2008, 2012). Planes de Desarrollo 2004-2008; 2008-2012; 2012-2016. Bogotá, D.C., Colombia. Alcaldía Mayor de Bogotá, Instituto Distrital de Cultura. (5 de Noviembre de 2005). Ciudad Viva. Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretría Distrital de Planeación, Subsecretaria de Mujer, Género y Diversidad Sexual. (2008). Protocolo por una comunicción libre de sexismo. Bogotá: Secretaría de Integración Social del D.C. Castellanos, G. (2007). Sujetos femeninos y masculinos. Cali: Manzana de la Discordia y Cemtro de Estudios de Género Mujer y Sociedad Univalle. Cervantes, I. (1997-2014). Centro virtual Cervantes. Recuperado el 22 de junio de 2014, de Banco de Neologismos: http://cvc.cervantes.es/lengua/ banco_neologismos/listado_neologismos.asp Cixous, H. (1995). La risa de la medusa. Ensayos sobre la escritura. Barcelona: Anthropos. Durán, M. Á. (2000). Si Aristóteles levantara la cabeza. Madrid: Cátedra S.A. Colección Feminismos. Irigaray, L. (1994). Amo a ti Bosquejo de una felicidad en la historia. Barcelona: Icaria.


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Avances urbanos desde la perspectiva de género para Latinoamérica Mónica Sánchez Bernal

¿

Son las postales una ventana o un zaguán a lugares recorridos que permiten ir y volver en la memoria tanto a quienes viajan como a quienes las reciben? ¿Son un registro de lo vivido en ciudades ajenas y paisajes distantes que se quiere acompañar de otras personas o con una en especial? Enviar postales físicas pareciera haber perdido validez por causa de nuevas tecnologías tendientes a la inmediatez en el marco de la virtualidad, donde la espera y la letra a mano alzada se desdibujan y con ello algo de cada personalidad, del tacto, del olor que vienen impregnados en ellas. Entendiendo un tránsito a la vuelta de la esquina que acerca lo lejano, acorta tiempos y expande el conocimiento, la autora de estas líneas reconoce avances urbanos desde una orilla feminista que

Fotógrafa y Arquitecta Maestría en Arquitectura de la Vivienda Integrante Grupo Mujer y Sociedad viene siendo partícipe en la construcción y reconstrucción de las ciudades latinoamericanas, cual palimpsesto, dando valor a ser plasmados y compartidos. Las “Postales para Mamá” dieron inicio a Mónica hacia un viaje ininterrumpido por los espacios de las mujeres a lo largo de sus historias, fruto de asumir las interlocuciones y asistencia al Café con Mujeres como si hubiesen sido una asignatura, afirmada con la posterior propuesta de Florence Thomas y Juanita Barreto Gama por encontrar un modo próximo, cotidiano y transgresor para contar lo indagado, de tú a tú, más allá del acto netamente académico e impersonal. Cada paso dado, contenido en postales o píldoras de información breves frente a lo que significa uno a uno, aproxima a lo andado para nunca partir de ceros en lo que falta por recorrer en colectivo. La presente es una invitación a examinar un amplio panorama que permite apreciar el complejo campo temático, la diversidad de actores involucrados y el potencial para la incidencia en las “políticas de


desarrollo urbano” y su relación con los derechos de las mujeres.

indescifrables en su totalidad en taras históricas aún por identificar y contrarrestar una a una.

Durante este periodo de ausencia y producción referido al presente número de la Revista En Otras Palabras… sucesos como los narrados a continuación ocuparon parte de nuestras actividades. Allí participó el Grupo Mujer y Sociedad; ésta es una crónica de ello. Se trata de seis eventos –que en poco serán siete–, todos de orden internacional, escenarios donde las preocupaciones, demandas y anhelos de múltiples ciudadanas comprometidas con la idea de encontrar –en el diálogo, en las prácticas y en el compartir tanto experiencias fracasadas como logradas– alternativas posibles para que niñas y mujeres podamos hacer un uso mayor, distinto, apropiable y poder gozar así de aquellas ciudades, todavía en clave masculina, que también habitamos.

En esa medida, los años 2013 y 2014 significan un avance importante en la consolidación de un urbanismo feminista que suma, además de refrescar la mirada y esperanzas, en parte desde la obligatoriedad que traen las leyes y normas instauradas –compromisos firmados pero con trabas multidimensionales en su implementación–, y en parte desde la convicción de que la mejora buscada abraza a todos y a todas, de cara a unas ciudades que se ahogan en la inseguridad, en intolerancias y desigualdades que afectan notoriamente en su integridad y derechos más a ellas que a ellos, sin duda de otra manera. Ciudades autófagas que consumen su propia continuidad y la vida de todo ser viviente en ellas. Ciudades que contradicen los tiempos que trascurren allí cuando son dirigidas y cargadas hacia lo netamente entendido como productivo y, en el desbalance de prioridades, hacen perder la trascendencia de lo cotidiano al menospreciar los cuidados, tareas y alcances del trabajo no remunerado especialmente en manos de las mujeres; con la subsecuente deshumanización del vivir, del estar y del habitar en pro de intervenciones objetuales puras de alto impacto supuestamente funcional que aumentan las brechas y horas perdidas cuando no se atiende a las necesidades y querencias de toda la población en sus diferencias y dificultades.

Y en esa intención por comprender el cómo habitamos y el cómo habitar de otro modo al unívoco que hace creer lo preestablecido, concentramos esfuerzos necesarios para elaborar e incorporar políticas públicas en los municipios basadas en percepciones y datos registrados, en herramientas técnicas y perspectivas que interpelan estos complejos socio-territoriales desde distintos ángulos. En esta ocasión con un sentido cierto y aún movedizo: a la manera de las mujeres, en nuestras diversidades, cruces, diferencias y particularidades, sin discriminaciones, ni poner en riesgo la propia vida y/o la vida de un colectivo concreto por el solo hecho de estar en el afuera –aquel urbano, aquel rural, aquel transitorio–, y a la vez estar en el de los adentros –aquel privado, aquel íntimo, nuestros cuerpos mediante–, a partir de una autonomía conquistada que nos permite descubrir y señalar falencias. Es más, nos insta a producir caminos opcionales con horizontes más amables y sostenibles, aquellos siempre presentes en nuestro actuar pero

Es en ese deterioro de la calidad de vida –para las personas y para el hábitat–, y en ese ímpetu utópico y resiliente por mejorar las condiciones que nos rodean, que nos venimos citando en Iberoamérica mujeres arquitectas, urbanistas, paisajistas, geógrafas y de tantas otras disciplinas que intervienen y moldean las ciudades. A renglón seguido se plantea una síntesis de lo ocurrido en Chile, Uruguay, México, España, Colombia y de lo esperado del encuentro en Italia, según orden cronológico.

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I Encuentro de postgrados latinoamericanos en arquitectura Concepción -Chile (enero 14 al 18, 2013)

III Congreso Iberoamericano Althea de teoría del habitar Montevideo - Uruguay (Junio 19 al 21, 2013)

Este primer encuentro, a modo de jornadas de presentación de proyectos de tesis y programas académicos –de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y México–, fue organizado por el Doctorado en Arquitectura y Urbanismo y las maestrías en Hábitat Sostenible y Eficiencia Energética, en Construcción Madera y en Didáctica Proyectual de la Universidad del Bío-Bío.

Si bien este congreso no está enmarcado estrictamente por las agendas de género, tiene mérito realzar en él, por un lado, la ausencia del tema como línea de análisis, que es como si no existiese a nivel académico ni investigativo en las áreas afines al habitar y, por otro lado, situar dichas agendas de manera sensible y justa en aras de consolidarlas permanentes y estimulantes en esta construcción colectiva que requiere urgentemente aumentar adeptos y adeptas en pro de desgastar menos tiempo en convencer sobre su pertinencia y avanzar más en concretar, diseñar y materializar propuestas con esta visión.

Dando continuidad al proceso por pensar y diseñar viviendas para mujeres, surgido en la maestría en Arquitectura de la Vivienda de la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá que tuvo gran influencia de las sesiones del Café con Mujeres programadas por el Grupo Mujer y Sociedad, este encuentro fue la primera oportunidad para mostrar los resultados en un escenario internacional por fuera del país, sin temores ni desventajas sobre el tema tratado. La experiencia significa prácticamente abrir un campo para el diseño arquitectónico y urbano, por lo menos en este continente y sin desconocer antecedentes pioneros pero invisibilizados. Que, por cierto, es fundamental rastrear para reconocer el acervo. Su ocurrencia y desarrollo responde a circunstancias actuales, señaladas por organizaciones de mujeres vigentes, traducidas al espacio y en arquitecturas concretas. Si bien dos fueron los trabajos presentados, suscitando una competencia entre uno y otro, entre las 14 tesis doctorales y de maestría expuestas, nuestra representante –Mónica Sánchez Bernal– fue destacada en esta primera edición. Una breve reseña del encuentro, escrita por el profesor chileno Rodrigo García Alvarado, puede leerse en: http://www.vitruvius.com.br/revistas/read/drops/13.067/4706.

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Esta situación da cuenta de un ámbito académico, especialmente latinoamericano, renuente e indiferente todavía a los asuntos de las mujeres, cotidianos y políticos, minados por una universalidad que desmiente, entorpece y vulnera sus derechos. Y que, por omisión, al no transmitir a las nuevas generaciones que se forman un conocimiento en mora de ser profundizado e hilado, o al dejar de capacitar y actualizar a las y los profesionales en esta línea que ya tiene una historia, así no sea la oficial dentro de la Historia de la arquitectura y el urbanismo, la que se enseña con H mayúscula, tiene todo el sentido para el fin mismo de poder comprender problemáticas urbanas y así poder generar potenciales soluciones que ayuden a conseguir una mejor vivencia y, porque no, convivencia en los territorios. Es en la calidad y cualidades de arquitecturas tangibles e intangibles y en el acceso al mínimo vital, incluidos los aspectos culturales, mas no en el aumento del pie de fuerzas policivas o militares, que la confianza en todos los niveles relacionados con las autoridades administrativas


de gobierno pueden repercutir, no solo en la percepción en los tránsitos y estancias esenciales para la vida cotidiana, también lo sería en los efectos sobre los cuerpos. La presentación “Postales de un viaje a un mundo habitado por mujeres” generó interés en un auditorio distante de la relación entre los derechos humanos, el ejercicio proyectual arquitectónico y el pensamiento que se construye alrededor del habitar como acción humana. Una vez introducida esta perspectiva se espera que para los siguientes congresos se establezcan las variables género y mujeres como una de las líneas de discusión y producción de conocimiento que éstos provoquen.

II Cumbre Iberoamericana de agendas locales de género Aguascalientes - México (Septiembre 23 al 27, 2013) Realizada bianualmente esta cumbre es convocada por la Unión Iberoamericana de Municipalistas (UIM) en un trabajo de cooperación fundamental con la ciudad sede. La primera fue realizada en Córdoba-Argentina (2011); en 2013 la cita tuvo lugar en la ciudad mexicana de Aguascalientes. Antes de continuar acerca del desarrollo de esta última, hay que anotar que, respaldado en los términos “igualdad” y “género”, pareciera caber de todo con lo cual podría diluirse el concepto que le da origen y fuerza, basado en los derechos y exigencias del movimiento social de mujeres ante el continuum de injusticias en su contra. A prestar atención hacia adelante pues estos pasos van más allá de la cumbre como tal, así la pregunta ¿qué valida o distorsiona los esfuerzos trabajados? pondría de relieve retrocesos de tipo postmachistas en el quehacer de la planificación urbana. Ante la convocatoria participativa fueron numerosas las ponencias presentadas por lo cual la dimen-

sión del material a presentar condujo a la organización del evento a realizar cinco paneles magistrales, 19 paneles paralelos, una sesión de premios y una serie de talleres para la generación de conocimientos y habilidades (programadas por redes organizadas) además de la redacción, retroalimentación, aprobación y firma de una declaratoria que invita a “repensar las ciudades desde los derechos de las mujeres”, como fue enfocada la edición. La gran cantidad de actividades simultáneas obliga a la elección de asistir a unas sobre las otras, que se traduce en una mirada parcializada en vez de panorámica. El proceso de organización también plantea retos en cuanto a contenidos, tanto en la selección de las ponencias como de las actividades programadas, a cuidar para no generar contradicciones entre lo dicho y lo hecho: coherencia con el NO uso de violencias y/o discriminaciones, ni siquiera en las actividades culturales como lo fue el Jaripeo en la Plaza de Toros San Marcos, se asistiera o no. Los grandes temas tratados durante la cumbre fueron: transversalización, seguridad pública y ciudadana; vivienda, planificación y ordenamiento territorial; desafíos pendientes y emergentes para las mujeres; vacíos de información, indicadores, investigación, estudios y publicaciones; políticas públicas, municipios promotores; derechos humanos y derechos de las mujeres; necesidades e intereses estratégicos de las mujeres; acciones y estrategias públicas contra la violencia de género; participación femenina en el desarrollo local, ciudades seguras y movilidad; descentralización, derechos colectivos al agua, etnicidad, liderazgo y participación política de las mujeres; corresponsabilidad social, promoción y fortalecimiento de la institucionalidad de género; obstáculos y desafíos en la toma de decisiones; y la relación entre mujeres, democracia, violencia y políticas públicas. A destacar en lo personal la persistencia de Flavia Tello Sánchez, encargada de la UIM, por su labor en gestionar y llevar a la realidad este

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nuevo encuentro e intercambio de experiencias; y, sin demeritar los aportes de tantas otras invitadas expertas, las intervenciones de las españolas Juana María Gil Ruiz y María Ángeles Durán. Críticas y sensibles, sus provocadores discursos cuestionan la invisibilidad y amalgama que se hace de las mujeres e indagan sobre la presencia de las mujeres en las ciudades. Guardadas las proporciones, la escena de la película The Mathrix ilustraría el momento, tan cotidiano como trascendental, cuando el elegido llega a la matriz, en la cocina, a escuchar a la maestra-abuela, la Durán acá. Con alrededor de 120 personas ponentes en escena (88% mujeres) para quienes tengan interés en conocer los nombres y títulos específicos se sugiere consultar las memorias en los archivos de la UIM. Mediante la presentación “Un recorrido por escenarios de violencias y de-liberación con énfasis en las mujeres”, de las pocas seleccionadas destinadas a ser mostradas en el espacio abierto para la comunidad hidrocálida y la experta, hicimos tres énfasis: uno, en hacer notar la relación que existe entre las violencias ejercidas contra las mujeres y el lugar de ocurrencia; dos, en resaltar el significado simbólico que tienen para las mujeres los espacios tanto domésticos como públicos, colectivos e íntimos; y tres, en acentuar la urgencia por involucrar a quienes terminan diseñando, desde lo más técnico, los proyectos urbanos direccionados por las alcaldesas y los alcaldes que vienen mostrando mayor compromiso. Sin este conocimiento ni la disposición para hacer frente a este tipo de retos, esa buena voluntad de los niveles de mando alto tendrá complicaciones procedimentales para su efectiva ejecución pues hace falta seguir examinando y fortaleciendo el cómo materializarlo. Aplaudimos la iniciativa de promover los premios a las Mejores Prácticas Locales con Enfoque de Género en las cuales Colombia participó con sus experiencias recibiendo el segundo premio por el programa “Transfórmate tú Mujer” de la Secreta-

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ría de la Mujer y la Equidad de Género de la Gobernación del Atlántico, más la primera y segunda mención en la categoría “Ciudades metropolitanas líderes”, en su orden, para las alcaldías de Bogotá (recibido por la Secretaria Distrital de la Mujer Martha Lucía Sánchez Segura) y la de Medellín. Las otras categorías y municipios con mérito fueron: Articulaciones interinstitucionales (Red de Mercociudades y Municipalidad de Rosario); Pactos de igualdad y democracia genérica (Aguascalientes y Baja California Sur de México); Acciones contra la violencia de género (Círculo Solidario Perú y Municipalidad de San Antonio Chile); Innovación en las esferas productiva y ambiental (Fundación Salvadoreña para el Desarrollo y Vivienda Mínima y la Fundación Pasos de Bolivia). El primer premio a la mejor práctica fue entregado a INMUJERES del Distrito Federal de Ciudad de México y el tercero para la Fundación Guatemala. Los resultados y observaciones del jurado evaluador compuesto por Ana Falú, Alejandra Massolo, María Arboleda, María Eugenia Rojas Valverde y Flavia Tello Sánchez pueden consultarse en http:// www.uimunicipalistas.org/cumbregenero/data/ premios.pdf. Al cierre, las ciudades representadas de los 23 países presentes en la cumbre, entre ellas Bogotá, firmamos la Declaratoria de Aguascalientes 2013 que se transcribe al final de este artículo con el ánimo de extender su contenido y a tener presente en esta ruta de gobernanza municipal.

Gender hub UNI UN-Habitat Madrid - España (Enero 20 y 21, 2014) Entre las actividades preparativas para el Séptimo Foro Urbano Mundial bajo el título “Prácticas prometedoras para un diálogo efectivo hacia un desarrollo urbano sostenible con perspectiva de género”, con miras además hacia Hábitat III 2016 (el cual acontece cada 20 años), se dio apertura al


Grupo de Género (o Gender Hub como se le conoce en inglés). Dicha sesión fue convocada en el marco del área académica en hábitat de la instancia universitaria de la Organización de Naciones Unidas, UNI-Habitat, con el apoyo especial de la Red de Políticas Gender STE de la Cooperación Científica y Tecnológica Europea (COST). El Gender Hub como tal lo formula y coordina la arquitecta Ana Falú, profesora y directora del Instituto de Investigación de Vivienda y Hábitat de la Universidad Nacional de Córdoba (INVIHAB) y con la vice-coordinación de la profesora Teresa Boccia, directora del Centro de Investigaciones Urbanima/LUPT de la Universidad Federico II de Nápoles, expertas ambas del Grupo Asesor sobre Cuestiones de Género (AGGI) para el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (UN-Hábitat). En la instalación institucional participaron el representante de la sección de Políticas de Vivienda y líder de la Unidad de Capacitación para el Desarrollo de UN Hábitat el urbanista Claudio Acioly, la actual directora de la Unidad Mujeres y Ciencia del Ministerio de Ciencia e Innovación y profesora titular de Urbanismo de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, Inés Sánchez de Madariaga, Aminata Traoré presidenta del AGGI, Angela Mwai cabeza de la Unidad de Género de UN-Hábitat, María Ángeles Rodríguez Peña presidenta del COST y Guillermo Trupiano director del Instituto de Investigación LUPT. Este grupo conforma parte de los seis Hub’s creados al interior de Habitat Universities que son: Urbanismo informal; Futuros urbanos; Seguridad alimentaria; Gobernanza urbana, Cambio climático; y éste de Género. Cada uno se conecta con algunas de las temáticas trabajadas en UN-Hábitat, para el que nos compete son prioritariamente las tres iniciales de la siguiente lista aunque podrían ser todas: Diseño y planificación urbana; Economía urbana; Investigación y desarrollo de capacidades;

Legislación urbana, territorio y gobernanza; Servicios básicos urbanos; Mejoramiento de barrios y tugurios; Reducción de riesgos y rehabilitación. Sus objetivos específicos e información adicional pueden consultarse en: http://unhabitat.org/wpcontent/uploads/2014/03/Hub-Gender.pdf. En palabras de Ana Falú, en entrevista con Agencia SINC, uno de ellos consiste en: “formar una red de representantes de universidades, centros de investigación y otras unidades académicas para aglutinar las investigaciones que se estén llevando a cabo en el mundo en el ámbito de desarrollo urbano con perspectiva de género, que todavía es bastante escaso. Además, queremos que esta perspectiva se incluya en la agenda de ONU-Hábitat que se está modificando ahora y que tiene una serie de temas prioritarios como la seguridad urbana, las infraestructuras, la vivienda y el cambio climático.” http://www.agenciasinc.es/Entrevistas/ No-podemos-permitir-que-las-mujeres-vuelvan-aencerrarse-en-sus-casas-por-la-violencia-urbana. Se hace un llamado explícito a las universidades para generar mayor conocimiento al respecto; ayudaría incorporar la perspectiva de género en los currículos de todas las áreas de acción, con afán en aquellas relacionadas directamente con la arquitectura y el urbanismo. Docentes y doctorandas invitadas compartimos las experiencias de investigación con las que contamos: unas más elaboradas desde la teoría, otras relacionadas con la historia y unas más desde las prácticas. La cercanía durante estos breves días permitió establecer coincidencias y diferencias en la manera de aproximarse a este conocimiento que sigue en proceso de construcción. Fueron más de 20 países representados en esta sesión de apertura provenientes de Asia, África, Europa y Latinoamérica. Las iniciativas regionales latinoamericanas se hicieron presentes a través de Olga Segovia (Chile), Lourdes García Vázquez

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(México), Mónica Sánchez Bernal (Colombia), Silvana Pissano (Uruguay) y Ana Falú (Argentina). Y en el caso de las africanas con Meseret Desta (Etiopía); de las asiáticas con Shilpa Padke (India) y Lih-Rong (Taiwán); y de las europeas con Doris Damyanovic (Austria), Lidewij Tummers (Holanda), Gloria Alarcón García (España), Sasa Lada (Grecia), Cecilia Delgado (Portugal), Marion Roberts y Susan Buckingham (Inglaterra). La apertura de la sección de aportes desde Europa estuvo a cargo de la colombiana Patricia Cortés como parte de la división coordinadora de ONU-Mujeres. El panel dedicado a tesis doctorales en desarrollo, presentadas por Inés Novella Abril, Adriana Ciocoletto, Blanca Gutiérrez Valdivia (España), Sara Ortiz Escalante (Canadá), María Sole Benigni (Italia) y Melis Oguz (Turquía), causaron una especial motivación entre los y las asistentes sobre la importancia de dar a conocer estos esfuerzos realizados, en colectivo o no, y cómo las múltiples miradas y metodologías ayudan a ampliar esta línea de acción de acuerdo además con los matices transversales que dan las culturas de origen de quienes investigan y/o del territorio investigado. Para acceder al reporte completo de lo presentado en Madrid se sugiere seguir el siguiente vínculo: http://www.urbangateway.org/sites/default/ugfiles/documents/conference_report_-_gender_hub. pdf. Este Grupo de Género convoca a que se sumen los programas académicos universitarios interesados en participar y presentar trabajos realizados bajo este fin.

7º Foro Urbano Mundial (FUM7) World Urban Forum (WUF7) Medellín - Colombia (Abril 5 al 11, 2014) El tema central de la séptima edición del Foro Urbano Mundial promovido por Naciones Unidas fue “Equidad urbana en el desarrollo, ciudades para la vida”. De las tres asambleas establecidas

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para dar inicio al Foro, una estuvo dedicada a los asuntos de género, la otras dos a juventudes y negocios. Las otras actividades relacionadas ocuparon espacios en las mesas redondas de Universidades, en la de género y mujeres, en la de pueblos indígenas, en la de organizaciones de la sociedad civil, especialmente, así como en los diálogos, en la Sala City Changer y los eventos de red, capacitación, laterales y paralelos, en el caucus diario de las mujeres y en la caminata exploratoria por Moravia –con la participación de las mujeres de base locales e involucradas en el proceso urbano dado–, organizada ésta última por la Red Mujer y Hábitat de América Latina, la Secretaría de las Mujeres de la Alcaldía de Medellín, el AGGI y ONU-Hábitat. Al igual que en Aguascalientes, el mar de actividades paralelas desbordaba la posibilidad de asistir siquiera a uno de los tantos temas de base tratados por expertos y expertas del mundo presentes. Entendido el sesgo primario, esta síntesis se concentra en aquellas sesiones definidas en algunas de las agendas de género suscitadas en el FUM7. Resta decir que siendo éste un tema transversal habría que seguir indagando la manera en cómo afecta o se introduce en las áreas temáticas que maneja UN-Hábitat, nombradas antes, y otros conceptos tratados en diálogo como lo fueron: La Equidad en la legislación de desarrollo urbano; Planificación y diseños urbanos para la cohesión social; Servicios básicos, negocios locales para ciudades; Instrumentos financieros innovadores para las autoridades locales; Mejorando los niveles de resiliencia urbana; y Una ciudad segura como ciudad justa y equitativa (http://wuf7.unhabitat.org/theworldurbanforum-es). El solo programa del evento es un libro de 278 páginas, por lo cual se facilita la dirección virtual para acceder a él: http://wuf7.unhabitat.org/pdf/WUF7-Programme-a1April.pdf. Apenas se nombran acá algunos títulos de eventos que reunieron diversas instancias constituidas por mujeres, institucionalizadas o no, acá las


co-lideradas por la Red Mujer y Hábitat LAC con la participación puntual de otras como la ONU-Mujeres, las secretarías de las mujeres de las Alcaldías de Bogotá, Cali y Medellín y de la Gobernación de Antioquia, la UIM, la PNUD, el INVIHAB, Gender STE COST, URBANIMA, AFEM-Metrópolis: “Caminata exploratoria en Moravia para ciudades más seguras para las mujeres”; “Ciudades compartidas: espacios públicos seguros y resilientes desde una perspectiva de género”; “Experiencias y herramientas locales para ciudades más seguras y equitativas para las mujeres”; “Ciudades e igualdad de género: derechos, convivencia y seguridad”; “Las universidades abordando los desafíos urbanos”; y la promovida por la Fundación Medina en cabeza de la italiana Paola Andreotti “Ciudad y mujeres: enfoque de género en la planificación urbana y la gestión del territorio” (http://www.redmujer.org.ar/boletines/gacetilla_fum7.html). La Comisión Huairou, por su parte, lideró la “Academia internacional de mujeres de base: sosteniendo a las mujeres, sosteniendo el desarrollo inclusivo”; “Hacia una red mundial de laboratorios de desarrollo urbano inclusivo”; “La eliminación de restricciones a tierra urbana y propiedad de las mujeres: una perspectiva práctica”; “Seguridad de la tenencia para las mujeres en el contexto de post-2015 y Hábitat III ¿cuál es el camino a seguir?”; “Hacia un nuevo paradigma urbano: el futuro que queremos, la ciudad que necesitamos”; “Ciudades más seguras para mujeres y niñas”; “Laboratorio acción de criterios de evaluación de género GEC”; “Ciudades e igualdad de género: derechos y seguridad”; y “Defendiendo asociaciones eficaces y las mujeres de base, prácticas base para HFA2, post-2015 y Hábitat III”. Coincidiendo en eventos como la “Asamblea acción de igualdad de género”. Vale la pena resaltar la “Declaración de las Mujeres de Medellín-Antioquia para el Foro Urbano Mundial” leída por Clara Inés Mazo en la sesión

de la sala City Changer en la que demandan su visibilidad consecuentemente con presupuestos asignados haciendo notar el impacto que genera cualquier decisión urbana y el conflicto armado en la vida de las mujeres. Como una de las grandes conclusiones del foro, en voz de las mujeres de a pie asistentes, es la necesidad urgente por dar un espacio vinculante entre lo urbano, lo rural y lo periurbano para poder comprender otras dinámicas e interdependencias que se siguen obviando con repercusiones concretas en las poblaciones intermedias y exlímite de los mismos municipios. Dentro de las actividades externas al FUM7 fue la conferencia “Habitar el presente, reflexiones en torno a la vivienda contemporánea” ofrecida por la arquitecta Zaida Muxí Martínez, integrante del Col.lectiu Punt6, dictada en el marco académico de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Universidad Pontificia Bolivariana “Lecturas de arquitectura”. Presentación que mostró, desde el diseño, las posibilidades arquitectónicas y en el espacio público de intervenciones físico-espaciales que la perspectiva de género ofrece cuando ya viene incorporada en el pulso proyectual de manera sensible.

Seminario internacional Habitar en inquilinatos Medellín - Colombia (Mayo 27 al 30, 2014) En ese sentido por producir arquitecturas que reconozcan otros modos de habitar, diferentes a la vivienda en propiedad por ejemplo, este seminario internacional “Habitar en inquilinatos: experiencia, expectativas y retos hacia la construcción de una política pública” abre un campo de acción muy interesante y necesario para Colombia. Estigmatizados por más de un siglo, estos espacios no se definen precisamente por sus condiciones físicas y de salubridad sino por sus cualidades de orden colectivo y las temporalidades en su uso.

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Tanto el seminario como la investigación y el diseño de la política pública para los inquilinatos en la ciudad de Medellín son liderados por la profesora Françoise Coupé de la Escuela del HábitatCEHAP, Facultad de Arquitectura, de la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín, en alianza con el Instituto de Vivienda de Medellín y su Alcaldía, la Corporación Talentos y Primavera. Entre quienes fuimos invitados e invitadas a aportar miradas frescas y agudas según cada experticia, dos mujeres fuimos acogidas: la internacional, la brasilera Suzana Pasternak y por Colombia Mónica Sánchez Bernal, quien escribe. Los otros participantes fueron el ministro de Desarrollo Urbano y Vivienda de Ecuador Diego Aulestia, Víctor Delgadillo (México), Alberto Lovera (Venezuela), Jorge Henríquez (El Salvador), Ricardo Tapia (Chile), Gustavo Riofrío (Perú), Jorge E. Torres y Samuel Jaramillo por Colombia. Las presentaciones se pueden consultar en la página oficial del evento: www.inquilinatosdignos.org. Con la presentación “Los inquilinatos, otra opción habitacional para las mujeres” aportamos con sugerir el incluir, en dicha política, la particularidad que implica para las mujeres este estilo de vida, bien sea de manera temporal o permanente. El reconocer que para muchas mujeres es una práctica recurrente y conseguir un cupo prioritario en ellos puede significar la vida en casos de extrema violencia en su contra. Claro, hay que procurar que las condiciones también sean las adecuadas para no exponer ni a las mujeres –esposas, solas, viudas, madres– o niñas a otros riesgos en la convivencia colectiva –con extraños, parientes y/o conocidos– cuando la distribución misma de los espacios como aquellos de servicios sanitarios puede convertirse en una trampa. Las imposibilidades económicas dadas por las discriminaciones específicas de género, que aumentan la brecha entre hombres y mujeres, y/o en el denominado techo de cristal, hacen la diferencia

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en la posibilidad de acceder o no a la propiedad, inclusive a los subsidios, por no tener como cumplir con el ahorro programado, exigido en los programas de vivienda estatales actuales. Organizarse habitacionalmente en modo colectivo facilita no solo una cuestión financiera sino también constituye una red de apoyo cuando existe una buena comunicación entre la administración y la población inquilina. Tres ejes de análisis fueron puestos sobre la mesa: uno, las mujeres a lo largo de la historia hemos configurado variaciones tipológicas en la vivienda poco conocidas pero reales bien sea por autoprotección, supervivencia, transgresión y/o empoderamiento; dos, el conflicto armado interno y las violencias en el ámbito doméstico son expulsores de los lugares de origen (residencia y territorio) y afectan a las mujeres en mayor medida y en múltiples dimensiones; y tres, con el apoyo visual y en homenaje a la película colombiana “La estrategia del caracol” dirigida por Sergio Cabrera (1993), las escenas escogidas dibujan características que son a su vez retos vistos desde los derechos de las mujeres: para con las cuidadoras, las habitantes de calle, las trans, la infancia y la adolescencia, la tenencia de mascotas, para quienes ejercen trabajos nocturnos como el sexual en tanto se convierten en espacios contenedores vitales. La reflexión sigue acerca de lo que puede trabajarse en esta línea pues es fundamental comprender esta política también para Bogotá ad portas de un cambio urbano en lo que se llama el Centro Ampliado del Plan de Desarrollo actual, definitivo en la expulsión de comunidades radicadas allí o en su inclusión.

Engendering cities Roma - Italia (Septiembre 25 y 26, 2014) A menos de un mes del lanzamiento de este número de la Revista En Otras Palabras… participaremos en la Conferencia Internacional “Engendering


Cities” bajo el lema “Diseño sustentable, entornos urbanos y ambientales incluyentes”, evento paralelo no institucional convocado por la red COST Gender STE. La presentación de ponencias se hizo mediante convocatoria abierta y una selección por parte de un comité compuesto para ello. Las temáticas propuestas de diálogo para hilar la conferencia son: Ciudades seguras para mujeres y niñas, ciudades para todos; Herramientas prácticas para la transversalización de género en políticas y planificación urbana; Género, entornos construidos, energía y cambio climático; Mejoramiento de la calidad de vida para todos y todas en entornos urbanos; Integrando el género en las ciudades inteligentes; Transporte incluyente; y Transversalizando las políticas urbanas en el hemisferio Sur. Para mayor información consultar la página oficial del evento en: http://www.genderste.eu/engendering_index.php. La intervención propuesta titulada “Hacia una arquitectura de los afectos: formar, permear, componer” estará centrada en cómo involucrar el propio

activismo, la docencia y la labor institucional para conectar prácticas que aporten a la ciudad diluida en conceptos parcializados y agreste con saña para las mujeres, retomando y reconociendo la apuesta de los años noventa del siglo XX que Adriana Bisquert reclamaba en lo que nombró el urbanismo de los afectos. En este ejercicio por poner en juego el trinomio –Mujeres, Lenguajes y Escrituras Transgresoras– se transcribe a continuación una de las declaraciones surgidas en estos eventos: una manera otra de escribir a varias manos, entre disensos y consensos, un lenguaje de afianzamiento de compromisos y complicidades conjuntas para dar y exigir continuidad a los procesos más allá de gobiernos de turno, en un quiebre de un statu quo que se niega siquiera a pensar de otra forma por miedo a cambios que le representen perder un poder con exclusividades o, quizás, porque encarnan esfuerzos intelectuales, económicos, culturales no solo en el plano simbólico cuando se pone de relieve en las ciudades y territorios la perspectiva de género en clave de derechos de las mujeres.

En páginas siguientes: Declaración de Aguascalientes (2013) II Cumbre Iberoamericana de Agendas Locales de Género Fuente: Unión Iberoamericana de Municipalistas UIM, http://www.uimunicipalistas.org/cumbregenero/resumen/data/declaracion.pdf Anverso y reverso del medallón conmemorativo del evento entregado por la alcaldesa de la ciudad, Lic. Lorena Martínez Rodríguez. Fotografía: Mónica Sánchez Bernal (2013)

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Declaración de Aguascalientes de agendas locales de género “Los territorios locales desde la perspectiva de género” Las mujeres y hombres municipalistas, en el marco de la II Cumbre Iberoamericana de Agendas Locales de Género: Repensando las ciudades desde los derechos de las mujeres, celebrada en Aguascalientes, México, los días 23 a 27 de septiembre de 2013.

Considerando:

1. Que, en razón de la diferencia en los roles asignados a hombres y mujeres los cuales se han

construido a partir de tradiciones, culturas y prácticas históricas, podemos afirmar que las ciudades son vividas de manera distinta por los hombres y las mujeres. Además de las diferencias construidas en base a género, hay múltiples identidades y situaciones que se expresan en el territorio urbano. No es igual ser mujer u hombre, como tampoco es igual ser mujer rica que mujer pobre, mujeres mayores que jóvenes, mujeres urbanas que campesinas o indígenas; es decir una mulitiplicidad de otros factores y dimensiones van a transversalizar al atributo de ser mujeres u hombres, erosionando los derechos ciudadanos de distintos sujetos sociales, en particular de las mujeres.

2. La planificación urbana y las políticas públicas relativas al mejoramiento de calidad de vida

en las ciudades, difícilmente integran a las mujeres por sí mismas, a pesar de ser ellas por su rol, especialmente el de “cuidadoras”, las principales usuarias de los servicios y espacios urbanos particularmente en la atención de otros/as: infancia, personas enfermas, con discapacidad, adultos/as mayores. Los sesgos discriminatorios en la planificación física no considera tales aspectos, lo que obstaculiza el acceso y disfrute de los derechos, los recursos y la participación activa en la democratización de la esfera pública de una ciudad inclusiva que ofrezca escenarios, condiciones y oportunidades equitativas a sus habitantes permanentes y/o transitorios.

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3. Que las desigualdades de género continúan siendo percibidas como un asunto “de mujeres”

y por tanto las acciones dirigidas a empoderar a las mujeres, a atender sus necesidades específicas o sus demandas, son generalmente marginales y asistenciales, ignorando o desatendiendo no sólo lo inmediato, sino también la necesidad de contribuir estratégicamente a las transformaciones que puedan coadyuvar a la remoción de las causas estructurales de la desigualdad.

4. Que a pesar de todo lo avanzado en materia de legitimizar a las mujeres como sujetos sociales por sí mismas, existe una predominancia de mujeres entre la población bajo línea de pobreza, lo que se reconoce como “feminización de la pobreza”. Que las menores oportunidades que tienen las mujeres, en especial las que desarrollan exclusivamente su rol doméstico relegadas al ámbito privado, se ven agravadas en contextos de pobreza, ya que la falta de acceso a recursos profundiza situaciones de inequidad, pobreza y riesgo de violencias como una de las características de género más relevantes en las sociedades locales de la región Latinoamericana, dando cuenta estas cifras del impacto de la economía urbana en la vida de las mujeres. 5. Que la división sexual del trabajo sigue siendo el desafío para avanzar en la igualdad de

derechos. Son las mujeres la mayoría en el cuidado de la reproducción, y las responsables en el ámbito privado, lo que limita y define también, sus posibilidades de desarrollo pleno y su efectiva integración en el espacio público, la medición de la pobreza de tiempo asociada a éste y la discriminación laboral y salarial contra las mujeres, entre otras, condicionando el disfrute de las ciudades, el acceso, uso y control sobre sus recursos y oportunidades, entre ellos, el acceso a trabajo remunerado que le permita consolidar su autonomía económica y sus derechos.

6. Que el trabajo reproductivo y doméstico que realiza la mayoría de las mujeres se vincula al trabajo voluntario en el cual son mayoría absoluta en el mundo entero. Todo lo cual contribuye a “naturalizar” la contribución de las mujeres y por ello a invisibilizar el aporte económico que hacen a la sociedad profundizando así la desvalorización de sus esfuerzos y costes personales en el mejoramiento de la calidad de vida urbana. Esta contribución en general involucra trabajo productivo, reproductivo y comunitario (Moser), siendo para las mujeres el tiempo siempre un bien escaso.

7. Que el principio de igualdad y no discriminación incluye como obligaciones de los Esta-

dos la defensa, protección, garantía y difusión del derecho político de las mujeres a participar en los asuntos públicos. Y en virtud de que aún persiste asimetría de género en el número de alcaldesas -que apenas alcanza el 10% en los gobiernos locales de América Latina y el Caribe-, cargos de elección edilicios y dentro de la administración pública de los municipios, se perpetúa la visión androcéntrica en la construcción de las agendas públicas basada en una supuesta “neutralidad de género”, que implica la omisión o marginación de las

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políticas públicas con enfoque de género y atención a los intereses propios de las mujeres. Reconociendo asimismo que la presencia de una mujer al mando del gobierno local, y mujeres en los espacios de toma de decisión, no garantizan una agenda de políticas públicas de igualdad de género y promoción de los derechos de las mujeres.

8. Que la globalización ha colocado a las ciudades en el centro del debate, en muchos sentidos

aportando al desarrollo y competencias de las mismas a la vez que se evidencia una creciente fragmentación del territorio urbano, segregando grupos homogéneos entre sí (Borja, Sassen, Burgess, Castells, otros). Esta segregación territorial y social agudiza las condiciones de subordinación y pobreza en las cuales se encuentran la mayoría de las mujeres. Las condiciones del territorio urbano varían según sector social y económico, por un lado todos los servicios y el desarrollo urbano de mayor nivel y por otro, extensiones de territorios carentes de derechos (Falu). En los sectores de pobreza es donde encontramos mayor cantidad de hogares a cargo de mujeres solas responsables de los mismos y son estos hogares (CEPAL 2012) los que tienen mayor número de niños a cargo.

9. Que los espacios públicos urbanos están en general pensados en clave masculina. A lo cual

es necesario agregar que al menos en determinados horarios y días de la semana estos espacios en lugar de constituirse en espacios de socialización e intercambios, se transforman en escenarios hostiles. El temor, sea este por real criminalidad o por percepción de la misma, genera un círculo vicioso de temor y vaciamiento de los espacios públicos que potencia los temores y la pérdida de las calidades urbanas. La violencia e inseguridad ciudadana pareciera afectar más a las mujeres. América Latina y el Caribe reporta más de la mitad de los 25 países con mayor incidencia de casos de feminicidio (Informe 2012 Small Arms Survey).

10. Que la trata de personas ha alcanzado proporciones alarmantes: entre 2007 y 2010 la ma-

yoría de las víctimas de trata de personas que se detectaron a nivel mundial eran mujeres. Las ciudades, no están ajenas a delitos globalizados como la trata de personas y específicamente, mujeres víctimas de trata por explotación sexual. El anclaje espacial de este delito internacional son las ciudades, que muchas veces con naturalidad son protagonistas de una forma de violencia que se reproduce día a día facilitada por un contexto social, legal y político que no toma como prioridad el combate a la trata.

11. Que en las ciudades son escenificadas complejas transformaciones estructurales traducidas, entre otras tantas consecuencias, en conflictos armados, desempleo, migración y violencia

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feminicida, situaciones experimentadas desde el entrecruce de las opresiones de raza, sexo y clase. El racismo y la cosificación patriarcal del cuerpo de las mujeres sigue amenazando su cotidianeidad.

12. Que los estilos de desarrollo global (basados en intereses macroeconómicos) afectan al

desarrollo local por los efectos e impactos en sus sistemas y recursos naturales como en la vida humana, donde nuevamente los más afectados son los grupos vulnerables como las mujeres, niños y niñas por el impacto en su salud, en la economía familiar, el acceso al agua segura, ambientes saludables e incluso migración forzada en calidad de desplazados.

13. Que la Declaración de Córdoba “Construyendo modelos para la igualdad” (2011) definió un eje específico en relación a la prioridad de políticas y estrategias que potencien la inclusión social en las ciudades, propiciando principios y acciones orientados a garantizar el derecho a la ciudad de las mujeres, el derecho a circular, trabajar y disfrutar las mismas. Esto demanda incorporar la planificación desde la perspectiva de género de las ciudades. 14. Y recuperando la Carta Internacional por el Derecho de las Mujeres a la Ciudad y las

aportaciones realizadas por quienes participaron en el Foro Virtual sobre “¿Qué ciudades para avanzar en el logro de la igualdad entre los géneros?” convocado por la Red Iberoamericana Por Agendas Locales de Género (UIM, julio de 2012).

LA II CUMBRE IBEROAMERICANA DE AGENDAS LOCALES DE GÉNERO: LAS CIUDADES DESDE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES

ADOPTAR la presente Declaración, fruto de reflexiones multidisciplinarias, multiculturales y el sentir de mujeres y hombres municipalistas participantes en esta II Cumbre.

INVITAR a los gobiernos locales Iberoamericanos, a las asociaciones nacionales, regio-

nales e internacionales de municipios, las asociaciones y redes de mujeres autoridades locales electas, los mecanismos nacionales de la mujer, las organizaciones de la sociedad civil, a las diversas instancias, y a hombres y mujeres comprometidos con la igualdad de género, a adherirse a la presente Declaración y promover políticas públicas y acciones concretas tendentes a hacer efectivos los principios, valores y postulados contenidos en la misma.

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Primero: Repensar las ciudades desde los derechos de las mujeres La organización, modelo y arquitectura de las ciudades, sus espacios y tiempos debe atender a las consideraciones de género, generacional e interculturalidad, y, sobre todo, a las necesidades específicas que surgen desde el ámbito privado. Una ciudad inclusiva desde el enfoque de género es aquella que, en primer lugar, manifiesta una clara voluntad política en sus distintos actores sociales y políticos de priorizar en la agenda pública temáticas y problemáticas de género, repensando acciones y políticas públicas que promuevan la igualdad de género. Una ciudad compatible para hombres y mujeres es aquella que flexibiliza, acoge, garantiza y amplía los servicios públicos, acercando los centros educativos de calidad, y así como puntos de asistencia sanitaria a las zonas habitacionales, ampliando las estaciones y horarios de transporte público, mejorando la infraestructura y la accesibilidad de los espacios urbanos y rurales, y creando redes de apoyo social y acceso al conocimiento para la conciliación de la vida público-privada, entre otras.

Segundo: Identificar los impactos diferenciados de la planificación territorial La incorporación de la perspectiva de género en la planificación de las ciudades demanda primeramente el análisis de las brechas de género cruzado con otras variables como clase, edad, etnia, raza, discapacidad, privación de la libertad, habitante de territorios ámbito rural/ urbano, con diversidad en su identidad u orientación sexual, condición de migrante, refugiada, desplazada, situación socioeconómica desfavorable, afectada por guerras, conflictos armados y en ese sentido, es imprescindible que los gobiernos locales, y sobre todo las instancias nacionales y regionales, promuevan la generación estadística desagregada, de modo de poder realizar un abordaje holístico y ajustado a las necesidades de sus ciudadanos y ciudadanas.

Tercero: Incorporar la perspectiva de género en las políticas de acceso al suelo, vivienda y

hábitat

El diseño habitacional y urbano debe reconocer las necesidades e intereses de las personas y las familias, con el fin de procurar facilitar los usos y roles que en función del género determinan la movilidad y el propio desarrollo de las personas. Junto a ello, es necesario que las políticas habitacionales flexibilicen el acceso y control sobre las viviendas por parte de las mujeres, a través del crédito, subsidios, y asistencia para la autoconstrucción, brindando la protección suficiente

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y garantía de permanencia en la vivienda o acogida en casos de violencia doméstica, viudez o en casos de madres jefas de hogar desempleadas, entre otras situaciones específicas.

Cuarto: mujeres

Propiciar la convivencia social, la movilidad segura y la ciudadanía activa de las

La fragmentación de las ciudades profundiza las expresiones de desigualdad, como lo es la propia violencia urbana que potencia la percepción de inseguridad ciudadana, restringiendo el disfrute y apropiación de los espacios urbanos, especialmente, por parte de las mujeres urbanas y la presencia, participación y uso de servicios públicos con calidad, oportunidad y calidez para las mujeres rurales. En este sentido, es preciso que:

A) La planificación física de los territorios diseñe espacios, iluminación y mobiliario urbano

respondiendo a las necesidades y usos de los vecinos y vecinas; considerando las rutas y tiempos de uso y tránsito que demandará además servicios de movilidad y transporte acorde que, en su conjunto, inspiren y garanticen entornos más seguros y libres de violencia.

B) Se incorpore la perspectiva de género en la problemática de (in)seguridad ciudadana destinada a la recolección, producción, registro, monitoreo y sistematización de datos e información sobre la violencia hacia las mujeres; como insumos permanentes para el desarrollo, implementación y gestión de políticas de políticas públicas tendientes a la prevención y erradicación de la violencia hacia las mujeres (ej. observatorios de violencias hacia las mujeres).

C) Los gobiernos municipales desarrollen políticas de prevención y atención de la violencia

de género, tanto la que se da en la esfera privada como en el ámbito público, incluyendo en el equipo especializado a policías sensibilizados/as y con perspectiva de género y modelos de desarrollo económico ex profeso para mujeres que viven violencia.

Quinto: Considerar el enfoque de género en la gestión ambiental de los territorios locales Los Gobiernos Locales no están exentos de los problemas ambientales y de sus efectos e impactos diferenciados en razón de género por cuanto deben:

A) Exigir a sus Estados o Gobiernos Nacionales, Políticas de mitigación ambiental contundentes, efectivos sistemas de control ambiental y Responsabilidad Social, como verdaderas

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acciones que mejoren la calidad de vida de la población en general y de los grupos vulnerables en específico.

B) Los gobiernos locales deben identificar el efecto e impacto de los tipos de contaminaciones

ambientales en la población y de manera direccionada en las poblacionales vulnerables (mujeres y niños/niñas) e implementar políticas locales que involucren a los actores responsables, en el marco de la Responsabilidad Social para asegurar el acceso al agua segura, a sistemas de salud direccionados a los problemas identificados por la contaminación ambiental, ambientes saludables y accesos a sus recursos naturales sostenibles.

Sexto: Promover la integración económica de las mujeres Es crucial reconocer, medir y valorar la contribución al desarrollo que realizan mayoritariamente las mujeres a través del trabajo reproductivo no remunerado y los servicios a la comunidad visibilizando sus costos en la disminución de oportunidades para el desarrollo personal de las mujeres y como fuente permanente de discriminación. Asimismo, es necesario medir y valorar la participación de las mujeres en los servicios que prestan a la comunidad como un conjunto de actividades que elevan la calidad de vida de la población. Junto a ello, se debe fomentar el empoderamiento económico de las mujeres y el desarrollo local a través de políticas de igualdad y lucha contra la pobreza que, sin estereotipos ni asignación de roles de género, permitan su inserción en el mercado laboral con programas productivos y actividades de capacitación que supriman la segregación laboral y las brechas salariales que discriminan a las mujeres. Asimismo, resulta necesario integrar políticas y programas públicos que fortalezcan las capacidades de las mujeres rurales e indígenas para mejorar sus habilidades para el emprendimiento económico y un mercado justo para sus productos.

Séptimo: Avanzar hacia la responsabilidad social de la economía del cuidado La división sexual del trabajo restringe y limita la igualdad de oportunidades para las mujeres, por lo que resulta insoslayable un mayor involucramiento de los hombres y el Estado en las tareas domésticas y de cuidado como parte de la convivencia familiar y la generación de una nueva cultura social. Por su parte, los gobiernos locales deben garantizar posibilidades de acceso a equipamientos y servicios de proximidad, de cuidado de niños y niñas y personas dependientes, comedores populares, centros de apoyo escolar, centros educativos y servicios de salud, entre otros, vinculados a rutas de transporte público.

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Octavo: Conciliar políticas de igualdad a partir de la diversidad La inclusión y la justicia social suponen no sólo igualdad de género a partir de las diferencias entre hombres y mujeres, sino también la necesidad de conciliar políticas de género que comprendan la diversidad social en función de la edad, estado civil, etnicidad, raza, religión, orientación sexual, cultura y diferencias socioeconómicas , que implican trayectorias, dinámicas y necesidades específicas desde distintas perspectivas, que promueva la sororidad y complementariedad entre las mujeres urbanas y rurales. Las ciudades deben ser, por tanto, construidas socialmente desde el respeto a la diversidad y diferencias afianzando la igualdad de derechos y oportunidades como el pilar para la convivencia democrática, pacífica, saludable y solidaria.

Noveno: Garantizar los derechos sexuales y reproductivos Independientemente de que en algunos países la salud reproductiva y sexual y/o ciertas áreas de intervención social no sean competencia directa de los gobiernos locales, la administración municipal tiene que animar a través de sus políticas sociales que en los centros médicos, así como las distintas unidades de bienestar social fomenten que la mujer pueda decidir libre y responsablemente sin verse sujeta a coerción, discriminación o violencia, en cuestiones tales como la elección de la pareja, la decisión de ser sexualmente activa o no, recibir educación sexual, decidir si tener hijos o no, y cuando, o viendo la maternidad como una opción y no como una obligación, entre otras.

Décimo: Garantizar la construcción colectiva e inclusiva de la ciudad El espacio local constituye el escenario idóneo para abrir espacios y reforzar procesos participativos e inclusivos a través del diálogo entre gobierno y sociedad civil, para la concertación, construcción y gestión democrática de la ciudad. Los gobiernos locales son, por excelencia, los instrumentos para promover la planificación y gestión participativa de las ciudades y la ciudadanía para promover y potenciar la cohesión social. En este sentido, es imprescindible facilitar la participación de las mujeres propiciando que intervengan y contribuyan de manera sustantiva como sujetos sociales y políticos en la toma de decisiones. A la vez, implementar actividades que promuevan la toma de conciencia del poder individual y colectivo, mediante la inversión de recursos en formación y capacitación ciudadana y con ello la generación de liderazgos participativos e incluyentes, que permitan a las mujeres impulsar propuestas para mejorar su actoría y reivindiquen su dignidad haciendo valer sus derechos como personas y ciudadanas.

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Décimo primero: Fortalecer los mecanismos municipales de género La agenda pública sensible al género se consolida cuando el enfoque de igualdad ocupa un lugar transversal y articulador de las políticas públicas; para ello resulta necesario fortalecer la institucionalidad y el liderazgo y capacidades para la exigibilidad y aplicación de los mecanismos municipales género, mediante su jerarquización y la asignación de presupuestos suficientes para llevar a cabo sus funciones y objetivos. Institucionalidad que se verá fortalecida en la medida en que se prevean instancias democráticas que atiendan las voces de las mujeres, en particular las de las mujeres organizadas a nivel de la comunidad, de las ONGs y especialistas que pueden aportar a mejorar las condiciones de vida en igualdad de oportunidades para mujeres y hombres. Los presupuestos sensibles al género y los presupuestos participativos con enfoque de género son herramientas imprescindibles para implementar, sostener y renovar las agendas públicas locales de género, y así también, resulta necesario implementarmecanismos de rendición de cuentas que promuevan la visibilización de indicadores locales o regionales y presupuestos sensibles a género, necesarios para hacer efectivas políticas con inclusión, equidad y justicia social.

Décimo segundo: Fortalecer la democracia y las acciones afirmativas de protección y garantía de los derechos políticos. La democracia se fortalece con la presencia equilibrada de mujeres y hombres participando en los asuntos públicos, y para lograrlo se requiere contar con marcos jurídicos que incluyan acciones afirmativas que garanticen condiciones de igualdad y trato en razón del género, tanto en la postulación de candidaturas a ocupar cargos de elección popular o puestos dentro de la administración pública municipal. Los gobiernos locales deberán revisar, formular y promover las reformas necesarias de armonización legislativa que garanticen que el principio de igualdad sustantiva y efectiva constituya un mandato, así como vigilar su cabal cumplimiento a través de la maquinaria institucional, redes y agentes sociales.

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Declaración final Por lo expuesto, exhortamos - a los Estados, a cumplir con sus compromisos en materia de derechos humanos de las mujeres a una vida libre de violencias por condición de género; y a garantizar que las políticas públicas que permiten que las mujeres sean partícipes del desarrollo de las localidades no se eliminen en los procesos de alternancia de los gobiernos, sino al contrario, sumar acciones y políticas que permitan en menor tiempo alcanzar la igualdad sustantiva. - a todas las personas, a la corresponsabilidad en la participación política fomentando el uso incluyente de la ciudad como espacio público y equitativo; - a los organismos competentes, a que adopten acciones concordantes con al decálogo suscrito, - y a los gobiernos locales, a distinguirse como la institución pública territorializada capaz de diseñar, implementar y renovar planes integrales y participativos, políticas y presupuestos que, desde el enfoque de género, articulen la ciudad y el territorio como un espacio compartido, de conciliación y construcción democrática de una mejor y más justa calidad de vida para todas y todos.

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POLICARPAS … Somos mujeres libres, decididas, autónomas, hemos decidido hacer nuestros propios lugares y nuestra propia historia, no la que nos impongan grandes hombres, sino la que reconozca nuestras necesidades, sueños y logros. Somos Policarpas, porque hemos decidido luchar por un mundo más justo, porque nacer, vivir y luchar por el barrio Policarpa, nos ha enseñado que la reivindicación de los Derechos Humanos es posible para todas y todos. Haber vivido las luchas de nuestro querido barrio es un mágico viaje de tristezas y alegrías, son muchos los recuerdos y las historias que las policarpunas hemos vivido por la defensa de nuestro barrio, nuestra historia, nuestra dignidad. Nuestra historia empieza desde nuestros pueblos, desde aquellos días donde tuvimos que salir desplazadas de nuestras tierras en busca de mejores condiciones para nuestras familias, esa es la principal razón de nuestra decisión. ¡SI! ¡NOSOTRAS LAS POLICARPUNAS! decidimos invadir el barrio Policarpa, en ese entonces un territorio baldío, decidimos que esa tierra baldía sería el territorio que aguardaría el crecimiento de nuestros hijos e hijas, la que fuera testigo de sus juegos y nuestros esfuerzos, ésta tierra acompañaría nuestras luchas, apoyaría nuestras protestas y hasta lloraría nuestros muertos. Éramos madres preocupadas por darle un mundo mejor a nuestros hijos e hijas, nuestros mal pagados empleos no nos permitían construir en nuestras familias una vida de esperanza y optimismo, les podíamos dar lo básico y eso, por eso la invasión, esa recuperación de tierra que reparaba simbólicamente nuestro desarraigo, sabíamos que nos iba permitir otras oportunidades. En éste camino de construcción de nuestro barrio las policarpas fuimos un estandarte imprescindible. Cuando ya habíamos invadido y armado nuestras casas de paroi, para cuidar nuestra conquista del derecho a la vivienda y con ello el bienestar, los compañeros y compañeras iban casa por casa gritando: -que salga el hombre de ésta casa, -que salga a construir las chambas para el acueducto, -hacer vigilancia, -a cargar agua... pero olvidaban que nuestros padres, hermanos, esposos y hasta hijos, algunos de ellos dirigentes, la violencia de estado y el conflicto social, político y armado de nuestro país no los había desplazado, algunos a tierras lejanas y lugares desconocidos, a otros al cielo, otros cuantos les había encerrado sus almas y cuerpos en las malditas cárceles de éste país, de otros simplemente pensamos lo peor, no teníamos cuerpo que llorar o cárcel que visitar, estaban desaparecidos. En fin… los hombres no siempre podían llevar a cabo esas funciones que la sociedad ha enseñado que es para machos, pero, nosotras les enseñamos que no hay cosas para hombres o mujeres, que nos construimos según nuestra historia, que las mujeres somos capaces y que no nacimos solo para parir y criar. Si las policarpas también echamos discursos en la plaza pública, nos enfrentamos con la policía, ayudamos a construir el salón cultural y la escuela. Las policarpas con nuestro esfuerzo día a día, reivindicamos a todas las mujeres de nuestro país y a nuestra heroína LA POLA.

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ESO SOMOS Pero las tristezas no se dejaron esperar no fue fácil mantener nuestra conquista, si, como olvidar todos los maltratos y abusos de la policía, como olvidar la estigmatización, como olvidar a nuestro muertos, como olvidar ese VIERNES ROJO, ese viernes donde escondimos a nuestros hijos e hijas debajo de las camas, mientras hombres y mujeres codo a codo nos defendíamos de esos soldados montados en sus caballos, para que no quemaran nuestras casas, para que no destruyeran nuestro sueño. Luchamos, los enfrentamos, pero la sangre y el llanto no paro de envolvernos esa noche, ese viernes rojo, no tenia consuelo, teníamos heridos, muertos y nos había destruido muchas de nuestras casas, nos quietaron a muchos hermanos y hermanas, ningún abrazo fue suficiente para alivianar esa noche nuestras almas…Como olvidar la muerte de Jaime Pardo, como olvidar los velorios de nuestros muertos en la carrera decima, como olvidar el diario con-vivir con las ocho tanquetas rodeando un barrio de cuatro cuadras de ancho por cinco de largo, los mil soldados requisando hasta niñas y niños... Pero no importa NOSOTRAS LAS POLAS nunca perdimos la esperanza, teníamos miedo claro que sí, pero no íbamos dejar mal a POLICARPA, nos quemaron muchas veces nuestro barrio, nuestras casas, y la muerte nunca nos dejo, pero, las ganas de seguir luchando y la decisión de exigir nuestros Derechos nunca la apagaron. Siempre Soñamos con una sociedad más justa, con mejores oportunidades y lo logramos con la construcción de nuestro barrio. Tenemos que seguir claro que sí, hoy nos queda recordar y seguir el ejemplo con amor, respeto y admiración de nuestras heroínas, aquellas que pisaron por primera vez ésta tierra, invadieron y le dieron vida a nuestro barrio, he hicieron sus casas de Paroi, aquellas que entre juegos y risas fueron testigas de éste heroísmos, que conformaron comisiones, hicieron basares y participaron en los reinados, las niñas y mujeres que ayudaron hacer su escuela hoy IED Jaime Pardo Leal, su salón CULTURAL Luis A Morales, su parque donde existe hoy un Monumento al Poeta José Martí, aquellas que prestaron guardia y que con el pasar de los años siguieron defendiendo ésta conquista, aquellas hijas, nietas y hasta bisnietas del barrio que pudieron estudiar en Cuba, la Unión Soviética, que pudieron criar sus hijos e hijas en este barrio, defender el acueducto, lograr no tener contadores de agua y seguir siendo un barrio de estrato dos, aquellas que formaron sus negocios y salieron adelante, aquellas que vivieron el genocidio de la UNIÓN PATRIOTICA, la defensa del hospital SAN JUAN, aquellas que salieron gracias a las enseñanzas de este querido barrio a defender la Universidad Pública, la salud, el empleo digno, a defender otros barrios, salieron a defender y luchas por lo derechos de TODAS las mujeres, salieron a enseñar que la exigencia de los derechos de todos y todas es sible. Gracias POLICARPAS.

Magda Yaneth Alberto Cubillos

Lic Psicología y Pedagogía Feminista joven, hija y habitante del barrio Policarpa

EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Dossier 221


EN OTRAS PALABRAS… rinde homenaje en estas Remembranzas a seis mujeres: Gilma Benítez quien dedicara su vida a la defensa de los derechos de las mujeres campesinas, cuya existencia se apagó después de una penosa enfermedad; Ana Angélica Bello, Adelinda Gómez y Alba Mery Chilito, integrantes de organizaciones sociales, comunitarias defensoras de los derechos humanos, víctimas de las diferentes expresiones de violencia ejercidas en el marco del conflicto armado; y a Emperatriz Romero, Wendy Yaneth Monroy y Sildana Maestre Maya, tres mujeres de diversas edades y procedencias, quienes en el curso de sus vidas vivieron otras múltiples expresiones del continuum de violencia, maltrato y discriminación que allanaron el camino hacia el feminicidio. Transcribimos extractos de noticias de prensa sobre estos tres casos. En la siguiente sección se registran otras noticias sobre estos delitos atroces que se cometen diariamente en campos y ciudades de nuestro país, de nuestra Latinoamérica y del mundo entero.

Documento público enviado por Judith Angulo vda. De Sánchez al Secretario del Concejo de Bogotá (1971) Fuente: Título Concejo de Bogotá, Archivo Distrital de Bogotá.

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Remembranzas EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Noticias En Otras Palabras... 223


En memoria de GILMA BENÍTEZ (1958 – 2014)

Marzo 25 de 2014. COMUNICADO DE PRENSA, Casa de la Mujer de Bogotá “…A ti te quiere el trueno, el rayo, la joven lluvia; y sobre todo la madre nube que es tu paño de lágrimas, en esta tierra esplendorosa donde sufres sordamente. Ya el ave de tu vuelo ha despertado, queriendo que tu vayas en pos del infinito libertario, remontando las montañas ... ¡Salud! … ¡Salud por siempre...!”

Luchó incansablemente como dirigente nacional de la Coordinadora Nacional Campesina, dirigente de la Marcha Nacional de Mujeres Campesinas, y del Congreso Nacional de Tierras, Territorio y Soberanía, fue vocera de la Campaña por la Dignidad Campesina e impulsó múltiples acciones de resistencia, movilización, e incidencia en contra de las políticas neoliberales, de extracción minero energéticas, de privatización de lo público; defendió los derechos de las víctimas del conflicto armado a la verdad, la justicia y la reparación. Fue cómplice de muchas luchas del movimiento de mujeres y feminista en el país. Hoy, queda honrar su lucha y trabajo, exaltar su memoria junto a la de muchas mujeres que han dejado en nuestros cuerpos, nuestras memorias y nuestra historia, enseñanzas de fuerza femenina y de demostración del poder de las mujeres para transformar la realidad que nos oprime. GILMA, desde la Casa de la Mujer, recordamos tus debates, tus posiciones, y propuestas. Te deseamos un buen viaje y nos solidarizamos con familiares, amigas y amigos, que hoy sufren tu partida.” 1

Fragmento del taller Adolfo Picota- de Dios Dado- Venezolano.

“GILMA BENÍTEZ, mujer, campesina y luchadora por los derechos de las mujeres del campo, ha partido de este plano y nos deja la tristeza de su ausencia, pero nos entrega sus luchas, su persistencia y terquedad para que en la memoria histórica de las colombianas, se recoja su legado y sus sueños de ver una nación que respete y valore el campesinado, la tierra y los territorios.

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1 Fuente: http://popularesydiversas.org/media/uploads/documentos/ comunicado_de_prensa_gilma_benitez.pdf (Videos de Gilma Benítez: https://www.youtube.com/watch?v=ioxd3 enZPYA&feature=youtube_gdata_player, http://vimeo.com/31276126


En memoria de ANA ANGÉLICA BELLO AGUDELO (1967-2013 )

la obligaron a desplazarse por el país varias veces. A principios de 2010, la oleada de amenazas y ataques a Angélica era tan preocupante que solicitó medidas de protección a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En abril de 2011, las autoridades colombianas le facilitaron dos guardias de seguridad armados y un vehículo blindado. Pero ninguna de estas medidas bastó para protegerla eficazmente. Porque Angélica murió el sábado 16 de febrero a las 10:50 de la noche en su domicilio de la ciudad de Codazzi, en el departamento de Cesar, al norte de Colombia.

“Angélica Bello, defensora de los derechos humanos colombiana, murió el 16 de febrero en circunstancias controvertidas. (…) Durante años, Angélica Bello, rara vez pasó un día sola —habría resultado, sencillamente, demasiado peligroso—. Una serie de amenazas contra Angélica a causa de su labor de ayuda a muchas sobrevivientes de violencia sexual —mujeres atrapadas en el largo conflicto armado de Colombia— significaban que resultaba demasiado peligroso para esta mujer de 45 años, madre de cuatro hijos, viajar sola. En 2000, unos paramilitares secuestraron y mantuvieron retenidas como esclavas sexuales a dos de sus hijas, que sólo quedaron en libertad tras intervenir Angélica personalmente. En noviembre de 2009, la propia Angélica se convirtió en víctima de abusos sexuales, cometidos presuntamente por paramilitares en venganza por su labor en materia de derechos humanos. La agresión se produjo tras haber recibido una serie de amenazas. Estas amenazas y agresiones

Según informaciones de algunos medios de comunicación locales, se disparó con el arma de uno de sus guardaespaldas. Las autoridades afirman que están investigando el incidente, después de que varias organizaciones de derechos humanos se cuestionasen si Angélica se habría suicidado. Sólo unos días antes de su muerte la habían amenazado y le habían ordenado que abandonase la zona en la que vivía. (…) Amnistía Internacional insta a las autoridades colombianas a llevar a cabo sin demora una investigación independiente sobre la muerte de Angélica Bello a fin de determinar todos los hechos sobre el incidente y garantizar que el colectivo de defensores de los derechos humanos de Colombia puede llevar a cabo su labor sin temor a sufrir represalias. Las autoridades colombianas deben tomar medidas contundentes a fin de garantizar que se brinda una protección eficaz que tenga en cuenta las necesidades específicas de su género—como apoyo psicosocial por parte de personal con la formación adecuada— a las defensoras de los derechos humanos que han recibido amenazas.”1 1 Fuente: http://www.amnesty.org/es/news/colombia-controvertidamuerte-defensora-derechos-humanos-oleada-amenazas-2013-02-26

EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Remembranzas 225


En memoria de ADELINDA GÓMEZ GAVIRIA (1977-2013 )

El 30 de septiembre de 2013, la defensora de derechos humanos y lideresa campesina Adelinda Gómez Gaviria fue asesinada en Almaguer, departamento de Cauca. Adelinda Gómez Gaviria trabajaba con el Proceso de Mujeres Maciceñas del Comité de Integración del Macizo Colombiano (CIMA). Tenía un papel activo en el Foro Minero y Ambiental en Almaguer, en el que participaron alrededor de 1.500 campesinos e indígenas. El 30 de septiembre de 2013, a las 20h30, mientras caminaba hacia su casa después de una reunión, Adelinda Gómez Gaviria y su hijo de 16 años fueron abordados por dos hombres desconocidos quienes les dispararon. Adelinda Gómez Gaviria recibió cinco impactos de bala que la mataron, y su hijo se encuentra ahora en delicado estado de salud en la Clínica La Estancia de la ciudad de Popayán.

226 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

Un mes antes de su homicidio, Adelinda Gómez Gaviria había recibido una llamada telefónica amenazante en la cual un desconocido le dijo, “Deje de joder con esa cosa de la minería, eso es riesgoso y se va a hacer matar.” El asesinato de la defensora de derechos humanos Adelinda Gómez Gaviria ocurre en un momento particularmente difícil para las mujeres del departamento de Cauca, sobre todo para las mujeres que ejercen la labor de defensa de los derechos humanos. El Observatorio de Derechos Humanos y DIH de la Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca ha registrado los homicidios de catorce defensoras de derechos humanos en Cauca durante este año, fundamentalmente en zonas rurales de Cauca. Ha denunciado doce amenazas de muerte contra defensores de derechos humanos, cinco de ellas contra mujeres. Front Line Defenders expresa su profunda preocupación por la familia de Adelinda Gómez Gaviria y todos los demás defensores/as de derechos humanos que trabajan con CIMA. Action Update Needed. Before taking further action on this case please contact info@frontlinedefenders.org for further information1

1 Fuente: http://www.frontlinedefenders.org/es/node/23951


MUJER CAMINO En memoria de ALBA MERY CHILITO PEÑAFIEL (1945–2013)

Mujer, eres camino abierto y trascendente, Camino de historia y de memoria, Camino con rostros inmortales, Camino construido con luchas y esperanzas. Mujer, eres camino regado de semillas, Camino con siembra de sueños y utopías, Camino de búsqueda incansable, Camino sembrado de amores y de luces. Mujer, eres camino donde brotan las raíces, Raíces de creencias, valores y culturas. Camino de historia convertida en canto, Camino de conquistas y de riesgos.

“(…) Alba Mery tenía bajo su responsabilidad y afecto a su nieto de 9 años de edad, era una lideresa comunal querida por las gentes del pueblo, hizo parte de la Asociación de Familiares de Víctimas de Trujillo, en el Valle del Cauca –AFAVIT, desde donde exigió garantías y respeto a los derechos de las mujeres y hombres de la comunidad (…) El día 7 de febrero, a las 8:30 de la mañana, Alba Mery Chilito sería también víctima de sangre tras su asesinato perpetrado por dos sicarios paramilitares que armados con armas de fuego llegaron hasta el lugar de trabajo de Alba (Parque Recreacional de Trujillo), e impactándola con tres proyectiles, la asesinaron (…) Hoy una nueva ola de asesinatos nubla la vida y la dignidad del pueblo de Trujillo, sus pobladores siguen resistiendo y construyendo comunidad. El Estado sigue sin brindar garantías y siendo permisivo con la violencia paramilitar”. FCSPP - Febrero 8/2013

Mujer, eres camino de oblación, Dolores, llanto y soledad vividos, Derrotas y conflictos asumidos, Camino de firmeza, en resistencia activa. Mujer, eres camino de reto y esperanza, Donde salen luceros, el sol y el arco iris, Donde las flores viven la nueva primavera, Camino de cambio, de vida y dignidad. Mujer, camino que transitas libre, Mujer camino con huellas imborrables, Mujer camino en dinamismo andando, Mujer AYER, HOY, MAÑANA Y SIEMPRE! Maritze Trigos Torres1

1 Fuente: http://www.comitedesolidaridad.com/index.php/noticias-2/ nacionales/428-asesinan-a-alba-mery-chilito-lideresa-del-municipio-de-trujillo

EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Remembranzas 227


En memoria de EMPERATRIZ ROMERO RODRÍGUEZ (1923-2013)1 “(…) El director de Medicina Legal, Carlos Valdés, reveló (…) que la mujer de noventa años de edad que fue asesinada el 24 de mayo de 2013 en Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá, en similares circunstancias a Rosa Elvira Cely, fue abusada sexualmente. (…) Agregó que ordenó a los peritos de medicina Legal realizar toda una serie de exámenes biológicos y de ADN, con el fin de encontrar nuevas evidencias que le permitan a los investigadores dar con los responsables de este atroz hecho. (…) Dos de las nietas de Emperatriz le contaron a la Fiscalía que ese 24 de mayo habían visitado a la mujer y Carlos Enrique se encontraba escuchando música a todo volumen. La anciana estaba haciéndole el almuerzo. Sus nietas la dejaron sola y cuando la volvieron a ver yacía sobre el piso de la residencia con los senos al aire y sin ropa interior. Una de ellas la cubrió con una manta al verla. Ya la dueña de la pensión —ubicada en el barrio Lucero Alto, en el sur de Bogotá— había sido testigo de la dantesca escena y había alertado a las autoridades. La necropsia indica que la mujer fue asesinada entre el mediodía y las dos de la tarde de ese 24 de mayo. La jueza del caso recordó que este crimen se produce año después del asesinato de Rosa Elvira Cely, quien fue abusada, torturada y empalada en el Parque Nacional, en Bogotá, entre el 23 y el 24 de mayo del año pasado por un hombre que ya había asesinado antes: Javier Velasco Valenzuela. Cely murió una semana después por culpa de las heridas. Un año después, una mujer es víctima una 1 Fuentes: http://www.elespectador.com/noticias/judicial/emperatrizuna-rosa-mas-articulo-425182 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12836005 http://www.rcnradio.com/noticias/mujer-de-90-anos-asesinada-enbogota-fue-abusada-sexualmente-medicina-legal-68288http://www. rcnradio.com/noticias/el-nieto-seria-el-responsable-de-asesinar-suabuela-de-90-anos-68328 http://www.rcnradio.com/noticias/mujer-de-90-anos-asesinada-enbogota-fue-abusada-sexualmente-medicina-legal-68288

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vez más de la sevicia y la crueldad, y del empalamiento, una práctica propia de la barbarie. Hace un año se hicieron varias manifestaciones para que no se presentara una Rosa Elvira más. Este nuevo crimen vuelve a prender las alarmas.”

En memoria de WENDY YANETH MONROY TORRES (1992–2014)2 El 10 de mayo de 2014, día de la madre, un hombre asesinó brutalmente a su compañera sentimental en presencia de sus tres hijos. La mujer, de 21 años, fue agredida en tres ocasiones de manera letal lo cual le causó la muerte. El hombre llegó hasta la vivienda donde la mujer se encontraba, subió por la ventana, caminó por los techos, accedió al patio, rompió una de las puertas y salió corriendo detrás de la mujer decidido a asesinarla. (…) Ella, en medio de su desespero, intentó huir, pero fue alcanzada por el hombre quien le propinó tres puñaladas que le produjeron la muerte en el Hospital de Meissen, a donde alcanzó a llegar con vida. (…) La joven llevaba dos semanas escondida para evitar ser golpeada nuevamente por su pareja.

2 Fuentes: http://www.noticiascaracol.com/nacion/video-323245-mujer-fue-asesinada-delante-de-sus-tres-hijos-su-companero-sentimentalhttp://www.pulzo.com/crimen/134451-se-entrego-hombreque-habria-asesinado-su-pareja-frente-su-tres-hijos


En memoria de SILDANA MAESTRE MAYA (1972-2014)

Tras permanecer 34 días en grave estado de salud, luego de haber recibido un impacto de bala en la cabeza por parte de su esposo Ricardo Molina Araújo, Sildana Maestre falleció el miércoles 28 de mayo de 2014 en la Clínica del Country. Según el parte médico del centro asistencial, la paciente ya tenía muerte cerebral. De un tiro en la cabeza, Ricardo Molina Araujo, hijo de la extinta ministra de

Cultura, Consuelo Araújonoguera, hirió de gravedad a su esposa, Silvana Leonor Maestre Maya, en la madrugada del 25 de abril en su residencia del barrio Novalito, al norte de Valledupar. Al parecer Ricardo Molina llegó a su casa en estado de embriaguez, y tras una discusión con su compañera, accionó su arma, al parecer de manera accidental, impactando a su mujer. Según conoció EL HERALDO, Molina disparó y la bala rebotó en una de las paredes alcanzando a la mujer de 42 años de edad, contadora pública y empleada del poder judicial. Hermes Alfonso Maestre, hermano de la mujer, señaló que “ella ya fue operada quirúrgicamente, está en la Unidad de Cuidados Intensivos, pero su estado es grave”. El mayor Julián Jiménez, comandante de la estación de Policía en Valledupar, dijo que “se generó una discusión entre la pareja, al parecer el hombre disparó y la bala impactó en su mujer. Estamos investigando”. La tragedia empaña a esta familia, que es la encargada de la organización del Festival de la Leyenda Vallenata, evento que en los últimos días ha estado en medio de una polémica por la realización de un espectáculo alterno por parte de la Gobernación del Cesar, la noche final del evento. Ricardo Molina Araújo está a disposición de la Fiscalía.1

1 Fuentes: http://www.elheraldo.co/cesar/hijo-de-consuelo-araujohiere-de-gravedad-su-esposa-en-valledupar-150447 http://www.elespectador.com/noticias/nacional/murio-nuera-deconsuelo-araujo-noguera-articulo-495230 http://www.radioguatapuri.com/2011-07-25-15-55-35/item/20757falleci%C3%B3-sildana-maestre-maya

EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Remembranzas 229


Postal enviada por la colombiana María Helena Bernal desde Paris-Francia a su padre residente en Douala, Camerún (1968). Archivo familiar: Sánchez Bernal. Fotografía: Mónica Sánchez Bernal (2014)


Noticias En Otras Palabras... EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Noticias En Otras Palabras... 231


Noticias En Otras Palabras...

La Secretaría Distrital de la Mujer, un verdadero logro para la ciudad1

Una Bogotá que realmente pueda llamarse HUMANA, DEMOCRÁTICA Y CIVILIZADA no puede ser discriminatoria y violenta contra las mujeres. La realidad demuestra que la sociedad que vive en Bogotá discrimina a las mujeres por diferentes razones que van desde lo económico y geográfico hasta lo religioso y sexual. En este contexto se hacía urgente la constitución de la Secretaría Distrital de la Mujer, lo cual es un “espaldarazo” a la garantía de los derechos de las mujeres, es un hecho político que transforma a Bogotá porque cuando se violenta o discrimina a una mujer, se está violentando y discriminando a más de la mitad de la humanidad, a más de la mitad de quienes viven en Bogotá. La creación de la Secretaría Distrital de la Mujer le da paso a una institución que se incorpora a la lucha histórica que han librado pacíficamente las mujeres en defensa de sus derechos.

E

l alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro Urrego, le cumplió a la ciudad al crear la Secretaría Distrital de la Mujer mediante la cual se busca garantizar la igualdad de las mujeres que habitan en Bogotá y erradicar cualquier tipo de discriminación y violencias basadas en género. Así, AVANZAN LAS MUJERES, AVANZA BOGOTÁ!

1 http://www.bogotahumana.gov.co/index.php/2012-01-04-20-4615/2012-07-16-16-44-18/secretariadelamujer

232 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

Este es un logro para todas y todos porque si se logra prevenir y enfrentar la violencia contra las mujeres, estaremos construyendo una sociedad bogotana realmente justa, equitativa y por supuesto HUMANA. El compromiso de la nueva Secretaria Distrital de la Mujer, Martha Lucía Sánchez Segura, es no sólo con las mujeres, también lo es con la ciudad, la Constitución y el país.


Martha Lucía Sánchez Segura es socióloga y magíster en Ciencias Económicas, experta en temas de políticas de género y ha sido posesionada como primera Secretaria Distrital de la Mujer.

Plan Piloto: “Mujeres seguras en Transmilenio”

E

l 7 de marzo de 2014, en el marco de la conmemoración del Día internacional de los derechos de las mujeres, en la ciudad de Bogotá, y con el ánimo de contrarrestar la violencia física y sexual contra las mujeres en el sistema masivo de transporte, se puso en marcha por parte de la Secretaría Distrital de la Mujer, la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte y TransMilenio, un plan piloto que consistió en la destinación de un vagón preferencial optativo para mujeres, en cada bus de la ruta F23-J23, que conecta el occidente de la ciudad con el centro, en las Horas Valle. De acuerdo con el monitoreo realizado al piloto, los días 7 - 10 de marzo y 20 - 21 de marzo, se observó que la medida es aceptada por el 78% de las y los ciudadanos. De igual forma se presenta un incremento en la proporción de mujeres que afirmó no sentirse temerosa al hacer uso del TransMilenio al pasar del 41% en el primer sondeo al 45% en el segundo; en el caso de los hombres pasó del 57% al 62% respectivamente. (Observatorio de Mujeres y Equidad de Género de la Secretaría de la Mujer y el Observatorio de Culturas de la SCRD de Bogotá). La Sentencia de Tutela 35 de 2014, proferida por el Juzgado 23 Penal Municipal, resolvió que no existe violación al derecho a la igualdad de las personas del género masculino en el piloto de “vagones de uso exclusivo optativo” para las mujeres en el TransMilenio, al concluir que la medida responde a “un trato diferencial” originada por la gravosa situación de violencias contra las mujeres; “es necesario que la administración distrital establezca esta

clase de medidas en pro de la garantía de la dignidad de la mujer en el sistema” TransMilenio. La sentencia ratifica las consideraciones de la Corte Constitucional colombiana, en relación con las ACCIONES AFIRMATIVAS, que se implementan “con el propósito de mermar el efecto negativo de las prácticas sociales que han colocado a [esos] ciertos grupos en posiciones desfavorables”. Atendiendo a los importantes resultados obtenidos durante el piloto, la Administración Distrital de la Bogotá Humana, anuncia las siguientes medidas: - Habrá continuidad de la Acción Afirmativa de vagón preferencial optativo para mujeres en horas valle, en la ruta F23-J23. - Inicia la medida de vagón preferencial optativo para mujeres en la ruta C71- G71 que sale del Portal de Suba a la estación Santa Isabel, conectando el noroccidente y sur de la ciudad, cuyo horario de operación es de 9:30 a.m. a 4:00 p.m. y de 8:00 p.m. al cierre. - Se realizarán dos monitoreos en esta nueva ruta, con los mismos instrumentos de indagación utilizados en el pilotaje anterior. - Se entregará a la ciudad el primer reporte comparativo de la implementación de la medida en las dos rutas, la primera semana de junio. La Secretaría Distrital de la Mujer seguirá trabajando para promover las condiciones de igualdad efectiva y material para las mujeres de la ciudad, como parte de las responsabilidades con la construcción de una Bogotá más humana para todas y todos. ¡Avanzan las mujeres, avanza Bogotá! Martha Lucía Sánchez Segura Secretaria Distrital de la Mujer1 1 Fuente: http://www.sdmujer.gov.co/index.php/component/content/ article/2-uncategorised/234-nueva-ruta-con-vagon-preferencial-op-

EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Noticias En Otras Palabras... 233


Fallece RITA LEVI-MONTALCINI

R

ita Levi- Montalcini, imagen de 2008. / (Cristóbal Manuel)

la imperfección es un acicate para mejorar, para superarse. De origen judío sefardita, siempre fue “libre y responsable”, como define la Unesco a las personas educadas, y actuó en virtud de sus propias decisiones. Su vida en Italia tuvo que soportar las amenazas y envites del fascismo. En 1943 vivió clandestinamente en Florencia, regresando a Turín en 1945, al término de la guerra.

A los 103 años falleció uno de los personajes contemporáneos más sobresalientes: Rita Levi-Montalcini, premio Nobel de Medicina, neurocientífica, residente por muchos años en Estados Unidos, donde realizó buena parte de su labor investigadora. Nacida en Turín, en 1909, su hermana gemela Paola falleció en el año 2000. En 1936 se graduó en Medicina y Cirugía, especializándose después en Neurología. Deja una obra científica extraordinaria, pero es más importante todavía lo que su vida representa como ejemplo, como persona comprometida, valiente y serena, actuando siempre a favor de la equidad de género, de la igual dignidad de todos los seres humanos. Dio a sus memorias el título de Elogio de la imperfección. En ellas analiza las razones que le llevaron a adoptar decisiones que, a la luz del tiempo transcurrido, juzga serenamente. La consciencia de

tativo-para-mujeres

234 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

Dos años más tarde inició su gran carrera científica en Missouri, en la Universidad Washington de Saint Louis, con el bioquímico profesor Viktor Hamburguer, trabajando con el tejido nervioso del embrión de pollo. En 1959 fue nombrada profesora titular de dicha universidad, permaneciendo en EE.UU. hasta 1969. Durante esos años, su investigación neurológica se realizó en colaboración con el profesor Stanley Cohen, con quien compartió el premio Nobel por el descubrimiento del factor de crecimiento neuronal en 1986. Rita, que conocía el cerebro mejor que nadie, repetía que no quería seguir viviendo cuando el suyo dejara de funcionarle eficientemente. Contribuyó de forma decisiva a esclarecer cómo crecen y se renuevan las neuronas. En 1979 tuve el honor de presidir el jurado que le concedió —casi con los mismos votos que los que obtuvo Jean Dausset, quien sería también premio Nobel de Medicina poco después (1980)— el Premio Internacional de Medicina Saint Vincent. Nunca olvidaré la entrevista que a este respecto mantuve con el entonces presidente de Italia, Sandro Pertini. ¡Qué personajes ambos! En 1994 creó una fundación que ha presidido hasta su muerte, dedicada a prestar ayuda para la educación, a todos los niveles, de mujeres jóvenes, especialmente en África. Se inspiró, como tan bien


describe en su libro Las pioneras, en “las mujeres que cambiaron la sociedad y la ciencia a través de la historia”. Sus únicos méritos, decía, han sido la “perseverancia y el optimismo”. Nunca se jubiló. “El cuerpo se arruga”, comentaba, “pero no el cerebro”. Y la inacción, el desencanto, la desmotivación, “arrugan” el cerebro. En 1993 apareció su libro Tu futuro dirigido a los jóvenes. Lo dedicó a sus hermanas Nina y Paola “en recuerdo del porvenir que habíamos previsto y soñado juntas en nuestra lejana juventud”. Nadie posee la piedra filosofal, escribe, pero sí la experiencia que proporciona la facultad creadora que distingue a todo ser humano. Los principios éticos deben dirigir el comportamiento. “Espero poder ayudar a los adolescentes para que sean capaces de hacer frente a estas etapas tan decisivas y delicadas de su camino, cuando se preparan para una confrontación directa con la vida”. ‘El mundo debe inventarse’ es el título de uno de los capítulos de este libro. Hoy los jóvenes ya tienen acceso al conocimiento de lo que sucede en el mundo en tiempo real. Al adquirir esta visión global nos damos cuenta de lo que debe cambiarse y lo que debe conservarse. En el capítulo ‘Cara a cara contigo mismo’, Rita anima a plantearse las preguntas esenciales, a no seguir el precioso verso de José Bergamín, que me gusta repetir: “…me encuentro huyendo de mí cuando conmigo me encuentro”. Las aportaciones científicas de Rita Levi-Montalcini han sido fundamentales para el mejor conocimiento de la fisiopatología del cerebro. Pero sus aportaciones humanas son igualmente relevantes. Se ha hecho invisible, pero no se ha ausentado. Su estela seguirá iluminando los caminos del mañana. Federico Mayor Zaragoza. Profesor de Bioquímica en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.2

Muere DORIS LESSING

Imagen tomada de: http://revistaojo.com/2013/11/18/lessing-la-reflexionfemenina/the-author-doris-lessing-006/

L

a escritora Doris Lessing ha fallecido a los 94 años. Recibió el Nobel de Literatura en 2007 por una obra que “supo capturar lo esencial y la épica de la experiencia femenina, que con escepticismo, fuego y poder visionario ha sometido a una civilización dividida al escrutinio”. Una narradora, poeta, ensayista e intelectual comprometida con la vida y la literatura en una búsqueda entrelazada a través de una obra con una estética que bien podría ser clásica o de fragmentación posmoderna. Autora prolífica con más de medio centenar de libros, Lessing, nacida en 1919 en Kermanshah, Persia (actual Irán), practicó casi todos los géneros literarios, desde los 15 años. Es conocida por El cuaderno dorado (1962), obra cumbre de la literatura feminista y de la narrativa fragmentaria postmoderna. Lessing fue galardonada con numerosos premios, entre ellos el Nobel de Literatura en 2007 y el Príncipe de Asturias (2001). África, Inglaterra, la mujer, las dudas existenciales y las contradicciones del ser humano tienen un papel esencial en su escritura. Calificada como una escritora feminista y militante de izquierdas, Lessing trascendió las etiquetas al hacer visibles temas y problemáticas que tocan a todos los individuos al margen de géneros, ideologías y lugares.

2 Fuente: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/12/30/actualidad/1356885109_735814.html

EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Noticias En Otras Palabras... 235


Nació en Irán en 1919, cuando todavía era Persia y bajo el nombre de Doris May Tayler. Pasó su infancia y juventud en Rhodesia (ahora Zimbabue). Allí empezó a leer libros que su madre le compraba por catálogo. Se independizó a los 15 años y empezó a publicar cuentos en revistas sudafricanas. A los 31 años se fue a Londres con su tercer hijo, dejando atrás dos matrimonios, para empezar su carrera como escritora con Canta la hierba (1950). Fue miembro del Partido Comunista británico hasta 1954, cuando lo abandonó llevada por la decepción. Autora de libros como Instrucciones para un descenso al infierno, Memorias de una superviviente o La buena terrorista, su obras reflejan su pasión y lucha por la libertad, las injusticias generadas por las razas y comprometida con las causas del Tercer Mundo. Su vena cuentística se aprecia en el volumen Las abuelas y la autobiografía en títulos como Dentro de mí y El viento se llevará nuestras palabras3. Winston Manrique Sabogal

Fallece NADINE GORDIMER, Nobel de literatura

L

a escritora sudafricana, galardonada en 1991, fue una de las voces más poderosas en la lucha contra el apartheid.

Foto: Efe. Imagen de archivo de febrero del 2010 de la escritora surafricana y premio Nobel deLiteratura, Nadine Gordimer, en La Habana, Cuba.

3 Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2013/11/17/actualidad/1384699418_834154.html

236 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

La escritora sudafricana Nadine Gordimer, premio Nobel de Literatura en 1991 y una de las voces más poderosas en la lucha contra el apartheid, falleció el domingo 8 de junio de 2014 a los 90 años, indicó el lunes el gabinete de abogados Edward Nathan Sonnerbergs. Nadine Gordimer falleció apaciblemente mientras dormía, en su residencia de Johannesburgo, precisó la firma en un comunicado de la familia. Esta mujer calurosa, de la comunidad anglófona blanca, desbordante de amor por su tierra, encarnaba la conciencia literaria sudafricana. Su obra se compone de unas 15 novelas, unos 200 cuentos y numerosos ensayos y críticas. Muchas de sus obras estuvieron prohibidas durante largo tiempo por el régimen del apartheid. Nadine Gordimer se comprometió activamente en la lucha contra la segregación racial después de la detención de una amiga cercana en 1960. En esos años adhirió al Congreso Nacional Africano (ANC), prohibido en ese entonces, y ayudó a militantes buscados por la policía.4

El Cairo + 20: Montevideo – Nueva York 20 años después…5

L

a IV Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) que se llevó a cabo en El Cairo, en 1994, marcó un hito en materia de derechos sexuales y reproductivos y en asuntos de población. Su valor radicó en presentar una perspectiva holística y transformadora del tema de población en cuanto a la protección del medio ambiente, la erradicación de la pobreza y la violencia, el mejoramiento de la condición de la mujer, la defensa de la salud integral y de la salud sexual y reproductiva en particular, incluyendo el abordaje del aborto inseguro, las necesidades de adolescentes, la prevención del VIH/SIDA, entre otros. Así mismo, enfocó a las mujeres como 4 http://www.elespectador.com/noticias/cultura/fallece-nadine-gordimer-nobel-de-literatura-articulo-504220 5 Noticia elaborada por Ana Cristina González Vélez


sujetas de derecho con autoridad moral y capacidad para autodeterminarse en todo lo relativo a su vida, sexualidad y reproducción, entendiendo éstas como un componente central del desarrollo de los pueblos. A partir de esta Conferencia, se formuló el Programa de Acción de El Cairo, un marco de acciones a 20 años adoptado por 179 países que en un principio debía culminar en septiembre del presente año. Sin embargo, en el 2010 la Asamblea General de Naciones Unidas, mediante la resolución 65/234 extiende el Programa más allá de 2014 y solicita al Fondo de Población de las Naciones Unidas -UNFPA- llevar a cabo un proceso de revisión operativa para establecer el grado de implementación del Programa de Acción de El Cairo y presentar un informe global y regional con los avances y retos más allá de 2014. Desde el 2012, se inició la revisión y se llevaron a cabo negociaciones en los niveles regionales. En América Latina y el Caribe, la culminación del proceso de negociación tuvo lugar el año pasado en la ciudad de Montevideo, Uruguay. El resultado fue un acuerdo regional denominado Consenso de Montevideo. Dicho consenso, producto de un trabajo de incidencia organizado, articulado y permanente de la sociedad civil, recoge el compromiso de 38 países de la región por garantizar una efectiva implementación del Programa de Acción de El Cairo y por avanzar en temas prioritarios como las necesidades de niños, niñas y adolescentes, el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, y la igualdad de género; así mismo, y como avances sustantivos, reconoce la laicidad como principio fundamental de la democracia, y los derechos sexuales y los derechos reproductivos como dimensiones independientes, en cuyo cumplimiento es necesario tomar medidas para evitar

el aborto inseguro y por esta vía salvaguardar la vida de las mujeres y adolescentes. Por supuesto, este proceso se ha desarrollado en medio de las presiones de los sectores religiosos y ultraconservadores de todas las latitudes, para quienes los derechos humanos, y en particular los derechos sexuales y reproductivos no son válidos ni reconocidos como elemento central del respeto por la dignidad humana. Prueba de ello, el resultado de la Sesión 47 de la Comisión de Población y Desarrollo, realizada el pasado mes de abril en la ciudad de Nueva York; una sesión de balance global preparatorio para la formulación de la Agenda más allá de 2014, que estuvo altamente influenciada por las presiones de los sectores religiosos, sobre todo del Vaticano, los países árabes y africanos, cuyo resultado quedó plasmado en una resolución que si bien no retrocede en relación con el Programa de Acción formulado en 1994, tampoco avanza hacia un horizonte de mayor reconocimiento y garantía de los derechos de las personas. No obstante, el Programa de Acción de El Cairo y su proceso de revisión a 20 años de ser formulado, representan un reto para los países, pues es una apuesta por fundamentar los modelos de desarrollo en el marco de los derechos humanos, lo que se traduce en reconocer la dignidad de los seres humanos y especialmente de las mujeres como elemento central del desarrollo sostenible. En todo este proceso corresponde a la sociedad civil, y en particular a las mujeres demandar de manera efectiva el cumplimiento de los acuerdos internacionales y exigir a los gobiernos medidas que permitan un goce efectivo de sus derechos sexuales y reproductivos, pues solo así se materializan los principios democráticos que reconocen la libertad y autonomía de los ciudadanos y las ciudadanas.

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Sancionada la Ley 1719 de 2014 (18 de junio)

P

or la cual se modifican algunos artículos de las Leyes 599 de 2000, 906 de 2004 y se adoptan medidas para garantizar el acceso a la justicia de las víctimas de violencia sexual, en especial la violencia sexual con ocasión del conflicto armado, y se dictan otras disposiciones. Con la sanción por el presidente Juan Manuel Santos de la ley que garantiza el acceso a la justicia de las víctimas de violencia sexual con ocasión del conflicto armado, estas conductas empezaron a ser consideradas como delito de lesa humanidad. Esto quiere decir que no tienen un término en el tiempo para ser investigados y sancionados, o mejor, siempre los victimarios serán perseguidos por la justicia. (…) Pero también le crea la obligación al aparato judicial de que en todo momento deberá investigar y en lo posible castigar a los victimarios. La ley protege en especial a las mujeres, niñas, niños y adolescentes que se encuentren en zonas de conflicto. “La justicia siempre podrá investigar y condenar a los autores de estos crímenes”, precisó el presidente Santos durante el acto de sanción de la ley. La norma, que es un complemento de la ley de víctimas y de restitución de tierras, les da la categoría de imprescriptibles a delitos como esterilización, embarazo, desnudez y aborto forzados “en persona protegida”. En este caso se refiere a las mujeres que se encuentren en zonas de conflicto. Otro paso importante que da la ley es que la carga de la prueba (la responsabilidad de demostrar que se cometió el hecho punible) recaerá sobre los organismos del Estado que investiguen los casos y no sobre las víctimas. Este principio –que está en la ley de víctimas– obliga a la justicia a presumir la credibilidad del testimonio de la persona afectada, en especial si se trata de un menor de edad. Y los organismos de investigación deberán utilizar técnicas “de alta calidad para la obtención de pruebas

238 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

sin ser degradantes para la víctima y minimizando toda intrusión en su intimidad”. La norma, de acuerdo con el Presidente, “es para decirles a todas esas víctimas que estamos de su lado y no del lado de los victimarios, y que el Estado y la sociedad haremos lo que esté en nuestras manos para evitar esta violencia”. El Presidente informó que –a la fecha– hay 4.672 mujeres reconocidas como víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto y que de ellas ya se han indemnizado 2.095 con un monto de 37.700 millones de pesos. Sin embargo, el jefe de Estado reconoció que “hay un sub-registro”, porque no todas las personas golpeadas por estas conductas denuncian. “Si estamos decididos a terminar este conflicto, a parar la guerra, es porque queremos recuperar no solo la tranquilidad, sino también la dignidad y la humanidad de los actos de nuestros compatriotas”, precisó Santos. La norma fue impulsada en el Congreso, entre otros, por los representantes Ángela María Robledo (Alianza Verde) e Iván Cepeda (Polo Democrático). A la firma asistieron varios congresistas y organizaciones de mujeres. El articulado de la ley también establece que la violencia sexual debe ser castigada con igual severidad, sin importar el victimario. Y en el caso de que el responsable sea un integrante de la Fuerza Pública, este no deberá responder ante la jurisdicción castrense, sino ante la ordinaria. En el texto de la norma también se aclara que el Estado deberá proteger a las mujeres víctimas de violencia sexual, así no hayan denunciado sus casos. Esto también incluye, por supuesto, la atención “prioritaria” en el sector salud.6

6 Fuente: EL TIEMPO, 18 de junio de 2014 http://www.eltiempo.com/politica/gobierno/ley-da-dientes-a-jueces-para-castigar-violencia-sexual-en-el-conflicto/14140175


Premios Mujeres de Éxito 2013*

D

espués de un proceso de más de cinco meses, la Fundación Mujeres de Éxito, en el marco de Colombia Responsable realizó el 15 de

Categoría

agosto la Noche de Gala de la Quinta Versión del Premio Mujeres de Éxito. Evento que premia a las mujeres que por su vocación, talento y compromiso se han hecho merecedoras a este galardón en cada una de las diez categorías.

Primer puesto

Segundo puesto

ARTÍSTICA

Emilia Eneyda Valencia Murrain

Diana Carolina Montenegro García

Asociación de Mujeres Afrocolombianas AMAFROCOL

Guionista, directora, productora de cine y realizadora audiovisual

POLÍTICA

Política y economista Alcaldesa de Barranquilla Lidera la Feria Viva

Experta en Gerencia Social, Planeación y Direccionamiento Estratégico, lidera el Observatorio de Mujeres y Asuntos de Género del Departamento del Atlántico

Josefina Klinger Zúniga

Aida Patricia Moya Rojas

Elsa Margarita Noguera de la Espriella

SOCIALCOMUNITARIA EMPRENDIMIENTOS RURALES

Gestora social y ecoturística Fundadora Fundación Mano Cambiada

Stybaliz Maideth Castellanos Giovanni

Fundadora Corporación Colectiva de Mujeres Proactivas de Bogotá

María Amparo Jaramillo Trujillo

Lizbeth Omira Bastidas Jacanamijoy

Mujer cafetera de tradición, Consejos participativos de mujeres en Caldas

Lideresa Inga, Antropóloga e investigadora

FUERZA PÚBLICA

Diana Constanza Torres Castellanos

Sara Edith Moreno Mazo

Mayor y piloto de la Policía Nacional Gerencia Dirección Antinarcóticos Nal.

Capitán de navío de la Armada Nacional y oftalmóloga

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Alba Marina Cortés Prado

Alba Alicia Trespalacios Rangel

Doctora en Ciencias agronómicas Directora de Centro de Biotecnología y Bioindustria de Corpoica

Bacterióloga y Laboratorísta, del grupo de Gastroenterología de Baylor College of Medicine, Houston-Texas

ECONÓMICAEMPRESARIAL

Ruth Georgina Vargas García

Adriana María Alonso Rozo

Ingeniera Industrial, Fundadora Mujeres Empresarias Marie Poussepin

Directora regional de ICONTEC Antioquia, Chocó y Efe Cafetero

COLOMBIANAS EN EL EXTERIOR

Adriana Ocampo Uria

Liliana Angarita

Científica Geoespacial de la Nasa Lideresa programa Nuevas Fronteras

Directora del Centro Comunitario CRIO en Toronto Ontario

Mildred Carolina Pineda Echeverry

Mariana Pajón Londoño

DEPORTIVA

EDUCATIVA

Futbolista Fundadora Club Deportivo Atlas

Reconocimiento Emérito

Ciclista piloto de BMX, múltiple campeona mundial de Bicicrós

María Aurora Carrillo Gullo

Ana Rita Russo de Sánchez

Psicóloga y Educadora especializada en alfabetización y cultura escrita Programa “Transformemos Educando”

Psicóloga, phd en Filosofía y Ciencias de la Educación. Programa Psicoafectivo “Pisotón”

* Tomado de: http://www.fmujeresdeexito.org/ganadoras.html

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Selección de noticias de prensa. Cronología enero 2013-mayo 2014 2013 Enero

-Cecilia Orozco, directora de Noticias Uno, recibe el premio de periodismo CPB a la independencia del noticiero. Asimismo, recibe el premio India Catalina al mejor noticiero nacional.

-Es sepultada la destacada científica Rita LeviMontalcini, cuya muerte ocurrió el 30 de diciembre de 2012; obtuvo el Premio Nobel de Medicina y Biología en 1986.

-Piedad Córdoba y el Movimiento colombianas y colombianos por la paz, junto con la Cruz Roja Internacional, son garantes de la entrega de los policías y el soldado secuestrados por las Farc.

-Hillary Clinton se retira el 20 de enero del cargo de secretaria de Estado de los Estados Unidos.

-El 16 de febrero aparece muerta en su casa de Valledupar Angélica Bello, destacada líder de la Fundación Nacional Defensora de los derechos humanos de la mujer. Pilar Rueda, defensora del Pueblo delegada para las mujeres, exige una investigación a fondo de las causas de su extraña muerte.

-Martha Lucía Sánchez Segura es nombrada como la primera Secretaria Distrital de la Mujer en la Alcaldía Mayor de Bogotá D.C.

Febrero -El 8 de febrero, en Trujillo, Valle, es asesinada Alba Mery Chilito, de 63 años, líder de las víctimas de la masacre ocurrida hace más de veinte años en ese municipio. -Toma fuerza en el país la tendencia a parir en casa, con la ayuda de comadronas. -Dos mujeres judías, Hilda Demner y Estela Goldstein, publican el libro ‘Sobrevivientes del holocausto’, con testimonios de víctimas que se refugiaron en Colombia.

240 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

-Retratos de familia, documental de Alexandra Cardona sobre los llamados falsos positivos de Soacha, cuyas protagonistas son las madres de los desaparecidos, tuvo la más exitosa aceptación en el festival de cine de Cartagena; la música es de Andrea Echeverri. Recibe el 14 de marzo el premio del Instituto Catalán Internacional para la Paz en Barcelona. -Se conmemoran veinte años del asesinato de la niña de 9 años Sandra Catalina Vásquez Guzmán en la Estación de Policía de Germania, sin que haya habido ninguna reparación a su madre. El asesino solo pagó 10 años de cárcel.


-El 28 de febrero cumple 50 años el Mambo-Museo de Arte Moderno de Bogotá; fundado por Marta Traba y dirigido desde 1969 por Gloria Zea. -El campeón olímpico Oscar Pistorius es acusado de asesinar a tiros a su novia, la modelo Reeva Steenkamp. -Cumple un año de actividades la Unidad de Atención de Víctimas del conflicto armado, entidad adscrita a la Presidencia de la República. La dirige Paula Gaviria Betancur, con la colaboración de Juana Ramírez, Iris Marín, Lina Rondón y Heyby Poveda. La mayoría de personas atendidas han sido mujeres.

Marzo -En México se conocen las aterradoras noticias sobre el descubrimiento en el Valle de Juárez, por parte de policías y madres, de 25 osamentas de mujeres. Se han identificado nueve. Desde 2006 se han reportado más de 120 casos de mujeres desaparecidas en el país, en su mayoría en Ciudad Juárez. Esta ciudad es tristemente célebre por los brutales asesinatos, con fuertes connotaciones sexuales, en la década de los 90. -La poeta italiana Dacia Maraini, invitada el año pasado al festival de poesía de Medellín tuvo tan excelente impresión de su visita, que se ha convertido en la mejor promotora del mismo. Este año vendrá su compatriota Tiziana Cera. -Ana Yolanda Machado, del Chocó, es elegida Mujer Cafam 2013 por su trabajo para niños (sic) con discapacidad a través de la Fundación Amigos de Leonardo, que cubre todo ese departamento en medio de innumerables dificultades de todo orden. -Dentro de los actos de celebración del Día Internacional de la Mujer se presenta Andrea Echeverri con su disco ‘Ruiseñora’, un canto a la mujer en el

que denuncia la perpetuidad de la cultura patriarcal y el machismo. -Adriana Jiménez, de 25 años, recibió un disparo de un policía por no atender un retén, el día de la mujer. -La alcaldesa de Quibdó, Zulia Mena, presenta la política pública de equidad de género en ese municipio que llevará el nombre de Teresa Martínez de Varela. -Maribel Porras, Natalia Blanco y Claudia Palomares, capitanas de avión, comandan el vuelo de Avianca a España, el día de la mujer. -La monja Alba Estela Barreto, directora de la Fundación Paz y Bien, del distrito de Aguablanca, en Cali, ganó en 2012 el premio de Solidaridad Alejandro Ángel Escobar. En este año reciben el reconocimiento de Tecnocentro por su programa Somos Pacífico, centro para jóvenes vulnerables. -La abogada Beatriz Linares Cantillo es nombrada directora de la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza, dependiente de la Presidencia de la República, en remplazo de Samuel Azout. -Según las estadísticas del gobierno, el embarazo adolescente llega al 23.5%. Se ha incrementado en 16 departamentos. - Se hace el lanzamiento del Año Soledad Acosta de Samper por parte del Ministerio de Cultura, al conmemorarse cien años de la muerte de la escritora bogotana. -Paula Gaviria, directora de la Unidad para las Víctimas del gobierno, dijo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington en una intervención sobre los logros de la ley de víctimas, que el 50% de los afectados por el conflicto en Colombia son mujeres.

EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Noticias En Otras Palabras... 241


-Los documentales Dora Castellanos, o un modo de perdurar y Maruja Vieira: vivir en las palabras se presentan en la Sala Teresa Cuervo del Museo Nacional. Fueron realizados por Roberto Triana y Luz Ángela Caldas y forman parte de la serie documental que busca ofrecer una mirada sobre las voces femeninas más destacadas de la poesía nacional.

manera el reconocimiento de que el aborto legal, seguro y oportuno es un derecho fundamental en Colombia desde 2006’.

-En Lima se vota por la revocatoria del mandato de la alcaldesa Susana Vilarán. El resultado fue favorable para ella.

-Se inicia la jornada nacional de vacunación a niñas desde 4 de primaria a grado 11, contra el virus de papiloma humano (VPH), causante del cáncer de cuello uterino que en Colombia deja más de tres mil víctimas fatales cada año.

-El Parlamento Catalán y el Instituto Catalán Internacional de la Paz de Barcelona entregan a la señora Carmenza Gómez, vocera de las madres de Soacha, el premio Constructoras de Paz por su extraordinaria valentía. -Yadira Acuña es detenida en Santander, acusada de liderar una banda que ‘lavaba’ dinero proveniente del Japón por trata de mujeres y mafia. -Michelle Bachelet renuncia a la dirección de Onu Mujeres para aspirar de nuevo a la presidencia de Chile. -La Fiscalía general concluye que el Estado, a través del DAS, ha ejercido tortura sicológica contra la periodista de derechos Humanos Claudia Julieta Duque. Marina Avendaño, funcionaria de la Secretaría de Integración Social de Bogotá, a cargo del primer centro en América Latina para las minorías sexuales, ha recibido mensajes intimidatorios contra su vida y la población LGBTI. -Colombia tiene el deshonor de ocupar el primer lugar de ataques con ácido a mujeres. - La abogada Mónica Roa dice que la reciente decisión del Consejo de Estado de anular el decreto 4444 de 2006, que reglamenta la interrupción del embarazo en Colombia ‘no altera de ninguna

242 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

-Solamente un 13.5% de mujeres tienen representación en el Congreso. Colombia ocupa el puesto 102 en el mundo según el segundo ranking del PNUD.

-Mónica Sánchez Beltrán, a sus 52 años, puso en evidencia el doloroso crimen continuado cometido por su padre Vitaliano Sánchez, oficial de la Armada en retiro y su esposa, contra una pequeña campesina a quien tuvieron esclavizada en su casa, sometida a maltratos, vejámenes, torturas, durante varios años. Ximena Castilla es la abogada que las asesoró en los trámites legales para lograr una reparación ante la Corte Suprema de Justicia, que se obtuvo mediante el fallo de tutela T-1078 de 2012.

Abril -Olga Amparo Sánchez, directora de la Casa de la Mujer, informa que la Alianza de Mujeres por la Paz, conformada por 87 asociaciones de todo el país estará presente en la marcha del 9 de abril, día nacional de la memoria y la solidaridad con las víctimas. Su lema será ‘la paz sin las mujeres no va’. -Al celebrarse la segunda ‘marcha de las putas’ en el país, sus promotoras Mar Candela y Paula dicen que su lema es ‘puta o no, no es no’. Ellas se declaran representantes del ‘feminismo artesanal’ y consideran que su movilización es para que cese la violencia contra la mujer.


-En los 200 años de Barranquilla se hace mención de algunas mujeres que han dado honor a esa tierra: Amira de la Rosa, Marvel Moreno, Fanny Buitrago, Esthercita Forero, Shakira, Silvia Tcherasi y Sofía Vergara. -Piedad Córdoba, líder de la marcha por la paz y del grupo Marcha Patriótica, se manifiesta optimista de una negociación de paz con el ELN. -Ana María Bidegaín, viuda del magistrado Carlos Horacio Urán, asesinado en la toma del Palacio de Justicia, dice que el reciente fallo sobre la muerte de su esposo fue ‘ligero’ y duda que las víctimas de la toma y recuperación del Palacio lleguen algún día a saber qué sucedió allí. -Hinchas del futbol enardecidos empujan a la joven abogada Diana Quintero, quien acababa de abordar el bus donde ellos iban; un poco más tarde muere por las heridas sufridas. -La líder comunitaria del Valle Alfamir Castillo visita a Londres y expresa que aunque ella y sus compañeras no cortan caña, sienten el compromiso de unirse a los justos reclamos por mejores condiciones laborales. Su hijo fue asesinado, víctima de un ‘falso positivo’ en el 2008. -El Espectador reveló el pacto que el presidente del Congreso, Roy Barreras, hizo con las iglesias cristianas para no promover el matrimonio homosexual. El hecho produce airadas reacciones. -La actriz y modelo caleña Sandra Viviana Brand murió tres días después de haberse sometido a un aumento de glúteos. Tenía tres hijos y su familia ignoraba que se había operado. -Se debate en el Congreso el matrimonio igualitario; hay un caos jurídico ante la escasez del tiempo para legislar al respecto. Se cree que fracasará la iniciativa.

-Desde ayer se inició en Marsella, Francia, el juicio contra la empresa Poly Implant Prothese (PIP) en cabeza de su propietario Jean-Claude Mass. Nathalie Lozano representa a 1.500 colombianas afectadas por los implantes. Son 5.527 las denuncias recibidas. -Martha Lucía Cuéllar de San Juan, ‘felizmente casada hace 35 años, profundamente creyente y madre de un homosexual’, defiende valientemente y con excelentes argumentos en el Congreso la causa de la comunidad LGBTI. -La procuradora delegada Ilva Myriam Hoyos dice que no está contra los homosexuales y que continuará haciendo lobby en el Congreso al reiniciarse el debate sobre el matrimonio igualitario. El 24 de abril el Senado hunde, por 51 votos contra 17, este proyecto de ley. -En Usme un papá enfurecido mata a correazos a su hija de 9 años por perder una materia en el colegio. -En Francia se aprueba el matrimonio gay, después de un arduo e intenso debate, por 331 votos a favor y 224 en contra. Es el 14º país que aprueba el matrimonio homosexual. -En el Macizo Colombiano, Cauca, vereda La Cuchilla del municipio de Almaguer y La Sierra, Lilia Mamian y Omaira Rojas son las líderes contra los proyectos mineros de Anglo Gold Ashanti que acabarían con las fuentes de agua que abastecen a más del 70% del país. -La periodista etíope Reeyot Alemu ganó el premio Mundial de la Libertad de Prensa Unesco / Guillermo Cano. El jurado destacó su larga y comprometida carrera en temas políticos y sociales, especialmente la igualdad de género y la pobreza. En 2011 fue arrestada y cumple una condena de cinco

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años en la prisión de Kality. El premio se entrega el 3 de mayo, día mundial de la libertad de prensa. -La cantante puertorriqueña Linda Viera Caballero, ‘La India’, tuvo que ser hospitalizada con graves fracturas, luego de la fuerte golpiza que le propinó su compañero. Posteriormente dijo que él no había sido el agresor. -El autodenominado ‘concejal de la familia’ de Bogotá, Marco Fidel Ramírez pidió a los jóvenes y niños que asistieron a una sesión del Concejo que ‘lleguen vírgenes al matrimonio, pues así serán felices’. La concejal progresista Diana Rodríguez les recordó que el Cabildo es un centro de debate político, no religioso. - Hot Sur es considerada por la revista Arcadia ‘la gran novela de Laura Restrepo’, una obra de ‘gran mestizaje, no sólo de idiomas sino también de géneros’. Y según la crítica y literata Carmiña Navia, es ‘una novela total’ como definió Vargas Llosa a Cien años de soledad, ‘porque está en la línea de esas creaciones demencialmente ambiciosas que compiten con la realidad real de igual a igual’.

Mayo -María Diva Perdomo Correa, manicurista de 41 años, murió en Neiva después de practicarse dos cirugías estéticas el 30 de abril. -Encuentran el cadáver de la niña Allison Tatiana Beltrán Bernal, violada y asesinada, en el parque de Usme. -El superintendente de Salud, Gustavo Morales Cobo dice que ‘no puede haber barreras injustificables’ para garantizar a la mujer el derecho de abortar en los tres casos que estableció la Corte Constitucional. Es una obligación que deben cumplir las IPS y EPS.

244 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

-La presidenta de la Corporación de Jueces y Magistrados de Colombia, María del Pilar Arango, dice que en desarrollo de la independencia judicial habrá jueces civiles que decidan que las uniones legales de parejas gays que se formalicen a partir del 21 de junio se llamen matrimonio. -Amanda Berry, Georgina Dejesus y Michelle Knight fueron rescatadas en Cleveland, después de permanecer secuestradas por más de diez años por Ariel Castro, de origen puertorriqueño. Fueron violadas, maltratadas, e incluso una de ellas tuvo una hija, ahora de seis años, del secuestrador. -El senador conservador José Darío Salazar adelanta una iniciativa para reversar la sentencia de la Corte Constitucional que despenalizó el aborto en tres casos. -Celia Escobar, de 46 años, jefe de fiscalización de la Dian en Neiva fue asesinada de 5 disparos. Había sido trasladada por amenazas desde Florencia, Caquetá. Tenía a su cargo 150 investigaciones por lavado de activos y se distinguió siempre por su alto sentido ético y la lucha contra la corrupción. - Se cumplen siete años de la sentencia C-355/06 de la Corte Constitucional que despenalizó el aborto en tres casos. -En Roma es canonizada la monja Laura Montoya Upegui, desde hoy Santa Laura de Catalina de Siena, primera santa colombiana. -Según informes del ICBF, desde 2010 se han reportado 40.326 denuncias por abuso sexual a niñas. En los últimos tres años, 18.770 niñas, entre 10 y 14 años, dieron a luz. En ese mismo lapso sólo se capturaron mil acusados. -La bicicrosista Mariana Pajón, ganadora de medalla de oro olímpica en el 2012, obtuvo una nueva presea dorada al ganar la competencia de los


Juegos Deportivos Panamericanos en Santiago del Estero, Argentina.

minaron que ‘fue un acto consciente y premeditado’.

-Jazmin Barrios, jueza del Tribunal Primero A de la ciudad de Guatemala, dictó la sentencia que condenó al ex dictador Efraín Ríos Montt a ochenta años de cárcel por los crímenes de lesa humanidad, especialmente contra indígenas, cometidos durante su ejercicio como presidente, el 15 de mayo. Pocos días después la Corte de Constitucionalidad de ese país anuló la sentencia.

-Cuatro mujeres afrodescendientes fueron destacadas en Cartagena por el valioso trabajo que realizan a favor de su comunidad: Juana Ruiz, tejedora; Sandra Pérez, líder de la restitución de tierras; Mirla Aaron, lucha para que no se traslade a su pueblo la base naval de Cartagena; Claudia Salgado lidera el club de lectura de El Pozón.

-Con ocasión del día de la afrodescendencia, la Presidencia de la República da a conocer el nombramiento de la abogada chocoana Nigeria Rentería como Alta Consejera para la Equidad de la Mujer. -El concejal de Bogotá Jorge Durán Silva, dizque ‘liberal’, conocido por su lenguaje racista y clasista, dijo que si a él le mandan un carro para recogerlo debe ser “con una dama a la que le gusten los hombres”, pues él no se monta en carro con lesbianas: “no me gusta a mí que me manden esa clase de mujerzuelas”. Luego del alboroto que formó presentó excusas y dijo: “el error fue decirles mujerzuelas”. -El alcalde de Osaka, Toru Hashimoto causó un gran escándalo y puso fin a su carrera política al decir que ‘las 200.000 mujeres forzadas a trabajar en los burdeles para servir sexualmente a los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial habían hecho un trabajo necesario’. En Japón es muy alto el índice de ‘mala conducta sexual’ de los militares en servicio. -La jueza primera penal de Medellín declaró culpable de homicidio agravado a Alejandra Salazar Rengifo quien está acusada de lanzar en junio de 2012 a una menor de 6 años –hija de su noviodesde el piso 18 de un edificio de El Poblado. Las pruebas testimoniales y técnico-científicas deter-

-Se cumplen 13 años del secuestro y posterior violación de la periodista Jineth Bedoya, quien afortunadamente está viva. Sin embargo, no obstante de ser un delito de lesa humanidad, el caso perdió el impulso que tuvo hace dos años, a pesar de estar bajo la supervisión de la Fundación para la Libertad de Prensa. -Las trabajadoras sexuales, especialmente del sector de Los Mártires, dicen que las zonas especiales que señale el POT deben garantizarles la no discriminación. La Alcaldía no ha consultado con ellas el proyecto en curso. -La periodista Jineth Bedoya denuncia en El Tiempo los campamentos de explotación de niñas en zonas mineras. Son reclutadas en diversos lugares del país y llevadas por los proxenetas a los lugares donde se encuentran los yacimientos. -La Superintendencia de Salud reitera, mediante una circular, las directrices para que las EPS cumplan con la orden de prestar el servicio de interrupciones legales y voluntarias del embarazo, que están incluidos en el POS. -El alcalde de Segovia, Antioquia, cometió una gravísima ofensa contra el género femenino, al decir que “en el pueblo no hay prostitución porque las mujeres son muy calientes y no necesitan que les paguen”, refiriéndose a la investigación de la periodista Jineth Bedoya sobre los campamentos

EN OTRAS PALABRAS… no. 21-22 / Noticias En Otras Palabras... 245


de explotación de niñas en zonas mineras. Dijo además, que Bedoya es una “babosa”. -La Corte Constitucional ordena, una vez más al gobierno nacional, reforzar inmediatamente la protección a mujeres desplazadas que se encuentren en riesgo por cuenta del conflicto e hizo un fuerte llamado de atención porque no se ha dado cabal cumplimiento a la creación de un programa de prevención de los riesgos de género en el marco del conflicto armado interno.

Junio -Muere en Bogotá la médica Cecilia Cardinal de Martín, la décima mujer que recibió el título de médica en la Universidad Nacional de Colombia. Especialista en ginecología y obstetricia; fue miembro destacado de Ascofame, trabajó con Profamilia y los pioneros de los programas anticonceptivos en Colombia. -Especialistas de Canadá dicen que todos los métodos de planificación deben suministrarse sólo bajo prescripción médica, ante la muerte de 23 mujeres por haber consumido las pastillas Yaz y Yasmin, de Bayer. Anteriormente 4 mujeres francesas habían muerto por tromboembolismos por el fármaco Diane 35, también de Bayer. -Ariadna Tovar, abogada de Women’s Link Worldwide hace un llamado a las mujeres que necesiten acceder a la interrupción voluntaria del embarazo para que acudan a los centros de salud, y explica que para acceder al servicio deben estar dentro de las 3 causales que despenaliza la sentencia C-355 de la Corte Constitucional. Los profesionales o funcionarios públicos que interfieran con la decisión que la mujer haya tomado, pueden recibir diferentes sanciones.

246 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

-Tres educadoras de Cartagena fueron condenadas a 37 años de cárcel cada una, al comprobarse que ayudaban a un hombre a abusar de sus alumnas menores de edad en un jardín infantil de esa ciudad. La Corte Suprema de Justicia confirmó la sentencia del Tribunal Superior de Cartagena. -El cardenal Rubén Salazar, en una declaración acorde con el procurador Ordóñez, les pidió a los notarios que aleguen objeción de conciencia para no casar a parejas del mismo sexo. La vocera de Colombia Diversa, Marcela Sánchez rechazó el pronunciamiento del cardenal. -Se resaltan las cuatro sentencias del Consejo de Estado y la Corte Constitucional que fueron nominadas a los premios Género y Justicia de Women’s Link Worldwide, por sus avances en la protección de los derechos de la mujer, aunque no obtuvieron el premio. Los magistrados son: Stella Conto Díaz del Castillo, Danilo Rojas Betancourt, Jorge Ignacio Pretelt, Alexei Julio Estrada, Humberto Sierra Porto y Victoria Calle. Al garrote de oro fue nominada la sentencia que favorece al médico que denunció a una mujer a quien tuvo que atender por complicaciones, tras un aborto clandestino. La mujer fue condenada a 14 meses de prisión. -La maestra Mercedes Arrubla, de Jardín, Antioquia, se destaca como ‘maestra de maestras’ por los logros obtenidos en matemáticas, biodiversidad, territorio y paisaje, gracias a sus iniciativas, que le han merecido reconocimientos internacionales. -En Bogotá se presentan ante los juzgados civiles, las primeras solicitudes de matrimonio igualitario. Elizabeth Castillo y Claudia Zea, Sandra Rojas y Adriana González, son algunas de ellas. La Iglesia Católica y el procurador Ordóñez


protestan una vez más. El fiscal Montealegre apoya la decisión del matrimonio igualitario. -Según el informe que publicó la OMS el 20 de julio, la violencia de género alcanza dimensiones epidémicas en el mundo (35% de las mujeres la han sufrido). En las Américas, el 29.8% fueron víctimas de violencia física o sexual, y en Asia suroriental ocurrieron el 37.7% de los casos. -La Personería distrital presentó una tutela ante la EPS Famisanar para lograr que se preste atención a una mujer portadora del VIH, con tres meses de embarazo, a su hija de un año y a su pareja, a pesar de que ellos se oponen a recibir el tratamiento indicado. -La Secretaría Distrital de la Mujer y el colectivo Ni Una Más, convocan a una manifestación para el 12 de julio, a raíz de la muerte violenta, según Medicina Legal, de la menor de once años Sharon Melisa Marmolejo en el sector Entre Nubes, localidad de San Cristóbal. - Dos mujeres, ambas hijas de militares, lucharán por la presidencia en Chile el 17 de noviembre: Michelle Bachelet y Evelyn Matthei, quien asume la candidatura de la derecha por la renuncia del candidato Pablo Longueira ‘por depresión aguda’. -Finaliza la fiesta del porro en San Pelayo, en homenaje de María Barilla, mujer no solo símbolo de la música y la alegría, sino de valor y autonomía. Se hace propicia la ocasión para recordar a mujeres valerosas de esa región, que entregaron la vida por causas nobles: Yolanda Izquierdo, asesinada en Montería el 31 de enero de 2007. Martha Cecilia Gaibao, asesinada el 27 de abril de 2011. Y se rinde homenaje a María Zabala, desterrada de su hogar, y Rosa Amelia Hernández, quien trabaja por los desplazados.

-Murió en Bogotá la senadora Gilma Jiménez, trabajadora social, quien se destacó en su vida pública y política por la vehemente defensa de los derechos de los niños. -La ex presidenta Michelle Bachelet obtiene una holgada victoria, 1.4 millones de votos, en las elecciones preliminares de Chile, celebradas para seleccionar los candidatos a las presidenciales de noviembre.

Julio -Elsa del Carmen Avendaño, colombiana residente en Santiago de Chile, fue asfixiada y golpeada hasta morir por su marido Hernán Camus; el hijo de la víctima encontró su cadáver. -El presidente Nicolás Maduro designó a la almirante Carmen Teresa Meléndez, de 52 años y más de 30 en la carrera militar, como nueva ministra de Defensa de Venezuela. -En Washington ha surgido un escándalo al conocerse la permanente violación a que son sometidas las mujeres que trabajan en las fuerzas armadas de Estados Unidos, por los miembros del ejército. En el último año, 26.000 mujeres han sido forzadas sexualmente. El Congreso, el comando de las fuerzas armadas y el presidente Obama están alarmados con la situación. -En el Atlántico han sido asesinadas Gloria Galván, Ana Blanco, Ingrid Muñoz, Tatiana Rivera, vendedoras de chance. Forma parte de un siniestro plan de las bacrim para amedrentar a quienes no se han plegado a sus planes criminales. -El Sexto informe de Derechos de las Mujeres, de la Corporación Sisma y la Red Nacional de Mujeres dice que en el 90% de las investigaciones por

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inasistencia alimentaria, violencia intrafamiliar y delitos sexuales que se presentaron entre 2009 y 2012 contra mujeres, no se hizo justicia. En materia de feminicidios la Fiscalía solo informa de 18 investigaciones, mientras que Medicina Legal tiene registro de 320 casos de homicidios a mujeres por razones de género entre 2010 y 2011. -Según informes del Fondo de Población de las Naciones Unidas –Unfpa- , la Universidad de los Andes y Profamilia, el porcentaje de adolescentes embarazadas aumentó en Colombia al pasar del 13 al 19,5%. Sin embargo, en Cali disminuyó 5,8%, en Medellín 5,7% y en Bogotá 5,1%. -En el juicio que se sigue al pastor Álvaro Gámez, de la Iglesia Salem de Pasto por abuso sexual a las feligresas, la profetisa Tatiana Tulcán y su amiga Alexandra Castro, son acusadas de convencer a las mujeres que debían entregarse al pastor porque así lo ordena el libro ‘El cantar de los cantares’. -En el barrio Barranquillita de Usme, la Fiscalía encontró el cadáver incinerado de una mujer. La madre de Paola Rodríguez, desaparecida hace cinco días, dice que es su hija. En el sector se han encontrado varios cadáveres recientemente. -El juzgado de Restitución de Tierras de Montería, Córdoba, ordenó mediante sentencia que el Estado devuelva a cuatro hermanas, tres de ellas trillizas, las tierras que les pertenecían a sus padres, asesinados por paramilitares en 1998, en Ciénaga, Magdalena. Las menores fueron protegidas por el Icbf. -En las cárceles, con sus madres, crecen 137 niños (sic). En El Buen Pastor de Bogotá hay 33 niños (sic) en esa condición, pero deben salir a los tres años de edad.

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Agosto -La jueza Carmenza Gualteros ha denunciado amenazas contra su vida con motivo de la decisión de no dictar medida de aseguramiento contra Fabio Salamanca, conductor ebrio quien causó la muerte de dos mujeres y graves heridas a un hombre. Además, será investigada por el Consejo Superior de la Judicatura. -El Consejo Superior de la Judicatura investigará a la jueza 65 civil municipal de Bogotá, Carmen Lucía Rodríguez, quien casó a la primera pareja del mismo sexo. El proceso fue iniciado por el concejal Marco Fidel Ramírez, quien asegura que la jueza incurrió en irregularidades. -La Fiscalía guarda total reserva en el caso de Ernesto Amaya, presunto responsable de secuestrar y violar a sus dos hijastras de 13 y 16 años, durante los diez últimos años, en Bogotá. La directora regional del Icbf dice que a esa entidad no le correspondía investigar el caso de abuso de menores denunciado por El Espectador. -Luz Marina Bernal - madre de Leonardo Porras, uno de los jóvenes asesinados y presentados como ‘falsos positivos’- quien se ha convertido en emblema de las ‘madres de Soacha’, dice que hay todavía muchas batallas por ganar y que el reconocimiento del crimen como delito de lesa humanidad marca un precedente histórico. -Las cifras de Medicina Legal señalan que en Cali la violencia de género deja 58 víctimas en el primer semestre de 2013. En el Valle fueron 144 víctimas; Bogotá, 64; Antioquia, 68. En el país se presentaron 514 asesinatos, menor al de 2012, que fue de 553.


-Según el Icbf, a junio de 2013 se han presentado 1.184 casos de abusos a menores, niñas y niños. El Distrito Especial dice que las comisarías solo recibieron 335 denuncias en ese mismo lapso. El Ministerio de Salud ha expresado que lamentablemente solo uno de cada 20 casos es denunciado. -La Secretaría de Salud de Bogotá publicó un informe acerca de los malos tratos que están sufriendo algunas mujeres que asisten a exámenes ginecológicos en los consultorios, no solo por parte de los médicos sino del personal auxiliar. -Jessica Parra, bogotana de 18 años, ganó el campeonato mundial juvenil de ciclismo, modalidad scratch. -La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia confirmó la sentencia a 37 años contra Enilse López, ‘la gata’, por hechos delictivos cometidos en junio de 2000. -Catherine Ibargüen, ganadora de la medalla de oro en el Mundial de Atletismo de Moscú, es la mejor actuación de un colombiano en una competencia de ese nivel. -Se estrena en salas de cine el documental ‘La eterna noche de las doce lunas’ de la directora Priscila Padilla, ganador en el festival de cine de Cartagena, que trata sobre la tradición wayúu de aislar del mundo a las niñas pre púberes durante un año lunar. -Un juzgado penal de Medellín condenó a 34 años de prisión a tres hombres que, después de parrandear con tres niñas menores, habitantes de la calle, asesinaron a puñaladas a una de ellas luego de violarla. -En Andagoya, Chocó, se reúne un grupo de 250 cantadoras para celebrar el Festival de alabaos, gualíes y levantamiento de tumbas, tradición musical con más de 70 años de existencia.

-Según Sisma Mujer en su reporte de 2013, ‘en 2012, mediante un estudio se estableció que el 85% de las mujeres colombianas reconoce el acoso sexual en el trabajo como una problemática vigente’. -Dos mujeres, Leslie Kalli y Stella García hablan con la periodista Cecilia Orozco sobre las condiciones de acoso sexual y laboral en la administración de Bogotá. -Victoria Solano, directora del exitoso documental ‘970’ sobre la resolución que estableció el TLC y su pernicioso efecto sobre los campesinos y la agricultura colombiana, expresa que lo realizó para llamar la atención sobre la realidad que se está viviendo. -Elsa Noguera, alcaldesa de Barranquilla, fue escogida en la categoría política en el concurso de la Fundación Mujeres de Éxito. Ruth Eugenia García, directora de la Fundación Marie Poussepin que promueve el cultivo de alimentos orgánicos en las huertas familiares, recibió un reconocimiento. -Numerosas expresiones de solidaridad ha recibido la politóloga y periodista Laura Gil ante la actitud desafortunada de algunos periodistas de Blu Radio que motivaron su renuncia. -Marcela Posada, actriz y vocera del Comité Unidos por la Vida, inscribió ante la Registraduría Nacional 195.972 firmas para conseguir que se convoque un referendo que revoque la sentencia C-355 sobre el aborto. Necesitan un total de 1.608.410 firmas para el efecto. -Doña Ceferina Banquez con más de 60 años, cantadora de bullerengue, recibe un premio por su aporte a la cultura ancestral de la Costa. -En el Mundial de Patinaje de Ostende, Bélgica, ganaron medallas de oro Estefanía Hurtado, Jersy Puello, Paola Segura y Johana Viveros.

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-La jueza 31 penal de Bogotá condenó a 19 años de prisión a Carlos Fernando Díaz Guzmán, profesor de educación física, quien además de utilizar sexualmente a sus alumnas, violó a una niña de 12 años en agosto de 2010, en el norte de Cundinamarca. -La periodista y activista mexicana Lidia Cacho, autora del libro Los demonios del edén, por el cual fue retenida y acusada de difamación, dice en una entrevista: ‘colombianas, las más atractivas para la trata en Asia’; asimismo: ‘tenemos que potenciar nuestro poder para evidenciar las debilidades de las mafia y sus cómplices en el poder político y policíaco’. -Alan González, cirujano especializado en estética y quien trabajó por muchos años reconstruyendo el rostro de policías y soldados, se ha dedicado desde hace 4 años a operar mujeres que han sido atacadas con ácido. Ha intervenido hasta ahora a nueve, y trece están en espera. -La cantante norcoreana Hyong Song-wol, quien fue novia durante diez años del dictador de Corea del Norte, fue detenida el 17 de agosto y ejecutada tres días después junto con otros músicos, por ‘violar leyes antipornografía’ de ese país. -La profesora universitaria y poeta Luz Mary Giraldo ganó el Gran Premio Internacional de Poesía en Rumania. Según el jurado ‘su poesía habla, en su esencia, sobre el peso del tiempo, pero también da cuenta de las realidades históricas del país en los últimos cuarenta años’.

Septiembre -Aurora Carrillo, lideresa de la Fundación Transformemos, única colombiana que ha ganado el Premio Mundial Unesco-Confucio de Educación, dice que ‘la educación debería ser una obsesión; es

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la herramienta más eficaz para vencer la pobreza y el subdesarrollo’. -Diana Ximena, joven de 20 años que fue brutalmente apuñalada el 14 de mayo en Ansermanuevo, Valle, desapareció. Fue encontrada, desmembrada, varios días después. Las autoridades no habían atendido sus reclamos y denuncias desde el primer atentado que se le hizo. -Malala Yousafzai, la activista paquistaní de 16 años, recibió el Premio Internacional Infantil de la Paz que se entrega en Holanda. Dijo ‘recibo este premio en nombre de todos los niños que intentan ir a la escuela y de sus padres por darles el coraje para que persistan en hacerlo’. -La Asociación ‘El Meta con mirada de mujer’, de Guamal, Meta, recibió uno de los premios de Solidaridad Alejandro Ángel Escobar por su permanente actividad en beneficio de los derechos de las mujeres que en esa región del país son víctimas de las diversas formas del conflicto armado. -Cécile Kyenge, ministra italiana de Integración habló de discriminación racial y de la pertinencia de la Tercera Cumbre Mundial de Alcaldes y Mandatarios Afrodescendientes, que comenzó el 12 de septiembre en Cali. -La Fiscalía General de la Nación Investiga 1.164 casos de violencia de género; imputará cargos a 34 exjefes ‘paras’ por delitos como esclavitud, prostitución forzada, servidumbre, acoso sexual y acceso carnal violento, cargos que ninguno de los excomandantes ha querido reconocer. -Informa Guillermo Pardo, director de la Corporación Centro de Consultoría y Conflicto Urbano, que en Medellín las bandas criminales herederas de los paramilitares estarían subastando a niñas vírgenes de estratos 1, 2 y 3, convirtiéndolas en prostitutas y mujeres mal llamadas ‘pre pago’.


Son ofrecidas hasta por cinco millones de pesos a jefes de bandas criminales y a turistas que visitan la ciudad. -Doña Graciela Salgado, gran cantadora y creadora del grupo ‘Batata y Las alegres ambulancias’, murió en Cartagena. Fue sepultada en San Basilio de Palenque, donde nació hace 83 años. -La población LGBTI está siendo tenida en cuenta en la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas, donde ya hay 374 personas registradas para entrar a ese proceso. Ellos y ellas piden un cambio de mentalidad en la sociedad civil. - El parlamento de Francia decidió prohibir los concursos de belleza infantil dirigidos a menores de 16 años, porque promueven su hipersexualización y para proteger los derechos de los niños y niñas. Quienes violen la nueva ley deberán enfrentar penas de cárcel de dos años y multas de 30.000 euros. -La canciller Ángela Merkel obtuvo una victoria contundente en las elecciones del 22 de septiembre, con un resultado de 42.5% de los votos, lo que le permitirá gobernar sola. -Lady Tabares, actriz de ‘La vendedora de rosas’, condenada a 26 años de prisión desde hace 11 años, por presunta complicidad en un homicidio, dice en una entrevista que ‘todavía le quedan las ganas de vivir, las ilusiones y los sueños que las rejas no pueden encerrar…’ -En Gachetá contrajeron matrimonio Claudia Zea y Elizabeth Castillo, ante el juez municipal. Fueron sus madrinas Marcela Rojas y Adriana González, quienes presentaron el 20 de junio sus papeles para contraer matrimonio y aun esperan la respuesta.

Octubre -Las mujeres indígenas del Putumayo, junto a la Unión de Médicos Yageceros de la Amazonia Colombiana (Umiyac), trabajan en el proyecto para conservar plantas medicinales milenarias y contribuir así a salvar numerosas vidas en esa región. -Ante la jueza civil 44 de Bogotá contrajeron matrimonio Marcela Rojas y Adriana González. Mauricio Albarracín, abogado de Colombia Diversa, expresó su complacencia. -La espantosa muerte de una niña de once años, quemada luego de ser torturada y sometida a acceso carnal violento en el Barrio El Codito de Bogotá, tuvo la complicidad de la niñera, según dijo la madre de la niña. En lo que va corrido del año 2013 se han presentado 2.275 abusos sexuales contra menores en la ciudad. -La Corte Constitucional, en el Auto 092 de 2008, dijo que la violencia sexual es una ‘práctica habitual, extendida, sistemática e invisible en el contexto del conflicto armado colombiano’. La Mesa de Seguimiento al auto publica un balance desafortunado de lo ocurrido hasta ahora: esa situación de impunidad para los casos de violencia sexual en el contexto del conflicto se mantiene casi en su totalidad. ‘La respuesta estatal para los obstáculos que enfrentan las mujeres para acceder a la justicia, ha sido claramente insuficiente’. -El informe del Instituto Gruttmacher, organización norteamericana dedicada al estudio de la salud sexual y reproductiva, reveló que en 2012 Colombia invirtió casi $84.000 millones en la atención de tratamientos posaborto, es decir, trabajos realizados para atender las consecuencias de interrupciones voluntarias del embarazo mal realizados en 102.000 mujeres.

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-Sor Teresa Gómez, la siniestra mujer que formó parte de la banda de los Castaño, capturada el 8 de octubre, tendrá que responder por numerosos delitos según ha dicho la Fiscalía. -Se conmemoran los 50 años de la muerte de Edith Piaf, la extraordinaria artista francesa. -La organización Plan publica su informe anual ‘Por ser niña’, donde se analiza el estado mundial de las niñas, haciendo énfasis en el doble riesgo de las adolescentes y los desastres. -Alice Munro, escritora canadiense que vive en Clinton, pequeña ciudad de ese país, fue distinguida con el premio Nobel de Literatura de 2013, especialmente por ‘ser la maestra del cuento contemporáneo’. -Un indígena de Coveñas irá a la justicia ordinaria para ser juzgado por la violación de sus dos hijastras. El Consejo de la Judicatura consideró que no era aceptable el argumento de la defensa de que esto ‘hacía parte de las tradiciones de la comunidad’. -La organización Action on Armed Violence – AOV- del Reino Unido, destaca la labor de la periodista Jineth Bedoya, quien ha dedicado su carrera a investigar el tráfico de drogas, el crimen organizado, y a la defensa de los derechos de las mujeres. Igualmente reconoce el trabajo de la periodista Juanita León, directora de ‘La Silla Vacía’. -Se conoce la propuesta de postular a la senadora Lucía Topolansky, líder del Movimiento de Participación Popular y esposa de José Mujica, a la vicepresidencia de Uruguay, como fórmula de Tabaré Vásquez. -El informe de la Cepal ‘Mujeres en la Economía Digital’, presentado en la XII Conferencia Regional

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de la Mujer esta semana, dice que la pobreza tiene rostro de mujer en Latinoamérica. -Se realiza en Bogotá la Cumbre Nacional de Mujeres y Paz, iniciativa liderada por Naciones Unidas y nueve organizaciones femeninas del país. Asistirán cerca de 400 mujeres, entre ellas Betty Bigombe, exnegociadora de paz y actual ministra de Estado de los Recursos Hídricos de Uganda; Elizabeth Porter, docente e integrante del Centro para la Paz y la Seguridad de la University of South Australia, y Alix María Salazar, excombatiente del M-19. -En Paquistán, según diversos informes de Naciones Unidas y el Centro Internacional para el Estudio de la Mujer, las niñas pobres que viven en áreas rurales tienen poca o ninguna educación, y son obligadas a casarse entre los 12 y 18 años. -El programa ‘Nueva Escuela’, de la Fundación del mismo nombre que dirige la socióloga y educadora colombiana Vicky Colbert, recibió en Catar el premio de la Cumbre Mundial de Innovación para la Educación-WISE. -La representante para Colombia del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), Tania Patriota, dio a conocer los alarmantes datos sobre maternidad infantil en el mundo. En Colombia la tasa de embarazo de adolescentes entre 15 y 19 años es 10% mayor en la población pobre y 7% mayor en mujeres que viven en el sector rural, especialmente en las regiones del Orinoco, Pacífico y Amazonas.

Noviembre -Karin Runeson, parlamentaria sueca activista de la paz, expresa durante su visita a Colombia que ‘no es posible tener paz sin las mujeres; su


participación política es clave para la construcción de la paz’. -Al tratar de salvar a su hijo de 8 años, que había caído desde un puente artesanal a la quebrada El Infierno, cuyo nivel subió por las lluvias, murió la señora Delia Martínez quien no logró tampoco salvar al niño. -La sargento de la Policía de Infancia y Adolescencia de Medellín Maritza Jaramillo ha logrado rescatar 13 niñas de las manos de explotadores sexuales y expendedores de droga. Con el apoyo de la Alcaldía y la Policía les hizo una fiesta de 15 años, dentro del programa de dignificación y rehabilitación que se ha puesto en marcha. -A machetazos Hernando Hernández, un desalmado borracho, asesinó a su esposa, sus dos hijos y una sobrina, e hirió a otro de los niños, en el Barrio San Diego de Bosa. -El informe ‘La verdad de las mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia’, preparado por la Ruta Pacífica de las Mujeres, que se acaba de presentar, dice que solo el 60% de las mujeres víctimas del conflicto denuncian abusos. -Olga Amparo Sánchez, directora de la Casa de la Mujer, dice que Colombia ha retrocedido en materia de delitos sexuales porque cada vez son más frecuentes. -El Espectador revela la ponencia del magistrado de la Corte Constitucional Luis Guillermo Guerrero, en la que tutela los derechos de Ana Elisa Leyderman y Verónica Botero, pareja que lucha por la adopción legal de sus dos hijos. -Aída Abella, sobreviviente del genocidio de la UP y quien vive exiliada en Suiza hace 17 años, fue aclamada como candidata presidencial en el V congreso de ese partido en Bogotá.

-Muere en Londres, a los 94 años la escritora Doris Lessing, quien obtuvo el premio Nobel de Literatura en 2007 y el premio Príncipe de Asturias en 2001. -Michelle Bachelet obtuvo la mayor votación en las elecciones presidenciales de Chile, pero deberá ir a una segunda vuelta el 15 de diciembre por no lograr la mayoría absoluta, frente a Evelyn Matthei, candidata del oficialismo. -El presidente Juan Manuel Santos anuncia que Nigeria Rentería, actual consejera para la Equidad de la Mujer, reemplazará a Luis Carlos Villegas en la mesa de negociación de la paz en La Habana. También fue designada la abogada María Paulina Riveros. -La periodista Giannina Segnini, editora de la prestigiosa Unidad de Investigación del diario ‘La Nación’ de Costa Rica, recibió el premio a la excelencia periodística Gabriel García Márquez, otorgado por la Fundación Nuevo Periodismo Latinoamericano. -Elena Poniatowska, escritora y periodista mexicana, fue galardonada con el Premio Cervantes de Literatura, se anunció en Madrid. -Nathalie Lozano, abogada de 1.400 mujeres colombianas, 50 francesas y 30 inglesas, logró que la firma alemana Tüv Rheinland fuera condenada a indemnizarlas por el uso de las prótesis mamarias PIP, fabricadas en Francia. -Se realiza la Marcha Femenina por la paz. -El informe ‘Bosa, cómo vamos’, dice que un total de 2.318 mujeres, entre 10 y 19 años, se convirtieron en madres a temprana edad en esa localidad. De ellas, 48 tenían entre 10 y 14 años, y 2.270 entre 15 y 19. Bosa es la cuarta localidad con más casos de este tipo en Bogotá.

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Diciembre -La escritora y periodista Olga Behar publicó en Icono Editorial su libro A bordo de mí misma, donde revela las peligrosas situaciones de distinto orden que ha tenido que atravesar a lo largo de su carrera profesional. -A partir del 9 de diciembre asumirá como nueva directora del Instituto Caro y Cuervo la abogada y lingüista Carmen Millán de Benavides, quien ha ejercido la docencia en la Universidad Javeriana. -El alcalde de Valledupar, Fredy Socarrás dice que ‘estoy derrotando la corrupción, nombrando mujeres’,… ‘con ellas en cargos claves se han acabado los sobornos’, a propósito de su buena gestión administrativa. -La brillante atleta Caterine Ibargüen fue seleccionada por el diario El Espectador como la mejor deportista femenina del año 2013.

2014 Enero -El Senado de Estados Unidos confirmó a la destacada economista Janet Yellen como la nueva presidenta de la Reserva Federal-FED de ese país, cargo que ejercerá a partir del 31 de enero, en reemplazo de Ben Bernanke. Yellen es la primera mujer nombrada para esa importante función. -Este año se espera que las grandes compañías europeas, encabezadas por Alemania, comiencen a dar una adecuada representación a las mujeres en los altos cargos de las empresas, en cumplimiento de las disposiciones legales al respecto.

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-La pastora María Luisa Piraquive, fundadora de la Iglesia Ministerial de Dios Jesucristo Internacional está en el ojo del huracán por sus declaraciones excluyentes en contra de los discapacitados y por los aparentes malos manejos de los recursos de esa iglesia y del partido Mira del cual es también fundadora. -La Convención Conservadora eligió como candidata de ese partido a la presidencia de la República a Marta Lucía Ramírez quien pide la unión de sus copartidarios, exige dejar la coalición de gobierno y precisa que si es presidenta le dará 4 meses a la guerrilla para hacer la paz. -El partido Liberal dice que promoverá en el próximo congreso una ley de guarderías para disminuir el desempleo entre mujeres. -En un importante fallo el Consejo de Estado exhorta al Ministerio de Salud para que ‘adopte medidas conducentes a reforzar el respeto a la mujer en la atención gineco-obstétrica, así como al respeto de su integridad física y a la consolidación de la conciencia de que la mujer es sujeto especial de protección’. Numerosas demandas se han presentado por la indebida y humillante atención que se presta a las mujeres en las EPS.

Febrero -Mafalda, personaje emblemático, celebra medio siglo de existencia, con una exposición en su honor en el Festival Internacional del Comic de Angulema, Francia. Su creador, Joaquín Lavado ‘Quino’, no pudo asistir por quebrantos de salud. -Arcadia, revista literaria fundada y dirigida por Mariane Ponsford, celebra 100 números con una hermosa edición.


-Sugeila Oñate Rosado, componente de la terna enviada por el partido Cambio Radical, fue nombrada nueva gobernadora de la Guajira, en reemplazo del detenido exgobernador Francisco Gómez Cerchar, acusado de concierto para delinquir y tres homicidios. -En Bogotá murió la destacada musicóloga y gestora cultural María Cristina Sánchez, quien durante su vida desarrolló una inmensa labor de difusión y promoción musical no solo en Bogotá sino en todo el país. -Ante la descarada serie de abusos contra las mujeres en el sistema Transmilenio, sus directivas, a instancias de la Secretaría Distrital de la Mujer, estudian la posibilidad de separar el servicio a mujeres y hombres, lo cual genera un debate. -La exministra de Educación y Relaciones Exteriores María Emma Mejía viaja a Nueva York, donde asumirá la embajada de Colombia ante las Naciones Unidas. -La campaña de reelección del presidente Santos nombra un comité político de mujeres, encabezado por Ángela Garzón –hija del vicepresidente Angelino Garzón-, que trabajará por el voto femenino, ‘con un equipo que permita articular todos los ejes temáticos que fortalezcan el desarrollo de los programas que beneficien a la población femenina…’. -En Valledupar se reunieron más de cincuenta mujeres, coordinadas por Pilar Rueda, de Usaid, para participar en sesiones de denuncia de violación y otros tipos de agresión a sus cuerpos, recordando de modo especial a la líder Angélica Bello, quien murió en extrañas circunstancias hace un año. -María Ubilerma Sanabria, representante de las madres de Soacha, denunció numerosas amena-

zas e intimidaciones contra su grupo. Las autoridades dicen que investigarán.

Marzo -Una red de prostitución establecida en La Dorada, Caldas, fue desmantelada por la Policía. Reclutaban niñas vírgenes para explotarlas en burdeles de Bogotá y otras ciudades. -El departamento de Cundinamarca, con 116 municipios, sólo tiene 12 alcaldesas mujeres. En una entrevista en El Espectador cuentan cómo ha sido esa dura experiencia. Los personeros municipales, encargados del control, dicen que son más organizadas y tienen mejor gestión. -Ana Lucía López Salazar fue elegida Mujer Cafam 2014. Representó al Valle del Cauca, región donde en 2007 fundó la Patrulla Social del Pacífico para atender los graves problemas de salud y educación de las poblaciones marginales de esa zona del país. Ana Helena Vega, de Norte de Santander, Teresa Jacanamijoy, del Putumayo, y Ma. Cristina Jaramillo de Arrázola de Bogotá, tuvieron menciones de honor. -Michelle Bachelet asumió por segunda vez la presidencia de Chile, caso histórico en la democracia mundial. La presidenta del Senado Isabel Allende, primera mujer en acceder a tal posición en Chile, tuvo a su cargo la entrega de la banda presidencial. -La atleta colombiana Sandra Arenas conquistó la medalla de oro en marcha, en los Juegos Suramericanos de Chile. -En las elecciones parlamentarias del 9 de marzo fueron elegidas 23 senadoras y 28 representantes, la cifra más alta en la historia del país: una

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de cada 5 curules será ocupada por una mujer. Sin embargo, la mayoría de las elegidas no se distinguen por su trabajo e interés en los asuntos de las mujeres. -La politóloga Claudia López se ha convertido en el fenómeno más interesante de la política al obtener una altísima votación para el Senado, donde se espera que promoverá importantes debates. -Murió en Bogotá, a los 97 años, la educadora Helena Cano Nieto, quien fundó en 1950 el colegio de Nuestra Señora, donde por más de 30 años incorporó sistemas modernos de educación, sin dejar de lado la instrucción católica en la que fue formada. Se la llamó ‘educadora de mujeres no sumisas’. -La propuesta de vagones exclusivos para mujeres en Transmilenio ha recibido aceptación del 72%, según la encuesta hecha por la Secretaría de Mujer del Distrito a 1.921 usuarias del sistema. -La abogada Lorena Leal Castaño, apoderada de varios militares en casos de falsos positivos, fue sancionada por la Judicatura con la pérdida de su tarjeta profesional de por vida. Ella reclama persecución y dice que se le cobra por defenderlos y haber descubierto que su prima hermana no se suicidó sino que fue asesinada por su marido, un concejal de Cúcuta que está prófugo. -Annie Hidalgo, socialista, fue elegida como primera mujer alcaldesa de París. -El director de la ONG Colombia Diversa, Mauricio Albarracín, dice que ‘la Procuraduría persigue a la población LGTBI’, pues Ordóñez ha pedido a los procuradores regionales minuciosos informes sobre las solicitudes de matrimonio civil presentadas por las parejas del mismo sexo en el país.

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Abril -Ante el recrudecimiento de los ataques con ácido, principalmente contra las mujeres, la ciudadanía y las autoridades se han movilizado activamente. El atentado contra Natalia Ponce de León ha servido de detonante para adelantar campañas contra ese flagelo que ha causado 928 víctimas entre 2004 y 2013 –de ellas 427 mujeres-. Los costos de los tratamientos no pueden convertirse en una barrera contra la recuperación, dice el ministro de Salud. -La señora Inés Carrillo, quien había denunciado ser víctima de un ataque con ácido admitió que tuvo un accidente laboral y quiso hacerlo ver como un ataque. -Murió en Bogotá la destacada actriz Consuelo Moure, quien se había dedicado también a promover los derechos de los actores y a la actividad política en el Polo Democrático. -Se conmemora en Francia y en el mundo el centenario del nacimiento de Marguerite Duras, la prestigiosa escritora francesa. -Durante el festival de teatro alternativo de Bogotá, las madres de Soacha, bajo la dirección de la Corporación Colombiana de Teatro y Patricia Ariza, conforman con varias actrices el elenco de la obra ‘Tribunal de Mujeres’, historia de una catarsis. -La Secretaría de la Mujer del DC dice que el gobierno nacional se ha demorado en tomar acciones contra los ataques con ácido. Esa Secretaría presentará una aplicación para teléfonos inteligentes que permitirá a la ciudadanía reportar casos y dar información al respecto.


-Durante el Foro Urbano Mundial reunido en Medellín participaron destacadas mujeres dedicadas al estudio de las ciudades y sus problemas en general. Saskia Sassen, copresidenta del Comité de Pensamiento Global y ganadora del Premio Príncipe de Asturias fue una de ellas. Y Ángela Mwai, directora de la Unidad de Género de ONU-Habitat, quien lideró el debate acerca del tema “Sin equidad de género no hay equidad en las ciudades”.

Teatro. El diario barcelonés La Vanguardia las considera “verdaderas Antígonas”.

-Christine Lagarde, presidenta del FMI, publica su primer informe donde dice que poco a poco se llegará a la estabilidad y que la economía mundial tendrá un crecimiento lento en los próximos años.

-Verónica Botero y Ana Leiderman, pareja gay de Medellín, al no obtener la definición de su tutela ante la Corte Constitucional para que Verónica tenga plenos derechos sobre los hijos biológicos de Ana, acudirán a la Corte Interamericana.

-A Kevin Jaramillo, exnovio de Tatiana Fandiño, la joven que apareció desmembrada y enmaletada el 25 de marzo en Bogotá, se le imputaron cargos de homicidio. -Ana Moreno, coordinadora del 7 Foro Urbano Mundial, que terminó exitosamente en Medellín, dice que en la coyuntura del debate sobre las urbes se está cambiando el “statu quo”. Que las ciudades se deben entender como un todo, no solo físico sino humano, pues son las personas las que forman las ciudades. -La Policía de Bogotá aumentó a 50 millones de pesos la recompensa por la información que permita encontrar al asesino de Luisa Fernanda Ovalle, porrista del equipo Millonarios, muerta el 30 de noviembre. -La obra “Medea”, presentada por Tomas Pandur en el Festival de Teatro se considera una de las más apetecidas pues el montaje permite ver el encierro al que Medea está condenada en un mundo masculino, sordo e inamovible. -Se destaca la actuación de las madres de Soacha, quienes representaron la obra “Antígonas, tribunal de mujeres”, durante el Festival Alternativo de

-La presidenta de Chile Michelle Bachelet ha estado a la cabeza de las labores para combatir el incendio que se presentó en Valparaiso, el más grave en la historia de esa ciudad. Expresa que dedicará todos los recursos necesarios para la reconstrucción.

-Por segundo año la Dirección Mayor del Fútbol Colombiano adhiere a la jornada para rechazar la violencia contra las mujeres, llamada “No es hora de callar”, creada por la periodista Jineth Bedoya, que se realizará en todos los estadios del país. -En este mundo globalizado y cibernético se crea un “Club para las malas madres del siglo XXI” por Margarita Plaza, una bloguera española. Es una forma de protestar ante las continuas críticas por no ocuparse permanentemente de sus hijos y su hogar. -Al morir García Márquez numerosos comentaristas, críticos y amigos del escritor, hacen el elogio de Mercedes Barcha: sin su amor dedicado e incondicional, sin su valor y su fuerza, García Márquez no habría alcanzado la dimensión que logró. -En Afganistán el gobierno trató de pasar una ley para que mujeres abusadas no puedan defenderse legalmente. Y en Pakistán una comisión creada para estudiar el problema dice que existe tolerancia en ese país hacia los asesinatos por honor. -El Consejo Nacional Electoral confirmó la legitimidad de la candidatura conservadora de Marta

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Lucía Ramírez, que había sido demandada después de la Convención Conservadora.

pues beneficia más a los proxenetas que se aprovechan de ellas, como se ha demostrado en Europa.

-La gran escritora mexicana Elena Poniatowska recibe el premio Cervantes en Madrid. Se declara eterna feminista, se considera una “Sancho Panza femenina” e informa que donará un texto secreto –para ser revelado en diez años– al Instituto Cervantes.

-Avanza en la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados de México el proyecto para que el apellido materno pueda preceder al paterno en las actas de nacimiento. Fue presentado por la diputada del PRD, Alfa Eliana González Magallanes.

-La galería Casa Cano presenta una colectiva de 14 jóvenes mujeres artistas, casi todas ellas representativas de la visión femenina del mundo. -Ricardo Molina Araújo, miembro de una familia destacada del Cesar, disparó 16 veces contra su esposa, Sildana Maestre Maya, quien se encuentra muy grave. -Durante el Festival de la Leyenda Vallenata las mujeres reclaman ser reconocidas y ganar protagonismo en ese género musical, tradicionalmente reservado a los hombres. -Cada día se incrementa más la figura de la “Doula”, para ayudar a las mujeres durante su embarazo y el parto. Existe en Bogotá la organización Unkay, que realiza ese acompañamiento. -La exfiscal general Martha Lucía Zamora renuncia a su cargo en esa entidad por falta de apoyo en las difíciles misiones que debió adelantar, con grave riesgo para su integridad personal. -Nuevos y dramáticos testimonios sobre violencia sexual se dan a conocer en El Espectador el 27 de abril. -El Senado de Colombia está a punto de aprobar el proyecto de ley 79 de 2013 que reglamenta la prostitución en el país, y que constituye una discriminación contra las mujeres que la ejercen,

258 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

-La película Mateo, de la cineasta colombiana María Gamboa, que trata sobre el conflicto colombiano, en particular la resistencia pacífica en la zona de Barrancabermeja, ha tenido excelente acogida en los festivales de cine centroamericanos. Pronto se presentará en Colombia. -Según el informe presentado por la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, 869 mujeres murieron “por crímenes de honor” en el año 2013; en el 2012 fueron 913 y en 2011, 943; todas cifras aterradoras, y más aún cuando se sabe que muchos de ellos son cometidos por parientes de las víctimas.

Mayo -Se presenta en la Feria del Libro el segundo volumen de Mujeres Poetas del siglo XX, publicado por Guiomar Cuesta Escobar y Alfredo Ocampo Zamorano en su sello Apidama Ediciones. -En julio se celebran los 30 años del Encuentro de Mujeres Poetas de Roldanillo, Valle, que dirige Águeda Pizarro. -El Espectador registra la renuncia “por machismo” de la decana de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional, Claudia Jiménez Escobar. Asimismo dice que la tasa de mujeres docentes en la Universidad Nacional -28%-es la más baja entre las universidades de América Latina.


-En Nigeria el grupo de extrema islamista Boko Haram, dirigido por Abubakar Shekau, reconocido por sus aterradoras demostraciones de violencia, tiene secuestradas 285 niñas a las que ha amenazado con vender como esclavas, después de haberlas violado. Numerosas organizaciones internacionales y algunos países han intercedido a favor de las pequeñas, sin éxito hasta ahora. -En el departamento de Cundinamarca no se han formulado políticas públicas a favor de la mujer. Sin embargo la Secretaría de Desarrollo Social y la Alta Consejería para la Equidad de la Mujer han desarrollado capacitaciones con funcionarios municipales para prevenir las agresiones, que son muy altas en el departamento. -En la Red Pública de Hospitales de Bogotá las mujeres podrán decidir si donan su membrana amniótica-el tejido que cubre la placenta- en el momento del parto, para ser utilizada en el tratamiento de úlceras y quemaduras. Con las donaciones recibidas se han realizado procedimientos que favorecen a numerosas personas. -La atleta colombiana Caterine Ibargüen sigue obteniendo triunfos: ganó la importante competencia de salto triple en Doha. -Lady Tabares, la joven actriz antioqueña de La vendedora de rosas, salió de la cárcel de Valledupar donde purgaba una pena de 26 años –ha cumplido 12 de ellos-, para cumplir detención domiciliaria en Medellín, donde podrá estar cerca de sus pequeños hijos. -Se reconoce la lucha de las mujeres anónimas de distintos sectores de Bolívar, quienes día a día le hacen el quite a la violencia. Los Montes de María es una zona donde hay más mujeres abusadas.

Aunque entre mayo y septiembre se registraron otras noticias, en el momento de cierre de edición resaltamos las siguientes:

28 de agosto de 2014

Corte autoriza a una pareja del mismo sexo la adopción de dos niños7 Ese derecho es solo para cuando uno de los reclamantes es la madre o el padre biológico del menor. La Sala Plena de la Corte Constitucional dio vía libre este jueves a que Verónica Botero y Ana Elisa Leiderman, una pareja de lesbianas, puedan adoptar dos niños, siendo esta una decisión histórica para el país. En una votación de seis a favor y tres en contra, el tribunal constitucional dijo que la orientación sexual no puede ser obstáculo para poder adoptar. Sin embargo, aclaró que la adopción por parte de estas parejas solo puede ser en los casos en los que uno de las reclamantes es la madre o el padre biológico del menor y debe cumplir antes con el trámite ante las autoridades competentes, en este caso del Bienestar Familiar. Así se resolvió una tutela interpuesta por la pareja Verónica Botero y Ana Elisa Leiderman, quienes por cinco años exigían el derecho a adoptar, luego de que el ICBF les rechazara la petición.

7 http://www.eltiempo.com/politica/justicia/corte-avala-adopcion-apareja-de-mujeres-gay-en-colombia/14451558

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18 de junio de 2014

Aprobado proyecto de ley del feminicidio8 En la plenaria del Senado de la República del 18 de junio de 2014, al término del período constitucional, fue aprobado por mayoría absoluta, el Proyecto de Ley No. 107 de 2013 – Senado, “por el cual se crea el tipo penal de feminicidio como delito autónomo y se dictan otras disposiciones”. Esta iniciativa se suma a los significativos logros de la Comisión Legal para la Equidad de la Mujeres del Congreso de Colombia lideró, en orden a promover y garantizar a las mujeres el ejercicio de sus derechos humanos y sus libertades

8 http://gloriainesramirez.com/index.php?option=com_content&vie w=article&id=282:aprobado-proyecto-de-ley-del-feminicidio&catid =17:ley&Itemid=23

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ciudadanas. De autoría de la H. Senadora Gloria Inés Ramírez Ríos, el proyecto de ley fue nuevamente presentado a consideración del Congreso el 25 de septiembre del año pasado, con la coadyuvancia del Centro de Investigación en Justicia y Estudios Críticos del Derecho, CiJusticia, de la Secretaría de Mujeres del Distrito Capital, de la Secretaría de las Mujeres de la Alcaldía de Medellín, de las integrantes de la Comisión de la Equidad de la Mujer del Congreso de Colombia, el apoyo nacional e internacional de ONU Mujeres y una alianza de personalidades y organizaciones del Movimiento de Mujeres de América Latina y Europa. El proyecto de ley hizo tránsito a la Cámara de Representantes en la nueva legislatura que se inició el 7 de agosto de 2014.

Portada y carátula del libro de Soledad Acosta de Samper, “La mujer en la sociedad moderna” (París, 1895), publicado en la colección Biblioteca Contemporánea por la Casa Editorial Garnier Hermanos. Fotografía: Mónica Sánchez Bernal (2014)


Las mujeres y los libros


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BIBLIOTECA DIGITAL DE ESTUDIOS FEMINISTAS Y DE GÉNERO OFELIA URIBE DE ACOSTA

la salvaguarda de los derechos de autores y autoras, por cuanto cuenta con los dispositivos técnicos especializados para el caso.

Con gran satisfacción compartimos la buena nueva para el movimiento feminista, el movimiento social de mujeres, académicas, investigadoras, militantes apasionadas, todas las personas interesadas en estos debates y campos de estudio: en el curso del segundo semestre del 2014 contaremos con la BIBLIOTECA DIGITAL DE ESTUDIOS FEMINISTAS Y DE GÉNERO OFELIA URIBE DE ACOSTA, BDEFG, cuya página web estará albergada en el portal del Sistema Nacional de Bibliotecas de la Universidad Nacional de Colombia.

Igualmente, nos ofrece posibilidades para el logro de varios propósitos académico-políticos e institucionales que convergen en la biblioteca: ampliar la presencia, difusión de la información académica y científica producida por los Estudios de mujeres, de género y feministas, con énfasis en la producción del país y de la región; contribuir a la democratización y universalización del acceso a estos saberes especializados sobre la temática como estrategia clave para aportar a la transformación de las inequidades sociales por razones de género, clase, etnicidad y raza; ayudar al fortalecimiento de la equidad de género e inclusión social en las actividades misionales formativas, investigativas y de extensión de las universidades colombianas.

Conquistando territorio en el ciberespacio

Esta apuesta abre nuevos horizontes para la circulación de saberes y prácticas feministas, ampliando el radio de acción del Fondo de Documentación Mujer y Género Ofelia Uribe de Acosta, pionero en el país en la divulgación de la producción especializada en la temática, desde su fundación en 1994 por parte del entonces Programa de Estudios de Género Mujer y Desarrollo, hoy Escuela de Estudios de Género, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia. En la creación de la BDEFG, la experiencia de aprovechamiento de nuevas tecnologías de la información y la comunicación (Tic) del Sistema Nacional de Bibliotecas de la UN, SINAB, y de las bibliotecas del mundo, en particular, para los repositorios universitarios, ofrecen garantía de sostenibilidad y la posibilidad de la consulta universal en acceso libre. Además, ofrecen la seguridad, tanto para la preservación de los materiales como para

La BDEFG es posible gracias a las sinergias de múltiples actores y esfuerzos que se están tejiendo do a su alrededor, en especial al proyecto macro Fortalecimiento de Capacidades relacionadas con la Equidad de Género en la Educación Superior en Colombia, FEGES, del cual hace parte esta iniciativa. En el proyecto FEGES participamos la Fundación Universidad Central, la Universidad Industrial de Santander, la Fundación Universidad Autónoma de Colombia, y la Universidad Nacional de Colombia, con la subvención del Gobierno de los Países Bajos otorgada en 2010,y la asesoría de MDF Training & Consultancy y la Universidad de Utrecht. ¡INVITAMOS A LA CONSULTA DE LA BDEFG Y A SU ENRIQUECIMIENTO!

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Justicia de género, un asunto necesario

Isabel Agatón Santander Editorial Temis, Obras jurídicas, Bogotá, 2013. Mercedes Hernández Argueta Directora Asociación de Mujeres de Guatemala, AMG. Prólogo pp. XIII-XVII.

La justicia de género es un asunto necesario, sentencia el título. Y esta es una verdad que no admite concesiones. Así lo ha evidenciado la tradición intelectual y, a la vez, movimiento social, que más ha cuestionado y ampliado las -en tantas ocasiones- discriminatorias y hegemónicas concepciones acerca de la Justicia, y de otros asuntos medulares de la democracia, durante más de tres siglos: el feminismo. La democracia está en deuda con las mujeres. Y ha sido también la crítica feminista la que ha desvelado que históricamente por «gobierno» se han podido entender cosas muy diferenciadas, pero que por «todos» tradicionalmente se ha entendido una sola, todos, en masculino intencional. Isabel Agatón Santander denuncia esta realidad a lo largo y ancho de este libro mientras analiza y explica, con extraordinaria sencillez, la compleja y misógina arquitectura de un Derecho y de unas leyes construidas a medida para consolidar y salvaguardar ese modelo social que sólo reconoce a los investidos

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por la potestas de la ley como ciudadanos y que fue pactado sobre la exclusión de las mujeres. La iniquidad de género, sí iniquidad, ha sido norma en la medida en que la justicia social ha abdicado, tanto en su abordaje teórico como en la práctica cotidiana, de la justicia de género. Así, el Derecho ha tenido la pretensión de convertir en hechos naturales los roles, los estereotipos y los mandatos de género impuestos a las mujeres a través de reiterativos procesos de socialización que se han servido de las normas jurídicas para su mantenimiento. Ese intento de naturalización de las opresiones hacia las mujeres, que ha llegado incluso a negarles el derecho a tener derechos, es también abordado y denunciado en esta obra. Lo es desde la certeza de que los Derechos Humanos que legitiman la(s) democracia(s) son sexuados y generizados, y no han sido igualitarios ni neutrales; más bien, en infinitas ocasiones han privilegiado esa nada inocente, ni casual, primacía androcéntrica y patriarcal. Falazmente, el Derecho se ha erigido, sobre todo en el campo discursivo, como un precursor de la neutralidad y de la objetividad. Mientras, ha modelado la realidad social no sólo como no-neutral, en sentido general, sino como androcéntrica en sentido específico. Lo cual hace impostergable consolidar una crítica jurídica feminista dedicada, en palabras de la autora, a “desvirtuar atributos propios del ámbito jurídico, como la neutralidad, la completitud y la coherencia, y hacer visible el carácter de subordinación de las mujeres y de la dominación masculina, sustentadas en disposiciones normativas y en decisiones judiciales.” Del Derecho, Alicia Ruiz sostiene: “En tanto orden impuesto, prescribe lo que se debe y no se debe hacer, decir o pensar, y, sin que se lo advierta, opera naturalizando ciertos vínculos y relaciones, a través del mecanismo de la legitimación selectiva de algunos de ellos. Marca los modos en que calificamos nuestras conductas y las de los que nos


rodean”. A lo que Agatón agrega: “Es a partir del derecho que se estatuyen las calidades de mujer, hombre, menor de edad, padre de familia, cónyuge, y estas definiciones son algo más que atributos legales; son, por sí mismas, identidades y subjetividades que aparecen condicionadas por ese discurso jurídico.” O, dicho de otra forma: “Lo que el derecho dice es escuchado y reproducido en la sociedad y, de la misma manera, lo que sostienen los otros operadores sociales es recogido y volcado en las sentencias judiciales.” 1 La justicia de género ha conseguido hacerse de un espacio autónomo y de suficiente reconocimiento en el campo narrativo y social discursivo gracias a que, como señala la autora, “la crítica feminista al derecho increpa su narrativa, su historia y sus resultados”. Pero mantiene una contienda, no pocas veces feroz, y por lo mismo desgastante y agotadora, contra profundas resistencias endógenas y exógenas: la mayoría de ellas de marcado tinte conservador, que ocultan y dinamitan sistemáticamente el potencial emancipatorio del Derecho. La Justicia de Género se edifica en la necesidad de cuestionar el derecho, como una obligación ineludible sustentada en la necesidad de limitar todo ejercicio del poder que desconoce, vulnera y trasgrede la dignidad humana y que no requiere justificación distinta a la posibilidad de ser; interrogarlo, dudar de su objetividad, acompañarlo de una necesaria mirada de sospecha es empezar a reconocer y advertir su potencial emancipatorio. Su consolidación parte de reconocer que el derecho por sí mismo puede constituirse en una herramienta para materializar la justicia social; que esa desigualdad que él mismo cohonestó puede y debe ser corregida por él, a través de acciones afirmativas, nuevas prácticas del derecho, reformas normativas y declaratorias de inconstitucionalidad de normas que atentaron contra la igualdad.

1

En este sentido, el análisis progresivo-regresivo propuesto por Agatón demanda que: Legisladores, operadores jurídicos y responsables de la ejecución de políticas públicas, deben reconocer las circunstancias históricas de desigualdad y discriminación de las mujeres y la grave afectación producto de la violencia que las enfrenta a un victimario, no a un igual. La vida de las mujeres es un bien jurídico (sobre) expuesto a diferentes ataques. Para prevenirlos y proteger ese bien de manera efectiva y eficiente se hace urgente, según la autora -citando a Alda Facio-, una teoría crítica del derecho que pretenda “efectuar un cambio radical de perspectiva respecto de las teorías tradicionales en la observación del fenómeno jurídico. Debe vincular el Derecho con los procesos histórico-sociales en permanente transformación. Debe no sólo describir al objeto Derecho, sino que, al hacerlo, lo debe afectar”. Y esa afectación permanente dota a la dinámica jurídica de una plasticidad jamás estática, que reviste de obligatoriedad “la adopción y la revisión periódica de legislación sobre la violencia contra la mujer, el acceso a la justicia y a recursos efectivos y la gestión de políticas y programas encaminados a proteger y apoyar a las mujeres víctimas de la violencia.” Por sí misma, sabe Agatón Santander, una perspectiva analítica de las falencias del Derecho nunca sería suficiente. Por esta y otras razones -huelga subrayar que cada una de sobra argumentada- la autora también señala diferentes aplicaciones que exceden la propuesta teorética de su obra. El ejemplo más claro es la propuesta, incluida en el contenido del libro, para la tipificación del feminicidio en Colombia, a través de una ley con nombre que -como tantas-, hace las veces de homenaje y asume funciones de memoria histórica: Rosa Elvira Cely.

Sofía Harari y Gabriela Pastorino. Acerca del género y el derecho.

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El desarrollo de la categoría de análisis y tipo penal feminicidio es, sin duda, una respuesta a la necesidad, ya asumida por otros países de Latinoamérica y por organismos internacionales como el Consejo Académico de Naciones Unidas, a través de la Declaración de Viena sobre Feminicidio (2012), de una terminología capaz, en contenido y continente, de abordar con eficiencia y eficacia los asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres, y otras formas de violencias por motivos de género, en el marco de la justicia nacional territorial y extraterritorial, e internacional. Aquí, Agatón vuelve a confrontarnos con la capacidad nominativa de la ley y su continua contienda en el campo discursivo. El feminicidio es definido por la autora como: El resultado de un continuum de violencias que se ejerce contra las mujeres, en el ámbito público o privado, como una manifestación del poder y control que ejercen los hombres sobre la libertad, la intimidad, el cuerpo, el pensamiento y la vida de las mujeres, avalado culturalmente, consentido hace un tiempo por el derecho explícitamente y actualmente ignorado en las decisiones judiciales. El carácter sistemático y generalizado de la violencia contra las mujeres en el marco de la violencia sociopolítica y del conflicto armado en Colombia se aborda en Justicia de género: un asunto necesario, a través de una resignificación de la normativa jurídica actual, y es también una inducción que va más allá del derecho comparado, incidiendo en la revisión con mirada feminista de la historia reciente de Colombia y del reto histórico de consolidar la Paz: que no podría asentarse sobre la impunidad de los crímenes por razones de género. Para ello, con base en los casos Akayesu y Furundzija, cuya sentencias determinan que la violación y la violencia sexual pueden constituir genocidio, o la Sentencia Celebici, donde el Tribunal determinó que el crimen de violación reunía los elementos que configuraban la tortura, Agatón recuerda la importancia de mantener presente que “hombres

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y mujeres son afectados por diferentes formas de violencia, de acuerdo con los roles que desempeñan en la sociedad y las relaciones que se establecen entre ellos” como señala Diana Guzmán. Entre las más valientes apuestas planteadas por Agatón en este libro, sin duda, está la defensa del Derecho a Decidir, basada en la maternidad como elección racional y no como destino supuestamente ineludible. Como explica magistralmente Celia Amorós: “Si la Humanidad ha de reproducirse no sólo como especie zoológica sino con plena autoconciencia cultural, entonces la maternidad implica, además de la preparación de un útero receptivo, también la elaboración de un regazo psíquico donde el niño que nacerá pueda ser esperado, esto es, pensado y amado, incluso antes de ver la luz...” Ser madre de forma impositiva, como denuncian Agatón y Amorós, es violento e inhumano. Pero la violencia y la inhumanidad han sido la marca de la casa cuando del Derecho a Decidir se trata; sigue Amorós: “Curiosamente, las delicadas sensibilidades que condenan el aborto por su apasionado e incondicional aprecio de la vida no suelen poner el mismo énfasis ni desplegar la misma militancia en la condena de las guerras. Se ve que cuentan con la docilidad y la incondicionalidad con que los úteros femeninos vayan a reponer las vidas humanas.” Y la historia confirma que ser antiabortista no es directamente proporcional al compromiso con la vida humana, ni a la defensa de ésta. La defensa a ultranza de la vida del no nacido, frente a los derechos de las mujeres ha tenido entre sus filas a dos de los más enérgicos y conocidos antiabortistas de todos los tiempos -Hitler y Stalin-, quienes inmediatamente después de asumir el poder convirtieron en delito la comisión de abortos antes legales. Criminalizar el Derecho a Decidir también fue la elección de Mussolini y Ceaucescu. La lista de dictadores y tiranos nacionalistas que se decían provida es interminable. Al día de hoy una sencilla búsqueda por internet puede confirmar que todas


esas organizaciones y personas que se declaran provida (cigótica, embrionaria y fetal, claro), no han denunciado un solo feminicidio. Agatón recorre los tres métodos de análisis jurídico feminista propuestos por Katherine Bartlett, a la vez que los describe en el primer capítulo: la pregunta por la mujer, la razón práctica femenina y la generación de conciencia.2 Dentro de las críticas jurídicas feministas estos métodos destacan porque intentan, con buen resultado, evidenciar las desventajas basadas en el género; alertan sobre ciertas formas de injusticia que, de otro modo, pasarían inadvertidas y potencian la importancia de la creación de conciencia (como meta-método) y como proveedora de una subestructura para otros métodos feministas. El eclecticismo y versatilidad de Isabel Agatón Santander es manifiesto cuando piensa junto a otras prestigiosas y consolidadas autoras como Catherine MacKinnon, Isabel Cristina Jaramillo, Susan Estrich, Alda Facio, Helena Alviar o Judith Gbrich. Bebe de estas y de otras muy diversas fuentes mientras consigue desarrollar una hermenéutica propia. En ella dedica buena parte del ensayo a la política del reconocimiento, también local, exponiendo el importante legado de juristas como Mónica Roa, Luisa Cabal, Lilian Sepúlveda y Diana Guzmán, entre otras. También destaca las buenas prácticas de organizaciones colombianas que han dedicado su esfuerzo a un instrumento que considera imprescindible: el litigio estratégico; una

2

herramienta de comprobada eficacia en un programa de expansión de los Derechos Humanos de las mujeres. Advierte también sobre “cómo el litigio de alto impacto y el litigio internacional, a pesar de constituirse en importantes estrategias políticas para el reconocimiento de los derechos humanos, son mecanismos aún inexplorados por litigantes y organizaciones de mujeres.” Jurista y poeta, Agatón eleva la justicia de género a la condición de ideal interpretativo y de componente indispensable de la justicia social. Y admite que como tal no existe. No aún. Pero usa eficientemente esta categoría como ideal crítico y parámetro de medición para desvelar las exclusiones, las asimetrías de poder y los enormes retos que se abren ante una utopía con aspiraciones de poder y de autoridad. Poder y autoridad para administrar la realidad pero, antes de eso, para nombrarla. Porque, como ya lo anticipó en una de sus conferencias magistrales en Europa, ‘Feminicidio: legado de la práctica y de la narrativa jurídica feminista’: “Narrar es nombrar lo innombrable. Es sacar las palabras del sepulcro del olvido y hacer de ellas la denuncia viva.” Ojalá esa denuncia viva encuentre el eco del que está urgida.

Madrid, julio de 2013

Agatón se inclina por la traducción de Isabel Cristina Jaramillo de Feminist Legal Methods: Women Question, Feminist Practical Reasoning and Consciousness-Raising.

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Del amor y otras pasiones. Elites, política y familia en Bogotá, 1778-1870. Guiomar Dueñas Vargas Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2014. Carmen Elisa Acosta Peñaloza Departamento de Literatura Universidad Nacional de Colombia

El tono de un texto, ese ambiente inaprensible en el que se producen las palabras, es el gusto que se espera generar en quienes se aproximen a su lectura. El tono fue el problema para dirigir este texto. Había muchas ideas agolpadas en la presencia de la investigadora Guiomar Dueñas, en las tres temporalidades evocadas en su libro, la del siglo XIX, la de la investigación y la de la lectura presente; y en las posibilidades de hacer historia y construir nuevos discursos, para apropiarse de una realidad que sin ella podría mantener los límites que le ha forjado el olvido. Leer el pasado a través de los ojos de los contemporáneos es no sólo ubicarse en un tiempo construido en discurso, sino escuchar las voces que dinamizan nuestro entorno porque creen en la posibilidad que tiene la palabra de transformar las realidades que conforman las vidas. Leer a los ojos de la historia exige aceptar la mediación de otros textos,

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ampliar las definiciones y las posibilidades de las voces del pasado. Se trata de leer sobre puentes que permiten materializar en el presente un texto y ubicarlo en nuevas preguntas. En esta perspectiva, rescatar textos y configurar discursos es el motivo primordial de la investigación de Guiomar Dueñas. Se rescatan las cosas cuando se les da por perdidas o corren el riesgo de desaparecer. Siglo y medio después, le adjudica una nueva temporalidad a una serie de textos, y les amplía sus horizontes de recepción. Así, construye un nuevo objeto en el presente, la historia de las emociones como una nueva posibilidad de diálogo, mediación y acción. El diálogo inicia cuando se hace necesario volver a la pregunta sobre la importancia de revisar la historia del siglo XIX y quizá dar respuestas a problemas que desde otras historias, la política y la económica, no ha sido posible responder. Ahora pueden resolverse y formular nuevos interrogantes, desde la apelación a las diversas formas de representación. Es así como la investigación permite volver sobre esa función social de la historia, al revisar cómo han sido leídos los discursos en el tiempo, y en un juego entre memoria y olvido han permitido la creación de imaginarios que activan la experiencia de lo cotidiano, particularmente las relaciones amorosas, cotejos, noviazgos y matrimonios. La escritura autobiográfica, la epistolar y los diarios, y las posibilidades que genera frente al cambio de perspectivas y horizontes, están situadas en los problemas de la tradición y las tradiciones, en las tensiones entre nación y narración en el siglo XIX colombiano. Ante el libro hoy presentado la pregunta se desplaza a qué es lo que se olvida y la necesidad de formular respuestas sobre una realidad actual. Dado lo anterior, el libro va dirigido a la necesidad de revisar la relación entre lo marginal y lo


excepcional en las perspectivas femeninas y masculinas, y cómo las voces de lo íntimo transforman la perspectiva en la tradición historiográfica. Guiomar plantea formas de mediación entre el texto y los lectores del presente en su deseo de proponer otra historia cultural. Allí, se ubica en el oficio de la escritura y de la lectura como conjunción de temporalidades, construye diálogos entre lo biográfico y lo autobiográfico, en casos que la escritura se multiplica en los otros y en nosotros, sus lectores. La indagación que presenta Dueñas permite pensar en los cambios, las variaciones en “las emociones relacionadas con el amor entre los sectores de la élite burguesa que vivieron temporal o permanentemente en Bogotá desde finales de la Colonia hasta 1870” y relacionar dicha vida emocional con otras manifestaciones de la modernidad burguesa neogranadina, como la política y la cultural. Cómo ayudaron a transformar el significado del amor y contribuyeron a delinear modelos de feminidad y masculinidad afines a la sociedad burguesa.

Leer un diario íntimo o una correspondencia amorosa, o que al menos simula serlo, produce una mirada que goza del secreto, pero a la vez, permite la experiencia de ver cómo esa intimidad lucha por salir y ubicarse en el umbral de lo público, acción posible por medio de la escritura. Así, el lector frente al texto se convierte en el interlocutor directo de una intimidad frente a otra. Sin despojarse de esta oportunidad, se hace biógrafo, un historiador preocupado por el tiempo, y la experiencia de lo íntimo como una opción posible, en la búsqueda de lo particular hecho historia. El historiador descubre la relación entre la memoria de la colectividad y su práctica en la individualidad, en la manera como se forjan los afectos y las convenciones. El lector tiene acceso, entonces, a una perspectiva que puede someter la historia de lo colectivo a su formulación desde los espacios de lo individual. Una forma de la microhistoria que haga posible en una historia más amplia relacionar las memorias colectivas con las memorias autobiográficas.

Remite a preguntarse sobre la experiencia de lo femenino y lo masculino en la escritura, y a la vez, de afrontar el problema de su época sobre la autoría y las tensiones entre lo público y lo privado, tan importante desde el romanticismo. El romanticismo entendido como las tendencias emocionales de la época, en las que se da una gradual transformación de la representación de las emociones y de las costumbres en el amor y en los cambios en la selección de pareja.

La reflexión sobre el romanticismo y su relación con la identidad y la intimidad de las élites bogotanas permite así la relación doble entre imaginación y sensibilidad en conexión con la patria, la religión y el amor. La elección de la pareja, el cortejo y el matrimonio (la sexualidad, la maternidad, los hijos, la domesticidad) se van desplazando entre libertades, concesiones y sumisiones. ¿Qué tipo de emociones despertaba la imposición de la pareja? Leemos que Amalia, hija de Tomás Cipriano de Mosquera contrae matrimonio con Pedro Alcántara Herrán, 41 años mayor que ella, o el amor como gesto social en Francisco José de Caldas; ¿cómo participaban las relaciones regionales en la conformación de los afectos? Por ejemplo las redes familiares entre Bogotá y Popayán, las diferencias con Santander, la escogencia de la pareja como una forma de establecerse en la capital, lo que era determinante para el avance social y laboral. ¿Cómo lo permitido y lo no permitido interviene en los procesos de flexibilización

Lo íntimo dispone inmediatamente a la lectura, configura un lector entrometido, curioso, cómplice y, a la vez, distante. Este hecho se amplifica con el relato que elabora la profesora. El lector siente que estará compartiendo con el texto aquello que pertenece a un mundo particularmente cerrado, que semejante al propio, sólo se abre a los otros en muy pocas oportunidades pero, por lo mismo, se permite ciertas licencias no comunes en otros discursos.

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social? Son muchos temas: el caso de las Ibáñez, la guerra de independencia, las confrontaciones regionales, el impacto de la esclavitud en la vida emocional, las redes familiares y la reconceptualización de la masculinidad, por nombrar solo algunos.

Las mujeres, que leen, son peligrosas Stefan Bollmann. Prólogo de Esther Tusquets Maeva Ediciones. Madrid, 8ª. Edición, 2009 María Eugenia Martínez

“Develar la construcción de la subjetividad bajo la influencia del romanticismo” es un interés central del libro del que deviene la tensión entre dicho romanticismo, las normas católicas y las conductas. Las élites tenían tiempo y condiciones materiales para cultivar sus sentimientos. Eran mujeres que cultivaban la escritura, sin duda unas más que otras y hombres que desde el ejercicio de lo público sabían su valor y el manejo adecuado de las convenciones. Del amor y otras pasiones remite así a múltiples diálogos y anuncia futuras vías de investigación. Podemos imaginar a estos hombres y mujeres de los que hemos conocido sus voces, dialogando con las voces de los personajes de novela, al tanto de las diversas estrategias del modelo de novela epistolar de Rousseau en Julia o la Nueva Eloisa, la correspondencia de los amados en la novela La Paloma de Alejandro Dumas, leída por los neogranadinos en el afán despertado por las entregas del periódico El Pasatiempo (1851) y entre otras, la voz de la tragedia frente a la lepra en la correspondencia de Dolores con su primo, en la novela del mismo nombre, escrita por Soledad Acosta y publicada en el periódico El Mensajero (1867). El romanticismo como vida y como expresión de las emociones en diarios y correspondencia íntima que pone en diálogo Guiomar Dueñas, al igual que la literatura, se centraban en la búsqueda de la felicidad y las maneras de regular el gusto, lo que sin duda alguna dio una función a la palabra, a la historia y su relato en la manera como se establecieron y se establecen hoy dichas emociones.

270 Mujeres, lenguajes y escrituras transgresoras

Este libro es un sensacional homenaje a las mujeres lectoras. Contiene una serie de pinturas, dibujos, grabados y fotografías de mujeres lectoras desde la Edad Media hasta nuestros días. Cada ilustración se complementa con anotaciones tanto del autor como de la obra, de la mujer que lee y del libro que está leyendo. Es no solamente un trabajo artístico, sino que está lleno de comentarios que enriquecen su contenido.

Las mujeres que escriben también son peligrosas

Stefan Bollmann. Prólogo de Esther Tusquets Maeva Ediciones. Madrid, 3ª. Edición, 2011 María Eugenia Martínez En este otro libro los mismos autores proponen repasar la trayectoria de las escritoras más destacadas en la historia, del siglo XII hasta la actualidad. Desde las precursoras Cristine de Pizan, las hermanas Brontë o Jane Austen hasta mujeres


El lector común. Virginia (Stephen) Woolf. Traducción de Daniel Niza. Edición de Bolsillo. Madrid, España, 2009. María Eugenia Martínez

ciertamente excéntricas como George Sand o Virginia Woolf; y otras muy valientes, como Irène Némirovsky, o las grandes voces femeninas de la literatura mundial contemporánea, como Toni Morrison y Doris Lessing. Es un libro que nos muestra cuánto desconocemos el aporte literario de las mujeres. Bollman y Tusquets coinciden en que la lectura y la escritura han sido dos actividades que han contribuido al prolongado camino de la liberación de las mujeres. Se aproximan a lanzar unas hipótesis y sostienen que la lectura fue una actividad iniciada por las mujeres de las élites en el siglo XII, y la escritura, en el siglo XVIII, es decir, que para dar el paso de receptoras a productoras de visiones del mundo y la sociedad, tuvieron que pasar seiscientos años. Seis siglos para que el acceso de las mujeres a las letras se democratizara. Desde que algunas mujeres decidieron romper con la prohibición, el control y la orientación de la lectura y la escritura, ellas han emprendido el camino de la construcción de sus propias identidades y la defensa de su intimidad, ampliado sus perspectivas de vida, desatendido las labores de servidumbre y, sobre todo, han liberado tiempo para dedicarse al placer de leer y escribir.

En este libro Virginia hace resplandecer el arte literario femenino. Realiza un despliegue de su disciplina, al estudiar la literatura inglesa moderna, especialmente la escrita por mujeres, durante el siglo XIX. Elabora varios ensayos y se pasea por los textos de Jane Austen, Jane Eyre, Mary Ann Evans (quien publicaba como George Eliot), Charlotte y Emily Brontë, Mary Wollstonecraft, Dorothy Wordsworth y Christina Rossetti, entre otros, ya que también analiza algunos escritores. De las obras literarias, particularmente novelas, extrae el más profundo significado de sus libros. Resalta cómo estas mujeres pioneras de la novela femenina, en el nor-occidente del mundo, hacen una invitación a pensar la vida en contraste con las historias guerreras; suscitan la reflexión sobre

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la condición humana de las personas del común, miran hacia lo pequeño y no solamente hacia los héroes y poderosos. Al compararlas con los griegos, dice: “En verdad, por supuesto, que estos tipos del hombre y la mujer originales, estos reyes heroicos, estas hijas fieles, estas reinas trágicas que recorren las épocas con paso majestuoso, plantando siempre los pies en los mismos lugares, sacudiéndose sus ropajes con los mismos gestos, por hábito, no por impulso, se encuentran en la más fastidiosa y desmoralizadora compañía del mundo”. (p.17). En algún momento llega a expresar el aburrimiento que causa la persistencia de la lectura que da cuenta del elogio a las armas y los crímenes. Hace comparaciones de género; destaca que Jane Austen refiere chistes de la vida familiar, “estocadas de sátira infalibles porque todos los pequeños Austen se mofaban en común de las finas damas que suspiraban y se desmayaban en el sofá… Es el sonido de la risa… Eliminemos mentalmente la animación de la superficie, la semejanza con la vida, y ahí permanece, para proporcionar un placer más intenso, un discernimiento exquisito de los valores humanos”. (pp.4550). Destaca cómo en las novelas de estas escritoras modernas, ellas nos invitan a desentrañar la complejidad de la naturaleza humana y a comprender el alma y corazón humanos. Por ejemplo, Charlotte Brontë “no intenta resolver los problemas de la vida humana; ni siquiera es consciente de que tales problemas existan, toda su fuerza, aún más intensa por estar constreñida, va en la afirmación <amo>, <odio>, <sufro>”. (p.74). Y Mary Ann Evans (George Eliot) “va en busca de todo lo que la vida pudiera ofrecer a una mente libre e inquisitiva, y confrontando sus aspiraciones femeninas con el mundo real de los hombres”. (p.93). A Mary Wollstonecraft la describe como la gran luchadora por los derechos y libertades de las

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mujeres. Por ello se atreve a escribir: “La independencia es la primera necesidad para una mujer, ni gracia, ni encanto, sino energía, coraje y el poder para hacer efectiva su voluntad eran sus cualidades necesarias. Su mayor alarde era ser capaz de decir: Nunca he tomado la determinación de hacer nada importante a lo que no me pudiera adherir libremente”. (p.172). De Dorothy Wordsworth resalta: “Una mirada o un sonido no la dejaban tranquila hasta no haber seguido el rastro a su percepción en su recorrido y haberla fijado con palabras, aunque pudieran ser parcas, o con una imagen, aunque pudiera ser áspera”. (p.184). A Christina Rossetti la“asciende irresistiblemente al primer puesto de las poetas inglesas”. (p.192). Cada ensayo de Virginia es una obra literaria crítica. Describe brevemente la biografía de las autoras, tiene en cuenta su personalidad y su formación, enmarca su vida en el ámbito familiar, hace referencia al contexto de la época y describe los lugares por donde ellas han transitado. Descubre el significado de cada libro, analiza el contenido y el método, critica y ensalza el estilo de la escritura y hace comparaciones con otras obras. Para concluir, plantea tres hipótesis: las mujeres se detienen en la descripción y la reflexión de la vida y la naturaleza humana con un profundo conocimiento de la psicología; las mujeres son las precursoras de la novela y recrean un nuevo estilo de lenguaje y escritura; la escritura de las mujeres, sean biografías, diarios, novelas o poemas, significa el despertar y la reafirmación de su libertad. Por último, llama la atención entre la lectura de la persona común y la lectura de la mujer profesional. Mientras el lector común lo hace por un impulso inicial al placer, la lectora profesional no niega el placer pero sí lo supera. Parte de la in-


tuición, pero primero selecciona según su propio interés y luego realiza varios pasos para la comprensión de lo leído. Inicia por captar las primeras impresiones, después sigue con la agrupación y el ordenamiento de la información captada. Al tener un cuadro complejo de datos se dedica a pensar, juzgar, comparar, valorar. Y sobre todo se pregunta: ¿qué quiere decirnos la persona que escribe? Para leer se requiere de imaginación, perspicacia y juicio. Por eso la importancia de las mujeres que leen y escriben.

Género, prácticas y representaciones en la Historia de Colombia, siglos XIX y XX

Ruth López Oseira (Editora) Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, Gobernación de Antioquia, Medellín, 2013 María Himelda Ramírez

El libro está compuesto por diez textos de investigadoras e investigadores integrantes del Semillero Historia, Género y Política, que forma parte del grupo de investigación Prácticas, Género y Representaciones, adscrito al departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, sede

Medellín. La estructura del libro está conformada desde la perspectiva temática y cronológica. En su primera sección, propone una reflexión sobre la construcción social de Los cuerpos, la sexualidad y la reproducción. Pablo Bedoya tituló su artículo “Las caras de la sodomía colonial: el delito de la sodomía y la construcción de la identidad “sodomita” a finales del periodo colonial”. El artículo de Natalia María Gutiérrez, “Saberes y conocimientos médicos en torno a la maternidad y la sexualidad femenina, 1890-1930 en Antioquia”, revela las complicidades del reconocimiento físico de las mujeres mediante el examen médico, con la moral sexual inquisidora. Johana María Agudelo en su exposición titulada “Éramos como unas profes raras. Promotoras rurales de la anticoncepción moderna en Antioquia, 1975-1979”, interpreta los testimonios de dos mujeres que inauguraron un quehacer proyectado a la libre elección de la maternidad. La segunda sección, titulada Representaciones y las prácticas culturales, incluye cuatro elaboraciones: Nancy Johana Correa se ocupa de la Mujer en la escena teatral de Medellín y en particular de la figura de Esperanza Aguilar de Ughetti, actriz y cantante de fines del siglo XIX y comienzos del XX. Daniel Arias, en su elaboración construida en buena medida a partir de la lectura de prensa, denominada “Entre lo rural y lo urbano: masculinidades múltiples en Medellín a comienzos del siglo XX”, se refiere a los cambios en las formas de entender el tránsito del estereotipo del patriarca colono y explorador a las masculinidades en el escenario de la ciudad de Medellín. Juliana Restrepo titula su exposición “La prensa y las representaciones de Género, el caso de Medellín entre 1926 y 1954”. La autora construye una diferenciación entre la prensa femenina que estudia, en especial la revista Letras y Encajes, con los periódicos conservadores. Estephany Guzmán define su trabajo, que tituló “Mujeres en trance de viaje. Mujeres en

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el movimiento teatral de Medellín 1979-1990: experiencias de creación, compromiso social y político”, como una historia no contada del teatro colombiano de los años 70 y 80. La sección tercera se denomina Políticas, instituciones y movimientos sociales y la conforman tres elaboraciones. Gladys Rocío Ariza Sosa, recorre los datos proporcionados por una selección de la historiografía de las mujeres sobre las relaciones de conflicto entre las parejas que deviene en violencia contra las mujeres, en su texto titulado “La construcción histórica de la violencia contra las

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mujeres en las parejas, siglos XVI a XX”. Ruth López Oseira, en su artículo denominado “El declive de la potestad marital. Norma y costumbre en torno a la reforma del Código Civil colombiano de 1932”, examina los antagonismos entre las corrientes conservadoras y las liberales, impulsoras de los cambios. Juliana Martínez Londoño ofrece unas reflexiones metodológicas para estudiar el desarrollo de los feminismos en la Colombia contemporánea, a la luz de las crisis de los paradigmas universalistas y estructuralistas que desde mediados del siglo XX han influido en las corrientes críticas de las ciencias sociales.


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