Revista en otras palabras No. 7 Mujeres que escribieron el siglo xx

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FUNDACION ALEJANDRO ÁNGEL ESCOBAR

LA FUNDACIÓN ALEJANDRO ÁNGEL ESCOBAR PROMUEVE EL DESARROLLO CIENTÍFICO COLOMBIANO Y ESTIMULA LAS ACTIVIDADES EN BENEFICIO DE LA COMUNIDAD. POR ELLO, DESDE 1955, OTORGA ANUALMENTE LOS SIGUIENTES GALARDONES:

TRES PREMIOS EN CIENCIAS: • CIENCIAS EXACTAS, FÍSICAS Y NATURALES • CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS • MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO SDSTENIBLE //

DOs PREMIOS EN

SOLIDARIDAD

C ARRERA 7 N° 71-52 TORRE A OF. 406 T ELÉFONOS: 312-0150, 312-0151 • FAX: 312-0152 • AA 250097 E-MAIL: FAAE@FAAE.ORG.CO • URL: HTTP://FAAE.ORG.CO SANTA FE DE BOGOTÁ, COLOMBIA

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lP~lLAlB)l~A§",,~ Portada Retrato de María de los Angeles Cano. (1924). Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto de Medellfn. Fondo Melit6n Rodrfguez.

Publicación Especializada Editada por Grupo Mujer y Sociedad, Programa de Estudios de Género de la Universidad Nacional de Colombia, Corporación Casa de la Mujer de Bogotá

Coordinación Editorial Juanita Barreto, Florence Thomas

INueo Ecua.ar-Calo.llla Prolra.. a ..a la Miliar

Este número fue financiado por la Organizaci6n de las Naciones Unidas para la Educaci6n, la Ciencia y la Cultura, UNESCO

Universidad Nacional de Colombia Unidad Camilo Torres Cra. 50 No. 27-70 Bloque B6 Oficina 609 Telefax. 316 52 38 3165000 ext. 18624 Santafé de Bogotá, D.C. Colombia

Consejo Editorial Juanita Barreto, Angélica Bernal, Dora Isabel Díaz, María Elvia Domínguez, Guiomar Dueñas, Norma Enríquez, Lía Yaneth Fuentes, Beatriz García, Nohema Hernández, Patricia Jaramillo, Martha López, María Eugenia Martínez, Xatlí Murillo Sencial, Patricia Prieto, Yolanda Puyana, María Himelda Ramírez, Ángela Robledo, María Eugenia Sánchez, Circe Urania Sencial, Florence Thomas

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Los artículos de esta revista pueden ser reproducidos citando la fuente. Su contenido es responsabilidad de sus autoras Tarifa Postal Reducida No. 830 de Adpostal ISSN: 0122-9613


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"En e! umbral de! milenio, e! horizonte cultural feminista es universal por primera vez en la historia" Marcela Lagarde

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na revolución pacifista y silenciosa marcó el siglo XX: la revolución de las mujeres, única revolución por lo demás triunfante, en cuanto irreversible. Es cierto que esta larga marcha de las mujeres hacia su liberación operó a todo lo largo del siglo llegando a transformar su condición y a cambiar hondamente el significado de la femineidad. Este hecho nos motivó para escoger la temática de este séptimo número, con el cual iniciamos el siglo XXI y el tercer milenio. En la Revista "En otras Palabras ... " queremos rendir un homenaje a todas las mujeres que, individual y/o colectivamente, participaron en la construcción del feminismo en Colombia. Gracias a ellas, todos los balances del siglo XX reportan el persistente e incontenible avance de las mujeres. A través de sus palabras, escritos, acciones y creaciones, manifiestas en una amplia gama de expresiones en los campos de la cultura, la política y la economía, muchas mujeres cuyas historias aún permanecen invisibilizadas y cuya militancia en la causa feminista no siempre fue consciente, dejaron huellas capaces de agrietar la secular fortaleza patriarcal. Por supuesto, son tantas, que incluirlas a todas fue imposible ... Escogimos, y como toda opción supone algún sesgo, corrimos el riesgo. Lo sabíamos y asumimos esta responsabilidad. Sabemos que muchas otras mujeres deberían estar en estas páginas. Los límites impuestos por el espacio y también por el alcance de nuestros conocimientos nos impiden dar cuenta de todas. Esperamos que las experiencias de sororidad y affidamento que hemos aprendido de nuestras hermanas italianas permitan a cada una de nuestras lectoras sentirse representadas en las trayectorias vitales que aquí se relatan. En la selección de estas mujeres nos guió una constante: sus rupturas; ruptura con la hegemonía patriarcal, ruptura con un mundo hecho a la medida de los hombres e interpretado por una lógica casi exclusivamente masculina. Todas las mujeres

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presentes en este número participaron en la construcción de otra manera de habitar el mundo y de otra mirada para dar cuenta de él, permitiéndonos conocer, escuchar y visualizar estos modos de individuación que son las mujeres y que representan más de la mitad de la población mundial. Acompañadas de múltiples grupos, colectivos, organizaciones y redes, sin los cuales sus luchas tal vez no hubieran tenido un eco suficiente para agrietar este muro hegemónico masculino, todas participaron en la construcción del feminismo colombiano uniéndose al feminismo internacional y permitiendo a Colombia la posibilidad, en medio de tantos desencantos y dolores, de soñar nuevamente. Todas, de alguna manera y desde sus prácticas, han aportado alternativas para construir una paz positiva en medio de una ética de equidad, solidaridad y justicia social. Este número está organizado en dos partes: la primera condensa historias de quienes con la fuerza de sus personalidades y con su carisma construyen la historia del país, del movimiento feminista y más recientemente del movimiento social de mujeres en Colombia. Allí están presentes sufragistas y luchadoras políticas, intelec~ tuales y artistas, defensoras de la salud y los derechos sexuales y reproductivos y líderes comunitarias. La segunda parte da cuenta de la dinámica colectiva que se expresa a través de las formas organizativas asumidas por las mujeres en el devenir del siglo. Grupos, organizaciones y redes configuran la base social en la cual se ha tejido la trama del feminismo en Colombia articulándose a las reivindicaciones de los movimientos sociales. En el acontecer del siglo XX es imperativo registrar la participación de las mujeres en la apertura y radicalización de espacios democráticos, en el debate sobre la modernidad, su cuestionamiento y su transformación, y en la formulación de nuevas propuestas éticas encaminadas a contrarrestar las violencias ya detener las guerras. En el umbral del tercer milenio la revista "En otras Palabras ... " no podía dejar de nombrar la participación del feminismo en la historia del país.


María Cano :J3¡ztsabi espinoza Mererzdrz$ tlbadfa 6.corgina Fl.eteh¡zr e$mrzraJdé1 tlrboJrzda O/¡zJia {}rib¡z t(osita Turizo G/aria CUarté1$ . CrzeiJia bóp¡zz J)i¡zdad Cardaba María rerrz$a tlrizabal¡zta tfrz/¡zna pa.CZ de Ta (l¡zra 0oeorro 7,?amír¡zz .,¡-



fr8 xio ... ba$ majrzrrz$ g la política Por Angélica Bernal

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" ~as mujeres iniciaran un largo proceso, que aún hoy no termina, de interpretación a los presupuestos que han dado cuerpo a la democracia y a la ciudadanía: desde diferentes posturas, niveles de radicalización o capacidad de subversión se han constituido en sujetos de nuevos discursos vindicativos. Han tenido la osadía de interpelar al poder patriarcal ya sus pilares fundamentales: la familia, la sexualidad, la religión, lo público y al ejercicio de la violencia para la resolución de conflictos"!. Interpretar la contribución del feminismo y de los movimientos de mujeres a la política es tratar de entender el lento proceso que llevó a las mujeres a preparar una revolución. Una revolución democrática que ha abierto el camino de la inclusión y la ampliación de la participación política de las mujeres. Los esfuerzos de muchas mujeres han valido para que la política se vuelva una esfera menos excluyente y rígida, "Espacios que habían sido considerados como 'privados' y 'naturales', es decir, 'no políticos' fueron señalados por el feminismo como arena en la que se entablan luchas de poder y se despliegan estrategias de dominación"2. Bajo la presión del movimiento feminista y de muchas mujeres, la distribución de papeles y de trabajos según el sexo, los privilegios masculinos y la violencia cotidiana contra las mujeres, se volvieron temas públicos y de movilización política.

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I en Olre! pelebre!...

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Sánchez, Oiga Amparo. "La política y las mujeres". En: Revista Foro. No 33. Ediciones Foro Nacional por Colombia. Santafé de Bogotá. diciembre-enero, 1998

2

Puleo, Alicia H. "Memoria de una ilustración olvidada". En: Revista El Viejo Topo. No 73. Madrid. marzo, 1994


La lucha sostenida por las mujeres y otros grupos excluidos para ser considerados como sujetos políticos ha revalorado la noción de democracia, la ha transformado y ha permitido que la ciudadanía deje de ser un asunto hecho sólo para algunos privilegiados. Las mujeres han demandado la libertad de comunicación política y sobre todo el derecho al voto para su aceptación social como sujetas de derecho y como tales en condiciones de igualdad, y para acceder al poder, convencidas de que la democracia es una construcción colectiva y cotidiana que se perfecciona cuando las excluidas y los excluidos se empoderan, se apropian de la esfera pública y la enriquecen. A pesar de la magnitud de las transformaciones, es necesario reconocer que tenemos todavía un camino que andar; debemos seguir alentando la lucha en el campo político ya que el patriarcado sigue estructurando las relaciones sociales lo cual tiene una de sus expresiones en la mínima presencia de las mujeres en los niveles decisorios. La política ha cambiado, en parte por la acción de las mujeres, pero sigue siendo un espacio jerárquico, eminentemente masculino. La lucha emprendida por muchas mujeres no ha sido simplemente por la inclusión en una esfera masculina, ha sido por transformar esa esfera y convertirla en un espacio apropiado para el respeto a la diferencia, la tolerancia y la resolución de los conflictos por la vía pacífica. Las mujeres debemos empezar a jugar según nuestras propias reglas en la esfera política y no con las impuestas por años de dominación patriarcal. Las mujeres cuyas vidas se ilustran en estas páginas han abierto nuevos espacios y construido nuevas reglas; sin la decisión y el empeño de sus luchas las nuevas generaciones de mujeres no ' podríamos gozar de los derechos obtenidos. Mantener estos derechos supone seguir abriendo camino para su legitimación.


Transgref5ión y transición Ff?mf?nino f!n l os alborf!s df?1J5ig lo XX Por Rocío Pineda

" (. .. ) decid que una voz de mujer les grita: educar es construir; construir es deber de toda legislación" María Cano

~~da mejor que las propias palabras de "Mariacano"l para describir a grandes rasgos quien era esta mujer, nacida y educada en la sociedad patriarcal, conservadora y católica del Medellín de las primeras décadas del Siglo XX, "tiempos en los que la palabra y la vida femenina estaban perfectamente controladas"2 fue capaz de romper los férreos moldes tradicionales establecidos para las mujeres e irrumpir con ímpetu en el ambiente local y nacional. Subvirtiendo el orden establecido se educaba como pocas y se comportaba como ninguna. Leía filosofía, política y literatura. Escribía en periódicos y revistas. Participaba de círculos intelectuales masculinos. Luchando por ideales democráticos, se consagró finalmente como una dirigenta política excepcional, de talla nacional, brillando con luz propia.

"Pronto hará cuarenta años que fui traída por las masas trabajadoras del país, en cuya amable compañía estuve mientras se consideró que podría serles de alguna utilidad. y fui a confundirme con la gran marea popular -desde mi modesta posición de escritora de

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Nombre familiar con el que gustaba ser llamada por sus amistades y compañeros.

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Uribe, María Tila. Los Años Escondidos. Cestra , Cerec. Santafé de Bogotá. 1994


periódicos y revistas- por que tenía la convicción entonces, como la tengo ahora de las razones justas que impulsaban al pueblo trabajador a luchar por sus legítimos intereses y de la necesidad que tenía y tiene todavía la nación de una nueva fuerza social que unida y poderosa la redima de la miseria y la ignorancia. Agitadora de las ideas comunes a toda noble asPiración de la gente que trabaja, clamé con mi voz encendida el fervor fraternal por la unidad de las masas en sus organizaciones y en sus luchas. Hice mi primera gira por la región minera de Segovia, en Antioquia y después recorrí como una bandera todo el país. Desde Buenaventura en el Mar del Pacífico hasta Santa Marta en el Mar Atlántico, mi voz de mujer estimuló las multitudes 3 . Porque fueron multitudes como grandes ríos los que afluyeron a los teatros y plazas públicas a oír el mensaje de lucha que les llevaba. Extraño, pero más interesante, el hecho de que fuera una mujer la que sembrara esa llama de inquietud revolucionaria por los caminos de la patria. Extraño pero lógico, porque ya la mujer no estaba solamente en la casa, en el pequeño taller y en el campo de cultivo, sino también en las grandes fábricas, en el amplio comercio, en oficinas e instituciones. ¡No es lógico igualmente que la mujer esté con los mismos derechos del hombre, en todos los frentes de la actividad económica, social y política de la nación? Desde luego, era más estrecho el tiempo en que yo actué como agitadora de ideas por medio de mi palabra y mis escritos. No existían ciertas libertades y derechos que ahora se reconocen en la mujer. Pero entonces como ahora lo esencial era y sigue siendo movilizar a la gente; despertarla del marasmo; alinearla y poner en sus manos las banderas de sus· tareas concretas. ¡y que las mujeres ocupen su lugar!. En esta fecha 8 de Marzo de 1960, en que conmemoráis el Día Internacional de la Mujer, aceptad este mensaje de quien llevó por un tiempo en sus manos esa llama de inquietud que ahora desea ver en las vuestras"4. (t.i

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Este y todos los subrayados pertenecen a la autora.

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Torres G. Ignacio. María Cano: Apostolado Revolucionario. Carlos Valencia Editores. Bogotá. 1980. pág.158 y ss. Mensaje enviado a la Organización Democrática de Mujeres de Antioquia, con ocasión del solemne homenaje que le harían en el año 196C para conmemorar el8 de Marzo Día Internacional de la Mujer. Dado que su salud en ese momento le impedía asistir, María Cano decidió remitir este mensaje, para ser leído en el acto.


Su vida era tan diferente para la época, que "escandalizaba a las mujeres, incomodaba a los hombres, exaltaba a los obreros y preocupaba al gobierno que veía en ella ya sus compañeros del PSR\ el germen de la anarquía"ó. Cómo no iba a hacerlo una mujer en permanente soltería, que en las dos primeras décadas del siglo XX participaba en tertulias intelectuales, hacía parte de círculos de discusión política, se dejaba influenciar tanto por las tesis de la Revolución Rusa de 1917 como por la poesía plena de erotismo y audacia de Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Juana de Ibarbourou y Delmira Agustina. "Luchando con la vida, con el medio improPicio, con la maldiciente vocinglería gazmoña, ha sabido seguir con firme lealtad, el camino de su ensueño. Y así va regando con gesto de sembrador la semilla fecunda de la vida -que es verdad- en sus poemas, en sus cuentos, en todo lo que escribe", decía de ella un crítico de la época en Noviembre de 1925 7• Una mujer que escribía poemas y cuentos en los que dejaba traslucir sus íntimos sentimientos y anhelos. Una María Cano que hacia 1920 hace parte de un círculo literario y participa en 1921 de la fundación de la Revista Cyrano. Espacio que le sirvió para lanzarse a la escritura, inicialmente bajo seudónimoS y más adelante, hacia 1922, atreviéndose con su nombre en el periódico El Correo Liberal, de orientación progresista y democrática. Es ella quien inicia y da vida tia todo un movimiento de literatura escrita por mujeres"9, que induce a la Revista Sábado a promover en 1921 el Primer Concurso de Literatura Femenina de carácter nacional del que se tenga conocimiento en el país 10. Nace el día viernes 12 Agosto de 1887" a las 11 de la noche, en el hogar de Amelía Márquez y Rodolfo Cano l2 , en cuyo seno se nutre de ideales de conocimiento, radicalismo librepensador y doctrinas espiritualistas. Se educa en colegios laicos independientes de la Iglesia y del Estado fundados por su padre. Instrucción equivalente al bachillerato básico, en tiempos de ausencia del derecho a la educación clásica para las mujeres. A raíz de su participación asidua en los grupos de lectura de la Biblioteca Pública Departamental en los que se destacaba por su voz y entonación, se dio su

Partido Socialista Revolucionario. 6

"María Cano". En: revista La Hoja de Medellm. No 52. abril, 1997. pág.12 Guerra. Martín. "María Cano". En: Mana Cano. Escritos. pág. 132

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Firmaba sus escritos como Helena Castillo.

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ID ¡bid.pág. vi 1I

Es bautizada el 21 de Octubre del mismo año con el nombre de María de los Angeles. Nombre que reemplaza el de una de su~ hermanas nacida el5 de Enero de 1884)' muerta el 22 de Mayo de 1885. Hecho que ha dado lugar a confusión acerca de la fecha de nacimiento de Marineano.

12 Primo de Don Fidel Cano. fundador en Medellín del periódico El Espectador.

14-

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acercamiento a los círculos de obreros. Con ellos conoció de primera mano la precariedad de las viviendas, la miseria de los hogares, la pobreza de las mujeres y el abandono de la niñez. La conciencia así adquirida la llevó a establecer con ellos estrechos vínculos de solidaridad. Llegó a preocuparse por sus vidas, por el estado de salud de las mujeres e infantes; absorbiendo de todos ellos la esencia misma de la vida del pueblo, obtuvo no sólo el cariño, sino el reconocimiento de obreros, artesanos, pequeños contratistas, maestros de obra de los distintos barrios de la ciudad y de sus familias. De ahí que el 1 de Mayo de 1925, a la edad de 38 años, fuera proclamada Flor del Trabajo de MedeIlín, título otorgado, hasta entonces, a una mujer joven para que impulsara acciones de beneficencia a favor de las familias obreras 13, pero que en María Cano se transformó radicalmente hacia formas de acción política, al convertirse en una luchadora, que "hizo frente a las condiciones sociales de las clases subaltemas"/4.

º

Este hecho marcó un hito en la vida de "Mariacano" y una escandalosa ruptura para el modelo de feminidad existente. Desde aquel día, el compromiso ineludible con sus ideales de justicia social la llevó participar en el "Comité Central Pro-Presos Sociales y Políticos y a los Comités de Lucha por las Libertades Públicas y los Derechos Humanos y contra la Pena de Muerte"15. El despertar de "Mariacano" a la lucha política, estuvo enmarcado por la gran agitación social y política vivida en el país en los años veinte, en momentos del incipiente proceso de industrialización naciona]l6. La nueva Flor del Trabajo dedicó parte de su tiempo a la consecución de la Casa del Obrero, para lo cual escribía memoriales a la gobernación exigiendo apoyos; creó la Junta Obrera y el Centro Cuna y se propuso la creación de sindicatos en Medellín. A finales de 1925 inició la primera de las siete giras nacionales que la llevarían por todo el territorio colombiano hacia los centros y enclaves obreros y sindicales del momento. Los mineros de Segovia y Remedios (Antioquia), centro de explotación aurífera distante unos 200 kms. de Medellín, le envían la primera de las invitaciones. Aceptarla, le implicó a María Cano acudir a la complicidad de su hermano Alfonso, . quien, para acompañarla, debió solicitar permiso en el trabajo. Para las mujeres y los

1)

La idea venía de la costumbre de las reinas de estudiantes en Cali. De allí se extrapoló a los barrios ohreros, para aquellas jóvenes comprometidas en acciones asistenciales y patemalistas.

Las Mujeres en la Historia de Colombia. Tomo l. Consejería Presidencial para la Política Social. Presidencia de la República. Grupo Editorial Norma. marzo, 1995. pág. 159

14 Marín, Jorge Iván. "María Cano. Su época, su historia". En:

15 Ibid.pág.162 16 Movilizaciones obreras, formación de sindicatos, primeras huelgas femeninas, movimientos

campesinos, luchas indígenas, difusión de las ideas socialistas.


hombres de aquellos años, inmersos en los prejuicios sociales de la época eran tan escandalosas sus relaciones obreras y arengas en las plazas públicas, que les era sencillamente intolerable, para una señorita de su clase, un viaje hacia un lugar lejano acompañada sólo de hombres y de aquellos hombres. En Bogotá, finales de Noviembre de 1926, culmina la primera de sus giras, que desemboca en la realización del III Congreso Obrero Nacional, donde ocupa el cargo de Vicepresidenta y es proclamada FLOR DE TRABAJO DE COLOMBIA. De allí sale consagrada como dirigenta nacional alIado de curtidos líderes obreros y socialistas. En el mismo evento es fundado el Partido Socialista Revolucionario -PSR- y por primera vez en la historia del país una mujer ocupa un puesto directivo . en una organización política y se erige en su primera figura nacionaP7. En cumplimiento de sus compromisos políticos utiliza toda clase de transporte: viaja a caballo, en embarcaciones, a pie, en avión, por ferrocarril, en automóvil 18 . Participa en marchas, concentraciones, caravanas y manifestaciones. En todos los lugares donde llega se dan "masivas movilizaciones de trabajadores que acuden a escuchar el innovador discurso de una mujer que habla de la revolución social y del establecimiento de nuevas ideas"19. Si bien María Cano tenía como preocupación fundamental las reivindicaciones sociales de los obreros y de sus familias misérrimas, también sabía de los problemas de las mujeres de la época, tal como lo expresa claramente en carta enviada al Secretario General del Partido Comunista a finales de la década del 20: "Usted acusa de consPiradores a mis amigos del PSR y me quiere excluir a mí de tal responsabilidad porque supuestamente estoy llevada y convencida por ellos, o sea, no me otorga la posibilidad de criterio personal. En este país donde la mujer habla es a través del cura, del marido o del Padre, hay esa costumbre. Pero ese debate no se lo vaya hacer. La gente sabe quien soy y cual es mi criterio"2o. Su biógrafo principal y compañero del PSR, la describe como "una mujer me~ nudita, ágil y de bien distribuidas formas. De talle fino y manos y pies pequeñitos, blanca aperlada. Ojos castaño oscuro, grandes para la talla ... su cabello castaño, como los ojos, de común alborotado como divisa de su fuerte inchnación a la bohemia... no usaba de ningún artificio de la belleza, ni en su talle el clásico corsé ... extraordinaria facilidad de palabra ...

17 Ibid.pág.163 18 En un viaje a Boyacá, después de una larga jornada de a pie, tiene que ser llevada a cuestas por

sus compañeros, dado el estado lastimoso de sus pies. 19 Ibid.

20 Correa, Hernán Darío. "La Cotidianidad Cultural y Política en los años veintes". En: María Cano y su época. Memorias. Ens, lpc, Ismac, Ins, Cinep. Medellín. junio, 1988

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I en Olre!; pelebrBil ...


captaba rápidamente el pensamiento de sus interlocutores ... en la plaza pública se crecía ... los aplausos la excitaban, le producían embriaguez ... Y entonces, se admiraba su lucidez mental, su arrogancia varonil; y su público se hechizaba con su vigorosa voz de contralto y su gran río de ideas"21. El gobierno de la hegemonía conservadora, ante la agitación obrera y el fervor revolucionario, temiendo un levantamiento popular, la señala y tilda de subversiva. En el transcurso de las giras es llevada a prisión en más de una ocasión y en otras se le prohibe hablar. Las diferencias políticas en el seno del PSR, a raíz de su transformación en Partido Comunista de Colombia, el encarcelamiento de varios dirigentes, entre ellos la misma María Cano, la crisis económica del país y el efecto político, entre otras razones, que dejó en el movimiento obrero colombiano el asesinato aproximadamente de 2000 trabajadores bananeros en el Magdalena (la Masacre de las Bananeras) entre el 4 y el 7 de Diciembre de 1928, llevaron a María Cano al aislamiento y a la reclusión voluntaria en su casa de Aranjuez en Medellín, alIado de su hermana María Luisa. En 1934 intenta instalarse en Bogotá. Resultándole difícil, regresa a Medellín. Allí, es contratada como obrera en la Imprenta Departamental de Antioquia y luego trasladada, ya como empleada, a la Biblioteca Departamental donde escribe a máquina catálogos de libros e inventarios de archivos hasta el año 1947, cuando se retira. En 1949 llega Ignacio Torres Giraldo, compañero de militancia política a instalarse en casa de las Cano, convertidas con el tiempo en la "familia" de Eddy Torres 22 • Poco se conoce sobre la relación de Torres Giraldo y María Cano 23 , cuyo inicio se remonta a 1915 y se prolonga hasta la muerte de ésta, ocurrida el 26 de Abril de 1967 a los 80 años. En casa de una sobrina, vivió los últimos tres años de su vida, pues el deterioro físico y mental que venía padeciendo se le agudizó al morir su hermana en 1964. Pese al retiro voluntario de la vida pública, María Cano continuó siendo reconocida por mujeres y hombres intelectuales, obreros, políticos, estudiantes, literatos, revolucionarios e investigadores. Hasta los últimos días de su vida, distintos personajes le visitaron en su casa con diferentes motivaciones e intereses. Nunca quiso escribir su historia 24 • Simplemente nos dejó el testimonio de mujer excepcional, luchadora inigualable y las huellas imborrables de su existencia como mujer, única en su época.

21

Ibid.pág.57 y ss.

22 Hijo de Ignacio Torres Giraldo. 23 Sólo se habla de sus relaciones políticas. Y él como su biógrafo principal se limita

fundamentalmente a este aspecto. 24 Torres Giralda, Ignacio. María Cano, Mujer Rebelde. Editorial Editextos. Bogotá. 1972. pág.177


Rf!$i$frzneiB de 18 ~ te;ffilrzrc'J.~ B la explofBeión 9 abüc>'50 ~.C}.Jüa/ Por Patricia Buriticá

1 14 de Febrero de 1920 tiene lugar en Bello un acontecimiento insólito: las obreras de la fábrica de Emilio Restrepo, Compañía de tejidos "Medellín", paralizan sus actividades en demanda de aumentos salariales, la destitución de los administradores que pretendían imponer "un trato de capataces" y el cese del abuso sexual que de ellas se hace; también piden que sea abolida la arbitraria prohibición de usar calzado, pues a causa de ésta han contraído diversas enfermedades, y además, piden el derecho a un tiempo para consumir alimentos. Las obreras encabezadas por Betsabé Espinoza, persisten 22 días en su movimiento. De nada valen las súplicas del párroco de Bello, ni la actitud intransigente de Emilio Restrepo, pues las obreras cuentan con el apoyo de los pobladores del municipio que respaldan la huelga. Gracias a la mediación de otros empresarios, autoridades y del mismo arzobispo, se logra firmar un acuerdo en el cual se estipula que la jornada de trabajo no será mayor de nueve horas y cincuenta minutos; se logra un aumento salarial del 40%, la posibilidad de que las obreras sean oídas en sus cargos contra los administradores y la destitución de los capataces acosadores.

*

Apartes de Jaramillo, Ana María. "Industria, proletariado, mujeres y religión" . En: Las Mujeres e1l

la Historia de Colombia. Tomo 1. Consejería Presidencial para la Política Social. Presidencia de la República. Grupo Editorial Norma. marzo, 1995. p.p.405-406

18

I enOtrf13 p818br83...


Las feministas de los comienzos transmiten a las mujeres de hoy día una herencia importante, pero "una herencia sin testamento", en el sentido que tal herencia exige una iniciativa nueva de parte de aquellas que la reciben Fran¡;oisme Col/in

el 17]l1vj¡7]1~J)tc..., dr.; Id ~ J71ujcrCJ' el,lc'lTJbian(3 ~ rh1r ¡.:I (jcrc(olhl' [JI (7()tO ¡ZJ] IL-'(~ aljO$ ~uorcnta Por Medófilo Medina

..-

/ n e! curso de investigación sobre historia política de la izquierda en Colombia, me encontré con abundante material de información de prensa sobre Mercedes Abadía. En una especie de acta sobre una reunión de! buró Político del Partido Comunista se discutía sobre ella, no en relación con sus actuaciones como dirigente, sino sobre su conducta como compañera de un dirigente. Uno de los participantes en aquella reunión informaba sobre la amistad inconveniente de Mercedes con un personaje que era considerado como un "enemigo de! partido". Otro se explicaba aquella amistad por las dificultades surgidas en la relación sexual entre Mercedes y su compañero. De aquella lectura me sorprendía la tranquilidad con la cual se discutían en la reunión de un organismo político, aspectos tan privados' de la vida de las personas. Para e! propósito de e!aborar el perfil biográfico no me desanimó la pobreza de la información escrita. Me quedaba el recurso de la "historia oral". Adelanté entrevistas con compañeros de lucha de la protagonista, pero los testimonios evocaban de manera borrosa aspectos muy generales. En ellos, impactaba un vacío de entrada: los entrevistados no sabían si Mercedes Abadía aún vivía o había muerto. Finalmente, una mujer, la conocida poeta Matilde Espinoza, quien había participado en las luchas de las mujeres de los años cuarenta pudo informarme que Mercedes Abadía había muerto "hacía quizá unos veinte años"'.

Entrevista con Matilde Espinoza. Santafé de Bogotá. 26 de Octubre de 1995


De manera sintomática los testimonios de quienes conocieron a Mercedes Abadía destacan sus rasgos físicos. Ello probablemente no formaría parte del testimonio si este tuviera como objeto la evocación sobre un varón. Respecto a la Región de nacimiento los testimonios están divididos. Para unos era oriunda del viejo departamento de Caldas, para otros, habia nacido en el departamento del Valle del Cauca. El hecho que si es indudable es el de su temprana participación en las huelgas y protestas de las escogedoras de café a comienzos de los años treinta, tomando luego parte activa en las luchas de los trabajadores azucareros del Valle del Cauca. Para 1936 Mercedes Abadía comenzó a distinguirse a escala nacional como líder obrera. A finales de los años treinta se trasladó de manera definitiva a Bogotá en donde continuó trabajando con los sindicatos y colaboró con le semanario Ahora. Durante este tiempo vivió con Pedro Abella, destacado dirigente comunista. La primera mitad de los años cuarenta correspondió con su más intensa figuración nacional: Hizo parte del Comité Central del PC, ejerció como activista en núcleos sindicales y dirigió incipientes organizaciones de mujeres. En 1944 viajó por varios países de sur América, Argentina y Chile entre otros. En este mismo periodo presidió la Alianza Femenina y el Comité Femenino Antinazi 2• En 1947 Mercedes Abadía fue una de las protagonistas del proceso de división del Partido Socialista Democrático. En la nueva situación política, que en el plano internacional estaba marcada por la guerra fría y en el nacional por el proceso de violencia sectaria entre liberales y conservadores, el movimiento de mujeres se encontró con un ambiente hostil. Mercedes Abadía perdió, como quizá les ocurrió por el mismo tiempo a otras dirigentes y activistas del movimiento femenino, su escenario "natural". Su nuevo rol se redujo a ser dirigente en un espacio masculino, el de la dirección interna del Pe. Al tiempo se precipitaron los conflictos con su compañero, Pedro Abella, que por ser dirigente también del partido terminaron comprometiendo su posición política. Separada de la actividad política Mercedes Abadía se radicó en Manizalez. En los años sesenta se vinculó de manera episódica con el movimiento populista de la Alianza Nacional Popular más bien por razones económicas que políticas según ella misma lo habría señalado J • Su huella se pierde hasta la noticia de su muerte. En su labor social y política el componente femenino aparece de manera sistemática en los años treinta, segunda mitad, y los planteamientos de los derechos políticos de las mujeres al comienzo de 1944. Con la política del Frente Popular, primero, y luego en función de las alternativas concretas de la alianza antifascista. Con la superación del frente único obrero y del esquema "clase contra clase" los

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Ver Medina, Medófilo. Historia del Partido Comunista de Colombia. Tomo 1. CEIS. Bogotá. 1980. p.p.339, 393-394

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Ver Medina, Med6filo. Opüt. p.p.398-399


comunistas empezaron a dirigir con interés nuevo la mirada hacia sectores sociales y hacia problemas hasta entonces no tenidos en cuenta. En el VII Congreso de la internacional Comunista celebrado en Moscú entre julio y agosto de 1935 se habían trazado las nuevas orientaciones. La lucha por la democracia se revalorizó. Se llamó a incorporar en el Frente Popular a "la mujer trabajadora". Mercedes Abadía se constituyó en la expresión más clara del entrelazamiento en el movimiento sindical de las reivindicaciones obreras con los objetivos específicos de la lucha de las mujeres. Un momento importante en ese proceso de fusión de lo laboral y los objetivos de la lucha de las mujeres, lo constituyó la realización de la Conferencia Nacional Femenina que se instaló en Bogotá el 12 de enero de 1945. En el evento se fundó la Federación Femenina N acional para cuya presidencia fue elegida Mercedes Abadía. Ese organismo adoptó luego la denominación de Alianza Femenina4• La otra vertiente del movimiento de las mujeres, constituida por sectores de las clases alta y media se había identificado desde sus orígenes con objetivos explícitamente políticos. En 1944 en estos medios se había percibido también la necesidad de contar con una organización nacional, se COnfOffi1Ó entonces la Unión Femenina de Colombia, encabezada por Hilda Carriazo, Ofelia Uribe y Matilde Espinoza. Estas dos corrientes del movimiento que a su vez tenían relaciones diferenciadas con los partidos, la primera con el partido Socialista Democrático y la segunda con los partidos tradicionales, dieron lugar a una etapa de cooperación y de lucha conjunta en la coyuntura de mediados de los años cuarenta. La unidad estaba estimulada por el objetivo común de la conquista del derecho al voto, sin embargo el movimiento entró en una fase de debilitamiento a partir de 1946, situación que se puede rastrear siguiendo la trayectoria de Mercedes Abadía. La amplitud de criterio que había mostrado Mercedes Abadía en el trabajo con mujeres de convicciones políticas diferentes se redujo en función del sectarismo con el cual el PSD combatió la candidatura presidencial de Jorge Eliécer Gaitán. En su discurso se diluyó el componente feminista. La agudeza de la confrontación política llevaba al distanciamiento con aquellas dirigentes feministas que se encontraban comprometidas con el gaitanismo. Más a largo plazo la guerra fría tendía a la división de . los movimientos sociales. Con el advenimiento del Frente Nacional en 1957 se consagró el derecho de las mujeres al sufragio. Para entonces las reticencias de los partidos tradicionales originadas en el temor a que el voto de las mujeres inclinara la balanza electoral a favor del adversario, desaparecieron en las condiciones de distribución paritaria pactada entre los asociados del bipartidismo. Cuando el voto se hizo realidad para las mujeres, Mercedes Abadía había entrado en la etapa de su vida caracterizada por el alejamiento de su actividad política y social y por el anonimato. ....

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Ver Luna, Lota. Op.Cit. pág. 102


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a la edoccu.vjón tj al Iraboio Por Luz Gabriela Arango

spañola, residió en Bogotá durante toda su vida y tuvo la autoridad moral para hablar en nombre de la mujer colombiana. Escritora, artista, educadora y especialista en heráldica, dedicó su vida a la defensa de la mujer. Nombrada en 1924 como representante en Colombia de la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas y la Cruzada de Mujeres Españolas, Georgina Fletcher organizó la filial colombiana de la Liga. Presentó ponencias sobre las mujeres colombianas en la Segunda Conferencia Panamericana de Mujeres realizada en Lima en 1924 y en el Congreso Internacional de la Liga Internacional, realizado en México en 1925 y mantuvo frecuente correspondencia con feministas y sufragistas latinoamericanas. Junto a Baldomero Sanín Cano defendió en la prensa el proyecto de Ley sobre "los derechos civiles de la mujer colombiana" I presentado el6 de mayo de 1928 ante el Congreso por el senador liberal Absalón Fernández de Soto y debatido sin votación debido a la falta de quórum provocada por el retiro de una mayoría de senadores conservadores opuestos al proyecto. Con Claudina ML'mera y otras mujeres, organizó el Centro Femenil Colombiano de Acción Social en 1929 y promovió la realización del Cuarto Congreso Internacional Femenino, celebrado en Bogotá en 1930, como homenaje de las mujeres al Libertador, Simón Bolívar. Fue una defensora de los derechos civiles de las mujeres, y en especial de su derecho a la educación y al trabajo en el marco de una defensa de la soberanía de las naciones hispanoamericanas y de la herencia ibérica e indoamericana.

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Tomado de Co hen, Lucy. Colombianas en la VanglLardia. Uni versid ad de Antioqui a. En prensa.


Olla Ji)uJf:r, nuevo,,') ea}7)ino$ {!.92!-¿CZ97} Por Mª Cristina Laverde

I a única revolución valedera, perdurable e irreversible que el siglo XX hereda a la humanidad es la revolución de las mujeres, señalaba recientemente un científico social. Una verdad que no admite cuestionamientos. Lo que seguramente pasa desapercibido para las generaciones recientes, quizás por la invisibilidad de lo femenino trascendente en la historia patriarcal, son las luchas libradas por gran parte de la población colombiana -para no traspasar las fronteras- y el liderazgo de tantas mujeres de las más disímiles procedencias: obreras, campesinas, indígenas, sindicalistas, profesionales, amas de casa, pintoras, literatas, políticas, científicas ... Unas y otras colocaron los cimientos, tallaron las primeras piedras, allanaron los caminos. Desde el ámbito político, sin desconocer la presencia de valiosas mujeres -María Cano, Ofelia Uribe de Acosta, Lucila Rubio de Laverde, en las décadas iniciales-, Esmeralda Arboleda irrumpe en el panorama con gran fuerza. Hija de una familia vallecaucana cuya madre, Rosita Cadavid de Arboleda, por las vías de hecho y tras la amenaza pública de excomunión, logra la educación mixta en Palmira (década de 1930) para que sus hijas pudieran acceder al bachillerato. Esmeralda fue la primera abogada del Valle del Cauca y como profesional, hacia 1950, incursiona al mundo de la política con una meta rotunda: conquistar la ciudadanía plena para las mujeres, lograr su derecho a elegir y a ser elegida para cargos públicos. Inicia entonces infatigables viajes por toda la geografía nacional, escribe, dicta conferencias, anima la conformación de distintas organizaciones y en 1953 crea la Unión de Mujeres de Colombia. Esta asociación, más un plebiscito espontáneo de mujeres provenientes de diversas regiones del país, ajenas a las diferencias partidistas o de clase, logran que esta abogada sea elegida en la Asamblea Nacional Constituyente -ANAC- de Rojas Pinilla.


Un espacio en el que, junto con Josefina Valencia de Hubach, enfrentan los prejuicios de los constituyentes, exponentes resueltos de la cultura patriarcal conservadora, al presentar el Proyecto de Ley en favor del sufragio femenino. Meses de intensos debates liderados con solvencia por Esmeralda Arboleda, mensajes permanentes de apoyo y comunicados de las diferentes agrupaciones femeninas del país entero, campañas en prensa y radio, marchas callejeras y la presencia física de tantas mujeres, logran que la ANAC apruebe el reconocimiento del derecho de las mujeres al voto. No obstante, ni los constituyentes ni el dictador Rojas creían en la Ley que, por la obstinación de Esmeralda Arboleda y la presión de las mujeres, aprobaron. El proceso de cedulación femenina se manipuló y entorpeció con argumentos pueriles, hasta cuando la abogada liberal fue destituida de la ANAC por sus protestas públicas frente a los desafueros de una dictadura sin pudores. Esmeralda persiste en su lucha a favor de las mujeres: como litigante, como periodista, como consejera. Por sus posturas radicales, por sus denuncias frenteras, es víctima de diferentes atentados que la obligan al exilio, durante el cual se dedica a estudiar ya compartir la experiencia de la Liga de Mujeres Votantes en Estados Unidos. Regresa, tras la caída de la dictadura, para dedicarse de lleno al plebiscito que refrendara el derecho al sufragio femenino durante el gobierno de Alberto Lleras Camargo, convocado a fines de 1957. A propósito la exconstituyente señala: "Una cosa si quiero que quede bien clara: el derecho al sufragio femenino no fue una dádiva ni del General Rojas ni de ningún presidente .. . Como en todos los rincones del mundo y como ha sucedido con las

distintas reivindicaciones alcanzadas para nosotras en lo corrido del siglo XX, fue el resultado de nuestras luchas, de la tenacidad y de la inteligencia de las mujeres colombianas". Como Ministra, como Senadora (1958-1962) continuó sus empeflos en favor de las colombianas. Así, presenta y defiende el más avanzado proyecto de ley sobre la capacidad civil de las mujeres que tras acalorados debates logra la plena aprobación del Senado pero, por presiones de la iglesia, muere en la Cámara de Representantes. Más adelante el periodismo sería su trinchera: promueve campaflas, impulsa proyectos, divulga avances de otros países, denuncia inequidades, propone leyes ... Como diplomática, como partícipe de organismos internacionales, su causa fue invariablemente la causa de las mujeres. Por ello esa nueva historia que finalmente de cabida a la mitad excluida, le debe a Esmeralda Arboleda su lugar.. .

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ciudadanía drz las 171u./er(Zcs Por Elizabeth Quirlonez

" a independencia económica no es nada sin la igualdad civil, que es lo único que caracteriza las verdaderas reivindicaciones femeninas porque es verdadera~ mente irrisorio y profundamente ofensivo que a la mujer, a quien no se le reconoce la facultad de discernimiento y raciocinio proPio de todo ser consciente, si se le exija en cambio su plena responsabilidad ante la ley" 1• Ofelia Uribe de Acosta, nacida en Oiba, Santander, el 22 de Diciembre de 1900, fue una de las pioneras que en el Siglo XX contribuyó, de manera decisiva, a constituir la subjetividad de las mujeres en objeto de debate público. Para apreciar en sus reales dimensiones su contribución a la causa de las mujeres, recordemos que en esos tiempos nuestras connacionales todavía estaban relegadas a la minoría de edad porque no se les reconocía la facultad de discernimiento y raciocinio proPio de todo ser consciente: no tenían derecho a poseer bienes ni a realizar contratos, estaban bajo la tutela del padre o del marido, no tenían derecho al voto y enfrentaban obstáculos culturales para acceder a la educación superior. Fue Ofelia Uribe una de' las primeras personas que evidenció, desde una visión feminista, la conexión entre la vida individual, las relaciones de poder al interior de la familia y la pareja y el ejercicio del poder social, anticipando la reflexión actual sobre la relación entre los ámbitos público y privado.

"Contribución al estudio de la reforma Olaya-RestTepo sobre el régimen de las caPitulaciones matrimmuales" presentado por Ofelia Uribe de Acosta como sustento al proyecto ue ley que cursaba en el Congreso en 1931


En la década de los treinta se daban los primeros pasos para empezar a transformar e! modo de vida del país: se transitaba desde una sociedad rural, patriarcal y decimonónica a una sociedad secularizada, que intentaba desarrollar sus fuerzas productivas, industrializarse y urbanizarse, acelerada y desordenadamente; e! escenario público estaba convulsionado por los conflictos entre viejos y nuevos actores sociales. Hasta entonces, la estructura familiar erigida en torno al poder omnímodo de! varón sobre su esposa y sus descendientes, confinaba a la mujer al ámbito doméstico privado, a producir y reproducir la fuerza de trabajo y a perpetuar relaciones de explotación, opresión, dependencia y subordinación. Se enaltecían como virtudes "naturales" femeninas la dulzura, la sumisión, el desinterés por sus necesidades, la entrega al servicio de los demás y por supuesto, el alejamiento de la política, configurando así, una identidad contrahecha para la mujer. Tales concepciones y sobre todo la decisión de la mayoría de los esposos y padres de mantener la dominación sobre esposas e hijas impedían la transformación del estatuto de las mujeres y dificultaban el avance hacia una sociedad moderna. Naturalmente, los sectores más retardatarios, principalmente los propietarios de las riquezas y usufructuarios de los privilegios, se oponían rotundamente a las exigencias democráticas de las feministas. Aún los políticos reconocidos como progresistas en materia social, se negaban a liberar a sus compañeras del peso de la ignorancia y la servidumbre doméstica, porque al decir de Ofelia, las consideraban "sus cómodos muebles domésticos para el uso masculino". Ella y un selecto grupo de mujeres que, como Georgina Fletcher y Clotilde García de Ucrós, entre otras, constituían una minoría, presentaron aguerrida batalla por la liberación de las mujeres; excepcionalmente, algunos ideólogos y hombres ilustrados apoyaron a estas contiendas. Ofelia Uribe evidenció que la defensa de la familia patriarcal, como único sustento posible del orden y estabilidad social, era el pretexto para justificar y prolongar la subordinación económica, política y social de la mujer. Para ella, el primer fundamento para la consolidación de la democracia, la libertad, la justicia social y la convivencia, era la ampliación del ejercicio ciudadano a todas las personas, ampliación que imponía la redefinición del modo de ser mujer, mediante el impulso a profundas reformas de orden legal, educativo y cultural, económico y político. Desde esta perspectiva Ofelia accedía a una comprensión de orden histórico sobre la actuación de sus coetáneas; cuando las criticaba, con gran solidaridad y respeto, ponía de presente que las vacilaciones de las mujeres para desarrollar plenamente sus fuerzas humanas y políticas, se producían como resultado de la

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cultura patriarcal dominante que las había construido, imaginado y significado. En consecuencia, denunció la galantería masculina con la cual, a menudo, los políticos adversos a la irrupción femenina en la vida política, pretendían sutilmente disminuirlas al estatuto de "traviesas muñecas de salón", alejarlas de los asuntos públicos y desconocer sus reclamaciones. Por eso también rechazó el arquetipo de matrona caritativa propuesto como suma de las virtudes y realización humana. Sin renunciar a sus propias convicciones religiosas, fustigó el ejercicio de la caridad, rezago señorial con el cual distraían su ocio y daban lustre a su imagen algunas damas. Ella en cambio proponía la transformación de la sociedad: acabar con la injusticia social, la discriminación, la corrupción, la desigualdad en la distribución del ingreso, la falta de planeación, el manejo corrupto y cliente lista del Estado y la politiquería de los grupos en el poder. Sobre todo, aspiraba a eliminar el mayor obstáculo hacia la justicia social y la democracia que era para ella, la condición servil de la mitad del país, las colombianas. En su lucha por el sufragio femenino no se proponía únicamente consolidar un electorado femenino. Consideraba que el voto y todos los avances en materia de derechos civiles y políticos constituían los pilares de un proyecto renovado de ciudadanía de profundos alcances para mujeres y hombres. "Aspiro únicamente a que se abra para los dos sexos la posibilidad y la oportunidad de una dirección conjunta de los negocios públicos, ya que se ha comprobado que los varones solos no han sido capaces de construir el arquetipo de gobierno democrático para defender y embellecer la vida" 2. De esta forma, esta notable santandereana planteó lo que posteriormente ha sido reconocido como pilar de una democracia con equidad entre ellos y ellas: el acceso de la mujer a los cargos de decisión y poder, con igualdad de posibilidades y oportunidades frente a los hombres. El siglo XX y la vida de las colombianas quedaron marcados por la huella imperecedera que dejaron los ochenta y ocho años de vida de Ofelia Uribe de Acosta. Legó a la posteridad el libro "Una Voz Insurgente", el periódico "Agitación Femenina", que publicó entre 1944 y 1946 y el programa "La Hora Feminista" que emitió por Radio Boyacá. Gracias a esta herencia subvertora que por fortuna concitó la rebeldía de varias generaciones de colombianas, accedemos en el presente a los derechos básicos de la ciudadanía y podemos vislumbrar una subjetividad emancipada de toda sujeción y atadura. Precisamente en este año, primer centenario de su nacimiento, recordemos su vida y obra, profundizando y ampliando nuestro ejercicio ciudadano, con libertad y autonomía, resignificando desde nuestro ser mujeres, el Estado, el modo de vida y la democracia.

Uribe de Acosta, Ofelia. Una t'Oz insltTgente. Editorial Guadalupe. 1963


¡Jion.era ,en la luehd J7u/' .el J)ujra/1io FenJ!Znino Por Margarita Pelaez

n la década del setenta, cuando como estudiantes hacíamos parte del movimiento social de mujeres, Rosita Turizo, como cariñosamente le llamamos, era un referente, una aliada, una amiga muy importante para quienes luchábamos por la equidad de género. Ella ya tenía un importante camino recorrido y continuaba -como continúa hoy- firme en buscar las reivindicaciones de las mujeres y el ejercicio pleno de su ciudadanía, para así ganar el espacio público y hacernos visibles en todas las esferas de la vida. Rosa Turizo nació el primero de agosto de 1929 en la ciudad de Medellín, una ciudad que como la gran mayoría del país, no ofrecía oportunidades diferentes a las mujeres fuera del espacio doméstico. No obstante, recuerda como su padre le decía en la niñez "aún cuando sean mujeres, ustedes tienen que aprender a manejarse solas, a bastarse por sí mismas, a ser autónomas". Y efectivamente desde la infancia Rosita y sus hermanas jugaban y soñaban con ser médicas, odontólogas, abogadas. En 1949 decidió estudiar derecho en la Universidad de Antioquia. Era una época en que aún era mal visto por la sociedad que las mujeres ingresaran a carreras universitarias y más aún cuando se era la única mujer entre un grupo de 62 hombres. Sin embargo, las dificultades le sirvieron a Rosita para seguir luchando por la participación femenina en la vida profesional y política del país. Es así como en 1955, funda la Asociación Femenina Profesional de Antioquia -AFPA-, de la cual fue la primera presidenta y desde la cual se logran importantes reivindicaciones para la mujer colombiana.


Rosa Turizo de Trujillo es una de las pioneras en la lucha por el sufragio femenino en Colombia. Desde el liderazgo de la AFPA presionó, junto con otras personas, por la ratificación de los derechos adquiridos por las mujeres durante el derrocado gobierno de Rojas Pinilla. Pero Rosita va más allá del simple acto de votar y funda en 1957 la Unión de Ciudadanas de Colombia, con la cual busca garantizar la educación cívica, que les permitiera a las mujeres conocer sus derechos y ejercer conscientemente su participación política. Rosita además ha creado, pertenecido, asesorado y acompañado a muchas organizaciones y expresiones del movimiento social de mujeres. Participó en la creación de la Corporación Mundial de la Mujer o Banco de la Mujer, es co-fundadora de la Asociación Antioqueña del Voluntariado -ADEVOL-, es socia fundadora de la extinta Corporación Salud Mujer, hace parte de la Red Nacional de Mujeres y de la mesa de Trabajo de la Mujer Medellín, entre otras. Además de su importante lucha por el derecho al sufragio femenino, Rosita ayudó a resquebrajar el estereotipo de que las mujeres no podían tener puestos directivos por "ser emotivas y no estar preparadas para tomar decisiones" y le abrió el camino a muchas mujeres con su capacidad, liderazgo y tenacidad. Es así como ocupa diferentes puestos directivos como el de Jueza Municipal, Secretaria-Abogada en la Contraloría de Medellín, Auditora del Ferrocarril de Antioquia, Fiscal del Tribunal Superior de Medellín, Candidata a la Alcaldía de Medellín y a la Asamblea Nacional Constituyente, entre otros importantes cargos, en los cuales era muchas veces la primera mujer en ocuparlos.


En la academia Rosita también ha dejado su huella como profesora durante varios años en la Universidad Pontificia Bolivariana y como co-fundadora de la Universidad de Medellín y de la Universidad Autónoma Latinoamericana, en las cuales ha sido parte de la Conciliatura y Presidenta, respectivamente. Rosita no solo ha logrado ser la primera mujer en ocupar algunos puestos . directivos con gran reconocimiento por parte de sus compaI'íeras y compañeros, sino que aportó características femeninas al liderazgo, como ser conciliadora, tener capacidad para conformar equipos de trabajo, saber escuchar y sentir las necesidades de su grupo laboral y el respeto por la diversidad. Por sus actividades en favor de la mujer, Rosita ha recibido numerosos premios y reconocimientos: Medalla al Mérito Femenino del Municipio de Medellín, 1979 (categoría plata) y 1999 (categoría oro). Exaltada por la Subsecretaría de la Mujer de la Gobernación de Antioquia en 1994, por el aporte al desarrollo social y al reconocimiento de la condición de género. Orden al comendador, otorgada por el gobierno nacional en 1997, por su trabajo de 40 años en favor de los derechos de la mujer. Condecoración Policarpa Salavarrieta en el grado de Comendador, otorgada en 1999 por la Cámara de representantes. Para ella su éxito ha consistido en definir y saber que es lo que se quiere, manteniendo el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar. Ella considera estos dos espacios como las grandes oportunidades de desarrollo personal, desde los cuales busca contribuir a la democratización del país. Claridad, equilibrio, equidad y coherencia son las características del liderazgo que hemos conocido y aprendido de Rosita. Una mujer pequeña, de mente y corazón grande, firme en sus ideales, dulce y amable en su vida cotidiana. Rosita se ha ganado un espacio importante entre las mujeres y hombres del siglo XX en Colombia, por su testimonio de vida basado en un trabajo constante y visionario por el logro del ejercicio pleno de la ciudadanía, que significa más que la capacidad legal de ejercer los derechos políticos. Consiste, como ella misma lo dice, en poder gozar de derechos sociales, culturales, económicos, ambientales, sexuales y reproductivos.

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Un país de hombres libres y de mujeres libres no puede ser gobernado sólo por hombres Alessandra Bocchetti

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c/e le) VidéJ (J lé) c:t1nej....?rldeil""n ~J) }7J¡";L/il.-"" J,L:I C'. . . )n/lieh"\ cJJ'/JJ¿dl) Por Gloria Ayala

ara hacer este perfil le pedimos a Gloria Cuartas que una vez más hablara de su vida y ella, consciente del papel que ha jugado en la vida pública del país, dividió su narración en cuatro decanatos coincidentes con el siglo y que marcan etapas distintas de su vida. El 18 de junio de 1960 nace de una unión no tradicional la cual selló su vida como hija, sobrina, nieta y especialmente como mujer. En los primeros diez años de formación rodeada de una extensa familia, crece consciente de que para mantener una unión y el amor entre dos personas, no se tienen que seguir los esquemas tradicionales de pareja y que la familia no es aquella compuesta de padre, madre e hijos, sino que · también puede provenir de los seres amados que nos rodean. Aprendió que la abundancia y la alegría del amor filial pueden emanar de presencias cercanas y para su caso particular, de los abuelos, tías, tíos, primos, amigas del colegio y la gente del barrio. Gloria estuvo casi toda su vida lejos de su madre quien, como inmigrante colombiana en Venezuela, fue una mujer trabajadora y emprendedora que pasó su vida lejos de su hija, pero siempre pendiente de quererla, educarla y ayudarla. De ella recibió el legado sobre el regocijo de los encuentros, lo inevitable de la separación en los afectos y los modos de vivir al servicio de los demás.


A partir de los diez años y hasta los veinte (1970-1980), Gloria se dedica a su educación, acompañada por las religiosas Carmelitas de su pueblo natal en Sabaneta Antioquia. Las religiosas la ponen en contacto con la pobreza, la miseria, las grandes esperanzas y necesidades de las gentes de los sectores populares. Es la visión de estas urgencias la que la llevan a escoger una profesión que gira alrededor de las situaciones límite de la sociedad: el Trabajo Social, a través del cual comienza su consolidación como persona y como mujer que sabe que tiene que construirse a sí misma primero, para poder emprender el apoyo incondicional con los demás. Comienza la siguiente década (1980-1990) con el logro de su primera meta profesional, ser trabajadora social de la Pontificia Bolivariana para comenzar estudios de sociología y luego expandir su mente, su intelecto y su espíritu con otras culturas y espacios: viaja a Israel, conoce a defensores de derechos humanos y organizaciones de trabajo comunitario nacionales e internacionales. En Colombia se enfrenta con las disímiles existencias de las mujeres: aquellas que lo han perdido todo de un día para otro y sin saber por qué; aquellas que enfrentan solas las carencias de su existencia y las de sus hijos; aquellas acompañadas, pero que comienzan a interpelar a sus compañeros para lograr una cotidianidad más equitativa; se encuentra también con las laicas, las religiosas, las intelectuales, las académicas; las negras, las campesinas y las burócratas. Todas estas mujeres, pero en especial las mujeres del Cauca y las sobrevivientes de Amlero, provocaron en Gloria una revolución interior que la llevaron a revalorizar las razones por las que estudió y trabajó. A su vez, esto la hizo reflexionar sobre el valor de reconstruir su vida, consciente de su liderazgo público como mujer. Entonces comprende que debe ser copartícipe de las denuncias, las esperanzas y los acuerdos nacidos de las mujeres y que debe contribuir a acallar el silencio de siglos que ha ocultado nuestras contribuciones a la historia y a la sociedad. Reconoce que no puede haber ningún tipo de asistencialismo o retribución que no sea el de provocar en cada mujer su propia revolución interior para conocerse a sí misma y, desde este proceso, brindar su aporte a los demás. Como mujer laica reitera sus votos espirituales de servicio a los otros, así como su acompañamiento a quienes están construyendo una opción de vida en la justicia y en la equidad para el reino terrenal.

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El cuarto decanato (1990-2000) esta marcado por las lecciones recibidas de Urabá y en especial de Apartadó: primero en su papel como asesora para un organismo nacional que definía las políticas de vivienda; luego, desde la perspectiva de mujer política y alcaldesa de una de las zonas de mayor violencia social y económica del país. Este logro estuvo seguido del reconocimiento que la sociedad y el país hicieran a su labor y a la experiencia internacional que esta labor conllevó. Cuando Gloria llegó al Urabá, la impactó la dolorosa situación de los grupos de mujeres desterradas por la violencia, condenadas por la guerra y casi siempre invisibles a la hora de registrar las víctimas de los conflictos armados. Conocía a las desheredadas de la sociedad, de los desastres naturales con quienes había convivido, pero desconocía las rupturas, las carencias y desarraigo que conlleva el desplazamiento forzoso. La alcaldía de Apartadó fue uno de los retos mayores de su vida; se encontró frente a una cotidianidad en crisis, donde debía preparar presupuestos y planes de desarrollo, teniendo en cuenta todos los actores sociales y un presupuesto cuyos escollos fueron casi imposibles de superar. Este desafío lo enfrentó con la grandeza que la caracteriza, a sabiendas del compromiso como mujer al servicio público en zona de conflicto armado. El seguimiento hecho por los medios de comunicación nacionales e internacionales, sin proponérselo, contribuyó a difundir un nuevo ideario del hacer político, desde su voz de mujer. Actualmente se desempeña en la UNESCO como Consejera para la Mujer, poniendo al servicio de las mujeres de América Latina y el Caribe todo el bagaje de su experiencia como política y mujer, sin olvidar por ello su acompañamiento a los procesos sociales en Colombia. .....


!,Jion,era

de la jor17Julación dfZ políticas públicas para la:?C) 17JUjCI1!c') Por Patricia }aramillo

studió economía en la Universidad de Los Andes y realizó un postgrado en Planeación en Chile. Fue embajadora de Colombia en Bélgica, directora del PREALC-OIT, directora del Instituto Colombiano de Seguros Sociales, Ministra de Agricultura, Directora del Departamento Nacional de Planeación, Ministra del Medio Ambiente y actualmente funcionaria del Banco Interamericano de Desarrollo -BID-. En 1984, siendo viceministra de Agricultura, fue pionera en la formulación de políticas públicas para las mujeres al promover la política para la mujer campesina como primera experiencia de política sectorial para las mujeres en Colombia. Como Jefe del Departamento Nacional de Planeación, impulsó la incorporación de la perspectiva de género en la planeación del desarrollo en los diversos sectores económicos y sociales.

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Paradójicamente es la idea de igualdad la que excluye a las mujeres. Si una mujer es igual a un hombre, da igual que gobierne un hombre o una mujer, y mientras tanto gobierna un hombre. Alessandra Bocchetti

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Por Amparo Sánchez

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a vida y trayectoria de Piedad Córdoba Ruíz, es síntesis y antítesis de la historia acumulada de las mujeres colombianas quienes desde la rebeldía y la sumisión, desde las búsquedas y las pérdidas y desde las certezas y las incertidumbres contribuyen a escribir y reescribir la historia de las mujeres en el país. Muchas mujeres han intervenido para que mujeres como Piedad Córdoba, se desempeñen en lo público y lo político. Aunque algunas han posibilitado el ingreso de ellas a lo público y a lo político, se nos plantea un reto de visibilidad pero sobre todo de relación intelectual y política. ¿Cómo hacer de sus historias una historia que reconozcamos como propia, en el presente de este país que se estremece entre el . canto y el espanto? Esta situación tiene que ver con el reconocimiento de la autoridad femenina en la vida de las mujeres y en la historia del país. ¿Qué ha representado la práctica política de Piedad Córdoba para la cultura patriarcal de nuestro país? Su práctica ha tenido la gran cualidad de cuestionar las verdades dadas como universales, poner en entredicho el discurso de la igualdad y la democracia; ha contribuido a colocar en el discurso político las exclusiones que viven las comunidades afrocolombianas, las mujeres y las excluidas y excluidos del sistema socio~político. Ha posibilitado develar una de las más cruentas realidades que vive el país: las violaciones de los derechos humanos por parte de los agentes del Estado y ~ri del para militarismo. No calla para agradar al establecimiento o al patriarcado.

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Ella como otras tantas mujeres ha tenido que librar día a día esa lucha entre lo ancestral y lo transgresor; entre ser sujeto para sí misma o ser sujeto para otros; entre el deseo de devenir sujeto o la trampa de ser la sombra del otro. Su práctica política ha contribuido a liberar las palabras, los saberes y los deseos de las mujeres para que circulen en el espacio público y se contrasten y confronten con las prácticas políticas y sociales del mundo masculino. Ha permitido repensar y validar la experiencia femenina desde una relectura de la relación de los sujetos sociales con la política. Re-significar la individualidad femenina, de forma que pueda ser sujeto autónomo y deliberativo; alterar la noción de realidad dando . espacio a la emergencia de un nuevo deseo: el del pensamiento de la mujer que busca una identidad propia. En el silencio y en el estallido de acciones de rebeldía ha reclamado el derecho a ser sujeto, a que el conocimiento asuma como referente al ser femenino, no desde la mirada del varón sino desde las miradas y las experiencias de las mujeres, no desde la exclusión sino desde la inclusión como sujetos libres y autónomos; no desde la certeza sino desde las múltiples certezas; no desde la opresión sino desde la libertad. Piedad Córdoba, en los diez últimos años de su vida se ha incorporado a la extraordinaria experiencia del feminismo, entendido este no sólo como un acto de reivindicación social, política y laboral, sino también como un acto remotamente gestado, de permanente marca de la especie humana que se expande cualitativamente desde mucho tiempo atrás, hasta el momento en que cobra forma. Feminismo que asume que en el fondo de la conciencia y en los más silenciosos espacios del sueño, existe un reconocimiento doloroso y maravilloso de la propia identidad frente a un semejante, un sustantivo encuentro con la niña/mujer que sabe jugar lejos de su madre, que ha roto la prohibición y ha salido del cuarto oscuro. Un feminismo que derriba el orden clasificatorio de un poder que prefiere poner a la humanidad en hileras, gráficos, tablas persecutorias e inhibidoras. En tiempos en que el reclamo por la igualdad se restringe a la igualdad en derechos, las feministas continúan reclamando, exigiendo la igualdad frente a la vida, al placer, al ejercicio autónomo de la sexualidad y de la afectividad. Continuamos inventando y reivindicando el derecho a la libertad de nombrar el mundo en femenino. Piedad Córdoba nació en Medellín, hija de un profesor negro del Chocó y de una maestra rubia, paisa. Desde su niñez vivió la exclusión y el señalamiento por ser negra. Madre de tres hijos y una hija entre los 14 y 26 años. Estudio derecho en la Universidad Bolivariana y después de varios años de hacer política en el espacio local se lanzó al espacio nacional. Activa militante de las ideas liberales, pero sobre todo de la defensa de los derechos humanos, de la justicia social y del reconocimiento cultural.

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Genealogías e identidades míticolhistóricas han dado sentido a su vida. Su identidad marcada por el sincretismo, por el encuentro de dos culturas y de cruces y entrecruces dramáticos y de diversas formas de dominación y exclusión. Además de compartir con otras mujeres realidades e historias similares, ser mujer negra significa también el reconocimiento de muchas exclusiones y la construcción desde sus múltiples identidades del presente y de un horizonte de futuro en el que exista espacio en igualdad de oportunidades para lo diverso y para lo diferente. Sin duda Piedad Córdoba continuará arriesgándose a vivir plenamente la vida para contribuir a construir un mundo en el cual la autoridad de las mujeres sea aceptada y reconocida. Un mundo en el que la diferencia sexual no sea motivo de subordinación y esclavitud, en el que se pueda amar en libertad y sea posible el i" encuentro democrático y amoroso entre los seres humanos.

No se manifiestan las subordinadas, las discriminadas, las oprimidas; sólo se escucha la voz de sus defensoras, las feministas Marta Lamas

Por Gabriela Castellanos

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aría Teresa Arizabaleta Calderón quien afirma "Me da miedo saber que he hecho todo lo que he querido en la vida" es, sin lugar a dudas, la feminista más conocida de Cali y una de las más nombradas en todo el país. Obsesionada por la lucha en pro de los derechos de las mujeres, irreverente, iconoclasta, irrespetuosa de todos los códigos y todas las normas que no se ajusten a su propio criterio, María Teresa es el resultado de sus propias luchas contra dos educadores a quienes amó !Ii1 profundamente y quienes la marcaron para siempre.


Su primer educador fue su padre, Juan Demetrio Arizabaleta Díaz, masón, feminista, educador incansable y severo con sus hijos; fue un hombre que cifraba todas sus aspiraciones en las revoluciones y glorias que podría llegar a liderar su única hija mujer, "siempre y cuando no se casara". Su segunda educadora y una de las personas que más influyó en su vida fue Matilde González Ramos; también feminista, fue fundadora del Gimnasio Femenino del Valle (1933), colegio en el cual estudio María Teresa y que fue el primer colegio del Valle para mujeres bachilleres. A su madre, la aristócrata conservadora y dulce María Elena Calderón N uñez, María Teresa sólo se le parece en la tendencia a no tolerar el sufrimiento ajeno. Esa María Teresa enérgica, indisciplinada, irreprimible, de carcajada estruendosa y comentarios sagaces que todos y todas conocemos, se hizo en su lucha perenne contra la rígida disciplina de su padre y contra la severidad de Matilde, la directora de su colegio. Su padre la colmó de mimos y le inculcó la pasión por la libertad, pero le impuso un régimen agotador de lecturas y debates, criándola en un ambiente de elitismo intelectual que María Teresa iba a rechazar posteriormente. Matilde González, por su parte, quiso expulsarla del colegio en múltiples ocasiones en las cuales realizo hazañas como la de echarse encima las vestiduras sacramentales del sacerdote para oficiar una especie de misa de inspiración personal con la que regocijó a sus compañeras. En otra ocasión llevó media botella de aguardiente para emborrachar a sus amigas, inspirada en la idea de que sólo los varones toman. A pesar de esto, Matilde también la distinguió como a ninguna; invitándola a participar en "tertulias de los viernes" donde aprendió, siendo tan sólo una adolescente, a expresar sus ideas por impopulares que fueran. En estas tertulias, no sólo debatió como una igual con personajes muy importantes del Valle y del país, sino que absorbió la filosofía educativa y política de Matilde González, quien desde ese entonces, ya estaba proponiendo la fundación de un partido político de mujeres, pues en los tradicionales "las mujeres sólo recibían migajas de poder". Cuando María Teresa contaba sólo con catorce años, Matilde envió con ella a Bogotá una nota para Lucila Rubio de Laverde, una de las primeras sufragistas colombianas. La nota rezaba: "Le envío una joven de la que tengo la certeza será una gran líder".

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María Teresa estudió arquitectura en la Universidad del Valle, cuando las mujeres eran la excepción en esa carrera. Allí se enfrentó al acoso sexual de algunos, recibió el apoyo de otros y tuvo que sufrir la envidia de muchos que no soportaban que ella fuera brillante para las matemáticas. En el segundo año de estudios se casó, "para salir del compromiso" en el cual quería meterla su padre, quien esperaba que se quedara soltera para llegar a presidenta de Colombia. Su esposo, Daniel García, fue y es un hombre que nunca le coartó la libertad inmensa a la que ella estaba acostumbrada. Tan suavemente ejerció Daniel su papel tradicional de marido de la época que un amigo común lo describió como "el hermano con el cual María Teresa cometió incesto". Haber tenido cuatro hijos no impidió a María Teresa dejar de trabajar, convirtiéndose en la primera mujer en incursionar en varios campos; fue la primera profesora de matemáticas de la Universidad del Valle, una de las primeras mujeres en dirigir obras arquitectónicas en la región, la primera directora de Planeación Municipal, la primera mujer candidata a la Alcaldía de Cali. En ésa campaña se convenció de que el sueño de su padre era imposible: los medios le dieron una cobertura insignificante y en mesas redondas y foros se le ignoraba o se le reducía su tiempo a la mínima expresión. Pero más doloroso aún fue sentir que sus propias amigas juzgaban ridículo su empeño. En esa ocasión, aunque María Teresa hizo lo que quería, no logró llegar a donde aspiraba en gran parte por ser mujer. Esa decepción no le impidió a María Teresa seguir liderando la Unión de Ciudadanas de Colombia, luchando por los derechos de la mujer a través de Corpo-mujer y durante la Constituyente. Posteriormente fue cofundadora de la Red Nacional de Mujeres. Se ha destacado en la promoción de la Planeación ParticiPativa y fue coautora del decreto mediante el cual se crearon las Comisarías de Familias. Ha publicado libros sobre Planeación Participativa y sobre una investigación que realizó con otras mujeres alrededor de Violencia contra la mujer. Ahora, ya en el umbral de la vejez le teme a la muerte, pero más a perder el ánimo de seguir luchando. Sin embargo, quienes la conocemos sabemos que ese miedo es injustificado: María Teresa morirá de pie. Simplemente se irá a otros ámbitos a vigilar que nunca se discrimine a la mujer y a reclamar igualdad ante los ángeles o ante los mismos demonios si es necesario.


Por Mª Eugenia Martínez

"La mujer es la reserva moral de Colombia la desmoralización de la administración pública y los partidos políticos"

y tiene que salir del retiro familiar para luchar frente a

Helena Páez, 1982:68

/1 a vida y obra de Helena Páez de Tavera está ligada al desarrollo de las ideas feministas en el seno del partido liberal, en el que fue una de las dos primeras mujeres dirigentes. Ha asumido múltiples cargos directivos ' donde ha dedicado sus esfuerzos a las reformas para superar la discriminación a las mujeres en el derecho constitucional y los códigos civil y de familia, divulgar la conciencia sobre los derechos sociales y económicos femeninos, fomentar la organización política de las mujeres de manera amplia, más allá de las élites, y formular programas destinados a la infancia, la juventud, la tercera edad y la familia. Como personalidad central del Comité Femenino del Nuevo Liberalismo recorrió todo el país realizando reuniones y motivando la organización de comités regionales. El resultado se recogió en un foro en el capitolio nacional con la participación de 1.200 delegadas y la publicación del texto Otra sociedad, otra mujer, en el que se puede leer su preocupación central y el motivo de convergencia y tolerancia hacia la diversidad de organizaciones e ideologías de mujeres:

"Yo me he preguntado muchas veces a lo largo de los años y hoy se lo pregunto a uds. Aquella reforma consagrada en la Constitución del año 1853 y que reza: "No habrá esclavos en Colombia", ha tenido algún sentido para la mujer? O es uno de tantos textos legales que se quedan en letra muerta y no se traducen en vivencias personales y sociales? (Paez, 1982:66).

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Presidenta de la Corporación Colombiana del Voluntariado (1991-1999). Coordinadora del Área Mujer de la Consejería Presidencial para la Mujer, la Infancia, la Juventud y la Familia (1990-1991). Ministra de Trabajo y Seguridad Social (1982-1983). Diputada y Presidenta de la Asamblea de Cundinamarca (1980-1982). Concejal de Bogotá durante dos períodos (1966-1968 Y 1978-1980)


En su calidad de Ministra de Trabajo y Seguridad orientó sus acciones hacia el análisis de las precarias condiciones de las mujeres trabajadoras de las flores y a requerir medidas de salud ocupacional y organización de jardines infantiles. Conformó el Comité de Bienestar Social para realizar campañas preventivas. Pese a la oposición generada por los empresarios, propuso el concepto de licencia de maternidad a la familia y el aumento del período de la misma a 90 días para la madre, iniciativa que prosperó afios más tarde. Coautora del libro titulado Protagonismo de mujer: Organización y Liderazgo Femenino en Bogotá, reconoce que en las dos últimas décadas, las mujeres han desplegado liderazgos significativos en los niveles intermedios y locales de poder a donde han accedido, principalmente, por la vía electoral y a pesar de la doble jornada y a las pautas de socialización desventajosas frente a los ambientes donde prevalece el cálculo, la competencia y la agresividad (Paez, 1988: 14). Fundadora de la Organización Femenina del Partido Liberal, en los años 60's con Alegría Fonseca de Ramírez, Josefina Amézquita de Almeida, Marina Uribe de Eusse y Aydee Anzola, entre otras. Integrante de la Unión de Ciudadanas de Colombia, desde los años 50, trabajó activamente en la eliminación de las restricciones impuestas a las mujeres para desempeñarse como testigos ante los tribunales. Siendo estudiante de Ciencias Jurídicas en la Universidad Javeriana, recuerda que el profesor obligaba a salir de clase a sus compañeras para tratar el tema de la familia natural. Acaso, tal circunstancia influyó favorablemente en su especialización en Derecho de Familia y el consecuente análisis crítico acerca de la patria potestad, la autoridad masculina sobre la persona y bienes de la esposa y por ende, en la elaboración de propuestas jurídicas en pro de los plenos derechos sociales y políticos de las mujeres casadas. Nació el 21 de marzo de 1929 en el barrio La Candelaria de Bogotá. En su hogar frecuentemente escuchó conversar de política. Y sus tías paternas, a pesar de los múltiples obstáculos sociales y religiosos de aquella época lograron realizar estudios universita~ rios. A una de ellas la excomulgaron por intentar estu~ diar medicina. Otra de ellas hacía comentarios en tor~ no a las ideas feministas europeas, las que indudable~ mente influyeron en su formación.


Entiendo que el reto actual del feminismo es el reto de la globalización y que este reto solamente se puede afrontar tramando pactos entre mujeres cada vez más amplios y más sólidos

Celia Amorós

~OW((O Por Angélica Bemal

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uz del Socorro Ranúrez Vargas nació el 20 de Noviembre de 1951 en Neiva. Ha llevado una vida dedicada a la academia. Socorro tiene una licenciatura en historia de la Universidad Pedagógica Nacional y una maestría en Análisis de Problemas Políticos, Económicos e Internacionales Contemporáneos y un doctorado en Ciencias Políticas. En la actualidad se desempeña como investigadora del Instituto de Estudios Políticos y relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia. Fue candidata a la Presidencia de la República en 1978 cuando defendía las banderas del feminismo socialista. Uno de sus lemas fue "aborto libre y gratuito". Su trayectoria personal y profesional la ha llevado a ocupar destacadas posiciones como la de miembro de la Comisión de Paz durante la presidencia de Belisario Betancourt. El lazo que la une con los asuntos de mujeres y el conocimiento que tiene de ellos la han hecho parte del Consejo Asesor de Entidades en la Consejería Presidencial para la. Mujer entre 1993-1995 y la Global Fund for Women desde 1992. Es corresponsal de la Red de Comunicación Alternativa de la Mujer, Fempress, ILET desde 1995. El asunto de mayor interés para ella con respecto a la mujer, ha sido la política. Los títulos de sus escritos más destacados en este tema son: "ParticiPación política de las mujeres: el reto de ganar reconocimiento y construir diversidad". "Mujeres, democracia y participación". "Democracia en el mundo y en la casa". Actualmente su reto es generar una perspectiva de género en los procesos de integración regional de América Latina y el Caribe. Socorro cree en la importancia de la inclusión de la sociedad civil y en especial de las mujeres para hacer viable éste proceso y consolidarlo en el contexto de la globalización.

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/ 1 final de sus días doña Ofelia Uribe de Acosta se mostraba desencantada por la impotencia de las mujeres para extraer beneficios políticos de su recién adquirido derecho al voto. Se lamentaba de su incapacidad para la formación de grupos masivos de presión que se constituyesen en fuerza demoledora de las estructuras machistas de poder. No obstante, la pionera de los derechos civiles de las mujeres se sentiría hoy sorprendida y orgullosa de los imprevisibles resultados de la lucha que lideró para lograr el acceso de la mujer colombiana a la universidad y con ello a la cultura. En efecto, se ha pasado en corto tiempo (1933) de una ausencia total de las mujeres en el campo de la educación superior a una relativa presencia en el espacio público. Dicha presencia es realmente notoria pero ponderada en términos mayores que los reales. En forma tímida las mujeres incursionaron en profesiones que fueron prolongación de sus ancestrales tareas de cuidado, como la educación, el trabajo social y la enfermería, hasta lograr hoy penetrar en las áreas del saber llamadas duras como la ingeniería, las matemáticas, la física, la medicina, dominadas antaño por los varones. Sería simplista decir que la promulgación del decreto ley sobre acceso de la mujer a la educación superior produjo esta revolución social. Convergen otros factores que resultaron decisivos. La modernización del país, su creciente democratización, la influencia del feminismo internacional, los movimientos de mujeres, pero particularmente, la acción de un grupo de mujeres dedicadas a la docencia universitaria y a la investigación en las ciencias sociales, facilitaron el avance de las mujeres en su trayectoria universitaria.

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No es accidental que el decreto ley 1972 que garantizaba el acceso de las mujeres a la educación superior se hubiese producido durante el régimen liberal. El país se aprestaba entonces a la modernización. La creciente secularización requería un ataque decidido contra el analfabetismo y la ampliación de la matrícula en los niveles medio y superior. Dejar a las mujeres por fuera de las garantías mínimas del Estado moderno de cuño liberal hubiera contradicho el principio de igualdad, pilar de la teoría liberal.

y es justamente en el campo de las reivindicaciones jurídicas, políticas y educativas en el que más holgadamente se han movido las mujeres que accedieron y ascendieron en la academia en el país. Se partió del reconocimiento de la ciudadanía y de los derechos jurídicos básicos. Se verificó que las mujeres eran las grandes ausentes en los libros de historia, de antropología y de sociología y se procedió a añadirlas; se demostró que su incapacidad para acceder al conocimiento no radicaba en el tamaño de sus cerebros sino en su distanciamiento del espacio de lo público y en su confinamiento en lo doméstico. Hoy las intelectuales feministas que se ocupan de lo social, analizan el impacto que la modernización del Estado y de la economía ha producido en las mujeres y a su vez enriquecen su agenda con los avances de la teoría feminista y el concepto de género. En efecto, una revisión rápida de la producción académica de algunas científicas sociales de nuestro país, sugiere de qué fOID1a la incorporación de la categoría de género ha cambiado la manera de escribir temas de historia, de antropología y de sociología. En los últimos años ha variado la formulación de los problemas sociales; las preguntas y metas que se persiguen con la investigación social se han redefinido y ampliado. Los temas y asuntos que interesan a las investigadoras contemporáneas no tienen mucha conexión con los que hace apenas unas décadas preocupaban a los investigadores varones. Se buscan nuevas fuentes y nuevas metodologías más apropiadas con los nuevos sujetos de la investigación. Los enfoques tradicionales ya no satisfacen a las intelectuales de hoy; la periodización en historia obedece a las maneras como los nuevos sujetos (sujetas?) asumen su cotidianidad y su habitar en el mundo. Se pone en entredicho la forma dicotómica de explicar el mundo y se revalúan los procesos históricos mayores en donde se había borrado el paso de las mujeres por la historia. Hoy no se aceptan las interpretaciones convencionales de fenómenos tales como el desarrollo económico y el nacionalismo, gracias a la mirada de las mujeres que han colocado el género como una categoría necesaria para dilucidar lo oculto. InfoID1ada por el análisis feminista la historia del género ha problematizado variables claves como la raza, la clase, la edad, la etnicidad y la orientación sexual, haciendo que la complejidad de la conducta humana en el pasado sea apreciada en toda su extensión. Doña Ofelia puede descansar en paz, la organización masiva de las mujeres no riñe con la posibilidad de enriquecimiento intelectual del género femenino promovido por el trabajo de mujeres dedicadas a la reflexión social desde las aulas universitarias.


irginia Gutiérrez de Pineda (Socorro, Santander, 1921; Bogotá, Septiembre de 1999), hasta el último minuto de su vida estuvo investigando, escribiendo y haciendo uso de la extraordinaria capacidad de trabajo que la llevó a desentrañar la dinámica familiar de nuestra cultura y las condiciones específicas de la mujer colombiana, a través de la investigación antropológica'. Por Yolanda Puyana

Su obra constituye una reflexión permanente acerca de la familia y la relación entre los sexos, sacando a la luz pública un debate teórico sobre una institución hasta entonces sacralizada. Asimismo, propone una de las hipótesis más insólitas de la época con el descubrimiento de la diversidad regional de la familia. La sólida formación antropológica recibida en Berkeley, junto con su creativa reflexión temática hacia la investigación, le permitieron consolidar un estudio sistemático de archivos, enriquecido por

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el trabajo de campo. Ya en la mitad de la centuria, elaboró categorías pioneras sobre una tipología de familia asociada a complejos ancestrales culturales que han dividido las regiones colombianas desde la conquista. Entre el reconocimiento de las diferencias, la autora va mostrando las múltiples formas como se impone una masculinidad dominante y agresiva en nuestro territorio.

Dueñas, Guiamar. En: Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. No. 26. Universidad Nacional de Colomhia. diciemhre, 1999

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Virginia enuncia la existencia de múltiples formas de machismo en nuestro medio que se ajustan al tratamiento dado a la figura femenina. En el caso del complejo antioqueño, fue la primera en destacar que el hombre revierte su hombría en la conquista del medio y en ser el proveedor de la familia. A su vez señala el dualismo con el que se trataba a la mujer antioqueña, dentro de una cultura que exalta los placeres para el hombre, pero retrae a la mujer para satisfacerlos. Es así como el hombre busca la prostituta para el placer, al tiempo que sacraliza a la esposa y le inhibe su sexualidad para convertirla en madre de sus hijos. En el complejo fluvio minero, la estampa varonil se convirtió en la biología. "El control femenino se establece

en el control biológico de la mujer. Es divergente el hombre monógamo porque conlleva un princiPio de limitación sexual. El macho auténtico es el que da cuenta de su virilidad procreando una descendencia ilímite, rica en varones, que multipliquen su sangre y su apellido"2. En el caso de Santander mostró las características de la cultura patriarcal, donde el hombre se caracteriza por una fuerte agresividad física dirigida a la comunidad y vertida también en la familia. En cuanto la región americana, destacó la inmensa capacidad de trabajo de la mujer en una época que se hacía invisible su labor en el agro. La persistencia del madresolterismo y la manera como estas jóvenes son al mismo tiempo rechazadas y protegidas por la comunidad.

En años posteriores, Virginia continuó estudiando el efecto del proceso de migración y las consecuencias de la urbanización sobre la familia. En esa medida, fue pionera en destacar la enorme carga que significaba para la mujer el ser la única proveedora y al mismo tiempo socializa-dora de los hijos. A estas luchas de las mujeres dedicó una de las tantas condecoraciones que el entonces Presidente de la República, Belisario Betancourt le otorgó por su obra en 1983. En esa época planteaba la autora: "Las urgencias

económicas forzaron su salida (de la mujer) del hogar para ganar un salario, pero se le mantuvo atada por un complejo de culpa que administra el poder masculino y que ella asume con una carga múltiple. Sigue siendo la responsable de la administración para el consumo, de la crianza y sociabilización de los hijos; asume las tareas biológicas en los momentos de un mayor trajín laboral y arrastra, como el pecado original, la culpa de carecer del don de ubicuidad para satisfacer simultáneamente sus roles tradicionales y recientemente adquiridos"3.

2

Gutiérrez de Pineda, Virginia. Familia y Cultura en Colombia. Editorial Universidad de Antioquia. Primera edición 1968 - última 1996. pág.224

3

IeBE Año Interamericano de la Familia. Bogotá. 1983 . pág.245


En 1986, su afán inquisidor la devolvió a estudiar la tierra donde nació. Propuso de manera clara y enfática el concepto de patriarcado como instrumento teórico para entender la dinámica familiar de Santander. Enuncia en este libro4, la articulación entre la dinámica de los sexos, las relaciones de poder en la familia y en la comunidad de referencia. El poder familiar se concentra en el mando masculino sobre la corporalidad femenina y ella es la responsable del honor de la familia. De manera que romper los códigos de honor, significaba un desmedro del estatus de la familia ante la sociedad. La mujer es poseída con avidez por el hombre y demeritada en sus potencialidades como persona. Con enorme lucidez, esta incansable investigadora señala el resquebrajamiento de la estructura patriarcal y la existencia de formas familiares de transición, hoy en día aún vigentes.

4

Virginia sienta las bases para una concepción crítica de la familia, acorde con la literatura feminista, la cual plantea una interpretación de la misma como institución cambiante, histórica y articulada con la sociedad. En ese sentido la autora se encamina a romper ancestrales mitificaciones sobre el grupo familiar en controversia con quienes la consideran eterna e inmutable, recomendando analizarla como institución cambiante e histórica. Le dice a los críticos: "Por qué no

decimos que ha muerto nues tra economía ayer rural agrícola y hay urbana e industrial?". Hoya través de la Revista "En Otras Palabras ... " queremos resaltar la escritura, las voces y el aporte que desde mitad de siglo, cuando ni siquiera se había divulgado el concepto de género, desarrolló Virginia. Su obra, la manera como realizó la investigación y sus vivencias constituyen para todas y todos un modelo de vida.

Gutiérrez de Pineda, Virginia y Vila de Pineda, Patricia. Honor, familia y sociedad en la estructura patriarcal. El caso de Sanwndel: Uni\'ersiJad Nacional de Colombia. Bogotá. 1988

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ació en Medellín el 21 de junio de 1950 en un hogar de 5 hijos donde ella es la menor. La madre de Beatriz, asumió en la práctica la jefatura de la familia pues el padre, amante del campo, no la quiso seguir a la ciudad donde ella deseaba educar a sus hijos. Su madre heredera de una tradición liberal y laica, le transmitió un claro sentido de la libertad y de la autonomía femenina que derivaba de la independencia económica. Beatriz estudió bachillerato en un colegio laico y fue estimulada a seguir sus estudios superiores en una universidad del mismo corte ideológico. Su ruptura con el patriarcado

Por Manha López

se inició entonces bajo la influencia directa de su madre y continuó en el contacto con el mundo académico. En su juventud vivió la bohemia intelectual del centro de la ciudad y particularmente del café de Versalles y la rebelión juvenil inspirada en el existencialismo de la "ribera izquierda de París", vistiendo de negro y con la crítica social a flor de piel. La influencia de artistas y pintores, entre quienes estaba su hermana, cómplice de su primera juventud, la llevó por el camino de la duda frente a las relaciones amorosas tradicionales vigentes en la época de los 60's-70's en Medellín y a desconfiar de los ambientes académicos solemnes y de la militancia política ciega, otra tendencia de comportamiento juvenil de la época que se imponía en la universidad donde estudió Sociología.

l(L?n!L.;r¡)/"ctL' de Id c'X'J.)L7'l,cT!C'1~) eL)lpLll o/ jf,!!lJ,crll na La herencia familiar y la experiencia contestataria de vida juvenil sirvieron para mantenerla distante de los estrechos vínculos políticos universitarios, muy cerca de las religiones que proclamaban el cambio social sin sembrar la duda sobre los principios de vida de los mismos militantes, seguidores y ~ ¡ beneficiarios del orden patriarcal.


Su interés por la obra de Louis Althusser, capaz de ejercitar la libertad aún en contra del partido Comunista Francés, pero incapaz de administrarla en el terreno de su vida personal y quien terminó asesinando a su propia mujer, la revolcó como a otras mujeres y la incitó a repensar, aún más, el mundo en femenino y a reforzar la sospecha de que la interpretación dada a la realidad de lo humano (masculino y femenino) fuese explicada adecuadamente desde el orden patriarcal. El gran revuelo que estaba produciendo el movimiento feminista llegaba a Colombia al mismo tiempo que su primera experiencia de maternidad, cinco años después de su matrimonio y contra la presión de los círculos familiares tradicionales, pues la "realización de la feminidad" sólo se alcanzaba en el engendramiento. La búsqueda de información sobre el sentido del embarazo le permitió constatar que la interpretación de hechos que consultan la experiencia corporal femenina ha sido realizada exclusivamente por hombres como ya lo había recalcado Virginia Woolf. Algunos años después de esa experiencia que, aunque vivida en la

orfandad de la palabra escrita, fue una suerte de "revelación" de la humanidad de la mujer, encontró un libro extraordinario sobre lo buscado en ese momento, titulado "Parole de Femme", el cual incidió notablemente en ella vinculándola a este proceso desde la fuerza reflexiva y el pensamiento. El registro de esta experiencia compartida luego con amigas e hijas ha sido una de las mayores rupturas con el discurso patriarcal de la medicina. Ahora trabaja la hermenéutica de la carne femenina y de la carne maternal, temática bajo la cual desarrolló su tesis de Ph. o. con mención, en la Universidad Libre de Berlín con el tema "Geografía de la carne maternal, cuerpos, cultura y sociedad en Colombia"!. Ha realizado varios videos; el titulado "Mujeres en contrapunteo", traducido al francés, distribuido en Canadá y exhibido en el Festival de Cine de Mujeres de Cretell, Francia, tiene valor histórico por contener el último testimonio público de la Sra. Josefina Valencia, primera mujer en llegar a un ministerio y a una gobernación en Colombia. Ahora es responsable de la investigación: "La puesta en escena del género

en el fútbol. Hermenéutica de la feminidad y de la masculinidad en Colombia". Es docente e investigadora en el Departamento de Sociología de la universidad de Antioquia.

Obra editada en francés bajo el título Géographie de la chair matem elle: Corps , culture el sociéte en Colombie. Waxmann. 1999

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agdalena León Gómez (Barichara, Santander, 1939), en su calidad de socióloga, profesora universitaria, investigadora y activa partícipe en el movimiento social de mujeres, se destaca como pionera en el mundo académico por su contribución al conocimiento y transformación de las condiciones de las mujeres colombianas del siglo XX.

Universidad de Michigan (1967), su compromiso prioritario fue la docencia universitaria. Desde entonces se hizo evidente su énfasis permanente en la necesidad de estudiar la realidad y de entrar en contacto con la información de primera mano, rompiendo así con lo que hasta ese momento se consideraban ensayos sociológicos en el país.

Integrante de la primera promoción de egresados de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia (1963), Magister en Sociología de la Universidad de Washington (1965) y especializada en Metodología en la

A comienzos de la década de los setenta, Magdalena inició su recorrido como una de las mujeres que escribió el siglo. A partir del interrogante sobre "qué hacen y dónde están las mujeres colombianas", la investigación desarrollada por ella se constituyó en el trabajo que impulsó los estudios de la mujer en el país. La nueva temática representó una ruptura de contenido respecto a la sociología y las ciencias sociales hasta entonces imperantes en la academia colombiana.

Por Patricia Prieto

Abrió un espacio nuevo de investigación desde la Asociación Colombiana para el Estudio de la Población -ACEP-, organización no gubernamental dedicada a los estudios de población, en forma paralela y por fuera de la universidad. li..'J


Las obras paradigmáticas de este período son Mujer y Desarrollo en Colombia (1977), primera obra que estudia la educación, el trabajo, la familia y la política desde una óptica centrada en la participación de la mujer; Mujer y Capitalismo Agrario (1980), Mujer y Política Agraria (1985), en las cuales se examinan, en el contexto de la economía agraria, la división sexual del trabajo de los miembros de la unidad doméstica campesina, los diferentes niveles de proletarización de hombres y mujeres y la participación de las mujeres rurales en los mercados de productos y de trabajo. Cuestionan, desde las canteras del socialismo feminista, el tipo de desarrollo que se impulsa y las consecuencias que para las mujeres rurales tiene su "incorporación" al mismo. Por primera vez, se visibiliza el trabajo productivo de las mujeres rurales y se muestra su interdependencia con el trabajo reproductivo. En el campo de la política pública, su aporte es clave en la formulación de la Política para la Mujer Rural, (1984) promovida por el Ministerio de Agricultura.

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Ruptura fundamental fue también demostrar que la diferenciación social no se reduce a la clase, sino que el sexo también contribuye a condicionar la posición social de las personas. Esta línea de investigación sirvió de modelo para proyectos similares en otros países latinoamericanos . Con la publicación de los tres volúmenes que conforman la obra Debate sobre la Mujer en América Latina y el Caribe (1982), se difundieron ampliamente en la región las investigaciones de más de cuarenta y cinco autoras sobre la realidad colombiana, las trabajadoras del agro, el feminismo y la subordinación de las mujeres. En el siguiente decenio (19811989), el trabajo realizado sobre el servicio doméstico en las principales ciudades del país representó un puente temático entre las mujeres rurales y las urbanas, dado que la trabajadora del servicio doméstico es, en la mayoría de los casos, una migrante rural. La investigación acción participativa se privilegió sobre metodologías más convencionales porque ofrecía mejores posibilidades para entender y transformar las relaciones entre trabajo doméstico y servicio doméstico, a partir del develamiento de las desigualdades en las relaciones entre las mujeres.


Las acciones desarrolladas contribuyeron al mejoramiento de las condiciones laborales de las trabajadoras del servicio doméstico, mediante la asistencia legal, la capacitación laboral y el apoyo para el desarrollo de su identidad como mujer y ciudadana. Uno de los resultados sobresalientes de este trabajo fue el reconocimiento del derecho de afiliación a la seguridad social de las trabajadoras domésticas, inexistente anteriormente en la legislación colombiana. La activa participación en el movimiento social de mujeres, nacional e internacionalmente, le planteó a Magdalena el reto de entender más profundamente las diversas vertientes existentes en el movimiento. Con el propósito de contribuir al debate en tomo a la teoría feminista y sus relaciones con las vertientes del movimiento social de mujeres, compila la obra Participación Política de las Mujeres: Avances y Limitaciones (1994), donde se examinan la autonomía, las relaciones con el Estado, las diversas formas de participación de las mujeres y las múltiples relaciones del movimiento social de mujeres con los diversos tipos de feminismos.

Otra preocupación fue la de entender la relación entre género, etnia y clase como clave para adentrarse en el estudio de las interrelaciones y diferencias que constituyen el sujeto mujer y la construcción de la identidad de género. Esta búsqueda se plasma en el Ubro Género e Identidad: Ensayos sobre lo femenino y lo masculino (1995), en coautoría con Luz Arango y Mara Viveros. Una concreción de sus búsquedas intelectuales y personales fue la creación de la Red Mujer y Participación Política en la cual se reúnen investigadoras y líderes locales con el propósito de promover y cualificar la participación de las mujeres en las instancias del nivel local. Fundó y fue la primera directora del Fondo de Documentación Mujer y Género, al cual donó su biblioteca personal. El Fondo, creado en 1994, forma parte del Programa de Estudios de Género de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, donde también desempeñó su labor como docente, época en la cual compiló el libro Poder y Empoderamiento de las Mujeres (1997).


En las postrimerías del siglo, su labor como investigadora vuelve a centrarse en las mujeres rurales. Con Carmen Diana Deere, es coautora de un estudio comparativo en doce países latinoamericanos sobre el acceso y control de la mujer a la tierra, en el cual examinan la tenencia de la tierra, las reformas y contrarreformas agrarias, los derechos colectivos e individuales a la tierra, las tensiones entre género y etnia, y las relaciones entre la propiedad y el empoderamiento de las mujeres. El libro Género, Propiedad y Empoderamiento: Tierra, Estado y Mercado en América Latina, será publicado en el primer semestre del año 2000 y promete constituirse en consulta obligada para la comprensión de la importancia de la propiedad de la tierra y la vivienda para las mujeres urbanas y rurales, de los debates sobre política agraria, movilización y organización de las mujeres rurales y la justicia social y de género en el agro.

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El retorno a lo rural en parte responde a las inquietudes surgidas durante su participación en la Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en Beijing en 1995. Allí, la atención se centró en la violencia contra la mujer, los derechos sexuales y reproductivos, la representación, la diversidad, la ciudadanía y el empoderamiento, relegando un poco temas considerados "materiales". En el Foro Gubernamental se presentaron grandes tensiones y desacuerdos en la discusión de la Plataforma de Acción sobre la igualdad, contraponiéndola a la equidad en los derechos herenciales según género. El meollo del desacuerdo estaba en el sentido dado al principio de equidad, pues con él se pretendía justificar por consideraciones religiosas y/o culturales, la desigualdad en los derechos sucesorios para mujeres y hombres. Magdalena identificó el término de equidad propuesto en la Conferencia como una limitación al principio de igualdad de género, o sea una justa distribución de derechos y recursos para todos. La igualdad y no la equidad es lo que se reconoce como un derecho humano fundamental. El principio de equidad entendido en el sentido arriba mencionado, implica que hombres y


mujeres son tan diferentes que aplicar la noción de igualdad resulta inapropiado y llevaría a aceptar políticas que limitan las posibilidades de hombres y mujeres según roles tradicionales estereotipados por sexo, en clara discrepancia con la Convención contra Todas las formas de Discriminación de la Mujer. El debate la lleva a interrogarse sobre la enorme resistencia presentada ante la posibilidad de afectación de derechos sucesorios con la introducción de normas de igualdad. Su respuesta apunta a que la justicia en general y la de género en particular, requiere a la vez, la redistribución que ha sido parte del imaginario socialista y el reconocimiento el cual está del lado de la identidad en las teorías postmodernas. Propone como tarea intelectual y política conceptualizar el reconocimiento cultural y la igualdad social de manera que se apoyen mutuamente. En este sentido, y siguiendo a Nancy Fraser, sostiene que la disyuntiva planteada entre el enfoque de la redistribución y la del reconocimiento debe ser reconceptualizada, buscando identificar las interrelaciones entre ambos. En el transcurso del estudio sobre la mujer y el acceso a la tierra, la propiedad de la tierra ha sido identificada

como una categoría bisagra que permite entender la interrelación entre la "base material" y la "identidad y subjetividad", al demostrar cómo la propiedad contribuye al empoderamiento de la mujer como sujeto y al fortalecimiento de su poder de negociación. Está convencida de la necesidad de continuar la búsqueda de nuevos elementos bisagra que le permitan al feminismo aportar al apoyo que se deben mutuamente la igualdad social y el reconocimiento cultural. Los reconocimientos a una vida dedicada a la investigación y la docencia sobre las mujeres colombianas y latinoamericanas, con el objetivo de mejorar sus condiciones sociales, defender sus derechos y visibilizar sus aportes a la economía, la cultura, la política y la ciencia, han hecho a Magdalena acreedora de múltiples distinciones, entre las cuales cabe mencionar la de Excelencia en Docencia, otorgada por la Universidad N acional de Colombia en 1994; la Medalla del Mérito Universitario, otorgada en 1999 por dicha universidad y la Orden Policarpa Salavarrieta de la Cámara de Representantes en 1999, por haber sobresalido en trabajos de investigación sobre Mujer y Género. Además de su larga dedicación docente corno Profesora Titular en la Universidad Nacional de Colombia, Magdalena ha sido profesora visitante en universidades de Estados Unidos, España, Inglaterra y América Latina, así corno consultora internacional de Naciones Unidas y la Fundación Ford, entre otras.


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Por Martha López

, ació en Medellín el 8 de enero de 1948, su padre obrero de la industria de! tabaco, liberal socialista y su madre conservadora, fue una excelente bachillera de las pocas que lo lograban. Fue la mayor de tres hermanas y cinco hermanos; creció en el campo a orillas del San Juan en la época aciaga de la violencia de los 50 en el suroeste antioqueño y allí vivió la persecución a su padre. La huella de esto en su vida se traduce en su amor por e! campo, la búsqueda de la libertad, la justicia y e! acceso como mujer al conocimiento. Con estos elementos fue tejiendo su proceso de ruptura con e! patriarcado.

el r;.:conoeírlJilZnto J<z 10$ JlJf..{¡cJ~eJ) f2n la historia de Colombia Su madre fue su primera maestra; a los cinco años aprendió en viejos cuadernos de contabilidad a leer, escribir, sumar y restar. Con monjas salesianas hizo el ciclo educativo desde los 6 años; con los traumas propios de la educación tradicional gustó de las humanidades, la poesía y la literatura; también conoció la vida de los marginados y adquirió la certeza de que las mujeres tenían que ir a la universidad y de que su única opción

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no era casarse y resignarse por siempre a ser de alguien. En "el día más feliz de su vida", la piquiña de la organza le hizo saber que estaba signada a usar ropas que la hacían ver como una princesa, sentirse amarrada y desdichada. A sus 11 años, por la misma época en que empezó el ciclo inexorable de 28 días, leyó "Mujercitas" y en su profundidad quiso asemejarse a Jo, personaje que ha gravitado siempre en su vida. En la adolescencia padeció y enfureció con el ritual de los bailes, semejantes a las ferias a las que iba con su padre, en donde el ganado se embellecía para exhibirlo y así lograr el favor del mejor postor. Conoció escritos de autores pro~ hibidos por la censura de una sociedad pacata, tradicionalista y temerosa de la libertad. Se vinculó a un movimiento social cristiano de jóvenes bachilleres en donde se apasionó por investigar la vida social y su transformación. Aprendió a hablar en público, a dirigir reuniones y empezó a escribir en periódicos colegiales; se percató de la existencia de Camilo Torres, de las huelgas estudiantiles, de las invasiones gringas y de la represión. Estudió Derecho en la católica Univer~ sidad Pontificia Bolivariana; conoció los fundamentos del patriarcalismo en el Código Civil y el Derecho Romano; se

inquietó por la potestad marital y las normas penales. Se vinculó a Equipos Universitarios desde donde militó en el movimiento estudiantil; conoció a un inteligente hombre hermoso que ha sido su amante compañero, el único que le inspiró la seguridad de que no quería ser su dueño. Este proceso se vivió en la rigidez, inequidad y autoritarismo del Frente Nacional, en las noticias de mayo del 68, la lucha por los derechos de los negros y las incipientes noticias del feminismo. Se vinculó a la opción política de cambio por la única vía que se creía posible; inició su labor por los Derechos Humanos animando con otros abogados un Comité de Defensa de Presos Políticos. En el marco de la militancia logró un entramado de mujeres que con el nombre de María Cano era tolerado sin temor por los varones de la organización; leyó y se inquietó con las cartas de Lenin a las mujeres, con las reflexiones de Clara Zetkin, con las conclusiones de la Internacional Socialista de mujeres y con Rosa Luxemburgo. Estudió con juicio a Engels y creyó que para las mujeres había existido entre la bruma del tiempo una vida mejor.


Otra ruptura patriarcal se expresa en haber elegido ser madre por opción: de un hijo en los 70 y una hija en los 80. Decepcionada del autoritarismo de la izquierda, participó en una fracción socialdemócrata en la cual tuvo más acceso al pensamiento feminista; leyó con pasión a Simone de Beauvoir, a Carla Lonzi, a las historiadoras inglesas, a Andrée Michel, Alexandra Kolontaii y a FEM de México. En los 80 optó por la Historia en la Universidad Nacional de Medellín; desde los primeros semestres buscó a las mujeres como parte de la historia nacional y no las encontró; su tesis de grado fue sobre la Condición de las Mujeres en la Historia de Colombia y desde esta época ha publicado varios trabajos sobre el tema y sobre mujeres significativas en la lucha por los derechos de las mujeres. Otro aspecto de su ruptura con el patriarcado es el relativo a la pedagogía de los derechos humanos con perspectiva de género. Ha escrito dos textos escolares y trabajado en formación e investigación educativa para escuelas

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afectadas por la guerra y el conflicto armado en el país y en Centroamérica. El activismo en el movimiento por la paz está orientado a visibilizar a las mujeres, a incluir en este proceso la reflexión sobre las masculinidades y feminidades patriarcales como factor de reproducción de la violencia, la inequidad social y el arrasamiento de la naturaleza y lograr que, en éste proceso, las mujeres de la guerra y las de la paz ocupen equitativamente lugares de decisión. Es integrante de la Red Nacional de Mujeres y fue escogida como delegada de organizaciones que trabajan por los derechos de las mujeres al Consejo Nacional de Paz.


La rebelión personal que debe sentir cada mujer para decidirse por el feminismo no se puede heredar Alda Facio

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Por Florence Thomas

imena nació en Bogotá hace 42 años; octava entre nueve hermanos y hermanas, estudió Derecho en la Universidad Externado de Colombia y se especializó en Derecho Penal. Al conocer y defender tantos casos dramáticos de violencias intrafamiliares y de abusos sexuales, Ximena se volvió no solo femi~ nista sino la más importante defensora de las mujeres en el campo jurídico.

Trabajó doce años en la Corpo~ ración Casa de la Mujer de Bogotá como asesora jurídica. Hoy Ximena es inde~ pendiente. Actualmente es defensora de Alba Lucía Rodríguez, caso altamente conocido y comentado en la gran prensa. Ximena es una de las pocas juristas que tiene una mirada de género sobre el derecho tradicional. Para ella, "la peor pelea es la que no se da" y ha puesto en práctica esta máxima durante toda su vida profesional.


ducadora antioqueña. Realizó sus estudios en el exterior donde ejerció la docencia por algunos años. Regresó a Antioquia con innovadoras concepciones sobre la educación y en especial sobre la mujer.

Por Judith Jiménez

En 1914 funda en Yarumal un Centro Cultural Femenino lo que le significó murmuraciones, críticas y burlas permanentes de la sociedad. La condenaban por ser una mujer intelectual. Fue trasladada a Medellín y expulsada de esta ciudad por la persecución del clero. En Manizález se publicó en el periódico La Patria una solicitud de la comunidad para que no se le diese trabajo ni alojamiento.

¿Ina l)jL. . J}L'} (J ji.:.:>J)} j¡}/~td } 'f-'n.."'Iue: Il1})(J la L~JdecJ(_."'¡L-"n t1 (..,L..,J)}¡f-..nzl. . ~ e/}..'1 ~/~(!/l María Rojas Tejada viaja a Pereira donde funda una escuela que revolucionaba los esquemas educativos de la época: el primer afio escolar era mixto y no se enseñaba religión. En 1916 publica la primera revista feminista de que tengamos noticia en el país titulada "Féminas", En ella planteaba y reivindicaba los derechos de la mujer, en especial los relacionados con la educación.

Tomado Je archivos clocumenrale, del Centro de Documenración de la Comi,i6n de Asuntos de la Mujer de la Asociación Dlstriral de Educat!llres -ADE-

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, ació en Bucaramanga y es hija y heredera de la pluma de Alejandro Galvis. Silvia es politóloga de la Universidad de los Andes pero ella escogió el periodismo, la literatura y la historia como práctica profesional.

Por Florence Thomas

Varias de sus obras recibieron una gran acogida nacional. Solo en la década del 90 publicó "iViva Cristo Rey!", "Vida mía" y "Sabor a mi", entre otras.

Pero es en el periodismo donde Silvia Galvis mostró su mayor compromiso con las mujeres. Ella no dudó en defender enérgicamente y sin vacilaciones los derechos de las mujeres, denunciando toda clase de abusos, atropellos y violaciones. Numerosas veces develó en su estilo propio los atropellos de una ideología patriarcal y de un mundo hecho por y para los hombres y no le temblaba la mano para acusar de misoginia a las jerarquías eclesiásticas. Con Silvia, la causa de las mujeres siempre ha encontrado un apoyo decidido, solidario y un lugar en la gran prensa.


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" e siento parte de una generación que a principios de los 70's tomó conciencia de la discriminación en contra de la mujer escritora".

Por [melda Arana

Los programas de literatura de los colegios y universidades, así como las editoriales no han incluido escritoras. El argumento ha sido que no hay literatura hecha por hombres ni mujeres, sino sólo literatura buena o mala y sobre tal canon se ha decidido qué incluir en la historia literaria. Montserrat Ordóñez cuestiona ese supuesto al encontrar que en el pregrado no se leían mujeres. Al comenzar a leerlas, encuentra cosas maravillosas escritas por mujeres las cuales responden a sus inquietudes y la llevan a dedicarse a estudiar y enseñar, no sólo lo que han

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escrito las mujeres, sino a repensar cómo los hombres han escrito sobre el tema de las mujeres y el género. Luego de haber leído el boom sin escritoras, se dedica a estudiar las escritoras latinoamericanas; después a las escritoras colombianas y luego a integrar a mujeres al conjunto de la historia literaria.

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I en Olra:.l palabra" ...


¿Quién es Montserrat Ordófi.ez? Barcelonesa hija de madre catalana y padre colombiano, vivió hasta los quince años en Barcelona, trasladándose luego a Colombia, residencia que combina con muchos y variados viajes al exterior, todos con motivo de estudio y trabajo. Desde pequeña mostró grandes habilidades lingüísticas y artísticas, facilidad para el estudio y avidez por la lectura, lo que la llevó a escribir y publicar cuentos y poesías. Pero también desde niña mostró habilidad en la toma de decisiones sobre asuntos que le afectarían directamente: gustos, compañías, afectos, estudios, ocupaciones, producciones y forma de vida. Considera que ha sido feminista toda la vida, aún cuando no fuera consciente de ello. Ha tenido siempre presentes sus capacidades, sus derechos y la necesidad de igualdad y justicia. Su educación básica formal la realizó en colegios de monjas en Barcelona y Bucaramanga, a los que se acomodó cumpliendo con los deberes escolares, aún cuando nunca compartió ni su filosofía,

ni sus valores. La secundaria fue para ella una etapa especialmente traumática, ya que tuvo que ocultar o disimular sus saberes y conocimientos, sometiéndose a normas de comportamiento social rígidas, absurdas y que rompían con sus experiencias de vida en Barcelona. Para Montserrat éstos años de total desamparo y búsquedas desesperadas son los más duros de su vida, más aún, por cuanto siendo su deseo de salir de Bucaramanga para realizar estudios superiores, su familia se opuso argumentando dificultades económicas y considerando ya logrado el mayor nivel de educación al que podía aspirar una mujer. Su empeño le permitió irse a Inglaterra donde trabajó y estudió inglés en Cambridge y Londres; viajó, visitó sitios de interés y conoció otros mundos y culturas. Luego regresó a Colombia para ingresar a la Universidad de los Andes a estudiar lenguas modernas mientras trabajaba dando clases de Inglés. En la universidad también escribió y encontró profesores que le apoyaron y publicaron sus escritos. Una vez graduada se quedó trabajando en la Universidad.


La intensa actividad de esta profesión la condujeron a la decisión de seguir un postgrado, para lo cual se fue a Estados Unidos a realizar un Master y un PHD en Literatura Comparada. Financió estos estudios trabajando en el Departamento de Literatura Hispánica y Portuguesa, donde conoció a importantes escritores y críticos. A su regreso ganó gran experiencia en la industria editorial, trabajando como editora con Carvajal del 78 al 82, actividad que combinó con la docencia en universidades como los Andes, la ]averiana y la Nacional. Pero el exceso de trabajo fue mucho y no quedaba tiempo para la interrelación personal con los y las estudiantes, lo cual para Montserrat, empobrece la docencia. Decide su dedicación a Uniandes, donde ha podido alternar su carrera académica con el disfrute de la literatura y donde ha logrado excelentes relaciones con exalumnos y exalumnas. A su vez, la universidad le ha brindado la oportunidad de adquirir un importante reconocimiento internacional.

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De sus publicaciones se destacan: su libro de poesía Ekdysis, La Vorágine: textos críticos, Edición anotada de la Vorágine de José Eustasio Rivera de la colección letras hispánicas de cátedra. Edición en español del libro de Diane Marting, Escritoras de Hispanoamérica.

Una guía bio-bibliográfica. Una nueva lectura, Antología de narrativa de Soledad Acosta de Samper y numerosos artículos y traducciones.

Sus trabajos ~obre literatura y mujer se inician en Madison, Wisconsin; luego trabajó y dio cursos sobre la mujer en la literatura, en particular sobre Virginia Woolf y escritoras latinoamericanas como Clarise Lispector, Rosario Castellanos, María Luisa Bomba!' Cristina Peri Rossi y Luisa Valen:uela. Luego estudia a escritoras colombianas como Elisa Mújica, Marvel Moreno y Soledad Acosta de Samper, la escritora colombiana más importante del siglo XIX. El trabajo sobre la mujer 'r' la escritura es lo que le ha dado más sentido a su carrera académica y espera que de alguna manera la historia literaria tradicional sea cuestionada cada vez más.


CONVOCATORIA

2001

ASSOCIATION C6TÉ~FEMMES, PARIS GRUPO MUJER y SOCIEDAD, BOGOTÁ PROGRAMA DE ESTUDIOS DE GÉNERO, UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA CONVOCAN AL

VI PREMIO INTERNACIONAL

DE LITERATURA LATINOAMERICANA y DEL CARIBE "GABRIELA MISTRAL" BASES DEL CONCURSO

• Podrán ser candidatas al VI Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe GABRIELA MISTRAL 2001, las escritoras de lengua española, con una valiosa trayectoria en cualquiera de los géneros de la literatura (poesía, novela, teatro, cuento o ensayo). • Las candidatas deberán ser presentadas por la autora, una editorial o por cualquier institución cultural o educativa, asociación o grupo de personas interesadas en la literatura. El premio también podrá otorgarse a una escritora que, a juicio de los miembros del jurado, lo amerite, aún cuando no haya sido propuesta por ninguna institución. • Las candidaturas -compuestas del currículum vitae de la autora y de los documentos justificatorios necesarios- deberán ser presentadas a más tardar el 30 DE OCTUBRE DEL AÑO 2000 a: Association Cóté-Femmes, 4 rue de la Petite Pierre, 75011, París, Francia. Te\. 33 1 43 79 74 79; Fax. 33 143794687; E-mail: indigo.cote-femmes.edition@wanadoo.fr. • El jurado estará integrado por especialistas nombrados por Association Cóté-Femmes, París. Ningún documento será devuelto. • El fallo del jurado será inapelable y se dará a conocer a más tardar el5 de enero del 2001. • El Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe GABRIELA MISTRAL 2001 consistirá en la publicación de una de las obras inéditas de la ganadora. • El Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe GABRIELA MISTRAL 2001 se declarará en la ciudad de París. La ceremonia de premiación se llevará a cabo en la ciudad de Bogotá, en el mes de abril en el marco de la XIV Feria Internacional del Libro de Bogotá. • Cualquier situación no prevista en la presente convocatoria será resuelta por la comisión de premiación. París, Mayo de 2000

lnformes en Bogotá: 57 1 348 25 29 • 57 1 345 17 04


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artistac5 rzn la construcción d{21 F{2/l}inismo M«irzrrz~')

Por Beatriz García

n la Modernidad, el arte ha sido un importante camino para la crítica a los paradigmas establecidos, tanto en el campo del pensamiento, en el de la cultura en general como en la esfera social. Ello no ha sido diferente cuando, a través de él, se ha tratado de comprender la situación de la mujer, su papel social, la relación consigo misma y con los y las demás. En la construcción del feminismo en Colombia, el arte ha sido un espacio de enorme importancia, pues mediante sus diferentes disciplinas, las mujeres han podido denunciar e indagar su marginalidad social y su explotación sexual, puesto de presente su mirada sobre el mundo y hecho visibles nuevos horizontes de acción. Estos descubrimientos se han convertido en agenda fundamental de movimientos de mujeres abocados a la construcción de nuevas condiciones de vida para sí mismas y para la sociedad en general. Sin embargo, el arte, especialmente si se le considera como un camino para la liberación de la mujer, como muchos otros ámbitos de la cultura, no ha sido un espacio libre y franco para la incursión y actuación de la mujer, sino a partir de muy entrado el siglo XX. No podría decirse que antes de esta época, las mujeres colombianas no hubieran incursionado en prácticas musicales o pictóricas, o no se hubieran relacionado con la danza o la escritura o con otras expresiones artísticas. Estas prácticas estaban permitidas dentro de ciertos límites y ligadas al espacio doméstico en el que transcurría su cotidianidad; aparecían como parte de todos aquellos otros saberes que buscaban introducir la armonía en la vida familiar y establecer en este ámbito los bellos placeres de la vida; como parte de las tareas que debía desempeñar la mujer para responder al modelo ideal de ama de casa, de madre protectora encargada de hacer amable el diario vivir, de poner un poco de embrujo a la existencia; de sostener el orden de la institución familiar y de apaciguar la angustia proveniente del mundo exterior.

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I en Otral\ palabral\ ...


Así como se esperaba que fuera una experta en el arte de cocinar, de bordar, de decorar la casa, también se deseaba que tuviera aptitudes para la música y la danza, o que tuviera una bella voz para el canto o al menos para la lectura en voz alta y que ojalá pudiera escribir algunos poemas. Es tan sólo hacia la mitad del siglo XX que el anonimato de la mujer se empezó a romper, que sus prácticas inocentes y casi ocultas empezaron a hacerse visibles y a generar otros sentidos. La mujer empezó a descubrirse a si misma y a manifestar su deseo abiertamente. Salió a la calle para vincularse al trabajo y lo hizo cargada de los espacios de la intimidad que recorrió y construyó por tantas generaciones; de las expresiones de su cuerpo desnudo, lacerado, dolido, violado; de su cuerpo deseado y deseante; reproductivo; de sus saberes de lo íntimo que por tanto tiempo ofreció como remansos ü pausas en el trajinar diario; de los misterios que la constituyen y que aún no puede nombrar. Desde esta nueva situación las mujeres han salido a la búsqueda de sí mismas y han empleado diferentes medios para ello. Uno de ellos es el arte. Las manifestaciones artísticas de las mujeres colombianas a partir de la segunda mitad del siglo XX, han sido tan diversas como lo son las diferentes disciplinas artísticas. De un lado las artes plásticas y visuales han mostrado a través de la pintura, la escultura, el video, exploraciones de su situación social y política, de su cuerpo dispuesto para el deseo, para la maternidad, de su relación con el placer y el dolor. Las diferentes artistas a través de colores, texturas, motivos de todo tipo, múltiples maneras de estructurar el espacio, han develado temas ocultos y propuesto nuevos caminos para su entendimiento. De igual manera las escritoras, a través de la literatura se han acercado a esos espacios íntimos donde la mujer se ha desenvuelto por siglos y los ha explorado desde diferentes ángulos, mostrando sus luces y sombras, sus posibilidades de apertura y de encierro. El teatro a través de sus expresiones integradoras de las artes y de la vida misma, ha puesto en escena diferentes situaciones de la mujer, de su experiencia de ser y estar en el mundo. Todas estas artistas han observado a la mujer en su diario vivir, en la manera como se relaciona con los demás, como se relaciona consigo misma, como ama y sufre. Todo ello ha sido explorado por diferentes mujeres artistas, en medio de grandes contradicciones y desgarramientos y ha sido expresado y nombrado de formas diferentes. De esta manera la mujer ha abierto su mundo a plena luz, lo ha propuesto para ser tenido en cuenta y para participar en la construcción de nuevos horizontes para la acción. En este número, la revista "En Otras Palabras ... " quiere hacer un homenaje al papel desempeñado por algunas artistas colombianas del siglo XX, cuya obra ha sido pionera en la apertura de caminos para la afirmación y exploración personal y para la lucha para un claro reconocimiento social. Con su presentación, se espera impulsar a otras mujeres en la búsqueda de ellas mismas y a participar en la construcción de un mundo donde hombres y mujeres tengan sus propios espacios. ",


Por Gloria Arango

tlBbitant¡.; drz un mundo no jnv¡znlado "El arte, como manifestación de cultura, nada tiene que ver con los códigos de moraL .. El arte no es amoral ni inmoraL .. Sencillamente no intercepta ningún postulado ético" Débora Arango, 1939

abIar de Débora Arango, es hablar de una mujer que nació en un tiempo ajeno, un tiempo que no estaba preparado para los espíritus libres, para los cuerpos desnudos, para la denuncia política, pero menos que nada, un tiempo que no estaba preparado para ser visto con ojos de mujer. Su obra es reflejo de su vida y de su alma, el dolor desde la exclusión a la que fue sometida lo podemos ver en la angustia de Anselma o en la cara de mujer de expresión ausente de la Madona del silencio; su sarcástico desafío a este mundo de doble moral y misa diaria lo reflejó en La mística con su cara mundana y sus pechos santos; desde el Retorno, la vemos mirando cara a cara a este mundo que negaba su existencia.

Amanecer, refleja la noche eterna en que estamos sumidos en este país nuestro, una noche de resaca, de dificultad para abrir los ojos al sol, amanecer precedido por La danza, que nos evoca rituales medievales de muerte y riza que logra traducir en la fuerza de los brazos y las piernas ... en el rostro de mujer parada en el umbral del límite ... en esa obra de complejidad suprema Esquizofrenia en la cárcel, visión de lo femenino .. . cúspide de la desolación. Con su inteligencia logro captar la realidad y desbordarla en lienzos. Ella con sus ojos visionarios nos habla de La justicia medida por perros en el aire, buitres devoran La República y los colores patrios desvanecidos, casi inexistentes nos hablan del dolor de patria que la habitó; la Masacre del 9 de abril, vista desde el campanario, precedida por la cruz y en un cielo en llamas nos hablan del desgarramiento de un pueblo que ve morir la esperanza ... banderas al aire y con su puño erguido, Gaitán narra su tragedia.

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I en Olres pelebres ...


Atrapada es la obra que la encarna, que la representa; en ella nos cuenta de manera metafórica su relación con el mundo; una mujer atrapada en el centro de la telaraña ... rostro desafiante y ojos expectantes nos hablan de la mujer que no se dio por vencida en un mundo al que llegó en un tiempo ajeno. Homenaje y reconocimiento a esta mujer que nació con el pasado siglo (1907) y que habita este ... que es faro de esperanza que irradia su luz sobre nosotras ... presencias femeninas que le apostamos al reconocimiento.

Por Patricia Ariza

I a primera gran ruptura, quizás definitiva en mi vida, fue la de salirme, volar-me de la casa, de mi barrio, de la adolescencia. Partir sin destino, abandonando el futuro acordado tácitamente con mi familia. Así, partí a un "salirse de madre" y sobretodo, de padre y a buscar en y con los poetas nadaistas la utopía de la "libertad". Naturalmente no la encontré del todo allí. Los nadaistas, a pesar del destierro en su propia ciudad, eran patriarcas marginales. También en el "ghetto" estaba intacta la familia con el padre Gonzalo y los hermanos "mayores". De la sociedad de poetas me quedó el sentimiento de búsqueda compulsiva en la creación y el querer encontrar en el arte la sensación dolorosa e incompleta de la "libertad". Por eso contribuí de manera determinante a conformar una nueva familia "elegida", un grupo de teatro en el que habito hace tres décadas y desde donde he batallado todos mis otros rompimientos.


La otra ruptura fue la de querer abandonar el sistema! Saber que los asuntos de la justicia estaban mal construidos desde su misma base y luchar, piedra en mano, militancia en mano, contra el Gran Capital. Esta fue una dura ruptura porque había que estrellarse contra el mundo y en esa estamos todavía; rompiéndonos el alma contra el muro del neoliberalismo. Dentro de ésta ruptura de los sesenta nos dimos cuenta de que quienes queríamos (porque muchos otros fueron muertos a bala) cambiar el mundo, estábamos bien impregnados de exclusiones; una de ellas, la de siempre: el patriarcalismo que, como la miseria, recorre el mundo. Por eso, la más tenaz de las batallas para mí ha sido, no ya contra el padre verdadero que era un proletario y músico, sino contra el patriarcalismo que está instalado en los poros de hombres y mujeres, absorbiéndose y reproduciéndose a diario como el "smog". Resolver éste paradigma en lo profesional es duro porque es despojarse de una parte de la "cultura" y aunque una trate todos los días de hacerlo y lo haga, el fantasma del patriarca aparece siempre y se resiste a su destitución. También nosotras nos resistimos a destruirlo, a pesar de que sus pies son de barro. La ruptura de ser con mayúsculas FEMINA la asumí, por fortuna, creando, abriendo nuevos escenarios desde donde pueda escucharse la voz de los invisibilizados y, sobre todo, de las invisibilizadas. Es desde ahí donde se puede vislumbrar lo misterioso, lo femenino del mundo. Por eso elegí ejercer el género femenino a partir del arte sin abandonar a mis amigos, compañeros y compañeras poetas; a mi grupo, sabiendo que la utopía está en la búsqueda misma, en la creatividad y que el "cuarto propio" que nos propone Virginia Wolf también está lleno de exclusiones.

Patricia Ariza nació en 1948 en Vélez (Santander), cursó bachillerato en el Colegio Nuestra Señora de la Consolación y estudió en la Facultad de Bellas Arres de la Universidad Nacional de Colombia. Ella es fundadora de la Casa de la Cultura, (hoy Teatro de la Candelana), de la Corporación Colombiana de Teatro -CCT - y del movimiento Cultur<ll con sectores marginalizados. A su vez es directora del Grupo Rapsoda y del grupo Trawsía r fundadom del grupo Flores de Otoño. Ha tmbajado en más de 60 montajes, de los cuales es coautora de varias obras de creación colectiva del grupo La Candelari<l. Es autora de más de 20 obras y ha sido directora de 6 Festivales Nacionales de Teatro organizados por la Corporación Colombiana de Teatro y auspiciados por Colcultura. Ha sido directora del Festival Juvenil de Cultura Popular en dos ocasiones consecutivos desde 1993. Es miembra de la Comisión Asesora para la profesionalización del arrista y directLlra del grupo Sin Vi~aje. Asimisn1l1, se desempeña Cllmo coordinadora del movimiento de la Cultura de la Calle. Patricia ha recibido mCdtiples reconocimientos y premios tanto nacionales COIllO internacional e,.

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Por Ángela Robledo

Ul7Ci l7Cil'J'CJtiv(j que indcJ/4a ~,--"'bl:L" le] icf¡....·ntiJtJd j(_ 'J7J~nind a obra de Marvel Moreno (Barranquilla 1939; París 1995) compuesta por Algo tan feo en la vida de una señora bien (1980), En diciembre llegaban las brisas (1987), El encuentro y otros relatos (1992) y una novela inédita, El tiempo de las amazonas no ha recibido el justo reconocimiento de la crítica colombiana e internacional. Como sucede con muchos de nuestros escritores y escritoras, el trabajo de Moreno se empezó a revalorar a partir de su éxito en el extranjero; cuando la película Oriana dirigida por la venezolana Fina Torres y basada en su cuento Oriane, tía Oriane ganó la Cámara de Oro en el Festival de Cannes en 1984 y el Premio Bodas de Plata en el Festival de Cine de Cartagena de ese mismo año. En todas sus narraciones Marvel Moreno indaga sobre la identidad femenina de mujeres de elite y sus conflictos entre el deber ser y el ser mujer. La mayoría de estas mujeres-personajes se sitúan en Barranquilla (algunas, de su última colección de cuentos se mueven en espacios europeos) y viven historias que revelan el abuso, la violencia doméstica y la represión espiritual que ha producido el patriarcalismo. Moreno también hizo reveladores exámenes de la sociedad barranquillera con sus prejuicios de clase y raza, mostrando cómo la decadencia y banalidad de un estrato alto y nostálgico de aristocracia, evidencia la crisis de la modernidad en el país. Ir


El trabajo de Moreno dejó al descubierto las estructuras de poder que rigen tanto las vidas individuales, sobre todo femeninas, como las vivencias colectivas de esa ciudad caribeña. Para ello se valió de una estrategia narrativa fundada en el uso de textos y subtextos que inaugura en Algo tan feo en la vida de una señora bien y que repite en su novela En diciembre llegaban las brisas y que resultó muy eficiente para consolidar espacios femeninos de resistencia. Los textos, de naturaleza aparentemente patriarcal, conservadora, autoritaria y represiva, señalan la importancia de las apariencias y de la conformidad con la norma que corresponden a la imagen de la "señora bien", el subtexto, casi siempre de naturaleza oral e inscrito en el texto narrativo, corresponde al relato de lo reprobable socialmente, es decir, de ese "algo" sugerido en el título. Según Raymond Williams, entre otros críticos, En Diciembre llegaban las brisas, es una de las cuatro mejores novelas colombianas publicadas en los últimos veinticinco años y la mejor novela escrita por una mujer en el país. Esta obra combina ilusiones (creación de mundos fantásticos para mediar la realidad) con alusiones que sirven para criticar y reconstruir el texto desde una mirada femenina. Con tales recursos Moreno forja una historia densa, cuyo principal logro es la recuperación hecha por el personaje-testigo, Una Insignares, de un mundo femenino semitransgresor y transmitido oralmente. Otro de los temas recurrentes en Moreno es el exilio, escogido voluntariamente por la autora en 1969, sus nostalgias y su proclividad a las mutaciones. Asimismo aparece la escritura como una razón de vida que posibilita liberar las angustias. Por eso, Jacques Fourrier, su marido, dice de ella: "Quisiera poder hacer presente la imagen de una

mujer que era profundamente reflexiva, que nunca hablaba en vano, que ante la mediocridad solamente contestaba con el desdén, que trabajaba lentamente, con la lentitud del relojero, que podía darle vueltas a una frase durante un día entero, que escribía en promedio una página por semana, cuyo risueño sosiego ocultaba una intensidad como hay pocas, cuyas aparente serenidad enmascaraba una sensibilidad en carne viva y una angustia a punto de brincar, pero que era capaz, en sus períodos depresivos, de verse tal y como estaba y de participar en los esfuerzos de sus familiares de devolverla a la luz".

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Por Betty Osario

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lbaluda Angel es una narradora colombiana cuya vida y obra ofrecen un modelo alternativo al propuesto por los rígidos estereotipos y prejuicios que sobre la condición femenina, presenta la cultura colombiana durante la mayor parte del siglo :XX. N ace en Pereira en 1939 de una familia de la elite cuyos valores provienen de una tradición de terratenientes basada en la autoridad del patriarca. Crece durante la época de la violencia en medio de un clima de inseguridad, desmoronamiento de valores éticos y de un profundo menosprecio por la vida del ser humano, lo cual se refleja en algunas de sus novelas; testimonio femenino de un momento de crisis social. La primera ruptura con este entorno regional se produce cuando la autora se traslada a Bogotá y toma cursos de filosofía, letras y arte en la Universidad de los Andes. Allí conoce a Marta Traba quien la inicia en el conocimiento del arte plástico contemporáneo y también la hace consciente de la importancia de la Revolución Cubana para América Latina. Durante esta etapa cultiva el canto y la música, convirtiéndose en una intérprete de la música popular del continente.


Para escapar a presiones familiares y culturales se va a continuar sus estudios a París y Roma donde se gana la vida cantando obras tanto del folklore, como de la literatura escrita en español. Entre su repertorio se encuentran los poemas de Pablo Neruda y las composiciones de Violeta Parra. Son largos años de un exilio espiritual que le permiten tomar distancia de su propia cultura y analizarla desde perspectivas nuevas. A finales de los sesenta comienza una labor de escritora que se extiende durante aproximadamente tres décad as, con algunos silencios prolongados debido a su voluntad de protestar contra las hegemonías culturales que en Colombia impiden la difusión de obras alternativas. Durante este período deambula por varios países europeos, sobreviviendo de diferentes formas, a veces marginales, para tener la libertad de escribir y de construir su vida bohemia sin rendir cuentas a ninguna ideología. A su vez, este período es muy activo en su compromiso con el feminismo al que muestra su respaldo en conferencias y foros internacionales, movida por la búsqueda de espacios sociales y culturales que desmantelen la institución del patriarcado. En la última década ha vivido en la península escandinava, Suecia y Noruega, donde se relaciona con grupos ecológicos. Finalmente, durante el último año, viaja a los Estados Unidos, donde la comunidad universitaria le ofrece diferentes oportunidades de dar a conocer su obra y de ventilar temas polémicos desde el aula de clase, la conferencia y la entrevista. La obra de Albalucía Angel puede enmarcarse en tres períodos: El primero corresponde a una etapa de iniciación y exploración de un lenguaje y una estructura textual que le permitan independencia intelectual y creativa frente a los modelos establecidos. A esta etapa pertenecen las novelas: Los girasoles en invierno (1970), finalista en el concurso ESSO de novela de 1966 y Dos veces Alicia (1972). En ellas la novelista rompe con la linealidad del relato, a través de técnicas de flujo de conciencia y de polifonía. Estos rasgos exigen una lectura abierta a nuevas formas estéticas y sensible al tema de género.

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En el segundo período se encuentran las novelas que más difusión y reconocimiento han tenido junto con otros textos que muestran sus inquietudes intelectuales, éticas y políticas. Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón (1975), ganadora del primer premio en el II Concurso Bienal de Novela organizado por la revista Vivencias. En Misiá Señora (1982), explora la historia colombiana desde la perspectiva de una mujer que crece y lucha por establecer un espacio de autovaloración y respeto durante las décadas de los cincuenta y sesenta en la sociedad conservadora colombiana, controlada ideológicamente por la iglesia católica. Las dos obras desenmascaran los mecanismos de manipulación y represión mediante los cuales se perpetúan instituciones como el matrimonio, el cual está al servicio incondicional del patriarcado. La historia del país entra a formar parte de la experiencia cotidiana de los personajes mostrando como las redes sociales y culturales se tejen para ahogar todo espíritu de rebeldía en el sujeto femenino. ¡Oh gloria inmarcesible! (1978), es una colección de cuentos que muestra un país plural y revela la corrupción como el cáncer que carcome la nación. Del hombre, de la poesía del espíritu en la historia del arte (1975), refleja la inclinación y agudeza intelectual de Angel para tratar temas de arte.

Las andariegas (1984), aunque temáticamente está relacionada con las dos novelas que se mencionan antes, muestra un trabajo de experimentación llevado a tales límites que la crítica ha señalado la relación de este texto con los postulados de la postmodernidad. Esta novela poema conecta la historia europea con un principio femenino que ha sido excluido y censurado por un sistema ideológico fuertemente masculino. El tiempo mítico de la narración niega el desarrollo de la historia y desconoce dicotomías como lo americano y lo europeo, el macho y la hembra y la escritura y el dibujo. Después de la publicación de la obra anterior viene un período de silencio donde se gestan piezas de teatro: Siete lunas y un espejo (1991), publicada por la Universidad de Antioquia en la antología Voces en escena y La manzana de piedra. Un libro de poemas, La gata sin botas. Cantos y encantamientos de la lluvia. Su trabajo De vuelta del silencio es una serie de entrevistas a escritoras como Luisa Valenzuela (Argentina), Isabel Allende (Chile), Rosario Ferré (Puerto Rico), Cristina Peri Rossi (Uruguay) y Nélida Piñón (Brasil). Algunas de las preguntas tocan el tema de la escritura femenina y el proceso de autodescubrimiento que caracteriza muchos de los textos escritos por mujeres. Finalmente, se debe señalar que en toda la obra de Albalucía Angel es patente su compromiso con otras mujeres de Colombia y del mundo, en la búsqueda por construir una sociedad donde la relación con el otro no esté atravesada por sentimientos de dominación y superioridad.


ror MerceJes ]Clramillo

lisa Mújica (Bucaramanga, 1918) es una de las escritoras más destacadas del siglo XX; fue la primera gerente de banco del país y la primera mujer en ser elegida miembro de la revista N umero de La Academia Colombiana de la Lengua (1984). Este mismo af'lo fue nombrada como miembro hispanoamericano de La Real Academia Española. Su producción literaria se inició a finales de los cuarenta y abarca desde la narrativa de ficción, hasta entrevistas, crónicas, crítica literaria, ensayos, versiones de cuentos populares, prólogos y ediciones de obras de la literatura colombiana. A su vez, ha colaborado en la sección cultural de revistas y periódicos nacionales. Su obra ha recogido el quehacer existencial de las mujeres colombianas en diversos campos de la vida nacional, con textos que nos permiten reconstruir la labor femenina a mediados del siglo XX. Es una infrahistoria que recoge la cotidianidad femenina en el ambiente doméstico, laboral, escolar y social en textos que recrean las limitaciones y los obstáculos que confrontan las protagonistas de sus obras. Así, surge un corpus de crítica cultural e ideológica que evidencia la marginalización de la mujer en la esfera pública y en el medio familiar, donde también señala la asfixiante experiencia del matrimonio. Elisa Mújica ha destacado siempre la participación femenina en el devenir histórico, económico y cultural del país. recupera anécdotas, eventos y obras que prueban el escamoteo y el silenciamiento de esta contribución en la historia oficial o en la crítica literaria. En Los dos tiempos (1949), su primera novela, recrea la vida de una mujer soltera, independiente y autosuficiente; ubica dos momentos diferentes en la vida de Celina: la época en Bogotá como empleada de oficina e hija responsable y la temporada en Quito. Allí se crea y reinventa un espacio propio, una nueva actitud ante la vida, acompañada del marxismo y del feminismo, entregada a los ideales políticos, imagina un mundo mejor para los menos privilegiados, sin embargo, cuando sus ideales no cristalizan, regresa a Colombia. La soledad y el vacío amoroso de Celina es el fruto que cosecha la mujer que se atreve a ser independiente, a tener un compromiso político y a imaginar un espacio de libertad para sí misma y para los otros.

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Su segunda novela, Catalina (1963), explora la vida matrimonial de la protagonista. Educada para ser modesta, casta y sumisa, acepta el matrimonio sin prever el abismo que se le abría a sus pies. El ambiente familiar opresivo, lleno de silencios y secretos le condiciona una vida en que se siente manipulada y ajena a su propio destino. La liberación lenta y dolorosa empieza al descubrir los secretos familiares, la ambición del marido, la manipulación materna. Su autonomía surge con el conocimiento que le permite romper los asfixiantes lazos familiares. Sin embargo, la pérdida de la seguridad económica, el complejo de culpa por la muerte del marido y del amante, es el precio de su independencia. Finalmente en Bogotá analiza su pasado, descubre su emharazo y logra articular las palabras que le permiten explicarse y explicarnos las circunstancias que han controlado su existencia. La tercera novela, B()gotá de las nubes (1984), es un texto donde se tejen los eventos de la vida de Mirza (on los cambios ocurridos en Bogotá. A la vez que la protagonista se transforma, la ciudad crece, se hace caótica y cada vez es más inhóspita. Mirza la lunareja, odia su reflejo en el espejo por un lunar que la deforma y que no logra ocultar. Esta imagen remite al lector a una Bogotá gris, fría y nublada. Al final, la protagonista aprende a aceptarse con sus defectos y a mirar los cambios de sus ideales de una manera más realista: actitud que la hace solidaria con la ciudad, con sus habitantes y consigo misma.

Angela y el diablo (1953), Arbol de ruedas (1972) y La tienda de las imágenes (1987) son cuentos que analizan problemas de la vida moderna corno la soledad, el aislamiento y la falta de comunicación. En Pequeño bestiario (1981) recrea las circunstancias que rodean y humanizan la vida de perros y gatos. Las altas torres del humo (1985), es una recopilación de relatos orales contados por Margarita Parra, una mujer de Bogotá. En La Candelaria y en Las casas que hablan realiza una guía histórica del Barrio La Candelaria de Santafé de Bogotá (1994), evocando la vida colonial y las anécdotas de sus habitantes junto con nombres de calles, casas edificios y placas conmemorativas que completan historias y recobran personajes olvidados (generalmente mujeres). En La EX1)edición Botánica contada a los niños (1978), retoma la obra de José Celestino Mutis recurriendo a elementos de la literatura maravillosa y de cuentos infantiles. Dentro de su producción crítica sobresalen ensayos como Sor Francisca Josefa del Castillo (1991), La aventura Demorada y Santa Teresa de Jesús (1962). h'1mbién ha prologado las obras de Eugenio Díaz (1985) y de José María Cordovez Moure (1957), sobre la capital del país.


Por Angdu Robledo

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a mayor parte de la obra crítica o de ficción de Helena Araújo (Bogotá 1934) se distingue por su desacato a lo establecido. Sus artículos sobre escritura femenina son los primeros realizados por una colombiana con el fin de indagar sobre esa forma de lenguaje. Su obra narrativa, compuesta por una colección de cuentos La M de las moscas (1970) y la novela Fiesta en Teusaquillo (1981), muestran una alta inconformidad con la cultura patriarcal. Ese interés de Araújo es compartido por escritoras como Marvel Moreno y Albalucía Angel quienes conforman la primera generación de autoras feministas, las cuales hicieron la famosa frase de combate: "lo lJersonal es político" para desbaratar las nociones tradicionales de lo que implica ser mujer en Bogotá (Araújo), en el viejo Cáldas (Angel) yen Barranquilla (Moreno). Así, ponen en tela de juicio la noción de "lo literario" entendido como sistema de convenciones y representaciones que han silenciado la visión del mundo femenino, al buscar un nuevo lenguaje desde la mujer. La propuesta de Helena Araújo sobre el lenguaje se recoge en la Scherezada criolla, donde la autora sostiene que las mujeres deben trabajar sobre una simbólica de lo reprimido para instaurar un orden que rompa con el patriarcado. Ya que la cultura ha hecho del signo mujer una presencia no validada que habita los espacios del no poder y de lo privado (lo cual ha potenciado la capacidad de la mujer de mirar hacia ella misma), la escritora debe tomar partido de esa desventaja. En otras palabras: crear un lenguaje de lo que ha estado oculto. Con esto puede demostrar aspectos subjetivos inéditos, echar a andar el imaginario de su inconsciente que ha sido reprimido y rechazado, evocar una relación no censurada con su sexualidad, darle salida a su imaginación y recrear temáticas impugnadoras de una estructura que reserva fatalmente a la mujer "el lugar de culpable".


El porvenir del feminismo depende, tal vez, de aquellas que poco a poco se han alejado de él: las creadoras, las artistas. No se puede inaugurar un mundo nuevo sin palabras nuevas, sin formas nuevas Fran\;oise Collin

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El lenguaje desde la mujer permite quebrar la univocidad de la identidad falocrática para darle paso a una mentalidad respetuosa de las diferencias de género que refleje el "ánimus" y el "ánima" )ungianos. Con lo anterior se llegaría a una escritura andrógina "resonante y porosa, capaz de trasmitir la emoción sin trabas, incandescente, indivisa y naturalmente creadora" como la definida por Virginia Woolf, y que Helena Araújo ve como el objetivo final de las búsquedas escriturales de las mujeres. Pero, ¿De qué manera llegó la autora a esa formulación? Miriam Luque nos lo explica al afirmar que el interés de Araújo en el tema del lenguaje tiene que ver con su experiencia en el bilingüismo, la cual le ha impuesto comunicarse en un idioma extranjero que no le sirve para la expresión de su identidad. En una entrevista dada por la escritora, quien ha vivido más de treinta años por fuera de Colombia y reside en Suiza, dice que le toca valerse de "un idioma desde siempre prestado, a medias adquirido, a medias ajeno, a mi horizonte de mujer" entonces, "¿Cómo escribir a partir de mi sexo, de mi centro? Ese gran interrogante, sumado a la experiencia vivida en un país tan machista como Colombia, me llevó al feminismo". Araújo no sólo es consciente de que la mujer debe liberarse a través de la propia palabra, sino que para ella, como se dijo anteriormente, recrear el ámbito histórico (politizar) y ahondar en el interior de los personajes (poetizar) deben darse a la vez. Por eso, tanto su colección de cuentos La M de las moscas, como su novela Fiesta en Teusaquillo, conectan estrechamente ambos niveles. Esta última instancia es decisiva como un roman aelef sobre la época del Frente Nacional. No sucede lo mismo con los relatos; éstos, sin desdeñar la temática social, textualizan con mayor cuidado los conflictos de la infancia y la adolescencia de una niña bogotana, reconstruidos por la autora a través de flash-backs donde el pasado y el presente se conectan con las remembranzas nostálgicas y su reconocible cercanía a lo autobiográfico.


Por Guiomar Cuesta

a mujer colombiana sale a la luz pública para convertirse en autora y testigo de sus luchas por adquirir la mayoría de edad, el derecho al voto y su independencia económica y emocional. Una de estas mujeres excepcionales es Matilde Espinoza, quien en el momento en que le tocó vivir rompió con todos los parámetros de dependencia propios de sus contemporáneas. Matilde nace en 1915 en Tierradentro (Cauca) en una pequeña población indígena. Su madre, María Josefa Fernández, se adelantó también a su momento y buscó trabajo como maestra de los indígenas en Tierradentro para poder casarse con Luis Espinoza Salazar, músico y guaquero. Era descendiente de José María Espinoza Monteros, el pintor que acompañó al Libertador Simón Bolívar. El abuelo de Luis, Rafael Espinoza, músico destacado, creó en 1899 en Cali la banda municipal. Además fue pintor y orfebre, virtudes que heredaran sus nietos. La familia Espinoza Fernández estaba compuesta por siete hijos: el mayor, Jesús María Espinoza, pintor, creó la escuela de Bellas Artes en Cali y Luis Carlos, músico, dirigió el Conservatorio de Popayán. Matilde se traslada con su familia cuando contaba con seis años de edad a Santander de Quilichao, pero el paisaje de Tierradentro, sobrecogedor y alucinante, ya había dejado en ella su huella imborrable. Así mismo le queda grabada la desigualdad y las grandes necesidades de los indios; en fin, la tragedia de su pueblo, la cual interpretará Matilde hasta convertirse en la primera mujer colombiana en elaborar una poesía social con elementos cotidianos, sencillos y de una fuerza conmovedora e inusitada. Diez años más tarde viaja junto con su familia a Popayán donde se radica y conoce al pintor Efrain Martínez, quien ya le era familiar por su estadía en España, gracias a una beca. Tiempo después se casan y ocho meses después, se van a París con una beca que la nación le concedió a Martínez; allí nacen sus dos hijos Manolo y

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Fernando. Los desnudos en la obra de Efrain Martínez son casi todos de Matilde, quien se convirtió en su modelo predilecta entre 1929 y 1936. Por la misma época, la pintora Débora Arango elaboró los primeros desnudos femeninos, lo cual le valió el veto total para su obra durante muchos años. En 1936, luego de afrontar situaciones muy difíciles de vida y de tempera, mentos con Martínez, Matilde decidió separarse. En aquel momento en Colombia las mujeres eran consideradas todavía menores de edad; no podían manejar sus bienes, hacer negocios, ni pensar en tomar la iniciativa de una separación. Popayán, una de las ciudades más aristocráticas y tradicionales, vio en Matilde una de las primeras mujeres capaces de hacerle frente a una demanda de abandono de hogar la cual, además de las consecuencias sociales y emocionales, hubieran podido llevarla a la cárcel, más aún cuando su marido era una persona que gozaba de renombre en dicha ciudad y contaba con muy buenos padrinos. Matilde, al separarse, viaja a Cali a casa de sus padres con sus dos hijos, pero debió refugiarse en la clínica del cónsul de Chile en el Valle del Cauca. Gracias a la inmunidad que le brindó este territorio chileno, no terminó en una cárcel de Popayán. Uno de sus hermanos le buscó un prestigioso abogado para que la defendiera; Luis Carlos Pérez, hijo ilustre de Popayán. Luis Carlos se enamoró de ella y la esperó durante siete años al cabo de los cuales contrajo matrimonio civil con ella. Manolo y Fernando, los hijos de Matilde Espinoza, murieron trágicamente hace algunos años. Los dos, recibieron el sello característico de su madre, reflejado en sus estilos de vida. Fernando amó la aventura y defendió su libertad y su abierto sentido por la vida. Uno de sus hijos, Guillermo Martínez González, es un poeta ampliamente conocido en círculos literarios del país.


Durante los siete años en que Matilde vivió con su familia en Cali, resolviendo nuevamente su vida afectiva, emprende una lucha sin par por los derechos de la mujer colombiana; primero en el Valle del Cauca y más tarde en Bogotá. Poseedora de una gran conciencia social, Matilde defendió los derechos de la mujer como agitadora política. Organizó en Cali un movimiento político junto a la concejal Cecilia Muñoz ya Carmelita Montaña. Más adelante se les unen las mujeres trabajadoras de algunas fábricas de Palmira. Así, contaron con un periódico para defender sus ideales, Avanzada Femenina, el cual sostuvieron con donaciones de algunas empresas entre 1939 y 1940. En aquella época llegaron al país exiliados de la guerra civil española tales como Rafael Alberti y su esposa María Teresa León, con quien Matilde comparte sus ideales. Esta corriente ideológica que defendía los obreros y a los más necesitados, pasa a ser el credo político de Matilde, al punto de convertir a toda su familia en abanderados de ésta causa. Entre 1940 y 1941 viaja a Bogotá y, como escala de una excursión a Estados Unidos, a la Habana, donde se entrevistó con algunos miembros del partido Comunista como Juan Marinello y Nicolás Guillén. A su vez, colaboró en periódicos como Voz Proletaria y Voz de la Tierra. Al casarse con Luis Carlos Pérez se radica en Bogotá y se une al movimiento de mujeres que defendían su derecho al voto en cabeza de Ofelia Uribe de Acosta y Lucia Rubio de Laverde. Desde sus primeros años de agitadora política en Cali, Matilde escribió cartas con la calidad de una prosa póetica. A los 38 años de edad inicia su trabajo en la poesía. Las dificultades sociales y la violencia del país, fueron el telón de fondo de su poesía. Motivada por la solidaridad con la lucha de la mujer y de la guerrilla, el obrero y el niño abandonado y con una conciencia auténticamente social, escribe el poema a Rosa María, la guerrillera, como una verdadera expresión de su espíritu guerrero y revolucionario: "... Murió como los ríos, lentamente , tan lentamente como viene un hijo. Gota a gota, la sangre fue buscando las otras prosa que en la tierra crecen . ... Los que vieron su rostro transparente dicen haber oído el corazó1l del bosque mientras un fuego desatado, impuTO. martillaba en el l'ientre de la nuche . ... Semilla caminera, guerrillera sedienta, forrín, bandera. humus de la poesía, la libertad te llama con tu nombre de flor y /)rimm1era".

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A través de éste poema Matilde Espinoza encontró un estilo propio en el cual no uso jamás ni la métrica, ni la rima. Esto la aleja tanto por la forma como por el contenido, de los poetas y las poetas de su momento. Entre los nueve libros de poesía que ha publicado, cinco de los primeros le dan curso a las emociones que ella contuvo tanto tiempo. En 1953 publicó su primer libro titulado Los ríos han crecido. Allí encontramos el Río Paez, el río de su niñez y su comarca, el cual crece por efectos de la violencia absurda del país: "Te ~Iucl~'es delincHente y toman tu hermosura de caracol terrestre JJLlra !tacerte más !tondo en la JXIt!Hr!1".

La presentación de este libro en el Museo Nacional fue todo un acontecimiento; llenó la sala y mucha gente quedó de pie. Su poesía representaba la lucha contra la dictadura del General Rojas Pinilla. Matilde compartió cincuenta años de su vida con el penalista Luis Carlos Pérez, quien fue su compañero en la lucha política y en la palabra poética . Los unió una profunda comunión intelectual, hasta que una penosa enfemledad se lo llevó hace dos años. Para comprender la dimensión de Matilde Espinoza como mujer y el valor revolucionario de su vida, citaré parte de un reportaje que ella concedió al periódico El Tiempo en 1965; palabras que son una radiografía de su historia: "El grado de desarrollo de una nación no lo dan ni las fábricas, ni los caminos, ni los volúmenes de carga que se aglomera en los muelles, sino el papel que desempeña la mujer en todos los aspectos de la vida del país. Cuando ella llegue a dominarlos es porque hay una estimación social por su cooperación, ha dejado de ser un ente ~!ació para convertirse en la autora de su historia y de la capacidad de resolver sus problemas".


Por Teresa Rozo-Moorhouse

esde su primer libro Mujer América, América Mujer (Editorial Pluma, 1978), hasta, Cábala: circulo, madre, tierra (Ediciones Embalaje, Museo Rayo, 1989), Guiomar ha utilizado la poesía, primero, como una forma de concientizar a otras mujeres a que participen de la Era de la Mujer/; segundo, como medio de cuestionamiento a situaciones y vivencias a las que no se les ha postulado preguntas; y también, como un enfrentamiento ante el engaño y la decepción que ella encuentra en las instituciones patriarcales 2• En cada uno de los libros de Guiomar, encontramos poesía con una visión de mujer, sea en sus poemas de concientización femenina l. En ellos se plantean nuevos enfoques sobre la concepción del amor, sobre la desigualdad en las praxis del poder e, indudablemente, sobre el nuevo papel de la mujer en un mundo que tiene que reestructurarse y en el que tiene que reivindicar su propia identidad. El poema que da título a su primer libro "Mujer América, América Mujer", es un ejemplo de una visión de transformación que cobra resonancia a nivel nacional e internacional. El prosaismo -instaurado desde Whitman- y las imágenes de referencia anti-poéticas presentes en este poema, se justifican por una necesidad de comunicación a todo nivel de estrato social de la mujer, que bien puede ser colombiana o de cualquier país de la América Latina.

En: The Chureh and ¡he Second Sex, IX'i(h (he Feminis( PO.ltehristian 17Hrodllction mHI Net!' Archwc Afterwors by (he Aw/wr Da/y, designa el año 1975 como el comienzo de una nueva era. A partir de este afio, ella se refiere al Anno Feminarum. 2

Entrevistas realizadas en junio de 1987 y abril-noviembre de 1988 Libros puhlicados hasta el momento de este estudio: Mujer A1l1áicu, América MUJer. Bogutú. Editorial Pluma. 1978; Tiempo del no, Tiempo del sí. Bogouí. Biblioteca Banco Popular. 1984; Cábala: círculo, madre, tierra. Museo Rayo . 1989. Hoy día ha publicado, adcm;ís BosL/lle de Metáforas. 1991; Desde nunca. 1995; Ceremonia del Amor. 1995; Doble sonoro. 1996; Amante5

de la lltwia. 1996; Maderadentro. 1997

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La hablante establece un tono concientizador desde "Sacúdete mujer" del primer verso, este imperativo implica, además del despertar a la realidad del ahora, una acción por tomar. A partir del segundo verso, la hablante pasa a mostrar a su oyente que: "... esta es la hora de América/hora del amanecer/amanecer de mujer/que permanecía a la orilla/sin compenetrarse con el mar/con la ola fuerte e inmensa/que es hoy la voz de esta América nueva". En la composición del poema hay un proceso de transformación que corresponde a la de una mujer-objeto, en un ser-sujeto que recupera su propia identidad: "América Mujer/Mujer América". El segundo libro de Guiomar, Tiempo del no, Tiempo del sí, fue escrito, en parte, durante su estadía como delegada de Colombia ante la OEA, en Washington O.e. Ahora nos enfrentamos ante poemas de dos vetas diferentes: una de gran conciencia social, cuyo punto de referencia parte de la historia circundante y cuyo hablante ostenta un tono fuerte en pro de la justicia y de la paz y otra de una veta lírica amorosa. En una y en otra, permea una voz segura que resuena en el espacio, aún, después de leídos los poemas. La veta lírica amorosa de Tiempo del no, tiempo del sí, está expresada por poemas que develan o bien un goce sensual erótico, antes no expresado comúnmente por la mujer, o bien la negación del amor como algo realizable. El poema "Oéjame que te abarque" ilustra un ejemplo de la tendencia entre las poetas que plasman una visión de experiencias sexuales antes calladas.


El poema compuesto por cuatro estrofas nos presenta una hablante-sujeto que ama, que tiene iniciativa, que cuenta su placer y goce y que rompe con el paradigma de mujer que concibe la relación sexual "como un deber más a cumplir, en su calidad de buena esposa". "Hasta hace muy pocos años" -dice María Cristina Laverde"sólo se nos admitía como un objeto de los dicho. Jamás como los sujetos. [ ... ] En determinados momentos, la belleza, el vientre, la sumisión, el llanto y el recato femeninos, se ponderan como lo más preciado, obligándonos a vivir en función de ellos. Se hace poesía para nosotras,

se pinta y esculpe para nosotras, se canta para nosotras"4. "Déjame que te abarque"nos permite apreciar una concepción de mujer, no como la percibida por la tradición, como objeto-cosa, sino como la nueva visión de mujer, ser-sujeto que ama y goza: "Déjame que te ame/suave/lenta/silenciosameme/

abrazándote el alma/iré abarcando tus miedos/tus bosques, tus besos". El poema "Mujer: texto abierto, bandera y amw", es en mi opinión un momento culminante de identificación total como mujer. Aquí, hay una triple unión que emana de un viaje realizado por la autora y la yo-sujeta del poema en busca de la Mujer nueva. Esta nueva Mujer -consciente de su existencia- se alista a emprender, en palabras de Mary Daly, un viaje por su otredad (no la otredaJ de Octavio Paz). En Gyn / Ecology, The Metaethics of Radical Feminism, Daly explica que cuando una mujer se identifica con la nueva mujer, alcanza su estado de conocimiento que la impulsa a crear nuevas experiencias, a experimentar con la palabra, a expresar su nueva existenciaJ. Con base en esta información, podemos releer el poema e interpretar el texto abierto, en el cual se escribe todos los días, como en el lugar donde se configuran las recientes experiencias de la Nueva Mujer: "Soy mujer/texto

abierto/en el cual se aprende/y se escribe todos los días/Bandera ,/anna'/soldado que no se entrega/y desertora de muchas razas".

4

Laverde, María Cristllla. "La c ultura de lo femenlllo". En: Voces InsltTRenws.

Tite Metapatriarchal]nume)' (Jf Exorcislll und Ecslasy . 1".1".12-33

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Estas dos selecciones del segundo texto de Guiomar preparan el terreno para estudiar algunos apartes de su tercer libro Cábala: círculo, madre, tierra. Teniendo en cuenta la idea de Mary Daly, podemos emprender, con Guiomar y su hablante, un viaje por el camino de sugerencias: "Inventar la palabra/renovarla/darla toda/Potro en el ocaso/que hacia el sol/bate sus alas". Lo primero que llama mi atención es la brevedad del poema frente a la profundidad y multiplicidad de significados. Cualquier verso que tome me lleva a diferentes interpretaciones de lectura. El primer verso "Inventar la palabra" me enfrenta con un eterno infinito de creación. El tercer verso que, inicialmente, me parece ambivalente: "Potro en el ocaso", por un lado, me enfrenta a un cúmulo de energía potencial, pero por otro me indica el fin de un ciclo. Leído este mismo verso con los dos que siguen: "Potro en el ocaso/que hacia el sol/bate sus alas", de inmediato comprendo que se trata de un potro alado, por lo tanto poseedor de una energía cósmica en un vuelo hacia una gran luz estelar.


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abitar el mundo desde el lugar de "lo otro", en relación con lo masculino asumido como lo humano paradigmático, es una experiencia vital que para muchas mujeres -quizás la mayoría- porta aún la marca de lo innombrable, lo inefable. Destejer los múltiples hilos sociales y culturales que constituyen la red sustentadora del ideal femenino tradicional ha requerido de valor, paciencia, persistencia y de ese intenso amor por la vida que hace que las mujeres, extraúamente, no renunciemos a la esperanza de que todo pueda ser mejor. En el siglo precedente, los imaginarios colectivos tradicionales sobre el ser y el hacer de las mujeres se mantienen prácticamente inamovibles en nuestro país hasta bien avanzada su primera mitad, aunque los ríos subterráneos se hacían cada vez más impetuosos. En esta labor de tejer y destejer nudos y apretadas tramas, tal vez no haya otras más densas y enrevesadas que las que atraviesan nuestros propios cuerpos. Es allí, en ese cuerpo colonizado, paradójicamente habitado y deshabitado, donde hemos tenido que detenernos a recrear todo lo que acerca de él ha sido dicho y es en esta labor de recreación que surge el campo de estudios sobre la salud y la sexualidad femeninas.

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Las mujeres que remontamos el Siglo XX hemos tenido que quebrar el muro del silencio para darle nombre a lo innombrado partiendo de nuestras propias historias, vidas, y memorias. Historias cotidianas pobladas de leyendas, fantasmas y miedos, pero también de deseos, sueños, sentimientos y sensaciones. Los grupos de autoconciencia, de autoayuJa, de discusión, los talleres de salud y sexualidad, la producción teórica feminista en este campo, se multiplican y cru:an el planeta, tal vez para que la humanidad entienda que toda forma de subordinación es injusta, pero que la legitimada desde el cuerpo es una condena. No gratuitamente Carla Lonzi, feminista italiana, señalaba en su trabajo pionero "Escupamos sobre Hegel" que " .. .el punto

central de nuestra inferiorización: (es) lo sexual. Somos víctimas inconscientes pero voluntarias ... (lo) que se refleja en prácticas como el embarazo no deseado y el aborto ... que hacen visible que (a la mujer) el varón le impone su placer... es el padre quien nos ha hecho esclavas, no el hijo" (1971). Disciplinas como la psicología y sus distintas corrientes las cuales tuvieron importantes desarrollos a finales del siglo anterior y durante la primera mitad del presente portan, aún hoy, concepciones fundan tes del ideal femenino tradicional en el terreno del erotismo y la sexualidad, articuladas alrededor del mito de la pasividad y dependencia sexual femenina. La corriente psicoanalítica clásica, por ejemplo, representa una mujer objeto de deseo, es decir deseada, no deseante, que debe ser el foco de la mirada masculina respecto de la cual ellas se "clasificarán" y por lo tanto se "valorizarán" según el rango de deseabilidad (más o menos deseables, más o menos valoradas).


Otros dos mitos, solidarios con el anterior e instalados en las subjetividades de mujeres y varones y por lo tanto en las prácticas sociales, son: "Ll mUjer es un útero" -proveniente de la medicina y ratificado por la psiquiatría y la psicología- según el cual lo femenino es, en tanto materno; la mujer se define por su anatomía y por su función biológica reproductiva. De otra parte "La mujer es amor", mito del amor romántico como eje de la vida afectiva-erótica para las mujeres, requisito del pacto conyugal, el cual determina un extraño vínculo de complicidad con el "opresor". El campo de investigaciones y acción en relación con el tema de la salud de las mujeres se encuentra entonces con paradojas como la ligazón para las mujeres entre amar-desear, mientras que a los varones les son escindidos deseo y amor; escisión que permitiría acercarse a comprender, en parte, fenómenos psicosociales como la institucionalización de la prostitución, la violación y el abuso sexual a menores. Atadas y al tiempo escindidas respecto de un orden natural que supuestamente se encarna en nuestros cuerpos traicionándonos en su proximidad, por siglos cumplimos cabalmente con la sentencia de la cultura judea-cristiana: "parirás con dolor", con su corolario inevitable: "solo en tanto mujer-madre gn:arás de reconocimiento y respeto". Ser mujer así, es fatalidad. Si ha habido un campo de subversión de las mujeres desde la segunda mitad del Siglo XX, es éste. Investigaciones, estudios y acciones acerca de la salud de las mujeres han requerido de la incursión en múltiples direcciones: la diferenciación de los conceptos "sexo" y "género", la crítica a las concepciones sobre la salud y sobre la sexualidad femenina, el análisis de la incidencia del orden simbólico-cultural en la construcción de las concepciones de salud-enfermedad y en las atribuciones respectivas de acuerdo con el ideal femenino sociohistóricamente vigente, las tecnologías de subjetivación, la construcción-deconstrucción social de identidades de género, la salud mental y los malestares psíquicos de las mujeres, la depresión reactiva como paradigma del malestar psíquico femenino; hasta la historia de las prácticas médicas en relación con nuestros malestares y enfermedades, las clasificaciones, los actos clínicos, los índices de mortalidad-morbilidad, los análisis epidemiológicos, los enfoques sobre salud y desarrollo, la incidencia de la violencia sobre la salud mental, las enfermedades de transmisión sexual, los factores de riesgo ligados a los rasgos de la identidad femenina tradicional en relación con el incremento de la infección por VIH en mujeres de la población general, entre muchos otros.

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En las dos últimas décadas la discusión y producción más importante ha estado ligada al tema de la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Parece inútil tornar sobre todo lo dicho acerca de las mujeres por la medicina, la fisiología, la biología, la psiquiatría, la psicología. Todas las disciplinas del campo de la salud y con ellas todos los científicos hasta el siglo XIX y parte del XX, no hicieron más que repetir hasta el cansancio el mismo paradigma como agudamente lo argumenta Ana María Fernández, psicóloga y psicoanalista Argentina, en su trabajo Historia de la histeria o histeria de la historia "la eficacia de las estrategias simbólicas de nuestra cultura no es menor que la eficacia de la estrategia en acto sobre la realidad de los cuerpos" (1993). Un serio estudio, pionero de las investigaciones sobre el malestar psíquico de las mujeres fue el de Betty Friedan (1962) en Estados Unidos a partir de las problemáticas emocionales que presentaban amas de casa norteamericanas de sectores medios, recogidos en el texto "La mística de la feminidad", el cual muestra cómo las condiciones de vida cotidiana y las exigencias sociales del ideal femenino tradicional inciden sobre la salud mental de las mujeres. Los discursos circulantes socialmente se enraízan en la vida cotidiana, se "naturalizan", se toman como dados, como hechos, de manera tal que es extremadamente difícil tomar distancia crítica. A esto ha contribuido el trabajo de muchas mujeres y organizaciones en nuestro país y a nivel internacional: a preguntarnos ¿por qué? ¿podrá ser de otra manera? ¿podremos construir nuevos discursos para dar sentido a la experiencia femenina? El efecto más importante de tales indagaciones ha sido instalar una convicción profunda aunque conflictiva socialmente: la anatomía NO hace el destino social. Las memorias de las mujeres que a continuación se presentan en esta reseña son parte de la historia de los inéditos y fundantes aportes de las mujeres colombianas a la construcción de nuevas fOffi1as de hacer y entender nuestra vida, cuerpos y salud, iniciativas tan importantes como la creación de la "Red de Salud de las Mujeres

Latinoamericanas y del Caribe".


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ecilia Cardinal de Martín ha estado siempre rodeada de la clásica hipocresía y del miedo que han acompañado las discusiones sobre la sexualidad de la mujer. Esta médica, la décima mujer en graduarse de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, se especializó en ginecología y obstetricia en Estados Unidos y tuvo la oportunidad de trabajar en la Clínica Margaret Sanger de Brooklyn en Nueva York. Durante su residencia se enfrentó como mujer y doctora, a los dramas que vivían otras mujeres. Aprendió sobre anticoncepción y le impactó el trato que entonces se daba en los hospitales, a las mujeres que habían decidido interrumpir su embarazo. De regreso en Colombia tuvo la suerte de encontrarse y trabajar con el Dr. Hernán Mendoza, Presidente de ASCOFAME (Asociación Colombiana de Facultades de Medicina), pionero de los programas de anticoncepción y uno de los pocos hombres de este país al que las mujeres le debemos muchísimo. Y como esta médica mujer quería hacer algo nuevo, organizó en el año de 1964, con ASCOFAME, una clínica de planificación familiar en el barrio Quiroga de Bogotá. Teniendo desde entonces dos objetivos muy claros: uno, que las mujeres pudieran decidir sobre el número de hijos que querían tener y dos, que tuvieran una sexualidad más libre. Pero fue el segundo el que determinó su desarrollo profesional a lo largo de estos últimos 36 años. Pues un día decidió que lo que quería hacer era educación sexual. Se puso a leer y luego sacó su título en Suecia. Obviamente esta decisión le ocasionó rupturas con sus colegas de ambos sexos. Recuerda cómo, las pocas médicas de ese entonces, claramente le dijeron que la lucha por una sexualidad más libre para las mujeres, no era la pelea que había que hacer, porque entre otras razones, "... tú sabes

que nosotras somos señoras".

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Siguieron uno que otro enfrentamiento con colegas, con los psiquiatras, con la Iglesia, pero también siguieron muchísimos apoyos. Pues como jocosamente recuerda, "Nada mejor que una buena pelea". Sencillamente esta era una mujer que se negaba a "seguir

los preceptos". Funda entonces a CRESALC con otras mujeres en la región, para poder crear, estructurar y dictar cursos de sexualidad y preparar así, una generación de mujeres y hombres. Jóvenes profesionales de ese entonces, que hoy le dicen, cuando se encuentran, que ella les cambió la vida. Surge así, el comienzo de una escuela de pensamiento que se repite y desarrolla en los distintos países latinoamericanos. Viene también la inquietud por parte de Cecilia, de oficializar e institucionalizar la educación sexual en Colombia. Lucha que comienza en los setentas, con Luis Carlos Galán cuando era Ministro de Educación y termina corr la aprobación de la ley sobre educación sexual en 1993 durante el gobierno del Presidente Gaviria, luego de haber hablado con siete Ministros de Educación, de cuatro gobiernos diferentes. ¿Pero hacia donde debe dirigirse el trabajo en el futuro? ¿ Quedan luchas por hacer? Claro que sí, es la respuesta tajante. De aquellos años cincuentas cuando la mujer liberada era la que fumaba y tomaba "dry martinis" a hoy, cuando el mundo cuenta con un feminismo que ha evolucionado muchísimo, sigue existiendo el peligro de que nuestra sexualidad sea manejada por las multinacionales de medios de comunicación. La banalización y comercialización de la sexualidad por un lado y por el otro, la lucha para lograr que las conductas diferentes como la homosexualidad y el lesbianismo sean reconocidas y aceptadas, son temas que nos toca ahora a todos y todas seguir desarrollando. Cecilia Cardinal de Martín es pues una colombiana, una mujer, una médica a quien le cambió definitivamente la vida en los 60's, cuando otra mujer, de un barrio muy pobre, con altos índices de criminalidad en Bogotá, le confesó luego de un taller que comenzó como planificación familiar y que evolucionó en taller de educación sexual,

"Doctora, yo le digo una de las cosas. Antes de que usted viniera a educarnos, creíamos que no éramos más que unas hijas de puta, ahora somos unas personas".


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de (icrceho~ , ., (' huméJno~ e Por Manuel Restrepo

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ació en Calarcá (Quindío) el 28 de Enero de 1953 de una familia de estirpe campesina y colonizadora, en una región en donde han prevalecido las características más acentuadas de la sociedad patriarcal. Algunos sucesos que trastocaban la aparente quietud de su entorno contribuyeron desde muy temprana edad en su proceso de devenir mujer: desde las obras sociales a favor de la mujer lideradas por Agripina Restrepo de Norris, la poesía, ingenuamente feminista, de Carmelina Soto, hasta los encuentros violentos contra dos mujeres que sacudieron a Calarcá en década de 1950-1960. Durante su adolescencia tuvo la experiencia de pertenecer a grupos de teatro juveniles y a tertulias literarias, acompañadas por el conocimiento de las primeras historias de vida de niñas y mujeres abandonadas y maltratadas con las que entró en contacto gracias a las obras sociales que realizaba su madre. Para esa época decide estudiar sociología en la Universidad de Antioquia (1967), posteriormente hace una especialización en socio-educativa (1988) en la misma universidad. A partir de 1970 incursiona en la militancia política a través de grupos marxistas, leninistas y socialistas, donde se inicia en la lucha por las causas feministas, con el convencimiento que el discurso y las prácticas políticas sobre la mujer se referían a un sujeto colectivo alejado de sus propias vivencias y la de sus padres. Inspirada en la obra de feministas italianas como Carla Lonzy y en la literatura de izquierda de la época, incursiona en la escritura de los primeros ensayos sobre éstos aspectos. El más polémico de ellos fue Contra la monogamia. Contra Engels, mediante el cual sacude la visión patriarcal de los grupos M-L y Socialistas. Entre 1977 y 1978 escribe, a pesar de las críticas, artículos sobre la mujer en el periódico Picadura del Sindicato Nacional de Coltabaco.

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En 1975, a partir de la declaración Década Internacional de la Mujer por parte de las Naciones Unidas, se vincula a ésta organización la Unión de Ciudadanas de Colombia por invitación de la antioqueña Rosita Turizo de Trujillo. Con sus amigas más cercanas Beatríz Quintero y Gloria Jaramillo, emprende el estudio del Informe Hide. Esta experiencia marcaría su definitiva incursión en la temática que la ha acompañado: salud, mujer y sexualidad. En 1977 participa en La Campaña Internacional por la Legalización del Aborto y contra la Esterilización Forzosa. Para ésta época y coincidiendo con su experiencia como socióloga en el Programa de Atención Primaria y Salud adelantado por el I.S.S. de Medellín el cual atiende grupos de mujeres gestantes, introduce una innovación importante, vinculando al programa la atención a parejas. La constatacion de la marginalidad del hombre en los servicios de salud y de la calidad en la atención a la mujer, le abre camino a una perspectiva de género que caracterizará más tarde su trabajo en el campo de Sociología de la Salud y Salud de la Mujer. Después de haber sido docente en la Universidad de Antioquia (1997 -1992) y consultora del programa Mujer, Salud y Desarrollo de la organización Panamericana de la Salud (1992-1994), se vincula al Fondo de Naciones Unidas para la Población (1992) en donde desarrolla un programa cuyo mérito es el haber vinculado como tema de Derechos Humanos la problemática de la sexualidad y la reproducción. Igualmente al hacer parte éste proyecto de los grupos de expertos internacionales que han contribuido a la fom1Ulación de políticas continentales lideradas por la O. P S, alerta y previene la violencia contra las mujeres. Actualmente hace parte de la Corporación para el Desarrollo Humano: Humanizar, en donde ha realizado trabajos en su campo de especialización. Dentro de sus publicaciones más recientes alrededor del tema de salud se destacan: Promoción de

los Derechos Humanos, Sexuales y Reproductivos (1999), Lecciones para Fortalecer los Derechos Sexuales y Reproductivos, Asuntos de Derechos Humanos (1977), Hacia la Etica de Amor Propio. Memorias del encuentro sobre Autocuidado de Salud de la Mujer (1992), entre otras.

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Por Nnhema Herncílldez

ientras la miro y escucho las palabras que se deslizan de su apasionada memoria recuerdo también, hace dieciocho años, cuánto sus decires me enseñaron, sin proponérselo, a pensarme en mi condición de mujer. Líder estudiantil del Movimiento por la Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia en momentos en que muy pocas mujeres lo eran, casada desde los dieciocho años con el amor de su vida, amor como los buenos, nunca libre de tensiones; tiene hoy dos hijos varones y a su amada hija Carla. Inició sus estudios de pregrado en 1968, año cabalístico para muchas(os) cuando bullían en el país y en el mundo intensos vientos de cambio, época en la cual las estudiantes de medicina no usaban aún pantalón para ir a la Facultad. La conversación generosa de Luz Helena constituye, en su extensión y tono original, un hermoso y vivencial documento acerca de la historia del feminismo en Colombia y en Latinoamérica y de su movimiento por la salud de las mujeres, pero también de la historia de nuestra cultura política entretejida por mujeres y varones de una generación que muchos(as) consideran derrotada, pero que en su voz se deja entrever con un otro sabor, aquel que, en medio de las más dolorosas tensiones, sembró semillas para romper las intolerancias de todo matiz, intentando hacer crecer la vida unas veces en medio del silencio, otras en el grito de rebeldía. Ella se presenta: "Nací el13 de noviembre de 1945 en un pueblito carbonero de Antioquia, Amagá. Fui criada en Medellín porque mi familia fue desplazada de la otra

violencia; allí estudié hasta terminar mi bachillerato. Me casé muy joven, a los dieciocho años;

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vine a Bogotá a estudiar medicina en la Universidad Nacional. Luego, fui a hacer un postgrado en Salud Pública en la Universidad de Harvard. Desde eso y desde antes he trabajado en salud. Al terminar la universidad, en el 76, me pregunté por mi accionar político posterior. .. hice U1Ul crisis tremenda porque estaba muy segura de no querer pertenecer a ningún partido político que hiciera llamados de muerte, muchos discursos en el fondo eran de confrontación para llevar a la muerte al contrario y no quería eso, aunque en ese momento no tenía teoría revolucionaria, ni feminista, ¡ni nada! Vivía pegada de mis libros, la literatura, la filosofía, lo que en ese momento me gustaba". Aún así, sus primeros distanciamientos y rupturas con las prácticas patriarcales son fundan tes: contra lo que llama "la invitación a derramar sangre" de algunas organizaciones políticas y contra el autoritarismo médico que desapropia y violenta el cuerpo de las mujeres, además de ser creadora, con otras activistas, del primer espacio de mujeres en latinoamérica, la "Casa de la Mujer" de Bogotá (1982). Contribuyó a la organización del "Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe" realizado también en esta ciudad (1981). Fundadora de la "Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe" en su primera reunión de Valle de Tenza (Boyacá) impulsada por ella y realizada en mayo de 1985 con el lema "Es preciso Volar", durante el cual se trabajó sobre temas absolutamente inéditos en el momento como control de población vs regulación de fertilidad; salud mental de la mujer, identidad, prácticas de autoconciencia, autoayuda y reconocimiento personal. Talleres sobre autorretrato, psicoterapia feminista, psicoprofilaxis de la preñez, conflicto y creatividad, imagen y cambio, investigación sobre las mujeres, análisis institucional, sexualidad femenina, metodologías en educación sexual, recuperación sensorial a partir de la expresión artística ... lamenta que sobre muchos de estos temas no haya quedado nada escrito. Los motivos para desplegar una intensa actividad en la organización de este primer encuentro los refiere como

"lo que sentía en ese momento, teníamos que volar, desJ)egar, romper los miedos ... "


Participó, previamente a estas acciones, en varios grupos autónomos de mujeres: "Sara Bright me invitó a un grupo que tenía, primer grupo feminista autónomo que hubo en Bogotá, organizado por ella y Eulalia Carrizosa, no tenía nombre. Estaban ahí María Teresa Viecco hoy pintora en París, Consuelo Uribe que vive en Washington y Laura Restrepo. Hablaban sobre feminismo, pero en ese momento la palabra no tenía ninguna representación en la vida mía ... " Con su voz suave afirma rotundamente que considera natural la necesidad de estar en grupo, porque esa fue la formación que recibió en su familia: "(. .. )fui educada en que las cosas se conseguían alrededor de organizarse, de juntarse con otra gente". Participó en otro grupo con Marisol Izasa, quien tuvo la idea original de crear un espacio propio para mujeres: " (. . .) en ese grupo, también sin nombre, la discusión era si

"trabajo hacia afuera o trabajo hacia adentro" yo pensaba, ltrabajo hacia adentro?, ¡no! hay que estar haciendo trabajo por las otras mujeres ... esa es parte de mis "deformaciones" en el movimiento feminista, siempre vi trabajo por las otras no tanto por mi, por hacer una reflexión o por acompañarnos entre nosotras mismas". Al interior del feminismo latinoamericano desde su inicio posicionó, con el grupo "Mujeres en la lucha" del que ya formaba parte, la cuestión de la autonomía organizativa e ideológica, en el nivel colectivo y en el plano individual: "(. .. ) no había otra forma de hacerse sujeto que a través de la autonomía, de cortar las dependencias del cuerpo y del alma con el patriarcado para construir un espacio de pensamiento autónomo ... pienso que todas las mujeres tienen que lograr ese momento de autonomía, que cada generación lo hará de acuerdo a sus condiciones históricas pero que si no hay una ruptura clara, consciente, que se ve que hubo la ruptura, las mujeres no pueden lograr el espacio

para una palabra propia ... "

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Actualmente, Luz Helena se dedica a la investigación en sistemas y políticas de salud y aunque no está integrada a ningún grupo feminista, desde su experiencia de vida se interroga críticamente por algunos de los desarrollos y tendencias del movimiento de mujeres colombiano en la última década: " (.. .) el movimiento no tomó la salud y la sexualidad como plataforma de movilización de las mismas mujeres ... ha habido más movimiento que producción hacia afuera ... en estos momentos frente a

la reproducción hay cosas gravísimas, como por ejemplo la manipulación genética y Colombia sigue siendo laboratorio de cosas muy perversas ... " Desde su perspectiva en el tiempo han ocurrido cosas previstas como el que parte del movimiento feminista latinoamericano haya perdido autonomía frente a las agendas de los organismos multilaterales, "Pérdida de autonomía no solo en lo abstracto, sino porque marca al movimiento, le corta posibilidades de volar". Se interroga también por la relación con las agencias financiadoras, por "el papel de organismos de control de la natalidad, que ahora se han hermoseado y son organismos feministas y desde ahí se hace parte del movimiento ... saben recubrirse en el momento preciso del discurso aproPiado ... ", en fin, nos deja a todas el reto de repensar si "ha habido más movimiento

que producción y elaboración teórica". Siempre confrontando e interrogando los sucesos del movimiento feminista en el país y a nivel latinoamericano, al final de la conversación expresa con mucha claridad su deseo de dejarnos una pregunta más: "¿Qué queda para nosotras, individualmente, de todo esto? .. Pregunta respecto de la cual ella misma arriesga algunas respuestas: "veo con tristeza las heridas que hay entre las mujeres de una época que fue dura para todas ... veo una "crisis de lo femenino" más aguda hoy que hace quince o veinte años atrás cuando nuestra crisis era con la sociedad, ahora es la crisis de nosotras con nosotras mismas".


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$ubrJi{2rtrzn .el Orden patriarcal Por Dora Isabel Díaz

La revolución más grande que puede concebir un país es la que transforma la condición de vida de sus mujeres

Consigna de una movilización urbana

I ove dos as formas de ver y escribir la historia están sacando a la luz nuevos actores y actoras sociales, que permiten descubrir las luchas de las mujeres colombianas de los sectores populares en el siglo XX. Buscamos así contribuir al conocimiento de procesos silenciosos, invisibilizados, aún en la literatura feminista. Procesos que paulatinamente han venido provocando transformaciones concretas y subversivas que construyen el cambio de las relaciones de género en las historias individuales de cada una de las mujeres que la vive, como también, al interior de colectivos de mujeres y organizaciones mixtas profundamente patriarcales y machistas. Cambios quizá no siempre heroicos pero si transcendentales para transformar las inequitativas relaciones de género.

La mayoría de estas experiencias representan complejos y conflictivos procesos tanto individuales como colectivos de legitimación de la defensa de los intereses de género frente a la hegemonía de los intereses de clase, etnia y religión, entre otros. Desde los inicios del siglo, destacamos la irrupción de demandas feministas o de defensa de algunos derechos de las mujeres.

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Ejemplo de ello son las experiencias de Juana Julia Guzmán, campesina, creadora de la "Sociedad de obreras de redención de la mujer" en 1918 y Betsabé Espinoza, quien lideró una significativa lucha por los derechos de las mujeres desde su sindicato textilero en 1920. Ellas fueron inspiración y ejemplo para la formación de grupos similares y de múltiples luchas libradas por mujeres en diferentes sitios del país, como las dos primeras huelgas femeninas en Bogotá de las capacheras y las telefonistas, las manifestaciones de solidaridad al movimiento de las textileras de Medellín y el Manifiesto de las Mujeres Indígenas Colombianas firmado por casi 14.000 indígenas. En las dos últimas décadas del siglo XX se incrementó la participación organizada de las mujeres en colectivos femeninos como también en organizaciones populares mixtas, reivindicando en éstas la creación de espacios propios. Allí se gestaron reflexiones sistemáticas sobre su situación desvalorizada, oprimida y explotada en lo inmediato, como en la sociedad y la realización de actos conscientes para ganar terreno en esos espacios mixtos y en otros más amplios, identificando necesidades e intereses prácticos y paulatinamente, también intereses estratégicos. Como analiza Virginia Vargas (1993) " ... en procesos que se van construyendo en diferentes contextos históricos específicos (. .. ), a través de distintas articulaciones (. .. ) yen procesos de confron-

tación, negociación, alianzas con los varones, con la comunidad, con el Estado, con otras mujeres, en fin, con la sociedad y sus poderes ... y que a través del Movimiento Social de Mujeres se van convirtiendo en l)ropuestas". En los espacios mixtos encontramos la creación de Secretarías o Comisiones de la mujer en el sector rural: La Federación Agraria Nacional-FANAL- (1982), la Federación Nacional Agropecuaria de Colombia -FENSA-, hoy FENSUAGRO (1984), la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia, Unidad y Reconstrucción (1987), la Organización Nacional Indígena de Colombia (1992); posteriom1ente en la Asociación Nacional de Usuarios del programa de Desarrollo Rural Integrado -ANDRI-, la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos -ANUC-, entre otras, y en el sector sindical, en la Central Unitaria de Trabajadores -CUT- y en la Asociación Distrital de Educadores -ADE-, entre otras.


Igualmente se avanzaron procesos de coordinación entre diferentes sectores de mujeres populares, entre otros, el Primer Congreso de las Mujeres del Pueblo (1982) convocado por AFEM, el Primer Congreso Nacional de la Mujer Trabajadora (1987), el Primer Encuentro de Mujeres Campesinas e Indígenas de América Latina (1988) Y el nacimiento del Movimiento Popular de Mujeres -MPM-. El Movimiento Popular de Mujeres "Una esperanza que abre caminos", surgió de la participación de las mujeres en la Campaña de los 500 años del "descubrimiento" y en la Asamblea Nacional Constituyente al inicio de los años 90. Fue un proceso significativo de coordinación y apoyo mutuo con el fin de fortalecer y legitimar las demandas de las mujeres desde una perspectiva popular integrada a la de clase. En 1992, veintidos organizaciones populares, femeninas y mixtas, nacionales, locales, urbanas y rurales procedentes de quince departamentos, además de algunas fundaciones, participaron en el preencuentro; mencionar los nombres de algunas de ellas, es un indicativo de la dinámica de la acción colectiva en la cual se tejen las historias de las líderes comunitarias que aquí resel'iamos: Programa Mujer y Familia, ANUC,UR, ONIC, FENSUAGRO, Comunidades Eclesiales de Base, ASIVRU, CENAPROV, Madres Comunitarias, Sintracihobi, Nuevo Rostro de Mujer, Objetores de Conciencia, Proniñez, Tienda Ella Artesana, Trabajadoras de las Flores, Siempre Vivas y Barriales del Sur y Suroriente de Neiva, Fuerza Mujer, Asociación de Desempleadas de Yondo, Movimiento Femenino y Popular de la Provincia de Ocaña, Fundación Ecológica Autónoma -FEA-, Grupo de Mujeres María Cano, Cimarronas, entre otras. Este espacio ha contribuído en la construcción de la identidad de género al interior de cada una de las organizaciones participantes y en la integración al Movimiento Social de Mujeres y su fortalecimiento.

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I en Olreió peltlbrtlió ...


Esta diversidad refleja la riqueza y la calidad innovadora del movimiento social de mujeres. Las mujeres no participamos sólo a partir de nuestra condición de subordinación de género; nos impulsan igualmente motivaciones sociales, afectivas, económicas, políticas, solidarias, corporativas que en ocasiones se han convertido en elementos desencadenantes del cuestionamiento de la subordinación y de la construcción del Movimiento Social de Mujeres. Incrementar las miradas desde la perspectiva de género a estos procesos de búsqueda de la autonomía por parte de las mujeres permitirá seguir descubriendo la originalidad de las estrategias utilizadas, el costo humano que se paga por esta audacia, los vacíos y las necesidades que se deben satisfacer y la importancia de la solidaridad entre los distintos intereses que confluyen en el Movimiento Social de Mujeres para que mancomunadamente avancemos en la generación de mayores y más profundas fisuras al poder patriarcal. Las historias de las mujeres líderes comunitarias que presentamos en éstas páginas son expresiones particulares del movimiento popular de mujeres. Cada una desde la especificidad de sus prácticas -la educación popular, la teología de la liberación, el reconocimiento de la ciudadanía a las mujeres indígenas, la movilización campesina y las luchas urbanas- da cuenta de la persistente articulación entre las historias personales y las historias locales y regionales.


Por Patricia ]aramillo

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penas cuarenta y dos años le bastaron a Amparo (Líbano, Tolima, 1952; Bogotá, 1994) para dejar un legado de trabajo con mujeres del sector popular, tanto a nivel nacional como en América Latina. Su vida refleja el esfuerzo y la tenacidad de las mujeres colombianas que logran sobreponerse a la adversidad y a las condiciones desventajosas producto de la violencia política, económica y social, superando las dificultades a partir de principios feministas como la sororidad I y el trabajo colectivo con las mujeres de los sectores populares. Con escasos dieciséis años apoyó a su madre viuda para atender las necesidades de sus hermanos y hermanas, a la vez que realizaba el trabajo comunitario en sectores populares. Siendo una adolescente, se vinculó a la Juventud Trabajadora Cristiana -JTC- en busca de soluciones a la pobreza, la violencia, la desigualdad y a los problemas resultantes de una democracia restringida que pesa sobre las mujeres y los y las jóvenes. De esta organización fue expulsada por defender a una compañera madre soltera y organizar el grupo femenino de la JTC. Alternó su vinculación al mercado de trabajo con la generación de procesos de organización juvenil y comunitaria desde 1970. Con los jóvenes del barrio inició grupos de estudio y actividades culturales, danzas, teatro, música y deporte. Con los adultos promovió la organización comunitaria a partir de procesos de alfabetización de adultos, motivando siempre a las mujeres a participar en igualdad de condiciones con sus compañeros y esposos. La experiencia acumulada y el desarrollo de su trabajo colectivo la llevaron a capacitarse como Promotora Social lo cual le permitió con un grupo de jóvenes fundar el "Centro de Investigación y Promoción Comunitaria -CIPROC-", con sede en el Barrio Socorro de Ciudad Kennedy en 1980. Desde la institucionalidad y con el apoyo de recursos de la Cooperación Internacional,

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Solidarid ad entre mujeres (Marcela Laga rde)


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organizó el Area Femenina de CIPROC, para favorecer la formación de grupos de trabajo de mujeres del sector popular, los cuales, al igual que en otras zonas del país, iniciaban procesos organizativos para resolver las necesidades cotidianas de sus familias en los campos de la salud, la alimentación, el cuidado de los niños y las niñas menores y de los ancianos y las ancianas, introduciendo desde finales de los setenta el discurso feminista en sectores populares. Por su trabajo se consolidó como una de las gestoras de la articulación de las organizaciones femeninas populares desde 1980, principalmente en Bogotá. Durante los ochenta, junto con otras mujeres apoyó las organizaciones femeninas del sector popular en el esfuerzo de construcción de asociaciones de grupos que trabajaban con niños y niñas, destacándose como defensora de los derechos de las mujeres y promotora de la participación política de las mujeres del sector popular. Así mismo, hizo contacto con organizaciones feministas del país y de América Latina y es así como con un puñado de mujeres de la región andina y del cono sur, organizaron la Red de Educación Popular Entre Mujeres de América Latina -REPEM-AL-, en el marco del Consejo de Educación de Adultos de América Latina CEML, de la cual fue Coordinadora para Colombia, posteriormente para la Región Andina y al final de sus días era la Coordinadora Latinoamericana de la REPEM. Durante los años de su actividad feminista, se destacó por su trabajo en promoción, investigación y asesoría a organizaciones de mujeres del sector popular, introduciendo la perspectiva de género en los procesos de educación y organización popular en el área rural y urbana. Sus innovaciones de propuestas metodológicas para el trabajo feminista en el movimiento social y la publicación de numerosos artículos en revistas tales como: Fempress, Tejiendo redes, 100 Días Vistos por Cinep, Revista Procesos -ACTS- y Revista La Piragua de CEML, son sólo algunos de sus importantes aportes. En ese ir y venir del trabajo con mujeres del sector popular, Amparo se enamoró -tal vez por primera y única vez en su vida- con toda su capacidad femenina y de este gran amor nació LAURA, la hija mona, testiga fiel de su gran capacidad de amor y sacrificio. Mi amiga del alma, nos abandonó después de una penosa enfermedad, durante la cual escribió algunos versos: "Dormiremos después CHando mis fantasmas y los tuyos nos digan adiós!"

Amparo

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Por ¡me/da Arana

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apacidad de amar y sentido de libertad, caracterizan el ser de mujer religiosa de Maritze Trigos Torres. Maritze se educa en un hogar con abundancia de cariño, sensibilidad social y nada de cohibiciones; su infancia marca su espíritu de rebeldía frente a que la mujer fuera sólo para la casa. Se forma como religiosa en la Congregación Dominicas de la Presentación y aprende la esperanza y la resistencia con el pueblo y en particular con mujeres luchadoras. Disfruta de manos amigas apasionadas por la vida digna, por la justicia, en seguimiento de un Jesús, "que toma carne entre los más pobres y débiles del mundo". Nace en Ocaña; estudia en el colegio de las Hermanas Dominicas de la Presentación de esa ciudad y luego en el de la Presentación de Bucaramanga donde termina el bachillerato. En el año 1962 opta por ser religiosa, impulsada por el servicio y entrega a la gente y convencida que la relación con Dios se expresa a través del amor. Desde pequeña, en el Colegio, escucha hablar de Marie Poussepin, fundadora de las Hermanas Dominicas de la Presentación, mujer que en su época fue audaz, valiente y con sentido de solidaridad por los más pobres. A los seis meses de haber ingresado a la Congregación tiene el privilegio de ser enviada a Francia. En el viaje en barco se relaciona con la revolución cubana a través de cinco exiliados, hecho que le ayudó a abrir los ojos a la problemática política. Vive la época de transformación y renovación de Europa con la revolución de Mayo de 1968. Bebe la nueva teología alemana y los albores de la teología de la liberación, la corriente de la filosofía existencialista, la espiritualidad encarnada entre los pobres, las exigencias de cambio con el Concilio Vaticano II -que exige una vida religiosa más desestructurada y adaptada a la realidad-, la eclesiología entendida como Pueblo de Dios, en síntesis, los nuevos paradigmas en todo sentido.

* Resumen elaborado a partir de un texto escrito po r Maritzc Trigos .


Considera una ironía de la vida, el que sea en Europa donde conoce a América Latina, sus graves problemas de injusticia, sus movimientos sociales y sus profetas -Helder Camara, Méndez Arceo, Camilo Torres, etc.- Todo ello abre sus horizontes universales y, como mujer religiosa, se siente desafiada a vivir e! evangelio desde esas realidades cambiantes. Son muchos los interrogantes, los diálogos y las búsquedas. América Latina le atrae y siente la urgencia de un compromiso con Colombia. En 1970 regresa a Colombia en e! contexto del CELAM de Medellín y sus inquietudes se refuerzan. La época es de contrastes, de renovación de la Iglesia, de surgimiento de Movimientos insurgentes. La tensión entre la institución y el carisma, la desconfianza ante su estilo de vida religiosa, la confrontación entre las formas y e! espíritu nuevo, tuvo como consecuencia el que se le exigiera dejar la Congregación por un tiempo y así lo asumió por tres años. Los gamines de las calles de Bogotá llenaron esos tres años. Fueron nuevos los escenarios y diversas las relaciones. Sitios como el cartucho, los puentes de la 26, las cuevas del sur, entre otros, la ponen en contacto con e! sufrimiento, con el desamor, con las consecuencias de un sistema social injusto. Le duelen las mujeres de la prostitución y las siente cercanas. Junto a ellas viven en el parque de los mártires, con Isabel Sarmiento y Yolanda Espítia. Esta experiencia es alimentada con estudios de filosofía en la Universidad de Santo Tomás. El barrio La Paz, en el Cerro de Monserrate, en 1977 es otra de sus experiencias duras. Palpa el mundo de!lumpen en medio de la droga, e! robo, la descomposición social; donde poco se podía esperar como cambio, pero donde, sin embargo, la gente esconde afecto y lo comparte a pedazos. Ese escenario lo articula con los movimientos sociales de los barrios del Cerro Oriental que afrontan los desalojos, con marchas de protesta, con grupos cristianos comprometidos, con religiosas, con quienes bebe la espiritualidad de los Mártires de América Latina. Aún no se planteaba en forma específica el problema de la mujer, apenas se intuía. Lo que era definitivo era la fraternidad profunda de! pequeño grupo de hermanas de la comunidad, con una identidad muy fuerte de mujeres, con una opción común por los pobres. En 1982 se trasladan como comunidad al barrio Juan Pablo 1 de Bosa.

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Un nuevo empezar, luego de terminar un postgrado en Consejería Escolar en la Universidad Pedagógica Nacional. Junto con los Padres Claretianos apoyan el movimiento cívico reivindicativo de los intereses del pueblo. Desde el año 1989 integra la Comisión Mujer Iglesia y junto con mujeres religiosas y seglares, de distintos credos, profesiones y clase social, inician un camino de búsqueda y afirmación de la identidad de mujer, de crear nuevas relaciones de género, de superar estereotipos impuestos, de replantear el lenguaje sexista, de alimentar la espiritualidad de mujeres religiosas con un rostro femenino de Dios. Se empiezan a plantear nuevas propuestas con una hermenéutica bíblica feminista y una teología desde la mujer, donde el aporte de Graciela Melo es notable. Cada una desde sus prácticas sociales y pastorales, enriquece y plasma el Proyecto-Mujer desde lo teórico hasta lo celebrativo. Se rescatan símbolos femeninos, se crean formas alternativas de poder y se reivindica un puesto en la iglesia y en la sociedad. Con apoyo de la Confederación Latinoamericana de Religiosos -CLAR- y la CRC, inicia la investigación sobre "Recuperación de la memoria histórica de la mujer en la vida religiosa en América Latina y el Caribe". Desde 1988 se vinculan como comunidad a la Comisión Justicia y Paz, la cual es una escuela de formación en Derechos Humanos, conciencia de derechos de los pueblos, desafío en la exigencia de justicia, lugar teológico de cercanía con el dolor y el sufrimiento, compromiso de lucha contra la impunidad, donde desde fines de 1998 colabora en la Secretaría Ejecutiva, dando allí su ser de mujer y lo aprendido en ese largo proceso de construir "Un nuevo cielo en una nueva tierra".

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Por Eugenia Martínez

b8 or<-!aniZaeiL~n (/c la~ Inuierc,~ eOJJh) alternativa a la viol¡.;nei(j intra/amllial' "Adelante ni7'ía que el mundo tiene muchas cosas bellas G¡ue hay que descubrir y otras que transformar. ¡Quien quiera que seas!, el movimiento y la reflexión son para ti, ¡Quien quiera que seas! eres el hombre o la mujer por quienes la tierra es sólida y líquida. Eres el hombre () la mujer por quienes el sol y la luna están suspendidos en el fimwmento, Para nadie más que para ti, son el presente y el pasado, Para nadie más, para ti, es la inmortalidad. Cada hombre para sí y cada mujer para sí, es la palabra del pasado y del presente y la palabra verdadera de la inmortalidad; Nadie puede adquirir por otro. Nadie puede desarrollarse por otro, Nadie"

La Nana

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l evocar a la Nana y su ciclo de 36 años de vida entre nosotras es inevitable la humedad en los ojos y la fragilidad en la voz. Sin embargo, el ambiente se va tornando jovial al recordar su profundidad analítica que con timidez y ternura planteaba ideas y emociones visionarias en torno a la cuestión social. María del Rosario nació el 2 de enero de 1952 y falleció el 2 de diciembre de 1988 en Bogotá; hija de Guillermo Lleras y Leticia Mendoza de Lleras quienes con su concepción abierta en torno a la familia y constante compromiso social generaron las condiciones favorables para la proyección comunitaria de la Nana.


"Mi mamá era quien se sentaba en la cabecera de la mesa y a ella la esperábamos, en compañía de mi papá, con relativa frecuencia para cenar" (Teresa Lleras). Hermana entrañable de Tere con quien compartió sus sueños de propiciar un desarrollo humano emocional y artístico, desligado de las visiones sexistas y de quien aprendió la intrepidez y el arrojo necesarios para los trabajos realizados con la niñez. Desde la época de la Universidad ]averiana donde inició sus estudios de Trabajo Social, siguiendo de cerca los pasos de su madre y como docente de la Facultad de Trabajo Social del Colegio Mayor de Cundinamarca no cesaba en sus propósitos de realizar talleres de música, pintura, cerámica y expresión corporal con los hijos e hijas de sus compañeras, en su propia casa. Posteriormente, integró varios grupos interdisciplinarios y lideró la práctica barrial con mujeres en la Escuelita del municipio de Bosa, donde Leticia era alcaldesa. Desde allí se irradiaban hacia las zonas periféricas de occidente, oriente y sur de la ciudad las ideas de la Pedagogía Social Integral y de Desarrollo Autónomo de las Mujeres. En sus cartas enviadas de Europa a donde viajó, principalmente, en busca de recursos para los proyectos, se evidencia la preocupación frente a la estrechez de las políticas sociales destinadas a la infancia en las que se daba prioridad a la higiene y seguridad alimentaria, dejando de lado la afectividad, la creatividad y los significados de la socialización. En este sentido, María del Rosario fue una pionera de los análisis sobre la violencia intrafamiliar y la construcción de las redes de afecto. Fue una crítica incansable de la utilización de las mujeres comunitarias por parte de las instituciones. Se vinculó sin recelo al movimiento social de mujeres de sectores populares y aportó su visión psicoanalítica haciendo énfasis en la importancia del fortalecimiento del yo y la construcción de la identidad femenina. Consciente de la importancia de consolidar la organización, para no quedar tan solo en ideas, dio nacimiento, con un grupo de profesionales a la Fundación de Apoyo Comunitario -FUNDAC-, en 1979. Como presidenta orientó con suma prudencia la resolución pacífica y reflexiva de conflictos de poder en torno a la diversidad de enfoques, la información, las relaciones externas y la distribución de los recursos. Fomentó el ingreso de las mujeres a la fundación, quienes al10s más tarde han venido consolidando la organización autónoma de mujeres de sectores populares en busca de la construcción de una ciudad sostenible y democrática, espacio donde han imaginado un lugar en el Siglo XXI.

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Por Margarita Peláez

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scribir sobre Aurora es escribir sobre cientos de mujeres líderes que existen en cada municipio y barrio de nuestro país, en busca de mejorar las condiciones de su comunidad superando el marginamiento y los estereotipos sexuales. Conocí a Aurora hace ocho años cuando desempeñaba el cargo de Subsecretaria de la Mujer de la Gobernación de Antioquia. Se presentó como la presidenta de la recién formada Asociación de Mujeres del Cañón del Porce. En la decisión de su voz y sus ojos de campesina, se veía la fuerza de una líder que ha luchado incansablemente por sus ideales, convenciendo a todo su equipo de trabajo para que apoyaran los proyectos que estaba adelantando.

"Uevo mucfws años, casi cuarenta, trabajando en y por la comunidad, desde que iniciamos la acción comunal. Siempre he sido muy inquieta y trabajadora, pero con las capacitaciones que he recibido especialmente de la Consejería Departamental para la Mujer, ahora soy más organizada en el trabajo, tengo más claridad de lo que soy como mujer, como líder, como parte de la comunidad y soy más tolerante con mi familia". Aurora nació en Santo Domingo, Antioquia, en el año de 1939. Sus padres eran campesinos de muy bajos recursos, por lo que tuvo que trabajar desde los siete años, recogiendo café, arreglando hoja para la panela o higuerillo para la fabricación de aceite de iglesia. A los nueve años entró a estudiar, pero a los tres meses, debido a los constantes cambios de trabajo de su padre, campesino jornalero, se tuvo que retirar de la escuela. Aprendió sola con los libros y la final del año volvió al mismo lugar para presentar los exámenes y sacó cinco en todas las materias. No obstante, sólo pudo cursar hasta segundo de primaria.


A los quince años quiso estudiar modistería y enfermería, pero la pobreza e intransigencia de sus padres no se lo pemútieron. Nuevamente tuvo que recurrir a sus propias capacidades y aprender costura descosiendo prendas de vestir y volviéndolas a armar. Así mismo, aprendió a hablar en público oyendo emisoras, conocimiento que, años más tarde, le permitió crear y dirigir la emisora de la Asociación de Mujeres del Cañón del Porce. A los treinta años se casó y a los treinta y siete, con sus hijos en la escuela, inició su liderazgo como presidenta de la Asociación de Padres de Familia. Luego fue tesorera de la Junta de Acción Comunal durante cinco años, pero considerando que esa actividad quedaba pequeña a su espíritu, en 1992 configuró una asociación compuesta por ciento veinte mujeres de diez y seis grupos diferentes. Dicha asociación en la actualidad cuenta con treinta y dos grupos en seis municipios (Don Matías, Santa Rosa, Gómez Plata, Yolombó, Cisneros, Santo Domingo y se está consolidando en Barbosa).

"Empezamos a trabajar conjuntamente con los hombres para construir un mundo mejor para ellos y nosotras, ya que no podíamos convertimos en enemigas de ellos y sus grupos, sino en aliadas para lograr más fácilmente nuestros propósitos". Hoy se ven los cambios frente a la mujer tanto en la comunidad, como en las relaciones dentro de su familia. "Ahora mi esposo me felicita y mis hijos me ven como una

mujer importante". La Asociación ha logrado en sólo ocho años tener espacios tan importantes como la emisora comunitaria y la Casa de la Mujer. Se han ejecutado varios proyectos como pisicultura, panadería, peluquería, reciclaje, confección, producción de guayaba y un programa de derivados de la soya para alimentar a los niños y niñas y comercializar los productos, obteniendo recursos para la Asociación.

"Con estos proyectos se ha logrado mantener el apoyo de un grupo de entidades, al mismo tiempo que la comunidad aprende, se beneficia de lo producido y se enseña a los niños y niñas a compartir, a creer en ellos y a organizarse, ya que son el futuro de la humanidad. Ser porfiada, tener sueños y proyectos, persistir en ellos hasta lograr los objetivos, demostrar que se puede estar en el espacio público con decisión. Hemos aprendido con la asociación a ser autónomas, a gestionar y liderar proyectos, a superar los estereotipos que se tiene frente al campesino y las mujeres. Con nuestra participación en la política local, sabemos que no nos podemos sacar provecho de nuestros proyectos. Éstas han sido las princiPales rupturas que hemos hecho con la cultura patriarcal".

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Aurora ha liderado el grupo por más de siete años, representando a las mujeres como concejala de Santo Domingo en diferentes eventos locales, regionales y nacionales. Fue galardonada entre las Antioqueñas destacadas en 1993 por la Subsecretaría para la Mujer de Antioquia y con el Antioqueña de Oro otorgado por la gobernación del mismo departamento. "Hemos logrado cambiar la cultura,

demostrándoles a las mujeres y a la comunidades los beneficios de romper la dependencia de lo doméstico. Ganar con nuestra voz en los Concejos Municipales, presentar grandes pro~ yectos para dar a nuestras asociadas". Hoy Aurora representa un nuevo liderazgo de las mujeres a través de una práctica construida con autonomía y ganada con el desarrollo de una conciencia de género al servicio de las necesidades de las mujeres campesinas del Cañón de Paree. Ha practicado un ejercicio político transformador, orientado a ganar una demo~ cracia deliberativa mediante la cual representa su comunidad. A su vez ha luchado ' incansablemente por una representación genéricamente paritaria. Su práctica personal y colectiva se ha caracterizado por un respeto a las diferencias, donde el servicio a los otros y otras ha sido el eje de su accionar político. Ella representa un nuevo paradigma de liderazgo y de ejercicio del poder que permite afirmar: "Aurora es líder y hoy hay líderes en nuestra Asociación aún más

líderes que ella".


Por Yancth Fernándcz

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" as mujeres podremos mostrar la tranquilidad, la transparencia y el equilibrio cualquiera sea nuestra condición: mujer indígena, negra o lJobre, porque desde la pobreza también se construye". Sencilla, de pequeña estatura y de voz potente, esta mujer refleja en sus ojos los años de lucha que lleva en sus casi cuarenta años de existencia. Eulalia nació en el resguardo indígena Embera-Catio de Cristianía en Antioquia; ha dedicado su vida a la dirigencia indígena, las artes, e.1 canto, la cultura y la política, cuyo liderazgo ha conquistado terrenos antes vedados para las minorías étnicas y las mujeres. Escuchar a Eulalia es transitar por una historia concatenada de superación y lucha. El trabajo comprometido con la comunidad y la colectividad que representa, se han convertido en su centro de actividad. Asimismo, ha trabajado como maestra de preescolar y se ha dedicado a la recuperación de la tradición oral indígena de la Familia Chamí. El aventurarse en los estudios sociológicos, con la frustración de no haberlos podido terminar, la ha convencido de la necesidad de avanzar y continuar abanderando los procesos que permitan a los grupos indígenas, las mujeres, los pobres y los negros ser reconocidos como actores sociales decisivos para la transformación de la sociedad. Para Eulalia, las mujeres aportan cualquiera que sea su ubicación, porque donde quiera que están, producen y crean: "la producción que la mujer realiza es

incalculable; cuando las mujeres aprendamos a amarnos y a aceptarnos como somos, cuando nos estimemos y nos valoremos, seremos capaces de salir adelante, porque vamos a reflejar la tranquilidad, la transparencia y el equilibrio que llevamos dentro; por eso, toda mujer que se estime y se valore es la mu.jer que va a salir adelante, y allí debemos trabajar entre todas, eso lo concluíamos en la Reunión Anual de la ONIC (Organización Nacional Indígena de Colombia) al analizar la situación de las mujeres víctimas de guerra, solteras, viu.das, separadas, huérfanas".

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Siendo merecedora del reconocimiento público como la mejor Diputada de Antioquia y nominada como candidata al premio "La Mujer del año CAFAM", Eulalia considera que sus más grandes logros los ha conseguido como Diputada de la Asamblea Departamental de Antioquia en los últimos tres períodos, donde ha sobresalido como representante de su departamento. Al hacer un balance de su gestión, resalta el haber hecho visible a los grupos indígenas, permitiendo la valoración social y el reconocimiento de la identidad de los diferentes grupos, ganar el respeto, la solidaridad y sobretodo, la comprensión de su problemática en el espacio político y social del departamento. Otra de sus conquistas ha sido la labor realizada mediante el proyecto de las ordenanzas, el cual le permitió desarrollar una labor social dirigida a los indígenas. A través de éste programa ha trabajado en salud, educación y capacitación de mujeres en dicha comunidad. Esta recuperación se ha llevado a cabo en conjunto con la Organización Indígena de Antioquia por la cual Eulalia profesa especial afecto. Sin embargo, no haber podido terminar sus estudios es una de sus más grandes frustraciones, pues considera que por medio de la educación se gana lucidez para el trabajo social que realiza al servicio de los indígenas que representa. Madre, mujer y líder orgullosa de su identidad y de su trabajo, Eulalia es un ejemplo de temple y perseverancia al servicio de todas y todos en el Departamento de Antioquia yen el país.

Aprendimos que las diferencias no son algo negativo y que es necesario reconocer la multiJ)licidad de los elementos que constituyen las identidades Aydée Birgin


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" a llegado la hora, que las hijas del país ... alcen su voz para exigir justicia social ... después de 435 años. Nuestra insPiración es fuerte y nos ha iluminado como un rayo que alumbra de pronto la oscuridad, donde anteriormente sólo moraban los dioses del engaño y la ignorancia. En medio de esta claridad ha aparecido una flor en el horizonte, una flor que los hombres de la civilización han intentado arrancar, pero no obstante permanece radiante y bella, a pesar de los relámpagos y violentas tormentas ... De las entrañas de las mujeres indígenas nacerán nuevas flores, y... en medio de la nación colombiana ... crecerá un magnífico jardín. Todos sabrán de la civilización de los explotadores, calumniadores, usureros y ladrones, que han destruido el país, las plantas y bosques de nuestros padres, hermanos, hijos y esposos ... Los tiranos los han engañado con alcohol envenenando sus sentidos ... pudiendo así arrebatamos las viviendas, las cosechas y la tierra de nuestros antepasados. Para comprobar a las autoridades de las 14 provincias de Colombia, que 'los indios me lo han vendido', los opresores falsificaron documentos y títulos de proPiedad ... A los funcionarios del poder judicial, ejecutivo y legislativo ... , decimos:

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en Otras palabras ...


Pronto cambiarán nuestros 'derechos' ... porque un mendigo, hijo de una india huérfana, estará sentado en el trono del restablecimiento de los derechos sociales ... Así fue y así será, porque el hijo de la mujer india no

vino al mundo para los ricos sino para los pobres y desafortunados ... Hoy tenemos el coraje, nosotras las indias colombianas de 8 departamentos que firmamos este documento y unidas como una bandada de águilas furiosas, lucharemos nosotras mismas por la recuperación de nuestros derechos. Así debería ser para todas las mujeres de la clase baja del campo, casadas o no, todas perseguidas por el hombre de la civilización. Pero sus leyes no serán cumplidas, porque si los hombres indios, que mucho antes de la conquista eran dueños de nuestra tierra, no se levantan en contra del orden ilegal y corrupto, entonces nosotras, las mujeres nos prepararemos y unidas gritaremos, no, no. Y si no se nos escuchara, hundiremos nuestros cuchillos en sus vientres, porque si eso sucediera, tendremos la autoridad de cometer injusticias" (14 mil mujeres indígenas. p.p.27 y ss. y 241).

Aporte de Dora Isabel Día:, tomado de Werlhof Claudia Von. 1982. "Unidas como una bandada de águilas furiosas ... Luchas feministas y machismo en América Latina". En: Debate sobre la mujer en America Lacinu y el Curibe. vol. III p.p 239-260


Por Gloria Cuartas

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entí especial alegría al poder entregar en estas páginas, parte de la vida de una MUJER que invita a la esperanza y que ha podido conjugar su vida con un compromiso radical desde el amor. Su dimensión de mujer, su vida religiosa en la Comunidad Javeriana, sus aportes, su constante y paciente trabajo para dar visibilidad a la mujer, transforman de manera irreversible el compromiso de las mujeres en esta iglesia peregrina, en la que creemos y que anima nuestro caminar. Personalmente, conocerla me ayudó a descubrir lo que en uno de sus textos anunciaba "el Dios que nos revelan las mujeres" pero me sentí habitada y comprometida como mujer que creo en el evangelio de la libertad, cuando vi la relación entre sus reflexiones académicas y su coherencia de vida, la ética, la producción intelectual, el compromiso con las comunidades que tienen presencia de mujeres y hombres, entre otras prácticas cotidianas que hacen posible la teología de la libertad. Carmiña Navia Velasco nació en Cali elS de Agosto de 1948. Es profesora de Literatura en la Universidad del Valle de la misma ciudad. Tiene estudios en Literatura, Lingüística y Teología y es Directora del Centro Cultural Popular Meléndez, desde su fundación en 1976. Hace parte igualmente del Comité de Dirección de la Revista Utopías y Aportes Cristianos para la Liberación. Desde principios de la década de los 80's, su vinculación al movimiento femenino ha estado ligada al trabajo en sectores populares en el Centro Cultural Popular Meléndez y en grupos cristianos como Comunidades Eclesiales de Base, donde ha ido avanzando en la comprensión de la situación de la mujer popular y en las perspectivas y posibilidades de su liberación. Su trabajo en perspectiva femenina se desarrolla pues, prioritariamente, con mujeres populares. Este hecho configura su pensamiento feminista de una manera muy particular.

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Hoy las mlljeres estún en situación de poder pro/Jonerse que milenios de patriarcado comiénce1l su derrumbe )udith Aste/arra

Desde 1988 su trabajo bíblico~teológico se orienta hacia la Hermeneútica Bíblica Femenina, publicando su primer texto en este sentido: Judit, Relato Feminista en la Biblia. A su vez, empieza a desarrollar en los sectores eclesiales talleres y cursos a partir de ésta propuesta. Realiza una primera revisión de la Biblia en torno al ideologema Mujer, cuyo resultado es el libro: La Mujer en la Biblia, Opresión y Liberación. Paralelamente, su trabajo literario en la Universidad empieza a ser atravesado por esta perspectiva, lo que da lugar a una nueva publicación: La Mujer Protagonista en

la Narrativa Colombiana. Siempre, en medio de su vinculación a los barrios populares de la ciudad de Cali, realiza rupturas en su práctica que la llevan a una profundización y radicalización de su conciencia de género. En esta etapa de su praxis, su trabajo se perfila casi exclusivamente en torno al problema de la Mujer ya su causa. La perspectiva de género, se vuelve su horizonte teórico y práctico. Publicaciones recientes de teología bíblica, van marcando este camino. En los últimos años se ha centrado en realidades tales como: Biblia~mujer, ciudad~literatura~mujer, ciudad~problcmas sociales. En la actualidad se encuentra trabajando en la Universidad del Valle en cursos e investigaciones, surcados por la perspectiva de género. También coordina en la ciudad la Comisión Mujer~Iglesia la cual pretende sensibilizar los sectores eclesiales ante los problemas, las causas y la desigualdad intraeclesial de la mujer.


Por Dora Isabel Díaz

"iAy Juana Julia Guzmán! sobre un rastrojo montano fuiste puerto, brisa y mar. i Préstame tu palabra hora es ya de navegar! 1

sí cantaba el compaegoyo a esta importante líder popular, nacida en Corozal (Córdoba) en una familia campesina pobre, medio zamba; quien no pudo ir a la escuela, y si empezó desde sus primeros años a trabajar como clasificadora de hojas de tabaco, luego en 1916 se trasladó al prospero Sinú, donde trabajó como sirvienta, cantinera y ventera. Allí conoció y se comprometió con la predica socialista del italiano Vicente Adamo, quien según parece, fue su único amor. Desde entonces, hasta su muerte, a los 85 años, no descansó en su empeño de impulsar y participar en la organización de mujeres, campesinos y obreros. Su liderazgo, en los años 20, fue determinante en la fuerza de las luchas populares de esta región y del resto del país. En 1918, Juana Julia, fue cofundadora de la "Sociedad de Obreros y Artesanos de Córdoba" y del "Baluarte Rojo de Loma Grande" en Montería. La experiencia de insurrección campesina en lucha por la tierra de este baluarte (... ) repercutió en todo el país provocando la formación de otros baluartes y Ligas Campesinas en diferentes regiones: Moniquirá, Líbano, Nilo y Viotá (... ) l.

Fuente principal de este ensayo es la importante investigación de Fals Borda, Orlando. Retomo

a la tierra. Historia doble de la costa. Carlos Valencia Editores. Bogotá. 1986 Uribe, María Tila. Los años escondidos. Suóios y rebeldías en la década de! veimc. CESTRA, Cerec. Santafé de Bogotá. 1994. pág.23

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I en Olre¡; pBIBbrBiI ...


Feminismo ya no en singular sino en plural, expresado de múltiples formas y en múltiples esJ)acios Gina Vargas

Por su fuerza y prestigio sus enemigos la apodaban "la robatierra" y a sus seguidores los machistas molestaban como maricones por dejarse mandar de una mujer, en respuesta a estas y otras provocaciones, ella acuñó el lema: "el cobarde no hace historia". Hasta 1927, ella fue segunda gerente de tres baluartes de Córdoba, fecha en que fue expulsado Adamo del país, entonces ella asumió la dirección hasta 1951, cuando:

"La violencia se metió a matarme. Allá en el monte me pusieron en un cepo toda una noche agu.antando mosquitos. Al día siguiente se presentó un camión con la policía, me sacaron del cepo con dos compañeros más y nos embarcaron para Montería, dicen que por 110 matarme en el mismo Lomagrande ... un teniente Torralvo mandó a un civil a buscar una lata de gasolina para echármela a los pies y quemarme viva (. .. ) Pero entonces llegó el alcalde y nos puso treinta pesos de multa a cada uno. Los muchachos buscaron la multa y la pagaron por nosotros. Salí de la cárcel pero no pude regresar a Lomagrande porque allá tenía la persecución con la policía, que si yo llegara que se me diera muerte. Entonces me quedé en Montería". En su compromiso activo con el cambio de la situación de las mujeres pobres como ella, en 1919, Juana Julia impulsó la creación de la "Sociedad de Obreras de Redención de la Mujer" y fue elegida como primera (y única) presidenta al cumplir los 27 aftas. Bailadoras de fandango, lavanderas, fritangueras, vendedoras, cocineras, etc. miembros de esta organización se unieron con trabajadores y crearon el hospital socialista, una escuela obrera y una biblioteca popular. La biblioteca le facilitó a las mujeres lecturas que alimentaron sus ideales y perfilaron sus reivindicaciones y discursos en los que convergían sus propios intereses con los ideales socialistas y gremiales, entre otros: Apoyo a campaftas feministas, antialcohólicas y de democratización del trato personal, lucha por los "tres ochos" (8 horas de trabajo, 8 de educación, 8 de descanso), abolición de la matricula y otros abusos de la tenencia de la tierra, etc. Se alcanzó a publicar en "El Esfuerzo" un editorial contra la venta de las doncellas. l\'


Ella misma, antes de morir en 1975, relató así el propósito de la Sociedad de "Redención" femenina:

"Queríamos redimimos nosotras mismas, porque esas mujeres eran muy martirizadas. De coger las blancas a las pobres sirvientas y darles calderetazos y tirarles leche caliente encima (. ..) nos organizamos para que siquiera aprendieran a defenderse, que no se dejaran y que no había prisión por deudas. Yo iba a la alcaldía a defenderlas Pidiendo: traiga acá el libro de cuentas, mués treme a ver en qué se apuntó esa deuda. Siendo que ellas no tienen zapatos ni nada, ¿cómo pueden deber todo eso? !Claro! Diez que te di y diez que te voy a dar son tanto: eso era lo que figuraba en tales libros". La resistencia machista no tardó en producirse, hubo burlas, velados reparos en los sermones, uno que otro gritico criticón en las calles. Como hábil estratega, nombró presidente honorario de la Sociedad al humanista, Presidente de la República, Marco Fidel Suárez.

"Entonces, cuando nos atacaban nosotras no teníamos más que jalarle un telegrama al presidente y ya nos dejaron un poco. Sopla, mija sopla, me decían las compañeras cuando me veían desfallecer, porque la gente se daba cuenta de que la mujer cuando despierta se vuelve brava: es como la vaca que, distinto al toro, arremete y pega con los ojos abiertos". En otros pueblos y ciudades (Cartagena, Barranquilla, Cereté, San Carlos, Neiva, Santafé de Bogotá, Girardot) se crearon sociedades de obreros y obreras de inspiración similar a las de Montería. Por ejemplo, las mujeres del grupo creado en Bogotá, adelantaba igualmente múltiples lecturas, como la de los hechos del 8 de marzo de 1911 en Nueva York, donde murieron 147 obreras, trágico suceso cuya conmemoración dio origen al "8 de marzo Día Internacional de la Mujer"2. En la I Asamblea Nacional de Mujeres de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia, Unidad y Reconstrucción, ANUC-UR3, en 1992, dentro de la actividad de recuperación de la historia de participación de las mujeres campesinas, Miriam, campesina Sucreña, quien tuvo la oportunidad de compartir con tan valiosa mujer, rindió testimonio de admiración y gratitud a Juana Julia por su actividad pionera al guiar y apoyar la organización de los Comités de Mujeres de la ANUC en los años 70's. .....

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I en Olras p a labres ...

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Op.Cit. p.p.61-62

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Diario de campo. Investigación realizada por la autora sobre la participación de las mujeres en la ANUC-UR. 1989-1994


El feminismo sucede también en soledad. Transcurre en tomo a fogones y mesas de cocina, en los mercados, los hospitales y las iglesias. Está en las aulas, las salas de conciertos y los proyectos productivos Marcela LagarJe

Por ]uanita Barreto

''ba JHjZ {.!J5 J7]üy bonita, la &ü¡.:rra ,e$ J7]üy fCa, JJ,cro eon han]bre no haij paz" onocí a Luisa Delia Piña López atendiendo su puesto de venta de artesanías en la plaza de mercado del Barrio Torcoroma de Barrancabermeja. Con su cuerpo menudo, su paso ágil, su mirada penetrante y su voz fuerte, atendía a quienes deseaban comprar una matera o una olla de barro, recibía a parientes y amigos que le pedían apoyo, pagaba una cuota que el cobrador de marras venía a buscar, estaba pendiente de su esposo -para ese entonces muy delicado de salud-, y al mismo tiempo compartía conmigo algunos apartes de su historia de vida y con ella de la historia de esa porción del Magdalena Medio por la cual había transitado haciéndole el quite a la violencia y defendiendo su vida, sus proyectos y sus sueños.


A sus 74 años l , esta mujer nacida en 1922, el mismo año en que una ordenanza departamental erigiera en municipio a Barrancabermeja, recibió un especial homenaje en las páginas centrales del periódico "Río Grande"2, donde se le calificó como "La mujer aguerrida que hay en cada barranqueña"J. El devenir de su historia vital coincide en el tiempo con el de la historia municipal de Barrancabermeja. A ésta ciudad llegó cuando tenía 27 años después de haberse visto obligada a abandonar su tierra natal, San Vicente de Chucurí, y otras poblaciones cercanas por donde fue transitando con su familia durante su infancia y sus primeros años de juventud, en busca de mejores condiciones económicas y . más tarde protegiéndose de la violencia desatada a partir del cuarenta y nueve. Allí, en esta ciudad reconocida como el emporio petrolero del país, que al cumplir sus setenta y cuatro años de vida municipal había tenido ochenta y cuatro alcaldes, varones todos, Luisa Delia Piña, concejala a comienzos de la década del 60, viviendista, participante activa en algunos movimientos de "recuperación de tierras", continúa en sus quehaceres cotidianos con espíritu atento a los sucesos de esta dolorida y entusiasta ciudad. En sus relatos afirma de manera recurrente "la paz es muy bonita, la guerra es muy fea, pero con hambre, no hay paz". Su trayectoria de rupturas comenzó desde muy temprano cuando a la edad de cuatro años entró a la escuela por su propio interés sin haber sido matriculada y satisfaciendo su deseo de asistir a la escuela; allí aprendió sus primeras letras, pero las condiciones familiares le impidieron continuar estudiando. Luego, cinco años después, cuando tuvo nueve años, pudo volver a la escuela, en donde además de estudiar de manera especial las matemáticas y la historia, hizo su Primera Comunión y poco tiempo después, según recuerda, una segunda ruptura con lo establecido en materia de prácticas religiosas: no se confesaba pero si comulgaba. Como en todas las trayectorias vitales, rupturas y continuidades inherentes a la inserción de cada ser en la cultura iban de la mano. Contrajo matrimonio en 1938 antes de cumplir los dieciséis años:

"Yo le dije que sí a un tiPo que estaba muy enamorado de mí porque tenía mucha ira con mi paPá porque me daba fuete, y cuando después le dije que no me quería casar me chantajió diciéndome: "usted ya me dio la palabra y es para mí o no es para nadie,

Edad cumplida cuando la entrevisté en varias sesiones durante los meses de Julio y diciemhre de 1996 2

Organo informativo de la Alcaldía Municipal de Barrancabermeja, No. 8, edición especial Barrancabermeja 74º aniversario. Ibid.pág.9


la mato y me mato", entonces ya asustada, ya chantajeada y sin amor, ya tocaba porque el miedo era terrible ... y me fui acostumbrando como el que va a trabajar... y así tuve con él seis hijos que crié y el séptimo que se me murió de dos años. El señor esposo era queredor de los hijos y en comida no faltaba, pero conmigo no ... y poco a poco el miedo ya no estuvo tan presente ... " En Noviembre de 1949 huyendo de la violencia, fue desplazada con su familia hacia Barrancabermeja; en ese momento la mayor de sus siete hijos, estaba próxima a cumplir nueve años. Su gran capacidad de recordar fechas, lugares, nombres, anécdotas y procesos vividos en la región y particularmente en Barrancabermeja y alrededores a partir de los años 50 y su activa participación en los procesos sociales, le han valido el reconocimiento por parte de la población barranqueña. Durante el tiempo que permanecí en Barrancabermeja en el curso de la investigación que adelantaba cuando realicé la entrevistas que sustentan este relato4, fueron muchas las personas y organizaciones que me remitieron a Luisa Delia, por considerar que su historia abrió caminos a la legitimación de la participación de las mujeres en los espacios públicos. También sus palabras y vivencias se constituyen en testimonios históricos presentes en estudios e investigaciones sobre la violencia en el Magdalena Medio. Sus relatos dan cuenta de diversas expresiones de la participación de las mujeres en la vida política de la región. Por ello, su tercera gran ruptura se manifiesta en sus compromisos activos en el terreno de la política, transgrediendo el confinamiento a la esfera doméstica. Luisa Delia recuerda: "uno también entra al servicio de ayudar a la gente, a los valerosos ...

uno ha tenido que comprometerse, porque tener uno que salir de su casa con sus hijos, eso lo enardece a uno y a uno lo que le importa es luchar... Cuando empezaron a reclamarle a mi esposo que yo apoyaba presos políticos, el me prohibió rotundamente seguir haciéndolo y yo le dije que no, y comenzamos una pelea bastante fuerte y después de eso nos separamos ... más tarde me conseguí un compañero muy bueno, muy humano; se me cambió la vida totalmente porque me colaboraba, ya había bastante amor y era el cambio total ... " Narra con detalle los procesos de amnistía para los presos políticos en el año 53, la creación' del Movimiento Rangelista de Santander. Se califica a sí misma como una militante activa en el Frente Nacional y como la primera mujer elegida como integrante del Directorio Municipal del Movimiento h1 Revolucionario Liberal -MRL-.

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Me refiero a la Investigación Proyectos alternativos de vida y de convivencia construidos por mujeres de Barrancabenneja. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas. Programa de Estudios de Género, Mujer y Desarrollo. Santafé de Bogotá. 1996


Analiza la diferencia entre la participación política de las mujeres antes de tener el derecho al voto y el significado que tuvo "sentirse con el derecho a ejercer como . ciudadana, dentro de un plano más legal, ya no a escondidas". Recuerda con agrado y con dolor sus experiencias como concejal entre 1962 y 1964, cuando fue elegida por el Movimiento Revolucionario Liberal Línea Dura. "En ese momento yo era la única mujer en el Concejo, antes había habido otras mujeres, yo recuerdo a dos ... ". Con agrado por las posibilidades que tuvo de defender en el Concejo la causa de sus gentes, de su pueblo; con dolor por haber descubierto el peso de las maquinarias y las manipulaciones. Narra su participación activa en las sucesivas huelgas y paros cívicos de la década del 60, en el movimiento social del setenta y en las movilizaciones populares de las organizaciones sociales de Barranca. En 1969 estuvo presa "por cuenta de la justicia militar que nos acusaba de haber sido auxiliadores de Ricardo Lara"; considera que esta experiencia le hizo conocer la grave situación de las mujeres en las cárceles y el trato diferente que les daban a las mujeres solteras y a las casadas. En su vida dejó también honda huella su participación en el comité coordinador de la llegada de Camilo Torres a Barranca, lo que le permitió departir personalmente tanto con él como con la señora madre de Camilo, quien le acompañaba en su gira. Recuerda cómo después de esta visita colaboró en la distribución del periódico Frente Unido. Se precia de poseer aún una fotografía de este encuentro y se molesta cuando la gente pretende cambiarle el nombre al parque Camilo Torres de Barrancabermeja llamándolo "parque del descabezado". Recuerda de manera especial cómo sus decepciones con la política, el asesinato de Camilo y la cantidad de muertes a su alrededor la llevaron a tomar la decisión de no volver a participar en política, aunque está convencida que "si uno no está en la política es muy difícil ayudar a la gente". Reconoce que en Barranca las mujeres han logrado una organización fuerte y de amplia proyección regional. Destaca el papel que han desempeñado en Barranca las mujeres de la OFP. Admira a mujeres como Osyris Bayter, Presidenta de la Corporación Regional de los Derechos Humanos, hoy fuera del país contra su voluntad, Evangelina Marín, integrante de la Coordinadora Popular, a Luisa Serrano y a Jael Quiroga, quienes han sido expulsadas de Barranca por amenazas contra su vida. Se sigue considerando una pobladora activa, dispuesta a continuar recordando y compartiendo su historia por la causa de las mujeres y del pueblo.

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UNUCO Ecuador -Colombia Programa de la Mujer

Este número fl~e financiado /)OT la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO


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GrupO$!! ()rg{jniz{jeion~$ 9 Co/~etirJo$ d~ MUj~r~$ Par Juanita Barreta y Flarence Thamas

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1 empeño de las mujeres para abrirse un camino que les permita hacer sentido en la historia resignificando su existencia, no hubiera alcanzado la trascendencia actual sin el acompañamiento progresivo y persistente de organizaciones y grupos que, de alguna manera, tomaban el relevo a nivel colectivo, socializando y politizando los aportes individuales. De hecho, si bien en la primera mitad del siglo se gestaron procesos de acción mancomunada de mujeres pioneras que abrieron caminos en las luchas civiles y políticas, es en la década de los 70's que se visibiliza la conformación de colectivos de mujeres sin los cuales el feminismo no hubiera logrado conformar un movimiento ético-político de tal magnitud que es probablemente el movimiento que dejó más huellas en el siglo XX. En esta década, el movimiento social de mujeres se reconoce cómo uno de los nuevos movimientos sociales que atraviesan el escenario reivindicativo del país y del mundo.

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Los colectivos de mujeres, expresados en grupos, organi~ zaciones, corporaciones, fundaciones y ONG's, son de gran diversidad en relación con sus objetivos que sustentan la enorme gama de reivindicaciones de las mujeres para mejorar su condición. Es así como encontramos desde grupos académicos e investigativos hasta organizaciones cuya atención se centra más específicamente en necesidades derivadas de la cotidianeidad de las mujeres de sectores populares, pasando por corporaciones, centros y talleres dedicados a la búsqueda de alternativas de expresión artística, cultural, profesional y de prestación de servicios. En este sentido el conjunto de grupos y organizaciones revela una gran diversidad tanto en la reivindicación de sus intereses prácticos y estratégicos como en sus actuares políticos, oscilando entre periodos de movilización y presencia activa y periodos de retraimiento y repliegue acordes con sus luchas internas pero sobre todo, con las dinámicas políticas particulares del país. Pero hoy día y a pesar de múltiples obstáculos en el camino, no se puede ignorar que el movimiento social de mujeres, bajo la figura de redes, convoca a la mayoría de los grupos y organizaciones logrando plasmar muchas de sus luchas en políticas públicas y en un -aún tímido pero vivo- surgimiento de nuevas relaciones sociales, económicas y culturales entre hombres y mujeres. La confluencia de las diversas expresiones del movimiento social de mujeres permite hoy al debate feminista, seguir siendo pertinente y necesario en los albores del tercer milenio.


Por Florence Thomas

1 Grupo Mujer y Sociedad nació en 1986 dentro de las políticas de estímulo al trabajo interdisciplinario de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia. Su objetivo principal en ese entonces fue el de iniciar un debate relacionado con la cuestión femenina y con las grandes corrientes del feminismo internacional del momento, en un ámbito académico. Lo conformó inicialmente docentes de distintas disciplinas de la Facultad de Ciencias Humanas de la Univer~ sidad Nacional. Sus primeros trabajos, a pesar de despertar críticas de un cuerpo colegiado no acostumbrado a pensar en los procesos de construcción del saber y de legitimación del conocimiento desde una perspectiva de género, contaron con reconocimiento institucional para el desarrollo de las actividades que programó y ha actuado como parte integrante de la Universidad en los espacios sociales donde hacía presencia. Sus integrantes fundadoras fueron las profesoras Yolanda Puyana, María Himelda Ramírez, María Eugenia Martínez, Juanita Barreto, Guiomar Dueñas y Lya Yaneth Fuentes. Siendo yo la coordinadora. Paulatinamente el grupo posibilitó la participación de académicas o profesionales con intereses académicos, no vinculadas a la Universidad, hecho que contri~ buyó a la creación de alternativas de intercambios interuniversitarios e inter~institucionales. Hoy día el Grupo cuenta con once profesoras de la Universidad y cinco profesionales no docentes.

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Lo han acompañado durante un tiempo y/o visitado muchas más mujeres de importancia nacional y/o internacional. Las principales actividades del grupo se concentraron inicialmente en sesiones semanales de estudio de los desarrollos de las distintas vertientes de las teorías feministas y de temáticas o autoras detenninadas. Sin embargo poco a poco sus actividades se diversificaron. A partir de 1989, organizó sesiones mensuales abiertas a la comunidad universitaria y extra universitaria, sesiones que tenían como fin principal socializar el debate feminista y de género. Igualmente, dentro de los cursos de contexto, el Grupo propuso la cátedra "la cuestión femenina", cátedra que se viene dictando desde hace 10 años en la Universidad Nacional. Paulatinamente el Grupo Mujer y Sociedad legitimó un espacio importante de debates no solo en la Universidad sino también con organismos gubernamentales y no gubernamentales y con el movimiento de mujeres a nivel nacional e internacional. Finalmente la existencia del Grupo en la Universidad y sus logros tanto investigativos como de legitimación de un espacio académico para el debate feminista pennitió, con el apoyo de la Cooperación Holandesa, la puesta en marcha de una Especialización y una Maestría en Estudios de Género, Mujer y Desarrollo en el marco del Programa de Estudios de Género de la Facultad de Ciencias Humanas -CES- de la Universidad Nacional de Colombia.


Hoy día el grupo Mujer y Sociedad cumple 15 años. Lo confom1an: Yolanda Puyana, Trabajadora social; ]uanita Barreto, Trabajadora social; Guiomar Dueñas, Historiadora; María Himelda Ramírez, Trab8j~dora Social; Beatriz García, Arquitecta; Ángela María Robledo, Literata; María Eugenia Martínez, Trabajadora Social;

Patricia Prieto, Socióloga; Circe Sencial, Ingeniera Civil; María Elvia Domínguez, Psicóloga; Patricia ]aramillo, Socióloga; Lya Yaneth Fuentes, Sociológa; Martha López, Filósofa; Dora Isabel Díaz, Socióloga; Nohema Hemández, Psicóloga; Angélica Bernal, Politóloga y su coordinadora Florence Thomas, Psicóloga.

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Por Rosita Turizo

n 1955 se fundó en Medellín la Asociación Profesional Femenina de Antioquia -APFA-, integrada por profesionales universitarias tituladas: abogadas, médicas, ingenieras, arquitectas, odontólogas, ingenieras químicas y filósofas, entre otras, quienes se unieron para luchar por mejorar sus condiciones laborales ya que desde comienzos de la década del 50, aún cuando éstas profesionales eran pocas en Medellín, unas cien aproximadamente sentían cada vez más fuerte la discriminación por razón del sexo, especialmente en la remuneración y en las posibilidades de acceso a las posiciones de mando en los espacios laborales. Ante la inminencia del reconocimiento de los derechos de Ciudadanía Plena para la mujer en Colombia, en julio de 1957, las directivas de la APFA, se dieron a la tarea de crear una

Asociación Femenina amplia en la cual cupieran todas las mujeres del país, sin distingos de ninguna clase para promoverlas y capacitarlas como ciudadanas en el pleno ejercicio de sus derechos y además, adelantar las gestiones necesarias en defensa de estos derechos. Se fundó la Unión de Ciu.dadanas de Colombia -UCC-, el17 de noviembre de 1957, unos días antes de la reforma constitucional del Plebiscito, en la ciudad de Medellín. Poco a poco se fue extendiendo a otras ciudades. En 1960 se hizo la reforma estatutaria para crearla como organización de carácter nacional. Ha llegado a tener diecisiete seccionales. Hoy, funcionan en el país ocho seccionales. Los principales logros conseguidos en estas cuatro décadas se pueden así:


En la primera década del 1957 a 1967, la capacitación a las mujeres para el ejercicio del voto y para ser elegidas. Nace la Escuela de Ciudadanía que continúa siendo el programa bandera. La segunda década de 1967 a 1977 se caracteriza por los estudios para profundizar en el conocimiento de la realidad política en Colombia y en la discriminación social y jurídica de la mujer,. encaminados a servir de apoyo a nuestros programas. El último estudio terminó en 1974, con "La Declaración de Posición de la Unión de Ciudadanas de Colombia que propo~ nía ... un cambio de estructuras para establecer sistemas jurídicos, económicos y sociales que proPicien actitudes positivas del individuo para asumir una responsabilidad compartida en la familia y en sociedad y solicita al Congreso de la República aprobar el Proyecto de Ley por el cual se otorgan iguales derechos y obligaciones a las mujeres y los varones., que el gobierno presentará a su estudio". El Congreso no lo aprobó pero le dio facultades extraordinarias al Presidente de la República el cual expidió el decreto 2820 de 1974, "Estatuto de la Igualdad Jurídica de los Sexos", en cuya preparación la Unión de Ciuda~ danas de Colombia participó con la doctora Josefina Amézquita de Almeyda, Presidenta en ese entonces de la Seccional de Bogotá y con un amplio respaldo de todas las Seccionales, diez en ese año, con la Campaña LID. Se termina la década con el "Primer Encuentro: la Mujer en el Trabajo", realizado en noviembre de 1977 en Medellín con la participación de cuatrocientas mujeres y cinco países. Ya en la tercera década, de 1977 a 1987 en todas las Seccionales se estudia sobre "La Condi~ ción de la Mujer en Colombia". A nivel nacional se creó, con sede en Medellín, el Centro de

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Investigación, Información y Documentación Mujer~Niñez~Familia -CllD-. Se realizó el "Segundo Encuentro: La Mujer en la Vida Cívica y Política de Colombia", (Bogotá, 1979) al cual asistieron 350 mujeres y tres países. Se termina la década en 1987 con el "Tercer Encuentro: Mujer y Familia" llevado a cabo en Medellín, en el que participaron 250 mujeres.

La cuarta década de 1987 a 1997, se singu~ lariza por la angustia producida por la violencia en el país y especialmente la dirigida contra la mujer. Fue el Programa Nacional: "El Estudio de la Violencia Contra la Mujer en Colombia" en todas las Seccionales. Entre los efectos que esto produjo está el haber colaborado para la creación de las primeras "Comisarías de Familia en el país" y algunos Centros de apoyo a la Mujer y la Familia en las Secciona les de Medellín y Cali y Centros de Conciliación con perfil de Familia en Medellín; se participó en las mesas de trabajo previas a la Constituyente de 1991 y en la elaboración de la "Propuesta de las Mujeres". Se llegó hasta el tarjetón electoral tratando de aspirar a la Constituyente con una candidata de la Institución. Se participó en la formación de la "Red Nacional de Mujeres". En 1993, se llevó a cabo el "Cuarto Encuentro: Retos de la Mujer frente al Siglo XXI" en Medellín. Asistieron 400 mujeres. Es el primero en el cual participan varios estudiantes de los últimos años de secun~ daria. Finalizó la década en 1997 con el seminario "Cómo ser una Buena Candidata y no Morir en el Intento", para cuarenta posibles candidatas de todos los partidos políticos al Congreso de la República. Fue patrocinado por la Fundación Asia y coordinado en Colombia por la Unión de Ciudadanas de Colombia Seccional Medellín y el Centro de Estudios en Género Mujer y Sociedad de la Universidad de Antioquia.


La quinta década de 1997 al 2007 se caracteriza por el interés de desarrollar proyectos en cumplimiento de nuestra misión a través de acuerdos o convenios con otras instituciones, con objetivos comunes. Hemos ejecutado y en la actualidad se ejecutan algunos de estos proyectos en varios municipios del departamento de Antioquia, "Mujer y Ciudadanía Plena" con miras a fortalecer las asociaciones de mujeres y a participar en los gobiernos locales. Las proyecciones de la Institución en el nuevo milenio apuntan a consolidar la Institución en un horizonte de acción con otras (os) actoras(es) sociales para que dentro del pluralismo ideológico propenda por reivindicaciones para las mujeres y por un cambio cultural con relaciones equitativas e igualitarias entre los géneros en defensa de los principios de una real y efectiva democracia como se señala en nuestra visión institucional cual es la de contribuir a la construcción de la real dimensión de la ciudadanía para las mujeres, en el proceso de incorporarse a las esferas de poder y participación, tanto en el espacio público como en el privado. 1999 fue el año en el cual logramos acercarnos a 240 mujeres de los cinco corregimientos de la ciudad de Medellín de estratos uno y dos con un proyecto sobre las Políticas Públicas para las Mujeres en Colombia y Proyectos Productivos Rentables. El proyecto está en ejecución y con posibilidad de ampliarse en el tiempo. La seccional de Medellín sigue siendo pionera en la búsqueda de la misión institucional a través de sus programas bandera: Centro de Formación Escuela de Ciudadanía, Centro de Apoyo a la Mujer y la Familia, Centro de Conciliación en Familia, Centro de Investigación, Información y Documentación -CIlD-, con proyección a las Organizaciones de Mujeres del

Departamento de Antioquia. Cada una de las otras Secciona les tiene además su historia específica llena de logros y realizaciones importantes. La Institución a nivel nacional ha recibido el reconocimiento de la sociedad y del Estado entre las cuales cabe destacar la Orden de la Democracia Grado Comendador, el Escudo de Antioquia, la Medalla al Mérito Cívico de la Alcaldía de Medellín y el8 de marzo de 1999 se le otorgó la Orden Policarpa Salavarrieta de la Cámara de Representantes. Las personas vinculadas a la fundación de la Unión de Ciudadanas de Colombia u.C.C son: Rosita Turizo Callejas, Amparo Múnera Osorio, Myriam Taborda Pereáñez, Mariana Arango Trujillo, Margarita Córdoba, Fanny Posada de Greiff, Aydée Eastman de López de Mesa, Fabiola González, María Teresa Uribe, Ana Restrepo de Restrepo, Emma Echavarría de Cook, Teresa Santa María de González, Sony ]iménez de Tejada, Luz Castro de Gutiérrez, Bernarda González, ] aime Sanín Echeverri y Bernardo Trujillo Calle. Sus asesores fueron Alberto Lleras Camargo, Eduardo Uribe Botero y Elias Abad Mesa. Las redactoras de los Primeros Estatutos: Rosa Turizo Callejas, Ana Navarro de Escobar y Stella ]aramillo Quijano. Sus pri,meras Presidentas Maruja Restrepo de Restrepo y Emma Echavarría de Cook.

Dirección actual: Carrera 42 A No. 48-58 Tels. 239 41 56 - 239 83 65 Telefax. 239 83 65 Santafé de Bogotá, Colombia E-mail: uccoloni@epm.tiCt.Ct


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a no cabe la menor duda de que la década de los 60 del siglo XX fue un escenario de crítica, ruptura y emergencia de fuerzas sociales destinadas a sacudir normas y formas ancestrales de vida y comportamiento social, que instrumental izaban desigualdades e injusticias consideradas inmutables. Grandes movimientos de liberación nacional que rompieron la cadena del colonialismo mundial, animaron el ascenso de la acción reivindicativa del movimiento obrero y campesino y sentaron bases para la irrupción de movimientos generacionales (la juventud) y de las mujeres. Dentro de ese marco mundial, Colombia, a partir de la década de los cuarenta, iniciaba un proceso acelerado y anárquico de urbanización, presionado por los desplazamientos campesinos hacia las cabeceras municipales intermedias y hacia las grandes ciudades, como producto de la violencia política y económica.

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La incapacidad del aparato productivo para absorber la mano de obra desplazada y la producida por el propio crecimiento vegetativo, se expresó, entonces, en grandes cinturones de miseria, desde donde los expropiados de la tierra y de sus derechos políticos y humanos en el campo, emprendieron grandes luchas por el derecho al suelo urbano con destino a la vivienda, y por derechos políticos con destino a la ampliación de la democracia. Es en esa confluencia de grandes corrientes de luchas obreras, campesinas y por la vivienda urbana, donde se inscriben relevantes acciones de las mujeres, la cual, a su presencia en la actividad de las tres corrientes mencionadas, agregaba el reconocimiento de su condición de mujer como sujeto social y la identificación de las desigualdades de género como forma de opresión en una sociedad patriarcal. Esa confluencia de fuerzas sociales y esa lectura de la realidad social, son la dinámica, el espacio y la visión conceptual que toma cuerpo orgánico en la "Unión de Mujeres Demócratas de Colombia -UMD-, hoy más conocida como Unión de Mujeres, organización sin ánimo de lucro, con personería jurídica, de cobertura nacional y con presencia en el campo y la ciudad.


A través de su larga historia, ha hecho escuchar su voz en todos los escenarios adecuados, para reivindicar la emancipación de la mujer, para buscar la solución a sus problemas de orden familiar, comunitario y social y para convertir en legislación los componentes fundamentales en la formación de la mujer como ciudadana y como sujeto social con derechos inalienables y capacidad para una participación activa en la vida política, económica, social y cultural. En la trayectoria de la Unión de Mujeres, se destaca su esfuerzo consciente por cuestionar las estructuras de la sociedad que condicionan y reproducen las desigualdades a nivel del conj unto social y al interior de las relaciones de género. De allí que siempre haya vinculado su lucha por la igualdad social de género a las luchas de los diversos sectores oprimidos, en procura de una sociedad equitativa, democrática, sin regateos frente a las incidencias políticas de su actividad y enfoque. Su claro compromiso con los intereses populares desde una mirada de mujer, ha sido duramente castigada en el marco de la guerra sucia que ha venido padeciendo el país. Perseguidas, desplazadas, aprisionadas, torturadas y asesinadas han sido muchas de sus integrantes.

No obstante la UMD, en medio de las dificultades, mantiene con entereza su lucha hasta nuestros días. Como todas las expresiones organizativas de la sociedad, ha debido enfrentar, en el marco de los cambios mundiales producidos, procesos de reestructuración y adecuación a las nuevas condiciones, lo que le exige la superación de fonnas y estilos de trabajo encajonantes para abrirse con mayor autonomía hacia una sociedad en la cual la condición de unidad exige como nunca el reconocimiento de la diversidad. Actualmente, la Unión de Mujeres hace parte de la Red Nacional de Mujeres, de la Confluencia de Redes y, en el nivel internacional, siempre ha estado afiliada a la Federación Democrática Internacional de Muje·res -FDIM-. Su ingreso al Siglo XXI lo hace con suficientes méritos, dejando una estela de luchas relevantes, desde y para la mujer y la sociedad, en el curso de la segunda mitad del siglo que acaba de terminar.


Gevtl(o Je ¿~+uetio~ Je Sévte1o, ~1Ater j ~o(Aeke{ Por Gabriela Castellanos

on el acicate de la creciente demanda de información sobre género, confrontada en el ámbito académico internacional y sobre la base de los estudios acerca de la mujer, realizados por varios profesores y profesoras desde la década de los sesenta, surge a fines de 1992 en la Universidad de Valle el Centro de Estudios de Género: Mujer y Sociedad. En realidad tenemos tres fechas de creación, ya que el 8 de Marzo de 1993 se hace una inauguración informal del Centro a la cual asisten mujeres de organizaciones feministas y mujeres de todo Cali. Sin embargo, la Resolución que lo crea oficialmente se produce en Agosto de 1993, convirtiendo al Centro en la primera unidad académica sobre género institucionalizada en el país. El trabajo del Centro se presenta en tres frentes: En primer lugar tenemos la investigación que cuenta con cinco líneas: Género, Salud y Sexualidad; Género, Cultura y Comunicación; Género y Educación; Género, Participación y Democracia y, por último, Género e Historia. Hasta el momento se han terminado diecisiete proyectos, varios de ellos con financiación externa y algunos costeados con recursos de la Universidad o propios. Actualmente, cuatro se encuentran en desarrollo.

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En segundo lugar tenemos la docencia, incluyendo varios cursos de seminario de pre y postgrado dictados por sus integrantes y un curso colectivo para estudiantes de todos los programas de pregrado, titulado Identidades femeninas y masculinas que se ofrece semestralmente desde 1994 y en el cual ha participado casi todo el cuerpo docente. Este año se realizarán dos diplomados en: Planificación con perspectiva de género, en el primer semestre y Género y literatura en el segundo. El año próximo se piensa inaugurar la especialización en Género y Educación Popular. En tercer lugar encontramos la extensión. En este campo, se ha realizado seis encuentros o conferencias internacionales y una gran cantidad de charlas, foros, mesas redondas, talleres y conferencias, así como asesorías a doce proyectos de inversión financiados por la FES, la Alcaldía de Cali, IULA-CALCADEL y la Gobernación del Valle. Existen vínculos con varias redes y con otros Centros del país y del ámbito internacional. Así mismo, ya existen cinco libros, varios folletos y tres boletines bibliográficos. Entre estos una Colección Especial Género y Mujer -GEMUque funciona en la Biblioteca Central de la


Universidad de! Valle con gran cantidad de material recopilado por medio del Centro de Documentación sobre Género que se vio obligado a desaparecer en 1996, debido a las políticas de documentación de la Universidad. Sin embargo, desde e! Centro de Estudios de Género, se continúa la labor de orientación bibliográfica a los estudiantes de la Universidad.

En estos momentos difíciles para el país, la región y la Universidad del Valle, el Centro ha renacido gracias a la tenacidad de su equipo de trabajo. Tenemos muchas expectativas, esperanzas y realizaciones que ya son evidentes. Pronto anunciaremos la publicación de nuestro próximo libro: Mujer, hombre y sociedad, inda-

gaciones sobre las relaciones de género.

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J[;\+e5fál~ fáfá ~ ~1Ater Por M ª Lady Londoño

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locho de Marzo de 1994 inauguramos la Fundación SI-Mujer, como uno de los actos programados en Cali para celebrar el Día Internacional de la Mujer. Poder darle inicio al proyecto implicó recorrer un largo y difícil trayecto durante tres años, en los cuales la colaboración de grupos nacionales e internacionales como Oriéntame, fue decisiva. La creación de la Fundación implicó transformar en realidades las ilusiones, sueños de libertad, autonomía y lucha por el avance de los derechos de las mujeres. En un comienzo pensábamos equivocadamente que no estaba distante el día en el que la legislación colombiana respaldara la autodeterminación sexual

y reproductiva de las mujeres, objetivo por e! cual aún hoy seguimos trabajando. Después de dieciséis años continuamos en la lucha constante por brindar servicios de salud sexual y reproductiva humanizados, con buena atención y un enfoque de género. Así mismo, estamos adelantando actividades educativas con diversos grupos y comunidades, a la vez que realizamos estudios e investigaciones relacionadas con los objetivos de la Fundación y participamos activamente en campañas por los derechos de las mujeres. Otro de nuestros objetivos es el fortalecimiento y visibilización de sus aportes al desarrollo, con miras a eliminar los prejuicios y barreras ideológicas que aún lo impiden. ~g¡


Las investigaciones: • Actitudes y conocimientos sobre sexualidad en agentes educativos dellCBF. Regional del Valle.

Desde los comienzos de la entidad todos nuestros servicios han sido permeados por un enfoque alternativo que, junto con el concepto de salud integral y la consciencia ética feminista de los valores que nos orientan, nos ha permitido revisar constantemente el abordaje de los mismos. SI-Mujer es una de las entidades pioneras en el manejo de la educación sexual en el país, así como de su desarrollo y difusión.

• Promoción y difusión del uso de diafragma en mujeres colombianas. 1996 • Diagnóstico sobre conocimientos, actitudes y prácticas sobre cuerpo, sexualidad y violencia con madres comunitarias del ICBF.1996 • Requisitos para la entrega de servicios y eficacia del uso del diafragma en servicios de planificación familiar en países en desarrollo. 1997 • El embarazo como producto de la violación sexual en mujeres de Cali. 1999

La población atendida la conforman 72.301 mujeres en consulta de salud por primera vez y un número significativamente mayor en sucesivas consultas, 50.395 mujeres para tratamiento de aborto incompleto, 24.780 personas han asistido a las diferentes experiencias educacionales, 640 funcionarias y funcionarios de salud y educación formados como educadores sexuales y 230 madres comunitarias sensibilizadas en educación sexual. Cabe destacar el servicio a víctimas de violación, las cuales han sido atendidas sin ningún costo.

Las mayores dificultades que ha enfrentado la entidad desde su fundación han sido subsistir a los ataques y atropellos, pese a los cuales se siguen prestando adecuadamente los servicios y atendiendo a la población referida. Tras dos allanamientos -el primero de los cuales fue muy violento-, tres demandas penales e innumerables llamadas telefónicas de terroristas y diversos vetos contra la prestación de nuestros servicios, nos enorgullece continuar con SI-Mujer, como un testimonio de que las mujeres también podemos hacer milagros.

Dirección actual: Calle [9 Norte No. 3-50 Tels. PBX 668 30 00 - 668 23 75 - 667 9840 A.A. 2932 Cali, Colombia

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Ce~+(O Je Ru1A(~O~

J~+e3(~eG ftA(tA ~ <ttA~ihtA Por Carmen Posada

) 1 final de la década de los ochentas estuvo marcado por el sufrimiento que dejaban a su paso los mercaderes de la muerte y los adalides de la intolerancia para quienes desaparecer al ser humano diferente por su ideología, su orientación sexual, su condición socioeconómica o su compromiso social o político era, no sólo una cruzada, sino una forma de estar, no se podría decir de "ser", en el mundo. Sin embargo, ésta también fue una época de esperanza mantenida y renovada -aún contra toda esperanzapor muchos hombres y mujeres para los que la justicia, la equidad, la vida digna y la felicidad de las y los colombianos, continuaban siendo un sueño realizable. De esa esperanza y de cenizas que nunca se apagaron nació, en 1989, el Centro de Recursos Integrales para la Familia, CERFAMI. Su misión es contribuir al desarrollo de un ambiente sociopolítico que propicie tanto la convivencia, la equidad y la igualdad de género, como el goce de los derechos humanos de las mujeres y el logro de la salud y los derechos sexuales y reproductivos, en el marco de una genuina democracia y un proceso de desarrollo sostenible. Esta misión encierra el sueño de una ciudadanía plena, colombiana y universal.

Durante sus diez años, CERFAMI ha trabajado con compromiso y eficiencia en las siguientes áreas programáticas: P1aneación y programación con perspectiva de género, convivencia familiar, social y resolución pacífica de conflictos, sexualidad y educación sexual, salud sexual y reproductiva, ética, responsabilidad y calidad en la prestación de servicios, prevención y atención de la violencia contra las mujeres, a nivel intrafamiliar y sexual y derechos humanos, constitucionales y legales en esas áreas de interés. La organización ha definido estrategias de trabajo orientadas a transformar las normas, prácticas, valores culturales y leyes que atentan contra la dignidad y los derechos de las personas; en particular de las mujeres, las niñas, los niños y las y los adolescentes. Esas estrategias incluyen información, educación y comunicación, promoción de derechos humanos, constitucionales y legales, capacitación, investigación, participación social y política, y servicios de atención. A medida que CERFAMI promueve y apoya la adopción e implementación de políticas, programas y servicios que respondan a las necesidades y derechos de las personas, acompañando los procesos de transformación y formación de 'ÍF


mujeres, niños/as, adolescentes, grupos familiares y comunitarios, funcionarias/os públicos y profesionales de distintas áreas, la organización afianza más su visión, la cual esta encaminada a constituirse en un espacio alternativo de intervenciones integrales para modificar las relaciones familiares y sociales entre mujeres y hombres. A su vez, CERFAMI ha desarrollado un recurso técnico, comprometido con los procesos de promoción de la convivencia y la salud sexual y reproductiva. Los principios de equidad y de

solidaridad, de respeto a las personas en especial a su dignidad y autonomía, son el eje de esa visión. CERFAMI participa en redes nacionales e internacionales que trabajan por los derechos y la salud de las mujeres, realizando acciones a nivel local, departamental, nacional y regional.

Dirección actual: Cra 68 No. 49- 30 Tels. 260 30 89 - 260 20 79 Santafé de Bogotá, Colombia

Por EquiPo de Trabajo

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' on el nombre de Instituto de Capacitación para la Mujer Trabajadora, la Corporación para la Vida: Mujeres que Crean de Medellín, nace en junio de 1990, a partir de la búsqueda de algunas mujeres preocupadas por el hecho de que en ese entonces, las instituciones que trabajaban con mujeres no tenían conocimiento de la problemática de la mujer como género ni una concepción definida frente al trabajo con la mujer. A raíz de un diagnóstico que hacen las fundadoras, se dan cuenta de la carencia en la ciudad de programas de formación que promuevan a las mujeres a preguntarse por su identidad, artífices de alternativas y salidas a su problemática mediante el ejercicio de su propio poder para hablar, decidir, actuar, en una palabra: para poder ser.

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La Corporación nace entonces con el objetivo de trabajar, participar y apoyar a mujeres trabajadoras del sector popular, en su proceso de conocimiento como sujetas históricas, como personas y mujeres que buscan actuar de manera coherente y eficaz en procura de sus intereses y necesidades hacia la búsqueda y construcción de un sistema social más justo. Debates internos posteriores ubican la necesidad de ampli<u el trabajo a las niñas, a las jóvenes, a las amas de casa y a las líderes comunitarias. Ello conllevó el cambio de nombre a Corporación para la Vida: Mujeres que Crean, cuya misión hoy en día, después de 10 años, busca que las mujeres ganen auto-reconocimiento y valoración como sujetas individuales y sociales. Igualmente busca que se posicionen cultural y


psicosocial a jóvenes en pacto de no agresión, y en la zona nororiental, proyectos con mujeres desplazadas. También ofrece a las mujeres asesoría jurídica y apoyo psicológico.

políticamente, cualifiquen su intervención a través del desarrollo de procesos formativos y educativos, del acompañamiento y asesoría individual y grupal, de la investigación y de la elaboración de un pensamiento propio. Se trata de propiciar estudios sobre su condición y posición social, que aporten a la transformación y construcción de una cultura diferente. Propende por un desarrollo justo con equidad de género; por una mejor convivencia, por la ampliación de la democracia y por el rescate de la subjetividad, la estética, la creatividad y la solidaridad. De una formulación simple de objetivos se hizo el tránsito a una concepción de misión. Las temáticas iniciales de crecimiento personal, sexualidad y búsqueda de sus intereses se enriquecieron e incrementaron hasta constituirse en áreas de formación y participación. Actualmente, la riqueza y experiencia institucional acumuladas se han organizado en torno a dos pilares: la Escuela de Formación en Género y Equidad y los Centros Integrales para la Promoción de la Mujer -CIPROMU-. Así mismo, la Corporación desarrolla proyectos de prevención de la violencia intrafamiliar y social; de apoyo

La Corporación nace cuando Medellín emerge de los escombros dejados por el narcoterrorismo y enfrenta la desestabilización económica y social ocasionada por el neo liberalismo y la globalización. En estos diez años de existencia hemos visto la degradación del conflicto armado y sus secuelas de apropiación de la mujer como botín de guerra, de desplazamiento, agudización del desempleo ocasionado por el modelo neoliberal, incertidumbre y desesperanza para la juventud que no ve horizontes de futuro. Nuestros mayores desafíos en los albores de este nuevo siglo podemos expresarlos en tres interrogantes: ¿Cómo estructurar propuestas que conjuguen eficazmente los intereses estratégicos de las mujeres con las apremiantes necesidades económicas cotidianas, en el sistema neo liberal imperante a nivel mundial?, ¿Cómo impulsar un desarrollo sostenible que respete el entorno y garantice un bienestar humano armónico con la naturaleza, en medio del conflicto interno que nos arrastra en el torbellino de la destrucción?, y finalmente, ¿Cómo lograr que las mujeres jóvenes y adultas no seamos inferiores a la tarea que demanda de nosotras el futuro de la humanidad en peligro?

Dirección actual: Carrera 48 No. 63A-60 Te!. 284 7499 Fax. 2549606 MedeJlín, Colombia E-mail: cmqc(fl epm.ner.co

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Por Isabel Ortíz

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'-- omos una orgamzaclon no gu ernamental de mujeres cuyo radio de acción es la región nororiental del país. La Fundación MUJER y FUTURO fue creada en Bucaramanga en 1988 por un grupo de mujeres profesionales preocupadas por las condiciones de discriminación, subordinación y exclusión que afectaba a la población femenina en la Región Santandereana.

Han pasado cerca de 10 años, en los cuales logramos, en los inicios, ayuda económica de entidades internacionales. En estos últimos años la Fundación presenta proyectos y realiza convenios con entidades gubernamentales y privadas, los cuales nos han permitido alcanzar reconocimiento local y regional como organización defensora permanente de los derechos de las Mujeres.

En ese momento no existía en Bucaramanga ninguna organización que realizara acciones específicas de difusión y apoyo para el cumplimiento de los derechos de las mujeres y era para todas las integrantes de ese pequeño equipo de trabajo motivo de especial interés y preocupación la defensa de los derechos femeninos.

A finales de 1999 realizamos un proceso de fortalecimiento institucional en el cual establecimos como misión, el trabajo en torno a la resignificación de lo femenino y lo masculino desde una perspectiva de género. Realizamos nuestras actividades mediante el desarrollo de procesos de formación, asesoría e investigación. Nuestra organización no está ligada a opciones políticas partidistas ni religiosas. Nos visualizamos como un grupo abierto a la renovación generacional, cuyas socias gestionan proyectos para garantizar la sostenibilidad de la organización.

Las socias fundadoras fueron Patricia Luna, abogada, María del Rosario Romero, educadora, Cecilia Ortíz, psicopedagoga, Doris Lamus, socióloga e Isabel Ortíz, psicopedagoga. Eventos en la vida de cada una, han hecho que ahora ya no estén todas las fundadoras, siendo en la actualidad la J unta Directiva conformada por Isabel Ortíz, Doris Lamus, Christiane Lelievre, psicóloga, María Claudia Caballero, enfermera, Ana Mendoza, educadora, Catalina Valencia, psicóloga, y Lucía Gómez, socióloga.

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Nuestras áreas principales de trabajo han sido la prevención y atención de mujeres afectadas por violencia intrafamiliar y violencia sociopolítica, la difusión de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y la prevención y atención a niños y niñas afectados por situaciones graves de maltrato infantil.


Nuestros objetivos son ofrecer un espacio de capacitación, formación y reflexión sobre crecimiento personal desde una perspectiva feminista. (autoestima, valoración, empoderamiento, sentido y proyecto de vida, etc.); desarrollar procesos de educación y formación sobre sensibilización y transformación personal para la vivencia de una sexualidad placentera y enriquecedora; ofrecer educación y formación en prevención del abuso sexual, enfermedades de transmisión sexual, especialmente el SIDA; brindar atención individual, de pareja o de familia en tópicos como sexualidad, conflictos, violencia intrafamiliar y violencia sexual; contribuir al proceso de consolidación del proyecto de educación sexual en Colombia a través de talleres especializados, asesoría e innovación de técnicas participativas con jóvenes, maestros y padres de familia; diseñar y ejecutar Proyectos interinsti-tucionales con el objeto de investigar, prevenir y atender problemáticas socialmente relevantes, relacionadas con la población femenina; brindar un espacio para i a formación y cualificación de las mujeres en temáticas como la perspectiva, el empoderamiento y conciencia de género; promover, defender y velar por el cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres; realizar una labor de

veeduría regional en temas como derechos humanos, sexuales y reproductivos, políticas discriminatorias entre géneros, cumplimiento de leyes y normas que favorezcan a las y los ciudadanos en su desarrollo integral. Propendemos por el logro de estos objetivos a través de procesos educativos ofreciendo conferencias, seminarios, talleres, conversa torios y videoforos y disponemos de un centro de documentación con 4.000 documentos y libros clasificados sobre mujer, género, sexualidad y familia y 80 videos sobre la misma temática. Realizamos también acciones de atención directa como consultas y tratamientos psicológicos, consultas de educación sexual y estudios de trabajo social.

Dirección actual: Calle 33 No. 28-07 Telefax. 645 43 76 Bucaramanga. Colombia E-mail: funmujer @coll.telecom.com.co


COVl'\i~ió~ Je A~1A~io~ Je lA ~1Ater Je lA AbL Por lme/da Arana Sáen z

n el año 1995 cuando se preparaba el XV Congreso de la Federación Colombiana de Educadores FECODE, se vivía una coyuntura crucial para la educación en el país. Surgía el Movimiento Pedagógico, se producían luchas sociales por una apertura democrática y una nueva constitucionalidad y se vivían momentos de auge de los movimientos feministas y de mujeres. En síntesis, los modelos de vida debían y pedían ser modificados y es en ese contexto que se ubica la constitución de la Comisión de Asuntos de la Mujer de la Asociación Distrital de Educadores -ADE-. Surge del propósito de algunas maestras de Bogotá, que, con experiencia en liderazgo sindical, social y político, coinciden en que es la hora de que el "ser mujer" tenga alguna incidencia en los espacios donde actúan. Pertenecen a diferentes grupos de trabajo con mujeres en partidos de izquierda y confluyen en el colectivo de maestras de Bogotá que preparó y llevó al Congreso de FECODE en Pasto, una ponencia que incluía la propuesta de crear comisiones de trabajo sobre la mujer en cada uno de los sindicatos filiales de la Federación, propuesta que fue aprobada. En febrero de 1986, terminado el Congreso, se constituye la Comisión de la ADE cuya

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ardua labor consiste en no dejar pasar ningún suceso en la ADE, sin que se participe con algo alusivo al tema de la mujer. A su vez, la ADE organiza seminarios, encuentros y talleres de carácter formativo sobre la condición y lucha de las mujeres, todos con amplia presencia de educadoras que, en las diferentes jornadas, programan el, por ese entonces Colectivo de Mujeres de Bogotá. Gracias al apoyo de la Junta Directiva de la Asociación, se cuenta con recursos. Durante los siguientes cuatro años se realiza la Escuela Especializada de la Mujer Educadora, evento formativo al que se invita a diferentes grupos de mujeres y a estudiosas del tema a compartir y propagar sus ideas y proyectos. Desde la Segunda Escuela se hacen presentes maestras de otras regiones, las cuales multiplican la iniciativa a sus sindicatos y crean Comisiones similares en varios de ellos, con lo cual se amplía la corriente feminista en el magisterio. Para su quinto aniversario en 1991, la Comisión de la ADE había ganado un espacio en el movimiento de mujeres y en el movimiento pedagógico al tiempo que había acumulado experiencia y conocimiento sobre varios aspectos de la situación laboral de las mujeres y en particular de las educadoras, de lo cual da cuenta


su boletín periódico María Rojas Tejada y los documentos de trabajo con que se ha hecho presente en diferentes eventos de carácter académico y gremial. Surge la necesidad de orientar el trabajo hacia la educación y su papel en la cultura patriarcal, pues se considera que los estereotipos de feminidad y masculinidad presentados a las nuevas generaciones a lo largo de su proceso de socialización y educación constituyen un soporte vital del androcentrismo. Así, el trabajo se centra en dos proyectos: la formación de docentes en los temas de la Mujer y la Cultura, y la construcción de proyectos educativos no discriminatorios hacia la mujer. Para lo primero se programan y realizan cursos formales de capacitación con créditos validos para ascenso al Escalafón Nacional, talleres y encuentros. Para lo segundo se participa en la Campaña por una Educación no Sexista lanzada y coordinada por la Red de Educación Popular entre Mujeres REPEM, a la cual se afilia la Comisión haciendo presencia en todas las actividades propuestas, especialmente en la conmemoración del Día de la Educación no Sexista, cada 21 de junio.

El trabajo en torno a tema de la mujer y la educación se convierte en el programa de acción de la Comisión en los siguientes años en los cuales se pueden considerar hitos de su labor las investigaciones sobre Prácticas Pedagógicas y Violencia en el Espacio Escolar. La Comisión posibilita espacios a las educadoras del Distrito Capital para analizar, investigar y discutir sobre su situación de mujeres y de trabajadoras de la educación. La dinámica que imprime a la vida sindical pone sobre el tapete nuevos problemas que tocan tanto la definición

programática como las actividades y estilos de trabajo de la ADE y del sindicalismo. De ello surge una actitud crítica a los estilos y plataformas de lucha gremial, la cual se expone de manera exhaustiva en documentos escritos. Bajo el lema de Un Sindicalismo para el Siglo XXI, se plantean nuevos retos a la práctica sindical del magisterio, abriendo un espacio protagónico a las educadoras para que asuman cambios programáticos en torno al conocimiento real de la educación en el Distrito. Así mismo son llamadas a elaborar propuestas alternativas de Reforma Educativa y Cultural viables para toda la población. La actividad de la Comisión en sus 15 años repercute en la vida de FECODE con la creación de las Comisiones Regionales. A instancia de ellas se realizan 4 Encuentros Nacionales de la Mujer Educadora entre 1986 y 1991; la movilización de maestras que trasmiten y difunden ideas libertarias se amplía, produciendo intranquilidad en algunos directivos sindicales y grupos políticos, animando a otros a incidir en el proceso o a buscar cooptarlo. Finalmente, se llega a la institucionalización del trabajo con la constitución de la Secretaria de la Mujer en FECODE con la intención de centralizar y controlar el trabajo. Los cambios operados en la orientación de las luchas sindicales del magisterio y de las directivas sindicales en los últimos años han afectado la continuidad del proceso. Más aún en la ADE donde se ha producido un paulatino afianzamiento de las fuerzas menos afines al trabajo desarrollado por la Comisión, o que lo consideran asunto secundario frente a otros tópicos de la lucha. No obstante el equipo se mantiene y actúa en espera de mejores condiciones para continuar la labor iniciada.


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Col~~vo Je ~u' Je l).A((.At;\~il Por Rajada Vos Obeso

/:' aría Barilla, humilde lavandera y ~ planchadora, primero mujer luego porro que, acompasado por el sonar de las gaitas, fue esco~ gido como el himno de Córdoba . Ella no es sólo símbolo del folclor sinuano, sino también es receptora de las ideas socialistas que merodearon las ligas campesinas. Fue luchadora en Montería y Ciénaga de Oro, dando ejemplo de arrojo y valentía en un contexto hegemónico masculino, por los años veinte en las primeras actividades obreras.

y qué decir de Juana Julia Guzmán la "roba tierra" quien en esa misma época, se dedica a luchar por los derechos de las trabajadoras domésticas y del campo. Juana Julia, aliado de Vicente Adamo, fundó la "Asamblea Mixta Obrera del Litoral del Atlántico", que incluía la Sociedad Obrera de Artesanos y la Sociedad Obrera Redención de la Mujer. No en vano sus seguidores fueron tildados de "maricones" por dejarse mandar de una mujer -decían los machistas- a lo cual, Juana Julia muy digna, respondía con su dicho caracte~ rístico "Los cobardes no hacen historia" mientras caminaba firme hacia su cita con el destino \. Así mismo, es necesario mencionar a la poeta Julia Jimeno de Pertuz, considerada líder del feminismo intelectual en Barranquilla y a

"Malvaloca" para referirse a la también poeta cartagenera María Victoria de quien, dada la delicadeza y la exquisitez sugestiva de sus versos, se comentaba con desconcierto que podría ser un hombre el autor -era extraño por la época que una mujer tuviese sensibilidades literarias-o Vecinas del mar, mujeres de la Costa Caribe, han amasado la historia regional con la reivindicación de sus derechos, en sincronía con otras luchas de mujeres colombianas, quienes en otros contextos y en otros momentos históricos, construyeron uno de los procesos sociales más importantes del pasado siglo; revolucionando los encuentros entre mujeres y hombres. Barranquilla ha vivido desde los años 20 hasta los 40 su época de oro, convirtiéndose en receptora de conocimientos innovadores y de corrientes de pensamiento que han influido en la historia de vida de estas mujeres y de muchas otras, cuyos nombres no aparecen en esta síntesis, pero su patrimonio ha sido proclamado por otras generaciones. .r,

Ver Fals Borda, Orlando. RetomoQ la Tiena Historia doble de la CosCú. N° 4. Carlos Valencia Editores. Bogotá. 1986. p.p.143A-148A


La crisis económica de los años 70's produce el auge de los movimientos sociales, la radicalización de la sociedad civil, la aparición de diversos frentes guerrilleros y, dentro de éste contexto, el movimiento feminista el cual trabaja dispersamente en medio de la izquierda tradicional y socialista, de sus esquemas teóricos y de los discursos foráneos. En aquella izquierda de los años setenta el trotskism<? juega un papel decisivo por ser la vena más progresista y accesible a las elucubraciones teóricas del feminismo europeo y norteamericano. Esta corriente representada en el Partido Socialista Revolucionario, influye en las primeras organizaciones de mujeres militantes quienes vivieron dentro de sus múltiples expe~ riencias, la creación del boletín "Emancipación" que en e! año de 1978 conmemora el8 de marzo. De nuevo las mujeres vecinas del mar Eva, Yomaira, Lucy, Elena, Luz Marina, Elizabeth, Clareth, Adriana, Katy, Estela, Adelaida, Rafaela, entre otras, (fracciones existentes del Partido Socialista Revolucionario -PSR-) comienzan a gestar el Frente Amplio de Mujeres, liderando campañas a favor del aborto en 1978, bajo la consigna ¡Mi cuerpo es mío! . A su vez, aumentaron las polémicas, pero las rígidas estruc~ turas organizativas de la izquierda no pudieron solucionar las contradicciones, agudizando la división de las feministas "partidistas" y "antipartidistas". Aunque El Frente Amplio de Mujeres siguió existiendo, el grupo se disolvió, dando paso al "Colectivo de Mujeres de Barranquilla" acompañadas de objetivos tales como concientizar a la mujeres sobre su historia a través de la creación de grupos académicos y de discusión, vinculando más mujeres al movi~ miento feminista, promoviendo la formación académica y difundiendo los derechos de la mujer.

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Ace!a, Elizabeth, Lucy, CIareth, Luz Marina y Rafaela fundan en 1985 la Revista Chichamaya, "expresión del pensar femenino", a la que más tarde ingresa Amanda. "Chichamaya" inaugura entonces, una nueva etapa en la lucha del femi~ nismo barranquillero por los derechos de las mujeres. En sus trece números muchas de ellas están presentes y existen porque han podido crear, reflexionar e investigar a la vez que incursionan en temas que no habían sido analizados en nuestro contexto regional. Clara, Emma y Bibiana traen el estilo de trabajo de la década de! 80, identifi~ cadas con los sueños del extinto M~19, siguen reforzando a través del trabajo político las reivin~ dicaciones de los derechos femeninos. Años más tarde (1994) fundan La Unidad Integral de la Adolescente Gestante y Embarazada. La historia sigue su curso, recogiendo e! legado de la escritora Marve! Moreno, colocando el nombre de mujer a los más importante espacios culturales, como el teatro Amira de la Rosa en honor a la poeta y destacando la obra de Meira del Mar, integrante de la Academia de lenguas en Colombia. A su vez, se conmemoran fechas especiales como e! 8 de Marzo y 25 de Noviembre; se busca la integración con las redes de mujeres a nivel nacional e internacional y se propician acercamientos con ONG's. Vale resaltar la labor del "Foro por Colombia", La Comisión Femenina de ADEA -Asociación de Educadores del Atlánti~ co- y la asociación Día Internacional de la Mujer cuyas fundadoras fueron Hilda Dussán de Salgado, Alicia de Chegwin, Lucy de Van Houten entre otras, quienes vienen reconociendo y desta~ cando la labor de muchas mujeres barranquilleras desde 1985. Lo anterior trae como consecuencia que se pueda pensar en grandes proyectos como la creación de la Oficina Distrital de la Mujer y el


Centro de Documentación de la Mujer. Ambos proyectos siguen funcionando, fortaleciéndose y ampliando espacios de concientización. El grupo Mujer, Género y Cultura, conformado por Luz Marina, Julia, Acela, Bibiana y Rafaela tiene la misión de consolidar, a través de sus publicaciones, viejas utopías, sensibilizando a la comunidad universitaria barranquillera. El producto histórico lo constituye el libro Mujer Cultura y Sociedad (1900-1930) de Rafaela Vos Obeso, primer libro sobre la historia de las mujeres que se edita en la Costa Atlántica.

Las "tardes caribeñas" y "las noches de lechuzas" se han convertido en redes de afecto y solidaridad, de reencuentros y desencuentros que anudan experiencias del pasado y del presente, buscando hilos conductores para ampliar el trabajo y seguir anudando con todas las mujeres la red de nuestra historia. Son protagonistas Rafaela Vos Obeso, Acela Gutiérrez, Luz Marina Torres, Bibiana ~estrepo, Clara Insignares, Eva Herrera, Lucy Alvarez, Elizabeth Castañeda, Clareth Flores, Adelaida Salcedo, Amanda Orozco, Lucy Roca, Julia Paez.

Por Pilar Restrepo

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través de fragmentos vamos a contarles desde el principio del "comienzo", cómo, de un colectivo teatral nos "convertimos" en un grupo teatral de mujeres. De nuestra experiencia artística reflexionaremos sobre las convicciones éticas y estéticas de existencia, los logros, los obstáculos, las crisis, los hallazgos, las pérdidas, las ganancias en este devenir mujeres, madres, amantes, hijas, hermanas y sobre todo artistas. Esta elección personal e íntima para ejercer la libertad es un reto ineluctable: la creación de un lenguaje dramático que responda a otras necesidades, a otros deseos, y, sobre todo, a la sensibilidad que nos habita desde el vientre como

mujeres, que nos permite confrontar las relaciones de poder capitalista y patriarcal que se ejercen en el mundo actual y que movilizan las fuerzas de la guerra. En este tiempo donde el dinero es Dios, el consumo es rey y la seducción publicitaria es la reina, el hecho teatral es imprescindible para representar en imágenes, distintas realidades, otros universos femeninos, creando con nuestras palabras un lenguaje propio, inventando otras formas de existir sobre el planeta que nos permita entendernos en la diferencia. No se trata simplemente de señalar los hábitos y las relaciones de dominación que se han "naturalizado" entre los hombres y las mujeres, sino sobre todo hacerlas


comprensibles a los ojos del espectador. No con discursos sino con poesía para intentar una reflexión de todas y todos y agenciar el pensa~ miento femenino, sin miedo a la desvalorización o rechazo que pueda producir nuestro "decir verdad" estéticamente. La Máscara nació en 1972 en el seno de un teatro combativo y revolucionario, pero por sobre todo, profesional: El Nuevo Teatro Colom~ biano. La crea~ión colectiva alimentó el grupo; creación entendida como la justa y necesaria participación de los actores y actrices en la invención del lenguaje escénico de las piezas a montar; trabajo que proporciona solidez en la creación de un lenguaje artístico y una manera verdaderamente democrática, solidaria y mara~ villosa de hacer arte. El Grupo monta obras del repertorio uni~ versal con directores del Teatro Experimental de Cali -TEC-: "La Mina" de Herzec, "¿Cúanto cuesta el Hierro" de Brecht, "Macbeth" de Shakespeare, "La Mandrágora" de Maquiavelo. La formación práctica y teórica se lleva a cabo dentro del gremio de la Corporación Colombiana de Teatro, con la participación directa en talleres, seminarios, demostraciones, festivales y encuen~ tros con maestro (as) como Buenaventura, García Binoch, Pico, Vid al, Ariza, y tantos otros artistas, cantantes, músicos, mimos, bailarines/as, que han participado en la cualificación de los lenguajes escénicos. El privilegio de la palabra, el conoci~ miento, el arte, están constituidos por el pensa~ miento masculino; sus teorías están planteadas y justificadas en todos los campos; pareciera que ya no tendríamos nada que pensar y menos refutar. Las leyes "divinas", las leyes "naturales" y

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la ciencia con su "poder~saber" nos lo habían explicado todo acerca de nosotras mismas. En un lugar del camino, las mujeres del colectivo nos miramos frente a frente; son tiem~ pos difíciles y lo que había empezado en nosotras como una tarea política, hacer 'sketch' para las actividades feministas, se convierte en el objeto de nuestra investigación estética y empieza lo que he llamado "una práctica de sí" en la vía de explorar lo que ideológicamente vivimos, asumimos o padecemos como "segundo sexo". Al mismo tiempo descubrimos todo un movimiento, una revolución filosófica, cultural: el feminismo como una actitud íntima, necesaria que llega también hasta las calles y las plazas, y empezó nuestro trajinar con montajes sobre el aborto, el infanticidio, la prostitución, el ma~ trimonio, la educación femenina; de la poesía nacieron obras dramáticas como "María Farrar", "María M", "Canción de Nana", "Las Tareas" y "Las Viudas", obras presentadas en calles, barrios, teatros, plazas y durante una larga gira por México y Centro América en el 89. En la última década, el colectivo logró conseguir un espacio que le propició volcarse al escenario para montar "obras grandes" de interés universal: "Emocionales", "Bocas de

Bolero", "Luna Menguante", '/\ Flor de Piel", "Los Perfiles de la Espera", donde cuentan no sólo las formas sino las fuerzas que mueven el planeta: la violencia, la sexualidad, el racismo, la discriminación y para escenificar estas fuerzas sociales, el Grupo se cualifica en la apropiación de otros recursos escénicos: la técnica de circo, el movimiento y el ritmo de la danza contem~ poránea, el canto y la música viva dentro del espectáculo.


En un tiempo de consumo y despilfarro, el teatro comercial hace obras sin esfuerzo alguno y mueren sin ser suficientemente presentadas. En el teatro de creación, por el contrario, las obras nacen de grandes esfuerzos y se intenta mantenerlas en el repertorio, a la vez que se proponen nuevos trabajos. Siempre hemos estado en el filo de la navaja, las crisis no son cosa de ahora y nuestra economía, jamás ha sido boyante puesto que no nos dedicamos al comercio y no puede pretenderse que nos movamos al mismo ritmo de las empresas culturales.

El ímpetu de este trabajo y la resistencia que hemos tenido para mantenemos en la escena por más de 25 afios, con verdaderas creaciones teatrales, nos ha permitido un reconocimiento internacional y una participación en festivales de teatro en Europa y América Latina.

Dirección actual: Carrera lO No. 3-40 Telcfax. 892 23 62San Antonio. Cali, Colombia

Por Mmgarita Peláez

1Centro de Estudios en Género: Mujer y Sociedad de la Universidad de Antioquia se ha convertido en uno de los espacios más importantes de reflexión y acción en torno al género, no sólo en la academia, sino también en la vida regional. Surge a partir de la necesidad de tener un lugar para el análisis y la expresión de las diferencias de género, reconociendo este campo como una línea académica con grandes posibilidades para la investigación, la docencia y la extensión. Se buscaba posicionar una temática

que, por prevenciones de tipo ideológico, no había logrado institucionalizarse en la universidad, no obstante la gran actividad que' se venía dando desde varios afios atrás por parte de un grupo de profesoras. La Universidad de Antioquia ha tenido una trayectoria académica y social muy activa en la región ya que ha promovido la reflexión sobre la condición social de las mujeres, la salud de la mujer y el género. Fue una de las primeras universidades colombianas en aceptar una mujer


como alumna en 1932. Desde los años 70's, con la ola reformista que trajo consigo Mayo del 68, el feminismo irrumpió en el pensamiento universitario; se conformaron los primeros grupos de profesoras y estudiantes reivindicando sus derechos, estudiando y divulgando las nuevas tesis feministas, a la vez que surgieron varias publicaciones y trabajos de investigación con perspectiva de género y se configuró el Grupo Salud Colombia, el cual tuvo un papel importante en los estudios y reformas en torno a la salud de la mujer, para finalmente posicionar el tema en el postgrado de Salud Colectiva, con la línea de investigación acerca de la Salud de la Mujer. En los 90's se organiza el Grupo Interdisciplinario de Estudios en Género, reuniendo la experiencia de profesoras y estudiantes que llevaban varios años estudiando el tema. Debido a la tradición de sus integrantes fundadoras: Rosalba Durán, Margarita María Peláez, Juan G. Malina, Beatriz Vélez, Gloria Penagos, Lucrecia Ramírez, Diva Jaramillo, Tulia M. Uribe, Álvaro Casas, Gloria Arango, Luz Marina Orozco, Sara Fernández, Beatriz Duque, Elvia Correa, este grupo consiguió rápidamente los recursos para constituirse, en Febrero de 1997, en el actual Centro de Estudios en Género: Mujer y Sociedad. La importancia del Centro radica en lograr la institucionalidad de un espacio en el contexto académico de la Universidad de Antioquia. Está conformado por un grupo de docentes, investiga-dores/as y estudiantes de pre y postgrado. Existen líneas de investigación y presencia en varías de las áreas académicas (medicina, salud pública, enfermería, filosofía, historia, sociología, trabajo social, sicología, educación, bacteriología y educación física), lo que hace de éste, un espacio de reflexión

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permanente y multidisciplinaria en la perspectiva de género que dinamiza la vida académica de las diferentes facultades y programas. El Centro es convocado de manera permanente a expresar su opinión sobre los temas que tienen que ver con las relaciones entre los géneros en los diferentes medios de comunicación, a plantear sus desarrollos investigativos y teóricos en congresos, seminarios, mesas de trabajo ya capacitar funcionarios/as de las ONG's, grupos empresariales, asociaciones municipales y regionales de mujeres y oficinas de la mujer. Además su Centro de Documentación es consultado constantemente. Se podría decir que hoy en día el Centro de Estudios en Género de la Universidad de Antioquia es uno de los principales formadores de opinión pública frente al género en el contexto regional. Entre los objetivos del Centro se encuentran: Promover un proceso de reflexión en torno a la temática de Mujer, Género y Sociedad. Fomentar y desarrollar proyectos de investigaciones con perspectiva de Género. Apoyar biográficamente los investigadores que trabajan el tema de la Mujer. Contribuir a la formación teórica y profesional de los estudiantes de pre 'i post grado que deseen realizar análisis en éstos temas. Participar activamente en los debates y propuestas sobre las orientaciones del desarrollo local, regional, nacional y latinoamericano. Tiene como retos lograr cambios curriculares mediante una planeación transversal en procura de contenidos no sexistas en la Universidad de Antioquia y avanzar en la investigación, manteniendo una línea de extensión con programas permanentes a la comunidad y la creación de un postgrado en el tema.


ReJ Je tJ~~ió~ fuF( e~+(e ~1Ater~ Por Fanny Gómez

uando un grupo de mujeres se reune para trabajar, reflexionar y vivir una experiencia que abre caminos en la.senda de su realización personal y social, es de vital importancia recogerla y contarla, para darse la posibilidad de emerger como sujetos de la historia y contribuir a eliminar el "olvido memorial" que como género nos ha constituido. En el año 80, un grupo de promotoras de procesos de organización de mujeres en barrios populares de Bogotá y Barrancabermeja y en veredas de La Calera, Tabio, Tenjo, promovimos la realización del Primer Encuentro Femenino Popular, llevado a cabo en el Centro Comunitario La Victoria con la participación de 420 mujeres con las cuales trabajábamos, con quienes después de casi veinte años, mirando atrás se ve el camino transitado que ha tocado la cotidianidad, los afectos, los compromisos, las relaciones, los sueños, los miedos, en fin, un camino que ha atravesado nuestras vidas. Esta historia ha florecido con la diversidad de las que hemos participado en ella y en el respeto a la diferencia, a los ritmos y formas de sentir y pensar de cada una; ha crecido y se ha consolidado en los distintos momentos vividos,

unos más volcados hacia los grupos de mujeres con las cuales hemos trabajado, otros más de reflexión interna y de formación teórica, otros más de cara a la situación del Movimiento Social de Mujeres, del país y de América Latina. y aquí estamos Virginia, Elisa, Malú, Raquel, ]aneth, Isabel, Hilda, Marcela, Patricia, Cristina, Martha y yo, que conformamos hoy, el equipo de trabajo con mujeres de sectores populares, compartiendo con ustedes el deseo que nos ha unido de correr la aventura de vivir plenamente y de construir una historia en la que hemos aprendido e inventado nuevos vínculos, nuevos lenguajes, nuevas relaciones y nuevas formas de ser mujeres, y compartiendo también, la seguridad de que desde los sectores populares urbanos y rurales hemos contribuido ql fortalecimiento del Movimiento Social de Mujeres. Fruto de los tiempos de trabajo directo con los grupos de mujeres, son la promoción y realización de eventos como el Seminario Participación Económica, Social y Política de las mujeres (1982), el II Encuentro Femenino Popular en el Centro Comunitario Lourdes (1983), los encuentros sectoriales de mujeres realizados en el norte, occidente, sur y suroriente de la ciudad


de Bogotá, durante los años de 1985 y 1986. También el acompañamiento y fortalecimiento de procesos organizativos de grupos de mujeres según campos de acción así: Mujeres en salud, mujeres y jardines comunitarios, mujeres y producción comunitaria, realizados entre los años de 1985 a 1990, la feria artesanal realizada en Chía entre grupos de mujeres en producción comunitaria en 1987, el encuentro "Un alto en el camino", realizado en el año de 1990 para evaluar una década y para rescatar elementos y estrategias surgidas en el proceso de trabajo de promoción de la mujer que todas hemos venido realizando, el taller 'Aprendiendo a Sistematizar 1 y II" realizado en 1991, el taller sobre la nueva Constitución y los mecanismos de participación democrática en Colombia realizado en 1991, el taller sobre descentralización administrativa y nuevo régimen municipal realizado en el año de 1992. Del compartir procesos significativos de surgimiento y fortalecimiento de organizaciones de mujeres como FUNDAC, la OFP de Barranca, COOMU]EB de Bosa, la Asociación de mujeres del Suroriente de Bogotá, la Asociación de Mujeres de La Calera, las mujeres campesinas de Tenza, las mujeres indígenas del Amazonas, el Vaupés, el Guainía, y el norte del Cauca, las mujeres cabeza de familia de Bosa, ha surgido la concepción de la pedagogía de género como una pedagogía humanista que se encamina a lograr transformaciones en las relaciones entre mujeres y hombres para construir la democracia y la equidad, y de una metodología de trabajo que reconoce en concreto las circunstancias de educadoras y educandas, de hombres y mujeres en los procesos de educación popular.

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Fruto de estas prácticas y reflexiones es la producción de la serie "Caminos para encontrarnos" conformada por nueve módulos publicados por el Equipo durante los años de 1988 a 1991 que permite a las lideresas y promotoras de los grupos apropiarse de una metodología de trabajo con sus congéneres. El libro "Decidimos trabajar juntas" documento que recoge el proceso de investigación desarrollado con grupos femeninos de producción comunitaria desde una perspectiva cultural que permite conocer la visión que las mujeres tienen de su actividad productiva y el impacto en su condición y posición en la fanlilia y la comunidad. El video "Laborando juntas" que recoge la experiencia de la Asociación de Veredas de La Calera, grupo de mujeres que produce comunitariamente tejidos en lana virgen. La serie "Las mujeres por sí mismas", "Nosotras y el entorno", "Mejor unidas que solas" y "Llevando a cabo un plan de acción", propuesta pedagógica para trabajar en grupo y construir ideas sobre la condición y posición de la mujer y sobre sus posibilidades de cambiarla a través de su participación social, económica, política y cultural. El set de juegos

"Siga la Pista", "Concéntrese" "Cuánto sabemos", "Los Rincones del saber", estrategias didácticas que incorporan la lúdica en los procesos educativos con mujeres. El ubicarnos de cara al movimiento social de mujeres, a la situación del país y de América Latina, nos ha permitido desde 1988, crear y consolidar la Red de Educación Popular entre Mujeres REPEM-COLOMBIA y ser el punto focal de la REPEM-Latinoamericana, orgarlismo no gubernamental que trabaja a nivel continental como un importante espacio de encuentro entre las educadoras populares y como articulación de esfuerzos y esperanzas de las mujeres en la búsqueda de la equidad y la paz.


Como parte de la Red trabajamos en cinco áreas: sistematización, para registrar y reflexionar las experiencias vividas y para multiplicar y fortalecer nuestro trabajo; economía, para pensar y construir formas de gestión que permitan feminizar y humanizar las relaciones de producción; educación, para fortalecer las organizaciones a través de la acción educativa; ciudadanía para visibilizamos como sujetos de derechos y deberes y para sentirnos partícipes en la construcción de la equidad, la democracia y la paz, y liderazgo y participación política para potenciar de la mejor manera, los espacios de poder a que acceden las mujeres. A lo largo de estos diez años de trabajo, hemos convertido la red en una herramienta de trabajo que nos permite compartir información y experiencias, profundizar el análisis y la reflexión y desarrollar iniciativas y oportunidades de encuentro y de trabajo común. En cumplimiento de estos objetivos, lanzamos en 1990 la campaña latinoamericana "Por una educación humana, no sexista" que pretende sensibilizar nacional y continentalmente en torno a la necesidad de convertir la educación en un instrumento eficaz para corregir las desigualdades de género y preparar a la población para compartir responsabilidades en la vida pública y privada. Así mismo, organizamos la Primera Asamblea General de la REPEM Latinoamericana en enero de 1992, en Fusagasugá, para evaluar el trabajo de la Red y para planificar la acción de la Red en el siguiente trienio. En esta asamblea fue elegida Coordinadora general de la REPEM, nuestra compañera Amparo Parra, fallecida en febrero de 1994, de quien podemos decir que fue nuestra amiga y maestra y como muchos dicen ... fue inmensamente mujer.

Como REPEM-Colombia realizamos el Seminario sobre "Poder y liderazgo de las mujeres" con la participación de la antropóloga mexicana Marcela Lagarde, evento que en su momento fue un aporte importante a la reflexión teórica sobre el accionar de los grupos y del Movimiento Social de Mujeres en general; el Seminario Latinoamericano sobre "Modelos de Desarrollo y Políticas Sociales para la Mujer", en el cual participaron representantes de todos los países latinoamericanos. Este evento permitió vislumbrar las políticas de Estado dirigidas a la mujer en el continente. La REPEM Colombia, de la cual hoy forman parte 22 organizaciones, ha crecido y madurado al calor de los conversatorios que sostenemos bimensualmente desde hace cinco años y ha podido desarrollar proyectos que se enmarcan en las líneas de acción que tiene la Red. En este largo camino, los avances y retrocesos, los logros y dificultades constituyen siempre nuevos puntos de partida hacia caminos que nosotras desde el Equipo y desde la REPEM estamos dispuestas a recorrer con la certeza de que nos tenemos las unas a las otras y de que el trabajo con las mujeres populares articula intereses prácticos y estratégicos de género y de clase.


Por Patricia Alvear

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inemujer es hija y nutriente de las

ideas libertarias y renovadoras que caracterizan los años 60 y 70 en Colombia y en el mundo. Eulalia Carrizosa y Sara Bright, participan tanto en los espacios que buscan fortalecer el cine nacional, como en los grupos de mujeres que marcan el resurgir del feminismo colombiano hacia mediados de los 70. Es así como en 1978, conjugan estos dos proyectos vitales, fundando a Cinemujer con el propósito de llegar a amplios sectores de la sociedad, con un cine que reflejara la realidad de las mujeres, sus sueños, problemáticas y demandas específicas. A ellas se unen paulatinamente: Clara Riascos, Rita Escobar, Dora Cecilia Ramírez, Patricia Restrepo, Fanny Tobón y Patricia Alvear. También es necesario aclarar que muchas otras mujeres y algunos hombres, se hicieron partícipes de esta utopía. Bien fuera "botando ideas", apoyando proyectos o trabajando como asalariadas, siempre pudimos contar con estas personas. En todo caso, el grupo básico jamás fue muy grande y tal vez nunca estuvimos todas juntas. Las condiciones económicas, las propias alternativas en la vida de cada una, hicieron que las estadías fueran intermitentes. Pero lo que sí es seguro, es que estuviera donde estuviera, cada una mantenía a cinemujer en su cabeza y en su corazón. Me explico: Cinemujer nació como un colectivo feminista en el que se buscaba conjugar una propuesta ideológica y política, con una alternativa de vida. Sentíamos que debíamos y

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podíamos transformar el mundo (por lo menos las relaciones entre los hombres y las mujeres, las mujeres entre sí, el manejo del poder... ). ¿Qué mejor manera de empezar a hacerlo, que desde nuestra propia empresa, manejada muy profesionalmente pero con un estilo de trabajo libre de relaciones jerárquicas, en donde primaran la creatividad, el trabajo en equipo y la revalorización de la cotidianidad? Esto suena muy bonito pero es muy difícil de concretarlo en la realidad. Sin embargo, a eso le apostábamos y por tanto, cada una desde su especialidad, entregó lo mejor de sí para consolidar ese sueño. Durante sus más de 20 años de existencia, se trabajaron miles de proyectos: Producciones en cine y video, estrategias globales de comunicación, programa de televisión, videoteca, desarrollo de investigaciones y encuentros de videastas, mujer y comunicación... Por supuesto unos fueron más exitosos que otros; en algunos se pudo expresar mejor la creatividad, otros fueron realmente complicados o se convirtieron en verdaderas cargas, pero nunca, y esto lo podemos afirmar con orgullo, se hizo el trabajo a medias o sólo por cumplir el requisito. Es indudable eso sí, que cuando pudimos dedicarle el tiempo, el amor y la libertad al proceso de creación, los resultados fueron estupendos: ¿y su mamá que hace?, Cannen Carrascal, La mirada de Miryan, ganadoras de premios en festivales nacionales e internacionales, corroboran esta afirmación.


Todas estas películas llevan una denuncia, una propuesta implícita: ¿y su mamá que hace? pone en evidencia la invisibilidad del trabajo doméstico. La mirada de Miryan habla del maltrato, de las difíciles situaciones que enfrentan las familias de sectores populares, pero también de sus ganas de salir adelante, de la alegría y empuje de sus mujeres. Carmen Carrascal es el vivo retrato de una artesana de la Costa Atlántica, quien con sus canastos no sólo ha sacado su familia adelante, sino tejido una posibilidad económica para su comunidad. Con el paso de los años, se va haciendo más difícil hacer cine en nuestro medio. Por otra parte, la versatilidad del video lo convierte en una magnífica herramienta para el trabajo comunitario y educativo. Con este formato se realizan más de un centenar de producciones, abordando temas tan variados como salud, violencia, participación política, medio ambiente, feminismo, publicidad, mujer rural, indígena, negra, derechos sexuales y reproductivos, libre opción a la maternidad, educación sexual, familia, prostitución, situación laboral, liderazgo .. . Con la apertura de la Video teca , en la que además de las propias, se prestan obras producidas por otras realizadoras, se empieza a llegar a un público cada vez mayor: colegios, sindicatos, entidades públicas y privadas interesadas en temas de la mujer. Esta creciente demanda retroalimenta a su vez el diseño de nuevos proyectos. El permanente esfuerzo por adentrarnos en la cotidianeidad de los personajes, con una mirada más que respetuosa, "cómplice" de su quehacer; el rescate de los sueños, la esperanza, la belleza y la alegría de nuestras gentes, en lugar del manido recurso a las duras condiciones en que se desarrollan sus vidas; el uso de un lenguaje

fresco, amoroso, que privilegia el humor antes que el discurso panfletario o "ladrilludo", tan común en los llamados "materiales educativos", constituyeron sin duda nuestro mejor aporte a una propuesta de comunicación, comprometida con un cambio social y cultural en el que hombres y mujeres podamos desarrollar a plenitud todo nuestro potencial. Conscientes de la necesidad de ampliar nuestros servicios y de llegar cada vez más a audiencias masivas, realizamos enormes esfuerzos por renovar y ampliar nuestros equipos humano y técnico y por conseguir un programa semanal en la televisión. Muchos factores, incluidos los económicos y políticos por los que atraviesa el país, impidieron alcanzar esa meta. Hoy se cierra el capítulo llamado Cinemujer. Queda mucho por hacer, pero afortunadamente un creciente número de jóvenes realizadoras, empieza a aportar su propio estilo. Nosotras, desde diferentes espacios, también seguiremos construyendo utopías. Por último y no menos importante, conviene saber cómo "repartimos la herencia": Lo que nos quedaba de equipos, (nuestra agonía comenzó cuando ya no hubo como reponer los dañados, ni adquirir las nuevas tecnologías) y los pregrabados de archivo, en los que se recogen buena parte de las luchas de las mujeres en el país, se entregaron al Departamento de Cine y Televisión de la Universidad Nacional. Confiamos en que sirvan de impulso para generar al interior de esta carrera, la reflexión y el debate sobre el tratamiento y la mirada de la mujer en el cine, el video y la televisión. La Videoteca, así como los libros, revistas

y fotos, fueron entregados al Programa en Estudios de Género, Mujer y Desarrollo de la

Universidad Nacional.


Están allí al servicio, no sólo de docentes y estudiantes de pre y postgrado, sino del público en general. Las cintas en cine quedan bajo la custodia de Patrimonio Fílmico (fundación especializada en la conservación y divulgación del cine nacional). Otras copias de la videoteca fueron entregadas a diversas organizaciones de

mujeres, entre ellas, Promujer queda con los derechos de venta y multicopiado. Tenemos la plena certeza de que todas estas organizaciones sabrán dar el mejor uso a nuestro patrimonio y que por tanto, durante un buen tiempo, nuestras propuestas comunicativas seguirán llegando a muchas más personas.

Or(~l!\I~iÓl!\

c.teW\el!\¡l!\A fb~r( Por )uanira Barreto 1 I

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" oso tras estamos contribuyendo a cons truir ahí en la cotidianidad otra concepción del mundo con las mujeres; sentando las bases para una sana convivencia con la humanidad; sabiendo que nuestra perspectiva es transformar una realidad, un sistema, un tiPo de sociedad que ha negado muchas [xJsibilidades a los seres humanos". Con estas palabras caracterizaba una de sus integrantes lo que la OFP representaba para ella, y su sentir es compartido por muchas pobladoras y pobladores de Barrancabermeja, en cuanto la mayor parte de sus habitantes reconocen el significado de la trayectoria de esta organización para la historia reciente de esta ciudad.

En el entramado de esta historia se han tejido los particulares devenires de muchas mujeres Barranqueñas por nacimiento o por adopción, quienes como Yolanda Becerra, Matilde Vargas, Rosalba Meriño, Beatriz Alhucema, Flor María Guerra, Edilsa Beltrán, Auldrey Robayo y Aída Pallares, entre otras, han sido integrantes activas del equipo de coordinación de la OFP en sus etapas de consolidación como movimiento aútonomo; también otras historias vitales como las de Irene Villamizar, Mariela Pérez, Eisa Rueda, y Soledad Jiménez, cuyas experiencias formaron parte del devenir de la organización en sus comienzos.

Basado e n la in vesti gac ió n Proyccws alrerna tit'os

de vida y conviw J1 cia consentidos flOr mujeres de BLlrrancabermeja .

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I e n Olnll\ pB IBbr BS...


La OFp, desde su nacimiento en 1972, concentró sus intereses en la capacitación de las mujeres, la visibilización de su presencia y la participación activa en los proyectos organizativos de la población. De allí que sus procesos se fueran orientando hacia la construcción de un proyecto ;:¡utónomo de mujeres. Inicialmente se llamó Confederación de Amas de Casa, luego Club de Amas de Casa y finalmente Organización Femenina Popular. El periódico "Mujer Popular"l, destaca tres etapas en la historia de la organización: La primera de 1972 a 1988, en la cual sus proyectos estuvieron vinculados directamente a la estructura y propósitos de Pastoral Social de la Diócesis de Barrancabermeja; la segunda de 1988 a 1995 en la cual sus procesos se orientaron a la construcción de la autonomía, a promover nuevas formas de organización de las mujeres y a consolidar su participación activa en procesos de movilización popular l ; la tercera, a partir de 1995 cuando ante las necesidades y demandas de las mujeres del Magdalena Medio concentró sus actividades en el crecimiento regional, en el trabajo con pobladoras y pobladores en situación de desplazamiento y en la consolidación y ampliación de sus servicios. En esta etapa se ha propuesto como una de sus metas impulsar el Movimiento Regional de Mujeres.

su papel y se han extinguido. Hemos reído, pero hemos llorado. Hemos sentido mucho miedo pero también hemos encontrado la energía para seguir. Nos hemos peleado entre nosotros; pero nos sentimos hermanos y cuando tenemos que defendernos del enemigo nos juntamos. Vivimos la miseria pero de ella sacamos el pan para compartir con el otro ... Vivimos en medio de la guerra lJero soñamos con la paz. Contamos con muchas riquezas pero tenemos un 70% de población en la miseria, en nuestra región ... En medio de esta realidad nace, crece y se desarrolla la OFF, en un proceso permanente de trabajo, de búsqueda, de frustraciones, de fortalezas, de dificultades, de alternativas, de sueños y de utopías ... Conmemoramos la tenacidad, el trabajo, el sacrificio, la voluntad, la decisión y el compromiso de cientos de mujeres que en el transcurso de 25 años hemos impulsado este espacio ... el entender que nuestra organización es un proceso y por tal razón nada está preestablecido porque nadie tiene la verdad absoluta; ésta es producto de una construcción colectiva ... el permanecer firmes en el mandato de ser un proyecto con especificidad de género con opción clasista; el desarrollar programas que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida en la construcción de un presente para un . mejor manana ... "4

El mismo periódico registraba en su editorial conmemorativo de los 25 años de la Organización en Julio de 1997 así: "En la vida

del pueblo barranqueño y del Magdalena Medio, hemos construido día a día espacios y organizaciones ... algunas permanecen, otras han cumplido

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OrgCll1izaóól1 Femel1l11Cl Popular. "Mujer Popular".

Publicación bimestral, junio-septiembre de 1997. Barrancahermeja, Magdalena Medio. pág.7 Rueda Gon:ález, Teresa. "Comprensión del proceso de construcción de la autonomía de la OFP de Barrancahermeja". Universidad Pedagógica Nacional. CINDE. Santafé de BOgllt<1. noviembre de 1994 4

OFP Op.ot. pág.2


La estructura organizativa de la OFP está compuesta por una Asamblea General, un Equipo Coordinador, Equipos de Areas o Proyectos y Grupos Barriales de Mujeres. Los programas se desarrollan y coordinan desde tres Casas de la Mujer: la de Torcoroma, que toma su nombre de uno de los barrios más antiguos de Barrancabermeja donde funciona la sede principal; la de Suroriente y la del Nororiente, así llamadas por su ubicación en la estructura espacial de la ciudad, y se proyectan además hacia las poblaciones de San Pablo, Puerto Wilches, Sabana de Torres, El Centro y el Llanito, entre otras. La OFP confiere especial atención a los procesos de organización y participación comunitaria a través de los cuales construye con el pueblo espacios de vida, espacios para asumir derechos y mantener viva la esperanza. Sus programas y servicios estructuran su trabajo cotidiano en varias áreas: Formación y Educación, Salud Integral, Economía Solidaria, Movimiento Juvenil, Comedores Populares, Grupos Barriales. En las diferentes áreas se llevan a cabo programas de capacitación, educación para la vida y para la transformación social, organización y movilización de mujeres, procesos asociativos de producción, atención a familias desplazadas y víctimas de la violencia sociopolítica; impulso y fortalecimiento del Movimiento Juvenil. Ofrece servicios de atención médica, odontológica, ginecológica, de enfem1ería y de asesoría jurídica. Promueve acciones de coordinación con otros sectores en la conmemoración de fechas significativas para la conquista de derechos de las mujeres, las y los trabajadores y los sectores populares, y participa activamente en los movimientos cívicos, sociales, culturales y políticos de la localidad y la región.

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I en OtrB~ pB I B brB~ ...

Como parte de su dinámica organizó y puso en funcionamiento el Centro de Educación Popular y Documentación "María Cano", abierto al público en general; varios Comedores Populares, un Banco de Drogas y una Cooperativa Integral de Mujeres -COOFPMUJER-. Como medio de divulgación y socialización de su pensamiento, edita con una periodicidad bimestral y desde hace más de diez años el periódico "MUJER POPULAR". Entre sus principales proyecciones están: Continuar la expansión regional, consolidarse como una fuerza social en la región con incidencia fuerte en el movimiento popular desde la especificidad del ser mujer y su articulación con los sectores populares y consolidar una Escuela de Mujeres. También tienen previsto un trabajo de recuperación colectiva de la historia de la Organización, mediante un proceso de Investigación Acción Participativa. Ante la intensificación de la guerra y la confrontación armada ha promovido acciones para la construcción de la paz, una de las cuales ha movilizado la expresión escrita de las mujeres a través de cartas en las cuales formulan sus propuestas al país. En estos procesos sus voces se unen a las de las mujeres que se movilizan en la Ruta Pacífica y en las diversas Redes de Mujeres por la construcción de una paz que se sustente en condiciones de vida gratas y dignas.


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J(;\teSf~~ fÁfÁ ~ ~1Arr Por Gabl"iela Castellanos

s una ONG sin ánimo de lucro, fundada en 1982 en Santiago de Cali en e! marco de! movimiento feminista, por un grupo de mujeres profesionales de la salud y de! área social. A lo largo de estos 18 años de trabajo, la Corporación ha ido perfilando su misión, la cual es contribuir al desarrollo social a través del fortalecimiento de procesos democráticos fundamentados en la equidad y solidaridad entre hombres y mujeres, en e! ejercicio de sus derechos y en el posicionamiento de las mujeres en la sociedad. Trabajamos por e! respeto a las diferencias, la valoración de la diversidad y la construcción de un presente con igualdad de oportunidades para mujeres y hombres a partir de proyectos de Desarrollo Social, Asesorías, Capacitación e Investigación en las áreas de equidad de género, salud sexual y reproductiva, violencia de género, calidad de atención, organización y participación comunitaria y planeación con perspectiva de género. Nuestra labor se ha dirigido a mujeres de sectores populares con proyectos que apuntan a la reivindicación de sus derechos como ciudadanas y como trabajadoras, generando procesos de empoderamiento para su participación en instancias comunitarias y para la toma de decisiones en los niveles individual, familiar y colectivo.

Con la Secretaría de Salud Pública Municipal, adelantamos una iniciativa orientada al mejoramiento de la calidad de atención en los servicios de salud sexual y reproductiva a partir de la concertación comunidad-instituciones de salud, con lo cual contribuimos al fortalecimiento de un equipo interdisciplinario de funcionarias motivadas y comprometidas con la calidad de atención en salud sexual y reproductiva y a la cualificación de las asociaciones de usuarias en su proceso organizativo y e! desarrollo de habilidades que les permitan ser propositivas respecto de la calidad de atención. FOffi1amos parte de la Red Colombiana de Mujeres por los Derechos Sexuales y Reproductivos y de la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y de! Caribe; a nive!local par~icipamos en la Confederación de ONG's PROCALI y en otras instancias que contribuyen con nuestra misión. Con nuestro trabajo, esperamos aportar al desarrollo local formando hombres y mujeres en e! ejercicio de sus derechos, con énfasis en la visibilización y posicionamiento de las mujeres.

Dirección actual: Calle 5B No. 25-14 Of . 301 Te!. 557 9356 - Telefax. 5146067 A.A. 20827 Santiago de Cali, Colombia E-mail: ccami([luniweh.net.co


Por Marcela Sánchez

urante la 11 Guerra Mundial distinguir los "diferentes".y por tanto carentes de derechos, era relativamente fácil. Entre muchos otros símbolos, a los judíos se les marcaba con la estrella de David, a los gays con un triángulo rosa y a las lesbianas con un triángulo negro. No sabemos con certeza el significado del símbolo en el caso de las lesbianas, sin embargo, no es necesario hacer muchos esfuerzos para saber que detrás del mismo, se conjugan un sinnúmero de exclusiones: de género, raza y opción sexual. Con la idea de subvertir este símbolo y dar nuevos contenidos a la experiencia de las mujeres lesbianas, nace en 1996 en Bogotá, como iniciativa de algunas mujeres feministas lesbianas, el Grupo de mujeres lesbianas y bisexuales "Triángulo Negro". No para continuar en círculos privados, donde la experiencia lésbica no pasa de ser una vivencia personal e íntima y por tanto invisible y carente de legitimidad social, sino para transformar la vivencia lésbica en una opción política que muestre como la heterosexualidad obligatoria, no es la única experiencia afectiva y erótica posible entre mujeres y hombres. Si bien Triángulo Negro surge con el propósito de crear un espacio organizativo, de movilización de las lesbianas y de interlocución con otros grupos del Movimiento de Mujeres y

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del naciente Movimiento Gay, el trabajo empieza a mostrar que en Colombia era necesario empezar por un proceso de autoconciencia de las mujeres que las habilitara para participar en espacios más públicos'. Allí radica entonces una de las riquezas de Triángulo Negro, que parte del reconocimiento de que para convertir el lesbianismo en una opción política en el contexto colombiano, caracterizado por ausencia de espacios socioculturales y jurídicos que permitan a las lesbianas ejercer sus derechos, era necesario combinar la socialización de experiencias y el crecimiento personal de las lesbianas reconciliadas con su condición, con la militancia política como mujeres y como lesbianas. La creación de este grupo ha permitido entonces, no solo crear espacios de identificación desde y para las lesbianas, sino consolidar y fortalecer una posición como mujeres dentro del movimiento Gay, inicialmente considerado como un todo monolítico y centrado fundamentalmente en temas como el VIH/SIDA. Triángulo Negro ha

Aunque parezca contradictorio el reconocerse lesbiana nu constituye en sí mismo un cuestionamiento a una de las instituciones más importantes del orden patriarcal; muchas mujere::. viven su experiencia lésbica dentro de los mismos parámetros que las mantienen en la invisibilidad y la discriminación y por tanto sin posibilidad de ejercer sus derechos en tanto lesbianas.


aportado su propuesta de reconocimiento de la diferencia y la diversidad (no solo sexual), como forma de fortalecimiento del nuevo Movimiento Gay-Lésbico Colombiano, reconociendo que la sola condición de homosexuales no las hacía iguales. El carácter abierto del grupo, es decir la variedad de edades, estratos socioeconómicos, niveles educativos, opciones religiosas e ideológicas, como forma de reunir y reconciliar en un mismo espacio las distintas formas del ser lesbiana,

y un estilo de trabajo que permite la recomposición permanente del grupo, es un reto a la creatividad para convertir lo personal en político y volver lo político una apuesta personal. He ahí, una de las apuestas de los movimientos sociales modernos que ha asumido Triángulo Negrd.

Agradecimientos al Grupo Triángulo Negro por la información suministrada.

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Por Dora Isabel Díaz

eguimos haciendo la historia y creemos que es deber de nosotras (... ) reconocernos en ella ( ... ) y contribuir desde este Programa en la recuperación histórica de la participación de las mujeres (... ) no solo de muertas, de vivas también (... ) no sólo de líderes, sino también de las mujeres que día a día, aportamos a la organización, desde cada Comité Veredal (Apartes PMF: 1992:7; 1993:46). Con afirmaciones como las anteriores, las mujeres campesinas del Programa Mujer y Familia -PMF- de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia Unidad y Reconstrucción -ANUC-UR- manifiestan su convicción y conciencia de hacedoras del propio devenir en la lucha contra la discriminación

de género al interior de su organización gremial mixta orientada por la lucha de clase. Compartiré una de las múltiples rupturas individuales y colectivas hechas por las mujeres del PMF con el poder patriarcal.

Elaborado a partir de la Tesis de Doctorado de la autora: "La transformatioll des relations de genre au sein de l'Association Nationale des Usagers Paysans de Colombie, Unité et Reconstruction, ANUC-UR. La mise en place de la proposition d'organisation des femmes : le Programme Femme et Famille, au niveau national et dans le déparremenr du Huila". 1998. Université Paris 1. IEDES. 301 p,ig. + anexos.


El surgimiento mismo de! PMF marca un inicio de ruptura. Cuarenta mujeres de diferentes sectores de la ANUC', representantes de nueve departamentos, en el "Seminario Nacional de Mujeres ANUC, Juana Julia Guzmán", en el César elaboraron con anticipación su propia propuesta organizativa y planearon su partici~ pación al "1 Congreso de Unidad y Reconstrucción" logrando la aprobación de! Programa Mujer y Familia como política nacional de la ANUC~UR , en agosto de }·987. Esta propuesta rescató y proyectó e! acu~ mulado organizativo de las mujeres de la ANUC quienes, en los años 70, ayudaron a abrir la brecha para una participación más protagónica de las campesinas con la creación de "Comités Feme~ ninos" (primeros en 1972), "La Secretaría Femenina" (1977), encuentros de campesinas y la idea de conformación del "Frente Popular Femenino". Experiencias, que si bien, surgieron por la nece~ sidad de apoyo a las acciones de hecho (recupe~ raciones de tierra, etc.), defensa de los campesinos y fortalecimiento de la organización gremial, por esta vía, empezaron a gestarse los primeros brotes de autonomía y de exigencia de las mujeres a la organización; osadía que desde ese entonces les generó dificultades y contradicciones, resumidas por Fanny, una de las protagonistas que lideraba la posición llamada 'radical':

"Desde 1982, en los Talleres y Encuentros siempre se rechazaron las demandas de las mujeres por mayor participación" ... "Se denunciaba la subordinación que nos afectaba y proponíamos la igualdad de derechos" ... "En el 83, yo era aban~ derada, ... nos reunimos aparte 2• Yo no podía leer el comunicado" ... "Y luego en las memorias no salía nunca nada, igual sucedió en ... y en el III Encuentro Nacional Campesino S.l., de Caucasia (1985) no me entregaron credencial para que no votara ...

fui por invitación de las mujeres de Sucre y Antioquia porque llevaban la propuesta de las mujeres". El colectivo de mujeres del PMF, ANUC-UR fue ideando diversas estrategias para enfrentar las dificultades que fueron surgiendo a pesar del gran gran apoyo recibido en plena efervescencia de! sueño de unidad después del 1 Congreso (1992) para iniciar la concreción de su propuesta. La construcción de "espacios proPios" con la ganancia de terreno en "espacios mixtos" consti~ tuyen dos de las más importantes estrategias implementadas. En la paulatina construcción de la propia estructura de! PMF, desde los Comités Veredales hasta la Comisión Nacional de Mujeres, e! temor a que e! PMF se convirtiera en otra organización estuvo siempre presente, pero afloró con mayor fuerza en ciertos momentos. Uno de estos momentos fue la antesala al II Congreso Nacional de la ANUC~UR en 1992, pues el fervor de la unidad gremial estaba resquebrajado, entre otros motivos, por un movimiento de oposición a la concepción y estructura del PMF mezclado con el interés por sus recursos, liderado por un sector que logró e! respaldo del Comité Ejecutivo Nacional, excepto, e! de la única mujer integrante de éste.

La ANUC fue creada por el Estado en 1967. En sus mejores momenros reagrup6 un millón de campesinos. En la búsqueda de su autonomía sufrió varias divisiones, la primera en 1972 desembocó en la ANUC Línea Armenia, hoy, "oficial" y la "Linea Sincelejo"; cuyo fraccionamiento llegó a 6 grupo, en 1977 . En 1987 por unificación de los diversos sectores de la L.S. surgió la ANUC, Unidad y Reconstrucción. 2

Se refiere a l grupo que lideraba la propuesta integrado por campesinas de Antioquia, Sucre y Barranca que era segregado por mujeres y hombres que encontraban muy radical la posición. Ellas también tomaban distancia para construir sus vínculos de solidaridad y complicidad.


Para hacer frente a éste ataque, las mujeres del PMF planearon y ejecutaron entre 1991 y 1992 las siguientes "propuestas-exigencias", entre otras: "Para asegurar una amplia participación de las campesinas en el Congreso y en la Junta Nacional reglamentar así: ... una delegada por comité veredal de mujeres, una mujer delegada por municipio, a su vez, se espera que las municipales tengan en cuenta las mujeres". "Participación con voz y voto de la Comisión Nacional de Mujeres en pleno, como representantes de las mujeres ANUC-UR". " ... Participación por derecho propio de la Comisión Nacional de Mujeres en todas las Juntas Nacionales" (PMF, III Taller Nacional, año 1991). " ... Realizar una Asamblea Nacional de Mujeres Campesinas de la ANUC-UR, precedida de un balance del PMF, desde las bases, con participación de mujeres y hombres." " ... Dar una discusión democrática de las propuestas y aportes de la mujer al Congreso y al PMF". Las llamó "propuestas-exigencias" porque debido a la fuerza y autonomía del PMF en la práctica, iniciaron acciones encaminadas a hacerlas realidad según ellas mismas, "porque con esos avances aseguraban su aprobación". Reflejando la importancia concedida a la incidencia sobre las reglas de juego de la participación para cambiar las relaciones de poder en los espacios donde se deciden las políticas fundamentales de la organización gremial y del PMF, anticipándose 10 años a la aplicación de una reglamentación de cuotas en su organización, similar en el propósito que hoy estamos luchando las mujeres colombianas con la Ley de Cuotas.

En la "I Asamblea Nacional de Mujeres", 45 campesinas representantes de 11 departamentos rechazaron por consenso entre otros argumentos, la no legitimidad de las luchas femininistas J frente a la lucha de clase expuestos en la ponencia opositora, "la Mujer y la lucha de clases en la sociedad", y elaboraron colectivamente la nueva Propuesta del PMF para contraponerla a la del ejecutivo porque: " .. . No reflejaba la realidad de la mujer y la historia de sus luchas, ... desconocía la importancia del trabajo específico con las mujeres y negaba lo aprobado respecto al Programa Mujer y Familia en el Congreso de 1987" "... desconocía el desarrollo y avance de nuestro trabajo como mujeres en estos cinco años" (PMF: 1992:15).

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Gracias a la efectividad de esas estrategias la participación femenina en las instancias de dirección nacional pasó de una mujer en 1987 a 10 mujeres en 1992 (8 representantes del PMF y 2 delegadas departamentales) para integrar la J unta Nacional elegida en el II Congreso Nacional. Además~la convicción de la importancia de la transformación de las relaciones de género y la capacidad de liderazgo ganadas por las mujeres han sido el soporte principal de la ANUC-UR en estos últimos años de aguda crisis de la organización, tanto económica como por los efectos de la guerra sucia contra ella. Hoy en día la recuperaci6n de la organización campesina en algunos regiones esta siendo liderada por grupos de mujeres.

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Denominachín anecdótica generalizada entre alguno'i campesinos durante estos debates,

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Por Beatriz Quintero

"a Red Nacional de Mujeres es un

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espacio donde .se construyen perspectivas de participación política de las mujeres. Primero, como actoras en el proceso de reforma de la Constitución Nacional y posteriormente como protagonistas y vigías del cumplimiento de la misma y de nuevos avances en favor de las mujeres colombianas. Los antecedentes de la Red N acional de Mujeres se encuentran en los años 70's y 80's cuando colectivos y grupos de mujeres de distintas ciudades de Colombia, establecían contactos esporádicos y desarrollaban acciones coyunturales, ocasionados más por amistades que por acuerdos programá-ticos. Entre estos grupos podemos mencionar: El Colectivo de los Lunes en Medellín, el Grupo Amplio de Mujeres en Cali, el Movimiento de Mujeres de Manizales y el Colectivo de Mujeres de Bogotá.

En octubre de 1990 durante el Encuentro ''Abrazo Amoroso por la Vida" se reúnen en Bogotá 250 mujeres de todo el país y un sector decide participar con una lista única de mujeres en las elecciones para Asamblea Nacional Constituyente. Entre octubre y diciembre se participa en las mesas de trabajo sobre la problemática de las mujeres en las diferentes ciudades del país y se da inicio a la campaña en favor de la candidatura de Rosa Turizo y Norma Villareal, lista que no resulta elegida. A pesar de no tener su propia representación, las mujeres adelantan diferentes acciones durante las sesiones de la Asamblea: conversaciones con los y las Constituyentes, presentaciones pedagógicas de sus propuestas, comunicaciones enviadas desde diferentes lugares del país, ruedas de prensa, debates, foros, memoriales y un continuo cabildeo tanto en la sede de la Asamblea Nacional Constituyente, como en las diferentes ciudades del país. El objetivo de estas acciones era sensibilizar a los miembros de la Asamblea acerca de las demandas de las mujeres, en particular aquellas tendientes a incorporar como principio constitucionalla autonomía de las mujeres para decidir sobre la maternidad, reconocimiento de los diferentes tipos de organización familiar y la

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protección del Estado a los grupos más vulnerables de la población femenina. Por primera vez las mujeres organizadas a nivel nacional, comienzan a hacer presencia y dinamizan a nivel local y nacional el enlace, las posiciones y el pronunciamiento de las distintas organizaciones de mujeres. En mayo de 1991 en la ciudad de Cali, mujeres que creen en el poder y la fuerza de la organización, formalizan la Red Mujer y Constituyente, respaldada por 74 organizaciones de todo el país, trabajando con los lemas: "Igualdad

de derechos y libre opción a la Maternidad" y "Sin los Derechos de la Mujer la Democracia

Después de concluido el proceso de la Constituyente se conforma como tal la Red Nacional de Mujeres' con el fin de continuar con los desarrollos legislativos posibilitados por la nueva Constitución y como espacio de negociación y concertación de las distintas vertientes del Movimiento de Mujeres en Colombia. Así, la Red se ha propuesto fortalecer el ejercicio de la ciudadanía de las mujeres y de esta manera contribuir consciente, responsable y autónomamente en la construcción de la paz y la democracia en el país.

no va". En esta reunión se elabora un acuerdo programático como Red de Mujeres, que permite contar con algunos elementos de negociación con los candidatos al nuevo Congreso de la República. Entre los logros de la Red Mujer y Constituyente evaluados en julio de 1991 podemos contar: El reconocimiento de la igualdad y la prohibición de discriminación en razón de sexo; el compromiso del Estado para garantizar la adecuada y efectiva participación de la mujer en los niveles decisorios, y la posibilidad de adoptar acciones positivas en la búsqueda de la eliminación de la discriminación contra las mujeres.

Para efectos organizativos, la Red se divide en Regionales, cada una de las cuales tiene autonomía en la definición de sus actividades y prioridades. En la actualidad existen regionales en 12 ciudades y el equipo coordinador se encuentra en Bogotá, después de haber estado en Cali, Popayán y Medellín.


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/ .... a Asociación Nacional de Mujeres Campesinas e Indígenas de Colombia fue creada en 1985 por el Estado Colombiano y por presión y apoyo de UNICEF. Es la primera organización campesina de solo mujeres con representación nacional, reconocida por el Estado como repre~ sentante legal en las instancias decisorias de las instituciones agrarias según la Ley 30 de 1988, por medio de la cual por primera vez, se regla~ mentó la titulación de la tierra a la pareja y no sólo al jefe de hogar, generalmente hombre. Posteriormente, en la Ley 160 de 1994, se esta~ bleció " .. .la atención preferencial a las mujeres jefas de hogar, a mujeres desplazadas por la vio~ lencia, a madres solteras y en general a las muje~ res que se encuentren en estado de desprotección social y económica .. ."

El testimonio de Leonora Castaño, Presidenta de ANMUCIC desde 1987, hoy vicepresidenta, nos muestra las dificultades y retos que ellas enfrentaron. Recordaba I que:

"Para lograr que se incluyera lo de mujer en la Ley 30, nos sentamos con el gerente del INCORA ... En los proyectos de las leyes 30 y 160 nos pusieron mucha traba ... y luego en su reglamen~ tación nos toco pelear mucho más con algunas organizaciones campesinas, especialmente con la ANUC Oficial y con FANAL que con el gobierno. En el Congreso de la República me tocó defender la parte de la mujer dentro del proyecto; era la primera vez, yo nunca antes ni siquiera había saludado a ningún congresista, la voz casi no me salía, pero lo hice. Mujeres funcionarias y otras comprometidas con lo de mujer, nos asesoraban y apoyaban para clarificar nuestras exigencias. En el reparto de los recursos cuando recién entramos, los hombres de las otras organizaciones primero se ponían de acuerdo y cuando llegábamos nos tocaba era lo que quedaba.

Entrevi sta rea li zad a por Do ra Isa be l Díaz e n noviem bre 26 de 1999

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La titulación de la tierra a nosotras las mujeres es un derecho social y económico, porque con eso tenemos una herramienta para no dejamos joder. En la conciencia de las mujeres ha avanzado el convencimiento de la necesidad de la titulación de la tierra; a nosotras, una viejita que vino en estos días, me preguntaba sobre como era lo de la titulación porque ella no quería que quedara solo el marido. A pesar de las dos Leyes, en algunas regionales del INCORA no titulan a nombre de la pareja. En un Taller a Gerentes regionales del Incora en 1998, la Gerente del Magdalena nos decía que ellos no tenían la obligación de titular a nombre de las mujeres, además decía que ella no quería trabajar con mujeres que eso era muy aburrido. Diez mujeres jefas de hogar hicieron el8 de marzo de 1988 una recuperación en "la Zarza, Sautrico" Paipa, Bayacá. En cinco Juntas Nacionales del INCORA ya se había aprobado la titulación a estas mujeres, pero cada vez aparecían diferentes interferencias de políticos, funcionarios regionales, alcaldes para que no se cumpliera la decisión ya tomada; decían: ¿cómo van a dejar eso para mujeres?, se va a acabar, pues es como un pequeño paraíso, es tierra calidad uno. En la parcelación donde yo logré tierra en Granada Cundinamarca en 1996, la mayoría de los hombres consultaron al INCORA si era posible que les titularan a ellos solos, y nosotras no dejamos, exigimos que se titulara a la pareja y así fue.

Por largos 15 años hemos estado desarrollando acciones desde lo organizativo, lo formativo y el fortalecimiento para potenciar a las asociadas para que participen activamente en la toma de decisiones, tanto en lo privado como en la vida pública. Este liderazgo de las mujeres de ANMUCIC ha permitido avances trascendentales a nivel político para las mujeres del sector rural, ganar espacios de participación en los Concejos Municipales, las Asambleas departamentales y en las instancias donde se toman decisiones a nivel territorial. Estos espacios, en su mayoría se han ganado gracias a la autonomía adquirida por las organizaciones de base. Los avances económicos se traducen en un mayor acceso a la propiedad de la tierra y un fortalecimiento de los proyectos productivos. Así mismo se han mejorado las condiciones de salud, de vivienda, de capacitación y educación. Gracias a la participación activa de las lideres as y de su poder de negociación se ha logrado posicionar a la mujer rural en los programas de desarrollo rural y en las políticas públicas dirigidas a las mujeres desde lo regional, nacional e internacional.


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Co l!t1UV\it"-1io Por María Eugenia Martínez

I " lo largo de dos décadas, la Fundación de Apoyo Comunitario -FUNDAC- ha venido fortaleciendo la organización de los jardines infantiles comunitarios donde se prestan servicios de prevención y atención integral (higiene, nutrición, recreación, desarrollo artístico y cultural, bajo la concepción de un proyecto pedagógico democrático, creativo y no sexista) a 2200 menores de 5 años; adicionalmente, ante el abandono estatal de los niños y niñas entre los 6 y los 14 años, se han abierto los programas de refuerzo nutricional y jornada alterna, donde se acoge a los preadolescentes, se les acompaña, dialoga y orienta en la realización de las tareas escolares; en tres jardines se han organizado actividades especiales para los jóvenes de 14 a 18 años con la intención de prevenir los riesgos que corren en la calle frente a la precaria oportunidad de estudio o trabajo. FUNDAC cuenta con un programa especial para brindar atención a niños y niñas con deficiencia mental, autistas y en abandono social. Todos los jardines desarrollan actividades con la Escuela de Padres con la intención de prevenir la violencia intrafamiliar impulsando la concepción de la ternura; encauzar la desorientación juvenil hacia la elaboración de proyectos de vida por medio de trabajos comunitarios de carácter socio-ambiental.

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"Hoy en día, el 77% de nosotras hemos cursado la primaria completa mientras que el 23% restante estamos en proceso de validación ante la Secretaría de Educación. Tan solo las mayores de 56 años no tenemos vínculo actual con el sistema educativo. En cuanto a la secundaria básica, una cuarta parte (25%) hemos culminado y un poco más de la mitad (52%) estamos matriculadas en diferentes niveles del bachillerato. Un grupo ha iniciado estudios técnicos superiores en las áreas de preescolar, pedagogía, psicopedagogía y psicología comunitaria; contabilidad, finanzas y administración social; enfermería y promoción social". La práctica de la solidaridad, en el seno de los jardines, ha constituido el principal apoyo entre nosotras, para el proceso de superación, allí organizamos turnos y fondos para liberar tiempos de estudio.

"El empeño por desarrollar habilidades personales no lo hemos limitado a los programas de formación. El 70% de las asociadas hemos asistido a lo largo de la vida a diferentes programas y actividades que ofrecen las Cajas de Compensación Familiar y las ONG's relativas al desarrollo de destrezas consideradas propias de la mujer, tales como: modistería, artesanías, bordados, panadería, culinaria, entre otros".


Para cualificar la misión de FUNDAC se han desarrollado dos programas de formación autogestionarios: "Abriendo caminos" y "Formación de líderes", a los cuales asisten más de 500 mujeres al año, vinculadas a diferentes asociaciones de trabajo comunitario comprometidas con la construcción democrática de la ciudad, en nueve localidades. Los programas de FUNDAC en la capital del país representan el 22% de la cobertura de los programas destinados a la infancia, el 5% de

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la atención a escolares partícipes en los programas del Departamento Administrativo de Bienestar Social. De las 127 Casas Vecinales y Jardines Infantiles Comunitarios que funcionan en Santa Fe de Bogotá, FUNDAC ha impulsado al 12% y reúne en su seno al 17% de las mujeres. Cabe resaltar su solidez como organización de segundo grado para responder a la atención integral a la infancia y a la búsqueda continua por la realización de los derechos sociales, económicos, políticos y culturales de la niñez y las mujeres de los sectores populares.

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Por Sofía Jaramillo

/ n 1979 un grupo de mujeres feministas preocupadas por la salud de las mujeres decidieron dar respuesta a una de las múltiples necesidades insatisfechas de las mujeres de la época y por ello propusieron una manera diferente de atender a las mujeres víctimas de la violencia sexual, dando origen al Centro de Información y Recursos para la Mujer donde se daba atención psicológica y orientación legal a las mujeres violadas. La propuesta pretendía dar una respuesta a aquellas mujeres que no encontraban en el sistema de salud vigente, calidad y calidez en la atención, acorde con sus circunstancias específicas.

Con el paso del tiempo, las mismas mujeres beneficiarias solicitaron ampliación de los servicios de atención a todos los aspectos relacionados con su salud sexual y reproductiva. Se creó entonces la Asociación Promujer, institución que tomó las banderas del Centro de Información y Recursos para la Mujer y que hasta la fecha ha trabajado en el área de la salud sexual y reproductiva de las mujeres con visión de género en el marco ético de los derechos sexuales y reproductivos.


Desde entonces permanentemente hemos cuestionado los modelos de atención en salud, proponiendo formas alternas de promover la salud con perspectiva de mujer teniendo como base el conjunto de saberes y prácticas en que se desarrolla su cotidianidad. Nuestro trabajo se ha realizado a través de tres estrategias: asistencial, educativa y política. Por ello realizarmos consultas médicas y psicológicas, hacemos talleres vivencia les con diferentes sectores sociales y participamos del movimiento social de mujeres a través de la Red Colombiana de Mujeres por los Derechos Sexuales y Reproductivos. Durante nuestros cortos 20 años, porque como dice la canción "20 años no son nada" cuando se trata de mejorar las condiciones de las mujeres en un sistema eminentemente patriarcal. Hemos tenido dificultades sobre todo cuando las políticas nos han enfrentado a sacrificar calidad por cobertura o a los recortes de la inversión social como lo pueden constatar muchas de las ONG's.

Sin embargo, nuestro compromiso por la salud sexual y reproductiva de las mujeres es cada vez mayor y afortunadamente hemos podido sortear con entusiasmo, creatividad y mucha solidaridad de aquellos y aquellas que creen en nosotras todas las dificultades que hemos encontrado en este camino. Hoy contamos con un equipo de trabajo consolidado que está en permanente reflexión sobre su ser y su quehacer, con un gran conocimiento de la situación de la mujer y con el propósito de mejorar continuamente la calidad de nuestros servicios; además, lo más importante es que tenemos el reconocimiento y el respaldo de todas aquellas mujeres y hombres que han estado cercanas/os a Promujer como usuarias de nuestros servicios, como participantes de los procesos vivenciales y como beneficiaria/os de nuestros esfuerzos por transformar las políticas que de una u otra manera afectan a las mujeres en particular y a la sociedad en general. El equipo de trabajo lo conforman hoy en día Ana Libia Delgado, Secretaria; Soledad Quiñones, Servicios Generales; Doris Mora, Recepcionista; Margarita Escobar, Directora de Proyectos; Mario Cabrera, Médico; Sofía ]aramillo, Directora Ejecutiva y Médica.


Por Elizabeth Uribe

1 8 de marzo de 1982 -por primera vez en la historia colombiana- un grupo de mujeres feministas abrieron compuertas a un espacio de encuentros, acciones, reflexiones, ... pero en esta historia sus raíces están aguas arriba y tendríamos que remontarnos al año 1977, época de procesos personales de crisis y afirmación de algunas mujeres y con ello de nacimiento y afianzamiento de grupos que se nombraban feministas. Eran tiempos de crisis -institucional, política, económica- y de cambios estructurales, organizativos, normativos de la sociedad colombiana. El aire del convivir requería más fluidez: circular y llegar límpidamente a todo/as, dejar de estar enrarecido por la violencia que, inicia su vuelo en espiral ascendente en los que planea aún en los 90's. Abrir la Casa de la Mujer significó para quienes contribuyeron a hacer realidad este sueño, reflexionar sobre su situación como mujeres, y ver en el feminismo su práctica política. El núcleo viviente de la Casa se configuró alrededor de "Mujeres en la Lucha" para quienes "la libertad no es la posibilidad de escoger el amo; es la imposibilidad del amo", lema cuyo sentido expresaba la búsqueda de autonomía.

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Otro sentido del ser mujer, la democracia, la ciudadanía -entendida como derechos y oportunidades de participar activa y plenamente- y la paz han sido los senderos, los caminos que han permitido crear la red que entretejida -tensa, conflictuada, rota a vecesteje nuestra historia. Contar con "un cuarto proPio" ha supuesto y requerido diversas modificaciones pero éste, nuestro sueño, no hubiera podido ser y existir sólo con el deseo de quienes estaban intentando habitarlo. Ha contado con el apoyo y el esfuerzo de otras mujeres, de otros grupos de mujeres', de organizaciones no gubernamentales y de la cooperación internacional quienes acogiéndolo han permitido, su seguir viviendo. ~".j

De alguna u otra manera se debe en primer lugar un reconocimiento a quienes hoy entretejen el movimiento de mujeres en Colombia -con toda su diversidad y complejidad- y con quienes se ha mantenido, a lo largo de la existencia de la Casa, relación, en particular con las integrantes del Colectivo de Mujeres de Bogotá en la década de los 80's. En estos 18 años están inmersos tanto los fragmentos de historias de cada una, de la escucha de los deseos y las palabras que emergen para buscar desde sí yen relación, la razón de ser y estar en la sociedad colombiana del movimiento autónomo feminista, como complejos procesos políticos y de violencia en el país y del desarrollo del movimiento feminista a nivel internacional.


Tirando del hilo de la memoria Rememorar estos 18 años de la Casa de la Mujer es rememorar y mirar la historia de las mujeres en Colombia y "la de cada una de las mujeres que la iniciaron y de todas aquellas que la han convertido en realidad .. , Es recordar hechos, procesos, sentimientos y afectos ... Es contemplar -con alegría y a veces con orgullo- el crecimiento

que hemos logrado como personas, la influencia que han tenido nuestras acciones en medios tan disímiles como nuestros compañeros, esposos, hijos e hijas, las y los profesionales de clases medias y las mujeres de los sectores populares urbanos y sus familias",

Un seguir viviendo que materializado en distintos espacios y escenarios políticos ha hecho significativa y visible la presencia de mujeres quienes tomando para sí la palabra, dialogaron y negociaron en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991. Mujeres y sus palabras que de 1982 a 1991 se manifestaron, expresaron en tiempos y espacios múltiples y diversos en un proceso maravilloso de modificación de cada una de quienes lo integraron. Modificación acaecida en relación con ellas mismas y sus entornos. En el encuentro y en relación con mujeres de las más diversas condiciones se ha "atendido" lo que cada una es, sus necesidades y deseos concretos; los derechos humanos se han sexuado y en ellos, el desvelar la violencia contra las mujeres ha dado otra dimensión a los mismos. También la democracia y la paz han sido objeto de interpelación y esta se materializa en proyectos de ley referidos a sexualidad que están en el momento en discusión y otros como el de violencia en la familia que son ya Ley de la República.

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Acciones, reflexiones, discusiones, talleres tanto sobre nuestra autonomía y autoestima como mujeres al igual que temáticas transgresoras: cuerpo, salud, sexualidad, derechos de las mujeres y de asesorías legales y sicológicas han hecho posible que elaboremos caminos o senderos específicos que transformados los hemos volcado hacia espacios en los que el eco fuera mayor y desde los que se alcanzara, en acciones y compromisos conjuntos, una visión menos asistencialista, más política, centrada en la paz, en los derechos de las mujeres como derechos humanos, en la lucha contra toda subordinación y violencia --especialmente la que se ejerce contra mujeres, niños, ancianas y ancianos- y contra toda forma de discriminación. Del año 82 al 86 el esfuerzo se centró de nuestra parte en darle figura, forma al proyecto y los logros confluyeron sobre cuatro ámbitos: servicios (definir líneas de oferta y prestación) equipo de trabajo (conformado) formación (multiplicadoras) y la creación de un espacio autónomo para las mujeres en los denominados ámbitos privado y público.


Lo que ocurría en el espacio del convivir del país por los años 87 y 88 -crisis institucional, guerra sucia, terror y deterioro social- afectó el trabajo institucional, la organización administrativa y el colectivo de trabajo. Quienes en él estábamos debatimos sobre relaciones, compromisos, posiciones, deslindes políticos y, en general sobre participación en el movimiento democrático como nunca antes lo habíamos abordado. El actuar de los años 89 y 91 debió realizarse en medio de un profundo deterioro social y político, corrupción e impunidad creciente y del inicio de una serie de reformas estructurales en el modelo económico. A principios de los 90, el gobierno nacional convocó a la Asamblea Nacional Constituyente como salida a los conflictos y tensiones heredadas de décadas anteriores. La participación de mujeres integrantes de Casa de la Mujer perfila una presencia que propone e incorpora visión de mujeres y sitúa puntos de la agenda feminista. Una de las experiencias más enriquecedoras para cada una de nosotras en Casa de la Mujer y para el desarrollo más formal fue el iniciar una práctica de relación con el Estado no sólo para reivindicar leyes más acordes con las necesidades de las mujeres sino también para develar su carácter regulador en la vida de las mujeres a través de acciones económicas, sociales y jurídicas que intentan determinar el grado de control que nosotras tenemos sobre nuestras vidas. El período postconstitucional desencadenó en diversos sectores de la población encuentros y movilizaciones de las cuales no se estuvo ausente desde este "cuarto proPio" que sitúa -en los años 92 a 94- como objetivo básico apostar por la democratización económica y política del país.

Mirando

el futuro

Después de 18 años de entretejer historia e historias, ampliar los espacios de movimiento, conocer en primera persona la dramática situación de muchas, atender, atendernos, dar y darnos mutuos apoyos en el día a día en situación tan dura como la colombiana y para muchas en condiciones de maltrato y violencia han permitido actuar y encarar tal hecho. El presionar y cabildear en pro de derechos, reformas legales, participación y acceso a espacios de actuación femenina en donde el poder no veía más que ejercicio de dominio y buscar, concertadamente otra noción de ciudadanía, han hecho posible que quienes integran la Casa de la Mujer continúen construyendo autónomamente y sin perder el camino, un proyecto político feminista. Este sueño hecho realidad, la Casa de la Mujer se empeña ahora en dos acciones básicas: una educación para la democracia y ciudadanía y acción política como formas de encuentro y fortalecimiento de las relaciones entre mujeres, organizaciones y grupos de mujeres. Con ellos no sólo se busca, se intenta mejorar las condiciones de vida de cada una de las mujeres que en un país llamado Colombia quieren/queremos consolidar este sueño hecho realidad que va en pos de una utopía: un sentido de libertad y autonomía en el ser mujeres.


Por ]udirh Sarmiento

oncebida en el marco de los espacios generados por la Constitución de 1991, la Confluencia de Redes surge como un proyecto para la acción y la reflexión política de las mujeres. Esta agrupación toma vida entre 1997 y 1998 ante la iniciativa de la Red Nacional de Mujeres -Regional Bogotá-, justamente ante la necesidad de solidarizarse como Movimiento de mujeres y avanzar en procesos de gestión política como de incidencia en las políticas públicas. Bajo este objetivo, nueve de las Redes conformadas en Colombia se reúnen e integran la CONFLUENCIA, siendo éstas: la Red Mujer y Hábitat, la Red Nacional de Mujeres -Regional Bogotá-, la Red Mujer y Participación Política, la Red de Educación Popular entre Mujeres -REPEM-, la Red Colombiana de Organizaciones de Mujeres Rurales, la Mesa de Trabajo Mujer y Economía, la Red Colombiana de Mujeres por los Derechos Sexuales y Reproductivos, la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe -Capítulo Colombia-, y el Movimiento Nacional Mujeres Autoras y Actoras de Paz, quienes participaron de todo el proceso hasta Octubre de 1999.

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Partiendo de los diferentes niveles de desarrollo y de las vivencias en las Redes, la CONFLUENCIA ha posibilitado potenciar el accionar político e incidir de forma significativa en importantes decisiones públicas que tienen que ver con nuestros intereses como mujeres. Allí se ha vivido un proceso de articulación de estos grupos o redes en un esfuerzo hacia la construcción de propuestas relacionadas con el ejercicio de la capacidad de gestión y negociación como actoras políticas y transforman tes de las relaciones Estado-Sociedad civil, ampliando con ello la capacidad de ser sujetas y no solo objeto de las políticas públicas. Por otro lado, es de suponer que las diferentes identidades individuales y colectivas que se dan cita en las redes así como las utopías que ahí se reúnen, han generado entendimientos y contradicciones que han permitido el enriquecimiento colectivo. A su vez, la CONFLUENCIA se ha convertido en un espacio de expresión de los intereses colectivos de las mujeres y ha significado inversión de esfuerzos, conocimientos, tiempo y en especial solidaridad en proyectos conjuntos. Tras concebir la participación social y política como expresión y ejercido de ciudadanía, la red se ha solidarizado y ha avanzado en procesos de autonomía convirtiéndose en abanderada del Movimiento Feminista.


Logros El ejercicio de cabildeo a la ley de cuotas a través del diálogo de varias redes con algunos congresistas I y el propósito de conocer los pro~ yectos de ley que cursen para garantizar la incorporación de la perspectiva de género. De esta manera, adquirir compromisos conjuntos para fortalecer las iniciativas parlamentarias que beneficien a las mujeres colombianas. La presentación del documento "La equi~ dad entre los sexos: un compromiso de Estado para el próximo milenio"2, en donde se planteaban los acuerdos de la confluencia en relación a tres ejes de trabajo cuyos fines están encaminados a: • Incidir desde una perspectiva de género en la formulación de las políticas públicas a través de un documento elaborado y entregado por Confluencia al gobierno de Andrés Pastrana l.

Desde estos tres ejes de trabajo, la CONFLUENCIA interviene en el cabildeo ante el Departamento Nacional de Planeación -DNP- y el Concejo Nacional de Planeación, estudiando y dando un concepto sobre el actual Plan de Desarrollo. El objeto de dicha propuesta es el de introducir en él un "Plan de Igualdad de Oportunidades" que diera lugar al avance de la ciudadanía de las mujeres. Para este fin la red gestiona con el DNP y hace entrega del documento

"Justicia Social con las Mujeres: Un plan para el nuevo milenio" donde son expuestos los intereses de las mujeres a partir de un análisis con enfoque de género al rededor de temas tales como: empleo, participación, salud, educación, hábitat, sector rural y paz, promoviendo desde allí la necesidad de un Plan de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

• Influir en la función de control político y de desarrollo legislativo del Parlamento Colombiano, a partir de los compromisos adquiridos por el Estado en convenios internacionales: necesidad expresada en el texto "El Parlamento Colombiano frente

Ley por la cual se reglamenta la adecuada y efectiva participación de la mujer en los niveles decisorios de las diferentes ramas y órganos del poder público, de conformidad con los artíc-ulos 13, 40 y 43 de la Constitución Nacional de 1991

a las Mujeres: Igualdad ente los sexos, un tema central en la agenda del país para el nuevo milenio"4. • Incorporar el Movimiento de Mujeres a los movimientos ciudadanos por la paz, tras articular sus propuestas con las generadas por la sociedad civil desde una visión de género, 10 cual dio origen a un nuevo documento: "Las mujeres y la paz"5.

2

En convocatoria efectuada por la Nueva Dirección de la Dirección Nacional de la Equidad, en octubre de 1998, y aún en proceso construcción, la Confluencia hizo entrega de éste documento.

3

Esta propuesta se presentó a la Presidencia de la República, a la Subdirección del Departamento Nacional de Planeación y a los y las Ministras del Despacho. Además a ella se suscribieron aproximadamente 150 grupos a nivel nacional.

4

Iniciativa presentada a 20 parlamentarios(as). Estos documentos relacionados se encuentran consignados en los archivos de la CONFLUENCIA DE REDES.


Este Plan, luego de concertaciones y de acciones compartidas entre las redes, organizaciones y la entonces Dirección Nacional de Equidad, fue llevado a feliz términ0 6 . Igualmente las redes estudiaron y conceptuaron ante el Consejo Nacional de Planeación el documento "Cambio para construir la paz" con el objetivo de incluir allí la perspectiva de género. Finalmente, CONFLUENCIA contribuyó en el desarrollo de las. habilidades individuales de las mujeres y de las redes socializando la información entre ellas mismas y ampliando el espacio del movimiento de mujeres a través de la convocatoria de otras organizaciones de mujeres del país a través de su primer Congreso Nacional.

Las acciones adelantadas conllevan compromisos que apuntan a fortalecer los espacios del movimiento, dejándonos la enorme responsabilidad de seguir abriendo puertas hacia un mayor empoderamiento individual y colectivo. Tanto las propuestas como las acciones conjuntas trascenderán en la transformación de las relaciones de género establecidas en la cultura de mujeres y hombres.

6

La Confluencia diseña y concerta con Proequidad el proyccro "Fortaleciendu la práctica política de las Redes como tina ex!>resión del movimiento de ml~jeres ".

Por EquiPo de Trabajo

iálogo Mujer es una ONG colombiana de carácter feminista, democrática, autónoma, y pluralista, que promueve el empoderamiento, la autonomía, la participación y el protagonismo de las mujeres para el desarrollo integral sostenible a escala humana, la democracia y la paz, que garantice los Derechos Humanos de la Mujeres y por ende de todos los excluidos. Para ello Diálogo Mujer impulsa y dinamiza caminos, conocimientos y acciones que promuevan el liderazgo y ejercicio político de las mujeres, desde el fortalecimiento al Movimiento de Mujeres -con énfasis especial en los sectores más discriminados: mujeres populares, de grupos étnicos y jóvenes-, conectando lo micro con lo macro y enriqueciéndolos mutuamente"'.

Llevamos 16 años de trabajo sostenido y creciente que pretende la articulación de procesos micro locales con procesos macro nacionales e internacionales. Desde su inicio hemos tenido un profundo trabajo con mujeres urbano populares, especialmente en Ciudad Bolívar y de mutuo aprendizaje. A partir de 1990 tenemos un Area de Mujer Joven con satisfactorios resultados. Desde 1995 en el Camino a Beijing y siendo punto focal nacional, se ha ampliado nuestro compromiso con los grupos étnicos de indígenas y afrocolombianas quienes hoy día participan en el Movimiento de Mujeres en

Misión de Diálogo Mujer

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Colombia, posicionando su expresión y su cosmovisión diversa para un feminismo profundamente latinoamericano. Nuestro objetivo es lograr un impacto social cada vez mayor en el mejoramiento de la calidad de vida de las mujeres y en la construcción de una sociedad más equitativa, democrática y pacífica a través del liderazgo y empoderamiento; fortalecer la organización y la participación eficaz en los espacios públicos en los que se definen políticas, planes y proyectos que afectan directamente su vida, enfatizando en estos logros para las mujeres y jóvenes populares con el fin de que se apropien de estos derechos. Actualmente somos un equipo de trece personas -9 mujeres y 4 varones-; estamos avanzando 3 proyectos estratégicos, uno en Ciudad Bolívar al sur de Bogotá con mujeres adultas, jóvenes mujeres y varones; otro con 40 mujeres líderes de grupos de mujeres y mixtos quienes se empoderan para incidir en sus regiones, en sus sectores y nacionalmente, pues son urbano populares, indígenas, afrocolombianas, campesinas y jóvenes. El tercer proyecto es nuestro accionar y fortalecimiento para redes feministas del Movimiento de Mujeres y redes mixtas. Diálogo Mujer hace investigación-acción participativa en los temas Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos, Mujer y Paz, Mujer y Banca Multilateral, Juventud y Género, Masculinidad y Género, transversalizando en ellos la participación política de las mujeres. Somos coordinadoras en Colombia de la Campaña "Los Bancos Multilaterales en la Mira de las Mujeres" actualmente haciendo una investigación a proyectos del Banco Mundial en 10 países para identificar y recomendar la aplicación de la perspectiva de género en ellos.

Incidimos con una visión feminista en todos los espacios en donde participamos, para que se tenga en cuenta la perspectiva de género y se posicionen los derechos humanos de las mujeres con un especial énfasis en facilitar oportunidades a las más invisibles por sus triples condiciones de discriminación que vienen afectando sus posibilidades de identidad, autoestima y autonomía. Hemos llegado a las comunidades mencionadas en 12 departamentos del país, a redes de diferente índole, incidiendo en sus estructuras rígidas y patriarcales para que se feminicen y abriendo oportunidades a otras mujeres. Igualmente aportamos en redes del Movimiento de Mujeres para fortalecerlas y fortalecernos en ellas identificando prácticas patriarcales para que las superemos en colectivo e incidamos en el país. J unto con otros grupos crearnos el Movimiento Nacional de Mujeres Autoras Actoras de Paz, el cual tiene impacto nacional y regional coordinado con otras redes de Mujer y Paz, e incidiendo para que se reconozca a las mujeres en los procesos de paz. También nos proponemos influir políticamente para que se superen y regulen los factores generadores de conflicto en lo cotidiano y en las estructuras de la sociedad. Así mismo hemos construido metodologías pedagógicas en género y paz y a diferencia de espacios patriarcales le apostarnos con militancia y amor al terna de la Paz y un no rotundo a la guerra. De aquí que hemos llegado a impactar en espacios micro y macro de ONG's, del gobierno, de redes, de la Iglesia y de otros organismos nacionales e internacionales. Pero principalmente hemos profundizado en nuestras propias vidas desde lo más profundo de la individualidad donde se enraízan sutilmente los poderes del


patriarcado, para romperlo en lo más íntimo desde lo que en gran parte lo posibilita: nosotras mismas, y sobretodo ellos mismos. Muy significativo en esta línea ha sido nuestro trabajo con los varones para su reflexión sobre una nueva masculinidad y su esfuerzo por lograr coherencia como aliados nuestros; de ahí que desde su inicio ha sido estratégico el trabajo con varones líderes quienes jalonan campañas de sensibilización a otros varones y aportan al trabajo de análisis como de ejecución de proyectos en Equipo.

y para finalizar no dejamos de lado la oportunidad de seguirle apostando a la presión para que se cumplan los acuerdos de la plataforma de Beijing que contiene muchos años y esfuerzos de la incidencia como Movimiento de Mujeres en las estructuras autoritarias y rígidamente establecidas del patriarcado.

Por EquiPo de Trabajo

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a historia del grupo es la historia de cada una de sus integrantes, es la historia de mujeres que buscaban un lugar para escucharse, para hablar de la mujer. Allí encontraron la posibilidad de luchar, de transformar, de compartir nuevas experiencias, de abrir nuevos caminos y encontrar nuevas formas de lucha.

Desde el feminismo se asume estar inmersas en una realidad sociopolítica de la cual no se podía ni se deseaba aislar; por lo tanto el grupo no fue sólo un espacio de autoconciencia, sino también, para comprometerse con otras mujeres y con los procesos de democratización del país.

Se trabaja en la relación teoría/práctica a varios niveles: en la transformación de la vida cotidiana y en la formación teórica. Se discute, se habla de lo que se siente y espera. Las discusiones rebasan lo programado, para convertirse en una práctica permanente, en una confrontación a todos los niveles, en una necesidad de transformar hasta la relación más casual.

Al enumerar las acciones realizadas, tanto hacia dentro como hacia fuera del Grupo, se puede caer en el peligro de no reflejar realmente lo que fue y lo que se hizo como Grupo, y lo que en la actualidad es cada una de las mujeres que participaron en el grupo Mujeres en la Lucha durante los años de 1977 a 1982.

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Hacia fuera del Grupo se impulsó la Amnistía para las madres presas políticas en América Latina, con motivo del Año Interna-


cional del Niño; se llevaron a cabo foros, mesas redondas y seminarios sobre la problemática de la salud de las mujeres y de la situación de subordinación en el trabajo, en la educación y en la familia; se participó en la creación de un frente feminista en solidaridad con Nicaragua; se hizo presencia en la organización y realización del 1 Encuentro Feminista; intercambiamos experiencias con otros grupos y organizaciones de mujeres a nivel nacional e internacional; participamos en el Foro Alternativo a la Conferencia de la Mitad del Decenio en Copenhague 1980; se participó en el Encuentro de Mujeres y Salud en Ginebra 1981; impulsamos y apoyamos grupos de mujeres; igualmente realizamos talleres sobre salud, sexualidad y violencia contra las mujeres; apoyamos el Proyecto Casa de la Mujer a través de la búsqueda de financiación y retroalimentación en lo teórico; elaboramos documentos y finalmente apoyamos la revista Qué pasa Mujer de la cual se editaron sólo tres números por cuestiones de financiación. El espacio de la Casa de la Mujer se concreta en 1982 y se logra la financiación que permite la apropiación de un espacio para y desde las mujeres. El grupo Mujeres en la Lucha cumple su ciclo vital y político. Las mujeres que integraron el grupo han cambiado. El momento histórico y vital para cada una de las que formó parte del Grupo es diferente; se han transformado, han tomado diversas opciones en lo político y lo individual, pero ese caminar por unos años juntas marcó la vida de cada una de nosotras y esa experiencia enriqueció en lo teórico, lo práctico y lo organizativo al movimiento feminista y a la Casa de la Mujer. Ellas, nosotras, contribuimos a escribir una página más en contra del patriarcado.



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{Zscrjb¡"rzron rz/ J)jg/O Lya Yaneth Fuentes Vásquez Socióloga, Universidad Nacional

La mayoría de libros y documentos aquí referenci ados hacen parte del acervo bibliográfico del Fondo de Documentación Mujer y Género del Programa de Estudios de Género, Mujer y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia. El Fondo cuenta con cerca de 6.000 registros bibliográficos y se encuentra vinculado con centros especializados en el tema mujer y género, a escala nacional e internacional. El Fondo es dirigido por Guiomar Dueñas. Edificio Manuel Ancizar Oficinas 2003-2007 Ciudad Universitaria Santafé de Bogotá, Colombia E-mail: fdmujgen (?1 bacata.usc.unal.edu.co Tel. 3165000 Ext. 20010/20011/20008 Telefax. 316 51 42

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en Olres palabras ...

La investigación histórica en torno a mujeres líderes, artistas e intelectuales que han dejado su huella en el siglo XX en Colombia, es prácticamente inexistente. No se ha recuperado para las generaciones venideras la vida de mujeres como María Cano, Ofelia Uribe, Débora Arango, entre las más destacadas. Existen unos cuantos artículos que recogen entrevistas, generalmente de tipo periodístico, pero no se han realizado en sentido estricto, estudios biográficos ni historias de vida de las mujeres más influyentes en la sociedad colombiana. Tampoco se cuenta con el género autobiográfico. Investigadoras como Magdala Velásquez y Norma Villarreal han centrado su interés en la historia del movimiento de mujeres, con énfasis en la lucha sufragista. Su trabajo presenta continuidad en el tema con estudios que abarcan gran parte del siglo XX. En la presente recopilación bibliográfica se destaca la necesidad de escribir la historia de las mujeres, recuperar su palabra y su voz.


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