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Alianza Agrosavia ASOHOFRUCOL para la priorización de limitantes fitosanitarias y de nutrición en los cultivos de aguacate Hass en los departamentos de Tolima y Caldas, y para tomate en Cundinamarca y Boyacá
Por: Carlos Fernando Castillo L., Profesional Ingeniería Agronómica Especializado
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El objetivo general del convenio entre Agrosavia-Asohofrucol es determinar participativamente las prioridades y alcance para la formulación de proyectos de investigación aplicada en aspectos fitosanitarios y de nutrición en cultivos de aguacate Hass para los departamentos de Tolima y Caldas, así como en cultivos de tomate en Cundinamarca y Boyacá, basado en las necesidades y contextos de los actores de la cadena.
CONTEXTO NACIONAL
En los últimos 10 años, el aguacate Hass ha cobrado gran importancia en el país convirtiéndose en el sexto producto de exportación después del café, banano, flores, palma de aceite y azúcar. Es así como en el año 2017, Colombia contó con 68.661
Aguacate Hass 6to
lugar en exportaciones
375.906
toneladas
hectáreas cosechadas con una producción de 375.906 toneladas con rendimientos promedio de 9 t/ha. (Ministerio de Agricultura de Colombia, 2018). Tras la admisibilidad del aguacate colombiano en el mercado de Estados Unidos en 2017, la meta de participación en el mercado norteamericano es de 0,8% equivalente a 8546 toneladas. Para esto es necesario que por lo menos el 60% de 14.000 toneladas, que se espera que sean producidas en los núcleos productivos certificados por ICA y APHIS, estén libres de plagas cuarentenarias y cumplan con los requerimientos fitosanitarios y de calidad del producto exigidos por el mercado (Ministerio de Agricultura de Colombia, 2018).
Conforme con el ICA, la comercialización del aguacate se ha visto limitada debido a la heterogeneidad en el producto cosechado. Esta heterogeneidad es causada, entre otros factores, por: la variabilidad en los materiales cultivados, deficiencias en el control fitosanitario de la producción primaria del aguacate y bajos estándares de calidad. Por su parte, el estar en un país tropical con marcada variabilidad climática, genera efectos en la disminución del rendimiento e incremento de la incidencia y severidad de plagas, que lleva a los agricultores a incrementar el uso de agroquímicos para el manejo fitosanitario de los cultivos, e impacta además en el costo e inocuidad del cultivo.
A nivel nacional se han presentado problemas en las exportaciones en las inspecciones de autoridades fitosanitarias donde han encontrado lotes que superan los límites máximos de residualidad de agroquímicos - LMR e insectos vivos. Esto evidencia un manejo inadecuado del cultivo y deficiencias en la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas-BPA (BIOINTROPIC, 2019).
Si bien el aguacate Hass representa una excelente oportunidad para el sector agrícola colombiano dada la posibilidad de exportación que ofrece, este enfrenta varios retos por ser un monocultivo y la necesidad de asegurar su crecimiento basado en un manejo sostenible del paisaje, la biodiversidad y el manejo y control fitosanitario.
Por otro lado, para el caso de tomate, una de las hortalizas más producidas a nivel global, para el año 2017, fueron sembradas en Colombia 17.124 hectáreas (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural - AGRONET, 2017). El área cosechada (que incluye dos semestres) fue de 15.670 hectáreas de las cuales 2.586 hectáreas corresponden producción bajo condiciones protegidas.
Los rendimientos de Colombia en tomate son bajos comparados con los de la producción internacional: Estados Unidos produce 86 t/ha de tomate, Chile 62 t/ha, Brasil 68 t/ha y Uruguay 65 t/ha, Colombia sólo 34 t/ha en promedio (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación FAO, 2020). Con respecto a predios certificados por el ICA en Buenas Prácticas Agrícolas, en el país solo se reportan 21 predios certificados para tomate. De estos, seis predios corresponden al departamento del Quindío, cinco a Boyacá, cuatro a Valle del Cauca y el resto a otros departamentos. Esto evidencia que al ser una cadena con énfasis al mercado nacional no hay una mayor exigencia del mercado frente a este requisito técnico y presenta una baja presencia de certificaciones (BIOINTROPIC, 2019).
En Colombia se han desarrollado investigaciones conducentes a determinar los riesgos químicos y microbiológicos del tomate. Entre otros, se encuentran los proyectos: “Riesgos determinados sobre los principales contaminantes químicos y microbiológicos en tomate cultivado bajo condiciones protegidas en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Antioquia” liderado y ejecutado por AGROSAVIA; así como estudios desarrollados por la Universidad Nacional de Colombia para determinar los residuos de plaguicidas organoclorados, organofosforados y piretroides en cosechas de alto riesgo como la fresa, el repollo, la uchuva y el tomate en los departamentos de Cundinamarca y Huila; así mismo en un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud (INS), Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), Universidad del Valle, Universidad del Quindío y la Dirección Territorial de Caldas para la determinación de biomarcadores de exposición y efecto por uso de plaguicidas organofosforados, carbamatos, ditiocarbamatos, y organoclorados en los productores. En términos generales los resultados relacionados a los estudios en mención ponen en evidencia un riesgo latente en términos de contaminación química en este producto de consumo en fresco (AGROSAVIA, 2018).
En el escenario actual y prospectivo para estos dos cultivos, se evidencian retos de gran importancia para el país: por un lado, para el cultivo de tomate, la obtención de un producto de calidad especialmente en términos de inocuidad, manteniendo los niveles de residuos por debajo de los LMR, con una producción que incorpore alternativas ambiental y económicamente amigables y sostenibles; y por otro lado, la apuesta productiva del país, en donde se mantenga la admisibilidad en los mercados ya abiertos para el aguacate colombiano, y se obtenga, para nuevos mercados.
Estos retos del país para los cultivos de aguacate y tomate se encuentran en total consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), conocidos como Objetivos Mundiales en el marco del PNUD-Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, los cuales hacen parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Se incluyen: la competitividad y la innovación como parte de la estrategia para enfrentar los desafíos sociales, ambientales, políticos, económicos y hacer frente a la pobreza y hambre extremas (Organización de las Naciones Unidas ONU, 2012). De acuerdo con Anna (2014), citado por Ramírez y colaboradores (2015), los factores que intervienen en la competitividad se encuentran relacionados con la nueva geografía y la economía del conocimiento, lo que lleva a considerar las
teorías del crecimiento, dentro de las cuales se encuentran inmersas la adopción y la innovación, como generadoras de desarrollo (Ramírez J, 2015). Conforme lo menciona el Informe de la OCDE para Colombia, la innovación viabiliza el ingresar en un proceso acumulativo de diversificación económica; sin embargo, dentro de las conclusiones del mismo diagnóstico elaborado por la OCDE, se plantea que “el sistema de innovación de Colombia es aún pequeño, excesivamente centrado en actores estatales y su desempeño se encuentra muy por debajo del nivel requerido para su desarrollo sostenido” (OCDE, 2013, pág. 3).
Conforme con Saavedra y colaboradores (S.F), la innovación tecnológica es uno de los elementos fundamentales, para lograr el desarrollo económico y social. La innovación no sólo debe expresarse en términos de nuevos inventos y procesos, sino en cómo agilizar los procesos de adopción de nuevas tecnologías en los sistemas productivos, toda vez que la adopción de tecnología se constituye en un factor concluyente para que la innovación se
dé. Como proceso complejo, la innovación abarca subsectores que deben sincronizarse en el tiempo y espacio, para lograr el impacto deseado. En este sentido, la innovación además de verse como la inversión con posibles ganancias para un productor por efecto de la inclusión de nuevos conocimientos es un proceso social que involucra elementos diversos (Saavedra-Montano, Briones, Monterrey, Centeno, & Mercado, S.F). En estudios adelantados por Parsa y colaboradores, efectuado en 96 países, entre desarrollados y en desarrollo,
se encontró que, a pesar de contar con principios sólidos del Manejo Integrado de Plagas, su adopción continúa siendo escasa. Para países en desarrollo, fueron relacionadas 51 causas, entre las que se encuentran: falta de participación de las comunidades, capacitación y apoyo técnico insuficientes para los agricultores, e incentivos insuficientes para la adopción (Parsa, y otros, 2014).
Por otro lado, la Investigación Acción Participativa - IAP, conforme lo plantea Balcazar, provee un contexto concreto que involucra a miembros de la comunidad o grupo, independientemente de su nivel de educación o posición social. Estos se involucran en el proceso de investigación en una forma no tradicional, más como agentes de cambio que como objetos de investigación. Entre los múltiples beneficios de procesos de IAP, está el permitir a los miembros del grupo o comunidad valorar el papel de la investigación y el papel que esta juega en sus vidas, como proceso de transformación de su realidad. Dicha participación contribuye a definir la problemática en términos y bajo condiciones que la comunidad experimenta y no desde la perspectiva de los investigadores externos a esta (Balcazar, 2003). En este mismo sentido Landini (2016) plantea que, las capacitaciones no deberían abarcar los temas que resultan más intuitivos para los profesionales y para sus autoridades, sino aquellas cuestiones que traen problemas en la práctica (Landini, 2016). La IAP también empodera a las comunidades, no como espectadores pasivos sino, como actores en el proceso de cambio.
Conforme lo plantea Landini (2016), resulta fundamental producir información empírica que ayude a identificar y comprender los problemas a los que se enfrentan las comunidades, lo que contribuye a generar o encontrar las mejores alternativas de solución (Landini, 2016). En este sentido, implementar acciones de investigación participativa en procesos de I+D+i, se constituye en un elemento fundamental en la definición o priorización de problemas, identificación de posibles soluciones, pero principalmente en un factor que viabiliza la adopción de las soluciones o alternativas generadas en este proceso.
Para el aguacate Hass colombiano, el país se ha trazado la meta de mantener mercados y alcanzar otros nuevos, manteniendo las condiciones fitosanitarias óptimas de los huertos de cultivo y del producto. Tanto para aguacate como para tomate, la meta incluye también el incorporar alternativas de manejo de los principales agentes causantes de pérdida en los cultivos. Para estos propósitos es necesario trabajar de la mano con las comunidades o grupos de productores y otros actores de la cadena en los territorios. De esta manera, una vez priorizados los aspectos fitosanitarios y de nutrición a intervenir en estos cultivos, se formulará el proyecto: “Contribución al mejoramiento de la competitividad de los cultivos de aguacate Hass y tomate a través de la incorporación de estrategias de manejo integrado de problemas fitosanitarios y nutricionales que propendan por una producción más limpia, una agricultura más sostenible y una alimentación sana en
Colombia.
BIBLIOGRAFÍA
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4 AGROSAVIA. (2018). Proyecto: Riesgos determinados sobre los principales contaminantes químicos y microbiológicos en tomate cultivado bajo condiciones protegidas en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Antioquia. Mosquera. Balcazar, F. E. (2003). Investigación Acción Participativa (IAP): Aspectos conceptuales y dificultades de implementación. Fundamentos en humanidades Universidad Nacional de San Luis(I/II), 59-77. Recuperado el 17 de enero de 2020, de https://www. redalyc.org/pdf/184/18400804.pdf BIOINTROPIC. (2019). Aceleración de la adopción de soluciones tecnológicas e insumos agrícolas inocuos y eficaces para el manejo integrado de plagas y enfermedades y la nutrición de los cultivos de Aguacate Hass y Tomate que propendan por la alimentación sana y agricultura so. Bogotá. Landini, F. (2016). Problemas de la extensión rural en América Latina. perfiles Latinoamericanos, 47-68. doi:10.18504/ pl2447-005-2016