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Toro Puro vs Toro Comercial
Pa’ la vaca da lo mismo azul celeste o lo que cueste; pa’l ganadero, el toro hace o deshace el negocio.
ESCRITO POR: ING. SERGIO S. SILLER CHAPA
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Presidente del Comité Técnico de la Asociación Brangus Rojo, Braford y Santa Gertrudis REVISADO POR: DR. MOISÉS MONTAÑO BERMÚDEZ Doctorado en Genética por la Universidad de Nebraska-Lincoln
Lo caro no es pagar bien por un buen toro; lo caro es pagar poco por un mal toro y usarlo con sus vacas. “Cuando considera usted bien el gran impacto a largo plazo de un toro, nunca podrá decir que compró un toro demasiado bueno”, dice el libreto educativo “La inversión mas valiosa para el hato ganadero —el toro—”, de la Universidad del Estado de Pensilvania.
Parece haber un consenso general entre los expertos en economía agrícola; el valor de un toro se determina por su capacidad de engendrar muchas vacas, el progreso genético que transmite, y por la demanda de sus crías en el mercado.
“El no saber si un bovino fue producido con buen ganado, en términos de buena genética bovina de carne, y por ende probable desempeño, es una seria desventaja”, dice Pearse Kelly. “La apariencia sola es un predictor pobre del potencial carnicero de un bovino”, agrega Kelly. Él se dedica a asesorar ganaderos en Irlanda que compran ganado para llevarlo “hasta el gancho”. Independientemente del país que hablemos, un punto clave del éxito en la producción de más y mejor carne de res, es la genética, la cual se transfiere al hato con toros de referencia. Un toro de referencia es aquel que sabemos su procedencia, genealogía, y productividad; o sea, un toro de registro de pureza racial, avalado por una organización de criadores de raza pura de registro.
Claro, en la ganadería el toro puede ser un semental de una raza pura de registro, o puede ser un macho entero comercial. A la vaca no le interesa mucho el linaje del toro que la va a fecundar, si está lista, ella lo que quiere es propagar su especie. Al que debe importarle mucho la calidad del toro que va a preñar a sus vacas es a usted.
El impacto económico positivo de un toro puro de registro puede ser mucho mayor que el de un macho entero comercial, especialmente si usted retiene sus hijas para dejarlas como reemplazos de sus vacas (más del 95% de los ganaderos de México hacen eso).
Para una sola cría, el impacto genético del toro es de 50%, contra el 50% que pone la vaca. Para todo su hato ganadero no funciona así, el impacto del toro es mucho mayor. “Después de 3 generaciones de retener las vaquillas, el 87.5% de la genética de todas las vacas del hato viene de los últimos 3 toros comprados”, nos dice el mismo boletín ya mencionado de Pensilvania.
Entonces, una diferencia fundamental en nuestra comparación, viene del valor genético del semental; o sea, su capacidad de transmitir a sus crías un grado más alto de productividad y calidad. De hecho, con un toro comercial, no hay referencias, comúnmente no sabemos mucho más allá de su apariencia.
Principales desventajas del toro comercial
El macho comercial con testículos, el cual usted podría usar como toro, si le dejará crías. Sin embargo, el precio de ese ganado en el mercado puede ser mucho menor, por lo impredecible que este puede ser en productividad y comportamiento posterior en la cadena de la producción de carne de res.
La uniformidad de las crías puede convertirse en una seria desventaja y dar problemas de cumplimiento con las demandas de los siguientes eslabones de la cadena de producción. No podemos perder de vista que la producción de becerros es un negocio tipo “commodity” (materia prima). Con esto, uno tiene que considerar que es lo que están dispuestos a comprar al mejor precio posible los siguientes eslabones de la cadena. En una industria segmentada, el productor primario, le guste o no, está “casado” con todos los otros integrantes de la cadena.
Otro problema para un macho comercial con testículos, es que no todo lo que brilla es oro. Usted puede ver a uno de estos toros y encontrarlo atractivo. Pero mucho de su atractivo puede provenir del vigor hibrido derivado del cruzamiento, y eso, ¡no se transmite! Las ventajas relativas del animal cruzado sólo se expresan en él. Deje usted entrar este concepto en su cerebro: el vigor hibrido no se hereda. Por lo mismo, los ganaderos siempre necesitaremos ganado de razas puras para lograr las ventajas que nos brinda el cruzamiento.
Inversión cuantiosa
En la producción de ganado puro de registro, el criador tiene que competir con sus compañeros de raza. Para esto, él debe invertir en tecnología, capacitación y en genética, cosas que no son nada baratas. Por cada peso que invierte el productor comercial, el ganadero criador de ganado de registro invierte 10 pesos. Sólo de esta manera se puede destacar sobre los demás para cautivar a sus clientes. Además, tiene que demostrar ante la agrupación de registro —en México además a la autoridad federal— que lleva bien el historial productivo y genealógico de sus crías. Así, un certificado de registro no es sólo un papel, es el documento oficial que formaliza todos los procesos de conformidad con un sinnúmero de reglas.
En el ganado de registro sí hay un respaldo sobre el comportamiento de su producto vendido, ya que el criador debe cuidar su reputación. Por su parte, el toro comercial no se somete a ninguna regla de conformidad. Su comercialización se somete únicamente a una transacción entre los interesados, donde normalmente no hay un respaldo sobre el desempeño del toro. Esta es una de las muchas razones por las cuales un toro comercial es más barato. En la gran mayoría de los casos, un toro comercial no trae ni respaldo, ni genética, ni datos de ningún tipo.
Llamarada de petate
En los Estados Unidos, en tiempos recientes se popularizó una corriente de producción y venta de toros “Compuestos” (Composites). El termino se refiere básicamente a criar ganado usando machos cruzados de dos o más razas, con hembras también cruzadas, de las mismas, u otras dos o más razas. Así, a estos Compuestos se les maneja igual que el ganado puro. El señor Jim Leachman fue uno de los principales impulsores de esta corriente, la cual logró generar algunos adeptos: varios continúan con sus programas. Sin embargo, este sistema de producción no se expandió como él quería. De hecho, el Sr. Leachman convenció al King Ranch, de Texas, de crear un ganado compuesto, con nombre y toda la cosa: le llamaron Santa Cruz. Con los años el King Ranch desechó este programa. Al final, el ganado de raza pura, con 90 años de estabilización genética, mostró con hechos tener más predictibilidad sobre el nuevo ganado compuesto, con mucho diseño en papel y mucha labia, pero pocos resultados reales.
A los gobiernos les debe preocupar mucho los resultados reales de un programa de apoyo al avance genético del hato ganadero nacional. Los recursos que aportan en estos programas vienen de los impuestos que pagamos todos los mexicanos. Así, este dinero sólo se puede aplicar para la adquisición de sementales de registro. No hay otra manera de ayudar a nuestra industria ganadera nacional.
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¿Tiene usted alguna duda de quién lleva la carga genética en esta pareja para sacar buenas crías? ¡Es ella!
El toro es la clave
La ganadería se hace con toros: toros buenos de raza pura de registro que puedan llevar la carga genética para darnos un progreso real. La relación macho hembra en la ganadería es comúnmente de 1 a 20 (un toro por 20 vacas). Para entender un poco mejor este concepto, modifiquemos un poco el cuento de la Bella y la Bestia. Digamos que esta pareja pudo haber tenido hijos de buen ver. ¿Dudaría usted quien lleva ahí la carga genética? ¡Es ella, sin duda! Pero en la ganadería van 20 Bellas por una Bestia, no podemos darles a ellas la carga genética nunca. Un toro normalmente puede dejarnos 100 o más crías en toda su vida productiva. Una vaca normal, a lo mucho, nos deja unas 5 o 6 crías en toda su vida. Con esta aplastante realidad, no puede usted andar dudando a quien le toca llevar la carga genética: tiene que ser el semental. Ese, tiene que ser sin duda un toro puro de registro que complemente bien a sus vacas para producir lo que exige el mercado.
Otro detalle importante a considerar, en esta comparación del valor entre un toro puro de registro y uno comercial, es que el ganado comercial no existiría, de no existir razas puras. Todo el ganado comercial deriva su linaje genético de alguna(s) raza(s) pura(s) de registro.
La estructura de la población de bovinos en todo el mundo es piramidal, con los criadores líder de su raza pura en la punta superior y los ganaderos comerciales en la base. Alguien puede con labia en un mundo virtual voltear la pirámide para poner arriba al ganado comercial. Pero eso no perdura, esa pirámide se cae aún con la mejor de las labias.
No hay nada malo en que los ganaderos comerciales vendan Toros Equis (X) a quien esté dispuesto a comprarlos. Pero hacer esto con apoyo de recursos públicos sería devastador para al desarrollo del hato ganadero nacional de bovinos de carne. El que produce toros comerciales tiene una inversión fincada mayormente en pura labia. Sin embargo, el criador de raza pura de registro lleva en sus hombros grandes inversiones en genética, capacitación, y aplicación de tecnología de vanguardia. El gobierno no puede equivocarse en algo tan fundamental, dentro de su tarea de garantizar que la población tenga acceso a una alimentación de alta calidad.
Lo que nos toca a los involucrados en la producción de genética bovina de alta productividad y calidad, es transformar esta presión destructiva, de algunos ocasionados con buena labia, en presión de selección para mejorar nuestra oferta de mejores sementales.
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La ganadería tiene una estructura piramidal que no se puede invertir o se nos cae.