6 minute read

Artículo César R. Ocaña

  • CÉSAR RAFAEL OCAÑA ROMO.

M.Sc. in International Agricultural Sciences. Universidad Humboldt, Berlín, Alemania.

Panorama agroalimentario 2024:

Desafíos y oportunidades para la cadena agroalimentaria mexicana.

Agricultores prósperos significa más empleo, más prosperidad para los trabajadores y los hombres de negocios de todas las áreas industriales en todo el país. Frase atribuida durante el período de la Gran Depresión a Franklin D. Roosevelt, Presidente de los Estados Unidos de 1933 a 1945 .

El año 2023, como su predecesor, estuvo marcado por sobresaltos a nivel internacional. Los desafíos persistirán en 2024 manteniéndonos bajo sombras de incertidumbre política, económica, financiera y conflictos militares. En este contexto, la cadena agroalimentaria mexicana se ve inmersa en una red compleja de factores, que van desde la producción primaria hasta las dinámicas geopolíticas globales, que afectan el comercio y negocios.

En el año 2023 la amenaza de inflación se atemperó en varias naciones (México incluido) con alzas en los tipos de interés por los bancos centrales, ello aparejado con la crisis climática, la energética, los conflictos de Ucrania –Rusia, Israel – Hamas/Gaza y la tirante relación entre China – Estados Unidos por la supremacía tecnológica; entre otros factores con efectos colaterales para la producción, comercio y precios de los alimentos.

Los conflictos mundiales suelen impactar los precios del petróleo (por ahora proyectados por debajo de $85 dólares/ barril), generando incertidumbre respecto de su suministro y precios e impactando globalmente en otros insumos o productos que son parte fundamental de múltiples actividades económicas.

En adición cabe mencionar que el próximo año se celebraran elecciones en más de 70 países, que representan más de la mitad de la población mundial, entre ellos, México y Estados Unidos, previéndose que algunas elecciones no serán tan libres, ni tan justas, lo cual tendrá consecuencias en el ajedrez geopolítico internacional.

Perspectiva Económica, Monetaria y Agroalimentaria Internacional

Expertos anticipan la apreciación de algunas monedas frente al dólar, con previsiones de disminución en tasas de inflación. En el caso del peso mexicano, su apreciación encarece sus productos en el mercado internacional y los exportadores reciben menos pesos por sus ventas; por otro lado, esta apreciación tiende a abaratar las importaciones mexicanas porque la misma cantidad de pesos puede comprar más productos extranjeros, lo cual incide en los resultados de la balanza comercial.

La economía de los Estados Unidos ha demostrado resistencia y crecimiento frente a choques sistémicos, lo cual beneficia a México, no obstante persisten preocupaciones sobre riesgos políticos y la necesidad de estabilidad fiscal, lo que, guardadas las proporciones evidentemente es extrapolable a México. Para ambas naciones destaca la importancia del comercio internacional para enfrentar con una base más sólida los desafíos económicos globales.

En el panorama agroalimentario la baja en precios de los combustibles y fertilizantes y una buena cosecha de cereales y oleaginosas en varios países, influirán por segundo año consecutivo en una caída de sus precios.

Esta abundancia inicial de productos agrícolas, no obstante, viene acompañada de incertidumbre debido a las variables climáticas (El Niño) y tensiones geopolíticas (el riesgo de bloqueo de Rusia a las exportaciones de Ucrania vía el Mar Negro), generando preocupaciones sobre la estabilidad del mercado en el largo plazo.

Contexto Nacional

México enfrenta desafíos persistentes como son la desigualdad económica, polarización política y violencia. Reformas, iniciativas legales y acciones gubernamentales obstaculizan el ambiente de negocios, abonando al detrimento del estado de derecho, democracia, seguridad y justicia. Aunque la situación interna presenta obstáculos, el contexto global y la ubicación geográfica han favorecido la inversión extranjera en México, especialmente con el Nearshoring.

En el ambiente político, la vista esta puesta en la elección presidencial, así como las legislativas federales, las estatales y municipales, por lo que es de esperar que la relación entre actores políticos y económicos pueda tensarse aún más.

El tema agroalimentario para el año 2024, continuará siendo muy sensible política y socialmente, por lo que se deberá estar atentos a la agenda de política pública 2024, entre otras a la ley de aguas, agraria, de plaguicidas y laborales.

En cuanto a clima, en el 2023 prevalecieron condiciones extremadamente secas en gran parte de la nación por lo que el almacenamiento de agua en las presas fue insuficiente y está limitando las superficies agrícolas a sembrar, lo cual impactará a la baja la producción nacional de granos e incentivará mayores importaciones.

Bajo el fantasma de la sequía la reducción del hato bovino que ya viene de años atrás continuó el 2023, que en el mejor de los casos para evitar muertes de ganado implicó el sacrificio o venta de ganado, lo que genera una mayor oferta temporal de carne en el mercado con bajas en el precio del ganado en pie (en particular de las vacas), aspecto que enmascara la problemática del criador de ganado bovino al existir más abasto de carne pese a la sequía, pero que a la postre se resentirá cuando mejoren las condiciones de pastos y aguas y el ganadero retenga hembras para recuperar el hato reproductivo, lo que limitará la oferta de animales para los engordadores y consecuentemente la producción nacional de carne de bovino, faltante, que en su caso se habrá de suplir con importaciones.

A la agenda a observar, se añade la situación con los Estados Unidos, con las tensiones comerciales por obstáculos de México al acceso a la biotecnología (semillas y maíz transgénico y el herbicida glifosato), a los derechos laborales, medio ambiente y energía entre otros, aunado a la crisis migratoria en la frontera norte (ahora con cierres al cruce ferroviario de mercancías en Texas), y en el sur del país como una coladera para miles de personas de centro-américa, el caribe y otros países, que van a parar a los cruces con Estados Unidos, sumado al tráfico de drogas, aspectos que exacerban el discurso antimexicano de políticos estadounidenses en el contexto de las elecciones presidenciales del 2024 en Estados Unidos.

Por supuesto por parte de Mexico hacia Estados Unidos también existen reclamos, entre estos la muy recurrente y socorrida estacionalidad a productos agrícolas y medidas sanitarias contra las hortalizas (como el reciente caso del melón sonorense).

La combinación de estas amenazas visibles (ya que pueden sumarse otras) del contexto nacional e internacional, nos obligan a estar atentos a riesgos económicos, políticos y de gobernabilidad.

Reflexiones

El debilitamiento de nuestro marco jurídico, niveles de institucionalización, la inseguridad pública, aunado a la interferencia política que puedan propiciar las elecciones del 2024 tanto en México como en Estados Unidos, son aspectos que pudieran incidir en la marcha de la economía.

Como se ha dicho anteriormente, el grado de desarrollo de México en el largo plazo, será influido por el nivel de integración de sus políticas con sus principales socios comerciales; por el fomento a la competitividad de la producción local y capacidad exportadora; así como por el acceso a los adelantos tecnológicos; en donde la estabilidad macroeconómica, democracia, seguridad jurídica y social, juegan un papel preponderante.

El reto para sociedad y gobiernos de varias latitudes será evitar caer en la ingobernabilidad y ciclos de populismo con resultados económicos cuestionables y ya observados históricamente, por lo que recurro a una pregunta referenciada por Andrés Velasco (Columna de El Economista, Opinión, 19.12.23) que ciertamente sacude: ¿Por qué no aprendemos nunca?

This article is from: