Revista Hamartia #17

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04. EDITORIAL 21.

34. ELECCIONES EN LA CIUDAD

LA MUERTE Y LA RADIO Cuento con historia, por Pablo

34. Macri, el pasado enmascarado Opinión, por Carlos Heller 37. Las deudas de Mauricio Entrevista a Eduardo Epszteyn 40. Entrevista al legislador Form

24.

RUBÉN BORRÉ Del claroscuro al contraste de colores. El taller de los artistas

43.

HUMOR Por Diego Parpaglione y Leandro Gillig

47.

Por Gillig

eH?

48.

HEZBOLLAH Opinión, por Guadi Calvo

50.

¿CONTAMINACIÓN ACÚSTICA O PAISAJES SONOROS? Por Diego Makedansky

27. YEGUA Y GRONCHA 56. Arte, erotismo y política

33.

MICROARTÍCULO 26 Por Ricardo Capellano

CARLIN

06. CAUSA AMIA

06. Informe especial. Encubrimientos, traiciones y el Fiscal Nisman. 14. Beinusz Szmuckler: “La pista iraní no se sostiene por ninguna parte” 16. Lorena Martins: Stiuso, la SIDE y los prostíbulos de Martins 18. Sergio Burstein: “A la AMIA y la DAIA no les importa la verdad” 21. Marcelo Horestein: “Las políticas de Israel generan antisemitismo”


Dirección: Julián Saud, Damián Cots, Santiago Mouradian, Natalia Morandeira. Editora: Natalia Morandeira. Correctores: Lucía Manusovich, María Eugenia Mastropablo, Ignacio Ibáñez. Redactores: Julián Saud, Santiago Mouradian, Damián Cots, Silvana Jáuregui, Natalia Morandeira, Ignacio Ibáñez, Facundo Benedetto, Rocío Luna Alterleib Granda, Nicolás Capusotto, María Eugenia Mastropablo, Facundo Daelli, Remedios La Bella, Guadi Calvo, Jimena Riveros, Lucía Manusovich, Johana Cura. Colaboradores: Manuel Izraelson, Pablo Román Malizzia, Ricardo Capellano, Diego Makedonsky. Dirección de arte y fotografía: Véronique Pestoni, Durazno González, Leandro Gillig. Diseño: Melisa Quintero (Ojo Sideral). Ilustración de tapa: Pablo Smerling. Ilustraciones: Sol Re, Leandro Gillig, Matías Chenzo, Germán Pasti, Julián Mono, Diego Parpaglione, Luciano Giráldez. Fotografía: Nicolás F. Blanco, Durazno González, Juan Vargas. Carlín: Escribe: Diego Cots. Diseño: Durazno González, Federico Rombolá. eH? Leandro Gillig. Diseño: Ojo Sideral Diseño Gráfico Producción: : Remedios La Bella, Nicolás F. Blanco, Gastón Vera, Nicolás Capusotto, Diego Mandarano, Elena Fernández. Administración: Matías Sbora. Agradecimientos: El Tano de Arriba Bar, Ana Diez, Revista Kranear, Encuentro de la Palabra (Parque Tecnópolis), Juan Carlos Junio, Agrupación Mariano Moreno, Miguel Ángel Maciel, Telesur TV. WEB www.hamartia.com.ar En nuestra web podés acceder a las notas de este número y los anteriores, así como notas adicionales y material audiovisual. La revista puede consultarse en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional Argentina. E-MAIL info@hamartia.com.ar @revistahamartia /hamartiarevista PROGRAMA DE RADIO “No nos queda otra”, lunes a viernes de 9 a 11 hs, por AM 740 (Radio Rebelde) Revista Hamartia es parte de la Asociación Civil Hamártires de la Cultura, con domicilio en Díaz Vélez 4550 Dto. 2 (Ciudad de Buenos Aires). Director-Propietario: Julián Saud. Teléfono: 11-4958-1759 Impreso en Génesis Talleres Gráficos. San Lorenzo 4917, Munro, Provincia de Buenos Aires.

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La principal victoria del neoliberalismo consistió en hacernos creer que el conflicto había llegado a su fin, que la historia terminaba justo ahí donde el capital reinaba como todopoderoso desde la cima del mundo. ¿Para qué era necesaria la historia, si ya no había otra campana que contar? Se había despejado el camino al liberalismo en su faceta más desencarnada. Los grandes constructores de ese paradigma, el fin del conflicto, son sin lugar a dudas los medios de comunicación. Ellos son el gran soporte donde la ideología dominante fluye a lo largo y ancho del mundo diciéndonos cómo tenemos que vestirnos, qué tenemos que comer y de qué debemos reirnos. No es casual que los grandes grupos mediáticos sean derivaciones de grandes grupos económicos. La Argentina no es excepción. Clarín, además de ser el grupo comunicacional más poderoso, es uno de los principales grupos económicos del país. Su interés reside en sostener el poder de fuego mediático para seguir desarrollando sus fabulosos negocios. El entramado ficcional que construyen estos medios logra que una denuncia de endeble origen se pueda instalar en todas las cabezas. Aunque muchos hayamos despertado del sueño ensordecedor de la neutralidad, sus armas de desinformación masiva todavía tienen un peso importantísimo. Es que vienen construyendo desde la 125 la idea de que el conflicto es negativo, y que este gobierno lo único que hace es ensanchar la grieta. Nadie se equivocaría en temer que un conflicto local o sectorial pudiera expandirse rápidamente hacia todo el país. Tanto la oposición a través de sus medios de comunicación, como el gobierno a través de su construcción política están en condiciones de nacionalizar un conflicto y darle dimensión de plebiscito. Es necesario darle dimensión histórica al tema del conflicto entre los pueblos y las clases dominantes. En el primer gobierno de Perón se creó el primer Ministerio de salud. Para que se


entienda bien: antes de Perón no había quien se ocupara de la salud pública, la gente se moría de paludismo o tuberculosis sin asistencia pública. La planificación sanitaria fue uno de los logros de aquel gobierno y el golpe gorila que lo sacó en el ‘55 no esperó nada para pulverizarlos y esconder bajo las denuncias y las difamaciones todo lo alcanzado. Llegaron a denunciarlo de estupro, refiriéndose a relaciones con militantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios). Para cada momento histórico encuentran el recurso, la mentira o el engaño más adecuado. Pero eso sí, lo que nunca falta es corrupción. Es el latiguillo perfecto. Han construido a lo largo de las décadas la idea de que la política es sucia y que nada bueno puede venir de ahí. Corrupción pública que si existe es porque los negocios privados corrompen a los funcionarios. Pero de eso no se habla. La tapa de Clarín pueden hablar de unas cuentas en Irán de Máximo Kirchner, sin sustento alguno, mientras que no hay lugar ni para un recuadrito de las 4040 cuentas del HSBC por evadir impuestos y sacar plata fuera del país. Cristina, que ha sido perseguida entre tantas cosas por su declaración jurada, es una de las pocas políticas que muestra de dónde vienen sus ingresos y cómo los obtuvo. Ha tenido que soportar denuncias que terminaron siendo una gran bomba de humo. Un ejemplo es el caso Skanka, en el que se terminó demostrando que no hubo ni sobreprecio ni coimas, en todo caso un accionar reprobable de la empresa privada con el manejo de sus facturas. O lo de Nisman, que va en camino ha ser un blooper judicial, donde la denuncia no da ni siquiera para investigar y las irregularidades de la investigación compromenten mas a Nisman que a la Presidenta. Por otro lado, en los casos donde hubo pruebas de cohecho no se sostuvo al funcionario ni un segundo: es el caso de Jaime que hoy va camino al juicio por enriquecimiento, o el de Felisa Micelli. En el caso de la tragedia de Once, donde aún está por verse si el maquinista fue el único responsable,

la política ferroviaria del gobierno dio un giro de 180 grados haciendo posible la estatización de los ferrocarriles. En el caso del asesinato de Mariano Ferreyra, en tiempo récord se enjuició a los responsables no sólo materiales sino intelectuales del hecho, por lo que Pedraza está preso. Sin embargo, el gobierno no se dejó correr con la catarata de procesamientos a Boudou. Son tan pobres las pruebas que se tienen contra él que se lo sostiene en su cargo aunque, por supuesto, con bajo perfil. Sobre una catarata de mentiras, los errores del gobierno son mostrados por los medios como verdaderas catástrofes nacionales. Errores, desprolijidades, funcionarios que tienen un manejo discrecional. Pese a esto, los medios no pueden desviar la mirada, que en definitiva es inobjetable, de los innumerables logros en materia de empleo, industria, salud, educación, vivienda, inclusión social, democratización, reparación, derechos humanos, infraestructura. Seguramente falte avanzar en algunos puntos más y en otros bastante más, pero el rumbo hacia dónde va la Argentina es el piso ideal para cualquier ambición honesta. Eso no les importa, su única propuesta es ver a este gobierno de rodillas. El mensaje es claro: después de este gobierno no puede haber nadie que se anime a soñar ni siquiera con un miserable cambio. Más allá de quien gane este

año, Clarín juega a desgastar al próximo gobierno, sea quien sea. La tesis de Clarin es errónea. La idea de que el conflicto perjudica al gobierno y que la polarización asusta a la “gente” es falsa. Todo lo contrario: el conflicto fortalece las posiciones que deben enfrentarse en el campo de la batalla de ideas, que es en definitiva lo que está en juego. En tanto el gobierno encuentre en los cuellos de botella que le pone Clarín, las razones de ir por más, nunca menos, estaremos encontrando las posiciones y sobre todo los fundamentos para ir verdaderamente por todo.

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Una historia de encubrimientos y traiciones Investigación y redacción: Facundo Benedetto, Julián Saud, Santiago Mouradian, Manuel Izraelson y Nicolás Capusotto Ilustraciones: Matías Chenzo

¿Qué tuvo que ver el tráfico de armas con el atentado a la AMIA? ¿Por qué Israel y Estados Unidos se empeñaron en acusar a Irán? ¿Por qué se calló la dirigencia judía local? En este informe intentamos aportar respuestas a estos interrogantes. El 18 de julio de 1994 la Argentina y el pueblo judío vivieron uno de los peores atentados de sus historias. La explosión recordaba lo que dos años antes había sido el estallido de la Embajada de Israel, y traería aparejado un interminable proceso judicial que juntó más de 200 mil fojas y ninguna prueba concreta de quiénes tramaron la agresión. En ambos atentados se encontraban situaciones similares: la probable vinculación de terroristas sirios e iraníes (aunque la Justicia, el MOSSAD y la CIA sólo se encargaron de los últimos), un edificio en refacción, un misterioso volquete colocado minutos antes de la explosión, un supuesto coche bomba, el silencio de la dirigencia judía local y la complicidad del menemismo. Por detrás de las investigaciones circuló la versión de que todo era un ajuste de cuentas del gobierno sirio a Menem. Tampoco se pudo descartar que fuera una devolución de Hezbollah a Israel tras el asesinato de Abbas al-Musawi, un alto mando de la organización libanesa. Hezbollah, sin embargo, nunca se ha adjudicado un atentado terrotista.

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El principio de la historia se remonta a meses antes de las elecciones presidenciales de 1989, cuando Menem se disputaba con Antonio Cafiero ser el representante justicialista en los comicios nacionales. En 1988 el riojano viajó a Siria, lugar de procedencia de su familia y de muchos amigos. Según publicó Gabriela Cerruti en “El Jefe”, Menem le propuso a Hafez al-Asad, presidente de Siria, mantener una línea directa a través de su cuñada Amalia Beatriz “Amira” Yoma. Menem le recordó al mandatario sirio que ella hablaba perfectamente árabe y que era una militante del partido Baas, que hace más de cuatro décadas gobierna el país arábigo. Al-Asad le habría pedido a Menem que nombrara a Ibrahim Al Ibrahim, miembro de su servicio de inteligencia y marido de Amira, como director de la Aduana en Ezeiza. Con Menem en la Presidencia, Ibrahim se naturalizó argentino y comenzó a trabajar muy cerca del empresario Alfredo Yabrán. Al Assad y Menem se reunieron en Damasco tres veces, y el ex Presidente argentino participó en dos fiestas en las que estuvo el traficante de armas Monzer Al Kassar. En su libro “Brindando sobre los escombros”, Horacio Lutzky afirma que Al Kassar, en compañía de Yabrán, visitó las instalaciones argentinas donde se construía el Misíl Cóndor. Al mismo tiempo, cada uno de los viajes de Menem significaban nuevas reuniones con autoridades árabes que tenían sus planes nucleares vedados por Estados Unidos. Menem consiguió un aporte a su campaña de 40 millones de dólares que no llegaban solos: una vez en la Presidencia debía entregar a Libia el misil Cóndor y a Siria e Irán tecnología nuclear. Sin embargo, cuando Menem llegó a la Presidencia intentó acercarse a Estados Unidos y a Gran Bretaña por medio de la dirigencia judía local. Lentamente se fue gestando la furia siria, que veía cómo sus pretensiones se iban diluyendo detrás de la occidentalización de Menem. A pesar

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de todo, Al-Asad había logrado incluir hombres de su Inteligencia en áreas claves del gobierno argentino, como la seguridad y las exportaciones. Menem conocía los riesgos que una traición acarrearía e intentó un plan sin buenos resultados: visitó Israel (la primera vez que un presidente argentino lo hacía) y canceló el proyecto del misil Cóndor para ganar la confianza estadounidense y europea, al tiempo que dejó el camino libre a las redes sirias e iraníes de tráfico de armas y drogas para que se asentaran en Argentina. La escalada de malestar árabe con Menem iba creciendo y llegó a uno de sus puntos máximos en diciembre de 1991, cuando un alto funcionario de la Embajada de Estados Unidos solicitó que se detenga un embarque con destino a Irán que estaba a minutos de salir del puerto de Campana. Al día siguiente, según relató el periodista Horacio Lutzky, George Bush llamó a Carlos Menem y le pidió que cancelara todos los contratos con Irán.

Los escándalos El Yomagate fue el descubrimiento de una red heredera de la triangulación durante el Irangate, un caso que mostró al mundo el papel de Estados Unidos como proveedor de armas a Irán y a los Contras nicaragüenses. El Yomagate no fue sólo una red de lavado de dólares provenientes del narcotráfico, sino también de exportación de cocaína hacia Europa.

En pleno desarrollo del Yomagate comenzó a evidenciarse la preocupación de los Estados Unidos por las actividades e influencias de Yabrán, particularmente por el control que ejercía sobre los depósitos fiscales del aeropuerto de Ezeiza. Sumado a esto, el Swiftgate (la denuncia del embajador estadounidense Terrence Todman de que Emir Yoma intentaba coimear a un frigorífico para destrabar un trámite) y el asesinato de María Soledad Morales por allegados al gobernador catamarqueño Ramón Saadi pusieron al gobierno argentino bajo la lupa yanqui. Amira Yoma fue procesada en julio de 1991 y Menem la removió de su puesto cuando los vínculos con el narcotráfico sirio habían sido expuestos en medios de todo el mundo. En su lugar asumió el hermano del primer mandatario, Munir, que había servido hasta entonces como embajador en la capital siria. Al-Asad y Al Kassar ya consideraban a Menem un traidor. Quizás la suerte del ex Presidente se terminó de volcar en su contra en febrero de 1992, cuando efectivos israelíes mataron al secretario general de Hezbollah, Abbas Musawi. El odio


causa AMIA contra Menem e Israel llevaría, según Lutzky, a encontrar en la Embajada hebrea en Buenos Aires el escenario perfecto para una doble venganza o, como considera el periodista Juan Salinas, a demostrar que las deudas había que pagarlas. Pese a todo, no se puede hablar más que de suposiciones porque las causas del atentado siguen siendo una incógnita. El menemismo intentó calmar las aguas y acordó con Irán que enviaría cereales al país persa y armas a los musulmanes bosnios, lo que violaba una resolución de la ONU. Fue entonces cuando se produjo el atentado a la Embajada de Israel. Al Kassar fue deportado sin darle tiempo a explicar cómo se había nacionalizado argentino en sólo 24 horas. Años después el traficante reconocería que logró naturalizarse por sus vínculos con Menem.

La AMIA y la pista iraní El atentado a la Mutual, que dejó un saldo de 85 muertos y 300 heridos, fue el peor ataque antisemita desde la Segunda Guerra Mundial. Ante la perplejidad de los ciudadanos, se inició una causa que hoy parece interminable y que tuvo como primer encargado al juez Juan José Galeano. El caso desde sus inicios tomó un rumbo determinado: el atentado habría sido perpetrado por agentes iraníes. Funcionarios y organismos de Israel y Estados Unidos sostuvieron que la primera línea gubernamental de Teherán era la única culpable, al igual que en el caso del atentado a la Embajada de Israel. En la última inauguración del año judicial, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti aseguró que el atentado a la sede diplomática “es cosa juzgada”, dando por descontada la responsabilidad de Hezbollah. Estos dichos de Lorenzetti luego fueron desmentidos por la Corte Suprema.

sación en la que, como prueba excluyente, se toman declaraciones de un funcionario opositor iraní, quien afirma que existió una reunión donde se planeó el atentado. Las versiones desconocieron que Hezbollah también tenía relaciones con Siria.

Los caminos que conducían a la familia Menem fueron abandonados por Galeano para privilegiar la pista que llevaba al Agregado Cultural en la embajada iraní en Argentina, Moshen Rabbani, y a miembros de Hezbollah. El primer elemento que surge de la investigación y tiene conexión con los persas es la misteriosa camioneta Renault Trafic blanca, señalada como el vehículo que supuestamente estalló para destruir la AMIA. El presunto coche-bomba fue estacionado unos días antes en una playa cercana a la Mutual, casi como haciendo todo lo posible para llamar la atención. Curiosamente, quienes se presentaron como los propietarios de la Trafic dejaron en el estacionamiento la dirección de un hotel donde se hospedan funcionarios de la Embajada iraní.

La primera mención sobre la camioneta la hizo el periodista Carlos Bianco, uno de los primeros en llegar tras la explosión. Bianco vio cómo un hombre que se identificó como policía federal juntaba restos del estallido y los guardaba en una bolsa. Ese hombre explicó que recolectaba partes de una Renault Trafic blanca. Sin embargo, el motor y los pedazos del vehículo supuestamente hallados no figuran en el expediente hasta el 25 de julio. La única persona que afirma haber visto la camioneta es María Nicolasa Romero, una enfermera de la Policía Federal que pasó a pocos metros de la AMIA antes de la explosión. Nicolasa Romero aseguró haber visto una Trafic beige conducida por un hombre de rasgos árabes doblar por la calle Pasteur antes del estallido. De las diez personas que al momento del atentado estaban en condiciones de ver la camioneta, sólo Romero dijo que existió. Su testimonio, a pesar de haber situado al conductor del lado izquierdo o de dar otro color del vehículo, fue tomado como válido por la Justicia en detrimento de las otras declaraciones. Gabriel Villalba es un testigo clave: al momento del atentado estaba mirando hacia el frente de la AMIA y no vio ninguna camioneta. Vilalba estaba

No es casual que se plantee exclusivamente la pista iraní. Los servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes fueron los más interesados en contar esta historia y fundamentarla con investigaciones secretas. Dichas investigaciones son la base de la acu-

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estacionado en doble fila descargando materiales, con la preocupación de que pasara la camioneta Trafic blanca que colocaba “cepos” a los vehículos mal estacionados. Otro testimonio fundamental es el de Daniel Joffe, que minutos antes del estallido salió a reparar su auto en la puerta de la Mutual. Aunque asegura que fue inducido por policías para decir que vio la Trafic, afirmó que la camioneta no existió. Las autoridades de la DAIA y la AMIA sostuvieron la existencia de la Trafic y se plegaron por completo a la hipótesis oficial. No tuvieron en cuenta que no se peritaron los vehículos que estaban estacionados en la cuadra donde ocurrió el incidente y supusieron que, dado que una persona fue atravesada por un amortiguador, la explosión habría sido causada por un coche-bomba. El accionar de la Policía Federal a la hora de juntar evidencias y resguardarlas rozó el encubrimiento. Todos los restos de automotores que supuestamente pertenecían al coche bomba fueron recolectados de noche, sin la presencia de testigos, y no representaban más de 150 kilos de un vehículo que pesa cerca de dos toneladas. Según el acta de secuestro firmada por el oficial Lopardo el 25 de julio de 1994, se halló un resto del block del motor que habría sido utilizado para la explosión con su número de serie intacto. Esto permitió a los investigadores determinar el circuito que llevó con el desarmador de autos Carlos Telleldin, su último dueño. En el juicio se puso en duda la veracidad de ese motor cuando Lopardo declaró que esa pieza había sido acercada por personal israelí. Al poner en duda el valor de la principal evidencia, empezó a delinearse el juicio por encubrimiento. Telleldín fue procesado como el entregador de la camioneta que supuestamente llevó los explosivos. El acusado, que trabajaba como desarmador de autos, dijo que sufrió un intento de asesinato cuatro días antes del atentado y salvó su vida milagrosamente. Se especuló que la muerte del acusado hubiera sido la forma perfecta de cerrar un círculo en que se culparía de la explosión a un ciudadano con fama de delincuente. El juez comenzó a investigar a Telleldín cinco días antes de que apareciera el motor entre los escombros, situación inentendible a primera vista. Es

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muy extraño que el número de motor no estuviera limado para hacerlo irreconocible. Además, la empresa que fabrica esas camionetas explicó que las partes presentadas como prueba correspondían a diferentes vehículos, que ninguna de las piezas estuvo sometida a temperatura sostenida (el vehículo de Telleldín había sido restaurado tras un incendio) y que los pedazos de chapa tenían la pintura original de fábrica, cuando el vehículo del sospechoso había sido repintado. Las situaciones irregulares fueron una constante durante y después del atentado. Por ejemplo, resultó prácticamente inexplicable que no hubiera ningún policía en la puerta de la AMIA cuando fue la explosión, siendo que la Mutual tenía custodia fija. Lo mismo había ocurrido en el atentado a la Embajada de Israel. Por otro lado, según consta en el libro de Gabriel Levinas “La ley bajo los escombros”, el peritaje elaborado por el experto estadounidense Charles Hunter explicaba que “teniendo en cuenta que la columna del edificio lindante había sido expulsada hacia afuera de la línea de edificación y que las mercaderías de los locales contiguos habían sido expelidas hacia la calle, lo más probable era que se hubiese tratado de una explosión interna”. Esas palabras fueron cambiadas cuando llegaron a Estados Unidos.

La ruta a

Fabricaciones

Militares

Semanas antes del atentado, John Pasahi, un agente del Ministerio de Inteligencia y Seguridad de Irán (MOIS), había pedido explosivos a la fábrica estatal sin una justificación clara. En la misma dirección se había movido Nassib Haddad, dueño de una fábrica de volquetes y profesional de demolición. La historia del volquete que habría llegado a la puerta de la Mutual momentos antes de la explosión es una de las que más dudas despierta por las inconsistencias que presenta. Al momento del atentado, la AMIA estaba siendo remodelada por el arquitecto Andrés Malamud, que murió tras la

explosión. Cuando se revisó el remito de entrega del volquete, se advirtió que la firma de Malamud había sido falsificada y que nunca había consentido la recepción en la Mutual. Para más sospechas, minutos después del estallido, camiones de la empresa de Haddad se presentaron solidariamente para levantar los escombros. Haddad nació en el Líbano y es primo de uno de los fundadores del Hezbollah. Haddad tenía vínculo con el ex jefe de Fabricaciones Militares, Carlos Franke, dado que solía comprar explosivos. Según afirmó Gabriel Levinas, “Franke y Haddad concuerdan en ocultar una compra anterior (a 1993) de explosivos que coincide en gran medida, cantidad y tipo con los utilizados para la explosión en la AMIA, de acuerdo al informe de los expertos”. El volquete había salido de las inmediaciones del Puerto Nuevo de Buenos Aires, desde donde se enviaban explosivos y armas a Bosnia. El destino final de un segundo volquete que se encontraba en el camión de transporte era un terreno baldío de Alberto Kanoore Edul, un empresario textil amigo de Menem. Cuando Hadad fue detenido, las gestiones de Franke lograron su liberación. La sospecha sobre el papel que cumplió Fabricaciones Militares como proveedor de explosivos se profundiza viendo que varios imputados por el tráfico de armas estuvieron también involucrados en la voladura de la planta de Río Tercero. No sería casual que la explosión de la fábrica de productos bélicos hubiera sido tramada para borrar información inconveniente. Cuando ocurrió el atentado, la AMIA y

Dinero

sobre los cuerpos la DAIA compartían el mismo edificio y la máxima autoridad judía en la Argentina era Rubén Beraja, un banquero vinculado con el menemismo que controlaba la señal televisiva Alef Network, donde, según denunciaron sus empleados, censuraba cualquier opinión alternativa sobre los atentados.


causa AMIA Es conocida la existencia de negocios entre las más altas autoridades judías y el menemismo. Existen denuncias públicas que marcan que Beraja negoció una actitud pasiva y controlada de la querella a cambio de ayuda financiera del Banco Central al Banco Mayo, que él manejaba. Según Levinas: “Desde el atentado hasta junio de 1997, el Banco había crecido más de 14 veces, había recibido cifras enormes de dinero del Banco Central a tasas absolutamente preferenciales, y había sido ayudado irrestrictamente para absorber otras entidades en desgracia”. Los vínculos comerciales entre miembros de la colectividad judía y personas indicadas como potenciales perpetradores del atentado no se terminaban allí. Jose Hermac, directivo de la DAIA durante la gestión de Beraja, entre 1991 y 1994, alquiló un departamento a un funcionario iraní sospechado de haber integrado la trama responsable de los atentados: Seyed Jamal Youssefi. “Youssefi figuró al menos en dos pedidos de captura y fue identificado como comandante de la primera división de los Pasdarán y miembro de la fuerza Quoda, abocada a los rubros de inteligencia y operativo”, explicó Lutzky y amplió: “Otro importante agente de la misma procedencia era acomodado, también en 1991, en otro departamento céntrico de Buenos Aires cercano al de Hermac. En este caso quienes se hicieron cargo del alquiler con cláusula diplomática pertenecían a la firma J. E. Turner & Co., la misma que se ocupó del envío del contrabando de armas a Croacia y, luego, a los musulmanes bosnios, ayudados por Irán. El inquilino de Hermac figuraba en el Ministerio de Relaciones Exteriores como

representante de Government Trading Company en la Argentina, (…) una empresa pantalla de los iraníes para operativos clandestinos.” Los vínculos entre el menemismo, empresarios poderosos y la dirigencia judía no se quedaban allí y hay dos ejemplos paradigmáticos: por un lado, la abogada designada por la DAIA como querellante fue Marta Nercellas, una férrea defensora de Beraja y Galeano que patrocinó a empresas de Yabrán; por el otro, Hermac fue asesor del Grupo Meller, que se benefició con las privatizaciones del modelo menemista y que supo estar muy cerca de María Julia Alsogaray.

El Memorándum de Entendimiento El sistema judicial Argentino impide el juzgamiento en ausencia e Irán no extradita a sus ciudadanos para ser juzgados en el extranjero. Cuando Néstor Kirchner llegó al gobierno, el

Ejecutivo llevó la causa a foros internacionales e impulsó la desclasificación de toda la documentación vinculada al atentado. También levantó el secreto para agentes de inteligencia solicitados por la Justicia, lo que le valió las críticas de la dirigencia judía vinculada a Beraja. El desprocesamiento de los documentos secretos permitió conocer datos explícitos sobre la cadena de encubrimiento. Por ejemplo, en un cable dirigido al Canciller menemista Guido Di Tella, el entonces Primer Ministro israelí, Yitzhak Rabin, le pedía que funcionarios hebreos pudieran entrevistarse con Menem y acordar un mismo relato sobre el atentado. Horas después se presentó un delegado israelí en la casa de gobierno y habló con Menem, a quien dio la versión de que los principales sospechosos eran iraníes. La probable razón para tal actitud era que en ese momento Israel y Siria estaban muy avanzados en un acuerdo de paz y la conmoción de los atentados hacía peligrar las tratativas. El 27 de enero de 2013 Argentina e Irán suscribieron un Memorándum de Entendimiento que permitía al fiscal Nisman y al juez Canicoba Corral, quien reemplazó a Galeano tras su destitución, interrogar a los sospechosos en Teherán ante una comisión consensuada por ambas naciones. Sus resoluciones no serían vinculantes para la Justicia argentina. Cristina envió el Memorándum al Congreso, explicando que sólo entraría en vigencia después de ser avalado por los legisladores. El canciller Héctor Timerman visitó el Congreso para dar respuesta a las preguntas de los legisladores. Los cuestionamientos fueron rebatidos uno a uno por el Canciller en un clima de tensión, ya que la oposición acusó al gobierno de buscar un acuerdo espurio y denunció que el tratado ponía en cuestión las conclusiones a las que la Justicia argentina ya había arribado. Timerman fundamentó que “por primera vez, hay un compromiso escrito de Irán que colocará a los imputados frente al juez de la causa” y el tratado se aprobó con mayoría en ambas Cámaras.

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La DAIA, la AMIA y familiares de víctimas se reunieron con el Canciller para evacuar dudas y finalmente apoyaron la iniciativa. Pero, sorpresivamente, 48 horas después cambiaron de posición y emitieron un duro comunicado cuestionando el Memorándum y advirtiendo que interpondrían un recurso de amparo porque, aducían, era inconstitucional. Es imposible saber qué cambió la opinión de las entidades, aunque no es difícil de imaginar, ya que

Israel se opuso férreamente. Canicoba Corral desestimó la presentación de inconstitucionalidad del Memorándum, pero la Cámara Federal dio lugar al recurso que impide la entrada en vigencia del acuerdo. Si bien el Memorándum no fue enviado al parlamento iraní, su presidente informó al Estado argentino que el texto estaba aprobado por Irán. Si bien en los medios se ha dicho que Irán tenía la obligación de avalar el acuerdo en

Nisman y los EE.UU.

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el Parlamento, el artículo 6° del Memorándum versa: “Este acuerdo será remitido a los órganos relevantes de cada país, ya sean el Congreso, el Parlamento u otros cuerpos, para su ratificación o aprobación de conformidad con sus leyes. Este acuerdo entrará en vigencia después del intercambio de la última nota verbal informando que los requisitos internos para su aprobación o ratificación han sido cumplimentados”. Así las cosas,


causa AMIA la responsabilidad de la no entrada en vigencia quedó del lado local. La injerencia de los Estados Unidos en la causa no era una novedad cuando en 1997 Nisman fue incluido como fiscal. La llegada de Nisman a la causa, según Luis D’Elía, se debe a que “Alberto Fernández quería usar el tema AMIA para entregárselo a Bush, como excusa para atacar Irán. Por eso trabajó en la creación de la Unidad Fiscal AMIA. Al mismo tiempo que nombró a Nisman, colocó a Arroyo Salgado al frente del Juzgado Federal Nº1 de San Isidro. De Wikileaks surge claramente que Estados Unidos le impuso a Nisman la hipótesis que apunta a Irán”. El fiscal y representantes norteamericanos tejieron una calurosa relación. Cuando Néstor Kirchner dispuso la creación de la fiscalía que se encargó exclusivamente de investigar el caso, el poder de Nisman se transformó en absoluto. Como señala información de Wikileaks, Nisman era un asiduo visitante de la Embajada estadounidense, donde recibía órdenes, pedía permisos y anticipaba sus pasos. Así es que diferentes cables dan cuenta del pedido de disculpas del fiscal por no haber avisado que iba a pedir el procesamiento de Menem y de las recomendaciones de los embajadores para que las investigaciones se guíen hacia la pista iraní y no dedique tiempo a investigar el encubrimiento.

El 2015 y la causa AMIA El año empezó agitado. La denuncia que Nisman presentó sorpresivamente en los medios de comunicación sostenía que Cristina Fernández y el

canciller Timerman, junto con otros dirigentes del FPV, habían acordado el Memorándum para garantizar la impunidad iraní a cambio de negocios vinculados a la venta de granos y la compra de petróleo. Según Nisman, el gobierno habría negociado la baja de las alertas rojas que rigen sobre los imputados iraníes, lo que fue desmentido por el titular de Interpol. No hizo falta demasiado para que la denuncia de Nisman se derrumbara. Más allá de la trágica muerte del Fiscal, que está siendo investigada, la denuncia que éste presentó fue desestimada dos veces por falta de pruebas. Estaba fundada únicamente en escuchas a militantes y de ellas no se desprende la comisión de ningún delito. En cuanto al origen de estas escuchas, Luis D’Elía señala que: “Si bien las escuchas fueron autorizadas por el Juez Canicoba Corral, también hay un comunicado de la Secretaría de Inteligencia, del Dr. Parrilli, que dice que los dos agentes que las habrían hecho no son agentes de la SIDE. Entonces, si no son agentes de la SIDE, ¿quién las grabó? ¿Quién se las dio a la prensa? Nisman se las dio a Clarín”. El gobierno no podría haber pedido la anulación de las alertas. Existen tres causas que podían hacer caer las alertas: que Interpol no las tomara por insuficiencias en el proceso, que el propio juez así lo solicitara o que una investigación fantasiosa y amañada lo echara todo a perder. Esta última circunstancia fue la que se dio en 2013 luego de que Nisman pidiera la captura internacional del ex embajador iraní en Argentina Hadi Soleimanpour. El diplomático fue detenido en el Reino Unido y las expectativas sobre su extradición duraron poco ya que fue dejado en libertad por falta de pruebas, por lo que cesó la orden de arresto preventivo que había solicitado Nisman. La acusación se sostenía en declaraciones de testigos, algunos

de ellos sindicados como opositores al gobierno iraní. La imputación a Cristina tenía, según Luis D’Elía, el objetivo de destituirla, de dar un golpe blando en Argentina. La muerte de Nisman fue utilizada por los medios para construir la imagen de un Fiscal incorruptible, con coraje para enfrentar al gobierno, un modelo a seguir por la sociedad. Al mes de su fallecimiento, una cuantiosa manifestación nutrida de dirigentes de la oposición pidió Justicia por la muerte de Nisman. Sin embargo, y como nos dijo Sergio Burstein, Nisman es un héroe con pies de barro. El héroe comenzó a desarmarse con el primer chaparrón. Muchos medios de comunicación no pudieron obviar los desmanejos de Nisman en la causa AMIA, su parcialidad al seguir sólo las pistas provistas por la CIA, el MOSSAD y la SIDE (a través del espía Antonio “Jaime” Stiuso), y el hecho de que la mayoría de los familiares de las víctimas no lo respetan por su labor. La imagen del héroe Nisman fue dando lugar a otra figura: la de un Fiscal incompetente que dilapidaba los fondos públicos de la fiscalía en el Caribe y en la noche e, incluso, exhortaba a su extraño empleado Lagomarsino a cederle la mitad de su salario. A más de dos décadas del atentado sigue reinando la impunidad. Sin sospechosos firmes, las miles de fojas que conforman el expediente duermen en una fiscalía especial que desde su creación no logra encontrar una explicación y fue muy permeable a presiones políticas internas y externas. El juicio oral y público por encubrimiento comenzará en la segunda mitad de 2015, con el objeto de conocer quiénes desviaron las investigaciones y qué ocultaban. Mientras tanto, decenas de familiares esperan que algún día los cuerpos de sus seres queridos descansen en paz, con la satisfacción de la justicia


Entrevista: Julián Saud y Manuel Izraelson Escriben: Julián Saud y Rocío Luna Alterleib Granda Fotos: Durazno González

Entrevista a Beinusz Szmukler

Beinusz Szmukler es Presidente del Observatorio de la Justicia Argentina y miembro del Consejo de la Presidencia de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos. Una larga trayectoria como abogado y militante lo avalan a la hora de emitir una posición con respecto al Poder Judicial y su actuación corporativa. Su actuación como Consejero de la Magistratura lo llevó a tener que investigar al entonces Juez Galeano por su actuación en la causa AMIA. El proceso de destitución llevado adelante por Szmukler no llegó a destino porque Galeano renunció antes de ser destituido.

¿Tuvo acceso al expediente por el que denunciaron a Galeano? ¿Por qué tomaron esa decisión? Como el Consejo de la Magistratura tiene competencia sobre los jueces, nosotros recibimos la denuncia sobre las irregularidades que había cometido Galeano. Efectivamente, encontramos un claro desvío de la investigación. Se había desechado prácticamente cualquier otra cosa que no fuera la línea de la Bonaerense. En ese grupo estaba Telleldín, el que había vendido la Traffic que supuestamente fue la causa de la explosión en la AMIA. Telleldín tenía vinculación con un grupo de la Bonaerense que supuestamente le pagó 400 mil dólares para que sostuviera la versión de Galeano. Los fondos salieron de la SIDE, el jefe por entonces era Anzorreguy. Las arcas de la SIDE nunca tuvieron control; el control de la Comisión Bicameral no existe ni existió nunca. Rubén Beraja, que era el presidente de la DAIA, participó de esto. Hay una reunión de uno de los de la Bonaerense con el equipo y participa inclusive la abogada de la DAIA Marta Nercella, que era la abogada de Beraja. La dirigencia de la DAIA actuó siempre dependiendo de lo que determinara Israel y fue evidente con el Memorándum: primero estuvieron de acuerdo y a los dos días cambiaron de opinión. Las pruebas en esta causa no fueron resguardadas. No se respetó ni un protocolo mientras se rescataba a la gente de la voladura de la AMIA. Ibas a Pasteur y podías entrar. En las imágenes se ve. El Mossad y la CIA estuvieron al día siguiente en el lugar. ¿Por qué cree que nunca se siguió la pista siria? No se profundizó en la famosa pista siria ni tampoco se buscó la auténtica conexión local. El hecho concreto es que el Fino Palacios, a quien Macri

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causa AMIA después designó como primer jefe de la Metropolitana, tuvo a su cargo el allanamiento que había ordenado Galeano en la casa de un sirio. Llegó a las 7 a.m. y entró a las 12. ¡No había nada ya a esa hora! Desde el principio esta causa fue manejada por la SIDE

“Encontramos un claro desvío de la investigación. Se había desechado prácticamente cualquier otra cosa que no fuera la línea de la Bonaerense.” y el Mossad. Nuestros servicios de inteligencia seguían las indicaciones que venían de ahí, en el marco de la política internacional y de los objetivos de EE.UU. en relación con el petróleo iraní. Para lograr sus intereses, el responsable tenía que ser Irán. Yo no sé si son o no. ¿Es probable que tengan alguna participación? Sí, lo es. Pero en la causa, la pista iraní no se sostiene por ninguna parte. La base de la imputación a iraníes era fundamentalmente una declaración de un iraní que hacía 15 años había rajado de Irán y estaba en Alemania. Había declarado que en tal fecha se había reunido la cúpula del gobierno iraní para decidir el atentado. Una prueba que no era ninguna prueba porque él ni siquiera estaba en Irán para la fecha que nombraba. Ahora está por empezar el juicio por encubrimiento contra Galeano, Palacios y Anzorreguy. Creo que Galeano siguió las indicaciones que recibía directamente de Casa de Gobierno. Cuando ves todos los pasos de Galeano es evidente que hay compromiso político, no todo es guita. Es lo que yo creo y puedo equivocarme.

¿Qué puede decirnos sobre Stiuso? Le tomé declaración en el Consejo de la Magistratura. Él era el “hombre 5” en la SIDE. Vino a una reunión reservada en el Consejo a declarar en la causa Galeano y jugó bien contra él. Stiuso vino a declarar porque no figuraba entre los responsables del pago de los 400 mil dólares. Es alguien que tiene carpetas de todo el mundo, un

tipo muy vivo. Ojo, las carpetas pueden tener cosas ciertas o inventadas.

man en eso. Si eso sucede, tengo la expectativa de que cada uno tenga la condena que debe tener.

¿Cree que con la disolución de la SI mejorará algo? Sí, pero si hacemos la limpieza que hay que hacer. Hay que poner mecanismos de control que sirvan, no expuestos hacia la prensa pero sí con controles internos y externos adecuados. Servicios de inteligencia hay en todo el mundo, no existe liquidarlos. El tema es que cumplan la función y que no hagan trabajos que no están dentro de las obligaciones que tienen. Las escuchas legales no son el problema, sí lo son las ilegales. ¿Qué opina del cambio de opinión del gobierno sobre Nisman? Soy crítico de las posiciones del gobierno sobre esto porque creo que fueron fruto de una fuerte presión de EE.UU. Desde el Ejecutivo se pretendía demostrar que se apoyaba la investigación. Lo único que hizo Nisman en diez años fue la causa de encubrimiento, lo que según Wikileaks no les gustó a los yanquis. Era difícil por la presión del lobby israelí en EE.UU., y viceversa. Nisman sólo reprodujo cosas que había hecho Galeano y que habían sido motivo de su enjuicia-

“La dirigencia de la DAIA actuó siempre dependiendo de lo que determinara Israel y fue evidente con el Memorándum.” miento. Tenía que meterse en la investigación para profundizar en otros puntos. Hoy, por los elementos que hay en la causa es liviano, decir que se sabe de dónde vino el atentado. Tenés puntos de sospecha pero no certezas. Por otro lado, Stiuso era el vínculo con la CIA. Tengo la convicción de que además Nisman tenía una estrecha relación con los de la DAIA. De hecho, el ex vicepresidente de la DAIA fue uno de los últimos que habló con Nisman.

¿Por qué Nisman no es parte del encubrimiento? En la causa que vi no figuraba Nisman. Si hacés un análisis de lo que siguió podría llegar a implicarse a Nis-

¿Qué opina de lo que hizo el kirchnerismo por la causa AMIA? Creo que el Memorándum era una alternativa para avanzar algo, no creo que haya avanzado demasiado pero la causa estaba muerta y no había nada que hacer. Esta era una manera de abrir una expectativa, nada más. Con el Poder Judicial el kirchnerismo tuvo los mismos vicios que los anteriores. Nadie se tiró contra las estructuras y el funcionamiento del Poder Judicial. Más de la mitad de los jueces que hay ahora son jueces designados por el kirchnerismo. De los 11 Juzgados, de antes tenés a Oyarbide, Canicoba y Bonadio. Muchas veces el discurso oficial sigue la línea que nos marca a nosotros. Con la muerte se tapó todo lo que no hizo Nisman. La aparición de Justicia Legítima marca un cambio porque quiere decir que hay un grupo que no piensa así. El Poder Judicial nuestro, en la esencia, no ha modificado sus características desde la colonia.

“Nisman sólo reprodujo cosas que había hecho Galeano y que habían sido motivo de su enjuiciamiento.” 15


El nombre de Lorena Martins empezó a resonar en algunos medios allá por enero de 2012. Lorena denunció a su propio padre, Raúl Martins, ex agente de la SIDE, de liderar una organización criminal de trata de personas, que operaba gracias a la connivencia de funcionarios del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y de la policía.

Escribe: Remedios la Bella

En el nombre

del padre

Entrevista a Lorena Martins

La causa originada por la denuncia de Lorena Martins recayó en el Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 5. El Juez a cargo era Noberto Oyarbide, quien tenía un vínculo personal con el denunciado. Oyarbide se excusó y la causa pasó al Juzgado de María Romilda Servini de Cubría. La causa fue archivada cerca de cinco meses después. Los argumentos de la Jueza fueron que, de acuerdo al Código Penal, una hija no puede denunciar a un padre y que, además, no había suficientes pruebas. Seguramente pesó en esta decisión de la Justicia que, además de la trata, Lorena denunció que su padre fue uno de los principales financistas de la campaña a Jefe de Gobierno de Mauricio Macri, con dinero mal habido del negocio de la explotación sexual de mujeres en la ciudad. Recordemos que al actual jefe de gobierno se lo vio en varias fotografías en el boliche “Mix”, propiedad de Martins en México. Ese boliche, además, está denunciado como base de operaciones de “Los Zetas”. En otra fotografía se lo ve a Mauricio Macri sentado al lado de Gabriel Conde, procesado y prófugo de la justicia por regentear a fines de la década del 90 el prostíbulo Shampoo donde explotaban mujeres traficadas de Brasil y República Dominicana. Gabriel es el hijo de Luis Conde, quien creó Shampoo y fue un reconocido dirigente del club Boca Juniors. Luis llegó a la vicepresidencia de Boca y fue aliado de Mauricio Macri para que éste obtuviese la presidencia del club xeneize. ¿Porqué decidís denunciar a tu padre? Es una historia larga pero intentaré ser sintética. Me fui de la casa de mis padres bastante joven ya que me casé a los 20 años. Viví muchísimos años en el extranjero. Volví a Argentina a los 35 años. Fue ahí que empecé a descubrir la actividad de mi padre y la magnitud de los hechos. Es cierto que anteriormente se lo había involucrado con los prostíbulos pero según él sólo estaba de “infiltrado” como agente de la SIDE. Su trabajo como espía le sirvió

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causa AMIA muchas veces de excusa. Resultó ser, como dicen algunos, el espía espiado ya que llegué a averiguar a fondo lo que hacía. Una historia tremenda donde te puedo asegurar que muchas veces tuve pánico. Recuerdo el día en que descubrí un departamento

bía pagos mensuales de la organización de mi padre para que controlara y avisara en caso de que tuvieran los teléfonos pinchados. La red de trata de mi padre tiene muchas formas de saber si están siendo investigados. Esta es una de ellas. Supongo que ese

“Raúl Martins y Stiuso entraron a la SIDE siendo muy jóvenes, en la década de los 70. Lo sorprendente es que Stiuso quiera negar que se conocen.” donde guardaba videos de los prostíbulos, documentación, etc. Me temblaban las manos, tenía la boca seca y el latido de mi corazón era tan fuerte que sentía que me palpitaban hasta los oídos. En momentos como ese me daba la impresión de que antes o después iban a matarme. Si no era mi viejo sería otro de los relacionados con el negocio. Hubo momentos que me hicieron tomar la decisión de denunciar: un pedido de auxilio que me hizo una chica en México y el oír a mi viejo decir que me iba a matar por haberlo enfrentado con todo este tema. La periodista Lydia Cacho, motivada por la historia de mi padre, hizo el libro “Esclavas del poder”, sobre trata de personas. Hoy quizás habría que hacer otro libro más.

trabajo se lo encargaría luego a otro agente SIDE.

¿Cuál es el vínculo de Raúl Martins con la SIDE? Mi padre es ex agente de la SIDE y como es lógico conoce a muchos otros agentes. Siguió conservando siempre esos contactos y a través de ellos conoció a otros agentes que fueron incorporándose a la actual SI.

“Los prostíbulos de Raúl Martins siguen funcionando hoy en día en la Capital Federal.”

¿Quién era el “Lauchón”? Otro agente de la SIDE. Era amigo de mi papá y lo conocí siendo muy chica. Ingresó a la SIDE en 1977, su padre también había sido de la SIDE. El año pasado fue acribillado de once tiros en un allanamiento de la Bonaerense que realizó el grupo Halcón. Yo terminé denunciando al “Lauchón” por varios motivos, entre ellos porque cuando tuve el enfrentamiento más fuerte con mi papá, mi papá llamó al Lauchón y le pidió que enviaran dos matones. Por suerte intervino la policía (por otras razones había policía en mi casa). Luego llamé al Lauchón y le pedí explicaciones. Admitió que él envió los matones pero me dijo que no sabía que eran para mí. También reci-

¿Oíste hablar de Stiuso alguna vez? ¿Tu padre lo conoce? Oí muchas veces hablar de Jaime (así le dicen sus compañeros de la SIDE). Se conocen y no creo que esto sorprenda a nadie. Trabajaron muchos años para la misma institución. Los dos entraron a la SIDE siendo muy jóvenes, en la década de los 70. Lo sorprendente es que Stiuso quiera negarlo. Quizás es porque muchos artículos periodísticos los vinculan a ambos en referencia a posibles delitos de lesa humanidad que podrían haber cometido en los 70. Otros los vinculan con la trata.

¿Por qué nadie dio curso a tus denuncias? Dos días antes de que cerraran la causa judicial a mí me avisaron que la causa iba a cerrarse y que era por presiones de la SIDE. Supongo que era cierto porque, tal y como me dijo la persona que me informó, la causa se cerró. También es cierto que había presiones de diversos sectores para que no se investigara. Había demasiada gente involucrada y con muchísimo poder. Quisiera recordar que los prostíbulos de Raúl Martins siguen funcionando hoy en día en la Capital Federal. Espero que los jueces y fiscales que se rasgan las vestiduras hablando de Justicia recuerden el caso de Raúl Martins y hagan una autocrítica real de cómo un caso que ha

sido tan visible durante muchos años haya conseguido tener tal impunidad. Por mi parte voy a seguir luchando por que se investigue y cualquiera, desde ONGs o ciudadanos particulares, que quiera ayudar es bienvenido. ¿Qué pensás de la relación que existe entre algunos jueves, fiscales, periodistas y servicios de inteligencia? En la mayoría de los casos son relaciones perniciosas que atentan directamente contra el Estado de derecho. Gracias a esas relaciones denuncias como la mía quedan archivadas o “cajoneadas”. Muchas veces me da la sensación de que son como una especie de elite que llegan a tener más peso que el propio gobierno de turno. Forman el poder dentro del poder. De hecho trascienden gobiernos. Tal y como muchos agentes de la SIDE se jactan, los gobiernos pasan y ellos se quedan. ¿Creés que la muerte de Nisman tiene vinculación con Stiuso o con los servicios de inteligencia? Creo que hay que ser prudentes y esperar que sea la Justicia la que determine eso, pero por lo que conozco de la SIDE no me sorprendería su implicación. Lo dije desde el primer momento. ¿Qué pensás de la disolución de la Ex SIDE y de la creación de una nueva agencia de inteligencia? Un acto valiente, arriesgado y necesario. Conservo la esperanza de que se avance en esta línea con una depuración real y profunda de los agentes de la Secretaría de Inteligencia.

“Tal y como muchos agentes de la SIDE se jactan, los gobiernos pasan y ellos se quedan.”

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Entrevista: Diego Cots y Manuel Izraelson Escriben: Santiago Mouradian y Natalia Morandeira

“A la AMIA y la DAIA no les importa

la verdad”

Entrevista a Sergio Burstein

Sergio Burstein es referente de la “Asociación 18J de Sobrevivientes, Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA”. En esta entrevista, relata los altibajos de su relación con Alberto Nisman y por qué la agrupación se sintió traicionada por el Fiscal. Burstein critica el accionar de la DAIA y la AMIA cuyo único interés, señala, “es que no se lleve adelante el juicio” por encubrimiento. Además, destaca que la causa AMIA pasó a ser un asunto de Estado con la llegada de Néstor Kirchner a la Presidencia. ¿Qué pensás de la acusación de Nisman a la Presidenta? Alberto (Nisman) consiguió un montón de información a partir de las escuchas del famoso Kalil. Desde ese lugar, se armó de una serie de conversaciones y Alberto no tuvo mejor idea que pedir la indagatoria de la Presidenta de la Nación. Es tan absurdo lo que hizo que en principio Servini de Cubría no le dio curso en el mes de feria por falta de pruebas. Ariel Lijo volvió de sus vacaciones recién cuando murió Nisman, si no no volvía. Cuando la rebota Lijo, porque entendió que no correspondía que se la den directamente a él sino que vaya a sorteo, cae a Rafecas, quien la estudió y dijo “Acá no hay delito”. Nuestro enojo es porque Nisman quemó a Kalil, que tenía relación directa con Mosher Rabani. Se puso sobre aviso a muchos sospechados de que se los sigue escuchando. En el afán de hacer una denuncia absolutamente política, nada que ver con lo jurídico, quemó una serie de información en la investigación del atentado a la AMIA y eso es imperdonable. Como es imperdonable utilizar el atentado a la AMIA para pasar darle un abrazo de oso a su socio, compañero de ruta, mentor e informador que es Jaime Stiuso, al ser separado de la SIDE. ¿A vos esto te toma de sorpresa o lo esperabas? No, esa es la traición de Alberto, no habernos dicho nada. Yo con Alberto tenía hasta hace un año tenía una relación permanente y muy frecuente. Todo empieza con confianza, apostamos que podía ser. Y después fue pasando el tiempo y así como él se fue acostumbrando a dejar de ser fiscal para operar como un agente de la SIDE, nosotros también nos fuimos acostumbrando a Alberto Nisman. Nos engañó cuando dijo que no iba a ser parte de la inconstitucionalidad del

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causa AMIA Memorándum, o que lo estaba pensando muy seriamente. A los pocos días presentó un escrito que le llevó más que un buen tiempo elaborarlo, quiere decir que nos engañó. Nosotros, muy enojados, ya no volvimos a reunirnos con él. Jamás hubiera pen-

“En el afán de hacer una denuncia absolutamente política, Nisman quemó una serie de información en la investigación del atentado a la AMIA y eso es imperdonable.” sado que iba a pasar lo que pasó. Yo estaba esperando que pasara ese día lunes (de la presentación de la denuncia en el Congreso) para decirle que iba a presentar una moción de orden dentro de la agrupación para presentar en la Procuración. Iba a pedir que lo separaran a Nisman inmediatamente de la causa AMIA porque ya era imposible poder soportarlo. ¿Cuándo comenzó eso que vos definís como que “empezó a ser un fiscal de la SIDE”? Mucho antes del Memorándum. Lo único que buscaba era seguir estando

por la manera en la que había jugado. Esto fue agravado con la denuncia. Ya la denuncia fue el acabose. Nisman venía trabajando en la denuncia desde el 2013 seguro, porque entonces citó a Pepe Eliashev. Nos engañó en este sentido: si él sabía desde hace dos años que el Memorándum carecía de valor, ¿por qué no nos lo dijo? Esa es la traición de Alberto Nisman a nosotros. Cuesta entender la posición de algunos dirigentes de la comunidad judía, como Beraja, que está acusado de encubrimiento. Va a ser enjuiciado, pero no por encubrimiento. Él va a ser enjuiciado por haber tenido una participación y un conocimiento en el pago de los 400 mil dólares-pesos a Tellendín. No es encubrimiento. Hay dos causas que se unieron: el pago a Telleldín y el encubrimiento a Alberto Kanoore Edul, que se conoce como la pista siria. Concluyen en un mismo juicio y en un mismo tribunal. Pero Beraja va por haber tenido parte y conocer, por sospecharse que inclusive a él se le pidió que aportara los 400 mil dólares. Si hay alguien que no quiere saber la verdad es AMIA y DAIA. Yo tengo pruebas de eso, como las tenemos todos los familiares. En las causas de encubrimiento y por el pago de los 400 mil dólares-pesos, la AMIA y DAIA llegan a juicio sin presentar pruebas. Llegan a juicio sin acusar a Mullen y Barbaccia, los fiscales, sin acusar a Beraja, sin acusar a Galeano en todo lo que hizo y lo que se sospecha, prácticamente van a actuar en la parte de la pista

“Nisman es un héroe de barro, que en la primera lluvia se va desarmando.” en el cargo, nos daba falsas expectativas respecto de las pistas que según él iban a develar alguna cuestión que necesitábamos saber, que aportara a la causa, y esto jamás ocurrió. Esto lleva diez años, nosotros como todas las querellas presentábamos escritos y pedíamos investigaciones. Nunca nos pudo dar respuestas a lo que nosotros pedíamos. En ese sentido, en mi agrupación tenemos la tranquilidad de que teníamos una decisión tomada: si se declaraba la inconstitucionalidad del Memorándum pedíamos automáticamente la separación de Alberto

siria, el encubrimiento, con una liviandad asombrosa. No les importa la verdad. El único interés que tienen es que no se lleve adelante el juicio. Ellos no quieren ver a Beraja, ex presidente de la DAIA, sentado en el banquillo de los acusados, porque tienen el culo sucio. Lo único que les importa es defender a Beraja y que se cierre la causa. Y acusar a Irán. Es decir, ellos son la derecha israelí acá, no les importa si fue Irán o no, si Israel tiene que acusar a Irán ellos van a acusar a Irán. Alberto Nisman se ha quejado, y lo tengo por escrito, de que en cinco años no les

vio la cara a los abogados de la AMIA y de la DAIA y te vuelvo a repetir, no presentaron pruebas. ¿Cómo tomaron que Nisman haya quedado a cargo de la Unidad Fiscal sabiendo que había trabajado con Mullen y Barbaccia? Nosotros le señalamos que, con nuestras reservas, aceptábamos que estuviera. Uno por ahí se equivoca o mezcla las cosas pero Alberto Nisman era el fiscal de una Unidad Fiscal creada por una persona muy especial que era Néstor Kirchner. Y Néstor apenas llegó se ganó absolutamente nuestra confianza. El compromiso que tenía Néstor, y el hecho de conocer a Cristina de antes porque formaba parte de la Bicameral, a nosotros nos dio desde lo político esa esperanza. Al inaugurar las sesiones ordinarias del Congreso, por primera vez un Presidente nos dijo que los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel eran cuestiones de Estado, y como tal las tomó. Por ahí Cristina se enoja, pero yo estoy convencido de que en su fuero íntimo se va con una bandera que no pudo enarbolar, que es el esclarecimiento del atentado a la AMIA. Creo que eso le causa una angustia enorme, por eso en la apertura de la sesiones del Congreso les contestó a los diputados de los cartelitos “¿A mí me vienen a hablar de la AMIA?”. Creo que ni ella puede creer que después de casi 12 años de gobierno kirchnerista la causa está casi igual que cuando ellos llegaron y que aún no se pudo arribar a la verdad. Se avanzó en el encubrimiento, pero fíjate vos que así y todo ellos se van y prácticamente cuando se van va a iniciarse el juicio. Recuerdo la primera vez que nos reunimos con Néstor Kirchner, muy poquito tiempo después de haber asumido. Yo nunca había estado con Aníbal Fernández y me dice: “Sergio, si no lo logramos con este flaco, no lo logramos con nadie”. No se equivocó tanto Aníbal Fernández, hicieron lo imposible. Me cansé de decirle a Alberto Nisman que no fuera hipócrita, que no mire con el culo, que mire con los ojos, que sea inteligente porque lo creo por lo menos una persona inteligente. Nisman no me podía negar que, si hubo personas que defendieron la investigación del atentado a la AMIA que él hizo, se llaman Néstor y Cristina. Los únicos que lo llevaron a Naciones Unidas fueron ellos y hablaron reclamándole a Irán fundados en la investigación que él hizo.

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¿Qué rol cumplen EE.UU. y el Estado de Israel en la causa? Orientaron la investigación, son los que aportaron el 95% de la información de la investigación. Por eso te preguntaba si la pista iraní no puede ser sospechosa. Puede ser, por ahí no queda claro. La pista iraní es una pista digna de ser investigada y de ser llevada a juicio como todas. Para mí Alberto Nisman no es el dueño de la verdad, así como lo rechazo como héroe, lo rechazo como víctima 86. Eso es una aberración. En el atentado a la AMIA murieron 85 personas y después murieron muchos familiares que se dejaron morir, o murieron víctimas del atentado que con el tiempo fallecieron. Pero Alberto Nisman no murió en la AMIA ni mucho menos. Es un héroe de barro, que en la primera lluvia se va desarmando. No se puede dejar de investigar la pista iraní, pero la verdad me la va a decir el Tribunal en un juicio oral y público. Así como pasó con los policías de la Provincia de Buenos Aires, que nosotros defendíamos esa investigación a capa y espada, porque no podíamos creer que nos mintiera un juez, que nos mintiera un presidente de la DAIA, las instituciones, policías, abogados, los fiscales. ¿Cómo vas a creer que te van a mentir? ¿Un presidente encubriendo un atentado? ¿Estamos todos locos? Entonces con

“Alberto Nisman no es el dueño de la verdad. Así como lo rechazo como héroe, lo rechazo como víctima 86.” esa experiencia vos, ¿qué querés?, ¿que le ponga todas las fichas a Alberto Nisman porque lo que me dijo es verdad verdadera? No, para nada. Voy a defender esa investigación con todo lo que tengo, pero para llegar a juicio y que sea un Tribunal el que me diga si son o no responsables o si la prueba colectada alcanza para condenarlos, algo que está muy en duda. Alberto Nisman generó una causa que yo apoyé para pedir las alertas rojas, pero también le pedí que transformara en pruebas mostrables esos indicios de servicios de inteligencia o de disidentes iraníes o de arrepentidos. Si no, no podemos llegar a juicio. Y no lo digo yo, lo dice el juez de la causa, Canicoba Corral. ¿Y la esperanza se pierde o piensan que puede esclarecerse de aquí en adelante? Yo creo que lo último que pierde el ser humano es la esperanza. Si perdés la

“Alberto Nisman generó una causa que yo apoyé para pedir las alertas rojas, pero también le pedí que transformara en pruebas mostrables esos indicios de servicios de inteligencia o de disidentes iraníes o de arrepentidos.” esperanza no podés seguir adelante. Lo he dicho muchas veces. ¿Qué pensás que pasó con Nisman? Creo que está muerto porque lo dejaron más sólo que a un perro, en soledad absoluta.

Entrevista a Marcelo Horestein

“Las políticas de Israel son las que generan antisemitismo en el mundo” ¿Cómo ves a la comunidad judía de Argentina? La comunidad judía está quebrada desde el año 1952 cuando los sectores de izquierda fueron expulsados de la DAIA y de la AMIA. La AMIA es una Mutual, que tiene 32 mil socios: el 12% de la comunidad judía en Argentina. La DAIA representa a unas 150 instituciones argentinas. Cuando salen a hacer declaraciones públicas dicen que lo hacen en nombre de toda la comunidad judía. Ese es un título que nadie les dio. Están cooptados por la derecha, toman políticas bajadas desde el gobierno de Israel. Las políticas del Estado de Israel son las que generan antisemitismo en el mundo.

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Sos parte del “Llamamiento a un encuentro nacional de argentinos de origen judío”. ¿Qué proponen? Pretendemos construir una voz fuerte y potente que represente a los judíos que no están representados por AMIA y DAIA, que contrarreste esa derecha comunitaria. Uno opina en contra de las políticas del Estado de Israel, pero defiende su derecho a existir como cualquier otro Estado. Luchamos por la paz en el Estado de Israel, por dos pueblos, dos Estados, fronteras seguras. Lo que no reconocemos del Estado de Israel es la centralidad. Las comunidades de judíos en el mundo son autónomas, cada una se representa a sí misma. La de Israel es una comuni-

dad judía muy importante porque es casi el 50% de los judíos que hay en el mundo. Tiene una voz potente, pero no es la única. Nosotros queremos ser una voz consciente representando a la comunidad argentina de origen judío por descendencia, adopción o decisión personal.


causa AMIA

Escribe: Pablo Román Malizzia Ilustra: Sol Re

No era el hambre o el frío, ni siquiera los grilletes y las cadenas que mantenían mis manos en la espalda; no era la capucha que me cubría la cabeza, ni el dolor en los huesos por dormir en el piso. Lo que verdaderamente me llenaba de terror cada mañana era esa musiquita que todos los días ponían a todo volumen, y la voz de Magdalena Ruiz Guiñazú que daba los buenos días desde la radio. “Hola, hola, hola… muy buenos días”, decía Magdalena cada mañana, con ese tono de optimismo impostado teñido de cinismo y de mentiras. “Otra mañana de invierno como para temblar de frío en Buenos Aires”, y nosotros temblábamos de miedo al escucharla a ella, porque sabíamos que cuando empezaba Magdalena, empezaban las torturas. Me alcanzaba escuchar

esa cortina, escuchar el timbre de su voz risueña y optimista para que se me helara la sangre. “Una mañana llena de buenas noticias para comenzar el día bien informados”, y yo apretaba bien fuerte los ojos detrás de la capucha, casi como si en realidad me estuviera escondiendo dentro de ella o como si, por el hecho de ver aún menos, ellos tampoco me verían. Como cada mañana la angustia me aplastaba el pecho, y la culpa me carcomía las tripas porque deseaba con todo mi corazón que hoy le tocara a otro, a cualquiera, no me importaba a quién, pero a mí no. Y cuando escuchaba que se llevaban a otro arrastrándolo por el piso, lloraba en silencio; lloraba de miedo, de alivio y vergüenza. Pero esa mañana ocurrió

algo diferente. Desde la radio, Magdalena anunciaba: “Pueblo Argentino, hoy tenemos una excelente noticia: hemos recuperado nuestras Islas Malvinas”. Primero se produjo un silencio de estupor. “¿Qué dijo?”, me preguntó un compañero que estaba en la cucha a mis espaldas con la misma incredulidad que yo. “Algo de las Malvinas, pero no puede ser…”, respondí. “Reiteramos: a partir de hoy, 2 de abril, hemos recuperado definitivamente la soberanía sobre nuestras Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur”, insistió Magdalena desde la radio. En ese momento un estallido de gritos de algarabía cruzó toda La Capucha¹ , y en ese grito nos mezclamos todos: captores y cautivos; víctimas y genocidas.

1 “La Capucha” era el nombre por el que se denominaba al altillo ubicado sobre el Casino de Oficiales de la ex Escuela de Mecánica de la Armada, lugar en el que se alojaba a los detenidos desaparecidos en pequeñas literas o “cuchas” a la altura del piso.

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Escuchamos a los milicos agruparse en torno a la radio, hacían comentarios y se palmeaban, y se reían y celebraban. De las cuchas más lejanas se escuchaban chistidos y susurros, preguntaban lo que estaba pasando y si escuchábamos algo más. Los que estábamos más cerca pedíamos silencio, intentando rescatar algún dato más, alguna información más precisa. De pronto, del otro lado del pasillo alguien preguntó susurrando. “Ey… ¿Quién labura en la Pecera²?” . Yo no contesté: me hice el boludo como si no hubiera escuchado, pero casi inmediatamente el compañero que estaba en la cucha vecina insistió. “Che, vos… ¿Vos no laburás en la Pecera?”. No tuve más remedio que admitirlo, y me apresuré a explicar que yo era fotógrafo y que me hacían sacar fotos para pasaportes y esas boludeces; no quería que mis compañeros pensaran que yo era un buchón, o que había conseguido privilegios. “A lo mejor vos podés hablar con ellos…”, pidió el de la cucha de enfrente. “¿Para qué? ¿Hablar de qué? ¿Están locos?”, yo no podía creer lo que me estaban diciendo. “Yo quiero ir”, dijo uno. “Yo también”, dijo otro, y se fueron sumando voluntarios a lo largo de ambas hileras de cuchas. “Ustedes están en pedo, nos van a matar a todos. Además, ¿ir con estos hijos de puta?”, dije, y me arrepentí inmediatamente por miedo a que me hubieran escuchado. Pasaron unos segundos de silencio… y nada. Respiré aliviado. “Además, no los van a dejar ni en pedo. ¡Nos van a mandar picana a todos!”. “Pero no”, dijo otro, “esto es diferente. Esto son las Malvinas. Serán hijos de puta, pero son argentinos. Si no nos dejan ir, al menos podemos donar sangre para los soldados”. En ese momento, uno de ellos (por la voz, me di cuenta que era “Chiche” ³) se acercó a los gritos: “¡Qué mierda están cuchicheando, basuras apátridas!”. Se produjo un silencio, y lo único que volvió a oírse fue la voz de Magdalena desde la radio. “Señor”, dijo el compañero de la cucha de enfrente, “acá habemos varios que queremos presentarnos de voluntarios... Para ir a las islas”. Otro silencio de varios segundos, imaginé la cara de sorpresa del “Chiche”, y luego una carcajada siniestra. “¿Ustedes? ¿Ustedes, mierdas, quieren ir a pelear a las Malvinas? ¡No me hagas reír, sorete!”, dijo con desprecio. “¡Déjenos ir, o por lo menos permítanos donar sangre para los soldados!”. En ese momento se me congeló el aliento. Se escucharon dos, tres pasos que se acercaban y se dete2 “La Pecera” era unas pequeñas oficinas en las que los genocidas de la ESMA obligaban a algunos de los detenidos desaparecidos a realizar diversas tareas, mayormente falsificación de documentos, pruebas o la manipulación de material fotográfico.

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nían frente a la cucha de quien había hablado. “¿En serio? Bueno, parece que al fin y al cabo sí que aprendieron un poquito de patriotismo. ¿Oyeron? ¡Quieren ir a colaborar en las Malvinas! ¿Y quiénes serían los héroes que se quieren voluntariar? ¿Vos?”, preguntó Chiche. “Sí”, respondió el otro. “¿Alguien más?”, volvió a preguntar, y varios encapuchados más se fueron sumando a la lista. “Muy bien, muy bien. Me convencieron. A ver ustedes, ayúdenme acá con los voluntarios”. Oí el ruido inconfundible de las cadenas de los grilletes mientras los sacaban de las cuchas, y después otro, el ruido de cuando arman el “trencito” para atarlos entre ellos. “Ahora llevalos para abajo. Primero que les pongan la ‘vacuna’ y después que preparen el avión para llevarlos a Malvinas”. Esa tarde me desperté a las 15:30, porque a las 16:30 tenía que tomar el turno en la cocina de Oficiales. Tenía órdenes de despertar a mi Cabo Principal antes de tomar mi puesto, y por eso me había levantado un rato antes para tener tiempo de bañarme. A eso de las 15:45 me estaba afeitando mientras escuchaba la radio. Tenía una de esas Noblex Siete Mares, y con los muchachos siempre poníamos una radio brasilera que se sintonizaba bien clarita. Además, alguien nos había dicho que en esa radio pasaban las noticias verdaderas. De tanto ponerla, ya entendíamos bastante bien el portugués, pero nunca pensé que iba a escuchar lo que terminé escuchando. En un momento pusieron una música tipo “chán chán chán” y el locutor dijo “Noticia de último momento”. Me sequé la espuma con la toalla que tenía al cuello y subí el volumen. “Fuentes periodísticas de Londres afirman que fue hundido el Buque ‘General Belgrano’ de la marina Argentina. Reiteramos…”. Se me congeló la sangre. Me limpié la cara, me puse el pulóver, agarré la radio y salí corriendo. Llegué a manotear el salvavidas y también me lo puse, mientras corría a cubierta. Tenía que encontrar al Comandante Bonzo4 para informarle lo que había escuchado.

Corrí entre los pasillos estrechos, subiendo escaleras y esquivando personas que me preguntaban si estaba loco. Pensé en avisar a los otros, pero me pareció que tenía que hablar sólo con el Comandante. Llegué a la cubierta principal y pregunté por él. Al principio no me daban bolilla, pero al ver mi estado de nerviosismo se me acercó un Guardamarina y me preguntó qué me pasaba. “Escuché algo terrible en la radio, se lo tengo que contar al Comandante”, le dije. El Guardiamarina me miró fijo a los ojos, y me ordenó que lo siguiera. Al llegar al puente, ingresamos con una rápida venia y él le explicó al Capitán el motivo de mi presencia. “Comandante”, le dije, “en esta radio brasilera están diciendo que nos hundieron”, y subí el volumen al máximo. “Reiteramos: fuentes periodísticas de Londres afirman que un submarino del Reino Unido ha hundido al Buque ‘General Belgrano’ de la Marina argentina”. El Comandante puso la misma expresión que había puesto yo frente al espejo. “Hijos de puta”, alcanzó a decir, y una explosión terrible sacudió el barco. Eran las 16:02. “¡Reporte de daños! ¡Preparen los cañones! ¡Todos a sus puestos!”. En ese momento me sacaron del puente y me acordé del Cabo Principal al que yo tenía que despertar. Corrí escaleras abajo tratando de volver hacia los camarotes, pero me impidieron el paso y me hicieron quedarme en cubierta. Yo me acordé de los protocolos de evacuación y me acerqué hacia donde estaba la balsa que me correspondía. Pero estaba en la parte opuesta del barco, para cuando llegué ya habían bajado mi bote al mar. Miré a los costados. Las otras balsas ya estaban ocupadas y una por una también iban bajando. Así que miré para abajo y, sin muchas opciones, salté. Aunque caí parado, por la altura y el frío del mar fue casi como si se me hubiera caído un camión encima. Estaba medio desvanecido, las olas me llevaban como si fuera de papel. Miré hacia arriba, la superficie del agua parecía un espejo visto desde adentro,

y el brillo del sol se alejaba de mí. De pronto alguien me agarró del brazo y tiró para afuera. Por fin respiré, como si fuera la primera vez de mi vida. Los compañeros de mi balsa salvavidas me habían rescatado. Mientras tosía agua de mar, los demás gritaban desesperados por alejarse del buque. El Crucero ya estaba escorado y si se hundía de golpe nos podía arrastrar a todos. Pero no lo hizo. Casi una hora resistió el Crucero General Belgrano antes de hundirse, como si quisiera darnos la oportunidad de alejarnos. Aunque tiempo después nos enteramos que otros compañeros no tuvieron nuestra suerte. Trescientos veintitrés fueron las víctimas producidas por el hundimiento del Crucero General Belgrano. Doscientos de ellos tenían entre 18 y 20 años. Margaret Thatcher, responsable directa del hundimiento del Belgrano, falleció a causa de un ACV en 2013, luego de más de una década de padecer demencia senil. A pesar de las denuncias en su contra, nunca fue imputada por ese crimen de guerra, al haber ordenado en persona el hundimiento de un buque que se encontraba fuera del área de conflicto y alejándose, en un claro delito de lesa humanidad. Adolfo Miguel Donda Tiguel, junto a otros 18 represores más que fueron autores materiales de los delitos de secuestro, tortura, asesinato y apropiación de menores en la ex Escuela de Mecánica de la Armada, cumplen hasta hoy sus respectivas condenas surgidas de los juicios constitucionales a los que fueron sometidos. Los detenidos ilegales que intentaron sumarse como voluntarios a la Gesta del Atlántico Sur continúan hasta hoy con la clasificación de “desaparecidos”. Se presume que fueron víctimas de los llamados “vuelos de la muerte”. Magdalena Ruiz Guiñazú continúa ejerciendo su derecho a la libertad de expresión a través de los micrófonos del multimedio Clarín.

3 Chiche: Uno de los seudónimos por los que se conocía a Adolfo Miguel Donda Tiguel, teniente de navío; retirado como Capitán de Fragata. También conocido como “Jerónimo”, “Palito”, o “Rubén Pellegrino”. Fue Jefe de operaciones desde octubre 1978. Jefe de Inteligencia del GT 3.3.2. en 1980. En 1981 y 1982 alternó la jefatura de inteligencia con Benazzi. Fue jefe de operativo y partícipe de secuestros, asesinatos y torturas. En Mayo de 1977, José María Donda, el hermano de Adolfo Donda, fue desaparecido. La mujer de éste, María Hilda Pérez de Donda, que estaba embarazada, corrió la misma suerte y dio a luz en la ESMA. La niña que nació, Victoria, fue apropiada por uno de los militares que actuaban en dicho centro clandestino de detención. Recuperó su identidad en el 2003. Adolfo Donda fue condenado a cadena perpetua y se encuentra detenido en el Complejo I de Ezeiza. 4 Héctor Elías Bonzo. Militar de la Armada de la República Argentina, se desempeñó como comandante del crucero argentino ARA General Belgrano hundido durante la guerra de Malvinas.

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Del claroscuro

al contraste de colores Entrevista a Rubén Borré

Escribe: Silvana Jáuregui Fotos: Nicolás F. Blanco

Rubén Borré nació en Buenos Aires en 1950, es pintor, dibujante y escultor. Actualmente es asesor en Artes Visuales de la Universidad Nacional de Lanús y es miembro de la Asociación Cultural “Zero mig partit pel mig” de Tarragona (España). Su mundo creativo refleja el compromiso ético y estético con que supo sentir y transitar la vida. “Recuerdo a Carpani en la Mutualidad de Bellas Artes haciendo las serigrafías de Evita en la terraza, en aquella época de Lanusse donde era todo medio clandestino. Subíamos a la terraza a verlo trabajar y después decíamos: “¡Yo soy ayudante de Carpani!”. Aquellos años 70 fueron una época muy especial. A la Mutualidad de Bellas Artes iban Roberto Paez, Pujía, Miguel Dávila, Hugo Sbernini. Convivíamos con esos maestros que fueron no sólo grandes en lo estético sino también en lo ético y social. En un momento aflojé un poco porque era una época donde militábamos, nos cuestionábamos si esto de pintar era una cosa burguesa y pensábamos que la necesidad era otra. Luego, como tantos otros, tuve un episodio muy duro. Fue cuando me secuestraron con mi primera mujer. Me fui entonces, pero volví”. La pintura fue un rescate para Borré, en la que encontró un mundo nuevo en medio del horror.

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¿Qué te llevó a ser artista y quiénes te acompañaron? Esa inquietud surge en mi casa, con esa sencillez que no quiere decir simplicidad. Soy de una familia de trabajadores, de laburantes, que tenían una especie de prestigio por la cultura muy fuerte. Mi abuelo era un tipo que tocaba el violín, pintaba. Era de estos anarquistas que vinieron acá a principios de siglo, militante de la FORA. Aún con una economía muy reducida iba a ver espectáculos al Colón. Mi viejo también tocaba el violín y era un gran amante de la música. De chico tenía una actitud muy compulsiva con el dibujo. Recuerdo que en 5° grado la maestra mostró mi dibujo para ridiculizarme ante todos –seguramente eran cosas muy delirantes, que no representaban justamente la consigna dada por ella-. Dejé de dibujar por mucho tiempo, ¡pero por mucho tiempo! Ya más grande, en la escuela secundaria, tuve la suerte de tener algunos amigos artistas. De pequeño, en el barrio Villa Real donde yo vivía, se hacían carnavales temáticos. Un barrio hacía el carnaval del mar y el otro hacía el carnaval de los piratas, por ejemplo. Los clubes del barrio pintaban en sus fachadas temas que referían a la temática seleccionada. Cerca de mi casa había un club que se llamaba Luxor y para mí era fascinante verlos pintar en esos andamios, era como ver a Miguel Ángel. Allí conocí a unos muchachos que resultaron ser dos artistas muy importantes, hoy ya fallecidos: Carlos Demestre y César Clodión. Cuando los reencontré en la adolescencia, yo ya estudiaba en la Escuela Municipal de Artes Gráficas, y también dibujaba. Ellos fueron los que me rescataron y me llevaron a la Escuela de Estímulo de Bellas Artes, después a la Mutualidad de Estudiantes y Egresados de Bellas Artes. Ahí empecé con la formación y a encontrarme con ese mundo maravilloso de la pintura. Eran los años 70. Contanos cómo fueron esos momentos y ese camino. Estudié muchos años con Jorge Ludueña en la parte de pintura, hice dibujo con Enrique Azcárate, también con Salvador Benjuya. A fines del año 78 conocí al maestro Aníbal Carreño –del “Grupo del Sur”– y tuve la suerte de hacer una muestra prácticamente juntos en la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos. Esa fue mi primera muestra y para mí, por la gran admiración que siento y sentía por el maestro

Carreño, fue como tocar el cielo con las manos. A través de esa muestra conocí a Mabel Guichandut, que tenía una galería en Suipacha llamada Angelus, y me invitó a exponer. Estaba en un momento terrible de mi vida, tenía dificultades con el trabajo, incluso estuve mucho tiempo sin documento porque cuando me soltaron no me lo devolvieron. Volverlo a gestionar me generaba terror y pánico. Un grupo de amigos me ayudó a realizar la muestra. Fue como una especie de balsa en el medio del naufragio.

¿Sentís que estas vivencias, como el secuestro y el exilio, generaron cambios en tu técnica pictórica? Me acuerdo que en esa época hice una serie que se llamaba “De las formas y sus partes”. Si bien no tenía un relato literario sobre el tema, con el tiempo me di cuenta de que yo trabajaba una forma cualquiera, por ejemplo una manzana, la partía y ponía todos los pedazos. Era como que la desarmaba, como si fuera un rompecabezas. Creo que tenía mucho que ver con lo que pasaba en ese momento. Jugué mucho con las partes, las partes rotas del todo, el rearmar de nuevo. Tengo una cosa un poco disociada entre la pintura y el dibujo. Con el dibujo trabajé directamente el tema social e hice muchas ilustraciones. En el dibujo tengo un relato más anecdótico, más literario, muy figurativo. Allí desarrollo la idea. En la pintura me expreso de otra manera, me expreso más con el color, con el sentido de la forma, con el lenguaje psicótico.

“Mi primera muestra fue como una especie de balsa en el medio del naufragio.” ¿Cuál es tu punto de partida frente a la tela en blanco? Generalmente tengo una idea. Muchos de mis cuadros son paisajes, aunque sean algo raro. Siempre parto de figuraciones. Planteo en la tela la estructura de lo que voy a plasmar. En general mi trabajo es el fragmento. Soy un pintor urbano, de ciudad. Uno ve el fragmento: ve el paisaje a través de las ventanas del edificio, en el espejo retrovisor del auto o por la ventanilla del colectivo. Uno ve las partes, que además de ser fragmentos son un

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espacio plástico. A veces planteo un paisaje formal y después lo empiezo a modificar automáticamente. Soy de los que cree que uno toma lo figurativo y luego llega a la abstracción.

“Soy un pintor urbano. Uno ve el paisaje a través de las ventanas del edificio, en el espejo retrovisor del auto o por la ventanilla del colectivo. Además de ser fragmentos, son un espacio plástico.” Hablando de ideas y de temáticas. Contanos sobre tu paso por el barrio de la Boca y cómo quedó plasmada esa experiencia en tu obra. Siempre me interesó participar dentro del campo social, sobre todo desde los años 70. Trabajé en un proyecto “contra el Mal de Chagas” en el 73. Trabajamos en todo el país sacando los techos de paja y poniendo chapa. Coordiné ese equipo a pesar de ser muy joven, con un convenio con la Juventud trabajadora peronista de Gas del Estado y aportes de Bienestar Social. En el 74 trabajé en un proyecto que se hizo en Bienestar Social, en Desarrollo de Comunidades, cuya propuesta era hacer 500 pueblos nuevos en la Argentina. Se emplazarían en una primera etapa en tierras fiscales y en una segunda etapa con la expropiación de tierras improductivas. Todo se iba a trabajar bajo la forma de cooperativa. También estábamos ligados al Padre Mugica quien era asesor y que,

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por supuesto, queríamos que fuera el próximo ministro de Bienestar Social. Bueno, todo se precipitó, Carlos Mugica renunció con aquella famosa renuncia pública en la Villa 31. Luego murió Perón, se empezó a poner todo denso y 15 días antes del golpe me secuestraron junto a mi mujer. Estábamos muy jugados, Montoneros se había declarado en la clandestinidad y los que estábamos en la superficie haciendo trabajo social quedamos muy expuestos. Ya en democracia, durante 14 años dirigí un centro cutural comunitario en la Boca, en Pedro de Mendoza y California. Creo que fue el centro más grande que tuvo la Ciudad en zona sur. Teníamos un polideportivo con baños y duchas, también una panadería con dos hornos, un gimnasio, una orquesta. Teníamos un auspicio de Naciones Unidas para temas culturales. Había un grupo de muralistas, talleres de pintura de máscara. Ahí se hacían las prácticas de arte terapia de la Universidad Nacional de las Artes. Cuando asumió la gestión de Macri, a los pocos meses lo cerró. Soledad Acuña y Bullrich vinieron al centro especialmente, lo cerraron por reformas y nunca más lo abrieron. Todo esto me contaminó, me metí en la temática del barrio. La Boca es un lugar mágico, además de toda su historia, de los laburantes, los inmigrantes. En el arte la Boca tiene algo muy especial. Los liberales, aquella generación del 80, armaron el Museo de Bellas Artes allá en Libertador, e hicieron campo raso, no hicieron ningún otro museo hasta La Plata que era la otra gran ciudad. Se repitió la historia del centro y la periferia como en París, como en Nueva York después de la guerra y ahora en Barcelona o Berlín. El fenómeno de la Boca es muy interesante: Quinquela Martín armó un museo. Para la época fue una cosa muy transgresora, casi impertinente. Expusieron todos los artistas y la figuración de la Boca. Diría que son todos pintores sociales. Cuando Daneri pinta un cacharro de loza saltado, con un plato cachado, está hablando de un conventillo de la Boca, de un plato y un jarro de un laburante, dice con lo cotidiano. Ese lenguaje molestó mucho. La Boca tiene eso, la orilla. Han quedado allí artistas como marginados. Cuando fue el gran boom de los años 60, Buenos Aires era una ciudad cultural importante, valiosísima y sin embargo los pintores de la orilla quedaron ahí. Hasta casi te diría que un poco se burlaron de todo eso.

Si observamos tu pintura encontramos un actor rotundo y persistente que es el color. ¿Qué podés aportar a nuestra mirada? Vengo de una pintura más oscurantista, más del claroscuro, y fui llegando al color. El color también hace esa función de luces y sombras, sabemos que los cálidos salen hacia afuera, los fríos entran, los templados son intermedios. Uno trabaja una suerte de perspectiva por el color y por el contraste. En vez de profundizar con el claroscuro, elegí producir un movimiento en la superficie. Cuando uno ve en lo cotidiano lo que pasa en la ciudad, ve permanentemente carteles luminosos, los colores de los autos, la ropa de la gente. Hay un persistente contraste y diálogo de colores. Contanos sobre la muestra que estás llevando a España. En principio voy a hacer una muestra en Galicia en el Ferrol, casi en Asturias, donde voy a tocar muchas de las temáticas de la orilla, porque es un lugar de puerto. Voy a colgar 30 obras y además voy a pintar un trabajo de dos metros por dos metros que va a quedar allí. Después me voy para el lado de Cataluña. Voy invitado por la Bienal de Arte de Derechos Humanos que se hace en Tarragona. El lugar es muy especial, se hace en Corbera del Ebro que es un pueblo cercano al río Ebro, donde fue una de las últimas batallas de la Guerra Civil española, lugar de la última resistencia catalana y de las brigadas internacionales. Corbera del Ebro quedó totalmente destruido y sobre esa base se construyó el pueblo nuevo. Después de algunos otros intentos, un grupo de artistas armó una institución y empezó a hacer algunas intervenciones en el lugar. En la primera Bienal que fui puse una escultura que es un homenaje a las abuelas de Plaza de Mayo. En la segunda Bienal se restauró la iglesia y pinté un friso en una de las criptas. Después pinté uno de los diez cubos para lo que convocaron diez artistas de diferentes lugares, cubos que simbolizan las diez casas que estaban en la parte más alta y fueron bombardeadas. La Bienal dura tres meses, uno se encuentra con 40 pintores y escultores de diferentes partes del mundo. Convivimos ahí todos juntos y lo más fascinante es el intercambio de experiencias.


¿En ese encuentro surge alguna opinión respecto al arte argentino, se habla sobre este tema de la periferia y del centro? Sí y mucho. En España hay una mirada hacia Alemania, hacia Frankfourt, Berlín como que ellos son los teóricos y hay una pintura muy española que se sigue produciendo. Creo que acá nos pasa más o menos lo mismo, si no valoramos nuestra identidad vamos a estar en problemas. Tenemos un panorama en el arte argentino muy importante. Buenos Aires es un centro reconocido muy importante en pintura, ese es nuestro gran capital. A veces hay una sobrevaloración muy fuerte de lo que viene de afuera. Antes uno iba al Salón Nacional a mirar lo que pasaba en el panorama de la pintura argentina; ahora en el último salón aceptaron nada más que 40 cuadros y creo que no hay pintura del centro del país, es decir, seguimos recortando la mirada. Dentro de este proyecto nacional que es un proyecto de inclusión al cual yo acompaño y me interesa, creo que en artes visuales algo falló. Ahora tengo mucha esperanza con la Nueva Ley Federal de la Cultura, apuesto y trato de colaborar con esto. Saludo final a tres pistas Acrílico sobre tela, 100x150cm

“En vez de profundizar con el claroscuro, elegí producir un movimiento en la superficie. Hay un persistente contraste y diálogo de colores.” 27


Escribe: Rocío Luna

Alterleib Granda

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EL PROYECTO QUE SE FUE A LA MIERDA

Noelia Fois llega a nuestro encuentro con una remera azul con la imagen de una mujer, las uñas pintadas de rojo y unos lentes de sol que cubren casi la mitad de su cara. Sonríe la mayoría del tiempo. Noelia es la cara visible de un proyecto fotográfico para el que el adjetivo “provocativo” se queda corto: Yegua y Groncha. Si no fuera por pertenecer a ese movimiento, se perdería por las calles del centro porteño como cualquier otra persona. Atrás quedaron los años en que ella militaba con partidos de izquierda y gritaba, junto a gran parte del pueblo argentino, “que se vayan todos”. Hoy, luego de 12 años de kirchnerismo, el peronismo, el erotismo y el sentimiento latinoamericano se mezclan en las fotos que protagoniza y que, como aclara con efusividad, son de autoría de un colectivo de cuatro personas que le pone el cuerpo a la ironía. Tras revolucionar las pantallas de las redes sociales, Yegua y Groncha editó “La buena leche peronista”. Un libro de fotos en forma de sachet.

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¿Cómo fue tu niñez? Tuve una infancia muy poco tradicional en una familia muy poco tradicional. Nací en Rosario pero de bebé me fui a vivir a Quilmes oeste, a un barrio de clase baja. Me crié en una ¿Qué lugar ocupó el peronismo en tu vida? casa muy de barrio con mi abuela, mi tía, Cuando era chica mi familia era troska, obviamente muy antiperomis tíos, gente que entraba y que salía... Era nistas todos, hasta después de que Néstor asumiera como Precomo un pequeño aguantadero de muchas sidente. En los 90 yo era adolescente y militaba en un partido almas perdidas, prostitutas, transas, gente perde izquierda; teníamos la revista, íbamos a las marchas. En dida por el mundo. Esa casa siempre albergaba esos años había una cosa de “son todos narcos”, mucho desde la solidaridad más absoluta. Mi madre cayó descreimiento. Te acostumbrás a ser oposición desde ahí en una situación muy precaria y así me crié con: la izquierda, algo muy obtuso. Pero yo empecé a ver mi abuela, que estaba en pareja con una mujer, mi que el kichnerismo iba para el lado de muchas de papá y mi mamá. La verdad es que éramos todos como las banderas que nosotros reclamábamos. Cuando una gran prole y tuve una infancia buena con momentos empezaron a enjuiciar a los milicos comencé a lede dificultad, con problemáticas. No es fácil estar así. Si vantar las antenas y a decir: “¿Qué está pasando?” bien no éramos marginales, como la familia no era muy Entonces, en un momento “entré” y fui acercándome. tradicional siempre estaba la mirada del otro puesta y Simpatizando, primero el famoso: “Me gusta, pero…” había una cuestión con el afuera. Con la muerte de Néstor, ahí sí fue como muy definitivo, fue rotundo. Ya venía yo en una cuestión de hacerme cargo de que era peronista o kirchnerista. A partir de ahí, hubo un cambio real y la aceptación de “soy esto”.

¿Cómo surge Yegua y Groncha? Yegua y Groncha nace como un sub-proyecto. Nosotros teníamos un grupo de fotografía donde veníamos laburando una estética muy similar pero sin toda la carga política. Sí trabajábamos la cuestión de lo popular, la reivindicación de ciertos íconos, una cuestión con el pasado, con la historia general y la personal mía, donde aparece mi familia, mis lugares, mis referentes. Por ejemplo: la foto de matrimonio igualitario en que hay dos viejitas besándose son mi abuela y mi tía, que son con quienes me crié en la casa de ellas. En nuestros inicios, arrimábamos cuestiones políticas muy sutiles y dijimos: “¿Si nos vamos al carajo?”. En realidad, era más eso, era un proyecto para irnos a la mierda, divertirnos entre amigos, que nos putearan si nos querían putear, era hasta más jugado que ahora, mucho más provocador. Después lo fuimos moderando porque iba a ser más masivo, no sólo para un grupo íntimo. La verdad es que nosotros esperábamos puteadas y la gente se re copó y empezó a pedirnos cosas. Ahí nos sorprendimos y pensamos “¡Pero no era para esto! ¡Era para que nos putearan!”. Nunca pensamos que iban a entender por dónde iba o que se iban a copar con la idea de mezclar peronismo, historia latinoamericana, política y erotismo, que es un gran chiste y un gran juego, ¿no?

Me encanta ser desfachatada, romper con todos los estereotipos o la moralina que hay en ciertos lugares sobre el cuerpo de la mujer.


hace lo que quiere con su cuerpo. Después las feministas se pintan “Mi cuerpo es mío”, “Mi vagina es mía”. ¡No! Yo voy a obrar no voy a decir, no me voy a pintar: obro sobre mi cuerpo y ese es mi acto de libertad. Si yo como mujer me pusiera en pelotas y abogara por cuestiones feministas no me criticarían. Yo pongo cuestiones políticas entre las que en algún punto la lucha feminista está, porque si yo estoy haciendo con mi cuerpo lo que quiero, hay un lugar en donde estoy siendo libre.

¿Cuál es el rol que Yegua y Groncha le da a la mujer? Quizá hay gente que lo tinelliza mucho por la forma de mostrar el cuerpo. Creo que es el gran punto de confusión que puede gene¿Creés que tu liberación corporal tiene que ver con rar el proyecto. A mí me sorprende porque yo obro con tu infancia? total libertad sobre mi cuerpo, entiendo cuál es el juego, En la casa donde yo me crié, y también de adolescente, nunme estoy riendo de eso. Me encanta ser desfachatada, ca hubo prejuicios con el cuerpo. Para el afuera a veces me me gusta justamente para romper con todos los estedaba un poco de pudor porque mi casa no era como las casas reotipos o la moralina que hay en ciertos lugares sobre que yo conocía o que yo visitaba. Pero siempre se vivió con el cuerpo de la mujer. Lo que pasa es que nosotros mucha verdad y mucha libertad. A mí jamás me mintieron sosiempre parece que vamos a pelear con tal y tenemos bre de qué trabajaba mi vieja, ni me escondieron que mi abuela que ponernos en ese lugar para pelear. Nosotros lo haera pareja de una mujer. Yo digo siempre que la verdad es la cemos mucho. Obviamente yo estoy en contra de la mayor libertad que me pudieron dar. Después yo empecé teatro cosificación, pero no me considero una cosa porque muy chica y ahí estás expuesto todo el tiempo. Siempre fui muy no todo sujeto desnudo es cosificado. Tendríamos que jugada, siempre me gustó romper con ciertos tabúes, entonces rever la cuestión del arte y el desnudo porque si no ya de muy chica iba a provocar, iba como a un poco más. ¡Ojo! todo es cosificación. Creo que soy un sujeto que se Lo estoy pensando con vos, nunca me lo planteé. pone desnuda en un contexto artístico en donde entiendo cuál es el juego, cuál es la ironía y hasta cuál es el lugar del equívoco que puede ocurrir. Sé que juego con eso, que mucha gente se confunde porque si ves una foto donde hay una mina en culo y atrás Chávez, decís “¿Qué es esto?”. Pero hay que leer todo el trabajo, que lleva un tiempo y una mirada. Hay que sortear el prejuicio que te da la provocación, la calentura, lo que te provoque, tal vez, la cuestión erótica y pasar al segundo plano, que muchas veces está más velado. Hay un contenido más allá del desnudo, no es un desnudo porque sí. La cuestión feminista por la que yo a veces peleo es porque quiero un feminismo diferente. Se pone muy obtuso, prejuicioso hasta por momentos. A mí feministas me han dicho cosas que tranquilamente podría decir un tipo de una iglesia. A veces esos extremos terminan juntándose y eso es lo que me hace pensar: “La estamos pifiando, no es por acá. Estamos hablando de personas, particularidades. No todo es tan general”. Que a mí me pongan en el lugar de “te cosificás porque sos igual que una trola de la calle Corrientes”, digo “no estás entendiendo por donde voy”. En un principio me enojaba, ahora la verdad es que ya no, ya fui descubriendo cómo defenderme de estos ataques. Me resulta muy loco que me di- ¿Cuántos son en el equipo? gan cosas justo a mí, una mina que en libertad Siempre me cuesta decir eso. Somos cuatro, pero después hay personas que, para mí, son fundamentales en el grupo aunque tal vez no tienen una tarea específica: la gente que está con nosotros, que nos acompaña, que nos ayuda, entonces también los considero parte. Cuatro somos el grupo que tenemos tareas muy definidas, para el libro trabajamos con dos personas más. En el próximo proyecto trabajamos con dos personas que no estuvieron en esta etapa ni en el libro. Va variando. Somos un grupo abierto a que aparezca gente que quiera colaborar, que tenga algo para aportar. Rompemos un poco el ego del artista, del nombre, del currículum. La otra vez me pidieron un currículum y dije “¡No! Si te interesa, te interesa. No te voy a vender qué hice o qué no hice”.


Yo estoy en contra de la cosificación, pero no todo sujeto desnudo es cosificado. Tendríamos que rever la cuestión del arte y el desnudo, porque si no todo es cosificación. - ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------- -

¿Cómo es la relación de este colectivo con los medios? La verdad es que siempre nos han tratado muy bien, ¡hasta Perfil! Las críticas que podemos tener no son hacia nuestro proyecto si no hacia el afuera. La repercusión del proyecto siempre fue buena. Cuando salió la tapa de Noticias en que crucificaron a Cristina la verdad que nos enojó mucho. Dijimos: “¿Hasta dónde van a llegar estos tipos?”. A partir de eso, decidimos hacer algo positivo. Cristina recién salía con el alta médica y pensamos “Viva Cris, viene con todo”, para revertir esa cosa de tanto odio que provocan. Nos reímos de eso, nos agarró por ahí. Cuando sacaron nuestra nota de Perfil, aparecieron 2000 comentarios puteándonos: “¿Cómo se van a meter con la imagen de Cristo?” Como si yo hubiese hecho la imagen que es una reproducción de lo que leen ellos en ese medio. La gente ni siquiera enterada de lo que publican en los medios que consumen. ¿Qué sucedió cuando Yegua y Groncha comenzó a ser más conocida? Nos replanteamos el objetivo de este personaje, porque nosotros ya laburábamos en fotografía y teníamos muy claro cuál era nuestro tema, nuestro trabajo, nuestra forma o lo que queríamos decir. Lo que pasa es que era más amplio, no estaba tan personificado. Para nosotros, Yegua y Groncha es parte de un mundo artístico creacional que habíamos imaginado. Fuimos aprendiendo, no teníamos ni idea cómo hacer. No sabíamos si dejar de lado nuestro proyecto fotográfico que veníamos laburando o abocarnos a este. Cuando nos abocamos a este, empezamos a copar el espacio con cosas que veníamos trabajando antes. Por ahí la gente no se da mucho cuenta pero cambiamos, ya que, está todo bien con el chiste, nos encanta y nos gusta el juego pero a mí me queda muy acotado.

Los medios siempre nos han tratado muy bien, ¡hasta Perfil!

¿Cuándo decidieron hacer el libro “La buena leche peronista” y cómo llevaron adelante la selección de fotos? Al trabajar en fotografía, es todo muy virtual. Buscábamos tener las fotos en la mano. Nosotros hemos hecho exposiciones y cuando ves la foto en vivo no es lo mismo que verla en la ccomputadora. Entonces, obviamente, tuvimos la fantasía de hacer un libro de fotografía. Nunca habíamos pensado este formato, vino en trabajo con otro amigo que empezamos a flashear ideas y fuimos por otros caminos. A él se le ocurrió la idea del sachet y lo empezamos a trabajar. Nos encontramos en un momento, después de un año de trabajo, con cientos de fotos. Demasiado material y dijimos: “Tal vez hay que darle un cierre a este tiempo y después pasar a otra cosa”. Ahí empezamos a trabajar en el libro y la selección fue terrible. Porque en un principio teníamos incontables fotos, no sé cuántas, y no sabíamos cuál elegir. Ahora ya no quiero ver ninguna, chau [Risas]. Me saturaron todas. En el libro hay fotos nuevas que fuimos haciendo, otras inéditas que nunca fueron publicadas, algunas que hicimos especialmente para el libro y también están las que hacíamos y pensábamos: “Esta reservémosla porque está buena”. La idea era que la gente viera algo nuevo.


¿Cuántos son en el equipo? Siempre me cuesta decir eso. Somos cuatro, pero después hay personas que, para mí, son fundamentales en el grupo aunque tal vez no tienen una tarea específica: la gente que está con nosotros, que nos acompaña, que nos ayuda, entonces también los considero parte. Cuatro somos el grupo que tenemos tareas muy definidas, para el libro trabajamos con dos personas más. En el próximo proyecto trabajamos con dos personas que no estuvieron en esta etapa ni en el libro. Va variando. Somos un grupo abierto a que aparezca gente que quiera colaborar, que tenga algo para aportar. Rompemos un poco el ego del artista, del nombre, del currículum. La otra vez me pidieron un currículum y dije “¡No! Si te interesa, te interesa. No te voy a vender qué hice o qué no hice”.

Foto: Nicolás F. Blanco

¿Qué proyectos tienen a futuro? Estamos saliendo un poco. Tuvimos dos experiencias de viaje, a Rosario y a Mendoza, en una exposición de tres días en la universidad. Y me sorprendió que una exposición de arte erótica todavía socialmente provoque, pero se revolucionó la ciudad más o menos. La idea es el año que viene, presentar el libro afuera, en el interior, conocer gente, hacer exposiciones. Hacer algo más vivo. Estamos trabajando en el segundo proyecto, no terminamos esto y ya estamos con un proyecto en mente. También hay tiempos, ¿no? Nosotros cuando presentamos el sachet era: “Bueno, es diciembre… No puede pasar de diciembre ¡A correr!”. No les puedo decir con qué estamos porque me matan [Risas].

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Escribe: Ricardo Capellano (*) - Ilustra: Sol Re

Está claro que, en la actualidad, hay una superproducción de música, que se caracteriza por la saturación de ofertas similares que exceden ampliamente a la demanda. En cualquier industria, esta situación generaría recesión y desocupación. Sin embargo, como en música la desocupación es interpretada como independencia, los trabajadores se introducen alegremente en la gratuidad de su fuerza productiva, asumiéndola como inversión a mediano plazo. Luego, sumando la otra inversión, es decir el capital personal y/o familiar, experimentan la ilusión de ser pequeños empresarios. El mercado, frente a esta saturación, se reconvierte y diversifica, especialmente a través de plataformas de internet graciosamente denominadas “redes sociales”, y lucra con publicidad e insumos, usufructuando la entrega gratuita de músicas por parte de sus autores, que aspiran a un impacto (virtual) que les es esquivo en el territorio (real). La frase “subir música” explica bien esta aspiración. Ya no es robo ni piratería sino materia prima sin cargo. Es decir que las condiciones socioeconómicas resultantes de la recesión negada establecen, entre músicos y mercado, un retorno a las relaciones de producción neocoloniales. La inevitable integración al oligopolio de cualquier tipo de propuesta de producción-distribución-difusión, sucede porque casi todas las músicas expresan dependencia y subordinación a la matriz estética de mercado. Y la industrialización de esa matriz aliena, codifica y uniforma, arrasa con la abstracción y expresa contemporaneidad sólo a través de las letras. No hay industria cultural alternativa porque las músicas compuestas desde una estética alternativa son ultraminoritarias en el panorama general. Pocos artistas y muchos apostadores. Esta hegemonía de la superestructura corporativa ha instalado, en los últimos veinte años, una inusitada fractura entre presente de mercado y contemporaneidad artística, por eso hay dos generaciones que sonorizan su juventud con músicas de la juventud de sus padres y abuelos (y hasta bisabuelos). La música fue un factor de construcción de identidad generacional, de ruptura con herencias y mandatos. Hoy, en general, es un viejo montaje de casilleros rítmicos-genéricos gastados, de un campo armónico minimizado a diez centímetros cuadrados y de una dramática decadencia del discurso melódico, reducido a células o líneas de partículas autoadhesivas e insignificantes. Y tecnología para tapar agujeros y copiar y pegar capas. Así, lejos de la composición, esta facilidad para “hacer música” explica la sobreproducción. Lamentablemente también explica la superpoblación de músicos. ¿Cuántos de ellos podrían asumir técnica, creativa y expresivamente, los desafíos artísticos de una rebelión estética contrahegemónica?

(*) Músico. Creador y director desde 1985 del Taller de Composición del Conservatorio Superior de Música “Manuel de Falla”.

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En las últimas semanas los medios concentrados presentan remontando en las encuestas la figura de Mauricio Macri, cuya argucia discursiva para mostrarse como quien no es alcanzó su paroxismo declarando que reivindicaba “cien por cien las banderas del justicialismo”, porque son ideas que “hay que sostener” porque “se basan en la búsqueda de la justicia social, la igualdad de oportunidades y el ascenso social”. Cabe aquí recordar la ironía que la misma Presidenta expresó en su discurso inaugural de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación cuando dijo “escuché a un candidato presidencial decir que él levantaba todos los principios del justicialismo, salvo los nuestros, claro”. No cabe duda que Macri, siempre bajo el guión de sus asesores, ensaya una nueva maniobra discursiva que puede calificarse como de la mejor estirpe oportunista. Pretende tener algún anclaje en parte del electorado justicialista y se ve obligado a ocultar sus convicciones neoliberales de igual modo que el menemismo lo hizo en su momento. A Macri lo condenan los archivos. Si para muestra basta un botón, son de público conocimiento su oposición a la recuperación por parte del Estado de los fondos jubilatorios,

de Aerolíneas Argentinas y de YPF. Más reciente es su rápida pronunciación contra la re-estatización del sistema ferroviario. Además, se ha manifestado a favor de la baja de los salarios, pues a su entender neoliberal el costo salarial no permite que la economía argentina sea competitiva en el plano mundial. Pero aún más allá del contraste y las contradicciones de sus declaraciones, están los hechos. El repaso de las políticas públicas ejecutadas por el Jefe de Gobierno de manera estridente contradice su nuevo “confesado” respeto por las banderas del justicialismo. Desde que Macri fue electo Jefe de Gobierno, cuadruplicó el endeudamiento de la Ciudad pasando de 571 millones de dólares a 2.138 millones de la misma moneda. Salvo en 2010, todos los años fueron deficitarios en la Ciudad y el incremento de la deuda se aplicó a gastos corrientes. Esta decisión contrasta con el criterio del Ejecutivo Nacional, que privilegia la inversión para el desarrollo de infraestructura y el avance en grados de soberanía económica y autonomía nacional. En cambio, el macrismo no tiene empacho en multiplicar la

deuda y aplicarla a gastos que no tienen ningún efecto reproductivo, la toma y se compromete en moneda extranjera cuando la Ciudad tiene ingresos en moneda nacional, quedando sujeta de los vaivenes del mercado cambiario. A pesar del incremento exponencial de los compromisos emergentes de los empréstitos adquiridos, muchos rubros –como el de vivienda– tuvieron recortes y

Ilustra: Julián Mono

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el pasado enmascarado Opiniรณn, por Carlos Heller (*)

Carlos Heller es Diputado Nacional por el Frente Nuevo Encuentro y pre-candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires


fueron reasignados a otras partidas como publicidad y consultoría. En educación y en salud también hay registros de una estrategia de deserción estatal a través de la subejecución presupuestaria. Si una razonable misión de la Legislatura es la aprobación de compromisos del Estado con determinadas políticas públicas, el gobierno de Macri fue pródigo en incumplir las metas aprobadas por el Poder Legislativo. Pero no fue éste el único irrespeto del Ejecutivo de la Ciudad. A pesar de su cacareado respeto por las instituciones, tiene un récord inédito de vetos a leyes que, incluso, votó afirmativamente su propia bancada. Son más de un centenar las leyes anuladas por un ejercicio monárquico de la administración pública por parte del titular del Ejecutivo, la mayoría de ellas referidas a la protección de derechos sociales, civiles o ciudadanos.

“EL REPASO DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS EJECUTADAS POR EL JEFE DE GOBIERNO DE MANERA ESTRIDENTE CONTRADICE SU NUEVO “CONFESADO” RESPETO POR LAS BANDERAS DEL JUSTICIALISMO.” Un caballito de batalla del macrismo es la seguridad, a tal punto que reconoció públicamente que su intendente predilecto fue nada menos que Osvaldo Cacciatore, interventor de la dictadura genocida que nuestro país sufrió entre 1976 y 1983. La lógica punitiva de la seguridad también se encontró en el proceso de creación de la Policía Metropolitana, otro ejemplo de los modos de Macri de entender el papel del Estado en la democracia. El uso de la Unidad de Control del Espacio Público (UCEP) como fuerza de choque contra personas indigentes, en situación de calle, fue el prólogo de una doctrina tan inquietante como brutal. Los dos primeros jefes de la Metropolitana –Jorge Palacios y Osvaldo Chamorro–

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están procesados y fueron detenidos por delitos diversos. El propio alcalde está procesado por escuchas ilegales, incluso a familiares de víctimas de la AMIA. En los años siguientes a su creación, el accionar de la Metropolitana estuvo signado por represiones violentas e innecesarias como las ocurridas en el Parque Indoamericano, la Sala Alberdi, el Parque Centenario o el Hospital Borda. En materia de políticas sociales, el gobierno de Macri no ha promovido un Estado activo y garante sino más bien débil y aún ausente. Los recortes en materia de becas escolares, viviendas sociales o programas culturales en los barrios son algunas expresiones de una concepción de sociedad, de Estado y de política pública que imagina una Ciudad para pocos. Si los indicadores sociales de la Ciudad más desigual de la Argentina no han empeorado más ha sido por la orientación de las políticas nacionales que van en la dirección opuesta. La política de Macri se sostiene tras la retórica de la eficacia y de la no política, y es protegida por un blindaje mediático que omite toda referencia a irregularidades, denuncias e injusticias que la caracterizan. ¿Cuál es el concepto de eficacia subyacente de la retórica y gestión del macrismo? Un repaso por las orientaciones e inspiraciones de esta nefasta política pública debe empezar por reconocer una profunda coherencia ideológica que consiste en promover los negocios privados, configurar un Estado orientado a los objetivos mercantilistas, defender en nombre de la seguridad una estrategia represiva, en particular contra los sectores más vulnerables. Es imperativo observar en profundidad los cambios que se vienen configurando en la Ciudad, pues se promueve un Estado mercantilista, represivo y tecnocrático como órgano estructurador de las relaciones colectivas. Como ocurrió en los años 90 con Argentina, el problema no era exactamente la consolidación de un Estado ineficiente sino el de una red institucional orquestada para asegurar la acumulación de los poderosos y la reproducción ampliada de la injusticia y la desigualdad.

Abraham Lincoln –gran luchador contra la esclavitud en EEUU– afirmaba que “se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos mucho tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”. Las fuerzas democráticas debemos avanzar en la batalla cultural que permita poner en evidencia que, tras una retórica de lo “nuevo” y lo “eficaz”, el PRO esconde un inconfesable esfuerzo restaurador del neoliberalismo puro y duro. Y tras la denuncia imprescindible y fundada, nuestro esfuerzo está volcado a generar propuestas que permitan la construcción de una democracia protagónica y participativa que asegure a todos y todas las ciudadanas una vida de dignidad y plenitud. Este año en nuestro país se define una gran encrucijada y una gran posibilidad. De un lado, el avance de un proyecto político que retoma las banderas de la Patria Grande y la libertad, la soberanía y la justicia que alumbraron las jornadas de nuestros primeros libertadores. Del otro lado, las fuerzas que conciben la vida social como el derecho irrenunciable de los más fuertes a la explotación, la opresión y la negación de la soberanía que pueda asegurar la sostenida ampliación de derechos culturales, sociales, económicos y políticos. Tras siete años de macrismo la Ciudad es más desigual, más injusta. Quienes queremos un mundo que merezca ser vivido, tenemos la responsabilidad de denunciar proyectos enmascarados como el neoliberal-conservadurismo de Macri y, con ello, la obligación de proponer alternativas emancipadoras que ya están latiendo en las esperanzas y las prácticas de buena parte de los Gobiernos y los Pueblos de Nuestra América, entre ellos el de nuestra República Argentina.


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A punto de cumplir su segundo mandato al frente de la Ciudad de Buenos Aires, Macri deja puntos flacos en áreas como educación y salud al ritmo que aumentan los compromisos con acreedores internacionales. El Auditor General, Eduardo Epszteyn, reflexiona sobre este problemático cocktail.

Escribe Facundo Benedetto Foto Julián Nicoletti

Entrevista a Eduardo Epszteyn

Detrás de un escritorio y con pilas y pilas de papeles nos esperaba Eduardo Epszteyn, que en pocos minutos pudo resumir lo que considera la esencia de la gestión PRO. “Se verifica mucha inversión en aquello que se ve y que da marketing”, lanzó. Así dio paso a una clarificación sobre lo que ha hecho el macrismo en los últimos siete años y medio, que tiene en el aumento de la deuda pública su eje vertebrador. Aunque no rechaza “lo que está bien y que hay que reconocerlo”, como “el mejoramiento del estado de las veredas”, Epszteyn dejó en claro que sus prioridades son diferentes.

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Lo que se debe

“Prácticamente se ha cuadruplicado la deuda de la Ciudad de Buenos Aires desde que empezó la gestión PRO”, señaló Epszteyn. En los últimos meses el gobierno porteño tomó deuda por US$ 500 millones más, pero el 95% será utilizado para refinanciar vencimientos de este año. Es decir, se trata de “deuda para refinanciar deuda” porque “en la medida en que van acumulándose los vencimientos de la deuda, que empiezan a ser más onerosos, los vencimientos como porcentaje de los ingresos corrientes de la Ciudad cada día pesan más y lo que hace el gobierno de la Ciudad es tomar nueva deuda para refinanciar la anterior”. De esta manera el año terminará con Capital Federal debiendo más de US$ 2100 millones, casi el cuádruple que cuando arrancó la administración macrista.

“Lo que se nota es que gran parte del endeudamiento en lugar de ir a inversión va a financiar gasto corriente, porque lo que hace Macri con el dinero es construir un colchón financiero que le da discrecionalidad para financiar otro gasto”, explicó Epszteyn. Según detalló, “la inversión como porcentaje del producto (es decir, la relación entre lo que se produce y lo que se invierte) está más o menos igual que diez años atrás”.

Problemas en casa

La vivienda es uno de los puntos donde más se critica al macrismo dada la crisis habitacional que se registra en la Ciudad y las innumerables exhortaciones que se hicieron para que comiencen tareas de urbanización en villas. Al respecto, Epszteyn marcó que “como está achatada la inversión, sobre todo la social, la política de viviendas prácticamente es inexistente. Los presupuestos, además de haberse reducido sistemáticamente años tras año, han tenido un altísimo nivel de subejecución presupuestaria”. El presupuesto total asignado a vivienda apenas alcanza el 2% del dinero disponible anualmente, que en gestiones ante-

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riores no bajaba del 5% según datos aportados por la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA). En términos políticos, Epszteyn opinó que “la decisión de Macri es que no se construya porque considera que no le rinde en términos de votos, que es como lo mide. Cree que la pobreza y la vivienda para los pobres son problemas migratorios, con lo cual la construcción de casas para pobres prácticamente no ha existido”. De hecho, la Ley 3343, promulgada en 2009, obliga al gobierno de la Ciudad a urbanizar las villas 31 y 31bis, cosa que no ha sucedido todavía. Sobre las trabas para el desarrollo de viviendas sociales Epszteyn explicó que “se ha descentralizado la atención. Hay tres ventanillas que se ocupan del tema: la UGIS, que depende de Desarrollo Económico; el Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC); y la Secretaría de Inclusión y Hábitat”. Esta última comparte su presupuesto con otras actividades y, por ejemplo, financió la visita de Usain Bolt para correr contra el Metrobús. En tanto, Epszteyn destacó que los planes de primera vivienda son “inexistentes” y que los créditos del Banco Ciudad “son todo propaganda”.

Negocios sucios

La basura es un problema para la Ciudad de Buenos Aires, que está obligada a reducir la cantidad que se genera y que no tiene otra alternativa que enviar lo producido a la CEAMSE en la Provincia de Buenos Aires. Al respecto, Epszteyn consideró que “el

gobierno de Macri no cree en la separación de residuos y lo hace como una política de marketing” y luego esbozó un dramático cuadro de situación: “El presupuesto total para basura es el más alto de la historia de la Ciudad de Buenos Aires medido como porcentaje del producto. La basura se lleva más del 8,37% del presupuesto total y la Ciudad, por supuesto, no está más limpia, sino que lo que han aumentado son las ganancias de las empresas que prestan el servicio, que además son las mismas de siempre”.

Eduardo Epszteyn explicó que a lo largo de su gestión en la Secretaría de Medio Ambiente y Planeamiento Urbano durante la administración de Aníbal Ibarra se había licitado el anterior contrato para empresas recolectoras, en el que no se pagó más del 4,5% del presupuesto total. Si bien es difícil medir la cantidad de dinero que se gasta por habitante porque Capital

Según señalaron fuentes de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires, “en todos estos años sólo se ha incentivado el enterramiento como único sistema de disposición posible”. En la actualidad únicamente está disponible el relleno Norte III de la CEAMSE, en José León Suárez, porque los otros se utilizan para residuos locales. Por ello, surge la pregunta sobre qué pasará si no se ceden nuevas tierras para destinar residuos. Sumado a ello, la ley 1854 (de “Basura Cero”) se empezó a cumplir tibiamente hace dos años. Tras reducir la generación y el volumen de residuos enviados a la CEAMSE, apenas se está llegando a disminuir la cantidad al nivel de 2007. Desde la Auditoría sostienen que se seguirá enterrando durante años, pero el desafío es saber cómo y dónde hacerlo.


Federal es un territorio donde se movilizan diariamente millones de personas no residentes, el macrismo está pagando por cada ciudadano porteño la exorbitante cifra de $240.000 anuales, según informes elaborados por la AGCBA. Para empeorar el panorama, Epszteyn aseguró que “no hay políticas de reducción y la cantidad de basura que se produce en la Ciudad sigue creciendo”.

Privados de educación

El tema de la educación fue álgido desde el inicio de la gestión PRO y encontró en los últimos años dos de sus peores momentos: la inscripción on line dejó fuera de las escuelas públicas a decenas de chicos y, para colmo, la implementación de un nuevo plan con revisión de currículas generó múltiples protestas por parte de estudiantes y docentes. “Todas las fallas del sistema on line produjeron que mucha gente emigrara al sistema privado al ver que no tenía solución para su problema en el sistema público. Yo creo que hay una tendencia por parte del gobierno de Macri y del ministro Bullrich de favorecer la enseñanza privada en la Ciudad”, señaló Epszteyn y profundizó: “La falta de vacantes pone en evidencia algo que ya se sabía desde antes: la ciudad necesita más escuelas de nivel inicial, primaria y secundaria. Si la inversión social está achatada significa que no se está invirtiendo en la construcción de nuevas escuelas”.

las escuelas del norte y centro es una historia, pero si vas a las escuelas del sur la situación es bastante distinta”.

La salud va y viene

“En el macrismo dicen que los hospitales de la Ciudad los tenemos al servicio de los habitantes del conurbano que se vienen a atender acá. Entonces, como esas personas no votan en Capital no tiene mucho sentido financiar los hospitales”, opinó Epszteyn y amplió: “Si ves los informes de auditoría, sobre todo de mantenimiento e infraestructura hospitalaria, te encontrás con problemas terribles a todos los niveles. Cada uno de los hospitales de la ciudad tiene problemas muy fuertes de infraestructuras que están anticuadas y que no están en condiciones de prestar el servicio”. La dura crítica se basa en datos que la AGCBA compartió con Hamartia: si bien cerca del 20% del presupuesto de la Ciudad se destina a salud pública, este alto porcentaje no implica un buen servicio donde se atiende la quinta parte de los habitantes porteños. Por ejemplo: el sistema de pedido telefónico de turnos no funciona

en todos los hospitales; alrededor del 40% de las cirugías se hace con elementos adquiridos por los pacientes; las camas hospitalarias no alcanzan para cubrir la demanda; en 2012 se cerró la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica del Hospital Durand por falta de médicos y enfermeros; y el servicio de neurocirugía oftálmica del Hospital Santa Lucía no presta más servicio. Quizás el punto más doloroso esté dado en las cifras de mortalidad infantil. En 2009 la tasa porteña se incrementó en un 14% con respecto a 2008, por lo que la cantidad de muertos pasó de 7,3 a 8,3 cada mil niños nacidos. En 2010 anunciaron la baja a 6,7 por mil, pero en 2011 creció un 27%, lo que correspondió a 8,5 muertes cada mil nacidos vivos. La cantidad de bebés fallecidos antes de los 12 meses es dispar según se trate de las comunas del norte o sur, llegando incluso a duplicar la cifra en comunas pobres con respecto a las más adineradas. Al finalizar la entrevista, Eduardo Epszteyn salió casi corriendo a cumplir con sus compromisos. Nosotros nos quedamos hablando con sus asistentes, que cuentan con una enorme cantidad de datos como resultado del trabajo diario. Los pareceres del auditor fueron fructíferos para ilustrar los problemas que deja el PRO en áreas fundamentales.

Pese a reconocer que “se ha mejorado en lo que tiene que ver con mantenimiento”, el auditor dio su parecer sobre la desigualdad que, considera, existe entre los centros educativos de distintas áreas de la Ciudad: “Si visitás

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Entrevista al Legislador porteño Edgardo Form

Edgardo Form es Diputado porteño por el Partido Solidario (PSol), integrante del Nuevo Encuentro que lideran Carlos Heller y Sabbatella, y es parte del interbloque kirchnerista de 17 legisladores. Lleva cuatro décadas de experiencia como dirigente del sector de la economía solidaria y es el actual gerente general del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Edgardo se lanzó de lleno a la campaña por renovar su mandato en la Legislatura. En esta nota, conversamos sobre los principales temas de la agenda porteña.

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¿Qué balance hace el Partido Solidario del último mandato de Macri en la CABA? Para hacer un balance hay que tomar como punto de partida las promesas electorales de Macri al inicio de su primer y segundo mandato. Por ejemplo, dijo que iba a construir 10 km de subterráneo por año y apenas fueron unos centenares de metros. También es una asignatura pendiente la urbanización de las villas miseria en la Ciudad, donde viven más de 200 mil personas. Y, por supuesto, la falta de políticas para la vivienda, ya sea de construcción de viviendas sociales o de viviendas que permitan el acceso a la familia joven, como créditos hipotecarios del Banco Ciudad. El Banco Ciudad tiene en su carta orgánica el objetivo de atender financieramente a pequeñas, medianas y micro em-

presas y facilitar el crédito para la vivienda a sectores que de otro modo no pueden acceder al techo propio. Incluso la Constitución porteña, que es muy moderna, habla en el artículo 31 del derecho a la vivienda digna y al hábitat adecuado. Sin embargo, el déficit habitacional sigue siendo un gran problema y a lo largo de su gestión Macri no lo resolvió. El macrismo tiene una gestión de gobierno que enfatiza aquellas obras más visibles, más estentóreas que en parte resuelven algunos problemas. No caben dudas por ejemplo que el Metrobus de la Avenida Juan B. Justo ha sido un alivio para los que viven en Liniers o cerca de la periferia de la ciudad. Se han incorporado nuevos trenes subterráneos, pero recordemos que muchos de ellos, sobre todo los que circulan por la línea A, fueron


Escribe: Santiago Mouradian Fotos: Nicolás F. Blanco

“Hemos insistido en la necesidad de que haya un relevamiento casa por casa para adecuar el ABL a la capacidad adquisitiva de los habitantes.”

comprados oportunamente por el gobierno nacional y estuvieron durante muchísimo tiempo en el puerto de Buenos Aires. En una ciudad con casi tres millones de habitantes y otros millones que circulan provenientes del conurbano, el transporte sigue siendo un tema insuficientemente resuelto. El PRO también propendió a un incremento notable de la presión tributaria. Nosotros hemos insistido en la necesidad de que haya un relevamiento casa por casa para saber, además del lugar en que están edificadas las viviendas, quién vive adentro y cuál es su poder adquisitivo y así adecuar el ABL a la capacidad adquisitiva de los habitantes. Esto no ha sido contemplado y este año el aumento del 30% pesa mucho en el bolsillo de una cantidad innumerable de familias. Ingresos Brutos es un impuesto regresivo que también gravita sobre muchísimas personas, todos en definitiva pagamos Ingresos Brutos en el momento que hacemos compras de cualquier bien o servicio. Además persiste la diferencia abismal entre el norte y sur de la ciudad. Hay dos ciudades que coexisten en el mismo territorio. Si bien se han tomado algunas medidas, como el Polo Tecnológico en Parque de los Patricios, todavía la brecha es notable. La política de Macri no ha tenido logros en el campo de la infraestructura hospitalaria ni en la de las escuelas públicas. Ha habido una subejecución presupuestaria, recorte o disminución de un año para el otro en el presupuesto asignado a salud, educación y vivienda. Esto denota una ideología que tiene que ver con una derecha remozada y con un discurso edulcorado, donde lo esencial es la continuidad de un modelo que privilegia al mercado y subordina al Estado. Nosotros siempre decimos que sin Estado no hay derechos. Cuando hay Estado mínimo y mercado absoluto lo que se privilegian son los intereses de los grandes grupos.

El año pasado hubo gran escándalo por el fracaso del sistema de inscripción “on line”. ¿Hay un accionar del PRO para favorecer a la educación privada en detrimento de la escuela pública? Nosotros pensamos que sí hay una política deliberada. Hay un incremento de los subsidios que otorga el Gobierno de la Ciudad a las escuelas privadas y confesionales. Basta recorrer muchos de los edificios de la escuela pública para advertir que las carencias

persisten. Se han resuelto algunos problemas acuciantes de calefacción, techos que se habían venido abajo o implicaban riesgo para alumnos y cuerpo docente y no docente. Pero también hubo una falta de políticas públicas que ayuden a resolver un derecho humano como es el acceso a la educación de calidad en todos los ámbitos de la Ciudad. Hay que construir más edificios, mejorar las instalaciones, incorporar material didáctico. En escuelas públicas del sur de la ciudad hay superpoblación.

La Ciudad de Buenos Aires sigue siendo un territorio difícil de disputar para el kirchnerismo, una porción muy grande de la ciudad sigue respaldando al PRO… Se puede prever, dadas las encuestas, que puede haber una reiteración del PRO al frente de la Ciudad. Gobernar es resolver los problemas de la gente y crear trabajo, que es la forma de dignificar la actividad de las personas. Y en esto hay grandes carencias del gobierno de Macri. Ahora, es indudable que han logrado captar el interés de un porcentaje todavía significativo de la sociedad porteña. Las causas de esta seducción son múltiples. Muchos lo votan por razones ideológicas, por coincidir con la derecha encarnada en el macrismo. Otros porque están animados por el odio que se ha ido sembrando en estos años hacia el gobierno nacional y particularmente hacia la Presidenta, por el gorilismo que persiste en un segmento significativo de la sociedad, por la aspiración de sectores medios que ven como espejo deseable de su desarrollo futuro a los sectores más adinerados. Mirando para adelante, algunas encuestas confiables dicen que como segunda intención de voto del electorado porteño hoy está el Frente Para la Victoria (FPV) y suponemos que es porque a lo largo de los casi 12 o 13 años que se van a cumplir desde la gestión del recordado Presidente Néstor Kirchner, no caben dudas que ha mejorado sustancialmente la calidad de vida de millones de argentinos. En aquellos que conservan el pensamiento crítico y la sensibilidad social, la inclusión social y el acceso a nuevos derechos indudablemente deberían gravitar al momento de definir si van a acompañar la continuidad. Nosotros somos parte del kirchnerismo, somos otra puerta de entrada a este proyecto nacional y popular y consideramos que hay un sector de la sociedad que está dispuesto a acompañar nuevamente este

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proyecto. Acá se juega mucho, porque un retroceso sería muy grave, implicaría la pérdida de muchos de los derechos adquiridos, de los logros que se obtuvieron en materia de mejoramiento de la calidad de vida y de trabajo. Hay una disputa entre los que quieren recuperar privilegios y mantener sus posiciones de poder y quienes, como nosotros, aspiramos a una distribución de la riqueza con equidad, a más y mejores derechos. Para dar un ejemplo concreto, una nueva Ley de Servicios Financieros que ponga a tono el sistema financiero con la necesidad de estimular la producción, la construcción de viviendas, las economías regionales. Hubo avances, como la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central que, aunque necesaria e importante, es todavía insuficiente en relación con todo lo que falta. Hoy el sistema financiero gana fortunas, pero esas fortunas no se traducen en créditos accesibles para la producción en términos de tasas de interés, de plazos de amortización que no consuman la rentabilidad de las PyMEs sino que por el contrario se asocien a las PyMEs, que son las principales generadoras de empleo.

“Propender al endeudamiento es una característica de las políticas neoliberales e indudablemente nos preocupa.”

¿Cómo puede impactar en los porteños el tremendo endeudamiento externo que deja Macri? El Gobierno de la Ciudad se ha endeudado en casi 2 mil millones de dólares, de los cuales hay un vencimiento este año de 540 millones de dólares. Va a impactar en el bolsillo de los porteños ya sea por aumento de algunas tasas o tributos, como por derivar recursos que irían a otras asignaciones para el pago de obligaciones en moneda dura. El endeudamiento no se ha traducido en inversiones de mejoras de infraestructura, de rubros vitales para el buen vivir de los porteños, sino que ha sido fundamentalmente con un criterio especulativo y, particularmente en un año electoral como este, para hacer caja que permita financiar la campaña electoral del oficialismo de la Ciudad. Propender al endeudamiento es una caracterítica de las políticas neoliberales e indudablemente nos preocupa. Por último, Edgardo, ¿cuál es el balance personal de tu trabajo legislativo? Creo que he trabajado responsable y seriamente. Hemos presentado mu-

chos proyectos entre los que podría destacar el haber logrado la exención de Ingresos Brutos para las cooperativas de trabajo y de vivienda, algo que logramos en el debate sobre la reforma del Código Fiscal de la Ciudad en 2013. Partimos del concepto de que el acto cooperativo no es un acto de comercio sino que los asociados se organizan para brindarse a sí mismos servicios en un hecho solidario. La exención impacta sobre más de mil cooperativas de trabajo y más de un centenar de cooperativas de vivienda, con lo cual el alivio cae sobre decenas de miles de hogares y eso me hace sentir muy contento. Por otro lado, el año pasado logramos, en coautoría con otros colegas como Susana Rinaldi, Pablo Ferreyra y Lorena Pokoik, una ley para regular y darle un marco de previsibilidad a los Centros Culturales. Los centros culturales fueron muy castigados por la Agencia Gubernamental de Control, con cierres sistemáticos durante el 2014 y principios de 2015. Había un vacío legal que no le daba garantías de funcionamiento a los centros culturales, expresión auto gestionada de la sociedad sobre todo a partir de la crisis del 2001.

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ra Escribe: Johanna Cu Ilustra: Sol Re

lienación El “Síndrome de A Parental”, victimario una herramienta del 44


El abuso sexual infantil ocurre mayoritariamente en el ambito familiar. Quien denuncia un caso de abuso se encuentra ante la ardua tarea de superar el horroroso disgusto de la realidad y asumirse como victima del engano. No solo eso: luego suele enfrentarse al diagnostico de forenses y juristas conocido como “Sindrome de Alienacion Parental” (SAP). En el 98% de los casos el sospechoso es una fi gura masculina (generalmente el padre) y el SAP sirve para defenderlo: se aduce que la madre es fabuladora y se descree del relato del nino. Con esta fi gura, el abusador logra re-vincularse con el nino e, incluso, llega a obtener la tenencia y a impedir el contacto con la madre. Los derechos del nino son vulnerados y la victima vuelve a ser victimizada por los propios juristas. A nadie le gusta acercarse a la idea de que un niño pueda ser abusado. Menos aún por su propio padre. Sobre todo, cuando ese padre abusador es visto por el común de la gente como el más tierno e inofensivo, una persona de bien, solidaria, trabajadora y cuyo único signo distinguible es su perfil seductor. En la Argentina rebalsan las denuncias por abuso sexual infantil. En la mayoría de los casos, el padre es el principal sospechoso de haber generado el daño (ver recuadro). El abuso sexual infantil debe ser pensado como síntoma social que emerge del sistema familiar o institucional. Su estructura inconsciente suele replicar la trama abusiva de generación en generación. El abuso es un proceso que se va instalando a través del tiempo y que consta de diversas etapas. En ese tiempo, el perpetrador logra la confianza y la aprobación del niño o niña. El abuso sexual infantil es “un impensado” hasta que la conciencia golpea la puerta. Muchas veces es la madre del niño o niña quien denuncia el abuso. Las madres son parte del entramado del abuso y tardan en reconocerse como víctimas del engaño, por estar atrapadas en un vínculo que hasta ese momento parecía ser confiable. Son los propios valores morales los primeros en desmentir la realidad, pero si la madre está dispuesta a escuchar el amor vence a lo siniestro y el niño ya no calla.

Nadie informa acerca de qué hacer en una circunstancia de tal alarma. A la hora de realizar la denuncia son los propios policías y/o fiscales los que se anticipan y tientan al denunciante a dar un paso atrás. Hasta los propios defensores públicos advierten desde el comienzo la posibilidad de que las acusaciones contra el abusador se vuelvan en contra del denunciante. Es muy común que una madre se bloquee ante la sospecha de abuso que es puesta en evidencia por su hijo. Cuando el descuido se cristaliza y la madre tiene que aceptar que también fue engañada, la culpa domina la escena. Haber permitido que eso sucediera parecería volverla cómplice. He aquí lo irreparable de la perversión. Por eso, a veces el silencio es la opción más cómoda para todos. Pero quienes sí deciden entrar en el túnel del conflicto encuentran en él un mundo desquebrajante para sus vidas y una gran desprotección jurídica. La desprotección también se trasluce en las diversas instituciones: la familia, la escuela, el trabajo, los amigos, las redes sociales, etc. El no querer aceptar algo tan doloroso como lo es la idea del “niño abusado” sumado al condimento siniestro del incesto (“haber sido abusado por el progenitor”), genera en las instituciones, incluso hasta en la propia madre, una ingenua ilusión. Parecería que los jueces, fiscales y profesionales de la salud que trabajan en la investigación

de los hechos pueden solucionar el problema del mismo modo que el cirujano opera un corazón en peligro. Pero, desafortunadamente, no hay ciencias exactas para lo traumático y mucho menos para lo siniestro. El ideal de justicia contrasta con la realidad: pocos son los casos en donde los derechos de los niños están por encima de los valores patriarcales relacionados al capitalismo salvaje en el que vivimos. Más aún si se tiene en cuenta que los casos de abuso empezaron a ser investigados recién a partir de 1989 con la Convención de los Derechos del Niño. Durante muchos años el maltrato infantil fue invisibilizado: se sostenía que los niños mentían o fantaseaban. Los niños no eran considerados sujetos de derecho. Hoy la manera de invisibilizar la violencia es poniéndose en contra de quien protege al niño, de quien cree en él o busca defenderlo. Se genera una desestimación de lo que el niño se anima a poner en palabras y de lo que una madre se anima a denunciar. En otras palabras, se desestima el hecho denunciado. Los procedimientos judiciales se centran en investigar más a las víctimas que al victimario y es por eso que la familia termina por quedarse muy sola enfrentando la situación. Ni hablar de la vergüenza social que se atraviesa después de la desgarradora exposición que implica ante el mundo la ruptura de algo tan íntimo y tan preciado.

¿Queé es una Camara Gesell? La Camara Gesell funciona como un instrumento para observar a las personas y sirve para tomar testimonio, el cual es grabado a través de equipos de audio y de video. Está conformada por dos ambientes separados por un vidrio espejado. En uno de los ambientes sólo participan el profesional psicólogo del Cuerpo Médico Forense y el niño presuntamente abusado a quien se le realiza una entrevista semidirigida. En el otro ambiente, se puede observar a través del vidrio y pueden estar presentes el juez o el secretario general, el abogado defensor, el fiscal o asesor de menores y los peritos de ambas partes. Para todos ellos, existe una instancia en donde se pude repreguntar o construir preguntas a la víctima.

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El dispositivo judicial está estructurado de tal manera que el niño o la niña deba enfrentarse a través de una cámara Gesell a poner en palabras el hecho traumático (ver recuadro). Paradójicamente, lo traumático se caracteriza por no poder simbolizarse, no poder decir acerca de ello y también por ser algo tan mortífero y alienador que amenaza constantemente la subjetividad. El modo de investigación que propone la justicia expone al niño a instancias adultas e inapropiadas (así como el abusador lo hace con el niño abusado). Además, en el caso de que el niño pueda poner en palabras algo de lo sucedido, en muchos casos termina por ser desmentido: la madre está loca y ha inventado el abuso. Los diagnósticos de una Cámara Gesell varían según cada profesional pero todos rondan más o menos por los mismos términos: co-construcción de memoria, implantación de memoria o de ideas, madre alienadora, disputa de adultos, divorcio controvertido, falsa denuncia, intereses económicos en juego, o madre alienada o trastornada mentalmente, trastorno de personalidad, vínculo enfermizo con el niño, disrupción vincular, fabulación, entre otros. Los diagnósticos establecidos por los supuestos profesionales especializados repiten el síntoma de esta sociedad patriarcal. No se comprometen a la hora de hacer justicia y de defender los derechos del niño, dejan por fuera valores cruciales y generan un desarrollo irresponsable, malicioso y perverso. Los diagnósticos establecidos por el Cuerpo Médico Forense son la prueba de la que se sirve el fiscal, que es quien investiga la causa, para que el juez otorgue sentencia. Todos los términos mencionados están relacionados con un concepto con un nombre más rimbombante y academicista, pero con una trastienda perversa: el “Síndrome de Alienación Parental”, conocido como SAP.

Cómo destruir la subjetividad de un niño El “Síndrome de Alienación Parental” (SAP) es un diagnóstico que intentó instalar el psiquiatra estadounidense Richard Gardner en 1985, con la intención de defender a sus pacientes abusadores y sacarlos de la cárcel. Gardner dedicó su vida a esa causa porque él era tan pedófilo como los pacientes a los que defendía. Más aún, Gardner defendía la idea de que niños y adolescentes sean iniciados sexualmente por sus padres. Gardner inventó el SAP para ser aplicado

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en los procesos judiciales y revertir la mirada del proceso. El testimonio del niño es silenciado y el abusador es victimizado. De esta manera, todo el andamiaje procesal se reduce a la conflictiva del niño sustrayendo al adulto abusador de la escena. Así, el SAP revelaría que muchos de los testimonios de niños y niñas presuntamente abusados responderían especialmente a que dichos niños han sido indebidamente influenciados por el progenitor con el que conviven, generalmente, la madre. Según Gardner, el testimonio del niño pudo haber sido inducido a causa de la alienación que uno de los progenitores ejerció sobre ellos. De esta manera, se emite una creencia de que la madre por querer sacar algún tipo de rédito económico, por despecho o por venganza, utiliza al hijo como medio de comunicación en el marco de una separación controvertida entre los progenitores. El SAP es un invento científico que sirve para enmascarar el abuso sexual infantil y que es utilizado en muchos países para no involucrarse con los gravísimos casos de abuso. No está aceptado por ningún organismo internacional: ni por la Organización Mundial de la Salud ni es parte de ninguna de las escalas como lo son CIE10 o DSM4. Las estadísticas mundiales demuestran que solo en el 0,02% de los casos existen falsas denuncias. Por lo tanto, teniendo en cuenta la insignificancia representativa de estos casos, ¿es entendible que el punto de partida sea entonces no escuchar a quien denuncia, no creerle al niño y acusar a la madre de “lavadora de cerebro”? Desde el mismo sentido común, ¿a qué madre se le ocurriría exponer a un hijo con una falsa denuncia de tal medida? Sin embargo, en nuestro país la justicia continúa utilizando el SAP a “modo de camuflaje”, con otros nombres como los mencionados anteriormente. Alcanza con decir que “la madre tiene un relato fabulador” para perder toda credibilidad en la palabra del niño. Si el niño se anima a poner en palabras el abuso perpetrado por su padre, su voz en alto termina por convertirse en una fábula. Así es como se prosigue con el desmantelamiento subjetivo del niño que ahora, además de encontrarse ante la necesidad de elaboración del trauma, debe soportar la re-victimización constante por parte de los juristas. Sin ir más lejos el caso de Andrea Vásquez y el de Jacqueline Chañy,

dos madres luchadoras que comparten su dolor ante el secuestro de sus hijos por orden de un juez, son un fiel ejemplo entre tantos otros de cómo los niños sufren tal desamparo y se les dispara una y otra vez al psiquismo ya vulnerado. En ambos casos el SAP fue la salida perfecta para borrar los valores que queremos defender y sostener. No alcanza con hablar de los derechos del niño, hay que defenderlos, respetarlos y perpetuarlos. Existen organizaciones de padres que albergan padres abusadores y/o violentos. ¿Qué fines persigue el poder judicial al darle la tenencia a un padre abusador? El SAP responde a intereses específicos: defender al victimario del acto

Los abusadores El 97,5% de los casos de abuso familiar infantil se producen en un ámbito intrafamiliar. El perpretador es el padre biológico en el 43,5% de los casos; abuelos, tíos, hermanos mayores o primos en un 23,7%; conocidos de la familia en un 17,5%; y padrastros en un 13,8%. Sólo en el 2% de los casos, el abuso es perpetrado por una figura femenina.

corrupto. Si la madre está loca, entonces el padre es una pobre víctima de la locura ajena. Es que el objetivo es cambiar el foco para conseguir el mutismo de los tantos abusos sexuales infantiles en las familias y mantener el orden social establecido. A lo largo del proceso, el niño termina repitiendo incansablemente aquello que con tanto trabajo ha podido poner en palabras, intentando darle cauce a tanto dolor, para que la oreja jurídica termine por convertirse en un dedo acusatorio tan abusivo como el propio abusador. No queremos una justicia corporativa y con intereses aledaños al dolor y a la miseria humana. Queremos hacer valer el valor de la justicia. Los niños deben tener y mantener sus derechos para que nuevas generaciones puedan ser nombradas seres humanos y no monstruos criados por un sistema perverso.



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Escribe: Guadi Calvo Ilustra: Germán Pasti

A Gustavo Pera, que ya no leerá este artículo. Quizás lo primero que haya que decir sobre el grupo libanés Hezbollah (en árabe: “Partido de Dios”), es que no es una organización terrorista. Su accionar difiere en mucho al de al-Qaeda o el Estado Islámico, con los que por ignorancia o mala intención los grandes medios occidentales intentan equipararlo. Tanto al-Qaeda como el Estado Islámico son parte de la expresión más recalcitrante del integrismo sunita, la que se conoce como “wahabismo” o “salafismo”. Se autodenominan también “takfiristas”, una versión del Islam que dice combatir fundamentalmente a los “malos musulmanes”, es decir a todos los que no interpretan el Corán como ellos. Poco que ver tendrá entonces Hezbollah con estas versiones ultramontanas del Islam, ya que en primera instancia responden al “chiísmo”. En muchas ocasiones, el “Partido de Dios”, en su eterna lucha contra Israel, se ha aliado e incluso ha ayudado a conformar desde 1997 a las Brigadas multiconfesionales Saraya al-Muqawama al-Lubmaniya, que incluyen a sunníes, chiíes, cristianos y drusos. Hezbollah se conformó a partir de la Guerra Civil Libanesa de 1982, tras las masacres propiciadas por Israel en los campos de refugiados palestinos

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de Sabrá y Chatila en septiembre de ese año. El genocidio fue propiciado por Ariel Shalom, que terminó en una noche con más de 3500 refugiados palestinos. Algunos sucesos anteriores a su creación fueron determinantes. En los primeros años de los ‘70, el retorno desde Irak al Líbano de muchos estudiantes y clérigos chiíes. También fue importante el retorno del exilio en París del Ayatolá Ruhollah Jomeini que desembocó en el triunfo de la Revolución Islámica en Irán (1979). Por último, fue influyente el ideario del Imán Musa Sadr, un importante filósofo y líder religioso chiíta, jefe del Consejo Supremo Islámico de los Chiítas libaneses. En 1974, Musa Sadr había fundado el Movimiento de los Desheredados o Harakat Amal, que se ocupaba fundamentalmente de las grandes masas pobres chiítas del país. Amal, con la asistencia de Irán, comienza a extender su influencia desde el valle de Bekaa hasta los arrabales del sur de Beirut. En 1975 el Líbano estalló en una guerra civil. En 1978, el rastro de Amal se perdió en Libia, entre su hotel en Trípoli y el aeropuerto, mientras realizaba una gira política por algunos países de Magreb. Se sospecha que la inteligencia occidental y la

de israelí no fueron ajenas a esa desaparición. ¿Qué es Hezbollah? La mítica organización chiíta libanesa es difícil de encuadrar con una sola definición. Funciona como partido político, con representación parlamentaria, y como un movimiento popular dedicado a cubrir espectros importantes en la que el Estado libanés abandona a sus ciudadanos, especialmente en el sur del país. Ha construido escuelas, hospitales y grandes núcleos de viviendas para los sectores más carenciados de la comunidad. Pero quizás la más conocida y confusa de sus funciones es la de ser una efectiva y letal organización armada, que a lo largo de su 33 años de vida ha dado significativas muestras de haber llegado a la perfección en el complejo arte de la guerra. Hezbollah surge como un grupo de autodefensa, tras las múltiples y constantes invasiones y matanzas del ejército israelí, no sólo contra la comunidad chií, sino contra los refugiados palestinos, la comunidad drusa y cristiana opuestos a al expansionismo sionista. Con el apoyo histórico de Irán y Siria, vinculados por profundos lazos religiosos y filosóficos, Hezbollah


ha logrado conformar un abigarrado aparato militar, un importante partido político, y una red de servicios sociales. Es justamente su fortaleza la que ha despertado tantos temores en sus dos principales enemigos: los Estados Unidos e Israel. Ambos países han colocado a Hezbollah en su lista de organizaciones terroristas. En 2010, Barack Obama definió a Hezbollah como “el grupo terrorista con más capacidad técnica del mundo”. Sin embargo, en febrero de 2010 el Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Dennis Blair, en el análisis de riesgos anuales, señaló que Hezbollah llevaba 13 años sin atacar objetivos norteamericanos y que no estaba involucrado en planificación de atentados contra Estados Unidos o sus ciudadanos. Por presiones de Washington y Tel–Aviv, la Unión Europea incluyó a la rama militar de Hezbollah en la lista de organizaciones terroristas, en julio de 2013. Para ello, la UE usó como excusa la acusación, jamás confirmada, de que Hezbollah fue responsable de un atentado de julio de 2012 en Burgas (Bulgaria), donde un terrorista suicida asesinó a cinco turistas israelíes y el conductor local. Pese a la intensa publicidad en contra, Hezbollah, goza de un apoyo popular que ya quisieran tener muchos políticos occidentales: lo apoyan un 55% de los musulmanes en Jordania, un 52% en Líbano, un 45% en Nigeria, un 43% en Indonesia y un 30% en Egipto. Unos porcentajes muy superiores a los de al-Qaeda. Entre los chiís el apoyo era de un 94%, y un 12% entre los sunís, así como un 20% entre los cristianos. Un 65% de los chiíes libaneses apoyaban su presencia en Siria. Un liderazgo invencible El sayyed Hassan Nasrallah, el actual al secretario general de Hezbollah, se ha convertido desde hace años en el hombre más buscado del mundo. Es buscado por todos los grandes servicios de inteligencia de Occidente, y otros del mundo árabe como el Inter-Services Intelligence (ISI) de pakistaní, al- Mukhabarat al- A’amah saudita o la turca Milli Istihbarat Teskialati (MIT), sin mencionar desde ya a la MOSSAD israelí. Hassan Nasrallah se ha convertido para Medio Oriente en una figura clave de las reivindicaciones de los pueblos árabes, ya sean sunitas o chiítas. En Palestina, fue fundamental la colaboración de Hezbollah a sus hermanos de Hamas, en la resistencia de

la última embestida sionista contra la Franja de Gaza en 2014. De no haber asistido con armamento y logística, la embestida sionista hubiera sido todavía mucho más sanguinaria. En Siria, Bashar al-Assad contó con el apoyo ruso-chino en la ONU, pero también con el de los milicianos de Hezbollah. Hezbollah comenzó a participar de los combates en el momento de mayor empantanamiento del Ejercito Árabe Sirio. Fue indispensable para arrebatarle al Frente al-Nusra, el al-Qaeda sirio, la estratégica ciudad de Qusayr. En 2013, el Sayyay Nasrallah se comprometió públicamente a que sus hombres lucharían por la supervivencia del gobierno sirio: “Esta lucha es la nuestra…, y te prometo la victoria”. Lo que se preveía como una pronta caída del gobierno sirio se convirtió en una muy demorada victoria. En el Líbano es aún más fuerte su prestigio, por eso es mucho más buscado que Aymán al-Zawahiri, jefe supremo de al-Qaeda o Abu-bakr al-Bagdadí, el actual califa Ibrahim, líder de Estado Islámico. Ambos líderes salafistas tienen probadas vinculaciones con Occidente, en cambio Nasrallah, jamás ha sido sospechado de algún tipo de relación con europeos o estadounidenses. En términos occidentales, la figura del líder de Hezbollah podría compararse a la de un Fidel Castro o un Che Guevara, de allí la persecución práctica y mediática de él. La organización chií se ha convertido en un elemento clave de la política de la región al tiempo que es inmanejable, imposible de comprar o seducir, como lo han sido otros hombres poderosos a la hora de las grandes decisiones políticas. El arma más poderosa de Nasrallah, al igual que los antiguos jefes de Hezbollah, ha sido su inquebrantable compromiso con la causa árabe, frente a los embates de Israel y Occidente. Nasrallah nació en 1960 en una barrida pobre al este de Beirut, Karantina, y desde muy joven tuvo vocación política, quizás fomentada por las grandes privaciones a los que su familia y vecinos eran sometidos. Desde el comienzo de sus estudios sufrió la violencia a los que los alumnos sunitas sometían a los alumnos de origen chií, que eran minoría. Al estallar la Guerra Civil en 1975, su barrio se convirtió en el epicentro de varias grandes batallas. En enero de 1976 se produjo una matanza de más de mil quinientos musulmanes a manos del Frente Libanés, una formación de ultra derecha cristiana. Por ello es que su familia decidió mu-

darse al sur del país, estableciéndose en Tiro, de donde eran originarios. En esos años ya participaba en el movimiento Amal. A los 15 años Nasrallah viajó a la ciudad santa de Nayaf en Irak para ingresar en la hawza `ilmiyya, un seminario religioso, y comenzar sus estudios como mulá. En 1978 es expulsado del país por la policía de Sadam Hussein. En los 80 se estableció en la ciudad iraní de Qom el gran centro de enseñanza chií, la ciudad adoptiva del Ayatolá Jomeini y cuna de su admirado Musa Sadr. Nasrallah estudió allí jurisprudencia islámica. Su primer cargo importante dentro de la estructura de Amal fue como delegado político en el valle de Bekaa. Abandonó Amal para ingresar a Hezbollah. Tras el agravamiento del conflicto libanés, donde se enfrentaron Amal y Hezbollah, en 1988, Nasrallah permaneció a la vanguardia del brazo armado del Hezbollah y llegó a enfrentarse con su propio hermano mayor, que permanece en Amal. Tras el atentado por parte del MOSSAD que terminaría con la vida de Abbas a-Musawi, el jefe de Hezbollah en 1992, Nasrallah, a pesar de ser tímido y prácticamente un desconocido, es nombrado en la Secretaría General con tan sólo 32 años. La lucha contra los abusos sionistas apañados por el poder de Washington ha provocado que las políticas de la milicia chiíta deban ser siempre de beligerancia. Han sido innumerables y frecuentes los enfrentamientos en diferentes sectores del Líbano, entre sus defensores y los invasores. En un recordado enfrentamiento de 1997 el hijo de Nasrallah, Hadi, de 18 años, murió a manos de tropas israelíes que luego secuestraron el cadáver. Recién después de un largo año de negociaciones los sionistas están dispuestos a entregar el cuerpo junto con otros 40 combatientes de Hezbollah. En el 2000 Israel recibió su primera gran derrota político militar y aceptó una disimulada retirada del sur del Líbano, tras 18 años de invasión. El invencible ejercito israelí se retiró deshonrado para siempre. Hezbollah ha sido acusado de docenas de atentados en cada rincón del mundo, sin que se haya podido corroborar ninguno más allá de los grandes montajes mediáticos, políticos y diplomáticos. Su disciplina y su coherencia los ha convertido en la pesadilla sionista/norteamericana y, por lo que se intuye, lo seguirá siendo.


¿Cómo abordar artísticamente el paisaje sonoro? Las políticas públicas que, desde perspectivas “profilácticas”, definen el ruido y pretenden controlarlo, nos reducen a consumidores en hábitats insonorizados y confortables. El autor indaga sobre cómo habitar y producir artísticamente en el rugido monstruoso de las ciudades. Las anotaciones de Rodolfo Kusch sobre la estética americana y el mestizaje se suman a la perspectiva de reintegrar al ámbito social un mundo “ciertamente tenebroso y siniestramente ruidoso”. Escribe: Diego Makedonsky (*) Ilustra: Matías Chenzo

¿Contaminación acústica o paisajes sonoros? La Ley 1.540 sobre Control de la Contaminación Acústica en la Ciudad de Buenos Aires, sancionada en diciembre de 2004, en su primer artículo establece que su objeto es: “Prevenir, controlar y corregir, la contaminación acústica que afecta tanto a la salud de las personas como al ambiente, protegiéndolos contra ruidos y vibracion e s provenientes de fuentes fijas y móviles, así como regular las actuaciones específicas en materia de ruido y vibraciones en el ámbito de competencia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. Queda establecida

así la perspectiva profiláctica adoptada respecto a lo que considera ruido, para el que en su Anexo 1 adopta la siguiente definición: “Todo sonido no deseado que moleste, perjudique o afecte a la salud de las personas y los

animales, capaz de producir efectos psicológicos o fisiológicos adversos”. Si además tomamos en cuenta las acciones previstas para llevar a cabo los objetivos de aislamiento respecto a lo

que se establece como contaminante, se deduce de ello una ética respecto al campo sensible de lo sonoro. Rechazo, aislación, delimitación y segregación de aquello que resulte molesto o desagradable. Está claro que la salud es un derecho fundamental. Sin embargo, hay que discernir en esta normativa una estructuración que va en contra de aquello que finalmente se propone, el cuidado de la salud. En las políticas públicas relativas a lo sonoro predominan las concepciones profilácticas que contribuyen

(*) Diego Makedonsky es compositor y artista sonoro. Dirige desde el año 2009 el Encuentro Internacional de Arte Sonoro Tsonami en Argentina.

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a un Estado de control policíaco. Es notable cómo se busca vigilar que los excesos producidos por el estilo de vida dominante se mantengan aislados para no contaminar, no molestar, para no “ver”. Se evita la reflexión, se evita asumir los efectos que produce el mismo estilo de vida que genera la contaminación. Se inventan todas las regulaciones y dispositivos de diagnóstico y control del ruido pero nada, nada, que promueva un cambio de actitud. La máquina no se para. Se busca eliminar el ruido para que

el sujeto consumidor pueda seguir consumiendo sin ser molestado en su confortable e insonorizado recinto. Se elimina el ruido de la vida social, haciendo del espacio público ámbitos cada vez más reservados y privados, fuera de los cuales se encuentran las zonas donde van a parar los residuos. Segregamos los vestigios de una vida basada en el confort y la búsqueda infantil de un estado de cosas que garantice el resarcimiento narcisista de la ilusoria presencia y permanencia de un sujeto pleno. Hay en esto una acti-

tud frente a lo que se presenta como lo otro, lo excedente. Hay una evasión ante todo lo que no puede ser regulado y reducido, y que implica levantar grandes murallas materiales y conceptuales contra lo irreductible. Estas políticas públicas me incitan a reflexionar sobre las prácticas artísticas que abordan al paisaje sonoro y si ese abordaje puede darse a partir de la concepción de un objeto sonoro. El objeto sonoro se constituye como tal por ser la reducción a aspectos

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determinados y determinables de la experiencia sonora, de modo tal que se elude cualquier fisura o crisis al interior de la escucha. El filósofo esloveno Mladen Dolar, en un excelente libro llamado “Una voz y nada más”, dice respecto a la voz en el canto que es “expresión más allá del significado, expresión que es más que el significado, y aun así, expresión que no funciona sino en tensión con el significado: necesita un significante como límite que trascender y cuyo más allá revelar. La voz aparece como excedente del significado”. Se constituye por éste pero a pesar y mas allá de éste. El significado se revela como no-todo y de ese modo

se abre un mundo de significaciones posible a partir de sus propias potencialidades. Se abre significancia en el encuentro entre la materia sonante y la estructura. ¿Es que la experiencia artística se abre en ese “más allá”? Es el punto donde el objeto, determinado a partir de parámetros medibles y determinables, es sólo el aspecto definible de una vivencia emocional más integral. Una vivencia que compromete dimensiones que exceden la mera representación de lo oído. Se trata de concebir la escucha, en tanto sensibilidad, como un modo particular de saber que se tiende como un espacio crítico y que no se cierra sobre un objeto conceptual dado de antemano. La escucha como apertura de posibilidades. La dimensión de un “mas allá del signo” se relaciona con el hecho de que el texto está allí sólo como pretexto para la puesta en acto, para ser tensionado por el acto. No importa tanto la estructura del relato sino la acción de relatar. Porque la acción surge de lo inaudito y se estrella en la estructura significante y de ese modo produce

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efectos de significación. Lo que importa no es la escucha del sentido sedimentado y ya estructurado. Importa el acto de escuchar comprometido con el reconocimiento de una carencia de sentido que hace a su propio surgimiento. Allí pulsa e impulsa un re-encuentro necesario con lo terrible, que es también terreno de lo posible. Es el re-encuentro siempre originario con un suelo como arraigo. ¿Acaso el lugar de posibilidad de lo sonoro no es el espacio siempre crítico de la escucha? ¿Qué voces, qué ruidos, qué músicas acogemos en nuestra escucha? Desde esta perspectiva el abordaje artístico de lo sonoro se erige en

torno a su propia falla, se tiende sobre la fractura de la razón, en torno a una falta constitutiva y constituyente. Dicho de otro modo, gira alrededor de eso que no puede determinarse, y no puede reducirse sobre un objeto establecido a priori y asume dicha condición como necesaria para su propia posibilidad. Trabaja con ese resto inaudito, con una necesaria ausencia presente. En este contexto, dicha ausencia, quizás pueda situarse por la contradicción de dos términos opuestos, en cuya convergencia se produce una anulación. Se trata de la tensión entre el desmesurado ruido y el sonido habitable. Entre lo inaudito y lo que puede ser oído, yace un abismo necesario que estructura el saber de la escucha. De aquí que me interrogue por una escucha entretejida con barreras conceptuales, que delimitan y expulsan todo aquello que resulte irreductible. Una escucha que lejos de resultar un espacio vital salubre, no termine acaso constituyendo un espacio estéril, postergando lo que inevitablemente retornará en forma patológica. Y de aquí también la inquietud por un abordaje artístico. Lo siniestro para Freud consistía en aquello que debiendo estar ausente

se presentaba. Una suerte de extranjeridad familiar. Algo íntimo y ajeno al mismo tiempo. Por otra parte, David Toop, artista sonoro británico, titula su último libro “Resonancia siniestra”. Uno de los conceptos que elabora y recorre es que en Occidente el sonido se presenta como sub-texto de la cultura hegemónica, discursivamente visual. Una cultura donde incluso lo sonoro se aborda desde una “visualidad”. Según Toop, hay un cierto carácter siniestro que resuena en la experiencia sonora dado el retorno de aspectos reprimidos en el discurso social. Desde otro ámbito remotamente diferente y casi 60 años antes que Toop, el filósofo argentino Rodolfo Kusch escribía sus “Anotaciones para una estética de lo americano” (1955). Para Kusch, cuya obra entera consiste en indagar el pensamiento americano, en nuestro continente culturalmente mestizo subyace la vivencia de un espacio y una temporalidad monstruosa de América. Esa vivencia fue reprimida por las estructuras introducidas por Occidente en los diversos períodos de constitución de las sociedades actuales. Justamente, las sociedades actuales se construyeron encerradas en las grandes ciudades, de espaldas a lo que no podía ser contemplado por las estructuras y significaciones importadas por no provenir de dicho ámbito existencial. Y es ese excesivo miedo a lo “otro”, ese espanto como vivencia estructural, lo que denuncia y mantiene vigente su presencia solapada, detrás de las operaciones de segregación defensivas y de evasión ante ese miedo de lo diferente. Así, el mestizaje opera una introducción de esa otredad en el corazón de la “civilización” occidentalizada superficialmente. El mestizaje se enquista y resiste desde dentro mismo. El esfuerzo civilizatorio no es otra cosa que la cara visible del espanto de Occidente ante la otredad del otro, ante su propio límite, su propio abismo. En América es, ante todo, la emergencia de un saber de su propia impostura ante la falta de arraigo: fuga del único suelo que podría pisar, el propio de su circunstancia, y huye de su realidad en dirección a lo que irremediablemente le será impropio. De ese modo ese esfuerzo por una formalidad clara y de reglas previsibles no es sino el espectáculo grotesco de querer ser


alguien a imagen de lo residualizado por otra cultura y olvidando el estar develado como suelo fundamental, donde arraiga la existencia y desde donde surgen sus propias posibilidades de ser. Kusch sostiene que en Argentina, particularmente, quizás no sobrevive el indio, habiendo sido reducido a la fuerza y en forma sangrienta en nombre del progreso. Sin embargo, “lo indio”, entendido como lo “hediento” frente a lo “pulcro”, tal la irónica figuración con que Kusch intenta dar cuenta de lo que se esconde detrás del esfuerzo civilizatorio, sobrevive como pauta estructural, como ajenidad interior, incrustándose en la sociedad y en sus instituciones. Esta interioridad hedienta, a la manera de una intra textualidad, deforma las formas exteriores, las corrompe dándoles ese carácter barroco, sobrecargado, carnavalesco y paródico al decir de Severo Sarduy. Sin embargo, decir deformación implica ya un prejuicio desde el que se esperaría la superación de esa otredad hedienta y deformante: y es que en eso consistió el esfuerzo sarmientino y todo el período de organización nacional. Cabe comprender que, en lugar de una superación, dicha “deformación” no es sino una forma auténtica de la circunstancia de un pueblo. En “Esbozo de una antropología filosófica americana” (1979), Kusch sostiene que esa deformación no corresponde sino a la manera situada y auténtica de un universal. El mestizaje, desde su autenticidad, se encarga permanentemente, y al margen de la voluntariosa e individualista consciencia racional, de operar la restitución en la vida social de ese ámbito tenebroso y nega-

do. Por otro lado, retomando la noción de paisaje, cabe señalar que Kusch comprendía que el paisaje consistía en el recubrimiento simbólico que un grupo hace de su entorno vital. Vemos así el grado de compromiso que hay entre el hábitat y aquel espacio in-humano y monstruoso referido. Kusch, en el mencionado texto, “Anotaciones para una estética de lo americano” señala que: “El arte Americano es un arte dual y bifronte, con dos caras, que mantienen entre sí un abismo. Que éste surge de un miedo original que le cuestiona a lo amorfo su falta de forma. Y dado que lo americano excluye la estabilidad de las formas y supone lo amorfo y lo tenebroso, no puede haber una estética del arte sino una estética del acto artístico, precisamente porque éste incluye lo tenebroso cuando contempla ese proceso brumoso que va de la simple vivencia del artista a la obra como cosa”. Por eso agrega luego que: “El arte cierra así una parábola de ajuste porque es la trasnsición de lo tenebroso a la luz, y su autenticidad estriba en que es un respuesta plástica a la pregunta primordial que el grupo social, por intermedio del artista, se ha hecho sobre sí mismo”. Cuando no hay reconocimiento del aspecto tenebroso de la existencia el arte se convierte en un mero juego. Me pregunto entonces si la indagación artística de nuestros paisajes sonoros, llevada a cabo sin pretensiones pero desde esta inevitable autenticidad, consiste en asumir el ruido, el rugido monstruoso de las ciudades, como correlato de un igualmente monstruoso y abismal silencio inte-

rior, para habitarlo, producir con y en él y contemplarlo. Hace falta aquí una operación simbólica, una resistencia ante un espacio inhumano y alienante. Espacio que habiendo subsumido todo bajo el ritmo de la producción y la acumulación en función del confort y el progreso ha devenido paradójicamente en un espacio inhumano y monstruoso. Es necesaria una perspectiva que comprenda y asuma el ruido como componente siniestro. Lo siniestro y ruidoso, como respuesta cultural asumida por las prácticas artísticas que de ese modo reintegran los aspectos de un hombre fragmentado y reducido a los simulacros que la sociedad de consumo promueve. Un mundo ciertamente tenebroso y siniestramente ruidoso debe ser reintegrado emocionalmente en el ámbito social. Hay que asumirlo para poder hacer algo con eso, en lugar de evadirse mediante la simulación de una vida confortable alienada en los objetos. De lo contrario quedamos condenados a padecer aquello que nosotros mismos generamos. Es una cuestión de salud cultural, política, económica y espiritual. Quizás la vía para ello consista en la afirmación de una sensibilidad propia. Promover una acción que, en este caso, efectivice a través de la escucha, un saber que no se sabe que se sabe pero que nos habita. Es permitir la emergencia de lo monstruosamente inaudito, de lo imprevisto. Una escucha que consista en un “dejar aparecer”, en términos de Roland Barthés. Dejar aparecer lo inaudito para poder escuchar-nos.

Me pregunto entonces si la indagación artística de nuestros paisajes sonoros consiste en asumir el ruido, el rugido monstruoso de las ciudades, como correlato de un igualmente monstruoso y abismal silencio interior, para habitarlo, producir con y en él y contemplarlo.

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