editorial
Sensación de libertad por alber to huergo
El universo nos concede desde su creación una sensación innata irrevocable. El Big Bang en toda su dimensión nos conduce a la expresión máxima de libertad. El hombre de las cavernas nació y se reprodujo de esta forma, solo contaba con su cuerpo y su alma. Los animales y vegetales también gozaban de este beneficio. A pesar de que se devoraban unos a otros, siempre se mantuvo el equilibrio natural, por momentos violento, que encontramos desde el primer instante. Todas aquellas ideologías que se apegan a censurar esta realidad evolutiva restringiendo libertades elementales de la creación, se autodestruyen cuando colapsan con las leyes estelares. Caminando por primera vez las calles de Amsterdam y Montevideo, pude sentirme supernova, explotar en todas las direcciones y en diferentes dimensiones, amanecer con un sol psicodélico desparramando colores y destellos fantásticos. Sentado en un coffee-shop con tremenda vela cósmica fui dibujando canales con los ojos. Hermosas sirenas de vidrio hipnotizando la atmósfera. Semillas que caían del cielo como una lluvia de meteoritos. Atravieso por un puente sin peaje. El humo en la rambla de Pocitos serpentea como la cola de un cometa, no importan las gorras azules ni los falcons verdes. Mientras una manada de perros corría rebosando júbilo en las calmas arenas del río-mar, el cartel que prohibía, un remanente de las ideologías erróneas. No a los perros, si a la marihuana. Por un momento disfruté de mi libertad más que nunca. Los animales no leen los carteles, por eso se veían tan felices, tan libres y despreocupados. Si estamos encerrados en una jaula tal vez podemos caminar dentro de ella, depende del tamaño. De regreso en Buenos Aires, me convertí en perro para ser libre, para ser feliz sin tener que leer para entender. Libertad es más que una palabra. Es el comienzo del universo y la vida.
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Año 4 AGOSTO 2014
Staff
Director Alberto Huergo contacto@revistahaze.com
Director Fotográfico Guillermo Andrés Romero foto@revistahaze.com
Producción General Adela Kein produccion@revistahaze.com
Sol Mato
comercial@revistahaze.com
Diseño y diagramación Gabriela Sternberg arte@revistahaze.com
Presenta 01/ Editorial por Alberto Huergo Cultiva 06/ Cuasimoda, la historia de una leyenda por GKN 16/ El Eje del Bien por Camarón 30/ Plantel Invernal por El Bosco Ficha 24/ PCK por El Bosco EXPERIMENTA 41/ Hydro Ray por Totoro/El Bosco
Fotógrafos Eloisa Yankelevich, El Bosco, Sol Mato, Kaneh Bosem, Edu Torre Obeid
PREgunta 49/ CBD por Albert
Ilustraciones Adela Kein
SANA 57/ “Gracias al cannabis, me quitaron el arpa de las manos” por Nermii Too Cute
Relaciones Públicas Cristiano Vader Colaboradores Nermii Too Cute, Alex, Totoro, Manu Columnistas Isidro Marín Gutierrez, Camarón, GKN, Alberto Huergo Asesor Medicinal Pablo Ascolani, Juan Saverino Informática I.T. Andrés Martínez Agradecimientos Felix, AACA, Elvis Presley, Jona y Colo, Paloma, Mauge, Margarita y su arte, Sebakis, Lucila y Tomi, Pulpot, DeFe, todos los grows, Kili y Boxi, a los bohemios, ACHECA, ACJ y Canabicultores Chivilcoy, OCB, Juan Vaz y la organización Copa Cannábica Uruguay Imprime: GRÁFICA PINTER S.A. Diógenes Taborda 48 (C1437EFB) CABA Distribución en C.A.B.A y Gran Buenos Aires Distriloberto.com.ar Distribución en el interior de Argentina BERTRÁN S.A.C Av. Vélez Sársfield 1950 Cap. Fed.
VIAJA 64/ Bena Riamba por Isidro Marín Gutierrez 73/ HERO SEEDS parte 2 76/ Vamos por partes por Alejandro Martínez INFORMA 79/ Copo de nieve por Alberto Huergo 84/ 7º°Copa CABA por GKN Foto de tapa: Green Poison por Bosco/Yankelevich
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por sol y Star HAZE
etancur744@gmail.com POR jhonatan jhonatanb
Hombre A raテアa
por cris
Cris
cultiva
Historia de una leyend a 7
FICHA
“Oder es ließe sich die Heimat gewisser Blumen nach der Sattheit ihrer Farben erraten. So daß man z.B. sagen könnte: ‘Das muß eine Alpenblume sein, weil ihre Farbe so intensiv ist.’” “O bien se podría decir de dónde vienen ciertas flores por lo saturado de sus colores. Se podría decir, por ej. ‘Ésta debe ser una flor alpina, dado que su color es tan intenso’” Observaciones sobre los colores, Ludwig Wittgenstein
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Variedad: PAKISTÁN CHITRAL KUSH Criador: CannaBioGen Genética: 100% Índica landrace Paquistaní Cultivador: El Bosco
“Gracias al cannabis, me quitaron el arpa de las manos”
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Por Nermi TooCute
Hay situaciones que cambian nuestras vidas para siempre. Que nos marcan y nos hacen ser quienes somos. Nos ayudan a transformarnos y a cambiar. Así es la historia de Gonzalo Bramajo; él tiene 31 años y vive en Chubut. Hace un tiempo atrás le diagnosticaron cáncer y le dieron apenas seis meses de vida; pero en el medio, se encontró con la planta de cannabis. No sólo se encontró con la sustancia, sino que encontró en ella algo mucho más íntimo y profundo, que lo ayudó a reducir su dolor y a mejorar su calidad de vida. Esta es una verdadera historia de fe y esperanza.
-¿Cómo y cuándo conociste el cannabis? - Mi unión con el cannabis empezó desde más o menos joven. Cuando salía me juntaba con amigos y siempre andaba un churrito, como se dice, dando vueltas. Después la vida me alejó. Conocí a mi mujer, tuve familia. Descubrí lo que eran las responsabilidades. La vida me llevó por ese lado.
SANA
- Pero después te reencontraste con la marihuana. Contanos ¿cómo comenzó todo? - El quince de diciembre del 2011 es la fecha que me cambió la vida, la fecha que marcó un nuevo camino. No soy el más deportista, pero justo ese día, me invitan a jugar un partido al fútbol, con la mala suerte, que atajando, me lastimo la rodilla y me rompo los ligamentos. Me llevan al médico, me hacen una resonancia magnética y ahí fue cuando mi mundo cambió. La imagen de los huesos, normalmente, son de un color gris parejo, el mío tenía pelotas negras que recorrían todo el fémur desde la rodilla. Formaban como un subterráneo dentro del hueso. Quedé congelado. Era eterno el tiempo que pasaba mirando esa pantalla con ese bicho dentro de mí.
- ¿Que te decían los médicos? - Comencé a ver a diferentes oncólogos, y todos miraban asombrados y decían la misma canción: “en toda mi carrera de oncología, nunca vi este tipo de tumor”. Me encontré con que era uno en 220 millones. Con que soy el numero 19 de la historia de la medicina con este tipo de tumor. Sin haber sobrevivientes de esta enfermedad.
- Que impacto… El shock debe haber sido brutal… - Se me vino el mundo abajo. Yo siempre digo que es lo más cercano a tirarse con un paracaídas y cuando queres buscar el hilito, no está, no está y se viene todo encima.
- Con este tipo de cáncer tan raro, ¿podían Chubut o te tenían que derivar a otro lado?
atenderte en
- En el sur, la medicina es la misma que en Capital Federal, pero los médicos no son iguales. Me derivan a Buenos Aires, donde conozco a mi médico/compañero y ángel de la guarda, el Dr. Manuel Perez Zabala, y a la oncóloga Dra. Viviana Marcervelli.
- ¿Cuál era el pronóstico hasta el momento? - Debido a que el tumor crecía 5 cm por mes, los médicos, obligados, me dijeron que tenía sólo seis meses de vida. Salgo a encontrarme con mi esposa, y me comenta que voy a ser papá de vuelta. La matemática no daba. Dentro de la línea de mi historia, fue un derrumbe. Tenía que ponerme a pensar qué podía hacer en esos seis meses.
- ¿Cómo era tu día a día? - Me encontré con muchos dolores. El tumor creció tanto que me comprimía los nervios de los huesos, a tal punto que simplemente me desmayaba. Cuando me desperta-
ba, no entendía nada. Ni donde estaba, ni qué me había pasado. Ahí fue cuando me di cuenta de que mis miedos se estaban haciendo realidad. Yo sí que estaba más para el arpa que para la guitarra...
- Y mientras tanto, ¿cómo era la relación con tu familia? - Los ojos de mi familia, las miradas, los estudios más exhaustivos, hicieron que mi vida tomara otro color. No pude disfrutar del embarazo porque no se puede. Pasaba todos los días anestesiado en la cama, babeando; no podía cumplir mis roles. El dolor te aísla. Vos querías venir a ayudarme y yo te quería asesinar. Como dice nuestro amigo Alejandro Cibotti, el dolor te hace malo.
- No eras vos… - No era yo, porque empecé a conocer un montón de medicación inimaginable en mi vida. Me levantaba con Prozac, me acostaba con Rivotril. Empecé a consumir Quetarolak, conocí lo que es el Tramadol y cuando ya no daba más, conocí por primera vez la morfina. Que fue una compañera, durante un tiempo, muy cercana. Me acostumbré a que, cada vez que iba a realizarme el control semanal, escuchara “Sr., su tumor creció 2 cm”. El tumor ya abarcaba 18 cm de fémur y me había comido la rodilla y se dirigía a la cadera. Estaba muy deprimido por todo. Muy drogado por la cantidad de fármacos. Llegué al punto en que me dí cuenta de que estaba bajando los brazos, que ya no podía hacer nada.
- Entre el dolor y los fármacos los días se te iban. - El tiempo se volvió mi peor enemigo. La salida del sol era otro día más y eso significaba seguir con dolor. Todo me daba lo mismo. Lo único que podía hacer era poner cara de nada y así aprendí a masticarme las muelas, a cerrar los puños muy fuertes, a quedarme horas bajo la ducha porque era el único lugar donde podía llorar. Durante mucho tiempo viví así. Tener cáncer, para mí, es lo mismo que ir a un juicio sin abogados e ir en contra de vos mismo y auto condenarse. No hay nada más cruel.
- ¿Ya
no había más nada que hacer?
¿Se
habían agotado
las posibilidades de salvar tu vida?
- Tuve que sentarme, un día, frente al médico y escuchar que la única posibilidad, sin garantías, era cortarme la pierna. Amputación para que el cáncer no llegara a la columna.
- Nadie se puede imaginar lo que debió ser estar en tus zapatos. El impacto que habrá tenido sobre tu psiquis… - Las crisis de dolor y depresión, eran un infierno. Pensaba ¿qué puedo hacer en 6 meses? Medía el tiempo con
Sexto Puesto Exterior
Destroyer
por El Ruso
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