HC/PSICOLOGÍA
Actitud positiva y longevidad ¿Existe una relación? Por la Lic. Gabriela Casco Bachem, psicóloga
Todos vivimos con una certeza existencial: tenemos fecha de caducidad. Pero, ¿qué pasaría si la ciencia encontrara la forma de extender la calidad de vida joven y sana por mucho más tiempo? ¿Nos gustaría seguir con nuestras vidas, nuestra forma de ver el mundo y nuestra actitud, por –quién sabe– unos 50 o 100 años más? Estos y otros cuestionamientos filosóficos surgen cuando el ser humano ambiciona desafiar a la naturaleza. Uno de estos desafíos siempre ha sido el de encontrar la fuente de la juventud, o una “cura” para el envejecimiento. Esto conlleva la gran responsabilidad de cultivar el espíritu para que se puedan agregar también “vida a los años”, como dicen. Me refiero a la actitud positiva y sus repercusiones en la salud y lo biológico, algo para considerar en momentos como los que vivimos ahora, en los que el cuerpo y la imagen pasan a ser protagonistas. Paradójicamente, el interés por mantenerlo en forma también puede desatar emociones como la angustia o la autoexigencia, así que tratar de tomar conciencia de aquello que verdaderamente importa podría llevarnos a poner en práctica aquello que dijo el actor y dramaturgo chileno Alejandro Jodorowsky: “el tiempo disuelve lo superfluo, pero preserva lo esencial”. Contra los riesgos de mortalidad La personalidad de cada uno y la actitud ante la vida pueden afectar muchas de las decisiones, elecciones y reacciones del ser humano. Por ende, pueden alterar y condicionar nuestro destino, ya sea biológico o simbólico. Esto sugiere que nuestra actitud ante la vida puede ayudarnos a predecir nuestra longevidad. Los cambios que se dan a lo largo del tiempo en los rasgos de personalidad de las personas pueden suceder debido a varios factores que, en sí mismos, se relacionan con el riesgo de mortalidad. Un equipo compuesto por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Rochester en Nueva York, del Instituto Americano de Investigación en Washington DC y de la Universidad de Illinois (EE. UU.) decidió analizar los rasgos de 22 HIGH CLASS
Los cambios que se dan a lo largo del tiempo en los rasgos de personalidad de las personas pueden suceder debido a varios factores que, en sí mismos, se relacionan con el riesgo de mortalidad. personalidad durante la adolescencia, para ver si estos podrían ser utilizados como predictores de riesgo de mortalidad. El estudio, publicado en la revista Muy Interesante, dice al respecto: “Los investigadores analizaron los rasgos de personalidad de miles estudiantes de secundaria en 1960 y luego buscaron vínculos entre estos rasgos y la vida útil de los individuos. Para el estudio, analizaron la información de 1226 escuelas secundarias de Estado Unidos. Algunos de estos datos incluían información sobre los antecedentes educativos de los padres de los estudiantes, además de sus trabajos e ingresos. Además, el equipo tenía detalles de los rasgos de personalidad clave de los estudiantes, que fueron reducidos a cinco: simpatía, extraversión, conciencia, franqueza y neuroticismo. De acuerdo con su análisis, los individuos que obtuvieron una calificación alta en calma, sensibilidad social (empatía), orden, curiosidad y grado de madurez, pero con baja impulsividad, parecieron tener un riesgo relativo más bajo de muerte (…) en un periodo de 48 años. También encontraron que los rasgos de mala adaptación parecen limitar el logro educativo posterior, lo que dificulta el avance ocupacional de la mediana edad y aumenta el riesgo de divorcio. Ambos son factores sociales y socioeconómicos relacionados con la muerte posterior”. Esto no significa que, necesariamente, si tenemos una actitud positiva ante la vida vayamos a vivir más, o que eso sirva de blindaje
ante los accidentes que nos puedan ocurrir. Lo que sí nos señala es un camino por el cual podemos transitar de manera que el cuerpo responda a estímulos positivos como un prolongador biológico, reduciendo los factores de mortalidad y baja inmunidad o trastornos psicológicos, como la depresión y su morbilidad. La paradoja del envejecimiento La salud no solo se debe a una buena alimentación, hacer deportes y llevar un estilo de vida saludable. El 70 % de la vida depende de las emociones. Aparentemente, se puede vivir mucho tiempo con sobrepeso, bebiendo alcohol y fumando, o al menos así lo demuestra un estudio realizado por un grupo de científicos de Estados Unidos, Italia y Suiza, que se centró en estudiar el comportamiento de la población anciana de la región de Cilento, en el sur de Italia. A pesar de su gusto por el vino, los cigarrillos y la comida chatarra, así como su falta de ejercicios físicos, los habitantes de esta región sobrepasan con facilidad la marca de los 90 años. “Esta excepcional longevidad se caracteriza por un equilibrio entre la aceptación y una determinación de superar las dificultades, junto con una actitud positiva y lazos cercanos con la familia, la religión y la tierra, proporcionando un propósito en la vida”, escribieron los investigadores del estudio, publicado por International Psychogeriatrics. Esto puso de relieve lo que se conoce como