5 minute read

El cuidado de los ancianos, una bendición olvidada

Next Article
Escucha tu cuerpo

Escucha tu cuerpo

Cada vez que se aproxima un cumpleaños de la abuela o el abuelo, solemos preguntarnos: ¿Qué le regalamos? ¿Quizá unas medias, unas chanclas o un radio? Pero la realidad es que el mejor regalo que podemos brindarles es nuestro tiempo. Hablemos del cuidado de los ancianos una bendición que los cristianos olvidamos. Cuando digo: «regalar tiempo a un anciano» no me refiero a un reloj, sino a momentos genuinos, de calidad y compañía. Pero, ¿cómo hacerlo? ni siquiera entiendo en qué consiste la etapa de la vejez. Se trata de una fase llena de sabiduría, pero también marcada por la soledad.

La soledad en el adulto mayor

La soledad en la tercera edad no es simplemente un sentimiento pasajero. Es un problema real, acompañado por diversos factores como la pérdida de seres queridos, la salud física deteriorada y el aislamiento social. La soledad en las personas de edad avanzada los lleva a tener comportamientos disruptivos, a ser personas que hablan solas o gente sin vida social, por eso es necesario saber cómo combatir la soledad en esta etapa de la vida. Mira como inclusive lo describe el salmista: Salmos 71:9 No me rechaces cuando llegue a viejo; no me abandones cuando me falten las fuerzas.

Cinco factores que contribuyen a la soledad en la tercera edad

1. Pérdida de seres queridos: La muerte de amigos y familiares es más común a medida que uno envejece. La pérdida de un cónyuge puede ser particularmente devastadora.

2. Salud deteriorada: Las enfermedades crónicas, la pérdida de actividad física, movilidad y otras limitaciones físicas pueden hacer que sea difícil para las personas mayores mantener una vida social activa.

3. Aislamiento social: Las personas mayores a menudo se retiran de las actividades sociales debido a problemas de salud, falta de transporte o porque sus amigos y familiares ya no están disponibles.

4. Cambios en la situación de vida: Mudarse a una residencia de ancianos o a una comunidad de jubilados puede ser un ajuste difícil, especialmente si la persona se siente desplazada o desconectada de su comunidad anterior.

5. Dependencia: La necesidad de depender de otros para las actividades diarias puede hacer que las personas mayores se sientan una carga, lo que puede llevar a sentimientos de soledad y aislamiento.

La contribución de los ancianos en la familia

Detente un momento y sumérgete en la idea de la inmensa riqueza de vivencias y conocimientos que guardan el corazón y la mente de un anciano. Imagina poder acercarte y, como quien abre un antiguo libro lleno de historias y lecciones, recibir toda esa sabiduría que han tejido a lo largo de sus años, cada página un reflejo de una vida apasionadamente vivida. Historias de triunfos, desafíos superados, amores encontrados y perdidos, lecciones aprendidas… Cada arruga es un testimonio de una vida vivida con pasión, con lucha, con amor y con fe.

La importancia de la relación: abuelos y nietos

Muchos ancianos, que solían ser el corazón del hogar, ahora observan en silencio desde las sombras. Es necesario enseñarles a nuestros hijos la importancia de pasar tiempo con los ancianos ya que el papel de los abuelos en la vida de las personas es muy enriquecedor. Timoteo fue bendecido por su abuela Loida, 2 Timoteo 1:5: Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual animó primero a tu abuela Loida, a tu madre Eunicey ahora te anima a ti. De eso estoy convencido.

Luego pasó tiempo cuando el apóstol Pablo era ya anciano y allí recibió las mejores instrucciones para su ministerio que incluía pastorear personas adultas adecuadamente. No olvidemos la importancia bíblica de valorar la experiencia de la edad. Proverbios 16:31 dice: Las canas son una honrosa corona que se obtiene en el camino de la justicia.

¿Cómo podemos, como hijos y nietos, sanar los dolores de la soledad que nuestros abuelos podrían estar sintiendo?
Pasar tiempo de calidad con los ancianos

Antes que nada, es esencial dedicarles tiempo de calidad. En ocasiones, su soledad puede hacer que se muestren como personas difíciles de comprender, por lo que meras visitas fugaces en festividades o comunicaciones esporádicas no son suficientes. Lo que realmente importa es compartir instantes auténticos con ellos, escuchar con atención, empaparnos de sus anécdotas y reafirmarles que siguen siendo valorados y queridos.

Revivir las memorias de los abuelos

Rememorar momentos pasados puede ser una actividad enriquecedora para los abuelos: revisar viejos álbumes fotográficos, escuchar melodías de sus años mozos o, incluso, cocinar juntos esa receta familiar transmitida de generación en generación. Son instantes que no solamente aportan valor a nuestras vidas, sino que también llenan de luz y alegría la suya.

Integrar a los abuelos a la vida actual

En una era regida por la tecnología, mostrarles cómo utilizar dispositivos actuales puede ser una excelente manera de establecer conexión. Ya sea ayudándolos a configurar un teléfono inteligente para realizar videollamadas con seres queridos que estén lejos, o introduciéndolos a aplicaciones de música o juegos que les diviertan. Esto no solo les brinda un abanico de nuevas oportunidades, sino que también les da la sensación de seguir siendo significativos en un mundo en constante evolución.

Orar y estudiar La Palabra con mis abuelos

Profundizar en la espiritualidad puede ser reconfortante y fortalecedor para ambas partes. Tus brazos alrededor del anciano le darán una agradable sensación de seguridad y compañía que probablemente esté adoleciendo.

La espiritualidad a menudo se profundiza con la edad. Estudiar la Biblia juntos, compartir devocionales y orar el uno por el otro puede ser una experiencia profundamente sanadora y fortalecedora para ambos. Como sociedad, debemos entender qué importancia tienen los adultos mayores y por qué debemos respetarlos. No solo es una cuestión de ética, sino también de amor y gratitud hacia quienes nos han enseñado tanto. Por último, recordemos las palabras de Proverbios 20:29: La gloria de los jóvenes radica en su fuerza; la honra de los ancianos, en sus canas. Al cuidar de nuestros abuelos, estamos, sin duda, cuidando de nosotros mismos.

Tema originalmente publicado en joseordonezcristiano.com

This article is from: