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¿Cómo motivar a tus hijos para estudiar?

¿Vuelve la temporada escolar y con ella las interminables luchas para que tu hijo estudie? Hechos&Crónicas te trae una serie de tips que parecieran no estar relacionados con el estudio, pero que aumentarán la motivación de tus hijos.

Para muchos colegios calendario A en Colombia, febrero es el mes de regreso a clases. Y también es el mes de las peleas porque muchos niños no quieren regresar al colegio. Y no solo después de vacaciones, incluso después de un breve descanso o un fin de semana, muchos hogares se convierten en campos de batallas porque los padres no saben cómo motivar a los hijos en su educación. De hecho, la deserción escolar es un problema que va en aumento. Según el Sistema de Matrículas Estudiantil (Simat), 341.417 niños y adolescentes dejaron de estudiar en el país durante el año pasado. Y aunque en algunos casos se trata de condiciones externas, la realidad es que los niños y adolescentes se sienten cada vez más “aperezados”

El método del minuto

En la cultura japonesa, los niños no solo cumplen animados con sus deberes escolares, sino que se acostumbran desde pequeños a colaborar con labores de la casa y con el aseo de sus escuelas. En Colombia no funciona así. De hecho, la mayoría de los niños y adolescentes siente que invierten demasiadas horas de su vida en el colegio y en sus deberes y se llenan de flojera.

Sin embargo, la motivación para que los niños estudien, e incluso para que los adultos cumplamos con nuestras labores, puede comenzar por algo tan sencillo que no nos lleva más de un minuto.

Se trata del método japonés Kaizen, que significa “sabiduría para cambiar” y que busca conseguir que que los niños dediquen solo un minuto a alguna actividad que les dé pereza y así se conviertan en seres perseverantes.

Lo ideal es que realicen esa actividad todos los días a la misma hora para así generar un hábito. Los expertos en el método aseguran que, generalmente, cuando comienzan con una actividad que les desagrada y la cumplen por un solo minuto, tienden a continuarla hasta terminar. Sin embargo, si al minuto deciden parar, sentirán la satisfacción de haber cumplido con una pequeña tarea y estarán más motivados para cumplir otra o para repetir el método al día siguiente. Lo importante es ser

Deja de gritar, no dañes su autoestima

Cuando los padres gritamos a nuestros hijos y los criticamos continuamente, vamos minando su autoestima. Para Diana Hernández, psicóloga clínica, especialista en terapia de familia, “no hay una manera más rápida para perder a tus hijos y alejarlos de ti, que gritarlos y cuestionarlos todo el tiempo. No se trata de dejarles pasar esos comportamientos que necesitan ser corregidos, sino de elogiar sus buenas acciones y aprender a decir las cosas en positivo. Funciona más un: eres muy hábil con tus pinturas, recuerda que el espacio que uses debe quedar limpio cuando termines, que simplemente decirle que es un desordenado. Pues cuando gritamos o criticamos a nuestros hijos, ellos simplemente dejan de esforzarse por mejorar y comienzan a sentirse inseguros y desmotivados, en el estudio y en todo”.

Un dicho popular dice que cuando decimos cosas negativas a nuestros hijos ellos no dejan de querernos, sino que dejan de quererse a sí mismos porque confían en nuestra opinión. Así que convierte lo que tengas que decir, en algo positivo que demuestre siempre a tus hijos cuánto los amas.

Analiza sus pensamientos

Debes ser muy atento y paciente para percibir qué es lo que tu hijo se dice a sí mismo y en qué pensamientos está gastando más tiempo. A veces los muchachos no son flojos, solo tienen miedo de fracasar frente a sus compañeros. Tienen miedo de la burla, del rechazo y se repiten a sí mismos que no son buenos en algo. Esto es lo que sugiere el profesor Javier Cufarfán, docente especializado en educación en adolescentes y fundador de la “Escuela para Súper héroes”. Por esto es impor tante acompañarlos a gestionar sus pensamientos y llevarlos cautivos como dice Corintios 10:5.

Ayúdalos a gestionar el tiempo

Si dejamos que los niños decidan qué quieren comer, todas las veces, seguramente su alimentación no será del todo saludable. Algunos incluso elegirían desayunar helado y almorzar galletas. Además, probablemente desaparecerían muchas frutas y verduras que necesitan para crecer. Es por eso que los adultos decidimos qué darles a nuestros hijos, buscando que crezcan más sanos y saludables. Así mismo pasa con la gestión del tiempo. Muchos cometen el error de dejar que sus hijos decidan solos como emplear su tiempo y esto pronto les pasa factura.

Cuando no se maneja el tiempo de la forma adecuada, generalmente, los resultados no son los más eficientes. Así que no dejes a su elección el manejo de sus actividades. Puedes negociar con ellos, pero, las riendas las tienes tú como adulto responsable.

Por ejemplo, cuando un niño llega del colegio directamente a jugar videojuegos, será mucho más difícil que deje esa actividad que tanto le gusta para realizar una tarea que no quiere hacer. Recuerda que hay cosas que funcionan mejor como premio. De hecho, no elimines las pantallas, úsalas a tu favor.

Enséñales a planificar y programar el tiempo, establecer objetivos y priorizar las actividades y desarrollar asertivamente los compromisos y procura dejarles tiempo libre para que puedan distraerse sanamente.

Incluye actividad física

Dios nos diseñó a todos los seres humanos con la necesidad de ejercitarnos. Esto trae salud a nuestros cuerpos, pero también bienestar para nuestras mentes. Los expertos han resaltado por años lo beneficios de la actividad física para el cerebro, en especial para la concentración y el desarrollo de la memoria. Además, libera el estrés y mejora la autoestima, dos cosas que nuestros niños y adolescentes necesitan para sentirse más tranquilos y motivados en el resto de las actividades.

No pierdas los tiempos

A medida que los hijos crecen, es más difícil inculcarles el acercarse a Dios, pues es algo que ya ellos pueden decidir. Como muchos comienzan a cuestionar su fe, es importante que sigas siendo ejemplo en tu relación con Dios y continúes promoviendo las disciplinas espirituales en tu hogar y con tus hijos. Si ellos saben mantenerse cerca de Dios, tendrán todo en la vida. El temor del Señor es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina. Proverbios 1:7.

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