4 minute read

Combatir la mediocridad

Ser capaz de autogobernarse desde la voluntad

Hay que salir de la mediocridad. Esta etapa de incertidumbre es una oportunidad perfecta para saber qué es una persona. ¿Qué has hecho en estos siete meses? ¿Has cuidado de tus hijos, jugado con ellos? ¿Cuántos libros has leído y cuáles son? ¿Cuántos kilos pesas de más? ¿Cuánto has dormido? ¿Te has vestido o has andado en pijama todo el día? ¿Has escuchado conferencias, estudiado? ¿Qué has hecho? ¿Cómo te has cultivado? Las respuestas a estas interrogantes nos da un perfil de un mediocre o de una persona que es capaz de autogobernarse, ya que la capacidad de autogobierno ha hecho acto de presencia durante la pandemia.

Advertisement

Escribe: Pablo Ferreiro. Fundador del PAD Escuela de Dirección

Si acaba la pandemia el 31 de diciembre y te avisan el 1 de enero que va a haber otra que empieza en febrero, ¿qué te gustaría hacer? Te remuerde la conciencia que has dormido todo el día, que has comido más, que ya no pasas casi por la puerta; te da vergüenza porque no has dado ejemplo, te da vergüenza de que has perdido una parte de tu vida, has perdido el tiempo.

Si no eres capaz de levantarte todos los días a la misma hora, vestirte, llevar la mascarilla, jugar con tus hijos, no pretendas incursionar en política o en aquello que te queda grande. La mediocridad es un aspecto personal; no soy capaz de gobernarme a mi mismo, no tengo voluntad, no tengo norte. La cultura, integridad y servicio tienen un denominador común que es la capacidad de sacrificio. La cultura es un buen ejemplo, ¿qué hay más en tu casa, cuadros o libros? Cuando uno se autogobierna sabe qué hacer con su tiempo.

La mediocridad es un aspecto personal; no soy capaz de gobernarme a mi mismo, no tengo voluntad, no tengo norte.

El autogobierno es ver si hay voluntad o no. Hoy con la pandemia estamos en una situación en la que todo el mundo ha tenido que autogobernarse. Nos falta espíritu de sacrificio, solidaridad, renunciar a aquello que puede resultar más divertido porque toca priorizar una labor que demanda sacrificio. Me doy cuenta de lo que eliges libremente, si es profundo o no lo es; ahí se muestra de un modo muy claro qué hay dentro de esta persona y la respuesta puede ser la siguiente: hay un compromiso con algo o no hay nada.

Una persona es mediocre cuando no es capaz de autogobernarse. Si no eres capaz de gobernar tu vida cuando eres libre, ¿cómo te elijo para trabajar en mi empresa? Hay que trabajar la voluntad y ser ejemplo; saber utilizar el tiempo libre. Tus acciones me dan un retrato de quién eres, de cuál es tu mundo interior. En Estados Unidos varias empresas cuando buscan un gerente no solo lo entrevistan sino que lo invitan a comer con su cónyuge y observan cómo se comporta, cuáles son sus modales, cómo presta atención cuando interviene el otro o cómo le contradice; analizan si respeta, si considera, si escucha. La interacción es una escuela de virtudes, un retrato al paso que no cuesta nada y te das cuenta quién es quién.

Una persona es mediocre cuando no es capaz de autogobernarse. Si no eres capaz de gobernar tu vida cuando eres libre, ¿cómo te elijo para trabajar en mi empresa? Hay que trabajar la voluntad y ser ejemplo; saber utilizar el tiempo libre.

Lograr el éxito como persona y saber conducirse parte de uno de los pilares fundamentales, la familia. La mujer tiene un papel más relevante y más eficaz para la voluntad. Desde ese enfoque es necesario que te corrijan y no te dejen ser mediocre. ¿Qué tipo de conversaciones tienes con tu familia? ¿Procuras comer con tus hijos? ¿Haces sobremesa para enterarte y compartir una noticia? ¿Qué aportes vienen del colegio, de la universidad? ¿Tienen curso de ética? ¿Qué haces en el Estado o en la empresa? ¿Qué te preocupa? Hay que pensar desde los aspectos generales del ser.

El ser es el principal valor desde la filosofía. Si no eres no existes, porque si eres de ello depende tu actividad, tus intereses, tus preocupaciones, tus remordimientos. Puedo ser una bellísima persona, una persona preocupada por los demás, un prospecto de emprendimiento. Ser es la primera parte de querer ser alguien en la vida. El ser es un verbo que se aplica para todo. ¿Si no eres, de quién me hablas?

Lograr el éxito como persona y saber conducirse parte de uno de los pilares fundamentales, la familia.

¿Cuál es tu plan de acción en esta etapa de pandemia? ¿Cuáles son los objetivos que te planteas? ¿Cuánto has ayudado en esta realidad que toca vivir? ¿Cuánto has salido de ti para servir? Haz una lista de pendientes y pregúntate si lo has cumplido o reflexiona por qué no lo has hecho.

El primer valor es el ser y los demás valores son aspectos generales de cualquier ser, esa es la filosofía. El ser es la unidad en el sentido que no tengo doble cara, no miento, no robo, no soy mediocre. En época de coronavirus toca combatir la corrupción, renovarlo todo, repensar y ser capaz de autogobernarse desde la voluntad. Un gran propósito es querer ser mejor, pero si no lo concretas y no defines quién quieres ser, quedará en un lindo sueño, en una aspiración sin realizar.

This article is from: