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ESCENARIOS PROBABLES
Una apuesta por el enfoque anticipativo
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Por: Julián Meneses @julianmenesesAE Ceo@anticipacionestrategica.com
En Marzo de 2020, un conjunto de inversores y empresarios se comunicaron conmigo para empezar la adaptación de sus negocios y empresas, ante lo que estaba por suceder. Si bien los datos sobre la pandemia eran escasos, ya era posible visualizar lo que venía, y de acuerdo a nuestros cálculos, la crisis iba a extenderse por al menos tres años.
Algunos de estos empresarios eran clientes frecuentes, otros hasta ahora me conocían por las publicaciones hechas en Youtube que recibieron por sus amigos, en las que hablaba de la pandemia y de la cadena de eventos que iba a generar. En especial hubo un caso que fue clave y que recuerdo en detalle: Diego, un empresario de unos 35 años, dueño de tres empresas dedicadas al marketing, los servicios de mantenimiento de jardines y zonas verdes, y un negocio de finca raíz.
Diego ha sido nuestro seguidor desde hace algunos años y conocía las ventajas de manejar una crisis con el enfoque anticipativo. Sus preguntas específicas estuvieron relacionadas con la finca raíz en Colombia, durante los años 2020, 2021 y 2022. Por esos días, habíamos realizado un ejercicio anticipativo con casi 40 expertos, para calcular el escenario más probable a dos años del negocio inmobiliario en la capital de Colombia: Bogotá.
La llamada de Diego
Diego me preguntó directamente dos cosas en una llamada: 1) ¿Qué va a pasar con la finca raíz en la ciudad? 2) Ante eso, ¿qué puedo hacer? Aunque él no lo sabía, esas son las dos preguntas más frecuentes que nos hacen. Básicamente lo que quieren hacer las personas que tienen bajo su responsabilidad la dirección de algún tipo de negocio o actividad personal, es contar con certeza y confianza para mejorar su proceso decisional basándose en alguna información sobre el futuro.
La charla con Diego nos permitió dar a conocer el escenario general para el país y uno muy específico para la ciudad en la cual manejaba sus inversiones. De acuerdo a nuestros cálculos la situación del coronavirus iba a ser de largo impacto, al menos tres años, y eso se iba a mezclar con el inicio de una crisis social y una campaña política que iniciaría en el primer trimestre de 2021.
El escenario tenía tramos que se podrían describir muy rápidamente como: Una cuarentena muy extendida (marzo a junio de 2021), seguida de una crisis laboral y económica (segundo semestre de 2021), luego se presentaría una grave problemática social que sería aprovechada por ciertos sectores políticos para escalar la situación llevando a la gente a las calles (primer semestre de 2021), una fase de extensión y compresión de la protesta social (en la cual nos encontramos ahora en el segundo semestre del año), un aumento de la violencia y los choques (enero a junio de 2022), unas elecciones presidenciales con resultados positivos para la izquierda (junio de 2022), y una etapa poselectoral con grandes movilizaciones por el descontento con los resultados.
En ese contexto, se le recomendaba a Diego no hacer inversiones de largo plazo en finca raíz debido a los probables resultados de la elecciones, excepto en lugares de la ciudad de estratos socioeconómicos medios, concentrarse en la compra y venta de inmuebles en el corto plazo y la búsqueda de inversiones en el mismo sector, pero en países extranjeros para compensar la probable pérdida de valor de la moneda local con respecto al dólar, y el riesgo de iniciar actividades en otro sector de negocios.
Los aprendizajes
A diferencia de principios de siglo, en donde un análisis o estudio del futuro de un negocio requería casi un año, hoy existen herramientas que permiten en cuestión de minutos, y con tasas que rondan el 90% de efectividad, conocer lo que va a pasar en el corto, mediano y largo plazo de una situación, y que hoy se aplican en sectores tan diversos como la seguridad, la defensa, las finanzas, la industria, los negocios, y hasta las apuestas deportivas bajo el nombre de “Analítica anticipativa”.
Con el paso de los años hemos aprendido que los decisores empresariales, estatales, o los individuos que no aplican métodos, técnicas, o uso de software para anticipar lo que va a ocurrir en sus respectivos negocios, dejan de hacerlo simplemente porque no los conocen y creen que no es posible o no están preparados para manejar información sobre el futuro. Como dijo Bruce Bueno de Mezquita, uno de los futurólogos más reconocidos en el mundo: “Cuando alguien te dice que algo no se puede hacer, realmente lo que quiere decir es… yo no sé como hacerlo”.
Los decisores empresariales, y en especial los inversores, sí están muy interesados en pre-conocer técnicamente lo que va a ocurrir, adelantarse a situaciones y aumentar las probabilidades de éxito y sus ganancias.