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EDITORIAL

DE LA MISIÓN AL PROPÓSITO Y DEL PROPÓSITO A LAS MISIONES

CAMBIOS EN LA MANERA DE GESTIONAR

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Por: Lillian Zapata

Las empresas a lo largo de su vida institucional se detuvieron para pensar en la misión y los valores de la organización, era el momento de definir la razón de ser de la actividad a la que se dedican y puntualizar los principios que las acompañarían en su labor.

Si bien en la práctica diferentes entidades lograron concretar la misión y difundirla a través de múltiples formatos, lo cierto es que no necesariamente en muchos casos el personal la interiorizó para hacerla motor de su actuación.

A lo largo del tiempo, diversos estudios nos han demostrado que los empleados saben lo que hacen, están centrados en su día a día sin que necesariamente recuerden o le hayan dado mayor relevancia a la misión de su empresa. En este escenario, ¿por qué las personas desde un primer momento no hicieron propia la misión de la compañía como parte de su identidad y cultura?

Parte de la respuesta la encontramos en el análisis y estudio realizado por el Dr. Carlos Rey, inmerso en el tema durante años y de forma especial en la realización de su tesis doctoral en Boston. Investigación que tiempo después lo llevaría a crear la Fundación Dirección por Misiones, además de convertirse en el impulsor del proyecto Purpose-Driven Organizations que fue reconocido recientemente con el Sustainability Action Award 2022 por sus valiosos aportes.

Rey se preguntaba dónde está lo motivacional en la misión, entendiendo que abarcaba solo el conocimiento y la acción, el corazón de la empresa estaba ausente. La ecuación estaría completa si al conocimiento (cabeza), a la acción (manos) se le sumaría lo motivacional (corazón), las tres dimensiones en conjunto forman la idea de propósito. Vistas como un todo son el método desarrollado y experimentado por decenas de empresas y miles de empleados en los últimos años en el mundo.

Estas dimensiones contribuyen a la definición del propósito, pero es su implantación la que hace visible el alma de la compañía ya que inspira, genera compromiso y conduce el comportamiento en cada punto de contacto demostrando que una empresa es una organización humana.

Uno de los referentes para plasmar el método del propósito fue Juan Antonio Pérez López, doctor de la Universidad de Harvard y profesor del IESE Business School, quién dejó parte de estos lineamientos a través de sus libros referidos a las decisiones de gobierno y dirección de empresas.

Sabemos que las empresas funcionan desde el conocimiento y la acción, pasar a incorporar la tercera dimensión que le da sentido al trabajo, el para qué y cuál es su contribución más allá de lo económico, demanda del convencimiento de la alta dirección, de la determinación del Consejo de Administración. Desde ahí tocará impulsar una nueva forma de gestionar que suma a todos los stakeholders, redunda en la sostenibilidad y logra una buena reputación en las organizaciones.

Pero hablar del propósito corporativo es mirar también las misiones, esas tareas propias de las áreas que se interrelacionan y alineadas apuestan a contribuir con los grupos de interés. Se trata de las dos caras de una misma moneda, ambas están conectadas, no son disolubles pues una lleva a la funcionalidad de la otra al saber para quién hace las cosas y para qué se esfuerza; generando compromiso, confianza y unidad.

La revista Imagen y Comunicación conversó con el Dr. Carlos Rey, quien amplía conceptos y precisa: “El propósito necesita de las misiones, pues si no hay un “para quién”, el “para qué” es irrelevante”, tema que motiva la portada de la edición N°118.

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