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CONTRABANDO DE PRODUCTOS AVÍCOLAS: UNA AMENAZA PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
Por: Dr. Mariano Carrera | Vocal 1 de la Gremial de Avicultores (GREAVI)
El ingreso ilegal de productos avícolas a nuestro país tiene connotaciones diferentes y más graves que el contrabando de otras clases de productos e, incluso, de otros alimentos. Esta actividad ilegal, aparte de los conocidos problemas que para cualquier país genera el comercio ilícito, es especialmente grave porque compromete la seguridad alimentaria guatemalteca. Esta afirmación se basa en los riesgos sanitarios que el ingreso ilegal de productos avícolas provoca, los cuales ponen en un serio y cotidiano peligro a la parvada avícola de Guatemala.
Los países de donde proviene la mayor parte de contrabando de productos avícolas a Guatemala son México y Estados Unidos y, en menor escala, Honduras y El Salvador. De todos ellos, el que resulta más peligroso para la seguridad alimentaria nacional es el que proviene de México porque la avicultura mexicana sufre de enfermedades muy graves que no existen en nuestro país. Asimismo, México tiene zonas de densidad avícola muy altas que favorecen el aparecimiento de variantes de virus, que solo en el presente brote de Influenza Aviar H5N1, les ha hecho perder, según cifras oficiales que siempre son conservadoras, 50 millones de aves. Este nivel de virulencia y cantidad de aves perdidas es desconocido para nuestro país y región. Por la misma infección, los Estados Unidos han perdido, también en este brote, una cantidad similar de aves.
Para ponerlo en perspectiva, cada uno de esos países ha perdido aproximadamente cinco veces todas las aves ponedoras que hay en Guatemala. Es por eso que, en esos países, los precios de los huevos han llegado a niveles históricamente altos y han padecido de desabastecimiento. No queremos imaginar que esa enfermedad llegue a las granjas de gallinas y pollos del país, porque seguramente las pérdidas serían devastadoras y a muchos niveles. Ante esta grave situación, se perderían puestos de trabajo, por el cierre de empresas cuyas aves mueren por la enfermedad; y se perdería producción, lo cual causaría desabastecimiento de huevos y carne de pollo y, por consiguiente, una rápida y súbita elevación de los precios. Este último punto se refiere al riesgo que corre la seguridad alimentaria de Guatemala, porque es muy conocida la dependencia que la población guatemalteca tiene de los productos avícolas como su principal fuente de proteína.