He aquí que el sueño se convierte en espejo. He aquí el espejo convertido en sueño, y los sueños de años (y de muchos) que, a su vez, nos reflejan en una nueva edición. Un sueño harto tiempo contenido en las palabras: eso, el sueño de soñar el mundo. Y este sueño es, al mismo tiempo, el espejo y el portal a una nueva forma de penetrar en el, de descubrir la magia “hasta captar y recibir a la vida, hasta la floración de las flores, hasta la ardiente madurez de los frutos que caen en el seno de la tierra”, como dice Brentano en su Canto del cisne.