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Manon

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Don Carlo

Don Carlo

ANON ES LA HISTORIA DE UNA BELLÍSIMA chica joven en busca de amor, lujo y placer. La ópera es una recopilación de todas las cosas que la cultura francesa representa, un M viaje de choque con toda la inteligencia, refinamiento y sofisticación combinadas juntas con una música irresistiblemente bella, de la única manera que sólo los franceses pueden hacer. Es imposible no caer enamorado del personaje de Manon. La ópera de Massenet se estrenó en 1884, en París, en lo más álgido de lo que conocemos por Belle Époque. Está basada en una famosa novela francesa del siglo XVIII de un interesante personaje, el Abate Prèvost. La novela fue puesta en escena por otros autores también como Auber o el mismísimo Puccini unos pocos años después que Massenet. De alguna manera, como ocurrió en otras obras literarias

francesas, el título en un primer momento fue definido como Confesiones desde el punto de vista del joven noble, el Caballero Des Grieux que ha caído enamorado de esa irresistible mujer llamada Manon, siendo en francés histoire du chevalier Des Grieux et de Manon Lescaut.

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A través de toda la novela, Des Grieux siempre se va a encontrar con la sensación de saber que no debería haber hecho tal cosa o tal acción, pero nunca va a poder ayudarse a sí mismo. En la ópera inmediatamente oímos la increíble atracción del uno por el otro. Cuando él se encuentra con ella, Manon en realidad está siendo enviada a un convento por su familia. Obviamente eso no llega a ocurrir. Pero Des Grieux es joven y estudiante, y Manon está fuertemente atraída por el lujo que los hombres ricos pueden ofrecerle. Y ese precisamente es el problema que tienen los dos jóvenes amantes, ellos no pueden vivir juntos, pero tampoco pueden vivir separados. La música para cada uno de los personajes es muy descriptiva y envolvente, principalmente para el personaje del título, Manon. Ella exhibe encanto, sensualidad y sexualidad, pero de una manera muy pura. Además, ella es muy joven, aspecto muy importante, ya que el humor le cambia constantemente. Por eso mismo, se considera un gran papel de Diva, ya que requiere muchas diferentes aristas a la soprano, desde una vertiente muy superficial hasta una parte más profunda para retratarla de manera convincente. También requiere gran resistencia vocal, equivalente a los roles más pesados de la ópera, pero cantando de una manera ligera, lo cual no es nada fácil.

Hay un momento concreto que requiere de todo el lirismo de Manon, en el aria del tercer acto Je marche sur tous les chemins. Ella está en lo más alto de su poder social, mantenida por un hombre rico, y habiendo abandonado temporalmente al Chevalier Des Grieux. Ella es la mujer más hermosa de París, está vistiéndose elegantemente y se va a dar un elegante promenade, disfrutando de ser ella misma, de ser Manon.

El héroe de esta novela, el joven Caballero Des Grieux, está lleno de ardor juvenil, más que de sabiduría. Y se puede oír de manera específica en su estilo de canto, típico de la ópera francesa de finales del siglo XIX. A veces, la profundidad del amor por Manon es expresado

de manera sutil y delicada por la música. Otras, en cambio, la música está llena de pasión y lirismo.

Lo importante para nosotros es creer que algo entre ellos puede desencadenar esa pasión, fuegos artificiales. Y en ningún lugar podemos ver esto más que en la gran escena, en la iglesia de Saint Sulpice, situada en París. Lo que ocurre aquí, es que Des Grieux se da cuenta que ella nunca va a poder casarse con un hombre que no le pueda ofrecer todo el lujo que ella desea. Él ha decidido ir en otra dirección y tomar los hábitos dentro de la iglesia. Tan pronto Manon se da cuenta, ella decide traerlo de vuelta. Ella corre dentro de Saint Sulpice para seducirlo antes de que tome sus votos. Y allí está él, en el altar.

Esta voluptuosa pasión entre dos jóvenes amantes se daba lugar en medio de una sofisticada, complicada y corrupta sociedad. Uno de los grandes cumplidos de esta ópera, es como es capaz de describir esa sociedad. Con la muchedumbre, con los diferentes desagradables hombres que intentan comprar a Manon, y los cuales todos tiene familia, lo cual dice mucho de su comportamiento, y su oportunista primo Lescaut. Y uno de los más encantadores aspectos de esta compleja sociedad que retrata la ópera, lo encontramos refrendado por Manon, que continúa mostrándose junto a Pousette, Javotte y Rosette, las bellas jóvenes mujeres que siempre tienen que estar cantando en el lugar adecuado.

Otra cosa que Massenet hace con gran habilidad es mirar atrás, al periodo Rococó. Es un aspecto importante ya que no es Rococó propiamente, sino Neorrococó, lo cual significa gente en esa época en París volviendo atrás atraída por lo que sucedía 150 años atrás. Y cantando bajo el filtro contemporáneo, con la música y la orquesta de finales del siglo XIX imaginando como se tocaría a principios del XVIII. Es un elemento de ingenio, pero también es un elemento de autoestima. No es sólo Manon en el promenade pensando que todo el mundo la está mirando. Es un mundo entero en el que ella aparece como algo importante y es parte de la historia de quien es.

En aquella época, cuando la ópera fue estrenada en el 1884, una ópera de Massenet era algo importante. La gente pensaba que los días de Wagner y Verdi habían quedado atrás. Las largas obras con tonalida-

des pesadas parecían pasadas de moda. Las mentes más preclaras de la época ya no miraban hacia Italia o Alemania, sino que miraban a Massenet como el futuro de lo que sería la ópera. Lo francés parecía recoger todas las nuevas ideas en el mundo, no sólo de la música, sino también de la tecnología y demás. Ese refinamiento en la expresión de la música francesa parecía ser el futuro. Muchas veces, todos esos momentos emocionales en la partitura de Manon parece ser transmitidos por esa suave música. A veces, es tan solo con una palabra con la que parece cambiar por completo eso dirección que la ópera italiana o alemana habían tomado. Es increíblemente moderna esa sutileza. En Manon, Massenet incorpora esos elementos tradicionales como los cinco actos y el ballet, elementos que esperarías encontrar en la típica Grand Opera. También están los espumosos y semi-hablados diálogos que son más de la Opéra-Comique. Pero todo esto puesto juntos, y bajo el mismo punto de vista, hacen que Massenet encuentre una nueva manera de fascinar e iluminar a los personajes de la ópera, especialmente a Manon. Massenet descubre cómo penetrar a través de los pensamientos de la gente, para llegar al verdadero amor.

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