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Wozzeck

WOZZECK HA PASMADO, ASOMBRADO Y ABRUMADO al público desde su estreno en 1925. Volvió patas arriba al mundo musical con una partitura sin precedentes, y permanece como la mejor descripción del sentimiento humano que existe en el mundo en los últimos cien años. Es la historia de un soldado que se derrumba ante un sistemático y constante abuso y humillación. Hay algo extrañamente afirmativo acerca de atreverse a realizar este viaje con todos estos miedos psicológicos puestos en escena, pero a la vez es un camino poderoso el que se recorre, en el sentido de que todas las tragedias cuentan una historia potente y poderosa basadas en sentimientos.

Berg basó su ópera en una obra del autor alemán Gerog Büchner, una notable obra incompleta escrita sobre 1830. Berg vio esta obra en su estreno en 1914, quedando tan enamorado de ella que decidió escribir una ópera, pero nada más verla, Berg fue movilizado por la armada austríaca, teniendo una experiencia terrorífica en la Primera Guerra Mundial. Berg completó la ópera nada más acabar la Primera Gran Guerra. En este momento, la sociedad estaba derrumbada de una guerra terrible que había sacudido el continente, y las artes estaban poniendo en cuestión todo lo que anteriormente habían dado por sentado. Había un colapso tanto político como social y financiero. Y todo esto, Berg lo proyecta en un colapso psicológico de un solo hombre, Wozzeck. Muchas artes, dramaturgia, música, artes visuales, etc., muestran su lado grotesco reflejando el tormento interior. Esta ópera en particular es un hito en este momento de la historia, pero también una de las grandes obras de todos los tiempos.

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Hay una idea en esta ópera acerca del balance entre poder y el temor, y cómo esto conduce a la deshumanización. Bien sea violencia militar, violencia doméstica, justicia económica, etc., todo ello, nos puede llevar a la enfermedad mental. Wozzeck es una ópera corta, no llega a las dos horas, construida por breves escenas interconectadas por preludios orquestales. El personaje en sí mismo, Wozzeck, es un soldado común. Él no tiene dinero, tiene a Maire que le es infiel, y encima tiene un niño que cuidar. Para ganar un poco más de dinero, Wozzeck se ve obligado a tomar unos trabajos extras incluido uno que consiste en participar en una serie de experimentos científicos. Todo esto, junto con las humillaciones diarias en la vida, incluida la infidelidad de su esposa Marie, lo conducen a una situación límite al borde de la violencia. Pero la historia no es más nihilista que otras de su tiempo. Hay una verdadera historia humana aquí. El público incluso se puede identificar por lo que sucede Wozzeck y Marie. Él no empieza la obra como un hombre malo. Trata de ser mejor, de hacer las cosas mejor, trata de cuidar a las personas que dependen de él, pero siempre es tratado como un estúpido, como una bestia. A veces, estos flashes de humanidad hacen sentir pena al espectador. Wozzeck pronto se revolverá contra estos ataques que recibe. Por ejemplo, en la primera escena de la ópera, el Capitán escama a Wozzeck por no

haberse casado con Marie y tener un hijo con ella, a lo que Wozzeck responde que los pobres no pueden permitirse el lujo de tener moral. Hablemos acerca de la música. La partitura no tiene un núcleo central. No tiene nada que ver con la mayoría de la música que estamos acostumbrados a escuchar, pero tampoco tiene nada que ver con las músicas que estaban surgiendo en su tiempo tampoco como el serialismo de Arnold Schoënberg. Es una música con su propia personalidad cuyo propósito principal siempre es desentrañar la trama que sucede en el escenario. El público, y no solo los que son músicos, puede seguir el drama a través de la música.

La escritura de las voces refleja la libertad de Berg a la hora de componer. A veces es un discurso hablado, a veces un discurso musicado, y otras es una línea de canto muy lírica. Un ejemplo de esto lo podemos escuchar cuando Marie está leyendo la Biblia al niño, mientras tiene remordimientos de haberle sido infiel a Wozzeck. Una de las disonancias más famosas de la partitura viene cuando Berg desconecta a los cantantes que están cantando y a la orquesta que está explicando las palabras. En otras palabras, cualquiera de los dos, cantantes y orquesta, pueden ser muy líricos por su lado hasta que chocan juntos, lo cual crea una tensión enorme e ilustra este conflicto entre el individuo y lo que le rodea.

Y luego tenemos a todos los otros personajes, los cuales atormentan a Wozzeck. El doctor que realiza los experimentos sobre él. El Capitán el cual le hace bulling. El amante de Marie, el Tambor Mayor, el cual le pone los cuernos a Wozzeck. De todos ellos escucharemos ejemplos musicales de lo que es el expresionismo, la corriente artística dominante en ese momento, es decir, la exageración de las cosas para revelar la verdad del interior de las personas. Su música está llena de carácter incluso en los elementos cómicos que posee. Alcanza un alto nivel en lo grotesco.

Ahora bien, mucho se ha escrito acerca de la música de esta ópera. Berg mismo hizo en su momento muchas conferencias sobre ella, pero la gente de hoy en día no necesita de toda esa explicación para transitar a través de ella, ya que este lenguaje musical no es ni tan extraño para nosotros ni tan poco familiar. Todos hemos crecido con

disonancias, incluso en la música Pop y bandas sonoras del cine. Si pensamos en las bandas sonoras de las películas de Hitchcock llenas de disonancias donde la música no nos describe lo que está sucediendo, sino el carácter y las vivencias que está sufriendo el personaje. Y en esta ópera podemos escuchar algo parecido en la escena en la que Wozzeck va a la taberna después de asesinar a Marie. Oímos cómo la música describe el derrumbe mental de Wozzeck, donde el miedo, el pánico y la locura le suenan a él.

La ópera está intensamente estructurada. Está escrita en quince escenas, interconectadas por unos interludios increíbles. Y a lo largo de la partitura, Berg usa un trabajo exhaustivo de las formas clásicas para atraerlas al drama. Es interesante saber que Berg era un gran admirador de Bach, y usa formas que Bach usaba como por ejemplo una Passacaglia, que hay en la ópera, y que paso a paso llevan al personaje hasta la locura. Una Passacaglia son unas variaciones básicas sobre una figuración repetida. De hecho, hay bastantes escenas que contienen variaciones de motivos musicales. A veces sólo es el ritmo como hacen las trompas en la escena de la taberna. Y es con la regularidad rítmica con la que Berg crea el sentimiento de inevitabilidad. Por lo tanto, tenemos varias características compositivas, estructura y fragmentación, en esta ópera, y todo ello teniendo en cuenta que el autor del drama, Büchner, dejo inacaba la obra en su tiempo, por lo que sólo tenemos fragmentos de ella. Fragmentos que Berg usará para contarnos la historia de una manera muy poderosa. Haciendo un paralelismo con Picasso, otro de los artistas geniales de aquel momento, a veces los fragmentos nos dicen más que el puro realismo en sí mismo.

Esta ópera golpea al público fuerte. Nos apuñala en el sentido que Wozzeck se maneja en su vida mientras esta se derrumba. No es un ejercicio intelectual. La humillación que Wozzeck experimenta no es general, son cosas que en realidad le pueden pasar a cualquier ser humano, y nos identificamos con lo que permanece de humanidad en este personaje. Es increíble cómo, de unos fragmentos de una obra del XIX, un siglo después, Berg la transforme en una obra tan poderosa sobre el ser humano y otro siglo después siga teniendo una fuerza y una vigencia tan grande.

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