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Ícono de Saavedra: la pelota Pulpo como pieza de museo, en una exhibición de diseño y cultura
from Revista La Unión
La exposición "Del cielo a casa" que se puede disfrutar en Malba “invita a abordar la cultura material desde los usos, las costumbres, los rituales y los simbolismos que las cosas generan en una sociedad”.
La pelota Pulpo, con sus líneas bordó y blancas, es un ícono de la infancia argen8na y también un emblema del barrio de Saavedra, ya que se fabricaba en un inmueble de Pinto 3740, entre Jaramillo y Manzanares. Ahora, pasó del picado en la vereda a ser pieza de museo: forma parte de la exposición "Del cielo a casa" en el Museo de Arte La8noamericano (Malba), que estará abierta al público hasta el 12 de junio.
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“Como en un archivo de lo diario, la muestra reúne más de 600 piezas, entre objetos, obras de arte y documentos, que cons8tuyen la vida co8diana argen8na. Apuesta por una mirada etnográfica que, más allá de la autoría o los procesos, invita a abordar la cultura material desde los usos, las costumbres, los rituales y los simbolismos que las cosas generan en una sociedad”, plantean los impulsores de esta exposición en el barrio de Palermo.
En un sector de la sala donde se montó esta propuesta hay una “lluvia de pelotas Pulpo”, una especie de cor8na donde instalaron decenas de unidades. Es uno de los si8os elegidos del público para tomarse fotograYas.
“El entramado de objetos, espacios de vida y obra, teje una red de sen8do ampliada: nos conecta emocionalmente con lo propio a par8r de una porción de ese archivo de la vida común en el que el diseño, el arte, la industria y la historia se hibridan. Nos convocan a viajar a un pasado cercano, para conjurar nuevamente los sucesos y anhelos de futuro que allí se inscribieron”, destaca el equipo curatorial.
“Del cielo a casa no propone una historiograYa del diseño argen8no, sino un ensayo sobre la vida en común condensada en las cosas: de las grandes visiones utópicas a la vida co8diana, de un helicóptero a una zapa8lla, del Stent a la pelota Pulpo. “Cosas para la vida”, según la definición del vanguardista proyectual Gerardo Clusellas (1929-1973)”, agrega.
Se trata de un grupo mul8disciplinario integrado por historiadores, diseñadores integrado por: Adamo Faiden, Leandro Chiappa, Gustavo Eandi, Carolina Muzi, Verónica Rossi, Juan Ruades, Marbn Wolfson y Paula Zuccoe.
Antes de ser una pieza de museo, la Pulpo fue un ícono de la cultura popular y primero fue un sueño, el de Gerildo Lanfranconi.
Luego de haber trabajado en la década de 1930 como operario de Pirelli, quiso abrir su propio negocio, basado en la experiencia de trabajar con productos derivados del caucho. Así, ideó un sistema innovador que inyectaba el color rojo sobre la goma blanca para darle la seña emblemá8ca a su producto. Además, la pelota era económica, saltarina y de buena calidad. En poco 8empo se convir8ó en la elegida de los chicos durante varias generaciones. En momentos de auge la fábrica de Saavedra trabajaba las 24 horas del día con unos 80 operarios, logrando unas 5.000 por jornada.
La empresa familiar tal y como estaba planteada en sus inicios cerró a mediados de la década del noventa. Años más tarde, un grupo de descendientes retomó la fabricación, con una perspec8va más modesta, pero sostenida.
Por su auge, caída y resurrección, la historia de Pulpo sirve para escribir el devenir cultural e industrial del país. Esa es parte de la premisa que tomaron en la exposición del Malba.
Juan Castro