Revista Digital La Tinta No.33 primera parte

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NÚMERO 33

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2023

Revista de creación literaria

PRIMERA PARTE

La Tinta “Caducidad de la vida y las cosas

¿Obsolescencia programada?” La obsolescencia programada es... la operación intencional determinada por los fabricantes quienes calculan y proyectan el tiempo de vida funcional de los artículos.

Conoce nuestras secciones: CineDeArte, El menú de los chilpayates, Radar juvenil, La Tinta ¡Date Color!, La musa dijo... entre otras

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¡TE DAMOS LA BIENVENIDA!

Nota de la editora MARÍA DE LA LUZ CARRILLO ROMERO

Y seguimos proliferando en la obsolescencia La idea de lo caduco nos invita a reflexionar de cómo la llamada vida moderna se caracteriza por el consumo exagerado de artículos tecnológicos, los cuales en su mayoría están destinados a un tiempo determinado. Además, estos objetos no son para siempre, aunque los usuarios eviten su deterioro. Es usual su acumulación, por ejemplo, los diferentes modelos de teléfonos celulares que se van juntando en el cajón del escritorio, la computadora de escritorio, que nadie quiere llevarse, las baterías y cables de los controles de televisión, en fin, un cúmulo de basura tecnológica que contamina con desdén el entorno. Parece que se está obligado a comprar, usar y desechar, en un ciclo marcado por las empresas, y sin derecho a renovar o reparar. Según datos de la Unión europea se acumulan 2,500 millones de toneladas al año de basura tecnológica y no hay un freno realmente efectivo y sustentable. Nada es eterno, semeja una frase dura y sentenciosa, y duele saberlo, percibir que junto con las cosas los seres humanos nos vamos borrando, deteriorando, envejeciendo.

No sólo son obsoletas las cosas, también la existencia en sociedades subordinadas y plásticas cuando se prefiere tener el último modelo de un auto, presumir la reciente edición de un móvil, en lugar de solidarizarse con las personas desempleadas o los en situación de calle. La enajenación consumista bloquea consciencias, ataranta, fútilmente alegra el cotidiano mundo de seres subordinados al progreso tecnológico. Sin embargo, podemos sobrevivir por medio de la creación, del arte, para no perder el aliento y modelar mejores escenarios, tal vez, posibles o imposibles, será tarea de todas y todos. Por tanto, desde diversos enfoques, con poemas, relatos, reflexiones y comentarios, esta edición de LA TINTA te convoca a desentrañar sobre la obsolescencia de la vida, pero antes: “Disfrutémosla, con cariño, amor, con vehemencia y devoción/ Juguemos como inquietos niños, soñemos como adolescentes,/amemos como jóvenes y disfrutemos de la vida como adultos...”[1]

[1] Caduca está la vida, Gricelda Maity Martínez Serrano


El menú de los chilpayates


EL MENÚ DE LOS CHILPAYATES

SINFOROSO EL COCODRILO MARÍA DE LA LUZ CARRILLO ROMERO TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

Había una vez, un cocodrilo llamado Sinforoso. Tenía seis años y todo se lo quería comer de un solo bocado. Un día se atragantó de tal manera que ya se estaba ahogando. No podía respirar. Su mamá, alarmada lo tuvo que llevar de prisa con el doctor para que le extrajera un trozo de carne del tamaño de una roca, ¡pum, pum, pum! Con gran esfuerzo el médico, sacó, no solo el pedazo de carne, salieron zapatos rotos, una rueda de bicicleta y tres latas de refresco. Avergonzado por el regaño del doctor, Sinforoso pensó en no comer más. Más tarde en casa, su mamá le llamó la atención, le dijo que si continuaba con esa forma de comer pronto acabaría enfermo y ella se pondría muy triste, además ella lo quería ver siempre fuerte y vigoroso. Esa noche, Sinforoso le prometió a su mamá que iba a comer poco y despacio. Pero, ya en su cama Sinfo, así le decían de cariño, no pudo conciliar el sueño porque tenía mucha hambre. Olvidando las recomendaciones del doctor, se levantó de la cama y se dirigió a la cocina a buscar un pedazo de pastel que su hermana había guardado en el refrigerador. Tenía inmensas ganas de saborearlo que se le hacía agua la boca ¡Hum hum hum! Estaba a punto de abrir el refrigerador, cuando de pronto, se encontró con un fantasma ―¡Ay, ay…! Gritó Sinforoso. ―¡Chiss…! ¡No grites! ―exclamó el fantasma. No te voy hacer daño. Sinforoso, casi se desmaya de susto. Pero al momento recobró la serenidad al observar esos grandes ojos. Ojos de mirar sereno y acuoso.

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―Me llamó Trudy ―intervino el fantasma. Vengo de un lugar muy lejano que se llama Katar. En mi país escasea la comida. Somos muy pobres, por eso vine a tu casa, me dijeron que eres” muy tragón” porque ustedes los cocodrilos tienen abundante de comida ¿no es así? Sinforoso se tranquilizó y observó al intruso. El fantasma era flaquísimo, parecía un popote transparente. ¡Sí, un largo popote blanco! Sintió pena por Trudy y de inmediato buscó comida para convidarle, pero, de repente se encendió la luz y su hermana lo encontró cerca del refrigerador. ―¿Qué haces aquí Sinfo? ―este, este… nada…vine por un vaso con agua ―le contestó nervioso. ―¡Ajá, querías comerte mi pastel!, ―exclamó enojada su hermana. Ya te dijo mamá, que no puedes comer tanto. Sinforoso trató de explicar que la comida no era para él, sino para Trudy el fantasma, pero su hermana no le creyó. Ella no vio a ningún fantasma porque Trudy se esfumó. Al día siguiente, Sinforoso procuraba guardar algo de su comida para compartirla con su nuevo amiguito. Desde, ese momento surgió entre ellos una gran camarería y el fantasmita le aconsejó que consumiera alimentos sanos, nada de “comida chatarra” ni refrescos, ni pastelillos que le hacían daño. Le sugirió otros alimentos más ricos y nutritivos: como una rica ensalada de verdes verduras, fibras naturales y más frutas.

Con el paso de los días, se volvieron inseparables aliados y así, paso a pasito, Sinfo, aprendió a comer de manera más sana. Acostumbraron por las noches reunirse y charlar de sus aventuras realizadas durante el día. Y cuando la luna llena parecía un gran queso disfrutaban en su imaginacion comerse un pedacito de luna. La amistad entre ellos generó cambios favorables; en Sinfo su dieta mejoró y ganó un leal compañero y para Trudy, su calidad de vida y la de su familia se tornó luminosa con la solidaridad del pequeño cocodrilo. ”Y colorín colorado la historia de dos amigos se ha terminado” LA TINTA NO. 33


EL MENÚ DE LOS CHILPAYATES

MAR INFINITO MARÍA CANDELARIA ORTEGA MENECES TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

De repente lo sentí como un girón de viento, el risueño recuerdo me tomó por sorpresa. Entonces, la infancia de mis peces jugaba con la brisa, viajaba con la espuma, como criatura que navega en la infinita magia de su barca de papel.

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EL MENÚ DE LOS CHILPAYATES

PALABRIANDO JULIA PASTEN PEÑALOZA <<LAGARTIJA SIN COLA>> TEOLOYUCAN, ESTADO DE MÉXICO

¿Amiguito te animas a deletrear las siguientes palabras? Entonces te reto, comencemos… 1.- OBSOLETO 2.- CADUCIDAD 3.- OBSOLESCENCIA 4.- TECNOLÓGICAS 5.- PSICOLÓGICAS 6.- FUNCIONAL 7.- MICROONDAS 8.- COMPUTADORAS 9.- REFRIGERADORES 10.- CELULARES

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CineDeArte


CINEDEARTE

EL PRECIO DEL MAÑANA JULIA PASTEN PEÑALOZA <<LAGARTIJA SIN COLA>> TEOLOYUCAN, ESTADO DE MÉXICO

El precio del mañana es una cinta de acción y ciencia ficción, es una historia ubicada en un futuro distópico escrita y dirigida por Andrew Niccol y protagonizada por Justin Timberlake, Amanda Seyfried y Cillian Murphy considerándose una de las mejores películas de ciencia ficción, fue estrenada el 28 de octubre del 2011. La trama dibuja que para el año 2161, la ciencia ha encontrado la manera de desactivar el gen del envejecimiento humano. Para poder controlar a los ciudadanos, las personas dejan de envejecer a los 25 años, quedándoles solo un año de vida, a menos que puedan adquirir tiempo y recarguen sus relojes de vida, programados desde su nacimiento, mismos que llevan la cuenta regresiva con la forma de un reloj digital en sus antebrazos. Esta situación ha generado que la sociedad se divida aún más, por un lado los ricos que pueden vivir todos los años que deseen y disfrutar de lujos excesivos, teniendo sus casas en zonas exclusivas evitando el acceso a personas de otras clases sociales, por el otro los pobres, viven en lugares de escasos recursos, además de tenerla necesidad de pedir fiado, negociar o luchar diariamente para ganar un par de horas de vida. Cuando Will, un trabajador pobre, rescata al millonario Henry, éste le entrega sus años de vida provocando que el joven se convierta en el blanco de aquellos que controlan el poder. Es una película realmente buenísima que hace reflexionar sobre los avances tecnológicos, la inteligencia artificial de la que tanto se viene hablando, ¿será qué esta cinta nos esta indicando a dónde llegará la humanidad y que realmente para algunos, la vida no tendrá caducidad? El Precio del Mañana, se posiciona como una de las películas de ciencia ficción más vista y tú que esperas para verla.

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Radar Juvenil


RADAR JUVENIL

EL DESAFÍO DE LOS JÓVENES ANTE LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA: CONSECUENCIAS Y OPORTUNIDADES MARTÍN MEDINA CERÓN REYES ACOZAC, TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

En un mundo donde la producción de bienes y la constante búsqueda de ganancias son imperativos, la obsolescencia programada se ha convertido en una práctica común en la industria. Este fenómeno, que implica diseñar productos con una vida útil limitada, plantea desafíos significativos para las generaciones jóvenes y tiene un impacto profundo en la economía, la psicología individual y la sociedad en su conjunto, además de amenazar la salud del planeta y la naturaleza. La obsolescencia programada alimenta un ciclo de consumo constante, lo que a corto plazo puede aumentar el crecimiento económico. Sin embargo, a largo plazo, esta práctica puede tener efectos negativos. Los jóvenes se enfrentarán a una carga económica significativa al tener que reemplazar productos constantemente, lo que reduce la capacidad de ahorro y la estabilidad financiera. Además, la dependencia de industrias basadas en la obsolescencia puede crear inestabilidad económica global y desigualdad. La cultura del consumismo y la obsolescencia programada pueden tener un impacto psicológico en los jóvenes. La constante búsqueda de la novedad y la sensación de insatisfacción constante pueden generar estrés, ansiedad y una sensación de vacío emocional. Los jóvenes podrían sentirse presionados para mantenerse al día con las últimas tendencias, lo que puede erosionar su autoestima y bienestar.

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RADAR JUVENIL

A nivel social, la obsolescencia programada contribuye al desperdicio de recursos y a la creación de basura electrónica, lo que agudiza los problemas ambientales y de salud pública. Los jóvenes tienen un papel crucial en la concienciación y la búsqueda de alternativas sostenibles, promoviendo la reparación, el reciclaje y la economía circular. Por otra parte, la producción constante de productos desechables agota los recursos naturales y aumenta la contaminación. Los jóvenes se enfrentarán a un futuro donde la degradación ambiental y el cambio climático serán problemas cada vez más graves. Es esencial que tomen medidas para reducir la demanda de productos de corta vida útil y aboguen por la producción responsable. En conclusión, podemos decir que las juventudes se enfrentan a un desafío monumental en un mundo donde la obsolescencia programada es la norma. Sin embargo, también tienen la capacidad de liderar el cambio hacia un consumo más consciente y sostenible. Al promover la durabilidad, la reparación y la conciencia ambiental, pueden contrarrestar las consecuencias económicas, psicológicas y sociales negativas de esta práctica y contribuir a un futuro más saludable tanto para la sociedad como para el planeta y la naturaleza.

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RADAR JUVENIL

CADUCA ESTÁ LA VIDA GRICELDA MAITY MARTÍNEZ SERRANO BOLIVIA

Todos: nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, al pasar de los años: bailamos, reímos, jugamos y lloramos, entre todos: apreciamos, queremos, amamos y adoramos, y así seguimos en la vida, unos juntos y otros separados. Sin embargo, continuamos todos con alegrías y tristezas, otros: entre sufrimientos, llanto, preocupaciones y congojas, la vida no fue, ni es nada fácil; pero debemos todos continuar, con fuerza, con ahínco, con tesón debemos siempre avanzar. Caduca está la vida, porque para todos, muy pronto acabará, la vida no es comprada, cualquier momento, nos sorprenderá, disfrutémosla, con cariño, amor, con vehemencia y devoción, juguemos como inquietos niños, soñemos como adolescentes, amemos como jóvenes y disfrutemos de la vida como adultos y en nuestra vejez, agradezcamos a la vida, por tanta bendición. Caduca está la vida, vida bella que muy pronto acabará, vivamos como un recién nacido, que empieza a caminar, caminar con todas las fuerzas que un ser sabe demostrar, demostrar frente a la vida, que podemos siempre avanzar.

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RADAR JUVENIL

COLLAGE MARÍA DE LA LUZ CARRILLO ROMERO TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

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¿Qué te cuento?


¿QUÉ TE CUENTO?

DIGNO FINAL JORGE DANIEL ABREGO ECATEPEC, ESTADO DE MEXICO

La vieja tetera de luz azul silba desde la cocina. Genaro se incorpora con desgano y murmura una orden apenas audible que, sorpresivamente, el administrador robótico de la casa interpreta de inmediato. —Proceso #7 finalizado. El agua para el té ha alcanzado su punto de ebullición. ¿Qué sabor desea probar hoy, Genaro? Otro murmullo. De nueva cuenta, solo el robot de gestión doméstica es capaz de interpretarlo: —¿Manzanilla con limón? ¡Excelente elección! Mientras lo preparo ¿Le gustaría que la aplicación de "Médico en casa" revise el estado de sus pulmones y garganta? Genaro no murmura nada esta vez, solo enfoca la mirada en la proyección holográfica y asiente con notorio disgusto. —¡Bienvenido, Genaro! Es un gusto saber que has logrado hacerlo un día más. ¡Bien! Empecemos con el chequeo de rutina: los nanobots instalados en tus pulmones me informan que los adecarcinomas se han apropiado de la zona exterior de tu pulmón derecho y una terapia radioactiva no bastará para eliminarlos. Dada tu avanzada edad, lo mejor será solicitar al gobierno un nuevo pulmón semi-orgánico. ¿Quieres que te anote en la lista de espera? Genaro asiente y tose sin querer. Algunas gotas de sangre caen sobre la camisola de su pijama. —Bien. Ya está listo. Ahora, el estado de tu garganta ha empeorado considerablemente: noto que ya no te sale la voz. No te preocupes, estamos programados para interpretar tus impulsos neuronales y movimientos de labios.

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¿QUÉ TE CUENTO?

Un manotazo errático borra por un segundo al holograma informativo. Tras la forzada pausa, la imagen recobra la forma y nitidez habitual con un rápido reinicio del proyector. Genaro mira al pequeño dispositivo con una mezcla de furia y rencor acumulado. Por la expresión en sus ojos, tal pareciera que el exabrupto del manazo fue solo un atisbo de lo que quisiera hacerle a la maquina… —Por favor, intenta no alterarte. Recuerda que, tras la traqueostomía, el aire ya no pasa por tu nariz o boca, sino que llega directamente a tus pulmones. Cualquier alteración en tu ánimo multiplicará la sensación de resequedad y frio, lo cual provocaría un desagradable ataque de tos que apuesto ni tú ni el robot asistente desean experimentar… Genaro asiente a regañadientes y hace amago de respirar hondo. Luego ríe. Para él este asunto del cáncer tiene algo de gracia macabra. Los robots, sin embargo, difieren de su curiosa opinión: — Es menester que te mantengas sereno y tampoco cedas a la tentación de la risa. Un exceso de esta puede ser tan nociva como la propia tos… Además, no querrás caer en cama este día ¿Recuerdas que hoy tienes una cita importante allá afuera? Un murmullo de aprobación mana de la agotada garganta de Genaro. El administrador robótico interrumpe el diagnóstico del “médico en casa” y apunta: —¡Por supuesto que lo recuerda! Señor: ¿desea usted que sintonicemos los 24 canales de noticias nacionales? El #Eutanasia está presente en todos ellos. Considero que al menos doce del total de transmisiones podrían ser de su interés. Esta vez no hay respuesta alguna, solo un inesperado brillo en los ojos del anciano enfermo, que por primera vez desde que abandonó la cama muestra una pizca de interés por el mundo que lo rodea. LA TINTA NO. 33


¿QUÉ TE CUENTO?

Los videos se sobreponen unos a otros. Jovencitas con pintorescos trajes brillantes comparten el mosaico de transmisión con aburridos hombres de trajes satinados e influyentes figuras de la contradictoria iglesia católica. De vez en cuando surge en algún canal un rostro viperino y mentiroso que usa palabras bien estudiadas y zalameras. «¡Políticos!» piensa para sí el pálido Genaro. Un pequeño acceso de tos interrumpe su concienzudo análisis. El “medico en casa” procede a examinar sus signos vitales y administrar una pequeña dosis de paracetamol y bencidamina. Es lo único que tiene permitido hacer para “dormir” la garganta de su paciente y detener los molestos ataques de tos. —¿Deseas que te lea las principales editoriales de hoy sobre el tema? — sugiere el robot de gestión doméstica—. Hay algunos que podrían interesarte. Genaro asiente y luego recarga la barbilla en la palma de su mano izquierda. —El mensajero veloz. 31 de agosto de 2042. Rodolfo Murrieta. Parece mentira que en plena década de los “cuarentas” sigamos discutiendo si la eutanasia es buena o mala. Los niveles de sobrepoblación en el país son alarmantes y los ancianos en situación de calle representan el 12% de la población total de la nación. Además, un alto porcentaje de septuagenarios solitarios padecen de enfermedades crónicas y terminales que consumen los recursos del estado, provocando un importante deceso en el flujo de efectivo destinado al deporte y las artes… Genaro gruñe y hace un ademán de pataleo frenético. La editorial del “mensajero” no le he gustado. Si bien está a favor de la eutanasia, solo hace hincapié en la “molestia y pérdida de recursos” que representan los adultos mayores, dejando de lado el asunto del “derecho a una muerte digna” …

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¿QUÉ TE CUENTO?

—Crónicas autómatas de la ciudad. 31 de agosto de 2042. MEX-452. Para un autómata de servicio, los humanos son un recurso de inestimable valor e importancia. Son, a mi humilde forma de ver, la razón de nuestra existencia y el motivo por el que operamos a diario. Perder a nuestros amos nos pondría en una situación deleznable que de inmediato nos conduciría a una inminente desconexión. Sin embargo, no olvidamos la primera regla de la existencia robot: ayudar a los humanos. Y si esto conlleva el colaborar en su partida, estamos a favor del movimiento #EutanasiaSI… El anciano asiente con lentitud. Luego levanta la mano derecha y alza el dedo índice. La indicación es clara: quiero oír una editorial más. —El diario del pastor. 31 de agosto de 2042. Reverendo Juan de la Palma. ¡Estoy cansado de este tema de la eutanasia! ¿Quién es el hombre para decidir cuándo ha de terminar la vida? ¿Quién autoriza a la humanidad para cortar de tajo el regalo divino de la existencia? ¡IMPIOS! ¡Solo el Altísimo da y solo el Altísimo quita! ¡No a la eutanasia! ¡NO! La taza de té recién servida sale volando directo hacia el holograma. La proyección se detiene una vez más. En esta ocasión el reinicio tarda un poco más en devolver la claridad a la imagen… —Entiendo… el último artículo no fue de su agrado. ¡Bien! Procederé entonces a sintonizar al canal del congreso. Los senadores están arribando a la cámara para una sesión presencial extraordinaria. Está en ellos el aprobar o no el proyecto de ley enviado por la cámara de diputados. Si dan su visto bueno a la ley, esta podría ser una de nuestras últimas conversaciones… Genaro asiente débilmente y parpadea un par de veces. —Aquí está: el canal del congreso. Voy a subir el volumen para que no pierda ningún detalle. La siguiente capsula es la declaración oficial del principal detractor de la ley, el senador Villaurrutia. LA TINTA NO. 33


¿QUÉ TE CUENTO?

La proyección holográfica pierde la señal por un momento. Un silencio sepulcral invade la habitación. El viejo Genaro jala aire y puede escucharse como la corriente penetra por un tubo y viaja directamente hasta sus pulmones… Se escucha un zumbido. Luego una especie de “clic” y después algo de estática. La transmisión retorna a su estado original y el vídeo comienza a reproducirse tras un breve periodo de carga: —Buenas tardes a todos. Me dirijo a ustedes a través de este medio para hacerles saber que nuestro país ha estado siempre del lado de la vida. Y esta vez no será distinto. Mucho se ha hablado de dar vía libre a la Eutanasia. Hoy les digo que eso no pasará. Estoy seguro de ello porque sé muy bien que eso no es lo que quiere la gente. Sabemos cómo funciona nuestro terruño, y cuando la gente quiere manifestar su opinión, no lo hace a través de las redes sociales, sino que opta por tremendos plantones afuera de este recinto o el zócalo de la ciudad. Y no veo a nadie aquí… ni uno solo de esos “enfermos terminales” se ha hecho presente para exigir su “derecho a la muerte” … Si lo desean tanto, ¿Por qué no vienen a exigir el cumplimiento de sus demandas? ¿Será porque todo esto es un invento de los medios para matar a “nuestros viejitos”? ¡Yo creo que sí y convenceré de ello a mis compañeros! Una rechifla interrumpe el apasionado discurso del senador. La cámara enfoca al grupo que desaprueba sus declaraciones. Son algunos de sus compañeros, entre ellos una mujer de cabello gris que por alguna razón tiene la mitad de la cara completamente paralizada. Villaurrutia los increpa y exige que “aparezcan” los ciudadanos que demandan su derecho a la eutanasia. El conglomerado de detractores calla por un segundo. El arrogante senador exhibe una sonrisa burlona y pide que las cámaras hagan foco en su expresión. Entonces, algo curioso ocurre. La dama de la cara paralizada muestra un cartel escrito a toda prisa con una sola palabra: “Vengan”

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¿QUÉ TE CUENTO?

La transmisión se congela por un segundo. Luego hace un recorte de la silueta de la senadora y añade unas letras enormes de color amarillo bajo su imagen. “Vengan” Genaro pasa saliva se pone de pie. Su pulso se acelera y un pitido de alerta comienza a hacer eco por toda la casa. —¡Genaro, debes calmarte! ¡Niveles tan altos de excitación podrían colapsar tu garganta y pulmones! Te recuerdo que tu estado de salud no es óptimo, y cualquier alteración podría desembocar en la… Un susurro interrumpe la perorata del “medico en casa”. La opinión de Genaro está más que clara… —¡Señor! Estamos programados para mantenerlo con vida a costa de todo y todos. Eso lo incluye a usted mismo… por favor, siéntese. Aguarde tranquilamente hasta que el resultado de la votación sea presentado. «¡NO!» piensa el anciano y luego cierra los ojos con fuerza, intentando hacerse con el resto de la energía que aún habita su cuerpo. —Por favor, Genaro—explica el asistente médico—, comprende que no puedes acudir a ese imprudente llamado. No importa que solo estemos a unas calles de la cámara de senadores, trasladarse hasta el punto en cuestión se antoja imposible dada tu precaria condición actual… El viejo no se amilana y como puede camina hasta la silla de ruedas que yace doblada en el marco de su puerta. Pulsa el botón de armado y el “vehículo” se ensambla sin mayor dificultad. Una débil risita se deja escuchar. La satisfacción y el amor propio se han apoderado de Genaro. Los robots lo saben y guardan silencio. Una mano temblorosa toma el control de la unidad central del administrador doméstico.

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¿QUÉ TE CUENTO?

—Genaro: ¿estás seguro de lo que estás haciendo? No hay respuesta. Al menos no una que use palabras. El dispositivo de gestión casera es colocado con cierta destreza sobe el respaldo de la silla de ruedas. —¿Deseas que acudamos a las afueras del recinto gubernamental? Un leve cabeceo del viejo es lo único que el robot consigue por contestación. —Entendido. Programaré la silla para que nos lleve hasta la cámara de Senadores. Usaremos la ciclovía que cruza toda la avenida. Asistente médico, ¿vendrás con nosotros? —Una versión portátil de mi conciencia virtual está precargada en la silla. Sin embargo, solo dispongo de oxígeno, paracetamol y sedantes para aliviar cualquier molestia que se presente durante la travesía. —Eso nos basta. Vámonos. Genaro se está impacientando. Un “clic” da por finalizada la conversación entre los robots. La silla de ruedas comienza a moverse con lentitud y detiene su marcha en el punto del patio donde pega más el sol. Es necesario recargar las baterías con energía lumínica. Apenas cargado el 20% de la batería, el “vehículo” da inicio al trayecto. El asistente médico coloca la máscara de oxígeno sobre el rostro de Genaro y este lo deja hacer. El aire fresco golpea de lleno en la cara del anciano. El sonido de las hojas de los árboles taladra sus oídos, pero lo resiste porque es una melodía que hacía mucho tiempo había dejado de escuchar. Cierra los ojos. Un zumbido interrumpe su descanso. Intenta hacer caso omiso del ruido, pero pronto nuevos sonidos se unen a él. «¿Qué puede ser?» se pregunta, y acto seguido, abre los ojos para intentar descubrir qué acontece a su alrededor. La maravilla que lo rodea lo deja con la boca abierta… decenas de sillas iguales a la suya abarrotan la ciclovía. LA TINTA NO. 33


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Los tripulantes no son solo son ancianos como él, sino también niñas, muchachos y mujeres de diferentes condiciones. Los hay con gestos cansados y cabezas ladeadas, también hay otros tantos con cabezas rapadas y ojeras pronunciadas. Algunos más parecen no tener ninguna dolencia física, pero sus ojos reflejan una profunda tristeza e infinita soledad… Las sillas de ruedas descienden por la salida #23 y dirigen su camino hasta la entrada de la cámara de senadores. Ahí se topan con una pequeña multitud de gente que anda con dificultad, pero con gran determinación. Algunos carecen de una pierna, otros de un brazo o de ambos. Los hay también que van en brazos de sus seres queridos o arrastrando un tripié con medicamentos de goteo conectados vía intravenosa. Genaro mira con asombro al nutrido grupo de gente y concluye que todos sufren lo mismo que él —aunque en formas y condiciones diferentes—: hay niños pequeños, adolescentes, adultos y ancianos. Todos llevan sobre sus hombros el peso de una vida que ya es imposible tolerar… —¡Tenemos derecho! — gritan los que pueden gritar. Los demás se limitan a asentir o a mirar con fijeza. El senador Villaurrutia los mira atónito. Quiere hablar, pero las palabras se niegan a salir de su boca. —¡Un digno final! —exclama una jovencita de cabeza calva que exhibe además un brazo amputado. La multitud corea su consigna. La senadora que invitó a venir a los “afectados” se acerca a ellos y abraza a una anciana que apenas y puede mantener la mirada fija en el frente. Genaro alza el puño y muchos lo imitan. —Lo sé, señor—agrega el robot de gestión domestica—. Tienen derecho… El caos se apodera del lugar. Numerosos elementos de seguridad intentan contener a los manifestantes, pero son demasiados y también vulnerables… el uso de la fuerza no es una opción para tratar con ellos…

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Villaurrutia alza las manos para pedir calma. Nadie le hace caso al principio. Tras algunos minutos de reiteradas peticiones de paciencia, el gentío accede. El senador sonríe. Entonces, sin decir palabra, alza el puño derecho. La muchedumbre le responde de la misma forma. Sin gritos ni exclamaciones. Sin alaridos ni demandas. Solo con el puño. El puño derecho bien levantado… Las puertas de la cámara se abren y los senadores que se hallaban apostados en la entrada del recinto ingresan en él. Cuatro enormes pantallas holográficas se encienden de pronto y trasmiten imágenes en distintos ángulos del interior del lugar. Una decena de drones vigilantes hace su aparición y los manifestantes los miran con recelo. Transcurren algunos minutos de discursos que no llevan a nada. La gente a las afueras del recinto comienza a impacientarse. Algunos pitidos de alarma surgen de repente. Las conciencias robóticas presentes hacen lo mejor que pueden para aliviar los malestares de sus pacientes con lo que tienen a la mano. Entonces la votación comienza. Las proyecciones unen sus transmisiones para mostrar una réplica del interior del palacio legislativo por sobre las cabezas de los reunidos a sus afueras. Las gráficas de voto comienzan a aparecer. El #SiALaEutanasia suma adeptos “segundo a segundo”. Las exclamaciones de alegría no se hacen esperar. Al final solo un 2% ha votado en contra… #SIALA EUTANASIA

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La multitud enloquece y la prensa que los rodea acude en tropel hacia ellos, intentando obtener una entrevista emotiva que conmueva a sus volubles seguidores en la red. Un reportero emocionado busca interactuar con Genaro, pero desiste al ver que este le indica que es incapaz de hablar. Decepcionado, se da la vuelta sin siquiera dar las gracias y corre hacia la jovencita que pidió un “digno final” al inició de la manifestación. Un murmullo casi inaudible intenta hacerse escuchar entre el incesante griterío. Solo la versión portátil del “médico en casa” y el robot de gestión domestica son capaces de escucharlo: —¿Estás seguro, Genaro? El viejo asiente con una sonrisa. —Bien… ya sabes qué hacer, amigo “médico” … —Sí, doy inicio al protocolo solicitado: iniciando sobrecarga de sedante. 50% de avance. Procedo a incorporar el excedente de paracetamol. Suspendiendo flujo de oxígeno: Genaro, quiero que cuentes conmigo del 10 hasta el 0 ¿Entendido? Aquí vamos: Diez, nueve, ocho, siete, siete… sie...te… La luz parpadeante sobre la silla del anciano con el tubo en la garganta se apaga de pronto. Un pequeño tanque de oxígeno cae al suelo, pero nadie lo nota. Nadie, salvo el robot administrador de hogares #45849, que apaga las luces de la casa de Genaro por última vez.

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MÁS ALLÁ DE LA IMAGINACIÓN YOLANDA MONTAÑO BARAJAS TEPETLAOXTOC; ESTADO DE MEXICO

Estaba sentada frente a mi ordenador, tecleando el título de mi proyecto “OBSOLECENCIA PROGRAMADA” y escuché un murmullo en la puerta principal. Es inconfundible la voz de mi abuela Mayahuel, llegó de San Jacinto un pueblo pintoresco de la sierra de Puebla. ―Mona ven a saludar ―oí decir a mi madre ―entra estoy haciendo tarea ―respondí. Vi con asombro e incertidumbre a Maya mí “ABU”, cuando entró a mi habitación. Su mirada se posó en mi computadora. Por la tarde Maya caminaba de su recamara hacia la cocina repitiendo obs... obs... obs… fastidiada de no terminar la palabra, me pidió el teléfono y que le marcara a su comadre. ―¡Comadre apenitas llegué y ya me quiero devolver o me van a sacar con una bata blanca con las manos atrás!, ¡figúrate aquí todo es raro, calientan la comida en una caja que tiene espejo y reloj y yo no veo ningún tlecuil (fogón) y mucho menos tlecaxitl (fuego), pero tienen un comalli (comal) de cristal!, ¡pedí café y la máquina contesto a qué temperatura lo sirvo…. !¡Y por todos lados hay relojes! ¡todos te miden el tiempo! ¡y algo peor Mónica habla sola! Anda por la cas diciendo ―¡Alexa dime las noticias!, ¡Google pon música! ―¡Ahorita que salí al jardín la puerta se abrió sin que yo la tocará!

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¿QUÉ TE CUENTO?

ELa ventana que da al jardín está abierta y Maya presta atención a lo que Mónica dicta al computador. ―“La obsolescencia Programada se inicia alrededor del año 1954 cuando el diseñador industrial Clifford Brook consideró necesario que los productos dejaran de servir en un tiempo determinado para aumentar el consumismo, estableciendo fallas planeadas, desde la industria automotriz hasta la industria de la moda”. ―¡No comadre! ¡todo esto me está volviendo loca! ¡Mónica sigue hablando frente a otra caja que parece televisión! Espera, escucho algo ―Maya mira hacia la entrada y ve que la reja se abre sola ―nuevamente Mayahuel abrió la boca y se santiguo Entró el auto de Michel con el sonido musical a todo volumen, al otro lado de la línea “Teo” pregunta ―¿estás bien comadre? ―perpleja ante toda novedad Maya no puede contestar y el silencio se prolonga. Al fin Mayahuel pudo contestar ―mañana me devuelvo pa´mí pueblo antes que me dé un patatús. Mientras tanto Mónica seguía dictando, sin enterarse de la confusión de su abuela Maya ―todos los consumidores siempre desean tener una cosa más nueva, mucho mejor y antes de lo necesario, ejemplo, los automóviles con mejores funciones, celulares de gama alta y así sucesivamente, no olvidándose de la fast fashion…

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¿QUÉ TE CUENTO?

A LA SOMBRA DE LA TARDE EMILIO SANTANA ARREOLA TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

Por el camino real, llegando casi al pastizal, dicen que se aparece un animal de esos que se suele llamar, simplemente un nahual y muchos afirman que eso es verdad, principalmente aquellos que confiesan que lo han visto en el camino al andar. Lo han observado cuando sale del pastizal y se convierte en un ser normal, un ser humano que luego se echa a andar, con rumbo a la laguna, se cuenta que lo han visto bajo la luna y que se arrima hacia el pedregal de la Boca de Piedra con rumbo a Zacualuca y cuando va llegando al cerro, siempre mira al rumbo de Teotihuacan, para luego irse y se pierde otra vez en el camino real que va con rumbo a Pachuca.

Se cuenta que a veces toma una chalupa que lo lleva a la Laguna de Zumpango, otras veces va y se pierde allá por Xoloc y se cree que lo han visto allá en el Cerro de Xolotl y se pierde entre las rocas solo, solo siempre anda por allá y para acá. Otras veces se aparece en forma de águila por el cerro de Cuatliquixco, se le ve contemplando la superficie de la laguna, a las sombras de la tarde, ya pardeando la noche y baja a la luz de la luna y se oculta luego allá por Atzcatepec, en las paredes de la Ex hacienda de San Martín y por ahí se pierde otra vez al fin.

LA TINTA NO. 33


EL BAÚL DE LAS LETRAS…

EL TELÉFONO DE LA ABUELA RUFINA INGRID AMAYA, ANY VIANEY, ANY JAQUELINE; PEQUEÑAS LECTORAS DE LA SALA DE LECTURA EUREKA ZUMPANGO, ESTADO DE MÉXICO

Todo empezó cuándo lo compraron en el aparador de las tiendas de teléfonos, ese día la señora Rufina estaba muy emocionada con su nuevo teléfono celular; al siguiente día se lo pidió prestado su nieta Mayita y ¡ZAZ! Lo tiró en un descuido y se rompió, el teléfono lloró y lloró pues le dolían las grietas en la pantalla, además le afeaban. La niña se sentía triste y apenada por el accidente. No te preocupes, el teléfono funciona perfectamente. Entonces se le ocurrió una idea a Vianey la prima de Mayita: hagamos un vestido como el de mis muñecas para vestir al celular. Yo corto la tela dijo Jaqueline su gemela de Vianey, y manos a la obra en su máquina de coser que le trajeron los Santos Reyes, hizo una bolsita con faldita para el celular. Así la abuela Rufina y las tres chiquillas cuidaron muy bien a Deysi (el celular) y cada vez que alguien les llamaba con cautela lo sacaban de la bolsita en forma de muñeca de trapo. Todo marchaba bien hasta que Deysi dejo de llamar. El doctor de teléfonos lo fue a ver por qué un buen día amaneció apagado totalmente, nos dijo el doctor que ya no viviría porque su fabricante le programó su vida hasta septiembre de 2023.

LA TINTA NO. 33

Así fue como el teléfono murió en la tristeza. FIN


La musa dijo...


LA MUSA DIJO...

AMOR CADUCO JULIA PASTEN PEÑALOZA, <<LAGARTIJA SIN COLA>>. TEOLOYUCAN, ESTADO DE MÉXICO

La vida caduca y el amor también, caduca la leche y la medicina también, caduca la salsa y la mermelada también, nuestra historia caducó, el viento sin miramiento se la llevó como nube viajera de algodón dejando sin rastro alguno de aquel amor, extenuada y frágil mi vida dejó. La noche caduca, el día también, mis sueños polvorientos volaron. sigilosos quedando en el olvido con etiqueta marcada y fecha vencida. La cátsup caduca, la mostaza también, la sopa caduca, los frijoles también. La mirada tierna con la que te veía caducó mis ojos por fin observaron la realidad mi ser lo abraza la soledad y el dolor tengo heridas profundas sin plazo de caducidad. La fecha caduca llegó a su fin, rasgando mi alma en mil pedazos, sin amor mi vida es obsoleta sufro, lloro, suplico, ¡ya no más dolor! esperaré paciente mi fecha de caducidad. La nata caduca, el queso también, La nieve caduca, el helado también… LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

SE ACABA MI CUERPO KARINA CERVANTES CAZARES TEPOTZOTLÁN, ESTADO DE MÉXICO

Se acaba mi cuerpo en una plancha para seguir durmiendo, sin que los gritos interrumpan el festín de los gusanos ¡de mis adentros! La gaveta se llena del frío de mis tormentos, con la cánula llevándose mi vida entera ¡para jugar con mi cerebro desmenuzado sobre la cubeta! Se quema la luz de mis pupilas enterradas ¡para siempre en mis párpados! anunciando la despedida de mis lágrimas y de mis risas. Se mide mi cuerpo en una fosa común, para no irme tan solo con las promesas de flores ¡en mi aniversario de muerto!

LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

EL ALZHEIMER DE LOS DEDOS KARINA CERVANTES CAZARES TEPOTZOTLÁN, ESTADO DE MÉXICO

El celular se ha tragado cada palabra de amor, en el Alzheimer de los dedos, que un día hicieron juramentos perfumados de un ¡nunca te quise! Se parte la cama en polos separados, ¡donde no hay nada, ni nadie para amar! Se infiltra la leña carmesí en el sabor de los besos ¡que nunca te di! Las migajas de la piel se recogen, con el acto mecánico de la ropa en el suelo y con las piernas sin ganas de recorrer el aire. Los ratos embuten la lengua en reclamos, que terminan con las maletas hechas y el corazón metido en la cajuela de la mudanza. Los recuerdos terminan con una fecha en las lápidas del olvido, con una sonrisa macabra vengando ¡el tiempo perdido en nada! Y se va la vida en firmas cautivas por el precio de un papel, con los adioses nunca dichos a las ánimas destrozadas. LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

LA CADUCIDAD DE MI VIDA KARINA CERVANTES CAZARES TEPOTZOTLÁN, ESTADO DE MÉXICO

Se ha estrangulado tu risa en la madriguera sucia del baño, con las uñas de aguja pérdidas en el adiós rojizo del vientre cansado. Tu piel se ha ido en las trizas en el trombo del corazón atorado, en los silencios de los hubiera ¡de los brazos tan vacíos! Las rodillas se han vencido en una cárcel sin vida en las estrellas, donde está tu nombre perdido sin haber tocado esta tierra ¡amor mío! Mi estómago llora una bomba ¡que mis ojos ya no pueden llorar! Mis intestinos se revuelcan en las pestilencias de los juicios. Se trillan mis manos en tus cumpleaños, con tu cuerpo caduco en algún sueño ¡donde supe quien y como serías! Los escalofríos y las fiebres tocan tu marcha fúnebre, en mi cajón de concreto ¡donde se acaba mi vida con la tuya! LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

TU ÚLTIMO RECUERDO POEMA EN COAUTORÍA DANIELLE HAIN GOODMAN LUZ MARINA FAJARDO

Rememoro tus palabras, nada es para siempre, todo pasa todo cambia. Para mis adentros pensé en ese instante así es la vida, ella también tiene caducidad. Me dejaste aquí en este mundo terrenal. Que crueldad, moriste así nada más. Ironía fue tu partida, ansiedad la que aún me causas, tristeza la que se quedará conmigo hasta que mi vida también llegué a caducar. Paso como si fueras tomado un tren, sin mirar hacia donde estaba. Para poder seguir con tu viaje. Las flores se marchitaron y no volví a reemplazarlas por otras. Era un dolor inquebrantable, que me consumía el alma lentamente y me rompía en llanto cuando regresaba de casa. Y en mi cuarto leo tu diario, todo viejo y con olor añejo. En él una descuidada foto tuya hallé, te observé. Tan feliz te veías que no entiendo ¿qué pasó? ¿en qué momento decidiste de este mundo tu partida? El columpio en el que me enseñaste a andar, es un recuerdo de infancia. Tu cuarto se mantiene intacto y el aroma sigue siendo el mismo. Pero no puedo apreciarlo porque me has dejado y abandonado. Te extraño. LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

AMOR ENFERMO ALTAGRACIA ÁLVAREZ OJO DE AGUA, TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

Amor, hermoso y delicado te he cuidado tanto pero te han deformado aunque lo intente a diario el amor va caducando la eternidad en todas las iglesias se ha jurado en un anillo la promesa se ha soldado pero la mentira ha flechado más que mi propio arco en mi tren hay más pasajeros que enamorados es la enfermedad disfrazada de fármaco es el amor el que se ha contaminado

ALTAGRACIA ÁLVAREZ, AMOR ENFERMO, FOTOGRAFÍA DIGITAL, 4757 X 3171, 2023 LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

UMBRAL EDGAR A. QUECEDO CHÁVEZ CARTAGENA DE INDIAS, COLOMBIA

Esta noche antes de los veinticinco tengo todo que perder y casi en la misma proporción tengo todo que ganar Esta noche antes de los veinticinco prescribo el diagnóstico de Dios que me ha dado la muerte y como es costumbre me ha visto morir Esta noche antes de los veinticinco, labro el camino del presente y nublo los sentidos de lo ajeno para que mi sangre recorra la casa abrace a mi madre perdone al hombre y confunda su pecho con el mío para que en noches como esta tenga la certeza de haber vivido.

LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

EN EL RINCÓN SECRETO DEL TIEMPO MARTÍN MEDINA CERÓN LOS REYES ACOZAC, TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

En el rincón secreto del tiempo, donde el arte danza con las eras, un suspiro ancestral se eleva, y en él, la historia revela sus caricias en lienzos de memoria. El arte, ese eco eterno del alma humana, ha evolucionado, como un río sin fin que abraza nuevos cauces. Hace tiempo, los pinceles besaban el lienzo, y las manos esculpían en piedra, un canto antiguo de creatividad. Pero, en este alba digital, la creación artística se ha tejido en el tejido mismo del ciberespacio, donde la inteligencia artificial emerge como musa mecánica. La inteligencia artificial, esa joya de silicio y sueños, danza en el abrazo de bytes y algoritmos, creando una sinfonía de colores y formas. Sus ojos electrónicos observan con curiosidad y capturan el latir del mundo moderno, traduciéndolo en obras que desafían la imaginación. En cada trazo, la Inteligencia Artificial susurra la urgencia de la actualización constante. El arte evoluciona, se transforma, se renueva. Ya no basta con ser el guardián de técnicas pasadas; el artista se encuentra en la encrucijada del tiempo, donde pasado y futuro convergen. Los pinceles virtuales y las paletas digitales son sus aliados en esta travesía. Sin embargo, en este mundo moderno, muchas almas se han alejado de la naturaleza. La conexión con la tierra, el viento y el río se desvanece en el tumulto de luces y pantallas. Las inspiraciones que una vez se encontraban en el susurro de hojas y el abrazo del sol ahora se desvanecen en el zumbido de dispositivos electrónicos. La Inteligencia Artificial, esa musa inusual, se convierte en puente entre la selva de cemento y el rincón olvidado del bosque. Puede recrear paisajes de ensueño, fusionar lo orgánico con lo sintético. El nuevo espíritu del mundo escucha a las máquinas. Adiós al super hombre. En este mundo moderno, las musas duermen por largo tiempo. LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

OBSOLETTUM DONOVAN ADUNA CORREA, CIUDAD DE MÉXICO

Vientos abismales, tierra hueca y lo que habita en ella; cadáveres enterrados en la pirita que han desechado los materialistas. Turbias conciencias, empañadas en el cristal de las almas artificiales. Contempla el sentimiento de la mazorca y del sustrato. Si eres solitario, atiende la voz de los muertos; sus palabras agendan paisajes y recuerdos que el tiempo no perdona. Cuando ya no seas tú, el lector retomará la vida que hiciste; sumergido, en las cosas caducadas. Pues dormita la esperanza del infinito y el hermano se hace obsoleto en vida. Dejamos caer la lluvia, pero limpiamos el lodo. ¡Tú también morirás, morirá todo! y de la extinción no vendrá nada; ni escrito, ni cantado. LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

INCERTIDUMBRE MARÍA DE LA LUZ CARRILLO ROMERO TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

Mar inmenso de olas tempestuosas corres por la senda del mundo fluyendo de vida y fuerza de sonidos de tiempos pasados ¿Qué has llevado entre tus aguas? ¿Entre abrazos líquidos salados? trozos de barcos, perdidos navíos hilachos de atavíos marinos. Conchas y moluscos muertos cuerpos humanos en agonía olas tempestuosas arrasan [hieren] destrozan vanidades, flor de un día. Es la vida, soplo de fatuo viento incertidumbre de emociones, nada queda son ecos del pasado cada latido por más que deseemos perpetuarlos [caen por su propio peso]. Son gotas de llanto que se secan murmullos que se ahogan en la nada todo caduca, incluso tu sonrisa de juvenil presencia, también se arruga.

LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

Vamos huyendo del tiempo en vano en fuga desde que nacemos escondiendo la escoria, y, sin embargo, nos sigue [nos abruma] avasalla los días, las horas los instantes... Mar inmenso de olas tempestuosas la obsolescencia nos persigue las cosas se rompen, se terminan los deseos, si se cumplen se borran [se desvanecen] Tus aguas fieras sumen petulancias, pompas falsas de la vida vida de agua que en cualquier momento se evanece con el caprichoso viento.

LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

RAFAEL OJEDA TRUJILLO OZUMBILLA, TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

Va pasando el día a la suave caricia del tiempo. sabiendo que triste convenía no conocer y vamos sabiendo. Va pasando despacio y aún desfallecemos al preguntar lo que todos sabemos y nos negamos a refutar, la vida es la misma, nuestra necedad al llenar nuestra mente de tantas historias genera que lo realmente importante se vaya al olvido. Veo a lo lejos, dejos de melancolía ya sin alegría cuando la nueva generación me dice que quieren ser adultos, ¡que susto!, la vida misma se va a encargar de quitar esa mala idea... Del quebranto al espanto mi existencia va decayendo en lo obsoleto que vamos destruyendo, en las ruinas mismas que nos estamos construyendo al pasar el día...

LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

RAFAEL OJEDA TRUJILLO OZUMBILLA, TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

Quiero escribir algo prosaico sabiendo que mañana será laico, nivel estudioso subiendo de piso a lo nebuloso. Lo que hoy hago, ya está, ya es conocido, ya es historia fue usado, enclaustrado. Mi salvación puede ser blasfemia para puritanos, aquellos que no saben buscar en el pasado lo que ahora es. Un réquiem de palabras tristes cantando, dialogando, recitando un rosario al pasado que murió entre golpes de pecho, desecho en su realidad. La claridad no me llega en la vanguardia de mi lúgubre vocabulario, se ha robotizado en el trato frágil, no sano de saber qué depara el futuro. Salen y surgen las palabras autónomas del corrector que no sé qué corrige si cada vez que escribo debo borrar palabras obsoletas de mi diccionario...

LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

RECUERDOS DE NIÑO EMILIO SANTANA ARREOLA TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

Recuerdos añejos de mis días de niño, de hace mucho tiempo que, al día de hoy, creo que han quedado obsoletos, no obstante, mis primas vestidas de armiño eran netamente muñequitas de sololoy. Mis tías mimetizadas en las sombras buscando a ciegas recuerdo pasados, yo sospecho que fueran hermosas en aquel entonces no estaban obsoletas de antiguos carnavales en siluetas mimetizadas entre muchas cosas, como queriendo pasar desapercibidas, mismas costumbres añejas ya idas, fueron piezas de museo antes exhibidas.

LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

INSTANTES FUGITIVOS MARÍA CANDELARIA ORTEGA MENECES OZUMBILLA, TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

[…] blancos nardos exhalan su ternura, se refugian en las caracolas trayendo consigo el aliento del mar. La vida es potestad de la humanidad, fulgores del alba iluminan las sombras, ahogan la soledad del trueno y el aullar de los badajos. ( fragmento del poema: Pan de mi … a la consciencia ) María Candelaria Ortega Meneces

En el resuello sideral del ciclo con su manto de grana enardecido, el dorado ojo renace victorioso, de las tinieblas emerge en buena lid del primigenio recinto del fuego. Los cielos enciende en su bonanza, luz de naturaleza sombría. Contemplar la existencia y presenciar que todo muere. Coincidencias de un instante, un suspiro es la mirada. Alboreo aleteo de las aves anida en la dulzura del grano que germina. La vida es un parto largo y doloroso, es manifestación de instantes fugitivos.

LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

Corazón del teponaztli y el huéhuetl voz cantora sonoramente palpita en la colmena de la vida. Somos eternidades, respirando la vida muere. Marea de agua enlunecida, moras en la caracola que se niega a enmudecer en el cuerpo de la arena. Tu susurro consuela soledades. Benevolente lluvia de tus ojos, acampa en la fuente del rocío para humedecer la cimiente de la tierra con el aroma frutal de tu vientre. Entre misterio y saber, universos de ecos y palabras donde nada existe si no es pronunciado, la vida huye con su sombra antes de que la oscura niebla de la noche pronuncie el final de la jornada.

LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

ES MÁS QUE GUISAR ... MARGARITA ORDAZ GARCÍA 25/09/'23. 22:42, ZUMPANGO, ESTADO DE MÉXICO

Me gusta el olor a comida en mi espacio... mi esencia se revive con mente culinaria... amo la magia del sartén, aceite e ingredientes... ¡amo cocinar!... Oír el chillar del aceite al incorporar el chile o la carne a sazonar... ruido que anuncia un manjar por degustar... Me gusta que el olor del guiso invada mi privacidad hogareña, tanto como sentirme viva frente al fogón... majestuosa manera de estar en mi hoy, para degustar la mezcla de ingredientes con amar cocinar... Entre sartenes, aceite, sopas, guisos y salsas... olvidar los sinsabores de la vida... guisar es sentir correr en las venas la vida misma, cocinar verbo que da vida; al cuerpo, al corazón y hartas veces: remover un recuerdo materno... Amo el olor, los vapores al cocinar, tatemar el jitomate, la cebolla, el ajo, la sal para dar vida en el molcajete una salsa... que es la cereza de la comida en turno... Amo cocinar, dejar que mis manos, se muevan a su ritmo y sazón, que le den a los ingredientes la magia de un deguste de manjar... sin importar que sean frijoles, una sopita, unas patitas de pollo o un lomo mechado... cocinar es una manera de decirles a los comensales... coman... cociné con amor, paciencia y pasión... LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

EL LIBRO Y SUS ALIADOS MARGARITA ORDAZ GARCÍA 01/09/'23. 23:08 ZUMPANGO, ESTADO DE MÉXICO

Recuerdos añejos de mis días de tener un libro en las manos, sabiendo que ayudará emocionalmente, es intrigante... ¿qué conductas se tendrán que cambiar? Hojas repletas de nuevas ideas y conceptos... le darán al pensamiento revolución... para cambiar o borrar del comprender conductas aprendidas desde un ayer... es difícil y doloroso el cambio... Un libro nuevo... trae revolución, confrontación, conocimiento nuevo... aniquila escuela vieja, la vida va revolucionando, incluso el comprender va cambiando. Libro nuevo... es eco de: maestro de vida, de espejo, de consejero sincero, de paliativo renovador... de comprensión nueva, o renovada... Un libro nuevo... es un buen refugio, es un escondite cultural e imaginativo... un libro nuevo, jala al tiempo como su cómplice y al café como su compinche sincero...

LA TINTA NO. 33


LA MUSA DIJO...

AL FINAL DEL PASILLO MAGDALENA SANTANA TOVAR TECÁMAC, ESTADO DE MÉXICO

Aún me resisto a ir al final del pasillo donde está el pasado espeso y oscuro, sé que ahí está… Entre mis libros favoritos y prohibidos, entre libretas de antaño, entre cajas repletas de ropa de mis difuntos, aun después de tantos años no tengo valor para botarla. Ahí entre muebles viejos y apolillados, entre sonidos atrapados de cajas musicales y alhajeros, entre mi pasado y mi memoria. Allí encontraré el costalito lleno de llaves, sacaré una pequeña llave dorada, que abre la caja de mis recuerdos que está sobre el tocador, por fin me he decidido abrirla para dejar ir el alma del amor perdido.

LA TINTA NO. 33


Continúa leyendo la segunda parte de nuestro número 33

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