Poco a poco nuestra vida de antes se va retomando. Regresamos a las
calles, a las oficinas, a los parques, a los museos; pero no salimos iguales. Hoy estamos más conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor,
ponemos atención en lo que tocamos, notamos la cercanía de otras personas, nos lavamos las manos, evitamos tocarnos la cara. Estas medidas han tenido consecuencias inesperadas: los especialistas han notado
una disminución en las infecciones gastrointestinales respecto de otros
años. Así, con esta nueva forma de vivir y con una actitud positiva y echada para adelante, vamos a seguir esforzándonos, desde lo individual y
lo colectivo, para ser mejores, para crecer y para disfrutar de nuestros
seres más queridos y de la vida que se nos ha dado.