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Caza

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La Unión Europea quiere proteger mejor el Patrimonio Forestal Mundial

Íñigo Ascasíbar Zubizarreta Ingeniero de Montes Consejero del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico Representación Permanente de España en la UE

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Pocas dudas pueden caber sobre la importancia de los bosques y los restantes ecosistemas forestales para el equilibrio del planeta y la supervivencia a medio plazo de la civilización humana. Su papel fundamental en el ciclo del carbono, y por tanto en la regulación del clima; en la conservación y recuperación de la biodiversidad; en la generación y protección de recursos naturales esenciales (el ciclo del agua, el suelo). También son una fuente directa de ingresos y recursos para una porción no insignificante de habitantes del planeta y pueden sostener poblaciones y actividad allí donde nuestro mundo urbanita no llega. Y son además parte fundamental de los paisajes que nos generan el mayor placer estético, recreativo, espiritual. A pesar de no disponer de una política forestal común, la Unión Europea incide en los ecosistemas forestales a través de sus políticas agraria y rural, ambiental y de desarrollo regional, entre otras. Y cuenta con órganos de coordinación para establecer los principios de una estrategia forestal en el

Bosque de bambú en Sagano (Japón) territorio europeo y para definir posicionamientos comunes de cara a los foros globales que inciden en lo forestal. Recientemente, la Unión ha entablado una reflexión sobre nuestro papel en la protección de los bosques del planeta, más allá de Europa. A partir de la comunicación de la Comisión “Intensificar la actuación de la UE para proteger y restaurar los bosques del mundo”, se han adoptado unas conclusiones del Consejo y de los Estados miembros. El texto acordado merece un repaso en detalle. Empieza mostrando su alarma ante las tasas de deforestación y degradación de los bosques, así como por el aumento de la incidencia de incendios forestales. Recuerda los actuales Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el 15 en su meta número 2: la gestión sostenible de todos los tipos de bosques, detención de la deforestación, recuperación de los bosques degradados y aumento considerable de la forestación y reforestación. También los acuerdos internacionales que contribuyen a estos objetivos: el Acuerdo de París sobre Cambio Climático, el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica y el Plan Estratégico de Naciones Unidas para los Bosques, como los principales. En el ámbito europeo, se hace referencia a la Estrategia de la UE en materia forestal, la Estrategia de la UE sobre biodiversidad, el Séptimo Programa de Acción Ambiental, el objetivo de neutralidad climática para 2050, el Plan de Acción sobre la Aplicación de las Leyes, Gobernanza y Comercio Forestales (FLEGT), el Reglamento sobre la Madera, y la Iniciativa REDD de apoyo a los planes nacionales de países en desarrollo. Recientes informes científicos internacionales han señalado los problemas crecientes de los bosques en el mundo. El informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) ha recogido el deterioro de los ecosistemas forestales mun

diales y sus servicios. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señala la deforestación como principal causante de emisiones netas en su informe especial sobre cambio climático, desertificación, degradación de tierras, gestión sostenible de la tierra, seguridad alimentaria y flujos de gases de efecto invernadero en ecosistemas terrestres. Ante esta situación, conocida desde hace tiempo, pero de intensidad creciente, el Consejo de la UE y los Estados miembros adoptan estas conclusiones en las que se pueden destacar los siguientes pronunciamientos. Muestran su profunda preocupación por la incapacidad mostrada por las políticas y acciones mundiales actuales para detener la deforestación y degradación forestal. Es importante ocuparse de todos los factores que inciden en esto, que varían de unas regiones a otras. En particular señalan que el 80 % de la deforestación mundial se debe a la expansión agrícola y esta presión se agudiza con el aumento de la población mundial y el cambio de patrones de producción y consumo. Acogen favorablemente la Comunicación de la Comisión, comparten sus objetivos y apoyan el planteamiento de los cinco ámbitos de actuación prioritarios:

Prioridad 1: reducir la huella de la UE sobre la tierra, asociada al consumo, y fomentar el consumo en la UE de productos de cadenas de suministro libres de deforestación.

Prioridad 2: trabajar en colaboración con los países productores para reducir las presiones sobre los bosques y demostrar el carácter «libre de deforestación» de la cooperación de la UE para el desarrollo.

Prioridad 3: reforzar la cooperación internacional para detener la deforestación y la degradación de los bosques e impulsar la restauración forestal.

Prioridad 4: reorientar la financiación hacia prácticas más sostenibles de utilización de la tierra.

Prioridad 5: apoyar la disponibilidad de información sobre los bosques y las cadenas de suministro de productos básicos, la calidad de esa información y el acceso a la misma. Apoyar la investigación y la innovación. Destacan que es imprescindible, para toda acción de respuesta, la coordinación entre la Comisión, los Estados miembros, la industria, la sociedad civil, los organismos internacionales y nuestros países socios. Son importantes a escala global las políticas de empoderamiento de mujeres y niños, pequeños agricultores, empresas y comunidades locales y grupos vulnerables, como los pueblos indígenas, respetando plenamente sus derechos. Es importante prestar especial atención a la conservación de los bosques primarios, por su carácter único e irremplazable y su esencial contribución a la biodiversidad y la protección del clima a escala planetaria. Se apoyan los procesos e instrumentos internacionales en donde se están analizando aspectos importantes como la aplicación de definiciones y conceptos operativos claros, en particular sobre “cadenas de producción y suministro que no causen deforestación”. La Unión quiere reducir su huella asociada al consumo sobre los bosques mundiales. Para ello pretende mejorar el empeño en cadenas de valor sostenibles y en un tipo de consumo que no cause deforestación. Se pide a la Comisión que elabore medidas reglamentarias y no reglamentarias adicionales con este fin. En este contexto se aprecia la experiencia con el plan de acción FLEGT y el reglamento sobre la madera, cuya aplicación debe reforzarse. Se deberían evaluar otras posibles medidas en relación con la contratación pública, el etiquetado, acuerdos voluntarios con la industria, acuerdos bilaterales con países productores y medidas de concienciación de los consumidores, en especial sobre dietas saludables y reducción del desperdicio de alimentos, en el contexto de una producción y consumo de productos agrícolas que sea sostenible y no cause deforestación. Se pide también que se trabaje con ambición para el desarrollo de proteínas vegetales en la UE. Y en cuanto a la sostenibilidad de la bioenergía, que se evalúe, como está previsto en la directiva de renovables, su impacto en relación con la deforestación y la pérdida de biodiversidad forestal. Se debe aumentar la trasparencia en la información sobre cadenas de suministro y sistemas de certificación para promover productos que no generen deforestación. Los Estados miembros se comprometen a participar en una plataforma multilateral interactiva para la búsqueda de soluciones, en la que participen gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y otras partes interesadas. En cuanto a los países productores, la Unión Europea apoya el planteamiento de colaboración que se mantiene con ellos para luchar contra la deforestación y la degradación forestal, promoviendo la gestión sostenible. El Plan de Acción FLEGT aúna medidas sobre la oferta y la demanda. Se compromete a seguir trabajando con los países productores para favorecer políticas integradoras más ambiciosas, sobre todo derivadas de la producción agrícola, de acuerdo con los tres pilares del desarrollo sostenible. En definitiva, hay que incremen-

tar el apoyo a estos países productores y utilizar mejor los instrumentos disponibles y asociaciones en vigor para los fines de la gestión forestal sostenible y la protección de los bosques. Es preciso también intensificar la actuación en el ámbito internacional. La UE y los Estados miembros deben trabajar para reforzar la coherencia y eficacia de la política forestal internacional y la cooperación internacional contra la deforestación y la degradación forestal. Se subraya la importancia de la incidencia de los acuerdos comerciales de la UE con terceros países. En las evaluaciones de impacto sobre la sostenibilidad de los mismos hay que tener en cuenta, de forma adecuada, el posible impacto sobre la deforestación y degradación forestal. Se recomienda que en la elaboración de nuevos acuerdos comerciales se propongan disposiciones específicas sobre productos básicos obtenidos mediante una gestión forestal sostenible y productos básicos agrícolas que no causen deforestación. Y se pide que estos acuerdos comerciales incluyan la exigencia de aplicar el Acuerdo de París sobre Cambio Climático. Hay que fortalecer la aplicación efectiva de todos los instrumentos jurídicos y disposiciones internacionales que contribuyen a la protección y utilización sostenible de los bosques del mundo y su biodiversidad, en especial el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el Convenio Marco de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París, el Convenio de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, el Plan Estratégico de Naciones Unidas para los Bosques y el Convenio sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres. Se anima al sector privado a que adopte acciones voluntarias y prácticas empresariales responsables reconocidas internacionalmente para hacer frente a la deforestación y la degradación forestal. Naturalmente se destaca la importancia de movilizar una financiación adecuada para potenciar las acciones destinadas a proteger y restaurar los bosques del mundo mediante la agricultura sostenible, la gestión forestal sostenible, las energías renovables sostenibles y los usos integrados de la tierra

Agrosilvicultura en India

para combatir la deforestación y la degradación forestal. Se anima a las entidades financieras a desarrollar herramientas y recopilar datos para que sus carteras sean más transparentes en cuanto al tratamiento de bosques y ecosistemas en general. Y al sector privado a incrementar su transparencia en la comunicación sobre sus responsabilidades sociales y ambientales. En lo relativo a la información, investigación e innovación, se destaca la necesidad de reforzar la capacidad de los países en desarrollo para el seguimiento y la planificación forestales. Y se anima a la Comisión y a los Estados miembros a mejorar la investigación, el desarrollo y la innovación relacionados con la planificación integrada de usos del suelo, la gestión forestal sostenible, en particular la forestación, reforestación, protección, conservación y restauración de ecosistemas forestales, así como la agrosilvicultura y la producción agrícola sostenible. Para terminar, se invita a la Comisión a elaborar, en estrecha colaboración con los Estados miembros, una hoja de ruta para el seguimiento de las acciones propuestas en la Comunicación, especialmente estableciendo objetivos claros que deban alcanzarse en materia de cooperación con países asociados y de apoyo a estos. Y se pide a la Comisión que periódicamente informe al Consejo sobre el desarrollo y evolución de las acciones. Finalmente se invita al sector privado y a la sociedad civil a contribuir también a la puesta en marcha de las acciones de la comunicación. B

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