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Infraestructura verde urbana

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La evaluación de servicios ecosistémicos como base para la planificación de la Inés Santé infraestructura verde Dr. Ing. Agrónoma, profesora titular de la Universidad de Santiago de Compostela ines.sante@usc.es Andrés Manuel García Dr. Ing. de Montes, investigador de la Universidad de Santiago de Compostela andresmanuel.garcia@usc.es Pedro Calaza Dr. Ing. Agrónomo, decano del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Galicia calaza@iies.es Existe una versión extendida de este artículo, con bibliografía, disponible en www.revistamontes.net

Introducción a los conceptos de infraestructura verde y servicios ecosistémicos El término de infraestructura verde (IV) se utiliza DAILY (1997) se definieron los SSEE como las condidesde hace décadas para hacer referencia a conciones y procesos a través de los cuales los ecosisceptos ligeramente diferentes en cuanto a su ámtemas naturales y las especies que los constituyen, bito de aplicación, escala o propósito. EEA (2011) sostienen y completan la vida humana, mantienen presenta un análisis de la evolución histórica de la biodiversidad y la producción de bienes ecosiseste concepto y destaca como sus características témicos. A pesar de que este concepto y su conprincipales la conectividad, la multifuncionalidad, la tribución a una mejor gestión ambiental han sido conservación inteligente de los valores naturales y ampliamente reconocidos, sus aplicaciones práctisu contribución al fortalecimiento de los servicios cas todavía son limitadas (COSTANZA et al., 2017). proporcionados por los ecosistemas. Este último Los ecosistemas proporcionan a la sociedad toda aspecto resulta el más innovador de la actual acepuna serie de bienes y servicios valiosos y econóción de IV y el que se desarrollará con profundidad micamente importantes, como la purificación del en el presente artículo. agua y el aire, la fertilización del suelo o la proviLa comunicación de la Comisión Europea de 2013 sión de alimentos. Así mismo, los ecosistemas sa“ Infraestructura Verde: mejora del capital natural de Europa ” define la IV como una red de zonas naturales y seminaturales y de otros elementos ambientales, planificada de forma estratégica, diseñada y gestionada para la prestación de una extensa nos desempeñan un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático (CC), tanto por su importancia en el almacenamiento de carbono como por la protección que ofrecen contra inundaciones, sequías y otros efectos del CC. gama de servicios ecosistémicos (SSEE). Dende El concepto de IV está siendo adoptado de forma este punto de vista, los ecosistemas son entendicreciente en las diferentes políticas y estrategias de dos como un capital natural que contribuye al biengestión territorial como un instrumento para aseestar humano mediante un conjunto de funciones gurar los SSEE requeridos para el bienestar humacon capacidad para proveer servicios. Aunque los no y la calidad de vida. En España, la Ley 33/2015 SSEE dependen de las funciones de los ecosistedel Patrimonio Natural y de la Biodiversidad intromas, no son lo mismo. El concepto de servicio ecoduce la creación de la Estrategia Estatal de Infraessistémico es antropocéntrico, de modo que un bien tructura Verde y de la Conectividad y Restauración o servicio que no beneficia al ser humano no es un Ecológicas, que incorporará una cartografía adeservicio ecosistémico, es decir, debe existir una decuada que permita visualizarla gráficamente. manda humana para una función del ecosistema para que esta constituya un servicio. La CE en el documento “ Construir una Infraestructura Verde para Europa ” establece que, en la prácLa publicación de DAILY (1997) y el artículo de COStica, una de las formas más efectivas de construir TANZA et al. (1997), constituyeron punto de inuna IV es a través de la ordenación del territorio. flexión en el estudio y valoración de los SSEE. En La planificación territorial de la IV debe localizar

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los mejores lugares para esta infraestructura, así como identificar zonas multifuncionales donde se favorezcan usos del suelo compatibles con ecosistemas sanos. Por ello, el primer paso para la planificación espacial de la IV debe ser la evaluación del potencial de provisión de SSEE en todo el territorio.

Clasificación de los SSEE A lo largo de las últimas décadas se han desarrollado diferentes sistemas de clasificación de los SSEE entre los que se pueden destacar la iniciativa de la ONU para la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, el proyecto TEEB ( The Economics of Ecosystems and Biodiversity ) iniciado por la CE o, más recientemente, CICES ( Common International Classification of Ecosystem Services ). Esta última, que se ha convertido en la referencia para los trabajos más recientes de planificación de IV a nivel europeo y nacional, clasifica los SSEE en tres grupos: regulación, abastecimiento y culturales. Los SSEE de regulación están, por su propia naturaleza, estrechamente relacionados con las estructuras, procesos y funciones de los ecosistemas e incluyen, entre otros, el control de inundaciones, la regulación del ciclo hidrológico, el control de plagas y enfermedades, la purificación del agua, el mantenimiento de la calidad del aire, la polinización o la regulación del clima. Son probablemente los SSEE cuyos beneficios son más difícilmente apreciados por la población. Sin embargo, la incidencia cada vez más evidente de los efectos del CC ha incrementado la concienciación ciudadana sobre la necesidad de proteger ciertos procesos de los ecosistemas como la regulación del clima, la polinización, el abastecimiento de agua o, incluso, la biodiversidad. Esta concienciación emerge también en el ámbito de la arquitectura del paisaje, en universidades como las de Harvard, Pensilvania, Texas o Virginia, en las que se han desarrollado teorías y movimientos para una planificación y diseños del territorio más conciliadores con la naturaleza, que integran soluciones naturales para paliar los efectos negativos del CC o del crecimiento urbano. Los SSEE de abastecimiento se combinan con inputs externos para producir alimentos, madera, fibra, energía u otros bienes necesarios para el hombre. Del mismo modo, los SSEE culturales suelen integrarse con inputs externos para dar lugar a disfrute estético, conocimiento científico, sentido de lugar, salud pública y bienestar u otros beneficios culturales. Gran parte de este tipo de servicios hacen referencia a servicios intangibles, lo que dificulta su evaluación; por ello, frecuentemente se recurre a técnicas de investigación social, o más recientemente, al uso de métricas espaciales de ecología del paisaje o cuencas visuales calculadas en SIG. Métodos para la evaluación de SSEE

“No hay una única forma correcta de evaluar y valorar los SSEE. Hay, sin embargo, una forma equivocada, que es no hacerlo” (COSTANZA et al., 2017). Frente a la posición defendida por algunos autores, que afirman que la naturaleza debe ser protegida y preservada por su valor intrínseco, COSTANZA et al. (2017) argumentan que esta afirmación implica en sí misma una valoración: la naturaleza es más valiosa que cualquier posible alternativa. Sin embargo, en numerosas ocasiones la sociedad toma decisiones que implican lo contrario, lo cual hace inevitable la valoración de los SSEE para que las decisiones que afectan a estos servicios sean justificadas y transparentes. La capacidad de los ecosistemas para proporcionar SSEE viene determinada por sus características intrínsecas y los procesos ecológicos que tienen lugar en ellos, que frecuentemente son alterados por la acción del hombre (SCHÄGNER et al., 2013). Los factores que condicionan el potencial de los ecosistemas para proporcionar estos servicios varían de forma continua a través del territorio, lo que lleva a la necesidad de evaluar los SSEE desde un punto de vista espacial o territorial y a plasmar los resultados cartográficamente. La visualización del potencial o la provisión actual de SSEE en un mapa constituye una herramienta de gran utilidad tanto para su análisis como para comunicar a la población de forma sencilla estos conceptos.

Importancia de los SSEE para la planificación de la infraestructura verde La cartografía de SSEE ofrece información sobre el patrón espacial del potencial de provisión de SSEE, es decir, sobre las zonas del territorio que proporcionan cada servicio y el grado en el que lo hacen. Esta información resulta fundamental para la toma de decisiones adecuadas por parte de las instituciones y agentes responsables de la gestión territorial al permitir diferentes objetivos: localizar las zonas que proporcionan uno o varios SSEE para protegerlas o gestionarlas adecuadamente; controlar la compatibilidad de los usos actuales del suelo con los SSEE proporcionados por cada zona; o evaluar el efecto de futuras estrategias de uso del suelo y el impacto de ciertos proyectos en la provisión de estos servicios. Por consiguiente, la evaluación de SSEE resulta de gran utilidad en múltiples procesos de ordenación o gestión territorial, desde la protección de zonas sensibles hasta la identificación de opciones de uso del suelo sinérgicas, la evaluación de políticas territoriales, la asignación de recursos para protección o restauración ambiental, etc.

Aunque la evaluación de SSEE es utilizada frecuentemente para informar decisiones de planificación territorial, su uso para la planificación espacial de la IV todavía está poco desarrollado y los retos para su implementación son elevados (DE GROOT et al., 2010). La forma más sencilla de identificar áreas candidatas a formar parte de la IV a partir de la evaluación de SSEE es la localización de “hotspots”, entendidas como zonas que proporcionan grandes cantidades de un servicio concreto o que suministran más de uno (SCHRÖTER y REMME, 2016). Por ello, la técnica más frecuentemente empleada para la delimitación de IV a partir de la evaluación de SSEE es la evaluación multicriterio, usando en la mayoría de los casos la suma ponderada como método de agregación de criterios o SSEE (KOPPEROINEN et al., 2014; SCHRÖTER y REMME, 2016). Existen métodos más avanzados que implican la utilización de algoritmos de optimización heurísticos, entre los que destaca Marxan (SCHRÖTER y REMME, 2016).

Evaluación de los SSEE de Galicia En el marco del proyecto INVERCLIMA–Infraestructura Verde para la Adaptación de la Ordenación Territorial al Cambio Climático , desarrollado con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a través de la Fundación Biodiversidad, se pretende avanzar en la planificación territorial de la IV con el fin de contribuir a la mitigación y adaptación al cambio climático. Para ello, el primer paso fue la identificación y evaluación de los SSEE prioritarios a la hora de delimitar una IV que favorezca la resiliencia territorial frente al cambio climático. Partiendo de la clasificación CICES y teniendo en cuenta la disponibilidad de información, los servicios mejor valorados por la población y su contribución a la adaptación del CC, se seleccionaron los siguientes SSEE: d Abastecimiento: producción de alimento para el hombre y el ganado, de madera, de biomasa para producción energética y provisión de agua para consumo humano. d Regulación: conservación de la biodiversidad, reducción del riesgo de incendio, regulación de la composición química de la atmósfera (fijación de carbono), filtración de contaminantes, regulación del ciclo hidrológico, prevención del riesgo de erosión y control de plagas. d Culturales: conservación del patrimonio cultural y uso recreativo del paisaje. A modo de ejemplo, se describe la metodología empleada para la evaluación de algunos de los citados servicios, en concreto, de aquellos que presentan una mayor relevancia en la lucha contra el cambio climático. El servicio ecosistémico más relevante para la mitigación del cambio climático es la Regulación de la composición química de la atmósfera y los océanos (CICES 2.2.6.1) . Para evaluar el potencial de captura y almacenamiento de carbono por parte de los ecosistemas se consideraron tres supuestos: 1. Captura de carbono a corto plazo: representa la capacidad de captura del carbono atmosférico por la biomasa. Se estimó empleando como proxy las coberturas del suelo del SIOSE 2014, a las que se asignó un peso según los estudios de JANSSENS et al. (2003) y MACÍAS et al. (2005). 2. Almacenamiento de carbono en el ecosistema a medio plazo: es un indicador del grado de transferencia de carbono entre la biomasa y el suelo, y de la capacidad de almacenamiento en la propia biomasa que no es aprovechada por el hombre dentro del período de tiempo considerado (20-150 años). Se evaluó también asignando un peso a las coberturas del suelo en base a los estudios de PÉREZ-CRUZADO et al. (2012), BALBOA-MURIAS et al. (2006) y JANSSENS et al. (2003). 3. Almacenamiento de carbono a largo plazo: evalúa el potencial del suelo para almacenar carbono. Se calculó a partir de las variables clima, litología y topografía mediante la siguiente ecuación:

=������������������������ �����������0,6+�������������������������������������������� ����0,1+�������������������������������������������� +�������������������� ��������������� � �������������������� �������� ������������������������ �������������������������� ��������������� ������0,2 � ����0,1

La capacidad de los ecosistemas para prevenir la expansión de los incendios forestales (figura 1) viene determinada por la biomasa presente en el ecosistema, el contenido en humedad y la velocidad de propagación. La resistencia al fuego se estimó asignando un peso a cada cobertura del suelo del SIOSE 2014. El Topographic Wetness Index (TWI) se utilizó para calcular el contenido en humedad del suelo y se complementó con datos de precipitación y radiación solar mediante la siguiente ecuación:

����0,4+����������������0,3+���������������������������� ������0,1 ������0,2

Los ecosistemas regulan el ciclo hidrológico (figura 2) a través de dos procesos: la retención y la infiltración del agua de lluvia. La capacidad de retención viene determinada por la cobertura del suelo, por lo que se estimó asignando un peso a cada cobertura. Para evaluar la infiltración, que depende de las propiedades del suelo, se utilizó como proxy el por-

Figura 1. Potencial de los ecosistemas para prevenir la expansión de los incendios forestales

Figura 2. Potencial de los ecosistemas para la regulación del ciclo hidrológico

Figura 3. Zonas multifuncionales de la infraestructura verde de Galicia, delimitadas a partir de la evaluación de servicios ecosistémicos

centaje de arena del suelo, y se tuvo en cuenta la escorrentía a través del cálculo del TWI y las llanuras de inundación, mediante la siguiente ecuación:

����0,35+������������������������������������ +�������������������������������� ����0,35+%�������������������� ������0,15 ����0,15

A partir de la superposición de los mapas resultantes de la evaluación de todos los SSEE, se seleccionaron las celdas con mayor potencial de provisión (20 % de las celdas con los mayores valores) que conformaban áreas continuas de más de 100 ha y adyacentes a la Red Natura 2000 (zonas núcleo de la IV) o a corredores ecológicos, con el fin de delimitar las zonas multifuncionales de la IV regional (figura 3).

Conclusiones Existen numerosos retos a la hora de implementar el concepto de SSEE tanto en el diseño de la IV como en la práctica de la planificación territorial, debido a la complejidad del concepto en sí mismo y a la dificultad de gestionar las relaciones entre SSEE. Numerosos factores deben ser considerados tanto a la hora de evaluar la capacidad de los ecosistemas para producir SSEE como de gestionar el territorio para asegurar su provisión. Por ello, es necesario el desarrollo de metodologías y enfoques globalmente aceptados que faciliten estos procesos. Un análisis exhaustivo y completo de los SSEE proporcionados por un territorio exige un enfoque interdisciplinar, en el que participen técnicos de diversas disciplinas especialistas en cada servicio o función del ecosistema. Este exigente requisito puede ser atenuado si se dispone de metodologías estándar, previamente desarrolladas y validadas en un territorio, o bien de criterios y guías para seleccionar el método de evaluación o cartografía de SSEE más adecuado para cada situación. Así mismo, debe seguirse avanzando en el diseño de métodos de evaluación más precisos y completos. Por último, es imprescindible implicar a la población en todo el proceso, desde la identificación y priorización de los SSEE hasta su evaluación y, finalmente, la gestión y planificación del territorio que los suministra, ya que la población se siente más responsable sobre el futuro del territorio cuando toma parte activa en su gestión. De este modo, se contribuirá no sólo a crear una conciencia y demanda social sobre la necesidad de asegurar la provisión de SSEE, sino también a una implementación exitosa de las medidas necesarias para conseguirlo. A

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