Multitud frente a las movilizaciones+ Protestas en españa + Poema al rey del Pop + Traducciones de MaÏakovski + universidad de lo común + Mucho más Escriben: Toni Negri, JosÉ Miguel Varas, María Emilia Tijoux y mucho más.
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del despegue del vostok 1
YURI GAGARIN A 50 años
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Fueron parte de la elaboración de este número: Eloísa Vicuña, Mauricio Utz y Nicolás Slachevsky. Participaron especialmente con sus obras y creaciones: José Miguel Varas, Eloísa Vicuña Kahler, Samuel Espíndola Hernández, Nicolás Slachevsky Aguilera, Bruno Lloret, A.U., Dan Berezín, Ely Orrego Torres, Toni Negri, Arturo Aguilera, Paulo Slachevsky, Francisco Ide Wolleter, Gigi Rogero, María Emilia Tijoux, Tatiana Zentsova, Daniel Wasserman Köbbert, Daniel Rojas Pachas, Alejandro Polanco, Jordi Lloret, João Gonçalves, Ale Montecinos, Chinasudaka, Natalia Slachevsky. Agradecimientos especiales a: Luan Krögh, Jorge Zeballos. Fotos de Yuri Gagarin: Donadas por el Centro Ruso de Cultura y de la Ciencia (CRCC), Santiago de Chile, Julio 2011. Diseño y Diagramación: Estelí Slachevsky Impreso en talleres Lom Ediciones entre Agosto y Septiembre 2011. 300 ejemplares
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Editorial Colectivo Multitud
Si pensáramos en las conexiones directas que nos permitieran hacer un puente entre la primera salida al espacio por Yuri Gagarin, el 12 de abril de 1961, y los sucesos que han marcado lo que llevamos de 2011, seguramente es poco lo que encontraríamos. No más que 50 años de eventos frenéticamente agolpados, posiblemente; no más que éstas páginas. Lo cierto es que el suceso, al menos, abre un terreno que por sí mismo se despliega evitando la necesidad de cualquier tipo de puente. Es en el espacio biográfico, anatómico, histórico, visual e incluso astrológico de Yuri Gagarin que se despliega la posibilidad de una reflexión amplia, más allá -e incluso opuesta- de la efeméride y no menos actual o política que la serie de movimientos por los que estamos pasando. Decimos que Yuri Gagarin es la profecía de una reconfiguración y del advenimiento del espacio. Dejando las reflexiones para el interior y hablando de configuraciones, algo sobre la disposición de la revista: VOSTOK 1 es una historia de hace medio siglo: un joven llamado Yuri Gagarin llegaba al espacio para decirnos un poco del abismo profundo de la experiencia o, más concretamente, de la imposibilidad de diálogo. Bien,
no podríamos decir que solo se trata de la experiencia aislada de un hombre con sonrisa tímida entrando en el terreno de los ídolos, siempre solitarios, siempre derrotados; hay todo un movimiento de cartografías que se desprende. Dirán “qué puede contener un viaje de ida y vuelta”: la ecología del último obrero, respondemos nosotros. Y qué queda, dirán: nada, quizás, sino leves certezas al despegue, o, quien sabe, quizás solo pop, la pequeña explosión. Lo cierto es que lo importante es el impulso. POYEJALI ! dijo Gagarin al momento de la partida: “Allá vamos”. Los derroteros que marca ésta expresión son todos los del impulso: el evento que se figura a partir del momento presente. Nada más adecuado para hoy, entonces, que hacer algunos apuntes sobre un movimiento kairótico para entender el momento actual, la oportunidad que se figura desde las grandes movilizaciones de Egipto, España, Londres, Grecia e incluso Chile, felizmente. Por eso, cae de perilla hacer algunas reflexiones españolas y entender las influencias de lo que acá sucede, pues lo cierto es que la batalla recién empieza, y lo que está en juego es la construcción de una universidad autónoma y común. Ahí se vislumbra nuestro verdadero
lugar: que eso quede claro. Y por eso, urge comenzar a cambiar el discurso; comenzar a hablar por el verdadero mínimo, por un salario social estudiantil, y ese es nuestro grito de partida, como que dijeramos ¡Poyejali! Todo para llegar a la construcción de nuestro COSMOS: el advenimiento del espacio, ahora. Un espacio que atacamos y otro espacio que se vislumbra desde el terreno del arte. Por eso hablamos de la violencia del medio, de un invitado popular a la violencia del espacio artístico y de la crítica que ya esbozaron los poetas, como Enrique Lihn v/s la caja idiota, por ejemplo. Por esa vía, ad honorem, vamos construyendo una estética de la resistencia, como dijera Peter Weiss, una deuda intelectual. Así se hace el cosmos, decimos, una especie de Hotel Mirador para las vacaciones permanentes que hemos de traer en nuestra lucha. Esas son nuestras décimas, décimas de lo que nos marcó y de lo que nos traemos, décimas para el rey del pop. Por eso ponga ojo en los dos poemas de Maïakovski que acá le traemos: así vamos cortando hacia nuestro espacio “tal como una quilla corta la ola”.Y si tú solo crees jugar mejor piensa en Yuri, pues lo cierto es que con él estamos nosotros, nacidos astronautas. AGOSTO 2011 | 3
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6 HACE MEDIO SIGLO UN JOVEN LLAMADO YURI GAGARIN… | José Miguel Varas 8 leves certezas al despegue|Eloísa Vicuña Khaler 11 DE LA IMPOSIBILIDAD DE DIÁLOGO | Samuel Espíndola Hernández 12 Viaje de ida y vuelta: La ecología del último obrero | Nicolás Slachevsky Aguilera 16 LOS ÍDOLOS | Bruno Lloret 18 Pop, la pequeña explosión | Dan Berezín 19 Cartografías | AU
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Apuntes sobre un movimiento kairótico Ely Orrego Torres Reflexiones españolas | Toni Negri
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27 Manifestaciones en chile Estelí, Natalia, Nicolás, Paulo Slachevsky 30 Ю́рий Алексе́евич Гага́рин Arturo Aguilera
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POR UN SALARIO SOCIAL ESTUDIANTIL Colectivo Multitud LO QUE ESTÁ EN JUEGO ES LA CONSTRUCCIÓN DE UNA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA Y COMÚN Entrevista a Gigi Roggero, Julio 2011.
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40 un invitado popular a la violencia del espacio artístico| María Emilia Tijoux 43 Dos poemas de maÏakovsky | Traducciones de Tatiana Zentsova 44 peter weiss: una deuda intelectual, no imposibilita un comentario Daniel Wasserman Köbbert 46 Enrique lihn vs la caja idiota | Daniel Rojas Pachas 50 Nosotros, nacidos astronautas | Francisco Ide 51 Ad-Honorem | Alejandro Polanco 52 Hotel Mirador | Jordi Lloret 53 Yuri | Nicolás Slachevsky + Si crees Jugar |João Gonçalves 54 Décimas para el rey del pop | Ale Montecinos Chinasudaka 55 Cuestiones de Teología | Francisco Ide
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1 José Miguel Varas
Locutor de radio, periodista y escritor, Premio Nacional de Literatura 2006
HACE MEDIO SIGLO UN JOVEN LLAMADO YURI GAGARIN… El 12 de abril de 1961 a eso de mediodía yo estaba en Checoslovaquia, visitando la fábrica de automóviles Skoda en la ciudad de Pilseñ (o Pilsen), más conocida por su cerveza que por su poderosa industria metalúrgica, que fabricaba autos y tanques. Recorría, con un grupo de corresponsales extranjeros, las instalaciones de la industria –tan extensas, que para ir de una sección a otra era necesario movilizarse en bus- cuando por los altoparlantes interiores una voz solemne anunció: “En este momento la nave cósmica soviética Vostok 1, tripulada por el teniente Yuri Gagarin, gira en el espacio exterior en una órbita alrededor de la tierra”. Quedamos estupefactos por la noticia. Era el primer vuelo espacial tripulado. Un periodista español que formaba parte del grupo rompió el clima comentando: “Cuando baje será capitán por lo menos”. La Unión Soviética aparecía con evidente ventaja sobre Estados 6| REVISTA MULTITUD
Unidos en la carrera espacial, que por sus implicancias científicas y militares era uno de los principales escenarios de la competencia entre los dos sistemas mundiales: el capitalismo y el socialismo. El 4 de octubre de 1960 los soviéticos habían lanzado el primer satélite artificial de la tierra, el primer sputnik, palabra rusa que adquirió muy pronto ciudadanía mundial. El Sputnik 1 era una pequeña esfera metálica con largas antenas, cuyo agudo bip-bip se escuchó en las radioemisoras de todos los países como el anuncio de una nueva época portentosa de exploraciones del cosmos y, para algunos, como la evidencia de la superioridad del socialismo sobre el capitalismo. El 3 de diciembre del mismo año, la Unión Soviética puso en órbita el Sputnik 2, que llevaba en su interior al primer ser viviente que viajaba al espacio: la perra Laika.
Luego, en la primavera europea de 1961, el vuelo de Gagarin, marcó el inicio de la época de los vuelos tripulados al espacio exterior. En Praga, donde yo vivía y trabajaba esos años, como periodista y traductor de las emisiones en español de Radio Praga hubo una verdadera explosión de entusiasmo popular también, múltiples programas de análisis científico y político en la prensa y las radioemisoras (la televisión no era todavía un medio de uso generalizado). La fotografía del cosmonauta ruso, con su sonrisa tímida (que un comentarista demasiado entusiasta comparó con la de la Gioconda) aparecía en todos los diarios y en los noticiarios de los cines y el más popular de los cantautores checos creó una canción dedicada a él en la que se decía: Tiene solo, mayor, Veintisiete y el mundo es tan joven como usted…
12 de Abril de 1961 - Yuri Gagarin camino a la base de despuegue. [Gentileza CRCC]
Me tocó unos días después, junto a un batallón de corresponsales, cubrir uno de los muchos actos de recibimiento popular a Gagarin en una de las principales empresas de Praga. En medio de un mar de gente que aplaudía, lo vimos, asombrosamente joven, cara de niño, avanzar saludando con aire cohibido por entre la multitud hasta llegar al podio que se había levantado para la ocasión. Vestía su uniforme de la Fuerza Aérea Soviética, caracterizado por la combinación incongruente de casaca beige y anchos pantalones azules. Sorprendía su pequeña estatura: 1 metro 57. Después supimos que fue elegido entre los seis pilotos finalistas de un largo
proceso, que comenzó con 3.500 postulantes, precisamente por su estatura: la cabina del Vostok 1 era muy pequeña. Mentiría si dijera que recuerdo su breve discurso, aunque no me cabe duda que habló de la paz y de la necesidad de que los dos sistemas mundiales se enfrentaran en una emulación pacífica y no en una guerra nuclear capaz de destruir a la Humanidad entera. Eran los tiempos de la coexistencia pacífica, proclamada en la Unión Soviética por el Primer Ministro Nikita Jruschov, y que alcanzaba notable eco más allá de las fronteras del mundo socialista.
El 5 de mayo de 1961, 23 días después que el vuelo orbital de Gagarin, el norteamericano Alan Shepard realizó un vuelo suborbital de 15 minutos. Jruschov dijo que había sido un “salto de pulga”. Shepard, que tuvo después una larga carrera de astronauta, fue proclamado, por los medios de EE UU, el segundo cosmonauta del mundo. Yuri Gagarin fue ascendido a mayor luego de su vuelo al espacio (como lo previó el periodista español). Murió el 27 de marzo de 1968, al caer a tierra el avión MIG-15 que piloteaba.
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12 de Abril de 1961 - Yuri Gagarin se apresta a despegar a bordo del Vostok 1. [Gentileza CRCC]
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leves certezas
Al despegue
eloísa vicuña KHALER Estudiante de Literatura, Universidad de Chile
A Nicolás.
Mi papá tenía trece años cuando Yuri Gagarin llegó al espacio. En su casa de Santiago tenía un diario mural junto a mis tíos y en él pegaba recortes de Gagarin aparecidos en diarios y revistas. Fue uno de sus ídolos del fin de la infancia. Para sus ojos de entonces, Gagarin fue una especie de imagen heroica, sacada de historietas, de dibujos animados. Para mi generación, su figura es otra cosa. Puede ser de perogrullo: las imágenes en el tiempo van, necesariamente, cambiando de connotación, y son las personas quienes les atribuyen esas connotaciones, pero la imagen en sí misma es una constante; otra cosa es la Historia, el antes y el después de una imagen. Para mi papá, la imagen de Gagarin es la de un ídolo de infancia, en un mundo en que los ídolos estaban definidos. Para alguien de mi generación, hija del consumismo puro y prístino y de la destrucción de la cultura general, es una figura pop, vintage, al igual que los afiches publicitarios de la Coca-Cola en los años ‘60, por ejemplo. Ya no importan ni Gagarin como un sujeto de la Guerra Fría, solapada y tremenda, ni la Coca-Cola como símbolo del triunfo del capitalismo, pues ambas imágenes caben dentro de un collage pop. Con esto no quiero hacer una crítica al pop art ni despotricar contra mi generación; tampoco rescatar a Yuri Gagarin como un ídolo soviético digno de
una nueva admiración panfletaria. Lo importante de esto es que la imagen de Gagarin sigue ahí; no la alteran ni el pop art ni el Partido Comunista ni la memoria de mi papá. Gagarin en la mayoría de las fotos aparece sonriendo, y mucha gente recuerda especialmente de él esa cálida sonrisa, que contrastada con el imaginario de hombres serios y barbudos de la Unión Soviética, le otorga un rasgo más cercano y mundano, pop, si se quiere, y muy humano –recordemos que con Gagarin la palabra «humanidad» se amplió hasta fuera de la Tierra–. Sin embargo, en la emblemática foto en que está listo para despegar, su cara es seria, distinta a esa sonrisa mundana – aunque sí humana—, y es una seriedad que puede entenderse como un suspenso. Quizá las imágenes más poéticas son aquellas que mantienen un suspenso. Edward Hopper, por ejemplo, entendió esto muy bien: «El lugar en que los hechos ocurrieron y/o van a ocurrir», dijo Enrique Lihn sobre Hopper. Las pinturas de Hopper son como maquetas. Una maqueta es la promesa de un espacio real; se observa y se sueña con lo que en ese espacio ocurrió u ocurrirá, pero es ajeno, no es más –ni menos– que fantasía, y por lo tanto es inabarcable. También, tanto los cuadros de Hopper como las maquetas mantienen
una temperatura fría, no tan fría como abarcadora, en la que los objetos, las personas, las plantas, el mar, la luz y todo están en la misma condición de frialdad, a la misma temperatura. Todo aquel que entre en esa imagen se embarcará en el frío, pero éste es tan ajeno que no hay cómo entrar en él. Lo que pasa con Gagarin, lo que pasa con los personajes en los cuadros de Hopper, es un misterio, es el suspenso mismo. ¿Habrá alguien adivinado lo que sentía esa mujer que observa una ventana al amanecer, sentada en una cama, como en Morning Sun? ¿Sabrá alguien cómo se habrá sentido realmente Yuri Gagarin al orbitar la Tierra y saber que era el único humano, de toda esa enorme cantidad de gente, que había salido de ella? Quizás ni ellos lo supieron, y quizás no importa. Un poema de Fernando Pessoa dice: «Leve, leve, muy leve / Un viento muy leve pasa / Y se va, siempre muy leve / Y no sé en qué pienso / Ni me interesa saberlo». Pessoa es un poeta de la saudade, esa palabra intraducible, a veces más que nostalgia, a veces menos, a veces otra cosa. Sin embargo, ¿no es acaso esa imagen de Gagarin una promesa fría, como la Guerra? Si tomamos en cuenta la característica de su viaje, es posible creer que él, después de esa foto, sí entró en lo inabarcable, en esa temperatura media de los cuadros de Hopper, esta vez regida por un frío esAGOSTO 2011 | 9
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pacial, extraterrestre. Podríamos imaginarlo en una especie de «estado de gracia», un estado del que habló alguna vez Clarice Lispector en una columna: «Quien ya conoció el estado de gracia comprenderá lo que voy a decir. No me refiero a la inspiración, que es una gracia especial que tantas veces les adviene a los que lidian con el arte. El estado de gracia del que hablo no se usa para nada. Es como si viniera tan sólo para que se sepa que realmente se existe. En este estado, además de la tranquila felicidad que irradia de las personas y cosas, hay una lucidez que sólo puedo llamar leve porque en el estado de gracia todo es tan, tan leve. Es la lucidez de quien no adivina más: sin esfuerzo, se sabe. […] Se ve a veces la profunda belleza, antes inalcanzable, de otra persona. Todo, además, gana una especie de nimbo que no es imaginario: viene del esplendor de la irradiación casi matemática de las cosas y las personas. Se pasa a sentir que todo lo que existe –persona o cosa- respira y exhala una especie de finísimo resplandor de energía. La verdad del mundo es impalpable». Fueron solo unas cuantas horas en que Gagarin estuvo solo frente al mundo. Su imagen terrenal llena de sonrisas quedó estampada en el imaginario pop, pero su cara fuera del mundo se mantendrá siempre en el suspenso de esa seriedad que tenía justo antes de despegar. De vuelta en la tierra, Gagarin se comenzó a perder paulatinamente. Quizás fue la misma saudade la que lo llevó a decaer, a perderse en el alcohol y la vida terrenal en su máxima expresión, pero a morir
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en los aires: «Después, levemente, se sale. No como si se hubiera estado en un trance –no hay ningún trance–, se sale lentamente, con un suspiro de quien tuvo el mundo tal cual éste es. También es un suspiro de saudade. Pues habiendo experimentado recibir un cuerpo y un alma y la Tierra, se quiere más y más», continuaba Clarice Lispector en su columna. Después de Gagarin, la Guerra Fría se concretó. Primavera de Praga, Guerra de Vietnam, etc., etc. Vino el grito por la paz, la explosión de personalidades sesenteras. Mi generación nutre las paredes de sus piezas con las caras de estos personajes. Jim Morrison, Janis Joplin, John Lennon colman los pósters de las ferias artesanales. Es como si viviéramos en una constante nostalgia, cargada de ausencias. También, después de Gagarin, vino la exaltación de los ideales soviéticos. En Chile, un feroz bombazo a esos ideales liquidó todo. Mi generación creció sin ídolos tan fuertes como los que surgieron en la Guerra Fría. Para comprender esa ausencia basta con leer un fragmento del Che sobre los discursos de Fidel: «Su particular modo de integración con el pueblo solo puede apreciarse viéndolo actuar […], se observa algo así como el diálogo de dos diapasones cuyas vibraciones provocan otras nuevas en el interlocutor. Fidel y la masa comienzan a vibrar en un diálogo de intensidad creciente hasta alcanzar el clímax en un final abrupto, coronado por nuestro grito de lucha y victoria». Ya no hay ídolos políticos, como el Che, pero la gente ha vuelto a manifestarse. A nuestro país
le ha costado más, porque el bombazo fue brutal, pero este año lleno de protestas hemos podido sentir esos momentos que, al ser contados en muchos años más, provocarán nuevamente una nostalgia, una ausencia. Quizá es en este momento en el que hay que volver atrás, pero con ojos puristas. Rescatar a las figuras dentro y fuera de la Historia, de forma separada. Un año después de que Gagarin llegara al espacio se suicidó Marilyn Monroe, y Ernesto Cardenal le dedicó su Oración por Marilyn Monroe: «Señor / recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra con el nombre de / Marilyn Monroe / aunque ese no era su verdadero nombre / (pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años / y la empleadita de tienda que a los 16 años se había querido matar) / y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje / sin su Agente de Prensa / sin fotógrafos y sin firmar autógrafos / sola como un astronauta frente a la noche espacial». Santiago, agosto del 2011.
DE LA IMPOSIBILIDAD SAMUEL ESPÍNDOLA HERNÁNDEZ Estudiante de Literatura, Universidad de Chile
Quisiera no hablar. ¿Habla acaso el cielo alguna vez? Las cuatro estaciones siguen su curso y cien seres nacen. ¿Habla acaso el cielo alguna vez? CONFUCIO (K’UNG FU TZU)
Ciertamente, hasta ahora, el cielo nunca nos ha hablado, como recuerda la hermosa frase de K’ung Fu Tsu, y esto a pesar de que la inmensa diatriba escrita por la historia en torno al cielo y al infierno, o más simplemente, la dicotomía que entre el cielo y la tierra los mitos creacionales suelen establecer, nos haya enviado, quizás por prejuicio universal, a buscar más en las costelaciones que en las entrañas de nuestro planeta. Esta suposición, que raya en el romanticismo, puede tener un lado más siniestro o más triste, (¿más real?): un personaje como Gagarin, que cambió los aviones por una cápsula teledirigida, podría, además de verse injuriado por el precedente de Laika, haberse sentido poderosamente sustraído de la realidad humana, violentamente arrojado a un campo de batalla con razones incomprensibles o trabajosamente sostenibles con el paso del tiempo. Valdría la pena recordar el carácter bélico del programa espacial tanto ruso como estadounidense, para poner en términos humanos lo que a veces se cuenta a la más pura manera del folcklore oral, cambiando los osos parlantes, las princesas dormidas y los duendes, por los nombres de los Grandes Próceres de una Historia contada con fines claramente políticos. Como cualquier guerra, la exploración del espacio -y la consecuente carrera armamentista-, puso en discordia dos fuerzas antagónicas, las que se valen, para resolver sus diferen-
DE DIÁLOGO 12 de Abril 1961 - La nave del Vostok 1 luego de aterrizar en los Kolkoz de Ucrania. [Gentileza CRCC]
cias, de la suma de los esfuerzos y sacrificios individuales de aquellos por voluntad u olbigación, deben representar una u otra postura. Sin embargo, pasado el conflicto, las banderas se disponen en las fronteras y los hombres que sobreviven (recordar que en la carrera espacial también hubo bajas) regresan a sus casas, con la consecuente entrega de reconocimientos, simbólicos o reales, cuantiosos o suprefluos. Quien haya perdido una pierna puede escoger entre la lamentación rencorosa y la mitificación de sus hazañas, materializadas en sus heridas de guerra. Acaso las heridas del primer cosmonauta de la historia fueron mentales, y las recompensas algo superfluas, la cosa es que nunca más voló en el espacio y cuando voló, menos alto, se mató. Aquel hombre atesoraría para siempre ese momento único, que incluso resumiera su vida, que lo marcara para siempre, aquel instante en que supo de una hasta entonces desconocida lejanía con el suelo, un distanciamiento lleno de
éxtasis con el polvo creador, pero su empresa individual se perdería en la debacle de la competencia y su furor patriótico vería un ocaso, ahogado por la inacción y el sinsentido de su lucha, convirtiendo su historia en la materialización profética de la historia del príncipe Andrei Bolkonsky, que retratara Tolstoi casi cien años antes, descubriendo la maravilla del cielo azul, mientras caía de su caballo por un golpe propinado en la cabeza, que lo haría caer prisionero de las huestes de Napoleón y más tarde, por el despecho de lo fútil que fue su vigor guerrero, despreciar involucrarse nuevamente en esa guerra, y aunque sería aventurado comparar la victoria del emperador francés en Austerlitz con la pírrica ventaja sacada por Estados Unidos en la Guerra Fría, es posible unir en el recuerdo la imagen del héroe agobiado por la sangre y la pólvora con la del astronauta, si pensamos que acaso, al menos, ellos sí hablaron con el cielo.
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Viaje de ida y vuelta: NICOLÁS SLACHEVSKY AGUILERA Estudiante de Filosofía, Universidad de Chile
Llegar al espacio no es cosa de tontos. A veces pareciera menos fruto de la ingeniería, de la tecnología, de la capacidad del hombre o del entusiasmo competitivo de la guerra fría, que parte de ese viento arrasador del progreso que llora el ángel de la historia1. Habría que suponer entonces que Yuri Gagarin es también un cuerpo en el caudal de cuerpos que arroja la civilización. Si es hacia la vanguardia o los márgenes, qué más da. Lo cierto es que esa cara rechoncha y amable de obrero ruso se hace menos alegre de lo que pareciera. Maravillamiento, gloria, decadencia, fracaso y muerte temprana en lo biográfico. En lo histórico, una especie de ascenso prematuro que ¿hace falta decirlo? es la cúspide que desencadena el descenso; no porque creamos que la historia tuvo un progreso que se ha detenido, no si leímos a Benjamin, sino por ser, la distancia recorrida hasta la fuga de los limites terrestres, la evidencia de que algo se deja atrás: Yuri Gagarin, primer cosmonauta, hijo predilecto e ícono de la vanguardia, es el verdadero dilucidador del margen. Hay un momento de los ‘Fragmentos sobre la historia’ de Walter Benjamin, en el que éste, saliendo de la concepción positiva del trabajo como dominación de la
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naturaleza, como progreso, planteada a su vez por cierta tradición tecnócrata del marxismo como una contraparte de la explotación proletaria, se refiere a la posibilidad de un trabajo que “lejos de explotar la naturaleza, está en condiciones de desembarazarla de las criaturas que como posibles habitan en su seno”2, lo que Fourrier graficaba como que “cuatro lunas alumbrasen la noche terrestre […], que el agua de mar ya no tuviese más sabor salado y las bestias rapaces se pusiesen al servicio del hombre”. Dice: “al concepto corrompido del trabajo [que “sólo quiere escribir los progresos de la dominación de la naturaleza, y no los retrocesos de la sociedad”] corresponde como su complemento aquella naturaleza que, como se expresó Dietzgen, ‘está gratis allí’”3. Son varias las aproximaciones que estas ideas nos permiten. Viaje a los márgenes. Es el ascenso, el movimiento de la propulsión (una fuga posiblemente), que marca la necesidad de una pregunta por aquello que va quedando. Así, la idea de progreso como una flecha, un movimiento direccional bien definido, es inseparable de la idea de desecho, y Gagarin, lanzado al espacio en el Vostok, maravillado por la visión prim-
eriza de la tierra como conjunto único, envuelto en un éxtasis profundamente ecológico, no deja de recordarnos al Angelus Novus de Klee al que Benjamin hace referencia en la tesis IX. Este se encuentra sostenido por “una tempestad [que] sopla desde el paraíso, que se ha enredado en sus alas y es tan fuerte que el ángel ya no puede plegarlas. Esta tempestad lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al que vuelve las espaldas, mientras el cúmulo de ruinas crece ante él hasta el cielo. Esta tempestad es lo que llamamos progreso”. Hay cierta equivalencia entre el deseo del ángel vuelto hacia atrás, “despertar a los muertos y volver a juntar lo destrozado”4, con el ecologismo que nace del cosmonauta en su primer mensaje al mundo: “Dando vueltas a la Tierra en mi nave espacial orbital me maravillé de la belleza de nuestro planeta. Pueblos del mundo, protejamos y aumentemos esa belleza, no la destruyamos”. Se trata de una equivalencia marcada por la desesperación de una contradicción: Gagarin es la estrella del progreso, inminentemente atado a la maquinaria de destrucción, expresión de una cierta conquista fálica del medio natural, y su mirada sin embargo es la primera embellecida por la visión de la tierra como conjunto;
Aleksandr Ródchenko Autocaricatura con tuerca y engranaje, 1922
La ecología del úl imo obrero
Notas 1. Ver Tesis IX de los ‘Fragmentos historia’, Walter Benjamin
sobre la
2. Benjamin, Walter, La dialéctica en suspenso (trad. Pablo Oyarzún), Santiago, Lom Ediciones, 2009. 3. Ibídem. 4. Ibídem. 5. Gagarin, Yuri, Memorias de un cosmonauta, Buenos Aires, Editorial Futuro, 1961.
la mirada que debiese haber refundado nuestra cultura, la única consciente de todo lo que pudo haber sido y se dejó atrás, imposible más allá del Vostok. Pero todo lo que sube baja sin volver, podríamos decir. Así, la del cosmonauta es una imagen detenida en el cielo, aún anunciándose para cuando hayamos de reconstruir la vida, mientras Yuri Gagarin, el de carne y hueso, regresa a la tierra de los desechos como la voz de su expansividad. Los soviets lo acogen. Ovaciones. Kroutschev lo besa. Grita, balbucea, vacila, sonríe con esa risa tan amable. Su aspecto sin embargo no podría ser el mismo. Su manera de mirar es la de quién ha visto el Aleph, quien teme no
sorprenderse nuevamente con una cara, quien se limita a reconocer. “La altura del vuelo disminuía sin cesar […]. Ahí abajo refulgía la cinta del Volga. Reconocí al instante el gran río y sus costas”5. El derrotero del cosmonauta después del viaje es el del desecho y el de lo imposible. La fama lo agobia, su vida amorosa es escandalosa, se le prohíbe volar, cae en el alcoholismo, la burocracia lo evita y en el primer vuelo de prueba que le es permitido después de años muere accidentalmente. Yuri Gagarin es la primera grieta, el margen que se anuncia desde allá arriba.
Viaje a lo inconmensurable. ¿Podemos hablar de Yuri Gagarin como de un obrero? ¿Qué tipo de obrero es aquel que ha visto el cosmos? Pareciera que la “conquista del espacio” marcara un salto cualitativo más que cuantitativo en la historia de la humanidad. Seguramente porque no se trata de una conquista en los marcos de la expansión imperialista, el proyecto de incorporación de nuevos mercados a la esfera del capital (se nos permitirá, con sinceridad, hablar de capital aunque de la mismísima URSS se trate). Al contrario, una vez develados todos los territorios, penetrados todos los mercados y las guerras mundiales ya cumplidas, el
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1 del Vostok; la viabilidad de un satélite orbital, el carácter de posibilidad del capitalismo de información y espectáculo tal como lo conocemos; presagio al fin, en la puerta que abre, de la nueva medida de las cosas: inconmensurable. La nuestra es una sociedad espacial. Nosotros mismos, hijos de Gagarin. Esto de aquí al menos es lo que vio en su vuelo: un mundo sin medida de lo posible, una posmodernidad como “verdad de la abstracción”, el reconocimiento de ésta a su vez “como condición de la experiencia”; todo “un proceso de acumulación de acontecimientos abstractos” hasta llegar a convencerse de una nueva realidad: “la verdad de lo facticio”8. La pregunta inminente se repite entonces: ¿Podemos hablar de Yuri Gagarin como de un obrero? Un obrero de los Soviets, sin duda, pero el último. El
del cosmonauta es un oficio duro por estos días. Ya no es cosa de llegar y lanzarse a los espacios: la aventura está en descrédito ante la responsabilidad, incluso para los rusos. Herzog agregaría que “la aventura pertenece a otro tiempo (…), tiempo en que los hombres se batían en duelo de pistolas hasta el amanecer y las doncellas se desmayaban en los divanes. Ese era el tiempo en que la aventura era algo legítimo y ya se ha acabado”9. El Vostok, con todo su coraje, todo su idealismo y su magia de subdesarrollo, es hoy una aventura imposible. Asimismo el trabajo ha cambiado; el valor y sus razones. Se trata en parte de aquello en lo que pensaba Benjamin con eso del trabajo en su relación con la naturaleza como posibilidad de “desembarazarla de la criaturas que como posibles habitan en su seno”10. No un día iluminado por dos soles, quizás, 1967 - Generales soviéticos observan los restos del cosmonauta Komarov de Soyuz 1.
proyecto Vostok puede inscribirse dentro de aquello que Negri y Hardt llaman la ecología del capital 6, es decir, la capacidad de éste para reinventar sus formas: de las mercancías hechas por máquinas a las máquinas hechas por máquinas y luego, “una naturaleza hecha por máquinas y una cultura hecha por máquinas”7(ecología por tanto en un sentido pleno: la creación de una nueva naturaleza como solución al problema ambiental). Un desarrollo que no depende de la extensión del capitalismo sino de la intensificación de sus propias relaciones en el terreno ya conquistado. Lo que Yuri Gagarin sentía como la misión de hacer orbitar las ideas de Lenin alrededor del mundo, parece así más un presagio del fin de la URSS; de la inminente unificación del mundo bajo una única forma del capital tras el impulso cósmico
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sino más bien la incorporación al trabajo productivo de la esfera de lo inmaterial. “La naturaleza del trabajo productivo es hoy, en efecto, fundamentalmente inmaterial, mientras que la cooperación productiva es enteramente social: de aquí viene que el trabajo es coextensivo a la vida y la cooperación lo es a la multitud”11. Así, el cambio fundamental en el modo productivo sería hoy la incorporación del cerebro como herramienta de trabajo, lo que estaría a la raíz de aquello que llamamos posfordismo y el general intellect como fuerza productiva; el obrero social (diferente del obrero-masa del sistema industrial clásico) en la raíz de un sistema donde la producción se alimenta de la vida misma, donde la producción es biopolítica. El drama de Yuri Gagarin es quizás explicable, entonces, por el choque de dos tipos de trabajo: “¿Descansar?”, pregunta Yuri, “aquí en la Unión Soviética, todos trabajan, y las personas célebres, Héroes de la Unión Soviética y del Trabajo Socialista, lo hacen con tanta mayor dedicación”12. El trabajo en el cosmonauta no es ya, sin embargo, pilotear aviones. Eso es lo que él no sabe. Se trata más bien de vivir de lo visto allá arriba; responder sonriente a la curiosidad por los héroes. “La popularidad es una cosa irreparable. Uno se ve obligado a meditar ¿a qué y a quién se debe?”, la respuesta que se da es esencialmente práctica, ser “sirviendo de ejemplo a imitar por los demás”13: un trabajo donde la vida misma construye una relación productiva con la sociedad, moldeando los hábitos de Yuri, acaparando sus afectos, controlando su efectividad: casi
una caricatura de lo que llamamos producción biopolítica. El fracaso y el alcoholismo parecen así cosa natural. Pero siguiendo por este derrotero, tenemos que las implicancias de una producción inmaterial y biopolítica tal como la estamos intuyendo son muchas pero podemos aislar las principales: 1- La medida del valor (este es la sustancia común de las mercancías, es decir, el trabajo social inmerso en ellas) se vuelve imposible (un terreno cósmico, inconmesurable): el referente inmediato de la mercancía no es ya la fuerza de trabajo del obrero en una labor estandarizada, sino el dinero mismo y “el DINERO, precisamente, no es una medida, ni una relación con respecto al valor de uso, sino -en este punto del desarrollo- su simple y pura sustitución.” Así, tenemos que “El valor de la fuerza de trabajo se sitúa hoy en un no-lugar; este no -lugar es DESMESURADO. Entendemos por esto que está FUERA DE TODA MEDIDA pero, al mismo tiempo, MÁS ALLÁ DE TODA MEDIDA.”14 2- El afecto como lugar determinante de la producción: afecto entendido según Spinoza como “potencia de actuar” -la potencia por tanto como característica fundamental del trabajo en la posmodernidad, sujeta al vampirismo del capital: punto clave de la lucha-, así como el afecto entendido en su acepción común: la producción de relaciones afectivas (ej: el trabajo de la nana, o las trabajadoras sexuales, etc.), como amplitud de lo que decimos cuando hablamos de producción biopolítica, y 3- la cooperación social como fundamento de la productividad del capitalismo: es decir, la diversidad y cooperación
de los saberes como fundamento de la producción inmaterial, conformando así un sujeto colectivo de producción cuya riqueza y productividad se encuentra en su diferencia laboral, sexual, étnica, etc. “Lo común que compartimos, de hecho, no es tanto descubierto como es producido (…). Nuestra comunicación, colaboración y cooperación no sólo están basadas en lo común, sino que a su vez producen lo común en una relación en ascendente espiral. Esta producción de lo común tiende hoy a ser central a cada forma de producción social, no importando cuan localmente circunscripta, y es de hecho la característica primaria de las nuevas formas dominantes del trabajo. El trabajo mismo, en otras palabras, tiende, mediante las transformaciones de la economía, a crear y estar inmerso en redes cooperativas y comunicativas“15. Esto es lo que llamamos Multitud. Y por eso que Yuri Gagarin es un cuerpo en la Multitud Notas 6. Hardt, Michael y Negri, Antonio, Imperio, Barcelona, Paidos, 2002. 7. Ibidem, p.241. 8. Negri, Antonio, Arte y Multitudo, Madrid, Trotta, 2000. 9. Werner Herzog, “No ‘fluffy penguins’ for Werner Herzog”, Associated Press, 2011. 10. Ver nota 2. 11. Negri, Antonio, “Qué hacer hoy con el qué hacer de Lenin”, Multitud n°2, Abril 2009.
12. Citado en el artículo de Wikipedia sobre Yuri Gagarin 13. Ibidem. 14. Negri, Antonio, Valor y afecto. Este texto, disponible en la web, es sumamente útil para entender mejor este punto. 15. Hardt, Michael y Negri, Antonio, Multitud, Argentina, Debate, 2004.
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bruno lloret | Estudiante de Literatura, Universidad de Chile
Toda tribu necesita a sus ídolos: vengamos de donde vengamos, vayamos a donde vayamos, cargamos a cuestas un Olimpo particular, una constelación de miradas, sonrisas y pechos altivos hacia la cual remitirse, bajo la cual cobijarse, sobre la cual golpearse el pecho con los puños y aullar bajo los árboles. Pero tras esta costumbre innata se esconde no la estupidez sino la mezquindad del hombre: es mucho más fácil encomendarse a un otro supremo que sonreírse al espejo. ¿Y qué pasa con ellos? ¿A quién admira el admirado? Los ídolos viven en el cielo, comen en el cielo, lloran en el cielo, y en general no se los ve por las calles, o en un café, o en una cola del Servipag: su imagen es el oro, y procuran mantenerla intacta, resistir al tiempo. Los ídolos desprecian
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profundamente el mundo que los parió y colocó en vitrina: niños congelados, hipersensibles, psicópatas, conforman un panteón que es tan variado como las enfermedades de la tribu. Los ídolos, cansados de no caminar, trastocados por una profunda y prolongada sobredosis de humanidad, se revuelcan en los tronos, intranquilos y siempre a la espera de la pelá, intoxicados por el tiempo y los susurros de la tormenta que se enarbola en el horizonte y que les canta una letanía de nostalgia y amarga vejez. Los ídolos se alimentan de nuestros sueños y enfermedades; mientras más se zampan, menos pueden soñar, más enfermos están, es por eso que se les ve de vez en cuando rodando por los callejones de la vida desnudos, gritando eufóricos, como un pendejo armado de un palo de escoba y la cara llena de témpera jugando a los indios;
DOLOS es por eso que Yuri Gagarin, ya convertido en el Ulises soviético, impedido de volar por orden expresa de los ositos de Moscú, entregado a la borrachera constante, salta de un segundo piso de un hospital, al intentar esconderse de su esposa, quien le había sorprendido tratando de seducir a una joven enfermera. Gagarin casi muere, no puede asistir al XXII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, y posteriormente se le realiza una operación quirúrgica para disimular la cicatriz que queda sobre su ceja izquierda. El alcohol lo mata algunos años después, en un vuelo de prueba. Chile, país entusiasta del pan, la Coca-Cola y las farmacias, no podía ser menos, y durante los 80’, cuenta con el brillo efímero de dos viejos ídolos, digo: por una discreta pero firme pasarela se pasean, uno disfrazado, el otro convertido en un fantasma, dos pesos pesados
del imaginario santiaguino de cines céntricos importado desde las Américas del Norte. El primero, el verdadero Superman, acude el año 87’ a un evento organizado por artistas de diversa índole en el ex Estadio Chile en contra del Régimen. En algún momento el Frente desbarata una torre de alta tensión, Estación Central se va a negro, alguien sugiere ir al Garaje Matucana, y en pocos minutos se inicia una procesión hacia el galpón, en donde Reeve, en un español que sorprende a la chilenidá reunida expresa en pocas palabras su apoyo incondicional a los artistas perseguidos por la militaridá y poco más. Hay aplausos. “¡Que vuele! ¡Que vuele!” comienza a gritar un distinguido chicha fresca del lugar. Hay risas. Christopher Reeve se retira algunas horas más y continúa haciendo filmes para la tevé en donde interpreta a senadores, hombres luchadores, periodistas, e incluso, paradójicamente, a un hombre en silla de ruedas. Participa en fundaciones benéficas, critica las políticas republicanas y al catolicismo, conoce a su nueva esposa, es un hombre respetado, un filántropo, el Superman más allá del cómic, más allá de la bandera. El año 95’ sufre un accidente a caballo y queda inmovilizado por el resto de su vida. Con su cuerpo momificado a cuestas continúa una cruzada delirante de ejemplo personal, convirtiéndose en el Coehlo del coaching y el refrito aquel del sueño americano. El año 2004 muere, según John McDonald, su doctor, producto de una mala reacción a uno de los infinitos antibióticos que debía tomar. El segundo es don Johnny Weissmüller. Nacido en el imperio Austro-Húngaro, emigra siendo un niño con su familia a Estados Unidos a bordo del S.S. Rotterdam. Más allá de esta coincidencia, su lucha contra la locura se plasma, en un comienzo, en
una excepcional carrera como nadador (52 campeonatos nacionales y 67 récords mundiales) y podemos ver un final fatal anunciándose ya desde el año 32’, al actuar en Tarzán de los monos y convertirse en el sexto Tarzán de la pantalla grande, y sin duda alguna el más famoso, protagonista de más 30 películas (12 como el héroe en cuestión) y una brillante carrera que le eleva hasta la estratósfera a la vez que lo trastorna: Johnny acaba sus días en su mansión privada de Acapulco lanzando alaridos de orangután, columpiándose sobre los candelabros de oro y llorando frente a una pantalla gigantesca en donde sus películas se proyectaban una y otra vez. Es ante este acontecimiento que el año 1984, en la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo, un grupo de estrafalarios hombres-libro se reúne en torno a la muerte del último ídolo, el que los protegiera de los gorilas y sus lumazos en el imaginario de todos los que de niños iban a los cines de barrio antes de ser devorados por la Palabra de Dios, y le rinde un sentido homenaje recogido en el poema visual llamado Adiós a Tarzán (o Avanzar sin Tarzán). Entre los contertulios se encuentran Lihn, Celedón, Coloane, Lloret, y un océano de gente aburrida del horror, al borde de un ataque de pánico, con ganas de crear y cagarse de la risa un rato, cosa mal mirada tanto por los gorilas que patrullaban la jungla como por las facciones más disciplinadas de la resistencia chilena. Es entre estas dos figuras que Chile comienza a vivir una lenta transmutación, y los viejos ídolos se van cambiando de chaqueta lentamente. Ya en el año 94’ los avinagrados titiriteros del Régimen cuentan con ídolos definidos y realzados, y los nombres y rostros se comienzan a lavar: año 2011 y Jaime Guzmán es considerado, “más allá de sus ideas”, un mártir chileno; año 2011 y Pinochet mantiene sus seguidores
(más de los que la opinión pública cree); año 2011 y la misma pantalla que elevó a Weissmüller y Reeve como héroes se reinventa una y otra vez un cocidillo repugnante que va a lo clásico y duro, sin rodeos: Chile un país sin justicia social pero el primero en golpearse el pecho y donar, especialista en catástrofes televisadas, Teletones, Techos para Chile, Hogares de Cristo, y todo lo que signifique hacernos sentir mejor, más unidos: Chile un país corregido por una Iglesia siempre astuta, sin aborto regulado, sin reconocimiento a las minorías sexuales, pero la vanguardia de vals siliconados, coreografías brillantes y festivales a la orilla del mar: Chile un país de tarjetas de crédito y de militantes de Cruz Verde, repleto de gente cada vez más enferma, desamparado de ídolos, caminando embelesado al paredón de cartón: los jaguares de Latinoamérica con sobredosis de Whiskas. Hablar de ídolos hoy en día es hablar de arqueología. Hablar de ídolos hoy en día supone un esfuerzo por recordar cómo eran las cosas antes de esta chilenidá adicta a la modernidá, al olvido, al “progreso”. Hablar de ídolos hoy en día es hablar de fantasmas, es hablar de cristos, es algo considerado de mal gusto y absolutamente pasado de moda. Hablar de ídolos está out, is too mainstream. Algunos hacen el esfuerzo y encuentran alguna virgen de yeso abandonada al borde de un acantilado. Lo único que se puede hacer es prenderle una velita, contarle algunas cosas, reír en soledá y volver a comprar el pan. Y ahora, con el Chapulín Colorado hinchado de coca y plomo, Superman renunciando a su ciudadanía norteamericana frente a la ONU, Weissmüller y Reeve muertos, ¿quién podrá defendernos? Tarea para la casa.
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Pop la pequeña
explosión DAN berezín Estudiante de Periodismo, Pontificía Universidad Cátolica de Chile
Pop. El sonido de lo sintético. Pop, el golpe rápido, de tres minutos y medio, de colores fuertes y líneas gruesas. Pegajoso como un chicle. Y es pop, también, el globo de chicle cuando revienta. Ya se ha vuelto un término despectivo, en un gesto casi elitista si tomamos en cuenta lo que el pop es: popular, por excelencia. Popular, obviamente, no en el sentido excluyente de connotaciones políticas (ni del partido popular ni del poder popular), sino en su forma más inclusiva: la masividad. Esa masividad que se logra rompiendo burbujas. Los gringos, buenos para transformar onomatopeyas en anglicismos, usan el término pop tanto como abreviación de popular como para referirse a algo que revienta. ¿No es lo mismo? ¿No es necesario, para alcanzar la popularidad, romper esa burbuja que separa lo contenido de lo que hay afuera y así pasar a contenerlo todo? Como género musical, si hay algo que diferencia al pop de los otros, es su voluntad de incorporar influencias de los otros estilos, en lugar de resaltar las diferencias. Mientras algunos como el jazz o
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la música docta se distancian por su complejidad a veces soberbia, y otros como el rap o el punk se jactan de su discurso político u origen social, el pop ha sabido valerse frívolamente de recursos de todos estos. Quizá no es casual la universalidad de Los Beatles, (¿el grupo más universal de todos?), si en ellos coincidía la música de nuestro universo. Tuvieron influencias barrocas, usaron instrumentos y filosofía hindú, se inspiraron en el blues afroamericano, y bordearon el swing. También usaron la música country y el folk blanco a su favor, así como sacaron provecho del discurso de la sicodelia del momento. Y así como revienta, ya reventó. El pop, el sonido percusivo de la burbuja que se contrae hasta no existir, es efímero. Lo de hace cincuenta años es clásico, pero lo de hace cinco, simplemente viejo. Al tomar distancia y borrar fronteras, el pop es inherentemente acultural. No se empapa ni se abandera, sino que toma distancia. La distancia suficiente para que dos puntos lejanos parezcan estar tocándose, casi ser uno sólo. Necesariamente, el proceso de globalización musical (y la
globalización en cualquier ámbito) desarraiga, elimina la identidad. Lo sintético, lo plástico, lo artificial, nos recuerda que no fue hecho a partir de nada que allí/aquí haya crecido. Podría haber sido en cualquier parte. Es tan de todos como de nadie. Como la música de alguien que nos observa desde lejos. Tan lejos que parece que todos somos iguales. Dicen que, desde la Luna, lo único hecho por el humano que se puede ver es La Gran Muralla China. Una muralla, una división entre personas. La única que, desde la Luna, sigue estando de pie. Seguramente, si se mira la Tierra desde una mayor distancia, también la muralla desaparece. Pop. Los gringos, buenos para transformar onomatopeyas en anglicismos, usan el término bang para referirse a algo que explota. El Big Bang, la gran explosión, llaman a esa que dio origen a todo lo que conocemos, desde un lugar común. Dicen que antes de esta explosión, todo estaba concentrado en un único punto infinitamente chico, más chico incluso que una burbuja de chicle. ¿Habrá hecho bang?
A. U.
CART GRAFÍAS
Y afuera no había nada. Del grupo de elefantes que sostenía la tierra, posados sobre el caparazón de una tortuga, no quedaba rastro alguno. Tampoco había serpientes, cocodrilos u otro tipo de criaturas. Con la primera mirada el cosmonauta ruso pudo echar por tierra aquellos relatos milenarios, dejando a la humanidad suspendida entre el Vostok y un nuevo espectáculo celeste. Todo parecía mucho más sencillo que lo que los hombres habían discutido durante los siglos anteriores: practicando una danza ovalada y de incansable precisión, la tierra se sostenía sobre nada. Entonces se presenta la objeción. Se dirá que Yuri Gagarin no propuso ningún modelo astronómico. Se dirá qué su operación es de un orden completamente distinto, de otro rango, ¿cómo inscribir su nombre en la historia del descentramiento de la tierra? Desde Aristarco a Nicolás de Cusa toda una parte de esta historia ha quedado entre sombras. Los recuerdos suelen comenzar a partir de nombres como Galileo, Copérnico o Kepler. Podemos recordar, sin pretender establecer las condiciones de tal olvido y solo a modo de ejemplo, que entre la curia romana se temía profundamente que con la variación de la posición de la tierra se complicara aun más la difícil relación entre el hombre y la teología. Bastaba un pequeño temblor de la tierra para que junto a sus habitantes mortales tambalearan también todos los santos. Esta dimensión geológica es lo que nos interesa, ya que a partir de ella se vuelve posible leer los acontecimientos en clave cartográfica. Con brújula en mano podemos entender que lo que se consolidó en torno a la causa del geocentrismo no era más que la defensa de cierta cartográfica.
Yuri Gagarin, como prueba viviente de que toda cartografía puede volverse ciencia de navegación, confirmó los peores miedos de los defensores del geocentrismo. Visto así no resulta difícil entender que se intentara conjurar el nacimiento de una cartografía que se proponía unir en un mismo plano todo tipo de cielos. Pero muy pronto la lectura cartográfica nos indica que la historia del descentramiento de la tierra no es equivalente a la historia del heliocentrismo, ya que al mismo tiempo que la contiene la sobrepasa en todas las direcciones. Lo que en un comienzo solo consigue desplazar a la tierra de su centro, muy pronto conmueve la hegemonía del propio heliocentrismo. Entonces entra en escena el cosmonauta ruso: -aquí no veo ningún dios. En clave cartográfica, las míticas palabras de Gagarin solo indican una cosa: es el fin del heliocentrismo. La época de la carrera espacial abre paso, con su variación en el espectro de la luz, a una percepción de los acontecimientos que difiere del iluminismo solar. Que cartográficamente deba leerse sol en el lugar en que Gagarin ha dicho dios, es algo que confirman ciencias como la historia, la antropología y la filosofía: todos los monoteísmos de la historia son herederos genéticos de un heliocentrismo que se arrastra desde culturas solares más antiguas. Las civilizaciones de las llamadas religiones del libro solo son los penúltimos herederos de los antiguos egipcios e hindúes, e incluso, si se quiere, cómplices ontológicos de los imperialismos prehispánicos de América. Durante varios milenios un mismo calendario ha regido sobre los distintos pueblos del mundo. Yuri Gagarin sube al Vostok y denuncia todo esto: aquel
calendario se sustenta en una cartografía clausurada (Marx es un precursor del ruso y la cartografía solar tiene la edad del despotismo asiático). Ha sido un astronauta quien ha abierto la posibilidad de renovar completamente la historia, los calendarios y la cartografía La cartografía clausurada es una ciencia limitada. A su título nombramos cierto imperio de la fuerza, cierta conjugación de coordenadas que han constituido los límites generales de toda experiencia, el horizonte último de toda navegación. Esto no difiere de la persistencia histórica y ontológica de una lógica del retorno que se traduce en una naturalizada relación con la tierra, el territorio y el hogar. En contraste con esto la nueva cartografía persigue desprenderse de las restricciones de movimientos, de los regímenes territoriales, de los lazos de sangre y de las patrias, e intenta ir más allá de los viejos límites impuestos a la navegación. El despegue del Vostok es el gesto internacionalista por esencia, su tripulante único es la imagen del hombre nuevo. ¿Cómo no llevar aquel 12 de abril en nuestros corazones? Pero a la fecha presente los viejos calendarios persisten sobre nosotros, el hombre aun habita la tierra y Yuri Gagarin nos ha dejado. Sin embargo, su memoria es signo de lo que todavía no somos o no nos atrevemos a ser, pero seremos. No olvidemos que mientras los norteamericanos buscaban desesperadamente una nueva patria, ¿y que otra cosa resultó ser el suelo lunar?, Gagarin era capaz de permanecer suspendido en el vacío. Aquel cosmonauta ruso, que vivió en el borde de la catástrofe, sigue orbitando en torno a nuestras cabezas.
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ELY ORREGO TORRES Investigadora del Centro de Análisis e Investigación Política (CAIP)
Apuntes sobre un movimiento Febrero de 2011, Egipto. Tras una serie de protestas y levantamientos populares, el presidente egipcio Hosni Mubarak dimite a su cargo. Su renuncia se debe al clamor popular ante la búsqueda de reformas al sistema político y económico que imperaba al país. La llamada “Revolución de los jóvenes” no sólo emerge desde el pueblo, sino que cambia la configuración de lo que en ese país se conocía como “política”, una política que busca la libertad de expresión. El 25 de enero, conocido como el “Día de la Ira” sería el momento oportuno en que los egipcios presentarían su malestar de forma simultánea en varias ciudades: El Cairo, Alejandría, Suez e Ismailia. Sin embargo, las autoridades respondieron mediante la forma que a su vez, era una de las razones por las cuales los egipcios protestaban: la violencia y represión. Ante ello, ese día los egipcios deciden retirarse, mas no es una retirada definitiva. Mayo de 2011, España. Una mañana, que parecía ser una más de la cotidianeidad madrileña, se transforma en lo que sería una protesta masiva en contra de un sistema político y económico, que afecta a los españoles producto de la crisis económica que vive Europa desde el año 2008. Un centenar de manifestantes, congregados en el centro de la ciudad decide acampar de forma pacífica para proclamar su malestar ante el gobierno español. No sólo se buscan respuestas al alto desempleo, sino que existe un anhelo de “democracia real”. La “revolución de los indignados”, como sería nombrada, se caracteriza por la inclusión de sectores sociales y etarios diversos, así como confluir en ideas comunes que conduzcan a soluciones reales.
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Mayo de 2011, Chile. Luego de la decisión del gobierno de aprobar el proyecto de la central hidroeléctrica Hidroaysén, a construirse en territorio perteneciente a la Patagonia chilena (Región de Aysén), una serie de manifestaciones populares han unido a ciudadanos de diferentes regiones del país en su contra. Si bien, el movimiento “Patagonia sin represas” estaba desarrollándose desde la propuesta de la hidroeléctrica en los gobiernos de la Concertación, no fue hasta el día en que se decide su realización por parte de las autoridades que las protestas adquieren relevancia en el acontecer político. El movimiento de “Patagonia sin represas” busca redimir a la naturaleza de la acción humana, así como incluir en su movimiento a la ciudadanía y una serie de agrupaciones a nivel nacional y mundial que luchan por la no intervención de la Patagonia chilena. ¿Qué tienen en común estos tres momentos? Hablamos de tres continentes diferentes, con identidades particulares y circunstancias políticas y económicas diversas, pero lo que les une es llevar a cabo un movimiento bajo el lema de lo “popular”. Para analizar este fenómeno, nos remitiremos al concepto de kairós. El kairós es un concepto que proviene del griego, el cual apela a un “momento oportuno o decisivo”. Una de las razones por la cual el griego adopta este significado, es para hacer la distinción conceptual con el chrónos, temporalidad que se remite al “tiempo cronológico”, es decir, el tiempo normal. Si bien, en la actualidad existe un debate en torno a la representación de este tiempo1, en nuestra reflexión
sólo consideraremos el carácter de “oportunidad” y su relación con la política desde el pueblo. Una de las características que determinarían un movimiento kairótico, se basa en la forma. En los tres casos anteriores, se presenta un parámetro común: el pueblo (laos). El acontecimiento político tiene un desplazamiento que comienza desde lo popular y se enfoca en la búsqueda de reformas que afectarán a este conglomerado. Así también vemos que lo kairótico está determinado por contener parte de las demandas no escuchadas, así como por estar constituido por quienes están excluidos de la toma de decisiones. Al respecto, Néstor Míguez ha planteado que esta exclusión de los excluidos forma parte de la utopía imperial, en tanto representa una necesidad para su existencia: “Si el imperio es el modo del control, de la cohesión del poder (de los poderes), lo laocrático es el momento de la crisis del poder, y en sus formas más extremas, el descontrol, el caos”2. Asimismo, vemos que lo kairótico guarda relación con lo expuesto por Hardt y Negri3, donde las relaciones económicas han puesto en jaque el rol de la soberanía política, constituyendo un nuevo orden que une economía y política a nivel mundial. Lo kairótico entonces, es esta respuesta a la inconformidad por una regulación económica, política y social por parte de un sistema dominante. Otro elemento a considerar en la expresión de lo kairótico es su carácter de “oportuno”. Un movimiento kairótico aprovecha la oportunidad que las circunstancias le otorgan, así como se presenta irruptivamente. Es decir, acontece dando lugar a
kairótico la espontaneidad del suceso. Por otra parte, es un movimiento que como ha expresado Alain Badiou plantea “resolver problemas irresolubles sin la asistencia del Estado [que] se vuelve el destino de un acontecimiento. Y esto es lo que hace que un Pueblo, de repente, y por un tiempo indeterminado, exista donde éste ha decidido formarse”4. Y ello se expresa en el cómo llevar a cabo el movimiento: pensando desde lo imposible, desde lo que la racionalidad diría que es difícil de asimilar y organizar –como lo es coordinar las acciones de protesta a nivel nacional o tomar una plaza pública–, son pensadas desde esta misma espontaneidad del suceso, emergiendo con mayor potencia. Por este motivo, es que estos tres movimientos se han caracterizado por el uso de las redes sociales para llevar a cabo sus irrupciones en lo político, tales como difusión por Twitter o Facebook. Esto último, determinaría una nueva forma de hacer política: ya no sólo desde las instituciones, sino desde los medios que los ciudadanos tienen a su alcance y con los cuales se familiarizan. Y no sólo desde un contexto particular, sino que también involucrando al resto del mundo en esta realidad, haciendo de un movimiento focalizado un movimiento global. Y es que la globalización no sólo ha presentado avances en lo tecnológico, sino que en las nuevas formas de hacer política. El ciudadano busca empoderarse de los lugares públicos, tales como las plazas o centros estratégicos de la ciudad5 para manifestar su malestar con el sistema imperante. Un sistema que acaece con anterioridad por autoridades que mantienen una política excluyente y que ha de-
jado sin voz a la ciudadanía. La ciudadanía, exhausta de las formas tradicionales de ejercer poder – tales como el voto o por medio de participación en partidos políticos–, busca deconstruir el concepto mismo de democracia, a partir de la singularidad del individuo. La misma que la llevó a alzarse como valor universal, expresado en derechos y libertades en la Edad Moderna. Así como un movimiento kairótico busca nuevas formas de expresión popular, también difiere en su composición. Si las revoluciones del siglo XX, estuvieron cargadas de ideologías políticas que conllevaron a reformas sociales y económicas, el movimiento kairótico no posee una ideología determinada. Tampoco hay una representación etaria. Es la unión del laos la que determina su continuidad y conformidad. En él, confluyen los individuos en representación de un pueblo común que busca la redención de un problema que les aqueja como grupo excluido, como nación, como laos. Problemas y temas que convergen en una reformulación de la política actual: nuevo planteamiento de sistemas políticos y de inclusión de la ciudadanía, temas ecológicos como respuesta a la acción humana sobre la naturaleza y crisis económicas como fruto del sistema neoliberal imperante. Para concluir, cada movimiento kairótico entonces, estaría precedido de la esperanza, al cual le acontece la redención. Y la redención como fase última, determinaría su disolución “temporal” como laos…hasta que otra situación acontezca y provoque la irrupción en torno a una causa
común. Esto es comunismo, es decir la “creación conjunta del destino colectivo”6, como diría Badiou.
Notas 1. Por ejemplo Giorgio Agamben, hace una lectura de kairós y chrónos desde la teología política del apóstol Pablo. Para él, el kairós forma parte de lo que llama evento mesiánico, el cual es “el tiempo contraído y [que] poco a poco comienza a acabarse”, a diferencia del chrónos que representa la “temporalidad [que] comprende desde la creación hasta el evento mesiánico, el cual comienza a contraerse hasta acabarse”. Agamben, Giorgio. “El tiempo que resta. Comentario a la Carta a los Romanos”. Madrid: Editorial Trotta, 2006. Pág. 69. 2. La referencia corresponde a una versión inédita en español del capítulo 6 del libro Beyond the Spirit of Empire, Rieger, Joerg, Néstor Míguez, y Jung Mo Sung.London: SCM Press, 2009. 3. Hardt, Michael, y Antonio Negri. Imperio. Buenos Aires: Paidós, 2002. 4. Badiou, Alain. “El alcance universal de los levantamientos populares”, 1 de marzo de 2011. Originalmente publicado en: http://www. lemonde.fr/idees/article/2011/02/18/ tunisie-egypte-quand-un-vent-dest-balaie-l-arrogance-de-l-occident_1481712_3232.html. Versión española en: http://lahipotesiscomunista. blogspot.com/2011/03/el-alcance-universal-de-los.html 5. Aunque el contexto es otro, podemos recordar el uso de las plazas públicas en la Grecia antigua como centro de difusión de la filosofía. 6. Badiou, Alain. “El alcance universal de los levantamientos populares”, 1 de marzo de 2011. Originalmente publicado en: http://www.lemonde.fr/idees/article/2011/02/18/tunisie-egypte-quandun-vent-d-est-balaie-l-arrogance-de-loccident_1481712_3232.html. Versión española en: http://lahipotesiscomunista. blogspot.com/2011/03/el-alcance-universal-de-los.html
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Reflexiones españ
TONI NEGRI Filosofo, Teórico Político y Activista Marxista Italiano, co-autor de Imperio junto a M.Hardt
En estas últimas semanas he estado en España por trabajo. Por supuesto he prestado naturalmente atención a los “indignados”, atravesado algunas plazas y campamentos y preguntado y discutido con muchos compañeros. ¿Quiénes son los “indignados”? No pretendo contar la historia, hay docenas de narraciones a las que fácilmente se puede derivar. Transcribo acá solo algunas notas. ¿Quiénes son los “indignados”? Democracia Real, Ya nace dos meses antes del 15 de mayo. Es una asociación de activistas informáticos, menos radical pero igualmente efectiva como los Anonymus. Ya habían aparecido contra la ley Sinde que castiga la piratería en Internet en enero de 2011 y desarrollaron una lucha contra la firma de los acuerdos entre el PP y el PSOE (derecha e izquierda), que viabilizaron esa ley, promovida además por el vicepresidente estadounidense Biden. La Asociación alienta el rechazo a la votación: “no les votes!” y desarrolla un discurso sobre el sistema representativo español, contra el sistema bipartidista exigiendo una nueva ley electoral proporcional, dirigida a fomentar el pluralismo y la equidad. Un segundo grupo interesante es V de vivienda. Es un movimiento de lucha por la vivienda que comenzó en 2005 (“por una vivienda digna”); se ha desarrollado principalmente a través de la red como reacción al estallido de la burbuja inmobiliaria. Han convocado a manifestaciones a través de la red produciendo verdaderas “nubes” con fuertes movilizaciones inicialmente pero con poca incidencia e impacto político.
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Un tercer movimiento es el de “hipotecados”. Nacido en Barcelona es una plataforma de ayuda mutua entre las familias e individuos que por las hipotecas o deudas con los bancos o desalojos privados, fueron expulsados de sus hogares. Este grupo utiliza la comunicación mediática, aunque a través de medios oficiales, particularmente apreciada, el efecto de estos poderes fue muy importante para las luchas y para la construcción de 15-M. Un cuarto grupo está constituido por las diversas asambleas y colectivos del cognitariado urbano. Estos grupos no tienen un perfil militante consolidado, se trata esencialmente de una izquierda intelectual que genera protestas y encuentra cooperación en red, asumiendo actitudes radicalísimas contra la precariedad y la incertidumbre del trabajo, así como contra los bajos salarios. Son grupos de trabajadores inmateriales que crecieron en la crisis “dentro y contra”. Durante este último tiempo, especialmente desde abril de este año, además, se ha presentado en escena incluso una red de la “izquierda autónoma” sindical a menudo vinculada políticamente a la Izquierda Unida: Juventud sin Futuro. El nombre lo dice todo. Esta organización inicia una gran agitación, con una importante capacidad de alcanzar los grandes periódicos e intentó convocar una manifestación el 7 de abril. Es un importante prólogo porque desde el 7 de abril al 15 de mayo, el anuncio de una “gran manifestación” continuó girando de manera viral en las redes. Además de estos movimientos, ¿cuál es la gente que se reunió el 15 de
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mayo en las plazas de España? Existen dos componentes principales. El primero es esencialmente la clase media empobrecida: desempleados y pequeños propietarios en crisis; profesionales que alcanzaron a despegar por cuenta propia o que fueron rechazados por las corporaciones, afectados recientemente por la crisis o acosados por las autoridades fiscales, acompañados también por los ciudadanos pobres, echados de sus apartamentos o que no han podido adquirirlos. Un segundo componente, a menudo mayoría en los campamentos, es el del cognitariado metropolitano, trabajadores informáticos y cognitivos, precarios de todos los servicios y de todo tipo de actividad inmaterial, estudiantes y jóvenes sin futuro. Algunos inmigrantes, presentes en las manifestaciones y llamados a expresarse en las Asambleas. En el movimiento son muchas las mujeres que aparecen en los debates y que dirigen la organización de los campamentos. Estos sujetos forman un movimiento que no es identitario, que no es un simple movimiento de solidaridad. Todo el mundo habla en primera persona; es un movimiento contra la crisis y la pobreza, a través de la clase media (en sentido amplio). Indignados. Son los medios de comunicación los que imponen este nombre tomado de la cartilla de Hessel. En la imposición de este nombre, el movimiento detectó el intento de reducirlo a simple protesta moral y de relegarlo a un terreno no político (con la amenaza implícita que si comenzaban a moverse políticamente, la represión caería sobre ellos). El movimiento reaccionó con un doble gesto – inmediatamente: pacífico; y, a continuación, practicando el
“rechazo de la violencia”, teorizado y proclamado como un “rechazo al miedo”. Esto es un dato importantísimo y crucial en el establecimiento y mantenimiento del movimiento. Expresa la conciencia de que, si se tiene miedo, naturalmente se debe responder de manera violenta a la violencia; y en ese caso el Gobierno buscará inmediatamente responder amedrentando (mediante un gesto hobbesiano) para incitar una respuesta del movimiento, tan violenta cuanto empobrecida, para entonces legitimar su represión. La resistencia no violenta del movimiento ha llevado a una extraordinaria aceleración, una enorme expansión (en metrópolis, ciudades, pueblos), y su aparición como “evento” incontenible.
Este propone un nuevo modelo de representación. De un lado las redes; del otro las asambleas. Partiendo de las asambleas en las plazas centrales de la ciudad se llega, a través de la red, a las asambleas locales en los barrios de la metrópoli y, a continuación, a los pueblos y ciudades pequeñas. El retorno, a su vez, es rápido y directo. La organización de base – desde la base- de las asambleas constituye, por tanto, el curso y estructura de la “democracia real” más allá de la representación. La red ofrece una temporalidad inmediata y en la organización/difusión espacial (cuando los tiempos son más largos) las asambleas institucionalizan el movimiento.
El lenguaje del movimiento es simple, popular pero no populista. Fue sugerido especialmente por Democracia Real, Ya: “no somos mercancías en manos de los banqueros y políticos”. El lenguaje se filtró a través de las redes y de una increíble cantidad de enlaces de comunicación, sitios y foros en Facebook, Twitter, etc. Que, en una democracia real el poder sea la acción que ejercitamos sobre la acción de los demás- y volver así implícita la disolución de toda autonomía de lo político- constituyó la clave del idioma del movimiento. A ello se sumó la crítica a la Constitución democrática y a los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) porque ya no coinciden con las funciones a las que fueron llamados. La dimensión pública del Estado, cuando no está atravesada por la participación de los ciudadanos, ya no puede considerarse legítima. Bajo las actuales formas lo público no pasa de ser una superestructura del sector privado. Se requiere un nuevo poder constituyente para la construcción del común. Más claramente, ¿es posible decir que el movimiento de los indignados es un movimiento radicalmente constituyente?
El 15M parece surgir de la nada. Aunque no es verdad: además del papel de los grupos, además de la aleatoriedad (latente y perversa) de la crisis, se notan en el movimiento acumulaciones, sedimentos, recomposiciones a largo plazo. . Para empezar, existen grandes analogías con lo ocurrido en mayo de 2004, cuando el “movimiento contra la guerra” se rebeló contra Aznar en los días previos a las elecciones, protestando contra la atribución que se le hacía a la ETA y a los vascos de los ataques terroristas en la estación central de Madrid. También en ese caso se produjo un enorme llamado, convocado en esa época a través de los celulares que transformó radicalmente el clima electoral y permitió el acceso de Zapatero y de los socialistas al Gobierno: la llamada “comuna de Madrid”. A diferencia de entonces, hoy, no está presente aquella enorme tensión, aquel gran miedo, aquella violencia, que en ese momento atravesaba el movimiento. Hoy en día hay un mayor sentido de la propia fuerza, mayor madurez. En aquel momento, una vez electo, Zapatero intentó responder
a las demandas del movimiento y propuso, una vez más, una hipótesis de representación política que se reveló rápidamente como una mistificación, tanto más insultante porque se trataba de una traición. Ahora no tenemos ninguna hipótesis reformista, sino más bien la conciencia de la imposibilidad de modificar el sistema. Existe la percepción (especialmente después del resultado de la desastrosa elección para los socialistas y con referencia al gran impacto abstencionista, alrededor del 50%) que los movimientos pueden hacer y deshacer los gobiernos pero con un imaginario cambiado, desde que ninguna hegemonía del partido-pensamos – podrá hoy corresponder al movimiento. “Nadie nos representa”. El sistema constitucional está en crisis. También se puede mostrar continuidad con referencia a las formas de organización del movimiento. En la configuración material de los campamentos se rescatan particularmente las formas de lucha de los trabajadores de Sintel, que durante meses acamparon en el centro de Madrid tras la desmovilización de su empresa. La tradición del acampe fue incorporada por las luchas obreras. Esto muestra cómo la intersección de los movimientos de hoy representa un paso esencial en la producción de las luchas de la multitud. De la misma forma que, a pesar que las organizaciones oficiales del movimiento obrero (sindicales y partidarias) se excluyen de las manifestaciones, la tradición de las luchas obreras se incluye en el proceso y lo desarrolla. Sólo a partir de estas notas vale la pena recordar y destacar otro elemento fundamental en este 15-M, es el “Republicanismo” implícito, el recuerdo melancólico pero radical de1936. Es toda la historia de la España de la modernidad que se pone en juego contra una gubernamentalidad capitalista y clerical,
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reaccionaria y represiva, liberal y reformista, que no tiene paralelo en otros países europeos. Todo esto ayuda a comprender la dinámica organizativa de este movimiento. Nace de una maduración capilar sobre una dimensión microsocial, completamente voluntarista. Hay un máximo de cooperación, que no es producida por los individuos y/o grupos sino organizada, por “todos juntos”. Incluso la elaboración teórica es colectiva. En las reuniones, todos tienen derecho a la palabra. El nivel de discusión es bastante discontinuo pero a menudo rico en intervenciones sustantivas pertinentes y eficaces en la propuesta. Parece increíble, pero realmente se produjeron formidables experiencias innovadoras, tanto en el terreno de la cooperación organizativa como en de la elaboración teórica: experiencias nunca repetitivas, ni burocráticas y tampoco innecesarias. Hay una madurez general que ha desarrollado habilidades: pero, sobre todo, que ha impedido contraposiciones dogmáticas y sectarias. Quienes ya se habían organizado en grupos no fueron excluidos sino que se implicaron en “todos juntos”. No hubo necesidad de un “savoir faire”, en este movimiento político particular; sólo de competencias y de capacidad para participar en un proyecto común. Los dos procesos organizativos fundamentales que se integraron fueron por lo tanto, el de la comunicación en red (que permitió la articulación de la centralización y de la descentralización) y aquel de la intersección de los componentes sociales (que permitió la recomposición social programática del proletariado social). Teniendo en cuenta estas características de recomposición (de los movimientos y de los programas) se comprende también el espíritu constituyente que evita las amal-
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gamas políticamente contradictorias (por ejemplo, entre los grupos y organizaciones que disputan usualmente la hegemonía unos con otros) y por lo tanto, que no produjo enamoramientos sectarios o abstractos, puramente movimientistas. Los indignados hablan entre sí, en las asambleas o en la red, sobre el programa, las tareas conjuntas, sobre los problemas concretos a resolver. El espíritu Constituyente es el que domina aquí. El “Todos juntos” aquí se constituyó en común. Se creó una organización de subsistencia totalmente horizontal, con su cocina y servicios de seguridad en las plazas donde se acampaba, con una centralización informativa e informática, con horarios fijos de asambleas, decisiones, actividades, comisiones, legal y médica “no a las drogas”, etc.. ¿Cuáles fueron los mecanismos de decisión en este movimiento? Democracia directa, decisiones tomadas bajo formas asamblearias y breve temporalidad (cortas) en la función de representación (portavoces). Ustedes saben que tomar una decisión en estas circunstancias requiere mucho tiempo y que el proceso de toma de decisiones a menudo debe sufrir los efectos de una discusión caótica. Sin embargo, esto no impidió que, mediante la designación de los “portavoces” (cambiantes cada día), se llegara a la toma de decisiones, a su comunicación pública – con legitimidad de uso compartido y consensuado. Tanto la decisión como la discusión son depositadas, almacenadas en el sitio web del movimiento. A este proceso corresponde en paralelo una verificación en red de las decisiones tomadas. Se pone así en movimiento una estructura policéntrica de toma de decisiones, y si bien en las asambleas la decisión requiere mucho tiempo, en las redes la verificación de la decisión es muy rápida.
Esta toma de decisiones produjo una radical novedad comparada con las experiencias más elevadas de los últimos movimientos (Seattle, Génova, etc.) cuando las decisiones colectivas difícilmente conseguían asociar la expresión exacta de los comportamientos a las urgencias del evento, aunar continuidad con extensión de la iniciativa. Para no hablar de su institucionalidad. Como ya mencionamos el movimiento surgió a partir de una serie de iniciativas de diversos grupos, en un período de experimentación de rápidas movilizaciones, con la repetición de actos relámpagos: finalmente, hubo, junto con las grandes manifestaciones, la decisión de acampar. Los acampes conformaron la consolidación de las modalidades asamblearias que los acompañaron y presentaron una relativa continuidad /ruptura con el modelo de las decisiones en red. Tanto más aún cuanto que en los campamentos la composición social se complica ya que además de los sujetos mencionados anteriormente, también nos encontramos con fracciones marginales del proletariado (cognitivo y no cognitivos), desempleados, migrantes, “locos” y/o “hippies” así como con algunos pequeños burgueses arruinados y desesperados… Todo esto pudo crear problemas que si por un lado no se pudieron resolver fácilmente, por otro no fueron dramatizados para no romper el proceso global organizativo y de toma de decisiones. Otra prueba del “sentido común” de este movimiento. Los temas programáticos debatidos en las asambleas y retomados en la circulación en la red, firmados siempre en los documentos son básicamente los siguientes: Trabajo precario. Se pide trabajo o ingresos para todos. La discusión no implica ideología o prevención “laborista” (los sindicatos, sea la
UGT o las CO son excluidos, así como toda otra fuerza política): decir “trabajo para todos” significa decir “ingresos para todos”. El tema de la renta universal es bastante difuso. Se vuelve hegemónico cuando los trabajadores autónomos de segunda generación representan la mayoría en la Asamblea. Pero además: reducción de la jornada de trabajo, jubilación a los 65 años, seguridad laboral y detención de los despidos, ayuda a los desempleados, etc.
por especulación y por malas praxis bancarias, etc. El concepto fundamental expresado en las reuniones es que hay una gran riqueza social, pero es expropiada por el fisco y los bancos. Las operaciones bancarias tal cual se presentan hoy en día son consideradas como usurarias frente a los pobres y prepotentes con relación a la sociedad. Se pide la generalización de la tasa Tobin también a los intercambios entre bancos nacionales e internacionales.
Derecho a vivienda. Expropiación de viviendas no vendidas y su transferencia a un mercado de alquiler controlado. Plan para la cancelación de hipotecas, etc.
Sistema electoral. La solicitud de modificación de la ley electoral y de las reglas de la representación es muy fuerte y es tema de la más alta urgencia. Se entiende que el sistema bipolar español se ha vuelto intolerable y que las dos grandes fuerzas políticas son igualmente corruptas y responsables de la crisis. Se pide igualmente que el sistema electoral sea modificado cambiándose a un sistema proporcional y se lanzó una propuesta de referéndum sobre este tema (500.000 firmas). Además, de la libertad de los ciudadanos y la democracia participativa, no al control de Internet y la abolición de la ley Sinde, generalización del método refrendario, etc.
Impuestos. Crítica al fuerte trato desigual entre los trabajadores dependientes y los trabajadores independientes, por parte del fisco. Aumento del impuesto sobre las grandes fortunas y los bancos. Relanzamiento del balance fiscal. Control real y efectivo del fraude fiscal y de la fuga de capitales hacia los llamados paraísos fiscales. Pero el debate está dirigido principalmente a los bancos, las estructuras financieras, etc. Prohibición de cualquier inyección de capital en los bancos, responsables de la crisis. Control social de los bancos. Sanciones. Sanciones
El sistema judicial. Se considera que está completamente en manos de los
políticos y banqueros, incapaz de perseguir a la corrupción y sobre todo inepto para intervenir en la corrección del déficit de la representación y extender un sentido igualitario a todo el sistema normativo. Cuando se habla de la justicia, se contrapone a la corrupción política un discurso de dignidad y no un discurso pequeño burgués moralizador, sino un fuerte sentimiento de autonomía ética y política. Servicios comunes. Reorganización de los servicios de salud. Negociación con los sindicatos de profesores para garantizar una adecuada proporción de alumnos por aula y de grupos de apoyo escolar. Educación universitaria gratuita. Financiación pública de la investigación a fin de garantizar su independencia. Transporte público de calidad y ecológicamente sustentable. Establecimiento de redes de control local y de servicios municipales, etc. etc. Hay algunas cuestiones que fueron evitadas en las asambleas. En primer lugar lo “nacional”, vale decir que no se enfrentaron los diferentes nacionalismos (tan habitual en el debate político español), y se habló en todos los idiomas, castellano, catalán, vasco, etc. Esto es un elemento sumamente importante en
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la experiencia de los campamentados. Otros temas excluidos de la discusión: Europa y, parcialmente, la guerra (en su lugar es atacado el gasto militar del Gobierno). Sin embargo, la esencia del debate sobre estos temas es muy bizarra, y corresponde todavía a la falta de información y a la fuerte ambigüedad que normalmente se escucha sobre la cuestión de Europa y la Alianza Atlántica. ¿En que puede derivar este movimiento en una perspectiva de largo plazo? Puede constituir un contra poder permanente y/o organizarse como poder constituyente. Es difícil predecir cuál será el camino: organizando una especie de doble poder (eventual o periódico) o desarrollando un poder constituyente que intente una penetración y transformación de las estructuras del Estado. Lo cierto es que, desde adentro de la práctica de la Plaza contra el Gobierno, aparece positivamente el proyecto de una regeneración republicana: la República contra el Estado, así como fuera vivido este proyecto en la tradición española
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(antes y durante la guerra civil) En este sentido, debemos tener en cuenta que España, 30 años después del final del franquismo, todavía carece de una crítica del fascismo, carece aún de una denuncia sobre la continuidad de la derecha financiera y empresaria con el régimen de Franco. Esto significa que el movimiento, también, y sobre todo en su éxodo actual, se encuentra radicalmente a la izquierda, pero ciertamente lejos de la izquierda representada por Zapatero, cuya política siempre fue una gestión servil del capital. El 15-M no se opone a la política en general, aunque sí al sistema de partidos. Como ya se mencionó, se habla poco de Europa en los campamentos. Cuando se habla, recuerda mucho a la opacidad. Sin embargo, es particularmente evidente la necesidad de un relais europeo, de la asunción de una dimensión continental en la discusión política. ¿Qué pasará en el movimiento de corto plazo? Hay tres posibilidades a tener en cuenta. La primera es la de la derrota por la frustración; la
segunda es la de una radicalización grupal. La tercera es la de una reterritorialización estable, en los barrios, en la sociedad con una capacidad de movilización continua. Parece que los manifestantes quieren federarse en un movimiento sociopolítico, con especificidad para cada región y una auto administración a nivel territorial. Todos los 15 de cada mes, los grupos regionales deberán ponerse de acuerdo sobre una plataforma de reivindicaciones y un calendario de movilización. Sin duda que habrá una continuidad del movimiento por lo menos hasta las elecciones generales del próximo año. Queda por ver si la adhesión de la población se mantendrá igualmente masiva hasta el próximo período. Esto dependerá, en parte del comportamiento de las autoridades: si reprimen el movimiento y la solidaridad que lo caracteriza se reforzará. Sin embargo, los problemas fundamentales que permanecen abiertos en este momento son principalmente las relacionadas con la reterritorialización del movimiento y la construcción de una red europea.
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Arturo Aguilera Ю́рий Алексе́ евич Гага́ рин
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POR UN SALARIO
SOC al estudiantil
Todo aquello por lo que aún hay que luchar. La situación actual de efervescencia social (descontento, agitación y lucha), ha dado razón a una serie de interpretaciones con respecto al nuevo rol de la sociedad civil, la voluntad de empoderamiento de la multitud y la transformación de las formas de expresión social. A primera vista, pareciera comúnmente aceptado (por arte de esa evidencia que olvida feliz que aún estamos rodeados de trogloditas) que 1nos encontramos en un contexto de luchas globales, aún no articuladas entre sí, pero que hablan de una posición general permitida por la globalización y generada por la desregulación desenfrenada de la sociedad neoliberal y la precariedad como condición expandida producto de ello; 2- en el caso particular de Chile, este movimiento se asume como un despertar generacional por quienes no habiendo vivido la violencia represiva de la dictadura siguen siendo gobernados por la misma institucionalidad, materializada por la constitución del 80, siendo estas demostraciones provocadas por una voluntad política de empoderamiento y participación institucional de la llamada sociedad civil; 3- ha habido una innovación en cuanto a las formas y los canales de expresión del movimiento, claramente desmarcado de la institucionalidad política (salvo por algunas dirigencias de Centros de Estudiantes), siendo así
la sociedad civil como conjunto la que se expresa, saliendo masivamente a la calle e incluyendo procedimientos artísticos o performáticos a la actividad política. Este último punto, a esta altura super-asumido, no tan explicable por la idea ingenua de que el movimiento pueda ser despolitizado como por el fracaso histórico de las experiencias partidarias y por las posibilidades de organización horizontal brindadas por la tecnología comunicacional, ha aunado las causas en torno a las problemáticas concretas de la educación en medio de un consenso generalizado por parte del movimiento que da razón a la nula formulación de propuestas revolucionarias por parte de facciones considerables de los manifestantes, pero no disculpa la clara falta de una crítica radical que permita un “ir más allá” de la situación actual. Al igual que en el 2006 y contrariamente a los estudiantes de Mayo del 68, el movimiento estudiantil peca de falta de realismo exigiendo lo evidentemente posible. Sobre la miseria radical del Estudiantado Ya que nos hemos referido a Mayo del 68, cabe mencionar un folleto publicado en medio de ese contexto de efervescencia por la Internacional Situacionista titulado “Sobre la miseria en el medio estudiantil” para volver a uno de los primeros
postulados, que nos permite pensar la situación actual del estudiante y una política posible del movimiento: el estudiante vive en la miseria y es miserable. Esta situación es enmascarada por lo que los situacionistas consignan como un “fetichismo de los hechos”, en el que el punto de vista de la especializaciones universitarias como hoy las demandas restringidas esconden la totalidad de la condición del alumnado como tal y el carácter y el contexto de su lucha, llegando a lo sumo a, que con lo de más buena fe, se caiga, “de nuevo, en la moral de los profesores, la inevitable ética Kantiana de una democratización real por medio de una racionalización real del sistema de enseñanza, es decir la enseñanza del sistema”. Así, a pesar de las limitaciones del análisis situacionista por falta de conocimiento del rol productivo del estudiante en el contexto de un capitalismo de carácter fuertemente cognitivo, podemos complementarlo estableciendo que la situación de miseria del estudiante es producto de una serie de elementos intrínsecos a su condición, resumibles por las siguientes características: 1- viniendo la mayoría de los estudiantes del sector más desfavorecido de la sociedad (situación aplastante en la educación básica y media, y cada vez más en la educación universi-
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! cognitiva de la que los estudiantes son parte tan crucial como el propio proletariado y cognitariado, insertos en la multitud toda; 2- más miserable es la miseria del estudiante cuando vemos el orgullo que siente de su condición de estudiante, orgullo de un futuro materializado en un diploma y la categoría de ‘profesional’ -como si esto lo liberara de cumplir ordenes a cambio de un salario que le asigna un valor medible a su trabajo vivo (enorme es la miseria, Y EL ESTUDIANTE PAGA), sea trabajo material, creativo o afectivo-. Si no es orgullo de ser futuro explotado con satisfacción de desclasado, siente orgullo de su presente, de estar en un proceso de “aprendizaje”, como robert doisneau
taria), tratándose en particular de una sociedad en la que aproximadamente el 60% no gana más que el sueldo mínimo, los estudiantes no ganan ni siquiera el sueldo mínimo y, es más, tienen que pagar para ser educados cifras que muchas veces superan la del sueldo mínimo. Esto aún cuando los estudiantes ocupan un lugar central en la reproducción del sistema de producción capitalista, la única promesa de continuidad del trabajo en su productividad material y, tanto más, inmaterial, actual (la calificación necesaria desde el manejo de una máquina hasta de las labores comunicativas de la industrias de servicio), y eso sin siquiera considerar la producción social y
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el monaguillo siente orgullo de ser una oveja de Dios, aún cuando la universidad se caiga a pedazos -lejos ya de su esplendor en viejos tiempos de la burguesía- y los profesores se convierten en tecnócratas de un conocimiento tan práctico como insoportablemente banal o, si son buenos, enseñan aquello que nunca le va a servir a nadie y está condenado a desaparecer de las mallas curriculares. Todo en nombre de un saber del que se creen ingenuamente, con la cabeza en la horca, que la Universidad sigue siendo la sede. El estudiante de manera no más favorable, “es el hijo sumiso agradecido”. 3- tienen razón los situacionistas en ver un tercer factor de miseria en la cultura misma del estudiantado, fuertemente compenetrada con la cultura de masas de las grandes industrias culturales, tanto en sus gustos musicales como cinéfilos, por no hablar de la miseria en la lectura, no peor que la escritura de estos días. Los exponentes de la “contracultura” por su parte, en la mayoría de los casos no presentan una alternativa mejor, y el discurso hoy en boga de “volver a lo chileno” (como si ser chauvinista fuera hoy una forma de resistencia), mentalidad encarnada por las figuras de los nuevos cantautores como Manuel García o Camila Moreno, no es otra cosa que la expresión máxima del derrotismo decadente del estudiantado chileno, incapaz de superar no ya la lucha de sus padres, sino siquiera sus derrotas. Así, tenemos que la cultura rebelde del estudiante es, en la mayoría de los casos, constantemente coaptada (¿?) por una industria cultural que busca canalizar el ya mítico “exceso de hormonas” de la juventud, y que en otra época sirvió para naturalizar la rebelión con la inmadurez y la estupidez (pero que al menos entendía la rebelión como tal), hacia la idea burda de que ahora bailar reggaeton es ser rebelde, y eso aún cuando sexual-
mente los jóvenes son tan enfermamente retrógrados como los viejos, con esa ingenuidad de creer que apoyar el matrimonio homosexual y condenar la discriminación es la revolución sexual que nos liberará definitivamente de Freud. Pero no es sólo la miseria de la industria cultural, de la que no podríamos esperar menos, ni la falta de respuestas por parte del estudiantado al constante esfuerzo de la industria cultural por anularlo y estupidizarlo lo que nos habla de su miseria profunda. Por lo demás, en las alternativas políticas más extendidas en este medio también vemos una clara tendencia a la miseria, incapaz de superar en la mayoría de los casos, si no son directamente de derecha, el infantilismo ‘progresista’. Así, cuando son “conscientes”, todos convergen a la hora de criticar la Concertación por una cuota miserable de asistencias sociales que no realizó, pero creen que si votan otra vez por ella quizás consiguen algo nuevo, o al menos que la derecha no termine de privatizar Codelco y, acá lo peor, con todo eso creen que con su voto están haciendo democracia y van a votar de buena gana. No mucho mejor es la situación de los partidos de izquierda “más a la izquierda” (y sí, entiéndase por eso, sobre todo, al famoso Partido Comunista y sus juventudes), que creen en lo mismo que los que terminan votando Concertación (de hecho ellos también terminan votando Concertación), pero además creen que como partido representan algo más que a sí mismos, y que si no han superado el 5% en las urnas no es que porque tengan la misma estructura de partido que les dejó la URSS y un proyecto de transformación tan frío como testículos célibes, sino que es por los males del consumismo, la inconsciencia, el desinterés ciudadano, por el destino o, si son optimistas, una cosa Dios (que por lo demás todos saben que es derechista), que no les ha dado
una oportunidad. Los ‘radicales’, por último, dignos del mejor colegio de monaguillos, aceptan, aplauden y terminan infligiendo los mismos discursos que nos martirizan con el jerigoncio de las revueltas sociales del siglo pasado, incesantemente desde hace 70 años. Se trata, principalmente, de trotskistas y anarquistas que, los unos pregonan el fin definitivo de la burocracia estalinista en Rusia y el agotamiento de toda posible reflexión marxista el mismo 1940 con la muerte de Trotsky, que por lo demás era un hombre bueno y, los otros, la convicción de que su burda ética humanista hace innecesaria toda política, y que la firmeza del lema “muerte al Estado” los excusa de tener que leer literatura anarquista. Aún así y a pesar de la situación descrita de profunda miseria del estudiante, tenemos que hoy en día las movilizaciones de este sector dan razón a la posibilidad de un nuevo período de luchas sociales, pero que éstas no pueden analizarse ni, luego, radicalizarse hacia un cambio general de la sociedad y el fin del capitalismo más que en consideración de la miseria descrita. Una critica de la situación actual. Como anunciábamos, las protestas de los últimos meses han traído a escena cambios significativos para el movimiento social chileno. Tímidamente han dado cuenta de una sociedad que quiere autonomía y, más explícitamente han marcado una diferencia respecto de la política tradicional de los movimientos sociales. Aún así, no podemos hablar de una renovación real de las lógicas del movimiento y se hace importante una crítica profunda de éstas que nos permitan, en segunda instancia, ir más allá de los temas puntuales de la educación hacia un proyecto de sociedad nueva que emerja desde la lucha misma y, no menos importante, nos evite una derrota como la ya
magistral aniquilación del movimiento ‘pingüino’ el 2006. La miseria moral y cultural del estudiantado tiene su parangón en ciertas lógicas particularmente latentes en determinados sectores del movimiento que, por lo demás, hoy en día han dejado de ser las hegemónicas, aunque no por ello menos relevantes. Podríamos decir que es la lógica del pragmatismo, típico de las dirigencias; un pragmatismo agudo, metastático, sintomatizado por una cierta concepción devota de realismo, mesura y coherencia en términos de la burguesía más pacata. Es la lógica del cálculo, de la pura posibilidad de la reforma, las exigencias bien definidas y bien delimitadas en un buen petitorio, y pensadas en relación exclusiva al Estado (beneficios sociales, regulación, etc.) y la posibilidad de éste para llevarlas a cabo. Por lo demás, y pensando particularmente en el carácter de este movimiento último, este tipo de demandas van la mayoría de las veces detrás de un proyecto de “mejoras educativas” que, si bien plantea la aberración de tener que pagar por estudiar, parece incapaz de seguir una política consecuente con la miseria real del estudiantado y, por el contrario, la acrecienta empobreciendo el movimiento a una pura teleología: a la concreción de una exigencia como única potencialidad y finalidad de éste. Estas exigencias pragmáticas se desprenden fácilmente de la crisis evidente del sistema educativo como respuesta, pero ven la única mejora posible en un retroceso a la universidad 100% estatal y con ello, tienen por objetivos la misma mentalidad productiva del capitalismo, mas, con una afección particular por el Estado. Así, fijémonos por ejemplo en la exigencia de “calidad” en la educación, esbozada repetidas veces por el movimiento estudiantil: una calidad como elemento medible, estándar, que con esto sólo asegura formar
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trabajadores más aptos para ocupar los puestos que ofrece el mercado, que no parece buscar nada más que un fortalecimiento del sistema mismo, de sus instituciones y de su productividad vampirezca. En términos marxistas, podríamos decir que tras estas lógicas del estudiantado, se esboza un movimiento efectivo que funciona en sí, un movimiento de cálculo donde la movilización es un gesto medido en función del costo/ beneficio, propio al capital político, y que como proyecto de transformación no podría ir más lejos que hacia un fortalecimiento del capital y sus instituciones. Por el contrario, nosotros decimos que el paso a una política de lo común tiene que ser construir un movimiento para sí. Por lo demás, tenemos que un movimiento sostenido por ésta lógica -un petitorio limitado y un discurso pragmático y vanamente humanista de lo justo y lo posible en vistas de un apoyo de consenso- es presa fácil de los dispositivos del capital y sus aparatos ideológicos, que hábilmente desplazan la realidad del consenso y reemplazan la realidad por el espectáculo, llegando a manejar fácilmente el estado del movimiento. Es lo que se hizo evidente tras el pingüinazo del 2006, cuando los medios de prensa, apoyando ellos mismos el movimiento que en un principio negaron y, es más, construyéndose como el principal apoyo a los estudiantes frente al gobierno, lograron convertirse en la realidad misma del movimiento, de modo que cuando dijeron que el movimiento se acababa esto ocurrió efectivamente. Así, una vez que los estudiantes se dieron cuenta de la situación y reanudaron las protestas, los medios pudieron decir, con su humor insoportable, “ya tuvieron una respuesta y todavía quieren más”, matando toda posibilidad de cambio hasta hoy. Así, lo que vemos emerger como diferencia en estas últimas moviliza-
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ciones en amplios sectores del movimiento es una fuerte diferencia con respecto a una manera tradicional de hacer política de los estudiantes en los últimos 20 años, diferencias que se expresan tanto en la forma, marcada por la búsqueda de nuevas maneras de protestar -lo que ha permitido que la multitud, como tal, tome un protagonismo real en el movimiento-, como a nivel de los deseos de la Multitud. De hecho, este movimiento, más allá de la idea de ser un despertar generacional por quienes no vivieron la violencia de la dictadura y a pesar de la contingencia misma de la educación, ha sido una explosión de deseos que, como tal, constituyen resistencia al capital y su orden normativo y racionalizador, y que en su interacción construyen una comunidad de lucha y una experiencia de vida que se anuncia desde la potencia del momento mismo. Esta liberación del deseo rompe con los moldes que el poder ha impuesto a las pulsiones individuales y sociales de la multitud. La familia, la pareja, el colegio, las universidades, y esperamos que muy pronto el trabajo, muestran los límites que el deseo logra desbordar al salir a las calles, comenzando a liberarse del cautiverio al que el capital lo ha sometido. De ahí el ímpetu y la creatividad del movimiento. Pero también de ahí el temor de los políticos y del capital en general. La explosión del deseo de la multitud no puede ser controlada con los mismos viejos métodos de antaño, la razón es una: el deseo no puede ser engañado, e incluso es imposible predecir a ciencia cierta que es lo que se trae entre manos, qué tan lejos pueda llegar. Perspectivas: una política posible para la Multitud. Los análisis anteriores referentes a la miseria del estudiantado y el pragmatismo conformista de una fracción considerable del movimiento actual nos obligan a pensar en una
política posible para el momento y para el movimiento estudiantil en general. Así, tomando en cuenta el análisis anterior de la miseria del estudiante en tanto productor de conocimiento, podemos decir que el estudiantado se constituye como una clase dentro del capitalismo cognitivo actual, y que en tanto clase las reivindicaciones de su explotación están recién empezando. Como tal, y asumiendo al estudiante como el trabajador más precario, pues no sólo no se le paga sino que además paga por serlo, y considerando lo que debería ser un programa mínimo del movimiento, no podemos menos que apoyar su reivindicación por la gratuidad de la educación como se apoyaría el derecho de un hambriento a un pan, y exigir el reconocimiento de su condición productiva. Y no sólo eso sino aún más, afirmamos que el estudiante debería ser remunerado por su labor, tal como se remunera a un obrero y como el gobierno “progresista” de la señora Bachelet ha abogado por que se remunere a la dueña de casa, asumiendo la función productiva de los conocimientos y los afectos en el capitalismo contemporáneo: un salario general que la cooperación inminentemente productiva de la Multitud plantea como una urgencia social. Mas, todo esto no conformaría más que un programa mínimo de lo que deberían ser las exigencias del Estudiantado, sin siquiera plantear un cambio sustancial en la producción capitalista misma y de sus instituciones. Por ello, es imperativo ir más allá aún y reconocer que en nuestros días la universidad, tanto como la escuela, son instituciones en decadencia, atravesadas por una crisis profunda producto un capitalismo cognitivo que ha desplazado de ellas la centralidad de la producción de conocimiento. La universidad se funde así en la sociedad, siendo ésta entera la que produce los conocimientos, desarmando los enclaves antes privilegiados, y pas-
en determinados establecimientos estudiantiles, sembrando las semillas del contrapoder que termine con la mala educación y su servidumbre al capital-vampiro. Es lo que, como experiencia, han estado promoviendo los estudiantes del Instituto Barros Borgoño, una propuesta que nace de la necesidad del momento, por el terrorismo de Estado que amenaza con perder un año en sus terribles instituciones, y la necesidad de auto-formarse para enfrentar los contenidos de esta lucha. Esta experiencia constituye para nosotros el punto de inflexión de la educación de mercado y el mal gobierno sobre nuestras vidas. Es la semilla del poder popular, la autonomización de la Multitud, y el lugar desde donde se vislumbra la consumación de nuestro poder autogestionario. Creemos que la radicalización del movimiento está en la extensión de esta experiencia todo a lo largo de los espacios de lucha, sin excluir un nivel inferior de nuestro programa que siga pujando por el punto señalado anteriormente, la gratuidad de la educación, un sueldo social que incluya al estudiantado y el reconocimiento de su condición productiva.
Sólo entonces lo que ganemos va a ser más que migajas; sólo entonces evitaremos que el estudiantado siga siendo arrinconado en la miseria por la política burguesa y el falso discurso del ‘progresismo’. No tenemos nada que perder, pues esta educación no vale nada. Solo nuestra educación nos puede prepararnos para la transformación social que tan fuertemente se hace llamar; solo la experiencia de la lucha, la autoformación y el contrapoder pueden hacernos ver cuan innecesarias son las estructuras del capital gobernando nuestras vidas. Si algo tiene de cierto que el fin de la juventud ha sido hasta ahora un imperativo de sentar cabeza, el fin de un ciclo de luchas, es porque los que nos preceden ya vivieron las derrotas del pasado. Si somos jóvenes no es para vivir un corto verano de rebeldía, como cosa natural de nuestra edad, hormonas que tengamos de más; sino por la certeza de que somos demasiado jóvenes para seguir esperando. La hora de sentar cabeza no llegará jamás.
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ando la Universidad, a su vez, a un lugar inmediatamente productivo, en un sentido bruto, en nada distinto de la fabrica. Sus resultados, por tanto, su exclusividad, no está en el aprendizaje, sino en la constitución de una escala de valores de los distintos conocimientos en función de las disciplinas y los grados de los diplomas. Como tal, es imperativo decidir que no queremos revivir estás instituciones-zombie; no queremos marcar un retorno a los tiempos de gloria de la burguesía con universidades de elite ni seguir avalando la evaluación económica de nuestro conocimiento vivo y productivo con diplomas profesionales producidos industrialmente. Cuando hablamos de asumir estas determinaciones políticas no apelamos a una negociación ciega del estudio al que como un ritual nuestros padres nos sacrifican; ni siquiera hablamos de utopías, sino más bien de la experiencia concreta de las luchas en las que el movimiento comienza a determinarse autónomamente, efectivamente, y, más concretamente aún, de las prácticas autogestionarias que en éste mismo movimiento que hoy estamos viviendo se han dado
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LO QUE ESTÁ EN JUEGO ES LA DE UNA UNIVERSIDAD Entrevista a Gigi RoGgero, Julio 2011 En el contexto de las protestas que los últimos meses han sacudido Chile por el tema de la educación y queriendo hacer un aporte en la reflexión radical de ésta, convertida en un problema global, y asimismo apuntando a la artículación del movimiento estudiantil de los distintos países, hicimos estas preguntas a Gigi Roggero, activista italiano miembro del colectivo trasnacional Edu-Factory -del que Multitud también es parte-, cuyo foco está, justamente, en los conflictos las transofrmaciones de la Universidad y los conflictos del conocimiento.
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n primer lugar, a modo de presentación, ¿Qué es EduFactory? Edu-Factory es un colectivo trasnacional dentro y en contra de la universidad global. El proyecto partió a principios del 2007 con una lista de contactos (edufactory@listcultures.org), una página web (www.edu-factory.org) y dos rondas de discusión: una primera centrada en las transformaciones de la Universidad y los conflictos en la producción del conocimiento y una segunda sobre los procesos de jerarquización en el mercado de la educación y la construcción de instituciones de lo común. Hemos tenido una gran participación de académicos militantes y activistas
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de todo el mundo, y los materiales de debate han sido publicados en un libro que ya ha salido en inglés, italiano y castellano. Luego de esta primera fase de Edu-Factory, el 2009 vimos una fricción productiva entre el nivel global de nuestro proyecto político y su base original, principalmente en Europa occidental e Italia, donde está el núcleo del proyecto. Entonces comenzamos un proceso de transnacionalización del colectivo: hoy en día se compone de alrededor de 30 activistas de Europa del Este y Oeste, de América del Norte y de Latinoamérica, Australia y Asia, parcialmente. En esta segunda fase Edu-Factory ha dado cuerpo a la intuición inicial y lo que está en juego: construir una política trasnacional. De hecho, pensamos que las fronteras del Estado-Nación no son ya el lugar de la organización antagónica, porque las luchas proletarias, de la clase trabajadora, las luchas estudiantiles y anticoloniales del último siglo han determinado un nuevo espacio, un espacio trasnacional. Ahora, Edu-Factory es una maquina política compleja con diferentes articulaciones: la lista de contactos (que se ha transformado en un espacio de debate y circulación de las luchas), la página web, la
revista, las campañas (por ejemplo, el año pasado empezamos una campaña global contra la deuda y por el “derecho proletario a la quiebra”). Sería errado calificar a Edu-Factory como un movimiento teórico, porque la producción antagónica de conocimientos es siempre inmanente a la construcción subjetiva y a la composición del trabajo vivo. Además, hoy día la actividad teórica cruza completamente la producción de relaciones y luchas de clase, transformando y mezclando las clásicas figuras del intelectual y el militante. De hecho, Edu-Factory está convirtiéndose en un espacio de organización de luchas: promovimos la red Europea y trasnacional KLF (Frente de Liberación del Conocimiento), y un proceso de conexión entre los estudiantes europeos y las luchas universitarias con las insurrecciones en Tunisia y el norte de África. Estamos intentando hacer una iniciativa similar en Norteamérica, y pensamos que es de suma importancia intentar hacer lo mismo en el extraordinario laboratorio político que en los últimos años ha sido Latinoamérica. Este proceso de organización trasnacional y composición de las diferentes luchas y subjetividades es lo que llamamos lo común.
CONSTRUCCIÓN
AUTÓNOMA
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omando en cuenta la perspectiva de Edu-Factory, ¿en qué medida la Universidad se ha transformado en un problema global y cuál es el carácter que han adquirido las luchas estudiantiles en este contexto? Hablar de la universidad global no significa que estemos ante un mundo homogéneo o plano. Se trata de la existencia de tendencias comunes y de diferentes formas de traducirlas en los distintos contextos. En forma sintética, podemos señalar cuatro tendencias principales: a.- La centralidad del conocimiento en las formas contemporáneas de trabajo y producción. Es lo que llamamos capitalismo cognitivo, es decir, los cambios del trabajo, la organización productiva y la persistencia del sistema de explotación. Por lo tanto, hablar de cognitivización del capitalismo no significa la desaparición de las fábricas, o que nos enfoquemos en un sector determinado de los trabajadores (los llamados trabajadores del conocimiento), sino que indica la nueva cualidad de la composición de todo el trabajo vivo a escala mundial, y el proceso capitalista de segmentación y jerarquización de éste. b.- La corporativización de la uni-
versidad. Esto no significa solamente la entrada de fondos privados en las instituciones públicas. Tomemos, por ejemplo, los modelos estadounidense y anglosajón: la definición de las universidades corporativas no depende de su situación jurídica, que en ambos casos son públicas y privadas a la vez, es decir, financiadas por el Estado y por aportes privados. Hablar de universidades corporativas significa más bien que la propia universidad tiene que convertirse en una empresa, es decir, trabajar en el cálculo costo-beneficio, la racionalidad del presupuesto, basarse en el beneficio de la renta, competir en el mercado de la educación global, etc... Esto implica pensar el problema de la universidad más allá de la dialéctica de lo público/ privado, o del Estado/mercado, porque son dos caras de la misma moneda capitalista. c) La financiarización de la educación y el bienestar. En varios países, a pesar de las tazas crecientes, ha habido un aumento de la matrícula. Pero, ¿cómo es esto posible, considerando la generalización de la precariedad y el empobrecimiento? La respuesta: a través del sistema de deuda. Frente al desmantelamiento del bienestar, la deuda ha sido la manera de acceder a las necesidades sociales
(vivienda, educación, salud, movilidad, etc.). Entonces, podemos hablar de una financiarización de la vida. Pero si pensamos en el origen de la crisis actual y en la crisis de las subprimes, producida principalmente por un sector del proletariado que se negó o no pudo pagar la deuda, se vislumbra la fragilidad del sistema. Tenemos que exigir el derecho a la quiebra, derecho de los estudiantes y de los trabajadores precarios; tenemos que tomar el dinero y no pagar nuestras deudas con los bancos y las instituciones financieras. Este es el nuevo nivel de la lucha por la reapropiación de la riqueza social que producimos en común; la organización de nuestra riqueza común (commonwealth). d) El surgimiento de una nueva figura del estudiante. Este ya no es fuerza-de-trabajo-en-aprendizaje, pero, desde el momento en que produce conocimiento, tenemos que el estudiante es un trabajador, y un trabajador precario. Podríamos decir que hay una continua superposición entre el mercado de la educación y el mercado laboral (pensemos en el “aprendizaje permanente” o el sistema de acreditación). De hecho, el tema de la precariedad y de la devaluación (déclassement) de los títulos ha sido central en las luchas universitarias
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de los últimos años. Hoy en día, hablar del movimiento estudiantil implica inmediatamente hablar de un movimiento del trabajo vivo: las luchas escolares y universitarias tienen inmediatamente un carácter de clase. Detengámonos en lo siguiente: cuando hablamos de universidad global no sólo estamos hablando de una universidad en crisis, sino de la universidad de la crisis. Es decir, la universidad se globaliza a sí misma a través de su crisis. En Edu-Factory hablamos de la situación actual como una doble crisis, véase, crisis de la universidad y crisis económica mundial. Desde nuestro punto de vista militante, hablar de una doble crisis implica identificar una subjetividad antagónica y una posibilidad de transformación radical. De hecho, la crisis es una gran oportunidad, ya que se determinó en primer lugar por las luchas y un gesto de clase, de resistencia, contra la explotación capitalista.
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n los últimos meses, Chile ha sido sacudido por las mayores protestas sociales en los últimos 20 años. Dentro de estas manifestaciones el movimiento estudiantil ha tenido un rol protagónico, demandando el fin del lucro en la educación, acabar con el endeudamiento, mayor acceso y calidad, así como educación gratuita financiada por el estado. Si bien las demandas presentadas representan un avance respecto a la situación de la educación en Chile, no se ha desarrollado una crítica más aguda al sistema educativo en sí, que pusiera en duda, entre otras cosas, el sistema de exámenes, la jerarquía profesor/estudiante, o las estructuras capitalistas más fundamentales de la universidad. ¿En qué medida consideras que un movimiento estudiantil de éste carácter puede constituir un aporte desde la per-
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spectiva de un proyecto de la multitud, y cómo crees que se podría evitar, si es que es posible, caer en una lógica de fortalecimiento del capitalismo cognitivo mismo y sus instituciones? Me parece que lo que me cuentan de las grandes luchas estudiantiles en Chile y de sus pretensiones, definitivamente, comparte un plano común con las luchas actuales en Europa (de Grecia a Italia, del Reino Unido a España, etc), no sólo por la cara global de nuestro enemigo, la acumulación capitalista, sino ante todo por la forma común de las subjetividades autónomas y de sus prácticas. Siguiendo lo que les decía, tenemos hoy que las promesas progresistas del capitalismo se han acabado: la idea –enraizada en la izquierda tradicional y en el discurso reformista– de la escuela y la universidad como un ascensor de movilidad social, sin duda, ha llegado a su fin. La precariedad se convierte en un elemento permanente. Dije antes que la naturaleza del movimiento estudiantil es de clase, pero podemos decir más: ya que no hay clase sin lucha de clases, las luchas estudiantiles producen una nueva composición de clase. Y no es solo porque los estudiantes, los jóvenes, los trabajadores cognitivos precarios y los desempleados sean las principales figuras en el movimiento: hace poco estuve en Túnez en una iniciativa de KLF, y fue realmente emocionante ver cómo la composición política del movimiento revolucionario es muy similar a la composición de las luchas en Europa, y lo que ustedes me describen de Chile. En este contexto, el problema es: ¿cómo transformar este plano común de las luchas en una organización común y un programa autónomo? De hecho, cuando hablamos de lo común no apuntamos a un pro-
ceso mecanicista de liberación. Lo común tiene una doble condición: es lo que producimos y lo que el capital captura; es la potencia de una nueva relación social y lo que el capital explota. No hay común sin luchas por lo común. Así, el problema es la construcción de las instituciones de lo común, es decir, la organización autónoma de nuestra vida en tanto multitud y la destrucción de los dispositivos capitalistas de captura.
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aliendo del discurso liberal y humanista, fuertemente arraigado en la izquierda tradicional, donde la educación suele ser vista como un valor en sí, ¿qué rol le otorgas a la educación en el contexto de la producción capitalista y la reproducción de las estructuras sociales? Tienen razón en que el conocimiento y la educación hacen parte de una peligrosa mitología de la izquierda tradicional que tenemos que combatir y olvidar: en el capitalismo contemporáneo, el conocimiento es un bien central. De hecho, no hay neutralidad del conocimiento, siempre es un campo de batalla, una cuestión de producción y relaciones de fuerza. Pero, ¿qué sucede cuando el conocimiento se convierte en la fuente principal y en el sentido de la producción? El capital no puede controlar la cooperación social ascendente y tiene que capturarla aguas abajo (a través de dispositivos de propiedad intelectual, de la financiarización, etc.). Nosotros llamamos conocimiento vivo a la cualidad actual, contemporánea, del trabajo vivo. Es el recurso extremo y la amenaza mortal del capital. Dado que la producción está cada vez más basada en la cooperación común, cooperación que el capital no puede organizar desde arriba, la crisis se convierte en un estado permanente.
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Crees que sea posible una educación completamente desligada del sistema capitalista, es decir, ya no al servicio de ciertas estructuras de producción y dominación? Y de ser así, ¿podría ser ésta una experiencia educativa masiva, no sólo particular o aislada? Esta es una pregunta crucial. Lo que llamamos instituciones de lo común no son islas felices o utopías, y no tienen nada que ver con la burocracia ni la idea clásica de la institución: las instituciones de lo común son la organización colectiva de nuestra libertad y de la cooperación autónoma. No son
AFICHe mayo ‘68
En el capitalismo contemporáneo, la escuela y la universidad ya no son los sitios privilegiados de la producción y la transmisión del conocimiento, y por eso el discurso de la izquierda tradicional tiene una nostalgia reaccionaria de la torre de marfil. Hoy en día, la producción de conocimiento está cada vez más en las redes y en las formas sociales de cooperación, y esto es un proceso irreversible, así como ambivalente, por supuesto – pero el capital es constitutivamente dividido y ambivalente, es una relación social, es la explotación y el trabajo vivo, la acumulación y la lucha, la abstracción y la separación, un antagonismo sin síntesis–. En el capitalismo cognitivo, la escuela y la universidad son nodos de regulación del valor de la fuerza laboral y la medida artificial: son lugares de captura capitalista; son las fábricas de la precariedad. No podemos tener nostalgia por la universidad estatal y sus jerarquías educacionales: con nuestras luchas hemos contribuido a su crisis. La autonomía colectiva y la nueva organización del conocimiento y la educación: esto es lo que hoy está en juego con nuestras luchas.
un sueño o un ideal, sino que son inmanentes a las luchas, a las reivindicaciones del movimiento, a las miles de experiencias de educación autónoma dentro y en contra de la universidad. Son de fragmentos de una nueva relación social que tenemos que organizar de una manera común. Pensemos en la organización tradicional de los conocimientos en la universidad, es decir, las disciplinas: hoy en día no sólo están en crisis, pero además disciplinas como la economía o la sociología son completamente inútiles para entender lo que está sucediendo. Y las respuestas anglosajonas a esta crisis, es decir la inter o multidisciplinariedad, es parte del problema, la creación de una medición artificial de la productividad del trabajo cognitivo. Para utilizar y actualizar el discurso Leninista, las instituciones de lo común son la encarnación del doble poder, sin la síntesis del Estado. De hecho, desde el punto de vista de las luchas, hablar del
fin de la dialéctica de lo públicoprivado significa que no tenemos nada que defender, sino que lo que está en juego es la construcción de una universidad autónoma y común. Parafraseando a Marx, la revolución no ha de perfeccionar la máquina del Estado, sino destruirlo. Repito, esto no se trata de declaraciones ideológicas, sino de las tareas pragmáticas indicadas por las luchas en medio de la crisis global. De hecho, estamos viviendo una situación revolucionaria. Hoy en día podríamos reformular su definición clásica de la manera siguiente: los gobernadores de los capitales globales no pueden vivir como en el pasado, los trabajadores, los precarios, los estudiantes, las multitudes productivas no queremos vivir como en el pasado. Pero también sabemos que los gobernadores no caen si no podemos hacerlos caer, transformando la situación revolucionaria en la revolución. Una revolución más allá y en contra del Estado-nación y su gemelo inseparable, el mercado global.
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María Emilia Tijoux Sociologa U. de Chile, Directora de la revista Actuel Marx/Intervenciones.
Un invitado popular
a la violencia del
espacio artístico 1. La separación El hombre ha sido invitado a la inauguración de pintura en la sala del museo y aunque no entendió bien la temática, aceptó. Hoy está ante la puerta abierta en la dimensión de algo grandioso. Parado en la entrada se detiene para observar y decidido a entrar, parece medir la novedad de conocer ese lugar inmenso, demasiado -para él-, acostumbrado a interiores pequeños que lo han vestido con la estrechez que lo habita, como una constante condición que surge como violento corte con su casa, pequeña, lejana, insignificante. Brutalmente siente un peso en sus dos piernas que lo invitan a salir de esta frontera que lo aparta de su habitual y diaria superficie que lo viste por dentro y por fuera y que puede ser descubierta por cualquiera, con solo un golpe de mirada. Lo reducido de su cotidianeidad queda en evidencia en ese lugar del arte visual. Moviéndose con lentitud, aún indeciso, da unos pasos hacia
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el interior hasta percibir que el lugar acogedor lo expulsa hasta el punto exacto de la diferencia. Prisionero del deseo de novedad, continúa deslizándose sintiendo a cada paso el linde. Todo lo que acontece allí refuerza la fuerza de un lugar artístico. ‘He sido invitado’ piensa, tratando de calmarse y metiendo la mano al bolsillo para asegurarse que la invitación está ahí, presta a mostrarse si es solicitada. Sus ojos se detienen en la estatua que se yergue acogedora en la entrada. Se trata de una soberbia mujer blanca que mira el suelo con los párpados cerrados que se han dejado caer para evitar su mirada, como ciega a su llegada. ‘Tengo que agacharme’ y se inclina lo suficiente para contemplarla desde abajo, buscando un particular frente a frente para desafiarla. Pero no puede seguir pues la presencia del público lo impide. Aunque sabe que el ridículo es un trago amargo, permanece embrujado, capturado por esta mujer de
tamaño natural, perturbado en la contemplación que lo ata a esa agobiadora perfección. Pero: ¿qué se yo de perfección? 2. Lo sublime Casi delatándose en la imposibilidad de su observación el hombre alza la vista hacia lo alto de la sala, imaginando que así debe ser el cielo de la resurrección, repleto de figuras que le cortan y le sacan la cabeza de su cuerpo para intentar verlas y ahora está casi doblado con la mirada fija en la inmensidad del arriba, donde quisiera llegar -volando- hasta quedarse pegado. La enormidad de la altura lo atrae y lo aterra. Su cuerpo se queda sin talla para marcar -se desde el punto de vista que le otorga existencia. Lleno del deslumbramiento que le ha provocado la visión, se paraliza sin poder bajar los ojos. Es un sueño que lo supera con su realidad: “lo sublime, lo de arriba, lo alto. Muy alto, absolutamente alto, más alto que cualquiera altura comparable,
más que comparativo, de una talla no mensurable en altura, lo sublime es la sobre elevación más allá de sí misma”.1 Ahí está frente al prodigio, a lo inalcanzable por naturaleza, desde su propia dimensión de hombre común, desprovisto de un conocimiento, aun cuando conoce y desconoce ignorando y, en medio de la visión sublime e inmensa se siente deshecho, reducido, aplastado y desarmado por la dimensión que le cae encima desde la distancia, entre el suelo y el cielo del salón. Tratando de escapar al dolor de su cuello, vuelve a su centro, baja la vista hasta el muro y se encuentra con un cuadro que lo invita al diálogo. ‘Se necesitan palabras escritas, pintadas sobre la imagen que me ayuden’ así podría descifrar esos trazos incomprensibles para él, que una vez más queda desnudo ante la presencia de expertos que de pie y en silencio tienen la mirada clavada en la tela. Sin
embargo esa posición lo fascina y no puede salir de allí. Las figuras lo llaman, parece que el cuadro le dice algo que no entiende pero que lo emociona. Claro, la escritura por encima de la imagen autorizaría el encuentro, lo haría sentirse más seguro, sería autor de su propia pregunta. Pero continúa sintiendo mientras el cuerpo se le llena de emoción amenazándolo con salirse en un grito, arrancándolo del envoltorio que le impide ir hasta algún fin, hasta alguna ultima consecuencia. Todo ha ocurrido en ese encuentro, todo ha pasado por él y por la dimensión de lo glorioso del momento, como si fuese imprescindible indicar que esto es, imposibilitando cualquier interpretación, obligándolo a leer el cuadro que se abre en la entrega del torrente de signos. Este solitario invitado se ha introducido en él, ajeno al funcionamiento de un campo artístico que se le ha abierto esta ¿única? vez, permitiéndole un ingreso a la inauguración.
3. El impedimento Cuando logra huir de esto que tanto le seduce, se separa del cuadro y observa sorprendiéndose con la presión de la multitud de gente que ha llenado la sala y que ordenada y reverencialmente la recorre con paso lento acompañado de murmullos, sobriedad que acusa del auténtico desafío burgués. Aunque gracias a su afuera que desconoce puede advertir una extraña y dura lucha de los personajes de esa gente que se roza apenas para impedir cualquier encuentro corporal que delate la obscenidad (popular). Desde su exterioridad se ha ubicado justo en el terreno privilegiado de un punto de observación ingenuo. Las personas pasan sin ninguna exageración en los movimientos, enredados sutilmente en la trama de una escena triunfalmente segura y legítima de la dominación. ¿Podría haber autonomía en este campo de las artes - visuales -? Parece que históricamente es variable y demasiado depenAGOSTO 2011 | 41
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diente de las acumulaciones - generacionales y simbólicas - que los productores culturales han logrado capitalizar, hasta otorgarle al campo de las artes visuales: “una razón específica, donde las libertades y las audacias que serían insensatas, o sencillamente impensables en otro estado del campo o en otro campo, se convierten en normales, incluso banales”2. El visitante se da cuenta que ha pasado largo tiempo contemplando el mismo cuadro, ese del que se ha quedado prendido, para notar también, que no puede - aunque quisiera -demostrar lo que le sucede con las obras. De tanto estar fuera de esas tradiciones tan específicas, se ha percatado del soberbio control que se ejerce en el lugar, de lo forzado de las relaciones, de la obligación de cada conversación vana, articulada desde un lenguaje admitido en el círculo - club. Se habla del artista, se exhibe a los artistas, se propone colocándolos en, a los artistas. De este modo, el campo artístico queda definido desde un punto y una intención que se arma por oposición a lo vulgar. ¿Pero, lo vulgar es lo popular? ¿O bien, podría lo popular deshacerse en el arte? Pensándolo bien, pareciera que aquí se trata de él, de su propia persona invitada como objeto fatal que cristaliza la distinción. La legitimación consagrada de una producción cultural maneja muy bien los hilos que mueven a estos dos polos del mundo. Esta vez sin embargo, todo está
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funcionando en un sistema inverso. Lo popular como concepto dolido que acompaña a la (s) mayoría, y a lo común, no necesita ser presentado (en sociedad) desde lo masivo. Su presencia única y solitaria basta para la existencia de todo el resto, y para que se autorice - y se inicie - el espectáculo. 4. Esceno-grama Todo encaja en un cierto diagnóstico de lo que domina como modelo histórico y absoluto del orden artístico. Pareciera que los polos opuestos en este lugar del arte pudieran disolverse en una operación democrática orquestada en los salones. El proceso en que se arma la escena, intenta, gracias y a través de la forma y la figura, realizar un ejercicio de producción que encante por su forma, mientras el valor del sentir queda expulsado, fuera del encanto que invadió a este visitante sin educación artística. El hechizo de la contemplación se ha agotado en uno virtual, simbólico, que acompaña a esta escena mediática. Los productores han ido disolviendo - supuestamente - las contradicciones cuando, por ejemplo, establecen la importancia de un arte social. El visitante de afuera, comprende. La intencionalidad de unir los extremos funciona para el campo artístico y político donde se mueven los intereses de universalización. Allí se hacen humo - supuestamente - las diferencias (¿sociales?) para dejar el lugar al movimiento de los intercam-
bios3. El mundo artístico vendría entonces a ser la institución que decide de la valoración estética de las obras. Sentir, es un temblor interno que no sirve para efectos del mercado. El visitante no ha recorrido todo el lugar, que le queda muy grande todavía, todo queda por hacerse alguna vez. Pero tendría que vivir de nuevo para comenzar los recorridos apenas nazca y no aparecer como ahora, ya viejo, como fantasma en un contexto presentado como territorio libre de racionalidad. Como en un templo y durante el oficio la gente habla bajo y sonríe poco, “sans trop” que evidencie el exceso que caracteriza lo vulgar. La exposición inaugural, como una esfera suspendida, aparecerá los próximos días en las páginas sociales, cómplice de toda la preocupación política que interactúa con el arte. Mientras tanto, el visitante habrá regresado a su cotidiana verdad, demasiado real, perfecta para la indiferencia del mundo artístico que pudo estimularse con su presencia.
Notas 1. Derrida, Jacques: La verité en peinture, Parergon, p. 141. Flammarion, París, 1978. 2. Bourdieu, Pierre: Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario, p. 327, Editorial Anagrama, Barcelona, 1995. 3. Ver Baudrillard, Jean: El paroxista indiferente, Ed. Anagrama, Barcelona, 1998.
dos poemas de
Traducciones de Tatiana Zentsova
maïakovski
“Adjunto las poesías traducidas [...]. La primera, me comentaste es de 1927. La otra seguro que es posterior. Después vino un disparo en la sien. En el año 1930. No le permitían escribir poesía “incorrecta”. En la época en que se escribía con pluma surgió un dicho ruso: “lo escrito con pluma no se arranca ni con un martillo”. Las dos poesías que traduje (y que no conocía) me hicieron acordar de estas cosas.” Tatiana Zentsova
¡Y que le vamos a hacer…! (1927) Con leve susurro abrí los ojos a las páginas. De todas partes se vino un sabor a pólvora.
Inconcluso (1930) Conozco la fuerza de las palabras conozco su voz de alarma no son de las que provocan aplausos en los palcos son palabras capaces de levantar ataúdes y hacerlos caminar con sus pies de encina.
No es novedad crecer en la tormenta para los que pasaron veinte. No tenemos de que alegrarnos tampoco sentir pena son tormentosas las aguas de la historia. En la amplitud esculpiremos las amenazas y la guerra tal como una quilla corta la ola.
Sucede que las desechan sin editar sin publicar pero ellas vuelan ajustando cinchas. Suenan los siglos y se aproximan los trenes lamiendo las manos encallecidas de poesía. Conozco la fuerza de las palabras parecen insignificantes un pétalo caído bajo un taco en el baile…
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Daniel Wasserman Köbbert Egresado de Derecho, Universidad de Chile
Peter Weiss: Una deuda intelectual,
no imposibilita un comentario Hace frio, mucho frio en Santiago por estos días, no hay lluvias y el cielo por el smog se ve gris. Me encuentro en mi casa, tranquilo, de noche, algo cansado, no hay ruido, y mientras pienso en la contaminación, mirando la ventana oscura, me doy cuenta que en el escritorio hay una deuda intelectual, esas que a veces no nos atrevemos a confesar, por pudor o por no parecer que existe dejación de aquello que nos gusta y que también habla de nuestros egos . Cuando hablo de deuda intelectual me refiero La Estética de la Resistencia de Peter Weiss (ojo no confundirlo con norteamericano y místico Brian Weiss) que tanto trabajo me ha costado digerir, o mejor dicho, no he podido leerlo completa y acabadamente. De los tres libros que constituye la obra, solo he podido tomar en su totalidad el libro primero. La razón, cuestiones de constancia personal- lamentablemente-, además por la longitud y dificultad que tiene la obra. La dificultad radica en la forma en que está escrita, o al menos su traducción al español ,que es el correr de la conciencia de su protagonista, no teniendo puntos apartes, además de constar con un monumento de información por cada hoja, convirtiendo el relato
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llenos de matices y contrapuntos. Esto último es lo que constituye a la obra Weiss tan atractiva, pues la cantidad de información erudita y análisis existentes hacen que la novela pase a ser casi un ensayo acerca de teoría política, arte y cultura o por lo menos ello se me ha manifestado en lo que he podido trabajar del libro de forma más seria. En este aspecto la obra de Weiss, haciendo mío acomodaticiamente la opinión de Andreas Huyssen, cada libro de la novela puede ser entendido como una tesis particular, o que aborda una problemática específica. De allí que tenga el descaro de seguir hablando de solo uno de los libros y pueda escribir con menos pudor. El autor nos narra – al menos en su libro primero- el mundo de un joven intelectual del periodo entreguerras en el apogeo de la Alemania Nazi, mostrándonos cómo el movimiento obrero se ve secuestrado por el nazismo. Dicho secuestro, nos guía su protagonista, proviene la división de las agrupaciones de izquierda, que se ahogan por la falta de claridad de sus objetivos y estrategias. En lo que se constituye en la imposibilidad de formar alianzas duraderas entre las diferentes facciones de izquierda, por aquel afán especulativo de la construc-
ción y conquista de poder. Weiss, en un análisis histórico a contrapelo, nos planeta como el miedo al comunismo soviético lleva a que se prefiera por parte de los grupos socialdemócratas ceder espacio al animal nazi, y una vez que este logra asentarse, se renuncia a la formación de una real fuerza opositora, en cierta forma denuncia cobardía política de la oposición al nazismo. En otro sentido el relato busca poner en evidencia cómo la riqueza del pensamiento marxista que emerge de la revolución rusa, esto es el arte y la cultura, es decir los intelectuales, se ven oprimidos por la gran maquinaria del partido comunista soviético, en la década del treinta, quien ante la divergencia prefiere acallar cualquier forma de expresión. A su vez Weiss nos pone de manifiesto las dificultades existentes en los sistemas totalitarios y nos muestra cómo el nazismo logra impregnarse dentro de toda la sociedad generando una suerte de extinción del pensamiento y la reflexión de la generalidad de la sociedad. La imagen que proyecta del nazismo no es definida ni prístina, más el novel narrador lo presenta como una suerte de fuerza oscura y maligna que va fagocitando la sociedad alemana y su riqueza cultural. En este as-
Aleksandr Ródchenko, Sobre Eso
pecto, el nazismo, no se proyecta como algo tangible y conmensurable, le da el carácter de fuerza extraña que roza lo indecible. Me aventuraría a plantear, que el mismo Weiss ve al nazismo como una amalgama profunda que solo puede ser observable desde aquello que digiere y destruye, más que una causa precisa que logre explicarlo en su suficiencia. Sin embargo, la contrapartida a este relato de la Alemania invadida por el nazismo -siendo el punto de inflexión del autor- es cómo se hace posible lograr un mecanismo de vida alterno, o una posibilidad de resistencia al totalitarismo. Ello por medio del encuentro con la historia misma, en la medida en que esta se hace en sus sucesos, como una manifestación de cambio y de movilidad. Es la movilidad y el constante hacer en la historia que da y proyecta la posibilidad de distanciarse de los procesos totalizadores. Para lograr alejarse de los procesos totalizadores, Weiss nos propone el concepto de la eterna formación humana, es decir, que la supervivencia requiere del instruirse, del conocer y del reconocerse. En otras palabras, del continuo trabajarse (para sí) de los sujetos, que puede hacerse aun en la precariedad. Weiss materializa dicho trabajarse como la labor de su protagonista por construir su formación en todas las aéreas humanas, ello por medio de los otros y con los otros. La búsqueda por la integridad del protagonista pasa por experiencia misma de esa formación y cobijo que se vale con los demás sujetos. La resistencia a la Alemania nazi lo muestra en la lucha por mantener el acervo cultural, que no se pierda, y en
el hacer que hay con los otros, en dicho trabajo y formación. En este aspecto, Weiss pone como punto central el arte, al ser aquello que debe buscar nuevos horizontes que propicien la movilidad histórica, toda vez que debe considerar la labor de formación, conocimiento y experiencia colectiva. Weiss manifiesta su fe por los procesos artísticos para el distanciamiento del totalitarismo, siendo el punto de quiebre y posible escape de ella. El autor plantea así su primera tesis, en la cual pone como punto primario que la supervivencia y reconstrucción humana se puede
mantener desde las perspectivas del eterno hacer humanista. Humanismo identificando con el rol de las artes, por ser los principales motores de expresión de lo humano, en tanto las artes deben representarse como los sintetizadores del conocimiento cultural y la experiencia vivida con los otros. En fin, en las palabras de su protagonista: “Pues nuestros esfuerzos por conquistar el arte y la literatura no podían tener ningún otro objetivo, ninguna otra verdad , más que fortalecer el sentimiento de hermandad entre aquellos que hasta entonces habían sentido el estar aislados de él…”.
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Enrique lihn Daniel Rojas Pachas | Escritor y Editor Revista Cinosargo.
En esta oportunidad he querido intervenir el poema de Lihn titulado T.V, el texto corresponde al libro “A partir de Manhattan” publicado en Chile en 1979, por tanto está fuertemente influenciado por el viaje que el autor realizara un año antes a Nueva York, gracias a la beca Guggenheim que se adjudicó durante el 78 y aunque posteriormente el poeta volvería a Norteamérica, este poemario en la tradición dialogante de su obra en torno al viaje, refleja con nitidez y desde el título, una serie de sentimientos e impresiones disímiles que se conjugan producto de su significativa estancia en la gran manzana: nostalgia, extrañamiento, apabullante duda, proyección ante una desconocida realidad, aislamiento ante lo moderno y soledad producto de la decepción que genera el nuevo sitio, lo cual afecta al poeta hasta en sus mínimas diferencias y no menos extrañas similitudes. Por tanto, dentro del grueso de poemas que conforman este poemario, T.V resulta una certera y crítica mirada, casi podríamos decir un profético recorrido por los albores de la década del 80 (estamos hablando ya casi de 30 años de vigencia) con respecto a ese otro U.S.A que mira y afecta a muchas naciones y sus habitantes con su política, costumbres e ideología.
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Para analizar este poema me centraré en una sola idea “el fuego”, postulado que se bifurca polisémicamente, esto quiere decir que el autor conjuga una serie de visiones disímiles o posibilidades para el lector, estrictamente tres, puede que hayan más, la poesía siempre deja campo abierto en función de la enciclopedia del lector y siempre el autor dice más o menos de lo que anhela, de cualquier forma señalaré las tres que yo en mi lectura considero: primero hogar, luego fuego como energía y elemento natural y finalmente consumo que a su vez se refiere al término económico de gastar y por ende consumismo y desde luego al efecto básico del fuego al reducir los cuerpos. Todo desde un solo centro, de manera que Lihn desde un tallo único extiende un racimo de significados que operan connotativamente. El poeta vincula como ya señalé tres campos semánticos o tres familias de significados, a través de la repetición de un único conjunto de palabras fácilmente asimilables bajo la idea general de fuego: Fuego, llama, horno crematorio, abrasan, extinción, reducidos y arder. Todas éstas tienen una fuerte preeminencia en el poema y son manifestaciones del elemento ígneo. Uno de los tres significados, quizá el más directo, es la influencia de este elemento al destruir los cuerpos
o tornarlos cenizas, de ese modo tenemos una idea de consumo pero qué hay de las otras dos, consumo como estilo o sistema económico de mercado y el otro significado propuesto, quizá el más rebuscado en apariencia: hogar. Partamos con el primer verso “Como los primitivos junto al fuego el rebaño se arremansa atomizado”. Este nos presenta la idea de fuego como energía natural remontándonos al descubrimiento que hicieron nuestros primitivos antepasados. Bajo esta misma premisa, el fuego como elemento natural, nace la connotación de hogar, la que posteriormente se reforzará en el resto del poema y que parecía tan alejada en principio. ¿Y por qué hogar?, porque la palabra hogar deviene de hoguera, lugar donde se prendía el fuego, así también el vocablo lar que significa hogar, era para los romanos el espacio para atizar el fuego, por extensión se llama casa al hogar, por ser el lugar de reunión de la familia en torno a una chimenea o caldero. Y es que el fuego para los primeros hombres fue el mayor medio de asentamiento. Les otorgó cobijo y protección contra el frió, los apartó de las inclemencias de la oscuridad, la noche y el peligro
vs. la de las bestias, el fuego fue como un Dios que proveía, abrigo y alimentos cocidos. Lihn retoma esa idea en este verso y el que sigue, pues señala que como los primitivos ante el fuego, las familias de hoy se reúnen pero en una situación contradictoria, no como individuos sino como masa, como rebaño, lo cual conlleva una carga peyorativa, pues están cuasi-hipnotizados, dirigidos y peor aún, él señala “atomizados”, eso quiere decir como una masa dispersa, ambiguo pero posible, pues es una masa que fragmenta al individuo que aglutina pero no une, sólo son cuerpos yuxtapuestos. Es un apelotonamiento de seres sin identidad, reunidos, pero ¿ante qué?, ¿ante el fuego? y ¿dónde están reunidos?, las respuestas llegan pronto al leer el segundo verso. “en la noche de las cincuenta estrellas, junto a la televisión en colores”. La noche de las cincuenta estrellas se refiere a la noche de Norteamérica, la bandera de estados unidos tiene cincuenta estrellas una por cada estado, así que Lihn se refiere a la noche de todos los estados federales del país del norte. Es una situación endémica, generalizada ésta de los cuerpos sin identidad aglutinados ante el fuego, pero volvamos a ello, ¿a
qué fuego? pues no es el fuego natural que en un comienzo nos anticipa Lihn. Se trata ciertamente de un elemento congregador aquel al que alude el poeta, y lleva sin duda a los hombres a reunirse de manera sedentaria, tal como los antepasados, sólo que bajo otras condiciones. La energía es ahora artificial, es eléctrica y en específico lo que los aglutina es un producto de esa energía, mecanismo que significa el advenimiento de la modernidad y los medios de masas, se trata de la televisión o T.V a colores. Este punto nos lleva a los tres versos siguientes “De esa llama sólo se salvan los cuerpos / En cada hogar una familia a medio elaborar clava sus ojos de vidrio en el pequeño horno crematorio donde se abrasan los sueños”. Estos versos contienen tres palabras nuevamente relacionadas con el fuego, llama, horno crematorio y abrasar, de quemarse en las brasas, lo cual nos remite hacia atrás, a la condición de aquel rebaño, a su cualidad de pulverizados, de atomizados por la caja idiota, lo que a su vez implica el tercer campo semántico: el consumo, pues ya revisamos, el hogar y el fuego como energía natural y su par opositivo, la metáfora que Lihn hace con la
caja idiota T.V como energía artificial. El consumo se presenta entonces en estos versos en un sentido alegórico, pues bien sabemos que el fuego es una de las fuerzas más poderosas de la naturaleza, capaz de destruir un cuerpo en segundos, de reducirlo pero qué hay de la energía artificial, ¿la televisión tiene ese poder? y ¿qué afecta? Según Lihn lo tiene, pues señala que la televisión es un horno crematorio el cual produce un osario con las ilusiones, por ello afirma tajante que de esa llama que es la televisión ante la cual las familias o el rebaño sucumben, sólo queda intacto el cuerpo, el problema se vuelca entonces a la tradición metafísica del poeta, pues su hablante mira más allá del consumo material, del desgaste del cuerpo, del sedentarismo, por ende se trata de la muerte del pensamiento, de la mente ante el bombardeo de imágenes, el consumo está entonces enfocado al poder convocador y dirigista de la televisión, parte integral de un sistema consumista de mercado, plástico, materialista e incluso imperial. Lo cual graciosamente podemos llevar de nuevo de la metáfora a lo tangible del fuego pensando en cómo este elemento natural destruye la materia y desde allí AGOSTO 2011 | 47
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pensar una nueva metáfora, la de estas mentes y cuerpos que se inmolan, que se sacrifican en el fuego corrosivo de la imagen, del producto, del sistema y de la receta consumista de éxito, no por nada el poeta coloca esa idea de hipnosis en la descripción que realiza su hablante al decir “con los ojos clavados en el vidrio” y señalar en la frase que antecede “familias, grupos a medio elaborar”, se trata de personas incompletas, seres inconclusos, carentes, adolecen y por ello buscan suplir su necesidad con ayuda de la caja. Pero Lihn no queda allí, él siempre debe agregar un elemento mítico, universal, tomado de sus lecturas y su gran conocimiento de las artes y la cultura occidental. “La antiséptica caja de Pandora de la que brotan ofrecidos a la extinción del deseo meros objetos de consumo”. Quizá este verso puede parecer una frase perdida o forzada dentro de un poema que trata algo tan mundano como la televisión, sin embargo, no es casualidad que ambas sean cajas, cajas que contienen información que una vez abiertas o encendidas afectan al hombre y no hay vuelta atrás, ambas son cajas con sorpresas y son trampas de fines superiores, en el caso del mito de Epimeteo y Pandora se trata del poder de los olímpicos que querían vengarse de la astucia de los hombres representados por Prometeo, el hermano sabio de Epimeteo casado con Pandora. En el caso del poema T.V se trata de otras fuerzas, los consorcios, las universidades, el estado, los privados que son dueños de los
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canales, de la programación de eso que paradójicamente se llama parrilla programática, otra alusión al fuego, a las brasas, al consumo. La idea de Lihn entonces es revisitar intertextualmente a Prometeo que es todo lo contrario a su hermano, el poeta introduce a esta figura mítica como un contraste pues Epimeteo es cobarde, débil, insensato, es el prototipo del usuario televisivo que se deja engatusar por los infomerciales, por la idea de belleza prefabricada, Pandora, creada por Hefestos para deslumbrarlo, en cambio Prometeo es aquel que vive en busca del conocimiento, el eterno buscador de interrogantes que se revela a los dioses y los poderes fácticos, es el autodidacta por antonomasia, aquel a los que temen los poderes y los medios y aquel que queda en la periferia o lo encadenan pues a alguien con ese perfil, no pueden conminarlo con su programación, es inmune a sus mecanismos y por ende peligroso. En definitiva Lihn pone el mito para ponderar a los tipos de hombres que hay y también porque una vez abierta por curiosidad la caja de Pandora, se escapan todos los males del mundo. En este apartado debo recalcar que Lihn difícilmente es un moralista, por tanto no considera el tema de la T.V, el consumo y la influencia que tiene el medio sobre los hombres en términos de blanco y negro, bueno o malo, sin embargo, es un crítico duro de una sociedad disgregada como aquella que vio en ese tiempo, los 80 (pensemos que pronto aparecería MTV, el rey del pop,
la chica material y el boom del merchandising de Star Wars ya era prueba infalible de todo un engranaje de consumo). Muy similar a lo que vivimos hoy como nuestra rutina y con lo mayor naturalidad pues está asumido. De forma que vivimos en un mundo relativista y Estados Unidos siempre lo ha sido bajo su modelo de hacerse uno a sí mismo de cero, de ser la tierra de los sueños, las posibilidades y la libertad, pero es en este último valor que reside como contraparte una mayor responsabilidad sobre todo ante la información, los medios y no sólo por quienes fijan la programación sino principalmente, por parte de los usuarios. De lo contrario estamos ante víctimas indefensas y desvalidas de aquella caja sucia, contaminada en la medida que libera todo lo imaginable, lo mejor y peor sin concesión para el receptor, por eso la frase de “ella brotan ofrecidos a la extinción del deseo meros objetos de consumo”, porque la televisión siempre venderá más allá de comunicar, pues para ser viable y solvente necesita patrocinadores, publicidad, apoyo financiero para transmitir. De ahí nace el siguiente verso, “en lugar de signos, marcas de fábrica” alusivo a la gran cantidad de productos o soluciones milagrosas que vende la T.V los infomerciales, los recetarios de felicidad, la autoayuda, las sectas milenarias, el horóscopo, la farándula el modelo de belleza y adecuación social, el discurso políticamente correcto, los matinales, el amarillismo, las noticias alarmistas que siembran miedo, y paranoia,
todos son signos pero no abiertos a interpretación, son marcas que buscan un pensamiento automatizado como el del reduccionismo lingüístico que Orwell platea en 1984. No quieren espacio para el discernimiento, marca y logotipo= éxito/placer, no marca = fracaso/dolor y en esa misma instancia, Lihn pone en la palestra a uno de los personajes más arquetípicos de la televisión norteamericana y su estándar programático, el showman, que podemos visualizar desde Ed Sullivan a Jhonny Carson y luego Jay Leno o David Letterman con sus versiones criollas como Don Francisco o Morandé, que juegan con la estupidez, la ignorancia y necesidad del público o el concursante. Sin distinguir edades ridiculizan en un grotesco carnaval a las personas, lo que realza la idea de rebaño ante este pastor que dirige las conductas con un cuadro luminoso que dice aplauso… de manera que el público surumbático se para y grita como monos al ritmo del sonsonete de sus estrategias de director del circo, ahí tenemos el poder de los últimos versos “Hombres y mujeres reducidos por el showman a su primera infancia ancianas investidas de indignidad infantil juegan en la pantalla que destaca sus expresiones inestables como la de las cosas en el momento de arder”.
Ya no estamos ante sujetos sino objetos, producidos moldeados en serie, son mentes deformadas que gracias a intereses netamente bursátiles y plásticos son enviadas al horno e inmoladas por un fin superior, el dirigismo mercantil, el poder de los inversionistas y sus acciones. Lo cual da un sentido mayor al término atomizados, pues basta con recordar los 90, algo que Lihn no alcanzaría a ver pero que a grandes rasgos anticipa con su texto. Pensemos en la guerra del golfo, aquel simulacro televisado y que llevó a CNN a consagrarse como una de las cadenas más exitosas en la tarea por exponer la verdad, una verdad que sólo tiene asidero y valor en la medida que está en la pantalla y desde allí es transmitido a las retinas que pueden ahora, ver desde la comodidad de sus asientos como un átomo pulveriza al mundo en segundos. De manera que señalado por Lihn sobre la noche de las 50 estrellas es vigente y más aún, podemos replantearlo pensando en nosotros mismos y ya no solo en la T.V sino Internet, al visualizar como toda una generación ve resumida su infancia en un video de you tube que en menos de cinco minutos condensa las imágenes y sonidos de las series y dibujos animados con que creció, la nostalgia y memorabilia circulante es abismal, el espíritu retro y vintage inmenso, y todo se conjuga a
través del merchandising y las modas recicladas pues ahora la T.V no vende sólo existencias externas a sí misma sino que ejerce una función podríamos decir metaléptica pues rompe los niveles de realidad y se vende a sí misma, vende productos que ya transmitió y se autoexplica y presenta una problemática que se genera en el mismo medio para luego ser noticia, por tanto a nivel mundial vivimos una revolución e invasión mediática, somos parte de ese rebaño aunque nos duela admitirlo, estamos pulverizados, y el problema del lenguaje que Lihn plantea por ejemplo en otro poemas “Nunca salí del horroroso Chile” ya no es una limitante pues esta cultura del consumo tiene los medios para traducir sus productos y medios de venta a los códigos de cada nación, por eso hoy la empanada se produce bajo los mismos mecanismos que una hamburguesa de McDonalds y Condorito es parte de Microsoft. Lihn mismo está en youtube como curiosidad, al igual que Lira en cuánto vale el show y la mente y alma humana en ese proceso de mediocrización y manejo que pretende limitar la responsabilidad, juicio y voz, es un bombardeo de napalm diario en una noche de 50 estrellas que ya no son estrellas sino satélites que globalizan a aquellas masas divididas de antaño para llevarlas cantando y de la mano directo a un Auschwitz de las conciencias y voluntades. AGOSTO 2011 | 49
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oSMOS FRAncisco ide Wolleter Estudiante de Literatura, Universidad de Chile
Nacidos astr o s o t r o s
nautas
éramos una pura ausencia apretada en los vagones del metro se había abierto una nueva línea y nos lanzamos entre la gente para estrenar esa cadena de naves veloces y futuristas incólumes eficaces como la sangre que nos viaja, todos glóbulos robustos de pronto coagulados alguien dijo: MUUUUUUU! (había que interpretar: cuánto pesa el sol sobre los hombres y el cáncer no termina de confeccionarnos / más temprano que tarde, reconocer a una persona en la calle será sorprendente como encontrar a un mamut congelado en el patio de una casa)
otro, con el rostro más triste del universo y las ojeras más oscuras que el espacio exterior con sus soles apagados como faroles rotos por las barras, dijo: SHHHHHH!. (O sea: el recuerdo de haber cargado el ataúd del padre de un amigo en un día de solemne indiferencia será analizado con la precisión de un hecho antropológico: se ficharán nuestros ritos fúnebres / la percepción de la vida después de la muerte / la carrera del espíritu hacia lo divino / el coito / el orgasmo / la fecundación de la galaxia: el cementerio general – la NASA el obituario – bibliografía) . La respuesta está soplando en el viento escuché que escuchaba otro, no por nada salimos de nuestras casas como a un quirófano, ignorantes casi todos del uso correcto de los rieles salvo contadas excepciones de siddhartas y krishnas que hoy en día reencarnan exclusivamente para desintegrarse aplastados en los vagones de las líneas 3, 2 ó 1: -metamorfosis de crisantemos luminosos dispuestos como venas azules sobre carne molida doctrina de la sombra que nieva más allá del cuerpo milagro crístico de cerebro multiplicado / partido pan que a todos alcanza soluto necesario para nuestras babas solventes (recitó una voz como si se tratara de dígitos, y silencio. Luego agrega:) divino aliento que empañas nuestros cascos de astronauta nadie quiere ver a su alma perdiéndose como un satélite dado de baja en las aguas oscuras del espacio-. 50| REVISTA MULTITUD
NICOLÄs Slachevsky Juanito ya creció, 2007
AD-HOnorem ALEJANDRO POLANCO | Egresado de Derecho, Universidad de Chile Yo fui Inspector Hace tiempo ya Pero no de esos de los que hablaba bromeando el compañero Mrinovic Un tal Magrit , un tal Felipe Marlow Hace tiempo que me llamo Segundo Y con el tiempo me empezaron a decir también Don Hace tiempo ya que me dicen Don Segundo Y fui portero Hace tiempo ya Del Club Social y Deportivo Carlos Segura de Peñalolén Y como le contaba También fui inspector Pero pa’ que me entienda, no de los que salen en la tele o en las revistas Yo fui inspector Ad –Honorem Hace tiempo ya El compañero Mrnovic se reía Decía que yo combatía otro tipo de pillos Yo me aseguraba que los alimentos llegaran donde tenían que llegar A todos lados Que las viejas de las JAP no reclamaran La distribución Esa era la lucha
Hace tiempo ya Otros compañeros tenían otras luchas En esos tiempos La producción La leche pa’ los niños Las clases Lo que es yo Mi lucha era asegurarme de que las verduras y la carne Nadaran contentas en la cazuela El compañero Mrnovic Que harto más sabia de esto Me dijo que ad-honorem significa “Por el honor de serlo” Y yo lo hacía con honor Hace tiempo ya De esto que le hablo, hace tiempo Abría negocios bajo rejas, boliches cerrados a la mala Rompía candados y pateaba puertas Invadía con rabia el mercado negro Hace tiempo ya Me acuerdo que teníamos más plata Y la queríamos gastar, queríamos comprar Y para eso estaba yo Pero a mí no eso si Nadie me pudo jamás comprar Mi trabajo era denunciar A los especuladores, a los sedi-
ciosos “Duro duro compañero” , me decía el compañero Mrnovic Yo trabajaba en una fábrica Y por eso me pagaban Por lo otro Lo de ad-honorem Por ese otro que también era mi trabajo , no Como le contaba , eso era por puro honor no mas Yo trabajaba en una fábrica Hace tiempo ya El fin de semana jugaba al arco en mi equipo, cuidando el arco Seguía siendo como un inspector ahí, se reía el compañero Mrnovic Y yo Sabía que mi equipo era una mierda Mierda, por la mierda , si íbamos últimos Pero era mi equipo Lo fundamos un sábado en la tarde en una ranchita Cuando hicimos la población Hace tiempo ya Y yo Yo sabía que mi gobierno era una mierda Pero era mi gobierno Y lo iba a defender como si fuera la mierda de San Expedito………….
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hotel mirador JORDI LLORET
De alguna manera yo fui el primer clavadista en lanzarme al acantilado del espacio. Le dijo Yuri a Johny agitando su vaso de vodka naranja. Eloíso Náhualt escuchaba perfectamnte desde su moreno metro sesenta,su camisa tropical y sus pantalones blancos. Ya conocía las dosis de Y y de J. Ya sonreía cuando cierta inquietud hacía el cantar los gallos de oro, al atarmanecer de las colonias. En el ojo derecho de Don Perfecto, Yuri se reflejaba alegre y como masticando la reciente frase que le dejó caer a J que reía para sus adentros y recordaba cuando filmaban en las cercanías de Nairobi. En el izquierdo Jota produjo el gesto que Perfecto ejecutó con la cantidad de hielos y el acantilado caluroso pero venteado. Ese mismo viento es que alejó las lluvias. El pintor también estaba en silencio hasta que de pronto se le escapó la frase de que su amigo de infancia había quedado semiparalítico al intentar una clavada. El tocar la estatua de la vírgen de Guadalupe. El otear el empinado roquerío por donde un colega sube en un alarde de equilibrio digno de un sueño. Mirar la respiración del oleaje constante.Releer esa respiración azul.El impulso y la caída. El viento en la cara.La ola que revienta.El plooosh.Los aplausos. El diario Pájaros ponía en portada el rostro del boxeador Chinoy. Un Maya peso mosca.Sus manos calludas.Sus párpados se parecen al acantilado que tiene adelante y su mirada se parece + bien a los ratos cuando la mar estaba serena, serena estaba la mar,una ventizca le trajo el noveno.Noveno en el ranking de los moscas en México.
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Al lado tres cabezas. Encontradas en unas bolsas de una colonia de Tijuana. Es la batalla de los tronos bañados por la coca, la usura y las sombras. Otra decía de un poeta que se había presentado en Sonora donde se abrazó con una señora que también había perdido un hijo. En un año el pelo blanco y la acción con el corazón en la mano. Y unos disparos acallaron a los gallos. En las distintas habitaciones blancas del hotel en el mismo momento en que sonó el primer disparo una llema conocida apretó el +del mando a distancia y una película del tarzán Mexicano, digamos que las voces nahualts hacían de burbuja a J que no quería saber nada de balazos. Que añoraba una realidad que quizás tenía fecha en 1957.Por Mayo. Cuando todavía no habían terminado de repornerse por el Huracán H.Y las ganas de servirse tranquilos los huevos con chile y el buén café que Don Perfecto reponía en momentos en que uno podría decir que el canto de los pájaros negros era un número particular de Per. En esas epifanías pajariles estaban cuando se sentaron en la mesa Rita Jay y Pedro Armendáriz. Bueno si uno se detenía en ese desayuno sin Tíffanis o mejor si se trata el que alguna vez existió camino a Playa de Aro. Otra costa.No este era un desayuno de gentes que desayunaban luego de una obra muy real en donde varios años de sus vidas les cobraron a sus ojeras,a sus miradas mejor disimuladas que las del Chinoy Maya. La verdad es que lo tienes difícil. le dijo J a Y. Y es porque Perfecto me acaba de entregar una nota que dice que hay
dos turistas rusos en la 216 que dateados por la familia Michoacana supieron que estabas jaraneando en este Hotel. Unas arrugas aparecieron súbitamente en su rostro ahora enjuto. Encendió un Dinosaurio y arrojó el humo hacia el acantilado en donde justo encontró en el aire a tres clavadistas en doble salto mortal. Condujo su mustang hacia el Hotel donde vivía y se sentó a revisar los títulos de sus películas. Su mujer Mexicana se alegró de verle y le sirvió su líquido maíz. A los cinco minutos se les ve juntos y tomados de la mano y él con el video detenido.Hay una imagen tiritando en la pantalla. Pareciera a punto de desaparecer. Incluso se cuelan unos relámpagos. Es el el que grita mientras Lacountur le apreta la mano y Yuri enciende un Gitanes. -Voy a pedir mis videos a la KGB.Le dice Yuri y parte decidido caminando hacia su hotel escuchando los alaridos de Johny hasta que en la curva del camino del acantilado el sonido de los pájaros de don perfecto le borraron la primera pizarra que su amigo Tarzán le dibujara esa tarde. Y al llegar a su recuerdo inmediato encontró un alboroto a la entrada del Hotel y el rostro de Perfecto con el comentario. Señor Yuri, los de Acapulco no permitimos que personas valientes e históricas como usted. sean incomodados por pingadillas que en este momento deben estar subiendo al tour por la bahía, acompañados amablemente por nuestros guías turísticos. Prioridades señor Yuri. Le sirvo un cóctel de camarón con su cañita de blanco frío?
Nicolás Slachevsky
YURI
I Jamás alcanza las cumbres, Yuri: Se desvanece en un mar de pasajes al inframundo y el mundo exterior. Adentro revolotean las alucinaciones estelares “algún día todos vamos a haberlo visto”, dice “Algún día alguno va a decir el semen de Yuri germina los espacios”. Por lo demás el recuerdo escasea, las palabras no bastan, los pasajes se bifurcan y los cohetes galopan como yeguas en celo. II Apenas se han cristalizado los boletos, podemos salir en cualquier momento.
sI crees jugar
João Gonçalves
Si quieres llorar deja libre ese perro tuyo que aúlla a los bombazos de tu pecho. Por mi parte pienso en mi país pero es distinto cuando lo recuerdo, cada piedra es alma blanda, y dentro de ella hay un paisaje agujereado que crece y lame con sus papilas el insondable ruido de las uñas embarradas, maleta de parálisis, prisión de letras, carmesí rótulo de perezas bien visibles. Miras la tierra y ¿qué ves? ¿una cara? ¿una colilla? La imperturbable brisa del parque mientras laceras el borde de un cartón con la vista y partes tu pecho de un tosido. Ahí abajo hay gente, hay carne, miradas que se apagan en la ventolera de polen. Impregnado de la esencia invisible de las cosas, la piel muerta de las cosas, el otro olor que guardan en la superficie casi intocable y… ¿lo crees? ¿es lo que quieres ver? Quieres ir de cacería, soltar tus balas con esa mano que te aprieta tu alma, mientras la guitarra suena, mientras los acordes raspan y someten al silencio en estruendos caldeados por nombres antiguos, todos tus nombres rapaces, todos los ancestros que te tocan la espalda con un dedo huesudo y blanco. Caes de tristeza sobre tus rodillas y tus codos, lloras como pájaro, como ropa, como suero en las venas. Te preguntas qué tan triste puede ser la tristeza, solo mira, y verás los pelos de tus muertos desprenderse del hueso, verás la uña desprendida del cuerpo, escalas la pendiente para ver las cenizas volar por el aire plomo y caer hasta el mar bravo. Tú, sosegado como el agua de un vaso, tu risa muda, tu tristeza somnolienta y un poco ebria, te despides de la vida como si fueras en un tren cristalizado por tanto escupo. Caerás como todo cae, con prisa, sin buen augurio, te sacas la ropa sin esperar ver a nadie nuevamente, descalzo como árbol te entierras para quedarte a solas con las bestias de tu frente, con los labios del invierno chupándote las costillas. Tienes más corazón que humanidad, no comprendes el idioma de los vivos, tan solo balbuceas, bailas con el viento pero no respiras, crees pero no te tientas, te secas y ardes con las demás hogueras del mundo. Si quieres, tan solo tiembla en tus sábanas, y ata tus sueños con firmeza en el lugar más luminoso y escondido de tu mente, con tus dientes que caen como semillas en la tierra empapada de memorias. Tan solo mira a tu alrededor para que notes lo ridículo que te ves llorándole a una foto. AGOSTO 2011 | 53
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Ale Montecinos Chinasudaka
Décimas para el Un monstruo de varias caras hizo un pacto con el diablo, y hoy me deja sin vocablo aunque mucho no lo amara. Que los ídolos se mueren, que son solo hueso y barro. y un personaje bizarro me hace ir juntado alfileres. Voy pinchando en las paredes trozos de una vida cara. La paternidad avara, nunca jamás el cariño, y un niño que no fue niño un monstruo de varias caras Que dónde estará el doctor. Que el rey del pop está muerto. Deja un mito a tajo abierto y un juicio estremecedor.
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Rey del Pop
(antes de que se enfríe más el fiambre)
Se nos fue el dios bicolor, lo llora afuera un tal Pablo, se prenden los candelabros y hasta yo siento este duelo. Dicen las lenguas de hielo Que hizo un pacto con el diablo Criados, amigos, forenses, policías, la familia, cirugías, pedofilia Un fenómeno circense. Que la educación castrense del pony en su fino establo. Que su voz era un milagro, estrella desde la infancia. Y este fiambre en la ambulancia hoy me deja sin vocablo Fanáticos y acreedores,
periodistas de casería. Cuatro noches, cinco días van llegando los actores. Tragedia griega, las flores y una historia deformada. La masa está asombrada escucho hoy viejos cantos. Siento como un frío espanto aunque mucho no lo amara Días de golpe de estado, de mentiras y secuestros. Tan feo es el mundo nuestro. Mailkel Jackson se ha marchado Yo recuerdo haber bailado largas noches de embriaguez, evación e ingravidez de caminata lunar, una infancia militar, blanco y negro de ajedrez.
cuestiones de teologĂa
Francisco Ide
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