Año 2/ Julio 2018
ISSN: 2618-3005
Germán Leopoldo García Horacio González Carmen González Táboas Violeta Canggianelli Amancay Espindola Nicolás Cerruti Gabriela Fabro Agustina Cirrelli
Narraciones Publicación del Centro de Salud Mental n° 1
2. Poder
Narraciones Publicaciรณn del Centro de Salud Mental Nยบ1 Nยบ 2 - Julio 2018
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2. Narraciones es una publicación del Centro de Salud Mental Nº 1. Comité de Docencia e Investigación. Jefe de Unidad Dr. Horacio Rodríguez O´Connor Secretaria CODEI Lic. Patricia Álvarez Zunino Dra. Cristina Brío
Narraciones Dirección Silvina Czerniecki Comité Editorial Pablo Castillo Marina Pambukdjian Alicia Mateos Elena Singerman Melisa Rapoport Corrección Mónica Fernandez Diseño Editorial Malena Schvartz Arte de Portada Débora Zilberman Ilustraciones de secciones Débora Zilberman Adriana Segabache Colaborador de imagen/sonido Agustín Gulman Manuela Pedraza 1558, C.A.B.A. Mail:narracionescentro@hotmail.com Editorial El Zócalo ISSN: ISSN: 2618-3005
Publicación del Centro de Salud Mental Nº1
Narraciones
Nº 2 – Julio 2018
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Índice Presentación Pág. 7
Editorial Por Pablo Castillo, Marina Pambukdjian y Silvina Czerniecki Pág. 10
Conversaciones El poder: German García y Horacio González Por Pablo Castillo, Marina Pambukdjian y Silvina Czerniecki Pág. 16
Discursos ¿Colonización-descolonización? Por Carmen González Táboas Pág. 36 Cuentos antes de dormirnos Por Violeta Canggianelli Pág. 44
Desde el Centro Foucault no tenía wifi Por Agustina Cirrelli Pág. 51 4
Arte y Literatura Escritura teatral femenina en el patriarcado Por Amancay Espindola Pág. 64 El poder y el arte Por Gabriela Fabro Pág. 75
Concurrentes y Residentes “Psicoanálisis y capitalismo - Producto de encuentros” Por Melanie Faks, Lucía Igarzábal y Ángeles Zorraquín Pág. 80 El padecimiento ante la demanda Psicosis y la imposibilidad del no Por Daniela Moiseeff Pág. 87 Un deseo que no sea anónimo Por Florencia salvo Pág. 94
Libros Populismo y psicoanálisis. Nora Merlin. Letra Viva. Bs. As. Por Nicolás Cerruti Pág. 100
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Agradecimientos Nos complace agradecer en esta nueva edición a: Andrea García por su compañerismo.y generosidad. Cristina Béjar por su enorme generosidad al brindarnos la posibilidad de llegar a algunos de nuestros invitados. Andrés Añon y a quienes conforman la Asociación de Psicólogos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por facilitarnos el lugar, brindando un ambiente placentero y afectuoso, que nos permitió realizar el maravilloso encuentro entre Germán García y Horacio González para la sección Conversaciones. Y a cada uno, de quienes participaron en este segundo número de Narraciones con sus ilustraciones, textos escritos, entrevistas o conversaciones prestigiando esta publicación y posibilitando la concretización de este proyecto. ¡Muchas gracias!
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Presentación Narraciones es una publicación del Centro de Salud Mental N°1 “Dr. Hugo Rosarios”, que surge en el marco del Comité de Docencia e Investigación de dicha institución. Narraciones ha sido pensada a fin de establecer una conversación entre el psicoanálisis y otros campos discursivos, alrededor de un tema que será eje en cada número. En este punto, el discurso psicoanalítico ocupa un lugar relacional para el pensamiento crítico y su producción, otorgando la orientación epistémica. Cada relato, cada texto, lleva la marca del sedimento cultural y socio-histórico que habita en su autor. Por lo demás, pertenece -si es correcto decirlo así- al lector, en esa frontera imprecisa de la relación entre ambos y de aquello que hacen existir en ese intercambio. Narraciones se propone destacar las diversidades discursivas provenientes de numerosos campos como lo son el psicoanálisis, la filosofía, la política, el campo social, el arte y la literatura; e intenta establecer un diálogo, un debate -siempre fragmentario- preservando ese vestigio en el que un discurso fracasa en su afán de totalizarse y solidificarse. En este nuevo número el eje que atraviesa todas las secciones es el Poder. La revista cuenta con 6 secciones que se mantienen constantes en cada número: 1) Conversaciones, en esta sección nuestros invitados elegidos son Germán García y Horacio González quienes mantienen un diálogo sobre el Poder, recorriendo diversos autores como Ramos Mejia, Foucault, Caneti, Sartre, Freud, Lacan, entre otros. 7
2) Discursos se invita a diferentes referentes del psicoanálisis, de la cultura, del campo de la salud, del derecho y la literatura a escribir un texto sobre el tema central propuesto. En este número contamos con los escritos de Carmen González Táboas y Violeta Canggianelli. 3) Desde el Centro se invita a los diferentes profesionales y trabajadores del Centro de Salud Mental N° 1 a presentar un trabajo sobre el eje propuesto. Para este ejemplar contamos con la presencia de Agustina Cirrelli. 4) Arte y literatura, en esta sección tenemos el agrado de contar con los aportes y escritos de Amancay Espindola y Gabriela Fabro. 5) Residentes y concurrentes, se toman algunos de los materiales presentados en las jornadas de concurrentes y residentes de años anteriores cuyos participantes quieran publicar. Este número cuenta con los trabajos de Melanie Faks, Lucía Igarzábal, Ángeles Zorraquín, Daniela Moiseeff y Florencia Salvo. 6) Libros, en este apartado realizamos la presentación de libros, textos o material traducido en torno al tema elegido para cada número. En esta ocasión contamos con la presentación realizada por Nicolás Cerruti sobre el libro Populismo y Psicoanálisis de Nora Merlin. En las diferentes secciones respetamos la singularidad en que cada autor recorre la temática escogida, como así también las opiniones vertidas sobre los diversos temas, siendo de exclusiva responsabilidad de los respectivos autores el contenido de cada texto. Convocamos al lector, a un recorrido sobre el tema del Poder desde los diferentes discursos en que se presenta en este nuevo tomo.
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Consideramos que la labor acerca de la extensión en Psicoanálisis, a la que nos proponemos contribuir, implica el relanzamiento permanente que requiere mantener el lugar de la Verdad como causa, despegado de las cristalizaciones de algún Saber/Poder conferido, y que el discurso analítico en su intención nos enseña.
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Editorial “...Desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas.” Julio Cortázar
Pablo Castillo, Marina Pambukdjian y Silvina Czerniecki En esta segunda edición de Narraciones el eje conceptual que atraviesa las diferentes secciones es el poder. ¿Qué es el poder? Deleuze sostiene que para Foucault el poder no presenta principios, el poder está tomado en relaciones de saber, entonces “hay que captarlo en su inmanencia al saber (...) La inmanencia no quita la diferencia de naturaleza entre poder y saber”1. El poder al igual que el saber es una práctica, se ejerce. Por lo tanto el poder es algo que se crea, que se inventa; es parte de la vida social. “No hay ninguna relación de poder que no constituya un campo de saber. Y no hay ningún saber que carezca por completo de relaciones de poder”.2 El poder como todo término o noción se encuentra inmerso en una estructura de discurso y atravesado por lo que Foucault llamaba los espíritus de época. El poder como concepto es una cuestión que no tiene una definición unívoca, sino que cada autor construye una versión de la Deleuze, Gilles: El poder. Curso sobre Foucault tomo II, Editorial Cactus. Serie clases. Bs As 2014. Pág 18 2 Byung-Chan Han Sobre el poder Editorial Heder Año 2017 Bs As. Pág 66 1
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misma. Se podría sostener –aún a fuerza de simplificar- que las diferentes conceptualizaciones en torno a lo que queremos decir cuando hablábamos del poder parecían haber encontrado un cauce más o menos consensuado de puntos de partida, entre mitad de los años sesenta y principios de los setenta. Sin embargo, en los últimos treinta años con la caída de los socialismos reales y del mundo bipolar tal como había sido concebido por las grandes potencias con el fin de la Segunda Guerra Mundial, se fueron configurando nuevos modos de habitar la globalización. La prefiguración de este nuevo mapa conceptual funcionó muchas veces como fuente desde donde expresiones diferentes -y aun en conflicto entre ellas- encontraron respuestas a veces más parciales, otras más totalizantes que les permitieron explicar y/o adaptar a sus lógicas, el abordaje de dos problemas centrales: - Las continuas crisis que padecían los Estados/Nación tanto en los países centrales como periféricos. - El proceso ascendente en la desterritorialización material y simbólica de prácticas y saberes. Estos cambios interpelaron y colocaron nuevamente en cuestión parte de esos acuerdos y ya no alcanzaba con sostener que el poder debía ser leído sólo en clave coercitiva. Sino a entenderlo de que cuanto más poderoso es el poder con mayor secreto opera. No es la coerción, sino el automatismo de la costumbre lo que realza su eficacia. Un poder absoluto sería uno que nunca se descubriera, que nunca se señale a sí mismo, sino que, más bien, se camuflara del todo en la obviedad. Si bien es cierto que el poder tiene que ver con la lucha por la hegemonía, en las nuevas condiciones que impone el capitalismo no se trata solo que el súbdito obedezca al soberano sino que en la percepción del dominado aparezca configurado que sus acciones, sus representaciones le son propias y no impuestas desde afuera. Las luchas por la diversidad sexual, las luchas de las mujeres, la actual lucha por la ley del aborto son hoy ejemplo de luchas sobre el poder preponderante. 11
A diferencia de la violencia, el poder no excluye la sensación de libertad. Pero” hace que la libertad coincida con el sometimiento”3. Se entraman en las ideologías o narraciones legitimadoras, que a través de los canales de comunicación dejan fijada una relación asimétrica del poder. La violencia nunca es narrativa, por el contrario con la más mínima narración se establece una estructura de poder y la condición de posibilidad de su ejercicio. Ahí pareciera estar la clave. De allí, el papel preponderante que adquieren los medios de comunicación masivos y las redes sociales en la construcción del sentido común hegemónico. Hoy, los distintos dispositivos tecnológicos colocan a los sujetos en otros campos que permiten dialogar en tiempo real a través de órdenes discursivos diferentes: por ejemplo, la tele con las redes sociales, y lejos de procurar la quietud de los cuerpos, se incorporan a ellos en sus trayectos diarios; permitiendo que mientras nos dirigimos a nuestras obligaciones laborales podamos cuando viajamos en colectivo o subte, mandar mensajes, buscar información y/o ver una película por streaming, o interactuar en alguna de las redes sociales más convocante. Las nuevas tecnologías nos permiten estar cerca de los que están lejos y nos alejan de los que están cerca. Byung Chun Han plantea que “se ha dejado atrás la época de la biopolítica”4 y que hoy nos encontramos en la época de la psicopolítica digital, donde el poder interviene en los procesos inconscientes. Así, “el psicopoder es más eficiente que el biopoder, por cuanto vigila, controla y mueve a los hombres no desde afuera, sino desde adentro”5. Esta ficción de que no hay una mirada represiva, da lugar a una sensación tramposa de libertad. Las personas no se sienten observadas, vigiladas. Da una sensación de libertad en la que se desnudan voluntariamente “el panóptico digital no restringe la libertad, la explota”6. Byung -Chun Han Sobre el poder. Editorial Heder Año 2017 Bs AS. Pág 78 Byung-Chul Han En el enjambre Editorial Herder Bs As 2018 5 Idem 6 Byung-Chul Han La expulsión de lo distinto. Editorial Heder Bs As 2018. Pág 80 3 4
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Más allá, desde que lugares teóricos o conceptuales leamos estas producciones es difícil negar su capacidad de impacto y de reconfiguración de los sentidos y sinsentidos de las prácticas sociales y culturales. ¿Cómo tensionan estas nuevas lógicas, las redefiniciones sobre la construcción de los destinos del poder? Si como sugiere Žižek, utópica “es la creencia en la posibilidad de una universalidad sin su síntoma, sin el punto de excepción, que funciona como su negación interna” ¿No será que el neoliberalismo constituye el verdadero terreno de la máxima utopía, no porque proponga un horizonte a alcanzar sino porque pretende poder existir como una universalidad inmediata y plena? A diferencia del discurso llamado, por Lacan, del capitalista, el cual forcluye las cuestiones del amor, y mete en el circuito a la verdad pretendiéndola toda; el discurso analítico, permite relevar el inconsciente y el sujeto que de él emerge. Sujeto de la spaltung, de la barradura, cuyo malestar estructural se sitúa en los puntos sintomáticos de una sociedad, interrogando los significantes Amos, los significantes de orden, las formas de significación, de reconocimiento de las personas y de circulación de sus bienes. Da cuenta que la verdad para el sujeto del deseo, y para la sociedad, es una verdad, que solo puede decirse a medias, No toda, inasible. La ética del psicoanálisis articulada al deseo de máxima diferencia implica abandonar el ansia de dominio sostenido por ideales, posibilitando así que el discurso se dialectice y relance, manteniendo vacante el sitio de la verdad como causa, ese Real Imposible, y en oposición a cualquier saber que pretenda destituir el carácter dialéctico y de ficción de la verdad. El inconsciente no permite ningún tipo de totalización. Soportar las tensiones propias a cada campo del saber, en tanto lógicas en conflicto, ceder el saber, implica una renuncia al poder que nos otorga el saber que se nos supone, que ya no será el de cada disciplina o profesión, sino el saber supuesto al sujeto y su singularidad o las particularidades históricas de una comunidad. Los analistas no quedamos exentos. 13
Como señala Aramburu7, cubrir el agujero, el vacío, es aniquilarlo. Si la verdad nombra la totalidad plena del ser, esto constituye la base de toda segregación, la exclusión del otro, la aniquilación de la diferencia.
Aramburu, Javier: El deseo del analista. Editorial Tres haches. Año 2000. Buenos Aires. 7
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Conversaciones
DĂŠbora Zilberman
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Pablo Castillo, Marina Pambukdjian y Silvina Czerniecki Germán García llegó de Junín a la gran ciudad, a los diecisiete años. Es –entre otras múltiples cosas- fundador de la Biblioteca Internacional de Psicoanálisis y la Fundación Descartes en la que se incluye el Centro Descartes, asociado al Instituto del Campo Freudiano. Es, además, el autor de Nanina, una novela escrita a los veinte años publicada cuatro años después por sugerencia de Rodolfo Walsh y que la dictadura de Onganía se encargó de prohibir. Pero por sobre todo es un enorme articulador de saberes. De lo coloquial a lo erudito. Del lunfardo a la epistemología. Porque como oportunamente señala siempre van a haber “cientos de Bucay trabajando como psicoanalistas, pero serán pocos los Macedonios Fernández”. Horacio González viene de los barrios bajos como le gusta definirse. Creció en Villa Pueyrredón y lo crió un abuelo ferroviario, hincha de Boca. Es sociólogo, ensayista, profesor pero principalmente un cautivante polemista. En los años ’60 fue parte de las llamadas Cátedras Nacionales –una experiencia docente-estudiantilconstruida al calor de la resistencia peronista, la revolución cubana y la CGT de los Argentinos. El editorialista de Página 12, Mario Wainfeld lo define como “el último romántico de la Argentina, por su pensamiento y por su sentido teleteatral”. También fue Director de la Biblioteca Nacional durante el gobierno anterior. Y una referencia ineludible para tiempos “turbulentos”. Con ellos dos, Narraciones, dialogó sobre EL
PODER.
Germán García: Cuando me preguntas por el poder lo primero que pienso es en Freud y Psicología de las Masas o en algún texto de Marx. Después como sujeto que anda por el mundo sé que el poder es la bella con la cual uno tropieza o no en su camino. La que hace que uno se vuelva católico si las cosas le van bien o ateo si le van mal. Esto nos lleva a pensar que la idea de poder también tiene que ver con algo de lo mágico. Es un término que en realidad es más difícil y complejo de lo que nos imaginamos. Hay dos pensadores que –desde ópticas diferentes- desarrollan esta noción y 16
nos pueden ayudar a pensarla. Uno es Foucault, porque frente a los teóricos del poder él plantea una concepción muy interesante. Él va a sostener que “Todos partimos de la idea que existen espacios configurados”. Por ejemplo, decimos psiquiatría pero ¿existe realmente la psiquiatría? ¿Dónde empezó? ¿Quién la caracteriza? En realidad son todos supuestos que buscan legitimar un modo de ver el mundo, una ideología, ciertos intereses. O sea, para Foucault el término poder es considerado como un supuesto. El otro pensador, que además fue un novelista que ganó el Premio Nobel de literatura, es Elías Canetti, que en 1960 escribe un libro Masa y Poder, donde realiza un análisis muy profundo sobre cómo se establecen las relaciones entre diferentes formas de masa y qué estrategias de control y de poder buscan ejercer distintos tipos de líderes y gobernantes. Horacio González: Podemos pensar el poder como una palabra de emergencia que funciona sustituyendo lo que no sabemos sobre aquello que supuestamente denominamos poder. Por lo tanto, es un término que está envuelto en un misterio. Que se relaciona con un enigma. La toma del poder en las mejores épocas que se utilizaba esa expresión –aun significando la facilidad de ser capaz de hacerlo- al decir algo exterior a la voluntad de quien tenía la intención de tomarlo implicaba también una pregunta por la manera en que se sustituiría aquello que se iba a tomar. Una interrogación por un sujeto extraño que suponía saber cómo era el poder que iba a tomar sin saber demasiado cómo era el poder que podría él portar. En los años de militancia más fuerte había una expresión en los barrios populares en que al poder se lo llamaba derpo. Produciendo una inversión en el lenguaje a través del vesre. Lo cual me llevó a confirmar la idea que allí existía una portación de enigma que se expresaba mediante el uso de un idioma codificado o velado. Volviendo muy difícil separar la idea de poder a la de conspiración. Se podría sostener que el poder como noción termina ocupando el lugar de otras palabras que no sabemos pronunciar y desde esa perspectiva es un concepto que surge con una inconsistencia tácita -por medio de la circulación de la palabra- con prohibiciones 17
y omisiones sobre todo eso que nos interesa decir. Pero por otra parte, si finalmente se develaran esos términos que desconocemos sería imposible hacer política. Tendríamos dificultades para decir algo sobre aquello que supuestamente se produciría como un oficio, profesión, pensamiento o inclusive como un lenguaje. Y nos conduciría a quitarle la dimensión humana a la persona como eminente ser político, tal como ya lo había definido el pensamiento clásico. Hacer política en las actuales circunstancias en un mundo industrial, digital, contemporáneo vinculado a grandes redes financieras ha convertido ese enigma en una palabra que volvió a la trivialidad necesaria para que los que hacen política no sepan bien qué es lo que hacen. Germán García: Este planteo me parece importante. En una clase que di hace poco, alguien planteó que en los conceptos que yo estaba desplegando faltaba incorporar la fundamental dimensión de la política. Entonces, le propuse que viniera la semana próxima y la desarrollara. Así fue. Al término de su exposición mi reflexión fue que ahora entendía la importancia de la política. Dado que si ella no hablaba de sí misma no tenía ninguna importancia. Pero era el único discurso que hablando de sí mismo podía soñar con quedarse con el poder. Ahí, estaba el enigma. Horacio González: Eso se entiende perfectamente con la idea del ciudadano y de la polis. Quizás a esa mirada de quien te planteaba que en tú discurso faltaba la dimensión política lo hacía desde una visión restringida del término. Dejando afuera que el solo hecho que un conjunto de personas protagonicen una experiencia en común, esas acciones bien se pueden llamar política. Germán García: Y también se pueden llamar poder. Narraciones: En estas nuevas condiciones del capitalismo global, con la crisis de los Estados nación, el predominio del capital finan18
ciero y la consolidación de actores trasnacionales ¿Cómo se ubica esta trama que están planteando con respecto al poder? ¿Cómo la perciben ustedes? Horacio González: A mí lo que me ocurre observando las formas de discusión contemporánea es que me siento totalmente ausente. De alguna manera, me eduqué leyendo libros donde el poder funcionaba como un mito que era capaz de agrupar personas con vinculaciones inesperadas y azarosas. Hoy si no sabés lo que es una tasa de interés o los distintos términos enraizados con la economía pareciera que quedás por fuera de la historia de la humanidad misma. Así el esfuerzo por hablar de poder proviene de la lógica económica (tipo de cambio, comercio exterior, déficit fiscal, etc.) que cuentan con personas con mucha destreza para manejar ese lenguaje. Y funciona como un coto cerrado que en algún momento debiera tener una mayor amplitud que nos permitiera dilucidar cómo se estableció ese pasaje de sustitución del modo en que hasta ese momento se hablaba del poder. Proviniendo no solamente de la economía sino también del Príncipe. Del Leviatán. O de la figura que encarnaba la suma de todos los poderes de una sociedad en términos de voluntad colectiva. El contrato social lo que negocia es la permanencia del individuo dentro de un orden colectivo. En realidad no negocia. Sino que lo que busca es vincular lo individual con lo colectivo y que en ese intercambio se favorezcan ambas partes. Por eso, los que nos formamos en esos registros nos vemos actualmente totalmente desligados de hablar sobre aquello que denominábamos como política, por eso hay que hablar de otra manera, generar nuevos términos y hasta poder cuestionar aquellos que se utilizan. Es probable que si uno no estuviera en contra a priori de las políticas del Fondo Monetario Internacional, el argumento económico te convenza. Porque se presenta con un lenguaje retórico que habla desde una validez garantizada también a priori, que cualquier teórico lo podría estudiar como una de las formas de la coherencia. Por eso es necesario para desmontar ese discurso hacerlo desde otro lugar. Sostener otra coherencia. O sustentado desde un sí mismo adverso que pueda justificar su a priori en el 19
seno de una historia mayor. Y ahí hay un dilema en muchos sujetos cuando se habla del poder. Porque desde esta perspectiva el poder sería más que una sustancia vacía, un enlace etéreo. Significaría estar hablando de algo que nos importa mucho e incluye aspectos de control, dimensión de personas, lenguaje, etc. Y que tal vez no podamos decir mucho del por qué y de cómo lo hacemos pero sospechamos que nos encontramos frente a algo que nos gusta mucho hacer. Y, más en el fondo, creemos que eso sostiene nuestros intereses más profundos. Y ahí es donde la idea de interés se convierte en un enigma. ¿Qué es un interés? Es un término habitual en el lenguaje económico pero ¿Qué es un interés percibido desde el punto de vista de la persona? ¿Desde la historia de la humanidad en sí misma? ¿Qué es lo que nos interesa? Y ahí nos encontramos frente a una gran pregunta en la medida que aparece su incapacidad por acceder a una respuesta inminente. Nunca lo que nos interesa tiene una resolución inmediata. Y en esa mediatización permanente que hay en lo que nos interesa cabe prácticamente toda la mundanidad de nuestras vidas. Germán García: Hace unos años di casi por casualidad con un texto de Andy Robinson, un periodista inglés que vivía en España desde los ochenta. El libro se llamaba Un reportero en la montaña mágica: Cómo la élite económica de Davos hundió el mundo y describía con notable precisión cómo eran las reuniones anuales en esa pequeña ciudad de no más de doce mil habitantes en los Alpes Suizos donde cada año se reúne la élite política y económica mundial. Allí, Robinson contaba que para esa élite los Estados eran como el carnaval de los que habitan inevitablemente un territorio, con sus jerarquías y costumbres pero que en verdad el poder económico funcionaba por encima de esos Estados. Y entonces había uno de ellos que decía que a él le parecía un poco absurdo que tuvieran que ir, por ejemplo, a besarle la mano a una princesa árabe cuando en realidad la princesa árabe debería ir a besarles las manos a ellos, puesto que ella no era nadie. Ya que las cosas que se podían hacer o no hacer dependían de ellos, de sus decisiones y del poder real que ejercían. Además en esas reuniones que duraban una semana, el último día 20
asistía un intelectual y alguien que venía a contar alguna desgracia. Ya sea sobre los niños que se morían de hambre, el ambiente de miseria que padecían algunas poblaciones africanas, etc. Frente a ese escenario, los ricos, dueños del mundo les entregaban dinero para paliar esa situación que se describía. Con mucha ironía este periodista inglés contaba que entre estos poderosos estaban también los mandatarios de los países llamados del tercer mundo y que esos gobiernos se caracterizaban por decir que ellos garantizan la policía, que no hubiera huelgas, sueldos bajos, es decir, todo aquello que se suponía podía atraer a quienes podrían eventualmente invertir dinero en sus países. Lo que a mí me hace reflexionar sobre esa idea –quizás la más arcaica- que define al poder, es el territorio. Es decir, tenemos un territorio, nos plantamos ahí; nos cuesta vidas, etc. Así se hizo Estados Unidos, y cuando se hizo la Nación, la gente común dijo: “pero nosotros nos quedamos con las armas”. No entregaron las armas. Ese solo gesto tiene un efecto histórico importante, una persona que le parece agradable agarrar las armas en cualquier momento. Creo que el poder tiene mucho que ver con eso. Estoy tratando de definir lo real del poder. Que comienza a ponerse en cuestión a partir de este nuevo modo en que se nos presenta el poder financiero transnacional que parece englobarlo todo. Horacio González: Si el poder es el territorio, entonces es la economía. Pero en algún momento arcaico, como expresaste bien vos, economía, política y armamento no se distinguen demasiado. Durante el gobierno anterior se decía que la economía debía estar subordinada a la política, que es un concepto que proviene del maoísmo. Ubicar a la política como algo superior primero al tráfico económico, la mercancía y después al lenguaje de los economistas fue una de las características que marcaron los doce años del kirchnerismo. En esta nueva gestión lo que prevalece como idea es que en algún momento el lenguaje del economista es más determinante que el lenguaje de aquél que dice que todo es un problema de poder. Habría que ver, si analizamos esta crisis financiera de los últimos meses no le termina dando la razón a quien sostiene 21
que todo es un problema de poder. Pero esa razón se daría igual sin poder definir bien qué es el poder. Porque para tener razón la condición que se le impone es no entregarse a una definición muy precisa de poder. Hoy la economía tiende a utilizar un lenguaje que los científicos sociales llaman variables, que se entrecruzan, sube una tasa, baja otra, etc. Ese sistema de razonamientos que posee algo de la geometría y de las matemáticas, en algún momento no tiene la capacidad de sostenerse a sí mismo sin producir una crisis. La idea de crisis es muy tentadora. Es un pensamiento que supone que puede agregar infinitamente situaciones a futuro. Una forma de buscar controlar el tiempo. El dólar a futuro sería un ejemplo de esto. De pensar al tiempo también como una variable. De alguna manera, asimismo ahí hay una idea de desprenderse del espacio, del cuerpo humano, de la biología. Este control del tiempo es entendido como circulación de mercancías y esa mercancía es el dinero. Por eso me parece que esa persona que dice falta la dimensión política es una apelación desesperada a no dejarle toda la verdad al mero saber económico. Al menos del modo en que trata Foucault a la economía clásica en las palabras y las cosas. Como una forma de conocimiento junto a otras. Más de una vez veo a mis amigos más comprometidos que permanentemente dicen éste es un problema político. O sea, se sigue apelando a una práctica que exige la formación de grupos, conciencia colectiva, fórmulas militantes, consignas y movilización callejera. Es decir exige la ciudad y la polis. No la circulación infinita de mercancías. Y ahí veo dos contrastes importantes. Existe pues, un debate pendiente por los viejos ideales de justicia entre la lógica económica y la lógica política. Pero ambas tienen al poder como etéreo, algo que nunca se termina de definir. Germán García: Quisiera retomar una noción que vos planteaste que es la del tiempo. Ahora estamos con esto que el acuerdo con el FMI nos va a permitir resolver nuestros desajustes económicos. Pero en realidad la clave está en saber cuánto tiempo logra el gobierno hacerles creer a los de acá que no hay apuro para seguir. Porque la función que tiene mostrar el poder para los que tienen 22
el poder es que el otro confíe. Que acá hay algo. Si la gente se convence que tomaron esa plata sin saber bien qué hacían y que todo conduce a que esto se va a desbarrancar ésto se desbarranca. Si logran instalar que más allá de los agoreros de siempre el país va a salir adelante, ganarán más tiempo. Pero esa no es tarea fácil. Aunque entre las clases medias ilustradas y los pobres haya percepciones y tiempos diferentes. Ahí está el problema de cómo se moviliza a la gente. Horacio González: Con respecto a esto último que planteas se podría decir que en las clases medias ilustradas como vos las definís hay un sentido de la urgencia. Que no avance el deterioro, la agresión, la crisis que perjudica a los más débiles. Pero ese razonamiento al menos desde el discurso también lo ha incorporado el Fondo. Da la impresión que son consideraciones que nos lleva a las lógicas me dievales de la servidumbre efectiva, por ejemplo, e incluso a los modos de supervivencia del primer proletariado que trabajaba doce horas en una fábrica y dormía en pisos de alquitrán. Hoy somos herederos de alguna forma de los restos de esa idea de lo popular, lo proletario, lo plebeyo y de los despojados. Por lo tanto, seguimos usando nociones de ese tipo que le adjudicamos a un conjunto de existencias que probablemente no se piensan a sí mismas de ese modo. Esto probablemente en la tradición marxista se resolvía muy fácilmente otorgándoles la condición de sujetos de la historia. Muchos luego, como Georg Lukács, harían una crítica de carácter intelectual. Sosteniendo que no había que otorgarle a nadie a priori algo que no quería ser. Con lo cual inaugura dentro del marxismo la idea que hay una voz popular que tiene que rehacerse pensándose a sí misma como poseedora de conocimientos previos a los que se les quiere adjudicar. Esto atraviesa un poco la historia argentina del último siglo. Y se asemeja a los conflictos que nos enfrentamos hoy. Los que pensamos la política hasta los años 90 nos vemos obligados a debatir algunas cosas. Los que sospechamos con muy buenas razones que se está dando una destrucción gratuita de un ente como la Nación, que puede tener muchas dificultades para sustentarse ante un examen más riguroso de la historia, pero ¿que sería mejor? 23
¿que exista o que no exista? Los que pensamos eso, tenemos un severo desafío porque los portadores de la idea Nación, es decir el pueblo nación a la manera gramsciana... Germán García: Ahí está la tierra. Horacio González: Sí ahí está la tierra, pero no es muy telúrico ni está muy dispuesto a que se le presente un programa de intereses que debería asumir porque ya los tiene y solo que no sabía que los tenía sino que está muy dispuesto a pensarse en los términos del beneficio que le puedan atribuir otros o entregar otros, esos otros que antes denominábamos sus enemigos, de ahí el fuerte acertijo que tiene la situación actual. La pregunta la escucho habitualmente de la época de kirchner porque las personas que le atribuimos intereses de un tipo, de cierto tipo, se empeñan en decir que no tienen esos intereses y hacen lo contrario a lo que le atribuimos. entonces ahí hay que redefinir la idea de interés o la idea de pueblo. Germán García: Está muy bien lo que decis. Está ligado a esto que yo digo del efecto dominó porque ¿cuánto dura el interés o la falta de interés? Eso es fundamental porque es fundamental para cualquier cosa donde se pongan las relaciones de fuerza en juego, cuánto aguanta eso sea una guerra o fuese lo que fuera... Horacio González: Por eso me parece que podríamos llamar política a ese conflicto permanente que atravesó todas las ideologías políticas. Esa relación entre un conjunto de ideas de felicidad pública para decirlo a la manera jacobina y el modo en que la vida popular suele tomar la desgracia como un destino que le sería aceptable a condición de recubrirlo de cierta religiosidad. Como también hay una cierta religiosidad en las tesis de los que quieren cambiar el mundo de una manera abrupta en beneficio de mayorías que pueden ser ilusorias o no; entonces es un conflicto entre dos formas de religiosidad. Una basada en una esperanza pa24
siva y otra religiosidad basada en una utopía activa que tiene una forma de esperanza más agresiva respecto a los poderes que definen como adversos a la felicidad pública; financieros, bélicos, incluso a veces religiosos sin saber o sin tener en cuenta que cualquier acción política tiene en su último estertor digamos, una evidencia de que retoma fuertemente prestado el lenguaje de la teología al punto tal que cuando percibe eso debe seguir usandolo pero en forma laica. Narraciones: ¿Cómo funcionan los medios masivos de comunicación y las nuevas tecnologías con respecto a estas disputas? Horacio González: Los medios de comunicación son funcionales y buscan reproducir el poder que dicen que es de otros, se dicen medios y comunican lo que sucede en otro lugar. Pero la situación que se ha producido desde los años 60 ya muy explicitada en infinidad de trabajos, es que si algo se parece más al poder es eso que se llama medios y el modo en el que circulan, es decir las imágenes que utilizan y la reforma que instauran. Germán García: Y el lenguaje que instauran. Horacio González: Si. Es una reforma del lenguaje más brutal que si veinte reales academias estuvieran trabajando varios años para decir cómo hay que hablar. Todo el lenguaje que hablamos es un lenguaje ya hablado por los medios. Ahí tenés una forma del poder invisible o difícil de detectar, porque cuando crees que lo agarras se te escapa. Porque está en constante movimiento, es un flujo. Para decirlo con una palabra que no me gusta, es un rizoma. Y ya nos metimos en plena filosofía francesa. Germán García: Hay algo que es evidente, es fácil que cualquiera te hable mal de la política y de los políticos pero lo interesante es la 25
otra cara, es que haría ese que critica a los políticos, si tuviera que ocupar el lugar de ellos. No sabría qué hacer. Narraciones: Y, ¿Cómo articulan las teorías con las prácticas? Germán García: Esa es una pregunta para reflexionar porque una cosa es que construyamos una teoría con la misma estructura que la de Aristóteles o Kant. Uno se puede sentir satisfecho. Pero ¿sirve para algo la teoría? Hay muchas cosas que están bien pensadas pero no funcionan. Tenemos el famoso caso del peronismo que ha sido pensado y no ha funcionado desde que Perón se subió allí. Horacio González: O su modo de funcionar es a través del incumplimiento de las tesis que se han propuesto para hacerlo funcionar. Que no me escuchen mis amigos. Pero todos ellos saben esto. Germán García: Por supuesto. Sí, eso está muy bien. Narraciones: Y, ¿Cuál es la función de la crítica? Horacio González: Habría dos tipos de críticos. Unos, aquellos que no aceptarían que su función en tanto críticos pase por ponerse en el lugar del otro. Que no les corresponde preguntarse qué le pasaba a Messi antes de patear el penal contra Islandia o qué pensaba Caballero después del error que cometió y permitió el gol de Croacia en la primera fase del Mundial. Pienso en alguien que yo estimé mucho como Nicolás Rosa, Profesor de Teoría Literaria en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, que por su modo de entender la crítica no se detendría en estas cuestiones. Sin embargo hay otro tipo de críticos, en los que te incluyo Germán, donde ahí hay otras preocupaciones. Es cierto, que si criticás una novela de Thomas Mann no tenés que ser Thomas 26
Mann. Salvo que seas Roland Barthes que creía que la crítica podía ser superior a aquello que criticaba. Hay un momento del crítico que no se propone vivir la experiencia de aquél que critica. A mí me parece que el crítico debe justificarse adecuadamente sin estar en la situación del que vivió el drama específico. Tuvimos un país toda una semana criticando a un arquero. Y me parecería injusto decirle a millones de personas por qué no se ponen en su lugar. Tiene que haber un tercero, lo que Sartre llama terceridad que evalúe con cierta objetividad sino la vida sería imposible. Y esa objetividad es un armazón donde intervienen la memoria, las experiencias previas, ciertas teorías aunque no fundamentadas ni comprobadas que siguen funcionando como utopías, todo eso es lo que valida una crítica. Al mismo tiempo esa crítica como escucho hoy prácticamente unánime en la televisión, si es una crítica que no pueda en algún momento imaginar la hipótesis de que alguien podría estar en ese lugar, tampoco es una crítica adecuada. En ese punto nacen las religiones, me parece en la frase “¿por qué no te pones en mi lugar?” esta idea del otro explicada con un imperdonable esquematismo. Es, en ese sentido, me parece que Sartre nos ayuda a analizar estas cuestiones cuando piensa la formación de los grupos. Que incluso le veo semejanza con Elías Canetti –al que vos te referiste con anterioridad- y su noción de la muta, la jauría, la patota. Germán García: Canetti plantea una cuestión fundamental que no es tenida en cuenta: “la inversión al temor a ser tocado”. ¿Cuál sería el tema de las masas? El ser tocado. Mira cualquier marcha de un 24 de marzo, hay gente que le gusta sentirse como llevado por las masas y hay otra que busca tener cierta autonomía con respecto al movimiento colectivo. El concepto de masa abierta y cerrada. Narraciones: ¿Cómo entienden que se relacionan y articulan distintos conceptos y estructuras como poder, pueblo, populismo, masa y multitud? Germán García: Para decirlo rápidamente tanto la masa como 27
la multitud son formas de vida mientras que el populismo es una estructura política. Es una forma política de organización que piensa al poder como un modo de dominio sobre lo social. A lo largo de la historia podemos apreciar diferentes tipos de populismo pero lo que tienen en común en que todos llevan una intencionalidad política. En un sentido de acción colectiva. Horacio González: Sí, acuerdo. La multitud, al menos en la forma en que se trató en la Argentina que proviene del modo francés, es un comportamiento colectivo que degrada a las instituciones. Y por lo tanto, le lleva una carga onerosa a la razón. En nuestro país este concepto tiene la influencia de Gustave Le Bon que se basa en todos los pensamientos surgidos de la Comuna de París. Desde esta mirada la multitud la constituyen grupos de individuos que no viven la vida política en términos de república y democracia. Que disuelven su racionalidad en un magma animalesco. Ahí hay una diferencia con el positivismo biologicista argentino que trata el problema de la multitud. José María Ramos Mejía, por ejemplo, las hace protagonista de la Revolución de Mayo, e incluso incorpora formando parte de ella a personajes que están por debajo del nivel de racionalidad aceptable. Esos son los personajes proféticos que tienen un tono milenarista. Lo cual vuelve a esa noción mucho más interesante que si desaprobara el milenarismo. Con respecto al populismo, llamado a veces así al peronismo tiene otras consideraciones. El peronismo tradicional no se reconoce en esa tradición. Para Perón lo que hace es científico. El peronismo es una ciencia de la conducción. Donde lo que se maneja son personas. Y esto viene de la tradición militar. Postula que su objetivo, su campo de estudio, su método de trabajo, etc, se refiere a cómo estudia el comportamiento de los hombres para que obedezcan pero también para que sepan mandar y alguien que sintetiza eso lo llama conductor. Y eso lo hace con reglas, a veces abrumadoras, muy sutiles. Para Perón el peronismo es una ciencia en los mismos términos en que se la planteaba el positivismo, que de alguna manera lo hereda. Perón tiene en su biblioteca que se encuentra en el Archivo General de la Nación subrayados los libros de Le Bon, aunque no creo que 28
haya leído a Ramos Mejía. Germán García: Perón a Le Bon lo leía desde joven. Horacio González: Porque era parte de la bibliografía de los cadetes de la escuela Militar. El populismo surge en los años 60 con la idea de que hay una pérdida de racionalidad. Con respecto al populismo que crea Laclau, el primer desafío con el que se encuentra es ser capaz de inventar una retórica, como Hobbes. En esa retórica incorpora a Trotski, Gramsci, toda la teoría política, Maquiavelo, incluso los autores religiosos como Mr Edgard. O sea debe fundar un lenguaje, una forma de interpelación y una construcción lógica. Por lo tanto, sacó al populismo de la condición peyorativa que le habían puesto socialistas y liberales. En la tradición de Le Bon el populista era aquel que obedecía sus impulsos que eran miméticos. Eran impulsos de simulación y lo coloca ya no como una ciencia, tal cual Perón situó al peronismo, sino en el campo de la teoría política vinculada a la retórica. Estableció una gran discusión porque por primera vez el populismo aparecía afuera del lenguaje político condenatorio o aprobatorio, era otra cosa. Era una instancia del lenguaje tal como la había estudiado Saussure o como la había estudiado Derrida que es un deconstruccionista también. El peronismo en su versión kirchnerista ha aceptado bastante este planteo de Laclau pero para el peronismo clásico esta perspectiva tiene resistencias. Sobre todo porque ese peronismo no cree necesario construir una nueva teoría porque siente que ya la posee. Se llama ciencia de la conducción. Con Laclau desaparece porque ahí pone un vacío que es en general la tónica de todas las teorías contemporáneas: el vacío. Yo quería decir para terminar, que muchas formas de la construcción del grupo en Sartre no son psicología social ni ningún saber establecido, son observaciones muy interesantes sobre libros de historia de la revolución francesa. Cuenta largamente cómo se toman los barrios; como se toma la Bastilla y a partir de ahí cómo se forma el grupo. Como se hace un juramento, como se produce el 29
otro, el otro del otro y de ahí la serie y como se escapa de la serialidad por medio de un tercero, y no son páginas fáciles. Eso lo descubrí releyendo. Acá en Sartre hay mucho contacto con la tradición francesa de Le Bon, el control de las multitudes, pero la formación del grupo y el modo en que aparece el otro del grupo eso también hay que leerlo junto a Canetti. Narraciones: En el libro de Canetti hay un título que dice Génesis y escritura del poder. ¿Se puede pensar una escritura del poder? ¿Qué sería una escritura del poder? Germán García: El tema, la sutil lucha por imponer tal palabra en vez de otra. Eso es así constantemente en España se ve bien. ¿Te acordás que íbamos a armar un curso? Horacio González: Sobre la soberanía idiomática. Germán García: La cuestión es imponerle a otro una manera de hablar, por ejemplo vos fijate esa cosa que hicieron con la e, es un poco grotesco; no importa, pero se ve el hecho que está la intuición de que si vos lográs meter otro lenguaje estás desplazando el pensamiento, la sensibilidad, etc, etc, de ese lenguaje. Yo creo que es eso la génesis, por ejemplo hay un texto extraordinario de Borges que se llama Las alarmas del doctor Américo Castro. Vino acá y dijo que había que prohibir a los argentinos hablar por dos generaciones hasta que el español volviera a ser normal porque habíamos hecho pomada la lengua y se iba a extender por toda latinoamérica como una peste y entonces Borges, lo tomo en todas las tonterías literales y lo desarmo todo. La revista Martín Fierro fue un poco en respuesta a eso. Pero en España pasa también con los valencianos dicen que ellos no hablan catalán, hablan valenciano. Hablan iguales pero bueno y así sucesivamente. Es una guerra constante, los grupos sociales, el tipo que habla bacán, y el otro que te dice ¡qué hablas así vos! 30
Horacio González: El peronismo tuvo su lenguaje, las profesiones tienen sus lenguajes, y después están los grandes estudios sobre los lenguajes que llevan a la guerra. Está el libro de Victor Klemperer, La lengua del Tercer Reich que son modalidades ya de la asociación del lenguaje con el terror, que tienden a justificar o a usar otra clases de eufemismos, como pasó en la Argentina en la época de la dictadura militar también. Narraciones: Cristina Fernández de Kirchner introduce las cuestiones de género en las formas de nominación, por ejemplo el uso de Presidenta en lugar de Presidente, y los medios se ocupaban de criticarlo, hoy se introduce la e. Horacio González: Hoy es difícil debido a lo que hizo el movimiento feminista retroceder respecto de eso. Diría que es difícil e inconveniente hacerlo pero de todas maneras sigue siendo un tema. Germán García: Yo pienso que la inconveniencia está en que las mujeres van a tener que aprender de ellas mismas. Si resultan encantadoras cierta gracia de las mujeres, es porque lo hacen de tal manera como no estando dirigido a quien va dirigido; es decir, las mujeres andan vestidas así de casualidad porque salieron a dar una vuelta. Ahora si salen con un cartel que diga damos la vuelta vestidas como queremos perdieron hasta la guerra. Entonces hay un problema en eso, en la manera de plantear la cosa. Horacio González:. El problema es la literalidad. Germán García: Me refiero a que toda cuestión que vos incorporas como propia, funciona. Al otro le gusta o no le gusta pero funciona. Pero cuando vos incorporas, y das a entender una intención de imponer a otro una cosa, perdés ahí. ¿Por qué se burlan de la e? En España pasó también, pero pasó hace como veinte años. Las 31
mujeres empezaron a querer eliminar palabras machistas de España. Para eliminar palabras machistas en España, tenés que matar a todos los gallegos, están llenos de refranes machistas; y luego, a los seis meses desapareció todo el lenguaje femenino que había impuesto el movimiento femenino. Si las minas lo hubieran hecho como algo que hacían entre ellas escondidas, en un lugar donde los gallegos no iban, hubieran estado todos muy interesados en ese lenguaje. Algo que se ofrece demasiado no produce interés. Eso saben las mujeres. Horacio González: El feminismo es más movilizador, hay una cuestión de derechos que le da un motivo central. Hay también un exceso de literalidad digamos que creo que es el ejemplo que se dio, entonces si una presidente es mujer mejor digamosle presidenta, ¿es una ventaja en la consecución de nuevos derechos lingüísticos o es una revelación excesivamente imprudente del poder que realmente tiene y más que preservarlo se lo resta? Eso es una incógnita del feminismo que hay que analizar. Todos estamos nerviosos con esta cuestión en un sentido, en una dimensión profunda. La revolución francesa cambió el nombre de los meses quizás no era lo más apropiado, de todas maneras los volvieron a poner. Hay que ver con atención la relación movimientos sociales por derechos y cambios lingüísticos, y percibir que de ahí va a quedar algo que es que el lenguaje está sometido a reglas que no le pertenecen directamente. Está sometido a la lógica de poderes sociales que transitan alrededor de un horizonte de derechos. Germán García: Creo que el lenguaje resulta atractivo, gracioso, cuando aparentemente para uno eso apareció porque apareció. Viste cuando aparece de pronto por ingenio una burla o algo que de pronto tiene gracia y que prende. Tengo un conocimiento muy extenso del lunfardo, y no he vivido el lunfardo, lo he aprendido cómo he aprendido el Cervantes, porque me parece gracioso la manera de hablar. Porque decir es un atorrante me resulta más inmediato y coloquial que decir es una mala 32
persona. Horacio González: Es una persona improbable diría Borges. Germán García: Es mucho más fino. Horacio González: Creo que la cuestión lingüística del feminismo es trascendental, ya sea lo que se excedió en su hibris digamos, ya sea lo que va a quedar de todo lo que invirtió ahí de una manera pulsional vamos a decir. Evidentemente produjo una revolución lingüística que enojó mucho, enojó a Lanata por ejemplo; y al mismo tiempo, a las personas que apoyan el movimiento feminista les produce cierto escozor estar frente de un lenguaje que no puede ser hablado porque le falta un respaldo fonético, y por lo tanto, termina convirtiendo un movimiento social amplio en una secta. Tiene un lenguaje de secta para un movimiento social amplio pero eso no significa que no haya un gran interés en lo que se produjo, por ejemplo, yo soy muy adverso al arroba porque el arroba es meter todo el poder informático dentro del lenguaje; en nombre de cambiarlo de una manera libertaria se le mete todo el control informático adentro. Germán García: Es una intención de gente que se dedica a hacer guita no justicia. Narraciones: El hashtag se utiliza en todo los medios para resumir un concepto. Horacio González: Por eso todas esas terminologías, simbologías o enriquecen los giros idiomáticos, las letras, las sílabas o terminan apropiándose del lenguaje corriente. Los símbolos informáticos y por lo tanto la llamada sociedad del conocimiento termina siendo 33
la única forma de poder. Invoca el conocimiento para combatirlo a través de la tecnología digital. Germán García: Es hora de que hagamos una intervención relámpago realmente lacaniana todas esas cositas y pelotudeces que se hacen tienen un problema, la resonancia del lenguaje es un goce del cuerpo. No es algo que se ve en una pantalla. Todo eso sirve para hincharle las bolas a otro que no le interesa pero después tampoco le interesa al mismo que lo hace, observá y vas a ver. Horacio González: Estoy de acuerdo con eso. Germán García: Era hora de que Lacan también se presente. Aplausos. Muchas gracias!
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Discursos
Adriana Segabache
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¿Colonización-descolonización? Carmen González Táboas ¿Qué entender por colonización? Coloniza la bacteria al órgano que solo quiere desprenderse de ella. Entonces ¿qué quiere decir colonizar en el campo donde las culturas se mestizan, se atraen, penetran unas en las otras? Si bien el gobernador Cortés concedió de buen grado el pedido del destronado azteca Cuauhtemoc de que se le devolvieran las cautivas, ni una sola quiso volver. Diezmados los indios por extenuación y enfermedad, veinticinco años después de Colón la región estaba poblada por innumerables mestizos la mayoría ilegítimos y estigmatizados, con escasos derechos patrimoniales. Se crearon intrincadas cruzas de lenguas, saberes, costumbres y creencias. Muchos desearon la cultura hispana; en el marco de los tempranísimos virreinatos fueron frailes, navegantes, traductores, maestros, letrados. Pertinencia de una lectura con el psicoanálisis Lacan citaba en cierta ocasión a Aristóteles: ¿cómo saber de qué lado estará el coraje que hará ganar la batalla de Mantinea? Digamos: ¿cómo saber antes del deseo que, en cualquier latitud, burlará los designios del Otro de la intersubjetividad? De otro modo: ¿Es posible un psicoanálisis, su dispositivo, en las culturas donde palpitan antiguas cosmovisiones y sentidos compartidos, donde uno nunca es sin los otros que configuran una comunidad de lenguas, mitos, ritos y costumbres, donde las palabras muestran sus poderes, donde el conocimiento es el medio en el que se despliega la intersubjetividad? ¿Qué condiciones en la cultura permiten la irrupción del síntoma, lo que altera el buen sentido y el orden de las cosas? ¿O será absorbido por los sentidos sostenidos en una lógica colectiva? ¿Es acaso imposible que el ser hablante se sienta prisionero de lo colectivo e intente jugar solo la partida de 36
su libertad? ¿Que pueda acceder al campo de la cultura donde el dispositivo analítico deja hablar a lalengua7? Es posible en el espacio democrático, donde se haga lugar a la heterogeneidad de las culturas. Al discurso del psicoanálisis se accede por la transferencia que será analítica donde, por las operaciones del analista, un cambio de discurso pueda resonar. En esta América, el analista es parte de una civilización inestable, efecto de la cita fallida entre culturas que tuvo lugar hace quinientos años. Es el marco clínico, político y epistémico de la siguiente lectura. La perspectiva de la colonialidad del poder En esta América existe toda clase de iniciativas colonialistas; desean resolver lo fallido de la impredecible cita entre las culturas europeas y las otras, que no fueron consideradas culturas ni por el hispano ni por los mercados europeos después. Mi anterior pasaje por la cuestión8 se extiende ahora a la actualidad de “la perspectiva de la colonialidad del poder”. Un “Prefacio” de W. Mignolo a una serie de ensayos se detiene en la idea del desprendimiento de las formas de conocer “que nos sujetan y modelan activamente nuestras subjetividades en las fantasías de las ficciones modernas”9, devotas del consumo, aún si para gran parte del mundo el mercado no es el lugar donde se consume el salario, sino que es aún un lugar de sociabilidad en comunidades donde se trabaja para vivir10. La lucha social y cultural que los autores se proponen debe darse en el campo del conocimiento. En esta concepción descoloLacan escribe lalengua para nombrar aquello que, en el dispositivo analítico, puede ser leído en lo que se oye, más allá de lo que el que habla “quería” decir. 8 González Táboas, C., “Ensayo Uno: La más formidable resistencia”, La cita fallida 1. El continente mestizo. Una mirada, con Lacan, Buenos Aires, Grama, 2017, p. 59. 9 Mignolo, W., en el “Prefacio” a Palermo, Z., Quintero, P. (comp.), Aníbal Quijano: textos de fundación, Buenos Aires, Del signo, 2014, p. 7. 10 Ibídem. 7
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nizadora no hay lugar teórico para un sujeto cuya libertad estaría determinada por su relación al lenguaje; la salida estaría dada por alojar las manifestaciones y las estructuras de la organización social y jurídica según las tradiciones de cada comunidad. Señalo los procesos subjetivos muy activos que en estas comunidades se presentan en el campo del arte y que la perspectiva colonialista no trata en sus trabajos. Si la singularidad es ese punto sin extensión, el goce de uno solo que no puede compararse con nada, la opacidad fundamental que excluye el sentido11, el artista hace pasar la opacidad de lo real a lo simbólico del sentido. El crítico paraguayo Ticio Escobar habla de las tribulaciones del arte en los tiempos del pragmatismo instrumental del mercado. Comenta, entre otras, una obra: Nandí verá12 (“el resplandor de la nada”). Una pequeña ventana en una cuasi cripta, tejidos de tul, letras de cera cerrando sus poros, creación de un invisible hueco. El extraño vaivén del objeto obliga a la oscilación de la mirada y la detiene en el umbral. El crítico lee allí el centelleo de la distancia, un interrogante abierto, su huella; lo irrepetible del aura (W. Benjamin). La inadmisible subalternidad La probada autoridad de Rita Segato introduce con entusiasmo la obra del sociólogo peruano Aníbal Quijano, a quien cita: “La modernidad, el capital y América latina nacen el mismo día”. “Una economía-mundo capitalista sin América no habría tenido lugar”. “Las ideas son cárceles de larga duración (…) pero no es indispensable que permanezcamos todo el tiempo en ellas”. Lo que Quijano resalta, dice Segato, es la diferencia latinoamericana, la especificidad de la experiencia continental que no equivale a excepcionalidad. Miller, J.- A., Sutilezas analíticas, Buenos Aires, Paidós, 2011, p.100. Escobar, T., Imagen e intemperie, Buenos Aires, Capital intelectual, 2015, p. 133, sobre la obra de Osvaldo Salerno, Museo de Artes Visuales, Santiago de Chile, 2005. 11 12
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La heterogeneidad de la realidad latinoamericana –económica, social y civilizatoria–, en permanente e irresoluble suspensión simplemente no puede ser aprehendida a partir de las categorías marxistas13. Si bien la Teología de la liberación, la Pedagogía del oprimido, la Teoría de la marginalidad han pasado fronteras internacionales, la caída del muro de Berlín y el fin de la guerra fría, al reducir la polaridad capitalismo-comunismo, trajo el quiebre y la reorientación de las ciencias y de los movimientos sociales, y la nueva Perspectiva de la colonialidad del poder14, tesis de Quijano que Rita Segato introduce así: América es la epifanía de una nueva hora y, por esto, no admite Quijano subalternidad para este nuevo mundo nuestro, sino un protagonismo que, a pesar de las múltiples censuras que le fueron impuestas a sangre y fuego, resurge hoy, se “reoriginaliza” –para usar una categoría cara al autor– y, libertándose de sus clausuras a derecha e izquierda, acoge “el regreso del futuro”, poniendo en marcha sus caminos ancestrales y sus proyectos históricos propios, comunales y cosmocéntricos15. El desprendimiento no es el desarraigo Quijano admite que el sujeto individual emprenda procesos de liberación de las estructuras sociales, religiosas, jerárquicas fijas que lo aprisionan: es su lucha social y cultural en la vida Segato, R., “La perspectiva de la colonialidad del poder”, Palermo, Z., Quintero, P. (comp.), Aníbal Quijano: textos de fundación, op. cit., p. 17. 14 El peruano Aníbal Quijano sigue el pensamiento de José Carlos Mariátegui (1894-1930): en América latina conviven Mitos y Logos sin excluirse, una heterogeneidad que debe permanecer. 15 Segato, R., “La perspectiva de la colonialidad del poder”, Palermo, Z., Quintero, P. (comp.), Aníbal Quijano: textos de fundación, op. cit., p. 22. 13
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urbana y bajo las ficciones del capital. Pero esa propuesta “es hoy inadmisible en el campo actual del conocimiento”. La subjetividad individual diferenciada es real; pero no existe sólo para sí y por sí. Existe como parte diferenciada, mas no separada, de una intersubjetividad. Todo discurso, toda reflexión individual remite a una estructura de intersubjetividad. Está constituida en ella y ante ella. El conocimiento, en esta perspectiva, es una relación intersubjetiva a propósito de algo, no una relación entre una subjetividad aislada, constituida en sí y ese algo16. La propiedad relaciona al individuo con el objeto material mediante la relación intersubjetiva; pero el conocimiento surge de la relación intersubjetiva. Esta es imaginada libre de las orillas pulsionales por donde los goces introducen la discordia. El crítico T. Escobar amplía la visión17 cuando escribe: “En los países, en las regiones de la periferia extrema, el agravamiento de la miseria y la proliferación del comercio informal promueven no sólo ingeniosos mecanismos de subsistencia desesperada, sino opulentas fortunas basadas en la mafia. Pero también fomentan la emergencia de representaciones simbólicas e imaginarios colectivos que aseguran la legitimación social de estos circuitos subterráneos: lenguajes, figuras, señales de identidad y códigos estéticos y éticos alternativos”. Estos imaginarios, en las orillas de la modernidad, mantienen habilitada la escena del acontecimiento, detienen el desarraigo social, que en su grado extremo deviene en las ciudades psicosis ordinarias. Las comunidades preservan sus lenguas y el valor de sus cosmovisiones y se desea el “desprendimiento”, definido por Mignolo como “activo abandono de las formas del conocer que Quijano, A., “Colonialidad y modernidad-racionalidad”, Palermo, Z., Quintero, P. (comp.), Aníbal Quijano: textos de fundación, op. cit., p. 63-64. 17 Escobar, T., Imagen e intemperie, op. cit., p. 139. 16
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nos sujetan”. Se trata de desprenderse de unas formas de conocer propias de la hegemonía occidental, a cambio de otras nacidas en comunidades de lengua y de cosmovisión, creencias, mitos y ritos rectores de la vida y de las relaciones intersubjetivas, lo cual hace menos frecuente el extravío que donde en la ecuación costo-beneficio naufragan las referencias. La descolonización epistemológica: un ideal La apertura a la heterogeneidad de las culturas es el eje de la posición de Quijano. Parece imaginar el conocimiento como garantía para el desarrollo autónomo de las comunidades y el modo como las intersubjetividades resolverían los obstáculos de la colonización, el desafío de la descolonización, y el rechazo de la actual recolonización tecnológica y mediática, cuyo patrón de poder, eurocentrado, ha mostrado ser más profundo y duradero que el colonialismo, mediante un criterio de estratificación de la población del mundo en entidades sociales y geoculturales (etnias, razas y continentes). El psicoanálisis sabe de otra heterogeneidad, la del sujeto deseante que, prisionero de la discordia de los goces, puede encontrar en el discurso analítico una salida del espacio plano de las relaciones intersubjetivas. Pregunto: ¿qué nos ha enseñado la práctica analítica sobre los malestares propios de esta América? Freud habló, en 1930, del malestar en la civilización. La guerra de 1914 le mostró las apetencias salvajes que causaron la segunda guerra. ¿Qué diremos del malestar en la civilización amerindia cruzada por ríos subterráneos que impiden la “nivelación” o reducción a la cultura de occidente? La corriente indetenible de las prácticas de la palabra que cubre a esta América testimonia del malestar nacido de la cita fallida entre las culturas. De la magia a la masa parlante de la autoayuda, las palabras han sido el medio lanzado a tratar los efectos de infinitas y encontradas corrientes, entre los mitos ancestrales y las marcas crueles del sinsentido de la historia. En esta América la pasión in41
terpretante busca los sentidos trascendentes. La cita fallida, o el desconcierto Si la historia no es para el psicoanálisis el lugar del sentido, para los discursos sociológicos y antropológicos es el lugar del desconcierto; incluso otros tratamientos del tiempo se oponen a la linealidad de la historia. Otros textos reunidos de trabajos latinoamericanos18 muestran el tropiezo. Ante el impacto de la posmodernidad, creen que “el viento homogeneizador y banalizador no podría tener otra barrera que la cultura popular” de la que hay que promover “su desconolización profunda” mediante la puesta en valor de lo étnico, para resignificar lo singular en la cultura de masas. Waldo Ansaldi19 advierte “la yuxtaposición de temporalidades” en nuestro mundo periférico. Los autores buscan las salidas. En la Amerindia ¿qué pasa con el gusto arrasado por la industria cultural? ¿Cómo separar la liberación de lo singular de la avidez del mercado? Si sabemos que lo único que singulariza, desnivela y resignifica la cultura de masas es lo social, las clases subalternas y lo étnico (la vía simbólica con sus mitos y rituales), “¿por qué no intentar de una vez ser nosotros mismos, sin tutores ni directores de orquesta ajenos?”20. Para el discurso analítico (es mi mirada, con Lacan) la cita fallida es sin retorno. El “nosotros mismos” responde a la opacidad de un pensamiento que no puede salir del espacio plano de la conciencia de un yo edificado, como la ciencia, sobre un vacío. El síntoma pone de manifiesto eso otro de sí que abre la vía de la transferencia analítica a los efectos de la cita fallida. Colombres, A. (coord.), América Latina: el desafío del tercer milenio, Buenos Aires, Ediciones del sol, 1993. 19 Ansaldi, W., “El tiempo es olvido y es memoria, pero no sólo por eso es mixto”, en Colombres, A. (coord.), América Latina: el desafío del tercer milenio, op. cit., p. 83. 20 Colombres, A., “Prólogo”, en América Latina: el desafío del tercer milenio, op. cit., p. 19. 18
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Quijano, A., “Colonialidad y modernidad-racionalidad”, Palermo, Z., Quintero, P. (comp.), Aníbal Quijano: textos de fundación.
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Cuentos antes de dormirnos Por Violeta Canggianelli Buenos Aires, Junio 2018.Sobre el poder de una colección de cuentos. Nací el 18 de diciembre de 1973 en Buenos Aires. A los cinco años sufrí la trágica pérdida de mi hermana mayor por la picadura de una araña. Ella no sólo era mi cómplice en todo. Mi hermana Marina era mi mejor amiga y juntas, compartíamos todas las situaciones típicas familiares y amistosas de la infancia. Entre todas las actividades que recuerdo, o creo que recuerdo pero se fueron construyendo gracias a las fotos, relatos y anécdotas teníamos una, muy especial e íntima, que disfrutábamos de a dos y en nuestra casa: La lectura de cuentos antes de dormirnos. Los cuentos del Chiribitil del Centro Editor de América Latina eran esperados, cuidados y disfrutados por nosotras: De a dos. Eran para coleccionar como las revistas, pero de mayor nivel por su contenido escrito e ilustrado: De eso, también nos dábamos cuenta juntas. Todo lo que en la década del setenta circulaba por los kioscos de diarios y revistas, la galería del este y las ferias callejeras, tenía un valor agregado en nuestra casa. Mi mamá nos leía muchísimo cada noche y siguió contándome cuentos siempre, porque ella disfrutaba muchísimo de leer y de viajar juntas gracias a las historias, a lugares inventados, de emocionarse con un relato y de tener conciencia que esos mundos imaginarios que compartíamos en la intimidad, nos ampliaban la visión del universo. Recuerdo con mucha ternura que nuestros libros tenían un lugar especial en el cuarto y también recuerdo el cuidado que mi madre tenía en la selección literaria que nos compraba o conseguía. 44
Ella los leía completos antes de dejarlos a nuestro alcance. Ella nos traía libros en otros idiomas y buscaba los bellamente ilustrados con un criterio amplio y variado. Cuando comenzó la democracia en 1983, yo cumplía diez años, tenía a mi hermano de ya tres años cumplidos y me seguían gustando los cuentos, coleccionarlos y leerlos con Mauro, mi hermano menor, con quien yo también compartía cuentos favoritos. Aunque mi orientación vocacional se perdió -por un tiempo- en lo vinculado a la verdad, la justicia, la política y la filosofía, siempre asistí a talleres de escritura desde mi adolescencia y conservé el amor a la lectura, los libros, las colecciones de libros y lo literario como un refugio seguro y de placer asegurado. Siendo abogada, ya profesora en dos facultades de la Universidad de Buenos Aires, y gracias a mis años de haber trabajado en la Facultad de Derecho junto al entonces presidente de la editorial, comienzo a trabajar en la Editorial de la Universidad de Buenos Aires, para desarrollarme en el área de Derecho de autor. Eran ya mediados del año 2012 y recuerdo que en el final de la primera entrevista laboral -y presentación formal con el Gerente General, sin ningún tipo de averiguación previa ni dato concreto, me animo a comentar mi intención de rescatar allí una colección maravillosa (…) que yo leía en mi infancia de gran valor y vigencia literaria. Un poco por una confianza previa de haber trabajado más de 15 años en distintos ámbitos de la UBA con el presidente de la editorial Gonzalo Álvarez, y por alguna mágica intuición, también me animé a llevar y a abrir una pesada carpeta con los cuarenta cuentos guardados en folios que conservaba desde mi niñez y mostrarles –a Gonzalo y Luis Quevedo- mi colección de Chiribitiles con las hojas amarillentas y las tapas desarmadas. Retomé apasionadamente la lectura de libros para niños gracias a la llegada de mi hija en el año 2007, gracias a que ella era alumna de un jardín maternal –también de la UBA- que estaba orientado a 45
una enseñanza especialmente enfocada en libros, y un poco también por mi trágica historia y por mis miedos que, muchas veces fueron resueltos o minimizados por esas lecturas. Allí encontré refugios valiosos que me resultaban de mucho acompañamiento y contención en el difícil rol de ser madre. Me transformé en una experta en autores y títulos, gracias a una curiosidad que salía a flor de piel, cuando mi hija era muy chiquita y porque me re-encontraba con mi infancia a través de esas lecturas, del poder que tenían esas elecciones. Retomando esa entrevista inicial en Eudeba, me recuerdo como intuyendo que ese sueño podía concretarse junto a ellos, que -en ese momento- me respondieron algo así como: -“Bueno, en tus tiempos libres, podes arrancar buscando los permisos y autorizaciones de los que trabajaron en el CEAL en los años 70 para ir avanzando en esa posibilidad” (…) Mi tarea diaria era bien distinta a lo que hoy me dedico porque era ocuparme de firmar los contratos con los autores y lo vinculado a lo jurídico por mi profesión de abogada. En esa pregunta -propuesta inicial- mía, había muchísimo desconocimiento sobre la tarea de editar, dirigir una colección, trabajar en una editorial universitaria, rescatar libros de otras épocas, decidir qué libros se editan, armar un catálogo, estudiar el recorrido del fondo editorial y lo que dice de cada editorial este tipo de decisiones. Al momento de pensar sobre la decisión personal del inicio, de rescatar libros leídos -y amados- en mi niñez para compartirlos en el presente con mi hija y tantos lectores y lectoras de esas épocas y de la actualidad, me lleva a reflexionar sobre ese recorrido y los distintos aprendizajes que fui cobijando en ese camino. También poseía una gran inexperiencia en armar proyectos propios, presentar libros con historia y capitalizar el rol que uno adquiere cuando descubre que los libros hablan de determinada época histórica y de lo sufrido por la censura o la prohibición. Siempre tuve muy presente en mis búsquedas una frase, que leí sobre lo vocacional, que dice algo así que: “Si no buscas vos tu vo46
cación, la vocación te busca a vos”. Era un poco como una lectora investigadora del género de la literatura infantil y juvenil por la crianza de mi hija y para ofrecerle los mejores títulos para compartirlos juntas y, al mismo tiempo, como una niña que se encontraba -y sorprendía- con una oferta infinita de libros maravillosos y especiales para cada ocasión. Rápidamente tuve un primer “tiempo libre” en Eudeba, y comencé pidiendo ayuda a otras lectoras muy fanáticas de la colección y que sólo conocía de forma virtual y encontrando -junto a ellasinformación absolutamente valiosa y chequeada por investigaciones hechas en forma artesanal primero, sobre “Los Cuentos del Chiribitil” que le sumaba al valor específico de los cuentos y conocer así la historia específica de esos dos títulos que habían sido prohibidos en la dictadura, sobre la tremenda quema de libros en Sarandí que habían sufrido los libros y fascículos del CEAL en el año 1980. Charlando en las entrevistas con los protagonistas del CEAL pude acercarme a historias de los trabajadores que me comprometieron de forma definitiva con el proyecto: “Que el Centro Editor de América Latina posibilitó que muchísimos autores e ilustradores noveles de nuestro país pudieran desarrollarse en el género de la literatura infantil y juvenil con absoluta libertad y audacia. “(…) Descubrí -junto a ellas- que mi forma de conseguir esas complicidades y permisos que necesitaba para mi búsqueda, era rindiéndoles un homenaje desde Eudeba, a la colección entera, con sus 50 títulos, a sus dos Directoras Delia Pigretti y Graciela Montes, al diseñador Oscar “el negro Díaz”, a los 31 autores, a los 23 ilustradores y al valor que el Centro Editor de América Latina (CEAL) tuvo en el país, a partir del año 1977, inaugurando un género que resultó disfrutable y apasionante para niños y grandes. Confirmé que “Los Cuentos del Chiribitil” enriquecieron el lenguaje de los niños pequeños en los años setentas, y dieron nuevos cauces a su fantasía y estimularon sus sentimientos de amor y solidaridad. (…) por los mensajes, mails y las cartas que recibía cuan47
do compartía mi búsqueda que ya era una búsqueda más colectiva, que individual, entre todos los lectores de los cuentos del CEAL. Primero tuve que fundamentar el valor de editar los chiribitiles en la actualidad y en EUDEBA: En estos libros que salieron en forma de fascículo o de publicación periódica masivamente y se compartía el protagonismo de lo escrito con sus ilustraciones. Y que fueron los primeros Libro-álbum que se editaron en la literatura argentina en donde convivían las dos lecturas e interpretaciones del cuento: la narrada y la ilustrada. Una literatura infantil y juvenil original porque no subestimaba la inteligencia de los niños ni tampoco la de los adultos que son los mediadores de la lectura en la primera infancia y que permitió ser disfrutada por ambos por la capacidad de sorprenderse, emocionarse y conocer juntos nuevos mundos posibles. Los 50 cuentos de la colección trataban cuestiones de género sin caer en los estereotipos que tenían la mayoría de los cuentos clásicos y comerciales del mercado editorial. Trataban cuestiones de participación con el valor de la inclusión social. Fue una colección de avanzada para la época (de 1977 en adelante) porque abrían el abanico de las perspectivas y creaban mundos dónde valores como la solidaridad, el respeto, la ternura y la tolerancia sobresalen en las historias presentes en los cuentos sin golpes bajos ni maniqueísmos. En la colección reinaba el compañerismo y la amistad y ambas virtudes eran valoradas por sí misma: No tenían esa lógica de los libros escolares de incluir contenido, o de aprovechar de decir “lo que es útil” para la programación curricular o de “lo que sirve” por su tema o contenido. Ni se proponían dejar ciertas enseñanzas o moralejas en las historias. Los protagonistas del CEAL tenían muy en claro hacia donde querían ir. Al haber sido libros muy fáciles de comprar por su precio y accesibles para todos, porque se compraban en los kioscos de diarios y revistas, fueron absolutamente valorados por los niños -y sus familias- de esa época y para siempre. Porque estaban escritos e ilustrados con calidad excelente y eran de pura belleza poética. 48
Porque también en el camino, descubrimos que podíamos editar incluso hasta los cuentos inéditos que nunca habían salido en esa época pero que sí habían sido aprobados por sus creadores por las interrupciones que sufrió el Centro Editor. Gracias a la reedición volvieron a comprarse, coleccionarse, regalarse, exponerse en las bibliotecas de las casas, de las escuelas y hasta de los museos como clásicos en la literatura infantil y juvenil Argentina. Hace exactamente cuatro años renacían en la Argentina los primeros diez títulos de la clásica colección “Los cuentos del Chiribitil” en la Editorial Eudeba y los primeros diez títulos reeditados, se presentaban en el Centro Cultural Nuestros Hijos de la EX ESMA (ECUNHI) gracias al trabajo de rescate cultural, restauración gráfica, de investigación hoy ya son 39 títulos y son un gran éxito comercial. Violeta Canggianelli Impulsora y editora de la colección de clásicos y nuevos cuentos del Chiribitil en EUDEBA. Colaboraron con el proyecto Lucrecia Pelliza, Catalina Munuce, Silvina Simondet, Laura González, Julia Díaz, Graciela Montes, Susana Navone, Marina Elberger, Ángeles Durini, Iris Rivera, Nora Bonis, Malena Cascioli, Myriam Boclin, Adela Basch, Silvia Schujer, Karina Micheletto, Graciela Melgarejo, Verónica Parodi, Elisa López Oroño, Alicia Digón, Helena Homs, Amanda Toubes, Ananquel Pereyra, Ana María Ramb, Alejandra Viacaba, Clara Bitman, Elba Bairon, Eva Rey, Marcia Schawrtz, Isol Misenta, Belén Louise, Federica Pais, Carlos Ulanovsky (…) *Grupo de Lectores de los cuentos y en especial de ese grupo a Lucrecia Pelliza, María Crisalle y Catalina Munuce
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Desde el Centro
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Foucault no tenía wifi Agustina Cirelli Haciendo excepción de los grandes autores de ciencia ficción, no fueron tantos los pensadores que se involucraran de modo temprano y profundo con el problema de la revolución tecnológica, con las consecuencias de esta interdependencia tan dinámica entre la tecnología y la humanidad, la comunicación digital y su impacto en la sociedad del s.XXI. Entre estos autores encontramos ejemplos tales como Paul Virilio y B.C Han. Estos autores reflexionan el fenómeno de la tecnología digital y, como a partir de ella se originan nuevas conductas, percepciones, sensibilidades, y de cómo tales efectos son tan atractivos que terminan encandilándonos, haciéndonos perder de vista que detrás de ellos hay un uso sistemático del poder. Un poder “silencioso”, no evidente pero omnipresente. En este sentido, una pregunta válida para hacerse sería si este “encandilamiento” frente a una nueva tecnología es un fenómeno novedoso en la historia de la humanidad o si lo que marcaría la diferencia en este caso es lo poderosas de las recientes novedades tecnológicas. En otros términos, si nos enfrentamos a una novedad de naturaleza cuantitativa, cualitativa o si incluso se tratara de un mix de ambas, donde lo cuantitativo se torna cualitativo a consecuencia de la descomunal potencia desplegada. Virilio ya nos introducía en este problema con su formulación conceptual de la idea de la “velocidad perpetua” propia de esta era tecnológico-cibernética. Es importante resaltar que este autor nos ofrece una perspectiva muy especial sobre los temas relativos al espacio, la velocidad, las distancias, las vías de comunicación, lo que fluye o está obstruido, etc. porque además de “pensador” es un “urbanista”. 51
Para este autor, poder y velocidad son inseparables, y en este imperio de la velocidad se puede controlar un territorio con mensajes y la tiranía de la aceleración ha devenido tal que incluso el propio poder de algún modo está siendo a su vez condicionado y hasta reemplazado por robots que pueden “pensar” (calcular) a velocidades varias veces “supra-humanas”. Lo que el autor está estrictamente poniendo de manifiesto aquí son los comienzos del “final del espacio”, en la medida que cuando la velocidad de cálculo/ desplazamiento aumenta, las distancias, “el territorio” necesariamente se achica, se comprime, orientado hacia un colapso final, en una especie de explosión de ubicuidad. Hoy todo está sucediendo en “el ahora”, y el “ahora” es al mismo tiempo demasiado amplio y fugaz para el desenvolvimiento humano. La velocidad digital -que supera al propio movimiento corporal- nos vuelve seres virtualmente “estáticos”. Han, entre los nuevos efectos trabaja sobre la idea del respeto. Relaciona el respeto con la lógica de la mirada. Atribuye el origen de la palabra “respeto” al vocablo latino “respectare” que significa “mirar hacia atrás”, “ver a la distancia”, algo de lo que en la actualidad precisamente carecemos, del ejercicio de “la distancia”, en virtud de las velocidades propias de las nuevas formas de comunicación y flujo de datos. En la actualidad no tenemos una “mirada a distancia”, sino que nuestra mirada es una “mirada enfocada”, y en lugar de “respectare” Han encuentra otra vocablo latino que hoy nos identificaría que es “espectare”; hoy en lugar de respeto tenemos la noción de “espectáculo”; así entonces vivimos en una comunidad de “espectadores sin distancia”, una sociedad del espectáculo que como tal, es también una sociedad del escándalo. Aunque esto no es en sí mismo una completa novedad. Ya Foucault resaltaba la crueldad como forma de espectáculo, salvo que hoy los recursos de los medios digitales permiten una difusión exponencial e incluso global del “espectáculo”. 52
Goya -por ejemplo- pinta dos aldeanos liberando su furia en una lucha a garrotazos hundiéndose en la violencia salvaje. Ahora los hombres modernos son llevados a la bestialidad por castigo o por sadismo dentro de una escena que está siendo captada por la cámara de un dron. No hay distancia porque “lo público” desaparece y la comunicación digital elimina todas las distancias físicas, geográficas e incluso las mentales, y por esto queda separado, escindido el mensaje del mensajero, que entonces se vuelve un ser necesariamente anónimo, y es precisamente este anonimato el que existe en las redes sociales, conjuntos de emisores y receptores de mensajes, que se relacionan por medio de dispositivos tecnológicos como computadoras, tabletas y teléfonos celulares que ya se convirtieron en una suerte de imprescindibles agregados protésicos a nuestros cuerpos biológicos, en el camino hacia el “cyborg” total. Antiguamente, las cartas viajaban separadas de su origen, pero se trataba de un afecto demorado en el tiempo; sin embargo hoy, los actuales mensajes digitales, que también tienen un carga emocional-afectiva, son de efecto inmediato. Claramente, no se puede “chatear” valiéndonos de cartas. Un aspecto positivo del impacto de la comunicación digital es el de que tiende a una mayor simetría entre emisores y receptores. Relaciones horizontales con un mensaje que también resulta “horizontalizado”, amenazando así a la lógica del poder, que es la del mensaje vertical que es por definición asimétrico. Actualmente, en las redes todos somos emisores y todos somos también receptores. Desafiamos al poder que necesita de su “lado oscuro”, de su misterio, del secreto y las sombras para consolidarse y hacer sentir su presencia. Sin embargo, en estos tiempos de “transparencia” la información digital debe fluir sin vallas, sin interrupciones u obstáculos, de manera llana y por un cause siempre abierto. 53
En un principio, tuvimos la ilusión de que “la red” podía ser una herramienta de libertad, pero hoy debemos ajustar esa visiónilusión libertaria atentos al costado controlador y vigilante que la red también desempeña. Si bien ciertamente no hemos dejado atrás al Panóptico de Benthan (no al menos de modo total), sí se ha desarrollado un nuevo panóptico, el “panóptico digital”, y ambos dispositivos coexisten y cooperan en su actividad de control. El panóptico digital se basa en la auto-exposición. No se nos extrae información contra nuestra voluntad, sino que por el contrario hoy la gente expone aspectos otrora “privados” de sus vidas de un modo absolutamente “natural” e incauto. Hoy se revelan voluntariamente cuestiones que antes no se hubieran revelado ni bajo la amenaza de castigos. En la actualidad, las personas se endeudan incluso más allá de sus posibilidades sensatas para adquirir el dispositivo tecnológico más caro a través del cual va a delatarse permanentemente, y lo hará incluso con alegría. Por eso, el nuevo poder Neoliberal es más eficiente que el viejo poder disciplinario, su objetivo no es controlar sino “motivar” más que prohibir, es un poder seductor, uno se somete consumiendo y comunicando, sin prohibiciones se proyecta generando dependencia. Entonces somos anónimos para la mirada de los otros pero no para el ojo del poder, porque en el panóptico digital el individuo es objeto permanente de observación, lo sepa o no, por una variedad de medios en los que va dejando huella, y quizás (o seguramente) el poder sepa más de uno que uno mismo. También la idea de “seguridad” es excusa para muchas de estas transformaciones. Las personas, en su afán de sentirse “seguras”, previa inoculación político-mediática de la idea de “inseguridad”, de una presunta situación de permanente “riesgo” físico y contra la propiedad, de la instalación de un miedo visceral (todas formas de “terrorismo emocional” y manejo de la población) , no solo acepta gustosa sino que clama por la instalación de más y más “cámaras” de video, públicas y privadas, que finalmente no sirven para mucho 54
más que para “espiar” a aquellos supuestos beneficiarios de esta tecnología, y así el panóptico crece y se vuelve más eficiente. Se destruyó así el ideal burgués de la vida privada, algo a cuidar y preservar, y ahora vivimos en un tiempo donde lo privado es público, y toda esa información está al alcance tanto de las grandes agencias de inteligencia como de las que desarrollan estrategias de mercadeo y más. Según Virilio, el panóptico ahora resulta en gran medida invertido porque si bien hay cámaras de vigilancia por todos lados, el hombre terminó exiliándose a sí mismo, desenraizado de su contexto social, es una forma de control tan ubicua que necesariamente vence a cualquier tecnología anterior. Ya no hay ningún “afuera” y al mismo tiempo el afuera es total. La tecnología al superar la velocidad final el espacio, en el fondo nos está confinando en un gueto global, porque no hay nada que esté por fuera de los sistemas electrónicos. En general, esto no es advertido, pero vivimos en una sociedad en la cual la captura y capitalización de la información por parte de los intereses económicos es uno de sus ejes centrales. Vivimos en una época donde la gran novedad es que en la medida que vamos incorporando tecnología y con esto aportando datos, nos vamos convirtiendo de modo por lo general inconsciente en grandes consumidores pasivos de publicidad; la misma está destinada a desde orientar nuestro consumo comercial a determinar nuestras preferencias políticas, a quien votar. Esta es la singularidad de la época. La información se multiplica de forma vertiginosa y conforma la “Big Data”, esa acumulación de datos que es todo memoria, que no olvida nada y que en gran medida nosotros mismos ayudamos a construir. Claro está, se trata de un dispositivo neoliberal que tiende a que el individuo en primer lugar se esclavice a sí mismo. Está claro que, en la medida que somos considerados y nos percibimos más como consumidores que como ciudadanos, entonces incluso como votantes actuamos del mismo modo individual, mezquino y oportunista propios del “mercado”, perdiendo 55
necesariamente así interés en la comunidad, construyendo así una actitud contraria a la política misma, un desinterés que constituye uno de los objetivos centrales del dispositivo neoliberal. Según Han, hoy la relación entre el poder y la comunicación digital se expresa en el fenómeno de “la indignación”. Dice que la indignación circula por las redes y muchas veces puede convertirse en un flujo de basura en el formato de “shit storm” (tormenta de mierda); la sociedad horizontal se indigna por el comportamiento del poder y esa indignación suele producir un efecto aglutinante que podría poner en jaque al poder, pero el problema con esto es que la energía de esa indignación no suele pasar al plano de la acción pública concreta, y la consistencia de esa indignación se va disolviendo porque sin distancias la indignación digital no pasa más allá del plano individual y se queda en la mera emoción sin pasar a la acción transformadora. De este modo, pasamos a ser nuestros propios votantes, y el político deja de ser una referencia para el ciudadano-votante y pasa a valerse de modelos comunicacionales propios del “marketing” para lograr adhesiones (votos), sin propuesta política “real”. La indignación y su manifestación como “shit storm” no solo se genera de modo espontáneo en las redes por su propia dinámica, sino que también es diseñada e impulsada por el poder para manejar a la sociedad. Como ejemplo claro de este fenómeno podemos citar el caso de los “trolls”, verdaderos mercenarios de la información y la indignación, que intervienen en las redes para orientar la opinión pública. Han marca una conceptualización fundamental y central en su mirada cuando nos dice que a diferencia de la ira, la indignación no es política. La ira movilizaba a las masas para rechazar las políticas desfavorables, pero hoy no hay épica ni heroísmo porque ya no hay masa y, al no haberla, tampoco hay una mirada a la distancia con el foco puesto en el futuro. Ya no hay masa –nos dice Han – lo que hay hoy es un “enjambre”. El enjambre de los muchos “amenazando” al poder de los pocos, pero ahora con escasas posibilidades de éxito, 56
ya que se trata de hombres y mujeres aislados detrás de sus dispositivos digitales, pero en soledad, sin verdadera voz, generando mayormente un “ruido de fondo”, el ruido de un enjambre. Vivimos en un enjambre que es la unión provisoria, fugaz e inestable de todos nosotros y cuyo sujeto es el “homo digitalis”, ese ser anónimo que se expone (muestra), se visibiliza, pretende ser y como pretende “ser alguien” puede en algún sentido, ser anónimo y ocultar su identidad. La masa se vivenciaba como un “nosotros”, puesto que contaba con coherencia ideológica, unidad y solidez. La masa tenía un “objetivo” claro – la conquista del poder- y se dirigía hacia ese objetivo de manera concreta, actuando sobre la realidad. El enjambre, por el contrario, no tiene ni esa solidez ni esa ambición de poder; se trata solo de indignación desperdigada y carente de un objeto común, por lo cual sus energías se agotan sin llegar a desarrollarse y convertirse en potencia política. Son los sujetos del neoliberalismo reinante, el “último hombre” de Nietzche, seres incapaces de una acción común y concreta para actuar sobre la realidad, para crear un “contrapoder” que se oponga al poder dominante. Prevalece entonces la soledad y se privatiza hasta el alma. Al referirnos a la “comunicación digital”, parece importante distinguirla de la tecnología comunicacional inmediatamente anterior a esta, los sistemas analógicos 2.0. Los sistemas de comunicación analógicos se caracterizan por dirigirse a múltiples espectadores que absorben sus mensajes de modo pasivo en una relación estrictamente unidireccional. Ejemplo típico de esto son la televisión, la radio o incluso los medios gráficos, que por sus características intrínsecas no permiten interacción alguna ni entre emisor-receptor del mensaje ni tampoco entre receptores del mismo. En esa tecnología, el receptor no tiene forma de participar de modo activo en el proceso. Muy por el contrario, en los medios digitales la información circula entre las personas interconectadas en redes donde los sujetos digitales son consumidores (receptores) de información, aunque con la posibilidad de 57
también “generar” mensajes, ya sea de modo “original” (creándolo) o simplemente “repitiéndolo”. La condición activa del sujeto en la comunicación digital también y fundamentalmente se refleja en su condición de consumidores de bienes y servicios que se lanzan y promueven desde estas plataformas. Es importante señalar que hoy estamos ante una yuxtaposición de medios analógicos y digitales; de este modo, puede darse el caso de que los espectadores de un programa de TV interactúen con el referido programa o entre ellos a través de las redes sociales (Facebook, Twitter, etc.); También es frecuente el caso inverso donde son los propios medios analógicos los que levantan información de las redes digitales y la hacen parte de sus contenidos en una especie de sistema de retroalimentación continua. Como en el reino digital el centro de todo pasa a ser “la mirada”, nos hemos convertido en personas iconoclastas, la imagen es nuestro ídolo y la pantalla, nuestro templo, y como tales deben ser perfectos, sin fallas, ideales; una imagen digital siempre perfeccionada y perfeccionable, sin sombras, sin rugosidades, transparente, una imagen que supere la realidad, y esto claramente constituye una ilusión. La imagen digital pierde su profundidad política, carece de locura, impacto, de estremecimiento, etc. También carece de temporalidad, porque la imagen analógica de las viejas fotografías impresas en papel, así como cualquier otro soporte analógico como películas o incluso pinturas, libros, envejecían y así daban cuenta del paso del tiempo, pero las imágenes digitales no envejecen, siempre se mantienen perfectas, siempre iguales, siempre en un tiempo presente continuo. Han nos dice que otra consecuencia del mundo digital es la construcción del “Homo Ludens”; hombres y mujeres trabajan y de su trabajo hacen un juego, y del juego hacen una forma de trabajo. De este modo juego y trabajo dejan de ser los opuestos que eran y se convierten en la misma cosa. Diversión y trabajo no son más los 58
opuestos de un sistema dialéctico, sino el primero consecuencia del segundo, atrapados ambos en la lógica del rendimiento, que determina una sociedad marcada por el agotamiento y el cansancio con patologías físicas y psíquicas directamente asociadas. El neoliberalismo convierte al trabajador en un emprendedor y va acabando con la vieja clase obrera, ya que en este contexto nos convertimos en explotadores de nosotros mismos, seres auto-explotados. La lucha de clases entre trabajadores y empresarios ahora se torna una lucha interna orientada a lograr la máxima eficiencia y rendimiento en nuestras aspiraciones como burgueses, empresarios o emprendedores, y en ese plano parece ya imposible cualquier forma de revolución social. La astucia del neoliberalismo hace que el “fracaso” individual en esta sociedad del rendimiento pase a ser visto como un problema personal, como una carencia individual en lugar de ser visto como una falla o carencia del propio sistema que así queda eximido de responsabilidades por las consecuencias que genera. La agresión entonces es ahora centrípeta en lugar de centrífuga. Para el neoliberalismo, el tiempo del trabajo y el tiempo del ocio ven sus límites y contornos desdibujados. El tiempo del trabajo ocupa “todo el tiempo posible” creando una nueva topografía laboral que, además, tecnología digital mediante, convierte cualquier espacio en un lugar de trabajo, incluso aquellos habituales lugares de descanso y ocio. No hay espacio para el “no-trabajo”. Se trata de un sistema donde no hay demora, donde no hay un tiempo de libertad real. La búsqueda de “las verdades” requiere de tiempo, de detenerse y demorarse, como sería el tiempo de la labranza para la cosecha. Entonces pasamos de una sociedad de “labradores del pensamiento” a una sociedad de “cazadores de información”, rápidos, veloces y efectivos. Somos verdaderas cámaras humanas a la caza de sucesos públicos y privados, que requiere de superficies sin muros, límites o fronteras, espacios flexibles que reemplazan la acción por 59
la operación, el pensamiento por el cálculo funcional, el análisis reflexivo por la adicción contable de datos. La información necesita circular de manera rápida, para lo cual requiere de espacios con las defensas más bajas posibles, y es por eso que el mejor universo para este tráfico es el universo del “me gusta”, un simple universo de indicadores emocionales, sin defensas, sin control, al punto de dejarse caer en el síndrome de la “fatiga informativa”, intoxicados de información, lo que impide frente a ese volumen de datos que podamos discernir entre lo que es importante y lo que no lo es, o en todo caso es de orden secundario. Esto ocurre en gran medida porque todo ese montón interminable de datos no tiene jerarquías, todo es igual, todo se encuentra en un mismo plano. Frente a cambios tecnológicos tan veloces, los gobiernos, la política misma, parecen lentos y pesados, lo cual nos lleva a replantearnos y preguntarnos sobre qué significa en esta “nueva realidad digital” poseer algo, compartir, tener una vida privada y demás preguntas fundamentales. Sin embargo, las respuestas a estos problemas no suelen formularse en términos políticos, sino que más bien se manifiestan en expresiones de frustración para con la política, apuntando así a uno de los verdaderos núcleos conflictivos del neoliberalismo de principios del siglo XXI: una tecnología que ya no es vista como un medio para mejorar la política sino para, directamente, esquivarla por completo. Han traslada la auto-referencialidad de la imagen al universo político y ve que la política también es autorreferencial, porque la clase política perdió su enlace con el pueblo, se han alejado de la gente pasando a representarse a sí mismos, respondiendo a un sistema político independizado del resto de la sociedad. Sin representación, la sociedad se fragmenta y, en lugar de ir detrás de una ideología, nos aislamos y el sistema político se transforma en una ficción democrática mediática. En esta ficción democrática se simulan debates, pseudo discusiones por parte de políticos que, al perder representatividad, se van alejando de toda ideología, aun60
que esto es en sí mismo una forma de ideología también, la preferida del neoliberalismo. Por ende, todas las ideologías se vuelven iguales, no hay conflicto, se trata en todo caso de diferencias de opinión y no de ideas. De este modo, el mundo político se transforma en un ejército de “expertos”, tecnócratas, canalizando sus decisiones en la política digital del “me gusta”. La participación política es entonces sustituida por un clic, el mismo clic que se utiliza para la compra de bienes y servicios o para conseguir pareja. Ese mismo clic se utiliza ahora para aprobar decisiones políticas, con el mismo bajo nivel de reflexión que se necesita para comprar en “mercado libre” por ejemplo, e incluso hasta para votar. Gobernar deviene entonces en una acción o dispositivo de marketing y gestión. Los mercados y la política conviven (y hasta son lo mismo). Nos hemos convertido de ciudadanos en consumidores. Foucault nos habló del control político de los cuerpos, el control sobre la vida, materia que dio en llamar “biopolítica”, pero el panóptico digital representa una instancia superior que supone el dominio sobre el pensamiento, lo cual nos pone frente al pasaje de la Biopolítica a la Psicopolítica, capaz de influir los pensamientos y acceder al inconsciente colectivo, un poder totalitario. La historia humana es una narración de la que el olvido forma parte. Los meros datos no sirven para narrar. Freud nos dice que las huellas de la memoria en el inconsciente se re-ordenan, se re-narran todo el tiempo. Entonces, no existe un pasado que sea siempre igual y recuperable. Esa es la sustancial diferencia con la memoria digital que carece de esa temporalidad viva y siempre lo recuerda todo igual. Facebook nos estimula a la tentación de recordar y evaluar mejor todo lo ocurrido. El ayer entonces se convierte en un presente continuo, jaula de un pasado digital imborrable. algo parecido al recuerdo total de Funes, que, por un accidente, accede a una memoria absoluta, por lo que es capaz de recordar todo. Tiene una memoria sin pérdida de detalles, sin la “degradación” del olvido. Un modo de memorización fuera de lo humano, propio de un dios o de un robot. Funes paga 61
ese exceso con una muerte temprana. Recordar en exceso enajena el alma, se pierde el don de olvidar y, a veces, olvidar es liberarse de la pesadilla del recuerdo total. Por su parte, Salavov Zizek desarrolla una crítica no solo a la ausencia sintomática de inquietudes alrededor del desarrollo tecnológico, sino también a quienes creen que la tecnología es simplemente una moda cuyos conflictos pueden resolverse evadiéndose de sus efectos no deseados. Zizek se plantea “qué significa exactamente hablar de tecnología?” y siguiendo a Heidegger delimita una frontera, y nos explica que la esencia de la tecnología no está en la suma o las variaciones de determinados dispositivos tecnológicos, sino en la capacidad de estructurar el modo en que nos relacionamos con la realidad. “Llevada al extremo, la tecnología no designa una compleja red de máquinas y actividades, sino la actitud hacia la realidad que asumimos cuando nos involucramos en dichas actividades”. En otros términos: “la tecnología es el modo en que la realidad se nos revela en la actualidad”.
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Arte y Literatura
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Escritura teatral femenina en el patriarcado Amancay Espíndola Teatro o literatura En primer lugar corresponde aclarar la controversia entre teatro y literatura. El texto de una obra de teatro es un peldaño que pasa a convertirse en teatro a través del cuerpo del actor, de su gestualidad, movimientos, del vestuario, de la iluminación, de la escenografía, de los sonidos, de la música. De la conjunción del texto escrito y la puesta en escena surge el texto espectacular, el teatro. El teatro en sí no es literatura, pero sí lo es su texto, que se dice y se escucha, en una exposición pública, compartida simultáneamente por múltiples espectadores. El teatro es el espacio del discurso que refleja el estado de la sociedad. Sandra Cypess21 sostiene que el teatro es el género que mejor manifiesta la realidad, que es el más social en orientación de todos los géneros. Que no sólo atañe al contenido dramático, a las anécdotas, personajes y diálogo que se emplean, sino también a las circunstancias de los creadores teatrales, tanto de los hombres como de las mujeres. Y por lo tanto tiene que ver con el papel de la mujer dentro del mundo teatral. No hay duda de que la importancia de la mujer ha sido mínima en la larga historia del teatro universal. Es el espacio del arte donde el observador ve y escucha masivamente, ya lo hemos dicho. Por lo tanto, estuvo marginado como arte menor, arte de masas. Hay que añadir el prejuicio con que se ha mirado el mundo teatral y a quienes lo integran, como seres inestables, inmorales, de poca categoría social, bohemios. Como consecuencia, las mujeres han evitado contacto con quienes 21
Cypess, Sandra, Latin American Theatre Review, Summer 1980 , 63-64 p.
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pudieran perjudicarlas de acuerdo a los cánones patriarcales. Muchas lograron atravesar este prejuicio y volcar su talento en él, porque su posición de clase lo permitió o bien por su relación estrecha con algún hombre o institución religiosa que amparó o a través de una escritura anónima, y de ese modo poder transgredir los códigos hegemónicos. También marginó la creencia de que el teatro es un género solo apto para el hombre, ya que requeriría racionalidad, análisis de conflictos sociales del que se supone que la mujer carece, y no necesita de la emoción propia de lo femenino. A esto se añade la característica del teatro como empresa para poder llevar el texto escrito a su puesta en escena. Discutir con empresarios, lidiar con directores, vestuaristas, iluminadores, escenógrafos, asistir a los ensayos, a las representaciones. La exposición a través de la prensa y las criticas. Lo que dificulta la tarea y multiplica las vallas. Perspectiva de género “Mujer” y “hombre” son categorías vacías en sí mismas, pero los discursos hegemónicos las llenan de sentido para producir marginaciones y exclusiones. La perspectiva de “género” está referida a “lo femenino”, es lo que proponemos aplicar en estos estudios. Y nos remitimos a la idea fundamental de que el género constituye una formación cultural adquirida en un proceso social. […]Partimos de la convicción de que el género marca la producción cultural de forma ineludible y debe ser tomado en cuenta a la hora del análisis literario. Con ello, conviene sentar las bases de la diferencia y explicar los determnantes que permiten hablar de género como categoría de análisis[…]22
Potok, Magda. El texto femenino: El discurso literario como expresión de la diferencia. 22
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[El binarismo de género, masculino - femenino, construye gracias a una ingeniería cultural eficaz a uno de los sexos como uno, el centro, el modelo y abandona en la suerte de los márgenes al otro. Pero los márgenes han demostrado ser centros de producción cultural y de resistencia imprescindible(2000,p.9)]23 La opresión sexual de las mujeres es un hecho universal que se ha dado en todo tiempo y lugar. Las otras formas de opresión social se construyen y derivan de esta. Todas y cada una de esas formas de opresión forman el texto de la opresión femenina. Natalie Davias sugeria en 1975: (…) me parece que deberíamos interesarnos tanto en la historia de las mujeres como en la de los hombres, (…) del mismo modo que un historiador no puede centrarse solo en los campesinos. (...) nuestro propósito es descubrir el alcance de los roles sexuales y del simbolismo sexual en las diferentes sociedades y períodos, para encontrar qué significado tuvieron y cómo funcionaron para mantener el orden social o para promover el cambio.24 Hipótesis del pensamiento hegemónico sobre las diferencias: La idea de género respalda también cierto enfoque enraizado en la biología, donde se perpetúa la idea de las esferas separadas (sexo o política, familia o nación, mujeres u hombres, en la escritura de la historia)25. La tendencia femenina a formas escritas más íntimas, como el poema, las cartas, el diario intimo, la novela, formas que además Suárez Briones, Beatriz, Mª Belén Martín Lucas y Mª Jesús Fariña Busto. Escribir en femenino. Poéticas y Políticas, Barcelona: Icaria, 2000. 24 Zemon Davis, Natalie. “Women History en Transition; The European Case” en Feminist Studies, 3,Invierno de 1975.1976, p.90 25 Scott, Joan W. El genero: una categoría útil para el análisis histórico. En ;Lamas marta Compiladora. El género: la construcción cultural de la diferencia sexual. PUEG Mexico, 265-302p. 23
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son leídas en soledad, privadamente, según el pensamiento hegemónico patriarcal, ha determinado, sin ningún asidero, que son formas de expresión que se deben a su constitución biológica, además de lo cultural que la relega al ámbito de lo familiar, a la esfera doméstica; por lo tanto, su temática sería el resultado de estas contingencias. Según esta mirada, habría una diferencia de temática de acuerdo al sexo, las mujeres describen la esfera doméstica, los hombres, planteos que son sociales y políticos. Desalienta la escritura teatral femenina por las características del género que debe ser representado. [Otras teóricas como Victoria Sau insisten que en el seno de la sociedad patriarcal la estructura de los géneros resulta invariable, según Sau, mientras persiste el patriarcado en que el sexo construye un factor estructurante solo habrá dos géneros, tanto como sexos en una especie como la humana que se define como sexuada en el sentido de la reproducción. El género así concebido es vinculante, se define en relación y está jerarquizado; el masculino es el dominante y el femenino es el subordinado (2000: 136-137)]. También se sostiene que lo biológico marcaría diferencias en la construcción de las estructuras, el hombre construiría una historia lineal, mientras que la mujer lo haría a saltos, en un entramado de diferentes ritmos e intensidades, con avances, retrocesos, marchas y contramarchas, historias circulares, intemporales, repetitivas, que en realidad corresponden a paradigmas de sociedades premodernas. Otra diferencia: la mirada periférica femenina sobre el mundo. Establecería y colaboraría con el tipo de escritura antes mencionada, al no estar ella en el centro del poder donde están todas las ideas hegemónicas con una sola visión, permitiría ver el centro desde afuera y desde muchos ángulos. Esto la colocaría también en una mirada fronteriza, ya que es una frontera que no solo divide, 67
sino que comparte los lados: adentro y afuera, y por lo tanto se convertiría también en una mirada múltiple, experimentada. Como en casi todos los campos las mujeres han expresado una discursividad diferente, la mayoría de las veces rompe cánones y pautas establecidas. A través de estos argumentos con afirmaciones ignorantes alrededor de la genética, vocaciones naturales, minusvalía en el cerebro femenino, de silenciar e invisibilizar a las mujeres. Es evidente que las condiciones a que fue sometida por siglos la mujer la inhibieron de una mayor dedicación a labores intelectuales.26 [La historia de las mujeres en las instituciones educativas oficiales desde la universidad medieval hasta la moderna ha sido la historia de su exclusión (Schioebinger, 2004,p.28)]. Movimientos deconstructivistas Trabaja en la dirección de desestructurar y dislocar el sistema de oposiciones conceptuales. En este sentido, la deconstrucción produce sistemáticamente inseguridad en aquello que la filosofía acepta o requiere como lo más seguro. Su búsqueda la obliga a situarse en los límites. Una óptica para el espacio femenino en el que se lo concibe como abierto y heterogéneo, capaz de subvertir el orden establecido para crear uno propio. El Movimiento de Liberación Femenina surgido en Francia en 1998 conformado por grupos de distintos lugares de Francia, en uno de ellos, Política y Psicoanálisis integrado por tres mujeres reconocidas en el plano internacional, Luce Irigaray, Hélène Velasco, Carmiña Navia, Escritoras latinoamericanas, razón y locura. Colección tejedora. Serie homenaje. http://estudiosliterarios.univalle.edu.co/imagenes/pdf%20tejedora%20modificados/final%20carmin_a.pdf 26
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Cixous y Julia Kristeva, donde denuncian a la cultura occidental como falogocéntrica, que se rige por la Ley del Padre, expresión lacanaina que se expresa a través de un lenguaje que margina al elemento femenino y maternal y coinciden en considerar el Orden Simbólico (expresión también lacanaina que viene a significar lo social/ cultural/ y su adquisición a través del lenguaje patriarcal). Las tres, desde distintas posturas, proponen subvertir la Ley para dar un valor deconstructivo a ese orden con la propuesta de una escritura sexuada femenina, dice Cixous, “que sea adoptada por mujeres y hombres, una escritura vinculada al período preedípico de la vida”. Irigaray propone también una escritura sexuada femenina, pero buscando articular un nuevo Orden Simbólico Femenino, porque sin él lo femenino es imposible. Y finalmente Kristeva insiste en reconocer ese espacio de libertad que se abre para las mujeres en el periodo preedípico, marcado por la figura de la madre que ella denomina periodo semiótico, y si bien a él se impone el Orden Simbólico, es decir la Ley del Padre a través de la adquisición del lenguaje, no puede acabar con lo semiótico que se reprime y origina el inconciente para desmantelar la conciencia y subvertir la Ley. Así, lo semiótico adquiere un valor revolucionario y deconstructivo del orden falogocéntrico. En resumidas cuentas, leer como mujeres y escribir como mujeres son formas para construir la identidad y la presencia de lo femenino en la escritura. Si bien recibieron muchas críticas, especialmente la de etnocentristas y elitistas desde las mujeres del Tercer Mundo, pero fue universal el impacto de las teorías posestructuraliesta y postmodernistas puesto el énfasis en la deconstrucción del sujeto humanista, que es desde su única visión: hombre, blanco, heterosexual, con la búsqueda de una subsiguiente reconstrucción, de un sujeto con un proyecto de transformación social que tenga en cuenta la multiplicidad de nuevos sujetos culturales.
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Falta de registros Entonces, silenciar o invisibilizar parece haber sido un mismo propósito. En principio, fueron muy escasas las ediciones en lo que respecta a la dramaturgia femenina: se sabe que muchos textos escritos por mujeres fueron leídos y representados dentro de las familias de las que no ha quedado registro, solo por relatos orales. En 1868, cuando Louisa May Alcott publica “Mujercitas”, transcurre a mediados del relato una escena donde una de las jóvenes escribe un texto dramático que es representado entre todas. Esos materiales no han sido publicados, ni hay registro de ellos en bibliotecas públicas o privadas. Es un material perdido. Antologías y críticas La selección para las Antologías se lleva a cabo, generalmente, por críticos o curadores (término últimamente tomado de la plástica para referirse a quienes seleccionan material para concursos o antologías) que aceptan la dramaturgia femenina acorde con las temáticas, el estilo, la forma, la estructura, de valores socioculturales y estéticos del orden masculino. Se evalúa el discurso femenino usando como parámetro “obras maestras”, escritas por hombres, y desvaloriza lo que ellos llaman “discursos marginales”, porque no forman parte del código artístico y cultural del discurso hegemónico. Por lo tanto, la selección que se hace es portadora de prejuicios que le impiden evaluar. Un ejemplo: La Antología de teatro Latinoamericano 1950-200727 publicada en mi país, Argentina, por el Instituto Nacional de Teatro, en al año 2007, pública obra de dramaturgos de 13 países de Latinoamérica, 49 corresponden a hombres y 22 a mujeres.
Antología de Teatro Latinoamericano 1950-2007 http://www.inteatro.gov.ar/ editorial/librosPDF/Antologia-teatro-latinoamericano-I.pdf 27
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Los 90 La producción dramatúrgica realizada por mujeres a partir de los años 80 casi 90 en la Argentina tal vez tenga que ver, en parte, con la certeza de un camino donde la democracia parecía estabilizarse y también el hecho de pasar por un momento cultural de dimensiones mundiales en que las mujeres buscan su propia expresión y el camino del arte. Pero también se hace necesario advertir sobre la tentación de caer en polarizaciones excluyentes sobre la escritura femenina y masculina; y, en cambio, considerar a las mujeres como sujetos históricos, cuyas subjetividades se construyen en la propia experiencia sobre la realidad social, y no como una identidad predeterminada por los discursos hegemónicos. 2002 En este año, la Secretaría de Cultura de la Nación de la República Argentina publica un libro de dramaturgos argentinos sin la presencia de autoras, mientras ese año precisamente los premios de la mayoría de los concursos fueron ganados por mujeres. Además, salieron estudios sobre la dramaturgia femenina donde se mencionaban los títulos de sus obras, pero no estaban las obras. Un grupo de dramaturgas propone editar un libro con dramaturgia femenina. Sin embargo, se multiplican este año las obras escritas por mujeres, cosa que el contexto político tal vez impulsó. Antes, se vivían gobiernos que habían sido elegidos con el apoyo popular pero donde se nos restaban las oportunidades en un país que se había puesto en venta, y el refugio fue el arte. Las carreras de arte llenaron las universidades y muchas mujeres iban por su segundo título o simplemente por el primero, mujeres jóvenes y no tan jóvenes. E innumerables personas volcándose al mundo teatral.
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2014 Ya llegando a los principios de este año se publicó un artículo en el diario La Nación, con un reportaje a varias dramaturgas jóvenes. Buscan dirigirse y autogestionarse, no escriben para sí mismas como lo pueden hacer las de generaciones anteriores, escriben con el público en la cabeza. No piensan que la escritura debe ser solo la expresión del artista, y destacan la importancia del espectador a quienes va dirigida. Y la historia se repite: observan que en las mesas de los congresos de teatro de siete personas que forman una mesa, seis son hombres. La conclusión es que “Escriben obras que les hablan a los hombres que son los mismos que legitiman, que eligen, que critican”28. Parece que, en la práctica, el tiempo no ha pasado. En el año del 2014, el Teatro Nacional Cervantes se llevo a cabo un ciclo de 20 Autoras Argentinas en formato de semimontado. El objetivo: mostrar su producción. Fue un éxito de público, con entrada libre y gratuita y donde se generaron producciones para llevar las obras montadas a teatros privados. Halima Ferreyra sostiene que “lo femenino no puede ser considerado un reducto de la diferencia, vigilado por mujeres, sino una zona de mucha más amplitud, movilizadora de utopías”29. Conclusiones Hombres y mujeres son iguales a la hora de escribir, pero la verdad histórica ha sido diferente. Sobre las mujeres pesan años antes de poder llegar a la escritura teatral. Hoy podemos elegir escribir y la palabra es un lujo. Virginia Wolf, sostuvo “Una mujer
http://www.lanacion.com.ar/1664710-nueva-sangre-femenina Ferreyra, Halima Tahan Exploraciones teatrales. la escritura dramática femenina en argentina (1965-1997) 28 29
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debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir”30. Es decir, poder tener el espacio interno y externo para escribir lo que somos, sin pudores.
Woolf, Virginia, Una habitación propia, Seix Barral. Biblioteca Breve. Barcelona.Caracas. Mexico. 1980 8p. 30
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Bibliografía •
Antologia de Teatro Latinoamericano 1950-2007http://www.inteatro. gov.ar/editorial/librosPDF/Antologia-teatro-latinoamericano-I.pdf
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Cypess, Sandra, Latin American Theatre Review, Summer 1980.
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Ferreyra, Halima Tahan Exploraciones teatrales. la escritura dramática femenina en argentina (1965-1997)
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Velasco, Carmiña Navia, Escritoras latinoamericanas, razón y locura. Colección tejedora. Serie homenaje.
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Woolf, Virginia, Una habitación propia, Seix Barral. Biblioteca Breve. Barcelona.Caracas. Mexico. 1980
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El poder y el arte Gabriela Fabro El poder en la danza Pienso en el poder como “la capacidad de…”. La capacidad de enseñar, comto fuerza transformadora, como herramienta política y expresiva, etc. La comunidad de la danza, entiéndase los bailarine/as e intérpretes, coreógrafo/as, director/as, maestro/as, profesore/as, están inmersos en la telaraña de administración de poder y directamente influenciados por las consecuencias de los buenos y malos manejos. El Estado y la danza Los estados nacionales ostentan un poder importante sobre sus poblaciones. De esa manera, delinean las políticas para construir la matriz de producción en función de la disponibilidad de recursos y acorde a las necesidades. En lo personal, pienso que la educación debería ser considerada una cuestión del Estado en cada nación y, con ella. las artes y la danza, para comenzar a trazar esa matriz de producción y de crecimiento. Es entonces donde cada Estado delinea las políticas a nivel nacional, provincial y municipal, y vuelca los recursos hacia su población de manera clara. En nuestro país, entre otras falencias, carecemos de políticas de estado en cultura y educación que sean abarcativas, y es entonces donde el esfuerzo se ve desarticulado, desigual y se diluye.
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La docencia y la danza La vocación y la convicción en el ejercicio de la docencia ponen al Maestro/a en una situación de ejercicio del poder. Este rol del Maestro/a es muy discutido y debatido en los tiempos que corren en el ámbito de la educación artística, y muy especialmente en la danza. Hablamos de verticalidad y horizontalidad a la hora de volcar conceptos y enseñarlos. En el primer caso, un docente empoderado, entiéndase esto como un proceso por el cual se aumenta la fortaleza espiritual de los alumnos, impulsando cambios beneficiosos que implican el desarrollo de confianza en sus propias capacidades y acciones, mediante la persuasión y la motivación. El modo horizontal, como lo indica el nombre, coloca en un mismo estamento alumnos y docentes y se vale de la retroalimentación continua y la no existencia de jerarquías. Me pregunto si el poder que ejerce el docente en una clase es nocivo. La pregunta es abierta. Pienso que no lo es. Los docentes facilitamos herramientas que ya hemos experimentado y sabemos que funcionan, motivamos a nuestros alumnos y los persuadimos a modificar cuestiones del cuerpo, mente y espíritu e integrarlos como un todo mediante el uso de herramientas técnicas y expresivas. La danza como fuerza transdormadora Como un instrumento que empodera y facilita transitar lo emocional. La danza tiene el mágico poder de transformar y transmutar. Lo físico se transforma, cambia, se entrena, se desarrollan otras formas y volúmenes en nuestro esquema corporal. La mente modifica ciertas barreras que a veces construimos inconscientemente y obstruyen el desarrollo natural de algunas cuestiones ligadas a lo emocional. Transitar de manera creativa mediante consignas de improvi76
sación guiadas por un docente es un poderoso ejercicio. La emoción sana el cuerpo. La danza, una herramienta política Una obra danzaria es un acto creativo y expresivo, donde el artista pone el cuerpo todo, como comunicador de una idea. Esta idea o propósito le permite expresar quién es, de dónde viene, hacia dónde va, qué cosas lo habitan y cuáles lo ocupan y preocupan. Haciendo autorreferencia y a modo de ejemplo, podría citar el caso de PROYECTO MESTIZO, la compañía de danza que dirijo. Este colectivo artístico define desde el nombre la idea que quiere comunicar, destacando el sentido de identidad y mestizaje, en contextos de colonización y descolonización de Latinoamérica y el Caribe; incursionando a través del repertorio en su dramaturgia en temáticas de derechos humanos, discriminación, cuidado de los recursos naturales, esclavitud y libertad, negritud, etc. Esta Compañía de danza se constituye entonces como una herramienta política. Muchos colectivos danzarios, sobre todo de la corriente Afro, se manifiestan mostrando el uso del poder de la danza abordando temáticas que se están discutiendo en estos tiempos como la legalización del aborto, la violencia de género, entre los más destacados. Algunas costumbres del sistema patriarcal han suprimido expresiones emocionales que considero se manifiestan de manera fluida mediante el arte. Es por ello que EL PODER DEL ARTE sana, alimenta, dignifica, resignifica y empodera.
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Concurrentes y Residentes
Adriana Segabache
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Nota al lector En esta sección se incluyen algunos textos que fueron escritos para las jornadas anuales de concurrentes del Centro de Salud Mental N°1, realizadas en años anteriores. Esta institución cuenta con concurrentes y residentes de psicología, medicina y psicopedagogía. La residencia de psicología es compartida con el Hospital Pirovano. La Concurrencia es una capacitación en servicio no rentada. Aquellos concurrentes que ingresan, lo realizan a través de un concurso al sistema del GCABA. Manteniendo una formación de 5 años en el sistema de salud. Por tal motivo es la única sección que no está atravesada por el tema del poder como vector. Narraciones propone brindar un espacio para la difusión de los escritos que surgen como producto de un tiempo de trabajo de reflexión sobre la práctica psicoanalítica que realizan los jóvenes profesionales en formación.
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“Psicoanálisis y capitalismo - Producto de encuentros” Melanie Faks, Lucía Igarzábal y Ángeles Zorraquín El presente escrito tiene como antesala un trabajo de investigación que realizamos acerca del entrecruzamiento de psicoanalistas y filósofos que escriben sobre capitalismo y psicoanálisis. Entre ellos, por supuesto, comenzamos por leer a Marx, lo que nos deja, entre otras cosas, el deseo de contarles que lo más sustancial de este trabajo es aquello que está por detrás de este escrito, en los encuentros de lectura compartida, en esa experiencia. Esto nos permitió deshilachar los textos de una manera en que las resonancias individuales pudieran empezar a formar parte de un entre que aireaba algo de las opiniones preformadas. El valor de este trabajo está en relación a la novedad, a escansiones en el devenir de nuestra práctica que, indefectiblemente, está atravesada por los modos en que los discursos sostienen determinadas creencias y presentaciones de lo subjetivo. Estos encuentros fueron la respuesta a un pedido: se nos había invitado a presentar un trabajo sobre este tema en específico. Demandadas en este punto, comenzamos a perforar y articular saberes. Empezamos por buscar qué referencias había en Lacan respecto del capitalismo. Así, nos encontramos con el Seminario 16, momento en el que Lacan se hace eco de las demandas sociales y articula algún saber en torno a las ideas de Marx. Dice Lacan: “Marx parte de la función del mercado. Su novedad es el lugar donde sitúa el trabajo. No es que el trabajo sea nuevo, sino que sea comprado, que haya un mercado del trabajo. Esto le permite a Marx demostrar lo que hay de inaugural en su discurso, y que se llama la plusvalía”. En este recorte se lee la producción consumidora como novedad, que se rige según las leyes de intercambio del mercado. Podríamos pensar en aquellas coordenadas en las que un 80
saber se construye, también cuando toma el estatuto de objeto a ser consumido. ¿Qué tipo de intercambio ordena un saber que produce modificaciones en las subjetividades? No parece una pregunta menor. En la actualidad , la ciencia se hace eco de las demandas del mercado. ¿Qué lugar para la experiencia? En el Seminario 19, Lacan menciona dos aportes fundamentales, uno de Marx y otro de Freud. Respecto de Marx, dice: “logró cristalizar el discurso del Amo en virtud de un enfoque histórico que había logrado captar”. Respecto de Freud, dice que aporta la “dimensión de la sobredeterminación, en tanto la esencia del discurso está en posición giratoria respecto de un soporte. El soporte es el cuerpo. Son compatibles, encajan los aportes de ambos. No armonizan”. Reforzamos: el soporte del discurso es el cuerpo. Tenemos entonces el enfoque histórico por medio del cual se lee el discurso del Amo, siendo el capitalista el que toma ese lugar; y el cuerpo como soporte, es aquí donde el discurso no es sin efecto, en la medida en que podemos ubicar al goce de la mano del significante que toca al cuerpo. En relación a esto, Sergio Zabalza dice: “El analista incide en la vida de la polis porque su intervención cuestiona el efecto de las significaciones comunes de una comunidad sobre un cuerpo de deseo (y podemos agregar de goce), más allá de quién ocupe un gobierno. (...) El analista necesita conocer los trazos gruesos de la subjetividad en que realiza su práctica porque la singularidad de quien consulta habita en lo que hace diferencia respecto a esos determinantes sociales”. En su “Crítica a la introducción de la economía política”, Marx (1857) explica que, a partir del Siglo XVII, aparece la sociedad de libre competencia, producto de la disolución de la sociedad feudal y de la aparición de nuevas formas productivas desarrolladas a partir del siglo XVI. Las formas del lazo en las tribus y las comunidades eran de antagonismo y fusión. A partir del Siglo XVIII, emerge la sociedad civil. Las distintas formas de lazo son un medio para lograr fines privados. Marx se encarga de describir los 81
distintos momentos de la producción en la sociedad capitalista. De aquella refiere que no es general ni particular, es siempre un organismo social determinado. La producción hay que estudiarla en un estadío determinado del desarrollo social. La producción es producción de individuos en sociedad. Y agrega: “Toda forma de producción engendra sus propias instituciones jurídicas, su propia forma de gobierno, etc.”. Lacan diría, en una conferencia en Milán: “eso marcha así velozmente a su consumación, eso se consume, eso se consume…”. Podemos pensar entonces en las gramáticas, las creencias y la ideología sosteniendo determinadas formas de producción y su inextricable correlato de consumo, distribución, cambio y circulación. Marx hablará de “producción consumidora”, siempre inmersa en una forma social determinada. En este punto, sumamos la lectura de Zizek (2003) quien retoma que para Lacan, es alrededor de la falta que construimos la fantasía ideológica que nos permite enmascarar y huir del núcleo real. Dice Zizek: “la costumbre externa es siempre un soporte material para el inconsciente del sujeto (...) encontramos razones que confirman nuestra creencia porque ya creemos”. El autor habla del carácter radicalmente externo de la creencia y dice que la misma se encarna en la conducta práctica y efectiva de la gente. Es en el hacer, en la práctica y no en la intimidad del saber, únicamente, que se sitúa la eficiencia de la fantasía-ideológica y donde podemos encontrar plasmado el “como si”, en tanto la maquinaria capitalista, obtiene su funcionamiento automático actuando como mandato, anticipando destino. Ubica también que las cosas creen por nosotros y aquí quizás podemos pensar el ahorro de pasar por el encuentro con el cuerpo. La ideología nos permitiría el goce-en-sentido en donde el sujeto quedaría atrapado, pensando en el campo de las identificaciones y del fantasma. Es en la enunciación en donde se sostiene el goce, en la medida en que se incluye la dimensión del acto por la cual cada quien articula un decir. En este punto nos resultó interesante lo que lla82
mamos “escansiones en el devenir de nuestra práctica” a partir de poner a circular nuestras opiniones, por el efecto de encuentro con nuestra enunciación en relación a sentidos compartidos en un contexto determinado. Respecto a la producción histórica, tomaremos a Foucault y a Byung Chul Han. Para Foucault, la subjetividad procede siempre de las construcciones históricas del poder. Es decir, hay subjetividad porque los dispositivos de poder, sus tecnologías, sus nuevos procedimientos, sus nuevos funcionamientos, producen subjetividad. Foucault describe al poder según distintos momentos históricos. Realiza una diferenciación entre el poder soberano (antes del siglo XVII) en donde la amenaza es la muerte, y el poder disciplinar (luego del siglo XVII) el cual es un poder de vida, cuya función no es matar. El tránsito del poder soberano al disciplinario se debe al cambio de la forma de producción, a saber, de la producción agraria a la industrial. La progresiva industrialización requiere disciplinar el cuerpo y ajustarlo a la producción mecánica. Hace del cuerpo una máquina de producción, una ortopedia concentrada. Según Byung Chul Han (2014) la técnica disciplinar opera sobre cuerpo y mente, pero no sobre la psique. Esta última no está en el punto de mira del poder disciplinario. El Big Brother de Bentham no tiene ningún acceso al pensamiento ni a las necesidades internas. La biopolítica es la forma de gobierno de la sociedad disciplinaria. Esta se encarga del disciplinamiento corporal, apuntando a lo somático, a lo biológico. Por ejemplo el control de la natalidad y de la demografía. Ambos poderes, el soberano y el disciplinario se basan en la negatividad de la absorción, ejercen la explotación ajena. Byung Chul Han agrega que Foucault se aferró al concepto de biopolítica, pero no realizó el giro a lo que aquel llama “Psicopolítica”. Sobre esta, dice que es la nueva forma de gobierno en el neoliberalismo. La misma apunta a la psique y no a los objetos físicos, en busca 83
de optimizar los procesos psíquicos mentales. “Se ocupa de que el individuo actúe de tal modo que reproduzca por sí mismo el entramado de dominación que es interpretado por él como libertad”. Este individuo es nombrado por el autor como empresario de sí mismo, sujeto del rendimiento. Aquí se genera la convergencia entre libertad y explotación en la forma de autoexplotación. Podemos agregar que, en otro de sus libros, el autor prefiere pensar que esta idea del dominio de sí mismo estaría enmascarando el miedo por el desvalimiento por lo que llama inconsistencia de las identificaciones, un modo de hacer algo con el vacío interior que se presenta, por ejemplo, dice, en la adicción a la selfie. Habiendo llegado a este punto, nos gustaría pensar en aquello inapropiable, lo que nos acerca a la problemática de poder y goce que circula a lo largo de las citas que elegimos. Aquello que da cuenta del vacío sobre el cual se erige lo que daría valor al discurso Amo. Jorge Alemán (2016) menciona que los foucaultianos conciben que la subjetividad procede siempre de las construcciones históricas del poder. Asimismo, dice que “El marxismo no logró tomar en cuenta, llegar a un acuerdo con el plus objeto, el resto de lo real que elude la simbolización.” Alemán destaca una distinción entre subjetividad, concepto que aparece en las ciencias sociales con frecuencia y del que no podemos hacer caso omiso, y el concepto de sujeto. “Esa es una primera cuestión que he tratado de zanjar: separar al sujeto de la subjetividad. Porque si sujeto y subjetividad son lo mismo, ya le concedemos, como le pasó a Foucault, el grave problema de que el poder, en su ontología, fabricaba al sujeto. Y entonces, ¿cuál era el punto de lo inapropiable si ya estaba todo producido desde el poder? Entonces, es muy importante decir que el inconsciente del sujeto del que habla Lacan, ya sea en su variante clásica –correlacionado con la falta, el que construye un fantasma para que esa falta pueda quedar obturada, el que se sostiene del otro a través del fantasma–, cualquiera sean sus operaciones, o el ultimísimo parlêtre, en cualquier caso, nunca son el resultado de una construcción histórica”. Podríamos sumar a su vez, la pregunta 84
de si es posible pensarlos sin la historia escrita/contada por algún Otro. Muchísimos aportes nos ha brindado esta exploración. Buscábamos responder con los textos cómo la clínica es atravesada por la época. El trabajo nos permitió hacer otras lecturas, siempre en el sentido del lazo social, y desde la singularidad de los modos posibles de relación con los otros y con el Otro. No encontramos respuestas certeras, ni conclusiones teóricas, pero sí nos tropezamos con nuevos autores y nos sorprendimos al escuchar la gramática capitalista en casi todo. Como dijimos antes: en el consultorio, el analista cuestiona la subjetividad de la época. Estamos advertidas acerca de que no se puede dejar de lado lo social, pero resaltamos la importancia del psicoanálisis en la institución pública: es nuestra tarea escuchar y dar lugar al sujeto. Trabajamos con el inconsciente, con lo que no sirve para nada, con el goce, y pensamos que esto es lo que, por un ratito, escapa al capitalismo. Lo valioso del trabajo para nosotras, y lo que nos interesa transmitir, fue la experiencia del encuentro en la lectura. El plus valor obtenido en el compartir, en la alegría de juntarnos, pues esto tuvo efectos en nuestra clínica.
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Bibliografía •
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Lacan, J. (1968-69) El seminario, libro 16: De un Otro al otro. Paidós, Buenos Aires, 2008.
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Zizek, S. (2003) El sublime objeto de la ideología. Buenos Aires.Siglo XXI
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El padecimiento ante la demanda Psicosis y la imposibilidad del no Daniela Moiseeff
En el presente trabajo me propongo dar cuenta de la imposibilidad del sujeto psicótico de negarse ante distintas demandas que le vienen del Otro así como también compartir las intervenciones que realizo cuando aparece dicha dificultad. Norberto tiene alrededor de 40 años y se encuentra en análisis desde hace aproximadamente un año y medio. En las primeras entrevistas refiere que estuvo internado en una clínica psiquiátrica ya que tenía pensamientos que lo atormentaban, los cuales estaban relacionados con Dios. Dice que se preguntaba cómo era, si iba a venir y de qué forma, y que Dios le enviaba señales. Recuerda que cuando estaba internado no quería ver a su padre, el cual lleva el mismo nombre de pila que él, y al cual rechazaba cuando éste insistía en visitarlo. Es en el análisis en donde comienza a desplegar distintos episodios en relación a su padre, en los cuales no puede disponer del no y a trabajar con la analista cómo posicionarse. Asimismo, mencionaré otras coyunturas en las cuales la negación no opera. Norberto se encuentra a cargo de un emprendimiento de gastronomía. Cuenta con empleados a su cargo y realiza algunos trabajos con su padre. En su discurso se escucha un padre intrusivo, que se entromete de forma constante en su vida. En una sesión, cuando habla de su adolescencia, refiere que él quería concurrir a un colegio donde se encontraba un amigo, pero su padre eligió un colegio católico porque quedaba más cerca de la casa, y de esta forma podía tenerlo bajo su control y mirada. Relata que actualmente sus padres se encuentran separados. Previo a la separación, su padre tenía una amante y le pedía a él que le guardara el secreto y lo cubriera para que su madre no lo supiera. 87
Dice: “éramos como amigos”. Agrega que él se sentía muy incómodo con dicha situación ya que sentía que traicionaba a su madre, y padecía el hecho de sentirse cómplice. En el seminario RSI, Lacan afirma que “la normalidad no es la virtud paterna por excelencia, sino justamente el me-dios, dicho al instante, o sea el justo no-dicho. Naturalmente, a condición de que este no-dicho no sea demasiado transparente, es decir que no se vea inmediatamente de qué se trata en lo que él no dice”31. Podríamos pensar que en el caso de Norberto, se evidencia una mostración de goce hacia el hijo que al no contar con el velo del fantasma, pasa a encarnar el objeto en tanto resto, bajo la modalidad del objeto mirada. Por otra parte, relata que su padre le demanda de forma insistente hacer trabajos que él no quiere realizar. Esto mismo le ocurre con clientes o con amigos que le hacen encargos. Dice que prefiere decir que sí para no tener contradicciones. Si dice que no, tiene conflictos. Asimismo, manifiesta que no puede mentir. En una sesión trae un listado de temas de los cuales quiere hablar y me pregunta si la mentira es una equivocación. Le respondo que no estoy segura de la respuesta pero que hay distintos tipos de mentira. Dice que para él todas las mentiras tienen el mismo valor. Ejemplifica que si pide un encendedor, prefiere que la persona le diga que no le quiere dar, o que un asesino le cuente que mató a alguien a que le mientan. Intervengo diciéndole que a veces una persona puede mentir por miedo, ubicando al Otro en un lugar barrado, y no gozador. Su familia refiere que Norberto no sabe mentir y termina inventando una fantasía que no es creíble. Podemos observar que ante la falta de la negación y la mentira el sujeto carece de recursos para introducir una distancia, un límite al Otro, quedando en una posición de objeto. Jacques Lacan, Seminario R S I, trad. Ricardo Rodriguez Ponte, para circulación interna del E.F.B.A., p. 39. 31
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Freud plantea en el texto “La negación”, que lo que se puede producir en la psicosis es el negativismo, diferenciándolo de la negación, que consiste en una desintrincación pulsional.32 Lacan en el seminario III afirma que “la forclusión no pertenece al mismo nivel que la negación. Cuando al comienzo de la psicosis lo no simbolizado aparece en lo real hay respuestas del lado del mecanismo de la negación pero son inadecuadas”.33 Anabel Salafia en su libro “El fracaso de la negación”, realiza un minucioso estudio sobre la función de la negación. Sostiene, a partir de los textos de Freud y Lacan, que “la negación constituye un símbolo que remite a una separación respecto del objeto, es decir ausenta lo que es presencia”34. ¿Cuál es la respuesta de Norberto frente a la iniciativa del Otro? Por un lado, podríamos pensar que una de las respuestas que aparecen es el delirio místico. Como se mencionó anteriormente, esto tuvo lugar durante su internación, cuando recuerda que rechazaba las visitas de su padre. Por otra parte, se observa que Norberto queda tomado por la demanda del Otro cuando dice: “siempre me terminan convenciendo y digo que sí” o bien se produce el efecto de un repliegue libidinal que se manifiesta del modo que paso a describir. En una sesión refiere que en ocasiones no va a trabajar ya que no le encuentra un sentido y se queda durmiendo. Intervengo, tomando dichos de él y le digo que para él su trabajo sí tiene un sentido ya que es un trabajo que le gusta mucho hacer. Asiente y dice: “Sí, el trabajo me libera de todo, me olvido de todo”. Además, sirviéndome de sus dichos, le digo que él requiere de cierta rutina de trabajo, ya que le gusta terminar a determinada hora para hacer otras cosas, y que es importante que la mantenga ya que si no se desorganiza y que cuando no quiera hacer algo diga que en ese momento no puede, que quizás podrá más adelante. Sigmund Freud, “La Negación”, in Obras completas, vol. XIX, Buenos Aires, Amorrortu, 2006, pp. 256-257. 33 Jacques Lacan, Seminario3. Las Psicosis, Buenos Aires, Paidós, 2007, p.126. 34 Anabel Salafia, El fracaso de la negación, Buenos Aires, Fundación Ross, 2008, p. 37. 32
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Luego comienza a darle una significación a su conducta de quedarse durmiendo y no ir a trabajar, argumentando que lo hace para castigar a su papá ante su insistente demanda. Refiere que cuando no trabaja es peor porque es un efecto domino. Expresa: “Me atraso y después no llego con el trabajo”. Intervengo diciéndole que informe a su padre que es una indicación terapéutica mía que no puede realizar más del trabajo que tiene organizado. Me pregunta: “¿de verdad le puedo decir eso?”. Además, me consulta si puede venir la próxima sesión con su padre para hablar de esto que ocurre. En la entrevista con su padre, se trabaja estableciendo una diferencia en la modalidad de trabajo de cada uno, y para que los tiempos de dedicación a las tareas laborales sean respetados. Su padre califica a su hijo como un “genio en lo que hace”. En el análisis, se intenta ubicar una discriminación entre el yo y el otro. Basándonos en la primera enseñanza de Lacan, la particularidad que se produce en la estructura de la psicosis en el estadio del Espejo es que la constitución del yo al no estar sostenida desde el Nombre del Padre, presenta una labilidad tal, que el fenómeno que padece el sujeto es el de exclusión y el Otro lo amenaza con tomar su lugar. Se podría pensar que a partir del análisis, Norberto puede significar como castigo aquella conducta que en la esquizofrenia se describe desde la psiquiatría como rechazo, abulia. Jorge Chamorro, explica que “ese fenómeno no se trata de un rechazo a nada, sino que es la introversión de la libido, que produce el efecto de ese aparente rechazo”, y agrega que el camino del analista es “dejar que el sujeto signifique o delire, y no sumar significaciones”.35 Es decir, que el propio paciente pueda construir su propia significación para poder salir de aquel repliegue libidinal. El castigo de Norberto hacia su padre también aparece en otra escena en donde cuenta que le dio un beso en la boca a su padre cuando Jorge Chamorro, Clínica de las Psicosis, Buenos Aires, Cuadernos del Instituto Clínico de Buenos Aires, 2004, p. 150. 35
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éste se estaba entrometiendo en la relación entre él y su ex novia. Explica que es algo que a un hombre le molesta porque afecta su virilidad. Otra vez aparece una presencia intrusiva del padre y lo fallido de la operación de separación constitutiva del sujeto. Élida Fernández, en su libro “La psicosis y sus exilios”, plantea, basándose en los estudios de Lacan, que “en el momento de la salida de la alienación, el sujeto, además de preguntarse ¿qué quiere en lo que me dice?, tiene que poder decir que no al juicio de atribución que le viene del Otro. El primer movimiento para separarse es: “No es esto lo que quiere, esto es lo que dice, pero no lo que quiere. En el punto de posibilidad de separación del Otro, tiene que funcionar el no, que es habilitante, para que el sujeto pueda constituirse como tal”.36 En una sesión posterior, cuenta enojado que cuando se encontraba trabajando junto a un empleado, su padre se entrometía imponiendo cómo se debía realizar y que esto complicaba la tarea que se encontraban haciendo. Dice que en ese momento le dio otra tarea a su padre, indicándole que esto era necesario que se hiciera y de esa forma pudo continuar trabajando tranquilo. Rescato esta ocurrencia que tuvo el paciente, y le digo que cuando se repita un episodio de esa forma, le dé una tarea específica a su padre para que él pueda continuar trabajando de la forma que él cree más conveniente. Es decir que en el análisis se hace lugar a los recursos que encuentra el paciente para ponerle un límite al Otro. Respecto de su actual pareja Silvana, también aparece la imposibilidad de disponer del no. Refiere que hace poco se encuentra conviviendo con ella y que está contento porque ella lo cuida y le da la medicación pero que se siente asfixiado cuando lo abraza y le da besos. Dice que lo que le preocupa es el hijo de Silvana, al cual llama la “criaturita”. Lo que le molesta más precisamente es la falta de límites que tiene, pero afirma que él no se va a encargar de él. Elida Fernández, Las psicosis y sus exilios, Buenos Aires, Letra Viva, 1999, p. 123. 36
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Me pregunta: “no corresponde, ¿no?”. Le digo que él no es el padre, que los límites los tienen que poner la madre y el padre. Podemos observar que se apoya en el analista para poder negarse y que dicha intervención lo alivia ya que lo ayuda a sostener una distancia. Por un lado, respecto de la pareja, no aparece en su discurso una mujer como causa de su deseo, si no como un partenaire que se ubica en el lugar de un “cuidador” y que podría funcionar como un compensador imaginario. Por otra parte, se destaca que el paciente hace referencia al hijo de su pareja como “la criaturita”. En el seminario 3, Lacan plantea que a causa de la forclusión del significante Nombre del Padre, el sujeto psicótico no cuenta con la carretera principal que orienta la relación con el otro sexo y con ciertas funciones simbólicas, como el lugar de ser padre. Lacan afirma: “el significante ser padre hace de carretera principal hacia las relaciones sexuales con una mujer. Si la carretera principal no existe, nos encontramos ante cierto número de caminitos elementales, copular y luego la preñez de la mujer”.37 Para concluir, cuando le pregunto a Norberto sobre su hacer con la cocina, aparece un sujeto muy contento y entusiasmado con lo que hace. Podríamos pensar que la introducción del analista de la interdicción le permite a Norberto poder sostener distintos lugares como por ejemplo su trabajo, sin ser avasallado por la demanda del Otro. Considero que la dirección del análisis apuesta a posibilitar y proponer una y otra vez la negación, para que la singularidad del paciente no se encuentre aplastada y su deseo se pueda sostener.
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Jacques Lacan, Seminario 3. Las Psicosis, Buenos Aires, Paidós, 2007, p. 418.
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Elida Fernández, Las psicosis y sus exilios, Buenos Aires, Letra Viva, 1999.
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Jacques Lacan, Seminario R S I, trad. Ricardo Rodriguez Ponte, para circulación interna del E.F.B.A.
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Jacques Lacan, Seminario3. Las Psicosis, Buenos Aires, Paidós, 2007, p.126.
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Jorge Chamorro, Clínica de las Psicosis, Buenos Aires, Cuadernos del Instituto Clínico de Buenos Aires, 2004.
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Sigmund Freud, “La Negación”, in Obras completas, vol. XIX, Buenos Aires, Amorrortu, 2006.
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Un deseo que no sea anónimo Florencia Salvo
A partir del texto de Lacan, dos notas sobre el niño se interroga a qué hace referencia Lacan cuando habla de “un deseo que no sea anónimo” en relación a las funciones de la madre y del padre. A partir de lo desarrollado en las notas, se profundiza qué lugar tiene el deseo del analista en el encuentro con niños. Para concluir, se desarrolla una pequeña viñeta clínica, para abordar cómo estos interrogantes están presentes en la clínica diaria. En sus notas, Lacan responde al fenómeno de las utopías comunitarias, donde se proponen criar niños de manera común entre sus miembros y es a partir de lo que explica: “La función de residuo que sostiene (y aún tiempo mantiene) la familia conyugal en la evolución de las sociedades, resalta lo irreductible de una transmisión - perteneciente a un orden distinto al de la vida adecuada a la satisfacción de las necesidades- que es la de una constitución subjetiva, que implica la relación con un deseo que no sea anónimo.”38 Lacan enfatiza la función de residuo de la familia conyugal en oposición a las utopías comunitarias, ya que este modo de entender la parentalidad apunta a pensar en padres universales. En primer lugar hay que preguntarse: ¿Qué es un deseo que no sea anónimo? Se destaca que sea UN, lo que implica que no puede generalizarse, sino que tiene que ser un deseo particular. Para que la constitución subjetiva se lleve a cabo, es necesario que el padre y la madre lo hayan deseado, un deseo que lo nombre al niño, que sea particular para ellos. En La conferencia de Ginebra sobre el síntoma Lacan explica “Sabemos muy bien la importancia que tuvo para un sujeto, vale decir, aquello que en ese entonces no era absolutamente nada, la 38
Lacan, J-A. Dos notas sobre el niño. Intervenciones y textos 2.( P. 56)
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manera en que fue deseado. Hay gente que vive bajo el efecto, que durará largo tiempo en sus vidas, bajo el efecto del hecho de que uno de los dos padres -no precisó cuál de ellos- no lo deseó. Este es verdaderamente el texto de nuestra experiencia cotidiana”39. Es en la práctica diaria con niños donde el analista se pregunta justamente qué lugar tiene el niño para los padres que lo traen a la consulta, y considerando que el síntoma es un modo de respuesta, es necesario poder ubicar a qué responde. Retomando Dos notas sobre el niño, Lacan establece que en cuanto a las funciones del padre y la madre, las de ella están signadas por un interés particular, vía sus propias carencias y que las del padre son vector de la encarnación de la ley en el deseo. Por lo tanto, es necesario que la madre desee a aquel niño y también desee más allá de él. Es indispensable para la constitución subjetiva que pueda mostrar también su deseo como mujer. En cuanto a la función del padre, encarna la ley en el deseo y en ambos casos lo irreductible de aquella transmisión de la que habla Lacan, es de la castración. Lo que instala la madre vía la carencia y el padre por medio de la ley, es que el deseo es posible solo si algo falta, y esto es necesario para que el niño se constituya como sujeto. Lacan plantea que “el síntoma del niño está en posición de responder a lo que hay de sintomático en la estructura familiar” o bien “realiza (…) la presencia como el objeto a en el fantasma”40. Alba Flesler distingue entre la operación de responder y realizar, explicando “no es lo mismo responder como sujeto al Otro que realizar la presencia del objeto en el fantasma del Otro (…) el sujeto responde al Otro en el intervalo de su falta, en tanto objeto realiza la presencia cuando falla su falta”41.
Lacan, J-A. Conferencia de Ginebra sobre el sintoma. Intervenciones y textos 2. (P. 124) 40 Lacan, J-A. Dos notas sobre el niño. Intervenciones y textos 2. (P. 55) 41 Flesler, A. El niño en analisis y las intervenciones del analista (P. 67) 39
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En el encuentro con niños se puede ubicar que, si bien las funciones de la madre y el padre pueden estar presentes, a veces no operan o no se efectiviza la transmisión de la que habla Lacan y la constitución subjetiva parece estar detenida. Retomando a Alba Flesler, expone que no hay tiempos cronológicos, sino tiempos lógicos para el sujeto que está conformándose y el analista puede encontrarse con niños que están detenidos en su respuesta como sujetos. En estas circunstancias es donde se abre el interrogante acerca de la operación del deseo del analista: ¿Podría éste operar como deseo no anónimo y habilitar la constitución del niño como sujeto deseante? Lacan dice en La dirección de la cura y los principios de su poder, acerca del deseo del analista, que es “un deseo que apunta al deseo del sujeto en tanto deseo inconsciente”42. Para un analista de niños, es indispensable poder visibilizar al sujeto que está constituyéndose o hacer lugar para él. Lacan en El trieb de Freud y el deseo del Psicoanalista, agrega que “es el deseo del analista el que en último término opera en el Psicoanálisis43”. Puede considerarse que el analista con su deseo puede abrir un intervalo y generar espacio para la respuesta del sujeto, entendiendo que el deseo del analista implica también una transmisión irreductible, un saber hacer acerca de la castración. Si el niño se constituye subjetivamente a partir del deseo de los padres, lo que permite vehiculizar la falta, puede el deseo del analista operar también como un deseo no anónimo y singular, que haga lugar y aloje al sujeto y su deseo. A continuación se desarrolla una viñeta clínica que presenta brevemente el deseo de los padres y su relación con el síntoma del niño. Mónica viene a la primera entrevista luego de consultar por su hijo Pablo de 11 años. El motivo es que Pablo se angustia mucho, le cuesLacan, J-A. La dirección de la cura y los principios de su poder. Escritos 1. (P. 227) 43 Lacan, J-A. El trieb del freud y el deseo del psicoanalista. Escritos 2. (P. 389) 42
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tan los límites y no tiene amigos. Al preguntarle sobre la relación con su hijo dice que son inseparables y desde que se divorció de su padre, duermen juntos. Al preguntar acerca del embarazo, Mónica refiere que estaba en pareja pero que ella se ocupó de realizar un tratamiento para quedar embarazada. Cuando el niño era pequeño, la pareja se separa y el padre toma distancia. En cuanto a la actualidad Mónica dice que Pablo es solitario, que no tiene amigos y que realiza actividades con ella. El niño se angustia cuando se encuentra sin recursos para responder al Otro y se angustia ante los límites. Tal vez la función paterna de encarnar la ley opera de manera fallida, ¿Hay quién sancione qué desea la madre y si hay un deseo más allá de él? Introversión y soledad, son formas de responder a la falta materna. Pablo fue concebido por el deseo de esa madre por quedar embarazada. Es frente a este deseo al que responde el síntoma, ser uno con su madre. Cabe preguntarse entonces ¿Qué lugar queda allí para el sujeto? En los primeros encuentros Pablo suele dibujar en silencio, inventa viñetas de humor o pequeñas narraciones. En una ocasión solicita una hoja y escribe “pido”. Ante la pregunta de qué significa, responde que no sabe qué es, por lo que se explica que cuando se dice “pido”, el jugador demanda un tiempo, es un intervalo, una pausa en el juego para luego continuar. A partir de varios encuentros, un día Pablo dice de manera imprevista que es sensible y que no quiso salir con su madre, lo que permite que se interrogue acerca de esto y que comience a hablar sobre sus enojos y su carácter. Con el transcurso de los encuentros habla acerca de sus preocupaciones, de las actividades que le gustaría hacer y de las que quiere dejar. Puede esbozarse que tal vez aquel pedido de tiempo, da cuenta del intervalo donde aparece Pablo como sujeto deseante, con sus gustos y preferencias, posibilitando un lugar propio.
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Luterau, Luciano. ¿Qué es el deseo del analista? En Imago Agenda, disponible en http://www.imagoagenda.com/articulo.asp?idarticulo=1962
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Libros
Adriana Segabache
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Populismo y psicoanálisis. Nora Merlin. Letra Viva. Bs. As. Nicolás Cerruti Un libro es la propuesta doble de un decir. Dice, escribe, surge y se propone, para luego afirmarse también en el “no está todo dicho”. El gesto es doble y es único… como cada libro. Sin embargo, existen las inercias históricas, y su más allá. ¿Acaso no es eso lo que encontramos cuando leemos a Freud con su “Psicología de las masas…”, o a Lacan con sus discursos? Los renovamos y los actualizamos, los exponemos a otra cosa que el saber o la inercia. Tanto esta como la servidumbre se nutren del goce, nos dice Jorge Alemán desde el prólogo de Populismo y psicoanálisis, de Nora Merlin. Lo que podría hacer que se detecte tal, y, a su vez, innovar en un pensamiento político, es justamente interrogar estos dos términos que, cada vez más (con sus profundos interrogantes) se convierten en una dupla: política y psicoanálisis. Un imposible los cerca. Nora Merlin produce un primer efecto: trabajar el concepto de populismo. El trabajo de esta autora es potenciar su heterogeneidad, apuntar y proponer un “entre”. ¿Pero qué propone allí? Hablamos de distintas respuestas al malestar en la cultura, y es Laclau quien podrá lograr cierta directriz en estos avances, con su noción de “populismo”. Lo primero que realiza la autora, entonces, es la distinción del concepto de masa con el de populismo. Para el primero realiza la génesis de su concepto, tomando a Gustav Le Bon, a Hippolyte Taine, a Sigmund Freud y tantos otros. Se destacan los aportes de Freud como rupturas en la relación a los pensadores que lo antecedieron, explicando, por ejemplo, la pérdida de validez en la oposición psicología individual y psicología social; o la desidiologización de la masa como un fenómeno aberrante. 100
Sus avances con respecto a las dos operaciones constituyentes de la masa (idealización e identificación) en Freud, son recorridos con una simpleza justa. Como libro, avanza en forma de tesis, incluyendo sus detalles, pero yendo irrestrictamente hacia el planteo que inaugura y causa su decir: el concepto de pueblo, para realizar su contribución hacia el de populismo. Así como el de masa, el concepto de pueblo merece su recorrido, desde Hobbes, pasando por Rousseau, entre otros, para llegar a Laclau. “Laclau distingue la noción de pueblo de cualquier concepción moral y, por este camino, elabora la matriz teórica de un nuevo concepto. En consecuencia, funda un campo para operar en la teoría política” (p. 37). Es por ello que tomar ahora el concepto de populismo no podría ser desde una concepción moral, sino, llevarlo a su dignidad conceptual. Primero: “Laclau no parte del concepto de pueblo como supuesto ontológico dado, sino más bien lo plantea como un efecto contingente” (p. 43). Segundo: “Para Laclau, el populismo implica una construcción política particular que tiene como unidad de análisis la demanda social en la que se origina” (p. 43). Tercero: “El populismo es una expresión indiferente a la ideología y a las versiones, grupos, clases o momentos históricos, así como al desarrollo económico y social” (p. 44). Cuarto: “La construcción populista no surge como antagónica del poder conforme al modelo marxista de la lucha de clases, sino que se trata de una «lucha popular democrática», formación social que depende de una lógica de articulación de demandas que se relacionan y conforman identidad” (p. 44). Quinto: “… la construcción populista es efecto de la articulación de demandas que establecen relaciones de equivalencia y conforman identidad, por lo que el populismo no es una esencia previa a la lógica equivalencial” (p. 51). En este sentido, el psicoanálisis sirve a la hora de profundizar la estructura de la demanda y la lógica de su conformación. Acercándonos a estos temas, y desarrollándolos, es que se produce 101
su efecto de abanico, y tras la interrogación por la demanda, nos encontramos profundizando en el lugar del sujeto, el pueblo, por caso, o, por ejemplo, el líder. No es menor que esto también la lleve a analizar el lugar del Otro –lugar del lenguaje para Lacan–, lo que la lleva a proponernos la categoría de “representación”. Logra cierta detención cuando, por ejemplo, toma al peronismo como estudio de caso. Con un repaso de su compleja historia, la autora va dando cuenta de la complejidad que este libro aborda. La lógica está planteada, las diferencias inscriptas, gracias a este libro, masa y pueblo ya no podrán ser confundidos. El libro termina como un momento de concluir, que coincide con el comienzo de la elaboración de un duelo: el fallecimiento de Ernesto Laclau (a quien, por otra parte, está dedicado el libro). Laclau es el nombre de este movimiento entre el psicoanálisis y la política, para la autora: “Freud aportó la matriz propia de la masa, la que nos permite comprender su conformación y funcionamiento; Laclau produjo la del populismo, la posibilidad de concebir otra conformación de identidad ajena a la pasión por el Uno y la identificación al líder” (p. 135). Y, mucho más, la conciencia de ser ciudadanos donde no tendríamos que quedar indiferentes o inhibidos frente a la realidad que nos circunda. Por eso es dable terminar esta presentación como lo hace la autora en su libro, asumiendo una responsabilidad. “… la de pensar, luchar, escribir, inventar, soñar… tal como él mismo me enseñó. Estoy segura de que su voz continuará haciéndolo con nosotros y en nosotros” (p. 136). El camino está trazado, depende de cada uno encontrar ese nosotros.
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Autores German Leopoldo García Es un escritor y psicoanalista argentino. En 1968 publica Nanina, su primera novela, en la editorial Jorge Álvarez. Agota varias ediciones hasta que es prohibida por la dictadura de Juan Carlos Onganía. Formó parte del comité de dirección de la revista Los Libros. En 1973 funda la Revista Literal junto a Osvaldo Lamborghini y Luis Gusmán, entre otros. En 1974 forma parte del grupo que acompaña a Oscar Masotta en la fundación de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. En 1979, se instala en Barcelona donde continúa el trabajo de Masotta, y estudia con Jacques-Alain Miller. Regresa a la Argentina en 1985 y funda la Biblioteca Internacional de Psicoanálisis (BIP) y la revista Descartes. En 1992 la BIP y otras instituciones se disuelven para crear la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL). Germán García crea entonces la Fundación Descartes en la que se incluye el Centro Descartes (asociado al Instituto de Campo Freudiano). Desde el comienzo de la Fundación Descartes Germán García ha sido uno de sus directores de enseñanza. Ha sido presidente del consejo de la EOL, y del consejo editorial de su revista Lacaniana de psicoanálisis. Es AME (Analista Miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana), miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP), cofundador del Instituto Oscar Masotta y miembro de la Sociedad Argentina de Escritores. En 2003, recibe la Beca Guggenheim por un trabajo de investigación que se publica en 2005 con el nombre El psicoanálisis y los debates culturales (Paidós). En 2007, fue declarado “Personalidad destacada de la cultura” por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. En 2008 recibió la distinción de “Visitante Distinguido” otorgada por la Municipalidad de San Salvador de Jujuy, Univ. Católica de Santiago del Estero y en 2009 fue declarado Ciudadano ilustre de la Ciudad Histórica de San Miguel de Tucumán por el Honorable Consejo Deliberante. En mayo de 2014 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Córdoba. En el campo del psicoanálisis ha publicado, entre otros, El Saber de la Gradita (1974), La entrada del psicoanálisis en la Argentina (1978), El psicoanálisis y los debates culturales (2005), Fundamentos de la clínica analítica (2007), En torno
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a las identificaciones (2009), Variaciones sobre psicosis (2011), Diversiones psicoanalíticas (2013). En el campo literario publicó Macedonio Fernández, la escritura en objeto (1975), Gombrowicz, el estilo y la heráldica (1992), La virtud indicativa (2003) y las novelas Cancha Rayada (1970), Nanina (1964), La Vía Regia 1975), Perdido (1983), Parte de la fuga (1999) y La Fortuna (2004), entre otros.
Horacio González Horacio González es autor de numerosos ensayos sobre teoría crítica, latinoamericana y europea. Fue profesor titular de las Universidades de Buenos Aires, La Plata y Rosario. Actualmente da clases en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y la Universidad de General Sarmiento (UNGS). Es doctor honoris causa por la Universidades de La Plata, Universidad Provincial de Entre Ríos, de Mar del Plata y de San Juan. Entre 2005 y 2015, se desempeñó como director de la Biblioteca Nacional. Compartió con numerosos profesores jóvenes, hoy destacados intelectuales, la experiencia de la revista El Ojo Mocho, que continúa saliendo bajo la dirección de otro grupos de profesores universitarios. Premio José María Aricó de la Facultad de Filosofía y Humanidades de Córdoba. Nació en Buenos Aires en 1944.
Carmen González Táboas Miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL) en grado de Analista Practicante (AP) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). Publicó los siguientes libros: La salvación por el síntoma. Una apuesta Lacaniana (2003, Tres haches, edición agotada), Querida María. Cuando el psicoanálisis no es un sueño (2008, Tres Haches), Semblantes de Occidente. La apuesta lacaniana por el síntoma (2009, Tres Haches, edición aumentada de La salvación por el síntoma), Mujeres. Claves místicas medievales en el Seminario 20 de Lacan (2010, Tres Haches), El siglo XXI en su laberinto (2012, Grama), Abrir el juego, del decir de Lacan (2013, Letra Viva), Un amor menos tonto. Una lectura del Seminario 21 de Lacan (2015, Grama), Lecturas de una Argentina. Con Lacan (2016, Letra Viva). La cita fallida 1. El continente mestizo. Una mirada, con Lacan y La cita fallida 2. Mutaciones americanas. Una mirada, con Lacan, Buenos Aires, Grama, 2017.
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Violeta Canggianelli Violeta Canggianelli (Impulsora y editora de la colección de clásicos y nuevos cuentos del Chiribitil en EUDEBA) Junto a Lucrecia Pelliza, Catalina Munuce, Silvina Simondet, Laura González, Julia Díaz, Graciela Montes, Susana Navone, Marina Elberger, Ángeles Durini, Iris Rivera, Nora Bonis, Malena Cascioli, Myriam Boclin, Adela Basch, Silvia Schujer, Karina Micheletto, Graciela Melgarejo, Verónica Parodi, Elisa López Oroño, Alicia Digón, Helena Homs, Amanda Toubes, Ananquel Pereyra, Ana María Ramb, Alejandra Viacaba, Clara Bitman, Elba Bairon, Eva Rey , Marcia Schawrtz (…) *Grupo de Lectores de los cuentos y en especial a Lucrecia Pelliza y Catalina Munuce.
Gabriela Fabro Bailarina, coreógrafa, directora de la Escuela de Danzas Proyecto Mestizo y de la Compañía de Danza homónima. Egresada del ISA Teatro Colón como bailarina profesional en el año 1983. Formada con reconocidos Maestros de Ballet, Jazz y Danza Contemporánea en la República Argentina. Especializada en la Técnica Cubana de Danza Moderna, actualmente Danza Contemporánea de Cuba, con el Maestro Eduardo Rivero Walker (Premio de oro a la Danza año 2001 CUBA), quien fuera su Maestro y Mentor en esta disciplina. En el año 2004 crea su Compañía y en el año 2010 su Escuela, donde brinda clases, talleres, de la Técnica Afro Contemporánea, basada en la Técnica Cubana de Danza.
Amancay Espindola Actriz. Dramaturga. Licenciada en Artes Combinadas (Cine, Teatro y Danza) recibida en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Nació en General Roca, provincia de Río Negro, allí cursó sus estudios primarios y secundarios. Se recibió de maestra Normal Nacional. Ejerció la docencia en escuelas rurales de la zona.
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Su primera obra de Teatro para niños La Aventura que se estrenó en La Casa de la Cultura de la ciudad de General Roca con la dirección de Eugenio Filippelli en 1975. En 1976 se trasladó a Buenos Aires y siguió cursos de Teatro con Hedy Crilla y Julio Ordano. Intervino como actriz en numerosas obras teatrales entre las cuales se cuentan autores como Synge, Chejov, Moliere, Shakespeare, Sartre, Florencio Sánchez, Sanchez Gardel, Carey, Stoppard. En el año 2001 integró el Ciclo de obras de Teatro x la Identidad integrado por Teatristas y Abuelas de Plaza de Mayo con su obra “Esclava del Alma” y en el año 2002 lo hace para el mismo ciclo con la obra “Crónica de las Indias” que escribió conjuntamente con Araceli Arreche. Su obra “Herencia de Sangre” recibió el premio Iniciación del año 1997 de la Secretaría de Cultura de la Nación. Su segunda obra “El bar y La Novia”, publicada en el libro Dramaturgas 1, de Editorial Nueva Generación, fue puesta bajo la dirección de Julio Ordano en el 2003 en Buenos Aires, Teatro Actor’s Studio con el subsidio de Proteatro. “Mujeres de Colores” fue subsidiada de Proteatro y el Instituto del Teatro y se estrenó en el 2004 bajo la dirección de Virginia Lombardo. Ojos Verdes se estrenó con la Dirección de Ana Alvarado y recibió el Premio UCES 2011 (Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales) en 2011. Dormir en el Agua con la dirección de Virginia Lombardo en el 2017 y Herencia de Sangre con la dirección de Sebastian Bauzá se estrena en Julio 2018
Nicolás Cerruti Psicoanalista Editor de Letra Viva Director de la colección Literatura ∞ Psicoanálisis, Novela Viva y Música y Psicoanálisis Coordinador de Literatura de elsigma.com
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Agustina Cirelli Licenciada en Psicología UBA. Psicoanalista Psicóloga en el Centro de Salud Mental Nº 1 “Dr. Hugo Rosarios”.
Melanie Faks Licenciada en Psicología UBA. Practicante de psicoanálisis. Concurrente en el Equipo de Niños Tarde y Adultos Mañana del Centro de Salud Mental N°1 “Dr. Hugo Rosarios”. Ha coordinado el Taller de música y el de lectura y escritura en el marco del Hospital de día de Adultos. Actualmente co-coordinadora del taller de música del equipo de Niños Tarde.
Lucía Igarzábal Licenciada en Psicología UBA. Practicante de psicoanálisis. Becaria honoraria y Ex Concurrente en el Equipo de Niños Tarde del Centro de Salud Mental Nº 1 “Dr. Hugo Rosarios” de la Ciudad de Buenos Aires. Secretaria, participando en la organización de cursos de posgrado anuales en el Centro de Salud Mental N°1 (2012-2018).
Ángeles Zorraquín Licenciada en Psicología U.B.A. Concurrente del Centro de Salud Mental Nº1 “Dr. Hugo Rosarios”. Actualmente co-coordinadora del taller de juego con pelotas del equipo de Niños Tarde.
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Daniela Moiseeff Licenciada en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Ha realizado el posgrado de psicoanálisis en el Centro de Salud Mental Nº 3 “Dr. Arturo Ameghino” y su concurrencia en el Centro de Salud Mental Nº 1 “Dr. Hugo Rosarios”. Ha presentado sus investigaciones en diversas jornadas y publicado un artículo en la Revista Ensayos. Se ha especializado en clínica de adultos.
Florencia Salvo Lic. en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Concurrente de tercer año del Centro de Salud Mental Dr. Hugo Rosarios.
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Hay períodos de la historia como el que atravesamos donde las expectativas de cambio retroceden a zonas pantanosas. Pero la misma historia demuestra que hay flujos y reflujos y que la expectativa vuelve. Todo esto tiene que ver con la utopía. La utopía jamás se cumple, fracasa, pero deja una renovación y la idea imperiosa de retomarla. Juan Gelman
Se escribe siempre para dar vida, para liberar la vida allí donde esté presa, para trazar líneas de fuga. Gilles Deleuze