Patrimonio 63

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PATRIMONIO Revista de patrimonio y turismo cultural nº63 ALMENARA Y LA OLMEDA, GRANDES VILLAS ROMANAS

• Monasterios del Duero • Ciudades romanas y fortalezas de Castilla-La Mancha • Apulia • Portugal • Auvernia • Monasterios de Galicia norte • Venecia musical • Camino de Santiago • Languedoc • Cantabria literaria • Grecia clásica, Meteora y Corfú • Extremadura • Escapadas “Pedaleando por el románico” • Escapadas “Las Edades del Hombre” • Rutas urbanas por Madrid

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Adriano y Antínoo: arquitectura y amor

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PATRIMONIO

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PATRIMONIO EDICIÓN: Fundación Santa María la Real

del Patrimonio Histórico.

Roma-amoR

DIRECCIÓN DE LA REVISTA: Lucía Garrote. CONSEJO EDITORIAL: Victor Álvarez, Zoa Escudero, Lucía Garrote, Carmen Molinos, Jaime Nuño, Juan Carlos Prieto, Cristina Párbole. REDACCIÓN: Maximiliano Barrios, María Julia de la Cruz, Zoa Escudero, Lucía Garrote, Carmen Molinos, Jaime Nuño. COLABORACIONES: Eduardo Aznar , Ana Gil,

Gonzalo Jiménez, Rafael Martínez, Javier Mosteiro, Trinidad Nogales, Sonia Sánchez, Margarita Sánchez, Miguel Sobrino, Leonardo Todisco.

DPTO. COMUNICACIÓN Y MÁRKETING: Carmen Molinos

(mcmolinos@santamarialareal.org) y Víctor Álvarez (vmalvarez@santamarialareal.org)

DISTRIBUCIÓN Y PUBLICIDAD: Santiago García

(sgarcia@santamarialareal.org)

ADMINISTRACIÓN: Teresa Mª García. MAQUETACIÓN: RQR Comunicación. IMPRESIÓN: Gráficas Germinal. ISSN: 1578-5513 versión impresa.

ISSN: 2386-5741 versión electrónica. D.L.: P-62-2015

FOTO DE PORTADA: El beso, técnica mixta. Lienzo 180 x 150 cms, del castellanoleonés de adopción Daniel Yordanov. Basado en Death of Achiles de Milán. Descúbralo en Daniel Yordanov Art en facebook e instagram. INTERIOR DE PORTADA: Aquiles disfrazado de mujer.

Mosaico de la Villa Romana de la Olmeda (Palencia). Foto: Imagen Mas.

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Teléfono 983 219 700.

Abrimos con una portada evocadora en la que el genial artista Daniel Yordanov pinta a una mujer enamorada de la escultura de Aquiles, con la mirada de dolor que supone tener clavada la lanza en su talón, aunque en este caso su verdadera debilidad, es lograr su conquista. Y es que esta conquista del murmullo de las piedras entre las personas que la hojeen es la intención final de esta revista. Hay a quien, como bien dice nuestro entrevistado, «la belleza de las obras les permite buscar su significado, su sentido y todo aquello por y para lo que fueron creadas». Se acaban de cumplir 1900 años del reinado de Adriano y recordarle, nos parecía una buena manera de darnos un baño romano, del clasicismo, de su arquitectura, de la belleza de sus formas, de sus villas, sus retratos, de viajar con la imaginación o motivar un viaje real. Roma, que, dicho al revés es amoR, considerada ciudad eterna, cuenta con espléndidos edificios de la época entre los que destaca el Panteón, único gran espacio «Se cumplen 1900 años romano que ha llegado casi intacto del reinado de Adriano a nuestros días. Contamos además y recordarle, nos parecía con un artículo de la directora del Museo de Arte Romano de Mérida, una buena manera de ciudad donde, gracias al teatro se darnos un baño romano» mantiene muy vivo el patrimonio. Amor el que sintió Adriano hacia Antínoo, el que pudo sentir Aquiles hacia su supuesto amante, homosexualidad presente en la vida cotidiana de la Antigüedad, tanto entre los romanos como entre los griegos. Aquiles, aparece precisamente disfrazado de mujer en uno de los principales mosaicos de la villa de La Olmeda, como personaje central de una preciosa escena de esta alfombra de piedra. Y es que Aquiles, con objeto de fortalecer su existencia, fue bañado en las aguas de la inmortalidad, todo él salvo el talón, debilidad que finalmente provocó su trascendencia. Fortalecer la vida de las piedras solo se logra a través de las personas que las admiramos, y para admirarlas necesitamos conocer todo de ellas, mirarlas desde perspectivas nuevas, buscar su alma y llegar a enamorarnos para luchar por su conservación.

AGUILAR DE CAMPOO Centro Tecnológico del Patrimonio Avenida de Ronda, 1 Aguilar de Campoo (Palencia) Tfno: 979 125000 www.santamarialareal.org

MADRID C/Infantas 40, 2º dcha. 28004 Madrid Tfno: 91 5221262 Fax: 91 5218627 VALLADOLID Casa Luelmo C/Ancares s/n Valladolid Tfno: 983 219700 Fax: 983 219701 EDITORIAL


Sumario 63

Museo Nacional de Arte Romano

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Antínoo: un amor divinizado

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Arquitectura en la etapa del reinado de Adriano, un momento estelar

Recordamos aquí cómo la literatura ha evocado numerosas veces el amor vivido entre el gran emperador Adriano y su joven amante Antínoo.

26 JAIME NUÑO

JAVIER MUÑOZ Y PAZ PASTOR (MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA, VALLADOLID)

Los grandes espacios cubiertos con bóveda de hormigón a principios del siglo II supusieron una enorme innovación en la construcción.

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Retratos romanos de Al-Fayyun Alojadas sus copias en la interesante Casa del Sol del Museo Nacional de Escultura, los retratos de Al-Fayyun nos permiten conocer a hombres y mujeres romanos del siglo I.


38

Apuliabase: un sistema integrado de gestión del patrimonio aplicado a unas casas peculiares (los trulli)

El tacón de la bota, una invitación a un viaje por el sur de Italia

ADOBE STOCK

ARCHIVO MNAR, L. PLANA

En 2018 se cumplen 25 años del reconocimiento del conjunto arqueológico de Mérida como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Junto a los restos arqueológicos, el MNAR se puede considerar un Centro Nacional de Estudios del Mundo Antiguo.

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© MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA

M. J. DE LA CRUZ

42 32 OTRAS SECCIONES LIBROS: EL EMPERADOR ADRIANO VISTO POR LOS ROMANOS 31 NOTARIOS DEL TIEMPO: TEATRO DE MÉRIDA

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CINE: EL MURO DE ADRIANO Y LA LEGIÓN PERDIDA 50 ENTREVISTA A GONZALO JIMÉNEZ

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RETABLO DE AGUILAR DE CAMPOO

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CÓMO SE HACE: LA ARQUITECTURA Y SUS RUINAS

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El Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras

LA MIRADA DEL FOTÓGRAFO: EDUARDO AZNAR 60 BREVES 62

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F. MANTECA, DIPUTACIÓN DE VALLADOLID

Rafael Martínez, de la Diputación de Palencia, escribe sus reflexiones personales y nos cuenta qué le inspiran algunos de los magníficos rostros de los mosaicos de esta villa romana.

IMAGEN M.A.S.

La Villa Romana de la Olmeda

Tesoros eléctricos



La etapa adrianea: UN MOMENTO ESTELAR EN LA CONSTRUCCIÓN Y EL ESPACIO ARQUITECTÓNICOS

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Doble página anterior: Cúpula del Panteón.

JAVIER GARCÍA-GUTIÉRREZ MOSTEIRO, CATEDRÁTICO DE LA ESCUELA SUPERIOR DE ARQUITECTURA DE MADRID

E

n la historia de la construcción arquitectónica hay momentos significantes, lapsos en que se dieron cambios técnicos y espaciales revolucionarios; mutaciones que aportaron nueva carga «genética» a las líneas evolutivas. No dudaríamos en destacar, entre ellos, la innovación que ofrecieron los grandes espacios cubiertos con bóvedas de hormigón en la etapa adrianea (117-138). Lo que entonces se produjo en el devenir de formas y técnicas fue –si seguimos la afortunada expresión con que Stefan Zweig se refirió a los «fugaces instantes explosivos» de la historia de la Humanidad– un verdadero «momento estelar», surgido (como la repentina aparición del sistema gótico en Île-de-France o la de los rascacielos de la Escuela de Chicago) de una oportuna conjunción de factores. 8

LA ETAPA ADRIANEA

«Invención» del espacio interior Sólo por el hecho de que Adriano construyera el Panteón de Roma (125) ya se justifica tal afirmación; aunque no sólo ello la avala: en esas dos décadas se erigieron en la extensión del Imperio otros muchos edificios con novísimos conceptos. No pocos de ellos se debieron a la inspiración directa de Adriano, activamente arquitectónica (recuérdense sus «interferencias» –más o menos contrastadas por la historiografía– con Apolodoro de Damasco…). Por encima de todo, el Panteón: espacio consagrado a todos los dioses y que, en su rotundidad geométrica –la colosal esfera que en él se inscribe–, se remite a la unidad del cosmos. Máxima construcción de Adriano, disegno angelico e non umano –en palabras de Miguel Ángel–, es una de las más grandes obras de la humanidad.


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Sorprende que tal estructura pudiera lograrse tan rápidamente a partir de sus mucho menores antecedentes. En tiempos de Augusto se estaban ensayando las primeras bóvedas de hormigón, para espacios con fines prácticos y en modo alguno «sacros»; es indicativo que la bóveda esférica que hoy llamamos «Templo de Mercurio», en Baia, fuera en realidad una sala termal (como indicativa es, también, su proximidad a Pozzuoli: donde se obtenía la materia esencial para el hormigón romano, la puzolana). Tras el incendio de Roma, las construcciones de Nerón avanzaron prácticas y conceptos (en la Sala Octógona de su Domus Aurea, aun con sólo 13 m de luz pero ya con carácter áulico, se preludia la fábrica del Panteón). Mas… ¿cómo se explica el salto cualitativo que permitió –¡sólo 60 años después!– levantar la bóveda de Adriano? Con sus 43,3 m de diámetro (150 pies romanos) apareció al mundo

como algo hasta entonces nunca visto; y, como obra de fábrica, no llegaría nunca a ser superada. Hoy, debido a la inscripción que –en memoria del primitivo templo allí edificado por el yerno de Augusto– figura en el friso, seguimos hablando del Panteón de Agripa. Tal dedicatoria originó conjeturas sobre su datación y posibles etapas constructivas. No obstante, a finales del xix (cuando en diferentes partes de la estructura se descubrieron ladrillos sellados con fechas entre 120 y 125) se despejó toda duda: el Panteón fue construido de una vez –«a fundamentis»– y en tiempos de Adriano. Y Panteón de Adriano deberíamos denominarlo: como sello más representativo –y aun metáfora– de su vasto legado arquitectónico. El Panteón, único gran espacio romano que ha llegado casi intacto a nuestros días, constituye la primera conformación del volumen interior en la historia de la arquitectura. Cuando Giedion –en su

Exterior del Panteón, con el cuerpo octástilo del pronaos entestando en el volumen cilíndrico en que apoya la bóveda. Paisaje del Canopus en Villa Adriana.

LA ETAPA ADRIANEA

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Architecture and the Phenomena of Transition– establece las tres edades del espacio en arquitectura, lo hace atendiendo al interior. Hasta llegar a Roma –sostiene– predominó la correspondencia externa entre volúmenes; desde Roma –desde el Panteón, muy expresivamente– y hasta finales del xix fue el espacio interior el protagonista; y en el xx, el juego dialéctico entre ámbitos interiores y exteriores. Este «descubrimiento» del interior (nada ajeno a los revolucionarios métodos y materiales constructivos, fundamentalmente el hormigón) tuvo en el Panteón un capítulo eminente; extendido, luego, con las grandes bóvedas de arista –y sus luminosos espacios interiores– en los conjuntos termales.

Villa Adriana y el paisaje El volumen interior del Panteón es autorreferente. Sólo a través del óculo central se abre a la luz, al 10

LA ETAPA ADRIANEA

firmamento, al discurrir del tiempo; otra relación con lo externo no se da. No obstante, esa segunda concepción que formula Giedion –el interior– se abría entonces en Roma, particularmente en época adrianea, a la relación con lo circunstante: cuando «las ventanas se hicieron más y más grandes, y las villas romanas se orientaron más y más hacia el paisaje exterior». Villa Adriana, conjunto residencial que el emperador hizo construir para su disfrute, en un lugar de singular belleza junto a Tívoli, da idea –como apunta García Bellido en su monumental Arte Romano– «de la sensibilidad paisajística de la época adrianea». Uno de sus aspectos más reconocibles –ya se debiera a las fases de los trabajos ya a una intención expresa– es la ordenación según series de núcleos en cierto modo autónomos: unidades paisajísticas, podríamos decir hoy. Algunas de éstas, como


Teatro Marittimo de Villa Adriana, ámbito más íntimo del emperador en su residencia tiburtina. Debajo: Actuales vestigios del Templum Veneris et Romae vistos desde el Coliseo, observándose el ábside (incorporado por Majencio) que albergaba la estatua de Venus Felix, así como la serie de columnas –reerigidas por anastilosis– del peristilo que rodeaba al templo

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el área del Serapeum y el Canopus, en vivo diálogo con el paisaje; otras, caso del Teatro Marittimo –el reducto más íntimo del último Adriano–, como isla autodefinida y expresamente cerrada al mundo exterior. Para esta villa campestre concibió Adriano un paisaje de ideas y recuerdos; un «mundo» en que conjugó las formas vivas de la naturaleza y del agua con las esculturas y antigüedades obtenidas en sus viajes; y con arquitecturas inspiradas en lo que vio y admiró en lejanos lugares. Experimentó formas constructivas de extraordinaria libertad, algunas de las más destacadas «arquitecturas barrocas de la Antigüedad Clásica» (tomando el título del estudio de Margaret Lyttelton). En la Piazza d’Oro permanecen las ruinas de dos de los más atrevidos espacios abovedados del momento: su alternancia de formas cóncavas y convexas –repercutidas también al exterior– no pasaría inadvertida a los arquitectos

del Barroco y, muy en particular, a la mirada atenta de Borromini.

Roma Aeterna La otra elocuente metáfora en la arquitectura adrianea: el templo de Venus y Roma, en el Foro. En él –uniendo el nombre de la ciudad al de la deidad del Amor– se divinizó, por vez primera, la idea de Roma (a la sazón, en el esplendor de su poder y belleza); y con él materializó Adriano –como ha señalado Giuseppe Lugli– el vínculo entre el concepto de Aeternitas y el de Urbs. Es reveladora su ubicación en la sacra colina de la Velia (ocupando la zona en que Nerón había construido el ingreso de la Domus Aurea); y revelador es, también, que Adriano decidiera comenzar las obras, con toda solemnidad, el 21 de abril –dies natalis Urbis– del año 121. LA ETAPA ADRIANEA

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LA ETAPA ADRIANEA

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Su diseño –parece que el propio emperador intervino en él– reflejaba la predilecta retrospección de Adriano hacia el mundo helenístico. Templo decástilo y de enormes dimensiones (53 x 110 m), sobresalía entre los mayores de la Antigüedad clásica. Pero su personalidad –aunque «una» en su apariencia externa– residía en su ser geminado, en su drástica división interna por un muro que contraponía dos templos: el que ahora vemos desde el Coliseo, en ruinas, albergaba la estatua de Venus Felix; el opuesto, incorporado siglos después a la iglesia de Santa Francesca Romana, correspondía a Roma Aeterna. Fundir en un único concepto –y en ese lugar sagrado– la idea de Roma con la de la diosa portadora de toda alegría (y, por lo que hace al legendario origen de la ciudad, madre de Eneas) representaba, en su primera y más alta argumentación arquitectónica, uno de los anhelos vitales de Adriano. Lo que en nuestros días se conserva de él es poco. Tras sufrir un incendio, fue restaurado por Majencio (entonces fue cuando se construyeron los dos ábsides opuestos). Así y todo, las ruinas que ahora contemplamos dan testimonio último de un locus clave en la fundación de Roma: gran parte de la colina de la Velia fue irreversiblemente desmantelada por Mussolini, para la apertura de su Via del Impero.

Código semántico y razón constructiva Cuando Adriano comenzó la construcción de su descomunal Mausoleo en Roma (135), se remitió –herencia etrusca de por medio– al ancestral y circular signo del túmulo; siguió la estela –ampliando con mucho el diámetro– del cercano Mausoleo de Augusto, al otro lado del Tíber (y, más remotamente, la del Mausoleo de Cecilia Metela en Via Appia). Contrapongamos la forma circunferencial y masiva de la Mole Adriana (que hoy subsiste transformada en Castel Sant’Angelo) con el imponente vacío rotondo –y rotundo– que Adriano había concebido años antes en el Panteón: puntos culminantes, los dos, en la evolución de sendos arquetipos provenientes de las primeras experiencias arquitectónicas del hombre. Las dos fuentes de la arquitectura romana (lo etrusco –el sistema abovedado– y lo helénico –el orden adintelado que se materializa en el lenguaje clásico–) acompañaron siempre su acontecer. En tiempos de Adriano la compenetración de ambos ascendientes hizo especial énfasis: el Panteón es la más clara yuxtaposición de la semántica del lenguaje clásico –el pronaos y sus 16 columnas

Página anterior: Ruinas de la fachada exterior de la Biblioteca de Adriano en Atenas, con la serie de columnas yuxtapuestas a la misma. Debajo: Cuerpo bajo y remanente de la Puerta de Adriano en Antalya (hoy Turquía), edificada con motivo de la entrada de Adriano en la ciudad, en el año 130. En esta página: Ruinas del Olimpeion de Atenas, concluido por Adriano tras ser iniciado ocho siglos atrás, con la colina de la Acrópolis al fondo.

LA ETAPA ADRIANEA

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Conjunto del Mausoleo de Adriano y Ponte Sant’Angelo (inaugurado como Pons Aelius en honor del emperador).

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LA ETAPA ADRIANEA

monolíticas– a un orden determinado por la razón constructiva de la bóveda. En otras obras adrianeas, la columna –como signo autónomo y sin función resistente– se separa material y retóricamente del orden tectónico del muro. En la Biblioteca de Atenas las columnas exentas «arrastran» consigo el entablamento; y ello es más exagerado aún en la triple Puerta de Antalya, en Anatolia (edificada para la entrada del emperador en 130). El signo de la columna aislada (aprehendido en casos tan explícitos como la fachada de la Biblioteca de Éfeso –concluida bajo Adriano–; y, sobre todo, en el «caso límite» de la Columna que Apolodoro de Damasco proyectó para Trajano) se articuló con las formas que el emperador fue experimentando a lo largo del Imperio. Emperador viajero, ávido de conocer culturas y paisajes, trascurrió la mitad de sus años de gobierno fuera de Italia. Viajó varias veces a Hispania, a Antioquía, a Alejandría; pero su gran querencia –ese «viraje al helenismo» que notó Chue-

ca Goitia– estuvo en el mundo griego. En Atenas gozó de cuatro estadías; y a ella legó memorables construcciones. Entre otras: restauró y completó –interesado siempre en la colaboración con la acción del tiempo– el Templo de Zeus Olímpico (que llevaba siglos inconcluso); construyó junto a él el Arco que, frente a la Acrópolis, abría a la «nueva Atenas», a la «ciudad de Adriano»; y levantó la gran Biblioteca. La Biblioteca de Atenas refleja el espíritu cosmopolita y amante del conocimiento del emperador. «El verdadero lugar del nacimiento –dice Adriano en las celebradas Memorias de Yourcenar– es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente; mis primeras patrias fueron los libros»; y resulta verosímil esta tan hermosa afirmación: con ella no hubiera desdeñado Adriano su origen en «provincias», en su Hispania romana; antes bien, hubiera reconocido en el hombre –como lo hizo en la arquitectura que promovió, formó y aun soñó– la condición universal, la pertenencia a un mundo de racionalidad y de trasmisión de ideas.



JAIME NUÑO


ANTÍNOO:

un amor divinizado CRISTINA PÁRBOLE MARTÍN

«Sí, aquel rostro cambiaba como si yo lo esculpiera noche y día». Marguerite Yourcenar Memorias de Adriano.

H

emos vivido, sentido y oído miles de historias de amor y aquellas que proceden de tiempos lejanos desatan en nosotros una mezcla de curiosidad y desasosiego. Imaginad al hombre más poderoso del mundo locamente enamorado de un joven efebo, que no sólo le corresponde sino que también le ama. Ya intuimos que tanto alarde de felicidad solo puede acabar de manera funesta. La historia que os voy a contar quedó grabada en los libros que se convirtieron en los guardianes del amor vivido entre el gran emperador Adriano y su joven amante, Antínoo. Los dioses no fueron benévolos con Antínoo, el cual a la edad de 18 años murió ahogado en las aguas del gran río Nilo. Sabemos que había nacido en Bitinia (Asía Menor) hacia el año 110 d.C, pero desconocemos el momento en el que se produjo el encuentro entre ellos puesto que Adriano viajó a dicha región en los años 117, 121, 123 y 124. Desde el primer momento, realidad y mito se entremezclan pues Páncrates de Alejandría (siglo II d.C) nos habla de que

fue en el desierto de Libia donde Adriano salvó a Antínoo de la muerte al matar a un león que lo estaba atacando, y que de la sangre que se derramó en la arena nació una bella y roja flor de loto a la que se llamó Antinoeios. Adriano quedó prendado de aquel bello muchacho y desde ese momento Antínoo lo acompañó formando parte de su séquito. No podemos conocer fehacientemente la personalidad del hombre que enamoró al emperador puesto que los datos conservados son escasos; lo que nos ha quedado son más de ochenta efigies de Antínoo en esculturas y relieves. La tragedia sobrevino a la pareja en un viaje por las aguas del Nilo, Antínoo muere y los motivos de su pérdida continúan siendo un misterio. Algunos investigadores señalan que fue un nefasto accidente, otros hablan de conspiraciones por parte de la mujer de Adriano, Vibia Sabina, que celosa del joven no dudó en deshacerse de él. Y luego están aquellos que hablan de un sacrificio de amor, Antínoo se suicidó ante la creencia de que su muerte aseguraría una vida larga a su amado. En cualquier caso, la reacción de Adriano a su partida es una muestra clara del amor que le unía al joven. El emperador funda la ciudad de Antinóopolis en el mismo punto donde el joven había fallecido, divinizó su figura y su culto se extendió por numerosas partes

del imperio, dio su nombre a una constelación, emitió monedas con su efigie (un derecho sólo reservado a miembros de la familia imperial) y sus estatuas se convirtieron en modelos icónicos. El paso del tiempo se ha encargado de enturbiar esta relación. Los posteriores pensamientos quisieron obviar cualquier tinte sexual y la Iglesia creó la imagen de un joven cautivo en las manos de un sádico emperador. No será hasta el siglo xviii cuando se empiece a redescubrir esta fascinante historia de la mano del alemán Winckelmann. Un siglo más tarde será John Addingston Symonds quien en sus estudios sobre la homosexualidad vuelva a ligar la figura de Adriano a la de su fiel Antínoo. La historia de amor del emperador y su esclavo vuelve a resurgir cual ave fénix y autores como Oscar Wilde no pueden escapar a la pasión vivida entre las dos figuras: «Háblame de aquel verde atardecer cargado de perfumes, cuando acostada junto a la ribera viste elevarse de la barca dorada de Adriano la risa de Antínoo, y cuéntame cómo bebiste en la corriente calmando tu sed y cómo contemplaste con una mirada ávida y ardiente el cuerpo de marfil de aquel joven y bello esclavo cuya boca parecía una granada». La Esfinge (1894). ANTÍNOO

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El portugués Fernando Pessoa dedica en 1918 un poema a la triste despedida del joven Antínoo:

El rostro de Antínoo fue el modelo tomado para representar a los jóvenes efebos durante el siglo ii. Sus rasgos delicados y perfectos fueron muy imitados lo que dificulta a día de hoy el tener una idea clara de cómo fue el hombre que enamoró a Adriano.

«La lluvia, afuera, enfría el alma de Adriano. El joven yace muerto. En el lecho profundo, sobre él todo desnudo, la oscura luz del eclipse de la muerte se vertía. A los ojos de Adriano, su dolor era miedo». Ya en el siglo xx será Marguerite Yourcenar en sus Memorias de Adriano (1951) la que dote de poder una historia tanto tiempo relegada. En las páginas de dicha obra el propio emperador narra el ferviente amor que sintió en su edad adulta por el bello Antínoo:

¿Quién no puede evitar emocionarse leyendo las palabras que Marguerite pone en boca de Adriano? Volar en el tiempo y volver a sentir el amor y desgarrador dolor que vivió el emperador. Y ya en fechas recientes, Adriano pasa su relevo a Antínoo quien en la obra de Manuel Francisco Reina La coartada de Antínoo (2012) relata en primera persona la pasional historia de amor que ha vivido al lado del hombre más poderoso del mundo «Amarte a ti, Adriano, amar al emperador de Roma, me convertiría por esas guerras místicas del amor y del poder en el adversario de todo un imperio. Sin quererlo, me convertí en el antagonista de los hijos de la loba capitolina».

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ANTÍNOO

JAIME NUÑO

«Su presencia era extraordinariamente silenciosa, me siguió en la vida como un animal o como un genio familiar. Me maravillaba de su dura suavidad, de esa sombría abnegación que comprometía su entero ser. Y sin embargo aquella sumisión no era ciega; los párpados, tantas veces bajados en señal de aquiescencia o de ensueño, volvían a alzarse, los ojos más atentos del mundo me miraban en la cara; me sentía juzgado. Pero lo era como lo es un dios por uno de sus fieles [...] Sólo una vez he sido amo absoluto; y lo fui de un solo ser».

La homosexualidad en Roma: cuando los tópicos caen El primer dato que debemos tener en cuenta es que los griegos y los romanos no concebían de la misma manera la homosexualidad. En el mundo romano asistimos a una evolución de las prácticas entre personas del mismo sexo. Durante la república las relaciones estaban penadas y se incidía en la pederastia, considerada una práctica griega inmoral en la que un joven mantenía relaciones con un

hombre adulto como formación educativa y moral. Al finalizar la etapa republicana observamos la aceptación de las practicas entre los amos y esclavos. Con el imperio, se pierden restricciones y vemos como la mayor parte de los emperadores mantenían relaciones bisexuales u homosexuales, caso del emperador Adriano. De alguna manera las relaciones entre hombres en privado eran aceptadas

pero públicamente no estaban exentas de burlas y criticas. Si de la homosexualidad masculina tenemos datos y los autores latinos nos hablan constantemente, de la femenina apenas conocemos nada, de hecho Ovidio se niega a creer que exista tal práctica. En el siglo iv, con Tedosio I las relaciones entre hombres comienzan a ser prohibidas, castigando a quienes lo practiquen con la pena de muerte.


ARCHIVO MNAR, F. SEQUEIRA

MUSEO NACIONAL DE ARTE ROMANO: DEL PASADO AL FUTURO LAS OTRAS ALHAMBRAS

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TRINIDAD NOGALES, DIRECTORA DEL MNAR

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MUSEO DE MÉRIDA

ARCHIVO MNAR, L. PLANA

P

ocos saben que el Museo de Mérida, Museo Nacional de Arte Romano (MNAR), tiene una larga y densa historia. Una historia forjada por un sinfín de personas, vinculadas a sucesivas instituciones públicas y privadas. Todas hicieron posible que, aquel «niño dormido en los brazos de un gigante» parafraseando a Mariano José de Larra en su visita a Mérida, hoy sea una realidad presente con una gran proyección de futuro. Los orígenes del Museo se cimentan en el universo erudito del Humanismo cuando, desde el siglo xvi al xviii, muchos nobles de la ciudad dieron en rescatar, como símbolo de su linaje, restos antiguos de la ciudad, especialmente inscripciones e imágenes escultóricas, que colocaban en sus palacios. El convento de Jesús, hoy Parador de Turismo, creó una incipiente colección arqueológica en su huerto, que se conocía como «El Jardín de Antigüedades» en el siglo xviii. Así, en 1838, se crea oficialmente por Real Orden el Museo Arqueológico de Mérida. Su sede, será parte del antiguo Convento de Santa Clara. Allí, de modo atropellado, se van acumulando las piezas procedentes de toda la ciudad, desde obras romanas, visigodas o restos de otras épocas ulteriores. Un Museo-Almacén que nos muestran las valiosas placas de cristal fotográfico de fines del siglo xix, imágenes que hablan por sí mismas del valor del patrimonio, de su recuperación y del escaso interés social que suscitaba. Pero, a pesar de ello, la fuerza de un yacimiento arqueológico como el eme-


Primera página: Nave principal del MNAR, vista nocturna. En esta doble página: Puerta de acceso al MNAR; vista exterior general; cripta arqueológica, vista general; dibujo-croquis de Rafael Moneo del MNAR.

ARCHIVO MNAR, L. PLANA ARCHIVO MNAR, L. PLANA

ARCHIVO MNAR, L. PLANA

ritense, se impuso a la compleja realidad. Los intentos de hacer de Mérida «la nueva Pompeya» de la Península Ibérica, empeño de nuestro paisano Godoy bajo el reinado de Carlos IV, como continuación de los trabajos de su padre en Italia, Carlos III el rey arqueólogo, no fueron posibles. Verá la luz el nuevo siglo xx, y en 1910 Mérida logra su ansiado anhelo, excavar sistemáticamente los conocidos restos monumentales enterrados: Teatro, Anfiteatro, Circo… Dos ilustres arqueólogos, D. J. Ramón Mélida y D, Maximiliano Macías, serán los encargados de tal proyecto. Con su ilusión y tenacidad, y muchas dificultades y escasos medios, ambos desvelarán las entrañas del suelo emeritense, y los grandes monumentos, junto con las piezas a ellos asociadas, emergerán como gigantes.

El Museo de Mérida comienza, desde los años 20 del pasado siglo, a recibir una marea de piezas de enorme calidad, y este flujo no cesará hasta 1986 en que se produjo el proceso de transferencias a las Comunidades Autónomas. Las excavaciones serán una constante, apenas interrumpidas por la guerra civil española. Desde su origen, era evidente que la sede del Museo de Mérida era incapaz de acoger dignamente el patrimonio emeritense. La necesidad de un nuevo Museo se plantea apenas superada la contienda, pero eran tiempos de escasez y penuria humana y material. Son años de tarea heroica del alavés J. Álvarez Sáenz de Buruaga, auténtico soporte de la arqueología emeritense y su museo durante décadas, preservando, estudiando y generosamente poniendo a disposición de todos el centro y sus colecciones. De la mano de Sáenz de Buruaga, el Museo se va afianzando y logra la sede de congresos y reuniones del más alto nivel. En 1975, bimilenario de la fundación de la colonia en el 25 a.C., será decisivo. Una puesta al día del Yacimiento y del Museo, que se plasmará en un congreso y culminará con la creación Ministerial del Museo Nacional de Arte Romano. Un Museo Nacional, referente de la romanidad peninsular, no podía presentarse en tan deteriorada sede de una iglesia. Las numerosas funciones del museo: tutela arqueológica de campo, investigación y difusión de los hallazgos, habían ido trazando la futura hoja de ruta del yacimiento emeritense, creando el Patronato de la Ciudad Monumental como soporte ejecutivo. Así, el necesario maridaje de museo y yacimiento, se consolida. MUSEO DE MÉRIDA

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ARCHIVO MNAR, L. PLANA

Se inicia a fines de los años 70 la búsqueda definitiva de una nueva institución para Excavar, Conservar, Investigar y Difundir el inmenso Patrimonio emeritense. Y este reto necesitaba de un edificio renovado. Se opta por concebir ex novo en auténtico centro para estas esenciales funciones del Museo, reforzando su vínculo con el yacimiento emeritense.

Un edificio emblemático para la nueva arqueología de Mérida, el binomio Museo-Yacimiento

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MUSEO DE MÉRIDA

ARCHIVO MNAR, L. PLANA

La elección de Rafael Moneo como autor del nuevo proyecto del Museo Nacional de Arte Romano fue todo un acierto. El arquitecto, formado en la Academia Española de Roma, hace suya la lectura de la arquitectura romana, la transforma y plasma para el siglo xx en el proyecto del MNAR. Dota a su obra de una visión «a la romana», tanto conceptualmente por el empleo de grandes espacios interconectados, al modo de los ambulacra romanos, como por la potente presencia de la fábrica latericia.

Luces cenitales, grandes arcos sucesivos de medio punto, otros rebajados de descarga, galerías de tránsito interespacial y, evocando los criptopórticos romanos, una impactante cripta arqueológica para mostrar las ruinas in situ.

El espacio expositivo del MNAR es un gran libro abierto de la arqueología emeritense, las salas permiten transitar desde los espectáculos públicos a los espacios forenses. Son el resultado de la labor científica precedente del Museo.


MÉRIDA

Página anterior: Nave principal, vista transversal; maqueta de la colonia Augusta Emerita. En esta página: Nave principal, vista general.

La investigación. Centro Nacional de Estudios del Mundo Antiguo El análisis de las colecciones, del yacimiento y de los contextos territoriales lusitanos son los ejes que marcan la acción científica del MNAR, desde su creación. La investigación en el museo articula toda su acción: la preservación del patrimonio, su análisis y ulterior puesta a disposición para el disfrute de

ARCHIVO MNAR, L. PLANA

De las excavaciones sucesivas del teatro, anfiteatro y circo de las necrópolis, de las casas y de los Foros, un proyecto de arqueología urbana tutelado desde los años 70 por el Museo, con la exhumación del templo de Diana y los ulteriores complejos anexos. Podríamos decir que el MNAR se concibe como el gran centro de interpretación del yacimiento emeritense, toda vez que las ruinas están junto al museo, «a tiro de piedra» que dirían los locales. Y en ese sentido el Museo es un complemento fundamental para la comprensión del yacimiento. Museo y Yacimiento son un Todo, y así deben entenderse. El Museo ha sido receptor de cuantos avances han deparado los proyectos arqueológicos, lo que se ha plasmado tanto en la exposición permanente como en la realización de soportes informativos para el público, para hacer más legible el yacimiento. Desde el MNAR se diseñaron las líneas maestras de la arqueología emeritense, y posteriormente se incorporaron otras instituciones como el Consorcio de la Ciudad Monumental o el Instituto de Arqueología del CSIC.

la sociedad. Para alcanzar este objetivo científico el Centro cuenta con una biblioteca especializada, entre las mejores de España. Los Museos tenemos un gran valor añadido, la ciencia que realizamos la podemos transferir a los ciudadanos de manera ágil y rentable; nuestros proyectos de exposiciones tanto permanentes como temporales, conferencias, coloquios o seminarios, visitas o programas de público son el resultado de apli-

car la ciencia, investigación vertebrada hacia la sociedad. La futura ampliación espacial, nos traerá nuevos medios humanos y materiales, hará posible más herramientas para la investigación, pero la principal, será que en nuestra nomenclatura la consideración de Centro Nacional de Investigación sea una realidad. De este modo podremos concurrir a proyectos y programas que, en el tiempo presente, se nos tornan imposibles. MUSEO DE MÉRIDA

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Colección de terracotas del MNAR, procedentes de Calvi (Italia). Página siguiente: Recreaciones históricas en el MNAR.

ARCHIVO MNAR, F. SEQUEIRA

La internacionalización del Museo Llevamos más de cuarenta años trabajando en el territorio de Lusitania, creando sinergias para favorecer la transversalidad de todas las instituciones culturales: museos, centros de estudio, universidades… Estos incansables años han fructificado en series editoriales, como las Mesas Internacionales de Lusitania o la serie propia Studia Lusitana. El proyecto más reciente ha sido la Red Lusitania, una herramienta básica para la colaboración y difusión. Todo ello cristalizó en 2015 en una exposición internacional itinerante: Lusitania Romana: origen de dos pueblos/ Lusitânia Romana: Origem de dois povos, muestra que desde Lisboa a Madrid, pasando por Mérida, dio a conocer ese universo cultural común que nos une a españoles y portugueses. Si hay un concepto en la base de la creación de Europa, ese es el Imperio Romano, una unidad territorial, política y económico-social. Partiendo de la unión cultural de nuestros territorios europeos, hoy tan diversos, creamos programas de colaboración y concienciación ciudadana. Las exposiciones temporales dieron un magnífico resultado. La proyección internacional del yacimiento emeritense, amparada en la 24

MUSEO DE MÉRIDA

base del MNAR, fue capital para que en 1993 la UNESCO reconociera al conjunto arqueológico como Patrimonio de la Humanidad, celebración que cumple 25 años en 2018.

Un Museo para la sociedad El deseo de responder a la sociedad nos ha mantenido alerta, y hemos desarrollado un amplio programa de estudios de público, hoy integrados en el Laboratorio Permanente de Público y Museos. Un capítulo fundamental son las ofertas didácticas del Centro. Conscientes de que los alumnos de hoy son los futuros defensores del Patrimonio, este departamento ha sido muy activo en generar cuantos itinerarios didácticos y cursos formativos para docentes podían ser del interés de estos colectivos escolares. Especial incidencia han tenido los encuentros del festival juvenil grecolatino que, organizados desde el Instituto Santa Eulalia de Mérida, cada año en Abril reúnen millares de alumnos de toda la Península. Desde el Museo nació una activa Asociación de Amigos, que amplifica nuestro mensaje y nos sirve de nexo con las demandas de los ciudadanos, a la par que alimenta nuestra permanente y diversa oferta cultural.

Por otro lado, el MNAR cuenta con la Fundación de Estudios Romanos, compuesta por distintos patronos y mecenas que nos ayudan a llegar donde los límites presupuestarios y de medios nos pararían. Hace ya algunos años, la sociedad emeritense se ha implicado en proyectos del MNAR. Una de las vertientes más singulares son las Asociaciones de Recreaciones históricas, 6 nacidas en Mérida. Una de ellas, Ara Concordia, vinculada al museo. Por su ingente labor altruista y generosa, en pro siempre de la difusión del patrimonio, su uso y disfrute, las asociaciones emeritenses de recreación histórica este año fueron distinguidas con el Premio Genio Protector de la Colonia, entregado el 19 de septiembre en el Día del MNAR. Desde el Museo, tras las excavaciones del monumento y su incipiente puesta en valor, se diseñó el Festival de Teatro Clásico, hoy de rango internacional. Una apuesta por la recuperación, puesta en valor y disfrute del monumento más emblemático de la antigüedad romana peninsular. El Museo y el Festival han caminado de la mano estos últimos años, creando sinergias y estableciendo alianzas de colaboración para potenciar esa inmersión de romanidad que cada verano se repite con enorme repercusión.


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Como Museo Social, inclusivo y participativo, desarrolla un amplio programa dirigido a la reflexión de los temas candentes del siglo xxi: unidad en la diversidad, violencia de género, inclusión… Son muchas las facetas que se tocan en el discurso de las salas del museo, muchas las historias del pasado que nos remiten a los problemas del presente. Ser Mujer en Roma, Mujeres en la Niebla, Roma multicultural, son algunos de los recientes programas impulsados. ARCHIVO MNAR, L. PLANA

Retos para el futuro inmediato. Conjunto Patrimonial de la Humanidad para el siglo xxi Estamos inmersos en un importante proceso: la ampliación y remodelación del MNAR. El nuevo proyecto, obra de Rafael Moneo, dará respuesta a las necesidades que en estos más de 30 años (1986-2017) se han ido planteando. Necesidades espaciales y necesidades de medios humanos y materiales por los que vamos a luchar denodadamente.

Porque queremos que a la nueva imagen del MNAR, con su ampliación, se unan nuevos objetivos. Un ilusionante proyecto que, sin obviar las dificultades de convivir con un edificio en obras, que compatibilizará las obras sin restar pulso al museo

será una apasionante tarea, y para ello contamos con la colaboración de las instituciones y administraciones locales y regionales, y con la firme implicación del equipo de la Subdirección de Museos Estatales, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. MUSEO DE MÉRIDA

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ZOA ESCUDERO NAVARRO

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SAN ESTEBAN DE CUÉLLAR

JAVIER MUÑOZ Y PAZ PASTOR (MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA, VALLADOLID)

ROSTROS PARA LA ETERNIDAD LOS RETRATOS DE AL-FAYYUN

ué extraño nos resulta imaginar ahora el verdadero aspecto de las personas del pasado lejano, más allá de lo que se intenta recrear a través del cine, o de lo que el arte figurativo nos presenta como real, a menudo tan idealizado que nos haría pensar que todas ellas fueron titanes, héroes o bellezas sin parangón; o, por el contrario, debemos conformarnos con apenas esbozos, apuntes simplificados de individuos con los que difícilmente podemos sentirnos identificados. En la actualidad, el avance de las técnicas forenses de reconstrucción facial a partir de los huesos del cráneo parece que nos permiten disponer de retratos de las personas desaparecidas, sino fidedignos, al menos científicos. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos que pongamos en ello, no acaba de abandonarnos la sensación de que los sujetos de la antigüedad no estuvieron ahí, no fueron nunca los ocupantes de esos cuerpos reconstruidos, ni fueron de verdad los modelos de las láminas que nos presentan las ciencias o las artes, con frecuencia proyectando un remedo de nosotros mismos disfrazados de historia. El gusto por el retrato realista en época romana, en especial en la escultura, puede decirse que nos facilita quizá por vez primera la tarea de encontrar a los personas dentro de las imágenes del arte, en especial cuando se representan ciudadanos más o menos comunes, con orejas grandes, arrugas, narices torcidas, calvicie o sobrepeso. O sea, individuos y no entelequias.


Reproducciones de retratos de momias procedentes de las excavaciones de W.F. Petrie, entre 1888 y 1911. Izquierda: Retrato de dama joven con joyas, sobre madera de tilo (siglo I). Derecha: Retrato de joven (150.170 d.C.) procedente de Hawara. British Museum.

Los retratos de momias

JAVIER MUÑOZ Y PAZ PASTOR (MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA, VALLADOLID)

Es poco probable que el egiptólogo británico William Flinders Petrie se detuviera en semejantes cavilaciones ante sus hallazgos de «retratos de momias» en las excavaciones de las necrópolis egipcias de Hawara o Antinoópolis, de la región de El Fayun, a principios del siglo xx. Los trabajos de este arqueólogo proporcionaron un nutrido conjunto de retratos sorprendentemente realistas pintados sobre tabla, que se disponían sobre el rostro del difunto, cuyo cuerpo se encontraba convenientemente momificado, al más puro estilo tradicional egipcio. Aunque se conocían desde bastante antes, puesto que algunas tablas muy bien conservadas habían llegado hasta Europa ya en el siglo xvii, y no todos los hallazgos proceden de los mismos lugares (se han encontrado también en Tebas, en Saqqara o Asuán), el casi millar de piezas que se conservan hoy dispersas en numerosos museos son identificadas en general con el nombre de la gobernación al sur del delta del Nilo, donde se encontró la mayoría de estas magníficas piezas. Al-Fayyun (o El Fayun) representa la definición de un conjunto estilístico más que geográfico. Pintados al temple o a la encaústica (pigmento mezclado con cera) sobre tablas estucadas de distintas maderas, a veces directamente sobre las telas de las momias, los personajes dibujados aparecen presentados en efigie con todo detalle, mirándonos de frente con grandes y expresivos ojos, peinados según las distintas modas, adornados con joyas o amuletos que indican su estatus

u oficios, y representada también la parte superior de sus vestimentas. Se aprecia que debieron ser personas de cierto rango, su dignidad y condición social, pero además nos parecen también seres

de verdad, hermanos, madres e hijos de alguien, en los que queremos adivinar, a través de sus gestos, un carácter tímido, severo, alegre, inocente… sigue en la página 30 > LOS RETRATOS DE AL-FAYYUN

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JAVIER MUÑOZ Y PAZ PASTOR (MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA, VALLADOLID)

LOS RETRATOS DE AL-FAYYUN

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LOS RETRATOS DE AL-FAYYUN


Páginas anteriores: Reproducción de retrato de un joven anónimo del siglo II. El original está en el Museo de Manchester. Por las características de su peinado, se considera que corresponde a la época de Adriano. Dama del siglo I. Pintura encáustica sobre madera de olmo, procedente de la necrópolis de Hawara. El colgante de media luna es un símbolo de fertilidad. En esta página, ejemplo de un retrato colocado en su posición original, sobre el rostro del difunto cubierto por los tejidos funerarios.

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>viene de la página 27

Las pinturas son retratos de época romana de los difuntos momificados, sus imágenes vivas y supuestamente fieles de cómo eran en el momento de su muerte, quizá de cómo habían sido en los mejores momentos de su vida. O de cómo querían ser recordados, o recibidos en el más allá. Vemos reproducidas personas de muy distintas edades, niños, adolescentes, damas jóvenes y maduras, efebos y caballeros curtidos, pero no verdaderos ancianos. En ello se ha querido ver una representación idealizada de los más lustrosos años del fallecido (que pudo encargar el retrato en su juventud a la espera de su destino final) o quizá sea un reflejo de la llegada precoz de la muerte para la mayoría en la sociedad de la época. 30

LOS RETRATOS DE AL-FAYYUN

¿Quiénes son estas personas? Estos retratos son una innovación propia de la etapa de ocupación romana en Egipto y están fechados entre los siglos i y iii. Son una manifestación artística muy original, producto de la hibridación cultural que tuvo lugar en el país del Nilo con la conquista romana y el anterior asentamiento de población helenística. ¿Son egipcios los personajes retratados? Así diríamos, puesto que se entierran como ellos y se someten a los ritos de la momificación tradicionales. Pero, por su aspecto, vestido y adornos ¿acaso no parecen romanos? ¿y no es claramente romana la costumbre y estilo naturalista del retrato? Debe tratarse de personajes de las élites locales grecola-

tinas, adaptados en parte a la ritualidad egipcia, y en ocasiones de egipcios que imitan las costumbres de los dignatarios. Algunos de sus nombres pintados nos dicen ciertas cosas. Se llamaron Isidora (que era matrona), Artemidoro, Demos, Hermione (profesora de gramática) o Irene (hija de Silvano y Sentupis, es decir, de romano y egipcia); sin duda, una población helenizada y que mostraba, con toda naturalidad, la riqueza de su condición mestiza. Son rostros desde el pasado y hacia el futuro con una verdad difícil de encontrar hasta la aparición de la fotografía, quizá el antecedente más antiguo de la foto del pasaporte; y, eso sí, también con un poquito de retoque. Al fin y al cabo, había que permanecer lo más guapo posible en el otro mundo.


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esde que el mundo es mundo la controversia a la hora de juzgar a las personas, más aún si son personajes públicos, es una constante. Nadie concita unánimes alabanzas –por mayoritarias que sean–, ni absolutos desprecios –aunque sean generalizados–, e incluso, a lo largo de la Historia los valores negativos pueden llegar a trocarse en positivos y viceversa. Nada es pleno ni permanente, por más que planteamientos historiográficos reduccionistas, cada vez más popularizados, pretendan señalar lo contrario. La figura del emperador Adriano (76 d.C. - 138) es un buen ejemplo de tales polémicas, aunque a veces un gobernante no es considerado tanto por sus valores objetivos, sino por su situación relativa respecto a las acciones de otros, algo que en el caso del imperio romano es especialmente significativo, ya que a lo largo de casi cinco siglos un puñado de emperadores brillantes alternaron con un enjambre de incapaces y taimados, cuando no de verdaderos desequilibrados. Adriano –a despecho de quienes sufrieron algunas de sus decisiones– está generalmente considerado como uno de los que se encuadran en la primera clase, aunque algunos de sus contemporáneos también destacaron ciertas sombras. Lo que sabemos de este emperador nos ha llegado especialmente a través de dos fuentes, los escritos del historiador, senador y cónsul Dión Casio (155- c. 235) y la importante semblanza que del personaje y de su reinado hace la Historia Augusta, escrita probablemente durante el siglo iv y de cuya autoría y cronología existen divergentes opiniones sobre las que no entraremos. Aquel autor no fue muy condescendiente con la figura de Adriano, quizás porque este emperador llevó a cabo una serie de reformas contrarias a los privilegios de la orden senatorial que le granjearon no pocas antipatías entre esta clase; la Historia Augusta parece más equilibrada en sus juicios y aunque más distanciada temporalmente de los acontecimientos, Elio Esparciano, el supuesto autor del capítulo dedicado a Adriano, dice inspirarse, entre otras fuentes, en un autobiografía del propio emperador, ahora desapare-

LIBROS

JAIME NUÑO GONZÁLEZ

El emperador Adriano visto por los romanos

de desconocidos, pero tampoco de conocida. Aparentemente desapasionado, este relato cuenta sus lejanos orígenes cidos que tuvieran hijos, renunciando familiares en Adria –de ahí su propio igualmente a que los bienes de los connombre– y los más cercanos en Itálidenados ingresaran en su tesoro persoca, aunque su nacimiento habría tenido nal, como era tradición, sino que hizo lugar en Roma un 24 de enero del año 76, que pasaran a los bienes del estado. De si bien su vínculo hispano siempre estuánimo alegre, incluso chistoso, gusvo presente, como denotaba su pronuntó de la caza, del amor y de los juegos y fue muy querido por los soldados, pues ciación juvenil, un tanto ruda a juicio visitó continuamente los campamende los senadores romanos. La narración avanza describiendo su tos, haciendo en ellos vida sencilla y vínculo con Trajano y los comiendo el mismo rancho que tejemanejes cortesanos la tropa. Renunció a la polítique se sucedieron hasca de expansión territorial de sus antecesores, promota que fue proclamado emperador, en unas viendo acuerdos para mancircunstancias un tantener la paz, reforzando la seguridad de las fronteras y to oscuras en las que reformando la administrafieles y rivales debieron jugar de forma rápición, promoviendo en todo el talento por encima del da sus papeles, capítulo linaje. muy habitual en todo proceso sucesorio Esta biografía incide aquel imperio de mucho en su amor a y que, por tanto, la filosofía y a todo tipo de tuvo su segunconocimientos y artes, en su Adriano (Museo admiración por la cultura grieda fase cuando Nacional Romano. Roma) Adriano se acercaba ga, en cuya lengua, como en latín, a su final y tuvo que preparar su sucesolía escribir poemas –muchas veces de contenido erótico–, sin embargo apenas sión. Pero al margen de sus acciones dedica un párrafo a su famosa relación políticas, militares o administrativas, con Antínoo, «al que lloró como si fuera que fueron muchas, la Historia Augusta una mujer». Redactaba igualmente sus traza un retrato muy vivo del personapropios discursos y gustaba de tener un je, donde más allá de sus características control muy directo de la información, físicas –«de elevada estatura, de eleincluso sobre asuntos privados. Se desgante figura, de cabello ondulado…»– destaca su perfil humano: trabajador taca su temperamento justo y clemenperseverante, viajero constante, prote –prohibió torturar a los esclavos–, sin que se oculten tampoco duras condenas motor y constructor entregado, aunque que el autor considera excesivas. Fue un «a pesar de que erigió infinidad de conspersonaje brillante y tenaz, con un pertrucciones en todas partes, nunca grabó su propio nombre, excepto en el templo fil ambiguo, quizás muy necesario para de su padre Trajano». Esta humildad sin su tiempo y para su situación personal, embargo, y si nos atenemos a este sem«al mismo tiempo severo y afable, serio y jocoso, irresoluto y presuntuoso, tacablante, no parecía serle natural, sino meditada, aunque se hallaba en muchas ño y generoso, doble y franco, cruel y clede sus acciones: no aceptaba herencias mente, y siempre y en todo, constante». LIBROS

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LA OLMEDA, OCHO AÑOS DESPUÉS REFLEXIONES PERSONALES A LAS PUERTAS DE SU CINCUENTENARIO

RAFAEL MARTÍNEZ*

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l 4 de noviembre se cumplieron 8 años desde que su majestad la Reina Sofía inauguró el nuevo edificio que protege y sirve de instalación museística al yacimiento arqueológico de la villa romana La Olmeda. El nuevo edificio había sido abierto al público vísperas de la Semana Santa del mismo año tras presentarse en sociedad a las autoridades y a todos los alcaldes de la provincia, y a los medios de comunicación provinciales regionales y nacionales. El éxito de aceptación de público desde entonces (más de 590.000 visitantes) hace que quiénes tenemos la suerte de participar en la gestión de este Bien de Interés Cultural nos sintamos orgullosos del trabajo realizado para su puesta en marcha, y de las labores cotidianas para que quiénes nos visitan (público interesado, escolares, turistas de la provincia y de otras regiones de España y del extranjero), puedan disfrutar de un enclave arqueológico de primera magnitud gestionado, tanto en su conservación, como en su difusión con actividades complementarias, que le permiten ser noticia frecuente. Todo ello con criterios de servicio público moderno. Tengo la inmensa suerte de haber desarrollado una parte importante de mi actividad en la función pública en tareas relacionadas con La Olmeda. Ayudando a mi recordada compañera y jefa Mariti-

na Calleja trabajé en la apertura de la primera instalación de La Olmeda, que abrió sus puertas en el año 1984 y la complementaria del Museo Monográfico de la villa en la iglesia de San Pedro de Saldaña, y desde que ocupo la responsabilidad de la Jefatura del Servicio Cultura de la Diputación de Palencia he tenido la ocasión de coordinar los preparativos para la realización de la nueva obra, su seguimiento, y la puesta en marcha de la gestión de la nueva Olmeda, todo ello junto al resto de funcionarios del Servicio de Cultura y de los trabajadores de la villa, así como del arqueólogo del yacimiento. Pero hoy, 8 años después de la inauguración de la nueva Olmeda, y cuando están avanzados los preparativos para remodelación de su Museo en la iglesia de San Pedro de Saldaña y se vislumbra ya el cincuentenario del descubrimiento de la villa, quiero aprovechar estas líneas para hablar de La Olmeda desde la relación más íntima y personal con ella. Conocí a su descubridor y antiguo propietario, Javier Cortes, cuando aún no había acabado mis estudios universitarios y colaboraba con Miguel Ángel García Guinea en las excavaciones de Quintanilla de la Cueza y con Maritina Calleja en las de Tariego de Cerrato y Hontoria de Cerrato. En ella era frecuente la aparición de Javier Cortes con su inseparable Domiciano Ríos para ayudar en las tareas de excavación o de recuperación de los mosaicos. sigue en la página 37 >

En la página anterior: Villa Romana La Olmeda. Detalle del Oecus. Figura de Ulises y detalle de la cenefa con medallones.

*ACADÉMICO Y SECRETARIO GENERAL DE LA INSTITUCIÓN TELLO TÉLLEZ DE MENESES. ACADÉMICO CORRESPONDIENTE DE LAS REALES ACADEMIAS DE LA HISTORIA Y DE BELLAS ARTES DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE VALLADOLID.

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>viene de la página 33

Así surgió el pretexto de la visita a La Olmeda, ya comenzada a excavar por Javier Cortes y Pedro de Palol, y así recuerdo la primera visita llegando desde Pedrosa de la Vega por el camino que sorteaba el arroyo hasta divisar las dos casetas prefabricadas donde se conservaban las chapas de cemento en las que se habían dividido los mosaicos ya consolidados del oecus y el del actual habitación V-25. La luz de la tarde que entraba por el portón y por las uralitas cenitales me dejaron ver la figura de Ulises, que efectivamente recordaba a Kirk Douglas, parecido que, según contaban, sirvió para la identificación de la escena del mosaico. Otras chapas mostraban fragmentos de la cacería. Y en otro lado las mujeres del gineceo de Licomedes aparecían medio tumbadas. Fue mi primer contacto con un mosaico que ha estado presente en mi vida profesional casi 40 años. Con más frecuencia que ninguna otra obra. Sin duda alguna se trata una de las grandes obras de arte de la provincia de Palencia y una de mis puertas de entrada al conocimiento de la Antigüedad y de la transmisión de la cultura antigua hasta nuestros días. Aquiles, el gran héroe de la Antigüedad, ha sobrevivido y ha llegado hasta la cultura del siglo xxi, y su potencia como gran mito transversal e intemporal le auguran su continui-

dad. No cabe duda que las personas que vean uno de los episodios de la Aquileida en La Olmeda, Ulises descubre a Aquiles en Skyros, contribuirán a su pervivencia. Cada vez que le veo me sigue asombrando, y me sigo emocionando al contemplarlo. Y ello no tiene nada que ver con la representación del «héroe y las princesas», que tan bien analizó el profesor Balil, ni con el realismo de los animales representados en las diversas escenas de caza de la escena inferior. La emoción que siento, la que me transmite esta gran obra, es la de alguien que ante ella se sabe heredero de una cultura que está representada en la construcción de la villa, y en este gran mosaico, que unos romanos habitantes de un inhóspito territorio de Hispania construyeron hace más de 1600 años, dejando parte de su mundo en minúsculos fragmentos de piedra, ladrillo, o vidrio, coloreados, formando unas alfombras pétreas desde donde unos retratos, quizás los retratos de quienes vivieron en la villa, los retratos de nuestros antepasados en la zona, nos dan el relevo de la vida y de la conservación de la cultura tantos siglos después. Esos rostros me emocionaron desde el primer momento que los vi, y me siguen emocionando cada vez que los veo, y dejan patente, como en ningún otro monumento, que nuestro patrimonio fue hecho por y para personas.

Villa Romana La Olmeda. Los 14 medallones con posibles retratos de la familia del dóminus en la cenefa que rodea el motivo central del mosaico del Oecus.

LA OLMEDA

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APULIA, TIERRA ENTRE DOS MARES MARÍA JULIA DE LA CRUZ

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talia siempre es un regalo para los sentidos, allá donde uno dirija su mirada, tienda sus manos, disfrute sus notas, paladee sus sabores o respire cada uno de sus aromas, se nos abre una tierra marcada por diferentes pueblos, culturas e influencias que nos descubren lugares y sensaciones mágicos, y probablemente esta sea una de las razones por las que es uno de los destinos más habituales para el viajero, pero dentro de ella, quizá Apulia sea uno de los más desconocidos. Habitada desde el Paleolítico, Apulia se nos muestra como ese «tacón de la 38

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bota» asomado al mar, tan importante y determinante en su desarrollo histórico-artístico que incluso este territorio de la Magna Grecia fue denominado «Messapia», esto es «Tierra entre dos mares». Su larga línea de costa, del Adriático al Jónico, fue la vía a través de la cual llegaron diferentes poblaciones para instalarse en sus fértiles tierras pobladas de viñedos y olivos. Pueblos venidos desde Iliria habitaron «Japigia», denominación de la Apulia prerromana fundándose centros como Brentesion o Brention, la actual Bríndisi; Hodrum o Idruntum, hoy Otranto o la ciudad puerto de Egnazia. Taranto, importantísimo puerto de

la Magna Grecia, se fundó en el 706 a. C. tras el traslado de colonos venidos desde Esparta. Roma, aprovechando su posición estratégica, hizo que Bríndisi fuera el punto desde donde dirigir su expansión hacia Grecia y los Balcanes, confluyendo allí dos grandes vías romanas, la Vía Apia y la Apia Trajana. Taranto, que se consideraba griega, obstaculizó la expansión romana en la Italia meridional, aliándose con Pirro, rey de Epiro y sobrino de Alejandro Magno; a pesar de su resistencia cayó finalmente en manos romanas en 272 a. C. y Bríndisi se convirtió en el puerto más importante de Apulia.


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Derecha arriba: Columnas romanas. Bríndisi. Derecha debajo: Castel del Monte.

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Arriba: Vista de la Catedral de Trani la grande.

Célebres personajes de la cultura romana se dieron cita aquí, como Cicerón, donde escribió sus «Cartas Brindisinas» y Virgilio, que fallecerá aquí, a su regreso de Grecia. La Bríndisi actual rinde homenaje a este confluir de vías, con sus dos columnas que, mirando al puerto, recuerdan su pasado romano.

Cambios de poder A partir de la caída de Roma en el 476, Apulia se mantuvo durante largo tiempo en manos del Imperio Romano de Oriente, provocando numerosos enfrentamientos entre bizantinos y los pueblos godos, al mando de Teodorico.

Tras la guerra bizantino-goda fue Bizancio quien gobernó, sin embargo Alboíno, jefe lombardo, inició en ese momento la conquista de gran parte de Italia. Fue un período de constantes luchas y las ciudades, sobre todo los puertos, cambiaron de mano en breve tiempo. Desde el siglo ix se sucedieron continuos cambios en el poder; sarracenos, lombardos, de nuevo los bizantinos e incluso venecianos, intentan mantener su hegemonía en esta tierra. No fue hasta 1010, año en que Melo de Bari encabezó una revuelta que, aunque rápidamente sofocada, dio pie a la decadencia del dominio bizantino. En ese momento aparecieron los normanAPULIA

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dos quienes, aliados de los lombardos, derrotaron a Bizancio, estableciéndose aquí definitivamente. Se fundó así el Condado de Apulia con Guillermo I Hauteville, en 1042, un territorio extremadamente heterogéneo, casi un mosaico, dividido en doce baronías. A pesar de la presencia normanda, se sucedió un período inestable debido a las ansias territoriales de los herederos de Guillermo, un período convulso entre pactos, traiciones, alianzas y matrimonios de Estado. Finalmente en 1059 el Condado se convirtió finalmente en Ducado, refrendado por Nicolás II que nombró a Roberto Guiscardo, duque de Apulia y Calabria.

a Bari, y solicitar a los señores normandos la erección de una basílica en su honor. Elia inicia la construcción de la Basílica de San Nicolás, siendo su sucesor el abad Eustasio, quien dé el impulso definitivo a su conclusión, sobre todo en lo que a la parte decorativa se refiere. Urbano II llegará a Bari en 1089 a consagrar la cripta de la Basílica donde reposan los restos del santo, lo que propiciará su desarrollo tanto económico como turístico, ya que se convertirá enseguida en meta de peregrinaje y punto de partida de las Cruzadas a Tierra Santa.

Las reliquias de san Nicolás

Rogelio II, rey de Sicilia, anexiona Apulia al reino de Sicilia en 1130, iniciándose un período muy floreciente, económica y demográficamente. También será el momento en que se desarrolla definitivamente el «romanico pugliese», majestuosos edificios de piedra calcárea blanquísima conocida como «piedra de Trani». Catedrales como Bitonto, Andria, Foggia y la misma Trani, jun-

Hay un momento clave en la historia medieval de Apulia. El 9 de mayo de 1087, 62 marineros de Bari llegarán a la ciudad con las reliquias robadas de san Nicolás, obispo de Myra. El abad Elia, monje y abad del monasterio de San Benedetto, sería el encargado de custodiar las reliquias del santo a su llegada 40

APULIA

Románico apuliense

to con San Nicolás y la catedral de San Sabino de Bari, o la de Matera en Basilicata, o templos más modestos, como San Giovanni in Sepolcro en Brindisi, reflejan estilísticamente tradiciones paleocristianas y bizantinas. Se caracteriza por una profusa decoración escultórica en las portadas y los vanos, que se desarrollan bajo un modo de hacer lombardo-normando, creando un románico muy particular. Tras la muerte de Guillermo II el Bueno, el reino pasó a manos de la casa de Suabia, coronándose rey Enrique VI, hijo de Federico Barbarroja. Con los suabos, se inicia un desarrollo cultural y militar importante, fruto de ello fueron las construcciones militares, muy importantes en Apulia, sobre todo bajo el mandato de Federico II. Por encima de todas destaca Castel del Monte, un perfecto octógono en medio de una colina que más allá de la obvia función defensiva y de demostración de poder mantiene, incluso hoy en día, un halo de misterio y esoterismo debido a la numerología que utiliza en su edificación, lo que le otorga un mayor atractivo, si cabe.


ADOBE STOCK

ADOBE STOCK

Página anterior: Basílica de San Nicolás. Bari. Debajo: San Giovanni in Sepolcro. Bríndisi. Centro: Torre Sant’Andrea (Melendugno). En esta página: Basílica de Santa Croce. Lecce.

De nuevo numerosos enfrentamientos hacia los asentamientos del Norte y contra el papado hicieron que la región se empobreciera notablemente. Fue entonces, en 1266, cuando Clemente VI pida ayuda a Carlos I de Anjou, quien asesinó a Corradino, último de los Suabos, haciéndose con el reino. Tras varias guerras contra los aragoneses y con otras ramas de la casa de Anjou se inició un período de decadencia, con un grave empobrecimiento de la población.

toda Italia, desarrollándose en el Salento de un modo único: el «barocco leccese». Este estilo destaca sobre todo en las ornamentaciones abigarradas de sus fachadas, herederas del modo de hacer del Plateresco español, dado también

Mar Adriático Trani

APULIA

Castel del Monte

Bari

Alberobello Brindisi

El gobierno del Reino de Aragón y los Borbones En 1442 se inició el período de gobierno del reino de Aragón, con Alfonso I, sucediéndose cambios de poder entre franceses y españoles, momento también en que las incursiones turcas se intensificaron, de ahí que comiencen a edificarse torres defensivas y de avistamiento a lo largo de toda la costa. Este período «aragonés» se prolongó durante tres siglos y dio lugar a una de las formas artísticas más notables en

Lecce

Mar Tirreno Mar Jónico SICILIA CULTUR VIAJES Cultur, nuestra agencia de viajes, organiza próximamente el recorrido por Apulia. Más información: info@culturviajes.org

por el uso de un tipo de piedra autóctona, la «pietra leccese», calcárea, dura pero fácil de tallar, de tonos dorados. Un ejemplo notable de este derroche ornamental barroco será la Iglesia de la Santa Croce de Lecce. Tras un breve paréntesis de dominio de la casa de Ausburgo con Carlos VI, en 1738, con la Paz de Viena, el reino de las Dos Sicilias se concede a Carlos II de Borbón, iniciándose el período borbónico. En 1806 Napoleón conquista el reino y se lo cede primero a su hermano José y después a su cuñado Joaquín Murat. El Congreso de Viena de 1815 devolverá el reino a los Borbones, hasta que finalmente en 1860 se realice el plebiscito que anexionará definitivamente Apulia a Italia. Tierra con un agitado pasado, de confluencia de pueblos, culturas y civilizaciones que conviven mano a mano entre la tradición más humilde (ejemplo de ello, los Trulli del interior, en especial en Alberobello) y un derroche patrimonial histórico-artístico y natural inigualable, revaloriza y construye la Apulia del siglo xxi. APULIA

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APULIABASE

UN SISTEMA INTEGRADO DE GESTIÓN DEL PATRIMONIO APLICADO A LOS TRULLI

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CROACIA


Panorama del casco histórico de ciudad de Alberobello, Italia.

LEONARDO TODISCO, UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID Y FHECOR INGENIEROS CONSULTORES

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ADOBE STOCK

os trulli (singular, trullo) son construcciones de fábrica declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO a partir del 1996. Ubicados principalmente en Valle d’Itria, en la región italiana de Apulia (en italiano: Puglia), estos edificios representan un magnífico ejemplo de arquitectura vernácula que hoy en día sigue siendo empleado principalmente como hogar, y para fines hosteleros y turísticos. La técnica constructiva de los trulli, y sus relevancias en términos sociales, económicos y culturales, además de sus complejidades arquitectónicas, hacen de estas construcciones un ejemplo de arquitectura vernácula único en el mundo. La construcción de los trulli se encarga a un maestro de obras especializado llamado trullaro, que es responsable de toda la ejecución del edificio (desde el corte de las piedras al dimensionamiento de los elementos). El resultado final es un edificio formado por un muro inferior de gran espesor que suporta una bóveda con perfil exterior cuasicónico. La construcción de la cúpula elude la necesidad de cimbras gracias a la creación de anillos concéntricos cerrados mediante la inclusión de mortero y de pequeñas piedras entre los sillares horizontales que garantizan la estabilidad en todas las fases de construcción. Además, se dispone el recubrimiento que consiste en piedras de pequeño espesor que permiten un correcto desagüe y un mejor acabado exterior. LOS TRULLI

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M. J. DE LA CRUZ

LOS TRULLI

Derecha: Trullo en construcción, sin necesidad de cimbra durante la ejecución.

L. TODISCO

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Arriba: Detalle de las cúpulas en forma de cono. Se aprecian las chiancarelle, piedras de pequeño tamaño que permiten un correcto desagüe y un mejor acabado exterior.

L. TODISCO

La comunidad científica solo recientemente ha empezado a estudiar metodologías para clasificar el patrimonio existente en base a su vulnerabilidad estructural. En este marco nace el proyecto Apuliabase (www.apuliabase. com), llevado a cabo por Giuseppe Sanitate de la Universidad de Cambridge y por mí mismo, investigador en la Universidad Politécnica de Madrid. El principal objetivo de Apuliabase es proporcionar a la comunidad una herramienta orientada a tomar decisiones sobre posibles intervenciones a efectuar en los trulli. Concretamente, hemos desarrollado un método científico basado en la integración de inspecciones visuales in situ, técnicas de levantamiento 3d y análisis estructural para evaluar la vulnerabilidad estructural de un gran número de trulli. El resultado consiste en una base de datos donde los trulli están clasificados en base a su vulnerabilidad frente a cargas estáticas, sísmicas, así como su estado de conservación.


EL MUSEO DE LAS VILLAS ROMANAS DE ALMENARA-PURAS (VALLADOLID)

F. MANTECA, DIPUTACIÓN DE VALLADOLID


MARGARITA SÁNCHEZ SIMÓN, ARQUEÓLOGA DEL MVR

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ás de 1.500 años separan el abandono y ruina de una villa construida a mediados del siglo iv d. C. en plena campiña arenosa, tierra de pinares por excelencia, del complejo museístico que en 2003 creó la Diputación de Valladolid: el Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras (MVR). El paso del tiempo, la destrucción paulatina de las diferentes construcciones, los procesos sedimentarios posteriores propiciaron –afortunadamente– la preservación de los preciosos mosaicos que otrora admiraron los habitantes de ese palacio. Sus res46

tos quedaron sepultados bajo capas de escombros de las paredes y del tejado; y así los encontraron en 1887 como consecuencia de unas tareas agrícolas. No podría haber sido de otra manera, las tierras que en el Bajo Imperio Romano (siglos iv y v d. C.) se dedicaban a la actividad agropecuaria y, por tanto, fueron la principal razón del asentamiento de aquellas gentes en este solar, esas mismas tierras, cultivadas por labriegos varios siglos después, custodiaban este tesoro que es la villa romana de Almenara de Adaja-Puras y que despertaba de un sueño de siglos. A este descubrimiento inicial le siguieron diferentes intervenciones arqueológicas que pusieron de relie-

MUSEO DE LAS VILLAS ROMANAS DE ALMENARA-PURAS

ve no solo la importancia histórica del sitio, además su inigualable valor patrimonial y el singular interés que para el conocimiento del pasado romano de la provincia de Valladolid tenía. No en vano sus excepcionales valores culturales le hicieron acreedor de la denominación de Bien de Interés Cultural en 1980, fecha en la que se produce su incoación. Por todas estas razones, en 1996 la Diputación de Valladolid en colaboración con la Universidad de Valladolid inició un proyecto conjunto de puesta en valor integral en el que también ha participado la Junta de Castilla y León, y que culminó en 2003 con la apertura del MVR. Así la casa, la pars urbana, convertida en un yacimiento arqueológico musea-


Primera página: Mosaico de Pegaso. Izquierda: Vista de la villa romana de Almenara de AdajaPuras. Derecha: Recreación del palacio de una villa: el peristilo.

PHOTOGENIC, DIPUTACIÓN DE VALLADOLID

Debajo: Recreación del palacio de una villa: el salón de recepciones.

PHOTOGENIC, DIPUTACIÓN DE VALLADOLID

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lizadores resurgía de entre la tierra y 1.500 años después de su destrucción nos evoca lo que fue la riqueza e importancia del mundo rural del Bajo Imperio Romano y las formas de vida de sus propietarios. Sin duda la inauguración de este foco de turismo cultural, en un soleado día primaveral de hace más de 14 años fue todo un acontecimiento, el cierre de una etapa en la que se ejecutó un ambicioso proyecto de puesta en valor de patrimonio arqueológico y el punto de partida de nuestra actual labor de difusión, didáctica, conservación y acrecentamiento de este elemento del patrimonio cultural de nuestra Comunidad Autónoma. Dos importantes premios avalan

nuestra labor: la Medalla Europa Nostra y el Premio AR&PA. Es el MVR un centro de arquitectura singular propiedad de la Diputación de Valladolid y gestionado por esta misma entidad. En el llano paisaje meseteño emerge, como un elemento completamente ajeno a él, una construcción de hormigón, madera, acero y cristales, un perfecto contenedor para preservar y exhibir uno de los conjuntos arqueológicos más emblemáticos de Castilla y León. Pero no se trata solo de preservar y exhibir; el MVR tiene la finalidad de mostrar y explicar (en definitiva una vocación didáctica) cómo vivieron los terratenientes de la Hispania bajoimperial, sus siervos y sus esclavos en el

campo, en un momento durante el cual se produjeron profundas transformaciones de índole política, social y económica. De hecho se trata de un espacio museístico único en España dedicado a este tema de una forma monográfica. El MVR cuenta con varias edificaciones. Una de ellas cobija los restos arqueológicos conservados in situ de la villa romana, que se visita a través de una pasarela elevada de modo que se contemplan perfectamente las diferentes partes de la casa. El palacio ocupa más de 2.000 m2 y entre sus estancias encontramos el vestíbulo de entrada, salones para recibir, grandes comedores, dormitorios, salas de estar (entre las que destaca una con gloria), alma-

MUSEO DE LAS VILLAS ROMANAS DE ALMENARA-PURAS

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El MVR. Vista desde el exterior.

MUSEO DE LAS VILLAS ROMANAS

Más información El MVR se localiza al sur de la provincia de Valladolid, a tan sólo 60 Km de la capital, muy próximo a Olmedo. Se accede desde la Ctra. N-601 (Valladolid-Adanero) en el PK 137. Teléfono de contacto: +34 983 626 036 PHOTOGENIC, DIPUTACIÓN DE VALLADOLID

cenes y los baños privados (con vestuario y estancias fría, templada y caliente además de la ostentosa de perímetro trilobulado). Los suelos de mosaico y los revestimientos pintados que aún conservan algunos de sus muros son muy indicativos del lujo de la casa y de las formas de vida propias de las clases terratenientes. Entre todos los pisos musivos destaca el que tapiza una estancia de planta octogonal, un gran salón que impacta por sus dimensiones y por la belleza de la representación de la la escena mitológica que narra cómo el caballo Pegaso hace brotar la Fuente Hipocrene. El pasaje mítico que se representa fue narrado entre otros por Hesíodo; no obstante por las particularidades con las que se plasma podría entenderse como un trasunto de la fertilidad del fundus (la tierra de la granja) beneficiada por la abundancia de agua y cuyo fruto más valorado quizás fueron los caballos que se criaron, uno de los cuales debió ser especialmente apreciado por su dueño que aquí lo inmortaliza. Otro edificio ofrece al turista información sobre lo que fueron y significaron las villas en el Imperio Romano, desde sus aspectos arquitectónicos hasta 48

los sociales y económicos; así mismo se explica cómo vivieron los domini y sus familias en sus granjas. El montaje expositivo está formado principalmente por paneles retroiluminados en los que los textos están profusamente acompañados por dibujos y fotografías ilustrativas de los diferentes aspectos tratados; en este sentido resultan muy sorprendentes e interesantes aquellas que reproducen mosaicos o relieves de la época romana. Otros medios son los audiovisuales, las maquetas, las reproducciones de objetos y las piezas originales, entre las que destacamos sin duda una pequeña lápida funeraria con forma de ara en la que se menciona a uno de los trabajadores de la finca muerto a la edad de 17 años. El último que se visita es la recreación de uno de estos palacios, una construcción de más de 600 m2 que contiene todos los elementos que hacen que el visitante pueda retrotraerse a la época romana y deambular por los corredores del peristilo (patio con jardín), entrar en el gran comedor, correr la cortina de la alcoba, transitar por las termas y pasar a las letrinas… El complejo se complementa con un parque infantil con columpios, tobo-

MUSEO DE LAS VILLAS ROMANAS DE ALMENARA-PURAS

Correo electrónico: mvr@dip-valladolid.es Información complementaria en la web http://www.provinciadevalladolid.com/es/centros-turisticos-provinciales/ museo-villas-romanas El MVR forma parte de la Red de Villas de Hispania: www.villasromanas.es

ganes y otras diversiones basadas en la cultura romana. Es un espacio de esparcimiento abierto a todo aquel que quiera acercarse. Difundir y conservar; estos son los principales objetivos del MVR ya lo hemos adelantado. Y para esta tarea contamos con un completo programa de turismo familiar y escolar que incluye diferentes actividades de tipo lúdico y didáctico; entre ellas nuestros talleres para los alumnos de centros educativos, el campo de trabajo de arqueología, conciertos, exposiciones, charlas… Y además acrecentar; es decir promover las investigaciones sobre este asentamiento que conoce una dilatada ocupación en el tiempo desde la Prehistoria Reciente hasta avanzado el siglo v d. C., dándolas a conocer, no solo al público especializado en medios académicos (artículos en revistas científicas, conferencias…), además a todos nuestros visitantes para los que se ha editado una guía disponible en el centro. En definitiva, acercarse al MVR supondrá disfrutar de una experiencia inigualable, de sensaciones propias de aventuras para todos los públicos.


Teatro de Mérida

El despegue de la arqueología en España Derecha: Excavaciones del Teatro romano. Marcial Bocconi, 1910-1911. Debajo: Teatro en la actualidad.

© ARCHIVO FOTOGRÁFICO MNAR

NOTARIOS DEL TIEMPO

MAXIMILIANO BARRIOS FELIPE

MAXIMILIANO BARRIOS

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omo siete ciclópeos colosos sobre la línea del horizonte se nos muestran estos espectadores esperando la función, las siete sillas de los reyes moros las llamaba el imaginario popular. Ya se sabe en este nuestro país que cuando de algo remoto se desconoce su origen se atribuye a los romanos o a los moros, pero en este caso sí que era verdad pero no obra de los musulmanes, que también hollaron esta tierra, sino de los primeros. También lo suele envolver un halo de misterio y leyenda atizada por la codicia del que sueña con fortunas como las de la torre de Siete Suelos, la leyenda que inmortalizó Washington Irving en Los Cuentos de la Alhambra, porque siete eran las sillas de los moros y resulta que está vez sí que había tesoro escondido, pero no de oro y piedras preciosas sino de recios sillares de piedra y mármol. Así lo atestiguaban las primeras excavaciones arqueológicas metódicas realizadas en el conjunto, que desde 1910 son dirigidas por José Ramón Mélida y más tarde en la década de los 30 por Maximiliano Macías y Antonio Floriano. Tras el posterior parón de la guerra civil habrá que esperar hasta 1964 para que el arquitecto José Menéndez-Pidal

y Álvarez dirija su reconstrucción. Estos frenéticos años suponen uno de los hitos más importantes del despegue de la arqueología en España, poco antes de la Ley y Reglamento de Excavaciones y Antigüedades de 1912 se habían iniciado las prospecciones en el teatro y anfiteatro emeritenses. Rescatar de la tierra colmatada el monumento fue una tarea larga y laboriosa, pero deparó una nueva imagen que devolvía al antiguo teatro de Emerita Augusta a la vida, recuperando el uso para el que fue creado en el año 16-15 a.C. Así, desde 1933 se celebra el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Emerita Augusta, la gran capital de la provincia lusitana y más tarde de toda Hispania, se fundó como merecido retiro de las legiones V y X tras sus belicosos encuentros con los feroces cántabros. La colonia pronto se embelleció con todo lo que una ciudad roma-

na podía ofrecer. Su teatro, patrocinado por Marco Agripa, tomó como modelo el de Pompeyo en la metrópoli. Espectáculo ajeno al mundo romano, extranjerizante para muchos, hasta que llegó Augusto con sus gustos helenizantes y lo llevó a los últimos rincones del Imperio. Lugar de encuentro, más apto para las clases privilegiadas que para el pueblo, donde se hacía negocio o discutía de política. Escaparate de la sociedad jerarquizada del momento, donde se rendía pleitesía a las deidades que presidían la escena y era vocero de las ideas del aparato en el poder. El de Mérida, con algunas reformas posteriores en épocas de los emperadores Trajano y Constantino que mantuvieron su funcionalidad y le confirieron majestad, se mantuvo en uso hasta el siglo iv. Desde entonces se fue apagando su aurea llegando incluso a convertirse en improvisada plaza de toros, hasta que los pintores y grabadores de los siglos venideros esculpieron una efigie similar a la que nos muestra Marcial Bocconi en esta instantánea y como él otros fotógrafos, algunos muy conocidos como el prolífico J. Laurent o Charles Clifford. Con el transcurrir del tiempo, una vez recuperado de su tumba junto con el resto del conjunto arqueológico de Mérida, la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1993. NOTARIOS DEL TIEMPO

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CINE

El muro de Adriano y la legión perdida La legión del águila, una de las tres versiones cinematográficas sobre la legión perdida.

UPI / FOCUS FEATURES, FILM4, TOLEDO PRODUCTIONS

os años antes de que comenzase la construcción del muro del emperador Adriano, la IX legión romana ya se había convertido en leyenda. La conocida también como legión perdida fue reemplazada en el año 120 d.C. por la VI. Una de las teorías que aún permanecen vigentes –a pesar de no haber hallado restos arqueológicos– es que los caledonios, habitantes de parte de la actual Escocia, derrotaron a esa unidad de infantería de cinco mil hombres que constituían una imbatible y precisa máquina bélica. Su táctica más deslumbrante –la formación en tortuga– ha sido recreada numerosas veces por el cine, que nos ha mostrado esa disposición acorazada como un antecedente de algunos diseños de máquinas de Da Vinci, y de los tanques del siglo xx. En un intervalo de apenas cuatro años, de 2007 a 2011, la industria cinematográfica ha llevado a la gran pantalla tres versiones de la misteriosa desaparición de la Legión IX «Hispana». La primera de ellas es La última legión, dirigida por Doug Lefler, e inspirada en la novela italiana del mismo nombre escrita por Valerio Massimo Manfredi; la historia –situada en el siglo v d.C., en época de la caída del imperio romano de occidente– vincula a unos legionarios supervivientes con la leyenda artúrica; todo ello aderezado de elementos fantásticos, como ocurre en la siguiente película en estrenarse: Centurión, de Neil Marshall. Más clásica resulta la última en estrenarse de esta trilogía, La legión del águila, de Kevin Macdonald, que evoca el formato «péplum» aunque carente de la brillantez detítulos míticos. En el film, basado en la novela de Rosemary Sutcliff, se narra la búsqueda de un legionario, Marcus Aquila, de la Legión IX, en la que servía su padre, que además era el portador del emblemático estandarte del águila. Este «caso sin resolver» de la Historia también ha sido tratado en la serie Roma; en uno de sus capítulos se aportan nuevas hipótesis al respecto. El trasfondo parece más burocrático que heroico respecto a su desaparición de los registros romanos: las últimas investigaciones revelan que la Legión se trasladó de Britania a Batavia (actual Holanda), y de ahí a Orien-

CINE

SONIA SÁNCHEZ RECIO

te, donde se perdió definitivamente su pista. Allí pudo sufrir alguna derrota o humillación que llevaron a los cronistas –mediante una damnatio memoriae– a condenarla al olvido. La inestabilidad en los confines del territorio romano, en el asentamiento más septentrional de Britania, llevaron al emperador Adriano en el año 122 d.C. –cinco años después de llegar al poder– a constituir su última frontera con un muro. Delimitando con Caledonia se construyó una barrera de piedra de 120 kilómetros de longitud, 119 kilómetros de largo, y 3 metros de ancho. En el año 130 d.C., 18 millones de bloques de piedra pretendían acotar la civilización de la barbarie. Junto al muro de Adriano había una línea de fuertes que formaban parte de su estructura. El más importante era el de Vindolanda. Diversos objetos arqueológicos encontrados bajo la arcilla han permitido conocer cómo vivían los legionarios romanos de la época y sus familias. Las piezas más sorprendentes son unas tablillas de madera

fina, de aproximadamente un milímetro de grosor, que podrían definirse como «postales de la época», es decir, son unas cartas manuscritas en la que en la parte externa aparece la dirección, y en la interna el texto. Estas doscientas tablillas escritas en letra latina cursiva aportan datos curiosos como la mención de los comerciantes romanos del ejército, como Tractus el cervecero, Candidus, responsable de la piara de cerdos, y también el farmacéutico, el ordenanza de los baños, etc. El muro, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987, constituye una frontera Imponente. Casi 2000 años después de su construcción sigue en pie, y ha servido de inspiración a la ficción narrativa. La serie Juego de Tronos es en parte deudora de la obra de ingeniería romana. Su inmensa muralla, protegida por la Guardia de la Noche, separa los Siete Reinos de las tierras salvajes. En la mente del novelista George R.R. Martin y en la de los diseñadores de producción de la serie debía estar el proyecto del emperador Adriano.


TESOROS ELÉCTRICOS Entre la orfebrería romana y el facsímil industrial

© MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA

MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA

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nmarcada en el siglo xix, la muestra habla de lo que supuso la llegada de la electricidad a la sociedad, hallazgo que parecía encarnar el progreso y que recibió apelativos como «el hada electricidad» o «el fuego del cielo». La comunicación instantánea mediante telegrafía y telefonía, la conquista de la oscuridad con la lámpara incandescente, las pilas y

acumuladores fueron algunas de sus sorprendentes aplicaciones, que encandilaron a la población europea a partir de la Exposición Internacional de Electricidad, celebrada en París, en 1881. En lo artístico, el xix fue igualmente un siglo tan ansioso de belleza y elegancia como huérfano de ideas propias, y, por ello, proclive a refugiarse en el pasado. La exposición organizada por el Museo Nacional de Escultura, recoge dicho interés por el pasado y por «lo

eléctrico», que se conjugan en uno de los inventos de la época, la galvanoplastia, una fórmula consistente en la fabricación eléctrica de piezas metálicas, extraordinariamente fieles al original, y cuyo proceso –que puede describirse como una danza infatigable y silenciosa entre ánodos y cátodos– despertaba en los contemporáneos una curiosidad «electrizante». Fue aquella una inesperada entrada en la modernidad por parte de la arqueología. TESOROS ELÉCTRICOS

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© MNE

Una exposición entre la Antigüedad y la Revolución industrial

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TESOROS ELÉCTRICOS

© MNE

La mayoría de las obras expuestas son facsímiles de orfebrería romana, espléndidos por su impresionante virtuosismo técnico, la gracia de sus proporciones y su rica ornamentación. Reproducen fielmente tesoros enterrados hace dos milenios, pero fueron fabricados entre fines del siglo xix y comienzos del siglo xx para la colección nacional de reproducciones artísticas que pertenece al Museo Nacional de Escultura. Ahora se exhiben por primera vez después de permanecer almacenadas. Cuando fueron descubiertas, las ciudades de Pompeya y Herculano no sólo dejaron a la vista edificios y esculturas, también salieron a la luz miles de objetos que documentaban la vida doméstica de sus habitantes: una vida activa, opulenta y, en apariencia, placentera. Las obras aquí expuestas evocan ese modesto, y no tan modesto, lujo cotidiano de Pompeya: cómo se perfumaban o rendían culto a sus dioses, cómo alumbraban sus noches y cómo se divertían en sus festines.


Tesoros artísticos saca a la luz la colección de reproducciones artísticas realizada en el siglo xix en metal, facsímiles de orfebrería romana, que ha permanecido casi un siglo almacenada.

VALLADOLID

INFORMACIÓN

© MNE

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Copa con centauros, lámpara del Sileno ebrio, salero con hojas de hiedra, copa con máscaras, pátera de la Bacante… Los nombres de los objetos presentados en esta exposición evocan un mundo de opulencia, mitos clásicos y placeres refinados. Son facsímiles de orfebrería romana, espléndidos por su impresionante virtuosismo técnico, la gracia de sus proporciones y su rica ornamentación. El título, Tesoros eléctricos, anuncia la singularidad de esta exposición que no ha querido limitarse a la simple y desnuda reunión de un conjunto de delicados facsímiles clásicos, asociándolos a aquel pasado al que imitan pero al que nunca pertenecieron. Más estimulante es considerarlos como objetos fabriles nacidos en plena euforia de la segunda revolución industrial, en las décadas finales del siglo xix, cuando, a la vez, y no por casualidad, las artes del ornamento experimentaban un reconocimiento y aprecio sin precedentes. Su producción vino a coincidir con el entusias-

Museo Nacional de Escultura. Tesoros eléctricos 2 de diciembre 201711 de marzo 2018 Entrada gratuita. Horario: de martes a sábado de 11 a 14 h y de 16.30 a 19.30 h. Domingos de 11 a 14 h

mo por los objetos decorativos de la joven sociedad del capitalismo urbano, ansiosa de embellecer su propia vida. Y este exquisito arte romano daba a los industriales la oportunidad de inspirarse en modelos prestigiosos, destinados a complacer el gusto

de estos nuevos consumidores. Así es como se trabó una alianza entre el arte y la industria, gracias a la cual ciudadanos de todo el mundo pudieron disfrutar, en los museos y en sus hogares, de estas bellezas que antes solo estaban al alcance de los poderosos. TESOROS ELÉCTRICOS

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LEH

La sede de la FundaciĂłn de Las Edades del Hombre es el Monasterio de Santa MarĂ­a de Valbuena.


GONZALO JIMÉNEZ SECRETARIO GENERAL DE LA FUNDACIÓN «LAS EDADES DEL HOMBRE»

«Las Edades del Hombre son los sentimientos de un pueblo plasmados a través de la belleza»

CARMEN MOLINOS

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leva ya seis años al frente del proyecto Las Edades del Hombre conciliando esfuerzos edición tras edición, manteniendo la ilusión del inicio, sabiendo que cada exposición, cada proyecto, es diferente, preparándolo minuciosamente para que el visitante quede atrapado en la sutil belleza de las piezas seleccionadas, obras que, según explica, condensan historia, cultura y fe. ¿Qué ha supuesto para usted dirigir el proyecto «Edades del Hombre»? Sobre todo una oportunidad de conocimiento y también de gozo al descubrir de una manera más cercana el patrimonio religioso de las diócesis de Castilla y León, en el que es fácil ahondar en la historia, la cultura y la fe de un pueblo que lo ha generado a lo largo de los siglos. Y por supuesto, ver cómo el trabajo con la belleza te empuja hacia la verdad y la bondad. Esto que digo de una manera sencilla, tiene de hecho enormes consecuencias en el modo en el que tratamos nuestro patrimonio.

Antes de llegar a Las Edades tenía una vinculación y una experiencia previa en el ámbito del patrimonio, ¿le condicionó de alguna manera, le sirvió para ver con otros ojos el proyecto? No, siempre me he sentido cómodo trabajando por el patrimonio, pero confieso que llegar a la Fundación Las Edades del Hombre constituyó una situación y un reto que jamás hubiera imaginado. No podemos olvidar que el patrimonio de nuestra Comunidad es uno de los más importantes de Europa y que el patrimonio religioso en nuestro caso, en el caso de Castilla y León, supone más del 75% del conjunto patrimonial. Edades es un proyecto con historia, con una trayectoria de casi 30 años, ¿cuál cree que es la clave del éxito? ¿por qué ha logrado sobrevivir y consolidarse a lo largo de los años? Entiendo que no hay una sola razón, pero sin duda en el fondo se encuentra esa capacidad de identificación, de identidad, que cada una de las ediciones pone de manifiesto, pues en ellas confluye la historia, las raíces, la cultura, la fe de un pueblo. Un pueblo que supo

expresar sus sentimientos más hondos a través de la belleza. Ya hemos hablado de la importancia del patrimonio religioso de la Iglesia en Castilla y León; sin su riqueza difícilmente podría mantenerse en el tiempo este proyecto. La propia Fundación, cuyos patronos son precisamente los obispos y arzobispos de las Diócesis, constituye otra razón de su existencia; el apoyo al proyecto por parte del Gobierno Autonómico, sin cuya ayuda, sin duda, no hubiéramos llegado tan lejos; la colaboración de la empresa privada, el apoyo y cercanía de los Delegados Diocesanos de Patrimonio..., son algunas de la razones de la longevidad de este proyecto. Habitualmente conocemos el final la exposición, pero, ¿cómo son los preliminares, cómo se prepara año tras año un proyecto de esta magnitud? Habitualmente la ciudad o pueblo que va a acoger una edición de Las Edades determina el tema y, por lo tanto, las obras que se expondrán. Los espacios donde vamos a desarrollarlo, las iglesias, determinan el montaje e incluso las técnicas expositivas que utilizareGONZALO JIMÉNEZ

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Presentación de la siguiente edición de la exposición en INTUR. De izquierda a derecha Mª Ángeles Armisén, Presidenta de la Diputación de Palencia, Mª Josefa García, Gonzalo Jiménez, Secretario de Las Edades del Hombre y Mª José Ortega, alcaldesa de Aguilar de Campoo.

ICAL

mos. Por ello, cada edición es única y el trabajo solemos iniciarlo precisamente por la búsqueda del tema, la elaboración de un pre-guión y la imagen que nos va a permitir transmitir el mensaje que buscamos con una determinada edición; después sustituimos las palabras por obras y establecemos el desarrollo mediante capítulos o escenas secuenciadas. Habitualmente trabajamos de forma simultánea dos exposiciones, aunque con distinta intensidad, claro. De otra forma sería difícil poder realizar una edición cada año, que es la frecuencia de estos últimos tiempos. Reconciliare ha sido el tema central de la edición de Cuéllar, ¿cómo ha resultado, qué balance realiza? Creo que el resultado de la edición de Cuéllar lo marca el grado de comprensión que el visitante ha adquirido en su recorrido y del impacto que la belleza de las obras ha dejado en su retina y en su corazón. En el caso de Reconciliare, ambas condiciones se han cumplido podemos decir que en «grado sumo», por lo que nos sentimos satisfechos. El balance es positivo. Ha tenido un gran arraigo en Castilla y León y también 56

GONZALO JIMÉNEZ

«Para las gentes de Aguilar el 2018 será un año especial y para la Fundación Las Edades del Hombre lo será también» fuera de la comunidad, sobre todo de la gente que ha venido de Madrid. 2018, treinta años desde la primera exposición (1988) y Las Edades recalarán en Aguilar de Campoo, ¿será una exposición especial? Seguramente para las gentes de Aguilar será un año especial y un acontecimiento que recordaran durante años. Para la Fundación Las Edades del Hombre sin duda lo será también, pues cada proyecto expositivo en el que nos implicamos es siempre especial y esto no son sólo palabras. Las Edades son una muestra del diálogo entre fe y patrimonio, ¿se viven de forma diferente desde la fe, se ven con otros ojos cuando uno es creyente?

De una manera muy genérica podemos decir que existen dos visitantes tipo que acuden a ver una edición de Las Edades: los que buscan la cercanía de las obras, las obras que no podrán ver si no es precisamente en una de nuestras muestras, la calidad de las mismas..., y aquellos para quien la belleza de las obras les permite buscar su significado, su sentido y todo aquello por y para lo que fueron creadas. Esta última forma de mirar es precisamente la que aporta la fe religiosa, la belleza es un vehículo que nos lleva más allá. ¿Cómo engancharía, que les diría a los lectores para que se acerquen al proyecto, para que aprendan a vivirlo y a disfrutarlo con todos los sentidos? Para mí Las Edades son el resultado de los sentimientos de un pueblo que ha sabido plasmarlos a través de la belleza. Obras de arte hoy para nosotros que nos hablan de la fe, de la historia, de la cultura de un pueblo. Acercarse a una edición de Las Edades es tener la posibilidad de encontrarse con la síntesis de aquello que define precisamente la identidad de un pueblo, su historia, su cultura, su fe.


IMAGEN M.A.S.

Retablo de la Colegiata de Aguilar de Campoo Juan de Vallejo, discípulo de Alonso Berruguete, construyó y esculpió este retablo que restauro hace ya una década la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico con la empresa Uffizzi. Es una obra renacentista, de entre 1550 y 1565, de gran calidad. La escultura central alberga la imagen de san Miguel, titular de la colegiata; sobre ella, la Asunción

de María. Corona el conjunto una Calvario en la parte central, y en las laterales san Roque y san Sebastián. La Colegiata de san Miguel será la sede principal que acogerá la exposición Las Edades del Hombre en 2018. Puede verse en youtube un vídeo del proceso de restauración buscando «Secretos del silencio». 57


CÓMO SE H

CE

LA ARQUITECTURA Y SUS RUINAS

Piedras y esperanza

MIGUEL SOBRINO GONZÁLEZ

H

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CÓMO SE HACE

MIGUEL SOBRINO GONZÁLEZ

ace muy poco se ha publicado un libro firmado por José María Pérez, «Peridis», Hasta una ruina puede ser una esperanza; un hermoso título que es, a su vez, una cita de Miguel de Unamuno, quien la escribió después de visitar los despojos del monasterio de Aguilar de Campoo, hoy rutilante sede de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico y entonces sumido en el abandono. Con permiso de Peridis (y de Unamuno), debo admitir que me choca en esa frase la preposición que la encabeza. Si no hay esperanza en una ruina, ¿dónde va a haberla? En algo que empieza (una obra, una vida) no hay esperanza, sino anhelo, ambición, promesa; y en lo que termina puede acaso hallarse lección, tanto de lo que debe hacerse como, muchas veces, de lo que no. La ruina no representa el final de un ciclo, sino aquello que ha decaído pero que, como ejemplifica de forma insuperable el propio monasterio de Santa María la Real, podría volver a levantarse. Existe por ello la ruina económica, de la que acaso haya recuperación, pero cuando hablamos por ejemplo de la ruina del cuerpo para referirnos a la vejez estamos errando en la metáfora. Porque una ruina verdadera y sin metáforas (esto es, arquitectónica) conserva en su estado la potencia de cada uno de sus músculos, por mucho que se encuentren desmembrados e incompletos. Los antiguos decían que basta el dedo de un gigante para inferir su tamaño completo. Del coloso de Rodas no asombra tanto que midiese más de treinta metros, ni la noticia apócrifa de que entre sus pies separados pasaban los barcos que entraban en la dársena del puerto; lo que nos da el fiel de su escala es saber que, cuando yacía abatido en el malecón por un seísmo, ni los hombres más corpulentos eran capaces de rodear con sus brazos su dedo pulgar. Quienes

Ruinas de Roma, aguafuerte acuarelado, con los restos imaginarios de una ínsula o casa de pisos romana.

se volcaron en el estudio de la anatomía artística –Policleto primero, Durero después, muchos otros entre y después de ellos– descubrían fascinados la coherencia de los cuerpos, el latente sistema de proporciones que hacía que midiésemos lo mismo de la cabeza a los pies que de un dedo corazón a otro con los brazos extendidos; que la mano abierta iguala-

se la longitud de la cara y también la distancia entre la unión de las clavículas y la articulación del hombro; que nuestra altura y los hitos que posee nuestro cuerpo pudieran mensurarse usando la dimensión de la cabeza como módulo. Leonardo plasmaba en un dibujo inolvidable al hombre vitruviano, y al tiempo descubría en otros apuntes, como antes


el artista medieval Villard de Honnecourt, las constelaciones geométricas que podían establecerse a partir de las formas del torso o del cráneo. La universalidad de los artistas de la Edad Media y del Renacimiento es la consecuencia de una cultura entendida como la relación entre todas las cosas, convertidas en dialectos de un único idioma: así, el mismo Leonardo anotaba, en sus estudios sobre el movimiento del agua, que la corriente líquida adquiría formas similares a las del cabello de una mujer empujado por el viento. En un mundo de pronto mensurable, dispuesto a ser entendido mediante el análisis y la razón (pero no laminado aún por la epidemia de la especialización), no es raro que el compás fuese identificado como la herramienta no solo del geómetra o del arquitecto, sino, como la define Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la Lengua, de «todos los artífices». Parecida coherencia anatómica tienen los miembros del cuerpo de cual-

quier edificio, sobre todo si fueron erigidos en perdurable y labrada piedra. Igual que el dedo del gigante, no ya una ruina completa, sino un simple pedazo de ella es capaz de sugerir aspectos de la construcción a la que pertenecía. Una columna sirve a veces de testimonio último de un templo desaparecido, del que a partir de ella se pueden adivinar órdenes y proporciones. Una dovela nos informa acerca de la molduración, la rosca y la curvatura de un arco, y bastará encontrar los cimientos del vano para saber también cuál era la luz de ese arco del que formaba parte. Un fragmento de cornisa describe cómo era la sombra que se proyectaba desde lo alto sobre un muro desplomado. Una clave de bóveda delata el número y angulación de las nervaduras que culminaban en ella. Hay esperanza en las ruinas porque, incluso sin dejar de serlo, estimulan nuestro pensamiento, empujándonos a construir muros y bóvedas con los sillares y dovelas de la imaginación.

Toda ruina es un enigma detectivesco, y su resolución un reto que nos empuja hacia el conocimiento. En ciudades como Roma, las ruinas de la Antigüedad han sido la semilla y el fertilizante para todo lo que ha llegado después, ya sea por los retos que planteaban sus moles majestuosas o por surtir de materiales, como generosos donantes de órganos, para las nuevas construcciones. Creo que no haría falta demostrar además el poder inspirador que siempre han tenido las ruinas, para recuperarlas, para aprender, para sobreponerse a ellas; y la inspiración, por mucho que nos la quieran revestir de místicos arrebatos, no es más que una forma activa de la esperanza: la de dar con algo que inquieta e inconcretamente, basándonos en simples indicios, buscamos. La inspiración es, lo he escrito otras veces, enamorarse de algo que aún no existe. O, en casos como el de Santa María la Real, de algo que existió y que merecía volver a existir.

Anastilosis

Detalle del frons scaenae del teatro romano de Mérida (Badajoz), uno de los mejores y más conocidos ejemplos de anastilosis.

E

MIGUEL SOBRINO GONZÁLEZ

ntre las técnicas asociadas a la restauración de la arquitectura, una de las más exigentes y, también, gratificantes es la anastilosis, que viene a ser la reconstrucción de un edificio (todo o en parte) usando piezas originales, o al menos un alto porcentaje de ellas. En la arquitectura griega antigua, donde no había mortero ni rellenos y todo eran piedras talladas, la anastilosis supone la recomposición de un puzle deshecho por alguna mano torpe (desde los fanáticos teodosianos y las tropas cruzadas u otomanas a cierto lord inglés, pasando por los sucesivos terremotos). Una recomposición en la que, si se trabaja con cuidado –los recursos informáticos han mejorado mucho, por ejemplo, la posibilidad de identificar el lugar antes ocupado hasta por pequeños fragmentos– y con materiales adecuados, hay muchas posibilidades de éxito. Son muy conocidos los ejemplos del templo de Atenea Niké, en la acrópolis ateniense, recuperado de un bastión formado con sus piedras durante la dominación turca, o el del templo de Hera en la siciliana Selinunte. Pero en España tenemos también casos muy notables: el vestuario o apodyterium de las termas de Los Bañales (Zaragoza), recompuesto por Antonio Almagro con sus sillares antiguos, que se encon-

traban ordenadamente caídos en el suelo, la espectacular sala pintada encontrada en una antigua escombrera de Bílbilis y hoy expuesta en el museo de Calatayud, o el grandioso frons scaenae del teatro de Mérida.

Ante esta última obra de anastilosis, y a pesar del uso complementario de materiales hoy dudosos como el hormigón armado, cabría preguntar ante posibles críticas si esa magnífica colección de columnas y

entablamentos estaría mejor en el almacén de un museo o puesta de nuevo en su lugar, ofreciéndonos sin necesidad de recreaciones virtuales la imagen auténtica de un monumento antiguo en su esplendor.

CÓMO SE HACE

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LA MIRADA DEL FOTÓGRAFO

Eduardo Aznar (Okaimal)

A

provecho la ocasión que me brinda la FSMRPH para resaltar la importancia vital que tiene la preservación de nuestro Patrimonio Natural. Son los recursos que la Naturaleza ofrece para satisfacer nuestras necesidades –agua, alimentos, medicinas, madera, piedra y barro para guarecerse, fibras para el vestido, etc…– los que han permitido el desarrollo de las sociedades humanas. El ingenio y el afán de trascendencia del hombre le han llevado a conjugar la funcionalidad de esos productos con un genuino sentimiento estético, plasmado en hermosas obras de arte y arquitecturas, a lo largo de los siglos. Son estas manifestaciones del espíritu las que componen nuestro Patrimonio Cultural, con un rico muestrario de técnicas y estilos. La Tierra no nos pertenece: somos meros usufructuarios de un legado que debemos transmitir a las generaciones futuras en las mejores condiciones posibles. Sin embargo, en los dos últimos siglos, el crecimiento demográfico exponencial, la explotación abusiva de los recursos no renovables y la contaminación del suelo, del aire y de las aguas, se han multiplicado en proporciones alarmantes. Resulta cada vez más evidente que afectan al clima, suponen una gravísima amenaza para la rica diversidad que la Tierra alberga y están provocando la extinción de infinidad de especies vegetales y animales. Lo mismo ocurre con la variedad de pueblos, lenguas y culturas condenados a desaparecer por la imposición implacable del modelo global hegemónico. La exposición La Diversidad Amenazada, Naturaleza, Hombre, Cultura, patrocinada por la Fundación Telefónica, que puede verse en el Museo de la Ciencia de Valladolid, es una llamada de alerta sobre las graves consecuencias que para la vida en el Planeta tiene el camino suicida emprendido por nuestra civilización. Con el soporte de una colección de fotografías tomadas durante medio siglo de viajes por los cinco continentes –que he tenido la fortuna de poder realizar– el investigador del Museo de Ciencias Naturales del CSIC, Esteban Manrique, ha elaborado un texto que cuenta la historia de la Tierra y la intervención del hombre sobre el medio natural –ganadería, agricultura, pesca, industria– que ya está repercutiendo en el cambio climático provocado por la emisión de gases de efecto invernadero. 60

LA MIRADA DEL FOTÓGRAFO

Se trata de un proyecto que fusiona ciencia y arte para despertar las conciencias, mostrando la belleza de un mundo amenazado que no queremos perder; que insta a marcar un nuevo rumbo que tienda la mano a la Naturaleza, como queda bien simbolizado en la fotografía que acompaña estas líneas.


*Eduardo Aznar (Okaimal), impulsor de la Fundación para la Ecología y la Protección del Medio Ambiente (FEPMA) y patrono de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico.

LA MIRADA DEL FOTÓGRAFO

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BREVES

Una historia de Roma en Santa Cruz de Tenerife

POR CARMEN MOLINOS ZUMEL

Viajar en el tiempo, conocer cómo

ALBERTO OTERO HERRANZ

Adriano Metamorfosis. El nacimiento de una nueva Roma Es el título de una exposición creada para con-

memorar los 1.900 años del reinado de Adriano, que subió al trono en el año 117, como sucesor de Trajano, el primer emperador de la dinastía bética y el general que había ensanchado los límites del imperio. La muestra puede visitarse hasta el 8 de abril de 2018 en el Museo Arqueológico de Sevilla, cuna del emperador nacido en Itálica, que 62

BREVES

inauguró el período de paz más largo de la historia de Roma. Durante su mandato, Adriano logró integrar culturas y territorios, sobre todo de Grecia y Egipto, para refundar la Ciudad Eterna y mantener su hegemonía en Europa durante tres siglos más. Adriano metamorfosis es fruto de la colaboración entre el museo sevillano y las universidades Pablo de Olavide y Carlos III. El recorrido expositivo está conformado por

50 piezas, perfectamente contextualizadas a través de distintos paneles explicativos. Entre las más destacadas, un busto de Adriano realizado entre los años 135 y 140, con elementos como un relieve con la cabeza de Medusa o el manto imperial. Otras piezas singulares son una falange y el torso de una mano provenientes de una estatua colosal de Adriano, pertenecientes a la Torre del Oro, que se muestran por primera vez al público.

vivían los hombres y mujeres de otras épocas, y saber cuáles eran sus actividades y rituales, ha sido una fantasía recurrente en la historia de la humanidad. La exposición Romanorum Vita. Una historia de Roma de la Fundación Caja Canarias y Obra Social la Caixa, organizada en colaboración con el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, invita a los visitantes a pasear por una ciudad romana reconstruida a partir de descripciones literarias y testimonios arqueológicos de hace 2.000 años para descubrir que los romanos no están tan lejos de nosotros. Romanorum Vita pretende constituir un nuevo concepto de exposición de divulgación histórica pensada para todos los públicos. Traslada a los visitantes a un paseo por una ciudad romana poco antes de la destrucción de Pompeya, en el año 79 d.C. La exposición itinerante, que ahora puede visitarse hasta el 25 de enero en Santa Cruz de Tenerife, transporta a sus calles en un día cualquiera: negocios, importancia del agua, olores, formas de expresión y religiosidad popular, entre otros; todo aquello que hervía alrededor de los grandes escenarios del senado, el foro, los teatros y el circo. La exposición física se complementa con un intenso y pensado trabajo en internet que aporta una experiencia virtual enriquecedora a los visitantes. El proyecto en línea, www.romanorumvita.com y www.laCaixa.es/ObraSocial, permite realizar una visita virtual, con elementos creados expresamente para la red, como la inclusión de voces que describen situaciones cotidianas de la vida romana en forma de audio o la descripción de las obras históricas en las que se basa el proyecto expositivo.


Dos nuevos manuscritos medievales en la BNE

Elena y María, dos hermanas, enamorada una de un caballero y otra de un cléri-

go, que ponen en común en tono satírico las «virtudes» de sus amados.

El segundo manuscrito adquirido por la BNE a la Casa de Alba es la traducción de Pedro López de Ayala (1332-1407), Gran Canciller de Castilla, de Morales sobre el libro de Job, del Papa Gregorio I. El interés de este ejemplar no está tanto en el texto como en s u «extraordinaria iluminación y encuadernación», ya que es uno de los mejores ejemplos conocidos de las artes del libro castellano de mediados del siglo xv. La copia se compone de cuatro volúmenes encuadernados en becerro marrón sobre tablas de madera de estilo mudéjar, que están en perfecto estado de conservación y que, al igual que el Debate de Elena y María, se encuentran ya a disposición del público en la Biblioteca Digital Hispánica.

torio de este conjunto de recursos. La propuesta parte del reconocimiento del enorme potencial y valor singular que presenta en la

Comunidad Autónoma las principales evidencias de la etapa romana, en muchas de las cuales, distintas administraciones, han venido efectuando un importante esfuerzo de gestión e inversiones para su conocimiento, recuperación y presentación pública. Existiendo ya una interesante serie de lugares de especial valor disponibles para la visita, es el momento para impulsar una iniciativa que promueva innovaciones complementarias, adaptadas a las demandas y coyuntura contemporáneas en materia de conservación y proyección, por un lado, y ocio y turismo cultural, por otro. Con unos objetivos ambiciosos y el apoyo y disponibilidad inicial de distintas

instancias responsables de algunos de los enclaves principales en Castilla y León –las diputaciones de Palencia, Valladolid, Burgos y Ávila o Fundación Las Médulas, entre otros- Legado Romano ha comenzado su andadura procurando los necesarios acuerdos institucionales. Una docena de enclaves, ciudades, castros, villas señoriales, campamentos o explotaciones mineras, tan célebres como Clunia, Numancia, La Olmeda, Las Médulas, Tiermes, AlmenaraPuras, Petavonium o el Acueducto de Segovia- son solo los primeros que deberán integrarse en esta iniciativa y a los que esperamos sumar otros conjuntos a medida que Legado Romano se convierta en una realidad. ZOA ESCUDERO

Sus dimensiones son apenas

BNE

las de una caja de cerillas, 6 escasos centímetros y 25 páginas, en las que un juglar del siglo xiii, cuyo nombre desconocemos, dejó plasmada, quién sabe si para no olvidarla, una poesía medieval, el Debate de Elena y María. El extraño y singular manuscrito, pensado, quizá, para ser guardado con facilidad en un bolsillo o zurrón, ha sido adquirido por la Biblioteca Nacional de España a la Casa Ducal de Alba. Apuntan los expertos que se «se encuentra muy dañado por el ataque de insectos y deteriorado en sus márgenes, lo que ha ocasionado lagunas y pérdidas de texto». Le faltan, además, algunas páginas, por lo que tan solo es posible intuir el comienzo y el final de la disputa entre

Legado romano Legado Romano es una ini-

FSMRPH

ciativa puesta en marcha recientemente por la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico y la empresa Patrimonio Inteligente Castilla y León, S.L. para la creación de un sistema integrado de gestión de recursos arqueológicos de origen romano en esta región y la construcción para ello de un partenariado público-privado como modelo innovador que garantice su conservación, potencie la rentabilidad cultural y social y el impacto económico sobre el terri-

BREVES

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BREVES

POR CARMEN MOLINOS ZUMEL

Arte y mito. Los dioses del Prado Así se titula la exposición

MUSEO NACIONAL DEL PRADO

que puede visitarse hasta el 18 de febrero en CaixaForum Palma, organizada gracias a la colaboración del Museo Nacional del Prado. La muestra recoge 50 obras que nos permiten sumergirnos en las diferentes representaciones de la mitología clásica. Pintura, escultura y objetos desde el siglo i a. C. hasta finales del siglo xviii de artistas de la talla de Ribera, Zurbarán o Rubens. Arte y mito se divide en ocho áreas temáticas, la primera de ellas nos adentra en el significado del mito y la mitología. A través de cuadros, representaciones y objetos diversos, logramos comprender cómo griegos y romanos ofrecen una interpretación legendaria sobre el origen del mundo y sobre diversos fenómenos de la naturaleza o del

universo. Surgen así infinidad de divinidades que personificaban montañas, fuentes, ríos, mares, vientos o constelaciones, pero también todo tipo de árboles y especies

animales. Dioses y semidioses –siempre con apariencia humana, salvo en el caso de los monstruos– dejaron junto a los héroes una huella perenne en el curso del

mundo como protagonistas de sucesos ejemplares, en los que el componente simbólico es esencial. Del mito pasamos a conocer a los dioses del Olimpo, encabezados por Zeus y, casi siempre acompañados, por «espíritus libres», que conforman la tercera parte de la muestra y dan paso al apartado dedicado a «amor, deseo y pasión». La exposición se completa con un análisis de las «faltas y castigos» tan presentes en la mitología, «metamorfosis divinas y humanas» y termina con sendos espacios temáticos dedicados a los «héroes» y a la «guerra de Troya». Como complemento, se han programado una serie de actividades paralelas, desde conferencias, a proyecciones, talleres escolares, visitas comentadas y dinamizadas o cafés tertulia. La exposición puede visitarse todos los días de lunes a domingo en horario de 10 a 20 h.

Sensores para optimizar la conservación preventiva de la Villa Romana de La Olmeda Casi medio siglo después del

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BREVES

los que se encuentran: 15 puntos de medición de temperatura y humedad relativa; 4 de luminosidad; 6 de humedad y conductividad del terreno; dos de CO2 o un punto de control del flujo de visitantes. Completan la instalación una estación meteorológica, un punto de medición de la radiación, otro de registro de la energía reactiva del edificio y cuatro puntos de medición de la energía activa. ¿Su misión? Facilitar la

IMAGEN M.A.S.

hallazgo de los que, hoy por hoy, son, sin duda, los mosaicos romanos más famosos de la provincia de Palencia, la Diputación Provincial ha apostado por seguir potenciando su difusión y por optimizar su conservación. ¿Cómo? Sirviéndose de la aplicación de las nuevas tecnologías al patrimonio y de la experiencia en este ámbito de la Fundación Santa María la Real y Telnet. Téc-

nicos de ambas entidades han instalado en la villa de Pedrosa de la Vega, declarada Bien de Interés Cultural, un sistema de monitorización que estudia la evolución de los parámetros ambientales, así como los consumos energéticos derivados de su gestión y uso. La instalación se concreta en 64 sensores y dispositivos, ubicados en 29 puntos de control, que recogen información sobre 17 parámetros diferentes, entre

gestión del yacimiento, ofreciendo a sus gestores la posibilidad de contar con datos reales sobre el consumo energético y su incidencia en la conservación del sitio.


Hallazgos que confirman el origen romano de la muralla de Ávila Se conocía su existencia,

ROSA RUIZ

pero no se habían encontrado pruebas fehacientes que permitiesen documentar con claridad y sin temor al equívoco la muralla del siglo I, sobre la que se levanta la actual cerca defensiva, imagen y símbolo de la ciudad de Ávila. Las excavaciones arqueológicas realizadas en los últimos meses en el lienzo oeste de la muralla han hecho realidad el sueño de documentar diferentes tramos de la construcción romana, levantada en el siglo I y rehecha posteriormente, en torno a los siglos iv-v. Los restos romanos se aprecian tanto en el lienzo interno del río Adaja, como en el área de la puerta del Álcazar. La aparición de estos vestigios, enlaza directamente con la fundación de la ciudad, que ya se había establecido en el siglo i, a partir de restos de viviendas, talleres o calles, a los que ahora se suma la muralla. «Hasta ahora teníamos pequeños datos que ya apuntaban en esta dirección», comenta la arqueóloga muni-

cipal Rosa Ruíz Entrecanales para señalar que los actuales hallazgos logran que el puzle encaje «a la perfección». Los restos de la zona oeste, sumados a otros precedentes en la parte este del recinto amurallado, dan cuenta de las dimensiones de la muralla romana, muy similar a la actual. De hecho, precisa la arqueóloga «en muchas zonas la muralla romana debe estar embutida en la medieval», lo que supone que el recinto del siglo I pudo reutilizarse casi en su totalidad. Las últimas excavaciones han sacado a la luz 15 metros de la antigua muralla romana, a una profundidad de unos 6,5 metros. Ruiz ha asegurado que este descubrimiento es «muy importante para Ávila» y para explicar «la romanización de la Meseta», dado que certifica «el nacimiento de una ciudad hispano-romana». Una urbe amurallada que, por sus dimensiones, en torno a las 33 hectáreas, debió ser un lugar de referencia en aquella época. Las excavaciones se han acometido con cargo al 1,5 por ciento Cultural del

Ministerio de Fomento. La intención del consistorio abulense es continuar con los trabajos de excavación en el lienzo oeste e incluso hacerlos visitables. Una labor que deja patente la apuesta municipal por poner en valor, conservar y dinamizar su patrimonio.

Tarea en la que lleva trabajando varios años, mediante la aplicación de las nuevas tecnologías, que sirvieron primero para monitorizar la muralla y que ahora, gracias al proyecto europeo SHCity, convertirán la ciudad en el primer conjunto histórico «smart» de Europa.


Mons Dei, Las Edades del Hombre en Aguilar de Campoo

PRÓXIMO NÚMERO

CEDIDA POR ANE BERASATEGUI JOAQUÍN GARCÍA

FSMRPH

Más allá de Las Edades... territorio Románico Norte

Berasategui apoya a León como Capital Gastronómica 2018​

TOMÁS MUÑOZ DOMÍNGUEZ

El Bosque de Béjar, una villa del Renacimiento entre castaños


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PATRIMONIO Revista de patrimonio y turismo cultural nº63 ALMENARA Y LA OLMEDA, GRANDES VILLAS ROMANAS

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