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Ser notario es un honor, es una gran responsabilidad de carácter social, académico y fundamentalmente ético. Adalberto Ortega Solís
PORTADA de México
¡En qué país estamos!, exclamó el notario Adalberto Ortega Solís, defensor del Derecho Romano, en torno al comportamiento del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha instruido a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) investigar al juez que ha atorado su Reforma Eléctrica por medio de la figura del amparo.
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El titular de la Notaría 20 retrocede en el tiempo y se remonta por el año 1996 cuando ya vaticinaba la descomposición política no solo de su partido, el Revolucionario Institucional (PRI), sino de la política mexicana, aunque reconoce que se está en un proceso de democratización pero advierte que en democracia es imperante respetar la Constitución, una vez más en referencia al Jefe de Estado mexicano.
Con 62 años de trayectoria, Ortega Solís ha alcanzado el máximo galardón, el de Maestro Emérito de la Universidad de Guadalajara en el 2015 y aunque no se han contabilizado se considera que ha impartido más de 350 conferencias. Por su trayectoria es visto como un jurista reconocido en el país.
GUADALAJARA LO VIO RENACER
Siempre ha vivido en Guadalajara, pero a Adalberto Ortega Solís lo vio nacer Tehuacán, Puebla, un 20 de junio de 1936. Sus padres fueron Themis Solís de Ortega, originaria de Córdoba, Veracruz, y del capitán del Ejército Nacional Adalberto Ortega Huízar.
Su instrucción fue en la Congregación de los Hermanos Maristas en donde estudió primaria, secundaria y preparatoria en el Colegio Cervantes gracias a la obtención de una beca. Como ya se perfilaba como abogado, cursó en el bachillerato en Ciencias Sociales y Humanidades. Aunque sus progenitores lo visualizaban en las filas del Ejército Mexicano, esto por la tradición familiar.
En la entrevista con PORTADA DE MÉXICO, el titular de la Notaría 20 recordó a sus antepasados al reseñar: “Mi abuelita materna tuvo 13 hijos, de ellos cuatro fueron revolucionarios, generales, uno de ellos sobrevivió Modesto Solís Domínguez. Y mi abuelita se atravesaba a las líneas enemigas con las mulas cargadas de armas para llevárselas a sus hijos, como las soldaderas que acompañaban a sus soldados. Claro que murió relativamente muy joven”.
Cómodamente en su oficina y mirando alrededor con una sonrisa afable manifestó: “Mi papá era militar, lo invitó al Ejército su cuñado que estaba casado con Elenita, la única hermana de mi papá. El General José Lacarra Rico, por cierto uno de los cuatro coroneles que tuvo que mandar el General Calles (General de División Plutarco Elías Calles) y el General Amaro (Joaquín Amaro Domínguez) a Jalisco porque ya andábamos perdiendo con los cristeros que eran muy bravos. Y mandaron al Coronel Marcelino García Barragán, al Coronel García Márquez, al coronel (Teófilo) Z. Martínez, y el Coronel Lacarra Rico, que era mi tío”. Desde temprana edad Adalberto ya se distinguía como un buen orador juvenil, no obstante, su familia lo quería ver en el Ejército y “claro que quise entrar al Ejército, ya estaba aceptado en Caballería, pero resulta que no había Facultad de Leyes, solo Medicina e Ingeniería, es cierto que me gusta la milicia, después de hacer mi servicio militar llegué a ser subteniente auxiliar”.
Por sus antecedentes familiares, el notario se afirma como “abogado por vocación” porque “mi papá quería que yo fuera ingeniero y mi tío el Coronel, que ya había muerto, quería que fuera médico porque el hijo de él se murió a los 16 años. Entre ingeniero y médico, me tuve que inscribí a escondidas como abogado y le cayó el chahuistle a mi papá porque abogado yo, mi hermano Miguel Ángel, mi cuñado y tres de sus nietos, dos de mis hijas”.
De 1954 a 1959 estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Guadalajara (UdeG), al graduarse presentó la tesis Los Problemas Económicos, Sociales y Jurídicos de la Región Norte del Estado de Jalisco, que fue publicada con el patrocinio del Banco Popular el 6 de noviembre de 1959. Se graduó en la Generación Gilberto Moreno Castañeda.
“Me recibí como abogado el 6 de noviembre de 1959 y de allí para acá he ejercido la profesión independientemente de que estuve en la política que me gusta mucho”, externó.
Uno de sus primeros trabajos fue en el bufete del licenciado Pedro González Durán.
La política ha sido la pasión de Adalberto Ortega pero el destino no le asintió incursionar en cargos de elección popular porque habría que elegir entre la
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política y la academia. Sopesó más su actividad notarial y académica en la Universidad de Guadalajara (UdeG).
No obstante, su vida política se desarrolló dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y categóricamente así lo reafirma: “Soy priista, y sigo siendo priísta y me moriré siendo priísta a pesar de…”.
Para ensalzar la charla orgullosamente comentó que su progenitor, el capitán del Ejército Nacional Adalberto Ortega Huízar, y Luis F. Ibarra fueron sus mentores en la política. El último fue presidente municipal de Guadalajara allá por 1932 cuando el partido tomó las siglas PNR (Partido Nacional Revolucionario. Además fue diputado local.
Al repasar su paso por la política, recapituló que al ingresar al partido que surgió tras la Revolución Mexicana le fue entregada su primera credencial de militante en manos de don Francisco Medina Ascencio, quien llegó a ser presidente municipal de Guadalajara y gobernador de Jalisco. En ese entonces don Pancho era jefe del Departamento de Economía y Hacienda de Jalisco, quien emigró de su tierra Arandas por invitación de don Agustín Yáñez, primero a ser magistrado del Supremo Tribunal de Justicia e inmediatamente de tomar posesión lo hizo Jefe del Departamento de Economía y Hacienda.
“Don Pancho me invitó a colaborar con él como oficial mayor de Padrón y Licencias y fui el primer oficial mayor del Ayuntamiento de Guadalajara que se dividió en dos partes: la Oficialía Mayor y la Administrativa en la que estuvo al frente Juan López Jiménez”.
Este fue su primer cargo como funcionario público en el cual de 1962 a 1964.
En el interior del PRI fue secretario de Acción Juvenil del Comité Municipal en Guadalajara, secretario general también del PRI tapatío con la encomienda por parte del gobernador Juan Gil Preciado y del presidente del partido, que era don Luis F. Ibarra.
NOTARIO DE VOCACIÓN
Luego de trabajar en la Oficialía Mayor de Padrón y Licencias y ya siendo Francisco Medina Ascencio gobernador de Jalisco, Ortega Solís recibe el FIAT Notarial un 24 de febrero de 1965 que lo acreditaba como notario supernumerario.
Al lograr el grado de notario público, el entrevistado cuenta una anécdota más: “Cuento que se habían enojado conmigo don Juan (Gil Preciado) y don Pancho (Medina Ascencio) porque no le había dicho nada de que tenía mis papeles para ser notario y entonces cuando revisaron la última lista don Juan, ya secretario de Agricultura, y don Pancho ya era gobernador electo, dijeron; ‘pues ¿qué pasó, por qué no nos dijo nada que quería ser notario? Pero en fin.
Añadió: “Entonces el 24 de febrero de 1965 me dieron el FIAT de notario supernumerario, o sea suplente. Me acuerdo que Arnulfo Hernández que era secretario de gobierno, me dijo: ‘Aquí está el FIAT se quejan porque no les dijiste nada que querías ser notario’. En aquella época no había examen de oposición y entonces era por designación”.
Además recordó las palabras de Arnulfo quien le avizoró que duraría muy poco sin trabajar porque a los quince días de recibir el FIAT “me habló Chuy Bueno (secretario general de gobierno) y me dijo: ‘Quiere hablar contigo el señor Gobernador”.
Para ese entonces tenía mi oficina en el cuarto piso en donde está ahora la Secretaría de Finanzas, así que nada más atravesaba la calle y llegaba a Palacio.
“Fui con el gobernador y me dijo: ‘Quiero que se haga cargo de esta notaría’, de la que era titular el licenciado
El Gobernador no aceptó su renuncia.
Miguel Ángel Nuño y suplente era el que fue presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje, el licenciado Gómez Pérez. Y los dos dejaban la notaría porque se iban a incorporar al gobierno. Y allí empecé a funcionar como notario encargado de la notaría de Miguel Ángel y esa notaría por cierto estaba en el Condominio Guadalajara”, en referencia a que mudó sus oficinas a ese sitio.
Desde ese año de 1965 ejerce como notario, pero hace la aclaración que no era cuadro de don Francisco Medina Ascencio, por lo que “yo no estaba con él, es decir él me había invitado y yo le debía lealtad administrativa”.
Señaló que cuando el gobernador Medina Ascencio es enterado que forma parte de otro grupo político (Pancho Galindo Ochoa, Ramírez Valadez, Francisco Rodríguez Gómez y Lalo Aviña), “hice una carta renuncia y voy con don Pancho y le dije: ‘Usted es mi amigo, somos amigos y mi papá me enseñó a que debo ser leal con las personas y leal con las instituciones y como yo soy su amigo y le debo lealtad administrativa, no quiero que de ninguna manera vaya a dudar de esa lealtad administrativa. Políticamente sí tengo compromiso desde hace varios años y pues mis compromisos políticos también me enseñaron a cumplirlos’”.
En ese momento sus compromisos políticos eran con el Grupo de los 14 del sector popular, en donde estaban Luis F. Ibarra, Roberto Godoy Luna y otros secretarios generales de ligas del sector popular.
El Gobernador no aceptó su renuncia.
“Me dijo: ‘No usted no se va ni le voy a aceptar la renuncia. Usted me dijo que yo iba a ser el gobernador’. Esto en señal que el presidente López Mateos se quitó la medalla que le dieron en Arandas, don Adolfo se quitó la medalla y se la puso a don Pancho y dije: ‘Ay Dios allí es’. Entonces tenía sensibilidad política”, vuelva a reír entre sus recuerdos.
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SUS ANDANZAS POLÍTICAS
Otro grupo en el militó fue al que denominaron ostentosamente Juventudes Intelectuales de Jalisco, del que Jesús González Gortázar “el Chacho”, fue su primer presidente, y estaba Eduardo Aviña Bátiz, Guadalupe Covarrubias Ibarra, Gabriel Covarrubias Ibarra, Arnulfo Villaseñor, Reyes Rodolfo Flores Zaragoza, Rafael García de Quevedo, Guillermo Reyes Robles, Pedro y Vidal González Durán y varios más.
“Entonces se nombró una Comisión, quería don Ángel Carvajal, que era el secretario de Gobernación de entonces de don Adolfo Ruiz Cortines, quiso que fuéramos para que lo viéramos a él allá y de allí mandarnos a Palacio Nacional para hablar con el presidente de la República para el apoyo y en efecto se nombró una comisión: Guadalupe Covarrubias, Reyes Rodolfo Flores, Jorge Zárate, Enrique G. Rodríguez Ontiveros y Adalberto Ortega Solís, los cinco que fuimos comisionados de todo el grupo de Juventudes Intelectuales de Jalisco”, dijo.
“Nos mandó con el secretario particular del presidente Ruiz Cortines al apoyo, (ríe a carcajadas) nada más que ese fue el primer tumbo que tuvimos en el trayecto de Bucareli a Palacio Nacional porque se designó candidato a Adolfo López Mateos, o sea que nos quedamos colgados del alambre. Regresamos a Guadalajara tristes, cabizbajos y derrotados. Pero seguimos unidos en el grupo”.
Señaló que el único que se acomodó mejor fue González Gortazar, “El Chacho”, y formó un grupo que se llamó Juventudes Progresistas de Jalisco.
“Nos quedamos en la lona. Sin embargo, van nombrando candidato después de don Agustín Yáñez, a don Juan Gil Preciado teníamos una gran relación y don Juan nos mandó llamar y fuimos nosotros los que lanzamos el primer manifiesto apoyando a Gil Preciado. Me acuerdo muy bien, yo litigaba, me fui a los Juzgados, allí estaba el STJ en el mismo edificio frente al Teatro Degollado, los juzgados de Economía y Hacienda, la Procuraduría, el Consejo de Notarios y el Registro Público de la Propiedad.
“Llegué al Juzgado donde era juez don Alberto Orozco Romero, que había sido mi maestro en la Facultad de Derecho y estaba con él don Guillermo Cosío Vidauri, los dos mis maestros. Me acuerdo que estaban viendo el desplegado de nosotros, me saludaron y no me hicieron ninguna pregunta como buenos políticos”, destacó.
Don Pancho era buen político, no parecía pero sí lo era. Me nombraron vocal ejecutivo de la Planeación del Norte de Jalisco, porque mi tesis la titulé Los Problemas Económicos, Sociales y Jurídicos de la Región Norte de Jalisco. Don Juan me preguntó: ¿Cuál va a ser su tesis? y le dije los problemas agrarios de Jalisco y me dijo no. no, no y me sugirió la que hice y me la publicó el Banco Popular, mil ejemplares y volaron porque a los seis meses no había nada. Estuve muy ligado a la región norte y muy curioso cuando quise ser diputado no me dejaron y cuando quisieron ya no pude porque tenía mis compromisos profesionales, como la Notaría.
Durante el sexenio de Francisco Medina Ascencio fue el vocal ejecutivo de la Comisión para el Desarrollo del Norte de Jalisco, luego el “que me ofreció ser diputado fue Guillermo Cosío Vidauri”, pero esta oportunidad política la desaproveché porque en ese entonces era presidente del Colegio de Notarios y “estábamos terminando la casa de la sede de los notarios”.
Destacó que ha ejercido el notariado sin interrupción desde 1965 y luego “me dieron la titularidad de la Notaría 20 desde 1977”.
Dentro de la actividad notarial fue presidente del Consejo Nacional de Notarios, luego de 50 años de
dominio de notarios del entonces Distrito Federal y el Estado de México. Es decano tanto del Colegio de Jalisco y Nacional de Notarios.
“Yo no soy de los que me voy a quedar ni sentado ni inactivo. Pero les he dicho a mis hijas que cuando me empiece a fallar el “coco”, allí sí me retiren a fuerzas porque no puedo estar ejerciendo ésta digna función.”, remató.
LA VISIÓN DE UN JURISTA
_ ¿Cómo visualiza la época actual de la política?
_ Hace unos años, si consulta la Portada de la (revista) Portada de México lo dije, ahí está escrito en 1996: El PRI, soy priista, y sigo siendo priísta y me moriré siendo priísta a pesar de, porque las instituciones se componen de personas y no son las instituciones las que fallan los que fallan son los individuos y cuando los individuos que tienen una gran responsabilidad, en este caso de un partido, si no entendieron que había que formar a los jóvenes, darles oportunidad, y lo dije en 1996, ni siquiera ahora, ya para entonces dije: “Ya no cuenten conmigo para la política activa, hay que darle oportunidad a los jóvenes, hay que renovar al partido”.
Expresó que el PRI ha hecho “muchísimas cosas y ahora resulta que lo único que son una bola de sinvergüenzas, cuando, bueno vemos la paja en el ojo ajeno, todos los que nos dicen eso son peor o igual que nosotros.
“Cuando se habla que se está atacando la corrupción, híjole, veo que le sale sangre a quien dice eso. Por la boca, se muerde la lengua todos los días y a todas horas, es inconcebible, -refiriéndose al presidente de la República- pero no hay oposición. No la hay ¿dónde está?, ¿dónde está?”.
Adalberto Ortega criticó el que en los partidos “no hay cuadros, el único que tenía cuadros era mi partido y ¿qué pasa?, nada, qué lástima”.
_ ¿Qué vislumbró en 1996 y que avizora actualmente?, se le preguntó.
_ Lo mismo, son los mismos, no entienden que ya están viejos, no porque esté uno viejo y ya no sirva, no, tiene uno su lugar, es decir los jóvenes se olvidan que deben recibir los consejos de los viejos.
Pero qué vi, vi que estábamos descuidando a la juventud. Vi que los estábamos nada más utilizando, vi que no les dábamos oportunidades, ya en la vida práctica, eso es lo que vi entonces y ahora ya se recrudeció, nada más véalos.
_ ¿No hay cuadros?
_ Creo que no hay en ningún partido.
_ ¿Qué visión tiene del futuro?
_ El futuro es de los jóvenes y sigue siendo de los jóvenes pero también ellos necesitan empujar y a veces los que empujan no los dejamos llegar, les ponemos obstáculos, eso es lo malo. Hay que alentarlos y guiarlos.
_ Hemos vivido tres transiciones, del PRI al PAN, del PAN al PRI y ahora del PRI a Morena…
_ Creo que han servido para sacudirnos un poco de que debemos actuar en democracia, pero todos, no cuando subimos al poder se nos olvida la democracia y entonces queremos ser autócratas. Es más, hasta se nos olvida la Constitución.
Esa es la democracia también, se puede decir que legítimamente fue electo, sí pero legítimamente
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también hay que actuar conforme a la Constitución.
_ ¿Cómo evalúa al gobierno de la República y de Jalisco?
_ No soy nadie para evaluar, porque además son los años y a veces los caminos tienen que enderezarse, Todos los presidentes al segundo o tercer año están en lo más alto de su popularidad y terminan dónde, en lo más bajo. Entonces cuidado.
Los gobernadores, bueno, conocen el ambiente, conocen el medio y a veces es necesario también como hicieron algunos gobernadores, voltear hacia los viejos a los que tienen experiencia y sobre todo recurrir a los técnicos
_ Se había imaginado que un Presidente de la República mandara una carta al ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación?
_ Ja ja ja ja ja –ríe a carcajadas-, bueno perdonen que me ría pero es para reírse. ¿Cómo es posible? Yo admiro mucho a una persona porque es mi amiga desde hace más de cincuenta años... Se llama Olga Sánchez Cordero. No he hablado con ella para nada, pero he hablado con otras personas cercanas a ella pero con ella no porque no quiero ni siquiera molestarla ni nada. La conozco muy bien, ella fue la primera notaria, su papá era notario, su hermano era notario por cierto un gran internacionalista.
Estoy seguro que (AMLO) no le preguntó a una ex ministra de la Corte y si le preguntó, a lo mejor no le hizo caso. Entonces digo no, no, de veras uno se pone a pensar ¿cómo es posible que se diga que el juez actuó muy rápido?, pues ¿qué esperaba que se tardara días? Cuando el juez está concediendo la suspensión provisional o sea para que no afecten los derechos del particular. Ahora no está juzgando, está diciendo espérense que las cosas queden como están ahorita para poder resolver lo que va a hacer, luego sigue la declaratoria de la suspensión definitiva y luego viene el fondo del amparo y eso todavía se va a llevar mucho y va a haber muchos amparos además.
Luego Ortega Solís exclamó: “¡En qué país estamos!” y le restregó al Mandatario federal: “En un país que se ha distinguido por sus grandes juristas por Crescencio Rejón de Yucatán, por Mariano Otero de Jalisco, por Ignacio Luis Vallarta. Cómo si el amparo ha sido un ejemplo en el mundo”.
_ ¿Cómo está el notariado en Jalisco?
_ Como en todo hay muy buenos, hay buenos y hay regulares, pero afortunadamente los últimos presidentes del Colegio y voy a decir nombres: Adrián Talamantes y Fernando Gallo, han actuado convenciendo a los mismos compañeros que recuerden que ser notario es un honor y es una gran responsabilidad de carácter social, académico y fundamentalmente ético.
Los notarios tenemos una gran responsabilidad de estarnos capacitando continuamente y frecuentemente y qué ha hecho el Colegio de Notarios contínua y permanentemente estamos capacitando. Fui uno de los fundadores de la Academia Nacional del Derecho Notarial.
Tenemos que estar al día.
_ Para diciembre tienen elecciones ¿ya se están preparando?
Pues algunos ya están calentando motores.
Explicó que los decanos platican, cambian impresiones,
analizan a las personas y ven las posibilidades que puedan tener, pero “los analizamos fríamente aunque cada quien tiene sus candidatos, pero hay que ver por el bien del Colegio”.
_ ¿Y la línea de Casa Jalisco?
_ No, la línea generalmente se quiebra o se tuerce, claro que hay veces que obviamente se interesa y tiene razón el Ejecutivo de interesarse.
SUS LOGROS
Por su trayectoria académica, el notario Adalberto Ortega Solís ha sido reconocido con el Premio Francisco H. Ruiz, los reconocimientos Mariano Otero e Ignacio L. Vallarta de la Facultad de Derecho de la Universidad de Guadalajara, en quince ocasiones. También se mereció la distinción Rector Licenciado Enrique Alfaro Anguiano, como maestro forjador de juristas de la UdeG; Premio Jalisco 2013-2014 en el ámbito cívico del gobierno del estado de Jalisco.
Y el 17 de febrero de 2015 recibió el nombramiento de Maestro Emérito de la Universidad de Guadalajara, además recibió de la Portada de Oro que otorga la revista PORTADA DE MÉXICO a quien se distingue por su labor en beneficio de Jalisco y México.