Ritmo Núm. 33
Director
Benjamín Barajas Sánchez Director invitado
Édgar Mena Corrección de estilo
Alejandro García Dirección de Arte
Reyna Iztlalzitlali Valencia López Formación
Julia Michel Ollin Xanat Morales Diseño de Portada
Isaac Hernández a partir de la obra “Cuento azul” mixta sobre tela de 300x450 cm. de Amador Montes.
© Derechos reservados 2018 Universidad Nacional Autónoma de México. Ritmo es una publicación trimestral, editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, Ciudad de México, a través del Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Naucalpan, Calzada de los Remedios 10, Colonia Los Remedios, Naucalpan, Edo. de México, CP 53400, teléfonos 53600324, 53600325, correo electrónico: naucalpan_hortensiaserra@yahoo.com.mx. Editor responsable: Édgar Roberto Mena López, correo: langenau@hotmail.com, Certificado de Reserva de Derechos al uso Exclusivo: 04-2016-122015302500-1002, ISSN: solicitud en trámite, Certificado de Licitud de Título y Contenido: 17035 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impresa por Gráfica Premier, Domicilio: 5 de febrero 2309, Colonia San Jerónimo Chicahualco, CP 52170, Estado de México; este número se terminó de imprimir el día 27 del mes de marzo de 2018, con un tiraje de 500 ejemplares, impresión tipo offset, con papel couché de 120 grs. para los interiores y cartulina sulfatada de 12 pts. para los forros. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores y no ref leja necesariamente el punto de vista de los árbitros y del editor. Se autoriza la producción de los artículos (no así de las imágenes e ilustraciones) con la condición de citar la fuente y se respeten los derechos de autor.
[índice] Editorial 4 Movimientos de la leche 7 Andrea Alzati Departamento Bonsái 9 Herson Barona El lenguaje de la sabiduría 13 Yetzel Becerra Navarro Cántico en tres partes 16 Daniela Birt Un Dios lubricante 21 Tania Carrera La chica que se ha quedado sola 23 Mariel Damián Grito en Oriente 26 Aline Doniz All the lonely people 28 Selene Flores La teoría del todo 31 Luis Eduardo García La música de Iyov 34 Omar Jasso Casa abajo 37 Frida Librado Tejiendo en Laredo 41 Arturo Loera Señor Protozoario 43 Kevin Martínez Aire para la nieve 45 Ivana Melgoza La puesta en marcha del tejido cardiaco 47 Adrián Mendieta Moctezuma Anamnesis 50 Clyo Mendoza
Bellas pesadillas 55 Tania Mendoza Daguerrotipos 57 Eva María Merino Mi nunca jamás 61 David Meza El libro de la enfermedad 66 Daniel Miranda Terrés Gelsomina 69 Christian Peña La metáfora del sol ilustre 71 Pablo Piceno Oficio de amor 75 Katia Rejón Cuando muere un árbol 78 Bruno Ríos Orden invisible 81 Jesús Aurelio Rivera Imitación de la lluvia 84 Irma Torregrosa Bostríquidos 86 Nicté toxqui Sphera 89 Emmanuel Vizcaya La caída de los muros 93 Alejandro Baca Prolegómenos para el lector 97 Itzel Patricia Ortega Arte e ironía: Xavier Mesa 100 Juan Carlos Franco Hechizos de luna: Reyna Barrera 103 Alejandro García Autores 113
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Editorial
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frecemos esta antología de poemas, en muchos casos inéditos, de autores jóvenes mexicanos, como una muestra de lo que se está escribiendo actualmente, en nuestra literatura. Muchos de estos jóvenes tienen una incipiente trayectoria, sin embargo, su trabajo en redes sociales, lecturas colectivas y otras antologías, da muestra de su camino recorrido; da muestra también de la altura que alcanzarán futuros vuelos. En Ritmo, consideramos que es fundamental cederles la voz a los jóvenes, ya que a ellos les toca mirar el mundo que se ofrece, con su violencia, con el cúmulo de miseria o de sorpresa. A ellos les tocará la tarea de aprender la lección de la poesía y, tijeras en mano, escribir desde este noble oficio que eligieron. La poesía, cierto, no intenta alzar la voz para ofrecer soluciones o criticar; en tanto que ésta no es panfletaria, sin embargo, la palabra nombra y renombra al mundo, le confiere una voz y canta; porque la poesía es canto, en principio. La poesía canta con el mundo, nos ofrece una posibilidad para soñar, para sentir, para reconocernos como seres humanos. La sonoridad de la poesía estalla para acalla el dolor del mundo, para cantar a la ciudad irreal, para esgrimir nuestra declaración de amor o de odio, para cantar la Nada. La poesía, como ese balbuceo de los niños pequeños, intenta asir al mundo para entenderlo y también, por qué no, para otorgarle un nuevo nombre. En este sentido, en medio de un clima de violencia y miseria, ofrecer una antología de poetas jóvenes representa una salvación, cierto, mínima, pero al final es un descanso frente al cúmulo de soledad que ofrece el mundo. Imaginación y crítica | Ritmo
P O e S í A
nUeVAS VOceS de México
La renovación poética es un proceso que nunca se detiene, aparecen nuevas voces, nuevas plumas, los estilos y las formas cambian paulatinamente, sin embargo, hay momentos en la historia en los que ese proceso da un salto impredecible y el mundo se renueva. Un salto como el que ha ido ocurriendo los últimos años en méxico y cuyo impacto ha generado un renacer poético. aquí una selección de algunos de los jóvenes que están revolucionado la escritura nacional.
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Movimientos de la leche ✑ ANDREA ALZATI
[el poema puede decir...]
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l poema puede decir dinero y no puede decir amor decir amor es igual que no decir nada extender un silencio hasta que ya no sea sólo la ausencia de sonido sino de cualquier otra cosa puedo decir me quedan doscientos ochenta y ocho pesos en el banco pero no podría decir a nadie te amo tanto, qué tanto puedo decir dinero y dotar al poema de cierta frescura cosa terrenal ligera y honesta y entregar el poema con la seguridad de que si digo dinero digo algo cierto
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no puedo decir te amo porque no puedo ya nunca imaginar tal escenario para decir te amo en primer lugar, tendría que salir de la casa y encontrar alguien que me escuchara pero la casa crece el espacio para llegar a la puerta es cada vez más largo la casa se ha apoderado de todo mi dinero de todo mi amor de todo mi silencio esta casa me lo ha quitado todo el poema que diga doscientos ochenta y ocho pesos que diga la verdad que se calle
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Departamento Bonsái ✑ HERSON BARONA [Restauración] What’s broken can always be fixed, what’s fixed will always be broken. Jens Lekman
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ntes de irnos quisimos dejar las cosas como las encontramos para abolir nuestra presencia: descolgamos los cuadros y devolvimos su blancura a las paredes, lijamos el piso de madera para borrar nuestras huellas (mientras perdíamos en la lija la memoria del tacto: las manos sin caricias, sin huellas digitales) y restauraste el fragmento roto —esa grieta sobre la que tantas veces caminamos y que, muy pronto, aprendimos a ignorar, como se hace con las cicatrices de heridas que ya olvidamos cuándo y cómo nos hicimos—, esa grieta por la que se escurrían los días y que mostraba, oscuro, al fondo, el frágil esqueleto de la casa; metáfora burda de nuestro propio fondo: la parte rota de nosotros que no supimos restaurar. Ritmo | Imaginación y crítica
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[Repartición de bienes]
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espués de perder tanto, de tanto repartir lo ya perdido, sacamos algunas cosas sin dueño: los muebles donde ya nadie quería sentarse a comer o guardar las tardes bien dobladas en los cajones de madera. Los dejamos en la calle, tomando el sol y la lluvia en la acera, esperando —¿ellos también?— una segunda oportunidad. Eran como animales lentos que, después de pasar toda su vida en cautiverio, tienen miedo de existir fuera de unos límites seguros. Eran como nosotros. Porque no hay manera de que no dejemos algo nuestro en el camino, sin querer. Nos vamos quedando en las cosas hasta que nos quedamos finalmente sin querer. Y nos quedamos otra vez con las manos vacías. Y no sabemos cómo irnos. También somos como esos Imaginación y crítica | Ritmo
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animales lentos y con miedo que cuando presienten que ya no hay más se alejan en silencio a morir oscuramente en un lugar lejos de todo para no causar más daño.
[Cosas que guardé en una bolsa por si un día te vuelvo a ver] El vestido que usaste en año nuevo, un par de botas para el viaje a la nieve que no hicimos, y otro, que dejaste la última noche que pasaste aquí, una camisa a rayas, arrugada, que olvidaste en la mudanza, tu cepillo de dientes, unos tenis que te arrepentiste de comprar, los calcetines color menta y varios libros: El pequeño mecanismo de los acontecimientos, dos de Pron, una novela danesa, y los cuentos de Miranda July con tapas amarillo canario: Nadie es más de aquí que tú.
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El lenguaje de la sabiduría ✑ Yetzel Becerra Navarro
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na esencia de ti encontramos en el llanto, desdichada te creen, sé que eres tú la del templo; quien me empapa, quien escucha los símbolos de la muerte, hemos hecho de ti una morona despreciable, sé que en tu camino estoy, me abrazas, me limpias al pasar, recuerdo aquella vez: Mamá contó centavo por centavo, golpeaste mi rostro a los seis años, a esta altura escucho tus pasos a distancia, mi bota salpicada por el charco dibuja tu rostro, descarapeladas y descarapelados. Aquí estamos: viendo de nuevo el zapato pasar, —Se inundó la casa, ¡No hay que comer!— Y los mangos escucharon; se dejaron caer. La caja de zapatos es un cuarto oscuro en donde vive el mar, esa pluma que la paloma abandonó es un barco plateado. ¿Qué haremos? El niño subió persiguiendo la pelota y tiro las láminas, los vasos han quebrado su silencio, la mesa su transparencia. ¿Qué haremos? Sin casa Otra vez tú, provocando el llanto.
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[El cuarto de polvo]
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omo huellas entramos al cuarto de polvo, paso tras paso, gesto tras gesto.
La noche; huracán revuelto en tus cabellos arrebata deseos, silencio, una pregunta se abre en el universo, petrifica con su aliento helado la zona arborescente de mí ser. Los gatos mecen en sus colas nuestro destino, abren la puerta y nos miran lúcidamente para que les regalemos algún mimo, tú vas y cierras, ofreces una disculpa por el desorden de la habitación y señalas el techo donde el cemento ha sido tallado por el tiempo: allá un zorro, allá Ítaca, allá un ojo, un oído de la obscuridad y por vez primera sobre la noche menguante nuestro barco, nuestro cuarto que se cae a moronitas nos lleva, nos contiene, nos transporta y nos alumbra, dejamos huella donde murió la huella. Una aguja cae y la lluvia nace en el yermo, cables de luz cruzan por el cuarto como lianas y me dices: Mis abuelos cocían ropas con olor a jazmín. El ropero cuenta la historia de unas polillas que apenas ayer brillaban como granito de oro. Tú me vas leyendo y la televisión emite un zumbido para hacer más real el campo de girasoles, pareciera
un fenómeno que delata la otra orilla pero acaso ¿No hemos esperado lo suficiente para este encuentro? pero acaso ¿No creemos en la savia de nuestra ternura? Descubro las pestañas de lo incierto, tu cadera de arena que poco a poco sepulta mis caricias, las lianas se sumergen bajo nuestro cansancio, los ojos, nuestros benditos ojos se cierran y llega un torrente de lágrimas; la botella, los cigarros, los libros flotan y un trueno acalambra el aire, chocan los símbolos, las sábanas se rasgan, la misión de encender una llama bajo esta tormenta, se cae el techo, se cae el equilibrio, se caen las casas, se caen los árboles y el cielo, la marea golpea nuestras caras y todo ocurre aquí en el cuarto de polvo, a los veintitantos años, el sillón sirve de barca y deslizas tus dedos entre mis cabellos para calmar la violencia de las olas, lejana nos resulta la orilla, ¿Recuerda cuál era tu caracola? nos espera para hacer nuestra espiral de vidas pasadas, un alga crece en tu pie y los peces cosquillean las costillas de mi cuerpo, las siluetas germinan, el sol atraviesa las ventanas, algo nos llama, en la superficie flota una llave, la siguiente aventura es el desierto, las tormentas de polvo nos arrodillan una y otra vez. Imaginación y crítica | Ritmo
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[Movimientos] Lo enigmático Es también carnal. José Lezama Lima Primer movimiento Noche agrietada; caminamos, un taxi alumbra la V que formamos al ir de la mano. nos persigue, subimos, los grillos cantan, advirtiendo luz de luna. Segundo movimiento La higuera hinchada por dar los primeros frutos, nos mira en la cocina y reconozco la mesa, la vitrina, las sillas, tu madre sonríe, a tu abuela jamás la he visto, una cortina fúnebre y vieja me dice: ¡Bienvenida! Tercer movimiento Un hombre carga su cuerpo con sus muletas, es el mismo que conducía el taxi, habla de otro hombre que tenía dos piernas. Tienes la misma frente de tu padre. Reverdece el jardín que hace tiempo el fuego carbonizó. Cuarto movimiento Pies descalzos, cuidamos el silencio desnudándonos, la puerta se cierra y la noche pasa.
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Cántico en tres partes ✑ Daniela Birt [Nigredo]
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oriré en un fuego de mi propia creación para no tener que verte nunca. Viva para los muertos, muerta para los vivos: me voy a perder en una ensoñación en la que nunca exististe. Abrasada entre mi propia leña verde descubriré una libertad que no te concierne. Prefiero la brasa, la pústula, todos los tejidos derritiéndose de mis huesos que tus manos y sus sombras una vez más sobre mí. Moriré entre flamas de mi propia creación, encendido con tu llegada, pero arderé suave en la noche, rodeada de fuegos fatuos sabiendo que ya nada de esto es tuyo, ni podría haberlo sido nunca.
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[Albedo]
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on un eco que me llama te despido, sólo hay plumas nuevas que me han brotado, y al sentarme otra vez a tu lado claman a gritos tomar vuelo; plumas tan blancas que casi transparentes los filamentos se me destilan y pulen este corazón mucoso en uno yermo, que fértil tierra anega entre la brisa. Una ánima purgada se arrepiente de todos los malviajes de la vida, mas tú, máscara siempre presente, te jactas de la huida con sonrisa perenne, que te tengan compasión todas mis huestes: árboles de invierno petrificados y de resina; cuando me embarque hacia las atormentadas flores, dejándote menos que un suspiro. Que vengan con la brisa vespertina todos los pensamientos nebulosos, los huevos de cristal o esos abandonados juguetes de aire, flotando sin rumbo. Que veas como me esfumo de tu vida, cal y brezo que rueda en los páramos y en gotas se vaya extinguiendo la última brisa de mi anhelo.
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[Rubedo]
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amosa puta de Babilonia [Arde en el infierno.] Falla de mis fallas [Arde en el infierno.] Fraude envenenado [Arde en el infierno.] Fiera desgarrada [Arde en el infierno.] Farsa de colores [Arde en el infierno.] Bisagra de la muerte [Impronta de la impureza.] Branquia de todas las cloacas [Impronta de la impureza.] Bilis corrupta del enfermo [Impronta de la impureza.] Bola de cebo en llamas [Impronta de la impureza.] Báculo de las perversiones [Impronta de la impureza.] Oráculo de las desgracias [Lárgate de nuestras vidas.] Ombligo del pecado [Lárgate de nuestras vidas.] Ojo del demonio [Lárgate de nuestras vidas.] Ollada caída de las virtudes [Lárgate de nuestras vidas.] Ondina tirada al desperdicio [Lárgate de nuestras vidas.]
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Asco de todos los ebrios [Vianda que se debe quemar.] Azufre de los ortos podridos [Vianda que se debe quemar.] Araña indemne y tóxica [Vianda que se debe quemar.] Astilla infecta en las plantas [Vianda que se debe quemar.] Antorcha de Nerón [Vianda que se debe quemar.]
RR Ciudad de México. Septiembre, 2016.
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Un Dios lubricante ✑ TANIA CARRERA [Una iglesia]
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marrados a cada uno de tus dedos, los hilos sobrevivientes a la crisis. Afilados hilos de cobre que te unen a lo que ha quedado: la repisa roja que soporta tu obsoleta Enciclopedia de las Bellas Artes, los libros de tus amigos, la lámpara que tardaste dos años en poner porque no tenías taladro, la tapa de la caja de fusibles que camuflaste con generosas cantidades de tinta dorada, tu mesa para dos, tu fregadero verde olivo. Hilos de cobre tienen tus manos agachadas, no miras tus palmas, no tienes nada más que lo que posees. Dijo: aquí te dejo un lugar en la tierra, como diciendo esta es tu casa pero diciendo de aquí no sales. Te dejo mis viudas de polvo, la identidad de la familia un porvenir seguro pero diciendo un porvenir decidido, de aquí no sales. Cuéntame de sus palmas blancas, ¿puedes animar la imagen todavía en el pedazo de memoria? cuéntame del último día que lo viste, sin nada a cuestas, más que sus palmas blancas bien vacías apartando el aire. Apuesto a que en sus ojos había una liviandad que no lograste reconocer.
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Dijo: aquí te dejo esta casa porque sé que no dejarías a tu hermana en la calle como diciendo no dejes nunca a tu hermana en la calle pero diciendo espero que tu hermana no te deje solo nunca. Esta casa, mi silla de paja blanca en un jardín que conozco antes que exista, ¿qué pasará con ella cuando me crezcan espejos en las manos?
[Purraja] Escogiste una habitación para nunca reconocerla. Tu pedazo del mundo por un mes, puede perderse entre sí mismo. Llenarse hasta perderse. En otras palabras, tu principio fundamental es resanar lo grande con lo chico. El hueco respira adentro, una pequeña burbuja sube por tu esófago y llega hasta tu rostro. Ahí revienta la duda cuando no encuentras algo. El hueco respira y en cascada la acumulación de todo lo que no posees te repleta, y al tiempo encuentras la cartera bajo tu saco. Cabecita de alfiler.
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La chica que se ha quedado sola ✑ Mariel Damián [Visión del cielo]
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uando era niña creía que el cielo tenia la textura de un algodón de azúcar. Después supe que no era cierto, que en el cielo hay varias capas de gases y que al tacto todo eso es ausencia. Pero eso hoy no me importa, yo tengo la certeza de que el cielo tiene la textura de una lengua, una lengua rosada y húmeda.
[Cartas de tristeza] Alejandra Pizarnik se volvió mi amiga después de recibir mi primer carta de tristeza. Por qué me dejaste sola —escribí, por qué te suicidaste en una estrella y dejaste que el tiempo juntara nuestras lágrimas en el cementerio. Alejandra, no estoy muerta pero en mi cuerpo sólo hay agujeros negros. Ritmo | Imaginación y crítica
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Tengo la voz de un pájaro enfermo y mis ojos sólo encuentran lugares que se inundan en mi nombre. Ella vino a mí con ojos de neblina para llorar la ausencia que engrandece los huecos del mundo. Alejandra sabe de soledades y ve oscuridad en la luz que se entristece. Por eso viene de noche, lo sé y me cuenta historias que no han pasado. Para que estemos menos solas —me dice, y pienses en algo, aunque no llegue y sientas algo que no sea el vacío y desees algo que, por favor, no sea la muerte
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[Letras perdidas] A mi abuela Enedina Hace mucho tiempo, una mujer quiso escribir poesía, y no lo hizo o tal vez sí, no lo sabemos. En esa época donde siempre era de noche, había mujeres soñando las estrellas anhelando la vida de otros, a escondidas, sigilosas, con miedo. Porque el mundo no era para ellas, el destino era otro, era materno, estaba lejano siempre enterrado en la tierra como semillas de flores que no germinan nunca. A veces, a mitad de una clase de Biología, pienso en ellas como pienso en la historia de mi abuela. Ella hubiera sido botánica, lo sé había un jardín de bugambilias en sus ojos, hablaba en el idioma de la lluvia, hablaba en el idioma de las nubes con tristeza y me decía: —Enséñame a escribir, mi niña, para enseñarle a los muertos Aunque lo último que sepa sea leer mi nombre en una tumba. Enséñame lo que aprendes en la escuela. A mí también me hubiera gustado escribir poesía. Ritmo | Imaginación y crítica
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Grito en Oriente ✑ ALINE DONIZ
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rena ardiente en los bolsillos. La guerra nos persigue con las manos manchadas de azul y blanco, de negro, verde y rojo, o del color que tenga la intolerancia y el odio. La guerra no conoce más lenguaje que el grito herido del soldado, del huérfano a la mitad del infierno, de la torpeza de sus fieles practicantes, del mundo que mira con el ojo vulgar de los medios. Todos al llamado de Israel-Palestina, como si de aporía se tratasen como si Alà o Hashem bajaran a premiarnos los oídos por lo buenos que hemos sido con el que ha perdido la voz y las manos. No amigos míos, esta no es una sentencia a la historia de las armas ni una petición por la ingenua felicidad de los pueblos. Este es apenas un susurro a la consciencia, una súplica a lo elemental, un intento para hacer de la vida humana un deber. Tan sólo es algo que alguna vez soñé...
[Beirut nunca duerme] Es tarde, y Beirut nunca duerme. Afuera tres mujeres de ojos morenos caminan, pasean entre las calles que huelen a cordero. Una posa la mano por el velo que le cubre la cabeza, las otras se pierden en el horizonte ¡Ay! esta ciudad es para recorrerse de noche con los ojos clavados en alguna estrella, con el símbolo del cedro entre las sienes. Es que Beirut nunca duerme. Quizá desde 1943 con el puño alzado en la independencia Imaginación y crítica | Ritmo
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y el Mediterráneo hincado a sus pies Saldré hoy a repartirme por tus paisajes, a elevar mis pasos frente a una mezquita, a verme en la mirada de una fe danzante. Lugar de montañas, contrastes y dabke. Llévame en tu suelo, el suelo de todos. Aunque el bostezo se haga cada vez más grande yo permaneceré despierta hasta el tercer rezo de cada día, porque Beirut, sin prisas ni demoras, nunca duerme.
[Si te da por escribir…] Me han dicho que la escritura es un arte que se hace de espaldas a la vida. Posiblemente para ver salir el sol por la llanura o para no ver cuando uno va cayendo por la colina. Se dicen muchas cosas sobre los poetas, que se inventan mundos porque en éste ya no caben, quizá la verdad sea que se acostumbran a pasar de largo respirando su propio aire.
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All the lonely people ✑ SELENE FLORES
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l empleado imbécil que quemó la cinta de tu única película se dice a sí mismo entre el olor a chamusquina que tan excitante encuentras que hay incendios más oportunos que otros. Cada garabato tuyo reducido a cenizas en la recámara intacta de tu infancia. El acta de nacimiento se la llevó la inundación, tus amigos te preguntan si no has visto alguna langosta sospechosa pasearse por tu ventana, tú no te ríes, sellas tu departamento aun sabiendo lo impredecible de los terremotos, lo absurdo de vivir en un tercer piso. ¿O serán tus perras quienes te coman? Una orillada por el amor enfermo de hija y padre que se tienen la única manera en que podrá asirte, lamiéndote las llagas para que se estén abiertas hasta dejarte en carne viva y te sepas animal tu perra, te quiere ver igual desvalido y a merced de su saliva, ungüento de maternidad para mi útero. La otra no es tan sofisticada, si te come será por hambre y por hastío, qué cabrona es la costumbre, ¿o tú qué crees? El ratero disléxico que te saque la cartera del bolsillo, aviente el dinero por allá y se desaparezca trepado en la italika -robada tambiénse llevará consigo todas tus identificaciones y un buen montón de fotos escolares que cargabas por descuido. Mírate, mírate ahora cómo desapareces y ríete, Marty McFly, qué chistoso es verte desvanecer del álbum familiar es lo que siempre quisiste, Imaginación y crítica | Ritmo
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tú que tanto sabes de deseo, de morir, de Pacman y The Smiths Tus amigos esnobs comentan después de un espectáculo soso pero bien cobrado con cocteles de nombres apenas menos interesantes que los suyos cuál es el mejor asador argentino de esta ciudad podrida y tú, que siempre sabes cómo sacar una sonrisa te doblas las mangas de la camisa blanca Hugo Boss y gritas eufórico ¡a mí también me encantan los cortes! Mira que yo no conozco un vacío más grande. Siéntate a ver, hombre Eternal Sunshine of the spotless mind cómo tu hermana gemela se pone naranja de tanto autobronceador y pretensión americana tu abuela madre dice, ¡los ojos siguen siendo los mismos! justo antes de que se ensarte infectados pupilentes verdes y quede, aparte de tonta, ciega. ¿Dónde vas a estar cuando ya no pueda mirarte el espejo de tu hermana y reconocerse en ti? ¿Dónde vas a empezar a buscarte cuando olvides contraseñas y nombres de usuario y claves de banco víctima de los estragos de las drogas recreativas y sociales? ¿A quién le vas a preguntar tu nombre? Dios Padre mismo no recuerda tu bautizo ¿Dónde vas a ser cuando pierdas las llaves de tu departamento? ¿Dónde vas a ser cuando los documentos escolares se los traguen las polillas? ¿Dónde vas a ser, lamento sordo final iterativo de película mediocre? Entérate desde ahora, que no porque yo me acuerde te voy a dejar vivir en esta ni en otras memorias, no te pienses próximo Eleanor Rigby ni Father McKenzie, yo me haré cargo de que nada se escriba en tu nombre. Esta será mi venganza muy distinta de la que escribe Cardenal para Claudia: que un día llegue a tus manos el libro de una famosa poeta te reconozcas en sus líneas, veas tu nombre entre sus líneas y que sólo tú lo sepas. Ritmo | Imaginación y crítica
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[Internet se trata...]
Internet se trata de pedir a unas y otras cuentas correos para reestablecer contraseñas, uno no para de recurrir a la memoria más blanda, aunque que se esfuerce en cambiar y formula variantes solamente de la que abría la cuenta primera (por ejemplo, si se tenían catorce años entonces, la nueva contraseña dice veintiuno, Ejemplo21, así) Internet se trata de responder varias veces al día, a un robot no soy un robot -que séde llenar formularios que pretenden probar quién soy y pueda ingresar a mi información personal. es que uno siempre termina por olvidarlo todo.
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La teoría del todo ✑ LUIS EDUARDO GARCÍA [Ayer vi la teoría del todo y recordé los buenos tiempos]
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l principio la poesía venía a mí bailando. Sus ojos verdes combinaban con los tiernos botones que tenía para ofrecerme. Platicábamos por horas de bacterias y planetas. Después algo pasó. Sus pies se torcieron y su boca. Sólo entendía la mitad de sus palabras. Los meses pasaron. Seguía viniendo a mí pero usaba dos bastones; más tarde una silla de ruedas. Su voz era un molusco deshaciéndose. Cuando ya no pudo hablar ni mover otra cosa que un dedo conseguí una máquina para poder comunicarnos. Todavía recuerdo la primera (y última vez) Ritmo | Imaginación y crítica
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que escuché su hermosa voz de robot: “este hilo rojo es para ti”, me dijo. Pero no supe de qué hablaba.
Hola, soy un bot de Adrienne Rich (en fase beta) Imagina que quieres escribir un poema sobre una mujer que entreteje el cabello de otra mujer. Mejor sería que supieras si las mujeres del poema podrían respirar y permanecer unidas o si sus cuerpos podrían pertenecerles realmente. El lenguaje puede pisarnos el cuello, puede ocultarnos en sitios estrechos. La tentación de lustrarlo es muy grande, ¿pero existe un impulso interior o algo nos controla a distancia? ¿Te darías cuenta si ambas mujeres quisieran escapar? ¿Te darías cuenta si perdieras todo rastro de filo? Tienes que saber esas cosas.
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La música de Iyov ✑ OMAR JASSO
[El sonido de Facebook]
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equeño bambú, donde la garganta del viento. Pequeño, pequeño bambú: el aliento roído, los árboles se albergan. Bambú del fin del mundo, el polvo es el motivo. En el muro, como un dios de paredes reluctantes, donde fluye la cabeza obstinada, en el adiós vacío, en lo nuevo guardando la paz. Esconde la sonrisa, se arrepiente brillando. Pequeño, apenas si bambú, con los colores puestos a morir de modo idéntico una vez, para encarnar este el costado que temí. Pequeño, sonando así el vacío como esa boca, avanzando al refresco, entre hombrecitos. Su corola es verdad. Saqué el cereal, meditando. Pequeño, si lo fuera, todavía si el inmenso Santo de tus ojos, como las puertas que cerraban las muchachas con miedo. Recogiendo pelos, bambú, vivo en la foto donde mostré mis pechos desconfiada, pequeño, pequeño, la culpa de la cuchara de su propio reflejo.
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[El fruto del esfuerzo] Déjame arrepentirme de tocar todavía, de los pájaros huecos que entablo con mi pecho. Qué dormitorio inmenso, qué daturas. La rotura infranqueable del solar cocotero. Y los alfalfares déjame, sucinta como oído, entre los valles misteriosos donde atrae el azul. Pues no tengo mañana en el reposo ni apenas corazón que me mataras. Entonces como un dos inseparable caminaré prestada en el resabio, si quemara, de mi beso. Déjame. No fui verdad, en los racimos lo lamento.
[El ángel en la higuera] La higuera tiende al buda, los higos procelosos exhalados duramente se derraman en papilas de pájaros sin término. Las cosas pulsadas ya sin hacia ni dentro, colosos en harapos de torrentes pasean por el lenguaje donde pasas, donde piensas el mundo que la oscuridad tiende como una mano angosta y transparente. Solo, por el noble sendero edificando, como si bien supieras que estás vivo, como si lo que vives lo supieras. Bajo los hombres hay ratones. Vigas de papel vendan el infinito. Cajones menstruales, ah, la mirada de Hölderlin y los amigos descascarando las palabras. Allí da a luz el diablo Ritmo | Imaginación y crítica
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delirando lenguajes, enroscando escondites, como temblaban los amores frente al ángel del arte. Allí pone su huevo a la sombra del buda, pasan los tigres y beben la leche, una flor les da permiso.
[El falso gato] Dilata tu nacer para la vida, tu corazón temprano que tiran largamente ratones y muñecas. Desnuda el corolario de regazos, a menudo lo que está afuera te conoce. Pero los ramilletes, los maullidos que enturbian el sueño corpulento, la fuente obesa donde roba el estéril arquitecto los colores de columnas movedizas donde caen y se pierden los novios encelados. Inconsútil karaoke. Pero la memoria a escala, pero la novia sobrenatural, como desabrigada por las muchas manos. El ambiente de la cabeza. Ya contrito, el niño flota por los hados y cruza la serpiente que tira caravanas de saliva. Luego se acerca el gato, hiende el rostro y vuelve a ti, tú pudiste mirarlo de cerca.
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Casa abajo ✑ FRIDA LIBRADO Mi cocodrilo blanco es gigante más grande que mi casa. Se acuesta conmigo en el suelo del mar. Ambos estamos panza arriba. Para no mirarnos tanto, nos distraemos con la luz que resbala desde la superficie. Estamos bien. Me sonríe sin ruido. Y estoy bien. Qué tremenda indiscreción sería preguntar lo que sea. Sonreímos panza arriba. No podemos movernos. Tenemos todos los huesos rotos y estamos bien.
[El sacramento de mi abuelo Elí] Vamos a hablar ahora de mi abuelo Elí porque me gusta que él sea un veterano gringo, olvidado en la mitad de cualquier camino que lleve al calor de una soledad augusta y recatada. Mi abuelo fue otro de esos ineptos que no supo morirse a tiempo y tuvo que regresar a seguir siendo. No sólo eso, mi abuelo Elí no se dio cuenta que regresó para ser omnipresente, un dios, el de la pureza estacionada y seca. ¿Lo ves ahora atravesando ese pasillo? Mi abuelo Elí ascendió de plano por medio de un estadio de violencia despedida desde su empatía mamífera con un cerdo. Mi abuelo Elí es un dios. Omnipresente. El patrocinio deítico de mi abuelo Elí no fue protagonizado por un manto mariano, hiperbólico ni martírico; fue sólo mí solo abuelo Elí martillando Ritmo | Imaginación y crítica
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un cerdo. A un cerdo. Aún cerdo. Más aún, cerdo como si Tras Tras el martillo atrapara un arriba transparente, un breve Sacramento que lo hiciera más Dios vía el cerdo. El cerdo que mi abuelo Elí perpetraba a martillazos era menos cerdo cuando chillaba , era más bien, casi mi abuelo Elí. El tan cerdo que mi abuelo Elí amasaba se dividió y resultaron entonces dos cerdos, así mi abuelo Elí. Tras el martillo Tras Tras ambos cerdos: uno ahogándose de sangre hacia dónde no hay más ruidos, el otro, el aún martillando no cabía de mamífero en el rostro de mi abuelo Elí. Mi entonces cerdo abuelo Elí germinó del todo en un hocico tan simpático que su ascendencia ontológica fue irremediable. La iconografía, sin embargo, le iba bien: un rostro de lechón bien montado en unos hombros robustos y cargados de martillos irreverentes, una aureola de luz adolorida que partía de sus orejas y desembocaba en todo el rosa de su semblante.
Aún vivo mi abuelo Elí no sabe un pito de su ascensión. A la hora de sus desperdicios matutinos, lo abrazo mucho, le grito historias de las indias tontas y caderonas que él solía robarse de los jacales. Le digo, entonces, que a veces lo extraño mucho.
[En la montaña no] Matan un chivo en la montaña. La sangre hace rebotar a los dioses, los pone, cómo decir, como buenas gentes. En las montañas la crueldad nunca. Sí la risa, los dientes blancos, los aires a pedazos y los sombreros en tonalidades neutras. Se toma neutli para contar los chistes. Un chivo de montaña sabe que su sangre es deber cíclico cosquilleando sobre tierra. La sangre entonces nos rebota sobre los pies. Me gusta calientita Imaginación y crítica | Ritmo
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sobre mi cara de monte. La sangre que se saca de los chivos se usa para la sangrita que acompaña la carne: yo me robo un cajetito de sangre para mi cara de monte. En las montañas no eres cruel; cuando abres poquito el cuello de los chivos. El chivo se queja únicamente cuando hay visitas. Las visitas, por piadosas, no dejan morir al chivo, y el chivo, ah, tiene que ser machacado desde las costillas, con las palmas de los señores que cuentan chistes.
pata arriba
Sale más sangre del cuello cortado del chivo cuando los señores le rompen las costillas desde fuera. Los órganos se revientan porque el hueso astilla cuando los señores de voz más honda cuentan sus chistes. Oigo más claros los chistes cuando las palmadas en las costillas quiebran la queja del chivo. El chivo se adoniza cuando lo cuelgan pata arriba para que la sangre baje más más con la prisa de mi cara de monte secándose a pulso su sangre quejumbrosa.
a z i n o se ad
cuando lo cuelgan
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Tejiendo en Laredo ✑ ARTURO LOERA
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ramos yo y tres pobres viejas al cruzar la frontera.
Éramos cuatro piltrafas, cuatro puños de lodo al cruzar la frontera. Cloto se quedó dormida en la catedral de San Agustín. Tuvimos que abandonarla pues mi madre me enseñó que así es la vida. Láquesis llorando por su hermana desbordó las aguas del lago Casa Blanca, ah que la fortuna de morir ahogada en lágrimas, ah que la fortuna y el afán de morir tras los países. Átropos sólo me veía con una rabia tranquila, como de siglos y siglos, con su mirada también diciendo: mira estas tijeras llenas de polvo, mira el hilo que mis hermanas han abandonado, mira esta nueva tierra que no tiene nada para ti. Qué viaje más largo, señor. ¿Dónde han quedado las migas para volver a casa? ¿Por qué se han oxidado estas tijeras aquí precisamente? Anochece en Laredo. El amanecer se trata de seguir tejiendo.
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Postal de Tijuana
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n una playa de Tijuana, la que es dos y una en su inocencia, el sol en ocasiones decide no salir. Se nubla la frontera en la mirada gaviota. Hay veleros a lo lejos que parecen velas de cumpleaños sobre el mar. ¿Qué arena tan extraña es ésta? Como muerta. Han pasado los mejores años de mi vida entre las luces inmigrantes de ciertas calles. Todo turista es anónimo. Tijuana es triste para los suyos, hay que decirlo. El lugar más feliz sobre la tierra para los extranjeros. Encontré a Simbad construyendo un castillo de arena pero qué arena más extraña era, como destruida de antemano, gris en su esperanza. Del otro lado duerme a pierna suelta el rey Sharyar. El sol en ocasiones decide no salir. No debería sangrar en esta hermosa mañana. Sin sol, en este mar sin rabia, resignado. Una postal del adiós: una gaviota comiéndose los ojos de Simbad.
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Señor Protozoario ✑ KEVIN MARTÍNEZ
[Baño de esponja] La pastilla de jabón es un submarino nuclear anegado en aguas enemigas. En pleno esquivar cauteloso de juguetes, minas de contacto boyante, su misiva se retrasa: bombardear con torpedos-lípidos distintas capas de mugre; hasta la parte abisopelágica de la tina un grupo de estómidos custodian al tapón de hule con cadena que funge como ancla, que impide la formación de torbellinos. Una palmada desata marejadas, naufragio de cabellos, y las natas aromáticas de espuma se asimilan a manglares blancuzcos que se irán por el desagüe.
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[Tos seca] La epítasis no se dio en medio de una sala de envasado, revisa las cámaras: en tu colmena-garganta alguien quitó los espejos, tiraste versos directo al benzoato, no se desintegraron, aunque un murmullo quedó quedo. Sobre la superficie aspirina escribes prosa, salmodias invaden el parapeto, ha llegado el profesor y teología tiene de sobra. Regala ácido y clavos, los dos crucificados, ofrece una misa con puros penachos danzantes, nos echa sulfuro bendito, directo a las piedras: a ver si así infección cede, suero domina, yugular tropieza con pentagrama. Usía hizo bien al tratar de expulsar fierros por la garganta, no había otra forma, esa tos furiosa venía programada, pídale tarifa si expectora más de lo debido. Finalmente el dextrometorfano no aplicó más cargos alucinatorios, pero no volví a devorar iglús en exceso.
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Aire para la nieve ✑ Ivana Melgoza [Este momento...] Este momento se está yendo ante mis ojos sin saberlo.
[Te escribiré un poema...] Te escribiré un poema que le de voz a estas palabras que no puedo decir, que no logro trazar y que podrían salvarnos, si siquiera las usáramos.
[Quiero que mis piernas tiemblen...] Quiero que mis piernas tiemblen con la luna, que el tiempo nos reconozca y salude del otro lado de la calle. Quiero salvar un trozo de aire para la nieve, media hora o 23 minutos para que, cuando el otoño se olvide de caer y nuestros nombres sean un recuerdo de hierbabuena, en ese momento de dulce dolor acitronado, tengamos el tiempo para mirarnos a los ojos y recordar el aroma de las jacarandas cuando nos queríamos con imprecisa cordura roja.
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[Sería una ingravidez...] que volvamos a vernos una tarde cualquiera, en un rincón del año y sin sentir demasiada impotencia. Luis García Montero Sería una ingravidez decir que no estás aquí cuando en días nublados la ciudad se inunda de algo tan parecido a tu forma de leerme las manos. Días inmensos me rodean como hormigas cansadas, exiliadas del calor, huyendo en círculos, rodean tu imagen que se figura a un terrón de azúcar, a una tarde de martes cualquiera. Se demora el ocaso en las ventanas y en los amantes, pero en ti un poco más que en todos ellos. Sé que aunque la tarde tenga patria en tu silencio, no dejaré de verte cuando canten los mirlos en martes y al elevar la mirada te reconozca y nos riamos. Al igual que en los días de mayo, corrompidos por la lluvia. Lo sé, sería una ingravidez. Las cosas están configuradas con tu nombre. Pero también sé, que de todas ellas la ausencia es la primera en llamar.
s o Imaginación y crítica | Ritmo
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La puesta en marcha del tejido cardiaco ✑ ADRIÁN MENDIETA MOCTEZUMA [fragmentos]
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Para que de la voz surja mi nombre para que de la carne surja mi nombre deshojé mis pestañas me arranqué los ojos para nunca mirar mi imagen y aceptar la descripción de aquellos que me miran. Apartado de esta oscuridad, apartado de la luminosidad, abro mi carne marchita y emana de ella mi voz tenue desquebrajada sonrisa entumida: mi presencia. Y divago en toda la dicha que no tendré, en mi piel arrugada, las sábanas enmohecidas; pienso-digo-grito en las palabras inventadas y envidio a aquellos que esperan en el umbral de la muerte, quienes ya no le darán la menor importancia a la palabra pues el respiro y el silencio serán las únicas señas de que todavía hay un rescoldo de luz en sus ojos. • Mejor haberme castrado
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lanzado en trozos por el risco, mejor ni pasado ni presente porque estar con las manos acalambradas y los pies fracturados se asemeja al agua estancada, a la tierra sin cultivo. Mejor haberse ahorrado el incendio de mis huesos la puesta en marcha del tejido cardiaco; Para que así, las llamas que me impulsan fueran solamente un suspiro: la furia que de su propia materia formara aire con sonido de pájaro, la estructura transparente donde la vida ensancha, la forma que mantiene presencia en todos los rincones la forma que solamente roza bordea palpa al mundo, sin poseer un mínimo centímetro de su magnificencia.
[Años de agua] Llueve mi mirada cuando inicia el silencio, retacha en las ventanas, escurre. Los ojos inundan la ciudad con mi tristeza mientras mi cuerpo desolado, marchito, tiembla transparente en la noche; ciego, guardo mi dolor y contemplo el sonido del mundo. Algo presienten mis labios: una forma que desconoce mi organismo fuego dentro de la lengua cuerpo que encierra una aurora boreal; algo ruge en mi pecho y rasga mis pulmones como si mi sangre fuera un mar de gritos un océano de palabras. Imaginación y crítica | Ritmo
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Algo se manifiesta ante el silencio: el sonido de una sombra el desierto que reposa sobre una mirada. Algo me auxilia ante la pérdida de mis ojos: voces dentro de mi voz hambre ansiosa de extinguirse concatenación de deseos. Habría que detener al mundo, inundarse de silencio para descubrir mi salvación. Habría que ser animal sin instinto para entregarse a la incertidumbre, enfrentar a la vida con las manos amputadas y contemplar el sonido de una caricia, la estridencia de un beso y saberse vivo con el tacto de la carne, con la alquimia que dibuja la unción de dos lenguas. Habría que olvidarse de la pupila, resignarse a contemplar el mundo a través de los labios.
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Anamnesis ✑ CLYO MENDOZA [Primera cianotipia] ¿Tiene sombra el vacío? ¿Existe el párpado gigante de Dios que mece a los niños nacidos en la muerte? ¿Si tengo fe, Dios arrancará a mi hijo del océano? ¿La sangre de este niño pasó del mar al polvo, ha vuelto a mí, me ciega? Quiero llorar esta espesura. Esta mañana para Ofelia fluyó de vuelta el pez del dolor. Padece el golpe del agua, le estallan los nudos de la sangre. Sí, hoy es SALVAJE el nuevo vientre de su madre. Esta es la carne de los sedientos: Carril 1: El muchacho sin piernas traza con su cuerpo un refugio vertical Carril 2: A Ofelia el agua le grita verbos venenosos Carril 3: La mujer de treinta años está aprendiendo a flotar Carril 4: Una muchacha con cáncer siente que sus alas se pesan con lodo Ofelia o tosco árbol marino, la adicta de los doce pasos, la madre del hijo sin sepultura, El caos, la cucaracha infranqueable penetra desmiembra muerde el agua tronante El agua eres tú, Ofelia, dice alguien. Ella detiene el nado, hay algo que se desune de su vientre. Piensa: Hijo, que esta astilla nos perfore a todos de una vez. Imaginación y crítica | Ritmo
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Y sí, de golpe el mundo es testigo. Ofelia es sacada de la gruta azul su sangre resuena en las banderolas los nadadores huyen de la piedra que entinta el agua. Pero el muchacho manco, perplejo, es alcanzado mientras mira a Ofelia volver en sí sobre el azulejo. Está inmóvil porque reconoce de sobra sus ojos aerolitos el desgaje la pérdida
[Segunda cianotipia] Ofelia con su voz de diluvio preguntó: –¿Es cierto eso, hija? ¿Te violaron? Toda la Ofelia cisterna se agita. Siguieron volando las minúsculas flores en las ciudades de polvo —Sí, abuela. Quién se lo ha dicho, quién repitió la verdad multiplicándola. —Eso me dijo tu madre por teléfono Largo silencio. Ofelia no mira a Ofelia, clava la mirada en la bolsa de agua que ayuda a espantar a las moscas. —Pídele perdón a Dios, hija. (Ofelia, nacida un año de números redondos, feto con doble vuelta de cordón umbilical, riesgo de asfixia, cesárea improvisada. Cuatro semanas prematura.) Ritmo | Imaginación y crítica
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—¿Pedir perdón? —A Dios gracias que sigues con vida... —¿Pedir perdón? Silencio. Están regadas por la estrella equivocada. —¿Viste sus rostros? —No Mentira —¿Los conociste? —No Mentira Silencio. (Ofelia, nacida un año de números impares, su madre la alumbró junto a un arroyo, la fuerza del agua la arrebató del vientre, limpió la profunda sangre, lamió la herida. Ofelia, tres semanas prematura, nacida frágil bajo la sombra de un cedrón. Casada a los trece con su virginidad intacta.) —Qué más le dijo mi madre. —Que está sembrando rábanos en su jardín. —También intentó hacer crecer flores azules. —Las flores azules son imposibles.
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Bellas pesadillas ✑ TANIA MENDOZA
[Homenaje a los sueños.] Nunca amamos a nadie. Amamos sólo la idea que tenemos de alguién. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos. Fernando Pessoa.
Sólo espero soñar, aunque sea la más bella pesadilla. Que se acabe el recuerdo de las veces que fallamos, que se termine la grandeza de lo diminutos que somos para el mundo, que mueran las palabras que mataron a mis amigos, en las noches de verano y que se me olvide que estoy siendo asfixiada por el vapor de mis propios orines. Que me dé amnesia la falsedad, y que lo falso no me parezca hermoso. Que griten los afectados, los afectados que dejamos dos días antes de la destrucción de la ciudad. Que se pierdan las sombras que tenías detrás de los dientes, que simulaban a sudor, y promesas en una cama maltratada, unas horas antes del fin del mundo. Que no le quiten lo virgen a la playa, que ya nada me sepa a medicina ni a pequeñas destrucciones. Que no me lleven a vivir a un acuario sin saber nadar y que me repitan diariamente; nadie ama cuándo se encuentra obligado a hacerlo. Que no vuelva a amar lo mismo que repudio, que se me acabe el miedo a perder cosas, Ritmo | Imaginación y crítica
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personas, vida, porqué después de todo, somos más de lo que perdemos que lo que conservamos.
[A un marinero] De vez en cuando habemos curiosos que venimos a visitar las zonas de tu cuerpo, aunque con motivos diferentes. Eres tangible ante mis manos. Pero todo lo tangible se desvanecerá poco a poco. Mi amor ensimismado tiene más litorales que una playa, te observo —dormida guardas las voces que me invitan a zarpar tus pechos de nuevo y a convertirme estrella de mar suspendida en el asombro de tu sexo. Me pongo de rodillas ante la simetría perfecta de tus olas y con el rostro surcado te tengo y me siento grande. Más grande que el olvido. El que tú leas estas palabras es sólo una posibilidad con el tiempo, se va el sol sin ti, pero se vive.
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Daguerrotipos ✑ EVA MARÍA MERINO [Desayuné cereal...] Desayuné cereal con leche esta mañana. Penélope, mi golden terrier, derramó un espeso hilo de baba que se asentó viscosamente, formando un manantial de saludable consistencia. Es decir: de entre sus belfos resbaló una insinuación, como una gota de sudor de una ventana, o como un disparo de mosquete endurecido in media res. Pensé en trapear el piso para que todos mis dominios quedasen niquelados con la más pura saliva de esa mi Dragona Güera. Penélope no oculta lo que siente y se permite descender mientras respira bien pesado. Mi Güera linda toda obvia, esos ojotes-pestañotas de chantaje alimenticio. Condenada. Le cedo el desayuno, cómo no; le cedo incluso este momento literario; lo que sea yo le redacto para que sienta entre los dientes una croqueta o el nudote de la apófisis de un hueso. Eso le gusta, el tecnicismo, soltarse unos eructos de membrana estomacal que ha procesado erudición. Cuando se tumba panza arriba resulta fácil recrear campos de trigo y escenarios pastoriles, como si Salicio juntamente y Nemoroso ahí habitasen. Garcilaso fue nomás un espejismo entre el pelaje cuando recién, alguna vez, lo cepillé. Por eso en mi Dragona me permito transitar sin que importe demasiado el recorrido, pero sí el sentir bajo los pies cómo respira. Pateo de vez en cuando alguna pulga, si la encuentro succionándole plaquetas, pero sólo si descubro que lo hace por costumbre cultural y no por dar mordisco a unos nutrientes. Penélope relame con un beso apasionado al alimento —Salicio y Nemoroso se miran entre sí nerviosamente— que se interna en la caverna donde penden las salivas que conforman su interior. Ritmo | Imaginación y crítica
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[Dibujando a La Niña, La Pinta y La Santa María] Empapada, una cuarta carabela. —Se ha mojado a posteriori —revela un técnico, mano hundida en la sustancia que empantana lentamente aquel navío. Fernando de Aragón, mojándose las botas en los charcos de pintura azul marino, se aproxima al personaje: –¡Desenfundad vuestro indecente manoseo de aquesta ciénega cerúlea —bajo sus labios aparecen los subtítulos actuales—, mozalbete badajuelo, rastrapajo! El técnico parpadea mientras lee la traducción. Leva una ceja y le endereza —rechinido escalofriante— la corona. Trompetas imperiales ocultan la resolución de aquesta línea argumental. Ni técnico ni cuarta carabela. Maestra Candy acaricia con voz dulce mi hoja Scribe: solamente reproduce tres navíos en el paisaje.
[El narrador] El narrador, desatándole anagnórisis a un Edipo incestuoso (durante este hemistiquio —plop—, extirpación de materia ocular), entretiene la tarde. Es omnisciente. Retrocede en el tiempo —es decir, en Edipo–: le reinserta materia ocular, caminata de espaldas hasta tocar el respaldo de un muro, una tenue succión de la barba. Y detiene la escena para introducirse en Edipo —elaboración conceptual que se talla los ojos—. Apartando las manos del rostro —ya sintiéndose menos hastiado—, se restira en el punto inicial del relato.
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[Tom Hanks halló en la playa una pelota desinflada y la llamó Wilson, como el padre de su padre] Un balón herido se vuelve bidimensional. Un balón herido es impateable.
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Un balón herid o
Tom Hanks acariciaba un balón completamente plano, como el padre de su padre, a quien sólo conoció en daguerrotipos.
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Mi nunca jamás ✑ David Meza Canto de los ríos que se aman (gracias Zurita)
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i niña, quisiera escribirte una enciclopedia. La enciclopedia diría las partes de tu cuerpo. Tu frente iniciaría, como inician los campos verdes donde el pasto crece. Luego tu boca como una torre de carne. Le decía a mi chica, mientras los guardias le miraban las piernas. Yo sabía que todo iba a ponerse feo, pero la noche latía como el corazón del niño. El niño sería entonces el mundo, adornado con moños de vida y con unas botas amarillas para pisar la desesperanza del tiempo. Charcos de tristeza como lagunas reducidas por un láser reductor de partículas. Millones de átomos en mi mano, en mi mano que sólo es una. Millones de cielo, de átomos de cielo, en un solo cielo, refrescante, limpio, puro. Inmaculada tu sonrisa, mi niña. Le dije, pero los guardias se acercaron y su risa se transformó en una cascada llena de átomos rotos. Una cascada perturbada por la risa de un monstruo. Mi niña, mi niña, me decían. Y mi novio se les puso enfrente. Pero como tenía las manos atadas, el golpe que les tiró no fue certero. Unas palabras salieron y por lo visto les atinó en los azules omóplatos del egoísmo, Ritmo | Imaginación y crítica
porque la mirada de los guardias se puso más fea. El cuarto era oscuro, y mis palabras ya no consolaban a mi chica. Cómo le hace uno cuando nada más sabe acariciar con las palabras. El tiempo me retrató entonces llorando. Los guardias tocaron las piernas de mi chica. Mi chica les dijo ¡La gran puta!. Pero ellos se pusieron rudos y me le pegaron. Las galaxias de sus dedos se llenaron de lodo, toda ella. Y mi enciclopedia pronunció su tristeza. Y yo triste la miraba. Sus botas negras pisaban mis sueños. Y mis sueños se vinieron en avalancha sobre los viejos monumentos. Una música eran sus huesos chocar los unos contra los otros. La música me puso triste, muy triste. Tragué toda mi ira. Tragué todos los átomos de un aire vuelto vidrio. Uno le jaló el cabello. El otro le puso la verga en la boca. Y mi novia lloraba. Largamente ella lloraba. Mi llanto corrió como una cascada y limpió mi rostro. Pero limpio y sin ella de qué me sirve la vida. Los malvados, con todos los átomos de sus armas, la golpearon. La enciclopedia entonces vacía. Millones de volúmenes en blanco, millones de hojas en blanco, como una fotografía demasiado cercana de una estrella. Un
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mirar de frente los húmeros de algún gigante abandonado en la playa. Entonces quise escribir una palabra. Pero al verla llorando con el miembro del bastardo entre los labios, nada. Apenas una mordida me di tan honda que me alcancé a arrancar la cara. Primero, claro, fue la lengua. Otra cascada roja de esas que componen el rostro. Luego fue la nariz como un risco de carne suave para detectar el olor de las traiciones. Pero mi nariz no andaba bien por esos días. Así que la arranqué de un solo tajo. Ríos y ríos como delgadas venas quedaron flotando por mi rostro. Serpientes de aire con el torso relleno de sangre. Mi ojos, esos ya no los alcancé con los dientes. Pero el peso de los párpados me resultó bastante. Mi chica llora. Quisiera decirte que mañana todo será diferente. Que podremos comer manzanas sobre la nieve. Que podremos amarnos lejos de estas crueles alambradas. Pero la enciclopedia está vacía, y mis manos ya no tienen las mismas galaxias del principio. Mi niña, el cuarto es más grande que la noche entera. Las estrellas se han puesto rojas y arden en las bocas de los grandes bastardos aquí presentes. Pero ya no llores, que tengo la sospecha que los malditos se alimentan de lágrimas. Mi niña, deja la ropa a un lado. Muestra tus senos como dos galaxias de carne. Muestra tus piernas abiertas como la nieve, como la nieve sobre un libro cerrado. Deja que te toquen tus caireles. El tiempo es más pequeño que el reloj de aquel muchacho. Los ángeles tienen
cerebro lleno de átomos de nieve. Mi niña, luego los militares me tocaron a mí las piernas. Sentí alivio porque al menos ya no serían dos los que te coman. Pero pronto el alivio me arrancó el cabello, pero lo haría de nuevo. Te lo digo. Entonces comprendí que el mundo cabe dentro de dos pechos que se aman. El cielo bañado en llanto. El llanto bañando nuestras sudaderas con las que nos agarraron. ¿Te acuerdas? Tú estabas linda como siempre. La tarde nos cobijaba ante los infortunios. El río nombraba a cada una de sus totoras. Nuestras cabelleras húmedas y nuestros labios. La enciclopedia debería de iniciar de esta manera. Con tus ojos más azules que los azules milenarios de la piedra, o que los azules más milenarios de los mares. Te amo, te lo dije. Y el río se puso a repetir mis palabras largamente. Quién sabe hasta dónde se las habrá llevado. Te lo dije. Y los truenos invisibles del destino, como macanas de tristeza golpeando la espalda. ¿Será que el río es el llanto del mundo? Mi linda chica, no lo creo. Los dioses nadan en esos ríos. Mira sus cadáveres, mira sus omóplatos, sus sínfisis púbicas, sus húmeros, sus clavículas maravillosas. El sacro de Marte flotando río abajo. Mi niña, las aguas de este río siempre son las mismas. Las totoras crecen entre las piedras. Las aguas claras se arremolinan y nuestra tristeza es un ave de paso. No lo olvides. La escápula de los hombres luce igual a la de los dioses cuando se ama. La herida del mundo. Mi niña, por ahora tan solo resiste. En Imaginación y crítica | Ritmo
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otros tiempos lavaremos nuestro llanto con este otro llanto que es el río. Las cascadas como lluvias miniaturas. Las piedras como reflejo de nuestra entereza. Entonces los monstruosos llegaron. Usaban botas negras como el iris de los demonios. Pero como tus ojos eran verdes, más verdes que las triunfales totoras de los ríos, o el musgo de las antiguas construcciones. Mi niña, estoy amarrado ante tu cuerpo desnudo y no eres mía. Alguien te ha robado. Lo lamento. Mis huesos de carpo se han hecho de agua. Mis tenues falanges se han vuelto de aire. Y los militares te voltean, te ponen con las nalgas al aire. El que me estaba acariciando los cabellos te ha pateado el rostro. Y yo que le escupo, pero que ni siquiera le alcanzo. Me siento más pequeño que los átomos. Pequeñito, como el copo de nieve enfurecido que le mancha la corona. El universo mide lo mismo que este cuarto. Pero no hay auroras, ellos apagan sus cigarros en tu espalda. Tu llanto es lo más parecido a una mañana. Los ríos no se escuchan desde este cuarto. Y mi enciclopedia sigue en blanco. Yo quería hablar de tus labios, de tus labios rojos como las cascadas. El menstruo de la niña amada sobre la nieve. De eso yo quería hablarte, pero ahora que estás desnuda ante los malditos. Te lo digo. El cúbito de Marte entre las algas marinas del cauce. Mi niña, lamento no ser más fuerte. Lamento no tener los puños del agua. Mi torácica ira encadenada. El mundo sangra en las cascadas. Hay muchas piedras, pero pocas manos.
Yo pensaba hace unos días. Y ahora creo lo contrario. Y ahora creo que la maldad tiene más átomos que el mismo sol ardiendo. La maldad con la que también se mueven algunas estrellas. Pero yo te amo, te lo digo. Mi niña, miro tus ojos cafecitos. O así los imagino, porque el mundo es incierto y los laureles que son las estrellas nunca terminan de caer a nosotros. Inútil es alzar las manos. Los cadáveres de los dioses se los lleva el río. ¿Adónde? Las botas amarillas del mundo sobre mis mejillas encharcadas de llanto. Terribles los átomos de llanto bañando el mundo. Tu llanto está sucio, me dijeron. Pero no supe qué responderles, mi niña amada. Los cartílagos costales se me hicieron nieve, y así te canté como te canto. Un niño se puso a jugar con la mandíbula de un dios antiguo, era Cristo me parece. Pero las totoras rápidamente hicieron del niño otro cadáver. Las hierbas crecían por entre sus dientes. Filos verdosos resbalando por las maxilares. Tu cráneo se dio de frente contra alguna roca. Y el agua lavaba y lavaba las heridas. ¿Qué tal si el mundo es una herida? Me dijiste, amada mía. Pero las orejas ya se me habían llenado de tristeza. El hueso temporal como la espada de un ángel, se me incrustaba en lo más hondo de mi pena. Mi niña, en aquella tarde, el pueblo entero cabía en tu costado. Las iglesias monumentales sobre tus costillas. Y yo te amé y te sigo amando. Y todas las colonias se me mostraban por tus piernas. Y yo te amé y te sigo amando, largamente. Pero Imaginación y crítica | Ritmo
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el ruido de los dioses muertos contra las totoras. Los dientes de Apolo como perlas de río entre tus manos. ¿Adónde van todos los dioses? Me dijiste, mientras veíamos el desfile funerario de todos los dioses por el agua. Cadáveres y cadáveres como en un armamento que se escurre. Mi niña, entonces los militares te pusieron las manos encima. La pólvora sobre tus nalgas. Lo mismo que el casquillo sobre la hermosa nieve. Yo pensé que lo peor había pasado, cuando el hijo de puta se marchó por sus amigos. Tus ojos eran negros como el iris de una virgen. Entonces las patadas que me daba el otro, el peroné, lo mismo que una rama, me habían roto. Y mi enciclopedia todavía vacía, como aquella casa nuestra que nunca habitaríamos. Los niños que no tuvimos corriendo de un lado a otro por el jardín de mi mano. Pensé, mejor así, por un momento. No merece más niños este mundo. Pero te escuché y te sigo oyendo. Por lo que con mis falanges medias rotas me zafé de la atadura. Te pones necio, cabroncito. Me dijeron. Pero ni un golpe les propiné a los muy malditos. Pero tú no viste nada ya de esto, porque tus ojitos que también tenían todos los colores que no he dicho, se cerraron. No sé si estabas dormida, o estabas muerta. Mejor así, pensé, por un momento. Y mis rótulas se volvieron un nudo de nieve que caía. El mundo no merece chicas como tú en estos días. Pero luego entreabriste tus ojitos. Y me viste, todo herido por los monstruos. Todo con la boca manchada de arcilla. Ritmo | Imaginación y crítica
No tardaron mucho en lo que me echaron al río. Mis huesos se revolvieron con los dioses. Una totora me abrió el cráneo en dos mitades. Las piedras redondeadas por los años hicieron de mi pelvis una mariposa. Pero el vuelo ya nunca lo tuve. Y mi enciclopedia que hablaba de tus ojos quedó en blanco. Una vez muerto pensé que los huesos eran las verdaderas tumbas. Pensé, te lo digo, que nuestro occipital era nuestra más cercana lápida. El río pasa. Pero, ¿adónde pasa? La vida pasa tan de prisa, todo respecto a la duración de un beso. Que es como yo aprendí a medir la sangre en tu presencia. Mi niña, la nieve cayó sobre las plantas. Y las piedras, poco a poco, rompieron mis huesos. Pero mi amor quedó intacto, como una enciclopedia que de tan grande se volvió el mismo armamento. Te lo heredo, entonces. El cielo, mi niña, te lo heredo. Lamento todos los golpes que tras mi partida te tocaron. A la orilla de mi vértebra, un niño jugaba con las aguas.
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El libro de la enfermedad ✑ Daniel Miranda Terrés X ¿Hace cuánto que el amarillo de los días pasa tan lento? No había grietas en las paredes y las ventanas procuraban que el viento amargo no llegara hasta nuestros huesos, tu voz no era un sollozo ni el tiempo había lamido tu rostro. Nuestros sueños han perdido su brillo. También la casa y los árboles han envejecido. Los años caen como hojas secas. ¿Hace cuánto que el amarillo de los días es un león esperando devorarnos?
XI Esta es mi última noche con estos años. Mañana mi edad será otra y he dejado de crecer porque uno termina estancándose en uno mismo. El tiempo se apila como pesadas piedras que sepultan la luz del día. Imaginación y crítica | Ritmo
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El olvido ha agrietado las paredes de la casa, el dolor agudiza en lo oscuro de las noches. Nadie es el mismo después de la fiebre. Debemos comenzar a despedirnos de las cosas. De cada abrazo. De cada beso. De toda música en las ramas. Dios proveerá me dices, y acaricias mis cabellos.
XII La enfermedad trabaja en silencio. No escuchamos sus martillos, no es golpe de remo en el agua. Puede deshacernos el hígado sin murmullo alguno. La enfermedad es silenciosa sombra. Es la oscuridad en la boca entreabierta de los que duermen en los hospitales.
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Gelsomina ✑ Christian Peña Gelsomina (fragmentos)
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l amanecer golpea la espalda de los cerros y corre las cortinas de los párpados. Una luz despiadada se hace en los ojos; los dedos sacuden las últimas motas de polvo que ha dejado el sueño, barren el sopor y las lagañas. Gelsomina amanece con el peso de la almohada marcado en el cabello, con las sábanas enredadas en el cuerpo como los hilos de un títere arrumbado. Su voz, recién despierta, se apelmaza como nube. Hoy tampoco soñó, sólo recuerda una imagen en blanco y negro como las barras en un canal de televisión después de medianoche. Amanece dormida, casi sonámbula. Camina por la casa y, al fin, va despertando al sentir el comedor y la silla; al contacto de las cosas en su sitio.
Gelsomina tiene las piernas duras como el sol contra el pavimento. Con sus dientes podría hacerse un rosario para pedir por los que duermen solos. Le quitaron las anginas a los veinte. Le gusta el elote asado en el comal y el pan de agua. Persigue a los gatos que viven cerca de las estaciones del metro. Sus grandes ojos negros imantan al vacío. Ritmo | Imaginación y crítica
De noche, la carretera se pierde en el paisaje. El camino es un largo bostezo, una lluvia de cueros en un cuarto sin ventanas. La noche lo confunde todo. No sé dónde comienzan los montes ni si al lado del camino hay animales que duermen, Fijo la mirada sin lograr ver más allá de la luz de los faros. Gelsomina duerme en el asiento del copiloto. De pronto, un incendio iluminando las faldas de un cerro es el amor. Los gatos deambulan por la casa y no me dejan dormir. Hoy orinaron las sábanas y tuvimos que recostarnos sobre el colchón desnudo. Gelsomina siempre se duerme antes que yo. Un mosco zumba en mis oídos. Cierro los ojos al salir el sol: recuerdo que nací para dormir cerca de los amaneceres. ¿Qué es un saltimbanqui? ¿Alguien que al caminar recoge flores con la boca? ¿Alguien que duerme bajo el peso del aire libre? ¿Una carta que el amor envía a ningún sitio? ¿Una mujer tan triste que da risa, que deambula sobre la cuer-
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da floja de su suerte? ¿Qué cosa eres tú, Gelsomina, que amaneces cantando tu dolor en otro idioma? Gelsomina anda en bicicleta. Al pedalear mueve las cosas: los perros corretean su sombra, las nubes se desplazan tenuemente por el cielo, los hombres apresuran el paso. También el mundo es una rueda. El sol fija sus rayos en los rayos de la bicicleta y, gracias a las piernas de una mujer, la Tierra gira. Si pudiera tocar esa música. Si pudiera sostenerla en la mano como un huevo tibio, una pelota de esponja. Si pudiera sentir la música de la trompeta que Gelsomina toca en la azotea. ¿Cuánto pesa esa música? ¿Cuánto pesa el aire de sus pulmones vuelto canto? Si pudiera tomar como una piedra esa música triste y romper vidrios con ella. ¿Cuánto pesan tus labios, Gelsomina? ¿Cómo pueden tus labios volverme
más ligero con un beso y, al mismo tiempo, cuando tocas, pesar en el alma como losa? ¿Cuánto pesa lo que canta? ¿Pesa más un kilo de cardenales que uno de alondras? ¿La música va por ahí, cansando al aire, dejando caer en él sus delgadísimos agudos, sus robustos graves? Me pregunto cuál es el peso de tu voz. Pero tu voz no pesa, Gelsomina: tu voz es la balanza. Gelsomina se desnuda, arroja su blusa al cesto, dobla el pantalón, lo acomoda sobre la cama y me dice que un pantalón de mezclilla puede usarse hasta tres días seguidos. Su ropa guarda el sol, el polvo y el ruido de la calle. Le digo que me gustaría usar sus calzones, que la lencería de mujer es más cómoda, que los hombres no acostumbran el encaje. Husmeo el plano cartesiano de su cuerpo, el cielo que me prometió su escote. Desnuda, entra conmigo bajo las sábanas. Imaginación y crítica | Ritmo
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La metáfora del sol ilustre ✑ Pablo Piceno
Mis amigos poetas Mis amigos poetas cada vez son menos. Mis ideas sobre poesía también. Tengo un perro que lame los pies de mi sobrino que borró del suelo a mi perro antes. El niño no lame nada nada le falta Si desarrollo alguna idea será sobre la poesía. Si el poema avanza sin la idea sobre poesía que desarrollo habrá avanzado al menos algo. Repentinamente la lente desenfocada puede ver que a lo lejos alguien canta. Perderlo todo, a pesar de serlo, sería alegría. Oí tus ojos como un recurso quimérico es decir sentir es cada vez con cada año más complejo no se sabe qué Ahora que se rompió mi diente con un grano de maíz he decidido ya no sonreír más en las fotos. La lente desenfocada me conviene.
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Al que peor le va es al perro bravo. El efecto de lamer es la mera y llana desertificación de su lengua. Lo repetiría para la lengua de todos y eso sería una idea brillante lástima que la luz me dé miedo. Si no hubiera luz, siendo muy franco, no habría de qué preocupar. Ni la lente ni la idea ni el niño que apenas hable le evitaré el dolor peor que es no entender.
La persecución de un grillo es más sencilla. La siembra de una bomba en el asiento del piloto del Air France. Incluso lo que me dijo un amigo sobre el narco que ha matado decenas de miles.
La pendiente que ascendí cuando burlados los poetas jóvenes de mi larguísimo oscurísimo poema levanté la cara y no paré me habría escupido si hubiera captado un poco más su atención. La pendiente ya me da pavor incluso el porno es más púdico. Es triste todo triste como un ganso colapsado. El único avance y la victoria cuando escribo este poema probo y torpe a la vez es que vi muy al fin amanecer al perro sobre un sillón acurrucado vuelto niño y eso que nadie le abrió O lo que es peor nadie cerrara sus compuertas Y nos tuvo sin cuidado se durmió plácidamente, sin apenas soltar pelo no quería amanecer al día la tripa fue muy lento / gloria a Dios. El sobrino venido a menos enfermó de influenza estacional se murió en seco
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Mis amigos poetas habiendo leído mis poemas se darán golpes de pecho y dirán Pudimos haber hecho algo por él (pero quién experimenta en poema ajeno) O bien pondrán sobre mi lápida Tras haberme ellos lapidado sin piedad Éste fue un hombre ilustrado hombre de ideas (a quien ni su mamá leía) Pero a decir verdad mejor habría sido que dijeran Negra ignorante muere acorralada por su propio vómito Y apenas enderezar la mente metieran la idea por cualquier globo ocular Venga, ahí está el cuerpo apestado no hace falta apuntar ni lamentarse: ya quedó claro que la parte oriental del orbis mundi está vacía.
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Oficio de amor ✑ Katia Rejón
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asa a veces no lo niego que al ser tan poco útil el cuerpo se va lamentando poco a poco y acabando despacísimo en una sala de espera, pasa también a todas horas que hay alguien, por ejemplo tú, descuidado, dócil que abre los brazos conferido a la niebla entre las plazas, el sol, el pan, las albarradas donde alguien escribió tú nombre y te detienes al recomenzar el día pidiendo a gritos una labor donde no tengas ……………………. digamos que hacer nada ¿y por qué no vienes hoy a tejerme en petatillo? entrégame como una carta a tu madre tradúceme quiero ser tu carne recién cortada, cocíname repárame, vigila la media noche de estas rosas negras con que te miro exhausta entiérrame, múltame sobre el cemento constrúyeme. Canta en las novenas todos mis secretos cierra por último las puertas de mi salón de fiestas.
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Estúdiame desde tu ciencia etnográfica, etimológica, pornográfica mira que soy un imperio sin ley sin pueblo, gobiérname. De cualquier forma, te escribo en la pared, domicilio tu nombre —por si acaso— en su única patria: la pereza
[Sin] Arruinaste los días de junio, octubre y todos mis cumpleaños qué esperabas. No hay más que este silencio lo que queda de un grito que de tan alto fue ahogado. Hay veces que la memoria me despierta para echarte. Se esconde, detrás de ese humor tuyo la forma en la que corriges todo y acercas la mano para tocarme los dedos, un desconocido al que temo. En tu falta, cuando estoy sola destruye las cosas rencorosa y calladamente, deberías ver cómo deja nuestra casa. Y a mí me siembra Imaginación y crítica | Ritmo
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ojitos de huracanes minúsculos y violentos. Cuando estás conmigo lo veo asomarse como una corcova detrás de ti. Hay días en que no puedo mirarte sin pensar que no existes. Y a nuestra casa como un refugio de sombras que salen a la calle vueltas cuerpo.
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Cuando muere un árbol ✑ Bruno Ríos [cómo suena una mariposa] cómo suena una mariposa // cómo suena // el hambre // cómo suena el suturar del barrado // yo // suena el barrado // sueno el yo // otro yo // Yoyoyo Tú // suenas como el barrado de la mariposa que voló // antes // sobre el lago artificial // el lago cómo suena el lago // cómo suena lago, la gola, la gula suena // el lago suena como la gula // como la boca que prueba la mía como el yo //
[Habíamos visto...] //Habíamos visto los Yucatecos // estaban sobre todas las banquetas // /Los habíamos visto crecer // crecer frente al palacio o la casa de bolsa o la oficina de correos// grandes // cubriendo del sol // el aire // el agua Yucatecos: la ciudad jardín // // la Plaza Zaragoza // un hombre infante que recorre entre la gente // una plaza // llena de Yucatecos // en patines Cuando un árbol muere //// no podemos decir a ciencia cierta // qué cosa lo mató// // No eran de aquí // Imaginación y crítica | Ritmo
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Que no eran del desierto // los yucatecos // Y aquí, en la eterna pudrición // // desde que escribo sobre Los Yucatecos // Les cayó la pudrición// Tejana Les cayó y murieron // lentamente // murieron mis árboles de niño Cuando un árbol muere // queda sólo el rastro de su huella // Cuando muere un árbol.
[Meto los dedos...] Meto los dedos. Debajo / encuentro // Siempre // encuentro // | como cuando escarbábamos un túnel en la arena para entrecruzar los dedos, cómplices | / una lata vacía/ / el cadáver de la gaviota/ las algas marinas // / esqueletos olvidados de la pesca / jaibas / cangrejos/ órganos resecos // una pluma de albatros / un bolígrafo / la huella final de nuestra presencia // | Como cuando escarbábamos un túnel en la arena para entrecruzarnos, cómplices | Siempre soñé con vivir un día // entre las palmas // con escribir poemas bajo / las palapas Soñé con el día // con los días lubricados// con el sol Soñé con entrecruzar las manos // debajo de la arena Meter los dedos. Encontrarnos. Ritmo | Imaginación y crítica
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[La luz en las mañanas es...] La luz en las mañanas es // // la luz// distinta // de las mañanas / // poco a poco se refleja / la luz / en el dorso iluminado de un Maquech/ sobre el pecho // de la mujer/ un pecho // Amo el pecho de la mujer// así // // con el Maquech de luz en el pecho // La infinita audacia del Maquech. La infinitísima luminosidad. La profunda tristeza del Maquech que // uno // dos // tres días// semanas // meses Morirá lleno de joyas/ en el dorso de luz // /Amo el pecho del Maquech // ese que no ve el otro lado/ // amo al Maquech que se cuelga de la mujer// //que amo // el Maquech que va a morirse envuelto en su infinita tristeza.
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Orden invisible ✑ Jesús Aurelio Rivera
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l auto en que se fugó José Carlos Becerra lo escribió él mismo en la imagen innmovil del impacto cavar el abismo, caer una calle; un cuerpo desde el reposo contempla su caída: el dolor es tenue e invisible. Auto estimo el reflejo del movimiento automático decadente del ser que frente al espejo no es nadie. ¿De qué se fuga la estrella? Ingravitud de mi ausencia. Un cuerpo como una calle se envaina como una espada, el manto del agua se abre como la herida. Tengo la llave hacia cualquiera de los finales pero escribo en la imagen inmóvil donde soñé estar, sobre el único momento que se ve en el río. Yo me he visto ser mirado desde el instante me he visto estar cayendo en el ojo del agua en que se refleja
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un cuerpo como una calle, un cuerpo como una hoja un cuerpo que toca con manos invisibles: Espejo espejo ¿quién es yo que no recuerda mi imagen a lo lejos? {Un hombre} ¿Qué es un hombre? ¿Qué es un hombre que no es su nombre? {Un momento}
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la llave hacia
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lqu iera de los finales Imaginación y crítica | Ritmo
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Imitación de la lluvia ✑ Irma Torregrosa
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Mi abuela guardaba su sonrisa bajo una piedra. No hay lugar más fresco y fértil que la tierra, la oía decir. Mis pasos de cinco años hacían crujir los corazones de la hierba, mientras el sol cantaba el paso de las horas. La mañana, decía, acaricia las mejillas de los árboles, y sus frutos abren los brazos al viaje único de la caída. Cuando somos pequeños y no sabemos andar en bici cleta, también somos naranjas y ciruelas. Ojalá nuestros padres hubieran sabido que debemos ser como la fruta o la lluvia. Que caemos en la infancia para hacer fuertes las rodillas y caemos en la juventud como un fruto que espera desintegrar su cuerpo para hacer fuerte la tierra. Que caer es más que una ley inevitable, que ni la noche ni la luna se salvan de los tropezones y mordidas de las aves. Que el sueño se ramifica y teje una hamaca para las luces, que también cayeron dormidas.
El cielo se quiebra como quebré la piedra donde estaba la sonrisa de mi abuela. La lluvia danza alrededor del sitio exacto donde ella decidió enterrarse. Quizá vino a parar a este patio por algún ave que trajo su semilla recién germinada, y decidió dejarla. Y mi abuela era una fruta que abría sus brazos al arte de la caída. Y cayó en los brazos de sus padres, en los brazos de sus amores, en el llanto de mi madre-semilla, que continúa cayendo en las trampas de la cotidianeidad. Yo no recuerdo la primera caída. Quizá porque el dolor y la sangre también aprenden a caerse al suelo, y a levantar los pedacitos de piel que dejamos en el pavimento. A tomar la bicicleta y poco a poco temerle menos al piso.
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III Mis caídas se parecen más a la lluvia. Aun así, algo llevo de la tierra en mi cuerpo. Algo tengo de semilla y de fruta. Mis brazos son tímidos al abrirse al viaje único de la caída. Todavía observo con detalle los trayectos de las gotas en la ventana. Panteras inesperadas y traslúcidas, como el arañazo tímido de las luces matutinas. Imagino que mi cuerpo se desliza con torpeza en algún parabrisas y que las otras gotas danzan alrededor del sitio exacto en donde he decidido caer, imitar el baile que realizan como antesala al precipicio. Los raspones en mis piernas traen de vuelta a la infancia llena de flores y tierra humedecida, donde mi abuela se ha enterrado para beber la sangre que brota de mis rodillas lastimadas, de mi cuerpo que alimentará la nota roja de mañana.
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Bostríquidos ✑ Nicté Toxqui Bostríquidos (fragmentos del déficit) Bostríquido : roer : destrozar : acercarse a la luz todo inicio retrasado y todo desarrollo lento alterado del lenguaje que no pueda ser puesto en relación con trastornos masivos del desarrollo o disfunciones cerebrales
❦ Tenemos pocos años y tenemos una lengua. Tenemos cuatro piernas para trasladarnos entre oraciones que subordinan a los adultos. Traduzco tus ojos de lanceta sobre los míos. Qué quieres quiere decir qué quiero. Tienes hambre y sed tengo insomnio y silencio. Tenemos dolor. Impaciencia. Una habla. Pocos años. Nos hacemos preguntas en forma de plastilinas. Moldeamos trenes. Todavía no necesitamos las palabras que se te perdieron cuando naciste. Imaginación y crítica | Ritmo
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❦ Madre llenó la casa de cubetas bajo los focos. Madre llenó el estudio tu recámara mi cama de cubetas. Recuerdas nuestros focos siempre cálidos. Recuerdas nuestra casa llena de cubos. Recuerdas sus muertos cayendo en cubetas. Recuerdas que las mariposas no eran. Tenían alas diferentes. Se nos atoraban en el pelo. Recuerdas. Un insecto desechable. Sin color. Uno que comía los recuerdos de Madre. Nos caían en la cara. Recuerdas. Tiraron la mitad de los libros. No tenían miedo. Las anotaciones carcomidas de Padre. Recuerdas. Las cubetas bichos miedo el noentender. Fascinación de ver ahogados. El desprecio por la caca y luces blancas. Mi madre gritándoles como si algo entendiera su asco. Recuerdas. Nuestros padres vuelcan el agua y sirven nueva. Que de tanta agua aprendimos a no ahogarnos. La última vez notamos humedad en los techos. Boronas en la ropa. Que todavía ponen cubetas. Recuerdas. Madre quería matar el dolor y los insectos. Recuerdas. Que no pudo. Recuerdas. Nadie de nosotros no pudo salvarnos. ❦ No destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el lenguaje, no sabemos si queremos recuperarlo. No queremos destruir el l e, sabemos si queremos recup . ❦ Mi madre encontró a Idel en periódico cuando Idel encontró México en mapas, entonces yo encontré la otra lengua que indecisa en la circunstancia del agua por todas partes Ritmo | Imaginación y crítica
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como nosotros. Idel nos enseñó el escándalo del español. Un gorgojeo con pies mudos. Me senté en la cama muchas veces cerraba los ojos como queriendo escuchar mar que no era mar sino río, uno que apenas parecía irse nunca me dejaron meter los pies, no he metido los pies, porque la circunstancia del agua tiene pipí de perro, pipí de niño, pipí algo Hubo fechas donde todos coincidimos, aun si era valle y no una isla No tuvimos infecciones urinarias hasta que nos aguantamos las ganas más de hora y media, sólo por no salir de un cuarto Idel encontró que el remedio de toda amnesia lingüística era la sopa y arroz. Los puzles, repeticiones, lapiceros, el disturbio. La de la infección fui yo, todavía yo. Infecciosa ❦ La sangre no alcanzó desde antes que supiéramos nombrarla Nadie imaginó que el silencio podía ser un embrión colándose por los riesgos Un niño monolingüe E interrogantes
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Sphera ✑ Emmanuel Vizcaya Medussa desconéctala desclávala desenchúfala dispersa su memoria corta su energía anega su mirada catapúltala desmáyala desconéctala es diez mil serpientes usa una armadura intensa desclávala incendia su guarida escapa de sus cuerdas invade su lenguaje desenchúfala se ha alojado muy adentro te ha clavado los colmillos desconéctala huye como nunca huye de la piedra no alimentes sus espasmos con espasmos locos de tu tórax arranca de lo hondo a su bacteria espinosa extírpala de tu sistema intravenoso ultranervioso desenchúfala vacía su batería sepárale las piezas Ritmo | Imaginación y crítica
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desgasta sus motores desconéctala desclávala desenchúfala sécate los párpados salta del peñasco salta al mar con ella sal ileso.
País(aje) Humeantes se levantan los fantasmas de las ruinas el carbón despide su sentencia de abandono aire devastado y corrupto en el aire devastado y corrupto reflejándose a sí mismo desde un túnel sin fondo encarno aquí mi odio en los hondos precipicios del hartazgo torres que se elevan paralelas como piernas campos de vacío espectral campos de miedo estructuras como huesos de cadáver oxidado camino por los mismos sitios y en la misma época del estremecimiento de la tierra ante las bombas en lluvia horizontal de los metales en el vértigo imparable de las balas Imaginación y crítica | Ritmo
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lo que ha dejado este destino esta violencia es un tiempo herido que se escapa desde la hemorragia de un disparo estas huellas son de plomo estas huellas no se borran el futuro no se encuentra al final del arco iris encarno aquí mi odio como un árbol incendiado eché raíces queriendo estremecer la tierra con mi rabia ni un sólo momento para hablar ni un solo momento para descargar el asco enfurecido y absorto ante las ruinas me desangro ahora arranco mis raíces ya todo lo rompieron ya no hay más que hacer sino seguir andando.
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La caída
de los muros
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a renovación poética es un proceso que nunca se detiene, siempre que exista el habla la poesía sucederá. Aunque en ocasiones los estilos y las formas se estancan dando la impresión que la poesía no avanza, como sucedió a finales del siglo XIX, cuando las reglas rítmicas y métricas terminaron por asfixiar la creación poética. Cuando esto sucede la poesía da un salto y reaparece en el panorama. Un salto que desde hace un par de décadas comenzó a suceder en México y Latinoamérica. De pronto los bares, las redes sociales y las plazas públicas se han visto inflamadas por presentaciones de libros, lecturas o charlas que giran en torno a la poesía. Como si la indiferencia de un mundo Ritmo | Imaginación y crítica
consumido por el capitalismo y el egoísmo hubiese llegado a tal punto que era obligatorio despertar o perecer en la palidez del hastío. Aunque la producción poética en México desde hace un siglo ha sido prolífica y próspera, la diferencia radica en la popularidad que ha tenido. Ya sea en forma de meme o las variantes rítmicas que han surgido como el rap o el Spoken Word, la poesía vuelve al primer plano. Un plano que, quizá, nunca ocupó, sin embargo hoy está presente y día con día gana adeptos y aspirantes. El mito de “la poesía no vende” que las editoriales habían propagado se ve disminuido hasta el punto que ciertos consorcios del papel encuadernado han vuelto a
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abrir sus colecciones con toda discreción me parece que batallaron un poco más, por lo que se pueden considerar casos al percatarse del tráfico que las editoatípicos. Es decir, quienes conocieron riales independientes estaban generando. los primeros blogs y las primeras redes Por esa razón, cuando Edgar Mena sociales desde su adolescencia son los me invitó a formar este número acepté que, quizá sin darse cuenta, presengustoso. Primero por el entusiasmo ciaron como el mundo se encogía. Un que me genera encontrar y reunir fenómeno que determinó significatan buenas voces, y, en segundo lugar, tivamente el crecimiento de la poesía. por la curiosidad que me provoca este Para comprender esto inhóspito auge literario. Así es necesario recordar como que antes de otra cosa quiero surgieron los primeros movijustificar por qué elegí a mientos artísticos. En un prinpersonas nacidas después de cipio, digamos, en Grecia, los 1984 y remarcar que esto es escultores trabajaban el mármol sólo una muestra, la cual fue ya que su posición geográfica formada, principalmente por ahora cada les permitía hacerlo y gracias a voces que responden a un personaje debe esa facilidad lograron dominar gusto personal y a las cuales ser analizado la técnica. Si revisamos, cada pude tener acceso. Lo que de manera civilización veremos que significa que hay otros poetas individual, cada una se caracterizó por a los que me hubiera gustado de acuerdo a el tipo de material que tuvo incluir, pero no me fue posible sus propias a su alcance. Sin embargo, la debido al límite en el número aptitudes, de páginas, así que como dijo características e necesidad económica y política llevó a las diferentes culturas a Homero J. Simpson: “No influencias.” comerciar con mayor ahínco, pude cortar a todos los que lo que permitió que el conoquería, pero sí corté a muchos”. cimiento y las técnicas se trasladaran. En fin, la razón por la que me Las culturas que más lejos se extendían dispuse a buscar escritores nacidos su mano crecían de manera precipidespués de 1984 no fue arbitraria, por el tada no sólo económica, sino social, contrario, me interesa esa fecha ya que política, filosófica y artísticamente. son estos personajes los que alcanzaron a Las primeras épocas como el arte heléconocer los primeros atisbos de las redes nico o el barroco, por mencionar un sociales y, por lo tanto, fueron los que par, estaban limitados a los materiales lograron no sólo comprender su imporque tenían a la mano por lo que sus tancia, sino adaptarse a ellas de manera fronteras temporales abarcaron siglos. amigable. Aunque, por supuesto, hay Con el aumento del desarrollo tecnoescritores que han logrado aclimatarse lógico la comunicación se incrementó sin estar dentro de ese límite temporal Imaginación y crítica | Ritmo
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zarse para comprender las maravillas y el resultado fue una disminución en del Facebook y el Twitter. Generaron lazos las fronteras. Es decir, mientras más con escritores de otras latitudes y, por avanzó la tecnología, los medios de ende, sus influencias artísticas se increcomunicación tuvieron más alcance, mentaron. Por lo que para analizar a lo que a la postre significó un crecilos personajes que forman esta genemiento artístico. Por ese motivo, a ración ya no es posible analizarlos en principios del siglo XX, París vivió el bloque, como en otros tiempos; ahora primer boom. Su producción artística cada personaje debe ser analizado de fue monumental y esto se debió a que manera individual, de acuerdo los creadores de todo el mundo a sus propias aptitudes, caraccorrían a instalarse en aquella terísticas e influencias. ciudad, permitiendo que los Las líneas que manejan son artistas avecindados se empatan distintas y personales que, paran de distintas religiones, si tuviera que definirlos, sería distintos pensamientos filosócomo una generación ausente, ficos y distintas maneras de ver ya que sabemos que está ahí, el mundo. Los periodos artís- Si todo ha sido que existe y ejerce su posición, ticos disminuyeron aún más sus dicho, esta pero no la podemos captar. No fronteras y aparecieron límites generación se hay similitudes con respecto a meramente estéticos o inte- da a la tarea la posición de la caja de texto lectuales. El mundo se había de repensar el mundo sin o el uso de juegos retóricos, encogido, pero no tanto. no hay tópicos en común o si A partir de ese momento permitirse se trata algún tópico como lo el arte se volvió un fenómeno la mínima hace Irma Torregrosa o Tania cosmopolita. Aparecieron ingenuidad.” Mendoza al hablar del mar, cada vez más estéticas, y más no lo hacen desde el embeleso, por el búsquedas, sin embargo, el quiebre no contrario, lo reconstruyen arrastrándolo fue total. Al menos, con respecto a la al problema social o personal. Ven el totalidad que la aparición del internet tópico como un concepto y no como un significó. Después del año 2000 el paisaje. También está el caso de Clyo crecimiento fue asombroso, pues Mendoza o Emmanuel Vizcaya quienes gracias al internet, los giros artísticos hacen de sus escritura un ejercicio libre que en el pasado podían tardar décadas de géneros y oscilan entre la narrativa y en cruzar el océano, ya sólo requela poesía al trabajar desde la horizontarían de unos cuantos segundos. Por lidad del renglón seguido, sin embargo esa razón me interesan estos creadores cada uno maneja sus propias preocupanacidos después de 1984, quienes, a mi ciones. Otro caso es el de David Meza, parecer, pudieron observar esto con quien también trabaja la prosa, pero naturalidad. No tuvieron que esforRitmo | Imaginación y crítica
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hace uso de imágenes deslumbrantes y extrañas, recordando a poetas como Huidobro o Vallejo, sin embargo, como un ejercicio de reapropiación, es consciente de las similitudes y las reinterpreta desde su realidad. O el caso de Pablo Piceno, que retoma la figura del héroe recreándola en luminarias del futbol mundial, pero, en lugar de exaltarlos los conduce hasta su fondo más humano y devastado, dando a relucir las problemáticas sociales y políticas. Aunque a simple vista no lo aparenta, es una generación extremadamente pensante. Si todo ha sido dicho, esta generación se da a la tarea de repensar el mundo sin permitirse mínima ingenuidad. Como el caso de Andrea Alzati, quien en cada poema crea un artefacto único en el que los objetos, los panoramas y las situaciones están profundamente cargadas de significado, pero se esconden detrás de la cotidianeidad y la inocencia. A pesar que planteo un
eje a partir del internet, son pocos los que ven este fenómeno como un problema a poetizar, el internet sólo es un medio desde el cual cada uno nutre su individualidad y aprovecha como una plataforma. Y es esa libertad la que les permite, por un lado, explotar las capacidades de la poesía y, por el otro, derribar los estigmas que han mermado la imagen de la poesía. Por ejemplo, el mito de “L’enfant terrible”, el cual enaltece a los poetas que fueron reconocidos a temprana edad, como Arthur Rimbaud, Eros Alesi o Sergei Esenin. Hoy podemos ver a poetas como Ivana Melgoza, nacida en 1997, quien ya empieza a figurar en el medio literario. De hecho, la mayor parte de los integrantes de esta muestra comenzaron a ser reconocidos desde jóvenes, mostrando que esos casos de “niños maravilla” no era más que un conjunto de circunstancias y que se puede escribir de manera notable si existen las condiciones apropiadas. El ejemplo más significativo es el de Christian Peña, quien antes de cumplir 35 años ya ha cosechado la mayoría de los premios de poesía que ofrece el país. Cada uno de los integrantes de esta muestra tienen capacidades propias y búsquedas personales, por lo que me atrevo a vaticinar que después de esta época las llamadas “generaciones” de verán sustituidas por incontables muestras personales, el espíritu crítico, del cual se había adolecido mucho tendrá que aumentar su rigor, y eso sólo puede significar mucha buena poesía. Imaginación y crítica | Ritmo
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Prolegómenos
para el lector atento
Itzel Patricia, investigadora y crítica literaria egresada de la uam-i analiza el concepto y decreta una serie de máximas alrededor del fenómeno del “poeta jóven”.
Para cada caso, apreciable lector, siéntase libre de acomodar el nombre del o la joven poeta que más le (des) agrade:
∫ Los comentarios dedicados a los jóvenes poetas, en su mayoría, glosan la opinión de algún maestro del individuo creador en cuestión e incluso, en ocasiones, las impresiones que él mismo hace de su novel obra. ∫ La paráfrasis de la paráfrasis agota pronto su originalidad y el elogio desbordado o el reproche melindroso Ritmo | Imaginación y crítica
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imponen el estigma que el o la joven poeta llevará en la frente hasta a) bajar del podio de los acusados y convertirse en juez; b) dedicarse al silencio o, en el más trágico de los casos, c) dejar una obra anquilosada de juventud por su muerte -relativamente- temprana, cuya figura será redescubierta por la arqueología cultural dos o tres décadas después. ∫ Para cada caso, apreciable lector, siéntase libre de acomodar el nombre del o la joven poeta que más le (des) agrade: ∫ Los comentarios dedicados a los jóvenes poetas, en su mayoría, glosan la opinión de algún maestro del individuo creador en cuestión e incluso, en ocasiones, las impresiones que él mismo hace de su novel obra. ∫ La paráfrasis de la paráfrasis agota pronto su originalidad y el elogio desbordado o el reproche melindroso imponen el estigma que el o la joven poeta llevará en la frente hasta a) bajar del podio de los acusados y convertirse en juez; b) dedicarse al silencio o, en el más trágico de los casos,
c) dejar una obra anquilosada de juventud por su muerte -relativamente- temprana, cuya figura será redescubierta por la arqueología cultural dos o tres décadas después. ∫ La proliferación de dichas glosas se debe, en gran medida, a la falta de lectores y lectoras: los jóvenes poetas, inmersos en un sistema censor y neoliberal donde la valía de su obra se encuentra en la cantidad de talleres, publicaciones y becas obtenidas, escriben casi exclusivamente para sus coetáneos, compañeros becarios, y para sus maestros: antiguos jóvenes poetas. ∫ La crítica —más o menos especializada—, dependiente de las mismas instituciones encargadas de otorgar los estímulos financieros, construye el campo cultural pero no trabaja con los textos. ∫ Lo joven entonces, como ya lo ha mencionado Yániz recientemente, no es tanto una categoría estética para las formas poéticas, sino una etiqueta de marketing dentro de un estado neoliberal.
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∫ La poesía es siempre una y la misma.
∫ El lenguaje produce momentos poéticos; la posibilidad de su aprehensión radica en el lector; su novedad, en el descubrimiento que el poeta hace de sí mismo. ∫ No es la inmediatez de la voz del poeta quien nos habla desde la poesía; sino un murmullo vivo que palpita tras el poema. Ritmo | Imaginación y crítica
∫ Lo esencial del lenguaje se traduce en realidad absoluta; la realidad de sí mismo. ∫ La poesía es ante todo una estrategia cognitiva. ∫ ¿Qué cualidad intrínseca separa al joven poeta del poeta?
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ARTE E IRONÍA: Xavier Mesa
Artista plástico mexicano, estudió en la Escuela Nacional de Pintura Estultura y Grabado, “La esmeralda”, y el Círculo de Bellas Artes.Posteriormente en España continuaría con su formación en el Estudio Solana (Madrid), y el Centre d’Estudis d’Art i Atterapia (Barcelona).
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ay en el arte actual (al menos en la zona más novedosa, dirán unos, o más pretenciosa, dirán otros) dos caminos paralelos que empapan la mayoría de la producción reciente: la solemnidad irónica —que de Duchamp llega hasta Jean-Michel Basquiat, Tracey Emin, Damien Hirst, Gabriel Orozco— y la ironía solemne —que de Warhol puede trazarse hasta Jeff Koons, Takashi Murakami, Maurizio Catellan, Cindy Sherman. Existen pocos artistas cuya obra escape a estas tendencias: entre otros, Francis Bacon, cuya falta de ironía puede ser su acierto más grande; Teresa Margolles, cuya falta de ironía puede ser, en cambio, la crítica más potente a su obra; y Banksy, quien supera el proceder irónico para convertirlo en la forma misma de la obra, a través de la ausencia de la institución, los referentes populares, la farsa política y la constante reapropiación de la actualidad. Banksy no es un posmoderno: es un cínico, un animal de la calle que crea arte a pesar de no haber sido condecorado como artista. Xavier Mesa (1975) es un heredero de su tiempo. A pesar de las posibles (y un tanto evidentes) comparaciones con Magritte, Robert Imaginación y crítica | Ritmo
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Rauschenberg y el mismo Banksy, Mesa se situaría en el segundo camino, el de la ironía solemne, pero sólo en tanto que en el centro de su estética se encuentra el humor. Desenfadado, onírico, saturado por una sonrisa interior, el humor de su obra se desfasa de la configuración del arte actual al ser abierto, juguetón, simple, rara vez autorreflexivo. Es siempre una metáfora, y esta metáfora es siempre bienintencionada. El significante, sin embargo, es impreciso: eso que hemos dado en llamar el cotidiano. Lo que retratan las piezas del pintor chilango es aquello que conforma nuestro día a día: un recuerdo concreto tanto como una emoción lejana, imposible de definir. Es, ante todo, una tentativa de presentar la voluntad de identidad y el problema que genera en nuestros tiempos. Es, así, una obra quizás más propia del internet que de las paredes de la galería, más del público no especializado que de la crítica academicista y, como en el caso de Banksy, más de la calle que del curador. ¿Hacia dónde se dirige? ¿Seguirá siendo su humor cándido una ventaja o una promesa sin cumplir? ¿Qué engendrará la falta de ironía: una ingenuidad irrelevante o un acercamiento potente a nuestra realidad? Quizá a Mesa lo que le hace falta es un poco de cinismo: encontrar la forma de su decir sin que nadie lo llame artista.
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HECHIZOS DE LUNA: Reyna Barrera
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scritora de intensa actividad literaria traducida en más de doce libros que abrevan diversos temas y géneros, quien alguna vez señaló “no sólo esperar que te amen sino tú amar”; maestra por decisión —con más de cuarenta años en el quehacer docente en el Colegio de Ciencias y Humanidades—; poeta de originaria intuición: la luna, el paisaje, el bosque, la geografía corporal, las posibilidades lésbicas asumen telúrica presencia en sus poemas y cuentos. Reyna nació el 13 de octubre de 1939: “En mi nombre / está la magia / que me viene de mi abuela / y este tartamudeo / que a veces tengo, me llega / de una tía”.1 Su juventud se forjó dentro de una tradición magisterial, de amplia cultura y activa participación política: su madre, Rosario López Cortés era Ritmo | Imaginación y crítica
maestra en educación especial de quien atesoró sus enseñanzas; su padre “a quien ignoré / porque crecí / con su fuerza y su coraje” trabajó en Ferrocarriles Nacionales; Bernabé Barrera, su abuelo, se labró bajo el sino de la docencia; y su tío Evaristo Barrera de la Rosa fue fundador del Sindicato de Ferronales. No se crea, se hereda, querencia a los libros, a las palabras: la lectura proporciona, además del placer de imaginar, el construir recuerdos e imágenes que, inventadas por nosotros mismos, nunca olvidaremos. Los libros nos proporcionan todo aquello que queramos saber, de aquí se desprende la capacidad para comprender y gozar del mundo que nos rodea.2
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Elena Garro y sus propuestas, de Emilio La formación académica Carballido a Hugo Argüelles y de Sabina De férrea postura asume posiciones, Berman a Víctor Hugo Rascón Banda. con la malicia de la palabra que la caracterizan, Reyna ingresó para estudiar En 1985, Reyna proporcionó Letras Hispánicas en la Facultad de Filoa Gonzalo Valdés Medellín y José sofía y Letras de la UNAM. Ahí amplió Antonio Alcaraz una crítica de teatro su gusto por los libros y las infinitas para que se la llevaran a Huberto Batis. posibilidades del conocimiento, resistió Al ogro filantrópico le agradó su estilo embates misóginos de Ernesto Mejía y pidió una nota semanal para la sección Sánchez, fue amiga de Rosario Castecultural del Unomásuno: “mis ensayos yo llanos, Carlos Monsiváis, Nancy los revisaba mucho, pero aun Cárdenas y Salvador Novo (a así Huberto los corregía. No quien años después le dedicó era fácil escribir para Sábado. su tesis doctoral) y de Carlos Lo que se publicaba ahí tenía Pellicer. A la vez que conoció que estar muy bien escrito, maestros ejemplares como muy bien documentado, muy Sergio Fernández, Julio Torri y bien hecho”.4 Durante diez María del Carmen Millán quien la crítica de años Reyna publicó ahí sus la motivó a la reflexión, a la Reyna se ensayos y críticas teatrales. disciplina del ensayista literario: destaca por la Batis evocaba esa época crisbúsqueda de talizada en la que Sábado dio sin darme cuenta me convertí un teatro sin apertura a diversas temáticas: en antagonista obligada de su concesiones en la crítica teatral hemos contado clase magistral. El coro espe- que abarca raba con interés el aconteci- querencias con maestros como Héctor Azar, miento, de tarde en tarde, de pasadas y Juan José Gurrola, José Antonio Alcaraz, Manuel Capetillo… tal manera que clase con clase, actuales Guillermo Sheridan se probó estaba obligada a responder, polémicas” a preguntar, a comentar, a decir algo. 3
La querencia teatral La crítica de Reyna se destaca por la búsqueda de un teatro sin concesiones que abarca querencias pasadas y actuales polémicas: de Lorca al teatro del Renacimiento, Usigli versus Novo, Antonieta Rivas Mercado y su papel promotor en el teatro de los Contemporáneos,
conmigo en la Universidad pero se realizó en nuestras páginas; contamos hoy con Gonzalo Valdés Medellín y Reyna Barrera López.5
Trayectoria reconocida entre la crítica teatral (recibió el Morelos de Bronce “Mi vida en el teatro” otorgado por la Asociación Internacional de Críticos de Teatro); integrante y presidenta de la Asociación InternaImaginación y crítica | Ritmo
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cional de Críticos de Teatro, sección La poesía México y participante en los inicios de Compañera de toda su vida ––el tiempo la revista Paso de gato. Lo anterior dio sólo existe cuando lo compartimos como resultado la exhaustiva investicon el ser amado––, Sandra Ponce gación Escena con otra mirada (las dramapermeó la poesía de Reyna Barrera turgas incluidas fueron: Berta Hiriart, con una voz propia que no se encadena Edna Ochoa, Estela Leñero Franco, en el adjetivo, que se acerca al ideal Ivonne Reyes Chiquete, María Morett, amoroso: “solas llegamos a la línea / Norma Barroso, Silvia Peláez, Susana donde se acumulan los ocasos / donde Robles, Thelma Dorantes, Veróla memoria cae ebria de / recuerdos, / nica Musalem, Ximena Escapara decirnos simplemente / cuánto y cómo nos amamos”; lante y Gabriela Ynclán). 6 También Reyna fue pionera o “nosotras, únicas, solas, / de la colección los Libros de amándonos, las dos, unidas / la Gaceta ccH que tuvo como en la fragancia de la noche / y finalidad la calidad en su en el abrazo de la ola / o en el edición, prólogo de investigamarisma lunar”. dores de la UNAM y una amplia Los poemas Reyna ha escrito poesía toda su vida. Cursó un taller con Juan distribución entre los sectores asumen del Colegio: Zona de teatro fue con decoro José Arreola con quien tuvo la oportunidad de colaborar en la un libro que reunió las notas ese mundo escritas especialmente para la imaginado revista Mester; pero quien deterGaceta ccH entre 2003 y 2006. de suaves minó su inclinación por la poesía En palabras de la dramaturga nostalgias.” fue Rosario Castellanos.8 En Leonor Azcarate, su prolo1992, Reyna fue motivada, con guista: ese estilo tan propio, por el doctor Sergio Fernández para publicar sus desde el pizarrón Reyna ha sabido poemas. Surgió así, al año siguiente, Mateestablecer un diálogo creativo e rial del olvido editado por Mario del Valle: intenso con sus alumnos y el diálogo “libro escrito a manera de olvido porque genera amistad en el sentido más la persona a quien está dedicado ya no elevado de la palabra; desde el esceexiste; aunque esto más bien es una metánario ha entablado las batallas necesafora porque el olvido es algo que no olvirias con opiniones y propuestas para damos, que está ahí para ser recordado”.9 Los poemas asumen con decoro ese ser escuchadas y tomadas en cuenta mundo imaginado de suaves nostalpor parte de los creadores y actores gias. En una de las críticas más elabomexicanos y extranjeros.7 radas en torno a esta obra se distingue: “la esencia del canto mediante sus Ritmo | Imaginación y crítica
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arabescos y rumores, con ángulos y perspectivas que nadie espera a causa de la seducción de sus metáforas e invenciones”.10 El escritor Armando Oviedo profundiza lo anterior al señalar que: olvidar para recordar, esa es la cuestión, y este poema se aligera desde la memoria y en su brevedad se convulsiona. La producción verbal busca quemarse en la candela de dos cuerpos que se apresuraron en la muerte chiquita, consolándose en renacer con el instante recobrado del lenguaje.11
Reyna asume, sin posibilidad de redención, una poesía de palabra exacta, adjetivo pertinente, adverbio que seduce, pasé por muchas etapas hasta que encontré un estilo propio. Los poemas lésbicos contienen una expresión muy difícil porque el concepto de amor, de relación amistosa, de comunicación con el mismo sexo es, sencillamente inédita en nuestra época.12
Unos ejemplos: “Tu cuerpo ardía / y el orgasmo iluminaba mi alma”; “Las ondas carecen / de la hondura / y de la desnudez / de tu cuerpo” y “Como racimos de uvas / tus pezones / se balancean / goteando miel”. Dentro de los elementos que tiene la poesía de Reyna destacan la evocación del ser amado, la geografía corporal y la señal vegetal, como en la ya mencionada plaqueta Árboles. También Reyna devela,
primigenia, la luna que resguarda los sueños juveniles: “las lunas calumniaban mis deseos. / Tenía quince años y apenas / frecuentaba la calle / los parques / cruzaba los puentes / y ellas, invariablemente, se iban tras de mí, a colgarse en mi ventana”. El crítico Mario Valle explora ese rasgo distintivo: “¿qué representa la luna?, ¿qué nos dice la poeta con esa palabra astral y maravillosa? Símbolo de los seres nocturnos. Del claroscuro. De la revelación alcanzada. La luna es la dama de la evocación y de la memoria. En ella reside la fuerza del mar. Es también nostalgia y hielo. Así la mira Reyna Barrera”.13 Lo anterior se consolida en Lunario. Siete lunas para Sandra, con el cual obtuvo el Premio Nacional de Poesía 1997 Rubén Bonifaz Nuño; y en Luna plena. Imaginación y crítica | Ritmo
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México (LesVOZ, 2008) donde se tratan de romper los moldes, con una diferente visión de igualdad, de las posibilidades infinitas del amor: “algunas escribimos poesía de amor a la naturaleza, de respeto a las madres, para ensalzar a las ancianas, a la madre Tierra, para escuchar la voz de la naturaleza, y esto iguala a los poetas”.14 Por su parte, Luna zoológica (2010) es una deliciosa plaqueta, ilustrada y diseñada por Martha Obregón (profesora del área de Talleres del Plantel Vallejo del ccH). Veintitrés poemas que exploran, conjugan, en palabras de Artemisa Ritmo | Imaginación y crítica
Téllez: “es —a mi gusto— el súmmum del estilo que caracteriza a su autora: una imaginación vivaz, una sensualidad plenamente femenina y una incomparable gracia en el uso del lenguaje”.15 Al través de los poemas, que no se limitan a la grandiosidad del animal, ferocidad o belleza —ya desde Luna plena nos remitían a mariposas disecadas, búhos soñolientos—, bestiario de ocres estepas, de negras selvas, de húmedos manglares y perennes bosques, lo mismo abarca al tigre de “veloz zarpa dorada / —delicada y sutil— / que recorre triunfante la memoria”; que en “la loba, en su agonía, / jalaba el aire por las potentes fauces / buscaba el cobijo de la nieve tierna, / blando crespón de azúcar”; o la golondrina “visitante silenciosa / bajo el ala del sombrero / ocultas la mirad gris”; hasta la humilde “misma mosca coronada / que el poeta clavó en sus versos / con un alfiler de oro”. Versos que evocan en Reyna el recuerdo imperecedero de Juan José Arreola con su prodigioso miligramo.16
La novela Sandra, secreto amor fue publicada en el 2001 por la editorial Plaza y Valdés, Ágil lectura y humor que sigue la noble trayectoria iniciada por Amora de Rosamaría Roffiel como propuesta de disidencia sexo genérica. Sandra, secreto de amor se enmarca en la ciudad de Guanajuato durante uno de los tantos Festivales Internacionales Cervantinos. Los personajes son Luis, y su amante americano que padece sida, Arcelia y
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Eurídice quienes encuentran perenne destino en el Festival. Sandra termina con Ramona, quien la host iga. Una virtud es la presencia erótica que entrama a los personajes femeninos. María Stoopen en su vasta reseña sobre la novela ahonda en esto, ya que:
Años después, Reyna escribió artículos y reseñas en el periódico El Día y libros de variada tinta como Sueño de amor y muerte (1983), Aguatinta (1995) y En la palabra habitan otros ruidos (1997). En 1987 obtuvo el Premio Plural de Ensayo. En la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM Reyna se doctoró con mención honorífica con la tesis Salvador las escenas eróticas lésbicas entre la Novo. Navaja de la inteligencia, publicada pareja naciente, formada por Eurípor la Editorial Plaza y Valdés dice y Sandra—hay que (1999 y 2ª ed., 2011). Biografía decirlo—, recortadas en literaria compuesta de tres moldes clásicos, en que miradas a la extensa galería de las amantes son náyades, pinturas, fotografías y murales sirenas, amazonas, afroen los que aparece el poeta ditas, según lo requieren construyendo los distintos los momentos del amor, La güera veneno momentos de su vida y obra. llenan algunas de las páginas y otros cuentos, Queda como reflejo de la líricas mejor logradas de la proscenio que intensa labor de investigación, novela.17 adentra en el resultado de años de paciente sesgo erótico, del El ensayo literario labor de Reyna Barrera, su descubrimiento Reyna realizó su tesis de licen- de la sexualidad magno diccionario de dramaciatura con el tema Elementos de dos turgas mexicanas. narrativos en Todas las sangres de José adolescentes, de Cuentos del amor sosegado María Arguedas. Interés hacia el lo onírico en la Son once textos, entre ellos escritor y etnólogo peruano, sensualidad” de inspiración indigenista estampas y cuentos que Reyna Barrera da a conocer en el año que le permitieron subrayar 2017, reunidos en el libro La güera veneno y concebir el ensayo como un hibrido: y otros cuentos, proscenio que adentra en el sesgo erótico, del descubrimiento de al mismo tiempo es un caballo y la sexualidad de dos adolescentes, de lo un minotauro. Mis ensayos son muy académicos, ojalá pudiera no hacerlos onírico en la sensualidad de la Brigitte Bardot, de los amores sin importar sexo así, sino jugar más con ellos; no puedo (desfile de lesbianas, bisexuales, transehacerlos de un día para otro, me xuales, transgéneros, travestis, heteros llevan mucho tiempo, porque están 18 y uno que otro buga). Textos que bien muy bien documentados. podrían caber en esa antología puberta Imaginación y crítica | Ritmo
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Los antecedentes de esta incorporación tienen que ver con la configuración de la imagen femenina a manera de protagonistas, la inclusión de escritoras en el ámbito literario, la paulatina modificación de las personajes a partir del punto de vista femenino sobre lo femenino, la construcción de una literatura de mujeres para mujeres y la apertura a la creación erótica (y homoerótica) desde el deseo femenino.19
Sin olvidar el gusto por el humor negro, Reyna Barrera en el cuento “Silvia” —uno de los textos mejor logrados— asume la pasión de dos mujeres en las cartas de amor que se resquebrajan en el no saber leer; lo que remite a lo que en 1920 señaló la escritora Vita Sacville-West:
que realizó Mario Muñoz en el año 1996 titulado De amores marginales en que se evocaba lo que alguna vez señaló Octavio Paz: “El amor nace de una atracción involuntaria. Esto último es su condición necesaria, el acto que transforma la servidumbre en libertad”. Aquí vale la pena acotar lo que bien señaló María Elena Olivera: si bien la lesboliteratura no se inició en la pluma de mujeres, son ellas quienes mayormente han incorporado personajes homosexuales en su narrativa, el amor entre mujeres en su poesía y las únicas que lo han hecho desde la perspectiva de la disidencia sexogenérica. Ritmo | Imaginación y crítica
no tengo derecho a escribir la verdad sobre mi vida, puesto que hay en ella muchas otras existencias implicadas; lo hago, sin embargo, obsesionada por la necesidad de decir esta verdad que ninguna alma en el mundo conoce por entero.20
Ya para concluir, como telón que es la vida misma, queda como hechizo de luna, intima reflexión de Reyna Barrera, de la visión de los tiempos transcurridos: desde mi Ahora, los años me contemplan, y quisiera ser estatua de sal: regresar. Conjugar todos los pronombres; abrir contigo el mismo libro; aprender con él mil veces el poema; atrapar con ellos la sintaxis en el aire;
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cultural Sábado de Unómásuno. Informe académico de difusión. México: UNAM, 2001, p. 340.
Huberto Batis. Por sus comas los conoceréis. Revistas y suplementos literarios; con dibujos de Eko y fotografías varias. México: Conaculta, 2001, p. 295. 5
borrar encrucijadas. Regresar para empezar de nuevo por los mismos caminos. Explicar la autonomía y otras zarandajas. Recomendar la historia, sembrar veinte araucarias, diez acacias y cinco tréboles de cuatro hojas — para cambiar la suerte—, de la lección única y amorosa de ser uno mismo.21
NotAs: Reyna Barrera. “En mi nombre” en Árboles. Editorial Biblioteca, 1995, p. 58. 1
Reyna Barrera. “Introducción” en Guía de lectura IV para examen extraordinario. México: ccH, 1990, p. 5. 2
3 Alejandro García. María del Carmen Millán. Semblanzas. Puebla: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2015. 4 Entrevista incluida en Adriana Catalina Miranda Gasca. El suplemento
6 México: Editorial Plaza y Valdés, 2003. Un antecedente directo de este libro fueron los ensayos: “Recuento de dramaturgas y directoras 1994/1995” en El teatro en México. Bianuario 1994-1995, México: INBA / Citru, 1996, pp. 59-77; “El área iluminada” en Equis. Núm. 5 (septiembre de 1998), pp. 125-127; “Calendario de las obras más expresivas y determinantes dirigidas, escritas o actuadas por mujeres durante 1996-1997” en Documenta cITRU (noviembre de 1999), pp. 86-95; Cuaderno de trabajo para la unidad de teatro. México: UNAM, ccH, 2001; y “Tacones cercanos. El paso de las dramaturgas por los escenarios de hoy” en Tema y variaciones de literatura. Literatura mexicana siglo xx. Núm. 16 (2001), pp. 113-137.
Leonor Azcarate. “Prologo” en Zona de teatro. México: ccH, 2008, pp. 15-16. (Los Libros de la Gaceta ccH, 1). 7
Jorge Mendoza. “La poeta Reyna Barrera expresa la belleza femenina ‘sin ese sentido secreto de posesión de los hombres’” en Unomásuno (3 de mayo de 1996), p. 1-4B. 8
Marisol García. “La poesía es un texto difícil porque desnuda” en Unomá9
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suno (18 de octubre de 1993). El libro tuvo un grabado en la portada del escenógrafo Arturo Nava, quien hizo su debut como pintor. “Presentan poemario de Reyna Barrera López” en Unomásuno (6 de febrero de 1994); y “Lectura de poesías” en Excélsior (25 de febrero de 1994), p. 11-B.
Véase José Antonio Alcaraz. “Éramos nuestra propia casa” en El Universal (28 de diciembre de 1993). 10
“Reyna Barrera López. Material del olvido” en Sábado (1º de enero de 1994). 11
Verónica Vega. “La mía, a diferencia de la poesía machista carece de máscaras” en Unomásuno (12 de junio de 2000), p. 35. Otra manera de revivir la poesía son los prólogos que Reyna realizó a varios poemarios: Entresuelo de Manuel Dávila Galindo Olivares (Editorial Áurea, 2004) y De bruma y soledad de Carlos Rommel (Editorial Colegio de Bachilleres, 2001) 12
Lunario. Siete lunas para Sandra; nota Mario del Valle y viñetas de Simona Schaffer. México: Editorial Papeles Privados, 2000, p. 8. 13
V. Vega. “La mía, a diferencia de la poesía machista…”, op. cit, p. 35. 14
Artemisa Téllez. “Presentación”. La edición la realizó Mariana Pérez Ocaña y Evaristo Barrera de la Rosa. México: Prensa Editorial Lesbos, septiembre de 2010. 15
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Para conocer más sobre la obra poética de Reyna, véase María Elena Madrigal. “Poetas mexicanas que dicen el amor lésbico: panorama y aproximación crítica” en Florilegio de deseos. Nuevos enfoques, estudios y escenarios de la disidencia sexual y genérica; coord. Mauricio List Reyes y Alberto Teutle López. México: BUP, 2010, pp. 199-226; Aurora Marya Saavedra. Las divinas mutantes. Carta de relación del itinerario de la poesía femenina en México. México: UNAM, 1996, p. 687 y Sol de mi antojo. Antología de erotismo gay; selec. y pról. Víctor Manuel Mendiola. México: Plaza y Janés 2001, pp.117-123. 16
María Stoopen. “Reyna Barrera. Sandra, secreto amor” en La Experiencia literaria. Núm. 14-15 (marzo de 2007), pp. 194-196. 17
A. Catalina Miranda Gasca: El suplemento cultural Sábado de Unómásuno…, op. cit., p. 341. 18
María Elena Olivera Córdoba. Antes y después de Amora. Del lesbianismo a la disidencia sexogenérica en la narrativa mexicana (1903-2004). México: UNAM, 2008, p. 21. Tesis de Maestría en Letras, Literatura Mexicana. 19
Citado por María Cinta Montagut en Cuentos lésbicos.México: Fontamara: 2004, p. 11. (Fontamara, 339). 20
R. Barrera. “He guardado la alegría”. 21
Autores
Andrea Alzati (Guanajuato-México, 1989). Licenciada en Literatura latinoamericana por la Universidad Iberoamericana (México). Ha publicado poemas en las revistas Crítica, Cuadrivio, Periódico de Poesía, Mula Blanca, entre otras. Herson Barona (Ciudad de México, 1986) Escritor, editor y traductor. Sus textos han aparecido en Letras Libres, La Tempestad, Nexos, Arquine y Tierra Adentro, entre otras publicaciones. Sus poemas han sido incluidos en diversas antologías como Últimos coros para la tierra prometida (Foem, 2014) y Fuego de dos fraguas: jóvenes poetas de México y España (Exmolino, 2016). Ha sido becario del Focaem, de la Fundación para las Letras Mexicanas y del programa Jóvenes Creadores del Fonca Estefanía Yetzel Becerra Navarro (México, 1993). Estudia creación literaria y en el 2012 escribió Pueblo negro, obra teatral, actualmente escribe la continuación de La séptima infancia: poemario. Ritmo | Imaginación y crítica
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Daniela Birt Tirado (Ciudad de México, 1990). Es egresada de la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y es miembro del Seminario de Estudios Áureos. Ha publicado los poemarios No se llama Daniela Birt (2011), Geografías de Eros (editorial HondaNómada, 2014) y Bianca y los Monstruos (Aquelarre Editoras, 2016). Actualmente es parte de la Mesa de Traducciones del Periódico de poesía de la UNAM, donde trabaja como editora, reseñista, correctora y traductora. Tania Carrera (México, DF, 1988) Ha publicado Espejos (Editorial Gato Negro, 2013) y Un dios lubricante (www.undioslubricante.com, 2015). En 2006 obtuvo el apoyo para jóvenes creadores del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Morelos en el área de poesía. Fue becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas, el FOECA Morelos (ahora PECDA) y ganadora del premio Jaime Reyes 2010 de la UACM. Actualmente es becaria,
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por segunda ocasión, del programa para Jóvenes Creadores del FONCA. Mariel Damián ( Ciudad de México, 1994). Estudia Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México y Biología en el Instituto Politécnico Nacional. Ha colaborado en diversos encuentros de poesía en su ciudad como Vértice en el tiempo. Reunión de poetas en cdmx y el Encuentro Internacional de Poesía cdmx 2016. Formó parte del equipo del Encuentro Internacional CDMX 2017 organizado por Círculo de Poesía y Valparaíso México. Fue becaria Interfaz en el Festival Interfaz del IsssteCultura, Acapulco 2016. Se considera una chica mitad ciencia mitad poesía. Selene Flores (Guadalajara, Jalisco, 1998). Estudiante de sociología. Directora académica de Colectivo Unísono Poetry Slam. Sus textos han sido incluidos en la antología 10 Balas de Ediciones El Viaje, revista Vaivén de UdeG y en las antologías Creadores Literarios Fil joven 2014 y 2016.
Aline Doníz García (Ciudad de México, 1993). Estudiante, bailarina y escritora. Realizó estudios de dibujo y figura humana en la Antigua Academia de San Carlos (UNAM) y colaboró en diversos proyectos con la Compañía Nacional de las Artes. Actualmente cursa la licenciatura en Sociología en la Universidad Autónoma MetropolitanaAzcapotzalco.
Luis Eduardo García (Guadalajara, Jalisco, 1984). Es autor de Dos estudios a partir de la descomposición de Marcus Rothkowitz (Tierra Adentro, México, 2012; Libros Tadeys, Chile, 2015), Una máquina que drena lo celeste (Zindo & Gafuri, Argentina, 2014), Sentencias sobre arte conceptual. Versión con bacterias (Palacio de la fatalidad, México, 2015) y Armenia (Filodecaballos, México, 2016). Es uno de los organizadores del archivo digital Poesía Mexa y colabora en Transtierros. Mantiene el blog pajaroslanzallamas.blogspot.mx Omar Jasso (Estado de México, 1990). Estudió Letras Clásicas en la UNAM. Poemas suyos forman parte de las antologías Los reyes subterráneos (La bella Varsovia, España, 2015), Poetas parricidas (Cuadrivio, México, 2014) y Últimos coros para la tierra prometida (Gobierno del Estado de México, 2013). Ha publicado en las revistas electrónicas Enter Magazine, SKRIBII, Revista TN, entre otras. Frida Librado (Ciudad de México, 1993). Poeta. Estudió la licenciatura en Escritura Creativa y Literatura en la Universidad del Claustro de Sor Juana. Ha participado en distintos proyectos literarios tales como Enter Magazine, Revista Espora, Revista Des/Linde y la Antología Los reyes subterráneos. Veinte poetas jóvenes de México (La bella Varsovia, Barcelona, 2015), entre otros. Arturo Loera (Chihuahua, 1987). Autor de los libros El poema vacío (ICM/ Conaculta, 2013), Cámara de Gesell Imaginación y crítica | Ritmo
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(Praxis, 2013), La retórica del llanto (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2014) e Ídolos (Editorial Montea, 2017) de próxima aparición. Ha publicado en diversas revistas nacionales e internacionales. Parte de su trabajo se encuentra reunido en antologías como Fuego de dos fraguas, poetas jóvenes de México y España (Exmolino: Taller Editorial / Centro Cultural España, 2016), Del inconveniente de haber nacido en México (Piedra Bezoar, 2016), entre otras. Obtuvo el Premio Binacional de Poesía Pellicer – Frost 2017, por Un montón de piedras. Algunos poemas suyos han sido traducidos al inglés y al italiano. Fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas, periodo 2013-2015. Actualmente es becario del PECDA David Alfaro Siqueiros en la categoría Creadores con trayectoria y labora en la agencia de publicidad Folklore. Kevin Martínez. Escritor. Nació en 1992. Le gustan los remedios de botica. Estudió la carrera de Escritura Creativa y Literatura en la Universidad del Claustro de Sor Juana. Ivana Melgoza (Ciudad de México, 1998). Ganó primer lugar en el XXX Concurso de Creación Literaria del Tecnológico de Monterrey en Poesía a nivel preparatoria y publicó en la antología Luz y lengua (2016) de Ediciones y Punto. Cree fervientemente que lo bailado nadie te lo quita y sus más grandes amores son el queso de cabra, Buñuel y el realismo mágico. Ritmo | Imaginación y crítica
Adrián Mendieta Moctezuma (Tlaxcala, 1995). Incluido en la antología de cuento Sampler (Conaculta/ITC, 2014), en el poemario colectivo Un papá con ojos de lluvia (H. Ayuntamiento de Tlaxcala, 2014), la antología poética Cordial-mente (Veracruz, 2016), coautor del libro Leyenda en letra. Relatos de Ixtacuixtla (PACMYC/ITC, 2015) y autor de Nacer del incendio (La Cosa Escrita, 2016). Textos de su autoría aparecen en Molino de Letras, Punto de Partida, Círculo de Poesía, la Revista de la Universidad de México, entre otros medios impresos y electrónicos. Fue becario del Festival Interfaz- ISSSTE 2015 y del PECDA. Actualmente estudia la Licenciatura en Antropología en la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Clyo Mendoza (Oaxaca, 1993). Ha colaborado en revistas como Crítica y Círculo de poesía. Sus textos aparecen en diversas antologías, entre ellas Poetas parricidas y Los reyes subterráneos. Veinte poetas jóvenes de México. Es autora del libro Anamnesis (Cuadrivio Ediciones, 2015).
Tania Mendoza. (Tijuana, 1996). Licenciada en Estudios Latinomericanos por la UNAM, actualmente radica en la CDMX. Publicada en diversas plataformas, destaca su nombramiento como una de las representantes de la lengua española por el compilado realizado por la Universidad de Córdoba en Argentina, misma de la que fue invitada en 2016 como alumna de intercambio. Tiene un amor peculiar por Latinoamérica y por el mar, gran cantidad de sus textos
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son dedicados a los mismos. Actualmente concursa por tener un doctorado en letras. Disfruta escribir, platicar, conocer el lenguaje y pasear a su perro.
David Meza (Ciudad de México, 1990). Cree en la poesía con todos sus huesos, con todos sus músculos. Le gusta la magia, la relectura y AC/ DC. Perteneció a la Red de los Poetas Salvajes. Estudia Literatura y Filosofía en la UNAM. Ha escrito los poemarios El sueño de Visnu y Mil novecientos violeta. Fue antologado en Poetas parricidas (generación entre siglos) editada por Cuadrivio.
de Poesía Enriqueta Ochoa, Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde, Premio Nacional de Poesía Clemenza Isaura, Premio Nacional de Poesía Amado Nervo, Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal y Premio Nacional de Poetas Jóvenes Jaime Reyes.
Daniel Miranda Terrés (México, 1988). Estudió Creación Literaria en el Instituto Nacional de Bellas Artes. Ha publicado los libros de poesía Pan: el dios del miedo (Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura 2015), Anatomía del fracaso (Premio Nacional de Poesía Bartolomé Delgado de León 2015) y El libro de la enfermedad (Premio Internacional de Poesía Ramón Iván Suárez Caamal 2016).
Pablo Piceno (1990, Wolfsburg, Alemania). Autor del libro Parusía de los muertos. (versión digital) y de Metáfora del sol ilustre (Proyecto Literal, 2017). Ha publicado cuentos, poemas, ensayos y entrevistas en las revistas impresas y electrónicas Literal Magazine, Opción, Crítica, Casa del tiempo, La Cigarra, UNIdiversidad y registromx, y en el suplemento cultural Laberinto. Fue antologado en el volumen Poetas Parricidas (Cuadrivio Ediciones, 2014), en el volumen Los reyes subterráneos, 20 poetas jóvenes de México (La Bella Varsovia, 2015) y en La violencia aquí, antología de poesía sobre la violencia (Editorial Pensaré Cartoneras, 2015). Becario de Jóvenes Creadores del FONCA 2016-2017.
Christian Peña (Ciudad de México, 1985). Es autor de los libros Me llamo Hokusai, Veladora, El amor loco & The advertising, Heracles, 12 trabajos, Libro de pesadillas, Janto, De todos lados las voces, Lengua Paterna y Elsíndrome de Tourette. Fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas y del FONCA / Jóvenes creadores. Su obra ha merecido las siguientes distinciones: Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes, Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta, Premio Nacional
Katia Rejón Márquez, (Carmen, 1993). Vive en Mérida. Directora de la revista de arte y cultura yuca Memorias de nómada. Coordinadora del Centro Cultural El Colibrí. Reportera en La Jornada Maya. Colabora en Tropo a la uña, Efecto Antabús y Revista Littengineer. Primer lugar del Premio de Periodismo Cuauhtemoc-Moctezuma en la categoría de opinión. En poesía ha publicado en las revistas digitales Círculo de poesía y Carruaje de pájaros. Imaginación y crítica | Ritmo
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Bruno Ríos Martínez de Castro (Hermosillo, 1988). Escritor, periodista de opinión y crítico literario. Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas por el Tecnológico de Monterrey. Autor de los poemarios Los últimos días (Hoyo Negro Editores, 2011), La blanca espera del tren (Editorial Foc, 2012, Barcelona), Sequía (Editorial Foc, 2013) y Cueva de leones (Editorial Cuadrivio, 2016), Barcelona). Su obra ha sido publicada en diversas revistas y antologías en México, Estados Unidos, Perú, Argentina y España. Actualmente es candidato a doctor en Literatura Hispánica por la Universidad de Houston, así como asistente de investigación en el Recovering the U.S. Hispanic Literary Heritage Project. Jesús Aurelio Rivera, (Ciudad Constitución, Baja California Sur, 1993). Ritmo | Imaginación y crítica
Estudiante de Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa. Director de escena en la compañía de experimentación literaria-escénica La estructura del silencio y en el colectivo Quién es Teatro. Estudió la técnica de actuación de AGC (Antonio González Caballero) en el Centro cultural El foco, becario en el diplomado XVII “La sabiduría de la voz y la palabra disiente” del CEUVOZ. Irma Torregrosa (Mérida, Yucatán; 1993). Pasante de la licenciatura en Comunicación Social por la Universidad Autónoma de Yucatán. Premio Regional de poesía José Díaz Bolio en 2012 y becaria de verano de la Fundación para las Letras Mexicanas en 2011, 2012 y 2015. Sus poemas han sido publicados en revistas como Carruaje de pájaros, Círculo de poesía, Enter Magazine, La tribu
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de Frida y se le incluyó en las antologías Astronave: panorama de poesía mexicana 19851993 (Punto de partida/UNAM/UANL, 2015) y Los reyes subterráneos: veinte poetas jóvenes de México (La bella Varsovia, 2015).
Nicté Toxqui (Orizaba, Veracruz, 1994). Estudia literatura en la UDLAP. Ha publicado Melamina gracias al premio Dolores Castro de Poesía (2015) y el ensayo “En esta llanura, el Tártaro” por el premio Carlos Fuentes de Ensayo (UV, 2017). Sus textos aparecen en revistas como Crítica, NINI, Animalario, Marcapiel y Carruaje de Pájaros, entre otras. Actualmente trabaja en ERRATA, proyecto que involucra poesía-bordado, con el fin de visibilizar la braquimetatarsia y el body shaming (www.errata-proyecto. tumblr.com). Emmanuel Vizcaya (Ciudad de México, 1989) Escritor. Ha publicado el libro de poesía NEO/GN/SYS (Proyecto Literal / Mantarraya Ediciones), el libro de cuento breve Aerovitrales (Cuadrivio Ediciones) y la antología personal Sphera Prisma (Sin Origen). @EmmanuelVizcaya
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