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De la India a los Oscars
Por MATÍAS orTEGA
“Todo lo que respira”, favorita en la categoría de mejor documental, se acaba de estrenar en HBO. Una crónica poética del colapso ecológico de Nueva Delhi, en la India.
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Dos hermanos tienen un hospital de pájaros en su propia casa. Se dedican a recibir y a curar a ejemplares del milano negro, un ave fundamental para el ecosistema de Nueva Delhi. Ese es el hilo central de “Todo lo que respira”, dirigida por el cineasta indio Shaunak Sen, uno de los cinco largometrajes nominados en la categoría mejor documental en la competición de los Oscar 2023. Si bien la mirada está puesta en el rescate del milano negro, el film hace foco en todos los seres vivientes de la ciudad -sean minúsculos como insectos o enormes como camellos- que deben adaptarse a las condiciones de vida de un lugar superpoblado. Aunque el escenario elegido sea la India, el concepto del documental podría ampliarse a nivel universal, en un mundo atravesado por la crisis económica, el cambio climático y las disputas religiosas. En su proyección internacional, la película ya viene ganando terreno: en mayo, se convirtió en la primera en ganar el premio al Mejor Documental tanto en el festival Sundance como en Cannes. Más vale pájaro en pantalla que mil volando.
“Más música,más emoción” indaga en las diferentes razones que nos conectan con la música de artistas tan disímiles como Fito Páez, Miranda, Ráfaga, Trueno o Britney Spears, entre otros.
Detrás de las canciones, se esconden miles de historias. Ese universo de sonidos e instrumentos es la materia que explora el podcast “Más música, más emoción”, realizado por Agustín Gennoni y Federico Bareiro, que ya va por su tercera temporada. Lejos de encasillarse, el podcast no tiene miedo en meterse de lleno en géneros musicales de todos los colores, sea trap, rock, cumbia o pop, y dialogar directamente con sus protagonistas. El nervio invisible que impulsa el podcast es, justamente, la sensibilidad: tratar de descifrar
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Tres Perlitas
cómo nace la música que escuchamos y por qué nos emociona, nos divierte o nos hace bailar. El formato comenzó en 2019, con un episodio dedicado al polifacético Kevin Johansen. Pasó por capítulos tropicales con Ráfaga o El Polaco, tuvo momentos dedicados al surgimiento de Trueno, Nathy Peluso o Louta y también les hizo lugar a cantautores consagrados de la escena latinoamericana como Jorge Drexler o Fito Páez. El último capítulo está dedicado a la banda de rock emergente “1915” y la presentación de su nuevo disco, “Fuera de lugar”.
Se trata de episodios de aproximadamente media hora de duración, con algunos bonus tracks más breves que incluyen pequeños hallazgos de cada artista retratado. Además, hay emisiones especiales, como el programa dedicado a Britney Spears y el momento de explosión de su música, que cuenta con testimonios de exponentes del pop local como Juliana Gattas, de Miranda, o Leo García. “Más música, más emoción” se puede escuchar en Spotify. También está disponible en formato video en YouTube.
Otros muy interesantes podcast hechos en Argentina.
Frame Fatale
Un podcast de películas no canónicas -esas que pasaron desapercibidas pero que merecen ser vistasconducido por Sebastián De Caro, Santiago Calori y Axel Kuschevatzky.
La grieta del café
El periodista Rodolfo Reich nos cuenta todo lo que necesitamos saber sobre el café y cómo cambió su consumo. De los bares notables a los cafés de especialidad, del clásico cortado al “Flat White”.
Budismo En Zapatillas
Un podcast de Lucas Casanova sobre la felicidad consciente, el crecimiento personal y la psicología del Budismo, de manera simple, de forma directa y sin demasiados misticismos.
L ieve
Por cri ST in A b A jo
Fantasmas de La Cañada
Córdoba, como toda ciudad antigua, tiene sus propios fantasmas, y uno de los más conocidos se aparecía en La Cañada -ese tajo que divide a la ciudad-, desde siempre hábitat de cosas sobrenaturales.
Por aquel sitio de mala fama, ya por la oscuridad de antaño o por el paisaje abrupto de barrancas, cuevas y recovecos, deambulaba la llamada Pelada de la Cañada. Cuentan las viejas crónicas que aquella mujer, menuda como una joven, salía imprevistamente de la oscuridad y seguía al trasnochador -generalmente un hombre solo, casi siempre borracho- llorando desconsoladamente.
De vez en cuando, alguno que no era del lugar y la desconocía como fantasma, se volvía a preguntarle qué le pasaba. En ese caso, la Pelada desaparecía en algún baldío. Si estaba encendido el farol a vela donde se unían el Boulevard San Juan y Belgrano, se mostraba a los que pasaban bajándose el manto de la cabeza y descubriendo un rostro cadavérico, con el cráneo absolutamente pelado: de allí su nombre. Este espectro se dedicaba a sobresaltar a la gente, pero no a robarla. Tenía un efecto saludable sobre los ebrios que, del susto, a veces se volvían sobrios. Esta era la Pelada doliente. Las mujeres devotas rezaban para que consiguiera descanso eterno, pues la creían un alma en pena por algo trágico que le sucediera en vida.