The13th AÑO: 3
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NÚMERO 25
UNA R E VISTA IMA GINARIA
DEAN GARCIA DAVID BOWIE | JUGANDO | DEPECHE MODE ROCK GÓTICO | QUENTIN TARANTINO | IT CINE | LITERATURA | MÚSICA
STAFF
DIRECCIÓN GENERAL
ESCRIBEN EN ESTE NÚMERO
Diego Centurión [ Departamento de Música ]
[ Departamento de Cine ]
REALIZACIÓN Y DISEÑO
Diego Centurión
Nicolás Ponisio
Julieta Curdi
Erick R. Vieyra
José Luis Lemos
Alejandro Cenizacromada
Gustavo García
TRADUCCIÓN
Marcelo Simonetti
Bernardo Jiménez Mesa
Maxx Wilda
[ Departamento de Literatura ]
Marcelo Simonetti
Rodrigo Debernardis
Pablo Ravale
Marcelo Simonetti
Damián Snitifker
Ariel Soriano Marianarchy Deadbilly
[ Departamento de Artes Visuales ]
Bernardo Jiménez Mesa
Julieta Curdi
Ricardo Padilla (Oriani_K) J.D. Daire Alujas Gabo Rojo César León Gabriel Muscio Nahuel Ordoñez Alex Martiniaddict COLABORAN EN ESTE NÚMERO Fotografías: Yanina Rosso, Lily Moonster
CONTACTO issuu.com/revistath13th
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twitter: @RevistaThe13th
Las fotografías usadas en esta Revista son propiedad de sus respectivos autores.
EDITORIAL
Febrero, 2015 Desde nuestro último número hasta éste nos sorprendió, y no gratamente, la partida de David Bowie. Y nos dejó pensando y repensando sobre esta pérdida. Por eso en marzo lanzaremos nuestro primer número especial, en este caso dedicado a David Bowie. Pero en este número no nos olvidamos de David, y abrimos con unas palabras, reseñamos su último álbum y en Pura Melomanía reseñamos Station to Station. Más allá de David, tenemos una entrevista exclusiva con Deán Garcia, ex Curve y actual de SPC ECO. Asistimos a conciertos nacionales e internacionales, tanto en Buenos Aires, en Bogotá (Colombia). Un Tres x Uno con Depeche Mode. Un dossier sobre el Rock Gótico, en donde se busca demostrar el punto de quiebre con el gótico. También tenemos otro sobre Quentin Tarantino, realizado por el Departamento de Cine. Como siempre bandas nuevas y aquellas que nos han marcado en el tiempo. Les queremos contar que la Revista participa de un ciclo de nuevo llamado Entrópico, en donde participan varias bandas que han pasado por estas páginas y otras nuevas que conoceremos. Este nuevo espacio cuenta con la conjunción, además de The 13th, con Entre Cruces, y sumamos la colaboración de Radio Rueda, quienes nos proporciona un espacio en su exclusiva grilla para difusión de Entrópico. Como leerán estamos muy activos y con energías renovadas, un 2016 que arrancamos con muchas actividades nuevas.
REVISTA THE 13TH
ÍNDICE
EL CAMALÓN Y SU ÚLTIMO PERSONAJE................................................................................................06 TRES X UNO por Nicolás Ponisio, Gabo Rojo, Pablo Ravale.............................................................................................08
DEAN GARCÍA.........................................................................................................................................................12
DOSSIER: ROCK GÓTICO..................................................................................................................................18 PALABRAS EN LA ARENA FLOTA CON UN LIBRO por Pablo Ravale.....................................................................................................................32 CRÓNICAS DESDE MERDEVILLE NO A LA UNIVERSIDAD por Pablo Ravale.....................................................................................................................34 HIDDEN TRACK ...............................................................................................................................................................36
EN CONCIERTO EL REY DAVID LLEGA AL HIPÓDROMO por Alex Bretto / FotografÌas: Yani Rosso.......................................................40 GRACIAS POR LA DE ENERGÌA Y EXPECTATIVAS por Bernardo Jimenez Mesa, Revista The 13th / FotografÌa: Nazarena Talice...............................................................44 LO HUMANO PREVALECE SOBRE LA MÁQUINA por Alejandro Cenizacromada........................................................56 RESCATE CINÉFILO ROBAR Y HACERLO PROPIO por Nicolás Ponisio.........................................................................................................78 EL DON DE LA PALABRA por Nicolás Ponisio...............................................................................................................80 CERVEZA Y VINO por José Luis Lemos.........................................................................................................................82 SOBREDOSIS DE CINE por Nicolás Ponisio..................................................................................................................86 GRANDES EXPECTATIVAS por José Luis Lemos...........................................................................................................89 TRANQUI 120...LO QUE DÉ! por Nicolás Ponisio..........................................................................................................91 LA IMPORTANCIA DEL LÉXICO por Nicolás Ponisio.....................................................................................................90 JUGANDO A LOS VAQUEROS por Nicolás Ponisio......................................................................................................93 LA OCTAVA MARAVILLA por Nicolás Ponisio................................................................................................................95 EL ESCRITOR SERIAL ASH VS EVIL DEAD por Nicolás Ponisio.........................................................................................................................98 PURA MELOMANÍA EL COMIENZO DE UN VIAJE PERSONAL por Cesar León..........................................................................................104 LA PLÁCIDA AMBIGÜEDAD por Gabo Rojo................................................................................................................105 NO SOPORTÓ LA PRUEBA DEL TIEMPO por Erick R. Vieyra......................................................................................106 UN DISCO QUE TIENDE PUENTES por Alejandro Cenzacromada.............................................................................107 EL LLAMADO DE LA DIOSA PELE por Diego Centurión.............................................................................................108 EL JARDÍN DE LAS DELICIAS........................................................................................................................................110 DERECHO DE PISO
EL PLACER DE CRECER JUGANDO por Diego Centurión........................................................................................120
[ David Bowie por Diego Centurión ]
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EL CAMALEÓN Y SU ÚLTIMO PERSONAJE
Señores de pie. Hace su entrada el abanderado de las mil caras… El nuevo año nos recibió con la gran noticia (esperada desde el año pasado) de la edición de Blackstar (el cual reseñamos en este número) pero ni bien recibíamos esa gran noticia, el 8 de enero, sólo unos días después nos desayunamos con la peor de las noticias: El hombre de las estrellas, el duque blanco, el camaleón, y los tantos títulos que tuvo nos dejaba para siempre. David Bowie hacía su último personaje. No podíamos dejar pasar este triste hecho sin mencionarlo en este número. Quedamos consternados, desamparados, como si la guía sonora de nuestras vidas recibía un choque que nos hizo salir del camino, y nos quedamos estáticos por unos días. Como no pudiendo creer lo que había pasado. Mientras vemos que todos hoy parecen ser fanáticos de David desde siempre… (me reservo los comentarios), nosotros en Revista The 13th podemos decir que él siempre ha estado en nuestras páginas… sin jactarnos de nada, pero sí de que Bowie siempre perteneció a nuestro mundo y lo seguirá haciendo.
A la gran mayoría del staff, por no decir a todos, nos golpeó duro esta triste noticia. Porque muchos dirán y ya lo dicen, nos queda su obra, su música… tonterías… nadie nos va a sacar ese dolor de no tener más esa dependencia de saber que está haciendo algo nuevo, y esa incertidumbre que creaba un artista como él, de tenernos en vilo de saber cuál era su próximo paso. Nadie lo hizo como él. Es por eso, que si bien no nos sumamos a la histeria por postear videos de you tube en nuestros canales de manera impulsiva y como muestra de esa necesidad de mostrar. Nosotros nos replegamos y pensamos qué hacer… y por eso les anunciamos que estamos trabajando en un número especial para marzo sobre nuestra mirada de David Bowie. Así que hoy le rendimos un pequeño homenaje con estas líneas y estamos trabajando con un número sólo de David, nuestro primer número especial. David Bowie nos ha dejado un último personaje… ahora él (como Major Tom) estará en las estrellas sabiendo que nunca más volverá. Señores de pie. Se retira el abanderado de las estrellas… David Bowie.
TRES POR UNO
Hoy: Depeche Mode - One Cares MÚSICA
LITERATURA
[ por Gabo Rojo ]
[ por Pablo Ravale ]
Songs of Faith and Devotion fue un disco riesgoso para Depeche Mode: luego del rotundamente masivo éxito de Violator, la banda tomó la peligrosa decisión de distanciarse un poco de los sintetizadores y la Música Electrónica, no completamente pero sí lo suficiente como para experimentar con una instrumentalización más cercana a la del Rock y canciones con toques más pronunciados de Blues, Grunge y Góspel. Casi escondida al final de este disco está “One Caress”, una gema con un sonido distinto del resto del álbum pero que comparte el interés por alejarse de los instrumentos y arreglos característicos de la banda. En esta ocasión se trata de un tema tocado enteramente por una sección de cuerdas – no hay guitarras, ni bajos, ni baterías, ni sintetizadores de ningún tipo - dando como resultado algo más cercano a El Fantasma de la Opera que al Rock, sea Alternativo o no. El hecho de que el tema no resulte tan extraño al oyente es porque, más allá de la instrumentalización, sigue el patrón de los obligatorios dos temas cantados por Martin Gore que aparecen en todo disco moderno de Depeche, donde el compositor de la banda aprovecha para interpretar piezas más tranquilas e introspectivas, con una voz cargada de sufrimiento y algo más emotiva, aunque con menos actitud, que la del cantante principal Dave Gahan. El hecho de que sus canciones funcionan igualmente bien sin acompañamientos electrónicos ya había quedado claro con la balada a piano “Somebody” de 1984, y seguirá siendo demostrado con la forma en que Martin las interpreta en vivo. Viéndolo de esta forma, “One Caress” no es otra cosa que el paso natural siguiente, y uno acertado, ya que a medida que avanza la canción las cuerdas van ganando en intensidad hasta llegar a proporciones casi épicas. El tema, dado lo planteado anteriormente, no llama la atención tanto por su originalidad – a pesar de su instrumentalización atípica- sino simplemente por su calidad como canción.
Situémonos en el tiempo. Estamos en 1992, han pasado dos años desde la salida de Violator y los cuatro miembros de Depeche Mode apenas habían tenido contacto y es el momento de reunirse para empezar a dar forma a su octavo disco, Songs Of Faith And Devotion. El ambiente estaba enrarecido, como era de esperarse; las adicciones y disputas eran el pan de cada día, y a tal punto que Alan Wilder decidió abandonar el barco tras finalizar las extensas giras que acompañaron al álbum, con más de cien conciertos durante trece meses por todo el planeta, los cual hizo que los otros tres (Dave Gahan, Martin L. Gore y Andrew Fletcher) quedaran completamente exhaustos. Sin embargo, el resultado fue uno de los discos claves en toda su carrera. Se veía venir desde hace tiempo un acercamiento al rock, al que ellos siempre intentaron frenar colocándole todo tipo de trampas. Pero esta vez no tuvieron ningún problema en sustituir sintetizadores por instrumentos reales ni de dejarse llevar por el gótico, el industrial, e incluso el gospel, que tan bien encaja con la temática religiosa que predomina a lo largo de todo el disco. Así las cosas, y de entre todo ese colectivo de canciones con tinte más sombrío que el culo mismo de un topo negro, se desprende la que, quizás, ha pasado más desapercibida, pero que es una de las más barrocas y dramáticas: “One Caress”. Tema cuya historia refiere a un hombre sintiendo la necesidad de ser redimido del pecado por vía del amor (“Ya estoy otra vez de rodillas / rezando a la única / que tiene la fuerza para aguantar el dolor / y hacerme olvidar todo lo que hice”). De todos modos, lo que puede advertirse en el personaje, de a momentos, es que hay como un cierto dejo de añoranza por aquellos buenos malos tiempos, de los que sólo la presencia de su amada supondría la única salvación (“Oh, chica / guíame hacia tu oscuridad /
Cuando este mundo haga lo posible / para que no impresionarme / una sola caricia tuya / y estoy bendecido” o “Cuando creas que has probado todos los caminos / todas las calles / echa otro vistazo / a lo que creías viejo / allí encontrarás algo nuevo”). Como fuere, lo más significativo, a mi entender, es la forma en que el personaje vivencia su amor por la damisela a la que le canta, de la cual la letra nos da que es igual o hasta el doble de pecador que él (“La luz me es emitida / Siempre amé la noche / Y ahora tú me ofreces oscuridad eterna / Debo creer que el pecado / hace mejor al hombre”). Una historia hermosa y desgarradora, en resumidas cuentas. Un relato trágico. Un tema para dedicarlo, aunque también para cortarse las venas. Gracias Depeche, gracias por tanto…
CINE: BELLEZA EN TIEMPOS OSCUROS [ por Nicolás Ponisio ]
La oscuridad, muchas veces ligada a lo negativo (muchas gracias Star Wars), haya su belleza innata como en la antigüedad en la forma del tema One Caress de Depeche Mode, donde ese oscuro poderío del que goza el tema trasciende en las imágenes de su videoclip. La fotografía que varía entre tonos azulados y sepias logra captar un aura de misterio que, siendo este factor muchas veces un elemento de temor del que muchos se alejarían, aquí pareciera invitarnos a recorrer encantados un frondoso bosque otoñal y adentrarnos a un destino incierto. Una víbora repta lentamente, contorneando su cuerpo alrededor de la rama de un árbol, una cucaracha y un escarabajo recorren el territorio, pasando
por sobre las hojas ya caídas de los árboles, dotando a las imágenes de simbolismos en los que tanto vida y muerte parecen abrazarse armoniosamente mientras que la voz de Martin Gore los guía al igual que, en su mayoría, los viejos rostros que desfilan a su última embarcación. Dentro de los elementos de oscuridad que transmite One Caress, musical y visualmente, todo llega a su público receptor armoniosamente. Incluso ello se refleja en el rostro de un anciano que, siendo arrastrado rápidamente por el bosque, no demuestra temor ni pesar alguno, sino una dicha inmensa expresada a través de la sonrisa. Todos los pasajeros de esa embarcación que se dirige seguramente a otras vidas, otros mundos, se embarcan a voluntad propia, preparados para conocer eso que, en nuestra formación humana, en nuestra concepción de mundo, es algo siempre a desconfiar y prevenirse, en pocas palabras conocer lo desconocido. A medida que la música, alejada totalmente de una convencional marcha fúnebre, va in crescendo, se intensifican los sentimientos y deseos respectos a ser parte de esa tripulación. El videoclip logra encontrar belleza donde usualmente la hay pero que socialmente está establecido que no es así. Lo que muchos intentarían ocultar bajo el manto de hojas secas, o caracterizar a través de una cadavérica parca, aquí es transmitido con un poderío tal que termina unificando luz con noche, angustia y dicha, lo bueno con lo malo y demostrando que ningún aspecto está en detrimento del otro, que cada uno alberga su propia hermosura. Una vez habiendo partido el bote, una fugaz vista al cielo estrellado con un destello de color reafirma que siempre donde hubo oscuridad, hubo belleza. Nosotros, mientras tanto, aguardamos nuestro turno y a quien nos guíe en dicha oscuridad.
[ Entrevista a Dean García (SPC ECO) por Diego Centurión Traducciones: Gabo Rojo y Lily Moonster ]
MENOS ES MÁS
Antes de empezar con esta entrevista quería agradecerte por esta oportunidad, para mí es un honor poder contactarme con uno de los músicos que musicalizó gran parte de la década del noventa en mi vida (Curve fue el puntapié inicial) y hoy lo sigo haciendo con SPC ECO. Si bien SPC ECO va a ocuparnos la mayoría de las preguntas no quiero dejar de pasar por alto tu pasado. Sé que has trabajado en varias bandas hasta llegar a Eurythmics, que en cierta forma fue el paso previo a Curve. ¿Cómo fueron tus inicios y en qué proyectos has trabajado antes de llegar a Curve? Gracias, y no hay problema. Empecé a tocar la batería en la escuela junto a un amigo, más o menos en la época de T-Rex, luego me interesé por la guitarra hasta que finalmente me quedé con el bajo, ya que es como una combinación de ambos instrumentos. Definitivamente decidí que el bajo era lo mío entonces empecé a usar un “Music Man Sting Ray Bass” que había comprado Jules a 300 libras en Charing Cross Road, allá por finales de los 70’s. Aún estoy con Jules y aún tengo el bajo, el cual uso para todo incluyendo todos los álbumes y giras de Curve. Yo aprendo por mi cuenta, aprendí mucho tocando con amigos en giras de pubs o en el garage de alguien. También decidí aprender ingeniería y grabación, siempre estuve interesado en grabar técnicas de estudio, desde que era muy joven (13 años), entonces tan solo me dediqué a aprender por mi cuenta, a usar las máquinas, el sistema analógico llamado 4 track reel to reel,
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la línea de Orange y de ahí avanzando ya que todo ha evolucionado y cambiado a través de los años (y también trabajaba en varias tiendas de discos para conseguir dinero). En esa época un manager se interesó en mí y me invitó a una audición con Dave y Annie que terminó convirtiéndose en una lección de vida. Recuerdo con mucho cariño esas épocas. De ahí en más continué trabajando y haciendo giras con muchos artistas muy conocidos y posicionados, y luego Dave me presento a Toni (Holliday). Para cualquiera que está empezando en esto mi consejo es tocar y divertirse con amigos en bandas ruidosas y aprender a escuchar a otros. Apreciar y aferrarse al viaje que es terminar un recital y lanzarse a las rutas y ser lo menos temeroso posible, ah y lo más importante, nunca bajarse solo del micro de gira…. Luego llega la banda que hipnotizó gran parte de mi década de los 90’s. Y no voy a preguntar mucho porque el centro de esta entrevista es tu actual proyecto. Pero mi pregunta es ¿Qué recuerdas de positivo y qué de negativo del tiempo que existió Curve? También me hipnotizó a mí, fue una maravillosa nebulosa de tiempo, hicimos algunos discos grandiosos, la pasamos bárbaro tocándolos en las giras, una mezcla de emociones tanto buenas como malas que nunca habíamos experimentado. Fue intenso y no nos arrepentimos de nada respecto a esa época. Todavía hablo mucho con Toni, siempre estaremos ahí el uno para el otro y aun así tenemos nuestro espacio entre sí, espacio que nos dimos cuenta que debíamos tener debido a los momentos demandantes que tuvimos que atravesar con Curve.
viaba las palabras y tuvo la idea de que acortáramos “Roland Space Echo”. Yo estuve de acuerdo pero no muy convencido, accedí solo por esa ocasión. Pasó mucho tiempo desde aquella decisión y aun así nos quedamos con ella, a ninguno de los dos nos gusta demasiado pero supongo que así es como pasan las cosas. Tratamos de cambiarlo por “BOFC” el cual nos encanta pero confundiría a todos entonces sí, creo que siempre seremos SPC ECO, no es un mal nombre pero es como que nos quedó chico y se convirtió en algo más bien del pasado más que del presente. En enero se cumplen siete años de la primera publicación de la banda, “3-D”. Después de un tiempo prudencial (como pueden ser estos siete años) ¿Cómo escuchas este álbum con la mirada del final del 2015? ¡7 años! Creo que tiene unas muy buenas canciones y le fue bien. Porque “All Time” es todavía una de mis canciones favoritas que hemos grabado, la veo como el componente que forma la unión musical entre Rose y yo. Las demás canciones también son buenas, en general es un disco sólido lleno de promesas, es como un portal hacia todo lo que vino después.
Ante tantos regresos de muchas bandas de la época de Curve, ¿no los han tentado para regresar? Y ¿Alguna vez se lo han planteado con Toni? Volver a salir de gira es algo que estuvimos evaluando y, en vez de decir no instantánea y decididamente, nos surgieron otros pensamientos que más tienen que ver con un “nunca digas nunca”, entonces… (bocas cerradas).
Luego de ese álbum, SPC ECO, ha ido lanzando una gran cantidad de Eps, singles y álbumes. ¿Cuánto facilita el nuevo empleo de internet para liberar tanto material? Sin duda ahora puedes escribir y grabar algo que sea digno de ser lanzado mediante una aplicación para celulares, los sellos discográficos todavía son importantes pero ahora es el artista el que decide qué camino tomar, ahora es el momento de que el artista brille y haga lo que se le ocurra a pesar de lo que diga la gente o los creadores de tendencias, o todos aquellos en los medios que solo se dedican a reprimir o menospreciar la creatividad. Toda esa mierda de gente siempre estará presente para los “Simon Cowells en silla de ruedas” pero ahora tenés la oportunidad de hacer lo que quieras y cuando quieras, y lo que salga va a estar bueno sin duda.
Nace SPC ECO ¿Por qué el nombre? El nombre surgió de un mensaje instantáneo en una conversación que estábamos teniendo con Joey, a él le gustaba el modo en que Primal Scream abre-
¿Tú crees que la autogestión es el nuevo camino? La independencia de las compañías discográficas, que parecerían que están perdiendo terreno desde hace unos años a la actualidad.
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Sí, pero depende de lo que estés buscando, los sellos pueden ayudar a los artistas a alcanzar sus objetivos, y de hecho lo hacen, pero vos tenés que volver a tus inicios y preguntarte por qué haces música, si la haces porque quieres y tenés que hacerla, porque te mantiene sano, porque tenés algo para decir que no podes expresarlo de otra forma…. todo eso es mi porqué. Sí, seria lindo vender millones de discos y salir de gira con Rose pero esa no es la razón por la cual hacemos música.
pero es tan solo algo en lo que no estamos interesados en éste momento.
¿Cómo es trabajar con tu hija Rose Berlín?, ¿Cómo sucedió esta unión? Trabajar con Rose es y siempre será divertido para ambos, aprendemos, creamos, nos inspiramos y por sobre todo la pasamos muy bien grabando, es algo que nos gusta y siempre nos gustará, Rose tiene la misma inquietud que yo, es una persona muy talentosa en lo que sea que se proponga a hacer, tiene la habilidad de mejorar lo que sea. Es una cantante dotada y talentosa por naturaleza, y lo que es maravilloso es que constantemente se sorprende de sí misma, ella no sabe de dónde viene su talento pero simplemente lo utiliza y ahí vamos, los dos estamos desconcertados respecto a ella. Es como que no lo piensas demasiado, lo cual es bueno pero si tú tienes todo ese potencial y sabes cómo recurrir a él entonces siempre estará con vos y será siempre algo muy especial.
Cuéntanos sobre lo que nos traen en el 2016. Recientemente terminamos el nuevo disco titulado “Anomalies”, el cual creo que saldrá en vinilo y cd en junio de 2016 o posiblemente antes. También estamos trabajando con Preston Maddox de Bloody Knives (una banda de Austin, Texas) en otro álbum pero aún no hay nombre, ni para la banda, ni para el álbum… Tenemos 8 canciones hasta ahora y seguiremos trabajando hasta que esté terminado. Será algo como para salir de gira y sonar fuerte en las radios más alternativas. También a punto de lanzar un proyecto con Monti llamado M.A.D., el cual es muy oscuro y que está en el abismo entre los subtonos y el trip electrónico, perfecto para sentarte a relajar mientras tus ojos dan vueltas por tu cabeza. Rose y yo estamos a punto de embarcarnos en un grupo de grabaciones conceptuales que será más bien basado en el arte y el sonido, algo nuevo y desconcertante fascinante para nosotros y quizás para nadie más, pero así es como nos gusta.
¿Cómo es SPC ECO en vivo, hay otros músicos? Solíamos hacerlo pero luego decidimos que menos es más. En los primeros shows teníamos a Harry (hijo), Monti y Debbie Smith. Luego nos quedamos solo con Harry y hoy en día somos nosotros dos nomas. Durante mucho tiempo no tocamos porque los lugares y clase de shows que nos ofrecían no valían la pena por problemáticos y estresantes. Sabemos que podemos tocar muy bien en vivo si queremos
Acaban de lanzar “Think Twice”, un adelanto de un nuevo álbum. El track está dedicado a Barry, Barry and Barry. ¿Quién o quiénes son Barry? Barry MaGuire (un amigo muy muy querido que falleció) Barry Kamen (otro querido amigo que también falleció recientemente) y Barry nuestro nuevo pequeño gatito.
Gracias Dean por esta oportunidad, mantendremos el contacto para hablar para cuando salga el nuevo trabajo. Muchas gracias serás bienvenido y enormes gracias por el apoyo y aliento. Dean
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[ El Rock Gótico por Diego Centurión ]
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LEVANTANDO EL MANTO SAGRADO ENTRE LA NIEBLA “Muchos se suben al escenario con esa actitud, ¿no?, de decir, ‘Miren, no somos una banda de rock’. Así que nosotros hacemos lo contrario, damos un paso al frente y gritamos ‘¡Nosotros sí somos una banda de rock!’ Y lo gritamos bien fuerte.” Andrew Eldritch 1983
El calor del verano de enero y febrero en éste lado de Sudamérica me hizo pensar en un escrito en donde la investigación y el tiempo disponible sea un motor para desentrañar esa maraña que existe en una pequeña parte de la historia del rock, pero gigante para los amantes de la mayoría de la música que se encuentran en esta publicación llamada The 13th. Todo este quiebre, en donde nace el Rock Gótico, siempre se encuentra bajo un manto de neblina no dejándose ver bien ese cambio. Este artículo va dedicado a los amigos (Missioneros) que en una charla de chat me sugirieron este tema. Para hablar de Rock Gótico hay que establecer algunas cuestiones desde un principio. · En el presente escrito no voy a hacer hincapié
en lo histórico de manera exhaustiva, si bien es un tema que no dejaré de lado, esta investigación se centrará más en las estructuras sonoras en la instrumentación. El contenido histórico es ineludible por eso estará presente, pero de esos temas abundan en internet (aunque existan varias hipótesis sobre su historia) · Si hablamos de Gothic Rock no podemos dejar de mencionar al Death Rock, ya que aunque a ambas costas del Atlántico recibieron distintos nombres, en esencia son similares. · Acá se va a hablar exclusivamente de Gothic ROCK, no de Gothic o de la subcultura gótica. Tal vez se mencione pero no profundizaré sobre estos puntos · Disfruten
INICIACIÓN EN LA MAREA DE HUMO: ¿De qué hablamos cuando mencionamos Gothic Rock? ¿Un estilo de vida? ¿Un estilo de vestimenta? ¿Un estilo de pensamiento? ¿Estilo de Literatura, de Cine, de Sentimientos? NO. Hablamos sólo de Música. Y empiezo así para ahuyentar a aquellos que pretendan encontrar en este informe todo lo relacionado con la cultura gótica. Este texto tratará de hablar sólo de influencias, de estructuras sónicas y concepciones musicales. Pero como todo informe tiene que remontarse a una base que haga que todo el contexto tenga sustentabilidad. Desde sus inicios hasta el día de hoy la música llamada Rock Gótico ha cambiado sus estructuras en contadas veces, y, con el tiempo, se ha ido fusionando o tomando elementos de otros estilos, enriqueciéndose pero a la vez ocultando un poco su esencia primaria. Muchos artículos presentan el inicio del Rock Gótico mencionando una vertiente nacida del post punk (o after punk). Muchos lo centran en bandas como The Cure, Siouxsie and The Banshees y hasta incluyen a Joy Division, aunque todos se ponen de acuerdo en decir que Bauhaus fue la primera banda gótica. Pero hablan más de Gótico que de Rock Gótico, como lo que quiero tratar de ahondar en este artículo. Así que la dirección de este escrito va ir por otro camino.
COMENZANDO A DESENREDAR LA MARAÑA: Busquemos el principio de todo esto del verdadero rock gótico. El género que hoy nos incumbe es un ineludible derivado del gótico de bandas como Bauhaus, UK Decay, Joy Division, The Cure, The Damned, Siouxsie and The Banshees, Virgin Prunes, Theatre of Hate o Sex Gang Children. Pero también del post punk de bandas como Killing Joke, The Fall, Gang of Four, Magazine, Television, The Jam o The Birthday Party. Podríamos poner como un ejemplo, las gui-
tarras de John McGeoch (apodado el Jimmy Page del Post Punk) en los álbumes de Siouxsie and The Banshees “Kaleidoscope” (1980), “Juju” (1981) o “A Kiss in the Dreamhouse” (1982), ya que la forma y el estilo psicodélico que John utilizó en esos álbumes fueron los mismos que utilizaron dentro del rock gótico. Pero para eso tenemos que remontarnos a la psicodelia de los años 60 y… ¿Esto está mal? No. Las bandas como The Doors, The Beatles, Bob Dylan, The Stooges, The Velvet Underground, el glam de David Bowie, Marc Bolan y sus T-Rex, New York Dolls y hasta The Rolling Stones, son siempre referenciados como influencias de las bandas de rock gótico. Para graficar esto podemos encontrar versiones de los Rolling Stones "2000 Light Years from Home" (por The Danse Society, en su "Heaven Is Waiting" de 1983), “Gimme Shelter” (por The Sisters Of Mercy en el single “Temple Of Love” (1983); la versión de The Stooges “1969” (por The Sisters Of Mercy en su EP “Alice” (1983). Pero podemos encontrar "Ghost Rider" de Suicide, "Sister Ray" de Velvet Underground, "Teachers" de Leonard Cohen, "Knocking On Heaven's Door" de Bob Dylan versionadas por The Sisters Of Mercy en sus shows. Pero también "Tomorrow Never Knows" de The Beatles, "Like A Hurricane" de Neil Young, "Wishing Well" de Free, "Mr. Pleasant" de The Kinks versionadas por The Mission, además de The Metal Gurus donde se encargaban de versionar al glam rock de los 70s. "Heart Full Of Soul" de The Yardbirds, "Can The Can" de Suzi Quatro, "Both Ends Burning" de Roxy Music, versionadas por Ghost Dance. "In Every Dream Home A Heartache" de Roxy Music, versionada por Fields of The Nephilim. Pero volviendo al quiebre entre el gótico y el Rock gótico, la banda que rompe el estereotipo de banda gótica o post punk son The Sisters of Mercy en Inglaterra (no olvidemos que al mismo tiempo, casi simultáneamente aparece el Death Rock de Christian Death en Estados Unidos, con similitudes sin saber uno la sonoridad del otro). Desde mi punto de vista, en lo que se encuentra en internet, se habla de generaciones desde el gótico, y si bien, se parte de unos mismos puntos que la mú-
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sica gótica, desde mi mirada sobre estas generaciones no están tan de acuerdo con lo que comúnmente se lee. Y yo lo marcaré como épocas o etapas, más que como se suele hablar de generaciones.
BUSCANDO EL CORAZÓN DE TODO ENTRE LA NIEBLA: Este punto de inflexión es poco notorio y es dificultoso precisar el momento exacto si no se hace con una exhaustiva escucha de lo que a continuación enumeraré. Primero pongámonos en la escena post punk de comienzo de la década del 80. Los años setenta culminaron con el nacimiento del post punk y la experimentación sonora. Muy contrarios a la actitud punk, la introspección de los nuevos sonidos de las nuevas bandas, o algunas del movimiento que sacudió a la década de los 70s, comenzaban a manifestarse. En diciembre de 1979 se editó la lanza que clavaría al gótico como género, estamos hablando de Bauhaus y su “Bela Lugosi’s Dead”. En abril The Cure había lanzado el tremendo “Seventeen Seconds”. Joy Division había editado en julio su fantástico “Closer”, pero Ian Curtis ya se había suicidado en Mayo, ambas bandas, marcando un paso más en el post punk y se inició lo que conocemos como Darkwave. Y acá empezaría una delgada línea entre el darkwave y el gótico. En Noviembre bandas que venían del punk rock, como The Damned y su “The Black Album” (Noviembre 1980), los anteriormente mencionados Siouxsie and The Banshees, también comenzaban a marcar tendencia dentro del género que se gestaba como gótico, más en el disco “Juju” (1981). Por otro lado no podemos olvidar que en 1980, Bauhaus publica su primer álbum “In the Flat Field”. Bauhaus irrumpía con su mixtura de post punk con tintes de un oscuro glam y con su estética, entre lo vampírico (Peter Murphy) y la androginia del glam rock de principios de la década del 70 (principalmente de David Bowie y Marc Bolan) con los resabios de vestimenta punk (remeras media red) de Daniel Ash. Bauhaus no fue la introspec-
ción de The Cure o Joy Division, Bauhaus fue el legado del shock rock del Alice Cooper setentero. Pero como vengo avisando no vamos a meternos dentro del gótico, aunque se empecinen en meter a todos dentro de la misma bolsa. The Sisters of Mercy fue fundado en 1977 por Gary Marx y Andrew Eldritch, ambos asiduos al F-Club (club punk). El primer trabajo que editan es “The Damage Done” en noviembre de 1980, en donde Andrew (batería y voz) y Gary (guitarra). Pero si escuchamos los álbumes mencionados y el primer single de la banda de Eldritch y Marx, no existen diferencias, ¿pero podemos escuchar algo más en The Sisters of Mercy que nos marque la diferencia que quiero explicar? No, aún no. Pero podemos entender que existía una búsqueda sonora que intentaba quebrar la similitud con las bandas anteriores. Ya había bandas que buscaban otros horizontes como por ejemplo UK Decay, entre otras bandas. Para el año siguiente la banda se reforma y la batería queda a cargo de “Doktor Avalanche y el Coro de la Venganza” (una caja de ritmos, que con el paso de los años fueron cambiando de artefacto pero no de nombre) y el ingreso de Craig Adams en bajo. Con esta formación comienzan a presentarse en vivo. Formaciones con caja de ritmos incluida, se repetirían en muchas bandas de los finales de la década del 80 y principios de los 90s del Rock Gótico. A partir del segundo single o EP “Floorshow” de 1981, se incorpora Ben Gunn como segundo guitarrista. En este trabajo podemos escuchar una diferencia notable que empieza a delinear por donde viene el Rock Gótico. Y esto empezaremos a analizar. Esta versión de la canción que le da nombre al trabajo, es más áspera de la que conocemos, tiene una bajo distorsionado muy potente, que le imprime una aspereza que rompe con el molde de post punk, que mostraba la banda en el anterior single. Acá encontramos algo diferente, emparentado con los bajos distorsionados de “At Night” de The Cure. Pero el ataque de las guitarras también son cortan-
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tes a lo Killing Joke. Aunque también poseen cierto ambiente algo claustrofóbico proveniente de una de sus más grandes influencias, los neoyorkinos de Suicide. Pero hay guitarras mucho más fluidas que tienen mucha de psicodelia, y uso el término para expresar un sonido más luminoso, aunque sea un riff simple, pero abre el espacio sonoro de una manera distinta. “Lights” tiene una marcada acentuación de los Suicide, ayuda mucho a esto la presencia de Dr. Avalanche. Empezamos a escuchar una guitarra más estática y otra más tajante, sobre un bajo que cubre el vacío de la canción. Algo que es bien post punk, pero este vacío es un poco comparable al de “Red Lights” de Siouxsie and The Banshees. “Teachers” enmarca otra influencia de la banda, que no sólo le da el nombre a la banda, hablamos de Leonard Cohen y luego agrega “Adrenochrome”, una composición en donde podemos encontrar una línea más rockera, que si bien se tiñe de post punk, el ritmo de la caja de ritmos le da una solvencia más
de banda de rock pero a la vez le imprime una angustia más oscura. Cuenta Andrew que llevaron esta cinta a Geoff Travis de Rough Trade y que luego de escucharla se volteó y dijo “Esto es Bauhaus”. Abril de 1982 editan “Body Electric”, un nuevo single y acá vemos como la búsqueda que venía realizando la banda empieza a dar sus frutos. El primer track (el que le da el nombre al single) comienza con el ritmo incesante de Dr. Avalanche es el punto de partida en donde el bajo de Adams se mueve de manera casi psicodélica pero a la vez mucho no se sale del riff armado, tornándose oscuro y opresivo. Las guitarras son el plato principal de este cambio, por un lado está la guitarra que va arpegiando de manera más sutil, mientras la otra tajante y distorsionada va dando fuerza y ataque a la canción. La voz de Eldritch se torna oscura y opresiva, por momentos guerrera como levantando la lanza de algo nuevo. La voz suena hueca por el efecto de la reverberación
de una manera extraordinaria. Para 1983 la misma formación edita lo que sería el momento en donde se define el estilo, “Alice”, un single que como lado B tiene la conocida “Floorshow”. Con “Alice” se ve el depurado trabajo que venía haciendo la banda, las guitarras adoptan un protagonismo que marcan el vuelo de la canción, y a la vez, la tajante, punzante y fantasmal guitarra distorsionada; el sólido bajo no deja de lucir seguro y potente, todo sobre un ritmo más básico de la batería. La voz de Andrew suena segura y oscura, y hacia el final se torna desesperante. Un clásico, un clásico del Rock Gótico. Ahondando en la estructura de la canción, podemos ver las bases del Rock Gótico, una bajo punzante, una voz oscura y por momentos profunda y claustrofóbica, una guitarra con arpegios agudos y otra con apariciones tajantes inundadas de distorsión y chorus. Todo sobre una batería electrónica. Durante todo el año 1983 la banda lanza varios singles y Eps, con la misma formación. En 1984 Benn
Gunn es reemplazado por Wayne Hussey, comenzando así una de las mejores etapas de la banda, sino la mejor. El periodista Simon Reynolds marca a The Sisters of Mercy como el cambio del Gótico al Rock Gótico, y señala a “Temple of Love” (1983) como el himno del rock gótico. Junto con la nueva década comienzan a aparecer bandas que habían entendido el mensaje de las hermanas de la misericordia, The March Violets, si bien las primeras grabaciones de la banda tienen más de post punk, van situándose bajo la sombra de The Sisters of Mercy. Otros que también nacen son los Red Lorry Yellow Lorry. También para esos primeros años de la década se forma una gran banda que nace con el toque especial del rock gótico, The Cult, quienes con su “Dreamtime” de 1984 marcan otra explosión, influenciados más psicodélicamente por bandas como The Doors o Led Zeppelin. La banda de Ian Astbury y Billy Duffy son los primeros en
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conseguir un número uno en el ranking independiente inglés con el single “Spiritwalker”. Para ese año del debut de The Cult, nace otra banda que llevará el rock gótico a otro nivel hacia el final de la década, Fields of The Nephilim, quienes en su comienzo fueron muy influenciados sonoramente por The Sisters of Mercy, editan en 1985 el Ep debut “Burning The Fields”. Hacia fines de 1985 la banda de Andrew Eldritch estalla por los aires, y no por los buenos aires. Primero durante las grabaciones del álbum debut “First and Last and Always”, Gary Marx, miembro fundador de la banda se aleja peleado con Eldritch. La última presentación de Gary en la banda fue el 4 de abril en el programa de la BBC TV Studios en Londres, Old Grey Whistle Test. https://youtu.be/rDYXyE9M7KE Cabe destacar que para esta época la niebla en la que se cubrían las bandas en vivo, tiene un significado y una causalidad. Mirando lo estético. Las tinieblas producidas en escena no es otra cosa que un culto a las viejas películas de vampiros, como Drácula, y el ambiente de los cementerios y esa típica oscuridad londinense. Y esto se utilizaba en el cine, pero se introduce en la música hacia finales de los años 70s, y el movimiento gótico y el rock gótico son los géneros en donde más se los empezó a utilizar, apropiándoselo como un sello distintivo de la estética. Ver a Bauhaus en esos primeros años, sus presentaciones fueron imitadas por el rock gótico, mucha neblina y pocas luces, luces que alumbran el rostro del cantante desde abajo, luces desde atrás que salen de atrás de la batería. Podemos marcar un quiebre en la historia o un final de la primera etapa del rock gótico con la separación de The Sisters of Mercy, pero los problemas para Andrew no iban a terminar ahí, Craig Adams también se va de la banda y Wayne lo sigue, mientras trabajaban para el nuevo álbum y es en este momento, para mí, en donde se marca el fin de la primera etapa del rock gótico.
LA NIEBLA AUMENTA: Y acá se abre una nueva etapa dentro del estilo, 1986 es el año en donde nace la banda The Mission, con los ex The Sisters of Mercy, Craig y Wayne. La historia es más que conocida, la disputa con Andrew Eldritch por el nombre de la banda The Sisterhood (que fue el primer nombre de los “disidentes”), el vocalista apura una grabación de un disco bajo el nombre en litigio, The Sisterhood (con una improvisada banda que incluía a Patricia Morrison de Gun Gun Club). Recordemos que el litigio fue en favor de Andrew obligó a los nacientes The Mission a pagar la suma que es la cifra que menciona Patricia al comenzar el álbum “Gift” de The Sisterhood, en 1986, “Two, five, zero, zero, zero”. Este año también nace Ghost Dance, con Gary Marx, otro ex Sisters. Lo cierto es que el nacimiento de The Mission marcó un punto de crecimiento en el sonido del Gothic Rock, sumado al crecimiento de bandas como The Dense Society, Red Lorry Yellow Lorry o Fields of The Nephilim (que fueron los que más le aportaron al sonido al género), los grandes discos de los The Damned (Phantasmagoria, de 1985, y "Anything", de 1986) y también la segunda reformación de The Sisters of Mercy. Pero también aparecen bandas nuevas como Clan of Xymox (banda que lleva el estilo más al synth pop) o All About Eve (que lleva el sonido más hacia el pop). En Estados Unidos bandas como “Human Drama”, “The Wake” o “Mephisto Waltz”. En Alemania aparecen "Ausgang", "X-Mal Deutschland", "The Merry Thoughts", "Eyes of the Nightmare Jungle", “Pink Turns Blue”. Y en Inglaterra "Balaam and the Angel", "Carcrash International", “The Rose of Avalanche”. La escena empieza a crecer y a la vez se empieza a depurar el estilo. The Mission publica su primer álbum, en 1986, “God's Own Medicine” llevando el sonido del rock gótico a un sonido más de guitarras, con guitarras con mucho más trabajo de elaboración. Lo mismo podemos enunciar el magnífico trabajo de los Fields of The Nephilim y su primer álbum “Dawnrazor” de 1987. Por su lado
The Sisters of Mercy lanza en 1987 su segundo álbum “Floodland” con un sonido, si se quiere más oscuro y con más orquestación. The Cult habían sacado su magnífico “Love” en 1985, pero para estos años ya estaban electrificados a lo AC/DC, con su “Electric”, alejándose del Rock Gótico que los vio nacer. Cerrando lo que para mí sería la segunda etapa, que abarca casi la segunda mitad de la década de los ochenta, ponemos el segundo álbum de The Mission “The First Chapter” (1987) y el prestigiosos “Children”, en donde la banda utiliza a uno de sus referentes musicales como John Paul jones (bajista de Led Zeppelin) como productor de su tercer álbum. Fields of The Nephilim lanza el fantástico “The Nephilim” aportando un espectro sonoro más trabajado y sólido, mucho más oscuro y repleto de simbologías oscurantistas. Pero nuevamente lo que marca el final de esta segunda época del Rock Gótico, es el quiebre en la formación de The Sisters of Mercy, Patricia Morrison abandona la banda y le inicia un juicio por créditos a Andrew, algo que a Eldritch ya lo tiene acostumbrado.
DENTRO DE LA NIEBLA TODO SE VE DIFERENTE: Mientras The Sisters of Mercy se recomponía de la segunda ruptura, bandas como The Mission o Fields of The Nephilim continuaban disfrutando de sus logros y creciendo su popularidad. Y nuevas bandas se forman y darían sus frutos en la nueva década, como Rosetta Stone, Nosferatu, Inkubus Sukkubus en Inglaterra, Paralysed Age, Still Patient?, Love Like Blood en Alemania, 69 Eyes en Finlandia. El primer año de la nueva década trae los mejores álbumes del género (según mis gustos), "Carved in Sand" y "Grains of Sand" de The Mission y "Elizium" de Fields of The Nephilim en 1990. Pero también está el “Vision Thing” de los renovados y rockeros The Sisters of Mercy. Acá se marca otro quiebre, el sonido de la banda de Eldritch, roza el heavy metal y un rock mucho más agresivo. Pero las bandas más importantes empiezan a tener problemas, The Mission pierde a su guitarrista emblemático Simon Hinkler,y la banda entra en un período de confu-
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sión. Fields of The Nephilim luego del álbum en vivo, grabado en 1990 (pero editado al año siguiente) y se quiebra en varios proyectos, desmembrándose primero en dos bandas, Rubicon (con todos los miembros menos el vocalista) y “Nefilim” (con el cantante y nuevos músicos). La nueva generación de bandas del rock gótico empiezan a aparecer Garden of Delight, Age of Heaven, Lacrimosa, The House of Usher, en Alemania; All Living Fear, Suspiria, Dream Disciples, Children on Stun, en Inglaterra; Ikon en Australia; Star Industry en Bélgica; Whispers in the Shadow en Austria; London After Midnight, The Crüxshadows (aunque estos más influenciados por los Clan of Xymox) en Estados Unidos; The Last Days of Jesus en Eslovaquia. Más la explosión de las nuevas bandas que nacieron antes de esta nueva década del 90, como Rosetta Stone, Nosferatu o Love Like Blood y si se quiere también podemos mencionar a Type O Negative, que si bien se orientan más al metal gótico fueron de gran influencia en muchas de las nuevas generaciones, que a mí entender, ellos y The Sisters
of Mercy tuvieron gran influencia en lo que terminó siendo el metal gótico. Recomiendo el dossier de un número anterior en donde se habla de muchas bandas de rock gótico: http://issuu.com/revistathe13th/docs/ the13th-n19/c/sp5ck2v Muchas bandas traen “sangre nueva” al estilo, y se pueden encontrar matices, pero muchas de estas bandas regresan a las bases del origen del rock gótico, batería electrónica y un sonido más acorde al primer Sisters of Mercy. Aportando muy poco a lo ya generado. Y aunque muchos me traten de convencer, desde el lado de adentro todo se ve diferente, pero tomando cierta distancia es una repetición de los primeros sonidos (con esto no digo que no me gusta). Esta nueva generación logra que el círculo de bandas y la aceptación aumenten, sobre todo en países europeos, en donde a partir de la década de los noventa se fomentan mediante Festivales que, hasta hoy, anualmente dan lugar a las bandas de rock gótico y de otras estilos (folk, EBM, Syhtn, y otros).
Los más importantes pueden ser el “Wave-GotikTreffen”, que fue el primero que desde 1987, su primer intento, y gracias a la unificación de las dos Alemanias retomó en 1992 y continúa; en Inglaterra tenemos el “Whitby Goth Weekend”, que empezó en 1994 y que continúa posicionándose como un punto ineludible de cualquier amante de estos géneros. “Castle Party” en Polonia, nacido también en 1994, ha albergado (y lo sigue haciendo) a muchas bandas del rock gótico. Estas manifestaciones es lo que logra mantener y reavivar de nuevo la llama del rock gótico.
los, aparecen bandas como "The Drowing Season" (USA), "Feeding Fingers" (USA), Dr. Arthur Krause (Suecia), Open Paradise (Grecia), que mantienen cierta decencia del primer rock gótico, pero aparecen bandas como The Horrors, que mezclan criterios estéticos con sonoridades diferentes, o bandas como “ASP” y “Mono Inc.” (Alemania) que se lanzan más a la mezcla de metal con el rock gótico. Y las bandas y las mezclas se acrecientan. Los estilos se entrecruzan y las germinaciones del rock gótico se difuminan y cuesta pensar en lo que es ya es rock gótico.
UN MANTO DE LUZ: LA NIEBLA NO SE DISIPA: Llegada la década del 2000 trajo más recambio y nuevos festivales aparecen en escena. Como en casi todas las etapas desde el inicio del rock gótico, esta no termina o abre con algo de The Sisters of Mercy, la banda queda como un estandarte del rock gótico, pero desde 1990 que no edita nada nuevo. En agosto nace en Alemania uno de los principales festivales, M'era Luna Festival. Las bandas más grandes del movimiento como The Mission y Fields of The Nephilim, habían pasado la década del noventa con algunas interrupciones y poco material, pero en esta nueva década The Mission aparece con nueva formación y nuevo trabajos que los vuelven a meter como unos de los exponentes del rock gótico. El "Mourning Sun" de 2005 de los renovados Fields of The Nephilim los encuentra mucho más cerca del metal gótico que del rock que los vio nacer y que tantos elogios les trajo. Del embrión originario de la banda nacen nuevas formaciones, en 2001 nace Last Rites, con dos de los miembros originales de FOTN, por ese año nace NFD, con un miembro original y otros de la banda de Carl McCoy (Nefilim). Pero es esta década donde se empiezan a mezclar los esti-
Después de una década en donde las mezclas comenzaron a fortalecer las uniones de bandas en festivales y se le abrieron puertas a más bandas, es hora de darle un cierre esperanzador a este Dossier que se ha hecho un poco largo. Hacia fines de la década anterior y el comienzo de esta década, para mí hay dos bandas que reavivaron el fuego del rock gótico con excelencia, una de las bandas es un seleccionado de músicos del rock gótico llamado The Eden House, quienes han marcado un salto de calidad mezclando sonidos más etéreos con el clásico rock gótico. Y otra de las apariciones que marcaron un paso adelante dentro del género son los Merciful Nuns, quienes de las cenizas de Garden of Delight han encontrado una veta nueva dentro del hoy mezclado rock gótico. Pero han aparecido bandas nuevas como Aeon Sable, Solemn Novena, The Eternal Fall, Lord of the Lost, The Stompcrash, Zeraphine, All Hallows Eve, y muchas bandas más que seguro he omitido en estas páginas y me lo estarán recriminando. Larga Vida al rock gótico.
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PALABRAS EN LA ARENA
[ “It”, de Stephen King por Pablo Ravale ]
FLOTA CON UN LIBRO
Junto con Carrie, El resplandor, Misery, Cujo y Cementerio de animales, It (“Eso”), probablemente, sea una de las novelas más conocidas de Stephen King. Hay muy pocos que no hayan oído hablar de ella ni que no hayan sentido escalofríos al ver un payaso con la cara pintada de blanco y un traje de colores con los botones naranjas, que te ofrece sonriente un globo. Y es que ha sido un gran logro que sólo el maestro del terror podía haber conseguido: convertir una figura que tradicionalmente se asocia a la risa y la simpatía (el payaso) en el arquetipo del más puro horror. Metiéndonos ya en la historia, la trama de “It” se desarrolla en la ciudad norteamericana de Derry, en dos épocas que el autor cuenta simultáneamente y con los mismos personajes: los niños en 1958 y los adultos en 1985. Así las cosas, y a lo largo de largo de diferentes argumentos y saltos hacia al pasado y el presente, se nos presenta esta idílica comunidad, en el estado de Maine, en donde nunca nada pareciera ocurrir a nivel consciente pero en donde bajo tierra, a un nivel inconsciente para todos, un monstruo despiadado, de apetito y maldad insaciable, aterroriza a los habitantes de dicha zona desde tiempos remotos. Debido a eso la ciudad sufre de un alto rango de violencia, y es cada 27-28 años que Eso despierta y se alimenta principalmente de niños. ¿Qué es Eso? Bueno, en primer lugar sabemos que se trata de un siniestro y misterioso payaso que se hace llamar a sí mismo Pennywise y que acosa a los niños. Aunque, lo cierto, es que se trata de un ser de
otro mundo, un dios primigenio, cambiante en su forma y aspectos, capaz de leer las mentes y los miedos, hábil en proyectar las imágenes que desea dar a quien va a capturar, siempre dispuesto a alimentarse de seres vivos (preferiblemente de niños, cuyos miedos son muy sencillos de elaborar) y que duerme durante casi tres décadas hasta que vuelve a despertar para alimentarse y saciarse, cumpliendo así un ciclo que no tiene fin. Eso, Pennywise –o, mismo, Bob Gray–, aparentemente salió de un vacío en algún punto del Universo, un lugar al que el King describe como «Macrocosmos». La verdadera forma de Eso nunca ha sido vista. De todos modos, una de las tantas apariencias que adopta en el mundo físico es la de una gigantesca araña, pero ésta, al parecer, es otra ilusión. O sea que la verdadera forma del monstruo es desconocida. Asimismo, en la novela, se hace mención a que el enemigo natural de Eso es «La Tortuga», otro antiguo ser proveniente del «Macrocosmos» y que cientos de miles de millones de años atrás, habría vomitado esta parte del Universo. El libro, a todo esto, narra que Eso junto con La Tortuga fueron creados por una fuerza a quien llaman «El Otro». Si bien Eso permanece oculto y acechando la mayor parte del tiempo, se enfrenta dos veces con los protagonistas, siete niños (que se hacen llamar “Los Perdedores” por su escasa popularidad entre sus compañeros de clase) cuyos nombres son: Bill Denbrough, Ben Hanscom, Beverly Marsh, Richie Tozier, Eddie Kaspbrak, Mike Hanlon y Stan Uris.
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El primer encuentro, en 1958, sucede cuando son preadolescentes, asustados e indefensos pero con una poderosa capacidad de imaginar; la segunda, en 1985, cuando ya son adultos bien situados (aunque todos sin hijos, un regalo especial de Eso) que han perdido el poder de la imaginación y con muchos miedos y complejos. En efecto, y tras ese primer encuentro, el monstruo sale herido pero no vencido y los chicos hacen un pacto: si Eso regresa a Derry, ellos también lo harán y lucharán con él por segunda vez. Eso efectivamente regresa, y lo hace 27 años después, por ende, los siete protagonistas, ahora adultos y casi sin recuerdos de su infancia, vuelven también Derry y encaran de nuevo el horror. Uno de los atractivos del libro es como King narra perfectamente esa época tan difícil para todos y que es la niñez cuando roza la pre-adolescencia, retratando no sólo de forma fidedigna lo que sería la amistad en la infancia, sino también mostrando los miedos y las incertidumbres infantiles. Como pueden imaginarse entonces, It es una novela total… un libro enorme y soberbio, que con más de 1.500 páginas, nos sume en un universo ominoso pero a la vez nostálgico. La novela fue llevada al cine, en un film dirigido por Tommy Lee Wallace en 1990, recibiendo algunas críticas desfavorables, dado que la versión fílmica es menos metafísica, gore, suspensiva y épica que la original. Obra maestra hecha y derecha.
CRÓNICAS DESDE MERDEVILLE
No a la Universidad Con la aparición de nuevas “tendencias” nacidas en la Universidad, muchos creyeron haber descubierto los signos precursores de un cambio a nivel sociopolítico. De todos modos, dicho fenómeno consiste más bien –si es que se lo analiza en profundidad, es decir, alejado uno del pensamiento progresista– en una nueva fuerza conservadora que pretende modernizar una mentira que tiene más de doscientos años de vigencia: la democracia. En mi caso particular, como escritor, mi tarea ha sido siempre la de clarificar y denunciar los elementos que provoquen la alienación propia del hombre y que revelen al mismo tiempo las condiciones de su supresión. En tanto, más de un siglo y medio después de la experiencia de 1848 con la Comuna de París, no se puede ignorar la función práctica que cumple la democracia como pensamiento en el mundo existente, del mismo modo que ya no podemos desentendernos de las distintas y sucesivas manifestaciones y movimientos estudiantiles, del papel que desempeñan concretamente los estudiantes y el profesorado universitario con respecto a esta idea. Las revueltas estudiantiles, a partir del mayo francés, han obligado al enemigo a modernizar la opresión y hacer así el mundo todavía más invisible. El Poder, el Régimen, el Sistema, necesita llenar el vacío que hay entre la clase dominante y los pobres, ya que éste se ha profundizado peligrosamente en estos últimos años bajo la crisis que sufren las sociedades modernas. En efecto, es a esto que se dedica una generación entera de reformistas a las órdenes del Estado. Pues no pueden, evidentemente, hablar otro lunfardo que no sea el de los progres berretas y predicar la mentira democrática a las grandes masas de tarados. Así las cosas, la causa de la democracia se ha convertido en el terreno del reformismo por excelencia, en el escenario perfecto para enfrentamientos entre mentiras rivales pero solidarias, sustituyendo entonces el espacio que ha dejado la religión. Haciendo foco de lleno sobre la causa, diré además que en todas partes donde los pobres se rebelan en contra de su condición –es decir, la de vivir en la miseria–, el reformismo hará de ésta una fatalidad y una agravación, pues su fin es, justamente, el de imponer el Estado como LA respuesta a todos los problemas y las opresiones sociales. Como fuere, y ya para cerrar, agregaría que los juguetes predilectos de la casta universitaria recién recibida cuando presume –y se siente superior al resto– son siempre la intelectualidad y el acervo cultural. Las nuevas generaciones de este putrefacto y selecto grupo, además de reafirmar esta tesis, también reafirman la existencia de la palabra «imbéciles». Ellos juegan a salvar el mundo con discursos solemnes copiados de las generaciones anteriores de tarados con título, pero siempre desde su mundo hermoso y maravilloso. ¡Muerte!
HIDDEN TRACK
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EN CONCIERTO
[ Por por Alex Bretto / Fotos por Yani Rosso ]
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EL REY DAVID LLEGA AL HIPÓDROMO David Gilmour en Buenos Aires, Argentina. 18/12/2015
Todo era una locura. Habíamos salido 3 horas antes del show, pero parecía que por primera vez en mi vida iba a llegar tarde a un recital... ¿y justo tendría que ser éste? La ruta Panamericana era un manicomio, y la salida que nos conducía al Hipódromo de San Isidro estaba atestada de automóviles que circulaban a paso de hombre. Por un momento nos miramos con mi amigo que conducía con resignación: poco importaba en ese momento el elevado importe de esas entradas que habíamos adquirido con tanta anticipación. La tiranía del embotellamiento no respetaba fanatismos ni horarios. Fue nuestra primera alarma de la que sería la peor organización de un show que alguna vez hubiera visto. Quiso el destino que entráramos a tiempo (evitemos detalles sobre donde fue arrojado el vehículo, lo que debimos correr para llegar, y el caos de encontrar una butaca): benditos sean aquellos 35 minutos de demora de inicio del espectáculo que el Rey David nos otorgó. El canoso hombre de negro apareció para calmar las ansias de un público que siempre extrañó su ausencia, y dijo presente con los primeros punteos de
su Fender, para dar vida a “5 A.M.”, pieza de apertura de su último lanzamiento “Rattle That Lock”, alrededor del cual giró la mayor parte de su tan ansiado debut en Argentina. Poco necesitábamos para que un escalofrío de placer nos recorriera el cuerpo y se nos enjugaran los ojos de emoción. No tardó en sonar el caballito de batalla que da nombre al último disco, y que está muy bien colocado en esta instancia que podríamos denominar de warm up. Porque lo mejor estaba por llegar, pero con mucha paciencia. Un tema más del mencionado álbum dejó a la audiencia a punto caramelo para lo que sería el primer golpe fuerte de la noche: “Wish You Were Here”, himno para el que Gilmour se hizo de una guitarra acústica y transmitió su primer momento de calidez hacia el público local. En sintonía con la intimidad que acababa de imponerse, fue acertado introducir la steel guitar en lo que me gusta denominar como un nuevo “Us And Them” recientemente salido del horno: “A Boat Lies Waiting”, una belleza para la cual Guy Pratt se trasladó al contrabajo por primera vez en la noche. Continuó así alternando entre el nuevo material y clásicos de Floyd como “Money”, el mismísimo “Us
And Them”, y “High Hopes” para cerrar el primer set, tras el cual se impuso un descanso de 15 minutos. El regreso al escenario no fue para tibios: un momento plagado de psicodelia traspolada de las épocas del Floyd de Syd Barrett, donde nuevamente obtuvo relieve el montaje de luces que respaldó todo el show, y que en el tema siguiente (“Shine On You Crazy Diamond”, que hizo delirar a la audiencia) volvió a mostrar imágenes de videos de la icónica banda en el marco de la pantalla circular que supo usar en históricas giras pasadas. La melancolía abrió paso a la calidez, que volvió a hacerse presente con clásicos como “Coming Back to Life” y que logró un buen pico con la jazzera “The Girl In The Yellow Dress” del último disco del casi septuagenario guitarrista. Pero en seguida retornamos al Gilmour más clásico a través de la floydesca “Today”, puente hacia el dignísimo cierre del se-
gundo set con las impecables “Sorrow” y “Run Like Hell”, donde Pratt hizo las veces de Roger Waters. Más satisfechos que Willy Wonka en su fábrica de chocolates, no podíamos menos que engolosinarnos con la exigencia de un cierre a puro clásico. Y así fue: los bises nos regalaron 3 himnos legendarios. El público esperaba esa saturación de relojes y despertadores característica del comienzo de “Time”, y allí estuvo, seguida por ese otro infaltable de “The Dark Side of The Moon” que es “Breathe”. Y el cierre y despedida, inmejorable, con un Rey David inspiradísimo que nos regaló una versión de “Comfortably Numb” con un extenso y emotivo solo de guitarra de película, para que aproximadamente 60.000 personas se vayan llorando de alegría a casa (y se olviden de la espantosa organización). ¡Gracias por tanto, maestro, y por favor, no esperes otra eternidad para volver!
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[ Primera Noche por Bernardo Jimenez Mesa. Segunda Noche por Revista the 13th / Fotografías: Nazarena Talice ]
MIL GRADOS PSICODÉLICOS
Festival Concrete Jams 11 y 12 de Enero, Uniclub. Primera Noche.
El festival Concrete Jams realizado en Buenos Aires, los días 11 y 12 de Enero, apostó al sonido Stoner y al rock/metal psicodélico, complaciendo así a una escena que no para de crecer desde hace años en Latinoamérica. Reseñamos aquí el primero de los días del festival: las dos bandas locales, encargadas de abrir a la banda de Washington, Dead Meadows, fueron Guacho y Poseidotica. Teniendo en cuenta que Dead Meadow son una banda que se mueve con eficacia dentro de la escena del Rock Stoner y Psicodelico; la elección de Guacho y Poseidotica es totalmente comprensible y acertada. Guacho sorprendió, siendo un ensamble demoledor pero lleno de detalles y ornamentos. Su música, con dinámicas y estructuras interesantes (para mí, por momentos, reminiscentes a Soundgarden) secciones instrumentales y tintes del blues y funk, llevaron a los asistentes al Uniclub a un muy buen comienzo para esta calurosa noche de verano. Después seguiría Poseidotica, los más intensos de la noche. El show de esta banda porteña es una ráfaga, que no se detiene por un instante. Rock instrumental
y stoner, de principio a fin. Contundentes y abrasivos. Finalmente llegaría la banda que la mayoría había ido a ver: Dead Meadow. El trio de Washington regalaron al público todo…y más… Un show lisérgico, con una sensibilidad muy pop a la vez. Se les notó muy complacidos con el público asistente, quienes conocían las canciones y la obra en general de la banda. Si bien lucharon toda la noche con el calor infernal que se respiraba (transpiraba) , ofrecieron un show largo, con la mayoría de los temas que se esperaban de ellos en vivo, aparte de lo más reciente, que obviamente deben promocionar. Influencias de rock psicodélico y 60s; un poco de Black Sabbath y un guiño al grunge de los primeros días; ejecutado con maestría y versatilidad. Dead Meadow entregó todo en el escenario y cerró así este primer día del festival, del cual todos salimos con una sonrisa dibujada en el rostro… transfigurado a la vez por los mil grados centígrados que se respiraban en Uniclub… Mil grados y un infierno…de rock psicodélico, con mucha… mucha distorsión….
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Festival Concrete Jams 11 y 12 de Enero, Uniclub. Segunda Noche.
La segunda noche el calor seguía presente como parte del festival. Y en este Buenos Aires, en donde la humedad aumenta la sensación térmica, Uniclub estaba cerca de los 50ºC. Elplato fuerte era los Radio Moscow, quienes se están convirtiendo en unos asiduos visitantes de nuestra ciudad, esta sería su tercera vez en casi dos años. Viaje a Ixtlan fueron los encargados de abrir la ardiente noche del 12 de enero. Mientras se abría el telón, el sonido de la banda empezaba. Con una formación de rock (batería, bajo y guitarras eléctrica) más el agregado de otro músico con una guitarra electroacústica pasada por muchos efectos y un mini moog. La banda conformada por Fernando Figueiras, Mariano Bertolazzi, Sebastian Romani (trío con otro proyecto llamado Narcoiris) y Javo Romani. Una propuesta hipnotizadora como potente, desplegaron su corto set con extraordinaria solvencia y eficacia. Como su nombre lo indica es un Viaje en donde nos sumergen en un mundo castaniano lleno de colores y alucinaciones narcóticas. Elefante Guerrero Psíquico Ancestral subió a escena y desplegó el poder que emana del power trío conformado por Juan Ricossa (bajo), Eduardo Torales (guitarra) y Mauro Albornoz (batería). Con un sonido muy trabajado, basado el power tríos como Jimi Hendrix Experience o Cream mezclados con el doom metal a lo Black Sabbath, todo sumergido en una sonoridad stoner tremenda. La banda le puso la dosis de energía rockera para mitigar el trabajo más chamánico de la banda anterior y preparando el terreno para el cierre de la noche. Un trío instrumen-
tal que será la delicia de seguidores sedientos de virtuosismo setentero. Llegó el momento esperado, Radio Moscow al escenario y la gente estalló. Parker Griggs, guitarrista, cantante (el fundador de la banda), Anthony Meier en bajo y Paul Marrone en batería desplegaron todo su arsenal extraído de los años 60’s y 70’s. El amor de esta banda con el público argentino ya tiene varios capítulos y ahora escribe uno nuevo. Los solos de Griggs mostraban el virtuosismo con el cual se desliza entre las seis cuerdas, el bajo de Meier, soportaba el peso de la banda cuando Giggs se adueñaba de los momentos en los solos, y Marrone, que parecía utilizar la cabellera como un brazo más para golpear sobre los parches. Sus dos manos parecían abarcar todo el instrumento. El público encontró lo que vino a buscar, ante cada canción saltaba y festejaba y coreaba como “250 miles”, se oyó por ahí alguien que gritó “Your show is amazing” y esto provocó una sonrisa en el trío, y Giggs dijo un tímido “Gracias”, que fue lo único que llegaba a decir. El final llegó con “Open Your Eyes” y el estallido final del público que se llevó lo que vino a buscar, puro rock setentero con alta energía. Radio Moscow se quedó estrechando cuantas manos se le estiraba hacia el escenario…indicio que ellos estaban más que agradecidos. Dos noches de mucho calor…pero con el calor de seis bandas que nos muestran que Festival Concrete Jams no es un evento aislado, es una manifestación de una realidad que, por suerte, en Buenos Aires, tiene una convocatoria brillante.
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[ Por Bernardo Jimenez Mesa / Fotografías: Lily Moonster ]
GRACIAS POR LA DE ENERGÍA Y EXPECTATIVAS
El año comenzó de la mejor manera. Justo en esos días de enero cuando la actividad cultural es tan limitada, un recital prometedor con tres bandas de primer nivel rompían con las celebraciones del fin de/ nuevo año…e inauguraba así este 2016 para el rock subterráneo e independiente de Buenos Aires. El cartel estaba compartido por Cuarteles de Invierno, Horacio (nuevatemporada) y Perlas Tus Ojos. Las tres bandas ya han aparecido, bien en la revista o en el programa de radio Piso 13 (sin mencionar que Perlas Tus Ojos abrió la primera temporada de nuestros Quiet Sessions y es ya una banda de esta casa). El recital arranco algo más tarde de lo previsto con Cuarteles de Invierno, quienes hechizaron con su propuesta de un post-rock algo espacial, con momentos de shoegaze y un poco de noise… El viaje que ellos proponen es una montaña rusa de estados y colores. Cuarteles de Invierno te envuelven y te llevan con ellos, en un set que pareció algo corto, pero… el show debía continuar…
Y así fue como subió a escena Horacio, una banda con una larga historia, quienes después de años de inactividad, han regresado, retomando algunos temas de la formación original, y enriqueciendo el repertorio con temas nuevos. Poseedores de una sensibilidad pop, pero creadores de paisajes y atmósferas; el set de Horacio fue magnifico, intenso y ecléctico. Por último Perlas Tus Ojos hizo los suyo: rock oscuro, guitarras con tintes claros del gothic rock, paisajes coloreados por guitarras atmosféricas, sin dejar de ser una banda contundente por un instante. Poco nos queda por decir de Perlas Tus Ojos en esta revista (y en nuestro programa de radio) ya que ellos son una banda muy cercana…Para quienes aún no los conocen, absolutamente recomendados. A continuación de esta reseña vendrán las entrevistas que le he realizado a las tres bandas. A las tres bandas: muchísimas gracias por habernos sacado del letargo de esos primeros días del año y habernos llenado de energía y expectativas, por un 2016 cargado de música…maravillosa….
[ Entrevista por Bernardo Jimenez Mesa / Fotografías: Lily Moonster ]
CUARTELES DE INVIERNO
Estamos ahora con Cuarteles de Invierno, recién los hemos escuchado y muy lindo el show. Muy efecto, como te sumerge, te atrapa, como que prefieres cerrar los ojos y estar ahí, y eso está bueno. Cuando eso sucede siento que la música está cumpliendo su función de cortar con la realidad, te sumerges ahí en tu mundo y habitas ahí un rato. Iván: Es un poco la idea… Bueno Chicos, arrancamos el 2016 estamos a 9 y supongo que es el primer concierto del año. Iván: Sí, es el primero. ¿Qué trae este 2016 para Cuarteles de Invierno? Iván: Para nosotros es extraño, porque nuestro año 2015 empezó muy tarde, en septiembre u octubre, ya que nuestro disco aparece en septiembre, por eso tampoco no cortamos en el verano porque nuestra primera fecha fue en octubre del año pasado, o sea hace muy poquito tiempo. Estamos hablando de la primera fecha… Iván: Con esta formación…
¿Esto sugiere que antes había otra? Iván: Había, pero Cuarteles de Invierno es una banda muy extraña, empezamos a tocar en el 2010, pero sólo tuvimos un año de continuidad… se fueron armando los temas desde el principio pero fue mutando la banda. Maca: En la primera formación estábamos nosotros dos más otros chicos, después se fueron algunos integrantes (yo también me fui también, después volví), pero creo que lo definitivo fue el proceso de la grabación del disco, fue depurando un montón de cosas y es muy desgastante, entonces eso hizo que se fueran todos básicamente. ¿Entonces la banda nace en el 2010? Iván: Nace en el 2010, intenta a grabar un disco que tarda como cuatro años y vuelve a surgir en el 2015… Maca: se empieza a grabar con los primeros integrantes y luego van cambiando los integrantes, se termina de grabar el disco. El disco finalmente Salió el año pasado, ¿permanecen algunas tomas o algo de aquellas primeras grabaciones?
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Iván: Sólo algunas guitarras de Maca y mías. El resto se fue regrabando todo. Luego fue todo con la formación actual… Iván: Sí, en realidad es una historia muy larga, porque las baterías fue todo un tema, porque no las grabó Guille, intentamos grabarlas con baterías analógicas pero todas las tomas las descartamos, finalmente es una batería programada lo que hay. Creo que también es importante, porque por ejemplo Perlas Tus Ojos y Horacio estuvieron ya en la Revista, pero Cuarteles de Invierno es una nueva banda para la Revista, brevemente digamos quiénes son en este momento… Iván: guitarras, Mati: bajo, Nico: guitarras y voz, Yane: sintetizadores, Maca: guitarras y sintetizadores y Guille: batería. Seis integrantes, o sea tiene que ser así porque la
banda suena inmensa, entonces se nota, como seis seres humanos disparando sonidos. Iván: Juegan mucho con las texturas, entonces es muy importante eso de la superposición de texturas y melodías, muchas veces el contrapunto… Yo sentía mucha textura, como cosas densas, como densidad, y al mismo tiempo, ella en los teclados se contrapone. Iván: Claro, es la idea… Después de un proceso tan largo, que tuvo sus pormenores para llegar al disco en el 2015. ¿Qué planes hay, que quieren hacer? Iván: lo que queremos hacer es editar este disco físicamente, que salió sólo digital, está en Spotify, iTunes... y todas esas cosas. Contémosle a la gente donde pueden encontrar su música. Iván: Y básicamente nos pueden encontrar en
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Spotify, iTunes y bandcamp. Y bueno el resto del 2016 lo que queremos hacer es terminar nuevos temas (que están inconclusos). Te imaginás que fue muy desgastante el proceso del disco, que los queremos y los odiamos a los temas al mismo tiempo. Así
que estamos tratando de hacer cosas nuevas. Bueno chicos, queríamos invitarlos, para que en este 2016, los tengamos más en la Revista. Más que agradecidos.
[ Entrevista por Bernardo Jimenez Mesa / Fotografías: Lily Moonster ]
HORACIO (NUEVA TEMPORADA)
Estamos aquí en La Cigale, con la banda Horacio (Nueva Temporada). ¿Por qué es Horacio (Nueva Temporada)? Darío: Es nueva temporada porque Horacio tiene una versión anterior en los años noventa, y después de muchos años sin tocar, volvemos con una nueva formación, luego de un lamentable momento, y le pusimos "nueva temporada".
los demás integrantes? Darío: Bueno, yo tengo una sala de ensayo y conozco a muchos músicos. A Fernando lo conozco más de programar música, como productor, y Ema y Nico pasaron por la sala, la verdad tenía muchos para elegir. Fernan: Somos contemporáneos de los 90s además. Darío: Y Nico y Ema son los más jovencitos.
Podríamos decir que ¿hubo varias reencarnaciones? Darío: No, ésta es la segunda, la única. La primera de dos años y ahora...
Estamos hablando de que son cinco en este momento, muy buena formación, lo siento como muy apretado, como muy sólido... Bella: Nos llevamos muy bien, nos gusta lo que cada uno hace. Nadie le dice al otro lo que tiene que hacer. Somos como muy libres y yo creo que eso se nota porque lo transmitimos a la gente. Fer: Yo creo que es interesante, porque venimos de distintas extracciones, bueno, nosotros venimos de los 90s, de una época muy particular de la música argentina, y ellos son como sangre nueva, que viene con otro concepto, por ahí no muy diferente pero que aportan elementos muy frescos, muy piolas. Y como decía ella, tampoco hay cosa como "vamos a hacer esto y no nos vamos a salir de esto". Se empie-
Ahora significa ¿cuánto tiempo? Darío: Año y medio. Ese antes ¿cuándo fue? Darío: 95 y 96. Estamos hablando de que se conocen ustedes mucho uno a otro. ¿Quiénes eran de la primera formación? Bella: Diario y yo. Y cuando deciden rearmar la banda, ¿cómo llegan
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zan a aportar elementos distintos y para mí se logra una cosa bastante original, bastante distinta de lo que hacíamos, eso es lo interesante. Bella: vos escuchas a Horacio y no podés decir " Ah me remonta a tal banda o a tal otra". Somos Horacio. Fer: Salvo un tema que se parece mucho a The Cure... Bella: bueno... No sé cuál es? Jajajaja Fer: Horacio... Jajaja Todos, quienes crecimos en cierta generación, tenemos unos momentos de The Cure por ahí... Siempre... Bella: Todos tenemos esa oscuridad... Fer: Además en esa época, The Cure, Joy Division, bandas así, marcaron una ruptura absoluta con lo que venía antes, incluso con el lugar de donde venían, que era el punk. Todas estas bandas que se llaman after punk, después del punk, trajeron una renovación increíble, porque dejaron todo lo que venía antes del punk, la música sinfónica y esto que era hiper complicada y centrada en sí misma y todo esto. Y
trajeron todo un universo sonoro, nuevo, pero con el concepto del punk, esto de hacélo vos mismo, de la cosa underground y todo esto, no?. Después de ellos salieron otras bandas como Sonic Youth, Pixies, que creó que en algún punto nos influencian a todos. Y siento que las nuevas generaciones están mirando hacia esos años, sobre todo he notado que con Joy Division hay muchas generaciones nuevas que lo escuchan mucho. Cuando Peter Hook hizo la gira tocando sólo a Joy Division había un montón de chicos de veinte años, y yo decía de dónde han escuchado Joy Division? Diario: Hubo un momento en cuando con Bella decidimos volver a retomar con Horacio y yo los llamo a ellos, a los tres les dije “somos una banda punk”, jajajaja… “somos una banda punk y después vemos”… De ahí partimos y que pase lo que tenga que pasar… Si tenemos en cuenta que esta banda tiene como dos momentos, en esta formación, ¿recrean temas
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de aquel entonces? Bella: Hoy por ejemplo hicimos un solo tema… que es “Amanezco”.
que no hay nada grabado en estudio y que lo están realizando, ¿cuántos temas? Bella: estamos terminando de grabar seis temas…
¿En esa época alcanzaron a sacar algún material, alcanzaron a editar algo? Bella: Grabamos un cassette. Y en esta nueva época ¿se ha editado algo? Bella: Estamos grabando en este momento… en el compilado de la Revista. Darío: Lo que está en el soundcloud son versiones en vivo que hicimos durante el año pasado.
¿Para cuándo podremos tenerlo? Darío: Dos meses más… Fer: Falta toda la etapa de masterización. Darío: Un mes de mezcla y un mes de masterización. Bella: Marzo o Abril.
Hay un soundcloud, aprovechemos y demos la dirección en donde pueden escuchar a Horacio. Darío: soundcloud.com/horacio-nueva-temporada horacionuevatempor.wix.com/ www.facebook.com/Horacio.nuevatemporada/ Una de las cosas que estamos haciendo en estos primeros meses del año, es estar pendiente de los planes que tengan las bandas para este 2016, entonces
Es inminente, buenísimo… Bella: Y seguir tocando. Darío: Todo lo que se grabó no tiene nada que ver con el Horacio de los noventa, son nuevos temas, en vivo estamos haciendo algunos temas de los noventas. Pero lo grabado es todo material nuevo. Y para finalizar, invitamos a la gente a descubra a la banda, Horacio (Nueva Temporada), y bueno chicos vamos a estar pendiente de ustedes desde la revista.
[ Entrevista por Bernardo Jimenez Mesa / Fotografías: Lily Moonster ]
PERLAS TUS OJOS
Estamos acá en La Cigale, en Buenos Aires, cubriendo el primer recital del año para la Revista The 13th y Piso 13. Estamos con una banda que ya es habitual y amiga de la casa, con Perlas Tus Ojos. ¡Hola buenas noches Chicos! Hola Buenas Noches.
ra de distribución de la música hoy en día es muy distinto (todo es por internet), entonces ¿tal vez está mejor grabar unas pocas canciones? La idea original, en realidad, por el tiempo limitado que tenemos cada uno por nuestras actividades personales, un poco el objetivo es sacar uno o dos canciones y empezar a mostrarlo.
Sabemos que es el primer recital del año, ¿algún plan para este 2016, qué quisiera lograr Perlas Tus Ojos este año? Tenemos pensado incorporar un tecladista, desde el año pasado que venimos con eso. Y también la idea es trabajar en canciones nuevas y tratar de hacer el esfuerzo de ingresar a estudio, quizás no para grabar un disco completo, pero grabar cuatro o cinco para grabar un EP nuevamente.
¿El formato sencillo? Claro. Creemos que hoy con la ayuda de las redes sociales, sacas una canción y lo empiezas a mostrar y mostrar, y es una forma de decir “ésta es la banda” y atrás de eso poder quizás sacar otro y decir “este es otro sencillo”, porque una banda que quizás no es conocida o que recién está empezando o que recién se está escuchando, es una manera de promocionarse bien, y no sacar un disco de diez o quince canciones, del cual escuchas quince o ninguno y no puedes sacar ninguna conclusión, porque si dices “son los Rolling Stones y bueno vamos a escuchar el disco completo” porque ya sabes de qué se trata. Esto es algo que lo venimos charlando, y dijimos bueno hagamos tres canciones, y mandémoslo a la tostadora. Pero estamos ahí definiéndolo.
Algo que siempre hablamos en Piso 13 o en la Revista con los artistas. En este momento, dadas las nuevas dinámicas del mundo de la música, para qué esperar para grabar, no sé, quince canciones para grabar un álbum, cuando ¿cuánta gente escucha hoy realmente un álbum? Eso por un lado, por el otro todo esfuerzo económico, el tiempo que lleva y la mane-
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Es así, ahora que lo mencionas, si hay algo que caracteriza a estos tiempos es mantener la atención de la gente, y ¿cómo la mantienes? sacando constantemente algo y para hacer eso, bueno, conforme van grabando van editando las canciones, no hay que esperar… Igual creemos que eso, nos da la sensación que está cambiando, vemos que hay una banda no conocida que saca un disco y no sabemos si es el camino, si se puede hacer es grandioso, y editas diez discos, pero... Es que son ideas que vienen de otros tiempos con las que crecimos pero no son prácticas en este momento, no sé si vieron en estos días de diciembre y enero, constantemente están publicando la lista de lo mejor del año, los dos discos más vendidos en el mundo en el 2015, son discos que tienen más de cuarenta años. Unas reediciones de Pink Floyd y de The Beatles. Las reliquias se valoran mucho hoy en día… Claro, pero… ¿entonces quienes están vendiendo? Las mega bandas, esas que ya recibieron dinero, ¿y
quienes necesitan el apoyo? Ustedes, los que necesitan grabar, los que están en este momento buscando que se abran puertas. También hacíamos la reflexión en Piso 13, “Si podemos ser fans de Pink Floyd o de muchas bandas, pero en vez de comprar las reediciones que son muy costosas, vayamos a un recital como estos, comprémosle el sencillo a las nuevas bandas. Sobre todo ir a los recitales que creo que es lo más importante. El ambiente under es, en Argentina, es difícil. Es más, hoy te viene una banda que para nosotros puede ser grandiosa y quizás no llena la mitad de la sala, entonces qué nos queda para los que estamos luchando acá. Es bravo, el movimiento under es bravo, porque acá hay un buen movimiento, pero no se quiere descubrir, o hay poca gente como ustedes (con la Revista y el programa) que lo apoyan. Se siente mucha indiferencia… pero hay una escena muy grande. Hay una escena muy grande pero que no mueve.
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También siento que falta un poco de articulación de unión entre las banda, como que todo está muy disgregado, muy separado. Las grandes revoluciones musicales se han dado porque las bandas se juntan y crean escena. Pero esta noche tenemos algo especial. ¿Es la primera vez que comparten escena con las dos bandas de hoy? Si, si…Vamos a presentar una canción nueva que estuvimos trabajando el año pasado, luego de la Quiet Sessions, empezamos a trabajar en dos canciones, uno lo terminamos y el otro lo estamos trabajando, nuestra intención es tener al menos dos más y concentrarnos en la grabación y la difusión. ¿Hoy vamos a escuchar un tema nuevo? Sí, está todo terminado pero el título aún no está definido… tenemos un par de ideas pero no concretas, así que vamos a presentarlo como “tema nuevo”. Ya lo escucharemos. Pero bueno es una muy buena manera de empezar el año, un recital, apenas 9 de enero, un nuevo tema y que sea este como un brindis de
Año Nuevo y que puedan este año grabar mucha música y que vengan muchos más conciertos en el año. El año pasado tuvimos quizás muchas fechas que no pudimos presentarnos por distintos motivos pero para este año, lo anticipamos en la entrevista de las Quiet Sessions, nuestra intención es estar más en los escenarios y juntarnos con bandas así, que vale la pena. Es buenísimo. Digamos que hoy hay gente que viene a ver las otras bandas y los conoce y se enganchan, es la manera de conocerse. Bueno chicos es todo por esta noche. Queríamos desearle feliz año y que venga con mucha música, y reafirmar que siempre estaremos pendientes de lo que ustedes hagan. Nosotros muy agradecidos, totalmente agradecidos. Siempre con Perlas, hablábamos con Diego que el día que Perlas triunfe en otras fronteras, ustedes van a ser nuestros representantes, jajaja… Ahí estaremos nosotros presentes…jajaja ¡Gracias Chicos!
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[ Por Alejandro Cenizacromada ]
LO HUMANO PREVALECE SOBRE LA MÁQUINA
Juan Atkins en Baum, Bogotá (Colombia) 28 de enero.
Soy de esas personas que se ha enamorado de la música electrónica de culto por el lado de los sintetizadores y no de los Djs, así que resultará raro para los lectores de esta revista que reseñe una Dj session; pero el artista encargado no es un artista cualquiera, es un referente obligado de la música electrónica y responsable de todo lo que vemos en el panorama musical de este género. Juan Atkins consiguió un Korg MS 10, su primer sintetizador analógico y comenzó con Derrick May y Kevin Saunderson a crear música en el instituto donde estudiaban en la ciudad industrial de Detroit y fueron conocidos como The Belleville three por allá a principios de los ochenta. Juan Atkins formó Cybotron junto con un ex veterano de la guerra de Vietnam llamado Richard Davis, donde empezarían a converger funk y soul heredado de artistas como George Clinton, y por otro lado Krautrock (Kraftwerk) y el synthpop que venía de Inglaterra (The Human League, Depeche Mode). Con Cybotron quedaron grandes clásicos como Clear, Alleys of your mind y Cosmic cars. Posteriormente y tras alejarse de Cybotron formaría su proyecto insignia Model 500 en 1985 con el cual
crearía una gran cantidad de canciones que cimentarían y fortalecerían la escena del Techno alimentada por el ambiente industrial de las fábricas de automóviles que respiraba Detroit: No ufo’s, Future, The Chase, Starlight, Pick up the flow, Starlight fueron algunas de tantas creadas por el prolífico Atkins que no conforme, también tenía otros proyectos como Infinity. El termino Techno sería adoptado del libro de Alvin Toffler Techno Rebel y Atkins sería el forjador de este sonido que ha permeado gran parte de todas las músicas de baile electrónica, de ahí su sobrenombre “The originator”. El año pasado Model 500 lanzó su último disco Digital solutions, con colaboraciones de “Mad” Mike Banks del mítico colectivo Underground Resistance e incluso hicieron una mini gira en formato Kraftwerkriano celebrando el regreso del proyecto a su sonido clásico. Ahora los colombianos hemos tenido la grandiosa sorpresa de su visita que realizó el pasado 28 de Enero, en un local céntrico de la ciudad de Bogotá llamado Baum, un lugar que se ha especializado en convertirse en punto de referencia del sonido electrónico de culto. Los Djs encargados de abrirle al maes-
tro fueron los locales Julio Victoria y Miguel Lega con un excelente set de sonido Techno, Techhouse y Minimal que iba calentando la jornada. Juan Atkins apareció pasada la una de la madrugada con su particular porte de chamán alienígena, arrancando su sesión con Funk burbujeante y lanzando su profunda mirada sobre los espectadores, meneando su cabeza mientras medía la temperatura y respuesta del lugar, que se llenó hasta el punto de no haber un espacio donde moverse tal vez por lo económico de la boleta, cosa rara tratándose de una leyenda; con Ritchie Hawtin a.k.a Plastikman la cosa fue mucho más costosa el año pasado. A medida que avanzaba la sesión los beats se iban endureciendo haciéndonos recordar grandes temas del Techno y el Electro de Detroit como My Aux mind del duo Aux 88, que fueron encarnación con él de Model 500 en vivo en 2009. También fue celebrado el vuelo nocturno más cerebral de Derrick May y su Beyond the dance, hubo espacio para auto homenajes como Starlight de Model 500. Y a medida que avanzaba la madrugada la cosa se ponía turbia y los bajos de las columnas de sonido se ponían más agresivos escupiendo cosas que se acercaban al Break beat, el incansable sacerdote pregonaba el mensaje de su evangelio biomecánico a su apostolado a través de los sonidos que brotaban de los surcos de sus vinilos. Para el final, el frenesí se tornó luminoso y empezaron a abrirse paso piezas con elementos latinos
e incluso árabes, de repente de las manos del maestro empezó a sonar uno de los más grandes clásicos del Techno: Knights of the Jaguar de Dj Rolando, militante latino del colectivo Underground Resistance. El frenesí estaba imparable y por lo tanto el público agradecido de un artista entregado; para eso de las 4 AM terminaría su set con un tema que personalmente adoro de uno de sus proyectos alternos, la canción Sky way de Infinity. El maestro agradecido también se alejó sutilmente con una visible muestra de reverencia y cariño hacia su público dejando en manos del local Miguel Lega lo que quedaba del amanecer. Juan Atkins es una constante invitación a contemplar los misterios del cielo a través de sondas espaciales sónicas. Uno de mis héroes musicales de todos los tiempos, compartiendo un poco de su historia, la historia del lado más humano del sonido electrónico (aunque en muchos puntos de ese planeta Techno se haya vuelto pura moda). El lado de los trabajadores de las fábricas de autos que interactuaban con máquinas y que las convirtieron en una parte importante de sus vidas pero no desde el punto post apocalíptico de la música industrial, sino de sacar lo mejor de sí en medio de la hostilidad racial con tal de llevar un plato de comida a casa. Lo humano prevaleciendo sobre la máquina, un sonido que lo impulsa a uno siempre hacia adelante, el Detroit Techno. ¡Gracias originator!...
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RESCATE CINÉFILO
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EL CINEASTA CINÉFILO: UN DOSSIER SOBRE QUENTIN TARANTINO Quentin Tarantino, desde sus inicios, ha sabido hacerse su lugar, fiel a su estilo, formando parte de la cultura pop (ahí al lado de Coca-Cola y los grandes hits de Michael Jackson). Hijo de la generación del videoclub, sus films se convirtieron en una exteriorización de ese conocimiento adquirido por cantidad de films consumidos y de su personalidad hiperactiva que, viéndolo en alguna entrevista, podemos comprobar de dónde nace ese impulso violento plasmado en pantalla. Este mes, con excusa del estreno de su octava obra, y que inicia el conteo final para su amenaza de retirarse al realizar diez films, decidimos repasar su filmografía y recordar que el cine sin la presencia de Tarantino perdería mucho de su brillo… y ni hablar de estilo.
Robar y hacerlo propio [ Por Nicolás Ponisio ]
El cine de Quentin Tarantino siempre se caracterizó por lo culturalmente referencial desde sus comienzos, como no podía ser de otra forma tratándose de un ex empleado de videoclub que consumió todo lo habido en el local. Con Reservoir Dogs, su primer largometraje estrenado, la trama no sería una referencia sino un traslado cuasi calcado del film hongkonés de 1987 Lung fu fong wan (City on Fire de Ringo Lam), o al menos parte de él. Lo cierto es que Tarantino toma la historia de un grupo de ladrones que llevan a cabo un asalto que no sale como debía debido a que uno de los integrantes es un policía infiltrado pero, lo que en el film de Lam se centraba en los momentos finales (el grupo dentro de un garage tratando de descubrir la verdad), de la mano del cineasta americano se transforma en un completo film de cien minutos. No se presencia el robo, no se sabe nada de los coloridos personajes (algunos flashbacks vislumbran un poco el pasado de algunos de ellos de manera breve) y sin embargo interés, empatía y preocupación es lo que generan en su relación para con el espectador. La trama puede ser ajena, un pastiche del original pero, de igual for-
ma que lo hacía De Palma con sus reinterpretaciones hitchcockianas, Tarantino construye a sus personajes con un estilo inherente. El clásico mafioso o ladrón de bancos adquiere una personalidad antes desconocida o que nunca nadie se había encargado de mostrar en pantalla. De seguro posee un carácter violento y su principal interés es el preciado botín, pero también en su espíritu cotidiano (conducir un auto, salidas nocturnas o almorzar) demuestra su naturaleza. Malhablada, nerviosa, infantil, todo correspondiente a una naturaleza, violenta sí, pero humana. De esa forma y con una simple escena inicial, que poco y nada tiene que ver con la trama central, se logra establecer el carácter humano de los personajes y sin saber nada de ellos se les toma cariño en una invitación a formar parte de la banda. Mr Brown (Tarantino) hablando de Madonna, Nice Guy Eddie (Chris Penn) y su inquietud por una canción de los setenta, el hartazgo de Mr White (Harvey Keitel) para con su jefe (Lawrence Tierney) o la negación de Mr Pink (Steve Buscemi) en dejar propina, todos ellos poseen el tono justo de comicidad mundana. Con tan solo ocho minutos,
el director establece el tono a manejar (que en todos sus años de filmografía nunca abandonaría) y se gana el aprecio del público, detalle no menor. Se apropia una historia de unos ladrones para hacerla propia con su lenguaje, argumental y visual (sin dejo de pretensión o lugar a la confusión construye tres líneas narrativas que consisten en un flashback dentro de un flashback que posee también un flashback falso… ¿Confuso? Cuestión de ver por sus pro-
pios ojos). Sus carismáticos criminales se jactan más de una vez de su profesionalidad a la hora de desenvolverse en su labor. La misma que una y otra vez se pondrá rápidamente en duda con berrinches de hombres (poco) adultos. La profesionalidad ausente en los actos de los personajes, estará presente a toda costa en la construcción del film. Prueba fehaciente de que solo hay un profesional y ese es Tarantino.
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El don de la palabra [ Por Nicolás Ponisio ]
Director, guionista, a veces “actor” (para mal de muchos), pero ante todo: cinéfilo. Esa última palabra es la que mejor define a Quentin Tarantino. Un personaje, sí no es una persona sino un personaje, con la extravagancia, la verborragia de muchos de sus personajes y un carácter frenético propio del ritmo que maneja en sus films. La fuerza visual de su obra golpea siempre con fervor, pero si hay algo que la supera con mayor intensidad y una construcción digna de una pieza de relojería, eso es el arte de la escritura, la elaboración del guión. Tanto el progreso narrativo como el desarrollo de anécdotas, diálogos y soliloquios que despiertan un placer similar al de la lectura y un despertar de interés e imaginación, fascina a la mente con un poder visual excediendo a la inventiva de la imagen. Si bien este factor se encuentra presente en toda su filmografía, y el mismo logra que en cuestión de segundos se entienda rápidamente frente al trabajo de quién estamos presentes, es en Pulp Fiction (su segundo largometraje) donde alcanza el mejor nivel de perfección y desarrollo, quizás solo opacado por Kill Bill (2003-2004). La estética del film ha hecho escuela y la caracteri-
zación de sus personajes se convirtió parte de la cultura popular mundial. Pero algo que los construye e identifica de la manera más realista es el don de la palabra. En un film donde el realismo de las situaciones será puesto en juego, es todo un logro generar conversaciones que adoptan situaciones cotidianas o referencias culturales que, al ser expresadas con naturalidad parecen nacidas de la improvisación y vuelven factibles los hechos donde se suceden, por más descabellados e inverosímiles que éstos lleguen a ser. Dichos diálogos y referencias, propias de norteamérica y también universales como es el ejemplo del Jack Rabbit’s Slim, en palabras de Vincent Vega (John Travolta) ese museo de cera vivo, se van hilvanando y construyendo poco a poco. Eso mismo logra que, al llegar a situaciones que podrían resultar ridículas o poco creíbles, el público se lo tome con naturalidad. O al menos toda la naturalidad posible que se puede tener dentro de ese universo que arremete explosivamente en la pantalla, aumentando de nivel y traspasando constantemente los límites de la sorpresa, la violencia, el absurdo, la comicidad y el placer per sé.
Las cuatro historias que conforman al film están levemente relacionadas dentro de un desorden narrativo que, en su desquicio de idas y vueltas, solo deja en claro el control y creatividad de la que gozan sus guionistas (Tarantino y Roger Avary). Sin embargo, la mayor exponente de ese (des)control narrativo en aumento es The Gold Watch, la historia que tiene como protagonista a Butch (Bruce Willis). La imagen de llevar un reloj en el recto por años (narrada por Christopher Walken con una seriedad inmaculada), ya demasiado gráfica para la mente humana, aumenta de nivel tras nivel pasando incluso por
temas como el honor familiar, el amor, una misión de rescate, persecuciones y uno de los más enigmáticos abusos jamás visto en la pantalla. Todo dentro de una experiencia que, en los años venideros se intentó repetir y copiar sin éxito y que, al igual que su contenido, representa una obra única y original en su estilo. Termina la función y aquellas palabras, nacidas en papel y expresadas en pantalla, se retiran con nosotros, el público que durante veinte años (y los que vendrán) continúa repitiéndolas sin cansancio. Frases no impresas en papel pero sí en nuestra mente cinéfila.
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Cerveza y vino (¿o Tiempos añejos?) ¿o Foxy Lady? Elegilo vos [ Por José Luis Lemos ]
Si uno se tomara el trabajo de entrevistar a seguidores del cine de Tarantino, esos que festejan sus películas cerveza en mano, con el fin de que armen un ranking de sus películas favoritas, lo más probable es que allí, bien debajo de la tabla, se encuentre Jackie Brown (1997). Está comprobado científicamente, háganlo en sus casas. Los resultados eran 100% infalibles hasta la llegada de Death Proof (2007), ese experimento que muchos desprecian por considerarlo un capricho inducido por Robert Rodríguez. El estreno de The Hateful Eight también podría disputarle ese dudoso trono, a juzgar por la cantidad de críticas negativas. Ahora bien, ¿Qué fue lo que hizo que gran parte del público de Tarantino le dé la espalda a Jackie Brown? ¿Y por qué muchos de sus detractores más acérrimos siempre rescatan a Jackie Brown de la quema? ¿Tan diferente es a sus películas previas y posteriores? Intentaré responder algunas de esas preguntas con un pequeño cuestionario, tomando los elementos que el fan cervecero de Tarantino espera encontrar en cada película suya, y chequear si Jackie Brown cumple con esos requisi-
tos. ¿Es Jackie Brown la película menos tarantiniana, como suelen decir aquellos que la vieron en su estreno y luego decidieron sepultarla en el olvido? Veamos. 1) ¿Está narrada de forma lineal, o hay saltos en el tiempo? Dudo que esto pueda tener una influencia negativa o positiva en la apreciación de una película, pero Jackie Brown, a diferencia de los films previos, está contada de manera lineal, y solo recurre al flashback en unas pocas ocasiones. Tal vez porque en esta ocasión, por primera y última vez (por ahora) trabajaba con material ajeno, y el respeto por el autor Elmore Leonard, quien además fue productor ejecutivo, lo llevó a ser lo más fiel posible al libro. Sin embargo, en la gran secuencia del intercambio de dinero hay una multiplicidad de puntos de vista al estilo Rashomon (Akira Kurosawa, 1950), siendo ésta la mayor transgresión cronológica del film. Aún así, aquellos que disfrutaron del esfuerzo mental que suponía armar la línea temporal de Pulp Fiction (1994) pueden en-
tretenerse armando ese rompecabezas que es el cerebro de Jackie Brown, quien siempre está un paso adelante del espectador…o dos. 2) ¿Hay alguna escena de violencia que haya escandalizado al jurado septuagenario de algún festival? La pregunta es pertinente, porque gran parte del éxito de Reservoir Dogs (1992) se debió a la escena en la que le cortan la oreja a un policía. Que quede claro: su éxito comercial, no artístico. El revuelo que se armó en Sundance generó algo de atención extra que decantó en un debate sobre la violencia en las películas, que hasta el día de hoy persigue a Tarantino. Las cosas no cambiaron demasiado en Pulp Fiction, con una sodomización y una inyección que aún sigue siendo dolorosa, pero en su tercer film Tarantino decidió bajar los decibeles. Las pocas muertes que hay en Jackie Brown están exentas de sadismo y, aún cuando el villano es tan temible como el señor Rubio y Jules Winnfield, solo se ve obligado a matar cuando alguien pone en peligro su sueño de retirarse y dedicarse a gastar en vez de vender armas. Y es curioso que la escena más impactante, aquella en la que Robert de Niro le dispara a Bridget Fonda por hablar demasiado, se produce fuera de cuadro y con una frialdad escalofriante. Algo impensado en lo que deparaba la filmografía de Tarantino años después. 3) ¿Hay diálogos intrascendentes con guiños a la cultura pop o el cine clase B? No. Este quizás sea un punto clave para la escasa popularidad de Jackie Brown. El fan cervecero tal vez esperaba ver a Pam Grier lanzando un monólogo sobre el machismo en el cine blaxplotation, o a Samuel L. Jackson leyendo mandatos de la torá antes de liquidar a alguien, y si ese fuera el caso lo más factible era que saliera del cine pidiendo un reembolso. Tarantino, que casi siempre hace hablar a sus personajes como lo haría el mismo, en esta ocasión decidió estar lo más cerca posible del material original. Si bien hay algunos breves destellos de ese estilo de diálogos (como aquel en el que Ordell explica la influencia del cine oriental en los compradores de armas), en Jackie Brown sobrevive la forma pero no el contenido. Lo que sí está presente, aunque de manera más sutil, es el homenaje constante al cine clase b de los
setenta, expresado sobre todo en su soundtrack, que reúne temas originales de infinidad de oscuras películas blaxplotation, y en la tv de Ordell, que nos da la idea de lo que sería un Tarantino channel. Estos homenajes que se expresan rabiosamente ya desde el poster del film siempre están integrados a la trama, y nunca parecen forzados para el simple hecho de complacer al cinéfago. El mejor ejemplo es la escena que transcurre en el tribunal. Jackie debe enfrentar un juicio por posesión de cocaína y el juez, interpretado por Sid Haig (!!!) la mira brevemente a los ojos y decide bajar el monto de la fianza. Aún si el espectador ignora que Haig y Grier trabajaron juntos en los films blaxplotation más exitosos de los setenta, la escena funciona igual. 4) ¿Rescata del olvido a alguna estrella en decadencia? A dos de ellas, para ser más exactos. El efecto Travolta revivió (brevemente) las carreras de Robert Forster y, sobre todo, de Pam Grier, ícono absoluto del cine blaxplotation. El título de la novela pasó del Rum Punch original al Jackie Brown que todos conocemos, aludiendo directamente al hit protagonizado por Pam en los setenta, Foxy Brown. A diferencia de Travolta, quien supo capitalizar su resurrección apareciendo en infinidad de películas de acción hollywoodenses, Forster y Grier no lograron más que papeles secundarios en algunos films clase A, siendo Forster el más afortunado al participar en películas como Mullholland Drive (David Lynch, 2001) y Lucky Number Slevin (Paul McGuigan, 2006) más algún breve papel en Breaking Bad (Vince Guilligan, 2008-2013). A Pam pudimos verla en un par de films de John Carpenter, motivo suficiente para agradecerle a Quentin su vuelta al ruedo. 5) ¿Actúa Tarantino? No. Vamos a tomar esto como una de las ventajas de Jackie Brown. Si analizamos estos cinco puntos, podríamos considerar que Jackie Brown cumple a medias las expectativas del fan de Tarantino promedio. Pero otros films posteriores tendrían resultados similares, y sin embargo están por encima de la película que nos ocupa. ¿Qué sucede, entonces, con Jackie Brown? La respuesta, quizás, está en la edad de sus protagonistas: Pam Grier y Robert Forster no solo son per-
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sonas mayores, sino que además sus personajes son conscientes de ser personas mayores. Son seres derrotados, golpeados por la vida y que piensan constantemente en un cambio de rumbo, como si fueran personajes de Clint Eastwood insertados en un policial negro. De hecho, una buena forma de catalogar genéricamente al film sería ponerle la etiqueta de “blaxplotation crepuscular”. Las criaturas que habitan el mundo de Jackie Brown están de vuelta de la vida. No dicen frases cancheras antes de disparar ni tampoco están de humor para hacer chistes sobre Madonna, tan solo ansían su retiro pero terminan absorbidos en una espiral de violencia que se niega a dejarlos ir, al igual que al criador de cerdos de Los imperdonables (Clint Eastwood, 1992). La diferencia es que Jackie, con su pasado metafórico de violencia (en el imaginario del espectador que conoce a Pam Grier, ella podría haber matado a varios proxe-
netas antes de ser azafata) pretende usar como única arma su ingenio y tal vez algo de seducción, aún cuando en un par de escenas nos deja en claro que con Foxy Brown hay que andarse con cuidado. Quizás el único pecado de Jackie Brown fue el de ser una película demasiado madura para el momento de su estreno, una historia quizás más apropiada para un Tarantino a punto de retirarse, quien tuvo el atrevimiento de realizarla en plena adolescencia de su filmografía, y de nuestras vidas. Y acaso será por eso que, con el paso de los años, uno la vuelve a ver y se reconcilia cada vez más con esa película aburrida que no tenía ni violencia ni diálogos particularmente ingeniosos. Porque en ese momento queríamos sexo, droga y rockanroll, queríamos tomar cerveza… y Tarantino nos había servido un vino. Y, como los mejores vinos, adquiere un gusto más sabroso a medida que pasan los años.
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Sobredosis de cine [ PorNicolás Ponisio ]
Una curvilínea y blonda enfermera sostiene una jeringa en su mano y se acerca paso a paso a una figura que se encuentra ubicada en una butaca. Al estar la habitación a oscuras se vuelve difícil distinguir si la figura pertenece a un hombre o una mujer. La aguja, extensa, brillante y con una pequeña gota en su punta se aproxima a la córnea de la persona sentada. Una vez que la penetra, una luz ilumina el cuarto y la pupila permite que se meta al interior del ojo ocular. El contenido de la jeringa es un rush de adrenalina que altera al nervio óptico ofreciéndole una de las obras cinematográficas más placentera. En Pulp Fiction (1994), éramos testigos del efecto adrenalínico post sobredosis de Mia Wallace (Uma Thurman), en Kill Bill los roles cambian y somos nosotros, el público, quienes recibimos la inyección mientras Thurman nos observa desde la pantalla. Y no es el único cambio dado. Tarantino dejaría un poco de lado su pasión verborrágica para centrarse más en su mirada esteta (solo un poco ya que en el volumen 2 esa esencia de guión Tarantineana volvería al ruedo). La elección del título deja en claro que las palabras no pesan tanto en el film sino en el poder de la acción, la que capta la cámara y la que está fuera de cuadro llevada a cabo por la mente del director. Todo se encuentra al servicio de la mirada y
del disfrute de la misma. Fotografía y edición están a la hora del día. Desde su artificio transmite diversión, excesivos puntos de referencia cinéfila y sobre todo cariño hacia los personajes; sea en la desenfrenada batalla contra el grupo Yakuza The Crazy Eight o el duelo en un set que cubre a los personajes de nieve y una azulada oscuridad de la noche. Son personajes que con una pizca de detalles logran que, incluso tratándose de villanos, se lamenten sus muertes. El fallecimiento de una madre observada por su hija o una respetuosa y ceremonial lucha que finaliza con el corte de pelo definitivo jamás hecho. En esta primera parte incluso no se precisa de explicaciones ni motivos claros de represalias. El poder yace en la imagen y el uso que se hace de ella. Siempre desde una mirada posmoderna, correspondiente al tipo de cineasta/cinéfilo con el que estamos tratando. Si Tarantino antes demostraba su dominio para el relato y la palabra, ahora logra lo mismo de forma talentosa con la diversidad de imagen. Kill Bill es un film que se adapta a cualquier género o estilo visual y en cualquiera de ambos funciona a la perfección. De tonos monocromáticos a resaltadores rojos y amarillos, de la violencia burda a una coreográfica danza contra sombras, del western al animé
y de éste al género de kung fú de los sesenta y setenta. El viaje de La Novia (Thurman) en busca de Bill (David Carradine), el hombre en las sombras, maneja la pulsión de entretenimiento en forma de un incesante zapping. Forma una cadena que transforma
al amor por un clasicismo tipo de cine en una nueva clase de cine. Un consumidor que crea a otros de su tipo con un nostálgico material nuevo. Entrena al ojo con un cine contemporáneo y lo educa para acudir al material de origen. La inyección ha surtido efecto.
Grandes expectativas [ Por José Luis Lemos ]
“Una cosa más, Sophie… ¿ella sabe que su hija está viva?”
Con esta revelación culminaba el primer volumen de Kill Bill, pronunciada por el Bill del título del que conocíamos su voz pero cuyo rostro quedaba siempre fuera de cuadro, como si su personaje fuera un reverso siniestro de Los Ángeles de Charlie. Saber que detrás de esa voz se encontraba la figura de David Carradine, popular por ser protagonista de la serie Kung Fu allá por los setenta, no hacía más que cebar a los seguidores del cine de artes marciales: si La Novia (Uma Thurman) había aniquilado a 88 personas para llegar a O-Ren Ishii (Lucy Liu), su
encuentro final con la persona que no solo había intentado matarla sino que además ocultó la existencia de su propia hija, no podía ser otra cosa que espectacular. ¿Qué otra cosa podría esperarse de la vuelta al ruedo del célebre Kwain Chang Caine? Pero no. Una vez más, Tarantino echaba mano a uno de sus trucos más recurrentes: la falsa expectativa. No era la primera vez que el director de Pulp Fiction (1994) jugaba con las expectativas del espectador. En Jackie Brown (1997) teníamos de protagonista a Pam Grier, popular por sus películas blaxplotation en las que resolvía sus problemas metralleta en mano. El espectador desprevenido que se guiara por su título y su protagonista podría asociarla inmedia-
tamente, y erróneamente, a Foxy Brown, aquel film donde la actriz se vengaba de unos proxenetas que habían asesinado a su novio. Sin embargo, Jackie Brown se vale de su astucia para lograr su cometido sin necesidad de matar a nadie. Lo mismo sucedió años después con Django Unchained (2012), que si bien se anunció en un comienzo como un homenaje al personaje de Franco Nero, finalmente solo conservó del original el nombre del protagonista, la tipografía del título y una breve aparición del Django original, además de deberle poco y nada al spaghetti western. A diferencia de films como Inglourious Basterds (2009) y Death Proof (2007), que prometían la entrada de Tarantino en el cine bélico y en el slasher, respectivamente, para luego incursionar por otros derroteros, Kill bill vol. 1 sí le dio al público lo que esperaba: un film de venganza trepidante y violento, que rendía homenaje a muchos géneros bastardeados y consumidos con saciedad por Tarantino en sus años de empleado de videoclub, desde el cine de artes marciales de Hong Kong hasta el giallo italiano, pasando por cuanto film de clase b tuviese a su alcance. Pero este film, que cumplía a rajatabla las reglas de los géneros que abordaba, al punto que su carácter de collage cinematográfico se hacía más que evidente, era el preludio para algo más afín a lo que se dio a llamar “estilo Tarantiniano”, y si uno ignorara que Kill Bill 1 y 2 son en realidad un solo film dividido por razones comerciales, bien se podría pensar que en la segunda parte Tarantino pudo llevar a cabo una versión más personal gracias al éxito de la primera. Kill Bill vol. 2 comienza con La novia conduciendo por una carretera con un fondo alevosamente proyectado a sus espaldas, mientras nos dice a los espectadores que finalmente va a matar a Bill tras “un acto loco y rugiente de venganza”, tal como dicen los anuncios de las películas. En un alarde de autoconciencia, Tarantino hace que la protagonista de su film nos venda lo que estamos a punto de ver aunque, como todo anuncio publicitario, tal vez nos esté mintiendo un poco. Los primeros indicios de esa “mentira” están en los títulos del primer capítulo del film y el sexto de la historia: “Masacre en Two Pines”. Ya mencionada en la primera entrega, e incluso
ilustrada brevemente con una secuencia animada, la sangrienta masacre en la cual Bill y su escuadrón de asesinos se cobraron la vida de ocho personas no se nos muestra, como tampoco llegábamos a ver el sangriento atraco de Reservoir Dogs (1992). Pero si en su ópera prima Tarantino obviaba mostrarnos ese hecho para acrecentar el suspenso, aquí pareciera hacerlo con la intención de dejar en claro que esta segunda parte va a subvertir los códigos de la primera y se va a mover por carriles diferentes, reemplazando la acción y el gore desenfrenado del volumen 1 por un ritmo más reposado y cercano a los spaghetti western de Sergio Leone. De hecho, el personaje de David Carradine es anticipado con la misma música que se nos presentaba a Ojos de ángel, el villano de El bueno, el malo y el feo (1966) interpretado por Lee Van Cleef, a la vez que un plano anterior recuerda a The Searchers de John Ford (1956). La ubicación geográfica donde transcurre gran parte del volumen 2, El paso, Texas, ayuda a dar la apariencia de un western moderno, en el cual los vaqueros no solo carecen de códigos sino también de dignidad, como nos muestra Budd, el personaje interpretado por Michael Madsen quien, retirado de sus días de asesino a sueldo, sobrevive echando borrachos en un bar de mala muerte regenteado por Sid Haig y Larry Bishop. (¿qué otro tipo de bar podría esperarse con ellos dos a cargo?). No deja de ser irónico que el personaje que está más cerca de matar a La Novia sea un campechano vulgar, al que su jefe humilla por usar sombrero y que tan solo se vale de una escopeta con cartuchos de sal. Esta perversión del cowboy es más evidente cuando Budd escupe a su víctima inmovilizada, mientras suena un tema de Ennio Morricone que glorificaba la imagen de Clint Eastwood en la escena final de Por unos dólares más (1965). El personaje de Budd, aún cuando contradecía a los enemigos estilizados y elegantes de la primera parte, sí le dio al espectador la cuota de crueldad que se esperaba de quien había interpretado al Sr Rubio. Quien recuerde la sádica escena en la que Uma Thurman es enterrada viva, sabrá que una oreja cortada al final no era para tanto. Si bien Kill bill vol. 2 entrega dos escenas con un espíritu más afín al de la primera película, el entrenamiento con Pai Mei (Gordon Liu) y la pelea entre Elle Driver (Daryl Hannah) y Beatrix Kiddo en la casa
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rodante, en el contexto general parecen casi insertadas con el propósito de complacer a los que disfrutaron con las peleas de aquella. El tono que sobrevuela el resto del film semeja más a un periplo iniciático, e incluso la escena en el burdel de Michael Parks nos hace creer que a quien vamos a encontrar al final del camino no es Bill, sino Marlon Brando personificando a Kurtz. De hecho, al igual que en Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979), se nos construye una imagen tan poderosa que luego es casi inevitable no colmar tales expectativas. Si en Django Unchained el duelo final era puramente verbal y no un duelo de pistolas como cabría esperarse en un western, aquí no hay una demostración de artes marciales, ni siquiera un enfrentamiento cruento. Sin embargo, si las palabras fueran balas, estamos ante uno de los tiroteos más impresionantes que hayamos visto en pantalla. Es aquí donde Tarantino demuestra su destreza en los diálogos y en la dirección de actores, especialmente destacable es el ya clásico monólogo sobre Superman, que resume la temática del film, logrando que una amable charla de media hora esté cargada de la misma tensión que podría tener un enfrentamiento en-
tre Charles Bronson y Henry Fonda. Aún cuando sabemos las cosas horribles que hizo Bill, Tarantino no olvida la regla de su admirado Sergio Leone y nos muestra que detrás de los actos más viles hay seres humanos con sus razones más o menos discutibles. El acto loco y rugiente de venganza de La novia termina en lágrimas, sin sangre, sin sadismo. Tampoco peleas acrobáticas. Kwain Chang Caine solo atina a dar unos breves movimientos, al igual que Tony Manero apenas bailaba en Pulp Fiction. La última frase que le dice Bill a Beatrix es “eres mi persona favorita”. Luego de levantarse de su asiento y caminar hacia una muerte segura que le llevará tan solo cinco pasos, Bill cae mientras suena el leit motiv de Navajo Joe (Sergio Corbucci, 1966), como si con el muriera un tipo de cine que nunca gozó del prestigio que sí tuvo el propio Tarantino. Y tras ese tramo final, inesperadamente lleno de retorcida humanidad y ternura, nos damos cuenta de que las falsas expectativas no siempre son algo negativo, y que la conclusión ideal para esa carta de amor hacia los géneros más bastardeados del cine que es Kill Bill, solo podía ser esta.
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Tranqui 120...lo que dé! [ Por Nicolás Ponisio ]
Después del inmenso proyecto que supuso para Quentin Tarantino la realización de Kill Bill, el director volvería al ruedo cinco años después, aminorando la marcha pero con la potencia suficiente para impulsar a su film con ese dulce aroma a retro. Tarantino y su viejo amigo Robert Rodriguez volvían a colaborar juntos (después de haberlo hecho en Kill Bill y en Sin City) para traer a la actualidad el cine Grindhouse, aquel que suponía una doble función del rarísimo, pero no menos artístico, cine clase B. La primera parte de la proyección (al menos en otras partes del mundo ya que en nuestro país fueron proyectadas por separados y años después de haber sido estrenadas) correspondía al segmento dirigido por Robert Rodriguez titulado Planet Terror, siendo este un bello homenaje al cine de horror zombie. Luego de un intermedio donde viejos amigos de ambos directores participaban realizando trailers falsos (Edgar Wright, Rob Zombie, Eli Roth y el mismísimo Rodriguez), llegaba el turno del film de Tarantino. Death Proof no solo con sus primeros minutos nos situaba en los tópicos clásicos de las películas de carretera, las cuales los mismos personajes del film no se cansarán de citar y recordar nostálgicamente, sino que también dotaba al film de la impronta
del cine de horror, más específicamente del que se centra en un psicópata con sed de jóvenes féminas. Siempre se ha hablado de la buena elección de actores que suele tener el director en sus films (sin mencionar la gran dirección de actores que construye y que forma parte de la marca de la casa tanto como sus diálogos) y Death Proof no es la excepción. Si bien el elenco femenino del film goza de sus buenos momentos, más que nada toda aparición de Rose McGowan (protagonista de Planet Terror), Tracie Thoms y Zoë Bell (doble de acción de Uma Thurman en Kill Bill y que aquí se interpreta a ella misma), quien brilla con luz propia, así como lo hacía en los ochenta, y termina por ser el alma indiscutible del film es el personaje de Stuntman Mike interpretado por esa leyenda viva del cine que es Kurt Russell. Siempre se ha puesto a la figura de Tarantino por sobre su obra, cada dialogo, cada homenaje y personaje respira su presencia, pero su quinto film podría considerarse el primero, y hasta ahora único, en el que la presencia del actor fetiche de John Carpenter logra opacar un poco al director cinéfilo. Russell quien ha sido héroe (The Thing, 1982) y antihéroe de la mano de Carpenter no en una (Escape from N.Y., 1981), ni dos (Big Trouble in Little China, 1986) sino en tres ocasiones (Escape from
L.A., 1996), pasaba ahora a calzarse su campera de Icy Hot y, con cicatriz en rostro de por medio, no solo se convierte en el viejo héroe de otra época, donde su presencia era requerida en increíbles choques automovilísticos, sino que es el psicópata justiciero que arremete velozmente contra las sensuales mujeres de la actualidad. Mujeres que en otra época de seguro le sobraban y que hoy en día debe recurrir hasta al truco más infantil para conseguir un momentáneo baile erótico. La presencia de Stuntman Mike resulta temerosa, un peligro inminente que Tarantino extiende lo más posible, algo similar a lo que hizo este con The Hateful Eight, para que cuando estalle sorprenda de gran manera, y lo hace. A pesar de ello, el personaje de Russell resulta tanto escalofriante como patética, como un ser que se ha quedado en el pasado y que ahora solo recibe la irrespetuosidad de las generaciones más jóvenes. La primera imagen nítida que podemos ver de él lo presenta como un ser desaforado en comer, chorreando grasa por la comisura de sus labios. Más allá de los pequeños vistazos a ese patetismo del personaje, Stuntman Mike se sale con la suya a la hora de cazar a sus presas y el espectador es quien celebra, sobre todo habiendo pasado por el proceso de escuchar las banalidades del primer grupo de jovencitas similares a las que uno puede cruzarse un fin de semana por la noche seguido de una reacción que lleva nuestra mano en un viaje directo hacia la
frente. Tarantino con su personaje castiga a las nuevas generaciones y celebra a las viejas… o al menos a aquellas que llevan en sí un poco de su mismo amor por el cine. Es por eso que, al presentar al segundo grupo de mujeres, serán estas y su sed vengativa las que se pongan a la altura de su contrincante y expongan el patetismo que antes apenas se vislumbraba, opacado por la presencia de un Russell que al día de hoy contiene la fuerza de un Snake Plissken. El segundo grupo de mujeres, a diferencia del primero, son damas del cine. Actrices y dobles de riesgo que también llevan consigo, al menos dos de ellas, el amor por la velocidad. Esa misma que antes cercenaba piernas y rostros por igual ahora haría estallar acero, sangre y lágrimas en la forma de una persecución “old fashion” de casi veinte minutos de duración. Quizás el film goza de grandes climas de tensión terrorífica, del manejo del suspense que pareciera tomarle el pelo al espectador, sin terminar de darle al completo lo que Tarantino parecía insinuar. No por ello Death Proof sale perdiendo, es el juego de la anticipación, los diálogos que luego incidirán en el accionar de los personajes y la estructura del homenaje, esa que encierra en un mismo círculo de pensamiento cinéfilo a Russell, Richard C. Sarafian, Brian De Palma e incluso Dario Argento, los que salen ganadores en un film nuevo con esencia vieja. Aquellos que no sepan apreciarlo pasaran bajo las ruedas de un Chevy Nova de 1970.
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La importancia del léxico [ Por Nicolás Ponisio ]
Tomando prestado el título internacional del film bélico italiano de 1978 The Inglorius Bastards (Quel maledetto treno blindato, Enzo G. Castellari), que más allá del contexto histórico poco o nada tiene que ver con sus bastardos, Tarantino pone en juego desde el comienzo la importancia del lenguaje. Interviene al título con faltas ortográficas indicando, siempre con un espíritu provocativo y una evocación al humor, que no todo debe tomarse tan en serio… al menos lo referente a hechos históricos. Otro ejemplo de ello es el primer capítulo del film llamado “Érase una vez… en la Francia ocupada por los nazis”. Establece su índole de fábula, como un aviso del propio director de que el camino tomado no será otro más que el creado por él mismo. De esa manera logra escapar al verosímil histórico sin dar razones de ello. Inglourious Basterds marcha en un camino narrativo rodeado por el dramatismo, la comedia y la violencia. Ésta última expresada no tanto por representaciones gráficas sino por situaciones que el director logra desarrollar poco a poco. Se toma su tiempo generando una tensión que raya en alarma y que siempre está por estallar con el peor de los resultados. Y lo hace. La dirección de miradas y los primeros planos que captan rostros cambiantes construyen la sensa-
ción de peligro, envuelta mayormente por diálogos que pueden resultar banales pero que contienen un subtexto implícito en ellos (una conversación cinéfila, el parecer al degustar un postre o un simple juego en un bar). Allí se hace presente el lenguaje de la cámara y el interpretativo, pero alcanzan su mayor esplendor en el uso de la palabra. La elección de Tarantino por hacer hablar a los personajes en su idioma original o empleando el correspondiente a tal situación (así es como hay una constante variante entre el inglés, el alemán, el francés y el italiano) no solo aporta verosimilitud a los diálogos, sino que además se erige a lo largo del relato como un personaje más. Sin el respeto necesario al idioma, el film carecería de su empleo estratégico como el que le da el coronel de la SS Hans Landa (Christoph Waltz) para masacrar a una familia de judíos. La infiltración del teniente Hicox (Michael Fassbender) y sus compañeros como nazis, delatados por un gesto no perteneciente a la lengua alemana, o más irónicamente la falsa identidad italiana de Aldo Raine (Brad Pitt) que pone en mayor evidencia su misión, son usos lingüísticos que ayudan al avance del relato. Incluso reinterpreta el lenguaje cinematográfico logrando que ni la pantalla lo contenga. La vengan-
za en la historia es el mismo cine que escapa siendo proyectado en humo, elevándose en el aire. El lenguaje es el todo que unifica al film y lo mantiene sobre sus hombros. Así como Tarantino (re)transfor-
ma el título de un viejo clásico italiano, también hace lo mismo reescribiendo los libros de historia con su vengativa visión de la Segunda Guerra Mundial.
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Jugando a los vaqueros [ Por Nicolás Ponisio ]
¿Quizás Tarantino ya no pueda ofrecer algo totalmente nuevo y original? El punto álgido lo alcanzó con ese pastiche inmenso y violento que es Kill Bill (2003-2004), y a pesar de que sus posteriores obras son dignas de ser vistas y disfrutadas, carecen de una absoluta frescura (al menos hasta la aparición de The Hateful Eight, su último film). Quizás es hora de dar puro entretenimiento, sin esperar nada nuevo sino el estilo que el señor Tarantino ya ha establecido hace rato. Es hora de ponerse clásico y qué elemento más clásico que el western. El director, con su Django Unchained, forma pareja entre el género de cowboys y el cine blackxploitation para no escapar del todo del estilo posmoderno, pero a fin de cuentas lo que ofrece es una historia clásica. Un relato de venganza (como viene haciendo desde Kill Bill, seguida por Death Proof e Inglourious Basterds). En este caso la minoría contra aquellos con poder, los años de esclavitud llegando a su fin. Al igual que en Inglourious Basterds (2009) donde el director podía pensar con la mentalidad nazi, tan bien expresada en el diálogo inicial del coronel Landa (Christoph Waltz), aquí logra lo mismo con el carácter racista que dominaba a la sociedad norteamericana del 1800. Los diálogos resultan divertidos pero su tono humorístico no oculta la
seriedad crítica con la que Tarantino realiza una radiografía de la sociedad. Retratada con excesos, por supuesto sabiendo de quién se trata, pero no por ello menos válida. La distancia que se impone estableciendo los hechos en el siglo XIX es expresada en el diseño del arte y el vestuario, pero pasando esos detalles por alto, el contenido discriminatorio posee aún una clara cercanía con el siglo XXI. La lucha de Django (Jamie Foxx) por recuperar a su amada Broomhilda (Kerry Washington) funciona como un divertido recorrido por la historia del racismo (con inclusión de una pre-versión del Ku Klux Klan), donde si bien los blancos y el endiablado Calvin Candie (Leonardo DiCaprio) son los villanos a eliminar, el mal encarnado de los esclavos es la esclavitud en persona. Stephen (Samuel L. Jackson), es el servicial esclavo de Candie con un agudo caso de síndrome de Estocolmo. Es la discriminación en carne propia, son sus miradas despectivas las que están atentas a todo lo que sucede a su alrededor y la que ponen en peligro a los héroes del film. Candie es tan solo una marioneta con el poder del dinero, pero Stephen posee el poder de la interpretación. Y aquí subyace el centro del clasicismo. Si bien la historia desde su construcción posee un
carácter clásico, incluso se encuentra explícito en el relato del doctor Schultz (Waltz una vez más) sobre una leyenda alemana proyectado en las sombras de una cueva, es el juego del engaño el que lo hace todo posible. Todos los personajes juegan a interpretar a alguien más, alguien que ellos no son. Django y el doctor Schultz se hacen pasar por compradores de mandingos, Candie por un hombre culto que disipa su interpretación al abrir la boca y Stephen por un sumiso y rengo sirviente. Todos ellos, sin ser conscientes de los demás, juegan al mismo juego. El ganador será el que mejor sepa continuar en personaje.
Por eso, una vez que el engaño es develado, en una extensa y tensionante escena, el film pierde su estructura. La clásica guía que lo encaminaba pierde su rumbo en una suerte de improvisación del relato. Una media hora final que, a pesar de no disgustar, no se encuentra a la altura de lo anteriormente vivido. Se transforma en una especie de metáfora sobre la carrera cinematográfica post Kill Bill, donde todo se disfruta pero la intensidad se desgasta. Eso sí, ya muchos cineastas quisieran llegar desgastados de esa forma… o tan solo llegar.
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La octava maravilla [ Por Nicolás Ponisio ]
Si bien Quentin Tarantino aborda su octavo film nuevamente desde el género western para revisionar los hechos del pasado así como lo hacía en Inglourious Basterds (2009) y con mayor profundidad en Django Unchained (2012), como una mera excusa para contextualizar, The Hateful Eight termina respirando un aire a western mucho mayor que su film anterior. La problemática, el duelo, la tensión están presentes sin recaer en el excesivo pastiche/homenaje al que nos tiene (mal) habituados el director. La buena construcción de la mayoría de los personajes (más no todos) y la tensión entre ellos que va creciendo hasta escupirnos salvajemente en el rostro (literalmente) son el conducto de un tema ya tratado por Tarantino, pero con el cual no tiene problemas en profundizar demostrando cierta madurez en su pensar y accionar. El film abre con la imagen de un cristo crucificado cuasi oculto por la inmensidad de la nieve que lo cubre. Por su lado, pasarán dos carretas que, a su modo, también transportan personas crucificadas por la sociedad y que en muchas formas yacen ocultas. Sea por refugiarse de la tormenta de nieve, sea por ser aceptados por el otro o sea por intenciones criminales. Cualquiera fuere el caso y la condición que nubla el viaje y la visión de los protagonistas, es imposible no observar el elemento simbólico
del cual hace uso Tarantino, algo antes impensado en su filmografía, y como éste yaciendo bajo la nieve comienza a latir y a empujar a los protagonistas a un viaje de engaños, verdades y odio. Un viaje, igual de simbólico de aquel Cristo dejado atrás, que en vez de quedar oculto bajo la tormenta es descubierto para sacar a la luz los cimientos de una nación. Y qué mejor manera de hacerlo que a través de un western. El género representante de los Estados Unidos por antonomasia. ¿Y cómo suelen ser los bares, los cowboys y las mujeres en este género? Repletos de vicios, sucios, vengativos y el lugar de la mujer cuasi nulo en un mundo de hombres, limitadas a estar en peligro o ser mero objetos de deseo. Tarantino toma ciertos aspectos característicos para exponer que ese mundo, celebrado por la cinefilia es espejo de los aspectos fundadores de la nación. Que el odio y la venganza son la sociedad... perdón, suciedad antes reflejada en los escenarios del género, ahora expuestos en la mente y las palabras de ocho personajes que se rigen por los mismos dudosos valores éticos y raciales que incluso hoy en día siguen vigentes, aunque más ocultos que en la nieve. Los films situados en contextos durante o posteriores a la guerra civil suelen recaer en honrar a sus combatientes y realizar una oda fílmica celebrando
la labor de Lincoln y la abolición de la esclavitud. Tarantino opta por ser sensato y realista (más allá de los excesos) y presenta a todos sus personajes como gente de la peor calaña, que no celebran la libertad de la raza negra sino que condena a quienes combatieron a favor de ello y el relato reduce a la figura de Lincoln a una presencia invisible en su territorio, a la mentira con forma de prosa, al mago de Oz detrás de la cortina. Los personajes más cercanos a la justicia pertenecen a las figuras del coronel Warren (Samuel L. Jackson), al nuevo sheriff del pueblo Chris Mannix (Walton Goggins) y el violento cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell). Sin embargo, esto no los exime de poseer malas intenciones o de cometer las peores aberraciones, tanto física como verbalmente. Otro de los ejes fundadores del film y del territorio norteamericano es la desconfianza y la traición, es allí donde tanto estructura como contenido se enlazan con el capricho del homenaje, ahora convertido en reinterpretación no solo de su ópera prima (Reservoir Dogs, 1992), sino también de The Thing (1982) de John Carpenter, que a la vez también lo fue de The Thing from Another World (1951) de Christian Nyby y Howard Hawks, otro hombre del western. Una criatura que adquiere diversas formas y que pareciera volver a alimentarse en el formato cinematográfico en un periodo de tres décadas. Sea un ente extraterrestre o el simple odio, el ser se alimenta de las bajezas humanas que desatan la furia y el derrame de sangre que salpica como suerte de bautismo a los orígenes de la sociedad (poco) civilizada. The Hateful Eight vuelve a encontrar a Tarantino dividiendo el relato en capítulos (seis), siendo este el menor de los autoguiños estilísticos que le juegan en contra. La diferencia con los otros es que terminan desentonando con la estructura y se vuelven meros caprichos que quiebran la carga dramática volviéndola un chiste. Los primeros dos capítulos aportan el mayor despliegue visual del film haciendo uso de los exteriores, los escenarios de montañas y bosques nevados logrando un bello y realista tono para con el género. Algo que irremediablemente se pierde al situar los cuatro capítulos restantes en el interior de una cabaña. Tarantino se las ingenia para filmar en una mismo set con una gran variación de planos que evita mantener el interés puesto sobre el aspecto visual
cuando el narrativo brevemente decae o viceversa. A pesar de la extensa duración (2 horas 45 minutos en la versión digital, 3 horas en la realizada en fílmico), ésta prácticamente no se siente excepto cuando el director se pierde enajenado dentro de sus propios diálogos con carga política. Lo que aporta agilidad desde la edición, se pierde por momentos en la carga de verborragia que, perfectamente escrita eso sí, se vuelve reiterativa y pierde algo de atractivo y de la fuerza impuesta en un principio, denotando una extensión en pos de dilatar la llegada al eje del conflicto principal, al punto de ebullición. Los momentos previos más cercanos a que todo estalle de la peor manera vician el aire de la cabaña presagiando el peligro inminente que, al ser alcanzado, transforma el festín de sangre y vísceras en una personificación en pantalla del directo, una exageración marca de la casa que siempre está al límite de echar a perder la tensión y el dramatismo que se construye largo y tendido en el film. Otro de los caprichos tarantineanos que no desperdicia el material construido pero que si lo hace la innecesaria ralentización de la imagen o la caricaturización de ciertos personajes como el de Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh) u Oswaldo Mobray (Tim Roth). Personajes bien construidos y con mucho encanto pero que por momentos no acompañan a la profundidad del material crítico del film y pierden la sintonía al reír o banalizar la situación con un chiste. Tarantino, con altibajos a lo largo del viaje, logra construir un film digno de llamarse western y aún más, de llamarse cine por sí mismo. El conflicto, que excluye al de la trama, es que si bien el director alcanzó cierta madurez crítica y simbólica, no puede hacerla coexistir del todo bien con el exceso y la caricatura de la violencia que tanto ha marcado a su filmografía. The Hateful Eight es una mejora de su trabajo previo en el western con Django Unchained, no alcanza a poseer el nivel incómodo de tensión que la famosa escena del discurso de Calvin (Leonardo DiCaprio) durante la cena, pero sí logra ser más concisa, ateniéndose más a la trama y al tema en cuestión a tratar. Pero es la relación entre los pequeños caprichosos, que de seguro muchos celebren, y el material político, del que seguro muchos se quejen, los que alejan al octavo film de ser del todo exitoso pero que sin lugar a dudas, por sí mismo, termina siendo una octava maravilla.
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EL ESCRITOR SERIAL
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ASH VS. EVIL DEAD LA LUCHA ENTRE LO VIEJO Y LO NUEVO [ Nicolás Ponisio ]
En un año donde la década de los ochenta volvió a ser protagonista con el regreso de íconos de esa época tales como Mad Max (para bien), Terminator (para mal), Star Wars y producciones más independientes como Turbo Kid, The Final Girls o Kung Fury, la televisión no podía quedarse atrás. El desafío recaía en traer un clásico del cine clase B y que funcionara de igual manera que lo había hecho más de treinta años atrás. La prueba era difícil y el camino a transitar aún más. Showtime, la cadena que se ocupará también del regreso de Twin Peaks (Mark Frost y David Lynch) el año que viene, se ponía sobre los hombros el peso de una franquicia que
vivía gracias a dos importantes factores: su director y su protagonista. Cuando Sam Raimi irrumpió en el cine a comienzos de los ochenta, filmando con un grupo de jovencitos amigos y estudiantes de cine más en busca de hacer algo por ellos mismos que por alcanzar el éxito, pocos de ellos, por no decir ninguno, habría imaginado que su pequeño film marcaría con violencia a la historia del cine, a toda una época y a más de un futuro cineasta que podía creer en que su arte también tendría lugar en la industria. Incluso a partir de ese grupo no solo Raimi y su actor fetiche Bruce Campbell encontrarían la forma de ingresar
al mundo cinematográfico, sino también los hermanos Coen, siendo Joel quien se encargó de la asistencia de dirección. Una generación nueva, en muchos sentidos, había nacido a la vez que un nuevo cine. La identidad de cada una de las entregas de la saga siempre fue impulsada por un sentido de los pocos recursos (al menos en las primeras dos partes), por el ímpetu de filmar con ese estilo tan marcado de tomas rápidas y aberrantes, la exageración caricaturesca de Bruce Campbell en la piel de su Ashley Williams y lo artesanal en la construcción de criaturas, desmembramientos y esa sangre tan falsa como hermosa. Sin esos elementos tan propios de su época, cualquier continuación actual de la saga fallaría de manera atroz. El traslado de las desventuras del antihéroe con la mano de sierra a la televisión encontraba esperanzas en la forma de Raimi como productor de la serie y director del episodio piloto y la presencia de un Ash Williams cercano a los sesenta años. Si bien la preocupación yacía en qué sería del estilo tan particular en el resto de episodios que no contaran con la presencia de Raimi, esta continuación treinta años después de los sucesos de la pesadillezca cabaña (los eventos ocurridos en la tercera parte son pasados por alto ya que no se poseen los derechos de la mis-
ma) iniciaba con mucho potencial. No solo hay una búsqueda de recurrir a la nostalgia por la saga original, sino que también hallaba nuevo material humorístico en la forma de un avejentado Ash, quien debe luchar usando una faja o preocupándose porque algunos de los golpes que recibe no arruinen su dentadura postiza. La única desventaja a la vista desde su comienzo, y que sería uno de los elementos a restar en el transcurso de la temporada, era la inclusión de un grupo de personajes que acompañan en el viaje al elegido para enfrentar al mal. A diferencia del cine, donde los amigos o gente que se cruzaban en el camino eran más que nada chivos expiatorios existentes solo para ser víctima de los demonios desatados por el Necronomicón, aquí el formato precisa de ciertos rostros permanentes. Pablo (Ray Santiago) y Kelly (Dana DeLorenzo) serán el séquito de Ash que, a la vez de emprender sus propios caminos del héroe, serán protagonistas de una creciente subtrama romántica que no ofrece nada interesante para quien solo quiere la total presencia de personaje principal en pantalla con su racismo y machismo a la orden del día. En ese sentido, la pareja de amigos sirve como conector entre el protagonista y esas características tan propias de él.
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Sin embargo, las veces que mayormente se luce son aquellas en las que el personaje se encuentra enfrentando sangrientamente a los diversos demonios o cuando se haya en solitario demostrando todas las razones por las cuales uno lo quiere, cuando en realidad nadie lo haría realmente. Un excelente ejemplo de ello es el virtuosismo de la escena de acción en el restaurante donde brilla entre el carisma del personaje y ciertas referencias visuales de Raimi, pese a que no esté detrás de cámara, o cuando Ash realiza un viaje de ayahuasca, dando lugar al delirio exacerbado de toda su personalidad sin necesidad de contar con otros que lo secunden. Si tan solo la serie se centrara en esos momentos donde cada escena se la roba magistralmente Campbell, así como lo hacía en los films, la serie serie un gran traspaso del material. Pero el humor y el estilo visual se vuelve para mal muy televisivo por algunas imposiciones ridículas o la inclusión de más personajes y subtramas de relleno, algo que uno pensaría que después de Lost ya no debería seguir ocurriendo, como la odiable oficial de policía Amanda (Jill Marie Jones) con una venganza personal o un episodio que haya a los personajes enfrentados a unos militares cual material de The Walking Dead. Otro cantar es la presencia del personaje de Ruby
(Lucy "Xena princesa guerrera" Lawless) que, si bien en gran parte de la temporada aporta poco y nada, cobrará la importancia suficiente a medida que se acerque el final de temporada. Los tres episodios finales encuentran a los personajes dentro de la famosa cabaña y recurriendo a elementos ya clásicos de Evil Dead como la mano con vida propia, la cabeza de una ex novia o el gemelo malvado de Ash. Es así como, cuando la serie se aleja del formato convencional y apela a su propia identidad, logra situarnos a la irreverencia clásica que se extrañaba. Con sus fallas y una trama que sería mejor explotada si se tratara de una miniserie, y no una historia que se extenderá en una segunda temporada y vaya a saber uno cuántas más, Ash vs Evil Dead se enfrenta a la actualidad y de momento sobrevive de pie. Pero eso solo por ahora. Bastará ver cuánto tiempo podrá mantenerse erguido el viejo Ash ante un medio que, de no mantenerse fiel al material original y no saber cuándo darle un cierre en el momento indicado, puede llegar a ser el causante de que el querido personaje pase a ser parte de las víctimas que sucumbieron bajo la maldad del Necronomicón y el señor televisor.
PURA MELOMANIA
El comienzo de un viaje personal Soda Stereo - Nada personal (1985) [ Por César León ]
Tengo una especial preferencia por los segundos álbumes sobre las óperas primas de las bandas que me gustan. Las primeras producciones aunque develan lo que es una banda, lastimosamente en su construcción terminan siendo un poco accidentadas. El todo o nada que las bandas asumen en su lanzamiento termina afectando no solo la calidad de las producciones sino su personalidad –a veces tampoco saben hacia dónde van a nivel sonoro, y eso se va dando con el tiempo– Normalmente al primer álbum de una banda le sobran ganas pero carece de norte claro, es allí donde los segundos álbumes llevan ventaja pues corrigen los errores causados por la inexperiencia. “Nada personal” es uno de esos casos. Grabado y publicado en 1985 apuntala lo que va a ser el sonido y carácter de Soda stereo. Atrás van quedando las divertidas pero en cierta forma anodinas Jet set, Vitaminas, Mi novia tiene biceps o Dietético de su primer álbum. Cerati y sus muchachos empiezan una espiral de experimentación sonora que les traería al lugar que tienen en la historia. El Ska y el sonido punk “rockanrollero” evoluciona en un sonido mucho más sólido y contundente. Las letras irreverentes se transforman en juegos de versos surrealistas. Soda Stereo experimenta el mismo proceso que sus maestros espirituales The Police y The Cure tuvieron en las transiciones de Outlandos d'Amour a Reggatta de Blanc –en los primeros– y de Three imaginary boys a Seventeen Seconds en los segundos. Nada personal es postpunk en su esencia, new wave en su sonido y avant garde frente a la escena de la música latinoamericana de la época. La primera vez que lo escuche (o vi) fue tal vez en la televisión pública de mi país, no recuerdo bien si fue Juegos de seducción o Nada personal. La radio se dividía entre sonidos populares y el dominio del pop estadounidense / británico. Nunca había escuchado algo similar. Las guitarras llenas del sonido dulce pero posmoderno del pedal flanger de Cerati
contrastaban con la aspereza arcaica de las bandas de rock del momento. Sus letras extrañas diferían totalmente de la simplicidad del pop o de las pretensiones sociales de otros artistas que venían del sur o de la movida madrileña que llegó a estas tierras, que estaba más centrada en la irreverencia, la burla o simplemente pasarla bien después de los tiempos de Franco. Su sonido hacia inclasificable a este grupo, demasiado pop para los seguidores de bandas pesadas, demasiado extraño para el mainstream, demasiado depurado para los punks. Sin embargo ese contraste combinado con la calidad excelsa que logra la banda en este álbum es el que hará que pase a la historia. La configuración de la banda es similar a la de The Police. Tres miembros que se contraponen a la fórmula sempiterna de 4 músicos permite la simplificación al tener unas sola guitarra frente al modelo de guitarra rítmica y guitarra líder lo que permite un sonido más claro, donde el bajo es más protagonista y donde la guitarra –gracias a las cada vez más comunes pedaleras con sonidos diferentes a la distorsión– hace ocasionalmente el rol de fondo antes solo destinado a los sintetizadores o teclados, creando texturas innovadoras. Todos los sonidos se vuelven más claros y contundentes, mención aparte la voz de Cerati –Nunca antes una voz de una banda de estas tierras había sido tan rotunda–. Analizando canción por canción y tratando de no caer en sitios comunes debo hacer especial én-
fasis en uno de los momentos más emocionantes de la historia del rock latinoamericano y es la intro de Juegos de seducción. Creería que no hay un in crescendo más épico que esa sucesión de compases. Sobre Cuando pase el temblor y Nada personal son tan éxitos y perfectas en su composición que las voy a obviar, prefiero hablar sobre la que tal vez es mi favorita del álbum, no tan contaminada por las escuchas involuntarias de la radio permanece fresca y medio escondida. Ecos es la última canción del álbum, lugar a veces reservado dentro de las producciones discográficas para la canción más robusta de un disco pero que no es tan factible de ser convertida en sencillo comercial. Es creo la canción más atemporal de este álbum, Sin ser tan “Soda mainstream” como Nada personal, su estructura es similar a la que llegarán a usar en los discos Signos, Dynamo y Sueño Stereo. Una canción larga, oscura con una intro en progresivo ascenso que toma su tiempo en desarrollarse y que choca contra el tema principal –coro– que es limpio, de bella y fácil melodía para luego desencadenarse y finalizar en un hermoso sombrío solo instrumental. Estructuras como esta se verán en Signos, Final caja negra, El efecto Doppler, o la obra maestra En remolinos. Imágenes retro, Danza rota, Estoy azulado con-
firman ese lenguaje que Soda Stereo ha concebido, una perfecta combinación de infrecuentes elementos pero que terminan siendo una unidad. Mientras otras bandas andan buscando acordes y progresiones fáciles de memorizar por sus fans y nada más. Cerati Bosio y Alberti alternan esos coros de fácil recordación con extravagantes letras, inusuales armonías y progresiones, lo cual hace que sus composiciones sean más ricas, que exijan un poco de trabajo al oyente y que tengan cada día que se escuchen, un detalle nuevo que descubrir, lo que las hace menos perennes así se expongan una y otra vez en la radio. Nada personal es el comienzo del sonido Soda Stereo completamente definido, proyectará el devenir del rock en este continente. Si no trascendió fuera del continente es por esas barreras idiomáticas, comerciales o culturales obtusas que conforman nuestros mapas. Nada personal terminó convertido en éxito lo que le pudo haber desgastado pero mantiene la frescura de los sonidos menos convencionales y que hacen inescuchables álbumes de la misma época, Tiene 30 años y ha envejecido bien, es más. Aún mantiene un mucho tufillo vanguardista. Suena mucho más actual que muchas bandas de la desvencijada escena contemporánea
La plácida ambigüedad Lou Reed - Coney Island Baby (1976) [ Por Gabo Rojo ]
Dentro del output de Lou Reed en los 70s uno puede encontrar prácticamente cualquier cosa: desde un icónico lanzamiento de Glam-Rock (Transformer) y una teatral obra maestra (Berlin) hasta ruido puro (Metal Machine Music) y Rock absolutamente genérico (Loaded, el último disco de la Velvet Underground.) Durante la primera escuchada, Coney Island Baby parecería encajar más en la última categoría, pero al dedicarle más atención uno se da cuenta de que éste es un disco con la personalidad de Reed estampada por todas partes. A nivel
musical, Lou vuelve a explotar al máximo la configuración básica de dos guitarras- batería- bajo que
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siempre consideró “imbatible”, sacando especial provecho de la interacción melódica entre la guitarra principal y la rítmica. Y a nivel lírico, sus simples y aparentemente inocentes líneas esconden punzantes críticas a, entre otras cosas, el ego masculino (“Tan sólo soy un regalo para las mujeres de este mundo”- proclama sin inmutarse en “A Gift”) y a la forma en que la sociedad convierte a la violencia en algo glamoroso (en “KIcks”) El tema más destacado del disco es el que le da su título, una tranquila composición de casi 7 minutos que va ganando en inten-
sidad musical y emocional, llena de anhelo y (¿puede ser realmente verdad, viniendo de Lou?) hasta un atisbo de amor verdadero. En sus mejores momentos Coney Island Baby recuerda al glorioso tercer disco de la Velvet: plácido y agradable de escuchar, pero plagado de significados y ambigüedades para el que quiera ahondar más profundo. Algo que sólo un artista de verdad puede lograr, por más que mencionar esto al hablar de Lou Reed resulte una obviedad.
No soportó la prueba del tiempo David Bowie – Station To Station (1976) y el Duque Blanco [ Por Erick R. Vieyra ]
Desde sus inicios, Bowie antes había puesto ya en marcha la creación de personajes para representar distintas tipologías del arte, y el Duque Blanco, personaje usado para el Station To Station, no es más que uno de esos múltiples personajes. Esto lo hacía Bowie, ya fallecido en enero del año en curso, al menos para ejercer dos cosas; su admiración por el arte teatral, y la intención de hacer impersonal sus actividades como artista. David Bowie renegó de casi todos sus personajes una vez que dejaba de representarlos, y para cada uno de ellos era crítico y sostenía que poco o nada tenían que ver con su persona, esto como si se pudiera hacer una línea de delimitación entre “la persona” y lo que ésta hace durante un periodo de tiempo, ello de forma independiente a si lo hecho es adecuado o no. Para el caso del Duque Blanco, que era una especie de artista drogadicto obsesionado con lo nietzscheano, el ocultismo, el nazismo y con la frialdad humana, Bowie lanzó múltiples diatribas (como si “él” hubiera sido una persona distinta al mismo David Robert Jones -nombre real de David Bowie-). Eso, visto con ecuanimidad, transcurre de la creatividad a lo absurdo; es decir, se tiene que ser bastante creativo para generar personajes
para la puesta en escena, pero se es absurdo cuando se cree que esos personajes no tienen nada qué ver con el creador. Siendo realista, David Bowie estaba profundamente atado a las drogas en aquellos días, principalmente a la cocaína. Cabe mencionar que a mediados de los setentas fueron muchos los sectores que comulgaban con el nacionalsocialismo dado que Europa estaba en crisis y se estaba discutiendo la viabilidad de distintos modelos de sociabilización para solucionar la crisis política, económica y social asociada a los precios del petróleo y las materias primas (el neoliberalismo fue un modelo que emerge de la crisis de los setentas). Incluso, David Bowie no fue el único artista que barajeó al nacionalsocialismo como opción, se pueden mencionar múltiples pro-
yectos y grupos que idealizaron con el potencial del nacionalsocialismo en Europa. Así que, al menos desde esta posición, no hay nada especialmente extraño en ese periodo de David Bowie, era sólo parte de su proceso de aprendizaje. Incluso él adoptó el neoliberalismo como ideología de su forma de vida ya bien entrados los ochentas, lanzó su trabajo para que se jugara en la bolsa por los inversionistas, los carroñeros y los buitres, se convirtió en un cerdo capitalista adoptando una ideología que es más sutil, pero casi igual de brutal que los fascismos y mucho más promotora de la desigualdad social que el nacionalsocialismo. Y de ello nun-
ca se retractó. Respecto a lo que hay en el Station To Station, se trata de un disco que tuvo una importante influencia, pero que no soportó la prueba del tiempo. Es un disco relativamente tedioso, con pocos destellos, pero bien manejado en la cuestión publicitaria, además de ser un material que marcó la llegada de una trilogía impactante conocida hoy como La Trilogía de Berlín. También es entendido como un disco de transición entre lo que fue el Ziggy Stardust (proto punk, psicodélica) y el periodo experimentalista que comenzó con Low y se agotó después del Scary Monsters.
Un disco que tiende puentes Ministry - Filth Pig (1996)
[ Por Alejandro Cenzacromada ]
Aun me acuerdo en ese año turbio de 1996 en que pegando mi nariz al estante del almacén de discos vi por primera vez esa imagen del tipo con pinta de burócrata, con un pedazo de filete en la cabeza y la banderita de Estados Unidos en su mano. Realmente el arte del disco Filth Pig de Ministry no me entró, hubiesen empleado ese filete para hacerlo deliciosamente asado acompañado de una buena cerveza, y no en la cabeza de ese fulano ¿Qué querían transmitir? Me quedo con artes de discos anteriores como el ángel onírico de ese disco innombrable que muchos conocimos como “Psalm 69”, o la radiografía del cráneo de “The mind is a terrible thing to taste”, pero este arte me pareció estéril. Obviamente sugiere algo distinto, cercano a esa postura punk, pero no a ese punk genuino antisistema sino un punk más uniformado, algo libreteado, aunque en el caso de Ministry la temática política siempre ha hecho parte de su obra. A partir de aquí empezaría el redireccionamiento en el cual Al Jourgensen se destetaría de los sintetizadores de sus primeros discos, menos The human League más Motorhead. Aunque no debo ser tan duro, musicalmente me parece un disco muy intere-
sante, las guitarras duras hacen presencia y el industrial del cual eran uno de los actos insignia se esfuma. El bajo de Paul Barker toma protagonismo con una ecualización que lo hace tomar cuerpo, la mayoría de canciones curiosamente adquieren un aire cercano a lo que conocemos como Doom Metal. Es como si Alejandro Rodriguez mejor conocido como Al Jourgensen, músico y productor de origen cubano se hubiese puesto a escuchar con saña discos de Saint Vitus, Pentagram o Trouble, y no significa que haya estado más perdido que Adán el día de la madre, no señor, de hecho la cosa tiene su aire Stoner, para quienes no lo saben, el Stoner Metal, es una corriente del Rock duro influenciada por toda la sicodelia de los sesentas y parte de los setentas. Podríamos tomar como referencia el tema más
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lento de su disco anterior Psalm 69: Scarecrow, pareciera que hubiesen tomado ese sonido para buscar muchas posibilidades en él, de hecho Scarecrow es uno de mis temas favoritos de Ministry. Para el álbum Filth pig esto se convierte en una constante, me gusta la fuerza del tema que le da nombre al disco con una especie de solo de harmónica que lo lleva a otros planos más épicos; la hipnótica Lava, una canción con un riff de guitarra repetitivo, un bajo potente y con pequeños samplers de voces que añaden atmósfera al tema. Hay un lapso grande de 3 años para que Ministry hiciera el lanzamiento del disco Filth pig a causa de problemas internos con drogas y arrestos, Al Jourgensen aseguró que tuvo fuertes lapsos de depresión y que el álbum refleja ese sentimiento. Aunque en la parte de las guitarras la banda se había caracterizado por un cerrado minimalismo, sobre todo en álbumes como The mind is a terrible thing to taste de 1990, en esta placa las guitarras toman más progresiones gracias al trabajo del fallecido guitarrista Mike Scaccia. Otro de los temas que inquietan del álbum es el singular cover que hacen de una canción de Bob Dylan llamada Lay lady lay, parece que se plagiaran la batería de la legendaria Bela Lugosi’s dead de
El llamado de la diosa Pele Tori Amos - Boys for Pele (1996) [ Por Diego Centurión ]
Es más como una novela, así que no son sólo canciones, sino una historia de principio a fin. Para mí, es en gran medida una historia. Y las canciones significan cosas diferentes cuando se los saca de la historia. Cuando usted los oye en su contexto se empieza a ver más de una dimensión de lo que la canción es. Tori Amos, Launch 1996
Bauhaus, y le añadieran una secuencia con guitarra acústica más guitarras eléctricas que añaden psicodelia al conjunto. Filth pig para los fans acérrimos del sonido industrial de Ministry puede no seducir, yo lo veo como un disco que tiende puentes, y en mi caso siempre pasa que me tocan ese tipo de discos, terminan siendo obras aisladas en un altar especial. Algunos la niegan pero no pueden evitar mirarlas cada rato de reojo. En el caso del ministerio fue el prólogo para la época en que se entregaron de una manera abierta y sin concesiones al metal, es de esos discos que disfruto de una sola pasada, tiene una energía contundente guiada por la voz que proclama ese cambio explícito en ese primer ametrallamiento sónico llamado acertadamente Reload. Tal vez con los años la creciente furia se ha convertido en la única desesperada manera de encaminar el espíritu, porque en algunos casos la lava ardiente es lo único que puede limpiarnos de nuestro propio infierno y Al Jourgensen lo tiene bien claro hasta el punto de perderse a sí mismo o perder parte de su cuerpo en esa lucha con sus demonios internos. No es el tipo de discos por los que Ministry me ha marcado la vida pero al entenderlo merece mucho la pena, así el tipo con el filete en la cabeza me parezca ridículo.
Tal vez es el álbum que más he disfrutado de Tori en la década del noventa. Y hoy al volverlo a escuchar para realizar esta reseña creo que lo he tenido abandonado sin razón, bueno en realidad si, debido a la cantidad de música que uno escucha por día. Tercer álbum de Tori, a dos años de “Under the Pink”, y este nuevo trabajo es un cambio sonoro con respecto a sus anteriores trabajos. Recuerdo que cuando escuché el primer corte de difusión "Caught a Lite Sneeze", quedé maravillado con esta nueva Tori Amos, más sensual y más sonoramente preciosa. El álbum es una apuesta sonora mucho más enriquecida que sus anteriores trabajos (“Little Earthquakes” y “Under The Pink”), y el más extenso de estos tres primeros trabajos de la chica de Carolina del Norte, dieciocho canciones que llenan el alma de paz y belleza, aunque tenemos tracks que nos sacuden, pero el álbum es bastante intimista. En declaraciones de la época Tori decía que trató de robar el fuego de los hombres en su vida para recuperar su propio fuego, ya todas las canciones hablan del lugar de los hombres en su vida y sobre la masculinidad. Gran parte de este sentimiento de “aprender” sobre sus emociones acerca de los hombres viene de la ruptura con Eric Rosse (coproductor de sus anteriores trabajos junto a Tori). También este fue la causa de que Amos se decidiera a producirse por primera vez sola en su carrera, cosa que seguiría haciendo hasta su último trabajo de estudio “Unrepentant Geraldines”. "Yo estaba en el punto de que no podía contestarle a nadie. Yo había estado respondiendo toda mi vida a una figura patriarcal." Tori Amos, 1 Feb 1996, Daily News. El trabajo es impecable, por momentos chiquito (en términos de sonoridad, un piano muy leve abre el álbum en “Beauty Queen” y lo cierra en “Twinkle”), por momentos intensos, agresivos y experimental en “Professional Window” o “Caught a Lite Sneeze”, por momentos el sonido del clavicordio le da un aire renacentista si se quiere pero también hay momen-
tos en donde hay armonio, y las orquestaciones ponen un punto sublime en lo estrictamente sonoro, como en “Tatula”, en donde muchos instrumentos hacen de la canción una delicia. Grabado en Irlanda, en una iglesia y en una casa, pero también en New Orleans. Amos ha dicho que la elección de una Iglesia era por volver al lugar en donde había aprendido que, por lo que sufría, estaba mal (las relaciones). Y era una manera de excomulgar esos demonios y recobrar parte de esa llama que había perdido. El ingeniero de sonido utilizó el espacio para crear una reverberación natural en los instrumentos como el clavicordio o el armonio. El álbum tiene muchas simbologías, 15 canciones completas y cuatro "interludios" cortos. Pero Tori dijo que era como encontrar "partes y piezas de mí que nunca había reclamado". Originalmente las 14 canciones principales representarían el número de partes del cuerpo del dios egipcio Osiris que su esposa, Isis, tenía que encontrar para tener su cuerpo entero nuevamente. Luego de que Seth lo despedazara. Isis encontraría todos las partes menos su miembro viril, que había sido comido por tres peces. Evidente relación. También tenemos a Pele, una diosa de la mitología hawaiana que es una diosa del fuego, los volcanes y la violencia. Aunque otras fuentes aseveran que es la diosa de la pasión divina y de la energía purificante del fuego. “Los chicos de Pele” haría referencia a las ansias de Tori por robar ese fuego de los chicos de Pele, de sus chicos y purificarse. Durante este tiempo también Amos ha hecho experiencias con un chamán con ayahuasca y de ahí sale “Father Lucifer”. La versión en doble vinilo que se editó, tiene una disposición específica de las canciones; cada uno de los cuatro lados de los álbumes abre con una pista de instrumental (“Beauty Queen", "Mr. Zebra", "Way Down” y “Agent Orange"). Escuchar este álbum de principio a fin es una delicia que pocos pueden realizar, porque Tori Amos no es para cualquier persona que se jacte de buen escucha. Todo un trabajo que pocas veces se ve de una artista íntegra. Y para colmo uno escucha las canciones… y… éxtasis.
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Mogwai | Central Belters Label: Rock Action Records Fecha: 23 de Octubre de 2015. [ Por Gabo Rojo ]
Central Belters es una retrospectiva triple que celebra los 20 años de carrera de Mogwai, la inmediatamente reconocible agrupación escocesa ícono del Post-Rock. Y ciertamente es un aniversario digno de festejar: se trata de una banda que eligió el camino menos comercial posible (extensas composiciones en su mayoría instrumentales) y aun así logró hacerse su lugar en la escena musical internacional, incluso consiguiendo la admiración de algunas de sus influencias como Robert Smith de The Cure. Dada la naturaleza de la música de Mogwai, es difícil considerar a Central Belters como un “greatest hits”, pero los primeros dos discos contienen una selección de los temas más emblemáticos de la banda. Ya en el primer track, “Summer” de 1996, todos los elementos representativos de la banda están en su lugar: melodías tanto minimalistas como progresivas, shoegazing, arreglos de teclado, una performance apasionada y una alternación entre estridencia abrasadora y quietud casi total que enaltece las
The Devil & The Universe Benedicere Label: Rustblade Fecha: 08 Diciembre de 2015 [ Por Diego Centurión ]
Nuevo trabajo de la banda de Ashley Dayour, el tercero en su cuenta. Un álbum que amplía el sonido oscuro y enigmático de sus anteriores trabajos, en este podemos escuchar más synth (Immaculata ó Ora Pro Nobis Deum) como así también lo que conocemos de este proyecto ese dark ambient (Ascension, Dei Genetrix, Elousa, Mater Dolorosa, Nikopoia o Road To Damascus).
cualidades de ambas para el oyente. Y el eclecticismo de Mogwai se puede notar en el tema de cierre, “Teenage Exorcists”, un perfecto single de Pop alternativo. El tercer disco consiste no necesariamente de “rarezas” sino de temas menos conocidos extraídos de Eps, soundtracks y algunos singles, elegidos más que nada por su calidad. En definitiva, un compilado altamente recomendado para todo el mundo, tanto para los fans como para que quieran adentrarse en el mundo de estos genios por vez primera.
Este trabajo tiene un sabor mucho más distinguido que sus anteriores trabajos, un álbum lleno de oscuridad, solemnidad, intriga, quietud con unos
golpes de energía y por sobre todo, mucha profundidad. Trabajo magnífico de esta banda italiana.
Rodney Cromwell | Black Dog EP Label: Happy Robots Records Fecha: 13 de diciembre 2015 [ Por Diego Centurión ]
Este artista acaba de lanzar un EP de cuatro canciones. Abre con el que le da nombre al trabajo, que parece ser una canción de puro dreampop pero enseguida la influencia de New Order aparece de forma amigable, sobre todo por el bajo. Luego el sonido Giorgio Moroder se asoma en el remix de la canción “You Will Struggle”. Y el vocoder aparece en “Barry Was An Arms Dealer”. Un xtended versión de “Black Dog”. El resultado más interesante para aquellos que no conocen a este artista que basa su sonido en la electrónica de los 70s y en menor medida de los 80s.
David Bowie | Blackstar Label: ISO Records/ Universal Fecha: 08 de Enero de 2016 [ Por Gabo Rojo ]
Al haber sido lanzado dos días antes de la devastadoramente inesperada muerte de su autor, resulta casi imposible reseñar Blackstar en forma independiente a semejante evento, más cuando el productor Tony Visconti ha confirmado que Bowie compuso y grabó el álbum como regalo de despedida para sus fans. Y quizás esto no sea un impedimento. Mientras que la prensa ha comparado a Blackstar con la audacia experimental de los míticos Low y Heroes, en realidad lo revolucionario del disco no
recae tanto en lo musical (sigue siendo un disco de Rock Alternativo, con más Saxo y acercamientos
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al Jazz que de costumbre) sino en la forma en que Bowie convierte a su propia muerte en una obra de arte. Casi todas las líneas del álbum, dadas las circunstancias, cobran un carácter autorreferencial ominoso, pero fiel al estilo Bowie: nunca demasiado claro, nunca demasiado transparente, siempre cargado con esa cuota característica de misterio y ambigüedad que ha vuelto al mundo mucho más interesante para todos sus fans. El punto álgido del disco
es su tema de apertura, digno de ser incluido entre los mejores de su carrera, donde a lo largo de 10 minutos que van desde un mantra Gótico-Electrónico a un segmento melódico clásico, Bowie se redefine crípticamente (“I’m not a filmstar / I’m not a popstar / I’m not a wandering star / I’m a Blackstar”) generando interpretaciones infinitas. El único error es cuando parece predecir que alguien ocupará su lugar, lo cual, hoy día, es tristemente impensable.
Droopy Electro | Actitud Label: Cerouno Records Fecha: 10 de enero de 2016 [ Por Diego Centurión ]
Droppy Electro ha estado en nuestra revista en el número 16, allá por marzo del año pasado. Ahora nos acaba de llegar el álbum debut, que llegará en formato físico en abril de este año. Droopy Electro es puro electro pop con aires por momentos de synth pop, con mucha calidad y con un encanto especial para el humor en sus tracks. Rodrigo Mende se las ha ingeniado desde sus Eps anteriores para ir desmenuzando sus distintas ideas musicales hasta llegar al álbum debut. Muchas de las canciones de este primer trabajo ya tienen versiones anteriores, que han salido en Eps, singles, o tracks para compilados. Muchas de las canciones conocidas al leerlas en el tracklist me sugirieron que este trabajo sería una especie de recopilación de aquellas versiones pero al escuchar el primer track “Revancha” me di cuenta que esto es un trabajo más arduo todavía, ya que era una nueva versión, entonces me dije ¿serán todas versiones diferentes de las canciones conocidas? ¡Sí! Y las versiones suenan mucho más trabajadas y con detalles extras. “Actitud”, “Basta”, “Quitamufa” (con la presencia de Chico Ninguno), “De Arriba”, “Juegos” (con la presencia de Rudie Martinez), una de mis preferidas del álbum, y “Rumbo” eran las canciones que yo conocía de antemano y son las que más me sorprendieron sus versiones, pero hay más,
“No quiero” y “Tren”, para mí, son nuevas, y refuerzan la idea del electro pop distinguido de Droopy Electro. Un párrafo aparte para la versión de la canción de Virus de “Una Luna de Miel en la Mano”. Pocas veces una canción original le queda muy bien a una versión, con el pequeño reportaje a Federico Moura (cantante fallecido de Virus). En fin el esperado álbum debut de Droopy Electro trae tantas sorpresas como si no conociéramos las canciones, un elegante electro (ya desde el nombre de la banda) que nos viene diciendo hace tiempo que los exponentes del género en Argentina viene trabajando incansablemente en pos de calidad y mucho… baile.
Steven Wilson | 4 ½
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Label: Kscope Fecha: 22 de enero de 2016 [ Por Pablo Ravale ]
Nuevo trabajo de Steven Wilson. Aunque esta vez en formato EP. 4 1/2 comprende 6 pistas con una duración total de 37 minutos. 4 de las canciones se originaron durante las sesiones de “Hand.Cannot. Erase” y una de las sesiones de grabación del álbum anterior “The Raven That Refused To Sing”. La última canción es una versión de “Do Not Hate Me”, una pieza originalmente grabada por Porcupine Tree en 1998, que a partir de una grabación en vivo, durante la reciente gira del artista por Europa, se ha remozado con toques de estudio. Las voces en esta nueva versión, son interpretadas a dúo entre Steven y Ninet Tayeb. En el EP aparecen los miembros de la banda de Steven a lo largo de años, es decir: el tecladista Adam Holzman, el bajista Nick Beggs, los guitarrista Guthrie Donovan y Dave Kilminster, los
bateristas Marco Minnemann y Craig Bundell, y el saxofonista/clarinetista/flautista Theo Travis. Si bien 4 1/2, como obra, se trata de un rejunte de caras B, el EP tiene personalidad propia y se vuelve casi irresistible tras las primera escucha. Muy recomendable si te gusta el trabajo solista de Steven o añorás a Porcupine Tree.
A Shoreline Dream | Revolvist Label: Latenight Weeknight Records Fecha: 4 de Marzo de 2016 [ Por Diego Centurión ]
Single adelanto del cuarto álbum de esta excelente banda de los Estados Unidos. Shoegaze con toques de dreampop. Los norteamericanos de colorado nos traen dos canciones nuevas en donde tenemos la primera “Revolvist”, que le da nombre al single, que es una mybloodinesca canción con velocidad y esa cuota de confusión guitarrística que gusta. La segunda canción, que había sido editado como single en el pasado año, “Time is Machine Gun”, es una suave e hipnótica canción con muy espacial y etérea. Como adelanto del nuevo trabajo discográfico, que aún no tiene fecha ni nombre, hace que ya nos pongamos a
esperar más datos de lo que viene, por ahora, como aperitivo, bien sirven estas dos canciones.
Trevor Tanner The Bolshoi Favourites N°1 Label: Emperor Pinguin Records Fecha: Febrero 2016 [ Por Rodrigo Debernardis ]
Trevor Tanner es un músico talentoso y altamente creativo. Luego de la disolución de su banda The Bolshoi, ha editado bellísimos trabajos solistas, demostrando gran sensibilidad artística. Su álbum triple (¡¡siii, triple!!) “Bullish, Bellyache & Belch” es una obra maestra y presenta a Trevor como un músico arriesgado y maravilloso, sacando a la luz un trabajo de más de 40 canciones. Ante esto podríamos preguntarnos: ¿qué lo lleva a grabar un disco de viejos clásicos de The Bolshoi en versión acústica? Según lo dicho al principio, capacidad creativa no le falta, por lo que nuevas canciones debe tener a mano. ¿Nostalgia?...el propio Trevor nos dijo hace poco que no era precisamente un tipo melancólico. ¿Entonces? ¿Por qué desempolvar viejas cintas para volver a escuchar canciones con más de 25 años de edad? La respuesta creo que está en el feedback que en los últimos tiempos ha recibido Trevor a través de las redes sociales con respecto a la huella que dejaron los Bolshoi y la vigencia que mantienen aquellas canciones en los corazones de los fans; sumado al no menor dato de que hace un par de meses el sello Beggars Banquet editó un 5CD Box Set de The Bolshoi con mucho material inédito, lo cual re-encendió la llama y avivó el interés por la banda. Creo que todo esto hizo que nuestro amigo Tanner encontrara motivos suficientes como para agarrar la electro-acústica y grabarnos un gran álbum a los fanáticos de The Bolshoi. ¡¡Pero hablemos del disco, que de eso se trata esta sección!! Bien… Abre con un clásico: “Sunday Morning”, y ya notamos con gran felicidad que la voz de Trevor está intacta, y que no vino a robarnos. Un toque “latino” en el ritmo aporta calidez a una canción que se ganó un lugar indiscutido entre las joyas de los 80s. Le sigue una de mis favoritas de la banda: “Fly” es
una canción oscura que en esta versión se pone aún más siniestra e interesante. La cadencia lounge llega con “Pardon Me” (03), que suma un saxo para darle una vuelta “sexy”, estilo Sade. El disco sigue recorriendo, con mayor o menor éxito, clásicos de la banda como la hermosa “Happy Boy” (04), o la simple pero emotiva “Crack In Smile” (10) y la siempre fantástica “Lindy’s Party” (08). “Modern Man” (09) y “Razzle Dazzle” (13) son otros puntos fuertes del disco; el primero con ritmo sureño del Mississippi y el segundo con una conmovedora interpretación de Trevor junto a Mike K en el saxo. Como flojo mencionaría la versión de “Away” (11), un clásico tan potente en su versión eléctrica original, que tocarlo con guitarra acústica lo convierte en otra canción completamente…otra no tan buena; algo que sí se logra en la excelente versión de “Looking For A Life To Lose” (14). Hay dos canciones inéditas: “Friends” (07) y “If You Go Away” (15) que aportan interesante frescura y muestran que la chispa en Trevor está. Hay también un bonus track para el olvido, un muy poco agraciado remix de “Pardon Me” que felizmente no llega a opacar en absoluto todo lo anterior. Para resumir, este es un disco que, si eres fan de The Bolshoi, vas a disfrutar mucho, y si no lo eres, vas a pasar un gran rato al escucharlo. No es para nada poco en estos días de vacas flacas.
The Cult | Hidden City
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Label: Cooking Vinyl Fecha: 05 de Febrero de 2016 [ Por Diego Centurión ]
Décimo trabajo de estudio de los The Cult. Trabajo que culmina la trilogía comenzada en el 2007 con “Born Into This” y “Choice of Weapon” (2013). El arte de tapa recuerda (y mucho) a Sleater-Kinney: No Cities to Love (2015), flores sobre el mismo color de fondo, bueno…. Vamos a lo musical… El álbum no aporta nada nuevo al sonido que conocemos de The Cult. A partir de ahí empezamos a ver este trabajo. El álbum arranca con el poderoso “Dark Energy”, que fue uno de los adelantos. El riff de Billy Duffy, hace que el ritmo de John Tempesta nos lleve de la mano por el comienzo en la ruta de este “Hidden City”. Impecable comienzo. “No Love lost” con un comienzo hermoso en guitarra que rememora viejas etapas más góticas termina siendo una canción que junto a la que sigue, “Dance the Night”, son canciones de paso (no hay mucho para agregar). “In Bloom” una dulce balada con lo mejor de Ian Astbury como vocalista en estos últimos álbumes. “Birds of Paradise” tiene un aire a canciones de “Love”, otra hermosa canción. “Hinterland” otra de las buenas canciones de este álbum. En “G O A T” el sonido de “Sonic Temple” se aparece como un fantasma muy presente, claro Bob Rock produjo ese álbum y éste. "Deeply Ordered Chaos" es una muy bella canción, de las mejores del álbum. "Avalanche of Light" es una buena canción, más pegadiza y con estribillo coreable.
"Lilies" es otro momento sublime de este álbum, con un Ian muy cuidado en la entonación y Billy haciendo uso de lo mejor de su guitarra. "Heathens" es una de las canciones más flojas de este álbum. "Sound and Fury" cierra este nuevo trabajo de manera bellísima, una dulce canción con piano y otra versión magnífica de Astbury como cantante, sin lugar a dudas las mejor balada de los últimos años de la banda. En definitiva “Hidden City” muestra un repertorio que, en más de treinta años de carrera, puede servir como un “grandes éxitos” de sonoridades cultianas para aquellos que no han llegado a escuchar los álbumes de la banda. Pero para los que ya los conocemos es una brisa de frescura y de sensaciones recuperadas en la memoria de muchos años anteriores.
Suede | Night Thoughts Label: Warner Music UK Fecha: 22 Enero de 2016 [ Por Diego Centurión ]
El esperado nuevo trabajo de la banda de Brett Anderson. Anunciado desde el 2015, y la espera sí que valió la pena. En este nuevo álbum (el séptimo) es uno de las sorpresas positivas de este comienzo de año, luego de su regreso con el anterior "Bloodsports" (2013), los Suede encuentran el camino que los hizo ser la banda que hoy es. Desde el primer track "When You Are Young" se escuchan aires de belleza en el sonido de este conocido Suede. La banda se reinventa y por momentos mira a sus mejores años en los noventa como en "Outsiders", "No Tommorrow", "I Don´t Know How To Reach You" o "What I'm Trying to Tell You", "Like Kids" y nos hace soñar en las dulces "Pale Snow", "Tightrope", "Learning to Be", "I Can't Give Her What She Wants" y nos refresca en "What I'm Trying to Tell You", para cerrar este gran álbum con la exquisita "The Fur and
the Feathers". No sé si lo habrán pensado ustedes, pero estos días que tantas bandas se quieren sumar al mundo "Bowie" haciendo versiones de sus canciones, siento que Brett Anderson hizo el mejor tributo al gran David Bowie, un álbum magnífico.
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DERECHO DE PISO
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EL PLACER DE CRECER JUGANDO
¿Cómo es crecer jugando? ¿Cómo es crecer? Son preguntas que tienen, en este caso, el mismo denominador, la música. Crecer es una banda oriunda del barrio de Parque Patricios de la Capital Federal de Argentina. Que en el 2015 han editado su segundo álbum "Crecer", un trabajo serio en intenciones y producción, que se dirige en busca de algo grande. Musicalmente es un rock muy argento con sonoridades que abundan en el mercado local, pero que en este caso, se tiñe de un sabor más depurado y consistente. La banda viene creciendo (tal el nombre de su nuevo trabajo lo indica), y prueba de esto son sus presentaciones sold out en el Roxy Live y Uniclub en el 2015, ante a sus fieles seguidores, que lo siguen a donde sea. La banda se formó en el 2006 y tienen editado
dos álbumes “Jugando” (2013) y “Crecer” (2015) y un demo “Difusión” (2012). Sus integrantes son: Martín Badía (Voz y Guitarra) Maxi Alvarez (Saxo tenor) Claudio Melgarejo (Trombón) Carlos Torres (Trompeta) Martín Monteros (Saxo alto) Jere Higa (Batería) Negro Sosa (Guitarra) Abraham Ramirez (Bajo) Martín Avalos (Teclados). Y así jugando, jugando, en el año de sus primeros diez de vida, van por todo… http://jugandoficial.com.ar/ https://www.facebook.com/jugandooficial/ https://soundcloud.com/jugando-oficial https://twitter.com/Jugandoficial h t t p s : / / w w w. y o u t u b e . c o m / c h a n n e l / UCfTQI7nyTmwYVR96aBzMdig
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The13th U NA R EVISTA IMA GINA RIA