The 13th Fanzine Nº1

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The 13th

(un fanzine imaginario) año1. número1. abril2013. idea, realizacion y direccion Ariel Meson, Diego Centurión y Emiliano Herrera. entrevistas y escritura Diego Centurión. diseno y programacion Emiliano Herrera y Ligia Berg. diseno de portada Ligia Berg. fotografia de portada Andy Vella. recopilacion fotografica Ariel Meson. logistica Ariel Meson. Un agradecemos especial a Gustavo Collado, y aquellos espacios que facilitan la distribución de este fanzine. Contacto: the13thfanzine@gmail.com facebook.com/the13thfanzine Las fotografías usadas en este fanzine son de sus respectivos autores.

SUMARIO 01

Say “Hello” on a Day Like Today: Por Emiliano Herrera.

02 Especial Ferro 87 En el lugar de los Hechos Por Diego Centurión.

03 Entrevista Cenizas del Tiempo Entrevista a Gustavo Collado por Diego Centurión

04 Discos Rumores Desintegrados Disintegration por Diego Centurión.


Say ‘hello’ on a day like today... Tras 26 años de espera, llenos de rumores, especulación, ilusiones y desvaríos varios; 2013 es el ansiado momento, y es mejor de lo que pudimos haber imaginado; The Cure visita nuestro país en el marco del “LatAm Tour 2013”, una pequeña gira en la cual además de visitar nuevamente Brasil, Argentina y México, el grupo se estará presentando por primera vez en su historia en Paraguay, Chile, Perú y Colombia. Con gran expectativa por parte de la banda y de todos nosotros, vemos las horas pasar esperando que comience un abril inolvidable... Mientras tanto, nosotros hacemos este fanzine, llamado “The 13th”, en el cual homenajeamos a los pandas percusionistas, las visiones carnales, la pornografía, las arañas, y a los chicos que no lloran... Los invitamos amablemente a perderse en estas páginas, llenas de entrevistas, imágenes e historias murmuradas en sueños...


en el lugar de los hechos (por Diego Centurión)

Todo este estado social se sumaba a que The Cure era la primera banda británica con éxito que llegaba a Buenos Aires después de Malvinas. Lo cuál hizo que la prensa local mezclara música y política. Volviendo a The Cure. La banda llegaba renovada luego del disco recopilatorio y con la promesa de un nuevo disco para ese año 1987. Si bien en esos años no había tanta información como pasó con la importación de revistas y con internet. En Argentina, no se encontraban discos de la banda fácilmente, salvo The Head On The Door y Standing on a Beach, obviamente había lugares de culto en donde se hallaban lo inhallable. Uno de los clásicos de Capital Federal, era Parque Rivadavia. En esos años la música llegaba a nuestros oídos por la novísima FM Rock and Pop, que por aquel entonces presentaba toda música New Wave, Post Punk, Punk, Dark. Recuerdo haber sacado la entrada para el 17 de marzo, con unos amigos que le gustaba The Cure. Las semanas se hicieron eternas desde que adquirí el ticket, y recuerdo que siempre existió en mí, ese miedo a que el show se suspendiera, por motivos que tienen que ver con el paso de Siouxsie and The Banshees el 05 de diciembre de 1986 por el estadio Obras Sanitarias, aquella noche a Siouxsie le arrojaban monedas. Esas cosas que nunca entenderé, aunque a ella se la vio feliz. La entrada fue costosa, lo cuál nos alcanzó para sacar en la “Popular” del Estadio de Fútbol del Club Ferro Carril Oeste. Y el escenario estaba en la otra “Popular”, es decir bastante lejos.

Recuerdo haber escuchado por primera vez un vinilo importado de Inglaterra, en la casa de un amigo de la secundaria. Corría el año 1984 y un original de The Top marcaba el romance musical más grande de mi vida hasta hoy. Esos surcos prepararon el camino de lo que tres años después se hacía realidad. Ese mismo año llegó Concert y al año siguiente llegó la fantástica explosión de The Head on The Door por estas tierras. Luego llegó, sin mucha prensa local, Standing on a Beach, de hecho, la banda venía a presentar ese disco en cierta forma, pero la prensa argentina promocionaba más The Head on the Door. La situación del país era extraña a nivel social. Y se los explico, para que entiendan un poco el contexto en el que llegó la banda a la Argentina en 1987. Argentina venía de cortar unos cuantos años de dictadura militar, en el cuál se coartó la posibilidad de conocer casi todo el movimiento musical de Gran Bretaña de fines de la década del 70, acá sólo llegaba el free jazz y lo de los Estados Unidos o otras partes del Mundo, peor muy poco de Gran Bretaña, sólo las grandes bandas como Queen, The Police, etc. Se obligaba a las radios pasar mucha música en español, más que en inglés. Si bien la dictadura se había terminado en 1983, luego de la traumática guerra de Malvinas, todo otaba en la policía y su accionar. Era muy común tener que soportar las preguntas como ¿Por qué te vestís así? ¿Sos de una Secta? ¿Tus padres saben que te vestís así? O simplemente que te pidan identificación.


Finalmente llegó el día esperado. Ya se sabía que la banda soporte eran los chicos de Trenque Lauquen, La Sobrecarga, banda argentina que venía en ascenso dentro del ambiente under local. Pero el motivo de esta convocatoria era Robert y sus chicos. Creo que éramos tres o cuatro chicos vestidos de negro, los pelos parados y algunos con cabellos de colores. Nos encontramos a la tarde temprano en una plaza (Plaza Flores). La imagen, para la calurosa tarde del martes 17 de marzo de 1987, era demasiada para las abuelas que pasaban por el punto de reunión, ya que al vernos se persignaban. De a poco, se empezó a notar como brotaban de la nada gente con vestimentas negras o rotas al mejor estilo punk londinense de fines de la década del 70. A medida que nos acercábamos al estadio la gente aumentaba y el clima “parecía” festivo. Centenas de chicas y chicos de negro mostraban su alegría por el evento, que sin lugar a dudas, era el mayor evento de la comunidad dark, punk, new romantic de la época.

La fila para el ingreso al estadio cobraba algunas cuadras de longitud. Ya se sabía que la banda estaba alojada en el Hotel Sheraton, y era el comentario de muchos de los asistentes a la larga fila. Por la TV local se vieron a los fans en la puerta del hotel. También el setlist deseado cambiaban según a quien le preguntabas. Pero ante tanta cantidad de asistentes había muchísima seguridad y policía, que empezaban a aparecer a medida que me acercaba a la puerta de ingreso. Ya empezaban las primeras corridas a lo lejos. La policía montada comenzaba a pasearse por las inmediaciones del estadio con mirada desafiante. Y todo pasó como no tenía que suceder… Un montón de gente, que dudo que hayan ido a ver a The Cure, empezaron a aparecer y se empezaban a enfrentar con la policía, que sólo hacían lo que sabían hacer, intimidar y provocar los primeros roces con los que buscaban eso. Mientras tanto la fila avanzaba, y el ambiente se enrarecía cada vez más, lo que parecía una fiesta empezaba a transformarse en lo contrario.


Una avalancha en el sector de boleterías del estadio, desencadenó los primeros cruces entre “público” y policías. Algunos empezaron a intentar a entrar por distintos lugares del Estadio. Otros se enfrentaban a botellazos con la policía, que empezaba a reprimir. Mientras tanto, yo, casi en la puerta con mi entrada en la mano. Y los hombres de seguridad en el ingreso pedía: “Las Entradas en la mano”. Recuerdo el amontonamiento de la gente a mi alrededor tratando de ingresar, muchos, sin entrada, entre el forcejeo uno de seguridad me arrebato la entrada de la mano, pero el resto ingresó igual. Pero lo cierto es que ya estaba en el interior del estadio. Con mis amigos nos dirigimos al lugar que nos correspondía, pero en el trayecto ya vimos gente que no iba a ver a The Cure. Una tarde calurosa con sol, ya instalados en la popular. La verdad es que todo se veía muy lejos. Mientras tanto las noticias del exterior no eran alentadoras, y se hablaba de todo tipo de desmanes. En medio de ese clima enrarecido, y con los rayos de sol sobre el escenario, aparecieron los chicos de La Sobrecarga, Cesar Dominici, en guitarra y voz; Gamexane, en guitarra; Guillermo Robles, en bajo y Gustavo Collado, en batería. En una canción llamada “Canción del Riachuelo” apareció en el escenario Roberto Pettinato (de la banda Sumo) en saxo. Pero los chicos de la Sobrecarga, comenzaron el set, de veinte minutos más o menos, con “Acción y Reacción”. No faltaron los hits como “Conexión Paris”. Durante esos 20 minutos la banda desplegó un oscuro ramillete de excelentes canciones con una presencia que me sorprendió. La banda venía con un reconocimiento moderado y en ascenso en la escena local de esos años. Sabían que esta oportunidad de estar ante 19.000 personas (aunque debían ser 15.000) y en semejante escenario, debían aprovecharla. La Sobrecarga cerró el set con “Es telepatía”, el hit radial de esos días.

Años después, Cesar Dominici, comentaba que fue una experiencia inolvidable, y que, por esos dos shows, la banda no recibió ningún centavo. También comentaba la anécdota que mientras él y Guillermo (el bajista) entretenían a los hombres de seguridad que acompañaban a Robert Smith, Gamexane aprovechó para sacarse una foto con Robert. También contó que a Lol le había gustado mucho el show de la Sobrecarga. Ni bien culminó el mini concierto de La Sobrecarga, empezaron los disturbios mayores, pero ya dentro del campo de juego. Desde nuestra mirada vimos como un grupo de personas comenzaron a romper un alambrado de la “popular” para intentar ingresar al campo, la policía acordonó la zona con sus perros y comenzó la batalla. De vez en cuando saltaba alguien de algún lugar al campo y corría solitariamente hacia la muchedumbre, que se encontraba delante del escenario. Pero claro no era tan fácil, ya que una veintena de policías con bastones estaban desparramados por todo el campo, así que muchos de los audaces terminaban literalmente apaleados. Esta acción hizo que el clima se volviera más hostil hacia la policía. Los que se atrevían a tal hazaña, de lograr vulnerar los intentos policíacos para atraparlos, iba en aumento, y realmente parecían como pequeñas hormigas que buscaban el hormiguero. Primero fue uno, luego dos, luego cuatro, diez; y de pronto empezaban a abordar al campo por todos los sectores. Mientras tanto la batalla del alambrado, por llamarlo de alguna forma, se hacía insostenible para la policía, hasta que dieron un paso hacia los costados abriendo camino a una gran masa que inundó el campo. Uno de mis amigos me tomó del brazo y me dijo: “Vamos”. Y descendimos corriendo e ingresamos al césped. Corriendo nos acercamos al escenario hasta quedar a unos diez metros. Ya era casi de noche y las luces se apagaron y comenzó a sonar “Relax”, hasta que salió por fin


The Cure. Ya después de ese momento todo e caos vivido se esfumó de mi cabeza. Y en realidad se había disipado del Estadio. No podía creer lo que estaba viendo, aquella banda que hace unos años se llevó mi atención estaba parada frente a mí, tocando en mi propio país. Y el viejo dicho de que la música calma a las fieras, en este caso, fue así. La noche del 17 de marzo comenzaba con la increíble “Shake Dog Shake”, ante el ochentoso “Oh, Oh, Oh” de la gente. Luego “Piggy In The Mirror”, “Play For Today”, “A Strange Day”, “Primary”, “Charlotte Sometimes” y el primer super hit de The Cure en Argentina “Inbetween Days”. Luego siguió “The Walk”, “A Night Like This”, “Push”, “One Hundred Years”, “A Forest” y “Sinking”. Se retiran del escenario y regresan con “Close To Me” (el segundo golpe de The Cure en Argentina) y “Let’s Go To Bed”, Robert se retira con un “Thank You, Good Night… Gracias (en su español). Una vez más abandonaron el escenario y vuelven con una seguidilla de tres canciones más, Robert anuncia “Uno, dos, tres, catro (así lo dijo Robert), cinco, six… y comenzó “Six Different Ways”, “Three Imaginary Boys” y “Boys Don’t Cry”, otro super hit de la banda en el país. Una vez más abandonan el escenario. Una vez más regresan con la oscura y perfecta “Faith”, y luego “Give Me It”, después llegó otra canción muy conocida en Argentina, “10.15 Saturday Night” y finalmente “Killing An Arab”, muy coreada por el público

Y con esa canción llegó el cierre de la noche. La segunda noche, no fue la excepción en cuanto a la violencia de la primera, es más, parecía como una segunda batalla, un mayor número de efectivos policiales se encontraban desde temprano en la adyacencias del estadio, pero también había mucha más gente que la noche anterior. Es que el cimbronazo que causó el primer concierto fue muy fuerte para lo acostumbrado para esos años en Buenos Aires, corrían rumores del enojo de los vecinos por el extremado volumen que utilizó la banda, por los incidentes, por los destrozos en las inmediaciones del estadio. Se hablaba de edificios rajados por el sonido grave del concierto, es decir, una exageración. Lo cierto es que hubo más corridas, más enfrentamientos. Yo una vez más accedí al concierto, pero ya se sentía una sensación de que no iba a ser igual que la noche anterior, la batalla se olía en el ambiente.


Si ven lo poco grabado por la TV, creo que es en “Play for Today”, que se puede ver delante del escenario fuego en el público. Sí, el caos fue mayor que la primera noche. El set es muy parecido al de la noche anterior, abrieron con “Shake Dog Shake”, “Piggy In The Mirror”, “Play for Today”, , “Primary”, luego el primer cambio con respecto a la noche anterior, “Kyoto Song”. Luego continuó el mismo set, “Charlotte Sometimes”, “Inbetween Days”, “The Walk”, “A Night Like This”, “Push”, “One Hundred Years”, “A Forest” y “Sinking”.

En su diario de viaje, Robert terminaba la noche del 18: “Afuera, el campo no es muy diferente el centro de Beirut, y estamos más que aliviados de haber llegado al refugio del hotel. Me voy a la cama destrozado, los otros pasan mucho tiempo en el bar del hotel, mientras yo… sueño con asesinatos.”

afiche oficial del concierto

Como la noche del 17, se retiran del escenario. Regresan con “Close To Me” y “Let’s Go To Bed”, y se vuelven a retirar, todo muy similar a la noche anterior, la misma calidad y más allá del mal sonido del estadio, The Cure estaba sonando muy bien. Regresan con Boys Don’t Cry” y “10.15 Saturday Night”, ni bien comienza la canción, Robert es alcanzado por una botella de Coca Cola y decide parar la canción y se dirige al público “Es jodidamente entretenido ser el blanco de sus tiros, pero de cualquier manera”… y arrancó de nuevo con la canción y terminó el set con una furiosa y enojada versión de “Killing An Arab”. Para salir del escenario con menos canciones que la noche anterior. Pero las noches del 17 y 18 de marzo de 1987, fueron las noches que marcaron mi amor eterno por la banda de Robert Smith, y que por suerte, pronto, nos reencontraremos.

smith en argentina

portada del bootleg del 17.03.1987


cenizas del tiempo

entrevista a gustavo collado. por diego centurion. La llegada de The Cure nos hace recordar por inercia su primera visita al país. Las noches del 17 y 18 de marzo de 1987, en el Estadio de Ferro carril Oeste, noches lamentablemente míticas en la historia de las giras de la banda. Pero hoy es momento de otra historia dentro de esas noches y tenemos la suerte de contar con la palabra de Gustavo Collado, baterista de la banda que ofició de soporte, “La Sobrecarga”. Inmersos en el oscuro sonido de la segunda mitad de los ochenta, la banda oriunda de Trenque Lauquen, ciudad situada en la provincia de Buenos Aires, llegó a los conciertos con un disco bajo el brazo “Sentidos Congelados” de 1986 y un ascenso en las preferencias del público habitué al sonido oscuro de esos años. Y que actualmente se han convertido en una especie de banda de culto de aquellos que estuvieron y los pudieron ver, y los que nunca vieron a la banda. Ahora, el recuerdo de esas dos noches de la mano de uno de sus protagonistas, Gustavo Collado.

gustavo collado antes y despues

¿Cómo llegan a contactarse para ser la banda de apertura de The Cure? Estábamos en la productora de Daniel Grinbank, la organizadora del show. ¿Qué pensaron cuando los confirmaron? No recuerdo mucho... pero estábamos contentos. ¿Cómo se replantearon estas presentaciones, modificaron mucho el setlist que venían haciendo? ¿Cambió la dinámica de los ensayos? Sí, modificamos porque era un show corto, 5 o 6 canciones. Los ensayos no aumentaron porque estábamos bien ensayados, vivíamos todos juntos y ensayábamos en nuestra casa, en la Paternal.

¿Cómo llega Roberto Pettinato a estos shows? Pettinato llega por la amistad que teníamos con los Sumo. ¿Recordás algo de las noches anteriores a los shows? No recuerdo las noches anteriores... apenas recuerdo las noches de los shows.


¿Cómo llegaron al estadio la primera vez?, supongo que fue para la prueba de sonido. Si, llegamos para la prueba, hacía mucho calor, mucho sol.

¿Se les acercó alguien del staff de The Cure a comentarles algo de su set? ¿O algunos de ellos? No... Nuestro manager les alcanzó nuestros discos.

¿Probaron sonido? ¿Para las dos noches? ¿Antes o después que The Cure? Sí, probamos sonido después que ellos, creo...l as dos tardes.

¿Pudiste acercarte a Boris Williams? Sólo charlé con Simon Gallup, muy tímido y algo tartamudo...buena onda. Le aconsejé que para el segundo día se vistiera de blanco, para zafar un poco del calor (estaba de riguroso negro y botas) cosa que me hizo caso, se fue todo de blanco, a la prueba.

Pregunta de músico. ¿Llegaste a ver de cerca la batería de Boris Williams? Sí, claro... usaba los parches de tones totalmente flojos. ¿Pudieron presenciar su prueba de sonido? Presenciamos toda la prueba. ¿Te acordás algo de la sensación antes de salir a escena el primer día? No recuerdo bien...pero seguro era/es la misma que la de cualquier show... un momento de una linda tensión. Yo recuerdo que su show comenzó y en el campo empezaron los primeros enfrentamientos con la policía. Mi recuerdo es que los enfrentamientos y los heridos fue cuando el show de los Cure. ¿Ustedes percibieron algo de esa locura? Después del show, estábamos en camarines todavía, me asomo y veo gente trasladada en camilla a las ambulancias hacia la salida atrás del escenario. ¿Pudiste ver los concietos de The Cure desde el escenario o los sacaban enseguida? No, no nos sacaron enseguida. El primer día no pude ver nada... el segundo sí.

Para mí, “La Canción del Riachuelo”, es una canción emparentada al sonido del segundo disco de The Cure (Seventeen Seconds). Sobre todo la versión instrumental. ¿Qué hay del sonido de The Cure en el sonido de La Sobrecarga?, si vos creés que hay algo como yo. Algo hay en Mentirse y Creerse de ese sonido, pero nada puntual o pensado adrede. No puedo dejarte ir sin preguntarte sobre lo nuevo, se viene el tercer disco de estudio. Dinos algo sobre ello. El nuevo y tercer disco se va a llamar “Cenizas del tiempo”, tiene 10 temas nuevos. Hay guitarras de Gamexane, en una de las canciones canta Daniel Melero. Mario Siperman colabora con teclados en dos temas, en percusión está la “mosca Lorenzo” de Los Auténticos Decadentes. Creo que es un gran disco. “Existe un mundo”, ”Gritos”, “Cielo de Agosto”, Ojos del desierto” son algunos de las canciones.

Gracias Gustavo por el tiempo y la predisposición.


RUMORES DESINTEGRADOS Por Diego Centurión

Disintegration Ficha técnica: Editado el 01 de mayo de 1989 (por Fiction Records Ltd en UK,y Elektra Records en EEUU). Grabado entre 1988 y 1989, en Outside Studios. Producido por David Allen y Robert Smith. La formación que grabó “Disintegration” fue la más numerosa en la historia de la banda. Robert Smith: voz, guitarra y teclados; Simon Gallup: bajo y teclados; Boris Williams: batería; Porl Thompson: guitarras; Roger O’Donnell: teclados; Laurence Tolhurst: y el frío “otros instrumentos”. Todas las canciones escritas por: Smith, Gallup, Thompson, Williams,O’Donnell, Tolhurst. Mezclado en Rak Studio Three. Ingenieros de Sonido: David Allen y Robert Smith. Ingenieros asistentes: en Outside Studios, Richard Sullivan y en Rak Studios Three, Roy Spong. Masterizado por: Fred Kervorkian. Diseño y el Arte: Parched Art (Porl Thompson y Andy Vella). Singles: “Lullaby” (04/04/1989); “Fascination Street” (18/04/1989); “Lovesong” (19/08/1989) y “Pictures of You” (06/03/1990). La Edición Deluxe Remasterizada, editada en el 2010, contiene tres discos, el primero contiene el LP original remasterizado, el segundo “Rarities 1988-1989” incluye 20 temas inéditos, versiones demo, grabaciones en vivo y otras curiosidades, y el tercero “Entreat Plus”, contiene los 12 temas del álbum registrados en vivo, en 1989.


Desintegration es el octavo disco de estudio de The Cure. Y fue el primer disco de la banda pensado para la edición en el formato CD. La versión en vinilo se editó sin las canciones “Last Dance” y “Homesick”. La llegada de este disco estuvo rodeada de muchos rumores, se esperaba la edición del nuevo disco como el último de la banda. Alegando un desgaste entre sus miembros y otras curiosidades que la prensa inventaba. Se hablaba de una próxima carrera solista de Robert Smith (Hasta hoy suele renovarse este rumor). Y todo se acrecentó cuando se supo el nombre del disco “Disintegración”. Pero lo cierto es que la grabación estaba precedida de buenos momentos y malos momentos, en 1988, Robert y Mary habían contraído matrimonio. Roger O’Donnell ya era miembro estable de la banda. Mientras que Lol y su abuso con el alcohol se volvió insostenible. Roger cuenta que Lol se había convertido en una especie de “peso muerto” para la banda, y que el resto de la banda no lo soportaba. Robert estaba abrumado por el éxito obtenido por Kiss me Kiss me Kiss me. Se había convertido en una estrella de rock y no estaba mentalmente preparado para ello, así que volvió a caer en el consumo de drogas. Sumado a que con sus 29 años, no dejaba de pensar en sus inminentes 30, y esto lo deprimía. Y esto se refleja en las canciones del álbum. The Cure se reunió en la casa de Boris en 1988, Robert mostró las primeras can-

ciones que había escrito en solitario para el nuevo disco, y Smith pensaba que si a la banda no le gustaba, él las editaría como un disco solista. Pero a la banda le gustó, así que empezaron a trabajar en la casa de Boris con una grabadora de 16 canales, llegando a grabar 32 canciones. Todo esto se realizó en el verano europeo de 1988. Robert se encontraba en un estado de aislamiento, abrumado por la situación en la que se encontraba la banda, Lol incontrolable, la presión del éxito del disco anterior, la presión del resto de la banda para que despidiera a Lol, sus treinta años. Robert se sentía deprimido. Un doble suicidio de unos chicos de un pueblo cercano, afectó a Robert, ya que momentos antes de cometer el acto habían escuchado los primeros discos de The Cure. Robert mantuvo el recorte clavado en la pared del estudio. Dentro del estudio, durante las primeras noches, se produjo un incendio, causado por un cortocircuito, en una habitación en donde se encontraba Robert. Los miembros de la banda acudieron de inmediato y cubriéndose la cabeza con toallas mojadas, ingresaron para rescatar las letras que había escrito Robert, pero estaban desintegradas. Por lo cual Robert tuvo que recluirse varias semanas para reconstruir y reescribir el material. Eso también se nota en el álbum. Durante la grabación Lol sólo se dedicó a tomar y a ver MTV.


El resto de la banda lo molestaba para buscar una reacción, pero no se producía nada. La banda llegó al punto de exigirle a Robert “Él o Nosotros”. Pero Robert mantenía a Lol en la banda por la amistad que los había unido en el pasado, según Robert “Yo ya no sabía quién era, pero é tampoco sabía quién era él”, en alusión a Tolhurst. Y en la primera mezcla del disco Lol, luego de una fuerte discusión con Smith, fue despedido de la banda. Robert había deslizado en una nota de la época, que Lol seguramente regresaría a la banda, a fin de año se casaría y ese hecho lo traería de nuevo, en mucho mejor estado, pero como todos sabemos, eso nunca sucedió. Cuando la banda terminó la grabación, la discográfica norteamericana Elecktra se mostró disconforme, le sugirió a Smith que pospongan unos meses la edición para que se revea la decisión, porque debido al éxito en los EEUU. de “Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me”, este disco sería un “Suicidio Musical”. El disco regresa al sonido oscuro de Pornography, sin el sonido pop de su anterior Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me. El disco demuestra un gran salto de calidad en la banda. ¡Un Disco Soberbio! Unos The Cure casi perfectos, sonoramente impecables y penetrantes, estéticamente lleno de oscura luz, de manera bella y refinada. Con sus miembros en un estado de interpretación instrumental que en varias partes del disco emociona. Y la voz de Robert en su mejor expresividad. El disco registra a unos Cure muy maduros, compositivamente en un perfecto equilibrio. Un Robert Smith mostrando todo el caudal de su creatividad, vocalmente bello, con susurros frágiles y agobiantes, con otros que asustan. Sus melodías vocales se dejan llevar por la corriente instrumental creada por la banda. Robert se entrega en cada canción, de la manera que la canción la necesita, y no cabe la posibilidad de imaginarse otra melodía vocal para las canciones.

Como guitarrista, sin ser virtuoso (aunque termina siéndolo), sabe frasear como pocos y sobre todo se nota en este disco, y, tal vez, ése sea su virtuosismo. Puede hacer pequeños solos que desgarran el alma. Escuchar los ritmos de Boris nos hace entender que fue el mejor baterista que pasó por la banda (sin desmerecer a ninguno), pero lo de Williams es un deleite. Porl, el mejor guitarrista de The Cure, en este disco lo demuestra de manera categórica, efectos, fraseos, las atmósferas creadas por Thompson son únicas. Simon hace gala de todo su repertorio al mando del bajo, hace arreglos junto con las guitarras emocionantes, marca la cadencia en la cual vuelan las guitarras y los teclados, se une a la batería pero de una manera muy expresiva. Realiza armonías que redondean un sonido único y envolvente. Gallup reafirma su gran calidad como bajista abriendo un abanico de sonoridades jamás expuestos en discos anteriores de la banda, y remarcando un estilo propio que lo coloca como uno de los bajistas más influyentes desde la década de los 80’s, junto a Peter Hook de New Order. Roger, lo mejor que tuvo la banda en teclados, su calidad y perfección lo hace brillar a través del disco. O’Donnell crea ese “halo de misticidad” que posee “Disintegration” de principio a final. Emparentado sonoramente con Pornography, Disintegration es uno de los mejores discos de The Cure, sino el mejor.



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